Formación Académica Dr. Jorge Alberto Blanco Figueroa Cirugía de Colon y Recto

Anuncio
Formación Académica
Dr. Jorge Alberto Blanco Figueroa
Cirugía de Colon y Recto
Egresado de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco con Mención Honorífica.
Especialidad de Cirugía General en el Hospital General “Dr. Gonzalo Castañeda Escobar”
ISSSTE, México. D.F; avalado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Subespecialidad en Coloproctología en el Hospital Civil de Guadalajara; avalado por la
Universidad de Guadalajara.
Cuenta con cédula profesional de Cirujano General y Coloproctólogo.
Certificado por el Consejo Mexicano de Especialistas en Enfermedades del Colon y del
recto, A.C. Folio 372; y por el Consejo Mexicano de Cirugía General, A.C.
Socio de la Sociedad Mexicana de Especialistas en Recto y Colon, A.C.
Es médico adscrito de Coloproctología del Hospital Regional Alta Especialidad de
Zumpango.
Ha realizado cursos en cirugía laparoscópica y robótica de colon y recto, tratamiento de
enfermedad hemorroidal con THD, ultrasonido endoanal y endorrectal, entre otros.
Servicios







Anoscopia convencional y de alta resolución
Rectosigmoidoscopia rígida
Colonoscopia diagnostica y terapéutica
Citología anal para detección de Virus de Papiloma Humano
Ultrasonido endoanal-rectal.
Diagnóstico oportuno de cáncer colon y recto.
Cirugías ambulatorias y de mínima invasión, con uso de engrapadoras intestinales.
Que es un cirujano colorrectal
Los cirujanos colorrectales son expertos en el tratamiento médico y quirúrgico de problemas de
colon y recto. Han completado un entrenamiento avanzado en el manejo de enfermedades
colorrectales en adición a su formación completa como cirujanos generales. Se encargan de tratar
enfermedades benignas y malignas, realizar pruebas de detección temprana y tratan los
problemas de manera quirúrgica cuando es necesario.
Hemorroides
Los cojinetes hemorroidales (plexos vasculares) son un componente de la anatomía anal normal y
contribuyen al mecanismo de continencia fisiológico. La enfermedad hemorroidal
(congestionamiento patológico de los plexos) resulta en sangrado, prolapso progresivo y dolor.
Factos predisponentes: edad, constipación, diarrea, embarazo e historia familiar.
El manejo depende del grado de la enfermedad y va desde modificaciones en el estilo de vida y
dieta, procedimientos en consultorio y procedimientos quirúrgicos como PPH, THD, entre otros.
La ligadura de la arteria hemorroidal guiada por Doppler (THD) …..
Fisura anal
Es una herida longitudinal, lineal en el anodermo usualmente dolorosa. Los síntomas típicos son
dolor postdefecación, asociado a sangrado. Las fisuras agudas son típicamente autolimitadas con
manejo médico conservador. Cuando los síntomas persisten por 3 meses o existen signos (bordes
de herida elevados, colgajo centinela y papila anal hipertrófica) se considera crónica.
El tratamiento puede ser conservador a base de suplementos de fibra e ingesta incrementada de
líquidos; mediante medicamentos tópicos y, en caso de fracaso o síntomas agudos severos a
través de cirugía.
Absceso perianal
Es un proceso infeccioso agudo que tiene como origen en un 90% de los casos la teoría
criptoglandular, que consiste en obstrucción de las glándulas del canal anal con proliferación
bacteriana, resultando en licuefacción y expansión a los diferentes espacios perianales. Los casos
restantes se deben a diversas condiciones secundarias tales como: enfermedad de Crohn,
tuberculosis, diverticulitis, malignidad, etc.
La sintomatología consiste en dolor anal constante, presión local y exacerbación con cambios de
posición; asociado a fiebre y/o retención urinaria.
El manejo consiste en incisión y drenaje del absceso, realizándose en consultorio o quirófano
dependiendo del tamaño y localización del mismo, así como de la tolerancia al procedimiento.
Fístula perianal
La apertura quirúrgica o espontánea de un absceso perianal resulta en fístula perianal en un 3050%. Se trata de un trayecto que comunica un orificio interno en canal anal con uno o más orificios
externos perianales, causando síntomas cíclicos de absceso con dolor anal, drenaje de pus y
aparente cicatrización, con repetición de los mismos.
El tratamiento se sujeta a la clasificación basada en la relación que tiene el trayecto fistuloso con
el complejo esfinteriano; teniendo como alternativas fistulotomía, colocación de setón, colgajo
avanzado endorectal, aplicación de fibrina, colocación de plug de colágeno o lift (ligadura del
trayecto fistuloso).
Condilomatosis
Consiste en lesiones hiperqueratósicas solitarias o múltiples causadas por el virus del papiloma
humano transmitido sexualmente. Las verrugas pueden ser asintomáticas con lesiones de piel
palpables indolentes, hasta causar prurito o sangrado.
El manejo no quirúrgico en enfermedad accesible y limitada consiste en aplicación de tratamientos
tópicos, con índices de recurrencia mayor al 25%. La cirugía se encuentra indicada en
condilomatosis extensa y amplia, así como en condilomatosis interna y refractariedad a manejo
tópico.
Enfermedad pilonidal
Es una infección crónica de la piel en la zona del pliegue gluteo. Común en hombres, personas
obesas y con abundante vellos. Hay varios patrones de esta enfermedad, desde un absceso agudo
(inflamación, dolor y drenaje de pus) hasta el desarrollo de un seno pilonidal que se conecta con la
piel y condiciona drenaje de líquido de manera crónica, con infecciones recurrentes que requiere
de cirugía para eliminarlo. El tratamiento depende del patrón de la enfermedad: Un absceso
agudo se maneja con una incisión y drenaje del pus dentro del consultorio con anestesia local. La
enfermedad compleja o recurrente debe tratarse quirúrgicamente. Los procedimientos varían de
destechamiento de los senos a la escisión y posible cierre con solapas .
Prurito anal
Es una condición dermatológica caracterizada por una desagradable comezón o sensación de
ardor en el perianal región. La incidencia oscila de 1% a 5% en la población general. Los hombres
son más comúnmente afectados. El prurito anal se clasifica como primario o idiopático
correspondiendo al 50-90% de los casos, o como secundario (poco común) si se asocia a
enfermedades infecciosas, dermatológicas o sistémicas.
Debido a que la mayoría de los casos son idiopáticos, el tratamiento inicial consiste en evitar: uso
de irritantes locales, traumatismo de piel perianal y humedad en la zona. En caso de persistir los
síntomas deben descartarse causas secundarias y tratarlas. En última instancia se utiliza terapia
tópica e inyectable.
Polipos del colon
Son crecimientos anormales de la mucosa del colon y recto, que protruyen hacia la luz intestinal.
Se presentan en el 15-20% de la población adulta y su importancia radica en que tienen relación
con el desarrollo del cáncer colorrectal. La mayoría no generan síntomas y son detectados de
forma incidental durante estudios de imagen; sin embargo, cuando se presentan son comunes
sangrado transrectal y secreción de moco.
Existen tres métodos endoscópicos para su detección:
La sigmoidoscopia rígida y flexible, solo permiten examinar la parte inicial del colon y no requiere
medicación.
Por otro lado, la colonoscopia es un método seguro y eficaz de evaluar la mucosa completa del
colon y recto mediante un instrumento largo, flexible y tubular. Se requiere preparación del
intestino, y es necesaria la sedación intravenosa.
Por medio de estos métodos, los pólipos pueden extirparse. Sin embargo, en ocasiones no es
posible eliminarlos por su tamaño o localización convirtiendo a la cirugía en la única opción de
tratamiento.
Se recomienda de manera rutinaria en:



Adultos de 50 años de edad o más como parte de un programa de detección oportuna del
cáncer de colon
Adultos de 40 años de edad con una historia familiar de cáncer y/o pólipos de colon.
Adultos de cualquier edad que presenten sangrado transrectal, constipación y/o pérdida
de peso.
Cáncer Colorrectal
El cáncer colorrectal es el segundo cáncer más común en los Estados Unidos, donde se
diagnostican 140.000 personas cada año y causando 60.000 muertes. Dicha cifra impresiona si la
enfermedad es potencialmente curable cuando se diagnostica en sus primeras etapas. Aunque
puede ocurrir a cualquier edad, 90 % de los pacientes son mayores de 40 años. Además, existen
otros factores de riesgo como historia familiar de cáncer colorrectal y/o pólipos, historia personal
de colitis ulcerativa o el cáncer de la mama o del útero .
Los síntomas más comunes son sangrado rectal y cambios en los hábitos intestinales, como
estreñimiento o diarrea. El dolor abdominal y pérdida de peso suelen ser síntomas tardíos que
indican una posible enfermedad extensa .
El tratamiento depende de la etapa de la enfermedad. La mayoría de los casos detectados en las
primeras etapas recuperan su salud después de recibir una cirugía. En ocasiones se utiliza como
adyuvante la radiación y/o quimioterapia.
El cáncer colorrectal puede ser prevenido. Es bien sabido que los pólipos benignos pueden crecer y
convertirse en cáncer; por lo que un aspecto de la medicina preventiva implica la detección de
pólipos de manera temprana y extirpación de los mismos por medio de colonoscopia.
Prolapso rectal
Se trata de una condición en la cual el recto sobresale fuera del ano. Está asociado en ocasiones a
debilidad del músculo del esfínter anal, lo que conduce a incontinencia de heces fecales o moco.
Es más común en mujeres que en hombres, y existen varios factores que pueden contribuir a
desarrollarlo como: historia de múltiples partos, envejecimiento, problemas neurológicos; que
conllevan a estiramiento de los ligamentos que sostienen al recto en su sitio así como al
debilitamiento del esfinter anal. Puede asociarse a incontinencia urinaria y prolapso de órganos
pélvicos.
El diagnóstico puede realizarse con una historia clínica y exámen anorrectal completo. En
ocasiones, cuando el prolapso es interno o está “escondido” se requiere estudios especiales como
defecografía; además de estudios de manometría para evaluar la función del músculo del esfinter
anal. La cirugía es el tratamiento de elección, la cual puede realizarse vía abdominal o rectal
dependiendo de la edad, condición física, grado de prolapso y del resultado de varias pruebas. El
éxito de la cirugía depende de muchos factores, incluyendo el estado del músculo del esfínter anal
antes de la cirugía , si el prolapso es interno o externo, y de la condición general del paciente.
Enfermedad diverticular
Los divertículos son saculaciones que se desarrollan en la pared del colon, por lo general en el
colon sigmoide. Los síntomas están relacionados con complicaciones de la enfermedad,
incluyendo diverticulitis y sangrado.
La diverticulitis es una infección de los divertículos que causan dolor en el abdomen, fiebre y
cambios en los hábitos intestinales . Los síntomas más severos se asocian a complicaciones graves
como la perforación (ruptura) o fístula (una conexión anormal entre dos órganos o con la piel).
El tratamiento de la enfermedad diverticular no complicada consiste en aumento de la fibra
dietética, con el fin de reducir la presión en el colon y disminuir el riesgo de complicaciones de la
enfermedad. Por otro lado, la diverticulitis requiere manejo con antibióticos, restricciones en la
dieta y ablandadores de heces fecales; sin embargo, cuando el cuadro clínico es grave requiere
hospitalización, reservando la cirugía para pacientes con episodios repetitivos, complicaciones o
cuadros que no responden a tratamiento médico.
La cirugía consiste en eliminar la parte del colon que está enferma, conectando o anastomosando
los extremos del colon; aunque algunas veces se requiere una bolsa de colostomía temporal.
Por tal motivo, se invita a los pacientes a buscar atención médica temprana para evitar
complicaciones.
Incontinencia fecal
Es una condición clínica caracterizada por la incapacidad para controlar gases o heces fecales. Su
gravedad varía desde dificultad para control de gases hasta una severa pérdida de control sobre
deposiciones líquidas y formadas. La causa más común son las lesiones durante el parto que
pueden causar un desgarro en los músculos anales o los nervios que inervan dichos músculos.
Otras causas son: cirugías anales previas, lesiones traumáticas, enfermedades de colon y recto, y/o
medicamentos.
Es necesario realizar un análisis inicial del problema con la historia clínica y exámen físico
completo. Con frecuencia se requiere estudios como ultrasonido que proporciona imagen de los
músculos anales con el fin de evaluar su integridad; manometría para registrar la presión de los
músculos del esfinter anal.
El tratamiento depende de la causa y grado de incontinencia así como de los resultados de los
estudios. Puede consistir en cambios en la dieta, medicamentos que produzcan estreñimiento
para casos leves. El tratamiento de las enfermedades que inflaman el recto mejoran los síntomas.
Existe un tipo de terapia física llamada bioretroalimentación que ayuda a los pacientes a fortalecer
los músculos del esfinter. Las lesiones de los músculos pueden corregirse mediante cirugía. En
casos severos, los pacientes pueden encontrar que una colostomía es la mejor opción para
mejorar su calidad de vida .
Constipación
Se trata de un síntoma que tiene diferentes significados para diferentes personas. Por lo general,
se refiere a las deposiciones poco frecuentes, pero también puede referirse a la necesidad de
hacer un esfuerzo para tener una evacuación, una sensación de evacuación incompleta, o la
necesidad de enemas, supositorios o laxantes con el fin de mantener la regularidad .
Los hábitos intestinales normales se ven afectados por la dieta. Se recomiendan 30 gr y 2-3 litros
de líquidos al día para una función intestinal apropiada.
El estreñimiento se puede diagnosticar si las deposiciones ocurren menos de tres veces por
semana. Existen varias causas desde la dieta inadecuada, el sedentarismo, el embarazo,
medicamentos o enfermedades crónicas (diabetes, esclerodermia, enfermedades de la tiroides).
Sin embargo, las causas graves incluyen tumores o áreas de estrechamiento del colon, por lo que
es recomendable buscar el consejo de un cirujano colorrectal cuando el estreñimiento persiste,
máxime si se acompaña de sangrado al evacuar o pérdida de peso.
Debido a las múltiples causas, es importante un exámen físico que incluya desde exámen digital
anorrectal hasta colonoscopia con el fin de descartar causas anatómicas como pólipos, tumores o
diverticulos, ya que la corrección quirúrgica de estos puede ser necesaria.
Otras pruebas pueden identificar las causas funcionales específicas como "estudios de
marcadores", manometría y/o defecografía.
La mayoría de los pacientes son tratados con éxito mediante la adición de alimentos ricos en fibra
y mayor cantidad de líquidos a la dieta. Los suplementos de fibra son altamente recomendados.
Otros tipos de laxantes, enemas o supositorios deben utilizarse sólo cuando sea recomendado y
supervisado por el cirujano de colon y recto. Sólo en raras ocasiones son necesarios
procedimientos quirúrgicos para tratar el estreñimiento.
Colonoscopia
La colonoscopia es un método seguro y eficaz para examinar el revestimiento completo del colon y
el recto, usando un instrumento largo, flexible y tubular. Se utiliza para diagnosticar enfermedades
de colon y recto, realizar biopsias y extirpar pólipos. La mayoría de las colonoscopias se realizan en
forma ambulatoria con el mínimo de inconvenientes y/o molestias.
La colonoscopia se recomienda de forma rutinaria a:
•
•
•
•
Adultos de 50 años de edad o más, como parte de un programa de detección oportuna del
cáncer colorrectal.
Adultos de 40 años de edad con una historia familiar de cáncer y/o pólipos en el colon o
recto.
Adultos de cualquier edad, que presenten cambios en el hábito intestinal (disminución en
el calibre de las heces fecales) o sangrado al evacuar.
Adultos que dan positivo a un examen de sangre oculta en heces.
El intestino debe ser completamente limpiado de todo residuo antes de una colonoscopia. Esto se
hace un día antes del examen con una preparación oral prescrita por el médico. Todos los
pacientes reciben sedación intravenosa para este procedimiento. El colonoscopio se inserta en el
recto y se avanza al sitio donde el intestino delgado se une con el colon. Durante el examen, el
médico puede extraer pólipos o tomar biopsias en caso necesario. El procedimiento dura menos
de una hora y después del estudio puede haber una ligera molestia, que rápidamente se mejora
con la expulsión de gas. La mayoría de los pacientes pueden reanudar su dieta habitual y las
actividades el mismo día.
La colonoscopia es más precisa que un examen de rayos X para detectar pólipos o cáncer
temprano. Actualmente, es posible detectar y eliminar la mayoría de los pólipos sin cirugía
abdominal, como parte importante en la prevención del cáncer de colon.
La colonoscopia es un procedimiento muy seguro. Las complicaciones ocurren en menos de 1% de
los pacientes e incluyen sangrado, perforación en el intestino, los riesgos de la anestesia y la falta
de detección de un pólipo.
Descargar