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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-3730/10)
MODIFICACIÓN DE LA LEY 346 DE CIUDADANÍA Y
NATURALIZACIÓN
Artículo 1°.- Sustitúyase el Título I de la Ley 346 -reformada por Leyes
16.081, 20.835 y 24.533- por el siguiente:
TITULO I
De los argentinos
Artículo 1°.- Argentinos nativos y argentinos por opción:
1. Son argentinos nativos:
a) todos los individuos nacidos o que nazcan en el territorio de la
República, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres, con
excepción de los hijos de ministros extranjeros y miembros de
legaciones residentes en la República;
b) los nacidos en las legaciones y buques de guerra de la República;
c) los nacidos en mares neutros bajo pabellón argentino;
d) Los hijos de argentinos que nacieren en territorio extranjero,
siempre que el padre o la madre se encontraren en el exterior
prestando servicios oficiales para el gobierno nacional o para los
gobiernos provinciales o municipales, o representaren a la República
ante algún organismo internacional.
2.- Son argentinos por opción:
a) Los hijos de argentinos nativos que habiendo nacido en país
extranjero optaren por la nacionalidad argentina del padre, de la madre
o de ambos padres.
b) Los hijos de argentinos que hayan adquirido la nacionalidad
argentina acorde al inciso precedente que habiendo nacido en país
extranjero optaren por la nacionalidad argentina del padre, de la madre
o de ambos.
Los argentinos nativos y los argentinos por opción se encuentran en
perfecta y absoluta igualdad jurídica.
Artículo 2°.- Sustitúyase el Título III de la Ley 346 -reformada por
Leyes 16.081, 20.835 y 24.533- por el siguiente:
TITULO III
Procedimiento para la inscripción de los argentinos por opción
Artículo 5°: Los hijos de los argentinos enunciados en el artículo 1°
que optaren por la nacionalidad argentina conforme a la presente ley
deberán acreditar su calidad de hijo de argentino ante el cónsul
argentino o ante el Registro Nacional de las personas, según
corresponda al caso:
a) Si se hallaren en país extranjero, la opción por la nacionalidad
argentina deberá ser formulada por el propio interesado ante el cónsul
argentino que corresponda. Si se tratare de menores de edad, la
opción podrá ser realizada por cualquiera de los padres, de manera
indistinta.
En ambos casos el cónsul procederá a la inscripción en el Libro de las
Personas del Consulado, previa verificación del vínculo y la calidad de
argentino nativo o por opción del padre, de la madre o de ambos,
según corresponda. El Cónsul deberá notificarla al Registro Nacional
de las Personas en un plazo no mayor de TREINTA (30) días de
producida la inscripción.
b) Si se hallaren en el territorio nacional, la opción por la nacionalidad
argentina deberá ser formulada por el interesado ante el Registro
Nacional de las Personas. Si se tratare de menores de edad, la opción
podrá ser realizada por cualquiera de los dos padres, de manera
indistinta.
En ambos casos, el Registro Nacional de las Personas verificará el
vínculo y la calidad de argentino nativo o por opción del padre, de la
madre o de ambos, según corresponda.
Artículo 3°: Sustitúyase el Título IV de la Ley 346 -reformada por Leyes
16.081, 20.835 y 24.533- por el siguiente:
TITULO IV
Procedimiento para adquirir la naturalización
Artículo 6°: Los extranjeros que hubiesen cumplido las condiciones de
que hablan los artículos anteriores, obtendrán la carta de
naturalización que les será otorgada por el juez federal de sección
ante quien la hubiesen solicitado.
Artículo 4°: Sustitúyase el Título V de la Ley 346 -reformada por Leyes
16.081, 20.835 y 24.533- por el siguiente:
TITULO V
De los derechos políticos de los argentinos
Artículo.7º- Los argentinos que hubiesen cumplido la edad de 18 años,
gozan de todos los
derechos políticos conforme a la Constitución y a las leyes de la
República.
Artículo 8º- No podrán ejercerse en la República los derechos políticos
por los naturalizados en país extranjero; por los que hayan aceptado
empleos u honores de gobiernos extranjeros sin permiso del
Congreso; por los quebrados fraudulentos, ni por los que tengan sobre
sí sentencia condenatoria que imponga pena infamante o de muerte.
Artículo 9º- La rehabilitación del ejercicio de la ciudadanía se decretará
de oficio por el juez electoral, previa vista fiscal, siempre que la
cesación de la causal inhabilitante surja de las constancias que se
tuvieron al disponerla. De lo contrario, sólo podrá considerarse a
petición del interesado.
Artículo 5°: Sustitúyase el Título VI de la Ley 346 -reformada por Leyes
16.081, 20.835 y 24.533- por el siguiente:
TITULO VI
Disposiciones generales
Artículo 10. - La carta de ciudadanía, así como las actuaciones para
obtenerla, serán gratuitas, salvo la excepción prevista en el artículo
siguiente.
Los extranjeros podrán acreditar las circunstancias de edad y
extranjería con la sola presentación de la cédula de identidad otorgada
por la Policía Federal Argentina, o del pasaporte de su país originario
visado por el cónsul argentino del lugar.
Igualmente podrán justificar las referidas circunstancias con un acta de
estado civil en que hayan intervenido contrayendo matrimonio o
denunciando o reconociendo hijos en el país, con anterioridad a la
sanción de la presente ley.
Artículo 11. - Por el Ministerio del Interior se remitirá a todos los jueces
de sección el suficiente número de ejemplares impresos de carta de
ciudadanía, de modo que sean otorgadas bajo una misma fórmula.
Los jueces que reciban el pedido de ciudadanía, dentro del término de
TRES (3) días solicitarán de oficio todo informe o certificado que
consideren conveniente requerir a la Dirección Nacional de
Migraciones, a la Policía Federal Argentina, a la Secretaría de
Inteligencia de Estado, a la Dirección Nacional del Registro Nacional
de las Personas, a la Dirección Nacional del Registro Nacional de
Reincidencia y Estadística Criminal o a cualquier otra repartición
pública, privada o a particulares. Los jueces se expedirán otorgando o
denegando la carta de ciudadanía, con los elementos de juicio que
obren en autos, en un término máximo de NOVENTA (90) días.
Asimismo, una vez recibida la petición, ordenarán la publicación de
edictos por dos días en un periódico de circulación en la jurisdicción
del domicilio real del peticionante, conteniendo claramente los datos
de la solicitud, a fin de que cualquier persona quede facultada para
deducir oposición fundada contra la concesión del beneficio, la que
será resuelta previo dictamen del Ministerio Público interviniente.
El costo de las publicaciones en los diarios, previsto en este artículo,
estará a cargo del peticionario.
No podrá negarse la ciudadanía por razones políticas. ideológicas,
gremiales, religiosas o raciales”.
Artículo 6°: Incorpórese como Título VII a la Ley 346 -reformada por
Leyes 16.081, 20.835 y 24.533- el siguiente:
TITULO VII
Disposiciones transitorias
Artículo 12°: Los argentinos por opción y los extranjeros que están
actualmente en el ejercicio de la ciudadanía argentina son
considerados como ciudadanos naturales y naturalizados,
respectivamente, debiendo inscribirse en el Registro Nacional de las
Personas.
Artículo 7°: Deróguese toda otra norma que se oponga a la presente
ley.
Artículo 8º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Norma Morandini.FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El calendario impone una fecha de evocación y obliga a la reflexión
sobre el aspecto colectivo más profundo y misterioso, el de la
nacionalidad. Ese destino compartido por haber nacido en suelo
argentino y las razones frustradas o realizadas de nuestra festejada
emancipación: 2010, una fecha que unió dos celebraciones
bicentenarias, el nacimiento de Argentina como Nación y el de Juan
Bautista Alberdi, quien elaboró las bases de nuestra Constitución
Nacional de 1853 e intuyó temprano la relación entre filosofía,
nacionalidad y leyes. Así lo escribió en su “Fragmento Preliminar al
estudio del Derecho”: “(…) la filosofía es madre de toda emancipación,
de toda libertad, de todo progreso social. Es preciso pues conquistar
una filosofía, para llegar a una nacionalidad. Pero tener una filosofía
es tener una razón fuerte y libre; ensanchar la razón nacional es crear
la filosofía nacional, y por tanto, la emancipación nacional”.
En su Bicentenario, la sociedad ya no es primitiva, ni debiera estar
dominada por el instinto o la costumbre; sin embargo, aún nos resta
adaptar nuestra legislación a la particularidad de los que nacieron en
esta tierra y forman parte de una Nación que en sus orígenes importó
a su población y hoy registra un fenómeno migratorio inverso: según la
Cancillería, un millón doscientos mil argentinos viven fuera de las
fronteras de nuestro país. Expulsados por las sucesivas dictaduras,
por las recurrentes crisis económicas o sencillamente porque buscan
fuera lo que el país les niega dentro, lo cierto es que en la segunda
mitad del siglo XX el destierro, el exilio o la migración marcaron, como
fenómeno moderno, a nuestro país. La vida en el extranjero puso a
muchos de nuestros compatriotas en situaciones vitales y existenciales
novedosas, como son los matrimonios mixtos, integrados por personas
de diferente nacionalidad, o los hijos de argentinos nacidos en
territorio extranjero. Si el Bicentenario ofrece la oportunidad de la
reflexión en torno a la identidad nacional debe actualizarse, también, la
definición legal sobre lo que significa ser argentino nativo y ser
argentino por opción. Dos definiciones que al clarificarse contribuyen
al bien último a proteger: nuestros compatriotas que, siendo
argentinos, tienen derecho a legar a sus hijos la nacionalidad. Una
forma de ofrecerles, si así lo eligen, la “razón filosófica” de la que
hablaba Alberdi: la nacionalidad y la facilidad administrativa para hacer
efectiva esa razón de ser argentino.
El proyecto que sometemos a consideración intenta señalar algunos
de los aspectos que, desactualizados por los fenómenos propios de
este tiempo, merecen ser revisados. En particular, proponemos una
clarificación semántica y jurídica acerca de lo que debe entenderse por
argentino nativo y argentino por opción, ya que las interpretaciones
erróneas a la reglamentación de la Ley 346, que data de 1869, han
perjudicado invariablemente a los que demandan su derecho a la
nacionalidad.
Por otro lado, se intenta precisar y agilizar los procedimientos, tanto en
el territorio nacional como ante los consulados argentinos en el
extranjero, para obtener la nacionalidad argentina por parte de los
hijos de argentinos -nativos o por opción- que hayan nacido en el
exterior.
Se requiere una ley clara y un procedimiento que tienda a facilitar la
opción de la nacionalidad argentina por parte de al menos uno de los
progenitores tendientes a que su hijo sea inscripto como argentino sin
hacer uso de interpretaciones erradas que limiten el derecho y el
honor de ser esos hijos también argentinos.
La presente iniciativa pretende corregir de inmediato aquellas
interpretaciones erradas y, del mismo modo, alentar el debate que
adeudamos para concretar una reforma integral de la Ley 346 que
incluya todos los aspectos que deberían ser reconsiderados; entre
ellos, los vinculados con la naturalización y el procedimiento para su
obtención y los derechos políticos.
Para el análisis, es necesario establecer de manera básica la
diferencia que existe entre los conceptos de “nacionalidad” y
“ciudadanía”. Pablo Ramella define en su obra “Nacionalidad y
Ciudadanía” a la nacionalidad como el vínculo que une a una persona
con un Estado o nación determinada y a la ciudadanía, como el
derecho que tienen los nacionales para intervenir en los negocios
públicos y el de ser electores y elegidos. La diferenciación vale para
destacar que este proyecto de ley apunta a reformar aspectos
concernientes a la nacionalidad y no a la ciudadanía.
El artículo 1° de la Ley 346 en su redacción actual estipula que: “Son
argentinos: 1.- Todos los argentinos nacidos o que nazcan en el
territorio de la República, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres,
con excepción de los hijos de ministros extranjeros y miembros de
legaciones residentes en la República; 2.- Los hijos de argentinos
nativos que habiendo nacido en país extranjero optaren por la
ciudadanía de origen; 3.- Los nacidos en las legaciones y buques de
guerra de la República; 4.- Los nacidos en las repúblicas que formaron
parte de las provincias unidas del Río de la Plata, antes de la
emancipación de aquellas y que hayan residido en el territorio de la
Nación, manifestando su voluntad de serlo. 5.- Los nacidos en mares
neutros bajo pabellón argentino”.
Del texto de este artículo se puede apreciar que la Ley no hace una
diferenciación expresa entre argentinos nativos y argentinos por
opción. El legislador ha querido considerarlos en igualdad jurídica y
por ello ha unificado su tratamiento, asignando a ambos el carácter de
“argentinos” en el Título I de la Ley, el cual se denomina: “De los
argentinos”. Por tal razón, nuestros Tribunales han aceptado que los
hijos de argentinos por opción -nacidos en el extranjero- pueden, a su
vez, optar por la nacionalidad argentina en el entendimiento de que los
hijos de argentinos por opción se encuentran en situación de perfecta
igualdad con respecto a los argentinos nativos y, por lo tanto, los hijos
de aquellos están en aptitud de ejercer los mismos derechos
acordados a los hijos de estos últimos. (De La Cuesta Carlos s/ opción
de nacionalidad L.L. 42-569).
El texto propuesto en el presente proyecto apunta a clarificar los
conceptos de argentinos nativos y argentinos por opción,
reconociendo de manera expresa la equiparación total de derechos
entre ambas categorías, la cual -como hemos visto- ha sido
uniformemente admitida por la jurisprudencia de nuestros Tribunales
sobre la base de que la legislación no discrimina, al reconocer a
ambos el mismo carácter de argentinos en el Título I de la Ley. Queda
así expresamente reconocido el derecho de optar por la nacionalidad
de origen en favor no sólo de los hijos nacidos en el extranjero de
argentinos nativos sino, también, en beneficio de los hijos de
argentinos por opción.
Asimismo, se elimina el inciso 4° de la ley actual, cuyo texto 1 ha
perdido vigencia y, por otra parte, se incorpora como argentinos
nativos a los hijos de los funcionarios argentinos que prestan servicios
en el exterior en representación de nuestro país, remitiendo al artículo
91 de la ley 20.951 del Servicio Exterior de la Nación.
Proponemos, del mismo modo, reemplazar el término “ciudadanía de
origen” por “nacionalidad argentina por opción”, lo que resulta más
preciso, ya que se opta por la nacionalidad y no tan sólo por la
ciudadanía. Al tiempo del dictado de la Ley 346 sólo podía ejercerse la
opción a partir de los 18 años de edad, con lo cual tenía sentido
referirse a la ciudadanía. Hoy, en cambio, con las reformas que
experimentó el decreto 3213/84, reglamentario de la Ley 346, y
fundamentalmente a partir de que la nacionalidad por opción puede
ser requerida en cualquier momento, independientemente de la edad
que se detente, resulta más adecuado referirnos a “nacionalidad por
opción” que a “ciudadanía de origen”.
En relación al artículo 12°, el presente adapta la redacción a las
nuevas conceptualizaciones propuestas. Se sustituye el término “hijos
de argentinos nativos” por el de “argentinos por opción” y se modifica
el texto que alude a la inscripción, que debe ser ante el Registro
Nacional de las Personas y no ante el desaparecido Registro Cívico
Nacional.
Es necesario aclarar que el texto de los artículos 6°, 7°, 8°, 9°, 10° y
11° no se ha modificado sino que, a efectos de le reforma propuesta,
se ha alterado la numeración de los títulos que los contienen.
Resulta necesario abordar la normativa reglamentaria en cuanto al
tratamiento para la obtención de la nacionalidad de los hijos de
argentinos nativos nacidos en el extranjero y el espíritu de la Ley 346
para así evidenciar las interpretaciones erróneas en las que
necesariamente incurren las dependencias de la administración
pública nacional encargadas de aplicar tales normas.
El artículo 2° del decreto 3213/84, en su concepción originaria,
estipulaba:
1
Inc. 4°: los nacidos en las repúblicas que formaron parte de las provincias unidas del Río
de la Plata, antes de la emancipación de aquellas y que hayan residido en el territorio de la
Nación, manifestando su voluntad de serlo.
“Los hijos de padre o madre argentinos nativos, contemplados en el
artículo 1°, inciso 2° de la Ley número 346, obtendrán la ciudadanía
por opción con sólo acreditar dicha circunstancia.
Cuando se tratare de menores de dieciocho (18) años de edad, hijos
de padre o madre argentinos nativos, que no fueren reconocidos como
nacionales por el Estado donde ocurrió el nacimiento, o que por
cualquier otro motivo sufrieren la condición de apátridas, la opción a la
ciudadanía argentina podrá ser formulada por quien ejerza la patria
potestad, siempre que pruebe que el menor reviste aquella
condición…”
En estos términos, el trámite de opción era judicial y sólo podían
acceder al mismo los hijos de argentinos nacidos en el exterior que
fuesen mayores de 18 años, con excepción de los apátridas, que en
todo momento y previa acreditación de esa circunstancia podían
intentarlo.
En año 1995 se dicta el decreto 231, que introduce dos reformas
importantes al decreto 3213/84. En primer lugar, amplía la legitimación
en materia de opción, al eliminar el requisito de la edad mínima para
su ejercicio. A partir de la nueva norma todo hijo de argentino,
independientemente de su edad, puede optar por la nacionalidad de
sus padres. En el caso de tratarse de un menor, la opción será
requerida por quien ejerza la patria potestad, pero ya no será requisito
invocar la apátrida del menor para reclamar su nacionalidad argentina
por opción.
La segunda reforma introducida por el decreto 231/95 estableció el
procedimiento por el cual se accedería a la nacionalidad. En el caso
de los menores de 18 años residentes en el extranjero, la opción podía
ser realizada por quien ejerciese la patria potestad ante el cónsul
argentino que corresponda. La reforma importó una agilización del
trámite, al considerar que la opción por la nacionalidad argentina es un
derecho que tiene todo hijo de argentino nativo, condicionado
únicamente a la acreditación del vínculo. Tanto es así que, una vez
acreditado dicho extremo, la nacionalidad por opción se impone sin
que pueda exigirse nada más. 2
No obstante, la norma dejaba afuera -hasta ese momento- la
posibilidad de que los mayores de 18 años pudieran acceder también
a este trámite de opción consular.
2
Véase “Altman Eskenazi Gabriel s/ opción de nacionalidad, Expte 5516/98; Juz. Nac. Civ. y Com. Fed. 6
Sec. 12, Ferreyra Rodríguez Carina S7opción de ciudadanía, Expte. 2161/98”; Juz. Nac. Civ. y Co. Fed. 6
Sec. 12; Rodrigeuz Vidosevich Jairo s/ opción de ciudadanía, CCiv. y Com. Fed. Sala II.
El avance sustancial en la agilización de los trámites llegó con el
decreto 1601/2004, que modificó nuevamente el artículo 2° del decreto
3213/84, ya que incorporó la vía consular para el ejercicio de la opción
a favor de todo hijo de argentino nativo, que se hallare en el exterior,
incluyendo expresamente a los mayores de 18 años. Posibilitó también
la realización del trámite de opción ante el Registro Nacional de las
Personas, en aquellos casos en que el interesado -menor o mayor de
18 años- se hallare en la República. Esto último resultó sumamente
acertado ya que, tratándose de un simple trámite administrativo, en el
que sólo basta acreditar el carácter de hijo de argentino nativo, no se
observaba -como ya hemos expresado- razón alguna para seguir
exigiendo en los trámites de opción de nacionalidad la actuación de un
juez federal.
Los considerandos del decreto 1601/04 revelan el espíritu del artículo
1° inciso 2° de la ley 346: “Que por el artículo 1° inc 2° de la ley 346 se
reconoce el insigne honor de la nacionalidad argentina a quienes, el
azar de diferentes circunstancias, les hubiere impedido gozar en
plenitud la honra de ser argentino (…) Que el espíritu de ese justo
reconocimiento no debe ser desvirtuado por engorrosos trámites
exclusivamente registrales (…) Que las medidas que por el presente
se adoptan persiguen promover la real y efectiva consolidación de la
unidad nacional, permitiendo a los nacidos en el exterior, hijos de
padre o madre argentinos, poseer con legítimo orgullo la nacionalidad
argentina, sin mengua alguna de los derechos que les son propios”.
El artículo 2° del decreto reglamentario prevé cuatro situaciones
posibles, dependiendo de la edad del hijo de argentino y si reside o no
en el territorio nacional.
Edad del hijo
Hijo menor de edad.
Residencia actual
Residente en el extranjero
Segundo
caso
Hijo mayor de edad.
Residente en el extranjero
Tercer
caso
Hijo menor de edad.
Residente en el país
Cuarto
caso
Hijo mayor de edad.
Residente en el país
Primer
caso
Procedimiento
La
opción
debe
ser
formulada por quien o
quienes ejerzan la patria
potestad ante el cónsul
argentino que corresponda.
El derecho a opción podrá
ser ejercido por el interesado
ante el Cónsul argentino.
La
opción
debe
ser
formulada por quien o
quienes ejerzan la patria
potestad ante el RENAPER.
El derecho a opción podrá
ser ejercido por el interesado
ante el RENAPER.
Análisis de los ítems 2 y 4:
En el caso de los hijos mayores de padres argentinos nativos no se
evidencian mayores inconvenientes: el hijo mayor y propio interesado
se presenta ante el cónsul argentino que corresponda, si reside en el
exterior, o ante el RENAPER, si reside en el territorio nacional, e inicia
el trámite de inscripción debiendo acreditar el vínculo y la calidad de
argentino nativo del padre, la madre o de ambos según corresponda.
Análisis de los ítems 1 y 3: Por tratarse de la patria potestad, esta
situación dio lugar a una incorrecta interpretación de las normas por
parte de los consulados argentinos en el exterior y por el RENAPER.
Tanto en el RENAPER como en los consulados argentinos en el
exterior se exige como requisito fundamental el consentimiento de
ambos padres para optar por la nacionalidad. Este requisito opera
como un impedimento absoluto. Sin embargo, ni la Ley 346, ni las
previsiones del Código Civil en cuanto al ejercicio de la patria
potestad, ni el decreto 3213/84 con las modificaciones que introdujo el
decreto 1601/04 estipulan expresamente que el consentimiento debe
ser prestado por ambos padres.
Del espíritu del artículo 1° inc. 2° la Ley 346 y del propio decreto
1601/04 surge que el titular del derecho es el menor y no quien o
quienes ejerzan la patria potestad. El consentimiento del padre, de la
madre o de ambos opera sólo como una forma efectiva para que el
menor tenga el derecho a elegir ser argentino antes de cumplir la
mayoría de edad. Es el derecho, también, de un padre, que por
diversas circunstancias debió dejar el país, de transmitirle a su hijo
nacido en el extranjero su nacionalidad argentina, incluyéndose de
esta manera el principio de “ius sanguinis” como principio
complementario al “ius solis” para aquellos nacidos en el territorio
nacional.
El primer párrafo del artículo 2° del decreto 3213/84 -modificado por el
decreto 1601/04- establece que “cuando se tratase de hijos menores
de DIECIOCHO (18) años de padre o madre argentinos nativos,
contemplados en el articulo 1° inc. 2° de la ley 346 y sus
modificatorias, que se hallaren el país extranjero, la opción por la
nacionalidad argentina deberá ser formulada por quien o quienes
ejerzan la patria potestad ante el cónsul argentino que corresponda…”.
Por otro lado, se establece en el cuarto párrafo “… Asimismo podrá
efectuarse la opción en territorio nacional por quienes ejerzan la patria
potestad y por los mayores de DIECIOCHO (18) años directamente
ante el Registro Nacional de las Personas…”. La lectura del decreto es
clara: se encuentra legitimado quien ejerce la patria potestad.
De acuerdo al Código Civil, si los padres se encuentran separados, el
ejercicio de la patria potestad recae sobre aquel padre que detente la
tenencia, mientras que si los padres conviven el ejercicio de la patria
potestad recaerá conjuntamente sobre ambos. No obstante, esto no
significa que deba exigirse el consentimiento de los dos padres para
ejercer la opción, ya que se presume que los actos realizados por uno
solo de los padres cuenta con el consentimiento de ambos toda vez
que “optar por la nacionalidad argentina” no se encuentra comprendido
dentro de los actos mencionados taxativamente en el artículo 264
quater 3 , que requieren el consentimiento expreso de ambos padres,
estén separados o no. Por tales motivos, la norma no exige en
absoluto el consentimiento de “ambos padres para el ejercicio de la
opción”.
El requerimiento de la autorización de ambos padres para el ejercicio
de la opción no sólo impide a que en efecto el menor -el titular del
derecho, insistimos- goce del derecho de ser argentino, sino que
incluso le puede generar perjuicios en determinadas situaciones. En
muchos casos, las parejas mixtas, integradas por un/a argentino/a y
un/a extranjero/a han generado situaciones propias de los divorcios,
que en su solución más dañina toman a los hijos como objeto de
disputa. Se registran casos en los que el padre extranjero se opone a
que sus hijos sean argentinos. Esa negativa “simple y llana” implica
que sus hijos no podrán ser argentinos hasta tanto voluntariamente lo
decidan una vez cumplida la mayoría de edad.
Por los motivos expuestos, resulta imperativo introducir esta reforma a
la Ley 346 a fin de lograr su interpretación correcta: esto es, que el
consentimiento de uno solo de los padres es suficiente para que un
menor, hijo de un argentino nativo, obtenga la nacionalidad por opción.
La modificación propuesta, al excluir las cuestiones relativas a la patria
potestad, deja a salvo los casos mencionados precedentemente que
podrían resultar perjudiciales para un padre o madre argentinos y para
el propio menor.
Debemos advertir también que en las legislaciones de no pocos
países los derechos de las mujeres se ven fuertemente disminuidos en
relación a los derechos del hombre ante el derecho de familia y la
acreditación de la patria potestad. Por lo tanto, una madre argentina
radicada en un país extranjero en donde sus derechos como madre
quedan disminuidos -por su sola condición de mujer- ante los del
padre, puede ser seriamente perjudicada. La modificación propuesta,
al constituir irrelevante la posesión de la patria potestad deja a salvo
estos casos que podrían resultar perjudiciales para una madre
argentina.
3
Artículo 264 quater: en los casos de los incisos 1ro., 2do., y 5to. del Artículo 264, se requerirá el
consentimiento expreso de ambos padres para los siguientes actos: 1ro. Autorizar al hijo para contraer
matrimonio; 2do. Habilitarlo; 3ro. Autorizarlo para ingresar a comunidades religiosas, fuerzas armadas o de
seguridad; 4to. Autorizarlo para salir de la República; 5to. Autorizarlo para estar en juicio; 6to. Disponer de
los bienes inmuebles y derechos o muebles registrables de los hijos cuya administración ejercen, con
autorización judicial; 7mo. Ejercer actos de administración de los bienes de los hijos, salvo que uno de los
padres delegue la administración conforme lo previsto en el artículo 294. En todos estos casos si uno de los
padres no diere su consentimiento, o mediara imposibilidad para prestarlo, resolverá el juez lo que convenga
al interés familiar.
Por otro lado, es necesario aclarar que la obtención de la nacionalidad
argentina por opción no conlleva la pérdida de la nacionalidad nativa.
Esta última sólo se perderá si el país del cual el interesado es nativo lo
prevea de ese modo en su ordenamiento legal. Cabe, sin embargo,
señalar que hoy en día son mayoría los países que, concibiendo la
nacionalidad como un derecho humano fundamental, no admiten la
pérdida de la nacionalidad nativa ni por la adquisición de una nueva ni
por ninguna otra razón 4 . Así lo ha reconocido la Corte Interamericana
de Derechos Humanos 5 y nuestro Máximo Tribunal de Justicia, que lo
ha hecho en los siguientes términos: “En las concepciones en boga se
tiende no sólo a ver la nacionalidad como un atributo que el Estado le
reconoce a la persona sino, principalmente, como un derecho humano
de ella, aceptándose como consecuencia la doble nacionalidad, no
solo mediante tratados firmados con potencias extranjeras,…sino
también de hecho, por ser un individuo reconocido como nacional por
más de un derecho interno." (Padilla Miguel M. s/ presentación,
C.S.J.N., P. 1571 XL. 330:1436, sentencia del 10/04/2007).
La presente iniciativa modifica el artículo 5° de la ley vigente previendo
los cuatro diferentes escenarios que pueden presentarse al momento
de ejercer la opción, tanto en el caso de que los menores o los
mayores residan en el territorio nacional o en el extranjero. Se estipula
un procedimiento sencillo, acorde al espíritu del decreto 1601,
modificando el texto normativo a los efectos de que su interpretación
no dé lugar a dudas en cuanto a quién y dónde puede ejercer la
opción.
Por último, en relación a la legitimación activa en materia de opción
proponemos la modificación del artículo 1° de la Ley 346, receptando
de modo expreso el derecho de optar por la nacionalidad argentina, no
sólo en beneficio del hijo del argentino nativo sino también del hijo del
argentino por opción. Nuestros Tribunales han seguido un criterio en
forma invariable, entendiendo que el argentino por opción -en la
concepción del actual inc. 2° del artículo 1° de la Ley 346-, una vez
adquirida la nacionalidad de origen, se encuentra en situación de
perfecta igualdad con respecto al argentino nativo.
4
Rua, María Isabel;, “ ¿Es renunciable la nacionalidad argentina?, La Ley, 2009-D, 243, comentario al fallo
de la HCámara Nacional Electoral in re: “Simoliunas, Christian David y Federico JavierH”, H 2009-03-05. H
5
Ha dicho la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la opinión consultiva N° 4, que. "...de la
perspectiva doctrinaria clásica en que la nacionalidad se podía concebir como un atributo que el Estado
otorgaba a sus súbditos, se va evolucionando hacia un concepto de nacionalidad en que, junto al ser
competencia del Estado, reviste el carácter de un derecho de la persona humana". (OC-4/84 del 19 de enero de
1984.)
El artículo 2° del decreto reglamentario 3213/84, modificado por el
decreto 1604/2004, sólo menciona -como habilitados para optar- a los
hijos de argentinos nativos, no así a los hijos de argentinos por opción.
En tal sentido, ni los consulados ni el Registro Nacional de las
Personas han permitido a los hijos de “argentinos por opción” acceder
a la nacionalidad argentina, no obstante la Justicia se haya
pronunciado en sentido favorable a estos trámites 6 .
En estos casos, no les queda otra alternativa a los interesados que
iniciar los trámites de opción ante la justicia federal. Y si bien hasta el
momento se han aceptado estos trámites, toda vez que la justicia
federal resulta competente en los términos del artículo 5° de la ley
346 7 - y se obtienen sentencias favorables, lo cierto es que bien
podrían estas opciones -de hijos de argentinos por opción- tramitarse
por la vía consular o ante el RENAPER, que lógicamente constituyen
vías de acceso más rápidas a la nacionalidad pretendida.
Ser argentino no es un concepto político ni puede reducirse al registro
administrativo. Sin embargo, si el Estado no garantiza ni facilita el
derecho universal a tener una identidad jurídica mal se puede aspirar a
que la igualdad ante la ley haga de los argentinos ciudadanos amantes
de “su” país, ese artículo posesivo ausente del discurso compartido, el
que configura identidad. La expresión “este país” denota tanto el
escaso desarrollo de la pertenencia a una geografía como a una
historia, sustituida, por ahora, por la identidad de la camiseta
deportiva. Modernizar una ley del 1869 es una necesidad, pero ser un
nacional de un país que cobije a todos, esa es la gran tarea del tercer
milenio. Sólo así las leyes podrán inculcar el orgullo de pertenecer a
una Nación que incluya y proteja la vida en igualdad y libertad.
Por las razones expuestas, solicito a mis pares la aprobación del
presente proyecto de ley.
Norma Morandini.-
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Así, puede citarse entre otros, los siguientes precedentes: Najjar Cyrile s/ opción de ciudadanía, expte
932/99 del JNCivil y Com. Fed N° 9 Sec. 18, con sentencia del 15/08/2002; Ricci Rospongliosi Felipe s/
opción, Civil y Com. Fed., sala I, sentencia del 7/8/2001, Murat Alexandre Joaquin Philippe s/ opción de
ciudadanía, con sentencia del 19/03/99, Murat de Nicolay Natalie Laeticia Jeanne I. S/ opción, sentencia del
2/2/00 del JNCiv. Y Com Fed. N°2 Sec N° 4, Drapperi Renée Charlote s/ opción, JNCiv. Y Com. Fed N° 10
Sec. N° 20.
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Art. 5.- Los hijos de argentinos nativos nacidos en el extranjero que optaren por la ciudadanía de origen
deberán acreditar ante el juez Federal su calidad de hijo de argentino.
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