Copia digital - Biblioteca Virtual de la Provincia de Málaga

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índice y Antología
con reproducción de los grabados
por
Sitgel
Caffarena
S u c b
«ediciones "£1 6uad*lborcc" 11 ^ ' « a n
l^^í
Ediciones
El Guadalhorce
III
Angel Caffarena
INDICE Y
ANTOLOGIA
de la Revista '
El Guadalhorce
1961
E D I C I O N E S DE LIBROS D E
MALAGA
III
EL G U A D A L H O R C E , L i b r e r í a A n l i c u a r i a
M á l a g a
I N D I C E
DE
LA
R E V I S T A
EL
G U A D A L H O R C E
A N G E L
ÍNDICE
C A F F A R E Ñ A
Y
S U C H
ANTOLOGÍA
DE
LA
REVISTA EL G U A D A L H O R C E
Con reproducción de los grabados
(PRIMERA
EDICIONES
«EL
EDICION)
GUADALHORCE»
M A L A G A
1961
JUSTIFICACION
DE L A T I R A D A
200 ejemplares numerados a mano del 1 al 200
sobre papel Registro,
10 sin justificación de tirada para
legal.
depósito
El ejemplar utilizado para el estudio y la reproducción de las láminas pertenece a
la biblioteca particular de D, José Luís
Estrada Segalerva que amablemente lo
ha cedido con este fin, Gracias,
Las planchas de los grabados han quedado
depositadas en los Archivos del Excelentísimo Ayuntamiento de Málaga,
EJEMPLAR N.0
ill.
Í10
EDICIONES EL G Ü A D A L H O R C E . — Carcer, 6 — M A L A G A 1961
D E D I C A T O R I A
A la memoria ilustre de mí inolvidable tío y máestro Juan Such Martín.
P R Ó L O G O
P R Ó L O G O
EL G U A D A L H O R C E , periódico semanal de literatura y artes, es quizá,
de todas las publicaciones p e r i ó d i c a s del siglo X I X , la m á s característica.
Nacida e n una
é p o c a de acendrado romanticismo, su vida fue corta pero
fructífera. Tanto en sus artículos, p o e s í a s , notas bibliográficas, datos h i s t ó ricos... etc., como en la e l e c c i ó n de los grabados que enriquecen cada n ú mero, alienta el espíritu de su tiempo con la mayor expresividad.
Aparece el primer n ú m e r o el domingo 10 de marzo de 1839, l o dirige
el escritor D . José de Medina y Aguayo y se publica ininterrumpidamente
cada domingo, hasta el 31 de diciembre del mismo a ñ o , en que las consabidas dificultades e c o n ó m i c a s que siempre a c o m p a ñ a n a estas empresas
obligan a su editor a suspender la p u b l i c a c i ó n . En este ú l t i m o n ú m e r o de
la l.tt serie, él mismo nos lo dice con frases llenas del generoso romanticismo de la é p o c a : «...el sacrificio de sus intereses le sería insignificante si
pudiera continuar sufriendo las p é r d i d a s que ocasiona una empresa naciente y e s t r a ñ a al país de su establecimiento; pero las circunstancias políticas, absorviendo toda la a t e n c i ó n de los lectores habituales a p e r i ó d i -
13
eos, han impedido, tal vez, el apoyo que en u n principio se p r e s t ó a
EL GUADALHORCE*.
Pero el grupo de j ó v e n e s escritores que dieron vida a la Revista, era
entusiasta y tenía fe en su obra, así el domingo 5 de abril de 1840, da a
luz el n ú m e r o uno de la 2.a serie. Los p r o p ó s i t o s y el formato son los mismos,
se trata de una c o n t i n u a c i ó n , de unas « s e g u n d a s n u p c i a s » .
Esta
vez edita y dirige la revista, A . J. Velasco. La p r e s e n t a c i ó n la hace Pedro
Gómez Sancho. Tampoco les a c o m p a ñ a la suerte y, tras h e r ó i c o s equilibrios e c o n ó m i c o s , suspenden la p u b l i c a c i ó n en el n.0 39 correspondiente
al domingo 27 de diciembre de 1840.
Esta es, a grandes rasgos, la historia de EL GUADALHORCE.
Historia
r o m á n t i c a de una de las m á s r o m á n t i c a s revistas que conoce el siglo del
romanticismo. A d e m á s de los citados anteriormente, son principales colaboradores: /. Bouligni, J. A i . Bremon, Gerónimo de la Escosura, Mariano González Vals, Casio de Iturralde y García, Juan Bautista Sandoval y sobre todos
Ildefonso Marzo, ilustre escritor e historiador que inserta en los 44 n ú m e r o s
de la primera serie su Historia de Málaga, que, por sí sola, sería suficiente
para valorar la revista si n o llevase en sus n ú m e r o s tantas y tantas cosas
interesantes.
A l confeccionar el INDICE hemos seguido los consejos
D o n José S i m ó n D í a z al que desde a q u í expresamos
del ilustre
nuestro agradeci-
miento por su c o l a b o r a c i ó n y ayuda j a m á s regateada. Precedemos a aquel
de una noticia biográfica de los principales colaboradores de la revista y
hemos procurado, aun a t e n i é n d o n o s a los estrechos límites de la ficha
bibliográfica, resaltar la referencia curiosa, el dato histórico, la noticia interesante o el ya m á s extenso resumen del sucedido, la a n é c d o t a o el
artículo m á s sugerente.
Complemento de este INDICE es la Antología que sigue al mismo,
para la que hemos seleccionado aquellos artículos considerados como
m á s representativos. Finalmente, hemos enriquecido el libro con la reprod u c c i ó n de los magníficos grabados de la Revista. ,
Una última advertencia: aquellos artículos que figuran como editoria14
les o anónimos son debidos a la pluma del editor / . /. Medina por los que
respecta a la primera serie. Los aparecidos con la misma calificación en la
segunda serie son originales del nuevo editor A . J. Velasco, s e g ú n se nos
indica en nota aparecida en el n ú m e r o
12 de 12 de junio de 1840, p á g i n a
9 1 . C o n objeto de seguir la mayor escrupulosidad en la c o n f e c c i ó n de las
fichas, hemos respetado, con la a c l a r a c i ó n indicada o las que
acompañen
a las mismas, el s e u d ó n i m o o firma de cada artículo, clasificando como
Anónimo aquellas que carecen de rúbrica.
Sólo me resta hacer votos porque m i modesto trabajo sea del agrado de todos. Fe y entusiasmo n o me han faltado; si a c e r t é o no es cosa
que n o me corresponde a mí decir. Confío en que este libro irá a manos
de amigos, que lo j u z g a r á n con la benevolencia a que me tienen mal
acostumbrado.
ANGEL CAFFARENA SUCH.
15
N O T I C I A B I O G R Á F I C A D E LOS PRINCIPALES
COLABORADORES
DE
«El G U A D A L H O R C E »
NOTICIAS
BIOGRAFICAS
Siguiendo un riguroso orden alfabético vamos a dar una breve nota biográfica, y bibliográfica en su caso, de los redactores y principales colaboradores de E l Guadalhorce. Noticia necesariamente incompleta, bien por la
carencia de datos exactos de algunos de ellos o porque la personalidad del
escritor sea sobradamente conocida; en este último caso ahorramos incluso la
mención, ya que el lector tendrá ocasión de conocer de su presencia en
E l Guadalhorce a través del I N D I C E . De todas maneras, no pretendemos
hacer n i n g ú n estudio crítico n i , menos a ú n , monográfico de cada colaborador;
tan sólo, satisfacer cuando nos ha sido posible la curiosidad del lector.
A L E G R E D O L Z (A.)—Natural de Málaga. Desde su principio formó
parte de la redacción de E l Guadalhorce, si bien su permanencia fue corta
ya que, por razones desconocidas, hubo de abandonar la ciudad a mediados
del 1839, insertando con este motivo un poema de despedida A Málaga que
se publicó en el n.0 9 de 5 de mayo de 1839.
B R E M O N (J. M.)—Nace en Madrid en 1829. Desde temprana edad
destaca ^omo escritor y publicista, formando parte de la redacción del famoso
periódico Guirigay de donde pasó a El Artista. Dirigió La España y, posteriormente, El Siglo, periódico de tendencias moderadas que en 1869 fué asaltado
19
por la célebre partida de la porra. Colaboró asiduamente en E l Guadalhorce
desde sus primeros nümeros.
Fue Consejero de Estado y Director General de Agricultura.
E S C O S U R A ( G e r ó n i m o de la).—Nació en Oviedo en 1772, muriendo
en Madrid en 1855. A los quince años ingresa en el ejército, consiguiendo
en la guerra del Rosellón el ascenso a capitán y grandes cruces por su heroico
comportamiento.
Es nombrado Superintendente de la Fábrica de Tabacos y, posteriormente. Presidente de la junta de Fomento y Riqueza del Reino, actividad que
alterna con el cargo de censor de teatros. Académico de la Historia, al fallecimiento de D . Joaquín Lorenzo Villanueva es elegido para ocupar su vacante
en la Real de la Lengua. Su nombre ha sido incluido en el Catálogo de
Autoridades de la lengua.
De entre sus obras, merecen destacarse los Compendios históricos, principalmente los de la historia de España, Roma y Grecia.
G O M E Z D E A V E L L A N E D A (Gertrudis).—Esta conocidísima escritora
colabora en casi todos los n ú m e r o s de la 2,a serie, con el seudónimo de La
Peregrina.
Nace en Cuba en 1814, pasando la mayor parte de su vida en España
donde contrajo matrimonio por dos veces. Murió en 1873.
Escusamos al lector de su bibliografía completa, y sólo citaremos, por
el interés a nuestro propósito, que la primera edición de sus Poesías (primer
libro que publica) aparece en Madrid en 1841, y este mismo año su novela
Sab. De donde deducimos que su colaboración en E l Guadalhorce es de sumo
interés para el conocimiento y estudio de la labor literaria previa a sus primeras publicaciones de esta escritora.
G O M E Z D E C A D I Z D E V E L A S C O (Dolores).-Nace en Málaga el
25 de diciembre de 1818. Contrajo matrimonio con el médico y escritor
Sr. Velasco, director de la 2.a serie del Guadalhorce. En 1861 marchó a O r á n
y, de aquí, a México donde falleció.
El Liceo de Granada la nombró socio de mérito, colocando su retrato
en uno de los salones del mismo. Sus obras principales son: Santa Casilda,
novela, Madrid, 1861; Casilda, episodio del reinado de D. Fernando I de Castilla y
León, París, 1869; Historia de una semana, novela, Madrid, 1878; El azote de
Dios, drama, Madrid, 1879.
G O M E Z S A N C H O ( P . ) - N a t u r a l de A l h a u r í n , nace el 5 de octubre
20
de 1804, Médico, fue fundador y Presidente del Liceo (1843). Diputado a
Cortes. Muere el 7 de octubre de 1847,
Colabora activamente en el Guadalhorce, de cuya redacción forma parte,
G O M Z A L E S V A L L S (Mariano).—De Málaga. Fundador y redactor
de E l Guadalhorce. Destaquemos su obra E l caballero de la Almanaca. Nuvela
histórica escrita en lenguaje del siglo X I I I , Madrid, Rivadeneyra, 1859,
I T U R R A L D E Y G A R C I A ( C a s t o ) . - N o era malagueño pero aquí pasó
la mayor parte de su vida y como a tal se le tiene. Poeta de moderada inspiración, fué fundador y redactor del Guadalhorce. Hizo una notable traducción de La Ilíada.
M A R Z O (Ildefonso). —Nace en A l h a u r í n el Grande el 14 de N o viembre de 1794, Capitán de Guardia de Corps, más tarde fue notario en su
villa natal. Muere el 14 de julio de 1856,
Notable arqueólogo e historiador. Sus obras principales son: Historia de
Málaga, Málaga, José del Rosal, 1850; Estudio sobre una medalla de Nerón hallada en Cártama; Munda Bética, Málaga, 1853,
M E N D O Z A ( M a r í a ) . - N a c e en Ardales el 19 de diciembre de 1821,
contrayendo matrimonio en 1841 con el abogado y funcionario de la carrera
judicial D. Ramón Vives. En 1875 le fue concedida por la Asociación de literatos
de Gerona la «amapola de oro» a uno de sus romances y, en los Juegos Florales
de Madrid, de 1878, se premió su poesía Una página de gloria. De entre su numerosa producción podemos destacar: Brígida, novela; El conde de Teba, leyenda en verso; Jepthé, leyenda bíblica; Flores de otoño, leyendas; Las serpientes del Rey,
leyendas: La pubilla Famaró; Las barras de plata, narración de un suceso; La pubilla Ferreró... etc.
M E N E N D E Z (A.)—Actor, Como autor, estrenó en 1840 en el Teatro
Málaga, la comedia la división de partido o las elecciones.
M I T J A N A G O R D O N ( R a f a e l ) . - H i j o del escritor malagueño R. Mitjana Ardison, Se traslada a Madrid donde pronto adquiere ¡consideración
como crítico musical de gran valía. Funcionario del Ministerio de Estado.
De entre su numerosa producción destacamos: Sobre Juan del Encina, músico y
poeJa, Málaga, 1895; La música contemporánea en España y Felipe Pedrell, Málaga,
1901; Ensayos de crítica musical. Málaga, 1901; Estudios sobre algunos músicos
españoles del siglo X V I , Madrid, 1918; Cristóbal Morales, estudio crítico biográfico,
Madrid, 1920; Ensayos de crítica musical 2.a serie, Madrid, 1922, y sobre todo
21
Catalogue critique et descriptif des imprimes de musique des X V I siécles Bibliothéque
de l'Université Royale d'Upsala. Upsala, Imprimerie Almquist & Wikseíl, 1911.
N A V A R R O Y S I E R R A (Jo8é).-Resiclió en Málaga no pudiendo asegurarse cuál fue su tierra natal. Son sus principales obras: Leyendas, Madrid,
1841; el mismo año Colección de artículos con un prólogo del general Ros de Olano.
SANDOVAL
en 1843.
(Juan Bautista).—De Málaga
Fundador
del
Liceo
V E L A S C O (A. J). —Fundador y director del Guadalhorce. Poeta incipiente, se desalentó ante la opinión franca de Espronceda. Médico, F u n d ó en
1845 el Instituto m é d i c o m a l a g u e ñ o , siendo su primer presidente. Casó
con D.a Dolores Gómez de Cádiz, escritora de la que antes hemos hecho mención. Murió pobre, al extremo de que su entierro fué costeado por el Liceo,
que colocó en la Iglesia de Santiago una placa recordatoria. Publicó una
obrita titulada Viaje de una hora de Carratraca a Casarabonela, Madrid, 1852.
22
INDICE DE AUTORES
1
A.—Modo de especular. — 2.a serie.
I , 22.XI.1840, n.0 34, p. 282.
Anécdota: Hace años que u n
artesano de Londres explotaba
la caridad pública fingiendo suicidarse. En verano se arrojaba
al T á m e s i s y en invierno fingía
ahorcarse en una esquina de cualquier calle concurrida. H o y vive
retirado con las rentas del capital obtenido.
2
ALEGRE DOLZ, A.—Recuerdos del
Alhambra.-l, 17-111-1839, n.0 2, páginas 12 a 13.
Poema a la Alhambra, dividi-
do en dos partes cuyos primeros
versos son:
7. Ya estoy en tu arábigo re[cinto
I I . En deleites y aromas em[briagado
3
— — E l viernes santo.-I.
1839, n.0 4, p. 32.
Soneto a Cristo crucificado. El
primer verso es:
Mírale allí, con el madero al
[hombro
4
— — A la muerte de la señorita
doña M . J. M . - I , 7.IV'1839, n.05,
p. 35.
25
Soneto cuyo primer verso es:
Ya murió virgen pura y sin
[mancilla
5
— — ¿El buen gusto en literatura
es esclusivo de la instrucción?—!, 28IV-1839, ps. 59 a 60.
Artículo de crítica literaria. El
autor resume que «el buen gusto
en literatura deberá hallarse en
el genio cuando lo acompaña la
instrucción»,
6
— — A Málaga, poesía,—1,
5.V.1839, n,0 9, ps. 72 a 73,
Despedida a Málaga, El primer verso es:
Adiós, Málaga hechicera
7
— — De los romances,—l, 5-V1839, n.0 9. ps, 69 a 70.
Artículo de crítica literaria sobre los que piensan que el verso
octosílabo sólo debe ser empleado en romance. El poeta, dice,
debe expresar sus sentimientos
en el metro que estime más afín
a su inspiración.
ANDALUZ, EL,—El castillo de Benalid. - I , l l - V I I I - 1 8 3 9 , n 0 23 páginas 177 a 179 y 18-VIII-1839,
n,0 24, ps. 185 a 187,
Leyenda rondeña: Manrique de
Lara, alcaide del castillo de Be-
26
nadalid vive con su hija Elvira.
El valeroso morisco el Mejuar
pérdidamente enamorado de Elvira, penetra en el castillo disfrazado de juglar. Emborracha a
D. Manrique y requiere de amores a Elvira la que, horrorizada,
se niega a acceder a sus deseos,
mas narcotizada con el aroma de
un clavel que le da a oler queda
dormida a merced del morisco.
Entretanto, otros moriscos ponen sitio al castillo, de acuerdo con el Mejuar, no consiguiendo su intento pues los defensores de este ofrecen heróica resistencia durante u n año, saliendo
al fin triunfantes.
Cierta tarde que Elvira paseaba con su padre por el jardín
llamó su atención un hermoso
clavel, más facordándose del engaño sufrido se aleja de él. De
entre unos setos salta lleno de
ira el Mejuar abalanzándose sobre
Elvira a la que mata, encontrando él también la muerte a manos
de D . Manrique que a ú n sobrevive un año a esta tragedia con
la razón perdida.
ANONIMO,—La mujer.—I.
1839, n . M , ps. 25 a 27.
31-111-
Artículo satírico de tonos humorísticos en el que se habla de
las distintas actividades de la
mujer.
10 — — Tres rosas, poesía.—I
l l - V I I I - 1 8 3 9 , n.0 23, ps. 179 a 180
Poema en veinticuatro cuarte
tas, remitido para su publica
ción en la revista por u n poeta
desconocido. El primer verso es
Vergel risueño que el florido
[mayo
11 — — Biografía, Alderete, José
y Bernardo.-l, l l - V I I I - 1 8 3 9 , n.0 23,
ps. 182 a 163.
Breve biografía de estos dos
célebres malagueños. Su parecido
era tan impresionante que Góngora dijo de ellos que para distinguirlos era preciso olerlos,
aludiendo a la fetidez del aliento
de uno de los hermanos.
José, fue jesuíta, publicó una
obra sobre la Esención de las órdenes regulares y otra De religiosa
disciplina tuenda. M u r i ó en 1616.
Bernardo, que fue vicario general de Sevilla, compuso dos
obras: Orígenes de la lengua castellana y Varias antigüedades de España, Africa y otras provincias.
12 Biogm/W.-1,15.1X4839,
n.0 28, p. 220.
Biografías de D. José de Brazia
y Zamhrana y de Francisco Amaia.
El primero fue doctor en teología y canónigo del Sacro Monte
de Granada. Sus sermones se recopilaron en tres tomos en 4.°
titulados Despertador cristiano de
sermones doctrinales sobre particulares asuntos. Granada, 1678.
D. Francisco Amaia, nació en
Antequera y fue célebre jurisconsulto. Es autor de Observationes juris, comentaría inposteriores
libros codicis Justiniani, Salamanca, 1626, León 1639, Ginebra,
1653 y León de Francia, 1734.
13 — — Biografía. D, José Gáli;e2.-I,.17.XI-1839, n.0 37( ps. 291
a 293.
Nació en Macharavialla el 7
de Enero de 1720. En 1771 fue
enviado por el Rey Carlos I I I a
Méjico con el fin de resolver graves disputas que se h a b í a n suscitado entre los colonos y el v i rrey. En 1775 fue nombrado ministro de Indias. Se le concedió
el título de Marqués de Sonora.
14 — — La moda.—2.a Serie I ,
26-IV-1840, n.0 4, ps. 30 a 32; 24V-1840, n.0 8. ps. 61 a 63; 16-VIII1840, n.0 20, p. 160 y 13.IX-1840,
n.0 24, ps. 201 a 202.
Curiosísimos artículos sobre
modas en el que se detalla la última de París en cada temporada
tanto para señoras como para caballeros.
27
15 — — La moda.—2.a serie, I ,
19.VII-1840, n.016, ps. 127 a 128.
Historia de la moda en el que
se describe principalmente la
vestimenta de griegos y romanos,
16 — — Noticias de la China.—2?
serie, I , 3.V.1840, n.0 5, ps. 37 a
39; 10.V.1840, n.0 6, ps. 44 a 45;
17.V.1840, n.0 7, ps. 55 a 56; 24V.1840, n.0 8, ps. 60 a 6 1 ; 31-V1840, n.0 8, ps. 60 a 6 1 ; 31 .V.1840,
n.0 9, ps. 69 a 70;-14-V.1840,
n.0 1 1 , ps. 86 a 87; 21.VI.1840,
n.0 12.. ps. 94 a 95; 28-VI.1840,
n.0 13, ps. 103 a 1804; 5.VIII-1840,
n.0 14, p. 110; 19.VII.1840, n.0 16
ps. 124 a 126 y 26^11-1840, n.017,
ps. 133 a 134.
Largo artículo en que el autor
trata de «poner en autos al lector de circunstancias precisas para entender la cuestión que se ha
suscitado entre la Gran Bretaña
y el imperio de la C h i n a » .
17 — — Revista de periódicos l i terarios.—2.* serie, I , 10-V-1840,
n.0 6, ps. 46 a 48.
El autor, que suponemos sea
el editor de la revista como ya
dijimos en el prólogo, hace una
referencia de los periódicos literarios del momento, cita, E l boletín enciclopédico, periódico men-
28
sual de la Sociedad Económica de
Amigos del País de Valencia, La
Psiquis, periódico femenino valenciano «sólo admite suscripciones del bello sexo». El Cisne,
también de Valencia, La Aurora,
periódico zaragozano semanal;
igualmente de Zaragoza y semanal es La Biblioteca, De Cádiz, hace referencia a: La Aureola y la Revista Gaditana; De M a drid cita: El Panorama que sale
todos los jueves, E l Entreacto, periódico teatral que sale jueves y
domingos, el Semanario pintoresco español veterano de los periódicos literarios en el que des.
tacan los artículos de costumbres de El curioso parlante. La Esperanza semanal de literatura,
teatros y modas y , por último,
la mariposa periódico de modas
dedióados a la mujer.
En Granada: La Alhambra, órgano oficial del Liceo, la revista
enciclopédica del que a ú n no ha
salido más que el primer n ú m e ro y el Manual tecnológico igualmente en su primer n ú m e r o .
De los periódicos extranjeros
hace referencia al Poliorama patrio pintoresco de la Isla de Malta.
18 — — Teatro. D. Pedro González Mate.-2.a serie, I , 17.V.1849,
n.0 7 ps. 53 a 54.
Artículo de crítica teatral en
el que se enjuicia en términos
elogiosos las aptitudes de este actor, destacándose su interpretación en El rico hombre de Alcalá
y El Taño y un desafío o dos horas
de favor.
19 — — Bibliografía. — 2.a serie,
I , 5.VII-1840, n.014, p. 110.
Noticia bibliográfica del Tratado de farmacia teórica y práctica
de M . E. Soubeiran, traducido por
el Bachiller Ronquillo.
20 — — Biografía e s p a ñ o l a , Lope de Vega.-2.a serie, I , 30-VIII1840, n.0 22, ps. 184 a 185.
Biografía de Lope de Vega. Termina con el epigrama de D. A n tonio Hurtado de Mendoza publicado en fama postuma y que
cita Nicolás Antonio en su Biblioteca Hispana. El primer verso
de este es:
A l aplauso en que jamás
21 — — Bibliografía. — 2.a serie,
I , 30-VIII-1840, n.0 22 ps. 185 a
186.
Nota crítico-bibliográfica del
opúsculo de D. José M.a Ruiz Pérez tGuía del descubridor de minerales*. Nota bibliográfica del Semanario Industrial que se publica
en Madrid y de E l Cisne, perió-
dico semanal, no político, que se
edita en Valencia.
22 — — La Catedral de Córdoba.—
2.a serie, I , 20-IX-1840, n.0 25, ps.
209 a 210.
Artículo histórico-descriptivo
de la mezquita cordobesa. Cons. t r u í d a en el año 170 de la Egira
por Abderraman, su longitud es
de 620 pies y su ancho de 44.
Tiene 400 columnas que sostienen 38 naves, 19 a lo largo y
otras tantas a lo ancho. Su coste
fue de cien m i l doblas de oro.
Era el segundo templo de la religión mahometana; llamábanla la
Ceca y existía la costumbre de
acudir a ella en peregiínación
d e s p u é s de visitar la Meca, lo
que, sin duda, dió lugar al dicho
de andar de la ceca a la meca.
23 — — Cronología del entendimiento humano.—2.a serie, I , 20-IX1840, n.0 25, p. 210 al n.0 36 de
6-XII-1840, ps. 291 a 292.
En los n ú m e r o s comprendidos
entre el 25 al 36 se publica un
largo bosquejo de los progresos
de la civilización desde, dice,
el siglo X V I I I antes de Jesucristo
hasta nuestros días.
24 — — La moda. — 2.a serie, I ,
8.XI-1840, n.0 32, p. 265.
29
Nota de la moda de París para
invierno en trajes de señoras y
caballeros.
25 — — Noticia del estado de los
preparativos hechos para el traslado
de los restos de Napoleón.—2.a serie,
I , 22.XI.1840. n.0 34, p. 280.
Desde Neuilly hasta los campos Elíseos se elevarán una serie
de estatuas de los reyes de Francia, a espaldas de cada una de
las cuales se colocará la silla real
de la época. Enfrente de los I n v á l i d o s será construido un magnífico puente que se demolerá
inmediatamente después de la
ceremonia.
26 — — Anécdota. — 2.a serie, I ,
22.XI.1840, n.0 34 p. 281.
El famoso cómico italiano Scaramuncia hallándose en París sin
dinero ideó situarse a la puerta
de uno de los más famosos per.
fumadores de la ciudad, solicitando un polvo de rapé de los
compradores que guardaba en
una caja que llevaba al efecto.
Cuando reunía una cantidad
apreciable se lo vendía al perfumista el que a su vez obtenía
buena ganancia vendiéndolo a
alto precio con el título de tabaco de mil flores. U n día tomó tal
cantidad de polvo de la caja de
30
u n oficial suizo que éste indignado le llenó de improperios,
proporcionándole una soberana
paliza. A l día siguiente nuestro
buen Scaramuncia embarcaba para Inglaterra.
27 — — La linterna mágica.—2.a
serie, I , 22.XI.1840, n.0 34, ps. 281
a 282.
Noticia bibliográfica del periódico de este título recién aparecido en Madrid y dedicado a l i teratura, artes y avisos.
28
— — E l Alcázar de Segovia.—
2.a serie, 29-XI-1840, n.0 35, p. 288.
Artículo histórico-descriptivo
sobre el Alcázar segoviano.
29 — — Teatro.-2.* serie, I , 20.
XII-1840, n.0 38, ps. 311 a 312.
Crítica de la temporada teatral. Analiza la actuación de la
compañía de verso del primer
actor y director Juan Lombia.
30 AUSET, ANTONIO.—Un recuerdo.
A Laura, poesía.—I, 29.1X4839, n ú mero 30, ps. 235 a 236.
Poema amoroso en veintidós
cuartetas. El primer verso es:
Si el cielo no quiere, mi dul[ce enemiga
31 _
—
E l conde de Ureña, poe-
terarse aquél de los amores de
sía,—22-XII-1840, n.0 42, ps. 330
Serafina hija del conde y prome
a 331,
tida suya, con D . Lope. El primer
Romance, Lance entre D. ifodrigo y el Conde de Ureña, al en-
La noche clara y serena
31
B
32 B.—La A l h ó n d i g a . - l
31-111-1839,
n.04, p. 32.
33 —
—
La Iglesia parroquial de
Santiago.-l,
12-V-1839,
n.0
10,
p.78.
Artículo histórico sobre la
Alhóndiga malagueña. A f i r m a
que la actual no es la de los moros n i la de los cristianos de la
conquista. A u n cuando en 1491
había en Málaga dos edificios
destinados a este objeto, ninguno es el actual, cuya construcción data del año 1666 tal como
explica la inscripción que hay
en él. U n siglo d e s p u é s fue adicionado, según otra lápida que
se encuentra sobre una columna
del patio.
La Iglesia de Santiago, en contra de lo creído, no fue mezquita. En realidad la fundaron los
Reyes Católicos en 1490 sirviendo
de Catedral hasta la terminación
del templo consagrado a este objeto.
34 BACHILLER, ANTONIO. — Programa
de los premios que ofrece la Real Sociedad Patriótica de La Habana para
el concurso de 1840. — 2,a serie, I ,
22-11-1840, ps. 279 a 280.
33
Noticia de diversos concursos
convocados por la Real Sociedad
Económica de Amigos del País. Las
memorias deberán dirigirse a Don
José de la Luz Caballero, director
del Ilustre Cuerpo.
35 BACHILLER RONQUILLO,
rie, I , 14-VI.1840, n.0 1 1 , ps. 85
a 86.
Cuenta un sueño: Aburrido
de la vida, decide suicidarse. Se
le aparece u n ser extraño que le
entrega dos cofres llenos de r i quezas. De nada le valen estas
y, al despertar, no piensa más
n i en matarse n i en ser rico, encontrando que la verdadera felicidad está en la paz consigo
mismo.
EL,—Al
Guadalhorce.-l, 10-111-1839, n.0 1,
ps. 1 a 3.
Artículo editorial de presentación de la revista a la que pone
bajo la protección del río G u a dalhorce y sus ninfas. Escrito
en estilo pomposo muy propio
de la época.
N o hemos logrado averiguar
la personalidad del escritor que
se oculta bajo este seudónimo,
aunque suponemos se trata del
editor y director de la revista,
/. de Medina.
39 BOULIGNI. ].—La fea en el espejo,
poesía.—I, 31-111.1839, n ú m e r o 4,
ps. 27 a 28.
Poema en v e i n t i ú n quintetos.
El primer verso es;
Espejo despiadado
40 —
36 — — La consulta. — I , 7-IV1839, n.0 5, ps. 35 a 37.
—
MÍ pastora,
poesía.—I,
21-IV-1839, n.0 7, ps. 52 a 53.
Poema pastoril en seis estrofas de once versos. La primera
empieza;
Artículo en tonos festivos sobre una consulta médica.
[Cristalina y pura fuente!
37 — — Costumbres. E l cahallista.—l* serie, I , 19.IV.1840, n ú mero 3, ps. 17 a 2 1 .
Artículo de costumbres en el
que se destaca la gallardía y brillo del caballista andaluz.
38 B. L,—Moral. Las riquezas. 2.a se-
34
41
— — E l sueño de Belisa, poema.—I, 19.V-1839, n.0 11, ps. 83
a 84.
Poesía pastoril. El primer verso es;
Era una siesta de Abril
42 — — Amor, poesía.—I, 2 - V I 1839, n.013, p. 101.
2 . ' serie I , 29.XI-1840, n.0 35,
p. 290.
Poema en quince quintetos,
Poema en trece quintetos. El
canto al amor. El primer verso es:
¡Hay una vida ideal!
43
— —
£/ciego, p o e s í a . - I , 16V M 8 3 9 , n.015, ps. 115 a 116.
Poema. U n ciego solicita conmiseración de una joven y hermosa aldeana. El primer verso es:
Piadosa zagala
primer verso es:
Humilde y modesta flor
48 — — Canción, poesía.—I, 15XII-1839, n.0 4 1 , ps. 324 a 325.
Canción
verso es:
pastoril. El primer
En blando lecho de menudas
[flores
44 — — Á la señorita N . . . de quince años, poesía.—I, 8-IX-1839, número 27, ps. 212 a 213.
49 BREMON, J. M.—Bella« Artes. La
Catedral de M á l a g a . - l , 17-111-1839,
n.0 2 ps. 9 a 12.
Poema en veinticuatro cuartetas. El primer verso es:
Estudio histórico-artístico sobre la Catedral de Málaga, Manifiesta disconformidad con los
que atribuyen su proyecto a
Juan Bautista de Toledo, creyendo que más bien podría ser obra
del célebre Diego de Siloé. Lo
cierto es que la aprobación obedece al arquitecto mayor de Toledo Maestre Enríquez en el año
1528. En 1554 vino a reconocerla desde Córdoba Hernán Ruiz.
La obra se continuó por Diego
de Vergara, al que sucedió su
hijo hasta 1558 que, a su fallecimiento, fué reemplazado por
Pedro Díaz de Palacios que la prosiguió hasta 1625, estrenándose
el Coro en 1631. Suspendida la
obra, fue continuada en 1719
Tímida virgen, dulce, encantadora
45 — — Filena, poesía.—I, 20-X1839, n.0 33, ps. 258 a 259.
Canto a Filena. El primer verso es:
Orillas del ancha mar
46 — — Lesbia, poesía.—I, 27-X1839, n.0 34, ps. 267 a 268.
Poema
amatorio.
El primer
verso es:
Iba amor por un vergel
47
A una violeta, poesía.
35
por el arquitecto José Bada, al
que sustituyó Don Antonio Ramos, muerto en 1782.
tiguos hebreos y de los árabes,
no menos que del espíritu reliligioso de ambos pueblos.
Hace d e s p u é s una detallada
descripción de la Catedral,
Termina afirmando que en r i gor artístico no debe aplicarse
el nombre de orientales a las
poesías que nos pintan las costumbres o incidentes de aquellos países, sino a las que reúnan el estilo y tono nacional que
se distingue en las obras de los
poetas asiáticos, que en n i n g ü n
caso pueden confundirse con los
carácteres peculiares de nuestra
poesía.
50 — 19 de Agosto de 1847.I , 31-111-1839, n.0 4, ps. 28 a 29.
Canto en prosa dividido en
cinco partes dedicado a la Conquista de Málaga por los Reyes
Católicos.
51 — — Poesía oriental—2* s e ñ e l
I , 5.IV.1940, n . 0 V p s . 2 a 5 .
Artículo de crítica e historia
literaria en el que se sostiene la
superioridad de la poesía árabe
sobre todas las de origen asiático. Se apoya en la autoridad del
erudito orientalista Wilian Jones,
mostrándose contrario a la teoría
del abate Andrés, ya que no cree
pueda considerarse a la poesía
árabe de origen n i griego n i romano: inclusive desconocían a
Homero y a Virgilio. Estima que
no merecen llamarse poemas épicos las dos obras de Azabschad
y de Ferdusi.
La poesía sagrada es, dice, la
que tiene más analogías con la
lírica de los orientales, si bien
esta concordancia podría dimanar de la que existía entre las
costumbres pastoriles de los an36
52
— — Las Atarazanas.—I, 21IV-1839, n.0 7, ps. 49 a 50.
Descripción del edificio de las
Atarazanas, de Málaga. N o es fácil distinguir en él la obra romana de la árabe, debido a las transformaciones que ha padecido.
Sufrió dos graves incendios, uno
en 1695 y otro en 1718. Abderramán I I I estableció aquí unos
famosos arsenales para la construcción de galeras y otras embarcaciones. Sirvió paralelamente como fortificación no sólo en
tiempos del citado Anasir sino
aun en época de Carlos V. En el
año 1491, los religiosos Trinitarios calzados alcanzaron de los Reyes Católicos la concesión para
establecer aquí su convento, trasladándose siete años después a:
otro local. Desde entonces, este
edificio se ha aplicado a diferentes destinos: cuartel, hospital.,,
etc.
53 — — Andalucía, p o e s í a . — I ,
5.V.1839, n.0 9, ps. 71 a 72.
Canto a Andalucía, dividido
en dos partes cuyos primeros
versos son:
1. a—Allá hacia la fin delmundo
2. a—¡Andalucía!... mansión
54
.
— — Idea general del teatro
antiguo.-l, 19-V-1839, n.0 1 1 ,
ps. 81 a 82.
Estudio sobre el teatro griego
y romano. Afirma se debe a los
griegos la invención del teatro,
c o n o c i é n d o s e representaciones
teatrales de éstos por el año 590
antes de nuestra era. Agatarco
i n v e n t ó las decoraciones. El primer teatro de piedra de que se
tiene noticia es el de Baco en
. Atenas que fue dirigido por el
célebre arquitecto Filón. Ei teatro romano, a juicio del autor, es
mucho menos importante que el
griego. Finaliza su erudito estudio con una descripción de las
disposiciones arquitectónicas de
los teatros griegos y latinos.
55 — — La rondeña. - I , 9.VI11839, n.014, p. 109.
Artículo encomiástico de esta
copla. Afirma: « U n momento de
entusiasmo de Rouget de L'Isle
dio a Francia La Marsellesa: del
genio de Jacobo I y sus imitadores salieron las baladas de Escocia; pero La Rondeña española,
como las barquerolas de Venecia, tiene por autor el pueblo en
que nació».
56 — — La verso-manía.—1,7-Vll1839, n.0 18, ps. 139 a 140.
Artículo en el que se critica la
manía versificadora carente de
inspiración.
57 — — Un arco de la Alcazaba.
M e d i t a c i ó n — I , 21-Vir.l839( n.o20,
p. 156.
Artículo en tonos altisonantes
muy propio de la época.
58 — — La peña de los enamorados, p o e s í a . - I , 28-VII.1839, n,0 2 1 ,
ps. 163 a 165.
Poema dividido en dos partes,
en el que se narra la famosa leyenda de la antequerana peña
de los enamorados. Los primeros
versos son:
1. a—Su manto de oro y azul
2. a—Mal hora el perro cris[tiano
59 ^
— Gibralfaro, p o e s í a . — I ,
4-VIII-1839, n.0 23, ps. 171 a 172.
37
Poema en tres partes, dedicado al Castillo de Gibralfaro. Los
primeros versos son:
1. a—Hubo un tiempo, que el
[eco de la historia
2. a—¿Qué dicen esas almenas?
3. a—Yo veo esa silueta venenada
60 — — La torre del homenage en
la Alcazaba.-l, 11-VIII.1839, número 23, p . 180.
Artículo en el que se recuerdan las pasadas glorías de la citada torre, la más antigua de las
de Málaga.
Historia y descripción del teatro malagueño. Se construyó
bajo la dirección de D. Vicente
Nazzoneschi, célebre arquitecto
italiano. Se estrenó el 12 de noviembre de 1793,
64 — — Las letras de molde.—I.
17.XI-1839, n.0 37, ps. 289 a 290.
Artículo ponderativo de la letra de molde, destaca la satisfacción que produce a todos ver su
nombre reproducido a imprenta.
65 — — Las siete cabezas.—I, 22XII.1839, n.0 42, ps. 331 a 335.
Artículo de costumbres en el
que se detallan las incidencias
de una escursión a Gibraltar.
Narración histórica. Beatriz de
Mungia, esposa del corregidor
de Málaga, es dama veleidosa.
Está enamorada del joven D , Rodrigo de Lara, que la desdeña,
Beatriz jura vengarse y, en efecto, estando el joven D. Rodrigo
en una función teatral, contra la
costumbre permanecía cubierto,
Beatriz incita a su marido contra
él y consigue que éste ordene
sea ahorcado. A n t e este hecho
monstruoso. Doña Sancha de Lara, dama virtuosa y tía de D , Rodrigo acude en demanda de justicia ante el rey Felipe I V y éste
ordena sean ahorcados en distintos sitios de la ciudad los autores
de tan gran injusticia.
63 —
H teatro de Málaga.—I,
27-X.1839 n.0 34, ps. 268 a 269.
66 — — A l Guadalhorce, poesía.—
I , 31.XII-1839, n.0 44. p. 348.
61 — L/ncdmíco.-I, l.IX-1839,
n.0 26, ps. 204 a 206.
Artículo en el que se analiza
la evolución que ha tenido la
profesión de actor en el orden
social hasta llegar a tenerse en la
mayor estima. Alaba a Isidoro
Máiquez el gran actor y la creación por la reina Gobernadora M a ría Cristina del Conservatorio que
lleva su nombre.
62 — — Dos horas en Gibraltar.—
I , 20-X-1839, n.0 33, ps. 259 a 260.
38
Poesía de despedida a la revista. El primer verso es:
Album precioso que en perdiadas horas
67 — — El culterdnismo.—l* s t ñ t ,
I , 19.IV-1840, n.0 3, ps. 22 a 24 y
26.IV-1840, n.0 A, ps. 25 a 26.
Artículo de crítica literaria sobre el movimiento culterano. Habla de la influencia de Góngora
en Lope, Jáuregui, Quevedo... etc.
Finalmente se muestra totalmente adverso al culteranismo.
68 — — M ú s i c a . E l contraband i s t a . - ! * serle, l , 2.VI.1840, n ú mero 12, p. 96,
Letra de la canción E l contrabandista, música de D. Mariano
Reig. El primer verso es:
Tengo un monte por palacio
69 — — Costumbres literarias.
Achaques de un poeta.—2? serie, l ,
21.VI.1840. n.012, ps. 93 a 95.
Artículo en que se describen
las molestias que sufre a diario
el escritor o poeta de renombre.
Solicitud de autógrafos, peticio.
nes de poemas, atención a versos malísimos, etc.
70 — — Don Pedro el Cruel—2.a serie, I , 12.VIII-1840, n.015, p. 120.
Dura crítica del
D. Pedro el Cruel.
reinado de
71 — — Fiesta de toros.~2.a serie.
I , 23-VIII-1840, n.0 2 1 , ps. 165
a 166.
Artículo sobre las fiestas de
toros. Dice fueron llevadas a un
alto grado de lujo y esplendor
en el reinado de D. Juan I I , sí
bien no se generalizaron hasta
después de la toma de Granada.
A l advenimiento de Felipe V al
trono se proscribieron las corridas de toros, aunque no fue posible desarraigarlas del pueblo
que tomó a su cargo la gloria
tauromáquica.
72 — — E l comercio.—2.a serie, I ,
1, 12-X.1840. n.0 28 y 25.X-1840,
n.0 30, ps. 242 a 246.
Historia del comercio desde
los tiempos más remotos. Se termina afirmando que éste ejerce
la mayor influencia en las relaciones de los pueblos, siendo
una de las actividades humanas
que merecen mayor consideración.
73 — — A un ruiseñor, poesía.—
2. a serie, I , l.XI-1840, n.0 3 1 ,
p. 257.
Poema en seis quintetos, en
que se compara la donosura y
gala de u n ruiseñor con las de
la amada del poeta. El primer
verso es:
Dulce es oír, ruiseñor
39
C - D
74 CABEZAS, FERNANDO.—Soneto a los
ojos de...-!." serie, I , l-XI-1840,
n 0 31, p. 256.
Soneto
verso es:
amoroso. El primer
Tus ojos que al mortal en su
[agonía
75 CAMPOAMOR, RAMÓN.—ta jardinera, poesía, I , l.XI-1839, n.0 39,
ps. 309 a 310.
Poema en veintiocho quintetetos. El primer verso es:
Como la luz hechicera
76 CAÑETE, MANUEL.—La partida. A
mis amigos. Recuerdos, poesía rem i t i d a . - I , 25.XIII.1839, n.0 25.
ps. 196 a 197.
Poema a la amistad dividido
en cuatro partes. Los primeros
versos son:
L—Son los recuerdos de amist a d dorados
11.—En el florido Marzo cuan[do aromas
UI.—Allí dejaba a mis amigos
[fieles;
IV.—En vano en vano, del quej i d o amigo
77 CORALY THIERY, MME.-LA Presi41
denta—2.* serie, I , 29-XI-1840,
n.0 35. ps. 283 a 284.
T r a d u c c i ó n de la obra francesa de este título.
de una sentencia de muerte.-I, 21-IV1839, n.0 7, ps. 53 a 54.
Relat0 gn tonos románticos en
qUe se narra la ejecución de u n
condenado.
78 DEUSCORE Y TRESOR.—La
42
ejecución
E
manticismo por la profundidad
de las ideas y la elevación de los
pensamientos. El autor se declara partidario de la fusión de
ambas concepciones en la obra
del artista.
79 E.—Del clasicismo y del romcwticism o . - l , 21.IV.1839, n.0 7, ps. 50
a 52.
Artículo de crítica literaria en
el que se sostiene la tesis de
que ambos géneros son el resultado de dos órdenes sociales
opuestos. La literatura clásica,
tuvo su origen en una sociedad
idólatra y materialista y por esto
se dedicó al culto de las formas.
El romanticismo nace en una
sociedad espiritualista y de ello
se deriva el estudio de los sentimientos. Distingüese aquél por
la perfección de las formas y la
belleza de las imágenes, y el ro-
80 -
-
/Soyarfí5fa/-I(12.V-1839)
n.0 10, ps. 7 7 a 7 8 .
Artículo en que se compara
el alto grado de estima en que
se tiene hoy al artista, en otra
época considerado como de un
orden social inferior.
81
—
El suspiro del moro, poe43
s í a . - I , 26-V-1839, n.0 12, ps. 92
a 93.
Poema en trece quintetos y
trece cuartetas en que se narra la
leyenda del rey moro Boabdíl
al abandonar Granada suspirando. El primer verso es:
Brillaba de enero un día
82 Costumbres.^ 2.VI-1839,
n.0 13, ps. 97 a 98.
Artículo en que se critica el
afán de adoptar las costumbres
extranjeras.
83 — — A la música.-l, 9-VI1839. n.014, ps. 105 a 106.
Canto lírico en prosa a la música.
84 — — Crónica. Año de 1 8 4 0 I , 14-VI1I-1839, n.0 19, ps. 145 a
147 y n.0 20, 21-VII.1839, ps. 156
a 159 y n.0 22, 4.VIII-1839, ps.
169 a 171.
Crónica del reinado de D. Juan
I I , en la que se narra la conspiración del infante D. Enrique contra D. Alvaro de Luna.
85 EDITORIAL.—Biografía. Pedro Esp i n o s a . - 1 , 4-VIII.1839, n.0 22,
p. 172.
Biografía de este poeta antequerano. Nace el año 1582. El
44
duque de Medinasidonia le tomó
bajo su protección nombrándole
su capellán y posteriormente al
fundar en 1625 el Colegio de San
Alfonso en Sanlúcar de Barrameda,
le encarga de su dirección. Su
obra más importante es: Primera
parte de los poetas ilustres castellanos, Valladolid 1605. Murió
en Sanlúcar de Barrameda en
1650 a los 68 años,
86 — — Suscripciones que se admimiten en la redacción de E l Gua*
dalhorce.-2.a serie, I , 23-V.1840,
n.0, 8, p. 64.
Nota editorial de las suscripciones que se admiten en E l
Guadalhorce, son: Sab, novela
por La Peregrina, edición de lujo;
La Aureola, periódico literario
semanal de Cádiz; La Aurora,
periódico literario de Zaragoza;
La Biblioteca, también de Zara*
goza; E l Manual Tecnológico, periódico semanal de Industria,
arte y oficio de Granada y El
Conservador, periódico político, l i terario y mercantil de Sevilla.
87 Album. -2.a serie, I , 31-V1840, n.0 9; ps.71 a 72.
Artículo de noticias literarias
y teatrales. Se dá cuenta: 1.a Se
ha celebrado la quinta reunión
del Liceo de Granada en la que
leyó unos romances, titulados
De una luz a otra, el poeta Aurereliano Fernández Guerra. 2 ° De
los exámenes efectuados en el
citado Liceo por la Sociedad de
Mejora de Cárceles que fueron presidid os por el Jefe Político interino D. Antonio de Miguel; 3.° En
el teatro del Liceo de Madrid se
representa la comedia El Pastelero del (sic) Madrigal.
4.° El pintor Esquivel ha recobrado la vista; 5.° En el Liceo
de Sevilla se celebró la conferencia literaria anunciada sobre el
tema «Cuál es la influencia de la
literatura del siglo de Luis X I V
sobre la literatura española del
siglo X V I I I » ; 6.° En el techo del
teatro de Barcelona se han colocado cuatro grandes medallones con los retratos de Calderón,
Lope de Vega, Moratín y M á i quez; 7.° En el teatro de Granada
se ha presentado la compañía de
Juana Pérez con la obra A la zorra candilazo; 8.° En Barcelona
el actor Luna representó el drama de Zorrilla El zapatero y el
rey; 9 ° En Zaragoza, el día 5 el
tenor Ojeda cantó entre otras piezas el aria de Norma; 10.° El 26
en Bayona, el profesor de música
español D. Ventura Villó, dió u n
concierto en u n i ó n de sus hermanas las Srtas. Matilde y Carlota.
Finalmente
se da cuenta de
una edición madrileña de E l Diablo Cojuelo.
58 — — La moda.—2.a serie, I ,
21.VI-1840, n.0 12, ps. 95 a 96.
Detalle de la moda de señoras
y caballeros para la temporada.
89 _
_
Bibliografía. El diablo
mundo. Poema de D. José de Espronm/a.-2.a serie, I , 19-VII4840,. número 16, p. 128.
Nota bibliográfica. La obra se
publicará por Cantos formando
cada uno un tomo que se venderá a seis reales franco de portes.
Se suscribe en Málaga en la
imprenta de la Sra. Viuda de Martínez de Aguilar.
90 — — Revista de periódicos.—2.a
2.a serie, I , 26-VII-1840, n.0 17,
ps. 135 a 136.
Nota de periódicos literarios.
El Heraldo de Barcelona, E l Mosaico de Vitoria, El cisne de V a lencia, El Museo familiar de Barcelona, E l entreacto de Madrid,
El Ramillete también de Madrid
y el Semanario Popular de Barcelona.
91 — — Bibliografía.—2.^ serie, I ,
16-VIII-1840, n.0 20, p. 160.
Reseña bibliográfica del libro
de viajes de Jacinto de Salas y
45
Quiroga y del Prontuario Alfabético de Legislación y práctica compuesto por D . Pedro Carrillo y
Sancho.
92 ESCOSURA, GERÓNIMO DE LA.—NOvelas.-2.a serie, I , 3-V-1840, n.0 5,
ps. 33 a 34 y n.0 6, 10.V-1840,
ps. 41 a 42.
Artículo de crítica literaria en
en el que se censura la invasión
de novelas traducidas del francés
que son, dice, contrarías a la moral y las buenas costumbres.
tante. Cita la definición de Virgilio de la poesía pastoril: « U n
poema en el cual se representa
una acción o una pasión por sus
efectos en la vida del campo».
Tras una serie de consideraciones morales termina afirmando que hoy está muy en boga
este género de poesía.
95 — — Literatura. Petulancia.—
2.a serie, l 28-VI.1840í n.0 13,
ps. 100 a 103; 5 - V I M 8 4 0 , n.0 14,
ps. 105 a 106 y 1 2 . V I M 8 4 0 , número 15, ps. 117 a 120,
93 — — Bellezas de la naturaleza.—
2.a serie, I , 16.V.1840, n.0 7, ps. 49
a 52.
Narración en la que se critica
el engreimiento de los literatos
mediocres,
Artículo en tono seudo-filosófico en el que se hace un canto
a la belleza de las cuatro estaciones del año y a la vida del
campo.
96 — — Poesía dramática. De la
comedia.—2.a serie, I , 2 - V I I M 8 4 0 ,
n.0 18, ps, 142 a 143 y n.0 19,
5-VIII-1840, ps, 148 a 150.
94 — — De la poesía pastoril—2.a
serie, I , 24-V.1840, n.0 8, ps. 57 a
59 y n.0 9, 31.V-1840, ps. 65 a 67.
Crítica literaria. Se afirma que
la poesía pastoril es la primera
que se conoce y por tanto la que
ofrece mayor recreo al espíritu.
Considera la égloga piscatoria como derivada de la pastoril. Samnázaro transportó la escena de
los campos al mar, si bien esta
poesía es mucho menos impor46
Artículo de crítica literaria. Se
sostiene la tesis de que la obra
dramática debe ajustarse a los
principios de unidad de acción,
tiempo y lugar. Termina con
una serie de consideraciones morales sobre las piezas teatrales.
9 7 — — Costumbres. Historia de
una viuda.—2? serie, I , 16-VIII1840, n.0 20, ps. 155 a 158.
Artículo de costumbres en el
que se censura el abandono en
que dejan a sus hijas las viudas
jóvenes.
9 8 — — Literatura.—2.a serie, I ,
6.IX.1840, n.0 23, ps. 193 a 194 y
n.0 24, 13-IX-1840, ps. 195 a 196.
Aconseja a los jóvenes que se
dedican a las bellas artes que
deben enfocar sus trabajos de
conformidad con sus aptitudes.
99 — — Las chuletas a la victima
y lord Byron en Newsteau.—2.* serie,
1, 16-X.1840, n.0 29, ps. 240 a 242
y n.0 30, 25-X-1840, ps. 247 a 248
y n.0 31,1.XI.1840, ps. 251 a 253.
T r a d u c c i ó n del francés del
escrito de 5. Henry Bsrthond en el
que se cuenta u n episodio de la
vida de Byron.
100 — — Costumbres. La higa.—
2. a serie, I , 8-XI.1840, n.0 32 ps.
265 a 266 y n.0 33, 15-XI-1840,
ps, 267 a 268.
Crítica de las superticiones en
boga terminando con una diatriba a la envidia,
101 ESCUDERO Y TORRES, SALVADOR,—A Granada, poesía.—2,* serie, I , 20-IX-1840, n,0 25, ps, 206
a 207,
Canto a Granada. El primer
verso es:
Allá, entre rico pabellón de
[flores
102 ESPRONCEDA, JOSÉ,—A Torrijos y
sus compañeros, poesía.—I, 4-VIII1839, n.0 22, ps. 172 a 173.
Soneto a la muerte trágica de
Torrijos y sus compañeros. El
primer verso es:
Helos allí: junto a la mar hra[vía
47
F - G
103 FABEIRO Y CEVALLOS, S.-Letrilla,
p o e s í a - 2 . a serie, I , 12-V.1840,
n.0 7, p. 56.
Letrilla
satírica cuyo primer
verso es:
Que la moza el casamiento
104 FERNANDEZ GUERRA Y ORBE, AURELIANO.—Í4 mi madre ausente, poes í a — 2 . a serie. I , 2 0 . X I M 8 4 0 , n ú mero 38, ps, 309 a 3 1 1 .
Poema en treintainueve cuartetos. E l primer verso es:
Es todo silencio y calma
105 GANGITANO. EL.—Memorias asiá-
ticas.-l, 8-IX-1839, n.0 27. ps. 209
a 212 al n.0 43, 29-XII.1839, ps.
337 a 338.
Largo artículo sobre la religión, usos, costumbres y monumentos del A s i a meridional.
A p a r e c e ininterrumpidamente
entre los n ú m e r o s de la revista
reseñados. El autor había vivido
en estos países durante veint i ú n años.
106 G. Nf,—Aríícw/o. — 2.a serie, I ,
23.VIII-184a n." 21, p. 160.
Artículo taurino. Hace el elogio del lidiador Montes al que
49
compara con Costillares, Pedro y
José Romero, José Delgado (a) Pepeillo, Gerónimo José Cándido, Bartolomé Jiménez, Juan Conde... etc.
107 GÓMEZ DE CÁDIZ DE VELASCO,
DOLORES,—A la muerte de la señorita Carmen Laserra.—I, 8-IV-1839.
n.0 5, p. 47.
Epitafio en tres cuartetas. El
primer verso es:
Tan niña a los placeres te has
[secado
108 — — A la aurora, poesía, I ,
2.a serie, 1,12-1^1840, n.0 2, ps. 13
a 14.
Poema, canto a la aurora en
treinta y seis cuartetas. El primer verso es:
Dijo el eterno sea, y fue tu luz
109 —
—
¡Ya pasó!
poesía.—I,
2.VI-1839, n.0 13, ps. 99 a 100.
Poema en quince cuartetas en
que se canta a la juventud perdida. El primer verso es:
110 —
111 — — Juicio literario. Poesías de D . José María Bonilla.—I!1
serie, I , 20-IX-1840, n.0 25, ps. 204
a 206.
Juicio crítico de las obras de
este poeta aparecidas en u n tomo de 285 ps. en 8.° marquilla,
conteniendo a m á s de varias
composiciones poéticas, u n drama histórico en prosa y verso
titulado Don Alvaro de Luna, Condestable de Castilla.
112 GÓMEZ SANCHO, PEDRO.—A dios
G u a d a l h o r c e . - I , 31X11-1839, n ú mero 44, p. 348.
Breve y emotivo artículo en el
que se despide de la revista que
suspende su publicación y manifiesta la esperanza de su nuevo
resurgir.
¡Espiraron las risas de la infancia! 113 — — Dos palabras al GxxzádXhorce.-2.a serie, I , 5-IV-1840, n ú — La Casilda.—2? serie,
mero 1, ps. 1 a 2.
1,12.VII.1840, n.0 15, ps. 115 a
117.
Crítica de la comedia de Don
50
José María Bonilla, La Casilda.
Analiza el drama romántico, a
su juicio ya pasado de moda, y
se muestra partidaria de la comedia de costumbres tal como la
citada.
Artículo de presentación de la
segunda época de la revista, congratulándose de su renacimiento
y volviéndola a colocar bajo los
auspicios del malagueño río.
dado de Castilla, El primer ver
so es:
De Castiella a ricos ornes
114 GONZÁLEZ VALLS, MARIANO.—A
Blanca. Los besos, poesía.—2,a serie, I , 26-IV-1840, n." 4, ps. 28
a 30.
Poema
verso es:
amatorio.
El primer
¡Cuán dulce es llegar unidos!
115 — — A Blanca. La mirada,
poesía.—2.a serie I , 31-V-1840, n ú mero 9, ps. 67 a 69,
118 — — A Blanca. La verdad, poes í a . - ! . * serie, I , 30-VIII-1840, n ú mero 22, p . 183.
Poema amatorio en nueve octavas. El primer verso es:
Describe la tierra círculos
119 — — A p u n t e s históricos,
Felipe I I . ~ 2 . * serie, I , 20.IX-1840.
n,0 25, ps, 203 a 204.
Biografía de Felipe I I .
Poema a los ojos de su amada.
Dividido en dos partes cuyos
primeros versos son:
I . —Hay una lengua que habla
I I . —Sólo a una mirada ardiente
120 — — Apuntes h i s t ó r i c o s .
Doña Isabel de Osorio.—2.a serie, I ,
25.IX-1840, n,0 25. ps, 215 a 217,
116 — — La victoria, poesía,--2,a
serie, I , 12-VIM840, n.015, p, 1 1 .
Leyenda en la que se relatan
los amores de doña Isabel de Osorio con Felipe I I .
Canto heroico en cinco quintetos y dieciseis cuartetos. El primer verso es:
Cantad himnos, cantad: hin[chen el viento
121 — — A Blanca. Los suspiros,
2,a serie, I , 27-IX-1840, n.0 26,
ps. 213 a 214,
Poema amatorio en diez octavas. El primer verso es:
117 — — Trovas, poesía.--2.a serie, I , 9.VIII-1840, n.0 19, p. 139
hasta el n.0 24,13-IX.1840, ps, 196
a 197.
Trovas en romance antiguo en
que se narra la exención del con-
¡Como suspirar es grato!
122 — —
2,a serie,
p. 264.
M ú s i c a . A la noche.—
I , 8-XI.1840, n.0 32,
Tres estrofas de la canción a
la noche. Letra de Mariano González Valls, música del maestro
de capilla de la Catedral de V a lencia D. Juan Cuevas. Los primeros versos son:
l^—Bsas sombras que a tu
[sombra
3. "—Esa quietud magestuosa
4. a -Pues la libertad me roba
52
Un esclavo, canción.123
2.a serie, I , 22-XI-1840, n.8 34,
p. 277.
Poema en seis octavas en que
se canta al amor del que el p o c
ta se siente esclavo. El primer
verso es:
Huyendo voy de mí mismo
H-I
124 HENARES, EDUARDO. — (Remitido). C a r m r m c a . - I , 21-VII.1839,
n.0 20, ps. 153 a 155 y n.0 25,
25.VIII-1839, ps. 193 a 196.
Artículo encomiástico de las
aguas medicinales de este pueblo. Hace historia de la villa: el
descubrimiento de sus aguas medicinales data de fines del siglo
X V , y la historia de esta población parte del a ñ o 1658, Las dos
albercas que constituyen los célebres baños fueron construidas
en 1725.
En 1758 sólo había siete casas
y algunas chozas que albergaban a veintidós vecinos. Ac-
tualmente, es decir en 1839,
cuenta doscientas una casas, siete chozas, doscientos cinco vecinos con u n total de setecientas
setenta y cinco almas.
El año 1827 D . Carlos Fabre
D'Unoy, gobernador político y
militar de Málaga, m a n d ó construir u n carril que prolongase la
llegada desde M á l a g a hasta el
cortijo de Santicio a tres leguas de
Carratraca.
Su nombre obedece al parecido que tiene con el sonido del
repiqueteo de las castañuelas
que se tocaban a todas horas en
los continuos bailes que allí se
celebraban.
53
125 HERRERA, JOSÉ FRANCISCO,—F¿mtasía, poesía.—2." serie, I , 2-VIII1840, n.0 10, p. 144.
Poema en dieciseis cuartetas.
El primer verso es:
Veinte años de vida y pesa[dumbre
126 I . U - A ti, p o e s í a , - 2 0 - X . 1 8 3 9 ,
n.0 33, p. 260.
Poesía a una beldad malagueña. El primer verso es:
Los tonos suaves
Nota: Las iniciales corresponden a Ildefonso Marzo.
127 ITURRALDE Y GARCÍA, C.—Letril l a . - l , 7-IV.1839, n.0 5, ps. 34
a 35.
Letrilla satírica divida en siete
sextetos. El primer verso es :
¿ Yo creer que una mujer
El estribillo es:
¿No sería una locura
128 ~
—
M i trova, poesía,—I,
5-V-1839, n'0 9, p. 73.
Poema en el que se lamenta
de los desdenes de su amada.
El primer verso es:
Poema en dieciocho cuartetas,
cuyo primer verso es:
¡Oh río! que, transparente,
130 — — Romance música/.—2,a serie, I , 24-V-1840, n.0 8, ps. 63 a 64.
Seis estrofas de esta canción a
a la que pone música el maestro
Reig. Los primeros versos de cada
estrofa son:
2. a—En un jardín ¡oh recuerdo!
3. a—Yo te oía embebecido
4. a—Valiera más en la nada
5. a—¿ Y que tú has de ser feliz?
6. a—¡Cómo está el alma apeonada!
131 — — A Elisa, poesía.—2.a serie, I , 24-V.1840, n.0 8, p. 64.
Soneto amatorio cuyo primer
verso es:
Eres ¡oh Elisa! Cándida, hechicera
132 — — Una mañana de abril,
p o e s í a . - ^ . 3 serie, 19-VII- 1840,
n.0 16, p. 124.
Canto a la primavera. El primer verso es:
Ya huyó la noche en su tinie[bla envuelta
Yo adoro la belleza seductora
129 — — A un río, poesía.—2.a
serie, I , 17-V-1840, n.0 7, p. 52.
54
133 — — M ú s i c a . La ausencia.—
2.a serie, I , 16-VIII-1840, n.0 20,
ps. 159 a 160.
Letra de la segunda y tercera
estrofa de esta canción. Música
de D. Mariano Reig. Los primeros versos son:
2. a—Mi corazón amante
3. a —Vuelve, pues, hechicera
134 — — A Toledo, poesía.—2.a serie, I , 23.VIII.1840, n.0 2 1 , p. 168.
Soneto a la ciudad de Toledo.
El primer verso es:
Tajo profundo, en tu corriente
[pura
135 — — £1 desengaño, poesía,—
2.a serie, I , 25.X.1840, n.0 30,
p. 249.
Poema de acusado carácter ro.
mántico. El primer verso es:
Bella es, muy bella la rosada
[aurora
136 — — A ella, poesía.—2.a se.
rie, I , 13-XII.1840, n.0 37, p. 306.
Soneto
verso es:
amatorio.
El
primer
Sílfide bella que mi mente adora
55
J
137 (J) UAN. (B) AUTISTA. (S) ANDOVAL.—A Cervantes, poesía.—I, 30.
VI-1839, n.017, p. 133.
Soneto a Cervantes. El primer
verso es:
Siempre Cervantes la pesada
[losa
N O T A : Las iniciales corresponden a Juan Bautista Sandoval;
respetuosos, como dijimos, con
la forma de aparición en la revista de cada autor, lo incluimos
con ellas en el I N D I C E . Este escritor que colaboró ampliamente
en la 2.a serie del Guadalhorce
firmó en ella sus composiciones
sin ocultar su personalidad bajo
sus iniciales. Reaparecerá por
tanto en este I N D I C E en la letra S.
138 — — Glori y Anfriso, poes í a . - I , I-IX-1839, n.0 26, ps. 203 a
a 204.
Romance pastoril dividido en
cuatro partes, en que se narran
los tiernos amores de Glori y A n fiso. Los primeros versos son:
I . —Vertiendo aljófar la au[rora
I I . —Sentado en la verde al[fombra
I I I . —Así lamentaba Anfriso
I V . —No te quejes ay Anfriso
57
139 — — A la muerte de mi amigo
D. Rafael Zalabardo.-l, 8-1X4839,
n.0 27, ps. 215.
Poema necrológico. El primer
verso es:
Flor
142 — — La amistad, poesía.—2.a
serie, 1,30-VI1I-1840. n.0 22, p. 126.
Soneto a la amistad. El primer verso:
Mísero esclavo arrastra entre
[cadenas
que brillando entre las
[otras flores
143 — — ¡Felicidad!, poesía.—2.a
serie, I , 4-X-1840, n.0 27, p. 226.
140 — — A . M . , . , poesía. — I ,
15-IX-1839, n.0 28, ps. 220 a 221.
Poema en once cuartetas en
el que se lamenta de los desdenes de su amada. El primer verso es:
Soneto. El primer verso es:
En vano con desdenes y rigo-
res
144—
—
Sonetoalapaz.—l,í5-lX-
1839, n.0 28, p. 224.
Ten bella, compasión de un
[desgraciado
Soneto. El primer verso es:
¿Es de bélico triunfo esa alegría?
141 — — E l Guadalhorce al
Dauro, p o e s í a — I , 8-XIII-1839, n.0
40, p. 316.
Poema en cuatro octavas en
el que el Guadalhorce se dirige
al río granadino y después de
alabarle, le dice no siente envidia pues: tengo mis hermos&s que
ese es el goce mayor. Los primeros
versos son:
I—Bañas, Dauro, cien jardi-
nes
I I . — Cabe tu orilla se eleva
I I I . —Dichoso Dauro te juzgas
IV. —No envidio no, tus jardines
58
145 —
—
Improvisación, poesía.—
I , 30.VI-1839, n.0 17, p. 134.
Letrilla satírica contra la censura. El primer verso es:
Que el periódico de un trueno
[bueno
146 JUÁREZ Y QUENN, B.—El álbum.—
I , 24-111-1839, n.0 3, ps. 17 a 18.
Artículo en el que se afirma
que la movilidad de los tiempos
modernos hace que el hombre
para poder guardar los recuerdos
agradables de su agitada vida, los
amontona en el «libro blanco de
la vida» (sic) que es el álbum.
147 LIROLA, B.—Bellas Artes.—2.a serie, I , 28.VI.1840. n.0 13 ps. 98
a 100.
149 —
Bellas
Artes.
Arqui-
serie, I , 26-VII-1840,
n.0 17, ps. 131 a 133.
Artículo en el que se sostiene
el enlace que existe entre todas
las bellas artes. Se estima que el
origen c o m ú n es la naturaleza
del hombre y que su destino es
expresar las ideas, las aficiones
y las creencias dominantes.
Artículo en el que se analiza
la arquitectura griega y romana,
que dice, están fundadas sobre
reglas fijas de proporción. De la
arquitectura española nos habla
del estilo churrigueresco presidido por el mal gusto e influenciado por el culteranismo de la
época. Termina analizando el
palacio árabe y la puerta de la
Alhamhra granadina.
148 — — Bellas Artes, Pintura.—
2.a serie, I , 12-VII-1840, n.0 15,
ps. 113 a 114.
Artículo en el que se califica
a la pintura como la más agradable y útil de las bellas artes.
—
tectum.—l?
150
—
Bellas Artes. Escultu-
59
^ . - 2 / serie, I , 2^111-1840, n.0 18,
ps. 137 a 139.
La escultura, dice, es tan antigua como el hombre. El primer
objeto de esta arte es el hombre
mismo. Afirma que los griegos
llevaron la escultura a su máxima expresión de belleza y armonía. Cita a Fidias, Escopas y Paxiteles. Termina afirmando que
es preciso que el artista exprese
con el cincel sus ideas propias y
las convicciones de su siglo.
151 — — Bellas Artes. M ú s í c a . 2.a serie, I , 9-VIII-1840, n.0 19,
ps. 145 a 147.
Artículo en el que se califica
a la música como la más superior de todas las artes.
152 — — Moral. El suicidio.—2.*
serie, I , 4-X-1840, n.0 27, ps. 219
a 222.
Narra un hecho que dice real:
Antonio, joven rico, se enamora
y casa con Rosalía de cuyo ma-
60
trimonio tienen un hijo. Antonio
se vé precisado a marchar a la
capital para resolver asuntos familiares y allí contrae amistades
perniciosas que le llevan por la
senda del vicio. Arruinado vuelve al pueblo y en u n arranque
de desesperación se suicida. Rosalía al verle negado el entierro
en sagrado a su marido, pierde
el juicio.
153 — — Moral. Todo es enredos
amor—2.a serie, I , 15-XI-1840,
n.0 32, ps. 268 a 271.
Crítica el amor al dinero causa de toda suerte de enredos y
males.
154 LÓPEZ
PELEGRÍN, SANTOS.—H
hombre. O d a . - I , 18-VIII-1839, n.0
24, ps. 187 a 189.
Oda filosófico-religiosa en cuarenta y dos quintetos. El primer
verso es:
¿ Y fue Dios de bondad?... de
[tu alb¿> trono.
M - N
155 U . - B i o g r a f í a . I , 24-111-1839, n.0
3, p. 24.
Biografía de Aben-hitar, E l Beitar o Yhum-El Beithar. Nació en
Benana, pueblo de las cercanías
de Málaga. Viajó por todo el
mundo conocido, siendo nombrado primer médico de Egipto
por Saladino 7 y su sucesor Melec-el-Kamil, soldán de Damasco
le hizo director general de sus
jardines.
Vuelto lleno de riquezas a
Málaga, escribió una obra con
el título de Colección de medicamentos simples, que se conserva
manuscrita en la biblioteca de
£1 Escorial.
Fue historiador de su vida
Albupharaggio. Según unos murió en Damasco en la egira 646
y según otros en Málaga el año
1248.
156 — •— Biografía, D . Bernardo
Gálvez.—l, 5-V-1839, n.0 9, ps. 70
a 71.
Don Bernardo Gálvez, nació en
M á l a g a en 1756 escogiendo la
carrera de las armas. M a r c h ó con
el general O'Relly a la expedición contra A r g e l , donde se distinguió por su valentía y notables dotes castrenses, siendo
nombrado mariscal de campo a
61
los veinticuatro años. Destinado
como segundo del gobernador de
L a Luisíana en estas posesiones
contrajo matrimonio con la hija
de u n acaudalado comerciante
francés. Llamado el gobernador a
otros destinos, le reemplazó Gálvez distinguiéndose por sus acertadas medidas de gobierno. En
1780 al estallar la guerra en
A m é r i c a , Gálvez, fué nombrado
para mandar una expedición contra Las Floridas rechazando a
los ingleses y entrando finalmente victorioso en Panzacola en
1781. En 1783 al firmarse la paz,
fué nombrado Conde, Teniente
General del Ejército y Virrey de
M é x i c o . Falleció en un accidente de caza en 1794.
157 — — Biografía. D. Vicente Espinel.-l, 20.X.1839, n.033, ps. 257
a 258.
Biografía de Espinel, destaca
su aportación a la perfección de
la guitarra a la que como es sabido añadió la quinta cuerda. Hace resaltar el carácter autobiográfico de su Vida del escudero
Marcos de Obregón.
Nota: Los artículos hasta aquí
reseñados con M . . . (tal como aparece en la revista) son sin duda
debidos a la pluma de Ildefonso
Marzo.
158 MARZO, ILDEFONSO.—//istom de
62
M á l a g a . - l , 10-111-1839, n . 0 l , ps. 4
a 7, siguiendo ininterrumpidamente en todos los n ú m e r o s hasta el
n.0 44 de 31-XII-1839, ps. 345 a
347 en que termina la primera serie de la Revista.
Historia de Málaga, dividida
en tres épocas. La primera desde
la fundación de Málaga hasta la
Málaga Goda, la segunda: desde la invasión árabe hasta la rendición a los Reyes Católicos y por
último, desde los repartimientos
hasta el día,
159 — — Literatura de los árabes.—
I , 14-IV-1839, n.0 6, ps. 40 a 44.
Afirma que los primeros musulmanes no conocieron más l i bro que el Koram hasta que ocuparon el trono de Aly los Ommiaditas, Moavia, su jefe, era
gran aficionado a la poesía. Posteriormente los Abbasidas patrocinaron las ciencias y Almamon
las leyes, la filosofía y la Astronomía.
En España es donde más resplandeció la sabiduría árabe. Metuahel A l Allasi, rey de Granada
en el siglo X I I , poseía una magnífica biblioteca, cuyos restos se
conservan en la de E l Escorial.
Afirma que la Arabia ha producido más poetas que todo el
resto del mundo. Cita a Zaoir,
cuyo poema en alabanza de M a -
homo, se encuentra en E l Escorial. En el siglo X Almonstabbi
fué apellidado príncipe de la poesía oriental.
Dice que aun cuando no puedan compararse sus composiciones poéticas a las de los griegos
y latinos están sin embargo llenas de alegorías con gran belleza
en las imágenes., sutileza en los
pensamientos y elegancia en la
expresión.
Termina con infinidad de citas de poetas, médicos, astrólogos... etc., afirmando que actualmente la cultura musulmana ha
caído notablemente.
160 — — Costumbres de A n dalucía. Venga de ahí.—l, 28-IV1839, n.0 8, ps. 61 a 62,
Artículo en el que se describen las costumbres del contrabandista andaluz,
161 — — Wzshington y Bounaparte, fragmentos de Chateaubriand.—
I , 26-111-1839, n,0 12, ps. 89 a 9 1 .
T r a d u c c i ó n libre del francés
de u n fragmento de Chateaubriand.
162 — — Nobleza y amor. Suceso
histórico, p o e s í a . - I , 9-VI.1839, n.0
14, ps. 106 a 109.
Poema en cuatro partes en que
se narra la lamentación de un
moro ante el castellano que le había hecho prisionero. El castellano le deja i r a desposarse bajo
palabra de vuelta. Vuelve, en
efecto, a constituirse prisionero
pero en compañía de su amada.
El cristiano ante tanta nobleza
les concede la libertad. Los primeros versos son:
I.—Radiante de gloria, de
[vida lozano,
11.—Joven, dime, porque lloras
IH.— Un antiguo torreón
IV.—Era el palacio de Ronda
163 — — Alhaurín el Grande.—I,
7-VII-1839, n,0 18, ps. 140 a 142.
Artículo histórico-descriptivo
de esta villa. Según D. Miguel
Cortés y López, es de origen romano. Su nombre era Audorizae
siendo la última ciudad que Plinio designa entre las estipendiarías correspondientes al convento jurídico de Cádiz.
Describe la situación e interior del pueblo destacando la
costumbre, que critica, de efectuar en Semana Santa la representación de las escenas de la
pasión de Ntro. Sr.
164LaAlhambra.-ll&Vll
1839, n." 2 1 , ps. 161 a 162.
Artículo histórico descriptivo
de la Alhambra. Fue fundada en
63
1238 por Mohammar ben Alhamar, terminándola su sucesor
Ahul Agis. Finalmente hace una
amplia descripción del monumento y paisaje que la rodea,
165 — — E l Palacio Episcopal.—
I , 18.VIII.1839, n.0 24, p. 187.
Fue construido a expensas de
D. José Franquis Laso de Castilla
en 1772. De estilo churrigueresco es obra del arquitecto D. A n tonio Ramos.
procede del hebreo Arai, montaña, o Arunda, la montañosa. En
opinión del autor, la célebre
Acinipo nombrada Ronda la vieja no puede confundirse con
Ronda que estima es de fundadación celtíbera y por tanto anterior.
169 — — Castillo de Gauzin. — l ,
13.X-1839, n.0 32, ps. 254 a 255.
Artículo en tonos altisonantes en que se cantan las excelencias del ser virtuoso,
Artículo histórico-descriptivo
de Gaucín y su castillo. El nombre de Gaucín se deriba del árabe
Gar Gauzin o Gauzin al poniente.
En tiempos de los zarracenos fue
capital de diesisiete pueblos que
le estaban sometidos. Fue conquistado con todos sus pueblos
en Junio de 1485 al ocupar Ron*
da las tropas cristianas.
167 — — La hacienda de San Rafael o una comida de campo,—l, 1-IX1839, n,0 28, ps. 218 a 219,
170 — — La antigua Cartima.—l,
20-X.1839, n.0 33, ps. 260 a 262
y n.0 34, 27.X-1839, ps. 265 a 267.
Artículo en el que se describen las peripecias de una excursión campera a la hacienda de
San Rafael propiedad de la familia del cónsul de Prusia.
Artículo histórico.descriptivo
de la villa de Cártama. La étimo,
logia de su nombre es fenicia,
Carthat que quiere decir en len.
gua púnica ciudad escondida.
A d q u i r i ó gran importancia en la
época romana siendo ocupada
per infinidad de familias entre
la que destacaba la rica opulenta
Rústica que se llamaba también
Junia sacerdotisa perpetua y p r i n .
cipal del municipio de Cartima.
166 — — L a virtud, Contemplación filosófica.-l. 1.VIII.1839, n.0
26, ps. 201 a 202.
168 — - - Descripción de Ronda.—
I , 22-IX.1839, n.0 29, ps. 225 a 228.
Descripción e historia compendiada de la ciudad de Ron*
da. La etimología de su nombre
64
Son notabilísimos los restos romanos que se encuentran en
ella.
171 — — La creación, poesía,—I,
3-XI.1839, n.0 38, ps 275 a 277.
Poema
tes sobre
dividido
primeros
en tonos grandilocuenla creación del mundo,
t n cinco partes cuyos
versos son:
I.—Era la eternidad... l a ñ o [che densa
II.—De verdor y lozanía
I I I . —Faltaba empero un ser,
[que modelado
IV. —El hombre había nacido
[y a su lado
V.—El crimen la escuchaba...
[el crimen vino
172 —
—
M u n d a h é t i c a . —• I ,
17-XI.1839, n.0 37 ps. 293 a 294
para finalizar en el n.0, 40, 8-XII1839, ps. 313 a 315.
Artículo en el que se pretende demostrar que la Munda Bética de los romanos es el pueblo
malagueño de Monda.
173 — — La puerta del juicio de la
Alhambra.-l, l.XII-1839, n.0 39,
p. 305.
Fue edificada por Abulhaggent,
terminándose el 4 de abril de
1348.
174 — — El patio de los leones.—
I , 22.XII-1839, n.0 42, ps. 329
a 330.
Canto lírico en prosa al patio
de los leones de la Alhambra.
X 7 5 — — La Alcazaba.—2? serie,
I , 5-IV4840, n . 0 l , ps. 6 a 7 .
Artículo en tonos líricos dedicado a la alcazaba malagueña.
176 — — Literatura de la edad med i a . - ! ? serie, I , 5-IV-1840, n.0 1,
p. 8, finalizando en el n.0 2, 12-IV1840, ps. 12 a 13.
Artículo de historia literaria.
Arranca de los versos leoninos de
León Parisiense, Estudia la obra
de Simplicio y Ammonio, subraya
la labor del primero en sus comentarios a Aristóteles, en cuanto
a Ammonio, dice, dió ampliación
a la lógica del célebre Paripatético.
Continua con Juan el *gramático» en cuyo tiempo por orden
de Ornar fué quemada la célebre
biblioteca de Alejandría. Seguidamente nos habla del tLexicon» de Suidas, Juan Stoveo, Phoció y su célebre «diario de sus
estudios». Califica a Miguel Psello
como uno de los primeros sabios
de su época. Cita al sabio obispo
de Tsalonica, Eustaquio que
compiló la Iliada y la Odisea.
65
Prosigue su erudito trabajo
con el estudio, entre otras, de las
obras de Eustrato metropolitano
de Nicea, Plamdes, Niceta... etc.,
hasta llegar a la literatura árabe
que considera de la edad media.
De esta se detiene en la obra de
Abulpheda, Abulpharagio, señalando el apasionamiento árabe
por las fábulas y alegorías y su
interés, no menor, por la medicina y la astrología, citando a
Razis y Avicena en la ciencia química, Albucasi en la cirugía,
Avenzoar, en la farmacia y al sabio Averroes, afirmando que de
aquel foco luminoso (síc) produjeron los latinos o francos últimos escritores que ilustran la
edad media.
Habla de los viajes por Arabia y Egipto del monje Adelardo
del francés Gerberto elevado a la
silla pontificia con el nombre de
Silvestre I I .
Continua con Dante, Bocaccio,
Petrarca... cuyas obras analiza,
terminando su estudio con la
afirmación de que en esta época
«se mezcló de una manera extraña la galantería, la religión y el
valor, hasta formar ese fanatismo que con tanta gracia y tino
fue la crítica de Cervantes».
177 — — Patio principal del palacio episcopal de Málaga.—2.a serie,
I . 3.V.1840, n.0 5, p. 40.
66
Descripción del palacio episcopal de Málaga.
178 — — El monasterio de Monserrate.-2.* serie, I , 31-V-1840, n.0 9,
ps. 70 a 7 1 .
Según el autor, unos pastores
de Monistral encontraron el año
880 una imagen de la Virgen; sabedor del hallazgo el Conde de
Barcelona Wifredo el velloso fundó
el monasterio de Monserrate bajo
la dirección y vigilancia de su
hija Reschilda. Su sucesor Borrel,
el año 976 retiró a las monjas
estableciendo en su lugar a los
Beni os de Ripoll. En 1410 era u n
priorato importante regido por
u n abad. Ultimamente la revolución destruyó el santuario.
179 — — A s t r o n o m í a . La L u na.-!.* serie, I , 14.VI.1840, n.0 1 1 ,
ps. 81 a 84.
Empieza analizando los cono,
cimientos astronómicos de babiIonios y egipcios y sobre todo de
los caldeos que especialmente
señalaron la mayor proximidad
de la Luna a nuestro planeta en
relación con los demás astros.
Habla de Galileo, Flausteed y Newton para terminar estimando que
ninguno igualó al inglés Herschell descubridor del astro de su
nombre y perfeccionador del telescopio. Tras una completa des-
crípción de los conocimientos
que de la Luna se tenían en la
época, finaliza detallando la i n fluencia que esta ha ejercido desde los pueblos primitivos, en las
costumbres y superticiones de la
humanidad.
180 — — Moros y cristianos.—2.a
serie, I 21.VI.1840, n.0 12 ps. 91
a 93.
Romance en el que se describe la costumbre de celebrar en
la malagueña calle de la Victoria
fiestas de moros y cristianos. El
primer verso es:
Probaré si en un romance
181 — — A la exhumación de los
restos de Napoleón.—2.a serie, I , 28VI.1840, n.013. p. 104.
Soneto a Napoleón. El primer
verso es:
Aquel gran capitán que el si[glo aclama
182 — — Panteón de la Victoria.—
2 a serie, I , 28-VI-1840, n.0 13.
p. 104.
Descripción del p a n t e ó n de la
Victoria eregido por D . José Guerrero y Chavarino, conde de Buenavista y Vizconde la Victoria.
183 —
—
Málaga
en
el siglo
X V . Hamet el Zegri.—l.* serie, I ,
2.VIII-1840, n.0 18, ps. 140 a 142.
Leyenda romántica dividida
en tres partes. En la primera,
Zoraida se lamenta ante Hamet
de la suerte que a éste le espera
ante el empuje conquistador de
los cristianos. Hamet, la dice no
tema pues el peligro no es tan
inminente como presiente su ternura.
En la segunda parte se describe el cerco de M á l a g a por los
Reyes Católicos. Finalmente la tercera parte acaba con el entierro
de los dos enamorados ya M á laga en poder de los cristianos.
184 — — La torre de Gomares.—2.a
serie, I , 9.VIII-1840, n.0 19, ps. 139
a 140.
Esta torre, es, dice, una de
las mejores manifestaciones de la
arquitectura árabe en España.
Su nombre se deriva de Gomaraggia que es el técnico de la labor de persiana de sus adornos.
185 — — El cementerio inglés.—2.a
serie, I , 23-VIII-1840, n.0 2 1 , ps.
167 a 168.
Descripción del cementerio i n glés de Málaga.
186 — — Provincia de Málaga.
Geografía. --2.a serie, I , 30-VIII-
67
1840, n.0 22, ps. 179 a 181, continuando en los n ú m e r o s restantes
para terminar en el n,0 36, 6-XII1840, ps. 291 a 292.
Descripción geográfica de la
provincia de M á l a g a .
Leves Vizcaíno por Núñez de Lara
en 1452.
191 M . E. T.-Cuento m o r a l - l , 22-IX.
1839, n.0 29, 228 a 229 y n.0 30,
29-IX-1839, ps. 233 a 235.
Cuento en tonos patéticos.
187 — — Bella V i s t a . Costum¿res.-2.a serie, I , 6-IX-1840. n.0 23,
ps. 191 a 192.
Descripción de las romerías
que suelen organizarse saliendo
generalmente de la Victoria o
puerta de Vélez para almorzar en
Bellavista.
188 — — M i s reflexiones sobre el
amor.-l.11 serie, I , 18.X-1840, n.0
29, ps. 235 a 237.
Artículo de consideraciones
morales sobre el amor.
192 MEGZ-OCHOA. — E l pedante.—I,
10-111-1839, n . 0 l , p s . 7 y 8 .
Crítica de la pedantería. Califica al pedante de: «metáfora sublime, el figurín de todas las clases».
193 MENDOZA, lAMiih—Romance.-I,
24-111-1839, n.0 3, ps. 18 a 19.
Largo
romance cuyo primer
verso es:
Cruzan estrellado cielo
189 — — E l Guadalhorce, poes í a . - ^ 3 serie, I , 25-X-1840, n.0 30,
ps. 246 a 247.
194 — —
A una fuente, poesía.—
I , 28.IV-1839, n.0 8, ps. 60 a 6 1 .
Poema al río Guadalhorce.
El primer verso es:
¡Fuente cristalina y pura/
Nublados
espesos, los silvos
[del viento
190 — — El árbol de Guemica.—
2.a serie, I , 15-XI.1840, n.0 32,
p. 272.
Glosa de la promulgación al
pie de este árbol del Código de
68
Poema. El primer verso es:
195 — — A l anciano, poesía.—I,
12.V-1839, n.0 10, ps. 78 a 80.
Poema en que u n anciano reclama al d u e ñ o y señor del castillo a su hija que estaba secuestrada. Finalmente es devuelta a
su padre. Los primeros versos
son:
I.—Era una noche serena
II.—Huya la noche medrosa
III.—Ya la tarde declinaba
196 —
—
E l porvenir, poesía.—I,
2-VI4839. n.013, p. 99.
Poema en trece cuartetos. El
200 — — Una noche, poesía.—2.'
serie, I , 5-IV-1840, n.0 1, ps. 5 a 6.
Poema en treintaicuatro cuartetas. Meditación a la noche. El
primer verso es:
No se ve el sol espléndido y rabiante
primer verso es:
¿Quien eres porvenir, que así
[mi frente
201 — — Elvira, canto.—2.a serie, I , 26-IV-1840, n.0 4, ps. 26
a 28.
197 — — A mi madre, poesía.—
I , 23-VI-1839, n.0 16, ps. 123 a 125.
Canto lírico en prosa a Elvira.
Largo poema en el que la autotora solícita p e r d ó n de su madre
ante su lecho mortuorio. El primer verso es:
202 — — Una Inés por otra Inés,
romance.—2.a serie, I , l-VII-1840,
n.0 14, ps. 107 a 109.
Nacía un sol entre eclages de
[oro
198 — — A un bosque, poesía.—
I , 14-VII-1839, n.0 19, ps. 147
a 148.
Poesía romántica.
verso es:
El primer
Salve, frondoso bosque, en que
[días
199 — — M i esperanza, poesía.—
I , 6.X.1839, n.0 3 1 , p. 244.
Poema en dieciocho cuartetas
en que se lamenta la pérdida de
las esperanzas e ilusiones de la
juventud. El primer verso es:
¿Que es para mí esa luna pla-
ceada
Romance dividido en tres partes: D. Juan, cansado de su esposa doña Inés, pone su corazón en
otra bella del mismo nombre la
que le niega sus favores por no
transigir en ser su querida, Don
Pedro, enamorado de la esposa
de D. Juan, la requiere, y esta
duda entre su v i r t u d y la venganza. Los primeros versos son:
I . —Es Inés tan pura y bella
I I . - L a noche era pura, callada, serena
III.—Parece que el mundo
[duerme
203 — — A l mar, poesía.—2.a serie, 4-X-1840, n.0 27, ps. 222 a 223.
Poema al mar dividido en tres
69
jDartés
son:
cuyos
primeros Versos
¡.--¿Quien eres tú, gigante,
[que dormido?
II.—¡Oh marl que rueden tus
{ondas
III.—Tú, que miras el sol es[plendoroso
207 •— — Romance rñorisco, p o é sía.—2.a serie, 1,16-Viri.l840, n.0
20, ps. 158 a 159.
Romance morisco: Zaida, sufre prisión a manos de Muza.
Almanzor con otros cien partidarios ataca la fortaleza y la l i berta. El primer verso es:
Con tres alcaides de guarda
204 MENENDEZ, A . — A l Betis, poesía. ~2.a serie, I , 19.IV4840, n.0 4,
p.32.
Letra de la canción el pescador. Música del maestro Capilla.
El primer verso es:
Por adular sus pasiones
205 — —
2.a serie,
p. 32.
E l pescador, canción, —
I , 26-IV-1840, n.0 4,
Letra de la canción el pescador.
Música del maestro Capilla. El
primer verso es:
Por adular sus pasiones
206 —
Quico y Maruja, poes í a . - 2 . a serie, I , 10-V.1840, n.0 6,
ps. 42 a 44.
Poema en que se describen
los amores de Quico y Maruja.
Está dividido en tres partes cuyos primeros versos son:
I.—Tosco jergón de aspillera
II.—Abre esa puerta Maruja
III.—Entra el galán descom[puesto
70
208 — — La Escomunión, poesía.—
I , n.037, ps. 290 a 2 9 1 .
Poema: D. Pedro el cruel pasea
en compañía de Pero Guzmán
por la ribera del Guadalquivir
lamentándose de la traición de
su hermano Enrique, cuando se
acerca una bata y desde ella u n
arzobispo después de reconvenirle por sus crueldades le anatematiza con la óx-comunión.
Nota: Menendez era actor de la
compañía dramática.
209 M . G.—El pedante marítimo. I ,
13-X.1839, n.0 32, ps. 249 a 2 5 1 .
Descripción de la vida y costumbres de este «tipo» (sic) que
florece en los puertos de mar.
210 MIGUEL, ANTONIO DE.—A Amalia, poesía.—2.a serie, I , 3-V-1840,
n.ü 5, p. 37.
Poema en trece cuartetos. E l
primer verso es:
Hubo un tiempo ejemplo sea
211 MITJANA, RAFAEL (HIJO),—La lágrima por lord Byron, traducción del
francés.-1,17-111-1839, n.0 2, p. 16.
T r a d u c c i ó n en prosa del poema del poema de Byron.
2 1 2 — — Arturo de Artal.-1,7-TV1839, n.05f ps. 4 4 a 4 6 .
Leyenda. Arturo, señor del
castillo de Artal, contrae matrimonio con Matilde, hija del conde de Edal. Marcha a las cruzadas dejando a su esposa al cuidado de su fiel criado Edmundo.
Vuelve al cabo de dos años, cargado de laureles y encuentra el
castillo convertido en ruinas.
Pide, colérico, cuentas a Edmundo y éste le dice que Hemman
de Valum, el terrible guerrero de
la negra armadura, avaro de r i quezas asaltó el castillo desmantelándolo y matando a Matilde.
Arturo reta en duelo caballeresco
a Hermán, al que mata exclamando «Matilde, ya estás vengada».
213 — — Oh tú que me has sido
arrebatada en la flor de la belleza.—\,
26-V-1839, n.012. p. 95.
Trascripción en prosa del poe-*
ma de Byron.
215 — — A Batilde, poesía.—I,
22-IV-1839, n.0 29, p. 228.
Poema amoroso en catorce
cuartetas. El primer verso es:
Ven, oh Batilde, ven
216 — — M i Elvira, poesía.—1,
13-X-1839, n,0 32, p, 255.
Poema amatorio en cinco octavas cuyos primeros versos
son:
I . —Miradla, miradla allí
I I . —Que vale el brillante oro
I I I . —Cual el refulgente astro
I V . —Así Elvira ardientes rabos
V. —¿Que beldad no envidiaría
217 MONTADAS, J,—La noche, poesía.—2.a serie, I , 19-IV.1840, n.0 3,
ps, 21 a 22.
Poema en veintidós cuartetas
dedicado a la noche. El primer
verso es:
¡Oh noche, que hermosa eres!
T r a n s c r i p c i ó n en prosa de un
poema de Byron.
218 — — La fuente del prado, poes í a . - I , 23.Vni-1840/ n,0 2 1 , ps,
166 a 167,
214 — — M i alma está triste.—I,
7.VII-1839, n.0 29, p. 228.
Poema a imitación de Lamartine. El primer verso es:
71
En tu cristal sereno y transpa[rente
219 — — A l genio, soneto a mi
amiga La Peregrina.—2.a serie, I ,
1.XI.1840, n.0 3 1 , p. 256.
Soneto, El primer verso es:
Bate tus alas y con raudo vuelo
220 MONTUFAR, ] . —Lamentos de un
pastor, poesía.—I, 15-IX-1840, n.0
28, ps. 219 a 220.
Poema bucólico. El primer verso es.
Puro y cristalino río
fantástico.—I,
24-111-1839, n.6 3,
ps. 19 a 22.
Cuento de brujas y hechicería. U n joven recibe u n misterioso pergamino citándole en la
«cueva del diablo». Acude a la
cita y sufre apariciones de brujas y del propio demonio en figura de macho cabrio. Pasada la
noche, con el alba terminan las
apariciones y nuestro héroe, perdido el juicio, muere dos años
después.
223 —
—
Nada. -
I , 7.IV-1839,
n,0 5, ps, 38 a 39.
Historieta cómica.
221 M . DE S.—El chino.—2.a serie, I ,
23.VIII-1840, n.0 21, ps. 161 a 164.
Cuento. En u n taller de dibujo se suscita una discusión entre las alumnas a propósito de
una afirmación contenida en una
obra de / . /. Rouseau en el sentido de que si por un simple acto
de voluntad se pudiera hacer
morir en el interior de la C h i n a
a u n rico mandarín y apropiarse
de sus bienes, pocos hombres
habría que no lo hicieran. Tras
una hora de discusión, entretenidas con la charla no han dado
una pincelada,
222 NAVARRO Y SIERRA, J.—Cuento
72
224 —
—
Ricardo
de Nisa. — I ,
12-V-1839, n,0 10, ps, 80 a 82,
Leyenda romántica, Ricardo de
Nisa, contrae matrimonio con
Marta, hija del conde de Oronto.
A los dos años, a consecuencia
del parto de una hija, fallece
Marta dejando a Ricardo inconsolable. Deseando aturdirse se
lanza a una vida de disipación,
Elia, su hija, halla consuelo al
abandono en que se encuentra
en el amor de Lido heredero de
una noble familia. El día de la
boda, Ricardo se presenta con
los vestidos en desorden y trans-
tornado por el alcohol. Lido procura retirarlo de la estancia y el
conde enfurecido le amenaza
con su daga. Lido huye por respeto a su amada, pero al día
siguiente u n criado del conde le
entrega una esquela retándole a
duelo. Niégase Lido, pero al ser
atacado por el conde se ve obligado a matarlo. Todos ignoran
el motivo de la muerte del conde, que pasa por suicidio y éste
al morir bendice los amores de
Elia con su matador.
73
0 - P
225 OLONA, L. DJL.—EI anciano, recuerdos de la juventud, poema.—I,
7.IV.1839, n.0 5, p. 46.
Poema en diecisiete cuartetos.
El primer verso es:
Instantes en que cifraba
226 OZMAR. —- Otra vez al Guadalhorce, o sea la redacción de un periódico.-l, 23-VI4839, n.0 16, ps.
121 a 123.
Artículo en el que se hace una
referencia a toda la labor realizada en los n ú m e r o s publicados
de la levista y se solicita nuevamente protección a las ninfas
del río.
Nota: el seudónimo corresponde al escritor José de Medina
y Aguayo.
227 — — Filosofía de las máscar a s - ! . * serie, I , 3-V-1840, n.05,
ps. 35 a 37,
Artículo de tonos morales.
228 PEREGRINA, LA.—La primavera,
p o e s í a . - 2 . a serie, I , 24-V.1840, n.0
8, ps. 59 a 60.
Canto a la primavera en trece
cuartetos. El primer verso es:
Huyó el invierno sañudo
Nota: el s e u d ó n i m o «La Pere75
grina» oculta a la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda.
229 — — En una tarde del mes de
Julio en Sevilla, poesía.—2,a serie, I ,
16.VIII.1840, n.0 20, p. 158.
233 — — E d u c a c i ó n . — I ,
1839, n.012, ps. 93 a 95.
26-V-
Artículo en tono pedagógico
dirigido principalmente a la en.
señanza del dibujo y la música.
Poema a u n atardecer en Sev i l l a . E l primer verso es:
234 — — Trages del siglo X V I I I . I , 2.VI.1839, n." 13, p. 100.
Tiende ¡Oh noche! tu manto
[sombrío
Descripción del traje andaluz
del siglo X V I I I .
230 — — A u n niño, dormido, poes í a . - 2 . a serie, I , 8.XI.1840, n.0 32,
ps. 261 a 262.
235 — — Fuente de mármol de la
Alameda.-l, 16.VI.1839, n.0 15,
p. 118.
Largo poema al s u e ñ o de u n
n i ñ o . E l primer verso es:
Esta fuente viniendo de G é nova, cayó en poder del famoso
pirata Barbarroja de quien la rescató D . Bernardino de Mendoza
comandante de nuestras galeras,
que la trajo a M á l a g a .
Primeramente estuvo colocada
en la hoy, Plaza de la Constitución de donde por acuerdo del
Cabildo de 14 de Febrero de
1807, a invitación del mariscal
de campo D. Teodoro Reding gobernador político y militar de la
ciudad fue colocada en la Alameda.
Nota: Actualmente (1961) esta fuente se halla en la rotonda
del parque.
Duerme tranquilo, inocente
231 — — M i mal, soneto.—2.a
serie, I , 6-XII.1840, n'0 36, p. 295.
Soneto. El primer verso es:
En vano ansiosa tu amistad pro[cura
232 (P) EDRO. (G) OMEZ. (S) ANCHO.—
El guarda de camino. — I , 19-111.1839,
n.0 1 1 , ps. 84 a 85.
Artículo de costumbres anda,
luzas en el que se describe la
vida del guarda de caminos, profesión que generalmente ejerce
el antiguo contrabandista o mat ó n de oficio. Detalla sus eostumbres, indumentaria... etc.
76
236 — — Biografía extranjera.
/ . Feminore Cooper.—l, 23'VI.1839,
n.0 16, ps. 125 a 127.
Biografía de éste celebre escritor.
237 — — Fachada del Sagrario.—
I , 30-VI.1839, n.0 17, ps. 132.
A l erigirse Iglesia en 1488 la
mezquita mayor, se e n s a n c h ó y
varió. La puerta principal de la
mezquita estaba precisamente
donde se encuentra la fachada
del Sagrario. A principios del siglo X V I , antes de la construcción de nueva catedral, el obispo
de Málaga, D . Diego Ramírez de
Villaescusa, inició la construcción de esta portada que vino a
concluirse en tiempos del patriarca de Alejandría y obispo
M á l a g a D. César Riario. Es de
carácter gótico (sic).
238 —
— La Aduana nueva.—I,
14-VII-1839, n.019, p. 149.
La construcción de este edificio fue aprobada por Carlos I I I
en 1787. Los planos fueron ejecutados por el director de la Real
Academia de San Fernando Don
Manuel Martín Rodríguez. La
obra principió bajo la dirección
de D . Pedro Ortega Monroy actuando como arquitecto encargado D. Miguel del Castillo. En
1810 fué suspendida continuándose en 1826 por petición del
Real Consulado de Málaga bajo la
dirección del arquitecto D. Pedro
Nolasco Ventura. Se terminó el
edificio en 1829 destinándose a
fábrica de tabacos hasta que en
1839 se centralizaron en todas
las dependencias de las rentas
públicas cumpliendo asi el objeto para que fué creado.
239 —
—
Tipos de Málaga,
c h a r r á n . - l , 28-VII-1839,
ps, 165 a 167.
fí
n.0 2 1 ,
Artículo en el que se describen las costumbres de este personaje, típico de las playas malagueñas.
240 — — Costumbres. Baños de
mar.-l,
l l - V I I I - 1 8 3 9 , n.0 23,
ps. 180 a 182.
Artículo en el que se describen las costumbres malagueñas
en relación con los baños estivales de mar. Hace una serie de
consideraciones morales a este
respecto.
241 ~
— El fatuo.—I, 23.VIII1839, n.0 25, ps. 197 a 198.
Artículo de costumbres en el
que se afirma que hay personas
que solo viven dichosos en la
fatuidad.
242 — — Costumbres. La pescad e r í a . - I , 8.IX-1839, n.0 27, ps. 213
a 215.
77
Descripción de la pescadería
malagueña. Se dibujan, los tipos,
tratos, costumbres... etc.
243 — — Costumbres. La vendeja.-l, 29.1X4839, n.0 30, ps.
236 a 238.
Descripción de las faenas de
la «vendeja» peculiarísimas de
Málaga.
244 - — Costumbres. Un paseo por el muelle viejo.—i, 6-X-1839,
n.0 3 1 , ps. 244 a 246.
Descripción de la costumbre
de pasear por el muelle viejo.
Nota: dicho muelle es el hoy
Paseo de la Farola.
245 — — Costumbres. Toros y
dramas.-l, 27.X-1839, n.0 34, ps.
269 a 271.
Descripción y crítica
78
de las
escenas de antes, y después de
las corridas de toros.
246 — — Costumbres. Las casas de cabildo y el Ayuntamiento.—I,
3.XI-1839, n.0 38, ps. 277 a 279.
Descripción de las escenas que
a diario ocurren en la antigua
Plaza Real, hoy de la Constitución, donde se levanta la casaayuntamiento, que fue construida el año 1561.
247 £/ito«u-I,10-XI-1839,
n.038, ps. 285 a 286.
Descripción de los jardines y
casa del Retiro, propiedad de los
condes de Villalcazar.
248 — — Literatura nacional.—I,
24-XI.1839, n.0 38, ps. 298 a 300.
Crítica literaria de la novela
de Serafín Estebanez Calderón,
Cristianos y moriscos.
R
249 R,—Biografía. D. Lorenzo Armengual de la Mota.—2.a serie, I ,
I , 12.IV.1840, n.0 2, ps. 14 a 16.
Nace en M á l a g a el 5 de Noviembre de 1663. Nombrado
obispo auxiliar de Zaragoza, en
1705 pasa a Madrid para ejercer el cargo de Gobernador del
Real Consejo de Hacienda. En 1714
el Rey Felipe V, le nombra secretario para el despacho universal
de los asuntos del reino. A la
vista de sus relevantes méritos
fue en 1715 designado obispo de
Cádiz, nombrándosele Marqués
de Campo Alegre. Falleció en
Chíclana (Cádiz) el 15 de Mayo
de 1729.
250 REDACCIÓN, LA,—Teatro.—2.* serie, I , 26.VII.1840, n.0 17, p. 135.
.Análisis de la temporada tea.
tral malagueña destacando la actuación del primer actor y direc.
tor D . Pedro González Mate.
251 REPRESALIAS.—E/ llason.-2.A sene, I , 13.111-1840, n.0 37, ps. 305
a 306.
Artículo de heráldica.
252 Ríos ROSAS, ANTONIO DE LOS.—
Oriental, poesía.—2.a serie, I , S-IX1840, n,0 23, ps. 190 a 191.
Poema
oriental dividido en
79
ocho estrofas.
sos son:
Los primeros ver-
255 ROMEA, JULIÁN.—Una flor, poe.
sía.—I, 4-VIII-1839, n.0 22, p. 173.
I . —Yo he visto en la rica
Poema en diez cuartetos. El
[alhambra
I I . —Yo he visto en Cádiz la
[altiva
I I I . - Y en Córdoba y Sevilla
I V . —La virgen que en blando
[arrullo
V. —Bebió la playa encantada
VI. —Lució el naciente arrebol
VIL—El cuerpo encubre gallardo
VIII—Gacela de berbería
primer verso es:
Hela allí, pintada, hermosa
256 — Salmo C X X X V I , poes í a . - 2 . a serie, I , 26.VII-1840, n.0
17, ps. 130 a 131.
Poema inspirado en los salmos
de David. Consta de doce cuar.
tetas cuyo primer verso es:
A orillas de los ríos nos sentamos
253 (R) AFAEL. (M.) ITJANA, — ¡Oh!
llorad.-l, 9-V1.1839, n.0 14, p. 109.
Traducción en prosa del poema de Byron al pueblo de Israel.
254 —
—
A una rosa, p o e s í a , — I ,
30.Vr.1839, n.017, ps. 131 a 132.
Poesía a la rosa. El primer
verso es:
Pura rosa que gentil
80
257 Ruiz, ]UAN.-~ Noticias de la población en la provincia de Málaga.—
2.a serie, L 15-XI.1840, n.0 32, ps.
272 a 273 y n.0 34. 22.XI.1840,
ps. 276 a 277.
Descripción de M á l a g a y su
provincia con expresión de los
pueblos m á s importantes y ha.
hitantes de cada uno de ellos en
las diferentes épocas.
258 SALAS Y QUIROGA, JACINTO.—
La muerte de un amigo, cuento.—2.'
serie, I . 13.IX-1840, n.0 24, ps. 199
a 201.
Cuento moral: Julio Avellaneda que vive en Madrid, tiene
un íntimo amigo, Leonardo. Este
se enamora de la mujer de Julio
la que le corresponde. Leonardo
antes que caer en la tentación
abandona España.
259 — — Lectura de mujeres.—2.a
serie, I , 27.1X4840, n.0 26, ps. 212
a 213.
Artículo en el que se aboga
porque las lecturas de las mujeres sean las propias de su sexo,
260 — — La hija de un escritor.—
2.'serie,!, l.XI-1840, n.0 3 1 , ps.
254 a 256.
Cuento: Torres, escritor de irreprochables costumbres, es no
obstante, autor de obras inmorales. Tiene una hija que ignora
la profesión de su padre. En
cierta ocasión Torres para festejar el aniversario de su hija i n vita a sus amistades y en u n
bindis uno de sus amigos deja
traslucir la labor pseudo-líteraria de T. rres. Su hija aprove81
chando la ausencia de Torres penetra en su despacho y enloquece al leer los escritos inmorales
de él.
tos en que el poeta hace afirmación de su amor a pesar de los
desdenes recibidos. El primer
verso es:
Luz de mis ojos, Elisa
26t SANDOVAL, (J) UAN. (B) AUTISTA.—Al dauro, p o e s í a , ~ 2 . a sede,
I , 28-VI-1840, n.013, p. 100.
265 — — M ú s i c a . A Florinda.—
2.a serie, 6-XII-1840, n,0 36, p. 297.
Poema al río granadino en seis
octavas reales cuyo primer verso es:
Segunda y tercera estrofas de
la canción a Florinda, letra de
Juan Bautista Sandoval, música
del profesor D . Antonio Borrego.
Los primeros versos son:
En vano a mi dolor busco un
[consuelo
262 — — E l sueño, poesía. — 2.a
serie, 1,19-VIII-1840, n.0 16, p. 122Soneto. El primer verso es-:
La primavera es la estación
[florida
263 —
—
Bacanal, poesía.—2.a se-
rie, I , 2-VIII-1840, n.0 16, ps. 139
a 140.
266 — — Romance, poesía.—2.a serie, I , 13-XII-1840, n.0 37, ps. 304
a 305.
Romance amatorio. El primer
verso es:
Aparta, pues, con tus rayos
Poema dedicado por el autor
a sus amigos en un convite, dividido en tres partes cuyos primeros versos son:
I.—Venid, cercadme todos,
[que cantando,
II.—Sombras opacas
III.—Dura es mi suerte
264 — — A Elisa, poesía.—2.a serie, 1,15-XI.1840, n.0 32, p. 271.
Poema en diecinueve cuarte82
2. a estrofa.—Si piensas que
[pudiera
3. a estrofa.— Y amante encade[nado
267 SANTOS ALVAREZ, MIGUEL DE
Los.-Poema.-l,
20, p. 155.
21-VII-1839, n.0
Poema en cinco octavas cuyo
primer verso es:
¿Pasó ya el tiempo para mi
[suave
268 SATORRES, RAMÓN.—A una estrella, poesía.—I, 24-XI-1839, n.0
38, ps. 300 a 301.
Largo poema romántico en dos
partes cuyos primeros versos
son:
a la tierra de donde han salido (sic).
I.—Salve estrella que brillas
[radiante
II.—Más deje la mente tan lú[gubre historia
272 — — E l hombre mercadería.—
I , 28-IV-1839, n.0 8, ps. 57 a 59.
269 — — A una serrana, poesía.—
2.a serie, I , 9-VIII.1840, n.0 19,
ps. 147 a 148.
Poema en diecisiete quintetas.
El primer verso es:
M á s que las flores galana
270 — — P o e s í a . Celia y la fuent e . - ! . ' serie, I , 18 X-1840, n.029)
ps, 237 a 238.
Poema en veintisiete quintetos que fué leído por su autor en
el Instituto Español, en la sesión
de competencia celebrada el sábado 18 de A b r i l de 1840. El
primer verso es:
Cabe una fuente sonora
271 SMEGNZ-OCHOA. E l cementerio.I , 7-IV.1839, n.0 5. ps. 33 a 34.
Artículo en el que después de
describir las costumbres de los
romanos que reducían a ceniza
los cadáveres y las de los egipcios que los embalsamaban destaca la nuestra de inhumar los
cadáveres en lugar consagrado
por la religión para que vuelvan
Artículo sobre la esclavitud. El
autor termina afirmando: «Considérese pues el hombre como
se quiera: vivo y muerto, entero
y deshecho, físico y moral es la
mercadería más útil e importante
de cuantas se c o n o c e n » .
273 SOLITARIO. EL, (Serafín Estebanez Calderón).—El cimbel y la paloma, poesía,—2.a serie, I , 5-IV1840, n,0 1, p, 7.
.
Soneto. El primer verso es:
Vuela en los aires el cimbel
[galano
274 —
C u e n t o . La miga y la
escuela.-I, 10-XI-1839, n.0 38,
ps. 283 a 285.
Cuento en verso en el que se
describe como al salir los chicos
de la escuela se dedican a remedar en sus juegos las corridas de
toros.
275 — — La luz mentida del amor,
p o e s í a , - 2 . a serie, I , 10.V-1840,
n,0 6, p, 48.
Soneto cuyo primer verso es:
Era la noche lóbrega espantosa
83
T V
276 T . - H a m c ' r . - 2 . a serie, I , S-VII1840, n.0 14, ps. 103 a 105.
1840, n.0 16 y n.0 17 de 26.VII-
Artículo romántico en el que se
alaban las excelencias del amor.
Historia del teatro español.
Se muestra acorde con la opinión de los que sostienen que el
nacimiento de nuestro teatro
arranca a fines del siglo X I I en
el reinado de D . Alfonso el bueno,
producido por el ceremonial cristiano a semenja del griego que
lo fue por las fórmulas del paganismo. En nuestro país, dice,
la historia literaria ha seguido
una marcha acorde con la historia política. El reinado de D . Fernando I I I fué glorioso tanto para
las armas como para las letras.
277 VALERA, ] . —Fantasía, poesía.—
2.a serie, 1,17-V-1840, n.0 7, ps. 54
a 55.
Poema en dos partes cuyos
primeros versos son:
I . — Un campo es el corazón
I I . —Porque hay un huracán
[en la llanura
278 VARGAS, MARIANO DE.—Literat u r a . Teatro.—!.* serie, I , 19-VII-
1840, ps. 129 a 130.
85
H a y que considerar como
arranque metodizado de nuestro
teatro la clasificación que en el
Código de las Partidas hace el rey
Alfonso entre trovadores y juglares y como pioneros de la composición teatral a Berceo y a Astorga.
279 VELASCO, A, ] —Historia de la
Stenografía.-l, 16-VI-1839, n.0 15
ps. 113 a 115 al n.0 18, 7 - V i l 1839, ps. 137 a 138.
Historia de la taquigrafía. Empieza afirmando era ya conocida
este arte en tiempos de David.
Los griegos la practicaban y gracias a ella nos han llegado en
versión íntegra algunos discursos de Sócrates. En Roma pasó a
ser una profesión honrosa y lucrativa, en ella, Tirón libertó de
Cicerón fue el más notable taquígrafo. Continua con las diversas visicitudes porque ha pasado este sistema de escritura a
través de la historia hasta llegar
al español D. Francisco de Paula
Martí que la ha llevado a la cúspide. Habla de la obra de D. A n gel María Martí «taquigrafía de
la música» y termina afirmando
que la taquigrafía española puede servir de norma a las extranjeras.
86
280 — — £/ libertino, poesía.—í,
15-IX.1839, n.0 28, ps. 217 a 218.
Poema en trece cuartetos en el
que reniega de su antigua vida
disipada. El primer verso es:
Huid, huid, recuerdos dolorosos
281 — — Frenología.—2.a serie, I ,
21-VI-1840, n.0 12, ps. 89 a 9 1 , al
n.0 16 de 19-VII-1840, ps. 121
a 122.
Análisis de las teorías de Gall.
Estudia los antecedentes históricos de ellas y termina afirmando que el cerebro es el instrumento de los actos intelectuales
y morales del hombre.
282 VELASCO, DOLORES DE,—E/ zapato blanco, poesía.—2.a serie, I , 29-XI1840, n.0 35, p. 286 al n.0 39 de
27-XII-1840, ps. 319 a 320.
Poema en cinco romances en
lo que se describe una corrida de
toros. Los primeros versos son:
I.—Cruza el sol el mundo
[espacio
II.—Rumores de loca fiesta
I I I . —Luengos y anchos corti\nages
IV. —Seis años ha que vivía
V.—De aguda pena y can[sancio
INDICES AUXILIARES
A)
A, 1.
Abate A n d r é s , 5 1 ,
Abderraman, 22, 52,
Aben-hitar, 155,
Abul-Agis, 164.
Abulhaggehg,. 173.
Abulpheda, 176,
Acínipo, 168,
Agatarco, 54,
Albupharaggio, 155, 176,
Alderete, Bernardo, 1 1 ,
Alderete. José, 1 1 ,
Alegre Dolz, A „ 2, 3, 4, 5, 6, 7.
Alfonso el Bueno, 278,
Almamon, 159,
A l y , 159.
Amaia, Francisco, 22,
Ammonio, 176.
Andaluz, el, 8.
P E R S O N A S
Anfriso, 138.
A n ó n i m o , 9, 10, 1 1 , 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18, 19, 20, 2 1 , 22, 23, 24,
25, 26, 27, 28, 29.
Aristóteles, 176.
Armengual de la Mota, Lorenzo, 249,
Astorga, 278.
Auset, Antonio, 30, 31,
Averroes, 176,
Avicena, 176,
Azabschad, 5 1 ,
B., 32, 33.
Bachiller, A n t o n i o , 34.
Bachiller Ronquillo, el, 35, 36, 37.
Bada, José, 49.
Barbarroja, 235.
Berceo, 278,
89
Berthond, Henry, 99.
B. L . 38.
Bobdíl, 8 1 .
Bocaccio, 176,
Bonilla, José María, 110.
Borrego, Antonio, 265.
Borrel, 178.
Bouligni, J., 39, 40, 4 1 , 42, 43,
45, 46, 47, 48.
Brazia y Zambrana, José, 12,
Bremon, J. M . , 49. 50, 5 1 , 52, 53,
55, 56, 57, 58, 59, 60, 6 1 , 62,
64, 65, 66, 67, 68, 69, 70,
72, 73.
B y r o n , L o r d , 99, 211, 213.
Cabezas, Fernando, 74.
Calderón, 87..
Campoamor, Ramón de, 75.
Cándido, Gerónimo y José, 106.
Cañete, Manuel, 76.
Carlos I I I , 13, 238.
Carlos V . , 52.
Carreras, Luis de, 89.
Carrillo Sánchez, Pedro, 9 1 .
Castillo, Miguel, 238.
Cervantes, 173, 176.
Conde, Juan, 106,
Coraly Thiery, Mme., 77.
Cortés y López, Miguel, 163.
Chateaubriand, 161,
Dante, 176.
David, 256.
Delgado, José (Pepeillo), 106.
Deuscore y Tresor, 78.
90
Díaz de Palacios, Pedro, 49.
44,
54,
63,
71,
E. 79, 80, 8 1 , 82, 83, 84.
Editorial, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 9 1 ,
Elvira, 8.
Enriquez, Maestre, 49.
Escosura, Gerónimo de la, 92, 93, 94,
95. 96, 97, 98, 99, 100.
Escudero y Torres, Salvador, 101,
Espinel. Vicente, 157.
Espinosa, Pedro, 85.
Espronceda, José, 89, 102,
Esquilo, 54.
Esquivel, 87.
Eurípides, 54.
Eustrato 176.
Fabeiro y Cevallos, S., 103,
Fabre D ' U n o y , Carlos, 124,
Felipe I I . , 119.
Felipe I V . , 65,
Felipe V . , 71,249.
Ferdusi, 5 1 ,
Fernández Guerra Aureliano, 87, 104.
Fidias, 150.
Filón, 54,
Galileo, 179.
Gálvez, Bernardo, 156,
Gálvez, José, 13.
Gall, 281,
Gangitano, el, 105,
Gerberto, 176,
G, N , 106.
Glori, 138,
Gómez de Cádiz de Velasco, Dololores, 1 0 7 , 1 0 8 , 1 0 9 , 1 1 0 , 1 1 1 .
Gómez Sancho, Pedro, 112, 113.
Góngora, Luis de, 1 1 , 67.
González Mate, Pedro, 18, 250.
González Valls, Mariano, 114, 115,
116, 117, 11«, 119,120, 121. 122,
123.
Guerrero y Chavarino, José, 182.
Henares, Eduardo, 124.
Herschell, 179.
Herrera, José Francisco, 125.
Homero, 5 1 , 176,
Jacobo L , 55,
Jáuregui, 67,
Jiménez, Bartolomé, 106,
Jones, W i l i a n , 5 1 ,
Juan I I . , 7 1 , 84.
J (uan). B (autista). S (andoval). 137,
138, 139, 140, 141,142, 143.
J. M . 144.
J (osé) M (aria). B (remon), 145.
Juan el gramático, 176,
Juárez y Quenn, B,, 146.
Junia, 170,
Lara, Manrique de, 8.
Lara, Rodrigo de, 65.
Lara, Sancha de, 65,
Laura, 30,
Lirola, Bautista, 147, 148, 149, 150,
151, 152, 153, 154, 155.
Lombia, Juan, 29,
Luis X I I L , 279,
Luna, Alvaro de, 84.
Luz y Caballero, José de la, 34,
Maiquez, Isidoro, 6 1 , 87,
Marti, Francisco de Paula, 279,
Martín Rodríguez, Manuel, 238,
Martínez de Aguilar, Viuda de, 89,
M . „ (¿Ildefonso Marzo?), 156, 157,
Marzo, Ildefonso, 158, 159, 160, 161,
162, 163, 164,165, 166,167, 168,
169, 170, 171, 172,173, 174, 175
176, 177, 178, 179, 180, 181, 182,
183, 184, 185, 186, 187, 188 189,
190,
Medina, José de, 335, 155,
Medinasidonia, duque de, 85.
M , E, y T „ 1 9 1 .
Megz-Ochoa, 192,
Mejuar, el, 8,
Melec-al-kamil, 155,
Mendoza, Bernardino, 235,
Mendoza, María, 193, 194,195, 196,
197, 198,199, 200, 201, 202, 203,
M e n é n d e z , A . 204, 205, 206, 207,
208.
Metuahel al Allasi, 159,
M , G, 209.
Miguel, A n t o n i o de, 87, 210.
Mitjana, Rafael, 211, 212, 213, 214,
215, 216.
Moavia, 159.
Mohamar ben Alhamar, 164.
Montadas, J„ 217, 218, 219.
Montufar, J,, 220.
Moratín, 87.
M . de S, 221,
N a p o l e ó n , 25, 161, 181.
Navarro y Sierra, J „ 222, 223,224.
N e w t o n , 179.
Nisa, Ricardo de, 224.
Nolasco Ventura, Pedro, 238.
91
N ú ñ e z de Lara, 190.
Ojeda. 87.
Olone, L. de, 225.
Ornar, 176.
O'Relly, 156.
Ortega y Monroy, Pedro, 238.
Osorío, Isabel de, 120.
Ozmar (José de Medina), 226, 227.
Pacheco, Francisco, 157.
Paripatético, 176.
Pedro el cruel, 70, 208.
P (edro). G. (ómez). S (ancho). 232,
233, 234, 235, 236, 237, 238, 239,
240, 241, 242, 243, 244, 245, 246,
247, 248.
Peregrina, la (Gertrudis Gómez de
Avellaneda), 86, 228, 229, 230,
230, 231.
Phocio, 176.
Plauto, 54.
Plinio, 163.
Praxiteles, 150.
Psello, Miguel, 176.
Reschilda, 178.
Reyes Católicos, 50, 52, 183.
Riario, César, 237.
Ríos Rosas, Antonio de los, 252.
Romea, Julián, 255, 256.
Romero, Pedro y José, 106.
Rouget de L'isle, 55.
Rouseau, J. J., 221.
Ruiz, H e r n á n , 49.
Ruiz, Juan, 257.
Rústica, 170.
Saladino, 155.
Salas y Quiroga, Jacinto de, 9 1 , 258,
259, 260.
Samnazaro 94.
Sandoval, Juan Bautista, 261, 262,
263, 264, 265, 266.
Santos Alvarez, Miguel de los, 267.
Satorres, Ramón, 268, 269, 270.
Scaramuncia, 26,
Serafina, 3 1 .
Silon, Diego de, 49.
Smengz-Ochoa, 271, 272.
Sócrates, 279.
Sófocles, 54.
Solitario, el (Serafín Estebanez Cal-
Quevedo, 67.
derón), 273, 274, 275.
Soubeiran, M . E., 19.
R. 249.
R (afael). M (itjana). 253, 254.
Ramírez de Villaescusa, Diego, 237.
Ramos, Antonio, 49, 165.
Redacción, la, 250,
Reding, Teodoro, 235.
Reig, Mariano, 68,130, 133.
Represalias, 2 5 1 .
92
Stiveo, Juan, 176.
T . , 276.
Terencio, 54.
T i r ó n , 279.
Toledo, Juan Bautista, 49,
Tritemio, Juan, 279.
Valera, ] . , 277.
Vargas, Mariano, 278.
Virgilio, 5 1 , 94.
Vega, Lope de, 20, 67, 87.
Velasco, A . J., 279, 280, 281, 282.
Vergara, Diego de, 49.
Washington, 161.
Wifredo el vellos0í
Villó, Ventura, 87.
Zabalardo, Rafael, 139.
m
Zoair, 159.
93
B)
L U G A R E S
Aduana, la, 238,
Africa, 1 1 .
Alcazaba malagueña, la, 57, 175.
Alcázar de Segovia, el, 28.
Alhambra, la, 2, 164,
A l h a u r í n el Grande, 163.
A l b ó n d i g a malagueña, la, 32.
América, 156.
Andalucía, 160.
Antequera, 12.
Arabia, 159,
Argel, 156.
Asía meridional, 105.
Atarazanas de Málaga las, 52.
Casas de Cabildo y Ayuntamiento de
Málaga, 246.
Barcelona, 90.
Bayona, 87.
Benana, 155.
Biblioteca de El Escorial, 155,
Cádiz, 17, 86,
Campos Elíseos, 25.
Cártama, 170.
Carra traca, 124.
Castillo de Benalid, 8.
Castillo de Gaucín, 169,
Catedral de Córdoba, 22.
Catedral de Málaga, 49,
Cementerio Inglés de Málaga, 185,
Colegio de San A fonso en Sanlúcar
de Barrameda, 85.
Chiclana, 249,
China, 16.
Lauro, 141, 261,
95
España, 11, 159,
Fachada del Sagrario de Málaga, 257.
Floridas, las, 156.
Francia, 25.
Fuente de la Alameda de Málaga, 235.
Génova, 235.
Gibralfaro, 59.
Gibraltar, 62.
Ginebra, 12.
Granada, 12, 17, 86, 101.
Guadalhorce, el, 35, 66, 86, 112,113,
141, 189.
Guadalquivir, elf 208.
Palacio Episcopal de Málaga, 165.
Panteón de la Victoria en Málaga,
182.
París, 24, 26, 181.
Patio de los Leones de La Alhambra,
174.
Patio principal del Palacio Episcopal
de Málaga, 177.
Pescadería de Málaga, 242.
Peña de los enamorados, la, 58.
Puerta del juicio de La Alhambra,
173.
Iglesia parroquial de Santiago, 33.
Inglaterra, 26, 279.
Real Sociedad Patriótica de La Habana, 34,
Retiro, el, 247.
Roma, 279.
Ronda, 157, 168.
León, 12.
Liceo de Granada, 87.
Liceo de Madrid, 87.
Liceo de Sevilla, 87.
Londres, 1.
Luisíana, la, 156.
Luna, la, 179.
Salamanca, 12,157.
Sevilla, 11, 86.
Sociedad Económica de Amigos del
País de Valencia, 17.
Macharaviaya, 13.
Madrid, 17, 27, 90, 157.
Málaga, 6, 50, 65, 155, 156, 158,
183, 186, 239, 249, 257.
Malta, 17.
Meca, la, 22,
Méjico, 13.
Monasterio de Monserrate, 178.
Monda, 172.
Muelle viejo de Málaga, 244.
Munda Bética, 172.
N e u v i l l y , 25.
96
T á m e s i s , 1.
Teatro de Barcelona, 87.
Teatro de Granada, 87.
Teatro de Málaga, 63.
Toledo, 134.
Torre de Gomares, 184.
Torre del homenaje de La Alcazaba, 60.
Valencia, 17, 21,90.
Valladolid, 85.
Zaragoza, 17, 86, 87.
C)
M A T E R I A S
Astronomía, 179.
Heráldica, 251.
Historia, 16, 23,70, 72, 84, 158,163,
Bellas Artess, 49, 147, 148, 149 150,
151.
Bibliografía, 17, 19, 2 1 , 27, 86, 87,
89, 90, 9 1 .
Biografía, 1 1 , 12, 13, 20, 85, 119,
120, 155, 156, 157, 236, 249.
Costumbres, 9, 37, 62, 69, 82, 97,
100, 105, 160, 167, 187, 209, 232,
239, 240, 241, 242, 243, 244, 246,
271,
Frenología, 2 8 1 .
Geografía, 124, 186.
168' 170' 172' 190' 257' 279Literatura, 1, 5, 7, 8, 26, 34, 35, 36,
50, 5 1 , 55, 56, 57, 64, 65, 67, 77,
78' 79' 80' 83' 92'
m ' 112' ^
174, 175, 176, 183,
201, 211, 212, 213,
223, 224, 226, 233,
259, 260, 274, 276.
93' 94' 95' 98'
146' 159' 1 6 1 '
188, 191, 192,
214, 221, 222,
248, 253, 258,
Modas, 14,15, 24, 88, 234.
Monumentos, 22, 28, 32, 33, 52, 60,
164, 165, 169, 173, 177, 178, 182,
184, 185, 235, 237, 238, 247.
97
Moral, 38, 152,153,166, 227, 272.
Música, 68,
Poesía, 2, 3, 4, 6, 10, 30. 3 1 , 39, 40,
4 1 , 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 53,
58, 59, 66, 73, 74, 75, 76, 8 1 , 1 0 1
102, 103, 104, 107, 108, 109, 114,
115, 116, 117, 118, 121, 122, 123,
125, 126, 127, 128, 129, 130,131,
132, 133, 134. 135, 136, 137, 138,
139, 140, 141,142, 143, 144,145,
154,162, 171, 180, 181,189, 193.
194,
202,
215,
228,
256,
267,
280,
195, 196, 197, 198, 199, 200,
203, 204, 205, 206, 207, 210,
216, 217, 218, 219, 220,225,
229, 230, 231, 252, 254,255,
261, 262, 263, 264, 265, 266,
268, 269, 270. 273, 275, 277,
282.
Teatro, 18, 29, 54, 6 1 . 63, 96,110,
250, 278.
Toros, 7 1 , 106, 245.
D )
P R I M E R O S
A orillas de los ríos nos
256.
sentamos,
Abre esa puerta, Maruja, 206.
A d i ó s Málaga hechicera, 6.
A l b u m precioso que en pérdidas horas, 66.
Allá, entre rico pabellón de flores,
101.
Allá hacia la fin del mundo, 53.
Allí dejaba a mis amigos fieles, 76.
Andalucía... mansión, 53.
Aparta, pues, con tus rayos, 266.
A q u e l gran capitán que el siglo aclama, 181.
Así Elvira ardientes rayos, 216.
A s í lamentaba Anfriso, 138.
Bañas, Dauro, cien jardines, 141.
V E R S O S
Bate tus alas y con raudo vuelo, 219.
Bebió la playa encantada, 252.
Bella es, muy bella la rosada aurora,
135.
Brillaba de enero u n día, 8 1 .
Cabe tu orilla se eleva, 141.
Cabe una fuente sonora, 270.
Cantad himnos, cantad: hinchen el
viento, 116.
¡Cómo está el alma apenada!, 130.
Como la luz hechicera, 75.
¡Como suspirar es grato!, 121.
Con tres alcaides de guarda, 207.
Cristalina y pura fuente, 40.
Cruza el sol el mundo espacio, 282,
Cruzan estrellado cielo, 193.
Cuál el refulgente astro, 216.
¡Cuan dulce es llegar unidos, 114.
99
De aguda pena y cansancio, 282.
De Castiella a ricos ornes, 117,
De primavera en la estación florida,
262.
De verdor y lozanía, 171.
Describe la tierra círculos, 118.
Dichoso, Dauro te juzgas, 141.
Dijo el Eterno sea, y fue t u luz, 108.
Duerme tranquilo, inocente, 230.
Dulce es oir, ruiseñor, 73.
Dura es mi suerte, 263.
Era una noche serena, 195.
Eres |oh Elisa! Cándida, hechicera,
131.
Es de bélico triunfo esa alegría, 144.
Es tan pura y bella, 202.
Es todo silencio y calma, 104.
Esa quietud magestuosa, 122.
Esas sombras que a tu sombra, 122.
Espejo despiadado, 39.
¡Espiraron las risas de la infancia!,
109.
El crimen la escuchaba... el crimen
vino, 171,
El cuerpo encubren gallardo, 252,
El hombre había nacido y a su lado,
171,
En blanco lecho de mundas flores, 48.
En deleites y aromas embriagado, 2.
En el florido marzo, cuando aromas, 76,
Faltaba empero u n ser, que modelado, 171.
En manto de oro y azul, 58,
En tu cristal sereno y transparente,
218,
En un jardín ¡oh recuerdo! 130.
En vano a m i dolor busco consuelo,
261.
En vano ansiosa t u amistad procura, 231.
En vano con desdenes y rigores, 143.
En vano, en vano, del querido amigo, 76.
Entra el galán descompuesto, 206.
Entre una y otra dilatada orilla, 204.
Era el palacio de Ronda, 162.
Era la eternidad... La noche densa,
171.
Era una siesta de abril, 4 1 .
100
Flor que brillando entre las otras flores, 139.
¡Fuente cristalina y pura!, 194.
Gacela de berbería, 252.
Hay una lengua que habla, 115.
¡Hay una vida ideal!, 42.
Helos allí: junto a la mar bravia, 102.
Hubo un tiempo, que el eco de la
historia, 59.
Hubo un tiempo (ejemplo sea), 210.
Humilde y modesta flor, 47.
Huye la noche medrosa, 195.
Huyendo voy de mí mismo, 123.
H u y ó el invierno s a ñ u d o , 228,
Iba amor por un vergel, 46,
Instantes en que cifraba, 225,
Joven, dime, porque Horas,, 162
La noche clara y serena, 3 1 ,
La noche, era pura, callada, serena,
202.
La virgen que en blando arrullo, 252.
Los tonos suaves, 126.
Lució el naciente arrebol, 252.
Luengos y anchos cortinages, 282.
Luz de mis ojos, Elisa, 264.
Por adular sus pasiones, 205.
Por que hay u n hura c á n en la llanura, 277.
Probaré si en un romance, 180.
Pura rosa que gentil, 254.
Puro y cristalino río, 220.
Pues la libertad me roba, 122,
Mal hora el perro cristiano, 58.
Más deje la mente tan lúgubre historia, 268,
Más que las flores galana, 269,
M i corazón amante, 133.
Mirale allí con el madero al hombro, 3,
Miradla, miradla, allí, 216.
Mísero esclavo arrastra entre cadenas, 142.
¿Qué dicen esas almenas?, 59.
Que el periódico dé un trueno Bueno, 145.
¿Que es para mí esa luna plateada?,
' 199.
Que la moza el casamiento, 103,
Que vale el brillante oro, 216.
¿Quien eres, porvenir, que así m i
frente?, 196.
¿Quien eres tú, gigante, que dormi' do, 203.
Nacía u n sol entre eclages de oro,
197.
N o envidio no, tus jardines, 141.
N o se vé el sol espléndido y radiante, 200,
N o te quejes ay Anfriso, 138,
Nublados espesos, los silvos del
viento, 189.
j O h mar! que rueden tus ondas, 203.
¡Oh noche, que hermosa eres!
¡Oh río! que, transparente, 129.
Orillas del ancha mar, 45.
Parece que el mundo duerme, 202,
¿Pasó ya el tiempo para mí suave?,
' 267.
Piadosa zagala, 43,
Radiante de gloria, de vida lozano,
162.
Rompe, Cervantes, la pesada losa,
137.
Rumores de loca fiesta, 282.
Salve estrella que brilla radiante, 268.
Salve, frondoso bosque, en que mis
días, 198.
Seis años ha que vivía, 282.
Sentado en la verde alfombra, 138.
Si piensas que pudiera, 265,
Sí el cielo no quiere, m i dulce enemiga, 30,
Silfide bella que m i mente adora, 136,
Sólo a una mirada ardiente, 115,
Sombras opacas, 263,
101
á o n los recuerdos cíe amistad dorados, 76,
Tajo profundo, en tu corriente pura,
134.
T a n niña a los placeres te has secado, 107.
Ten bella, compasión de un desgraciado, 140.
Tiende ¡oh noche! tu manto sombrío,
229.
T í m i d a virgen, dulce, encantadora, 44.
Tosco jergón de aspillera, 206,
T ú , que miras el sol esplendoroso,
203,
Tus ojos que al mortal en su agonía, 74,
U n antiguo torreón, 162.
U n campo es el corazón, 277.
Valiera más en la nada, 130.
Veinte años de vida y pesadumbre,
125.
Ven, o Batilde, ven, 215.
102
Venid, cercadme todos, que cantando, 263.
Vergel risueño que el florido mayo, 10.
Vertiendo aljófar la aurora, 138,
Vuela en los aires el cimbel galano,
273.
Vuelve, pues, hechicera, 133,
Y amante encadenado, 265.
Y en Córdoba y en Sevilla, 252.
Ya estoy en t u arábigo recinto, 2.
Ya la tarde declinaba. 195,
¿Y q u é Dios de bondad?.,, de t u albo
trono, 154,
Ya h u y ó la noche en su tiniebla envuelta, 132,
Ya m u r i ó virgen, pura y sin mancilla, 4,
Yo adoro la belleza seductora, 128,
¿Yo creer que una mujer?, 127,
Yo he visto en Cádiz la altiva, 252,
Yo he visto en la rica Alhambra, 252,
Yo te oia embebecido, 130,
Yo ver esa silueta veneranda, 59.
¿Y que t ú has de ser feliz?, 130,
E)
T Í T U L O S
A la zorra candilazo, 87.
Alhambra, la, 17.
Corán, el, 159.
Cristianos y moriscos, 248.
Aureola, la, 17, 86.
Aurora, la, 17, 86.
Barquerolas, las, 55.
Biblioteca, la, 17, 86.
Boletín enciclopédico, el, 17,
Casilda, la, 110.
Cisne, el, 1 7 , 2 1 , 9 0 .
Código de las partidas, el, 86.
Colección de medicamentos simples,
155.
Despertador cristiano de sermones
doctrinales sobre particulares asuntos, 12.
Diablo Cojuelo, el, 89.
Diablo mundo, el, 89.
Don Alvaro de Luna, Condestable
de Castilla, 111.
El rico hombre de Alcalá, 18.
El T a ñ o y u n desafío o dos horas de
favor, 18.
Entreacto, el, 17, 90.
Esperanza, la, 17.
Colegio de San Alfonso en Sanlúcar
de Barrameda, 85.
Conseivador, el, 86.
Guadalhorce, el, 86, 112, 113, 226.
Guía del descubridor de minerales, 2 1 .
103
Heraldo, el, 90.
Ilíada, la, 176.
Prontuario alfabético de legislación y
práctica, 9 1 .
Psíquis, la, 17,
Liceo de Granada, 87.
Linterna mágica, la, 27.
Ramillete, el, 90.
Real sociedad económica de amigos
del país de La Habana, 34.
Revista enciclopédica, la, 17.
Revista gaditana, la, 17.
Rondeña, la, 55.
Manual tecnológico, el, 17, 86.
Mariposa, la, 17.
Marsellesa, la, 55.
Mosáico, el, 90.
Museo familiar, el, 90.
Sab, 86.
Semanario industrial, 2 1 .
Semanario pintoresco español, el, 17.
Semanario popular, el, 90.
Sociedad de mejora de cárceles, 87.
Observationes juris, comentarla i m
posteriores libros codicis justinian i , 12,
Odisea, la, 176.
Orígenes de la lengua castellana, 1 1 .
Teatro de Barcelona, 26,
Teatro de Malaga, 63.
Tratado de farmacia teórico y práctica, 19.
Las chuletas a la víctima y Lord Byron en Newstean, 99.
Panorama, el, 17.
Pastelero de Madrigad, el, 87.
Poliorama patrio pintoresco, el, 17.
Primera parte de los poetas ilustres
castellanos, 85.
104
Varias antigüedades de España, Africa y otras provincias, 1 1 ,
Vida del Escudero Marcos de Obregón, 157.
Zapatero y el rey, el, 87.
A N T O L O G I A
A
U N A
Tiemblas mujer,
ante m i rostro
[airado...
Imploras aunque en vano t u perdón...
Es tarde yá: tú, ingrata, me ofendiste,
N i aun siquiera mereces compasión.
En
Y en
Y tú
Y tú
algún tiempo yo también gemía
m i amargura un año v i pasar,
no te llegaste a consolarme,
reias viéndome llorar.
Gocé yo ahora en tu infelice suerte
Comtemplando t u acerbo padecer,
Las lágrimas que viertes son menti[das,
Son lágrimas al fin de una mujer.
Hubo u n tiempo que imbécil te
[creia,
I N G R A T A
Tiempo de amor que yo juzgué sin
[fin;
Eras entonces candorosa y pura,
Una ilusión celeste, u n serafín.
Yo te adoraba con vehemencia loca,
cuán funesta me ha sido esta pasión;
U n recuerdo dejó que ha envenenado
Cual flecha empozoñada el corazón.
Todo lo desprecié por verte mía,
La gloria, la riqueza, el esplendor:
Sólo m i pensamiento en tí fijaba.
Sólo en tí y en la dicha de tu amor.
En tus brazos gozaba m i l delicias
Que el alma enagenaban de placer,
Y superior al mundo me juzgaba
107
Porque al mundo engañoso llegué a
[ver.
A l escuchar tus falsos juramentos
N o pude, necio, de t u amor dudar...
¿Y tü quieres que olvide lo pasado...
Acaso, dime, lo podré olvidar?...
¿Do está aquel hombre que tan
[tierna amabas?
¿Por q u é no te consue/a en t u aflicción?
Mas que digo... también le engañaría
T u v i l y fementido corazón.
108
Huye, mujer, el mundo te despre[cia;
¡El cielo tu castigo preparó!
Tiembla, infeliz, t u fin está cercano,
Pues bastante tus crímenes sufrió!
Huye con la vergüenza y el oprobio
¡Sin porvenir, sin gozo n i ilusión!
Apártate del hombre que engañaste,
Y recibe su eterna maldición...
L . de Olona.
7. I o , n.° 1, 10 de Marzo de 1839,
p. 7.
EL
VIERNES
Mírale allí, con el madero al hombro
De sangre y polvo y de sudor bañado:
Del mundo entero admiración y asom[bro
En afrentosa cruz muere enclavado.
Mira a su madre en angustiada
[cuita
Traspasado su pecho de dolor,
Mientras la raza, del Señor maldita,
Atormentaba al hijo de su amor.
Y al ver brotar la sangre de su hedida
SANTO
En medio de su pena y desconsuelo,
Pide perdón al compasivo cielo
Por aquel pueblo ingrato y parricida.
Míralos, pecador endurecido;
Arrastra por el polvo tu maldad;
jY hay de tí, infeliz, si arrepentido
N o te encuentra la horrible eterni[dad!
A . Alegre Dolz.
T. V , n.0 4, 31 de Marzo 1839,
p. 32.
109
A
LA MUERTE
SEÑORITA
DE L A
CARMEN
LASERRA
Tan niña a los placeres te has se-
Y hoy es cadáver fétido e inmundo
[cado,
La rosa que fue ayer de Andalucía.
Tan hermosa te apagas al amor,
Tus labios las caricias no han gus[tado,
Y ya te siegan, purpurina flor.
Amor y vida ayer dabas al mundo
Vida y amor el mundo te volvía;
110
Tus ojos demandaban los amores,.,
¡Ay! ¡que tornen a ver la luz del día!
Mas no, no vuelvas ya, que los rigo[res
Sentirás otra vez de la agonía,
Dolores Gómez de Cádiz de Velasco
T, 1°, n.0 6, 14 de Abril 1839, p. 47.
COSTUMBRES
DE
ANDALUCIA
Venga de ahí.
Si quíerez que de aquí venga,
Del lao del corazón,
De ezta endína enclínacíón
Que tengo zolo por tí:
N o me quíeraz maz ka m i .
Me guztas maz que Curriyo
Que tiene cara de jiel;
Tienez maz sal en tu aquel
Que el otro en zu z u m i s i ó n ,
¿Si seráz el mal ladrón?
j A y ! Te quieo Chairo mío,
Por tu gracia de Jezú,
Por ece polo andalú
Que pone como almion
Ezte amante corazón...
Y el majo entreabierta la boca no tocaba su vihuela; medio adormido
con el vino la contemplaba con ese aire indefinible de la malicia y el amor.
Acababa de cruzar la Serranía con dos corachas de tabaco, compradas en
Gibraltar y sustraídas al resguardo. Cabalgaba u n potro cartujano y careto
que un poeta de nuestros días, con resabios de la edad media, hubiera Uama111
do corcel, enjaezado con el antiguo aparejo redondo y los largos deshilachados flecos encarnados. Atravesando caminos estraviados daba gusto verle
saltar los precipicios y malezas, porque el ginete gustaba ejercitar su animal
y prepararle a los peligros. De vez en cuando el choque de dos retacos, algo
parecidos a dos pedreros de montaña, s u s p e n d í a n el balanceo de su cabeza
que reclinada sobre el pecho era péndola del s u e ñ o . Azorado despertaba, se
acordaba del resguardo, hablaba con su caballo, y tocaba maquinalmente el
bulto de u n pañuelo verde que llevaba a su morena.
A h í está, y tan sólo para él esa moza de la aldea, doncella de la pesada
y sazonadora eterna del bacalao y del arroz. Honesta enmedio de la licencia,
graciosa como Andalucía, serena como su cielo, tiene unos hermosos ojos, u n
cabello de azabache, unos pies muy pequeñitos y una boca de coral. Su cuerpo vale un imperio, y fuera un tipo de Fídias si ella dejara copiarse. Solazan
a la vista de una hermita, no muy lejos de las heras y al lado del cartujano.
E l olvida su guitarra para escuchar su decir;
Y ella ensalsa su pasión con ingénua libertad.
—¿Zabes que m a n d é una miza a la zanina bendita porque zalieraz con
bie? ¿Tienez el ezcapulario?
—Cuatro puercas de San Roque me lo quizieron quitá. Míralo aquí que
zuao... Bendita zea tu sal, monona del alma mía. Jechízo del corazón. ¡Huí!
Si vieraz con que fatiga me muero por tus peazos... Yo zientu aquí u n titintín que me jaze mucho mal. De Curro eztoy recelozo y de tí, que erez mugé.
—Primero me caiga muerta... j A y ! T ú erez m i sol y mi too: ece cuerpo
chairo mío, vala maz que el Potoci. Y ¿cuando nos cazaremos, siguiendo la
ley de Dio?
—Luego que jaga inero... T e n pacencia zandugeura y venga un chorro
de voz.
Y volvieron a cantar: en medio de la naturaleza, al declinar de la tarde
volvió a animarse este grupo seductor.
Ecsalando en la armonía
El ardor del corazón
La magia de Andalucía
Que no cabe en la espresión.
Ildefonso Marzo.
T. 1°, n.0 8, 28 de Abril 1839. ps. 61 a 62.
112
A
A dios, Málaga hechicera,
M A L A G A
M a n s i ó n de los dioses,
la de eternal primavera
tu fértil ribera
la que baña dulce el mar
la suerte severa
entre jazmines y azar.
me obliga a dejar;
al árido suelo
Adiós mis buenos amigos,
del norte enojoso,
que de mis penas testigos
cubierto de yelo
consolastéis la amargura
sin auras, sin mar,
de m i eterna desventura.
el cierzo bramando
me lleva furioso;
Adiós, riqqísimo suelo
claro, azul y puro cielo,
¿Cómo yo su cielo
pudiera olvidar?
y t u , virgen ruborosa,
Cándida encendida rosa,
Adiós,
Ya no veré los talles seductores.
Málaga hermosa de tus ninfas bellas.
113
que do ponen el pie nacen las flores
y do los negros ojos las estrellas.
Ya no veré su negra cabellera.
6
'
envidia de Castilla y de León,
ni su mirada penetrante y
fiera
cuando embargan los celos su razón,
114
Quiera el cielo volverme a esta
[xorada
donde encontró consuelo m i dolor..
do se respira el aura embalsamada
i „ „ , 11
i r„„„n„+a
de aquella rosa de tragante olor,
^ Alegre Dolz.
J . I o i n,0 9 , 5 de Mayo 1839 ps. 72,
a 73.
EL
G U A R D A
DE
C A M I N O
De Sierra Morena acá se hallan solamente esos tipos de hombres a la
heróica, cuya vida trazada con rasgos de una célebre criminalidad descubre
su espléndido despilfarro en las ideas de moral y de religión: hombres que
abandonan el pacífico trabajo del jornalero, por el azaroso viaje del contrabandista, y el seguro peón del cavador por el incierto porte de una carga traida de la playa: hombres en fin que ciñen el escapulario y el puñal, y que
con una imprecación al firmamento invocan al cielo en su ayuda.
La Andalucía fértil en todas las producciones de la naturaleza, risueña
y ardiente como su cielo, ha sido también fecunda en esta clase de hombres
célebres, cuyo heróico vandalismo n i ha carecido de poetas que lo canten, n i
de Mecenas que lo patrocinen. Francisco Estevan, Pízón, Currito López, el
Chato N ú ñ e z , José María y otros m i l son todavía nombrados con veneración
y asombro. Y no hay remedio. ¿A q u é mozalvete animoso no le chispeará
la sangre en el cuerpo, cuando vea pasear las calles de su lugar a uno de esos
hombrarras haciendo piernas en su jaca cordobesa ricamente encaezada, y
llevando encima un parque portátil de armas prohibidas? A que corazón u n
poco ambicioso de gloria no causarán envidia el lujo de los relicarios y botonaduras, el honor de ser pregonado y el despejo y maneras cautivadoras con
que saben estos campeones proporcionarse relaciones íntimas con personas
115
de su rango. Por otra parte. ¿Cuanto no conmoverá a un alma sensible la virtud de esos penitentes del desierto, que saben convertir el camino que frecuentan en una devota vía crucis? T a n poderosos estímulos no deben ser
perdidos para la juventud ardorosa y vividora de Andalucía, que ha de reemplazar las bajas que diariamente ocurren en esta sociedad de emulación.
De estos socios de a caballo el que no sucumbe en su noble misión, o
no cierra el último período de su vida romancesca con u n trozo de elocuencia patibularia, viene a tomar su jubilación o de pararayo de una diligencia o
de fiel de fechos de u n camino. El primero que venia a ser un Morabuto
para los beduinos de calzón corto, ha quedado suprimido desde que se obolió
el uso de viajar en detall, y se estableció el método infinitamente más divertido de marchar en caravanas, o mejor en poblaciones enteras que caminan
formando el cuadro. N o así el segundo. Este puede ser pedestre o ecuestre.
El primero va por lo regular armado de su inseparable escopeta de chispas,
porque mal se aviene a la monada del pistón, y de una navajilla de tercia o
cuchillo poco más o menos que le sirven para picar el tabaco o de eslabón.
Su aspecto es crudo: sus espesas y enmarañadas patillas semejan dos continentes que dejan un p e q u e ñ o estrecho en la parte anterior de la barba: su
ropage, aunque más modesto que el del contrabandista, es más animado que
el del trabajador, no faltándole jamás su bien provista y corrida canana. Habla poco; sus respuestas son tardas: se mueve con cierta circunspección valentona: mira con desprecio al jornalero y con sus superiores es respetuosamente jaque. Es el Dios Pan a veces: otras u n ángel de la guardia, a quien se
encomiendan los vecinos del partido: frecuentemente un tanto, que marca en
el camino la distancia, y no pocas es para el caminante la espuerta avanzada
del lazarino. Lleva también de auxiliares u n anteojo de cartón para el día y
un perrillo que le guarde el sueño en la noche.
El empleo de guarda es en ocasiones el destino pasivo de un m a t ó n de
oficio, o un puesto de inmunidad a que se acogen para ecsonerarse de hacer
un viaje a la costa de enfrente,
P (edro). G ( ó m e z ) . S (ancho).
T. I.0, n." 11, 19 de Mayo 1839. ps. 84 a 85.
116
L A
R O N D E Ñ A
Sí en medio del silencio magestuoso de una noche de otoño el desconocido viajero atraviesa los solitarios campos de Andalucía, cuando la luna
esparce en el horizonte una tinta vaga y melancólica, y el aire embalsamado
apenas mueve las ramas de los olivos; sí en esta hora misteriosa en que la
imaginación parece abierta a las inspiraciones de una poesía tierna y sublime, en que el pecho exhala un suspiro y la naturaleza le comprende, en que
el alma se embriaga con recuerdos de amor... se oye a lo lejos el confuso sonido de Rondeña, cuyos acordes y sentidos tonos, lejos de interrumpir la
armonía de esta escena grandiosa parece que la acompañan... j A y de mí,
quien pudiera expresar las dulces impresiones que esta música produce en
el sensible corazón del caminante.
La Rondeña, a veces lánguida y como abandonada a u n instinto semeja
que arrulla los e n s u e ñ o s de un amor inocente; y con una fuerza verdademente magnética cierra nuestros párpados, meciéndonos en una nube de celestes
ilusiones... ¿Quien no se ha sentido arrebatar por este encanto si dando treguas a las fatigas de un viaje, se detiene a la hora del reposo en el solitario
cortijo, y recostado sobre los poyos que decoran su entrada, oye vibrar los
acentos de esta música simpática? Por que la Rondeña entonces llena de una
sublime melancolía parece que siente los dolores del amante desconsolado,
117
ácoínpaña sus lágrimas y cuenta las palpitaciones de su corazón. Pero sí de
repente saliendo de esta especie de letargo se anima con las rápidas detonaciones del punteado; recobrando la viveza original de su país, con cuanta
verdad, con cuanta pasión, expresa las amorosas pláticas de que tantas veces
han sido testigo las rejas celosas de Andalucía, Allí los juramentos, allí las
protestas, allí las tiernas quejas con las modu'aciones de una voz humana
desigual, veloz, órgano fiel de las sensaciones que se suceden en un corazón
agitado. La melodía corre entonces por sí sola, sin estudio, sin arte, entregada a la vehemencia de la inspiración, y como sí adquiriese la facultad de hablar... Y habla en efecto al alma; porque aquellos sonidos tan naturales, tan
sentidos, excitan nuestro interés y se acomodan a todas las inteligencias, remedan esos diálogos apasionados que forman la ventura ideal de los amantes
y revelan a cada cual el eco de aquella voz que resuena de continuo en el
fondo de su pecho.
U n momento de entusiasmo de Rouget de l'Isle dió a la Francia la Marsellesa: del genio de Jacobo I y sus imitadores salieron las baladas de Escocia;
pero la Rondeña española, como las barquerolas de Venecia, tiene por autor el
pueblo en que nació.
J. M . B R E M O N .
T. V . n * 14, 9 de Junio 1839. p. 109.
118
S O M E T O
A
Rompe, Cervantes, la pesada losa
Que ha ya dos siglos t u sepulcro
[cierra,
Lánzate de la tumba que te encierra
De guardar tus cenizas orgullosa.
Si durante tu vida, la envidiosa
Turba de malandrines te hizo guerra,
Hoy ya te rinde adoración la tierra
Y te aclama la fama victoriosa.
C E R V A M T E S
Más porque no imagines que te
[agravio
Duerme tranquilo en brazos de la
[muerte
Que en nuestro siglo sellarás el labio,
Y quedarás corrido de tal suerte
Entre tanto poeta, tanto sabio,
Que a tu sepulcro anhelaras volverte.
J (uan). B (autista). S (andoval).
T. V , n.017,30 de Junio 1859, p. 133.
119
U N
A R C O
DE
L A
A L C A Z A B A
Meditación
¡Juventud! ¡Soplo breve y fugaz que meces por un momento la flor de la
existencia; esa flor que bien pronto marchita, deshojada, ofrece al bramante
cierzo débiles aristas en que cegar su furia!... cuando te v i aparecer rodeada
de brillantes flores, lozana cual la primavera, me pareciste el emblema de la
eternidad: te juzgué sin fin, porque eras u n reflejo puro y radiante de la luz
celestial. Pasaste, empero, como un s u e ñ o de amor; y t u huella apenas gravada en la carrera de la vida sólo dejó en pos de sí u n recuerdo y . . . ¡¡¡ruinas!!! Ruinas, sí, que como caducos representantes de lo que fue ostentan en
sus carcomidas fases el paso transitorio de las generaciones y hablan al coraz ó n con el lenguaje severo de los siglos—/porgue la voz que retumba en el seno
de las ruinas es la voz de la verdad!
El filósofo que contempla los restos venerables de un antiguo edificio
al través de aquel grave aspecto que le inspira parece que como que pretende
arrancar de s us derruidos vestigios el secreto de lo pasado. Este involuntario
instinto le detiene en medio de esos arcos árabes, fríos monumentos u n día
de la necia vanidad de los hombres, pero que revestidos ya con el barniz de
los siglos han adquirido todo el prestigio de la antigüedad. Ellos fueron tes120
tígos de las victorias que alcanzaron los africanos gomeres: ellos los vieron
desaparecer para siempre ante el denuedo de los guerreros de la fe: pasaron
ante ellos como ráfagas brillantes de los sueños de tantos héroes, y ante ellos
también doblaron los más altivos su orgullosa frente: empero, mudos espectadores de tantos cuadros de gloria y de dolor, osaron solamente revelarlos a
las edades venideras.—Aprended, hombres, en ellos la historia de lo pasado;
allí encontraréis también escrita la del porvenir - ¡porque la voz que retumba en
el seno de las ruinas es la voz de la verdad!
J. M . B R E M O N .
T. V , n ° 20, 21 de Julio 1839. p. 156.
121
REMITIDO
A
TORRIJOS
Helos allí: junto a la mar bravia
Cadáveres están jay! los que fueron
Honra del libre y con su muerte
[dieron
Almas al cielo a España nombrandía.
Ansia de patria y libertad henchia
Sus nobles pechos que jamas temieron
Y las costas de Málaga los vieron
Cual sol de gloria en desdichado día.
Españoles, llorad; mas vuestro llanto
122
Y
SUS
COMPAÑEROS
Lágrimas de dolor y sangre sean;
Sangre que ahogue a siervos y opresores:
Y los viles tiranos con espanto
siempre delante amenazando vean
Alzarse sus espectros vengadores.
José de Espronceda
T. I o n.0 22, 4 de Agosto 1839, ps.
172 a 173.
COSTUMBRES
L A
V E N D E J A
Casi exclusiva de este pais, la palabra vendeja no puede, n i remotamente, dar una idea de lo que es. al que no conoce el comercio de Málaga. Solo
el que presencie esta época célebre, se asombrarán de la feracidad de nuestro
privilegiado suelo, de esta parte de la encantadora Andalucía, que sino el
paraiso, pudiera muy bien ser la tierra de promisión. Cubierta de un cielo
diafano y puro: alfombrados sus valles de u n verde eterno, y tapizadas las
mas altas cumbres de la delisiosa v i d : cruzadas sus llanuras de rios caudalosos hace recordar la magestad y esplendidez de la creación; y mucho mas si
nos detenemos en la hermosura y gallardía de sus ganados, en la riqueza de
sus minas, en la fertilidad de sus campos, en la dulzura de su clima, y mas
que todo en los encantos del bello sexo, de ojos negros, capaces de dar envidia a las huríes del llamismo.—Sus frutos, tan dulces y apacibles como el
trato de sus mujeres, son buscados con tal ansia, que han hecho de Málaga
un emporio del mas activo comercio. Sin embargo de tan favorables circunstancias, la agricultura lucha todavía con m i l obstáculos, y entre otros no es el
que menos la inseguridad de los campos, plagados de bandidos, que ponen
a cada paso en peligro la vida o los intereses del labrador. Pero como en esta
123
tierra de bendición, todo es amor y dulzura, al que mata o roba, hoy no sé
le dice ladrón n i asesino; llámesele caballista, es decir: buen ginete, garboso,
mozo de rumbo; y ya se vé que con palabras tan blandas, no es muy difícil
hallar a quien robar; porque es sino de la agricultura, morir a manos de las
buenas palabras.
En la época de que hablamos se observa en Málaga u n cambio repentino
en su comercio, y aunque siempre sea este grande e importante; si se compara
con el movimiento de vendeja, notaremos la misma diferencia, que de la quietud y sosiego de u n campamento en la noche, al estrépito y ruido del mismo
durante el día, o del sueño letárgico de la crisálida a lo incesante movilidad
de la mariposa.—Desde principios de Agosto empiezan a fondear en el puerto
buques de todos tamaños, nacionales y extrangeros, y a formar con las dilatadas andanas las espesas empalizadas de arboladuras, que semejan una gran
división marchando en columna de honor, o un ejército formando el cuadro,
con tanto mas apariencia, cuanto que la cuarentena podría ser la guardia avanzada y el general, algún veloz vapor, que con su gran plumero de humo señorease el puerto. Desde entonces también, cruzan por todas partes mozos
cargados con la carga muy mas preciosa para algunos, que lo fue para Eneas la
de su padre. Desde entonces, el agistista que ha vivido un año en la agonía,
bien que le haya podido consolar la ganancia de un treinta y seis, o cuarenta
por ciento, vé ya próximo el término de su anhelo; y el que trataba como a
canalla, a todo el que tenía menos dineio que él: el que pensaba que no hay
reputación n i honor sin dinero: el que miraba con desprecio la gloria, cesa
dulce ilusión o realidad del hombre, y que hubiera dado la mas brillante por
diez maravedís, o por no incomodarse, ese mismo, monta como puede, y trepando vericuetos y sudando va a hacer una visita a la cabaña del labrador;
pero no vá a disfrutar la grata emoción que produce la vista de una familia laboriosa y humilde, nada de eso; va, aguijado de la desconfianza, a recordar
a su deudor la obligación contraída, a intervenirle su cosecha, a ponderarle
el sacrificio que ha hecho en socorrerlo, y a ocultarle aquella intensa alegría,
que solo conoce un avaro, cuando ha conseguido una gran utilidad.
Después que han pasado estas primeras escenas de la próxima vendeja,
cuando ya algunos cosecheros, deseosos de obtener el primer precio han apresurado la vendimia, tendiendo en el pasero uvas todavía verdes, van desparramándose por todos los partidos compradores, que pagan en el campo el
fruto regularmente mas caro, que sus principales en la ciudad. Los caciques
de los pueblos que tienen también enredados entre sus u ñ a s a multitud de
infelices cosecheros, a quienes han adelantado cantidades, les apremian y
124
acosan, y aunque no han estudiado partida doble y sus ganancias son empíricas; sin embargo llevados de un celo verdaderamente paternal, y para libertar al desgraciado que necesita vender, de que sucumba a los convenios clandestinos de otros caciques, hacen que unos cuantos matones salgan al camino
y a la voz de viva la libertad aporreen, hieran y vuelvan a su casa al mismo a
quien requerían ejecutivamente y a quien no le quedaba otro recurso que
traer su cosecha al mercado, para salir de sus apuros. En fin, cuando la necesidad y la pobreza han capitulado con la usura, o cuando la mano poderosa
de la autoridad ha puesto termino a tales desmanes, queda expedito el concurrido camino, y vanse amontonando cada día inmensas cantidades de frutos.
El n ú m e r o de habitantes de Málaga se aumenta indudablemente en una tercera parte, tal es el de bestias que entran diariamente. N o queda borrico cojo
n i caballo viejo que no traiga su carga. La constante polvareda de todo el camino a lo largo de la costa es igual a la niebla que se observa en toda la extención de un rio. Entre las numerosas recuas y carros de todas clases, oyese
rechinar la tarda carreta, cuyos bueyes vienen, el hocico por suelo, sorbiendo
polvo bajo el pesado yugo. Yugo más pesado todavía porque el maquiavélico
carretero le ha convertido superfluamente en su propia comodidad, sentándose sobre el y gozándose en hacer humillar más la cerviz a los infelices anímales.
Todas estas variedades de transporte van remansándi. se a la entrada,
mientras los despacha la oficina de puertas. La confusión es grandísima, y
desde este pu.ito principia el movimiento y la animación dentro de Málaga.
Desde allí, las intrigas de los corredorcillos, ofreciendo uno al arriero precios
que no tiene, para arrancarlo a otro comprador, que también lo lisongea con
muy buena oferta hasta que ha descargado. Desde allí las procesiones interminables de bestias por todas partes: las escuadrillas de hombres que circulan
con el pucherete de pintura y las herramientas de clavar: las barricadas de carretas y bestias detenidas que obstruyen las calles: los carros faeneros, atropellando al escape al mortal que se descuida: los gritos de los trajimantes, la bulla, los estrujones, en fin, todo lo que hace que Málaga parezca en este momento u n infierno, aunque infierno m u y productivo.
La animación de la vendeja se comunica a todas partes. En estos dias todo el mundo se mueve y no son las que menos las mujeres. Sin hacer mérito
de los alegres festines que a cada paso se dejan oír en donde no se conoce el
rigor diplomático de no admitir, sino a las naciones aliadas, y en que, por el
contrario, la amable señora de la casa, sin permiso de la cuádruple alianza, admite indistintamente al altivo inglés como al holandés mantecoso, y en que
125
brindan en idioma diverso el vasallo de Nicolás y el independiente ciudadano
de New-York: sin contar, repito, con esos banquetes en que se funden verdaderamente los hombres, estas casas de caridad, de hospitalidad doméstica: sin
detenernos en la respetable concurrencia del ahumado bodegón, como de la
vergonzante hosteria: sin reparar en esos grupos de blondos marineros agarrados del brazo brotando vino por cada pelo y dando mas balances que un
buque en alta mar: sin hacer alto en el mayor despacho, en las boticas de mercurio dulce: n i en el presuroso corredor, que entra y sale sudando la gota
gorda: n i en el comerciante que se esta sentado, sudándola también, por no
saber contra quien librar: por fin, sin mencionar otras insignificantes incidencias a este tenor jcuan interesante es el cuadro que Málaga presenta, si observamos los almacenes de las faenas!—De un lado el repiqueteo de las que parten almendras, sentadas como unas odaliscas sobre el diván de estraza, y luciendo entre las pulvurulentas cascaras el amarillo refajo, que sin rivalidad
alguna, también permite luzaca la mitad de la pierna, que siempre deja por
cubrir; de otro la flor y nata allende Guadalmedina rodeando por cuadrillas la
colmada caja de limones, va envolviendo uno a uno en pedazos de papel y
colocándolos con admirable destreza dentro de ella; no faltando en aquel harén de empapeladoras el Capi-aga, que cuida del buen orden y distribución
ción del trabajo. Mas alia, en otra numerosa sección del serrallo, con u n racimo de uvas cada cual en una mano, como si fuese una matrona que representa la viñería, y en la otra unas tigeras, lo espurga y acomoda entre el aserrín
del porrón; mientras que otra no menos numerosa aplastando el celebre higo
de Almogía, rival de Smirna, le coloca en el redondo tamborete. En otra separación u n infiel romana y el mas infiel cantor que la maneja, sin gastar en labores, producen para su amo mas pasa de estiva, que la viña más pujante de
la provincia; en tanto que en otro sitio colocanse por su orden los infinitos
v o l ú m e n e s del moscatel racimal; y llamo v o l ú m e n e s por que los hay en pasta,
a la rústica, de a folio mayor, regular en cuarto y hasta en octavo. Hay bibliotecas de estas que podían competir muy bien con la biblioteca madre (q. p. e. d.)
de Alejandría: lo que prueba que en las ciudades mercantiles no esta tan olvidada la afición a las letras, pues e s l í e n seguro que quizá no habrá en el universo otra ciudad, donde circulen y se despachen mas papeles públicos bajo
cubierta cerrada. Y no se crea que nos mueve el hablar asi en favor de la
literatura mercantil el sentimiento de gratitud hacia una clase que protege nuestra humilde y patriótica empresa, que por numerosa que sea la suscripción a
nuestro periódico en dicha clase, y aunque a la hora de es+a podamos contar
con media docena de aficionados, jamas la adulación mancharía nuestro papel,
126
En fin, si d e s p u é s de haber ecsaminado esos magníficos almacenes, en
donde se presentan como en esposición esos asombrosos productos de la naturaleza, pasamos al muelle, nos admirará aquel tropel de carros, de arrumbadores, de hombres que se mueven en todas direcciones, y aquel laberinto de p i las de cajas, de botijas, de barriles, de porrones, de tablas, de duelas... que
se yo... de tanta cosa como ocupa la esplanada, sobre la que parece ver uno al
Dios alipede con su caduceo bajo del brazo aplaudir nuestra actividad. Por
ultima aquella precipitación en los embarques, aquella prodigiosa animación,
mas sorprendente todavía en un país meridional, dan una idea muy exacta de
la inmensa riqueza que poseemos, de la deliciosa abundancia de nuestro suelo, que tanta envidia causa a los estrangeros que no frecuentan y que saludan,
despidiéndose de nuestra orilla, en medio de los alegres burras,
P. (edro) G . (omam) S. (ancho)
T. l.0n.0 39, 29 de Septiembre 1859, ps. 256 a 358.
127
MI
Miradla, miradla allí
E L V I R A
¿Que vale el brillante oro
Ostentando su hermosura
A l lado de su cabello?
Cual rosa Cándida y pura
Y junto a su blanco cuello
Cual angélica ilusión,
Que es el nítido cristal.
La de los ojos divinos
¿Que corazón juvenil
Que brillan como luceros,
N o late oyendo su acento?
La de labios hechiceros
¿Quien no se embriagaba en contento
Que rojos claveles son.
A l ver su píe celestial.
Cual el refulgente astro
Que al universo da el día
Que clara luz nos envía
Desde el firmamento azul;
Que nos inunda en su fuego,
Y el campo esmalta de flores,
Que tiñe de m i l colores
Del aire el flotante t u l .
128
A s i Elvira ardientes rayos
Lanza, de sus pardos ojos
Mana de sus labios rojos
El néctar de puro amor.
A s í su hechicero rostro
Con tintas de nieve y grana
Compite con la m a ñ a n a
Eclipsando su esplendor.
¿Que beldad no envidiaría
Esa tez fresca y hermosa
Que brilla como la rosa
De la aurora el arrebol?
¡Ay! Yo en silencio la adoro,
Pues temo crudos rigores,
En silencio cual las flores
Adoran la luz del sol.
R. Mitjana
T. I-0, n." 32, 13 Octubre de 1839.
p. 255.
129
10
C O S T U M B R E S
T O R O S
Y
D R A M A S
Luego que nuestros primeros padres, cansados ya de la vida m o n ó t o n a y
apacible del paraiso, infrigieron con u n atrevimiento verdaderamente romántico el único precepto que se les había impuesto, cambió todo el universo de
aspecto, y lo que antes era unión, paz y dulzura, vino a parar en rencores,
desastres y pesadumbres: en una palabra, desaparecieron las reglas de aquella
calma clásica del Edén, y a la unidad de acción y de lugar sustituyó la espulsión de aquel sitio encantado y la división y la guerra entre aquel protomatrimonio. El placer también h u y ó de allí; pero en su huida tropezó con la falange de la muerte que en aquel momento iba a asaltar aquel recinto sagrado,
y envuelto entre el dolor, la traición, la venganza, la perfidia y los crímenes,
poco faltó para que no espirase en su sobrecogimiento al verse rodeado de
aquella corte infernal. Desde entonces, pálido y desfalleciente, apenas se percibe su acento, que oscurecen m á s las voces roncas y destenpladas del funesto cortejo, que jamás le desampara,—La naturaleza toda había realizado una
verdadera escisión en cuya anarquía parecía querer romper de una vez toda
relación con su criador. U n instinto de sangre y de esterminio se apoderó de
todas las especies, y desde la araña hasta el tigre no devoraban ya las entra-
130
ñas palpitantes del débil animal, que bajo sus u ñ a s caía, para satisfacer una
necesidad; lo hacían por el bárbaro placer de derramar sangre. N o de otro
modo que el gato guiado de este mismo instinto, prolongaba el tormento del
ratoncillo, gozándose en su agonía y haciéndola servir a su diversión y entretenimiento. Tampoco fue el hombre el último en participar de esta sed de
horrores, y m u y pronto Caín (que a haber vivido en estos tiempos sería muy
apasionado de la literatura) aterró al mundo con su asesinato, que sino por
lánguido y sencillo no lo hubiese desdeñado para u n drama Dumas o Víctor
Hugo.—Desde entonces parece que u n secreto, pero siniestro impulso conduce al hombre a gozar desde la niñez en las escenas de crueldad y de horror; así vemos complacido al n i ñ o martirizando un pajarillo: mas tarde, grande, buscar los peligros y disfrutar en ellos; saltar por ensima de las llamas y
correr por el borde de u n precipicio le encanta sobremanera; reunirse en bandas contrarias y tirotearse a pedradas, quedando cual tuerto, cual estropeado
o contuso por mera diversión, es m u y c o m ú n en pueblos que como Málaga
tienen en los sitios mas públicos y concurridos estos vistosos simulacros, estas escuelas gratuitas, con superior aprobación, de táctica militar.
Sino estuviésemos convencidos con estos hechos de la innata ferocidad
del hombre, buscaríamos aun, ese pueblo inmenso con ansiosa e impaciente
curiosidad aguarda alrededor del patíbulo la hora de la ejecución y que tiene
un verdadero pesar si un p e r d ó n inesperado a libertado al reo de espirar en
público.
Con estas felices disposiciones naturales del hombre, con esta alianza del
placer y el dolor, ya no son estraños esos grandes espectáculos de horrorosa
carnicería que en todos los siglos se han visto merecer la consideración de las
elevadas clases y hasta del secso amable. Los atletas, los gladiadores romanos
luchando a muerte entre sí, o con las fieras, ofrecían u n magnífico espectáculo, y la estúpida barbarie de aquel pueblo ecsijía del infeliz moribundo hasta
el sacrificio de morir, ahogado en suspiros, en una posición airosa. Apesar de
la destrucción de la religión gentílica, todavía se conservó aun enmedío del
mas intolerante cristianismo este apego a las funciones de sangre y se tuvo en
mucho la fuerza física y el valor brutal, aunque dorado con toda la esplendorosa brillantez de la galantería. Aquellos antiguos caballeros que apostaban
un vigote sobre una mesa, o volcaban media docena de hombres de u n mandoble, eran los lechuginos de la época. Manejar u n caballo, rejonear un toro,
sacar al contrario de la silla de u n bote de lanza,,.: he aquí las heróicas barbaridades que apremiaban el amor o el poder. Estos grandes espectáculos fueron
sin embargo degenerando, y lo que antes estuvo reservado a la alta clase que131
dó confinado a la ínfima del pueblo constituyendo en último estremo una
profesión que aunque se dice abyecta no es sino muy obsequiada y aplaudida. Hablo de los toreros, cuyo ejercicio muy recomendado siempre contra la
infundida crítica de nacionales y estrangeros meticulosos no ha perdido nada
de su antiguo prestigio.
En el día, que parece no desmerecemos en nada de los hombres mas varoniles y esforzados de los siglos pasados, ocupan toda nuestra atención dos
grandes espectáculos; uno indígeno: ecsótíco el otro. Los dos sangrientos, formidables: uno mas vulgar: el otro mas elevado; uno inocente en su barbaridad: el otro pernicioso por demás, sin ser menos espantoso: uno abunda en
el lenguaje soez y tabernario; el otro en el encumbrado y del gusto mas esquisito: uno y otro son en fin, los toros y los dramas.
T a l es la afición que los españoles tienen a aquellos, que cuando se les
presentan ocasiones de divertirse, o de celebrar algún acontecimiento se ven
como inspirados de un solo pensamiento. Bailes, mascaras, músicas, comidas,
todo es frío, todo es lánguido sino se termina con una función de cuernos:
con ellos recibe cualquier regocijo todo su complemento, la sal, digámoslo
así, del festín. A la voz de toros, todo el mundo se subleva: ni queda artesano en su taller: n i letrado en su bufete: el viejo, el joven, el muchacho, la
casada, la soltera, hasta las amas de leche con sus crías van a disfrutar de los
gratos empujones, de las dulces pisotadas, de los gritos, del polvo, del calor,
en fin de todo lo que mas apropósito puede hacer una r e u n i ó n agradable y
divertida. La corrida debe empezar a las cuatro de la tarde; pues aquel día se
come a las diez de la mañana, o no se come, que lo que interesa es coger u n
buen asiento, y nada importa estarse tostando al sol cinco horas seguidas.
Este p e q u e ñ o intervalo se entretiene gustosamente en tocar la descomunal
matraca, la trompeta, el caracol y otros instrumentos pianos y dulces capaces
de escitar los afectos mas patéticos. Esta orquesta bélica, alternando con los
disimulados dicterios que desde el cañón de la atroz vocina se dirigen al que
pasa, y la inmensa gritería llena de mil chistes y agudezas, forma un preludio
de cuatro o cinco horas y entretiene al pueblo que impaciente aguarda oír el
clarín. El oleage que se observa en los tendidos de tanta gente como se levanta y se sienta, el movimiento ondulatorio de los pañuelos y banderolas, la
grita y el escarceo, son mayores cuando con universal aplauso aparece en la
despejada arena la cuadrilla de chulos y picadores. Ya cada cual ocupa su
puesto y el ligero peón al lado del caballo espera impávido la salida del toro.
Suena el clarín, y como la campanilla que llama al orden, percíbese por u n
instante u n silencio profundo: todos tienen clavados sus ojos en el robusto
132
cerrojo del toril. Abierta ía temible puerta, presentase u n gallardo toro, q u é
detenido u n momento, parece que busca con la vista la salida de aquel estruendoso circo, queriendo perdonar su víctima. Pero vese cercado y estrechado al combate y valiente y veloz, parte y embiste, y sin dolerse de sus heridas, arrolla aquel centauro de sombrero franciscano, y saca enredadas entre
sus astas las tripas del obediente caballo.
Los gritos y la algazara resuenan en toda la plaza y repitense enseguida
otras m i l escenas en que el pueblo, aspirando el vapor humeante de la sangre, lleva su entusiasmo hasta la embriaguez. El bravo animal, rabioso como
un tigre, regando la tierra con las rojas ondas que de sus heridas brotan, brama y pelea, poniendo a cada paso en peligro la vida de los hombres
que con barbara agilidad burlan sus vengativos esfuerzos, hasta que engañado en su valeroso arranque busca su muerte sin recular una vez aun cuando
se siente atravesado de la formidable espada. Los gritos del triunfo llegan al
cíelo al caer el temible animal, y en la agonía misma, con la convulsión de la
muerte es arrastrado por tres ligeras muías en medio de las aclamaciones de
júbilo mas prolongadas.
A I considerar estas cruentas escenas, cualquiera creería no hallar en ellas
a la tímida joven que se desmaya de ver la picadura de un alfiler, o la austera
beata que se santiagua al oír un caramba empero tan enfurecido el corazón,
como el pudor, nada es capaz allí de herir n i al uno n i al otro. Allí, en esta
gran asamblea popular, establecida una perfecta igualdad, el lechugino y el
guifero se esfuerza cada cual, a quien se escede en osadía y en desuello, y el
bello secso sin pusilaminidad se ostenta imperturable a la vista del peligro,
como de la obscena palabrería de los circunstantes. O h fiesta deleitable e inocente no te sonroges porque los extranjeios te depriman, que mas bien lo
hacen por emu/ación que por otra cosa, Diles que deponga esa rivalidad porque tu sin ambición ya que no le cedes la preferencia a las riñas de gallos en
que ellos pierden frecuentemente las fortunas de muchas familias, lo harás
con gusto a las corridas de caballos, en la delicada carrera de campanario, y
con mucho mas a la humana lucha del pugilato que con tan ilustrada aceptación divierte orillas del Tamasis. Diles también que reconoces tu inferioridad,
cuando te comparas con esos espectáculos varoniles y heróicos que unen al
vigor de espíritu una elevada inteligencia que t u no tienes, y a la fortaleza del
alma, la travesura del ingenio, y que a la vez que hacen al pueblo valeroso y
morigerado le e n s e ñ a n los medios fáciles de salir airoso en el lance más apurado. Porque ¿donde habrá una cosa mas animada, n i mas sorprendente para
una diversión, que presenciar u n parricidio, u n adulterio, un rapto, u n enve133
rienamíento y otros cuadros domésticos tari senclííos como estos? ¿Que moral
tan sublime no inspira Catalina Howard, cuando para mas asegurarse escije
al verdugo le jure por su hijo mas bien que por Dios? ¿ Q u e puede pedirse de
mas ameno cuando se oye la campanilla y la fúnebre voz del hermano de caridad? ¿Donde buscar mas dulce estasis que el que proporciona la vista de los
puñales y el crujir de las vértebras que divide el hacha del verdugo? Digan
lo que quieran los modernos franceses que tanto asquean nuestros nacionales
pasatiempos, inclusa la guerra civil, el nuevo impulso que han recibido las
costumbres y la bonanza y la calma que inspiran su moderna literatura son
dignos de los tiempos heróicos. Y si los españoles merecen todavía la nota de
bárbaros y de hotentotes es porque su paladar embotado no percibe el sabor
romántico de esa escuela tan dulce, tan filosófica, tan moral y tan humana, y
no han aprendido a presentar, para recrear el animo, un auto de fe en cada
escena y u n suicidio o una alevosía en cada verso,
P (cdro). G (omez). S (ancho).
T. 1 ° . n.0 34, 27 de Octubre 1839, ps. 269 a 271.
134
EL G U A D A L H O R C E A L D A U R O
Bañas Dauro, cíen jardines
Do brillan pintadas flores.
Te arrullan los ruiseñores
Con sus cánticos de amor.
En vez de menuda yerba
Nacen en tu orilla rosas.
Mas no tienes mis hermosas
que ese es el goce mayor.
Cabe t u orilla se eleva
La Alhambra tan celebrada
Que un tiempo fuera morada
Del hermano de Almanzor.
Mas no envidio su grandeza
N i sus torres orgullosas
Porque téngo mis hermosas
que ese es el goce mayor.
Dichoso Dauro te juzgas
Porque t u corriente riega
Ancha y dilatada vega
Que te cerca en derredor,
¿Pero que t u vega vale
N i tus caserías vistosas
Sino tienes mis hermosas.
N o envidio no, tus jardines
De flores de m i l colores
Que en mi orilla nacen flores
Y es muy fragante su olor
Y miro el mar cristalino
Con sus ondas espumosas,
y a más... tengo mis hermosas
Que ese es el goce mayor.
J (uan). B (autísta). S (andoval).
T.
V , n.0 40, ¿ de Diciembre de 1839. p. 316.
135
EL CIMBEL Y L A P A L O M A
Vuela en los aires el cimbel galano,
y aunque el cuello lazado al rojo hilo
por libre vaga huyendo del fausto asilo
entre las ramas del vergel lozano.
Las plumas abre, juega, canta ufano,
revuela inquieto, ronda
mas tranquilo,
T ú también cual con mágica cadena
que penda en m i , inmortal paloma
[mía,
lúcete y trisca por la selva amena.
Pero a m i tierna voz nada te enfría,
vuelve a m i pecho, arrúllame serena
y hazme feliz desde la noche al día,
EL S O L I T A R I O
hasta que al sitio del pueril Batilo
(Serafín Estebanez C a l d e r ó n )
recoje el vuelo, busca la fiel mano.
T. V , 2.a serie, n,a 1, 5 de Abril de
1840, p. 7.
136
A L
B E T I S
Entre una y otra dilatada orilla
el Betis se desliza mansamente,
dibujando en su plácida corriente,
las gigantescas torres de Sevilla.
Surca sus aguas la cortante quilla
de atrevido bajel omnipotente,
ganoso allá en los mundos de occidente
de reportar cien cetros a Castilla.
En popa manso viento favorable,
el bonanzoso lino en sus entenas,
vuela al inmenso piélago insondable:
Cual leve esquife se divisa apenas;
y según se partió con valentía
agua, vientos, y cielo desafía.
A.
MENENDEZ
T. V , 2.a serie, n.0 3, 19 de Abril
1840, p. 24.
137
FIESTAS
DE
T O R O S
El carácter español distinguido por esa noble fiereza, por "esa indomable
arrogancia que Ha conducido constantemente a esta nación belicosa a las mas
arduas empresas, ha sido tal vez el ünico elemento de salvación, que a libertado a sus hijos del yugo extrangero. N i la sagaz política, n i las combinaciones del talento, n i los destellos del genio fueron los recursos empleados por
los españoles en sus grandes conflictos, en las diferentes crisis que han amenazado la independencia nacional, sino arranques generosos de patriotismo y
de bravura, que, ensayados en una lucha de siete siglos, empezaron por hacer
ínespugnables las m o n t a ñ a s de Covadonga, renacieron de las cenizas de Alarcos para estremecer a los sarracenos en la jornada de las Navas, espantaron
con u n p u ñ a d o de valientes a 600.000 atricanos en la gloriosa batalla del Salado, sostuvieron los derechos de Felipe V . contra la voluntad de la Europa
entera cuando tocaba ya la nación a su decadencia, y pobre y ecsanima desp u é s todavía presentó una roca de hierro donde se estrelló el poder y la fortuna del inmortal guerrero de Austerlitz. Es evidente que u n pueblo sostenido por este espíritu bizarro, debía buscar en sus mismos solaces y diversiones nuevos medios de contentar su pasión dominante, que era la de los combates. Estinguida por la ley la lucha bárbara de los torneos, merced a los desengaños de una triste experiencia, y a los adelantos de las artes civilizadas,
138
España arrastrada a ú n en stt carrera de glorias y de peleas, y no contenta coñ
llevar a lucir su brillante estrella en u n mundo desconocido, n i con sostener
la preponderancia de sus armas en la campaña de Flandes, buscaba además
en u n espectáculo estímulos nuevos a su valor, y de aquí el engrandecimiento de las fiestas de toros, llevadas ya a u n alto grado de lujo y esplendor desde el reinado de Juan I I , si bien no fueron generalizadas hasta después de la
conquista de Granada. Construyeron desde entonces plazas en algunas ciudades, y allí acudían los animosos caballeros para hacer gala de su destreza y
bizarría, ora rejoneando al embastado bruto sobre el soberbio potro del Genil,
ora lanceándole y rindiendo su fiereza ante los aplausos de la m u l t i t u d y las
palpitaciones de la enamorada beldad. Los más distinguidos guerreros, ociosos con la espulción de los mahometanos, y sedientos por instinto y por educación de gloria y de peligros, sostenían la afición a las fiestas de toros, que
se propagó mas a ú n por ejemplos de algunos monarcas de quienes se refiere
que sobresalieron en este ejercicio. N o era menos apreciado entre los moros
granadinos, que en la plaza de Bivarrambla ejecutaban gentilezas con los
toros, de lo cual hablan con frecuencia en crónicas y romances; y tal vez se
debió a esta rivalidad el impulso que por aquellos tiempos recibió entre los
españoles el arte de torear. En honor a la verdad es preciso decir, que sin
embargo de tantos estímulos estas fiestas no se hicieron con regularidad y orden mientras estuvieron a cargo de la nobleza, y, semejantes a las corridas de
novillos de nuestros días, se llenaba la plaza de numerosa plebe, que abastecía sobradamente de toreros de a pié, mientras los de a caballo que debían
ser nobles, ejecutaban difícilmente sus suertes enmedio de aquella m u l t i t u d ,
originándose de este desorden continuas desgracias.
El advenimiento de Felipe 5 . ° al trono de España causó una revolución
en los usos y costumbres de este país: vicióse el habla castellana con los galicismos que se introdujeron, y nuestra literatura a la verdad bien decaída,
tomó un estilo de imitación, que bien luego degeneró en mal crónico. Reformáronse las modas en el vestir: mejoraron considerablemente las artes y la
industria; pero con particularidad las primeras clases, perdieron aquel tinte
especial de nacionalidad, aquella hidalguía natural y castiza, que como hemos
indicado fué el genio tutelar de los españoles, y el que los condujo a tan altos
destinos. La ley de la moda proscribió las fiestas de toros, que no eran del
gusto del monarca: y los nobles, mas en contacto con este, y pagando u n tributo a la versatilidad del corazón humano, abjuraron repentinamente de su
antigua afición; pero el pueblo, d u e ñ o absoluto del campo por esta voluntaria
cesión, y mas constante en conservar los usos heredados de sus mayores,
jB9
t o m ó a su cargo ía gloria tauromáquica, y desde entonces, reducido a regías
este ejercicio por el estudio peculiar que de él hicieron sus mas adictos y decididos campeones, ha ido progresivamente mejorando hasta el grado de actualidad y destreza que en la actualidad vemos.
T a l es la historia de esta fiesta nacional, noble en su origen no solo por
el impulso bizarro y caballeroso de que nació, sino por los invictos guerreros
que hicieron de ella los primeros ensayos: tales son el famoso Ruy Díaz del
Vivar, conocido por el Cid Campeador, y posteriormente el gran Carlos I.0,
D . Fernando Pizarro, conquistador del Perú, los reyes D . Sebastián de Portugal y Felipe I V de España, los duques de Maqueda y Medina Sidonia, y
otros muchos nobilísimos y esforzados caballeros; es verdad que en el día no
puede recomendarse bajo este aspecto, porque es otra la tendencia de la instituciones sociales; pero tal vez pudieran hacerse en este espectáculo unas
reformas, que le pusieran a cubierto de las acriminaciones que se le dirigen
por los rijidos censores. N o nos opondremos a su crítica, hasta cierto punto
fundada, porque tampoce está en nuestro animo defender esta causa; pero si
les auguramos que, en medio de sus miramientos, llegada la hora fatal, irán
murmurando a los toros.
J. M . B R E M O N
T. V , 2 a serie. n.a 21, 23 de Agosto 1840, ps. 165 a 166.
140
EL
C E M E N T E R I O
I N G L E S
El nombre de cementerio es una palabra grave que encadena nuestra
mente y nos invita a meditar: si atravesamos su recinto alhagados en la fortuna o sumergidos en el dolor hallamos en su silencio y en esas tumbas soli
tarias cierto consuelo a nuestras penas, notando que allí se acaban; y cierta
desconfianza en los placeres de una vida frecuentemente mas ligera que la
ecsistencia de una flor. En ese campo de la muerte, que los vivos hermosean
quiza para temerla menos, confundense todos los hombres, se les perdonan
sus defectos y hasta su necia vanidad... y sobre el polvo deleznable luce u n
dorado epitafio que recomiendu su v i r t u d . Las lágrimas de una esposa, las
esperanzas malogradas en el joven de esperanzas, los ayes de la vejez y los
suspiros del amor alzan su lúgubre coro y una dulce melancolía penetra la
la eternidad.
El nombre de cementerio que nos dejaron los latinos significa dormitorio
o parage en que se descansa; etimología sublime que envuelve le grande idea
de la inmortalidad del alma. Los sepulcros en lo antiguo esparcidos por los
caminos, indicaban al viajero que se parase o anduviera; sta, viator; ahi, viator;
contradicción que deploraba la importancia de las victimas. Mas en tiempos
de Gregorio el Grande estas victorias de la muerte se hacinaron en los templos en perjuicio de la higiene y con peligro de los ciudadanos, hasta que en
141
el ültimo siglo, y especialmente en el actual, se construyeron en los campos,
allí do está la quietud, y donde la naturaleza se viste de pomposo adorno
con nuestro despojo miserable.
A despecho de la ilustración y de la indulgencia que merecen todos los
los hombres en este trance final, cualquiera que sea su creencia, sus virtudes
o sus vicios, los protestantes estrangeros se enterraban en esas playas con
sentimiento de sus deudos y con dolor de sus amigos; pero la actividad y celo de los últimos cónsules de Iglaterra, hallando apoyo y protección en nuestro ilustrado gobierno, levantaron ese sencillo monumento que hoy nos presenta el Guadalhorce, bellamente decorado por u n arquitecto del país.
Si dirigimos nuestros pasos por el camino de Velez hallamos al pie de
una roca el Cementerio de los Ingleses en el centro de u n jardín y enfrente
del Mediterráneo, Si entramos en su interior nos agrada su limpieza y el
murmurio de una fuente, único eco que responde a la canción del traginante
y a los ruidos del mar, y si en medio de los sepulcros recogemos nuestro espíritu para distinguir sus nombres la compasión hacía una víctima, y el horror
hacia un tirano nos alejan de aquel sitio,
ILDEFONSO M A R Z O .
7, 1 ° , 2 a serie, n.0 21, 23 de Agosto 1840, ps. 167 a 168.
142
AL
G E N I O
Soneto
A
M I AMIGA
Bate tus alas y con raudo vuelo
Elévate de Helícona a la altura,
Allí te espera la corona pura
Que para t i reserva el almo cielo.
Hija de Dios en el inmundo suelo,
Que mancha del mortal la planta
[impura
T u voz, en vano, entonas con tristura
para llorar el mundanal desvelo.
L A PEREGRINA
La sociedad injusta desatiende
T u justo enojo, y tu clamor olvida,
Y entre tus ayes su furor enciende;
Vida es de luto t u angustiosa vida;
Pero bate tus alas; hiende el viento;
Y contempla a tus pies el firmamento.
J.
MONTADAS
T. V , 2.a serie, n.c 31, 1 de Noviembre 1S40. p. 256.
143
MI
M A L
Soneto
A...
En vano ansiosa t u amistad pro[cura
adivinar el mal que me atormenta,
en vano, en vano conmovida intenta
revelarlo m i voz a tu ternura.
Puede explicarse el ansia, la locura
con que el amor sus fuegos alimenta,
puede el dolor, la pena mas violenta
escalar por el labio su amargura.
Mas de decir m i malestar profundo
no halla m i voz, m i pensamiento me[dio,
y al indagar su origen me confundo.
Pero es un mal, amigo, sin remedio,
que hace odiosa la vida, odioso el
mundo...
Que seca el corazón... en fin ¡es te[dio!
LA
PEREGRINA
(Gertrudis G ó m e z de Avellaneda)
T. I o , n." 36. 6 de Noviembre 1840, p. 295.
144
G R A B A D O S
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T A B L A
G E N E R A L
Páginas
DEDICATORIA
9
PROLOGO
.
.
11
N O T I C I A BIOGRAFICA .
INDICE
DE
A.
AUTORES
.
17
.
23
25
B
33
C-D
41
E
43
F-G
49
H-I
.
.
.
,
J
53
57
L
59
M -N
61
O-P
75
R
79
S .
81
T -V
85
INDICES
AUXILIARES
87
a)
Personas
89
b)
Lugares
95
Páginas
c)
Materias
d)
Primeros versos
e)
Títulos
ANTOLOGIA
.
.
97
99
.
.
.
.
.
.
,
.
.
.
.
103
.
105
A una ingrata.—L. de Olona
107
E l Viernes Santo.—A. Alegre Dolz .
.
:
109
A la muerte de la señorita C a r m e n Laserra. — Dolores Gómez
de Cádiz de Velasco
110
Costumbres de A n d a l u c í a . Venga de ahí.—Ildefonso Marzo .
111
A M á l a g a . - A . Alegre Dolz
113
E l guarda de camino.—P (edro). G (ómez). S (ancho) .
115
La Rondeña. - j .
M . Bremón
117
Soneto a Cervantes.—J (uan). B (autista). S (andoval).
.119
U n arco de la Alcazaba.—J. M . Bremón
120
A Torrijos y sus c o m p a ñ e r o s . —José de Espronceda
.
122
Costumbres. L a Vendeja. - P (edro). G (ómez). S (ancho)
M í Elvira.—R. Mitjana
123
.
128
Costumbres. Toros y dramas.—P (edro). G (ómez). S (ancho)
130
E l Guadalhorce al Dauro.—J (uan). B (autista). S (andoval)
135
E l Cimbel y la Paloma.—El Solitario
.
,
.
.
A l Betis.—A, Menendez
Fiesta de Toros. —J. M . Bremón
.
,
.
136
137
.
138
E l Cementerio Ingles.—Ildefonso Marzo
141
A l genio.—J. Montadas
143
M i mal.—La Peregrina
144
GRABADOS
Portada de la Revista «El Guadalhorce».
Vista del río Guadalhorce.
Planta de la Iglesia Catedral de Málaga.
145
Fachada de la Iglesia Catedral de Málaga.
La Alhondiga.
Vista de las Atarazanas.
Vista de la calle de Granada y torre de la Parroquia de Santiago.
Guarda de camino.
Traje andaluz del siglo X V I I I .
Vista de la Fuente de la Alameda.
Vista de la Puerta del Sagrario.
Vista de A l h a u r í n el Grande, tomada del camino de Málaga.
Vista de la Aduana de Málaga,
Vista del Arco de Granada en la Alcazaba de Málaga.
Vista del Castillo de Gibralfaro, tomada de la Plaza de la Victoria.
Torre del Homenage de la Alcazaba de Málaga, vista desde la Marina.
Palacio Episcopal de Málaga.
Vista de Carratraca.
Monumento dedicado a la memoria de D . Ysidoro Maiquez.
Vista de la Pescadería de Málaga.
Hacienda de San Rafael en Churriana.
Vista del Tajo de Ronda.
Vista del embarcadero del puerto de Málaga.
Vista del muelle viejo de Málaga.
Vista del castillo de Gaucín.
Plazuela del Teatro, con vista a el arco de Buena Ventura.
Casas Consistoriales de Málaga.
Juego de Aguas del Retiro.
Puerta del Juicio de la Alambra.
Guadalmedina, visto desde el pasillo de Puerta Nueva.
Patio de Los Leones de La Alhambra.
Málaga.
La Alcazaba de Málaga.
El caballista.
Patio principal del Palacio Episcopal de Málaga.
Málaga vista desde la falda del Monte Calvario.
Puerta del Vino de la Alhambra.
Monasterio de Monserrat.
Vista del convento y huerta de Los Angeles.
Vista del panteón de La Victoria.
Puerta de las Cadenas de la Catedral de Málaga.
Vista de la Linterna y Batería de San NTicolás,
La torre de Comarés en la Alhambra.
El Cementerio Inglés.
Bella Vista.
Interior de la Catedral de Córdoba.
El Templo de la Sibyla, cerca de Tívoli en Ytalia.
Vista del patio del Convento de Santa Clara de Málaga.
Entrada al patio de los Naranjos, Catedral de Sevilla,
Costumbres andaluzas.
El árbol de Guernica,
Perrería de La Constancia, en Málaga,
D E D I C A T O R I A
F I N A L
A todos aquellos que sin haber nacido en Málaga han puesto en ella sus más
caros sentimientos.
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E l día 24 de Julio, festividad de Santa Cris-
tina, se tiró el último pliego de este libro
^
Las planchas de los grabados fueron hechas
en los talleres de la Casa C I M A de Málaga
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Fué compuesto a mano en la antigua im-
prenta de D. Enrique Montes por el maestro
Nicolás Prado ^
Imprimiendo el maquinista
Anastasio Jiménez ^
Cuidó la edición María
Cristina Cafíarena Moralejo, el año de Nues#
tro Señor de M C M L X I
LAUS
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DEO
A costa de su autor Angel Caffarena Such, mercader de libros en esta
ciudad de Málaga, Calle Cárcer núm. 6, donde se hallará.
SECUNDA SERIE
TOMO
m
N ú m . de regislio M A . 45 - 1961
DapÓBilo legal M A . 320 - 1961
Imp. Montes - M á l a g a
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