LOS ESTUDIOS DE PÚBLICO, UN INSTRUMENTO DE TRABAJO

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LOS ESTUDIOS DE PÚBLICO, UN INSTRUMENTO DE TRABAJO.
LA GESTACIÓN DE UN PROYECTO
Por Margarita de los Ángeles, Mara Canela , Ángela García Blanco y Mª Ángeles Polo
Publicado en la revista MUS-A, 2008
En el mes de marzo del 2005, la entonces Subdirectora G. de Museos Estatales, Dña.
Marina Chinchilla, convocó a representantes de todos los departamentos de Difusión de
los museos dependientes de dicha Subdirección con la intención de tratar sobre la
actividades destinadas al público. Interesaba sobre todo dos cuestiones: una, favorecer el
intercambio de ideas y propuestas por parte de estos departamentos para crear
actividades conjuntas que rentabilizaran sus esfuerzos y otra, crear vías de cooperación
entre ellos. Para lograrlo se preveía la creación de una Comisión de 5 ó 7 miembros, que
serviría de enlace entre los departamentos.
De esta primera puesta en común resultó que, sin dejar de considerar de gran interés la
propuesta de la Subdirección, los participantes tenían una percepción más amplia de los
problemas que influían en el desarrollo normal de su trabajo y consideraban igualmente
importante resolver las carencias de fondo que padecían, tales como: definición de sus
competencias y de su relación con los demás departamentos del museo, financiación de
actividades, dotación de personal, formación específica, datos sobre los visitantes, etc.
Por otra parte, el deseo de todos los asistentes de seguir participando en este tipo de
reuniones originó la sustitución de los 5 ó 7 miembros previstos por una Comisión de
Difusión constituida por representantes de todos los departamentos y de la propia
Subdirección.
En las siguiente reuniones se crearon equipos de trabajo para analizar los temas
problemáticos y elaborar propuestas. Entre estas propuestas, la del equipo dedicado a la
investigación de público fue aceptada en el año 2007 por la Subdirección G. de Museos
Estatales, ahora a cargo de D. Santiago Palomero, y dio lugar a un proyecto al que se
daría el nombre de Laboratorio permanente de público de museos.
El objetivo de este artículo es dar a conocer el texto presentado al resto de la Comisión
por el citado equipo de investigación, formado por la autoras de este artículo. En él se
analiza brevemente varios problemas que se relacionan entre sí y se da una solución
integral a todos ellos: introducir sistemáticamente los estudios de público en nuestra
dinámica de trabajo para definir el público-objetivo de cualquiera de las actividades que
ofrezca el museo y evaluar resultados; hacer de estas investigaciones una vía de relación
interna y externa y, finalmente, proporcionar a los profesionales de museos la formación
necesaria para aprender a diseñarla, producirla y valorarla.
I. Importancia de los estudios de público
Los estudios de público, en su vertiente descriptiva, permiten diferenciar los distintos tipos
de visitantes por sus características socio-demográficas y conocer otros aspectos tales
como, conocimientos previos, expectativas, motivaciones, tiempo y extensión de la visita,
valoración de los servicios que han utilizado, etc. En definitiva, facilitan cierto conocimiento
de las necesidades básicas y específicas de los distintos tipos de visitantes, según realicen
la visita como una actividad educativa formal, informal o no formal. Este tipo de estudios
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ayudan a conceptualizar y diseñar las exposiciones, actividades y publicaciones
divulgativas en función del público-objetivo al que se destinen.
La investigación sobre el público de museos tiene también una vertiente evaluadora
cuando mide el impacto y la influencia de las exposiciones, actividades y servicios
mediante la interpretación de las opiniones, vivencias, aprendizajes, emociones,
reacciones, etc. experimentados por el público usuario. La evaluación, ya se haga en el
curso de la producción o al final de ésta, constituye un control de calidad riguroso que
permite corregir los defectos y mejorar los resultados de la oferta que se hace. Es,
además, un excelente medio para conocer la psicología del visitante y el comportamiento
(cognitivo, emocional, actitudinal, espacial, etc.) que le provoca la propuesta que le hace el
Museo.
En definitiva, la investigación, entendida como la fuente de conocimiento del público y
como control de calidad es un instrumento imprescindible para tomar decisiones
fundamentadas acerca de los objetivos, metodologías y formatos de las actividades
educativas en función del público al que se dirijan.
II. Problemas
La escasez de datos acerca de sus propios visitantes es un problema que a menudo los
museos no sienten como tal, por lo que no promueven esta investigación. Por otro lado,
los escasos datos que tenemos sobre los visitantes de determinados museos no suelen
tenerse en cuenta por los propios museos que los tienen. Se diría que una vez realizados
los estudios no se sabe qué hacer con ellos, posiblemente porque no responden a las
necesidades reales que el museo tiene acerca de sus visitantes y, por tanto, no le ayudan
a resolver los problemas o porque el museo como tal no se plantea ninguna cuestión
respecto a los visitantes. De ahí la importancia de que cada museo sepa definir sus
necesidades en este campo y se implique en la obtención de soluciones. Si los estudios
de público se realizan sin estar estrechamente vinculados a los programas de los museos
correspondientes, tendrán muy poca efectividad y rentabilidad. Por esta razón, es
importante tener en cuenta que, haga quien haga el estudio, corresponde al museo definir
el problema y determinar los objetivos de la investigación, así como tener muy claro lo que
desea obtener, qué piensa hacer con los resultados y en qué medida van a orientar y servir
de base a los proyectos futuros.
Por otro lado, para que cada museo sea capaz de precisar lo que quiere conseguir de la
investigación, es necesario también que sepa lo que se puede esperar de ella. Para poder
detectar los problemas, interpretar los datos y elaborar hipótesis sobre su solución es
necesario contar con una formación teórica previa. Este marco teórico debe incluir
aspectos relativos a la propia investigación científica y a la psicología del visitante, en
concreto los relacionados con los procesos cognitivos, emocionales, espaciales, sociales,
etc. implicados en la visita. Del mismo modo, puede interesar cierto dominio de la
semiología y de las condiciones que favorecen la comunicación y el aprendizaje a través
de los distintos medios, desde la exposición misma hasta los textos, sin dejar de
considerar los audiovisuales, etc. Estos conocimientos específicos son necesarios para
tener una percepción previa del visitante y de la experiencia que se le desea facilitar
durante la visita. Posiblemente, la falta de personal especializado en este campo de
estudio ha constituido la dificultad mayor para que se realice esta investigación. Así, la
formación del personal sería otra necesidad a resolver, junto con la de disponer de
estudios de público propios de cada museo.
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El tercer problema detectado es la falta de conexión interna y externa de estos
departamentos. A nivel interno del museo, la preocupación por conocer al visitante y el
compromiso de responder a sus necesidades no se entiende de igual manera por todo el
personal; a nivel externo, el contacto entre el personal de estos departamentos de
Difusión, a falta de proyectos compartidos, es esporádico. Esta situación, expuesta muy
sucintamente, genera cierta sensación de aislamiento, acentuada en aquellos museos que
de por sí ya lo tienen.
III. Propuesta
La propuesta que se hace a la Subdirección pretende responder a este triple reto
mediante un plan de acción con tres vertientes, cada una de ellas dirigidas a resolver uno
de los problemas citados. La primera considera la puesta en marcha de un plan de
investigación continua, llevada a cabo al mismo tiempo por todos los museos, con los
mismos objetivos y metodología. Esta coincidencia requiere la puesta en común y la
consideración de las necesidades de conocimiento, capacidades y posibilidades reales de
cada uno de los museos, de manera que la investigación responda a sus expectativas, se
adecue a su situación e implique a su personal en el grado que le corresponda. Para que
ésta investigación sea científicamente válida, se requiere también asesoramiento
permanente por parte de un experto que garantice su calidad cualquiera sea el
procedimiento y los instrumentos que se utilicen y que, como se ha dicho, se han de
adecuar a las posibilidades de cada cual.
La segunda vertiente responde a la necesidad de dotar al personal de estos
departamentos de Difusión de los conocimientos que su implicación en la investigación
requieren. La organización de cursos de formación continua cuyos contenidos vayan
respondiendo a las necesidades de la investigación, ya sean referentes a las
características que la hacen científica o a los aspectos que se investigan, es la vía que
parece más adecuada; su planificación estratégica debe hacerlos coincidir con los tiempos
de la investigación y por su carácter teórico-práctico pueden aprovecharse también para
diseñar conjuntamente la investigación.
Un tercer aspecto es que los cursos pueden ser, también, un excelente lugar de encuentro
periódico para intercambiar ideas y experiencias, y planificar actividades conjuntas, con lo
que darían solución a las necesidades de interconexión externa. Además, el seguimiento
de la investigación por parte de todos los integrantes y, sobre todo, la interpretación de los
datos obtenidos, requeriría una serie de reuniones de puesta en común que servirían
también como punto de conexión.
En definitiva, el objetivo fundamental del plan es hacer de los estudios de público una
herramienta de trabajo habitual para diseñar y evaluar los distintos proyectos de los
museos; un indicador de los campos de conocimiento en los que hay que profundizar y
una vía de conexión continua y de colaboración entre los departamentos de difusión.
PUNTOS FUNDAMENTALES DE LA PROPUESTA:
- Hacer de la evaluación una herramienta habitual de trabajo.
- Disponer de asesoramiento científico para garantizar el rigor de los resultados.
- Evaluar en función de las posibilidades de cada museo.
- Optimizar el trabajo realizado mediante el cruce de los datos de los distintos
museos.
- Definir por parte del propio museo la orientación y aplicación de los estudios.
- Implicación de todos los departamentos del museo.
- Organizar cursos de formación en relación con las necesidades
- Fomentar la interconexión entre los departamentos de Difusión
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IV. Plan de actuación.
A continuación, en el informe que se presenta a la Subdirección, se exponen los pasos
que, en la opinión del equipo de investigación, deberían seguirse para hacer de la
investigación el eje que articule las actividades de los departamentos de Difusión.
1. Aceptación de la propuesta y notificación a los directores de museos
Una vez aceptada la propuesta, sería conveniente que la Subdirección G. de Museos
remitiera a los directores de los distintos centros un documento con las líneas
fundamentales de actuación, los pasos a seguir y el grado de implicación que el proyecto
requiere, de forma que no se convierta en un proyecto aislado del departamento de
Difusión, sino en un proyecto integrado en la planificación general del museo, y que por lo
tanto, cuente con el apoyo correspondiente.
2. Estado de la cuestión
Cada museo, a través de su representante en la Comisión de Difusión, tendrá que elaborar
un brevísimo informe sobre su experiencia en este campo. El informe deberá versar sobre:
1. Los datos disponibles sobre los visitantes y cómo se han obtenido. 2. Que experiencia y
formación en este campo tiene el personal del museo. Ambos puntos permitirán fijar el
punto de partida del proceso de formación (punto 3).
3. Curso de formación inicial y actividad práctica.
Debe impartirlo un especialista en la materia, preferentemente la persona que luego vaya a
actuar como asesor científico. El programa de este curso contemplará tanto aspectos
teóricos de la investigación como aspectos prácticos que se puedan aplicar sencillamente
en cada uno de los museos y que, además, sirvan de formación y prueba de
comunicación entre todos.
Esta primera investigación, planteada a modo de ensayo, puede estar centrada en una
sola actividad y dentro de ella definir: perfil de los participantes (edad, formación, si es
visitante habitual del museo…), causas que le han llevado a participar, opinión sobre los
contenidos de la actividad, sobre el museo y sus servicios, comportamiento en las salas
durante el desarrollo de la actividad etc. Esta variedad de aspectos, pero acotados a una
actividad concreta, permitiría aplicar técnicas de recogida de datos diferentes
(cuestionarios auto-administrados, entrevistas, observación…) y conocer las posibilidades
que tiene cada una.
De cara a optimizar al máximo el tiempo durante el curso, y dado que los profesionales de
museos pueden tener diferentes niveles de conocimientos, se recomendará la lectura
previa de una bibliografía básica que permitirá, al margen de la experiencia de cada uno,
arrancar de unos niveles teóricos aceptables.
4. Reunión de recapitulación de resultados y planteamiento de la siguiente fase: realización
del primer perfil de nuestros visitantes
Posteriormente, y tras una evaluación de resultados de esta primera experiencia, puede
ser el momento de plantearse un primer estudio para definir los perfiles de nuestros
visitantes, con el consabido asesoramiento científico. Se debería diseñar una buena
herramienta de recogida de datos, versátil, para poder adaptarla a todos los museos que
formamos parte del equipo, y duradera para no quedarnos en un estudio puntual.
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5. Investigaciones específicas y cursos de formación
Tras la definición de los distintos tipos de público, pueden plantearse estudios más
específicos con sus consiguientes cursos de formación. Es decir, si sé deseara evaluar la
eficacia los textos de la exposición, el curso de formación debería versar sobre aspectos
relativos a las condiciones que favorecen su capacidad de atracción, legibilidad y
comprensión; al método e instrumentos para evaluarlos, etc. En definitiva, los cursos
deben responder siempre a las necesidades detectadas.
6. Estrategias de comunicación interna
Puesto que se considera muy importante que se implique todo el personal, antes de definir
las necesidades de cada museo, sería bueno tener en cuenta lo que éste pueda decir
acerca de los visitantes. Para ello, el asesor científico podría proporcionar un listado con
las posibles parcelas de aplicación de los estudios de público; esto facilitaría la tarea de
implicar a los compañeros de los distintos departamentos, que a menudo desconocen las
ventajas de la aplicación de los estudios de público en su campo.
V. Necesidades
En este apartado, se enumeran sucintamente los requerimientos de la puesta en marcha
de la propuesta, en el caso de que fuera aceptada.
Por parte de la Subdirección de Museos Estatales
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Elaborar un documento inicial con los contenidos del proyecto.
Enviar a los directores de los museos junto con la manifestación de su interés.
Contratar a la persona que se encargaría de la formación y la supervisión científica
de los distintos estudios.
Coordinar las distintas reuniones y logística de los cursos de formación.
Proporcionar a los museos los recursos humanos necesarios para la realización
del trabajo de campo en cada investigación.
Por parte de los Museos
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Apoyar y aceptar el proyecto por parte de la Dirección del Centro. En este sentido
es fundamental que sea consciente de la importancia de incorporar un proyecto
de este tipo a la metodología de trabajo del museo, así como del tiempo y
dedicación que conlleva.
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Designar a una persona del departamento de Difusión para llevar a cabo el
proyecto. Las funciones de esta persona serían: asistir a las reuniones y cursos de
formación, recoger y definir las necesidades de su museo, mantener una
comunicación periódica con el coordinador científico, dirigir y supervisar el trabajo
de las personas que hagan el trabajo de campo, elaborar las conclusiones de
cada estudio, aplicación de los resultados a la programación, comunicarlos a la
Comisión de Difusión, volver a definir las necesidades en base a ello y así
sucesivamente.
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Esta propuesta fue asumida en su integridad por la Subdirección G. de Museos Estatales
en el año 2007. Posteriormente se vio que se podía reducir la fase inicial del plan de
investigación. El documento que anunciaba a los directores de museos la puesta en
marcha del proyecto se envió en marzo del 2008.
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