RUTA POR LA TIERRA DEL ARCIPRESTE Manuel Criado de Val

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Instituto de Estudios Turísticos
Estudios Turísticos, n." 135 (1998), pp. 67-72
Secretaría de Estado de Comercio,
TUrísmo y Pymes
RUTA POR LA TIERRA DEL ARCIPRESTE
Manuel Criado de Val*
Desde el año 1985, en el que se publicó
en la Revista de Estudios Turísticos (Núm.
85) mi artículo sobre Itinerarios y Ruta
del Arcipreste de Hita, he continuado mi
investigación sobre el tema. En este nuevo
artículo ha variado la orientación. En el anterior estaba fundada exclusivamente en la
toponimia del libro de Buen Amor, olvidando el contorno social de Juan Ruiz como
Arcipreste de Hita, es decir, del limitado
campo geográfico del arciprestazgo de Hita.
Otra variante esencial entre ambos artículos es la localización del topónimo
Valdevacas, el lugar amado de Don Carnal,
situado en el centro mismo del itinerario y
cuyo valor y significación dentro de la toponimia del Buen Amor es importante. En el
artículo anterior lo situaba en la cercanía de
Segovia, pero desconocía su localización en
la tierra de Hita, que está bien documentada
en Los Cartularios de Toledo, editados por la
Fundación Areces en 1985 (documentos 391
y 393) y por los mapas 1/50.000 del Instituto
Geográfico Nacional.
El propósito de esta nueva Ruta es poner
de relieve la intensa vida de la región de
Hita en la Edad Media, que justifica la presencia en ella de figuras tan importantes en
la Historia Española, como son la de
Rodrigo Ximenes de Rada, fundador del
Señorío Espiscopal de Brihuega y la de Don
Gil de Albornoz, el poderosísimo Arzobispo
de Toledo, contemporáneo de Juan Ruiz.
La antigua tierra de Hita es una región
no excesivamente extensa pero llena de testimonios interesantes sobre el contexto geográfico del Buen Amor. Nuevos datos, estudiados en estos últimos años, deben añadirse al anterior itinerario, que más bien se
refieren a lugares y recorridos muy diversos, citados en el Libro.
La tierra del Arcipreste corresponde a
los lugares que formaron parte del alfoz de
Hita, junto a algunos otros de los términos
vecinos de Brihuega y Guadalajara.
Forman un paisaje muy característico de la
Alcarria, con una gran variedad y un contraste bien eliquilibrado: los valles frondosos en las cuencas de los ríos Tajuña y
Ungría, la gran llanura de la Meseta alta y la
Campiña de Henares, en torno a la posición
dominante del cerro de Hita. No obstante,
es el fondo histórico de esta región el que
no debe nunca faltar al recorrerla.
El propósito de esta Ruta es poner de relieve la intensa vida de la región de Hita en
* Profesor del Instituto de Estudios Científicos, Director de los Festivales Medievales de Hita. Director de Congresos
Internacionales de Caminería Hispánica.
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Manuel Criado de Val
la Edad Media, que justifican la presencia
en ella de figuras tan importantes en la historia española, como son la de Don Rodrigo
Ximenez de Rada, fundador del Señorío
Episcopal de Brihuega y la de Don Gil
Albornoz, el poderosísimo Arzobispo de
Toledo, contemporáneo de Juan Ruiz.
La antigua tierra de Hita es una región
no excesivamente extensa, pero llena de testimonios interesantes sobre el contexto geográfico del Buen Amor. Nuevos datos, estudiados en estos últimos años, deben añadirse al anterior itinerario (1), que más bien
se refieren a lugares y recorridos muy diversos, citados en el Libro.
La tierra del Arcipreste corresponde a los
lugares que formaron parte del alfoz de
Hita, junto a algunos otros de los términos
vecinos de Brihuega y Guadalajara.
Forman un paisaje muy característico de la
Alcarria, con una gran variedad y un contraste bien equilibrado: los valles frondosos,
en las cuencas de los ríos Tajuña y Ungría,
la gran llanura de la Meseta alta y la
Campiña del Henares, en torno a la posición
dominante del cerro de Hita. No obstante,
es el fondo histórico de esta región el que
no debe nunca faltar al recorrerla.
Iniciamos el camino con la visita al
Monasterio de Lupiana. Es un hermoso lugar que muestra el gran esplendor que tuvo
en la segunda mitad del siglo XIV y en el siguiente. Su fundación es el origen de la
Orden Jerónima, aunque antes había sido
refugio de ermitaños, hasta que el Papa
Gregorio XI, desde Avignon, otorgó la bula
por la que se creaba la Orden de San
ficilmente viviría todavía el Arcipreste Juan
Ruiz, pero pudo ser testigo de los primeros
pasos de la Fundación.
En el Monasterio de Lupiana es interesante la visita al claustro plateresco, obra del arquitecto Alonso de Covarrubias, y muestra
interesante del estilo plateresco del S.XVI en
Castilla. Merece la pena contemplar las ruinas de la iglesia primitiva y evocar el recuerdo de la Orden más típicamente española,
que fue disuelta en 1.836 con la desamortización y vuelta a fundar posteriormente los
monasterios de Giuadalupe, San Jerónimo
en Madrid, del Parral en Segovia, de Belén
en Portugal y de El Escorial, que son muestra de su importancia histórica.
Festival Medieval de Hita
Archilla, siguiendo la orilla del río Tajuña,
es punto importante en la ruta del Arcipreste,
y también del extraño Señorío residencial
creado por Don Rodrigo Ximenez de Rada, y
mantenido hasta que Felipe II se hizo cargo
de Brihuega y vendió parte de sus aldeas. La
iglesia de Archilla fue capilla del Arzobispo
Jerónimo en el año 1.373. Por esta fecha dito Ver Revista Estudios Turísticos N" 85, págs. 71-88
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Estudios Turísticos, n.° 135 (1998)
Ruta por la "Tierra " del Arcipreste
Don Rodrigo, propietario también de las viñas, la Dehesa y el monte de Valdevacas, que
el Arcipreste llamaba lugar amado de Don
Carnal. Arenilla es hoy una pequeñpa aldea
dependiente de Brihuega y Valdevacas una
referencia toponímica, acredita en los
Cartularios de Toledo, y el recuerdo popular
de una aldea, cuya investigación arqueológica sería conveniente realizar.
La ruta sigue hacia Brihuega. Destaca, por
su interés arqueológico, el castillo-residencia
de la Peña Bermeja, reconstruido después de
la Reconquista por Alfonso VI, que lo entregó al Arzobispado de Toledo. Más tarde, Don
Rodrigo Ximénez de Rada construyó una capilla de estilo gótico y dos interesantes iglesias, la de San Felipe y la de Santa María de
la Peña. La gran personalidad del Arzobispo
Don Rodrigo atrajo a Brihuega a reyes como
Alfonso VIII y Fernando I, de los que fue
Canciller, y a un buen número de altos dignatarios, que fueron poblando toda aquella zona
con casas y palacios. Él es también autor del
Fuero de Brihuega, en el que se reconoce la
igualdad de derechos entre los tres núcleos
que poblaban la región: cristianos, moros y
judíos.
No se puede olvidar que ya desde la presencia de Alfonso VI, antes de la
Reconquista, acogido por el rey moro AlMamun, estamos en un núcleo muy significativo del mozarabismo toledano. Se conserva el recuerdo de la hermana de AlMamun, Santa Casilda, y de Pedro, supuesto hijo de Al-Mamun, convertido al cristianismo, según la tradición de Sopetrán
(Hita).
En el S. XIV, otro Arzobispo, Don Gil de
Albornoz, estaría presente en Brihuega y en
Estudios "nirísticos, n.° 135 (1998)
su Señorío y mantendría una relación, no
sabemos si amistosa o no, con el Arcipreste
de Hita, cuya jurisdicción coincidía en varias aldeas.
Brihuega conserva un interesante caserío
y un paisaje en el que las fuentes y la abundancia de agua se advierte en cualquier rincón. No hace muchos años todavía podía
verse correr el agua por las calles, canalizada al aire libre. Hoy esa canalización está
cubierta en su mayoría, pero se mantiene un
punto muy representativo: La fuente de los
doce caños en el centro mismo de la villa.
Desde Brihuega sigue la ruta hasta
Villaviciosa de Tajuña, donde queda el recuerdo de otro Monasterio, fundado por el
Arzobispo Don Gil, en el lugar donde
Alfonso VI, en el S. XI, construyó un caserío para sus monteros y familiares hospedado por el Rey moro Al-Mamun, que poco
después sería su víctima.
El monasterio de Villaviciosa fue fundado para clérigos regulares, pero poco tiempo después el sucesor de Don Gil desalojó a
los clérigos e introdujo a monjes Jerónimos
venidos de Lupiana. El Arcipreste de Hita
pudo ser testigo del período de mayor desmoralización de los conventos en la baja
Edad Media.
En Villaviciosa queda el recuerdo de la
batalla que decidió la introducción en
España de la dinastía borbónica.
Desde Villaviciosa sigue la ruta hacia
Fuentes de la Alcarria, por la carretera en
dirección a Torija. Se cruza lo que hace menos de cincuenta años era un gran monte de
encinas, en el que con seguridad cazaría
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Alfonso VI durante su refugio en
Villaviciosa. Una cañada real puede recorrerse todavía en las proximidades.
Desde Valdegrudas la carretera vuelve a
la meseta alcarreña y a su gran via tradicional: Torija.
Fuentes de la Alcarria tiene varios motivos de interés. Antes de la Reconquista del
Reino de Toledo, fue escenario de la emboscada preparada por Abderramán I al
caudillo berebere Saquia, que durante nueve años resistió ante el poderoso Emir. Fue
sorprendido cuando desde el campamento
de Sabatrán, (hoy Sopetrán) se dirigía a
Santaver (hoy sepultado por el embalse del
Guadiela).
Torija es la puerta de acceso tradicional
hacia la gran llanura alcarreña, en dirección
al reino de Aragón. Su historia es extraordinaria. Ha sido castillo templario, enclave
aragonés en Castilla y posición importante
en la guerra de la Independencia, gracias al
famoso Empecinado. Torija es un vigilante
en el paso obligado de los invasores procedentes del Sur y justifica el que allí se celebrara el famoso Paso honroso de Torija, en
el que durante quince días los caballeros de
la Casa de Mendoza y del Conde de
Coruña, celebraran un torneo, cerrando el
paso desde la Vega a la Meseta. Frente a
ellos los caballeros venidos de Portugal,
Francia y otros lugares de Europa.
Fuentes es una auténtica fortaleza natural, asomada al valle del Ungría. Todo el
pueblo es un balcón fortificado, a la vista de
los extremos de la dehesa y monte de
Valdevacas.. Se conserva la puerta de etrada al recinto amurallado, que también permanece en los cimientos de las casas.
Desde Fuentes, por una carretera en rápido zigzag, se baja en dirección a
Valdesaz, junto al río Ungría. Hay un magnífico panorama desde el valle, del pueblo
de Fuentes, que marcaba el límite de la penetración del Señorío arzobispal de
Brihuega, en la tierra que había pertenecido
a Hita.
Desde la alta meseta de Torija, en dirección a Torre del Burgo, se da vista a la
Campiña, dominada por el cerro testigo de
Hita, hoy desaparecido, sobre la comarca de
Henares hasta Guadalajara, y en dirección
norte sobre la cuenca del río Badiel. Son tres
paisajes complementarios que definen a la
vieja tierra de Hita: la gran vega del Henares
y del río Badiel, la meseta alta, vigilada por
Trijueque y Torija y los valles frondosos de
los ríos Matayeguas, Ungría y Tajuña.
Desde Valdesaz puede llegarse, bordeando el río Ungría, hasta el pueblo vecino de
Caspueñas, también perteneciente a la antigua tierra de Hita. Sigue el camino hacia
Valdegrudas. Entre estos pueblos, Archilla
y Valdeavellano, se encontraría la aldea de
Valdevacas, junto a otros despoblados como
Valdehita o la Encinilla, cuya localización
no hemos logrado averiguar.
El monasterio de Sopetrán, junto el pueblo de Torre del Burgo, aunque siga perteneciendo a la jurisdicción de Hita, formó un
enclave dominado por la poderosa Orden
benedictina patrocinada por la Casa de
Mendoza. Hoy se conserva parte del monasterio, en vías de restauración y una moderna hospedería dirigida por monjes benedictinos. Sopetrán tiene una larguísima his-
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Ruta por la "Tierra" del Arcipreste
tona que la acreditan como uno de los cuatro cultos marianos más antiguos de España
y que, hasta la Desamortazación, fue el centro religioso, no sólo de la comarca alcarreña, sino de la Vega de Gredos, representada
por los pueblos de Jarandilla y Almohacín.
Permanece la tradición en torno a una ermita próxima al Monaterio.
El Camino Real de Navarra pasaba por
delante de la ermita de Santa María de Torre
del Burgo. Procedente de Guadalajara cruzaba el río Henares por Heras en un paso y
una barca cuyo origen no podemos precisar.
tercera vía seguía un trazado parecido al
que hoy forma la carretera de Soria, pasando por Tórtola, por detrás del pueblo de
Torre del Burgo y bordeando el antiguo cerco de Sopetrán hasta llegar a Hita.
A estos caminos habría que añadir la cañada real, con toda su red de cordeles y veredas, que por la cercanía de Trijueque y
Torija seguía hacia Madrid. Esta posición
estratégica de la tierra de Hita, entre grandes vías camineras, justifica su importancia
histórica.
Desde Sopetrán a Hita hay poco más de
tres kilómetros en dirección a Jadraque.
Hita es el punto final o el comienzo de esta
Ruta por la tierra del Arcipreste.
Por Hita y su tierra pasaban tres grandes
caminos: la strata maior, que, como hoy,
subía a la meseta alta de la Alcarria, por
Torija y Trijueque, el camino real de
Navarra, que puede corresponder a la calzada romana de Mérida a Zaragoza, siguiendo la vega del Henares y cruzando el
río por Maluque, (hoy despoblado). Una
Mohernando
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Catillo de Torija
Brihuega
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SIGNOS
Carretera •
Ruta
Cañada Real .::-::.
Rio
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