El Decreto

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MERCOSUR/LXVI GMC/DI Nº 36/06
ARGENTINA. ANEXO XI. Decreto de Uruguay del 27 de noviembre de 2006
•
El Decreto 473/06 de Uruguay, del 27 de noviembre de 2006 (publicado en el D.O.
el 6/12/06), faculta al Poder Ejecutivo para que (de oficio o a solicitud de los
productores domésticos), pueda fijar un arancel menor o igual a la Tasa Global
Arancelaria (Impuesto Aduanero Único a la Importación y los Recargos a la
Importación) a las importaciones originarias de Argentina, bajo determinadas
condiciones.
•
Dicha norma derogará los Decretos que establecían derechos específicos para las
importaciones desde argentinas de productos de zonas promovidas (Decreto 550/03
y anteriores), ampliando el conjunto de productos sujetos a aranceles intrazona.
•
En ese sentido, el universo pasible de estar gravado está conformado por:
-
Productos que se produzcan en alguna Zona de Promoción Industrial de
Argentina instaladas en La Rioja, San Luis, San Juan o Catamarca, o que sean
producidos por grupos económicos con plantas intaladas en dichas zonas, y:
1. Que el producto esté incluido en el Anexo del Dto. 550/03, o
2. Que el producto no esté incluido en ese Anexo, pero que las importaciones
originarias de Argentina representen:
a. por lo menos el 30% del valor total de las importaciones de Uruguay, y
simultáneamente
b. por lo menos el 20% del valor estimado de la producción nacinal del
producto similar.
-
Productos cuyas exportaciones argentinas, o la de sus insumos principales,
tengan derechos de exportación superiores o iguales al 10% (cualquiera fuere su
zona de producción). Esto implicaría que cualquier producto agrícola procesado
podría ser objeto de estos derechos aduaneros.
-
No serán alcanzados por los aranceles los productos con producción en Zonas
de Promoción Industrial que:
1. Sean producidos por empresas que no tienen plantas en zonas de promoción
industrial y no pertenecen a grupos con plantas en esas zonas;
2. Sean producidos por grupos con plantas en las zonas con promoción
industrial, pero los programas se agotaron o no produzcan bienes que
clasifiquen en la misma partida arancelaria (4 dígitos).
De esta forma, la aplicación del Decreto a los productos producidos por grupos
económicos con plantas instaladas en zonas promovidas y a los productos cuyas
exportaciones tengan retenciones al 10% implica una ampliación de la cobertura del
Decreto 550/03.
•
La nueva normativa uruguaya discrimina a la Argentina, al indicar taxativamente que
el universo pasible está constituido únicamente por las exportaciones de nuestro
país. Esto constituye una diferencia respecto a los actuales derechos específicos
que, en principio, se aplican a la totalidad de las importaciones uruguayas
independientemente del origen.
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•
Las empresas que deseen solicitar la aplicación del arancel deberán realizar una
presentación relativamente sencilla ante las autoridades uruguayas, y alegar la
existencia de un perjuicio ocasionado por las importaciones. No se requiere
representatividad de las empresas solicitantes.
•
Los sectores productivos nacionales pueden presentar objeciones a ese pedido,
debiendo para ello acreditar una representatividad del sector superior al 50%. No
está contemplada la posibilidad de que los clientes uruguayos de nuestras
mercaderías o los exportadores argentinos realicen observaciones.
•
Gran cantidad de exportadores argentinos verán incrementados sus costos de
exportación a Uruguay, ya sea porque deberán pagar aranceles o tramitar la
excepción prevista en el propio Decreto uruguayo.
•
El nuevo Decreto uruguayo, además de discriminar a las exportaciones
argentinas, se encuentra en contravención con el Tratado de Asunción y
normas derivadas en lo que se refiere a libre circulación de mercaderías, y en
particular a la no imposición de aranceles de importación en el comercio entre
los miembros.
•
Es reconocido por todos que a nivel del bloque existen diversos grados de
incumplimiento de algunos compromisos programáticos.
•
Sin embargo, en esta ocasión estamos frente a una situación particular, ya que se
viola una obligación básica entre los socios, al imponer un Estado Parte a otro
aranceles ad valorem en el comercio intrazona, en clara violación del Tratado de
Asunción. El hecho de que Uruguay haya estado aplicando derechos de
importación especificos a bienes originarios de la Republica Argentina desde el año
2002 no es una justificación para continuar com su aplicación y extenderla a un
universo de bienes potencialmente ilimitado. Argentina nunca aceptó ni convalidó
estos derechos especificos de importacion discriminatorios y totalmente contrarios a
los compromisos asumidos en el Mercosur. Por el contrario, nuestro país inició un
procedimiento de solucion de controversias por este motivo que se encuentra en
suspenso desde el año 2005.
•
La medida toma la forma de un derecho de importación ad valorem pero en
realidad se trata de un derecho compensatorio. Sin embargo, este derecho
compensatorio no se ajusta a ninguna normativa regional o internacional
existente, sino que su aplicación responde exclusivamente al arbitrio de las
autoridades del Uruguay. No puede considerarse un derecho compensatorio,
porque no se relaciona con ninguna medida recurrible en terminos del Acuerdo de
Subsidios y Medidas Compensatorias de la OMC ni las autoridades uruguayas han
llevado a cabo una comprobación de la existencia de un daño grave que
fundamente la aplicación del gravámen.
•
En efecto, el Decreto no respeta los procedimientos para la aplicación de medidas
frente a subvenciones recurribles, estipulados en el Acuerdo de Subvenciones y
Medidas Compensatorias de la Organización Mundial de Comercio, que fuera
incorporado a la normativa MERCOSUR a través de la Decisión CMC 14/02.
•
Agrava aún más la situación el hecho de que, hoy, estos derechos de
importación sólo se aplican a un país, pero bajo alegación de que existen
compromisos asumidos en el MERCOSUR respecto de los cuales no se han
registrado avances significativos. Específicamente, Uruguay señala que el
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tratamiento de las políticas públicas en general y de los incentivos en particular, son
las razones más relevantes que justifican su accionar en este caso.
La falta de avances en el proceso de integración no es responsabilidad exclusiva de
uno de sus socios y jamás puede ser un justificativo para tomar medidas restrictivas
al comercio con uno de los Estados Parte.
Por otro lado, si la argumentación fuera el incumplimiento de la Argentina de un
compromiso MERCOSUR, el ordenamiento jurídico del bloque ha previsto una vía
específica para reaccionar frente a infracciones al mismo por los Estados Parte, vía
que no es otra que el Sistema de Solución de Controversias previsto en el Protocolo
de Olivos.
•
Por otra parte, todos los socios tenemos políticas activas de estímulo a la
producción, cuyo objetivo es justamente beneficiar a sus destinatarios. En ese
contexto, la conducta del Uruguay podría propiciar la generalización de la
imposición de derechos de importación al comercio intrazona.
•
La existencia de los regimenes de promoción en la Republica Argentina en cuatro
provincias se origina en la decada de 1970 y antecede al proceso de integración del
Mercosur. Esta promoción industrial procura estimular la radicación de las
inversiones en dichas provincias y no contiene ningun subsidio a las exportaciones
para los bienes producidos en plantas industriales alli radicadas.
Los incentivos a la producción han sido otorgados hasta fines de la década de 1980
y desde entonces no há habido ninguna nueva radicación de industrias en esas
provincias. Por el contrario, los beneficios impositivos otorgados se han ido
agotando (abarcaban un máximo de 15 anos) y se han efectuado correcciones al
esquema promocional eliminando beneficios impositivos para ciertas exportaciones
de bienes producidos en plantas industriales radicadas en las provincias.
•
En síntesis, el regimen de promocion industrial que Uruguay pretende utilizar
como justificación para adoptar una medida como la que se trata no contiene
ninguna medida ni beneficio que sea contrario a normas del Mercosur ni de la
OMC. Los incentivos a la producción no han sido regulados en el Mercosur y las
reglas que existen en la OMC al respecto son limitadas en su alcance y
cobertura. Estos incentivos a la producción no tienen nada que ver com las
subvenciones a la exportación prohibidas por el Acuerdo sobre Subvenciones y
Medidas Compensatorias de la OMC.
•
La medida uruguaya tambien pretende justificarse por la existencia de los
derechos de exportación que aplica la Argentina desde el ano 2002, como uno
de los principales instrumentos que sirvieron para comenzar a superar la terrible
crisis economica y social que sufrio nuestro país. El mantenimiento de estos
derechos de exportación no viola ningun compromiso ni obligación asumido por
nuestro país en el marco del MERCOSUR ni en el marco del sistema
multilateral de comercio de la OMC.
La aplicación de estos derechos de exportación es generalizada para todos los
bienes y para todos los destinos. No discrimina ni puede ser considerada un
incentivo a la producción de bienes en la Argentina que causan un perjuicio a los
productores y exportadores de terceros países.
•
Uruguay tambien aduce que los bienes producidos en las cuatro provincias
argentinas que se benefician del regimen de promocion industrial cuestionado
impiden y desplazan las exportaciones de bienes originarios de Uruguay en
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terceros mercados. Esta afirmación no puede sostenerse en ningun argumento
ni tiene el respaldo de ningun hecho comprobado de esa naturaleza.
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Uruguay argumenta que las medidas argentinas constituyen una fuente inagotable
de asimetrias y perjuicios para la producción y exportación de bienes uruguayos.
Tambien indica que estas medidas son contrarias a la existencia de una zona de
libre comercio en el MERCOSUR y a la construcción de un mercado integrado.
Estos argumentos de Uruguay son francamente sorprendentes porque todos los
países que decidieron formar el MERCOSUR comenzaron el proceso de integración
com regimenes de incentivo a la inversión y a la producción y la mayoria de ellos se
mantiene vigente, inclusive en el proprio ordenamiento legal del Uruguay.
•
El ánimo distorsivo se evidencia en que los bienes que se producen en las
provincias y que dejaron de recibir el subsidio, tambien fueron incluidos en el
Decreto uruguayo.
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La norma uruguaya también destaca por su condición discriminatoria. Son las
exportaciones argentinas las únicas castigadas.
Al respecto, basta recordar que uno de los fallos arbitrales del MERCOSUR señala
expresamente que la prohibición de la aplicación de normas internas en condiciones
discriminatorias constituye un elemento esencial del ordenamiento MERCOSUR.
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Las medidas aplicadas por la Republica Argentina no están en contra del proceso
de integración del MERCOSUR ni contra el avance hacia un mercado integrado.
Por otro lado, la Republica Argentina ha impulsado permanentemente en todos los
ambitos institucionales del Mercosur la necesidad de un tratamiento del tema de los
incentivos a la producción, la exportación y la inversión, sin alcanzar resultados
hasta la fecha.
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La nueva norma uruguaya no pareciera tener correspondencia alguna con las
recurrentes manifestaciones en el sentido de querer un “más y mejor MERCOSUR”.
Por el contrario, abre una vía de impredecibles consecuencias, que puede conducir
a la imposición de aranceles entre nuestros países en el comercio recíproco.
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