Sistemas de producción de carne ovina en la Provincia de Buenos Aires: PARTE I. Pautas de manejo Eduardo Sánchez, Juliana Papaleo Mazzucco.y Horacio Berger; Área de Investigación en Producción Animal. EEA INTA Balcarce. [email protected] La producción ovina en la provincia de Buenos Aires actualmente se encuentra ante un panorama promisorio, con muy buenos valores para la producción cárnica y un progresivo desarrollo de la industria frigorífica y el mercado, lo cual es un factor muy importante en términos de la potencialidad a mediano largo plazo. Sin embargo, su desarrollo dependerá básicamente de la generación de planteos competitivos frente a alternativas como la producción vacuna o agrícola largamente afianzadas en la región. Cuando pensamos en modelos de producción ovina como una alternativa rentable, solo es posible mediante la intensificación de la producción individual y de la majada, de modo que contribuya al mejoramiento de los indicadores de producción y la calidad de la carne, cuyo resultado esperado es la obtención de mayor cantidad de corderos para la venta. El incremento la producción de carne por hectárea, deberá estar sostenida por una carga animal superior al promedio de la región a través de la utilización de distintas herramientas de intensificación, de modo de, por un lado aumentar la oferta forrajera y por otro mejorar la utilización en su conversión a carne. El manejo de la majada resulta clave para el uso eficiente de los recursos alimenticios, especialmente los aspectos vinculados a la realización de la encarnerada y la recría de las borregas de reposición. Por ello, en esta primera parte presentaremos algunas pautas de manejo del servicio de la majada y en la segunda parte una experiencia de recría de la reposición realizada en la "Unidad de Producción Intensiva de Ovinos‐ Reserva 8” de la EEA INTA Balcarce. El servicio o encarnerada. Conceptos generales El manejo del servicio o encarnerada es una herramienta clave dentro del ciclo de producción, siendo la base para la implementación de otras acciones y/o tecnologías como el ajuste de la carga animal, el apotreramiento, o el manejo del campo natural y las pasturas. El éxito reproductivo medido en resultados de fertilidad y prolificidad, es decir, porcentajes de preñez y de gestaciones dobles, posibilitará mayor porcentaje de corderos logrados, y en consecuencia más kilogramos de carne por hectárea (Tabla 1), mayor producción de lana y mayor progreso genético ligado a una mayor presión de selección sobre los futuros vientres. Tabla 1: Impacto de la fertilidad y la prolificidad de la majada (reflejada en el porcentaje de señalada), sobre la producción de carga (carga de 6 ovejas/ha, adaptado de Arostegui R. 19921) Porcentaje señalada 66 80 100 117 de Producción de carne al destete (kg/ha) 4 corderos de 25 kg = 100 kg 5 corderos de 25 kg = 125 kg 6 corderos de 25 kg = 150 kg 7 corderos de 25 kg = 175 kg Son muchos los factores asociados a los resultados reproductivos: época de servicio, nutrición, sanidad, manejo, edad, etc., los cuales no actúan en forma independiente sino que, por el contrario, todos están asociados. Sin embargo, de todas las tecnologías disponibles, aquellas relacionadas al manejo son las primeras que se deben aplicar por su gran impacto relativo en el incremento de la productividad. A continuación analizaremos específicamente aquellos factores asociados al manejo de la majada como son, la época de servicio, la duración del servicio, el manejo nutricional y la edad al primer servicio. Época de servicio: Es una de las decisiones de mayor impacto para modificar los resultados reproductivos ya que en nuestras condiciones, donde la oferta forrajera fluctúa a lo largo del año, la decisión de establecer la fecha de servicio, implica también determinar el nivel de alimentación que tendrán las ovejas, en servicio, gestación, parición, lactancia y lo que es muy importante la época de partos (clima esperado), factor determinante de la mortalidad perinatal. Existen variaciones muy importantes en la tasa de ovulación dentro de la época de actividad sexual, lo cual, acompañado de un correcto manejo del parto permitirá subir la cantidad de corderos mellizos vivos. Las ovejas son poliéstricas estacionales, es decir, no ciclan durante todo el año, solo en otoño, constituyendo una excepción las ovejas Corriedale y Merino que se encuentran cíclicas también en primavera. El acortamiento de 1 Cita – referencia de Arostegui 1992 la duración del día hacia fin del verano y durante el otoño es el principal factor que desencadena el inicio de la época de actividad sexual, siendo el otoño (mediados de marzo), donde se encuentra a las ovejas y carneros en la máxima expresión de fertilidad. Entonces… ¿Cuál es la época de servicio adecuada? Será aquella en la cual la oveja manifieste actividad sexual, la tasa de ovulación más alta, teniendo en cuenta que esta decisión ha de determinar posteriormente las épocas de gestación, partos, lactancia, y probablemente destete y todas las prácticas y técnicas de manejo habituales dentro de una majada. Cada una de ellas demanda distintos niveles de requerimientos nutricionales razón por la cual la elección de la época de servicio deberá tener en cuenta las posibilidades de la oferta forrajera. Habitualmente en la provincia de Buenos Aires las encarneradas se realizan a partir de mediados de marzo o abril, de modo de aprovechar el crecimiento de forraje primaveral con las ovejas y sus corderos al pie y llegar a diciembre con corderos en condiciones de venta. Duración del Servicio: Un servicio corto determina una época de parición corta. Esto permitirá extremar los cuidados y disminuir los costos y el esfuerzo que representa el intento de reducir las pérdidas de corderos durante la parición; además de que se podrán administrar los recursos alimenticios de un modo más eficiente, dado que toda la majada tendrá requerimientos nutricionales similares. Adicionalmente, se dispondrá para la reposición y venta un lote de corderos más homogéneos en edad y peso, con las ventajas que ello implica. Las ovejas ciclan regularmente cada 17 días, presentando diariamente celo aproximadamente el 6% de las ovejas de la majada, con lo cual un servicio de 45 días permitirá que cada oveja tenga casi tres oportunidades para quedar preñada, lo cual, en condiciones normales es más que suficiente para lograr un servicio exitoso. Nutrición: La actividad reproductiva esta íntimamente asociada a la nutrición, tal es así que, una situación de déficit alimentario puede ocasionar un retardo en la manifestación de la pubertad y primer celo, reducción de la fertilidad y tasa ovulatoria, prolongar el anestro estacional, dificultad de partos por debilidad, disminuir el peso del cordero al nacer y disminuir la producción de leche y periodo de lactancia. Por tanto, es necesario un manejo del los recursos alimenticios tal que asegure que la majada llegue en condiciones adecuadas a la encarnerada. Aquellos ovejas que se encuentran en una condición corporal mínima de 2,5 lograrán un servicio satisfactorio, e incluso, sí se encuentran ganando peso, se incrementará la proporción de ovejas melliceras. Sin embargo, existen 2 estados fisiológicos en los cuales los requerimientos nutricionales de la oveja son bajos: los primeros 90 días de gestación y cuando la oveja está vacía y sin cordero al pie (oveja seca), donde se puede bajar el nivel nutricional de la majada de modo de facilitar el ajuste de la demanda a la oferta forrajera. Edad al primer servicio (reposición): La pubertad tiene lugar en la oveja cuando ha alcanzado la edad de 5 a 9 meses, aunque, corrientemente la primera ovulación no va acompañada de celo (ovulaciones silenciosas) o por el contrario se produce ovulación sin celo (celos anovulatorios). La edad en que aparece la pubertad en una cordera depende del peso corporal, la alimentación, la raza y época de nacimiento. La pubertad no aparece hasta que la cordera ha llegado a aproximadamente el 70% de su peso adulto, aunque las corderas sometidas desde el nacimiento a un plano nutricional elevado alcanzan antes la pubertad, siendo más precoces las razas de mayor prolificidad y sus cruzas. Sin embargo, por sobre estos factores, la época de nacimiento juega un rol clave en el momento de la aparición del primer celo de la cordera. Las nacidas en otoño (servicio de primavera) alcanzan la pubertad al otoño siguiente (12‐14 meses de edad) y las nacidas en primavera (servicio de otoño) alcanzan la pubertad también al otoño siguiente es decir a los 7‐9 meses de edad. La práctica habitual es dar el primer servicio a las borregas de reposición al año–año y medio de edad (dos dientes) cuando han logrado la plena madurez sexual. Sin embargo, bajo determinadas condiciones, podríamos afirmar que es posible hacerlo al primer otoño de vida utilizando en forma más eficiente los recursos biológicos y del sistema de producción. Consideraciones finales. Los valores actuales de la producción ovina hacen factible la implementación de distintas tecnologías en busca de un grado de intensificación de los sistemas ovinos que les permita ser competitivos frente a otras alternativas. El uso de tecnologías de insumos (pasturas implantadas, verdeos, fertilizantes, suplementos, etc.) posibilitará saltos productivos importantes que deberán estar sustentados en la aplicación de tecnologías de procesos, es decir, en el manejo basado en criterios técnicos sólidos y el apoyo profesional acorde. En este sentido el ajuste de la época del servicio y su duración optimiza el aprovechamiento de los recursos forrajeros y el servicio de las borregas en su primer otoño de vida aumenta la proporción de animales productivos en la majada (vientres), siendo todas medidas ventajosas pero que necesariamente conlleva la aplicación de acciones apoyadas en conceptos técnicos como los desarrollados precedentemente.