EVALUACION FINAL DE LA DECORACION ARQUITECTÓNICA DE ALANDALUS (SIGLOS VIII. IX, X). EL ACANTO Y EL DECORADO GEOMÉTRICO CLÁSICOS DE CORDOBA: RENACIMIENTO O EPÍLOGO DEL ARTE HELENÍSTICO Y BIZANTINO CON EL AÑADIDO DE ELEMENTOS OMEYAS Y ABBASIES DE ORIENTE Basilio Pavón Maldonado Resumen Estudio general del tema siempre con Roma o la Antigüedad como fuente de información. Tiene tres apartados con sus respectivas ilustraciones y una conclusión. A) El acanto de los capiteles. B) El acanto en la decoración parietal desde Roma hasta final del Califato de Córdoba: Madinat al-Zahra y mezquita aljama de córdoba del siglo X. C) La influencia del arte islámico de Oriente en Córdoba. D) La decoración geométrica clásica en Madinat al-Zahra y en la mezquita de Córdoba. E) Conclusión con los tres estilos básicos del Califato de Córdoba Abstract Final evaluation of the architectural decoration of al-Andalus XIII, IX and X centuries. The classic acanthus and decoration in Córdoba. Renaissance or follower of Hellenistic art and Byzantine art with added elements of Umayyad art and Eastern abbasi. General study of the topic: Rome or the Antiquity as main source of information. There is an introduction, three sections with corresponding illustrations and a conclusion. a) The Emirate and Caliphate acanthus capitals b) The acanthus in the parietal decoration from Rome to the end of the Caliphate of Cordoba: Madinat al-Zahra and the "aljama" Mosque of Córdoba of the tenth century. c) The influence of the Eastern Islamic art in Madinat al-Zahra and in the "aljama" Mosque of Cordoba. d) The classic geometric decoration in Cordoba. e) Conclusion with the three styles of the Caliphate of Cordoba. INTRODUCCIÓN Aproximadamente este título resume lo que pensaban del arte hispanomusulmán G. Marçais, Gómez-Moreno, Torres Balbás y sobre todo H. Terrasse quien en su artículo “La formation de l´art musulman d´Espagne”(1961) da una estampa muy didáctica del problema de los influjos del arte helenístico, el bizantino y de Oriente en el arte de al-Andalus. De acuerdo con ello de entonces a acá mis investigaciones se han venido sucediendo siempre presididas por la exposición exhaustiva de composiciones, unidades florales y geométricas arrancando del decorado de la puerta de San Esteban de la mezquita aljama de Córdoba del siglo VIII, incluidos sus capiteles antiguos reutilizados tratados por Gómez-Moreno y P. Cressier, y de las numerosas piezas acumuladas en la ciudad palatina de Madinat al-Zahra a la que tuve acceso oficial en el año 1964. En la FIGURA A Vallejo Triano ha tenido el acierto de señalar en rojo los edificios palatinos animados con decoración arquitectónica. Únicamente que no acierta en dejar sin el rojo el palacio oriental de la cinco naves excavado por Velázquez Bosco y el patio de la mezquita aljama que excavamos Félix Hernández y yo. Para identificar mejor los palacios decorados añado plano de la ciudad palatina publicado en el libro AlAndalus. Las artes islámicas en España (1992), FIGURA B: 2, palacio occidental de Hisam; 4, palacio occidental de las cinco naves, ambos palacios excavados por Velázquez Bosco; 8, 9, palacios de Chafar; 10, palacio de la alberca; 12, 13, palacio del Salón Rico, con vivienda y baños, Figura A. Plano de Madinat al-Zahra, según Vallejo Triano. Señalados en rojo los edificios palatinos con decoración. en la misma terraza ajardinada pabellón de las cuatro albercas, posiblemente decorado al pleno como el Salón Rico.; 14, mezquita aljama palatina, decorados el patio y el haram junto con las puertas, dos laterales bien identificadas en e l patio. Figura B. Plano general de Madinat al-Zahra excavada, de al-Andalus. Las artes isl´maicas en España. Edificios decorados : 2, 4, 8, 9, 10, 12 y pabellón de las cuatro albercas , 13, 14 En esta línea traigo algunos trabajos míos especializados en el clasicismo de las piedras de Medinat al-Zahra fundada por Abd al-Rahman III en el año 936, tras su acceso al califato en 929. En primer lugar los libros El arte hispanomusulmán en su decoración floral y El arte hispanomusulmán en su decoración geométrica. Anteriores los artículos “Influjos occidentales en el arte del califato de Córdoba” (1968) y “La formación del arte hispanomusulmán. Hacia un corpus de la ornamentación del califato de Córdoba” (1973), dedicado a la decoración geométrica. Otro del año 1999 titulado “Roma y el Islam occidental según las crónicas árabes. Pervivencias antiguas en la arquitectura de al-Andalus”. También como complemento imprescindible del presente artículo La decoración hispanomusulmana. Madinat al-Zahra, publicado en mi página personal de Internet. Las expresiones Roma e Islam juntas del artículo de 1999 naturalmente aludiendo a aquellas ciudades antiguas con sus restos de arte arquitectónico que vieron e hicieron suyos los invasores árabes para ser reempleados en sus construcciones. En ese último artículo, siguiendo las crónicas árabes, expongo, empezando por al-Razi, siglo X: “eran ciudades antiguas con ruinas y a veces espectaculares edificios imperecederos: Talavera de la Reina, Mentesa, Játiva, Murviedro, Tarragona, Lérida, Niebla, Beja, Mértola, Sidonia, Málaga, Coimbra, Aracena, Gibraleón, Carmona, Orihuela, Huelva, Mérida, Écija, Martos, Recópolis, Ercávica, Luque, Medinaceli, Novella, Bilbilis, Laqqa, Tukurunna, Coimbra, Alcántara”. Siguen otros cronistas árabes que añaden Sevilla, Zaragoza, construcciones antiguas en el Alcázar de Córdoba, Huesca, Murcia, Cástulo, Denia, Cartagena, Salúcar, Almuñecar, Cádiz, Illy, Toledo… Sobre la admiración de los árabes por lo antiguo o romano referida a las grandes construcciones utilitarias y estatuaria antigua se dan ejemplos esclarecedores en Niebla, respecto a Mérida piedra singular junto con otros mármoles de gran belleza a gran altura de la muralla, y así otras ciudades; el diligente al-Bakri cuanta que un gobernador de Muhammad I llevó de Mérida, ciudad por entonces desmantelada, sus más bellos mármoles a Córdoba para emplearlos en los baños y palacios. Sin duda Mérida en competición con Itálica tendría un papel similar al de Cartago, cantera inagotable de capiteles y otras piezas con destino a las mezquitas de Qayrawam, Túnez, Susa, Mahdiyya, etc.. Esta cita perfectamente aplicable a Bizancio, su política de reutilización de material romano instalada en los primeros años de la arquitectura bizantina: reempleo de material especializado de edificios romanos que ya no cumplían con la función para la que habían sido erigidos, un elocuente ejemplo en la fortaleza bizantina de Tignica (Túnez) (FIGURA 1-4, B). Siguiendo las crónicas árabes serie de mármoles nobles muchos con figuras humanas codiciados por los árabes por su vetustez o extraño poder mágico o mítico: imagen femenina instalada en Bab al-Qantara de Córdoba tenida por algunos cronistas con la Virgen María, otra en puerta de Pechina. Según al-Himyari y al-Maqqari los baños sevillanos as- Sattara donde había estatua de mármol, quizá traída de Itálica, que representaba a una mujer con un niño, como se ha escrito probablemente una Venus con Cupido, ello con repercusión en pinturas de recónditas estancias de baños árabes occidentales y orientales con presencia de mujer o mujeres desnudas muy habituales en termas romanas, pinturas y mosaicos. Y centrándonos en Madinat al-Zahra la leyenda de la favorita al-Zahra de Abd al-Rahmán III, cuya estatua dicen los cronistas presidia la puerta principal de la ciudad palatina ¿Una estatua de figura humana presidiendo un palacio islámico occidental? Ello no era extraño en los palacios y baños regios árabes orientales de las dinastías omeya y abbasi. Pero, además, en las excavaciones de al-Zahra llevadas a cabo por Ricardo Velázquez Bosco (1926) aparecieron restos de preciosos mármoles de sarcófagos romanos con relieves de míticas figuras humanas, reutilizados como pilas de patios u otras dependencias privadas; muchos años después (1964-1966) al removerse los escombros del palacio oriental de la terraza superior, echados en territorio del Salón Rico”, pude ver y dibujar en mi memoria nuevos fragmentos de personajes togados, incluida una cabeza de efebo (FIGURA 1-1, 1, 2, 8). En este punto de la exposición de mi artículo del año 1999 cabe detener estas incursiones por la España romana despojada o alicaída que contemplaron los árabes, en muchos casos no tan alicaídas o ruinosas si damos crédito a al-Bakri (s. X-XI) quien en el mismo escenario de Cartago pudo admirar casi entero el teatro “moallaca”, de gran altura con bóvedas, varios pisos y puertas con figuras de animales; no dice “Melab=teatro, término empleado en otras ciudades norteafricanas descritas por el mismo cronistas, en España otras crónicas hablan del castillo del teatro- hisn al-melab” de Cádiz por haberse construido la primitiva fortaleza árabe sobre las misma ruinas del teatro romano excavado estos últimos años. Allí mismo apareció en estos últimos años un capitel de porte califal. Siguiendo con Cartago otro edificio romano ante los ojos de al-Bakri llamado “Coumech”- circo (¿), de varios pisos, enorme altura, el cronistas a este tipo de edificio lo llama “qasr”= castillo. Describe una cúpula de gran altura, 50 por 50 codos, en árabe “qubba”, con mosaicos, probablemente estructura de media naranja como la de la puerta de entrada de la nave central de la gran mezquita de Túnez, siglo X, tipo Partenón, que para A. Lézine es una imitación de los edificios cupulados que vio al Bakri en Cartago. En este sentido en España el paralelo de los acueductos romanos de Mérida imitados en el alzado de los arcos superpuestos del interior de la mezquita aljama de Córdoba. Tal cúmulo de noticias, algunas también puestas de manifiesto ahora por Susana Calvo Capilla en uno de sus artículos, situándonos en Madinat alZahra ¿dan derecho de cara a la Historia del Arte hispanomusulmán a acuñar o introducir el término “clasicismo” como explicación de la pervivencia romana en la Península Ibérica que vieron los primeros invasores islámicos? ¿clasicismo inherente al nuevo arte islámico por la política de mero reempleo de capiteles, basas, fustes, estatuaria animada e incluso mosaicos cual es el caso de palacios de Ifriqiya? Por resultado de las excavaciones de la alcazaba de Mérida en años del pasado siglo casas romanas tienen relieves y mosaicos que pisarían los primeros invasores árabes. Cabe el término “romanidad” o “romanismo” como sustituto de “clasicismo”, ambos con cabida en la decoración monumental formal u oficial que va de la fachada de la Puerta de San Esteban de la mezquita aljama de Córdoba al arte musulmán de los últimos lustros del califa Hisam y de Almanzor, en que por tema vegetal obligado o imprescindible entre otros muchos con formas “antiguas” figura el acanto de descendencia clásica, en paralelo con el arte bizantino de la Dinastía Macedonia a la altura del siglo X en que se dio un periodo de “renovatio” de la Antigüedad, tal vez relacionado con la recuperación de la Antigüedad a todas luces fomentado por los califas Abd al-Rahman III y al-Hakem II. En todo caso sería apropiado para este tipo de decoración parietal el término “helenístico” o “bizantinismo”, siguiendo la formal sucedaneidad de estilos, griego, romano, helenístico, bizantino, visigodo. En este sentido H. Terrasse en su citado artículo habla de “Tradition hellénistique et les apports byzantins: mais dans le domaine de l´ornament, c´est à des sorces hellénistiques, souvent même byzantines qu´ont fait appel les artistas, surtout les sculpteure, au service d´An-Nasir”. Es este autor quien creo que por primera vez da realce a la presencia en Madinat al-Zahra de fragmentos de mosaicos vidriado, a juzgar por las excavaciones de otro tiempo y las nuevas, según Vallejo Triano , que el autor francés atribuye a artistas de Bizancio. Sostiene que Bizancio, más que Siría, debió haber enviado obras de arte que servirían de modelo a los escultores cordobeses, influjos exteriores que hicieron posible la rapidez de asimilación y la perfección alcanzada por los talleres de al-Zahra. Lo de clasicismo podría ser sustituido por moda o evocación clasista, pero por encima de todo ello es incuestionable que Roma, Constantinopla y el arte visigodo asumieron el papel de tutelaje del arte renacido en Córdoba iniciado en el siglo IX y culminado en el X, lo cantan antes que las crónicas árabes las piedras de la ciudad palatina además de toda la mezquita aljama de Córdoba. ¿Era realmente por su arte esa mezquita de de los siglos VIII y IX una isla oriental en la Península Ibérica? Así lo ha afirmado A. Marfil Ruiz, aunque la muy escasa decoración disponible de esa época no da margen para definir con acierto el arte de esas dos centurias que debió ser importante a la vista de la milagrosa presencia de decoración de todo tipo aparecida en la mezquita aljama de Madinat al-Zahra (941), porque el arte de esta mezquita viene de algún o algunos edificios anteriores; es el caso de almenas decoradas de diferentes tamaños semejantes a las del palacio omeya oriental de Jirbat al-Mafyar del siglo VIII estudiadas por Hamilton. Porque en honor a la vedad la Córdoba “romanizada” de los siglos IX y X no tiene del Islam Oriental (aparte de la armadura arquitectural de la gran mezquita, su planta y la ritual presencia de maqsura, mihrab, alminar y el porticado del patio y viviendas en torno a patio central) en el nivel decorativo más de diez u once temas o composiciones florales y en lo geométrico impera casi de manera absoluta Roma y la tradición bizantina, de manera que no creo que el Oriente llegara en oleadas a Córdoba como sostiene Ch. Ewert; este autor dice literalmente, “influjo arcaizante de lo omeya sirio intencionadamente mantenido durante generaciones en al-Andalus”. Antes de pasar a la exposición y análisis de esa decoración oficial objeto principal de este estudio quiero volver a los sarcófagos animados hallados en Madinat al-Zahra los que como ya expuse en otro trabajo vienen a explicarnos la presencia aquí de relieves con figuras altomedievales a veces tocadas por impronta bizantinas y sasánidas. Efectivamente, el arte civil de la España musulmana se desarrolló de espalda a las prohibiciones religiosas solo aplicables en las mezquitas. Por el contrario, los palacios de al-Zahra acumularon arte figurado de todo género; existen indicios de que los muros de algunos maylis se adornaban con animales pareados simbólicos (FIGURA 1, 9, 10) e incluso relieves en mármol con personajes vestidos a la usanza bizantina, helenística o alto medieval (4), creo que de factura califal califal (FIGURA 1, 4), otro mármol con un pez muy simbolizado en el arte preislámico (FIGURA 1, 3). Un palacio sucedáneo de los de Madinat al-Zahra es el que levanto al-Mamun dentro de la ciudad de Toledo que al decir de Ibn Hayyan uno de sus salones gloriosos tenía friso de mármol con figuras de árboles y animales e inscripción dedicada al soberano nudí. Si realmente estaban a la vista los sarcófagos con figura humanas de la Antigüedad en Madinat al-Zahra, ¿por qué no la presencia de un arte animado con personajes islámicos en alas del naturalismo reinante en las artes califales de Córdoba de aquel tiempo? Ello bien patente en la cerámica y los marfiles. Lo cierto es que hoy por hoy sabemos que no había arte figurado en el Salón Rico y casas con baños adyacentes, tampoco en las mansiones aristocráticas de oeste del mismo. Pudieron existir y haber sido despojados a partir del siglo XI o en siglos posteriores, así lo entiendo yo. Es conocido que el arte hispanomusulmán en su larga andadura hasta el año 1492 conoce en determinados momentos notorias regresiones a su pasado, caso del estilo mudéjar sevillano con respecto al almohade local del siglo XII, en Toledo represiones en el siglo XIV al pasado periodo taifal e incluso califal. En el caso de Córdoba las regresiones tiene distinta lectura, su pasado no puede ser otro que, de más lejos a más acá, Roma , Bizancio y arte visigodo como exponentes de la Antigüedad y de sus epígonos, de tal manera que la lección de Roma, Bizancio y lo godo está rediviva en cada uno de los miembros arquitectónicos y decorativos de la ciudad palatina, pero contando con que en estas gestas artísticas propias de Córdoba y de Qayrawan en el siglo IX hay que saber diferenciar lo que pudiéramos llamar “edificios museos”= mezquitas con el máximo de despojos de soportes de la Antigüedad reutilizados, de la arquitectura plena y oficial del califato que se integra por sus propios méritos en el concierto de los estilos de las arquitecturas del medio mediterráneo de características formales propias y muy afines siendo Madinat al-Zahra su principal exponente. El nacimiento de esta ciudad casi mágico por la ausencia de precedentes esclarecedores en nuestro entorno occidental más inmediato, la sorprendente celeridad de su desarrollo en tan sólo medio siglo, en la que se incardinan como síntomas de madurez el horror a la repetición compositiva (véase concretamente los más de sesenta árboles de la vida diferentes de las paredes del Salón Rico y basas y capiteles de diferentes facturas), y ser todo ello fruto de un único patrocinador regio y de alarifes locales, no puede llevar a la falsa imagen de una arquitectura provinciana, introvertida, ensimismada o egocéntrica, porque el estudio detenido de todos sus componentes nos habla de manifiesta universalidad por el tutelaje primero de la Antigüedad en muchos de ellos con plurales esferas de influencia externas, descontadas Roma y Constantinopla, arte omeya y abbasi, que conllevaban sobrecarga de riqueza, boato y mito con expresiones admirativas de parte de ilustres emisarios de otras latitudes visitantes de Córdoba y de Madinat al-Zahra. El arte de Madinat al-Zahra estaba al día de las distintas corrientes estéticas que circulaban por el Mediterráneo y más allá del mismo. Roma y Bizancio dejaron muy uniformadas o universalizadas las artes de uno y otro lado del Mediterráneo técnica e iconográficamente, de manera que lo sasánida y lo bizantino, lo omeya y arte abbasi de Oriente, lo godo y lo omeya nuestro enseñan afinidades de toda índole. La solo presencia un tanto anecdótica de sarcófagos de lujo romanos historiados con relieves de figuras humanas míticas, un poco haciéndose eco del Ara Pacis de Augusto de Roma, no es para echar las campanas al vuelo. Este hecho no iría más allá de la utilización de pieza romana como pila (se dieron casos de capiteles “antiguos” sirviendo de pilas de templos cristianos) y del mero afán de coleccionismo de obras antiguas muy en uso en la clases altas de todo al-Andalus en los primeros siglos del Islam. Valorar el clasicismo del arte áulico cordobés y de otras manifestaciones culturales del siglo X sólo por unos fragmentos de sarcófagos haciéndose caso omiso de las miles piedras pletóricas de toda clase de improntas preislámicas (véase la colección o catalogo de mis libros dedicados a la decoración floral y la geométrica, pieza a pieza) es empezar la casa por el tejado. “La mezquita de los acantos” se me ocurrió llamar a la mezquita aljama palatina recién excavada como expresión de la romanidad de la misma; “el palacio de los mármoles” para el Salón Rico y construcciones aledañas por las losas de buen grosor exclusivas de ese material noble, en pavimentos y zócalos bajos, siempre el mármol presente en las grandes construcciones romanas a partir de Augusto. También el mármol de basas, capiteles y cimacios al-Zahra: materiales nobles a la par en Roma y en Madinat al-Zahra, ¿es justa esta expresión distando tanto una de otra? Un ejemplo de capitel romano en la colección de antigüedades que atesoraría la ciudad palatina (FIGURA 1, 7) junto con otras muchas piezas. El capitel emigró a Londres, estudiada por R. Castejón, P. Cressier que la estudia como islámica, para mi capitel compuesto romano en cuyo ábaco, parte superior, se añadió leyenda árabe en caracteres cúficos, no es este el único caso en el arte hispanomusulmán. Todos sus decorados dignos de figurar entre las piezas más selecta romanas, incluido el dibujo de hojillas formando uves del ábaco ya presente en el arte romano de Mérida, FIGURA 1-4: 1, 2, islámicas de al-Zahra; 3, del capitel de Londres; 3-1, romano de Mérida; 4, piedra de la mezquita aljama de Tudela; 5, arte omeya oriental, según Hamilton. A continuación descripción detallada de las primeras figuras de este estudio. Pero antes otros nuevos ejemplos de arte romano figurado reempleado en la España cristiana y árabe, porque en realidad, y así tenía que ser, las dos Españas de la alta Edad Media iban a la caza y captura de antigüedades romanas que estaban por todas partes. En Ampurias, según X, Aquilué y otros, hablan de un sarcófago con representación pagana de las estaciones, del siglo IV, reutilizado en la tumba principal de una pequeña iglesia paleocristiana; en Valencia en el nivel islámico de las excavaciones del Alcázar de la ciudad apareció cabeza de mármol de sarcófago, según P. Pascual Pacheco y otros (FIGURA 1-3, C). En el castillo Figura 1. Hallazgos de las excavaciones entre 1964 y 1970. árabe de Elda un trozo de sarcófago romano historiado reutilizado probablemente del poblado ibérico romano de “El Monastil” alicantino, según A. Poveda, y así otros ejemplos más de trasiego de piezas de la Antigüedad de un edificio de allá a otros de acá. FIGURAS, 1, 1-2, 1-3. Recopilación de imágenes de arte de la Antigüedad y otras presentes en Madinat al-Zahra: 1, 2, 8, mármoles romanos aparecidos en 1965; 7, capitel de orden compuesto romano de Londres procedente de Madinat al-Zahra; 3, mármol con pez caído de la terraza superior a la del Salón Rico; lo mismo el mármol 4 con personajes en ceremonia de estilo bizantino o alto medieval, probablemente califal; A, detalle de melena de león de la Fuente de los Leones de la alhambra; 5, 6, mármoles islámicos de pilas del siglo X con impronta decorativas clásicas, la venera y la greca; 9, cervatillos de piedra arenisca dándose la espalda de la terraza superior de factura islámica, igual que la piedra 10 publicada por Félix Hernández. En la FIGURA 1-2, A, restos de pila islámica con los bordes redondeados aparecidos en el patio de la mezquita aljama de al-Zahra, en (B) otros fragmentos de pilas lisas de los palacios de las terrazas superiores, tal vez algunos de pilas sencillas romanas reutilizadas. Figura 1-2. Pilas lisas de Madinat al-Zahra: A, de la mezquita aljama; B, de las terrazas superiores. FIGURA 1-4. Cenefas con alternancia de hojas vegetales en posición directa e invertida, 1, 2, 3-1, 4, 5 las mostré antes para reafirmar el romanismo del capitel 7 de la figura 1-1. A, puerta del Capitel de la alcazaba de Badajoz, el capitel sobre el arco es de pilastra romana; B, fortaleza bizantina de Tignica (Túnez) con material labrado romano aprovechado; C, ventana del castillo árabe de Soure, Portugal, con dintel godo reutilizado. Figura 1-4. Cenefas romano árabes, del 1 al 5; A, B, C, material decorado romano reutilizado. FIGURA 1-3. Dedicada a la pila del siglo XI de Játiva que nos revierte al tema de los sarcófagos clásicos vistos en al-Zahra. Por lógica, si esta singular pieza estaba en palacio islámico de la localidad valenciana igual pudo ocurrir en el territorio de la ciudad palatina de Córdoba como continuación o estimulo de los sarcófagos romanos reempleados como pilas. La pieza valenciana deja ver en los costados mayores medallones a manera de “clipeas” de un sarcófago romano o paleocristiano, siendo sus relieves de los costados mayores una síntesis por la vía del simbolismo de escenas lúdicas de la época transmitidas de otras “antiguas”, las procesiones de portadores de frutos de la tierras y cervatillo, algunos simulando al “buen pastor” (6), tan reiteradas en las pinturas de la Capilla Palatina de Palermo, escena festiva con simbólico árbol de la vida representado por una higuera con racimos de uvas, bajo su sombra libaciones y músicos (5) extraídas de ancestrales representaciones islámicas o sasánidas, incluida en esta última ascendencia el torneo de dos jinete con lanzas puesta ya de manifiesto por Kühnel (2), en la misma línea sasánida-islámica se mueven las siluetas de caza de Figura 1-3. La pila árabes de Játiva. C, relieve romano probablemente de sarcófago, del Alcázar de Valencia. animales (A) (8), el medallón de dos pavos con los pescuezos anudados ( 10) según modelo visto en la piedra de al-Zahra (10) de la FIGURA 1-1. FIGURA 1-3-1. Continuación de la figura anterior. Si se repara detenidamente en los pliegues muy sumarios, a base de reiteradas ondulaciones, de los personajes de la pila de Játiva puestos los ojos muy atrás cabe mencionar esa modalidad de vestimenta en escena cristianas de Quintanilla de las viñas (1), de Burgos, según fotografía del Instituto Arqueológico Alemán, o en el retrato anónimo (2) del mismo estilo, según R. Puertas Tricas. De la pila de Játiva el tema de la música (4). Entre todas estas imágenes cabe encajar el capitel con músicos de la Córdoba califal (3) cuyos vestidos acusan claramente la técnica antedicha. De la pila es el dúo de personajes (6) con su vestimenta peculiar que evoca los diascuros míticos de arte copto (5) y de los marfiles califales de escuela cordobesa. Figura 1-3-1. Técnicas de relieves hispanomusulmanas. CAPITELES CORDOBESES. SIGLOS IX y X. El trazado geométrico de proporcionalidad de la cara del ábaco de los capiteles de Madinat al-Zahra se resumen en la FIGURA 2: las dos Figuras 2 y 3. Generalidades del capitel hispanomusulmán, siglo X. fotografías son de capitelillos de la mezquita palatina. También en el arte merovingio en los siglos VI y VII se dan talleres de labra de capiteles modelados como los de la Antigüedad, según Jean Hubert, Jean Porcher Wolfgang y F. Volbacha, esta vez triángulos equiláteros de proporcionalidad de una de las caras del capitel (A). También se dio renacimiento o vuelta a la Antigüedad en el imperio carolingio probado por capiteles publicados por J. Hubert y otros. Los capiteles cordobeses de cuño islámico se inician con piezas lisas (3) (4) de la FIGURA 3, modeladas como las romanas o godas; de la mezquita palatina es el capitelillo inconcluso (2). Un modelo de capitel liso de orden corintio es el (1) de las ruinas de Volúbilis. De uno de mis estudios de capiteles árabes de Córdoba es la imagen (5), capiteles de la mezquita palatina y del Salón Rico, el (C) capitel romano. FIGURA 4, muestrario de capiteles de la Antigüedad tomados de diversas publicaciones: capitel corintio, capitel compuesto, capitel bizantino, capitel romano del Museo Arqueológico de Palencia, otro capitel corintio romano, capitel romano corintio procedente de Cartagena y capitel romano corintio reutilizado en la mezquita emiral de la aljama de Córdoba. Todas las piezas de orden corintio dotadas con volutas y caulículos floreados con arranque común de acanto. Figura 4. Modelos clásicos de capiteles romanos; el (3) bizantino. Las dos, tres o más hojillas lanceoladas en capiteles clásicos arrogadas como propias por el capitel hispanomusulmán, decorados parietales de Madinat al-Zahra y mezquita aljama de Córdoba del siglo X FIGURAS 5, 6, 7, 8. Capiteles mostrando el arranque de volutas y caulículos formado por vegetal de dos , tres o cuatro hojillas lanceoladas Figura 5. Capiteles romanos, 1, 2, 3; Hispanomusulmanesl Figura 6. Capiteles: 1, de la ampliación emiral de la mezquita aljama de Córdoba; 2, 3, 4, nes los restantes. hispanomusulmanes del siglo X; 5, 6, de la ampliación de la mezquita de Córdoba del siglo IX, ya presentes en las siguientes piezas clásicas: 1, capitel del templo de Venus, en el Foro de César; 2, de capitel de Itálica; 3 de capitel godo del alcázar cristiano de Córdoba, las restantes piezas son islámicas: capitel del Museo Arqueológico de Córdoba; 5, capitel aprovechado de la Giralda ; 6, capitel reempleado en iglesia del Hospital de Valencia, según P. Cressier. FIGURA 6: 1, capitel reempleado en la mezquita aljama emiral de Córdoba; 2, capitel del siglo X publicado por Gómez-Moreno; 3, capitel del Museo Lázaro Galdiano; 4, otro capitel compuesto califal. Al margen de ellos vemos como el vegetal de hojillas lanceoladas se independiza pasando a figurar en maderas del techo de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (5); en (A) especie de hebilla de tronco de árbol de la vida de al-Zahra, el (B) decoración de estuco de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita cordobesa de al-Hakam II. Hojillas lanceoladas seguidas tratadas en sendos capiteles del siglo IX, según Gómez-Moreno, de la mezquita aljama de Córdoba (5) (6) FIGURAS 7 y 8. Nuevos capiteles islámicos propios del siglo X: 1, Madinat al-Zahra; 2, del Museo Arqueológico de Córdoba; 3, capitel adosado a medio labrar, según publicación de torres Balbás; 4, del Museo Lázaro Galdiano; 5, capitel cordobés de la colección al-Sabah Dar al-Atar al-Islamiyya, Museo Nacional de Kuwait City; el 6, basa del palacio de Hisam de la terraza superior de Madinat al-Zahra. FIGURA 8. 1, capitel emiral reutilizado en pórtico sur del Generalife de Granada; 2, capitel árabe de Toledo; 3, 4, dos capiteles de orden compuesto sevillanos; 4, fragmento de capitel de orden compuesto de Madinat al-Zahra, las hojillas lanceoladas en hilera horizontal por debajo del que, el Generalife de Granada; 5, capitel árabe reutilizado en galería del Grutesco de los jardines del Alcázar de Sevilla. Figura 7. Capiteles hispanomusulmanes del siglo X; 6, basa de Madinat al-Zahra. Figura 8. Capiteles hispanomusulmanes: 1, aprovechado en el pórtico sur del patio de la Acequia del Generalife, Granada, los restantes del siglo X. Hasta aquí hemos podido comprobar que el tema vegetal de dos o más hojillas lanceoladas no es de importación oriental, concretamente abbasí, como ha venido sosteniéndose desde publicación de Torres Balbás, seguido de Ch. Ewert, sino que deriva de las hojillas lanceoladas del arte clásico que a través del capitel omeya de Córdoba pasa a ser parte de la decoración autónoma nacida en esta ciudad con amplia difusión lo mismo en Medinat al-Zahra que en la qubba de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba: FIGURAS 9, 10, 11, 12. En la primera figura desarrollo de la tesis y contratesis de las hojillas lanceoladas: tesis de Torres Balbás, A, B, decoración de Samarra; C, D. E, F, de la Córdoba del siglo X. Abajo mi tesis de hojillas lanceoladas a partir de los capiteles clásicos (1) (2) y capiteles omeyas de Córdoba, 3, 4, etc. El florón D de Torres Balbás repetido en la imagen (23) con su paralelo de la catedral de Palermo del siglo XII (25) (26); 24, 29,30, 32, de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X; 31, hebilla de hojillas lanceoladas de uno de los árboles de la vida del Salón Rico de Madinat al-Zahra; 27, 28, de capiteles de estucos de la mezquita de Ibn Tulun de el Cairo, según Herzfeld. Figura 9. Dos teorías sobre vegetales hispanomusulmanes de hojillas lanceoladas. De otra parte Antigüedad recuperada en la Córdoba omeya manifiesta en Figuras 10, 11, 11-1. Decoración de estuco de los altos de la Qubba central de delante del mihrab, mezquita aljama de Córdoba. Predominio absoluto de los vegetales con hojas lanceoladas. Otra modalidad floral en el arranque de caulículos y volutas en capiteles de Córdoba y de Madinat al-Zahra reflejada por ejemplo en la FIGURA 12: 1, capitel omeya recuperado en el territorio que fuera sede de los palacios taifales de Toledo , las volutas y caulículos esta vez arrancando de vegetal clásico tipo acanto en forma de V, lo tendría el capitel (2) de Madinat al-Zahra, otro reutilizado en la Colegiata de Torrijos (3), esta vez con el vegetal reseñado con forma más acorde con la decoración parietal de Madinat al-Zahra (A) cuyas ascendencia estudió Torres Balbás en los dibujos de (5); 4, otro capitel procedente de Madinat al-Zahra con semejante característica; 6, de cenefas de Madinat al-Zahra. Figura 12. Nuevo vegetales en el arranque de los caulículos en capiteles hispanomusulmanes del siglo X. Figura 13. Pilastras decoradas romanas, visigodas e hispanomusulmanas. Figura 14. Pilastras de Roma (1) y godas de Mérida y Toledo. La romanidad o recuperación de la Antigüedad en el arte de Madinat alZahra queda bien reflejada en las cuatro pilastras de arcos de las naves laterales del Salón Rico, FIGURA 16, cuya génesis o formación la traslada mos a la FIGURA 13: 4, seis pilastras antiguas y godas, la séptima de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II, junto con la (5) (7) (8) (10); en liso la (9) de la mezquita palatina. Adelantamos otros ejemplos preislámicos de pilastras muy floreadas, la (6), romana de Badajoz. FIGURA 14. 1, pilastras bellamente decoradas con decoración vegetal muy compacta publicadas por García y Bellido en su Arte romano; 2, pilastra visigótica de Mérida; 3, pilastra visigótica de la mezquita de San Salvador de Toledo. FIGURA 15. Imagen parcial pilastra de Badajoz (1); 2, capitel de pilastra de San Salvador de Montelius, según Gómez-Moreno; 3, capitel con acanto de especie de pilastra romana de Sagunto; 4, pilastra bizantina de San Marcos de Venecia, el capitel con profusión de acantos todavía clásicos. Figura 15. Capiteles de pilastras preislámicas. FIGURAS 16, 17, 18. Capiteles de las pilastras del Salón Rico de Madinat alZahra, los dibujos a plumilla del margen recogen detalles de las hojillas clásicas lanceoladas y decoración añadida del eje central de los acantos básicos. En la FIGURA 18, 3, fragmentos de pilastra de mármol procedente de la terraza más superior de al-Zahra; 4, 5, 6, 7, distintas imágenes de los capiteles de las pilastras del Salón Rico; 8, fragmento de pila de Málaga con las hojillas lanceoladas en el arranque de volutas y caulículos; 9, detalle de las pilastras de al-Zahra. Hasta aquí vamos viendo que el arte Figura 16. Dos pilastras del Salón Rico de Madinat al-Zahra. Capitel liso de la mezquita aljama de al-Zahra. Figura 17. Dos capiteles de las pilastras. áulico de al-Zahra no es siempre servil a romano sino que resurge con vigor y virtuosismo propio hasta superar lo bizantino conocido. Figura 18. Capiteles de pilastras del Salón Rico, 4. 5, 6, 7. Figuras 19, 20, 21. La formación de la decoración de las pilastras. En la primera figura, 1, una de las cenefas de las pilastras con dibujo ovalados repetidos con paralelo en pieza de piedra rescatada de Antioquía (2); 3, 4, 5, 6, motivos de las pilastras de al-Zahra de tradición clásica. FIGURA 20. Influjos de los motivos de las pilastras: 1, vegetal bizantino del siglo X; 1-1, de al-Zahra; 2, A, el mismo en piedra de la Gran Mezquita de Qayrawan; B, de la mezquita aljama de Tudela; la cenefa (3) con vegetal directo e invertido de las pilastras reiterada en basa de al-Zahra (4) y en piedra de la Gran Mezquita de Qayrawan (4-1); de al-Zahra la (4-2); cenefa (5) de las pilastras con paralelos en decoración del siglo XII de Palermo (6) (7); florón de forma cruciforme de progenie antigua y bizantina (9) de las pilastras con precedente en lo godo toledano y cordobés (7-1) (7-2), basa antigua de Mahdiyya de Túnez (8); (10) (11) (12) (13), árabe de al-Zahra; 14, de pinturas del techo de la Gran Mezquita de Qayrawan, siglo XI según G. Marçais. Por complemento abajo en el apartado (A): 1, sasánida, Ctesiphon; 2, de madera oriental según Dimand; 3, bizantino, Constantinopla; 4, visigodo, Museo Arqueológico de Córdoba; 5, piedra bizantina, según A. Grabar; 6, de Qasr al-Hayr de Siria, según Creswell; 7, visigodo; 8, de basa de Mahdiyya; 9, 10, 11, del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar; 12, de arte copto. Figura 19. Pilastras del Salón Rico, 1, 3, 4, 5, 6. La aplicación de los vegetales con hojillas lanceoladas en superficies planas nace aquí (6). Figura 20. Estudio monográfico de unidades florales. Pilastras del Salón Rico. FIGURA 21. Cenefas con cadenetas de eslabones ovales de tradición antigua: todas de arte árabe de Madinat al-Zahra y de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X; inicialmente la piedra goda de Toledo, reutilizada en la torre de San Bartolomé (111); 120 b, 129, de mosaicos de la qubba central, mezquita aljama de Córdoba; 130, de la mezquita palatina de alZahra; 119, de la techumbre del siglo X, mezquita aljama de Córdoba; A, en el bocel de toro de basa tipo bizantino se constata la sucesión de formas ovaladas encerrando vegetales, de basa “antigua” de Mahdiyya (A). Figura 21. Cenefas prototipos próximas a las de las pilastras del Salón Rico. Serie de capiteles con el eje central de acantos decorado FIGURA 22 y 23. No prolifera mucho en capiteles clásicos; en el arte visigodo capitel (1), del Museo Arqueológico de Sevilla; 2, reempleado en la mezquita emiral de Córdoba; 3, 4, capitel de orden compuesto del Alcázar de Sevilla, orden superior de pencas; 5, fragmento de capitel procedente de la terraza más superior de Madinat al-Zahra, aquí excepcionalmente como en el capitel toledano del siglo XI (6) el eje de acantos se dibuja como cintas con nudos intercalados. FIGURA 23. Otros ejemplos de capiteles hispanomusulmanes: 1, 2, fragmentos de Madinat al-Zahra; 3, de una de las pilastras del Salón Rico; 4, capitel reempleado en el Bañuelo de Granada. Figura 22. Capiteles con eje o nervio central de los acantos decorados. Figura 23. Capiteles de Madinat al-Zahra; el 4, del Bañuelo de Granada. FIGURAS 24, 25, 26, 27. Recopilación de acantos de capiteles califales de Córdoba con el eje de pencas liso, línea vertical hendida y decorado. Estos últimos representados por los acantos 5, 6, 9, 10, 21, 27,30, 33. Capiteles con el acanto degenerado o trasformado en vegetales de tres puntas de los últimos años del siglo X: 3, 11, 12, 19, 20, 21, 26, 28, 34, 35, 36. FIGURA 25. El acanto de las volutas de capiteles o fragmentos de los mismos aparecidos en Madinat al-Zahra. Sobre los elementos vegetales centrales destaco la voluta (3) con arbolillo en miniatura, el trenzado de la voluta (11) y el floroncillo B, C, D, E; el A de Qasr al-Hayir publicado por O. Grabar. Las volutas (13) y (14), son de la mezquita aljama de Madinat alZahra. FIGURA 26. Dedicada a la decoración del equino de capiteles compuestos tomada de modelos vegetales “antiguos”, acantos o el cardo espinoso; ejemplos de la Antigüedad en cornisa de templo romano de Barcelona (A) (B) y capitel bizantino (B) (otros capiteles de este estilo en de la Figura 29). El capitel (C) reempleado en el palacio mudéjar de Don Pedro del Alcázar de Sevilla; D, fragmento de Madinat al-Zahra. Este tipo de vegetal romano-bizantino aplicado también en las cartelillas de los ábacos de la FIGURA 27. Figura 24. Acantos de capiteles del siglo X. Figura 26. Decoración de equinos de capiteles del siglo X, con decoración espinosa romana y bizantina. Figura 25. Volutas de capiteles de Madinat al-Zahra. Figura 27. Decoración de cartelas de capìteles del siglo X. Capiteles de la Antigüedad reempleados FIGURAS 28 y 29. Repertorio abreviado de capiteles preislámicos de la Península Ibérica:, 1, Sagunto; 1-1, granadino; 2, de la capilla de San Bartolomé de Córdoba; 3, capitel de Jimena de la Frontera; 4, modelo de Figura 28. Capiteles “antiguos” reempleados. Figura 29. Capiteles bizantinos Cartago; 5, 7, de Segóbriga; 6, de Écija. FIGURA 29. Capiteles modélicos bizantinos de Santa Sofía de Constantinopla y de San Polieucto de la misma ciudad (1) (3) (7); 2, 3, ravenenses; 6, de la catedral de Palermo. Capiteles visigodos Figuras 30 y 31. Capiteles con acantos del arte visigodo reempleados en la iglesia de San Román de Toledo, 1, 2, 3; el (4), romano de San Salvador de la misma ciudad; 6 de Recópolis; 6, capitel del Museo Arqueológico de Córdoba. FIGURA 31. Motivo vegetal formado por dos S dispuestas simétricamente: 1, de la mezquita de al-Hakim de el Cairo; 2, capitel de San Salvador de Deva publicado por Bernabé Cabañero; 3, piedra visigoda asturiana; 4, decoración de uno de los modillones de la mezquita aljama de Tudela; 5, capitel de alabastro de Siria, siglo VIII, Museo Metropolitano de Nueva York; 6, de los altos de la qubba de delante del mihrab, Gran mezquita de Qayrawan, según G. Marçais. Figura 30. Capiteles godos de Toledo; el 5 de Recópolis. Figura 31. Decorado prototipo medieval de algunos capiteles. Capiteles árabes cordobeses supuestamente del siglo IX FIGURAS 32, 33,cordobeses 33-1,34,del 35,siglo 36,IX.37. Figura 32. Capiteles 1, 2, 3, 4, modelos cordobeses no reempleados, los corintios sustituyen los caulículos por arbolillo de la vida de vieja tradición sasánida retomado por el arte visigodo: A, sasánida , Irán, provincia de Lorestan ; B, de Quintanilla de las Viñas; C, piedra del Museo Arqueológico de Burgos; D, de capitel cordobés.. FIGURA 33. Ejemplos de capiteles corintios con caulículos de piezas cordobesa: A, B, del Alcázar Cristiano y del Museo Arqueológico de la ciudad; F, G, H, evolución de caulículos en piezas emirales; C, capitel reempleado en la mezquita emiral de la aljama de Córdoba, supuestamente romano y modelo de los capiteles del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (1), aunque no faltan criterios en pro de la romanidad de estas piezas; el capitel primero del pareado en consonancia con el capitel (2) reempleado en la Qarawiyyin de Fez, según H. Terrasse, otro aprovechado de la colegiata de Torrijos (Toledo) (3) ya de factura plena árabe. FIGURA 34. 1, 2, 3, tenidos por emirales por GómezMoreno; A, del Museo del Arte Árabe de la Alhambra; B, de Córdoba, compuesto de un solo orden de acantos. FIGURA 35. Piezas preislámicas, incluidas en este repertorio de capiteles en atención Figura 33. Capiteles romanos de Córdoba, A, B; capiteles del siglo IX de la mezquita de Córdoba a las pencas del segundo orden sin acantos del capitel (3) de la figura anterior. Se trata de pencas con foliolos convergentes hacia el eje liso: 1, 3, reempleados en la mezquita emiral de Córdoba del siglo VIII; 2, de especie de cimacio de Volúbilis; 4, pieza de Itálica; 5, capitel de Cartago reempleado en la Gran Mezquita de Qayrawan. FIGURA 36. Otros capiteles emirales de la mezquita aljama de Córdoba (1) (2) (2-1), la comba del tercero con hojillas lanceoladas por debajo del ábaco similar a la de capitel visigodo reempleado en la iglesia de San Román de Toledo ; 3, hallado en la Gran Via de Granada, publicado por Torres Balbás; 4, del Instituto Valencia de Don Juan, publicado por Torres Balbás. FIGURA 37. 1, capitel ya reseñado en figura anterior del Alcázar de Sevilla, fiel imitación de piezas romanas en el criterio de Gómez-Moreno, novedoso el planteamiento de los acantos de las pencas inferiores y su sustitución por foliolos convergentes en la varilla eje. Los arillos floreados de las espirales de las volutas son otra nota novedosa, por lo demás la parte superior de la pieza es plenamente romana: contario, equino y decorado del ábaco. Nueva pieza emiral esta vez con inscripción fechándolo incluida es el capitel (3) (4), del Museo Arqueológico Nacional: acantos de detallista factura clásica, entre las volutas sustituyendo a los caulículos sendos tallos entrelazados con florecilla en el centro de los roleos imitando en cierto modo un capitel romano del Museo Arqueológico de Badajoz publicado por J. L. Barreda Antón (5) y otro capìtel corintizado, romano de Ostia (6). Respecto a la inscripción del capitel (3) su traducción es “En el nombre de Dios con la bendición para el emir Adb al-Rahman hijo de alHakam, que Dios le tenga gran estima”, según Lévi-Provençal . Figura 33-1. Capiteles corintios lisos. 1, romano-godo de Badajoz; 2, de la mezquita de Mértola; 3, romano de la Gran Mezquita Qayrawan; 4, mezquita emiral de Córdoba; 5, de Santa Clara de Córdoba Figura 34. Capiteles emirales de la mezquita aljama de Córdoba, 1, 3; 2, romano de la misma mezquita. Figura 35. Capiteles romanos de la mezquita emiral de Córdoba, 1, 3; de villano, Volúbilis, 2; de Itálica, 4; romano reempleado en la Gran Mezquita de Qayrawan. Figura 36. Capiteles del siglo IX de la mezquita aljama de Córdoba, 1, 2, 2-1; de Granada (3) y del Instituto Valencia de Don Juan. (4). Figura 37. Capitel sevillano del siglo IX, 1, 2; capitel epigrafiado del siglo IX, mezquita aljama de Córdoba, 3, 4, 4-1; capitel romano de Badajoz , 5; de capitel romano de Hostia. De capitel 3 Capiteles islámicos del siglo X Semejantes piezas emirales exponentes de la captura o vuelta a la Antigüedad por estímulo de la masiva cantidad de capiteles aprovechados en la gran mezquita tuvieron paralelos altomedievales como se vio en la Galia merovingia y carolingia, en Constantinopla la “renovatio” en pleno siglo X con la dinastía Macedonia. De ahora en adelante será sede de capiteles ad hoc la ciudad de Madinat al-Zahra bien manifiesto sobre todo en el Salón Rico de Abd al-Rahman III, en la gran mezquita cordobesa capiteles labrados en la parte alta de la Figura 38. Capitel de Madinat al-Zahra de Londres, 1; dos capiteles del Salón Rico de alZahra, 2, 3; capitel cordobés, 4; modelo de capitel romano de orden compuesto, de las ruinas de Steitla (Túnez). qubba central de delante del mihrab de al-Hakam II. Cuatro figuras por resumen del capitel compuesto y corintio decorados del siglo X, 38, 39, 39-1 40. 1, capitel de Londres procedente de Madinat alZahra ya estudiado, orden compuesto, delicada decoración de ancestral factura aún lejos de la técnica bizantina de avispero nacida propiamente en el capitel emiral (2) de la figura 36; la decoración vegetal de hojillas del ábaco formando uves ya conocida por decorados romanos de Mérida y presente en el capitel (3) de la figura 34. Un modelo romano que ayuda a comprender los capiteles de orden compuesto es el (A) de las ruinas de Steitla en Túnez, con contario y ovas con flechas que vemos entre otras piezas cordobesa árabes en el capitel (4), del Alcázar Cristiano de Córdoba. Del Salón Rico de al-Zahra dos capiteles compuestos (2) (3) conservando el contario, ovas o perlas con flechas sustituidas por hojarasca de cardos ya estudiados en otros equinos de figuras anteriores. FIGURAS 39 y 39-1. Realmente la sustitución en el equino de la tradicional decoración de ovas y y flechas por otra de contexto vegetal tan habitual en los capiteles cordobeses del siglo X que hemos visto nace propiamente en piezas de la baja Antigüedad como lo prueban dos capiteles de Cartago (1) (2). Del Salón Rico es el capitel compuesto (3) con novedades: el trenza Figura 39. Dos capiteles romanos de orden compuesto con el equino decorado, Cartago, 1, 2; tres capiteles de Madinat al-Zahra, 3, 4, 5. Figura 39-1. Capitel del Salón Rico de al-Zahra, 1; capiteles decorados de piedra caliza, palacio oriental de Madinat al-Zahra, 2, 3, 4, como prueba de que este palacio estaba parcialmente decorado. trenzado en círculo de la base de los acantos más acentuado en el capitel corintio (5) con el mismo trenzado en vertical separando los acantos clásicos; otra novedad localizada en el centro de las volutas, en el primer capitel flor de cuatro círculos o botones y arbolillo de la vida en el capitel corintio visto en otros capiteles fragmentados de al-Zahra. En el capitel (3) por primera vez aparece decoración típicamente fatimí formada por ángulo invertido y remate en semicírculo que tendré oportunidad de estudiar en otro apartado. Otra pieza singular por la atrofia de los acantos convertidos en sencillos vegetales de puntas muy afiladas es el capitel (4), de la terraza más superior de al-Zahra. El capitel compuesto del Salón Rico de la FIGURA 39-1 (1), exponente de la riqueza ornamental de esta sala, conserva el contario debajo del cual corre cinta con las hojillas lanceoladas de seguido y dos vegetales centralizados, una piña invertida en el equino y vegetal de forma de gota o perla en la cartelilla. Del palacio oriental son los capiteles labrados en piedra caliza (2) (3) (4). FIGURA 40. Fuera de Córdoba tenemos cuatro curiosos tipos de capiteles del siglo X: 1, reempleado en la Giralda de Sevilla, en línea con los cantos de las volutas en el cesto se dibuja trenzado vegetal del que se desprenden hojillas de tres puntas de acuerdo con cenefas anchas de la ciudad palatina (A) y modelos coptos (B); en Toledo capitel corintio del Museo de San Vicente (2): dentro de las volutas nuevamente el arbolillo de la vida y el ábaco decorado con hojillas entre vegetales de tres puntas de tradición romana evolucionada. Capitel (3) del Museo de la Alhambra, los acantos del cesto y del equino sustituidos por flores de cuatro pétalos propias de cenefas parietales; a esto se suma capitel aprovechado en iglesia del Hospital de Valencia (4) estudiado por P. Cressier, con novedosos vegetales en el equino (b), el (a) de debajo del mismo. Figura 39-1-1. Capitel de piedra caliza del palacio oriental, Madinat al-Zahra. Figura 40. Capitel califal aprovechado en la Giralda de Sevilla, 1; capitel corintio toledano, 2; capitel de la iglesia del hospital de Valencia, 4, según P. Cressier; capitel de las flores, Museo de la Alhambra . ACANTOS EN LA DECORACIÓN PARIETAL DE LOS PALACIOS CORDOBESES Al igual que en el apartado de los capiteles es obligado recurrir a los referentes del arte romano, bizantino e incluso sasánida. FIGURA 41. Por ejemplo más remoto los roleos con acantos de las paredes del Ara Pacis de Roma de Augusto (1); ménsula de cornisa conservada en la Gran Mezquita de Qayrawan (2); mármol del Museo Arqueológico de Burgos (3); acantos de capitel romano de la España romana (4); ménsula de alero romano, Museo Arqueológico de Córdoba (5); roleos iraníes de acantos, sasánidas, según R. Ghirshman (6); roleos del Foro de Trajano de Roma, según García y Bellido (7). Figura 41. Decoración romana de acantos; el (6) del arte sasánida. FIGURA 42. Restos decorativos con acantos de la fachada de la puerta de San Esteban de la mezquita aljama de Córdoba, siglo VIII (1) (2) (3) (4); el (5) de nicho con venera encontrado en el subsuelo de la mezquita, según Gómez-Moreno. El acanto de la fachada no es propiamente el de los capiteles romanos con ojete entre cada tres o cuatro puntas afiladas imitado por los talleres de Madinat al-Zahra del siglo X; debido a la labra en piedra arenisca muy deleznable se recurrió a fragilizar el contexto carnoso del acanto tradicional apelando a vegetales de tres puntas superpuestos de reducida escala aplicados a roleos, en cambio los que rebordean la venera de aspecto visigodo enseña el clásico aspecto carnoso de obras romanas tal como aparecen en las piedras areniscas de Madinat al-Zahra y antes en los capiteles del siglo IX de la mezquita aljama metropolitana. El tipo de acanto atrofiado de San Esteban reflejado en los en los bordes de los dibujos (3) y (4) que emparentan acanto peculiar de Figura 42. Los acantos de la mezquita aljama de Córdoba, siglos VIII, IX. La puerta de San Esteban, 1, 3, 4; venera goda-islámica del subsuelo de la mezquita (5). Decorado con arcos lobulados (A), Puerta San Esteban; B, de la qubba central, maqsura mezquita de Córdoba repertorio bizantino del siglo X (A). Las pequeñas cenefas del dibujo (4) con vegetales de tres puntas figuran en Madinat al-Zahra. El motivo (B) en parte semejante al (C) de capitel visigodo de la iglesia toledana de San Román. De los siglos VIII y IX nada se conoce en Córdoba de decoración parietal sea de mezquita o de arquitectura doméstica. Hay que esperar a la fundación de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra hacia el año 9411942, edificio anterior a los palacios de naves basilicales, de manera que en ese santuario se inaugura en la capital del califato las arquerías con arcos de herradura provistos por primera vez en Occidente de dovelas decoradas alternando con otras lisas, salmeres y enjutas, dado que en mi criterio el revestimiento decorativo del arco de la Puerta de San esteban se debe a una restauración de fecha indeterminada. Efectivamente, el grueso del revestimiento de las arquerías de la mezquita palatina se confió al decorado de acanto clásico no se sabe a ciencia si a imitación de otros templos o palacios islámicos anteriores de la ciudad, desde luego nada semejante se dio en la arquitectura bizantina ni en la aghlabí de Ifriqiya de los siglos VIII y IX. La mezquita palatina acabada de excavar era una completa ruina aunque los restos decorativos salvados permiten restituir el importante papel jugado por el acanto en las arquerías de las cinco naves y arcos decorativos sobre las puertas exteriores, almenas, cenefas de los alfices y octógonos ornamentales de las arquerías del patio. Mezquita aljama de Madinat al-Zahra FIGURAS 43 a la 49. Acantos aparecidos en el solar de las naves (A) adscritos a cenefas de trasdós y alfices, enjutas y salmeres (2, dibujo restitución a cargo de los fragmentos encontrados). De enjutas de arcos de las naves los fragmentos (3) (5) (6) (7) (8); de arcos pequeños sobre las entradas al oratorio o de arquería alta decorativa del mihrab salmeres (1) y (4), este como pseudoacanto semejante al comentado en la Puerta de San Esteban de Córdoba. Los dibujos (9) y (10) de dovelas de arcos decorativos de una de las puertas exteriores del patio, la dovela clave con acanto singularidad que pasa a los arcos del Salón Rico de la ciudad palatina. FIGURA 44. Esos mismos arquillos de puertas en la restitución (1, 1, dovela, 2, salmer, 3, enjutas); 2, de arquerías del haram, 3, cenefa ancha de encuadre de arcos grandes con decoración de imbricado con palmetas tipo visigodo; 4, de encuadre ancho con calle central de roleos de acantos, parecido a encuadres de piedra arenisca o mármol de nichos o tacas de la terraza del Salón Rico. La cenefa estrecha con palmetas directas e invertidas de tres puntas por primera vez presente en Córdoba, con precedente en lo bizantino (5), capitel sirio del siglo VIII (A), mezquita de al-Hakim de el Cairo, siglo X-XI (B), cenefas de los palacios de al-Zahra (C) (D), de basa de al-Zahra (E); de la mezquita también los fragmentos de veneras de (2-1). Figura 43. Mezquita aljama de Madinat al-Zahra. Figura 44. Mezquita aljama de Madinat al-Zahra, 1, 2, 2-1, 3, 4. FIGURA 45. A propósito del fragmento de enjuta con arranque de palmetas pareadas simétricamente dispuestas (6) de la figura 43 adelanto ese mismo arranque de piezas visigóticas: 1, de Monasterio de San Pablo de los Montes de Toledo, Museo de Santa Cruz de Toledo; 3, de pila de Museo Arqueológico de Córdoba, procedente de la almunia del Alcaide de Córdoba; otra pieza islámica de cobija de alero del siglo X de Córdoba (2); decoración parietal corriente de al-Zahra (4). Figura 45. Orígenes de las dobles palmetas simétricas de arranque de acantos de la mezquita aljama de al-Zahra. FIGURA 46. Almenas de dientes agudos tipo oriental decoradas con acantos: la (¡) aparecida cerca del emplazamiento del alminar con bello acanto muy carnoso, más estilizado el de las almenas pequeñas (2) y (4) probablemente de portada de puerta; otras piezas pequeñas (2-1) salieron por las cercanías del mihrab como de haber figurado en la cresta de su portada, siguiendo el ejemplo de la ventana de la Biblioteca de la Gran Mezquita de Qayrawan; el parentesco de esta piezas cordobesas con almenas omeyas de Jirbat al-Mafyar es evidente pese a los dos siglos que las separa; 3, octógono calado con acantos de bella factura, salió en zona de patio; recuerda las flores de acanto de entablamentos y aleros romanos de la Península Figura 46. El acanto como decoración de almenas y Otra almena con acanto de la mezquita aljama de al-Zahra. de octógonos, mezquita aljama de al-Zahra, 1, 2, 21, 3, 4, A. Ibérica. Sobre paños decorativos de paredes formados por serie de octógonos trabados se constatan en los estucos bajorromano de Villajoyosa, según Belda (5), otro ejemplo de decoración sasánida (6); el (7) es de la mezquita aljama de al-Zahra. FIGURA 47. 1, tipo de cenefa con acanto aparecida en el haram de la mezquita semejante a otras de los palacios de las terrazas de arriba (4) (5) (6); la (7) de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba. Otras cenefas de falsos acanto tendentes a dibujar serie de vegetal de tres puntas (8) ya insinuado en la Puerta de San Esteban de Córdoba; una de las cinco cenefas es de la mezquita de al-Zahra, las otras de los palacios de arriba. Cenefa de trasdós de arco con acantos (9). Figura 47. Cenefas estrechas de acantos de Madinat al-Zahra: 1, 9, mezquita aljama; las restantes de los palacios occidental y del Salón Rico; 7, de la mezquita aljama del siglo X de Córdoba. Antes de pasar a los acantos del palacio llamado Salón Rico de la ciudad palatina me detengo en consideraciones sobre hojas enteras de acanto puesto de pie tipo de cesto de capitel de descendencia romana y bizantina dispuestas en serie formando friso algo anacelado como de remate de decoración palatina. FIGURA 48: 1, del palacio occidental de la terraza más superior, la misma decoración vista en entablamentos romanos de Córdoba y de otras ciudades hispanas (A); curiosamente la pieza (2) es de tabica de alerillo árabe labrado su acanto en una de las caras de la piedra, técnica aplicada ya a la decoración de la Puerta de San Esteban de la mezquita cordobesa, también vista en piedra grandes que pude rescatar de entre los escombros del palacio occidental de Hisam (4-1). Luego en la mezquita palatina aparecen restos de tableros anchos de enmarque con vistosos ramos de acanto encerrando sendas palmetas con eje vegetal en medio, es el mismo tipo de cenefas muy anchas de los palacios de terrazas superiores (6). Torres Balbás publicó bella decoración de acantos formando roleos con flor de seis pétalos en el centro de la Colección de Romero de Torres de Córdoba (7). Y un aparte para réplicas de la decoración de acanto (1) de al-Zahra; 3, del vestíbulo, planta baja, de la sala del Ninfeo del palacio de la Zisa de Palermo semejante a otros acantos almorávides de la mezquita de Tremecén, según G. Marçais (4), y acantos de capitel árabe argelino según dibujo de G. Marçais (5). En lo que llevamos dicho no se ha aludido a presencia de capiteles con acantos en la mezquita palatina tan solo algunos capitelillos de un solo oreden de pencas y fragmentos de volutas vistas en (13) y (14) de la figura 25. El capitel que soportaba la carga de los arcos de las naves del haram era de piedra caliza muy resistente con labras de espiguillas a bisel sustituyendo al acanto (8) (9), según modelo ya visto en la Mérida romana y capiteles romanos de Cartago. Figura 48. Modalidad de hojas de acantos independientes dispuestas en serie en el arte hispanomusulmán, 1, 2, 3, 4, 5; decoración labrada en una de las caras de piedra de gran grosor aparecida en al-Zahra; 6, 7, acantos en espiral y a modo de palmetas. El resto de capiteles de la mezquita aljama de al-Zahra, los acantos sustituidos por decoración de espiguilla de tradición romana. El Salón Rico de Abd al-Rahman III Figura 49. El Salón Rico de al-Zahra. Salón de planta basilical de tres naves más otra lateral a cada lado, planta completada por pórtico alargado muy cerrado siguiendo planimetría religiosa bizantina patente en Constantinopla y Tesalónica, FIGURA 49, 1); en todos estos ejemplos figura el tribelón bizantino o tres arcos iguales por entrada de las naves. Las tres centrales separadas por arcos de herradura según restitución de Félix Hernández, FIGURA 49, 1-1. El dibujo (2) de uno de los frentes laterales de las tres naves centrales. Siguiendo el ejemplo de la mezquita palatina la mayor parte del revestimiento de los arcos corre a cargo del acanto: algunas enjutas se diseñan aunque con mayor lujo de detalles de acuerdo con la enjuta (6) de la figura 43 de la mezquita aljama; Figura s 50 y 51. Acantos de salmeres del Salón Rico, según restitución de Félix Hernández. 3, rosca de acanto encerrando figura de sendas palmetas simétrica de las que parte otras dos de tres puntas en alto, unidad decorativa al parecer de ascendencia omeya oriental, aunque no se descarta un influjo directo bizantino; a su vez la rosca de acanto dibujada dentro de sendos círculos vegetales con decorado diferente. No se descarta que esta imagen fuera del palacio de Hisam de arriba. En las caras laterales por el interior de algunos salmeres se dibujan preciosas roscas de acantos en un alarde sin parangón de cubrir todo el espacio disponible de acantos de diferente escala (4); el arranque de debajo de todo ello tiene evidente connotación clásica de viejos acantos griegos y romanos por no decir bizantinos (ver figura 9, 30). FIGURA 50. A, restitución de arcos del Salón Rico por Félix Hernández. Arcos en proceso de restitución, dovelas, enjutas y salmeres aparecidos en el suelo en la excavación de los años cuarenta del pasado siglo. B, restitución acreditada de salmer cubierto por ramales de acantos con espirales sobrepuestas, las espirales superiores con figuras de veneras clásicas reiteradas en una de las enjutas con acantos de otro arco del salón, FIGURA 52, 1. El clasicismo vía Bizancio de semejante composición de arriba abajo es de plasmación y virtualidad in crescendo con respecto a las enjutas de la mezquita palatina. De otras arquerías los acantos de alZahra (2) (3) (4). Figura 52. Acantos de al-Zahra y de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X. Figura 52-1. La venera preislámica y la islámica de Córdoba. La riqueza compositiva y virtuosismo del Salón Rico se traslada al arco de entrada del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba correspondiente a al-Hakam II (A): con todo lujo de detalles, enjuta con la figura del paipái inaugurada en el Salón Rico, vástago largo del que se desprenden dos ramales formando circulo, uno de primoroso acanto clásico, otro de rizos de vieja influencia sasánida pasado por el arte omeya oriental, en el centro caprichosa composición a modo de florón hasta ahora inédito. El clasicismo de esta bella enjuta reforzado por cenefa a lo largo del arco con vegetales directos e invertidos de ascendencia bizantina y el contario de capiteles romanos y omeyas de Córdoba (B), igualmente presente en la fachada de la mezquita de las Tres Puertas de Qayrawan. Interesante en esta figura es el tema de la venera de enjuta del Salón Rico (1); la (A) es de piedra visigoda de Toledo. A propósito de venera la tabla de la FIGURA 521 da un muestrario de ellas de diferentes estilos extraído del libro La decoración hispanomusulmana en su decoración floral. Todas las imágenes son preislámicas, exceptuadas (7-1) (8) (9) (10) (11) (A), de Madinat alZahra, y (13) (C), de la mezquita aljama de Córdoba del siglo. FIGURA 51. De vuelta a las dovelas esta vez las que figuran como clave destacar la (1) del Salón Rico con forma acorazonado el arranque, anterior la dovela clave (2) de la mezquita palatina, el contraste cualitativo entre una y otra dovela es evidente; 3, de arcos decorativos sobre una puerta del patio de Recomposición de decoración mural con acantos. Terraza del Salón Rico. Figura 51. Acanto en la dovela clave de arcos de Madinat al-Zahra, 1, 2, 3. Otros acantos de arcos y cenefas anchas del palacio occidental de Hisam. mezquita palatina. Otras manifestaciones del acanto clásico de arcos de impecable técnica en cenefas anchas de enmarques (4) (5) (6) (7) (9) (10) (11) (12) (13). Figura 53. Dos salmeres de arcos representativos en la Córdoba califal; del palacio occidental, según Velázquez Bosco (1); de arco de la Capilla de Villaviciosa de la mezquita de Córdoba (2); de Almanzor (7-1). FIGURA 53. 1, salmer de arco del palacio occidental de al-Zahra con decoración vegetal terminado en sendas palmetas de acantos, según Velázquez Bosco; el salmer (2) ya sin acantos de arcos de la qubba o Capilla de Villaviciosa de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, su composición arrancando de cenefas y dovelas de al-Zahra (3) (7), cuyos perfectamente pueden ser visigóticos, piedras de Toledo (5) (reempleada en la Torre de San Bartolomé) y (4) de Mérida, en el lote preislámico de los temas de la ciudad palatina cabe cenefa del templo de Valdediós (6). El tipo de salmer más usual en las puertas de Almanzor de la mezquita aljama de Córdoba es el (7-1) ya de estilo decadente respeto a la tradición clásica. FIGURA 54. De las terraza superior de al-Zahra las enjutas de laterales de arco (1) y (2). El paipai de enjutas junto con salmeres de espirales de acantos de al-Zahra prosiguen en la mezquita aljama de Córdoba de alHakam II y de Almanzor: del primer califa la puerta del “Chocolate” de la fachada oriental (3) (4), de puerta de Almanzor el arco (7), con espirales de triple vuelta. Un fragmento de paipái de al-Zahra (5) lleva a considerar si este tipo de enjuta deriva de enjuta de arco de San Apolinar in Classe (A) con una palmera con racimos de dátiles. Bellísima es la enjuta de arco de uno de los palacios aristocráticos de Madinat al-Zahra, según Vallejo Triano, con paipái formado por triple círculos vegetales el más exterior de acantos. FIGURA 54-1. Los vástagos del paipai de las albanegas de arcos normalmente enseñan dibujo de palmetas clásicas con varilla en el centro y sin arillos intermedios, simulando cuerda, muy empleadas en la decoración de Roma (A); el mismo dibujo se ve en cenefa ancha (1) y composición vegetal, según Natacha Kubrisch (C), del Salón Rico Madinat al-Zahra; de la mezquita aljama de Córdoba y de al-Zahra son las palmetas (2). A la derecha albanega con el paipai y su vástago con el dibujo de palmeta clásica, del palacio de Chafar de al-Zahra, según Vallejo Triano Figura 54-1 FIGURA 55. En la mezquita aljama de Córdoba la Puerta de San Miguel de la fachada occidental, del siglo X, enseña composición de espirales de acantos de excelente calidad interrumpida en el centro por florón de formato cuadrado con flor de ocho pétalos central y otros tantos exteriores de acantos atrofiados (1-1), su modelo sin duda deriva de graciosos acantos localizados en el palacio occidental de madinat al-Zahra (2), aquí los acantos de preciosa factura subordinados a Figura 55. Tímpano con espirales de acantos y florón central, de puerta de la fachada occidental, siglo X, mezquita de Córdoba, 1, 1-1; florón de aspecto oriental si no bizantino que veremos en la FIGURA 74, 9, 10. Del mismo palacio es el arco (3) y el (4), según ilustración de Velázquez Bosco: arco ciego o decorativo con todos los atributos califales el fondo con palmetas de acantos abrazando el icono oriental de doble palmeta con eje vegetal. FIGURA 56. Acreditando el clasicismo que venimos comentado por la vía del acanto cordobés señalamos algunas cenefas directamente copiadas de monumentos romanos, me refiero a cenefas de arcos de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II (2), según Torres Balbás; modelos en templos romanos (1) (2), el segundo del Foro romano de Trajano; y lo mismo en la mezquita (techumbre) que en piedras de al-Zahra se dejan ver las tiras de remates con hojilla apuntada entre vegetales de tres puntas (4 directamente derivada del dibujo (A) de monumentos romanos de todo el orbe mediterráneo. Figura 56. Cenefas romano-árabes, 1, 2 y A, 3, 4. FIGURAS 57 y 58. Por culminación del clasicismo de la decoración de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X traigo el alerillo o repisa del interior del mihrab cuya romanidad pusieron ya de manifiesto GómezMoreno, Torres Balbás y yo mismo, me refiero a las imágenes (4) (5) (6) (7), con los siguientes precedentes: 1, alero de Tuburbo Maius de Ifriqiya; 2, de Clunia; 3 de Mérida. Los distintos miembros del alerillo cordobés, según Gómez-Moreno, Figura 57. Alero del mihrab, mezquita aljama de Córdoba. con decorado de acantos en algunas de las tabicas y hojillas clásica formando V por guarnición. Tienen interés la florecillas de acantos romanas (1), de Clunia; (3) (4) del templo romano de Barcelona; replicas cordobesas de estas flores de acanto en (B) (2), flor en el arranque de tallo de árbol de la del Salón Rico de al-Zahra; 5, de mármol de los baños de la terraza del Salón Rico; 6, del patio de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra; el decorado de las cobijas del alero del mihrab decorados con pseudoacantos, según Gómez-Moreno. FIGURA 58. Por complemento de la anterior figura en el apartado (A) distintos dibujos clásicos y del alerillo cordobés; 1, ménsula romana del subsuelo de Córdoba, según R. Castejón; 2, 3, de templo romano de Barcelona; 4, transformación de ménsula clásica romana con su decorado y perfil de proa con rizos añadidos de canes de piedra de Madinat al-Zahra. Muchos capiteles romanos o visigodos provistos de la flor de acanto en el ábaco vista en entablamentos romanos, por ejemplo el capitel visigodo (5) del museo Arqueológico Provincial de Córdoba y capitel cordobés del siglo IX reempleado en Marrakech. Figura 58. Continuación de la figura anterior. 1, ménsula romana del subsuelo de Córdoba, según R. Castejón; flores de ábaco de capiteles, 5, 6. Los orígenes de las palmetas digitadas con arillos intercalados a partir de los acantos clásicos de Córdoba FIGURA 59. En el apartado (A) dibujos de palmetas digitadas encabezadas por el acanto según interpretación de G. Marçais: las tres o cuatro digitaciones entre ojetes del acanto dan origen a la larga en el propio escenario de Madinat al-Zahra a palmetas digitadas con arillos. En este sentido es muy pedagógico el dibujo (1) o el (3) del alerillo del mihrab cordobés; siguen las pìedras cordobesas (2) (4) (5) (6) (7) (8) y así hasta el (20) y el capitel de al-Zahra (21). Por primera vez en al-Andalus aparecen en el siglo XI las palmetas digitadas de dos digitaciones por cada orillo suelto con punto, tal es el caso del canto de voluta de un capitel de la Aljaferia de Zaragoza (B) cabeza de serie de palmetas almorávides y almohades del siglo XII. Figura 59. Dentro del escenario de Madinat al-Zahra evolución del acanto clásico hasta llegar a la palmeta con arillos entre cada dos digitaciones característica de la decoración hispanomusulmana desde el siglo XI. A la derecha, abajo fuera de caja, palmetas con arillos entre cada dos digitaciones, de ménsula del siglo XI de Orihuela. Visión panorámica sobre la formación y plenitud de un estilo decorativo propio cordobés del califato Asimilado de manera masiva el acanto clásico en los califatos de Abd alRahman III y al-Hakam II, elemento floral básico y principal a lo largo de todo el siglo X junto con los vegetales de dos, tres o cuadro puntas lanceoladas vistos en el apartado de capiteles de este trabajo, el estilo floral cordobés acepta en su muy condensada evolución en apenas medio siglo otros elementos florales derivados de distintas galaxias artísticas hasta completar un estilo propio de raigambre más occidental que oriental. Esos elementos los analizamos en las ocho figuras siguientes. Figura 62. Decorado de la qubba central de delante del mihrab, mezquita de Córdoba FIGURA 62. 1, preciosa decoración síntesis a base de acantos, vegetales de hojillas lanceoladas, flores y frutos (dátiles y piñas), de los altos de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba, estampa de estuco según moda y técnica oriental junto con otras del mismo lugar. En riqueza, naturalismo y plasticidad no superadas por la decoración omeya y abbasi de Oriente, en muchos aspectos equiparables a los mejores decorados del palacio de Jirbat al-Mafyar, si bien difieren en el nacimiento y deriva de los elementos cordobeses convocantes. En este estilo propio cordobés cabe evocar la ornamentación bizantina o helenizante de entre los tiempos cercanos a Constantino, todavía redivivos en los mosaicos de los templos de Palermo del siglo XII, y la dinastía macedonia del siglo X. En la comentada qubba cordobesa entran en juego pues de una parte la riqueza pletórica de aciertos estéticos de los estucos, de otra lo floral de los mosaicos bizantinos convocantes, en un irrepetible concurso de las arte mediterráneas. Se aprecia que lo cordobés de antes del año 972 y la nueva aportación mosaista en el nivel de unidades florales se asemejan como dos gotas de agua, algo más acentuado el naturalismo bizantino. Desmenuzamos elementos de estuco asimilados de lo clásico: (3) (4) (6) (8) (9) (11) (12) (13) (15) (16) (17). Otros elementos de los mosaicos: (2) (5) (7) (10) (14) (18) (19); de las dovelas del arco de entrada al mihrab repletas de temas clásicos (20). FIGURA 63. Del dovelaje del mihrab cordobés el florón (A) directo descendiente del (B) que nos acerca al (C), ambos de decorado clásico por antonomasia. En esta misma línea el motivo cordobés (3) con su ancestro en el (I) de cerámica griega del templo de Jano, el (2) de pintura de vaso griego, incluido en esta trayectoria clásica el mosaico (5) cordobés. De estuco el florón (6) con imitación en piedra de la catedral de Palermo que ya comentamos en la figura 9. En relación con los motivos 1, 2, 3, 4, el remate (7) de templo romano de Ampurias. Mosaicos de la cúpula de la qubba central de delante del mihrab: (7-1) (9), florón de cinco vegetales de tres puntas convergentes en una flor central, de aspecto bizantino. El triángulo (10) de la cúpula cubierto con árbol simbólico con presencia arriba del tema floral (3) estudiado, las flores y palmetas de tres compañía dejan ver foliolos con curva exterior inexistentes en las piedras demosaicos al-Zahra. tipo de Figura 63. Los de laElmaqsura de la mezquita aljama de Córdoba. palmetas de la cenefa de la izquierda, de aspecto oriental, reiterado en la FIGURA 64, 1, 2, 3, lo estudiaré en la FIGURA 72. El florón (11) de pinturas de la Aljafería de Zaragoza, según Ewert. La estampa (4) de la FIGURA 64, junto con la de la FIGURA 64-1, por su prestigiosa factura y densidad de vegetales, incluidos frutos, representantes del decorado cordobés de los últimos años del califa al-Hakam II: aquí el acanto clásico ya vaciado de dovelas y enjuta. En el reborde del trasdós por remate de las dovelas dibujo de angrelado formado por combas entre diminutos arquillos, decoración nacida propiamente en la mezquita aljama de al-Zahra y reiterada en un arco de puerta vista por el interior de la fachada occidental de la aljama cordobesa (4-1). FIGURA 64-1. El estilo de la enjuta comentada por su virtuosismo comparable al detalle de otro estuco de la misma qubba central: aquí los estucos alcanzan un preciosismo con que se agota el estilo nacido en el las naves del Salón Rico de al-Zahra. ´ Figura 64. Mosaicos de la qubba central, 1, 2, 3; enjuta de uno de los arcos con ausencia de acantos, 4. Figura 64-1. Detalle de decoración de estuco de la misma qubba. FIGURA 65. En otros trabajos míos publicados en mi página personal de internet me detuve en el decorado de uno de los compartimentos de la falsa bóveda califal de la Capilla de Villaviciosa de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (2): cinco esquinas señaladas con las letras A, B, C como ubicación de adornos típicamente bizantinos, sobre todo el primero (A) semejante al (A-1), estucos tardorromanos de Villajoyosa (Alicante), según J. Belda; A-2, de piedra de Madinat al-Zahra; A-3, de basa de alZahra; A-4, de piedra de la alcazaba de Málaga. El mismo tema reiterado en una de las celosías de la mezquita aljama de córdoba de Almanzor. Sobre este tema concreto volveré en el apartado del decorado geométrico FIGURA 66. Un apunte entre visigodo y califal referido a palmetas. 1, vegetales con adorno de circulillos en serie de piedra visigoda de Guarrazar (Toledo) comparable con palmetas y composición con los Figura 65. Un rema geométrico de ascendencia bizantina en la mezquita aljama de Córdoba del siglo X. Figura 66. Relación entre decorado visigodo e hispanomusulmán. mismos circulillos de jamba toledana de finales del siglo X y principios del XI (2) en paralelo con las palmetas (3) de jamba de mármol de la terraza del Salón Rico de Madinat al-Zahra y la pieza (7) de la almunia de Rumaniyya de Córdoba, según Velázquez. Otra modalidad decorativa muy antigua: 4, de los estucos de la qubba central de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, tres piñas aliadas o dependientes de tallo eje o arbolillo de la vida; en principio el tema relacionado con vegetal visigodo de Quintanillas de las Viñas (6), aunque figura en estucos de la mezquita iraní de Balk, supuestamente del siglo IX (5), según Flury. Como tema clásico seguro la lira de una de las piedras de Madinat al-Zahra (A). FIGURA 67. Toca ahora referir el gran impacto que tuvo en la Córdoba califal el tema del imbricado decorativo tan del gusto del arte visigodo, antes muy propalado en los mosaicos romanos de ambas orillas del mediterráneo occidental; 18, 19, 20, de la Antigüedad y arte visigodo; 21 a, 22, cimacios de Al-Zahra; B, de la mezquita aljama de al- Zahra; 24, 24 b, cenefas de al-Zahra ; 28, visigodo de Toledo; 25, 26 y 27, del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar, según Hamilton; 30, cimacio de al-Zahra procedente del palacio occidental de Hisam. Figura 67. El imbricado romano y del arte visigodo como fuente de información para la Córdoba omeya. Flores de número variable de pétalos FIGURAS 67-1, 68 y 69. De plausible uso en toda la Antigüedad, arte helenístico y bizantino, arte omeya oriental, Madinat al-Zara y mezquita aljama de Córdoba: 1, basa romana de Ifriqiya; 2, basa con inscripción en cúfico de los altos de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba de alHakam II romana de Clunia; basa de la alcazaba de Málaga; 4, flores de los estucos altos de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba. FIGURA, 68. 5, Madinat al-Zahra; 6, palacio omeya de Jirbat al-Mafyar; del 7 al 11 de Madinat al-Zahra; 12, piedra cordobesa; 13, piedra salediza romana del Conventual de Mérida; 14, mosaico de dovela mezquita aljama de Córdoba; 15, maqsura de la misma mezquita; 16, 17, visigodos de piedra del Cerro de la Horca, Museo Arqueológico de Figura 68. Flores de variable número de pétalos preislámicas e islámicas de la Córdoba omeya. Figura 69. Otras flores y florones. Granada y Madinat al-Zahra; 18 de yesos lobulados toledano, Museo Arqueológico de Toledo; 19, de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba; 20, basa de la alcazaba de Málaga; 21, capitel califal aprovechado en la mezquita al-Qarawiyyin de Fez; 22, 23, piedra arenisca de al-Zahra; 24, maqsura de la mezquita aljama de Córdoba; 25, de jambas del siglo XI, Museo Arqueológico de Toledo; 26, piedra romana del Museo Arqueológico de Burgos con réplica en la mezquita aljama de Al-Zahra; 27, cenefas de la terraza del Salón Rico de al-Zahra; 28, de la portada de la mezquitas de las Tres Puertas de Qayrawan, siglo IX; 29, de jamba toledana del siglo X-XI; 30, flor hallada en el Alcázar de Crdoba; 31, de mosaico bizantino de la portada del mihrab, mezquita aljama de Córdoba del siglo X; 32, de Aljaferia de Zaragoza; 32-1, tablero califal, según Gómez-Moreno; 32-2, del Cortijo del Alcaide de Córdoba, siglo X; 32-3, de plato de cerámica del siglo XI, Sevilla; 32-4, sasánida; 32-5, 32.6, modillones de la mezquita aljama de Tudela: 33, capitel califal de Córdoba; 34, tablero de mármol, Málaga; 35, del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar; 36, cimacio musulmán, Museo Arqueológico de Córdoba; 37 y A, mezquita aljama de al-Zahra; 38, cenefa de la terraza del Salón Rico de Madinat alZahra; 39, de jamba toledana del siglo XI; 40, de la Gran Mezquita de Qayrawan, según G. Marçais; 42, de jamba de Denia, siglo X-XI; A-1, cenefa de la terraza del Salón Rico de al-Zahra; B, de piedra de cobija, alero califal de Córdoba; C, del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar; D, de la fachada de la mezquita de las Tres Puertas de Qayrawan; E, de piedra califal cordobesa de la Rawda del Alcázar de Córdoba y puertas de madera de la Sacristía Vieja de las Huelgas de Burgos, siglo Xi-XII, según GómezMoreno y Camps Cazorla (su modelo cordobés en la flor 30 de la presente tabla ). FIGURA 69. Otros florones. 1: a, b, de mezquita aljama de Madinat al-Zahra; c, de arco visigodo del Museo Arqueológico de Tarragona; d, de piedra del Museo Arqueológico de León; e, de mármol de Madinat alZahra; f, de canecillos de maderas mudéjares; g, de ventana goda de Córdoba ; 2, modillón de la mezquita aljama de Tudela; 3, piedra de alero del Museo Arqueológico de Susa; 3-1, romana de Mérida; 4, piedra del siglo XI de Toledo, según Gómez-Moreno y Camps Cazorla, véase la flor (A) de del palacio omeya oriental de Jirbat al-Mafyar; 5, piedra visigoda aprovechada en la torre mudéjar de Santo Tomé de Toledo; 5-1, de piedra de Madinat al-Zahra; 6, piedra visigoda de San Juan de Baños, según P. Paloll (excavación del año 1964); 7, plato califal de Madinat al-Zahra; 8, flores de piedra visigoda (1), del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar (2), piedra califal de Córdoba (3), piedra de aspecto califal, Museo Arqueológico de la mezquita aljama de Córdoba (4); 9, piedra hallada en Málaga, según Gómez-Moreno; 10, florón de piedra de la alcazaba de Málaga. FIGURA 69-1, 69-2. Cenefas estrechas rescatadas de los ámbitos de Madinat al-Zahra y del Alcázar de Córdoba. Incontable los tipos decorativos de estas cenefas de amplia vigencia en la cuenca del Mediterráneo en toda su amplitud, básicamente lo helenístico y bizantino, sin descartar basas de arte romano muy buscadas y reempleadas a lo largo de los tiempos de donde derivarían buen número de tipos decorativos hacia Córdoba, siglos IX y X, y Gran Mezquita de Qayrawan, siglo IX. Un buen número de éstas sobre todo las de Madinat al-Zahra deben ser tomadas como creaciones propias de los talleres que actuaron en ella. A, B, C, D, basas, del territorio del Alcázar de Córdoba, según Montejo. FIGURA 69-2. Por complemento cenefas de basas: 1, de al-Zahra; 2, publicada por Torres Balbás; 3, de la colección Romero de Torres; 4 capitel de la vivienda aneja del Salón Rico; 5, una basa preislámica de Mahdiyya (Túnez). Figura 69-1. Cenefas estrechas del califato de Córdoba. Decoraciones prototipos de Roma, Bizancio y del arte hispanomusulmán. Las basas de abajo cordobesas según Montejo. Figura 69-2. Basas cordobesas. El acanto en la arquitectura omeya oriental FIGURAS 70 y 71. Mosaicos con acantos sui generis, bizantinos, de la Qubba de la Roca de Jerusalén, siglo VIII, según O. Grabar (1) (2), en ellos la tendencia es dejar establecida la relación de vegetales con copas u búcaros, crateras clásicas, inéditas en el califato de Córdoba, por sustituciones de las mismas si se dan aquí cuernos de la abundancia; 3, Baptisterio de la Catedral de Ravenna en que los roleos de acantos cubren por completo las enjutas de arcos grandes rebajados. Tanto el ejemplo de la Roca como el de Ravenna dan pie para pensar que ellos son los más remotos modelos de las enjutas floreadas de la mezquita aljama y del Salón Rico de Madinat al-Zahra; 4, florón de Jirbat al-Mafyar de seis puntas o pétalos ocupados por otros tantos acantos dispuestos radialmente dentro de una figura de seis lóbulos, según Hamilton; prescindiendo de las cabezas humanas el florón recuerda temas de acantos vistos en Madinat al-Zahra (ver figura 55). Otros rosetones de acantos parecidos de la decoración del palacio omeya de Mashatta, de la FIGURA 71 (6). En ésta la imagen (1) es de un árbol naturalista representado en mosaicos de enjutas de arcos del patio de la mezquita omeya de Damasco, su ramaje incompleto; 2, 3, 4, representaciones en madera con acantos de la mezquita omeya de al-Aqsa de Jerusalén, los Figura 70. La Qubba de la Roca, según O. Grabar (1) (2); Baptisterio de la Catedral de Ravena (3); decoración de acantos de Jirbat al-Mafyar (3). Figura 71. Acantos islámicos de Oriente y de la Gran Mezquita de Qayrawan. dos últimos ejemplos con nicho de venera, el relleno de las espirales de acantos deja ver en el centro flores de seis y ocho pétalos, según Creswell; 5, otros acantos clásicos del palacio de Mashatta; A, desarrollo de acantos clásicos de la Antigüedad de jambas y dintel aprovechados en la puerta de entrada de la Gran Mezquita de Qayrawan del siglo IX, según Creswell; B, rutinaria interpretación de acantos en cenefas pintadas en el siglo XI en la techumbre de la Gran Mezquita de Qayrawan, según G. Marçais. La presencia de unidades decorativas florales del arte omeya oriental en la Gran Mezquita de Qayrawan y en el Califato de Córdoba. Este tema a todas luces es muy complejo. De entrada en la FIGURA 72 se distinguen dos unidades florales diferentes, arriba las comprendidas en el apartado A, abajo las del apartado B. La unidad primera la hemos visto en Madinat al-Zahra: dos palmetas simétricas de tres puntas, las superiores levantadas hacia arriba terminando en nuevas palmetas, el eje central erecto de tres o más puntas. Esta descripción podría a afectar a imagen vegetal visigoda de Santa Cristina de Lena (1) del apartado A; 2, del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar, según Hamilton; 3, de Qasr al-Hayr omeya de Siria, según O. Grabar; 4, de la gran Mezquita de Qayrawan, según G. Marçais; de estucos de Samarra la (5) y de Madinat al-Zahra las unidades (6) y (8), secuela de estos vegetales califales nuestros a partir Figura 72, Unidades florales de los apartados A y B Figura 72-1. Decorados islámicos de Jirbat al-Mafyar y de la mezquita aljama de Tudela del siglo XI: 7, de la Aljaferia y 9 mudéjares. Interesa especificar que la unidad que nos ocupa tiene un puesto en maderas de la mezquita omeya de al-Aqsa (10) apartándose ya de ella el caso de la imagen (11) y la (A) de Jirbat al-Mayar, irreconocibles en Qayrawan y en Córdoba, si bien el formato acorazonado incluidas hebillas ornamentales que alberga los vegetales de la cenefa (A) no es extraña en el siglo X cordobés. Este último enfoque nos lleva a la FIGURA 72-1 cuyas representaciones implican reflexiones como estas: vemos en los frisos de Jirbat al-Mafyar (1) que de las palmetas simétricamente dispuestas con foliolos intermedios redondos al exterior nacen otras semejantes con caída vertical característica que parece asomar en el ataurique de modillones califales de la mezquita aljama de Tudela (2) (3) (4). Obsérvese de paso abajo la palmeta califal de Córdoba (A) además de tablero de al-Zahra (5); es decir, las palmetas y el trazado geométrico a seguir como medio de establecer continuidad en la composición se funden en un mismo contexto vegetal, invento que pasa a cenefas de puertas existentes en la iglesia de la “Martorana” de Palermo (6). Reflejo de tal modalidad también visto en cenefas anchas de al-Zahra (7). Como siempre ocurre en el estudio del complejo tema de las influencias, faltaría saber si determinadas constantes del arte floral omeya oriental como la que acabo de relatar son hijas de lo sasánida o del primitivo arte bizantino. Volviendo a la FIGURA 72 nos enfrentamos con la unidad floral de apartado (B): dos palmetas simétricamente dispuestas de las que parten dos tallitos que sostienen vegetal central de tres o más puntas invertido o de caída vertical. Nuevamente lo omeya oriental y lo bizantino arrogándose la paternidad de unidades vegetales de Qayrawan del siglo IX y Córdoba del siglo X. 1, de Jirbat al-Mafyar, según Hamilton; 2, de Constantinopla, según A. Grabar; 3, de la mezquita irani de Nayin, según Flury; 4, de la Gran Mezquita de Qayrawan, según L. Golvin; 4-1, de la mezquita al-Aqsa de Jerusalén, según Creswell; 5, 6, bizantino, según A. Grabar; 7, mezquita de al-Aqsa; 8, mosaicos de la cúpula, qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba, junto con el (9); 10 relieve de Gorgoepikoos de Atenas; 10-1, de modillones de la aljama de Tudela, según B. Pavón; el 11, de Madinat al-Zahra, según G. Marçais, aunque no he podido localizar su presencia en la ciudad palatina; 12 de placa bizantina de Iznik, Nicea, según Semavi Eyice; 13, 14, mosaicos de estilo bizantino de la “Martorana” de Palermo. Esta unidad decorativa, según G. Marçais, es de Madinat al-Zahra, pero no la he podido encontrar entre las ruinas; desde luego el tema, de origen bizantino u omeya oriental, sí figura en los mosaicos de la mezquita cordobesa. Figura 73. Florones tipo sasánida y vegetales con FIGURAS 73, 74, 74-1. 1, florón de arte ganchos de la misma ascendencia. sasánida, según G. Marçais y Creswell; 2, florón de Qasr al-Hayr ; 5, de Jirbat alMafyar, según Hamilton; 5-1, de piedra visigoda toledana; 6, estuco de Samarra, del Museum für Islamische Kunst, Berlín. Descendiendo a al-Andalus , el (3) (4) de piedra arenisca de Madinat al-Zahra, el segundo con estrella con los bordes punteados con florecillas de cuatro pétalos o punta, según vieja tradición sasánida y omeya oriental; 7, en piedra del palacio omeya de Mashatta; 8 de la mezquita mayor de Susa, según A. Lézine; 9 de la mezquita califal de Córdoba; 10, florones intercalados en trama geométrica o lazo de seis de origen oriental por primera vez presente en el arte hispanomusulmán; 11, florón tipo bizantino de mosaicos de la catedral de Monreale, Sicilia. A continuación de estos rosetones no registrados en el arte bizantino clásico doy otro tema vegetal de origen oriental con rizos o ganchos: (13) localizado en el arte sasánida, de placa de estuco de Ctesiphon, Museo de Berlín, según R. Ghirsman, que se sepa por primera vez registrado en una de las pilastras del Salón Rico de alZahra (14); 16, 17, de estucos de Samarra, según Herzfeld y Creswell; 18, 21 y A, de Madinat al-Zahra, a veces estos círculos con ganchos acompañados de círculos o espirales con acantos de enjutas y salmeres (ver figuras 52 y 53); gachos decorativos en ménsulas y canes de piedra de al-Zahra (20), un ejemplo de piedra del siglo VIII-IX aprovechada en una puerta de la alcazaba de Susa (B); de la fachada de la mezquita de las Tres Puertas de Qayrawan es el círculo con pseudoganchos interiores (19). De las yeserías mudéjares de la sinagoga toledana de El Tránsito es el motivo (22), siglo XIV. A, chapa de piedra arenisca de salmer de arco de Madinat al-Zahra, terrazas superiores. FIGURA 74. Serie de florones con las puntas o pétados introvertidos o convergentes al centro de la imagen: 1, visigodo de la Alberca (Murcia); 2, de piedra de aspecto visigodo del Museo de la mezquita aljama de Córdoba; 3, del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar, según Hamilton; 4, del palacio de Mashatta, según Creswell; 5, piedra de Saamasas, Salamanca, segú Slunch; 6, 7, florones de la fachada de la mezquita de las Tres Puertas de Qayrawan; 8, de la mezquita aljama de Córdoba y pinturas de la iglesia mozárabe de Santiago de Peñalba; 9, 10, florones de Madinat alZahra y de la mezquita aljama de Córdoba; 11, de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba, mosaico. A veces estos florones lucen pétalos con medio vegetal incluido (12) de origen oriental, tal es el caso del florón (13) del arte sículonormando de Palermo y platos abbasies (17) (18), cuyos pétalos se repiten en piedras del haram de la Gran Mezquita de Qayrawan (16), reiterados en florón de Jirbat al-Mafyar (C) y en ataifor de Madinar alZahra (D). Interesantes son los florones (A) y (B), de iglesias bizantinas, según G. Millet. Figura 74. Florones de origen sasánida y bizantino. Figura 74-1. Pseudoacantos: 1, 2, del palacio omeya de Khirbat al-Mafyar; de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra, 3, 4, 5. Medallones y cartelas lobuladas del arte omeya y abbasi en la decoración omeya de córdoba del siglo FIGURAS 75 y 76. Son imágenes de medallones de cuatro, seis y a veces más lóbulos; el (4) localizable en Jirbat al-Mafyar, según Hamilton y en estucos de la mezquita de Balkh, según Fluty; 5, de Samarra; también medallón de cuatro lóbulos y cuatro ángulos rectos (6) presente en los estucos de Samarra (A) (C). El pleno de estos lobulados de Oriente se da en las vigas de la techumbre plana de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, estudiadas por Félix Hernández y últimamente por Cabañero subiza y Hontañón. 1) (2) (3) (7) (10). El modelo (A) muy habitual en cenefas anchas de piedra arenisca de Madinat al-Zahra (8) (9) (12) (12-1), cenefas del Salón Rico (21) (22). Semejantes lobulados en versión hispanomusulmana pasan a las pinturas del siglo XI de la techumbre de la Gran Mezquita de Qayrawan según imágenes de G. Marçais (13) (14); del techo de la mezquita aljama de Córdoba los dibujos (15), según Cabañero Subiza. Muy decorativo es el friso (16) de Madinat al-Zahra aparecido junto al pabellón del centro de las albercas de la terraza del Salón Rico, Figura 75, Medallones con lóbulos en Oriente y en Córdoba. Figura 76. Continuación de la figura anterior. modelo de medallones lobulados árabes y mudéjares de Toledo (17) (18) (19) (20) (22). FIGURA 76. El medallón de cuatro lóbulos tipo Jirbat al-Mafyar (1) y de mezquita de Balkh (2), se repite en frisos anchos de al-Zahra, terraza del Salón Rico (3) reiterado en el hostiario de Roda, según Gómez-Moreno; 51, del pabellón de las albercas de la terraza del Salón Rico. Otro tipo de medallones lobulados de al-Zahra es el de la composición (A) de ascendencia clásica, además del (4) medallones entrelazados inéditos en Oriente y replicados en la decoración de minbar de la Gran Mezquita de Qayrawan del siglo IX (6) aquí el esquema entrelazado con la trama (7). Inédita en Oriente es la celosía (8), en cambio el modelo (1) de Jirbat alMafyar muy repetido en las yeserías del palacio de Sedrata (8-1), según G. Marçais. El esquema (10) es de las jambas del arco del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X relacionable con el (9) de placa de marfil cordobesa del Museo Metropolitano de Nueva York. Otros medallones lobulados con angulillos intercalados meramente decorativos (11), de las cúpulas nervadas de las qubbas de al-Hakam II de la mezquita aljama de córdoba, a juicio de H. Terrasse de influencia omeya oriental. FIGURA 77. Muy característica del arte fatimí de El Cairo es figura formada por triángulo coronado por un semicírculo generalmente algo apuntado reconocido por G. Marçais en piezas de madera y marfil cairotas (A), muy presente en las piedras de Madinat al-Zahra e incluso en marfiles hispanomusulmanes (6) y maderas de la techumbre de la mezquita aljama de córdoba (3) relacionados con estucos de arcos de la mezquita de Ibn Tulún de El Cairo (7), según Creswell. En piedra de al-Zahra (1) (4), capitel del Salón Figura 77. Decoración prototipo de Ibn Tulún en la Córdoba omeya. Rico (1-1) (2) (9), enjutas y salmeres de ese salón (5) (8) y de palacio o casa de Chafar el (B), según Vallejo Triano. El árbol de la vida como decoración de origen sasánida en el arte omeya omeya oriental y el occidental FIGURAS 77-1 y 77-2. Árbol de ventana de estuco de Qasr al-Hayr, según Creswell. El arte hispanomusulmán acoge esta figura simbólica y lo entroniza en las paredes del Salón Rico de Madinat al-Zahra con hasta sesenta imágenes diferentes estudiadas `por Ch. Ewert, una de ellas en (2). Igual ocurre en la quba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de córdoba del siglo X (3) (4) (5) (6): el tal árbol, un arabismo oriental entronizado en donde todo es arte romano, bizantino y visigodo entrelazados, sin embargo, el desarrollo y ejecución del árbol propiamente dicho de al-Zahra y de los vegetales inherentes al mismo lo sitúan entre las realizaciones más originales del arte de la Alta Edad Media de Occidente. Las características más significativas de tales arborizaciones centradas además del árbol (2) en (1) (2) (3) de la Figura 77-2, pila cordobesa de Almanzor, mármol de Madinat al-Zahra estudiado por L. Golvin y esquema de una de las jambas del arco del mihrab de la mezquita Figuras 77-1 y 77-2. El árbol de la vida en Occidente. aljama de Córdoba. No creo que este árbol de Córdoba los trajeran los bizantinos en el siglo X a pesar de que los mosaicos lo reiteran con particular estilo naturalista, siendo ello una muestra muy didáctica de la fusión del arte califal de al-Zahra y del bizantino tradicional. En esta misma línea se puede estudiar la figura autóctona de tallo eje del que parten a ambos lados roleos paralelos con pareja de palmetas dentro, FIGURA 773: de Madinat al-Zahra la jamba (1 además del (8) y el (12); jambas toledanas del siglo XI (10) (11) y de capitel de la Aljaferia el (13). También se registra en el arte aglahbida de la Gran Mezquita de Qayrawan (4) (9). El origen de tales esquemas ya lo puso de manifiesto Kühnel en estudio encabezado por la vasija metálica de arte sasánida (3) (5), el mismo esquema en el arte omeya oriental representado por ventana de estuco de Qasr al-Hayr al-Garbi (Siria) del Museo Nacional de Damasco (6). El árbol (7) es de la ciudad omeya de Ammam. Figura 77-3. Roleos paralelos con tallo-eje central. Figura 77-4. Roleos paralelos sin tall-eje central. FIGURA 77-4. Probable origen oriental pudo tener la imagen de dos roleos paralelos sin tallo eje en el centro, si bien se detecta en ventana de San Salvador de De arquería decorativa. Fachada del mihrab. Mezquita aljama de Almería, según Cressier. Valdediós (2) y en piedra de cancel de San Miguel de Escalada (3), además de la caja de plata de la catedral de Pamplona estudiada por GómezMorreno (4). Del arte hispanomusulmán también piedra del siglo X-XI de Borja, publicada por Cabañero Subiza (5); en Toledo del siglo XI jamba del Museo de Santa Cruz (9), de la Aljaferia el (10). Hay un ejemplo oriental del arte omeya que pudiera ser modelo de este tipo de decorado, se trata de piedra caliza del siglo VIII del palacio Jirbat al-Minya de Galilea (1), Museo de Pergamo de Berlín. Las imágenes (6) y (7) son del mihrab y del minbar de la Gran Mezquita de Qayrawan. Curiosamente la misma imagen reflejada en sello de alfarero hispanomusulmán de Lebrija, siglo XI-XII, de la Real Academia de la Historia. LA ANTIGÜEDAD Y LA DECORACIÓN GEOMÉTRICA DE MADINAT AL-ZAHRA Y DE LA MEZQUITA ALJAMA DE CÓRDOBA. Este tema lo traté con cierta profundidad primero en el articulo “La Formación del Arte hispanomusulmán. Hacia un corpus de la ornamentación del califato de Córdoba” (1973) y en el libro El arte hispanomusulmán en su decoración Geométrica (1975-1089), a partir de las piedras decorativas aparecidas en las excavaciones iniciadas por Velázquez Bosco en 1926, y las de entre 1964 y 1967 de Félix Hernández con la colaboración mía. Si el acanto clásico es el gran protagonista de la decoración floral califal independientemente de su reflejo en el arte omeya oriental, en lo geométrico nuestros alarifes islámicos crearon todo género de nexos entre la Antigüedad y la Edad Media. De su memoria no se olvidarán nunca los esquemas decorativos de Roma y Bizancio. La búsqueda sin tregua de nuevas expresiones artísticas les fue apartando a lo largo de los tiempos de sus fuentes de origen alcanzando composiciones complicadas en la etapa de los siglos XIII y XIV pero en las que la vieja disciplina romana siguió poniendo mesura y belleza. Los dos trabajos míos consignados han sido de utilidad para el conocimiento del arte hispanomusulmana, sólo en parte criticados por quienes por aburrido nunca se ocuparon de lo geométrico hispanomusulmán, lo veían como arte secundario, mero adorno decorativo o artesanía, pero ¿qué es el arte medieval al final de cuentas gestado a continuación de Roma y Bizancio? ¿mero remedo o plagio? Aún siendo así no se puede maltratar al arte “post” negándole creatividad, acierto técnico e incluso inspiración de parte de los alarifes cuyo entusiasmo por el pasado, que hicieron suyo, les llevó hasta la creación de una ciudad palatina de la categoría de cualquier otra occidental romana o bizantina. Juan Zozaya, especialista de cerámica árabe, sin haberse estrenado en los temas decorativos que nos ocupan, llega a decir que en mis trabajos sobre arte geométrico islámico he “intentado” entrelazar Roma y el Islam Occidental. Este criterio choca con el de Gómez-Moreno y A. Prieto Vives autores de El lazo. Decoración geométrica musulmana, trabajo en que se barajan cientos de improntas de lo geométrico de la Antigüedad, algunas de ellas retomadas por mí. No se olvide que como ha señalado Hoag “renacimiento” o “renovatio” de la Antigüedad hubo en Bizancio entre el siglo IX y el X, según J. Hubert en los estancos merovingio y carolingio, en Oriente la lección de Bizancio, arte sasánida y todavía la misma Roma se deja notar en las ruinas de los palacios omeyas, con el Mashatta y Jirbat al-Mafyar. Ahora trataré de resumir lo geométrico hispanomusulmán en trece figuras que en mis trabajos anteriores estudié en otras tantas tablas. Esvásticas FIGURA 78, 79. 1, 1-1, esvásticas de mosaicos romanos de Córdoba; A, columnas de arte copto del Louvre; 2, 3, versiones islámicas de la esvástica en celosías de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, celosías de piedra o mármol; 4, , de friso en piedra arenisca de Madinat al- Figura 78. La esvástica romana, bizantina e hispanomusulmana. Figura 79. Solerías del palacio de Hisam de Madinat al.Zahra. Zahra; 5, 6, lo mismo con variantes en piedra del siglo X aparecida en la Rawda del Alcázar de Córdoba, según Montejo; 7, un ejemplo de esvástica del palacio omeya oriental de Jirbat al-Mafyar. FIGURA 79. 1, 2, 3, 4, esvásticas en solería obtenidas por la técnica de mosaicos o taracea de piedra del palacio occidental del príncipe Hisam de Madinat al-Zahra. FIGURAS 80, 81, 82. 1, 2, puerta de la fachada occidental de la mezquita de Córdoba del siglo X. Esvásticas instaladas en trama geométrica del tímpano, las mismas empleadas en estucos del yacimiento romano de Villajoyosa (Alicante) (A) y en el palacio árabe oriental de Jirbat al-Mafyar (B): el tema tratado en la puerta cordobesa es el (5) (C); el (D) mosaico de las ruinas de Itálica, Museo Arqueológico de Sevilla; E, de solería de Madinat al-Zahra; F, pintura califal de Córdoba; 4, tímpano de ventana con arco lobulado de fachada occidental de la mezquita. FIGURA 81. 1, detalle de portada de palacio aristocrático de Madinat al-Zahra, terraza del Salón Rico, según Vallejo Triano: la entrecalle del alfiz de arco con trama de esvástica semejante a la trama de pilastra o piedra de la mezquita aljama de Tudela (2), con lo cual obtenemos varios esquemas geométricos cordobeses con esvásticas: A, B, A-2, A-3, A-4; el esquema A1, introducido por Gómez-Moreno en su estudio de la mezquita de Tudela; la trama (A-5) de la mezquita palatina de al-Zahra; 3, a muy larga distancia , dentro de la Alhambra, paño cerámico de puerta con versión de las tramas de esvasticas estudiadas. Figuras 80 y 81. La primera, puerta califal de la fachada occidental, mezquita aljama de Córdoba: el dintel con redientes de tradición “antigua”, Lepcis Magna y arco romano de Tarragona. En la segunda figura paralelo entre guarnición de arco del palacio de Chafar de al-Zahra (1) y piedra de la mezquita aljama de Tudela (2) Figura 82 .Puerta del “Chocolate”, fachada oriental del siglo X, mezquita aljama de Córdoba. FIGURA 82. Puerta llamada del “Chocolate”, fachada oriental de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X: la trama (4) de esvásticas navarras instalada en la ventana ciega del centro de arcos decorativos del registro superior de la portada; la trama (B) de las ventanas ciegas laterales. Esta portada aporta como nuevos otros temas geométricos, básicamente el (8) del tímpano del arco que viene de solerías de al-Zahra (7). Rombos de lados escalonados de tradición bizantina en Madinat al-Zahra y en la mezquita aljama de Córdoba del siglo X Nuevamente Roma y Bizancio imponen iniciativas en el arte del califato de Córdoba. FIGURA 83. 50, dibujo básico; 51, crucecillas en torno a las que pudo nacer la decoración de rombos, según Gómez-Moreno, de Caldea y del arte céltico; 52, cruces de doble ángulo, del arte bizantino; 54, con trama en las que aumentas los ángulos; 53, composición sesgada de cruces de doble ángulo, bizantino; este motivo con cuadradito central y aislado consta ya en mosaicos de Itálica; en Madinat al-Zahra sería empleado en celosías caladas (60), también presente en la Gran mezquita de Qayrawan. Este tipo de crucecillas aisladas (61) se emplea mucho en obras bizantinas, el (62) de los mosaicos de la cúpula de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba. Rombos de múltiples ángulos de al-Zahra (57) (58) (59) (64) (65) (66) (67) (68) (69) nos dan oportunidad de ver aspectos interesantes de la cruz de doble ángulo (63). Algunos de los rombos de al-Zahra conservan la misma técnica de los mosaicos bizantinos: los angulillos o dientes de la figura geométrica son el resultado de unir cuadraditos por dos de sus vértices (55). Esta técnica vuelve a verse en los alfices de arcos de herradura de portadas de la mezquita cordobesa (56). Originalísima trama del dibujo (64): combinación de miembros extraídos de las cenefas de grecas y esvásticas, los brazos de la cruz de doble ángulo del interior alargados notablemente. El mosaico (71) de la maqsura de la mezquita cordobesa. También aparecieron Figura 83. Rombos de lados escalonados. Orígenes y ejemplos cordobeses. Figura 83-1. Ejemplos de decorado de rombos en solerías y aleros de patios de mezquitas cordobesas. estos rombos de ángulos en la mezquita aljama de Córdoba, básicamente tallados en el interior de la base de dovelas de arcos (65) (70). En una de las puertas de la fachada occidental de la mezquita cordobesa ya estudiada figuran rombos de manera alternativa en las dovelas de la puerta adintelada (72); A, rombos en círculos policromos de la catedral de Palermo obtenidos por la técnica de taracea. FIGURA 84. Nueva trama de geometría rectilínea formada a base de dibujo con cinco cuadraditos entrelazados: 1, de piedra reempleada en la puerta de la alcazaba de Susa (Túnez), curiosamente trama reiterada en ladrillo en torre mudéjar aragonesa de Torralba (2). La unidad en cuestión se ve en solería de al-Zahra (4) y ocupa todo el tímpano de una de las puertas de la fachada oriental de la mezquita de Córdoba, de la ampliación de Almanzor (3). Ello nos traslada a interesante zócalo pintado del alcázar de Sevilla estudiado por T. Valle Fernández y P. J. Respaldiza: esquemas (A) (B) (C), de sutil belleza y variedad de temas semejantes. Este zócalo sevillano con secuela en la misma ciudad, (G), de zócalo de casa junto a la Figura 84. Prototipo de lazo de cinco cuadrados en el arte hispanomusulmán. mezquita catedral; D, de alero árabe-mudéjar toledano, casa o palacio del Temple estudiado por Cabañero Subiza y Hontañón; E, del palacio góticomudéjar de Ocaña (Toledo); F, de zócalos pintados de la Torre de Hércules de Segovia; H, de cerámica levantina del piso bajo de la torre de la Catedral de Toledo; I, mudéjar, de la torre de Tobed. La greca clásica-Zahra FIGURA 85. 1, A, B, C, D, E, F, G, ejemplos en piedra arenisca, aliadas o no a la esvástica, de Madinat al-Zahra, formada de T directa y T invertida, muy empleadas en cenefas de marcos de ventanas, puertas y tacas. Del apartado (A): 26, del Ara Pacis de Roma; 27, al-Zahra; 28, 29, 30, de al-Zahra con la clásica greca, en la (31) y (32) aliadas la T a la Figura 85. Grecas y esvástica. Algunas de estas grecas esvásticas en se dejan ver en piedras visigóticas Madinat al-Zahra. de Toledo publicadas por Amador de los Ríos (X). El dibujo 32-b del apartado (A) es de fragmento de pintura de al-Zahra conservado en el museo de esta ciudad. Hay que destacar aquí las cintas o cenefas con esvásticas semejantes a la del número (26), del sarcófago de plomo del Museo Arqueológico Nacional. Figura 86. Dos puertas de la fachada oriental (1) (2), mezquita alhama de Córdoba del siglo X. FIGURAS 86, 87, 88. De arcos de la fachada oriental de la ampliación de al-Hakam II de la mezquita aljama de Córdoba: 1, el tímpano del arco con líneas en zigzag tema constata- Figura 87. Puerta de San Miguel de la mezquita de Córdoba. Figura 88. Celosías de la mezquita de Córdoba del siglo X. do en enjutas de arcos del patio de la mezquita Zaytuna de Túnez, siglo IXX (A) y en mármol con arco de terraza del Salón Rico de al-Zah (B); 2, el tímpano de otra puerta decorado con trama original del dibujo 4. FIGURA 87. 1, 4, Puerta llamada de San Miguel de la fachada occidental, mezquita aljama de Córdoba: tímpano decorado con el esquema (3); por el interior el tímpano decorado con el esquema (A). FIGURA 88. Geometría decorativa de celosías de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X: inicialmente la unidad decorativa de solerías de al-Zahra; 2, celosías de las qubbas de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba, según A. Marfil Ruiz; 3, 4, otras dos celosías de la misma mezquita, la segunda da trama con alternancia de estrella de ocho puntas y medallones cuatro lóbulos y cuatro puntas de origen oriental. Figura 89. Geométrico de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra. Figura 90. Otros esquemas geométricos de la mezquita palatina. FIGURAS 89 y 90. Cuatro nuevos esquemas geométricos de tímpanos de arcos de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra. FIGURA 90. Trama formada por cuadrados rematados en cuatro L o ángulos independientes de alguna manera casi siempre aliados a la esvastica: 1, de piedra de arte copto, según Wessell; 2, dibujo de Olimpia, según Gómez-Moreno; también aparecieron según Marçais en Mesopotamia; el dibujo 7, de pìedras aparecidas en las excavaciones del Fustat, El Cairo, publicadas por Ali Bahgar y Albert Gabriel, aparecieron junto con otros estucos de estilo tuluní ; de las piedras de al-Zahra son entre otros muchos los dibujos (3) (4) (5) (7) (8) (9); el (6) de arco de la mezquita aljama de al-Zahra. Los dibujos (10) (11) (12) (13) (14) son de tímpanos de las puertas exteriores, lado occidental, de la mezquita aljama de Córdoba; el último reproduce una pintura del camino de ronda bajo de la ciudad palatina estudiada por Torres Balbás siendo uno de los pocos que logra verse en los yesos de la Aljaferia de Zaragoza, antes en el minbar del siglo IX de la Gran mezquita de Qayrawan, según P. Sebag. Por conclusión, Roma, Bizancio y el arte copto explicarían las composiciones estudiadas ignoradas por el arte omeya oriental y el abbasi. Por establecer paralelos entre el arte omeya cordobés y el copto dentro de lo floral: el (A) (B) y (C) de cenefas del Louvre muy vistas en al-Zahra. FIGURAS 91 y 91-1. Cadenetas de eslabones hexagonales alternando con cuadrados tipo bizantino: 1, piedras de al-Zahra, replicado en estucos cordobeses del siglo XI (1-1). Más derivados a largo plazo: 2, 4, 4-1, 5, 9, de las pinturas del techo de la nave central de la Capilla Palatina de Palermo; 3, de yesos de la alcazaba de Málaga; 10, del techo pintado del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan, según G. Marçais; 6, 7, 8, 12, 13, de yeserías mudéjares. Las cadenetas de (11) tipo oriental constatadas en la mezquita de Nayin, según Flury y algunos yesos de Samarra según Torres Balbás a propósito del estudio de la decoración del siglo XI de la mezquita aljama de Almería. Ascendencia bizantina en Reallexicon. Piedra cordobesa califal (A) cuya decoración geométrica figuró en mosaicos de Itálica. En el esquema (C) la trama de octógonos de Itálica (90 a) separada de la cordobesa (90 b) por línea de puntos, lo único que cambian son los decorados. Curiosamente este esquema antiguo de octógonos con estrellas incluidas es el elegido para la trama de la cubierta con arrocabe de mocárabes de la Capilla Palatina de Palermo (B). Cenefa (14) formada por círculos unidos por cruces, los espacios ocupados por florones de ocho pétalos según tipo (B) de la figura 68, sirve según restitución de cenefa ancha de enmarque de arco de la nave transversal del Salón Figura 91. Cadenetas con geométrico del arte hispanomusulmán a partir de la piedra (1) de al-Zahra; 14, trama de cenefa de arco, pórtico del Salón Rico. A, trama de piedra cordobesa, reiterada en (BI) y (C). Rico de al-Zahra. FIGURA 91-1. Serie de cuadrados sesgados a modo de rombos de pilastrillas de piedra arenisca, otras de tableros de mármol, de Madinat alZahra (3) (4) (5, de la mezquita de al-Zahra), el modelo viene de casas romanas excavadas en el interior de la alcazaba de Mérida, piedra de Segóbriga (Cuenca) y pieza de Murcia publicada por Torres Balbás(2-1). Habituales en al-Zahra son zócalos bajos pintados en el exterior de muros que circundan la terraza del Salón Rico. Son esquema sacados de al-Zahra: 76, 77, según Torres Balbás, 78a, 78c, 79a, 79b, 79c, 80, 81. Otros esquemas geométricos con la figura del octógono de al-Zahra: 6, de pintura del camino de ronda de la terraza del Salón Rico con modelo en mosaicos romanos (D); de enchapado de las terrazas superiores (C). Son romanos los esquemas (B) (F); el (E) se da en Antioquia antigua y en el palacio omeya de Jirbat al-Mafyar; H, de mármol califal cordobés. Interesante es la composición de estuco (A), del yacimiento romano de Villajoyosa (Alicante). Figura 91-1. Estudio monográfico de la tramas de rombos y octógonos en Madinat al-Zahra: 1, 2, dibujos del apartado (A), 4, 5, 7, C, H. Figura 91-2. 4, pilastra del palacio de Hisam de al-Zahra; 5, de casa romana, alcazaba de Mérida; 6, de Segóbriga, según Almagro. FIGURA 92. Esquemas geométricos excepcionales de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X. 1, interior de puerta de la fachada occidental del siglo X: por encima del arco polilobulado dos motivos formado por venera dentro de estrella con reborde de lacillo sencillo de aspecto antiguo: A, de mosaico de Illicí, Alcudia (Alicante); 2, tema geométrico de la clave del cupulín de la qubba central de delante del mihrab: estrella de diez puntas en el centro de lazo tipo curvilíneo, dentro de cada compartimento figura motivo bizantino de cuadrado en forma de cruz; 3, dos versiones geométricas a titulo de sellos o medallones de las arquerías de las qubbas de delante del mihrab; 4, en la fachas interna oriental de arcos entrelazados de la capilla de Villaviciosa, parte superior, se dibujan florones de aspecto geométrico semejantes a otros de la mezquita (8) y el (A) de azulejo de la Gran Mezquita de Qayrawan; 5, 6, medallones de uno de los compartimentos angulares de la falsa bóveda de la Capilla de Villaviciosa, entrelazados estrellas de seis y ocho puntas y medallón de seis y ocho lóbulos, el (5) similar de medallón de pìedra del Fustat de El Cairo publicado por Creswell (7). Figura 92. Varios de decoración del siglo X, Mezquita aljama de Córdoba. Formación del lazo de seis zafates hispanomusulmán FIGURA 93. Aparece por primera vez en piedras de Madinat al-Zahra (A) con motivos vegetales añadidos en sus distintos miembros, repetido en (B) de pintura de techo del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan. Para alcanzar este tipo de geometría primero hay que situarse en la mezquita abbasí de Ibn Tulún de El Cairo, siglo IX), donde se da en estucos de arcos y parietales (5-3), según Creswell y L. Golvin. En segundo lugar merece tantear los eslabones clásicos hasta obtener esta imagen islámica. En mi criterio se pueden barajar varias vías clásicas: primera, la obtenida a partir de trama de estrellas de seis puntas y hexágonos constatada en mosaicos de Illici (Elche (6) (8), esquema reiterado a título de arcaísmo en el exterior de la catedral de Palermo del siglo XII (6-1); en esta línea mencionar tramas romanas de Itálica (9) (10) y del Domus Augustana de Roma, según Creswell (9-1). Por eliminación parcial de rombos de dichas tramas se llega al dibujo islámico del Toledo (11), además del (14) y el (15), mudéjares. Otra vía es la que pasa por trama antigua de Hipona y Volúbilis (1) (2) que en lo islámico se traduce como el dibujo (3) (4) (5) y el estuco de Ibn Tulun (5-3). En esta línea se pueden incluir los lazos de seis de celosías de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (5-4) emparejado con el (18) árabe-mudéjar toledano. Siguiendo con el sistema hexagonal es interesante la trama de celosía de la mezquita cordobesa del siglo X (16), Museo Arqueológico Provincial de Córdoba, formada por hexágonos de tres escalas, hexágonos concéntricos en cuyos vértices se instalan seis hexagonillos, dicha trama emparentada con otras de patios de las mezquitas cairotas de al-Hakim y de al-Azhar (6-1), según Creswell; por complemento la (17-1) constatada en la Aljafería de Zaragoza relacionable con trama de Ibn Tulún publicada por L. Golvin. Luego se da medallón independiente clásico con lazo de seis (19 b) modelo del (19 a) de la Gran Mezquita de Qayrawan, según G. Marçais. Prescindiendo de la vías comentadas de formación del lazo de seis, en la Capilla Palatina de Palermo se da bien formado este tipo de decorado en solerías (17); del exterior de la catedral de esta ciudad es el lazo de seis (C). Figura 93. Estudio sobre orígenes del lazo de seis a partir de piedras del Salón Rico de alZahra. Figura en cenefa ancha de alfiz de las arquerías de la nave central. Celosía de yesería de la Aljaferia, según Cabañero Subiza. El lazo de ocho zafates FIGURA 94. Celosía de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba (1). Básicamente formado con entrelazado de medallones de cuatro ángulos y cuatro semicírculos, de ascendencia abbasi, según estucos de Samarra, de diferente escala concéntricos (a) (b) trabados por estrellas de seis puntas (b), mediante la prolongación de las cintas se obtienen lazos de ocho centrales (c). Otro tipo de celosía de piedra de la mezquita cordobesa (2) del sistema octogonal, lazos de ocho zafates inscritos en cuadrados que da lugar a las variantes de otras celosías del mismo santuario (3) (4) (6), ninguno de ellos existente en Madinat al-Zahra o cualquier otro palacio cordobés del siglo X. De la mezquita del Cristo de la Luz de Toledo son los esquemas de (5). Otro decorado de la mezquita cordobesa (7) formado por nueve espacios de distinta escala con estrella central de ochos puntas. Celosías de geometría curvilínea inaugurada en la mezquita cordobesa: 8, de la portada de San Esteban formada por entrelazado de círculos anudados de tradición clásica básicamente representada en mosaicos. Celosía de círculos anudados de la mezquita cordobesa de Almanzor (9) derivado de la celosía (10) de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra; se da mucho este esquema en mosaicos de solerías, por ejemplo en la iglesia de Santa Catalina paleocristiana del convento de Santa Clara de Córdoba, según P. Marfil Ruiz. De la mezquita aljama de al-Zahra es también la celosía (11) con círculos y medallones de cuatro lóbulos en tejido alternativo; 12, de la aljama de córdoba del siglo X. Figura 94. Lazos de ocho y otras celosías de geométrico curvilínea. Mezquita aljama de Córdoba del siglo X, según Klaus Brich. CONCLUSIÓN De siempre la decoración hispanomusulmana de los tres primeros siglos con escenario en Córdoba ha sido reacia a ser sometida a la disciplina o las coordenadas establecidas en la Historia del Arte, tal es el aluvión de temas y composiciones de decoración floral y geométrica de diversas influencias que distingue este estilo del de los precedentes: Roma, Bizancio, arte helenístico y godo, de Oriente arte omeya y arte abbasi. Tampoco se ha hecho mucho esfuerzo por clarificar por la vía de síntesis este arte promiscuo, versátil, de brillante presencia, muy denso por su fidelidad a sus fuentes de origen que se traduce en constancia en lo helenístico, bizantino y godo, llegando a formar parte importante de la uniformidad del arte mediterráneo que venía predicándose desde Roma y Bizancio. Es arte mediterráneo antes que arte árabe oriental entendido como tal el arte omeya y el abbasi. Lo sustantivo en él es el rescoldo local que dejó lo helenístico, lo bizantino y el arte godo al que se añaden o incorporan en fases sucesivas contadas expresiones estéticas derivadas de los edificios omeyas y abbasies de Oriente. Es decir, si no hubieran existido éstos Córdoba en los niveles decorativos hubiera sido capaz por sí misma y por la herencia de Roma y de Bizancio recibida de gestar con pleno éxito el arte hispanomusulmán que conocemos. Lo prueba el hecho de que ese arte islámico del otro lado del Mediterráneo tuvo por tutelaje exactamente las mismas fuentes de información que la lejana Córdoba. Por enseña orientalista más llamativa incidamos en el caso el arco lobulado de la mezquita aljama de esa ciudad cuyo origen abbasi es incuestionable para todos los especialistas Descendiendo a la ciudad palatina de Madinat al-Zahra, escenario o yacimiento el más importante del Mediterráneo árabe igualitariamente compartido con Qayrawan y todo su radio de acción de los siglos IX y X, los estudios de su decoración arquitectónica de tiempos atrás realizado por G. Marçais, Velazquez Bosco, F. Hernández, Gómez-Moreno Torres Balbás, Rafael Castejón, H. Terrasse, Pavón Maldonado, P. Cressier, Ewert, Natascha Kubich y Vallejo Triano, dan margen suficiente para delinear una síntesis basada en los estilos o subestilos a que dieron lugar los alarifes bajo el califato de Abd al-Rahman III y su hijo al-Hakam II a lo largo de la segunda mitad del siglo X. H. Terrasse en líneas generales dejó establecido dos estilos: el de afuera del Salón Rico y el de éste. Siendo así hoy del primer estilo sería la mezquita aljama palatina (940-941), parte de decoración, básicamente capiteles de piedra caliza, del Salón de cinco naves de la terraza intermedia (figura B, 14) y decoración del palacio del príncipe Hisam de la terraza más superior tenido por representante de los últimos años de la ciudad palatina (Figura B). Por contradictorio que parezca dos edificios el primero y el tercero distantes en el tiempo con estilo común basado en la prepotencia del acanto (figura A, 1), el orientalismo del primero (Figura A) representado por las almenas decoradas (2) (3) a la manera del arte omeya oriental de Jirbat al-Mafyar (A). En la mezquita se hace alarde de decoración geométrica tipo bizantino de rombo de lados escalonados (4) a veces instalada en el intradós de las dovelas de arcos (5), modalidad realmente novedosa por ahora Ni que decir tiene que el primer estilo que comento, sobre todo la mezquita, descienden del arte local de siglos anteriores inspirados en el arte helenístico, Bizancio y el arte godo; esta última influencia bien expresada en los cimacios de mármol decorados procedentes del palacio de Hisam (Figura B, 7, 8). La lectura del decorado de este palacio es la que sigue: 1, acantos puestos de pie de friso con curva de nacela; 2, 3, acantos de salmer de arco y cenefa ancha de encuadre del mismo; 4, basa con la novedosa decoración de vegetales con hojillas lanceoladas; 5, acantos en estilo denso con florón central con vegetales concéntricos hacia adentro de ascendencia goda y oriental; 6, 7, 8, decoración goda de cimacios de mármol; 7-1, decoración floral muy preciosista, según Velázquez Bosco del palacio occidental de Hisam; A, B, palmeta de la decoración de la Gran Mezquita de Qayrawan y del palacio de al-Zahra, según dibujos Figura A. Primer estilo. Decoración básica de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra. Figura B. Primer estilo. Decoración del palacio del príncipe Hisam de al-Zahra. de G. Marçais. En el mismo palacio pilastra decorada con enchapado de cuadrados sesgados o rombos concéntricos en serie (9), el (12) y (13), dibujos de G. Marçais publicados por Torres Balbás; 10, de casas romanas excavadas en la alcazaba de Mérida; 11, de Segobriga, según Martín Almagro; este tipo de decoración pasa a pilastras altas de la ampliación de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II. Acomodándonos en la terraza del Salón Rico, en que anida o se reconoce el llamado segundo estilo, distinguir entre dicho salón, el pabellón de enfrente al parecer también de planta basilical rodeado de las cuatro albercas y casas palatina con el núcleo central en el palacio de Chafar a la derecha y en escalón más alto del Salón Rico. En todo este lugar en lo decorativo se da yuxtaposición del primer estilo local con su herencia helenística-bizantina y especial o directo cuño romano patente en columnas, basas y capiteles de orden compuesto y corintio y las pilastras de las puertas de las naves laterales. En la decoración parietal los tableros con más de sesenta árboles de la vida (Figura C, 11) de incuestionable influjo omeya oriental o Figura C-1. Estilo segundo. Figura C y C-1. Segundo estilo. Decoración del Salón Rico de Madinat al-Zahra. A, decoración de la lira clásica, piedra de la terraza del Salón Rico. sasánida (A, ventana de Qasr al-Hayr), según Creswell, árbol con alto predicamento en los marfiles de escuela cordobesa de la época. Se sublima técnica y estéticamente, en un todo preciosista, el arcaizante acanto de la mezquita palatina aplicado sobre todo a albanegas y salmeres (3) a veces incluidas las dovelas claves de arcos (2); espirales de acantos en enjutas del palacio de Chafar (4), labradas en chapas adosadas al armazón de la construcción. En el alfiz de las arquerías del Salón Rico se acoplan cenefas de origen oriental con el incipiente lazo de seis (5) además de florones igualmente de ascendencia omeya oriental. (6). Sobre el orientalismo del principesco salón además de árbol de la vida las palmetas (8) formando unidad floral derivada de la del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar, según Hamilton, si bien se la reconoce también en el arte bizantino; del mismo arte el florón de cuatro puntas (9), sasánidas los rizos de (10). Oriental incuestionable con cuna en la mezquita cariota de Ibn Tulun es la cartela de capitel y dibujo de madera de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (12). El decorado (13) sacado de una de las pilastras del Salón Rico, con vegetales de múltiples hojillas lanceoladas por primera vez presente en Córdoba fuera de los capiteles. Por lo que se refiere a las arborizaciones parietales, con marcada tendencia naturalista (en una de ellas se aprecian hojas de vid y de roble copiadas de la naturaleza) se acusa la manera densa de tratar tallos, roleos y florones o frutos floreados dibujados con minuciosidad proverbial dentro de un molde en forma de corazón o gota en un alarde de agotar el repertorio ornamental. Entre este decorado clásico por su factura e iconografía destaca por ejemplo la llamada lira (A) rodeada de piñas. A este estilo del Salón Rico a modo de subestilo se puede añadir la decoración del pabellón de las cuatro albercas (figura D) presidida por medallones lobulados anudados de influjo oriental, el anudado también presente en el ataurique de una enjuta de arco de este mismo pabellón (6), parecida a un decorado de la parte del Salón Rico (7). Los frisos 2, 3, 4, con origen muy probable en la trama (1) de Jirbat al-Mafyar, según Hamilton. El naturalismo del Salón Rico muy presente en el subestilo que comentamos como lo indican el trato de favor que se da al fruto de la granada. Y del núcleo del Salón Rico la ventana o nicho adintelado remontado por venera encajada en arco de herradura sostenido por columnillas lisas publicado por Rafael Castejón (figura C-1, C), diseñado a la manera goda de Mérida (B), tal vez como precedente de los iconos avenerados del interior del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan, siglo X (D). Figura D. Estilo segundo B. Decoración del pabellón de las cuatro albercas en la terraza del Salón Rico. Ya fuera de la ciudad palatina el estilo tercero representado en los altos de la Qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba: bellísimos decorados de estuco basados en el omnipresente árbol de la vida visto en el Salón Rico; ahora el acanto, sin dejar de estar presente un tanto miniaturizado (Figura E, 1), empieza a ser sustituido por otra decoración arbórea plagada de vegetales con dos tres y más hojillas alanceadas (2) (3, del mihrab) (consultar Figuras 9, 10, 11 y 12) que vimos renacer en los capiteles califales y por extensión en la decoración de basas del palacio del príncipe Hisam y en pilastra del Salón Rico. Los mosaicos bizantinos de la qubba central aportan esquemas florales clásicos propio del arte de Grecia y Roma, (7) de dovela; 5, unidad floral en serie característica de Bizancio y del palacio de Jirfbat al-Mafyar (4), según Hamilton. Clásico en un cien por cien es el florón con puntas introvertidas (8), visto lo mismo en Oriente que en Occidente. El naturalismo un tanto mixtificado de los mosaicos acentuado por la presencia de frutos de vid, piña y otros. En las puertas exteriores de la mezquita aljama tímpanos de arcos, y dentro de la arquería decorativa altas, se prodiga el esquema geométrico con esvásticas (6) inaugurado en solerías y enchapados parietales del palacio de Hisam de al-Zahra. Figura E. Estilo tercero. Decoración de la qubba de delante del mihrab, mezquita aljama de Córdoba. Entiéndase que de lo hasta aquí escrito, a modo de conclusión, debe deducirse que los denominados tres estilos son más nominales que efectivos debido a la densidad del ataurique califal acuñado sólo en tres décadas. Estilo aparte de facturas e iconografía más sofisticadas corresponde a los tableros del la almunia del Cortijo del Alcaide estudiados por Ch. Ewert, hoy en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba. Lo que en principio hace que el decorado de al-Zahra parezca masivamente oriental por la vía de lo omeya y abbasi, siglos VIII y IX, es en primer lugar la modalidad de decorado denso o compacto, el todo decorado sin pausa, el árbol de la vida y la palmeta de tres puntas doble y simétricamente dispuestas, con o sin vegetal erecto central. Pero entre lo omeya oriental y lo omeya de Córdoba siempre se interpone el arte bizantino, común fuentes de ambos estilos, con sus muy apretado repertorio de unidades decorativas prototipos con efecto retardado expandidas por todo el Mediterráneo. Detalle de un tablero parietal, almunia del Alcaide de Córdoba, finales del siglo X. Palmetas con remate de hojillas lanceoladas. Tabla de unidades florales presentes en los tres estilos cordobeses. Figura F. Figura F. Cada unidad floral lleva una letra indicando su procedencia o estilo. Algunas figura llevan dos o tres letras . AQ, mezquita al-Aqsa de Jerusalén; B, bizantino; C, Córdoba califal; K, palacio omeya de Khirbat alMafyar; M, Madinat al-Zahra; OR, Oriente; Q, Gran Mezquita de Qayrawan y mezquita de las Tres Puertas; R, santuario de la Roca de Jerusalén; S, estucos de Samarra; T, mezquita aljama de Tudela; S, de estucos de Samarra; V, visigodo. Pormenores decorativos clásicos del ataurique califal de Córdoba. Figura G Figura G. Tallos, hebillas y cuernos de la abundancia. La figura G dividida en tres apartados: A, tallos decorados; B, hebillas botones u tres hojillas lanceoladas en las bifurcaciones; C, cuernos de la abundancia. Los tallos decorados con diferentes dibujos clásico o derivados de la Antigüedad, incluidos los motivos m, n. Acerca de las hebillas, botones y otros motivos prendidos de tallos (B) muy habituales ya en lo romano, sasánida, bizantino y primer arte omeya oriental: c, de la mezquita al-Aqsa de Jerusalén; d, Qubbat de la Roca de Jerusalén, según Crewell y O. Grabar; H, romano de mármoles policromos de Ostia; los restantes de composiciones califales de Madinat al-Zahra y de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba; algunas replicadas en la decoración naturalista del mudéjar toledano, siglo XIV. Apartado C con el cuerno de la abundancia en el arranque de tallo o tallos. Abundantes en la Antigüedad, junto con búcaros o crateras. Primeras manifestaciones islámicas en mosaicos de la Qbbat de la Roca de Jerusalén; en Madinat al- Zahra jambas de mármol (1), pilastra del Salón pico (2) (4-1); piedra arenisca de al-Zahra ((4). BIBLIOGRAFIA GENERAL POR ORDEN ALFABÉTICO -Aquilué, X, y otros, Empúries. Guias del Museu d´Arqueologie de Catalunya. -Assadulah Soiren Melikian chirvaia, “La plus ancienne mosque de Balkh”, Ars Asiatique, XX, 1959. -Baranki, D. C., Guide to the Muyyaad Palace at Khirbat al-Mafjar, 1947. -Barceló, C., Cressier, P., Vicennt Lerma, J., “Los capiteles califales inéditos procedentes del Palacio Real de Valencia”, Archivo de Prehistoria Levantina, XX, 1990. -Belda Dominguez, I., Museo Arqueologico Provincial de Alicante, VIII, 1946. -Beltrán, “La colección arqueológica de época romana aparecida en Madinat al-Zahra”, Cuadernos de Madinat al-Zahra,2, 1991; “Sarcófagos romanos de Córdoba”, Madrider Mittelungen, 14, 1993. -Berchem, M., “Un chapitre nouveau d l´histoire de l´art musulmán”, Ars Orientalis, 1954. - Bermúdez Cano, “Capiteles precalifales del palacio del rey Do Pedro. Talleres y reempleo”, Romulo, 3, 2004. -Berthier, L., La sculpture at les arts mineurs byzantines , Londres, 1973. -Bianchi Bandinelli, R., El fin del arte antiguo, 1971. -Brisch, K., “Las celosías de la fachadas de la mezquita de Córdoba”, AlAndalus, XXVI, 1961; “Zu einer Gruppe von islamicen Kapitellen and Basen des 11 jhdts. In Toledo”, Madrider Mittelungen , 2, 1961; “Zum Bab Wuzara (Puerta de San Esteban) der Haupt Moschee von Córdoba”, Studies in Islamic Art and Architecture in Honour of Profesor K.A.C. Creswell, El Cairo, 1965. - Caballero Zoreda, L., “Un canal de transmisión de lo clásico en la alta Edad Media española. Arquitectura y escultura de influjo omeya en la Península Ibérica entre mediados del siglo VIII e inicios del siglo X”, AlQantara, XV, 2 y XVI, 1, 1994-1995. -Cabañero Subiza, B., “Los tableros parietales de la mezquita aljama de Huesca a partir de sus réplicas en el pulpito de la Sala de la Lismona. Notas sobre las influencias abasíes en el arte de al-Andalus”, Artigrama, 11, 1994-1995; “Notas para el estudio de los tableros parietales del arte andalusí desde la época del emirato hasta la de los reinos de Taifas”, Cuadernos de Madinat al-Zahra, 4, 1999; -Calvo Capilla, S., “Madinat al-Zahra y la observación del tiempo en el renacer de la Antigüedad clásica en la Córdoba del siglo X”, Anales de Historia del Arte, 22, 2012. -Castejón, R., “Excavaciones del Plan Nacional en Madinat al-Zahra (Córdoba), 1943; “La Puerta de Mohammad I en la Gran Mezquita de Córdoba, BRACDINAC, XV; “Piezas califales en Londres!, Al-Mulk, 4, 196465; “Vestigios de los alcázares musulmanes de Córdoba”, BRACDINAC, año XX. - Castejón, Rosario, “Madinat al-Zahra en los autores árabes”, Al-Mulk, 2, 1961. - Cressier, P., Les chapiteaux de la Grande mosquée de Cordoue ( oratoires d`Abd al-Raman I y Abd al-Rahman II. La sculpture des chapìteaux a la époque emiral”, Madrider Mitteilungen, 25, 1984; “El renacimiento de la escultura de capìteles en la época emiral, entre Oriente y Occidente, Cuadernos de Madinat al-Zahra, 1991; “La decoración del mihrab de la mezquita mayor de Almería. Nuevos descubrimientos”, Madrider Mlttelungen, 31, 1990. -Creswell, K.A.C., A short account of early Muslim architecture, Baltimore, 1958; Early Muslim architecture, I, II, 1932-1940 (1969); The Muslim architecture of Egypt, I-II, 1952, 1959. -Demus, O., The mosaics of Norman Sicily, London, 1949. - Diehl, Ch. Manuel d´art byzantine, !-II, París, 1925. -Dimand, “ Studies in Islamic ornaments”, Ars Islamica, V, 1937; L´arte dell´Islam, Florencia, 1972 - Douccel Boute, P., Les pavements des églises byzantines et du Liban, 1988. -Ettinghausen, R., From Byzantium to Sassanian Iran and the Islamic world, Leyden, 1972. -Ewert, ch. “Precursores de Madinat al-Zahra. Los palacios omeyas y abasíes de Oriente y su ceremonial aúlico”, Cuadernos de Madinat alZahra, 3, 1991; “Elementos de la decoración vegetal en el Salón Rico de Madinat al-Zahra: los tableros parietales”, El Salón Rico de Madinat alzahra, Vallejo Triano (coord.), 1995; “El arte omeya andalusí en su última fase: el Cortijo del Alcaide”, Codex Aquilarensis. Cuadernos de Investigación del Convento de Santa María, 4, 1999. -Fernández-Puertas, A., “La decoración de las ventanas de Bab al-Uzara según dos dibujos de Félix Hernández “, Cuadernos de la Alhambra, XVXVII, 1979-1980. -Flury, “Le décor de la mosquée de Nayim”, Syria, 1921. -Franz, H. G., Von Bagdad bis Cordoba, 1984; “Wesenszuge omayyadischer Schumuckkunst”, Beitträge zur Kunst geschichte Asiens. Estambul, 1963. -García y Bellido, A., Arte romano, Madrid, 1972; “Un gran mosaico de Itálica”, Habis, I, 1970. -Gayet, Al., Art Persa, París, 1895. -Germain , S., Les mosaiques de Timgad, París, 1973. -Ghirshman, R., Iran. Partos y sasánidas, 1962. -Golombek, L., “Abbasid mosque at Balkh”, Oriental Art, XV, 1969. -Golvin, L., “Notes sur un décor in marbre trouvée a Madinat al-Zahra”, AlAndalus, 1960; Recherches archeologiques a la Qal´a des banu Hammad, Paris, 1965; Essai sur l´architecture religieuse musulmane, Tunis. I,II, III, IV, 1970, 1071, 1976, 1978. -Gómez-Moreno, M., Iglesias mozárabes. Arte español de los siglos IX al XI, Madrid, 1919; “Capiteles árabes documentados”, Al-Andalus, 194; “Primicias de arte cristiano español”, Archivo Español de Arte, 1966; Ars Hispaniae, III. Grabar, A., “Un relief del XI siècle à Brauweiler et l´origine des motifs sasanides dans l´art du Moyen Âge”, Memorial d´un voyage d´etudes de la Societé Nationale des Antiqaires de France en Rhénanie, París, 1953 (sobre persistencia de lo sasánida en lo islámico); Sculptures byzantines de Constantinople, París, 1963; La edad de oro de Justiniano, 1966 -Grabar, O., “The Umayyad dome of the Rock en Jerusalem”, Ars Orientalis, III, 1959; The formation of Islamic art, New Haven-Londres, 1973; The Three seasons of excavations at Qasr a-Hayr Sharqi”, Ars Orientalis, VIII, 1970; City in tehe desert. Qasri al-Hayr East, 1978; “¿Existen imágenes sagradas en el Islam?, en La Aljaferia y el arte del Islam occidental en el siglo XI (coords. Borras Gualis y Cabañero Subiza), 2004. - Hamilton, R. W., “Some Eighth century capitals, al-muwwaqar·, The Quartely,II. 1948; “Capitals from the Aqsa mosque”, The quarterly, XIII, 1946; Khirbat al-Mafjar, Oxford, 1959. -Harrazi, N., Chapiteaux de la Grande Mosquée de Kairowan, I-II, Tunis, 1982 -Hernández Giménez, F. y Vicent, A. M., “Plaqueta decorativa procedente de Madinat al-Zahra”, Actas del XXIII congreso Internacional de Historia del arte, II, Granada, 1977. - Hernández Giménez, F., “La techumbre de la mezquita de Córdoba”, Archivo Español de Arte y Arqueología, IV, 1928; Madinat al-Zahra. Arquitectura y decoración, Granada, 1985. -Herzfeld, F., Die ausgrabungen von Samarra, Berlin, 1013; Der wauschmuck der Bauten von Samarra und seine ornamentick, Berlin, 1923. -Hidalgo, R., Fuertes, M. C., “Córdoba ante la Antigüedad clásica y el Islam. Las transformaciones de la ciudad a partir de las excavaciones en Cercadilla”, en La islamización de Extremadura romana, Mérida, 2001. -Hill, D., Grabar, O., Islamic architecture and its decoration, Londres, 1967. -Hoag, D. John, Arquitectura islámica, 1976. -Hubert, J., Porcher Wolfgang, Volbach, F., La Europa de las invasiones, 1968; El imperio carolingio, 1968. -Kühnel, E., “Lo antiguo y lo oriental como fuente del arte hispanoislámico”, Al-Mulk, 4, 1964-1965. -Lechler, G., “The tree of life in Indo-european and Islamic cultures”, Ars Islamica,IV, 1937. -Levi, Doro, Antioch mosaic pavements. - Leroy, J., Les manuscrits coptes et coptes- arabes illustres, París, 1974. -Leví-Provençal, E., Inscriptions árabes d´Espagne, Leyde-París, 1931. -Lézine, A., Architecture de L´Ifriqiya. Recherches sur les monuments Aghablides, París, 1966. -Lillo, M., “Algunas similitudes decorativas entre el arte omeya oriental y la mezquita de Córdoba”, Actas del XXIII Ccongreso Internacional de Historia del Arte, II, 1977. -Luna Usuna, D., Zamorano Arenas, A. M., “La mezquita de la antigua finca El Fontanar”, Cuadernos de Madinat al-Zahra, 4, 1999. -Mango, Cyril, Arquitectura bizantina, 1980. -Marçais. G., Coupole et plafonds en la Grande mosquée de Kairouan, Tunis-Paris, 1925; Manuel de l´architecture musulmane d´Occident, I-II, 1926; L´architecture musulmane d´Occident, París,1955; “Sur les mosaïques de la Grande Mosquée de Cordoue, Studies in Islamic art and architecture in honour of profesor K. A. C. Creswell, 1965; L´arte musulman, París, 1962. -Marfil Ruiz, P., “Trabajos de investigación arqueológica en las cúpulas de la maqsura de la mezquita de Córdoba” y “Nuevos datos para el conocimiento del lucernario de al-Hakam II en la Capilla de Villaviciosa de la mezquita de Córdoba”, Qurtuba, 3, 1998; “La iglesia paleocristiana de Santa Catalina en el convento de Santa Clara (Córdoba)”, Revista del Museo Municipal de Algeciras,1, 1996; “Córdoba de Teodosio a Abd alRahman III”, en “Visigodos y omeyas: un debate entre la Antigüedad tardía y la Alta Edad Media”, Anejos del Archivo Español de Arqueología, 23, 2.000. -Martínez Núñez, M. A., La epigrafía del Salón Rico de Abd al-Rahman III, 1995. -Montejo, A. J., “La Rawda del Alcázar de córdoba”, Anales de Arqueología cordobesa, 17, 2000. -Montiel, A. J., Anales de la arquitectura cordobesa, 17, 2000. -Ocaña Jiménez, M., “Capiteles fechados del siglo X”, Al-Andalus, VIII, 1940; “Obras de al-Hakam II en Madinat al-Zahra”, Al-Andalus, VI, 1941; “Las ruinas de Alamiriya, un yacimiento arqueológico erróneamente denominado”, Al-Qantara,5, 1984; “Las inscripciones árabes fundacionales de la mezquita-catedral de Córdoba y la incógnita de su data”, Qurtuba, I, 1996. -Pacheco, P., y otros, El Alcázar islámico de Valencia. Difusió arqueológica, 9, 2010. - Pavón Maldonado, B., “Nuevos capiteles hispanomusulmanes en Sevilla”, Al-Andalus, Al-Andalus, XXXI, 1966; Memoria de la excavación de la mezquita de Madinat al-Zahra, Dirección General de Bellas A, Madrid, 1966; “Influjos occidentales en el arte del califato de Córdoba”, AlAndalus, XXXIII, 1968; “Las analogías entre el arte califal de Córdoba y la mezquita mayor de Kairuan en el siglo XI”, Cuadernos de la Alhambra, 4, 1968; “Sobre el origen sirio de las almenas decorativas hispanomusulmanas”, Al-Andalus, XXXIV, 1969; y Sastre, F., “Capiteles y cimacios de Madinat al-Zahra tras las últimas excavaciones”, Archivo Español de Arte, 166, 1969; “El romanismo de los aleros califales”, AlAndalus, XXXVI, 1971; “ La formación del arte hispanomusulmán. Hacia un corpus de la ornamentación del califato de Córdoba”, Al-Andalus, XXXVIII, 1973; Tudela. Ciudad medieval: arte islámico y mudéjar, Madrid, 1978; “Presencia helenística y bizantina en el arte omeya occidental, Andalucía Islámica, IV-V, 1986; Las almenas decorativas hispanomusulmanas, Madrid, 1986; El arte hispanomusulmán en su decoración geométrica, 1975-1989; El arte hispanomusulmán en su decoración floral, 1981-1990; “Roma y el Islam occidental según las crónicas árabes. Pervivencia antiguas en la arquitectura de al-Andalus”, Manuales y anejos de “Emerita”, CLI, 1999; “El lazo de 6 de la Alcudia (Elche). El primer ejemplo conocido de Occidente. Las tramas hexagonales en el arte árabe”, AlQantara, XXII, 2001. -Peña Jurado, A., Estudio de la decoración arquitectónica romana y análisis de reaprovechamiento del material de la mezquita aljama de Córdoba, Córdoba, 2010. -Pope, A., A survey of Persian Art, vol. VI. -Restle, M., Wessel, K., Reallexicon zur byzantinischen Kunst. Unter Mitwirkung von Marcel Restle Herrars gefeben, Stuttgart, 1969. Revista Syria, 1934. -Rey Pastor, A., Restos del arte visigodo encontrados en San Pablo de los montes (Toledo, 1933. -Sebag, P., La Grande mosquée de Kairiuan, Zúrich, 1963. - Schlunk, H., Arte visigodo. Ars Hispaniae, II. -Schlumberger, M. D.”Les fouilles de Qasr al- Heir (1936-1938)”, Syria, XX, 1939. -Semai Eyide, Iznik.Tarihçesi ve eski eserleri, Istanbul, 1991. -Schmidt, H., “ l´expedition de Ctesiphon en 1932-1935”, Syria, 1934. -Stern, H., “Les mosaïques de la Grande Mosquée de Cordoue “, Madrider Forschungen, II, 1976. - Terrasse, H., L´art hispano-mauresque des origines au XII e siècle, París, 1932; “Les tendances de l´art hispanomauresque á la fin de X et au debut du XI siècle”, II Sesiones de Cultura hispanomusulmana, Córdoba, 1963; “La formation de l´art musulman d´Espagne”, Cahiers de civilisation médiévale, 2, 1965; “Chapiteaux omeiyades d´Espagne à la mosquée d´alQarawiyyin de Fès”, Al-Andalus, XXVIII; “La sculpture monumentale à Cordoue au IX e siècle “, Al-Andalus, XXXIV; “Les influences orientales sur l´art musulman d´Espagne”, Studia Islámica, MCMLXVII. -Torres Balbás, L., “Basas califales decoradas”, Al-Andalus, II, 1934; “La mezquita mayor de Almería”, Al-Andalus, VIII, 1953; “Los precedentes de la decoración mural hispanomusulmana”, Al-Andalus, XX, 1955; “El arte hispanomusulmán hasta la caída del califato de Córdoba”, Historia de España, dirigida por R. Menéndez Pidal, T. V, 1965 (muy relevante en esta obra es el criterio del autor sobre el paralelo aúlico a nivel decorativo de Córdoba y Bizancio: “La desaparición del legendario palacio imperial de Constantinopla impide concretar el origen de bastantes elementos del arte cordobés y que los escasos fragmentos de decoración marmórea descubiertos en fechas recientes al excavar sus ruinas semejantes a otros del califato de Córdoba”. Cita este autor la obra The Great Palace Byzantine emperators, 1959) (Pienso que tal vez en esa arquitectura bizantina desaparecida estaba el origen de la decoración floral e incluso la geométrica de las dovelas, salmeres y albanegas de las arquerías de la mezquita aljama y del Salón Rico de Madinat al-Zahra); “La portada de San Esteban de la mezquita mayor de Córdoba”, Al-Andalus, XII, 1947. -Vallejo Triano, A., (coord.) El Salón Rico de Madinat al-Zahra, 1995; La ciudad calfal de Madinat al-Zahra. Arqueología de su excavación, 2010. -Valle Fernández,T., Respaldina , L., “La pintura mural almohade en el Palacio de Yeso”, Apuntes del Alcázar de Sevilla, 1, 2000. -Velázquez Bosco, R., Medina Azzahra y Alamiriya, 1912; Excavaciones en Medina Azzahra, 1923. -Villalón, M. C., Mérida visigoda. Escultura arquitectónica, Badajoz, 1985: El paso de la Antigüedad a la Edad media. La incierta identidad del arte visigodo, 2008. Wessell, K., L´arte copte. ¨Art Antique de la base-époque en Egypt, 1964. .Zbiss, M., “Sabra-Mansouriyya. Nouveau document d´art fatimí d´Occident”, Journal Asiatique, 1956. -Zozaya, “La influencia visigótica en al-Andalus”, Corso XXXIV de Cultura Sull´art ravenna e bizantina, Ravenna, 1981 (por error el autor da a B. Pavón Maldonado el artículo de Panofski titulado “Estudios sobre iconografía” y a éste mi libro El arte hispanomusulmán en su decoración geométrica). Creo que este autor debe explicar el significado de la definición del arte de al-Andalus que da en su artículo: “Hispania, alAndalus en su momento formaba una encrucijada compleja en la cual las dudas culturales fueron resolviéndose a favor de una línea que no renunció a sus particulares, aquellas que en definitiva le conferirían unos rasgos diferenciadores que permitan hablar sin duda de la cultura andalusí”. - -