meditatio - Lectionautas

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Lecturas Dominicales
del Evangelio
con la Lectio Divina
Año B: San Marcos
“Toda Escritura está inspirada
por Dios y es útil para enseñar y
reprender, para corregir y educar
en una vida de rectitud. Así el
hombre de Dios estará capacitado
y perfectamente preparado para
hacer toda clase de bien.”
Timoteo 3.16-17
La Biblia “Dios Habla Hoy”
Esta Guia de Lectio Divina también está disponible en albanés, holandés, inglés,
francés, italiano, maltés, portugués, eslovaco, esloveno, turco y otras lenguas.
Para mas información visite www.wordforliving.org.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
Lecturas Dominicales
del Evangelio
con la Lectio Divina
Año B: San Marcos
Adviento 2008 – Jesucristo Rey 2009
Introducción
© Sociedades Bíblicas Unidas 2008
Biblia «Dios Habla Hoy», traducción interconfesional © 1992, 2002 Sociedad Bíblica de
España y Sociedades Bíblicas Unidas (Madrid, España). Tel.: + 34 916 366 300
Imagen de cubierta © 2008 Jupiterimages Corporation
Reconocimiento: Agradecemos a la Sociedad Bíblica Americana (www.americanbible.org)
por conceder el permiso para adaptar el material de Encuentro Con La Biblia/Encounter
With the Bible, para usarlo en la introducción.
Para cualquier consulta: [email protected]
ISBN: 978-84-8083-187-1
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
Esta guía combina la lectura dominical del Evangelio que corresponda en la Liturgia
con el acercamiento a las Sagradas Escrituras a través de la lectio divina.
La lectio divina es un método dinámico para acercarnos a la lectura de las Sagradas
Escrituras, la Biblia. Está orientado a la vida diaria y su utilización es recomendada
por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. El método provee un marco idóneo para
realizar una lectura fiel y respetuosa de la Biblia que sea a la vez sincera y auténtica.
La lectio Divina es una bendición para toda la Iglesia ya que abre las ricas verdades
de la Escritura para todo cristiano. Con la Lectio Divina los creyentes son invitados a
leer, comprender y profundizar en su aprecio de las Escrituras y a buscar guía para sus
vidas en la enseñanza del Señor Jesús.
Nuestra meta es en realidad encontrarnos con nuestro Señor cuando leemos su
Palabra y permitirle a Él que transforme nuestras vidas para ser más como Él a través
de la obra del Espíritu Santo en nosotros.
En la guía que tienes en tus manos encontrarás toda la información necesaria para
que puedas tener un encuentro con la Palabra de Dios, que tenga sentido para ti. La
guía puede ser para uso individual o en grupo.
Las páginas siguientes son una introducción a los cuatro pasos de la lectio divina
con algunas pequeñas orientaciones para usar esta guía en grupo.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
Introducción
Una Introducción
a la Lectio Divina
Historia
La Lectio divina se remonta a los Padres de la Iglesia hacia el año 300 d. C. La
primera evidencia escrita que tenemos de los cuatro pasos de la lectio divina nos llega
a través del monje Guigo Cartujo, en 1173. Estos pasos son: Lectio (Lectura), Meditatio
(Meditación), Oratio (Oración), y Contemplatio (Contemplación); continúan hoy
siendo centrales aun y cuando haya algunas variaciones en el método.
En Esencia
En esencia lectio divina es un modo sencillo para encontrarse con el Señor a través
de la reflexión y la oración basadas en las Sagradas Escrituras. No es un método de
estudio. Los conocimientos previos pueden ser de ayuda pero no son indispensables.
Cuando se usa en grupo es necesario seguir una estructura, pero para uso individual
no es necesario ser tan rígido en seguir los pasos indicados. Nuestro deseo prioritario
es encontrarnos con Dios, no simplemente completar unos pasos por el hecho en
si. Así pues, cuando el Señor se hace presente y nos impacta con algo necesitamos
parar y esperar. No queremos perdernos lo que Dios nos está diciendo en ese preciso
momento. Podemos volver a los pasos después.
LECTIO – LECTURA:
Lee el pasaje de la Escritura con humildad y oración. Este es el fundamento para
todo lo que sigue y no puede hacerse de prisa y corriendo. Así pues, comienza con una
oración y pídele al Espíritu Santo que “te guíe a toda verdad” (Juan 16,13).
Lee el pasaje despacio y cuidadosamente. En este momento, evita la tentación de
mirar los comentarios de la Lectio o cualquiera de los otros pasos.
Ten un bloc de notas y un lápiz a mano. Subraya o hazte una nota de aquellas
palabras y/o frases que te llamen la atención. Escribe cualquier pregunta que te surja.
Lee el pasaje varias veces y léelo en voz alta. Date tiempo para entender y apreciar lo
que el texto dice.
Ahora lee el comentario de la Lectio y reflexiona en qué modo es similar o diferente
a lo que has pensado tú mismo.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
Introducción
MEDITATIO – MEDITACIÓN:
La meditación profundiza nuestra apreciación del pasaje y nos ayuda a explorar sus
riquezas. En 2 Timoteo 3,16 leemos que “Toda Escritura está inspirada por Dios y es
útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud…”
Acércate a las Escrituras con fe esperando que Dios te hable a ti. Él puede revelarte
algo de si mismo. Puede señalarte una actitud o comportamiento que necesitas
cambiar. O puede mostrarte una promesa para animarte y fortalecerte.
A continuación te damos algunas sugerencias que te pueden ayudar.
Usa tu imaginación. Imagínate el pasaje en cuestión; Métete en la escena y hazte
parte de la historia. Procura observar lo que ocurre con los ojos de los otros personajes,
escucha lo que dicen, mira sus reacciones, imagínate como se sienten. Acércate una y
otra vez a Jesús. Trata de conocerle; disfrútale y déjate fascinar por Él, sus palabras, sus
acciones, el modo como responde –todo sobre Él–.
Haz preguntas. Usa tus propias preguntas y las preguntas que se sugieren para
pensar en profundidad acerca del pasaje y de lo que Dios te quiere decir a ti. Pregunta
a Jesús por qué dijo e hizo lo que hizo. Trata de entender sus razones e intenciones.
Date tiempo para permanecer en silencio, escuchar y oír su respuesta.
Deja que la Palabra sea un espejo para ti. Cuando leemos la Biblia descubrimos más
y más cómo debe ser la vida cristiana y lo que necesitamos cambiar en nuestra vida.
Vemos cómo la Palabra de Dios tiene que ver y se aplica a nuestra vida, como individuos
y como parte de una comunidad y de la sociedad en general. Encontraremos promesas
y aliento, retos y demandas. Si estamos deseosos de ello, Dios nos nutrirá y liberará
para ser plenamente humanos y estar plenamente vivos.
ORATIO – ORACIÓN:
La oración abre una conversación entre Dios y nosotros. En los Salmos vemos cómo
el escritor derrama sus sentimientos ante Dios, a menudo mezclando esperanzas y
temores, unas al lado de las otras. Dios valora nuestra honestidad. En cualquier caso, no
podemos esconderle nada. Usar las Palabras del salmo responsorial nos puede ayudar,
pero también podemos usar nuestras propias palabras para tener una conversación de
corazón a corazón con un amigo muy especial.
A través de la oración podemos responder a la luz que la Palabra de Dios nos ha
dado para ver cómo estamos viviendo nuestra vida. Ahora podemos poner ante Dios
lo que esta ocurriendo en nuestra propia vida y en nuestra comunidad. Hablamos y
escuchamos; escuchamos y reflexionamos –es una conversación con Dios–.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
Introducción
Introducción
CONTEMPLATIO – CONTEMPLACIÓN:
Para ayudarnos interpretar la lectura del Evangelio, la liturgia nos ofrece otras
dos lecturas de la Escritura. Reflexionar sobre ellas puede a la vez enriquecer nuestra
comprensión del texto así como enfocar una respuesta que quizás necesitemos llevar
ante el Señor.
La contemplación nos da la oportunidad de un tiempo íntimo de comunión con
Dios.
Estate quieto ante Dios e invítale a entrar en tu vida. Aquí –si es que hace falta
alguna– necesitamos pocas palabras. Disfruta el tiempo en su presencia. Así, quieto
ante Dios, déjale que te ame. Déjale que refresque tu alma.
Repaso
Después de tu tiempo de lectura, meditación, oración y contemplación, quizás
desees escribir en un bloc de notas alguna experiencia o pensamiento que te ha
impresionado de modo especial. Puede serte de ayuda en el futuro cuando vuelvas
sobre esas notas.
USANDO ESTA GUÍA EN GRUPO
Cuando la lectio divina se usa en grupo es necesario algo de preparación.
LECTIO:
Prueba uno o más de los diversos modos de leer el pasaje según te indicamos a
continuación. Decide sobre el que funcione mejor en tu grupo.
Lectura individual. Para empezar da tiempo para que cada persona pueda leer el
pasaje en silencio.
Proclamación de la Palabra. Una persona lee (proclama) la Palabra. Este es el modo
tradicional de lectura en la celebración litúrgica.
Dos lectores. Dos personas, alternándose, leen el texto en voz alta.
Cada persona lee un versículo. De este modo se involucra a los participantes, invitando
a cada uno a leer de su propia Biblia, de modo que la lectura es atenta y dinámica.
Version en audio. Si tienes acceso a una versión del texto grabado en audio se puede
usar. Notaremos cómo diferentes palabras son enfatizadas por el locutor.
Con diferentes personajes. Leemos el texto de forma dramatizada de modo que
una persona hace de narrador/lector, otro lee la parte de Jesús y un tercero hace otro
personaje. Este puede ser el modo más dinámico, o el que más enganche a la gente y
ayude a identificar lo que los diferentes personajes del pasaje están diciendo.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
MEDITATIO:
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Cuando la Lectio es en grupo, es importante que a cada persona se le dé tiempo
para participar y compartir lo que el Señor les ha dicho. Si bien es cierto que el
Señor nos habla por su Palabra, también es cierto que nos puede hablar a través de
nuestros hermanos y hermanas. Así, cuando escuchamos a los demás debemos de
abrir nuestros corazones para escuchar la voz del Señor hablando a través de ellos.
Es importante que cada miembro del grupo entienda que este modo de compartir
es para edificarnos unos a otros y enriquecer nuestra experiencia. No es preciso que
todos estén de acuerdo con lo que se comparte. Se debe de tener especial cuidado en
no convertir este tiempo en una oportunidad para la discusión o el debate. El Señor
nos conoce individualmente y por tanto dirá cosas distintas a cada uno según su
necesidad y situación personal en este momento específico de la vida.
Puedes empezar este tiempo con una pregunta muy simple, por ejemplo: “¿Qué te
llama la atención de este pasaje?”, y, a continuación, usar las preguntas que tienes
impresas en la guía. El objetivo es conseguir que todos se sientan libres y cómodos
para compartir cómo el texto les ha hablado. Con amabilidad trata que el grupo
permanezca centrado en el texto y en lo que Dios dice.
ORATIO:
Sugerimos que des tiempo a las personas para la oración personal en silencio ante
Dios. También puedes dar la oportunidad para que quien lo desee pueda orar en voz
alta con sus propias palabras y/o usando versículos de la oración responsorial. El
objetivo durante este tiempo debe ser ayudar a cada persona a dar una respuesta al
Señor.
CONTEMPLATIO:
La contemplación por su propia naturaleza es un ejercicio individual que requiere
silencio por necesidad. Si hay espacio suficiente se puede sugerir que las personas se
separen de modo que cada uno pueda tener su “espacio personal”.
*Las referencias del texto bíblico de los Salmos siguen la numeración de la Biblia
Hebrea usada en muchas traducciones de la Biblia, incluida la Biblia de Jerusalén.
Pero algunas traducciones utilizan diferente numeración. Si el Salmo 23: “el buen
pastor” está numerado como Salmo 22 en tu Biblia, entonces toma como referencia el
leccionario de la Iglesia para todas las referencias a los Salmos.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
3 de junio
La Santísima Trinidad
La misión universal
MEDITATIO:
Mateo 28.16-20
16
Así pues, los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
17
Y al ver a Jesús, le adoraron, aunque algunos dudaban. 18Jesús se acercó a ellos y les
dijo:
–Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19Id, pues, y haced mis
discípulos a todos los habitantes del mundo; bautizadlos en el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo 20y enseñadles a cumplir todo lo que os he mandado. Y sabed
que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Otras lecturas: Deuteronomio 4.32-34, 39-40; Salmo 33.4-6, 9, 18-20, 22;
Romanos 8.14-17
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A Jesús le ha sido dada toda autoridad en el cielo y en la tierra (versículo 18). En
última instancia es Dios quien tiene todo bajo su control. ¿Cómo podría influir esto
en nuestra manera de pensar y en nuestras oraciones?
Considera alguna de las enseñanzas y mandamientos de Jesús. ¿En qué medida los
obedeces? Santiago nos advierte que no nos dejemos engañar : ‘no basta con oír el
mensaje; hay que ponerlo en práctica’ (Santiago 1.22).
Jesús nos promete que estará siempre con nosotros. ¿Qué significa esto para ti
personalmente?
Considera el amor y la entrega que existen entre las personas de la Trinidad. Jesús
quiere que sigamos este ejemplo en nuestras relaciones mutuas.
ORATIO:
LECTIO:
El Evangelio de Mateo concluye con un encuentro cara a cara de Jesús con sus
discípulos. Una vez más, los discípulos podían ver a Jesús, pero no todos podían dar
crédito a sus ojos. De ahora en adelante, Jesús seguirá estando con ellos pero no podrán
verle más. En la lectura de hoy Jesús les encomienda a sus discípulos un encargo muy
importante, al que algunos han denominado ‘La Misión Universal’. Han de dirigirse a
las gentes de todas las naciones, anunciarles el Evangelio y convertirlos en discípulos y
miembros de la comunidad cristiana mediante el bautismo.
Jesús les da instrucciones específicas. En primer lugar, han de bautizar a las gentes
en el nombre del Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Jesús enseña a sus seguidores
a ver a Dios como tres personas en una sola realidad y a amarse y servirse mutuamente
de la misma manera en que lo hacen los miembros de la Trinidad. En segundo lugar,
han de enseñar a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les ha
dado.
Por último, Jesús deja a los discípulos con una promesa trascendental que sigue
siendo tan válida para nosotros en la actualidad como lo fue para los primeros
discípulos: ‘Yo estaré con vosotros todos los días’ (versículo 20).
La presencia invisible del Señor resucitado en medio de nosotros constituye el
misterio de la comunidad cristiana. Es Jesús, que vive en sus discípulos, quien atrae a
nuevos creyentes y los ayuda a crecer. Su norma fundamental sigue siendo el amor de
unos a otros (Juan 15.12).
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
El Salmo 33 habla de la creación, las promesas eternas de Dios y su protección.
Vale la pena recordar las promesas de Dios porque nos ofrecen fortaleza y esperanza.
Mientras oras, ten la Biblia abierta y escribe la ‘P’ de ‘promesas’ en el margen, al lado
de Mateo 28.20 y del Salmo 33.20. Dale gracias a Dios por las promesas que te hace: la
Biblia está llena de ellas. Durante el día trata de recordar esos versículos: a medida que
te los aprendas y los lleves a la práctica, se irán convirtiendo en una realidad en tu vida.
Encontrarás muchas más promesas, así que ten a mano el lápiz.
CONTEMPLATIO:
Hay un tema constante en las lecturas de hoy: el amor y la protección eternas. En
Deuteronomio 4, inmediatamente antes de revelarles los diez mandamientos, Moisés
recuerda a los israelitas el amor y la providencia de Dios a lo largo de toda su historia.
En Romanos 8.14-17, Pablo pone de relieve que aquellos a quienes Dios conduce con
su Espíritu son hijos de Dios.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
17 de junio
El Reino de Dios en nosotros
Marcos 4.26-34
26
Jesús dijo también: “Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra
en la tierra: 27que lo mismo si duerme que si está despierto, lo mismo de noche que
de día, la semilla nace y crece sin que él sepa cómo. 28Y es que la tierra produce por
sí misma: primero brota una hierba, luego se forma la espiga y, por último, el grano
que llena la espiga. 29Y cuando el grano ya está maduro, se siega, porque ha llegado el
tiempo de la cosecha”.
30
También dijo Jesús: “¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos
compararlo? 31Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más
pequeña de todas las semillas del mundo; 32pero, una vez sembrada, crece y se hace
mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los
pájaros pueden anidar a su sombra.”
33
De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas
como estas y hasta donde podían comprender. 34No les decía nada sin parábolas,
aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte.
Otras lecturas: Ezequiel 17.22-24; Salmo 92.2-3, 13-16; 2 Corintios 5.6-10
LECTIO:
El ‘Reino de Dios’ o, como lo llama Mateo, el ‘Reino de los Cielos’, representa la
nueva vida espiritual que Jesús ofrece a cualquiera que esté dispuesto a escuchar y
aceptar sus enseñanzas. A Jesús le gusta utilizar parábolas para exponer este género
de vida al público en general, pero a sus seguidores íntimos les explica su doctrina con
más detalle.
Las parábolas son relatos cortos destinados a crear una imagen en la mente del
oyente. Jesús, simplemente, utiliza situaciones y acontecimientos cotidianos y sencillos
para mostrar cómo será su reino y el estilo de vida que deben tener quienes vivan en él.
La primera parábola demuestra cómo actúa Dios, a menudo bajo la superficie, para
producir una vida y un crecimiento espirituales nuevos. Comienza con la siembra de la
semilla que representa la predicación de la Palabra de Dios. El Reino de Dios empieza
en la vida del individuo o en la sociedad, cuando se proclama la Palabra de Dios, pero
su crecimiento depende del poder de Dios.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario
La parábola de la semilla de mostaza es la simplicidad misma: una semilla diminuta
crece hasta acabar convirtiéndose en un árbol. En este caso, el contraste de tamaño es
significativo: la diminuta semilla, a primera vista insignificante, se convierte en algo
de envergadura. Puede interpretarse que la semilla de mostaza representa tanto a la
Iglesia como a la vida espiritual de los cristianos individuales, como tú o como yo.
MEDITATIO:
■
■
¿Recuerdas quién sembró en tu vida la Palabra de Dios que empezó a cambiarte?
¿Ha crecido o profundizado tu vida espiritual desde aquellos comienzos? ¿Puedes
describir los cambios? ¿Cómo puedes contribuir a ese crecimiento?
¿Has sembrado la Palabra de Dios en las vidas de otros? Esto podría realizarse al
explicarle tu fe a alguien que no cree en Jesús. O podría ser ayudando a algún amigo
cristiano recordándole uno o dos versículos de la Biblia. Pídele al Espíritu Santo que
te muestre cómo desempeñar tu papel en la siembra de la semilla.
ORATIO:
En el Salmo 92, el salmista desarrolla la idea de las semillas que se convierten en
plantas y árboles y son imagen del justo. Esta semana únete al salmista para proclamar
el amor de Dios por la mañana, y por la noche su fidelidad.
Pídele a Dios que te muestre cómo echar raíces más profundas en él para que tu
vida se vuelva fuerte y fructífera, tal como nos invitan a ser los versículos 13-16.
CONTEMPLATIO:
En Ezequiel 17.22-24 se compara al pueblo de Dios y su vida espiritual con un árbol
plantado en lo alto de un monte. Quien planta, hace crecer, marchita y hace revivir la
planta es Dios. Fíjate en los paralelos con la lectura del Evangelio de hoy.
En 2 Corintios 5.6-10 se nos recuerda que nuestra vida depende de la fe, no de la
visión (versículo 7) y que nuestro deseo debería ser, más que nada, agradar a Dios.
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24 de junio
Duodécimo Domingo del Tiempo Ordinario
Milagro en el lago
MEDITATIO:
Marcos 4.35-41
35
Al anochecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus discípulos:
–Pasemos a la otra orilla del lago.
36
Entonces despidieron a la gente y llevaron a Jesús en la misma barca en que se
encontraba. Otras barcas le acompañaban. 37De pronto se desató una tormenta; y el
viento era tan fuerte, que las olas, cayendo sobre la barca, comenzaron a llenarla de
agua. 38Pero Jesús se había dormido en la parte de popa, apoyado sobre una almohada.
Le despertaron y le dijeron:
–¡Maestro!, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?
39
Jesús se levantó, dio una orden al viento y le dijo al mar:
–¡Silencio! ¡Cállate!
El viento se detuvo y todo quedó completamente en calma. 40Después dijo Jesús a
sus discípulos:
–¿Por qué tanto miedo? ¿Todavía no tenéis fe?
41
Y ellos, muy asustados, se preguntaban unos a otros:
–¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?
Otras lecturas: Job 38.1, 8-11; Salmo 107.23-26, 28-31; 2 Corintios 5.14-17
■
■
■
Las palabras y acciones de los discípulos, ¿qué crees que ponen de manifiesto sobre
sus ideas respecto a Jesús?
¿Qué nos revela este pasaje sobre la verdadera identidad de Jesús? ¿Qué lecciones
podemos sacar de él?
Compara con la reacción de Jesús la reacción de los discípulos ante esta situación
peligrosa. Jesús no quiere que domine en nosotros el miedo, sino la paz y la fe en él.
¿Qué podemos hacer cuando nos encontramos en situaciones de peligro? A veces
nos volvemos a Jesús como último recurso, cuando en realidad debería ser nuestro
primer pensamiento.
ORATIO:
El Salmo 107.23-31 nos habla de los viajes en barco mucho antes de la época de
Jesús. Los marinos dependían por completo de Dios y en muchos sentidos los
acontecimientos se parecen a las tormentas y a la calma de nuestras propias vidas.
Mientras oras recitando este Salmo, pídele a Dios que te haga recordar algunas de
las ‘tormentas’ que has sorteado con su ayuda. ¿Por qué no las pones por escrito en tu
cuaderno de notas? La próxima vez que se te avecine una tormenta, mira tus notas y
lee este salmo para acordarte de que Dios te ayudará a superarla.
LECTIO:
Marcos utiliza este incidente para arrojar una intensa luz sobre Jesús, su personalidad
y su identidad. Con sólo un par de palabras, Jesús da orden a los elementos, algo que
normalmente sólo Dios puede hacer.
La situación es al mismo tiempo una prueba para los discípulos. Jesús y sus discípulos
están atravesando en barca el lago de Galilea. De repente, se desata una tormenta y
las olas amenazan con hundir el barco. Descubrimos que Jesús está profundamente
dormido en la parte de popa. Los discípulos se apresuran a despertarlo y le reprochan
que no le importe que estén a punto de morir.
Jesús se mantiene en calma y sereno. Da una orden al viento y pide al mar que se
calle. Cesa la tormenta y entonces Jesús reprende a sus discípulos por su falta de fe y
por haber tenido miedo. No han superado la prueba.
Parece que su experiencia y la intervención de Jesús dejaron profundamente
sobrecogidos a los discípulos. Siguen asustados y se preguntan quién es ese que al que
‘hasta el viento y el mar le obedecen’.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
CONTEMPLATIO:
Dios está siempre con nosotros y es más que capaz de mantener bajo su control
las circunstancias que nos rodean. El pobre Job, ya anciano, expuso sus quejas a Dios.
No era de extrañar, después de todo lo que había padecido. Pero en Job 38.8-11 Dios
le reprende y le pregunta dónde se encontraba cuando él estaba creando la tierra. Es
evidente que no estaba allí, pero las obras de Dios nos recuerdan lo inmenso que es
su poder.
En 2 Corintios 5.14-17, Pablo nos recuerda que cuando creemos en Jesús comenzamos
una vida espiritual totalmente nueva. Desde ese instante, el amor a Jesús debería ser
nuestra fuerza motriz. Ya no deberíamos vivir nuestra existencia para complacernos
a nosotros mismos, sino que, como el viento y las olas, deberíamos estar dispuestos a
obedecer a Jesús.
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1 de Julio
Decimotercer Domingo del Tiempo Ordinario
La Recomp+ensa de la fe
LECTIO:
Marcos 5.21-43
21
Cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se le reunió mucha gente, y
él se quedó en la orilla. 22Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo,
que al ver a Jesús se echó a sus pies 23suplicándole con insistencia:
–Mi hija se está muriendo: ven a poner tus manos sobre ella, para que sane y viva.
24
Jesús fue con él, y mucha gente le acompañaba apretujándose a su alrededor.
25
Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con
hemorragias. 26Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado
cuanto tenía sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor.
27
Esta mujer, al saber lo que se decía de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente,
y le tocó la capa. 28Porque pensaba: “Tan sólo con que toque su capa, quedaré sana.”
29
Al momento se detuvo su hemorragia, y sintió en el cuerpo que ya estaba sanada de
su enfermedad. 30Jesús, dándose cuenta de que había salido de él poder para sanar, se
volvió a mirar a la gente y preguntó:
–¿Quién me ha tocado?
31
Sus discípulos le dijeron:
–Ves que la gente te oprime por todas partes y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’
32
Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado. 33Entonces
la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había sucedido, fue y se arrodilló
delante de él, y le contó toda la verdad. 34Jesús le dijo:
–Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y libre ya de tu enfermedad.
35
Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos de casa del jefe de la sinagoga
a decirle al padre de la niña:
–Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro?
36
Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, dijo al jefe de la sinagoga:
–No tengas miedo. Cree solamente.
37
Y sin dejar que nadie le acompañara, aparte de Pedro, Santiago y Juan, el hermano
de Santiago, 38se dirigió a casa del jefe de la sinagoga. Allí, al ver el alboroto y la gente
que lloraba y gritaba, 39entró y les dijo:
–¿Por qué alborotáis y lloráis de esa manera? La niña no está muerta, sino
dormida.
40
La gente se burlaba de Jesús, pero él los hizo salir a todos, y tomando al padre, a la
madre y a los que le acompañaban, entró donde estaba la niña. 41La tomó de la mano
y le dijo:
–Talita, cum (que significa: “Muchacha, a ti te digo: levántate”).
42
Al momento, la muchacha, que tenía doce años, se levantó y echó a andar. Y la
gente se quedó muy impresionada. 43Jesús ordenó severamente que no se lo contaran a
nadie, y luego mandó que dieran de comer a la niña.
Otras lecturas: Sabiduría 1.13-15; 2.23-24; Salmo 30.2, 4-6, 11-13;
2 Corintios 8.7, 9, 13-15
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
En el Evangelio de hoy Marcos ha entrelazado hábilmente dos historias de curación.
La principal es la de Jairo y su hija, pero agazapada en su interior encontramos otra
curación. Las dos historias comparten cierto número de similitudes: Jairo y la mujer
muestran gran fe en Jesús y ambos están desesperados. Jesús responde con compasión.
Tanto la mujer como la hija de Jairo quedan curadas.
Jairo era uno de los jefes de la sinagoga local; sin embargo, está dispuesto a humillarse
y, delante de todos, se arroja a los pies de Jesús para rogarle que cure a su hija. Este es el
gesto de un padre desesperado que, por amor a su hija, está preparado para abandonar
todo orgullo y prudencia y ponerse a merced de la misericordia de Jesús. Poco después,
la fe de Jairó se verá sometida a una nueva prueba: mientras van camino de su casa le
llega la noticia de que ha muerto su hija. Incluso le instan a desistir en su empeño, pero
Jesús le da ánimo: ‘No tengas miedo. Cree solamente’.
La mujer lleva doce años sufriendo de graves hemorragias. Jesús es su única esperanza.
Pero piensa que no le impondrá las manos porque es ‘impura’ según las leyes religiosas.
Así que, si al menos puede tocarle cuando nadie se dé cuenta, puede quedar curada.
MEDITATIO:
■
■
■
¿Cómo mostraron Jairo y la mujer su fe en Jesús?
Jairo se dirigió a Jesús en favor de su hija. La mujer expresó su fe mediante sus
acciones más que con sus palabras. Considera qué lecciones podemos aprender
sobre la fe a partir de las dos historias.
A Jairo le tentaron otros para que desistiese. ¿Qué le ayudó a mantener su fe en
Jesús? ¿Qué ha puesto a prueba tu fe y, sin embargo, sigues confiando en Jesús?
ORATIO:
El Salmo 30 es un cántico de alabanza por una curación que procede de Dios. Usa
estas mismas palabras para dar gracias a Dios por la curación espiritual, emocional
y física que ha traído a tu vida. Considera si tú, lo mismo que Jairo, puedes buscar el
auxilio de Jesús en favor de alguien a quien quieres.
CONTEMPLATIO:
En el libro de la Sabiduría 1.13-15, 2.23-24 leemos que Dios nos hizo a su imagen
y se preocupa de nuestra salud. Tal vez sea esto lo que explica por qué curaba Jesús a
tanta gente. En 2 Corintios 8.7, 9, 13-15 Pablo reflexiona sobre las acciones bondadosas
de Jesús. Insta a los cristianos a ser tan generosos como Jesús compartiendo con los
demás cuanto tienen.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
8 de julio
Decimocuarto Domingo del Tiempo Ordinario
Preguntas acertadas,
respuestas equivocadas
Marcos 6.1-6
1
Jesús se fue de allí a su propia tierra, y sus discípulos le acompañaron. 2Cuando llegó
el sábado comenzó a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oir a Jesús, se preguntaba
admirada:
–¿Dónde ha aprendido este tantas cosas? ¿De dónde ha sacado esa sabiduría y los
milagros que hace? 3¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago,
José, Judas y Simón? ¿Y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros?
Y no quisieron hacerle caso. 4Por eso, Jesús les dijo:
–En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra, entre sus parientes
y en su propia casa.
5
No pudo hacer allí ningún milagro, aparte de sanar a unos pocos enfermos
poniendo las manos sobre ellos. 6Y estaba asombrado porque aquella gente no creía
en él.
Jesús recorría las aldeas cercanas, enseñando.
Otras lecturas: Ezequiel 2.2-5; Salmo 123; 2 Corintios 12.7-10
MEDITATIO:
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■
■
■
Considera cómo debió de sentirse Jesús en su pueblo natal, al verse rechazado por
su gente, por sus amigos y familiares, a los que conocía desde la infancia. ¿Has
experimentado tú el rechazo de otras personas cercanas a ti a causa de tu fe?
¿Puedes recordar alguna ocasión en la que rechazaste a Jesús o no estabas dispuesto
a hacer lo que te pedía? ¿Cambiaste de actitud? Si así fue, ¿por qué? En la actualidad,
¿cómo te sientes con respecto a aquello?
¿Cuáles crees que son las respuestas acertadas a las preguntas que se hacía la gente?
¿Qué revelan de Jesús? ¿De qué manera fortalece nuestra fe el que las cosas puedan
cambiar después de que Jesús intervenga?
¿Cómo podemos asegurarnos de que mantenemos abiertos nuestros corazones y
nuestras mentes?
ORATIO:
El Salmo 123 describe a un criado con los ojos fijos en su amo, dispuesto a obedecer
sus órdenes. Es una espera atenta. Esta semana haz un esfuerzo deliberado de dejar a
un lado tus preocupaciones y necesidades. Sencillamente, pasa tu tiempo con el Señor.
Fija tus ojos en él y ofrécele tu tiempo y tu atención sin límite alguno. Escucha cuanto
quiera decirte.
LECTIO:
Marcos nos narra este desengaño sufrido por Jesús. La gente a la que conocía bien,
sus paisanos, se negaron a creer en él porque le conocían desde que era jovencito.
Reconocían que hablaba con sabiduría y realizaba milagros. De hecho, se quedaron
admirados cuando le oyeron hablar. Pero no podían entender cómo alguien de una
familia corriente del lugar, que había crecido entre ellos, era capaz de decir y hacer
aquellas cosas.
Se hacen preguntas muy serias: ‘¿Dónde ha aprendido éste tantas cosas?’, ‘¿De dónde
ha sacado esa sabiduría y los milagros que hace?’ Sus acciones, al rechazar a Jesús,
ponen de manifiesto que no encontraban las respuestas acertadas. Tenían las mentes
embotadas.
En esa atmósfera de tanta incredulidad y con unas mentes y unos corazones tan
cerrados, Jesús no pudo realizar ningún milagro, aun cuando sanó a unos pocos
enfermos. Ellos tal vez tenían al menos un granito de fe.
Jesús realizaba milagros como signo del poder y de la presencia de Dios. Dependía
por completo de lo que Dios le decía que hiciera. No era magia, sino la fuerza de Dios.
Lo que les pedía a los presentes era cierto grado de ‘fe’. Podríamos llamarlo ‘estar
abiertos a Dios’: estar dispuestos a recibir su presencia en sus vidas.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
CONTEMPLATIO:
En Ezequiel 2.2-5 Dios advierte a su profeta que el pueblo al que le envía es
desobediente y no respeta a Dios. Esto también era verdad respecto a las gentes del
pueblo natal de Jesús y, tristemente, también lo es respecto a la mayor parte de las
personas de hoy día.
En 2 Corintios 12.7-10, Pablo habla de otras pruebas a las que puede tener que
enfrentarse una persona enviada por Dios con una misión. Al que es misionero como
Jesús nunca le faltan dificultades.
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5 de julio
Decimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario
En marcha
MEDITATIO:
Marcos 6.7-13
7
Llamó a los doce discípulos y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad
sobre los espíritus impuros. 8Les ordenó que, aparte de un bastón, no llevaran nada
para el camino: ni pan ni provisiones ni dinero. 9Podían calzar sandalias, pero no
llevar ropa de repuesto. 10Les dijo:
–Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis del lugar. 11Y si
en algún lugar no os reciben ni quieren escucharos, salid de allí y sacudíos el polvo de
los pies para que les sirva de advertencia.
12
Entonces salieron los discípulos a decir a la gente que se volviera a Dios. 13También
expulsaron muchos demonios y sanaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.
Otras lecturas: Amós 7.12-15; Salmo 85.9-14; Efesios 1.3-14
■
■
¿Por qué envió Jesús a sus discípulos de dos en dos? ¿Por qué les dio autoridad para
curar a los enfermos y expulsar a los espíritus inmundos? ¿Por qué insistió en que
fueran a su misión con las manos vacías?
¿Te ha pedido alguna vez Dios que te pongas en marcha para hacer algo nuevo por
él? ¿Cómo te sentiste? ¿Qué sucedió? ¿Qué aprendiste de la experiencia?
ORATIO:
El Salmo 85.9-14 describe la actitud de alguien que escucha atentamente a Dios
y reconoce que depende de él. Dale gracias a Dios por todos los medios que te
proporciona física, emocional y espiritualmente. Pídele que te muestre si compartes
el mismo entusiasmo que, como sugieren sus versos, sentía el salmista por escuchar
su voz.
LECTIO:
En unas pocas frases, Marcos nos cuenta cómo Jesús hace que los discípulos
abandonen el ‘aula’ y realicen su primer viaje misionero cristiano. Les proporciona
instrucciones bien precisas y autoridad espiritual, pero deja claro que Dios, su Padre,
será su único ‘sustentador’.
Las directrices que Jesús les dio eran sencillas, pero requerían fe. Recorriendo el
pasaje, descubrimos que: 1) Quien decide enviarlos es Jesús: no son ellos, ni suya es la
idea. Además del ‘cuándo’ , Jesús decide el ‘dónde’ y el ‘cómo’ del viaje. 2) Jesús insiste en
que dependan solamente de Dios. Por eso, no hay equipaje: ni dinero, ni provisiones, ni
ropa de repuesto. 3) El viaje no es para beneficio propio. Tienen que depender de Dios
para ver los resultados, por lo cual la fe y la confianza son esenciales. 4) Su obligación
consiste en predicar el mensaje de salvación, orar por los enfermos y poseídos de
espíritus inmundos. 5) Si no los aceptan a ellos o a su mensaje, no hay razón para
enojarse. Sencillamente, tienen que repetir un rito judío muy común: sacudirse el polvo
de los pies. El acto era simbólico: en su origen era un gesto de orgullo y significaba:
‘no queremos nada con vosotros’. Ahora se convierte en un recordatorio visual para
ambas partes: quienes rechazan el mensaje de salvación de Dios son responsables de
su decisión. 6) La orden del día es la paz. Dios se encarga de todo lo demás.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
CONTEMPLATIO:
El tema central de este día es la misión. En nuestra primera lectura, Amós ve cómo
ponen en duda su vocación de profeta. Pero él no tiene dudas ni de su llamamiento, ni
de sus obligaciones, ni de quién se las dio.
Efesios 1.3-14 contiene numerosas verdades sorprendentes que nos confirman en
nuestra vocación. Nos han dado ‘toda clase de bendiciones espirituales’ (versículo 3).
Han perdonado todos nuestros pecados y nos han escogido para ser santos (versículos
7, 4). Por Cristo, hemos sido adoptados como hijos (versículo 5) y nos hemos convertido
en miembros de su familia. Porque creemos, se nos ha dado el Espíritu Santo como
marca de propiedad de Dios. Por eso estamos bien equipados y dispuestos para llevar
a cabo la misión de Dios.
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22 de julio
Decimosexto Domingo del Tiempo Ordinario
Compadecido de ellos
MEDITATIO:
Marcos 6.30-34
30
Después de esto, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que
habían hecho y enseñado. 31Jesús les dijo:
–Venid, vosotros solos, a descansar un poco a un lugar apartado.
Porque iba y venía tanta gente que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer. 32Así
que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. 33Pero muchos
los vieron ir y los reconocieron; entonces, de todos los pueblos, corrieron allá y se les
adelantaron. 34Al bajar Jesús de la barca vio la multitud, y sintió compasión de ellos
porque estaban como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles muchas
cosas.
Otras lecturas: Jeremías 23.1-6; Salmo 23; Efesios 2.13-18
LECTIO:
Marcos no se entretiene en relatar lo emocionante que había sido aquella misión
primera. Pero los discípulos no debían de caber dentro de sí, entusiasmados de que
Dios se hubiera servido de ellos para realizar cosas en su nombre. También debían de
estar muy cansados.
Marcos pasa inmediatamente a referirnos el ministerio de Jesús en el norte de
Palestina, concretamente en la región llamada Galilea. El ministerio de Jesús tenía
pujanza y era bien conocido. Pero pasaba su factura a la vida espiritual de los discípulos,
que carecían de tiempo para recuperarse.
Como maestro sensato, Jesús se da cuenta de que esto podía conducir al grupo
entero a un agotamiento físico y espiritual. Por eso se propone que se marchen todos a
otro lugar para descansar y recobrar fuerzas, lejos del agobio que les causan los demás.
Se embarcan para atravesar el lago de Galilea, en busca de un lugar retirado. El lago es
extenso y se estrecha hacia el extremo norte.
Sin embargo, las gentes del lugar intuyen los planes de Jesús y se apresuran para
llegar a pie al sitio antes que él. Cuando la barca toca tierra, Jesús mira a la multitud
que le espera y no puede por menos que atenderla y hacerse cargo de sus necesidades.
Cuando vio lo deseosos que estaban de escucharle, sintió compasión de ellos’ (versículo
34).
Jesús se entrega a las gentes, porque ‘estaban como ovejas que no tienen pastor’. El
reposo de Jesús y sus discípulos, a pesar de estar bien merecido, tendrá que esperar
para otro día.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
■
■
■
¿Cómo equilibras las exigencias de trabajar y servir a Dios con tu necesidad de
descanso? ¿Te proporciona el descanso más o menos tiempo para pasarlo con Dios
en oración o leyendo la Biblia?
¿Cómo puedes distinguir si la gente tiene una verdadera necesidad de ayuda que
requiere tu atención inmediata?
¿Cómo percibes que las necesidades de otros significan que tienes que cambiar tus
planes? ¿Qué podemos aprender de la reacción de Jesús?
ORATIO:
El Salmo 23 es uno de los pasajes más apreciados de la Biblia. Nos recuerda que
ya no estamos ‘como ovejas que no tienen pastor’. Jesús en persona es ahora nuestro
pastor. Lee con calma y en voz alta estas hermosas verdades. Paladea las palabras y
deja que Dios hable en tu vida y en tus circunstancias.
CONTEMPLATIO:
Las lecturas complementarias de este día profundizan en el significado y en las
responsabilidades de quien tiene el mando. Dios se las toma muy en serio. Jeremías
23.1-6 pone de manifiesto lo Dios les hace a quienes desdeñan sus responsabilidades.
Los versos 5-6 son una profecía que se refiere a Jesús: él restaurará el reinado de Dios
y le darán el nombre ‘El Señor es nuestra victoria’.
Efesios 2.13-18 explica lo que significa esta victoria. Por su muerte en la cruz, Jesús
ha roto la barrera que nos separaba de Dios. Ha hecho posible la paz entre Dios y
nosotros, entre los judíos y los gentiles.
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29 de julio
Jesús da de comer a una
multitud
Juan 6.1-15
1
Después de esto, Jesús se fue a la otra orilla del lago de Galilea (también llamado de
Tiberias). 2Mucha gente le seguía porque habían visto las señales milagrosas que hacía
sanando a los enfermos. 3Jesús subió a un monte y se sentó con sus discípulos. 4Ya
estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. 5Al levantar la vista y ver la mucha gente
que le seguía, Jesús dijo a Felipe:
–¿Dónde vamos a comprar comida para toda esta gente?
6
Pero lo dijo por ver qué contestaría Felipe, porque Jesús mismo sabía bien lo que
había de hacer. 7Felipe le respondió:
–Ni siquiera doscientos denarios de pan bastarían para que cada uno recibiese un
poco.
8
Entonces otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
9
–Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es esto
para tanta gente?
10
Jesús respondió:
–Haced que todos se sienten.
Había mucha hierba en aquel lugar, y se sentaron. Eran unos cinco mil hombres.
11
Jesús tomó en sus manos los panes, y después de dar gracias a Dios los repartió entre
los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los peces, dándoles todo lo que querían.
12
Cuando estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:
–Recoged los trozos sobrantes, para que no se desperdicie nada.
13
Ellos los recogieron, y llenaron doce canastas con los trozos que habían sobrado
de los cinco panes de cebada. 14La gente, al ver esta señal milagrosa hecha por Jesús,
decía:
–Verdaderamente este es el profeta que había de venir al mundo.
15
Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerle
rey, se retiró otra vez a lo alto del monte, para estar solo.
Otras lecturas: 2 Reyes 4.42-44; Salmo 145.10-11, 15-18; Efesios 4.1-6
Decimoséptimo Domingo del Tiempo Ordinario
Jesús, en cambio, no vio problema alguno: ya sabía cómo se iba a satisfacer aquella
necesidad. Acepta los panes y los peces del niño y los multiplica milagrosamente,
dando de comer abundantemente a todo el mundo. ¡Y, además, quedan doce canastas
de sobras!
¿Cuál es el significado de este milagro? Podríamos quedarnos con el sentido
literal, pero si seguimos leyendo el resto del capítulo 6, vemos cómo Juan aporta una
dimensión adicional.
Juan desarrolla el tema de la comida. La usa como metáfora o imagen verbal.
Presenta a Jesús como ‘pan de vida’, un pan que sostiene la vida, especialmente la vida
espiritual (versículos 27-36).
Jesús mismo traza el paralelo entre satisfacer las necesidades físicas del pueblo y
colmar sus necesidades espirituales (versículos 26-27). Para sacar provecho de este
alimento espiritual también nosotros debemos hacer algo: creer en Jesús (versículo
29). Su enseñanza es alimento perfecto para cualquiera que fundamente su vida en él
y, en tal caso, cada trozo es valioso.
MEDITATIO:
■
■
¿Qué lecciones crees que quería enseñar Jesús a sus discípulos por medio de este
milagro? ¿Qué podemos aprender nosotros de esto?
¿Cómo te ‘alimentas’ de Jesús y de sus palabras? La mayor parte de la gente se fija
en la importancia del alimento físico. Considera si tú le das suficiente prioridad a tu
‘dieta’ espiritual.
ORATIO:
El Salmo 145 alaba al Señor por su cariño hacia todas sus criaturas. Los versículos
15-16 hablan de la ‘comida’ que les da a su tiempo. Piensa en alguna ocasión en la que
un versículo de la Escritura te haya dado fuerzas para seguir adelante.
Dale gracias a Dios por las distintas maneras en que te ha ayudado y ‘abastecido’
en momentos concretos de tu vida. Que estas oraciones y las palabras de este salmo
edifiquen tu fe y tu confianza en el futuro.
CONTEMPLATIO:
LECTIO:
Juan disfruta narrando este episodio. Es obvio que los discípulos no se esperan un
acontecimiento milagroso. Felipe no ve más allá del enorme costo: aproximadamente
el salario de ocho meses. Andrés sólo se fija en los cinco panes del niño.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
Cuando la multitud presenció cómo multiplicaba Jesús el alimento, dijeron: ‘este es
el profeta’. Tal vez relacionaban aquello con un milagro relatado en 2 Reyes 4.42-44,
cuando Eliseo dio de comer a cien profetas multiplicando veinte panes.
En Efesios 4.1-6, Pablo nos recuerda que los cristianos son un solo cuerpo en Jesús
y con él. Esto significa que compartimos una esperanza común: la salvación. También
tenemos ‘un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos
y está en todos’. Por eso, todos quedamos incluidos en esta promesa.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
5 de agosto
El Pan de Vida
Juan 6.24-35
24
Así que, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas y se
dirigió en busca suya a Cafarnaún.
25
Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:
–Maestro, ¿cuándo has venido aquí?
26
Jesús les dijo:
–Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas,
sino porque habéis comido hasta hartaros. 27No trabajéis por la comida que se acaba,
sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Esta es la comida que os dará el
Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
28
Le preguntaron:
–¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?
29
Jesús les contestó:
–La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado.
30
–¿Y qué señal puedes darnos –le preguntaron– para que, al verla, te creamos?
¿Cuáles son tus obras? 31Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como
dice la Escritura: ‘Dios les dio a comer pan del cielo.’
32
Jesús les contestó:
–Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien os
da el verdadero pan del cielo! 33Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del
cielo y da vida al mundo.
34
Ellos le pidieron:
–Señor, danos siempre ese pan.
35
Y Jesús les dijo:
–Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en
mí cree, nunca más tendrá sed.
Otras lecturas: Éxodo 16.2-4, 12-15; Salmo 78.3-4, 23-25, 54; Efesios 4.17, 20-24
LECTIO:
En su Evangelio, Juan tiende a utilizar los diálogos más que las narraciones. Reúne
a los personajes y luego recoge lo que dicen.
En este caso, la multitud tiene curiosidad por saber cómo ha llegado allí: ¿se trata
de otro milagro? Jesús se niega a entrar en el juego, pues sabe que están buscando
acontecimientos extraordinarios más que a él mismo.
Por el contrario, comienza a poner en tela de juicio su actitud respecto a él; en
realidad, no creen en él, simplemente disfrutan con el espectáculo de los milagros,
¡sobre todo si les dan la comida gratis!
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
Decimoctavo Domingo del Tiempo Ordinario
Jesús les pide que busquen los tesoros espirituales, no los materiales. ‘Creed en mí’,
les dice. Pero no les basta con los milagros que ya han visto, sino que piden otro más.
Tal vez con la esperanza de que vuelva a darles otra comida gratuita, recuerdan
como sus antepasados habían recibido el maná del cielo (Éxodo 16.13-36). Jesús les
explica que su Padre fue entonces el verdadero origen del maná, pero que ahora tiene
un pan mucho mejor que ofrecerles.
La multitud, deseosa de recibir lo que se le ofrezca, pide que les dé ese pan y Jesús
les revela el misterio: él es el pan del cielo. Es capaz de satisfacer todas las necesidades
humanas, incluyendo las espirituales.
Jesús alimentaba a la gente con pan verdadero como signo del que estaba por
venir. Pero el ‘pan’ prometido no sólo elimina el hambre, sino que proporciona la vida
eterna.
MEDITATIO:
■
■
El pan debía de ser parte habitual de la alimentación en tiempos de Jesús. Considera
qué importancia tiene Jesús en tu dieta diaria. Si tienen posibilidad, la mayor parte
de las personas no se limita a comer o beber una sola vez al día. ¿Por qué ha de ser
distinto esto en el ámbito espiritual?
La multitud se sentía satisfecha con el pan físico, Pero Jesús tenía mucho más
que ofrecerles. Considera si te conformas con menos de lo que Jesús quiere que
experimentes en tu relación con él.
ORATIO:
Utiliza el Salmo 78, que es una hermosa meditación sobre la relación de Dios
con nosotros, como oración a lo largo de toda esta semana. Piensa en lo que Dios ha
realizado en tu vida y añade tus propias palabras de agradecimiento. No tienen por
qué ser palabras bonitas, sino algo que te brote del corazón.
Esta semana, cada vez que te comas un trozo de pan, dale gracias a Dios con una
oración por habernos enviado a Jesús, pan de vida.
CONTEMPLATIO:
El comienzo de Éxodo 16.2-4 nos presenta a los israelitas quejándose de que no
tienen comida. Dios les promete comida ‘del cielo’. Añade que va a ponerlos a prueba
para ver si siguen sus instrucciones para recoger la ración diaria. ¿Tiene esto algo que
enseñarnos en la actualidad?
En Efesios 4.17, 20-24, se nos ofrecen algunas directrices claras y prácticas sobre
cómo vivir la vida cristiana. Mientras lees estos versículos, pídele a Dios que te diga si
hay algo que debas cambiar en tu manera habitual de vivir.
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12 de agosto
Venid a Jesús
Juan 6.41-51
41
Por eso los judíos comenzaron a murmurar de Jesús, porque había dicho: “Yo soy
el pan que ha bajado del cielo.” 42Y decían:
–Este es Jesús, el hijo de José. Nosotros conocemos a su padre y a su madre: ¿cómo
dice ahora que ha bajado del cielo?
43
Jesús les dijo:
–Dejad de murmurar. 44Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre, que me ha
enviado; y yo lo resucitaré el día último. 45En los libros de los profetas se dice: ‘Dios
instruirá a todos.’ Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él vienen a
mí.
46
“No es que alguien haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que ha
venido de Dios. 47Os aseguro que quien cree iene vida eterna. 48Yo soy el pan que da
vida. 49Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron;
50
pero yo hablo del pan que baja del cielo para que quien coma de él no muera. 51Yo soy
el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan
que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.”
Otras Lecturas: 1 Reyes 19.4-8; Salmo 34.2-9; Efesios 4.30–5.2
LECTIO:
Este capítulo del Evangelio de Juan se centra en Jesús como pan de vida. Los que
han escuchado a Jesús comienzan a reaccionar frente a sus palabras y a lo que estas
sugieren.
Según Juan, la muchedumbre reacciona en primer lugar frente al hecho de que Jesús
pretenda tener origen divino. Dice que es el pan de vida enviado por el Padre. El pueblo
rechaza esta pretensión como absurda porque conocen a su padre y a su madre y saben
dónde vive.
Jesús no hace caso a sus objeciones. Insiste en que necesitan gracia del Padre para
conocerle y entenderle. Nadie puede ir a Jesús a menos que el Padre ‘lo traiga a él’.
Dios Padre es la verdadera fuente de nuestra fe en Jesús. A nosotros nos toca
responder con fe al maravilloso don de la salvación de parte de Dios y someter
nuestras vidas a su voluntad. Por eso, la fe en Jesús no es sólo lo que pensamos y
creemos; nuestra vida entera está implicada en el desarrollo de nuestra relación con
Dios. Esto incluye nuestro compromiso de amor hacia todos, dentro y fuera de nuestra
comunidad cristiana.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario
Jesús mantiene el tema del ‘pan de vida’, pero después se refiere a la eucaristía. ‘El
pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo’. En la eucaristía
Jesús también sostiene y da mayor profundidad a nuestra vida espiritual y a nuestra
relación con él.
Fue Dios quien dio comienzo a todo. Su plan para Jesús, la Palabra, era que fuese
nuestro pan de vida. El pasaje nos mete en lo hondo del misterio de nuestra relación
con Jesús y con nuestro Padre del cielo.
MEDITATIO:
■
■
¿Puedes identificar el momento en que tomaste la decisión personal de creer en
Jesús y amarle? ¿Mantienes también una relación con Dios Padre y con el Espíritu
Santo?
¿Cómo ves a Jesús? ¿Qué es lo que más te atrae de él? ¿Qué encuentras difícil de
aceptar en él y en sus palabras aquí y ahora?
ORATIO:
Considera tu respuesta a la lectura de hoy. ¿Puedes hacer tuya la siguiente oración?
‘Aquí estoy, Señor Jesús, te sigo porque el Padre me dio esta oportunidad y su gracia’.
El Salmo 34 habla de encuentros con el Señor. El verso 9 lo resume perfectamente:
‘Probad, y ved que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía!’ Dale gracias a
Dios por todas las maneras en que te ha mostrado su bondad. Ora también para que
tus familiares y amigos descubran por sí mismos su bondad.
CONTEMPLATIO:
En 1 Reyes 19.4-8 leemos cómo Elías quería rendirse y morir, pero Dios le
proporcionó ‘pan del cielo’ para reanimarle. Lee el resto del relato y considera qué
podemos aprender de su tremendo encuentro con Dios.
Una vez más saboreamos los tesoros de Efesios (4.30–5.2). Lee estas joyas prácticas
que nos orientan para agradar a Dios, y pídele a Él la gracia para vivir en conformidad
con ellas.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
19 de agosto
Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario
Verdadera comida
MEDITATIO:
Juan 6.51-58
51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para
siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.”
52
Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
–¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo?
53
Jesús les dijo:
–Os aseguro que si no coméis el cuerpo del Hijo del hombre y no bebéis su sangre,
no tendréis vida. 54El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le
resucitaré el día último. 55Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera
bebida. 56El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él.
57
El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que
me coma vivirá por mí. 58Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el
maná que comieron vuestros antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido.
El que coma de este pan, vivirá para siempre.
Otras lecturas: Proverbios 9.1-6; Salmo 34.2-3, 10-15; Efesios 5.15-20
■
■
¿Participas en lo que la Iglesia llama ‘Eucaristía o Santa Cena’? ¿De qué modo
influye en tu propia vida? ¿Vives el compromiso cristiano que implica participar de
la Comunión? Prueba a leer 1 Corintios 15.35-42.
Considera qué significa que Jesús vive en ti y tú en Cristo. ¿De qué modo influye
esto en tus pensamientos y en tu comportamiento?
ORATIO:
Volvemos al Salmo 34. Continúa la alabanza, pero esta semana se centra en el hecho
de dar gloria a Dios. El salmista compara a aquellos que buscan los bienes materiales
y una vida larga con los que buscan honrar a Dios. Usa estas palabras como punto de
partida para tus propias palabras de alabanza a Dios. Cuando llegues a los versos que
hablan de honrar a Dios, tómate tu tiempo y escucha lo que Dios quiera decirte sobre
esto y sobre tu propio estilo de vida.
CONTEMPLATIO:
LECTIO:
Jesús sigue con su enseñanza sobre el ‘pan de vida’. Sus oyentes están indignados.
Sólo escuchan la literalidad de las palabras, sin captar su profundidad espiritual.
Sencillamente, no pueden aceptar la idea.
En cierta forma, se trata de una imagen para ayudarnos a entender: comer su cuerpo
indica que queremos aceptar y asimilar a Jesús y su mensaje de salvación .
Jesús habla de la profunda relación que crecerá en el interior de sus discípulos si
aceptan sus palabras y comen su cuerpo. Su relación se parecerá a la que hay entre
Jesús, el Hijo, y el Padre que le envió al mundo.
Este es el misterio de la vida cristiana: no es cuestión de una vida moral buena, sino
que la gracia y las relaciones son esenciales. Hay que vivir la vida en una comunión cada
vez más profunda con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. De este modo reflejamos la
vida de la Trinidad. Hemos de compartir su carácter y sus prioridades viviendo en una
comunicación constante con ellos y, mediante la gracia, escuchando algo de su propia
comunicación.
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
El hilo conductor de la liturgia de este día es la sabiduría: aprender a ver las cosas
de la misma manera que Dios. Los versos de Proverbios 9.1-6 presentan a la sabiduría
como una persona que nos invita a comer y beber lo que ha preparado.
Efesios 5.15-20 continúa con el tema de la sensatez y nos proporciona consejos muy
prácticos. Necesitamos llenarnos del Espíritu Santo para descubrir lo que Dios quiere
que hagamos.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
6 de agosto
Palabras de vida eterna
Juan 6.60-69
60
Al oir todo esto, muchos de los que seguían a Jesús dijeron:
–Su enseñanza es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede hacerle caso?
61
Jesús, dándose cuenta de lo que estaban murmurando, les preguntó:
–¿Esto os ofende? 62¿Qué pasaría si vierais al Hijo del hombre subir a donde antes
estaba? 63El espíritu es el que da vida; el cuerpo de nada aprovecha. Las cosas que yo os
he dicho son espíritu y vida. 64Pero todavía hay algunos de vosotros que no creen.
Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién el que
le iba a traicionar. 65Y añadió:
–Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no lo trae.
66
Desde entonces dejaron a Jesús muchos de los que le habían seguido, y ya no
andaban con él. 67Jesús preguntó a los doce discípulos:
–¿También vosotros queréis iros?
68
Simón Pedro le contestó:
–Señor, ¿a quién iremos? Tus palabras son palabras de vida eterna. 69Nosotros sí
hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Otras lecturas: Josué 24.1-2, 15-18; Salmo 34.2-3, 16-23; Efesios 5.21-32
LECTIO:
Seguimos contemplando el importante tema de Jesús como ‘pan de vida’. Muchos
de sus seguidores ya habían llegado al punto crítico: encontraron que era imposible
aceptar su doctrina, y se marcharon.
A Jesús no le pilló por sorpresa la defección en masa. Sigue dominando la situación:
sabía desde el comienzo quiénes iban a abandonarle. Repite lo que había dicho en Juan
6.44: el Padre tiene que intervenir en nuestra relación con Jesús.
Jesús plantea a los doce discípulos la disyuntiva: quedaos conmigo y creed, o
marchaos. Se quedan. Vale la pena repetir frecuentemente la respuesta de Pedro. Sus
dos breves frases resumen su fe. Pero no nos revelan cómo afrontó Pedro sus propias
dificultades internas para optar por Jesús.
Pedro debió de decidir ser discípulo de Jesús a pesar de todo. Desde ahora, nada le
hará echarse atrás. Jesús pone de manifiesto que no podemos seguirle por nuestras
propias fuerzas: el Espíritu Santo es esencial (versículo 63).
Lecturas Dominicales del Evangelio con la Lectio Divina Año B: San Marcos
Vigésimo primer Domingo del Tiempo Ordinario
Ser discípulo de Jesús o intentar serlo es algo más que una mera decisión humana.
Es el Padre quien nos ‘conduce’ y ‘hace posible’ que sigamos a Jesús. El Espíritu Santo
revela a Jesús, nos ayuda a entender la Palabra de Dios y nos da la capacidad de poder
vivir la vida cristiana. Mediante la fe en Jesús, el Hijo, recibimos el perdón y la vida
eterna. Si descartamos uno solo de estos factores, jamás podremos mantener el rumbo:
los tres, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son esenciales.
MEDITATIO:
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¿Qué elemento de la doctrina de Jesús encuentras difícil de aceptar o llevar a la
práctica?
¿Has sentido alguna vez la tentación de dejar de ser cristiano y abandonar? ¿Qué te
lo impidió? ¿Ha estado alguna vez en tus labios la respuesta de Pedro?
Piensa en la labor de la Trinidad para atraerte a la fe y mantenerte firme en ella.
¿Cuál es tu respuesta?
ORATIO:
Al volver al Salmo 34, se nos recuerda una vez más que bendigamos al Señor en
todo momento. Recordando la fidelidad de Dios en el pasado y su especial interés por
nosotros cuando estamos desanimados (verso 18), nos sentimos más atraídos hacia
Dios.
Esta semana, con espíritu de oración, elabora una lista con las ‘bondades’ de Dios
que has experimentado personalmente y compárala con otra lista con las cosas difíciles
o desconcertantes de tu vida de fe. Úsalas para dar gracias por todo lo que tienes en
Dios, y pídele su ayuda en todas tus luchas.
CONTEMPLATIO:
Esta semana la atención se centra en el amor y la entrega. En Josué 24.1-2, 15-18
a los israelitas se les pide que tomen una decisión: servir al Señor o seguir a otros
dioses. Recordando su liberación de la esclavitud en Egipto, renuevan su compromiso
de servir a Dios.
En Efesios 5, Pablo desvela un misterio. Compara la relación existente entre Jesús
y la Iglesia con un matrimonio. El amor y la entrega son el fundamento de ambas
realidades.
© Sociedades Bíblicas Unidas 2012
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