CÁTttO A MAS HACJOUIS UMlDAß

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CÁTttO A
MAS
HACJOUIS
UMlDAß
"ODISEA DEL HOMBRE Y SU ESPERANZA"
CESAR MUÑOZ GARRIDO
H e aquí una obra poética, recia, tronante, que a no dudarlo,
figurará a breve plazo entre los libros preferidos del público.
Más qué un anatema a la actual guerra, m á s que una revisión de los valores espirituales de nuestra época, e s el corazón de
un hombre en quien el presente via crucis de la H u m a n i d a d ha
golpeado despertando su instinto de hombre libre.
«ODISEA D E L H O M B R E Y S U ESPERANZA.», con su
potente sentido humano coloca de i n m e d i a t o a su autor; César
Muñoz Garrido, en un plano envidiable entre los poetas de avanzada de América.
«Las guerras no sólo se ganan con cationes», y el autor con
esta Odisea, que es la de todos los h o m b r e s libres de este siglo,
contribuye a la causa en que se empeflan las Naciones Unidas en
su lucha por la democracia. Pocas obras de carácter universalista
logran conjugar c o m o ésta, en forma más profunda, el sentido
poético y el arte como función social. E d i c i o n e s Millantun se complace en presentar e s t o s cantos e m p a p a d o s del más puro sentimiento estético con el espaldarazo que merecen todas las g r a n d e s
obras y los grandes escritores de la terrible hora presente.
Ediciones Millantun
odisea d e l h o m b r e y SU ESPERAMZA
(CANTO A LAS NACIONES UNIDAS)
Cesar Muñoz
Garrido
o d i s e a d e l H o M b r e Y su e s p e r a b a
(CANTO A LAS N A C I O N E S
EDICIONES
MILLANTUN
SANTIAGO DE
1S48
UNIDAS)
CHILE
CANCION GLORIOSA DEL RÍO YANG-TSE-KIANG
Y la dulce canción del río Yang-Tse-Kiang
Afluente de la gloria.
Mandarín de espuma desbordante
inundaba de gratitud tu inagotable geografía.
Artet'ia fraternal de las estrellas.
Primogénito río de dragones.
Embriagaste de azul a Marco Polo,
andarín de Venecia.
La frágil porcelana bautizó tu alborada más joven.
Eritcnces era el Thibet la pagoda infinita del planeta.
Y la canción del río Yang-Tse-Kiang
por las Harturas misteriosas
era urna rubia espiga musical.
País celeste.
Factoría del sueño
'Encadenado al opio de la ausencia.
Eras la quinta parte de la humanidad
La quinta parte del silencio y la amustia.
. El racimo desnudo de la lluvia oriental
La dinastía inAacta de inmortales leyendas.
Golpearon tu mejilla.
Colocaste la otra
Suda otoñal de bronce arrodillado.
Y el naciente reptil amarillo
ccsífr.ndió tu humildad celestial.
Asaltó tu froentera de juncos v metales.
Masacró el vecindario virginal de la seda
y asedió el arco-iris triunfal de tu república
con su hambrienta jauría militar.
6
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
Cooli, Cooli.
Ciudadano del mundo.
La gran muralla chin a de tu pecho encendido
al invasor detuvo.
Tu corazón de escombros infinitos.
La fórvnuia ir.surrecta del arco de tu frente.
Tu casaca de gloria y coraje estallante
Tus vértebras,
magnífico fusil de libertad.
Tu juveaíai intrépida de sangre,
forjaron en la diana del oriente
el nuevo alerta universal.
Y la canción del río Yang-Tse-Kiang
deshojaba en sus párpados oblicuos
la vanguardia de tu sangre fluvial.
Ejércitos fantasmas de Tchu-Ste
Estandarte del yunque proletario.
Inaugurando un mundo sin rodillas
de pie en; un mediodía de centauros.
Provincias de metrallas amarillas.
Amanecer de pómulos blindados.
Por tus venas latiendo dinamita
van horizontes de héroes cantando.
Podrán destruir ebrios.
La estrella dorada del molino
El tórax diminuto del arroz
El diamante crepuscular de Miatg
Las carabelas tímidas de sal
El tambor de canela manuscrito
La altivez esmeralda del bambú.
Pero nunca.,
Tu fabulosa resistencia mártir.
Ni el parapeto republicano de tus corazones.
Ni aún intimidar
tu fortaleza de latitud humana
con su turbia cuadrilla de escorpiones.
CHINA
Tierra madre de la eternidad.
Tifones de langostas japonesas
rebumban e:i tus adolescentes barricadas.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 6
¡No pasarán!
Atrincherados en su propia sangre
;us milicianos enntaüi.
¡No pasarán!
Y el agresor no pasa.
Cam aradas.
Ahí en la antena oculta de un roble milenario
pegado el tímpano al surco de la tierra
como un toqui infalible
he oídc vuestro gong sangrando al universo.
Rugen tus bosques de elefantes mutilados
Arrasan tus ciudades de azules laberintos
Derrumban tus aldeas de mimbre y de palomas.
Angélicos muchachos
¡Ay sepultados vivos!
por el deliriun-tremens de víboras niponas.
Las madres apacibles de amapola espectral
gajo sanio de lágrimas
Mendigas del pan y de la leche.
Caen crucificadas en un volcán de bayonetas locas.
Y la canción del río Yang-Tse-Kiang
enjuga core sus manos de Verónica
la sangre de tu rostro fraternal.
Profundo
cementerio
vagabundo.
Sudario
palpitante
del planeta.
De trinchera en trinchera
reconozco a tu pueblo insobornable.
Plomo y vinagre en la garganta ronca
inundación humeante de cadáveres.
Tripulantes del sueño,
crecida caravana de pupilas remotas
soldados que murieron en el suburbio de los mares
Mirad
ahora avanzan con el fusil radiante de la aurora.
Y al frente de tu escudo de sangre combatiente.
Y al frente de tu ciclón de estrellas democráticas.
Con su uniforme de banderas heroicas
8
CESAR
M U Ñ O Z
G A R R I D O
vigila el horizonte ensangrentado de tu libertad
GIiang-Kai-Shech
brújula mariscal de la victoria.
¡Hurra! ¡Hurra!
Juventud guerrillera de alborada
del rubio corazón del Occidente
florecen carreteras de esperanza.
¡Hurra! ¡Hurra!
Multitud de soldados victoriosos.
Camaradas de acero inolvidable
cosí la granada oblicua entre los ojos.
Hurra! ¡Hurra!
Gran pueblo de pólvora fecunda.
Tu odisea de sangre es inmortal
Hombre librei del Asia
el mundo te saluda.
Y la canción del río Yarag-Tse-Kiang
cantando la victoria se avalancha
por los caminos de la humanidad.
CANTO A LOS GUERRILLEROS ETIOPES
El tambor de Africa resuena.
El negro tambor de Africa retumba
por todos los caminos de la tierra.
ETIOPIA, ETIOPIA
País de sol fulgente, de lluvias invencibles
de azules cataratas, de alboradas gigantes.
De aromas y de músicas, de risas y canciones
tu corazón desnudo se estrellaba en los tanques.
Los chacales fascistas,
camisa negra de odio.
Anatema maldito de gases y metrallas.
Verdugos sanguinarios,
Frío invierno de plomo
abrieron tus arterias con sus salobres hachas.
Entonces era el tiempo del grito sin licencia
arrollando tu juventud atónita.
Entonces era el tiempo del paladar oblicuo de vinagre
masacrando tu raza nunca arriada.
Era el tiempo sin tregua
fusilando
tu humildad de amores silenciosos
tus fértiles hogares bombardeando.
ETIOPIA, ETIOPIA
Las vírgenes morenas de Dembea
El guerrero indomable del viejo río Azul,
triturado sublime del cocodrilo blanco
Jinetes de la heroica Addis Abeba.
Los pastores oscuros de la montaña santa del Godjam.
Todos, sí,
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C E *
R
\T TT Ñ O Z
G A II R 1 D O
todos los aMsänios de v&nzey encendidos
con e! was pxu-o ¡.raje de los héroes
bajaron por los valles de alborada a defender tu libertad.
¡Oh días grises de ios suicidios prolongados!
por el eclipse de la gangrena insaciable.
EU párpado del mundo wo se abría
malditos días
y malditas noches.
Caían tus guerreros acribillados al vómito del tanque.
La voz despavorida
de tus tristes mujeres
caía acorralada,
acorralada digo,
por el a-alvaje aullido del Caproni.
Masacrado su abdomen de sangre maternal.
Era el tiempo
csi que la ronda morena
de los ¡niños más tímidos, fué una rosa «recamada.
Enioaces era el tiempo
cuando el hijo de la hiena inaudita
es decir, del hambriento chacal de Mussolini
con la ssrigre infantil se pavoneaba.
¡Oh días grises sin sabor a días!
A oirilks de tu sangre acuartelada
tus guerreros de fuego defendían
la juventud del hombre y su esperanza.
Hermano negro,
estabas solo,
solitario,
solo.
Y con el rocico acero de tu valor sin lágrimas
Y con la dinamita de tus sueños
Y con el trópico inviolable de tu raza
forjaste un fusil de heroico- gesto.
Tu mascota fué un león en los combates
y tu esplendor, de sangre universal.
Fué íu bajiders un T;-?.utr.:no cls gloria
gigante fraternal.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 10
Combatiente
y de pie cotí in pä-egca de sr.,npre
caíste ¡Oh Etiopía!
Mercadería bíblica
para la lira cnM.aíjreiilada
La esclavitud encadenó tu ctrcrpo
pero el volcán leopardo de tu pecho
»10 detuvo su marcha.
Hermano ¡negro
Nazareno ciociiimo.
Hermano negro
d« la sonrisa blanca,
de lis manos azulas.
Ahora el júbilo pariwnchín de tus cascadas
murmura el «mío y seña
3VICTORIA Y LIBERTAD!
Ah! desde mi corazón
cantinela perd'do .1 la dislaaícia
reconozco el tambor de tus cenizas familiares.
La vieja caravana 0:1c regresa triunfal.
Avanzadas de áruoiraio revientan tus camino».
Y vienen de ultratumba Ins guerreros caídos.
Caminan de ultratumba
midiendo cor. su ri norte la alLorada,
con la mochila de ios svr'-ñaj nativos
con la leyenda altiva del faul.
Paladine« del nuir.do
liberaron tu tierra ensrngreninda.
Las b&nderas triunfales arrullan tu horizonte
¡Oh guerreros caídos!
Dormid en paz, dormid.
Desfiladeros de gioria hay en tu frente
huracán de laurel on tus pupilas
porque la herida de la humanidad
floreció en Etiopía.
El tambor de Africa resuena.
El tambor victorioso del Africa retumba
por todos los caminos de la tierra.
ESPAÑA, MILICIANA DEL MUNDO
Camaradas
venid para gritar unidos:
Nosotros jamás olvidaremos.
Primero fué en España miliciana del mundo.
Origen de la gloria y del metal
Piedra filosofal de la ternura
Primero fué en España, cantaradas
En el Madrid heroico, en el Madrid eterno.
Pueblo leal de olivares y estrellas
cantando hacia la muerte
morena de trigales on llamas.
Pecho de barricada palpitante
feumeaíiies las papilas proletarias.
Junto a tu espléndida contextura de leones
enarbolahas la libertad mundial
en el fusil desnudo de tu sangre blindada.
Por las calles corriendo, rojo acero
con la bandera roja de los puños.
España, España
Región fortificada de héroc3
madre del nuevo mundo
Vl&naritial del lenguaje sublime de la pólvora.
Granero azul de la esperanza.
Te circundan hogueras, más hogueras
y Madrid centinela se agiganta.
)espertad Campeador
que los traidores
m abierto las puertas andaluzas del Sur
las hordas malditas del fascismo.
los mero.; enmascarados de odio
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C E S A il
M U Ñ O Z
G A R R I D
0
que aullan por su noche africana.
Al esclavo germano
podrida escoria del planeta.
Para venir a masacrar 'tu corazón centauro
La seranea más próxima de tus fraguas risueñas.
Y beber en el cráneo de tu raza kunortal
el champagne ácido de las treinta monedas.
Madres de angustia y trenzas enlutadas
alzaban barricadas
con la carne erizada de sus pechos.
Y las novias
azules herramientas del alba
encendían la ofrenda sepulcral del acero.
Ah! los niños cantaban 2a victoria
y en España luchaba todo el pueblo.
Miliciano español
Tu sangre es la bandera líquida de la humanidad
en el río vertical de las bayonetas.
Amigo«
recordad
Los mineros de Asturias, mecha ardiendo
Dinamitazo humano,
Erguido en la trinchera del futuro
la granada soaora entre las manos.
Las brigadas del Ehro, eternamente
clarinada de aurores y relámpagos.
De pia en el plenilunio de kr, yunques
con su overall de hazañas y de rayos
Campesinos de olivo y semencera.
Quijotescos guerreros del arado.
De mina en minn un alba de fur.ilas
furor de lluvia loca
¡MILICIANOS!
El feiroviario azul de la distancia
por túneles de obuses desafiando
caminos de victoriosa muerte.
De itinerarios sin regreso
de furiosos kilómetros
de rutas sin andenes.
Hermanos, recordad
El carrousel moreno de los niños de España
indefensos claveles san mejillas,
por los tanques teutones triturados de pronto.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA
Degollados 'por loe moros hambrientos, más que nunca
Por los buitres fascistas bombardeados.
Fué el festín de los generales traidores
La ración cotidiana de ¡os vendepatrias
El botín epiléptico de los almas de esclavo.
Valencia «¿líitanquisia de la gloria
Almería de cíelos calcinados
Barcelona de ríos sumes-gidos
Madrid fusil ardiendo entre los párpados.
Cam aradas
España no ha caído
En caóa corazóta hay un Madrid eterno.
Sobre cada pupila hay un fusil oculto
y bajo cada escombro una canción de fuego.
La fíente demolida del miliciano invicto
avanza deoafis/ate, biei-ro, alcanfor, gangrena.
Armadura de pólvora,
estampido de sangre
escudo del planeta.
Escuadrillas heroicas de aviadores del pueblo
gritarán:
¡Adelante!
Los viejos camaradas del Qusnto Regimiento
defensor de Madrid, encendido estandarte
avanzarán
por la trinchera azul del horizonte
con la ametralladora fiel del gran rescate.
Tt ¡»erá un campanario agonisante de humo
el redoble del alba.
De Norte a Sur
coraje galopando
granadas de sonrisas proletarias.
Salud
Salud al guerrillero cocturcio del carbón.
Salud Listes-, Capitán del martillo
Salud
Salud al Campesino de la aurora y la hoz
Salud Modesto
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16
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
Salud Madrid fortaleza de águilas
Salud Madre de los hombres libres
raíz de la dulzura Pasionaria.
Puño en alto
los camaradas muertos os saludan
cora el fusil dorado de la espiga.
España,
nuestra España leal aún no ha caído
Preparad los fusiles milicianos
esi cada pecho obrero hay una usina.
Camaradas
Vamos a despertarla entre dinamitazos.
Fuego con los traidores
Fuego con los vendidos
Fuego con los fascistas.
Y España irá surgiendo
gloria y sangre
palpitante ; leal de estrellas y de ruinas.
ALERTA DE MADRUGADA A LOS CHECOESLOVACO
Fragua de estrellas encendidas en la mitad de Europa.
Afa! desde el Sur de mis sueños te veía,
vigorosa de sol.
Con esa precisa claridad que flamea en las banderas libres,
en la mano extendida de los héroes anónimos
que escondieron en el silencio el rojo álbum de sus cícatricM
en el himno del hombre que canta al universo,
en las rojas vertientes proletarias.
Habrá que madrugar, amigos míos.
De metal en metal ¡ CHECOESLOVAQUIA í
En los trabajadores sudorosos del barrio de Smichov
con su amanecer de usinas bajo el brazo.
En los músicos conciudadanos,
de los espléndidos violínes del Moldava«
En los niños fragmentos infinitos del porvenir
que encumbraban su infancia
de golondrina inolvidable en tus cien torres misteriosas.
En todos ellos florecía la dignidad humana.
Frutas, vinos, canciones.
De pie en el horizonte de los yunques humeantes,
checos del Sur obrero proclamaban,
la humilde chimenea del hogar,
la ternura ahogada al río de unas trenzas
el umbral fecundo, de los atardeceres,
la futura sonrisa del trigal.
Habrá que madrugar, madres del mundo
tejiendo una bandera popular.
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CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
¡ Checoeslovaquia!
República de músculos leales.
Capital de las águilas.
Vanguardias jóvenes custodiaban el penacho de tu libertad
Con la biblia insurrecta de Juan Hus
Con el báculo eterno de Massaryk
Con tu fusil de luna democrática.
Y bajo el gris paragua munichista
fuiste un silencioso plato de lentejas.
Fieras desenfrenadas
Anfitriones traidores
Intérpretes de Judas
En la tertulia de una mesa patíbulo
En la tertulia del odio y la gangrena
En la tertulia más negra del mundo
robaron tu frontera.
Habrá que madrugar con dinamita
para borrar a Munich del planeta.
Y tras el ultimátum de las arañas swásticas.
Por el itinerario gutural de la muerte.
La S. S. de asesino.
Los reptiles pedunculados de la Gestapo
El odio mecanizado con sus botas de oruga renegada,
con su paso de ganso
ccai su motor; rapiña por tus cielos abiertos,
devorantes de trigos infinitos
invadieron tus vértices de estrella proletaria.
Habrá que madrugar todos los días.
Fusiles, más fusiles camaradas,
mirad, Checoeslovaquia está invadida.
¡Oh corazón del viejo mundo!
Tus estudiantes fusilados
reventados
descuartizados
matriculados
en la carnicería de las culatas teutonas
desfilarán eternamente erguidos
por la universidad ski fin del horizonte»
•ODISEA D E L H O M B R E V SÜ E 5 P 1 . R A N 2 A
Con su diploma de metralla y pólvora.
Con su cuajo d e libro Interrumpido.
Con el abecedario de Ja f i a d a .
Estudiantes, habrá que madrugar
con un rojo poema de victoria.
Desvalijaron sádicos.
El panal delirante d t la abeja incansable.
£1 crucifico silenciosa para fundir sus balas asesinas.
<E1 campanario dorado de la agricultura
que florecía en los manteles campesinos.
O cáliz de Jesús de P n g a
con sus treinta
quilates d e ternura.
El balido estival de los pastores
que se columpiaba en el arco-iris del Otoño.
La estrella navegable de cigüeñas
que tal vez en su aldea se Hamo ROSALUNA.
Y tu río sin tregua de sangre proletaria.
Habrá que madrugar, hermanos míos
y hacer t n a colecta de alborada.
gHeidrich lia muerto!
Angulo de la hidrofobia y la tortura
Gris epilepsia de ametrallador«.
¡Un perro menos!
Venid a respirar:
Está
Más
Más
Más
más puro el aire
liviana la tierra
cercana la aurora
claro el universo.
Mis cuatro camaradas cardinales
están de pie con su fusil tendido.
Tú, vigQa él Oeste sin cuartel
Tú el Norte de la lealtad
Tú dame la contraseña del Este proletario
Tú ¡ah! tú, hermano mío
vigila el sor de la esperanza
con tu casco acribillado
y siempre listo,
a
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CESAR
M U Ñ O Z
G A R R I D O
con tus pupilas de bayoneta calada
ccsi tu celeste hombría
cosí tus rojos latidos.
¡Lídice!
¡Qué heroico manantial de sangre!
sobre tu pedio crepuscular.
¿Qué la habéis extinguido?
Mirad
En nuestro corazón está su campanario
al pie del Mississippi
a orillas del recuerdo
cerca del Amazonas
flameando en la victoria universal.
¡En marcha!
Guardabosques dé las guerrillas guerrilleras.
A lo lejos
edifica la historia su perfil familiar.
¡En marcha!
Campesinos de pólvora empuñada
Obreros de los amaneceres milicianos
Estudiantes del alfabeto trunco.
¡En marcha!
Francotiradores del porvenir
¡Apuntad!
y frente al mediodía de la gloria en marcha
¡ Disparad!
Habrá que madrugar Checoeslovaquia
con la bandera de tu libertad.
Proletarios del mundo, camaradas, habrá que madrugar.
•
CANTO A POLONIA MARTIR
¡Oh Polonia crucificada al amanecer!
¡Con el lanzaso agudo subiendo por tu sangre.
¡Oh tus llagas insomnes!
Tus costados abiertos
Claveteada de angustia
aún deslumhras bajo el madero inolvidable.
El río de tus venas se desborda.
Recién nacido y milenario.
^No hay estrella capaz para medir tu órbita de sangre,
no hay almohada de lágrimas.
A duras penas
digo,
un otoño volcado de amarillo.
y una esponja vinagre.
Aguila desgajada.
Arrullaste la libertad del mundo.
Has saciado la sed de los tiranos.
Tres siglos de agonía te coronan
Tres caídas de hiél
Tres agujas de espanto.
Andar despacio que esta tierra sufre
como una madre de savia exprimida.
Con tanto muerto acorralado al sueño
¡Ah tu Verónica se ahogó en el Vístula!
Para tu sed de amor te dan salmuera
con el hacha del odio uniformado.
¡Detente fariseo del Oeste!
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C E S A R
M ü Ñ 0 Z
C, A Ii I M I M )
Polonia es inmortal
como el sudor varonil del planeta.
Ha subido al calvario tantas veces,
inextinguible,
diáfana
venciendo al centurión de su destino.
Como sílaba alguna con sus llagas a cuestas.
Con la casaca tibia de sus insurrecciones
Con la rosa sin fin de su esperanza
Con su rebelde estrella.
i Oh Vía Crucis!
Púrpura inacabable.
Mejor forjada que una roca,
porque en cada caída, igual que Cristo te agigantas.
En verdad os digo:
Su bandera rehén es un himno perpetuo de victoria.
¡Detente fariseo del Oeste!
Eis inútil.
Os juro que el espíritu polaco
es un destacamento de avanzada
que se dilata más y más
con la última niebla de la aurora.
Es inútil.
Su sangre sale a recorrer el mundo.
Chopin dirige la orquesta de los mares sin límites.
Aquí sobre la América
aún brilla la espada de Kosimwka.
Es inútil.
Aunque nadie k> sepa (ahora lo sabrán)
Sus muertos con su fusil sin tiempo,
a medianoche
escriben en el muro de mi corazón
i VIVA LA LIBERTAD!
]Oh Polonia!
El anticristo te ha crucificado
Ahí en la cruz quebrada por el peso del crimen.
Contra las toneladas exactas de la muerte.
Si hermano, también sé.
ODISEA DEL H O M B R E Y SU ESPERANZA 21
Que lo« cuatro jinete» del Apocalipsis,
con espuelas de Krapp
sin cuartel coronáronte las sienes.
Partanioi camaradas.
Las tres horas terminan.
Mirádla
Ahí ( caída en la emboscada de la historia
trasmontando una muerte ski rodillas.
¡Fusil al hombro camaradas!
Nadie puede lavarse las manos con Polonia.
Nadie puede negarla,
ni sin tes ni después
que cante el gallo musical de la aurora.
Nosotros,
los condiscípulos de la democracia
sabemos.
Que en cada barricada
donde la libertad
estuvo acorralada.
Su sangre familiar ardía siempre en la primera fila.
Subversiva del alba
Aliada de la tierra
De gloria redimida.
Partamos
Ya es la hora.
Del fusil que predica su evangelio de fuego
De la parábola viuda de la ametralladora
De la biblia sonora de la dinamita.
¡A desclavar su cuerpo!
¡Oh enfermeras de yodo inexpugnable!
Traed vuestro celeste rocío u« miiagäo.
Madre
dame tu bálsamo para sus mejillas.
Las águilas aliadas
sacarán las espLias qua treíispassn su frente.
LI G61gota de su alma coagulada
izará un estandarte an cada herida.
24
C E S A R
MUÑOZ
G A R R I D O
]Oh tierra dolorosa d e lágrimas!
Siempre te miraremos
con pupilas de orgullo sobrehumano.
La tierra alborotada de fusiles
derriba sus cadenas con tu bandera rígida.
¡Oh campanas de cobre sublevado!
¡Oh campanarios libres!
Anunciad que Polonia resucita.
•
ODISEA TRIUNFAL DE GRAN BRETAÑA.—
Una aurora boreal para el grumete
y un arco-iris para el aviador.
Inglaterra,
la V de la Victoria
para la sangre de tu corazón.
El mar,
el mar,
atleta de la espuma
de sales fidedignas,
de horizontes gigantes.
Salpicado de fusiles de música,
de linternas sin párpados
de bocinas cordiales
de insurrectas mareas
de entusiasmos jaguares.
Inglaterra,
Inglaterra de la azul aventura.
Inglaterra la rubia vigía de los mares.
Capitana del viento y de las golondrinas
las arengas de Ulises navegan per tu sangre.
Desde Nelson al Sur, la Rosa de los Vieaitos.
¡Oh isla del tesoro de nuestra libertad!
Fortificada estrella de cazatorpederos
Alboradas británicas de nubuloso acero
astilleros de gloria, centinelas del mar.
Y en la proa sangrienta de tus islas
con la batuta de las siete mares
Churchill, el capitán.
LONDRES
G asnead a fluvial del horizonte.
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CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
LONDRES
Mártir aliada de la inmensidad.
LONDRES
Veterana indomable de las torres.
Capital del escombro. Estatua del infierno.
Tu roja arquitectura de sangre derramada
inaugura avenidas de volcanes eternos.
Parapeto del cielo. León erguido de pólvora.
Madre angustia estridente. Albión de dinamita.
Sangre, sudor y lágrimas forjando la victoria.
Ciudadela del mundo. Tus campanas retumban
de gajos infantiles galopando en el aire
y los ojos revientan de granadas nocturnas.
Fortaleza de halcones. Tu frente bombardeada.
Tu latitud de sangre se alzaba furibunda
y en cada herida un ángel blindado desfilaba.
Trinchera victoriosa de la Real Fuerza Aérea.
Escuadrillas heroicas hacia el alba te escudan
Capital del Atlántico. Baluarte del planeta.
Y erguido en el hangar del porvenir
puliendo el engranaje de la gloria
Churchill, el profeta.
Por siglos oceánicos tu casco acorazado de gaviotas.
¡Aguas arriba, Capitán!
En cada promontorio
En cada continente
En cada isla remota
hay guerreros británicos, silenciosos de cal
que murieron cantando su último Tipperarv
con, el fusil silvestre de la fraternidad.
Capitanes indómitos
en la tierra,
centauros de cenizas
y arengas
en el mar.
Cantimplora trenzada.
Soldados del desierto.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A
27
Paladines del Africa, tumbados de espejismos
Oíd los radiogramas de los tambores negros,
proclamando un oasis de aleluyas
el sudario crepuscular del NQo
la incógnita aborigen de la jungla
el Octavo simún de 1« victoria
y el arenal desertor del granito.
Y en el timón furioso de la historia
con su estrella civil a la vanguardia
Churchill, el marino.
¡Al ataque!
Indúes del turbante antiaéreo
Australianos de alegre dinamita
Neozelandeses de polvorín ardiendo
Ingleses de inolvidables biceps
Surafricanos voluntarios de acero
Escoceses de gaitas aurorales
Canadienses del fusil gigantesco.
Familia de la fraternidad
Familia del corazón auténtico.
Y entre el pan camarade del amor
y la trinchera muscular dal miwíla
Churchill, el héroe.
¡Alerta Capitán!
¡Submarino a estribor!
Periscopio diabolico del torpedo traidor,
del naufragio profundo, del mástil sumergido.
Explosiones de sangre
Metrallas de arrebol
Tentáculos de yodo
Itinerario oblicuo.
Par las rutas marinas de la libertad sin límites
desde el golfo azul de la victoria
hasta el anillo ecuatorial.
Marineros
¡Hundid al submarino!
Artilleros
¡Hundid a los corsarios!
Moribundo petróleo retorcido.
28
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
¡Aguas arriba Capitán!
Y asomado a la aurora de los mares
escoltando la marcha del futuro
Churchill, el gentleman.
¡Oh Gran Bretaña!
!Qué densidad de gloria por tus islas alertas!
¡Qué magnitud de músicas el Támesis florece!
¡Qué dúctil el acero dorado de tus trenzas!
Campanas de Westmister ¡llorar por los grumetes!
Para los marineros predilectos del mar
muertes, ahí en sus puestos de combate,
con su intrépida blusa de tormentas
con su corazón mástil.
Traed mi Capitán:
El mensaje inalámbrico de la Buena Esperanza
Un convoy de hipocampos celestes de Tobruck
Un carrillóm de rubios caracoles de Chipre
Una azul carabela de leopardos de Malta
La brújula sin límites perdida en Singapur.
Y traed marineros:
Las sonatas bravias del Guf Streen sin anclas
La odisea polar de los fiordos noruegos
Las alboradas ágiles y eternas del Pacífico
Las olas golondrinas de las Columnas de Hércules
Los aires enigmáticos del Océano Indico
Las sirenas que imprimen la Carta del Atlántico
y el perfil almirante de los vientos alisios.
Van por islas de ausencia
cual faros vertebrados
cabalgatas marinas de heroicos navegantes.
Por su actitud de lluvia
fieros dioses sonámbulos
La reiina auroral de los puertos errantes.
La consigna estelar de la torre de mando
Capitán
no están muertos.
solamente insondables.
ODISEA. DEL I I Q \ 1 B R E Y SU E S P E R A N Z A
29
Qué transmitan los buzos oceánicos
cc.fi su azul alfabeto de altamür
NEPTUNO
Son marinos británicos
su sueño castodiad.
Juventudes obreras,
juventudes.
Mecánico del Sui* iacasisabie
Campesinas de la jo?ial íisetnomía de espigas
Guardiamarinas del yunque indómito del mar.
Muchachadas de las rubias broncerías de Coventry
Metalúrgicos de la oratoria de los altos I-cmiOs
médula del ecero del trimfo
del aluminio atlé'ico
del carbón ¡nocturnal.
Ferroviarios del overol liviano de kilómetros
Carpinteros estupefactos de virutas
Proletarios del Támesis triunfal
Albañües del rebelde andamio londinense
el ladrillo del mv-r.do florece en vuestras manos
con el ysivo-cc-nduclo de la fraternidad.
Celestes aviadores del invencible tijera! de la victoria
Taaaquistas del blindaje universal
Grumetes del inmortal tatuaje antifacista
Os veo en la trinchera planetaria
juramentados por 1¡¡ fiberí; (!.
¡Al combate!
¡Al combate!
Con
Con
Con
Con
Con
los fusiles encendidos al araanecey
los
r1 - *-, .y—tJ-4 »—
el más p. - o
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<1 - <
U
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¡Al combate!
¡Al cómbale!
Vae:!ra sangre es la bandera aliada de la humanidad.
¡Aguas arriba Gran Bretaña!
Bayoneta florida de laureles
la KHorlad espera ta üc.-jacb.
SALUDO DE ESPERANZA AL LEON DE BRABANTE.
¡Oh león de Brabante!
Desde muy lejos oigo tus rugidos
abriéndose paso
entre la aguda selva de las bayonetas ínvasoras.
Tu exactitud de sangre mutilada
La roja cicatriz de tu horizonte
remontando la historia se agiganta.
U<n día,
duro como un hacha que calaba los huesos.
amaneciste de pólvora cercado
por el mismo sicario que asesinó a tu padre.
Era el motor atropellando al hombre
Era la era del escombro a solas
Con su gangrena verde
Con su camisa parda
Con su araña salobre.
Para tí un canto sin fronteras
atlético
Invencible como tus cachorros.
Tal vez nosotros,
digo, todos los poetas del mundo.
Unidos de metáforas blindadas
de diptongos centáuricos
de homérico sudor.
Deberíamos tejer un canto
¡Qué cortina de fuego universal!
para la estrella púrpura que divide el planeta desde tu corazón.
No preguntéis de quién es esta columna de ceniza sin nombre,
este casco de guerra traspasado
32
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
este cráneo desierto
este chaixo vita!.
¡Oh Bélgica emparedada viva!
Tus sueños rehenes han tatuado
CO« caracteres de fuego los muros de la historia.
Y tu sonríes
coa el gesto espartano del mediodía
porque sabes,
que la sangre vertida
es el tributo inexorable
para salvar la libertad
que cayó desgarrada en la última tóichsra.
Mi voz desenvainada
de pie te saluda gritando frente al mar.
¡Salud fusileros incógnitos!
Por vosotros
aquí la libertad no ha muerto.
Aquí la vida afila sus puñales.
El atnor patrio gira en los gatillos
Todos los corazones encienden fulminantes.
Fusiles de nadie
y de iodos.
De lea que nunca he visto,
de los que no conozco.
Os presiento furiosos
er? la casa de piedra azul
donde cayó una movía
con un ajuar sie incrédulos cipreces.
Implacables
en el molino tutelar de la harina robada.
Scaoros
en los campanarios flamencos maniatados.
Tendidos
a las doce en punto de la muerta.
Heroicos
en la columna vertebral de la espiga.
Despídete traidor.
Aunque estés hundido en el sótano de la medianoche
Cea el alma prófuga y teñida
por el miedo y el odio.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A
33
Hay cien mil fusiles incógnitos que os miran.
Despídete invasor.
Tétano galopante.
Nadie os mandó a llamar.
Despídete
que al cruzar la frontera
firmaste tu sentencia de muerte.
¡Apunten los francotiradores!
El cazador furtivo del otoño.
El herrero preciso de la lluvia.
El fusil veterano del catorce.
La generación perdida
mirad, no está perdida.
Con su muerte incuba la victoria.
Purifica la tierra de traidores.
Construyendo la estrella de la vida.
Hermanos míos
¡Adelante!
Aún no empieza la batalla.
Lieja
novia del fuego,
germina sobre vuestro silencio adolescente.
¡Oh león de los colmillos inmortales!
Ahijado de la valentía.
A todas horas mueren tus cachorros por la buena causa.
Los que partieron a engrosar las filas lejanas de la libertad.
Las brigadas rebeldes al Oeste
Los jinetes del alba sin espuelas
Las milicias aliadas de ultramar.
Empinado al porvenir
Veo tu melena agitada en el sublime regreso.
Mortífera.
Espléndida.
Multiplicada por la sangre caída.
Integra como la democracia universal.
; Apuntad por última vez fusileros incógnito i!
31
CESAR
M U Ñ O Z
G A R R I D O
Invasores.
Traidores.
Habéis escupido al cielo.
Habéis abierto la Caja de Pandora.
¡Fusiles disparad!
¡Oh león de Brabante!
Acosado
Baleado
Con tus uñas de acero
escarbas la veta de la libertad.
No estás solo.
Mira,
luchando igual que tú sobre los continentes
¡A toda máquina!
Se acerca un día de gloria uniformadotus rugidos sangrientos ío inauguran triunfa!.
*
CANTO A FRANCIA COMBATIENTE
Quien dice Francia, dice
heroicamente
libertad..
1.a sangre de les tuyos
es un impacto al rojo
abierto en mi garganta
¡Oh FRANCIA Universal!
Nosotros
Tus hijos adoptivos.—Los que llevamos el gorro frigio
puesto « i el corazón, (así como una estrella nsitura!)
Los que agitamos la bandera tronante de la Mar-eileza
La casaca ensangrentada y plena de • tus revoluciones
Nosotros, los discípulos de tu «¡instalación espiritual
con tu azul esperanto
gritamos al unísono :
¡ESPO¡IR!
¡ESPOIR!
Oh madre primogénita
Cuando
Cuando
Cuando
Cuando
Cuando
tu nombre era un nudo en la garganta de la humanidad
el último clarinazo de la fraternidad caía de rodillas
la igualdad agonizante ya se había batido en retirada
la libefi-tad desgarraba sus trenzas de sangre jacobina
en tu espalda apuñaleada y ciega retumbaba la muerte.
¡Valor! - - Aún la patria
tiene un puño indomable
Alerta a la vanguardia
del porvenir. ¡De frente!
inexpugnables cantinelas,
Para los días terribles
una espada, desenvainada
y fuerte. —
¡Ay!
De tus propias > cenizas
arrasadas . . . .
surgiste
¡Oh Francia Combatíante!
36
C E S A R
M U Ñ O Z
G A R R I D
O
Tu odisea
es la odisea de la libertad empapada de sangre.
Del tricolor unánime
Desterrado
Proscrito
relampagueando por el coliseo planetario.
A marcha forzada
invadiendo la gloria
con la audaz plenitud de los centauros.
Las brigadas legítimas de Fort Lamy
equipadas del más fiero heroísmo.
Los voluntarios fidedignos del Camerún
con el simún final de las granadas.
Tus tripulantes por los mares libres
ordeñando un insomnio siembraminas.
¡BIR HAKEIN!
Bayoneta calada en medio de la historia.
Mirad.
Con pasos kilométricos
Ardidos legionarios de la voz empuñada
Con la cantimplora azul del Lago Chad
bautizan
el primer resplandor de la victoria.
¡Vía libre!
Framcia espera.
¡Más vigor fogonero!
Francia lucha
¡Más rápido metralla!
Es por haber enseñado a sonreír al mundo
a costa de tu sansre.
A derribar cadenas y coronas divinas,
que no eran tan divinas.
Inaugurando el calendario de los días furiosos.
Por lis Derechos del Hombre que es toda mi heredad
Por la confluencia exacta de tu espíritu
que rige el ímpetu del sueño.
Por ser el portaestrella de la vida
Por haber sembrado el fuego frenético de la libertad
Estás encadenada igual que Prometeo.
¡
Pueblo auténtico.
los cuervos prusianos picotea*! tu frente!
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 34
Tus huesos de cal republicana
conocen el santo y seña de las resurrecciones.
Porque te amamantaste
Con la leche inicial de las barricadas más fecundas.
Con la pólvora rígida de los húsares descamisados
de la noble causa
Con la dinamita auroral de la Comuna.
De tus lágrimas
¡Qué puñales de acero forjaría antes del amanecer.
De tu sangre.
¡Qué bandera no haría el puño de mi corazón!
¡Oh brújula innegable!
Te veo imantada al verbo más intrépido.
Bajo la niebla hundida de Tolón
Con la espina dorsal acribillada.
Saludando al destino con el mismo calibre de la muerte.
Tu mano náufraga,
frente al horizonte
cercado
de arrecifes fanáticos, se agita irreductible.
¡Oh mano de Francia!
Que en el patrullaje de los siglos
llevabas la batuta del genio
aún al despedirte
siembras la libertad intangible del mar.
¡Tocad a rebato!
Ya ensilla Juana de Ajrco su caballo de nubes.
Ya afila Robespierre la gillotina inmutable de la medialuna.
Ya imprimen los comuneros la prédica clandestina del alba
con el autógrafo de los truenos latinos.
¡Abajo la Bastilla!
¡Abajo la línea Maginot de los traidores!
¡Abajo la cruz de fuego de los vendepatrias!
Yo pondría las manos en el fuego,
si fuese necesario
servirte de testigo.
Porque la muerte empieza donde tu amor termina.
Elkw
pisotearon
balearon
saquearon
y arrasaron el plexo solar del mundo.
CESAR
38
MUÑOZ
G A RR I D O
¡Oh pueblo de los pueblos!
Te vistieron
Con la blusa agujereada del rehén
Con la pródiga angustia de la tierra
Con el silencio de los extramuros.
Tu espíritu deslumhra como un albatro prisionero.
¡Mermamos esperad!
La Francia Combatiente salió a buscar refuerzos por la tierra
por la trinchera de la democracia
fué a defender los flancos de vuestra libertad.
¡Barco aliado a la vista!
Entonces desplegarás tus alas
Implacables
Titánicas
Furiosas
Derribando los metales verdugos.
¡Oh Francia,
tú, nuestra Francia inmortal!
Con la victoria sobre la mano izquierda.
£1 corazón desnudo al paso de la aurora
por el arco del triunfo marcharás
CANTO A LA UNION SOVIETICA.
La verdadera aurora
can su rojo semblante de rocío.
Los mares juveniles
con su martillo de hielo amotinado.
La simiente de Octubre.
El otoño con su preñez de harina.
La estrella roja acuartelada en la frente del hombre
El sudor quinquenal de la esperanza.
Los yunques fraternales
La odisea celeste de las cataratas
El rubí de los surcos.
Al marchar con los nuevos apóstoles del alba
hicieron de tu tierra
la patria primogénita del mundo.
¡Oh madre Unión Soviética!
La Vía Láctea de tu frente hoy brilla como nunca
de roja sangre vertical
de herramientas verídicas
de diástoles profundos
de soldados que avanzan COR la nieve valiente a la cintura.
Por tí la libertad viste de rojo
esn la nueva estructura de la vida.
La cal juramentada de tus Iiuepos
va sembrando una aurora socialista.
¡Viva! ¡Viva el Ejército Rojo!
Es decir, la ciudadanía más pura de la tierra.
Ella viene
del corazón fidedigno de Lenín
de la espiga insurrecta.
40
CESAR
M U Ñ O Z
G A R R I D O
Como quien dice inolvidable,
de roca viva,
de metales acérrimos
sangre incondicional
milita entre sus venas.
El acero de pie se transfigura
En batallón ardiendo
En fieros pararrayos
En granada octubreña.
¡Adelante!
Pueblo de mariscales proletarios
De banderas fecundas
De coraje fluvial
Del molino más alto.
¿Qué trinchera?
Se compara a tu pecho combatiente
Al alba antitanquista de tu estepa
A tu pecho de halcón huracanado.
Mirad hermanos
Ahcra que la jauría del hierro analfabeto
invade con sus negros colmillos
La esmeralda íntegra de tu primavera
Tus polígonos de rosas proletarias
Tus nítidos invernaderos de heroísmo
Tus ciudades de fortaleza humana
Tu cintura de músicas agrícolas
Tus cabellos de espigas agitadas
Tus alboradas stajanovistas
¡Oh tierra carnarada!
Nosotros, tus parientes, tus hijos , los del puño en alto.
Con el fusil candente de la espina dorsal
Con el pecho invadido de cólera y ceniza
Te vemos
en la primera fila de los héroes
Por nosotros,
luchando
Por nosotros,
sufriendo heroicamente ardida.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA
41
Salud Madre Soviética.
Tan pródiga de altura.
Salud taller del mundo.
Tan exacto de hombría.
Salud bandera roja de la sangre desnuda.
¡Oh gloriosa nodriza!
Hablamos de tus niños que al respaldo del trigo
maduraban.
Hablamos de tus bosques lívidos de ahorcados.
Hablamos de tus hijas, delantal de la angustia
y de su rubio vientre masacrado.
¡Oíd!
Clarines minerales retumban bajo tierra.
Superando a la muerte
su sombra se adelanta.
¡Buscadlos!
En el parac&ídas ski tregua de la nieve.
En los claros de escarchas espectrales.
En todas las pupilas proletarias.
Y aquí en el surco musical de mi frente
en la línea leal del corazón.
Están de pie
vestidos de proclamas.
3 Al Oeste!
¡Al Oeste!
Los filiales soldados de vanguardia.
Obreros colosales
de roja leche antifadsta.
Campesinos leales
de tuétano inmutable.
Esta es la g u a r a justa.
Por los pueblos hermanos.
¡Sin cuartel aniquila 1
A ellos.
El decreto chispeante del fusil
Un óxido final de bayoneta
La hoz menguante de la dinamita.
Abrid de par en par las puertas de la historia
y corre d los umbrales.
42
O E S A R
MUÑOZ
G A R R I D O
Esta es la joven guardia del planeta.
De arcilla universal
De insomnio incomparable
De acero indiscutible
De petróleo incansable
Los camaradas de armas san fronteras.
Por tu nivea casaca de coraje
encamada de gloria.
Yo te saludo
¡Oh Madre predilecta!
Por tu sabor de centauro y obús
Por tu mediodía de tronantes clarines
Por tus vetas de hazañas torrenciales
Per tu estatura de gigantes relámpagos
Por tu perfil de sal inexpugnable.
Porque eres la más anctha barricada de la libertad
defendiendo la avanzada del hombre y su heroico estatuto.
Por nuestro anhelo terrenal
Por nuestros vínculos espirituales
Por la luz del futuro.
Aquí en la casamata de mis puños
tengo las cinco puntas de tu estrella.
Mi corazón, una granada nómade
Tomadlo, que si cae ea tu triic'iera
florecerá en los pétalos de Octubre
cual rojo juramento de la tierra.
¡En marcha!
La más liviana infantería del aire
que la brújula auténtica.
Voroshilov
Budiony
TimO'shenko
Zhukov
y Stalin la agitan en la diestra.
u
R
S
S.
Con paso doble
marcha la libertad por tu bandera.
Soldados
¡De frente a la victoria!
El universo,
es el roj» soviet de las estrellas.
CANTO DE NAVIDAD A LOS NIÑOS DE HOLANDA.
¡Ah! las glorias de un pueblo comienzan en su sangre.
Holanda vencedora del mar
Reino de la ternura ultramarina.
Tu arrogancia de albatros al amanecer
La Rosa Náutica de tu cabellera
esculpieron tu proa de odiseas anfibias.
De babor
a
estribor
Siempre fué Holanda
la nodriza de las rubias sirenas
Tulipán de Occidente
novia del caracol.
A través de los siglos
tus grumetes ski brújulas,
tus viejos navegantes avanzados de hierro
con su sangre desnuda
con sus hachas intrépidas
trajeron de altamar:
El dique de la aurora para tu azul el
Un puente levadizo para tu sangre nórdica
La canción de las islas para tu corazón.
¡Qué sabor a violiries tenían tus trigales!
¡Qué escafandra de pr-érr-^as ceñía tu cintura!
Con su liviana acústica azul de golondrina
giraban tus molimos con su harina de músicas.
Venid niños de Holanda
Mirad la nochebuena
El rostro de Jesús florece a la distancia
Ahora, digo shora
44
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
olor a tierra gris, a lunas invadidas,
a venda de hospital alcanforada y muerta.
A lluvia gangrenada, a sillas de recuerdos,
A tumbas fugitivas de luciérnagas.
Venid niños de Holanda
Tocad de trenza en tronza las campanas del mundo.
Por el perfil sangrante de la palabra Rotterdam
desciende el arrabal del bronce destruido.
Ura carrousel de escombros de ultratumba galopa
y las letras vocales sucumben de rodilla«.
Cien mil niños sin tacto
Cien mil niños de indefensos latidos
Cien mil niños de osamentas atónitas.
Las calles desbocadas por los mares del Norte.
El silabario trunco de los. dientes de leche
La madre con su (»liga sonámbula de pólvora.
La sonrisa caída a tres metros de sangre
La aguja y el dedal de las mujeres tristes
Muerta la institutriz de las llaves azules
Todo eso y mucho más
El huésped sin carnet
El cadáver sin fecha
El vecino sin órbitas.
Niños de Holanda ¡Niños!
empinados al mar, llorad a solas.
¡Cuánta muerte de azufre sin razón!
vino a crucificar tus molinos de estrellas
Los Shikas coa su avidez de sangre vertical.
La soldadesca unánime del crimen.
Los burgomaestres del cáncer deypatriado
azolaron tu corazón atlántico de espumas
la huella digital de tus canales
tu estatura de anémonas.
Cantaradas
decidme
¿Serán de este planeta?
Niños muertos de Holanda
De esqueletos ski nombre
golpead de puerta en puerta.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA
45
Caperucita Roja está roja de sangre.
Aplastó a Pulgarcito la bota de un von kluv.
Cenicienta es ceniza en el vientre de un tanque
y a la Bella Durmiente la reventó un obús.
Mirad, mirad
todos mirad
Azul ronda de huérfano«
solloza entre los mástiles.
Mambrú se fué a la guerra,
Mambrú no volverá.
Los niños ahorcados en el árbol de Par.cua
serátri los campanarios holandeses del mar.
Esconded las sandalias de las sorpresas vírgenes
por el balcón del sueño no subirá Noel.
Allá en el horizonte coagulado de mártires
fué el primer fusilado rumbo al amanecer.
Era el más viejo y a la vez el más jóven amigo de lo.; niños.
Era el agrimensor de la alegría
Era el Capitán de las cigüeñas.
Niños de Holanda
De tus ojos al mar ¡qué nadie duerma!
Por la carretera geográfica de la victoria
vuestros ojos serán semillas de fusiles.
Verdugos, lo« veréis
heroicamente abiertos a la eternidad.
En el instinto dorado de la espiga
E« la gris fisonomía de los yunques
En la clorofila húmeda de los eucaliptos
En la columna madre de las lágrimas
En el kindergarten musical de los ríos.
Y será un ojo abierto, inmensamente abierto
de Polo a Polo.
Más allá de las islas de las lluvias ein Iregua
Abierto, más abierto
que el ojo que persiguió a Caín por los planetas.
Un ojo abierto
De
De
De
De
fuego circular con su niña de angustia
sueño asesinado a orillas de la tarde.
madre acorralada, de estranguladas cunas
azotadas mejillas y de esponjas vinagres.
46
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
Sobre la Cruz de Hierro el ojo abierto
En la almohada caliente del traidor.
En la garra sangrienta del verdugo
el ojo acusador.
Ven Rembrandt
a pintar esta anatomía de tu patria a la aurota.
Tejedores flamencos
tejed cien mil banderas clandestinas.
Proletarios
Empuñad la potencia oculta de los minerales.
Dinamiteros
Volad las guarniciones de la muerte parda.
Camaradas
Abrid la exclusa del mes florido de los tulipanes.
¡Aliados al asalto!
El capitán de Flamdes nos espera en las dársenas
con el eclipse eterno de su sangre insurrecta.
El pueblo con el azul firmamento de su lealtad
La noche con su clave patriótica de estrellas.
Campesinos
la tierra ensangrentada al fusil señalad.
El 0« dará un otoño más puro que la harina
y hasta 1<>$ mismos muertos de pie dispararán.
Niños
Por los niños de Holanda
id a tejer alrededor del mundo
con la bandera de la democracia, la ronda de la fraternidad.
•
CANTO A LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA.
Salud América del Norte.
Agitada de océanos
En marcha contra los últimos tiranos.
¡ Huirá!
¡ Hurra!
¡Hurra!
A la vanguardia de los puebloj.
Eres el refuerzo de la libertad
que en el mundo se encuentra acorralada,
¿Quién vive?
La avanzada
Tu pueblo
con el
Tu Ejército
con el
Tu pendón
con su
de los centinelas.
sudor triunfal del horizonte.
perfil aerodinámico de los héroe».
celeste guarnición de estrellas.
¡Adelante la América!
Rubia
Piel Roja
Judía
Mestiza
Negra.
Con la armadura dél búfalo lejano del Oeste
Con la canoa boreal del Mississippi.
¡Hurra!
¡Hurra!
¡Hurra!
48
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
Las muchachadas ágiles del Hudson
con su cotona de harina insurrecta.
Los leñadores tronantes de Oregon
tallando el firmamento con sus hachas.
Los centauros rurales de Arizona
con la espuela furiosa de los mares.
Todos fuertes y unidos.
Como el salto intrépido del Niágara
Disparando el cañón del Colorado
Puliendo la bayoneta juvenil de Florida.
¡Viva! ¡Viva!
Los pioneers de la democracia.
Con la patrulla de los hombres libres
por la trinchera terrenal avanzan.
La frente de relámpago.
La dinamita al hombro
Las granadas maduras
Las pupilas blindadas.
He aquí una nación en marcha a la victoria.
Coa lá arcilla vertical de Jefferson
Con el himno generoso de Washington
Co:i la misma levadura de l.'ncc'a
Con la energía exacta de Walt Whitman.
Adiós.
Adiós
Adiós
Adiós
Adiós
al eco de los dioses caídos por los de fíladeros.
la vieja guardia de los bosques gigantes
ríos vecinos de caudalosa infancia
fieros volcanes de artillería roja.
América del Sur grita:
¡ Presente!
Los cíclopes ceñudos de los Andes
os saludan
con el puño auroral del Aconcagua.
Los niños os despiden con su ración de luna distraída
Los mares os bendicen con sus banderas cósmicas.
Vuestra patria es la fuente de la juventud.
El arsenal de la hazaña más pura.
La odisea atlética de los metales
El andamiaje de la edad futura.
¡Oh tierra ciudadana!
La adolescencia vegetal Je América
al ritmo de tu sangre se dilata.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A
Con
Con
Can
Con
Coa
Con
49
la dulce ternura de los cañaverales.
el sueño infalible del salitre.
la convalecencia prolongada del caucho
la intrepidez celeste del petróleo
el galope circular del motor
la arenga del cobre estupefacta.
¡Abrid lea hangares!
Encended el trimotor del alba.
Tus pámpanos de aviones maduran a la aurora.
La victoria florece en tus tomos mecánicos
Tus hélices olímpicas surcara el universo.
¡Ras!
¡Ras!
¡Ras!
Por los tigres voladores
Por tus expedicionarios de cascos pensativos
Por los que sostienen la antorcha rígida de la libertad
¡Dádme el alto!
Que en columna de a dos , hacia la muerte,
con el fusil azul de la esperanza
maJrchan los camaradas de Baatan.
¡ Hurra!
¡Hurra!
¡Hurra!
Los de la hazaña virgen
Los del amanecer inexplorado.
La dinamita humana del Corregidor.
Por vosotros la gloria conoce su camino
¡Ah! las dianas nos traen vuestro último adiós.
De frente se adelanta.
Tu marinería saturada de heroísmos anfibios
marchando a la vanguardia de los fusileros insulares.
De los Ejércitos ultramarinos
De isla en isla
hasta el alba del último cartucho
amasando la historia con su sangre.
50
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D
O
¡Alerta!
Las voces de mando desde el fondo inflexible de América
invaden mi garganta.
(Vista al frente!
¡En marcha!
Estadounidense del corazón gigante
Los puntos cardinales se amotinan
para formar tu insignia de coraje.
De píe junto a vosotros está la gran familia americana.
Canadienses de fuegos invencibles
Mejicanos de guerrillas leales
Dominicanos de hierros esmeraldas
Salvadoreños de indo!« estallante
Cubanos de pupilas intrépidas
Costa Rica. Naútica de los ángeles
Guarda-costas haitianos del Caribe
Hondurenos tatuados de huracanes
Jamaicanos del fusil estridente
Nicaragüenses de pólvora tronante
Guatemala. Rubí de los grumetes
Panameños de voz aiolvidable
Venezolanos de fluvial ensueño
Colombianos de auroras verticales
Brasileros del celeste Amazonas
Ecuatorianos del trópico insondable
Uruguayos de atléticas victorias
Paraguayos de dinamita grande
Peruanos hijos del sel incaico
Argentinos de espuela resonante
Bolivianos de manantial erguido*
y Chilenos dé pimías torrenciales.
Todos
escoltando tu marcha sin cuartel
¡Al Eiste y al Oeste!
Desde Alaska,
témpano enardecido.
Al Cabo de Hornos
vestido de huracanes.
¡Levar ancla!
Tu quilla de gloria inoxidable decapita a Neptuno.
El corazón púrpura de una estrella filial abraza tu bandera.
O D I S E A D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A
51
Un horizonte de sirenas nocturnas
con su cerrado puño antiíacista
abre paso al convoy de las cuatro libertades.
Fraterniza en nú canto
la Rosa de los Vientos.
Hablo a tus marineros
duros como el diamante.
Saludo a tus guerreros
endomingados de metales indómitos.
Veo a tus aviadores
de sangre aeronaval.
En el looping-the-loop de kx halcones
¡Oh prometeos de la democracia!
construyendo la aurora universal.
En marcha América del Norte.
Ya siembra tu bandera su racimo de estrellas federales
Profética
Tempestuosa
Sublime
Tu sangre multiplica su antorcha fraternal.
¡Huirá!
¡ Hurra!
¡Hurra!
En el surco final de la victoria
germina inexorable
el polen fiero de la libertad.
CANTO AL PUEBLO HEBREO
Los arroyos nómades cantan por vosotros.
Silenciosas rapsodias otoñales
Musicales vendimias de rocío
Letanías de estrellas laceradas.
¡Valor!
Vosotros,
los nacidos em la calle más triste de la tierra.
En los ghettos crecidos de !a angustia
En el surco familiar de las lágrimas
Donde la cigüeña más pura de la nieve
era la última mortaja,
¡ Ah tu nariz caída al peso de los siglos!
Bajo la ruda diestra de los años.
Cada herida en tu carne
es una barricada compatriota de un sueño sin fronteras,
¡Oh raza judía!
Los pañales del mundo tejiste con tu sangre.
Ahora no el cordero de pálidos balidos
Ahora es el pogroms, follaje de gemidos
el látigo verdugo del huésped torturante.
Mi pluma es diapasón de sangre requerida.
j Valoír!
Azules peregrinos de sandalias sin rumbo
Fugitivos pastores de pies ensangrentados
Remotos emigrantes de ángelus taciturnos
Diminutos rabíes de ojos desorbitados
Celestes filatélicos da insomnio golondrina
CESAR
54
MUÑOZ
G A R R I D O
Tímido« relojero* del silencioso horario.
Madres de tranzas melancólicas
Niños de suicidada« sienes.
¡Valor!
Las siete vacas gordas del verdugo
h&m muerto al píe de Stalingrado»
Encienden hogueras
los hunos hambrientos
en sus madrigueras.
Las llamas escriben hacia el porvenir
Alertas fecundos.
Y en cada
mirada
Cuando nace el día florece un fusil.
Como un profeta derrotado
en el rubio evangelio de una biblia otoñal.
He visto
Tus filiales v¡clines ahorcados
Tus bíblicas palomas en rehenes
El muérdago caído a orillas del umbraL
Y «n el tabernáculo
rojo de la vida
De sangre anegados
De odio uniformado«
Caín y Goliat.
Cierra la ventana.
El lobo se acerca.
Ya incendió la luna de la sinagoga.
Son los arios puros
de las uñas viles.
Petras diluviales
qu» arrasan la aurora.
¡No miréis atrás!
Igual que en Sodoma
tendrán su castigo todos los canes.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU F 8 P E I M N Z A
Hermano,
Tu* sandalias mudas
pisan la tristeza
Tu voz patriarcal
bendice el arado.
Tu infancia sin niño«
retumba en Judea
Tin «abado« tristes
son mis días vastagos.
Fuiste la nodriza que acunó la historia
Como a una nodriza todos te olvidaron.
De estatuas de sal cuajaron tu boca
De esponja* hiriente« tus remoto« párpado«.
| Despertad!
Lo« acurrucados en la cisterna del sSwicío
Lo« que ski levadura el pan amatan
j Valor!
Lo« que sin anclas rebuscan el arsénico
También «1 arrebol madura en catarata.
Oíd al veredicto cabal de la justicia.
Las siete plagas surcan la cárcel del verdugo.
El maná de la muerte
Las trompetas volcanes
Tiembla el becerro de oro que ha masacrado al mundo.
Adío«
Adiós
Aquellos que despliegan en los mástil««
su alma peregrina
igual que una bandera ensangrentada.
Adiós
Adiós
A la« madre« preñadas de gaviotas
qua «n el último puerto
aÚK agitan su pañuelo de lágrima«.
55
56
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
Adiós
Adiós
David con el arpa de los siete mares
sembrará tu destino
De miel dorada
De leche cantarína
De aceite pensativo.
Adiós
Adiós
Forasteros errantes.
Tal vez
nos hallemos por la tierra un día.
¡Ah! Con el madero de la Cruz del Sur
yo os tallaré un báculo.
Cantar de cantares a la amanecida..
Hermanos del mundo.
Vamos, todos vamos
buscando con ellos tierra prometida.
;OH ANTORCHA DE GRECIA!
¡Oh aalo.cha de Grecia!
Aún, antes de la maratón celeste de los siglos,
digo, antes de la conjugación de los diversos mares,
del verbo liberado
En la víspera infinita, ahí, heroicamente ahí
en la armonía dinámica del corazón de Prometeo
surgiste con tus brazos agitados
¡Oh antorcha universal!
Lejos, pero a la vez tan cerca de nosotros.
MU ojos, por los ojos
de los antepasados de mis antepasados
te vieron alumbrando en las estoicas alborada» espartanas.
Sublime de titanes, más sublime
en el arco del triunfo de los horizontes atenienses,
« i las pupilas septentrionales de Homero.,
en la diana de nadie
que jineteaba los párpados de tus guerreros al amanecer,
en la primera barricada de la libertad.
Por el himno verdadero del ciudadano libre
tus argonautas empapados de gloria inagotable
desafiaban con el pecho desnudo su oráculo de flechas.
Hoy como ayer
retumba el mar Egeo con sus tamborea cíclopes.
¡A las armas!
Vendimiadores del pámpano de estrellas.
¡A las armas!
58
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
Los del rebelde litoral dentellado.
¡A las armas!
Centinelas de las bahías maternales.
Grecia
tu bandera de músicas marinas
invita como un águila
al combate.
De isla en isla.
De! archipiélago de tedas las distancias
regresan tus guerreros en el centauro de tu sangre pródiga.
Se incorporan del mármol destruido,
del bronce de la lluvia calcinado,
del cósmico- granito inmemorial.
¡Oh pueblo heleno injertado de héroes filiales!
Camino mil estadios hacia tus laberintos,
hacia tu sueño náutico.
Desde tu frente acribillada de est-sllas
Aquiles salta al mundo con su talen resucitado.
Ulises derrotando su glacial ostracismo
se une a tu vanguardia con su3 flechas olímpicas.
Y entreveo a Leónidas en medio de su sangre
que avanza con las Termopilas a cuestas
escribiendo su último mensaje
al gran pueblo de Grecia.
Aquí renace la longitud del héroe
desde tu azul perfil mediterráneo.
Todos de pie
y alertas al pronunciar el nombre
de mis hermanos de armas tan lejanos.
jQué amargo sorbo de cicutas!
En cada sístole del péndulo, al final de la calle,
un niño acumulado de silencio
un niño con sus tímidos pulmones fugitivos
muere de hambre.
Salid vecinos de la democracia por la flauta de Pan.
Traed la estrella láctea de las ganaderías de Occidente.
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 55
Las manzanas peninsulares de California al mar
La miel silvestre de veinticuatro quilates del ardiente Ecuador
Del Sur verde de Chile
la sustancia infinita de Chillan
el caracol dorado de la trilla
la uva moscatel de un parrón otoñal.
La sonrisa aromática de los cafetales de Centro América
Los dátiles parlanchines de la pulpa del Africa
La ternura agraria de las provincias canadienses
La canela estival de alguna isla aún 110 descubierta.
Dadme el Sésamo Abrele de todos los grsneros
Dadme la Alfombra Mágica de los guerrilleros pensativos
Dádme la proclama de la espiga cordial
para amasarla,
aquí en el horno ardido de mi corazón
y enviarla como un saludo de esperanza.
Tú, dime ¿qué das?
Mira que en cada fragmento del reloj
muere un niño de hambre.
¡Deténte!
Dime tú ¿qué haces?
Bien sabes que todo hombre de esqueleto vertical
lleva su perfil ensangrentado
como un portaestandarte hacia la victoria humana.
O estás con nosotros
O estás contra nosotros.
He aquí la barricada circular del planeta.
El mar con su filípica de espuma antifacista
El aire con su roja fonética de angustia
La tierra huraña con sus fuegos fátuos.
Dime tú ¿qué das?
Grecia
la que nos amamantó con la odisea da su juventud
la que nos dió la llave rural del pensamiento,
el ángulo preciso entre el sueño y la luna.
Mírala
60
C KM R - M Ü Ñ O Z
G A R R I D O
defendiendo la aldaba azul de] mundo
que también es la aldaba de tu puerta ofendida.
Mírala
ahí de pie en el meridiano heroico de su sangre.
La Rosa de los Vientos moribunda
y su hombría de acero penetrante.
Despierta ¡Oh Hércules!
Por tus columnas
abre paso a los acorazados henchidos de victoria.
¡Penélope!
Teje
desde tus trenzas las banderas aliadas.
Barre
con tu tridente los mares a la aurora.
¡Neptuno!
Arriba ¡Más arriba forastero!
Mira, ya vienen aviadores desde los altos hornos de la democracia.
Atletas de las nubes
de músculos solares
de oceánicas pupilas
con la clave encendida de las constelaciones.
Júpiter con su índice relámpago
les señala el hangar infinito del coliseo universal.
Mercurio, rapta la arenga primordial de los dioses
para condecorar sus hélices intrépidas.
Cruzando el horizonte
Saturno trae a cuestas su pista circularArriba ¡Más arriba forastero!
¡Oh antorcha de Grecia!
En tu esplenddr florece el Ave Fénix de la libertad.
CANTO A LA SANGRE NORUEGA.
Por encima del hombro de la historia
veo un desfiladero de sangre escandinava.
Es tu sangre Noruega.
De pie como el rocío de una estrella aurora!.
Rotunda
Esbelta
Náufraga.
Con su elevada estatura de águilas marinas.
Con sus fiordos arteriales de música
avanzando hacia el mar.
Sangre capitaneada de antiguos navegantes.
Sangre azul de los vikings.
Hoy como entonces,
región de los remeros audaces,
tus primogénitos navegan por el camino de los cisnes
con su adelantado corazón de prOa
en el crucero de la libertad.
Hasta el mar de mi patria
como urt guerrero desterrado
llegan vuestras canciones de espuma guerrillera.
Las aguas nórdicas
Os saludan con sus más puros monumentos de hielo.
El cielo con su litoral de arco-iris olímpico
El círculo pelar con su azul madreperla.
Los grumetes del mundo con su fiero tatuaje
Los niños fusilados de gaviotas
La arenga náutica de los caracolas
Los pueblos más leales.
¡Paso libre!
62
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
A los compatriotas de la aurora boreal
A los escampavías nutridos de esmeraldas
A los dragaminas heroicos de ultramar.
Noruega
A h o r a cuando hablamos de tu pueblo
atrincherado en su propia esperanza.
Tu espíritu desbordante se despliega al Oeste
en línea de combate.
Las horcas se derrumban
Las cadenas revientan
al golpe de tu sangre.
Tu grito timonero
del horizonte invade a la alborada.
¡Arrojadlos al mar!
Lejanos tripulantes del Atlántico
Os he visto
alineados en el bitácora de la democracia
con el rompeolas de vuestro corazón desnudo
surcando los océanos.
Los truenos anudados a los cuernos gigantes.
Las vírgenes de los escudos entonan sus rapsodias
Sobre sus cabelleras cabalgan huracanes.
Ahora es necesario.
Un amanecer vikings para tu estrella náufraga.
La intrepidez de los mástiles nómades
para el periplo de tu liberación.
El hacha que derriba
los bosques guardaespaldas del silencio otoñal.
El servicio secreto de tu geografía
para todos tus hijos
que no se rinden al látigo verdugo.
El polvorín celeste de la lluvia
que cae en tus mejillas laceradas.
La índole del héroe sin cálculo.
Todo eso y mucho más.
¡Oh Noruega!
¡Qué diámetro posible para tu gota de sangre sin aurora!
¡Qué sílaba portuaria!
ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 59
Valor hermanos míos,
porque el canto del mar es vuestro canto.
Amputado de lágrimas
Bien mirado de gloria
Acantilado de humanidad.
En la proa del norte nos aguardan
tus archipiélagos de estrellas
Tus dársenas ansiosas de ternura
Tus bahías menguantes
Tus mc-ntañas enérgicas.
¡Al combate!
Por el rescate de tu libertad ahora desterrada.
Apuremos el paso militante.
A marcha forzada si fuese necesario.
Por tí Noruega
siempre se debe avanzar.
Porque la herencia de tus mártires tiene la dimensión dal universo.
Tus hijos fusilados
son las columnas de nuestra libertad.
¡A estribor!
Siempre
¡A estribor!
Que ahí está tu semblante de cazatorpederos.
¡Oh estrella del mar!
Atada de pies y manos te vendieron en la medianoche.
Nadie conoce el precio,
pero sí a los traidores.
Vivías asomada al porvenir
con tu capote de nieve palpitante.
Hoy estás arrasada
pero no> vencida.
Tu corazón madura en los velámenes de las gaviotas forasteras.
A la sombra de la mejor palabra que llevo a flor de labios
En los cabrestantes de todos los puertos de la tierra.
De frente combatiendo.
CESAR
64
MUÑOZ
G A R R I D O
Con la pureza única de Jos leñadores de Narvik
Con la luna flechera de los cazadores de Laponia
Con la canoa de ice-bergs de los pescadores de Bergen.
En los niños nevados de Oslo
con su color de muerte distraída.
En los estibadores legítimos
de la primera niebla de la madrugada.
En los guerrilleros anónimos de la bruma de Trondhjem
¡Paso libre!
A la juventud dinamitera
Al abanico rojo de la ametralladora
A la bayoneta del rictus sin cuartel.
Por el puente final del arco-iris
Las escuadrillas democráticas despejarán tu cielo encapotado.
De nubes asesinas
y de siervos caínes.
¡Ah Noruega!
Bajarás hasta la orilla crispada de tus mares
heroicamente renacida
con tus llagas al hombro
a enjugp* de ternura tu amanecer de sangre.
Las campanas del triunfo
anunciarán que tu libertad ha regresado,
a sangre y fuego.
Inflexible
Erguida
Marchando soberana.
¡De
marineros!
Izad prisa
vuestro
estandarte en el palo mayor del porvenir.
Más allá de la órbita de Marte
En las estrellas proletarias.
Ahí en la adolescencia de la sangre noruega.
Miradla
más próxima del mar
se incorpora infinita
la nave insignia de la victoria aliada.
BIENVENIDA A LOS GUERRILLEROS.
Aquí no hay lagrimales.
Sólo sangre y más sangre.
Distrito terminal de las tierras eslavas.
Sabor a insomnio muerto,
a puñal enterrado
a voz deshabitada.
Aquí ya no hay aldeas de cascadas frutales
ni domingos azules.
Solamente guerreros de huesos democrático«
luchando en el cénit de la sangre del mundo
contra el lobo rabioso del facismo
contra el nuevo orden del verdugo.
Vendrán tu« guerrilleros de alborada
y en su azul horizonte de centauros
traerán tu bandera. ¡ Yugoeslavial
Aquí,
sólo hay mujeres de fusile« bronceado*
barricada florida,
fiera trenza desnuda.
Leales yugoeslavos del corazón del Sur,
amurallada frente olímpica de rayos,
rojos de dinamita
múltiples de granada«
repentino« de pólvora
fulminantes de astucia
maduros de relámpago*.
Combatientes hermanos de la enana
sobre vuestras empuñaduras de águilas triunfales
el porvenir florece
¡PUNTERIA!
Gran pueblo Capitán de Capitanea
6
CESAR
M U Ñ O Z
G A R R I D O
Vendrán tus guerrilleros Madrespiga
escribiendo tu nombre heroicamente
con »u sangre encendida.
YUGOESLAVIA
Plaza fuerte de la humanidad
Estrella rural de la alegría
Recinto adelantado de la libertad.
Los atilas autómatas
con su odio secular de mauser
decapitaron el himno Stradivarius del Danubio,
tu musculatura de sol primaveral
y los paracaidistas, satélite* del buitre
asesinos del alba
bajaron por tus vértebras de trigo sarraceno
a masacrar la flor de los Balkanes.
Vendrán tus guerrilleros
tana herradura
de tu sangre a la mar.
Tus bosques de ahorcados amanecen girando.
Gargantas änfinjtas,
ojos de hiél fnal.
Las manos cosechando un coágulo de estrellas
y la tierra a lo lejos,
con su adiós espectraL
Ellos mueren gritando
en el cielo de nadie
¡Viva la libertad!
Da aurora ensangrentada a la última aldea
Ahí está Yugoeslavia.
Su corazón adriátko conjurado de espionas
sus trencas campesinas,
su trigal de esperanzas
sus fraguas de amapolas militantes
su vegetal cintura amotinada»
A través de los mares reconozco tus vértices de gloria.
En d sudario equinoccial de Sarajevo
En los laberintos de alboreados de la Sumadija
En los pantanos insurrectos del Drin
En la fosa común de la Herzegovina
En la bigornia atlétka de los Monte« Dimáneos
En las cataratas de sangre danubiana
ODISEA DEL H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A
67
En ta rebelde banderín desplegado.
Vendrán tus guerrilleras
galopando por el suburbio de la Vía Láctea
A tus muerto« vengar.
Tus mártires van enterrados de píe en nuestro corazón.
Su perfil aguileno
con la última sílaba del alba
florece puño en alto.
Serbios del fusil que derrumba
Mortt&aegrLnos leñadores celestes
Eslovenos de robles tiroteados.
Habitantes sin tregua
dormid aquí en la gruta de mis manos.
Carnerada
En el ángulo azul de tus bosques ardidos
se presiente tu mochila de gloría guerrillera.
La harina solidaria de la estrella del norte
O surco hijo de la barricada
La hidráulica triunfal del porvenir.
¡A la carga!
Caballería espléndida del frente campesino.
¡A la carga!
Guerrillero* fantasmas del puño proletario.
¡Bienv«nidosí
Francotiradores del amanecer
Dinamiteros del horizonte
Antitanquistae de la libertad.
¡A la carga!
Con
Con
Con
Can
la
la
la
el
heroica trinchera de tus bosques
bayoneta anfibia de tu sangre
bandera aliada de tus ríos
santo y seña de la humanidad.
Vendrán tus guemHeros {BIENVENIDOS!
Yugoeslavia empujando la victoria
De pie la t k m grite: ¡TRIUNFARAN!
ESTRUCTURA DEL HOMBRE
BIOGRAFIA AL R O J O — STALIN.
En la trinchera heroica del destino
tu corazón señala el planetario
vértice firme donde el campesino
se dió la mano con el proletario.
Nace desde tus vértebras de acero
una antorcha con su espada infinita.
Enaltecido oasis del obrero.
Bandera roja de la dinamita.
f u puño en alto inauguró un jardín
derribando en su marcha el p a n salobre
para sembrar la estrella de Lenín
en la frente del hombre.
Eres como un saludo de ternura
ardiendo en el taller de la alborada.
Habita en tu perfil la arquitectura
de la palabra camarada.
Con ella, la semilla del futuro
tallaste heroicamente coa tu mano.
Nunca ha tenido un Capitán más puro
todo el género humano.
Tu edad gigante empuja la victoria
sepultando el relámpago sin brillo.
Un yunque de rubíes es la historia
con la hoz y el martillo.
Más de un almud tronante de alegría
más de un amanecer te debe el mundo.
Un soviético amor, más todavía
un sindicato de héroes rotundo.
CESAR
MUÑOZ
La nieve de la estepa, tan celeste
ha subido a tus sienes quinquenales
que es más preciso el arco de tu frente
que los arcos triunfales.
Tu rojo nombre por la tierra avanza
con su overral de usina predilecta.
Tiene la dimensión de la esperanza
de par en par abierta.
G A R R I D O
BIOGRAFIA EN AZUL.— CHURCHILL.
Viejo lobo de mar. Los huracanes
«o pudieron con él. Era más fuerte
que los negros galeotes de la muerte
su pecho, capitán dé capitanes.
De cantos marineros. León marino.
En la proa del mundo vigilante,
la libertad era una Albión humeante
y el Támesis la raya del destino.
Sus brazos de leal amanecida
con su luz de bitácoras boreales
florecían de grúas maternales
remontando el tridente de la vida.
No el Arca de Noé. La de Inglaterra
cercada en un diluvio de chacales.
Los colmillos más fieros y bestiales
su valor sepultó bajo la tierra.
La brújula genuina de su frente.
Sangre, sudor y lágrimas al hombro,
Una bandera arriba del escombro
y la esperanza y su fusil celeste.
El sinónimo azul de la victoria
desciende con su nombre de la mano.
Y el firmamento es como un ciudadano
tendido en la trinchera de la gloría.
¡Oh geográfica carta de alegría!
De su acento renace en I03 hogar«
la levadura de los siete mares
para amasar el pan de cada día.
74
CESAR
MUÑOZ
G A R R I D O
Mambrú el guerrero en sus arterias late.
Salud Mambrú( exclama todo el mundo.
Y Atila retrocede furibundo
de la primera línea de combate.
Cazador de horizonte. En su elegancia
Neptuno deposita su diamante.
Del humo de su habano salta errante
la Rosa de los Vientos, su fragancia.
Sólo la libertad sabe su ruta.
Es quien detiene el vaso de cicuta
y extremece al germano en su frontera.
Abre los cielos su ademán titánico.
Los mares rugen con el león británico
Y la victoria agita su bandera.
BIOGRAFIA AMERICANA. ROOSEVELT
En el asta del cielo americano
su voz fué un estandarte de avanzada
sembrando con la estrella de su mano
la libertad vestida de alborada.
La biblia deshojada de su frente
es tan firme, tan dulce, que la gloria
desde su corazón grita ¡Presente!
cuando su voz desfila por la historia.
Son sus brazos abiertos, fraternales
la bahía de América más pura.
Por sus siemes, las cuatro libertades
marchan, de nieve invicta hacia la altura.
Su sonrisa cordial cuando amanece
es el ángulo recto que inaugura
el surco donde Washington florece,
donde Cristo es amor y arquitectura.
Late en su sangre un eco jacobino.
Del Niágara el lenguaje del futuro.
Es el Gran Capitán y el buen vecino
del evangelio humano más seguro.
Los dos océanos como dos canciones
al alba van sirgando un sueño náutico
que escolten todas las generaciones
con el sol fidedigno del Atlántico.
El vientre de la tierra más leal.
El racimo de estrellas más fecundo.
El más heroico Ejército boreal
lleva su nombre de celeste escudo.
76
CESAR
MUÑOZ
Con el índice azul del Chimborazo
Bolívar le saluda. Y a su paso
cóndores arden de la Cruz del Sud.
Y cuando América es dinamitazo
Ponce de León comprende su fracaso.
¡Esta es la fuente de la juventud!
-GARRIDO
HITLER.
Caín le abrió el camino contra la raza humana.
Después le amamantaron las putrefactas hienas.
Y el Instinto satánico de la tribu germana
cual charco de vampiros desembocó en sus venas.
Su pezuña extendida manchó el cíelo de sangre
crucificando el alba con sus garras filudas.
Desde el Apocalipsis de su insomnio vinagre
va Atila cabalgando al pestilente Judas.
A su paso de ganso se estrangulan metales.
La víbora cobarde de su ademán obscuro
sobre el rehén descarga sus odios infernales.
jAh Dios Mío! la araña de su nombre yo os juro
no la podrás pesar ni aún con los chacales,
haced otra balanza. Este es un arlo puro!
HIROHITO.—
Mirad, todas las furias han hallado su báculo
en su mirada oblicua de alacranes traidores.
Una avidez de sangre cabalga su tentáculo
y una casta fanática sus dientes roedores.
No es el durazno en flor su oriente preferido.
Son los dragones negros de lenguas insolentes.
El opio samurai del puñal escondido
que en el alba del mundo ha clavado sus dientes.
Un cdio milenario y una hie<na inaudita
en su sombra amarilla, aullando se dan cita.
Su perfil de tarántula frente a la humanidad
Se enturbia de harakiri. Mientras que de rodillas
se hunde el sol naciente al golpe de las quillas
Y el mar exclama unánime ¡Paso a la libertad!
MUSSOLINI.
Aserrín petulante. Salteador de las greyes.
Un eclipse rapiña has sido por la historia.
De los Alpes al mar, tu hueca vanagloria
clausuraba la ruta de las más altas leyes.
Consueta de la muerte. Tu mentón es la escoria
que denuncia la estirpe del chacal aullante.
Cómo ha sangrado el verbo constelado del Dante
en la garra cobarde de tu negra oratoria.
Una fuga de azufre señala tu destino.
En la fosa maldita del último tirano
se transfigura en hiena tu dialecto asesino.
Al despuntar el día, alguien nos grita: hemano.
Desde las catacumbas vuelve el hombre latino
y cual al hijo pródigo le estrechamos la mano.
LAS TREINTA MONEDAS.
Con las treinta monedas
iba Judas.
Ojos turbios, la mano putrefacta.
A lo lejos,
la mejilla de Cristo,
roja de sangre y golondrina.
bajo la cruz temblaba.
Judas
miraba a la aguadora azul de las pupilas tristes,
pero ésta, escupíale la cara.
Los esclavos leprosos le escupían.
Y los perros huíein
de las treinta monedas que sangraban.
La última ramera de Israel
Por las treinta monedas le cobijó en sus brazos.
Y Judas
se ahorcó con una de sus trenzas.
Mas le dejó las entrañas podridas
Y las treinta monedas que sangraban.
Fué la herencia maldita de los siglos
por las venas profundas de la humanidad.
Desde entonces,
por las treinta monedas que aún sangran
Franco
Laval
Paveltch
Quisling.
Seyss Ynquart
lepra del siglo veinte, vendieron a su patria.
¡Oh lujosos señores de morfina y monóculo!
Majestuoscs genérales de regia chaivetera ensangrentada.
84
CE8AR
MÜKOZ
G A R R I D O
Diplomáticos de smoking intachable y cien condecoraciones
Gente de sociedad perdida,
que se baña en champagne,
que explota y mata.
¡Ah las treinta monedas amigos míos!
jAh las treinta monedas ¡Cómo sangran!
Es la sangre
de Judas.
Solamente esa sangre.
Y ellos rezan por Cristo en los templos del mundo.
Se persignan sus manos sanguinarias
Sedientos aún de sangre
se arrodillan al final de la cruz.
Poro en la Amte llevan la marca de Caín
la marca del verdugo
y las treinta monedas que aún s&ngrah.
Traidores de aquí y de allá
Entre el
Entre el
Entre la
hay una
oro y la sangre
odio y la espiga
cruz y el tanque
barricada.
Pues la sangre que cae,
es la sangre inmortal.
Roja de luz gigante
Pura
Invencible
Fiera.
Y por la libertad
los pueblos masacrados
crucificados
y ahorcado*
junto ceci la mejilla de Cristo se rebelan.
No os tratéis de esconder. No hay muralla posible.
No hay mar
No hay sombra alguna
No hay universo entero
que escondan vuestros rostros de traidores malditos.
¡Oh
Son
Son
San
Son
las
las
las
l«s
las
treinta monedas os delatan!
treinta monedas de la traición de Judas.
treinta monedas por vender a la patria.
treinta monedas que brillan en la garra del odio
treinta monedas ¡qué aún sangran!
ANATEMA A LA QUINTA COLUMNA.
Y llegaron un día, venían muertos de hambre.
En los ojos grisáceos una humildad extraña.
Viajaban cual medigos
Era gente emigrante
que venía de lejos,
con las manos vacías,
sin fé
sin pan
sin patria.
América rasgó sus bahías de cóndores.
Ai borde de la mesa se colocó otra silla.
El pan se dividió entre el vino y las flores.
Entonaba el arado la canción de la espiga
y las vendimiadoras,
novias de trenzas largas
perseguían el trébol de cuatro hojas.
Se les dio tierra y patria.
Tierra fecunda de ríos formidables
Patria gigante de primavera eterna.
Y la gente al pasar le« saludaba
— Bienvenidos sean.
Levantaron sus casas. Fué la casa del odio.
Sus gavillas malditas, una vil arrogancia.
Cantaron sus canciones hipócrita* y altivas
Y escupían la tierra que los alimentaba.
Y con el mismo acero del arado
Y con el mismo fuego de la fraternidad
forjaron sus puñales sanguinarios.
¡América de pie!
86
CESAR
MUÑOZ
GARRID O
Mirad «I viejo mondo distinto de sí misaso
y «demás de los otros.
Ahí un río preñado de osamentas azules.
Ahí todos los muertos en la tierra de nadie
que era la tierra de ellos.
Ahí la sangre Lafayette
derramada contra el lejano muro de la aurora.
Ahí los ahorcados en su nudo de espanto.
Ahí el penúltimo rehén cavándose su fosa.
Ahí el casco sin nadie salpicado de estrellas.
Ahí clama Kosciusko con el muñón sangriento de Polonia.
¿Cómo te llamas?
No pregunto por el sonido hueco de tu nombre.
Quiero saber el destino exacto de vuestro corazón.
Extiende tus manos de turista.
Mira
Esta es América.
Esta es la libertad, la inextinguible libertad
que pretendes derribar cca tu bomba de tiempo.
Fuera, más afuera.
Espías diplomáticos.
Siervos paracaidistas
Cónsules del grisú hitleriano.
Hermanos de Occidente
A despejar la ruta panamericana de la fraternidad.
Del facista que acecha en la esquina del mundo.
Al fmal de sus tímpanos
gritad: ¡ Guadalaj ara I
y arrancarán desnudos.
De los colonos nazis
Emigrantes que no correspondieron
al tiempo ni al espacio.
Incediarios del Sur
Papagayos del trópico:
Periscopios galeotes del Caribe.
Del japonés traidor
Saboteador nocturno
Del oblicuo zarpazo
Del puñal samurai
ODISEA D E L H O M B R E Y 3U E S P E R A N Z A
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Del ojo diminuto.
Quintacolumnistas
Arrojad ese smoking neutral
Arrojad ese frack pusilánime
Arrojad el sayal pacifista.
Os acordáis del día cuando Madrid fué traicionado.
Cuando el pase de ganso desfilaba sobre vuestras sonrisas.
Os delata el sabor del Judas del cenáculo
La voz de la codicia.
Fuera, más afuera.
Con vuestro idioma despatriado.
Con la insolencia de vuestros ademanes
Que aquí sólo el olvido está olvidado.
Este es el tiempo de la dinamita.
Del horario sin tregua del guerrero
De los altos disparos.
Arrojad de una vez el sayal pacifista.
Escoria de la escoria putrefacta.
Ratas apolilladas de la lista negra.
Navegante Colón
cierra tus mares
para el alma de esclavo no es América.
Aquí los vientos alisios con su oceánico estandart« }
sin látigos ocultos.
Aquí la raza atlética de la libertad
sin desertores de última hora.
Aquí los Andes con sus cóndores hermitaños
sin negros gavilanes emboscado«.
Aquí la electricidad sumada a la ternura
sin aisladores hipócritas.
Aquí la fuente de la juventud intrépida
sin petulancia asesina.
Aquí los desterrados que no» piden refuerzos
con el rojo lenguaje de sus cicatrices.
Aquí la veta de los metales más dignos
empujando el futuro victorioso.
Aquí ningún traidor
junto a la santabárbara.
Que cada uno de nosotros
camine a la vanguardia.
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CESAR
M U Ñ O Z
G A R R I D O
América ha quemado sus naves.
i VIVA AMERICA!
El destacamento de la libertad saldrá al amanecer.
En fila india si es preciso.
¡Oíd las dt&nas!
Hay que medir ccui nuestra sangre
con nuestros músculos
con nuestro sudor
Con la bandera de la democracia la superficie de la tierra.
¡Oh! Patria mía.
Llevemos nuestra estrella solitaria
a los soldados caídos por la libertad,
de trinchera
en trinchera.
I N D I C E
——oooPágS.
César Muñoz Garrido
C anción Gloriosa del ííío Yang-Tse-Kiftng
Canto a los Guerrilleros Etíopes
""
Kspaña, Miliciana del Mundo
Alerta de Madrugada a los Checoeslovacos
Canto a Polonia Mártir . ...
Odisea Triunfal de Gran Bretaña
Saludo de Esperanza al León de Brabante .
Canto a Francia Combatiente
Canto a la Unión Soviética
Canto de Navidad, a los Niños de Holanda
Canto a los Estados Unidos de Norteamérica . . .
Canto al Pueblo Hebreo
¡Oh Antorcha de Grecia!
Canto a la Sangre Noruega
Bienvenida a los Cuarrilleros
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E S T R U C T U R A D E L HOMBRE
Biografía al Rojo.—Stalin ...
Biografía en Azul. Churchill
Biografía Americana. — Ilousevelt
Hitler
Hiröhito
Mussolini
Las Treinta Monedas
Anatema a la Quinta Columna
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