análisis y crítica - Gaceta Constitucional

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ANÁLISIS Y CRÍTICA
Los límites de la relativización
del principio de congruencia procesal
en los procesos de divorcio
En la STC Exp. N° 00782-2013-PA/TC el Tribunal Constitucional fijó límites a los jueces
en cuanto a la relativización del principio de congruencia procesal en el proceso de divorcio por la causal de separación de hecho, respecto de la indemnización que estos pudieran fijar a favor de los cónyuges que resulten perjudicados. En el artículo, el autor nos da
a conocer sus discrepancias sobre algunos de los argumentos que utilizó el TC al emitir la
sentencia señalada, haciendo hincapié en que el Colegiado debió de haber declarado infundada la demanda amparo, sobre todo al existir un Pleno Casatorio en el cual ya se había resuelto respecto al tema materia de litis.
INTRODUCCIÓN
El presente artículo versa sobre el recurso de
agravio constitucional interpuesto por don
Juan Américo Isla Villanueva, contra la resolución de fecha 10 de abril del 2012, expedida
por la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República que, confirmando la apelada, declaró infundada la demanda de autos.
Se advierte de la sentencia que el petitorio
de la demanda de amparo tiene por objeto
el cuestionamiento de las resoluciones judiciales que otorgaron una indemnización por
daño material a la cónyuge perjudicada en el
*
proceso de divorcio por la causal de separación de hecho incoada por el recurrente. En
tales circunstancias, se dirige a que se deje
sin efecto: a) la sentencia de fecha 2 de octubre del 2007, expedida por el Quinto Juzgado
de Familia de Trujillo en el extremo que fija
la suma de tres mil nuevos soles como monto indemnizatorio que deberá cancelar el accionante a favor de la demandada, por ser la
cónyuge perjudicada con la separación; b) la
Resolución N° 12, de fecha 25 de abril del
2008, emitida por la Primera Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de La Libertad,
en el extremo que revocó la sentencia emitida en primera instancia respecto al monto de
Magistrado del Primer Juzgado Civil de Maynas. Catedrático universitario.
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RESUMEN
Alexander RIOJA BERMÚDEZ*
A NÁLISIS CIVIL, COMERCIAL Y PROCESAL CIVIL
todos los puntos controindemnización otorgando
vertidos establecidos en el
a favor de la emplazada
la suma de dos mil nuevos La necesidad de respetar la proceso, a todas las alegasoles, por ser la cónyu- congruencia entre los térmi- ciones efectuadas por las
ge perjudicada con la se- nos de la acusación y la sen- partes en sus actos postulatorios o en sus medios
paración; y, c) el auto catencia deriva del derecho de impugnatorios.
lificatorio del recurso de
casación recaído en la Ca- defensa.
Principio de la congruensación Nº 2965-2008-LA
cia o dispositivo. SolaLIBERTAD, de fecha 22
mente a los litigantes les es dado delimitar el
de agosto del 2008, emitido por la Sala Civil
ámbito de la demanda, de la res in iudicioPermanente de la Corte Suprema de Justicia
deducta, siéndole vedado al juez la búsquede la República, que declaró improcedente el
da de hechos no alegados cuya comprobación
recurso de casación interpuesto por el actor,
se debe a las partes. Al juez le cabe, solamencondenándolo al pago de una multa de tres
te, decidir la litis en los límites en que ella fue
unidades de referencia procesal.
puesta y de acuerdo con las pruebas produciResulta claro señalar que la mayoría del Tridas por los contendiente, ni extra, ni ultra, ni
bunal ha asumido que se han vulnerado dos
citra petita.
contenidos de relevancia constitucional: el
En efecto, la congruencia, conforme lo defiprincipio de congruencia procesal (pues la
ne Jorge W. Peyrano, “es la exigencia de que
demandada del proceso ordinario no se premedie identidad entre la materia, partes y hesentó y por tanto no alegó que haya sufrido
chos de una litis incidental o sustantiva y lo
daño, no debiendo los jueces ordinarios emresuelto
por la decisión jurisdiccional que la
plazados otorgar una indemnización —de dos
1
dirima”
.
De igual forma, para Pedro Aragomil soles— a su favor) y el derecho de deneses
Alonso
enseña que “por congruencia ha
fensa (porque el demandante de dicho procede
entenderse
aquel principio normativo diriso fue “sorprendido” por los jueces ordinarios
gido
a
delimitar
las facultades resolutorias del
emplazados, debido a que no tuvo la oportuniórgano
jurisdiccional
por el cual debe existir
dad de contradicción ni prueba en contrario).
identidad
entre
lo
resuelto
y lo controvertido,
Es por ello que el comentario bajo análisis se
oportunamente,
por
los
litigantes,
y en relarealizará sobre la premisa de las instituciones
ción
con
los
poderes
atribuidos
en
cada caso
antes indicadas.
al órgano jurisdiccional por el ordenamiento
jurídico”2.
I. PRINCIPIO DE CONGRUENCIA
PROCESAL
El principio de congruencia procesal implica
por un lado que el juez no puede ir más allá
del petitorio ni fundar su decisión en hechos
diversos de los que han sido alegados por las
partes, y por otro lado la obligación de los
magistrados es de pronunciarse respecto de
1
2
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El Tribunal, con base en su jurisprudencia, ha
subrayado que el deber de respetar el principio de congruencia se encuentra garantizado
por el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales. Sin embargo no es este último derecho el que solo puede resultar lesionado a consecuencia de no respetarse el
PEYRANO, Jorge. El proceso civil: Principios y fundamentos. Astrea, Buenos Aires, 1978, p. 64.
ARAGONESES ALONSO, Pedro. Sentencias congruentes. Pretensión, oposición, fallo. Aguilar, Madrid, 1957, p. 87.
ANÁLISIS Y CRÍTICA
referido principio de congruencia. En efecto, en el ámbito del proceso civil, la infracción del deber de congruencia supone no solo
la afectación del principio dispositivo al cual
también se encuentra sumergido el proceso
civil, sino que a consecuencia de ello se puede afectar otros derechos constitucionalmente
protegidos, verbigracia el derecho de defensa
y, en determinadas ocasiones, el derecho a ser
juzgado por un juez imparcial.
Hay quienes apuntan al respecto que, si se
adopta el mencionado principio de forma rígida, en antagonismo al principio inquisitivo,
el juez tendrá una posición de mero espectador, estática, una vez que él no puede producir prueba y ni decidir fuera de aquello que las
partes colocaron en juicio. Si al contrario se
postula por una posición liberal otorgando al
juez poderes casi ilimitados no solamente en
la conducción de los hechos como también en
la producción de la prueba, se corre el riesgo
de propiciar una verdadera dictadura judicial.
Por ello se apunta que uno de los más importantes límites al poder que la regla iura novit
curia le otorga al juez, se encuentra en otra regla procesal de la actividad de sentenciar –la
más importante regla de juzgamiento– que se
conoce doctrinalmente con el nombre de congruencia procesal.
Devis Echandía la define como “el principio
normativo que delimita el contenido de las resoluciones judiciales que deben proferirse, de
acuerdo con el sentido y alcance de las peticiones formuladas por las partes (en lo civil, laboral, y contencioso-administrativo) o
de los cargos o imputaciones penales formulados contra el sindicado o imputado, sea de
oficio o por instancia del Ministerio Público
o del denunciante o querellante (en el proceso
penal), para el efecto de que exista identidad
jurídica entre lo resuelto y las pretensiones o
imputaciones y excepciones o defensas oportunamente aducidas, a menos que la ley otorgue facultades especiales para separarse de
ellas”3. Entiende este autor que “los derechos
de acción y de contradicción imponen al Estado el deber de proveer mediante un proceso y por una sentencia, cuyo alcance y contenido están delimitados por las pretensiones y
las excepciones que complementan el ejercicio de aquellos derechos”4.
Este principio no encuentra una regulación legislativa que la regule de manera explícita estableciendo presupuestos, requisitos y efectos, sin embargo ello no lo hace desconocido
en nuestro ordenamiento jurídico toda vez
que se refieren a la congruencia directa o indirectamente distintas normas, entre las que
se cuentan aquellas que regulan el contenido
de las sentencias. Ello no ha impedido que en
sede jurisdiccional, tanto a nivel de la Corte
Suprema como del Tribunal Constitucional,
no se haya establecido o delimitado los alcances de esta institución.
Así, “el principio de congruencia procesal
implica por un lado que el juez no pueda ir
más allá del petitorio ni fundar su decisión en
hechos diversos de los que han sido alegados
por las partes y por otro lado la obligación de
los magistrados es de pronunciarse respecto
de todos los puntos controvertidos establecidos en el proceso, a todas las alegaciones
efectuadas por las partes en sus actos postulatorios o medios impugnatorios”5.
En sede constitucional, sobre el principio de
congruencia, si bien se ha explicado que forma parte del contenido constitucionalmente
protegido del derecho a la debida motivación
3 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría General del Proceso. Tomo II. Universidad, Buenos Aires, 1985, p.533.
4 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Ob. cit. p. 536.
5 Casación Nº 1308-2001, Lima, 7 septiembre 2001 (Publicada el 2 de enero de 2002). Caso contra Compañía Chilena de Navegación Interoceánica S. A., Corte Suprema de la República del Perú.
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A NÁLISIS CIVIL, COMERCIAL Y PROCESAL CIVIL
¿Qué dice el Tribunal
Constitucional?
“Si bien el principio de congruencia resulta de aplicación a todos
los ámbitos del Derecho Procesal,
resulta especialmente válido cuando los intereses… son de naturaleza estrictamente privada”.
de las decisiones judiciales y que garantiza
que el juzgador resuelva cada caso concreto
sin omitir, alterar o exceder las pretensiones
formuladas por las partes (Véase, STC Exp.
Nº 08327-2005-PA/TC, f. j. 5), en sede administrativa, dicho principio procesal se encuentra flexibilizado, en la medida que en el iter
del procedimiento administrativo debe armonizarse con la potestad de invalidación general de la Administración Pública6.
Cabe agregar que en la sentencia materia de
análisis en su fundamento jurídico 5 se ha
precisado: “Si bien el principio de congruencia resulta de aplicación a todos los ámbitos
del derecho procesal, resulta especialmente válido cuando los intereses que las partes
discuten son de naturaleza estrictamente privada; no obstante, cuando están en juego intereses de innegable trascendencia pública,
la congruencia procesal puede verse restringida en atención a la legítima protección de
otros bienes constitucionales (cfr. STC Exp.
Nº 02868-2004-AA/TC, f. j. 11 y STC Exp.
Nº 00905-2001-AA/TC, f. j. 4). Por esta razón, en ámbitos de especial relevancia social del Derecho, tal principio sufre una
6
7
8
148
relativización. Así sucede, entre otros, en los
ámbitos del Derecho Constitucional, Laboral
y de Familia”7.
Teniendo en cuenta, los fundamentos del Tribunal Constitucional en las dos sentencias
antes puestas en consideración podemos observar claramente que el principio de congruencia procesal no se encuentra limitado o
restringido del todo, ya que por ser un principio de carácter procesal abarca cualquier tipo
de proceso siendo flexible en sede administrativa y relativa en materia constitucional, laboral y familia.
Queda claro el análisis que en la sentencia
hace referencia a la figura bajo comento, tanto en la posición de los magistrados Urviola,
Blume y Ramos como la expuesta por los Magistrados Sardón, Ledesma y Espinosa-Saldaña, aunque en esta última muy someramente.
II. DERECHO DE DEFENSA
La necesidad de respetar la congruencia entre
los términos de la acusación y la sentencia deriva del derecho de defensa. La Constitución
reconoce el derecho de defensa en el inciso
14), artículo 139, en virtud del cual se garantiza que los justiciables, en la protección de
sus derechos y obligaciones, cualquiera que
sea su naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral, etc.), no queden en estado de indefensión. El contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de
un proceso judicial, cualquiera de las partes
resulta impedida, por concretos actos de los
órganos judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender
sus derechos e intereses legítimos8.
Enseña Maier que la base esencial del derecho a defenderse reposa en la posibilidad de
STC Exp. Nº 04293-2012-PA/TC LORETO, caso Consorcio Requena.
STC Exp. N° 00782-2013-AA/TC Lima. caso: Isla Villanueva
STC Exp. N° 03365-2010-PHC/TC LIMA NORTE, caso Fernando Melciades Zevallos Gonzáles, f. j. 2
ANÁLISIS Y CRÍTICA
expresarse libremente sobre cada uno de los
extremos de la imputación (y sus pruebas)
–esto es la llamada contradicción–. Que nadie puede defenderse de algo que no conoce
y por ello es tan importante este hacer saber
al imputado de esa acusación, que –para posibilitar esa defensa– debe ser correctamente
formulada (detallada, clara, no alcanza con la
mera mención el nomen iuris asignado a hecho, etc.)9.
Queda claro, entonces, la importancia de que
se encuentre claramente establecido en los
actos postulatorios los hechos, los cuales no
pueden ser modificados a lo largo del proceso. Aquí surge la figura o el principio de congruencia, porque ese hecho (o hechos mencionados) es lo que ha de determinar el objeto del
litigio (objeto procesal). El mismo que debe
permanecer inalterable (congruente) a lo largo de todo el iter procesal (etapa postulatoria,
probatoria, decisoria, impugnatoria y ejecutoria). Por ello, este principio es una manifestación fundamental del derecho de defensa, pues
¿qué sentido tendría afirmar la inviolabilidad
de la defensa en el proceso, si luego de intimar a un demandado por un hecho del que se
lo acusa, se lo sentencia por un hecho distinto?
Sin embargo, en la sentencia bajo comento
no se da mayor análisis a esta institución de
manera expresa, solamente se ha manifestado en el fundamento jurídico doce que el deber de velar por la estabilidad económica del
cónyuge perjudicado, no autoriza al juez en
ningún caso a fijar discrecionalmente una indemnización, si es que este no ha denunciado algún perjuicio, ni existe prueba en ese
sentido máxime si ha renunciado al mismo
al haberse declaro rebelde. Sin embargo si el
juzgador impusiera una indemnización, viola el principio de congruencia al incorporar
hechos al proceso. Y tal proceder atenta directamente con las garantías esenciales de la
9
administración de justicia, como son la imparcialidad y el derecho de defensa.
Del mismo modo en el considerando vigésimo primero respecto de los hechos materia del proceso manifiesta que la demandada
nunca se apersonó al proceso civil ni contestó la demanda, siendo declarada rebelde. En
este sentido, fluye de los actuados que en ninguna etapa del proceso la emplazada alegó algún acto o hecho que lleve a la convicción
de ser la cónyuge perjudicada por la separación de hecho. Razón por la cual, en coherencia con los fundamentos expuestos supra,
se ha lesionado también el derecho de defensa del cónyuge demandante; puesto que los
jueces ordinarios lo han sorprendido con una
decisión indemnizatoria sustentada en razones respecto de las cuales el ahora recurrente nunca tuvo oportunidad de contradicción,
toda vez que, como ha quedado establecido,
nunca fueron invocadas por su contraparte. Y
esto es así porque el contenido constitucionalmente garantizado de este derecho en ningún
caso puede reducirse a la posibilidad de defenderse contra las razones del juzgador.
En tal sentido este es el único punto en el cual
se menciona ligeramente el derecho de defensa, que no fue analizado en extremos como
en el punto anterior y establecer el contenido constitucionalmente protegido del citado
derecho.
III.ANÁLISIS DEL CASO
De la sentencia materia de comento se advierte que los magistrados Urviola, Blume y
Ramos interpretan el artículo 345-A del Código Civil indicando que el juez no puede limitarse a la simple constatación de si existe
pedido indemnizatorio expreso de las partes, sino que exige al juzgador realizar un juicio de inferencia a partir de hechos objetivos
a fin de evaluar la existencia de un cónyuge
MAIER, Julio. Derecho Procesal Penal. Tomo I- Fundamentos, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2002, pp. 559-560.
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perjudicado –aquel que no motivó la separación de hecho– y fijar, si fuera el caso, la indemnización correspondiente. Es decir, que el
Tribunal menciona que no basta con la existencia de una pretensión indemnizatoria sin
que el juez se encuentre obligado a analizar
los hechos para poder establecer la existencia o no del perjudicado y que como consecuencia de ello o no se establezca un quantum
indemnizatorio.
Más adelante el Tribunal subraya que la relativización del principio de congruencia y
el deber de velar por la estabilidad económica del cónyuge más perjudicado, no autoriza plenamente al juez, en ningún supuesto a
establecer de manera discrecional un monto
indemnizatorio a favor de un supuesto cónyuge perjudicado, más aún si este no ha puesto
de manifiesto algún perjuicio, ni existe medio
probatorio alguno que acredite ello; o peor
aún, si el interesado expresamente ha renunciado a tal pretensión o fue declarado rebelde. Si a pesar de tales circunstancias, el juzgador impusiera el pago de una indemnización,
incurriría en una grave violación del principio de congruencia; puesto que no solo habría
aplicado el derecho no invocado, sino, fundamentalmente, habría incorporado hechos al
proceso. De esta manera, el Tribunal Constitucional está fijando ya los límites a la potestad del juez en este tipo de procesos respecto
de la indemnización que pudiera fijar, restringiendo así el análisis tenido en cuenta en el
Tercer Pleno Casatorio Civil, en el cual bastaba que se “haya alegado o expresado de alguna forma hechos concretos referidos a los
perjuicios resultantes de la separación de hecho o del divorcio en sí”. Resultando a nuestro criterio no solamente contradictorio sino
que deja sin efecto lo establecido por la Sala
Plena de la Corte Suprema ya que en dicho
Pleno no se señala la acreditación de algún
perjuicio, sino que simplemente se pueda establecer con base en los hechos alegados la
existencia de un perjudicado como consecuencia del divorcio y se establezca un monto
indemnizatorio.
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Debe tenerse en claro que respecto de la
indemnización por daños o la adjudicación
preferente de bienes de la sociedad conyugal, en sede ordinaria se señala lo siguiente:
i) A pedido de parte, podrá formularse tal pretensión en los actos postulatorios, ya sea en
la demanda como pretensión accesoria o en
la reconvención, según sea el caso, salvo renuncia expresa del interesado. También procederá después de los actos postulatorios. ii)
De oficio, el juez de primera instancia se pronunciará sobre estos puntos, siempre que la
parte interesada haya alegado o expresado,
de alguna forma, hechos concretos referidos
a los perjuicios resultantes de la separación
de hecho o del divorcio en sí. Aquellos hechos pueden ser alegados o expresados incluso después de los actos postularios. De estas
hipótesis, el juez concederá a la otra parte la
oportunidad razonable de pronunciarse y de
ofrecer la prueba pertinente. De haberse realizado la audiencia de prueba, los medios probatorios a ofrecerse serán de actuación inmediata. iii) En todo caso, el juez se pronunciará
sobre la existencia de la condición de cónyuge más perjudicado de una de las partes según
se haya formulado –y probado– la pretensión
o la alegación respectiva, o sobre la inexistencia de aquella condición, si no existieran
elementos de convicción necesarios para ello.
Incluso, en concordancia con la Constitución, se le facultaba al juez de familia ahora para poder pronunciarse sobre puntos que
formalmente no hubieran sido propuestos por
las partes en sus demandas o reconvención, el
juez podía disponer de oficio la actuación de
la prueba pertinente, de conformidad con el
artículo 194 del Código Procesal Civil, fijándose dos límites a esta iniciativa probatoria:
que se circunscribirá a los hechos alegados
por las partes y que se respete el derecho de
defensa. Este precedente permitía también
al juez recurrir a los sucedáneos de los medios probatorios que acrediten la condición de
cónyuge más perjudicado por la separación
de hecho. La pregunta es, si todo esto, luego
ANÁLISIS Y CRÍTICA
facultades tuitivas y, por
lo que se encuentra facul[E]l Tribunal Constitucional, tado a flexibilizar algunos
principios y normas proceDe otro lado compartimos está fijando… límites a la posales como los de iniciatila postura de los magistra- testad del juez… restringienva de parte, congruencia,
dos Sardón, Ledesma y Es- do así el análisis tenido en
formalidad, eventualidad,
pinosa-Saldaña, en el senti- cuenta en el Tercer Pleno Ca- preclusión, acumulación
do que lo que puede hacer satorio Civil.
de pretensiones, en atenel Tribunal Constitucional
ción a la naturaleza de los
“es ingresar a analizar si,
conflictos que debe soluen algún supuesto específico y excepcional, el
cionar, derivados de las relaciones familiares
contenido del precedente judicial a aplicar en
y personales, ofreciendo protección a la parte
sede ordinaria se encuentra ajustado a lo disperjudicada, de acuerdo con la Constitución
puesto en la Constitución en caso exista duda
Política. Ello es lo que en principio se tomó
sobre su contenido y siempre que este análien cuenta para la expedición del Tercer Pleno
sis sea imprescindible en la resolución del caso
Casatorio en materia civil, y que resultaba ser
puesto a consideración del Tribunal. Pero tal
adecuado y pertinente dadas las circunstansupuesto excepcional, valga aclararlo, no se
cias y los casos que se venían dando en la acpresenta en este proceso pues, como ya se adetualidad, en tal sentido se convirtió en un fallo
lantó, el Tercer Pleno Casatorio Civil, invocado
sustentado en nuestra realidad social evitando
en la sentencia, fue emitido de manera postede esta manera recurrir a nuevos proceso jurior al dictado de las sentencias civiles analidiciales, congestionar más la carga procesal
zadas en la presente causa, por lo que resulta
existente y economizar en cuanto a la parte
irrelevante cualquier análisis de su contenido.”
y al Estado.
de la decisión del Tribunal
Constitucional, ha quedado sin efecto
En tal sentido, ya existía un pronunciamiento en sede civil elevado a nivel de precedente
judicial, de conformidad con el artículo 400
del Código Procesal Civil, en el cual se analizaba el tema materia del proceso de amparo
es decir, la indemnización del cónyuge perjudicado, en el proceso seguido por el ciudadano René Huaquipaco Hanco contra Catalina
Ortiz Velazco. Esta decisión constituye precedente vinculante y, por tanto, es de observancia obligatoria para todos los magistrados
en procesos pendientes de resolver y cuando resuelvan supuestos similares, y en aquellos procesos de naturaleza homóloga (proceso de divorcio por la causal de separación de
hecho y proceso de separación de cuerpos por
la causal de separación de hecho de conformidad con lo establecido en los artículos 333 inciso 12, 345-A y 349 del Código Civil).
Se debe tener en cuenta que en los procesos
de familia, el juez se encuentra investido de
En tal sentido, en los procesos sobre divorcio
–y de separación de cuerpos– por la causal de
separación de hecho, el juez se encuentra en
el deber de velar por la estabilidad económica
del cónyuge que resulte más perjudicado por
la separación de hecho así como la de sus hijos, esto de conformidad con el artículo 345A del Código Civil. Por lo que, a pedido de
parte o de oficio, el magistrado señalará una
indemnización por daños, el que incluye el
daño a la persona, u ordenará la adjudicación
preferente de bienes de la sociedad conyugal,
independientemente de la pensión de alimentos que pudiera corresponderle. Debe establecerse en cada caso el sustento o fundamento
es decir motivar cómo nacen dichos conceptos que van a ser de obligatorio cumplimiento
para la parte contraria
Se debe precisar que el daño moral es indemnizable y se halla comprendido en el daño de
la persona. De igual forma se establece que
GACETA CONSTITUCIONAL Y PROCESAL CONSTITUCIONAL Nº 90
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A NÁLISIS CIVIL, COMERCIAL Y PROCESAL CIVIL
el juez superior integrará la resolución impugnada de primera instancia cuando se haya
omitido pronunciamiento expreso sobre la
existencia o inexistencia del cónyuge más
perjudicado, siempre que la fundamentación
respectiva aparezca, de alguna forma, en la
parte considerativa de la sentencia apelada.
La indemnización o la adjudicación de bienes tienen la naturaleza de una obligación
legal, cuya finalidad es corregir un evidente desequilibrio económico e indemnizar el
daño a la persona, resultante de la separación;
su fundamento no es la responsabilidad civil
contractual o extracontractual sino la equidad
y la solidaridad familiar.
Resulta rescatable también que los magistrados Sardón, Ledesma y Espinosa-Saldaña,
hayan indicado que “la interpretación de la
ley (y de la jurisprudencia vinculante ordinaria) es de legítima y exclusiva competencia de
la judicatura ordinaria, ello en absoluto impide que, en determinados supuestos, cuando
esta interpretación legal afecte derechos fundamentales, esta pueda ser revisada e incluso enmendada por los jueces constitucionales.
Siendo así, en el presente caso, es necesario
evaluar, ya no la pertinencia de la interpretación legal realizada por los jueces de familia, sino si estas incurrieron en algún déficit
de interpretación de derechos fundamentales.
En especial, corresponde analizar si la tesis
interpretativa acogida por los juzgadores ordinarios han sido contrarias al principio de
congruencia procesal y al derecho de defensa, cuyas afectaciones fueron alegadas por el
recurrente”.
Queda claro que debe establecerse un límite a la función del juez jurisdiccional frente
a la del juez ordinario, máxime si existe ya
una decisión a nivel de precedente en el cual
se haya delimitado y establecido la forma en
la que debe resolverse determinada causa. Si
bien el Tribunal Constitucional como órgano
de control de constitucionalidad se encuentra
facultado a expurgar del ordenamiento jurídico aquellas normas que no se condicen con la
152
Constitución, no solamente se limitan a ello
sino también en casos específicos es decir, en
determinados procesos judiciales en los que
se advierta la vulneración de determinadas
garantías constitucionales, puede intervenir y
amparar las pretensiones en ese aspecto.
CONCLUSIONES
El principio de congruencia procesal implica
por un lado que el juez no puede ir más allá
del petitorio ni fundar su decisión en hechos
diversos de los que han sido alegados por las
partes, y por otro lado, la obligación de los
magistrados es de pronunciarse respecto de
todos los puntos controvertidos establecidos
en el proceso, a todas las alegaciones efectuadas por las partes en sus actos postulatorios o
en sus medios impugnatorios.
El contenido esencial del derecho de defensa
queda afectado cuando, en un proceso judicial, cualquiera de las partes resulta impedida,
por concretos actos de los órganos judiciales,
de ejercer los medios necesarios, suficientes
y eficaces para defender sus derechos e intereses legítimos.
No compartimos algunos de los argumentos
que sustentaron su decisión como ya lo hemos fundamentado líneas arriba. Máxime si
ya existía un Pleno Casatorio en el cual ya se
había resuelto respecto del tema materia de
litis.
La interpretación de la ley (y de la jurisprudencia vinculante ordinaria) es de legítima y
exclusiva competencia de la judicatura ordinaria, lo que no impide que ante el hecho de
que esta interpretación legal afecte derechos
fundamentales, dicha decisión pueda ser objeto de revisión e incluso de enmienda por los
jueces constitucionales.
Los jueces civiles han actuado en el marco de sus competencias, y, por consiguiente,
no han vulnerado el principio de congruencia ni el derecho de defensa del actor, por lo
que la demanda de amparo debió declararse
infundada.
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