Vivero Soberania_Alimentaria_

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ENTRADA de BLOG Noviembre2012
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Activista contra el hambre y
por los derechos sociales
Doctorando de la Universidad
de Lovaina, Bélgica
La soberanía alimentaria: de las
barricadas al establishment
La soberanía alimentaria deriva del concepto de soberanía nacional, que reivindica el papel del Estado
y de los pueblos de un país determinado para definir sus propias políticas alimentarias y garantizar así
que toda su población tenga para comer en cantidad suficiente y con calidad adecuada. Esta
propuesta implica la reivindicación del derecho a la alimentación como un derecho humano
fundamental, tal y como se recoge en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales y en las Directrices Voluntarias para hacer efectivo este derecho en cada país. Además, la
soberanía alimentaria reivindica al productor del alimento y al consumidor final como los elementos
centrales de la cadena agroalimentaria, frente a los eslabones del comercio y la distribución, y prioriza
los mercados nacionales y los productores locales frente a la producción para la exportación y la
importación de alimentos subvencionados por otros países.
Este concepto es reciente, todavía en construcción, aunque con sólidos fundamentos, impulsado y
promovido por la sociedad civil, que ha ido poco a poco colándose en el discurso político oficial de
muchos países. De hecho, ya ha sido adoptado como el paradigma político e ideológico dominante por
numerosos gobiernos, principalmente de América Latina, en la búsqueda de una opción exitosa para
acabar con la inseguridad alimentaria de sus ciudadanos1.
Ya está recogida en la Constitución de Ecuador y en su Ley de Soberanía Alimentaria, en la Ley de
Seguridad Alimentaria y Nutricional de Guatemala y en la Constitución de Bolivia. La Constitución de
Honduras también reconoce que la producción agropecuaria nacional ha de orientarse, de
preferencia, a satisfacer las necesidades alimentarias de los hondureños. Recientemente, Venezuela y
Nicaragua promulgaron sendas Leyes de Seguridad y Soberanía Alimentaria donde se le da pleno
reconocimiento como política de Estado. Además, hay propuestas de ley de seguridad y soberanía
alimentaria en debate en los congresos de México, Nicaragua, Bolivia, Honduras y Costa Rica. Los
postulados de la soberanía alimentaria, nacidos y crecidos al amparo de los movimientos sociales y
campesinos contestatarios con el establishment ha ido poco a poco permeando en los marcos legales
y en las prioridades políticas de muchos estados, haciéndose finalmente política de Estado. De las
barricadas contra el Estado a los sillones del poder en apenas 14 años.
El concepto de soberanía alimentaria lo propuso Vía Campesina y otras organizaciones sociales en los
años ‘90, y surgió como respuesta a diversos debates sobre el tema alimentario acaecidos desde
principios de los ‘70, a raíz de la primera crisis alimentaria de 1973. Este concepto ha ido
evolucionando a lo largo del tiempo, aunque el núcleo central de su filosofía se ha consolidado. Su
presentación mundial tuvo lugar en 1996, en un evento paralelo a la Cumbre Mundial de la
Ver la presentación del mismo autor sobre “Deconstruir la Soberania Alimentaria”
http://fr.slideshare.net/joseluisviveropol/deconstruir-la-soberana-alimentaria
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Alimentación, celebrada en Roma. Posteriormente, en el marco de este movimiento político, se realizó
el Foro Mundial sobre la Soberanía Alimentaria en Cuba (2001), cuya Declaración (de la Habana)
afirma que la soberanía alimentaria es la vía para erradicar el hambre y la malnutrición y garantizar la
seguridad alimentaria duradera y sustentable para todos los pueblos. De nuevo, durante la segunda
Cumbre Mundial de la Alimentación, celebrada también en Roma en 2002, se amplió el concepto de
soberanía alimentaria como un derecho no sólo de los pueblos, sino también de las comunidades y los
países. Finalmente, la última revisión de concepto se produce en gran reunión de los movimientos
sociales se produjo en Mali en 2007. Aquí se incorporaron con fuerza elementos que antes no estaban
tan marcados, como la producción ecológica, la calidad de los alimentos (nutritivos y culturalmente
adecuados) y se dejó caer de nuevo el derecho de las comunidades y los países.
Con definiciones cambiantes o sin ellas, la soberanía alimentaria aparece como una opción política
seria, elaborada por ciertos sectores de la sociedad civil determinados a acabar con el hambre en un
mundo que, paradójicamente, produce alimentos más que suficientes para alimentar bien a toda su
población. Este concepto surge del descontento político de grupos de la sociedad civil (ONGs,
colectivos de productores y consumidores, sindicatos) comprometidos con las agriculturas campesinas
e indígenas, la pesca artesanal, los sistemas alimentarios sustentables y el derecho de los pueblos a
alimentarse. Estos movimientos argumentan que la sustentabilidad de los sistemas alimentarios no es
una cuestión solamente técnica, sino que constituye un desafío que implica la más alta voluntad
política de los Estados. El hambre es política.
El desarrollo histórico de la seguridad alimentaria, el derecho a la alimentación y la soberanía
alimentaria ha sido diferente. Estos tres paradigmas relacionados con los alimentos y su némesis, el
hambre, tienen trayectorias diferentes y actualmente parecen estar en conflicto por ver cuál
predomina y cuál es más importante2. El derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria nacieron
a la par, tras la segunda guerra mundial, aunque luego tuvieron trayectorias diferentes. La seguridad
alimentaria fue evolucionando y enriqueciéndose, primero global, luego nacional, luego a nivel de
hogar y al final a nivel de individuo, llegando a tener un desarrollo conceptual, técnico y operativo
muy complejo y completo. Mientras tanto, el derecho a la alimentación nació a la par de los otros
derechos humanos, pero luego salió perdedor de la fractura mundial ocasionada por la guerra fría,
pues los derechos sociales fueron defendidos por el bloque soviético, mientras que los derechos civiles
y políticos eran defendidos por el bloque occidental. Y ya se sabe quien ganó la Guerra Fría.
Si se considera la seguridad alimentaria como una necesidad básica, es posible aceptar que ésta se
transforma en una obligación legal a través del derecho a la alimentación y en una opción política e
ideológica mediante la soberanía alimentaria. El enfoque técnico de la seguridad alimentaria, el legal
del derecho a la alimentación y el político de la soberanía pueden y deben colaborar, mezclarse,
fortalecerse mutuamente para reforzar la lucha contra el hambre y la desnutrición. No debería haber
competencia o exclusión de paradigmas. Si se concibe la soberanía alimentaria como “el derecho de
los Estados a definir sus propias políticas y estrategias para la producción, distribución y consumo
sustentable de alimentos, respetando sus propias culturas y sus propios sistemas de manejo de
recursos naturales y áreas rurales” podemos vincular el posicionamiento político con la soberanía
nacional (principio indiscutible del ordenamiento internacional actual). Esta soberanía se expresa en
un marco legal nacional e internacional vinculante (el PIDESC), que se realiza a través de políticas y
programas nacionales, con un enfoque de derechos pero unos componentes técnicos ya
suficientemente conocidos y ampliamente probados que proceden del campo de la seguridad
alimentaria. Los tres paradigmas no están para competir o excluirse, si no para cooperar, y con ellos
las personas que los defienden. Así ganaríamos todos y podríamos alimentar adecuadamente a los 925
millones de hambrientos que todavía hay en el mundo.
2Ver
la presentación del autor: “Seguridad, Derecho y Soberania Alimentaria: ¿paradigmas competidores o aliados?
http://fr.slideshare.net/joseluisviveropol/2-soberana-seguridad-derecho-paradigmas-2012-jose-luis-vivero-p1-slide
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