Juan Manuel Velasco Centelles

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Juan Manuel Velasco Centelles
Coscoll 3
12560 Benicàssim
España
Benicàssim, Castellón, España, octubre de 2013
Santidad:
O Francisco, o Jorge Mario, como se sienta más cómodo en la lectura. No está uno acostumbrado a
mantener relación epistolar con un papa, así que me disculpará de antemano las deficiencias en el
protocolo.
Quisiera no extenderme demasiado, pero quisiera también darle cuenta de los motivos que me
impulsan a dirigirme a usted a pesar de no sólo no ser católico ni creyente, sino de ser crítico con
todo aquello que rodea a la propia religión.
Uno es escritor, novelista esencialmente, uno de esos que cree disponer de más talento que recursos,
el mismo que hace tres años pegó un portazo suave en su trabajo solvente y acomodado y viró su
nave hacia el oleaje de la incertidumbre de querer vivir en escritor. Contaba con un agente literario
que se ha acabado revelando improductivo y sigo contando, tres años después de aquello, conmigo
mismo como máximo artífice de mi propia trayectoria. Tres años y tres novelas más a añadir a las
que ya tenía.
A la semana siguiente a mi despedida de la comodidad laboral viajé a Roma, a la iglesia de San Luis
de los Franceses, a admirar de nuevo a La Vocación de San Mateo, de la que quedé enmimismado
ya en 2008, cuando la descubrí una tarde desvencijada de finales de otro octubre en una iglesia
modesta a espaldas de piazza Navona. Me consta que la conoce sobradamente.
Fui con el único propósito de construir una novela en torno al lienzo. Me pasé algunas horas en el
templo, midiendo, anotando, observando, en definitiva, recogiendo los elementos que debían darle
verosimilitud a la novela, hacer que la ficción resultara creíble. A la misma novela que tras cinco
meses febriles, en abril de 2011 adquirió las hechuras que ahora le presento, ya editada, por mí
mismo a mi pesar, dos años y medio más tarde.
A pesar de los aplausos que ha suscitado la novela no he encontrado otra editorial que la mía propia,
la autoedición no deja de ser una variante de la frustración, pero a pesar de que juré por...no
recuerdo qué o quién, que jamás incurriría en esa fórmula tampoco preví que los tiempos se
tornarían tan ásperos, tan gruñones con el humilde en esta España desmayada y sorda. Y ahora ya
sólo me tengo a mí y a mi escritura para tirar de mi propio carro.
A ti Mateo, es a ti. Así la titulé como podrá apreciar si llega a leer estas palabras que acompañan al
ejemplar que le adjunto. Y obviamente el envío no es indiscriminado (no se la he remitido ni a
Obama ni a Evo Morales) sino únicamente a su persona, fruto del asombro que me produjo leer una
entrevista suya en la que confesaba, literalmente según el periodista, lo que le transcribo:
Muchas veces ha ido a la iglesia romana de San Luis de los Franceses, «a contemplar el cuadro de la
vocación de san Mateo, de Caravaggio. Ese dedo de Jesús apuntando así… a Mateo. Así estoy yo. Eso es
lo que yo soy: un pecador al que el Señor ha dirigido su mirada… Y esto es lo que dije cuando me
preguntaron si aceptaba la elección a Pontífice».
No podía creerlo. El mismísimo papa y yo compartiendo admiración, recogimiento e intuyo que
sobrecogimiento por una misma pintura. Porque ese A ti Francisco, es a ti larvado que desprende el
párrafo, es también A ti Juanma, es a ti. Desde ese momento no cejé hasta hacer llegar este ejemplar
que espero que no sólo manosee sino que le entre la curiosidad de su lectura.
La novela es contemporánea (aunque con alguna incursión histórica en el 1600 de Caravaggio),
localizada en Roma. En ella confluyen unos personajes que se entrecruzan y que encarnan la
ternura, el amor, la ambición, la corrupción, la soledad, el frustración, universales recurrentes en la
Historia de la literatura y de la propia condición humana.
Sin embargo, el auténtico protagonista no deja de ser “Mateo”, su “Mateo” y mi “Mateo”. La
Vocación sobrevuela cada capítulo impregnando con esa luz inaprehensible que desprende el lienzo
todos y cada uno de los párrafos de la novela.
Me sentiré íntimamente halagado de que el papa más cercano al suelo que pisamos destine a
“Mateo” y a su “Vocación” el tiempo que sus obligaciones le permitan.
Puede
encontrar
referencias
mías
en
www.teescriboloquequieras.com
y
en
http://juanmavelasco.wordpress.com/ , un blog en el que vierto la columna semanal que publico en
un periódico provincial y en el que en uno de los últimos artículos le pido disculpas por haberme
pronunciado sobre usted con un apresuramiento impropio de un analista de lo ajeno.
Santidad, Francisco, Jorge Mario, un placer osado el haberme dirigido a usted. No todos los días
tiene uno la oportunidad de alternar con un papa, al papa más próximo a los átomos de la fe que uno
quisiera tener desde la memoria papal que uno tiene.
No deje de decir lo que dice y cómo lo dice porque hasta quienes no creemos nos sentimos mullidos
con su cosmogonía. Y no deje de visitar de vez en cuando San Luis de Los Franceses. Yo lo haré
cuando la economía me lo permita, estoy deseando hacerlo, pero Roma cada vez está más cara
desde mi ciudad.
Agradecida, atenta, afectuosa, respetuosa y admirativamente.
Juanma Velasco
609865667
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