Guías Clínicas para la Intervención Farmacéutica en

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Curso de Atención Farmacéutica
Guías Clínicas para
Intervención Farmacéutica
en Trastornos Menores
Oftálmicos y
Otorrinolaringológicos
2
Curso de Atención Farmacéutica
Guías Clínicas para
Intervención Farmacéutica
en Trastornos Menores
Módulo 2
Coordinadora del Curso
Martha Milena Silva Castro
Doctora en Farmacia y Máster en Atención Farmacéutica.
Coordinadora de la Unidad de Optimización de la Farmacoterapia
Sumario
Introducción..............................................................................................3
Valoración farmacéutica del paciente
con trastornos menores oftálmicos .................................................3
Reacciones cutáneas y toxicidad ocular
inducidas por fármacos ........................................................................4
Principales trastornos menores oftalmológicos
consultados en farmacia comunitaria ............................................6
Valoración farmacéutica del paciente con trastornos
menores otorrinolaringológicos ......................................................11
Reacciones inducidas por fármacos ..............................................13
Principales problemas y trastornos menores otorrinolaringológicos consultados en farmacia comunitaria ............14
Bibliografía .............................................................................................18
Test de autoevaluación ......................................................................19
Actividad acreditada por la Comisión de Formación Continuada
de las Profesiones Sanitarias de la Comunidad de Madrid (SNS).
Número de expediente: 12/18023
4,1 créditos
Edita: EDIMSA.
Editores Médicos, s.A.
© 2012 de los textos: DICAF S.L.
© 2012 de las ilustraciones y edición: EDIMSA.
Depósito Legal: M(SEP)-48548-2007
Módulo 2
3
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en
Trastornos menores oftálmicos
Introducción
En este apartado se ofrece una visión general de la intervención del
farmacéutico respecto a los trastornos menores oftalmológicos y sus
tratamientos. Muchos de estos trastornos son benignos o auto-limitados,
pero el farmacéutico comunitario debe ser capaz de distinguir entre las
condiciones que conducen a la morbilidad grave, incluyendo la ceguera.
Preservar la función visual y la apariencia estética puede ser posible.
El clínico debe entender cuándo la derivación al especialista es la
actuación más apropiada y el marco temporal ideal para el seguimiento 1.
Los aspectos mencionados varían en gran medida por cada una de las
condiciones clínicas que se describirán a continuación.
Valoración farmacéutica del paciente
con trastornos menores oftálmicos
Cuando las quejas oculares son inespecíficas, se debe preguntar al
paciente por la ubicación y la duración de los síntomas, la presencia y
la naturaleza del dolor, secreción o enrojecimiento, y los cambios en la
agudeza visual.
Para que el farmacéutico pueda hacer una valoración inicial del paciente
con enfermedad ocular, debe reconocer las características y la gravedad
de los siguientes signos y síntomas oculares 2 para iniciar la intervención
farmacéutica.
Dolor en los ojos
El dolor en los ojos es un síntoma importante y consultado con determinada frecuencia en el ámbito de la Farmacia Comunitaria. Generalmente este tipo de dolor localizado requiere una derivación al médico
siempre que no se aprecie una causa local obvia, como un cuerpo extraño,
una infección aguda del párpado o una herida. Las sinusitis son en
ocasiones causa de dolor ocular referido.
La sensación de cuerpo extraño, es decir, la impresión de que hay algo
dentro del ojo, se debe a irritaciones o traumatismos del epitelio corneal
o conjuntival, tal como es el caso de abrasiones traumáticas, cuerpos
extraños, sequedad ocular, úlcera corneal, queratitis, entre las principales
causas.
El dolor ocular como tal, descrito por los pacientes como un dolor sordo
y profundo (en el globo o retroocular) se debe la mayoría de las veces a
enfermedades intraoculares o de la órbita (p.ej., uveítis, glaucoma,
escleritis, endoftalmitis, pseudotumor orbitario). La sequedad ocular
también puede producir dolor.
Fotofobia
La fotofobia corresponde a una intolerancia anormal a la luz y es frecuente
en personas poco pigmentadas. No suele revestir importancia y puede
aliviarse usando gafas oscuras. Sin embargo, es un síntoma importante,
aunque no diagnóstico, en la queratitis (inflamación de la córnea), la
uveítis (inflamación de la úvea, la capa intermedia del ojo entre la retina y
la esclerótica), el glaucoma agudo y las abrasiones y erosiones corneales
traumáticas.
Las hemorragias subconjuntivales
pueden producirse a cualquier edad,
normalmente después de
traumatismos banales, esfuerzos,
estornudos o ataques de tos
Hemorragias
Las hemorragias subconjuntivales son las que suelen consultarse
al farmacéutico comunitario. Pueden producirse a cualquier edad,
normalmente después de traumatismos banales, esfuerzos, estornudos o
ataques de tos; más raramente se presentan de forma espontánea. Son
muy alarmantes para el paciente, pero carecen de importancia patológica
excepto en las raras ocasiones en que se asocian a discrasias sanguíneas.
Se observan grandes extravasaciones de sangre debajo de la conjuntiva,
que se reabsorben espontáneamente en el plazo de unas 2 semanas.
El tratamiento tópico con corticoides, antibióticos, vasoconstrictores o
compresas no acelera la reabsorción; en estos casos, el farmacéutico debe
tranquilizar al paciente explicando que la reabsorción de la sangre se hará
de manera espontánea.
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Aunque los cuerpos flotantes
no suelen asociarse a enfermedades
graves, su presencia justifica
la derivación al médico.
Los cuerpos flotantes de aparición
reciente o aquellos que se
acompañen de fotopsias deben ser
valorados por un oftalmólogo
Cuerpos flotantes
La visión de cuerpos flotantes, referidos por los pacientes como “puntos
negros o moscas flotantes” delante de uno o ambos ojos son un motivo
de consulta frecuente en adultos. Los cuerpos flotantes suelen ser más
aparentes sobre un fondo blanco homogéneo, y parecen moverse
lentamente cuando el ojo está quieto, aunque mantienen su posición
relativa en el campo visual con los movimientos oculares.
Los cuerpos flotantes son el resultado de la contracción del humor vítreo y
de su separación de la superficie de la retina, es decir del, desprendimiento
vítreo posterior, que produce agregados macroscópicos opacos de fibras
vítreas que se ven flotando. Como el humor vítreo es más denso en su
punto de anclaje al nervio óptico, los cuerpos flotantes suelen ser más
aparentes en este área. Aunque los cuerpos flotantes carecen por lo
general de importancia, en algunos pacientes pueden indicar la existencia
de un desgarro retiniano. Su prevalencia es mayor en grandes miopes y en
ancianos, tendiendo a atenuarse con el tiempo.
Una hemorragia vítrea mínima o la vitritis (inflamación en vítreo) también
pueden producir cuerpos flotantes.
Los desprendimientos de retina pueden ser precedidos por una lluvia de
«chispas» o luces relampagueantes denominadas fotopsias y acompañada
de múltiples cuerpos flotantes. Es necesario que se produzca la separación
de la retina de la estructura subyacente para que se perciba una cortina de
pérdida de visión que se mueve por el campo visual.
Aunque los cuerpos flotantes no suelen asociarse a enfermedades graves,
su presencia justifica la derivación al médico. Los cuerpos flotantes de
aparición reciente o aquellos que se acompañen de fotopsias deben ser
valorados por un oftalmólogo. Hay que buscar una explicación para
cualquier posible alteración de la visión.
Reacciones adversas y toxicidad ocular
inducidas por fármacos
Los ojos son especialmente sensibles a la acción de los fármacos. Su rica
vascularización hace que sean susceptibles de presentar trastornos
asociados, ya sea tras su administración tópica, local o sistémica. Estos
efectos pueden ser ligeros y transitorios, como el deterioro de la acomodación, alteración de los reflejos de la pupila, disminución transitoria de la
agudeza visual o alteración en la visión de los colores; o, por el contrario,
puede tratarse de efectos más graves, como son las anomalías de los
movimientos oculares, glaucoma, cataratas o retinopatías.
Se han descrito complicaciones oculares de casi todos los fármacos
existentes 3. De hecho, la mayoría de los efectos adversos son leves y
desaparecen cuando se suspende el tratamiento; pero en ocasiones, estos
pueden progresar y hacerse irreversibles. Por tanto, se ha de tener presente
que las reacciones adversas en la mayoría de los casos no son predecibles
y que es necesario, además, considerar una serie de factores que se
encuentran asociados con un mayor riesgo de incrementar dichos efectos
oculares, como son: tratamientos de larga duración, especialmente en
personas de edad avanzada, dosis elevadas de fármacos, alteraciones en
el funcionalismo hepático o renal, la politerapia o factores genéticos,
pudiendo existir variaciones hereditarias de la calidad o cantidad de las
enzimas que afectan al metabolismo de los fármacos 4.
Medicamentos de uso sistémico
Algunos fármacos usados sistémicamente pueden producir efectos
secundarios oculares tales como los antidepresivos y antiparkinsonianos
que, por sus efectos anticolinérgicos, pueden desencadenar una crisis
de glaucoma de ángulo estrecho, y los corticoides, que pueden producir
cataratas y glaucoma crónico simple 5.
Algunos fármacos tienen toxicidad retiniana. De ellos, los que más
frecuentemente la producen son la cloroquina (maculopatía en ojo de
buey) y el tamoxifeno. Además, el etambutol produce neuritis retrobulbar.
Los alfabloqueantes pueden provocar complicaciones quirúrgicas y
síndrome del iris flácido intraoperatorio. Los corticoides, clorpromacina,
mióticos, busulfán, amiodarona son fármacos que pueden inducir
cataratas 6.
Cataratas
• Corticoides
• Sales de Oro
• Fenotiacinas
Maculopatías
• Cloroquina
• Fenotiacinas (Clorpromacina)
• Tamoxifeno
Escotoma
Un escotoma negativo es una zona ciega en el campo visual. Con
frecuencia no es percibido por el paciente a no ser que afecte a la visión
central y disminuya significativamente la agudeza visual. Si el paciente se
da cuenta de la presencia de escotomas negativos, estos suelen deberse
a hemorragias, edema o desprendimiento de retina. Otras causas de
escotomas negativos son las disfunciones del nervio óptico (por ejemplo,
glaucoma con defecto central del campo visual o neuropatía óptica
isquémica).
Un escotoma positivo, percibido como un punto luminoso o unas luces
centelleantes, representa la respuesta a una estimulación anormal de
alguna porción del sistema visual, como sucede en el síndrome migrañoso.
Córnea Verticillata
• Amiodarona
Neuropatías
• Alcohol
• Etambutol
• Cloranfenicol
• Ioniacida
• Estreptomicina
Coloración Iris
• Latanoprost
Tomado de: Grupo CTO. Oftalmología. Manual CTO de Medicina y Cirugía.
8ª Edición. C.T.O. MEDICINA S.L Madrid: 2011.
Módulo 2
Plantas medicinales
Algunas plantas medicinales pueden causar efectos adversos oculares 7.
Los más frecuentes se citan a continuación 8:
Lubricantes oculares y lágrimas artificiales
Alcohol polivinílico
Blefaritis
HAMAMELIS (Hamamelis virginiana)
Conjuntivitis
CEDRO (Cedrus deodora)
EUCALIPTO (Eucaliptus globulus)
GINSENG (Panax ginseng)
HAMAMELIS (Hamamelis virginiana)
Conjuntivitis alérgica
EQUINACEA (Echinacea purpurea)
MANZANILLA (Matricaria chamomilla)
Diplopia
ALCACHOFA (Cynara scolymus)
BELLADONA (Atropa belladona)
CÁSCARA SAGRADA (Rhamnus purshianus)
RUIBARDO (Rheum officinale)
Glaucoma
PALMA ENANA (Sabal serrulata)
Hemorragias de retina
GINKGO (Ginkgo biloba)
Midriasis
ESTRAMONIO (Datura stramonium)
Visión anormal.
GINKGO (Ginkgo biloba)
GINSENG (Panax ginseng)
5
Ocasionalmente, visión borrosa de carácter
transitorio. En caso de que la irritación
persista o se incremente, se aconseja
interrumpir el tratamiento.
Enturbiamiento transitorio de la visión,
esperar hasta que desaparezca esta sensación.
Si aparece dolor ocular, cambios en la visión,
Carmelosa
(carboximetilcelulosa) enrojecimiento o irritación ocular continuada,
o si los síntomas empeoran o persisten,
se debe suspender el uso del producto y
consultar al especialista.
Hipromelosa
(hidroxipropilmetil
celulosa)
Sensación de irritación ocular,
visión borrosa y adhesividad palpebral.
Carbómero
Posibilidad de un ligero escozor y quemazón
pasajeros en el momento de la instilación.
Se puede producir visión borrosa transitoria
después de la instilación hasta que el gel
se reparte uniformemente por la superficie
del ojo.
Hialuronato de sodio
Se han descrito casos de aumento
transitorio de la presión intraocular tras
la administración oftálmica de hialuronato
de sodio. Hipersensibilidad.
Conservantes
Otras plantas medicinales que pueden producir efectos adversos oculares
son el REGALIZ (Glycyrrhiza glabra) que puede ser causa de trastornos
oculares cuando se utiliza en grandes cantidades, y la CANTAXANTINA,
que se encuentra en la seta Cantharellus cinnabarinus, la cual puede depositarse en todas las capas de la retina, especialmente en la parte superficial
de la mácula. En este último caso, los trastornos de retina son lentamente
reversibles y, por lo general, los pacientes no manifiestan síntomas.
Lágrimas artificiales y lubricantes oculares
Las lágrimas artificiales y los lubricantes oculares son compuestos con
propiedades mucoadhesivas, estando formulados muchos de ellos como
geles viscosos que tienen el inconveniente de que pueden producir visión
borrosa y depósitos en las pestañas.
Como recomendación general, en la farmacia comunitaria se aconseja
evitar el uso de conservantes, dado que su toxicidad puede representar un
problema en las siguientes situaciones:
• Cuando el colirio se aplica con una frecuencia
superior a 4 veces diarias.
• Cuando se usan lentes de contacto.
• Cuando la superficie ocular está dañada.
• Cuando hay una obstrucción del sistema de drenaje
u otras causas de disminución del aclaramiento lagrimal.
De hecho, la utilización frecuente de colirios puede sensibilizar frente al
conservante. A continuación se mencionan los principales efectos adversos
oculares de los lubricantes oculares, las lágrimas artificiales y los conservantes.
Timerosal
Cloruro
de benzalconio
Principalmente produce sequedad ocular
y reacciones alérgicas.
Por ser desestabilizador de la capa lipídica
y de las membranas epiteliales corneales,
se han observado efectos perjudiciales
sobre la capa lacrimal y la superficie
corneoconjuntival en pacientes que reciben
con regularidad tratamientos prolongados
con colirios que utilizan como conservante
el cloruro de benzalconio a las
concentraciones habituales.
También puede producir con determinada
frecuencia reacciones alérgicas.
Recientemente, las nuevas presentaciones de las lágrimas y los lubricantes
en monodosis que no requieren conservantes han supuesto una ventaja,
dada la reducción de la toxicidad de estas sustancias sobre el epitelio
corneoconjuntival.
En resumen, aunque son muchos los medicamentos y productos oftálmicos
que pueden causar efectos adversos oculares, afortunadamente, en la
mayoría de los casos los efectos adversos revierten una vez interrumpida
la medicación; sin embargo, cuando estos no son detectados precozmente,
algunas reacciones pueden progresar causando un daño ocular irreversible.
Es muy importante recordar la necesidad de comunicar los efectos adversos
detectados, enviando la tarjeta amarilla al Servicio de Farmacovigilancia.
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Principales problemas y trastornos oftalmológicos
consultados en Farmacia Comunitaria
Conjuntivitis
La conjuntivitis puede ser infecciosa o alérgica. La infecciosa puede ser
causada por una bacteria, un virus o un hongo. En general, la conjuntivitis
bacteriana es mucho más frecuente que la vírica o la fúngica, aunque las
estimaciones varían enormemente.
Como alergia conjuntival se incluyen una serie de procesos y mecanismos
fisiopatológicos complejos en los que intervienen reacciones de hipersensibilidad tipo I. Clínicamente se caracteriza por la presencia de picor,
escozor, quemazón, secreción acuosa o lagrimeo, enrojecimiento y
reacción ocular conjuntival. Generalmente, en pacientes que padecen
otros síntomas concomitantes de atopia.
La alergia conjuntival se clasifica en 4 tipos o categorías:
• Conjuntivitis alérgica (CA) o rinoconjuntivitis alérgica,
reacción de hipersensibilidad tipo I.
• Queratoconjuntivitis atópica (QCA), reacción tipos I y IV.
• Queratoconjuntivitis vernal (QCV), reacción tipos I y IV.
• Conjuntivitis papilar gigante (CPG), reacción tipos I y IV.
Generalmente son afecciones de buen pronóstico, aunque el mismo
depende del tipo de alergia conjuntival y del grado de afectación ocular.
La alteración de la visión solamente se presenta cuando existe afección
corneal, circunstancia que empeora de forma importante el pronóstico.
Esto solo ocurre en las queratoconjuntivitis, tanto atópica como vernal
que, afortunadamente, son las menos frecuentes pero más difíciles de
tratar. En caso de tener una consulta relacionada con esta enfermedad y,
si tras las medidas higienico dietéticas pertinentes persisten las molestias,
se debe derivar al oftalmólogo para que realice el diagnóstico pertinente y
prescriba el tratamiento de elección.
Conjuntivitis alérgica (CA) o rinoconjuntivitis
La conjuntivitis alérgica (CA) es muy frecuente en la población general.
Normalmente se presenta estacionalmente (conjuntivitis alérgica estacional), aunque en algunos casos puede persistir durante todo el año.
Los alergenos causales pueden ser pólenes, restos epiteliales de animales u
otros antígenos ambientales, dependiendo de las diferentes regiones.
La mayoría de las rinoconjuntivitis alérgicas se presentan en la infancia y
muchos niños se desensibilizan en la pubertad, pero un 50% aproximadamente vuelven a sensibilizarse durante su vida adulta, siendo la
incidencia máxima, tanto en el hombre como en la mujer, entre los 18 y 35
años. Los síntomas más frecuentes son el prurito ocular, que es el más
común, el lagrimeo, la fotofobia y la quemazón. Todos ellos están
sometidos a exacerbaciones y remisiones durante la estación, dependiendo
del clima y la actividad del paciente, empeorando en días calurosos y
secos.
En general, la conjuntivitis
bacteriana es mucho más frecuente
que la vírica o la fúngica,
aunque las estimaciones
varían enormemente
La primera medida a adoptar en estos casos consiste en tratar de evitar el
contacto con el alergeno implicado, aunque no siempre es fácilmente
identificable, pero se pueden ofrecer consejos para minimizar el contacto
con los diferentes tipos de alergenos.
• Polinosis: debe evitarse salir al campo en la estación de la polinización
y, si se hace, es importante aconsejar el uso de gafas de sol y tener las
ventanas cerradas tanto en la casa como en el coche.
• Ácaros: debe desinfectarse la habitación del paciente con algún
acaricida y tomar las medidas adecuadas para evitar la acumulación de
polvo en la casa.
• Presencia de un animal doméstico: deberá evitarse el contacto con éste.
Los lavados conjuntivales con suero fisiológico para arrastrar con él los
alergenos adheridos, o la aplicación de compresas de agua fría o bolsas de
hielo, alivian parcialmente la sintomatología.
El tratamiento farmacológico de primera elección para la CA es la
aplicación de gotas oftálmicas de nedrocromil sódico, ya que tiene más
potencia para estabilizar la membrana de los mastocitos que el
cromoglicato, y su administración cada 12 horas del primero en vez de
cada 6 horas del segundo favorece el cumplimiento del tratamiento. Si se
conoce el alergeno y es estacional, el tratamiento debe iniciarse 15 ó 30
días antes de que comience la estación de éste. Ambos fármacos son
eficaces para aliviar la sintomatología leve o moderada y sus efectos
secundarios son mínimos. El control de los síntomas requiere, al menos,
10-15 días de tratamiento.
Otra alternativa más reciente para uso tópico es la Iodoxamina que,
además de actuar como estabilizador de la membrana de los mastocitos,
actúa también estabilizando la membrana de las células epiteliales,
teniendo un efecto más potente, sin perjuicio de efectos secundarios.
También se administra cada 12 horas.
Es frecuente que estos tratamientos no controlen suficientemente la
sintomatología durante toda la estación de máxima polinización, en cuyo
caso puede añadirse un antihistamínico tópico oftálmico (emedastina
o azelastina) que deberá administrarse cada 6, 8 ó 12 horas. La levocabastina 0,05% es otra posible alternativa que tiene una acción rápida
y duradera. Cuando la CA va acompañada de rinitis es aconsejable
administrar también un antihistamínico por vía nasal.
Módulo 2
Sólo excepcionalmente y en casos graves de CA puede ser necesaria la
administración de glucocorticoides tópicos, pero dado que se trata de una
dolencia benigna y recurrente, sólo deben aplicarse en casos muy graves,
ya que los corticoides se asocian con efectos secundarios graves, como
glaucoma, cataratas e infecciones corneales. Algunos corticosteroides
con modificaciones moleculares de su estructura son más útiles y menos
peligrosos para el tratamiento de los problemas alérgicos oculares. En
estos casos, si pensamos que puede ser necesario, derivaremos al paciente
al oftalmólogo para que indique la conveniencia o no de añadir corticoides
en un caso concreto.
Otra alternativa en casos de conjuntivitis muy graves y resistentes a los
tratamientos anteriores son los antiinflamatorios no esteroideos (AINES)
entre los que son más empleados están el ketorolaco y trametamol al 0,5%
y el flurbiprofeno, tanto por vía oral como en solución tópica al 0,03%.
También la inmunoterapia se ha empleado recientemente, con buenos
resultados.
7
El tratamiento farmacológico se hará con antihistamínicos, estabilizadores
de la membrana de los mastocitos y glucocorticoides sistémicos y tópicos
durante periodos cortos y siempre bajo el control del oftalmólogo. También
se emplean los AINES tópicos. Los resultados conseguidos con ciclosporina
A son contradictorios.
Conjuntivitis papilar gigante (CPG)
Se asocia con el uso de lentes de contacto, especialmente las de tipo
blando, o a portadores de prótesis oculares y suturas corneales y conjuntivales. Se desconoce su etiología. Clínicamente es semejante al de QCV
con presencia de papilas gigantes que pueden alcanzar un diámetro de
1 mm en la conjuntiva del párpado superior, con escozor intenso, enrojecimiento, secreción mucosa importante y dolor.
Queratoconjuntivitis atópica (QCA)
Se trata de una afección mucho menos frecuente que la CA. Durante
la infancia es infrecuente pero, cuando se presenta puede conducir a
la ceguera. La sintomatología es inespecífica con picor, lagrimeo, enrojecimiento, quemazón, fotofobia y abundante secreción mucosa y siempre
es bilateral. Cuando es grave, la fotofobia puede llegar a impedir al
paciente abrir los ojos. Los síntomas empeoran en ambiente caluroso.
Es una enfermedad crónica que muchas veces persiste hasta los 50 ó 60
años de edad. Puede presentar eccema parpebral, blefaritis, conjuntivitis
cicatrizante y ulceración corneal que compromete la visión. Es frecuente
que los pacientes que sufren QCA sean poco cumplidores con el
tratamiento y por ello es importante incidir en este aspecto.
Las complicaciones de la enfermedad son la queratopatía grave, la
blefaritis estafilocócica secundaria, las sobreinfecciones herpéticas y
bacterianas de la córnea y, más raramente, el desprendimiento de retina.
El tratamiento consiste, básicamente, en buscar un efecto antiinflamatorio
y el uso de antihistamínicos tópicos es efectivo y por vía sistémica ayudan
a controlar algunos síntomas como el escozor y el lagrimeo. A nivel
profiláctico, los estabilizadores de la membrana de mastocitos contribuyen
a evitar el uso de corticoides, reservando éstos para que en casos graves y
exacerbaciones de la enfermedad, administrados durante periodos cortos,
ayuden a reducir la inflamación y el edema, evitando sus efectos adversos.
También en casos graves se ha utilizado la ciclosporina A por vía tópica
y sistémica. En casos muy graves y resistentes al tratamiento puede
ser preciso el trasplante de córnea y, en caso de cataratas, se tratan
quirúrgicamente.
Queratoconjuntivitis vernal (QCV)
Es una enfermedad infrecuente de carácter crónico, bilateral y que cursa
con trastornos inflamatorios oculares externos y se asocia a factores
climáticos; es más frecuente en climas cálidos. También es más frecuente
en niños, con una incidencia máxima entre los 11 y 13 años y es muy raro
que se presente antes de los 3 años.
El signo más típico es la presencia, incluso a simple vista, de papilas
gigantes en la conjuntiva palpebral superior, que se presenta en forma
bilateral y se acompaña de prurito persistente, irritación, sensación de
presencia de un cuerpo extraño y secreción mucosa notable. Si hay
afectación de la córnea, es un indicador de gravedad.
Es importante cambiar las condiciones ambientales del paciente,
intentando mantener un ambiente fresco y húmedo. La aplicación de
compresas frías o bolsas de hielo puede aliviar parcialmente los síntomas.
La conjuntivitis papilar gigante
(CPG) se asocia con el uso
de lentes de contacto,
especialmente las de tipo blando,
o a portadores de prótesis
oculares y suturas corneales
y conjuntivales
A nivel preventivo e higiénico-dietético se destaca:
• Disminuir los posibles depósitos que se puedan acumular, limpiando bien
las lentes de contacto cada vez que se empleen, utilizando soluciones
limpiadoras y lubricantes sin tiomersal. Si se usa suero salino, debe ser
sin conservantes. Igualmente, hay que limpiar diariamente las prótesis
con jabón de tocador o champú del que se emplea para niños.
• Reducir el tiempo de contacto con las lentes o la prótesis. Evidentemente
con las prótesis es más dificultoso limitar el tiempo de contacto. Cada
paciente debe ser instruido para conseguir el mantenimiento más
adecuado de la prótesis.
• Buscar las lentes de contacto y prótesis mejores para el paciente. Como
hemos dicho, las lentes blandas se asocian con mayor frecuencia a la
CPG que las lentes duras y cuanta mayor curvatura tenga la lente, mayor
será el traumatismo que puede producir en la conjuntiva del párpado.
Asimismo, las lentes de mayor diámetro tienen mayor superficie de
contacto y, por tanto, son también peores.
Los fármacos empleados son estabilizadores de membrana (cromoglicato
o nedocromil) que son eficaces cuando la intensidad del trastorno es
moderada, ya que reduce el escozor y la secreción mucosa. La Iodoxamina
es otro estabilizador de la membrana de los mastocitos más potente
que el cromoglicato. También han demostrado eficacia los AINES, como
el ketorolaco. Los corticoides están contraindicados por la incidencia de
complicaciones.
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Infecciones oculares
Definición y presentación clínica
Las infecciones oculares, como la blefaritis y conjuntivitis infecciosa,
frecuentemente son causadas por estafilococos, mientras que la queratitis
y endoftalmitis pueden ser de origen bacteriano, vírico o micótico.
Las infecciones superficiales tales como la conjuntivitis infecciosa y la
blefaritis, se tratan efectivamente con agentes tópicos. Otras infecciones
más graves, pueden requerir la administración de inyecciones subconjuntivales u otras vías de administración.
Tratamiento no farmacológico
y medidas preventivas
El principal objetivo de estas medidas será llevar a cabo una correcta
higiene ocular para evitar el contagio de las infecciones oculares, tanto
a terceros como de un ojo afectado al otro. Para ello disponemos de
solu ciones astringentes como el agua destilada de hamamelis, y
antisépticas como el ácido bórico, el sulfato de zinc y el borato sódico,
para lavar los ojos y realizar baños oculares.
Para el baño ocular es importante tener en cuenta las siguientes medidas
higiénicas:
Tratamiento farmacológico de la infecciones oculares
Las precauciones a tomar para la utilización de antibióticos por vía
sistémica son también aplicables a la vía tópica, pues su uso indiscriminado puede llevar a la aparición de resistencias y de hipersensibilidad,
lo cual es especialmente cierto para la utilización de aminoglucósidos
en infecciones triviales. En las siguientes tablas damos una lista no
exhaustiva de los preparados de antibióticos por vía tópica y de los
preparados antivirales y antifúngicos tópicos.
Antimicrobianos oftálmicos
Antibiótico
Forma farmacéutica/dosis/concentración
Bacitracina
Pomada 500 unidades/g
Cloranfenicol
Pomada 1% , solución 0.05, 0.16, 0,5 y 1%
Ciprofloxacino
Solución 0.3%
Eritromicina
Pomada 0.5%
Gentamicina
Pomada y solución 0.3%
Norfloxacino
Solución 0.3%
Sulfacetamida
Solución 10, 15 y 30%; pomada 10%
Sufisoxazol
Solución 4% , pomada 4%
Tetraciclina
Pomada 1%
• Limpiarse bien las manos antes de utilizar el producto.
• Limpiar el recipiente para el baño ocular con agua hervida.
• Lavarse bien los párpados y las pestañas con la solución que vamos
a emplear para efectuar el baño ocular utilizando una gasa estéril.
• Inclinarse ligeramente hacia adelante y colocar sobre la orbita
el recipiente con la solución, manteniendo abierto el párpado,
y realizar movimientos hacia atrás y hacia adelante.
Clortetraciclina Pomada 1%
Tobramicina
Solución 0.3% , pomada 0.3%
• La duración del baño debe ser de entre 30 y 60 segundos.
Para la limpieza de los párpados pueden utilizarse también soluciones
específicas para el lavado palpebral o suero fisiológico, así como toallitas
impregnadas con soluciones apropiadas para el cuidado y la protección
ocular como las citadas anteriormente. El uso de agua y sal o manzanilla
no es muy recomendable, ya que en algunos casos puede provocar la
aparición de eccema.
Asociaciones
Pomada con: Neomicina 0.35%, Polimixina B 10.000 unid/g,
Bacitracina 500 uinid/g
Pomada con: Polimixina B 10.000 unid/g, Bacitracina 500 unid/g
Pomada o solución con: 10.000 unid/g ó ml, Neomicina 0.3%
Las principales medidas de prevención para evitar el contagio de
infecciones oculares son:
• No tacarse ni frotarse el ojo infectado. Lavarse con jabón en caso
de contacto.
Pomada con: Oxitetraciclina 0.5%, Polimixina B 10.000 unid/g
Pomada con: Trimetoprim 0.1% , Polimixina B 10.000 unid/g
• Evitar el contacto físico cercano con individuos con conjuntivitis.
• Limpiarse las secreciones oculares al menos dos veces al día siguiendo
las pautas descritas anteriormente.
• Evitar el uso de toallas o pañuelos de tela para la limpieza ocular y,
si es así, no compartirlas ni usarlas más de una vez.
• No utilizar lentes de contacto ni maquillarse los ojos mientras
dure la infección. Una vez remitida ésta, lavar bien las lentes de
contacto antes de usarlas de nuevo. Es importante recordar que
el uso de las lentes de contacto durante más de 24 horas puede
favorecer la aparición de infecciones.
• También es importante recordar al paciente que una vez abierto
un colirio debe usarse durante un periodo máximo de 4 semanas
y que cada envase no debe utilizarse por más de un paciente.
Antivirales y antifúngicos oftálmicos
Antivirales
Idoxuridina
Solución 0.1%,
Pomada 0.5%
Sol. cada h durante el día,
cada 2 h de noche, 10-21 días
Vidarabina
Pomada 3%
5 aplicaciones/día, 14-21 días
Trifluorotimidina
Solución 1%
9 aplicaciones/día, 14 días
Suspensión 5%
Cada 1-2 h durante 3-4 días y
luego, 8 veces/día, 14-21 días.
Antifúngicos
Natamicina
Módulo 2
Entre los antimicrobianos de amplio espectro se incluye la ciprofloxacina,
norfloxacino, framicetina, gentamicina y neomicina, mientras que el
tracoma, resultante de infecciones crónicas por clamidias, puede tratarse
con azitromicina oral y, alternativamente, puede utilizarse una combinación de una tetraciclina tópica y oral. El ácido fusídico es útil para
infecciones por estafilococos.
Deben evitarse las especialidades que contienen glucocorticoides
combinados con antimicrobianos, ya que en caso de tratarse de una
infección provocada por otro agente infeccioso pueden dificultar el
diagnóstico.
Síndrome del ojo seco
Definición y presentación clínica
El síndrome de ojo seco es una enfermedad crónica de duración indefinida
e intensidad variable. Puede ser producido por varias alteraciones oculares,
de diversa patogenia.
En el síndrome del ojo seco se produce prurito ocular, sensación de arenilla
y/o cuerpo extraño, ardor, quemazón, aspereza, sensibilidad a la luz, visión
de halos de colores y ojos llorosos. La gravedad de los síntomas puede
variar desde una simple irritación hasta dolor intenso y suelen agravarse
en determinados ambientes contaminados por humos y gases irritantes,
así como en locales cerrados con aire acondicionado forzado o sequedad
ambiental. No obstante, el síntoma más frecuente acostumbra a ser el
del prurito ocular.
Las causas de ojo seco pueden ser una o varias y provocan disfunción o
destrucción de las glándulas productoras de lágrima. Es más frecuente en
personas de edad avanzada, siendo, en general, más prevalente entre el
sexo femenino (los anticonceptivos, el embarazo y la menopausia pueden
influir en la aparición de este síndrome). El ojo seco en las mujeres
posmenopáusicas suele acompañarse de otras sequedades de mucosas
(ojo, nariz, boca, vagina secos); a este síndrome se le conoce como de
Sjögren tipo I. Si este síndrome viene acompañado de enfermedades
sistémicas como la artritis reumatoide o lupus eritematoso es el denominado síndrome de Sjögren tipo II. Otras causas pueden ser de origen
ambiental, como un clima seco, ventoso y soleado, la contaminación
ambiental, lugares cerrados, la calefacción y el aire acondicionado, entre
otros.
Algunos fármacos también pueden disminuir la producción de lágrimas.
Por ejemplo, los descongestivos, antihistamínicos, ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos, anticolinérgicos, diuréticos y antiparkinsonianos son algunos de los fármacos que pueden inducir la sequedad
ocular.
A nivel patológico, la blefaritis (inflamación del borde de los párpados)
puede ser otra causa frecuente de ojo seco. Al inflamarse los bordes
palpebrales se produce una secreción grasa anormal o deficitaria que no
protege la película lagrimal de la evaporación, por lo que la lágrima acuosa
se evapora en mayor cantidad y las sales que contiene disueltas se hacen
más concentradas, dañando el epitelio corneal y conjuntival.
Las causas de ojo seco pueden ser una o varias y provocan
disfunción o destrucción de las glándulas productoras de lágrima.
Es más frecuente en personas de edad avanzada, siendo,
en general, más prevalente entre el sexo femenino
9
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Tratamiento no farmacológico y medidas preventivas
Existen una serie de medidas generales que todo paciente con ojo seco
deberá seguir para prevenir o mitigar los síntomas que produce.
Principio activo
Indicaciones
Alcohol
polivinílico
Sequedad ocular:
para proteger los tejidos oculares
en caso de hiposecreción (ojo seco)
y cuando el ojo está sometido a condiciones
irritantes que provocan sequedad ocular
y molestias
• Evitar irritaciones oculares de cualquier tipo (falta de sueño, viento
con partículas, humo de tabaco, irritantes químicos volátiles, piscinas
cloradas, etc.) a las que el ojo seco tiene menor resistencia.
Carbomero
Tratamiento de la sequedad e irritación ocular
de origen diverso: contaminación, polvo,
lentes de contacto, etc.
Tratamiento farmacológico
Tendrán que prevenirse y tratarse las causas predisponentes de ojo seco
y deberá tenerse en cuenta si el paciente está tomando alguna medicación
que pueda sustituirse en caso de sospecha de que sea ésa la causa del
síndrome. Asimismo deben descartarse causas locales, generales y
ambientales y es también importante seguir unas medidas higiénicas
además de las precauciones enumeradas anteriormente.
Carmelosa
• Evitar el viento y corrientes de aire de ventiladores o aire
acondicionado.
• Evitar ambientes secos (meteorológicos, de cocinas y fuegos).
Humedecer las habitaciones.
• Parpadear frecuentemente y no mantener los ojos muy abiertos.
El tratamiento es paliativo y se basa en el empleo de colirios lubricantes
que actúan como sustitutivo de la lágrima o bien en procedimientos
de oclusión para prevenir que la lágrima se pierda. El tratamiento
más empleado es el reemplazo de las lágrimas mediante lágrimas
artificiales administradas tópicamente. Se emplean sustancias lubricantes
y humectantes.
Tendrán que prevenirse y tratarse las
causas predisponentes de ojo seco
y deberá tenerse en cuenta
si el paciente está tomando
alguna medicación que pueda
sustituirse en caso de sospecha de
que sea esa la causa del síndrome
Sequedad ocular: alivio sintomático
Eledoisina
Déficit de secreción lacrimal:
queratoconjuntivitis seca, síndrome de
Gourget-Sjögren, xeroftalmia senil,
déficit de secreción por irradiación
o ablación de las glándulas lacrimales.
Otros casos en los que se requiera
estimulación de las glándulas lagrimales
Polividona
Sequedad ocular
Vaselina
Sequedad ocular de origen diverso
Hipromelosa +
cloruro sódico
Sequedad ocular: tratamiento sintomático
Dextrano 70 +
hipromelosa
Sequedad ocular de origen diverso
(lágrima artificial)
Polividona +
Sequedad ocular e irritación ocular
alcohol polivinílico por lentes de contacto
Vaselina filante +
vaselina líquida +
lanolina anhidra
Prevención y tratamiento de la irritación ocular
derivada de la sequedad ocular
Lanolina +
vaselina
Lubrificación y protección del ojo, especialmente
durante la noche cuando no es posible la
instilación de lágrimas artificiales
Módulo 2
11
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en
Trastornos menores otorrinolaringológicos
Valoración farmacéutica del paciente con
trastornos menores otorrinolaringológicos
Los principales síntomas relacionados con los oídos son la sordera, los
acufenos, el vértigo, la otalgia y la otorrea. Cuando un paciente refiere
molestias auditivas, se debe obtener una historia farmacoterapéutica que
permita valorar la ototoxicidad inducida por fármacos.
En el caso de pacientes que refieran molestias en el oido se debe tener
en cuenta también preguntar por molestias en la nariz, la nasofaringe y los
senos paranasales. Además, se debe preguntar sobre la dentadura,
la lengua, las amígdalas, la hipofaringe, la laringe, las glándulas salivales
y la articulación temporomandibular, ya que el dolor originado en estas
estructuras puede referirse a los oídos.
Cuando el trastorno es persistente, el farmacéutico debe derivar para que
el facultativo determine la función auditiva y vestibular y así realizar un
diagnóstico correcto de los pacientes con alteraciones auditivas.
A contínuación se describen los principales signos y síntomas auditivos
que refieren los pacientes a los farmacéuticos comunitarios y que permitirán encaminar las intervenciones farmacéuticas.
Acufenos
Los acúfenos pueden tener características parecidas a un zumbido, tañido,
rugido, silbido o susurro, o bien corresponder a sonidos más complicados
y que cambian con el tiempo. Pueden ser continuos, intermitentes
o pulsátiles (sincrónicos con el latido cardiaco). Suelen asociarse
con pérdidas auditivas. Los acufenos son una experiencia subjetiva
del paciente, que debe diferenciarse de los sonidos y ruidos que son
escuchados por el médico y frecuentemente también por el paciente.
Se desconoce cuál es el mecanismo que determina los acufenos. Pueden
aparecer como síntoma en casi todos los trastornos auditivos, incluida la
obstrucción del conducto auditivo por cerumen o cuerpo extraño; en las
infecciones (miringitis, otitis media o externa, laberintitis, petrositis, sífilis
o meningitis); en la obstrucción de la trompa de Eustaquio; en la
otosclerosis; en las neoplasias del oído medio (tumores de los cuerpos
yugulares o timpánicos); en la enfermedad de Menière; en la aracnoiditis;
en los tumores del ángulo pontocerebeloso; en la ototoxicidad (por
salicilatos, quinina y sus análogos sintéticos, aminoglucósidos, ciertos
diuréticos, monóxido de carbono, metales pesados y alcohol); en las
enfermedades cardiovasculares (hipertensión, aterosclerosis y aneurismas); en la anemia; en el hipotiroidismo; en la sordera neurosensorial
hereditaria o inducida por ruido; en los traumatismos acústicos (lesión por
estallido), y en los traumatismos craneales.
La capacidad para soportar los acufenos es distinta en cada paciente.
El tratamiento debe ir orientado a corregir la causa de base, ya que su
mejora reduce el acufeno. La corrección de la pérdida auditiva asociada
suele mejorar el acufeno y un audífono suele eliminarlo. Aunque no existe
un tratamiento médico ni quirúrgico específico para este síntoma, muchos
pacientes consiguen alivio con música de fondo para enmascararlo y
pueden dormir con una radio en funcionamiento.
Algunos pacientes mejoran con un enmascarador de acufenos, un
dispositivo que se lleva como un audífono y que emite sonidos más
agradables que los acufenos. La estimulación eléctrica del oído interno,
por ejemplo el implante coclear, puede reducir el acufeno en ocasiones,
pero sólo es apropiada en caso de sordera profunda.
Vértigo
El vértigo es una sensación anómala de movimiento rotatorio asociada
con la dificultad para mantener el equilibrio, para la marcha y para
relacionarse con el medio. La sensación puede ser subjetiva (el paciente
siente que se mueve con relación a su entorno) u objetiva (el paciente
siente que el entorno se mueve a su alrededor). El vértigo se produce por
alteraciones en el oído interno, el VIII par craneal o los núcleos vestibulares
y las vías en el tronco del encéfalo y el cerebelo.
Otalgia
La otalgia se produce por infecciones y neoplasias del oído externo y
medio, o como dolor referido de procesos patológicos alejados. Una
inflamación, incluso leve, del conducto auditivo produce un dolor grave;
la pericondritis del pabellón auricular origina un dolor intenso.
La obstrucción de la trompa de Eustaquio causa cambios abruptos en la
relación entre la presión en el oído medio y la atmósfera, pudiendo
determinar una retracción dolorosa de la membrana timpánica.
La infección del oído medio provoca una inflamación dolorosa de la
mucosa y dolor por el aumento de la presión en el mismo, con abombamiento de la membrana timpánica. La causa más frecuente de otalgia en
los niños es la otitis media aguda, que exige una exploración inmediata por
un médico, con instauración de la antibioterapia adecuada para evitar
secuelas graves.
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Obstrucciones (cerumen)
El cerumen es un conjunto de productos de descamación, secreciones
sebáceas y secreciones de las glándulas ceruminosas que se encuentran en
el tercio externo del conducto auditivo externo. El cerumen actúa como
vehículo para alejar desechos y contaminantes de la membrana timpánica,
lubrifica la epidermis y facilita el paso del sonido hacia el oído medio.
El cerumen, cuando es excesivo y forma un tapón, puede obstruir el
conducto auditivo y producir picor, dolor y sordera de conducción.
Existen varios factores que predisponen a la existencia del tapón de
cerumen pero en la práctica la impactación se produce, más que por
la incapacidad del oído para su limpieza de manera natural o por
la existencia de estos factores, por los intentos no exitosos de extraer
el cerumen por parte del paciente.
Si aumenta la diferencia de presión, pueden producirse equimosis o
hematomas subepiteliales en la mucosa del oído medio y en la membrana
timpánica. Una presión diferencial muy elevada produce una hemorragia
en el oído interno con rotura del tímpano, pudiendo generarse una fístula
de perilinfa por la membrana oval o redonda. El diferencial de presión
suele producir un dolor intenso con sordera de conducción. La aparición
de sordera neurosensorial o vértigo durante un descenso debe hacer
sospechar una fístula de perilinfa, mientras que estos síntomas en el
ascenso de una inmersión profunda deben sugerir la formación de
burbujas en el oído interno.
Un paciente con infección respiratoria alta aguda o reacción alérgica
no debería volar ni sumergirse; si decide hacerlo, puede utilizar un
vasoconstrictor nasal, por ejemplo fenilefrina al 0,25 a 1,0% aplicada
tópicamente de 30 a 60 min antes del descenso, dado su valor profiláctico.
La irrigación está contraindicada cuando el paciente tiene antecedentes de
otorrea o de perforación de la membrana timpánica, ya que la entrada de
agua al oído medio a través de una perforación puede exacerbar una otitis
media crónica.
Dermatitis eccematoide del oído
La dermatitis eccematoide es la inflamación de la piel del pabellón
auricular o del conducto auditivo externo. El eccema —caracterizado por
prurito, eritema, exudación, descamación e incluso fisuración con
infección secundaria— suele afectar al pabellón auricular y al conducto
auditivo externo, siendo frecuentes las recidivas.
Generalmente se aplica solución de acetato de aluminio diluido (solución
de Birow) cuantas veces sea necesario. La inflamación y el prurito pueden
reducirse con esteroides tópicos. En ocasiones se necesita antibioterapia
tópica. Hay que controlar las infecciones del oído medio asociadas con
la limpieza y la utilización de los correspondientes antibióticos tópicos
y sistémicos.
Sordera súbita
Es aquella sordera neurosensorial grave que suele afectar a un solo oído y
se desarrolla en horas o en menos tiempo.
El cerumen, cuando es excesivo
y forma un tapón, puede obstruir
el conducto auditivo y producir
picor, dolor y sordera de conducción
Barotitis media (aerotitis media)
La barotitis o aerotitis media se refiere a las lesiones del oído medio debido
a cambios de la presión ambiental.
Cuando hay un aumento súbito en la presión ambiental, como ocurre
en los descensos de avión o en las inmersiones profundas, el gas debe
desplazarse desde la nasofaringe al oído medio para mantener las mismas
presiones a ambos lados de la membrana timpánica. Si la trompa de
Eustaquio no funciona de forma adecuada, como sucede en las infecciones
respiratorias altas o en las alergias, la presión dentro del oído medio sería
inferior a la presión ambiental, con la consiguiente retracción de la
membrana timpánica y la formación de un trasudado sanguinolento en
el oído medio procedente de los vasos de la lámina propia de la mucosa.
El inicio súbito sugiere una etiología vascular (embolia, trombosis o
hemorragia), por analogía con los accidentes cerebrovasculares del SNC,
las evidencias apoyan una causa viral en la mayoría de los casos. La
sordera súbita suele producirse en niños y adultos jóvenes o de edad media
sin evidencia de patología vascular. Los hallazgos histopatológicos
sugieren que son las infecciones virales del oído las que producen una
sordera súbita (sarampión y parotiditis). Los virus responsables de la gripe,
la varicela y la mononucleosis, y los adenovirus, entre otros, pueden
producir este proceso.
La sordera suele ser profunda, pero la audición se normaliza en la mayoría
de los casos o se recupera de forma parcial en otros. Si la capacidad
auditiva se va a recuperar, suele hacerlo en 10 a 14 días. Inicialmente
pueden producirse acufenos y vértigo, aunque este último síntoma suele
desaparecer en algunos días.
Para tratar esta sordera súbita se han empleado vasodilatadores, anticoagulantes, dextrano de bajo peso molecular, esteroides y vitaminas,
ninguna forma de tratamiento tiene utilidad demostrada. Dado que las
reacciones inflamatorias producidas por virus se caracterizan por
micropetequias y extravasación de sangre, los vasodilatadores y los
anticoagulantes pueden no estar indicados. Además, en las reacciones
inflamatorias, el flujo sanguíneo coclear ya está suficientemente
incrementado. Parece razonable administrar esteroides, por ejemplo
60 mg/día de prednisona v.o. durante un periodo de 2 días, seguidos
de 40 mg/día v.o. durante 5 a 7 días y posterior reducción de las dosis.
También se recomienda el reposo en cama.
Módulo 2
13
Reacciones inducidas por fármacos
Fármacos ototóxicos
Presentación clínica de la ototoxicidad
Se ha descrito en la literatura una larga lista de fármacos12 a los que se
atribuye como reacción adversa algún grado de ototoxicidad.
La ototoxicidad se puede subdividir según distintos puntos de vista. Según
la función comprometida, en toxicidad coclear o auditiva y toxicidad
vestibular. Según su evolución en el tiempo se hablará de aguda
(reversible) y crónica (irreversible), teniendo como punto de corte 2-3
semanas postinterrupción del tratamiento.
En el caso de toxicidad coclear se han descrito dos estadios:
Amikacina
Dihidroestreptomicina
Gentamincia
Antibióticos aminoglucósidos
• Estadio inicial: el daño se limita a las frecuencias agudas (4.000 a
8.000 Hz) y no afecta a las frecuencias utilizadas en una audición
conversacional, aunque el paciente puede referir sensación de ruido
y embotamiento auditivo. Los cambios tóxicos son generalmente
reversibles en esta fase.
Tobramicina
Netilmicina
Polimixina B
Polimixina E (colistina)
• Estadio avanzado: si la toxicidad continúa, ya se afecta el ápex coclear,
y se afectan entonces las frecuencias más graves y la audición
conversacional. En esta fase tardía el déficit suele ser permanente o
sólo parcialmente reversible.
La toxicidad vestibular suele seguir un curso paralelo a la auditiva y se
manifiesta por vértigo, náuseas, mareos y nistagmo, aunque es frecuente
que quede encubierta por los mecanismos compensatorios visuales y
propioceptivos.
Neomicina
Furosemida
Acido etacrínico
Diuréticos
Bumetanida
Piretanida
Torasemida
Indometacina
Naproxeno
Coclear
Fenoprofeno
Vestibular
AINE
• Acufenos y/o tinnitus
• Cefaleas
• Pérdida alta frecuencia
• Náuseas, vómitos, pérdida
de equilibrio en
deambulación (2 semanas)
• Pérdida baja frecuencia
(conversación)
• La sordera puede aparecer
varias semanas después de
interrumpir el tratamiento
Acido mefenámico
Piroxicam
Quinina
Derivados de la quina
(antimaláricos)
• Pérdida de equilibrio
al cerrar los párpados
Cloroquina
Pirimetamina
Cisplatino
• Nistagmus
Mostaza nitrogenada
Bleomicina
Carboplatino
Dactinomicina
La incidencia de pérdida de audición oscila entre 2 y 25%. Este amplio
rango puede ser debido en parte a la ausencia de una exploración auditiva
sistematizada y a la ausencia de unos criterios uniformes para definir la
ototoxicidad. Como la mayoría de los pacientes tratados con aminoglucósidos se pierden durante el seguimiento y los síntomas pueden ser
inespecíflcos, se desconoce si la ototoxicidad es permanente o transitoria.
Los pacientes con mayor riesgo de ototoxicidad son:
Antineoplásicos
Droloxifeno
Vincristina
Misonidazol
Ciclofosfamida
Ifosfamida
Metotrexato
• Pacientes niños y ancianos
• Pacientes con insuficiencia renal
• Pacientes con tratamientos prolongados y/o en altas dosis
• Pacientes con daño previo en su oído interno
• Pacientes con antecedentes de haber recibido ototóxicos previos
• Pacientes cuya profesión requiere un equilibrio fino (bailarinas y
pilotos)
La toxicidad vestibular suele seguir
un curso paralelo a la auditiva
y se manifiesta por vértigo, náuseas,
mareos y nistagmo
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Principales problemas y trastornos menores
otorrinolaringológicos consultados en farmacia
comunitaria
Otitis externa
Definición y presentación clínica
La otitis externa es un proceso inflamatorio del oído externo (conducto
auditivo externo, pabellón auricular). El conducto auditivo externo, por sus
condiciones de humedad, calor y oscuridad permite que proliferen diversos
microorganismos. Puede ser localizada (forúnculo) o difusa (también
llamada otitis externa generalizada), afectando todo el conducto auditivo
externo. Tiene un predominio estacional en verano y es más frecuente
en adultos jóvenes. El contacto del oído con el agua, el aumento del pH
al eliminarse la cera con el agua demasiado clorada de la piscina, y los
traumatismos por manipulación del conducto auditivo externo, crean un
ambiente idóneo para la proliferación bacteriana.
La otitis externa generalizada se manifiesta por:
• Picor o taponamiento del oído.
• Otalgia y sensibilidad en el oído, especialmente al mover la cabeza
o al presionar el lóbulo de la oreja.
Los aminoglucósidos, los salicilatos, la quinina y sus sustitutos sintéticos
y los diuréticos (ácido etacrínico y furosemida) pueden ejercer un efecto
ototóxico. Aunque estos fármacos alteran la porción auditiva y vestibular
del oído interno, son especialmente tóxicos para el órgano de Corti
(cocleotóxicos). Casi todos los fármacos ototóxicos se eliminan por vía
renal, de modo que la alteración renal predispone a que los fármacos se
acumulen hasta niveles tóxicos.
No deben utilizarse fármacos ototóxicos en forma tópica para el oído
cuando la membrana timpánica esté perforada 13, ya que pueden
absorberse hacia los líquidos del oído interno a través de la membrana
timpánica secundaria en la ventana redonda.
Interacción entre los aminoglucósidos y los diuréticos
Las familias de fármacos que presentan mayor asociación son los
antibióticos aminoglucósidos y diuréticos de asa. Es conocido de mucho
tiempo el gran riesgo ototóxico al administrar en forma simultánea estos
fármacos.
El mecanismo de acción de los diuréticos es generar edema en el intersticio celular, lo que provoca un aumento de los espacios intercelulares
de la estría vascular, que corresponde a la estructura coclear responsable
de la etiogenia de los gradientes iónicos y la formación del potencial
endococlear, esto facilita que los aminoglucósidos poco ligados a las
proteínas penetren y se propaguen lentamente a la endolinfa.
Ambos fármacos ejercen sus efectos ototóxicos de forma diferente, los
diuréticos lo hacen a través de la estría vascular, mientras que los
aminoglucósidos lo hacen en las estructuras sensoriales.
Ototoxicidad por quimioterapia
Se trata esencialmente de sustancias que pertenecen a la familia del
cisplatino, aunque otros quimioterápicos como la vincristina, también
puede ejercer cierta acción ototóxica. Los principales síntomas que
presentan los pacientes son acufenos, anacusia y otalgia, destacando que
este último síntoma no está presente en clínica de ototoxicidad producida
por otros fármacos. En el caso de la hipoacusia, esta se presenta en las
frecuencias agudas y es bilateral. Recientemente se ha desarrollado
la escala de ototoxicidad de Boston como estrategia para prevenir la
ototoxicidad.
• Edema y eritema del conducto auditivo externo.
• Salida de líquido acuoso, maloliente o amarillento del oído.
• Descamación de la piel de alrededor de la abertura del oído.
• Pérdida temporal de la audición.
La otitis externa es un proceso
inflamatorio del oído externo
(conducto auditivo externo,
pabellón auricular)
Tratamiento no farmacológico y medidas preventivas
Para prevenir la otitis externa aguda (u otitis del bañista), existe una serie
de medidas higiénico-sanitarias, como:
• Evitar la humedad en el oído colocándose tapones antes de bañarse
o poniéndose un gorro al ducharse.
• Secarse la parte externa de los oídos después de bañarse o ducharse.
• Evitar la entrada de agua en el canal auditivo durante tres semanas
después de la desaparición de los síntomas con el fin de prevenir la
recidiva.
• Si se tiene tendencia a padecer otitis del bañista y se produce
la entrada de agua en el oído, aplicar gotas antisépticas.
• No introducirse bastoncillos higiénicos para eliminar el cerumen
de los oídos, ya que éste protege el canal auditivo de la humedad.
Los bastoncillos higiénicos también podrían producir pequeñas heridas.
• Debe evitarse el rascado.
• Deben desinfectarse periódicamente los tapones y los moldes
de las prótesis auditivas.
Módulo 2
Tratamiento farmacológico
El enfoque terapéutico será la limpieza del conducto auditivo externo,
tratamiento del dolor, pudiendo ser necesario un tratamiento con
antibiótico o antibiótico con antiinflamatorios tópicos, que deberá
instaurar el médico. Los antisépticos tópicos para limpiar el conducto
auditivo externo se resumen a continuación:
Solución de ácido
acético medicinal
2% ó 5% en
alcohol 70º
Alcohol boricado
a saturación
Agua de Burow
Tiene actividad antibacteriana y a
concentraciones del 5 % puede ser
bactericida. Aplicar 5 gotas/3 h
durante 7 días.
Especialmente útil en otitis externas
causadas por Pseudomona aeruginosa
que no responden a los tratamientos
convencionales. Las soluciones de ácido
acético medicinal son también eficaces
en la prevención de la otitis externa.
Del ácido bórico al 2 ó 5% en alcohol,
se aplican 5 gotas/3 h durante 7 días.
Debe usarse con precaución en niños
y si existen heridas abiertas en la piel
del conducto auditivo externo.
Tiene propiedades bacteriostáticas
y fungistáticas.
Diluida en agua 1:20 ó 1:40.
Tiene propiedades astringentes
(útiles cuando existe supuración),
y descongestivas. Impregnar una gasa
y colocarla en el conducto auditivo
y mantenerla saturada mediante
la instilación de gotas.
Criterios de derivación al médico de familia o especialista
En caso de necesitarse el tratamiento antibiótico, o de antibióticos con
corticoesteroides tópicos, deberá derivarse al médico para que instaure
dicho tratamiento. La vía de administración más eficaz en el caso de la
otitis externa es la tópica. Los antibióticos tópicos que suelen prescribirse
son:
• Sulfato de Neomicina 0,5% + Sulfato de Polimixina B 10000 U/ml
(5 gotas/ 8h durante 7 días), eficaz contra bacilos Gram negativos.
• Ciprofloxacino o Gentamicina, 2-3 gotas/4 veces/día durante 7 días.
(máximo 10 días).
Si cursa con inflamación o dermatitis atópica, se pueden utilizar
combinaciones de antibióticos con corticoesteroides tópicos, como
hidrocortisona, beclometasona, dexametasona, o acetónido de
fluocinolona. Para el dolor, se deberá utilizar analgésicos por vía oral
(paracetamol, ácido acetil salicílico en adultos, ibuprofeno). Deben
evitarse los preparados con anestésicos locales. El calor seco aplicado
junto al oído, mediante bolsas de agua caliente o una esterilla, alivia el
dolor y acelera la curación.
15
En caso de otitis externa localizada se deberá derivar al médico para que
paute tratamiento antibiótico por vía oral. No se deben manipular los
forúnculos, que deben drenar de forma espontánea. Una manipulación o
incisión, conlleva riesgos de pericondritis extensa en el pabellón auricular.
Está también indicado el calor seco, que alivia el dolor y acelera la
curación. Para el dolor e inflamación, se administran analgésicos y
antiinflamatorios por vía oral (paracetamol, ácido acetil salicílico en
adultos, ibuprofeno).
Seguimiento, vigilancia y acompañamiento al paciente
Desde la oficina de farmacia se puede intervenir y acompañar al paciente,
ya sea dando consejos de medidas preventivas, como aconsejando la forma
como deben utilizarse las gotas por vía ótica. Las medidas preventivas se
han explicado previamente. A continuación se detallan los consejos de
administración de fármacos por vía ótica:
• Las gotas óticas deben administrarse a temperatura corporal, es decir, a
37ºC; de lo contrario, podrían actuar como un estímulo térmico sobre el
laberinto y provocar un episodio agudo de vértigo.
• El paciente debe estar sentado o acostado y con la cabeza girada o
inclinada al lado contrario. Esta posición se debe mantener durante 3-5
minutos una vez administrado el fármaco.
• La medicación debe aplicarse en el meato auditivo (orificio del conducto
auditivo) y no dentro del conducto auditivo externo, ya que ello puede
provocar lesiones o dolor. Puede facilitarse una mejor introducción del
medicamento ampliando el diámetro del meato auditivo, mediante la
tracción suave del pabellón auricular hacia atrás y arriba en adultos,
atrás en niños y atrás y abajo en lactantes.
• No se deben colocar algodones o gasas en el conducto ni en el meato
auditivo una vez instilada la medicación, ya que de esta manera, el medicamento se absorbe por capilaridad y se disminuye su efectividad.
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Tratamiento no farmacológico y medidas preventivas
Faringitis aguda
Definición y presentación clínica
La faringitis se caracteriza por la inflamación de la faringe y de las
amígdalas, a veces va acompañada de un exudado amarillento. El dolor de
garganta es un síntoma de tejidos faríngeos irritados que cursa con dolor
de garganta, dificultad para tragar, sensación de tener un nudo en la
garganta y síntomas asociados, como: fiebre, dolor de cabeza, dolor
muscular y de las articulaciones.
Su etiología puede ser infecciosa, que incluye origen viral o bacteriano,
o bien debida a sustancias irritantes, ambiente seco y cargado, frío
ambiental, o posible traumatismo. Dentro de las faringitis agudas de
origen infeccioso, podemos distinguir la de origen viral o bacteriano.
A continuación se detallan las principales diferencias entre ambas, ya que
no siempre es fácil distinguirlas sólo con criterios clínicos.
Para evitar la faringitis, o bien el agravamiento de la misma, existe una
serie de medidas preventivas y paliativas que se describen a continuación:
• Evitar ingerir alimentos o bebidas muy calientes o irritantes.
• Evitar el tabaco.
• Evitar el uso excesivo de gotas nasales y de sprays.
• Evitar forzar la voz.
• Evitar el aire muy cargado y el aire acondicionado
a temperatura demasiado baja.
• Utilizar pañuelos desechables.
• Si se utilizan corticoides por vía inhalada, deberá enjuagarse
la boca con agua después de cada uso.
• Mantener una temperatura ambiente sin cambios.
Etiología de la faringitis
Faringitis viral
Faringitis bacteriana
Epidemiología
Estacional
En cualquier época
Presentación
Gradual
Brusca
Edad
Cualquier edad
Edad escolar
Fiebre
Poco frecuente
Fiebre elevada
Dolor
De poca intensidad
Muy intenso
Otros síntomas
Síntomas catarrales
Aftas bucales y faríngeas
Exantema no escarlatiforme
Exudado amigdalar
Ganglios inflamados
Náuseas, vómitos,
dolor abdominal,
cefaleas, otalgia
La faringitis se caracteriza
por la inflamación de la faringe
y de las amígdalas, a veces
va acompañada de un
exudado amarillento
• Aumentar el consumo de líquidos, evitando los zumos de cítricos
muy ácidos que pueden aumentar la irritación faríngea.
Tratamiento Farmacológico
En términos generales, el tratamiento de la faringitis deberá sintomático,
tanto tópico como sistémico. Por vía sistémica se administran analgésicos, antipiréticos y antiinflamatorios como paracetamol, ibuprofeno,
ácido acetilsalicílico. Por vía tópica se administran antisépticos, antiinflamatorios, anestésicos locales, demulcentes, antibióticos locales y/o
sedantes. Muchas formulaciones contienen combinaciones de antisépticos, anestésicos locales y antibióticos de acción local. Los antibióticos
de acción local, junto con los anestésicos locales, ayudan a reducir
considerablemente las molestias de las afecciones bucofaríngeas.
Los antisépticos son capaces de destruir (germicidas) o inhibir (germistáticos) el crecimiento de microorganismos en las superficies biológicas
mediante un mecanismo de toxicidad no selectiva. Por su poder de destruir
células eucariotas, su uso en faringitis aguda está limitado al uso tópico en
la mucosa oral. Como consecuencia de su mecanismo de acción poco
selectivo, la mayoría de los antisépticos se caracterizan por su amplio
espectro, tanto a nivel bacteriano, como fúngico y protozoario, incluyendo
formas resistentes de vida bacteriana (esporicida). Los más utilizados son:
clorhexidina, cloruro de dequalino, hexetidina, povidona yodada, cloruro
de cetilpiridinio, formol, timol y fenol.
Los antiinflamatorios utilizados en faringitis pueden ser de tipo corticoide,
como dexametasona acetato de hidrocortisona, de tipo enzimático como
la papaína o lisozima, o bien la bencidamina, que posee un moderado
efecto anestésico.
Los anestésicos locales reducen la sensación dolorosa al disminuir la
sensibilidad de la garganta. Están contraindicados en niños menores de
6 años y deben administrarse con precaución hasta los 12 años. Actualmente los más utilizados son la lidocaína, la benzocaína y la tetracaína.
Algunas fórmulas incorporan como descongestionante y expectorante el
alcanfor, el mentol, la clorofila y el eucalipto.
El interés clínico también es diferente según su origen, ya que dentro
de las faringitis de origen bacteriano, la producida por el estreptococo
beta hemolítico grupo A (EBHGA) o Streptococcus pyogenes, que es
causante de un 15-30% de todas las faringitis agudas, tiene predominio
en la edad infantil de 5 a 15 años, periodo de incubación de 12 horas a
4 días y favorecen su transmisión el hacinamiento y el contacto próximo
en colegios. Tiene tratamiento antibiótico, que acorta el tiempo de enfermedad y previene la aparición de la fiebre reumática, que es su principal
complicación.
Los antibióticos de acción local que se utilizan para tratar la faringitis son:
bacitracina, tirotricina, neomicina, polimixina.
En caso de faringitis debidas a estreptococo betahemolítico del grupo A
(Streptococcus pyogenes) se debe derivar al médico, ya que el trata miento son antibióticos de acción sistémica. En este caso en concreto,
el tratamiento de elección es la penicilina por vía oral o en inyección
intramuscular en niños no alérgicos a la misma, que deberá instaurarse
por un médico.
Módulo 2
17
Es importante resaltar que tanto la amoxicilina/ác.clavulánico como
la ampicilina-sulbactam no son antibióticos de primera elección en la
faringitis. En pacientes alérgicos a la penicilina, son de elección los
macrólidos y lincosaminas.
En cuanto a las formas farmacéuticas para el tratamiento sintomático
de la faringitis, se cuenta con formas líquidas como los colutorios, ya que
en las afecciones de la garganta (faringoamigdalitis, laringitis), está
indicado el gargarismo. Mediante el gargarismo, se permite mantener el
líquido en la garganta, con la cabeza echada hacia atrás, agitándolo por
la contracción de los músculos del velo del paladar y la acción del aire
espirado. En ningún caso deben ingerirse, dado que pueden producir
toxicidad.
También pueden ser útiles los aerosoles por su facilidad de uso. Están
indicados para la administración en pacientes pediátricos, dada la
dificultad de los mismos para realizar enjuagues y gargarismos.
Las formas sólidas, es decir, los comprimidos y pastillas desleíbles en la boca
presentan la ventaja de estimular la secreción salivar debido a la amilasa
salival, que tiene propiedades digestivas, antimicrobianas (gracias a la
presencia de lisozima) e inmunitarias, debido a la presencia de IgA.
Se administran mediante una disolución completa y lenta en la boca
ejerciendo una acción local sobre la mucosa faríngea.
El primer objetivo del tratamiento es prevenir la fiebre reumática, aunque
el tratamiento con antibióticos por vía sistémica se inicie hasta 9 días
después del comienzo de los síntomas. Todavía no se ha comunicado un
aislamiento de estreptococo betahemolítico del grupo A que muestre
resistencia a la penicilina. La inyección de penicilina G benzatina está
indicada en caso de vómitos o rechazo del antibiótico oral, si no está
asegurado el cumplimiento del tratamiento oral o bien si son niños de
países en desarrollo.
Penicilina V
(fenoximetilpenicilina)
El farmacéutico derivará al médico los siguientes casos:
• Menores de 2 años.
• Paciente con algún síntoma concomitante como fiebre de más de 38 ºC,
dolor de oídos, exantema escarlatiniforme, exudado de amígdalas,
manchas blancas en garganta, lengua y encías, ronquera de más de tres
semanas de duración.
• Menores de 12 años:
250 mg cada 12 horas, durante 10 días
• Paciente con enfermedad asociada, como enfermedades respiratorias
(asma, bronquitis, etc.), enfermedades cardiacas, SIDA, tratamiento
inmunosupresor, leucemia, enfermedad renal.
• Mayores de 12 años:
500 mg cada 12 horas, durante 10 días
• Si toma habitualmente corticoesteroides inhalados.
• Menores de 27 kg de peso:
600.000 U, inyección única
por vía intramuscular profunda
Penicilina G benzatina
Criterios de derivación
• Mayores de 27 kg de peso:
1.200.000 U, inyección única
por vía intramuscular profunda
Otros antibióticos indicados en faringitis debidas a estreptococo betahemolítico del grupo A (Streptococcus pyogenes) son:
• Amoxicilina 30-40mg/día, dividido en pauta cada 8 horas,
durante 10 días.
• Amoxicilina/ ác.clavulánico 30-40 mg/día, dividido en pauta
cada 8 horas, durante 10 días.
• Ampicilina/sulbactam 30-40 mg/día, dividido en pauta
cada 8 horas, durante 10 días.
También están indicadas las cefalosporinas vía oral, en pauta de 10 días:
cefadroxilo, cefaclor, cefuroxima axetil, cefprozilo, cefixima, ceftibuteno y
cefpodoxima.
• Si lleva más de 3-5 días en tratamiento con algún fármaco de prescripción libre y no ha existido mejora.
Seguimiento, vigilancia y acompañamiento al paciente
Desde la oficina de farmacia se puede intervenir, ya sea dando consejos de
medidas preventivas y paliativas indicadas anteriormente, como aconsejando la vía de administración del fármaco según la edad del paciente. En
niños estará indicado el aerosol, dada la dificultad de realizar gargarismos,
y estarán contraindicados en menores de 6 años los anestésicos locales.
Se deberá indicar también, caso de que la vía de administración sea una
forma líquida, que para que actúe a nivel faríngeo, deberán realizarse
gargarismos, ya que los enjuagues solamente actúan a nivel de mucosa
bucal.
En el caso de instaurarse tratamiento antibiótico sistémico debe
vigilarse el cumplimiento terapéutico, y tranquilizar a los padres en el caso
que se paute dicho antibiótico a los niños (la infección por estreptococo
betahemolítico del grupo A es mucho más frecuente en niños). Si el
médico instaura un tratamiento con antibióticos, es importante recordar a
los padres que suele tratarse de tratamientos de unos 10 días de duración
(excepto la azitromicina), y que deberán seguirse estrictamente las
indicaciones y la pauta indicada.
Guías Clínicas para Intervención Farmacéutica en Trastornos Menores: Oftálmicos y Otorrinolaringológicos
Bibliografía
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16. Protocolo de atención farmacéutica en otitis. Protocolos The Pharmaceutical
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17. Benedí J. Infecciones bucofaríngeas. Farmacia profesional, 2007; 21 (10): 44-47.
Módulo 2
Test de autoevaluación
1. ¿De cuál de las siguientes entidades
4. ¿Cuál es el síntoma más frecuente
es un síntoma importante la fotofobia?
del síndrome del ojo seco?
a. De la queratitis.
a. Sensación de arenilla.
b. De la ureítis.
b. Prurito ocular.
c. Del glaucoma agudo.
c. Ardor.
d. De todas ellas.
d. Aspereza.
2. ¿Cuánto tiempo tardan aproximadamente
en reabsorberse de forma espontánea las
hemorragias subconjuntivales?
5. ¿Cuál de los siguientes es criterio de derivación
del paciente con faringitis?
a. Menores de 2 años.
a. Dos semanas.
b. Un mes
b. Pacientes con SIDA.
c. Dos meses.
c. Pacientes que toman habitualmente
corticoesteroides inhalados.
d. Tres meses.
d. Todos ellos.
3. ¿Cuáles de los siguientes fármacos
6. ¿Señala la afirmación errónea de las siguientes
tiene toxicidad retiniana?
cuestiones?
a. Cloroquina.
a. El cerumen facilita el paso del sonido
hacia el oído medio.
b. Amiodarona.
c. Tamoxifeno.
d. Las opciones a) y c).
b. El cerumen excesivo produce sordera
de conducción.
c. La periconditis del pabellón auricular
no produce dolor.
d. La causa más frecuente de otalgia
en los niños es la otitis media aguda.
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Test de autoevaluación
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1. ¿De cuál de las siguientes entidades
4. ¿Cuál es el síntoma más frecuente
es un síntoma importante la fotofobia?
del síndrome del ojo seco?
a. De la queratitis.
a. Sensación de arenilla.
b. De la ureítis.
b. Prurito ocular.
c. Del glaucoma agudo.
c. Ardor.
d. De todas ellas.
d. Aspereza.
2. ¿Cuánto tiempo tardan aproximadamente
en reabsorberse de forma espontánea las
hemorragias subconjuntivales?
5. ¿Cuál de los siguientes es criterio de derivación
del paciente con faringitis?
a. Menores de 2 años.
a. Dos semanas.
b. Un mes
b. Pacientes con SIDA.
c. Dos meses.
c. Pacientes que toman habitualmente
corticoesteroides inhalados.
d. Tres meses.
d. Todos ellos.
3. ¿Cuáles de los siguientes fármacos
6. ¿Señala la afirmación errónea de las siguientes
tiene toxicidad retiniana?
cuestiones?
a. Cloroquina.
a. El cerumen facilita el paso del sonido
hacia el oído medio.
b. Amiodarona.
c. Tamoxifeno.
d. Las opciones a) y c).
b. El cerumen excesivo produce sordera
de conducción.
c. La periconditis del pabellón auricular
no produce dolor.
d. La causa más frecuente de otalgia
en los niños es la otitis media aguda.
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