Sin título-1 - Universidad de Piura

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20-V-2013
Nº 372
Bole n quincenal de la Capellanía de la Universidad de Piura
El exorcista, la verdadera historia
Muchos habremos visto la película y nos habremos quedado con lo que suelen dejar las películas
de ese es lo: algo de miedo, algunas preguntas en la cabeza y una cierta sensación de que hemos
visto algo de "Ciencia ficción" que, por lo tanto, se mezcla con lo irreal. Quizás no sabíamos que la
película se basó en una novela que, a su vez, se basó en un hecho real. En las breves páginas que
siguen, contamos parte de esa historia real que quizás nos ayude a sacar el tema del diablo del
"cajón" de la Ciencia ficción, y ponerlo donde debe estar: en la verdad de la historia humana.
de unos arañazos detrás de la pared,
"como si una garra rascara la
Todo empezó con el ruido de un suave madera". Esos arañazos siguieron
goteo en casa de los Mannheim - los escuchándose durante once días.
nombres son falsos -, en Mount Comenzaban siempre a las siete de la
Rainier (estado de Washington). Allí
tarde y paraban a media noche.
vivía Robbie, un chico de 13 años, con Curiosamente, coincidió que se
su papá, su mamá y su abuela detuvieron el día en que murió Harriet,
materna. El sonido se inició un sábado una tía espiritista de Robbie, a quien él
en la noche. El niño y su abuela se
quería mucho y que había enseñado
estaban solos y decidieron recorrer
al muchacho a manejar el tablero de la
las habitaciones buscando el origen
ouija. A partir de ese momento,
del ruido. Al entrar en el dormitorio de Robbie pasó muchas horas jugando
la abuela, vieron que en un cuadro de la ouija, intentando entrar en contacto
Jesús estaba chueco y se movía
con su querida tía difunta. Fuera ésta
como si alguien golpeara la pared
o no la causa de la posesión, el hecho
detrás de él. En ese momento, el
es que los fenómenos paranormales
goteo cesó para dar paso al chirrido
comenzaron a producirse a su
El maligno se manifiesta
alrededor sin interrupción. Al irse a
dormir oía pasos junto a su cama y,
durante el día, objetos y muebles
pesados se deslizaban por el aire o se
volcaban solos. Sus familiares veían
girar vertiginosamente las sillas en
que Robbie se sentaba. Él decía que
no tenía nada que ver y que sentía
mucho
miedo.
Pero
la
"fenomenología" crecía y llegó a un
punto de paroxismo la noche en que,
para ahuyentar el miedo del Robbie,
su abuela y su mamá se acostaron
con él. De pronto el colchón levitó y
colcha y sábanas - completamente
estiradas - se elevaron ante sus ojos
como si algo invisible jalara los
extremos.
El exorcista, la verdadera
Las prác cas espiri stas, la
ouija, los ritos satánicos y
los maleficios abren la
puerta a este estremecedor
fenómeno
La familia consultó a médicos, psiquiatras y
psicólogos, que declararon que el niño era
normal. Pero Robbie ya no podía siquiera ir
al colegio: su pupitre daba saltos y
golpeaba los de los demás niños...
Entonces, sus papás se dirigieron a un
sacerdote luterano llamado Schulze quien,
creyendo estar ante un "poltergeist", rezó
por el muchacho. Pero, después de pasar
una noche con él y ser testigo directo de la
aterradora "fenomenología" que rodeaba a
Robbie y, sobre todo, al aparecer el 26 de
enero sobre el pecho del niño unos
arañazos en forma de letra, "como si
alguien los hubiera trazado desde dentro
con un cuchillo", Schulze comenzó a
pensar que un poder maligno había
invadido al muchacho.
Es sabido que la posesión demoníaca se
manifiesta, progresivamente, de tres
formas: infestación (el demonio actúa
sobre la materia circundante y produce
fenómenos telequinéticos de toda índole);
obsesión (atormenta a la víctima sin
hacerla perder el conocimiento pero de
modo evidente); y posesión (invade el
cuerpo de la persona y lo trata como
propiedad suya). Para Schulze, Robbie
estaba a punto de pasar a la tercera fase,
así que recomendó a la familia consultar a
un sacerdote católico: "Ellos entienden de
estas cosas", dijo. En efecto, mientras que
las iglesias luteranas no conceden ninguna
credibilidad teológica (científica) a la
existencia del demonio, la católica tiene
youcat*
una larga tradición de exorcismos, que
comienzan con el mismo Jesucristo.
Robbie fue ingresado en el Georgetown
Hospital, dirigido por padres jesuitas y
atendido por monjas, quienes guardaron
Es así como los Mannheim se pusieron en
el más absoluto secreto. Robbie fue atado
contacto con el padre Hughes, párroco de
con correas a una cama y permaneció
la Iglesia católica más cercana. Al principio
echado
con los ojos cerrados,
éste se limitó a darles agua bendita y unos
aparentemente tranquilo. Al entrar el
cirios consagrados, para que rezaran. Pero padre Hughes en la habitación, llevando
la botella con agua bendita explotó al entrar su birrete negro, como se acostumbraba
en el dormitorio de Robbie y las velas, al ser que los sacerdotes vistieran entonces, y
prendidas, lanzaron tales llamas que casi
habiéndose puesto una estola púrpura al
incendiaron la casa. Entonces el padre
cuello y llevando un aspersor de agua
Hughes decidió
visitar
al chico.
bendita en la mano, Robbie "despertó" y
Aparentemente, Robbie estaba en la cama
con voz perentoria le ordenó quitarse la
en estado de trance, pero lo recibió
cruz que llevaba escondida. Asimismo
diciéndole en latín: "Oh, sacerdote de
empezó a proferir juramentos en lengua
Cristo, sabes que soy un demonio. ¿Por
semítica y aramea y en su pecho
qué me molestas?".
comenzaron
a aparecer
nuevos
arañazos.
La posesión demoníaca se
manifiesta, progresivamente,
de tres formas: infestación,
obsesión y posesión.
Precisamente, según el Rituale Romanum,
la capacidad de hablar o entender una
lengua
extranjera
desconocida
anteriormente por la persona es una de las
características
de la posesión,
característica que suele ir unida a la
exhibición de una fuerza sobrehumana, el
conocimiento de hechos ocultos o futuros y
una profunda aversión hacia lo sagrado
incluyendo medallas, cruces o reliquias,
incluso ocultas. Así que el padre Hughes tal y como indica el ritual - solicitó permiso
para practicar un exorcismo al arzobispo de
Washington, Monseñor O'Boyle, quien, se
lo concedió. Cosa que llama mucho la
atención porque el P. Hughes tenía sólo 29
años y una muy escasa experiencia.
El padre Hughes se arrodilló junto a la
cama con el Ritual en las manos, recitó la
Letanía de los Santos en latín y luego el
Padre Nuestro con el que comienzan las
oraciones propias del exorcismo, pero al
decir "y líbranos del mal", Robbie logró
soltar una de sus manos y aflojar una pieza
del somier... La monja y el auxiliar que
esperaban afuera oyeron de pronto un
alarido del padre Hughes... Robbie había
rajado el brazo izquierdo del sacerdote
desde el hombro hasta la muñeca. Para
cerrar la herida fueron necesarios más de
100 puntos. El exorcismo no prosiguió. El
padre Hughes sufrió una crisis nerviosa y
abandonó Mount Rainier durante un
tiempo.
Oh, sacerdote de Cristo,
sabes que soy un demonio.
¿Por qué me molestas?
414 Satán o el diablo y los otros demonios son ángeles caídos por haber
rechazado libremente servir a Dios y su designio. Su opción contra Dios es
definitiva. Intentan asociar al hombre en su rebelión contra Dios.
395 Sin embargo, el poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura,
poderosa por el hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede
impedir la edificación del Reino de Dios. Aunque Satán actúe en el mundo por
Catecismo de la Iglesia Católica.
http://www.capellania.udep.edu.pe/capinf.html
Intervienen algunos padres
Jesuitas
Las murmuraciones de los vecinos de
cuarto, la desesperación o el hecho de
que el cuerpo de Robbie empezara a
actuar como un tablero ouija formando
palabras con arañazos, fueron el
detonante
para que sus papás
decidieran trasladarse a St. Louis, donde
tenían parientes, para pedirles ayuda.
Allí, la familia pidió consejo al padre J.
Bishop, profesor de teología.
La lucha contra el mal
fue ganando la batalla".
El padre Bishop habló con sus superiores
y la comunidad jesuita se hizo cargo del
asunto. El 9 de marzo, el padre Bishop
visitó por primera vez a los Mannheim.
Los interrogó sobre lo sucedido y decidió
rociar con agua bendita toda la casa,
especialmente el dormitorio de Robbie,
donde además decidió practicar un
exorcismo simple y colocó una reliquia
de Santa Margarita sobre la almohada.
Pero no se logró el objetivo. La reliquia
salió disparada y rompió un espejo y el
propio padre Bishop presenció el
frenético movimiento de la cama de
Robbie y los arañazos que aparecieron
en su cuerpo. Al día siguiente habló con
el padre William S. Bowdern, jesuita de
52 años, responsable de la Iglesia de
San Francisco Javier y considerado
como un hombre santo por quienes le
conocían. Por indicación del arzobispo
Monseñor Ritter, habría de ser el padre
Bowdern quien llevara a cabo el
exorcismo.
El 10 de marzo por la noche, el padre
Bishop y el padre Bowdern hablaron con
Robbie y rezaron el rosario con él. El niño
parecía tranquilo, pero en cuanto le
dejaron solo en su habitación volvió a
gritar pidiendo ayuda. Poco después
mostraba dos arañazos en forma de cruz
en sus antebrazos, algo que no dejó de
llamar la atención a los padres jesuitas
quienes, en secreto, habían llevado una
reliquia del antebrazo de san Francisco
Javier. Los sacerdotes regresaron y
calmaron a Robbie y lo bendijeron. Pero,
en cuanto lo dejaron solo, Robbie sufrió
una gran crisis durante la cual un librero
de 25 kilos se movió solo colocándose
ante la puerta de su dormitorio. Su mamá
logró entrar por una rendija en la
habitación a tiempo para ver cómo el
crucifijo y las reliquias que los sacerdotes
le habían puesto se deslizaban solos por
su cuerpo hasta quedar a los pies de la
cama. Los muebles habían cambiado de
sitio por sí mismos, el niño se retorcía de
dolor debido a los arañazos, mientras
que las sacudidas del colchón eran
frenéticas.
Después de haber ayunado, celebrado
Misa y hecho su confesión general, el 16
de marzo en la noche, el padre Bowdern
inició el exorcismo que habría de
prolongarse en sucesivas sesiones
hasta el 18 de abril. Comenzó pidiendo al
niño que hiciera un examen de
conciencia. Después llamó a toda la
familia y a los otros sacerdotes: el padre
Bishop, que fue el que escribió el diario, y
el padre Halloran, de 26 años, cuya
fuerza era necesaria para sujetar al
poseso. Después de rociar agua bendita
en la cama que no dejaba de moverse,
comenzó a leer las letanías del ritual.
Cuando dijo: "Yo te ordeno, espíritu
impuro, seas quien seas, junto con todos
tus asociados que han tomado posesión
de este siervo de Dios, que, por los
misterios de la Encarnación, Pasión,
Resurrección y Ascensión de nuestro
Señor me digas mediante alguna señal tu
nombre, el día y la hora de tu partida...",
grandes ronchas rojas y arañazos
cruzaron la garganta, los muslos, el
odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y aunque su acción cause
graves daños ‐de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de
naturaleza física‐en cada hombre y en la sociedad, esta acción es
permitida por la divina providencia que con fuerza y dulzura dirige la
historia del hombre y del mundo. El que Dios permita la actividad
diabólica es un gran misterio, pero "nosotros sabemos que en todas las
cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (Rm 8,28).
estómago, la espalda y el rostro de
Robbie. En su pecho apareció la palabra
hell (infierno), y manaba sangre. Hacia el
final del vientre del niño también se
dibujó la letra X y la palabra go (ir). El
padre Bowdern interpretó que el
demonio se iría en diez días a través de la
orina o los excrementos. En lo primero se
equivocó. En lo segundo no. Pues, en
cada sesión de exorcismo, salían de
Robbie grandes cantidades de orina
maloliente. Durante otra sesión, al
preguntarle al demonio su nombre, se
dibujó con arañazos sobre el pecho de
Robbie la palabra spite (rencor).
Durante el día Robbie era un muchacho
normal, cosa característica en los
posesos. Sólo durante los períodos de
crisis, que a veces duraban horas y que,
salvo en raras ocasiones, se presentaron
siempre de noche, parecía ser otra
persona.
Gritaba,
ladraba,
reía
diabólicamente, insultaba y maldecía al
oír las oraciones o el nombre de Jesús. Y,
al ir avanzando el exorcismo, comenzó a
hablar con una voz profunda, ronca, y a
volverse
más violento.
Gritaba
obscenidades a los sacerdotes, les
acusaba de terribles actos sexuales y les
escupía. Su delgado cuerpo se arqueaba
tanto que podía tocarse la cabeza con los
"Quien
no re za
al S eño
diablo,
r r eza a
cuando
l
n
o
s e c on
Dios, se
fiesa a
confiesa
a la mun
del dem
danalid
onio".
ad
Papa Fra
nc
isco
leer...
dedos de los pies. Cantaba melodías que
desconocía.
Agitaba
los brazos
desesperadamente y, en cuanto se veía libre
de ataduras, soltaba violentos puñetazos.
El bau smo es otra forma de
exorcizar.
La última sesión
Robbie era luterano y el padre Bowdern
decidió bautizarlo para acogerlo en la Iglesia
Católica. Como se sabe, el bautismo es una
forma de exorcizar. Sin embargo, después de
recibir este sacramento, Robbie se volvió más
agresivo. La voz del demonio salía con más
frecuencia durante las crisis, hablaba con
más autoridad, y profería más obscenidades.
Su rostro adquiría expresiones diabólicas y
sus uñas, extraordinariamente
largas,
arañaban su pecho.
alguna señal característica del final exitoso
del exorcismo. Robbie contó que había visto
en sueños como el arcángel se había
encarado con el diablo haciéndole retroceder
hacia una cueva cerrada con barrotes en
cuya entrada estaba la palabra spite. Cuando
los demonios desaparecieron, notó como si
algo jalara de su estómago. Luego se sintió
relajado y feliz como no había estado desde el
15 de enero. A la mañana siguiente comulgó
en la capilla del hospital. Por la tarde durmió
una larga siesta. Cuando despertó parecía no
recordar nada de su penosa experiencia.
"¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?",
preguntó. En ese momento, una explosión
resonó en todo el hospital. Era la señal que el
padre Bowdern estaba esperando.
Cuando Robbie salió del hospital, su
habitación fue clausurada con llave. En el
cajón de la mesita de noche se quedó el diario
del padre Bishop hasta que fue encontrado
en 1978.
Cartas del
diablo a
su sobrino
Autor:
C.S. Lewis
ver...
Poco después de finalizar el exorcismo,
durante una misa celebrada por el padre
Bowdern en la Iglesia de San Francisco
Javier, el ábside se iluminó y ante los
Conforme avanzaba la batalla, a los períodos asombrados padres Jesuitas allí reunidos
de crisis se sucedían estados de calma en los brilló por un instante la imagen de san Miguel,
que el chico proyectaba un aura siniestra que con una espada llameante en la mano.
los exorcistas llaman "el roce de Satanás". En
cierta ocasión estuvo cuatro días muy
tranquilo, pero resultó ser sólo otra trampa del
maligno que, "a veces, deja al cuerpo libre de
Satanás, Satanás, soy San Miguel
molestias para hacer creer que ha sido
expulsado", señala el Rituale.
y te ordeno a
Finalmente, después de pasar por un
verdadero calvario, durante el cual estuvo
alojado en la rectoría de la Iglesia de San
Francisco Javier, Robbie regresó a Maryland
y volvió de nuevo a Saint Louis. El niño fue
ingresado a principios de abril en el hospital
de los Hermanos de los pobres.
El día 18 de ese mes, el padre Bowdern,
consumido por el prolongado ayuno y la
vigilia, se enfrentó a la que sería la última
batalla. Robbie había comulgado ese día y los
Hermanos de los pobres habían puesto en su
habitación una estatua del arcángel San
Miguel venciendo al dragón infernal. Ese día,
con el último amén del exorcismo la
habitación pareció invadida de una calma
absoluta y Robbie habló con una nueva voz,
clara, autoritaria, rica y profunda: "Satanás,
Satanás, soy San Miguel y te ordeno a ti y a
los otros espíritus malignos que abandonéis
el cuerpo en nombre de Dominus,
inmediatamente, ¡ahora, ahora, ahora!".
Entonces, durante 7 u 8 minutos, Robbie se
debatió entre violentísimas contorsiones.
Luego, dijo con calma: "Se ha ido". Miró a los
sacerdotes y aseguró sentirse bien. Todos se
felicitaron. Todos menos el padre Bowdern,
que no confiaba en el maligno y esperaba
El Rito
Director:
Mikael
Håfström
y a los otros
espíritus malignos que
abandonéis el cuerpo en nombre
de Dominus, inmediatamente,
¡ahora, ahora, ahora!
Los
miserables
Director:
Tom Hooper
La casa donde se iniciaron los hechos fue
quemada durante un ejercicio de bomberos.
Ahora sólo queda el terreno, que nadie quiere
comprar.
A pesar de las amenazas de muerte
prematura que el demonio hizo a los
exorcistas, el padre Bowdern murió en 1983
con 86 años y el padre Bishop en 1978 con
72. En cuanto a Robbie, su vida transcurrió
con normalidad. Se casó y tuvo dos hijos.
pensar...
Algunos de los que intervinieron en la
filmación de la película también tuvieron
experiencias inexplicables.
"El pecado de nuestro siglo
es la pérdida del sentido
del pecado".
Fragmento tomado del original que aparece en
AlterGuía:http://alterguia.net/PARANORMAL/exo
rcista.htm
Pio XII
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