«m^Oi wmV •fa I • • 4i II im ausoRipaioiTBS ADMINXSXBIADOB % pago adelantáis NA, a, y «D la tienda papelería HiaH*LIFB. 8e»V> t u , lAi—Lof aanadoa M reeibea en la Adisioiftm»! eion, de 10 de la mafiana 6 6 de tat 'cute, y am la' imprenta, de lo á 13 de la notík*% lunero nteite 5 otsumoi 2 5 ejemplares 7 5 oéoflmoi S'>.i'Wf^\ =sss íl •fflíl M i l nMlipjllEKM La lengrua castellana es, después de la inglesa, la más difundida por el mundcf. Diecisiete Estados independientes y ü^ bres, que ocupan sobre el haz de la tierra una superficie mucho mayor que la de toda Europa, comulg-an en la lengua de Castilla, en este rincón de nuestro continente, donde 8e ¡formó, en una parte considerable de América, en algunas comarcas africanas y en los más preciados archipiélagos de la Oceanía. Si se tienen en cuenta la dilatadísima extensión de algunos de estos Estados; las favorables condiciones que ofrece para el desenvolvimiento de la industria, del comercio y de la agricultura, la rica variedad de sus productos naturales, y la abundante corriente inmigratoria que anuye sin cesar á muchas de estas regiones, no es aventurado creer que en el transcurso del tiempo—y el tiempo marcha ahora muy deprisa—los inmensos territorios poseídos por la gran familia espaüola llej^arán á contener doscientos cincuenta o^ trescientos millones de seres humanos, consagrados activamente, bajo todos los climas y en todas las latitudes, á la fecunda obra de la civilización universal. Poro sin lanzar la fantasía por los misteriosos espacios de lo porvenir y ateniéndonos solo al estado presente de las cosas, no cabe desconocer la altísima importancia del idioma castelllano, entre los que, en primer término, coihparten el imperio de la tierra, y la obligación en que estaraos todos cuantos le estimamos como propio, de coadyuvar «nidos á su conservación y engrandecimiento. Desgraciadamente, por causas muy complejas, cuyo examen no cabe en los reducidos limites de un artículo, las relaciones entre los pueblos de nuestra raza, desde que del seno de los antifuos virreinatos y capitanías generales e América surgieron nuevas naciones, no son tan íntimas como convendría que fiaesen para Wen de nuestras aspiraciones eomunes y de nuestra recíproca defensa. IiSs enormes distancias que separan & Bnofl Estados de otros; la dificultad de los comunicaciones marítimas y terrestres; la poca densidad de la población, aue levanta barreras casi insuperables a la frecuencia del trato; la diversificación de intereses entre territorios que antea «tuvieron bajo la misma dependencia administrativa; y ahora Cdnstituyen díatintas nacionalidades, y por último, la escasez del comercio que hacen estos países entre sí, han ido aflojando insensiblemente el vinculo con que en pasadas ^ocas la Metrópoli los unia, y hoy cada «ual vive respecto de los demás que formaron el vasto imperio español, en estado casi siempre de cordial amistad, pero de positivo apartamiento. De esperar es, gracias & los medios cada vez mayores y más portentosos puestos por la ciencia al servicio de la civilización, que desaparezcan alguna vez lod obstáculos con que la distancia y la Naturaleza embarazan á la mutua y continuada circulación de ideas é intereses entre los varios pueblos de origen espaüol; pero mientras el mal subsista, y subsistirá sabe Dios hasta cuánto, ciego será quien no advierta los graves daiios que nos ocasiona. Porque él impide la unidad de nuestros esfueríos para fines comunes; retarda alianzas, quizás salvadoraé; nos entrega débiles y aislados al arroUador torrente de influencias extrañas y contribuye de modo eficaz al constante menoscabo de nuestra lengua, única parte del caudal heredad.i que, por ley ineludible, conserv-\mo8 y conservaremos mm^rejpro invíñso. Movicfo por el patriótico deseo de buscar medios de defensa contra estos peligros, que á todos por igual nos amenazan, la Asociación de Escritoi'ei y Ariisí(W Concibió eí pensamiento de celebrar en Madrid, con motivo delcu'rto Centenario de la epopeya colombina y como punto de partida para más elevados designios, el primer Congreso Literario Eispam Americano. Proyecto de tal transcendencia, que tend'a áconcentrar, siquiera fuese para un caso concreto ajeno á la política, las fuerzas de todos los Estados en que se fracciona la diseminada familia eapafióié, no poflia menos de ser aceptada con entusiasmo por una Asociación, que rinde culto á \oi más nobles ideales, y en cuyo escudn figura el > lema: Mejoi' se mudan unidos. Con el concurso, nunca bastante agradecido, de los ilustres representantes de las Reúbücas americanas, residentes en Marid, dedicóse, sin levantar mano, & la organización del futuro Congreso; y para hacer más fructíferas sus tareas, solo incluyó en el Cuestionario aquellos temas directamente relacionados con las necesidades de la producción intelectual. El programa que formuló entonces, y ue servirá de base á las deliberaciones el Congreso, se compendia en esto» tres puntos capitales: 1.° Reconocimiento expreso en materias de lenguaje, de una autoridad puramente moral, encargada de velar por la integridad del idioma, contrarrestandk», en lo posible, la anarquía que le coKífmpe; y como lógica consecuencia de este reconocimiento, la adopción de reglas fijas Sramaticales, espontáneamente admitías por todos, para mantener en la ense< r6icas, cuenta nanza la unidad funda«fintaa dys 1» lengua común. S J %." Conveniencia de ensanchar entre los pueblos de origen español el circulo de sus mutuas relaciones intelectuales y mercantiles, creándolas donde no las haya y haciéndolas más íntimas y eficaces donde ya existen, asi para romper el estéril aislamiento en que nos consumimos y que tanto nos enflaquece, como píira recuperar en el concierto de la humanidad el puesto preeminente, debido & una raza numerosa, inteligente y emprendedora, que, entre sus empresas, cuenta la de haber descubierto y eivilizado un mundo, 3.' Necesidad de aumentar, librándole de restricciones y trabas rutinarias, el comercio de la librería española y americana en los países dónde se habla castellano, para qi^e conozcamos mejor y en todo su conjunto nuestro desarrollo social, político, económico, científico y literario, y para fortalecer con el reciproco é incesante cambio de las creaciones de nuestro espíritu, las virtudes, energías y cualidades que constituyen nuestra originalidad genial. La obra, pues, del Congreso, determinada de antemano en su programa, de carácter esencialmente afirmativo, no es de apasionada controversia sobre materias dudosas 6 sobre generalizaciones doctrinales: es obra de reconstitución y resistencia, dentro de un plan ya conocido, para impedir aue el edificio de nuestra grandeza traaicional, en donde se cobijan todas nuestras esperanzas de mejores dias y de más próperos destinos, se ven^a á tierra por abandono nuestro, envolviéndonos entre sus ruinas, á semejanza de algunos magníficos monumentos, que no caen bajo el golpe de inesperadas catástrofes, tales como el incendio, la inundación y la guerra, sino que se derrumban lenta y silenciosamente or la incuria 6 la ignorancia de sus ueños. Para acometer con probabilidades de éxito esta labor reparadora, conviene atender, ante todo, al estado actual del idioma, que es donde más estragos hace la continua invasión de elementos extraños, por la misma diversidad de su orígen, desordenados y revueltos. Lejos, sin embargo, de los promovedores del Congreta Literario Eispano Anericano el pueril empeño de rechazar por mal entendido orgullo patrio, la legitima preponderancia que sobre nosotros ejercen naciones más adelantadas, ni el de cerrar sistemáticamente la • puerta a toííos los neologismos, frases é innovaciones que aporte al habla castellana por sus cauces naturales, la maravillosa actividad de nuestros tiempos. Empeñados y abstraídos durante lo que va de siglo en el largo é improbo trabajo de consolidar nuestras libres instituciones, lo cual nunca se consigne sin pasar por luchas sangrientas y aniquiladores trastornos, nos hemos quedado tan atrás en el camino del jíropSIo; qufe míéutrás * Tüeráádálí^severancia y estudio no ganemos eí terreno perdido, aspirar á nuestra completa ems^cipación, equivale á soñar con lo imposible. Semejante pretensión rayaría en locura. Pero de esto á menospreciar torpemente los elementos más castizos de nuestra peculiar cultura; á reducirnos al triste papel, como hacen algunos aquende y allende los mares, de serviles imitadores de todo lo exótico, solo porque lo es; á dislocar la lengua empleando giros absurdos é incomprensiblesy vocablosimpronunciables é innecesarios; á convertir, por último, en monstruosa gerigonza aquellamajestuosahablaqueel emperador Carlos V creía la más adecuada para conversar con Dios, hay inmensa distancia, que no puede recorrerse sino afropellando los fueros de la razón y de la ciencia. Los idiomas están sometidos á inflexibles leyes biológicas, que no se infringen en vano, y cuyo persistente quebrantamiento, primero los obscurece y al fin los mata. Mientras se mantienen fieles á sus principios generadores, las lenguas son luminosa encarnación del espíritu: en ellas expresan los hombres, con diáfana claridad, sus afectos y defienden sus intereses; en ellas escriben las sociedades los Códigos por que se rigen y de los cuales, depende, en gran parte, su prosperidad 6 su ruina; con ella arrancan los sabios ¿ la Naturaleza y al alma sus recónditos secretos, y levantan las efímeras generaciones humanas los más durables monumentos de su gloria. La decadencia de todos los imgerios ha empezado por el idioma, porque la corrupddn del habla trae aparejada la confusión de las ideas; la confusión de las ideas extravía y envilece las manifestaciones del entendimiento; la perversión de la inteligencia, desnaturaliza las cualidades características del pueblo, que por esta pendiente resbaladiza va llegando & un estado de mansa descomposición, cuyo término inevitable es la muerte, tras dolorosa y prolongada agonía. S '^ D] f érna&do Fi^aneo^ Be ionribe «a k AdmlniítraQtdti, ALlfQCB*, lladíid, me^ ÜNAJPESBTA.—ProTtaofti^^ t» nmtt. CIKÜO. - Antillas espaColu y fliteantes del tratado postal, trimestre, DIEZ. •Portagal, trimestre, OCHO.—Ea loi demftf piUiaf 15 R PERIÓDICO DE lAYOB GIRCÜUCIOH DE ESPAÍiit aiUMÉSfiM iB^IMt ...iMÜMmii SIB qtie caen de peSa en pella desde las cum» bres, acrecíentaa, sin enturbiar su traiisarenQla>la corriente de los grandes rios. alaternos el dominio del idioma cuanto sea preciso; pero amparemos con ánimo resuelto su estructurs fundaimental^ lo que es substancial en él, lo que determina su diferenciación entre los demás organismos de su especie, y no consintamos, al menos sin protesta, que manos bárbaras le descoyunten, deformen y degraden, porque las heridas que reciba, desgarfái»án con el mismo golpe el corazón [ de la gran patria á que toflcrs pertenecemos. No os temerario creer que los gobiernos de las distintas nacidües reptésentádas en el Congreso Literario Bispano Americano atiendan, en le que tengan de justas, las reclamaciones que sc*re punto de tal importancia emanen de él; pero aun cuando no produjera otro resultado práctico que el de haber contribuido á la conjunción de tantas voluntades, hasta ahora aisladas, en el común deseo de salvar la lengtm eastellana de los peligros que corre, esto seria bastan • te para que no le olvidara la Historia.Yo espero, sin embargo, mucho más del Congreso. Cuando se extingan los últimos ecos de las fiestas del Centenario, y vuelva cada cual al seno de su patria querida, espero que en el recogimiento de la meditación, empiece á germinar una idea.hoy todavía vaga y confusa, como debió descrío eljprimer presentimiento que turbó el alma del descubridor de América, y que convirtió al cabo con su constancia y su fft en realidad gloriosa. El surco ha recibido ya la simiente. Pongámonos de acuerdo para conservar incólume el verbo de nuestra raza, y si el éxito corona tan generoso esfuerzo, no perdamos la esperanza de que algún día nos entendamos del mismo modo, no solo para estimarnos platónicamente como miembros emancipados de una familia dilatada, si no, lo que vale más, para auxiliarnos y para defendernos. £ "SHlSfT les, sables, «hocos y otras armas pertene«jleotesá los serenos. Los dos soldados están presos 6 incomanieados. Se activa la sumaria para exclareoer los hechos. Los serenos heridos se llaman Francisco Viéente Ordófiez y Juan Araujo. Bste tiene un balazo eu el pie derecho y se encuentra grave. Rstén heridos también el guardia municipal Manuel Ruiz Valcárcel, el guardia da consumos Antonio Borrego y «1 paisano Maonel Tejera Canadá. Casi todas estas heridas son de bayoneta. Oomo era de esperar, el suceso es objeto de todas las converanrioues, pues nadie se explica que dos soldados desarmen y maltraten á varios serenos y campen por sus respetos dorante varias hora.«í do la noche, alarmando al vecindario, sin ser detenidos hasta que les echan mano dos cabos y un sargento da su mismo cuerpo. Aquí todo el mundo, conviene en que deben reorganizarse los cuerpos que dependen de las corporaciones populares.—Varga». líe 'El festival anunciado para anoche no ft)é verdadero festival hastaSúltíma hora, «T?or de pronto, y como es uso y costumbre, no se cumplió el programa. Ni cáuturon todos los orfeones, ni tocaron las bandas militares, ni siquiera se dispararon media docena de cohetes. ^ s l que cuando iban á dar las doce, una parte del público, la gente moza, no pudo reprimir el entusiasmo que la inspiran nuestras celosas autoridades, tan simpáticas ellas, y le manifestó de modo bien ostensible y ruidoso. Primero fueron gritos, no hay que decir cuáles, conocido el amor del pueblo de Madrid al alcalde que Cánovas nos ha dao, y á todos sus superiores jerárquicos y concejales adyacentes. Nosotros oimos entre el tumulto nombrar al Sr, Bo.«)ch y al Ayuntamiento; claro es que les vitorearían. O&SPAR NliÑEZ DE ARCI. Después, los más entusiastas, prendieron fuego al tablado forrado de elegante percalina qne había en la plaza de Madrid; y últimamente, y después de romper los faroles del Prado, subieron los grupos por la calle de Alcalá dejándola a obscuras. Si la opinión pública se ha signifi? ado Y los gritos cada vez más agudos. alguna vez sobre un asunto concreto, Daba gusto ver Madrid y oir el ruido en forma que no deja lugar á duda res- de los cristales rotos; parecía que habíapecto á sus aspiraciones, es indudable mos vuelto á los felices tiempos de Squique la ocasión pre3ea,|e ofrece un caso lache. excepcional, pocas vecfe igualado en la Es una lástima que este encantador historia. " ^ •'espectáculo no se haya anunciado con la Lá hostilidad del pueblo de Madrid Sa- anticipación debida; se hubieran pagado cia la actual gestión municipal, y hacia á buen precio los balcones da la calle de el alcalde particularmente, tiene un ca- Alcalá. rácter tan sincero y tan .convencido, es Afortunadamente, el sellor ministro tan unánime > tao hondo, que sólo la d« la Gobernacióa pudo disfrutar de la gran irhpasíbniflH de un Gobierno que fl^,ta improvisada; en lá misma esquina, alardea de resistir loa moviuúeutUB más de la calle de Carretas cayó un farol con universales puede sustraerse á tan pode- gran estrépito. rosa corriente. El gabinete Cánovas, desComo es natural, se cerraron todos los preciador sistemático de la opinión pú- cafés de la Puerta del Sol y empezó á blica, cree más propio de los gobiernos acudir allí la gente como si repartieran fuertes no ceder ante lo que llaman pre- dinero. siones extrañas, que suelen ser las úniLos comeniarios eran sabrosos, que dicas presiones fecundas, y i las que, por cen en Cuba. Los mismos que hará hoy instinto de conservación, debieran los todo Madrid cuando se entere del suobernantes atender desde luego, antes ceso. e que, encrespándose la ola popular, lo Nada, que cuando un pueblo ama alas que era aspiración legítima se convierta autoridades, lo tiene que manifestar de en imposición violenta. alguna maneraEsta es la situación del Gobierno enAsí que no es extraño que las autorifrente del pueblo de Madrid. Tales anti- dades no reprimieran la inauife»tación. patías públicas ha despertado el señor Se hacia en obsequio suyo, y por modesBosch, de tal modo se desencadenan tas que sean reconocerán que la tienen contra él las iras populares, que es una bien merecida. verdadera temeridad mantenerle en un Y unos cuantos faroles rotos, ¿qué imuesto que tan desdichadamente ocupa, portan? Poco más que nada. 'n funcionario que cuenta contra sí tal Con lo que baje en un día la renta de suma de pasiones y de odios, necesaria- consumos hay para comprar triple númente tiene que ser un peligro. mero de faroles de los que se rompieron El motín de anoche se lo habrá demos- anoche. trado claramente al Gobierno. No es el Y el espectáculo, como espectáculo, primero de la serie, pero no será el últi- magnífico. mo tampoco. El mcjur festejo de la temporada. El Sr. Bosch, en lo sucesivo, es ya una cuestión de orden público. • TfiiÉí ippitai S B CUENTOS PROPIOS TODOS LOS SANTOS (Por telégrafo) SeoillaZX {7n.). Hoy no se ha hablado aquí más que del escándalo qne han dado esta madrugada dos soldados borrachos que recorrieron varias calles, después do abandonar la guardia de la cárcel, llevándose sus carabinas. Estos dos soldados, que pertenecen á la primera compañía del primer batallón del regimiento de Granada, y que se llaman Francisco Bonilla Marín y Juan Espafia Harlin. naturales ambos de Málaga, parece que abandonaron á las nueve de la uooUe la guardia de la cárcel, yéndose é una taberna donde se emborracharon, Díjose en un principio que habían desLa enfermedad, ¿para qué ocultarlo? apunta entre nosotros, y americanos y es- armado al centinela de la Tesorería de Hapañoles tenemos el mismo interés en cienda, y disparado algunos tiros á los seque encontraban al paso; pero parece combatirla, ahora que todavía es tiempo renos que solo uno de ellos se acery antes de que se apodere de todo el or- comprobado, có i la guardia de la Tesorería, diciendo ganismo social; porque si llegara á pre- qne se fugaban los presos de la cárcel, y valecer por culpa nuestra, nos separaría que tos tiros que se oyeron no fueron dispaaún más que la distancia, desataría de- rados por ellos, sino por los serenos, que al finitivamente con la progresiva disolu- verse acometidos, se defendían. El que se ción de nuestra unidad idiomática, los acercó á la guardia de la Tesorería, tomó lazos de amor y fraternidad en que se del armero un fusil y • salió con él, apuatanflo después al cabo, pero sin que llflfgara funda nuestra fuerza colectiva, y anula ría por completo y para siempre nuestra á disparar. Lo cierto es que recorrieron varias cainfluencia en el mundo. Tenga, enhora- lles, entre otras, las de Compás, Zaragoza buena, cada Estado sus provincialismos, y Laguna, y que desarmaron é hirieron k 6 gi se quiere, sus nacionalismos propios, varios serenos y guardias municipales. que son, las más de las veces, producto Cuando en el cuerpo de guardia so notó espontáneo de condiciones, necesidades la falta do los soldados, sa!iar0n un sargeny costumbres privativas de los lugares to y dos cabos á buscarlí^s. En la capitanía general no se tuvo notien que aquellos pintorescos giros se forman. Estos materiales nuevos, depura- cia del suceso hnata la una de la nmiir.iiií'ados por el uso de los doctos, lejos de em- da. Entonces se enviaron parejas de la guardia civil en su busca, piü'o cuando éspobrecer y alterar el caudal general de ía tas salieron, los dos cabo-s qae h-íbían Ido lengua, le enriquecen y sanean, como los •n su persecución los habían detenido ya I biloa de af ua, casi cernidos por el ^xe, en la pUza NueTa^ ocupándoles dos fusi- (CUEKTO DE NlSos) La tarde está hermosa, como de otoílo; el cielo manchado por ligeras nubéculas ue parecen formar una túnica de blonablanca sobre una tela de raso azul. Declina el sol y empieza con la luz del crepúsculo esa melodía que llena de triste dulzura los corazones.—Se va la tarde; se' va la vida del niño, de la mujer, del hombre, la vida universal: ¡sólo Dios, allá, tras de ese velo de encaje, permanece y dura, bueno, cuidadoso de los mundos, amado, respetado, loado, eterno! Los niños se han reunido en el Parterre del Retiro, y juegan, dejando marcharse las nubes, el día y la vida; dejando á Dios velar por los mundos y por ellos. Han venido á la tierra y no saben para qué ni cuál'es su destino. Sus padres les han dicho que han venido para respetarlos, para amar á los hombres y rezar á Dios: todavía, sin embargo, no se dan cuenta de su misión; ni tienen pasado, ni les preocupa el porvenir: solo viven d<<l presente—del presente que se va de entre sus manos con sus juegos, de RUS labios con sus palabras, de su cora;!6ti con sus nacientes pasiones y de su ccj'iibi-o con sus vagas ideas. La vida, para ello«, es g'oznr, (^a acostarse eu su CEiaitfi; dümiii- arrullados en ella; despertarse con besos; ser atendidos en todas las necesidades, consolados en todos los lloros y adivinados en todos los de- , seoi}!~¡Creced, creced, venturosos; ore- i ced, creced á ser desdichados! • 3 Pero los niS(te se han reunido, como decía, para jugar... No parece sino que de los cercanos árboles y de entre las plantas y las flores, ha llegado tropel de pajarillos que cantan, corretean y revuelan. Los niños forman corro ó se esparcen persiguiéndose: ya se buscan, ya se cogen, ya se abrazan, ya fingen coléricas escaramuzas. Los hay de humilde condición, de vestido pobre; los hay de padres ricos, y que no parece sino que vuelan con las plumas, cintas y lazos de sus sombreros y trajes. Juegan y juegan, sin pensar que la luz ni BUS fuerzas puedan tener fin.,. En los bancos de piedra algunos caballeros, algunas señoras, les miran con ojos de amor y sonríen. Pero cuando más encrespados están los niiíos en áus juegos pasa un anciano, se detiene, les contempla con inefable mirada, y luego les grita, tendiendo hacia ellos sus inquietos brazos: —¡Paraos, paraos, hijos mios! ¡Reunios aguí donde podáis oir mi escasa voz! Un viejo quiere hablaros: un viejo muy viejo, tan viejo que casi es ya, como vosotros, un niño. Dos rapazuelos se paran y le miran con sus grandes ojos de inocencia, sorprendidos y curiosos; los demás se detienen también; y así como las figuras de un reloj de música que van perdiendo el movimiento, todos ellos se quedan estáticos y le miran y escuchan, Hay un banco desierto, y el viejo se sienta: deja en él su cayado, se quita su sombrerón, y pasándose la mano por la barba, nivea y larguísima, asi les dice con voz en oue suenan todos los placeres del mundo perdidos, todas sus tristezas cumplidas. —Hoy no deberíais jugar, niños míos; hoy es día grande y solemne para la Iglesia; y bueno es que os acostumbréis desde ahora al sacrificio, —Pues ¿qué día es hoy, abuelo?—preguntó una chicuela. —Hoy es la fiesta de Todos los Santos... y la Iglesia católica honra con ella á los que han subido al cielo. ¿No quisierais vosotros ir al cielo también? Aquí hacen los niños un ademán afirmativo. —Este es el día en que se adoran las reliquias de los santos y sus imágenes; en que se implora su protección, se invocan sus nombres y se releen sus vidas. Los santos fueron hombres, sufrieron y gozaron como todos hemos sufrido y gozado; pero nos superaron en virtudes. En el dolor esperaron en Dios; en la dicha no le olvi laron. ¡Ya cuando seáis mayores sabréis cuan difícil es no desesperar y no desagradecer en la vida! Dios... ¿Sabéis quién es Dios? Dios es quien ha creado esta Naturaleza que os rodea; autor de la vida, del aire y de la luz. Pues Dios ha dicho á los que merecieron oirle: -'Si alguno me sirve confidelidad,le Ao»raré^^aniemente. Y por eso cuando habéis ido á las iglesias habéis visto unos hombres de maderaj entre luces, eu los altares: son los elegidos los que fielmente le sirvieron, los que fueron buenoB; y ser bueno es no hacer contra los demás lo que no queréis que se haga contra vosotros. Y después de una pausa, siguió: —¿Queréis que os quieran? —¡Sí! —¿Queréis que os roben vuestro pan, vuestro vestido, las monedas que os dan vuestros padres para golosiniílas? —¡Nol —¿Queréis que os hieran, que os maten? —¡Jesús! —Pues ya sabéis lo que es malo y lo que es bueno. Hay, sin embargo, qtie hacer mucho más para ser santo... Es santo quien piensa en las cosas celestiales más que en los terrenas; quien nada quiere hacer sino lo que puede ser hecho sin que se entristezca ni se enfade Dioa; quien es religioso, trabajwílor, amante de su familia, ouen amigo, socorredor de los pobres, no envidioso de los ricos, justo y suave de condición; nuien piensa en los demás antes que en si propio; quien por dar alegría pasa sufrimiento. Es tan sublime el vivir asi, queridos niños, que en todos tiempos han sido honrados y respetados cuantos así vivieron.yselesda por ejemplo; y nadie duda que después de morir alcanzaron la recompensa de sus virtudes, y que desde otro mundo más esplendoroso, donde no hay hombres malos, difunden sus inspiraciones bienhechoras sobre esta pobre tierra en que jugáis vosotros. Los niños se habían acercado cada vez más al anciano, y le oían embebecidos mirándole al arrugado semblante, en el cual se reflejaba una bondad divina. —¿No querriais ser santos? —/Oh! Yo—dijo uno—¡vaya si quisiera llegar á estar ei«los altares, y que rae encendiesen lámparas y quemasen buenos olores, y se me arrodillasen los hombres y mujeres! —Tú no lo serás—exclamó el viejo.— Para ser santo es preciso tener deseo—no vanidad—de serlo... Y ahora, hijos míos, puesto que ya os hice reparar en la majestad del día de hoy, escuchadme una palabrita acerca del de mañana; ¿alguno de vosotros sabe qué día será? —Yo lo sé: lo he oído á mamá. «Óyeme ha dicho—mañana hay que ir á rezar sobre la tumba de la abuelita. Es el dio, de los Difuntos,y) —Y los difuntos, ¿quiénes son? —¡Toma! ¡Loa muertos] —Son los que fueron niños y hombres, y vivieron como vosotros, y han dejado de ser, y están bajo tierra después de haber gozado y sufrido.—Consagrad vc3otros, también, un recuerdo á los niños que han muerto sin llegar á ser hombres. Quedaron en el principio del camino, entre dos ^las de juegos, entre dos beso»; flin dej" i-, al morir, más que sentimiento, lágria' as y quizás envidia. Allí en los eí* n^eutérlo») eu pequemos Ucifi», eu UsM» cajas, vestidos de azul y rosa, cefiidos dft\ flores, son como las crisálidas de almu que han volado, heclias mariposas, «I cielo. Alli yacen más olvidados que nin gunos otros difuntos porque no nicieroBi bien y, sobre todo, porque no hicieron mal a nadie; sólo sus padres les recuer- ' dan siempre; y en las veladas, y cuando ven los juegos de otros niños, y en cien fechas inolvidables, sienten que su recuerdo cae como gotas de roclo sobre Iw espinas de sus coronas de mártires. ¡Juntad las manos y rezad, hijos m\os, con las oraciones que os han enseñado vuestros padres, v pedid á los niños muertot que desciendan sobre vosotras con sus alas de ángel y os traigan la coraza df hierro contra el dolor que ha defendid» del mal el corazón de los santos! y levantándose recogió su báculo y se sombrero, tocó, beso por beso, las mejillas de los niños, y, volviéndose mucha* veces y despidiéndose con la mano, desapareció entre los árboles... Los niños quedaron pensativos un momento, y luego se fueron á buscar & sns padres. —¿Quién ea ese viejo que os bablabaV —preguntó una mujer á su hija. La niña se quedó sin saber qué decNr y como reflexionando; pero de pronto Mt' dio una palmada enla frente y protrampió: 1 —¡Debe ser un santo, madre! Fernanfíor. Ateneo Conferencia del Sr. Godío Con Edmundo Amicis hizo su primer viaje á América el Sr. Qodío,'y de la compenetracido de ambos espíritus, recordand» la manera brillante y poética de decir y de pensar de Amicis, parecía surgir la bellísima oooferenoia que anoche did ea el Ateneo el Sr. Qodío. Un pensador y un poeta, eso es el ílastrr viajero y escritor italiano. Pensador proíandisfmo, cuando estudiaba las cansas dt la crisis económica en la Ropüblica Argeor tina. Poeta, cuando describía ona exea» sión por las selvas virgeues. Pensador y sociólogo emiuentislmo al hablar de razas ff de idiomas, de emigración y de coloniza» cidn, de lo que SchMfe llamarla elemente «motor» de la humanidad. Poeta, cuande nos hacía asistir á una visión profótlc» del porvenir de América, y particalarmontc de la América del Sur, que es como renacimiento á nueva vida de la raza latina. La numerosa, la selecta concurrencia que llenaba el Ateneo, aplaudió con entusiasme al Sr. Qodio. NoS hacia participar de su ft la el Drojrrcso, con los datoí y los razonamienhl*/? 6 an sabio. Nos conmovía y electrizaba con la fantasía y la imaginación di ' un vidente. Habla una hondísima ñlosofii ^ en aqiiella su noción dé la vida y enorgit de un pueblo eu relaeión eon las crisis económicas, que tanto más jfrande y poderosa y rica en fuerzas vítales es una nacionalidad ó una raza, eaaotas más veces y mis profundamente ve eomprometidos sus destinos... No contamos ni con eipacio ni con tiempo para seguir al Sr. Oodío en su elocnente, en su notable, en so interesante, sn s« inspiradísima confereooia de anoche. Hable él por nosotras, qué nos limitamos i transcribir los últimos párrafos de .su discurso, aiotetis brillante de sus pensami notos y observaciones y hermosa visión da sus esperanzas. «...Y sin salir de aquellas tierras vírgenes, de aquella Naturaleza cncantad-ipa, so&emos, soüemos, al melancólico mu:mullo del gran padre de los rios, que nos va narrando la historia tnlstorio»» lit;] panado lejano, que nos va cantando Io« salmos délas antiguas razas muertas: soñemos coi. ci oacanto de la dulce brisa que tPiin'i» las noches tropicales, i« «oDfieutfl visión del porvkttlt» «...Buel aislamiento solemne de un río que pudiera ser recorrido por flotas, y na ea atravesado sino por algunas canoas silenciosas y traidoras, oomo es silencioso y traidor el paso del indio, «ntre dos compactos muros de interminables selvas eu que reina la soledad y que podrían dar asiló y bienestar i todos fot desheredados de la tierra; en la quietud solemne del crepüoculo, rápido y majestuoso en aqnellas latitades tropicales, el hermoso snnño de Cañó me atrajo en sus seductores lazos, y poeo á poco mi espíritu se sintió transportad* al remo de las visiones. »Me paréela estar solo en una barquilla... rápida como elpeuaanilflitto... lígnra, ligera oomo la rsntasia y remontar el Paraná. Kl cielo estaba sombrío y el color neerruz. 00 de la bóveda, que se extendía sobre el rio, se confundía con el color negruzco de la selva. «Ambas orillas estaban pobladas de salvajes que combatían entre sí y de cuando en cuando lanzaban contra mi ñochas qua no alcanzaban k herirme... En el interior humeaban sacrificios humanos. »La visión cambió de improviso... A la, selva densa sejiabíao sucedido pampanosos viñedos de los^que pendían racimos de bellísima uva, árboles frutales de los que colKabao, delicia de losojos, tentación del paladar, dárosnos, dorados damascos, almendras, manzanas, naranjas... la sonriente oampifia era interrumpida i menudo por amenos villorrios hormigueantes de población alegre y festiva, y por inmensas ciudades en medio de las cuales resaltaban suntuosos palacios, espléndidos monumentos, humeantes obimenens... »Y una mística vos descendía de lo alto inundando deIftbllo el corazón... Aquella voz decía: [Paz, fraternidad, trabajo!» Bl público del Ateneo le hlxo una ovación. Hoy se la hará sin duda el Oestro Obrero, donde dará otra conferencia. . la ffllj 8Éla (P«r itiégiféU) Seetlla 31 (8 n.). Bn Its primeras horas de la tarde ««Ivit, mi j a l i í e l r g f f j ^ e o en cpchojgra ^|^^;i'%lP«í,^¿Y^jf^''¿jg^; Vsr»' ' meÉm SSÉOE do 1« reina regente ^ de las infautAC, htíb«c»4o li>eer<i(}ó hi«Jit« Tarreblfwcw» K«»pe«to« la marclm, nsdn d« 'poslttyo M «fiXúei )ia»ta «wt» rntüana. pero todoa los indrcios penaiti!» supouer quo m SJari pa<t» el dia 3, pues ten^ro entendido <3ad ya entro U alt» servidumbre circulan algunas érrtenes en a<)uel sentido. Taroliíóii «e cojjsideríi desechada la idea d« reaJiaaf el vmje á Granada. Itfi'pecto i este punto parece que triunfa t» ©piujdn facultativa, qa» «o quiero asulair lí' respodíabiliflad de cnalquiei-accirt<;<»te ((ue {}uc(la influir de uua manera <í<"fa»or«bleeii U salud de! rey. He oWo a««jEi)r«r que la Gaceta publica. ti «m i»arte «n ol que se cotmignaré la opi»íá« de los módicos, conlrsria 4 aquel tiiíje. Partice que atijunos da los diputados y leñadores por Sevilla, que se eucuentrau •rjut han experimentado una seria contraritíflad por no haber sido invitados al banflueln noe s« coletiró anoche en Pataeio. Una Ooinisidn de tres franceses, condecorad is aan cruces españolas, ha entregatía hoy á 1» reina regente un lujoso álbum «Bí.cnptti por gran numero de las persoaaa ue tieuea igual distíiioidu ea FraQci«.-> 'argot. ma tessessaOBos sidente, en elocueatifimas frases, dio las f ráelas A todos los ««agregados. Caspués de la preseotación de poderes y credenciales de los represontantes ds eeOf tros, cor^úi•aciono;^. etc. {ol numero deconrresistas es do 720), y do la lectura de la Uta de vocales del Congroso, se procedió al nombramiento de la Mesa de honor y de la efectiva del Congreso. A propuesta de} síjfior presidente se acordó que los debates versarían .lobre las conciusiones de las ponencias, sin perjuicio de que los autores de Memorias pudieran leer éstas. tíe recomendó 1« puntual asistencia i la se«i<4a iaaagural que se veriflCRrá hoy, á las dos de la tarde, en el paraninfo de la Universidad. Los cougresistüs militares asistlráo en traje de gala y lo?, domas de etiqueta. f B L ' I i l B ' Ü R ü U ffwpwifffw ti vos; pero os seguro que serán objeto p»aferente de.,8u atención los sucesos de ano«ha. Pairaee que toa ministros tomarán por tnanimidad una resolución llamada A tenar mucha resonancia. Las Aduanas d« CU^A Ai cerrarse ayer tarde las oflcinai de la Caja de Depósitos no SR h¡\bia hecho ningún depó'iito con objsto de tomar parte en el concurso para el arriendo de las Aduanas de Cuba. Aoofhe, á las doce, terminaba el plitzo pjira presentftr propoiticfoiíes. Bl dirsolor de Hacienda df^j rai,gÍ8torto de IJUtrem!.;', Sr. Bergamín, eituvó hasta düh» hora . n el ministeriOt'y como nosO,íH'cse,tí>ftra,niugün pliego, ge flrmtí acta rtotariAl, leélíirando desierto el concuréo. Q flffetfn ¿8 llao No pudo ser más lisonjero el éxito qua anoche alcanzó la Sociedad coral de Bilbao en el hermoso salón de la calle de OapellaI. .iMiíáfxyif^ ^jriij/TMin . 1 . . II nea. La Sociedad coral bilbaioa cantd con ad* mirable gusto y precisóa todas las piezas del programa, revelando desde luego la bondad de las voces y la maestría con que firlUantisiui»; aspecto presentaba anoche han sido ensayadas coautas composiciones l siJdn de actos del Centro del Ejércílo y ae ejecutaron. fe la Armada, donde *e Teriflcd la seslóu Entre ellas sobresalieron, no solo por su pfsperstoíia del Oongreso Militar Ibero mérito intrínseco, sino también por la briAmericano. llaotea de »n interpretación, la Balada gal;ot «aoeoí del beriBoto latdn, dseortdo llega, de Monte,!); fa Retreta, de Rilíé, que é(3«> fcr^ltico* trofeee. m tetan ocupados fué repetida; Et Carnaval de Roma, de Am> brosio Thomas; los Cantos micongados y por los delegados de Portugal y de les ^apublicas americanas, corno también Púr los vcalses de Strauss, que cerraban el pregran níimefo de militares y matinos, enire gramil de la ñesta. ios n ) habla muclioü generales. Asimismo raereoieron grandes elogios A laíi d-ez en panto ocupó la presidencia los notables solistas Sres. Racbe y mslv él prrsí ' ;n»e actual de aquel Centro, geúe- rreChea (tenores), y Losada y Araona íbaral b . AiTaro f^'jfrano, teniendo A sU defe* joS), los Males cantaron con gran correc' c'iii a! getititil I\.rri(iiKlo/. Tojeiro, A SQ íz* clóu, haciendo gala de sus btienas faoultaquierda )t( 8r. Bonafós, Tioepresldénte dol des y dol buen estío de canto que poseen. mismo y ocupandí la» mesas laterales el Todos ellos obtuvieron grandes aplausos serretario general IBr. Bauchis y €í teSor y se vieron precisados A afiadir alguna pie* OberfíH. sa mfts A la» previamente anunciadas. AbicrlH la sesión, pronunció algunas pBLos cantos vascongados produjeron Tér» ii»%r«« *í j»n>»i<irti4e, seftor jipeHeral iSerrano, dAdero entusiasmo y se repitieron para **'h'ilCMnrt6 la* eircnns<ii»ic!ns pot lfi« que acceder & la8 inatancfas reiterada! del pá* hal»ío ll'"i.T"''o á ornpar la presidencia Bn b«<so. ar.l» lau «jjeiune, y itt'inffeHtaiuio que sola* Btt al dfto da / iwtfMnafí, deHossinl, melaente li idek del cumplimiento de un derecieron también ruidoso» plAcelnes loe seber como HOIÍIHU) le oí)!ig8bn á, ello; dirigió Sores Rache y Losada, por «i esmero condespués «u saludo carifiogo á t'xloa los Se- loe ejecutaron tan difícil oMae inapirada Bores «6tigr«>iii«tk», m«y efjtpccialinentt á «oiBpoalcidn. l«s deleg^iius de Aiiiéricsi t'lli pregitEtes; el —ii^iM^s^\,f H^iim »mm discurso d(íl «fuéral éertano íué AjílíittdWilo por la cODCnrrcMicia. Acto cíinfinuo, e! secretario, general #e•or gancliis. leyó ana breve reseña de la jnarcli» qoeljeBÍB »ejfoido la organizativa ^ r a celebrar la feliz 'conclusión da la Ael Coiígfcsó y los trabajo» nrelimitiarea a»e al efecto se habían pruotlCRdo, leyendo temporada en que A tan grande altura han quedado la maestría y el brío del popularí2es]9n6ti el Sr. Obertlu la lista de scíioros wngresistan, et» la que flgn'rHn (¡olegados aimo torero Rafael Molina, le obsequiaron t todas las Repübticas íulnmerlcanas, de ayer con un espléndido almuerzo en el restaaratit d« Fono», tittos sesenta y tantos ertugal y Estados Unifios i<e Amériee, amigoB y admiradores «uyos, entre los f' fah número de gfrnvrale», jefe.-? y ofldaíes e iiuentfo ejército y Armad», litéauas per- cuales «e veíati antiguos y buenos hflcionatoiíak notftb'es. .'nlre las que flguí^n ftl ix- dos, distinguidos sportmen, toreros, literaJtoirirstró tifeültramur U. Manuel Becérrak tos, pintores, militares, aristócratis, y perSón'&B, en fin, conocidísimas en todas las I'rocí'dióse* nombtar la* Sesaii de honor «feferas sociWes de Madrid. f efectiva, quecit-iido ambae eonstituidas *n la forma qne va hoinos aniinciado. ¡La excelente banda del Hospicio amenizó Levsi)ió.Sf la sfi.'íión, acoMláiidosa que la la fiesta desde uno de los salones InmediafB'Bugurii' qnt '«"i-á presidida por el minis- tos al que ocupaban tos comensales, y bien tró de la GticiTa, Se verifique el dia i «le pwoto se vio invadida la calle de Peligros Koviembre, * las nufcvey media de la no- f»©t e*i?r»ordinario golpe de gentes. Sefial de los tiempos. Al tocar la banda «he. en Msar6tide ii«to( d«I C%Dtro llih-> la MaraelUsay el $imno de Riego, hn malar. stfestacionAs de expansión fueron CMi las mismas dentro y fuera del local... fintre enaordecedores aplausos, gritó uno: ~lViva el Rresidenta de la Repüblíca... taurina! Y eome Alfniea, «• aflcionea monlrqnlHrUealar<« U U B A á i eaf, dijese: UTIRIOX —;No «s •«£• «I ray de tos toreros? (POM 4Qa la toqaon la maroha teal I £• Mrosararon todo* A responder: LoTulfe$ 31 (7-Ii a*% —INo. por Dios, 9ue va A creer la ffanta dknerfH«8« en tos ehcslM linaoeíeKMi qt» de la calle que aatA aqui Oánovas, y ooa silÉ»fr»e«wdo 1« sascripción pftbtloa para ba de fljol •abrir IM obtigauiotres del ferrooarñl d«l Parece mentira q00 hasta en un terreno Oesto d* i« Rabana, por haberte «ombatido ajeno á la política como el de la afición kw terminas del proyecto y la trantferen* tan tauromAqaioa, s« hayan do advertir las Ito d« la eoncesidn.—i?. «simpatías» de qua disfruta el gobierno actaaL En un gabinete del mismo restaurant esn g«a«ral Beratá4«i R«laik taba almorzando la Comisión Provincial de CáréMMi m f 8 ^ t ) . Madrid, aon motivo de hab<'r cesado en sus BQ el eorrao de hay ha salido para Alhft* tareas, y al terminar su festiJJ, pisaron totta da Granada el exinístro de la Guerra, dos los diputados que ia compbnen A tala* Vr. Barmntiez Reina, después de aoa corta dar y estreCíiar In msTf» de R-vfael. pcrniau>«..;:)a notre iio^otros. Sonaron algunos vivas á Lagartijo en la K) sahado visitó el Centro liberal, pro- oalle; varios de loa comensales echaron A Buoeiaudo con Ueho moti «r oti brillante ¡•8 auchaobor. puñadus de calderilla, y se éiscurst ,.«.ut)/.a, en «1 que aseguró la préprodujo el especUeulo pintoresco y tumulXtdia ealda del pnnñ.i* "nnservndor y Ja tuoso, que con tants indignaclóu.—on si es Ta«U» M brevísimo plazo al poder a«i pMno es cárnica—dcsf tit)« Él Correo de ano«do liberal. che en su clAfico »8al;»hcp.». Dt)a <fa« les eonaervadore» estaban mtiar* Cuando Lagartijo saWó i la calle, la ovatoa « imttiUzadof A los tres mese* de subir ción fué Terdaderutnante e.«ítnpenda; los ai poder, y que si hoy oo son gobieruo l«a •ohiquillos y loa entuslantas callejero." qui flkiBlooistas. stt debe al patriotismo y rovpe- «ieroíi levtóit&r en hombros al célebre veto qu« A la monarquía profesa ol Sr. SA' terano del toreo; Rafael, luchando A braxo fast». partido con la gente, se refugió de nuevo Matttestó aoett alSr. Sagasta bablera ea ol café; y ios estrujones y apreturas fueBWQldw el vkje de propaganda que em> ron tales, que hubo cristales rotos, ayes, fnindtA dorante el verana siguiente A «u lamentos, t«l cual herido y aljííjn que otro takta, la vuelta 4* loa liberales •# hablara contuso.., (Kl motín del entusiasmo! |Bi>.4e»tO. ¿Quién haWa de «oponer que por la noAl terminar su discario, « fMietal fué che había de provocar el nunca bien ponIMicttadoy aplaudido calarosame&té perAi derado Sr. Bosch, otro do tan distinta e«•vmeroso público que llenaba 10* oatouM pede? A«) Centro.—Gaíd/i. Peí alie laitlmoíe. Durante la «refriega» de la calle de f>eligro8. le fué robado el re• • lA ágABCtA fAtat loj al sntijifun diestro Mariano Antón, banFranela deriUero que f*!é le Rafsel. #A.ftMAtlX 3 1 - E l coraUé de mlnefoll, 81 gentío, que se había aecho inmenso en «(fQlendu los con-jejos de los diputadas C!t)esquina de i^ornos, llcfeaiido A interrom•ettceau, Pelletan y Millermid, ha acorda- la pir la circa'ación, obligó i Lagartijo i «sor e «lar por terminada la huelga y reanudar inarse A una de las ventanas del entresuelo, )fiit>c>it(i>fimeiile los tra1mJo(, y la muchediiíí bre aclamó al «anciano» coDii ho acuerdo no serA eonecido «tloiai- mo si acabara de4"r un volapié monumenmtntí-. Iinstr» niíiíiana. tal ó de poner un •, -, jmbroso par de bandeVíiXilá 3í. Dorante la nocheftUima «e rillas... Aa dfsencfitteiiudo violeiitisioia torm«iita jRchen ustedes guindas A nn pueblo «sH «D li>s PiijiifOL. O'iei.tiles. Los trenes su* el maestro como buenamenAran con «&t«> luvtivo cou^áderable retras». te fescapándoso pudo, y presa de extraordinaria emoAlrctistif» qne comprendemos, porque no ¥íim»HlCtlsli,\i.iiN (Wurtemberg) 31. I cióti—cosa C sabe qnii cw mAs. grave, si r«riir coa un — / y rtaileoió la reiua viuUa Oiga Nicfo- K toro 6 con un tropel do entusia»t»s—¡ogro ia'au. diriííirsi.-¡i h <?staeión del Mediodía, y al H»i í« nacido en 1822, siendogran duquepiií-fir eu <••' 'x cis da Andalucia, serepro•«L Ce H>>Hi«, y en tH46 contrajo matrimouio rtaj«rori («11 "! iíiii'!n los saludo."», a'^-lamaCort *i re.v do Wurternberg Carlos I. cióne.s y vífore» de iiumeroaoí! aficionar/Hlr^SI -i/« r»rensB «lemán* duda pné- do*, miéntrn.'í !a banda del Hospicio ejecuíiaii t ni)it>ar las luigociaciones par* ttti taba Uno de lif^u-íttos brillantes pasos datrat."d) de potuercjo entre Alaniania y KSbles que tH'itas vncft han acompañado en puhsi,ni!ie« deque expire el convenioproti- la PIHJÍB ri*. Xorn.i el (la^eo de Rafael, y que SÍOUHI. M<*Kurttni<sntt! éote Sflra prorr<H;rtd(». tari ¡toen» !i«n d'5 vulver * ahiraar el Aesñí^^ fil'Miln qne tti vrórrogaalcaiiíHifá ii»8lo le capitaneado por el famoíio matador da 1.' d¿ ;Í!)C!U protimt». CóMoba. f Congreso militar NÜESTRO_FOLLETfll LOS m m Eíi PAfiís Í Lagartijo { £1 telégrafo omniox ,PÍ \l^ ÍJb m e se dice Literario Contejo de ministros tu vcrlflcó ayer t«rde. A las dos, presidida per «1 tSr. x'úfif z de Arce, con numerosa »«i-t<><i£)a d« «••Hdres congreatsiss, qi;e ll»ieaba» (tor (Mitnptetn al amplio eStir«dodM ep«atifflfo «• la Uatversldad. Bl tatiar fia- Rstatft'ds, i laa cuatro, se celobrará Oon«^0 a* miüiíiíros, 1,H« írriniírwiales dioOn que loi' tíonsaj*rea re»ptm!*a «les sólo se ocuparAti del daa{Nieho d« atgunofl expedientes adiulnistra- entre hombres y cblquillos, corría por «1 Prado rompiendo llaroles. FijAbnnse principalmente en los faroles de gran foco. Cfuando algiin farol resistía A los golpes trepaban por la columna, y después de hacer peiazos los cristales apagaban el mechero. Todo esto acompañado y coreado con silbiiios, gritos y mueras. El grito de g n c r a , el que dominaba el vocerío, el que se oia más di.stintaraente y se aplaudía mtis, era éste: —¡'\iiicra el alcalde! MUÍ:!!i (¡ae enardcüía & loB amotinados y lea h^cla cobrar ánimos para seguir su obra de destrucción. Alg^iiíios fiíiardias intentaban prender á IDÍÍ íi«,'tUar;te8 vie las farolas. Poro t e nían que soltar inmediatamente A cuentes amotinados cogían. Un numeroso grupo se echaba encima de los guardias y les privaba de todo movimiento. ...Algunos sables de los guardias caidos al suelo en la refriega y cogidos jior los amotinados, sirvieron A éstos pHra romper mAs fácilmente los faroles. Un guardia de Seguridad, llamado Rafael Lagun», resultó contuso. c»lá, se cubrió la carrera por guardias de seguridad del distrito de Buena vista y dell3ongreso. El patíbulo JDe la prevención del distrito del Ceatro salieron unos veinte guardias de ^eforidad. Se les lia'Jtft avisado por teléfono desde «4 ministerio de la Gobernación, indleándoles Ja dirección que Uevaban los manifestantes. Dichos guardias llegaron á la Plaza dci Callao, y desenvainando los sables, inteatai'Qu cortar el paso 4 los amotiaaeos. liuahos de éstas huyeron en distintas direcciones. Todos los establecimientos que eeitaban abiertos en las calles que afluyen A dicha plaxa se serraron al ver el imponente as(^cto de aquella tumultuosa manifestación. * Ea la parte de la calle de Preciados desde la referida plaza á la de Santo Domingo, los guardias persiguieron ¿ los manifestantes, continuando éstos h a ciendo trizas Cuantos faroles encontraban i su poso. Al llegar los amotinadús á la Plaza de Santo Domingo, an piquete de l a g u a r dia dvil les cortó el paso. u Más ímM 1 mmmu wim •IS XVXJCO %é(CJk.WCJt t ROGER LAROQUE Los que se suscriban himta d 10 del corriente por tro» meses, fteibi*4B GRA» T t S loa fo{i«tine« que van publioadois. Loa que se auecri^&Q hasta el mújino áia por nu mes recibirán GRATIS los Dúraeros Extraordinarios ilustradas que beinofi dedicatto A la Exposición laternaclonal de Bellas Artes y á las Exposiciones Üiiítóricas del Palacio de Bioliotecaa y &íueeos. Asi se llama, eon mucha propiedad, el tablado, verdadero padrón de ignominia de loa festejos madnlefios, que se levanta en al refugio central de la plaza de IA Cibeles. Y, eftctívamente, anoche fué ejecutada allí la autoridad municipal, por un suplicio algo antiguo pero muy expeditivo y pronto; por el procedimiento del fuego. Ya que no tenían loa grupos de la Plaza déla CSbeles festivalmusical, imaginaron proporcionarse un bonito castillo de fuegos artifícialea. Dicho y hecho. No se iwhe con qufe, Algunos suponen que con nna botella de etróleo, «e roció el tablado y ae le preni6 ftiego. No ardió todo. Los agentes da 1» »«• torldad no preservaron del fuego el mezquino tablado; pero la humedad impidió que se quemase todo. La base del patióulo qnedó integra. Las maderas del niso del tablado, la barandilla, la percaiina que la adorníJba, las banderas, fueron destruidas. iál delegado del distrito, Sr. HemAn9e% Leal, y unos cuantos guardias que rodeaban el templete, se arrojaron A salv«r parte de la percaiina, y después de algunos trabajos dominaron el fuego. A todo esto el escAndaloiba en unmen* to, produciéndose con ello carreras, sustos y desmayos. £1 grapo de los amoünaidos, entre tanto, continuaba dando mueras al «lcalde V protestando de todos los festejos aguados. Kestahlecióse la calma por algunos momentos en la Plaza de Madrid, hast» ue llegaron alli los grupo» que del Pra0 venían triunfantes. S Bl entusiasmo een que los gremios del Comercio y de la Induetria han aceptado te idea de celebrar la manifestación cabalgata organizada por todas las clases mercantiles é industriales de Madrid, se rebela brillantemente en 1« notable Bxpo8ici<in de astaiidarteE|abierta anoebeen el local da la OAmara da Comercio. Anoche hahia numerosa eoncurraodía en los salones de la Cámara. Üonstítaido al Jurado qua había de d«rignar qué estandartes mereciau los premios anunciados y después de deliberar largameínte acerca de la materia, el Jurado «oordó conceder medalla de oro al groaaio de oaféteroe, naedatta de plata al da ultramarinos, medalla, de cobre al de carpinteros y mencionas honorífloas á otros varios. Los gremios de Madrid han hecho sacrificios respetables para luchar con noble y di^na emulación en ese certamen brillantisimo, y para dar una muestra más del entusiasmo con que lasclasesmercantilea toman parte en las grandes festividades na«ionales. «os falta espacio para enamorar Aatalladamente los estandartes que figuran en esa Exposición y que el publico admirarA después cuando se verifique la manifestación cabalgata del comercio y de ia ludastria. Lo haremos mañana. Todos ellos son primorosas obras de arto. Todos lo» gremios merecen alabanzas y «plausos por los sacrificios que han realizadoparadarbflUanteíAlañesta de ta cabalgata. lÁ OAmara de eomereio ha asordado abrir al publico sus salones, para qwe pueda admirar la Exposición quie de manera tan brillante bau coustituído con sus eafuerzos, con su entusiasmo y con su amor A las luchas pacificas del trabajo, las clases mercantiles de Madrid. FestíYftl frActsado Para la hora de las nueve de la noche y en la Plaza de I t Cibeles, estabaanunciado un gran festival de las bandas y orfeones que han lutu«do p»rte cu los concursos d i estos dias. La gente, lAndose del pragrams y Tiendo que el tiempo permitía que se cumpliese, dirigióse antes de las dies, en grandes masa^. Ala Plaza de la CibeleS; ó de Ifadrid 6 de la Anarquía (ente álumo nombre es el único que le cuadraba anoche.) La multitud que Hen«í)a por completo la plaza, esperó en vano. Pasó media hora, pasó una... y el tablado continuaba vacio. Entre tanto, en el centro del Prado, tócala la mósica del Hospicio y cantaban doR orfeones. Pero esto tampoco era lo anunciado. Faltaban todas las bandas militarcB y civiles, faltaban los orfeones y sobre todo faltaba el orfeón de Bilbao, ue se esperaba por la gente como uno e los mejores numero.? del programa. No habla, por Consiguiente, festival alguno para los que se agolpaban en la p!á'/a de Itt Cibeles. Y A los que estaban en el Prado, con ba.ro hasta la rodilla, se lee quería dar por todo festival un concierto con solo los «chicos del Hospicio», coiiiO en la Plaaa do Toros. Se couii rende, pues, que tanto los del Prado como los de la plaza de la Anarquía, atdieran en indignación contra el alcalde y contra el Ayuntamiento. 3 Kn «1 Prado Comenzó e! motín en el Prado y por la parte del Dos de Mayo y de la calle de la Lealtad. Comenzó por un gran vocerío, acompañado del ruido de rotura de cristales. \ Sin ponerse de acuerdo los grupos, por movimiento espontAneo, decidieron que para loque tenían que ver y oir, lo mejor era quedarse A obacnras. Los guardias déla Plaza de Madrid, sin Rpresuraraientos se dirigieron al sitio de donde las voces partkn. Un grupo de unas doBcientas personae, mn sss t Ante las estatuas.—Jnicio cettridiotorio El motín tomó entonces gr>indes p r o porciones. Los grupos eran numerosísimos. No bajarían de seis mil las personas que los formaban. •Quisieron derribar las estatuas. Fi>&banse para comenzar el sacrificio ea el «marido de la Latina». Ya haUaa cogido piedras y y*, enarbolabAn bastones y trozos del taJalado contra el «cuarteto», y* la fuerza que protegía las estatuas era impotente para defenderlas, cuando los amotinados se parsujon en firme... ¿Qué sucedía? Los amotinados dtJüberabaa. —¡Abajo las estatuas!—dijo «na voz. —No, no tocarlas—dijeron otros, Y se oyó, clara, distintamente, esta reflexión, que detuvo los airíi'los brazos: —Respet<irl«s, no tocar las eetatuws. —¿Por qué? —Porque eau de hijos de Madrid, y por tanto, odinrAn á B ch lo mismo que nosotros. (ApUt/nsos esirwndosos.) Ea la calle do Akalá f Al pasar los manifestantes por el xrinisterio de la Guerra, el capitán de lA gvíBrdia detuvo, en el momento de subirse 4 un farol para hacerlo triaas, & un sujeto, que re>íuUó llamarse Paulino Aríin.la Galán, de oficio cerrajero. Por la calle de Alcalá pasaron los amotinados en furio/sa corriente, rompiendo todos loa faroles del alumbrado páblieo, sin dejar uno «ano, cumpliendo a las mil maravillas su papel de cielóa. Ai oir la gritería, la gente que asistí» A I« función del teatro de Apolo siiljó al vesiíhnlo y vi6 gratuitamente el nuevo espictíeulo. Co.ía digna de notarse y de ()ue se consifTiie para no equivocare! carácter del motín. Al propio tiempo que loe grupos h a clan eR A-í los fartjles del Ayuntamiento, reaiilfflk'ian las bombas délos cafés, el alninbTddo de los establecimientos püblicos y de las tiendas de la calle de Á l cali. S B la Presidencift Al llegar á la Presidencia se detuvieron los grupos y prorrumpieron en g r i tos estentóreos de ¡Muera el alcalde! No se contentaron con los gritos, sino que arrojaron piedras A la fachada de la Presidencia, siempre al grito de ¡Muera el alcalde! Bajó al pati» el subsecretario de la Presidencia y se lamimtó amargamente, según parece, de que la guardia civil no hubiese salido A disolver A los amotinados. Pero ya entonces era ¡ruposible dominar el tnmnlto y se cerraron las ptifiías de Ifü. Pic'sídencia. Formase la gutiriia. delitro del patio con bayoneta cn'ada. Continuaron ios grupos roniniendo farolas, calle arriba, por la de Alcalá hasta que Íleo M•'OH A la Puerta riel Sal. Ya el g-i-Uo *u kf! in-nediaciones 4e la Puerta del Sul era fue: — ¡Muera el alcalde! y (A Sobeinación! Bespaés de ^asar p r ia CAlIe 4d Al* Frente á OobernaeíiÍQ En la Puerta del Sol quedáronse a l g u nos de los que componían el numeroso grui)o quo aabia recorrido la calle de Alcalá. En la calle de Preciadi^s MnoliAs de los amotinados al grito de ¡Miipr-i >! alcalde!, marcharon por la calle d;- l'iccindos. —¡Vaioos á su casa! ¡Arrastrarlo! Al entrar loá manifestantes por la calle de l'r<-.cindo9, agentes de orden p ú blico y guardias BMMaicipales trataron de disolver el números» grupo que se dirigía A la Pl.iz.a dft Santo Domingo, El sereno quo hace el servicio de vigi. lancia en la eütrada de dicha calle de Preciados, al tratar de disolver los g r u pos y de prote.ier A los agentes de la a u toridad, recibió varios palos que le causaron contusiones. En la Plaza del Callao En la Plaza de Salto Domingo AlguiKie qtie pndievon penetrar en l« Plaza de Santo Domingo fueron perseguidos por 1« autoridad, consiguiendo detener A algunos é» los que gviUüun: {Muera el alcalde! La casa de éste quedó protegida por loe agentes de seguridad. La guardia civil A caballo impedía \u aglomeración de gentes en las inrnediaClones A la cas» habitación de! seilor Boseh. A lafl dos de 1» madrugada, por aquellos sitios no se veia más que algt^tu curioso. Detenci<mee En la calle de AlcalA, Puerta dét Sol, Freciados y jílaisAB del 'Callao y Saato DotDángo, »• hMeron varias detenciones. En los primeros momentos foé iníitíl que la autoridad intentara detener á alguno de los manifeetanteí, pues éstos se abalanzaban sobre los agentes, consiguiendo libertar A tos 'que eran deteQidt». £ n la delegación del distrito de BuenaTi0ta, ingresó ünicamente, como ya h e mos dicho, Paulino Aranda Galán, cenrwero de oficio, de 24 años de edad. Fueron conducidos á la delegación del distrito del Centro, los siguientes: José Pérez Arias, de 16 ailos de edad, aiüsta. José Villavilla García, soltero, de fllflcio cocinero, de 30 AHos de edad. Al ser éste detenido protestó, y qnko evitar que fuera llevado A la deleft-ación, un individuo llamado Guillermo García Martin, jornalero, de cuafenta y ilcy r,~os de edad. Este también fué detenido por el motivo indicado. Francisco Mataüero Castillo, de dieciséis años de edad, y oficio peluquero. José Rubio EchagoUea, pSipelista, de veinte atfos de edad. En,la Puerta del Sol un forastero qne se hallaba próximo A los jefes de segtiridady guardia civil que estaban con versando reservadamente, le ordenaron que se retirara; y al píotestar por la forma algo violenta que aquéllos lo híciermí, fue detenido, entregAndolo A la guardia del ministerio de la Gobernnción. , El detenido, casi llorando, suplicó qae ae le pusiera ea libe>rtad, y aalsehisso, después de haber manifestado QU« «i acercarse aaás de lo regular A oir la conversación, lo habla hecho porque era casi sordo. mil riií f ii'iiiw^iini «•iii,»..*ii-»!<i\ Después de esas lamentaciones, tftfflí la vcriülución de volver al despacho déí miniatro, donde permaneció hasta la u n í ' media, sin pronunciar apenas paiabrjt le contentó con oir las referenciaü de di* ,litados, tenientes de alcaldes y jefes d«^ .a jí'iuirdia civil, que convenían en que la multüiid se había despachado A su g u s to próíiriendo gritos contra el alcnlde. Cuando á la una y media el coronel jefe del 14." tercio llevó la noticia de que todos los grupos e.staban disueltos y el orden material restablecido, el señoc Bü-sch salió del mini.sterio, y acompaña' do del secretario del Ayuntamiento ss du'i<>¡ó á su casa, que estaba todavía cuS' tediada por patrullas de la guardia civil á caballo. El ministro de la Cfobernación El Sr. Villaverde, tan pronto como tuvo la primera noticia del tumulto, so dirigió al teléfono, comunicando ins«í; trucciones al gobierno civil y á toda»', las delegacione-s de vigilancia, para qu* la fuerza de orden público empleara la mayor actividad en disolver los grupos, que hasta entonces habían disfrutado d« libertad completa para hacer cuanta quisieron en la Plaza da U Cibeles y CA* Ue de Alcalá. Mientras el ministro de la Gobernación eomunicaba esas órdenes, un grupo numerosísimo atravesaba la Puerta del Sol y entraba por la calle de PreciadOET repitiendo los gritos da {Muera el alcalde ¡Abajo BoBch! y otros todavl» mis expresivos. Otro grupo muy poco numeroso quedS en la Puerta del Sol tirando piedras y rompiendo faroles, sin que ningún agen-< te de ia autoridad I9 interrumpierA «n esa tarea. El ministro ordenó que con toda ur» gencia un piquete de la guardia civil do caballería saliero á cortar el paso al gru* po que subía por la calle de Preciados, compuesto de unos ochocientos hombres, y que acentuando los gritos de protesta contra el alcalde, se dirigía A la casa da éste en la Cuesta de Sonto Domingo. Ordenó también el Sr. Villaverae q u t fuerza numerosa de la ^«tardía civil d t caballería é infantería se concentrara; en el ministerio de la Gobernación, para que desde allí acudiera á los puntos q\Mk^ áiera preciso para sofocar el jñtí&sx. •; La guardia civil llegó á tiempo da cumplir las órdenes del Sr. Villaverde de una manera eAcae, acudiendo A su l l a mamiento, primieviMneate la fuerza de infantería, q«« dividida en patrullas, oomeníó por disolver los grupos de CUK' rloaos que «e hablan formado en la Puer<^ ta del Soi y entrada de las calle.6 que i «lia afluyen. Gomo el alcalde se limitó A permaneeer quieto y silencioso en el despacho del ministro, el Sr. Villaverde, secundado par el Sr. Dato, hubo de ocuparse hasta de disponer que fueran encendidos los faroles «pagados en las calles de Alcalá, Puerta del Sol y Pneciadoe, y aun ministro y subsecretario tuvieron que descender á otros detalles, ordenando k inmediata recomposición de los faroles rotos 6 .{medradas. A cada momeato tiedía el Sr. Villaverde noticias del desenvolvimiento del motín y dirección que llevaran los grii-pos amotinados, comunicando órdenes á loa jefes y oñeiAles de la guardia civU para restablecer<dl orden. Precaijicíones A la una y media 4upo el Sr. Villtfverde que todos los grupos estaban d i sueltos, y entonces dispuso que conti-i nuaran patrullando por las calles del centro varias parejas de la guoi-dia civil; que una sección quedara en el rainiste» rio y que el resto de la fuerza ae retirara a los c-uartelos, descansando la mitad jt, contimiando la otra mitad en disposi«í ción de salir A la calle al primer llamaínJento» Encargó también el Sr, Villaverde ali coron'el jefe del 14.' tercio, que en la m a - ' ñtuia de lioy se ejerza mucha vigilancia.-' en los sitios más concurridos y singular-^ mente en los mercados, para impedir que se reproduzca el menor desorden. A las dos de la maiSana se retiró de su* despacho d ministro de la Grobernación y continuaba allí el subsecretario, Sr. D a to, cuidando de que se oumplieran laa órdenes comunicoaaSi .• El gobernador civil r El seBor marq«»*« de Bogáraya asistíaít acompañando A la infanta Isabel, al coiK cierto que la Sociedad coral d« Bilbao verificaba en el Salón Romero. • áM tuv© conodmien'to ,de los eucesoaf oc<irridGs e n l i é ««Wws d« Madrid; pero por no alarmar A la luíanta, ni se ausentó del local, ni quiso decir nada de I9 que ocurría. TerniiiiHdo el concierto, el gobernador acompañó á Palacio A la infanta é inme-»i diata'uicnte despúéase trasladó al minia-; A eso de las once de la noche se le vid teriode«la<}o4JerBaci6n, en donde confe*'. 4 pie por la calle del Desengaño, diri- renció eon el Sr. Villaverde. ' gíAndose muy de prisa «1 miDisteri« de La conferencia fné breve y el selíoif' la Gobernación. marqués de Bogaraya, viendo que stt, Llegó al ileepaolMJ tWmrittistro^a-ficaprescTicva en l«s «allea de Madrid ora sión en qtie el Sr. Villaverde dr-íipachaen aquellos momentos innecesaria, se, baeon « subsecretario y no cruzaron trasladi"! del mimaterio de la Gobem»* otras palabras que las de un breve sa- píón al gobierno civil para seeuiidAr \9M\ ludo. ordenes del «ninistro. En afjaelloi momentos estaba en su Ya en su -despacho se sintió üffera-» apogeo ei escándalo de la Plata d« Ma- mente indispuesto por nn ataque biJio-^ drid. Se ignora si el alcalde tenia ya a l - 80, producido á consecuencia del «maí' guna noticia del tumulto; lo úmoo que rato» que había pnsado en el Salón RO-^* se sabe es que nada dijo al mmustro. mero, desde que tuvo noticia de los iaca«\ Muy poco después de las once llegó al sos que relatamos, hasta ique -dej* & la | • ministerio de 1» Gobernación la noticia infanta en Palacio. deque hab'.a estallado el motín, llevada Aforttmadatnente, la índísposicióa del por wn testigo pveseivcval, que refirió los neftor marquéédo Bogarava no tuvo im««i gritos que se daban contra «1 alcnlde y portancia y el gobernador civil pudo! el auto de fe que se hacía con el labiado. continuar en su despacho, enterándose El Sr. Bosi^h oyó lo que dejiaii al s e - detolladamentede lo acontecido y dando; fíor Vilkverde, y después de vaci'nr do- las órdenes oportunas á sus delegados rante nn rato, se dewidtó A salir A la ca- uara prevenir cualquier CODíftieto «Q ift lle. Cru/.ó ].-i, hc.i'Tfí. del ministerio fior la caso de que *sto ocurriese, Fucila del Sol, retíücedió como quien no «Abe lo ijiíe liace, y por último Í « paró breve rato A ia puerta del mini^teno, El ministro de la Gobernacid-n confe^' it-dí'Hdo va de algunos individuos de la g-pnrtlia eivi! y de cwriosos, aunque en renció por teléfono eon «1 capitán {T^he- ' íntiy «000 núiMCro, que le oían Inm"-»»- rai en los primeros naomento.^ de tensKU torse ik que la fijerza de ordtn públi-co noticias del m>o4>ín, ^revioiándose para^ í n« iiubier» reiírimido el motín «e sus toda clase de «ontisgenísas, £1 capitáa ifettoral alcf t« ^|rn|l9ffj , oi%«a«s. El alcalde Villaverde y Patfa / . «Jií.' ffftX. " -'iSfi. 'iht ^Í/Jéá¿í WSBSSáí^ precauciones militares, precauciones que cesaron a l a una de la madrugada, cuando volvieron á conferenciar por teléfono los Sres. Villaverde y Pavía, y éste supo ^ue el motín estaba dominado. Gircalar á proTÍncias £1 ministro de la Gobernación envió una circular telegráfica á los gobernadores de las provincia», enteránaolos de lo ocurrido. También se cree que puso un extenso teleg-rnina al duque de Tetu¿n, para que tste informe de los sucessos á la reina. ••••. immmmtimimi .i¿, « i MiSSAli ü « Cartera «de Madrid CrAalea 4 * • « « • • • « Ayer, á las cuatro y media de la tarde, se cayó en las obras de Is Biblioteca, donde trabajaba, un alba&il, resultando oongraviaimas contusioueg. Con pocas esperanzas de vida fué trasladado a la Caía de socorre del distrito de Boenavista. ~Bn la calle de Bravo Mnrilto, n&mero se cometió anoche an rob« de escasa portañola. Los ladrones no fueron capturados. —Bn una buhardilla de la casa nüm- ^^ da 1» ealln de la Corredera Baja da San Pablo, telnicld ayer un incendio que fué sofocado «D breve. —Tomás Pérez López ingresó en el Hospital Provincial con graves heridas en la mano izquierda, que se produjo oon ona Báquina de cortar papel. Reto muaieali Bl orfeón de la Corona ha retado al oritón de Bilbao, para qae asesta al concurso Biusical organizado por el Directorio del dispensario de Atfoaso XIU. El precio de entrada 4 las Exposiciones liiatóricHS leri todas los días de una pese te, excepto los domingos, que se ha «jado «n &0 céntimos, y los lunes, que costará dos feíüetas. Ayer visitaroa dl&hac Exposiciones l.<84 personas. SI Sr. Boscb ba becba iin» oonbínación i e teniautes de alcaide. Han pasado: al Hospital, el Sr. Qarei Nnño; al Hospicio el Sr. Diaa Arguelles, y & la Inclusa el seQor marqués de Arenzana. Ha sido dado de alta »n el Hospital el acter Sr. Serrano, que hace uoches fué herido en el teatro da la Zarzu«(a. Bl hijo del te»or cómico Sr. Guerra, detenido por aqneUH causa, ha sido puesto en libertad. Ayer terminó su inspección en el Ayuntamiento el subsecieiario de liobemación. La primera edición del periódico extraordinario que el Círculo de BCIIBH Artes ha tfedicttdu á Colóu, so ha gotsdo en Madrid en los cinco días que lleva de venta. En •vÍRta de tal éxito y del creciente pedido que|1eg8 de provincias y del extranere, se proc«de activamente Á la tirada de segunf^edición, que estará terminada á aediados de esta semana. Ayer firmó el ministro de ta tiobernaelÓQ la real orden dispooifndo que el goberóador civil de Barcelona gire ana visita de inspección al AyuDtnmiento de aquella capital. Con motivo de la vacante ocnrrida por JkUecimiento del capitán de navio de primera clase D. Siró Fernémlcz, ascenderán * sus inmediatos empleos el capitán do natío D. Rafael Lian es. ol de fragata D. Pedro Aguirre, el teniente de navio de primera D. Alejandro Pery, el teniente de navio D. Rafael Paira y el alférea da navio <loti Auto A.louM^ Bn la oalle del Salitre, ntmerC 2, se de* elaró esta madrugada un ligero incendio. Fué dominado á los poeos momentos de iniciarse. Entre el concejal Sr. Alderete y un redactor de El Correo se originó ayer tarde en el Ayuntamiento un pequeño incidente, que estuvo á panto de terminar á paragoazos. La oportuna intervención de algunos concejales y periodistas, puso término al conflicto, sin otra» consecuencias. La recaudHción por derechos de consumos ascendió ayer á Pesetas 79.169,32 Bn igual fecha del aCo anterior » 70.897,fi3 Anmento »» 3.271,ee Bn los días 39 y 30 se ha dado sepultura en loü cementerios de esta capital á 63 cadáveres. El ensayo de municionamiento de las tropas que se decía iba & verificarse eyer en la dehesa de los Carabaneheles, no ha tenido lugar. Parece baberse aplacado hasta ma&ana miércoles. _^__ Bl jueves próximo, á las diez de la mafiana, habrá probablemente solemne recepción en el ministerio de Ultramar, en honor de los delegadosameri canos. Bste año se permitirá la visita á los cementerios, abiertos al publico en atención al excelente estado sanitario que I« población disfruta. Desde el 1.* de Julio hasta el dSa de ayer asciende la baja de consumas á 394421 pesetas 21 céntimos. De ellas corresponden i este mes de Ootabre 316.171 pesetas 42 céntimos, y al fielato del Norte 180.037 pesetas 43 céntimos. Bl sábado último cumplieron 4i aSos de la inauguración del ferrocarril de Barcelona i Mataró, qne í«é al primero que bubo en BspaBa. Telegrafían de Sevilla qué un cabo de cañón del Conde de Venadito, llamado Pedro Rodríguez, natural de Ferrol, cayó del muelle al rio y se ahogó. Anteayer llegó á Sao Sebastián una Comisión de pescadores de Biarritz. que entregó al alcalde, Sr. Lizarriturry, 7.115 francos, producto de la suscripción abierta ea squellas playas para socorro de las fa* millas df. los náufragos. Se ha concedido el titulo de marqués de Villaviciosa de Asturias al hijo mayor del Sr. Pidal. Agotada la primera tirada del cart< rama de festejo» publicado por el ( , e la Unió» Mereantit é Industrial d^ drid, se nos ruega bagamos saber á cuantas personas tenían hechos pedidos dal mismo, que desde boy podrán adquirirlos al precio de una peaatacada ejemplar, eu los estableciraieutos anteriormente anunciados, y en el Circulo de la Unión Mercantil. El domingo salió de la Habana para Cádiz el vapor correo Buenos Aires, de la Compañía Trasatlántica. Bl lunes salió de Colombo p4ra Aden el vapor correo de la misma Cómptóia, Saniv Domingo. Habiendo cesado loa motivos que aconsejaron la creación del Tren Centenario Express, la Compañía de los ferrocsrrileR de Madrid, Zaragoza y Alicante avisa al público que el referido tren quedará suprimido á partir dehoymartes 1° de^íovieir-bre. La madre que con los sois hijo» fué socorrida en la delegación del Hospicio, ralle del Barco, 26, hace unos diaa, paede presentarse al señor delegado de la misma, Sara pro]^orcionarl« un socorro de un aefior esconocido. f El orfeón coraB^s M Eeo dará esta aoebe. después del festival del Ayuntamiento, ana serenata á la Ñustrc escritora doQa Emilia Pardo Bazán. La Comisión Escolar dé' la Bscaela Superior de Comercio, ruega á sus eompaBeros se sirvan concurrir 4 la citada Bsouoia mañana, á las nueve de la misma. Bsta tarde se celebrará, á las dos, la solemne apertura del CongresotLiterario hispanoamericano en el paraninfo de la Universidad. Será presidida por el jefe ddi Gobierno, el Excrao. Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo, quien pronunciará el discurso inaugural. También harán uso de la palabra, probablemente, earaoterizad os representantes de la Iglesia, el ejército, la marina y las naciones fai.-rpanoamericanas. La oríjuesta do profesores de Va Sociedad de Conciertos ejecutará los números siguientes: Siufoní».de Semiramis, de Rossini; Marcha de las bodas, de Mendelsshon, y Ift'popular Sardana de la ópera Garín, del maestro Bretón. El conocido escritor D. Jacinto Bonilla y Sánchez, ha redactado una Memoria para las discusiones del Congreso Literario, que ha merecido les plácemes de la Junta organizadora. Dentro de pocos días llegará á esta corte el conocido especialista ett reama Sr. Alarcon de Harbellaj Se ha renovad; eon gran éxito Ijt Bzposición, y estábílamanoo poderosamente f« atención de cuantos la visitan, los notables trabajos fotográficos realizados con arreglo & los últimos adelantos por el laureado artista Sr. Otero, en su establecimiento de la calle de Alcalá, núm. 19,. inmediato á Pernos. Si la especialidad de la casa han sido las ampliaciones y reproducciones, hoy se ha extendido á tos retratos inalterables al erayán sobre tela, siendo la única casa que realiza este trabajo, y á que sin duda debe la preferencia con que la distinguen las principales familias de la corta y las personas distinguidas que nos visitan con motivo del Centenario. Avl«<> Im^ortant* A virtud de un ooneierto entre la Bmpresa de EL LIBERAL y la Farmacia Central de Madrid (Carmen, 41), nuestros abonados de Madrid y provincias podrán adquirir en dicha botica toda clase de medicamentos con la rebaja del 80 por 100 á partir del precio de^tarifa oficial, exceptuándose las especialidades, ltt.s quis, no obstante, se cederán con In mayor rebaja; remitiéndose los productos á todas partes por correo 6 ferrooarrrl, y garantizándose en todo la legitiida4jl»l* P"teza. Inelonea atmasférlesfl ratura de ayer en Madrid, i l » sombra, "según las observaciones de los óptlcosde la casa viuda dá Aramburo.Píincipe 12, fué la siguiente: A las ocho de la mañana, 10»sobreO.—A las doce de la misma, 15* sobre 0.—A las chatre de la tarde, 13° sobre 0.—A las seis de la tarde, 11" sobre O. La máxima fué 17" sobre 0.—La mínima 5 sobre 0. Bl barómetro marcó 700 milimetros.— Lluvia. * 184 a e SBSaa L*DÍA«ESI DEL m i m m ÍPERIAI I.*—CUBIBRTO DK 3 PESETAS.— Puré de Cangrejos Perdices estofadaa á la Catalana. Bocadillos de Salmón en salsa rusa. Rosbif á 1% Inglesa con Patatas glaseadas. Helado y Postre».--TBTÜAN. 16. Los triunfos alcan/.ados por los orfaoniatas bilbaínos, se deben en gran parte á loa efectos tónico y anticaíarrales de la tan celebrada Agua de Colonia del farmacéutico bilbaíno. Con el entusiasmo é inspiración de la incomparable batuta da maestros como Valle, se arrancan notas angelicales á tenores como las del excelso Racbe, extensas y profundas como las de Losada y ora matizadas al piano, ya emitidas con sangre y coraje, como la.s armoniosas, ehie, de tos coros. Sudando copio.sameute, desabrigado y á una altura de 800 metros sobre el uíivel á q.ne ordinariamente vive, sofocado CMi hasta la asfixia; eu las mejores condiGfones para coger una pulmonía, se hallaba aaoche en el Salón Romero el gran maestr» y tes dilettanti y sus cariñosos disdpuloa le recomendábamos cuidado y abrigo. THo temáis, queridos amigos; aqui está el Agua de Colonia de Orive, de la que jamás me separo; con sus fricciones, antes y después detener el boner de dirigiros, desaño 4 to< d«i los catarros y pulmonías; aEBssEsatsasB TodoeB!)unicio delante de ellos, los patios llena gentío inmenso; la mucheduabre T» de paseo» > como al Retiro 6 á Recoletos. Luciendo trajea ' hablando recw^ os más se rien, rezan los menos, y poco á poco asan leyendo \% inscripciones y lo.* recuerdos, dedicatorias del sentimiento, fecbas y noiíibreí de los que fnaron. ¡Y hay quien se burla de un uybre muerto, porque en vida Uamóiea CrispíB ó Cleto! Í , Consomé Priiitauier. Truena á la Molinera. Cadera de Vaca eon puré dePatatti. Cardo al tuétano. Cahuidrias en Costrón. Dulce y Helado. •• Negras cortina» de terciopelo con borlas de oro, con anchos flecos, en pabellones de rico aspScto cubren los nichos y mausoleos. ^Bordada en plata con gran esmero, la calavera eon los dos huesos, y la g-uadaila Junto al severo reloj de arena i .7a & mis lectores estoy oyendo: —¿Re vista cómictñ jVaya un salero! Si sé qiTe es triste yo no la leo: esto es un timo fraguado en verso, Ferd¿n, eetores; grave me he puesto •mil fiuiiá a e e fti^i '<^.— iiüiai» Le preguntaron si habia visto i lúguien m o - i sin duda les pertenecía, pues hace tiempo que la mentos antes. he visto amarrada en el mismo sitio... Cada cual E¡ hombre pareció no comprender, y á su vea tomó un remo, y al pasar cerca de mi, nno do preguntó: ellos arrojó á mi lancha cinco monada» de oro, —¿Qué quieren ustedes que haya visto? diciéndoiue: «Para ti; si viene alguien á interro—j.Cuánto tiempo hace que está nsted aquí? garte, añrma qne no has |!«to nada.» Por esa razón no quería despegar lt% labios. —Media hora; aún era noche cerrada. Pero ¿qué interés tienen ustedes eu saber..? —íY eso es todo? —¿No ha visto usted en la orilla á un hombre, —Todo; ya anuncié á ustedes que tenía que deá dos quizás, de aspecto sospechosof cir muy poca cosa... ¡Ah! Olvido algo, Eiu e m —No hoj visto á nadie. bargo; antes de saltar á la barca, uno de los dos Norbeito pensó que quizás el pescador babia hombres, el más corpulento, subió hasta el malecón, y tomundo muchas pi^ecsnciones p a r a q u s recihido dinero i>ara guardar el secreto, y deslino le descubrieran, escudrinó atentamente t s zando en su mano un par de monedas de oro, tos lugaje,$, despuéa de la cual volvió y habld continuó: al otro al oidp,.. Sin dud« algú<\ obstáoulo lea —Nada debe usted temer de nosotros; puede impedia marchar tranquilamente por el miaelle. nsted hablar; no nos crea usted agentes de p o —Era Cftüperico—murmuró Valentán. illpescaflbr vaciló un segundó... miraba las —¿Y á dónde se encaminaron? monedas de oro en su callosa mano, pero no res* —Por el f'<'n» abajo, sin deífcerdiciar el tiempo. pendil, —Remarían un rato y lueg« saltarían a l a otr» Por fin murmuró: orilla... Dft seguro ee nos escapan... Nos llevan —No cor-íprendo lo que me preguntan ustedes. una delantera de cinco minutos. /Quisiera informarlos, ya que parecen tener en —¿Qué haremos? ello tanto interés; pero no he visto nada, y por 1—Pues es muy eencillo; usted. Murad, recorre coiiHig líente, no puedo satisfacer el deseo de u s el malecón de la Conferencia y el de Billy, hast» descubrir el barco en, el Sena, lo que ser* fácil tedes. porque ya es de día, la niebla se disipa por minuNorberto y Murad hablan sorprendido aauel tnonietitó de vacila ióa, y al instante «e hicieron tos... Usted, Valentín, pwaa el puente de Alma n»a seBa de inteligencia. ijara «ituarae en el malecón d« Orsay... No hay Murad sacó de su cartera un billete de ciea tiempo que perder. | fraiicc?, y lo p'iso en la mano al pescador. —¿y u.sEed?—preguntó Miirbd á Norberto, Kste se ebiTinieció. —Yo, con este buen hombre que me prestará Muvid se inclinó « su o!do para darle, como si su lancha, voy á bajar el Sena para cortar la r e dijéramos, el golpe de gracia, y le dijo:3 tirada, á Rouijiiin cuando, al verse perseguido-, >«^fluen hombre, «i quiei-e uttteJ decirnos lo que quiera volverse atrás: tal es mí plan. ba visto, puede usled contar con otros cien franEn menos de un sí-gundo, Valentín y Murad cos... estaban ^ada uno en su puesto. A todo esto el pescador hahia salido de so l a n Inmediatamente después, Norberto y el pesca'* cha, había saltado á la oHíla, se encontraba en dor te pusieron en marcha. medio délos tres amigos, y exclamó: Valentín y Murad seguían el Sena, el une por —S^guran)enta que no tengo razón para c a la orilla izquierda y el otro por la derecha. llarme... Han de scber wstodes qne me habían 1.a niebla ea di.íipaba poco á poco, según había dado cien francos poi'Que ¿¡ut.rdara aileiicio... dicUo Norbei'ío; peco tíMlavia era bastante densa Ahora bien; toda vez'que usitc<l«3 mo düu trij)le para qiie se pudiera distinguir lo que pasaba en para que hable... hablaré... el rio. —PiieB que seapioiktü—dijo Valentín—nosesti Sin emburgo, á faeiza de mirar, Valentín creyó UBteü hacierdo perder un tiempo precioso... ver un punto negro que se deslizaba rápida- N o será larga mi relación, puesto que, en mente^ •urna, no <•$ gri.ii c'isa... Klsol, que SBÜÓ OB aquel instante, hizo más Los tres eícuchi-roa al pescador con avidez. tríin.<«p!;reíite la nirtWa y puso en evidencia el se*» — Hacenn instante eí<tRt:('a yo tmbajaudo en crt'io liííl JvM'ia mit iba a tener por teatro la co»mi lancha, cuando «4 ruido en la orilla ael agua; rriftüte de! Sfiia. me volví rápidatuente y vi á dos hombres. No se huLía engañado Valentín; lo que había Norberto preguntó: visto era una barca. —¿Fué mucho antes de que llegáramos n o s Más m'in- á cora de doscientos meferos de aqae* «troü? lia barca, distinguió otra, en la que creyó recono* —Ni siquiera un niinnto... Apenas comenzaba cer á Norberto y al pescador que se adelantaban A desiiuutar el día. con un vigor vei(laderamente sorprendente. —Continúe usted. Bn la priaierK habla dos hombrea. - V i , pues, en la orilla * i d a hombres... iDe Por in-'-tantos se precisaban más y más los deta* tónde sallan?... Estaban calados^ lo mismo que I1«M de todo. si Teetidos y todo acabaran de tomar un bailo en Valentín reconoció aquellos dos J p K ^ ^ ^* mismo 4i)iQ Wuii; no na Í que marca el tiempo. ••-^sdiSSB! BIBLIOTECA DJB E L LIJJERAL «I Sen». In^ediut&mente saltaron tk tinabstica ^ « Sólo en un patio ^tie hay allá lejos, tm galerias iti enterramientos, CD donde apenas repite eleco Tocps y risas que Ilev« el vientOi no se ve á nadie, todo es misterio, paz y reposo, «alma y silencio. Como no hay taQil)as donde ponerlos^ no se ven ramos de pensamientos; más fresca y verde tapiza el suelo menuda hierba, que va cubriendo toqnito á poco os hoyo» Menos. Alli disfrutan descanso eterno los que en el mondono lo tuvierom Y un Aoyff grande siempre está abierto donde lo» pobres duien sus huesos. Tal vez—iquien sftílcíde todos ellos, los menos olvidados son esos muertos} ? Oomida áol martes 1.° Hoviembro 1893 CUBIERTO DE 5 PTAS. r.i_.,ii;r,ii%^wit'i'ii Í Ved cuanta gent* T« al cementerio. Mirad. ¡Qué acompaSadot eat&Q los muertos! LA MESA DE FORNOS I III, Si los difuntos ¡radieran verlo, no eetímariaa tales obsequios. Ni hay nn suspiro Bt hay an aí«cto; BO hay u«a lágrima s i hay un lamento; y ello» quisierau ?frfí más padrenuestroff menos coronas y más recuerdo». ¿Queréis que os diga ué es todo aquéllo? [e indigno siempre CUAndo lo veo. Vanidad hueca,' lujo soberbio, costumbre hipócrita» vil fingimiento ée los que tienen allí sus muertos y n a a vea eti el alio 10 acuerdan de ellos. Bl 1 / dt líoviembre Rotas Atlt«s • Í REVISTAS^ Oran pelnqa«ría cte AIJ^ñlEtDA (sobrlino). Sevilla, 10, pral. Servicio » 5 céntimos. • ' m^e^Wmm^" Frescas guirnaldM» aamos compuestos d« siemprevivas y pensamientos; cruces, estatuas^ buhos, murciélago?* Hbeloti fúnebres AB bronce y hierro. Y ante las tumbftf cirios ardiendo, los ánico« que lloran ooto á los muertosl, COGNAC JiMgNEZ U M O T H I miQUl LOS AMORES E N PAEIS E) coche de Norberto era pequefío para que pudieran ir eu él seis personas. Ei niarqués se negó á tomar asiento, y entraron Valentín y Augusto, en tnnto que el marido de Gabriela con E'tigíañabobos buscaba un carruaje de alquiler en el punto másprórimo. Pronto hallaron uno que bajaba al paso por la calle de Alemania. El cochero, auimatio con la piomcEa de una generosa propina, paga la en parle por adelantado, consintió en SBVVJI'IOÍ, y dando de latiga/.os al caballo, siguió al elegante coche del marqués, q,ue marchaba rápiduiiK^nte. De re[;ent« se paró e^te último antes de llegar 6 Cours lR-Kiíi:'tí. E-l otro t>i/;o lo mismo. Nortwrto mii.uf<), pn^'ó al cochero, y le mandó qne esperice. T»\ vtíí >><)dSun neí-e'itsrie. hW nisi-rqué^.v Enga'laóoóos se acercuroa & M.\ita t y á !oi ilt'UHS co:,')tviiei'os. Murad no bi:,b5fi VÍH .,',a ^ ver á Norberto desde Ift visi)«'i'ft del eiigüijiiento de Gabrifla en Corbágnv i'ul Morvfiii, pero sabia df talla río mente por Andrés Sfeiit-ciial y por el miumo Valentín los íTHiiíiíuí cn'nbioíi quefiefmbinn operado en él; sai)i que í',-.iíil)H muy air>'perrtido y qne dolia contíu'-ele t'iifre UK enemigos más encarnizados del límivaílfi Jionquín. xrtdréít S n e c h a l I>»bÍR referido á Murad qae Norberto hwhiii querido salvarle de las ^(uras de iíüiupi'.ü, cu lu casa situnda cerca delJardindO I'IKÜÍHÍ;, el dia en que el mi-ierable le sorpreadió con Lidia. Murfirt tenía en él entera confianza. Los (los 8tt saludaron con un ligero movimiento de cabez». A IH luz de un mechero de gas, Murad contempló á Norberto con marcada curiosidadr:. iMo era yá aquel hombre altanero, tan seguro de Ri miwno; aquel hombre ttm valeroso y de tanta satioie fría; no era, en fin, aquel brillante marqués (IQ Argental, orgulloso y doniiiiíinte. Era nn pobre hombre abrnmaao por el peso de íaaeciiníi'iHos terribles, en actitud humilde, con a cab<-a»i baja y cariYudo de hombro-s... •Se «divinaba que no podía sobrellevar su •írenta. BAMOS C&RRldM. BOLSA OEliOU 31 f OOIHOADni' '**"'"' - I *'« Banco aaBspaBa.4..?*.¥9..'i SeS'.'SO ,')64'«ir ídem de Oastüla....... t . . . . . OO'OO oo'Offi Cédulas hlpots. a l e por lOO.. OOQQ ' O 000'08' ídem id. al6 por 100..,..,.... % bo oo'O»OoapalUaTat)aealara..j 128'35 I28'0a CimMos sobre el sxbraqiero { Además, la desesperación llenaba s a tid» sia Pariff/ft 8 días TístSi OOO ' O por 109, bsns-V fleio al papel. Londres, A Is vista,, libra eitotUna, ag'ia papel. Londres, 4 8 días vüts, libra esterlina, . OO'OO pesetas. Londres* & 60 dias vlita, id. OO'OO ptas. • Londresi k 00 dias fecha, id. 00*00 pspol. . TelegramaBenirA VmH»m [3-l&t.lr-«p(n 100 «Xt«rt&»,«3,l%í —Spor lOOfranoéíexterior, 99,00.-4 por lOC htegaro.oo.oo.—fi poríOfl italiano, fla,33.-ifc por 100 turco, 3l,§0. — 3 por lOO ras»,( 00,00.—3por 100 potto««*s, í®,43 —Billetei^' de Cuba, ISSO, OOO.—ídem Onba, 5tOa,-\ 18»0, 000.(10.—Banco del Brull, 000.00.—1 Banco de- México, 000,00.—Banco Otoma*, BO, 592—Obligación»» egipcias, 000,00.— ) Norte de Espala. ISd.OO.r-FsrrooarrUes aa«. dalaees %o 00.—AUo«n«e, 178i00. —Lom»; bardo, 000,00.—aiottolo (eobr»), 303,00.-«>< Thamie (cobre)*, 00«,00.—Cape Copper (ce* bre). 00.00.—Kobinsón {oro}, 0»iOO;—Pawxrmé, 00.00.—Cable Nueva Torlf. «00,00.—04* dulas Argentinas, B„0fl,flO.—El empréstite' fraucés, 00^00.— Alpiaost QOO,0(>).~!!'«rre«|kKÍ rriles portugueses, 00,00.—Ds Biers (áin^ mantfMi), 000. t i.»M«res 3 1 (2 15 t).—4 sorlOO exterisr; 63,12.-Cédulas P. O0,00.-Tnt«lot, OO.O'í.'-'v Idom B,00.00.—uruguayo, 00,60. EfoméridM OeapHéfl de ponerse de acuerdo, se acercaron ét nM'ir'gffli^tffti'i ii'^T'iiiTii^Kis ii'aiisiiiitti aiwaah»—>•>• 181 dos razones. En primer lugar, les había sorprendido dema« la t;«íia de C'onr.s-la Reine. Allí uiíMiio liabia sido asesimido el infeliz P i »nv)ti en el pescante de un coche, 4 manos del pervp.i-ho Bontemps, disfraaado de guardia de orden público. Fué el primer crimen cometido en beneficio de N<.t-l;frri<.; ia primera ftívngre inocente derramada I>afH lia iTíftunie conqufeta de la espléndida heren«i* de Brrtsra, iKxtraiía oasutTídsd, que 86 complacía en r a pio!?» ntar ante su eipiritu cada uno de los hechos «e*»í-leCTdos en un periodo tan corto, y sin «m* baigo, tau fecundo en fechas «iniestrasl t a íataíidad asi lo qneria. \ Con la muerte de Foedbr I, ocurrida ea. esta fechan se extlng(UM> la dinastía d« !Uu ' vik. A.1 advenimiento al trono de Rusta de sa , cuñado Boris Godunoff, pasó el imperio poi-, un paríodo de anarqiHa,rtüT&rítCla cusí ss',. fc«,^' Vieron como JBfes del Estado l)f.-nétti^ y Basilio, V, aproveofai«da»e*ola»8ircanítanoiat Segismundo lll de ¥o'oa'm paKft hacer proclamar CÜWT i 8« hijo LadiJlao, A cua]> aboitecido comaeatt^tleo y eomo e s - Nuestros amigos no contostarao *ii ct acto; poli «6pe,v».r/¿afi. ^ París, i la tistSi, 1^45 por 100, oenefleio» Norberto pensaba en esto, más abrumado q^a nunca, representándose la adorad» y adorablá imagen de Gabrit'la, entonces Joven, soltera y después su espaía, pero áólo de nombre. íjaa preo-unts de Valeiiün le sacó desnaamar* gas mediíírriorifia. —¿Tiene varias salidas el hotel?—dijo. Norberto ee estremeció y ee pasó la mano por 1« frente; bruscamente acababan de llamarie ¿ l a realidad de las cosas. —El hotel tiene dos salidas—contestó—una la qué tenemos ahí enfrente y otra que da á un s o lar en donde se construyen unas casas cuyos andam/os podemos ver desde aquL —Pues será preciso guardar 1B9 dos salidas^ —Ciertamente. -Bastará un hombre en cada puerta,• ySI ne» cesjtase refuerzo, estaremos dispuestos ». socorrerle. Valentín, que dirigid la expedición,, colocó 6 Chilperico delante de la puerta prijioipal del h o tel, y Engañabobos pasó a guardar 1» que daba «1 solar en doiirtH se veían las constricciones. Una vez diwpuestaa así las cüKsas, Norberto in«» trodnjo la llave en la cerradura^^ dio 1» v««lta J empujó COI! mucha precaución. La pntrta cedió sm hacer ruido, y eatrartn» La obiSCiH'idai era completa, AforWiíiadatneütó el marqués habia habitad» aXñ algiln tiempo y conocía bien el terreno. —Bégiiidrue—dijo en voi baja. Cogió á Valentín del brazo y éste arrastró á Murad. Augusto veía á pesar de la obscuvidad. En el fondo de un ancho pasillo GOn pavimento de mármol, había una escalera... Norberto pu.io e! pie en el primer escaló»; ffiSt en aquel mismo instante, Valentín dio un paso «a falso y c»yó antes de que el marqués hubiera t e nido tiempo para detenerle. Inmediatamente ee levantó,* pero m calda Uabia hecho algún m i d o . Entonces oyeron que en el piso principal frota* ban un lósíoro. Hubo un poco de IUK, la que diÓ el fésÍQIO a l encenderse?, y Inego otra más clara. Al miíimo lieinpo arito «na •««: • —¿Quién egtá ahí? I j fOHDOS rHBi.100» J£íi££ P ' * » ^ ^ i POT 100 iaterlot. I , ; . 68-50 68'50 "ídem nuevos, serlesO y H, ds 100 y 300 pesetas OO'OO «9'0O ' Mam exterior. • •73'40 73*40. Idam naevot, letlesa y E , dft 100 y 300 p e s e t a s . . . . . . . . . . U'35 74'50*'^ 4 por 100 amortizable .f 78 00 77851 Billetes de Oaba 18S0^........ 105'85 105'9O^ ídem 1800, ntims. I al 840.000. ST'2S e r a » Personal. •. . | OO'OO OO'OO,' Obllgaeiooes manl0l9«Mf*.k. OO'OO OO'OO' OO'Qff Bfliisió& Bflanger. •.*tiii>••••»« MIMMHPPNÍÍH I • ¿ *«^'AA'44yfeÍL¿íltó. &. 'líilH. ^' Ví*,«v • forqae etasttnttt ene obligd á «lio; mas dispens«4me que asi un momento y una vez sol» me ponga scrfo* Es de Noviembl* día primero y por costnrobra seguí el ej<>a\pLo. Como las g-flntes, hice á los muertos la obligadia mnia de euMplmiení». filado aquella brti«cB intervención de un habitante del hotel, y adamas, ¿qué íiabriaQ podido d e cir? ílablar era venderse, revelar so P******'*'i* ^ ^ ^ habitantes de la casa. Tenían que Operar sin peif der lui scfintuio y bruscamente. Muradenceniió á s u vez ua fósforo, y i f a W Í de su clHii Irtd se precipitaron por Ift «sc«l«|!». ii,n la iiH-seta del pi.so principal aeli«K4ba ulf hombre torio de estatura, flaco yaioreno, Cfl» una bujía encendida en 1» ma»o. Come se inc1in»ba 4 mira» iftcía aba|o, ia \0 bailaba su semblante. Clí LIBBRAK tABjerD, tavo que «bttndonikT el trono, eD «1 coftl senti^OD los nobles i Miguel Ro< l&snof. Casos j cosas Jaanito, ai volver de clase, dice llorando: —iNo quiero ir mis al colegiol —¿Por qué, hijo mío?—le pregunta SQ madre. —Porque el maestro quiere ensenarme ana porciún de cosas que no sé. DÍTersiones públicas Siguiendo la costumbre establecida e» a&OB anteriores, no habr& función esta no—Oiga utted—diceun burlón & un oon' las irritaciones y che en el teatro Real. desito muy enTaneoido.--¿Sas antepasado» Mañana miércoles, para el turno tercero, flujos recientes, y asociada con el uso in< tomaron parte en las Cruzadas? primera representación do la aplaudida terno de las GRA.JIÍAS 8A.EZ, en poco» —No, seJior—contcsta el conde—porque días, toda clase de ñajos de las vias urina- ópera de Bizet, Carmen, interpretada por «MI protestantes. rias. No produce dolor ni estrecheces. De las señoras Giudici, Brambilla, Qasul y Qa* en Madrid: M. Garcia, Capellanes, I, rrido, y los Sres, De Marchi, Mennoti, TanLa mojor de Qedoón, 4 qnien su marido venta 1.*, y M. Miquel, Arenal, 2, y en las princi- ci y Verdaguer y Ziliani. ciije quo lea obras morales, pregunta á su pales farmacias La ópera será dirigida por el maestro de España.— coijaorte ni puede locr un litro que le pre- Consultas gratisyaidroguerías Mascaroni. Dr. Saez, Barcelona. senta. •w* ••.•.i.m—i••Bw-i.ir-mr m •—•••••iiMii.»ii.i—— iiiM iiii.iiMi- ii—M•••...• I I ii»iwn Los billetes para esta representación se —Si. hija roía—le contesta Qedeón—lo Para cabalgatay retretas, baleónos, Puerta despachan en contaduría á las boras do cospneács leer á ojos cerrados. del Sol. Razón: Correo, 3, portería. tumbre, IRKt'.U.- InyeQoMn Saez ~^ má M En el Salón Romero se celebrará esta no» cha un notable concierto por el orfeón El Eco, de la Coruña; por la banda del regimiento de Zamora y por otros elementos gallegos. He aquí el programa: 2." «Carnaval de Roma» (escena coral, obra de concurso en el Certamen da Madrid), por el orfeón; A Thomas. 3.* «Theme de Rodé» (variaciones), por el Sr. Augusto Garcy; Moreau. 4.** Romanza de barítono del Fausta, Gounod.—«Consejos» (habauero), F . Alvarez.—Por Méndez Brandón. 5." «A Foliada», por el orfeón; Chañé. r a i M E U A PARTK 1.» Sinfonía por la banda de Zamora. a.' «Le» papíllODS», por el orfeón El Eco, Rillé. a." «La mía bandiera», llotoli.—«Non ti destara», L. Almagro.-Por el Sr. Méndez Brandón. 4." Fantasía sobro motivos de la ópera El barbero de Sevilla, ejecutada efl el cani flauta {instrumento de sa invención), por el Sr. Augusto Garcy; Rossini. 5." «¿Qae ten 6 mozo?», por el orfeón; Piñeiro. »•% I iwwiiMWMmiCBW—*—**— Hoy martes, festividad de Todos los Santos, se veriflcari en el favorecido teatro Lara una vuriaiia función de tarde, poniéndose en escena á las cuatro y media los aplaudidos juguetes en un acto titulados El sueño dorado, El novio de doña Inés, y por primera vez )a axtraordiuariaineute apliiudida comedia en dos actos Matrimonio civil. fiEflUNDA PARTE 1.' Sinfonía por la banda de Zamora Según nuestras noticias, el joveoí pU> Dista D. José Varia Francés, se propon* dar mny en breve un concierto en al elS' gante Salón Montano. La empresa de bailes del teatro de la Zar' zuela ha dispuesto veriñcar un gran baila en obsequio i los forasteros el sanado 5 d«l actual. Promete estar brillantísimo. La raagníflca orquesta del sr. Granado ejecutará dos preciosas tanda» de baile, compuestas exclusivamente para este dia. La empresa prepara grande» novedades. Cada dia ss ve más concurrido el Parqufc Zoológico, llamando la atención los magníficos ejamplares que contiene. También hay nua colección de monos qu» hacen las delicias de los niños. Iiop. y E s t . da Br. LISBBJII,, Almudena, 2 . CIRCO DB C O L O N . - 4 U? y ^^"^'^W^J^S^^xT^ ' K INT/C.5TIN0S. So coran .lus enfermed.ides, aunque t e n l|ü.—'Dos grandes fiiucioiics, gau va'oto alioa de antigriodad, coii r,l líUl'lCl'TICO SAI/. jioaiéndoüe en arabaí la pax-odia Dlí CARLOS.—Loa doloros de estómago, digestioriHS difíEl Aliia.ítito mj! reparador, unido al Sónico mas cnereico. M a B i * **• b » y . — L a F l e t l » <,ie Don Juan Tenorio. El cautan- ciles, v ó m i t o s , acedías, diarreas, etc., so alivian desde las p r i m e r a s dosis. 5 pta. botolla. Serrano, 30, farmacia, l'or mayor, M.Oarcí.i á fl, 9 y 8 p ó t e l a * . l« co,<!mepo/ita Mr. Visconti y df To".v)S IT» Palitos. M e DT""* « ' Jl«liil<>« «le otras iiove:iade.9. GRAN TIRO DE l'ALOMA AL C : i t a r « u t * n * r « i s m el Oratorio del r-ibillero do Oi-acia, y, VIJKLO (tletráf) de lan tapias del fSjfiíV'rAN II»9Í: V I A J E t a b r á r... i ¡i.ayor 4 IÍ'Í .ih-z, ;» (fot i í';),-•Tiradas pftbUca»,roi«rT CON TODOS 1 0 3 TOINClPIOfl NUTRITIVOS SOLUBLBS 1>B LA C A R N B OON por la l i . I'- rolarlo ciinlady y c o í í í 7 liías l'eativos. Hoy ^'ra.T e.«riW5-! y ífu'rw.%1 snn los elementos qiio e n t r a n en la composición de este potente I tirafin" P'ntrudB g e n e r a l , iricónt». ToAuro de KUrro iaaltsrabl» (rr<>nt<> «1 l*ai«njc) ícsírva repsr:-.*)'- ,¡s !;i'-i fi'erzas vítalos, de eate r o r t i ü c K n » * |>or « s c e í i nciis. Ue uu s u s t o SU¡•'RÜNTON DE SAN FUANtprabsdn» Doi"!» Áoitltmlt V U M a «A I * r * r l « ilo P « KDKN habitaciones Acaballemsineidn i«Tailat.)le. es MODerano contra la Anemia y el Árocamientc. en las Calenturas I dt Miíliciní de Ptrií, fl«,—NttfSira Soñorii il."* !a .-il- CI3C0 E L G R A r s D K . - S IiS.— y Cvttvaiiicencius. contra las Iiurreus y las Aíecctomn del Mstomaao y los intesiims ro. Funucarral,30, l . ' i n t , D.'-S. ÁdopMt» por ti Formularla ofltltl frldOÍl Cluaikli' áe t.ata de cie.<p:írlar el aputlío, asi-?ur;ir las diKestlüiio.s, reparar las fuerzas. inudeii.i PH 8u iiarcor.uia 6 dol <*ran partidor) de pelota por los N U n H ü t ' l i l S I T A persona c t ' céloureí NlSOS va?!COiig'ados. e;!.'¡iiu.<x;cr la sjuígro, entonar el ortíanismo y tirccavcr la anemia y la.s epidemias crovoConsuc! • el' Sin, L u i s , ' 1 9 , A l c i t l i á , 1 8 ( r ( | U | i » ( H a ) ; tU, A l c o i l ó , « « ( E < | i i l < a H v i i ) y a«(o//f«(/as por • / sada sin hijos, de garantía, q u í oadas jx)r los caloreSi no so conoce ñaua superior al i ' í n » do 4 í u i a a d e A r o i i d . SALÓN ÉXI'RICSS t(;nrrera do ConstJ) mtdhil (/I íin Mtrtburio^, 4«i«á conozca á fondo las operacione» San Jtróuiíoo, 7 y í)).—Viajes .1 Pot fMl/úr^ en P a r i s , en cas* de í . r C R R É , Fani¡;icejtí,',o, 102, me niclielieu, SucosM deAROUD. I le Casas do préstamos. Escribii Participando í e las propiedades del I o d o y del H i e r r o , '.:S <';>ntimo'( por la niuyor parto SB VaJtDS KN TOOAS LAS VHINCiPALHS BOTICAS. cédula de orden n í m , 51, listl estas Pildoras convienen especlalmonle au U^s (!ni'or;TH!d.iilos lia Ifirinüíips del mundo. Abiorto (I nomfir» y le Correos, Madrid. tau variadas q u e d o t e r m l i n oi ¡ftírnioii escr..ñ'uloo»; {.Cuit, ,i en, iiBsd'i ia» oute de la maiSnna la irraa obsti'uccí mes y hurnvrcs fríos, o l e ) , afcecloncs c'intra Id ? cuales .son in>poleiilc:i los simples í'ornisinoíi.ig; cu ¡a C i o RTÍM - So Viay fvinci'ní. r í s l B [colores pálidos), J.eU'J»«rrea {/¡ures l/uiih:u!i), U .li.moESl'.\N'>L.-~e í\a.~2.1.* de ab ».orrea (mensiniucion nula o Ut/icil), la ' í í s i a . Ja í i í i i i ' s en 15 días y la sfSli» sin m í r c u ' r « l l 4 u o s i!c IVuila , i l u l c e , C A I I R U * y c r e i u » PAKA HOY , KXQrjISITO.S —Tnivio impar.—Don J u a a T.Jc o i ) » t l ! u c i o n a I , ole. Kii l;;i,ofroi;,,:a a]os[,iá(:tie.)S uiia;{.nl,ü rio. Cura gHrauliíadn. ConsuUj r u s t o l e s finoí á 6 r s . docena, oosaimadas, mallovquiuas, boLA KtlUVA S I ' I Z . - V . - A n ü N A L , 11 So arriendMn los de líi; nono. terapiiulico do ios in'ti • néi ,:ii.;(>,5 p.ua esliiiiuiar i;¡ <>I';Í;I'.I¡-.IIIO niídica 1 á ¿.Preciados 12 botica llos suizos para cliocolate y café por mañana y tarde; t a r t a s , enEsta casa obsequia con u n a e-ii.atoa broncnnda, con au coja la.s (Rscori«l),parfi {vaiindo vacuy iiiodllioar las i;,)n -Ulnciiuio; ¡iuf;!li<!as,doliii<;s ó (¡,.;j;.lt;ul;>.<!. i l ¡ 3 - r - . i l . i e l Li Católica. UAU'rOamiioblado.Puartudel tromeses y ramillotox por encargo; vinos generosos da todas claIjomljouera, dol gran almirante Ciislóljal Colón, Cuaio recuerdo no manso.Darán r: P r i n c i p e n , p l . COMtíDIA - 8 I i ' ¿ . - T u r n o 2." N. B.--E1 loüuiu dü li;orro ¡¡np^ro ó alterado es u n medlSol, 13, •2." derecha. ses. Precios fijo.'». Se sirve á domicilio da-ide 3 pesetas e a adelandel IV Contenario, A todo clioute que compra género» por valor í . " «ene - - n o n J u a n T e n o n o . camcuto intiél ülrritaiUc. Como prueba do purezu y auteulla LMONRDA urgent», hay pia- I Cede g a b i n e t e y alcoba para ta. Pan especial al eatilo parición y catalán. de 5 5 nHsi;ti)S,--!.a pHsi;ti)S,--La Nueva Nueva Sni^a, Sni^a, A'^onal, A'^onal, 1" .»,.. * , de II. clila'3 ü c las verdaderas i:-£l4ora» 4 I|?. — I a miama. (í^no.— lleja.s, 3 , principal izq." Plaza de Santa Ana, 2. Sucursal; Cruz, 6; teléfono I 0 1 0 ' Bcab.-Lta. Correos, oéd. 15135 lio JCiüMcsii-a, cx.<ii.;ise n u c s t r NTA P R l N C r S ^ . — 8 !t8.—1." sovi? sello lie pliila reactiva, nuestra llr F 20 do a'iotiO.—T. 2,"— Lui.Sii guo g ' x l r a v í o de una licencia. K . : LMOtNEIlA . por marcha forK i ' s l a do Cuba, 5, port.; gratif. artjinila y el seilu do la Unión» .— , •. t_ PararqHet izosa, dol mobiliario. Tudesl i •g -^ ,.,„, i , " - . . ^ ^ " ^ (.puesto de la l'LA/.A 1)1-; .SANI'.V CHOZ. Pabriiuíntcs. C-...-;—-— 4 1(2.—La dama de k a CaCEDE bonito gabinere.— cos, a s , a." izqda. De 12 A 4. wi-eilera Baja, número 19. wcinn FttfmmuUitieo do JParln, calle fíonniiiirt-, áO • fi'ontc á Cu«r«'Os Z A U / V r X A . — 8 U ^ . - F . l rev D U S C O N F l E C e DE I . A 3 r A U S . F l C A C I O : í I S ¡ )dÍ3ta. Kacen falta ofioialae y (luiviíisuilu i¡<;; Di.;-, nim^-s, 'r*.4¿.il.;> que raliió l(iv.'l-i.'.^ nnv(ulezri,M'¿,3 Premiado cou M.]!nALl,.\ !)'•'( m o m ,.l C.K.-io de Farma 4 ]i2 — " .ripa. para iglesias, dosde 000 peaetal cóuticoH de Madrid, y rerooien^l rio iior el cuo.iio l'acultali\ •> di •flflllUACÉUTlCO t » I" CU»», Pa0Vi:iiU0a ÜK 1,03 li03rirAI,M OB ÍARI» CKUK g a u í u f t s e x t e n o r c o n A ;t OOü. Fuennirral, 33, NAVAS. rUÍNCIi'R A L F O N S O . - 8 . la l'ouoñcoocia proviiiciiil Cjtil «n to'ln clu.iu de lose.t por invale-i Í?J íiuovo.'), grao-modelo, 05 m a i t i ;oba. 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A uno ó dos caba B»I"í;5íim» «obre n u e b l e s , cuadros, mercancías, género» y lleros Plaza Ángel, 21,3.''iiqda. (Fraute ;V la calle Ancha) -.^ 4,—Laf miulias del hermano de todas eiasas, se venden m u y toda clase de garantíns qiie convengan, fianito —[•! alcalde de Viilapoue- baratos. Vélázquez, 04, más allá AS>l':a.,%!«TO B » e P A C Á N que. —Tei r,iio y castalias.—To- del táller de K. Vázcinoz. dé Cádiz y Mílaga,—Molletes de Sovilln y ostras frescas, a t reciSo colocan grandes y pequsíla» eantidade», eon b u e n a s g a r a n ^ J rero» y i „ ' , , ' a n s . boas y pieles linas. Único y ez> los días.—Jamétt s e r r a n o , legítimo del J a b u g o . tías y renta del I a al 00 por 100 annnl. en 15 días; la sífilis radicalmen- elusivo depósito A precios s i l r'íftooDR PAM8H.-4 lia y B ' L M O Ñ ' E D A " , por"m'arciía'roT- ben todo»SKVII.LA, —oJ- . •"PKLLICÓ 16 « : « i a KS.if.i«, ! í « , S . ° Aeha. tie. {> lí S I y H e O ¿ 8 t e ; curas garantizadas. 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En aquel instante supremo en que su vida e s taba en peligro, no pareció que Louffard pensara en su persona, pues se defendió sin energía, comprendiendo quizás que toda resistencia sería inútil; pero sí pensó en su amo, en Rouquin, que era hombre perdido sin remedio, si no recibía su 6Tiao. Entonces knaó un grito estridente, terrible, que resonó en todto el ^ t e l . fcAugusío Isj tapó la boca con el puao, pero er» tarde. Sin duda alguna, Louf/ard sabia que bastaba aquel gri*'i, pucj ni siauiera trató de rejjetirlo. Como no hacia ningún esfuerzo para soltarse, con la nmj'or trnnqullidad pudo Autrusto atarle de pies y raanos, de modo que no pudiera apelar & la fugfl, y le llevó á, un rincón de un ancho corredor, üondc se hallabi la escalera. Laluz que Louffard tenía en la mano se apagó al caer «1 suelo; pero Valentín volvió ¿ encendería, y eníonces los cuatro se lanzaron á las habitaClones lutenores por la puerta entreabierta. Noiberlo, que los guiaba, fué en derechura & los cuurtos en dondj pensaba que podía hallarse Bouquin, No le tincontraron, y eu ninguna parte descuorian las huellas de su paso. Los balcones de la safa estaban abiertos de par ea par. *^ El marqués «e estremeció. ParfH:í.a que la faiaiidad se empeñaba en ofrecer á siis OJOS el recuerdo de la mayor parte de las escenas de su vida. ,.En aquella misma sala, dos años antes, había Tiftto ^jGabriela robada por segunda vez, cuando "Ifnf? T**^**^* ^^ escaparse del hotel Murad. A 11 !e habla intimado la orden de seguirle. dí\n<io!'; » osTOger entre su libertad, que ponía fin a !íi í xistencia del anciano Bertara, y e l c o n flentiH)ij.:,!o r.aranuese celebrara el enlace prePov u i i i j ( l e a t j ; ijalconea había visto en la calle á dos R'uat.iíaH de orden público que se p a Bcaban vmnquilaraente delante del hotel, casi al alcance de ja mano, y al «eñalarlos habla dicho á l » | o v e n q u e podía llamarlos en sü auxilio, lo cual sería la pérdida para él y para ella la U t o - •»>«>« -'•tfW^.fr-^m'nm^mmim'^'i^ mitKSiíiiBiU)>mimiámmimÍ¡mmimmm tad; pero igualmente la muerte de su venerado y querii'.o padre. Gabriela había elegido, como sabemos, salvar al anciano; había sacrificado su vida, y lo que era más que su vida, su amor; pero en cambio del snciiücio, Bertara vivía. Noiberto recordaba perfectamente todos estos detalles. Al ver los balcones abiertos, creyó que Rouuin se habría escapado por alií, arrojándose esde el piso principal a l a calle. Imnediatamente se asomó y vio en la acera>«¿ Chilperico paseándose, sin alejarse, muy alerta, para estar al tanto de todo lo qae pudiera s u ceder. Norberto le interpeló. ' Chilperico uo había visto nada; dijo que no «o había apartado, y por consiguiente, un hombre que se hubiera arrojado por la ventana babri» caído en sus brazos. El marqués, seguido de Murad y de Valentín, corrió hacia la otra parte del hotel, cuyos cuartos daban al solar en donde edi.1caban las casas. Todas las ventanas de aquel lado estaban oe*i rradas herméticamente, y sin embargo, era se« furo que Rouquin se hallaba en el hotel en aque* lo.^ instantes. Dumiendo vestido y siempre alerta, había podido escaparse al oir el grito lanzado por Louffard; quizás antes, cuando oyó ruido en la esca» lera. Pero ¿por dónde se había escapado? Norberto pensó que Rouquin podía kaberse escondido en las buhardillas destinadas i dormitorios de la servidumbre. Corrieron á las buhardillas y tampoco descubrieron nada. También pensó que habria huido por la escalera de servicio, y bajaron la escalera que conduela h la despensa, i las {cocinas, al patio interior y i, las cuevas. Las cuevas llamaron su atención. La puerta estaba entreabierta. ¿Era por olvido, por descuido, 6 por precipitación en l a fuga? Augusto se había quedado vigilando á Louffard, aunque el bandido se hallaba en la imposibilidad mas completa de hacer el menor movimiento. Valentín, Murad y Norberto no se separabao» Los tres juntos, siempre alumbrados por Valen, (ín, bajaron las gradas de piedra que conducían á la cueva, y una vez allí, se entregaron al mó« minucioso registro. La cueva e.9taba vacia, 6 poco monos; Norberto no había habitado bastante tiempo el hotel para utilizarla, j en cuanto á Rouquin, aunque era el propietario tiel hotel, jamás la había habitado.; Dispoüiausñ á subir, cleísesperados del mal éxito de su regiiátro, cuando de repente Norberto dejó escapar una exclamación, y deteniendo 4 Murad y i Valentín, que ya se encaminaban 6 la escalera, les obligó á retroceder. - ¿ Q u é hay? ¿Ha descubierto ustíflftJfi'UIi»CO.- 3 f srsBr- aSBBS *•.**=«.;'.*P*;*ir..fl1[fflr- ^ ,1 »..i .. .' ..1.:..>.,<., _,,. iii»i[ii,iiMiiM««iiiíii1i»iiifrtliiiWi»>lllli liililiniMi—MW LOS AMORES EN PARÍS ..- . en?—preguntó Murad con la mayor ansiedad. Norberto parecía presa de la más viva agitación, y contestó diciéndole: 1 —Ahora me acuerdo de lo que me indicó Rouquin cuando puso á mi disposición este hotel: ^ —"Si le persigue ¿ usted de cerca la policía— dijo--no olvide usted que en la cueva del hotel encontrará un angosto pasadizo que corresponde con las alcantarillas de la ciudad, y por medio de ellas con la orilla izquierda del Sena. El corredor tendrá escasamente diez metros, y se eleva unos tres sobre el alcantarillado; una vez allí, solo algunos pasos le separarán á usted del río.» i,—¿Y en dónde está ese pasadizo? —Como nunca lo he necesitado, no lo he visto Di tampoco lo conozco; pero acuden á mi memoria las indicaciones de Rouquin. fe —Hable usted pronto. —Me dijo que la entrada del pasadizo estaba detrás de un tonel, enfrente de la claraboya. El «onel, naturalmente vacio, sirve como de antesal a al pasaje, y el fondo de ese tonel, que cede & u n a leve presión, se abre y vuelve á cerrarse por Bi mismo. Valentín corrió hasta el fondo de la cueva. —Conozco bien los callejones estrechos—decía el joven riendo.—Sin mis amigos el clown y En,' gañabobos, no tendría hoy la satisfacción de penetrar en éste... Muy caro pudo costarme e] otro, y por cierto que contraje allí una deuda con un tal /ia.^«ya?uí, deuda que querría pagarle pronto, pues hace ya mucho tiempo que está pendiente. Al decir esto dio un golpe en el tonel, que se abrió y dejó pasar una bocanada de aire húmedo y nauseabundo. —Veo qne no le han engaBado & usted, marqués—dijo á Norberto. y arrastrándose sin abandonar la bujía encendida, más necesaria que nunca en aquellas densas tinieblas, pudo llegar hasta el corredor de que acababa de hablar Norberto, y alli, incororándose un poco, siguió adelante valiéndose e sus rodillas. Era todo loque podía hacer; pero no tardó en pararse. El angosto corredor acababa bruscamente, como había dicho el marqués hacía pocos instantes, en uno de los callejones subterráneos de laa alcantarillas. Se inclinó á mirar; la luz apenas alumbraba, y necesitó algunos instantes para distinguir algo. Debajo de él, á dos ó tres metros y ¿ pico, vio una acera que tenía justa bastante anchura para pasar dos hombres de frente. Si Rouquin se había escapado por allí, como .parecía probable, ee habría dejado caer sobre oqüella acera que había seguido hasta el Sena. El agua de las alcantarillas corría por debajo con gran estrépito; se oía que el ruido venia de tejos; pero aquel ruido sordo se acababa de r e iente al aire libre, en el momento en que aquetas aguas, á pocos pasos de distancia, calan en 1» comente del Sena. Despuófl de haberse dado cucata 4e los lugaieii S f X s •««MMÍ i¿aiM>iÉi#íii«»i»iiiair>lTiii iiÉii iiiMfii OES 183 Valentín retrocedió, y aunque había invertido corto tiempo en el examen, encontró inquietos i sus amigos. Al verle se tranquilizaron. Valentín les explicó lo que había visto, y entonces preguntó Norberto: —¿Nada le ha indicado ¿ usted las huellas r e cientes del paso de uno ó más hombres? —Nada; el corredor tiene un pavimento de a n chas losas y no puede conservar ninguna huella. Murad dijo á Norberto, que se había quedado muy pensativo: —Puesto que Rouquin no está en el hotel y c o nocía esa salida, es seguro que ha debido escaSarse hace pocos minutos por ella. Hemos visita0 todos los rincones del hotel, sin olvidar nada» (no es así? —Absolutamente nada hemos olvidado en núes» tro registro. —De modo que podemos tener la certeza d* qUe Rouquin no está escondido en el hotel... —No puede caber la menor duda. —Ahora bien; no e» creíble que haya huido por las puertas que guardan nuestros amigos. - E s evidente que ha aprovechado este pasadizo. —Si corriéramos hacia el Sena, quizás llegaríamos á tiempo—dijo Valentín—la acera de las a l cantarillas 63 muy resbaladiza, y no debe ser muy fácil andar por ella, sobre todo no llevando luz, porque sin duda Rouquin no la lleva... Un paso en falso y hombre al agua. Por lo tanto, las p r e cauciones que ha debido tomar habrán retardado mucho su marcha... Por el Cours-la-Reine llegaremos quizás á tiempo para encontrarle en la orilla del ria>.. —Si, sí—dijo Norberto—esté perdido si no ha llegado al Sena. —Corramos, pues. XIV Los tres llegaron al malecón, y uo vieron á n a die á la primera ojeada. La obscuridad comenzaba á ser menos densa; las estrellas palidecían en el cielo; el crepúsculo matutino iba ¿ahuyentar la noche; muy luego despuntaría la aurora; unos matices pardos como «na niebla impalpable flotaban sobre París dormido; las ondas del Sena corrían aún sombrías; Eero muy pronto los primeros rayos del sol las arían resplandecer con vivos tonos... El malecón estaba desierto; apenas á lo lejos, en dirección á los Campos Elíseos, se oía un rui' do sordo de carruajes,.. En una mañana como aquella, y casi á la misma hora, el desdichado Simeón había sido ases»» nado cerca del sitio en donde se encontraban lo» perseguidores de Rouquin. Bajaron á la orilla del rio y vieron 6 UA lUO»; bre en una lancha; era un oea(»<toi. / jisiñií :i±L:v 'lA^mmiiÁ