música y política en el holocausto nazi

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Luis Mera Naveiras
MÚSICA Y POLÍTICA
EN EL HOLOCAUSTO
NAZI, (1933-1945)
11
El arte alemán del próximo siglo será heroico,
fuertemente romántico, práctico y privado de
sentimentalismo; será nacional con gran pathos;
será servidor de los intereses comunes —o no será—.
Joseph Goebbels
Menos información y edición en
partituras y en discografía tiene la
música. Más la llamada Música degenerada, los músicos del olvido que,
como magia blanca o magia negra,
fueron silenciados por el poder desde el principio del fin de la derrota
alemana. Estamos en el alba de su
conocimiento para los melómanos,
que no supimos de los temores, las
muertes y las esperanzas de los
compositores perseguidos por el
nazismo que lucharon con dificultad (a algunos les arrebataron la
vida) contra las fuerzas adversas
de la creación y sin embargo consiguieron realizar su admirable obra
compositiva dentro o fuera de los
campos de concentración. Mostrar
esa búsqueda de lo inesperado y
asombroso es la pretensión de este
artículo que es sólo un indicio y no
la totalidad.
Así se abre un espacio dual entre
reflexión y divulgación, aproximándonos a cuatro temas —el abanico
podría ser más amplio— que nos
conducen a la música y a la vida y
a ese filtro donde posa el arte con
mayores o menores dosis de verdad
o de mentiras; y en el caso de la
cultura musical nacional-socialista
existen realidades diferentes a cada
paso. Se trata pues de caminar sobre:
s MÚSICA
Y MÚSICOS EN LOS CAMPOS DE
CONCENTRACIÓN
s COMPOSITORES EN EL EXILIO
s MÚSICOS EN LA “EMIGRACIÓN
INTERIOR”
s ALGUNOS MÚSICOS Y COMPOSITORES
EN EL III REICH
Es posible que la exposición no deje
satisfechos ni al lector ni al autor.
Pienso también que no es posible la
síntesis satisfactoria y es quimérica la preocupación por lo completo
y siempre quedará mucho por decir. Querría, al menos, ser claro en
esta exposición, que es selectiva en
cuanto a contenidos por el espacio
que me corresponde utilizar, y por
ello adelanto el esquema que voy a
seguir y los objetivos, optando más
por la preeminencia de la información y las citas que por los juicios.
No me centraré pues en la aportación del compositor al tratamiento
estético o rítmico, aunque si caminaré de la mano de una u otra obra
elegida de los compositores para
hacer una aproximación al estado
de su “pensamiento musical”. Con
ello se intenta: primero que sean
los testimonios y los datos, aunque
F A arte e arquitectura
Este es momento para el recuerdo.
La memoria y la historia vuelven a
los 65 años del fin de la II Guerra
Mundial y el suicidio de Hitler que,
como alargada sombra (él prometió
un “Reich de los mil años”) está presente entre los hombres y las mujeres de mi generación. Tanto es así
que no es difícil constatar la existencia de un revival nazi-hitleriano
en la cinematografía y en el mundo editorial. Sólo, como un breve
apunte, la película “El hundimiento de Berna Eichinger” que en su
momento de estreno el Daily Mail
se preguntó ¿Perdona Alemania al
Führer? Otro vector hitleriano está
en “Mi Führer” de Dani Levy o en “El
noveno día” de Volker Schlöndorff.
Más amplio es el mercado editorial resumido en: Queríamos matar
a Hitler (Ariel), Los libros del gran
dictador (Destino) o el último que
acaba de publicar la historiadora
Heike Görtemaker: Eva Braun. Vida
con Hitler.
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
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no amenaza, a tal o cual orden
político, sino al núcleo mismo del
proceso político…” (2)
F A arte e arquitectura
Edición de DVD de Arthaus Musik. Alemania. 2007.
incompletos, los que hablen por si
mismos, segundo, que sirvan de estimulo inquietante para la conciencia y encarar el futuro sin repeticiones cíclicas y frustrantes, tercero
conocer o ampliar datos y saberes
sobre los años difíciles, pero determinantes musicalmente en Europa
y en España.
ya que nos pondríamos en peligro;
pues tal como dice Damón, en ningún sitio se cambian las reglas de
la música sin que cambien también
las principales leyes del Estado, y
yo igualmente estoy convencido de
ello. Es ahí donde los guardianes
deben montar su guardia” (1).
Estamos en ese binomio de música
y política enunciado por Platón en
República:
Esa misma línea de pensamiento la desarrolla el musicólogo y
pianista español Carles Santos
cuando afirma que:
“Pues debemos cuidarnos de introducir un nuevo estilo de música,
“La música es subversión: no
revolución, subversión. No atañe,
Así lo entendieron los dirigentes
nacionalsocialistas, en especial el
ministro de Cultura y Propaganda
Goebbels, como se constata en
un documento más que estimable sobre la relación-utilización de
la Orquesta Filarmónica de Berlín
por el gobierno nazi, obra del director Enrique Sánchez Lansch:
“The Reichsorchester. The Berlin
Philharmonic and the Third Reich”,
un film sobre la vinculación mantenida en los años de dominio del nazismo. En 1933 llega al poder Hitler
y la Filarmónica de Berlín (agrupación cooperativa autónoma) se encuentra al borde de la quiebra. En
octubre de 1933, Goebbels, Ministro
de Cultura Popular y Propaganda
se compromete con los miembros
de la orquesta a la adquisición del
100 % de las acciones y los intérpretes-propietarios pasaron a ser
funcionarios públicos y embajadores culturales del gobierno alemán. Había nacido la Orquesta del
Reich y fueron los años oscuros de
la Filarmónica de Berlín, donde inicialmente hicieron música al unísono los instrumentistas perseguidos
ideológicamente y los nazis convencidos. En ese magma de sentimientos todos participan en las “tournées
de la Wehrmacht”, en los conciertos
organizados para los congresos del
partido nazi, en los cumpleaños del
Führer y en los discursos de Hitler
y Goebbels. La orquesta participó
en las ceremonias de inauguración
de los Juegos Olímpicos de Berlín
(1936) y en la Exposición Universal
de París (1937). Sin duda un activo
valioso para el objetivo de propaganda cultural de Goebbels.
La capacidad sonora de la maquinaria de la guerra influyó notablemente en los que tuvieron que soportarla y de forma especial, que
es el tema que hoy nos ocupa, los
Luis Mera Naveiras
La Segunda Guerra Mundial es la
reiteración de la barbarie que vuelve y asola nuevamente el corazón
de los hombres en Europa. Al gran
sentido de la libertad le ponen límites, una ley opresora recorre el
viejo continente y se incendia al
unísono la llama de la rebelión con
formas de resistencias varias. Este
espacio ha dejado huella musical
y tardó en reaparecer haciéndose
ostensible a lo largo de los años y
hoy ya se la conoce, más cuando
en tanta aparición existe belleza y
compromiso ético.
Comenzaré con los compositores
“escondidos” que abrieron espacios
sobre los silencios incolmables de
la vida y la música. Son los músicos
alemanes estigmatizados, los condenados, los marcados, los malditos,
los creadores de la música degenerada de la exposición de Düsseldorff
en 1938. Contra la memoria de ese
infierno terrenal del Tercer Reich
surgieron múltiples obras musicales compuestas por autores víctimas de la vesania racista y política.
Mal vivían y respiraban en los campos de concentración, inmersos en
multiformes sufrimientos físicos y
psíquicos, una trayectoria asfixiante
que resiste, que les hace no quedar
en silencio y seguir creando música desde el silencio sonoro de sus
entrañas.
MÚSICA Y MÚSICOS
EN LOS CAMPOS DE
CONCENTRACIÓN
muerte y Los tres cabellos del abuelo
Omnisciente con la Orquesta y Coros
del Teatro Nacional de Praga.
Rudolf Karel (1880-1945). Alumno
de composición de Dvorák. Profesor
de composición y orquestación en
el Conservatorio de Praga desde
1923 hasta que, en 1941, fue destituido por los nazis. En 1932 concluye su ópera La comadre Muerte y el
Noneto en tres movimientos —tal vez
lo más importante de su producción
camerística—. La Gestapo lo detiene
en 1943 y es internado en la prisión
de Pankrác. Los estudiosos afirman
que allí escribió sus composiciones sobre trozos de papel higiénico
que el mismo pautaba y logró sacar
seis obras antes de ser transferido
al campo de Terezín, donde murió
de tifus. Su alumno Zbynek Vostrák
reconstruyó su esbozada ópera Los
tres cabellos del abuelo Omnisciente.
La discográfica Supraphon grabó
una versión reducida de La comadre
Cuarteto Rosé (1882-1939). Los
Rosé forman una amplia familia de
músicos vieneses de gran relevancia en los siglos XIX y XX. Eduard
Rosé, violonchelista y su hermano
Arnold Rosé fueron los legendarios fundadores del mítico cuarteto. Arnold con diecisiete años fue
primer violín de la orquesta de la
Ópera de la Corte de Viena y de la
Filarmónica de Viena. Estrenaron
obras de Brahms, Schoenberg y
Weber. Todos los miembros de
la familia fueron víctimas del terror nazi. Eduard fue recluido en
Theresienstadt en 1942 y falleció
en el campo de concentración el 24
de enero de 1943. Alma Rosé, hija
de Arnold y segunda violinista del
cuarteto es trasladada a AuschwitzBirkenau, el campo de mujeres,
El cuarteto Rosé. Óleo sobre lienzo de Max Oppenheimer, 1924.
13
F A arte e arquitectura
músicos. El grito, la canción, la voz
de alerta, el mutismo impuesto, el
ruido de sables, la bomba Atómica,
la queja de los niños, el murmullo
de los que no se callan, el silencio
del miedo, quedan en el recuerdo
pentagrámico de la “gran sinfonía
del dolor”. Sentidas creaciones radicadas en la condición de la propia
inteligencia y la libertad. De una inteligencia sensible y solidaria capaz
de plasmarse en formas simbólicas
y abstractas, acudiendo a la fuente
de la tragedia, y recubriéndolas de
un halo épico y sagrado sobre la libertad y el hombre.
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
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en un tren con 1.000 presos judíos más. Muere en el campo de
concentración en 1944. Los otros
miembros de la familia se exilian y
Arnold, muy mayor, llega a Londres
donde refunda el Cuarteto Rosé que
no logra el éxito precedente y vende su violín Stradivarius.
F A arte e arquitectura
Erwin Schulhoff (1894-1942).
Compositor checo de origen alemán, brillante pianista, compositor
de raíz judía y militante comunista.
Con la atmósfera del nazismo y el
antijudaísmo que se respiraba en
Europa central es encarcelado y deportado al campo de concentración
(de trabajo decían los nazis) bávaro
de Würzburg, donde esbozó al piano su Sinfonía nº 7 “Heróica” (1941)
y aún gran parte de la Octava, líneas
maestras de la tensión corpórea que
encarna los años de ser y constituirse en realidad firme (3). Proyecto humanista que finaliza con su agónica
muerte a causa de la tisis contraída
en el campo de concentración.
Su obra es un permanente arrebato a la libertad que despega ya con
su finalizada Sexta Sinfonía “De la
libertad” (1940-1941), dominada
por el frenesí acuciante de la supervivencia y la opresión del nazismo. Mención especial merece su
Sinfonía nº 4 creada para numerosa plantilla orquestal y coro mixto.
Finaliza la obra con un canto del
poema Die Sklaven (Los esclavos) a
modo de exultante clamor masivo
y popular de la autoría del poeta
Adalbert von Chamisso.
La discográfica Supraphon editó
las sinfonías nº 4 y 6 y un grupo de
canciones a cargo de la Orquesta
Sinfónica de la Radio de Praga y
el coro mixto Kühn, dirigidos por
Vadimir Válek, y la editora BIS grabó su música de cámara con Sonatas
para violín y piano, para violín solo,
violín y chelo y piano y chelo.
Viktor Ullmann (1898-1944).
Alumno dilecto de Arnold
Schoenberg y director asistente de
Zemlinksy en el Nuevo Teatro de
Praga antes de convertirse en director de la Ópera de Aussig. Obtuvo
su primer triunfo internacional como
compositor en el Festival Musical
de Ginebra con las SchönbergVariationen para piano, cesando su
actividad musical en 1924 para convertirse en el responsable de una
librería antroposófica en Stuttgart.
Escapa del furor antijudío hitleriano
y se refugia en Praga donde retoma
su actividad musical en colaboración con el compositor Alois; allí
Ullmann es detenido con su esposa
y son enviados al “ghetto privilegiado” de Theresienstadt, que no era
un abrupto campo de concentración
para lograr la “solución final” sino
que era un espacio complementario y de tránsito hacia Auschwitz y
también más cínicamente el escaparate de “bienestar del ghetto” que
los nazis mostraban como FreizeitGestaltung (Administración del ocio)
de los judíos recluidos.
Durante los dos años que permaneció prisionero dejó su voz y su
acento creativo realizando múltiples actividades en aquella sombra
prisionera y componiendo una parte
importante de lo que sería su catálogo musical. Obras escritas sobre
el reverso de las listas de los confinados preparadas por los dirigentes
de las SS que él convierte en papel
pautado. Escribe en Theresienstadt
su ópera Der Kaiser von Atlantis, (El
Emperador de la Atlántida) un alegato crítico con el autoritarismo
que llegó a ser representada en el
propio campo y que reúne características del coral luterano, el himno
nacional y ritmos de jazz. La perfecta muestra de “arte degenerado”
para los jerarcas nazis. Sus canciones El humo y su día y Canciones de
consuelo (1943), entre tantos otros
lieder recogen el acento de honda
tristeza, de callada melancolía que
traspasa los versos de sus poetas
preferidos: Rilke y Hölderlin entre
otros. En nuestra memoria musical está Víktor Ullmann con su raíz
poética y literaria de lenguaje puramente español en Don Quijote baila
el fandango, estrenada por la ORTVE
dirigida por Gerd Albrecht. (4). En
1944 él y su mujer son embarcados para el campo de exterminio de
Auschwitz y todos sus manuscritos
musicales quedaron en Tezerín. Su
obra poco divulgada puede escucharse en la discografía Orfeo, son
los lieder con voces de barítono,
soprano, mezzosoprano y piano y
la Orquesta de Radio Baviera y en
Supraphon una colección de sus
canciones para voz y piano.
Pavel Haas (1899-1944). Compositor
checo, fue alumno de Janácek entre 1921 y 1923. Se casó con So a
Jakobson, ex esposa del lingüista ruso Roman Jakobson (5) xitoso
compositor de música orquestal,
de cámara y cinematográfica. Son
relevantes sus oratorios y especialmente su ópera en tres actos con libreto propio El charlatán, estrenada
en Brno con gran éxito en 1938, así
como el Quinteto para viento (1929),
y el ciclo de tres canciones El elegido (1927) para tenor con acompañamiento de flauta, violín, trompa y
piano sobre poemas de Jira Wolker.
En la formación camerística están
sus Tres cuartetos de cuerda (19201938) y su Sinfonía (1940-1941)
obra inacabada y reconstruida por
Zdenek Zouhar en 1994.
En 1941 es deportado al campo
de Terezín. Allí escribió otros cinco títulos de brillante y maduro
estilo, recuperado y grabado uno,
las Cuatro canciones sobre poemas
chinos, obra realizada a petición
del bajo Karel Berman —cantante
y compositor por fortuna superviviente del campo— que plasman a
través de acordes disonantes, los
vulnerados sentimientos de los pobladores del gueto que las acogieron
Luis Mera Naveiras
entusiasmados en su estreno, el 22
de junio de 1944, menos de cuatro
meses antes de la partida de su autor al encuentro con las cámaras
de gas de Auschwitz. En la crítica,
Ullmann las calificó de “... actuales
y plenas de vida”. Su discografía camerística está en varios CD múltiples de Supraphon con el Quinteto
de Viento de la Academia de Praga,
el Cuarteto Panocha, Miembros de
la Orquesta Checa y diversos solistas dirigidos por Vladimir Válek.
El silencio discográfico se recupera
con la edición de Koch del Scherzo
Triste, op.5, Suite de la ópera El
charlatán y la Sinfonía (inacabada)
a cargo de la Orquesta Filarmónica
de Brno dirigida por Israel Yinon.
Hans Krása (1899-1944). Nació en
Praga de madre judía y habla alemana, se le considera compositor
alemán. Fue alumno de Zemlinsky
y repetidor en el Nuevo Teatro
Alemán y trabajó en el “Neues
Deutsches Theater” de Praga. En
los años 20 del pasado siglo estudió en Francia con Albert Roussel.
Su espacio creativo pendula entre
lo orquestal y lo teatral. Música de
escena, música para el teatro:
“el teatro que se hace por el
público, es arte dramático; el teatro que se hace para el público,
no es arte dramático”.
Cartel de la ópera para niños, Brundibár de Hans Krása. 1944.
visitas internacionales que llegaban
a supervisar el remodelado “campo de acogida”, entre otras, la Cruz
Roja. Una vez finalizado el “paripé”
propagandístico, los alemanes desplazaron 18.000 prisioneros (entre ellos los compositores Krása y
Hass, junto con los niños que cantaron Brundibár) hacia el ignominioso Auschwitz donde entornó los
ojos ante la muerte. Era el 17 de
octubre de 1944. Finalizaba así, en
plena madurez, una de las personalidades creativas más importantes
de su tiempo.
En los dos años que estuvo en
Terezín compuso obras para ser estrenadas en los conciertos del campo. La crítica señala como lo más
F A
como agudamente nos dice José
Bergamín en El lenguaje de la máscara. En 1920 estrena Grottesques,
cuatro canciones para barítono y
orquesta, en 1923 estrena su primera Sinfonía para pequeña orquesta
en EE.UU. En 1938 escribió la ópera
infantil Brundibár, ópera que no llegó a ser representada al producirse
el ataque alemán a Polonia. Es detenido y encerrado en el campo de
concentración de Theresienstadt en
1942 y en ese espacio satánico de
las SS, en esa frontera de la muerte, ofrece la visión admirable de
Brundibár con múltiples representaciones para los presos y para las
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
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relevante las Tres canciones (1943)
para barítono, clarinete, viola y violonchelo.
Hoy puede escucharse su música de
cámara a través del CD del Cuarteto
Kocian, música de elevado interés
artístico y una rareza discográfica
y la ópera Brundibár, recientemente grabada por Naxos y representada en el Teatro Real dentro de su
“Proyecto Pedagógico”.
F A arte e arquitectura
Oliver Messiaen (1908-1992).
El compositor francés escribe el
Cuarteto para el fin de los tiempos
en el campo de concentración
de Görlitz en Silesia. Él mismo
cuenta esta trágica aventura en
una entrevista realizada por José
Luis Pérez de Arteaga para RNE
el 13 de mayo de 1989, emisión
no emitida y recuperada por el
autor de la revista Diverdi:
“Fui movilizado en 1939 y
como tenía mala vista, bastantes
dioptrías, se me dijo que yo no
era apto para empuñar un arma,
lo cual agradezco, y se me destinó a los servicios médicos auxiliares. Nos hicieron prisioneros
los alemanes y nos internaron en
Görlitz, un lugar muy frío, aún
más en cuanto llegó el invierno,
lleno de nieve, y en donde apenas
había nada que comer: nos daban
el café de la mañana, con un trozo de pan, y a la tarde otro café,
y a mediodía un tazón de sopa,
y eso era todo… Y allí escribí mi
Cuarteto para el fin del tiempo, en
muy malas circunstancias… me
ayudó mucho el contacto con los
otros músicos que había en el
campo, que eran el violonchelista
Etienne Pasquier, el clarinetista
Henri Akoka y el violinista Jean
Le Boulaire, y al ser yo pianista
escribí para los cuatro que podíamos tocar la obra. Yo escribí la
obra sin piano, imaginando sonidos y armonías en mi cabeza,
pero luego no he cambiado ni una
nota de la obra. Para tocar nos
dejaron instrumentos en pésimo estado, y la estrenamos poco
antes de que nos dejaran libres.
De hecho, el concierto lo organizamos los mismos prisioneros,
cuando se anunció que nos iban a
repatriar a Francia”.
La composición es de factura compleja y requiere un gran esfuerzo interpretativo por su tímbrica inusual
en sus ocho movimientos, una pequeña obra difícilmente superable
convertida en una de las obras más
grabadas en el siglo XX.
La voz y la música viva de Messiaen,
la del “escándalo de la sangre” se
ofrece también en Et expecto resurrectionem mortuorum, encargada
por André Malraux como conmemoración de las victimas de las dos
Guerras Mundiales. La obra escrita
para orquesta de maderas, metales y percusión metálica, canta la
muerte y se escucha en la voz de la
madera, aquella voz tímida y altiva
de los hombres y mujeres muertos y
escarnecidos por la violencia bélica.
Fue estrenada de forma semiprivada en Sainte-Chapelle (11 de mayo
Programa del Cuarteto para el fin de los tiempos, estrenado en el campo de concentración de Görlitz.
Luis Mera Naveiras
Gideon Klein (1919-1945).
Compositor y pianista checo de familia judía. Recibió clases de composición de Alois Hába y de los
grandes compositores checos: Hass
Krása y Ullmann. Relacionado e inseparablemente unido a sus maestros, finalizan todos en el monstruoso laberinto de la muerte de los
campos de concentración alemanes.
Antes de ser recluido, desentraña su
pensamiento musical y hace su música que hoy es historia verdadera
de su pueblo. Los nazis le imposibilitaron desempeñar cualquier actividad pública y él temerariamente se
camufló bajo seudónimos para sentirse vivo y ser hombre de verdad
—y por y para la verdad—, para no
sentirse excluido de la vida social y
poder proseguir su exitosa trayectoria de concertista de piano, no obstante predestinada a truncarse. En
1941 es detenido y enviado al campo de concentración de Tezerín. En
cautividad desarrolló una intensa
actividad musical, logró instalar
un viejo piano que él reconstruyó y afinó, ofreciendo un concierto con sonatas de Beethoven. Creó
una orquesta de cámara y dirigió
en el mismo campo una escenificación de la ópera La novia vendida de
Smetana. (6) Es notorio el valor de
su trabajo de investigación según
afirman los musicólogos Tomislav
Volek y Milan Slavicky tras la documentación hallada en una maleta en 1990 por Eduard Herzog con
obras dodecafónicas y música orquestal con sustancias folclóricas
moravas. Es deportado a Auschwitz
y posteriormente a Fürstengrube en
octubre de 1944, a las pocas fechas
de finalizar su Trío de cuerdas. Se
desconoce el proceso de su muerte,
no se sabe si en 1945 Klein abondonó Furstengrube (era una mina de
trabajos forzados) junto con 1.000
presos en la llamada “marcha de
la muerte” en pos de la libertad
(la mayoría murió en el trayecto)
o bien se quedó con los enfermos
más débiles que fueron fusilados
por una unidad de las SS. Sus obras
de cámara se encuentran grabadas
con diversos compositores checos
en Supraphon, interpretadas por el
Quinteto de Viento de la Academia
de Praga, el Cuarteto Panocha y la
Orquesta y Coros de la Filarmónica
Checa dirigida por Vladimir Válek.
En 1953 finaliza su obra más reconocida internacionalmente, su
Sonata para piano, situada según la
crítica entre las grandes sonatas del
siglo XX. Como acontecimiento teatral está su vinculación con la célebre compañía La Linterna Mágica
con la que viaja por el mundo logrando un amplio reconocimiento.
De esa etapa son sus Canciones de
Trovadores, la Historia de las flautas
y su música cinematográfica para
la película “Iluminación” del director
Ivan Passer. Existe discografía editada por Supraphon con las obras
citadas.
Stepan Lucky (1919). Compositor
y pianista eslovaco implicado en la
resistencia contra la dominación
nazi en el alzamiento de 1944,
donde resultó herido de gravedad
en la mano derecha, lo que le imposibilitó desarrollar la carrera de
pianista. Superviviente del “reino del silencio”, de los tenebrosos
campos de exterminio de Auschwitz
y Buchenwald, regresó con el dolorido sentir, con el padecimiento
impresionante de estar fuera de la
vida y a la vez revivido entre las cenizas de sus compañeros desaparecidos en 1944. Reanudó sus estudios de composición con el maestro
Hába, ejerció de crítico musical y
fue responsable musical de la televisión checa al fundarse en 1954.
Su obra camerística más singular
es el Divertimento para quinteto de
viento de 1974.
Zuzana Rúzicková (1929).
Clavecinista. Con doce años
fue internada en el campo de
Theresienstadt y posteriormente a los campos de exterminio de
Auschwitz y Bergen-Belsen. Su
familia fue cremada. Tras la liberación se convirtió en una clavicembalista internacionalmente reconocida. “Tenía la sensación de
que, sin la música, mi vida carecía
completamente de sentido”, explicaba Zuzana al recordar su liberación en 1945. En 1951 se integra en
la docencia en la Academia Musical
de Praga y graba las obras completas para clavicémbalo de Juan
Sebastián Bach.
Oldrich F. Korte (1926). Compositor
checo superviviente de los campos
de exterminio nazi. Tras su liberación y con veintiún años compone
la Sinfonietta que fue estrenada por
la Orquesta Filarmónica Checa dirigida por Vaclav Neumann, sin gran
éxito de público y crítica. El musicólogo Mel Smith-Windows pone el
acento en que la obra
“imita demasiado a Martinu…
y una fría violencia que contagia
toda la partitura”.
COMPOSITORES EN EL
EXILIO
Arnold Schoenberg (1874-1951). El
compositor vienés fue de los más
polémicos a lo largo del siglo XX
por su música y por su contradictoria personalidad: “judío convertido al catolicismo y nuevamente
retornado a su religión primigenia.
Socialista convertido en monárquico (apoyaba la restauración de
la casa de los Habsburgos), compositor de música pro-bélica en la
Primera Guerra Mundial con la marcha La brigada de acero y antibélico
en la Segunda”, según Glenn Gould,
o un anarquista de sangre azul
17
F A arte e arquitectura
de 1965), y luego públicamente en
la Catedral de Chartres, el domingo 20 de junio de 1965, en la gran
misa, con la presencia del propio
presidente de la República Charles
de Gaulle, dirigiendo la orquesta
Serge Bando.
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
18
(vienesa) como lo definió Constant
Lambert. El crítico musical Hans
Heinz Stuckenschmidt exhortaba
en 1927 al artista a salir de su torre de marfil y sobre el compositor
dejó escrito:
“Con este aislamiento completo, Schoenberg sencillamente
evitó las cuestiones importantes
de su época. Cuando se hizo necesario reflexionar sobre la fraternidad, desapareció en su soledad
mayestática, sacrificó una parte
de su poder sobre el mundo de
lo absoluto a favor de un círculo
restringido y, con un incomprensible despliegue de fuerzas, elevó
el principio de l’art pour l’art hasta
convertirlo en una excéntrica autocracia del genio”.
F A arte e arquitectura
Antes de la llegada al poder de los
nazis, Schoenberg redacta en 1931
una proclama en la que afirma su
apego a la cultura germánica (¿profesión de fe?), una posición un tanto
ingenua que no le valió para evitar
la persecución nazi y la pérdida de
su cargo oficial en 1933 al ser considerado doblemente indeseable por
su condición de judío y compositor
atonal. En su manifiesto de 1931 en
defensa del nacionalismo musical
germánico Schoenberg afirmaba:
“Hasta ahora nadie se ha dado
cuenta de que mi música, nacida
en suelo alemán, virgen de toda
influencia extranjera, es el vivo
ejemplo de un arte que puede
oponerse con pleno éxito a las aspiraciones hegemónicas latinas y
eslavas, pues es un arte esencialmente nacido de las tradiciones
alemanas”.
El compositor emigra a EE.UU., vive
en Los Ángeles donde impartió la
docencia y creó obra: Concierto para
violín, el cuarto Cuarteto, la Oda a
Napoleón, el Trío de cuerdas y Un
superviviente en Varsovia. Esta breve
obra para coro masculino, orquesta
y narrador, está inspirada en testimonios de sobrevivientes del gueto
Paul Dessau.
de Varsovia. Fue estrenada en 1947
en EE.UU.
Paul Dessau (1894-1979). Compositor y director de orquesta alemán.
La sinrazón y la barbarie pre-nazi
le lleva al exilio en París donde estudiará dodecafonismo con René
Leibowitz. Su madre ya anciana se
había quedado en Hamburgo, fue
trasladada al campo de concentración de Theresienstadt y asesinada
por los nazis. Alejándose un poco
más de la barbarie alemana se traslada a EE.UU. donde vive diez años
y conoce a Brecht, con él que inicia una potente colaboración con El
alma buena de Se-Chuan, estrenada
por Mitropoulos. Sus últimos años
vive en la República Democrática
Alemana a la que regresa en 1948
y se convierte en su etapa artística
más fructífera colaborando nuevamente con el dramaturgo alemán
que influye en su arte escénico a
través de la famosa técnica brechtiana del “distanciamiento”
“traducido musicalmente por
Dessau con su personalísima idiosincrasia, mayormente en la ópera” escribe el compositor Ramón
Barce. (7)
Un ejemplo entre los muchos que se
podrían traer a este artículo es su
cumbre operística Einstein donde el
oyente es llamado por la música a
valorar simbólicamente con imaginación las sombras y las luces discursivas mostradas en el escenario.
Sea una muestra el acto primero,
cuando los nazis asaltan la casa de
Luis Mera Naveiras
Cartel para la última fiesta de los miembros de la Bauhaus. 1925. Obra de Wolfgang Tümpel.
F A arte e arquitectura
19
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
20
F A arte e arquitectura
El festival de Música de Cámara de Baden-Baden (septiembre de 1929).
De izquierda a derecha: Hanns Eisler, Paul Hindemith y Bertolt Brecht.
Einstein y destruyen su biblioteca;
en ese espacio incorpora el coral
de Bach Vom Himmel Hoch en simbiosis con la música rabiosa de la
orquesta. Señala Fritz Hennenberg
que así simboliza Dessau “la supervivencia del trabajo espiritual pese
a la irrupción de la barbarie”. En
ese género nítido e inmaculado de
la música imbricada con los ciudadanos están las sencillas y populares canciones escritas para Madre
Coraje, Puntila y El círculo de tiza
caucasiano, llenos de pureza y de
fervor, donde se proyectan las realidades puras de la construcción del
alba. Su última discografía está en
Orfeo con 36 Lieder.
Hanns Eisler (1898-1962).
Compositor alemán nacido en
Leipzig, coetáneo y colaborador de
Bertolt Brecht, discípulo predilecto de Arnold Schonberg. En 1927
reside en Berlín y realiza trabajos
musicales y publicitarios a favor
Durante la guerra civil española, Eisler compuso el himno del 5º regimiento,
con letra de José Herrera Petere.
del movimiento obrero. Pone toda
su creación al servicio de sus ideas
y al triunfo de la revolución socialista en Alemania. El genocidio
perpetrado por el Tercer Reich no
apuntó sólo contra los judíos, también fueron los gitanos, los homosexuales y los partidos políticos de
izquierda, mayormente socialistas
y comunistas. Esta locura represiva
lleva a Eisler al exilio: Viena, París,
Londres, Praga, Dinamarca, Moscú
y EE.UU. (1935-1936) y de nuevo Europa. Regresa a Nueva York
en 1938 como profesor en la New
School for Social Research, siendo
expulsado por la política del mcarthysmo regresa a Viena instalándose en Berlín en 1950.
La vida intelectual de Eisler se
desenvuelve íntimamente ligada
al compositor Paul Dessau y el ya
citado Bertolt Brecht. Su compromiso con la política y la causa de
los obreros, no le impide elevar su
discurso de música y política a nivel científico e ideológico, alejándose de prescripciones metafísicas
y siendo un modelo
“para todos aquellos que fanfarronean insistentemente que
la música no debe de tener nada
que ver con la política” —afirma
el estudioso Eckhard Eisler—,
con su música política, entendida
como creación musical en el sentido de compromiso crítico-social y
humanista se convierte así en uno
de los compositores fundamentales
de esa tendencia básica e innovadora del siglo XX que llevó a definirle
como el “Karl Marx de la Música”.
En 1961, en una entrevista decía
que: “era un honor para él que se
le clasificase como músico político”,
entendiendo esta afirmación como
algo solidamente construido en la
formación del artista. Después de
1945 con la nueva política emanada de USA, esos postulados
Luis Mera Naveiras
21
estaban asociados al mayor fracaso social y artístico. Sin embargo, en la República Democrática
de Alemania y durante los años de
la crisis mundial (1957) Eisler impulsó más las colaboraciones con
autores que tenían gran influencia
sobre el pueblo trabajador: Erich
Weinert, Walter Mehring, Franz
Jung o Robert Gilbert. Algunas de
sus obras son La canción del sello,
escrita por Gilbert bajo el seudónimo de David Weber, o La boda
roja de Erich Weinert y Schweijk en
la Segunda Guerra Mundial y Vida
de Galileo (con Brecht). Singulares
obras son la Sinfonía alemana o
(Sinfonía anti-Hitler) como el mismo
la subtituló, el Réquiem a Lenin con
textos de Brecht y las Catorces maneras de describir la lluvia (1940). El
yo creativo de Eisler es amplísimo
y descubre a un compositor sujeto
al profundo conocimiento literario,
afirma Albrecht Dümling:
El catálogo completo de su obra
está realizado por Eberhardt Klemm
en Berlín en 1973, mientras en
nuestro país se editaron entre otros
un CD con sus Cantatas de cámara
y Canciones en CPO; una serie de
Liederr en la casa Orfeo y el Libro de
canciones de Hollywood
d en la discográfica Koch.
Kurt Weill (1900-1950). Nació en
Dessau (Alemania), hijo de un cantante de sinagoga. Estudió en la
Hochschule de Música de Berlín y
fue pianista en los cafés berlineses. En 1921 estudia con Ferruccio
Busoni —antidogmático creador
que apela a la libertad expresiva—
produciendo un fuerte cambio estilístico y de concepción en Weill.
En 1927 se encuentra con Bertolt
El momento cumbre de la música de Kurt Weill hay que situarlo en los años que van de 1925 a 1933.
Utilizando materiales de las melodías de consumo y formas y modos populares como la balada, estableciendo
una orquestación rítmica y sincopada, transformó el sentido de la música teatral y del teatro musical.
F A arte e arquitectura
“leía con entusiasmo a Shakespeare, Sterne, Fielding,
Thackeray, Stevenson, Joyce y
Waugh, pero igualmente leía a
los grandes escritores rusos como
Tolstoi, Dostoievski, Chejov,
Maiakovski, Babel y Fadeiev”.
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
Emigra a EE.UU con su esposa
Lotte Lenya, interprete excepcional de su obra. En el difícil exilio
su creación musical estuvo sometida al mercado cinematográfico de
Broadway, creando música para la
comedia y la pantalla sin mayor interés, pero que va a tener en el gran
público reconocimiento y exaltación
—a partir de ese momento toda su
música anterior es recuperada—,
donde la Ópera de tres peniques se
convierte en un éxito masivo y el
Metropolitan de Nueva York repone en 1979 la aclamada Mahagonny
interpretada por Billie Holliday cantando “Speak low” y Ella Fitzgerald
“Mac the Knife”. André Prévin que
grabó e interpretó su música afirma:
“Aunque sólo hubiera escrito la melodía Moritat von Mackie
Messer (Maky el Navaja, la emblemática canción de la Ópera de tres
peniques), Kurt Weill sería uno de
los más grandes compositores de
nuestro siglo”.
F A arte e arquitectura
Edición en dos CD de la Scottish Oper Orchestra & Chorus, dirigida por John Mauceri. Alemania, 1991.
Brecht y comienza el período más
fructífero e intenso de su creación.
Estrena La ópera de perra gorda,
adaptación de Brecht de una baladoper inglesa del siglo XVIII, escrita
por John Gay y titulada The Beggars
Ópera (La ópera para mendigos).
En 1930 estrena en Leipzig Ascenso
y caida de la ciudad de Mahagonny
con gran escándalo entre el público
operístico.
Predispuesto a rescatar la sensibilidad de la ciudadanía, escribe
en 1930 la ópera escolar Die jaseger (El que dice que sí), con texto de Brecht. Representaba el esqueleto de un nuevo proyecto
Gemeinschaftsmusik o (música para
aficionados), el propio compositor
manifestó que estaba escrita
“en forma tal que todas las
partes (coro, orquesta y solistas)
pudieran ser interpretadas por
colegiales…”
Además, el compositor constataba
la aparición de un nuevo público,
no sólo el procedente de las escuelas, sino también de la clase obrera.(8). El incendio del Reichstag (28
de febrero de 1938) abre el nuevo
espacio político en Alemania, aniquilando el nazismo todas las organizaciones democráticas. Weill está
en Paris en el Théâtre des Champs
Elysées donde le estrenan su última
obra realizada en colaboración con
Bertolt Brecht: Los siete pecados capitales del pequeño burgués.
En 1986 aparece en España el disco “Lost in Stara-The music of Kurt
Weill” en Polygram, interpretada por
músicos de hoy: Swing, Lou Reed,
Tom Waits o Carla Bley. Luego llegan otras grabaciones, con Los siete
pecados y El que dice sí (Der Jasager)
de 1930 en edición de ADD; el
Concierto de violín y orquesta de
viento en Orfeo y hace un par de
años Canciones de amor y guerra,
paz y exilio con obras también de
Eisler, Schultze y otros en DDD.
Berthold Goldschmidt (1903-1996).
Compositor y director de orquesta
alemán. Se exilió en Inglaterra en
1935 gracias a la afición musical de
la hija de un oficial de la Gestapo
que le facilitó la salida de Alemania,
no así a su familia, de la cual perecieron veinticinco parientes en los
campos de concentración.
Entre su amplia obra, por otra parte muy fragmentada en el tiempo,
Luis Mera Naveiras
Berthold Goldschmidt.
destaca la hermosa Passacaglia de
1925 estrenada por Erich Kleiber.
Con Crónica crea el compositor
una perturbadora obra de inspiración antifascista escrita para el ballet del también exiliado Kurt Joos
—para el que también escribió el
compositor español, exiliado republicano y amigo de Goldschmidt,
Roberto Gerhard—. En Madrid en
1995 se estrenó La Ciaccona sinfónica de Goldschmidt compuesta en
1936 recién llegado a Inglaterra y
expresa el alivio de haber dejado la
Alemania nazi. Sobre sus cuartetos
indica él mismo en 1995 que
“ahonda en la profunda oscuridad, la emoción se expresa con
angustia”.
En 1997 la cantante alemana Ute
Lemper graba para Decca una serie
de canciones del compositor alemán, donde la mayoría de los temas
bromean sobre la sexualidad, se
ríen de los prejuicios burgueses de
entonces como es la canción Wenn
die beste freudin (Cuando una amiga
Karl-Amadeus Hartmann.
MÚSICOS EN LA
“EMIGRACIÓN INTERIOR”
Esta expresión acuñada por el escritor Lion Feuchtwanger, indica la
posición de los intelectuales que
mantuvieron una actitud de rechazo silencioso y con tomas de posición abiertas o veladamente críticas con el sistema. Entre tantos
músicos conocidos y desconocidos
(se calcula según las fuentes entre
5.000 y 10.000) están:
Karl-Amadeus Hartmann y Hans
Werner Henze. Ambos escriben
una importante obra musical aislados en la traumática experiencia
de la Alemania en guerra y en actividad de genocidio con sus ciudadanos disidentes. Y creo que este
hecho explica una de las grandes
motivaciones de Hartmann para la
libre creación de nuevas propuestas estéticas. Al igual que Henze,
el sinfonista más importante de la
mitad del pasado siglo que la guerra y la posguerra lo condicionaron
profundamente ya de por vida. Con
ellos vamos al reino del “silencio
interior” para comprenderlos, para
“ver” la verdad y la honestidad del
exilio interior.
23
Karl-Amadeus Hartmann (19261963). El compositor responde a
la inicial barbarie represiva con su
obra Simplicius Simplicissimus lejos
de todo simulacro y de espectáculo
baladí, pretendía re-memorar —en
su sentido más etimológico— en la
sociedad la memoria democrática
y lo hace recuperando y mostrando
un personaje de la novela picaresca de Grimmelshauser (1622-1676)
con una mordaz crítica contra la
F A arte e arquitectura
se va) que, cantada por Margo Lion
—soprano francesa y esposa del
compositor Marcellus Schiffer— y
Marlene Dietrich, se convirtió en
himno oficioso del movimiento lesbiano alemán. Lo mismo que la canción Mir ist heut so nach Tamerlan
(Me es hoy tan próximo), un tema
que se burla de las mujeres insatisfechas por el comportamiento
sexual puritano de sus maridos y
en el que se ridiculiza a una derecha que reclama a un Führer para
que acabe con tanto libertinaje. La
discográfica británica Decca inició en 1992 la colección Música
Degenerada, que se ha convertido
en una revelación histórica al descubrir a las nuevas generaciones la
obra de los compositores perseguidos por Hitler, entre los que se encuentra Goldshmidt.
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
24
momentos expresivamente líricos. La
inmanencia planteada lo lleva a la utilización de melodías
tradicionales judías
como indicativo de
su posición contra
la persecución de los
judíos. Con motivo de
la invasión de Polonia
en 1939 escribe el
Concerto fúnebre para
violín y orquesta que
se estrenó en 1940
en Sankt Gallen. Sus
últimas composiciones de la guerra son
la Sonata para piano
con el programático
título (27 de abril de
1945). El significado de esa fecha está
escrito y es un lema
que precede a la partitura:
F A arte e arquitectura
“El 27 y 28 de
abril de 1945, un
torrente humano de
“detenidos preventivos” de Dachau pasó
arrastrándose por
La historia que nunca se dijo y actuaciones gloriosaas. Grandes
delante nuestro; era
directores del III Reich.
un torrente interminable, interminable
violencia, la guerra, la explotación
su miseria e interminable su suy la opresión social. Él mismo se
frimiento”.
manifestó:
“Cuando la época es muy revuelta y se han estremecido sus
cimientos, el artista no puede
quedarse aparte, y menos aún
si se trata de un artista con talento que siente más sutilmente.
Debido a ello será político aunque
no lo quiera. Lo uno trae consigo
lo otro”.
Engarzado en esa posición ética actúa el joven Simplicius, intentando
provocar una actitud lúcida y vigilante. La tragedia, no está tanto
en la línea vocal (muy recitativa),
sino en la hondura musical con
Eran los presos del campo de concentración de Dachau que un día
antes de la liberación americana,
las SS obligaron a los prisioneros a
emprender la “marcha de la muerte”
con el fin de alejarlos de las fuerzas
aliadas. En 1995, su amigo y compositor Hans W. Henze transcribió
para orquesta sinfónica la obra pianística que recoge tres canciones
sin texto del movimiento obrero revolucionario: Hermanos hacia el sol,
hacia la libertad, La Internacional y
Partisanos del Amur.
Hans Werner Henze (1926). El
compositor nacido en GüterslohWestfalia es un derrotado enmarcado en el trágico destino alemán.
En lo intelectual y en lo personal.
Coge su destierro postbélico en
1953 alejándose de la sociedad alemana por su intolerancia con su opción de homosexual y de militante
de izquierdas. En lo estético por el
rechazo de la elite compositiva y de
la Escuela de Darmstadt en la que
no son “inocentes” los dirigentes
culturales de EE.UU. y la CIA.
De Henze está todo dicho en sus
memorias publicadas en 2005. Me
gustaría remarcar sobre lo leído la
idea de forjar, de construir un pasado y la noción de colectividad.
Henze es, sin embargo, muy consciente de que está formulando esta
reconstrucción del pasado desde el
yo, puesto que él pretende explicar
su verdad y en ningún momento
esconde este subjetivismo, tan propio en su Sinfonía nº 6 (sobre textos
de revolucionarios cubanos) o su
Sinfonía nº 9 (1997) para coro mixto
y orquesta, una mirada a los acontecimientos de la Alemania hitleriana que él padeció. Este prestigioso
compositor marxista —que honró
a Ho Chi Minh y Che Guevara— y
militó en el Partido Comunista de
Italia, pertenece al grupo de esos
hombres de la izquierda con moral
elevada y por tanto, poseedores de
unos valores éticos de referencia.
En el año 2005 la ONE le dedica
un ciclo de Cámara y Polifonía
y el Teatro Real una reducida
muestra camerística. La discografía editada es varia y amplia destacando las Sinfonías, El
Cimarrón en Wergo, conciertos
de violín en MDG, piano, de cámara, voz… , toda una muestra
para un compositor vivo, dueño
de la palabra y la escritura musical en el siglo XX.
Luis Mera Naveiras
Hasta ahora se tejió la música con
hilos de sangre y de dolor. Surgen
ahora unas notas sobre otros músicos y sus “circunstancias”, en el
decir del filósofo Ortega y Gasset.
Porque lo que importa para quien
esto escribe, lo que importa siempre
es la verdad, la libertad y la música, donde surgieron silencios, asunciones y apoyos al nuevo gobierno
hitleriano. Entre ellos nombres famosos que perduraron a lo largo
del siglo XX, también personajes
inesperados muy vinculados con la
política del III Reich. Se podría decir que no hay inocentes ni tontos,
indudablemente están también los
que eludieron la tragedia desde el
interior de sí misma. Unos tuvieron su estilo, su voz solidaria con
los colegas músicos de generación
y agrupaciones orquestales, otros
todo lo contrario. Se intenta registrar lo fundamental de forma breve,
porque es “otro exponente del conflicto bélico”, planteándolo como un
camino o ruta para encontrarnos a
nosotros mismos con las grandezas
y las miserias humanas de El mundo
está bien hecho (10). Buscar, inquirir, encontrar es el recorrido realizado, tan amplio es que requiere
sintetizarlo y elijo unas figuras singulares que pasaron por la desnazificación musical, un ejercicio jurídico-político más de forma que de
fondo. Sea un ejemplo Werner Egk
que ejerció la dirección de la Ópera
Estatal de Berlín y de la sección de
compositores del Reich entre 1936 y
1941 y alabadas sus obras por Hitler
en 1938. Una vez restaurada la democracia prosiguió su carrera ocupando cargos relevantes, igual que
Friedrich Bluma —autor en 1938 de
una obra sobre música y raza y editor de la enciclopedia Die Musik in
Geschichte und Gegenwart (MGG)—,
llegando a conquistar el rango de
autoridades musicológicas y sus
títulos fueron de referencia en las
bibliotecas de las universidades.
Semejante actitud tuvieron con Karl
Böhm a quien una vez reconstruido
el teatro de la Ópera del Estado en
Viena nombran director musical, o
con Hebert von Karajan, que pudo
desarrollar una impresionante carrera musical.
Richard Strauss (1864-1949).
Compositor y director de orquesta. Cuando Hitler es nombrado
canciller, Strauss, que cuenta entonces 69 años, es el compositor
más célebre del país. Desde esta
situación aceptó la propuesta de
Goebbels de presidir la Cámara de
Música del Reich, el puesto de mayor rango musical de la Cancillería
del Reich, Furtwägler era el Primer
Vicepresidente. En 1933 y 1934 dirigió Parsifal después de que Arturo
Toscanini, ciudadano honorario de
Bayreuth, declinara participar en el
festival como protesta por la discriminación de los judíos en Alemania.
En esta misma etapa le dedicó una
canción a Joseph Goebbels, en marzo de 1935 interpretó ante Hitler su
Himno para los Juegos Olímpicos de
Berlín, y pocas semanas después regaló el manuscrito de su última ópera Arabelle, a Hermann Göering. En
1935 Strauss envía a la Cancillería
del Reich en Berlín este texto dirigido a Hitler:
“En expresión de mi más cálido agradecimiento por la hora
preciosa, verdaderamente entusiasmante, que me dedicó ayer,
me permito transmitirle mis más
sinceros deseos de felicidad, y los
de mi familia, en el día de su cumpleaños, así como reiterarle mi
esperanza de que se conserve usted en perfecta salud por el bien
del pueblo y el arte alemanes”.
Strauss estrena La mujer silenciosa
en 1935 con libreto del judío Stefan
Zweig (que se suicidó para no seguir viviendo un mundo sin valores)
y es inmediatamente destituido de
todos sus cargos en la política musical del Reich.
Hans Werner Henze.
Antón Webern (1883-1945).
Compositor vienés de origen aristocrático. En 1933 cae en la lista
negra de los nazis que lo etiquetan
como hombre de izquierdas y a su
música de “bolchevique”. Cesa en
sus cargos docentes y se centra en
25
F A arte e arquitectura
ALGUNOS MÚSICOS Y
COMPOSITORES EN
EL III REICH
“Éramos todos nazis:
Furtwängler, Böhm, yo…”
Hebert von Karajan
MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945)
26
la composición. En abril de 1944 es
movilizado y destinado a la policía
antiaérea. Desolado por la muerte de su hijo en el frente yugoslavo en 1945, deserta del ejército y
huye de la Viena masacrada por las
bombas y se refugia en Mittersill,
en los Alpes austriacos. El 15 de diciembre es muerto por un soldado
americano de las fuerzas de ocupación que acaban de instalarse en
el pueblo.
Forma parte de la trinidad representativa de la Escuela de Viena con
Schoenberg y Berg. El mismo definía su arte musical como
“…la presentación de un pensamiento en la forma más clara
y sencilla, o lo que es igual, de la
manera más comprensible”.
De su escasa discografía resaltan
las Variaciones Op. 27 interpretadas
por Mauricio Pollini y los álbumes
de DG con Karajan y el Cuarteto La
Salle.
F A arte e arquitectura
Wilheim Furtwängler (1886- 1954).
Hijo de ilustre familia alemana y referencia histórica de la interpretación
musical. Antes de cumplir 40 años,
ya había sucedido a Richard Strauss
como director de los conciertos sinfónicos de la ópera de Berlín (1920),
y a los legendarios Arthur Nikisch
y Félix Weingartner al frente de la
Filarmónica de Berlín (1922) y de la
de Viena (1924). Compartió la dirección del festival de Bayreuth con
Toscanini, rompiendo sus relaciones con la subida de Hitler al poder
y protestar el director italiano por
la situación de los músicos judíos.
Furtwängler “nadando y guardando
la ropa” le escribe a Goebbels en estos términos:
“Si la lucha contra los judíos
está dirigida principalmente
contra los artistas destructivos
y privados de raíces, que buscan
las exhibiciones decadentes y virtuosismos estériles, entonces es
justo (…) pero cuando este ataque está dirigido también contra
los verdaderos artistas, esto no
es lo mejor para nuestra cultura
musical”. (11)
La carta fue publicada por el ministro de Propaganda en la que prometía “el más caluroso apoyo” para
“los verdaderos artistas”, mientras
tanto, el ingenuo compositor no alcanzaba a ver como lo utilizaba el
jerarca nazi. Surge otro enfrentamiento con Furtwängler al defender
este a Hindemit y programarlo con
la orquesta, un posicionamiento
público del director que lo lleva al
enfrentamiento personal con Hitler.
27
Inauguración de la Cámara de Cultura del Reich en la sede de la Filarmónica de Berlín dirigida por Wilheim Furtwängler, el 15 de noviembre de 1933.
“Está totalmente con nosotros. Reconoce los grandes logros.
Pero tiene pequeñas exigencias,
sobre todo con respecto a la crítica y a Hindemit. Por lo demás
está en nuestras filas”.
El compositor exiliado alemán
Hanns Eisler le acusó de
“(…) hacer presentable el régimen sanguinario de Hitler (…)
se había hecho cómplice de homicidios, incendios, rapiñas, robos,
fraudes, torturas a los indefensos
y, sobre todo, de haber silenciado
la verdad”.
Carl Orff (1895-1982). Compositor
alemán muy conocido por su famosa
cantata Carmina Burana estrenada
en 1937 en Frankfurt, obra de gran
éxito a lo largo de la contienda bélica. La obra adapta un estilo “nuevo”, buscando el efecto inmediato
en el oyente. Esta estética se alinea
con el llamado vitalismo, corriente
que gozó de las simpatías del régimen nazi. El compositor muniqués
se ilumina en la “verdad revelada”
por Hitler y gira en torno al gobierno, lo que le reportó buenos y amplios beneficios y encargos ideológicamente comprometidos como la
versión “aria” del Sueño de una noche de verano (Mendelssohn estaba
proscrito, el monumento de bronce y granito levantado en Leipzig
fue desmontado en 1936), y sigue
componiendo cuando Alemania ya
estaba perdiendo la guerra (1944),
ofreciendo una Oda al Cumpleaños
del Führer,
r momentos en que otros
compositores oportunistas como
Richard Strauss empezaban a crear
una prudente distancia con el poder, recuerda Claudio Uriarte, entre
otras importantes novedades. A nivel pedagógico creó el método Orff
de enseñanza musical. Finalizada la
guerra pasó por el proceso de desnazificación junto con Egk, Böhm y
la soprano Elisabeth Schwarzkopf,
a la par que un grupo de menor relieve. Esta desnazificación musical
está considerada como la más lenitiva y tímida de las realizadas después de la gran guerra.
Hebert von Karajan (1908-1989)
Muy pocos desconocen el personaje totalizador de Karajan. Imagino
que menos saben de su afiliación al
partido nazi con el
“carnet nº 1.607.525, según
los archivos del NSDAP (Partido
Nacionalsocialista Obrero
Alemán) que fueron recogidos
por la fuerzas de ocupación y facsimilados en 1982” (12)
Su ambición le condujo a ser el más
joven director de Música del Reich
y con este brillante inicio se dedicó
a eclipsar a Furtwängler de la mano
de Goering, mientras Goebbels protegía la anodina personalidad del
veterano y gran director alemán que
pierde la dirección de la Filarmónica
de Berlín a favor del joven Karajan.
Finalizada la guerra Karajan estuvo
perseguido por sus vinculaciones
con la Alemania hitleriana, presentado por Goebbels como un símbolo
de la raza aria, dirigió los conciertos institucionales y fue embajador
de Alemania en los países amigos y
ocupados. Poco antes de finalizar la
F A arte e arquitectura
Presionado por éste Furtwängler
abandona en diciembre de 1934 la
dirección de la Filarmónica y de la
Ópera Estatal de Berlín. Coexistió
pacíficamente con el nacional-socialismo, se sirvieron desvergonzadamente de él con fines propagandísticos dirigiendo la orquesta en
las grandes ceremonias del partido
y en los países ocupados, acompañado siempre por un cortejo de
las SS. “Ha prestado grandes servicios en el extranjero”, anotaba
satisfecho Goebbels. A finales de
1936, Goebbels, reconciliado con
Furtwängler se expresó de esta
manera tan entusiasta a propósito
de la renovada fidelidad política del
director:
F A arte e arquitectura
Cartel de la gira por Japón en 1957.
guerra huye a Italia donde es descubierto —era el músico más perseguido de los que se encontraban
en las listas negras—, y con dificultades logra recomponer su actividad musical en Viena después de
pasar por el proceso de desnazificación. Él, áspero y sabio como la pasión, preciso y secretista, vuelve a
Alemania y con absoluta autocracia
domina Bayreuth y la Filarmónica
de Berlín, mientras que sus giras
por EE.UU. eran denunciadas y
fue excluido del Metropolitan junto a la gran soprano nazi Elisabeth
Schwarzkopf. Las hemerotecas recogen también su ostentosa vida de
hombre rico con jet y yate privado y “sus magnificas obras de arte:
Picasso o Renoir” (13).
David Cairns, crítico británico, dice
de Karajan.
“Belleza sin forma, sonido sin
significado, poder sin razón, razón sin alma (…) Se dice que un
día las máquinas compondrán
sinfonías. Por ahora, se limitan a
tocarlas” (14)
Norbert Schultze (1911-2002).
Compositor alemán especialmente
vinculado con el nazismo y tal vez
él más incardinado en el sistema.
Finalizada la guerra vivió sus últimos años en Mallorca. Él reconoce en una entrevista realizada por
Stefan Scheuermann (15) que ingenuamente le “besó el culo al diablo”,
aunque matiza que no lo supo hasta
1945. Su educación de carácter muy
prusiano —su abuelo era rector de la
Universidad de Colonia y le molestaba que se nombrase a tantos judíos
para cargos importantes. Me decían
que en la Ópera de Colonia todos
eran judíos y que no me darían trabajo— le llevó no sólo al respeto a
la autoridad, sino a no cuestionar
su ejercicio. Nosotros no sabíamos
nada, la generación de hoy sí conoce el Holocausto. Afirma que vio
como se llevaban a los judíos, algunos amigos suyos, pero ¿de qué
hubiera servido defenderlos? De su
amplio catálogo se puede destacar
la exitosa canción de Lili Marleen,
letra que expresaba la añoranza de
los soldados por la patria y por la
amada. La canción fue grabada en
disco por Lale Andersen, detenida
más tarde por la Gestapo, acusada
de mantener contactos con disidentes políticos en Suiza. Otras obras
creadas por Schultze son el Führer
manda elegida directamente por el
ministro de Propaganda Goebbels:
“Hoy me da vergüenza, no
quiero que me lo recuerden. A
Goebbels apenas lo miré, sólo vi
a mi ministro e interiormente
me cuadré. Él era jovial, cortés,
amable. No me trató como a un
súbdito (…)”.
Compuso la música para las películas: Feuertaufe sobre la invasión de
Polonia; Bomben auf Engeland sobre
la batalla de Inglaterra y escribió la
marcha Panzer rollen in Afrika vor
(Los tanques avanzan sobre África)
a petición del mariscal Rommel y
¡Führer, befiehl, wir foljen dir! (Führer,
a tus ordenes, te seguimos) encargada por Goebbels con motivo de la
proclamación de “la guerra total”.
Un “Da capo” como reafirmación de
las intenciones de este artículo que
no son otras que intentar sacar del
hermetismo, “abrir las puertas al
campo” (Antonio Machado), a una
parte de los artistas que sintieron,
entendieron y ejercieron la mejor tradición humanística, más aun
cuando los vientos de la muerte asolaban Europa. Estos compositores y
tantos otros que sufrieron la persecución nazi tuvieron que soportar
la total indiferencia hacia su obra
cuando, en los años cincuenta y sesenta, los dirigentes de las vanguardias y posvanguardias musicales intentaron expulsarles de la historia de
la música siguiendo los dictados estéticos marcados por Pierre Boulez
y Stockhausen emanados desde los
EE.UU. como apunta la historiadora
Frances Stonor en su investigación
La CIA y la guerra fría cultural.
Muchas frustraciones, amarguras,
muchos desánimos y silencios rodearon la vida de estos artistas.
Otros no menos relevantes no salen
a la luz por razones de espacio.
Pero para tanto silencio también
está la información de El País de
21-08-2010 con un reportaje sobre
“El sonido del Holocausto” cuya entradilla dice: “La orquesta formada
por 16 violines pertenecientes a judíos víctimas del nazismo sale de
Norbert Schultze en su casa de Mallorca.
Luis Mera Naveiras
Israel en una gira europea” y una
de las etapas de la gira será en
Madrid en enero de 2011. El proyecto, bautizado como “Los violines
de la esperanza” reune a los mejores instrumentistas de su género
entre los que se encuentra el israelí
Shlomo Mintz, un músico del testimonio, del dolor y la nostalgia. El
violinista Mintz tocó recientemente
ante el barracón donde mal moría
Alma Rosé (del Cuarteto Rosé) en
Auschwitz.
Finalizo ya casi afirmando que el
pensamiento musical “degenerado”
subsiste aunque penosamente, obviamente con otras formas y otras
estéticas, representado por las escasas inteligencias críticas que todavía existen y que no se han integrado en las mesnadas del Sistema,
aunque escépticos afirmen que al
hombre y a la mujer de hoy ya nada
le apasiona.
Es esta una alocada carrera de unos
y otros. Quizás con los tiempos que
corren no resulte demasiado aventurado suponer que los tiempos
mientan, porque tampoco es excesivo pensar que tanta “pasiva” indiferencia junta sea una puesta en escena del propio poder más que una
pirueta de los hombres y mujeres
de la cultura, en verdad tantas veces preocupados por reivindicar la
redondez de sus propios ombligos.
Por más que le pese a alguno, el
tránsito a una nueva época está
abierto, llámese siglo, milenio, o
lo que se quiera. Como única baza
pienso que es necesario apostar
por ese futuro humanista. Por ese
logos y esa praxis de pensamiento
y acción que genera la totalidad
de lo que existe. Porque —lo apuntó Pascal— sólo el hombre supera
infinitamente al hombre. Es esta la
prograsión.
Mintz toca ante el barracón de Alma Rosé en
Auschwitz. Foto: Lucille Reyboz.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
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7
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8
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9
Terezín: Una historia. Norman Lebrecht, Scherzo, Madrid,
2007.
10 Cántico. Jorge Guillén,
11 El mito del maestro. Norman Lebrecht, Acento, Madrid,
1997.
12 Idem.
13 Daily Telegraph. 1988.
14 Sunday Telegraph. 1989.
15 El País, Madrid, 1986.
Recopilación de canciones Lili Marleen.
Lili Marleen. Canción de un joven centinela. Bonn. 1940.
F A arte e arquitectura
1
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