Número I Julio de 2014 La revista DESPENSA de la Revista del proyecto Despensa de Recuerdos La Despensa en movimiento E l proyecto Despensa de Recuerdos está recorriendo toda la Sierra de Cádiz en lo que se ha bautizado como “primavera gastronómica”. En este tiempo, han tenido lugar en una quincena de poblaciones, presentaciones de este programa de la Diputación de Cádiz, que pretende descubrir el potencial de los productos de la zona y la cultura que se ha generado en torno a ellos, para de esta manera potenciar el turismo gastronómico. En cada población se ha ido presentando el libro “Despensa de recuerdos: cocina tradicional de la sierra de Cádiz”, acompañando a la presentación, talleres de cocina en directo y catas de vino. El programa finalizará el próximo mes de octubre en El Bosque con una feria gastronómica en la que se mostrarán “los tesoros” de la zona, acompañados con charlas, degustaciones y catas, visitas guiadas, showcookings y un amplio abanico de actividades culturales que convertirán el evento en una fiesta del paladar y los sentidos. HISTORIA con tomate El libro Despensa de Recuerdos, del cocinero Miguel Herrera y la escritora Irene Golden, utiliza las recetas de la Sierra de Cádiz para acercarse a su historia, sus costumbres y sus productos. Staff DIPUTACIÓN DE CÁDIZ 2 José Loaiza García Presidente Mercedes Colombo Roquette Vicepresidenta 1ª Delegada del Área de Presidencia y Coordinación Pilar Pintor Alonso Diputada Provincial Delegada de Cultura Inmaculada Olivero Corral Diputada Provincial Delegada de Turismo y Consumo José Luis Romero Sánchez Director de la Fundación Provincial de Cultura © 2014 Diputación de Cádiz © de los textos: José Monforte © de las fotografías: sus autores y/o depositarios Edición, diseño y maquetación: Departamento de Comunicación FPC Cubierta: Raúl Gómez Imprime: Línea Offset S.L. (Chiclana, Cádiz) Depósito Legal: CA 244-2014 Colaboraciones: Bar de Juanito Gómez (Olvera), La Divina (El Bosque), Bodega Viña Santa María de los Reyes (Algodonales), Pastelería Orozco (Algodonales) M iguel Herrera, el hijo de Aureliano, el electricista, cocinó por primera vez a los ocho años. Su tío Antonio, “que en paz descanse”, puntualiza Miguel, le enseñó la receta. Eran unos huevos de campo con cebolla picaita. Vienen en la página 68 de “Despensa de recuerdos” el libro financiado por la Diputación de Cádiz y que pretende, a través de más de un centenar de recetas de cocina, acercarse a la Sierra de Cádiz repasando sus productos, su historia de diario y un gran número de costumbres de la zona. Irene Golden, la escritora que le ha acompañado en la aventura del libro define el texto como una obra de “arqueología gastronómica”. Miguel empezó a recopilar recetas a los 16 años cuando se fue a la Escuela de Cocina de San Roque para desarrollar su inquietud por la cocina, una pasión que le irradió su madre, María Benítez, a la que veía cocinar desde pequeño. Desde 4 entonces Miguel anda recorriendo pueblos de la Sierra de Cádiz, hablando con la gente y recogiendo en su ordenador fórmulas, en muchos casos, casi perdidas. La tarea se le complicó especialmente hace unos años cuando le robaron el ordenador donde llevaba su preciado tesoro de recetas y se vio obligado a reconstruirlo a base de recuerdos, los que él también trata de arrancar de las personas con que se entrevista. Herrera, 27 años, nacido en Algodonales y con estudios también en la Escuela Fernando Quiñones de Cádiz y luego una especialización en Dietoterapia, se fue con su archivo de recetas a ver a Juana Nadales, técnica de cultura del Ayuntamiento de Algodonales y a partir de ahí empieza a gestarse el libro, 300 páginas llenas de fotos, recetas y artículos que ha editado la Diputación a través de su Servicio de Publicaciones. El volumen fue presentado el pasado jueves 13 de marzo en la Diputación de Cádiz y está ya disponible en las librerias a un precio de 18 euros. También está previsto editarlo de forma digital. El presidente de la Diputación, José Loaiza, que presentó el volumen, destacó que la publicación ha servido como punto de comienzo de un ambicioso programa bautizado como “Despensa de Recuerdos” y que contempla la realización de varias ferias gastronómicas en estos meses, la puesta en marcha de una página web y todo un programa de eventos con la idea de utilizar la gastronomía de la zona como enganche para potenciar el turismo en las 19 poblaciones que integran la Sierra. El libro lleva en su portada la cabra payoya, símbolo de la prosperidad en la Sierra de Cádiz, un animal, cuya leche ha sido capaz de resucitar un pequeño pueblo de la Sierra de Cádiz, Villaluenga del Rosario. La página ha sido diseñada por Raúl Gómez, mientras que el interior del volumen ha sido maquetado por Victor Iglesias, del Servicio de Publicaciones de la Diputación. La ingente cantidad de fotos que se pueden encontrar, tanto antiguas, como de productos o personas, son también del propio Iglesias y de Pepe Cabello, también del mismo servicio. Prologado por el escritor Jesús Maeso, vinculado familiarmente a la Sierra de Cádiz, de donde es su mujer Pepa, en las páginas se recogen profesiones, actividades y costumbres de la zona. No se trata de un simple recopilatorio de recetas, pues éstas se utilizan para acercarse a la vida y la historia de la zona. Para ello tanto Herrera como Golden han recorrido los pueblos en busca de testimonios, de recetas, de historias para darle color a las páginas. Al final se recoge precisamente un listado de las que han colaborado tanto sobre el terreno como en la web de despensa de recuerdos. En las 300 páginas del volumen, del que se han editado 3000 ejemplares, se pueden encontrar historias como la del café de algarrobas, un “café” alternativo que se elaboraba en la Sierra en el siglo XX cuando no había grano con que elaborarlo. La bebida se hacía con las semillas tostadas de la algarroba, el fruto de los algarrobos. Estas se cocían con el agua, y el líquido resultante, con un “maquillaje” de azúcar era el café, aunque los protagonistas reconocen que lo único que tenían en común era el color. “ El libro lleva en su portada a la cabra payoya, el símbolo de la prosperidad en la Sierra de Cádiz, un animal, cuya leche ha sido capaz de resucitar un pequeño pueblo de la Sierra de Cádiz, Villaluenga. Cocinas peculiares como la “cocina bravía”, la que se hace con ingredientes que se recogían en los montes. Se habla también de dulces, del rico recetario pastelero de la Sierra, de aceites, de cochinos, de matanza, de su inmenso aprovechamiento y de recetas curiosas como el “matamarios”, un guiso en blanco de pescado que, cuando la cosa “estaba cortita” se enjaretaba con las espinas del pescado, por lo que, por su poca sustancia se le puso el mote de “matamarios”. Despensa de Recuerdos es un acercamiento profundo a la gastronomía de la Sierra. Después de obras como Gastronomía y cocina de la Sierra publicado en 1998 por Carlos Spínola o Cádiz Venta a Venta de Elena Posa publicado un año después, es uno de las pocas obras dedicadas a la personal gastronomía de esta zona de la provincia. 5 BREVES Nueva añada de Barbazul blanco Huerta de Albalá, la bodega de Arcos, pone a la venta la cosecha de 2013 de su Chardonnay La bodega Huerta de Albalá de Arcos acaba de sacar al mercado la añada de 2013 de su blanco monovarietal de uva Chardonnay “Barbazul Blanco”. Este es el segundo año en que la firma, perteneciente al bodeguero Vicente Taberner, saca al mercado este vino, después de que la firma adquiriera a Osborne, en El Puerto de Santa María, el pago Balbaina, una finca hasta entonces dedicada a la uva + palomino, la típica del Jerez. Barbazul blanco tiene 13º y color amarillo pajizo. La uva se vendimió en agosto y la recolección se hizo de forma manual. En esta ocasión se han llenado 42.000 botellas, casi el doble que en 2013, año en el que este nuevo vino obtuvo muy buena aceptación en el mercado y la producción se acabó en mayo. Barbazul se vende en la tienda de Huerta de Albalá en internet a 7,75 euros. El vino se puede adquirir también en la propia bodega en la Carretera CA 6105 (carretera de Alberite) Kilómetro 4. Teléfono: 956 101 300. Horario: De lunes a viernes por la mañana y por la tarde y los sábados por la mañana. Pajarilla en salsa, una tapa casi “arqueológica” de la bodeguita de Juanito Gómez de Olvera Es un guiso que se realiza con páncreas de cerdo La bodeguita de Juanito Gómez tiene una de esas barras que tienen la altura perfecta para apoyar el codo y quedarte ahí hasta que no puedas mojar más pan. Además desde ella se ve la cocina y vas viendo cómo allí se preparan de la mano de Cristobalina Álvarez y Pepi Gómez, cosas de esas “de mojá” que ya no se encuentran. Es un lugar para “arqueólogos” de la tapa, de los que buscan sabores indómitos. En Juanito Gómez hay que empezar por pedir un vinito de la casa. Lo crían ellos mismos y lo tienen en pequeños tonelitos de madera. Es blanco y procedente de uvas palomino y pie de rey, ésta última con algunas plantaciones aún en la Sierra de Cádiz y lo cuida el propio Salvador Gómez y José Torreño. Pero al vino hay que buscarle pareja y bien puede ser la pajarilla en salsa. Te viene “en dos texturas”, como dos tapas en + una, pero por el mismo precio. Una, la pajarilla, de aspecto similar al hígado, que viene cortada en trozos y refrita con un poquito de aceite y vino. Esta parte, que corresponde al páncreas del animal, es de mojar pan, y después está la guarnición, una piriñaca, de esa en que la verdura está cortada en trozos grandes. La combinación resulta sorprendentemente exquisita. La tapa es toda una veterana, 40 años en la carta de la bodeguita de Juanito Gómez, el fundador del establecimiento, que vendía entonces el vino por “medias fanegas”, que se llamaba el vaso donde se servía. La pajarilla lleva como único condimento, además del vino y un toquecito de manteca, ajo, laurel y sal. La receta corresponde a Cristobalina Álvarez y Pepi Gómez, que son las que hacen las tapas del bar. El bar de Juanito Gómez está en la calle Bellavista, 1, de Olvera.. Teléfono: 956 130 160. Horario: Abren todos los días, excepto el domingo, para desayunos y luego tapeo al mediodía y por la noche. 6 QUESOS con mucha INNOVACIÓN La competencia en el sector quesero de la Sierra, donde funcionan ya diecisiete firmas, hace que las empresas saquen al mercado productos novedosos. S i contamos a tres que acaban de comenzar su producción, el número de queserías en la Sierra de Cádiz asciende ya a diecisiete, un número muy importante, si tenemos en cuenta que son veinticuatro las que funcionan en toda la provincia. La cifra es aún más llamativa si se tiene en cuenta que la primera de estas firmas artesanales, El Bosqueño de El Bosque, se constituyó a mediados de los años 80 por lo que el crecimiento del sector ha sido impresionante, no sólo en cantidad, sino en calidad ya que el número de premios internacionales o nacionales de prestigio obtenidos en este tiempo sobrepasa el centenar. Ante este panorama tan competitivo la nueva tendencia de las queserías de la Sierra es la de hacer productos diferentes. En ello está Angelica Schaub, de La Cabra Verde de Arcos. Desde su quesería en medio de la Sierra se disfruta de una perspectiva preciosa. Con ese paisaje idílico no es raro que de su taller hayan salido quesos como sus famosas “medallas”, unas pequeñas piezas, de esas que se comen de tres bocaos, de queso con una corta maduración y que se sumergen en aceite de oliva de la Sierra para terminar de redondearlos. En 2009 el Ministerio de Medio Ambiente lo distinguió como el mejor queso ecológico de España. Siguen siendo la estrella de su quesería. Ahora acaba de sacar al mercado “El sueño de Boabdil”, como han bautizado a una crema de queso casi fresco, con muy poca curación, que se presenta en una tarrina con dátiles, comino negro y curry. Elaboran también yogures y queso 8 tipo “Fetta”, la versión griega del queso fresco, pero con un sabor mucho más potente. Las cremas parecen el siguiente producto que se puede poner de moda en las queserías de Cádiz después de la última tendencia, la de emborrar quesos con vinos de la zona y que ha dado creaciones como los aromatizados con cream 1847 de González Byass (El Gazul) con tintilla de Rota (El Bucarito) o con Pedro Ximénez (Pajarete), este último de la Sierra de Cádiz. Uno de estos quesos aromatizados logró uno de los premios más grandes, el súper oro, en el World Cheese Awards celebrado el pasado año en Birminghan. En concreto era una pieza de queso de cabra payoya curado con aceite de oliva virgen extra de la Sierra de Cádiz, pimentón y licor de madroño de Grazalema, una obra del maestro quesero Miguel Gago, de la quesería El Bosqueño de El Bosque. Hace unas semanas el que también fue premiado fue otro queso aromatizado de Pajarete. Los payoyos de Villaluenga, que ya revolucionaron el mercado a finales del siglo XX cuando sacaron al mercado quesos cubiertos con manteca ibérica, están triunfando ahora con una crema de queso que elaboran mezclando nata con queso curado. La crema resulta espectacular untada en un buen mollete de Espera tostaito. El éxito les ha llevado a cambiar el envase inicial de plástico por uno de cristal, más cuidado y que presentaron con motivo de la última feria del queso celebrada en el municipio. aromatizados con hierbabuena y vainilla. En este campo la quesería que ha logrado mejores resultados es la de Pajarete, en Villamar- En Prado del Rey también está en proceso de comenzar a producir “Quesos Castillo de Zahara” que traslada su producción desde esta segunda población a la primera. Pedro Ramirez Aguilar, el quesero que lleva a cabo la iniciativa, elaborará quesos procedentes de leche de cabra payoya pasteurizada. Su idea es hacer quesos semicurados y curados. En otra quesería cercana, la de Ubrique, la maestra quesera María José Santos, elabora también una crema que recuerda en sabor al queso de Cabrales. María José señala que “se puede untar pero no es exactamente un paté”. También tienen en el mercado, “aunque no siempre porque tenemos mucho trabajo” unos pequeños quesos que llaman “de pastor” que comercializan con muy poca curación. El yogur es otra de las apuestas de las queserías. El Gazul de Alcalá de los Gazules y tín. Aquí el artesano José Luis Holgado los elabora con leche de oveja, lo que le da un sabor especialmente suave y agradable. Holgado ha conseguido, además, una textura muy cremosa. La última apuesta de esta firma son quesos de oveja de tamaño muy pequeño, de 110 gramos, con una curación de tan sólo veinte días que se aromatizan con diversas hierbas o productos y se comen con corteza. La Cabra Verde de Arcos los elaboran con el marchamo de ecológicos. La Cabra Verde ha estrenado también yogures con trozos de frutas dentro. En la Granja “Madrigueras” de Algodonales, otra quesería familiar situada en pleno campo, también elaboran yogures ción serán unos quesos frescos realizados con la técnica de la pasteurización lenta, un sistema que evita un choque de temperatura en la leche y hace que las piezas tengan más sabor. También quiere innovar en Grazalema, Rosana Poley, que acaba de comenzar a producir en una pequeña quesería situada en el mismo casco antiguo de la ciudad. La marca elegida se llama “La Abuela Agustina” en honor a su abuela. Su apuesta es la calidad. Elaborará quesos con leche cruda y serán de cabra payoya y de oveja grazalemeña. Su principal innova- En Villaluenga, que con esta iniciativa suma ya cinco firmas dedicadas a la producción de quesos, acaba de comenzar a funcionar la quesería Villaluenga del Rosario. Ha comenzado a fabricar los primeros quesos frescos, aunque su intención es centrarse en los semicurados y curados, cuya “ Ante este panorama tan competitivo la nueva tendencia de las queserías de la Sierra es la de hacer productos diferentes. primera producción esperan tener durante el verano. La quinta quesería de Villaluenga es una iniciativa de Víctor Matoso Aguilar, empresario de 52 años de Benaoján (Málaga), que conoce bien el sector, y del maestro quesero Cristóbal Gago, también malagueño. Víctor Matoso, que se ocupará de dirigir la firma, y Cristóbal Gago, que se ocupará de la producción, señalan que “en la empresa participamos unas veinticinco familias que hemos decidido invertir en este proyecto”. La inversión ha sido de unos 400.000 euros y la idea es que la producción, una vez que la firma esté a pleno rendimiento, esté en torno a los 5000 o 6000 kilos de leche al día. Trabajarán con leche pasteurizada y elaborarán sobre todo queso con cabras payoyas (el 70 por ciento), aunque también funcionarán con leche de oveja merina grazalemeña, la otra raza característica de la Sierra de Cádiz. Matoso señala que han decidido establecerse en Villaluenga por el prestigio que está obteniendo el queso de la zona, ya que la idea de la firma es producir quesos de calidad e ir diversificando su oferta con algunos productos originales. 9 BREVES BREVES La Divina, comida creativa en El Bosque El establecimiento lleva la dirección gastronómica del cocinero Mauro Barreiro Abrieron a finales de 2013. El propietario es Antonio Galindo de El Bosque. Es su primer negocio de hostelería, aunque el sector lo conoce a las mil maravillas ya que es el gerente de la empresa Papafácil, también de El Bosque, una de las pioneras en Andalucía en ofrecer patatas y verduras frescas cortadas. El nombre de “La Divina” viene del nombre que pensaron en principio para el sitio que era “La Divina Comida”. Al final, y como además están frente a una iglesia, decidieron dejarlo sólo en La Divina. Local amplio de 100 metros cuadrados y con capacidad para unos 50 comensales, todos sentados, ya que la barra tan sólo se usa para el servicio de camareros. Si tienen mesas altas, que se alternan con las bajas. En todo el espacio, decorado por ellos mismos, se sirve la misma carta. El local se aleja de la decoración rústica habitual en la Sierra de Cádiz y opta por un ambiente más cosmopolita, más adecuado para la cocina innovadora e informal que se sirve y en la línea del asesor gastronómico del establecimiento, el cocinero gaditano Mauro Barreiro, de La Curiosidad de Mauro de Puerto Real. Para desarrollar la carta ideada y desarrollada por Barreiro, Antonio Galindo cuenta con un equipo de cocina comandado por Juan Luis Rosa, un profesional de dilatada experiencia y que viene del hotel Arcos Garden. A su lado Ana Atero, que ha estado en Aponiente, en El Puerto de Santa María y el joven Antonio Ferreras, procedente de la Escuela de Hostelería de Arcos, en la que fue número 1 de su promoción. La carta, que irá cambiando por temporadas, está en la línea divertida e innovadora de Barreiro aunque aquí juega con dos parámetros + nuevos. Por un lado, la oferta se basa en un horno de leña con el que cuenta el establecimiento y que se aprovecha, sobre todo, con las carnes y en segundo lugar se tienen muy en cuenta los productos de la Sierra de Cádiz: No faltan carnes ibéricas, chacinas, quesos o productos de la huerta. Así unas papas bravas se complementan con chorizo picante de la Sierra y huevos o para una ensalada de espinacas se usan los quesos de El Bosqueño, de El Bosque. Hay presa de cerdo ibérico preparada en el horno y que luego se complementan con una versión novedosa de las papas aliñás. No falta tampoco el retinto o la carne de caza como el venado que va en un carpaccio. En total una veintena de propuestas que se pueden tomar en platos para compartir. La idea es que se pueda comer en el local, según relata Antonio Galindo, por unos quince euros. Los postres también de la casa en el mismo aire innovador. Así hay un bizcocho templado de alfajor con helado de caramelo o una original tarta de manzana. El establecimiento también quiere convertirse en un referente cultural y quiere programar cenas con música en directo o contar con exposiciones de pintura. La Divina está en la calle Cádiz, número 1. Teléfono: 956 727 025 / 625 502 891. Horario: Abren desde el jueves por la noche para cenas y viernes, sábados y domingos, para almuerzos y cenas. El resto de los días, cerrado. 10 La bodega Viña Santa María de los Reyes de Algodonales agota en apenas 4 meses su primera añada de “Petitta”, un monovarietal de Petit Verdot La firma tiene plantadas diversas variedades tintas en esta localidad de la Sierra de Cádiz El pasado mes de octubre la bodega Viña Santa María de los Reyes, una pequeña firma radicada en Algodonales, en plena Sierra de Cádiz, sacaba al mercado su primer embotellado de Petitta, un monovarietal de Petit Verdot, una añada de tan sólo 1200 botellas. El resultado no ha podido ser mejor ya que se ha agotado en apenas cuatro meses y eso que el vino tan sólo se adquiere en el propio Algodonales, donde puede encontrarse en algunos bares y restaurantes o en algunos puntos de Málaga, donde se comercializa. Petitta es el segundo producto que pone en el mercado la bodega Viña Santa María de los Reyes. Se trata de una viña que ocupa 2,2 hectáreas de terreno y situada en pendiente, en las montañas que rodean a Algodonales. Desde la finca “Cortijo Canchal alto”, una superficie de 270 hectáreas dedicada al cultivo de cereales, girasol y cría de ganado vacuno, se contempla una perspectiva preciosa de la zona. Es primavera y el verde destaca. Por allí se mueve Roberto Salas Pino, 38 años, ingeniero agrónomo y master en Enología por la Escuela de Agrónomos de Madrid. En el año 2003 decidió plantar en la finca familiar uvas tintas: Syrah, Garnacha y Petit Verdot. Influenciado por los buenos resultados que estaba obteniendo Federico Schtaz en la Sierra de Málaga con esta uva, decidió implantarla en su finca, siendo consciente de las dificultades que ello conllevaba, pero también esperanzado por los buenos resultados y los vinos de alta calidad que se + consiguen con esta variedad, aún poco implantada en la zona, en donde también ha adquirido gran prestigio el Petit Verdot de la bodega Luis Pérez de Jerez. “ La uva se cosecha a mano y luego, una vez realizada la fermentación, el vino tiene entre 8 y 12 meses en toneles de roble. ” En 2007 puso a la venta su primera cosecha, 3000 botellas de una mezcla, coupage en el lenguaje técnico, de las tres uvas. Le puso de nombre “Galestro” en honor a una roca que se encuentra debajo de los terrenos donde bien crece la viña. La última producción ha sido ya de 6000. La uva se cosecha a mano y luego, una vez realizada la fermentación el vino se tiene entre 8 y 12 meses en toneles de roble que se encuentran en la propia finca, en la Sierra de Cádiz. Petitta tiene una graduación de 14,5º, la misma que Galestro, aunque esta puede variar según las cosechas. La Bodega Viña Santa María de los Reyes está en la finca Canchal Alto en la carretera A-348 -Arcos-Antequera- kilómetro 34,5. Teléfono: 651 800 376. Horario: No abren al público. 11 El recetario deJosefita La pastelería Orozco de Algodonales sigue usando para elaborar sus dulces un cuaderno de recetas que dejo su fundadora, Josefita Gómez, a principios del siglo XX. y por encima una crema que recuerda al mazapán. y que luego se marcharía a La Rondeña de Sanlúcar. La casa tiene propuestas originales, como un amplio surtido de “borrachos”, una serie de bizcochos que se mojan en un almíbar y luego se terminan de diversas formas. Hay uno que lleva crema pastelera, otro con chocolate, un tercero con coco y otro más con una fina capa de merengue. Están también en Los Orozco tienen un catálogo de lo más original. Guardan celosamente las fórmulas familiares y no las hacen públicas “a pesar de que nos han ofrecido mucho dinero por ellas”. Durante todo el año realizan los gañotes. Dos poblaciones de la Sierra, Ubrique y Algodonales, tienen como dulce típico J osefita Gómez lo aprendió todo de “La Romera”, una mujer de Algodonales famosa por sus dulces. Ella enseñó a la mujer de Antonio Orozco, que se dedicaba a las cosas del campo, a hacer gañotes, borrachos, bollos de leche y muchas cosas más. Josefita lo fue apuntando todo en un cuaderno, un pequeño recetario en el que dejó un legado de 80 fórmulas magistrales que todavía hoy utiliza la tercera generación de los Orozco para hacer las delicias de los que visitan su despacho de la plaza de la Constitución. Josefita abrió la pastelería en 1907. No cabe duda de que fue una mujer especial. Sabía escribir, algo poco habitual en su tiempo y siempre procuró formarse, no quedarse únicamente en lo que había aprendido de “La Romera”. Viajó por España en busca de nuevas recetas e incluso se trajo la fórmula para hacer helados. A Josefita la sucedieron en el negocio su nuera Dolores Orozco y su hermano Juan. Ya ellos disfrutaron del recetario que continúan utilizando la tercera generación de la familia al chas casas y que aquí, aromatizan a la perfección con cáscara de limón. Lo que era un dulce típico de Cuaresma se elabora ya a petición del público durante todo el año. Los gañotes no son el único dulce de Cuaresma de los Orozco. También elaboran unos particulares “pestiños”, una especie de empanadillas, realizadas con la misma masa de los pestiños, y que se rellenan con cabello de ángel o con crema, una fórmula propia de la familia. Luego se espolvorean por encima con azúcar. También trabajan la bollería como unas carmelas rellenas de crema que espolvorean con un poco de azúcar cuando el cliente se las lleva o unas exquisitas palmeras recubiertas de chocolate. frente del negocio, los hijos de Dolores, Antonio y Alejandro Atienza Orozco y su cuñado Francisco Madroñal. Dolores, a sus 82 años, todavía sigue visitando a diario el obrador de la confitería donde se elaboran estos dulces de fórmulas casi centenarias. La estrella de la casa es el “Negrito”, un dulce que no tiene nada que ver con los “negritos” que conocemos de otras zonas y que suele ser un pequeño bizcocho recubierto de chocolate crujiente. Aquí lleva una base de hojaldre sobre la que se coloca un bizcocho de canela de color oscuro (de ahí lo de Negrito) el grupo de los más vendidos. Lo mismo ocurre con las tortas rellenas, unas pastas que llevan por dentro cabello de ángel. Allí las aprendió a hacer Juan Luna, un maestro pastelero que estuvo trabajando con Josefita esta especialidad y existe cierta rivalidad entre ambas por ver quien lo confecciona mejor. En la pastelería recurren de nuevo al recetario de Josefita para hacer unos gañotes cuya masa recuerda mucho a los rosquitos caseros que se elaboran en mu- + La pastelería siempre ha estado en la misma avenida de la Constitución. El primer local estaba en el número 11, muy cerca del que ocupan en la actualidad. También elaboran tartas y unas tortas de aceite, que son como las de manteca, muy populares en la Sierra, pero hechas con aceite de oliva. Tanto en textura como en sabor recuerdan a los polvorones, un producto que también elaboran artesanalmente en las fiestas navideñas. Destacan que “sólo utilizamos productos tradicionales. No añadimos nada a los dulces, salvo productos naturales y, claro, esto se nota”. La Pastelería Orozco está en la avenida de la Constitución número 46. Teléfono: 956 137 336. Horario: Todos los días, en horario de mañana y tarde. 12 13 De diseñador comercialmente su pasión por la gastronomía. de bolsos Hace unos meses dio su primer paso con la puesta en marcha en Ubrique de una ruta gastronómica. La intención era pre- a diseñador gama de patés. Lo de “Buleri” es un juego de palabras con “Bulería”. La presentación llama la atención. Vienen en tarros de 250 gramos y envueltos en una de patés Iñaki Xalabarde, un vasco dedicado al sector de la piel y afincado en Ubrique crea “Buleri”, una marca que comercializa diversos productos gourmet elaborados en la Sierra de Cádiz y con fórmulas propias basadas en su amplio conocimiento de las especias. Ya tiene varios patés, picos y también panes aromatizados E n El Laurel de Miguel, uno de los bares de moda en Ubrique, una de las tapas estrella es ahora el surtido de patés. Los hay de seis sabores diferentes: de pescado, de pollo con queso payoyo, de pollo al ron, con setas y pimienta, vegetariano e ibérico al Jerez. Son los patés de “Buleri”, la creación de Iñaki Xalabarde. Su próximo objetivo es introducirlos en Cádiz y en Jerez. El mismo se 14 ocupa de la labor comercial… y de casi todo. Reconoce que “no me puedo estar quieto”. A sus 55 años cuenta con la experiencia de haber recorrido medio mundo como diseñador de artículos de marroquinería. Nació en Bilbao, en la calle Iturribide y desde los 20 años su vida ha estado ligada al diseño de la piel, especialmente en tema de los bolsos y complementos. Para elaborar los patés Salabarde se ha buscado otro aliado en la Sierra de Cádiz y también se ha basado en otra joven empresa, Chacinas El Bosque, una firma ubicada en esta localidad y que funciona desde el 2013. Allí se elaboran los patés. Iñaki señala que “son fórmulas que he ido desarrollando a lo largo de muchos años. Están muy trabajadas. He hecho pruebas con muchos amigos y en muchos países del mundo. Espero que tengan éxito”. De hecho los primeros comentarios de los cocineros que lo han probado “son muy satisfactorios”, indica. Por el momento Buleri admite pedidos a través de la propia web de la empresa www.buleri. com o en “Alegría” una pequeña tienda gourmet situada en “El Pasaje” una galería comercial situada en pleno centro de la ciudad y con entrada por la avenida doctor Solis Pascual. El precio de los tarros está en torno a los 6 euros. Ha estado afincado en Nueva York, en Sudáfrica y sus diseños los ha lucido hasta la familia real española. En todos sus viajes y en estas estancias en sitios tan difirentes su pasión era la comida y especialmente las especias, una materia, que a la vista del sabor de sus patés, maneja con maestría. Desde hace dos años Iñaki está afincado en Ubrique, ligado también al mundo de la piel, pero aquí se ha decidido a desarrollar sentar en sociedad dos panes especiados que había desarrollado con la colaboración de otra joven empresa local, la panadería Rafi: El pan pirata, a cuya masa se le añade tinta de calamar y el “bandolero”, una mezcla de especias típicas de la Sierra de Cádiz. Con la misma panadería Rafi, Xalabarde está fabricando también tres picos aliñados. El primero es el de ajo perejil, lleva otro picante con especias típicas de Méjico y un tercero con curry que tiene un toque oriental. Pero la idea de Xalabarde es ir haciendo crecer a Buleri y ampliarlo a más campos de la gastronomía. Así ha nacido la llamativa tela de color rojo con muchos plieges. Es como si Xalabarde le quisiera dar el toque de su ocupación profesional, el diseño de pieles. “ Los patés también se pueden adquirir en la fábrica de Chacinas El Bosque y los picos en la propia panadería Rafi. La idea de Xalabarde es ir haciendo crecer a Buleri y ampliarlo a más campos de la gastronomía 15 La receta Potaje de tagarninas El potaje de tagarninas es una receta típica de Algodonales. En la Venta Salas emplean una receta antigua del pueblo. La que le trasmitió a su cocinera, Maria Salas Amaya, su abuela, Encarnación Pulido Amaya. La fórmula tiene una cualidad singular y es que entre las especias que lleva le ponen matalauva, un producto que se utiliza habitualmente para aromatizar dulces. La receta facilitada por María es para la olla que hacen los fines de semana en la Venta. Hemos preferido dar la receta original. Al final de cada ingrediente, en azul, hemos puesto las cantidades para hacer un guiso para cuatro personas. Ingredientes + 3,5 kilos de garbanzos pesados sin remojar / medio kilo. + Medio kilo de habichuelas / 100 gramos. + 3 kilos de tagarninas / medio kilo. + 5 cabezas de ajo / 1 cabeza de ajo. + Medio kilo de pan de telera del día anterior / 100 gramos. + 10 ñoras / 2 ñoras. + 0,75 litros de aceite de oliva virgen extra de Algodonales / 0,20 litros. + 4 cucharadas de cominos / 1 cucharada. + 4 cucharadas de matalauva / 1 cucharada. + Sal. + Pimentón. + Pimienta blanca. + 6 patatas grandes / 1 patata. + 4 morcillas de Algodonales -las adquieren de Barquillero o los Hermanos Periáñez, las dos carnicerías de la localidad- / 1 morcilla. Puede valer cualquiera de las de tipo herradura que se elaboran en la provincia de Cádiz, mejor que no esté muy curada. + Agua. + La Venta Salas está al pie de la carretera A-382, a la altura del kilómetro 78, en Algodonales. Teléfono: 956 137 010. Horario: Todos los días, para desayunos, y permanecen abiertos hasta por la noche. Elaboración Poner la noche anterior a hacer el potaje las legumbres en remojo con agua templada. Por la mañana quitarles el agua y ponerlas a hervir en una olla express con la cabeza de ajo entera, sin pelar, sal, un poco de aceite de oliva virgen exta de Algodonales y agua que las cubra bien. Dejarlas hacer en la olla a presión una hora, hasta que se pongan tiernas. Las tagarninas, tallos de una planta silvestre, se suelen vender ya limpias y troceadas. Se las lava para quitar los restos de tierra que aún puedan tener. En la Venta señalan que las hacen con tagarninas silvestres, que le dan mejor sabor. Se pone una sartén con aceite de oliva, a fuego medio, y se incorporan las tagarninas. Se refríen y cuando estén tiernas se le añade el pimentón, sal, pimienta blanca y las patatas cortadas a taquitos. Se le incoporan también las legumbres, escurridas del agua en que cocieron y sin la cabeza de ajo. Se cubre con agua y se pone a cocer. En una sartén freímos con un par de cucharadas de aceite el pan. Cuando esté frito lo ponemos en un mortero con el comino y la matalauva y las ñoras. Majar hasta que quede todo triturado e incorporarlo al guiso. Se deja hervir el conjunto una media hora, hasta que las patatas estén tiernas. Cuando falten unos cinco minutos para servirlo se le incorpora la morcilla partida a rodajas. Se deja reposar y se sirve caliente. La salsa debe quedar cremosa. Proyecto Integral de Desarrollo Local y Urbano de la Sierra Norte y Sierra Sur Financiado en un 80% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional www.despensaderecuerdos.es · www.cadizturismo.com · www.dipucadiz.es