1 Guadalupe, Nuevo León, a 23 veintitrés de marzo del año 2012

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PODER JUDICIAL DEL
ESTADO DE NUEVO LEÓN
JUZGADO SEGUNDO MENOR
DE GUADALUPE, N.L.
Guadalupe, Nuevo León, a 23 veintitrés de marzo del año 2012
dos mil doce.
Visto el estado que guardan los autos relativos al expediente
judicial número 1154/2011, que se tramita ante este Juzgado Segundo
Menor de Guadalupe, Nuevo León, tocante al juicio ejecutivo mercantil
promovido por la ciudadana (CONFIDENCIAL), en su carácter de
endosataria
en
procuración
(CONFIDENCIAL),
en
de
contra
la
de
persona
moral
(CONFIDENCIAL).
denominada
Se
estima
pertinente mencionar que la parte accionante señaló como domicilio
para oír y recibir notificaciones el ubicado en (CONFIDENCIAL). Así
mismo, la parte actora facultó para los efectos de oír y recibir
notificaciones a los licenciados (CONFIDENCIAL), así como a los
pasantes de derecho (CONFIDENCIAL). Por su parte, se tiene que la
demandada no compareció dentro del presente asunto, de ahí que deba
prevalecer como su domicilio el ubicado en (CONFIDENCIAL).
Asentados los datos de identificación de rigor y una vez analizado todo
lo actuado en el presente asunto y cuanto más consta en autos, debió
verse y tenerse en cuenta, se articula el siguiente:
R E S U L T A N D O:
PRIMERO: Que por escrito presentado ante la Oficialía de Partes
del Segundo Distrito Judicial del Estado en fecha 26 veintiséis de julio
del año 2011 dos mil once, compareció (CONFIDENCIAL), en su
carácter de endosataria en procuración de la persona moral
denominada (CONFIDENCIAL), a fin de promover juicio ejecutivo
mercantil
en
contra
de
(CONFIDENCIAL),
reclamándoles
las
prestaciones que a continuación se transcriben:
“a).- El Pago de la cantidad de $10,000.00 (DIEZ MIL PESOS 00/100
MONEDA NACIONAL), por concepto de suerte principal.
b).- Pago del interés moratorio generado, más los que se sigan generando
hasta total liquidación del adeudo, a razón del 7%-siete por ciento mensual,
mismo que debe ser calculado sobre el monto de las amortizaciones vencidas
y no cubiertas durante todo el tiempo que permanezca insoluta la deuda.
c).- El Pago de gastos y costas que se originen con motivo de la tramitación
del presente Juicio.”
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En el mismo orden de ideas, tenemos que la accionante narró
como hechos constitutivos de su acción los que enseguida se
reproducen:
“1.-En fecha 28-VEINTIOCHO DE FEBRERO DE 2011-DOS MIL ONCE, mis
ahora demandados (CONFIDENCIAL) suscribieron en GUADALUPE, NUEVO
LEON, un título de crédito de los denominados por la Ley ‘PAGARE’, por la
cantidad de $10,000.00 (DIEZ MIL PESOS 00/100 MONEDA NACIONAL),
pagadero en la Ciudad de GUADALUPE, NUEVO LEON, y que se obligaban a
cubrirlo el 28-VEINTIOCHO DE JUNIO DE 2011-DOS MIL ONCE, a favor de
(CONFIDENCIAL), mismo que dejaran en total estado de impago, al no
cumplir con lo estipulado.
En el documento base de la presente acción mis demandados se obligaron al
pago de interés moratorio de 7%-siete por ciento mensual aplicados sobre
saldos insolutos pagaderos conjuntamente con el capital, para el caso de
incumplimiento.
2.-Ahora bien, Cabe destacar, que el documento base de la presente acción,
ha sido presentado para su cobro en forma extrajudicial a mis ahora
demandados, sin obtener resultado alguno.
3.-En atención a la mencionada negativa de pago, dicho documento me fue
endosado en procuración para obtener jurídicamente su recuperación a través
del presente juicio.”
SEGUNDO: Una vez turnada a este juzgado, mediante auto de
fecha 28 veintiocho de julio del año 2011 dos mil once se admitió
parcialmente a trámite la referida demanda, es decir, se admitió única y
exclusivamente por lo que hace a las reos (CONFIDENCIAL),
desechándose
en
consecuencia
respecto
de
la
codemandada
(CONFIDENCIAL), ordenándose requerir en dicho proveído a la parte
demandada sobre el inmediato pago de la cantidad reclamada por
concepto de suerte principal y demás prestaciones accesorias, y que en
caso de no verificarse éste en el acto de la diligencia, se procediera al
señalamiento, embargo y depósito de bienes de su propiedad de los no
exceptuados de secuestro que bastaren a garantizar las prestaciones
exigidas. De esta forma, por medio de las copias simples de la
demanda y documentos acompañados debidamente selladas y
confrontadas por la secretaría de este juzgado, se le corrió traslado de
ley para que dentro del término de 8 ocho días ocurriera a hacer paga
llana de lo reclamado u oponerse a la ejecución si para ello tuviere
excepciones legales que hacer valer, notificándosele lo anterior
mediante diligencia actuarial de fecha 26 veintiséis de agosto del año
próximo pasado, sin que de autos se desprenda que la demandada
ocurriera a oponer postura de contradicción alguna.
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PODER JUDICIAL DEL
Cabe mencionar que
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accionante en la Oficialía de
DE GUADALUPE, N.L.
mediante escrito presentado por la
Partes del Segundo Distrito Judicial del
Estado en fecha 2 dos de marzo del año 2012 dos mil doce, ésta
ocurrió a desistirse de la demanda y de la acción interpuesta en contra
de la codemandada (CONFIDENCIAL), el cual fue ratificado mediante
comparecencia de esa misma fecha, y obsequiado favorablemente
mediante proveído dictado por este tribunal el día 6 seis de marzo del
año en curso; de ahí que esta autoridad determinó seguir el presente
juicio solamente en contra de (CONFIDENCIAL).
TERCERO: Acto continuo, a petición de la accionante, mediante
proveído de fecha 13 trece de enero del año 2012 dos mil doce se
tuvieron a la vista las pruebas ofrecidas por la parte actora, así mismo
se concedió una dilación probatoria por un término de 15 quince días, a
fin de que fueran desahogados los medios de convicción de su
intención, haciéndose constar que la demandada no ofrendó pruebas
de su intención. Posteriormente, siendo la etapa procesal a seguir, a
solicitud de la parte actora, por auto de fecha 1 uno de marzo del año
en curso se puso el presente asunto en su etapa de alegatos por el
término común de 2 dos días a fin de que las partes alegaran lo que a
sus derechos conviniera, destacando que únicamente la parte actora
ejerció tal prerrogativa. Finalmente, a solicitud de la demandante y por
ser el momento procesal oportuno para ello, mediante proveído emitido
el día 12 doce de los corrientes se ordenó dictar en su oportunidad la
sentencia definitiva correspondiente al presente juicio, misma que ha
llegado el momento de pronunciar con estricto apego a derecho, y;
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO: Tomando en consideración que la presentación de la
demanda que da origen al presente juicio aconteció en fecha 26
veintiséis de julio del año 2011 dos mil once; en consecuencia, en el
asunto de mérito deberá regir el procedimiento mercantil bajo los
lineamientos establecidos en el Código de Comercio posterior a las
reformas de fecha 17 diecisiete de abril de 2008 dos mil ocho, mismas
que entraron en vigor el día 16 dieciséis de julio del mismo año, lo
anterior en términos del artículo único transitorio del decreto publicado
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en aquella fecha en el Diario Oficial de la Federación, por lo que al
hacerse mención en este fallo respecto al Código de Comercio, se hace
alusión al vigente a partir de la reforma indicada en este considerando.
SEGUNDO: Que las sentencias definitivas en los juicios
mercantiles se rigen, en lo básico, por lo dispuesto en los artículos
1321, 1322, 1324, 1325, 1326 y 1327 del Código de Comercio.
Numerales en donde en lo general se dispone que la sentencia
definitiva es aquélla que decide el negocio principal, debiéndose de
emitir fundada en ley y si por ésta no se puede decidir la controversia,
es necesario atender a los principios generales de derecho. También es
práctico considerar que la sentencia debe ser clara al establecer el
derecho, ya sea condenando o absolviendo, para lo cual se tomarán en
cuenta únicamente las acciones y excepciones opuestas en la demanda
y en la contestación, respectivamente.
TERCERO: Este tribunal es competente para conocer y resolver
del asunto en comento en observancia de lo dispuesto en el artículo 51
fracción II de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Nuevo
León, en donde se enuncia que los jueces menores pueden conocer de
los negocios mercantiles por la misma cuantía de los que sean de su
competencia en materia civil.
Lo anterior cobra aplicación en la especie tomando en cuenta que
el negocio en cuestión es eminentemente mercantil, ello al promoverse
el reclamo judicial del importe de un título de crédito de los distinguidos
como pagaré, lo que en términos de los artículos 1° y 75 fracción XX
del Código de Comercio, en relación con el diverso ordinal 1 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, importa la actualización
de un trámite judicial que tiene por origen un acto de comercio y, por
ende, la gestión en comento debe dilucidarse al tenor de las normas
comerciales, de ahí que se surta la competencia por materia a favor de
esta autoridad al amparo del precepto legal indicado en el párrafo
anterior.
Además, se estima que el asunto que nos concierne es de
competencia del suscrito juzgador menor por razón de la cuantía, ya
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que la suerte principal reclamada asciende a la suma de $10,000.00
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(diez mil pesos 00/100 moneda nacional), cantidad de numerario que es
DE GUADALUPE, N.L.
inferior a las 1,500 un mil quinientas cuotas de salario mínimo general
previstas en el artículo 743 fracción I del Código de Procedimientos
Civiles del Estado de Nuevo León, aplicado supletoriamente a la
legislación mercantil, por disposición expresa de los artículos 1054 y
1063 del Código de Comercio, en relación con el ordinal 51 fracción II
de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Nuevo León.
En complemento a lo anterior, se debe señalar que en lo que
hace al territorio, este tribunal también posee la competencia debida
para desplegar su función jurisdiccional, toda vez que en observancia a
lo dispuesto en el artículo 1092 del Código de Comercio, es juez
competente aquel a quien los litigantes se hubieren sometido expresa o
tácitamente. Por su parte, el diverso numeral 1094, fracciones I y III, de
la misma codificación, señala que se tiene por sometido tácitamente al
accionante que ocurra ante la autoridad judicial a entablar su demanda,
así como al demandado por no interponer dentro del término
correspondiente la excepción de incompetencia que pudiera hacer
valer. En vista de lo anterior, tomando en consideración que la
accionante ocurrió precisamente ante este tribunal a instaurar sus
reclamos, y que la demandada se abstuvo de formular defensa alguna
respecto de la competencia durante el término concedido por la ley,
deberá entenderse que operó la sumisión tácita, definiéndose así la
suerte de la competencia que por territorio se surte para conocer del
asunto que nos ocupa.
Por último, se tiene que en razón de grado este tribunal es
competente para conocer del asunto en cuestión, al iniciarse la
controversia en comento ante este juzgado y por ende conocer del
mismo en esta instancia.
Al amparo de las ideas precedentes, se tiene que en la hipótesis
de mérito se reúnen en este órgano de justicia los atributos relativos a
la materia, cuantía, grado y territorio necesarios para definir la
competencia para conocer del asunto en comento, de ahí que ésta
deba de validarse.
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CUARTO: Tocante a la personería con la cual comparece la
ciudadana (CONFIDENCIAL), en su carácter de endosataria en
procuración de la persona moral denominada (CONFIDENCIAL), esta
autoridad estima que la misma se encuentra legalmente acreditada
mediante el endoso en procuración que obra adherido al documento
base de la acción, pues reúne los requisitos contemplados por el
numeral 29 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, el
cual dispone:
“El endoso debe constar en el título relativo o en hoja adherida al mismo, y
llenar los siguientes requisitos:
I.- El nombre del endosatario;
II.- La firma del endosante o de la persona que suscriba el endoso a su ruego
o en su nombre;
III.- La clase de endoso;
IV.- El lugar y la fecha.”
Ahora bien, en el particular sí se cumple con los requisitos del
artículo antes invocado, ya que del endoso en cuestión se desprende el
nombre de la persona a quien se le confirió (CONFIDENCIAL); así
como la firma del endosante, dado que consta un rasgo gráfico
atribuible al ciudadano (CONFIDENCIAL), como representante legal de
la persona moral denominada (CONFIDENCIAL) ; la clase del endoso,
al indicarse la frase ‘EN PROCURACION’ y el lugar y fecha, dado que
se señaló ‘MONTERREY N. L. 11 DE JULIO 2011’; de tal manera, que
sí se acreditan los elementos indispensables para la validez del endoso.
En lo que respecta a la legitimación pasiva de la demandada
(CONFIDENCIAL), la misma queda acreditada con el propio documento
base de la acción, en el cual aparece un rasgo gráfico atribuible a la
firma de dicha persona como aval; instrumental privada que al no haber
sido objetada merece valor probatorio pleno en términos de los artículos
1238 y 1296 del Código de Comercio. Aunado a que el citado título de
crédito, por sí mismo hace prueba plena al constituirse en un
documento que trae aparejada ejecución en términos del artículo 1391
fracción IV del Código de Comercio, tal y como se verá a continuación.
QUINTO: En cuanto a la vía ejecutiva intentada por la
accionante, así como de la acción cambiaria directa, esta autoridad
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estima que dada la estrecha relación que guardan una con otra deberán
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estudiarse en conjunto, con base a los siguientes razonamientos.
DE GUADALUPE, N.L.
En el caso que nos ocupa, la ciudadana (CONFIDENCIAL), en su
carácter de endosataria en procuración de la persona moral
(CONFIDENCIAL), deduce la acción cambiaria directa a través de la vía
ejecutiva mercantil en contra de (CONFIDENCIAL), reclamando de ésta
el importe de un título de crédito denominado por la ley como pagaré,
requiriéndoles la cantidad de $10,000.00 (diez mil pesos 00/100
moneda nacional) , por concepto de suerte principal; el pago de
intereses moratorios; así como el resarcimiento de los gastos y costas
judiciales que se originaren con motivo de la tramitación del presente
asunto.
Cabe mencionar que la vía y la acción son aspectos procesales
completamente distintos, porque el estudio de la primera es para
establecer si la controversia debe tramitarse conforme a la que fue
intentada, o en otra diversa; y en la segunda, sólo corresponde al
estudio de la cuestión controvertida, lo que únicamente el juzgador
puede realizar cuando la vía intentada sea la procedente, pues sólo de
esa manera se puede resolver sobre las acciones y excepciones que se
hacen valer.
Así, dada la naturaleza del juicio ejecutivo mercantil, es
indispensable la existencia de un título cambiario para su procedencia;
en vista de ello, no es obstáculo para que se realice al mismo tiempo el
estudio de la procedencia de la vía y el examen de la acción intentada,
toda vez que si el documento base de la acción no reúne los requisitos
que señala la ley para constituir un instrumento de crédito, este no dará
pie para ejercitar la vía ejecutiva, y por ende, tampoco para acreditar la
acción que en él se funda. Tiene aplicación al particular el siguiente
criterio que a la letra dice:
VÍA Y ACCIÓN EJECUTIVA MERCANTIL, PROCEDENCIA DE LA. SU
ESTUDIO PUEDE SER SIMULTÁNEO. Ciertamente la vía y la acción son dos
aspectos procesales completamente distintos, porque la primera aun cuando
constituye un presupuesto procesal que al igual que la acción el juzgador debe
estudiar de oficio, en aquélla su estudio es para establecer si la controversia
debe tramitarse conforme a la que fue intentada, o en otra diversa; y en la
segunda, sólo corresponde al estudio de la cuestión controvertida, lo que
únicamente el juzgador puede realizar cuando la vía intentada sea la
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procedente, pues sólo de esa manera se puede resolver sobre las acciones y
excepciones que se hacen valer; sin embargo, dada la naturaleza del juicio
ejecutivo mercantil en que se requiere un título de crédito para su procedencia,
no es obstáculo para que en la resolución, el juzgador realice al mismo tiempo
el estudio de la procedencia de la vía de la acción que se ejercita, ya que en
ambas situaciones se requiere de un título de crédito que traiga aparejada
ejecución y que es prueba preconstituida de la acción, por lo que el estudio de
la procedencia de la vía puede hacerse ligado al examen de la acción, lo que
no se contrapone, porque si el documento no reúne los requisitos que señala
la ley para constituir un título de crédito, éste no da base para la vía ejecutiva,
y por ende, tampoco para acreditar la acción que en él se funda. Octava
Época. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario
Judicial de la Federación. Tomo: IV, Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de
1989. Tesis: Página: 574. Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Segundo
Circuito. Amparo directo 355/89. Daniel Avalos Martínez. 24 de noviembre de
1989. Unanimidad de votos. Ponente: Marco Antonio Arroyo Montero.
Secretario: José Humberto Robles Erenas.
En ese orden de pensamientos, se tiene que la acción cambiaria
es la acción ejecutiva proveniente de un título de crédito, que compete
al acreedor para exigir judicialmente del deudor, el cumplimiento de una
obligación cartularia. La acción cambiaria es de dos tipos; directa, en
contra del aceptante o sus avalistas, o contra el suscriptor o sus
avalistas. De regreso, contra cualquier otro obligado.
Dicha acción personal tiene su sustento legal en los artículos 151
y 152 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,
precisándose en el segundo de dichos preceptos, que mediante la
acción cambiaria el tenedor del documento puede reclamar, además del
pago de su importe, los intereses moratorios y otras prestaciones que
ahí se indican. Conforme lo anterior, para la trascendencia de la acción
cambiaria directa resulta indispensable examinar si el documento
mercantil allegado en la especie por la accionante, reúne o no los
requisitos para ser clasificado como título de crédito, estudio que se
realizará en líneas siguientes.
Al efecto, examinaremos si el documento mercantil allegado como
fundamento de su demanda, reúne todos y cada uno de los requisitos
establecidos en el artículo 170 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito para ser considerado “pagaré”, siendo los
siguientes:
Artículo 170.- El pagaré debe contener:
I. La mención de ser pagaré, inserta en el texto del documento;
II. La promesa incondicional de pagar una suma determinada de dinero;
III. El nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago;
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IV. La época y el lugar del pago;
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V. La fecha y el lugar en que se suscriba el documento; y
JUZGADO SEGUNDO MENOR
DE GUADALUPE, N.L. VI. La firma del suscriptor, o de la persona que firme
a su ruego o en su
nombre.
Así las cosas, del documento allegado al escrito inicial de
demanda, se advierte que el mismo cumple con lo dispuesto en el
numeral invocado, según se verá a continuación:






Contiene la mención de ser ‘pagaré’.
La promesa incondicional de pagar una suma determinada de dinero, que
corresponde a $10,000.00 (diez mil pesos 00/100 moneda nacional).
Se estableció que el pago debería de realizarse a favor de la persona
moral (CONFIDENCIAL).
En cuanto a la época y lugar de pago, se acordó que el documento sería
pagadero el día 28 veintiocho de junio del año 2011 dos mil once, en
Guadalupe, Nuevo León.
Atinente a la fecha y lugar de suscripción, se desprende que el título valor
fue suscrito en fecha 9 nueve de abril del año 2009 dos mil nueve, en ésta
ciudad de Guadalupe, Nuevo León.
Ahora bien, por lo que se refiere a la firma de la suscriptora, este órgano
jurisdiccional se remite a los razonamientos que obran en el auto
admisiorio de fecha 28 veintiocho de julio del año 2011 dos mil once, en el
sentido de que el signo gráfico en forma de cruz (X) que obra en dicho
instrumento no hace las veces de firma, ello en obvio de repeticiones
innecesarias.
En vista de lo anterior, esta autoridad considera que el título de
crédito exhibido por la parte demandante en su escrito inicial, merece
valor probatorio pleno en términos de los artículos 1238 y 1296 del
Código de Comercio, en virtud de tener el carácter de documento
privado. Además, el documento base de la acción justifica la existencia
de una deuda cierta, líquida y exigible; es decir, cierta, al establecer un
derecho perfectamente reconocido por las partes al definir al acreedor y
deudor. Líquida, dado que establece con claridad el monto que ampara
el documento base de la acción. Se considera exigible, al ser de plazo
cumplido o vencido.
Por otra parte, del título de crédito base de la acción, se aprecia
la referencia de que la demandada (CONFIDENCIAL) se constituyó
como aval dentro de dicha cosa mercantil, advirtiéndose, una firma que
importa la aceptación de dicha figura jurídica por parte de la ciudadana
mencionada con antelación.
Siendo importante resaltar, que si bien es cierto se decretó en el
auto de radicación del asunto que ahora se resuelve, que el documento
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base de la acción carecía de la firma de la suscriptora principal pues el
signo gráfico en forma de cruz (X) que obra en dicho instrumento no
hace las veces de firma, y por ende la falta de obligación respecto de
ésta, no menos verídico resulta que en términos de los artículos 12 y
114 de la Ley general de Títulos y Operaciones de Crédito no se
invalidan las obligaciones derivadas del título en contra de las diversas
personas que lo signaron, máxime que la obligación solidaria del aval
es válida aun y cuando la obligación sea nula por cualquier causa,
numerales
los
anteriormente
invocados
que
se
transcriben
a
continuación a fin de darle mayor lucidez a lo aquí decretado:
“Artículo 12.- La incapacidad de alguno de los signatarios de un título de
crédito; el hecho de que en éste aparezcan firmas falsas o de personas
imaginarias; o la circunstancia de que por cualquier motivo el título no obligue
a alguno de los signatarios, o a las personas que aparezcan como tales, no
invalidan las obligaciones derivadas del título en contra de las demás
personas que lo suscriban.”
“Artículo 114.- El avalista queda obligado solidariamente con aquel cuya firma
ha garantizado, y su obligación es válida, aun cuando la obligación
garantizada sea nula por cualquier causa.”
De ahí que resulte totalmente aceptable que la presente acción
personal se inste exclusivamente en contra de la mencionada aval, ello
en términos del artículo 1989 del Código Civil Federal, de aplicación
supletoria a la materia mercantil. Siendo aplicables los criterios que
sostienen lo siguiente:
AVAL. RESPONDE DE LA OBLIGACIÓN PRINCIPAL GARANTIZADA Y
SUS ACCESORIOS, POR SU CALIDAD DE DEUDOR SOLIDARIO. Del
análisis literal, sistemático y armónico de los artículos 109 a 116, 151, 152 y
154 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, permite concluir
que mediante el aval se garantiza el pago de todo o parte de la letra de
cambio, y a falta de mención de cantidad se entiende que garantiza todo el
importe de la letra, quedando obligado solidariamente con aquel cuya firma ha
garantizado, y su obligación es válida aun cuando la principal sea nula por
cualquier causa, dado que se da en función de la posible circulación del
documento. Por tanto, el que sea solidaria supone que el aval responde de la
totalidad garantizada, en términos de los artículos 1988, 1989 y 1990 del
Código Civil Federal. Asimismo, la acción contra el avalista estará sujeta a los
mismos términos y condiciones a que está sujeta la acción contra el avalado.
De ahí que si la obligación garantizada genera accesorios, el aval debe
responder de ellos porque es inherente a su carácter de deudor solidario,
salvo que expresamente se establezca lo contrario. Tercer Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito. Amparo directo 549/2003. Mambole, S.A.
de C.V. y otra. 30 de septiembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:
Neófito López Ramos. Secretario: Manuel Ayala Reyes.
AVAL. LA OBLIGACIÓN INSERTA EN EL TÍTULO SUBSISTE, AUN
CUANDO LA FIRMA DEL OBLIGADO PRINCIPAL SEA FALSA O SE
INVALIDE POR TRATARSE DE UNA PERSONA INCAPAZ (LEY GENERAL
DE TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO). El vocablo aval es sinónimo
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PODER JUDICIAL DEL
de fianza, sólo que aplicado al derecho cambiario,
ESTADO DE NUEVO LEÓN
109 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
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DE GUADALUPE, N.L. figura se garantiza en todo o en parte la letra de
pues conforme al artículo
Crédito, mediante aquella
cambio, precepto que es
aplicable al pagaré, en términos del numeral 174 de esa propia ley. Así, se
puede afirmar que la fianza es al derecho civil, en tanto que el aval es al
derecho cambiario, por el principio de literalidad consagrado en el propio
documento. Por otra parte, los artículos 12 y 114, del ordenamiento citado,
adoptan en cuanto a la naturaleza jurídica de esa institución, la doctrina
italiana, por la que representa una garantía de carácter objetivo, porque el
avalista no garantiza que el avalado pagará, sino que el título será pagado;
autónomo, porque como toda obligación cambiaria subsiste por sí,
independientemente de las otras asumidas en el título mismo, esto es, la
obligación de aquél será válida aun cuando la firma del obligado principal sea
falsa o cuando la misma se invalide por tratarse de una persona incapaz, por
lo cual, los deberes de uno y otro son distintos e independientes entre sí;
formal, porque si el avalista firma un título de crédito, se responsabiliza
cambiariamente sin considerar a la causa intercedendi o la causa por la cual
presta su garantía. En ese contexto, aun cuando se encuentre plenamente
acreditado que la firma del suscriptor del pagaré es falsa, la obligación de
pago del aval subsiste, no se extingue, dado el carácter objetivo, autónomo y
formal, pues éste no garantiza que aquél pagará, sino que el pagaré será
cubierto. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
SEGUNDO CIRCUITO. Amparo directo 61/99. Agustín Ortiz Ledezma. 30 de
noviembre de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Ana María Serrano
Oseguera de Torres. Secretario: José Antonio Franco Vera. Novena Época
Registro: 192219 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XI, Marzo de 2000
Materia(s): Civil Tesis: II.3o.C.1 C Página: 970.
Bajo esta tesitura, se concluye que han quedado acreditadas
tanto la acción cambiaria directa como la vía ejecutiva mercantil
intentadas en contra de (CONFIDENCIAL), toda vez que de
conformidad con el artículo 1391 fracción IV del Código de Comercio, el
título de crédito exhibido en el presente juicio contiene aparejada
ejecución, por lo tanto, la parte accionante no tiene que recurrir a otros
medios de defensa a fin de acreditar la acción intentada, ello en virtud
de que la ley les otorga el carácter de ejecutivos. Confieren claridad y
sustento a las anteriores ideas, la tesis que a continuación se
reproduce:
TÍTULOS EJECUTIVOS. Los títulos que conforme a la ley tienen el carácter
de ejecutivos, constituyen una prueba preconstituida de la acción ejercitada en
juicio, y la dilación probatoria que en este se concede es para que la parte
demandada justifique sus excepciones y no para que el actor pruebe su
acción. Quinta Época, Instancia: Tercera Sala, Fuente: Apéndice de 1995,
Tomo: Tomo IV, Parte SCJN, Tesis: 398, Página: 266. Quinta Época: Tomo
XXVI, pág. 982. Recurso de súplica. Cía. Industrial Azucarera, S. A. 3 de junio
de 1929. Cinco votos. Recurso de súplica 40/25. Silva Francisco B. 2 de mayo
de 1930. Mayoría de tres votos. Recurso de súplica 24/30. W. M. Jackson Inc.
27 de marzo de 1931. Unanimidad de cuatro votos. Amparo civil directo
2002/30. Cuevas Rodolfo. 10 de julio de 1931. Unanimidad de cuatro votos.
Amparo civil directo 1376/30. V. vda. de Lechuga Francisca y coag. 2 de
septiembre de 1931. Unanimidad de cuatro votos.
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PAGARÉS. SON PRUEBA PRECONSTITUIDA, Y ES AL DEMANDADO A
QUIEN CORRESPONDE PROBAR SUS EXCEPCIONES. El pagaré tiene el
carácter de título ejecutivo, y constituye una prueba preconstituida de la
acción, pues el propio documento contiene la existencia del derecho, define al
acreedor y al deudor, y determina la prestación cierta, líquida y exigible de
plazo y condiciones cumplidos, como pruebas todas ellas consignadas en el
título; en tal virtud, es al demandado a quien corresponde probar sus
excepciones. Novena Época. Instancia: Octavo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. Tomo: XI, Enero de 2000. Tesis: I.8o.C.215 C. Página: 1027. Octavo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. Amparo directo 508/99.
Aurelio Flores Delgado. 7 de junio de 1999. Unanimidad de votos. Ponente:
María del Carmen Sánchez Hidalgo. Secretaria: Edith Alarcón Meixueiro.
A fin de dar cumplimiento a lo establecido en el numeral 1077 del
Código de Comercio, es de señalarse que la accionante ofreció la
prueba confesional por posiciones a cargo de (CONFIDENCIAL), misma
que fue debidamente admitida a trámite mediante auto del día 13 trece
de enero del año 2012 dos mil doce, habiéndose fijado fecha y hora
para su materialización, desprendiéndose de las actuaciones que
integran el expediente judicial de mérito, que una vez llegado dicho
momento, no fue posible llevar a cabo su desahogo en virtud de la
incomparecencia de la citada reo, a pesar de encontrarse debidamente
notificada para ello; de ahí que por auto de fecha 1 uno de marzo del
año en curso se le declaró confesa a la parte demandada
(CONFIDENCIAL) de conformidad con lo dispuesto en el numeral 1232
fracción I del Código de Comercio, respecto de las posiciones allegadas
que fueron calificadas de legales, y que a continuación se reproducen:
“7.-Que diga el absolvente si es cierto como lo es, que usted reconoce como
de su puño la rubrica inserta en el documento motivo del presente juicio.”
“8.-Que diga el absolvente si es cierto como lo es, que usted reconoce que en
el mismo acto firmo Usted el pagaré objeto del presente litigio, junto a su aval.”
“9.- Que diga el absolvente si es cierto como lo es, que usted reconoce que
pactó un interés mensual moratorio en el título base.”
“17.- Que diga el absolvente si es cierto como lo es, que usted reconoce que
pacto un interés mensual sobre saldos insolutos en el pagaré motivo de este
procedimiento.”
De las posiciones reproducidas en las líneas precedentes y a
virtud
de
la
incomparecencia
resaltada,
se
aprecia
que
(CONFIDENCIAL) reconoció fictamente haber suscrito el título de
crédito base de la acción, así como haberse estipulado en dicho basal
el pago de intereses mensuales sobre saldos insolutos; de ahí que
dicha confesión, apreciable en términos del artículo 1287 del Código de
Comercio, al provenir de persona capaz, versar sobre hechos propios y
que son de su ineludible conocimiento, misma que se obtuvo dentro del
12
PODER JUDICIAL DEL
procedimiento judicial en que se actúa, y donde se observaron las
ESTADO DE NUEVO LEÓN
JUZGADO SEGUNDO MENOR
formalidades legales del caso, es apta para robustecer la suscripción de
DE GUADALUPE, N.L.
los pagarés en que la demandante funda sus pretensiones, y por ende,
la justificación de la acción cambiaria intentada. Tiene aplicación a lo
anterior, la tesis que es del tenor siguiente:
CONFESIÓN FICTA EN MATERIA MERCANTIL. TIENE VALOR
PROBATORIO AUN CUANDO NO ESTÉ ADMINICULADA CON OTRA
PROBANZA. Conforme a los artículos 1232, fracción I y 1289 del Código de
Comercio, a quien ha de absolver posiciones se le debe declarar confeso
cuando entre otros supuestos no comparezca a la segunda citación a la
audiencia de desahogo de la prueba confesional; sin embargo, para que se
consideren plenamente probados los hechos sobre los que versen las
posiciones que han sido dadas por absueltas fictamente, se requiere: a) Que
el interesado sea capaz de obligarse; b) Que los hechos sean suyos y
concernientes al pleito, y, c) Que la declaración sea legal. En tales
condiciones, si al contestarse la demanda se opone la excepción de espera y
para tal efecto es ofrecida la prueba confesional, a la que el actor no
comparece sin justa causa, con dicha probanza puede estimarse acreditada la
excepción de referencia, sin que sea necesario su adminiculación con prueba
alguna para que tenga suficiente convicción jurídica, pues al establecer el
artículo 1289 del Código de Comercio que los hechos contenidos en las
posiciones pueden ser considerados "plenamente probados", ello implica que
la confesión ficta por sí sola tiene valor probatorio suficiente si reúne los
requisitos mencionados, salvo prueba en contrario, como lo establece el
diverso numeral 1290 del código invocado. Novena Época. Instancia: Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta. IX, Abril de 1999. Tesis: II.2o.C.168 C.
Página: 512. Amparo directo 1060/98. Guillermo Manzano Robledo. 2 de
marzo de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Solís Solís. Secretario:
Agustín Archundia Ortiz. Nota: Sobre el tema tratado existe denuncia de
contradicción de tesis 76/2006, en la Primera Sala.
Siendo preciso acotar en este apartado que por lo que hace al
cuestionamiento identificado con el número 8 ocho, éste no le arroja
beneficio alguno a su oferente, toda vez que si bien se le tuvo a la parte
reo contestando fictamente de manera afirmativa a la antedicha
posición, lo cierto es que la misma no corresponde a un hecho propio
de la codemandada (CONFIDENCIAL), pues dicha posición va dirigida
al suscriptor principal del documento base. En esa virtud, dicha posición
no puede ser considerada para acreditar la acción en estudio, esto
conforme a lo dispuesto por el artículo 1222 del Código de Comercio.
Sin que importe el hecho de que haya sido previamente calificada de
legal, dado que esa aprobación previa que efectúa la autoridad
jurisdiccional no convalida las deficiencias que de origen acarree tal
cuestionamiento. Tiene aplicación a lo anterior, el criterio que enseguida
se enuncia:
13
PRUEBA CONFESIONAL. POSICION CALIFICADA ERRONEAMENTE DE
LEGAL. VALORACION DE LA. Si el artículo 1222 del Código de Comercio
establece: "Las posiciones deben articularse en términos precisos; no han de
ser insidiosas; no han de contener cada una más de un solo hecho y éste ha
de ser propio del que declara.", debe entenderse que no por el hecho de
calificarse de legal una pregunta realizada en contravención a dicha norma, al
valorar la prueba necesariamente deba otorgarse eficacia plena, pues
precisamente lo perseguido con la exigencia de esa hipótesis es evitar una
respuesta arrancada mediante una pregunta engañosa y cuando esto sucede,
resulta incuestionable el deber, de negar cualquier valor demostrativo a la
confesión. Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. IV, Septiembre de
1996. Tesis: II.1o.C.T.62 C. Página: 699. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO
EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL SEGUNDO CIRCUITO. Amparo
directo 1254/95. Aurora López de Barón. 11 de enero de 1996. Unanimidad de
votos. Ponente: Fernando Narváez Barker. Secretario: Alejandro García
Gómez.
Ahora bien, y por lo que hace a la prueba confesional ofrecida
por la accionante a cargo de (CONFIDENCIAL), debe decirse que la
misma no le arroja un beneficio tangible, debido al desistimiento de la
demanda y de la acción intentada en contra de la persona referida con
antelación, ello a través del escrito presentado por la demandante en
fecha 2 dos de marzo del año 2012 dos mil doce, y obsequiado
favorablemente mediante proveído dictado por este tribunal el día 6 seis
de marzo del año que transcurre; ocurso el anterior que no fue
combatido por las partes, causando firmeza y constituyéndose así en un
acto consentido, en términos del numeral 1078 del Código de Comercio.
Se sustenta para robustecer lo anterior la jurisprudencia emitida por los
tribunales de control constitucional, cuya redacción es la siguiente:
ACTOS CONSENTIDOS. SON LOS QUE NO SE IMPUGNAN MEDIANTE EL
RECURSO IDÓNEO. Debe reputarse como consentido el acto que no se
impugnó por el medio establecido por la ley, ya que si se hizo uso de otro no
previsto por ella o si se hace una simple manifestación de inconformidad, tales
actuaciones no producen efectos jurídicos tendientes a revocar, confirmar o
modificar el acto reclamado en amparo, lo que significa consentimiento del
mismo por falta de impugnación eficaz. No. Registro: 176,608. Jurisprudencia.
Materia(s): Común. Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo:
XXII, Diciembre de 2005. Tesis: VI.3o.C. J/60. Página: 2365. Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito. Amparo en revisión 2/90.
Germán Miguel Núñez Rivera. 13 de noviembre de 1990. Unanimidad de
votos. Ponente: Juan Manuel Brito Velázquez. Secretaria: Luz del Carmen
Herrera Calderón. Amparo en revisión 393/90. Amparo Naylor Hernández y
otros. 6 de diciembre de 1990. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Manuel
Brito Velázquez. Secretaria: María Dolores Olarte Ruvalcaba. Amparo directo
352/2000. Omar González Morales. 1o. de septiembre de 2000. Unanimidad
de votos. Ponente: Teresa Munguía Sánchez. Secretaria: Julieta Esther
Fernández Gaona. Amparo directo 366/2005. Virginia Quixihuitl Burgos y otra.
14 de octubre de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Norma Fiallega
Sánchez. Secretario: Horacio Óscar Rosete Mentado. Amparo en revisión
353/2005. Francisco Torres Coronel y otro. 4 de noviembre de 2005.
14
PODER JUDICIAL DEL
Unanimidad de votos.
ESTADO DE NUEVO LEÓN
Isselín Talavera.
JUZGADO SEGUNDO MENOR
DE GUADALUPE, N.L.
Ponente: Filiberto Méndez Gutiérrez. Secretaria: Carla
Por otra parte, es de señalarse que la parte actora ofrendó
también como medios de prueba la que denominó confesión
espontánea, consistente en los expresos e implícitos asentamientos
que realizara la demandada tanto en el escrito de contestación de
demanda, así como en cualquier otro escrito, hecho u omisión; así
como las presunciones legales y humanas. Elementos de convicción
que en opinión del suscrito juzgador no reportan un beneficio apreciable
al accionante, al no desprenderse de autos argumentación, escrito o
hecho alguno de la parte demandada a título de confesión, que tienda a
fortalecer o trascender en la eficacia de lo reclamado, pues se insiste, ni
siquiera compareció a juicio, aunado al hecho de que tampoco es de
advertirse de las constancias que integran el presente sumario que la
demandada haya incurrido en alguna “omisión” calificable como
confesión (tácita), pues sólo pueden catalogarse como tales las así
previstas por la ley, teniendo aplicación por analogía a lo anteriormente
decretado, la tesis que a continuación se transcribe:
CONFESIÓN TÁCITA EN EL JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. LA
OMISIÓN DEL ACTOR DE CONTESTAR LA VISTA QUE SE LE DÉ CON LA
CONTESTACIÓN DE DEMANDA, NO LA CONSTITUYE. No entraña una
confesión tácita o ficta el hecho de que el actor en el juicio ejecutivo mercantil
haya omitido contestar la vista que le dio el Juez natural con el escrito de
contestación de demanda, ya que la confesión tácita es la que se presume en
los casos señalados por la ley, siendo que ni en la legislación mercantil, ni en
el Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Aguascalientes existe
disposición que establezca que la conducta omisiva del actor de contestar la
vista que se le dé con la contestación de demanda tenga como consecuencia
la declaración de confeso. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL
VIGÉSIMO TERCER CIRCUITO. Amparo directo 498/2002. Salvador Arellano
Guzmán. 15 de agosto de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Miguel Ángel
Alvarado Servín. Secretaria: Esperanza Arias Vázquez. No. Registro: 185,582
Tesis aislada Materia(s): Civil Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados
de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XVI,
Noviembre de 2002 Tesis: XXIII.2o.2 C Página: 1123.
Menos aún, es de apreciarse un hecho o hechos conocidos que
a través de su enlace lógico o por ministerio de la ley, pudieran
configurar la prueba artificial conocida como presuncional, de ahí que
las mismas tampoco trasciendan en la especie.
Ahora bien, no obstante que la demandante no ofrenda como
prueba de su intención las actuaciones judiciales, debe decirse que este
15
tribunal se encuentra obligado a realizar un análisis de las constancias
que imperan dentro del juicio de referencia, pues tomando en
consideración la naturaleza del elemento de convicción aludido, es
evidente que el juzgador puede apoyarse de lo actuado en el
procedimiento para resolver la controversia puesta a su consideración,
en términos del numeral 1294 del Código de Comercio. Se cita para
robustecer lo anterior el criterio que sostiene lo siguiente:
PRESUNCIONAL
E
INSTRUMENTAL
DE
ACTUACIONES.
SU
OFRECIMIENTO NO SE RIGE POR LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 291
DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO
FEDERAL. La prueba instrumental de actuaciones se constituye con las
constancias que obran en el sumario; mientras que la de presunciones es la
consecuencia lógica y natural de hechos conocidos, probados al momento de
hacer la deducción respectiva, de lo que se advierte que tales pruebas se
basan en el desahogo de otras, por consiguiente, no es factible que desde la
demanda, la contestación o en la dilación probatoria, quien ofrece los medios
de convicción señalados establezca con claridad el hecho o hechos que con
ellos va a probar y las razones por las que estima que demostrará sus
afirmaciones, pues ello sería tanto como obligarlo a que apoye tales
probanzas en suposiciones. Así, tratándose del actor, éste tendría
prácticamente que adivinar cuáles pruebas va a ofrecer su contrario, para con
base en ellas precisar la instrumental y tendría que hacer lo mismo en cuanto
al resultado de su desahogo, para con ello, sobre bases aún no dadas, señalar
las presunciones legales y humanas que se actualicen. De ahí que resulte
correcto afirmar que tales probanzas no tienen entidad propia, y debido a
tan especial naturaleza, su ofrecimiento no tiene que hacerse con las
exigencias del artículo 291 del código adjetivo, incluso, aun cuando no
se ofrecieran como pruebas, no podría impedirse al Juez que tome en
cuenta las actuaciones existentes y que aplique el análisis inductivo y
deductivo que resulte de las pruebas, para resolver la litis planteada,
pues en ello radica la esencia de la actividad jurisdiccional. Tesis aislada.
Materia(s): Civil. Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XX,
Diciembre de 2004. Tesis: I.4o.C.70 C. Página: 1406. Cuarto Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. Amparo directo 2024/2004.
Heriberto Herrera Fernández. 9 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos.
Ponente: Marco Antonio Rodríguez Barajas. Secretaria: Leticia Araceli López
Espíndola. Véase: Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo
XV, enero de 1995, página 291, tesis XX.305 K, de rubro: "PRUEBAS
INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES Y PRESUNCIONAL LEGAL Y
HUMANA. NO TIENEN VIDA PROPIA LAS."
Desde esa óptica, se tiene que en opinión del suscrito juzgador
las constancias judiciales referidas no generan un provecho palpable a
favor de la promovente, merced a que no se desprende de autos
actuación diversa de las ya destacadas, que tienda a robustecer o
respaldar la eficacia de lo exigido, de ahí que la probanza en cuestión
tampoco no repercuta en su favor.
En esa guisa, siendo que la parte actora en términos del artículo
1194 del Código de Comercio ha justificado tener pleno derecho
16
PODER JUDICIAL DEL
preconstituido en
ESTADO DE NUEVO LEÓN
JUZGADO SEGUNDO MENOR
sin que al efecto
DE GUADALUPE, N.L.
su favor para demandar en la presente vía y forma,
la demandada haya ocurrido a oponer excepción o
defensa alguna dentro del término legal concedido para ello, por lo que
ante la omisión de la reo de oponerse a la demanda instaurada en su
contra y desvirtuar el carácter de prueba preconstituida que genera el
título ejecutivo, consistente en el pagaré, se declara que ha procedido
legalmente el presente juicio ejecutivo mercantil promovido por
(CONFIDENCIAL), en su carácter de endosataria en procuración de la
persona
moral
denominada
(CONFIDENCIAL),
en
contra
de
(CONFIDENCIAL).
Consecuentemente, se condena a la reo (CONFIDENCIAL) a
pagar a favor de la parte accionante la cantidad de $10,000.00 (diez mil
pesos 00/100 moneda nacional) por concepto de suerte principal. Pago
que deberán efectuar dentro del término legal de 3 tres días contados a
partir del día siguiente a aquél en que cause ejecutoria la presente
resolución, ello en términos del artículo 1079 fracción VI del Código de
Comercio. En la inteligencia de que en caso de omitirse el cumplimiento
de ese requerimiento, se procederá al trance y remate de bienes
propiedad de los demandados y con su producto se cubrirán a la parte
actora las prestaciones condenadas, ello en observancia a lo dispuesto
en el artículo 1408 del ordenamiento mercantil en cita.
SEXTO: Por lo que respecta a la prestación reclamada en el
inciso b) del ocurso de demanda, en relación al pago de intereses
moratorios generados y que se sigan generando hasta la total
liquidación del adeudo a razón del 7% siete por ciento mensual,
pactado en el pagaré. En concepto de quien ahora resuelve dicha
prestación accesoria es procedente, ello con base a las siguientes
argumentaciones.
Al efecto, dicha petición es una consecuencia directa de la
obligación principal que se encuentra expresamente pactada en la
literalidad del título de crédito base de la acción, y de conformidad con
lo dispuesto en los artículos 174 y 152 fracción II de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, en relación con el numeral 78 del
Código de Comercio, los cuales disponen:
17
“Mediante la acción cambiaria, el último tenedor de la letra puede reclamar el
pago:...II.- De intereses moratorios al tipo legal, desde el día del
vencimiento...”
“...Para los efectos del artículo 152, el importe del pagaré comprenderá los
réditos caídos; el descuento del pagaré no vencido se calculará al tipo de
interés pactado en éste, o en su defecto al tipo legal; y los intereses
moratorios se computarán al tipo estipulado para ellos; a falta de esa
estipulación, al tipo de rédito fijado en el documento, y en defecto de ambos, al
tipo legal...”
“En las convenciones mercantiles cada uno se obliga en la manera y términos
que aparezca que quiso obligarse, sin que la validez del acto comercial
dependa de la observancia de formalidades o requisitos determinados.”
De los artículos mencionados se puede colegir que el accionante
que ejercite la acción cambiaria puede reclamar los réditos moratorios
generados con motivo del incumplimiento en satisfacer la obligación
pecuniaria pactada en el título de crédito, mismos que se deben de
cuantificar conforme al interés estipulado en el propio documento o, en
su defecto, al tipo legal establecido en la codificación mercantil. En
efecto, los intereses moratorios reclamados se constituyen como una
consecuencia directa derivada de la obligación principal. Tiene
aplicación la tesis que a continuación se inserta:
PAGARE, INTERESES MORATORIOS EN EL. El artículo 362 del Código de
Comercio dispone: "Los deudores que demoren el pago de sus deudas
deberán satisfacer, desde el día siguiente al del vencimiento, el interés
pactado para este caso, o en su defecto el seis por ciento anual". Esto
significa, que tratándose de intereses moratorios, deberá atenderse, en primer
lugar, a lo convenido por las partes, y sólo en caso de que nada se haya
estipulado, se aplicará el tipo legal, que es del seis por ciento anual. Además,
en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito existe idéntica
disposición, concretamente en el artículo 174, según el cual, "los intereses
moratorios se computarán al tipo estipulado para ellos" en el pagaré, y a falta
de estipulación, al tipo legal. Por tanto, de acuerdo con los preceptos citados,
el interés convencional prevalece sobre el legal, si de antemano se estipuló el
tipo a que se computarían. No. Registro: 239,997. Tesis aislada. Materia(s):
Civil. Séptima Época. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de
la Federación. Tomo: 205-216 Cuarta Parte. Tesis: Página: 125. Genealogía:
Informe 1986, Segunda Parte, Tercera Sala, tesis 109, página 82. Amparo
directo 5189/85. Luis y Raúl Rangel Juárez. 30 de junio de 1986. Cinco votos.
Ponente: Ernesto Díaz Infante. Secretario: Guillermo A. Hernández Segura.
En ese orden de ideas, teniendo a la vista el documento base de
la acción, se advierte que en relación a los intereses moratorios se
pactó serían a razón del 7% siete por ciento mensual. En vista de ello,
se condena a la demandada al pago de los intereses moratorios
generados, más los que se sigan generando hasta la total liquidación
del adeudo a razón del 7% siete por ciento mensual sobre el importe del
18
PODER JUDICIAL DEL
título de crédito fundatorio, mismos que serán computados a partir del
ESTADO DE NUEVO LEÓN
JUZGADO SEGUNDO MENOR
día del vencimiento de éste, es decir, a partir del 28 veintiocho de junio
DE GUADALUPE, N.L.
del año 2011 dos mil once, quedando sujeta dicha prestación accesoria
a la cuantificación que de la misma se haga en ejecución de sentencia
mediante el incidente respectivo, ello en términos del artículo 1348 del
Código de Comercio.
SÉPTIMO: Finalmente, por lo que se refiere a los gastos y costas
originados con motivo de la tramitación del presente juicio, se determina
que la demandada deberán sufragar los que haya anticipado la parte
actora, en virtud de que en términos de los artículos 1082 y 1084
fracción III del Código de Comercio, cada parte será inmediatamente
responsable de las costas que originen las diligencias que promueva,
en caso de condenación en costas, la parte condenada indemnizará a
la otra de todas las que se hubieren causado, cuando hubiese opuesto
excepciones o recursos frívolos o improcedentes con el propósito de
retardar el procedimiento; así mismo establecen que la condenación en
costas se hará cuando así lo prevenga la ley, o cuando a juicio del juez
se haya procedido con temeridad o mala fe, estableciendo además que
siempre será condenado el que fuese vencido en juicio ejecutivo y el
que lo intente si no obtiene sentencia favorable.
Por lo tanto, al haber sido condenada la parte demandada en
juicio ejecutivo, será ésta quien deberá satisfacer los gastos y costas
que la accionante haya erogado con motivo de la tramitación de la
presente instancia, previa su cuantificación en ejecución de sentencia y
mediante el incidente respectivo, al surtirse en forma directa la hipótesis
contemplada en la fracción III del numeral 1084 del Código de
Comercio. Ilustra y fundamenta la anterior decisión la tesis de
jurisprudencia siguiente:
COSTAS EN JUICIOS MERCANTILES. La fracción III, del artículo 1084, del
Código de Comercio, dispone como imperativo legal que siempre será
condenado en costas el que fuese vencido en juicio ejecutivo y el que lo
intente si no obtuviese sentencia favorable, razón por la cual, aunque no se
hubiese formulado petición al respecto por su contraria, el Juez de oficio debe
imponer esa sanción pues con estricto apego al principio de equidad, la sola
circunstancia de no haberse acreditado la procedencia de la acción ejercida en
su contra, le debe generar el derecho a que le sean cubiertas. Lo anterior, en
razón de que la materia de costas mercantiles, además de constituir una
excepción al principio dispositivo que rige a las diversas etapas procesales
que conforman a esta clase de controversias judiciales, también se rige por el
19
sistema compensatorio o indemnización obligatoria al así encontrarse previsto
expresamente en la ley, pues lo que se persigue por el legislador es el resarcir
de las molestias, erogaciones y perjuicios ocasionados a quien
injustificadamente hubiese sido llamado a contender ante el órgano
jurisdiccional. Novena Época. Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: X, Octubre de 1999. Tesis: 1a./J.
47/99. Página: 78. Contradicción de tesis 43/98. Entre las sustentadas por el
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, el Primer Tribunal Colegiado
del Décimo Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito. 22
de septiembre de 1999. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Humberto
Román Palacios. Ponente: Juventino V. Castro y Castro. Secretario: Arturo
Aquino Espinoza. Tesis de jurisprudencia 47/99. Aprobada por la Primera Sala
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en sesión de veintidós de
septiembre de mil novecientos noventa y nueve, por unanimidad de cuatro
votos de los señores Ministros: presidente en funciones Juventino V. Castro y
Castro, José de Jesús Gudiño Pelayo, Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Ausente: Ministro Humberto Román Palacios.
Por lo anteriormente expuesto y fundado se resuelve:
PRIMERO: Se declara justificada la acción cambiaria directa
promovida por la ciudadana (CONFIDENCIAL), en su carácter de
endosataria
en
procuración
de
la
persona
moral
denominada
(CONFIDENCIAL), en contra de (CONFIDENCIAL). Procedimiento que
se sustanció ante este tribunal, dentro del proceso seguido en la vía
ejecutiva mercantil entre las partes enunciadas y que se distinguió con
el número de expediente 1154/2011.
SEGUNDO: Se condena a (CONFIDENCIAL) a pagar a
(CONFIDENCIAL), en su carácter de endosataria en procuración de la
persona moral denominada
(CONFIDENCIAL), la cantidad de
$10,000.00 (diez mil pesos 00/100 moneda nacional) por concepto de
suerte principal; conducta que deberá efectuarse dentro del término de
3 tres días siguientes a que cause ejecutoria esta resolución, según se
razonó en el considerando quinto de este fallo. En la inteligencia de que
en caso de omitirse el cumplimiento, se procederá al embargo, trance y
remate de bienes de su propiedad y con su producto se pagará al
acreedor.
TERCERO: Se condena a
(CONFIDENCIAL) a pagar a la
accionante los intereses moratorios generados, más los que se sigan
generando hasta la total liquidación del adeudo a razón del 7% siete por
ciento mensual sobre el importe del título de crédito base de la acción.
Réditos que serán computados a partir del día 28 veintiocho de junio del
20
PODER JUDICIAL DEL
año 2011 dos mil once, previa la
ESTADO DE NUEVO LEÓN
JUZGADO SEGUNDO MENOR
haga en ejecución de sentencia,
DE GUADALUPE, N.L.
cuantificación que de los mismos se
mediante el incidente respectivo, de
conformidad con lo dispuesto en el considerando sexto del presente
fallo.
CUARTO: Se condena a la demandada
(CONFIDENCIAL) a
sufragar al actor los gastos y costas que haya erogado con motivo de la
tramitación de este procedimiento, previa su cuantificación en ejecución
de sentencia mediante el incidente respectivo.
QUINTO: Notifíquese personalmente a las partes. Así juzgando
en definitiva lo resuelve y firma el ciudadano licenciado Venancio
Cázares García, Juez Segundo Menor de Guadalupe, Nuevo León, ante
la fe del ciudadano secretario que autoriza. Doy fe.
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