Programa de sala

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ORQUESTA
FILARMÓNICA DE
HAMBURGO
24
SEP_
19:30 H
DIRECTOR
KENT NAGANO
VIOLONCHELO
GAUTIER CAPUÇON
ORGANIZA
MEDIOS ASOCIADOS
96.5 FM
COLABORAN
La gira de la Orquesta Filarmónica de Hamburgo se realizó con la
asistencia de Klaus-Michael Kühne Foundation.
PROGRAMACIÓN ACOGIDA A LA LEY DE DONACIONES CULTURALES
ORQUESTA
FILARMÓNICA
MISCHA
MAISKY &
DE HAMBURGO
LOS SOLISTAS
DE TEL-AVIV
PROGRAMA DE SALA
DIRECTOR
KENT NAGANO
AUDIENCIA
+8 años
VIOLONCHELO
Gautier Capuçon
VIOLA
Naomi Seiler
DURACIÓN
1:40 hrs.
Richard Strauss
Don Quijote, variación fantástica sobre un tema
de carácter caballeresco, Op. 35
INTERMEDIO
Johannes Brahms
Sinfonía N°1 en Do menor, Op. 68.
- Un poco sostenuto - Allegro
- Andante sostenuto
- Un poco allegretto e grazioso
- Adagio - Più andante - Allegro non troppo
ma con brio
ORQUESTA FILARMÓNICA DE HAMBURGO
Miembros de
la Orquesta Concertinos
Konradin Seitzer
Thomas C. Wolf
Joanna KamenarskaRundberg
Primer violín
Tuan Cuong Hoang
Danuta Kobus
Jens-Joachim Muth
Janusz Zis
Stefan Herrling
Imke Dithmar-Baier
Christiane Wulff
Sidsel Garm Nielsen
Hedda Steinhardt
Daria Pujanek
Jakub Nowak
Katharina Weiß
María del Mar Vargas A.
Razvan-Eugen Aliman
Segundo violín
Hibiki Oshima
Sebastian Deutscher
Marianne Engel
Berthold Holewik
Thomas F. Sommer
Herlinde Kerschhackel
Martin Blomenkamp
Felix Heckhausen
Anne Schnyder Döhl
Annette Schmidt-Barnekow
Josephine Nobach
Ludovica Nardone
Susanne Schmidt
Boris Bachmann
Thomas Huppertz
Viola
Naomi Seiler
Isabelle-Fleur Reber
Sönke Hinrichsen
Christopher Hogan
Jürgen Strummel
Roland Henn
Elke Bär
Liisa Haanterä
Thomas Rühl
Stefanie Frieß
Teresa Westermann
Thomas Oepen
David Lau
Violonchelo
Thomas Tyllack
Clara Grünwald
Markus Tollmann
ORQUESTA FILARMÓNICA
DE HAMBURGO
Ryuichi R. Suzuki
Monika Märkl
Arne Klein
Brigitte Maaß
Yuko Noda
Benjamin Stiehl
Lukas Helbig
Katharina Kühl
Contrabajo
Stefan Schäfer
Tobias Grove
Katharina von Held
Franziska Kober
Franziska Petzold
Wolfram Nerlich
Philipp-Daniel Singer
Kerstin Lück-Matern
Karsten Lauke
Flauta
Björn Westlung
Manuela Tyllack
Jocelyne Fillion-Kelch
Oboe
Nicolas Thiébaud
Melanie Jung
Ralph van Daal
Clarinete
Rupert Wachter
Patrick Alexander Hollich
Kai Fischer
Fagot
Christian Kunert
Olivia Comparot
Fabian Lachenmaier
Hannah Gladstones
Corno
Cristian Palau Tena
Pascal Deuber
Clemens Wieck
Ralph Ficker
Torsten Schwesig
Jonathan Wegloop
Trompeta
Andre Schoch
Martin Frieß
Mario Schlumpberger
Trombón
Felix Eckert
Hannes Tschugg
Jonas Burow
Edgar Manyak
Tuba
Andreas Simon
Timbales
Jesper Tj. Korneliusen
Percusión
Matthias Hupfeld
Špela Cvikl
Dirk Wucherpfennig
Arpa
Clara Bellegarde
NOTAS AL PROGRAMA
Por José Manuel Izquierdo
RICHARD STRAUSS, DON QUIXOTE
“Quiero que sepas, Sancho, que todos o
los más caballeros andantes de la edad
pasada eran grandes trovadores y grandes
músicos”. Don Quijote, en la fantasía de
la celebrada obra de Cervantes, no solo
tocaba la vihuela -un antepasado de la
guitarra-, sino que constantemente afinaba
sus oídos para reflejarnos un mundo
de sonidos, y de las muchas maneras
de escucharlos. Por ejemplo, mientras el
Quijote imagina “el tocar de clarines, el
ruido de los tambores”, Sancho solo oye
“muchos balidos de ovejas y carneros”. En
el pasado, el Quijote ha servido una y otra
vez de inspiración a compositores en la
historia de la música, desde Henry Purcell y
Philipp Telemann, pasando por Massenet,
Ravel o Hans Werner Henze. Hay quienes
han tildado la novela de “polifónica”, por
sus múltiples voces, su constante capacidad
no solo de expresar el sonido, sino también
de mostrarnos cómo cada quien lo aprecia
de modo distinto.
En agosto de 1896 Richard Strauss terminó
una de sus más célebres obras, un poema
sinfónico titulado Así habló Zaratustra, que
intentaba describir el contenido esencial
-filosófico y espiritual- de un libro por
medio de la música. Poco tiempo después,
sentía que este trabajo necesitaba una
contraparte, un ejercicio igualmente
basado en la literatura, pero donde los
aspectos descriptivos fueran clave, donde
realmente se pudiera llevar al espectador a
una serie de personajes. En octubre anotó
en su diario: “Idea: obra orquestal sobre
Don Quijote, variaciones locas y libres sobre
un tema caballeresco”. Strauss comenzó
a trabajar en la obra rápidamente, en
paralelo a otra que titulaba Héroe y mundo
y que terminó transformándose en Una
vida de héroe. Su idea era bastante clara:
mientras Héroe sería una gran sinfonía -en
la tradición de La heroica de Beethoven-,
Quixote -como escribió él, tomando el
título de la edición en alemán que tenía a
mano- sería un concierto, con dos solistas.
La obra, a la que se dedicó por completo
en la segunda mitad de 1897, fue terminada
en diciembre de ese año y fue estrenada en
marzo del año siguiente en Colonia.
Don Quixote lleva a uno de sus puntos más
extremos los esfuerzos de Richard Strauss
por lograr comunicar ideas a través de la
música, visiones comunes para todos los
oyentes. Cada personaje principal está
representado por un instrumento: Don
Quijote en el chelo y Sancho en la viola
(para quien igualmente se usa la tuba
tenor y el clarinete bajo, demostrando
sus múltiples facetas más allá de
“acompañante”). La obsesión por describir
cada idea del modo más exacto posible
ORQUESTA FILARMÓNICA
DE HAMBURGO
llevó a que la crítica contemporánea
considerara que Strauss había llegado un
poco demasiado lejos, ampliando los límites
de la orquesta, e incluso de lo que se define
como música o como instrumento musical,
como el famoso uso de una “máquina de
viento” en la séptima variación. Y es que,
una y otra vez, Strauss utiliza la orquesta
para poder expresar al mismo tiempo lo que
Don Quijote imagina, y lo que realmente
está ocurriendo -según visto por Sancho-.
Por ejemplo, en la Variación II, la lucha
contra las hordas del emperador Alifanfarón,
que son en realidad un rebaño de ovejas,
Strauss utiliza los amenazantes bronces que,
a un mismo tiempo, reflejan lo heroico de la
gesta, el peligro de aquel “ejército” y un no
muy sutil balido de las ovejas.
Estructuralmente, la obra comienza con
una introducción (en que el Quijote se
vuelve loco debido a sus lecturas), y con la
presentación del Quijote y Sancho (tema
1 y contraparte mayor). Diez variaciones
y un final componen el total de la obra.
Cada variación representa una historia
seleccionada desde el libro por Strauss,
y donde al mismo tiempo se narra lo que
ocurre y se trabaja musicalmente sobre
los motivos anteriormente presentados.
El Quijote combate gigantes (o molinos
de viento, variación 1), ovejas (o ejércitos,
variación 2), reprocha a Sancho por su
“DON QUIXOTE LLEVA A
UNO DE SUS PUNTOS
MÁS EXTREMOS LOS
ESFUERZOS DE RICHARD
STRAUSS POR LOGRAR
COMUNICAR IDEAS A
TRAVÉS DE LA MÚSICA,
VISIONES COMUNES PARA
TODOS LOS OYENTES...”.
falta de ideales (variación 3), y ataca a
una procesión de penitentes confundidos
con ladrones (variación 4). La variación 5
está casi solo dedicada a la bella Dulcinea,
una visión casi religiosa para El Quijote.
El encuentro con la misma falsa Dulcinea,
inventada por Sancho (variación 6), es
seguido por el amplio vuelo por los aires
(variación 7). Las variaciones 8 y 9 presentan
el tránsito entre el peligro de muerte frente
a un molino de agua, y los agradecimientos
a Dios por su salvación. Finalmente, Don
Quijote, tras un último enfrentamiento
(variación 10), recobra la sanidad mental
y decide que está listo para enfrentar la
muerte, con la cual (en breves compases) la
obra termina, marcada por la ambigüedad
de la tragedia/alegría de un Quijote sin
más posibilidad de fantasía.
JOHANNES BRAHMS, SINFONÍA N°1
EN DO MENOR, OP. 68.
Pocos compositores hubo en el siglo XIX más
conscientes de su propio pasado histórico
que Johannes Brahms. Brahms fue, también,
uno de los primeros compositores que
trabajó pensando que la música del pasado
era, justamente, “música clásica”, obras
consagradas de maestros inalcanzables. En
una época en que las orquestas cada vez
más tocaban en sus programas obras de
ese pasado, la referencia a un Mozart, a
un Haydn o Beethoven eran pan de cada
día para quien quisiera ser compositor. La
pregunta ahora era: “¿Cómo escribir algo
después de Beethoven?”. El mismo Brahms
dijo en una ocasión: “Es difícil entender
para otros lo que es hacer música cuando
sentimos detrás los pasos de un gigante”.
Para muchos, como Berlioz o Wagner, el
camino único era dejar de hacer obras que
siguieran la línea de Beethoven, y crear
cosas nuevas, rupturas con el pasado. Entre
1830 y 1870 en toda Europa, en realidad,
se compusieron poquísimas sinfonías,
consideradas un género insuperable tras el
genio de Beethoven.
Pero Brahms, desde joven, se obsesionó
con la idea de crear una sinfonía que
pudiera seguir a Beethoven. No superar,
pero sí seguir. Los primeros bocetos de tal
obra fueron generados hacia 1854, a los 21
años, pero rápidamente se transformaron
en otra cosa: el primero Concierto para
piano, en Re menor. Solo hacia 1868 Brahms
empezó a bosquejar una estructura
sinfónica novedosa, inspirada en Beethoven,
como homenaje y también quiebre con la
tradición. En la medida en que su fama
crecía, también crecía el peso de los críticos
que esperaban en Brahms una respuesta,
por fin, a aquel largo dilema de cómo seguir
a Beethoven.
Durante la siguiente década, una y
otra vez vemos a Brahms buscando una
solución, que finalmente se resolvió hacia
1875. El estreno, tras más de veinte años
de trabajo, fue en 1876. La obra fue
aclamada por críticos y músicos. El más
famoso y conservador crítico de la época,
Eduard Hanslick, la proclamó como la obra
antiwagneriana por esencia, una verdadera
prolongación de la música clásica y no una
“obra del futuro”, como hablaba Wagner de
sus propias óperas.
Hans von Bülow, el director de orquesta más
famoso de Alemania, la llamó “la décima
de Beethoven”. Había varias razones para
escuchar esta conexión: la “beethoveniana”
tonalidad de Do menor, el uso del mismo
ORQUESTA FILARMÓNICA
DE HAMBURGO
ritmo del “destino” de la 5ta de Beethoven,
y un final que recordaba evidentemente
la melodía de la “alegría” del final de la
Novena. Hubo quien acusó de plagio, pero
el mismo Brahms recalcó que “cualquier
idiota puede escuchar la comparación”. Era
intencional: para quebrar con Beethoven,
no solo era necesario el homenaje, sino
también una cercanía audible para
el público. En sus siguientes sinfonías,
finalmente Brahms pudo seguir más allá.
de la obra (que volverán al final), sino
también la habilidad técnica del compositor.
El primer y último movimiento fueron
terminados primero. Brahms confiaba
las ideas estructurales a ambos. Clara
Schumann fue quien lo impulsó a trabajar
un poco más los intermedios: “les falta
emoción”, le dijo, y Brahms se preocupó
especialmente de que el contenido lírico
estuviera luego en ellos. Por lo mismo, esta
es una obra que se escucha como un arco,
de comienzo a final, con un largo intermedio
donde Brahms se permite, justamente,
alejar un poco de Beethoven en los dos
movimientos intermedios. El primer Alegro,
en Do menor (pero con cierre en Do mayor),
plantea buena parte de los elementos
claves de la obra en su introducción, con el
timbal golpeando brutalmente una armonía
que parece no llevar a ningún lugar
concreto. Es un comienzo que no sólo trata
de mostrar todos los elementos constructivos
El quiebre, sin embargo, se produce con
una larga llamada de corno, que, según el
mismo Brahms, la escuchó por primera vez
en una caminata por los Alpes y que fue
el punto clave en que logró darle forma
a esta sinfonía. Una melodía que remite
claramente a aquella por todos conocida
como “canción de la alegría” se vuelve
entonces el tema principal del movimiento
final, cerrando la obra no en una cargada
expresión universal, ni tampoco en una
épica absoluta de lucha, sino en una
aceptación personal, humana, y llena
de esperanza.
El final es, sin duda, el movimiento clave,
tal como fue en la Novena Sinfonía de
Beethoven. Sin coros, la realización del
destino es aquí mucho menos cargada,
muchísimo más personal. Tras una
introducción lenta, nuevamente, una serie de
elementos se nos presentan, marcando las
tensiones pautadas en el primer movimiento.
ORQUESTA FILARMÓNICA
DE HAMBURGO
KENT
NAGANO
DIRECTOR
Director de orquesta angloamericano de
origen japonés, nació en Estados Unidos en
1951. Sus primeros años como profesional
transcurrieron en Boston, trabajando en la
ópera y como asistente de Seiji Ozawa,
en la Orquesta Sinfónica de Boston. Tras
alcanzar el éxito en Estados Unidos se
trasladó a Europa donde fue Director
Musical de la Ópera Nacional de Lyon
(1988-1998) y Director Musical de la
Orquesta Hallé (1991-2000).
Considerado uno de los directores invitados
más solicitados de los últimos tiempos, ha
trabajado con la mayoría de las orquestas
del mundo, entre las que se cuentan la
de Viena, Berlín y Nueva York, Chicago
Symphony, la Staatskapelle de Dresden y
Leipzig Gewandhaus.
Un período muy importante en su carrera
fue su tiempo como Director Artístico y
Director Principal de la Orquesta Sinfónica
Alemana de Berlín, a partir del año 2000.
En 2003 se convirtió en el primer Director
Musical de la Ópera de Los Ángeles y desde
septiembre de 2006 es Director Musical
de la Orquesta Sinfónica de Montreal.
Además, se convirtió en asesor artístico y
principal director invitado de la Sinfónica
de Gotemburgo en 2013. En septiembre
de 2015, ocupó el cargo de Director
General de Música de la Ópera Estatal
de Hamburgo y Filarmónica, iniciando su
debut con Les Troyens, el estreno mundial de
Toshio Hosokawas Stilles Meer y también
Turangalîla, sinfonía de Messiaen con
coreografía de John Neumeier.
ORQUESTA
FILARMÓNICA DE
HAMBURGO
La Orquesta Filarmónica de Hamburgo
fue fundada el 9 de noviembre de 1828,
época en que Hamburgo se consideraba
como una “Sociedad Filarmónica”. Al
poco tiempo, se convirtió en un punto
de encuentro de grandes artistas como
Clara Schumann, Franz Liszt y Johannes
Brahms, lo que permitió que grandes
personalidades artísticas se situaran en
el podio de esta orquesta: Tchaikovsky,
Strauss, Mahler, Prokofiev y Stravinsky.
Desde el siglo XX y hasta hoy, el puesto
de director principal ha sido ocupado por
diversas personalidades musicales, como
Karl Muck, Eugen Jochum, Joseph Keilberth,
Wolfgang Sawallisch, Gerd Albrecht,
Aldo Ceccato, Ingo Metzmacher y Simone
Young. Y ha tenido invitados sobresalientes
tales como Otto Klemperer, Wilhelm
Furtwängler, Bruno Walter, Karl Böhm y
Horst Stein.
Uno de sus últimos grandes cambios se
concretó en la Temporada Musical de 2015
- 2016, momento en el que Kent Nagano
asumió el cargo de Director Musical
de Hamburgo y Director Principal de la
Orquesta Filarmónica del Estado y de la
Ópera Estatal de Hamburgo. Además de
continuar con los conciertos tradicionales
de la Filarmónica, Nagano inició un nuevo
proyecto con la Academia Filarmónica de
San Miguel, en la que la experimentación
y la música han sido los temas centrales.
También incorporó una nueva visión de
la “Música y Ciencia” en una colaboración
interdisciplinaria con la Sociedad
Max Planck.
La Filarmónica de Hamburgo ofrece por
temporada un total de 30 conciertos
orquestales y de cámara. Además de sus
conciertos individuales, esta agrupación
es trascendental en más de 200
representaciones de ópera y ballet en la
Ópera Estatal de Hamburgo, por lo que es
una de las orquestas más ocupadas
de Europa.
GAUTIER
CAPUÇON
VIOLONCHELO
Nació en Chambéry, en el sureste de
Francia, en medio de una familia de
músicos. Su hermano es el violinista Renaud
Capuçon y su hermana la pianista Aude
Capuçon. Comenzó a estudiar violonchelo
a los cuatro años en la Escuela Nacional
de Música de su ciudad natal, donde se
graduó con el primer premio de violonchelo
en 1995 y de piano en 1996. Annie
Cochet-Zakine, profesora de chelo en el
Conservatorio Superior de París, lo escuchó
tocar y se lo llevó a la capital francesa
donde se graduó con el primer premio de
chelo en 1997. A continuación, estudió con
el distinguido chelista y pedagogo Philippe
Müller en el Conservatorio Superior de
Música de París, donde se graduó en 2000
con el primer premio en violonchelo y en
música de cámara. Terminó su formación
con Heinrich Schiff en la Universidad de
Música y Artes Escénicas de Viena.
Entre los años 1997 y 1998, siendo aún
estudiante, fue chelista en la European
Community Youth Orchestra y en la Gustav
Mahler Jugendorchester, trabajando con
prestigiosos directores tales como Seiji
Ozawa, Bernard Haitink, Pierre Boulez y
Claudio Abbado.
Desde entonces, ha llevado a cabo una
importante carrera como solista, trabajando
con grandes directores y demostrando un
gran interés por la música de cámara. De
hecho, forma parte del Capuçon Quartet,
formado por su hermano Renaud, la
violinista Aki Saulière y la intérprete de viola
Béatrice Muthelet.
ORQUESTA SINFÓNICA DE CHILE
GALA LÍRICA:
VOCES
FEMENINAS
VERDI, MOZART, BIZET
Y ROSSINI.
PRÓXIMOS
EVENTOS
DANZA
MATILDE
SÁBADO 01 Y
DOMINGO 02 DE OCTUBRE
EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
18
OCT_
20:00 H
DIRECTORA
ALEJANDRA URRUTIA
SOPRANO
PATRICIA CIFUENTES
MEZZOSOPRANO
EVELYN RAMÍREZ
MONTECINO
CABALLERO SOLO
Curadora: Andrea Jösch
VIERNES 14 DE OCTUBRE AL
DOMINGO 22 DE ENERO
EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
BRANTMAYER
MUCHEDUMBRE:
GEOGRAFÍA DE LA PIEL
Curador: Camilo Yáñez
VIERNES 14 DE OCTUBRE AL
DOMINGO 22 DE ENERO
CONCIERTO
FUNDACIÓN DE
ORQUESTAS JUVENILES
DE CHILE -FOJIMARTES 25 DE OCTUBRE
¿DÓNDE COMER?
Cívico es el nombre del restaurant del Centro de las Artes
660 / CA660, ubicado en el Jardín de Esculturas, nivel -1.
Su carta se caracteriza por ofrecer comida chilena, con un sello
distinto y original.
LOS INVITAMOS A HACER SU RESERVA PARA COMER DESPUÉS
DE CADA ESPECTÁCULO. +56 2 2246 8987.
De lunes a viernes de 10:00 a 23:00 horas. Sábados de 11:00 a
21:00 y domingos de 11:00 a 17:00 horas.
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