Cuerpo intervenido

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Cuerpo intervenido
Tornillos, barras, placas y prótesis, entre otros dispositivos quirúrgicos ajenos al organismo,
cumplen la función de corregir y estabilizar lesiones y enfermedades que comprometen
seriamente la salud. Siete pacientes revelan a través de sus radiografías esa historia de vida
que no está a la vista de todos / José Ramón Villalobos
| Reproducciones Miguel Canchari
Maite Cuello | 24 años | Profesión: fisioterapeuta.
Dispositivos fijados: cinco tornillos en la mano derecha | Año de la radiografía: 2009.
En un accidente automovilístico su brazo impactó contra el volante y se fracturó la mano derecha. Inmediatamente, sintió que tenía rotos los huesos del dorso de la mano. En la emergencia
de una clínica se la inmovilizaron con una venda. Las radiografías que le practicaron revelaron
que tenía fractura desplazada. Para unir las estructuras óseas fracturadas, fue intervenida al
tercer día y le colocaron en dos dedos cinco tornillos de acero quirúrgico de 1,5 milímetros.
Durante cuatro semanas no pudo movilizar la mano. Tuvo que asistir a terapia de rehabilitación.
Hoy ejerce con normalidad su profesión. Los tornillos los tendrá de por vida.
49+SALUD
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Stiben Flores | 32 años | Profesión: asistente administrativo.
Dispositivos fijados: ocho tornillos y una barra metálica en el tobillo derecho | Año de la radiografía: 2010.
Durante un partido de fútbol recibió un fuerte golpe en el tobillo derecho. Del impacto, cayó al
piso con mucho dolor. No podía caminar y fue trasladado de emergencia a una clínica: lo dejaron
hospitalizado. El informe médico indicó fractura de tobillo y ruptura de ligamentos. Debido a la
magnitud de la lesión, entró en quirófano al segundo día. Para fijar y estabilizar los huesos afectados
y reconstruir los ligamentos, le colocaron ocho tornillos quirúrgicos (siete de 4 centímetros y uno de
6,5 centímetros) y una barra metálica. Estuvo inactivo por ocho semanas –con atrofia del músculo de la
pierna derecha– hasta que logró caminar con muletas. Con voluntad y disciplina en su proceso de
rehabilitación, al cuarto mes retomó sus actividades laborales. Nunca más podrá jugar fútbol.
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Isis Fernández | 51 años | Profesión: médico veterinario.
Dispositivos fijados: seis tornillos y dos placas de metal en la columna.
Año de la radiografía: 2008.
Repentinamente empezó a sufrir pequeñas contracturas paralizantes en la región lumbar –acompañadas de calambres nocturnos en los pies– que le impedían desplazarse con comodidad. Para
determinar la causa, le hicieron tomografías, resonancias magnéticas y radiografías, que arrojaron la
presencia de una listesis (desplazamiento de vértebras) de segundo grado, ocasionada posiblemente
por microtraumatismos. Después de un año, durante el cual recibió tratamiento fisioterapéutico,
fue operada para alinear las vértebras y le fijaron seis tornillos de acero quirúrgico de 3 centímetros,
dos placas de metal y, con 40 gramos de injerto granulado, le rellenaron los espacios intervertebrales
comprometidos. Logró reincorporarse a sus funciones profesionales después de otros seis meses de
fisioterapia. Todos los dispositivos incorporados a su cuerpo son definitivos.
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Jonattan Angulo | 23 años | Profesión: estudiante de odontología.
Dispositivos fijados: una barra de acero de 45 centímetros, tres tornillos
de 4 centímetros, dos ganchos y ocho asas alámbricas en la columna.
Año de la radiografía: 2006.
Hace cinco años presentó una pequeña desviación en la columna. Después de las evaluaciones de
rigor fue diagnosticado con escoliosis idiopática –curvatura de la columna vertebral de origen desconocido– de 37 grados. A los pocos meses, su espalda se arqueó significativamente y su enfermedad
avanzó a una escoliosis de 70 grados. Para corregir la curvatura y detener la desviación necesitó dos
intervenciones. En la primera, le quitaron una costilla y le desarticularon la columna. En la segunda,
le fijaron una barra de acero de 45 centímetros, tres tornillos de 4 centímetros, dos ganchos y ocho
asas alámbricas. Aunque sentía mucho dolor, al día siguiente logró caminar. Guardó reposo por
un mes y asistió a sesiones de fisioterapia. Reinició sus estudios a las ocho semanas. Hoy cursa el
quinto año de odontología. Todos los dispositivos incorporados a su cuerpo son definitivos.
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Miguel Ángel Canchari | 39 años | Profesión: diseñador gráfico.
Dispositivos fijados: cuatro tornillos de acero quirúrgico de 6 centímetros
en la rodilla derecha; una barra de titanio, cuatro tornillos de acero
quirúrgico y una malla metálica en la columna; una barra metálica y ocho
tornillos en el hombro | Año de la radiografía: 2006.
Cruzando una calle fue arrollado por un automóvil y sufrió politraumatismos y fracturas en la región
lumbar, los hombros y la rodilla derecha. Muy delicado, estuvo hospitalizado por 30 días, durante
los cuales fue intervenido 10 veces. Totalmente fracturada, su rodilla requirió cuatro tornillos de
acero quirúrgico de 6 centímetros en la parte interna, además de seis barras metálicas en la externa.
Para estabilizar y sostener la columna, precisó de una barra de titanio, cuatro tornillos de acero
quirúrgico y una malla metálica. En el hombro derecho, seriamente afectado, le colocaron una barra
metálica y ocho tornillos de 4 centímetros. Pasó cuatro meses entre la cama y la silla de ruedas.
A los seis meses se reincorporó a su trabajo, apoyándose en muletas; y al año logró recuperarse
significativamente. Hoy camina sin dificultad.
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Miguel Ángel Mendoza | 27 años | Profesión: productor musical.
Dispositivos fijados: cuatro barras de titanio, veinte tornillos (diez de 2,5 centímetros
y diez de 6 centímetros), seis ganchos y cuatro asas alámbricas en la columna.
Año de la radiografía: 2006.
A los 9 años le detectaron una escoliosis incipiente en exámenes de rutina. El traumatólogo le indicó
ejercicio y natación. A sus 17 años, en radiografías de control, se observó que la escoliosis había
progresado a 66 grados. Además de dolor, ya presentaba prominencia del omóplato izquierdo y
levantamiento de cadera. Por el avance de la enfermedad, requirió de una intervención quirúrgica,
que le fue practicada en Nueva York (Estados Unidos). Para corregir la curvatura y rectificar la
columna, le colocaron cuatro barras de titanio (dos horizontales y dos verticales), veinte tornillos
(diez de 2,5 centímetros y diez de 6 centímetros), seis ganchos y cuatro asas alámbricas. Su evolución
fue satisfactoria. A las tres semanas regresó a Venezuela. Hoy, si bien en ocasiones siente dolor de
espalda, realiza sin limitaciones sus actividades. Todos los dispositivos incorporados a su cuerpo
son definitivos.
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Adelaida Piñero | 76 años | Profesión: camarera hospitalaria.
Dispositivos fijados: prótesis de rodilla | Año de la radiografía: 2010.
Hace 15 años, forcejeando con un paciente alterado, se desgarró los meniscos de la rodilla derecha,
al tropezar con la esquina de la cama. Cayó al piso con un dolor agudo y la trasladaron a la emergencia. Incapacitada para caminar, a los 15 días le fijaron una placa de plata en los meniscos. Hace
4 años empezó a padecer serias molestias en la rodilla por el debilitamiento de la placa y el desgaste
óseo. Fue operada nuevamente y le colocaron una prótesis para reemplazar las articulaciones y los
huesos dañados. Debido a la sobreexigencia, la rodilla izquierda también requirió de una prótesis
hace dos meses. Ambos dispositivos le permitieron, a los pocos días, reincorporarse sin problema
a sus labores. Las dos prótesis las tendrá de por vida.
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