SE PUBLICA LOS SA3AB03 Redacción y Administración: Tacuba, 15 Director: MANUEL ALBAS PRECIO: 25 CENTAVOS Registrado ccmo artículo de Sfegnnda clase en la Administración de Correos de México, con techa 22 de febrero de 1944. ORGANO DE LA JUNTA ESPAÑOLA DE LIBERACION A ño I M é x ic o , D . F ., 3 de J u n io d e 1 9 4 4 N úm . 1 8 ECOS DE UN DISCURSO C H U R C H I L L T IFRANC.C EXPLICACION DE LO INEXPLICABLE CONJETURAS ; Qué objetivo político lia per­ seguido el señor Churchill al dédicar al dictador español tan exagerados encomios y al prote­ gerlo, con su gran autoridad, de los ataques que solían dirigirle, por su ayuda a Hiter, muchos políticos y escritores ingleses ? Los comentaristas más benévolos tratan de explicarse el sorpren­ dente ditirambo churehilliano ha­ ciendo conjeturas, de las cuales las más lógicas son las siguientes : Una : Churchil intenta atraer­ se a Franco en vísperas de la invasión, por si su desarrollo mili­ tar requiriese en determinado momento algún concurso del go­ bierno español ; otra : Churchill trata de provocar, con su decla­ ración de amistad a Franco-, la ruptura definitiva de éste con Hitler, es decir, intenta restar un aliado potencial a la Alema­ nia nazi. Cualquiera de ambas hipóte­ sis podría tener fundamento si el juego o la intención que en­ trañan no fuesen demasiado pue­ riles, impropios; por lo tanto, pa­ ra engañar a un zorro gallego como Franco. Pero, aun quienes las estiman lógicas, consideran que los elogios tributados por el Premier británico al siniestro personaje español resultan exa­ gerados para lograr los fines con­ cretos que, según tales conjetu­ ras, constituyen la meta política de Churchill. Con mucho menos se hubiese contentado el Genera­ lísimo. > A nosotros no nos satisfacen por su misma simplicidad, tales explicaciones, cuya inconsisten­ cia salta a la vista. Preferimos buscar otra razón al extraordi­ nario acto político realizado por el jefe del gobierno inglés. Se trata, a juicio nuestro de la ex­ presión pública de una política rodeada hasta ahora de cierta reserva y que constituye el pini­ to de vista personal de mister Churchill sobre los problemas europeos, entre los cuales ocupa lugar esencial el español. El desgraciado discurso de Winston Churchill no ha decepcionado solamente a lo; republicanos españoles, acreedores a mayor respeto del que nos concede el primer ministro británico. Se han sentido igualmente burlados cuantos identifican la causa de las NN. VU. con el triunfo de la democracia en el mundo. La reacción no se ha hecho esperar. Y junio a silencios periodísticos que son, por sí mismos, acusadores, abundan en la prensa amencana, y también en la inglesa, comentarios acerbos para un discurso que es, a todas luces, impropio de las cualidades de inteligencia y firmeza de carácter que le reconocemos a Winston Churchill. El propio Roosevelt ha dejado entrever su disconformidad con algunas de las afirmaciones hechas por el ministro inglés. Cabe dar por seguro que el discurso ele Churchill suscitará todavía muchas y muy variadas polémicas. El extenso trabajo a que sirven de entrada esta líneas, original de Carlos Espió <s un magnífico estudio de la situación internacional, vista a través del discurso de Mr. Chur­ chill, y examinando sus antecedentes y sus posibles consecuencias. Constituye una glosa completa y minuciosa del discurso y un examen agudo del panorama político, especialmen­ te en aquellos aspectos que más pueden interesarnos a los republicanos españoles. Tenernos la certeza ele que nuestros lectores habrán de agradecernos vivamente su publicación criban igualmente los ministros laboristas y aun los liberales in­ gleses. Para mayor claridad, po­ dríamos decir que dicho punto de vista es el de la Inglaterra conservadora e imperialista, de la cual es el señor Churchill su más conspicuo representante, lo que no le impide ser también un perfecto demócrata en la políti­ ca interior inglesa, es decir, en la estrictamente insular. La de­ cepción causada por el último discurso del estadista británico entre los republicanos españoles, obedece a que se consideraba al señor Churchill como un since­ ro amigo de la República espa­ ñola, para lo cual bastaba recor­ dar la defensa que hizo de su causa durante la guerra y la obstinada oposición que mantu­ vo contra la farsa de la no-inter­ vención —de la cual, sin embar­ go; era partidario, según un bió­ grafo suyo, a reserva de aplicar­ la lealmente, y como definición de la hostilidad de Churchill tan­ to al comunismo como al fascismo —y, en general, contra la claudi­ cante política de Chamberlain frente a las trágicas amenazas de los países totalitarios europeos. Pero deducir de esta actitud un cierto grado de amistad o afecto hacia los republicanos españoles era atribuir al señor Churchill sentimientos que él hubiera esti­ mado notoriamente ingenuos. En primer lugar, un imperialista y EL PENSAMIENTO DE UN conservador inglés considera ca­ IM PERIALISTA Y CONSER­ si como una insolencia el hecho VADOR INGLES dé que los pueblos continentales, especialmente los de la Europa Es seguro que tal punto de meridional, se pongan un buen vista personal de mister Chur­ día a vivir por su cnenta en ré­ chill no es exclusivo suyo, pues, gimen de democracia. John Bull sin duda alguna, lo comparten no ha comprendido todavía cómo los miembros conservadores del los españoles nos atrevimos a gobierno inglés, pero nos resisti­ prescindir locamente de los bene­ mos todavía a creer que lo sus­ ficios envidiables que nos repor­ bro “ La España de Franco”, lo ha recordado con las siguientes palabras, que copio de la página 19 de la edición española : “ Churchill declaraba que, si bien Franco tenía la razón de su parte, los intereses de Inglate­ rra exigían la victoria de la Re­ pública”. S I HUBIESEN GOBERNADO POINCARE Y CHURCHILL Resulta, pues, que, en su jue­ go político, Churchill se opuso a Chamberlain, uo porque éste des­ deñase los intereses de nuestra República, sino porque no de­ fendía los del Imperio británi­ co. El enemigo no fué Franco taba la presencia en el trono de sentido que acabamos de indi­ que lo era únicamente de Espa­ un rey tan distinguido como Al­ car— y partidario de que la Re­ ña, sino Hitler que lo es prin­ fonso X III. Por esta razón, cuan­ pública ganase la guerra. No hay cipalmente de Inglaterra. Del do Franco se sublevó contra la en ello ningún contradicción, co­ mismo modo, algunos nacionalis­ República, muchos ingleses lo mo no sea en pura apariencia. tas franceses fueron partidarios juzgaron como un perfecto caba­ Churchill vio elaro desde el pri­ de nuestra victoria, aunque no llero que desenvainaba su espada mer momento que el Caudillo simpatizasen oon los “ rojos” ; en defensa de la tradición monár­ era un monigote de Hitler, y les bastaba comprender el peli­ quica española ; y no fué suceso deseaba, por lo tanto, para segu­ gro de la instalación de un ré­ fortuito el detalle.de que Fran­ ridad del Imperio británico, que gimen hitleriano al otro lado de co dispusiera de un avión inglés se derrotase no a Franco, sino los Pirineos. Es indudable que la Repúbli­ para volar a Marruecos, donde a Hitler, aunque resultase triun­ inició la sublevación. Mister fante la República española. E 1 ca Española no hubiera-sido ven­ Churchill fue al mismo tiempo escritor americano Thomas J. cida si en Francia hubiera esta­ admirador de Franco -—en el Hamilton, en su interesante li­ do el poder en manos de un na­ cionalista conservador c o m o Poincaré o de otro gobernante nacionalista más reaccionario, y en Inglaterra en manos de un imperialista conservador como Churchill, en vez de estar, res­ pectivamente, en las del socialis­ ta sentimental León I51um—(pie, por lo demás, fué un fervoroso partidario de nuestro triunfo— y en las del' funesto Chamber­ lain. Churchill y Poincaré hu­ bieran ayudado, sin duda, a la República española contra Hi­ tler, aunque luego hubiesen pro­ curado debilitarla, porque el na­ cionalismo francés y el imperia­ lismo británico son tradicional­ mente enemigos de la grandeza y poderío de España, grandeza y poderío que sólo puede darle la República, es decir, el pueblo es­ pañol en acción. Así se comprende que, cuando pueda darse por extinguida la dependencia de Franco respec­ to a Hitler, bien por resolución “ espontánea” del dictador espa­ ñol o bien por presiones diplo­ máticas —que en este caso co­ rren a cargo del conocido lavalista sir Samuel Hoare— reapa­ rezca sin tapujos la simpatía de los conservadores ingleses por L ittle en el C hicago S un. Franco, de lo cual es un inten­ cionado anticipo el adulador discurso de mister Churchill. Lo que a éste interesa no es que Franco deje de ser dictador de España, sino que deje de serio al dictado de Hitler. L A IMPOTENCIA ANTIBRITANICA DE FRANCO pueda ser una gran nación. Re­ eión monárquica, hubo que de­ cordemos que una de las prime­ sistir, aunque no definitivamen­ ras declaraciones de Churchill ai te, de tal solución, y entonces se formar su gobierno de guerra pensó en un gobierno militar, fué que no había llegado al po­ apoyado exclusivamente en el der para que se le deshiciera en Ejército, que eliminase del po­ las manos el Imperio británico. der a Franco y a su Falange, so­ Churchill no está dispuesto, en lución que es también la de Gil efecto, a ceder ni una pulgada Robles. Los candidatos para de terreno del Imperio ni uno presidir tal gobierno fueron solo de los principios polínicos Gómez Jordana y Aranda. La en que se basa la vida del mis­ conspiración se fraguó en la pro­ mo. uno de los cuales es la exis­ pia residencia diplomática de sir tencia de una España débil y so­ Samuel Hoare, en Madrid, y de metida. Este principio no lo ha España salieron agentes oficio­ inventado Churchill. Se encuen­ sos para convencer de los bene­ tra en el origen mismo del Im­ ficios internacionales de tan pe­ perio británico, construido, como regrina solución a los directores se sabe, sobre lá mortaja histó­ de la política norteamericana. rica del Imperio español. Cuan­ Las candidaturas de Jordana y ber dirigido él los cursos de se­ lección para ascensos. Pero lo cierto es que la fuer­ za en el Ejército -—me refiero naturalmente a los jefes —no la tienen Aranda ni Jordana, sino Franco, quien ha realizado una política de mandos, en virtud de la eual a ningún general, por destacados que hayan sido sus criminales servicios a la sub­ levación militar en los campos de batalla, se le confía actual­ mente mando en España como no tenga el Caudillo la seguri­ dad de que le es personalmente adicto. Franco ha convertido al generalato español y gran parte de la oficialidad del Ejército, en una especie de guardia pretoria­ na suya. Cuanto ha d'.eho el estadista inglés para justificar sus desme­ surados encomios a F raneo —con legítima irritación de los repu­ blicanos españoles y de muchos demócratas de todo el mundo— son cuentos para distraer a lo­ res aburridos. Ni él mismo los cree ; pues Churchill es un polí­ tico de extraordinaria inteligen­ cia y sagacidad, y no es posible que confunda la impotencia en “ Franco está perdido, a menos que concurran a rescatarlo Hoare, que se vió Franco para agredir lord Graft, mister Lenox y el resto de las personas que le salvaron a Inglaterra —debido principal­ L A ILUSION DE FRANCO ya una vez. Franco forma parte del sistema hostil contra el cual mente a la resuelta actitud del luchamos. En él se encuentran Baáogláo, el rey Víctor Manuel y SIN FALANGE pueblo español, sin olvidar lo otros muchos qufe están cortejándonos” . que la escuadra inglesa represen­ De “ Tribune” , de Londres. En estas condiciones, a menos ta para un país de muchas cos­ de arriesgarse en una aventura tas— con la sombra siquiera de una simpatía franquista por la do Churchill en su último dis­ Aranda dieron lugar a una pin­ realmente insensata, no era po­ causa inglesa. No es posible, por curso ha hablado de la vigoro­ toresca e indigna pugna —que sible intentar contra Franco* el ejemplo, que Churchill ignore lo sa personalidad histórica de Es­ ya conocen los lectores de Es­ proyectado cuartelazo, al que se ocurrido en el Marruecos espa­ paña, sabía perfectamente lo paña— entre ambos genérales, pretendía dar, y en ello trabaja­ ñol, al tomar contacto con su que esto quiere decir para un ofreciéndose uno y otro para el ba sir Samuel Hoare, complican­ frontera el ejército americano imperialista inglés. cargo con desvergüenza de mu- do en sus manejos a mister Carlque ocupó el Africa del Norte. La jerzuelas que ensalzan sus res­ ton J. Hayes, algún concurso po­ línea española estaba custodia­ LA ILUSION MONARQUICA pectivos encantos personales y pular. En ese momento, Espa­ da por tropas del Tercio, forma­ No siempre ha creído Chur­ denigran los de la competencia ña, vista desde fuera, parecía das principalmente por ex com­ chill, sin embargo, que Franco para atraer al vacilante cliente madura para la badogliada, y batientes republicanos españoles pudiera ser un gobernante acep­ de paso. Jordana alegaba como con tan falsa visión de la reali­ que, enrolándose en la Legión con table para los españoles . . . en mérito propio —y su mismo hi­ dad española guardan relación nombre supuesto, habían logra­ interés del imperialismo inglés. jo se encargó de la propaganda los desesperados intentos para do eludir las feroces represalias Durante bastante tiempo los con­ en los Estados Unidos, sin re­ llevarnos a todos los españoles a de Falange. Al llegar los solda­ servadores británicos de tipo parar en gastos, que sufragó el cierta Unión Nacional —prescin­ dos americanos a la frontera ehurchilliano creyeron que Frail­ contrabandista Juan Mardi— diendo de hablar de República— franco-española de Marruecos, eo era capaz de una cierta leal­ el no haber tomado parte ac­ que fuimos nosotros los prime­ toda, la línea española desapare­ tad para Hitler y que estaba liga­ tiva en la guerra civil —a la ros en denunciar desde estas mis­ ció. Los legionarios del Tercio do definitivamente al sistema na- que sólo, dice, sirvió como fun­ mas columnas. También en ese en masa, incluso con muchos de zifascista europeo, al que debe cionario— y poder actuar aho­ momento, es decir, cuando toda­ sus oficiales, cruzaron la línea el poder. Mientras Churchill ra, en consecuencia, como, un vía no estaba decidida la des­ de demarcación y se unieron ai creyó en esa ilusoria consecuen­ ‘‘elemento de concordia” . Jor­ vergonzada competencia entre Ejército americano, vitoreando a cia política del Caudillo, apro­ dana denunciaba la candidatu­ Aranda y Jordana, se llegó, por las Democracias y ofreciéndose a bó y alentó los ataques contra su ra de Aranda como un reto para iniciativa de éste, al convenio de luchar en ,sus filas. El general régimen y su persona, y puse la masa popular española y lo España con Inglaterra y los Es­ Orgaz tuvo que enviar rápida­ sus esperanzas en la restaura­ presentaba ante los embajadores tados Unidos respecto al petró­ mente fuerzas moras de Regula­ ción monárquica borbónica para aliados como el general más odia­ leo y al tungsteno, acuerdo que res a la frontera, para restable­ sacar a España de la zona de do por las izquierdas, debido a yo interpreté a su tiempo como cer la guarnición. ¿Cómo podía influencia nazi. La monarquía ha la infame traición que hizo a los un triunfo momentáneo de Jor­ Franco, con tales soldados sali­ sido siempre, en opinión de la mineros de Asturias. El actual dana, y sin duda lo fué por unos dos del pueblo republicano es­ mayor .parte de los ingleses, la ministro de Estado llegó a estar instantes, aunque haya derivado pañol, amenazai; a las tropas mejor solución española . . . pa- tan convencido de que sería él hacia un triunfo personal de aliadas en Africa del Norte ? Si , • ra Inglaterra. Churchill cre- el contratado por sir Samuel pa­ Franco. Franco no marchó contra Gi- i -vó, además, que sólo un re}' po­ ra sustituir a Franco, que se A partir de la firma del con­ braltar en los momentos angus­ dría intentar el difícil empeño atrevió a hacer sondeos, por con­ venio, ha sido abandonada, por tiosos de Inglaterra en el Medi­ de desalojar a Franco del poder, ducto de alguno de los embaja­ lo visto, la solución del gobierno terráneo y si tampoco marchó y, también, que un rey a auien se dores españoles que le son per­ militar presidido por un general contra las tropas americanas que le atribuyen sentimiewroF an­ sonalmente adictos —tal fué el eapaz de derribar a Franco, co­ desembarcaron en Marruecos glofilos era quien más garantías caso de ese señor Muñoz, emba­ mo antes había sido abandonada, fué, a pesar de las presiones de políticas brindaba a.los ingleses. Hitler, porque temió al pueblo Pero para restaurar la monar­ “ Las revolucionfes alemana, italiana y española son fases del español, que hubiera abrazado quía en España no basta con que mismo movimiento general de rebelión de las masas civilizadas del inmediatamente la causa anglo­ haya monárquicos ingleses; es mundo contra la hipocresía y la ineficacia de los viejos sistemas. americana, pasándose a las filas preciso que también haya monár­ Cuando termine la guerra y principie la desmovilización, el de los libertadores, y no por un quicos españoles, aunque no sean dfestino histórico de nuestra era se llevará a la práctica por la gesto caballeroso e indulgente da en número excesivo, y esto es lo fórmula patriótica y espiritual que España y cualquiera otro de Franco, o por- su supuesta anglo- ‘-que les falló a mister Churchill los pueblos fascistas ofrecen al mundo.” filia (bien acreditada,'por otra y al duque de Alba, quien es (Del discurso pronunciado por el “ Generalísimo” Francisco parte, en sus mensajes de soli­ simplemente un agente de la po­ Franco en el viejo edificio del Senado, en Madrid, el 7 de diciem­ daridad y felicitación a Hitler). lítica imperial británica y ocu­ bre de 1942, en presencia del Cuerpo Diplomático, entife el cual Churchill debe estar, pues, pa en la actualidad el cargo de se contaban el embajador de los EE. TTO., Carlton J. H. Hayes; convencido de la impotencia del embajador de la Gran Bretaña el de Inglaterra, sir Samuel Hoare y el Nuncio Papal), Caudillo para causar el menor en Londres. Churchill y el du­ daño al pueblo inglés en guerra. que de Alba se encontraron sin Pero, en cambio, no lo cree im­ monárquicos españoles para res­ jador en una República sudame- aunque no definitivamente, la so­ potente para seguir dominando taurar la monarquía en Espa­ rieaan, que le gusta oírse llamar lución monárquica. Mister Chur­ al pueblo español, que sometido ña. El único español dispuesto conde de Bulnes— para saber có­ chill piensa ahora que lo mejor a su feroz tiranía, no podrá lo­ a dejarse convencer por mister mo sería recibido en las cancille­ sería conservar en el Poder a grar el rango de gran nación Churchill y a abrazar la causa rías americanas un gobierno pre­ Franco, siempre que se lograse que sólo puede proporcionarle ¡a monárquica fué el divertido es­ sidido por él. esterilizarlo como agente nazi, es República. Churchill cree, en de­ tadista don Salvador de MadaAranda, por su parte, negaba decir, siempre que se consiguie­ finitiva, que Franco —y ésta es riaga, que tiene en España la que Jordaiía tuviese la menor ra apartarlo de la custodia hi­ la mayor ofensa que ha inferido misma influencia política, poco fuerza en el Ejército —y en tleriana constituida por Falan­ al pueblo español— es todavía más o menos, que, por ejemplo, afirmarlo no carecía de razón— un gobernante bastante acepta­ el señor Goicoechea en Nueva Ze­ y que pudiera ser, por lo tanto, ge, o que ésta perdiera tal ca­ rácter. Desde que mister Chur­ ble para España si se logra ha­ landia. el general indicado para dar un cerle romper con Hitler. Lo cree golpe de Estado militar contra chill llegó a. tal conclusión que­ LA ILUSION DE UN GO­ así, no como demócrata, natural­ Franco. El traidor de Asturias, daron elaboradas en su mente BIERNO M ILITAR SIN mente, sino como imperialista y se vanagloriaba de contar con las líneas generales del discurso FRANCO conservador británico, interesa­ buenos amigos personales entre de encomio a Franco que tanto do en que España siga someti­ Ante esta falta de materia pri­ los generales, pues muchos de desconcierto e irritación ha cau­ da a un dictador, para que no ma para una brillante restaura- ellos le debían el cargo por ha­ sado entre todos los demócratas. UNA INFORMACION REVELADORA El resultado de esta curiosa evolución del pensamiento churchilliano sobre el problema polí­ tico español fué revelada por el redactor diplomático de la re­ vista Reynolds, en un interesan­ te información, trasmitida por la agencia United Press a varios países americanos, pero que ig­ noramos por cuáles causas, aun­ que acaso no fué ajena a ellas la censura telegráfica yanqui, no conocimos en su día, en México. Nosotros hemos leído tal infor­ mación en la prensa de Chile, casi con un mes de retraso. Según el redactor diplomáti­ co de Reynolds, con ocasión de la estancia en Londres del sub­ secretario de Estado norteameri­ cano señor Sttetinius, se llegó a un acuerdo entre los gobiernos de la Gran Bretaña y los Esta­ dos Unidos respecto a la polí­ tica a seguir con relación a Es­ paña. Dicho acuerdo sirvió de preparación o prólogo, según el mismo informador, al pacto del tungsteno, y abarca los siguien­ tes puntos. Primero. — No se dará apoyo de ninguna especie a los repu­ blicanos españoles. Segundo.—Será apoyado cual­ quier gobierno de derechas que pueda constituirse en España. Tercero. — Se persuadirá a Franco para que disuelva y pres­ cinda de la Falange. Cuarto.—La restauración mo­ nárquica no será apoyqda, a me­ nos que los españoles den seña­ les de que la desean. No precisa una gran sagaci­ dad política para encontrar la íntima relación entre el punto segundo y el tercero de este su­ puesto acuerdo. Quiere decir to­ do ello quq el mismo Franco, sin arriesgarse sir Samuel Hoare a la vana busca de un difícil y pro­ blemático sustituto, puede ser el jefe de ese Gobierno de derechas que cuente con el apoyo ofrecido por Inglaterra, siempre que el Caudillo se libre de la tutela de Hitler y prescinda del instru­ mento de influencia hitleriana constituido por la Falange. Y la demanda de prescindir de Fa­ lange no equivale al compromi­ so de dispersarla, ni mucho me­ nos perseguirla, sino simplemen­ te de desconectarla de las in­ fluencias nazis. Ss trata, en el fondo, de ofrecer un apoyo y una influencia inglesa, a cambio de obtener la renuncia de Fran­ co al apoyo y a là influencia nazi. Tal es el sentido profundo del último discurso de mister Chur­ chill encomiando a Franco, que recuerda en muchos aspectos el que anteriormente pronunció, para preparar la badogliada, ofreciendo el mismo Churchill una amplia confianza al maris­ cal Badoglio, para reorganizar el gobierno monárquico de Italia. El proceso subterráneo de la badogliada ha sido exactament el mismo en Italia que en España, y los Ercoli españoles han tra­ bajado inconscientemente, —he­ mos de creerlo así por su propio decoro político— en esa misma dirección. Pero fracasada, por imposible, la badogliada con Aranda o Jómez Jordana, se in­ tenta ahora, por lo visto, la superbadogliada con el mismo Franco. ¿ Cómo reaccionarán an­ te la nueva solución que se in­ tenta las presuntos Ercoli espa­ ñoles ? . . . ¿SE TRATA REALMENTE DE UN ACTEEDO? conservador e imperialista co­ República es el lazo de comuni­ Cámara de Representantes de los dear su entusiasmo republicano mo el señor Churchill, sino de­ dad de España y América, como Estados Unidos, que “ los alema­ y convertirle) en acción, sino por­ mócrata e idealista. Personas que la dictadura en España es el mal nes, por medio de la propagan­ que la liberación, de Francia —y No dudamos de que el redac­ parecen conocer íntimamente su ejemplo contagioso y el elemen­ da, han comenzado ya a tratar no los discursos en la Cámara de tor diplomático de la revista pensamiento afirman que el pre­ to de perturbación en América. de echarnos a perder la paz en los Comunes— será lo que prin­ Reynolds que dió a conocer tan sidente de los Estados Unidos no Personificar en Franco la defen­ España y luego, por conducto cipalmente librará a España de reveladora información, la reco­ es personalmente hostil al Resta­ sa contra el “ caos” en España, de España, en Iberoamérica” , la presión nazi y relajará los re­ gió en buenas fuentes. Lo prue­ blecimiento de la República en equivaldría a trasladar el ‘‘caos ' ’ i Está claro ? sortes policíacos y represivos de ba el hecho de que se adelantó a España, aunque no lleve su con­ a América, es decir a huir de un Mientras no se restablezca en la tiranía falangista sustentada los otros periodistas en reseñar vicción en ese aspecto hasta con­ temor lejano para aproximarse y España el régimen republicano, en España por la Gestapo. Cuan­ las condiciones del tratado prin­ trariar la política inglesa. La hundirse en él. basado en la verdadera democra­ do De Gaulle esté en París y ha­ cipal sobre el tungsteno, entre inclinación íntima del señor cia, y mientras exista en Madrid yan desaparecido de las Pirineos España e Inglaterra y los Esta­ Roosevelt en favor de la restau­ un gobierno pelele, una dictadu­ las panzer-divisionen nazis, no le dos Unidos. Pero no creemos que ración en España de un régimen PELIGRO PARA AMERICA ra al servicio de la política euro­ quedará a Franco ni un policía, los puntos que hemos transcri­ democrático se ve, por otra, con­ ni un funcionario —fuera de los En ese sentido, el elogio a pea totalitaria, —aun después incondicionales criminales falan­ to referentes a mi “ acuerdo ' ’ en­ trarrestada por razones electora­ de desaparecer Hitler— quienes tre estos dos últimos países con les, pues una ayuda cualquiera Franco pronunciado por Chur­ gistas— que se atreva a cumplir relación a la política interior es­ en el orden político a la Repúbli­ chill desde la tribuna parlamen­ quieran perturbar en América sus órdenes para seguir opri­ —y no faltarán voluntarios— pañola, tengan el carácter de ca española le enajenaría, en vís­ taria británica ha sido interpre­ miendo al pueblo español. El es­ verdadero acuerdo. No creemos peras de la renovación presiden­ tado como una amenaza para no necesitarán buscar mucho pa­ tallido ciudadano de éste será ra encontrar el instrumento de que el gobierno de los Estados cial, los votos católicos que, mo­ América, porque sirve de alien­ una fiesta que tendremos mucho Unidos haya aceptado ese com­ vidos por el fanático y cerril to a las dictaduras militares crio­ sus criminales designios en estas gusto en ofrecer a mister Chur­ tierras. promiso para regir su propia po­ obispo franquista C a u g h l i n llas que, como la de la Argenti­ chill para celebrar la victoria lítica con respecto a España. Xo . -—¡ magnífico ejemplar de cura na, toma ejemplo de Franco, imi­ Un dictador en España es aliada. inclinamos a creer que se trata trabucaire irlandés!—- y por el ta su sistema y presta oído a siempre un peligro para los paí­ Triunfos eventuales del pue­ más bien de una notificación del insinuante y desenvuelto mon­ sus consignas. La camarilla mi­ ses que suelen acoger con cariño, gobierno inglés al señor Stteti- señor Spellmann, forman en los litar argentina recibe así de Lon­ por identidad de idioma y de blo español son también, por una nius, de cuáles son sus puntos de Estados Unidos una combativa dres un inesperado apoyo moral afeetos, cuanto venga de Espa­ parte, una posible rectificación, vista peculiares sobre la cues­ masa de oposición jesuítica y va- en el momento preciso en que ña o utilice su conducto. Fran­ como' decíamos antes, en relación tión española, pero que no cons­ ticanesea a la República españo­ los Estados Unidos y todos los co en el gobierno español será con el problema de España, de la tituyen acuerdo propiamente di­ la. Muchos católicos americanos, países democráticos de América, siempre un agente de dictadura, política norteamerieaan, que no cho con el Gobierno norteameri­ que han olvidado piadosamente la observan clavada en el cuerpo de militarismo, de totalitarismo, está obligada por su propio in­ cano. Nos basamos para expre­ la persecución contra los católi­ continental como un quiste ma­ de fascismo, en América, es de- terés a seguir ciegamente las di­ sar tal creencia en el hecho de cos en Inglaterra, no han per­ ligno e inquietante. Ya el año eir, un agente propagador de la rectivas internacionales del im­ que, cuando se firmó el conve­ donado todavía, sin embargo, la 37 el presidente Roosevelt ha­ “ epidemia de ilegalidad y vio­ perialismo conservador británico blaba con alarma de la exten­ lencia” diagnosticada por el pre­ .y, por otra parte, una acentua­ sión por todo el mundo de la sidente Roosevelt desde el año ción, que cada día es más evi­ ‘ ‘No olvidfemos las Filipinas. El Japón impondrá un nuevo orden. “ epidemia de ilegalidad y vio­ 37, meses después de haber ini­ dente, de la solidaridad demo­ La dominación yanqui nunca podrá arrancar del Archipiélago lo que lencia” , y de los perniciosos ciado Franco su criminal suble­ crática de Hispanoamérica con nuestros antepasados sembraron para s ie m p re ...” —‘‘Informacio­ la República española. Posible efectos de su contagio. El señor vación. nes” , órgano franquista, en vísperas de la agresión del Japón. es también que, visto el fracaso Roosevelt aconsejaba que se ' del gobierno de “ Unión Nacio­ adoptaran medidas de preven­ nio del tungsteno, los Estados moderada política laica de la Re­ ción y profilaxia contra tal do­ OTRAS PERSPECTIVAS nal” de Badoglio en Italia, que Unidos declararon que lo acepta­ pública española, que consideran lencia social. No parece, pues, DEL PANORAMA no ha aportado ninguna ayuda ban ‘‘cediendo al apremiante obra de feroces tragacuras . . . . lógico que sienta ahora un gran apreciable a los aliados en gue ruego del gobierno inglés” , ma­ como don Angel Ossorio, por entusiasmo al ver cómo mísjter INTERNACIONAL rra, porque el pueblo italiano le nifestando de este modo que la ejemplo. ha vuelto asqueado la espalda, Churchill se apresura a suminis­ política de apaciguamiento y Por otra parte, el presidente trar reconstituyentes oratorios Parece lógico, por lo tanto, es­ el intento de una badogliada en componendas con Franco no co­ Roosevelt acepta como buena para dar más vigor a los que pro­ perar de los Estados Unidos ma­ España no encuentra ya el ines­ rresponde a su iniciativa, aun­ cualquier política, como la defi­ pagan tal epidemia en América. yor comprensión de la política perado y decisivo concurso que que la discrepancia sobre tal ex­ nida por su secretario de Esta­ española que la que revela mis­ Aun divorciado Franco de ter Churchill en su reciente dis­ la impuso en el caso italiano, a tremo no justifique un desacuer­ do, Cordell Hull, que “ evite el pesar de que los unificadores Erdo con su aliado. Nos basamos caos en Europa” . En ese sentido Hitler —lo que todavía es hipo­ curso, y también cabe esperar coli españoles hayan servido dó­ también en el efecto causado en es evidente que Cordell Hull, re­ tético— un régimen dictatorial que la política norteamericana en cilmente hasta ahora, la misma los Estados Unidos por el discur­ presentante de la tendencia con­ de tipo fascista en España cons­ ese aspecto no quede permanen­ inspiración. No queremos adelan­ so de mister Churchill, discurso servadora en el campo democrá­ tituirá siempre un peligroso mo­ temente influida por el interés tar ninguna absolución, pero qui­ que equivale a la exposición pú­ tico estadounidense, preferirá delo para ciertos países de Amé­ británico. O, más concretamente, siéramos tener rápidamente mo­ blica de la política representada para España un gobierno fuerte rica. No sólo por sus propias por el interés exclusivo del con­ tivos para elogiar la designación, por ese supuesto acuerdo. de derechas, mejor que una Re­ ambiciones imperiales, aunque servadurismo imperialista in­ que se anuncia como posible, de Según certera frase de un pe­ pública democrática, aunque- és­ sean desatentadas y grotescas glés, pues también tenemos moti­ Litvinof para formar parte de riódico mexicano, las palabras ta no haya de estar reñida con como las de los azules delirantes vos para suponer que los labo­ esa especie de Directorio de la del Premier británico ‘‘no han la fortaleza interna del régimen • de la “ Hispanidad” falangista, ristas ingleses, llamados a susti- paz mundial cuyo proyecto endulzado los oídos neoyorqui­ y la solidez del orden público. sino porque, en cualquier mo­ tir en el poder algún día a la de creación ha sido hecho pú­ nos” . Y periódico yanqui tan Pero, en último caso, los Esta­ mento, semejante régimen, fue coalición gubernamental que ac­ blico. bien informado sobre la po­ dos Unidos no tiene lógicamen­ ra del control del pueblo espa­ tualmente preside mister Chur­ Celebraríamos que la reapa­ lítica exterior de su país como te los mismos motivos que los im­ ñol que impusiera su buen sen­ chill, no compartirán los pun­ rición política del señor Máximo tido y su desinteresado amor a The New York Times, encontró perialistas ingleses para desear la tos de Vista personales de éste Litvinof, como representante el discurso de Churchill “ sobra­ decadencia y el sometimiento de Iberoamérica, podría convertir­ sobre el problema español. de la Unión Soviética en ese Di­ damente individualista” , inquie­ España. Lo que en definitiva in­ se, por un elemental juego de Queremos decir con todo ello rectorio, tuviera la misma sig­ tándole la libertad con que el go- teresa a los Estados Unidos es intereses, en agente de ambicio­ gernante británico fija por su que España no ejerza en los paí­ nes o cómplice de aventuras que el panorama internacional nificación política que han teni­ cuenta y riesgo orientaciones po­ ses americanos de su misma len­ europeas, tal como pueden sur­ para los republicanos españoles do otras reapariciones suyas en líticas que compromenten en con­ gua una influencia imperial per­ gir en la turbia y confusa situa­ no es en realidad tan sombrío el escenario internacional, y que como pareció a muchos tras el el cese de su retraimiento tuvie­ junto las de sus aliados. Cuán­ niciosa, bien por propia iniciati­ ción de la Europa postbélica. sonado discurso de mister Chur­ se también el mismo significa­ do oiremos —se pregunta el dia­ va, movida por los esquizofré­ La experiencia ha demostrado rio neoyorquino—una definición nicos crepusculares del “ Impe­ ya a las democracias americanas chill, sin que podamos alentar do que, en otros momentos, ha tampoco exagerados optimismos señalado al fin de sus momentá­ conjunta de lo que se hará des­ panglossianos. Ni podemos decir neos eclipses. Los republicanos pués de la guetra .’’’ Vamos» ‘ ‘El Japón ha llegado al limite de su paciencia. No podía sopor todo lo que sabemos, ni sabemos españoles solo tenemos deseos de pues, en autorizada compañía ta r por más tiempo la interferencia y la oposición dfe los EE. UU. todo lo que se debía decir . . . aplaudir y secundar todas aque­ para suponer que no hay “ defi­ Esperamos que Manila será salvada para la cristiandad” .—‘‘Infor­ llas actitudes de los pueblos nición conjunta” , es decir, que En la gran partida interna­ maciones” , órgano franquista, al producirse la agresión del Japón. no existe acuerdo como el que cional que se está jugando con amigos que sirvan la causa de la reveló el redactor de Reynolds, naipes mareados, al pueblo espa­ democracia universal, y, en con­ aunque éste anticipase en su in­ rio vertical y azul” y de la “ His­ cómo la “ hispanidad” nazifas- ñol no se le ha acabado todavía, secuencia, la del pueblo español. teresante información los pun­ panidad” ultramontana, o bien cista de los señoritos de Falan­ ni mucho menos, el buen juego. tos capitales —comunicados, sin inspirada y definida por el Insti­ ge ha fomentado una dañina in­ En primer lugar, diga lo que NUESTRO “ REALISMO” duda, al señor Sttetinius— de la tuto berlinés de von Faupel. filtración en la sociedad y en la quiera mister Churchill, —un política personal del señor Chur­ Los Estados Unidos, por el con­ política de los países america­ amigo español comentaba dono­ No pretendemos, sin embargo, chill ; esto es, del pensamiento trario, nada deben temer de una nos de lengua española, organi­ samente su discurso, exclaman­ conservador e imperialista in­ España republicana fuerte y zando una peligrosa “ quinta do : ¡ El disgusto que se llevará aliviar a nadie de culpas por ha­ glés. progresiva, solidarizada con la columna” y asumiendo hasta las cuando proclamemos de nuevo ber permitido llegar a la situa­ América española en la defensa funciones más viles de espionaje la República !—el hecho interna­ ción internacional presente, de común de la democracia, en la nazi y conspiración antiameriea- cional que, en nuestra opinión, la que es síntoma alarmante el LA POSICION DE obra espiritual de mantener el na. ROOSEVELT más influirá en España, hasta el discurso franquista de mlster esplendor de una cultura insig­ No hace muchos días, el di­ punto de determinar el derrum­ Churchill. Tampoco queremos Nos basamos, por fin, para ne y en la tarea política de la rector ejecutivo de la Sección de bamiento del régimen falangis­ anticipar ningún elogio ni nin­ creerlo así en lo que se conoce cooperación internacional. Los Ultramar de la Oficina Norte­ ta, será la liberación de Fran­ gún reconocimiento previo, que del pensamiento político del pre­ españoles admiramos la grande­ americana de Información de cia y el ejemplo del levantamien­ pueda ser prontamente defrau­ sidente Roosevelt, aunque no pre­ za de los Estados Unidos y no Guerra, mister Edward W. Ba- to del pueblo francés. Y no pre­ dado. tendamos, poseer el secreto de los vemos motivo alguno para que rrett, declaraba ante la Subco­ cisamente porque el español ne­ Ante el feroz “ realismo” de dioses. El señor Roosevelt no es ellos recelen de la de España. La misión de presupuestos de la cesite de tales ejemplos para cal­ los directores de la política mun VALIJA <màrdeû EL CAUDILLO SALVO AL IMPERIO BRITANICO generosamente de dar la orden futid que hubiera acabado pare siempre con la Comunidad de Nuestro original amigo mis­ Naciones británicas. Un simple ter Winston Churchill se ha de- ademán del Caudillo, el liviano eidido, por fin, a renunciar pú­ movimiento para sonar un tim­ blicamente al papel de salvador bre, y los cañones falangistas de _del Imperio Británico, que la Algeciras hubieran pulverizado fama venía atribuyéndole por en el acto los aviones que repo­ error, y. con laudable modestia, saban en el aeródromo de Gibral­ ha revelado que quien en reali- tar y hundido la escuadra ingle­ 1dad lo salvó fue el generalísimo sa que esperaba en aguas españo­ Franco. La noticia habrá dejado las, cerca del Peñón, la orden algo perplejo a herr Hitler, para zarpar con rumbo al A fri­ quien tenía motivos para pensar ca del Norte, donde la esperaba que el Caudillo le ayudaría a el demócrata Darían. De haber aniquilara la‘‘pérfida Albión”; ocurrido esto, lo más probable —aunque no absolutamente se­ pero el Fuehrer tendrá que ren­ ■ dirse a la evidencia después de guro— es que f uese mister Chur­ leer el sonado discurso del Pre­ chill quien ahora se declarase mier inglés. Las consecuencias antifranquista, en vez de obli­ de la decepción de herr Hitler gar a dar ese mal paso a un “ ca­ son de momento, imprevisibles, y ballero” como herr Hitler, quien nada tendría de extraño que el resulta en definitiva el verdade­ Fuehrer se declarase ahora con­ ro salvador del Imperio británi­ secuente antifranquista y se pu­ co, pues, sin su ayuda a Franco, siera de acuerdo con las “ desta­ éste no hubiera podido salvar cadas personalidades de la CE­ primero a España, y, por lo tan­ D A ” adheridas a la Junta Su­ to, no hubiera estado en situa­ prima de Unión Nacional, para ción de salvar más larde a la acabar con Franco y vengarse Gran Bretaña, Todo ello nos llena de legíti­ de su incalificable traición. A decir verdad, nosotros mis­ ma satisfacción a los republica­ mos, de no haberlo dicho perso­ nos españoles, que tenemos dere­ na tan autorizada, en razón de % cho a reclamar para nosotros su cargo, como mister Churchill, mismos una parte de la grati­ no lo hubiéramos creído jamás. tud que Churchill ha expresado Pero lo cierto es que, en varios al Caudillo, pues parece eviden­ instantes históricos, la suerte te que, si en vez de ganar Fran­ del Imperio inglés dependió co la guerra con la aguda de de Franco y que éste se abstuvo Hitler, la hubiéramos ganado los dial, reclamamos también el de­ recho a nuestro propio “ realis iuo” . Nuestra posición en cada caso, estará determinada por el único interés del pueblo español, de sn libertad y de su iudepen- dencia. Solo con él y a través de él podremos servir a la causa in ­ ternacional de las Democracias. El manifiesto que publicó la Junta Española de Liberación anuncia un propósito resuelto, patriótico “ realístico” de coope­ ración democrática internacio­ nal, pero también la fírme reso­ lución de enfrentarse con quien sea. hombre o nación, por poten­ te que sea, que se cruce en el camino de la libertad de España. A cada hombre y a cada pueblo habrá que juzgarlos, en nuestra propia estimación, por su acti­ tud ante el problema español. Ningún anuncio de nuestra con­ ducta futura podemos hacer a priori. O más bien podemos ha­ cer sólo esta simple advertencia : que no se cuente con el pueblo español para ninguna renuncia ni para ninguna claudicación. Que no se cuente con los republi­ canos españoles para ninguna “ Unión Nacional” que tenga por objeto “ eliminar dificulta­ des” . La primera dificultad que hay que eliminar es Franco y la dictadura española. Y la mane­ ra de eliminarlos es restablecer la República española, a lo que los españoles están dispuestos con sus propios medios. La única dificultad para nosotros es lo que dificulte la República espa­ ñola. No admitimos en eso sustitutivos, imitaciones ni engaños. Con 'la República, estaremos dis­ puestos a servir la causa inter­ nacional de las Democracias. Sin la República, estaremos dispues­ tos sólo a luchar por la Repúbli­ ca. El triunfo de ella sería todo el concurso que pudiéramos apor- tar a la causa internacional co­ mún. Sin abandonar el juego in­ ternacional, que la Junta Espa­ ñola de Liberación vigila aten­ tamente, dispuesta a intervenir en él con pulcritud, de “ parte­ naire” leal y correcto, la mejor carta que tiene todavía en manos el pueblo español es la de su pro­ pia acción heroeia para rescatar con sn propio esfuerzo la Repú­ blica. La acción del pueblo es­ pañol ss lo que, en definitiva, ha­ rá inoperante el último discur­ so de mister Churchill, que cual­ quier shespiriano podría defi­ nir así, frente a la voluntad in­ domable de nuestro pueblo —-el pueblo de la defensa de Madrid : palabras, palabras palabras... Carlos ESPLA P. S. Después de escrito el an­ terior artículo, entregado a la imprenta el lunes 29 de mayo, la prensa mexicana del miércoles 31 publica las manifestaciones del presidente Roosevelt, declaran­ do que no está “ satisfecho” de la conducta de España (debe en­ tenderse, de Franco), la cual continúa sus envíos a Alemania, no habiendo, por lo tanto, nin­ gún cambio esencial en las rela­ ciones de los Estados Unidos con el gobierno español. La señora de Roosevelt, por su parte, ha ma­ nifestado que la “ actitud del Primer ministro Churchill para con el gobierno de Franco no afectará a la política de todas las Naciones Unidas” , añadien­ do otros agudos comentarios al discurso del Premier británico. Recogemos brevemente tan inte­ resantes declaraciones que vienen a corroborar autorizadamente la tesis sostenida en este artículo. republicanos, sin la ayuda' de Churchill, el Caudillo no hubie­ se podido luego prestar tan se­ ñalado servicio al pueblo inglés; con lo cual resulta que, sin dar­ nos apenas cuenta, los republi­ canos sanios en realidad los que, en último término hemos salvado con nuestra involuntaria derro­ ta al Imperio británico. La cosa para los ingleses resultó bastan­ te más cómoda y fácil que para los españoles, pues Franco se sublevó en verdad contra la Re­ pública española, y fueron ciu­ dades españolas las bombardea­ das por los aviones que Hitler le envió, y f ueron mujeres y ni­ ños españoles — claro es que ro­ jos — los ametrallados alegre­ mente por nazis y fascistas en las carreteras, en los hospitales y en las escuelas de España, y f ue el pueblo español el que sufrió hambre y duelo, y fueron —y siguen siendo— españoles los fu ­ silados por Franco y los asesi­ nados por su turba falangista, y son españoles los que están en las cárceles hitlerianas de Franco y en los campos de concentra­ ción de Pétain, y son, en fin, españoles los que han fierdido hogar, familia, patria y libertad: pero todo, según se deduce del discurso de mister Churchill, lo hizo Franco sin mala intención, con objeto principalmente ele po­ der salvar en el momento preei so al Imperio británico. Justo parece, por lo tanto, que al pro­ clamar y agradecer mister Chur­ chill el gesto magnánimo de Franco, recibamos los republica­ nos españoles la parte de reco­ nocimiento que nos corresponde, ya que hemos contribuido a la proeza del Caudillo, aunque só­ lo sea, dentro dé la modestia de nuestros medios, con el insignifi­ cante papel de víctimas. . Además, el saber que el Ge­ neralísimo ha salvado al Impe­ rio británico no sólo nos llena dsatisfacción, sino que nos pro­ duce un gran descanso, un in­ menso alivio, pues de ese modo ya no será necesario que ningún republicano español se preocupe todavía*, de salvarlo, siguiendo la lucha contra Hitler y arries­ gando su vida por defender la causa de Inglaterra, que no pue­ de estar ya más salvada de lo que Franco la- salvó, a juzgar po'las autorizadas palabras de mis­ ter Churchill. ¡Qué dulce tran­ quilidad invadirá ahora a los republicanos españoles! Por f in van a disfrutar de un merecido reposo y de una inefable indife­ rencia, a-caso un poco decepcio­ nadas al ver con cuánto desdén se han recompensado sus servi­ cios anteriores, mas no por ello menos satisfechos al pensar que no necesitarán seguir pres­ tándolos en lo sucesivo. Los pres­ taron ya con creces al dejarse perseguir, encarcelar, arruinar, desterrar y asesinar para formar con su martirio un pedestal de gloria, desde el cual el Caudillo ha podido permitirse el elegante gesto de salvar la causa de las Democracias . . . Cree mister Churchill con ra­ zón que, después de haberla salvado, sería jugarle una mala partida a Franco el intento de restablecer la democracia en Es­ paña, pues si el Caudillo la sal­ vó en Inglaterra, filé para pre­ servar de ella a España, que de­ be quedarse, por ende, sin régimen democrático. En este punto coinciden herr Franco y mister Churchill. Opina este úl­ timo que, cuando termine la gue­ rra — después de la invasión, na­ turalmente, lo que no anuncia, desde luego, un fin muy precipi­ tado— habrá en el mundo dos cla­ ses de pueblos: unos, los que han luchado contra las Democracias, que son los que tendrán derecho a recuperar el ejercicio d-e la democracia; y otros, los que, como España, por haber luchado en favor de las democracias, ten­ drán cine quedarse sin democra­ cia y seguirán disfrutando de una buena tiranía indígena. Di­ cho ele otro modo: si el pueblo español no hubiera luchado con­ tra Hitler, y no hubiera evitado que Franco entrase en guerra con Inglaterra ; si en vez de ha­ cer esiy el pueblo español hubie­ ra roto las hostilidades con la Gran Bretaña, dedicándose a mu- / tar soldados ingleses en tos cam­ pos de batalla, ahora mister Churchill tendría interés en que se restableciese la democracia en España. Pero como el pueblo es­ pañol no ha bombardeado nin­ guna ciudad británica, ni ha hundido ningún barco de la es­ cuadra inglesa; ni ha realizado acto alguno hostil a las Demo­ cracias —pues, por el contrario, las defendió aun antes de que se defendieran ellas mismas— justo es, en opinión de mister Churchill, que el pueblo español se quede sin democracia. Sin de­ mocracia y con Franco, que fué quien salvó a las Democracias en las andaluzas aguas de Algeciras. Quiere decir esto que el derecho de los pueblos a la democracia, según mister Churchill, depende­ rá exactamente, cuando termine la guerra, del número de ingle­ ses que cada pueblo haya podi­ do mataren los campos europeos, donde se decide hoy con tanta discreción como prudencia la causa de las Democracias. De este modo, la victoria de las Demo­ cracias contra las tiranías será administrada equitativamente en sentido inverso al resultado mis­ mo de la contienda, dandp demo­ cracia a quien Ja agredió y negán­ dosela a quien luchó y se sacri­ ficó por ella. Expuesto en estos términos de claridad el progra­ ma de mister Churchill para el restablecimiento o privación post bélica de la democracia en los distintos países, su peregrina teo­ ría. parece contener una impru­ dente invitación para que los pueblos todavía, neutrales que anhelan la restauración de la de­ mocracia, se apresuren a decla­ rarle la guerra a la Gran Breta­ ña y se dediquen ardorosamente a matar soldados ingleses y a de­ rribar aviones de la R A F y a tor­ pedear buques de la Armada de H. M. De ese modo, llegado el momento de la victoria, los pue­ blos que hasta ahora han sido neutrales pero que, atendiendo a la singular invitación de mister Churchill, dejen rápidamente de serlo, podrán presentar una bri­ llante hoja de servicios en la gue­ rra contra las Democracias y una sustancial lista de enfermeras, soldados, aviadores, comandos y marinos ingleses muertos; con lo cual af irmarán su derecho a dis­ poner de un buen régimen demo­ crático para uso propio, en tanto que los pueblos que no se apre­ suren a agredir a Inglaterra ten­ drán que seguir disfrutando de sus excelentes dictaduras nacio­ nales. Todo ello tiene, sin embargo, su lógica, aunque sea una lógica típicamente británica, la cual se distingue precisamente por su falta absoluta de lógica. Piensa, en efecto, mister Churchill que si, después de haber salvado Franco a Inglaterra y en conse­ cuencia a la democracia, se qui­ ta ahora el poder a Franco para implantar en España un régi­ men democrático, ya no podrá el mismo Franco, si se presenta nueva ocasión en la próxima gue­ rra mundial, estar en condicio­ nes de salvar otra vez a las De­ mocracias. Además, ■mister Churchill ha descubierto sagazmente los ver­ daderos motivos que tuvo el Ge­ neralísimo para realizar su gesto salvador. Parece ser, según su­ pone mister Churchill, que en el asunto intervino el factor senti­ mental, que, como se sabe, es cique más influye en seres tientos y sensibles como Franco, que vie­ ne a ser, visto por el Premier británico, una especie de senti­ mental de guitarrón. La explica­ ción que encuentra mister Chur­ chill al noble gesto del Caudillo no deja de ser ingeniosa. Por lo visto, Franco, para decidirse a salrar al Imperio británico, re­ cordó de pronto que hace apenas 130 años la Gran Bretaña agudo a salvar a España de la tirania napoleónica. Es muy posible, desde luego, que las cosas ocu­ rrieran así; pues Franco debió conocer el episodio histórica ci­ tado por Churchill y que fué el verdadero móvil de la tardía gratitud franquista, bien por ha­ bérselo oido referir al conde ele Eomunones, que ya debía, vivir por aquella época, o bien por ha­ berlo leído, cuando era cadete, en la excelente “Historia Uni­ versal y del Japón” que estudió en la vieja Academia de Toledo. Esta ingeniosa explicación resuel­ ve, además, el caso de conciencia que podría presentársele a Fran­ co ante esta enojosa opción: igratitud a Hitler o a Welling­ ton? Cuando el Fuehrer, que no es precisamente un amigo personal de mister Churchill, le diga al Caudillo: — Te has portado como un cer­ do . . . ¿Para eso te ayudé a ase­ sinar a españoles y a bombar­ dear ciudades de tu patria y a darte la victoria? Después de toiodo eso ¿eres tú quien salva a los ingleses?— Franco podrá contestar, para justificarse razo­ nablemente: —¡Qué quiere, “ mein Fueh­ rer”...! Antes que usted, estaba lo de Napoleón . . . Yo tenía ya compromisos anteriores con el Duque de Hierro . . . Algo habrá que hacer, en vista de todo ello, para conmemorar la fecha histórica en que Franco salvó al Imperio británico, según el autorizado testimonio de mis­ ter Churchill, quien, por otra parte, afirma que nadie debe me terse en los asuntos internos de los españoles, reproduciendo así una nueva doctrina de “ no-in­ tervención” que nos vuelve feliz­ mente a los viejos tiempos de mis­ ter Chamberlain, a quien com­ batía mister Ch urchill por decir poco más o menos lo mismo que ahora dice mister Churchill, co­ mo si las palabras no salieran, de las personas, sino del cargo que éstas ocupan. Algo habrá que hacer, repito, para conmemorar­ lo, y a mí se me ocurre que lo me­ jor seria que los republicanos españoles abriésemos una sus­ cripción pública para regalarle a mister Churchill un paraguas como el que usaba mister Cham ­ berlain: un paraguas exacta­ mente igual. . . Creo que misiez Churchill se lo merece en estric­ ta justicia, EL VALIJERO ------ FRUTOS AMARGOS , I Uno tras otro, los ensayos de la política llamada de apacigua­ miento, aunque en realidad de­ biera ser denominada de com­ plicidad, han ido dando como consecuencia el más absoluto de los fracasos. El de Darían acabó trágicamente con la muerte del almirante, sin que todos los es­ fuerzos realizados después para ejercer presión sobre los france­ ses libres que siguen a De Gaulle hayan servido más que para sub­ rayar la enérgica oposición del general y crear una situación que se hace de día en día más con­ fusa. El experimento de Italia, que era una especie de ensayo general para futuras represen­ taciones en Europa, lejos de pro­ curar las ventajas que de él se esperaban, ha promovido fuera de Italia un movimiento general de repulsión, y dentro, un sentimiento de protesta que rodea de hostilidad la presencia de las fuerzas aliadas. El fracaso es tan completo y evidente que ni siquiera las mismas autoridades militares de ocupación se creen autorizadas a ocultarlo. El pas­ tel cocido en el horno de la co­ laboración con Badoglio resulta, no obstante el azúcar que lo en­ dulza aparentemente, demasiado amargo para el paladar de los antifascistas italianos. Piensan, con razón, que para engullir-se­ mejante repostería no valía la pena de ponerle los manteles al AMGOT. Y lejos de calmarse la agitación del pueblo italiano, el descontento crece al paso de los ejércitos que, por paradoja, se llaman libertadores. Ha desapa­ recido del escenario político de Italia la camarilla personal de Mussolini, pero el aparato admi­ nistrativo sigue estando, en su mayor parte, en manos de los antiguos funcionarios del régimeq fascista, con lo que las pro­ mesas de los aliados suenan a sarcasmo en los oídos de los ita­ lianos perseguidos por él duran­ te más de veinte años. | Era para esto para lo que Mr. Churchill les conminaba a la rebelión ? No obstante, estamos muy le­ jos de esperar rectificaciones profundas e inmediatas en una política que tiene de obstinada lo que tiene de torpe. Los hechos no consienten hacerse ilusiones de esa clase y, a mayor abunda­ miento, el último discurso del primer ministro británico, con­ firma lamentablemente el pro­ pósito de continuar en el error. Si la conducta seguida por los gobiernos aliados con Francia y con Italia les ha ganado una le­ gítima desconfianza, la táctica empleada para contentar a Fran­ co desborda ya los límites de lo tolerable. ¿ Hacia qué gravísimos conflictos nos está empujando a todos ese desdichado e insincero proceder ? Cuando la guerra lle­ gó a las costas de Sicilia, Gaetano Salvemini, que piensa y escri­ be con absoluta claridad, decía : ‘‘ Parece que aun en las altas es­ feras políticas de EE. UU. y de Inglaterra persiste todavía la falacia de que la Italia fascista no ha cometido más que una equivocación importante, la de unirse a H i 11e r en lugar de alinearse con las naciones demo­ --------- ------ —- ------------ Española iba a ser su ejreito de maniobra. Tan notorio es todo ello, que de nada sirven ahora los grotes­ cos arrumacos con que Franco se acoge al bondadoso corazón de las NN. UU. Bajo la dirección de von Faupel, Falange iba ga­ nando posiciones. “ En octubre de 1S38 —escribe Alian Chase— y la perfecta organización que la Falange Exterior se había ex­ une a todas y cada una de las cé­ tendido por el mundo. Tenía ra­ lulas nazis en los respectivos paí­ mificaciones que actuaban en ses continentales. Ahora bien : la veinte países extranjeros. Se jac­ infiltración nazi en América hu- • taba ele tener fuera ele España biera sido muy difícil, o imposi­ más de un millón de miembros ble, tal vez, sin el concurso deci­ entusiastas : más de veinte veces sivo de Falange Española, que a el número de falangistas epie ha­ favor de los vínculos de idioma, bía en la propia España en 1936. sangre e historia que unen a Es­ Marchaba todo tan bien que la paña con América, e invocando Delegación Nacional .del Servi­ un'falso hispanismo, constituye cio Exterior publicó un folleto de el auxiliar más valioso con que 56 páginas lleno hasta los bor cráticas. Uno de los trágicos mis­ terios de la diplomacia democrá­ tica es el de cómo podría esperar­ se del fascismo que se convirtie­ ra en un aliado de la democra cía” . En efecto, la diplomacia aliada gira ciegamente en torno a ese absurdo monstruoso, que ninguna conveniencia transito­ ria puede justificar ni rinde más que frutos de desaliento. En fe­ brero de 1943, el presidente Roo­ sevelt, en una alocución dirigi­ da al pueblo norteamericano, afirmaba que “ ninguna nación del mundo que sea libre para es­ coger adoptará la forma de go­ bierno fascista, Onazi, o la forma de gobierno japonesa basada en los señores de la guerra. Todas esas formas de gobierno —aña­ día— son hijas de la usurpación del poder, seguida de la supre­ sión de la libertad. Por consi­ guiente, las NN. TJU. pueden de­ cir en lo que respecta a esas for­ mas de gobierno dos simples pa­ labras: “ ¡nunca más!” Pero la memoria de las NN. ITU., o de sus gobernantes actuales, p a r e c e quebradiza, y lo que ha venido luego no se ajusta en nada a los ofrecimientos de entonces. En los resultados obtenidos tienen la enseñanza. Se han atraído, cuan­ do ya no era sino desecho inútil, a Badoglio para represen­ tar la farsa de sostener una mo­ narquía caduca ; alentaron el darlanismo, puente tendido en­ tre Vichy y Africa ; han conquis­ tado aparentemente a Franco, satélite de Hitler y traidor a su patria. Es toda la ganancia. En la cuenta de las pérdidas está lo desilusión sembrada en los pue­ blos de Italia, Francia y Espa­ ña, que valen algo más que sus cómitres y verdugos. Mal nego­ cio para la democracia. El nun­ ca más del presidente Roosevelt ha contado Hitler en tierras no pasa de ser, después del dis­ americanas. Otro libro, más re­ curso de Mr. Churchill, un des­ ciente aún, del norteamericano ahogo retórico. Alian Chase, pone al descubier­ to, con minuciosa información, LA FALANGE EN las actividades falangistas en tie­ AMERICA rras americanas. Con orientación El Día. de las Américas, el mi­ segura,'que hoy ya no puede ser nistro de Justicia de Cuba se re­ discutida por nadie —a no ser firió a Falange Española y al por Mr. Churchill— toma el au­ gravísimo peligro que por su cul­ tor como punto de partida el Ins­ pa había corrido el país. “ Aquí tituto Ibero-Americano de Ber­ —dijo el ministro— Falange lín desde el momento en que lle­ contaba con gran número de gó a su dirección el general von adeptos, que algunos estiman en Faupel, verdadero planeador de 50,000, los euales recibían ins­ la guerra española y coordinador trucción militar y órdenes de de la política nazi en hispanoMadrid y de Berlín. Disponían américa. La guerra de España, de fondos abundantes, prensa pa­ desde el ángulo de los cálculos gada y numerosos agentes a su nazis, se hacía indispensable no servicio. Berlín pensaba, no sin sólo como una carta fundamen­ fundamento, que Cuba podría tal que debía ganarse antes de servirle de punto de apoyo para la batalla de Europa, sino como un salto sobre los EE. UU., cuan­ premisa para la dominación pos­ do llegara el momento, y que las terior del nuevo Continente. Sin costas de Cuba podrían ser luga­ el aniquilamiento de la Repúbli­ res para abrigo de los implaca­ ca española, las pretensiones na­ zis sobre América no tenían po­ bles submarinos alemanes . . . El testimonio del ministro, sobre sibilidad ninguna de realización. ser valioso ¡por sí mismo, viene a Para llevarlas adelante era con­ reforzar anteriores afirmaciones dición ineludible contar eon una en las que, mediante pruebas do­ España totalitaria y fuertemen­ cumentales, se ha puesto en evi­ te influida por las doctrinas y dencia el peligro que para el Con­ los métodos nazis. Ambas cosas tinente americano significaba—y se habían logrado plenamente en significa todaeía—la existencia de abril de 1939, aunque la aven­ Falange Española. No hace mu­ tura, merced al heroísmo repu­ chos meses aún dióse a conocer blicano. hubiera exigido esfuer­ un libro del profesor Hugo Fer­ zos muy superiores a los previs­ nández Artucio en el que se po­ tos. Von Faupel podía ya exten­ nía de manifiesto la profunda der su red invisible desde la P a ­ infiltración nazi en América tagònia al Canadá. La Falange Manning en el D u rh am Herald. des de interesantes fotografías y relatos de hechos. Este libro, im­ preso en Santander en 1938, fué inmediatamente recogido por los superiores nazis, pero no antes de que algunos ejemplares fue­ ran enviados a Latinoamérica en las valijas diplomáticas portu­ guesas . . . ” Al término de su li­ bro, rico en datos y referencias, Alian Chase comenta : “ Las bom­ bas que cayeron sobre Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941. fueron construidas en Madrid y cargadas en Munich por la po­ lítica de apaciguamiento de Lon­ dres, París y Washington” . Lue­ go agrega: “ Si fué peligroso apaciguar al fascismo en Espa­ ña en 1936, es mil veces más pe­ ligroso hacerlo hoy. Pues el cán­ cer fascista no sólo, ha llevado la muerte a la propia España: se ha extendido, en la forma del fa­ langismo, a Manila, a la América Latina, a los Estados Unidos de América. España se ha converti­ do en la base de operaciones de la más grande quintaeolumna del Eje en el Hemisferio Occidental, una quintaeolumna que no será ^aplastada mientras el fascismo no sea destruido en el último rin­ cón de la Península Ibérica” . Y termina: “ Si la Península Ibé­ rica queda después de esta gue­ rra como el bastión fascista que hoy es, todos nuestros muertos habrán caído en vano” . Pero de eso no se han entera­ do aún los apaciguadores de aquende y allende el mar. - ----- . ---- ■ ■■ -- ---------M EL SASTRE Y EL ARZOBISPO El sastre Frang IIahnl,~ dequien se sospecha que pueda es­ tar loco por el hecho de haber­ le arrojado dos huevos al arzo­ bispo Spellman cuando celebra­ ba la misa en la catedral de San Patricio es, sin duda alguna, uno de los hombres más cuerdos con que cuentan los EE. UU. Del sastre no tenemos ninguna refe­ rencia. De monseñor Spellman sí. Pero las que tenemos del arzobis­ po abonan al sastre y justifican, desde luego, el lanzamiento de huevos, proyectil cuyo simbolis­ mo, en este caso, se nos escapa. Tal vez constituyeran simple­ mente . la frugal comida do­ minical de Mr. Halan!, bien aje­ no a la idea de que el arzobispo, lejos de edificar su ánimo, lo in­ citaría a cólera sagrada. Porque lo innegable es que el sastre ha debido tener muy buenas razo­ nes —aunque lo llamen loco— para dar rienda suelta a su eno­ jo. ‘‘ No me gustó —declaró a la policía— lo que dijo el arzobis­ po” . Laconismo tal no consiente adivinar cuál era el sermón de monseñor Spellman. Pero resul­ ta elocuente por los antecedentes de las opiniones políticas del pre­ lado, demasiado pregonadas re­ cientemente para que las haya­ mos olvidado. Fué cuando mon­ señor Spellman regresaba de Es­ paña, a donde fué representan­ do una especie de embajada espiritual. Al arzobispo le fué bien en España. No pasó hambre, si­ no que conoció la abundancia en las mesas pródigas de los jerar­ cas eclesiásticos, militares y fa­ langistas. No lo metieron en la cárcel. Tampoco le fusilaron a ningún hijo. Y el arzobispo, cligeriendo todavía el optimismo de los últimos agasajos, dijo a los norteamericanos que • España es actualmente el país más feliz de la tierra y Franco el gobernante providencial que lo lleva a puer­ tos de grandeza. A través de la semblanza de monseñor Spellmann Franco era un hombre transido de amor por su pueblo y embargado por ambiciones honradas y cristianas. Los espa­ ñoles, consecuentemente, adora­ ban en él. Dicho lo cual, y la conciencia en reposo, el arzobis­ po dióse a continuar su noble cometido de predicar la paz en­ tre los hombres de buena volun­ tad. Pero algo sospechoso debe haber en las prédicas del arzo­ bispo cuando el buen sastre, que ha leído la Biblia y recuerda aquello de que “ sabroso es al hombre el pan de la mentira, mas después su boca será llena de cascajo” , imaginó llegado el caso de taparle la boca con los huevos, suceso que no debe es­ candalizar a nadie más de lo justo. Se trata de saber quién es­ tá en lo cierto: si el arzobispo ensalzador de Franco o el sas­ tre humilde y puritano que no transige con la mentira. • Nos­ otros votamos por el sastre, en­ tre otros motivos, porque en ét vemos la mano vengadora del Destino, que tiene caminos in­ numerables. Y tampoco admiti­ mos que se tenga por alienado a Mr. Hahnl. Cuerdo, y bien cuerdo, nos parece a nosotros. En todo caso, para que se diag­ nosticara loco a nuestro sastre por arrojarle huevos al arzobis­ po, sería menester recluir antes, como orates irremediables y pe­ ligrosos, a los gobernantes demó­ cratas que le tiran margaritas a Franco. En Nueva York Se Crea un Subcomité de la Juuta Española de Liberación Convocada por don Fernando de loa RÍOS; ex embajador de España y representante en los Estados Uni­ dos de la Junta Española de Libera­ ción, se celebró una reunión el 18 de mayo, por la noche, en el salón del Centro Español. Abrió el acto el señor de los Bios y actuó de secretario el señor Anto­ nio Beina, corresponsal informativo de “ España” , órgano de la Junta de Liberación. Manifestó el señor de los Bios que había, tomado la iniciativa para la reunión, por ser indispensable design nar una Junta Directiva, no sólo pa­ ra que asuma la responsabilidad!, sino para que realice el trabajo de reunir los grupos de los Estados Uni­ dos y ponerlos en relación con la Junta de México. Además se encar­ gará de mantener relaciones con la Junta Central y distribuir la literata ra que se reciba. Esto no es un partido —agregó don Fernando—, sino una coalición de partidos —que quizá pueda ser ampliada— a quienes une el propó­ sito de ayudar, dentro de los medios posibles, a que España pueda reco­ brar su plenitud que sólo es posible por el camino de la Bepública, y de­ volverla su personalidad. Propuso que se discutiera la cons­ titución de un Comité formado por cinco personas o ló que la mayoría de los reunidos considerara apropia­ do. Después de discutido se aprobó el nombramiento de un pre Comité, el cual tendrá la misión de traer la propuesta definitiva para la próxima sesión, en vista de las adhesiones re­ cibidas. Lo forman los señores Fran­ cisco León Trejo, Sebastián Palmer y Francisco Mares. LLAMAMIENTO DEMOCRATICO Se trata de hacer un llamamien­ to a la conciencia democrática de este país, que nos ayudó durante la guerra civil, y debemos mantenernos llenos de fe, porque así lo merece el país de donde venirnos. Es motivo de orgullo y de triste­ za al mismo tiempo —afirmó el se­ ñor de los Bios—, saber, por haber sido informado de fuentes verídicas, Conferencia de don José Giral Organizada por el Instituto Mexi­ cano-F,ur opeo de Relaciones Cultura­ les, el pasado miércoles dió una inte­ resante conferencia en Bellas Artes el ex presidente de la República es­ pañola Don José Giral, catedrático de la Universidad Central de Ma­ drid. Desarrolló el tema: “ Los problemas de la alimentación en la postgue­ rra ” . Presidió el acto el destacado hom­ bre de ciencia francés señor Paul Rivtet. quien, al hacer la presentación del orador, ensalzó la personalidad científica y política de éste y dedi­ có "palabras de solidaridad y afecto a ios republicanos españoles. El doctor Giral estudió en todos sus aspectos, tanto científico como social, higiénico y económico, los problemas enunciados en tel titulo de su diserta­ ción, que resultó interesantísima. La numerosa y selecta concurren­ cia al acto aplaudió calurosamente al ilustre conferenciante. que el frente alemán en Italia ha si­ do roto por las fuerzas francesas, de los cuales una buena parte son españoles que se repatriaron e ingre­ saron en las fuerzas coloniales de Francia. En Narvik, cuando el descalabro inglés, de 1,200 muertos 800 eran hi­ jos de España. Creta estuvo defendi­ da en gran parte por españoles, y en el ejército de Montgomery se cuen­ tan en crecido número y se admira su valor. La semana pasada cumplieron su compromiso de enganche en el ejér­ cito francés 3,000 españoles, y les ro­ garon continuaran en filas, contes­ tando ellos que no querían nada con la Francia sometida. Seiscientos es­ pañoles están trabajando en el Nor­ te de Africa con las autoridades nor­ teamericanas, con la debida estima­ ción. Digo esto —repitió el señor de los Bios-—, para que se sepa la generosi­ dad y el sacrificio de los españoles, y la grandeza que distingue a nues­ tro pueblo. A esa actitud y a esa rea­ lidad debemos corresponder. L a p r e n sa e x tr a n je r a y e l d is c u r s o d e C h u r c h ill UN JUICIO DE “ TÇE ECONOMIST” Un telegrama de Londres infor­ ma que en el número corespondiente a la última semana “ The Econom ist’ ’ critica duramente el discurso del Ptfemier británico, en particular por sus alusiones a España, que ca­ lifica de “ inexplicables” . Si el Sr. Churchill —añade— hubiera dedica­ do a Francia y al Comité Francés una sola de las alabanzas que dedicó a España, todos los franceses hubieran sentido esperanzas más fervifentes y amistad más sincera con motivo del desembarco de soldados británicos en teritorio galo. Y continúa “ The Economist” “ No sólo perdió el Sr. Churchill una gran oportunidad histórica, sino que puede ser que haya cometido un gran terror histórico. Téngase presente que el Jefe Supremo de la Gran Bretaña ha enviado sus fuerzas al encuentro de sus aliados en el combate cuando resuenan en las vidas de éstos pala­ bras equívocas. UN EDITORIAL EXPRESIVO DEL “ POST” En su núm. de 31 de mayo, el “ Washington Post” ha publicado un editorial al que pertenecen los siguientes párrafos: *‘ Con las limitaciones que impone la alta diplomacia, el Presidente Franklin Roosfevelt indicó con clari­ dad en una entrevista que concedió a la prensa el Día de la Recordación de los Muertos, que no compartía los sentimientos benévolos del Primer Ministro Winston Churchill hacia el Gobierno de España. No dbseaba, afirmó, que sus hirientes palabras acerca del generalísimo Francisco Franco ¡fuesen motivo de un inciden­ te internacional. Empero, tal vez es­ tas palabras hayan sido escuchadas en tel extranjero. Y sus repercusiones, creemos, serán saludables y alenta­ doras. Servirán para hacer ver al señor Churchill que los Estados Uni­ dos no se proponen secundarlo en sus lisonjas a la dictadura española. Y harán comprender a todo el mundo libre, qufe no hemos olvidado la índo­ le de la guerra en que estamos em­ peñados. Es una guerra contra el fascismo, en todas sus malignas for. mas. ‘ ‘Tenemos un interés especial en el gobierno dte Franco, que el Primer Ministro británico pasó por alto. Dis­ tinguió ese régimen de los gobiernos fascistas con los cuales estamos en guerra, haciendo notar que “ existe una gran diferencia entre un hombre bre que lo derriba a uno a un hombre qufe lo deja a uno en paz” . Has­ ta cierto grado, quizás Franco no se ha metido con la Gran Bretaña. Pero su Falange se ha dedicado empeño­ samente al espionaje y a diseminar propaganda antidemocrática en toda la América Latina. Esta es una amtenaza para la paz y seguridad del con­ tinente occidental, que EE. UU. no pueden tolerar ni ver con indiferen­ cia. “ El gobierno de Franco fué im­ puesto al pueblo español por la fuer, za de las armas alfemanas e italia­ nas, mientras el mundo democrático dormitaba. No es menos fascista que sus creadores. La única política ra­ zonable que podemos seguir con res­ pecto a él, es en nuestra opinión, la política esbozada hace c^si un año por tel Presidente Roosevelt: “ No pactaremos con el fascismo en nin­ gún sentido, forma o manera. No per­ mitiremos que subsista ningún ves­ tigio del fascismo.” U n m a n ifie s t o d e l C en ­ tr o R e p u b lic a n o E sp a ­ ñ o l d e M o n te v id e o El Centro ¿Republicano Español de Montevideo publicó un manifitesto impugnando el discurso de Winston Churchill, acusándole de haber olvi­ dado ya los insultos y amenazas ds que Franco hizo objeto a las NN. UU. en los momentos peores de la contienda. Expresa el manifiesto la confianza dfe que, como reacción na­ tural, el discurso de Churchill pro­ duzca un movimiento ds simpatía ha­ cia la República española. ¡Siempre a la cab eza...! La maniobra del General/Franco Alrededor del acuerdo concluido entre los gobiernos de la Gran Brfetaña y Estados Unidos por una parte, y el gobierno de la Espa­ ña franquista por otra, han surgido vivas discusiones en la prensa de los países aliados. Este acuerdo satisface tan sólo a unos pocos, partidarios del compromiso con la España fascista, cuya “ neutra­ lidad” , como lo demuestran multitud de hechos, sirve de mampara para prestar ayuda a la Alemania hitleriana. Este apoyo adquiere especial importancia para Alemania, sin­ gularmente ahora cuando se aproximan importantes etapas de la guerra. Los partidarios del compromiso afirman que, en el acuerdo con Franco, se ha alcanzado “ el máximo posible” . Declaran que contribuye a debilitar los lazos de la España franquista con Alema ■ nia, obligándola a mantener una posición de neutralidad “ aus­ te ra ” . Según la opinión de estos comentadores, la reducción en la exportación de wolfram a Alemania, causa notables perjuicios a eu producción de guerra. Por otra parte, el establecimiento de un control sobre la actividad de los agentes hitlerianos en España, y la clausura del Consulado alemán en Tángfer, convenidos en el acuerdo, facilitarán el debilitamiento de la posición de Alemania en la Península Ibérica. Sin embargo, es un hecho que el acuerdo que ha entrado en vigor el primero de mayo, no exime la posibilidad de que España sea utilizada por los hitlerianos como canal para sortear el bloqueo feoonómico y marítimo aliado. A este respecto, el convenio es un paso atrás en el camino de conseguir el cese de la exportación de materias primas de los países neutrales a Alemania. De ello ha­ bló hace un mes Mr. Cordfell Hull, Secretario de Estado de los Estados Unidos. El propio Departamento de Estado no lo ha ocul­ tado; en un comunicado oficial, publicado con motivo del citado convenio, se señala qufe éste es,el resultado de un compromiso. “ El acuerdo fué conseguido a base del embargo incompleto sobre la exportación de wolfram —dice el comunicado— por apremiante ruego del Gobierno inglés con objeto de llegar a un acuerdo inme­ diato” . Al comentar este comunicado, fel periódico norteamerica­ no “ Christian Science Mbnitor” , afirma que si únicamente hubie­ ran sido tenidos en cuenta los intereses americanos, Washington hubiera exigido el ce¿te absoluto de la exportación de wolfram a Alemania. El convenio con Franco es el resultado de dos influencias: en primer lugar, llegar a concertar los diferentes puntos de vista, in­ glés y americano sobrfe el problema español y, en segundo lugar, la común necesidad de los aliados de utilizar y absorber la produc­ ción de España. La prensa americana señala que el Gobierno inglés ha tenido que tomar en cuenta los intereses dfe las compañías inglesas, propietarias de importantes empresas mineras en España, ya que estos capitales podrían verse amfenazados en el caso de que los aliados rompieran con España. Esta circunstancia descubre el carácter chantagista de las maniobras de Franco. Para todos es claro que en la situación actual, cuando aparece ya evidente fel final victorioso de< la guerra, Franco no podía dar un paso que le condujera a la ruptura con los aliados. Además, la España franquista depende económicamente de los aliados. Una ruptura la conduciría no sólo al cese total de la importación de petróleo sino también dfe víveres ÿ otras mercancías. Para la econo­ mía. inestable de España, esta situación seria catastrófica, lo que coloca en manos de los aliados las suficientes palancas políticas y econòmics para desbaratar todas las maniobras de Franco. Sin embargo, el acuerdo concluido a base de un compromiso con los alia­ dos, Ife permite continuar sus maniobras y seguir prestando ayuda a Alemania. El hecho de que en el convenio se señala la dfecisión de reducir la exportación de wolfram español a Alemania, pero sin prohibirlo completamente, sanciona en principio los envíos españoles dfe ma­ teria prima a Hitler. Hay que tener en cuenta que Alemania im­ porta de España, no sólo w'olfram, sino también una gran parte de hierro, plomo, cobrfe, mercurio, etc. Estas materias primas con las que los alemanes elaboran el armamento no han sido mencionadas en el acuerdo. La prensa anglo-americana, expresa también su alarma con mo­ tivo de la revisión del acuerdo para tel levantamiento del embargo ds la venta de productos petrolíferos a España, de los países del mar Caribe, así como de los Estados Unidos. El periódico de Lon­ dres “ Star” , dice: “ La reanudación de la importación dfe petró­ leo por parte de España, en la misma escala que anteriormente, provoca serios peligros” . El periódico destaca que España puede dte nuevo convertirse en el conducto a través del cual Alemania reciba petróleo de América del Sur. Según ya ste comunicó,'los hitlerianos tomaron las medidas nece­ sarias para concentrar en España grandes ifeservas de petróleo. Construyeron depósitos de petróleo en la España septentrional, con vistas a que quizá llegase tel momento, cuando Alemania se viera privada del petróleo rumano, en que España fuera la única fuente de donde se pudiese proveer de él. AI discutirse fel acuerdo con España en la Cámara de los Comu­ nes, se llamó la atención del gobierno inglés sobre la necesidad de establecer un control sobre el consumo de petróleo en España. Los aliados no puedfen confiar sólo en la “ garantía” de Franco de que el petróleo será empleado únicamente en el territorio español. Las advertencias hechas por las criticas respecto al acuerdo con Franco merecen aún más atención, puesto que señalan los perjuicios que acarrearían a la causa común de las Nacionfes Unidas, ya que el nuevo acuerdo no exime la posibilidad para Alemania de utili­ zar con amplitud los recursos españoles, debilitando los efectos del bloquteo económico que pesa sobre Alemania. K. HOFMAN (Boletín de Información de la Embajada de la U.R.S.S.) GESTA DE GUERRA "APPROCHE” Pasan los días y el tantas v e c e s anunciado desembarco no empieza. En cambio la acción en Italia se intensifica eada vez más, obteniendo los aliados triunfo tras triunfo sin que el alto mando alemán se atreva a mover tropas de las múltiples zonas que considera amenazadas por la invasión. Sigue la ofensi­ va aérea cada día y cada noche con mayor ímpetu, destruyendo aeródromos, observatorios, cen­ tros de mando, fábricas, talleres y, sobre todo, los nudos vitales de comunicaciones, puentes, tú ­ neles, depósitos de locomotoras y material rodante, elegidos con arreglo a un plan bien concerta­ do para cortar las rutas de abas­ tecimiento de las fuerzas defen­ sivas empeñadas en rechazar un desembarco en la costa occiden­ tal de Europa. Continúan cada hombre de estado y jefe militar responsables de los países alia­ dos haciendo declaraciones sobre la inminencia de la ofensiva an­ fibia, dando instrucciones por radio a las organizaciones clan­ destinas de resistencia que fun­ cionan en las naciones ocupadas por los nazis,, principalmente en Francia, instrucciones que reco­ gen cuidadosamente las segun­ das secciones de los estados ma­ yores germánicos empeñados en la determinación del día “ D " y de la hora “ H ” . Detienen su victoriosa ofensiva los ejércitos soviéticos, alegando que se están preparando para sincronizar su nuevo avance con el esperado desembarco. A todos estos datos ciertos e indicios lógicos , se añade la in­ formación directa que el alto mando germano recoge constan­ temente, bien sea por medio de sus servicios de espionaje, que a pesar del bien reconocido pa­ triotismo británico funcionan se­ guramente en Inglaterra (¿no hay personal diplomático y con­ sular de Franco?), y también a través de las aviones de recono­ cimiento que no cesan de volar sobre la zona del canal donde se prepara la invasión. Esta infor­ mación confirma los datos ante­ riores, y Hitler sabe que hay tres millones y medio de hombres preparados, gran parte de ellos embarcados en los transportes, que se han acumulado sinnúme ro de embarcaciones especiales para llevar a tierra tropas, arti­ llería, tanques y vehículos de to­ das clases; que esta gran masa de soldados está sometida desde hace muchos meses a un entre­ namiento intensivo, para adqui­ rir un dominio absoluto en todas las operaciones que el desembar­ co de un ejército trae consigo, corrigiendo y enmendando las deficiencias que pudieron obser­ varse en los ensaños en gran escala que fueron las expe­ diciones al Africa del norte. Si­ cilia y varias islas del Pacífico sin contar con la experiencia adquirida con las razzias de los comandos. Todo esto, y más que pudiera decirse, lo sabe perfecta mente el alto mando alemán, in­ duciéndolo a creer en la reali­ dad de una o varias expedicio­ nes de invasión en fecha inme­ diata, con toda probabilidad aprovechando las circunstancias favorables de la primavera, cuando el estado del mar y de la atmósfera facilitan y permi­ ten esta clase de operaciones INDIRECTO? militares. Y esta creencia lógi­ ca y fundamentada le impiden mover ni un soldado de los pues­ tos que tiene asignados para la defensa de la muralla del Atlán­ tico. a p k o c h e in d ir e c t o . Mientras tanto ha sido posible al mando aliado acumular elementos en un teatro de operaciones secunda­ rio, donde la lucha se había es­ tancado desde hace varios meses, y las líneas de barrenamiento en una zona montañosa presenta­ ban al avance obstáculos al pare­ cer infranqueables. Este frente desemboca además en la formi­ dable barrera de los Alpes, cu­ yos pasos ofrecen tales dificul­ tades que simplemente el haber­ los atravesado constituyen tim­ bres de gloria en generales de la categoría de Aníbal y Napoleón ; y especialmente el paso que lle­ va directamente al corazón de Alemania, el paso del Brenner, ha sido fortificado en tal forma que su forzamiento puede lógi­ camente considerarse como impo­ sible. Estas razones, y alguna otra que por demasiado sabida se calla, pudieron haber induci­ do al alto mando germano a no dar exeesiva importancia al tea­ tro de operaciones italiano, con­ siderándolo suficientemente do­ tado con las 26 divisiones de que dispone el mariscal Kesserling. Si el alto mando aliado, con el si­ gilo que en otras ocasiones ha de­ mostrado, ha llevado a Italia 50 o 60 divisiones, lo que cabe den­ tro de lo posible, la sorpresa es­ tratégica combinada con los éxi tos tácticos de los primeros días las puede llevar fácilmente a la línea del Po, que hay que supo­ ner está sólidamente fortifica­ da. Pero las campañas de Ru­ sia han demostrado que los ríos no presentan a los ejércitos mo­ dernos obstáculo mayor, y las plazas fuertes de la llanura del Po, entre ellas el célebre cuadri­ látero tan estudiado por los alum­ nos de Táctica y Políorcética, no es probable sean capaces de parar por sí solas al atacante. Esto lo sabe perfectamente ei mando alemán, y por tanto, cuando vea que el peligro arre . cia por el lado de Italia, es se­ guro que acudiendo al riesgo más próximo saque fuerzas de Fran­ cia para llevar refuerzos a Kes­ serling. Entonces, una de dos: o los aliados han acumulado en la lla­ nura del Po medios suficientes para batir las fuerzas que hayan pedido llevar los alemanes, y la guerra puede resolverse en una o varias batallas en este teatro clásico ; o, aprovechando que las defensas del oeste están más o menos desguarnecidas, llevar a cabo el desembarco con mayores probabilidades de éxito. DISCURSO DE CHURCHILL. Hay otra posibilidad que nos ha su­ gerido el discurso del P,rimer Ministro inglés, cuya perspica­ cia e inteligencia están fuera de duda, y que en el fondo no pue­ de perdonar a Franco, como cualquier ciudadano británico, los insultos, befas y trágalas de que ha hecho blanco a la orgullo­ sa Albión mientras creyó en la victoria de Hitler. Es evidente que esta especie de garantía que ha ofrecido en su discurso al go­ bierno actual de España tiene por objeto recabar su aquiescen­ cia para algo. Este algo pudiera ser simplemente la seguridad de que no habría interferencia en el paso por Gibraltar de los enor­ mes convoyes que la ofensiva a fondo por Italia requiere, lo que corrobora nuestra tesis anterior. Pero a la hora presente no cree­ mos haya ningún riesgo de inter­ vención alemana ni española por ese lado, como lo hubo, y nos ale­ gramos que sea el mismo Chur­ chill quien lo reconozca, cuando la invasión del norte de Africa. Esto nos hace pensar si lo que se quiere ahora comprar de Francia no es el derecho de paso de un ejército aliado desembar­ cado en Portugal, y que pudiera llegar a Burdeos del primer em­ pujón (siempre la teoría del aproche indirecto), haciendo así hacedero y fácil el desembarco. Todo cabe en lo posible. A propósito del discurso, qui­ siéramos de paso señalar a su au­ tor algunas leves contradiccio­ nes en que incurre. Dice el Primer Ministro que su gobier­ no no reconoce al general de Gaulle porque no están seguros de que represente al pueblo franc !s. ¿Y está muy seguro el Sr. Churchill de que Franco repre­ senta al pueblo español? Si así fuera no habría necesitado una guerra de tres años, llevada a cabo con mercenarios, la ayuda sin límites de Hitler y Mussolini, y la complicidad vergonzante de los gobiernos de las democracias para adueñarse del poder. ¡ Qué Noches de insomnio. más incontestable plebiscito que la sangrienta guerra civil gana­ da con ayuda extranjera ! ¡ Qué más prueba de que a Franco lo rechaza el país que los centena­ res de miles de exiliados, el me­ dio millón de hombres y muje­ res asesinados y el otro medio que gime en las cárceles y los campos de concentración! Lo único que pedimos al Sr Chur­ chill es que cumpla lo que ahora ofrece y no intervenga en los asuntos interiores de España. Para echar a Franco y darle el castigo que merece, se bastan y sobran los españoles. A. F. BOL AÑOS N o ta s d e C o lo m b ia Jira i n t e l e c t u a l de Jiménez Asúa Invitado por varias Universidades y Centros académicos Colombianos I). Luis Jiménez de Asúa ha reali­ zado una admirable labor de confe­ renciante en varias ciudades del país, desde fines de marzo a fines de abril último. El 27 de marzo disertó en el Mu­ seo del Atlántico, en Barranquilla sobre: “ Don Juan, visto por un hombre de leves’’. En los días 30 y 31 de marzo y 1 de abril explicó en la Universidad de Cauca, en Popayán, un cursillo de tres conferencias sobre:. “ El derecho de castigar y sus negadores’’, “ El homicidio emocio­ n al’’ y “ Anotaciones sobre el Códi­ go Penal Colombiano’’. En el mismo centro pronunció una interesante lec­ ción de doctrina democrática, al di. sertar sobre “ El porvenir de los po­ deres del Estado’’. La .Universidad lo nombró profesor honorario, coma homenaje a sus altos méritos cientí­ ficos. La Universidad Nacional de Bo­ gotá escuchó tres profundas leccio­ nes, expuestas con magistral autori­ dad ante un público singularmente devoto y numeroso, que colmaba la amplia ‘ ‘Aula máxima ” de la Facul­ tad de Dereeho. Las pronunció el Sr. Jiménez de Asúa en los días 10, 12 y 13 de abril, sobre los temas respecti­ vamente: “ Tipicidad del delito” , “ Legítima defensa” y “ Dolo even­ tual y delito preterinteneional” . En el Teatro de Colón y ante un amplio público, que siguió fervorosamente su elocuente y profunda palabra, ha­ bló en la tarde del día 11 sobre “ De­ reeho y libertad” , que permitió al profesor español estudiar con sagaz penetración las características de la vida política y soeial contemporánea y ratificar su fe en el porvenir de la democracia social. Días después pronunció en la Uni­ versidad de Medellín un curso de cuatro conferencias sobre la teoría general del delito y se despidió de Colombia eon otra admirable diser­ tación pronunciada en la ciudad Je Cali. Siguió su viaje, invitado por la^ Universidad Central de Quito, don­ de renovó sus resonantes éxitos de Colombia, como maestro del Derecho Penal y adalid entusiasta de la de­ mocracia. Durante su estaneia en Bogotá fué muy agasajado por los centros espa­ ñoles democráticos y por los profe­ sionales del Dereeho. Los magistra­ dos y juristas le ofrecieron un ban­ quete en el Restaurant Temel. La Casa de España le hizo objeto de cor­ dial agasajo, con el que inauguró ofi­ cialmente su local social. El presi­ dente de la Sociedad, José Prat, pro­ nunció un 'disKturso relativo a la personalidad profesional y política de Jiménez de Asúa y a la signifi­ cación del centro que comenzaba sus tareas escuchando la docta palabra del ilustre político español. Asúa pro­ nunció un interesante discurso sobre la Constitución de la República Es­ pañola y el porvenir de la restaura­ ción liberal de nuestro país. El es­ critor José Joaquín Jiménez, uno de los más destacados cronistas bogota­ nos, publicó en “ El Tiempo” una preciosa crónica sobre este acto. El Ateneo Español, por su parte, dió un vino de honor a Jiménez de Asúa. También la Embajada del Ecuador ofrerió un almuerzo, el día 14 de .abril, al profesor español, con asis­ tencia de ilustres personalidades de la polítiea y de la Universidad de Bogotá, y Je algunos miembros de la colonia de exilados españoles. El embajador Don Ricardo Crespo Or_ dóñez pronunció un sentido y elo­ cuente discurso exaltando el sentido liberal de la República -española y la personalidad de Jiménez de Asúa, que había de ser próximo huésped de la Universidad de Quito. Asúa contestó con unas nobles e inspiradas palabras. LA CASA DE ESPAÑA A pesar de su poco tiempo de exis­ tencia, ya que fué fundada en febre­ ro último, la Casa de España ha rea­ lizado una labor entusiasta, de cre­ ciente importancia. Ha realizado una deeorosa y sencilla instalación, am­ pliado sus locales y creado una bi­ blioteca, que se nutre rápidamente con las donaciones de los socios y simpatizantes. Tiene también un fon­ do de solidaridad para ayuda de com­ patriotas, nutrido de las aportacio­ nes de sus socios. El 14 de abril eelebró una comi­ da de afirmación en su fe republica­ na y de adhesión a la Junta Espa­ ñola de Liberación. De los discursos pronunciados en ella, so ha publica­ do el del ilustre escritor colombiano Don Luis Eduardo Nieto Caballero, ya que la ausencia de taquígrafos —nuestro compatriota Don Jenaro Sanz tuvo que ausentarse del local por trabajos urgentes del periódico— impidió recoger el texto de los dis­ cursos de Jiménez de Asúa y Prat. LA PRENSA BOGOTANA Y LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA Continúa la creciente y sostenida atención de la prensa democrática de Bogotá por los problemas políticos españoles. El escritor “ Ulises” des­ de las columnas de “ El Espectador” ha pedido reiteradamente la ruptu­ ra de relaciones con el gobierno de Franco. Por su parte “ El Tiempo” , el gran periódico colombiano, afirma sistemáticamente su fe y su devo­ ción por la restauración democrática de España. Dedicó sus columnas edi­ toriales el día 14 de abril a nuestra República, y ha comentado insistente­ mente y con fervorosa simpatía ha­ cia nuestra causa los diversos inci­ dentes de la actual polítiea interna­ cional con ella relacionados. Una no­ ta editorial del 18 de abril, titulada “ América y España” se refería a los mensajes de Indalecio Prieto y Diego Martínez Barrio al Dr. Eduar­ do Santos, con motivo de la confe­ rencia de este último en el 14 de abril, y recordaba la conferencia de Prieto en la Unión Ibero America­ na de Barcelona en 1938 sobre el auxilio de América a España, ratifi­ cando la conveniencia de encontrar medios resueltos de esa ayuda para la restauración de la libertad espa­ ñola. REVISTA “ ESPAÑA” DE BOGOTA El Ateneo Español ha vuelto a pu­ blicar la revista “ España” , funda­ da en 1941 bajo la dirección de Jo­ sé Prat. Ahora está dirigida por Ga­ briel Trillas y han salido a la venta los dos primeros números de su se­ gunda época. Cuando Franco y Hitler proyectaban la agresión contra Gibraltar Penoso Accidente Lo que declararon los republicanos españoles DON PEDRO BOSCH GIMPERA, GRAVEMENTE HERIDO A fines de julio de 1940, cuando Franco hacía presen­ tar ante los españoles la agresión que los nazis proyectaban contra Gibraltar como una empresa nacional, la Junta Cen ­ tral de “ Acción Republicana Española” hizo pública desde México una enérgica declaración, que consideramos opor­ tuno reproducir como comentario a la parte del discurso delseñor Churchill dedicado a dicho tema. He aquí el escrito publicado en aquella fecha por ARE : LA POLITICA AFRICANISTA DE ESPAÑA Los republicanos españoles, sin in­ currir en el anacronismo de invocar el testimonio de Isabel la Católica ni de pretender resucitar la politica de Cisneros -—su estadista genial, campeón de la intolerancia religiosa propia de su época—, no se desen­ tendieron nunca de los deberfes que imponen la solidaridad geográfica y la afinidad histórica y el servicio de los altos fines de la civilización. La política africanista de España tiene su expresión más noble en las gran­ des figuras dtel partido republicano: ya, en el famoso mitin de la Alhambra de 1884, el insigne Carvajal ha­ blaba de la unión natural, fatal, ne­ cesaria, entre la España europea y la España tingitana; Costa sostenia que la línea de fronteras que poseimos al otro lado del Estrecho, desde Ceuta a las Chafarinas, nos era tan nfecesaria y formaba parte integrante de nuestro territorio como la línea estra­ tégica de fortalezas que se extiende por la cuenca del Ebro, desde Monjuich hasta Pamplona; y Castelar, en una memorable sesión del Congreso, hablaba de Africa como de ‘ ‘un sue­ ño ideal en que se junta toda la Pe­ nínsula . .. bajo el cielo azul que nos vivifica y nos esclarece” , y a los pesimismos de Cánovas oponia su fe en los destinos trascendentales y a larga fecha de Iberia en el Continen­ te Africano. Salmerón, invocando “ una tradición como no la puede ofrecer historia al gima, una relación de esas que se contraen en el proce­ so de la civilización, consagrado por vida secular” señalaba el debfer de ‘‘volver nosotros a la raza semita lo que de ella hemos recibido en nues­ tra sangre, la civilización que le he. mos debido, para encamar en ella el genio de la raza aria’ ’. Todavía en 1908 el gran pensador y político muestra vigorosam'ente la ruta do Africa a una opinión distraída o des­ ilusionada, y años después, ya en los penúltimos de la Monarquía, el par­ tido republicano más avanzado y po. pu]ar de España, con ocasión efe un gran acto celebrado en Madrid, rei­ vindicaba a Tánger para la sobera­ nía española. Fué necesario todo el abandono de los gobiernos monár­ quicos, que a partir de la Conferen­ cia de Algeciras revistfe todos los ca­ racteres de una defección histórica, para que la opinión española, solici­ tada por graves perturbaciones de' la política interior, se desinteresase dfe -tan vital problema de orden interna­ cional. A la torpeza e inmoralidad de las oligarquías monárquicas, que degradaron nuestra acción en Marrue­ cos convirtiéndola en una insensata guferra de conquista y en una fran­ cachela administrativa escandalosa, con un ejército colonial vivero de intrigas y corrupciones y plantel de generales rebeldes, se debió que la opinión popular, indignada, volviese la espalda a un dfeber histórico que :sólo podía cumplirse con tanto sacri­ ficio como austeridad. GIBRALTAR, REIVINDICACION HISTORICA Y no hay que decir que Gibraltar, que mira al Atlas de frente, estribo y atalaya de España en el Conti­ nente africano y llave de su ruta, fué siempre para los republicanos españoles una de las grandes rei­ vindicaciones nacionai'es históricas. La voz tonante de Salmerón clama­ b a contra “ el obstáeulp que, con afrenta y mengua, todavía se asien­ ta en el sufelo sagrado de la patria’ ’. Pero la reincorporación a España de Gibraltar —perdido en ana estúpida y odiosa guerra dinástica, en que las armas extranjeras se disputan la so­ beranía española, al servicio de inte­ reses extraños, los mismos españoles inconscientes o felones qne atraen en 1936 la invasión ítalo-germana— fué siempre dificultada por una po­ lítica incomprensiva hasta la cegue­ ra y torpe hasta la concupiscencia, que sacrifica los intereses tespañoles a las maquinaciones de la reacción europea. Primero, la solidaridad bor­ bónica con el “ Pacto de Familia” que nos lleva de desastre en desastre hasta fel supremo de Trafalgar, sufrió bajo la mostruosa alianza con Na­ poleón. Después, la hostilidad de re­ accionarios moderados y conservado­ res a la liberal Inglaterra, hostili­ dad que culmina en la desaforada violencia de Narváez contra el emba­ jador británico en Madrid. Más tar­ de, la política de Cánovas, qufe ya en 1870 proclama con alborozo, desde la tribuna del Ateneo matritense, la supremacía alemana en Europa, y la inconsciencia o la insensatez de unos liberales que nos llevan clandestina­ mente a la “ Tríplice” cuando ya se dibuja “ L ’Entente Cordiale” . Per fin, la neutralidad berroqueña de 1914 a gusto y satisfacción de toda la cas­ tiza reacción española y sin más vo­ ces autorizadas en contra que las dfe los tribunos republicanos. Cadena de errores que hizo imposible obtener por la negociación lo que en vano se intentó varias veces alcanzar por las armas. Así se frustró, fen el encono sordo e impotente o en la indiferen­ cia desdeñosa, lo que hubiera podido ser una venturosa realidad. La devo­ lución de Gibraltar a España llegó a ser, no sólo propósito secreto dfe al­ gún elariveidente estadista inglés, si­ no objeto de manifestaciones exterio­ rizadas en la Cámara de los Comunes. INGLATERRA CONTRA LOS ENE­ MIGOS DEL MUNDO En esta hora trágica en que Ingla­ terra, convirtiendo fen glorioso su espléndido aislamiento de épocas más afortunadas, se enfrenta por sí sola con todos los enemigos de la libertad en el mundo, cree el funesto usurpa­ dor de la soberanía 'española median­ te el triunfo, logrado con el auxilio de las armas extranjeras, de una cri­ minal rebelión, que es llegada la oca. sión de tomar Gibraltar por la fuferza. En vano se pretenderá hacer pa­ sar por una actitud valerosa y por un gesto patriótico lo que no es sino astucia de la vulpeja que pretende exornarse con la piel y las garras del león. Las razones que mueven al caudillo de la guerra civil, aspiran te a la vez ingenuo y tortuoso a la categoría de hombre de Estado, son harto obvias y no requieren grandesesclarecimientos. Es lifegado el mo­ mento, no dfe servir a la patria afir­ mando una reivindicación nacional, sino de pagar la deuda contraída con los dictadores de Alemania e Italia en las horas de sórdida y premiosa colaboración en que se tramaba la traición abominable contra la Repú­ blica Española. Es la clásica diver­ sión estratégica para seducir a un pueblo hundido fen la miseria y escla­ vizado por la tiranía con el espejis­ mo de la gloria militar. Y es la pre­ tensión de dar una justificación his­ tórica, mediante el triunfo de las ar­ mas al servicio de una causa nacio­ nal aparente, al movimiento faccioso que sólo tuvo por resultado la ser­ vidumbre y la ruina de España. Tremendas podrían ser las conse­ cuencias de llevar a la guerra, en ayuda de Alemania e Italia, a un pueblo empobrecido y desangrado, qufe necesita ante todo convalecer de los atroces sufrimientos de la lucha civil. Las dilatadas costas indefen­ sas, expuestas desde el primer mo­ mento a las represalias durísimas de la armada inglesa. Millares de vi­ das sacrificadas ante la ingentfe, si­ no inexpugnable, fortaleza británi­ ca. Y en el caso improbable, por no decir imposible, de triunfo, el sarcas­ mo de ver ondear sobre el Peñón, tras la problemática y equívoca vic­ toria, no la bandfera española, sino el pabellón de las dictaduras extran­ jeras. i ACCION REPUBLICANA DENUN­ CIA LA MANIOBRA “ Acción Republicana Española” denuncia a todos sus compatriotas, a los españoles todos, los de allá y los de acá, los que sufren mudez ba­ jo el terror y los que aún conservan una voz libre fe independiente en el destierro, la mascarada patriótica con que se pretende encubrir una ma­ niobra fraudulenta contra la. libertad de Europa y, por lo tanto, contra la libertad de España, “ Acción Repu­ blicana Española” , evocando la tra­ dición insigne dfe los gloriosos funda­ dores del republicanismo español, rei­ vindica a Gibraltar para España, pa­ ra la España de todos, en que se integran todas las calidades de nues­ tra raza y todas las esencias de nues­ tro espíritu. Gibraltar para la inde­ pendencia española y para la libera­ ción del mundo, y no por medio de la guerra, sino por medio de la paz. No quferemos transferir de la Ingla­ terra liberal a la Italia fascista la portería y custodia del Mediterrá­ neo. No queremos fentregar a centi­ nelas nazis el cuidado y vigilancia del Mare Nostrum. No queremos que el “ Plus U ltra’ ’ de los descubrimien­ tos atlánticos vuelva a ser el “ Non Plus U ltra” del lago cerrado y her­ mético, patrimonio dfe piratas y con­ dotieros. Queremos Gibraltar para España, no para Alemania e Italia. En 1805 hubiéramos deseado la vic­ toria de Nelson contra Napoleón y en estos momentos, los más críticos en la historia de Occidente, en qufe In­ glaterra asume ante el mundo la re­ presentación de la democracia histó­ rica, declaramos paladinamente que estamos con los que luchan por la li­ bertad contra la tiranía, por fel dere­ cho de gentes contra el bandidaje internacional. DIEGO MARTINEZ BARRIO, Ex Presidente de la República; JOSE GIRAL. ex Presidente del Consejo de Ministros; ALVARO DE ALBOR­ NOZ, Ex Presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales; J. FRANCHY ROCA, Ex-Ministro; F. GORDON ORDAS. Ex Ministre; SE­ BASTIAN POZAS, Ex-Ministro; ROBERTO CASTROVIDO, publicis­ ta. Llamando al piloto Schultz . . . Llamando al piloto Schultz . El Vice-Presidente del Consejo Técnico de la Junta Española de Liberación, D. Pedro Bosch Gimpera, sufrió el viernes 26 del pasado, un grave accidente, cuando visitaba, con sus alumnos de la Escuela Nacional de Antropología de México, el histórico pueblo de Tepotzotlán, donde se ifealizan importantes excavaciones y se llalla, como es bien sabido, una de las más interesantfes iglesias de Nueva España, rica en retablos de un barroco colonial exuberante, que fel arte indígena ha entroncado con maravillosas tallas mexi­ canas, revestidas de gruesos panes de oro. El ilustre etnógrafo y Rector de la Universidad Autónoma catalana perdió pie en los últimos peldaños de la ruinosa escalera del campanario dfe Tepotzotlán, fracturándose el frontal en las órbitas y ambos brazos a la altura de las muñecas.. En una ambu­ lancia de la Cruz Roja fué conducido al dispensario de las calles de Durango y Monterrey y quedó hospitalizado en una clínica de la calle de Ignacio Mariscal, asistido por los doctores D ’Harcourt. y Aguadé. Afortunadamente su mejoría alfeja los temores que la gravedad de sus lesiones y la conmoción cerebral que le afectó, justificaron en los primeros momentos. Con motivo de este desgraciado accidente, efentenares de per­ sonas, de la emigración republicana y de la intelectualidad mexi­ cana han testimoniado su simpatía al último Consejero de Justicia de la generalidad dfe Cataluña, cuyo restablecimiento deseamos muy cordialmente. S o l i d a r i d a d c o n la J u n ta E sp a ñ o la d e L ib e r a c ió n L o s P r o fe s o r e s R e p u ­ b lic a n o s se d ir ig e n a C h u rc h ill Un grupo de profesores republica­ nos españoles ha dirigido a Mr. Wins­ ton Churchill, con motivo de su últi­ Los Republicanos y socialistas re­ mo discurso, el siguiente comunisidentes en Acapulco exteriorizamos “ Winston Churchill, Downing St. el dolor que nos produjo el discurso Londres. Profesores universitarios fesde Churchill. Millones de españoles pañoles ausentes de su patria por muertos en defensa de la democracia crueles e implacables persecuciones universal, no merecían esta atentado del régimen del general Franco y a su memoria. Hoy renovamos ante por impferativo insobornable de su esa Junta nufestra solidaridad con propia dignidad en servicio de los la línea política que tan gallardamen­ valores morales que las Naciones te observa para honra de España y Unidas defienden con las armas, ejemplo del mundo.—Miguel Muñoz; siéntense dolorosamente decepciona­ Francisco Torquemada. dos por último discurso de vuecen­ cia, ardiente detractor de la No In ­ EL DR. AURELIO ROMEO tervención y esperan confiados triun­ Monterrey. N. L. Violentamente indignado contra fo inmediato libertad de pueblos y los que, desconociendo los eminentes fracaso definitivo de tiranías y apa­ ciguamientos. ‘ ‘Ignacio Bolívar, cate servicios prestados por el pueblo re publicano español a la cansa de las drático jubilado de Entomología de democracias en lucha contra el fas­ la Universidad de Madrid, director cismo internacional, tienen la avilan- del museo dfe Ciencias Naturales y fez y el descoco de adular, ofrecer presidente de la Junta para Amplia­ respeto y aun ayuda al traidor máxi­ ción de Estudios; Cándido Bolívar, mo de España, felicito calurosamen­ catedrático de Entomología; Manuel te a la Junta Española de Liberación Márquez, catedrático de Oftalmolo­ por el digno y valiente manifiesto gía y decano de la Facultad de Me­ publicado protestando del discurso dicina de Madrid; José Giral, cate­ de Churchill, propio de los que con­ drático de Química Biológica dfe la tribuyeron eficazmente dentro de los Facultad de Farmacia de Madrid y países democráticos a la derrota de rector de aquella Universidad; Fran­ la República Española y pretenden cisco Giral, catedrático de Química continuar engañando a pueblos y ju­ Orgánica en la Universidad de San­ ventudes para perpetuar su política tiago; Blas Cabrera, catedrático de imperialista y capitalista.—Cordial­ Electricidad y Magnetismo en la Fa­ cultad de Ciencias dfe Madrid y rec­ mente. Dr. Aurfelio Romeo. tor de aquella Universidad; Alejan­ PARTIDO SOCIALISTA OBRERO dro Otero, catedrático de Ginecolo­ ESBAÑOL gía y Obstetricia y rector de la Uni­ Distinguidos señores y amigos : La­ versidad de Granada; Agustín Mi­ mentamos profundamente el último llares, catedrático de Paleografía y discurso del primer ministro britá­ la tín medifeval en la Facultad de nico, Winston Churchill, que revela Madrid; Pedro Bosch Gimpera, cate­ mía absoluta incomprensión de los drático de Historia Universal y rec­ problemas dfe España y significa una tor de la Universidad de Barcelona; ofensa al pueblo español Sin embar­ Joaquín Xirau Palau, catedrático de go, las palabras de Mr. Churchill no Lógica y decano de la Facultad de nos han producido ningún desaliento, Filosofia ¡y Letras de Barcelona; ni amenguan en nosotros la resolu­ Mariano Ruiz Fîmes, catedrático de ción de luchar, sin transigencia al­ Derecho Penal y vicerector de la Uni­ guna, hasta conseguir la restauración versidad de Murcia; Manuel Sán­ de la República. chez Sarto, profesor de Economía en Con tal motivo, reiteramos nuestra la Facultad de Derecho de Barcelo­ adhfesión a esa Junta como expresión na; José Torreblanco, proífesor de Gi­ autorizada de aquella voluntad, y ha­ necología y Obstetricia en la Facul­ cemos constar nuestra entera confor tad dfe Madrid; Manuel Rivas Che. midad con la briosa respuesta dada rifí, profesor de Oftalmologia en la públicamente al discurso de mister Facultad de Madrid; José de Benito, ChurchilL catedrático de Derecho mercantil en Con todo afecto les saluda: Por ia la Facultad de Zaragoza y Vicente Comisión Ejecutiva del PSOE, Ma­ Herrero, profesor de Derecho Polí­ nuel Albar, secretario. tico de la Facultad de Madrid. La Junta Española de Liberación ha recibido los siguientes mensajes: