VALORACIÓN DE APEGO A PRINCIPIOS CIENTÍFICOS Y ÉTICOS PARA LA ACTUACIÓN EN LA SALUD. DR. RAFAEL RIVERA MONTERO Presidente Cuerpo Académico de Bioética de la Universidad Autónoma de Nayarit Québec 92 Fracc Cd del valle Tel. 311 2135510 [email protected] << Habían pasado diecisiete años desde que su padre Tetzcoco. lo nombrara heredero de La ceremonia de investidura como Gran Gobernante fue muy solemne: Recibió la máxima dignidad de “Acolhua Tecuhtli” y el discurso que pronunció en esa ocasión dice entre otras cosas: “ ¡ Oh Señor nuestro, humanísimo Ipalnemouani ! : Tú que estás en todas partes y no te vemos, tú eres quien me amparas, el Gobernante invisible e impalpable….. Yo tengo muchos defectos y faltas, … …pero a pesar de ello, considérame como soy, persona con poca razón y bajo juicio y dame la sabiduría para gobernar a este pueblo …..” Sin pretender irnos al extremo de la problemática que hoy vivimos, podríamos analizar las preguntas que frecuentemente nuestra sociedad se plantea en forma desesperada: ¿Por qué se han proclamado los derechos humanos? ¿Será porque todos los días la humanidad padece una verdadera avalancha de atropellos? ¿Por qué la humanidad no es familia? ¿Por qué existe tanta inseguridad? ¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué el aumento de suicidios? ¿Por qué no se respeta al hombre? Muchas respuestas Una de ellas: Por el desconocimiento, olvido y tergiversación del concepto y noción de la PERSONA El concepto de PERSONA ha sufrido en la filosofía moderna, un proceso de oscurecimiento que lleva a algunas ideologías a intentar su desaparición o, por lo menos, su deformación. En la actualidad existe un racionalismo materialista que ha provocado un oscurecimiento conceptual de la PERSONA, desembocado en un utilitarismo y hedonismo desintegradores. Se ha llegado a un subjetivismo que deja a la PERSONA en manos de lo que el legislador en turno decide, al margen de lo que la PERSONA es en verdad. Porque la PERSONA es una realidad antes de ser un concepto; es un proyecto vital antes de ser teoría. No es la razón la que da consistencia a la PERSONA, sino que es la consistencia de su realidad la que fundamenta el concepto razonable de la PERSONA Actualmente, la preocupación por la PERSONA es universal. La necesidad de protegerla nadie la discute. Pero. . . . ¿Cómo explicar entonces que en el siglo que iniciamos, los hombres y mujeres sigan sufriendo la avalancha de atropellos descritos? Muchas respuestas Otra más: Por ello, nuestro mundo nos exige actualmente más valores y más respeto a la dignidad de la PERSONA humana. Que al no tener muy claro el concepto de PERSONA, lo hombres perdemos humanidad y ganamos insolidaridad. Esa es una de las razones por las que al trabajador de la salud se le exigen ciertas características en su perfil profesional, las cuales no deben ser solamente teoría. El trabajador de la salud debe poseer las siguientes cualidades: 1. Actuar en el mejor interés del paciente 2. Poseer capacidad teórica y juicio clínico adecuados 3. Tener disposición para escuchar, informar, orientar y atender al paciente con empatía y compasión además de la optimización de sus recursos económicos 4. Mantener la veracidad, el secreto profesional y el cumplimiento de las promesas. Actuar en el mejor interés del paciente. Analizaremos: El acto biomédico Para estos fines podríamos considerar al acto biomédico como sinónimo del acto humano. Y el acto humano, para su estudio en este caso, lo dividimos en acto bueno o acto malo, en donde entramos al terreno de lo que comúnmente se conoce como moralidad. Y ¿Qué es lo que hace moral (bueno o malo) al ACTO humano, desde el punto de vista del sujeto que lo realiza? Tal sujeto es la PERSONA ¿Qué necesita la persona para ser responsable de su acto y hacer así que el ACTO sea moral (bueno o malo)? La persona debe ser libre o “dueña de su acto”: el acto debe ser deliberado o voluntario. La libertad es el fundamento de la moralidad. Todo lo que disminuye la libertad o voluntariedad de los actos humanos, disminuye también su valor moral. Elementos que constituyen la moralidad del acto humano 1. El objeto 2. Las circunstancias 3. El Fin El objeto: acción misma Las Circunstancias: quién, qué, dónde, con qué, porqué, cómo, cuándo El fin: Intención Criterios para determinar la moralidad del acto humano Acto bueno: Cuando los tres elementos son buenos Acto malo: Cuando uno de los tres elementos no es bueno De lo cual hacemos las siguientes deducciones: • • El fin No justifica los medios No todo lo que se puede, se debe Sin embargo: Si deseamos llevar a cabo la valoración de apego a los principios científicos y éticos del acto biomédico, ésta no deberá configurarse de una manera deductiva (lista de cotejo). Proponemos un método triangular en el que se analicen tres puntos de enlace: A. Hecho biomédico B. Significado Antropológico A. Hecho biomédico: Se expone el hecho a analizar, fecundación humana in vitro C. Solución de problemas éticos comprobando su consistencia científica, ejem: B. Significado antropológico: Se profundiza en el análisis de los valores que están en juego en relación con la vida, la integridad, la dignidad de la persona humana, la salud, etc. C. Solución de problemas éticos: Se plantean posibles soluciones a los problemas éticos estudiados en relación con los conceptos y los valores fundamentales de la persona humana, es decir, el hombre en su conjunto. • Los descubrimientos científicos y tecnológicos abren continuamente nuevas posibilidades y nuevas conquistas. • Esta evolución repercute continuamente en la evolución social y en la adecuación jurídica de la sociedad • La antropología ofrece un criterio de discriminación entre lo que es técnica y científicamente posible y lo que es lícito desde el punto de vista ético. • En el planteamiento de posibles soluciones al dilema ético estudiado, es necesario que se establezcan criterios y valores que no pueden ser vulnerados ni violentados, ya que representan la razón de ser del progreso científico y social. Los valores fundamentales de la PERSONA deberán ser protegidos no sólo moralmente, sino también legalmente. Son los llamados DERECHOS HUMANOS sobre los que las cortes internacionales y nuestra Constitución deben pronunciarse de manera plena. Nos encontramos, por lo tanto, en un problema de la relación entre ética y derecho, entre ley moral y ley civil; cuya base es que se nos olvida que la persona humana es un ser biológico, psicológico, social y espiritual. La idea fundamental es que en el análisis del acto biomédico no debemos olvidar que: Donde se respeta al espíritu se defiende a la persona y donde se degrada a la persona se vulnera su dignidad. Sin dignidad humana se resquebrajan los derechos humanos fundamentales Sin el reconocimiento de los derechos fundamentales, la sociedad se tambalea sin recursos morales que la sostengan. Un concepto equivocado de persona lleva a un concepto falso sobre el hombre. La degradación del hombre lleva consigo la degradación de la sociedad. La razón sin espíritu es un esqueleto que seca la vida. Somos testigos del siglo más criminal de la historia - el siglo XX - . En ningún otro siglo se ha derramado tanta sangre inocente. Mientras no se fundamenten correctamente los derechos humanos sobre la dignidad de las personas y en su vida de trascendencia, las palabras y declaraciones se verán pisoteadas en la práctica. De ahí la necesidad de recuperar el sentido profundo de la realidad de la persona humana. Esa es una de las grandes tareas que aún nos esperan es este siglo XXI. ¿Verdaderamente, estamos trabajando en ello? Y… ¿Estamos preparados? Finalmente, volvemos con el poeta Nezahualcóyotl: << Y el que ya es Acolhua Tecuhtli Nezahualcoyotitzin, implora a Dios sabiduría para gobernar diciendo: “Tened por bien darme un poquito de luz, aunque no sea más que cuanto ilumina de sí una luciérnaga que anda de noche, para ir en este sueño ….. ….. y en esta vida dormida, que dura como un día, donde hay muchas cosas en que tropezar y muchas que dan ocasión de reír y otras, que son como camino pedregoso, que se ha de pasar saltando …..” Y su gobierno fue de larga duración, ….. Y Tetzcoco vivió una época de oro: de continua prosperidad y mejoramiento de las costumbres >>. (Sahagún, F.B. Libro VI, Cap. IX, No. 1, 18 y 26 pp. 319 y ss ). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: 1. Consejo Pontificio de la Pastoral para los agentes de la salud: Carta a los agentes de la salud. Ed. Centro de Estudios e Investigaciones de Bioética, AC. y Ediciones Populares, 1ª. Ed. Guadalajara 1998. 2. Cortés-Gallo, G: Aspectos generales de la relación médico-paciente. En: Introducción a la Bioética: Kuthy P J. Ed. Méndez Editores, S. A. de C. V. México 1997. 3. De Torre, José M: Compendio de filosofía. Ed. Editora de Revistas, S. A. de C. V. México 1983. 4. Dobler-López, I F: La responsabilidad en el ejercicio médico. Ed. El Manual Moderno. México 1999. 5. Hernández-Arriaga, J L: Bioética general. Ed. El Manual Moderno. México 2002. 6. Low, R; Marsch, M: Bioética, consideraciones filosófico teológicas sobre un tema actual. Ed. Rialp. Madrid 1992. 7. Martínez-Sáez, S: Pensamiento actual, esplendor y ocaso. Ed. MiNos Editora de Revistas, S. A. de C. V. México 1991. 8. Martínez-Sáez, S: La persona en el siglo XXI. Ed. MiNos Editora de Revistas, S. A. de C. V. México 2002. 9. Polaino-Lorente, A: Manual de Bioética General. Ed. Rialp, 4ª Ed. Madrid 2000. 10. Sahagún, F B: Libro VI, Cap. IX, No.1, 18 y 16, pp 319 y ss. 11. Sgreccia, E: Manual de Bioética. Ed. Universidad Anáhuac, Ed. 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