HO~IENAJE A LA MEMORIA DBL PATRIOTA IHSURGHN"t1! EPIGMENIO GONZALEZ BIOGRAFIA, RESEÑA Y DISCURSO POR Francisco fscudero ylopez-Portillo, GUADALAJAR~ "l1p.."la Rept1blb Lítfmlria... de Ciro 4 de Guevasa y Cía. ~ del HoaJ HUlBbold~ 18 90. La idea de exhumar los restos del patriota insurgente C. Epjgmenio González, del lugar que ocupaban en un patio abandonado del Hospital de Belén de esta ciudad, para sepultarlos corno era de rigurosa justicia y con la mayor posible solemnidad en el ~arcófago cen tral del Panteón del mismo edificio, surgi6 de una conversa~ión habida en el seno de la familia del Sr. D. Francisco Escudero y López-Portillo, relativa á herhos de nuestra gloriosa Independencia; hondamente impresionada dicha persona, al saber que los restos de tal patriota yacían alIado de los de aquellos que, por sus crímenes ú opiniones, lliorían fuera de la comunión Católica, y que se le negaba. la única jus.. ticia que generalmente se otorga á los grandes hOlnbres! la p6stuma; 11. solvi6 promover la. inhumación en tumba honrosa, persuadido de que cumpl' a con un • IV deber de buen nlexicano y servía de instrulnellÍo á la reparación de uno de los más incalificables olvidos del pueblo me. ::¡:lcano. Para procurarse los datos necesarios y adquirirlos de fuente fidedigna, se dirigió al conocido antiguo liberal Sr. D. Tomás Bravo, secretario actual del Trihunal de Circuito de esta localidad, defensor en un tiempo de los priDcipios en los canlpos de batalla y amigo Íntinl0 por su edad y opiniones del h~roe en cuestión. El Sr. Bravo, como era de esperarse, abraz6 la idea con entusiasmo, siendo desde entónce& uno de los más eficaces coope.., radores de su feliz realización. Ofreció hablarle á. un ancifl no vecino de esta ciudad, acompañante que fué del nlezquino pntieTro de D. Epigmenio, y testigo de su inhumación. Fuerte y alentado con la ayuda y noticias preciosas suministradas por el Sr. Bravo, el Sr. Escudero hizo entrar en el proyecto á sus an1igos y compañeros estudiantes de Jurisprudencia, para que, á nombre de la Escuela se eleváse el resperti vo ocurso al Gobierno del Estado, tanto para que la gloria de esa iniciativa redunuase en favor de la Escuela, como v .. para que tuviese más respetabilidad á los ojos del Sr. Gobernador. Lo era á la sazón el Sr. Gral. Ramón Corona, héroe también de feliz luemoria para Jalisco; recibió con amabilidad el ocurso que se le presentó, y respondi6 á las frases que de viva voz se le dijeron, prornetiendo, á fuer de mexicano y primer Magistrado de Jalisco, hacer lo posible para la pronta realizaci6n de tan meritoria empresa. Apoyada ella con calor por la prenR& de la ciudad, y puestas en juego las influenciaR más eficaces, violentóse la resolución y se logr6 impidir el olvido de la idea. Al mes siguiente de presentado el ocurso, el Sr. Gobernador despachó el nombramiento de una comisión para que hiciese las investigaciones adecuadas, la cual ..fué formada por los Sres. Ijc. Luis Pérez Verdía, Lic. Victoriano Salado AlV"arez, Alberto Santoscoy~ Tomás Bravo y Francisco Escudero y López- Portillo. Dió principio la COlnisi6n á su conletido, haciendo las averig\laciones y diligencias Ilecesarias, encaminadas á adquirir la certeza que en tales casoS se requiere. El Sr. Dr. D. Perfecto G. Bustamante, director del Establecimiento de Be-- VI lén, prest6 su valioso é ilustrado contingente, cooperando en el más alto grado al feliz resultado que todos hemos celebrado. En la acta que levantó el Sr" Santoscoy á nODlbre de la Comisión, la cual se encuentra al final de este cuaderno, constan los fundamentos y pruebas inconcusos que se tuvieron presentes para identificar los venerables restos dfll lnártir González; los que exhumados y depositados en manos seguras, quedaron en espera de una oportunidad para su nueva y solenl'" ne inhumación. La nunca bien sentida nluerte del inolvidable SI'. Gral. Corona, interrumpió por algún tiempo la termipación de tan be.. nelnéri ta en} presa. Gracias al decidido empefio con que el actual Sr. Gobernador, Ingeniero Mariano Bárcena patrocinó la empresa, facilitando los recursos y elementos oficiales; á los esfuerzos y actividad del Sr. Santoscoy, comisionado pspef"ial; á la poderosa influencia de la Junta Patriótica, y en es~ pecial á la de uno de sus mienlbros, el Sr. Lic. Tortolero; á la franra participación. que pIngo tonlar al Sr . Gral. Jefe de esta Zona militar en estos trabajos; y á la no VII menos franca, decidida y entusiasta de la j\lventud de las Escuelas de Jurisprudencia, Medicina ~ Ingeniería de esta capital, se logr611egar al deseado término, reparando el olvido de la pasada generación, haciendo justicia á un héroe y presentando á la faz de l~ nacióu,"el grande y significa ti vo ej em plo de' un Estado reconocido á los que hicieron 1ibre á ]a patria . ••• r ,. ............, ~ ,44CU-C"'~H",J:- .1444 ....... ~- • ,, .....J1.,..oo ",. . . ~¡...;.,~I 7 lb 4 6H r . 1Jk cf4- ~~JJ~~ ti: ~__ uL. ~.,~ ~ ,....,~7,..,..w, Z;;; ,.".~ f... ... .,"I~~• .. ... BIOGRAFIA , D. DE EPIG~IENIO - GONZALEZ. Pocas notic' as fidedignas restan del hé· roe Don Epigmenio González, y su bio· grafía sólo puede formarse, haciendo uso de los datos que en diversas hiswrias se' encuentran esparcidos (1). N aci6 en la ciudad de Querétaro el año de 1778 t y eRRó al principio del presente siglo, con Doña Anastasia J uárez, de la que tuvo tre5 hijos. Siendo de despejada inteligencia, trabajador y de honrado vi .. vir, tí apesar de Jo modesto de su origen, logró formarse una desahogada posición, dedicándose al coulercio de pulpería 6 - ( 1) Se han tenido 11 )3 vista paro. el presente trabajo, la u H iB· toMa de M éxico" de Don L\lC~ Alnmá.n ; el "Cuadro Hist6rico" de Don (;a1'108 Maria de Bustamantei el "Compelldio de Historia de México" de Don Luis Pete~ Verilla.; HM.'. neo al trave! de los siglos" tOlDO 111, escrito por Don Julio Zárate y vario6 opúsculos. 2 nbasto de Indias, corno se le nombraba. Como humilde que fué, grande influencia conservó en las clases pobres de la ciudad, nlotivo por el cual, entre otros, se le consideraba como uno de los princi~ pales adeptos al plan de Allende y de Hi~ dalgo; tanto, que á pesar de lo que en contrario se diga, figuraba al igual de ellos, pues consta de una manera in .. dudable, que el cura Hidalgo tom6 el carácter de Generalísinlo ya estallada la revoluci6n. Tan) bién consta que fOflnó parte, tanto de laS'"reuniones que á pretexto de literatura se tenían eH ('asa del P. Sánchez pú . . blic3Inente, como de las privadas que se celebraban en la del Lic. farra. Conlo infatigable que era Don Epig .. meni0, é instruido en ciencias naturales, fué de los encargados de fabricar pólvora y carturhos para URO de los conspiradores. En la noche del lS de septiembre, tí consecuencia de varias delaeiones, entre otras la hecha á Riaño, Intendente de Guanajuato, por el tanlbor lnayor de Re· gimiento, Garrido, que .Il1ostró 70 pesos que se le habían dado para que sedujese á sus compañeros; el Corregidor Dominguez se yió obligado, para DO ser él mismo en· 3 ~ausado como conspirador, á proceder' la aprehensión de algunos de sus amigos que se le señalaban, con la esperanza de que entre tanto tuviesen tiempo los otros, de levantarse en arm as y prender el fuego de ]a insurreooión. Otro Dominguez, el escribano, había ya delatado al Corregidor, ~T este, que 10 sospechaba. para borrar toda huella que lo descubriese, se dirigió á él, instándole á que le acompañase á prender á Don Epig.. • nlenlO. Er-escribano Re arm6 ron una espada y una daga, y pidiendo 20 hombres á la autoridad nlilitar, en unión del f1orregi .. dor, se dirigió á la Plaza de San Francis . . ca, donde Gonzalez vi vía. El Corregidor quería llamar á la puer. ta (con el intento de que Don Epiglue.. nio :pudiera evadirse por la espalda de su casa); pero el escri bano, que malició cual fuese su t propósitof mandó que pr~via" mente la fuerza tomase posesión de las azoteas de las casas contiguas, á efecto de frustrar cualquiera ten ta ti va de fuga. Hecho esto, llamaron á la puerta de la casa. Don Epigmenio tard6 en responder; mas al fin, asomándose por una ventani... 11a, 108 intel'rog6. Ellos le mandaron abrir, 4 y COnlO ~l lo repugnase, le mostraron la gente apostada en la vecindad. Entonces abrió, y 8e procedió al mOlnento al cateo de la casa. Conlo á prí mera vista no se descubriese nada, el Corregidor daba trazas retirarse; pero el escribano hizo obser,~ar que una puerta del comedor estaba tapada con varios bultos. Mandó quitarlos, y dice el Sr. Bustamante: "de hecho, se hallaron unas paradas de cartuchos, dos escopetas, dos espadas y una lanza, con más, siete arrobas de salitre purificado., y varias mixturas de E?l en va· sos de cristal." Se tomaron entonces declaraciones y se aprehendi6 á Don Epign1enio, á Don su hermano, á dos . , Enleterio . mUjeres y a un cajero. U na vez aprehendido, y como en cierta ocasión quisiese evadirse de la prisión, se le ~onden6 á presidio perpetuo en la Fortaleza de ~lanila. Ya reconocida nuestra Indepel)dencla por la ~letrópoli, el 28 de dicjembre de 1836, pudo volver á su patria en un navío español, que lo condujo de linl0sna, po: no tener recursos con que pagar su pasaje. A su desembarco en un puerto del Pa-cífico, y de paso para Querétaro, conoci6 esta pobl~('ión, á la que cobró afición. Así ne 5 es que, cuando hubo arreglado sus negocios, trasladó aquí su residencia, donde pernlaneció hasta fU rnuerte, ocurrida el 10 de julio de 1858, á la edad de ~O años. Era de carácter afable, y sunlamente honrado. Es oportuno trasladar aquí lo que el Sr. Lic. Barros dice en un discurso que pronunci6 en esta ciudad el año de 1862. "Para honra de J aliseo, hace lnás de once años habita eu su afortunado suelo D. Epigmenio González, una de la'3 primeras víctimas que sacrificara la crueldad de los españoles. Este hombre digno, por lnil títulos, de adntiración y respeto, administraba en calidad de albacea, 108 bienes de la Señora Doña Carmen Covarrllbias, quien dispuso en su testamento se comprasen mil pesos en alhajas que destinaba á la irnagen de Jesús Nazareno, que se venera en la Iglesia de San Isidro en Que rétaro; González, confiado en que el triun4 fo de la Independencia era seguro, toma aquellos mil pesos, se los da á Allende, quién completa con ellos la cantidad de dos mil 1 que entregó al capitán Don Joaquín Arias pa.ra qua los repartiese entre el batallón de Celaya. con cuyo cuerpo se contaba para la revolución. 6 "Ese mismo Arias delatala noche del 15 de septiembre á todos los independientes. González, después de haber estado preso en la cárcel de Querétaro, donde vió morir á un hernlano suyo, es sentenciado á diez años de presidio "'en Filipinas, y 'allá arbitrariamente lo condenan á no pisar nunca el continente americano. Con lágrimas de alegría recibe en su pri:ú611J estas son sus palabras, "la feliz noticia que llevq -un buque e~pañol, llamado también "El Feliz)" de haber hecho Iturbide la Independencia de México." Su coraz6n late de alegría~ desea volar al seno de la patria querida. i Pre.tensión inútil! él estaba condenado por sus enenligos á conler durante su vida, el amargo pan del destierro; sin enlbargo, él vive ya tranquilo porque ~abe que :hléxico es libre. Cuando la corona de España roronoció nuestra Independencia, González inmediatamente volvió á su seno: la primera noticia que recibe es, la de habérsele der larado benemérito por la Legislatura de Querétaro y asjgnádole una pensión de cien pes~s cada mes; y que á una tía suya se le habían asignado jgl1almente cincuenta pesos mensuales: lo primero le es indiferente; pero lo segundo le causa un inmenso placer, 7 porque reconocido aún á los e~rvicios que su lllencionada tía le prestó durante sus padecimientos en Querétaro, le es nluy satisfactorio el que haya recibido el premio de ellos. Al tiempo de aprehenderlo, le embargaron sus bienes, entre e~tos una casa que todos le aconsejamus vaya á reclamar; pero él ni siquiera lo intenta: con multitud de economías se propone pagar los mil peBos que Allende recibi6 de su mano, y que cree debe restituir á la testalnentaría de la Covarrubias. N adie tiene noticia de este asunto; cuarenta y un años han pa~ado sin que se hable de él; á pesar de esto, González da todas las instrucciones, muestra todos los documentos, y el 28 de marzo del presen te año logra en tre- _ gar al Sr. Cura de Querétaro, aquella su.. ma, que debiendo servir para el bien de la patria, fiJé la causa de sus largas penalidades." Sus principios liberales y sus opiniones poco ortodoxas le valieron, el que perdiese el importe de sus pensiones cuando ocupaban el poder Gobiernos conservadores, y el que se-Ie privase de sepultura en cam .. po sagrado, después de su muerte. Era de mediana estatura, más bien alto; delgado, de temperamento sanguíneo; 8 se razuraba toda la barba; tenía la nariz agllilefiay el Dlento labial bastante pronunciado; su andar era vacilante en sus últimos años, y el pelo de su cabeza blanco COllIO la. nieve. Generalnlente se le veía en verano con un vestido blanco de dril y sombrero de jipi, y en invierno con ropilla negra y capa antigua con esclavina, de color azul y zapatos burdos de lazo delantero. A consecuencia de los muchos años que llevó grillos, contrajo una enfernledad cutánea, una especie de herpe, que le obligaba á tener suspendidos los piés, durante la noche, en .una tableta r uesta á cortf1, distancia de su ranIa y pen liente por un sistenla de cuerdab, del techo de su aposento. Vivi6 en una casa sita en el cuartel 6. o de esta ciudad, que se conse1'va en el mislno estado en que se hallab.... cuando él la hahit6. En sus luemorias testamentarias, condonó al GobIerno Gral. y al del Estado los nlucho8 adeudos que le reconocfan; y dpjó por todo caudal, tres casas y dos so .. lares de escasÍsimo valor. Fué empleado subalterno de la casa de lV[onec1a y BeneUlérito proclamado, de 9 la República, Querétaro y a:un creo que de Jalisco. Poco conocido el} esta ciudad, retraído y apartado á causa de sus ~ enfermedades, en el silencio de su gabinete, ocupábase en estudiar las matemáticas y la QUÍllli .. ca, y en una pequeña huerta contigua á su casa, eu 1ti va ba por sus propia8 luanOS las Jegurnbres y frutos necesarios á su sub• • I slstenCla. Persona que, lo conoció mucho y ]0 trató ba.stante, refiere que cuando se recibieron en esta ciudad noticias de nuestras derrotas del año de 1847, Y la tAJllla de 1\:1éxico por los americanos, D. Epigmenio exrlamaba con lágrimas en los ojos: "agonías de la pa.tria, amigo." Y otra parsolla también ba~tallte abonada, dice que cuando leía ]a "Historia de México," de D. Lúcas Alanlán, se demudaba lleno de indignación y tachaba al autor de traidor y oe embustero .. A su entierro concurrieron sola.mente doce personas, y de la más hun,.ilde clase; su caja mortuoria era negra, clavada con clavos ordinarios~ Rechazado de Belén su ~adáver, se le tuvo primeralnente en una bodega del mismo edificio, don-de había pedazos de eajone.s viejos y otro~ despel2 ro dícíos; y más tarde, int1~oduciéndolo por la puerta del Hospital, se le inhum6 en el ··Patio de la'" Gallinas" (] hPatio de los Protestantes," como se le l1anlaba, donde se enterraba á 108 suicidas y á los heterodoxo&. En tal sitio le encontr(, la f'olni . . si6n nombrada para bus"'arte, el día 7 dé Noviembre de 1889. Tales han sido la vida de honradez 1 ab.negación y sufrimientos del primer nlár.. tir de la Independencia lllexicalla, y las vicisitudes p6stumas de sns desventuradas cenizas. No necesita elogios el héroe; los hombres de corazón le asignarán en sus recuerdas el lugar que mere('~. Cumple tan solo tí nuestro deber, pre~untar al ternlÍnar este ligero bosquejo, si Plutarco, el gran biógrafo, nos preseata en "Sus libros, Bl ejemplo de un ciudadano nlás distinguido, de' un patriota 'más yirtuoso y de un mártir más abnegado de sus convicciones que Don Epiglnenio González t • y \ "!' " 'J' l' J t 4 " \ ' j RESEfilA de la solClll1lidad que 1111)0 jicati'Üt1 el 1.7 ele septiembre de I890. SIL 'l'cri- La solemne inhumación de los restos de Epi.gm.enío Gonza.lez, tuvo lugar de la sigu ien te ffiBtHH"8.: Desde las primeras horas de la mañana del día 17 de septietnbre, se izó á media asta el pabellón nacional en los edi r ficios públicos, y los extranjeros en los eon~111ados ;le las naciones amigas; á la$ ocho de la Illañana el Salón de Gobierno, sencilla y majestuQsam~nte decorado, se conviTtió eU capilla; ardiente; yal lado Dorte, bajo enlutado dosel, se eolocó i10bre una esbelta. mesa funeraria 1 la urna forra. da de pelucbé n~gro., qne contenía los ve.&nerandos res~ Amplias colgaduras tapi~aban el vasto recinto; sustituyéndose la ordinaria al. . fombr3; por otra ~everá que hacia juego con las colgaduras y complotaba el decoradQ.. Por un mOlnento nuestro hermoso Satón se oonvittió en Sa\f1íuario á dondtl aquellos qua sautíe.u RTder el~ su corttJon 12 el santo amor de la patria, penetraban con planta respetuosa, á depositar á los piés del H~roe ro uerto, representante de nuestra más hermosa epopeya, de los tiempos aquellos en que se mantenían vi vas la esperanza y la fé en el porvenir" urja corona de cedro é inffiortalps, como homenaje de gratitud .. J6venes estudiantee y enl}3leados del Estado se turnaban haciendo guardia en coro pañía de soldados de la Federación. El silencio era solemne, sólo turbado por el lento chisporroteo de los cirios, que-, perdido su reflejo en 108 tapices negro!:;, parecían acompañar en 8U tristeza á todos los que allí plesentes, sentían desfilar ante sí, todo un pasado, ffiO sus glorias, sus esperanzas, sus luchas y sus peligros. La escena era grandiosa y cOlllnovedo . . ra: todos los corazones latían al unísono, y todos los semblantes mostraban la emoción que los áninlOS embargaba: así la ruda faz del valiente veterano, la pen~adora del honlbre público'y lajuvenil de los que son el eslabón q ne reune la época actual á la venidera.. .~ A las nueve y Inedia se dió la señal de partida; y á nOlnbre de la Fscnela de Ju .. riHprudeueia, los Sres. ViUac;eñor y Escl\'" 13 dero tomaron en sus manos el venerando dep6sito, conduciéndolo por en medio de una valla formada por soldados del 9. 0 Regimiento hasta colocarlo en el carro mortuorio. A la señal dada. por un clarín de dra .. gones, la comitiva se puso en marcha, precedida por 108 alumnos y alumnas de las escuelas oficiales, y u n piquete de des. cubierta de soldados de á caballo. Custodiando los restü~, y á ambos lados del carruaje, marcharon los comisionados de la Escuela de Jurisprudencia. y detrás el Sr. Gobernador, seguido de la comitiva oficial; militare~ de la Federación; estanda.rtes de las Escuelas de Ingeniería y Jurisprudencia; piquete de caballería del 9. 0 Regimiento y batallón industrial de la Escuela de Artes del Estado. A las diez de la mafiana lleg6 el cortejo al Pahteón. Una. gran 1l1tlchedurtlbre ocu", .. paba la.s avenidas, y los a.lumnos de las Escuelas oficiales formaban á uno y otro lado de la ca.lle principali. El SefiorGobero&dor, seguido de su co· mitiva, subió al Sa.roófQ.~ Central, donde se detuvieron 108 restos, que fueron mo .. mentáneamente colocados en un sencillo altar. al efecto construido. Di6Sé allí prin- 14 cipio á la lectura. de las piezas literarias, ca . . menzando el Sr. Don Alberto Santoscoy, quien pronunció con buena entonación un galano discurso. Siguió un intermedio de una pieza de música, ejecutada por la banda militar de la Escuela de Artes; lue... go recitó el Sr. Ruperto J . Aldana, una hermosísima poesía. Hubo otro interme .. dio musical; y finalmente, el Sr. Escudero y López-PortiUo dió lectura al discurso in~ serto al de este impre~o., La ceremonia revistió un caráeter de solemnidad y de majestad tal{ls, que se itn.. puso por su m.1gnificencia aun 8. los más indiferentes ~ las lágrí Dlas se deslizaban si~ lenciosas por las nlej illas y la gratitud re'" oosaba el) tod08 los corazones. Héroes habrá indudablemente, que hayan recibido mejores y lnássuntuosas roa.. nifestaciones; pero ningunas tan eincems, tan sentidas y tan generales como la del que tratamos. Epigtnenio Gonzalez con su vida de infortunios, despertó el enternecinaiento y la compasión de nuestrQ noble pueblo, y más de un corazón hubo que sintiese como suyas las desdichas del mártir; más de Un pecho generoso que se indignase al reouerdo de ~U8 infortunios .. nn 15 Si la- gratitud individual es 'Una de las nHís bellas manifestaciones del- ahna humana, ¡cuánto olás hermosa, más grandiosa. y más solemne, se presenta la espontánea manitest~ciÓ{l de todo un pueblo agradecido! FAl lasl t!oIectividades desa.parecen los defectos individuales, y sólo se ponen de relieve las excelencias hurnanas. . ¡E~ verdad que 110 hay espectáculo más sublilne que el de un pueblo agitadQ por un generoso sentimiento! ~Si el hombre es malo, el pUBblo e& bondadoso! TOlnóse nuevamente en brazos la urna, y se la. bajó al fondo del Sarcófago. El Sr. Gobernaflor, prontulciando una OOlta: 'Y herlnosa alocuci6n, hizQ entrega d~ los fpstos á los estudiantes de derecho "'como iuicladO"res, dij o., é jnfatigabIes trabajadol"eS en tan loable~mpresa.H Estos' su ve~ depogjtáronlos BU manos del iencargauo del Panteón, y hoy., bajo la salvagtlardia del pueblo de Jalisco, y merced.á in iniciativa y esfuerzos de los estudiantes de J nrisprndencia, Epiglnenio Gonzálet duernlé el eterno sueño, al lado d(3 Corona y Montenegro, 1ejbs del honible lugar á donde la ingrati~ ~~ ~ :el oly¡do 14i tenían relegado. S!L . ACTA. En Guadalajara, á siete de NovÍernhre de mil ochocientos ochenta y nueve, reunidos, á. las once y media de la mañana, en el Hospital de Belén, tres de los comisionados para buscar los restos de) Sr. D. E~')¡gmenio González, á: saber: los Seftores D. Tomás Bravo, D. Francisco Es· endero y L6pez-PortiHo y D. Alberto Santos-coy; el Sr. Director del mismo Establecimiento Dr. D. Perfecto G. Bustamante: el encargado del cementerio antiguo, Sr. D. Crist6bal Martín . del Campo y tres de los sepultureros del propio cementerio, se procedió íi ha'ter en el HPatio de las Gallinas" 6 '~de los Protestantes," sito en el. departamento de dementes del precitado Hospital, las excavaciones- consiguientes á buscar alU los restos mencionados, conforme á los. da .. tos que se han recogido para presumifse que en él existieran. Se abrió en primer término,. cerca del muro Oriente del Patio un tajo de N .. á S. desde el punto en que se halla una anligu~ puerta tapiada, hasta el en que. está la que hoy dá acceso al propio Patio,. advirtiéndose que el 4 Sto Dr. Bustamante manifestó que crela esto inútil, por tener la creencia firme de que se ha4 ·J1aba eh el lado opuesto el cadáver que se bus .. caba: en el extremo N. del tajo, la tierra remo .. vida parecía sefialar una (osa, hasta el punto de que !;u capacidad no fuera bastante para conte ... ner un cuerpo humano aún de estructura raquí. tica, se desistió de seguir profundizándola. Se prosiguieron enton'Ces los trabajos hacia el S. en otro sitio en que también había sei1ales de fosa~ efectivamente, á menos de una vara de profundidad.--cosa que llamó la atención de los presentes-se encontraron restos de un ésque .. leta sin senal de que hubiera habido cajón que los ~ontuviera, la buena conservación de la den . . tadura y otros datos que sugirió el examen de esos restos, hicieron aclarar al Sr. Dr. Rusta .. mante que eran los de una persona que debi6 haber' muerto joven. Observando luego que la remoción de la capa terrestre seguía 'en la mis .. ma {osa, se continuó profundizándola. hallándo .. se al cabo de ahondar como una vara. restos precisos de- un cajón y en seguida otroS restos que habiendo sufrido un examen igual al de 109 anteriores, (ueron de la misma manera considc .. rados ~omo de persona: joven. POI"' último, casi eh la extremidad Sur de'! tajo, se abrió otra fosa perfe~tamente senalada y á cerca de dos "Varas, restos de otro cad~Y~r sin indicio alguno de que los hubiera contenido- Blgún caj6n, entre esos restos'- ~sUtba el dráDeo aserrado, lo que mani.. 18 fes taba á tod<).s luces que el cadáver al cual per.. teneció, había sufrido la autopsia: tanto por esto, como por otros datos, el seftor Director del Establecimiento creyó que esos restos deblan ser los de un joven Sánchez. Hidalgo que) púr el afio de 69 Q 61. se sUlcidy ~n la Alameda de esta capital. No dando las investigad nes hasta aquí .he.chas ningún re~u1tado favorable aJ objeto de la Comisión, se volvieron á enterrar en las respec. tivas fosas los restos que se habían hallado; y se procedió en seguida á abrir otro tajo pOl" el lado P. del Patio)! de N. á S. como el anterior, desde donde comienza el muro N. del cuadrilongo hasta á intnedia-:íones de una puerta que dá acceso al refectorio de los dementes. En esta nueva obra. sólo se encontrO señal de una fosa como á media vara distante al Sur del pié de una ventana elevada pOGO más de la altu;a de un hombre, precisamt:'nte en el sitio que el Sr. Dr. Bustamante.. tres días antes, había indiA cado á uno de los Q1iembros de la Comisión, al Sr. Santoscoy, como el lugar en que D. Rq.fael Durán, el encargado en 1858 del camposanto contiguo, señalaba como punto de la sepultura del Sr. D. Epigmenio Gonzale~" y en donde el mísmt;1 Sr. Dr. habia insistid~ c¡ue se abrienl antes. Al comenzarse á abrir esta fosa 6~ presentaron en el Patio el Sr. Admin4stca.dor del Hos..., pital Dr. D. Crispiniano Ar~ y los Sres, Frac .. Ig. ticantes de Medicina ~. Ruperto J. Aldana y b. Juan Chavira. Interrogado el Sr. D. Tomás Bravo sobre si re.cordab., algunas partic\llaridades del aspecto y conformación d~l Sr. González. que pudieran servir de datos para la ipentificación de sus res· tos, expres6: que recordaba que Je faltaba á di . . cho sei10r buena. parte -<1, l~ dentadurFl~ que pa... decla de berpe!:i, enfermedad qu~ apena;; le per mida anda{ ,n los últimos años de su vida, hasta el extr-emo de que ca.$¡ siempre se hallabéto en cama, al pié de la cual, y á .con ven ien te altura, habia hecho ~olo<:ar, pendientt! del techo con cordeles, unas... tableta.en la que descansaban 109 pies; que era el Sr.. G-QPzález de median~ esta. . tura, ~ que, por ¡Q.ltimo, tenía la barba partida. COffiQ vulgarmeQte ,$e dice. y levantada hacia el labio inferiQr of lo Los médicos presentes incontinenti declara.. ron que el segundo de esos datos era inútil por referirse á una enfermedad Qutánelt que ningu", "na señal comunicaba á Ja, huelO!l; pero que-, en fambio,. los otros datos sí podrían ser <le uti .. ¡dad.. Habiéndose oavado en el sitio referido. hasta una profundidad de vara y med¡~ Se ,encont(a1 ron primeramente restos de cajón; luego algl4~ nos clavos completamente oxidados; el1 seguida diferentes huesos hu,mana:H hacia la extremidad oriental de la fosCltt pedaz~ de cuerQ Y' ~uela Y los tacOnés de unos zapatos; y de la opuesta, so 20 sacaron casi completas las partes de una cala· I vera. Reconocidos ambos maxilares se vÍó que fal .. taban en ellas gran parte de la dentadura, y los dientes y ro ue]as que conservaban se hallaban sumamente gastadas. El maxilar inferior presentaba, además, el mento saliente y una depresión manifiesta en el punto de unión de las dos ramas. Estas sefiales convenían de un mo· do perfecto con algunos de los datos que acababa de dar el Sr. Bravo. En seguida se examinaron por los médicos presentes los huesos encontrados, declarando contestes los peritos, que por la medida de algunos de ellos se conocia que habian pertenecido á un sugeto de regular estatura, y que los mismos huesos, por su poco peso y por otras sefiales, suministraban el dato de que dicho sugeto debió ser ya anciano. Examinados los restos de los zapatos, no se pudo reconstituir su forma primitiva, y sólo se notó que el cuero era corriente. Los fragmentos de caj6n no presentaban más que un color terroso, que bien pudo ser negrc1. Estas coincidencias, de las cuales la que se refiere á la depresión del maxilar inferior, podrla constituir una verdadera prueba de identificación, juntamente con los :lemás datos que obran en el expediente, convencieron, sin la menor duda," á todos los que presentes estaban de que aquellos restos eran los de D. Epigme.' 21 nio Gonzábz, como así expontáneamente lo de. clararon. En tal virtud se procedi6 escrupulosamente á recogerlos', pudiéndose reunir los siguientes: cráneo, casi completo; maxiJares superiores uni. dos; maxilares inferiores; húmero izquierdo; sa· ero; Hiac.Qs; fémures; tibias; perooe derecho, y multitud de huesos que componen el esqueleto. Hecho esto, la Comisión, de acuerdo con el Sr. Director del Hospital, nombró depositario de 105 testos mencionados al Practicante Sr. D. Ruperto J. Aldana, ínterin dispone el Gobierno del Estado lo que acerca de ellos crea oonve. niente; y habiéndolos recibido el depositario, protestó guardarlos con religiosidad. ~ Con esto, .:;iendo la~ dos de la tarde, se ter . . minó esta acta que firman en sefiaI de testimo. nía todos los que se encontraron presentes y que fueron antes nombrados, con excepción de los sepultureros,¡ que no saben firmar.-Tomás Bra'lfo.-A Iber/o S antoscO)'.-Francisco Escudero JI López-Portillo.-Perfecto G. Bus/amante. -Crispiniano Arct.-Cristóbal M. del Campo. --:.Yuan Ckavira.-Ruperto 'l. Aldana. - OCURSO Al ~O~[RNAOOR Ufl fSTAOO, C. GOBERN ADOR: • Los que suscribimos, alumnos de la Escuela de Jurisprudencia. ante U d., con el debido respeto exponemos: Que ha llegado á nuestras noticidS que ló8 res .. tos mortales del héroe de la Independencia Mexicana Sr. Epigmenio González, se encuentran olvidados y confundidos en el Panteón de Belén de esta ciudad, cosa que como facilmente se comprende, redunda directamente en contra de nuestra ha .ra: primeramente por herir nues .. tras comunes sentimientDs de gratitud y patrio.. tismo como mexicanos, y después más particu .. larmente, por pertenecer á esta parte del país que él escogió como última morada; siendo como es, altamente indecoroso para el Estado esa indiferencia de todo punto antipatriótica. Que hechas la~ averiguaciones debidas, si aún no se han perdido tan preciosos resto¡;;, se ex~ 23 humen, y prévia una solemnidad digna del héroe, se depositen en un mau~oleo, formado con la cooperación del Gobierno primeramente y des ... pués con el de las diversas clases de nuestra so.. ciedad, en testimonio de la gratitud que el pue~ blo Jalisciense guarda al que por hacerle libre no vacil6 en sufri, 27 ~ñ051 de prjsj~ en húmedos calabozos de fa ,,"oP(lleta.. de J.fa.(\íIa. No dudamos, Sr. Gobernador, que dados 109 sentimientos de p\lndonor y patriotismo que caracterb;an ti U d., secundará. ~sta nuestra ini.. ciativa, con el poderoso influjo que como Jefe del Estádo y soldado de la libertad es particular. Libertad y Constitución.-Guadalajara, sep. . tiembr~ 28 dt.J~Sg. / '¡;rancis 4a J¡scudero Lópep-PQrtiIJq'r!4t R. JJernándea. --r- Carlos HernándeH. - A. Romo te r Garda.-A. L, Portilloo-,FrancisCQ '1os1 V",l. !/af'ta.-Ralael G. Ayce.--Roberfo Rbhles'--r Arnuljlf rpillasriiO'Y.~1ácl1ttb Robles Martine~. ---AdoIfl116arrn ..lJ.lMtltrlttl C-nella,.- JT; Sdla:.. du ~/t¡;a1"tk'~JNI M. OUf/as RhJetra. DISCUl~SO . 1),fOnu,nciado ante l08 restos de Epig1itenio González, en el Pa1de6n de Belén de esta ciudad, el día 17 de septiembre del corriente año. N o os es d~8Collocida Sefiores: la si tuación que atravesaua nuestra patria, en 108 pri oei píos de este grande siglo; conoceia el estado de aquella sociedad de elenlentos heterogéneos; sus esperanzas y sus tenlO1'es, las di visiones existentes entre sus ra ... zas, y la diferencia de vaHa entre sus ha .. bitantes; los infortuni08 y la abyecci6n de los unos y el orgullo y presunción de 108 otros; la ignorancia supina en todos, y el • secreto afán, la nostalgia que les em bargaba de un algo mejor; los principios bregando por abrirse paso al trav~r:. de las supersticiones y el valladar de las antiguas <,ostUJnhreA, oponiendo la fuerza de su 25 inercia á todo ]0 11 nevo, á todo lo que con visos de restauración aparecía á la luz. .. Originando todo, esa intranquilidad, ese desa.sosi.ego que en la Historia de los pue .. bIos, se muestra precursora de los gl'andes canlbios, y que en la vida de las sociedades, es algo así como el rumor del trueno que anuncia la tero pestad; COUIO el estampido del cañón que denota la proximidad de la batalla. Sabeis talubién la influencia que en el nuevo mnndo tuvo, primer'Ü la revolución amel'icana, la formación de ese país de hombres libres, de intrépidos puritanos desterrados en un tiempo c(ie su patria por ~us indomables opiniones., y conservadores en estas apartadas latitudes <1e sus ideales y de sus principios; ellos plantearon con mano robusta el árbol de la libertad, que más tarde ya reconocida por testas coronadas, en ~l tratado de- París, germinó para nunca má.s secarse en el N nevo Continente. Conocéis asÍmismo la que se derivó de ésta, la gran revolución, que €n un día aterró a.l mundo con sus verdades y sus erroreS t Su.s grandes principios y sus aberraGiones; digna sucesora de las del siglo 1 y XVI, colosal y a vasalladora como ellas. Marca una etapa 1 en el progreso del mundo; y producto de un estado de cosas más apurado que el norte-americano, realización de ensueños de filósofos y sábios, resultn do de muchas y enormes fuerzas acumuladas en un ,período de tiempo secular; no tardó en estallar poten~e) y en difundirse' por un puehlo generoso, entusiasta y apasionado: el Vlás propio y elegido por la Dlano de Dios para hacer que aquella riqueza de principios, fueHe aprovechada por toda la hllnlanidad. Conoréis tambien las granrles convulsiones ti que esa gigantesca lucha de los pueblos contra 108 reyes dió lugar; el derramaluiento de sangre, la conlnoción de ]08 tronos y la violenta sacudida de todo lo hasta en.1ónces venerado, hasta entónces sagrado y respetado, y que esa sublime connloción de libertad, ese violento alarido del 89, se hundió en espantosa catá~trofe, de la cuál surgió como Minprva, armado y en pié, el coloso de la guerra: Napoleón, quién con la punta de su espada destruyó los tronos del derecho divino, probando á los pueblos que no eran invulnerables. Las ideas enlanadas de ambas revoluciones dieron la vuelta por ambos hemis.. fOl'ios, y penetrando á la Nueva España, 27 , pesar de su aislamien to, sostenido por los Oceanos,. las distancias y los cruceros Españoles, fueron conocidas de nuestros abuelos, comprendiendo éstos al fin, axiomas de la. vida social, que hasta entonces yacían sumidos en tinieblas, es decir: que el hombre es algo más que un vasallo, y que sus derechos están muy por encin1a de los caprichos de los reyes. A consecuencia. de los cuales principios y reflexiones, los criollos, los nl€xiC'anos todos, deseaban un estado de cosas más aceptable, más libre y lllás de ueuerdo eon sus naturales derechos. El descontento cundía, el viejo -trono español bamboleaba á los golpes de ariete del Capitán del siglo, en la Península reinaba la. ana.rquía y en nuestra patria la a.rmonía no era perfecta. No habiendo sido potente el tiempo á. borrar el antagonismo de dos ra.zas, los aborígenes y los €.spañoles., los vencidos y los vencedores; ~l fuego -estaba pronto.á estallar. ManwtF.líase lncólume el espíritu patrio y estaba pronto á a.provechar una señal cnalquie:r6 para ostentai'se " la luz pública. Seña.les fueron sin duda, los esfuerzos tia los Líes. A7JÚárate y Primo de Verdad, y la gofocada revol uci6n de la entónces 2S' ciudad de Valladolid; y talnbien lo fueron los manejos del Ayuntamiento de la Me~ trópoli. Mas las cadenas estaban bien remachadas. 40,000 veteranos hallábanse prontos á sofocar cualquiera tentativa. El pueblo no se avenía á un canlbio repentinOr y en el ánimo de los directos descendientes de españoles, se advertían pocas simpatías en favor de la emancipación. ¡ ~lonlentoS' solemnes de infinita angustia para los pocos pensadores patriot!ls! ¡ Instantes en que se puso á prueba el temple de sus corazones! Sus esperanzas en pugna con sus temoreS r sus principioa en lucha con las opiniones reinantes r y sus nobles aspiraciones tachadas por un edicto de la Inquisiei6n de heréticas y anticristianas! Esos hombres, poniéndose á la cabeza del movimiento. desafiaron las currientes de lostemores populares t y semejantes á lasavanzadas rocas del Oreano, resistieron su inlpulso fornlidable. Necesitábanse valor indomable, gran fé en el derecha y constancia inquebrantable: todo lo poseyeron; las cadenas fueron rotas, y lanzándose en brazos del destino aquellos pocos mártires, dieron la señal de regeneración para la patria. '* * .. - ..... De UllO de esos mártires, de uno de esos patriotas, de uno de esos héroes., qua DO consultaron su conveniencia y sólo siguie ... ron el impulso de su corazón, vengo á ocuparme á esta tribuna; á poner de relieve sus cualidades y á encarecer sus infortunios .. ... . .. A pretexto de formar una "Acadelnía Ijteraria" reuníanse en Querétaro desde mucho antes del afio de 1810, varias personas, cuyos nombres han pasado á la Historia y al corazón agradecido de los mexicanos; y con el verdadero objeto de trabajar por la redención de nuestra patria. Epigmenio González pertenecía al n úrnero de los más fogosos y entusiastas concurrentes, é infatigable en el enlpefio 1 celoso del éxito de la empresa, era conocido como uno de los principsles jefes de la conspiración (1) . Cuando ésta fuá descubierta y sofocada, se le aprehendi6 por hab~rsele encontrado preparando en su habitación pertrechos (1) Vlase &11 biografítt. 3° de ~O!Yl bate. Fué arrestado por el COt'l A gidor Dou1Ínguez y, registrados sus pape . . les, algún historiador llega á asentar, se Íe ha1l6 11n plan completo de revolución. Rentenciado por lo pronto á 10 años de l)risiót1, D1ás tarde se le agrav6 la pona t.'ondellándole 'á cadena perpétua eh un ca'" laho7.o de l\lanila;. I p A __ Epigtuenio González, el h~l'oe ~t1yas ce'" nizas teneis á la vista, el filúftir que haR.a ta hoy ha. perlnanecido olvidado, el pa· triota sin ta('ha y sin mancilla que todo lo earrific6 á la libertad, que no conservó para sí hi la esperanz.a ele n1ejores días, sr que pre~enle en las prImeras filas, fué tam . . biÍ'n de los prilnel"OS eh caer; Epigmenio González) honlbre de carácter, de instruc~ión no solanlente no vulgar, sino aun dis . . tinguida, de principlos inalterables, sea en sus cortos ll10mentos de prosperidad, sea t'tl los largos años de su desdicha: nació en Quer~taro, y antes de su cautiverio, su posición era desahogada. Ilanrado y dig. no, fu~ del temple de laB poca.s personas que dan color y caracterizan su partido . .Franco~ inteligente, modesto á pesar de 31 . log grandes triunfos que pudiera haberle y traído su cualidad de Inártir de la Independencia; á su vuelta de l\'lanila desconocido para sus conlpatriotas, vivió en la obscuridad, recibiendo conlO galardón de sus servicios, la ingratitud de sus contenlporáneos, y pagando así el necesario tributo que todo grande hOlnbre suele rendi r á la gloria. Desconocido como J\tlílton, cargó cadenas como Colón, Dluriendo corno an1 bos en medio del desamparo y de la índiferen. cia general. El destino gusta de ponflf una venda á la humanidad para que no conozca á los hombres ilustres quP la magnifican. Tuvo bastante ~ vida para pre8enciar nuestras rotas del 47, ese amargo fruto de nuestras revoluciones! ese castigo merecido de nuestras divisiones I El héroe de la primera independencia pudo aún dejar rodar una lágrima en el enlutado lllanto de la pa.tria t Y pudo invocar los maneS .de los padres de nuestra redenci6n, para aliviar las angustias de sus descendientes! Pero la parte más terrible, más doloro- sa de sus sufrimientos, fué su largo, su horrible cautiverio, por el espacio de 27 · a!ios ........ ¡ 27 años! ....... Se abisma el pen· sanliento hUlnano al reflexionar en las innlensas alnarguras del mártir en tan dilatCiua prisión. El joven encaneciendo lentamente en llJed.io dp las húmedas pare¿es del calabozo; la actividad de su alma (\neryada por las angustias de su situación; EU virilidad heróica rebelándose contra e--a mnerte prelnatura, tan cruel COlno inhumana, tan criminal cunlO contraria á la naturaleza 1 Para las alnuls bajaR, para 108 corazonos no tenlplados al fuego del honor, tal vez parezca preferible la suerte de este insurgente ú la de los otros héroes que su· oeu In hieron pú~' la nlano del verdugo 6 baj ) el fuego de la llletralla. Pero aquellos q He saben lo que vale la libertad, aqueIlo~ que sienten en su pecho el hálito sagrado de la per~ol1alidad humana, aquellos que cornprenden toda la arnargura y to(~a la hurnillaeión que se experinlentan cuando se coarta el prinlero de nuestros derechos, la facultad que fin más alto grado ennoblece al hombre, la libertad; • oh 1 ellos comprenden porq né nuestro pueblo tiene á Epigmenio González por el ht?roe mártir por excelencia, porqué consideran menos cruel la llluerte, la 8uprenla liberación, que el cauti verio de un cuarto ~e 33 siglo, con sus humillaciones y .sus horribles angustias. Aquellos momentos, aquellos días, aquellos años de penosa incertidunlbre, de pinorancia de los sucesos relativos á su gatria, á su fantilia, á sus intereses y á los bravos compañeros de su gigantesca empresa; valen por un infierno de penas. La crueldad de BUS sicarios llegó al grado de hacerle fm.ber cínicamente las noticias adversas á la santa causa por «1ue se le sacrificaba. Mofaron su dolor y esrarnecieTon su infortunio! Empero, ha sonado ya la hora de la reparación. El pueblo que aclama a.l mártir, excecra á sus verdugos; en tanto que la Historia corona de laurel la frente del ilustre cautivo. Hasta que fué reconocida por España nuestra Independencia, Epigmenio González volvió á su patria, y h aIló al llegar á ella un espectáculo tristísimo. Encontr6 una generaci6n nueva que no le conocía, despedazada por sus furiosas rivalidades; la orgullosa. bandera qua nos legara Hidalgo hecha girones, las fértiles praderas nacionales convertidas en páramos y regadas por torrentei de sangre de hermanos; y la libertad, la libertad, p(}r la que había sufrido tanto, objeto de ludibrio, 34 pretexto para la ambici6n, y vil ramera de los tiranos. l. Qué pa~ó entonces por su alma? ¿Dil'é que renegó de su sacrificio? ¿ Diré que se arrepinti6 de su abnegación? N o, el mártir no se dolía de sus penas ni de su infortunio; verdadero extranjero en medio de esa turba de degenerados hijos de una pléyade de héroes, no tuvo sino frases de consuelo, y palabras llenas de fé en favor de la patria ... ' .. Para los grandes hombres, la libertad no es un mito; y templados al fuego de sus viriles reflexiones, si no la consiguen hoy, la esperan para mañana ! Epigmenio González, fuiste mártir hasta el fin; la ingratitud no te perdonó ni Inás allá de la vida; para que tu destino fuese completo, faltaba una venganza: la de ultratumba; fuiste sepultado entre suicidas; tus restos yacieron por luengos años alIado de los cobardes desertores de la '\'tidár Mas ,lai' hora de la justicia ha llegado; t-1na genGlraci6n nueva habita este hermo~ so suelo, generacion que ya no oye el fra- . ~.., .. ~ • . 35 gor de la lurha fratricida, ni escucha el rumor de las enconadas pasiones, ni alimenta su pecho con odios ni rencores; que si bien no alcanza aún la completa libertad, tal como tú la soñaste, no la busca con las arInas, ni en la furia de las batallas, sino en la paz y en el trabajo; que comprende sus deberes y no olvida á sus benefactores! ¡ Escucha I Las notas de ese himno son de amor á los padres de la patria, al par que de esperanza y de progreso. Epi~menio González, á tu vuelta de Manila demandaste asilo .al noble pueblo de Jalisco; cúmplase tu voluntad y tu deseo! J aliseo agradecido te da tierra para que reposes. Amorosamente guardará tus reetos. ¡Deja un momento tu lugar al lado de los inmortales, y contempla y acepta 1!L apote6sis, qu~ su pueblo te consagra! El te acoge con orgullo en su regazo; dormirás el sueño de la IDuerte, al lado de sus grandes hombres, V tus manes serán escudo de sus libertades......... nSQ en paz! ~~ eJS ....... ( ~ ...... / .p6\ • I" · --=-D~"'" Epigmenio Gonzále ,~ no ~ -.. e 1 sz: .. .. CA -' -:;;:. ~~ ". l..... .......... lt~ ,~1~ ~~_ 'lu ~ ~ ~~ 36 estlldiantes de Jurisprudencia, inicÍadores 'primeros y fogosos de tu inhumación, deposito este discurso en tu féretro, como humildísima ofrenda de nuestra gratitud, y prenda de perenne apego á los grandes principios que proclamaste! ~