Estrategias del levantamiento del EZLN: la

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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
Estrategias del levantamiento del EZLN: la guerra de las palabras. El
discurso del subcomandante Marcos enfrentando al Gobierno Mexicano
Lic. en L. y L. H. Diana Patricia Ferreyra Corral
Instituto de Investigaciones Históricas
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
“Que la pluma sea también una espada,
y que su filo corte el oscuro muro
por el que habrá de colarse el mañana.”
Subcomandante Marcos.
El 1º de enero de 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN); al mismo tiempo, surgió el levantamiento del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN). Para explicar este suceso, existen dos versiones. La
primera, presentada por el Gobierno Federal, acuñaba que el levantamiento era
una amenaza para la sociedad civil. La segunda, presentada por el EZLN y
algunos investigadores de este acontecimiento, se consideraba como un
movimiento único con una estrategia intensificada: la estrategia de discurso.
El gobierno mexicano argumentó que el EZLN se trataba de una
organización extremista, violenta, profesional y bien entrenada, con una postura
de líneas extremistas, con influencia del movimiento El Sendero Luminoso.1 El
Presidente de ese momento, Carlos Salinas de Gortari,2 mientras el primer día de
1994 estaba latente el plan del tratado y se postulaba el nuevo candidato a la
1
Aunque la presente bibliografía carezca de rigor académico, se debe tomar en cuenta para
identificar las primeras publicaciones que se hacían, con respecto al movimiento zapatista.
César Romero, Marcos, ¿un profesional de la esperanza?, México, 1994, Planeta, pp. 64.
2
Luego de este acontecimiento histórico, el Presidente declaraba haber leído la Primera
Declaración de la Selva Lacandona donde señalaba algunas cuestiones a rescatar. En un principio,
hizo un análisis general, en el que tocó algunos temas de interés. Primero, rescataba los setenta
años de dictadura que se enunciaron: Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil,
Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez, Lázaro Cárdenas del Río, Manuel Ávila Camacho,
Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis
Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid y por último su sexenio. De aquí
desprendió una crítica: en la lista de presidentes condenados, “no incluían a Venustiano Carranza, a quien
diversos historiadores atribuían al responsabilidad de haber ordenado la muerte de Emiliano
Zapata”.
Segundo, destacó que en el documento no se hacía referencia directa de los indígenas, aunque
representara la declaración como “producto de 500 años de luchas”.
Carlos, Salinas de Gortari, México, un paso difícil a la modernidad, México, 2013, Plaza Janés, pp.
30.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
presidencia del PRI, empezó a recibir reportes en el Estado de Chiapas. Al
principio, le informaron que un grupo de indígenas tomó posesión de San Cristóbal
de las Casas; después, cuatro cabeceras municipales.3 Un Presidente en
‘amenaza’, quien luego de haber ganado la batalla al candidato Cuauhtémoc
Cárdenas en 1988, además de haber obtenido el papel de un líder modernizador4
y haber logrado el diálogo con la oposición del Partido Acción Nacional (PAN), su
imagen cambió de forma drástica: de ser un presidente en vías de llevar al país en
el campo de negocios internacionales, se había convertido en uno que había
descartado un problema social e histórico.
Por esta razón, decimos que el EZLN rompió con la imagen de un México
en vías de entrar al Primer Mundo. Este movimiento, alzándose al mismo tiempo
con la ratificación del TLC, simbolizó el México que no estaba preparado para la
modernización. Es decir:
Cuando menos se esperaba, una organización revolucionara indígena, el EZLN, en
las primeras horas de entrar en vigor el TLC, decidió sacar el alfiler con que habría
de pinchar ese globo de prepotencia para recordarle al país y al mundo que, con
todo y el TLC, México no había entrado al primer mundo, que todo seguía como
antes, que el país estaba fracturado y que los beneficios del desarrollo no llegaban
ni llegarían a amplias extensiones geográficas, territoriales y sociales de la nación.5
En función con la anterior opinión, en líneas del entonces Presidente se
muestra una postura en la que hay cierto temor debido a que, si se encontraba en
‘la mira’ y expectación de Estados Unidos y Canadá, debía dar ‘la cara’ por lo que
estaba ocurriendo en la madrugada del primer día de 1994.
En el curso de las siguientes horas la información fluyó de manera más ágil. Se
estimaba que en la ocupación de las cuatro cabezas municipales y de otros
poblados habían participado alrededor de 2,500 miembros del EZLN; todos ellos
llevaban armas y muchas de ellas eran de alto poder […] Era evidente que habían
sido entrenados y que actuaban con ánimo y decisión.6
Hasta aquí tenemos algo importante: la ruptura que realizó el EZLN ubicaba
en México en eras de modernización, así como opacó la imagen del Tratado de
3
Carlos Salinas de Gortari, México, un paso difícil a la modernidad, México, 2013, Plaza Janés, pp.
42.
4
Manuel Camacho Solís, El desacuerdo nacional, México, 2006, Aguilar, pp. 236.
5
Manuel Camacho Solís, El desacuerdo nacional, México, 2006, Aguilar, pp. 237.
6
Carlos Salinas de Gortari, México, un paso difícil a la modernidad, México, 2013, Plaza Janés, pp.
32.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
Libre Comercio, considerada anteriormente como símbolo de un México moderno,
que entraría en el país junto con dos potencias económicamente sustentables.
En este sentido, el acto del Ejército Zapatista significó varios elementos. Para
una opinión, representó la imagen de la marginación, la pobreza y la
discriminación en las comunidades indígenas. Para otra opinión, demostró la
permanente violencia que poblaba en los países latinoamericanos del Tercer
Mundo. La última opinión señaló la viabilidad de la lucha armada revolucionaria en
América Latina.7
El movimiento zapatista tuvo presencia el 1º de enero de 1994 haciendo
hincapié en un gran número de demandas sociales. Por un lado, la renuncia del
gobierno federal y estatal, así como la convocatoria de unas elecciones libres y
democráticas8. Por otro lado, exigía trabajo, tierra, techo, alimentación, educación,
salud, libertad e independencia. El contenido de las demandas, a través de la
Primera Declaración de la Selva Lacandona, resaltaba el artículo 39 constitucional,
en la que decía que “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el
pueblo”9. A su vez, la demanda del pueblo significaba el derecho de los pueblos
indígenas a la libre determinación y autonomía.
El EZLN añadió una demanda que no había sido contemplada a cabalidad por las
principales luchas nacionales de la izquierda mexicana: los derechos de los pueblos
indígenas a la libre determinación y la autonomía plasmados en la Constitución. Es
de señalarse que una organización político-militar haya hecho de su principal
bandera política la incorporación de derechos políticos en la Constitución.10
De igual manera, resaltaba una serie de denuncias en contra la
‘desmodernización’ vivida en los noventas que, en una visión central, en ese
momento el EZLN estaba en contra del modelo neoliberal. En otras palabras,
7
Jorge Castañeda, “La izquierda en ascuas y en ciernes”, Nueva sociedad, México, 1996, pp. 2
EZLN, Zapatistas: Crónica de una rebelión, México, 2004.
9
Jorge Fuentes Morúa, “Soberanía popular desde abajo y desde el conocimiento”, Sobre la
Marcha… Análisis sobre el movimiento zapatista, México, 2001, UAM, pp. 37.
10
Gilberto López y Rivas, “La lucha zapatista: retos y desafíos”, Sobre la Marcha… Análisis sobre el
movimiento zapatista, México, 2001, UAM, pp. 181.
8
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
“radica en el rechazo a la visión del progreso y modernización”,11 impulsado en
ese contexto por el Gobierno mexicano.
Revisemos lo que hemos rescatado acerca del movimiento zapatista. En
primera instancia, algunos antropólogos argumentaron que fueron varios factores
que dieron pie al levantamiento: la crisis ecológica, la carencia de tierras
productivas, el agotamiento de fuentes de ingreso no agrícolas, la reorganización
tanto política como religiosa de las comunidades indígenas desde las décadas de
los sesenta, y la rearticulación de identidades indígenas.12 Además de la opinión
antropológica, el EZLN representó la alerta de un México en crisis, puesto que el
territorio periférico olvidado se convirtió de inmediato en el escenario de actores de
la “aldea global”, permitiendo así que no solo fuera un problema de un grupo
indígena, sino que se convirtiera en un conflicto nacional.13 En otras palabras, el
EZLN buscaba un pacto social con la participación de todos, un proyecto de
nación y de Estado “basado en la pluralidad de los pueblos y culturas que lo
forman y en la diversidad de sus ideales”.14
El discurso guerrerista y de inmediato desplazamiento civilistas del EZLN provocó
[…] casi de manera inmediata, una incesante oleada de manifestaciones y
movilizaciones de la sociedad civil local, nacional e internacional […] Lo que
convocaba a los actores de la aldea global era el origen social de quienes se
levantaron en armas y la naturaleza de los valores y códigos éticos que dan
identidad a su rebeldía.15
Ya que hemos tocado el tema del discurso en la cita, consideramos que
esta herramienta da identidad colectiva al EZLN, así como subraya los intereses
de la comunidad misma. Sin embargo, es necesario preguntarnos si el discurso
11
Asael Mercado Maldonado y Vicente González Hidalgo, “El sistema político y movimientos
indígenas: El caso del EZLN”, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, España, 2009,
Universidad Complutense de Madrid, pp. 5.
12
Neil Harvey, La rebelión de Chiapas. La lucha por la tierra y la democracia, México, 2000,
Ediciones Era, pp. 32.
13
María del Carmen García Aguilar, “Chiapas, entre la democracia y el anhelo de comunidad y
diferencia”, La comunidad a debate: reflexiones sobre el concepto de comunidad en el México
contemporáneo, México, 2005, El Colegio de Michoacán / Universidad de Ciencias y Artes de
Chiapas, pp. 279.
14
Shannan L., Mattiace, Tierra, libertad y autonomía: Impactos regionales del zapatismo en
Chiapas, México, 2002, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social /
IWGIA, pp. 235.
15
Guiomar Rovira, Zapatistas sin frontera: Las redes de solidaridad con Chiapas y el
altermundismo, México, 2009, Ediciones Era, pp. 15.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
que era dirigido para todos los sectores de la sociedad mexicana y presentado
para los medios de comunicación a nivel mundial; y si era realizado por el EZLN
como colectivo, o si había un representante que emitía y realizaba, a su vez, los
comunicados. Por supuesto que había un vocero oficial: el Subcomandante
Marcos y, como consideramos en nuestro proyecto de investigación, es el autor de
los discursos publicados esporádicamente, representando al Ejército Zapatista de
Liberación Nacional.16 En complemento con lo que decimos, es necesario
identificar las diferencias más visibles entre los discursos firmados por el vocero y
los comunicados del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia
General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CCRI-CGEZLN). Los
primeros, fueron dirigidos a un receptor individual, siendo para un intelectual o
para una figura de opinión, así como para la prensa tanto nacional como local con
quienes tenía correspondencia. Los últimos, del CCCRI-CGEZLN, fueron emitidos
para tanto la sociedad mexicana, como para las organizaciones internacionales,
con las fórmulas «Al pueblo de México» y «A los pueblos y gobiernos del mundo».
Sin embargo, en cuanto al contenido y la forma de emitir el mensaje, llevaba una
misma estructura sin haber una distinción significativa.
No obstante, el destacable personaje histórico, el Subcomandante Marcos,
resignificó la emisión de los comunicados a nivel nacional. En toda la historia del
discurso mexicano, ningún otro ciudadano que no estuviera involucrado
abiertamente en un puesto gubernamental, inclusive un intelectual, se había
burlado del Gobierno a través de sus publicaciones.17 Por esta razón, luego del
levantamiento del movimiento zapatista, la prensa extranjera formó sus propias
16
Esto pertenece a una parte de nuestra hipótesis. Si bien, las publicaciones, firmadas por el
Subcomandante Marcos se diferenciaban de otras publicaciones hechas por instituciones u
organizaciones políticas o gubernamentales, consideramos que es quien representa al colectivo
del movimiento neozapatista. En este sentido, es necesario aclarar que, hasta en este momento de
la investigación, consideraremos que es el autor de todo comunicado, independientemente si lleva
una firma diferente.
17
Andrés OPPENHEIMER, México en la frontera del caos, México, 1996, Javier Vergara Editor, pp.
76.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
percepciones acerca de la ideología y objetivos de los zapatistas, ya que fueron un
nuevo fenómeno indígena a favor del levantamiento sin condiciones ideológicas. 18
Mucho se ha estudiado de la manera de prolongar los discursos
exitosamente. En primera, uno de los elementos funcionales para haber logrado
llamar la atención del público en general fue que el EZLN tuvo la habilidad para
declarar la guerra al estado mexicano, así como hacer válida su declaración al
tomar seis municipios de Chiapas.
Retener bajo su control a San Cristóbal de las Casas, aunque sólo fuera por un día,
le aseguró una base urbana desde enmarcar el conflicto en sus propios términos.
En esta ciudad de los Altos de Chiapas había el primero de enero periodistas
locales e internacionales no gubernamentales que trabajaban con las comunidades,
estudiantes de vacaciones, todo tipo de gentes dispuestas a contar lo que ahí
estaba pasando y lo que ahí decían los insurrectos.19
En contraposición con el Ejército Zapatista, el Gobierno Federal trataba de
versificar el acontecimiento histórico, contradiciendo las versiones de los testigos
del movimiento. A pesar de los intentos por reaccionar y tratar de ‘normalizar’ lo
más rápido que se pudiera, los medios masivos de comunicación internacionales
publicaron el acontecimiento histórico poniendo en la mira al Gobierno Federal y a
la problemática social en Chiapas. De hecho, podemos decir que la concepción
internacional del zapatismo fue totalmente diferente a lo que el gobierno pretendía
mostrar.
El zapatismo es el intento de rescatar la revolución de los escombros de la historia,
pero el concepto de revolución que emerge de estos escombros sólo puede tener
sentido si es un concepto nuevo. [Es decir] el núcleo de lo nuevo del zapatismo es el
proyecto de cambiar el mundo sin tomar el poder. ‘No es necesario conquista el
mundo. Basta con que lo hagamos de nuevo’.20
Algo que debió preguntarse el gobierno alguna vez fue si este movimiento
se encontraba afiliado a un partido o grupo político, si se había formado meses
antes de su aparición; o si había sido parte de alguna organización indígena a
18
M. Clint MCCOWAN, “Imagining the Zapatistas: Rebelion, Representation and Popular Culture”,
International Third World Studies Journal and Review, EUA, 2003,University of Nebraska at
Omaha, pp. 29.
19
Guiomar Rovira, Zapatistas sin frontera: Las redes de solidaridad con Chiapas y el
altermundismo, México, 2009, Ediciones Era, pp. 15.
20
John Holloway, “El zapatismo y las ciencias sociales en América Latina”, Chiapas 4, México,
2000, Ediciones Era, pp. 45-46.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
priori y que en ese momento se encontraba manifestándose de forma autónoma.
Pero sobre todo, debió haberse preguntado quién era el que organizaba al EZLN,
a su vez quién era el que emitía los discursos.
Al haber dado un panorama general de los hechos del levantamiento
neozapatista, existe un elemento que se encuentra como nuestra piedra angular
de la investigación: la publicación de discursos, con un vocero principal
representando al EZLN. Mejor conocida como la guerra de las palabras,21 en los
discursos se sugiere la combinación de imágenes modernas y símbolos
antiguos.22 El primer registro se trata de la Primera Declaración de la Selva
Lacandona; firmado por el CCCRI-CGEZLN, así como la primera publicación el 6
de enero de 1994 en el periódico local “Tiempo”, suscrito por el Subcomandante
Marcos.
De inmediato, los discursos recibieron tanto críticas a favor del movimiento,
como algunas en contra por parte de intelectuales y los medios de comunicación.
En la primera crítica, la mayoría consideraba que los comunicados eran
novedosos y no gastados como algunos discursos políticos anteriores. De
ejemplo, tenemos a Carlos Fuentes, quien dijo que “ya no es el lenguaje
petrificado, dogmático, pesado, sino un lenguaje mucho más fresco, nuevo, como
el que expresa el subcomandante Marcos, que obviamente ha leído mucho más a
Carlos Monsiváis que a Carlos Marx”.23
La segunda crítica tenía relación con la postura ideológica socialista difusa
y su estrategia de la fuerza militar, en la que argumentó que los activistas políticos
externos, de la escuela izquierda marxista, manipulaban a los indios para sus
21
“[…] «la palabra como arma» […] procedió al uso político-estratégico de ésta de modo masivo y
en extremo innovador. A tal efecto se ha hablado, no sin razón, de «guerra de las palabras» o
«guerra de papel» – a war of ink, of written Word, a waronthe Internet – en palabras del por
entonces secretario mexicano de política exterior J. A Gurría.”
Ramón Máiz, “México: «la guerra de las palabras», marcos interpretativos y estrategias identitarias
en el discurso político del EZLN (1994-2007)”, Pueblos indígenas y política en América Latina,
España, 2007, Fundació CIDOB, pp. 393.
22
Marcela Alejandra Parra, Sociedad Civil, Movimiento Zapatista y Conflicto en Chiapas, México,
2002, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales / Programa de Maestría en Ciencias
Sociales, pp. 29.
23
Aclaremos que, como otras bibliografías no oficiales, este es un caso de periodismo pero que
contiene algunos datos interesantes, aunque se carezca de credibilidad.
Bertrand De la Grance y MaitéRico, Marcos, la genial impostura, México, 1998, Aguilar, pp. 32.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
propios fines políticos24. Octavio Paz consideró que “ni por su poderío militar ni por
su ideología el movimiento de Chiapas puede triunfar […] Pacificar con la razón es
mejor que vencer por las armas. Esto es lo que intenta hoy el presidente
Salinas”25. De igual manera, Carlos Monsiváis opinó que:
No hay que idealizar tan rápidamente a los alzados. Su lenguaje político es
rudimentario, su ideal de socialismo corresponde al modo desinformado con que
adoptan utopías difusas. Son también crueles, y no se afanan en el respeto a los
derechos humanos, como lo ha denunciado el obispo Samuel Ruiz, el mismo que
sin compartir su perspectiva se ha negado a condenarlos. Idealizarlos, como
muchos lo hacen, es nada más favorecer la confusión.26
A pesar de la crítica de los zapatistas, en el sentido de la apreciación del
extranjero, también se opinaba a favor del movimiento, ya que el grupo zapatista
utilizó de manera eficaz las herramientas para la propagación de su discurso,
permitiendo así presentar su identidad colectiva en el discurso emergente.
Apoyados en el avance de las tecnologías, especialmente Internet, y a través del
discurso, logran tender puentes de cercanía e identidad con una amplia gama de
organizaciones e individuos, dando a cada uno elementos comunes de referencia
que, sin dejar de conservar espacio para su particularidad, les permite identificarse
con el movimiento zapatista.27
En esta misma postura, los medios masivos de comunicación contribuyeron
a este señalamiento como un movimiento manipulado por personas que no eran
indígenas.28 Sin embargo, en la opinión internacional, destacando sobre todo el
interés de los académicos estadounidenses, celebraron las características
posmodernas del levantamiento que, en este sentido, fue considerado como una
24
NeilHarvey, La rebelión de Chiapas: la lucha por la tierra y la democracia, México, 2000,
Ediciones Era, pp. 32-33.
25
Octavio Paz, “Chiapas ¿nudo ciego o tabla de salvación?”, Vuelta, México, 1994, pp. 6.
26
Posteriormente, la postura de Monsiváis estaría a favor del movimiento indígena, ya que
encontraría argumentos para la lucha.
César Romero Jacobo, Los altos de Chiapas. La voz de las armas, México, 1994, Planeta, pp. 51.
27
Aldo Meneses Duhalde y Dratman, Alain Demanet, Constanza Baeza y Javier Castillo, “El
movimiento zapatista: impacto político de un discurso en construcción”, Revista Enfoques, Santiago
de Chile, 2012, Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública / Universidad Central de
Chile, pp. 154.
28
Dolores Camacho Velázquez, El movimiento zapatista y la otra democracia: expresión de las
luchas de los 500 años en América Latina, México, 2011, UNAM / Programa de Estudios
Latinoamericanos, pp. 110.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
forma de organización y estrategia, así como el uso de la difusión masiva que se
presentaba en esa época, especialmente el Internet.29
A pesar de las posturas antagónicas, existe algo en común en estas
críticas: los discursos tuvieron rápida difusión, tal como los zapatistas pretendían.
Estos fueron de dos tipos: convocantes, es decir, llamaban la presencia de los
medios de comunicación; y de manera explícita.30 De esta manera, se logró la
difusión del discurso zapatista en todos los sectores de la sociedad mexicana,
resignificando la identidad indígena y la presencia del pasado mexicano. Es decir,
el alzamiento del EZLN logró una estrategia bien calculada para impactar a la
opinión pública, así como encontrar una cobertura informativa y ganar la
protección de los organismos no gubernamentales, tanto a nivel nacional como
internacional.31
Las voces, que se escuchan a través de la voz del subcomandante Marcos, son las
voces de muchísimos otros luchadores anónimos indígenas que conforman el
EZLN, y que son los que han construido este discurso y son los que han construido
esta forma de lucha totalmente nueva, novedosa que surgió haciendo una síntesis
de la presencia de las armas para buscar la paz, pero la paz con justicia y dignidad,
como dicen ellos.32
Es importante la cita anterior, ya que nosotros coincidimos que los
discursos emitidos por parte del subcomandante Marcos representan la
colectividad misma del Ejército Zapatista. Se ha mencionado que estos
comunicados tienen elementos interesantes, diferentes a los que algún
movimiento de izquierda haya realizado, o los realizados por el propio gobierno.
Se enlistan varios elementos, que mencionamos de forma general: las cartas
zapatistas contienen una retórica compleja con sobreentendidos de acuerdo al
contexto que se estaba suscitando.33
29
Neil Harvey, La rebelión de Chiapas: la lucha por la tierra y la democracia, México, 2000,
Ediciones Era, pp. 33.
30
De hecho, el Subcomandante Marcos presentaba sus discursos dirigidos a un periódico o a una
persona intelectual. Esta táctica fue de las que destacó para que el mensaje se extendiera tanto a
nivel nacional como internacional.
31
Miriam Calvillo y Alejandro Favela, “Los significados del conflicto en Chiapas”, Polis, México,
1995, UAM, pp. 36.
32
EZLN “Blanche Petrich entrevista”, Zapatistas: Crónica de una rebelión [documental], 2004.
33
Alejandro Raiter e Irene Muñoz “El discurso zapatista, ¿un nuevo discurso o un discurso
emergente?”, II Congreso Argentino de Ciencia Política, Argentina, 1995, pp. 3.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
Respecto al lenguaje y juegos retóricos, el discurso zapatista tiene dos tipos de
expresiones. Por un lado, al alzar la crítica hacia el gobierno mexicano y las
discutibles acciones del PRI y hablar de las luchas del pasado, el lenguaje se torna
oscuro y crudo, con especial dureza al condenar el uso de la violencia por parte de
los aparatos estatales. Por otro lado cuando se habla de la esperanza de un futuro
mejor con la participación de los actores que nunca han sido protagonistas, el
lenguaje es mucho más suave, colorido y amable, con un aire poético.34
En esta cita, hacemos mención del recurso retórico para esta ocasión,
debido a que no lo tomaremos en cuenta para nuestro análisis. Sin embargo, hay
una cuestión interesante que debemos también señalar, en cuanto a la forma de
los textos zapatistas. Como habíamos explicado anteriormente, en primera
instancia siempre hay un receptor explícito, es decir, a quien se dirige el mensaje.
En segunda, se evidencia la participación del destinatario en todos los discursos,
es decir, la autodenominación. Por último, la voz del otro que, a grandes rasgos,
“el otro existe, su voz no es anulada, sino citada y no siempre descalificada”.35
Pero desde luego llama la atención sobre todo en el zapatismo esta obsesión por la
palabra, por el estilo, el desbordamiento el género clásico del comunicado en
nuevas formas híbridas, la literaturización del discurso político mediante el
intercalado de relatos en los textos políticos, la intertextualidad como omnipresente
en el recurso retórico, el tratar de dotar de una multiplicidad de sentidos, la
deconstrucción irónica del propio texto y su autor, etc.36
Hasta aquí tenemos elementos sumamente interesantes: las formas
múltiples
de
presentar
los
discursos.
Los
discursos
se
encuentran
sobreentendidos y agresivos cuando hacen referencia al gobierno, por medio de la
intercalación de textos ‘literaturizados’; mientras, al hacer referencia a la ideología
o la iniciativa zapatista, se convierten los registros en formas armonizadas cuando
se dirige el mensaje a los receptores implícitos (la sociedad mexicana) y explícitos
(a quienes se dirige exactamente el discurso). Por último, como se menciona en
34
Aldo Meneses Duhalde y Dratman, AlainDemanet, Constanza Baeza y Javier Castillo, “El
movimiento zapatista: impacto político de un discurso en construcción”, Revista Enfoques, Santiago
de Chile, 2012, Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública / Universidad Central de
Chile, pp. 165.
35
Alejandro Raiter e Irene Muñoz, “El discurso zapatista, ¿un nuevo discurso o un discurso
emergente?”, II Congreso Argentino de Ciencia Política, Argentina, 1995, pp. 8.
36
Ramón Máiz “México: «la guerra de las palabras», marcos interpretativos y estrategias
identitarias en el discurso político del EZLN (1994-2007)”, Pueblos indígenas y política en América
Latina, España, 2007, Fundación CIDOB, pp. 394.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
esta última cita, existe la presencia de la ironía del autor, quien juega consigo
mismo. Este personaje es el vocero oficial.
PD. Mayoritaria que se disfraza de minoría intolerada. A todo de que si Marcos es
homosexual: Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, chicano en San
Isidro, chavo banza en Neza, rockero en CU, judío en Alemania, ombusdman en la
Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la post guerra, preso en
Cintapalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro en la CNTE,
artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier
colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en México de fin de siglo
XX, hueguilsta en la CTM, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el
movimiento feminista, mujer sola en el metro a las 10pm, jubilado en el plantón en el
Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin
plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni
lectores y, es seguro, zapatista en el sureste mexicano. […] Todo lo que incomoda
al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.37
En realidad, ¿quién es Marcos, ese ídolo que, por medio de recursos
literarios y las armas, muestra el mundo marginado de los pueblos indígenas?
Aclamado por el escritor francés RégisDebray como “el mejor escritor
latinoamericano de nuestros días, el más modernista, el más libre, el de mayor
repercusión”,38 Marcos, ‘el mestizo’,39 el ícono mexicano anticapitalista40 y el autor
que se ironiza a sí mismo,41 es un personaje que desmiente la creencia del
mestizaje nacional y comprueba la existencia de dos civilizaciones antagónicas
que viven en la nación, la cual en esta disyuntiva “ha estado regida
invariablemente por la injusta subordinación de la civilización de los indígenas y
por el firme propósito de eliminarla y guardarla en un museo”.42 Su imagen como
37
Alejandro Raiter e Irene Muñoz, “El discurso zapatista, ¿un nuevo discurso o un discurso
emergente?”, II Congreso Argentino de Ciencia Política, Argentina, 1995, pp. 6.
38
RégisDebray, “A demain Zapata!”, Le Monde, París, 1995, pp. 6.
39
En rasgos físicos, el subcomandante Marcos es un hombre de aproximadamente 1.70 metros de
estatura que posee una tez apiñonada, ojos color miel, una barba cerrada, con cicatrices de viruela
en el rostro, ceja semipoblada e intensamente negra.
César Romero Jacobo, Los altos de Chiapas. La voz de las armas, México, 1994, Planeta, pp. 21.
40
KristineVandenBerghe, “Cambios y constantes en la narrativa del Subcomandante Marcos: De
los relatos a la novela Muertos incómodos (falta lo que falta)” Mexican Studies / Estudios
Mexicanos, EUA, 2007, University of California Press, pp. 389.
41
Alejandro Raiter e Irene Muñoz, “El discurso zapatista, ¿un nuevo discurso o un discurso
emergente?”, II Congreso Argentino de Ciencia Política, Argentina, 1995, pp. 6.
42
Juan Pellicer, “La gravedad y la gracia: el discurso del Subcomandante Marcos”, Revista
Iberoamericana, México, 1996, pp. 199.
ISBN: 978-607-8432-40-0
213
Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
Robin Hood,43 “es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo,
explotando, diciendo ¡Ya basta!”44. También, es llamado como «el poeta
rebelde»45 y el intento de emular al Che Guevara,46 ya que recurre a las armas y
restablece la viabilidad de una posible revolución.47
Conocedor del poder de la palabra,48 se convirtió en un personaje utópico
que engañó por mucho tiempo al gobierno poniendo trampas, con respecto a su
identidad. Luego del sexenio de Salinas de Gortari (1988-1994), quien se dio a la
tarea de investigar al singular personaje fue el Presidente Ernesto Zedillo (19942000) cuando anunció que el gobierno había identificado a los principales
dirigentes del Ejército Nacional de Liberación Nacional, luego de acusarlos de
delitos graves: “Hoy mismo se han librado órdenes de aprehensión en contra de
las siguientes personas: Rafael Sebastián Guillén Vicente, alias Marcos […]”.49En
el anuncio de la identidad del subcomandante Marcos, hace referencia de que
había nacido en Tampico, Tamaulipas, el 19 de junio de 1957. Era el cuarto hijo de
ocho hermanos, graduado con honores en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Autónoma de México (UNAM), y fue profesor universitario que se le
perdió la pista desde 1983.50 Una obra que inclusive hace referencia a las
entrevistas que le concedieron familiares, para conocer al hombre de
pasamontañas y pipas, es en el libro Marcos: la genial impostura.51
43
M. Clint, Mc. Cowan, “Imagining the Zapatistas: Rebellion, Representantion and Popular Culture”,
International Third World Studies Journal and Review, EUA, 2003, University of Nebraska at
Omaha,pp. 29.
44
Ana Esther Ceceña, “El zapatismo. De la inclusión en la nación al mundo en el que quepan todos
los mundos”, América Latina y el (des)orden global neoliberal, pp. 307.
45
Chris Gilbreth andGerardo Otero, “Democratization in Mexico. The Zapatista Uprising and Civil
Society”, Latin American Perspectives, EUA, 2001, pp. 18.
46
Aldo Meneses Duhalde y Dratman, AlainDemanet, Constanza Baeza y Javier Castillo, “El
movimiento zapatista: impacto político de un discurso en construcción”, Revista Enfoques, Santiago
de Chile, 2012, Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública / Universidad Central de
Chile,pp. 160.
47
Jorge Castañeda, “La izquierda en ascuas y en ciernes”, Nueva sociedad, México, 1996, pp. 4.
48
Meredith Fender, “How Subcomandante Marcos Employed Strategic Communication to Promote
the Zapatista Revolution”, Journal of International Services, 2011, pp. 135.
49
Bertrand De la Grancey Maité Rico, Marcos, la genial impostura, México, 1998, Aguilar, pp. 59.
50
Mario Gabriel Galicia Gallareta, El EZLN y la lucha por la tierra, México, 2010, UNAM / Facultad
de Filosofía y Letras, pp. 58.
51
Muchos de los aportes del libro son de carácter subjetivo, ya que en ocasiones suele defender o
refutar las actividades realizadas por el personaje principal de nuestro proyecto.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
El subcomandante es el líder militar del EZLN que comandó a muchos combatientes
armados sólo con rifles de madera en la toma de las cuatro cabeceras municipales
el 1º de enero de 1994, y cuando fue cuestionado al respecto se limitó a negar que
se tratara de un acto suicida y afirmó que la razón de tal cosa respondió a la
necesidad de que ‘[…] cuando el combatiente no tiene aún un arma debe aprender
a moverse como si la tuviera, es parte de la formación de un combatiente, llevar
algo en las manos para que aprenda a moverse […]’52
Se ha visto con anterioridad que, cuando se hace referencia del
subcomandante Marcos, de inmediato aparecen posturas antagónicas. Por un
lado, los que admiran la intervención del insurgente Marcos en el grupo zapatista.
Por otro lado, la opinión de algunos intelectuales contraria que considera que es
un manipulador del grupo indígena, o si no un mestizo sin relación aparentemente
con el grupo social.53 En este punto de vista, también se encasilla la hipótesis del
gobierno federal: Marcos y amigos suyos manipularon a los indígenas con arreglo
a un proyecto político anacrónico.54
Existen distintos puntos de vista con la relación del zapatista que se cubre
el rostro con un pasamontañas. Entre las opiniones, tenemos las de Manuel
Camacho Solís, Secretario de Relaciones Exteriores durante el sexenio del
Presidente Carlos Salinas de Gortari, quien estuvo más involucrado con los
diálogos entre el gobierno y el EZLN. De hecho, fue el encargado de llevar a cabo
las relaciones entre ambos bandos. Su postura prevalece en el diálogo y el de
negociación, independientemente si el grupo indígena estaba armado. En más de
alguna declaración, hizo mención que, por la intervención del PRI, en sus
52
Pastor Bedolla Villaseñor, El discurso neozapatista: Historia y simbolismo, México, 2009, UMSNH
/ Facultad de Historia, pp. 314.
En esta tesis, el autor recopiló todas las características que el propio subcomandante Marcos, en
sus entrevistas y comunicados da a conocer. La descripción, en la tesis, podría parecer un tanto
subjetiva, hasta realzando la personalidad del mismo, pero en realidad lo que se hace es
recapitular cada una de las identificaciones que el subcomandante Marcos va adquiriendo.
BEDOLLA VILLASEÑOR, Pastor, El discurso neozapatista: Historia y simbolismo, México, 2009,
UMSNH / Facultad de Historia, pp. 314.
53
No obstante, siendo mestizo no hubo conflicto, ya que el subcomandante Marcos se ganó la
confianza de la gente al integrarse en el grupo armado que vivía en un terreno montañoso de la
salva llamado la montaña.
Neil Harvey, La rebelión de Chiapas. La lucha por la tierra y la democracia, México, 2000,
Ediciones Era, pp. 178.
54
Bertrand De la Grancey Maité Rico, Marcos, la genial impostura, México, 1998, Aguilar, pp. 29.
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
intereses como partido, se impidió resolver algunas de las peticiones que
solicitaba el EZLN55.
Los resultados eran tan positivos que, sin haberse hecho públicos, en los siguientes
días tuvieron lugar acciones claras de desmovilización militar por parte del ejército
mexicano y del EZLN […] [Sin embargo,] en el estado de Chiapas surgieron algunas
tensiones adicionales al conflicto militar. En las reuniones privadas de la sociedad
en San Cristóbal de las Casas crecía el encono contra el obispo de Samuel Ruiz […]
[También,] los ganaderos mostraban su gran preocupación por las invasiones
rurales su desesperación y su creciente movilización […] [Por último,] en ese
ambiente se dio el atentado contra Luis Donaldo Colosio. Este hecho cambió el
destino del país y, de nuevo, complicó la situación en el Estado de Chiapas.56
A grandes rasgos, la guerra del movimiento tuvo dos tipos de estrategias.
La primera era militar, pero la que destacaba de sobremanera fue la estrategia
discursiva. Se diferenciaba así mismo de otros movimientos porque, de igual
manera, en las cartas se encuentran las necesidades por las que han luchado en
la mayoría de las izquierdas latinoamericanas: por unas mejores condiciones para
los grupos dominados. Una cuestión interesante también a destacar es la imagen
del subcomandante, ya que sin él no se hubieran presentado los discursos ni «la
guerra de palabras»: se convirtió en una imagen simbólica y representativa de la
lucha zapatista. En ocasiones, se ha encasillado en la lista de héroes históricos,
tanto nacionales, como extranjeros, así como su representación de ídolo en las
distintas esferas sociales. Es decir, Marcos ha rememorado la imagen simbólica
del héroe de la izquierda mexicana por excelencia.57
En otras palabras, además de plantearse la conformación de la modernidad
en el país a través de la firma del TLCAN con Canadá y Estados Unidos para
convertirse en un país del primer mundo, el Presidente Carlos Salinas de Gortari
no es solo recordado por la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio de
Norte América, este último como un símbolo representando la llegada de la
modernidad a la República Mexicana, sino por la aparición de la rebelión del
movimiento zapatista. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
representaba la marginación, la pobreza y el fracaso evidente de intentar cambiar
55
Manuel Camacho Solís, El desacuerdo nacional, México, 2006, Aguilar, pp. 254.
Manuel Camacho Solís, El desacuerdo nacional, México, 2006, Aguilar, pp. 256.
57
Pastor Bedolla Villaseñor, La ética política neozapatista. México, 2011, UMSNH / Instituto de
Investigaciones Históricas, pp. 163.
56
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Diversidad social, política y económica en distintos tiempos y espacios regionales
la imagen de México en el mundo, ya que el gobierno priista de ese momento
había olvidado la identidad indígena, la que existe de igual forma en la República
Mexicana.
A través del discurso, emitido por el vocero, Rafael Sebastián Guillén
Vicente, mejor conocido como el Subcomandante Marcos, dio a conocer el
movimiento zapatista tanto a nivel nacional como a nivel internacional. En sí, el
levantamiento zapatista no luchó en contra de un sistema neoliberal existente en
México, sino más bien era una advertencia de que surgiera uno, es decir, por qué
era inútil como modelo en un país tercermundista que todavía sigue careciendo de
oportunidades de trabajo, de salud, de tecnología, de educación y de desarrollo
social. En otras palabras:
Desde el levantamiento de los zapatistas la política mexicana cambió
irremediablemente: la izquierda se redefinió, el Ejército Mexicano se desplegó sobre
el territorio chiapaneco, las negociaciones y los acuerdos en la capital del país se
volvieron más complejos y delicados, la atención internacional se enfocó en Chiapas
y la globalización en la que se ha inscrito México desde mediados de la década de
los ochenta fue cuestionada.58
El Ejército Zapatista es un movimiento que nació de los fracasos de otros
movimientos indígenas. También, surgió gracias a la influencia de los actos de la
Iglesia, quien llevó a cabo el I Congreso Indígena, con el fin de incrementar su
presencia entre las comunidades indígenas, donde además pudieran presentar
sus quejas y condiciones al gobierno estatal y nacional. Gracias a este Congreso,
se lograron formar organizaciones indígenas, con el fin de prevalecer sus
demandas sociales y darlas a conocer al Gobierno estatal y federal. A pesar de
que en algunas fue un fracaso evidente, un grupo reducido de unas cuantas
personas se organizaron y se trasladaron a una parte alta de la Selva Lacandona
para formar el Ejército Zapatista. Este último contiene diferentes tipos de posturas
ideológicas y políticas por la combinación de otras comunidades indígenas. En ese
espacio de la Selva Lacandona se prepararon y entrenaron para proponer una
posible guerra contra el gobierno federal.
58
Emilio Zebadúa, Chiapas. Historia breve, México, 2011, FCE / El Colegio de México, pp. 17.
ISBN: 978-607-8432-40-0
217
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