Revista electrónica mensual del Instituto Santo Tomás (Fundación Balmesiana) e-aquinas Año 3 Noviembre 2005 ISSN 1695-6362 Este mes... LA TRANSMISIÓN DE LA FE EN LA FAMILIA (Cátedra de Familia y Vida del IST en colaboración con el Instituto Berit de la Familia) Aula Magna: FERNANDO SEBASTIÁN, La familia y la transmisión de la fe CARLO CAFARRA, Comunicar la fe en la familia Documento: LEOPOLDO VIVES, Familia, misterio de Cristo y transmisión de la fe 2-23 24-31 32--44 Publicación: MARIANO ESTEBAN, Iglesia doméstica y educación en la fe Transmitir la fe orando, «Magnificat», una ayuda para la oración 45-51 52-55 Noticia: MANUEL DE LOS REYES, Hacia el próximo Encuentro Mundial de las Familias – Carta del Santo Padre Benedicto XVI al Cardenal Alfonso López Trujillo con motivo del Encuentro Mundial de las Familias en Valencia 56-60 © Copyright 2003-2005 INSTITUTO SANTO TOMÁS (Fundación Balmesiana) Manuel de los Reyes, Hacia el próximo Encuentro Mundial de las Familias Hacia el próximo Encuentro Mundial de las Familias Manuel de los Reyes Díaz Coordinador de la Cátedra Familia y Vida del IST Cada tres años un nuevo Encuentro Mundial de Familias se sucede en un rincón del globo. El primer encuentro tuvo lugar en Roma en 1994, los posteriores en Río de Janeiro (1997), Roma de nuevo (2000) y Manila (2003). La nueva cita para el 2006 se producirá en Valencia (España). El detonante de estos encuentros multitudinarios, que siempre han superado hasta la fecha el millón de asistentes, hay que buscarlos en la pasión del anterior Pontífice, Juan Pablo II, por la familia y lo que esta representa para sí misma, para la Iglesia y para la sociedad. La exhortación apostólica “Familiaris Consortio” en 1981, junto con la constitución del Pontificio Consejo para la Familia, fueron los antecedentes más directos y abrieron el camino para esta cita trianual, cuyo objetivo es el de “celebrar el don divino que es la familia y reunir a las familias para rezar, dialogar, aprender, compartir y profundizar la comprensión del papel de la familia cristiana como Iglesia doméstica y unidad base de la evangelización”, objetivo políticamente incorrecto, razón por la cual tiene escasa o nula acogida en los medios de comunicación, a pesar de su singular importancia. El Encuentro que ahora se anuncia, promovido por el Pontificio Consejo para la Familia, ha comenzado a rodar en su diseño y organización desde Valencia, una vez confirmada la convocatoria por Benedicto XVI del 4 al 9 de julio del próximo año. El 17 de mayo pasado él mismo se dirigía en estos términos al Cardenal Alfonso López Trujillo Presidente del Consejo Pontificio para la Familia :”Todos los pueblos, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio. "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole" (can. 1055), es el fundamento de la familia, patrimonio y bien común de la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios (cf. Mt 19,3-9), el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas”. p. 56 e-aquinas 3 (2005) 11 Y en fecha posterior el cardenal López Trujillo manifestaba recientemente en la localidad valenciana de Moncada, en un encuentro con los párrocos de la diócesis de Valencia, que el V Encuentro Mundial de la Familia (EMF) servirá para decir que "la familia es el motor de la sociedad". Y que la "familia cobra, en estos momentos, un valor muy especial, porque se encuentra en el centro del 'huracán' en más de un escenario y es la única institución capaz de formar integralmente al hombre". Además añadió que la familia es "la gran fuerza y motor de las sociedades y eso es lo que se expresará en Valencia de forma muy entusiasta y multitudinaria", en referencia al Encuentro Mundial de las Familias que acogerá la ciudad del 1 al 9 de julio de 2006. Cuanto más se repiensa la familia, más crece la nítida certeza de que en ella pervive la esperanza de lo humano. Este y no otro es el impulso que brota de la Iglesia, maestra de humanidad. Ese rostro humano al que alude el Pontífice es el punto de referencia de cualquier humanismo, que como tal pretenda engendrar al hombre. La convocatoria del Encuentro llega a España en un momento especialmente significativo y convulsivo, en lo que atañe a la institución familiar y a sus valores morales, de los que una sociedad no puede prescindir, salvo que haya iniciado el camino de su disolución. En el gran teatro del mundo en el que se ha convertido parte no pequeña de la política, la comunicación, la cultura, la sociología, la administración del ocio, la educación, se ha creado una sociedad de inanidad, que mira con indiferencia y animadversión a la familia y a la vida que esta genera. Allí donde se pone el ojo se pone la bala para destrozar y triturar, desde la dictadura de un relativismo impuesto por decreto. Vivimos bajo el asedio de lo patológico, de lo enfermizo, como opción por la automutilación de nuestros mejores valores personales y colectivos, en nombre de una progresía sin norte y a manos de un gobierno que parece no tener ojos en la cara. La “Guía para chicas” distribuida en centros escolares de la Comunidad Castellano-Manchega, induciendo a la homosexualidad es un botón de muestra reciente del giro radical y antidemocrático que se pretende implantar en las aulas, y en la cultura, dirigido a suplantar y extirpar el derecho inalienable que un padre y una madre tienen de garantizar la formación moral de sus hijos. Viejo sueño totalitario de corromper y alienar ahora alentado desde antropologías trasnochadas y desde un pansexualismo obsesivo y descerebrado, que nos arrebata la libertad y la dignidad. Muchos de los problemas sociales que hoy nos interpelan se podrían abordar de una forma más estimulante y realista, con un cambio de perspectiva. No todo es familia en la sociedad, pero nadie debería ignorar su valor p. 57 Manuel de los Reyes, Hacia el próximo Encuentro Mundial de las Familias estratégico y simbólico, con un dinamismo propio, que permite construir la sociedad desde la base más sólida y segura. La familia es acreedora, como sujeto social, de su reconocimiento en relación al bien común de la sociedad, es el capital básico que no se puede dilapidar, el más rentable a la hora de devolver bienes esenciales, el motor de la sociedad. La sociedad española ya ha tenido ocasión de manifestarse, en defensa del matrimonio y la infancia, de forma abrumadora y pacífica en las calles de Madrid el pasado 18 de junio, para decir “basta ya”. Padres y madres de familia, docentes, jóvenes, una riada humana procedente de todos los rincones de España se convirtió en un clamor de protesta y de indignación, para dejar constancia de su “ya basta” en esta campaña de acoso y derribo. Y volverá manifestarse de nuevo, el próximo 12 de los corrientes, de nuevo en Madrid, en defensa de derechos fundamentales en materia de educación, porque la capacidad de este Gobierno para olvidar la evidencia de la calle es manifiesta. Los padres tenemos derecho a educar, pero no lo haremos o lo haremos mal si no contamos con el apoyo de la sociedad y sin la garantía de una educación integral en las aulas, que nos ponga a salvo del adoctrinamiento obligatorio e ideológico que se nos quiere imponer en la LOE. Pero ese panorama social encrespado, en el que se pone en juego el ser de la sociedad, no lo es todo. El principio de la acción y la reacción es insuficiente para garantizar el bien común, que se alimenta de raíces más profundas, las que laten en el corazón de cada hombre. Hay una vinculación profunda entre fe y vida, entre conversión y acción social, entre trascendencia e inmanencia. El Encuentro de las Familias de Valencia afrontará “la transmisión de la fe en la familia”, como uno de los profundos veneros que introducen al hombre en la realidad. Razón por la cual este monográfico de E-Aquinas está dedicado en su integridad, como anticipación y preparación del encuentro, al mismo tema. Es una noticia anticipada que ha de ser acogida por la familia cristiana como una invitación al protagonismo que urge la dignidad de la persona y la estabilidad de la sociedad. A la familia le ha sido confiada la misión de “custodiar, revelar y comunicar el amor de Dios a los hombres”. Nada tan totalizante como el amor cristiano, en su sobrecogedora verticalidad y en su prodigiosa horizontalidad. En la familia el hombre se descubre a sí mismo y a Dios, y se socializa en una comunión que tiene su fundamentación en el amor divino. La regeneración del sujeto y de la sociedad es impensable si se prescinde del “proceso familiar” y de la educación que comporta. Pastoral de familia y educación del hombre desde la familia caminan en la misma dirección, para fundamentar la condición humana desde la libertad del hombre. p. 58 e-aquinas 3 (2005) 11 El V Encuentro Mundial de las Familias de Valencia, incluirá dentro del programa previsto, la fiesta de la familia, un congreso internacional del 4 al 7 de julio, celebraciones eucarísticas, una vigilia festiva y de oración y una Misa conclusiva presidida por el Papa. Todas las parroquias del mundo recibirán próximamente una catequesis familiar en diferentes idiomas para preparar el EMF. Esta catequesis ya ha sido preparada y será distribuida a todas las Conferencias Episcopales de los cinco continentes. También será incorporada en breve en la página web del EMF (www.emf2006.org), que además abrirá las inscripciones para participar en el Encuentro. CARTA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XI AL CARDENAL ALFONSO LÓPEZ TRUJILLO, CON MOTIVO DEL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS EN VALENCIA Al Señor Cardenal Alfonso López Trujillo Presidente del Consejo Pontificio para la Familia El venerado Santo Padre Juan Pablo II convocó, el 22 de febrero de este año, el V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, España, eligiendo como tema: "La transmisión de la fe en la familia" y señalando como fecha la primera semana de julio del año 2006. Me es grato renovar la convocatoria de este importante Encuentro Mundial de las Familias. A este respecto, me propongo alentar, como lo hizo Juan Pablo II, "la estupenda novedad" (FC 51), el "Evangelio de la Familia", cuyo valor es central para la Iglesia y la sociedad. Yo mismo tuve la oportunidad de ser el Relator general de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, celebrado en Roma en 1980. Fruto de dicha Asamblea fue la Exhortación apostólica Familiaris consortio, que analiza profundamente la identidad y la misión de la familia, a la que califica como "iglesia doméstica" y santuario de la vida. Todos los pueblos, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio. "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole" (can. 1055), es p. 59 Manuel de los Reyes, Hacia el próximo Encuentro Mundial de las Familias el fundamento de la familia, patrimonio y bien común de la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios (cf. Mt 19,3-9), el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas. La familia cristiana tiene, hoy más que nunca, una misión nobilísima e ineludible, como es transmitir la fe, que implica la entrega a Jesucristo, muerto y resucitado, y la inserción en la comunidad eclesial. Los padres son los primeros evangelizadores de los hijos, don precioso del Creador (cf. GS 50), comenzando por la enseñanza de las primeras oraciones. Así se va construyendo un universo moral enraizado en la voluntad de Dios, en el cual el hijo crece en los valores humanos y cristianos que dan pleno sentido a la vida. En esta circunstancia, me complace enviar mi cordial saludo a Mons. Agustín García-Gasco Vicente, Arzobispo de Valencia, Iglesia particular que prepara este Encuentro eclesial y que acogerá a familias del resto de España y de otros países. Ya desde ahora encomiendo al Señor y bendigo a las familias que participarán o se unirán espiritualmente a dicho Encuentro. Que la Virgen María, Madre nuestra, que acompañó a su Hijo en las Bodas de Caná, interceda por todos los hogares del mundo. Vaticano, 17 de mayo de 2005. BENEDICTUS PP. XVI p. 60