índice y Antología con reproducción de los grabados por Sitgel Caffarena S u c b «ediciones "£1 6uad*lborcc" 11 ^ ' « a n l^^í Ediciones El Guadalhorce III Angel Caffarena INDICE Y ANTOLOGIA de la Revista ' El Guadalhorce 1961 E D I C I O N E S DE LIBROS D E MALAGA III EL G U A D A L H O R C E , L i b r e r í a A n l i c u a r i a M á l a g a I N D I C E DE LA R E V I S T A EL G U A D A L H O R C E A N G E L ÍNDICE C A F F A R E Ñ A Y S U C H ANTOLOGÍA DE LA REVISTA EL G U A D A L H O R C E Con reproducción de los grabados (PRIMERA EDICIONES «EL EDICION) GUADALHORCE» M A L A G A 1961 JUSTIFICACION DE L A T I R A D A 200 ejemplares numerados a mano del 1 al 200 sobre papel Registro, 10 sin justificación de tirada para legal. depósito El ejemplar utilizado para el estudio y la reproducción de las láminas pertenece a la biblioteca particular de D, José Luís Estrada Segalerva que amablemente lo ha cedido con este fin, Gracias, Las planchas de los grabados han quedado depositadas en los Archivos del Excelentísimo Ayuntamiento de Málaga, EJEMPLAR N.0 ill. Í10 EDICIONES EL G Ü A D A L H O R C E . — Carcer, 6 — M A L A G A 1961 D E D I C A T O R I A A la memoria ilustre de mí inolvidable tío y máestro Juan Such Martín. P R Ó L O G O P R Ó L O G O EL G U A D A L H O R C E , periódico semanal de literatura y artes, es quizá, de todas las publicaciones p e r i ó d i c a s del siglo X I X , la m á s característica. Nacida e n una é p o c a de acendrado romanticismo, su vida fue corta pero fructífera. Tanto en sus artículos, p o e s í a s , notas bibliográficas, datos h i s t ó ricos... etc., como en la e l e c c i ó n de los grabados que enriquecen cada n ú mero, alienta el espíritu de su tiempo con la mayor expresividad. Aparece el primer n ú m e r o el domingo 10 de marzo de 1839, l o dirige el escritor D . José de Medina y Aguayo y se publica ininterrumpidamente cada domingo, hasta el 31 de diciembre del mismo a ñ o , en que las consabidas dificultades e c o n ó m i c a s que siempre a c o m p a ñ a n a estas empresas obligan a su editor a suspender la p u b l i c a c i ó n . En este ú l t i m o n ú m e r o de la l.tt serie, él mismo nos lo dice con frases llenas del generoso romanticismo de la é p o c a : «...el sacrificio de sus intereses le sería insignificante si pudiera continuar sufriendo las p é r d i d a s que ocasiona una empresa naciente y e s t r a ñ a al país de su establecimiento; pero las circunstancias políticas, absorviendo toda la a t e n c i ó n de los lectores habituales a p e r i ó d i - 13 eos, han impedido, tal vez, el apoyo que en u n principio se p r e s t ó a EL GUADALHORCE*. Pero el grupo de j ó v e n e s escritores que dieron vida a la Revista, era entusiasta y tenía fe en su obra, así el domingo 5 de abril de 1840, da a luz el n ú m e r o uno de la 2.a serie. Los p r o p ó s i t o s y el formato son los mismos, se trata de una c o n t i n u a c i ó n , de unas « s e g u n d a s n u p c i a s » . Esta vez edita y dirige la revista, A . J. Velasco. La p r e s e n t a c i ó n la hace Pedro Gómez Sancho. Tampoco les a c o m p a ñ a la suerte y, tras h e r ó i c o s equilibrios e c o n ó m i c o s , suspenden la p u b l i c a c i ó n en el n.0 39 correspondiente al domingo 27 de diciembre de 1840. Esta es, a grandes rasgos, la historia de EL GUADALHORCE. Historia r o m á n t i c a de una de las m á s r o m á n t i c a s revistas que conoce el siglo del romanticismo. A d e m á s de los citados anteriormente, son principales colaboradores: /. Bouligni, J. A i . Bremon, Gerónimo de la Escosura, Mariano González Vals, Casio de Iturralde y García, Juan Bautista Sandoval y sobre todos Ildefonso Marzo, ilustre escritor e historiador que inserta en los 44 n ú m e r o s de la primera serie su Historia de Málaga, que, por sí sola, sería suficiente para valorar la revista si n o llevase en sus n ú m e r o s tantas y tantas cosas interesantes. A l confeccionar el INDICE hemos seguido los consejos D o n José S i m ó n D í a z al que desde a q u í expresamos del ilustre nuestro agradeci- miento por su c o l a b o r a c i ó n y ayuda j a m á s regateada. Precedemos a aquel de una noticia biográfica de los principales colaboradores de la revista y hemos procurado, aun a t e n i é n d o n o s a los estrechos límites de la ficha bibliográfica, resaltar la referencia curiosa, el dato histórico, la noticia interesante o el ya m á s extenso resumen del sucedido, la a n é c d o t a o el artículo m á s sugerente. Complemento de este INDICE es la Antología que sigue al mismo, para la que hemos seleccionado aquellos artículos considerados como m á s representativos. Finalmente, hemos enriquecido el libro con la reprod u c c i ó n de los magníficos grabados de la Revista. , Una última advertencia: aquellos artículos que figuran como editoria14 les o anónimos son debidos a la pluma del editor / . /. Medina por los que respecta a la primera serie. Los aparecidos con la misma calificación en la segunda serie son originales del nuevo editor A . J. Velasco, s e g ú n se nos indica en nota aparecida en el n ú m e r o 12 de 12 de junio de 1840, p á g i n a 9 1 . C o n objeto de seguir la mayor escrupulosidad en la c o n f e c c i ó n de las fichas, hemos respetado, con la a c l a r a c i ó n indicada o las que acompañen a las mismas, el s e u d ó n i m o o firma de cada artículo, clasificando como Anónimo aquellas que carecen de rúbrica. Sólo me resta hacer votos porque m i modesto trabajo sea del agrado de todos. Fe y entusiasmo n o me han faltado; si a c e r t é o no es cosa que n o me corresponde a mí decir. Confío en que este libro irá a manos de amigos, que lo j u z g a r á n con la benevolencia a que me tienen mal acostumbrado. ANGEL CAFFARENA SUCH. 15 N O T I C I A B I O G R Á F I C A D E LOS PRINCIPALES COLABORADORES DE «El G U A D A L H O R C E » NOTICIAS BIOGRAFICAS Siguiendo un riguroso orden alfabético vamos a dar una breve nota biográfica, y bibliográfica en su caso, de los redactores y principales colaboradores de E l Guadalhorce. Noticia necesariamente incompleta, bien por la carencia de datos exactos de algunos de ellos o porque la personalidad del escritor sea sobradamente conocida; en este último caso ahorramos incluso la mención, ya que el lector tendrá ocasión de conocer de su presencia en E l Guadalhorce a través del I N D I C E . De todas maneras, no pretendemos hacer n i n g ú n estudio crítico n i , menos a ú n , monográfico de cada colaborador; tan sólo, satisfacer cuando nos ha sido posible la curiosidad del lector. A L E G R E D O L Z (A.)—Natural de Málaga. Desde su principio formó parte de la redacción de E l Guadalhorce, si bien su permanencia fue corta ya que, por razones desconocidas, hubo de abandonar la ciudad a mediados del 1839, insertando con este motivo un poema de despedida A Málaga que se publicó en el n.0 9 de 5 de mayo de 1839. B R E M O N (J. M.)—Nace en Madrid en 1829. Desde temprana edad destaca ^omo escritor y publicista, formando parte de la redacción del famoso periódico Guirigay de donde pasó a El Artista. Dirigió La España y, posteriormente, El Siglo, periódico de tendencias moderadas que en 1869 fué asaltado 19 por la célebre partida de la porra. Colaboró asiduamente en E l Guadalhorce desde sus primeros nümeros. Fue Consejero de Estado y Director General de Agricultura. E S C O S U R A ( G e r ó n i m o de la).—Nació en Oviedo en 1772, muriendo en Madrid en 1855. A los quince años ingresa en el ejército, consiguiendo en la guerra del Rosellón el ascenso a capitán y grandes cruces por su heroico comportamiento. Es nombrado Superintendente de la Fábrica de Tabacos y, posteriormente. Presidente de la junta de Fomento y Riqueza del Reino, actividad que alterna con el cargo de censor de teatros. Académico de la Historia, al fallecimiento de D . Joaquín Lorenzo Villanueva es elegido para ocupar su vacante en la Real de la Lengua. Su nombre ha sido incluido en el Catálogo de Autoridades de la lengua. De entre sus obras, merecen destacarse los Compendios históricos, principalmente los de la historia de España, Roma y Grecia. G O M E Z D E A V E L L A N E D A (Gertrudis).—Esta conocidísima escritora colabora en casi todos los n ú m e r o s de la 2,a serie, con el seudónimo de La Peregrina. Nace en Cuba en 1814, pasando la mayor parte de su vida en España donde contrajo matrimonio por dos veces. Murió en 1873. Escusamos al lector de su bibliografía completa, y sólo citaremos, por el interés a nuestro propósito, que la primera edición de sus Poesías (primer libro que publica) aparece en Madrid en 1841, y este mismo año su novela Sab. De donde deducimos que su colaboración en E l Guadalhorce es de sumo interés para el conocimiento y estudio de la labor literaria previa a sus primeras publicaciones de esta escritora. G O M E Z D E C A D I Z D E V E L A S C O (Dolores).-Nace en Málaga el 25 de diciembre de 1818. Contrajo matrimonio con el médico y escritor Sr. Velasco, director de la 2.a serie del Guadalhorce. En 1861 marchó a O r á n y, de aquí, a México donde falleció. El Liceo de Granada la nombró socio de mérito, colocando su retrato en uno de los salones del mismo. Sus obras principales son: Santa Casilda, novela, Madrid, 1861; Casilda, episodio del reinado de D. Fernando I de Castilla y León, París, 1869; Historia de una semana, novela, Madrid, 1878; El azote de Dios, drama, Madrid, 1879. G O M E Z S A N C H O ( P . ) - N a t u r a l de A l h a u r í n , nace el 5 de octubre 20 de 1804, Médico, fue fundador y Presidente del Liceo (1843). Diputado a Cortes. Muere el 7 de octubre de 1847, Colabora activamente en el Guadalhorce, de cuya redacción forma parte, G O M Z A L E S V A L L S (Mariano).—De Málaga. Fundador y redactor de E l Guadalhorce. Destaquemos su obra E l caballero de la Almanaca. Nuvela histórica escrita en lenguaje del siglo X I I I , Madrid, Rivadeneyra, 1859, I T U R R A L D E Y G A R C I A ( C a s t o ) . - N o era malagueño pero aquí pasó la mayor parte de su vida y como a tal se le tiene. Poeta de moderada inspiración, fué fundador y redactor del Guadalhorce. Hizo una notable traducción de La Ilíada. M A R Z O (Ildefonso). —Nace en A l h a u r í n el Grande el 14 de N o viembre de 1794, Capitán de Guardia de Corps, más tarde fue notario en su villa natal. Muere el 14 de julio de 1856, Notable arqueólogo e historiador. Sus obras principales son: Historia de Málaga, Málaga, José del Rosal, 1850; Estudio sobre una medalla de Nerón hallada en Cártama; Munda Bética, Málaga, 1853, M E N D O Z A ( M a r í a ) . - N a c e en Ardales el 19 de diciembre de 1821, contrayendo matrimonio en 1841 con el abogado y funcionario de la carrera judicial D. Ramón Vives. En 1875 le fue concedida por la Asociación de literatos de Gerona la «amapola de oro» a uno de sus romances y, en los Juegos Florales de Madrid, de 1878, se premió su poesía Una página de gloria. De entre su numerosa producción podemos destacar: Brígida, novela; El conde de Teba, leyenda en verso; Jepthé, leyenda bíblica; Flores de otoño, leyendas; Las serpientes del Rey, leyendas: La pubilla Famaró; Las barras de plata, narración de un suceso; La pubilla Ferreró... etc. M E N E N D E Z (A.)—Actor, Como autor, estrenó en 1840 en el Teatro Málaga, la comedia la división de partido o las elecciones. M I T J A N A G O R D O N ( R a f a e l ) . - H i j o del escritor malagueño R. Mitjana Ardison, Se traslada a Madrid donde pronto adquiere ¡consideración como crítico musical de gran valía. Funcionario del Ministerio de Estado. De entre su numerosa producción destacamos: Sobre Juan del Encina, músico y poeJa, Málaga, 1895; La música contemporánea en España y Felipe Pedrell, Málaga, 1901; Ensayos de crítica musical. Málaga, 1901; Estudios sobre algunos músicos españoles del siglo X V I , Madrid, 1918; Cristóbal Morales, estudio crítico biográfico, Madrid, 1920; Ensayos de crítica musical 2.a serie, Madrid, 1922, y sobre todo 21 Catalogue critique et descriptif des imprimes de musique des X V I siécles Bibliothéque de l'Université Royale d'Upsala. Upsala, Imprimerie Almquist & Wikseíl, 1911. N A V A R R O Y S I E R R A (Jo8é).-Resiclió en Málaga no pudiendo asegurarse cuál fue su tierra natal. Son sus principales obras: Leyendas, Madrid, 1841; el mismo año Colección de artículos con un prólogo del general Ros de Olano. SANDOVAL en 1843. (Juan Bautista).—De Málaga Fundador del Liceo V E L A S C O (A. J). —Fundador y director del Guadalhorce. Poeta incipiente, se desalentó ante la opinión franca de Espronceda. Médico, F u n d ó en 1845 el Instituto m é d i c o m a l a g u e ñ o , siendo su primer presidente. Casó con D.a Dolores Gómez de Cádiz, escritora de la que antes hemos hecho mención. Murió pobre, al extremo de que su entierro fué costeado por el Liceo, que colocó en la Iglesia de Santiago una placa recordatoria. Publicó una obrita titulada Viaje de una hora de Carratraca a Casarabonela, Madrid, 1852. 22 INDICE DE AUTORES 1 A.—Modo de especular. — 2.a serie. I , 22.XI.1840, n.0 34, p. 282. Anécdota: Hace años que u n artesano de Londres explotaba la caridad pública fingiendo suicidarse. En verano se arrojaba al T á m e s i s y en invierno fingía ahorcarse en una esquina de cualquier calle concurrida. H o y vive retirado con las rentas del capital obtenido. 2 ALEGRE DOLZ, A.—Recuerdos del Alhambra.-l, 17-111-1839, n.0 2, páginas 12 a 13. Poema a la Alhambra, dividi- do en dos partes cuyos primeros versos son: 7. Ya estoy en tu arábigo re[cinto I I . En deleites y aromas em[briagado 3 — — E l viernes santo.-I. 1839, n.0 4, p. 32. Soneto a Cristo crucificado. El primer verso es: Mírale allí, con el madero al [hombro 4 — — A la muerte de la señorita doña M . J. M . - I , 7.IV'1839, n.05, p. 35. 25 Soneto cuyo primer verso es: Ya murió virgen pura y sin [mancilla 5 — — ¿El buen gusto en literatura es esclusivo de la instrucción?—!, 28IV-1839, ps. 59 a 60. Artículo de crítica literaria. El autor resume que «el buen gusto en literatura deberá hallarse en el genio cuando lo acompaña la instrucción», 6 — — A Málaga, poesía,—1, 5.V.1839, n,0 9, ps. 72 a 73, Despedida a Málaga, El primer verso es: Adiós, Málaga hechicera 7 — — De los romances,—l, 5-V1839, n.0 9. ps, 69 a 70. Artículo de crítica literaria sobre los que piensan que el verso octosílabo sólo debe ser empleado en romance. El poeta, dice, debe expresar sus sentimientos en el metro que estime más afín a su inspiración. ANDALUZ, EL,—El castillo de Benalid. - I , l l - V I I I - 1 8 3 9 , n 0 23 páginas 177 a 179 y 18-VIII-1839, n,0 24, ps. 185 a 187, Leyenda rondeña: Manrique de Lara, alcaide del castillo de Be- 26 nadalid vive con su hija Elvira. El valeroso morisco el Mejuar pérdidamente enamorado de Elvira, penetra en el castillo disfrazado de juglar. Emborracha a D. Manrique y requiere de amores a Elvira la que, horrorizada, se niega a acceder a sus deseos, mas narcotizada con el aroma de un clavel que le da a oler queda dormida a merced del morisco. Entretanto, otros moriscos ponen sitio al castillo, de acuerdo con el Mejuar, no consiguiendo su intento pues los defensores de este ofrecen heróica resistencia durante u n año, saliendo al fin triunfantes. Cierta tarde que Elvira paseaba con su padre por el jardín llamó su atención un hermoso clavel, más facordándose del engaño sufrido se aleja de él. De entre unos setos salta lleno de ira el Mejuar abalanzándose sobre Elvira a la que mata, encontrando él también la muerte a manos de D . Manrique que a ú n sobrevive un año a esta tragedia con la razón perdida. ANONIMO,—La mujer.—I. 1839, n . M , ps. 25 a 27. 31-111- Artículo satírico de tonos humorísticos en el que se habla de las distintas actividades de la mujer. 10 — — Tres rosas, poesía.—I l l - V I I I - 1 8 3 9 , n.0 23, ps. 179 a 180 Poema en veinticuatro cuarte tas, remitido para su publica ción en la revista por u n poeta desconocido. El primer verso es Vergel risueño que el florido [mayo 11 — — Biografía, Alderete, José y Bernardo.-l, l l - V I I I - 1 8 3 9 , n.0 23, ps. 182 a 163. Breve biografía de estos dos célebres malagueños. Su parecido era tan impresionante que Góngora dijo de ellos que para distinguirlos era preciso olerlos, aludiendo a la fetidez del aliento de uno de los hermanos. José, fue jesuíta, publicó una obra sobre la Esención de las órdenes regulares y otra De religiosa disciplina tuenda. M u r i ó en 1616. Bernardo, que fue vicario general de Sevilla, compuso dos obras: Orígenes de la lengua castellana y Varias antigüedades de España, Africa y otras provincias. 12 Biogm/W.-1,15.1X4839, n.0 28, p. 220. Biografías de D. José de Brazia y Zamhrana y de Francisco Amaia. El primero fue doctor en teología y canónigo del Sacro Monte de Granada. Sus sermones se recopilaron en tres tomos en 4.° titulados Despertador cristiano de sermones doctrinales sobre particulares asuntos. Granada, 1678. D. Francisco Amaia, nació en Antequera y fue célebre jurisconsulto. Es autor de Observationes juris, comentaría inposteriores libros codicis Justiniani, Salamanca, 1626, León 1639, Ginebra, 1653 y León de Francia, 1734. 13 — — Biografía. D, José Gáli;e2.-I,.17.XI-1839, n.0 37( ps. 291 a 293. Nació en Macharavialla el 7 de Enero de 1720. En 1771 fue enviado por el Rey Carlos I I I a Méjico con el fin de resolver graves disputas que se h a b í a n suscitado entre los colonos y el v i rrey. En 1775 fue nombrado ministro de Indias. Se le concedió el título de Marqués de Sonora. 14 — — La moda.—2.a Serie I , 26-IV-1840, n.0 4, ps. 30 a 32; 24V-1840, n.0 8. ps. 61 a 63; 16-VIII1840, n.0 20, p. 160 y 13.IX-1840, n.0 24, ps. 201 a 202. Curiosísimos artículos sobre modas en el que se detalla la última de París en cada temporada tanto para señoras como para caballeros. 27 15 — — La moda.—2.a serie, I , 19.VII-1840, n.016, ps. 127 a 128. Historia de la moda en el que se describe principalmente la vestimenta de griegos y romanos, 16 — — Noticias de la China.—2? serie, I , 3.V.1840, n.0 5, ps. 37 a 39; 10.V.1840, n.0 6, ps. 44 a 45; 17.V.1840, n.0 7, ps. 55 a 56; 24V.1840, n.0 8, ps. 60 a 6 1 ; 31-V1840, n.0 8, ps. 60 a 6 1 ; 31 .V.1840, n.0 9, ps. 69 a 70;-14-V.1840, n.0 1 1 , ps. 86 a 87; 21.VI.1840, n.0 12.. ps. 94 a 95; 28-VI.1840, n.0 13, ps. 103 a 1804; 5.VIII-1840, n.0 14, p. 110; 19.VII.1840, n.0 16 ps. 124 a 126 y 26^11-1840, n.017, ps. 133 a 134. Largo artículo en que el autor trata de «poner en autos al lector de circunstancias precisas para entender la cuestión que se ha suscitado entre la Gran Bretaña y el imperio de la C h i n a » . 17 — — Revista de periódicos l i terarios.—2.* serie, I , 10-V-1840, n.0 6, ps. 46 a 48. El autor, que suponemos sea el editor de la revista como ya dijimos en el prólogo, hace una referencia de los periódicos literarios del momento, cita, E l boletín enciclopédico, periódico men- 28 sual de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, La Psiquis, periódico femenino valenciano «sólo admite suscripciones del bello sexo». El Cisne, también de Valencia, La Aurora, periódico zaragozano semanal; igualmente de Zaragoza y semanal es La Biblioteca, De Cádiz, hace referencia a: La Aureola y la Revista Gaditana; De M a drid cita: El Panorama que sale todos los jueves, E l Entreacto, periódico teatral que sale jueves y domingos, el Semanario pintoresco español veterano de los periódicos literarios en el que des. tacan los artículos de costumbres de El curioso parlante. La Esperanza semanal de literatura, teatros y modas y , por último, la mariposa periódico de modas dedióados a la mujer. En Granada: La Alhambra, órgano oficial del Liceo, la revista enciclopédica del que a ú n no ha salido más que el primer n ú m e ro y el Manual tecnológico igualmente en su primer n ú m e r o . De los periódicos extranjeros hace referencia al Poliorama patrio pintoresco de la Isla de Malta. 18 — — Teatro. D. Pedro González Mate.-2.a serie, I , 17.V.1849, n.0 7 ps. 53 a 54. Artículo de crítica teatral en el que se enjuicia en términos elogiosos las aptitudes de este actor, destacándose su interpretación en El rico hombre de Alcalá y El Taño y un desafío o dos horas de favor. 19 — — Bibliografía. — 2.a serie, I , 5.VII-1840, n.014, p. 110. Noticia bibliográfica del Tratado de farmacia teórica y práctica de M . E. Soubeiran, traducido por el Bachiller Ronquillo. 20 — — Biografía e s p a ñ o l a , Lope de Vega.-2.a serie, I , 30-VIII1840, n.0 22, ps. 184 a 185. Biografía de Lope de Vega. Termina con el epigrama de D. A n tonio Hurtado de Mendoza publicado en fama postuma y que cita Nicolás Antonio en su Biblioteca Hispana. El primer verso de este es: A l aplauso en que jamás 21 — — Bibliografía. — 2.a serie, I , 30-VIII-1840, n.0 22 ps. 185 a 186. Nota crítico-bibliográfica del opúsculo de D. José M.a Ruiz Pérez tGuía del descubridor de minerales*. Nota bibliográfica del Semanario Industrial que se publica en Madrid y de E l Cisne, perió- dico semanal, no político, que se edita en Valencia. 22 — — La Catedral de Córdoba.— 2.a serie, I , 20-IX-1840, n.0 25, ps. 209 a 210. Artículo histórico-descriptivo de la mezquita cordobesa. Cons. t r u í d a en el año 170 de la Egira por Abderraman, su longitud es de 620 pies y su ancho de 44. Tiene 400 columnas que sostienen 38 naves, 19 a lo largo y otras tantas a lo ancho. Su coste fue de cien m i l doblas de oro. Era el segundo templo de la religión mahometana; llamábanla la Ceca y existía la costumbre de acudir a ella en peregiínación d e s p u é s de visitar la Meca, lo que, sin duda, dió lugar al dicho de andar de la ceca a la meca. 23 — — Cronología del entendimiento humano.—2.a serie, I , 20-IX1840, n.0 25, p. 210 al n.0 36 de 6-XII-1840, ps. 291 a 292. En los n ú m e r o s comprendidos entre el 25 al 36 se publica un largo bosquejo de los progresos de la civilización desde, dice, el siglo X V I I I antes de Jesucristo hasta nuestros días. 24 — — La moda. — 2.a serie, I , 8.XI-1840, n.0 32, p. 265. 29 Nota de la moda de París para invierno en trajes de señoras y caballeros. 25 — — Noticia del estado de los preparativos hechos para el traslado de los restos de Napoleón.—2.a serie, I , 22.XI.1840. n.0 34, p. 280. Desde Neuilly hasta los campos Elíseos se elevarán una serie de estatuas de los reyes de Francia, a espaldas de cada una de las cuales se colocará la silla real de la época. Enfrente de los I n v á l i d o s será construido un magnífico puente que se demolerá inmediatamente después de la ceremonia. 26 — — Anécdota. — 2.a serie, I , 22.XI.1840, n.0 34 p. 281. El famoso cómico italiano Scaramuncia hallándose en París sin dinero ideó situarse a la puerta de uno de los más famosos per. fumadores de la ciudad, solicitando un polvo de rapé de los compradores que guardaba en una caja que llevaba al efecto. Cuando reunía una cantidad apreciable se lo vendía al perfumista el que a su vez obtenía buena ganancia vendiéndolo a alto precio con el título de tabaco de mil flores. U n día tomó tal cantidad de polvo de la caja de 30 u n oficial suizo que éste indignado le llenó de improperios, proporcionándole una soberana paliza. A l día siguiente nuestro buen Scaramuncia embarcaba para Inglaterra. 27 — — La linterna mágica.—2.a serie, I , 22.XI.1840, n.0 34, ps. 281 a 282. Noticia bibliográfica del periódico de este título recién aparecido en Madrid y dedicado a l i teratura, artes y avisos. 28 — — E l Alcázar de Segovia.— 2.a serie, 29-XI-1840, n.0 35, p. 288. Artículo histórico-descriptivo sobre el Alcázar segoviano. 29 — — Teatro.-2.* serie, I , 20. XII-1840, n.0 38, ps. 311 a 312. Crítica de la temporada teatral. Analiza la actuación de la compañía de verso del primer actor y director Juan Lombia. 30 AUSET, ANTONIO.—Un recuerdo. A Laura, poesía.—I, 29.1X4839, n ú mero 30, ps. 235 a 236. Poema amoroso en veintidós cuartetas. El primer verso es: Si el cielo no quiere, mi dul[ce enemiga 31 _ — E l conde de Ureña, poe- terarse aquél de los amores de sía,—22-XII-1840, n.0 42, ps. 330 Serafina hija del conde y prome a 331, tida suya, con D . Lope. El primer Romance, Lance entre D. ifodrigo y el Conde de Ureña, al en- La noche clara y serena 31 B 32 B.—La A l h ó n d i g a . - l 31-111-1839, n.04, p. 32. 33 — — La Iglesia parroquial de Santiago.-l, 12-V-1839, n.0 10, p.78. Artículo histórico sobre la Alhóndiga malagueña. A f i r m a que la actual no es la de los moros n i la de los cristianos de la conquista. A u n cuando en 1491 había en Málaga dos edificios destinados a este objeto, ninguno es el actual, cuya construcción data del año 1666 tal como explica la inscripción que hay en él. U n siglo d e s p u é s fue adicionado, según otra lápida que se encuentra sobre una columna del patio. La Iglesia de Santiago, en contra de lo creído, no fue mezquita. En realidad la fundaron los Reyes Católicos en 1490 sirviendo de Catedral hasta la terminación del templo consagrado a este objeto. 34 BACHILLER, ANTONIO. — Programa de los premios que ofrece la Real Sociedad Patriótica de La Habana para el concurso de 1840. — 2,a serie, I , 22-11-1840, ps. 279 a 280. 33 Noticia de diversos concursos convocados por la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Las memorias deberán dirigirse a Don José de la Luz Caballero, director del Ilustre Cuerpo. 35 BACHILLER RONQUILLO, rie, I , 14-VI.1840, n.0 1 1 , ps. 85 a 86. Cuenta un sueño: Aburrido de la vida, decide suicidarse. Se le aparece u n ser extraño que le entrega dos cofres llenos de r i quezas. De nada le valen estas y, al despertar, no piensa más n i en matarse n i en ser rico, encontrando que la verdadera felicidad está en la paz consigo mismo. EL,—Al Guadalhorce.-l, 10-111-1839, n.0 1, ps. 1 a 3. Artículo editorial de presentación de la revista a la que pone bajo la protección del río G u a dalhorce y sus ninfas. Escrito en estilo pomposo muy propio de la época. N o hemos logrado averiguar la personalidad del escritor que se oculta bajo este seudónimo, aunque suponemos se trata del editor y director de la revista, /. de Medina. 39 BOULIGNI. ].—La fea en el espejo, poesía.—I, 31-111.1839, n ú m e r o 4, ps. 27 a 28. Poema en v e i n t i ú n quintetos. El primer verso es; Espejo despiadado 40 — 36 — — La consulta. — I , 7-IV1839, n.0 5, ps. 35 a 37. — MÍ pastora, poesía.—I, 21-IV-1839, n.0 7, ps. 52 a 53. Poema pastoril en seis estrofas de once versos. La primera empieza; Artículo en tonos festivos sobre una consulta médica. [Cristalina y pura fuente! 37 — — Costumbres. E l cahallista.—l* serie, I , 19.IV.1840, n ú mero 3, ps. 17 a 2 1 . Artículo de costumbres en el que se destaca la gallardía y brillo del caballista andaluz. 38 B. L,—Moral. Las riquezas. 2.a se- 34 41 — — E l sueño de Belisa, poema.—I, 19.V-1839, n.0 11, ps. 83 a 84. Poesía pastoril. El primer verso es; Era una siesta de Abril 42 — — Amor, poesía.—I, 2 - V I 1839, n.013, p. 101. 2 . ' serie I , 29.XI-1840, n.0 35, p. 290. Poema en quince quintetos, Poema en trece quintetos. El canto al amor. El primer verso es: ¡Hay una vida ideal! 43 — — £/ciego, p o e s í a . - I , 16V M 8 3 9 , n.015, ps. 115 a 116. Poema. U n ciego solicita conmiseración de una joven y hermosa aldeana. El primer verso es: Piadosa zagala primer verso es: Humilde y modesta flor 48 — — Canción, poesía.—I, 15XII-1839, n.0 4 1 , ps. 324 a 325. Canción verso es: pastoril. El primer En blando lecho de menudas [flores 44 — — Á la señorita N . . . de quince años, poesía.—I, 8-IX-1839, número 27, ps. 212 a 213. 49 BREMON, J. M.—Bella« Artes. La Catedral de M á l a g a . - l , 17-111-1839, n.0 2 ps. 9 a 12. Poema en veinticuatro cuartetas. El primer verso es: Estudio histórico-artístico sobre la Catedral de Málaga, Manifiesta disconformidad con los que atribuyen su proyecto a Juan Bautista de Toledo, creyendo que más bien podría ser obra del célebre Diego de Siloé. Lo cierto es que la aprobación obedece al arquitecto mayor de Toledo Maestre Enríquez en el año 1528. En 1554 vino a reconocerla desde Córdoba Hernán Ruiz. La obra se continuó por Diego de Vergara, al que sucedió su hijo hasta 1558 que, a su fallecimiento, fué reemplazado por Pedro Díaz de Palacios que la prosiguió hasta 1625, estrenándose el Coro en 1631. Suspendida la obra, fue continuada en 1719 Tímida virgen, dulce, encantadora 45 — — Filena, poesía.—I, 20-X1839, n.0 33, ps. 258 a 259. Canto a Filena. El primer verso es: Orillas del ancha mar 46 — — Lesbia, poesía.—I, 27-X1839, n.0 34, ps. 267 a 268. Poema amatorio. El primer verso es: Iba amor por un vergel 47 A una violeta, poesía. 35 por el arquitecto José Bada, al que sustituyó Don Antonio Ramos, muerto en 1782. tiguos hebreos y de los árabes, no menos que del espíritu reliligioso de ambos pueblos. Hace d e s p u é s una detallada descripción de la Catedral, Termina afirmando que en r i gor artístico no debe aplicarse el nombre de orientales a las poesías que nos pintan las costumbres o incidentes de aquellos países, sino a las que reúnan el estilo y tono nacional que se distingue en las obras de los poetas asiáticos, que en n i n g ü n caso pueden confundirse con los carácteres peculiares de nuestra poesía. 50 — 19 de Agosto de 1847.I , 31-111-1839, n.0 4, ps. 28 a 29. Canto en prosa dividido en cinco partes dedicado a la Conquista de Málaga por los Reyes Católicos. 51 — — Poesía oriental—2* s e ñ e l I , 5.IV.1940, n . 0 V p s . 2 a 5 . Artículo de crítica e historia literaria en el que se sostiene la superioridad de la poesía árabe sobre todas las de origen asiático. Se apoya en la autoridad del erudito orientalista Wilian Jones, mostrándose contrario a la teoría del abate Andrés, ya que no cree pueda considerarse a la poesía árabe de origen n i griego n i romano: inclusive desconocían a Homero y a Virgilio. Estima que no merecen llamarse poemas épicos las dos obras de Azabschad y de Ferdusi. La poesía sagrada es, dice, la que tiene más analogías con la lírica de los orientales, si bien esta concordancia podría dimanar de la que existía entre las costumbres pastoriles de los an36 52 — — Las Atarazanas.—I, 21IV-1839, n.0 7, ps. 49 a 50. Descripción del edificio de las Atarazanas, de Málaga. N o es fácil distinguir en él la obra romana de la árabe, debido a las transformaciones que ha padecido. Sufrió dos graves incendios, uno en 1695 y otro en 1718. Abderramán I I I estableció aquí unos famosos arsenales para la construcción de galeras y otras embarcaciones. Sirvió paralelamente como fortificación no sólo en tiempos del citado Anasir sino aun en época de Carlos V. En el año 1491, los religiosos Trinitarios calzados alcanzaron de los Reyes Católicos la concesión para establecer aquí su convento, trasladándose siete años después a: otro local. Desde entonces, este edificio se ha aplicado a diferentes destinos: cuartel, hospital.,, etc. 53 — — Andalucía, p o e s í a . — I , 5.V.1839, n.0 9, ps. 71 a 72. Canto a Andalucía, dividido en dos partes cuyos primeros versos son: 1. a—Allá hacia la fin delmundo 2. a—¡Andalucía!... mansión 54 . — — Idea general del teatro antiguo.-l, 19-V-1839, n.0 1 1 , ps. 81 a 82. Estudio sobre el teatro griego y romano. Afirma se debe a los griegos la invención del teatro, c o n o c i é n d o s e representaciones teatrales de éstos por el año 590 antes de nuestra era. Agatarco i n v e n t ó las decoraciones. El primer teatro de piedra de que se tiene noticia es el de Baco en . Atenas que fue dirigido por el célebre arquitecto Filón. Ei teatro romano, a juicio del autor, es mucho menos importante que el griego. Finaliza su erudito estudio con una descripción de las disposiciones arquitectónicas de los teatros griegos y latinos. 55 — — La rondeña. - I , 9.VI11839, n.014, p. 109. Artículo encomiástico de esta copla. Afirma: « U n momento de entusiasmo de Rouget de L'Isle dio a Francia La Marsellesa: del genio de Jacobo I y sus imitadores salieron las baladas de Escocia; pero La Rondeña española, como las barquerolas de Venecia, tiene por autor el pueblo en que nació». 56 — — La verso-manía.—1,7-Vll1839, n.0 18, ps. 139 a 140. Artículo en el que se critica la manía versificadora carente de inspiración. 57 — — Un arco de la Alcazaba. M e d i t a c i ó n — I , 21-Vir.l839( n.o20, p. 156. Artículo en tonos altisonantes muy propio de la época. 58 — — La peña de los enamorados, p o e s í a . - I , 28-VII.1839, n,0 2 1 , ps. 163 a 165. Poema dividido en dos partes, en el que se narra la famosa leyenda de la antequerana peña de los enamorados. Los primeros versos son: 1. a—Su manto de oro y azul 2. a—Mal hora el perro cris[tiano 59 ^ — Gibralfaro, p o e s í a . — I , 4-VIII-1839, n.0 23, ps. 171 a 172. 37 Poema en tres partes, dedicado al Castillo de Gibralfaro. Los primeros versos son: 1. a—Hubo un tiempo, que el [eco de la historia 2. a—¿Qué dicen esas almenas? 3. a—Yo veo esa silueta venenada 60 — — La torre del homenage en la Alcazaba.-l, 11-VIII.1839, número 23, p . 180. Artículo en el que se recuerdan las pasadas glorías de la citada torre, la más antigua de las de Málaga. Historia y descripción del teatro malagueño. Se construyó bajo la dirección de D. Vicente Nazzoneschi, célebre arquitecto italiano. Se estrenó el 12 de noviembre de 1793, 64 — — Las letras de molde.—I. 17.XI-1839, n.0 37, ps. 289 a 290. Artículo ponderativo de la letra de molde, destaca la satisfacción que produce a todos ver su nombre reproducido a imprenta. 65 — — Las siete cabezas.—I, 22XII.1839, n.0 42, ps. 331 a 335. Artículo de costumbres en el que se detallan las incidencias de una escursión a Gibraltar. Narración histórica. Beatriz de Mungia, esposa del corregidor de Málaga, es dama veleidosa. Está enamorada del joven D , Rodrigo de Lara, que la desdeña, Beatriz jura vengarse y, en efecto, estando el joven D. Rodrigo en una función teatral, contra la costumbre permanecía cubierto, Beatriz incita a su marido contra él y consigue que éste ordene sea ahorcado. A n t e este hecho monstruoso. Doña Sancha de Lara, dama virtuosa y tía de D , Rodrigo acude en demanda de justicia ante el rey Felipe I V y éste ordena sean ahorcados en distintos sitios de la ciudad los autores de tan gran injusticia. 63 — H teatro de Málaga.—I, 27-X.1839 n.0 34, ps. 268 a 269. 66 — — A l Guadalhorce, poesía.— I , 31.XII-1839, n.0 44. p. 348. 61 — L/ncdmíco.-I, l.IX-1839, n.0 26, ps. 204 a 206. Artículo en el que se analiza la evolución que ha tenido la profesión de actor en el orden social hasta llegar a tenerse en la mayor estima. Alaba a Isidoro Máiquez el gran actor y la creación por la reina Gobernadora M a ría Cristina del Conservatorio que lleva su nombre. 62 — — Dos horas en Gibraltar.— I , 20-X-1839, n.0 33, ps. 259 a 260. 38 Poesía de despedida a la revista. El primer verso es: Album precioso que en perdiadas horas 67 — — El culterdnismo.—l* s t ñ t , I , 19.IV-1840, n.0 3, ps. 22 a 24 y 26.IV-1840, n.0 A, ps. 25 a 26. Artículo de crítica literaria sobre el movimiento culterano. Habla de la influencia de Góngora en Lope, Jáuregui, Quevedo... etc. Finalmente se muestra totalmente adverso al culteranismo. 68 — — M ú s i c a . E l contraband i s t a . - ! * serle, l , 2.VI.1840, n ú mero 12, p. 96, Letra de la canción E l contrabandista, música de D. Mariano Reig. El primer verso es: Tengo un monte por palacio 69 — — Costumbres literarias. Achaques de un poeta.—2? serie, l , 21.VI.1840. n.012, ps. 93 a 95. Artículo en que se describen las molestias que sufre a diario el escritor o poeta de renombre. Solicitud de autógrafos, peticio. nes de poemas, atención a versos malísimos, etc. 70 — — Don Pedro el Cruel—2.a serie, I , 12.VIII-1840, n.015, p. 120. Dura crítica del D. Pedro el Cruel. reinado de 71 — — Fiesta de toros.~2.a serie. I , 23-VIII-1840, n.0 2 1 , ps. 165 a 166. Artículo sobre las fiestas de toros. Dice fueron llevadas a un alto grado de lujo y esplendor en el reinado de D. Juan I I , sí bien no se generalizaron hasta después de la toma de Granada. A l advenimiento de Felipe V al trono se proscribieron las corridas de toros, aunque no fue posible desarraigarlas del pueblo que tomó a su cargo la gloria tauromáquica. 72 — — E l comercio.—2.a serie, I , 1, 12-X.1840. n.0 28 y 25.X-1840, n.0 30, ps. 242 a 246. Historia del comercio desde los tiempos más remotos. Se termina afirmando que éste ejerce la mayor influencia en las relaciones de los pueblos, siendo una de las actividades humanas que merecen mayor consideración. 73 — — A un ruiseñor, poesía.— 2. a serie, I , l.XI-1840, n.0 3 1 , p. 257. Poema en seis quintetos, en que se compara la donosura y gala de u n ruiseñor con las de la amada del poeta. El primer verso es: Dulce es oír, ruiseñor 39 C - D 74 CABEZAS, FERNANDO.—Soneto a los ojos de...-!." serie, I , l-XI-1840, n 0 31, p. 256. Soneto verso es: amoroso. El primer Tus ojos que al mortal en su [agonía 75 CAMPOAMOR, RAMÓN.—ta jardinera, poesía, I , l.XI-1839, n.0 39, ps. 309 a 310. Poema en veintiocho quintetetos. El primer verso es: Como la luz hechicera 76 CAÑETE, MANUEL.—La partida. A mis amigos. Recuerdos, poesía rem i t i d a . - I , 25.XIII.1839, n.0 25. ps. 196 a 197. Poema a la amistad dividido en cuatro partes. Los primeros versos son: L—Son los recuerdos de amist a d dorados 11.—En el florido Marzo cuan[do aromas UI.—Allí dejaba a mis amigos [fieles; IV.—En vano en vano, del quej i d o amigo 77 CORALY THIERY, MME.-LA Presi41 denta—2.* serie, I , 29-XI-1840, n.0 35. ps. 283 a 284. T r a d u c c i ó n de la obra francesa de este título. de una sentencia de muerte.-I, 21-IV1839, n.0 7, ps. 53 a 54. Relat0 gn tonos románticos en qUe se narra la ejecución de u n condenado. 78 DEUSCORE Y TRESOR.—La 42 ejecución E manticismo por la profundidad de las ideas y la elevación de los pensamientos. El autor se declara partidario de la fusión de ambas concepciones en la obra del artista. 79 E.—Del clasicismo y del romcwticism o . - l , 21.IV.1839, n.0 7, ps. 50 a 52. Artículo de crítica literaria en el que se sostiene la tesis de que ambos géneros son el resultado de dos órdenes sociales opuestos. La literatura clásica, tuvo su origen en una sociedad idólatra y materialista y por esto se dedicó al culto de las formas. El romanticismo nace en una sociedad espiritualista y de ello se deriva el estudio de los sentimientos. Distingüese aquél por la perfección de las formas y la belleza de las imágenes, y el ro- 80 - - /Soyarfí5fa/-I(12.V-1839) n.0 10, ps. 7 7 a 7 8 . Artículo en que se compara el alto grado de estima en que se tiene hoy al artista, en otra época considerado como de un orden social inferior. 81 — El suspiro del moro, poe43 s í a . - I , 26-V-1839, n.0 12, ps. 92 a 93. Poema en trece quintetos y trece cuartetas en que se narra la leyenda del rey moro Boabdíl al abandonar Granada suspirando. El primer verso es: Brillaba de enero un día 82 Costumbres.^ 2.VI-1839, n.0 13, ps. 97 a 98. Artículo en que se critica el afán de adoptar las costumbres extranjeras. 83 — — A la música.-l, 9-VI1839. n.014, ps. 105 a 106. Canto lírico en prosa a la música. 84 — — Crónica. Año de 1 8 4 0 I , 14-VI1I-1839, n.0 19, ps. 145 a 147 y n.0 20, 21-VII.1839, ps. 156 a 159 y n.0 22, 4.VIII-1839, ps. 169 a 171. Crónica del reinado de D. Juan I I , en la que se narra la conspiración del infante D. Enrique contra D. Alvaro de Luna. 85 EDITORIAL.—Biografía. Pedro Esp i n o s a . - 1 , 4-VIII.1839, n.0 22, p. 172. Biografía de este poeta antequerano. Nace el año 1582. El 44 duque de Medinasidonia le tomó bajo su protección nombrándole su capellán y posteriormente al fundar en 1625 el Colegio de San Alfonso en Sanlúcar de Barrameda, le encarga de su dirección. Su obra más importante es: Primera parte de los poetas ilustres castellanos, Valladolid 1605. Murió en Sanlúcar de Barrameda en 1650 a los 68 años, 86 — — Suscripciones que se admimiten en la redacción de E l Gua* dalhorce.-2.a serie, I , 23-V.1840, n.0, 8, p. 64. Nota editorial de las suscripciones que se admiten en E l Guadalhorce, son: Sab, novela por La Peregrina, edición de lujo; La Aureola, periódico literario semanal de Cádiz; La Aurora, periódico literario de Zaragoza; La Biblioteca, también de Zara* goza; E l Manual Tecnológico, periódico semanal de Industria, arte y oficio de Granada y El Conservador, periódico político, l i terario y mercantil de Sevilla. 87 Album. -2.a serie, I , 31-V1840, n.0 9; ps.71 a 72. Artículo de noticias literarias y teatrales. Se dá cuenta: 1.a Se ha celebrado la quinta reunión del Liceo de Granada en la que leyó unos romances, titulados De una luz a otra, el poeta Aurereliano Fernández Guerra. 2 ° De los exámenes efectuados en el citado Liceo por la Sociedad de Mejora de Cárceles que fueron presidid os por el Jefe Político interino D. Antonio de Miguel; 3.° En el teatro del Liceo de Madrid se representa la comedia El Pastelero del (sic) Madrigal. 4.° El pintor Esquivel ha recobrado la vista; 5.° En el Liceo de Sevilla se celebró la conferencia literaria anunciada sobre el tema «Cuál es la influencia de la literatura del siglo de Luis X I V sobre la literatura española del siglo X V I I I » ; 6.° En el techo del teatro de Barcelona se han colocado cuatro grandes medallones con los retratos de Calderón, Lope de Vega, Moratín y M á i quez; 7.° En el teatro de Granada se ha presentado la compañía de Juana Pérez con la obra A la zorra candilazo; 8.° En Barcelona el actor Luna representó el drama de Zorrilla El zapatero y el rey; 9 ° En Zaragoza, el día 5 el tenor Ojeda cantó entre otras piezas el aria de Norma; 10.° El 26 en Bayona, el profesor de música español D. Ventura Villó, dió u n concierto en u n i ó n de sus hermanas las Srtas. Matilde y Carlota. Finalmente se da cuenta de una edición madrileña de E l Diablo Cojuelo. 58 — — La moda.—2.a serie, I , 21.VI-1840, n.0 12, ps. 95 a 96. Detalle de la moda de señoras y caballeros para la temporada. 89 _ _ Bibliografía. El diablo mundo. Poema de D. José de Espronm/a.-2.a serie, I , 19-VII4840,. número 16, p. 128. Nota bibliográfica. La obra se publicará por Cantos formando cada uno un tomo que se venderá a seis reales franco de portes. Se suscribe en Málaga en la imprenta de la Sra. Viuda de Martínez de Aguilar. 90 — — Revista de periódicos.—2.a 2.a serie, I , 26-VII-1840, n.0 17, ps. 135 a 136. Nota de periódicos literarios. El Heraldo de Barcelona, E l Mosaico de Vitoria, El cisne de V a lencia, El Museo familiar de Barcelona, E l entreacto de Madrid, El Ramillete también de Madrid y el Semanario Popular de Barcelona. 91 — — Bibliografía.—2.^ serie, I , 16-VIII-1840, n.0 20, p. 160. Reseña bibliográfica del libro de viajes de Jacinto de Salas y 45 Quiroga y del Prontuario Alfabético de Legislación y práctica compuesto por D . Pedro Carrillo y Sancho. 92 ESCOSURA, GERÓNIMO DE LA.—NOvelas.-2.a serie, I , 3-V-1840, n.0 5, ps. 33 a 34 y n.0 6, 10.V-1840, ps. 41 a 42. Artículo de crítica literaria en en el que se censura la invasión de novelas traducidas del francés que son, dice, contrarías a la moral y las buenas costumbres. tante. Cita la definición de Virgilio de la poesía pastoril: « U n poema en el cual se representa una acción o una pasión por sus efectos en la vida del campo». Tras una serie de consideraciones morales termina afirmando que hoy está muy en boga este género de poesía. 95 — — Literatura. Petulancia.— 2.a serie, l 28-VI.1840í n.0 13, ps. 100 a 103; 5 - V I M 8 4 0 , n.0 14, ps. 105 a 106 y 1 2 . V I M 8 4 0 , número 15, ps. 117 a 120, 93 — — Bellezas de la naturaleza.— 2.a serie, I , 16.V.1840, n.0 7, ps. 49 a 52. Narración en la que se critica el engreimiento de los literatos mediocres, Artículo en tono seudo-filosófico en el que se hace un canto a la belleza de las cuatro estaciones del año y a la vida del campo. 96 — — Poesía dramática. De la comedia.—2.a serie, I , 2 - V I I M 8 4 0 , n.0 18, ps, 142 a 143 y n.0 19, 5-VIII-1840, ps, 148 a 150. 94 — — De la poesía pastoril—2.a serie, I , 24-V.1840, n.0 8, ps. 57 a 59 y n.0 9, 31.V-1840, ps. 65 a 67. Crítica literaria. Se afirma que la poesía pastoril es la primera que se conoce y por tanto la que ofrece mayor recreo al espíritu. Considera la égloga piscatoria como derivada de la pastoril. Samnázaro transportó la escena de los campos al mar, si bien esta poesía es mucho menos impor46 Artículo de crítica literaria. Se sostiene la tesis de que la obra dramática debe ajustarse a los principios de unidad de acción, tiempo y lugar. Termina con una serie de consideraciones morales sobre las piezas teatrales. 9 7 — — Costumbres. Historia de una viuda.—2? serie, I , 16-VIII1840, n.0 20, ps. 155 a 158. Artículo de costumbres en el que se censura el abandono en que dejan a sus hijas las viudas jóvenes. 9 8 — — Literatura.—2.a serie, I , 6.IX.1840, n.0 23, ps. 193 a 194 y n.0 24, 13-IX-1840, ps. 195 a 196. Aconseja a los jóvenes que se dedican a las bellas artes que deben enfocar sus trabajos de conformidad con sus aptitudes. 99 — — Las chuletas a la victima y lord Byron en Newsteau.—2.* serie, 1, 16-X.1840, n.0 29, ps. 240 a 242 y n.0 30, 25-X-1840, ps. 247 a 248 y n.0 31,1.XI.1840, ps. 251 a 253. T r a d u c c i ó n del francés del escrito de 5. Henry Bsrthond en el que se cuenta u n episodio de la vida de Byron. 100 — — Costumbres. La higa.— 2. a serie, I , 8-XI.1840, n.0 32 ps. 265 a 266 y n.0 33, 15-XI-1840, ps, 267 a 268. Crítica de las superticiones en boga terminando con una diatriba a la envidia, 101 ESCUDERO Y TORRES, SALVADOR,—A Granada, poesía.—2,* serie, I , 20-IX-1840, n,0 25, ps, 206 a 207, Canto a Granada. El primer verso es: Allá, entre rico pabellón de [flores 102 ESPRONCEDA, JOSÉ,—A Torrijos y sus compañeros, poesía.—I, 4-VIII1839, n.0 22, ps. 172 a 173. Soneto a la muerte trágica de Torrijos y sus compañeros. El primer verso es: Helos allí: junto a la mar hra[vía 47 F - G 103 FABEIRO Y CEVALLOS, S.-Letrilla, p o e s í a - 2 . a serie, I , 12-V.1840, n.0 7, p. 56. Letrilla satírica cuyo primer verso es: Que la moza el casamiento 104 FERNANDEZ GUERRA Y ORBE, AURELIANO.—Í4 mi madre ausente, poes í a — 2 . a serie. I , 2 0 . X I M 8 4 0 , n ú mero 38, ps, 309 a 3 1 1 . Poema en treintainueve cuartetos. E l primer verso es: Es todo silencio y calma 105 GANGITANO. EL.—Memorias asiá- ticas.-l, 8-IX-1839, n.0 27. ps. 209 a 212 al n.0 43, 29-XII.1839, ps. 337 a 338. Largo artículo sobre la religión, usos, costumbres y monumentos del A s i a meridional. A p a r e c e ininterrumpidamente entre los n ú m e r o s de la revista reseñados. El autor había vivido en estos países durante veint i ú n años. 106 G. Nf,—Aríícw/o. — 2.a serie, I , 23.VIII-184a n." 21, p. 160. Artículo taurino. Hace el elogio del lidiador Montes al que 49 compara con Costillares, Pedro y José Romero, José Delgado (a) Pepeillo, Gerónimo José Cándido, Bartolomé Jiménez, Juan Conde... etc. 107 GÓMEZ DE CÁDIZ DE VELASCO, DOLORES,—A la muerte de la señorita Carmen Laserra.—I, 8-IV-1839. n.0 5, p. 47. Epitafio en tres cuartetas. El primer verso es: Tan niña a los placeres te has [secado 108 — — A la aurora, poesía, I , 2.a serie, 1,12-1^1840, n.0 2, ps. 13 a 14. Poema, canto a la aurora en treinta y seis cuartetas. El primer verso es: Dijo el eterno sea, y fue tu luz 109 — — ¡Ya pasó! poesía.—I, 2.VI-1839, n.0 13, ps. 99 a 100. Poema en quince cuartetas en que se canta a la juventud perdida. El primer verso es: 110 — 111 — — Juicio literario. Poesías de D . José María Bonilla.—I!1 serie, I , 20-IX-1840, n.0 25, ps. 204 a 206. Juicio crítico de las obras de este poeta aparecidas en u n tomo de 285 ps. en 8.° marquilla, conteniendo a m á s de varias composiciones poéticas, u n drama histórico en prosa y verso titulado Don Alvaro de Luna, Condestable de Castilla. 112 GÓMEZ SANCHO, PEDRO.—A dios G u a d a l h o r c e . - I , 31X11-1839, n ú mero 44, p. 348. Breve y emotivo artículo en el que se despide de la revista que suspende su publicación y manifiesta la esperanza de su nuevo resurgir. ¡Espiraron las risas de la infancia! 113 — — Dos palabras al GxxzádXhorce.-2.a serie, I , 5-IV-1840, n ú — La Casilda.—2? serie, mero 1, ps. 1 a 2. 1,12.VII.1840, n.0 15, ps. 115 a 117. Crítica de la comedia de Don 50 José María Bonilla, La Casilda. Analiza el drama romántico, a su juicio ya pasado de moda, y se muestra partidaria de la comedia de costumbres tal como la citada. Artículo de presentación de la segunda época de la revista, congratulándose de su renacimiento y volviéndola a colocar bajo los auspicios del malagueño río. dado de Castilla, El primer ver so es: De Castiella a ricos ornes 114 GONZÁLEZ VALLS, MARIANO.—A Blanca. Los besos, poesía.—2,a serie, I , 26-IV-1840, n." 4, ps. 28 a 30. Poema verso es: amatorio. El primer ¡Cuán dulce es llegar unidos! 115 — — A Blanca. La mirada, poesía.—2.a serie I , 31-V-1840, n ú mero 9, ps. 67 a 69, 118 — — A Blanca. La verdad, poes í a . - ! . * serie, I , 30-VIII-1840, n ú mero 22, p . 183. Poema amatorio en nueve octavas. El primer verso es: Describe la tierra círculos 119 — — A p u n t e s históricos, Felipe I I . ~ 2 . * serie, I , 20.IX-1840. n,0 25, ps, 203 a 204. Biografía de Felipe I I . Poema a los ojos de su amada. Dividido en dos partes cuyos primeros versos son: I . —Hay una lengua que habla I I . —Sólo a una mirada ardiente 120 — — Apuntes h i s t ó r i c o s . Doña Isabel de Osorio.—2.a serie, I , 25.IX-1840, n,0 25. ps, 215 a 217, 116 — — La victoria, poesía,--2,a serie, I , 12-VIM840, n.015, p, 1 1 . Leyenda en la que se relatan los amores de doña Isabel de Osorio con Felipe I I . Canto heroico en cinco quintetos y dieciseis cuartetos. El primer verso es: Cantad himnos, cantad: hin[chen el viento 121 — — A Blanca. Los suspiros, 2,a serie, I , 27-IX-1840, n.0 26, ps. 213 a 214, Poema amatorio en diez octavas. El primer verso es: 117 — — Trovas, poesía.--2.a serie, I , 9.VIII-1840, n.0 19, p. 139 hasta el n.0 24,13-IX.1840, ps, 196 a 197. Trovas en romance antiguo en que se narra la exención del con- ¡Como suspirar es grato! 122 — — 2,a serie, p. 264. M ú s i c a . A la noche.— I , 8-XI.1840, n.0 32, Tres estrofas de la canción a la noche. Letra de Mariano González Valls, música del maestro de capilla de la Catedral de V a lencia D. Juan Cuevas. Los primeros versos son: l^—Bsas sombras que a tu [sombra 3. "—Esa quietud magestuosa 4. a -Pues la libertad me roba 52 Un esclavo, canción.123 2.a serie, I , 22-XI-1840, n.8 34, p. 277. Poema en seis octavas en que se canta al amor del que el p o c ta se siente esclavo. El primer verso es: Huyendo voy de mí mismo H-I 124 HENARES, EDUARDO. — (Remitido). C a r m r m c a . - I , 21-VII.1839, n.0 20, ps. 153 a 155 y n.0 25, 25.VIII-1839, ps. 193 a 196. Artículo encomiástico de las aguas medicinales de este pueblo. Hace historia de la villa: el descubrimiento de sus aguas medicinales data de fines del siglo X V , y la historia de esta población parte del a ñ o 1658, Las dos albercas que constituyen los célebres baños fueron construidas en 1725. En 1758 sólo había siete casas y algunas chozas que albergaban a veintidós vecinos. Ac- tualmente, es decir en 1839, cuenta doscientas una casas, siete chozas, doscientos cinco vecinos con u n total de setecientas setenta y cinco almas. El año 1827 D . Carlos Fabre D'Unoy, gobernador político y militar de Málaga, m a n d ó construir u n carril que prolongase la llegada desde M á l a g a hasta el cortijo de Santicio a tres leguas de Carratraca. Su nombre obedece al parecido que tiene con el sonido del repiqueteo de las castañuelas que se tocaban a todas horas en los continuos bailes que allí se celebraban. 53 125 HERRERA, JOSÉ FRANCISCO,—F¿mtasía, poesía.—2." serie, I , 2-VIII1840, n.0 10, p. 144. Poema en dieciseis cuartetas. El primer verso es: Veinte años de vida y pesa[dumbre 126 I . U - A ti, p o e s í a , - 2 0 - X . 1 8 3 9 , n.0 33, p. 260. Poesía a una beldad malagueña. El primer verso es: Los tonos suaves Nota: Las iniciales corresponden a Ildefonso Marzo. 127 ITURRALDE Y GARCÍA, C.—Letril l a . - l , 7-IV.1839, n.0 5, ps. 34 a 35. Letrilla satírica divida en siete sextetos. El primer verso es : ¿ Yo creer que una mujer El estribillo es: ¿No sería una locura 128 ~ — M i trova, poesía,—I, 5-V-1839, n'0 9, p. 73. Poema en el que se lamenta de los desdenes de su amada. El primer verso es: Poema en dieciocho cuartetas, cuyo primer verso es: ¡Oh río! que, transparente, 130 — — Romance música/.—2,a serie, I , 24-V-1840, n.0 8, ps. 63 a 64. Seis estrofas de esta canción a a la que pone música el maestro Reig. Los primeros versos de cada estrofa son: 2. a—En un jardín ¡oh recuerdo! 3. a—Yo te oía embebecido 4. a—Valiera más en la nada 5. a—¿ Y que tú has de ser feliz? 6. a—¡Cómo está el alma apeonada! 131 — — A Elisa, poesía.—2.a serie, I , 24-V.1840, n.0 8, p. 64. Soneto amatorio cuyo primer verso es: Eres ¡oh Elisa! Cándida, hechicera 132 — — Una mañana de abril, p o e s í a . - ^ . 3 serie, 19-VII- 1840, n.0 16, p. 124. Canto a la primavera. El primer verso es: Ya huyó la noche en su tinie[bla envuelta Yo adoro la belleza seductora 129 — — A un río, poesía.—2.a serie, I , 17-V-1840, n.0 7, p. 52. 54 133 — — M ú s i c a . La ausencia.— 2.a serie, I , 16-VIII-1840, n.0 20, ps. 159 a 160. Letra de la segunda y tercera estrofa de esta canción. Música de D. Mariano Reig. Los primeros versos son: 2. a—Mi corazón amante 3. a —Vuelve, pues, hechicera 134 — — A Toledo, poesía.—2.a serie, I , 23.VIII.1840, n.0 2 1 , p. 168. Soneto a la ciudad de Toledo. El primer verso es: Tajo profundo, en tu corriente [pura 135 — — £1 desengaño, poesía,— 2.a serie, I , 25.X.1840, n.0 30, p. 249. Poema de acusado carácter ro. mántico. El primer verso es: Bella es, muy bella la rosada [aurora 136 — — A ella, poesía.—2.a se. rie, I , 13-XII.1840, n.0 37, p. 306. Soneto verso es: amatorio. El primer Sílfide bella que mi mente adora 55 J 137 (J) UAN. (B) AUTISTA. (S) ANDOVAL.—A Cervantes, poesía.—I, 30. VI-1839, n.017, p. 133. Soneto a Cervantes. El primer verso es: Siempre Cervantes la pesada [losa N O T A : Las iniciales corresponden a Juan Bautista Sandoval; respetuosos, como dijimos, con la forma de aparición en la revista de cada autor, lo incluimos con ellas en el I N D I C E . Este escritor que colaboró ampliamente en la 2.a serie del Guadalhorce firmó en ella sus composiciones sin ocultar su personalidad bajo sus iniciales. Reaparecerá por tanto en este I N D I C E en la letra S. 138 — — Glori y Anfriso, poes í a . - I , I-IX-1839, n.0 26, ps. 203 a a 204. Romance pastoril dividido en cuatro partes, en que se narran los tiernos amores de Glori y A n fiso. Los primeros versos son: I . —Vertiendo aljófar la au[rora I I . —Sentado en la verde al[fombra I I I . —Así lamentaba Anfriso I V . —No te quejes ay Anfriso 57 139 — — A la muerte de mi amigo D. Rafael Zalabardo.-l, 8-1X4839, n.0 27, ps. 215. Poema necrológico. El primer verso es: Flor 142 — — La amistad, poesía.—2.a serie, 1,30-VI1I-1840. n.0 22, p. 126. Soneto a la amistad. El primer verso: Mísero esclavo arrastra entre [cadenas que brillando entre las [otras flores 143 — — ¡Felicidad!, poesía.—2.a serie, I , 4-X-1840, n.0 27, p. 226. 140 — — A . M . , . , poesía. — I , 15-IX-1839, n.0 28, ps. 220 a 221. Poema en once cuartetas en el que se lamenta de los desdenes de su amada. El primer verso es: Soneto. El primer verso es: En vano con desdenes y rigo- res 144— — Sonetoalapaz.—l,í5-lX- 1839, n.0 28, p. 224. Ten bella, compasión de un [desgraciado Soneto. El primer verso es: ¿Es de bélico triunfo esa alegría? 141 — — E l Guadalhorce al Dauro, p o e s í a — I , 8-XIII-1839, n.0 40, p. 316. Poema en cuatro octavas en el que el Guadalhorce se dirige al río granadino y después de alabarle, le dice no siente envidia pues: tengo mis hermos&s que ese es el goce mayor. Los primeros versos son: I—Bañas, Dauro, cien jardi- nes I I . — Cabe tu orilla se eleva I I I . —Dichoso Dauro te juzgas IV. —No envidio no, tus jardines 58 145 — — Improvisación, poesía.— I , 30.VI-1839, n.0 17, p. 134. Letrilla satírica contra la censura. El primer verso es: Que el periódico de un trueno [bueno 146 JUÁREZ Y QUENN, B.—El álbum.— I , 24-111-1839, n.0 3, ps. 17 a 18. Artículo en el que se afirma que la movilidad de los tiempos modernos hace que el hombre para poder guardar los recuerdos agradables de su agitada vida, los amontona en el «libro blanco de la vida» (sic) que es el álbum. 147 LIROLA, B.—Bellas Artes.—2.a serie, I , 28.VI.1840. n.0 13 ps. 98 a 100. 149 — Bellas Artes. Arqui- serie, I , 26-VII-1840, n.0 17, ps. 131 a 133. Artículo en el que se sostiene el enlace que existe entre todas las bellas artes. Se estima que el origen c o m ú n es la naturaleza del hombre y que su destino es expresar las ideas, las aficiones y las creencias dominantes. Artículo en el que se analiza la arquitectura griega y romana, que dice, están fundadas sobre reglas fijas de proporción. De la arquitectura española nos habla del estilo churrigueresco presidido por el mal gusto e influenciado por el culteranismo de la época. Termina analizando el palacio árabe y la puerta de la Alhamhra granadina. 148 — — Bellas Artes, Pintura.— 2.a serie, I , 12-VII-1840, n.0 15, ps. 113 a 114. Artículo en el que se califica a la pintura como la más agradable y útil de las bellas artes. — tectum.—l? 150 — Bellas Artes. Escultu- 59 ^ . - 2 / serie, I , 2^111-1840, n.0 18, ps. 137 a 139. La escultura, dice, es tan antigua como el hombre. El primer objeto de esta arte es el hombre mismo. Afirma que los griegos llevaron la escultura a su máxima expresión de belleza y armonía. Cita a Fidias, Escopas y Paxiteles. Termina afirmando que es preciso que el artista exprese con el cincel sus ideas propias y las convicciones de su siglo. 151 — — Bellas Artes. M ú s í c a . 2.a serie, I , 9-VIII-1840, n.0 19, ps. 145 a 147. Artículo en el que se califica a la música como la más superior de todas las artes. 152 — — Moral. El suicidio.—2.* serie, I , 4-X-1840, n.0 27, ps. 219 a 222. Narra un hecho que dice real: Antonio, joven rico, se enamora y casa con Rosalía de cuyo ma- 60 trimonio tienen un hijo. Antonio se vé precisado a marchar a la capital para resolver asuntos familiares y allí contrae amistades perniciosas que le llevan por la senda del vicio. Arruinado vuelve al pueblo y en u n arranque de desesperación se suicida. Rosalía al verle negado el entierro en sagrado a su marido, pierde el juicio. 153 — — Moral. Todo es enredos amor—2.a serie, I , 15-XI-1840, n.0 32, ps. 268 a 271. Crítica el amor al dinero causa de toda suerte de enredos y males. 154 LÓPEZ PELEGRÍN, SANTOS.—H hombre. O d a . - I , 18-VIII-1839, n.0 24, ps. 187 a 189. Oda filosófico-religiosa en cuarenta y dos quintetos. El primer verso es: ¿ Y fue Dios de bondad?... de [tu alb¿> trono. M - N 155 U . - B i o g r a f í a . I , 24-111-1839, n.0 3, p. 24. Biografía de Aben-hitar, E l Beitar o Yhum-El Beithar. Nació en Benana, pueblo de las cercanías de Málaga. Viajó por todo el mundo conocido, siendo nombrado primer médico de Egipto por Saladino 7 y su sucesor Melec-el-Kamil, soldán de Damasco le hizo director general de sus jardines. Vuelto lleno de riquezas a Málaga, escribió una obra con el título de Colección de medicamentos simples, que se conserva manuscrita en la biblioteca de £1 Escorial. Fue historiador de su vida Albupharaggio. Según unos murió en Damasco en la egira 646 y según otros en Málaga el año 1248. 156 — •— Biografía, D . Bernardo Gálvez.—l, 5-V-1839, n.0 9, ps. 70 a 71. Don Bernardo Gálvez, nació en M á l a g a en 1756 escogiendo la carrera de las armas. M a r c h ó con el general O'Relly a la expedición contra A r g e l , donde se distinguió por su valentía y notables dotes castrenses, siendo nombrado mariscal de campo a 61 los veinticuatro años. Destinado como segundo del gobernador de L a Luisíana en estas posesiones contrajo matrimonio con la hija de u n acaudalado comerciante francés. Llamado el gobernador a otros destinos, le reemplazó Gálvez distinguiéndose por sus acertadas medidas de gobierno. En 1780 al estallar la guerra en A m é r i c a , Gálvez, fué nombrado para mandar una expedición contra Las Floridas rechazando a los ingleses y entrando finalmente victorioso en Panzacola en 1781. En 1783 al firmarse la paz, fué nombrado Conde, Teniente General del Ejército y Virrey de M é x i c o . Falleció en un accidente de caza en 1794. 157 — — Biografía. D. Vicente Espinel.-l, 20.X.1839, n.033, ps. 257 a 258. Biografía de Espinel, destaca su aportación a la perfección de la guitarra a la que como es sabido añadió la quinta cuerda. Hace resaltar el carácter autobiográfico de su Vida del escudero Marcos de Obregón. Nota: Los artículos hasta aquí reseñados con M . . . (tal como aparece en la revista) son sin duda debidos a la pluma de Ildefonso Marzo. 158 MARZO, ILDEFONSO.—//istom de 62 M á l a g a . - l , 10-111-1839, n . 0 l , ps. 4 a 7, siguiendo ininterrumpidamente en todos los n ú m e r o s hasta el n.0 44 de 31-XII-1839, ps. 345 a 347 en que termina la primera serie de la Revista. Historia de Málaga, dividida en tres épocas. La primera desde la fundación de Málaga hasta la Málaga Goda, la segunda: desde la invasión árabe hasta la rendición a los Reyes Católicos y por último, desde los repartimientos hasta el día, 159 — — Literatura de los árabes.— I , 14-IV-1839, n.0 6, ps. 40 a 44. Afirma que los primeros musulmanes no conocieron más l i bro que el Koram hasta que ocuparon el trono de Aly los Ommiaditas, Moavia, su jefe, era gran aficionado a la poesía. Posteriormente los Abbasidas patrocinaron las ciencias y Almamon las leyes, la filosofía y la Astronomía. En España es donde más resplandeció la sabiduría árabe. Metuahel A l Allasi, rey de Granada en el siglo X I I , poseía una magnífica biblioteca, cuyos restos se conservan en la de E l Escorial. Afirma que la Arabia ha producido más poetas que todo el resto del mundo. Cita a Zaoir, cuyo poema en alabanza de M a - homo, se encuentra en E l Escorial. En el siglo X Almonstabbi fué apellidado príncipe de la poesía oriental. Dice que aun cuando no puedan compararse sus composiciones poéticas a las de los griegos y latinos están sin embargo llenas de alegorías con gran belleza en las imágenes., sutileza en los pensamientos y elegancia en la expresión. Termina con infinidad de citas de poetas, médicos, astrólogos... etc., afirmando que actualmente la cultura musulmana ha caído notablemente. 160 — — Costumbres de A n dalucía. Venga de ahí.—l, 28-IV1839, n.0 8, ps. 61 a 62, Artículo en el que se describen las costumbres del contrabandista andaluz, 161 — — Wzshington y Bounaparte, fragmentos de Chateaubriand.— I , 26-111-1839, n,0 12, ps. 89 a 9 1 . T r a d u c c i ó n libre del francés de u n fragmento de Chateaubriand. 162 — — Nobleza y amor. Suceso histórico, p o e s í a . - I , 9-VI.1839, n.0 14, ps. 106 a 109. Poema en cuatro partes en que se narra la lamentación de un moro ante el castellano que le había hecho prisionero. El castellano le deja i r a desposarse bajo palabra de vuelta. Vuelve, en efecto, a constituirse prisionero pero en compañía de su amada. El cristiano ante tanta nobleza les concede la libertad. Los primeros versos son: I.—Radiante de gloria, de [vida lozano, 11.—Joven, dime, porque lloras IH.— Un antiguo torreón IV.—Era el palacio de Ronda 163 — — Alhaurín el Grande.—I, 7-VII-1839, n,0 18, ps. 140 a 142. Artículo histórico-descriptivo de esta villa. Según D. Miguel Cortés y López, es de origen romano. Su nombre era Audorizae siendo la última ciudad que Plinio designa entre las estipendiarías correspondientes al convento jurídico de Cádiz. Describe la situación e interior del pueblo destacando la costumbre, que critica, de efectuar en Semana Santa la representación de las escenas de la pasión de Ntro. Sr. 164LaAlhambra.-ll&Vll 1839, n." 2 1 , ps. 161 a 162. Artículo histórico descriptivo de la Alhambra. Fue fundada en 63 1238 por Mohammar ben Alhamar, terminándola su sucesor Ahul Agis. Finalmente hace una amplia descripción del monumento y paisaje que la rodea, 165 — — E l Palacio Episcopal.— I , 18.VIII.1839, n.0 24, p. 187. Fue construido a expensas de D. José Franquis Laso de Castilla en 1772. De estilo churrigueresco es obra del arquitecto D. A n tonio Ramos. procede del hebreo Arai, montaña, o Arunda, la montañosa. En opinión del autor, la célebre Acinipo nombrada Ronda la vieja no puede confundirse con Ronda que estima es de fundadación celtíbera y por tanto anterior. 169 — — Castillo de Gauzin. — l , 13.X-1839, n.0 32, ps. 254 a 255. Artículo en tonos altisonantes en que se cantan las excelencias del ser virtuoso, Artículo histórico-descriptivo de Gaucín y su castillo. El nombre de Gaucín se deriba del árabe Gar Gauzin o Gauzin al poniente. En tiempos de los zarracenos fue capital de diesisiete pueblos que le estaban sometidos. Fue conquistado con todos sus pueblos en Junio de 1485 al ocupar Ron* da las tropas cristianas. 167 — — La hacienda de San Rafael o una comida de campo,—l, 1-IX1839, n,0 28, ps. 218 a 219, 170 — — La antigua Cartima.—l, 20-X.1839, n.0 33, ps. 260 a 262 y n.0 34, 27.X-1839, ps. 265 a 267. Artículo en el que se describen las peripecias de una excursión campera a la hacienda de San Rafael propiedad de la familia del cónsul de Prusia. Artículo histórico.descriptivo de la villa de Cártama. La étimo, logia de su nombre es fenicia, Carthat que quiere decir en len. gua púnica ciudad escondida. A d q u i r i ó gran importancia en la época romana siendo ocupada per infinidad de familias entre la que destacaba la rica opulenta Rústica que se llamaba también Junia sacerdotisa perpetua y p r i n . cipal del municipio de Cartima. 166 — — L a virtud, Contemplación filosófica.-l. 1.VIII.1839, n.0 26, ps. 201 a 202. 168 — - - Descripción de Ronda.— I , 22-IX.1839, n.0 29, ps. 225 a 228. Descripción e historia compendiada de la ciudad de Ron* da. La etimología de su nombre 64 Son notabilísimos los restos romanos que se encuentran en ella. 171 — — La creación, poesía,—I, 3-XI.1839, n.0 38, ps 275 a 277. Poema tes sobre dividido primeros en tonos grandilocuenla creación del mundo, t n cinco partes cuyos versos son: I.—Era la eternidad... l a ñ o [che densa II.—De verdor y lozanía I I I . —Faltaba empero un ser, [que modelado IV. —El hombre había nacido [y a su lado V.—El crimen la escuchaba... [el crimen vino 172 — — M u n d a h é t i c a . —• I , 17-XI.1839, n.0 37 ps. 293 a 294 para finalizar en el n.0, 40, 8-XII1839, ps. 313 a 315. Artículo en el que se pretende demostrar que la Munda Bética de los romanos es el pueblo malagueño de Monda. 173 — — La puerta del juicio de la Alhambra.-l, l.XII-1839, n.0 39, p. 305. Fue edificada por Abulhaggent, terminándose el 4 de abril de 1348. 174 — — El patio de los leones.— I , 22.XII-1839, n.0 42, ps. 329 a 330. Canto lírico en prosa al patio de los leones de la Alhambra. X 7 5 — — La Alcazaba.—2? serie, I , 5-IV4840, n . 0 l , ps. 6 a 7 . Artículo en tonos líricos dedicado a la alcazaba malagueña. 176 — — Literatura de la edad med i a . - ! ? serie, I , 5-IV-1840, n.0 1, p. 8, finalizando en el n.0 2, 12-IV1840, ps. 12 a 13. Artículo de historia literaria. Arranca de los versos leoninos de León Parisiense, Estudia la obra de Simplicio y Ammonio, subraya la labor del primero en sus comentarios a Aristóteles, en cuanto a Ammonio, dice, dió ampliación a la lógica del célebre Paripatético. Continua con Juan el *gramático» en cuyo tiempo por orden de Ornar fué quemada la célebre biblioteca de Alejandría. Seguidamente nos habla del tLexicon» de Suidas, Juan Stoveo, Phoció y su célebre «diario de sus estudios». Califica a Miguel Psello como uno de los primeros sabios de su época. Cita al sabio obispo de Tsalonica, Eustaquio que compiló la Iliada y la Odisea. 65 Prosigue su erudito trabajo con el estudio, entre otras, de las obras de Eustrato metropolitano de Nicea, Plamdes, Niceta... etc., hasta llegar a la literatura árabe que considera de la edad media. De esta se detiene en la obra de Abulpheda, Abulpharagio, señalando el apasionamiento árabe por las fábulas y alegorías y su interés, no menor, por la medicina y la astrología, citando a Razis y Avicena en la ciencia química, Albucasi en la cirugía, Avenzoar, en la farmacia y al sabio Averroes, afirmando que de aquel foco luminoso (síc) produjeron los latinos o francos últimos escritores que ilustran la edad media. Habla de los viajes por Arabia y Egipto del monje Adelardo del francés Gerberto elevado a la silla pontificia con el nombre de Silvestre I I . Continua con Dante, Bocaccio, Petrarca... cuyas obras analiza, terminando su estudio con la afirmación de que en esta época «se mezcló de una manera extraña la galantería, la religión y el valor, hasta formar ese fanatismo que con tanta gracia y tino fue la crítica de Cervantes». 177 — — Patio principal del palacio episcopal de Málaga.—2.a serie, I . 3.V.1840, n.0 5, p. 40. 66 Descripción del palacio episcopal de Málaga. 178 — — El monasterio de Monserrate.-2.* serie, I , 31-V-1840, n.0 9, ps. 70 a 7 1 . Según el autor, unos pastores de Monistral encontraron el año 880 una imagen de la Virgen; sabedor del hallazgo el Conde de Barcelona Wifredo el velloso fundó el monasterio de Monserrate bajo la dirección y vigilancia de su hija Reschilda. Su sucesor Borrel, el año 976 retiró a las monjas estableciendo en su lugar a los Beni os de Ripoll. En 1410 era u n priorato importante regido por u n abad. Ultimamente la revolución destruyó el santuario. 179 — — A s t r o n o m í a . La L u na.-!.* serie, I , 14.VI.1840, n.0 1 1 , ps. 81 a 84. Empieza analizando los cono, cimientos astronómicos de babiIonios y egipcios y sobre todo de los caldeos que especialmente señalaron la mayor proximidad de la Luna a nuestro planeta en relación con los demás astros. Habla de Galileo, Flausteed y Newton para terminar estimando que ninguno igualó al inglés Herschell descubridor del astro de su nombre y perfeccionador del telescopio. Tras una completa des- crípción de los conocimientos que de la Luna se tenían en la época, finaliza detallando la i n fluencia que esta ha ejercido desde los pueblos primitivos, en las costumbres y superticiones de la humanidad. 180 — — Moros y cristianos.—2.a serie, I 21.VI.1840, n.0 12 ps. 91 a 93. Romance en el que se describe la costumbre de celebrar en la malagueña calle de la Victoria fiestas de moros y cristianos. El primer verso es: Probaré si en un romance 181 — — A la exhumación de los restos de Napoleón.—2.a serie, I , 28VI.1840, n.013. p. 104. Soneto a Napoleón. El primer verso es: Aquel gran capitán que el si[glo aclama 182 — — Panteón de la Victoria.— 2 a serie, I , 28-VI-1840, n.0 13. p. 104. Descripción del p a n t e ó n de la Victoria eregido por D . José Guerrero y Chavarino, conde de Buenavista y Vizconde la Victoria. 183 — — Málaga en el siglo X V . Hamet el Zegri.—l.* serie, I , 2.VIII-1840, n.0 18, ps. 140 a 142. Leyenda romántica dividida en tres partes. En la primera, Zoraida se lamenta ante Hamet de la suerte que a éste le espera ante el empuje conquistador de los cristianos. Hamet, la dice no tema pues el peligro no es tan inminente como presiente su ternura. En la segunda parte se describe el cerco de M á l a g a por los Reyes Católicos. Finalmente la tercera parte acaba con el entierro de los dos enamorados ya M á laga en poder de los cristianos. 184 — — La torre de Gomares.—2.a serie, I , 9.VIII-1840, n.0 19, ps. 139 a 140. Esta torre, es, dice, una de las mejores manifestaciones de la arquitectura árabe en España. Su nombre se deriva de Gomaraggia que es el técnico de la labor de persiana de sus adornos. 185 — — El cementerio inglés.—2.a serie, I , 23-VIII-1840, n.0 2 1 , ps. 167 a 168. Descripción del cementerio i n glés de Málaga. 186 — — Provincia de Málaga. Geografía. --2.a serie, I , 30-VIII- 67 1840, n.0 22, ps. 179 a 181, continuando en los n ú m e r o s restantes para terminar en el n,0 36, 6-XII1840, ps. 291 a 292. Descripción geográfica de la provincia de M á l a g a . Leves Vizcaíno por Núñez de Lara en 1452. 191 M . E. T.-Cuento m o r a l - l , 22-IX. 1839, n.0 29, 228 a 229 y n.0 30, 29-IX-1839, ps. 233 a 235. Cuento en tonos patéticos. 187 — — Bella V i s t a . Costum¿res.-2.a serie, I , 6-IX-1840. n.0 23, ps. 191 a 192. Descripción de las romerías que suelen organizarse saliendo generalmente de la Victoria o puerta de Vélez para almorzar en Bellavista. 188 — — M i s reflexiones sobre el amor.-l.11 serie, I , 18.X-1840, n.0 29, ps. 235 a 237. Artículo de consideraciones morales sobre el amor. 192 MEGZ-OCHOA. — E l pedante.—I, 10-111-1839, n . 0 l , p s . 7 y 8 . Crítica de la pedantería. Califica al pedante de: «metáfora sublime, el figurín de todas las clases». 193 MENDOZA, lAMiih—Romance.-I, 24-111-1839, n.0 3, ps. 18 a 19. Largo romance cuyo primer verso es: Cruzan estrellado cielo 189 — — E l Guadalhorce, poes í a . - ^ 3 serie, I , 25-X-1840, n.0 30, ps. 246 a 247. 194 — — A una fuente, poesía.— I , 28.IV-1839, n.0 8, ps. 60 a 6 1 . Poema al río Guadalhorce. El primer verso es: ¡Fuente cristalina y pura/ Nublados espesos, los silvos [del viento 190 — — El árbol de Guemica.— 2.a serie, I , 15-XI.1840, n.0 32, p. 272. Glosa de la promulgación al pie de este árbol del Código de 68 Poema. El primer verso es: 195 — — A l anciano, poesía.—I, 12.V-1839, n.0 10, ps. 78 a 80. Poema en que u n anciano reclama al d u e ñ o y señor del castillo a su hija que estaba secuestrada. Finalmente es devuelta a su padre. Los primeros versos son: I.—Era una noche serena II.—Huya la noche medrosa III.—Ya la tarde declinaba 196 — — E l porvenir, poesía.—I, 2-VI4839. n.013, p. 99. Poema en trece cuartetos. El 200 — — Una noche, poesía.—2.' serie, I , 5-IV-1840, n.0 1, ps. 5 a 6. Poema en treintaicuatro cuartetas. Meditación a la noche. El primer verso es: No se ve el sol espléndido y rabiante primer verso es: ¿Quien eres porvenir, que así [mi frente 201 — — Elvira, canto.—2.a serie, I , 26-IV-1840, n.0 4, ps. 26 a 28. 197 — — A mi madre, poesía.— I , 23-VI-1839, n.0 16, ps. 123 a 125. Canto lírico en prosa a Elvira. Largo poema en el que la autotora solícita p e r d ó n de su madre ante su lecho mortuorio. El primer verso es: 202 — — Una Inés por otra Inés, romance.—2.a serie, I , l-VII-1840, n.0 14, ps. 107 a 109. Nacía un sol entre eclages de [oro 198 — — A un bosque, poesía.— I , 14-VII-1839, n.0 19, ps. 147 a 148. Poesía romántica. verso es: El primer Salve, frondoso bosque, en que [días 199 — — M i esperanza, poesía.— I , 6.X.1839, n.0 3 1 , p. 244. Poema en dieciocho cuartetas en que se lamenta la pérdida de las esperanzas e ilusiones de la juventud. El primer verso es: ¿Que es para mí esa luna pla- ceada Romance dividido en tres partes: D. Juan, cansado de su esposa doña Inés, pone su corazón en otra bella del mismo nombre la que le niega sus favores por no transigir en ser su querida, Don Pedro, enamorado de la esposa de D. Juan, la requiere, y esta duda entre su v i r t u d y la venganza. Los primeros versos son: I . —Es Inés tan pura y bella I I . - L a noche era pura, callada, serena III.—Parece que el mundo [duerme 203 — — A l mar, poesía.—2.a serie, 4-X-1840, n.0 27, ps. 222 a 223. Poema al mar dividido en tres 69 jDartés son: cuyos primeros Versos ¡.--¿Quien eres tú, gigante, [que dormido? II.—¡Oh marl que rueden tus {ondas III.—Tú, que miras el sol es[plendoroso 207 •— — Romance rñorisco, p o é sía.—2.a serie, 1,16-Viri.l840, n.0 20, ps. 158 a 159. Romance morisco: Zaida, sufre prisión a manos de Muza. Almanzor con otros cien partidarios ataca la fortaleza y la l i berta. El primer verso es: Con tres alcaides de guarda 204 MENENDEZ, A . — A l Betis, poesía. ~2.a serie, I , 19.IV4840, n.0 4, p.32. Letra de la canción el pescador. Música del maestro Capilla. El primer verso es: Por adular sus pasiones 205 — — 2.a serie, p. 32. E l pescador, canción, — I , 26-IV-1840, n.0 4, Letra de la canción el pescador. Música del maestro Capilla. El primer verso es: Por adular sus pasiones 206 — Quico y Maruja, poes í a . - 2 . a serie, I , 10-V.1840, n.0 6, ps. 42 a 44. Poema en que se describen los amores de Quico y Maruja. Está dividido en tres partes cuyos primeros versos son: I.—Tosco jergón de aspillera II.—Abre esa puerta Maruja III.—Entra el galán descom[puesto 70 208 — — La Escomunión, poesía.— I , n.037, ps. 290 a 2 9 1 . Poema: D. Pedro el cruel pasea en compañía de Pero Guzmán por la ribera del Guadalquivir lamentándose de la traición de su hermano Enrique, cuando se acerca una bata y desde ella u n arzobispo después de reconvenirle por sus crueldades le anatematiza con la óx-comunión. Nota: Menendez era actor de la compañía dramática. 209 M . G.—El pedante marítimo. I , 13-X.1839, n.0 32, ps. 249 a 2 5 1 . Descripción de la vida y costumbres de este «tipo» (sic) que florece en los puertos de mar. 210 MIGUEL, ANTONIO DE.—A Amalia, poesía.—2.a serie, I , 3-V-1840, n.ü 5, p. 37. Poema en trece cuartetos. E l primer verso es: Hubo un tiempo ejemplo sea 211 MITJANA, RAFAEL (HIJO),—La lágrima por lord Byron, traducción del francés.-1,17-111-1839, n.0 2, p. 16. T r a d u c c i ó n en prosa del poema del poema de Byron. 2 1 2 — — Arturo de Artal.-1,7-TV1839, n.05f ps. 4 4 a 4 6 . Leyenda. Arturo, señor del castillo de Artal, contrae matrimonio con Matilde, hija del conde de Edal. Marcha a las cruzadas dejando a su esposa al cuidado de su fiel criado Edmundo. Vuelve al cabo de dos años, cargado de laureles y encuentra el castillo convertido en ruinas. Pide, colérico, cuentas a Edmundo y éste le dice que Hemman de Valum, el terrible guerrero de la negra armadura, avaro de r i quezas asaltó el castillo desmantelándolo y matando a Matilde. Arturo reta en duelo caballeresco a Hermán, al que mata exclamando «Matilde, ya estás vengada». 213 — — Oh tú que me has sido arrebatada en la flor de la belleza.—\, 26-V-1839, n.012. p. 95. Trascripción en prosa del poe-* ma de Byron. 215 — — A Batilde, poesía.—I, 22-IV-1839, n.0 29, p. 228. Poema amoroso en catorce cuartetas. El primer verso es: Ven, oh Batilde, ven 216 — — M i Elvira, poesía.—1, 13-X-1839, n,0 32, p, 255. Poema amatorio en cinco octavas cuyos primeros versos son: I . —Miradla, miradla allí I I . —Que vale el brillante oro I I I . —Cual el refulgente astro I V . —Así Elvira ardientes rabos V. —¿Que beldad no envidiaría 217 MONTADAS, J,—La noche, poesía.—2.a serie, I , 19-IV.1840, n.0 3, ps, 21 a 22. Poema en veintidós cuartetas dedicado a la noche. El primer verso es: ¡Oh noche, que hermosa eres! T r a n s c r i p c i ó n en prosa de un poema de Byron. 218 — — La fuente del prado, poes í a . - I , 23.Vni-1840/ n,0 2 1 , ps, 166 a 167, 214 — — M i alma está triste.—I, 7.VII-1839, n.0 29, p. 228. Poema a imitación de Lamartine. El primer verso es: 71 En tu cristal sereno y transpa[rente 219 — — A l genio, soneto a mi amiga La Peregrina.—2.a serie, I , 1.XI.1840, n.0 3 1 , p. 256. Soneto, El primer verso es: Bate tus alas y con raudo vuelo 220 MONTUFAR, ] . —Lamentos de un pastor, poesía.—I, 15-IX-1840, n.0 28, ps. 219 a 220. Poema bucólico. El primer verso es. Puro y cristalino río fantástico.—I, 24-111-1839, n.6 3, ps. 19 a 22. Cuento de brujas y hechicería. U n joven recibe u n misterioso pergamino citándole en la «cueva del diablo». Acude a la cita y sufre apariciones de brujas y del propio demonio en figura de macho cabrio. Pasada la noche, con el alba terminan las apariciones y nuestro héroe, perdido el juicio, muere dos años después. 223 — — Nada. - I , 7.IV-1839, n,0 5, ps, 38 a 39. Historieta cómica. 221 M . DE S.—El chino.—2.a serie, I , 23.VIII-1840, n.0 21, ps. 161 a 164. Cuento. En u n taller de dibujo se suscita una discusión entre las alumnas a propósito de una afirmación contenida en una obra de / . /. Rouseau en el sentido de que si por un simple acto de voluntad se pudiera hacer morir en el interior de la C h i n a a u n rico mandarín y apropiarse de sus bienes, pocos hombres habría que no lo hicieran. Tras una hora de discusión, entretenidas con la charla no han dado una pincelada, 222 NAVARRO Y SIERRA, J.—Cuento 72 224 — — Ricardo de Nisa. — I , 12-V-1839, n,0 10, ps, 80 a 82, Leyenda romántica, Ricardo de Nisa, contrae matrimonio con Marta, hija del conde de Oronto. A los dos años, a consecuencia del parto de una hija, fallece Marta dejando a Ricardo inconsolable. Deseando aturdirse se lanza a una vida de disipación, Elia, su hija, halla consuelo al abandono en que se encuentra en el amor de Lido heredero de una noble familia. El día de la boda, Ricardo se presenta con los vestidos en desorden y trans- tornado por el alcohol. Lido procura retirarlo de la estancia y el conde enfurecido le amenaza con su daga. Lido huye por respeto a su amada, pero al día siguiente u n criado del conde le entrega una esquela retándole a duelo. Niégase Lido, pero al ser atacado por el conde se ve obligado a matarlo. Todos ignoran el motivo de la muerte del conde, que pasa por suicidio y éste al morir bendice los amores de Elia con su matador. 73 0 - P 225 OLONA, L. DJL.—EI anciano, recuerdos de la juventud, poema.—I, 7.IV.1839, n.0 5, p. 46. Poema en diecisiete cuartetos. El primer verso es: Instantes en que cifraba 226 OZMAR. —- Otra vez al Guadalhorce, o sea la redacción de un periódico.-l, 23-VI4839, n.0 16, ps. 121 a 123. Artículo en el que se hace una referencia a toda la labor realizada en los n ú m e r o s publicados de la levista y se solicita nuevamente protección a las ninfas del río. Nota: el seudónimo corresponde al escritor José de Medina y Aguayo. 227 — — Filosofía de las máscar a s - ! . * serie, I , 3-V-1840, n.05, ps. 35 a 37, Artículo de tonos morales. 228 PEREGRINA, LA.—La primavera, p o e s í a . - 2 . a serie, I , 24-V.1840, n.0 8, ps. 59 a 60. Canto a la primavera en trece cuartetos. El primer verso es: Huyó el invierno sañudo Nota: el s e u d ó n i m o «La Pere75 grina» oculta a la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda. 229 — — En una tarde del mes de Julio en Sevilla, poesía.—2,a serie, I , 16.VIII.1840, n.0 20, p. 158. 233 — — E d u c a c i ó n . — I , 1839, n.012, ps. 93 a 95. 26-V- Artículo en tono pedagógico dirigido principalmente a la en. señanza del dibujo y la música. Poema a u n atardecer en Sev i l l a . E l primer verso es: 234 — — Trages del siglo X V I I I . I , 2.VI.1839, n." 13, p. 100. Tiende ¡Oh noche! tu manto [sombrío Descripción del traje andaluz del siglo X V I I I . 230 — — A u n niño, dormido, poes í a . - 2 . a serie, I , 8.XI.1840, n.0 32, ps. 261 a 262. 235 — — Fuente de mármol de la Alameda.-l, 16.VI.1839, n.0 15, p. 118. Largo poema al s u e ñ o de u n n i ñ o . E l primer verso es: Esta fuente viniendo de G é nova, cayó en poder del famoso pirata Barbarroja de quien la rescató D . Bernardino de Mendoza comandante de nuestras galeras, que la trajo a M á l a g a . Primeramente estuvo colocada en la hoy, Plaza de la Constitución de donde por acuerdo del Cabildo de 14 de Febrero de 1807, a invitación del mariscal de campo D. Teodoro Reding gobernador político y militar de la ciudad fue colocada en la Alameda. Nota: Actualmente (1961) esta fuente se halla en la rotonda del parque. Duerme tranquilo, inocente 231 — — M i mal, soneto.—2.a serie, I , 6-XII.1840, n'0 36, p. 295. Soneto. El primer verso es: En vano ansiosa tu amistad pro[cura 232 (P) EDRO. (G) OMEZ. (S) ANCHO.— El guarda de camino. — I , 19-111.1839, n.0 1 1 , ps. 84 a 85. Artículo de costumbres anda, luzas en el que se describe la vida del guarda de caminos, profesión que generalmente ejerce el antiguo contrabandista o mat ó n de oficio. Detalla sus eostumbres, indumentaria... etc. 76 236 — — Biografía extranjera. / . Feminore Cooper.—l, 23'VI.1839, n.0 16, ps. 125 a 127. Biografía de éste celebre escritor. 237 — — Fachada del Sagrario.— I , 30-VI.1839, n.0 17, ps. 132. A l erigirse Iglesia en 1488 la mezquita mayor, se e n s a n c h ó y varió. La puerta principal de la mezquita estaba precisamente donde se encuentra la fachada del Sagrario. A principios del siglo X V I , antes de la construcción de nueva catedral, el obispo de Málaga, D . Diego Ramírez de Villaescusa, inició la construcción de esta portada que vino a concluirse en tiempos del patriarca de Alejandría y obispo M á l a g a D. César Riario. Es de carácter gótico (sic). 238 — — La Aduana nueva.—I, 14-VII-1839, n.019, p. 149. La construcción de este edificio fue aprobada por Carlos I I I en 1787. Los planos fueron ejecutados por el director de la Real Academia de San Fernando Don Manuel Martín Rodríguez. La obra principió bajo la dirección de D . Pedro Ortega Monroy actuando como arquitecto encargado D. Miguel del Castillo. En 1810 fué suspendida continuándose en 1826 por petición del Real Consulado de Málaga bajo la dirección del arquitecto D. Pedro Nolasco Ventura. Se terminó el edificio en 1829 destinándose a fábrica de tabacos hasta que en 1839 se centralizaron en todas las dependencias de las rentas públicas cumpliendo asi el objeto para que fué creado. 239 — — Tipos de Málaga, c h a r r á n . - l , 28-VII-1839, ps, 165 a 167. fí n.0 2 1 , Artículo en el que se describen las costumbres de este personaje, típico de las playas malagueñas. 240 — — Costumbres. Baños de mar.-l, l l - V I I I - 1 8 3 9 , n.0 23, ps. 180 a 182. Artículo en el que se describen las costumbres malagueñas en relación con los baños estivales de mar. Hace una serie de consideraciones morales a este respecto. 241 ~ — El fatuo.—I, 23.VIII1839, n.0 25, ps. 197 a 198. Artículo de costumbres en el que se afirma que hay personas que solo viven dichosos en la fatuidad. 242 — — Costumbres. La pescad e r í a . - I , 8.IX-1839, n.0 27, ps. 213 a 215. 77 Descripción de la pescadería malagueña. Se dibujan, los tipos, tratos, costumbres... etc. 243 — — Costumbres. La vendeja.-l, 29.1X4839, n.0 30, ps. 236 a 238. Descripción de las faenas de la «vendeja» peculiarísimas de Málaga. 244 - — Costumbres. Un paseo por el muelle viejo.—i, 6-X-1839, n.0 3 1 , ps. 244 a 246. Descripción de la costumbre de pasear por el muelle viejo. Nota: dicho muelle es el hoy Paseo de la Farola. 245 — — Costumbres. Toros y dramas.-l, 27.X-1839, n.0 34, ps. 269 a 271. Descripción y crítica 78 de las escenas de antes, y después de las corridas de toros. 246 — — Costumbres. Las casas de cabildo y el Ayuntamiento.—I, 3.XI-1839, n.0 38, ps. 277 a 279. Descripción de las escenas que a diario ocurren en la antigua Plaza Real, hoy de la Constitución, donde se levanta la casaayuntamiento, que fue construida el año 1561. 247 £/ito«u-I,10-XI-1839, n.038, ps. 285 a 286. Descripción de los jardines y casa del Retiro, propiedad de los condes de Villalcazar. 248 — — Literatura nacional.—I, 24-XI.1839, n.0 38, ps. 298 a 300. Crítica literaria de la novela de Serafín Estebanez Calderón, Cristianos y moriscos. R 249 R,—Biografía. D. Lorenzo Armengual de la Mota.—2.a serie, I , I , 12.IV.1840, n.0 2, ps. 14 a 16. Nace en M á l a g a el 5 de Noviembre de 1663. Nombrado obispo auxiliar de Zaragoza, en 1705 pasa a Madrid para ejercer el cargo de Gobernador del Real Consejo de Hacienda. En 1714 el Rey Felipe V, le nombra secretario para el despacho universal de los asuntos del reino. A la vista de sus relevantes méritos fue en 1715 designado obispo de Cádiz, nombrándosele Marqués de Campo Alegre. Falleció en Chíclana (Cádiz) el 15 de Mayo de 1729. 250 REDACCIÓN, LA,—Teatro.—2.* serie, I , 26.VII.1840, n.0 17, p. 135. .Análisis de la temporada tea. tral malagueña destacando la actuación del primer actor y direc. tor D . Pedro González Mate. 251 REPRESALIAS.—E/ llason.-2.A sene, I , 13.111-1840, n.0 37, ps. 305 a 306. Artículo de heráldica. 252 Ríos ROSAS, ANTONIO DE LOS.— Oriental, poesía.—2.a serie, I , S-IX1840, n,0 23, ps. 190 a 191. Poema oriental dividido en 79 ocho estrofas. sos son: Los primeros ver- 255 ROMEA, JULIÁN.—Una flor, poe. sía.—I, 4-VIII-1839, n.0 22, p. 173. I . —Yo he visto en la rica Poema en diez cuartetos. El [alhambra I I . —Yo he visto en Cádiz la [altiva I I I . - Y en Córdoba y Sevilla I V . —La virgen que en blando [arrullo V. —Bebió la playa encantada VI. —Lució el naciente arrebol VIL—El cuerpo encubre gallardo VIII—Gacela de berbería primer verso es: Hela allí, pintada, hermosa 256 — Salmo C X X X V I , poes í a . - 2 . a serie, I , 26.VII-1840, n.0 17, ps. 130 a 131. Poema inspirado en los salmos de David. Consta de doce cuar. tetas cuyo primer verso es: A orillas de los ríos nos sentamos 253 (R) AFAEL. (M.) ITJANA, — ¡Oh! llorad.-l, 9-V1.1839, n.0 14, p. 109. Traducción en prosa del poema de Byron al pueblo de Israel. 254 — — A una rosa, p o e s í a , — I , 30.Vr.1839, n.017, ps. 131 a 132. Poesía a la rosa. El primer verso es: Pura rosa que gentil 80 257 Ruiz, ]UAN.-~ Noticias de la población en la provincia de Málaga.— 2.a serie, L 15-XI.1840, n.0 32, ps. 272 a 273 y n.0 34. 22.XI.1840, ps. 276 a 277. Descripción de M á l a g a y su provincia con expresión de los pueblos m á s importantes y ha. hitantes de cada uno de ellos en las diferentes épocas. 258 SALAS Y QUIROGA, JACINTO.— La muerte de un amigo, cuento.—2.' serie, I . 13.IX-1840, n.0 24, ps. 199 a 201. Cuento moral: Julio Avellaneda que vive en Madrid, tiene un íntimo amigo, Leonardo. Este se enamora de la mujer de Julio la que le corresponde. Leonardo antes que caer en la tentación abandona España. 259 — — Lectura de mujeres.—2.a serie, I , 27.1X4840, n.0 26, ps. 212 a 213. Artículo en el que se aboga porque las lecturas de las mujeres sean las propias de su sexo, 260 — — La hija de un escritor.— 2.'serie,!, l.XI-1840, n.0 3 1 , ps. 254 a 256. Cuento: Torres, escritor de irreprochables costumbres, es no obstante, autor de obras inmorales. Tiene una hija que ignora la profesión de su padre. En cierta ocasión Torres para festejar el aniversario de su hija i n vita a sus amistades y en u n bindis uno de sus amigos deja traslucir la labor pseudo-líteraria de T. rres. Su hija aprove81 chando la ausencia de Torres penetra en su despacho y enloquece al leer los escritos inmorales de él. tos en que el poeta hace afirmación de su amor a pesar de los desdenes recibidos. El primer verso es: Luz de mis ojos, Elisa 26t SANDOVAL, (J) UAN. (B) AUTISTA.—Al dauro, p o e s í a , ~ 2 . a sede, I , 28-VI-1840, n.013, p. 100. 265 — — M ú s i c a . A Florinda.— 2.a serie, 6-XII-1840, n,0 36, p. 297. Poema al río granadino en seis octavas reales cuyo primer verso es: Segunda y tercera estrofas de la canción a Florinda, letra de Juan Bautista Sandoval, música del profesor D . Antonio Borrego. Los primeros versos son: En vano a mi dolor busco un [consuelo 262 — — E l sueño, poesía. — 2.a serie, 1,19-VIII-1840, n.0 16, p. 122Soneto. El primer verso es-: La primavera es la estación [florida 263 — — Bacanal, poesía.—2.a se- rie, I , 2-VIII-1840, n.0 16, ps. 139 a 140. 266 — — Romance, poesía.—2.a serie, I , 13-XII-1840, n.0 37, ps. 304 a 305. Romance amatorio. El primer verso es: Aparta, pues, con tus rayos Poema dedicado por el autor a sus amigos en un convite, dividido en tres partes cuyos primeros versos son: I.—Venid, cercadme todos, [que cantando, II.—Sombras opacas III.—Dura es mi suerte 264 — — A Elisa, poesía.—2.a serie, 1,15-XI.1840, n.0 32, p. 271. Poema en diecinueve cuarte82 2. a estrofa.—Si piensas que [pudiera 3. a estrofa.— Y amante encade[nado 267 SANTOS ALVAREZ, MIGUEL DE Los.-Poema.-l, 20, p. 155. 21-VII-1839, n.0 Poema en cinco octavas cuyo primer verso es: ¿Pasó ya el tiempo para mi [suave 268 SATORRES, RAMÓN.—A una estrella, poesía.—I, 24-XI-1839, n.0 38, ps. 300 a 301. Largo poema romántico en dos partes cuyos primeros versos son: a la tierra de donde han salido (sic). I.—Salve estrella que brillas [radiante II.—Más deje la mente tan lú[gubre historia 272 — — E l hombre mercadería.— I , 28-IV-1839, n.0 8, ps. 57 a 59. 269 — — A una serrana, poesía.— 2.a serie, I , 9-VIII.1840, n.0 19, ps. 147 a 148. Poema en diecisiete quintetas. El primer verso es: M á s que las flores galana 270 — — P o e s í a . Celia y la fuent e . - ! . ' serie, I , 18 X-1840, n.029) ps, 237 a 238. Poema en veintisiete quintetos que fué leído por su autor en el Instituto Español, en la sesión de competencia celebrada el sábado 18 de A b r i l de 1840. El primer verso es: Cabe una fuente sonora 271 SMEGNZ-OCHOA. E l cementerio.I , 7-IV.1839, n.0 5. ps. 33 a 34. Artículo en el que después de describir las costumbres de los romanos que reducían a ceniza los cadáveres y las de los egipcios que los embalsamaban destaca la nuestra de inhumar los cadáveres en lugar consagrado por la religión para que vuelvan Artículo sobre la esclavitud. El autor termina afirmando: «Considérese pues el hombre como se quiera: vivo y muerto, entero y deshecho, físico y moral es la mercadería más útil e importante de cuantas se c o n o c e n » . 273 SOLITARIO. EL, (Serafín Estebanez Calderón).—El cimbel y la paloma, poesía,—2.a serie, I , 5-IV1840, n,0 1, p, 7. . Soneto. El primer verso es: Vuela en los aires el cimbel [galano 274 — C u e n t o . La miga y la escuela.-I, 10-XI-1839, n.0 38, ps. 283 a 285. Cuento en verso en el que se describe como al salir los chicos de la escuela se dedican a remedar en sus juegos las corridas de toros. 275 — — La luz mentida del amor, p o e s í a , - 2 . a serie, I , 10.V-1840, n,0 6, p, 48. Soneto cuyo primer verso es: Era la noche lóbrega espantosa 83 T V 276 T . - H a m c ' r . - 2 . a serie, I , S-VII1840, n.0 14, ps. 103 a 105. 1840, n.0 16 y n.0 17 de 26.VII- Artículo romántico en el que se alaban las excelencias del amor. Historia del teatro español. Se muestra acorde con la opinión de los que sostienen que el nacimiento de nuestro teatro arranca a fines del siglo X I I en el reinado de D . Alfonso el bueno, producido por el ceremonial cristiano a semenja del griego que lo fue por las fórmulas del paganismo. En nuestro país, dice, la historia literaria ha seguido una marcha acorde con la historia política. El reinado de D . Fernando I I I fué glorioso tanto para las armas como para las letras. 277 VALERA, ] . —Fantasía, poesía.— 2.a serie, 1,17-V-1840, n.0 7, ps. 54 a 55. Poema en dos partes cuyos primeros versos son: I . — Un campo es el corazón I I . —Porque hay un huracán [en la llanura 278 VARGAS, MARIANO DE.—Literat u r a . Teatro.—!.* serie, I , 19-VII- 1840, ps. 129 a 130. 85 H a y que considerar como arranque metodizado de nuestro teatro la clasificación que en el Código de las Partidas hace el rey Alfonso entre trovadores y juglares y como pioneros de la composición teatral a Berceo y a Astorga. 279 VELASCO, A, ] —Historia de la Stenografía.-l, 16-VI-1839, n.0 15 ps. 113 a 115 al n.0 18, 7 - V i l 1839, ps. 137 a 138. Historia de la taquigrafía. Empieza afirmando era ya conocida este arte en tiempos de David. Los griegos la practicaban y gracias a ella nos han llegado en versión íntegra algunos discursos de Sócrates. En Roma pasó a ser una profesión honrosa y lucrativa, en ella, Tirón libertó de Cicerón fue el más notable taquígrafo. Continua con las diversas visicitudes porque ha pasado este sistema de escritura a través de la historia hasta llegar al español D. Francisco de Paula Martí que la ha llevado a la cúspide. Habla de la obra de D. A n gel María Martí «taquigrafía de la música» y termina afirmando que la taquigrafía española puede servir de norma a las extranjeras. 86 280 — — £/ libertino, poesía.—í, 15-IX.1839, n.0 28, ps. 217 a 218. Poema en trece cuartetos en el que reniega de su antigua vida disipada. El primer verso es: Huid, huid, recuerdos dolorosos 281 — — Frenología.—2.a serie, I , 21-VI-1840, n.0 12, ps. 89 a 9 1 , al n.0 16 de 19-VII-1840, ps. 121 a 122. Análisis de las teorías de Gall. Estudia los antecedentes históricos de ellas y termina afirmando que el cerebro es el instrumento de los actos intelectuales y morales del hombre. 282 VELASCO, DOLORES DE,—E/ zapato blanco, poesía.—2.a serie, I , 29-XI1840, n.0 35, p. 286 al n.0 39 de 27-XII-1840, ps. 319 a 320. Poema en cinco romances en lo que se describe una corrida de toros. Los primeros versos son: I.—Cruza el sol el mundo [espacio II.—Rumores de loca fiesta I I I . —Luengos y anchos corti\nages IV. —Seis años ha que vivía V.—De aguda pena y can[sancio INDICES AUXILIARES A) A, 1. Abate A n d r é s , 5 1 , Abderraman, 22, 52, Aben-hitar, 155, Abul-Agis, 164. Abulhaggehg,. 173. Abulpheda, 176, Acínipo, 168, Agatarco, 54, Albupharaggio, 155, 176, Alderete, Bernardo, 1 1 , Alderete. José, 1 1 , Alegre Dolz, A „ 2, 3, 4, 5, 6, 7. Alfonso el Bueno, 278, Almamon, 159, A l y , 159. Amaia, Francisco, 22, Ammonio, 176. Andaluz, el, 8. P E R S O N A S Anfriso, 138. A n ó n i m o , 9, 10, 1 1 , 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 2 1 , 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29. Aristóteles, 176. Armengual de la Mota, Lorenzo, 249, Astorga, 278. Auset, Antonio, 30, 31, Averroes, 176, Avicena, 176, Azabschad, 5 1 , B., 32, 33. Bachiller, A n t o n i o , 34. Bachiller Ronquillo, el, 35, 36, 37. Bada, José, 49. Barbarroja, 235. Berceo, 278, 89 Berthond, Henry, 99. B. L . 38. Bobdíl, 8 1 . Bocaccio, 176, Bonilla, José María, 110. Borrego, Antonio, 265. Borrel, 178. Bouligni, J., 39, 40, 4 1 , 42, 43, 45, 46, 47, 48. Brazia y Zambrana, José, 12, Bremon, J. M . , 49. 50, 5 1 , 52, 53, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 6 1 , 62, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 72, 73. B y r o n , L o r d , 99, 211, 213. Cabezas, Fernando, 74. Calderón, 87.. Campoamor, Ramón de, 75. Cándido, Gerónimo y José, 106. Cañete, Manuel, 76. Carlos I I I , 13, 238. Carlos V . , 52. Carreras, Luis de, 89. Carrillo Sánchez, Pedro, 9 1 . Castillo, Miguel, 238. Cervantes, 173, 176. Conde, Juan, 106, Coraly Thiery, Mme., 77. Cortés y López, Miguel, 163. Chateaubriand, 161, Dante, 176. David, 256. Delgado, José (Pepeillo), 106. Deuscore y Tresor, 78. 90 Díaz de Palacios, Pedro, 49. 44, 54, 63, 71, E. 79, 80, 8 1 , 82, 83, 84. Editorial, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 9 1 , Elvira, 8. Enriquez, Maestre, 49. Escosura, Gerónimo de la, 92, 93, 94, 95. 96, 97, 98, 99, 100. Escudero y Torres, Salvador, 101, Espinel. Vicente, 157. Espinosa, Pedro, 85. Espronceda, José, 89, 102, Esquilo, 54. Esquivel, 87. Eurípides, 54. Eustrato 176. Fabeiro y Cevallos, S., 103, Fabre D ' U n o y , Carlos, 124, Felipe I I . , 119. Felipe I V . , 65, Felipe V . , 71,249. Ferdusi, 5 1 , Fernández Guerra Aureliano, 87, 104. Fidias, 150. Filón, 54, Galileo, 179. Gálvez, Bernardo, 156, Gálvez, José, 13. Gall, 281, Gangitano, el, 105, Gerberto, 176, G, N , 106. Glori, 138, Gómez de Cádiz de Velasco, Dololores, 1 0 7 , 1 0 8 , 1 0 9 , 1 1 0 , 1 1 1 . Gómez Sancho, Pedro, 112, 113. Góngora, Luis de, 1 1 , 67. González Mate, Pedro, 18, 250. González Valls, Mariano, 114, 115, 116, 117, 11«, 119,120, 121. 122, 123. Guerrero y Chavarino, José, 182. Henares, Eduardo, 124. Herschell, 179. Herrera, José Francisco, 125. Homero, 5 1 , 176, Jacobo L , 55, Jáuregui, 67, Jiménez, Bartolomé, 106, Jones, W i l i a n , 5 1 , Juan I I . , 7 1 , 84. J (uan). B (autista). S (andoval). 137, 138, 139, 140, 141,142, 143. J. M . 144. J (osé) M (aria). B (remon), 145. Juan el gramático, 176, Juárez y Quenn, B,, 146. Junia, 170, Lara, Manrique de, 8. Lara, Rodrigo de, 65. Lara, Sancha de, 65, Laura, 30, Lirola, Bautista, 147, 148, 149, 150, 151, 152, 153, 154, 155. Lombia, Juan, 29, Luis X I I L , 279, Luna, Alvaro de, 84. Luz y Caballero, José de la, 34, Maiquez, Isidoro, 6 1 , 87, Marti, Francisco de Paula, 279, Martín Rodríguez, Manuel, 238, Martínez de Aguilar, Viuda de, 89, M . „ (¿Ildefonso Marzo?), 156, 157, Marzo, Ildefonso, 158, 159, 160, 161, 162, 163, 164,165, 166,167, 168, 169, 170, 171, 172,173, 174, 175 176, 177, 178, 179, 180, 181, 182, 183, 184, 185, 186, 187, 188 189, 190, Medina, José de, 335, 155, Medinasidonia, duque de, 85. M , E, y T „ 1 9 1 . Megz-Ochoa, 192, Mejuar, el, 8, Melec-al-kamil, 155, Mendoza, Bernardino, 235, Mendoza, María, 193, 194,195, 196, 197, 198,199, 200, 201, 202, 203, M e n é n d e z , A . 204, 205, 206, 207, 208. Metuahel al Allasi, 159, M , G, 209. Miguel, A n t o n i o de, 87, 210. Mitjana, Rafael, 211, 212, 213, 214, 215, 216. Moavia, 159. Mohamar ben Alhamar, 164. Montadas, J„ 217, 218, 219. Montufar, J,, 220. Moratín, 87. M . de S, 221, N a p o l e ó n , 25, 161, 181. Navarro y Sierra, J „ 222, 223,224. N e w t o n , 179. Nisa, Ricardo de, 224. Nolasco Ventura, Pedro, 238. 91 N ú ñ e z de Lara, 190. Ojeda. 87. Olone, L. de, 225. Ornar, 176. O'Relly, 156. Ortega y Monroy, Pedro, 238. Osorío, Isabel de, 120. Ozmar (José de Medina), 226, 227. Pacheco, Francisco, 157. Paripatético, 176. Pedro el cruel, 70, 208. P (edro). G. (ómez). S (ancho). 232, 233, 234, 235, 236, 237, 238, 239, 240, 241, 242, 243, 244, 245, 246, 247, 248. Peregrina, la (Gertrudis Gómez de Avellaneda), 86, 228, 229, 230, 230, 231. Phocio, 176. Plauto, 54. Plinio, 163. Praxiteles, 150. Psello, Miguel, 176. Reschilda, 178. Reyes Católicos, 50, 52, 183. Riario, César, 237. Ríos Rosas, Antonio de los, 252. Romea, Julián, 255, 256. Romero, Pedro y José, 106. Rouget de L'isle, 55. Rouseau, J. J., 221. Ruiz, H e r n á n , 49. Ruiz, Juan, 257. Rústica, 170. Saladino, 155. Salas y Quiroga, Jacinto de, 9 1 , 258, 259, 260. Samnazaro 94. Sandoval, Juan Bautista, 261, 262, 263, 264, 265, 266. Santos Alvarez, Miguel de los, 267. Satorres, Ramón, 268, 269, 270. Scaramuncia, 26, Serafina, 3 1 . Silon, Diego de, 49. Smengz-Ochoa, 271, 272. Sócrates, 279. Sófocles, 54. Solitario, el (Serafín Estebanez Cal- Quevedo, 67. derón), 273, 274, 275. Soubeiran, M . E., 19. R. 249. R (afael). M (itjana). 253, 254. Ramírez de Villaescusa, Diego, 237. Ramos, Antonio, 49, 165. Redacción, la, 250, Reding, Teodoro, 235. Reig, Mariano, 68,130, 133. Represalias, 2 5 1 . 92 Stiveo, Juan, 176. T . , 276. Terencio, 54. T i r ó n , 279. Toledo, Juan Bautista, 49, Tritemio, Juan, 279. Valera, ] . , 277. Vargas, Mariano, 278. Virgilio, 5 1 , 94. Vega, Lope de, 20, 67, 87. Velasco, A . J., 279, 280, 281, 282. Vergara, Diego de, 49. Washington, 161. Wifredo el vellos0í Villó, Ventura, 87. Zabalardo, Rafael, 139. m Zoair, 159. 93 B) L U G A R E S Aduana, la, 238, Africa, 1 1 . Alcazaba malagueña, la, 57, 175. Alcázar de Segovia, el, 28. Alhambra, la, 2, 164, A l h a u r í n el Grande, 163. A l b ó n d i g a malagueña, la, 32. América, 156. Andalucía, 160. Antequera, 12. Arabia, 159, Argel, 156. Asía meridional, 105. Atarazanas de Málaga las, 52. Casas de Cabildo y Ayuntamiento de Málaga, 246. Barcelona, 90. Bayona, 87. Benana, 155. Biblioteca de El Escorial, 155, Cádiz, 17, 86, Campos Elíseos, 25. Cártama, 170. Carra traca, 124. Castillo de Benalid, 8. Castillo de Gaucín, 169, Catedral de Córdoba, 22. Catedral de Málaga, 49, Cementerio Inglés de Málaga, 185, Colegio de San A fonso en Sanlúcar de Barrameda, 85. Chiclana, 249, China, 16. Lauro, 141, 261, 95 España, 11, 159, Fachada del Sagrario de Málaga, 257. Floridas, las, 156. Francia, 25. Fuente de la Alameda de Málaga, 235. Génova, 235. Gibralfaro, 59. Gibraltar, 62. Ginebra, 12. Granada, 12, 17, 86, 101. Guadalhorce, el, 35, 66, 86, 112,113, 141, 189. Guadalquivir, elf 208. Palacio Episcopal de Málaga, 165. Panteón de la Victoria en Málaga, 182. París, 24, 26, 181. Patio de los Leones de La Alhambra, 174. Patio principal del Palacio Episcopal de Málaga, 177. Pescadería de Málaga, 242. Peña de los enamorados, la, 58. Puerta del juicio de La Alhambra, 173. Iglesia parroquial de Santiago, 33. Inglaterra, 26, 279. Real Sociedad Patriótica de La Habana, 34, Retiro, el, 247. Roma, 279. Ronda, 157, 168. León, 12. Liceo de Granada, 87. Liceo de Madrid, 87. Liceo de Sevilla, 87. Londres, 1. Luisíana, la, 156. Luna, la, 179. Salamanca, 12,157. Sevilla, 11, 86. Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, 17. Macharaviaya, 13. Madrid, 17, 27, 90, 157. Málaga, 6, 50, 65, 155, 156, 158, 183, 186, 239, 249, 257. Malta, 17. Meca, la, 22, Méjico, 13. Monasterio de Monserrate, 178. Monda, 172. Muelle viejo de Málaga, 244. Munda Bética, 172. N e u v i l l y , 25. 96 T á m e s i s , 1. Teatro de Barcelona, 87. Teatro de Granada, 87. Teatro de Málaga, 63. Toledo, 134. Torre de Gomares, 184. Torre del homenaje de La Alcazaba, 60. Valencia, 17, 21,90. Valladolid, 85. Zaragoza, 17, 86, 87. C) M A T E R I A S Astronomía, 179. Heráldica, 251. Historia, 16, 23,70, 72, 84, 158,163, Bellas Artess, 49, 147, 148, 149 150, 151. Bibliografía, 17, 19, 2 1 , 27, 86, 87, 89, 90, 9 1 . Biografía, 1 1 , 12, 13, 20, 85, 119, 120, 155, 156, 157, 236, 249. Costumbres, 9, 37, 62, 69, 82, 97, 100, 105, 160, 167, 187, 209, 232, 239, 240, 241, 242, 243, 244, 246, 271, Frenología, 2 8 1 . Geografía, 124, 186. 168' 170' 172' 190' 257' 279Literatura, 1, 5, 7, 8, 26, 34, 35, 36, 50, 5 1 , 55, 56, 57, 64, 65, 67, 77, 78' 79' 80' 83' 92' m ' 112' ^ 174, 175, 176, 183, 201, 211, 212, 213, 223, 224, 226, 233, 259, 260, 274, 276. 93' 94' 95' 98' 146' 159' 1 6 1 ' 188, 191, 192, 214, 221, 222, 248, 253, 258, Modas, 14,15, 24, 88, 234. Monumentos, 22, 28, 32, 33, 52, 60, 164, 165, 169, 173, 177, 178, 182, 184, 185, 235, 237, 238, 247. 97 Moral, 38, 152,153,166, 227, 272. Música, 68, Poesía, 2, 3, 4, 6, 10, 30. 3 1 , 39, 40, 4 1 , 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 53, 58, 59, 66, 73, 74, 75, 76, 8 1 , 1 0 1 102, 103, 104, 107, 108, 109, 114, 115, 116, 117, 118, 121, 122, 123, 125, 126, 127, 128, 129, 130,131, 132, 133, 134. 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141,142, 143, 144,145, 154,162, 171, 180, 181,189, 193. 194, 202, 215, 228, 256, 267, 280, 195, 196, 197, 198, 199, 200, 203, 204, 205, 206, 207, 210, 216, 217, 218, 219, 220,225, 229, 230, 231, 252, 254,255, 261, 262, 263, 264, 265, 266, 268, 269, 270. 273, 275, 277, 282. Teatro, 18, 29, 54, 6 1 . 63, 96,110, 250, 278. Toros, 7 1 , 106, 245. D ) P R I M E R O S A orillas de los ríos nos 256. sentamos, Abre esa puerta, Maruja, 206. A d i ó s Málaga hechicera, 6. A l b u m precioso que en pérdidas horas, 66. Allá, entre rico pabellón de flores, 101. Allá hacia la fin del mundo, 53. Allí dejaba a mis amigos fieles, 76. Andalucía... mansión, 53. Aparta, pues, con tus rayos, 266. A q u e l gran capitán que el siglo aclama, 181. Así Elvira ardientes rayos, 216. A s í lamentaba Anfriso, 138. Bañas, Dauro, cien jardines, 141. V E R S O S Bate tus alas y con raudo vuelo, 219. Bebió la playa encantada, 252. Bella es, muy bella la rosada aurora, 135. Brillaba de enero u n día, 8 1 . Cabe tu orilla se eleva, 141. Cabe una fuente sonora, 270. Cantad himnos, cantad: hinchen el viento, 116. ¡Cómo está el alma apenada!, 130. Como la luz hechicera, 75. ¡Como suspirar es grato!, 121. Con tres alcaides de guarda, 207. Cristalina y pura fuente, 40. Cruza el sol el mundo espacio, 282, Cruzan estrellado cielo, 193. Cuál el refulgente astro, 216. ¡Cuan dulce es llegar unidos, 114. 99 De aguda pena y cansancio, 282. De Castiella a ricos ornes, 117, De primavera en la estación florida, 262. De verdor y lozanía, 171. Describe la tierra círculos, 118. Dichoso, Dauro te juzgas, 141. Dijo el Eterno sea, y fue t u luz, 108. Duerme tranquilo, inocente, 230. Dulce es oir, ruiseñor, 73. Dura es mi suerte, 263. Era una noche serena, 195. Eres |oh Elisa! Cándida, hechicera, 131. Es de bélico triunfo esa alegría, 144. Es tan pura y bella, 202. Es todo silencio y calma, 104. Esa quietud magestuosa, 122. Esas sombras que a tu sombra, 122. Espejo despiadado, 39. ¡Espiraron las risas de la infancia!, 109. El crimen la escuchaba... el crimen vino, 171, El cuerpo encubren gallardo, 252, El hombre había nacido y a su lado, 171, En blanco lecho de mundas flores, 48. En deleites y aromas embriagado, 2. En el florido marzo, cuando aromas, 76, Faltaba empero u n ser, que modelado, 171. En manto de oro y azul, 58, En tu cristal sereno y transparente, 218, En un jardín ¡oh recuerdo! 130. En vano a m i dolor busco consuelo, 261. En vano ansiosa t u amistad procura, 231. En vano con desdenes y rigores, 143. En vano, en vano, del querido amigo, 76. Entra el galán descompuesto, 206. Entre una y otra dilatada orilla, 204. Era el palacio de Ronda, 162. Era la eternidad... La noche densa, 171. Era una siesta de abril, 4 1 . 100 Flor que brillando entre las otras flores, 139. ¡Fuente cristalina y pura!, 194. Gacela de berbería, 252. Hay una lengua que habla, 115. ¡Hay una vida ideal!, 42. Helos allí: junto a la mar bravia, 102. Hubo un tiempo, que el eco de la historia, 59. Hubo un tiempo (ejemplo sea), 210. Humilde y modesta flor, 47. Huye la noche medrosa, 195. Huyendo voy de mí mismo, 123. H u y ó el invierno s a ñ u d o , 228, Iba amor por un vergel, 46, Instantes en que cifraba, 225, Joven, dime, porque Horas,, 162 La noche clara y serena, 3 1 , La noche, era pura, callada, serena, 202. La virgen que en blando arrullo, 252. Los tonos suaves, 126. Lució el naciente arrebol, 252. Luengos y anchos cortinages, 282. Luz de mis ojos, Elisa, 264. Por adular sus pasiones, 205. Por que hay u n hura c á n en la llanura, 277. Probaré si en un romance, 180. Pura rosa que gentil, 254. Puro y cristalino río, 220. Pues la libertad me roba, 122, Mal hora el perro cristiano, 58. Más deje la mente tan lúgubre historia, 268, Más que las flores galana, 269, M i corazón amante, 133. Mirale allí con el madero al hombro, 3, Miradla, miradla, allí, 216. Mísero esclavo arrastra entre cadenas, 142. ¿Qué dicen esas almenas?, 59. Que el periódico dé un trueno Bueno, 145. ¿Que es para mí esa luna plateada?, ' 199. Que la moza el casamiento, 103, Que vale el brillante oro, 216. ¿Quien eres, porvenir, que así m i frente?, 196. ¿Quien eres tú, gigante, que dormi' do, 203. Nacía u n sol entre eclages de oro, 197. N o envidio no, tus jardines, 141. N o se vé el sol espléndido y radiante, 200, N o te quejes ay Anfriso, 138, Nublados espesos, los silvos del viento, 189. j O h mar! que rueden tus ondas, 203. ¡Oh noche, que hermosa eres! ¡Oh río! que, transparente, 129. Orillas del ancha mar, 45. Parece que el mundo duerme, 202, ¿Pasó ya el tiempo para mí suave?, ' 267. Piadosa zagala, 43, Radiante de gloria, de vida lozano, 162. Rompe, Cervantes, la pesada losa, 137. Rumores de loca fiesta, 282. Salve estrella que brilla radiante, 268. Salve, frondoso bosque, en que mis días, 198. Seis años ha que vivía, 282. Sentado en la verde alfombra, 138. Si piensas que pudiera, 265, Sí el cielo no quiere, m i dulce enemiga, 30, Silfide bella que m i mente adora, 136, Sólo a una mirada ardiente, 115, Sombras opacas, 263, 101 á o n los recuerdos cíe amistad dorados, 76, Tajo profundo, en tu corriente pura, 134. T a n niña a los placeres te has secado, 107. Ten bella, compasión de un desgraciado, 140. Tiende ¡oh noche! tu manto sombrío, 229. T í m i d a virgen, dulce, encantadora, 44. Tosco jergón de aspillera, 206, T ú , que miras el sol esplendoroso, 203, Tus ojos que al mortal en su agonía, 74, U n antiguo torreón, 162. U n campo es el corazón, 277. Valiera más en la nada, 130. Veinte años de vida y pesadumbre, 125. Ven, o Batilde, ven, 215. 102 Venid, cercadme todos, que cantando, 263. Vergel risueño que el florido mayo, 10. Vertiendo aljófar la aurora, 138, Vuela en los aires el cimbel galano, 273. Vuelve, pues, hechicera, 133, Y amante encadenado, 265. Y en Córdoba y en Sevilla, 252. Ya estoy en t u arábigo recinto, 2. Ya la tarde declinaba. 195, ¿Y q u é Dios de bondad?.,, de t u albo trono, 154, Ya h u y ó la noche en su tiniebla envuelta, 132, Ya m u r i ó virgen, pura y sin mancilla, 4, Yo adoro la belleza seductora, 128, ¿Yo creer que una mujer?, 127, Yo he visto en Cádiz la altiva, 252, Yo he visto en la rica Alhambra, 252, Yo te oia embebecido, 130, Yo ver esa silueta veneranda, 59. ¿Y que t ú has de ser feliz?, 130, E) T Í T U L O S A la zorra candilazo, 87. Alhambra, la, 17. Corán, el, 159. Cristianos y moriscos, 248. Aureola, la, 17, 86. Aurora, la, 17, 86. Barquerolas, las, 55. Biblioteca, la, 17, 86. Boletín enciclopédico, el, 17, Casilda, la, 110. Cisne, el, 1 7 , 2 1 , 9 0 . Código de las partidas, el, 86. Colección de medicamentos simples, 155. Despertador cristiano de sermones doctrinales sobre particulares asuntos, 12. Diablo Cojuelo, el, 89. Diablo mundo, el, 89. Don Alvaro de Luna, Condestable de Castilla, 111. El rico hombre de Alcalá, 18. El T a ñ o y u n desafío o dos horas de favor, 18. Entreacto, el, 17, 90. Esperanza, la, 17. Colegio de San Alfonso en Sanlúcar de Barrameda, 85. Conseivador, el, 86. Guadalhorce, el, 86, 112, 113, 226. Guía del descubridor de minerales, 2 1 . 103 Heraldo, el, 90. Ilíada, la, 176. Prontuario alfabético de legislación y práctica, 9 1 . Psíquis, la, 17, Liceo de Granada, 87. Linterna mágica, la, 27. Ramillete, el, 90. Real sociedad económica de amigos del país de La Habana, 34. Revista enciclopédica, la, 17. Revista gaditana, la, 17. Rondeña, la, 55. Manual tecnológico, el, 17, 86. Mariposa, la, 17. Marsellesa, la, 55. Mosáico, el, 90. Museo familiar, el, 90. Sab, 86. Semanario industrial, 2 1 . Semanario pintoresco español, el, 17. Semanario popular, el, 90. Sociedad de mejora de cárceles, 87. Observationes juris, comentarla i m posteriores libros codicis justinian i , 12, Odisea, la, 176. Orígenes de la lengua castellana, 1 1 . Teatro de Barcelona, 26, Teatro de Malaga, 63. Tratado de farmacia teórico y práctica, 19. Las chuletas a la víctima y Lord Byron en Newstean, 99. Panorama, el, 17. Pastelero de Madrigad, el, 87. Poliorama patrio pintoresco, el, 17. Primera parte de los poetas ilustres castellanos, 85. 104 Varias antigüedades de España, Africa y otras provincias, 1 1 , Vida del Escudero Marcos de Obregón, 157. Zapatero y el rey, el, 87. A N T O L O G I A A U N A Tiemblas mujer, ante m i rostro [airado... Imploras aunque en vano t u perdón... Es tarde yá: tú, ingrata, me ofendiste, N i aun siquiera mereces compasión. En Y en Y tú Y tú algún tiempo yo también gemía m i amargura un año v i pasar, no te llegaste a consolarme, reias viéndome llorar. Gocé yo ahora en tu infelice suerte Comtemplando t u acerbo padecer, Las lágrimas que viertes son menti[das, Son lágrimas al fin de una mujer. Hubo u n tiempo que imbécil te [creia, I N G R A T A Tiempo de amor que yo juzgué sin [fin; Eras entonces candorosa y pura, Una ilusión celeste, u n serafín. Yo te adoraba con vehemencia loca, cuán funesta me ha sido esta pasión; U n recuerdo dejó que ha envenenado Cual flecha empozoñada el corazón. Todo lo desprecié por verte mía, La gloria, la riqueza, el esplendor: Sólo m i pensamiento en tí fijaba. Sólo en tí y en la dicha de tu amor. En tus brazos gozaba m i l delicias Que el alma enagenaban de placer, Y superior al mundo me juzgaba 107 Porque al mundo engañoso llegué a [ver. A l escuchar tus falsos juramentos N o pude, necio, de t u amor dudar... ¿Y tü quieres que olvide lo pasado... Acaso, dime, lo podré olvidar?... ¿Do está aquel hombre que tan [tierna amabas? ¿Por q u é no te consue/a en t u aflicción? Mas que digo... también le engañaría T u v i l y fementido corazón. 108 Huye, mujer, el mundo te despre[cia; ¡El cielo tu castigo preparó! Tiembla, infeliz, t u fin está cercano, Pues bastante tus crímenes sufrió! Huye con la vergüenza y el oprobio ¡Sin porvenir, sin gozo n i ilusión! Apártate del hombre que engañaste, Y recibe su eterna maldición... L . de Olona. 7. I o , n.° 1, 10 de Marzo de 1839, p. 7. EL VIERNES Mírale allí, con el madero al hombro De sangre y polvo y de sudor bañado: Del mundo entero admiración y asom[bro En afrentosa cruz muere enclavado. Mira a su madre en angustiada [cuita Traspasado su pecho de dolor, Mientras la raza, del Señor maldita, Atormentaba al hijo de su amor. Y al ver brotar la sangre de su hedida SANTO En medio de su pena y desconsuelo, Pide perdón al compasivo cielo Por aquel pueblo ingrato y parricida. Míralos, pecador endurecido; Arrastra por el polvo tu maldad; jY hay de tí, infeliz, si arrepentido N o te encuentra la horrible eterni[dad! A . Alegre Dolz. T. V , n.0 4, 31 de Marzo 1839, p. 32. 109 A LA MUERTE SEÑORITA DE L A CARMEN LASERRA Tan niña a los placeres te has se- Y hoy es cadáver fétido e inmundo [cado, La rosa que fue ayer de Andalucía. Tan hermosa te apagas al amor, Tus labios las caricias no han gus[tado, Y ya te siegan, purpurina flor. Amor y vida ayer dabas al mundo Vida y amor el mundo te volvía; 110 Tus ojos demandaban los amores,., ¡Ay! ¡que tornen a ver la luz del día! Mas no, no vuelvas ya, que los rigo[res Sentirás otra vez de la agonía, Dolores Gómez de Cádiz de Velasco T, 1°, n.0 6, 14 de Abril 1839, p. 47. COSTUMBRES DE ANDALUCIA Venga de ahí. Si quíerez que de aquí venga, Del lao del corazón, De ezta endína enclínacíón Que tengo zolo por tí: N o me quíeraz maz ka m i . Me guztas maz que Curriyo Que tiene cara de jiel; Tienez maz sal en tu aquel Que el otro en zu z u m i s i ó n , ¿Si seráz el mal ladrón? j A y ! Te quieo Chairo mío, Por tu gracia de Jezú, Por ece polo andalú Que pone como almion Ezte amante corazón... Y el majo entreabierta la boca no tocaba su vihuela; medio adormido con el vino la contemplaba con ese aire indefinible de la malicia y el amor. Acababa de cruzar la Serranía con dos corachas de tabaco, compradas en Gibraltar y sustraídas al resguardo. Cabalgaba u n potro cartujano y careto que un poeta de nuestros días, con resabios de la edad media, hubiera Uama111 do corcel, enjaezado con el antiguo aparejo redondo y los largos deshilachados flecos encarnados. Atravesando caminos estraviados daba gusto verle saltar los precipicios y malezas, porque el ginete gustaba ejercitar su animal y prepararle a los peligros. De vez en cuando el choque de dos retacos, algo parecidos a dos pedreros de montaña, s u s p e n d í a n el balanceo de su cabeza que reclinada sobre el pecho era péndola del s u e ñ o . Azorado despertaba, se acordaba del resguardo, hablaba con su caballo, y tocaba maquinalmente el bulto de u n pañuelo verde que llevaba a su morena. A h í está, y tan sólo para él esa moza de la aldea, doncella de la pesada y sazonadora eterna del bacalao y del arroz. Honesta enmedio de la licencia, graciosa como Andalucía, serena como su cielo, tiene unos hermosos ojos, u n cabello de azabache, unos pies muy pequeñitos y una boca de coral. Su cuerpo vale un imperio, y fuera un tipo de Fídias si ella dejara copiarse. Solazan a la vista de una hermita, no muy lejos de las heras y al lado del cartujano. E l olvida su guitarra para escuchar su decir; Y ella ensalsa su pasión con ingénua libertad. —¿Zabes que m a n d é una miza a la zanina bendita porque zalieraz con bie? ¿Tienez el ezcapulario? —Cuatro puercas de San Roque me lo quizieron quitá. Míralo aquí que zuao... Bendita zea tu sal, monona del alma mía. Jechízo del corazón. ¡Huí! Si vieraz con que fatiga me muero por tus peazos... Yo zientu aquí u n titintín que me jaze mucho mal. De Curro eztoy recelozo y de tí, que erez mugé. —Primero me caiga muerta... j A y ! T ú erez m i sol y mi too: ece cuerpo chairo mío, vala maz que el Potoci. Y ¿cuando nos cazaremos, siguiendo la ley de Dio? —Luego que jaga inero... T e n pacencia zandugeura y venga un chorro de voz. Y volvieron a cantar: en medio de la naturaleza, al declinar de la tarde volvió a animarse este grupo seductor. Ecsalando en la armonía El ardor del corazón La magia de Andalucía Que no cabe en la espresión. Ildefonso Marzo. T. 1°, n.0 8, 28 de Abril 1839. ps. 61 a 62. 112 A A dios, Málaga hechicera, M A L A G A M a n s i ó n de los dioses, la de eternal primavera tu fértil ribera la que baña dulce el mar la suerte severa entre jazmines y azar. me obliga a dejar; al árido suelo Adiós mis buenos amigos, del norte enojoso, que de mis penas testigos cubierto de yelo consolastéis la amargura sin auras, sin mar, de m i eterna desventura. el cierzo bramando me lleva furioso; Adiós, riqqísimo suelo claro, azul y puro cielo, ¿Cómo yo su cielo pudiera olvidar? y t u , virgen ruborosa, Cándida encendida rosa, Adiós, Ya no veré los talles seductores. Málaga hermosa de tus ninfas bellas. 113 que do ponen el pie nacen las flores y do los negros ojos las estrellas. Ya no veré su negra cabellera. 6 ' envidia de Castilla y de León, ni su mirada penetrante y fiera cuando embargan los celos su razón, 114 Quiera el cielo volverme a esta [xorada donde encontró consuelo m i dolor.. do se respira el aura embalsamada i „ „ , 11 i r„„„n„+a de aquella rosa de tragante olor, ^ Alegre Dolz. J . I o i n,0 9 , 5 de Mayo 1839 ps. 72, a 73. EL G U A R D A DE C A M I N O De Sierra Morena acá se hallan solamente esos tipos de hombres a la heróica, cuya vida trazada con rasgos de una célebre criminalidad descubre su espléndido despilfarro en las ideas de moral y de religión: hombres que abandonan el pacífico trabajo del jornalero, por el azaroso viaje del contrabandista, y el seguro peón del cavador por el incierto porte de una carga traida de la playa: hombres en fin que ciñen el escapulario y el puñal, y que con una imprecación al firmamento invocan al cielo en su ayuda. La Andalucía fértil en todas las producciones de la naturaleza, risueña y ardiente como su cielo, ha sido también fecunda en esta clase de hombres célebres, cuyo heróico vandalismo n i ha carecido de poetas que lo canten, n i de Mecenas que lo patrocinen. Francisco Estevan, Pízón, Currito López, el Chato N ú ñ e z , José María y otros m i l son todavía nombrados con veneración y asombro. Y no hay remedio. ¿A q u é mozalvete animoso no le chispeará la sangre en el cuerpo, cuando vea pasear las calles de su lugar a uno de esos hombrarras haciendo piernas en su jaca cordobesa ricamente encaezada, y llevando encima un parque portátil de armas prohibidas? A que corazón u n poco ambicioso de gloria no causarán envidia el lujo de los relicarios y botonaduras, el honor de ser pregonado y el despejo y maneras cautivadoras con que saben estos campeones proporcionarse relaciones íntimas con personas 115 de su rango. Por otra parte. ¿Cuanto no conmoverá a un alma sensible la virtud de esos penitentes del desierto, que saben convertir el camino que frecuentan en una devota vía crucis? T a n poderosos estímulos no deben ser perdidos para la juventud ardorosa y vividora de Andalucía, que ha de reemplazar las bajas que diariamente ocurren en esta sociedad de emulación. De estos socios de a caballo el que no sucumbe en su noble misión, o no cierra el último período de su vida romancesca con u n trozo de elocuencia patibularia, viene a tomar su jubilación o de pararayo de una diligencia o de fiel de fechos de u n camino. El primero que venia a ser un Morabuto para los beduinos de calzón corto, ha quedado suprimido desde que se obolió el uso de viajar en detall, y se estableció el método infinitamente más divertido de marchar en caravanas, o mejor en poblaciones enteras que caminan formando el cuadro. N o así el segundo. Este puede ser pedestre o ecuestre. El primero va por lo regular armado de su inseparable escopeta de chispas, porque mal se aviene a la monada del pistón, y de una navajilla de tercia o cuchillo poco más o menos que le sirven para picar el tabaco o de eslabón. Su aspecto es crudo: sus espesas y enmarañadas patillas semejan dos continentes que dejan un p e q u e ñ o estrecho en la parte anterior de la barba: su ropage, aunque más modesto que el del contrabandista, es más animado que el del trabajador, no faltándole jamás su bien provista y corrida canana. Habla poco; sus respuestas son tardas: se mueve con cierta circunspección valentona: mira con desprecio al jornalero y con sus superiores es respetuosamente jaque. Es el Dios Pan a veces: otras u n ángel de la guardia, a quien se encomiendan los vecinos del partido: frecuentemente un tanto, que marca en el camino la distancia, y no pocas es para el caminante la espuerta avanzada del lazarino. Lleva también de auxiliares u n anteojo de cartón para el día y un perrillo que le guarde el sueño en la noche. El empleo de guarda es en ocasiones el destino pasivo de un m a t ó n de oficio, o un puesto de inmunidad a que se acogen para ecsonerarse de hacer un viaje a la costa de enfrente, P (edro). G ( ó m e z ) . S (ancho). T. I.0, n." 11, 19 de Mayo 1839. ps. 84 a 85. 116 L A R O N D E Ñ A Sí en medio del silencio magestuoso de una noche de otoño el desconocido viajero atraviesa los solitarios campos de Andalucía, cuando la luna esparce en el horizonte una tinta vaga y melancólica, y el aire embalsamado apenas mueve las ramas de los olivos; sí en esta hora misteriosa en que la imaginación parece abierta a las inspiraciones de una poesía tierna y sublime, en que el pecho exhala un suspiro y la naturaleza le comprende, en que el alma se embriaga con recuerdos de amor... se oye a lo lejos el confuso sonido de Rondeña, cuyos acordes y sentidos tonos, lejos de interrumpir la armonía de esta escena grandiosa parece que la acompañan... j A y de mí, quien pudiera expresar las dulces impresiones que esta música produce en el sensible corazón del caminante. La Rondeña, a veces lánguida y como abandonada a u n instinto semeja que arrulla los e n s u e ñ o s de un amor inocente; y con una fuerza verdademente magnética cierra nuestros párpados, meciéndonos en una nube de celestes ilusiones... ¿Quien no se ha sentido arrebatar por este encanto si dando treguas a las fatigas de un viaje, se detiene a la hora del reposo en el solitario cortijo, y recostado sobre los poyos que decoran su entrada, oye vibrar los acentos de esta música simpática? Por que la Rondeña entonces llena de una sublime melancolía parece que siente los dolores del amante desconsolado, 117 ácoínpaña sus lágrimas y cuenta las palpitaciones de su corazón. Pero sí de repente saliendo de esta especie de letargo se anima con las rápidas detonaciones del punteado; recobrando la viveza original de su país, con cuanta verdad, con cuanta pasión, expresa las amorosas pláticas de que tantas veces han sido testigo las rejas celosas de Andalucía, Allí los juramentos, allí las protestas, allí las tiernas quejas con las modu'aciones de una voz humana desigual, veloz, órgano fiel de las sensaciones que se suceden en un corazón agitado. La melodía corre entonces por sí sola, sin estudio, sin arte, entregada a la vehemencia de la inspiración, y como sí adquiriese la facultad de hablar... Y habla en efecto al alma; porque aquellos sonidos tan naturales, tan sentidos, excitan nuestro interés y se acomodan a todas las inteligencias, remedan esos diálogos apasionados que forman la ventura ideal de los amantes y revelan a cada cual el eco de aquella voz que resuena de continuo en el fondo de su pecho. U n momento de entusiasmo de Rouget de l'Isle dió a la Francia la Marsellesa: del genio de Jacobo I y sus imitadores salieron las baladas de Escocia; pero la Rondeña española, como las barquerolas de Venecia, tiene por autor el pueblo en que nació. J. M . B R E M O N . T. V . n * 14, 9 de Junio 1839. p. 109. 118 S O M E T O A Rompe, Cervantes, la pesada losa Que ha ya dos siglos t u sepulcro [cierra, Lánzate de la tumba que te encierra De guardar tus cenizas orgullosa. Si durante tu vida, la envidiosa Turba de malandrines te hizo guerra, Hoy ya te rinde adoración la tierra Y te aclama la fama victoriosa. C E R V A M T E S Más porque no imagines que te [agravio Duerme tranquilo en brazos de la [muerte Que en nuestro siglo sellarás el labio, Y quedarás corrido de tal suerte Entre tanto poeta, tanto sabio, Que a tu sepulcro anhelaras volverte. J (uan). B (autista). S (andoval). T. V , n.017,30 de Junio 1859, p. 133. 119 U N A R C O DE L A A L C A Z A B A Meditación ¡Juventud! ¡Soplo breve y fugaz que meces por un momento la flor de la existencia; esa flor que bien pronto marchita, deshojada, ofrece al bramante cierzo débiles aristas en que cegar su furia!... cuando te v i aparecer rodeada de brillantes flores, lozana cual la primavera, me pareciste el emblema de la eternidad: te juzgué sin fin, porque eras u n reflejo puro y radiante de la luz celestial. Pasaste, empero, como un s u e ñ o de amor; y t u huella apenas gravada en la carrera de la vida sólo dejó en pos de sí u n recuerdo y . . . ¡¡¡ruinas!!! Ruinas, sí, que como caducos representantes de lo que fue ostentan en sus carcomidas fases el paso transitorio de las generaciones y hablan al coraz ó n con el lenguaje severo de los siglos—/porgue la voz que retumba en el seno de las ruinas es la voz de la verdad! El filósofo que contempla los restos venerables de un antiguo edificio al través de aquel grave aspecto que le inspira parece que como que pretende arrancar de s us derruidos vestigios el secreto de lo pasado. Este involuntario instinto le detiene en medio de esos arcos árabes, fríos monumentos u n día de la necia vanidad de los hombres, pero que revestidos ya con el barniz de los siglos han adquirido todo el prestigio de la antigüedad. Ellos fueron tes120 tígos de las victorias que alcanzaron los africanos gomeres: ellos los vieron desaparecer para siempre ante el denuedo de los guerreros de la fe: pasaron ante ellos como ráfagas brillantes de los sueños de tantos héroes, y ante ellos también doblaron los más altivos su orgullosa frente: empero, mudos espectadores de tantos cuadros de gloria y de dolor, osaron solamente revelarlos a las edades venideras.—Aprended, hombres, en ellos la historia de lo pasado; allí encontraréis también escrita la del porvenir - ¡porque la voz que retumba en el seno de las ruinas es la voz de la verdad! J. M . B R E M O N . T. V , n ° 20, 21 de Julio 1839. p. 156. 121 REMITIDO A TORRIJOS Helos allí: junto a la mar bravia Cadáveres están jay! los que fueron Honra del libre y con su muerte [dieron Almas al cielo a España nombrandía. Ansia de patria y libertad henchia Sus nobles pechos que jamas temieron Y las costas de Málaga los vieron Cual sol de gloria en desdichado día. Españoles, llorad; mas vuestro llanto 122 Y SUS COMPAÑEROS Lágrimas de dolor y sangre sean; Sangre que ahogue a siervos y opresores: Y los viles tiranos con espanto siempre delante amenazando vean Alzarse sus espectros vengadores. José de Espronceda T. I o n.0 22, 4 de Agosto 1839, ps. 172 a 173. COSTUMBRES L A V E N D E J A Casi exclusiva de este pais, la palabra vendeja no puede, n i remotamente, dar una idea de lo que es. al que no conoce el comercio de Málaga. Solo el que presencie esta época célebre, se asombrarán de la feracidad de nuestro privilegiado suelo, de esta parte de la encantadora Andalucía, que sino el paraiso, pudiera muy bien ser la tierra de promisión. Cubierta de un cielo diafano y puro: alfombrados sus valles de u n verde eterno, y tapizadas las mas altas cumbres de la delisiosa v i d : cruzadas sus llanuras de rios caudalosos hace recordar la magestad y esplendidez de la creación; y mucho mas si nos detenemos en la hermosura y gallardía de sus ganados, en la riqueza de sus minas, en la fertilidad de sus campos, en la dulzura de su clima, y mas que todo en los encantos del bello sexo, de ojos negros, capaces de dar envidia a las huríes del llamismo.—Sus frutos, tan dulces y apacibles como el trato de sus mujeres, son buscados con tal ansia, que han hecho de Málaga un emporio del mas activo comercio. Sin embargo de tan favorables circunstancias, la agricultura lucha todavía con m i l obstáculos, y entre otros no es el que menos la inseguridad de los campos, plagados de bandidos, que ponen a cada paso en peligro la vida o los intereses del labrador. Pero como en esta 123 tierra de bendición, todo es amor y dulzura, al que mata o roba, hoy no sé le dice ladrón n i asesino; llámesele caballista, es decir: buen ginete, garboso, mozo de rumbo; y ya se vé que con palabras tan blandas, no es muy difícil hallar a quien robar; porque es sino de la agricultura, morir a manos de las buenas palabras. En la época de que hablamos se observa en Málaga u n cambio repentino en su comercio, y aunque siempre sea este grande e importante; si se compara con el movimiento de vendeja, notaremos la misma diferencia, que de la quietud y sosiego de u n campamento en la noche, al estrépito y ruido del mismo durante el día, o del sueño letárgico de la crisálida a lo incesante movilidad de la mariposa.—Desde principios de Agosto empiezan a fondear en el puerto buques de todos tamaños, nacionales y extrangeros, y a formar con las dilatadas andanas las espesas empalizadas de arboladuras, que semejan una gran división marchando en columna de honor, o un ejército formando el cuadro, con tanto mas apariencia, cuanto que la cuarentena podría ser la guardia avanzada y el general, algún veloz vapor, que con su gran plumero de humo señorease el puerto. Desde entonces también, cruzan por todas partes mozos cargados con la carga muy mas preciosa para algunos, que lo fue para Eneas la de su padre. Desde entonces, el agistista que ha vivido un año en la agonía, bien que le haya podido consolar la ganancia de un treinta y seis, o cuarenta por ciento, vé ya próximo el término de su anhelo; y el que trataba como a canalla, a todo el que tenía menos dineio que él: el que pensaba que no hay reputación n i honor sin dinero: el que miraba con desprecio la gloria, cesa dulce ilusión o realidad del hombre, y que hubiera dado la mas brillante por diez maravedís, o por no incomodarse, ese mismo, monta como puede, y trepando vericuetos y sudando va a hacer una visita a la cabaña del labrador; pero no vá a disfrutar la grata emoción que produce la vista de una familia laboriosa y humilde, nada de eso; va, aguijado de la desconfianza, a recordar a su deudor la obligación contraída, a intervenirle su cosecha, a ponderarle el sacrificio que ha hecho en socorrerlo, y a ocultarle aquella intensa alegría, que solo conoce un avaro, cuando ha conseguido una gran utilidad. Después que han pasado estas primeras escenas de la próxima vendeja, cuando ya algunos cosecheros, deseosos de obtener el primer precio han apresurado la vendimia, tendiendo en el pasero uvas todavía verdes, van desparramándose por todos los partidos compradores, que pagan en el campo el fruto regularmente mas caro, que sus principales en la ciudad. Los caciques de los pueblos que tienen también enredados entre sus u ñ a s a multitud de infelices cosecheros, a quienes han adelantado cantidades, les apremian y 124 acosan, y aunque no han estudiado partida doble y sus ganancias son empíricas; sin embargo llevados de un celo verdaderamente paternal, y para libertar al desgraciado que necesita vender, de que sucumba a los convenios clandestinos de otros caciques, hacen que unos cuantos matones salgan al camino y a la voz de viva la libertad aporreen, hieran y vuelvan a su casa al mismo a quien requerían ejecutivamente y a quien no le quedaba otro recurso que traer su cosecha al mercado, para salir de sus apuros. En fin, cuando la necesidad y la pobreza han capitulado con la usura, o cuando la mano poderosa de la autoridad ha puesto termino a tales desmanes, queda expedito el concurrido camino, y vanse amontonando cada día inmensas cantidades de frutos. El n ú m e r o de habitantes de Málaga se aumenta indudablemente en una tercera parte, tal es el de bestias que entran diariamente. N o queda borrico cojo n i caballo viejo que no traiga su carga. La constante polvareda de todo el camino a lo largo de la costa es igual a la niebla que se observa en toda la extención de un rio. Entre las numerosas recuas y carros de todas clases, oyese rechinar la tarda carreta, cuyos bueyes vienen, el hocico por suelo, sorbiendo polvo bajo el pesado yugo. Yugo más pesado todavía porque el maquiavélico carretero le ha convertido superfluamente en su propia comodidad, sentándose sobre el y gozándose en hacer humillar más la cerviz a los infelices anímales. Todas estas variedades de transporte van remansándi. se a la entrada, mientras los despacha la oficina de puertas. La confusión es grandísima, y desde este pu.ito principia el movimiento y la animación dentro de Málaga. Desde allí, las intrigas de los corredorcillos, ofreciendo uno al arriero precios que no tiene, para arrancarlo a otro comprador, que también lo lisongea con muy buena oferta hasta que ha descargado. Desde allí las procesiones interminables de bestias por todas partes: las escuadrillas de hombres que circulan con el pucherete de pintura y las herramientas de clavar: las barricadas de carretas y bestias detenidas que obstruyen las calles: los carros faeneros, atropellando al escape al mortal que se descuida: los gritos de los trajimantes, la bulla, los estrujones, en fin, todo lo que hace que Málaga parezca en este momento u n infierno, aunque infierno m u y productivo. La animación de la vendeja se comunica a todas partes. En estos dias todo el mundo se mueve y no son las que menos las mujeres. Sin hacer mérito de los alegres festines que a cada paso se dejan oír en donde no se conoce el rigor diplomático de no admitir, sino a las naciones aliadas, y en que, por el contrario, la amable señora de la casa, sin permiso de la cuádruple alianza, admite indistintamente al altivo inglés como al holandés mantecoso, y en que 125 brindan en idioma diverso el vasallo de Nicolás y el independiente ciudadano de New-York: sin contar, repito, con esos banquetes en que se funden verdaderamente los hombres, estas casas de caridad, de hospitalidad doméstica: sin detenernos en la respetable concurrencia del ahumado bodegón, como de la vergonzante hosteria: sin reparar en esos grupos de blondos marineros agarrados del brazo brotando vino por cada pelo y dando mas balances que un buque en alta mar: sin hacer alto en el mayor despacho, en las boticas de mercurio dulce: n i en el presuroso corredor, que entra y sale sudando la gota gorda: n i en el comerciante que se esta sentado, sudándola también, por no saber contra quien librar: por fin, sin mencionar otras insignificantes incidencias a este tenor jcuan interesante es el cuadro que Málaga presenta, si observamos los almacenes de las faenas!—De un lado el repiqueteo de las que parten almendras, sentadas como unas odaliscas sobre el diván de estraza, y luciendo entre las pulvurulentas cascaras el amarillo refajo, que sin rivalidad alguna, también permite luzaca la mitad de la pierna, que siempre deja por cubrir; de otro la flor y nata allende Guadalmedina rodeando por cuadrillas la colmada caja de limones, va envolviendo uno a uno en pedazos de papel y colocándolos con admirable destreza dentro de ella; no faltando en aquel harén de empapeladoras el Capi-aga, que cuida del buen orden y distribución ción del trabajo. Mas alia, en otra numerosa sección del serrallo, con u n racimo de uvas cada cual en una mano, como si fuese una matrona que representa la viñería, y en la otra unas tigeras, lo espurga y acomoda entre el aserrín del porrón; mientras que otra no menos numerosa aplastando el celebre higo de Almogía, rival de Smirna, le coloca en el redondo tamborete. En otra separación u n infiel romana y el mas infiel cantor que la maneja, sin gastar en labores, producen para su amo mas pasa de estiva, que la viña más pujante de la provincia; en tanto que en otro sitio colocanse por su orden los infinitos v o l ú m e n e s del moscatel racimal; y llamo v o l ú m e n e s por que los hay en pasta, a la rústica, de a folio mayor, regular en cuarto y hasta en octavo. Hay bibliotecas de estas que podían competir muy bien con la biblioteca madre (q. p. e. d.) de Alejandría: lo que prueba que en las ciudades mercantiles no esta tan olvidada la afición a las letras, pues e s l í e n seguro que quizá no habrá en el universo otra ciudad, donde circulen y se despachen mas papeles públicos bajo cubierta cerrada. Y no se crea que nos mueve el hablar asi en favor de la literatura mercantil el sentimiento de gratitud hacia una clase que protege nuestra humilde y patriótica empresa, que por numerosa que sea la suscripción a nuestro periódico en dicha clase, y aunque a la hora de es+a podamos contar con media docena de aficionados, jamas la adulación mancharía nuestro papel, 126 En fin, si d e s p u é s de haber ecsaminado esos magníficos almacenes, en donde se presentan como en esposición esos asombrosos productos de la naturaleza, pasamos al muelle, nos admirará aquel tropel de carros, de arrumbadores, de hombres que se mueven en todas direcciones, y aquel laberinto de p i las de cajas, de botijas, de barriles, de porrones, de tablas, de duelas... que se yo... de tanta cosa como ocupa la esplanada, sobre la que parece ver uno al Dios alipede con su caduceo bajo del brazo aplaudir nuestra actividad. Por ultima aquella precipitación en los embarques, aquella prodigiosa animación, mas sorprendente todavía en un país meridional, dan una idea muy exacta de la inmensa riqueza que poseemos, de la deliciosa abundancia de nuestro suelo, que tanta envidia causa a los estrangeros que no frecuentan y que saludan, despidiéndose de nuestra orilla, en medio de los alegres burras, P. (edro) G . (omam) S. (ancho) T. l.0n.0 39, 29 de Septiembre 1859, ps. 256 a 358. 127 MI Miradla, miradla allí E L V I R A ¿Que vale el brillante oro Ostentando su hermosura A l lado de su cabello? Cual rosa Cándida y pura Y junto a su blanco cuello Cual angélica ilusión, Que es el nítido cristal. La de los ojos divinos ¿Que corazón juvenil Que brillan como luceros, N o late oyendo su acento? La de labios hechiceros ¿Quien no se embriagaba en contento Que rojos claveles son. A l ver su píe celestial. Cual el refulgente astro Que al universo da el día Que clara luz nos envía Desde el firmamento azul; Que nos inunda en su fuego, Y el campo esmalta de flores, Que tiñe de m i l colores Del aire el flotante t u l . 128 A s i Elvira ardientes rayos Lanza, de sus pardos ojos Mana de sus labios rojos El néctar de puro amor. A s í su hechicero rostro Con tintas de nieve y grana Compite con la m a ñ a n a Eclipsando su esplendor. ¿Que beldad no envidiaría Esa tez fresca y hermosa Que brilla como la rosa De la aurora el arrebol? ¡Ay! Yo en silencio la adoro, Pues temo crudos rigores, En silencio cual las flores Adoran la luz del sol. R. Mitjana T. I-0, n." 32, 13 Octubre de 1839. p. 255. 129 10 C O S T U M B R E S T O R O S Y D R A M A S Luego que nuestros primeros padres, cansados ya de la vida m o n ó t o n a y apacible del paraiso, infrigieron con u n atrevimiento verdaderamente romántico el único precepto que se les había impuesto, cambió todo el universo de aspecto, y lo que antes era unión, paz y dulzura, vino a parar en rencores, desastres y pesadumbres: en una palabra, desaparecieron las reglas de aquella calma clásica del Edén, y a la unidad de acción y de lugar sustituyó la espulsión de aquel sitio encantado y la división y la guerra entre aquel protomatrimonio. El placer también h u y ó de allí; pero en su huida tropezó con la falange de la muerte que en aquel momento iba a asaltar aquel recinto sagrado, y envuelto entre el dolor, la traición, la venganza, la perfidia y los crímenes, poco faltó para que no espirase en su sobrecogimiento al verse rodeado de aquella corte infernal. Desde entonces, pálido y desfalleciente, apenas se percibe su acento, que oscurecen m á s las voces roncas y destenpladas del funesto cortejo, que jamás le desampara,—La naturaleza toda había realizado una verdadera escisión en cuya anarquía parecía querer romper de una vez toda relación con su criador. U n instinto de sangre y de esterminio se apoderó de todas las especies, y desde la araña hasta el tigre no devoraban ya las entra- 130 ñas palpitantes del débil animal, que bajo sus u ñ a s caía, para satisfacer una necesidad; lo hacían por el bárbaro placer de derramar sangre. N o de otro modo que el gato guiado de este mismo instinto, prolongaba el tormento del ratoncillo, gozándose en su agonía y haciéndola servir a su diversión y entretenimiento. Tampoco fue el hombre el último en participar de esta sed de horrores, y m u y pronto Caín (que a haber vivido en estos tiempos sería muy apasionado de la literatura) aterró al mundo con su asesinato, que sino por lánguido y sencillo no lo hubiese desdeñado para u n drama Dumas o Víctor Hugo.—Desde entonces parece que u n secreto, pero siniestro impulso conduce al hombre a gozar desde la niñez en las escenas de crueldad y de horror; así vemos complacido al n i ñ o martirizando un pajarillo: mas tarde, grande, buscar los peligros y disfrutar en ellos; saltar por ensima de las llamas y correr por el borde de u n precipicio le encanta sobremanera; reunirse en bandas contrarias y tirotearse a pedradas, quedando cual tuerto, cual estropeado o contuso por mera diversión, es m u y c o m ú n en pueblos que como Málaga tienen en los sitios mas públicos y concurridos estos vistosos simulacros, estas escuelas gratuitas, con superior aprobación, de táctica militar. Sino estuviésemos convencidos con estos hechos de la innata ferocidad del hombre, buscaríamos aun, ese pueblo inmenso con ansiosa e impaciente curiosidad aguarda alrededor del patíbulo la hora de la ejecución y que tiene un verdadero pesar si un p e r d ó n inesperado a libertado al reo de espirar en público. Con estas felices disposiciones naturales del hombre, con esta alianza del placer y el dolor, ya no son estraños esos grandes espectáculos de horrorosa carnicería que en todos los siglos se han visto merecer la consideración de las elevadas clases y hasta del secso amable. Los atletas, los gladiadores romanos luchando a muerte entre sí, o con las fieras, ofrecían u n magnífico espectáculo, y la estúpida barbarie de aquel pueblo ecsijía del infeliz moribundo hasta el sacrificio de morir, ahogado en suspiros, en una posición airosa. Apesar de la destrucción de la religión gentílica, todavía se conservó aun enmedío del mas intolerante cristianismo este apego a las funciones de sangre y se tuvo en mucho la fuerza física y el valor brutal, aunque dorado con toda la esplendorosa brillantez de la galantería. Aquellos antiguos caballeros que apostaban un vigote sobre una mesa, o volcaban media docena de hombres de u n mandoble, eran los lechuginos de la época. Manejar u n caballo, rejonear un toro, sacar al contrario de la silla de u n bote de lanza,,.: he aquí las heróicas barbaridades que apremiaban el amor o el poder. Estos grandes espectáculos fueron sin embargo degenerando, y lo que antes estuvo reservado a la alta clase que131 dó confinado a la ínfima del pueblo constituyendo en último estremo una profesión que aunque se dice abyecta no es sino muy obsequiada y aplaudida. Hablo de los toreros, cuyo ejercicio muy recomendado siempre contra la infundida crítica de nacionales y estrangeros meticulosos no ha perdido nada de su antiguo prestigio. En el día, que parece no desmerecemos en nada de los hombres mas varoniles y esforzados de los siglos pasados, ocupan toda nuestra atención dos grandes espectáculos; uno indígeno: ecsótíco el otro. Los dos sangrientos, formidables: uno mas vulgar: el otro mas elevado; uno inocente en su barbaridad: el otro pernicioso por demás, sin ser menos espantoso: uno abunda en el lenguaje soez y tabernario; el otro en el encumbrado y del gusto mas esquisito: uno y otro son en fin, los toros y los dramas. T a l es la afición que los españoles tienen a aquellos, que cuando se les presentan ocasiones de divertirse, o de celebrar algún acontecimiento se ven como inspirados de un solo pensamiento. Bailes, mascaras, músicas, comidas, todo es frío, todo es lánguido sino se termina con una función de cuernos: con ellos recibe cualquier regocijo todo su complemento, la sal, digámoslo así, del festín. A la voz de toros, todo el mundo se subleva: ni queda artesano en su taller: n i letrado en su bufete: el viejo, el joven, el muchacho, la casada, la soltera, hasta las amas de leche con sus crías van a disfrutar de los gratos empujones, de las dulces pisotadas, de los gritos, del polvo, del calor, en fin de todo lo que mas apropósito puede hacer una r e u n i ó n agradable y divertida. La corrida debe empezar a las cuatro de la tarde; pues aquel día se come a las diez de la mañana, o no se come, que lo que interesa es coger u n buen asiento, y nada importa estarse tostando al sol cinco horas seguidas. Este p e q u e ñ o intervalo se entretiene gustosamente en tocar la descomunal matraca, la trompeta, el caracol y otros instrumentos pianos y dulces capaces de escitar los afectos mas patéticos. Esta orquesta bélica, alternando con los disimulados dicterios que desde el cañón de la atroz vocina se dirigen al que pasa, y la inmensa gritería llena de mil chistes y agudezas, forma un preludio de cuatro o cinco horas y entretiene al pueblo que impaciente aguarda oír el clarín. El oleage que se observa en los tendidos de tanta gente como se levanta y se sienta, el movimiento ondulatorio de los pañuelos y banderolas, la grita y el escarceo, son mayores cuando con universal aplauso aparece en la despejada arena la cuadrilla de chulos y picadores. Ya cada cual ocupa su puesto y el ligero peón al lado del caballo espera impávido la salida del toro. Suena el clarín, y como la campanilla que llama al orden, percíbese por u n instante u n silencio profundo: todos tienen clavados sus ojos en el robusto 132 cerrojo del toril. Abierta ía temible puerta, presentase u n gallardo toro, q u é detenido u n momento, parece que busca con la vista la salida de aquel estruendoso circo, queriendo perdonar su víctima. Pero vese cercado y estrechado al combate y valiente y veloz, parte y embiste, y sin dolerse de sus heridas, arrolla aquel centauro de sombrero franciscano, y saca enredadas entre sus astas las tripas del obediente caballo. Los gritos y la algazara resuenan en toda la plaza y repitense enseguida otras m i l escenas en que el pueblo, aspirando el vapor humeante de la sangre, lleva su entusiasmo hasta la embriaguez. El bravo animal, rabioso como un tigre, regando la tierra con las rojas ondas que de sus heridas brotan, brama y pelea, poniendo a cada paso en peligro la vida de los hombres que con barbara agilidad burlan sus vengativos esfuerzos, hasta que engañado en su valeroso arranque busca su muerte sin recular una vez aun cuando se siente atravesado de la formidable espada. Los gritos del triunfo llegan al cíelo al caer el temible animal, y en la agonía misma, con la convulsión de la muerte es arrastrado por tres ligeras muías en medio de las aclamaciones de júbilo mas prolongadas. A I considerar estas cruentas escenas, cualquiera creería no hallar en ellas a la tímida joven que se desmaya de ver la picadura de un alfiler, o la austera beata que se santiagua al oír un caramba empero tan enfurecido el corazón, como el pudor, nada es capaz allí de herir n i al uno n i al otro. Allí, en esta gran asamblea popular, establecida una perfecta igualdad, el lechugino y el guifero se esfuerza cada cual, a quien se escede en osadía y en desuello, y el bello secso sin pusilaminidad se ostenta imperturable a la vista del peligro, como de la obscena palabrería de los circunstantes. O h fiesta deleitable e inocente no te sonroges porque los extranjeios te depriman, que mas bien lo hacen por emu/ación que por otra cosa, Diles que deponga esa rivalidad porque tu sin ambición ya que no le cedes la preferencia a las riñas de gallos en que ellos pierden frecuentemente las fortunas de muchas familias, lo harás con gusto a las corridas de caballos, en la delicada carrera de campanario, y con mucho mas a la humana lucha del pugilato que con tan ilustrada aceptación divierte orillas del Tamasis. Diles también que reconoces tu inferioridad, cuando te comparas con esos espectáculos varoniles y heróicos que unen al vigor de espíritu una elevada inteligencia que t u no tienes, y a la fortaleza del alma, la travesura del ingenio, y que a la vez que hacen al pueblo valeroso y morigerado le e n s e ñ a n los medios fáciles de salir airoso en el lance más apurado. Porque ¿donde habrá una cosa mas animada, n i mas sorprendente para una diversión, que presenciar u n parricidio, u n adulterio, un rapto, u n enve133 rienamíento y otros cuadros domésticos tari senclííos como estos? ¿Que moral tan sublime no inspira Catalina Howard, cuando para mas asegurarse escije al verdugo le jure por su hijo mas bien que por Dios? ¿ Q u e puede pedirse de mas ameno cuando se oye la campanilla y la fúnebre voz del hermano de caridad? ¿Donde buscar mas dulce estasis que el que proporciona la vista de los puñales y el crujir de las vértebras que divide el hacha del verdugo? Digan lo que quieran los modernos franceses que tanto asquean nuestros nacionales pasatiempos, inclusa la guerra civil, el nuevo impulso que han recibido las costumbres y la bonanza y la calma que inspiran su moderna literatura son dignos de los tiempos heróicos. Y si los españoles merecen todavía la nota de bárbaros y de hotentotes es porque su paladar embotado no percibe el sabor romántico de esa escuela tan dulce, tan filosófica, tan moral y tan humana, y no han aprendido a presentar, para recrear el animo, un auto de fe en cada escena y u n suicidio o una alevosía en cada verso, P (cdro). G (omez). S (ancho). T. 1 ° . n.0 34, 27 de Octubre 1839, ps. 269 a 271. 134 EL G U A D A L H O R C E A L D A U R O Bañas Dauro, cíen jardines Do brillan pintadas flores. Te arrullan los ruiseñores Con sus cánticos de amor. En vez de menuda yerba Nacen en tu orilla rosas. Mas no tienes mis hermosas que ese es el goce mayor. Cabe t u orilla se eleva La Alhambra tan celebrada Que un tiempo fuera morada Del hermano de Almanzor. Mas no envidio su grandeza N i sus torres orgullosas Porque téngo mis hermosas que ese es el goce mayor. Dichoso Dauro te juzgas Porque t u corriente riega Ancha y dilatada vega Que te cerca en derredor, ¿Pero que t u vega vale N i tus caserías vistosas Sino tienes mis hermosas. N o envidio no, tus jardines De flores de m i l colores Que en mi orilla nacen flores Y es muy fragante su olor Y miro el mar cristalino Con sus ondas espumosas, y a más... tengo mis hermosas Que ese es el goce mayor. J (uan). B (autísta). S (andoval). T. V , n.0 40, ¿ de Diciembre de 1839. p. 316. 135 EL CIMBEL Y L A P A L O M A Vuela en los aires el cimbel galano, y aunque el cuello lazado al rojo hilo por libre vaga huyendo del fausto asilo entre las ramas del vergel lozano. Las plumas abre, juega, canta ufano, revuela inquieto, ronda mas tranquilo, T ú también cual con mágica cadena que penda en m i , inmortal paloma [mía, lúcete y trisca por la selva amena. Pero a m i tierna voz nada te enfría, vuelve a m i pecho, arrúllame serena y hazme feliz desde la noche al día, EL S O L I T A R I O hasta que al sitio del pueril Batilo (Serafín Estebanez C a l d e r ó n ) recoje el vuelo, busca la fiel mano. T. V , 2.a serie, n,a 1, 5 de Abril de 1840, p. 7. 136 A L B E T I S Entre una y otra dilatada orilla el Betis se desliza mansamente, dibujando en su plácida corriente, las gigantescas torres de Sevilla. Surca sus aguas la cortante quilla de atrevido bajel omnipotente, ganoso allá en los mundos de occidente de reportar cien cetros a Castilla. En popa manso viento favorable, el bonanzoso lino en sus entenas, vuela al inmenso piélago insondable: Cual leve esquife se divisa apenas; y según se partió con valentía agua, vientos, y cielo desafía. A. MENENDEZ T. V , 2.a serie, n.0 3, 19 de Abril 1840, p. 24. 137 FIESTAS DE T O R O S El carácter español distinguido por esa noble fiereza, por "esa indomable arrogancia que Ha conducido constantemente a esta nación belicosa a las mas arduas empresas, ha sido tal vez el ünico elemento de salvación, que a libertado a sus hijos del yugo extrangero. N i la sagaz política, n i las combinaciones del talento, n i los destellos del genio fueron los recursos empleados por los españoles en sus grandes conflictos, en las diferentes crisis que han amenazado la independencia nacional, sino arranques generosos de patriotismo y de bravura, que, ensayados en una lucha de siete siglos, empezaron por hacer ínespugnables las m o n t a ñ a s de Covadonga, renacieron de las cenizas de Alarcos para estremecer a los sarracenos en la jornada de las Navas, espantaron con u n p u ñ a d o de valientes a 600.000 atricanos en la gloriosa batalla del Salado, sostuvieron los derechos de Felipe V . contra la voluntad de la Europa entera cuando tocaba ya la nación a su decadencia, y pobre y ecsanima desp u é s todavía presentó una roca de hierro donde se estrelló el poder y la fortuna del inmortal guerrero de Austerlitz. Es evidente que u n pueblo sostenido por este espíritu bizarro, debía buscar en sus mismos solaces y diversiones nuevos medios de contentar su pasión dominante, que era la de los combates. Estinguida por la ley la lucha bárbara de los torneos, merced a los desengaños de una triste experiencia, y a los adelantos de las artes civilizadas, 138 España arrastrada a ú n en stt carrera de glorias y de peleas, y no contenta coñ llevar a lucir su brillante estrella en u n mundo desconocido, n i con sostener la preponderancia de sus armas en la campaña de Flandes, buscaba además en u n espectáculo estímulos nuevos a su valor, y de aquí el engrandecimiento de las fiestas de toros, llevadas ya a u n alto grado de lujo y esplendor desde el reinado de Juan I I , si bien no fueron generalizadas hasta después de la conquista de Granada. Construyeron desde entonces plazas en algunas ciudades, y allí acudían los animosos caballeros para hacer gala de su destreza y bizarría, ora rejoneando al embastado bruto sobre el soberbio potro del Genil, ora lanceándole y rindiendo su fiereza ante los aplausos de la m u l t i t u d y las palpitaciones de la enamorada beldad. Los más distinguidos guerreros, ociosos con la espulción de los mahometanos, y sedientos por instinto y por educación de gloria y de peligros, sostenían la afición a las fiestas de toros, que se propagó mas a ú n por ejemplos de algunos monarcas de quienes se refiere que sobresalieron en este ejercicio. N o era menos apreciado entre los moros granadinos, que en la plaza de Bivarrambla ejecutaban gentilezas con los toros, de lo cual hablan con frecuencia en crónicas y romances; y tal vez se debió a esta rivalidad el impulso que por aquellos tiempos recibió entre los españoles el arte de torear. En honor a la verdad es preciso decir, que sin embargo de tantos estímulos estas fiestas no se hicieron con regularidad y orden mientras estuvieron a cargo de la nobleza, y, semejantes a las corridas de novillos de nuestros días, se llenaba la plaza de numerosa plebe, que abastecía sobradamente de toreros de a pié, mientras los de a caballo que debían ser nobles, ejecutaban difícilmente sus suertes enmedio de aquella m u l t i t u d , originándose de este desorden continuas desgracias. El advenimiento de Felipe 5 . ° al trono de España causó una revolución en los usos y costumbres de este país: vicióse el habla castellana con los galicismos que se introdujeron, y nuestra literatura a la verdad bien decaída, tomó un estilo de imitación, que bien luego degeneró en mal crónico. Reformáronse las modas en el vestir: mejoraron considerablemente las artes y la industria; pero con particularidad las primeras clases, perdieron aquel tinte especial de nacionalidad, aquella hidalguía natural y castiza, que como hemos indicado fué el genio tutelar de los españoles, y el que los condujo a tan altos destinos. La ley de la moda proscribió las fiestas de toros, que no eran del gusto del monarca: y los nobles, mas en contacto con este, y pagando u n tributo a la versatilidad del corazón humano, abjuraron repentinamente de su antigua afición; pero el pueblo, d u e ñ o absoluto del campo por esta voluntaria cesión, y mas constante en conservar los usos heredados de sus mayores, jB9 t o m ó a su cargo ía gloria tauromáquica, y desde entonces, reducido a regías este ejercicio por el estudio peculiar que de él hicieron sus mas adictos y decididos campeones, ha ido progresivamente mejorando hasta el grado de actualidad y destreza que en la actualidad vemos. T a l es la historia de esta fiesta nacional, noble en su origen no solo por el impulso bizarro y caballeroso de que nació, sino por los invictos guerreros que hicieron de ella los primeros ensayos: tales son el famoso Ruy Díaz del Vivar, conocido por el Cid Campeador, y posteriormente el gran Carlos I.0, D . Fernando Pizarro, conquistador del Perú, los reyes D . Sebastián de Portugal y Felipe I V de España, los duques de Maqueda y Medina Sidonia, y otros muchos nobilísimos y esforzados caballeros; es verdad que en el día no puede recomendarse bajo este aspecto, porque es otra la tendencia de la instituciones sociales; pero tal vez pudieran hacerse en este espectáculo unas reformas, que le pusieran a cubierto de las acriminaciones que se le dirigen por los rijidos censores. N o nos opondremos a su crítica, hasta cierto punto fundada, porque tampoce está en nuestro animo defender esta causa; pero si les auguramos que, en medio de sus miramientos, llegada la hora fatal, irán murmurando a los toros. J. M . B R E M O N T. V , 2 a serie. n.a 21, 23 de Agosto 1840, ps. 165 a 166. 140 EL C E M E N T E R I O I N G L E S El nombre de cementerio es una palabra grave que encadena nuestra mente y nos invita a meditar: si atravesamos su recinto alhagados en la fortuna o sumergidos en el dolor hallamos en su silencio y en esas tumbas soli tarias cierto consuelo a nuestras penas, notando que allí se acaban; y cierta desconfianza en los placeres de una vida frecuentemente mas ligera que la ecsistencia de una flor. En ese campo de la muerte, que los vivos hermosean quiza para temerla menos, confundense todos los hombres, se les perdonan sus defectos y hasta su necia vanidad... y sobre el polvo deleznable luce u n dorado epitafio que recomiendu su v i r t u d . Las lágrimas de una esposa, las esperanzas malogradas en el joven de esperanzas, los ayes de la vejez y los suspiros del amor alzan su lúgubre coro y una dulce melancolía penetra la la eternidad. El nombre de cementerio que nos dejaron los latinos significa dormitorio o parage en que se descansa; etimología sublime que envuelve le grande idea de la inmortalidad del alma. Los sepulcros en lo antiguo esparcidos por los caminos, indicaban al viajero que se parase o anduviera; sta, viator; ahi, viator; contradicción que deploraba la importancia de las victimas. Mas en tiempos de Gregorio el Grande estas victorias de la muerte se hacinaron en los templos en perjuicio de la higiene y con peligro de los ciudadanos, hasta que en 141 el ültimo siglo, y especialmente en el actual, se construyeron en los campos, allí do está la quietud, y donde la naturaleza se viste de pomposo adorno con nuestro despojo miserable. A despecho de la ilustración y de la indulgencia que merecen todos los los hombres en este trance final, cualquiera que sea su creencia, sus virtudes o sus vicios, los protestantes estrangeros se enterraban en esas playas con sentimiento de sus deudos y con dolor de sus amigos; pero la actividad y celo de los últimos cónsules de Iglaterra, hallando apoyo y protección en nuestro ilustrado gobierno, levantaron ese sencillo monumento que hoy nos presenta el Guadalhorce, bellamente decorado por u n arquitecto del país. Si dirigimos nuestros pasos por el camino de Velez hallamos al pie de una roca el Cementerio de los Ingleses en el centro de u n jardín y enfrente del Mediterráneo, Si entramos en su interior nos agrada su limpieza y el murmurio de una fuente, único eco que responde a la canción del traginante y a los ruidos del mar, y si en medio de los sepulcros recogemos nuestro espíritu para distinguir sus nombres la compasión hacía una víctima, y el horror hacia un tirano nos alejan de aquel sitio, ILDEFONSO M A R Z O . 7, 1 ° , 2 a serie, n.0 21, 23 de Agosto 1840, ps. 167 a 168. 142 AL G E N I O Soneto A M I AMIGA Bate tus alas y con raudo vuelo Elévate de Helícona a la altura, Allí te espera la corona pura Que para t i reserva el almo cielo. Hija de Dios en el inmundo suelo, Que mancha del mortal la planta [impura T u voz, en vano, entonas con tristura para llorar el mundanal desvelo. L A PEREGRINA La sociedad injusta desatiende T u justo enojo, y tu clamor olvida, Y entre tus ayes su furor enciende; Vida es de luto t u angustiosa vida; Pero bate tus alas; hiende el viento; Y contempla a tus pies el firmamento. J. MONTADAS T. V , 2.a serie, n.c 31, 1 de Noviembre 1S40. p. 256. 143 MI M A L Soneto A... En vano ansiosa t u amistad pro[cura adivinar el mal que me atormenta, en vano, en vano conmovida intenta revelarlo m i voz a tu ternura. Puede explicarse el ansia, la locura con que el amor sus fuegos alimenta, puede el dolor, la pena mas violenta escalar por el labio su amargura. Mas de decir m i malestar profundo no halla m i voz, m i pensamiento me[dio, y al indagar su origen me confundo. Pero es un mal, amigo, sin remedio, que hace odiosa la vida, odioso el mundo... Que seca el corazón... en fin ¡es te[dio! LA PEREGRINA (Gertrudis G ó m e z de Avellaneda) T. I o , n." 36. 6 de Noviembre 1840, p. 295. 144 G R A B A D O S ; : x« § . ®|| • • . :4i | Í | GÜADALHORCE J síí perioJM semanal ípjíj^l DE ( ^ l l i ^ ^ a t u r a y listes, fCBMCAOO 1| ea Málaga bajo la g dirección de •„ . OE 1650 - i -II /iST/ m 1 i \m iii (»HAWAI 1 -r.M i1 i i QUIA DÍ NI * G U A R D A OE C A M I N O A D E b A P U E R T A D E L SA( ii!;: ÍN u>Uv cLt U/rco tic i ^ r a u L i V l« TA DE L T A J i > D K K i> \ i > A Ssfií.S» P W J i T A B E L J l M IO liA \IJAMHH A 111! . 1 ' fe: . (. l r KtliíKolftiho... L A T 0 U R K 1 W «M>MAUKS KV hA \l,li\MI$HA ' i * ^ r t . - T " ) ' * «'Mí» j i: T A B L A G E N E R A L Páginas DEDICATORIA 9 PROLOGO . . 11 N O T I C I A BIOGRAFICA . INDICE DE A. AUTORES . 17 . 23 25 B 33 C-D 41 E 43 F-G 49 H-I . . . , J 53 57 L 59 M -N 61 O-P 75 R 79 S . 81 T -V 85 INDICES AUXILIARES 87 a) Personas 89 b) Lugares 95 Páginas c) Materias d) Primeros versos e) Títulos ANTOLOGIA . . 97 99 . . . . . . , . . . . 103 . 105 A una ingrata.—L. de Olona 107 E l Viernes Santo.—A. Alegre Dolz . . : 109 A la muerte de la señorita C a r m e n Laserra. — Dolores Gómez de Cádiz de Velasco 110 Costumbres de A n d a l u c í a . Venga de ahí.—Ildefonso Marzo . 111 A M á l a g a . - A . Alegre Dolz 113 E l guarda de camino.—P (edro). G (ómez). S (ancho) . 115 La Rondeña. - j . M . Bremón 117 Soneto a Cervantes.—J (uan). B (autista). S (andoval). .119 U n arco de la Alcazaba.—J. M . Bremón 120 A Torrijos y sus c o m p a ñ e r o s . —José de Espronceda . 122 Costumbres. L a Vendeja. - P (edro). G (ómez). S (ancho) M í Elvira.—R. Mitjana 123 . 128 Costumbres. Toros y dramas.—P (edro). G (ómez). S (ancho) 130 E l Guadalhorce al Dauro.—J (uan). B (autista). S (andoval) 135 E l Cimbel y la Paloma.—El Solitario . , . . A l Betis.—A, Menendez Fiesta de Toros. —J. M . Bremón . , . 136 137 . 138 E l Cementerio Ingles.—Ildefonso Marzo 141 A l genio.—J. Montadas 143 M i mal.—La Peregrina 144 GRABADOS Portada de la Revista «El Guadalhorce». Vista del río Guadalhorce. Planta de la Iglesia Catedral de Málaga. 145 Fachada de la Iglesia Catedral de Málaga. La Alhondiga. Vista de las Atarazanas. Vista de la calle de Granada y torre de la Parroquia de Santiago. Guarda de camino. Traje andaluz del siglo X V I I I . Vista de la Fuente de la Alameda. Vista de la Puerta del Sagrario. Vista de A l h a u r í n el Grande, tomada del camino de Málaga. Vista de la Aduana de Málaga, Vista del Arco de Granada en la Alcazaba de Málaga. Vista del Castillo de Gibralfaro, tomada de la Plaza de la Victoria. Torre del Homenage de la Alcazaba de Málaga, vista desde la Marina. Palacio Episcopal de Málaga. Vista de Carratraca. Monumento dedicado a la memoria de D . Ysidoro Maiquez. Vista de la Pescadería de Málaga. Hacienda de San Rafael en Churriana. Vista del Tajo de Ronda. Vista del embarcadero del puerto de Málaga. Vista del muelle viejo de Málaga. Vista del castillo de Gaucín. Plazuela del Teatro, con vista a el arco de Buena Ventura. Casas Consistoriales de Málaga. Juego de Aguas del Retiro. Puerta del Juicio de la Alambra. Guadalmedina, visto desde el pasillo de Puerta Nueva. Patio de Los Leones de La Alhambra. Málaga. La Alcazaba de Málaga. El caballista. Patio principal del Palacio Episcopal de Málaga. Málaga vista desde la falda del Monte Calvario. Puerta del Vino de la Alhambra. Monasterio de Monserrat. Vista del convento y huerta de Los Angeles. Vista del panteón de La Victoria. Puerta de las Cadenas de la Catedral de Málaga. Vista de la Linterna y Batería de San NTicolás, La torre de Comarés en la Alhambra. El Cementerio Inglés. Bella Vista. Interior de la Catedral de Córdoba. El Templo de la Sibyla, cerca de Tívoli en Ytalia. Vista del patio del Convento de Santa Clara de Málaga. Entrada al patio de los Naranjos, Catedral de Sevilla, Costumbres andaluzas. El árbol de Guernica, Perrería de La Constancia, en Málaga, D E D I C A T O R I A F I N A L A todos aquellos que sin haber nacido en Málaga han puesto en ella sus más caros sentimientos. ^ E l día 24 de Julio, festividad de Santa Cris- tina, se tiró el último pliego de este libro ^ Las planchas de los grabados fueron hechas en los talleres de la Casa C I M A de Málaga ^ Fué compuesto a mano en la antigua im- prenta de D. Enrique Montes por el maestro Nicolás Prado ^ Imprimiendo el maquinista Anastasio Jiménez ^ Cuidó la edición María Cristina Cafíarena Moralejo, el año de Nues# tro Señor de M C M L X I LAUS * # DEO A costa de su autor Angel Caffarena Such, mercader de libros en esta ciudad de Málaga, Calle Cárcer núm. 6, donde se hallará. SECUNDA SERIE TOMO m N ú m . de regislio M A . 45 - 1961 DapÓBilo legal M A . 320 - 1961 Imp. Montes - M á l a g a