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UNIVERSITY OF CINCINNATI
August 10, 2005
Date:___________________
Noris Rodriguez
I, _________________________________________________________,
hereby submit this work as part of the requirements for the degree of:
Doctor of Philosophy
in:
Romance Languages and Literatures
It is entitled:
Politica, periodismo y creacion en la obra
de Laura Restrepo
This work and its defense approved by:
Enrique Giordano
Chair: _______________________________
Connie Scarborough
_______________________________
Maria Paz Moreno
_______________________________
_______________________________
_______________________________
N. Rodríguez 1
Política, Periodismo y Creación en la obra de Laura Restrepo
A dissertation submitted to the
Division of Graduate Studies and Research of the
University of Cincinnati
in partial fulfillment of
the requirements for the degree of
DOCTOR OF PHILOSOPHY
in the Department of Romance Languages and Literatures
of the College of Arts and Sciences
2005
By
Noris Rodríguez
B.A., Universidad de San Buenaventura, 1990
M.A., University of Cincinnati, 1999
Committee Chair: Dr. Enrique Giordano
N. Rodríguez
2
ABSTRACT
Política, Periodismo y creación en la obra de Laura
Restrepo, pretende dar una mirada al conjunto de la creación
literaria de esta autora colombiana en el contexto de la
realidad de este país. Esta obra está relacionada muy de cerca
con la violencia a varios niveles que se vive en este país
latinoamericano actualmente.
Dentro del desarrollo de la obra de Laura Restrepo se
observa la combinación de técnicas periodísticas con las
literarias y éstas con la historia, dando como resultado obras
híbridas que están entre las dos disciplinas. También estas
obras están relacionadas con la activa participación de la
autora en la administración pública. Se analiza esta
situación.
Dividí mi disertación en cuatro capítulos: el primero
acerca de Laura Restrepo y su obra en general, como también
las ideas generales del marco teórico. El segundo está
relacionado con la violencia colombiana y en él se observa el
tratamiento que la autora le da a este tema en algunas de sus
novelas, como El leopardo al sol, La multitud errante y
Delirio, su última novela.
N. Rodríguez
El tercero, trata la relación de la autora con la
política y se analizan elementos de su primera obra Historia
de una traición.
El cuarto capítulo está dedicado a la relación entre
Periodismo y Literatura y las novelas de la escritora que
están más relacionadas con esta técnica y este discurso, como
La isla de la pasión, La novia oscura, La multitud errante y
nuevamente Delirio.
3
N. Rodríguez
N. Rodríguez
4
Agradecimientos
Quisiera aprovechar este espacio para agradecer en primer
lugar a los integrantes de mi comité: a las profesoras Connie
Scarborough y María Paz Moreno por haber aceptado ser mis
lectoras y por los acertados y oportunos comentarios que me
ayudaron a focalizarme y tener un mejor acercamiento al
objetivo de mi trabajo. Un agradecimiento muy especial para el
profesor Enrique Giordano, por su iniciativa de participar en
este proyecto aunque este no fuera el plan inicial.
Al departamento de Lenguas Romances y Literaturas, por
darme la oportunidad de adelantar y terminar mis estudios
graduados, a su Directora Lowanne Jones que creyó en mí y me
motivó con su optimismo a enfrentar este último reto.
A mis amigas y amigos en Medellín que me ayudaron
recogiendo información y haciéndola llegar a Cincinnati de
alguna manera. A mis amigos en esta ciudad, sin el apoyo de
los cuales no habría podido llegar hasta el final, a Ligia que
me trajo a Cincinnati, a Scott por su compañía y ánimo para
seguir adelante, a Mindy por su amistad sincera, y a Russell
por su asesoría técnica e interés en este proyecto.
Finalmente a mi hermana aquí en los Estados Unidos, que
me acompaña en la distancia y al resto de mi familia en
Colombia que me ayudaron y que confían en mí a pesar de todo.
N. Rodríguez 1
Tabla de contenido
I
Introducción
2
La autora y su obra
6
Laura Restrepo fuera de sí y para otros
17
Modernidad vs. Posmodernidad en el ámbito
II
mundial y su influencia en Colombia
22
Tiempos modernos en Colombia
29
Historia y Literatura
33
Violencia y Literatura
42
Literatura y Violencia
47
La historia de Violencia en Colombia
53
La propuesta de Laura Restrepo
82
III
Literatura y política
114
IV
Literatura y periodismo
154
Conclusiones
221
Bibliografía
226
N. Rodríguez
2
Introducción
“…todo escrito, así sea reportaje,
biografía o historia, en el fondo es
literatura.”
Laura Restrepo.
A través de esta tesis he querido dar una mirada
totalizadora a la obra de Laura Restrepo, una de las más
prometedoras narradoras en el ámbito de la literatura
colombiana actual. Esta autora después de publicar seis obras,
escribe Delirio con la cual obtiene el premio Alfaguara de
novela 2004.
Muchos colombianos recuerdan a Laura Restrepo como
integrante de la comisión negociadora en el Proceso de Paz que
realizó el presidente Belisario Betancur en 1984, experiencia
que fue importante en su carrera política y literaria, pues
sobre esta experiencia escribió su primera obra, Historia de
una traición (1986), como testimonio de lo sucedido en el
proceso.
La obra de esta autora se destaca primero que todo por la
temática, ya que se ocupa de la realidad colombiana, país que
desde un comienzo ha estado afectado por la violencia, y que
N. Rodríguez
3
actualmente se ve agravada con ingredientes como el
narcotráfico, que la reproducen y la sostienen.
La técnica utilizada por la autora, es una en la cual se
da la combinación de recursos periodísticos, ya que de todas
maneras sus obras son producto de una ardua investigación que
combina con elementos ficcionales o propiamente literarios,
dando como resultado una obra híbrida que también puede servir
como referente histórico pues la materia prima es siempre la
realidad colombiana. En este trabajo se trata de encontrar
conexiones entre las diferentes técnicas narrativas, como
también su evolución y su motivación.
He dividido mi trabajo en cuatro capítulos. En el primero
se presenta la autora con sus obras y se discuten algunos
conceptos que sirven de marco teórico para el trabajo, como es
la transición coyuntural de la Modernidad a la Posmodernidad,
que según la autora, fue un momento que favoreció la
participación colombiana en el comercio de drogas, agudizando
la violencia y colocando al país en un sitio destacado ante el
panorama mundial. Otra de las consecuencias de la
posmodernidad es la discusión o la negación de la validez de
los metarrelatos como la Historia. Con la indagación y
profundización de los métodos de la Historia, se pone en tela
de juicio su tradicional característica de verdadera. Hyden
White investigó cómo la historia está escrita usando los
N. Rodríguez
4
mismos tropos que usa la literatura, como también la
imposibilidad de tener completa objetividad al momento de
narrar la historia, por lo que la literatura adquiere otro
nivel equiparable al de la Historia, como vehículo de
transmisión de ésta.
En el segundo capítulo se revisa lo que ha sido la
historia de violencia en Colombia observando cómo Restrepo,
refleja esta realidad. Se estudia el tratamiento que se hace
de este tema en algunas de sus obras como, El leopardo al sol
(1982), La multitud errante (2001) y Delirio (2004). La
propuesta de la autora para solucionar estos grandes dramas es
el retorno y recuperación de los valores humanos, del amor y
de la familia.
En el tercer capítulo se trata de mirar la relación de la
autora con la política. Se da una mirada a lo que ha sido esta
imbricación de la función pública con la literatura en
Latinoamérica y Colombia, tratando de entender la posición de
Laura Restrepo en cuanto a las dos disciplinas y el uso que
ella hace de esta combinación de oficios en su obra. En este
capítulo, se analiza su primera obra, Historia de una traición
(1986) como producto de la actividad política de la autora.
El capítulo final trata de indagar la amalgama que Laura
Restrepo hace entre el periodismo y la literatura, notoria en
el extenso uso de las técnicas periodísticas en cuanto a la
N. Rodríguez
5
creación y a la realización de sus novelas. En este capítulo
se profundiza en la creación literaria y la función del
periodismo en la obra de Restrepo. Se analizan estos elementos
en algunas de sus novelas, La isla de la pasión (1989), Dulce
compañía (1995), La novia oscura (1999) y en Delirio (2004).
Notando como la función periodística persiste y es
determinante en el resultado final.
N. Rodríguez
6
I
La autora y su obra
La novela es la privatización de
la historia.
José Emilio Pacheco.
Laura Restrepo es como quiera que se la mire del mayor
interés político y literario en la historia de Colombia.
Nacida en 1950, ha sido testigo y protagonista y ahora en
plena producción literaria nos permite adentrarnos en el medio
siglo más convulsionado y decisivo de la historia del país,
dándonos la posibilidad de encontrarnos con el período más
universal e influyente, con el más variado y extenso, además
de reconocido y exitoso, no solo del país sino también de todo
el continente latinoamericano.
Con una obra considerable hasta ahora, ha producido
ensayos y novelas testimoniales de la realidad colombiana. Me
propongo hacer una revisión del conjunto de su obra, teniendo
como punto inicial su actividad periodística que la lleva a la
creación literaria, haciendo un seguimiento a su evolución, su
intención y motivación para lo que usaré los parámetros que la
N. Rodríguez
7
dirigen: violencia, política y periodismo. Sin descuidar las
implicaciones y consecuencias que en esta obra tiene su estilo
particular, la combinación de periodismo y ficción. Al querer
realizar su obra con el trasfondo de la realidad colombiana,
se ve abocada necesariamente al tratamiento de la violencia,
ingrediente inseparable de la historia colombiana, por lo que
su obra en gran parte es considerada como testimonial.
Empieza su carrera periodística1 en la revista Semana2,
como encargada de la sección de política nacional y
ocasionalmente, la internacional. Después de haber sido
profesora universitaria y haber participado en Argentina, en
la clandestinidad, contra la dictadura militar3, acababa de
llegar de su estadía por tres años en España, donde trabajó
con el Partido socialista de los trabajadores. Al enfrentar su
trabajo como periodista, trae un bagaje formativo muy definido
y su estilo es marcado por su compromiso con la realidad que
enfrenta y por la necesidad de dar luz sobre los hechos.
Debido a su formación y a su desempeño en la revista
Semana, el por entonces presidente de la república, Belisario
Betancur Cuartas en 1983, la nombra como miembro de la
1
El periodismo ha sido y sigue siendo el camino de muchos escritores
colombianos, entre otros tenemos a Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda
Samudio y Plinio Apuleyo Mendoza.
2
Gabriel García Márquez hacía parte, por entonces, del consejo editorial
de la revista.
3
Con escasos veinte años, ya estaba involucrada con el troskismo, en El
Bloque Socialista, como se llamaba el grupo, donde escribía artículos para
sus periódicos, el partido la envió a Bruselas y después a España.
N. Rodríguez
8
comisión negociadora de Paz entre el gobierno y la guerrilla,
principalmente con el M-19 y el EPL. En entrevista con Jaime
Manrique, acerca de este momento, comenta: ”My experience as a
commissioner of peace turned out of be enthralling; so much so
that I abandoned journalism to devote myself entirely to the
great hope of negotiation.”4 Esta forma de sentir y su
compromiso con lo que hace, son muy propios de ella y los
vamos a encontrar en algunas de sus protagonistas como sucede
con la periodista en Dulce compañía y la extranjera en La
multitud errante.
Como testimonio y resultado de ésta su primera
experiencia en la administración pública colombiana, escribe
su primera obra, Historia de una traición (1986)5, en la cual
expone su posición ante la situación del país y las clases
dirigentes, como también esboza y resalta las características
caudillistas del presidente Belisario Betancur y de los
líderes del M-19 que sobresalen, como Jaime Bateman Cayón,
Carlos Toledo Plata, Iván Marino Ospina y Carlos Pizarro, pero
que en menos de una década mueren todos.6
4
Una de las razones que motivan esta investigación, es el poco material
existente sobre la autora, por lo tanto muchas de las fuentes son
entrevistas que aparecen en la red informática, como ésta con Jaime
Manrique en BOMB Magazine que aparece en:
http:www.//bombsite.com/restrepo/restrepo2.html
5
Luego su nombre cambia a: Historia de un entusiasmo. Encuentro muy
diciente el cambio en el título.
6
Tema que trata extensamente en el artículo de la revista Semana: 7
hombres un destino, del 28 de mayo de 1990.
N. Rodríguez
9
Vemos desde un comienzo, cómo su trabajo que en un primer
momento fue periodístico, se torna ensayístico, más que todo
determinado por la necesidad de la autora de participar
activamente en este momento histórico, con la esperanza de
ayudar como mediadora en la solución de los conflictos, y
también por su compromiso como periodista, pues sabe que toda
la verdad no ha sido publicada en los medios oficiales.7
Como es muy fácil que suceda y bastante común en
Colombia, la misma realización de su trabajo y el compromiso
con sus ideas la hicieron víctima de amenazas y es forzada al
exilio por seis años, radicándose principalmente en México,
aunque también pasó algún tiempo en Madrid. Estos años, aunque
difíciles para ella, fueron igualmente formadores porque
seguía interesada y quería continuar con su carrera
periodística, le cuenta a Jaime Manrique: “I began to look for
a local story that would enable me to write a new book –I mean
a true story, of course, because at that time, the possibility
of resorting to fiction never entered my mind.”8 Con esta
intención, quiere encontrar una historia mexicana, pero sabe
que este país ha sido muy bien explorado por los escritores
locales y también por los extranjeros. De todas maneras en su
búsqueda encuentra interesante la desconocida historia de un
7
8
Y para dejar constancia escrita de los hechos.
En entrevista con Jaime Manrique: http:www.//bombsite.com
N. Rodríguez
10
grupo de personas que a principios del siglo XX, fue confinado
en un islote en el Pacífico, frente a Acapulco. Estas personas
permanecieron allí durante casi nueve años en defensa de la
‘soberanía nacional mexicana’ por temor a una invasión
extranjera, que nunca ocurrió. Así se origina La isla de la
pasión, que fue publicada en México en 1989.
Se decide por esta historia, comenta la autora, porque
representaba metafóricamente su situación de exilio
involuntario y abandono que compartía con un grupo de
“náufragos”9 como ella los llama. Esta obra es clave en su
definición estilística, ya que al momento de dar el manuscrito
al editor, éste se preocupó por el género al cual pertenecía,
si era un reportaje o una novela, pues la combinación le
parecía descabellada e inaceptable, ella decidió que no tenía
por qué ser uno u otro. Resolvió el problema colocando la
siguiente nota introductoria: “Los hechos históricos, nombres,
lugares, fechas, documentos, testimonios, personajes, personas
vivas y muertas que aparecen en este relato son reales. Los
detalles menores a veces también lo son.”10 Respecto a esta
situación, ella recuerda: “I see that this was my declaration
of independence with respect to the borders between genres.”11
Como veremos, éste era sólo el comienzo. En ésta su primera
9
Refiriéndose al grupo de exiliados colombianos.
La isla de la pasión. Bogotá: Biblioteca El Tiempo, 2003.
11
En entrevista con Jaime Manrique: http:www.//bombsite.com
10
N. Rodríguez
11
novela, combina una paciente investigación histórica en
archivos y en la memoria de algunas personas, con el
periodismo y un poco de ficción, para un resultado literario
más que aceptable.
Tres años más tarde en 1992, aparece su segunda novela
Leopardo al sol, ya situada en Colombia y como producto de una
investigación de once años, también basada en eventos reales
pero ya obligada por las circunstancias, a la inclusión de más
ingredientes ficcionales. En este su siguiente paso, resulta
una obra experimental ya que originariamente fue un reportaje,
encaminado a ser una serie televisiva y finalmente convertida
en novela. En ella usa la combinación de tiempos y narradores,
con la participación del pueblo a manera de coro caribeño que
crea, niega, interpreta o da informes realísticos o míticos
acerca de los diferentes acontecimientos.
Es la historia de los enfrentamientos dentro de una
familia guajira12, a través de la cual quiere descifrar los
códigos que se esconden detrás del mundo del narcotráfico y la
“war drugs” que ha transformado la vida colombiana en los
últimos veinte años, situación que de acuerdo con la autora,
está muy ligada con la nueva importancia que adquiere el
dinero y que es propiciada por el capitalismo.
12
Región colombiana en la cual comenzó el cultivo y tráfico de marihuana
hacia 1970.
N. Rodríguez
12
Como veremos desde el comienzo, Restrepo se ha debatido
en la búsqueda de un estilo y de una voz propia, adquiriendo
diferentes matices. En un principio, por cierto muy fiel a la
influencia del ‘realismo mágico’ que podemos ver claramente
en: Historia de una traición, La isla de la pasión, Leopardo
al sol y en La novia oscura.
13
En sus novelas, persiste el
recurso periodístico, como en Dulce compañía (1995), La novia
oscura (1999), La multitud errante (2001), e incluso en su
última novela Delirio (2004). En el conjunto de sus obras
podemos ver lo que constituye su preocupación, su interés y la
forma como la autora enfrenta esta realidad, conectándola con
su trabajo, reflejando su concepto particular de libertad.
Observamos que en su obra, usa y abusa de la experiencia
social e histórica con fines ficcionales hasta diluir las
barreras entre lo histórico y lo ficcional, conectándolos con
su vida.
Dulce compañía (1995), fue ganadora en Guadalajara en
1997, del premio Sor Juana Inés de la Cruz a la novela escrita
por mujeres y en 1998 el de la crítica francesa, a la mejor
novela extranjera, Prix France Culture. En ella está
compaginando su formación católica, la esperanza de que existe
13
Helena Araújo, incluye a Laura Restrepo, junto con Fanny Buitrago y su
obra, Señora de la miel (1993) en el grupo de las “garciamarquianas” y
sostiene que se acogen a este estilo en búsqueda de aceptación.
N. Rodríguez
13
alguien que nos puede ayudar14, con la realidad de los barrios
bogotanos en donde se aparece un ángel, pero un ángel de carne
y hueso. La ‘mona’15 periodista, es encargada de investigar el
hecho para la revista en la cual trabaja,16 y ante esta
situación, la protagonista, en un principio escéptica, se
involucra y compromete totalmente con esta realidad hasta el
punto de enamorarse y tener una hija con el ángel. En esta
historia que para algunos y tal vez con razón, ha sido
clasificada como Light,17 podemos ver que está haciendo una
combinación a varios niveles, y de muchos elementos, primero
lo sagrado con lo profano; o lo humano con lo divino, lo real
con lo ficticio y también se da ambigüedad entre la autora y
el personaje protagónico.
En La novia oscura (1999), aparece por primera vez, el
recurso de la periodista protagonista. Esta novela y La
14
Forma muy particular de ser optimistas en Colombia, donde la
superstición es parte importantísima de la cultura, esto es claramente
indicado en esta obra. En este momento también proliferan discursos que
promueven las curas milagrosas, las medicinas alternativas, los cambios,
la fuerza de la mente con autores de gran aceptación popular como Depra
Chopra, Tony de Melo y otros, que están favorecidos por la era de Acuario
y el posmodernismo.
15
Qué por el interés y admiración que despierta, nos recuerda ‘la mona’
de Andrés Caicedo en Que viva la música.
16
Veremos que datos biográficos como éste, están constantemente en su obra.
17
Esta referencia la hace Luz Mary Giraldo en: Fin de siglo XX: por un
nuevo lenguaje (1960-1996), que aparece en: Literatura y Cultura.
Narrativa colombiana del siglo XX. V. II.
La literatura Light, propia de la posmodernidad, refiere a un tipo de
literatura escrita por autores que parecen mucho más interesados en la
cultura de masas que en la gran tradición artística e intelectual que va
dirigida a un tipo de lectores que sólo buscan entretenimiento y
diversión. La falta de contenido y la superficialidad es la que le da el
calificativo de ‘Light.’
N. Rodríguez
14
multitud errante (2001), son el producto de sus años como
investigadora de ECOPETROL en Barrancabermeja, la zona
petrolera colombiana. La autora es contratada para tratar de
esclarecer la situación de descontento por parte de los
trabajadores y mediar, una vez más, en la solución de estos
conflictos de una manera pacífica. Al estar aquí tiene la
oportunidad de conocer una gran variedad de personajes: altos
ejecutivos internacionales, jefes paramilitares, jefes
guerrilleros, defensores de derechos humanos, contrabandistas
de gasolina, cazadores de fortuna y personas desplazadas por
la violencia, en otras palabras se ve enfrentada a la realidad
colombiana condensada en un mismo lugar. Durante su estadía
aquí y paralelo a su trabajo se dedica a hablar con todo tipo
de personas que encuentra, y es así como descubre el mundo de
las prostitutas, tema que origina su próxima novela, La novia
oscura.
En La novia oscura, a través de una periodista,18 narra la
historia de amor de esta joven exótica y misteriosa que se
convierte en la “reina”19 de las prostitutas en el microcosmos
del barrio La Catunga, en Tora. Paralela a esta historia, van
otras y varios personajes, a través de los cuales conocemos
18
Como en otros casos, nunca sabemos su nombre, simplemente es este
personaje de referencia testigo/a que se confunde con la autora y que
sirve de organizador/a dentro de la historia.
19
Es éste otro fenómeno cultural en Colombia en donde existen todo tipo de
reinados, hecho que llama la atención de la autora y es resaltado en
varias de sus obras.
N. Rodríguez
15
esta cara de la realidad colombiana, igualmente apabullante
como las otras. En Dulce compañía y La novia oscura, aunque no
son las únicas, la investigadora narradora, periodista, hila y
respalda la ‘verdad’ de las historias y como vimos en Dulce
compañía algunas veces es además, activa protagonista.
En la búsqueda de la autora es permanente su inquietud,
su frescura y el “juego de su impecable humorismo, de una
ironía a la vez ácida y tierna,”20 como también, el despliegue
colorido del lenguaje, hasta llegar al resultado de su más
reciente obra Delirio, ganadora absoluta del premio Alfaguara
de novela 2004.
En Delirio vemos una vez más, la elaboración de la
situación colombiana, pero ahora desde otro ángulo. A partir
de la historia de Agustina y su familia de clase alta, quiere
indagar y llevar hasta las últimas consecuencias la realidad
de este país, analizando el efecto que tiene sobre un
personaje aparentemente ajeno a ella, como es Agustina, pero
como bien lo demuestra la trama, este personaje principal y su
entorno están afectados y permeados por la ebullición de todos
los ingredientes subterráneos y explosivos a todos los niveles
que componen la realidad colombiana actual y de los cuales no
podemos escapar, ni negar, ni ignorar.
20
Comentario de Gabriel García Márquez que aparece en la contraportada de
La novia oscura, Editorial Norma, 1999.
N. Rodríguez
16
Nos muestra desde otro ángulo la situación que esbozó en
Leopardo al sol, en donde veíamos lo que sucede dentro de una
familia que trafica con drogas. Ahora en Delirio, vemos de qué
manera la ‘clase alta’ se involucra en el negocio y como no es
tan reluciente por dentro como por fuera. A través del
arribista Midas McAlister, quien sirve de vínculo entre Pablo
Escobar y un grupo de amigos, entre los que figuran el padre y
el hermano de Agustina, la protagonista; conocemos cómo
funciona internamente el ‘lavado de dólares.’
En El Leopardo al sol, vimos el otro lado de la situación
ya que el Mani Monsalve tratando de ascender socialmente, nos
mostró qué tan difícil y tortuoso puede ser este camino y cómo
la ‘alta sociedad’ actúa en estos casos, ya que ellos: “Adoran
mi dinero… pero a mí me aborrecen.” (203)
En Delirio, entendemos que es por el amor al dinero y la
necesidad de ostentación, que las clases altas participan
hipócritamente en el ‘banquete’ del narcotráfico, situación
que así no se publique abiertamente, es de público
conocimiento y que es, entre otras, una de las mentiras que
enloquece a Agustina.
N. Rodríguez
17
Laura Restrepo fuera de sí y para otros
Para Laura Restrepo, desde un principio política,
periodismo y literatura han ido de la mano armada y desarmada
y siempre ha estado constante sin desmayar siguiendo la
convulsionada historia de un país que se ha debatido en los
más encarnizados conflictos, pero ella sigue allí sin
desfallecer participando activamente, bien sea en el ruedo o
desde la tribuna como espectadora comprometida con lo que
sucede. Al recibir el premio Alfaguara 2004, se encontraba
ocupando el cargo de directora del Instituto Distrital de
Cultura y Turismo en Bogotá, acompañando al alcalde “Lucho”21
Garzón.
Proveniente de las clases altas de la capital, su
compromiso ha sido con una política antiburguesa y con la
literatura, ceñida de una u otra manera al transcurrir
histórico. Con una lectura de fondo notaremos su interés en
las pasiones humanas y es así como encontramos en sus obras el
tratamiento de grandes temas como la familia, los desplazados,
la mafia, la prostitución, los dirigentes y la religiosidad
popular, que ella combina para mostrar la influencia o la
21
En Colombia los sobrenombres son muy comunes, especialmente para indicar
la familiaridad o el tipo de relación que se puede establecer con la
persona o el personaje público, en este caso el nombre del alcalde es: Luís
Eduardo Garzón y es él, el primer alcalde de Bogotá (que en Colombia, es
el segundo puesto administrativo, después del presidente) perteneciente a
la izquierda.
N. Rodríguez
18
estrecha relación que puede existir entre ellos. Llamativo es
su balance sobre la literatura de la violencia, tópico
colombiano de gran relevancia en el país y que se ha
constituido en un tema obligado para sus escritores.
En La multitud errante (2001), escrita en primera
persona, tenemos la figura velada de la periodista, pues ahora
esta tarea la desempeña una, ‘enfermera de sombras’ que es
extranjera y está ayudando a los desplazados, de todas maneras
es una testigo de afuera que nos informa lo que sucede, pero
que está comprometida con la situación ya que su finalidad
última es ‘ayudar’. Aquí, a través de los comentarios de esta
testigo protagonista, podemos entrever lo que motiva a la
autora. Hacia el final, en el capítulo 17, escuchamos la voz
de la narradora, escritora que dice:
Escribo fuera de sí y me pregunto por qué será que
Occidente carga negativamente esta expresión, como si
implicara la desintegración o la locura, cuando estar
fuera de sí es lo que permite estar en el otro, entrar en
los demás, ser los demás. (133)
Es la determinación de esta mujer de ponerse en el lugar
del otro para entenderlo y compartir su situación, que es
también lo que la autora ha manifestado públicamente en sus
entrevistas.
N. Rodríguez
19
Lo social ya ha sido notado como cualidad de la novela
universal actual. Lo novedoso está en que Laura Restrepo, al
igual que Siete por Tres, el personaje protagonista de la
Multitud errante, siente que “ha atravesado el espejo para
penetrar en el envés de la realidad, donde se extiende en
silencio, a la sombra de la raquítica patria oficial, el
inconmensurable continente clandestino de los parias.” (88)
Como se indicó anteriormente, el ingrediente periodístico
nunca desaparece en la obra de Laura Restrepo, es un elemento
que subyace y en él podemos entender su intención clara de dar
testimonio de esta realidad, pero también en la persistencia
de este recurso, creo que podemos encontrar elementos para
entender la obra de esta autora.
Antes de 1960, existía una separación definitiva entre el
periodismo y la novela propiamente dicha, pero a raíz de los
cambios vertiginosos que se estaban dando en Norteamérica, se
dio un cambio, que se vio reflejado en la nueva generación de
periodistas que formaron el movimiento llamado, New
Journalism, y que surgió como respuesta al momento histórico
en el cual, de acuerdo con John Hollowell:
Brooding about the sweeping changes in social values,
mores and life-styles, some of our best novelist
complained about the difficulty of writing fiction at all
in a period in which daily events seemed to preempt the
N. Rodríguez
20
possibilities of the novelist’s imagination. Many
novelists, in fact, temporarily turned away from the
creation of fiction toward forms of social commentary,
documentary, and a vigorous kind of reportage. (4)
Por lo que, continúa Hollowell, muchas obras en esta
década reflejaban una preocupación por los problemas sociales
y la consciencia de la relación individual con la historia
social. Los escritores fueron conscientes de la historia y
esta tendencia fue adoptada por escritores como Truman Capote,
quien definía su trabajo como: “a fusion of journalistic and
fictional narrative forms.” (x) para describir lo que se llamó
“nonfiction novel.”22
Tom Wolfe, publicó en 1973, The New Journalism, en esta
obra analiza cómo este nuevo giro, consiste básicamente en el
acercamiento del periodismo a la literatura y afirma que:
“…the most important literature being written in America today
is in nonfiction, in the form that has been tagged, however
ungracefully, the New Journalism.” (1) Es decir, plantea que
en este momento el Nuevo Periodismo, desplaza la novela como
forma de expresión, por una forma híbrida entre periodismo y
literatura.
Hollowell retomando a Wolfe señala que las técnicas
literarias, llevadas al Nuevo Periodismo son básicamente:
22
Citado por John Hollowell.
N. Rodríguez
21
primero, la reconstrucción de la historia a medida que ella se
desarrolla, en escenas dramáticas en lugar de hacer un sumario
de los eventos; segundo, el uso de diálogos completos;
tercero, la descripción detallada de los personajes, sus
gestos como también de los lugares, los muebles, la ropa, la
decoración. Una cuarta técnica es el uso del punto de vista,
que utiliza a un personaje, a través del cual se presentan las
escenas dándole al lector la sensación de estar dentro de la
historia. O sea a partir de este momento el periodismo usa las
técnicas narrativas propias de la novela que ahora pasan a ser
parte de las técnicas periodísticas, reduciendo la brecha
entre ficción y no ficción. Dentro de los cultores de esta
nueva técnica periodística - literaria se incluyeron autores
como Truman Capote y Norman Mailer.
Como vemos hasta aquí, la obra de Laura Restrepo por su
estructura, estilo y tema se acomoda en gran medida a esta
corriente. Básicamente por su interés en lo social y el uso de
muchas técnicas literarias, tal vez en el sentido que ellos
las adoptaron.
N. Rodríguez
22
Modernidad vs. Posmodernidad en el ámbito mundial y su
influencia en Colombia
En la obra de Laura Restrepo, nos encontramos con unos
personajes desarraigados, desplazados, luchando por sobrevivir
que son el producto de la larga historia de violencia y
descomposición social que se vive en Colombia. Su obra nos
está mostrando este mundo marginal y sus víctimas. Como es de
esperarse, esta situación particular tiene causas inmediatas
que en gran parte están determinadas por las condiciones
locales, pero no podemos perder de vista que en la era de las
comunicaciones, y la globalización, nada sucede en un punto
del globo que no tenga su influencia en el resto y que en
menor o mayor escala, todos estamos inmersos en un mundo en el
cual el dominio del capitalismo determina en gran medida, aún
en contra de nuestra voluntad, el derrotero a seguir.
Las novelas de Laura Restrepo, corren paralelas con el
acontecer nacional que siempre está presente en el trasfondo
de cada una de ellas, por lo que éstas, hablando en términos
posmodernos, adquieren valor histórico. Para clarificar este
punto y comprender mejor la ubicación de la obra de Restrepo,
quisiera hacer una somera digresión, para tener el marco que
ha servido de fondo a la realidad que enfrentamos y dentro del
cual podemos tener más claridad sobre la situación actual. Con
N. Rodríguez
23
este intento, quiero aclarar un poco la realidad colombiana
que no podemos excluir y que de todas maneras está determinada
por su entorno mundial. Para esto quiero detenerme en
considerar lo que la modernidad y la posmodernidad aportan.
Estas dos entidades han tenido variadas interpretaciones
ya que son difíciles de delimitar en el tiempo y también de
precisar en cuanto a su contenido, por la variedad de
interpretaciones y periodizaciones.
Como punto de partida tenemos que a nivel mundial, aparte
de las consecuencias observables a simple vista de la segunda
guerra mundial, están aquellas que fueron más profundas si se
quiere, como el desencanto y el sentimiento de frustración al
ver los resultados del proyecto moderno. Ya que la muerte, la
devastación y la desolación; era lo que dejaba el progreso.
Este es uno de los escollos principales para determinar el
momento en el cual el optimismo por el Modernismo decayó y
empezó su crítica, hecho que para algunos marca el comienzo de
la posmodernidad. O también, como lo hacen algunos, podemos
afirmar que el uno es la continuación del otro, pues sin
Modernismo no tendríamos posmodernismo.
La Modernidad estaba basada en la ilustración del siglo
XVIII con la idea central de un hombre libre, que tendría
igualdad de derechos y deberes, este hombre estaba seguro de
su capacidad de progresar y era solidario con los otros para
N. Rodríguez
24
disfrutar la libertad que lograría a través del uso de la
razón, la cual era considerada universal, no propiedad de
algunos hombres. El hombre en este momento, está libre de la
otrora superioridad de una voluntad suprema como la del rey, y
está seguro de la eficacia del uso de la razón, de acuerdo con
la idea de los intelectuales ilustrados de fines del siglo
XVIII.
La idea de lograr un ‘hombre nuevo’ dueño de sí mismo, se
convirtió en lo opuesto, pues al tratar de lograrlo los
especialistas se tuvieron que concentrar en sus diferentes
campos de conocimiento y aislarse, olvidándose de los otros,
lo que propició un distanciamiento que se revirtió en
desigualdad entre los hombres y que luego, conllevó al culto
de los diferentes campos de conocimiento. Todo esto, condujo a
la deshumanización del hombre, favoreció el desarrollo del
sistema capitalista23 que al seguir su evolución, con la
división del trabajo, disoció todos los órdenes de la vida.
La razón llevada a la práctica social, degeneró en
barbarie. Horkheimer y Adorno24 piensan que al reducir la
teoría a la ciencia, como instrumento, se pierde la parte
crítica y esta pérdida es lo que vendría a propiciar el ansia
23
Empezando en los Estados Unidos, se establecieron sistemas de producción
en masa como el Fordismo usado para referir a las innovaciones de Henry
Ford y utilizado en la producción en serie de automóviles, y el Taylorismo
a las de Taylor Frederick.
24
En: Concepto de Ilustración. Sostienen que la tecnología sólo está
preocupada por la explotación de trabajo y en consecuencia, de los otros.
N. Rodríguez
25
irracional de dominio a todos los niveles. Se pone así, la
ideología al servicio de otros intereses que someten la
naturaleza a fines exclusivos de explotación, la vida material
adquiere nueva importancia y la cultura se convierte en objeto
de consumo.
Del sueño de la felicidad humana se llega a la barbarie;
a las guerras mundiales, la bomba atómica, el archipiélago
Gulag, Chernobyl y todas las instituciones en contra de la
libertad del individuo.
De la razón concebida para liberar, se llega a la razón
esclavizadora, contra todo esto es que Lyotard inicia su
cuestionamiento a lo moderno. En un primer momento explica las
promesas liberadoras del modernismo y luego su estruendoso
fracaso para cuestionar esta idea de progreso. Básicamente
rechaza la idea de que exista un concepto de razón, en base a
la cual llegaron a justificarse los totalitarismos. Lyotard
está con el grupo de quienes no encuentran interés en el
futuro ilustrado y que rechazan toda forma de utopía, por lo
tanto, todos los metarrelatos que la soportan como la
Historia, el Marxismo, el totalitarismo, la religión, la
Cultura patriarcal, los Grandes centros, etc., no tienen ya
validez:
The grand narrative has lost its credibility, regardless
of what mode of unification it uses, regardless of
N. Rodríguez
26
whether it is a speculative narrative of a narrative of
emancipation.
The decline of narrative can be seen as an effect of the
blossoming of techniques and technologies since the
Second World War, which has shifted emphasis from the
ends of action to its means… (37)
Después de analizar los grandes desastres Lyotard se
pregunta: “How could the grand narratives of legitimation
still have credibility in these circumstances?” (19)
Con los nuevos avances, el mundo adquiere otra velocidad
pues surgen nuevos medios de transporte: el automóvil, el
avión y el tren, el espacio ahora es percibido diferente pues
es distinto observarlo desde el aire, desde el tren o el auto,
el movimiento y el espacio se convierten en uno, sin contar
con los grandes avances, cada día mayores, de los medios de
comunicación que aceleran todo.
Echada a rodar la rueda, los hombres se precipitan al
consumo voraz de los bienes del capitalismo25 o consumo de
simulacros como los llama Baudrillard, ya que no tienen
25
Que de acuerdo con Lipovetsky este hecho tiene otras consecuencias a
largo plazo, puesto que: “… fue la aparición del consumo de masa en los
USA en los años veinte, lo que convirtió el hedonismo –hasta entonces
patrimonio de una minoría de artistas e intelectuales- en el
comportamiento general en la vida corriente…” (84)
N. Rodríguez
27
soporte en el imaginario.26 Es la alienación de todos; los que
consumen y los que tienen el poder.
Ahora la cultura es marcada por el bombardeo de
información y esclava de lo económico que enajena al individuo
encerrándolo en sí mismo y aislándolo de las prácticas
sociales, pues le permite formas de comunicación
autosuficientes excluyentes de los demás, es la cultura Light.
Es lo que Lipovetsky llama la era del vació o Baudrillard, la
cultura del simulacro que lo lleva a afirmar: “Estamos en la
lógica de la simulación que no tiene nada que ver con la
lógica de los hechos y un orden de razones.”27
En Colombia, los diferentes grupos sociales se ven
afectados diferentemente por las nuevas tecnologías de
información: las clases altas buscan cada vez más una
identidad trasnacional, mientras los sectores populares viven
en una contradicción constante entre una vida cotidiana
acosada por la pobreza y la violencia y el consumo
inalcanzable propuesto por el mercado.
Dentro de la obra de Laura Restrepo veremos estas
víctimas, consumidores y productores inconscientes de vacío,
como dignos representantes de la posmodernidad, pero no por
eso más felices. A lo que la propuesta de la autora se centra
26
Con el desarrollo de la Semiología, iniciado por Ferdinand de Saussure,
Baudrillard analiza cómo el consumo es el efecto de las formas de
circulación de los diferentes bienes de consumo.
27
Citado por Raymond L. Williams en: Postmodernidades Latinoamericanas.
N. Rodríguez
28
en la búsqueda de sentido en el entendimiento y compenetración
con el grupo de los parias. En la búsqueda de ese orden
perdido, ella propone una vuelta, una organización mediatizada
por las técnicas narrativas propias de la modernidad, en las
que podemos inferir su nostalgia por el orden perdido. Ella
busca en medio del absurdo, la desintegración y la
irracionalidad, una humanización. Y vamos a ver en sus obras
la presencia indiscutible del caos, la violencia, el desorden
como reflejo de esta realidad pero luego su propuesta está
allí superando este estado de cosas a través de la razón, la
planificación y el amor como posibilidades salvadoras.
Posmodernidad es una forma de cultura abierta, época del
descentramiento, apertura a lo fragmentario, momento en que lo
marginal se hace visible: las minorías étnicas, la mujer sale
a luchar por sus derechos, los grupos gay, las minorías
religiosas etc., se da ruptura de las jerarquías; lo culto
versus lo popular, ficción versus realidad.
Antes que tener una definición de lo posmoderno, lo que
se tiene es una nueva condición y una nueva actitud. María
Cristina Pons, nos ayuda a entender esta situación, cuando
afirma que la condición posmoderna es “…una nueva sensibilidad
estética, una nueva corriente de pensamiento y un nuevo estado
de ánimo que corresponderían a una nueva realidad social: el
agotamiento o crisis de la modernidad inconclusa.” (22)
N. Rodríguez
29
El valor supremo de la vida es el dinero,28 es el nuevo
dios, cuya presencia se dispersa por el mundo a través de las
multinacionales. El posmoderno se declara en contra de lo
estable porque no cree en centros. Y al producirse una nueva
etapa, todos los fenómenos de la vida adquieren una
significación distinta explicable desde el medio económico que
la determina.
Tiempos modernos en Colombia
Los fenómenos de la violencia en Colombia son algo más
que coyunturales; constituyen un eje constante en la historia
del país. De allí la necesidad de abordarlos no sólo a la luz
de la crisis actual sino también en la larga duración, en la
perspectiva de la diacronía, pues allí es donde puede
encontrarse una alternativa interpretativa que de cuenta de la
especificidad del fenómeno en Colombia sin caer en los lugares
comunes que nada explican o, en su defecto, en el
fraccionamiento empírico de la realidad en: la violencia
política, delincuencial, oficial, étnica, etc.
28
En muchas oportunidades Laura Restrepo sostiene que esta nueva actitud
ante el dinero es la mayor responsable del estado de cosas actual en
Colombia y en el mundo.
N. Rodríguez
30
María Teresa Uribe, en el capítulo “De la ética en los
tiempos modernos o del retorno a las virtudes públicas.”29
Entre las páginas 159 a 178, nos ofrece la siguiente síntesis
que nos ayuda a entender esta situación.
Los
tiempos modernos en Colombia, vertiginosos,
acelerados, de cambios rápidos y profundos, lograron trastocar
en la última mitad del siglo XX la mayor parte de los
referentes concretos y vitales que sostenían a la sociedad
tradicional. Así tenemos que paralelo a los cambios mundiales
en Colombia se operaron los siguientes cambios:
- El país deja de ser rural y pueblerino para entrar a
urbanizarse.
- La industrialización se consolidó como sistema y a su vez
colapsó para dar paso a nuevas formas dominadas por el capital
financiero.
- Los medios de comunicación de masas se multiplicaron,
creando formas de integración-desintegración no vistas antes.
Y como consecuencia se ampliaron los universos simbólicos de
la población.
- Se produjo una revolución educativa, la educación formal se
amplió en muy pocos años.
29
En: Nación, ciudadano y soberano.
N. Rodríguez
31
- Se cambiaron los roles y la mentalidad de las mujeres,
trastocando los viejos modelos paternales y las relaciones
intrafamiliares.
- Aparece una clase media profesional y abierta a las
corrientes mundiales del pensamiento y a los discursos
políticos alternativos.
- Llegan al escenario corrientes contraculturales como el
hipismo, los punk, los heavy metal.
- Se presenta la consolidación de un movimiento guerrillero.
- La presencia de las masas, el fenómeno de la uniformidad, la
unilateralidad en la comunicación y el ansia de novedad, La
Modernidad.
La desaparición de la sociedad tradicional y el
advenimiento de los tiempos modernos genera en todas partes
del mundo la pérdida de referentes colectivos y las crisis
éticas; sin embargo, la forma tortuosa e híbrida del acceso a
la modernidad en Colombia, acentúa sus efectos en dos grandes
campos: el de la esfera político estatal (crisis de
representatividad, de gobernabilidad, de credibilidad, de
legitimidad) y en la esfera de los ethos socioculturales30
(ausencia de valores, vacío ético, disgregación del tejido
social, inexistencia de referentes colectivos de identidad,
30
El ethos sociocultural es el lugar de lo simbólico representado, es el
espacio de los intercambios sociales desde donde se construyen y se
reconstruyen los imaginarios colectivos, los referentes de identidad, los
reconocimientos de lo igual y lo diferente.
N. Rodríguez
32
debilidad de lo nacional); en ambas esferas, el signo visible
de la crisis es la violencia generalizada, desagregada, plural
y difusa, que particulariza nuestra situación y la hace más
traumática y dolorosa.
Asistimos al descentramiento de lo social; lo religioso
ya no es el elemento estructurante del universo simbólico de
los colombianos, aunque todavía es un país católico, ya no lo
monopoliza. No es ésta una sociedad confesional y algunas
esferas se han independizado de la tutela religiosa. La
ciencia, la tecnología y los saberes se rigen ahora por sus
propias reglas y métodos de fundamentación y conocimiento;
idéntica cosa podría decirse del ordenamiento legal, del arte
y de la literatura.
La secularización y el pluralismo propios de la
modernidad contribuyen a acentuar la diferenciación
estructural de todo el sistema social, trastoca los tiempos,
los espacios y los territorios. Además, multiplica los estilos
de vida, las cosmovisiones, los roles, las funciones y las
actividades, en fin, los referentes concretos de la vida
social en los cuales se sustentaba y de los cuales se nutría
el viejo ethos sociocultural.
Con la transformación del tiempo y los espacios, los
referentes territoriales han cambiado sin encontrar otros
marcos de cohesión dando paso al desarraigo urbano. Los
N. Rodríguez
33
tiempos no se guían ya por los universos simbólicos del
metarrelato religioso sino por los requerimientos de la
producción y del consumo, de los flujos monetarios y de la
comunicación de masas.31
Como vemos ésta es la consecuencia del paso de la
modernidad a la posmodernidad en un país del ‘tercer mundo’
como Colombia, en donde los cambios tienen repercusiones
diferentes a las de un país capitalista, pero esto no quiere
decir que sus efectos sean menos devastadores ni menos
desarticulantes y donde estos procesos deberían haberse
llevado a cabo a través de una justa e inevitable violencia,
entendida como medio provisional y no como fin.
Historia y literatura
El concepto de historia de los europeos imponía una idea
de progreso: el europeo. Dicha idea trazaba las líneas
esenciales de su acción de acuerdo con ordenamiento a grandes
relatos establecidos por los grupos o clases dominantes. El
orden de la realidad era su orden, en la historia no existían
los pobres, la vida popular, la sensualidad. Con el despertar
31
En las sociedades tradicionales o premodernas, predominantemente
agrarias, no industrializadas ni urbanizadas, los ethos socioculturales,
diversos y fragmentados, expresan su mundo instituido de sentido a través
de una primera forma discursiva: la religión o lo que los postmodernos
(Lyotard) llaman el metarrelato religioso.
N. Rodríguez
34
de la conciencia de los pueblos en vías de desarrollo, la idea
de historia y de progreso europeos quedó relativizada. Es
decir, la idea de historia que implicaba que unos pueblos
dictaban órdenes y otros obedecían empezó a provocar el fin
del colonialismo y el imperialismo o fase superior del
capitalismo.
En la posmodernidad los Metarrelatos como tales pierden
su validez para crear un nuevo concepto dentro del cual, la
Historia no es única sino múltiple. Laura Restrepo como
testigo de esta situación, es consciente y su intención es
clara, la manifiesta abiertamente en entrevista con Bill
Moyers,32 quien le pregunta acerca del papel del escritor en un
medio como el colombiano, y ella le contesta: “What I feel is
our role is to keep history alive. …what I try to do is to
pick small pieces and leave them in my books.” En ella, la
necesidad de hablar de esta realidad es una urgencia que está
determinada por la misma situación colombiana, por la
incertidumbre de no saber si habrá tiempo de hablar de ella
más tarde, ya que como asegura la autora, en esta entrevista;
la cultura colombiana está en vías de extinción.
Es en esta determinación e intención de participar en la
creación del devenir histórico en donde podemos ubicar uno de
los puntos claves con relación a la autora y su obra, es claro
32
Entrevista con Bill Moyers en: http://www.pbs.org
N. Rodríguez
35
que su (des)ubicación en cuanto al uso del género literario,
le sirve para lograr su objetivo de participar en una forma
posmoderna en la creación de la historia.
Vemos que por la característica general de su trabajo
está inscrita dentro de la posmodernidad, pero en su proceso
de creación utiliza elementos que no lo están tanto, pues se
vale de géneros tradicionales como son la entrevista y el
ensayo para crear una obra que está sirviendo para reafirmar
la posmodernidad.
Laura Restrepo ha querido hacer la novela dentro de los
cánones tradicionales con recursos nuevos y recurriendo a
técnicas narrativas como las usadas por Saramago.33 Su obra es
en este sentido híbrida, pues por un lado está su metodología
de trabajo dentro de la cual distinguimos géneros
tradicionales, propios de la modernidad, cuando se buscaba
organización y se perseguían ideales de claridad y completud,
pero por su tema, el ocuparse de los grupos marginados con
todos sus ingredientes, darles una voz y presentar esta
periferia, hace que sus obras tengan también una
característica posmoderna. O sea que participa de la
posmodernidad pero indirectamente ya que en algunos aspectos
se rehúsa a ella. Su metodología de trabajo está determinada
33
Observo en Delirio, el uso personalizado de la mayúsculas y las
minúsculas, reemplazando la puntuación tradicional, que es una técnica
usada también por el escritor portugués.
N. Rodríguez
36
definitivamente por su necesidad de indagar la historia
oficial, de la superficie de verdadera que se le ha atribuido
ya que como veíamos anteriormente, uno de los grandes
parámetros de la posmodernidad es la negación de los
Metarrelatos.
En Laura observamos la necesidad constante de jugar,
reconstruir y recurrir a la historia,34 este empeño tiene que
ver con la urgencia de asimilarla y entenderla, con el afán de
superarla, y con la esperanza de producir un cambio ya que
acorde con la advertencia de Leopoldo Zea: “… sólo los pueblos
que no han asimilado su historia pueden continuar sintiéndose
amenazados por su pasado.” (63)35 O desde la perspectiva de
Foucault para quien, la exploración del pasado es la única
ruta para entender el presente. En este sentido, la obra de
Laura Restrepo, presenta con toda evidencia la característica
de la posmodernidad, definida desde Borges, como ficción e
invención de la misma historia, de esta manera, ella está
participando activamente en la creación de la Nueva Historia
pero al hacerlo está comentando y cuestionando la otra, la
Historia oficial.
A partir de las corrientes postestructuralistas que
tienen otra mirada y ponen en tela de juicio la validez de los
34
35
Linda Hutcheon enfatiza la cualidad histórica de la novela postmoderna.
Leopoldo Zea. El pensamiento latin`oamericano.
N. Rodríguez
37
llamados metarrelatos, la gran discusión sobre la fidelidad de
la historia y el valor que le concedíamos como ente portador
de la ‘verdad’, en el pasado, ahora está en entre dicho. El
estructuralismo se fundaba en la confianza de la estabilidad
de las estructuras lingüísticas y su habilidad de reflejar los
procesos mentales, pero el postestructuralismo critica
radicalmente estas nociones del lenguaje como capaz de
soportar dicha estabilidad y cualquier filosofía fundada en
ellos.
Michel Foucault y Jacques Derrida se han catalogado como
las dos influencias más penetrantes en el pensamiento
postestructuralista, aunque son dos teóricos muy diferentes en
su terminología y metodología, pero comparten las mismas bases
filosóficas. El punto inicial en la discusión está en la
premisa derridiana de que “todo pensamiento está
necesariamente inscrito en el lenguaje,”36 pero como se dijo
anteriormente, el lenguaje ahora es incapaz de soportar una
validez contundente, de donde varios teóricos han profundizado
para demostrar que la historia y la literatura comparten el
mismo material y forma de expresión. Julia Kristeva propone
que la literatura es un acto del discurso, y por lo tanto,
necesariamente un acto político, pues por otro lado, Foucault
sostiene que la sociedad es la que maneja y controla el
36
En Gramatología.
N. Rodríguez
38
discurso y que al mismo tiempo éste es una forma de poder y
opresión. El postestructuralismo es más fácilmente
caracterizado como una actividad que como una filosofía, su
punto central es general escepticismo acerca de todas las
doctrinas que aceptábamos incuestionablemente y entre ellas la
historia.
Herbert Lindenberger y Stephen Greenblatt, hicieron su
aporte a lo que se ha llamado el Nuevo Historicismo, en el
sentido de que consideraron que la historia no podía ser
objetivamente verdad en el sentido que se suponía hace 150
años, cuando escribir la historia, era contar las cosas como
‘realmente sucedieron.’ En este sentido, no se está
estableciendo un juicio contra la historia sino que se
interroga la presumida característica de ser ‘verdad’ que le
era adjudicada simplemente por tener el nombre de Historia. O,
desde el otro extremo, con el resurgimiento de final de siglo
XX, de la novela histórica, John Rutherford plantea esta misma
inquietud claramente cuando afirma: “…The new historical novel
in Latin America owes much to Pierre Menard, for whom
historical truth “no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que
sucedio” (11)
Quizás la genuina innovación que Greenblatt trajo a la
historia literaria, está implícita en la noción del
postestructuralismo, es decir, que la historia y la literatura
N. Rodríguez
39
son igualmente textos. Con seguridad el Nuevo Historicismo
deriva algunas de sus actitudes hacia la historia de los
acercamientos critico-literarios de Hyden White, quien
investigando a los historiadores del siglo XIX a principios
del XX, demuestra cómo la retórica de esos aparentemente
objetivos pensadores, descansaba en tropos –las mismas figuras
del lenguaje que están detrás de los discursos poéticos.
Básicamente plantea que la historia tradicional se hace a
través de un relato y que el hecho mismo de relatar, es
problemático porque se hace evidente, que la narrativa no es
una forma discursiva neutral que se pueda usar diferentemente
para narrar eventos ‘reales’, que serían los que quiere contar
la Historia o los ‘irreales’ que serían de los que se ocupa la
literatura.
Plantea Hyden White, que hacer una narración,
independiente de su contenido es imposible, porque narrar
algo, es un proceso en el cual se deben hacer escogencias
ontológicas y epistemológicas con implicaciones ideológicas y
políticas precisas. Y es por esto que muchos historiadores
modernos concluyen que el discurso narrativo, lejos de ser un
medio neutral, para la representación de eventos históricos
precisos, es la materia prima de una visión mítica de la
realidad, que cuando se pretende usar para representar eventos
N. Rodríguez
40
reales, los enriquece con una coherencia ilusoria y los carga
con significados, porque:
Where the aim in view is the telling of a story, the
problem of narrativity turns on the issue of whether
historical events can be truthfully represented as
manifesting the structures and processes of events met
with more commonly in certain kinds of “imaginative”
discourses… (27)
De dónde la historia, al igual que la literatura están
muy estrechamente relacionadas con una situación particular
que a partir del nuevo concepto de verdad y de historia
estaría respaldando esta Historia, pues es a partir de esta
multiplicidad de puntos de vista en donde recupera su
credibilidad y su posibilidad de compartir la verdad, por lo
tanto, sería la literatura la llamada a servir de memoria
histórica ya que es la que va a quedar como testigo de un
momento determinado, libre de las pretensiones predeterminadas
de servir de memoria oficial. Porque de todas maneras y de
acuerdo con Linda Hutcheon: “Despite its detractors, the
postmodern is not ahistorical or dehistoricized, though it
does question our (perhaps unacknowledged) assumptions about
what constitutes historical knowledge” (xii)
Enfocando el problema desde la práctica misma de la
literatura, John Rutherford afirma: “that novels of Mexican
N. Rodríguez
41
Revolution are indispensable for understanding of the social
history of the period, thus suggesting that historians need to
pay as much attention to historical fiction as novelists have
paid to history.” (10)
O también de la forma como asume el problema Carlos
Fuentes, para quien la literatura adquiere una gran validez
pues, viene a reemplazar la labor de la historia puesto que
para él, “…los historiadores de América latina han
distorsionado o han ignorado tanto la realidad, que es la
responsabilidad del escritor latinoamericano contar la otra
“historia” para encontrar así la verdad en el pasado
imaginado.” (23)37
Como vemos una de las premisas de este proyecto está en
el punto en el cual, la historia y la literatura se relacionan
estrechamente, lo que ha sido un punto álgido en la discusión
o delimitación entre lo moderno y lo posmoderno, pues
dependiendo de la importancia, aceptación o sitio que le demos
a la historia podemos hablar de estructuralismo o
postestructuralismo38 y que podemos decir que estas diferentes
denominaciones sirven, las últimas para referir a lo sucedido
en las artes y las primeras en otros campos.
37
Citado por Raymond Leslie Williams en: Postmodernidades
Latinoamericanas.
38
De acuerdo con la Encyclopedia of Contemporary Literary Theory,
postestructuralismo y posmodernismo, pueden ser dos formas equivalentes
que se han usado indistintamente.
N. Rodríguez
42
Las conexiones entre historia y literatura en Colombia en
este momento son de vital importancia pues dados los
conflictos internos y el momento actual, necesitamos la
memoria con la que la literatura registra39 y participa en la
creación de la historia extraoficial, que en últimas resulta
ser el vehículo de una realidad, y que está libre del
compromiso de servir al mismo sistema que está creando la
historia oficial. No se trata de enfrentar una temática
histórica sino de la problematización de la historia como tal.
Dentro de esta discusión es donde pienso que podemos
ubicar la obra de Laura Restrepo, puesto que al ella estar
haciendo literatura basada en el momento histórico, su obra
como testigo o testimonio de éste, adquiere valor histórico.
Violencia y Literatura
Si quisiéramos definir un tema central en la obra de
Laura Restrepo nos enfrentamos a la situación colombiana, que
muy a pesar nuestro, a través de un largo período ha tenido el
denominador común de la violencia. Según algunos, la violencia
en Colombia ha estado presente desde el momento mismo de la
independencia, para afirmar esto habría que aclarar que aunque
39
Actualmente en Colombia, hay una generación muy activa de escritores de
diferentes edades enfocados en la situación nacional.
N. Rodríguez
43
el resultado sea el mismo, los motivos han cambiado y la forma
de expresión depende de su momento histórico.40 Por lo que
ahora resulta más adecuado hablar de las violencias.
Como tema literario tomó fuerza desde la segunda mitad
del siglo XX, después del período que precedió y siguió a los
hechos que se desencadenaron con la muerte del caudillo
liberal Jorge Eliécer Gaitán y el caos que fue lo que se
denominó como “el Bogotazo”, el nueve de abril de 1948. El
tema debió madurar para convertirse en objeto del quehacer
literario.
En un primer momento, según Luís Antonio Restrepo, el
tema de la violencia, cayó en esquematismos que idealizaban o
simplificaban, como en el caso de El cristo de espaldas de
Eduardo Caballero o, de acumulación de desgracias como sucede
en, Viento seco de Andrés Caicedo, en este momento, este tema
con toda su carga de dramatismo no era suficiente para
escribir una novela, por lo que: “Fue necesario esperar a que
Gabriel García Márquez transformara la Violencia en objeto
literario con su El coronel no tiene quien le escriba.” (75)41
40
Otto Morales Benítez afirma que hemos padecido diferentes violencias con
diferentes matices, “…Con características y motivaciones radicalmente
incompatibles. Con implicaciones sociales bien distintas. Relacionadas con
problemas que no tienen parentesco.” (198) en: Violencia y Literatura en
Colombia.
41
Nueva Historia de Colombia, tomo VI. Contradiciendo a los que opinan que
la obra garciamarquina que trató el tema originariamente fue La mala hora.
N. Rodríguez
44
A partir de este momento, éste ha sido casi un tema
obligado para los escritores, como lo afirma Gonzalo Arango,
muy al comienzo del fenómeno, en 1959:
La violencia gravita sobre nuestra sensibilidad en forma
perturbadora y agresiva… Ningún escritor que tenga sus
dos pies hundidos en el barro de este país puede eludirla
sin traicionar su realidad humana más profunda pues,
directa o indirectamente, ha sufrido sus consecuencias.42
Durante este largo período, este tema ha sido tratado por
muchos autores y ha evolucionado paralelo a la historia
nacional. Como también se dan diferentes momentos y
clasificaciones dentro de él.43 En los últimos quince años
tenemos nombres como Fernando Vallejo, Alfredo Molano, Jorge
Franco y Santiago Gamboa. Un poco más atrás, Antonio
Caballero, Álvaro Mutis, R. H. Moreno Durán y Gustavo Álvarez
Gardeazábal entre otros. Sólo tenemos que mirar los títulos
para entrever el contenido de esta copiosa obra que al parecer
no termina de agotar el tema, y que desafortunadamente va a la
par o se queda corta al tratar de reflejar la ‘realidad’
colombiana.
42
Gonzalo Arango “Los cuentos y la violencia”, En El Tiempo, Lecturas
Dominicales, 5 de julio, 1959.
43
Se han dado clasificaciones y estudios acerca del tema en Colombia, los
que la consideran como un conjunto están los de Gerardo Suárez Rendón, La
novela de la violencia en Colombia, con características marcadamente
sociológicas y el de Román López Tames, La narrativa actual de Colombia y
su contexto social. Otros como el de Gustavo Álvarez Gardeazábal, México y
Colombia, violencia y revolución en la novela, y el de Laura Restrepo,
Niveles de realidad en la literatura de la violencia colombiana.
N. Rodríguez
45
Al tratar de ubicar a Laura Restrepo dentro de este grupo
de autores encuentro una particularidad en dos aspectos: por
una parte, para la mayoría de estos autores, la violencia es
un tema más, pero en Laura Restrepo la guerra y el conflicto
social son el asunto de fondo, el que envuelve toda su obra es
su característica sine qua non. Por otro lado, está su
inconfundible toma de partido, no por el poder, sino por la
multitud errante y agobiada.
Si tomamos como ejemplo La virgen de los sicarios de
Fernando Vallejo (1998) o Rosario Tijeras (1999) de Jorge
Franco, y cotejamos con pasajes que en la obra de Laura
Restrepo hay sobre este empecinado tema de la violencia,
encontramos aparte de las obvias diferencias literarias de
estilo y de técnica, un rasgo diferenciador: lo ideológico.44
En la obra de Franco así se mencionen las diferencias
entre el medio social de las comunas empobrecidas y el de las
clases altas del Poblado, pues los personajes se mueven aquí y
allá, no es esto lo que explica o permite desarrollar el
escabroso y patético drama.
En Delirio, por su parte, a
propósito de los sicarios, guardaespaldas y la mafia en
general, hay en más de una ocasión en la obra, la declaración
44
Tal cual lo entiende Terry Eagleton en Literary Theory. An Introduction:
“…the ways in which what we say and relieve connects with the powerstructure and power-relations of the society we live in.” (13)
N. Rodríguez
46
explícita de que la burguesía está detrás del origen de las
causas.
En La virgen de los sicarios, narrada en primera persona,
el narrador está comprometido hasta los huesos con su sicario
amado; como decidido iconoclasta y amante alcahueta que no
asume ninguna responsabilidad, ni social, ni psicológica ni
política45. En contraste, en La novia oscura, cuando la autora,
toca los orígenes de la niña que se convertirá en prostituta
en las tierras de la compañía petrolera, hace un paralelo
entre los referentes simbólicos de los niños sicarios y los de
la prostitución, remitiéndolos, en últimas al conflicto
social.
El fenómeno de la violencia es bastante complejo,
especialmente en Colombia, que como veremos en el siguiente
capítulo, ha tenido múltiples orígenes y también ha tomado
diferentes caminos.
45
No obstante, Jorge Orlando Melo, reconoce el aspecto histórico
ideológico en La virgen de los sicarios, en artículo aparecido en la
Revista de la Universidad de Antioquia.
N. Rodríguez
47
II
Literatura y violencia
…es que antes se mataba a los
enemigos. El conservador mataba al
liberal, o el guerrillero al soldado.
Pero según la nueva modalidad del
crimen, se mata a cualquiera, sea
amigo, enemigo o neutral, por odio o
por amor, por dinero, por sacudirse el
aburrimiento, por equivocación o
porque sí.
Laura Restrepo.
Este –testimonio- aparece en el artículo de Laura
Restrepo: Los muchachos desechables46, que hace parte de un
conjunto de ensayos, escrito por un grupo de intelectuales que
querían explicar: En qué momento se jodió Medellín, publicado
en 199147. En él, la autora da una mirada, desde la vivencia de
estos protagonistas internos, que refleja lo que hay detrás,
que es uno de los componentes del fenómeno de la violencia en
46
Que ya había aparecido en la revista Semana del 27 de febrero de 1990,
bajo el título: La cultura de la muerte, el que aparece en este libro
tiene algunas modificaciones.
47
En este momento, Medellín, la segunda ciudad del país fue el epicentro
de la violencia más encarnizada que había vivido Colombia hasta entonces.
La situación cambió un poco en 1994, después de la muerte de Pablo
Escobar. Con el debilitamiento del cartel de Medellín, la violencia se
trasladó a Cali y luego se generalizó por todo el país. En este libro un
grupo de intelectuales entre los que se encontraba Laura Restrepo querían
encontrar una explicación y solución a este problema.
N. Rodríguez
48
Colombia actualmente.48 En general, lo que analiza y prueba
este proyecto, es que este estado de cosas es el resultado de
la acumulación de múltiples ingredientes; sociales políticos y
económicos. Con el agravamiento de lo que aportó el
narcotráfico, que ha producido un cambio a muchos niveles en
la sociedad pero también en cuanto a las manifestaciones de la
violencia.
En este ensayo, Laura Restrepo analiza cómo se ha dado
una evolución o recontextualización de la violencia y observa
cómo, ahora existe una nueva semiótica en cuanto a los
diferentes actos violentos y es así como, “La jerga de la
muerte se convierte en lenguaje erótico” ya que ahora se mata
por amor; “se enamoró de mí para matarme.” (71) Es la
exacerbación o trastocación de los sentimientos. O también
cómo, el término “traído” que en la tradición antioqueña, en
la navidad, refería al regalo del Niño Dios, “designa ahora al
que se deja robar o matar, alguien que se descuida, se ofrece,
se regala.” (72)49 Y cómo la muerte adquiere otro valor ya que:
48
En entrevista con Mihály Dés que aparece en La revista de Cultura
Lateral No. 67/68 de julio – agosto del 2000, la autora cuenta: “Hace años
escribí un artículo titulado “La cultura de la muerte” que le dio la
vuelta al mundo porque ponía al descubierto algo que no sabíamos… Veníamos
de una racha de magnicidios tremendos, habían asesinado a tres candidatos
presidenciales, a un director de periódico, cuanta figura aparecía la
asesinaban. …El descubrimiento fue que eran muchachitos de doce y trece
años los que estaban asesinando en Colombia…”
49
La misma connotación del termino “abrirse” que Octavio Paz analiza en,
El laberinto de la Soledad, donde sostiene que el hombre mexicano está
cerrado al mundo porque teme abrirse (rajarse), pero en Colombia este
descuido, este relajamiento, se paga con la vida.
N. Rodríguez
49
“da igual estar vivo que estar muerto.” (72)50 Los jóvenes de
las comunas saben que tienen muy pocas posibilidades de tener
un buen futuro, ni la educación ni el trabajo lo garantizan.
De ahí su cinismo, su deseo de “vivir a la lata” y
enriquecerse a cualquier precio aún convirtiéndose en
sicarios, ‘trabajo’ en el cual saben de sobra que están
arriesgando su vida.
Otra de las observaciones de Restrepo en este artículo,
es la relación particular que estos muchachos establecen con
la religión católica, de la cual, son fanáticos y la profesan
en su peculiar estilo, ellos son muy devotos especialmente de
la Virgen, “Los jóvenes sicarios llevan en el pecho y en los
tobillos escapularios de su protectora,…” (62)51 ya que es “…la
madre bondadosa que siempre protege y todo perdona.” (63) La
religión les ayuda a resolver todos sus conflictos y no faltan
cada miércoles de ceniza, “-bajan a las iglesias armados y
uniformados, se hacen poner la cruz en la frente…” después de
50
Esta situación ha sido analizada desde múltiples perspectivas,
sociológicas, psicológica y ha sido llevada al cine por Víctor Gaviria en
dos películas que han sido escogidas para el festival de Canes: Rodrigo D,
no futuro de 1991 y La vendedora de rosas, de 2001.
También, Octavio Paz en El laberinto de la soledad (1950) plantea esta
situación en la cultura mexicana donde: su culto a la muerte hace parte
integral del culto a la vida. Paz descubre que para ellos la muerte, tiene
características especulares; en ella se refleja la vida porque la muerte y
la vida no son cosas distintas. Son dos caras inseparables de una misma
moneda: la vida lleva a la muerte y a su vez, esta lleva a la vida. Pero
en México, es parte profunda de la cultura, no algo que surge como
solución o consecuencia de una situación invivible, que es lo que sucede
en Colombia.
51
Luego, este mismo ritual aparece en La virgen de los sicarios (1998) de
Fernando Vallejo y en Rosario Tijeras (2001) de Jorge Franco.
N. Rodríguez
50
volver a sus casas hacen una fiesta que, concluye la autora,
“Es la ceremonia de los que saben que polvo son, en polvo se
convertirán y en polvo convertirán a los demás.” (73) Todos
estos elementos, que encontramos en la cultura popular,
explican, o reflejan en gran parte la proliferación o cambio
que se da en la aceptación o aparente indiferencia ante los
hechos violentos y ante la muerte.52
Es con el intento de entender esta situación que la
autora da una mirada sociológica e interpretativa del
fenómeno, con lo cual, intenta mostrar otro lado de la
situación, para con ello buscar nuevas explicaciones que
puedan conllevar un mínimo alivio o, en última instancia, ser
parte de la solución, pues este mensaje va dirigido a la capa
intelectual y política que son los primeros llamados, en este
caso, a solucionar el ‘problema’. De esta manera, la autora,
quiere aportar su grano de arena en la búsqueda de una
solución que conduzca a resolver estos problemas y en últimas,
si fuera posible, a la tan anhelada paz.
Decidir cual es la posición de Laura Restrepo ante la
violencia o encontrar el motivo por el cual se ocupa
52
Desafortunadamente, después de 14 años la situación no ha cambiado mucho
para la ciudad de la eterna primavera, como se solía llamar a Medellín. En
el volumen de marzo de 2005, en la Nacional Geographic aparece un artículo
de Eliza Griswold: Medellín Stories from an Urban War. El cual, palabras
más, palabras menos es la misma historia, o tal vez más grave, pues
involucra otros protagonistas. El punto de partida de la periodista es la
pregunta: How do people live here?, a lo cual, creo, no es necesario
agregar más.
N. Rodríguez
51
extensamente de ella, es una tarea que debe enfrentarse dando
una mirada totalizadora de su obra, como también mirar la
relación de ésta con la administración pública que ha
desempeñado. Como indicamos anteriormente, la violencia es uno
de los tópicos que ella nunca abandona, y por lo cual resulta
uno de los aspectos más sobresalientes al tratar de abordarla.
No en vano el periodista y escritor Juan Gossaín, ha afirmado:
“Laura, es el escritor colombiano que mejor ha entendido el
problema de la violencia moderna…”53
En muchas entrevistas ella manifiesta abiertamente su
rechazo ante el armamentismo y la resolución de conflictos por
la fuerza, “Tengo un disgusto visceral por las armas, vengan
de donde vengan.”54
También en los momentos en los cuales ha
estado encargada de la administración pública, es notoria su
intención pacificadora y mediadora en la resolución de los
conflictos como fue evidente en el momento en el que hizo
parte de la comisión negociadora de la paz durante la
administración de Belisario Betancur en 1983, el cual, fue el
primer intento de negociación como solución del conflicto
armado que se daba en América Latina. Y que paradójica y
lógicamente ocurrió en Colombia.
53
54
En, La Prensa de La Paz, Bolivia, edición de marzo 7, 2004.
En, entrevista con Héctor Arenas, Bogotá, 18 de junio, 2004.
N. Rodríguez
52
Laura no ha abandonado la militancia jamás, como afirma
Antonio Caballero “Digo que Laura nunca ha dejado de militar
en la militancia.”55 Y actualmente, en el momento de aceptar su
posición como directora de Cultura y Turismo de Bogotá en
2004, y al referirse a su nuevo trabajo dice: “Es como volver
a la militancia, ir a los barrios, trabajar con la gente.”56
Como también explica que cuando Lucho le ofreció el puesto “No
podía decir que no. Es el mismo proyecto de reconciliación y
democracia por el cual he vivido toda la vida.”57
Resulta evidente que tanto su vida pública como su obra
literaria se confunden en cuanto a la intención o aporte como
propuesta de solución. Sin abandonar, el otro aspecto que ya
se indicó, en cuanto a la relevancia que esta obra adquiere al
estar comprometida con el momento histórico y tratar de
ventilar verdades, al hablar de lo que se mueve detrás de lo
oficial y servir, según la intención de la autora, como
memoria. Ya que su estilo y compromiso periodístico es algo
que nunca puede abandonar.
En primera instancia quisiera intentar dar una mirada a
la situación colombiana a través de su historia, que como
veremos siempre ha sido violenta, más adelante quiero analizar
algunas de las novelas de Laura Restrepo, en las cuales
55
56
57
Semana, 2 de marzo 2004
En, Antonio Caballero: Laura Restrepo una vida de novela.
Ibid.
N. Rodríguez
53
podemos mirar más detenidamente el tratamiento que hace del
tema y sustentar su posición conciliadora, viendo cómo uno de
los objetivos últimos de su obra es, tender hilos de esperanza
que ayuden a soportar la situación, y que básicamente este es
su aporte en el intento de cambiarla.
Para lograr este objetivo, veremos cómo la autora,
siempre está proponiendo una solución pacificadora a estos
tremendos dramas, y la esperanza, es el amor que siempre está
presente, y que aunque la mayoría de las veces es poco
convencional, pues se da en parejas de diferente clase social,
este mismo elemento, por contradictorio e inesperado, lo
convierte en el único llamado a salvarnos.
La Historia de violencia en Colombia
En 1978, Seymour Menton para introducir la novela de
Manuel Mejía Vallejo, El día señalado, afirma:
Durante veinte años (1951 – 1971) el fenómeno histórico
de la violencia fue el tema obsesionante de un gran
número de novelistas colombianos. Por su importancia en
las letras nacionales, sólo es comparable, guardando las
N. Rodríguez
54
proporciones, a la novela de la Revolución mexicana y a
la de la Revolución cubana. (219)58
En este momento Seymour Menton llama la atención sobre lo
poco estudiado que ha sido el fenómeno de la violencia en la
literatura colombiana y para entonces, esta afirmación era muy
cierta pues dada la divergencia de posturas y el tratamiento
diverso del mismo tema, se imposibilitaba para una
clasificación o acercamiento desde un punto determinado y aún
hoy en día, es un prisma de muchos colores.
En 1978 estos autores, a los que está haciendo referencia
Menton, estaban preocupados con la situación, pero
lamentablemente éste no fue un tema que se pudiera agotar tan
fácilmente y por lo tanto ésta no fue una afirmación
definitiva y la historia continuó por estos mismos caminos.
En 1975, Román López Tames había escrito, “Se podría
asegurar que no hay novela colombiana en los últimos veinte
años que de alguna manera no se refiera a la violencia.” (141)
Y en 1976, Laura Restrepo lo hace un poco más extenso: “…la
“Violencia” ha sido el punto de referencia obligado de casi
tres decenios de narrativa: no hay autor que no pase, directa
o indirectamente, por el tema, éste está siempre presente,
subyacente o explícito, en cada obra.” (124) Y también
58
Seguidamente incluye el estudio de Gustavo Álvarez Gardeazábal en el que
establece las diferencias de la violencia colombiana con la mexicana,
dentro de las que destaca la intervención que hubo en México de todos los
intelectuales.
N. Rodríguez
55
mencionamos anteriormente, en el capítulo I, el comentario de
Gonzalo Arango en 1959, donde señalaba cómo los autores
colombianos necesariamente tenían que tratar el tema por su
inmersión en ella.
Si estos autores, en estos momentos se asombraban de que,
la literatura en Colombia de una u otra manera estuviera
determinada por el entorno de violencia que vivía, que no se
podría decir ahora que como todos sabemos, la violencia no se
detuvo en 1975, sino que siguió subiendo de tono y no ha
parado pues los hechos violentos, sus manifestaciones y sus
causas, se han multiplicado sin contar sus devastadoras
consecuencias.59
En 1994 Karl Kohut, al publicar las memorias del simposio
sobre la literatura colombiana que se realizó en Alemania en
1991, el cual recibió el título de Civilización y Barbarie,
explica que optaron por este nombre a pesar de que es
consciente que definir a la violencia colombiana como
‘barbarie’ es descontextualizarla pues diluye la dimensión
política de la situación al mismo tiempo que se convierte en
una definición vaga y ahistórica. Sin embargo, deciden usarlo
porque concuerdan que la violencia en Colombia es un fenómeno
tan complejo y difícil de erradicar que ‘barbarie’ en este
59
Tanto que José Cardona López, dice que la violencia es un argumento
definidor de la nacionalidad colombiana y resalta el hecho de que en
Colombia existe un grupo de violentólogos.
N. Rodríguez
56
caso, adquiere otra connotación para señalar una realidad más
general y más profunda, ya que el término violencia se hace
insuficiente para nombrar el fenómeno.
De otro lado, a Laura Restrepo le llama la atención el
hecho de que ‘violencia’ es un término que en su acepción
original “es sinónimo de ímpetu, arrebato, y encierra las
connotaciones de fuerza ciega, arranque brutal.” (119) Para
ella, el hecho de que a este fenómeno se le llame “violencia”
a secas,
…obedece por una parte al intento de mitificar el
fenómeno despojándolo de sus connotaciones políticas y
negando su carácter de enfrentamiento clasista, ocultando
estos rasgos tras una designación abstracta (“la
violencia”) y tras explicaciones que a todos lavan las
manos (como la que reza que “todos somos responsables”,
lo que equivale a decir que nadie es responsable), y que
encubren el verdadero carácter del fenómeno tras la
asepsia impersonal de la fatalidad histórica.” (119)
Como vemos, con casi los mismos argumentos se puede
defender una denominación o la otra. Hago esta observación
simplemente para señalar que estamos ante un fenómeno muy
complejo que incluso tratar de ponerle un nombre, resulta
problemático, sin dejar de notar que la posición de Laura
Restrepo es muy clara y directa.
N. Rodríguez
57
Laura Restrepo en su ensayo: Niveles de realidad en la
literatura de la violencia colombiana, al cual pertenecen las
dos citas anteriores, hace su diagnóstico sobre este fenómeno
en el cual destaca la intención de algunos de presentar a “…la
“Violencia” como movimiento surgido ex nihilo, que se fecunda
a sí mismo y cuyo único motor es su propio dinamismo interno:
como momento negro de la historia del país,” (121) Para la
autora es importante no perder de vista la importancia que en
un comienzo tuvo y ha tenido la defensa de los derechos y los
intereses económicos de los burgueses contra los campesinos,
ya que como afirma, este es un: “fenómeno que tiene hondas
raigambres económicas y políticas, y en cuya base se agita un
complejo proceso de lucha de clases.” (121)
¿Cómo se llegó a este punto? Son muchos los que han
intentado responder a esta pregunta y como las respuestas lo
indican, no encontramos ni una causa ni una forma únicas.
Otto Morales Benítez, en entrevista concedida a los
profesores Raymond L. Williams y J. León Helguera, en coloquio
sostenido en 1987 en la Universidad de Cornell60, hace su
síntesis, hasta ese momento. El estadista aclara que para
empezar, hay que establecer que en el comienzo se dieron
problemas de carácter regional y nacional, como también es
60
El simposio se llamó Violencia y Literatura en Colombia, del cual
Jonathan Tittler publicó las memorias con este mismo título.
N. Rodríguez
58
enfático al afirmar que hay diferentes violencias: “Porque
tienen características y motivaciones bien diferentes.” (197)
Y continúa, “Con implicaciones sociales y políticas bien
distantes. Relacionadas con problemas que no tienen
parentesco.” (198) Explica que desde el momento mismo de la
independencia se dieron enfrentamientos, por lo que algunos
afirman que desde entonces empezó la violencia, pero aclara;
en este primer momento, estos conflictos tenían que ver con la
definición de identidad, y luego se fue evolucionando en la
guerra entre los dos partidos oficiales colombianos: los
liberales y los conservadores.
Lamentablemente siempre hay un motivo, primero fue la
definición de identidad, luego el conflicto por el poder entre
los conservadores y liberales en el período llamado la
Violencia y más avanzado el siglo XX, vemos que entran en
escena otra serie de ingredientes que tienen que ver con la
acumulación de todos estos conflictos que nunca se han
resuelto completamente. Se agrega además, la situación
mundial, el surgimiento de grupos de izquierda que conformaron
frentes armados en constante lucha por desestabilizar el orden
institucional establecido y más adelante el narcotráfico y la
constante lucha por el poder entre sus diferentes carteles,
como paralelamente se incrementa el problema de la
delincuencia común, que puede estar organizada o ser
N. Rodríguez
59
individual. Todo esto hace que la situación sea mucho más
compleja, caótica y de difícil solución, así la mayoría de los
colombianos quieran la paz.
En general observamos que dependiendo de la filiación,
ideología o partido de quien esté contando la historia se
tachará al otro de culpable o se tiene otra perspectiva, hecho
por el cual, tener total claridad sobre la situación es mucho
más difícil.
Para Laura Restrepo, el estado actual de Colombia obedece
a la combinación de todos estos ingredientes, a los
resquemores políticos, sociales y económicos acumulados
históricamente que se suman a la fuerte influencia del
capitalismo, -que cayó de un momento a otro-61 y que al
pretender hacer un negocio de todo, le da una gran importancia
al dinero. Llegando al punto de que, actualmente el dinero lo
representa todo. La misma situación colombiana, donde la
mayoría carecía de lo mínimo para sobrevivir, fue lo que en
últimas desembocó en el narcotráfico, ya que este ‘negocio’
representaba una forma fácil, de obtener dinero. Pero es clara
al afirmar que este es un proceso que también corre en todas
partes.
61
Es esta una de las consecuencias o características determinantes que veo
que Laura Restrepo adjudica al momento posmoderno, relacionándolo con la
predominancia del capitalismo en el mundo.
N. Rodríguez
60
Laura reconoce la gravedad de la situación colombiana y
se preocupa por las implicaciones de ésta a nivel global,
asegura que así muchos lo asuman de diferente manera, la
situación de Colombia, también obedece a la situación mundial;
“Colombia es un escenario donde se está dirimiendo una batalla
mundial.”62 Quiere ser enfática al poner a Colombia como
ejemplo de lo que le puede suceder al mundo si no se toman
medidas preventivas. Afirma: “En Colombia todo esto nos está
destruyendo como nación. De alguna manera somos una vanguardia
de lo que puede ser el planeta entero si vamos por donde
vamos”63 aclara que así algunos lo piensen, no somos un
producto del atraso sino del futuro, “de ese capitalismo
totalmente inclemente,”64 que pasa por encima de lo que sea. Y
que también en un país como Colombia lleva a que se den
combinaciones y contrastes que resultan explosivos pues:
…ese señor feudal es un poderoso dentro de las
transacciones, mueve su negocio junto con socios
capitalistas, banqueros, que pertenecen absolutamente al
primer mundo. Su negocio está vinculado a ellos, maneja
la tecnología más sofisticada que puedas conseguir en
materia de armas, en términos de comunicaciones,
62
En, entrevista con Juan Fernando Merino.
En, entrevista con Ligia Parra: La escritora colombiana Laura Restrepo
cree que Colombia es la vanguardia de los males del mundo, en El Tiempo,
noviembre 30 de 2004.
64
Ibid. Que de acuerdo con Lipovetsky, “…se basa en la negación de la
tradición, en el culto a la novedad y el cambio” (81)
63
N. Rodríguez
61
espionaje, computadoras… Allí el pasado desaparece y
estás vinculado a la globalización, a todos los excesos
del capital, a una apetencia de consumo absolutamente
desbordada. …Nos sentimos en una sociedad postatómica, no
una sociedad feudal.65
Y advierte: “si la humanidad no da un vuelco puede
repetirse en cualquier otro lugar una situación así.”66
Podemos intentar hacer un inventario de algunos
indicadores del desarrollo de los principales factores de
violencia política y ver cómo el problema del narcotráfico se
va involucrando, va permeando y envolviendo todas las áreas, y
finalmente contribuye a la violencia política y a la
descomposición de la sociedad que luego, se transforma en un
monstruo de varias cabezas, pero que muy a pesar suyo, Laura
Restrepo afirma, todo esto tiene que ver básicamente con las
injusticias del pasado, agravadas o complementadas con el
nuevo valor que el dinero adquiere.
No obstante, como explica Morales Benítez, existen
acontecimientos muy localizados y destinos individuales que
guardan gran identidad con la historia colectiva. Aconteceres
que involucran un individuo, una familia, una aldea o a una
65
66
Ibid.
Ibid.
N. Rodríguez
62
población, pero que al final envuelve y afecta a toda una
región y al país entero.67
Tomemos como punto de referencia para iniciar, el
conflicto que condujo a la emancipación de España,
desarrollado en Colombia entre 1810 y 1819. Se inició el 20 de
julio en Santafé de Bogotá cuando un grupo de patriotas,
utilizando como excusa la negación en términos ofensivos para
los americanos del préstamo de un florero que se solicitó al
español José González Llorente68, iniciaron una revuelta que
dio origen al “grito de independencia”. A raíz de este hecho,
los criollos sustituyen las autoridades existentes por juntas
de gobierno. Irónica y lógicamente siguiendo el modelo
español.
Desde este primer momento, surgen dos corrientes
ideológicas: el federalismo y el centralismo, que dio origen a
un enfrentamiento militar que permitió que los españoles, a
cargo del pacificador Pablo Morillo, reconquistaran el
territorio en 1814. Esta situación que radicalizó el
movimiento independentista dio origen a la campaña libertadora
comandada por Simón Bolívar, que el 7 de agosto de 1819 con la
“Batalla de Boyacá” culmina con el proceso de la independencia
absoluta. También otro factor que contribuyó al movimiento
67
Situación que plantea y desarrolla Laura Restrepo en, El leopardo al
sol.
68
Por lo que este episodio es conocido en la historia como el de “El
florero de Llorente.”
N. Rodríguez
63
revolucionario fue el adelantado por algunos intelectuales
criollos, conocidos como precursores, quienes difundieron los
principios de libertad e igualdad. Entre ellos se encontraban:
Antonio Nariño, Francisco Miranda y Camilo Torres. Simón
Bolívar fue declarado presidente de la República y Francisco
de Paula Santander, quien luchó activamente en la campaña, fue
nombrado vicepresidente.
En 1819 es posible hacer realidad el sueño bolivariano,
que pretendía que los países libertados: la Nueva Granada,
Venezuela y la provincia de Quito, formaran una sola y
poderosa república: La Gran Colombia; sueño que el
“Libertador” hizo realidad desde 1819 hasta 1830. Pero como es
bien conocido, lo que estuvo detrás de la disolución de la
Gran Colombia, fueron una serie de conflictos personales y
envidias que se desataron en contra del libertador y que son
algunos de los temas que trata Gabriel García Márquez en su
novela sobre el último viaje del libertador; El general en su
laberinto (1993).
Vemos que la historia está construida por personas y que
desde este momento, desde un comienzo, la de este país estaba
siendo determinada conflictivamente.
Es así como a mediados del siglo XIX comienzan a
estructurarse en la Nueva Granada, filosófica y
doctrinariamente, los partidos liberal y conservador. Estos
N. Rodríguez
64
partidos tradicionales basaron su ideología en la filosofía
liberal del siglo XVIII y se hallaban relacionados con el
federalismo y centralismo de la época de la independencia. Con
los liberales moderados (conservadores) y liberales
progresistas (liberales) que surgieron del pensamiento de
Francisco de Paula Santander.
La Constitución de Rionegro (1863-1886) representa para
Colombia el rompimiento definitivo con la estructura
socioeconómica colonial. Se imponen ideas liberales, entrando
el país de lleno en el sistema capitalista imperante en
occidente, lo que significaba el triunfo de los intereses
librecambistas y la imposición de las libertades individuales
absolutas.
La convivencia con los principios constitucionales
instaurados en la Constitución de Rionegro, al finalizar el
siglo XIX condujo a un replanteamiento de las bases
ideológicas del Estado. Se instauró entonces un sistema
proteccionista, regido por la Constitución de 1886 que perduró
en Colombia por más de 100 años69 y se caracterizó por un
rígido centralismo y por las amplias facultades que otorgó al
69
Ante la necesidad de reformar la Constitución de 1886 un grupo de
estudiantes universitarios realizó un plebiscito en 1990. Este fue
aprobado y se dispuso la conformación democrática de la Asamblea
Constituyente, integrada por diferentes fuerzas (estudiantes, indígenas,
guerrilleros reinsertados, liberales, conservadores, etc.) De la Asamblea
Constituyente surge la Constitución Política de Colombia 1991 en la cual
la participación ciudadana, el respeto por los derechos fundamentales y la
consolidación de la tradición democrática de Colombia ganaron espacios.
N. Rodríguez
65
poder ejecutivo. La Constitución estableció el sufragio para
todos los varones, mientras que el voto femenino no se
estableció hasta 1957, bajo el mandato del General Gustavo
Rojas Pinilla.
Entre los años de 1899 a 1921, se sucede en las
cordilleras de nuestro país, la desintegración de resguardos y
la expulsión de los campesinos de sus terruños, todo a la
sombra de fenómenos tales como la Guerra de los Mil días
(1899-1902), la separación de Panamá (1902-1903), el
quinquenio (1904-1909) y el partido republicano (1910-1921).
Millares de familias son afectadas, desplazadas, que
desposeídas se trasladan a otras regiones en busca de tierras
propias. Este desplazamiento a través del tiempo se ha hecho
más evidente, más cruel y más inmanejable.70
Aquellas familias se internaban en las selvas ubicadas en
ese entonces en la altitud de las cordilleras central y
occidental, en los departamentos del Quindío, Tolima, Huila,
Cauca y Valle. Muchos vienen de Antioquia, de Caldas o del
Norte del Tolima. Otros, vienen de Cundinamarca, Boyacá o los
Santanderes.71
70
Si quisiéramos hacer prehistoria, en Historia de la Cuestión agraria en
Colombia, 1975, Orlando Fals Borda, hace un recuento de cómo se ha hecho
la distribución de las tierras en Colombia, desde la independencia. Aquí
vemos claramente como incluso desde la independencia la balanza ha estado
inclinada sólo para el lado de algunos.
71
Sobre el tema de los desplazados, Laura Restrepo escribe, La novia
oscura en 1999, y La multitud errante, 2001.
N. Rodríguez
66
En 1914 se sanciona por parte del gobierno nacional la
Ley 14 mediante la cual se aprueba el tratado con los Estados
Unidos y se indemniza al país por la segregación del Canal de
Panamá. Laura Restrepo señala cómo en 1930, tras el gobierno
liberal, “…comienza a tener representación en el Estado un
sector de la burguesía industrial que… presiona porque sean
abolidas las trabas del desarrollo capitalista agrario.”
(122)72
En los años 40 - 50 nos encontramos con un país netamente
agrario; tanto económicamente como demográficamente, no
obstante el censo poblacional, la estructura ocupacional y el
origen del producto interno bruto nacional, entre otros
factores, indican un país de rápida urbanización. Es esta una
etapa que se conoce como “etapa puente” entre la fase anterior
de poblamiento agrario y la subsiguiente de la urbanización
moderna que aún se vive.
La expansión de la economía y principalmente el proceso
de industrialización dieron origen a transformaciones
políticas y sociales. A partir de los años 40, la demanda de
la mano de obra incrementó la migración a las ciudades, al
mismo tiempo que se intensificaron los conflictos sociales
tanto en el campo con la agitación campesina, como en la
72
En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana.
N. Rodríguez
67
ciudad con el movimiento obrero, que dio origen al
establecimiento de una reforma laboral.
Entre 1945 y 1950, después de la segunda guerra mundial,
surgen en el plano global, diez repúblicas socialistas que
rompen el bloqueo impuesto a la República Socialista Soviética
desde 1918. Casi la tercera parte del planeta se dirige hacia
el comunismo.
Por ese entonces los Estados Unidos se convierte en
indiscutible líder mundial, gracias al hecho de haber salido
intacto e inmensamente rico de la segunda guerra mundial. Ese
simple hecho lo convierte en estandarte ideológico en la lucha
contra el comunismo.
En 1947 se acentúa la ofensiva mundial del capitalismo
contra el comunismo, la cual es liderada por los gobiernos
americanos de Truman y Eisenhower. Se reprimen actividades
comunistas en diferentes países como Estados Unidos, Irán,
Paraguay, Brasil, Holanda, Chile, Argentina, Grecia,
Guatemala, México, Cuba y Colombia, entre muchos otros. Este
fenómeno es denominado como La Guerra Fría.
Es este el marco histórico mundial en el cual surge una
guerra interna en Colombia. Guerra económica y guerra de
clases que los partidos políticos denominaron como “La
Violencia”, pero que en el fondo no era otra cosa que el
avivarse el fuego de la eterna guerra interna.
N. Rodríguez
68
Se podría establecer paso a paso, la cronología del
proceso de colonización en todo el territorio nacional. Para
ello se debe tener en cuenta las zonas climáticas, las tierras
baldías, la clasificación agrológica de los suelos, las
corrientes migratorias entre las regiones, la penetración del
café, el ingreso de la ganadería, los conflictos jurídicos
sobre la propiedad multiplicándose cada día, todo lo cual
desemboca en graves conflictos sociales que vienen a
constituir una crónica de sangre de la llamada “VIOLENCIA” que
se resume en un cambio en la tenencia de la tierra, pues
muchos campesinos son desplazados,73 debiendo abandonar sus
parcelas, y por ende la concentración de la propiedad en
algunos es más evidente.
En Colombia, entre 1948 a 1957 se suceden los períodos
Presidenciales de Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez,
Roberto Urdaneta y Gustavo Rojas Pinilla, períodos durante los
cuales se le dio a la violencia una connotación netamente
interna, desvirtuando por completo la injerencia extranjera en
el manejo de los asuntos políticos y económicos internos. De
acuerdo con Laura Restrepo: “…los gobiernos de Ospina Pérez y
Laureano Gómez consolidan definitivamente la coalición de
73
Orlando Fals Borda en: Cuestión agraria en Colombia, “La Violencia aguda
desatada entre 1948 y 1957 también fue elemento desorganizador de la
estructura agraria. Promovió una serie de traspasos y ajustes en las
propiedades, muchos a la fuerza, que ayudaron a movilizar y concentrar aún
más la propiedad. Y desarraigó buena parte de la fuerza de trabajo,
deprimiendo los jornales y estimulando la migración a las ciudades.” (121)
N. Rodríguez
69
industriales y terratenientes con miras a la capitalización de
la gran propiedad territorial y a la represión de los sectores
medios.” (122)74
En este período surge el caudillo liberal Jorge Eliécer
Gaitán como defensor del campesino en la zona bananera y
consolida el partido político UNIR (Unión de izquierda
revolucionaria) representante de las masas populares. Esta
fuerza política logra gran acogida en todas las zonas del
país, convirtiendo a Gaitán en un importante líder con un gran
número de seguidores.
El período de la violencia o primera violencia
comprendido entre 1947 y 1960 aproximadamente, se inicia el 9
de abril de 1948. En la memoria de los colombianos se recuerda
más como el “Bogotazo”75, el día en que muere asesinado el
caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, y no como la fecha en
la que nace la Organización de Estados Americanos, OEA en la
ciudad de Bogotá. Restrepo, sobre este momento, explica:
En efecto, la “Violencia” colombiana”, desatada a partir
de 1948, constituyó una auténtica guerra civil en el
sentido pleno del término, en la cual se enfrentaron, por
una parte, diversos sectores de la pequeña burguesía -
74
En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana.
Que además se convirtió en un punto de partida, afirman A. I. Robledo y
colaboradoras: “El Bogotazo y la Violencia conforman el núcleo temático de,
al menos, setenta y cuatro relatos escritos, la mayoría de ellos, entre
1946 y 1965.” (31)
75
N. Rodríguez
70
algunos de los cuales se apoyaron en Gaitán y se
alinearon en el partido liberal- contra la burguesía y
los terratenientes quienes, coaligados se ampararon en el
partido conservador y utilizaron el aparato estatal para
establecer un régimen de terror y montar una dictadura
policiaco – militar que les permitiera frenar las
exigencias democráticas de la pequeña burguesía. (121)76
Lo que posibilitó la aparición de grupos guerrilleros en
zonas montañosas y apartadas, en zonas campesinas pobladas y
en los llanos orientales. Debido a la presión que ejercían
estos grupos desestabilizadores se estableció la dictadura
militar de Gustavo Rojas Pinilla, con el fin de hacer posible
el control en las zonas de conflicto y “entra a
restablecer,
con su gobierno de “Paz, Justicia y Libertad”, la hegemonía
burguesa temporalmente quebrada.” Este gobierno fue sucedido
por un régimen bipartidista entre liberales y conservadores
desde 1958 conocido como el Frente Nacional; pacto de silencio
en el que nadie podría hablar del genocidio en el que más de
200.000 personas fueron asesinadas, como si con ese silencio
se curaran las enormes heridas grabadas en sus sucesores,
quienes nacieron en medio de un conflicto que a la fecha no ha
cesado.
76
En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana.
N. Rodríguez
71
Esta Violencia fue el enfrentamiento entre conservadores
y liberales por la conservación del poder que había estado en
manos de los liberales y que por divisiones internas de este
partido paso a manos conservadoras.77 La violencia en este
período es particularmente cruda y existen innumerables
documentos que la registran como también es el momento en el
cual este tema adquiere importancia dentro de la literatura,
por lo que existen abundantes obras tratando el tema.78
Se marca hacia 1958 como límite porque fue cuando se
llegó a un acuerdo entre los dos partidos tradicionales, para
dividirse el poder y fue lo que se llamó Frente Nacional, la
violencia disminuyó pero nunca puede afirmarse que terminó,
más bien cambió de motivos y de forma. De acuerdo a este
primer período de violencia, Álvaro Camacho Guisado79 concluye
que:
Es claro que la Violencia abarcó lo social, lo económico
y lo político… parece hoy día aceptado que su rasgo fue
77
A finales del siglo XIX, el poder había estado en manos conservadoras
por más de 30 años.
78
Para citar sólo algunas: Los olvidados (1949), de Alberto Lara Santos; El
gran Burundún Burundá ha muerto (1952), de Jorge Zalamea; El cristo de
espaldas (1952), Siervo sin tierra (1954)y Manuel Pacho (1962), de Eduardo
Caballero Calderón; Viento seco (1953), de Daniel Caicedo; La hojarasca
(1955) y El coronel no tiene quien le escriba (1958), de Gabriel García
Márquez; Marea de ratas (1960) y Bajo Cauca (1964), de Arturo Echeverri
Mejía; Solamente la vida (1961), de Fernando Soto Aparicio; La casa grande
(1962), de Álvaro Cepeda Samudio; El día señalado (1963), de Manuel Mejía
Vallejo, y Cóndores no entierran todos los días (1971), de Gustavo Álvarez
Gardeazábal.
79
En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia: continuidades y
discontinuidades.
N. Rodríguez
72
el proceso de agresión de que fue víctima la población
campesina de algunas regiones del país y que esa agresión
tuvo fuertes bases en los comportamientos políticos de
los habitantes locales. Comunidades enteras fueron
atacadas independientemente de que hubieran actuado o no
violentamente con anterioridad a la agresión, y que estos
ataques se ensañaron contra poblaciones liberales y
especialmente gaitanistas. ()
Paralelamente durante esta etapa se percibe gran avance
en el país gracias a las nuevas inversiones industriales,
préstamos de la banca internacional, lo que se vino a llamar
la Alianza para el progreso. Se obtienen grandes beneficios
como fueron los planes masivos de vivienda, autoconstrucción,
erradicación del analfabetismo, erradicación de tugurios,80
reforma agraria y la creación del Servicio Nacional de
Aprendizaje SENA como la entidad encargada de transformar la
mano de obra de los inmigrantes del sector rural en mano de
obra calificada para la naciente industria urbana.
A partir de 1960 la influencia comunista dio un carácter
diferente al conflicto. Miles de familias abandonaron sus
tierras y se organizaron en las montañas en donde muchas se
establecieron como grupos armados. La violencia ahora, comenzó
80
En Colombia se llaman ‘tugurios’ a las pequeñas y precarias viviendas
que construyen las personas sin recursos, en zonas de invasión de las
grandes ciudades, y que carecen de servicios públicos.
N. Rodríguez
73
a manifestarse como el enfrentamiento entre guerrillas de
orientación marxista leninista y las Fuerzas Armadas.
En 1974 finaliza el Frente Nacional y se retorna al
sistema de libre elección. En este período el contrabando y el
narcotráfico empiezan a consolidar sus acciones en el país.
Entre 1980 y 1990 se dio un aumento considerable en
cuanto a los brotes generalizados de violencia en variadas
formas, en este momento, estos eran el resultado de los
conflictos entre el estado y la sociedad, entre los miembros
de la sociedad y además el conflicto guerrillero que había
surgido en los últimos 40 años, se hace más intenso.
Desde el comienzo, la cuestión agraria se constituye en
el centro del conflicto socioeconómico en el que están
enfrentados los campesinos sin tierra contra los grandes
terratenientes, y que fue el principal motivo de la Violencia
inicial, ya que generalmente éstos, recibían el apoyo del
gobierno de turno. Se intentaron varias reformas agrarias pero
con escasos resultados.
En la defensa agresiva de los terratenientes contra los
campesinos, estos son desplazados y en su búsqueda de nuevas
tierras se han convertido en colonos, vemos que este es
también el origen de la guerrilla, pues ésta se formó como
único respaldo en contra de esta situación de indefensión
frente a los poderosos. Es en estas áreas de colonización
N. Rodríguez
74
donde confluyen los problemas sociales y políticos, a causa de
la lucha por la supremacía entre grupos guerrilleros, partidos
tradicionales, el estado, terratenientes, narcotraficantes que
algunas veces también se han convertido en terratenientes, y
militares.
También, se da el aumento de la inmigración de los
campesinos hacia las grandes ciudades,81 produciendo una
transformación acelerada de éstas, ya que estas ciudades no
tenían la estructura suficiente para enfrentar la avalancha y
se da el caos. Según los especialistas se trató de uno de los
procesos de urbanización más acelerados y traumáticos que han
ocurrido en el mundo. Sin duda, el país no estaba en los años
sesenta en capacidad de absorber esta avalancha humana, lo
cual contribuyó a disparar los índices de pobreza y
desocupación urbanas. Para tratar de ejercer su control,
perdido por su insuficiencia, el estado responde recurriendo a
la fuerza, para controlar paros, huelgas y otras
manifestaciones de inconformidad por parte de los sectores
populares. Se reacciona como si se tratara de un problema de
orden público. En síntesis y de acuerdo con Álvaro Camacho
Guizado,82 la violencia de este momento es debida a que:
81
De acuerdo con Kalmanowitz, 1990: en 1938, un 70% de colombianos vivían
en el campo y en 1973, esta cifra disminuyó a 34.5%.
82
En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia: Continuidades y
discontinuidades.
N. Rodríguez
75
Las transformaciones producidas por el desarrollo
capitalista del país han alterado sensiblemente su
estructura social; el acelerado crecimiento urbano, la
diversificación de los aparatos productivos,…han
producido cambios sustanciales que coexisten con la
ausencia de reformas agraria y urbana y otras que
reduzcan el enorme hiato existente en la distribución de
riqueza y de ingresos, y que se asocian con la ausencia
de democracia y con un clima de descontento social.
Lo que conduce a que hacia 1963, con el surgimiento de
las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia),
empezarán a surgir otros grupos guerrilleros, con diferentes
filiaciones políticas, como el ELN (Ejército de Liberación
Nacional) en 1965, y el EPL (Ejército Popular de Liberación)
en 1967. En 1973 surgen el Movimiento 19 de abril (M-19), y el
movimiento indigenista, Quintín Lame. Por sus conflictos
internos, algunos de los grupos guerrilleros tendían a
desaparecer hacia 1970, pero con el gobierno de César Turbay
Ayala (1978 - 1982), se dio una gran represión que ocasionó un
auge de estos movimientos.
En el término presidencial,83 de Belisario Betancur
Cuartas (1982-6) se llevan a cabo las primeras negociaciones
83
En Colombia un presidente se elige para un período de 4 años de
gobierno.
N. Rodríguez
76
con los grupos guerrilleros, en las cuales Laura Restrepo, fue
llamada a participar activamente, también en este período se
crea el Plan Nacional de Rehabilitación. Con el aparente éxito
de las negociaciones se suscribieron los acuerdos de paz en
1984, pero siguieron las dudas y las críticas de ambas partes,
por lo que hubo nuevas violaciones, asesinatos de líderes
guerrilleros y ataques de los guerrilleros supuestamente
comprometidos en los acuerdos. Finalmente, con el ataque del
M-19 al Palacio de Justicia en 1985, se acabó el proceso de
Paz y la desconfianza en la seriedad de las organizaciones
guerrilleras domina los medios masivos de comunicación.84
En 1985, se da la fusión de varios grupos en la Unión
Patriótica (UP), se dio contra ellos una fuerte oleada de
asesinatos que les costó más de mil miembros, entre los que se
contaban, senadores, miembros de la cámara y candidatos a la
presidencia. Los sectores políticos de la derecha veían en
este grupo un gran peligro y al no lograr alcanzar a la
guerrilla se ensañaban en sus seguidores y supuestos
simpatizantes. Antes de las elecciones de 1988, el 30% de los
candidatos fueron asesinados.85
Durante la presidencia de Virgilio Barco (1986 - 1990) se
siguió la política de paz pero con importantes cambios ya que
84
Lo que documenta Laura Restrepo en: Historia de una traición, su primera
obra.
85
Este es el momento en el cual Laura Restrepo escribe su artículo, La
cultura de la muerte, que mencionábamos al principio de este capítulo.
N. Rodríguez
77
se fortalecieron las Fuerzas Armadas del Estado y la Policía
Nacional y se buscaron negociaciones directas con los grupos
guerrilleros, dando como resultado la desmovilización del M-19
y el EPL. En el siguiente término presidencial, durante el
gobierno de César Gaviria, el M-19 y el EPL se convirtieron en
movimientos políticos.
A la par con este proceso, se fueron creando grupos de
autodefensa, como respuesta ante la insuficiencia (de acuerdo
a los criterios individuales), del gobierno oficial de brindar
seguridad. Las características y los propósitos de estos
grupos varían de acuerdo a sus objetivos. Así tenemos que
estos se multiplican y que muchas veces, es difícil determinar
cuántos son.
Desde la época de la Violencia los campesinos crearon
grupos de autodefensa contra el bandolerismo y el robo de
ganado. En los años 60, existen grupos de autodefensa creados
por las Fuerzas Armadas como parte de la lucha
antiguerrillera. A partir de los ochenta los narcotraficantes
han tenido guardaespaldas para la defensa contra otros
narcotraficantes y también contra políticos o funcionarios
públicos. Paralelo a estos, surgen en Medellín los sicarios,
N. Rodríguez
78
que matan por encargo a cualquiera y que no están ligados a
una organización o a un patrón.86
También a mediados de los ochenta los narcotraficantes
convertidos ya en terratenientes crean grupos paramilitares,
con excelente armamento y entrenamiento, para defenderse de
las ‘vacunas’ y los secuestros de la guerrilla, y que de
acuerdo con Álvaro Camacho, aunque se afirme algo diferente,
“El sicariato, las autodefensas y los paramilitarismos tampoco
son herramientas exclusivas de los narcotraficantes, ya que a
ellos han recurrido terratenientes y propietarios no
necesariamente ligados al tráfico de cocaína.”87
Por varios años el gobierno y la clase política se
desentendieron de la existencia y las acciones de estos grupos
pero el primero de octubre de 1989, el por entonces ministro
de gobierno César Gaviria, informó al congreso que en el país
actuaban 140 grupos paramilitares, entre los cuales figuraban
ocho a nivel nacional, y esta fue la oficialización de esta
nueva fuerza armada.
El surgimiento del narcotráfico lo podemos tratar de
explicar como la esperanza de ascender socialmente y tener una
vida mejor, en un país donde una gran parte de la población
86
Aunque algunos afirman que este era el brazo armado de Pablo Escobar,
pues, por dinero, ellos estaban dispuestos a hacer cualquier ‘trabajo’ que
se les encomendara y al parecer Pablo recurrió a ellos en muchas
ocasiones.
87
En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia.
N. Rodríguez
79
vive en condiciones de pobreza, a pesar de la riqueza del
país, pues sus bienes están desigualmente repartidos. Gonzalo
Sánchez trae apartes del documento Pacificar la paz,88 en el
cual se concluye que: “el narcotráfico ha operado como un
canal de ascenso individual, sustituto de la ausencia de
reformismo social.”89 La clase social alta y la clase
política90 durante mucho tiempo no aceptó a los
narcotraficantes como nuevos integrantes.91
Una guerra abierta contra este grupo se desató después
del asesinato del ministro de justicia, Rodrigo Lara Bonilla
en 1984, en la cual murieron 730 miembros de la policía y de
las fuerzas armadas, periodistas, un procurador general de la
nación, un ex ministro de justicia, además de 50 jueces.92
Raymond L. Williams también marca este momento como
característico de la posmodernidad y asegura que el
surgimiento del narcotráfico internacional a finales de los
años setenta contribuyó enormemente, para bien o para mal, a
la transformación de Colombia. De acuerdo con él, “Síntomas
innegables de la crisis y la transformación en los años
88
Que aparece en 1992 y es producido por la comisión para estudiar la
violencia. Anteriormente en 1987 había aparecido, Violencia y Democracia.
89
En: Los intelectuales y la violencia.
90
Aunque Pablo Escobar, estuvo por algún tiempo vinculado a la política
como Representante a la cámara.
91
Este hecho es tratado por Laura Restrepo en Leopardo al sol.
92
Este es el momento de Delirio, donde identificamos a Pablo Escobar y su
guerra contra la policía nacional, ya que cada policía muerto era
recompensado.
N. Rodríguez
80
ochenta fueron el desastre nacional del Palacio de Justicia y
el asesinato de Rodrigo Lara.” (59)93
Hoy en día podemos afirmar que lo que existe en Colombia
es una multiplicidad de violencias y que como lo sugiere
Álvaro Camacho Guizado no es una situación simple: “…en el
narcotráfico, sin duda el escenario más novedoso y que
caracteriza más adecuadamente la coyuntura de violencia
contemporánea, la situación es bastante compleja, ya que en él
se sobreponen todos los campos de conflicto.”94
Daniel Pécaut es uno de los más agudos estudiosos de la
realidad colombiana. Sociólogo, investigador ha escrito
numerosos trabajos y dirigido numerosas tesis acerca de
nuestra realidad social y política. Aunque se interesa en las
funciones del Estado, orienta toda su atención hacia las
relaciones de éste con la sociedad civil. También se ocupa del
desarrollo de lo social y lo económico y sus representaciones
en lo político, mostrando cómo la obsesión de las elites en la
búsqueda de un “orden moderno” como expresión de una unidad
nacional es desde el siglo XIX, una tarea central en la que el
Estado parece hallarse atrapado siempre en medio de las
tormentas de una sociedad civil omnipresente, que lo lleva a
rastras por sus divisiones y lo somete a sus exigencias.
93
En Postmodernidades Latinoamericanas, 1998. Esta poniendo este hecho
como definitivo en la entrada de Bogotá a la posmodernidad.
94
En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia.
N. Rodríguez
81
Condiciones que hacen que la violencia no sea simplemente el
otro polo de un movimiento pendular, sino una combinación
íntima que coexiste tanto en lo social como en lo político.
La dura conclusión del doctor Pécaut acera de la realidad
actual colombiana es que,
…la mezcla de cálculos políticos y actos delictivos, la
promiscuidad de “paramilitares” elites tradicionales, y
nuevos ricos de la droga, la complicidad entre miembros
de las Fuerzas del Orden y sicarios, no pueden tener otro
resultado que gangrenar las instituciones políticas.
Argentina y El Salvador han hecho la experiencia: es más
fácil entrar en este desorden, que salir de él. Lo menos
que puede decirse es que el gobierno no ha logrado
detener este deslizamiento. (417)
En uno de sus recientes viajes a Colombia, el profesor
Pécaut, tras recorrer algunas zonas de violencia —pues es uno
de los investigadores que no se conforman con versiones de
segunda mano—, decía en tono profético, en una conversación
informal, que “Colombia es un gigante que se acerca al abismo
con los ojos abiertos”. Y esta afirmación creo que está muy
cercana a la conclusión de Laura Restrepo cuando afirma que,
“la cultura colombiana está en vías de extinción.”
N. Rodríguez
82
La propuesta de Laura Restrepo
Laura Restrepo por su participación en la política, tiene
un conocimiento profundo de la realidad colombiana y también
tiene un compromiso con el país, está empeñada en ser parte,
aunque sea mínima, de la solución y así se plantea su objetivo
como escritora, ya que dadas las condiciones colombianas,
piensa que los artistas están llamados a participar
activamente desde sus respectivos campos, con un objetivo
básico: “Lo que los artistas tenemos que decir es tan simple
como eso, que la vida es mejor que la muerte”95
Mirando globalmente su obra, vemos como rasgo constante,
su esperanza en el ser humano, su convicción de que en él,
está la solución. La autora quiere sembrar esperanza y ver
cómo, en medio de toda esta ‘descomposición’ algo positivo
puede suceder, que sí puede haber una salida. Esta idea es
permanente, y la veremos a través de toda su obra, la solución
que propone, está mediatizada por la calidad humana de sus
protagonistas con el soporte del amor. En esta propuesta vemos
un llamado al retorno de los valores humanistas, desaparecidos
en Colombia y el mundo actual, como producto del nuevo estado
de cosas, del predominio de la individualidad como fin último
95
Entrevista de Mihály Dés que aparece en La Revista de Cultura Lateral.
No. 67/68 de julio – agosto 2000.
N. Rodríguez
83
y de la sociedad de consumo,96 donde nos hemos olvidado de la
importancia de ser ‘buenos’. Asegura Laura, refiriéndose a la
bondad de Aguilar, el esposo de Agustina en Delirio:
Es que la sociedad está llena de gente buena, pero la
bondad parece una virtud en desuso como si hubiera un
aura cursi alrededor de ella que hace que no la busquemos
más porque nos parece fronteriza con la tontería.97
No está por demás, anotar que ella pone una gran bondad,
en los personajes masculinos. Para Laura Restrepo, es bien
claro que “el discurso humanista” que aportan los escritores
“es el único que puede dar respuesta a la crisis de hoy en
día…”
98
y así asume ella su papel de escritora.99
También, ella es consecuente con esta idea cuando habla
sobre sus supuestas influencias. En la entrevista con Jaime
Manrique, Laura reconoce que sus autores personales son los
mismos de su padre; los norteamericanos, William Saroyan100 y
John Steinbeck y el griego Nikos Kazantzakis porque: “…with
the dignity of human beings under even the most trying
96
De acuerdo con Lipovetsky, el egoísmo que lleva al consumo, es la
característica más sobresaliente del hombre posmoderno.
97
En: BBCMUNDO.com.
98
Noticias de arte y cultura: Laura Restrepo revindica el “compromiso
político” de los escritores actuales. Que aparece en:
www.lukor.com/literatura/noticias.
99
No en vano, ella empezó a leer a Sartre cuando apenas tenía 14 años.
100
Encuentro gran relación en el nombre de este autor y el de Sayonara, la
protagonista de La novia oscura.
N. Rodríguez
84
conditions, their ability to evoke empathy despite harshness,
as well as the solidarity and ironbound links of clan.”101
Para Laura Restrepo, es obvio que con el surgimiento del
narcotráfico, la violencia en Colombia, toma nuevos rumbos
como también se crean otras expectativas que reaniman los
ánimos belicosos. Para ella el narcotráfico es en mucha parte
responsable del ‘drama nacional’ que surge o es motivado por
la importancia o reconocimiento del valor metálico de todo –
incluso de la vida- en un país donde antes no existía o se
negaba el valor del dinero. Afirma, “El narcotráfico es el
gran reconocimiento a la importancia del valor de las
cosas.”102
Al observar este nuevo y súbito cambio en el estado de
cosas tiene la motivación para emprender la investigación, que
la lleva a escribir El leopardo al sol, donde registra el
comienzo de esta ‘industria’ y muestra los contrastes que este
nuevo elemento produce en una cultura como la colombiana.
La forma como se gesta la novela y las condiciones que la
producen hacen honor a la misma. Inicia su investigación
periodística sobre el inicio del narcotráfico, como reportera
de la televisión, después escribe un artículo para una revista
y luego, por encargo, quiere convertirlo en un guión para una
101
Entrevista con Jaime Manrique en: Bomb Magazine, http//www.bombsite.com.
Entrevista de Mihály Dés que aparece en La Revista de Cultura Lateral.
No. 67/68 de julio – agosto 2000.
102
N. Rodríguez
85
miniserie televisiva, y en el proceso de realización de este,
puesto que se trataba de situaciones y personajes reales y
vivos, la programadora recibió serias amenazas de bombardeo,
por lo cual el proyecto tuvo que ser cancelado.
Laura con todo este material producto de su investigación
de once años, le preguntó a los abogados de los guajiros, que
eran los implicados en la historia, que si podía escribir una
novela,103 y éstos le transmitieron la respuesta de ellos: “Que
televisión nada, porque sus mujeres y sus hijas ven
televisión… Sí, si es libro escriba lo que quiera que ellas no
leen.”104 Y así lo hizo.
Desde este momento al publicar su primera novela basada
en la realidad colombiana, vamos a ver cómo la autora, se
obsesiona con el tema y de aquí en adelante vamos a
encontrarlo en la totalidad de su obra. Lo retoma desde
diferentes perspectivas, ocupándose así mismo de toda la gama
de ingredientes y personajes que envuelven el fenómeno como
veremos.
Tanto en La multitud errante como en La novia oscura
vemos el drama de los desplazados; lo que significa este vagar
103
Una vez más vemos como las circunstancias la empujan a refugiarse en la
literatura o de otra manera, cómo la literatura se ajusta más a sus
propósitos.
104
Entrevista con Juan Fernando Merino, Martes, 6 de marzo, 2003. Manhattan
–Cronopios –Agencia de prensa. Este hecho está reflejando la idiosincrasia
de este grupo y gran parte de la sociedad colombiana como también la
importancia que tiene la televisión para la gente.
N. Rodríguez
86
sin rumbo y no tener nada fijo. El desplazamiento obligado, ha
sido y sigue siendo una de las consecuencias de la larga
historia de violencia en el país.
En Dulce compañía, acompañamos a la periodista
protagonista, a un barrio de invasión105 en Bogotá, donde
conocemos detalles de esta otra forma de vida, también
producto de la violencia, aquí se trata de lo que sucede en
las grandes ciudades, donde los desplazados, construyen sus
refugios alrededor de la ciudad, creando las llamadas zonas de
invasión o barrios marginales. En estos barrios donde todo
puede suceder, es el caldo de cultivo de todo tipo de
manifestaciones humanas, donde la mezcla de la profunda
religiosidad, el desamparo y la desesperanza, hacen posible
que un arcángel de carne y hueso aparezca.
En Delirio veremos la otra cara de la situación, vista
desde el otro lado, ahora es el drama de la bella Agustina,
que no obstante pertenecer a la clase alta se ve afectada por
todo su entorno y como chivo expiatorio de su familia, que
participa velada e indirectamente en el negocio del
narcotráfico.
En El leopardo al sol, conocemos el inicio de esta
‘industria’ y encontramos aparte de los capos, como Nando
105
Los barrios de invasión se construyen en las grandes ciudades sin tener
permiso de los dueños de las tierras ni de las autoridades encargadas de
reglamentar la construcción en la ciudad.
N. Rodríguez
87
Barragán y el Mani Monsalve, todo un entorno de otros
personajes como el sicario Holman Fernely, “el científico del
crimen” que nos muestra lo que es esta profesión. También
tenemos el drama del drogadicto, el Raca Barragán o el
Tinieblo, que como su mismo nombre lo indica, está perdido en
el limbo de las drogas. A través de su historia logramos
entrever esta terrible consecuencia, ya que de acuerdo con la
narración, esta dependencia es producida por la falta de amor,
en donde vemos la importancia de este sentimiento, porque a
pesar de que Nando, su hermano mayor y jefe del clan, lo apoyó
y lo entrenó en toda su sabiduría, “nunca lo amó.” Esta es su
condena y por ella llega a ser una leyenda negra:
Cualquier calamidad, hasta las inundaciones, las
enfermedades o las sequías, se volvió culpa suya. Los
niños le temían más que al Patas, más que al Coco, más
que al Viejo de la bolsa. Los adultos le rogábamos a Dios
que nos librara del Tinieblo…”106 (191-2)
Como tampoco, ni en esta ni en las otras obras, las
mujeres pasan desapercibidas, en El leopardo al sol, la ley
del desierto ordena que las mujeres no pueden ser blanco de la
guerra, es sólo pelea de hombres. Ellas tienen aquí y en las
106
Todos estos personajes son típicos de las leyendas populares que se
conocen en la niñez de los colombianos. Y Laura las recoge aquí en uno
para mostrar la gravedad del caso. También interesante el llamado a Dios.
N. Rodríguez
88
otras obras, una función clara de protectoras de los niños y
de la vida familiar.
La historia de El Leopardo al sol, podría ser contada
desde diferentes puntos de vista, incluso desde la historia de
amor que está en el trasfondo, que presenta el lado amable,
pero como se trata es de reflejar esta realidad, lo terrible
sobresale, ya que también esta es la historia de cómo:
El asesinato irreflexivo de Adriano Monsalve por parte de
su primo hermano Nando Barragán desencadena una guerra
fraticida destinada a durar hasta el fin de los tiempos y
marcada por la inexorable ley del desierto: la sangre se
paga con sangre. Barraganes y Monsalves alimentarán su
sed de venganza con negocios ilegales, convirtiendo el
dinero fácil en rey de una nueva sociedad que habrá
perdido irremediablemente el camino.107
Y esta no es otra que la realidad colombiana, en donde
todo empezó desprevenidamente sin calcular las consecuencias y
no se sabe exactamente en qué momento se convirtió en lo que
es. Muestra cómo, esta es una situación difusa que más parece
producto de la imaginación pero que igualmente nos afecta: Una
voz en el coro pregunta:
-Esos sucesos, ¿son leyenda o fueron reales?”
107
Contraportada de la Edición Norma, 1993.
N. Rodríguez
89
-Fueron reales, pero de tanto contarlos se hicieron
leyenda.
O al revés: fueron leyenda, y de tanto contarlos se
volvieron verdad. Es lo de menos.” (29)108
Porque a pesar de todo, es lo que sucede y lo que queda.
A este punto no se trata de decidir quién es el culpable, sino
más bien, ¿cómo vamos a salir de esto?
La técnica narrativa emplea magistralmente la
multiplicidad de voces, existe un narrador que habla en
presente, diferenciado por el tipo diferente de letra, que
establece diálogo con una voz colectiva,109 narrada en
pretérito o imperfecto y además están los personajes con sus
voces. El narrador es en tercera persona y es omnisciente sólo
algunas veces, lo que le permite tener un punto de vista
distanciado sobre los hechos, ser neutral, auque en algunas
ocasiones, también interviene con sus juicios. El coro
caribeño, como Laura lo llama, está constituido por gente de
108
Veo que esta es una explicación mágico - realística que describe la
situación pero no la explica.
109
Haciendo acopio de la tradición pone al pueblo aquí como protagonista,
técnica que ella conocía muy bien, pues en 1976, en Niveles de realidad en
la literatura de la “Violencia” colombiana, escribió acerca de Cóndores no
entierran todos los días de Álvarez Gardeazábal: “…la historia… se ve
aquí a través del chisme, que pasa de boca en boca, que crece y se
complica en habladurías de vecinas, que se susurra al oído, que va
tergiversando la verdad, diluyéndola al transformarla en infidencia, en
intriga, en secreto público.” (152) Y más adelante al tomar La mala Hora
de García Márquez, enfatiza que existen grandes semejanzas entre estas dos
obras ya que: “las dos novelas dejan de lado al protagonista individual y
lo reemplazan por un protagonista colectivo y plural: el pueblo.” (156) Y
esto es precisamente lo que sucede en esta obra.
N. Rodríguez
90
la ciudad y del puerto, vecinos de las dos familias, que
cuestiona al narrador, el cual responde dando otros detalles y
la narración se mueve en el diálogo y la dinámica entre estas
voces que algunas veces no concuerdan en sus apreciaciones,
presentando diferentes puntos de vista, como la realidad, a lo
cual le corresponde al lector tomar partido.
En El leopardo al sol vemos cómo, contrario a lo que
manda el capitalismo, el dinero no trae la felicidad esperada,
sino todo lo contrario, y así se lo sentencia el coro a Ana
Santana, en el momento de su boda con Nando Barragán: “Ni tú
ni los tuyos van a tener un minuto de paz. Dinero sí, todo el
que quieras, pero ni paz ni amor.” (93) Esto es únicamente lo
que el dinero fácil, puede dar, por esto la alternativa que
propone es encontrar la felicidad a través de las relaciones
humanas. Ana Santana, no se estaba casando por amor con Nando
sino por un capricho y tal vez por el dinero y el ‘prestigio’
que éste le ofrecía.
Al final en El leopardo al sol, Alina Jericó, la esposa
del Mani Monsalve, logra huir hacia México, y en este
trayecto, nace su hijo Enrique Méndez, que usará el apellido
de su padre adoptivo. Al estar lejos del país y de la guerra,
puede dejar de usar el apellido Monsalve, que es lo que lo
condenaba a una muerte segura, y así se le pone fin a la
guerra fraticida entre los Monsalve y los Barragán en la que
N. Rodríguez
91
están envueltas estas familias. Detrás de este logro final
esperanzador, está el doctor Méndez, el abogado de los dos
clanes, quien por su amor incondicional por Alina, cranea, se
arriesga y finalmente logra ponerlos a salvo. Es este amor,
con características femeninas, que veremos también en el
personaje de Aguilar en Delirio, lo que los salva y logra
proyectar un futuro mejor.
Uno de los rasgos generales que observo en cuanto a los
personajes masculinos de Laura Restrepo, es su ternura, su
sensibilidad y en mucha parte sus características que van en
contra de lo que representa el machismo en la cultura
latinoamericana, estos hombres como el abogado Méndez de
Leopardo o el esposo de Agustina, Aguilar en Delirio, razonan
con cabeza fría, son menos impulsivos y ponen atención a los
llamados de su corazón sin renegar ni sentirse menos por ello:
ya que simplemente, son buenos: “Méndez salió de allá seguro
de su triunfo. Por fin, después de tanto bordar, había dado la
puntada final. Sólo le faltaba rematar con un buen nudo, pero
le pareció conveniente dejarlo para otro día.” (247)
Éste es, la Penélope que borda y borda esperando
pacientemente lo que pueda suceder con la única seguridad de
su amor desinteresado, aunque podemos observar, hay de todas
maneras, un plan establecido, fríamente calculado para la
solución del gran problema. Para Méndez es muy claro, puesto
N. Rodríguez
92
que trabaja con los dos clanes, que: “Dedicarse a matar y
morir es una opción, pero hay hombres que escogen otras.”
(213) Y obviamente, él lo hace.
Las características humanas, de estos hombres y mujeres,
son el motor de su triunfo final, a través de las mismas,
ellos logran el objetivo de que el amor finalmente, resuelva
la situación, favorablemente para todos.
En el bando opuesto, el de la familia Barragán, Arcángel
y su tía, La Muda, envueltos en un amor incestuoso y disparejo
en edad, y que además nunca pasa a mayores, pero no por eso
menos efectivo, es la razón por la cual, Arcángel, es el único
miembro de la familia Barragán que logra sobrevivir a la
guerra y huir, es salvado por los cuidados, dedicación,
interés y el plan de La Muda, su tía.
Arcángel, es doblemente salvado y en las dos ocasiones es
por amor, también se salva de que su amigo Willy lo asesine, a
pesar de que ha sido contratado para ello, porque Willy
finalmente, por encima de todo, es su amigo y lo quiere bien,
es incapaz de traicionar su amistad desde la infancia y la
confianza que ha sido depositada en él, porque “se querían
como hermanos”.110 El coro nos cuenta que en el momento
indicado, cuando todo estaba a punto de suceder, cuando Willy,
110
La novela trata de la guerra entre hermanos y aquí vemos como la
hermandad es respetada y funciona a pesar de todo el entorno de traición y
deslealtad.
N. Rodríguez
93
tenía el arma en sus manos, no pasó nada: “-Si hubiera
querido, el cabo Guillermo Willy hubiera aprovechado la
ocasión para matar a Arcángel. -Si hubiera querido, pero no
quiso.” (219) se salva por lo inesperado de su amor filial.
La mayoría de las veces, las mujeres visionarias y con
características garciamarquinas, son las encargadas de
proteger a sus hijos y mostrar el lado amable de la vida,
ellas son las portadoras de la esperanza y de la vida.
Severina es la madre del clan Barragán, es fuerte y sabia,
puede ver más allá de la superficie, cuando Nando se siente
mal y no saben a qué se debe, hacen conjeturas acerca de las
causas, y ella sin hacer muchos esfuerzos, desprevenidamente
interviene:
“-No -dice Severina-. Es la sospecha.
-¿La sospecha?
–La sospecha de que la vida podría ser distinta. (154).
Es decir, ella sabe muy bien que todo está mal y que la
solución no es tan difícil, pues sabe que la verdad y la
felicidad están de acuerdo con otra lógica.
En El leopardo al sol, se describe con pasión y sin
grandes anécdotas, traquetos y mulas, son los inicios de las
‘bonanzas del narcotráfico’ en la Costa Atlántica colombiana,
en los años setenta, que en un principio produjo una conmoción
a todos los niveles e invadió todos los campos de un momento a
N. Rodríguez
94
otro, desencadenando una transformación inesperada: “Eran
tiempos desquiciados, difíciles. Zumbaba el dinero, corrían
ríos de sangre, estallaban las bombas. La gente ya no sabía
quién era ni cómo se llamaba, ni qué era lo que tenía que
hacer.” (247)
El leopardo al sol es una novela de la violencia111, o más
exactamente, de la violencia generada por el narcotráfico.
Metafóricamente es ese matarse entre hermanos como único
punto, ya que las razones de esto son confusas, reflejando la
situación colombiana, como lo afirma el coro: “Es cosa propia
de estas tierras, pelear guerras infinitas donde todos salen
perdiendo.” (79)
Y era cosa propia de ellos también.
La violencia física y psicológica están presentes a lo
largo del texto, así como están presentes en nuestra realidad
nacional. Esta es una guerra fraticida, entre seres con la
misma sangre.
Se nos muestra cómo en todo ser humano hay un lado
amable. Vemos un Nando Barragán humanizado, cuando acepta el
destino de asesino de su primo hermano, amigo y compinche,
Adriano Monsalve. Primeramente Nando trata de resarcir su
falta ofreciendo toda serie de autocastigos pero
irremediablemente está condenado y así lo acepta como si la
cara de toda esa demencia fuera la ternura “lenta y torpe, sin
111
Comentario de Dora Cecilia Ramírez.
N. Rodríguez
95
prisa, con esmero femenino”, con la que viste el cadáver de su
primo, y se sigue repitiendo varias veces que a “los muertos
los viste quien más los ama.”
Es una novela contemporánea, reflejo directo de todo lo
que la posmodernidad trae e implica. Habla de la miseria del
espíritu de los seres, de la decadencia de la raza, de la
ilegalidad como norma, de la aceptación generalizada de los
valores trastocados, de los mal entendidos acerca del poder,
de la belleza y del dinero, de una sociedad donde las leyes se
desconocen, donde lo antinatural es lo positivo, donde en
general el amor está confundido o es inexistente y al que hay
que rescatar.
Nuestra decadencia va a la par con lo que manda la
publicidad, está presente en la forma como la sociedad de
consumo, devora productos y carros de marca que son mostrados
en los momentos precisos. Hay una burla permanente que toca
fondo y que nos hace reír a costa del dolor.
El humor de la autora no pierde la oportunidad para
producir una sonrisa o una carcajada en el momento oportuno,
como aquel en el cual una pareja de desplazados encuentra
flotando en el río muchos dólares y ella: “Los mete en
canastos y corre a secarlos al sol, colgándolos de la cerca de
alambre con pinzas de la ropa.” (188) En esta escena, los
pobres, sí están lavando dólares en sentido literal, pero no
N. Rodríguez
96
tiene nada que ver con la metáfora del lavado de dólares que
es de lo que también trata la novela.
También vemos cómo se produce este lavado de dólares
oficializándolo a través de la burguesía, el Mani Monsalve,
con la intención de volverse respetable y,
Para enfriar su dinero caliente visita una lista de
posibles testaferros que le ha presentado el abogado
Méndez. Son hombres de apellidos respetables, católicos
practicantes, padres de buenas familias y socios de
clubes selectos, a quienes les propone negocios fabulosos
en los que él pone el dinero y ellos el nombre y la cara.
(194)
Más adelante vemos cómo es el mecanismo para que estos
negocios vayan adquiriendo completa aceptación a través de la
siguiente generación y la tecnología, pues: “Como gerente de
sus empresas, ha contratado un ávido y juvenil grupo de hijos
de ricos recién graduados en universidades extranjeras, que
dominan el inglés y manejan el fax, el télex y la
informática.” (194 - 195)
Pero de todas maneras la clase alta, a pesar de los
esfuerzos112 del Mani por ascender socialmente, le cierra sus
112
Que quiere hacerlo por amor a su esposa Alina y para esto contrata una
asesora de imagen.
N. Rodríguez
97
puertas, después de haber solicitado su entrada al club, el
Mani se ve obligado a reconocerlo:
Sus propios mantenidos, las sanguijuelas de su fortuna,
le votaron en contra.
-Adoran mi dinero –le comentó lacónicamente el Mani al
abogado-, pero a mí me aborrecen. (196)
También esta novela trata de cómo este nuevo negocio lo
invade y afecta todo. Avanzada la novela nos damos cuenta cómo
esta situación local, se ha generalizado y cuál es el
resultado final, que corresponde al estado del país después de
la invasión o proliferación del narcotráfico por todas partes.
Ahora, todo el relato inicial que nos parecía escabroso, es
apenas un pálido reflejo de sus inicios, con corte
garciamarquino nos cuenta:
-Hacía semanas, o tal vez meses que andaba libre, pero no
sabíamos nada de él. Habían llegado los tiempos de la
violencia total y la vida se nos iba enredada en la
moridera y la matadera. Pero los Barraganes ya no eran el
epicentro, y tampoco los Monsalves. De la noche a la
mañana había proliferado por todo el país, como hongos
después de la lluvia, otros protagonistas más
espectaculares, más feroces y más poderosos que ellos.
Digamos que de pronto, un buen día, Barraganes y
Monsalves quedaron reducidos a folklore local. Empezamos
N. Rodríguez
98
a verlos como una prehistoria de la verdadera historia de
la violencia nuestra: sólo había sido el principio del
fin. Cuando Nando se sentó esa tarde en la puerta de su
casa ya no era sino la sombra de sí mismo. Y hasta él
debía de darse cuenta porque, según los que vieron, tenía
un comportamiento curioso, más propio de sombras que de
hombres. (313)
Y también observamos, la transformación de otros
elementos pues, el Mani ahora: “Se mete la mano al bolsillo y
reparte billetes con la misma rapidez que antes sacaba el arma
y repartía plomo.” (202)
En esta novela, en la cual sabemos de sobra que se trata
del narcotráfico, nunca se menciona ningún tipo de droga o el
material de comercio de las dos familias. Lo más parecido al
negocio en cuestión, es la mención al principio, del
contrabando con cigarrillos Marlboro y la autora explica:
First, because I was convinced that all readers read
between lines, and secondly, as a reaction against the
fetishization that emanates from the drug war philosophy,
which reduces an intricate interaction of human relations
to a thing: ‘drugs.’”113
También vemos cómo el narcotráfico, colabora con todo el
desplome de las instituciones y la transgresión de las leyes,
113
Entrevista con Jaime Manrique en, Bomb Magazine, http://bombsite.com.
N. Rodríguez
99
pues en un comienzo sabemos cuáles eran las reglas de juego
que regían esta guerra, que en cierta forma mantenían un orden
y daba seguridad a los no implicados en la guerra:
Si matas a tu enemigo, deberás hacerlo con tu propia
mano; nadie podrá hacerlo por ti. La pelea será de hombre
a hombre, y no por encargo. No debes herirlo si está
desarmado o descuidado, ni sorprenderlo por detrás…
No lastimarás a los ancianos, a las mujeres o a los
niños. El castigo de la guerra es sólo para hombres. (32
- 33)
Luego se muestra el momento en el cual se produce el
cambio y el rompimiento de las reglas que se olvidan. Cuando
el sicario Fernely es contratado para asesinar a Nando, ya
nadie se va a preocupar por las normas y es el momento en el
cual se da la trasgresión de todas las leyes establecidas y de
ahí en adelante lo que se sigue es el caos que concuerda con
el momento en el cual la guerra se extiende por todo el país.
José Cardona López, al respecto de El Leopardo al sol
observa algunos logros importantes pero también ve la
influencia indiscutible del realismo mágico,114 y al respecto
comenta: “… la principal característica de esta novela es la
puja entre dos maneras de elaborar la ficción, aquélla que
114
Helena Araújo en, Imitadoras de García Márquez, incluye a Laura Restrepo
y a Alba Lucía Ángel como imitadoras del estilo del Nóbel colombiano,
asegura que es una táctica para lograr reconocimiento.
N. Rodríguez
100
corresponde a la del realismo mágico no permite que los
personajes alcancen desarrollo como tales.” (391)115 Pienso que
hay mucho de verdad en esto, a pesar que en un comienzo Laura
Restrepo criticó a García Márquez y su técnica, pues su tesis
de Maestría en 1969, es en contra del realismo mágico por ser
ahistórico y fatalista, más tarde ella confiesa que ahora está
segura que esto fue arbitrario y que no tiene validez
actual,116 puesto que fue un trabajo de su juventud cuando
estaba altamente politizada y que también fue debido su
malentendimiento de la critica literaria en aquel entonces.
Actualmente, ella sigue utilizando esta técnica a pesar de
todo y la podemos ver a través de toda su obra.
Podemos señalar, y más que todo al comienzo, en la obra
de Restrepo, muchos momentos en los cuales el realismo mágico
se adueña de la situación.117 Es evidente, que hasta muy
avanzada su creación literaria, el garciamarquismo siempre
está al acecho. No podemos negar que García Márquez ha marcado
un momento muy definitivo en las letras colombianas y
latinoamericanas, la tentación de usarlo ha sido común para
muchos escritores jóvenes y en gran parte están haciendo honor
a la tradición. Ya que como lo afirma Helena Araújo: “Resulta
115
En: Literatura y narcotráfico: L. Restrepo, F. Vallejo, D. Jaramillo que
aparece en: Literatura y Cultura. Narrativa colombiana del siglo XX. V.
116
Entrevista con Jaime Manrique en, Bomb Magazine, http://bombsite.com.
117
He observado rasgos definitivos de realismo mágico en todas sus obras
empezando por Historia de una traición, en La isla de la pasión en La
novia oscura, en Dulce compañía, etc., hasta llegar a Delirio.
N. Rodríguez
101
difícil, casi imposible, eludir la paternidad literaria… sólo
que es necesario, como en el psicoanálisis freudiano, aprender
a superarla.” (140) Creo que este debe ser un camino obligado
que hay que recorrer para exorcizarlo, y este debe ser el caso
de Laura Restrepo, quien en sus más recientes obras ha tratado
de seguir su evolución como en Delirio, que aunque todavía se
sienta su influencia,
muestra más independencia y otros
recursos.
En La multitud errante, retoma el tema de la violencia,
ahora enfrentándonos ante el drama de los desplazados, otro
ingrediente de nuestra incertidumbre social actual. Así la
describe la autora en entrevista con Juan Fernando Merino.
Este es el relato de “… un hombre buscando a una mujer que se
ha refundido en el tráfago de la guerra y como trasfondo, todo
el drama humano del desplazamiento.”
Como no falta en la obra de Laura tenemos el referente
histórico nacional, aquí el pueblo liberal Santa María
Bailarina, de donde es oriundo Siete por Tres,118 fue arrasado
por los conservadores y desde allí empezó para los
sobrevivientes entre los que se encuentran Matilde Lina,
objeto de la búsqueda y madre adoptiva de Siete por Tres, una
118
Tanto la protagonista como Siete por Tres, carecen de nombre. Siete por
Tres hace referencia a la operación matemática de sus dedos que son
veintiuno, pues tienen un pie con 6 dedos.
N. Rodríguez
102
vida nómada que se prolonga año tras año “como la vida misma.”
(34)
La autora coloca los hechos iniciales en 1950 y en
Colombia tenemos actualmente más de dos millones de
desplazados “huyendo de un lugar a otro, tratando de encontrar
un lugar en donde asentar la vida”119 con este dato, nos damos
cuenta que el desplazamiento de estos grupos de personas,
lleva más de medio siglo. Ya que de acuerdo con Eduardo
Pizarro Leongómez,
Colombia ha sufrido dos procesos masivos de
desplazamiento forzado de población en esta segunda mitad
del siglo XX.
El primero surgió como consecuencia del período de
Violencia en los años cincuenta y el segundo durante la
última década bajo el fuego cruzado de las violencias de
múltiple rostro que están afectando al país hoy en día.120
El escenario es un albergue de monjas francesas para
desplazados en las afueras de Barrancabermeja, que en la
historia corresponde a Tora, donde reconocemos el mismo
escenario de La novia oscura, novela con la cual existen otras
similitudes, pues como lo mencionábamos anteriormente, estas
119
En, entrevista con Juan Fernando Merino.
En: Desplazados: factores de una “cultura del desarraigo”, Julio 13 de
2004
120
N. Rodríguez
103
dos obras surgen durante el tiempo, que con motivo de su
trabajo para ECOPETROL, la autora pasó en esta ciudad.
Esta masa “creciente e inconmensurable” el “continente
clandestino de los parias” (88) como la autora los llama, es
el personaje central y el protagonista que está en el telón de
fondo de este relato, pero también hace referencia a este
drama como un problema del mundo contemporáneo “…las hordas
que andan buscando la tierra prometida.”121
Esta es también una historia de amor, en la que se da la
metáfora de una búsqueda en la que todos los personajes, y que
aún la protagonista, a su manera, están involucrados, Esta
búsqueda no puede ser otra que la de los colombianos por la
paz y el sosiego.
A través de la voz omnipresente de la narradora, ‘la
enfermera de sombras,’ vemos que nos invita constantemente a
leer entre líneas. La narradora tiene la conciencia clara de
estar participando en la creación de la historia, pero la
Historia en el sentido postmoderno, al final después de la
misa, del concierto y el sancocho, organizado por la comitiva
que tiene como propósito “cerrar el cerco,” la oímos cuando le
dice a la madre superiora: “-No, madre, no es el caos… No es
el caos, es la HISTORIA, así con mayúscula, ¿no se da cuenta?
121
En, entrevista con Juan Fernando Merino.
N. Rodríguez
104
Sólo que fragmentada en pequeñas y asombrosas historias…”
(127)
“¿Cómo puedo yo decirle que nunca la va a encontrar, si
ha gastado la vida buscándola?” (13) Son las palabras con las
que se inicia el relato y que se van a repetir con pequeñas
variaciones. Los personajes son seres alegóricos que se
entrelazan para formar un limbo en el que estos seres, que no
están ni vivos ni muertos, deambulan a través del relato.
En esta obra, escrita en primera persona, con una
enfermera como protagonista, similar a la periodista de obras
anteriores, es la encargada de reconstruir la vida del
personaje, para lo cual, va consultando y organizando las
diferentes voces, recurriendo a formas de reportaje, en ella,
es fácil reconocer la voz de la autora, que quiere desentrañar
la sociedad, y más allá incluso, su estructura de poder, para
identificarse, llena de solidaridad y afecto con las víctimas:
Es este un lugar ajeno y lejano de todo lo mío, regido
por códigos privativos que a cada instante me exigen un
enorme esfuerzo de interpretación. Sin embargo, por
razones que no acabo de esclarecer, es aquí donde está en
juego lo más interno y pertinente de mi ser. Es aquí
donde resuena, confusa pero apremiante, la voz que me
convoca. Y es que yo, a mi manera peculiar y aunque ellos
no se den cuenta, también hago parte de la multitud
N. Rodríguez
105
errante, que me arrastra por entre encuentros y
desencuentros al poderoso ritmo de su vaivén. (69)
Reconocemos la voz de la autora a través de la narradora
que en este caso nos está mostrando su compromiso con el
grupo, pero igualmente, notamos que se define como diferente.
La Multitud errante es una búsqueda de principio a fin de
un hombre por una mujer. Este hombre desplazado, mostrenco que
gana las simpatías de la narradora, anda buscando a su madre
adoptiva, desaparecida. Y la narradora que se confunde con la
autora, ama a este hombre desde un comienzo; convirtiéndose en
la búsqueda de ella por él. He aquí el último párrafo, la
última línea y la última palabra de la obra:
Adivino su silueta a través del telón del centro y sé que
Siete por Tres se sienta en su catre y que se demora,
botón por botón, al quitarse la camisa. Intuyo su mata de
pelo y la siento respirar en la sombra, como un animal en
reposo. Hasta mi llega, muy vivo, el olor de su cuerpo, y
lo veo descolgar la tela de trama difusa y figuras
borrosas que nos separaba.” (137-138)
Para llegar hasta aquí y lograr este propósito de
compenetración y entendimiento, la voz narrativa encarnada en
la enfermera, sabe que debe asumir otra posición, estar en el
lugar del otro, y
define:
es cuando reflexiona y filosóficamente se
N. Rodríguez
106
Escribo fuera de sí y me pregunto por qué será que
Occidente carga negativamente esa expresión, como si
implicara la desintegración o la locura, cuando estar
fuera de sí es lo que permite estar en el otro, entrar en
los demás, ser los demás. (133)
Por todo lo anterior, creo que esta novela corta es, en
el total de la obra de Laura Restrepo, en la que más
claramente vemos su mimetización con la narradora y en la cual
expresa su intención de solidaridad con el pueblo, idea que
también encuentra eco en afirmaciones como: “Estoy a favor de
la población desarmada que es absolutamente mayoritaria.”122 Y
en la que podemos entrever su posición.
Delirio su última novela, es en el sentido de política,
periodismo y literatura, toda Laura Restrepo, en esta obra, lo
más importante es la trama de la pasión llevada hasta la
locura neurótica, hilada desde la familia. Podríamos afirmar,
que esta obra, es más producto de la ficción que las demás,
pero no por eso está abandonando la historia colombiana que
subyace detrás de todos los momentos de la novela y está
respaldada por personajes reales como Pablo Escobar, que llegó
en su momento a ser reconocido, como la persona más buscada en
el mundo entero.
122
Por: Roger Santodomingo. No estamos condenados, en: BBC Mundo.
N. Rodríguez
107
En Delirio, tenemos ya la síntesis de toda su obra, con
la experiencia acumulada de varios años de su práctica
periodística y literaria. En esta novela nos enfrentamos a la
situación de locura de Agustina con el trasfondo de Colombia
con todos sus ingredientes convulsivos. La autora quiere hacer
ahora una obra más íntima, “Me parece que los colombianos ya
hemos hablado mucho de los tiros y de las bombas y poco sobre
qué repercusiones tiene eso en el interior de nosotros
mismos.”123
Ingenuamente la niña Agustina, o como advertencia para
muchos colombianos, pensaba que dentro de su casa estaba a
salvo pues:
Con todos nosotros resguardados adentro mientras que la
calle oscura quedaba afuera, del otro lado, alejada de
nosotros como si no existiera ni pudiera hacernos daño
con su acechanza: esa calle de la que llegaban malas
noticias de gente que matan, de pobres sin casa, de una
guerra que salió del Caquetá, del Valle y de la zona
cafetera y que va llegando con sus degollados… (91)
Pero la Agustina adulta, es afectada por esto que lo va
permeando todo, y que ella ha interiorizado: “Mi madre dice
que hasta nuestra casa nueva no va a llegar la chusma
amotinada que viene del sur, pero sé que sí puede llegar
123
Entrevista por Ariel Dilon, en: Gacemail No 70, del 5 de mayo de 2005.
N. Rodríguez
108
porque yo la traigo en el recuerdo, o en el sueño…” (136)
Situación esta que hasta las relaciones familiares va
distorsionando. Agustina incapaz de asimilar el doble código
de apariencias que no corresponden con la realidad, se pierde
en los vericuetos de su Delirio, ya que este es un mundo
tergiversado, donde las apariencias y el fingimiento son muy
importantes.
El llamado a intervenir es su esposo Aguilar, quien hasta
este momento, desconoce a la persona que más ama, el cual debe
recuperar el tiempo perdido y resarcirse, tiene que averiguar
quién es su mujer y su familia y será quien va a lograr
finalmente sacarla de la mano de su locura. Sólo un amor
intenso, honesto y puesto a prueba como el de Aguilar puede
dar alguna esperanza en medio de este caos.
Aquí, como lo veíamos en el caso de El leopardo al sol, y
La multitud errante, el amor es el ingrediente salvador y
nuevamente tenemos este personaje masculino, que sintiendo y
muchas veces actuando, como una mujer,124 logra la solución
para este drama, que parecía en un principio sin posibilidades
de solución. La autora comenta, esta es: “una historia de amor
pese a la locura” donde no ha abordado la locura con una
124
Es decir, este personaje masculino, como otros en la obra de Restrepo,
presenta cualidades humanas que lo habilita para resolver la situación ya
que está dotado de mucha paciencia, y se entrega sin reparos. Aguilar se
decide a ayudar a Agustina y no desiste de su propósito hasta lograrlo.
N. Rodríguez
109
perspectiva “pseudocientífica” sino “como sitio intolerable de
angustia y soledad”125
La familia a la que pertenece Agustina, es un núcleo
rancio y tradicional que evoluciona y contemporiza apoyándose
en la corrupción social y en el cartel de Pablo Escobar. Con
esta referencia, la autora quiere llamar la atención de
aquellos que amparados en una subjetividad o ideología no
creen en la importancia de la familia nuclear e
institucionalizada, cuando es precisamente allí, donde la
sociedad comienza y donde se puede gestar todo lo que la
sociedad es. Como también hace la descripción de la técnica
más autóctona de la hipocresía y como esta habilidad se vuelve
hereditaria, como se aprende a mentir a aceptar la mentira
oficial como si fuera la realidad y suplantarla. La tía Sofi,
esa enviada por el amor a su sobrina, que quiere ayudar a
Agustina, logra entenderlo así y así lo plantea, en su relato
a Aguilar:
¿Te imaginas Aguilar?, Que Eugenia después de toda una
vida de práctica conociera el código de las apariencias
es cosa comprensible, pero que Joaco a los veinte años de
edad ya lo dominara a la perfección, que lo agarrara al
vuelo, eso sí es asombroso. Todo se había venido abajo
por una mentira, la mía, la de mis amores clandestinos
125
En: Portada: Cultura del 28 de noviembre de 2004.
N. Rodríguez
110
con mi cuñado, y ahora mi hermana intentaba reconstruir
nuestro mundo con otra mentira y dejarlo todo tal como
estaba antes del remezón, su matrimonio, la buena
reputación de su casa, incluso la posibilidad de mi
permanencia en ella pese a todo, mentira mata mentira,
dime si no es como para volverse loco. (322)
Eugenia, la madre de Agustina aprende del aristócrata
Juan Vicente, su esposo y cabeza de la familia, que a los
hechos más graves de la existencia se les cambia de signos
para poder mantener las apariencias. También la tía Sofi, da
cuenta de esto:
Eugenia estaba fingiendo con pasmosa sangre fría y voz
imperturbable para proteger su matrimonio, yo llevo trece
años, Aguilar, dándole vueltas a los posible significados
de esa reacción de mi hermana y llego una y otra vez a la
misma conclusión, ella lo sabía, siempre lo supo y no le
preocupaba demasiado con tal de que se mantuviera oculto
y eso fue precisamente lo que hizo en ese instante,
improvisar un acto magistral para garantizar que pese a
las evidencias, el secreto seguía siéndolo, lo que quiero
decirte, le dice a Aguilar la tía Sofi, es que ella sabía
que su matrimonio no se iba a terminar porque Carlos
Vicente me retratara desnuda sino porque se supiera que
N. Rodríguez
111
Carlos Vicente me retrataba desnuda, y ni siquiera por
eso, más bien porque se admitiera que se sabía. (222-223)
Como en El leopardo al sol, vemos que la tragedia
individual alcanza una dimensión colectiva cuando vemos que el
drama de Agustina, vivir en un mundo de apariencias, de medias
verdades, negocios turbios, mitos y falsedades que ocultan
crímenes, se amplifica en la esfera social y en todo el país.
Esta situación también está ilustrada, en la otra clase
social, por el Midas McAlister, quien aprende a aparentar,
como medio de subsistencia: levantarse temprano todos los días
para pegar el logo del lagarto Lacoste a sus camisetas, para
que así sea reconocido por los otros a través de una marca,
como un escudo de protección. O que, no vale la pena hacer una
carrera universitaria, “…eso es lo de menos. Lo que tengo que
tener es una sonrisa perfecta.”126
A través del arribista Midas McAlister, que nos sirve de
puente entre estas dos o tres clases sociales, conocemos lo
que se esconde detrás de su apariencia. Esta paradoja que en
últimas nos lleva a concluir que el problema es de carácter
universal. Los de la clase alta, la familia de Agustina, sin
profundizar mucho en el asunto, se involucran con el cartel de
Pablo Escobar, porque a través del Midas, todo se convierte en
oro, que es lo que más aman, ellos: “… aplaudían con las
126
Presentación del libro de Laura Restrepo en Perú.
N. Rodríguez
112
orejas por la forma delirante en que se estaban enriqueciendo,
al mejor estilo higiénico, sin ensuciarse las manos…” (71)
El típico arribista como el Midas con intención de
ascender socialmente, encuentra en el narcotráfico el
trampolín ideal. Pues éste, le ofrece la oportunidad de, ahora
sí, figurar en la clase alta, y aprende a amar el dinero que
es lo que en esta cultura, en últimas, le dará brillo. Este es
el personaje mejor logrado, un personaje divertido, cínico y
sin escrúpulos, que sabe que todo es una mentira, una
falsedad, el que tiene todo que esconder y que es en realidad
el único en la novela que se atreve a llamar las cosas por su
nombre. Quien, “…escarba en el sustrato de corrupción y de
feroz violencia en que se sustenta la sociedad colombiana en
su conjunto, mostrando su fragilidad.”127
Están también los duros, los narcotraficantes,
representados por Pablo Escobar y su clandestina manera de
ejercer el poder en Colombia que, quiere “arrodillar a la
oligarquía” para que paguen por todos sus pecados del pasado
contra los que Pablo hace su sentencia “Voy a invertir mi
fortuna en hacer llorar a este país”128 y realmente así lo
hizo, pues invirtió muchísimos millones en esta guerra abierta
contra la policía e indirectamente contra la sociedad.
127
128
BBCMUNDO.com
En: Gerardo Reyes: Premiada autora narra la magia de Colombia.
N. Rodríguez
113
Laura comenta sobre esta obra: “La novela de temática
urbana, “está ambientada en la Colombia contemporánea,
posmoderna, casi posatómica”129
En El leopardo al sol, se trataba del inicio del comercio
con las drogas y nunca se mencionan éstas, así mismo en
Delirio, se trata de la locura, pero nunca encontramos ningún
término clínico que se refiera a ella porque, Restrepo explica
que: “…lo que busca es describir su locura como el territorio
en que se pierden no sólo las personas sino las sociedades.”
129
Por Ericka Montaño Garfias: Laura Restrepo opone sus letras a la
realidad oficial de Colombia. En: La Ventana del 24 de febrero del 2004.
N. Rodríguez
114
III
Literatura y política
“Hoy, políticamente hablando, es
dueña de un discurso crítico que no se
ahorra nada para señalarle a la
derecha su demencial indiferencia, y a
la izquierda su proverbial ceguera”130
Escribiendo novelas solo lleva
20 años. Metida en la política, más de
30.
Antonio Caballero
El primer contacto que Laura Restrepo tiene con la
política es apenas a los veinte años. Se involucra en ella con
la ilusión de producir un cambio. Con una formación
heterodoxa, desprendida de las instituciones, pues de acuerdo
con su padre libertario, asistir a la escuela era una
perdedera de tiempo, nunca estuvo en una escuela convencional.
Pasó su niñez viajando con su familia, y nunca se detuvieron
tiempo suficiente, para poder tener un horario escolar
regular. Por esta razón, a los dieciséis años, debe estudiar
concienzudamente, con la ayuda de su padre, para validar su
bachillerato.
130
Los delirios de Laura. En La Prensa, Bolivia Edición de marzo 07, 2004.
N. Rodríguez
115
Después de pasar los exámenes, ingresa a la universidad
de los Andes y al mismo tiempo, empieza a enseñar literatura
en una escuela pública para varones, en donde los estudiantes
eran mayores que ella, y donde se enfrenta a una realidad
desconocida y apasionante, descubriendo que: “that beyond the
nuclear family and the land of wonders that is high culture,
there lay a whole universe to be explored that was broad and
remote, fierce and exciting.”131 Esta experiencia fue
definitiva para ella pues, le abrió los ojos a la realidad
colombiana, le hizo pensar que las cosas no estaban muy bien,
y le encendió el gusanillo de la revolución por lo que desde
aquí se propuso hacer algo para tratar de cambiarla. Momento
que ella recuerda con cierta nostalgia:
Nuestra manera de ser jóvenes era entrar a la izquierda,
meternos a los partidos políticos y en sociedades tan
segregadas como la nuestra ese era el vehículo para
entrar a conocer ese otro lado del país que sabíamos que
existía pero que nunca habíamos recorrido. Era soñar con
un país construido por nosotros mismos, de acuerdo a
parámetros igualitarios y de justicia.132
Y así, siguiendo su idealismo y su propio instinto de
libertad, abandona las clases que enseñaba en la universidad
131
En entrevista con Jaime Manrique, en Bomb Magazine:
http:www.bombsite.com
132
En
N. Rodríguez
116
Nacional para dedicarse de lleno a la política, aún en contra
de su padre pues se ve forzada a escoger:
I was confronted with a clear-cut choice: the family that
had been my refuge and paradise up to that time, or the
uncertainty, astonishment and adventure signified by the
open door to the World outside. I had no hesitation… I
took leave of my father, never to see him again; he died
a few years later, before I was able to contemplate the
possibility of returning, even for a visit…133
Esta, tuvo que haber sido una decisión difícil y dura
para ella, pues su padre fue y sigue siendo uno de sus ídolos
más admirados. Primó su rebeldía y fiel a las enseñanzas de
él, se dejó guiar por los dictados de su corazón y en este
momento escogió su camino:
I joined a Trotskyist party, following the credo that the
world was there to be appropriated by us; history was
there to be transformed. I threw myself wholly into
politics-first in Colombia, then for a couple of years in
the Socialist Workers Party in Spain, and later in
Argentina where for four years I belonged to the
underground resistance against the military
dictatorship.”134
133
En entrevista con Jaime Manrique, en Bomb Magazine:
http:www.bombsite.com
134
Ibid.
N. Rodríguez
117
Con la convicción de que adquiría un compromiso con el
país y con su historia, y como ella es del tipo de persona que
se propone un ideal y nunca lo abandona, estos primeros años
fueron definitivos en determinar lo que sería su vida futura y
por ende, sin ser muy consciente de ello en ese momento, lo
que sería su obra, que estará encaminada como hemos visto, a
ventilar situaciones sociales con implicaciones políticas, por
lo que su obra es determinada por este objetivo, llegando al
punto en el que su vida y su obra son un continuo que no
permite considerarlas como independientes.
Con motivo del premio Alfaguara 2004, Laura debió visitar
muchos países de habla hispana, para la promoción y
lanzamiento de Delirio y vemos que en muchos de ellos, las
entrevistas y los comentarios estaban relacionados la mayoría
de las veces con su actividad política, antes que la
literaria, hecho que al parecer resultaba muy llamativo. En
Bolivia el periodista de La Prensa, la presentó así:
Laura Restrepo encarna por hoy, y desde hace tiempo, en
rigor, a una personalidad que ya quisieran todos los
colombianos y latinoamericanos para cada una de sus
instancias públicas: preparada, seria, diligente
comprometida y muy inteligente. Algunos, a todo esto,
N. Rodríguez
118
añaden que es una apasionada con cuanto compromiso
asume.135
Como vemos, ella ha logrado amalgamar su vida con la
política y la literatura, puesto que este era un evento
literario y el periodista resalta su labor política. O
también, ella aprovechó la gira para hablar de asuntos
políticos, y dar a conocer sus ideas, como en Perú: “Miren que
vengo de un país que va
a desaparecer como nación y, en buena
medida, por una de las más grandes hipocresías mundiales, que
es la guerra contra la droga, que desde luego raja con todo
menos con la droga. La droga sigue intacta.”136
En Costa Rica, Fabián Kovacic le pregunta: “¿Cómo se
conjuga su vida pública, periodística y de escritora? Suena
compleja…” a lo que Laura responde: “-Tengo la sensación que
militancia, literatura y periodismo se corresponden como un
método básico. No me siento cambiando muy radicalmente entre
una y otra. Las tres tienen una pasión por la aventura
humana.”
137
Es claro que ella no ve ningún motivo ni necesidad en
establecer diferencias y separaciones entre estas disciplinas
y como veíamos antes, tampoco lo hace con los géneros
135
La prensa: Los delirios de Laura. La Paz, Bolivia. Edición de marzo 07,
2004.
136
Declaraciones de la autora en: la presentación del libro Delirio, de
Laura Restrepo en Perú.
137
Por: Fabián Kovacic. Colombia es un país que se reinventa a si mismo.
N. Rodríguez
119
literarios. En este sentido creo que ella es posmoderna y que
es producto de este momento, el cual permite y pide este tipo
de hibridaciones donde no hay límites ni separaciones.
La mezcla o combinación entre la política y a grosso modo
el arte, o en este caso concreto, la literatura, es el
resultado de una búsqueda por optimizar una y otra y ha tenido
como lo señala Gonzalo Sánchez Gómez,138 diferentes formas o
posibilidades de relación.
Como primera medida trae la posición de Max Weber, quien
sostiene que debe haber una separación expresa, ya que están
regidos por dos principios éticos diferentes: el de la
convicción y el de la responsabilidad. Vemos que las asume
como dos cosas opuestas y difíciles de mezclar.
Por otro lado Gramsci, piensa que el intelectual está de
hecho orgánicamente ligado a uno de los polos de la estructura
social. Aquí se muestra una relación natural como partes de un
continuo y por lo tanto inseparables.
Maquiavelo sostenía que la relación suprema del
intelectual es asumirse como consejero e intérprete del
príncipe. Aquí están ligadas por obligación y utilidad, pero
para los que están en el poder, y el intelectual debe estar
con este grupo de todas maneras.
138
En el artículo, Los intelectuales y la política.
N. Rodríguez
120
Franz Fanon sigue el ideal sartriano de un compromiso
ineludible con la sociedad y “ser la conciencia crítica de su
época”, es un compromiso casi moral. Y
finalmente, Foucault
apunta a develar y transformar las prácticas y relaciones de
poder concretas en las cuales está inmersa la figura del
intelectual. Que como sabemos tiene que ver con el poder que
esto les adjudica y con la importancia que se le ha adjudicado
a través de la historia. (17 – 18)
Como vemos todos estos son autores europeos y su modelo
es poco adaptable a nuestra realidad o por lo menos no se
acomoda fácilmente, porque obedece a otra forma de pensar y a
otras condiciones históricas.
En Latinoamérica y en Colombia, como parte de ella, vemos
que desde un comienzo y por las mismas condiciones históricas
de la independencia, que tuvo sus raíces en los impulsos
políticos e ideológicos de la Ilustración y que luego, un poco
más tarde con la influencia del Romanticismo, hizo que los
escritores se involucraran en las causas sociales de su época,
de donde necesariamente la intelectualidad y la literatura
estuvieron vinculadas con la política.
Vemos que desde un comienzo esta relación ha sido muy
estrecha y que muchas veces tratar de separar una de otra es
difícil, por lo tanto quisiera mirar un poco el entramado de
N. Rodríguez
121
esta historia entre la literatura y la política para ver su
evolución, pues veo que en general ha sido compleja.
Pedro Enríquez Ureña, en su monumental obra sobre la
evolución de la literatura latinoamericana, nos da un punto de
partida y explica en Las corrientes literarias en la América
Hispánica,139 cómo desde el comienzo en Latinoamérica, la
actividad literaria estaba muy ligada con la pública y cómo la
situación únicamente empezó a cambiar hacia la segunda década
del siglo XX, cuando ya se respiraba un aire de aparente
“estabilidad política” y existían gobiernos con una “forma
real o fingidamente democrática” a lo que se sumaba un
desenvolvimiento económico y, “…se fue imponiendo en la
mayoría de naciones de la América Hispánica, una división del
trabajo por lo que los hombres de letras dejaron de ser al
mismo tiempo directores de la vida pública. Se dedicaron ahora
a la “literatura pura”…” (189) Es decir, marca este momento,
como uno en el cual, la literatura latinoamericana adquiere
otro status y se va definiendo como un oficio independiente.
Más adelante, explica y aclara:
Nuestra literatura ha seguido, desde entonces, dos
caminos: uno en el que se persiguen sólo fines puramente
139
Rafael Gutiérrez Girardot reconoce el gran valor de esta obra pues en
Aproximaciones considera que hace una: “concisa descripción de un proceso
y la consideración de las letras del Nuevo Mundo como una totalidad” (12),
cualidades que considera importantes en cuanto a evaluar este material.
N. Rodríguez
122
artísticos; otro en que los fines en perspectiva son
sociales.
Entre el último grupo de modernistas, el grupo de
Lugones, Valencia y Chocano, y el primer grupo
vanguardista del siglo XX, el grupo de Borges y de
Neruda, hubo una generación intermedia, nacida entre 1880
y 1896, que fue gradualmente apartándose de de los
ideales y prácticas de sus predecesores. (189)
Según el análisis de Henríquez Ureña, nuestra literatura
tuvo un proceso de maduración, necesitó recorrer un largo
camino140 y superar etapas que estaban determinadas en gran
medida por la situación colonial, que como lo explica; para
bien o para mal, toda la actividad cultural del Nuevo Mundo
hasta bien avanzado el siglo XIX, estuvo marcada por la
dependencia de España.
Si se quiere comprender la validez general del
planteamiento de Henríquez Ureña aplicándolo a Colombia, y
viéndolo en el transcurrir de su actividad literaria, podemos
dar una mirada a Fernando Charry Lara, en su ensayo sobre Los
Nuevos, que es el primer grupo que demuestra, al menos una
intención de independencia de la política. En conjunto dice
que con este grupo, se logró nada menos que un cambio de
lenguaje ya que de acuerdo con Pedro Salinas: “Ninguna
140
Si lo comparamos con el del ‘Viejo Mundo’ veo que es muy corto.
N. Rodríguez
123
revolución intelectual puede hacerse sin renovar en alguna
forma el lenguaje literario.” (35)141
Al despuntar el siglo XX,142 el primer grupo que se
destaca en las letras colombianas, hacia 1910, fue el
denominado Generación del Centenario, llamado así por
pertenecer al grupo que sobresalía al completarse una centuria
de la independencia. Este grupo estuvo muy estrechamente
vinculado con la política, ya que muchos de sus participantes
se convirtieron en presidentes de Colombia, como el
conservador Laureano Gómez y los liberales Alfonso López
Pumarejo y Eduardo Santos. Al parecer todos sucumbieron en
esta tarea, pues no hay un solo integrante del grupo que se
haya quedado aparte de la actividad política o como lo comenta
Armando Romero, refiriéndose específicamente a la poesía:
“Realmente poco es lo que salva de esta Generación del
Centenario… ninguno de los poetas… tiene mayor relieve.”
(1985: 34), comprobamos
que hasta este momento y fiel al
postulado de Henríquez Ureña, se da un total predominio de la
política sobre la literatura.
141
Citado por Fernando Charry Lara en, Manual de Literatura colombiana,
Tomo II. Procultura, 1988.
142
Como único poeta rescatable e importante en el siglo XIX, Armado Romero
destaca a José Asunción Silva (1865 - 1896), “Silva inaugura para la poesía
colombiana la presencia totalizadora del poeta,…” (1985: 22) También
recordamos que María de Jorge Isaacs apareció en 1867, obra que fue por
mucho tiempo la novela colombiana más conocida en el mundo, antes de Cien
años de soledad en 1967. Jorge Isaacs, estuvo involucrado con el
periodismo y la política.
N. Rodríguez
124
Charry Lara al situar historiográficamente al grupo de
los Nuevos, afirma: “En el caso de Colombia debe ser tomado el
año de 1925, como aquel en el que se manifiesta por primera
vez, con carácter de agrupación, la actividad de escritores
jóvenes…” (19) Aclara también, que estos esquemas no tienen
otra finalidad que la pedagógica y que es una forma de
“facilitar la exposición en compendios y cátedras” y en este
mismo sentido estamos haciendo utilización de este recurso,
únicamente para ver a través del tiempo un panorama con cierta
organización, así muchas veces parezca o sea arbitraria.
El grupo de los “Nuevos” surgió en oposición o para dar
una respuesta a las insuficiencias del anterior, “Generación
del Centenario.” Era un grupo bastante heterogéneo, pues en
él, al lado de poetas, figuraban ensayistas, periodistas y
políticos. Casi todos fueron a la actividad política y con la
excepción de León de Greiff, que sin embargo no ocultó su
adhesión a las izquierdas, ocuparon posteriormente posiciones
en el parlamento o en la vida pública. (25)
En el grupo figuraban además Felipe Lleras Camargo,
Rafael Maya, Germán Arciniegas, Eliseo Arango, José Mar,
Manuel García Herreros y Luís Vidales. Rafael Maya y León de
Greiff fueron exclusivamente poetas143 y tanto Jorge Zalamea
143
Par de poetas muy importantes y que de acuerdo con Armando Romero:
“…vendrían a constituirse con el correr del tiempo en entidades opuestas
en la poesía colombiana.” (16)
N. Rodríguez
125
como Luis Vidales alternaron su actividad literaria con el
periodismo.
Jorge Zalamea Borda fue uno de los integrantes de este
grupo que estuvo más comprometido con la actividad literaria.
Desde 1928, fue amigo personal de Federico García Lorca y de
varios de los poetas españoles de la “Generación del 27”144.
Pero también participa en la política ya que más tarde va a
ser secretario general del ministerio de educación y encargado
del mismo. Luego ocupará la propia Secretaría General de la
Presidencia durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo en
1934 – 1938 y 1942 – 1945. Su obra es extensa y ocupa
diferentes niveles: el teatro, traducciones, ensayo
sociológico, la poesía, estudios académicos en antropología,
antologista, crítica política etc.
En general la obra de Zalamea ha sido olvidada, pero
recientemente está siendo reconsiderada y revalorada, Charry
Lara menciona el estudio realizado por Helena Araújo, también
están, el de Nayla Chehade Durán145 y el de Laura Restrepo, que
lo considera importante dentro del contexto de la literatura
colombiana de la violencia ya que lo incluye y destaca su
144
Como también del griego Nikos Kazantzakis, quien traduciría al griego El
gran Burundú Burundá ha muerto.
145
En diálogo con el estudio de, Helena Araújo en su artículo: Jorge
Zalamea en el panorama literario colombiano que Aparece en Literatura y
Cultura V. I p. 257 – 279, en el cual retoma al autor bajo otra
perspectiva y muestra su calidad de innovador y cómo en cierta medida, él
resulta siendo víctima de la política y de la situación colombiana de su
momento, por lo que considera que la crítica ha sido injusta con él.
N. Rodríguez
126
obra, El gran Burundú Burundá ha muerto (1952), como una obra
pionera e importante. Pone esta obra al mismo nivel de La mala
hora de García Márquez y la destaca entre otras, llegando a la
conclusión de que: “En La mala hora y en El Gran Burundún se
expresa el tema de la “Violencia” en términos decididamente
literarios.” (169)146
Con su cosmopolitismo, Jorge Zalamea Borda contribuye a
despejar el camino que según Rafael Maya, en Consideraciones
críticas de 1944, es el propio de una literatura y un país
aislados, “…de índole familiar y doméstica, como lo son, por
otra parte, nuestros gobiernos, y casi todas nuestras
instituciones sociales y políticas.”147
Así haya participado en la política siempre mantuvo su
actitud crítica, en 1933 en carta enviada por Zalamea desde
Londres a José Umaña Bernal y Alberto Lleras Camargo, dice:
“No temo acusar a la Generación del Centenario de
inconsciencia, debilidad, histrionismo y mezquindad en sus
fines… nos ha entregado un estado artificial que no acierta a
producir en nosotros orgullo ni regocijo.”148
Charry Lara analiza la particularidad de este momento
histórico y para ayudarnos en la comprensión de la combinación
de oficios, nos ofrece la siguiente explicación:
146
147
148
En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana.
Citado por Charry Lara, (43)
Citado por Charry, (51)
N. Rodríguez
127
El ingreso de parte de los miembros de los Nuevos a
cargos directivos de la gestión pública puede
justificarse si se considera que los gobiernos
colombianos, así como otros hispanoamericanos,
necesitaron contar con el concurso de quienes por su
preparación intelectual presumiblemente estaban más
capacitados para ejercerlos. Y la mayoría de aquellos que
no fueron a las posiciones oficiales… se dio a la
actividad política en el periódico o en el parlamento… Lo
definitivo fue que el poder y la política alejaron en
gran parte al grupo de la creación literaria… (42)
Una mezcla entre Maquiavelo y Gramsci, como sería el caso
concreto de Alberto Lleras Camargo quien se dedicó de tiempo
completo a la política, abandonando la literatura.
Mirando retrospectivamente, podemos afirmar que los
Nuevos, dieron un paso hacia adelante pues aunque involucrados
en la política intentaron establecer un sitio para las letras
en el medio colombiano, pero de todas maneras seguían muy
apegados a las retóricas, y habría que esperar algunos años
más, para lograr un cambio significativo.
Hacia 1939, surge el primer grupo de intelectuales
compuesto exclusivamente por poetas, “Piedra y Cielo”, del
cual hacían parte Eduardo Carranza y Darío Samper, entre
N. Rodríguez
128
otros. Este mismo año surge una nueva generación de poetas que
será llamado grupo de “Cántico” o “Los cuadernícolas”.
Quince años más tarde en 1955, hacia la mitad del siglo,
tenemos lo que fue un hecho contundente, la aparición de la
revista Mito y el grupo que recibió el mismo nombre, que marcó
un cambio y significó un hecho definitivo en la cultura en
general. Pedro Gómez Valderrama, en la presentación de la obra
del forjador y director de la revista, Jorge Gaitán Durán,
cuenta que García Márquez al referirse a ella, dijo, “En
“Mito” comenzaron las cosas,…” (11) También al respecto Álvaro
Mutis ha comentado: “Mito limpió el aire provincial de la
cultura colombiana.” Con estos dos comentarios quiero
simplificar lo que acerca de Mito se ha dicho, ya que para
nadie es un secreto que abrió definitivamente las puertas de
la modernidad para el país.
En 1975, Juan Gustavo Cobo Borda –uno de los mayores
herederos de esta “tradición” única en Colombia- editó una
antología de la Revista Mito y desde entonces ha crecido el
conocimiento, aprecio y valoración de esta “obra”, heteróclita
y fundamental.
Aparece Mito en plena mitad del siglo XX, entre 1955 y
1962, con un total de 42 ediciones. En ella se publica desde
El coronel no tiene quien le escriba de García Márquez hasta
el Manifiesto Nadaísta en la última edición de 1962. Además
N. Rodríguez
129
van a colaborar autores internacionales como Octavio Paz y
Julio Cortázar entre muchos otros.
Colombia famosa por su eufemístico apelativo de “Antenas
Suramericana” y por su corrección gramatical, a estas alturas,
a la mitad del siglo XX se encontraba en un significativo
retraso en relación con México y Argentina, en lo que tenía
que ver con conocimiento, apropiación y difusión de las
teorías filosóficas, científicas y literarias contemporáneas
como también de las grandes obras de la literatura
norteamericana.
Revistas como Sur149 en la Argentina, había desde dos
décadas anteriores realizado esta labor, aglutinando a
escritores nacionales y extranjeros relacionados por su labor
y atrayendo así mismo, a algunos escritores europeos
destacados del momento. Por su parte en México con la
Revolución escolar dirigida por Alfonso Reyes, aprovechando la
inmigración europea y especialmente la española y con una
importante actividad editorial, nos llevaban por lo menos dos
décadas en esta actividad de promoción y difusión de la
cultura para fines productivos. Aunque este hecho no tuviera
grandes repercusiones, ya que sobre este desajuste entre otros
149
De 1931 a 1970. Victoria Ocampo fundó, financió y publicó la revista
Sur, que publicó autores como Borges, Bioy Casares, Cortázar, Silvina
Ocampo, Eduardo Mallea, Ernesto Sábato y la chilena Gabriela Mistral, como
también traducciones de autores internacionales como Virginia Woolf,
Aldous Huxley, D. H. Lawrence, G. Green, A. Camus, J. P. Sartre, W
Faulkner entre otros. (57) Tomado de: Maria Teresa Medeiros-Lichem.
N. Rodríguez
130
medios y el paradigma europeo con el medio intelectual
colombiano, a lo que tenía que ver con nuestro retraso, Juan
Gustavo Borda, en artículo sobre Mito con acidez afirma:
“Nuestro retraso para llegar al banquete (o al horror
occidental.)” (141)
Mito aparece providencialmente pero lo más significativo
de esta empresa renovadora, desde luego, son las repercusiones
en el propio país. O como afirma Cobo Borda:
Los 1000 ó 1500 ejemplares que aparecieron cada dos meses
y durante siete años, de modo irregular, no hicieron y
tampoco pretendían, en verdad, la revolución. Si se
recalcaron en cambio el papel que la inteligencia y la
imaginación deben cumplir: un lugar para pensar, un sitio
para crear. El recordarnos que existen otras voces, otros
ámbitos. (142)
Lo importante de Mito radica en que quienes la hicieron
compartían los mismos odios, lo que odiaban era el conformismo
de la sociedad colombiana.
En Mito, la mayor participación y el más importante y
decisivo aporte estuvo del lado de los poetas. Fue un grupo
que en su mayoría estaba integrado por poetas o por poetas
ensayistas.
Como respuesta a la preocupación de James Joyce en su
búsqueda del orden correcto en el que deben ir las palabras,
N. Rodríguez
131
Mito empieza así su primera editorial: “Las palabras están en
situación”
y más adelante agrega: “necesitamos que las
palabras sean. Y pretendemos hablar y discutir con gentes de
todas opiniones y de todas las creencias.”150 Y efectivamente
así sucedió ya que “Mito estuvo integrado por liberales y
conservadores de todas las tendencias progresistas, sin
aparentes divisiones conceptuales profundas…” (108)151
El gestor, director y creador de la revista Mito fue
Jorge Gaitán Durán, nacido en Norte de Santander en 1925,
quien Participó con Jorge Zalamea, en la toma de la
Radiodifusora Nacional de Colombia durante los cruentos
sucesos del 9 de abril de 1948. Sobre los cuales, Álvaro Mutis
ha dicho:
Jorge Zalamea del grupo de los Nuevos, y Jorge Gaitán
Durán,… han sido las únicas voces ariscas, indomadas e
infatigables que han lanzado a todos los vientos, no solo
la protesta contra las condiciones que abruman a su
patria, sino el testimonio lúcido, infatigable y sin
compromisos de cómo esas condiciones asfixian toda
posible voz inconforme y liman, en la conducta de las
gentes, toda posible aspereza que no se ajuste al manso
150
151
Retomando a Armando Romero, en “Las palabras están en situación”.
Ibid.
N. Rodríguez
132
molde que conviene a quienes han determinado cómo se debe
vivir en Colombia. (845)152
Vemos que aún en el grupo de Mito observamos las
características de “hombres de estado” de los principales
protagonistas; Armando Romero afirma que éste es un: “…grupo,
bastante heterogéneo en su composición, va a estar más cercano
a la política como tal, asumiendo algunos de sus integrantes
un activo compromiso político.” (1988: 107) Particularmente
Pedro Gómez Valderrama, Jorge Gaitán Durán y en menor medida
Hernando Valencia Goelkel.
Figuras de extracción burguesa contra el orden burgués.
Esta triada, el prosista, el poeta y el crítico, cristalizan
el conjunto del significado de Mito: creación y crítica. Pedro
Gómez Valderrama fue consejero de estado, ministro de
educación y diplomático. Gaitán Durán fue parlamentario y más
tarde el presidente Belisario Betancur, elegiría a Valencia
Goelkel como consejero de la presidencia de la república, en
un gesto más simbólico hacia el hombre de letras que el
político.
Otro de los hechos definitivos para la cultura
colombiana, después de la aparición del grupo Mito en 1955,
fue el surgimiento de los Nadaístas en 1958, justamente en el
152
Recogido en Jorge Zalamea, Literatura, política, arte. Bogotá: 1978.
N. Rodríguez
133
punto exacto de la crisis de la modernidad, en la coyuntura de
la crisis de la religiosidad.
El Nadaísmo con Gonzalo Arango como ‘cabecilla’, es un
movimiento ético cultural. De acuerdo con Cobo Borda éste es,
“…un vasto movimiento de agitación intelectual [que] iba a
desempeñar papel preponderante en el panorama cultural
colombiano.” y que se proponían, “no dejar una fe intacta, ni
un ídolo en su sitio.” (195) Objetivos que intentaron lograr a
través de la literatura y de escandalosos actos públicos.
En Medellín, una de las ciudades más tradicionales de
Colombia, aparece el Manifiesto Nadaísta. Veamos algunos
fragmentos de esta ‘escandalosa’ aparición:
El Nadaísmo, es un concepto muy limitado, es una
revolución en la forma y en el contenido del orden
espiritual imperante en Colombia. Para la juventud es un
estado esquizofrénico – consciente contra los estados
pacíficos del espíritu y la cultura. …Ante empresa de tan
grandes proporciones, renunciamos a destruir el orden
establecido. Somos impotentes. La aspiración fundamental
del Nadaísmo es desacreditar ese orden. (195 - 196)
El autor Héctor Rojas Herazo consideró que:
…La labor del Nadaísmo es por eso una labor política.
Ellos tienen –con el desplante, con la brusquedad verbal,
con el impulso de la inteligencia- que despertar esta
N. Rodríguez
134
sociedad empeñada en sus conformismos y su onirismo
bursátil. Y eso –transformar al hombre- es la labor que
están cumpliendo en Colombia los Nadaístas. (203)153
Sabemos que estos movimientos surgen también en
concordancia con lo que sucedía en otras partes, pues por
estos mismos años, en el mundo y especialmente en
Norteamérica, aparecen también movimientos contraculturales
como los Beatniks, con poetas como Allen Ginsberg y novelistas
como Jack Kerouac, guías de una serie de admiradores e
imitadores que funcionaron como grupo. Los nadaístas también
establecieron intercambio con otros grupos similares de
América Latina como los Mufados, de Argentina, los Tzanticos
de Ecuador, El Techo de la Ballena, en Caracas y los
redactores de El Corno Enplumado [sic] en México. (211)154
Trece fueron inicialmente los nadaístas aglutinados
alrededor de un poeta, Jaime Jaramillo Escobar (alias X-504),
Fernando González (1895 – 1964), sería el inspirador y
maestro, “Su pensamiento crítico y heterodoxo influyó en
especial, en el Nadaísmo, un grupo de poetas iconoclastas que
floreció en Medellín en la década de 1960…” (69), como lo
afirma Álvaro Pineda Botero. Así lo sigue testimoniando hoy
153
Citado por Gustavo Cobo Borda, de la conferencia “El Nadaísmo frente a
la desesperanza burguesa” de la revista Cuadernos, Paris, No 80 p. 57-61
154
En: Cobo Borda, El nadaísmo.
N. Rodríguez
135
Eduardo Escobar, y el prólogo que en su momento hizo Gonzalo
Arango de Viaje a pie (1929).155
En realidad Fernando González ha sido muy apreciado por
todos, por escritores como Manuel Mejía Vallejo, y por el
poeta José Manuel Arango, y todavía hoy en día se siguen
cultivando y promoviendo sus enseñazas y sus ideas.156 El
virtualismo de Fernando González tiene diferentes raíces,
algunas están en los escritores norteamericanos del siglo XIX,
su tesis de grado, El derecho a no obedecer, en su título
delata la influencia de H. Thoreau.
Sobre los primeros años del Nadaísmo, Adriano González
León, narrador venezolano y miembro fundador de El Techo de la
Ballena, concluyó:
Su impacto, su fiebre, su turbulenta existencia abrieron
una fosa profunda en la literatura tradicional de
Colombia. Sus actos descarnados y su agresividad han
contribuido como ningún otro movimiento al despliegue
polémico y a la turbación de un sentido a menudo
provinciano en el mundo de las letras y del arte. (218)157
Para Armando Romero, en Colombia, la Nadaísta es la única
agrupación de escritores y poetas que tienen identificaciones
155
Obra de carácter filosófico muy importante y conocida del escritor
antioqueño.
156
En Envigado, la fundación cultural Otraparte, la que fuera su casa, está
dedicada a esta labor.
157
En: Juan Gustavo Cobo Borda, El Nadaísmo.
N. Rodríguez
136
similares a partir de manifiestos y actividades públicas
conjuntas. (1988, 53) Y éste, es un movimiento que aún hoy en
día, casi 50 años después de su aparición, de acuerdo con uno
de sus integrantes; Jotamario Valencia, quien visitó la
Universidad de Cincinnati en 2003, en su ponencia manifestó,
que estas ideas siguen vigentes y que muchos de sus
integrantes siguen firmes a ellas.
El surgimiento de estos dos grandes movimientos, el grupo
Mito y el Nadaísmo, determinan definitivamente un cambio en la
literatura colombiana, y lo que ésta sería de ahí en adelante,
que más tarde se verían reflejados por el surgimiento del
llamado Boom, que con la aparición de Cien años de soledad en
1967, marcaría un punto de llegada o de partida definitivo, ya
que para Latinoamérica de acuerdo con Doris Sommer y George
Yudice, el Boom significó, “a break with the past…” y llenaría
“…the desire for autonomy through cultural production.” (864)
Como vemos en Colombia tenemos más o menos el mismo
panorama en el proceso señalado por Henríquez Ureña, al
comienzo surgieron escritores vinculados a la política como
Jorge Zalamea y poetas desvinculados de ella, como León De
Greiff. Más adelante, el hecho más significativo, el de
algunos de los escritores, pero que todavía seguían vinculados
a la política, como los de la llamada generación Mito, que
poco a poco y durante un largo período hasta remontar el siglo
N. Rodríguez
137
XX irían fraguando una obra que alcanzará una categoría
indiscutible que va más allá de lo vernáculo, novela y poesía
que hablan al corazón del mundo y no solo para nuestro medio,
escritores como Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, y
críticos como Rafael Gutiérrez Girardot, entre otros.
Pero reconocemos que la general “división del trabajo” a
la que aludía Henríquez Ureña no es suficiente para explicar
el repunte, y refinamiento de la expresión literaria en el
país, pues más tarde y hasta nuestros días los escritores, en
un medio ya completamente especializado y profesional seguirán
acudiendo a distintas profesiones y modos de vida, unos más
cercanos que otros a las propias letras, como es el caso del
periodismo.
En Colombia un gran número de destacados escritores como
los del Boom; Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio,
Plinio Apuleyo Mendoza y más recientemente, Juan José Hoyos
entre otros, se han iniciado en el periodismo. También hicimos
mención anteriormente al grupo de periodistas escritores que
actualmente existe en Medellín, con autores como Héctor Abad
Faciolince o José Alejandro Castaño que son jóvenes que
desempeñan con gran éxito y al mismo tiempo, sus profesiones
de periodistas y escritores.
Como recordamos, Laura Restrepo también empezó como
periodista y además ha ocupado cargos públicos, en el momento
N. Rodríguez
138
de recibir el Premio Alfaguara de novela 2004, se encontraba
desempeñando el cargo de directora de Turismo y Cultura del
Distrito de Bogotá.
Lo que parece más obvio, es que surgieron nuevos
escritores en el momento señalado por Henríquez Ureña, que no
necesariamente estuvieron vinculados con la política, pero la
necesidad misma de tener una función activa y participativa en
el desarrollo de estos países, ha hecho que los escritores
tengan un acercamiento diferente con esta realidad158 y quieran
ejercer su oficio literario vinculados activamente con la
política, ya que en Latinoamérica ésta ha sido una tradición
que sigue. Recordamos desde un comienzo al mismo Simón
Bolívar, Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento, José
Enrique Rodó, José Martí, Carlos Mariátegui, más recientemente
casos como, Germán Arciniegas, Camilo Torres, Mario Vargas
Llosa, Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez159 para tomar sólo
algunos nombres.160 Tanto, que en 1999, Gonzalo Sánchez Gómez
afirma: “En América Latina… ha habido históricamente una
verdadera imbricación entre intelectuales y política.” (13)
Contradiciendo un poco la afirmación de Henríquez Ureña y la
158
Con el agravante de que en Colombia, suele ser peligroso: “Pensar es una
actividad de alto riesgo en Colombia.”
159
Ganador también del premio alfaguara de 1998 con Margarita está linda la
mar. Fue vicepresidente de Nicaragua en 1984 y candidato a la presidencia
en 1996.
160
En Colombia, el nombre de García Márquez también fue propuesto para
presidente.
N. Rodríguez
139
de Doris Sommer y George Yudice, quienes sugieren que esta
situación cambió definitivamente:
By the end of the nineteenth century, the rational
patriarchal habit of combining literary and political
responsibilities became somewhat outmoded, mostly because
of the prosperity and political bureaucratization that
capitalist progress had brought. (863)
En Latinoamérica realmente no se puede pensar que el
capitalismo llegó y separó las funciones, porque estos
procesos aquí son diferentes, ya que en estos países “…apenas
se mantiene una economía de supervivencia” (12), como lo
asegura Amalia Pulgarín.
Como herederos de esta tradición, las generaciones
posteriores de escritores latinoamericanos, han seguido por el
camino marcado y aprovechando los logros acumulados por sus
predecesores, tratan de encontrar el suyo propio. Como el caso
de Laura Restrepo, quien ha tratado de involucrar los
intereses de su trabajo como periodista a la literatura, y
éstos con su vida pública. Proceso que empieza desde muy joven
cuando escribía en los panfletos políticos de la organización
trotskista.
Para el caso colombiano, creo que como se ya ha sugerido,
han cambiado las causas aunque el resultado sea el mismo, en
un principio el estado requería o fue creado por los
N. Rodríguez
140
intelectuales pero actualmente son ellos los que se involucran
en la política por sus intereses personales o compromiso con
una situación determinada sin que esto los aleje de la
creación literaria. En el caso de Laura Restrepo, creo que se
da una combinación entre su personalidad, la evolución de su
carrera periodística y las condiciones históricas del país.
Laura Restrepo tiene unos objetivos específicos, que
tienen que ver con el momento posmoderno que posibilita todas
las combinaciones, y en el cual los límites entre las
diferentes disciplinas, y como veíamos también entre los
géneros; se difuminan. Ahora con el posmodernismo como lo
afirma Amalia Pulgarín existe, “…una nueva mimesis para
expresar una renovada relación entre el arte y la vida.” (14)
Laura quiere hacer política a través de la cultura: “El
compromiso del mundo de la cultura se ha vuelto compromiso
político y ya hoy los escritores no tenemos el dilema de
antaño” sobre si incluir o no la política en su actividad
cultural…”161 O el comentario que ella hace con relación a su
cargo actual, con el cual se siente realizada pues:
Es la suma perfecta: política cultural. Llevarle la
cultura a la gente, ¿qué mejor política social?
…Precisamente el arte y la guerra son incompatibles. Es
161
Noticias de arte y cultura: Laura Restrepo revindica el “compromiso
político” de los escritores actuales. Que aparece en:
www.lukor.com/literatura/noticias.
N. Rodríguez
141
el terreno ideal de reconciliación… Desde el IDCT
(Instituto Distrital de Cultura y Turismo) se pretende
romper la indiferencia y, por medio de la cultura llegar
a todos.162
También vemos que el objetivo de Laura y lo que se ha
propuesto hacer con su obra, concuerda con el ideal sartriano
que le asignaba “…al intelectual la tarea histórica se ser
consciencia crítica de su época y de la sociedad…” (17)163 En
últimas es lo que ella pretende hacer, pues ve una conexión
directa entre su obra (periodismo literario) y el compromiso
que adquirido con la historia, ya que para ella: “…el cambio
que le cabe hacer a una generación es, a duras penas, arañar
una gotica a la corteza de la historia, pero esa es la misión
y no porque sea poquito puedes dejar de hacerlo.”164 Pero vemos
que este intento, político – histórico, será determinado a su
vez, por su estilo literario.
Tenemos así que Laura intenta poner su posición o indicar
sus ideas a través de sus obras y en cada una de ellas estará
indicándola de alguna manera. Así por ejemplo, en La novia
oscura, aparte de estar tratando la vida de este grupo de
prostitutas dentro de las cuales se destaca Sayonara, está
162
Por: Dominique Rodríguez Dalvard. El apetecible Delirio de Laura
Restrepo.
163
Citado por Gonzalo Sánchez Gómez.
164
Citado por Kattia Muñoz. Laura Restrepo: De los libros a la militancia
política, en: Club de libros: http://www.clubdelibros.com
N. Rodríguez
142
también la dimensión política de la lucha antiimperialista de
los países latinoamericanos en los años 40 y 50. En otras
obras como Delirio, veíamos la denuncia en cuanto al sistema
de lavado de dólares que involucra a las clases dirigentes.
También hemos visto extensamente, cómo ella encuentra en la
literatura una forma activa de participar y de luchar por el
cambio:
Ante las realidades institucionales y oficiales tan
falsas, tan impuestas como las que privan hoy día, en la
mayoría de nuestros países florecen por debajo realidades
clandestinas, secretas, que hacen de verdad el alma de
los pueblos y la literatura es lo que sirve para sacarlas
a flote y oponerlas a la realidad oficial.
Ella es muy consciente del papel de la literatura actual
y quiere utilizarla como vehículo de la historia y cómo
denuncia. También en sus entrevistas, ha aprovechado la
tribuna que ha ganado con el premio Alfaguara para manifestar
sus ideas políticas tanto en lo local como en lo
internacional:
Hay gobernantes que dentro de sus propios países le dan
prioridad a las salidas guerreras, militaristas sobre
otras urgencias. Yo no estoy de acuerdo para nada con el
N. Rodríguez
143
presidente George Bush ni con la guerra de Álvaro Uribe
en mi país.165
Su primera obra, Historia de una traición (1986),
consecuencia de su primer cargo público, tiene características
periodísticas, ensayísticas y decididamente literarias.
Periodística porque el objetivo último, es informar acerca de
este proceso, está encaminada a dar un testimonio histórico,
es también el escenario desde el cual ella manifiesta su
posición, acerca del llamado Proceso de Paz en el cual ella
tuvo su participación como negociadora oficial. Observamos
también que en la realización de este proyecto no puede hacer
separación de sus preferencias por el grupo protagonista y el
resultado final es una obra en la cual observamos su capacidad
literaria que la utiliza en aras del engrandecimiento de este
grupo.
En Historia de una traición, su primera obra, son
notorias las cualidades literarias que sobresalen y que no
pasan desapercibidas, desde este primer momento, vemos su gran
capacidad y acierto para describir personajes y el gran
dominio que tiene de la palabra escrita.
Una de las finalidades de Historia de una traición, es el
ser un testimonio ya que esta es la historia del Proceso de
paz que empezó bajo el mandato de Belisario Betancur Cuartas,
165
Por: Roger Santodomingo. No estamos condenados, en: BBC Mundo.
N. Rodríguez
144
(1982 – 86) contada desde el punto de vista de una de sus
protagonistas, Laura que fue nombrada como miembro de la
Comisión de Negociación y Diálogo en julio de 1984, y que le
dio la oportunidad de estar en “un palco de primera fila” como
ella asegura.
El testimonio evoca varias definiciones, ya que puede ser
la afirmación de un evento a través de la presencia, la
corroboración de la existencia de una situación o la expresión
de una experiencia vivida en carne propia, como también puede
ser la denuncia de una situación o la introspección de una
realidad interior. El testimonio se convierte entonces en una
experiencia, transferible, compartida y socializada. La
autora, estuvo integrada a la Comisión Negociadora, lo que le
permitió estar en contacto permanente con los protagonistas de
uno y otro bando:
El nombramiento oficial y un tanto desprestigiado (los
comisionados siempre fuimos vistos como los burócratas
del paseo) fue para mí un palco en primera fila para
presenciar, durante un año que duraron los pasos previos
a la tregua misma, este episodio clave de la historia
Latinoamericana reciente… (12)
Se puede decir que el testimonio, como narrativa de una
experiencia histórica y subjetiva, es un género muy antiguo en
la cultura hispanoamericana y es considerado por críticos
N. Rodríguez
145
literarios desde 1986, como un nuevo espacio dentro del género
literario166 y que para ella este testimonio es llamado a
cumplir un papel importante:
Como considero que los testimonios de las personas que
como yo fuimos nombrados precisamente para darlos, no
deben ser actas dormidas en el fondo de un cajón de algún
funcionario público, que es lo único que han sido hasta
ahora, hoy doy a conocer el mío a la opinión pública.
(12)
El testimonio como narración de una experiencia personal
dentro de un marco político y social significa hacer un
recuento de algo que le ocurrió al sujeto del testimonio, es
decir, quien lo sufrió o lo experimentó es el que hace el
testimonio del mismo, con su memoria, con su presencia, con su
escritura como es el caso de Laura Restrepo en Historia de una
Traición. Amalia Pulgarín señala que específicamente la
participación de la mujer en este tipo de relatos tiene la
función de mostrar su “polifacética personalidad” a través de
la historia. (161)
En esta obra, Restrepo no pierde de vista su relación con
la época que le ha tocado vivir y ella trata de entender los
procesos políticos en su escritura, plantea cómo la situación
166
Amalia Pulgarín, trae el problema de su denominación y señala que existe
discusión entre llamar el testimonio: “modalidad narrativa” término
utilizado por Miguel Barnet (1986) o “género literario” utilizado por
Eliana Rivero (1987).
N. Rodríguez
146
dejada por su antecesor liberal Turbay, hace que Belisario vea
la necesidad de replantear una nueva amnistía y para esto debe
hacer uso de los cuadros burocráticos. Y allí mezcla su
experiencia como testigo frente a los acontecimientos
políticos de ese momento, pues sabe que está dejando
constancia escrita de ellos.
Da un retrato de cuerpo entero de sus protagonistas,
muestra por ejemplo, cómo el carácter carismático de Belisario
Betancur:
…logró con los colombianos lo que no había logrado
ninguno de los que lo habían precedido en Palacio: que lo
quisieran y que le creyeran. …la gente lo consideraba
bueno y honesto… …cierta magia en el trato con las masas,
sumada desde luego al manejo hábil de los medios de
comunicación…” (16)
Belisario en un principio era considerado como un gran
caudillo con la aceptación de todos los bandos y todo el país
estaba de su lado, “¿Quién si no alguien exactamente así podía
hablar de paz y lograr que le creyeran?” (17) y ésta es la
historia de cómo se produce un cambio y el Proceso termina de
una manera muy diferente a como inicialmente se esperaba, ya
que otro de los objetivos del libro es mostrar la culpabilidad
de Belisario Betancur en el fracaso del Proceso de Paz y la
inocencia del M19.
N. Rodríguez
147
Laura quiere mostrar los protagonistas de este momento
histórico, y vemos un especial interés por este tipo de
personajes que sobresalen y se hacen merecedores de la
confianza del grupo, los cuales ella resalta o adorna, para
decirlo de alguna manera. De este especial interés que ella
muestra por estos personajes, deducimos que esta cabeza o
‘caudillo’ se queda fijado en ella, ya que siempre estará
merodeando en sus obras,167 porque es este personaje con
empaque literario y sus cualidades excepcionales, que
teóricamente se aparta del común de sus congéneres, con su
gran capacidad de ejercer atracción sobre el resto, que al ser
aceptado y requerido por la mayoría, promete ser la solución.
Para entender mejor lo que es el carisma al que se
refiere Laura y lo que también está detrás del legendario
‘caudillo’ latinoamericano, es conveniente mirar los
planteamientos del alemán Max Weber, quien se ocupó de su
definición desde principios del siglo XX.
167
Observo en casi todas sus obras la aparición de este personaje con
características excepcionales o inexplicables. Tenemos así que para
empezar en Historia de una traición va a bosquejar estos héroes, entre los
que se destacan los dirigentes del M-19 como Jaime Bateman, Pizarro León
Gómez y Toledo Plata, e incluso el mismo Belisario Betancur, que gracias a
su ‘carisma’, logró el triunfo en las elecciones. En La isla de la pasión,
Alicia vendría a desempeñar este papel, pues es ella la que organiza a las
demás mujeres y logra ser obedecida por ellas. En Dulce Compañía, el ángel
se convierte en un auténtico caudillo, que es seguido por las multitudes y
muere asesinado. En La multitud errante, Siete por Tres, adquiere
múltiples e inesperadas cualidades y al final organiza una manifestación
multitudinaria para salvar el albergue.
N. Rodríguez
148
En la clasificación de las diferentes clases de poder que
Weber nos ofrece podemos distinguir claramente el sistema
racional que está basado en la confianza en un sistema
establecido; el tradicional o monárquico, que le concede poder
al rey por tradición y el del caudillo o carismático, el cual
está basado en la calidad de su líder, en las cualidades
excepcionales y sobresalientes de éste, en lo que llama
‘carisma’ y propone una definición para este:
The term “charisma” will be applied to a certain quality
of an individual personality by virtue of which he is
considered extraordinary and treated as endowed with
supernatural, superhuman, or at least specifically
exceptional power or qualities. These are such as are not
accessible to the ordinary person, but are regarded as of
divine origin or as exemplary, and on the basis of them
the individual concerned is treated as a “leader.” (44)
Vemos así, que el personaje del caudillo como líder es un
ideal, pues sus capacidades extraordinarias168 lo capacitan
para manejar cualquier situación ayudado y respaldado por su
carisma, y veo que para Laura, éste se convierte en un
168
El arcángel de Dulce compañía, al final se convierte en este héroe del
pueblo, que lo enamora con sus encantos inesperados y porque en Colombia,
en estos momentos de caos, solamente una persona con cualidades
angelicales podría desempeñar una función salvadora. También es
significativo el hecho de que de todas maneras el ángel muere asesinado,
como ha sucedido en Colombia, en donde, desde Jorge Eliécer Gaitán, el
caudillo del pueblo, Galán Sarmiento y casi todos los cabecillas del M19,
que han sido asesinados.
N. Rodríguez
149
personaje humano que quiere ayudar a la gente y que el grupo
acepta porque reconocen en él las cualidades necesarias para
ser su líder y que en gran medida, podría ser ella misma.
Estas cualidades casi mágicas, les son atribuidas a algunos
personajes claves en su obra y en Historia de una traición,
los líderes del M19 también adquieren estas caracterizaciones.
Como vemos al referirse al fundador del M19, Jaime Bateman
quien:
Les había enseñado también que ya no era la hora del
revolucionario de panfleto y dogma, macilento de
trasnochadas y sacrificios, porque el pueblo sólo sigue
al líder que lo sabe enamorar:
-No se puede hacer la revolución sin desatar los
sentimientos y los afectos más profundos de la gente.
(38)
De manera igualmente literaria se refiere al describir al
sucesor de Fayad, en la cúpula del M19:
Definiendo en una sola palabra a Carlos Pizarro, alguien
dijo que era un seductor, en el sentido amplio del
término: un hombre al que le encantaba encantar, personal
y políticamente. Para eso contaba con 53 años cortos,
indudable carisma, un discurso vibrante y levemente
decimonónico y una apostura de facciones y proporciones
N. Rodríguez
150
clásicas y tonos latinos que le valió el apodo de El
Divino. (101)
Al referirse a la muerte de Carlos Toledo Plata, vemos
también que se desborda en alusiones idealizadoras del líder
caído y nos recuerda a García Márquez en El ahogado más
hermoso del mundo:
Mientras tanto, una ininterrumpida cola de varias cuadras
desfilaba por la casa de la alcaldía, donde se velaba el
cadáver, y pasaron junto a él mujeres viejas, niños,
jóvenes universitarios; unos por agradecimiento con el
médico que tantas veces los atendiera gratuitamente,
otros por solidaridad con el amigo, muchos en señal de
indignación por el crimen del dirigente guerrillero.
Quienes se inclinaban para verlo a través del vidrio del
cajón, con la aprehensión que produce mirar de cerca la
violencia y la muerte, se encontraban cara a cara con un
muerto sorprendentemente hermoso: el pelo reluciente
caído hacia atrás, las pestañas negras y largas
sombreando los ojos encerrados, ninguna palidez que
destiñera su piel, ni una arruga que envejeciera o
tensionara su perfil. (94)
La influencia de García Márquez en esta obra es mucho más
notoria que en las siguientes, en ésta hace muchas veces
referencia directa a él, aparte de que García Márquez también
N. Rodríguez
151
participó de las negociaciones y aparece de cuerpo presente,
uno de sus capítulos es llamado: “Macondo o el doble poder”, y
en las descripciones alude a él o su obra directamente en
apartes como: “Durante la semana del 24 al 31 de agosto, en
Corinto Macondo se hizo carne y habitó entre los colombianos…”
(119) haciendo referencia, al mismo tiempo, al mito de la
religión católica, otro de los constantes temas subyacentes en
su obra futura.
Al terminar la lectura de esta obra tenemos la sensación
de que está muy bien escrita pues como toda la obra de esta
autora, por el colorido de su lenguaje se deja leer fácilmente
pero no queda muy claro por qué se produjo la traición pues
nunca conocemos cabalmente los términos del trato de Belisario
con el M19.169 También porque a pesar de que la obra fue
escrita en 1986, un año después de la toma del Palacio de
Justicia por el grupo guerrillero en noviembre de 1985, este
hecho no se comenta directamente en el libro, sino por
alusiones. Sin dar mucha importancia a que este ataque
iniciado por el grupo guerrillero tuvo una terrible reacción
militar con consecuencias funestas para el país, para su
imagen, sin contar con los que perecieron allí y además es un
hecho ampliamente conocido por todos los colombianos.
169
Posiblemente a esto obedece el cambio del título del libro al de
Historia de un Entusiasmo.
N. Rodríguez
152
Nunca se cuestionan tampoco los métodos que emplea este
grupo, como el secuestro y la extorsión para conseguir sus
fondos. La autora quiere escribir esta ‘historia’ para dejar
constancia de lo que sucedió durante este proceso pero al
hacerlo ella no puede dejar de lado su escogencia y
preferencia por el M19, del cual al parecer era militante
política. Para lograr la intención de perpetuarlos, recurre a
métodos literarios de donde veo que se produce otro hecho
llamativo, ya que su labor periodística con intención política
se ven determinadas o influidas por la literatura y creo que
es lo que sucede, ella literaturiza la política lo que le
impide lograr una visión imparcial. Al no poder hacer
separaciones, sacrifica la misión periodística pues ésta antes
que nada debe ser equilibrada e imparcial, confirmando así lo
que planteaba Hyden White en cuanto a la determinación de la
historia por la literatura. Pues el autor, al intentar
escribirla le confiere sus intenciones y gustos, con lo que
nos enfrentamos ante una nueva situación pues ahora, debemos
aceptar esta nueva historia, que de entrada sabemos que está
parcializada, pero que a lo mejor es más realista porque le
corresponde lector decidir, qué acepta como verdad y para esto
debe tener muchas fuentes para poder escoger. Este es el mundo
posmoderno en el cual tenemos mucho pero no tenemos nada, y
N. Rodríguez
153
nos enfrentamos o caemos al vacío, para volver a Lipovetsky o
a Baudrillard.
N. Rodríguez
154
IV
Literatura y periodismo
En mis libros siempre hay una figura
que es periodista o que investiga por alguna
razón. El elemento común es una persona que
llega a un lugar sin saber cómo son las
características y que empieza a preguntar.170
Considero la ficción como una manera de
complementar la realidad.171
Hay quienes dicen que lo que yo escribo es
periodismo fantástico.172
Estas declaraciones de Laura Restrepo nos ponen a tono
con su método de trabajo que se aviene a su objetivo. Su
método, que nunca abandona, es básicamente periodístico, a su
vez, este hace parte de su proceso creativo y también es
empleado como técnica narrativa. Todo este complejo sistema de
trabajo tiene que ver también con lo que ha sido su vida; su
formación y participación activa en la política.
Como se expuso anteriormente, el primer contacto de la
autora con las letras es a través del periodismo, el cual la
enfrentó con la realidad colombiana, y la llevó, por la
170
171
172
En, entrevista con Juan Fernando Merino en Nueva York.
Ibid.
En: La ventana, 24 de febrero 2004, por Ericka Montaño Garfias.
N. Rodríguez
155
seriedad y compromiso con que asumió éste a la política y la
administración pública, y desde allí encontró en la literatura
una forma de comunicar sus ideas y tener una participación
activa desde este flanco. Es así como el conjunto de su obra y
su vida se confunden en una e indivisible unidad:
A lo largo de la vida, donde he podido sentir que sopla
la historia yo me voy para allá, porque eso me sucede. La
literatura es una forma de hacer política aunque no se
aborde directamente el tema, porque hablar de la dignidad
humana, de la entereza del ser humano es hacer política.
Son distintas maneras de hacer lo mismo y toda la vida he
seguido en ese camino.173
Como vemos para Laura Restrepo, la literatura se confunde
con el periodismo y este con la historia y viceversa la
historia está presente en su forma de hacer literatura desde
donde pretende dar cuenta de ella. Y a esto es a lo que nos
enfrentamos con su obra. Por estar basada en asuntos
periodísticos y querer ser fiel, en su manera literaria a
ellos, es por lo que su obra adquiere valor histórico pues
pasan a ser testimonios de un momento, vistos desde su punto
de vista con una objetividad particular.
173
Kattia Muñoz. Laura Restrepo: De los libros a la militancia política,
en: Club de libros: http://www.clubdelibros.com
N. Rodríguez
156
Como periodista trabajó en la revista Cromos, fue
colaboradora y editora de la revista Semana y en su exilio en
México, colaboró como columnista en el diario La Jornada y en
la revista Proceso, durante este tiempo se distinguió por ser
informada, crítica y no abusar de su posición privilegiada
como mediadora para ponerse en un primer plano.
Mirando en conjunto su obra, podemos afirmar que Laura
Restrepo ha hecho del periodismo un medio primordial para
exponer su visión política174 haciendo de su trabajo literario
político la mejor manera de contar, como lo hizo desde su
primera obra, Historia de una traición, en donde registró lo
sucedido en el período final del gobierno liberal de Turbay y
el conservador de Belisario Betancur, mostrando el tratamiento
que se dio al proceso de desmovilización del M19, llamado
Proceso de Paz.
En Colombia, la relación entre periodismo y literatura ha
tenido una evolución más lenta que la que observábamos, se dio
en Norteamérica en los 60, con el Nuevo Periodismo. Germán
Espinosa en 1984, en su ensayo: Literatura, periodismo y
masificación, enfatiza lo disímiles que son, porque de acuerdo
174
Ha colaborado con otros periodistas latinoamericanos, políticamente
activos como Roberto Bardini y Miguel Bonasso. También ha contribuido con
proyectos colectivos como Operación Príncipe (1988), crónica del secuestro
de un oficial militar chileno por el grupo responsable del atentado de
asesinar al dictador Augusto Pinochet. También es coautora de Once ensayos
sobre la violencia (1985), En qué momento se jodió Medellín (1991), Del
amor y del fuego (1991) y Otros niños (1993).
N. Rodríguez
157
con él: “El periodismo para ser bueno, debe constituirse en la
negación del estilo; la literatura, en su afirmación.” (82) No
considera posible un acercamiento, porque considera que la
naturaleza de los hechos de que se ocupan son diferentes. De
acuerdo con Espinosa, el periodismo debe ocuparse de “los
hechos concretos e inmediatos, vertidos en un lenguaje
impersonal y objetivo” porque también cumple un servicio
público, mientras que la literatura,
…como es producto de la más honda subjetividad, aspira
constantemente a controvertir los fundamentos mismos de
la expresión hablada, a socavarlos, a revolverlos, y
suele hacer caso omiso –cuando en verdad es literaturade los gustos e inclinaciones de las mayorías. (83)
Esta es una visión de la literatura bastante personal y
poética y aunque esta conferencia fue leída por Germán
Espinosa hace ya 20 años en Bogotá, es llamativo ver como para
él, estos dos géneros, pueden estar diametralmente opuestos,
pues no comparten ni el lenguaje ni el material de que se
alimentan, mientras que para los autores del Nuevo Periodismo,
la realidad misma determinaba su cercanía.
Laura Restrepo al igual que otros autores como el
mexicano Alberto Dallal, más acorde con lo sucedido en el
movimiento norteamericano y el posmodernismo, establecen un
vínculo de interdependencia entre estos dos ‘géneros’ ya que
N. Rodríguez
158
Dallal piensa que cada vez se acercan más, y así asegura: “…no
cabe duda de que sobrevendrá una especie de literaturización
más acentuada del hacer periodístico, y de que la literatura
habrá de sufrir un proceso más profundo de transformación
gracias al periodismo.” (35)
Laura Restrepo está afirmando esta posición, ya que
siente que los dos géneros están muy cercanos, ella tiene la
necesidad de jugar con ellos y simplemente lo hace. Para
Laura, basar la mayoría de sus obras en “hechos concretos e
inmediatos” es lo que le permite sugerir un sentido histórico
y el uso del “lenguaje impersonal y objetivo” le ayuda a crear
el efecto, sin prestar mucha atención a la supuesta
incongruencia que postulaba Espinosa: “… los hechos los
tergiverso, los cambio, los aumento hasta volverlos literatura
y ese es un vicio que me apareció desde que trabajaba de
periodista.”175 Esta postura tiene que ver con la falta de
confiabilidad que los metarrelatos tienen actualmente, porque
175
Por Ericka Montaño Garfias: Laura Restrepo opone sus letras a la
realidad oficial colombiana, que aparece en: La Ventana del 24 de febrero
de 2004. A mi modo de ver, esta es una tendencia cada vez más fuerte en
Colombia. Existe en este momento en Medellín, una generación de
periodistas jóvenes que son también escritores como: Héctor Abad
Faciolince (1958) que es periodista, ha sido traductor y tiene 5 novelas.
Con su más reciente obra, Angosta ganó en 2004 el premio de la mejor
novela del mundo hispanohablante en Beijín, China. José Alejandro Castaño
nacido en 1972, quien ha ganado reconocimientos internacionales de
periodismo como el la Universidad de Columbia en Nueva York y el Premio
Iberoamericano de periodismo Rey de España y además, el Premio
Latinoamericano de literatura Casa de las Américas en 2003. John
Saldarriaga tiene un currículo similar y asegura que el periodismo es
“literatura bajo presión,” retomando a Álvaro Cepeda Samudio.
N. Rodríguez
159
ahora no existe una entidad que se pueda llamar ‘literatura’
aisladamente, o ‘periodismo’ por si, y mucho menos como lo
expresábamos antes: Historia, los límites entre ellos se
difuminan y surgen estos híbridos que por su misma
indeterminación tienen más credibilidad y aceptación.
Nos encontramos así que Laura Restrepo más tarde,
embarcada en el oficio literario, utiliza sus experiencias y
su formación como periodista, ya que no los olvida, o no puede
separarse de lo aprendido. La misma autora cuenta cómo sin
proponérselo, desde el comienzo en su primera novela, sucede
esto:
La isla de la pasión, Es una novela histórica. Unos
capítulos que corresponden a la investigación propiamente
dicha, bien en los archivos o personalmente, y otros
capítulos que ya son de recreación literaria, o sea que
ya empieza a verse la mezcla que después retomaría en
todas las novelas, de elementos ficticios y elementos
reales, de literatura y de periodismo, como en un juego
permanente con el lector, un juego del gato y el ratón,
de tratar de discernir dónde termina la realidad y dónde
empieza la ficción, que yo pienso que es un juego lícito
y que además es divertido.176
176
En entrevista con Juan Fernando Merino: Laura Restrepo o la indagación
permanente. Cronopios de Nueva York, martes 6 de marzo, 2003.
N. Rodríguez
160
Es así como a partir de este, su primer experimento, nos
encontramos en la mayoría de sus obras con un protagonista, la
periodista u otro personaje que hace algo similar a este
oficio, que es el encargado de llevarnos de la mano, en el
desenvolvimiento de historias sacadas o fundamentadas en la
realidad.
Su primera novela La isla de la pasión177, como ya se
indicó, fue el producto de una ardua investigación
periodística, pues en este momento en su exilio mexicano,
extrañaba su oficio y quería explorar una historia local, pero
“…a true history, of course, because at that time, the
possibility of resorting to fiction never entered my mind.”178
Pero México Como lo recuerda ella, había sido agotado por
escritores locales y extranjeros. Su instinto periodístico le
indicó, que la historia de la isla de Clipperton era una que
merecía ser rescatada, además porque reconocía en ella, la
metáfora de lo que era su propia vida en esos momentos, como
exiliada con otro grupo de colombianos que compartían este
destino, y así se comprometió con ella, efectuando una muy
seria investigación que al querer dar vida a la historia, da
como resultado su primera novela.
177
Hay una película, coproducción de México, Argentina y España de 1941
llamada igualmente, La isla de la pasión.
178
Entrevista con Jaime Manrique en: http//www.bomsite.com
N. Rodríguez
161
Después de su respetable recorrido como periodista,
escribe esta novela en 1989, la primera en la que se aventura
como novelista, y encontramos en ella una historia recreada en
el mejor sentido de la palabra ‘recreación’.
En esta obra, se mezclan muy bien los diferentes
elementos empleados por la autora, ya que podemos distinguir
tres vertientes principales; la histórica puesto que los
hechos del relato ocurrieron realmente, luego la periodística
porque el método de investigación fue además de la lectura,
las entrevistas con descendientes de los protagonistas. Y la
última, que atañe directamente a la literatura: la mítica,
donde recoge la tradición inaugurada por Gabriel García
Márquez y entre la que se entrecruzan relatos realmente
antiguos, de los que no se excluyen la locura, la religión ni
la guerra.179
Para algunos, como para el editor que menciona la autora,
llama la atención la mezcla entre periodismo y literatura,
pero la verdad, como lo demostró el Nuevo Periodismo; en la
época actual, es difícil establecer fronteras entre los
géneros. Alberto Dallal en su texto, periodismo y Literatura,
analiza esta situación, y observa como por ejemplo, algunas
grandes obras,
179
Que es una de las razones del éxito de esta corriente y que Laura
Restrepo no abandona y utiliza puntualmente a través de toda su obra.
N. Rodríguez
162
…no siempre han llevado la conciencia del literato de que
aporta obras que enriquecerán el acervo literario del
mundo. Cuántas crónicas, verdaderas precursoras e
indicadoras de un género, fueron escritas en términos de
una necesidad de registro que en nada se relacionaban con
la literatura. (30)
Dallal discute ampliamente la estrecha relación de
interdependencia existente entre estos dos géneros y asegura
que, “La literatura universal se ha alimentado a través de
todos los conductos posibles, con todos los elementos que, aun
sin quererlo, han ensanchado sus expresiones y sus
procedimientos.” (31)
Siguiendo en esta dirección, podríamos afirmar que la
literatura nace por una necesidad de informar o dejar registro
de los acontecimientos, que es lo que soporta el periodismo, y
que fue lo que sucedió con los poemas épicos, que querían
recordar y transmitir estas hazañas y que cómo todos sabemos,
son las manifestaciones más tempranas de la literatura. Y si
miramos textos antiguos y conocidos por todos como la Biblia,
por ejemplo, vemos que en el fondo, en gran parte es
periodismo, aunque también es muchas otras cosas más. Los
cronistas de la época, de los que no conocemos los nombres,
nos relatan las batallas el pueblo israelí por la posesión de
la tierra. La prueba de esto son las múltiples versiones que
N. Rodríguez
163
existen de los hechos. Son frecuentes las reiteraciones
debidas precisamente a que los compiladores, que en su afán de
no dejar ninguna de las tradiciones por fuera del relato, las
acogen una tras otra, las contradicciones no faltan y los
exegetas llevan milenios tratando de encontrar una “verdad
histórica única” cada vez más inasible en la medida en que se
superponen versiones e interpretaciones y que como lo afirmaba
Tomás Eloy Martínez, “…todo relato es por definición infiel
porque la realidad no se puede contar o repetir. Lo único que
se puede hacer con la realidad,… es inventarla de nuevo.”
(12)180
Fiel a esta tradición, Laura Restrepo así lo entiende y
lo expresa muy bien en esta obra, podemos verlo cuando acude
a un método novedoso que es enumerar las diferentes
versiones de los hechos, acepta de una vez por todas que la
verdad se desliza en los múltiples relatos de los testigos y
que cada uno nos va a contar una historia diferente, donde
entra su imaginario, su deseo y su posición dentro de la
misma historia. Que es la misma razón por la que la
postmodernidad rechaza los metarrelatos como entes
portadores de una verdad única. O, lo que Hyden White
explica que sucede en la Historia, que se convierte
irremediablemente en literatura al querer ser registrada o
180
Citado por Ana Rosa Domenella.
N. Rodríguez
164
contada. Y que E. L. Doctorow, confirma en 1975: “There is
no more fiction or nonfiction –only narrative-.” (3)181
Y a pesar de que Laura, en primera instancia, no estaba
intentando escribir una novela, por este método se acerca
bastante a ella si nos atenemos a Bakhtin, quien explica que
la novela tiene características que la diferencian
básicamente de otros géneros y entre ellas destaca: “its
stylistic three dimensionality, which is linked with the
multi-languaged consciousness realized in the novel.” (11) Y
así tenemos que la novela como género, es única en cuanto a
las posibilidades que tiene de comunicar la realidad en toda
su complejidad y que creo fue la razón por la cual el
periodismo se debió de acercar a sus técnicas y que por esto
mismo, el ensayo de Laura en este caso, como su primer
intento de novelar y crear la Historia es muy acertado y muy
válido.
Restrepo sabe que sólo acogiendo los múltiples relatos se
hace una aproximación a la verdad, como podemos ejemplarizar
en el difícil y culminante momento de la muerte de Jesús Neri
y del cual, puesto que el capitán Arnaud no estaba presente,
le son contadas múltiples versiones,182 las cuales, la
181
En, John Hollowell.
Esta técnica intensificada con el uso de narradores múltiples, es la que
usará luego en El leopardo al sol.
182
N. Rodríguez
165
escritora logra sintetizar en una, y vemos además cómo el
resultado es
profundamente dramático:
Entre el agua el viejo se hundía, reaparecía, se veían
su cabeza, su espalda, sus brazos, ya no se veían. Lo
está picando una mantarraya, gritó Victoriano;
aguamalas habrán de ser, chilló la mujer de Faustino.
Los niños gritaron. Cinco hombres, cuatro, seis -tres
hombres y dos mujeres- se acercaron corriendo por el
muelle. Lo vieron defendiéndose a mordiscos, a patadas,
de las sombras negras que lo atacaban. Lo vieron
indefenso, rendido, poniendo cara de perdón, de dolor,
de súplica. A palazos los hombres espantaron la manada
de tiburones. Eran tres tiburones; eran dos tiburones y
una barracuda; era un sólo tiburón inmenso; eran seis:
cinco negros y uno blanco. El agua ya estaba roja de
sangre cuando los ahuyentaron. Pedro alcanzó a arponear
a uno, Pedro casi alcanza a arponear a uno. Rescataron
lo que quedaba de Jesús. Cuando lo sacaron ya estaba
muerto. Cuando lo sacaron todavía estaba vivo. Tendido
sobre el muelle jadeó un rato, le rezó a la Virgen de
Guadalupe, llamó a su mujer, Juana. Tendido en el
muelle no dijo nada, sólo se murió sin decir nada.
Intentó incorporarse con lo que le quedaba de cuerpo,
le vino una bocanada de sangre, se murió. Primero se
N. Rodríguez
166
murió y enseguida la sangre se le escapó por las
heridas, por la nariz, por la boca. (106-7)
Thomas Mann hace lo propio en José y sus hermanos.
Estudia durante 16 años y va escribiendo lenta y
pacientemente mientras se hunde en documentos egipcios,
babilonios y judaicos. Lo que eran diez páginas en el
original, el Pentateuco, se convierten en sus manos en
cuatro estupendos tomos en los cuales desfilan Jacob y Esaú,
los hijos de Jacob, toda la saga de la familia con sus
problemas, rencillas, guerras y reconciliaciones, y en el
centro de todo el protagonista indiscutible, José, el hijo
predilecto de su padre y en consecuencia el hermano más
envidiado y odiado.
Este recuento sólo para enumerar someramente algunos
de los antecesores ilustres que tiene la escritora
colombiana en su empresa de recrear un hecho histórico como
fue la odisea del capitán Arnaud, sus hombres y su familia,
en Clipperton desde 1907 a 1916, cuando por fin rescataron a
los sobrevivientes, por azar.
Para ello, Laura Restrepo, la periodista, no escatimó
esfuerzos, viajó, entrevistó sobrevivientes, los parientes
del capitán Arnaud y su esposa Alicia, parientes del negro
Victoriano Álvarez, hurgó en viejos documentos en las
bibliotecas, incluido por supuesto el Archivo Histórico de
N. Rodríguez
167
México y leyó cuanto diera razón de este azaroso período de
la historia mexicana.
La isla de la pasión trae toda la bibliografía
consultada por la autora, como suelen hacerlo los eruditos,
los ensayistas, los historiadores y los científicos. No
podía ser de otra manera puesto que los hechos políticos
fueron esos, la disputa por Clipperton entre México y
Francia, el arbitraje de Italia, los ocho o casi nueve años
que pasó este grupo allí.
Y es aquí donde entra en juego la literatura con su
papel de hacer carne estos personajes hallados en los
archivos y narrados por los descendientes, donde interviene
la Laura imaginativa y psicóloga, la escritora, armando
diálogos de amor y de guerra, recreando la densidad
psicológica de unos seres que se amaron, se soportaron y
sufrieron el abandono estatal durante ocho larguísimos años.
También en esta obra aparecen las figuras femeninas,
este hecho es importante pues éstas están ausentes o
desdibujadas en la gran mayoría de los relatos históricos.
Ellas aparecen en toda su densidad, como esposas, amantes y
madres, barriendo, convirtiendo la vela del barco en ropa,
jugando con sus hijos, pescando para subsistir, Alicia
N. Rodríguez
168
Arnaud es un hermoso personaje de carne y hueso,183 el lector
se encariña con ella y ve crecer sus hijos página tras
página:
-Aquí se murieron los hombres –dijo- Pero nosotras
seguimos vivas. Están vivos los niños, y hay que
alimentarlos. No va a ser fácil. Hay que trabajar duro,
así que se acabó el duelo. Basta de llorar por los
maridos, porque tenemos que cuidar a los niños. (226)
Y aunque esta historia ha sido interpretada, por
algunos como un melodrama de hombres: “Ignorado por sus
enemigos y abandonado por sus amigos, un capitán del
ejército libra la más solitaria de las guerras.”184 Vemos que
en un comienzo, da la impresión de que así va a ser, que
esta es la historia del capitán Arnaud, pero a medida que
avanza la historia nos encontramos con Alicia, que va
asomando poco a poco hasta adquirir un papel preponderante.
Después de desaparecer los hombres ella asume el mando y va
a organizar la vida en la isla para asegurar la
sobrevivencia de las otras mujeres y de los niños, en estas
precarias condiciones.
183
A mi parecer, esta forma de ‘recuperar’ a la mujer es uno de los mejores
logros que tiene Laura Restrepo en su obra, pues digamos que lo hace a la
manera del realismo mágico, a través del cual, las características
femeninas, que por provenir de una congénere, tienen cercanía, no se
presentan como algo insólito sino como parte de la realidad que se está
tratando.
184
Contraportada de la Edición Planeta, 1989.
N. Rodríguez
169
Tenemos el simple acto folclórico de que las mujeres
estrechan su círculo a partir de un evento sencillo: el
ritual semanal de bañarse el pelo, pero en el momento en el
que los hombres mueren y ellas deben luchar por su
sobrevivencia, el pelo es lo primero que sacrifican y luego
las faldas: “Nada de trapos que estorben –dijo-. Hay que
aprender a pescar.” (226)
Laura sabe que está haciendo historia y se recrean los
hechos pero el relato no adquiere nunca la pretensión de la
verdad, así ella refiera a este problema en la nota
introductoria; donde sugiere la conexión necesaria, aquí
ella, está superando esa obsesión de muchos historiadores
tradicionales, ese mito que ahora sabemos, es por definición
inabarcable. Por eso esta historia se deja leer más
fácilmente, cada uno de los personajes cobra vida en la
pluma ágil y desenvuelta de Laura Restrepo, que es
consciente de que la historia no es acartonada ni fija, ella
sabe escoger muy bien los detalles que le darán vida a estos
personajes y así recuperar la historia que de otra manera
quedaría perdida.
Convierte esta historia en leyenda, porque además nos
hace sentir que es nuestra historia, que podría suceder en
la isla de cualquier mar de nuestra América y por eso el
lector termina creyéndolo todo, que Clipperton existe y que
N. Rodríguez
170
el drama narrado no es una fantasía en la mente de Alicia y
Ramón Arnaud ni aún, en la de la misma Laura Restrepo.
Se nos cuenta la historia de Ramón Arnaud, de su esposa
Alicia, de cómo se conocieron y se enamoraron y por qué fueron
a dar a este destino remoto e inverosímil. Se nos hace un
retrato de cuerpo entero del fiel Teniente Secundino Ángel
Cardona. Aparece el alemán Gustavo Schultz185 que enloquece de
soledad y el pobre negro Victoriano a quien la falta de
solidaridad de sus compañeros de destierro condena a la
amargura y el abuso. Victoriano es el antagonista, el
contrapunto a la imagen de hombre noble empeñado en una causa
perdida que representa el capitán Arnaud.
Clipperton es algo así como una utopía, un no lugar,
inhabitable, inhóspita, árida, un espolón en medio del
Pacífico donde la influencia estatal envía y olvida, por estar
ocupada en un conflicto político, a un hombre que no ha
entendido las dimensiones de su insignificancia y sacrifica
todas sus posibilidades reales a un destino “heroico”.
Pero Clipperton es también el paraíso para los niños de
los Arnaud que nacen allí y pueden crecer libres, sin escuela,
sin ropa, jugando todo el día, ajenos a las preocupaciones de
sus padres y a las imposiciones de la sociedad civilizada. Así
185
En este caso, este personaje extranjero, es el primero, que sabe amar
incondicionalmente y el protagonista de la historia de amor que va a tener
final feliz.
N. Rodríguez
171
lo testimonia la sobreviviente Alicia Arnaud, la segunda de
los cuatro hijos, a sus 77 años: “-Los míos son todos
recuerdos buenos, recuerdos alegres, qué quiere que le diga.
Lo de Clipperton fue una tragedia, pero para los mayores. Los
niños fuimos felices.” (16) Y esta es la misma historia, pero
interpretada por los ojos de la niña, muy diferente, como ella
lo dice, a la de los adultos.
Clipperton está al margen del comercio, la civilización y
las normas, es un espolón desamparado y estéril en medio del
Pacífico, una isla cuya única riqueza es el guano que explota
una compañía extranjera, desde luego. La dimensión política
tampoco falta y se nos habla del olvido estatal, de la
desorganización del Estado que firma alocadamente
nombramientos para olvidarse de ciertos personajes ‘molestos’
o ‘incómodos’.
Ya se ha dicho antes lo apegada que está Laura Restrepo,
en un principio, al estilo garciamarquino y en esta, su
primera novela es innegable que todavía no ha adquirido una
manera completamente propia de narrar. La influencia es
demasiado evidente en varios aspectos, por ejemplo, en frases
rotundas que no forman parte del diálogo sino que vienen a
irrumpir en el relato a modo de conclusiones, “Tenía las
encías crecidas, magulladas y en la inferior, del lado
N. Rodríguez
172
izquierdo, se descubrió un diminuto grano de pus. –Ya empecé a
podrirme –dijo- y se echó la bendición.” (195)
Es un ritmo en la frase, la elección de las palabras, e
incluso de los mismos temas, que no deja lugar a dudas de que,
en este momento al menos, Laura ha sufrido una identificación
con nuestro único Nóbel; exagera, piensa y siente con sus
palabras:
-Hace unos años aquí hubo una huelga y fusilaron a los
obreros. No sé a cuántos, pero debieron ser cientos. Un
amigo mío, que trabaja con la guardia rural, vio los
cadáveres. Estaban apilados sobre dos plataformas del
ferrocarril y eran tantos que no se podían contar. Entre
los muertos había mujeres y niños, y también trozos
sueltos. Piernas, brazos. Mi amigo me dijo que ese tren
partió para Veracruz, que a los muertos los tiraron al
mar y que se los comieron los tiburones. (35)
E incluso en los temas, aparece Gabriel García Márquez
una y otra vez:
Se burlaban de la gran sábana con un ojal abierto en el
centro que Alicia usaría en su noche de bodas para que
Ramón no la viera desnuda. Se reían bajito, cuchicheaban,
una metía el dedo por entre el ojal y le tocaba la
mejilla a la otra. (36-37)
N. Rodríguez
173
¿Cómo no recordar a la Úrsula Iguarán de Cien años de
soledad en este fragmento?
Y como buena alumna de García Márquez, no podía faltar en
esta su primera obra los presagios, que en los dos autores,
están asociados a las mujeres,186 las intuiciones, todo aquel
universo mágico en el que el autor caribeño le enseñó a
habitar desde su adolescencia:
Contra toda evidencia, Alicia estaba segura de que no.
Como si pudiera ver en su propio interior, sabía que la
criatura que le crecía dentro era un niño. Sabía aún más:
el color exacto del pelo y de los ojos y la forma
completamente redonda de la cabeza. Estaba segura de que
se llamaría Ramón, que sería un muchachito corto de
estatura y dulce de carácter… (98)
Gabriel García Márquez rescata la dimensión mítica de la
literatura, sus relatos parecen intemporales aunque estén
situados, sus imágenes parecen traídas de lejanísimas épocas
épicas. La misma sensación se tiene con la historia en
Clipperton. Hay en La isla de la pasión reminiscencias no sólo
de Gabriel García Márquez sino también de relatos arcaicos.
Por entre las cortinas de agua que no cesaban de caer,
llegaban hasta la casa señales del otro lado. Lamentos de
186
Este elemento nunca lo abandona Laura Restrepo, en su más reciente
novela Delirio, Agustina la protagonista, tiene como una de sus
características más sobresalientes, su capacidad de presentir y poder leer
el futuro.
N. Rodríguez
174
los moribundos, humos de las hogueras, himnos de los
flagelantes. Cada noche se oían un poco más débiles, un
poco más irreales, como voces de ultratumba que se
alejan. Como ecos de una pesadilla cuando se está a punto
de despertar. (208)
Esta imagen de la lluvia persistente nos remite a relatos
antiquísimos. Bien se sabe que el diluvio fue un hecho, así lo
testimonian documentos de muy variadas culturas. Y es muy
bella la descripción que hace la autora de lo que sucede
después del diluvio.
Las lluvias pararon de golpe. El cielo cambió su piel,
como las serpientes por una nueva. Limpia, inocente y
azul. Los Arnaud y sus tres hijos, los Cardona y todos
los demás habitantes de la casa, estaban vivos. Además
estaban sanos. Eran los únicos sobrevivientes de la isla
de Clipperton. (208)
…exactamente como Noé en su embarcación después del
diluvio universal. Esta imagen posiblemente Laura Restrepo no
la usó deliberada ni conscientemente. Es parte de aquellos
relatos oídos en la infancia que han llegado a ser
inconsciente colectivo y afloran una y otra vez. La obra
literaria es un palimpsesto donde se superponen, se
entremezclan muchos hilos que van y vienen, se esconden y
reaparecen fugazmente. Un nuevo tiempo ha comenzado ahora para
N. Rodríguez
175
los Arnaud: el tiempo después del diluvio, de la purificación.
Los enfermos han muerto. Sólo quedan ellos, los sanos, la
semilla de Clipperton. Aquí se está hablando de un hecho pero
también se recrea un relato mítico por todos, conocido.
En cuanto a la religión, tema obligado en los relatos de
nuestros países,187 tenemos la santa de Cabora, una joven que
llegó a ser estandarte en la lucha contra Porfirio Díaz,
incluso la idea de sacrificio, central en las religiones, se
abre paso en la obra de la anticlerical Laura:
Entonces ella pidió sacrificios. Dijo que las culpas eran
tan grandes que sólo podían ser lavadas con sangre. Le
obedecieron y echaron a la hoguera las crías de una cerda
recién parida y se formó una cofradía de flagelantes, que
recorrieron la isla fustigándose los hombros. (206)
Pero cuando está en control de lo que quiere manifestar
es extrema y directa su crítica a la iglesia:
La familia fue a la iglesia, a pedir que cómo a todo
cristiano que moría violentamente y sin auxilios
espirituales, se los dieran post mortem, le impartieran
la absolución y lo sepultaran en camposanto. El cura
párroco se negó a hacerlo, porque el General –un liberal
de hueso colorado- había sido excomulgado por jurar la
187
En Laura Restrepo también son constantes las referencias religiosas y a
la Biblia a lo largo de su obra.
N. Rodríguez
176
Constitución Federal. Finalmente el señor cura accedió, a
cambio de dos mil pesos y de que le dejaran azotar el
cadáver hasta sacarle los demonios. Después del balazo
que le causó la muerte, el General Álvarez tuvo que
aguantar una fuetera y entonces sí pudo bajar, tranquilo,
al sepulcro. (217)
El personaje de Victoriano, después de sobrevivir
inexplicablemte al escorbuto, reaparece como un personaje
monstruoso, peludo, negro, desencajado, casi inhumano en su
fealdad, prácticamente un Polifemo o un ser deforme y malo,
semejante a un personaje de una fábula de la infancia, que
nutrieron la infancia de todos y las lluvias torrenciales ya
mencionadas, componen la vertiente mítica que se mencionaba
anteriormente. En nuestras literaturas es muy frecuente
encontrar camufladas y transformadas versiones de esos hechos
y personajes.188
El total de La isla de la pasión está construida como una
crónica periodística, donde se intercalan entrevistas y los
documentos históricos propios que la soportan, remitiendo a
este hecho. Pero tampoco ésta fue una obra aislada, hace parte
de un grupo de novelas de los 90’s que tuvieron su mismo
estilo o que surgen por la necesidad histórica del momento, J.
188
Este tipo de personajes también persisten a través de su obra en El
leopardo al sol, el Tinieblo se convierte en este tipo de personaje y en
Delirio, tenemos la acechanza de los leprosos que se convierten en un foco
de terror para la niña Agustina.
N. Rodríguez
177
Eduardo Jaramillo-Zuluaga, en su estudio sobre la novela
colombiana de la década del 90,189 sostiene que: “…no cabe duda
de que la crónica, el reportaje, el así llamado nuevo
periodismo y el género de non-fiction, han producido muchas de
las mejores historias de estos años.” (70) Vemos que en
Colombia, 30 años más tarde ésta, es la corriente vigente. Más
adelante resalta la labor de la autora, a la cual compara con
el Nóbel:
El caso de García Márquez, reportero y novelista, es
ejemplar, pero también lo es el de Laura Restrepo, cuyas
novelas han sido traducidas hace poco al inglés, y el
francés, pero cuya mejor historia sigue siendo esa
crónica novelada que tituló La isla de la pasión.” (70)
Podemos decir que La isla de la pasión, su primera
novela, se convirtió en novela muy a pesar suyo, pues en un
principio no fue intentada como tal, y que como recordamos le
sirvió a la autora para decidirse por su nuevo estilo, ya que
a partir de esta experiencia Laura le explica a Jaime
Manrique: “… you don’t entirely determine your style –in their
will to survive, your books determine for you.”190
También podemos afirmar con Alberto Dallal que en esta
obra: “…ambas actividades, literatura y periodismo, a
189
La novela colombiana, 1988-1998: saga del lector. Boletín Cultural y
Bibliográfico. Vol. 36, num. 50-51, 1999.
190
Entrevista con Jaime Manrique: en http://www.bombsite.com
N. Rodríguez
178
diferencia de siglos pasados, “desgarran” sus proyectos,
naturalezas y resultados para servirse mutuamente.” (35)
Dándonos así la oportunidad de conocer y recordar la Historia
de una forma diferente, más cercana.
Porque es algo que se sale de control. Sin dar muchos
rodeos, la misma Laura trata de explicar lo que le sucedió con
esta novela:
Yo estaba haciendo una novela histórica pero tenía que
fantasear los diálogos, complementar con pinceladas aquí
y allá, redondear personajes. Por eso te digo: todo
escrito, así sea reportaje, biografía o historia, en el
fondo es literatura. (27)191
Dulce compañía (1995) es la tercera novela de Laura
Restrepo, después de La isla de la pasión y El leopardo al
sol, es producto de su estadía en Roma en donde emprende una
investigación en las catacumbas, museos, iglesias, ruinas
arqueológicas y diferentes bibliotecas, sobre ángeles y
arcángeles y sobre Uriel, proscrito por la iglesia.
En ésta tenemos como protagonista una periodista que debe
investigar la aparición de un ángel, en uno de los barrios
populares bogotanos y que la misma Laura resume así:
191
Piedepágina.
N. Rodríguez
179
En Dulce compañía se hace la misma investigación pero es
la historia de una periodista que ha llegado a los 40192
al margen de la fe religiosa y que tiene un reencuentro
con esa fe de su infancia cuando la mandan a un barrio a
investigar la aparición de un ángel.193
En estos momentos estaba en furor, en Colombia ‘la
angeología’, que como lo indica la narradora - periodista, en
Colombia las modas, vienen después de las de los Estados
Unidos: “…el fin de milenio y los vientos New Age habían
desatado entre los norteamericanos un verdadero frenesí
angelical. Cientos de personas atestiguaron haber tenido
contacto en algún momento con algún ángel.” (15) Y ella no se
quiere quedar atrás. Merced a esta situación, se produjeron
muchas obras de autoayuda en las cuales era común encontrar
ángeles, querubines, serafines de todos los colores y el ángel
de la guarda que había quedado olvidado en estampas de la
escuela, recobró vigencia y se empezó a vender. Sobre todo, es
la época por excelencia de la nueva era, la era de Acuario,
donde los milagros se multiplicaron y se pusieron de moda otra
vez los rituales, ahora sincréticos y desarticulados de las
religiones donde tuvieron origen.
192
La autora tiene 45 años en este momento pero dentro de la obra se
aclara: “Yo era más joven que ahora, me sobraban bríos y me empeñaba en
escribir cosas que valieran la pena…” (14)
193
Entrevista con Juan Fernando Merino.
N. Rodríguez
180
Precisamente en este momento surge esta novela y por
coincidir y dar respuesta a esta corriente, es por lo que esta
obra ha sido catalogada como Light.194
Patricia Lara nos ubica en la situación de Laura, cuando
escribe Dulce compañía [Ella]: “Entonces regresó a Colombia en
pleno boom de esa literatura barata sobre ángeles… ¡Era el
horror! Sin embargo, a Laura le pareció bonito que ese
arcángel aterrizara en un barrio popular de Colombia.” Y
recuerda que Laura comentó: “-Aquí la vinculación entre el
mito y la realidad está completamente viva, aquí este ángel si
podía existir-”195
Hasta aquí, ésta es quizás la obra de Laura que desde mi
punto de vista, tiene menos elaboración y así haya sido
merecedora de varios reconocimientos internacionales,196 es
bastante obvio que mezcla elementos de aquí y de allá y la
irreverencia que se manifestaba, velada en las otras obras,
194
Este comentario es de Luz Mary Giraldo en: Fin de siglo XX: por un
nuevo lenguaje (1960-1996), que aparece en: Literatura y Cultura.
Narrativa colombiana del siglo XX. V. II. Entre las características ya
mencionadas de la literatura Light también podemos destacar que en ella se
dan situaciones y personajes más propios de una comedia televisiva que de
una obra literaria, lo que les asegura una amplia aceptación de los
lectores, especialmente de aquellos que únicamente buscan diversión y
entretenimiento en los libros. Con el tiempo lo posmoderno ha dejado de
ser una novedad de intelectuales para convertirse en lo cotidiano en
nuestro mundo liberal y globalizado.
195
Patricia Lara Salive. Laura Restrepo. Sus novelas, sus luchas, sus
hombres… Revista Diners. www.revistadiners.com.co
196
Como: en Guadalajara en 1997, el Sor Juana Inés de la Cruz a la novela
escrita por mujeres, en 1998 el de la crítica francesa, a la mejor novela
extranjera, Prix France Culture y el premio Arzobispo Juan de Sanclemente
2003, otorgado por los alumnos del Liceo Santiago de Compostela a la mejor
novela en lengua española.
N. Rodríguez
181
aquí adquiere simplemente el valor de una decidida antipatía y
parece que únicamente utiliza la novela para manifestarla,
aprovechando el momento oportuno. No hay una verdadera crítica
a la religión, sólo una descalificación visceral. Este método
tampoco es nada nuevo. Shakespeare aprovechó El mercader de
Venecia para desahogarse a gusto de su antisemitismo, lo mismo
hizo Cervantes en el Quijote y, Dante en la Divina Comedia
envió a todos sus enemigos a los últimos círculos del infierno
con nombres propios. En nuestro medio Tomás Carrasquilla y
Fernando González en su momento también hicieron lo propio.
El tipo de narrativa Light estaba dirigido a dar gusto al
gran público, y en el caso de Dulce Compañía lo logra, pues en
el mismo año la Editorial Norma, debió sacar dos ediciones, se
vendió como pan caliente. Parece ser que por su
anticlericalismo esta obra encontró eco, fenómeno común en
Latinoamérica en estos días.
En esta obra es obvio que de lo que se trata es de
ventilar o sacudir lo que la religión católica ha aportado.
Las referencias a sus dogmas y a la Biblia, son innumerables,
como también la crítica contra sacerdotes, obispos y clero en
general.
Entendemos que la Biblia, que en La isla de la pasión
tenía un poder latente, con su enorme poder de sugestión, su
lenguaje oriental lleno de imágenes e historias, causó una
N. Rodríguez
182
gran impresión en la infantil imaginación de la autora, que
aquí aparece mimetizada con la periodista protagonista, y que
nos cuenta:
…desde chiquita a mí los nombres bíblicos me emocionaban.
Todas las noches al acostarme, hasta que tuve doce o
trece años, mi abuelo me leyó algún trozo del Antiguo
Testamento o de los Evangelios. Yo lo oía hipnotizada,
sin entender mayor cosa, más bien dejándome llevar por el
runrún de sus erres de belga viejo que nunca pudo con el
español. (16)197
Y la Biblia, que siempre aparece en sus obras, con la que
aparentemente, tanto ha luchado, en esta novela se desborda en
alusiones, aparece una y otra vez y es fuente en gran parte de
su estilo: el ángel no tiene nombre, y eso le posibilita hacer
un recuento de varios ángeles: Orifiel, Elohim, Mermeoth,
Uriel, Manuel. Hace una mezcla de Apocalipsis, Pentateuco y
nueva era:
No insistas en saber como me llamo. Tal vez no tengo
nombre, y si lo tengo es múltiple, y mutante. Mi nombre,
mis nombres: huidizos, equívocos, cargados de
resonancias. No hay en tu mundo oídos que perciban su
frecuencia, ni tímpanos que no reviente con su eco. (76)
197
Podemos reconocer este mismo personaje en Delirio, el abuelo Portulinus,
que a pesar de ser alemán, también tiene esta pronunciación enredada con
muchas erres.
N. Rodríguez
183
También aparecen ecos del Cantar de los cantares:
“Acógeme en tu pelo que es manto de lana, estampidas de ovejas
por praderas de luz” (76) O hacia el final, con la referencia
directa a él: “¡Corre aprisa, amor mío! ¡Huye a los montes!
Hubiera querido gritarle esas palabras, las últimas del Cantar
de los Cantares…” (191)
Tenemos además, momentos en los cuales la autora se
divide entre su anticlericalismo y su identificación
religiosa. En los capítulos dedicados a los ángeles se muestra
seducida por la abundante imaginería religiosa y por las
sentenciosas palabras de los libros antiguos. Aparentemente la
Laura guerrillera cede la palabra a la Laura deslumbrada por
el mundo religioso, con el artificio literario de poner a
hablar a los ángeles. Aquí habla Uriel arcángel:
…No hubo oficio humano que no contara con un bienhechor.
Uno para los albañiles y otro para los pastores, uno para
el soberano y otro igual para el vasallo, para el noble y
el siervo de la gleba, para el músico y el saltimbanqui,
para el caballero y también para su escudero, para el
cazador de venados, la viñadora, la marquesa, la
ordeñadora de cabras, la parturienta, la panadera. (206)
En esta novela corta, la influencia de García Márquez es
menor que en las anteriores pero todavía se siente. Observamos
una especie de descuido en la elaboración de los diálogos, y
N. Rodríguez
184
poca atención en la creación de los personajes. Por ejemplo,
Ara, humilde mujer de un barrio en las colinas de Bogotá y
madre del ángel dice cosas como: “¿Y no dice el padre Benito
que justamente en Barrio Bajo está el terreno más empinado y
las casas más endebles? …” o, más adelante: “-Razones de esa
clase no tiene asidero por aquí” (125) Evidentemente no es el
lenguaje que utiliza una humilde persona del pueblo. Es la
forma de expresarse de un profesor universitario. Parece que
no hablaran los personajes sino la autora. También cuenta la
humilde Ara:
“-El padre de mi hijo fue sólo una sombra –me dijo-.
Salió una noche de la oscuridad, sin cara ni nombre, me
tumbó al suelo y después se volvió humo. Alcancé a saber
que tenía una sortija en la mano derecha y que la ropa le
olía a alcanfor.” (45)
Y más adelante cuando Ara relata cómo fue la búsqueda
desespera de por su hijo, no vemos diferencia:
Frente a todo niño mendigo me paré, trate de reconocerlo
sin dejarme engañar por las veleidades de mis ojos,
porque podía haber cambiado de aspecto, sino guiándome
por la certeza de la nariz. Los olfateaba como sabueso,
segura de que al mío lo reconocería por el olor. Busqué
en los orfelinatos, en las carpas, en los mercados, cada
N. Rodríguez
185
día me alejé un poco más, hasta llegar a los bordes donde
la ciudad se deshace en miseria. (47)
Demasiado literario para ser creíble, aunque toda la
novela sea planteada como una historia que fluctúa entre los
límites de la realidad con lo sobrenatural.
Tenemos la impresión de que no cuida a los personajes o
que no los elabora suficientemente antes de escribirlos, se
describe Orifiel: “Ni admito materia ni tolero forma, soy
impacto puro, explosión de energía, arrebato cegador de luz.
No tengo cuerpo pero tengo cientos de píes: veloces cascos de
becerro, brillantes como bronce bruñido,… (51) no sabemos si
el caso de este ángel es que sufre transformaciones
momentáneas, pero inmediatamente sigue la autodescipción del
mismo ángel y ya es otra cosa:
Mi cabeza es una sola y tiene cuatro rostros, uno mira al
norte, otro al sur, el tercero al oriente, el cuarto a
poniente, y cada uno de ellos camina hacia delante.
Cuatro pares de ojos y sólo veo a Dios, cuatro narices
para oler su esencia, ocho oídos para escuchar sus ecos,
cuatro bocas que sólo alaban su nombre sin reposo ni
desmayo… (51 - 52)
Aparentemente este ángel no tiene materia pero tiene
muchas formas.
N. Rodríguez
186
En Dulce Compañía se usa el recurso de la periodista como
parte de la técnica literaria, como un elemento para conectar
a este ser ‘supernatural’ con la realidad bogotana de la cual
nos enteramos paralelamente, ya que se describen
acontecimientos cotidianos de la ciudad en el trasfondo, como
los embotellamientos de tráfico, la supervigilancia militar,
la situación precaria y de abandono de la gente en estos
barrios de invasión y en general los azares de esta gran
ciudad y de Colombia. Dentro de la obra la periodista realiza
su labor de entrevistadora “…maravillada ante la naturalidad
pasmosa con que los pobres se enfrentan al misterio.” en la
cual encontramos la gente común y corriente que son
entrevistados:
A un muchacho de chaqueta de cuero:
-¿Tú si crees en todo esto?
-Es mejor creer que no creer.
Me confesó una señora de cartera habana y zapatos del
mismo color:
-Yo sí vengo a pedirle casa propia
¿Y cree que se la dé?...
A una mujer con niño en brazos:
¿Está segura de que el Ángel de Galilea es ángel y no un
ser humano?...
Una quinceañera:
N. Rodríguez
187
-Vengo a pedirle novio… (65)
Pero el descuido con los personajes también se da en
cuanto a la posición de la misma autora frente a la gente,
parece que olvida momentáneamente sus objetivos. Asoma y no
una vez, sino muchas, la descripción somera y descuidada de
“los pobres”, usa este apelativo de una manera generalizadora,
que desconcierta pues se supone que son el objetivo de su
lucha política, se esperaría una descripción más cercana y
amorosa con la gente del pueblo, tratándose de una exmilitante
del M19. Vemos muy claramente donde está ella y desde un
comienzo plantea la diferencia como un contraste, de color y
de forma,
La Monita: esa era yo. No falla, los pobres siempre me
han llamado así… Es por mi pelo, esta maraña de pelo
amarillo que desde niña uso largo, y que entre los ricos
no se nota tanto, pero entre los pobres causa sensación…
Exótico para estas tierras mi pelo es -junto con veinte
centímetros por encima de la estatura promedio-… (28)
Más adelante, proliferan las alusiones al estilo de vida
de ‘ellos’, que conoce bien pero ante los cuales, conserva su
distancia: “Era un rancho de pobres, de esos que se quedan
para siempre en obra negra… (32) “Noté que la casa por dentro
no se parecía al característico rancho de pobre… (36) “Orlando
me hizo una descripción de lo que debía ser un ataque
N. Rodríguez
188
epiléptico, con ese colorido en los detalles y esa precisión
excesiva que se estila entre los pobres cuando hablan de
enfermedades…” (106) “No me vayas a decir, como mi jefe, que
son supersticiones de pobre.” (172)
Y esta periodista, a pesar de los reparos que señalábamos
con los ‘pobres’, y la diferencia de clase social pues es
obvio que ella pertenece a otra, es activa protagonista: se
convierte en la madre de la hija del ángel. Es llamativo este
hecho porque está acorde con la solidaridad con ellos, ya que
como lo insinuábamos anteriormente, la mimetización de la
autora con la periodista es bastante obvia; se da la inclusión
de muchos datos autobiográficos, como el ser periodistas y
trabajar ambas, para una revista, y además en este trabajo a
esta periodista se de adjudican características personales
suyas como su apasionamiento con todo lo que hace: “Los
colegas siempre me han achacado falta de profesionalismo por
mi incapacidad de mantener la objetividad y la distancia
frente a mis temas.” (79) Y también, porque ambas tienen más o
menos la misma edad.
En cuanto a la técnica en esta obra, se da un cambio ya
que en lugar de estar afuera y seguir con su papel ‘objetivo’
de investigadora, pasa a ser protagonista y personaje activo
dentro de la novela, en donde tiene la libertad de hablarnos
de sí misma e incluirse sin pudores. Y el resultado es
N. Rodríguez
189
positivo porque esta mezcla entre su realidad y la ficción,
ayuda a dar cierta credibilidad a su historia y creo que esto
es lo que le da gran éxito, mostrando que tan cercanas pueden
estar la ficción y la realidad. Como también plantea los
límites indefinidos entre la religiosidad popular y la
superstición, característicos de este momento de profunda
crisis y de necesidad de cambio.
Luego vendría La novia oscura (1999), que como las
anteriores, también está basada en una ardua investigación
sobre el tema y en la cual también aparece el recurso de la
periodista. Este personaje como protagonista es casi
invisible, y tiene el papel de la periodista que está
investigando ‘objetivamente’ este mundo, razón por la cual,
podemos catalogar esta obra como novela reportaje. Ya que de
acuerdo con Raúl Rivadeneira:
…el reportaje se caracteriza por sus amplios márgenes de
relación con la fuente. Se sirve en algunas ocasiones de
las modalidades de entrevista que se hace a una persona
como trabajo del reportero sobre sujetos impersonales…
Existen varias técnicas, entre ellas, el sistema de
preguntas y respuestas fijas y sucesivas, casi
cronológicas; el de narración con refuerzo de preguntas y
respuestas claves… relación con transcripciones textuales
y de algunas respuestas, etc. Todos estos métodos sirven
N. Rodríguez
190
para la elaboración de la entrevista y el reportaje…
(67)198
Y así lo hace la autora en La novia oscura, ya que
desarrolla su argumento a través de una larga entrevista,
usada para acceder a las fuentes. En la novela la entrevista
también es usada como instrumento para obtener información y
esta técnica es empleada de tal forma que las voces de los
entrevistados no desaparecen y conservan su frescura,
permitiendo al lector observar cómo los personajes van
contando su propia historia. Como buena periodista, deja que
estos personajes hablen y de vez en cuando hace aclaraciones
pertinentes, encaminadas a dar mayor claridad.
Como narradora casi no percibimos a la autora, ya que
ella permite que cada uno cuente su historia y es por eso que
podemos ver cómo se desarrolla la psicología y la historia de
los personajes. Se dan descripciones minuciosas, que son
comunes en el total de la obra de Laura, tanto de lo físico
como de lo emocional, de los estados de ánimo de los problemas
psicológicos, describe el medio ambiente, cómo eran las
máquinas, los viajes por el río Magdalena199, los pueblos
ribereños y el hotel.
198
Citado por Carmen Rabell p. 39.
Es el principal río colombiano, que lo atraviesa y que en el pasado, fue
una importante vía fluvial.
199
N. Rodríguez
191
Esta novela esta basada en la investigación periodística
sobre las prostitutas de esta zona y el acto de escucharlas es
muy importante, ya que ellas son capaces de contar sus
tragedias sin patetismo y así lo registra la autora, que ha
observado, que esta es una característica de la gente
colombiana, los cuales, según ella, están ávidos de ser
escuchados y este es el registro de esto:
Todos los Santos, Sacramento, la Olguita, la Machuca y la
Fideo fueron narradores extraordinarios, dotados de una
asombrosa capacidad de contar sus tragedias sin patetismo
y de hablar de sí mismos sin vanidad, imprimiéndoles a
los datos la intensidad de quienes, por motivos que aún
no comprendo, aceptan confesarse ante un desconocido por
el sólo hecho de que escribe, o de que es precisamente
eso, un desconocido, o quizá, por la sola razón de que
escucha. Como si el acto mismo de narrar la propia
historia ante un tercero le imprimiera un propósito, le
hiciera de alguna manera perdurable, le aclarara el
sentido. (157 - 158)
Está escribiendo sobre estas personas desplazadas pero
desde el punto de vista de ellos, para esto usa el recurso de
la periodista que es testigo y trata de presentar los hechos
de la forma más objetiva posible, para ponerlos a
consideración del lector y que sea él, el que concluya. De
N. Rodríguez
192
otra manera se presentaría una visión parcializada que es la
que se da cuando hay un narrador externo.
La técnica periodística utilizada frecuentemente por los
periodistas consiste en contar un problema social, un hecho
periodístico a través de una experiencia individual y Laura
Restrepo en La novia oscura, narra la historia a través de
Sayonara, una niña enigmática que se convierte en la leyenda
de los obreros de la Tropical Oil Company (TROCO) en
Barrancabermeja, la zona petrolera colombiana, donde ella
adquiere admirables y legendarias cualidades: “… tenía el
porte de las tahitianas pintadas por Gauguin, pero ni una gota
de la ingenuidad del buen salvaje. Los suyos eran rasgos
suavizados de india vernácula…” (159) “…Sayonara se había
convertido, en las tierras petroleras, en la inspiración de
todo hombre digno de llamarse así.” (106)
La aurora introduce una variable en el uso de la técnica
periodística comparándola con sus obras anteriores, pues ahora
se propone una obra ficcional en la que ella es lo que es, una
periodista que investiga, y no sabemos mucho de ella, pero
aquí no investiga un hecho insólito como en Dulce compañía,
sino simplemente un hecho periodístico de actualidad nacional,
es decir aquí, ella está más cercana a su realidad y a la
realidad colombiana, mostrando así, la relación de
contingencia entre la ficción y la realidad.
N. Rodríguez
193
Une la investigación periodística con la creación
literaria, teniendo en cuenta que el objetivo del periodismo,
a grosso modo, es la comunicación y el de la literatura la
estética, logrando una balanceada y acertada combinación, o
como lo expresó Gabriel García Márquez, Laura Restrepo, “da
vida a una singular amalgama entre investigación periodística
y creación literaria”200. Que fue era la propuesta del Nuevo
Periodismo.
Forma una simbiosis en la que el periodismo, en este
caso, aprovecha de la literatura los recursos y técnicas para
narrar los hechos y para el periodismo escrito, la narración
es una necesidad en medio de una sociedad en la que predomina
lo audiovisual y la cultura de la imagen, porque en esta obra,
el lector es envuelto en el diálogo y por medio de este logra
participar en la totalidad del proceso de construcción del
argumento.
El comienzo de la narración se plantea como un recurso
literario. La realidad combinada con la ficción: la autora
como periodista, ha sido enviada a cubrir el problema del
cartel de la gasolina,201 y cuando necesita recoger algún
material, aparece en el archivo fotográfico del diario
200
201
En la contraportada de la Edición Norma, 1999.
Que recordamos, son datos completamente biográficos.
N. Rodríguez
194
Vanguardia Petrolera, la foto de Sayonara que la impacta por
su rara belleza:
Hice la foto a un lado para seguir buscando a mi sargento
y cuando me di cuenta, la tenía otra vez entre las manos
y observaba la caída vigorosa de ese pelo recio partido
al medio, la perfección sin manicura de sus uñas
almendradas, los ojos de niña que habían visto demasiado…
(159)
Laura Restrepo, en su narración reportaje, retrata la
sociedad colombiana al hacer referencia al mundo de estas
personas y sus circunstancias, haciendo comentarios directos a
situaciones específicas como el desamparo de la gente, por el
gran desempleo existente, el simple hecho de conseguir un
empleo se convierte en algo insólito y fuente de una gran
felicidad:
Tener contrato en cualquiera de los campos petroleros, y
en particular en el nueve, el 22 y el 26, los que mayor
cantidad de barriles producían, constituía un santo y
seña para entrar al cielo. …Era tanta la dicha del par de
muchachos porque les hubieran adjudicado por fin el
carné, y el salario que los acreditaban como miembros de
la clase obrera, dentro del gremio heroico de los
petroleros, que ni cuenta se dieron de que no sabían en
N. Rodríguez
195
qué consistía ser cuñero, y menos aún ayudante de cuñero.
(141 – 142)
En La novia oscura, Laura quería “… que la investigación
se diera desde la intimidad de la alcoba y por eso también era
interesante unas protagonistas como las prostitutas que tienen
una relación tan particular con sus propias almas y con sus
propios cuerpos.”202 A través de Sayonara, expone el mundo y la
dolorosa vida de las prostitutas. Sayonara, es una muchacha
mestiza de particular belleza, que se enfrenta al mundo de la
Catunga, del Dancing Miramar y del cruel engranaje del campo
26 de la Tropical Oil Company.
Se revierte el rol de “corrompida” de la prostituta, ya
que se presenta su vida llena de situaciones reales que la
obligan o la empujan a desempeñar esta ocupación, vemos como
por las condiciones dadas y por este medio, no le queda otra
salida ya que “el hombre propone y el hambre dispone” (59).
También hay una referencia directa a la relación existente
entre esta profesión y otras que pueden tener la misma
determinación e ingredientes y que forman parte de todo el
gran panorama social colombiano:
…la prostitución conlleva inclinaciones y fijaciones
similares a las que en otras oportunidades he observado
en los sicarios de las comunas de Medellín, los choferes
202
Entrevista con Juan Fernando Merino.
N. Rodríguez
196
de camión que deben atravesar zonas de violencia, los
expendedores de bazuco de la calle del Cartucho de
Bogotá, los apartamenteros, los mafiosos, los jueces, los
testigos, los toreros, los guerrilleros, los comandos
antiguerrilla y tantos otros colombianos que se juegan la
vida por cuestión de rutina. (58)
Todas estas son profesiones relacionadas directamente con
la realidad colombiana, en la cual la violencia se desempeña
como factor determinante y en este medio se deben dar
adaptaciones a ella.
A través de la protagonista como sujeto se va explicando
y contando lo sucedido y sus causas, haciéndola una ventana
para mirar el mundo social, es decir, para leer lo social y
los objetos que se mueven en ese mundo y lo constituyen desde
las categorías en que cada uno de los implicados está situado.
A través de la protagonista, trata de hacer comprender lo
humano, lo personal y lo colectivo. Los sucesos que son
importantes al dar testimonio, los hila a través de este
personaje principal, hallando la interacción entre este y su
entorno. También tiene muy en cuenta la personalidad de las
otras mujeres compañeras de Sayonara: la Olguita que tenía
Polio, Claire que se suicidó pues nunca llegó el amor de su
vida, la Machuca, la Fideo, Delia Ramos la borracha, Tana,
etc.
N. Rodríguez
197
Da una radiografía de la realidad social colombiana a
todos los niveles, irónicamente dentro del grupo de las
prostitutas se da una división de clases, y de ambientes,
están las del Dancing Miramar que son para los obreros de la
petrolera, los que manejaban más dinero; y los clientes de la
Copa Rota y las indígenas que eran prostitutas por física
necesidad y trabajaban en una ramada. A estos niveles también
se dan divisiones y se establece entre ellas competencia.
A otro nivel también se plantean los grandes contrastes,
por un lado, los obreros, las huelgas, las prostitutas en el
ambiente de Tora, que es un ambiente de refinerías, en
contraposición con la vida, a pocos metros de distancia, de
los norteamericanos encerrados en un mundo de privilegios, que
era su vida real, mientras que el mundo de Sayonara y las
otras mujeres de Tora, se desenvuelve en un ambiente de
miseria y violencia.
Los movimientos sociales como el sindicalismo de la
Tropical Oil Company tienen su espacio en esta obra. Se relata
cómo los sindicalistas luchan para que se les reconozcan
derechos tan elementales como el de la alimentación y cómo Mr.
Brasco es despedido por ser sencillo y tener buen trato con
los obreros.
Laura Restrepo se fundamenta en hechos históricos, pero
la novela tiene la estructura similar a la de un cuento, con
N. Rodríguez
198
un principio, un medio y un final, como también tiene unos
protagonistas con los cuales el lector puede identificarse,
pues hacen parte de esta realidad.
Como lo señalan Hall y Merino, en La novia oscura, el
relato periodístico se fundamenta en hechos ciertos; lo
tangible es más entendible que lo teórico en un mundo incierto
donde los metarrelatos ya no tienen aceptación. Las
explicaciones de la vida cotidiana por referir a una realidad
cercana, presentan menos complicación y mayor posibilidad de
verificación. Es lo que hace la autora en La novia oscura,
pues trata de mantener un equilibrio entre la narración y la
explicación.
En Tora convergen los buscadores de oro negro y en el
centro de este mundo se encuentra la “Emilia”, como es llamada
la excavadora de petróleo, la muy amada torre del payanés
quien promete ser el mejor cuñero del país una vez logra ser
enganchado en dicha compañía.
Qué Emilia esta; nunca había visto una bestia tan
formidable –dijo conmovido el Payanés, contemplándola con
estupor y recelo, como si fuera un templo pagano,
acariciando con delicadeza la contundencia de sus fierros
y haciéndole sin saberlo un juramento de fidelidad que
habría de cumplir sin fisuras desde el primer encuentro
hasta el propio día de la muerte. …la alianza entre ellos
N. Rodríguez
199
quedó pactada esa misma noche,… …le ofreció la
inscripción indolora del nombre de la mujer amada en
cualquier parte del cuerpo… -Escríbeme Emilia aquí, en el
pecho. (143 – 144)
Esta realidad encierra una profunda ironía ya que en este
hecho podemos ver claramente cómo la tecnología puede
deslumbrar a cualquiera, cómo el payanés que se entrega en
cuerpo y alma a su “Emilia”, la representante del progreso y
la tecnología, e irónicamente ama a esta máquina de una forma
total, que es la forma como Sayonara anhela que él, la ame a
ella.
Aparece aquí una vez más, este personaje masculino, bueno
y que sabe amar con la entrega y devoción que antes se conocía
solo en las mujeres; Sacramento, fiel amigo del payanés, y el
eterno enamorado, desde el principio es un
hombre deseoso de
ser querido, apesadumbrado por su amor obsesivo por aquella
niña que él transportó en su carretilla, sin imaginar que se
convertiría en Sayonara, la novia de todos y de nadie, la
novia oscura, la misma muchacha que hizo asegurar al payanés
que se trataba de una mujer imposible de alcanzar en su
profunda soledad.
Laura Restrepo, en esta obra no pierde de vista la vida
colombiana por eso siempre está presente la cultura popular,
la miseria, y tampoco deja de mencionar la violencia: “Como
N. Rodríguez
200
colombiana que soy sé que registro un mundo que permanece en
combustión, siempre al borde del desplome definitivo y que
pese a todo se las arregla, sólo Dios sabe cómo, para
agarrarse con uñas y dientes del borde…” (316)
La novia oscura es más que nada el registro, el
testimonio de esta historia, de estas personas que viven un
drama que no es ajeno para los colombianos, localizado en esta
área del país que constituye un gran foco de situaciones que
determinan uno de los grandes ingredientes de su realidad
actual, pero aparte de esto, Laura logra rescatar estos
eventos a través de la novela para la posteridad, alcanzando
el gran logro de dejar constancia de este momento y de este
lugar, como lo afirma Bill Moyers, al final de su entrevista
con la autora en PBS: “…when I read The Dark Bride when I
realized that you where writing about a town that I’d been in
forty years ago. I came to see more about that town through
your eyes that I saw about that town forty years ago.” Y este
logro es más que suficiente para justificar una obra
literaria.
Como novela hermana de La novia oscura, tenemos a La
multitud errante 2001, pues estas dos obras fueron el producto
de su estadía en Barrancabermeja, cuando Laura Restrepo
trabajó como periodista para ECOPETROL, la compaña petrolera
colombiana. Por suceder ambas en el mismo sitio y tratar,
N. Rodríguez
201
guardando las proporciones; el mismo tema, podemos establecer
muchas similitudes en cuanto a los personajes y situaciones,
pero también tienen, por supuesto, diferencias.
En La multitud errante está tratando un tema muy
respetable, ya que entre los países que merecen atención por
su situación de miseria generalizada, por el desempleo y
especialmente por el desplazamiento como consecuencia de las
intervenciones de los grupos armados, Colombia está en una
triste primera fila y la tienen en este primer lugar en la
mira del mundo, además, por el problema del narcotráfico que
ya parece invencible. Por tener todos estos integrantes, esta
novela ha sido considerada como un testimonio de nuestra
realidad.
La multitud errante es sobre los desplazados pero también
podríamos afirmar que es fundamentalmente una historia de
amor: entre la narradora, que una vez más se confunde con la
autora, y un hombre que viene huyendo de la violencia desde
antes de nacer. Aquí nos encontramos nuevamente con la misma
situación que habíamos señalado cuando hablábamos de Dulce
Compañía, en cuanto a la pobre construcción de los personajes;
Siete por tres, el protagonista, habla poco, es un hombre
desplazado de nacimiento, sin ninguna cultura, más sin embargo
dice cosas como:
N. Rodríguez
202
-Entonces la perdoné y me enredé en la obligación de
seguir cargando yo solo con ella, así que la rescaté de
aquél fangal, la enlustrecí como pude, me la eché a la
espalda y arranqué a caminar, hacia destinos que ni ella
ni yo teníamos previstos ni estábamos en condiciones de
determinar. (60)
Doña Perpetua, que es el personaje paralelo a Todos los
Santos de La novia oscura, la informante para la enfermera en
este caso, también es desplazada y de origen humilde, acerca
de la historia de Siete por Tres, y a pesar de que se describe
como pobre y desdentada, cuando habla lo hace con gran
casticismo, refinamiento y riqueza de lenguaje:
-Recuerdo a Veintiuno como si lo estuviera viendo -me
asegura doña Perpetua-. Nacido de la nada y de la rareza
de ese pie de dedos pares, de niño se inclinaba hacia lo
huraño y hacia la gran timidez. Pero por Dios que aquel
dedito sobrante no le impedía correr: como una gacela
volaba descalzo por los andurriales. (38)
-Vi a Matilde Lina enseñarle a ese niño a amaestrar a un
chumbilá. Hacía círculos en el aire con una vara de bambú
hasta que el animal venía volando, obediente, a pararse
en la vara –dice con mímica, y a mí me hacen gracia sus
intentos de repetir con el brazo los círculos flexibles y
con la boca el hocico del murciélago-. Se iban por los
N. Rodríguez
203
charcos para encontrar la rana de cien ojos, que no son
suyos sino de los muchos hijos que carga entre los
pliegues de la piel… Mientras los demás trajinábamos en
oficios y desmayos, las horas de ellos pasaban serenas,
perdidos como estaban en pláticas y contemplaciones. Los
cuidaba el alma del bosque, o al menos así decíamos para
podernos desentender, que ya cada cual tenía bastante, y
aun demasiado con cuidar de sí mismo. (44)
O más adelante Perpetua le pregunta a Siete por Tres:
“Señor, ¿no es esta imagen Santa María Bailarina, patrona de
un pueblo del mismo nombre que campeaba por los rumbos del Río
Perdido, departamento del Huila?” (96)
Y otras veces, la humilde Perpetua habla como una erudita
doctora en letras:
-Porque son otros los vericuetos de su culpa. Siete por
Tres no miraba a Matilde Lina como una madre –me revela
lo que sé mejor que nadie-. Yo, que parí siete y perdí
tres, conozco la forma de mirar de un hijo. Matilde Lina
sufría extravagancias de temperamento, pero era mujer de
empaque fuerte, cara aniñada y pechos grandes. Muchos
codiciaban su cuerpo y no lograban hacerlo suyo, fue
porque ella sabía defenderse a patadas y a mordiscos. La
vi lavando en el río con la blusa zafada y medio abotonar
y vi al Siete por Tres a su lado, muchacho de apenas bozo
N. Rodríguez
204
y pelusa que le iba naciendo allí donde no se atrevía a
confesar. Los senos de ella que se asoman y el niño que
los contempla, quieto como si fuera de piedra, sofocando
el resuello: haciéndose hombre en esa visión. (57)
Esta falta de identidad en el lenguaje de los personajes,
crea una sensación de falsedad y el lector no sabe, si
realmente la que habla es doña Perpetua o Laura Restrepo. Creo
que lo que subyace en el fondo de esta situación es que ella,
la autora, está narrando estas historias desde la posición de
periodista, desde el punto del observador y por esto no
profundiza en la psicología de ellos, además ella sabe de su
gran facilidad verbal, y se confía en ella, descuidando a los
personajes. Por lo que esta novela se convierte más bien, en
una crónica de una mujer enamorada.
En los párrafos en los cuales habla la periodista, se
logra plantear la gran dimensión de la tragedia de los
desplazados, pues lo político está en el telón de fondo, se da
una descripción terrible de lo que viven los campesinos
colombianos a manos de los grupos violentos que se han ido
apoderando del país:
Fue así como a los pocos meses de vida, Siete por Tres
debió ver por vez primera -¿por segunda?, ¿por tercera? –
el espectáculo nocturno de las casas en llamas; los
animales sin dueño bramando en la distancia; la oscuridad
N. Rodríguez
205
que palpita como una acechanza; los cadáveres blandos e
inflados que trae la corriente y que se aferran a los
matorrales de la orilla, negándose a partir; el río
temeroso de sus propias aguas que se aleja deprisa,
queriendo desprenderse del cauce. (31)
Y es a través de este personaje protagonista y su madre
adoptiva, Matilde Lina, que logramos entrever este drama:
Después de la emboscada de Las Águilas, Matilde Lina no
volvió a aparecer ni en vida ni en muerte, y no hubo
quien diera razón chica o grande de esa mujer refundida
en el tráfago de la guerra, como tantas y tantas. A Siete
por Tres lo dejaron vivo pero condenado a morir, librado
a la improbabilidad de su destino de niño solitario por
segunda vez, por segunda vez huérfano y tirado al
abandono. Un hijo del monte, volando al capricho de los
cuatro vientos, en medio de un país que se niega a dar
cuenta de nada ni de nadie. (53)
Pero esta profundidad es descuidada cuando su atención se
centra en la historia romántica que pretende salvar a este
personaje desplazado, con el amor de esta mujer de origen
extranjero que trabaja para los desplazados colombianos en un
albergue de religiosas francesas, donde lo conoce y del cual
se enamora inmediatamente, y la historia se centra en el
N. Rodríguez
206
recuento de lo que hace, lo que siente, piensa y dice ella
para conseguir a este hombre.
También, como lo veíamos anteriormente con los personajes
de Dulce compañía, el problema con Siete por Tres es la falta
de consistencia y solidez ya que al principio éste, se muestra
como un ser lelo e inocente, absorto totalmente en la búsqueda
de Matilde Lina, su madre de crianza, sin más intereses ni
objetivos. Pero justamente hacia el final resulta que es un
ser dotado de una prodigiosa vitalidad, a quien ningún oficio
le es ajeno, experto en mil artes e infatigable trabajador,
ambigüedad que lo convierte en un personaje desdibujado e
irreal. Creo que a esto es precisamente a lo que se refería
José Cardona López cuando explicaba que en El leopardo al sol,
el realismo mágico, va en detrimento de los personajes, ya que
“…no permite que alcancen desarrollo como tales.
…reduciéndolos a seres planos, siluetas arquetípicas.” (391)
Veámoslo en el texto, al principio:
Mientras los demás padecían hambre ellos vivían olvidados
de comer; la tristeza y el miedo no encontraban en su
alma paja para tejer rancho; la desolada noche fría les
parecía noche y nada más; la vida despiadada era sólo la
vida, porque no ambicionaban una distinta ni mejor. Los
otros lo habían perdido todo y ellos nada, porque no se
pierde lo que nunca se tuvo ni se quiere tener. (37)
N. Rodríguez
207
Y luego tenemos la transformación de un ser huraño y
callado a un ser útil para todo:
…y dejó ver que tenía una habilidad sorprendente para
cualquier oficio, fuera resanar paredes, sacrificar
cerdos, organizar brigadas de limpieza o manejar el
camión; ninguna tarea le quedaba grande ni existía
problema al que no le hiciera el intento.
Por confesiones que se le escapan, sé que se ha ganado la
vida en los muchos oficios que le van saliendo al paso,
porque mientras más busca a Matilde Lina, más las
oportunidades lo encuentran a él. Le pregunto que por qué
nunca come carne y me entero de que fue aseador de una
carnicería en Sincelejo, donde en vez de sueldo le
pagaban con hueso y bofe. Sabe saturar heridas, saca
muelas y remienda huesos porque ejerció de enfermero en
San Onofre; maneja bus porque reemplazó choferes por la
ruta Libertadores; echó musculatura como bracero en el
Magdalena; fue desguazador de autos en Pereira,
recolector de papa en Subachoque, afilador de cuchillos
en Barichara.” (102)203
Como lo veíamos en Dulce compañía, aquí también, la
periodista es la reencarnación de la autora con sus mismas
203
En este párrafo también podemos ver su habilidad con el lenguaje, a
parte de que la escogencia de los nombres es muy acertada pues son de una
gran sonoridad y además, son nombres muy reconocibles para los
colombianos.
N. Rodríguez
208
obsesiones y fijaciones, esta es una mujer profesional, culta,
y vemos que sigue el mismo patrón, pues la periodista se
involucra con este personaje protagonista que sale de la nada
y que pertenece a otra clase social, con la pequeña diferencia
de que ahora se trata de una enfermera y no directamente de
una periodista. Pero lo que hay en el fondo es una sencilla
historia de amor.
El tema de las clases aparece en varias ocasiones:
…-me dice así, Mi Ojos de Agua, como si fueran suyos mis
ojos claros, como si fuera suyo todo lo que soy, y yo, al
escucharlo, me entrego sin reservas a esa pertenencia.
Aunque al mismo tiempo comprendo que esa forma de
llamarme es constatación de distancia: ojos claros son
ojos de otra raza, de otra clase social y otro color de
piel; de otra educación, otra manera de agarrar los
cubiertos en la mesa, distinta forma de dar la mano al
saludar, de reírse de otras cosas; otra manera,
dificultosa y fascinante: definitivamente otra. (78 - 79)
Y aquí entendemos, cómo precisamente es esta diferencia
la que la seduce:
Y más que otra cosa creo que pesó sobre mí una
predestinación. La predestinación que se esconde en el
propósito último e inconfeso de mi viaje hasta estas
tierras. ¿Acaso no he venido a buscar todo aquello que
N. Rodríguez
209
este hombre encarna? Eso no lo supe desde un principio,
porque aún era inefable para mí ese todo aquello que
andaba buscando, pero lo sé casi con certeza ahora y
puedo incluso arriesgar una definición: todo aquello es
todo lo otro; lo distinto a mí y a mi mundo; lo que se
fortalece justo allí donde siento que lo mío es endeble;
lo que se transforma en pánico y en voces de alerta allí
donde lo mío se consolida en certezas; lo que envía
señales de vida donde lo mío se deshace en descreimiento;
lo que parece verdadero en contraposición a lo nacido del
discurso o, por el contrario, lo que se vuelve
fantasmagórico a punta de carecer de discurso: el envés
del tapiz, donde los nudos de la realidad quedan al
descubierto. Todo aquello, en fin, de lo que no podía dar
fe mi corazón si me hubiera quedado a vivir de mi lado.
(17 – 18)
Vemos que aquí está intentando una explicación a muchos
niveles y quizás es demasiado honesta pues entrevemos una
relación muy estrecha con su propia vida y tal vez no está
tratando de contar nada diferente sino mostrar cual es su
atracción por los que no son como ella y que le resultan muy
interesantes por esto, básicamente por su diferencia que la
hace sentirse solidaria pero desde su punto ya que ella no lo
sabe: ¿Vino para salvarme, o para perderme? (19)
N. Rodríguez
210
Tenemos también, relacionado con el amor, momentos e
imágenes muy bien logradas: “Mientras lo observo, una voz
pequeña y sin dientes me grita por dentro: Aquí hay dolor,
aquí me espera el dolor, de aquí debo huir. (23) Y hacia el
final, cómo describe su situación de enamorada: “Largas e
inciertas han sido para mí las noches, él dormido de aquel
lado y yo velando de éste, sabiéndolo lejano aunque nos cobije
la misma oscuridad y el mismo soplo roce nuestros cuerpos.
(130)
En la última novela Delirio,204 nos encontramos nuevamente
con el recurso técnico del periodista, pero aquí, éste está
difuminado en un personaje a través del cual se organiza la
historia. A manera de periodista, Aguilar el amante esposo de
Agustina, la delirante, será el encarnado de hacerlo. Aguilar,
es el llamado a salvar a Agustina de su locura y él decide
hacerlo así, pues la ama profundamente y no se cuestiona si
debe hacerlo o no, sino que simplemente se da cuenta que tiene
que tratar de: “…reconstruir el rompecabezas de su memoria.”
(32) En otras palabras, él no está tratando de servir de
enlace o cumplir con un encargo, ésta es una tarea que él
asume pues hace parte de su vida. Dando otra alternativa o
haciendo una variación al consabido recurso.
204
Obra ganadora del Premio Alfaguara 2004.
N. Rodríguez
211
Para lograr este propósito, Aguilar205 se embarca en la
tarea de averiguar, qué es lo que produce el Delirio a su
amada Agustina y debe atar cabos sueltos que son los que va
conectando a través de las cuatro o más diferentes historias
que en un principio parecen desarticuladas pero que a medida
que avanza la narración y con lo que aportan los otros
personajes, vamos conectando y dando forma a la maraña de
hechos y personas aparentemente sin relación. Este es el
mérito incuestionable de esta novela, el manejo efectivo de la
técnica narrativa y el bien logrado uso del lenguaje, que ha
originado comentarios como el de Leonardo Aguirre según el
cual:
“Delirio” es un sofisticado artilugio verbal. Es una
catedral edificada palabra sobre palabra, a punta de
escritura rítmica y frases casi antológicas. La prosa que
sedujo a Saramago es tan coqueta como garbosa, con las
dosis exactas de barroquismo y coloquialidad. Ciertamente
el lenguaje también es el protagonista.” (23)206
En esta novela no únicamente tenemos el recurso técnico
del testigo sino que además podemos ver claramente la
presentación de los hechos en un estilo periodístico y podemos
afirmar, viendo en forma global toda la novela, que es el
205
206
Es el único nombre que le conocemos.
En, Piedepágina.
N. Rodríguez
212
estilo periodístico el que finalmente predomina, ya que
Delirio es más crónica207 que novela y Laura Restrepo aquí es
más periodista que novelista. Al contrario de La novia oscura,
por ejemplo, en la cual se presentaba a la periodista
directamente y que por tal motivo podíamos reconocer a los
diferentes personajes, aquí como sucedía también en La
multitud errante, ellos mantienen una relación muy estrecha
con su creadora, que notamos; habla por ellos, siente por
ellos y describe por ellos.
Los personajes nunca adquieren total independencia y
entre ellos no existe mayor diferencia, más notoria todavía
puesto que existen más personajes. Todos hablan igual que la
narradora: Agustina, la tía Sofi, el Midas McAllister, el
Rorro, Aguilar, todos, provengan de la clase social que sea,
mafiosos, traquetos, empleadas domésticas y guardaespaldas,
niñas bien y profesores, todos absolutamente todos, sean
cuales fueren sus aficiones y singularidades, todos tienen un
solo punto de vista y una única manera de expresarse: la de la
narradora.
Habla Aguilar, el marido:
207
Según Raúl Rivadavia, en terminus generales define la crónica como:
“Historia detallada de un país, de una época, de un año, de un hombre,
escrita por un testigo ocular o por un contemporáneo que ha registrado,
sin comentarios, todos los pormenores que ha visto o le han sido
transmitidos” (81) Citado por Carmen Rabell p.(45).
N. Rodríguez
213
Ven, anita, súbete a la camioneta que te llevo al
Meissen, le propuse pero no señor, Anita esperaba otra
cosa, ya se había aguantado las dolorosas y estaba
resuelta a exigir ahora las gozosas, Anita no se
resignaba a la exhibición de su bello escote a cambio de
nada, Anita estaba acostumbrada que donde ponía el ojo
ponía la bala, Anita bonita se devolvió del tú al usted…
Y cómo no llevarte a bailar, Anita, si es lo mínimo que
puedo hacer para agradecer tu dulce compañía en mis horas
de tribulaciones… (340)
Ahora habla el Midas McAllister, el arribista
narcotraficante:
…tú sabes cómo voy vestido yo, Agustina chiquita, para
qué te lo voy a contar, y me visto así para que a ellos
nunca se les olvide que en materia de juventud me los
llevo por delante, porque cualquiera de ellos podría ser
mi padre, y mi madre cualquiera de sus esposas
cincuentonas de bolso de cocodrilo y pulserotas de oro y
vestido sastre en tono pastel… (27)
No hay mucha diferencia entre el marido y el otro, el
antiguo novio, no obstante pertenecer a dos clases y niveles
educativos diferentes. Aparte de que como personajes son muy
poco convincentes. Pero creo que no es una situación
desconocida para la autora ya que ella conoce muy bien este
N. Rodríguez
214
peligro: “Tengo que observar, averiguar mucho porque le tengo
pavor a lo que yo llamo “el inventito”, esos personajes o esas
situaciones forzadas que, a punta de manejo del idioma, logras
embutir en la novela y hasta convencer al lector.”208
Notamos también que es una crónica porque los personajes
dan la impresión de que están escribiendo en lugar de estar
hablando y que la autora utiliza el recurso de que a cada
determinado tiempo inserta en una forma mecánica epítetos como
los que utiliza el Midas Mcallister para Agustina: Agustina
mía, Agustina chiquita, Muñeca bonita, Agustina vida mía, Mi
linda Agustina, Mi linda niña loca, mi princesa Agustina, mi
reina Agustina, reinita Agustina, y así muchos más, en un
monólogo porque Agustina nunca interviene ni pregunta nada,
McAllister al parecer habla solo o escribe ya que escribir es
también de alguna manera, hablar solo.
También con Aguilar se utiliza este recurso que al
hablarle a Anita, repite: la bella Anita, Anita morena, Anita
bonita, Anita del barrio Meissen, etc.
Bien es sabido que ningún autor puede escapar por
completo a su escritura y que en ella, de una u otra manera se
delata, y ante esto como ya lo hemos visto ampliamente, Laura
Restrepo no ha tenido mayores reparos. En esta obra Laura se
208
Laura Restrepo y Jorge Franco: el nuevo “boom” de Colombia. En: Revista
cambio.com de agosto 2, 2004.
N. Rodríguez
215
descubre dejando ver todos sus gustos, sus obsesiones de niña
rica, su desdén hacia las clases populares, que ya era
evidente en Dulce compañía, y también en La multitud errante,
a los que ella llama de una manera bastante simplificadora,
“los pobres.” Volvemos a ver esto en comentarios como: “…son
letras mal escritas, como de niño que todavía no aprende,
letras de pobre…” (132)
O el comentario que el Midas hace refiriéndose a las
parientes de Pablo Escobar, donde vemos esa determinación de
las clases: “…que a las llantas congénitas no hay jogging que
las derrote, y que los conejos monumentales, el culo plano y
las piernas cortas denotan un deplorable origen social.” (97)
Y además, como tema subyacente está aquí también el de la
‘cuna’ que así lo ponga en boca del arribista McAllister,
sobresale como uno que se pone en frente del relato, ya que
Agustina con sus mimos y sus extravagancias nos recuerda a la
autora. Se confiesa el Midas:
Agustina chiquita, si me dices que mi peor pecado es la
obsecuencia, con el dolor de mi alma tendré que aceptarlo
porque es estrictamente cierto; hay algo que todos ellos
tienen y yo no podré tener aunque me saque una hernia de
tanto hacer fuerza, algo que también tienes tú y no te
das cuenta, princesa Agustina, o te das cuenta pero eres
suficientemente loca para desdeñarlo, y es un abuelo que
N. Rodríguez
216
heredó una hacienda y un bisabuelo que trajo los primeros
tranvías y unos diamantes que eran de la tía abuela y una
biblioteca en francés que fue de un tatarabuelo y un
ropón de bautismo bordado en batista y guardado entre
papel de seda durante cuatro generaciones hasta el día en
que tu madre lo saca del baúl y lo lleva donde las monjas
carmelitas a que le quiten las manchas del tiempo y lo
paren con almidón porque te toca el turno y también a ti
te lo van a poner, para bautizarte. ¿Entiendes, Agustina?
¿Alcanzas a entender el malestar de tripas y las
debilidades de carácter que a un tipo como yo le impone
no tener nada de eso, y saber que esa carencia suya no la
olvidan nunca aquéllos, los del ropón almidonado por las
monjas carmelitas?… (154 - 155)
Y sigue con este tono y un poco más adelante se atreve a
ir más allá, delatadoramente: “Así te hayas ganado el Nóbel de
literatura como García Márquez, o seas el hombre más rico del
planeta como Pablo Escobar… en este país no eres nadie
comparado con uno de los del ropón almidonado.” (155) Aquí
sobran los comentarios porque la referencia es muy directa y
pone en la misma bolsa a Pablo Escobar y a Gabo como
representantes, para ellos, de esa clase sin clase. Pero aquí
también, Agustina la ‘clasuda’ se involucra con los que no son
de su clase, primero con el Midas McAllister, el arribista y
N. Rodríguez
217
luego con Aguilar que por carecer de clase es ‘invisible’ para
Eugenia, su madre.
Reaparecen los temas que están en las otras novelas como
la alusión a la Biblia y el uso de su lenguaje:
Aminta me dice No se asuste, niña esas son cosas de la
Biblia. Pero es que yo le temo a la Biblia, me parece un
libro pavoroso; mi madre que es piadosa ha puesto una en
cada dormitorio pero yo por las noches saco la mía y la
dejo encerrada en el garaje, porque sus páginas están
llenas de leprosos. (136)
O para manifestar el terror que los leprosos le producen,
Agustina recuerda:
Mi madre dice que hasta nuestra nueva casa no va a llegar
la chusma amotinada que viene del sur, pero yo sé que sí
puede llegar porque yo la traigo en el recuerdo, o en el
sueño, y todos los sueños vienen de muy atrás, de tiempos
de la Biblia. (136)
Así también se da el uso indirecto del antiguo
Testamento, o de su lenguaje y del ritual de la misa católica,
como en el momento crucial para referir la ira del padre:
Entonces llegó el día de la gran ira del Padre, dice
Agustina, y el hermano menor era el chivo expiatorio, Por
su culpa, por su culpa, por su grandísima culpa está
tirado en el suelo y sobre él llueven las patadas del
N. Rodríguez
218
Padre… Y el hermano menor se incorporó, dice Agustina, y
resplandecía una expresión extraña en su cara tras la
maraña de rizos negros que se la ocultaban. (249)
Hay partes muy bien logradas y que como ya se había
mencionado, tienen que ver con la importancia del amor y la
vida familiar en sus obras. En esta novela también podemos
encontrar estos momentos memorables como al final, cuando
Agustina ha salido de la crisis y Aguilar se separa de Anita
para volver donde su mujer, hace esta bellísima descripción:
…Al llegar al apartamento, hacia las dos de la mañana me
acogió un olor que me arrancó lágrimas, asegura Aguilar,
y no estoy diciendo ninguna metáfora porque es cierto que
me hizo llorar ese olor que no sé si pueda describir, un
olor a casa, qué más puedo decir, un olor a todos los
días, a gente que duerme por la noche y se despierta por
la mañana, a vida real, a aquí ha vuelto a ser posible la
vida, no sé por cuánto tiempo pero al menos mientras
perdure ese olor, mientras no se quiebre esta calma…
(341)
Podemos señalar también, esta especialidad al referirse
con gran afecto al abuelo Portulinus, que es el abuelo de
Agustina y que intuimos, hace referencia al suyo propio:
El asunto de su procedencia nunca quedó claro porque no
solía hablar de eso, y si alguna vez lo hizo fue en ese
N. Rodríguez
219
enrevesado español suyo, mal aprendido por el camino, y
que nunca pasó de ser la lengua provisional de quien no
especifica si apenas está llegando o si todavía no se ha
ido, y tampoco estaba claro por qué se había radicado
precisamente en este lugar, aunque él mismo sostenía que
si había escogido Sasaima209 entre todos los pueblos del
planeta, era porque no conocía otro con un nombre tan
sonoro. (21)
En estos apartes podemos ver lo que se planteaba
anteriormente, acerca de los ideales humanistas de la autora,
pues el amor y la familia son valores que están por encima de
todo y de los que puede hablar con gran libertad y sin mayores
problemas. También creo que su oficio de periodista es el que
ha quedado, al menos por ahora, más firmemente arraigado ya
que persisten sus formulas y es dominante en su creación
literaria.
Con todo lo anterior, vemos que el trabajo de Laura tiene
varios componentes, el periodístico y muy estrechamente
relacionado con este, el histórico, a los que finalmente
complementa con la ficción, por lo que queda muy difícil, como
ella lo afirma, tratar de delimitar donde empieza o termina
uno o los otros géneros. Formando esta amalgama en la cual
209
Gustavo Cobo Borda señala que Laura siempre introduce éste, “como nombre
talismán en todas sus novelas.”
N. Rodríguez
220
ella tiene claro que el periodismo a través de la literatura,
como testimonio para reflejar la realidad, esta muy cercano a
la Historia, puesto que ella entiende como éste, es un juego
en el cual:
-La ficción te da la libertad de mentir para llegar a una
verdad más profunda. …Siento que con la ficción lo que
estás tratando de hacer es armar el rompecabezas con
piezas que te da la realidad y luego todas aquellas que
te faltan las puedes inventar sin temor a faltar a
ninguna ética porque desde el principio estás diciendo
voy a decir mentiras. Y luego bajo ese lema, voy a decir
mentiras, puedes empezar a decir verdades.210
En el conjunto de sus obras podemos ver lo que constituye
su preocupación, su interés y la forma como la autora enfrenta
esta realidad, conectándola con su trabajo, reflejando su
concepto particular de libertad. Observamos que en su obra,
usa y abusa de la experiencia social e histórica con fines
ficcionales hasta diluir las barreras entre lo histórico y lo
ficcional, conectándolos con su vida.
210
Por: Fabián Kovacic. Colombia es un país que se reinventa a si mismo. De
acuerdo con esta posición, Mario Vargas Llosa sostiene que en
Latinoamérica los escritores deben decir mentiras para llegar a las
verdades e igualmente, Gustavo Álvarez Gardeazábal sostiene esta tesis
aplicándola a Colombia en: La novela colombiana: entre la verdad y la
mentira. Bogotá: Plaza & Janes, 2000.
N. Rodríguez
221
Conclusiones
Como característica sobresaliente y general de toda la
obra de Laura Restrepo podemos destacar el dominio que ha
logrado del lenguaje, y de la palabra escrita, que utiliza con
gran colorido. Cada frase es una imagen, una metáfora, una
comparación, una hipérbole, desde la primera hasta la última
página y es casi imposible encontrar una frase meramente
referencial. Podemos verlo tomando sólo algunos ejemplos:
“…para que deje sus desvelos y errancias en pos de una
sombra.” (14) “Le insistí que se quedara con nosotros un par
de noches mientras desmontaba esa montaña de fatiga que se le
veía acumulada sobre los hombros. (15 – 16) En las dos
ocasiones se está refiriendo al estado de agobio del personaje
de Siete por Tres en La multitud errante.
Todo esto lo notamos en la facilidad de su escritura, en
la cual no se nota esfuerzo, no se trata de una escritura
elaborada o trabajada a cincel, sino espontánea, suelta, al
menos esa es la impresión que deja. Tiene logros notorios en
la integración de los elementos sociales y la complejidad
estructural literaria, el comentario más inmediato que se
obtiene de su trabajo es que sus obras son muy agradables y de
fácil lectura y por esto José Saramago, al entregarle el
N. Rodríguez
222
premio Alfaguara dijo que ante la escritura de Laura Restrepo,
“hay que quitarse el sombrero.”211
En el conjunto de las obras de Laura Restrepo, podemos
ver lo que constituye su preocupación, su interés y la forma
como enfrenta la realidad colombiana, conectándola con su
trabajo, reflejando su concepto particular de libertad y
solidaridad. Observamos que en su obra, usa y abusa de la
experiencia social e histórica con fines ficcionales hasta
diluir las barreras entre lo histórico y lo ficcional,
conectándolos con su vida.
Todo esto está encaminado, como es su intención expresa,
a colaborar con la creación de la historia. Llegando a formar
esta amalgama en la cual ella toma una idea periodística y la
elabora a través de recursos literarios. En esta adaptación de
la literatura al periodismo, recordamos la propuesta del Nuevo
Periodismo que, como ellos, la lleva a convertir sus obras en
testimonio. Este hecho está también muy cercano al nuevo
concepto posmoderno de Historia, ya que ahora la historia no
se crea sino que se recrea.
Laura logra hacer una unidad indivisible con su obra y su
vida ya que quiere a través de su obra, ayudar y servir de
mediadora, como sucede dentro de sus obras, y que como
211
Es el comentario que hace Saramago al entregarle el premio Alfaguara y
que aparece en la contraportada de Delirio.
N. Rodríguez
223
veíamos, era el objetivo de la enfermera en La multitud
errante. Propuesta que también tiene que ver con su actividad
política, pues este ha sido su propósito cuando ha desempeñado
algún cargo público.
El tratamiento de la violencia tiene que ver antes que
nada con la realidad colombiana pues Laura Restrepo está
enfrentada a ésta desde el comienzo en su práctica
periodística y al intentar participar en el devenir histórico,
este se convierte necesariamente, es un tema a tratar. En
cuanto a las soluciones para este gran flagelo veíamos la
propuesta salvadora del amor y la calidad de los personajes
que en sus obras logran solucionar estos grandes dilemas por
su calidad humana y entereza, en lo que podemos entender su
propuesta de vuelta atrás a los valores que existían antes,
como la familia y el amor filial.
En cuanto al uso de las técnicas periodísticas literarias
me atrevería a afirmar que Laura Restrepo sigue siendo antes
que nada una periodista y que es la razón por la cual le
resulta difícil la construcción de personajes. Ella lo hace
muy bien describiéndolos y poniéndoles elementos pero a la
hora de profundizar en su psicología y su individualidad, se
queda corta. Es fácil dejarse llevar por la lectura, por la
riqueza y colorido del lenguaje que sobresale y nos deslumbra.
Creo que ella es muy consciente de este problema cuando
N. Rodríguez
224
manifestaba el temor que tiene a lo que ha llamado “‘el
inventico’, esos personajes o esas situaciones forzadas que, a
punto de manejo del idioma logras embutir en la novela y hasta
convencer al lector.”212 Pero ella tiene razón en la
preocupación, pues el ‘embutido’ a veces no funciona tan bien
y no convence al lector atento.
En La isla de la pasión, logró cabalmente lo que se
proponía al contar una historia y recrear la Historia. En esta
novela los personajes tienen independencia y autonomía ya que
desde un comienzo se intentó como un trabajo periodístico. En
este mismo sentido, también se pueden apreciar los logros en
La novia oscura, aunque también aquí los personajes, como
Todos los Santos, son incongruentes con su posición social;
pero al ser intentada como un reportaje y conservar la técnica
periodística, los personajes adquieren más libertad.
Como conclusión a la lectura de su obra y sus propias
declaraciones, cabría afirmar que los objetivos de la obra de
Laura Restrepo, tienen que ver con sus comienzos y con su
padre, ya que en algunas entrevistas ella ha mencionado que
por influencia de ést: leyó a Sartre desde que tenía 14 años y
si miramos lo que éste piensa que debe ser la literatura vemos
que poco más o menos afirma que, la literatura213 comprometida
212
En: Laura Restrepo y Jorge Franco: el nuevo “boom” de Colombia. Revista
Cambio.com (agosto 2, 2004).
213
En: ¿Qué es literatura?
N. Rodríguez
225
(una que trate las controversias del presente histórico) puede
ser únicamente producida auténticamente a través de la novela
y formas de arte profundamente enraizadas en el realismo. Y
veo que aquí tiene acomodo el tratamiento de la violencia y su
intención de ser testigo y memoria, resulta obvio que ella
quiere ser fiel a estos propósitos que están relacionados con
lo que aprendió de Sartre hace mucho tiempo y que ella no
menciona. Como también en su momento indicamos esta
coincidencia con el autor francés en lo relacionado con la
política.
Con todo lo anterior, vemos que el trabajo de Laura
Restrepo tiene varios componentes, el periodístico y muy
estrechamente relacionado con este, el histórico, a los que
finalmente complementa con la ficción, por lo que queda muy
difícil, como ella lo afirma, tratar de delimitar donde
empieza o termina uno o los otros géneros. Y que es un estilo
de obra y de vida posibilitado y producido únicamente por el
momento posmoderno. También lo dijimos anteriormente, la
amalgama no resulta tan bien combinada pues a pesar de su
intención, su oficio periodístico predomina, determinando su
labor literaria como tal.
Solamente he tratado algunos de los elementos en la obra
de esta autora, con la intención de proponer su investigación
para futuras investigaciones.
N. Rodríguez
226
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