06-14-15 Marcos 4 26-34 La promesa de la[...]

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06-14-15
Mensaje: Marcos 4:26-34
La promesa de Salvación
La mayoría de nosotros, o quizás, toda persona tiene
alguna experiencia con sembrar y cosechar. Unas
personas tienen mucha más experiencia que otras, y
tienden a conocer de la cosecha más que las demás
personas. Me recuerdo que cuando llegué a los E.U. a la
ciudad de Filadelfia, en el cuarto donde me hospedaba
con mi tía, encontré un tiesto con aparentemente una
planta, pero solo lo que había era una vara seca en medio
de una tierra seca en el tiesto. Me imagino que en un
tiempo era una planta que tenia flores y era muy bonita,
pero que fue abandonada y olvidada y esta con el tiempo
se murió y se secó. Mi costumbre todas las noches era de
llevarme un vaso de agua para el cuarto por si me daba
sed, tenía el agua a la mano. Y sin pensarlo, cada mañana
al levantarme, derramaba el agua que sobraba en el tiesto.
De momento comenzó la planta a crecer de tal modo que
creció hasta casi 5 pies de alto y cubría el ancho de la
ventana. En ningún momento hice nada para que creciera
solo echar agua.
Exactamente lo que acabamos de leer en los versos de hoy
en los versos 26-27 “El reino de Dios se parece a quien
esparce semilla en la tierra. Sin que éste sepa cómo, y
ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota
y crece la semilla.” (Vista 2 & 3 del pp)
Esta parábola de Jesús sobre el reino de Dios, se
familiariza con las personas tienen experiencia en
sembrar, pero nos enseña que las personas que siembran,
lo único que pueden hacer es solo poner la semilla en el
terreno, (vista 4 de pp) pero que en realidad no pueden
hacer nada para que esta crezca. Es más, el que siembra
tiene tan poco trabajo para hacer que la semilla crezca,
que según la parábola, puede dormir durante el proceso.
(Vista 5 & 6 de pp). El resto lo hace el proceso natural del
crecimiento. Un misterio que solo Dios lo sabe.
Inmediatamente después de esta parábola, Jesús les dice
otra más. La parábola de la semilla de mostaza. (Vista 7
& 8 de pp) Esta parábola y la anterior, nos conecta a la
gracia de Dios. Nos habla también de nuestra relación con
Dios, que crece ciertamente sin esfuerzo, y sin darnos
cuenta crece a una relación más intima con Dios. Así que
la parábola no se trata de nosotros sino de la gracia de
Dios en nuestras vidas y en la vida de la humanidad. Se
trata del reino de Dios.
Aquí Jesús utiliza estas pequeñas historias para que
reconozcamos la importancia de la imaginación. Jesús
busca crear la imaginación en las parábolas para que a
través de ellas notemos un cambio en la manera en que
nos vemos nosotros mismos, de la manera en que vemos a
Dios y vemos a otras personas. De esa manera podemos
contemplar el poder y la presencia de Dios en nosotros.
Es una manera de Jesús decirnos, tú cuentas porque Dios
está en tu vida. En la primera parábola Jesús enfatiza que
todo depende de la gracia de Dios y la iniciativa del ser
humano. ¿Por qué Jesús nos dice esto? Es para enseñarnos
que no todo depende de nosotros mismo. Porque a veces
pensamos que somos nosotros los que hacemos todo el
trabajo, desde sembrar, hacer que la semilla germine y
crezca y de fruto. Todo lo queremos controlar a nuestra
manera y nuestras ideas. Pero no es así.
Esta segunda palabra de la semilla de mostaza, era común
en las personas de aquel tiempo, porque utilizaban la
semilla de mostaza como metáfora para representar lo
más pequeño. Aunque la planta podría crecer hasta el
tamaño de una casa. (Vista 9 de pp) Y los pájaros
anidaban en él y les agradaba la semilla también. Una
semilla pequeña y fea. Pero de ahí salía el más grande de
los arbustos. Proclamando que la gracia de Dios crece de
lo pequeño e insignificante.
Tanto nosotros como los agricultores, no entendemos el
crecimiento de las semillas. Pero sabemos que hay
crecimiento cuando se siembra.
Nuestro trabajo o llamado es sembrar la semilla. No es
hacerla crecer, como muchos creemos.
A veces eso es lo que queremos hacer. Queremos ser los
que hacen crecer la semilla y dar fruto. Pero ese es el
trabajo de Dios. Dios nos llama a esparcir la semilla. A
poner en práctica nuestra experiencia y conocimiento de
sembrador y sembradora, que Dios se encarga de lo
demás. Pero, si no lo hacemos, ¿Cómo vamos a esperar
que haya fruto? ¿Cómo queremos o pretendemos que las
personas vengan a los pies de Jesucristo, sean liberadas y
llenas del poder de Dios, si todavía, la semilla no ha sido
sembrada? Jesús también nos dijo que debemos de tener
paciencia en el procedimiento.
Tenemos una promesa de salvación que podemos ver aquí
en estos pasajes. Pero, ¿Cómo la vamos a proclamar?
¿Cómo la vamos a sembrar?
La parábola está llena de esperanza. Dios no fallará en
cumplir su promesa de salvación. Así como la semilla que
se siembra y crece, así es el reino de Dios. Solo faltan los
obreros.
Tenemos esa promesa de salvación en nuestras manos. La
llevamos con nosotros donde quiera que vayamos. El reto
es, esparcirla para que crezca y de fruto y sombra al que
la necesita.
Y este llamado es para todas las edades, género, y
nacionalidad. No para algunas personas especificas.
Los jóvenes, pueden sembrar su semilla, y lo hacen
cuando invitan a sus compañeros y compañeras no solo a
la iglesia sino alguna actividad que tienen. A su hogar
para platicar de los problemas y situaciones que están
pasando y después oran con ellos. Los niños y niñas
también invitan a sus amistades. A venir a vbs, o la
escuela bíblica. Y los adultos, hacen su parte también.
El Jesús usar parábolas son una forma de de estimular la
imaginación de la audiencia para que podamos presenciar
el poder y la presencia de Dios de una forma nueva y
diferente.
Nosotros no hablamos en parábolas, pero, ¿de qué manera
podemos entonces despertar la imaginación, y hacer que
las personas quieran buscar de Dios? Hay tanta necesidad
en nuestro alrededor, que solo tenemos que abrir las
puertas de nuestro hogar, para que hablar y orar con las
personas y decirle lo que Dios ha hecho en su vida.
¿Qué Dios ha hecho por ti en estos últimos días? ¿De qué
formas te has refugiado en las ramas del árbol de mostaza,
el árbol de la bendición y protección de Dios? Y como le
puedes decir a tus amistades tu experiencia con Dios. Tu
experiencia en la iglesia, y como la gracia de Dios te ha
sostenido durante momentos difíciles.
El uso de las parábolas de Jesús es con el fin que podamos
entender el propósito de Dios en nuestras vidas y en la
vida de la humanidad. Fíjese que Jesús dice, “el reino de
Dios es parecido.” Que se parece o es semejante, y
entonces, nos da la enseñanza del sembrador y la semilla.
(Vista #10a de pp) Y nos enseña que lo único que
podemos hacer es sembrar, pero el resto lo hace Dios.
(Vista #10b de pp) (De 10a se transforma a 10b y
recibimos 11) ver 11)
Y ¿donde sembramos? Sembramos en nuestras vidas y en
la vida de otras personas. Sembramos con confianza y fe,
que Dios hará el resto. Pero, como vamos a cosechar,
como vamos a obtener fruto, sino sembramos.
Jóvenes, debemos sembrar, con nuestro testimonio, como
hablamos y cómo vamos a tratar a los demás jóvenes.
Niños y niñas, hay sembrar. Adultos, damas y caballeros,
hay que sembrar. El crecimiento lo da Dios.
La semilla está en tus manos. Solo hay que regarla en el
terreno que Dios ha puesto delante de cada persona.
¿Dónde y cómo la vamos a sembrar? Eso está departe de
cada uno de nosotros, como lo vamos a hacer. Lo cierto es
que tenemos ese llamado para que el reino de Dios sea y
árbol frondoso donde podamos tener sombra y descansar
de nuestras cargas espirituales y materiales. (12-13)
Amén.
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