Subsecretaria de Gestión Cultural Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales Idea general y textos: Luis María Calvo La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Imagen de San Ignacio de Loyola. Talla realizada en las misiones jesuíticas de guaraníes. La Compañía de Jesús en América Fundada en 1540 por san Ignacio de Loyola, la Compañía de Jesús rápidamente se convirtió en colaboradora del programa de la Contrarreforma delineado en el Concilio de Trento (1545-1563). La Compañía desarrolló su acción en el ámbito europeo, donde se dedicó a la educación escolar y universitaria, y también en Asia y América donde, además, se dedicó a la evangelización misionera. En 1549 la Compañía de Jesús se instaló en la colonia portuguesa de Salvador de Bahía y pocos años más tarde se fundó la provincia jesuítica del Brasil, la primera del continente americano. La llegada a las colonias españolas de América se produjo un poco más tarde, en tiempos de Felipe II y siendo superior de la Compañía el que más tarde fue san Francisco de Borja. En 1568 los jesuitas llegaron a Lima para fundar la provincia jesuítica del Perú y al poco tiempo recibieron del virrey el encargo de misionar entre los pueblos aimaras. A partir de 1576 se organizó la doctrina de Juli a orillas del lago Titicaca, que actuó como laboratorio donde ensayaron métodos de evangelización que más tarde aplicaron en misiones entre guaraníes, maynas, moxos y chiquitos. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Los padres de la Compañía de Jesús, según Felipe Guaman Poma de Ayala (1556–1644). Mapa de las colonias portuguesas del Brasil, atribuido al cartógrafo Luis Teixeira (siglo XVI). Los Primeros Jesuitas en Santa Fe Cuando Santa Fe no tenía catorce años de fundada, en marzo de 1587 pasaron por la ciudad, haciendo escala en un viaje a la provincia del Tucumán, los padres Leonardio Arminio, Tomás Fields, Juan Saloni, Manuel de Ortega y Esteban Grao, de diferentes nacionalidades: italiano, irlandés, español los tres primeros y portugueses los dos últimos. Todos ellos venían desde el Brasil. Compañía de Asunción, alargara un viaje y pase por Santa Fe. En mayo del mismo año los padres Arminio y Grao, de regreso al Brasil, volvieron a pasar por Santa Fe y permanecieron por un período de tres meses, aprovechando para realizar una tarea evangelizadora. En el patio de esa casa el padre Romero predicaba ante una gran multitud de gente, españoles y aborígenes, y como el espacio resultó insuficiente, los padres franciscanos cedieron su iglesia para que allí pudiera hacerlo con mayor comodidad. Tres años más tarde, los pobladores de Santa Fe no habían olvidado esa experiencia y en la sesión del Cabildo del 9 de enero de 1590 se resolvió donar dos solares a favor de la Compañía de Jesús, para que funde su casa, lo que no se concretó. En 1595 los santafesinos consiguieron que el padre Juan Romero, rector del colegio de la El padre Romero llegó en una balsa el 21 de septiembre, en vísperas de la festividad de Santo Tomé, y permaneció en la ciudad cinco meses, hospedándose en una casa, cuyas ruinas se conservan en Santa Fe la Vieja, calle de por medio del convento de San Francisco. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Años más tarde, los padres Ortega y Lorenzana hicieron escala en su viaje desde el Paraguay a Chile y se detuvieron para predicar. En 1605 el padre Lorenzana volvió a Santa Fe acompañado por el padre José Cataldino; oportunidad que los santafesinos aprovecharon para pedir nuevamente que la Compañía de Jesús se instalase en la ciudad. Foto actual del patio del solar en que los jesuitas realizaron sus primeras misiones. Solar en que los jesuitas realizaron sus primeras misiones en Santa Fe la Vieja, calle de por medio de la iglesia de San Francisco (detalle del plano, reconstrucción hipotética de Santa Fe la Vieja, según Luis María Calvo) Patio de la casa Plaza Iglesia de San Francisco Instalación de la Compañía en Santa Fe En agosto de 1610, respondiendo a las gestiones realizadas por los santafesinos y Hernandarias de Saavedra, llegaron al sitio viejo de la ciudad dos jesuitas, el padre Francisco del Valle y el hermano Juan de Sigordia, que con ayuda de los vecinos se pusieron a trabajar en la instalación definitiva de una residencia y en la edificación de un templo. Entre octubre y noviembre de 1610 los dos jesuitas se dedicaron a la construcción de una iglesia para ejercer sus ministerios. Los dos jesuitas solicitaron comprar un sitio de media manzana, frente a la Plaza y con fondo hacia el río, lindero con la casa de Hernandarias. Sin embargo, el Cabildo acordó que el sitio no les fuera vendido sino donado. Fieles a su labor educativa, desde los inicios, junto a la iglesia funcionó una escuela y desde 1616 se incorporó el Colegio. Esa primera capilla fue habilitada el 31 de julio de 1611 para el día de san Ignacio; mientras tanto se empezó a trabajar en la obra de una iglesia definitiva. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Nota del padre Francisco del Valle pidiendo comprar media cuadra para instalar una casa de la Compañía en Santa Fe. Santa Fe, 3 de agosto de 1610 (archivo del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, Expedientes Civiles, tomo 52, f. 3). Zapata Gollan y autoridades junto al personal de las excavaciones frente al lugar que ocupó el altar mayor de San Francisco (1951). Las Estancias Para sostener la actividad de la Compañía los vecinos le hicieron donación de algunos bienes productivos. En mayo de 1614 el licenciado Gabriel Sánchez de Ojeda le donó unas tierras para estancia en el Salado y en junio de ese mismo año doña María de Sanabria donó dos cuadras de viña. Resulta interesante destacar que la cercanía de fechas entre estas donaciones y la instalación del Colegio no es una mera coincidencia, sino que revela la dotación de recursos económicos que posibilitaban concretar los emprendimientos educativos. A partir de esas primeras donaciones la Compañía recibió otras, que le permitieron conformar un sistema de estancias en diferentes lugares. La más importante fue la de San Antonio, en la margen derecha del Salado, pero también tuvieron tierras en la otra margen del mismo río, y en los pagos de los Calchines y de los Mocoretás, entre otros. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Plano del sector del mapa del padre jesuita Luis Ernot, de 1632, en que se representa Santa Fe y el territorio del Salado donde se encontraban las principales estancias de la Compañía. Presentación del padre Juan de Salas, rector del Colegio de la Compañía, en que solicita que se le dé posesión de una estancia que compraron en el Salado Grande, a 12 leguas de la ciudad . Santa Fe, mayo de 1620 (archivo del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, Expedientes Civiles, tomo 52, f. 479). El conjunto jesuítico en Santa Fe la Vieja El templo definitivo de la Compañía ocupaba una posición similar a la que se le dio en la ciudad luego del traslado y que ha mantenido hasta el presente. Edificada en esquina, la iglesia tenía una puerta principal que se abría hacia la Plaza, una puerta traviesa hacia la calle lateral del norte y otra puerta hacia al sur, que comunicaba con el patio del Colegio. En las Cartas Anuas de 1615 consta que la iglesia tenía una imagen muy grande y muy buena que servía de retablo. Uno de los altares del lado de la Epístola, próximo a la puerta traviesa que comunicaba la igle- sia con el patio del Colegio, estaba dedicado a Nuestra Señora de la Limpia Concepción. Aunque era práctica de la época que los vecinos recibieran sepultura dentro de las iglesias, sabemos de una sola vecina que fue sepultada en la Compañía. Se trata de doña Ana Matute de Altamirano, viuda del capitán Diego Suárez y bisabuela del famoso sacerdote jesuita Buenaventura Suárez Altamirano, de conocida labor apostólica y científica. Actualmente no se conservan vestigios de aquel conjunto edilicio, dado que en su proceso erosivo el río San Javier se ha desplazado hacia el área en que se ubicaban la Iglesia y el Colegio. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Jesuitas, según el padre Florián Paucke (mediados siglo XVIII). El colegio de Santa Fe en el circuito regional Ya en tiempos de Santa Fe la Vieja el colegio jesuítico comenzó a insertarse como soporte operativo de las misiones que la Compañía fundaba entre los guaraníes del Paraguay. En 1628 la noticia del martirio de Roque González de Santa Cruz y de sus compañeros Alonso Rodríguez y Juan del Castillo -santificados por Juan Pablo II-, habrá conmovido tanto a los miembros de la Compañía como a los pobladores de la ciudad, entre los cuales los Santa Cruz, establecidos desde tiempos de la fundación, tenían vínculos de familia con el mártir asunceno. En las Cartas Anuas de 1637/39 se menciona que en el Colegio de Santa Fe vivían cinco sacerdotes y dos hermanos coadjutores. Si bien en Santa Fe la Vieja los jesuitas encontraban pocas ocasiones para desarrollar su vocación misionera, su actividad educativa entre los españoles y criollos fue muy importante y su acción evangelizadora entre los aborígenes fue fundamental. En 1650 visitó la ciudad el oidor de la Real Audiencia Andrés Garavito de León, y cuando entrevistó a los aborígenes encomendados, casi todos ellos respondieron que asistían a la doctrina de los jesuitas, concurriendo a la iglesia de la Compañía en la ciudad o a las celebraciones que hacían en su chacra. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Mapa de las regiones del Paraguay dedicado al general de la Compañía de Jesús, padre Vicente Carrafa (circa 1647). La Virgen de los Milagros El altar dedicado a la Limpia Concepción tenía un cuadro que fue pintado por el hermano Louis Berger. El hermano Louis Berger, nació en Abbeville (Somme, Francia) en 1589 y murió en Buenos Aires en 1639. Fue misionero, pintor y músico. El 9 de mayo de 1636 el cuadro de la Limpia Concepción sudó dando origen a la devoción santafesina de Nuestra Señora de los Milagros. Ingresó a la Compañía de Jesús en Bélgica en 1614 e hizo sus votos en San Ignacio Guazú en 1626. Luego de la mudanza de la ciudad este cuadro fue llevado a la iglesia jesuita del nuevo asentamiento, donde se venera hasta la actualidad. Comenzó a pintar en su pueblo natal y luego en París, Ruán y en los Países Bajos. Llegó al Río de la Plata en 1617 y desde entonces ejerció su oficio en diferentes colegios de la Compañía. Su cuadro más conocido es el de la Inmaculada, pintado en 1633 para el colegio de Santa Fe. También ejerció su oficio de músico, con una gran influencia en las misiones de guaraníes. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Recreación pictórica de la escena del sudor milagroso acaecido en Santa Fe la Vieja el 9 de mayo de 1636 (Juan Cingolani, 1919) Nuestra Señora de los Milagros (óleo pintado por el hermano Berger, actualmente en el altar mayor de la iglesia de la Compañía de Santa Fe) Las medallas de la Compañía En sus excavaciones en Santa Fe la Vieja, Agustín Zapata Gollan reunió un número importante de medallas de origen europeo, pertenecientes a las diversas devociones y órdenes religiosas que hubo en la ciudad. Entre ellas, las vinculadas a la Compañía de Jesús constituyen un grupo excepcional por su cantidad, calidad y por sus representaciones iconográficas. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Algunas de las medallas jesuitas halladas en Santa Fe la Vieja con representaciones de la Sagrada Familia (nº 45718), San Carlos Borromeo (nº 47154), Adoración de la Eucaristía (48591) y Anunciación (37907) Las medallas de la Compañía Algunas de las medallas jesuíticas presentan el sello de san Ignacio de Loyola que la Compañía adoptó como símbolo. El símbolo está compuesto por la sigla JHS (Jesus Hominum salvador, es decir: Jesús Salvador de los Hombres) con una cruz montada sobre la H y los tres clavos de la pasión de Cristo dispuestos en haz, todo inscripto en un óvalo circunvalado de rayos flameantes. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Emblema de la Compañía (medalla 37907) Emblema de la Compañía (medalla nº 17265) Emblema de la Compañía (medalla 37947) Emblema de la Compañía con dos ángeles orantes (medalla nº 29671) Emblema de la Compañía rodeado de la inscripción “ANNO C – SOCIETATIS JESUS” acuñada en 1640, al conmemorarse el centenario de la aprobación canónica de la Compañía de Jesús (medalla nº 30855). Las medallas de la Compañía Entre las medallas aparece la virgen de Loreto, devoción mariana que la Compañía de Jesús difundió en América. La Virgen de Loreto es una devoción italiana asociada a la casa de la Virgen de Nazareth que la tradición afirmaba que había sido trasladada por los ángeles a Recanati, Italia, donde se venera. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Medalla de Nuestra Señora de Loreto (nº 37906, izq.) Medalla de Nuestra Señora de Loreto (nº 34704, der.) Fresco de la capilla de Loreto de la misión jesuítica de Santa Rosa en el Paraguay. Representa a la Casa de la Virgen transportada por dos ángeles. Las medallas de la Compañía Los principales santos de la Compañía: san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier, aparecen representados en forma conjunta o individualmente en muchas de las medallas jesuitas. Una de las medallas excavadas y estudiadas por Zapata Gollan, fue acuñada en 1640 en conmemoración del centenario de la aprobación canónica de la Compañía de Jesús. Esta medalla presenta en el anverso los perfiles de san Ignacio y san Francisco Xavier y en el reverso el emblema de la Compañía rodeada de la inscripción “ANNO C – SOCIETATIS JESUS”. La pieza, de gran calidad, debió llegar a Santa Fe pocos años antes de que los pobladores decidieran mudar la ciudad a su actual emplazamiento. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe (arriba izq.) San Ignacio y San Francisco Xavier, de cuerpo entero (medalla nº 29671, fotografía J. Anichini) (arriba der.) San Ignacio y San Francisco Xavier, de perfil (medalla nº 30855, fotografía J. Anichini) (abajo izq/der.) San Ignacio y San Francisco Xavier, de cuerpo entero (medalla nº 45718) San Ignacio (anverso) y San Francisco Xavier (reverso) (medalla nº 46513) Las medallas de la Compañía Entre las medallas excavadas por Agustín Zapata Gollan se destacan las que denominó de los cinco santos. La medalla de los cinco santos, fue acuñada en 1622 en conmemoración de la santificación de san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier, santa Teresa de Jesús, san Isidro Labrador y san Felipe Neri, españoles los cuatro primeros e italiano el último. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Medalla de los Cinco Santos. Anverso con las imágenes de san Ignacio de Loyola, san Francisco Xavier, santa Teresa de Jesús, san Isidro Labrador y san Felipe Neri (nº 47154) Medalla de los Cinco Santos. Anverso con las imágenes de san Ignacio de Loyola y san Francisco Xavier (nº 17262) Medalla de los Cinco Santos. Reverso con las imágenes de santa Teresa de Jesús, san Isidro Labrador y san Felipe Neri (nº 17262) Las medallas de la Compañía La devoción a la Inmaculada Concepción de María fue promovida por la Compañía de Jesús. Su imagen aparece representada en muchas de sus medallas según la iconografía que la representa vestida de sol, coronada de estrellas y sobre una media luna creciente que representa la virginidad y también, después de la batalla de Lepanto, el triunfo sobre el Islam. La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe La Inmaculada Concepción, representada en la portada de una edición de las misiones jesuitas de guaraníes. Inmaculada (medalla nº 37947) Inmaculada (medalla nº 17260) Inmaculada (medalla nº 17265) Los jesuitas y el traslado de la ciudad Una vez decidida la mudanza de la ciudad, la Compañía tuvo activa participación en los trabajos y, por sus propios medios, se instaló en el nuevo sitio de Santa Fe, en un terreno con idéntica ubicación al que había tenido en Santa Fe la Vieja, aunque el fondo hacia el río se duplicó aprovechando la hilera de manzanas agregadas en ese sector de la traza. En noviembre de 1658 el padre Antonio Manquiano escribía que ya estaban instalados en la nueva ciudad. En 1670 se dio por terminada la obra de la iglesia y el 29 de septiembre de hizo la dedicación de la misma. A partir de entonces, iglesia y colegio fueron objeto de sucesivas ampliaciones que terminaron de conformar, ya en el siglo XVIII, el conjunto arquitectónico más importante que tuvo la ciudad durante el período colonial La Compañía de Jes s Primeros tiempos en Santa Fe Plano de Santa Fe en 1787, atribuido a José Arias Troncoso en el que se representa el conjunto de la Compañía de Jesús. La antigua iglesia de la Compañía de Jesús en la ciudad trasladada, representada en un grabado de mediados del siglo XIX cuando estaba dedicada a La Merced.