EL EXPEDIENTE MEDICO : CONTENIDO Y PRÁCTICA EN FRANCIA Jean Penneau Facultad de Derecho, Jean Monnet 53, Rue Constant Coquelin, 94400 Vitry, Francia. ______________________________________________________ RESUMEN En Francia, los expedientes médicos de instituciones están a cargo de éstas y no de los médicos que en ellas laboran. Lo contrario ocurre en la consulta privada. El paciente no tiene derecho a ver directamente el contenido de su expediente, pero sí a conocer una interpretación hecha por un médico, o bien a indicar a cual médico debe trasladarse en expediente. Lo que aún está por definirse mejor en la legislación es lo que ocurre con el expediente cuando mueren el médico o el paciente. Palabras clave: derechos de los pacientes, ley francesa, expedientes médicos. ABSTRACT In France, Institutional medical files are the responsibility of institutions, not of the physicians that work in them; the opposite is true for private medicine. The patient has no right to personally read her or his file, but can receive an interpretation of the contents from a physician, or to select a new physician who will receive the file. The legislation is still week in the area or what happens to a file when the physician or the patient die. Key words: patients rigths, French legislation, modical files. ____________________________________________________________________________ En un primer acercamiento, podemos decir que el expediente médico de un paciente es el documento o el conjunto de documentos en los cuales el médico consigna y conserva las informaciones que asegurarán a su paciente la continuidad de los cuidados que su estado requiere. Por decirlo de alguna manera, es el soporte y la prolongación de la memoria del médico. Sin embargo, en la práctica, las cosas son más complejas debido a la composición de dos diferentes categorías de elementos en el expediente: 1. Elementos objetivos que están constituidos por los datos externos con significación propia, ajenos a toda interpretación previa del médico: la edad, los antecedentes clínicos, exámenes complementarios, los resultados objetivos del examen del enfermo, las prescripciones terapéuticas, etc. 2. Elementos subjetivos que deben su existencia a la interpretación del médico: la explicación de los exámenes complementarios, discusiones sobre el diagnóstico, comentarios sobre el paciente y su entorno, etc. Bien entendido, la frontera entre estas dos categorías es, en la práctica, más imprecisa que su enunciado "ex cátedra", pero esta subdivisión recobra su importancia, como lo veremos más tarde, en lo que concierne particularmente el acceso del paciente (o de sus herederos) al expediente médico; pero también por la cuestión que estudiaremos ahora, a saber, si el médico está obligado a llevar un expediente de sus pacientes y lo que este debe contener. Los demás problemas que analizaremos derivan de la existencia obligada o voluntaria de tal registro del paciente. Rev.Latinoam.Der.Méd. Medic. Leg. 2(2) / 3(1): 9-14, 1997/1998 Revista Latinoamericana de Derecho Médico y Medicina Legal I. La obligación de llevar un expediente médico. B. Fuera de los centros de salud. Independientemente del ejercicio en los centros de salud, la obligación de constituir un expediente es el resultado del decreto del 6 de septiembre de 1995 con el Código de deontología médico, cuyo artículo 45 dispone que el médico debe llevar por cada enfermo una ficha con las observaciones personales y que tal ficha debe comportar elementos actualizados necesarios para la toma de decisión del diagnóstico y la terapia. Observarán que hemos utilizado aquí la expresión "ficha de observaciones" y que el contenido indicado en las mismas es de formulación abstracta. En Francia todos los médicos están obligados, en lo sucesivo, a llevar un expediente de sus pacientes. Pero tal necesidad, lo veremos más adelante, se fue constituyendo progresivamente según los modos de ejercicio y su existencia fue gracias a la creación de diferentes textos, de ahí una cierta complejidad. Sin embargo, bajo tal perspectiva, se necesitaba distinguir entre el médico que ejercía en un centro de salud (público o privado) del médico que ejercía su profesión independientemente de tales centros de salud. Se debe, sin embargo, observar que una ley del 18 de enero de 1994 - inscrita actualmente en los artículos L. 145-6 y siguientes del Código de la Salud publica - prevé la creación de un « expediente de seguimiento médico ». Este deberá ser conservado por el médico generalista elegido por el paciente y deberá contener todas las informaciones médicas concernientes al paciente, haciendo mención de las diferentes informaciones resultantes de los exámenes practicados por los diferentes médicos consultados o bien de las estancias en los establecimientos de salud (Código de Salud Pública, art. R. 145-6 y siguientes). Pero tales disposiciones no son todavía aplicables, porque su puesta en marcha esta subordinada a ciertos acuerdos entre los organismos profesionales de médicos y los organismos de seguro social. A. Centros de salud (públicos y privados) En la actualidad, la obligación que concierne a los médicos que ejercen en un centro de salud tanto público como privado, de llevar un expediente médico, es el resultado de las disposiciones tomadas en la parte reglamentada del Código de Salud Pública (art. R 710-2-1) introducidas por un decreto del 30 de marzo de 1992 y tomadas en aplicación de la ley hospitalaria del 31 de julio de 1991. Dichas disposiciones enumeran el contenido de las informaciones del expediente médico del paciente y de manera específica los motivos de la hospitalización, las conclusiones de los exámenes médicos, el informe de los diversos exámenes complementarios y para clínicos llevados a cabo, el informe operatorio eventual, las prescripciones, las transfusiones, el protocolo contenido en el historial de cuidados de las enfermeras y por último el informe de hospitalización con el diagnóstico y las prescripciones a la salida del enfermo del establecimiento. Ante todo, debe notarse que la obligación de constituir un expediente (o una ficha de observaciones del paciente) es reciente: 1992 para los centros de salud, 1995 para los médicos ejerciendo independientemente. Mismo en ausencia de una obligación legal o reglamentaria la composición de un expediente médico era una costumbre en los centros de salud pública y en general en los centros de salud privados (en virtud de una reglamentación anterior propia a estas dos categorías de establecimientos) e igualmente extendida entre los médicos ejerciendo fuera de tales De todas formas es patente que la formación de un expediente médico en tales centros es obligatoria, tanto si el enfermo ha estado hospitalizado como si solamente ha sido examinado en consultación externa. 10 Alan Garay / El consentimiento al acto médico _______________________________________________________________________________________________ establecimientos (a este respecto una encuesta de opinión realizada en 1994 por el secretario general del Consejo Nacional del Colegio de Médicos, mostraba que el 90 % de los médicos establecían un expediente del paciente en función de las circunstancias y que solamente el 1 % lo hacían excepcionalmente). mediación de sus asociados. Por lo tanto, le corresponde a la sociedad conservar los expedientes de sus pacientes y cuando un médico deja la sociedad, no puede llevarse consigo el original del expediente de sus pacientes, sino una copia solamente de ellos, sin embargo, esta solución podrá ser discutida y aceptada solamente bajo hipótesis particulares y para expedientes médicos individuales (en el caso de pacientes que expresamente desean continuar con tal médico). II. Los problemas relacionados con la existencia del expediente. En los centros de salud privados, el artículo R 710-2-9 del Código de Salud Pública, dispone que los expedientes deben ser conservados bajo la responsabilidad de los médicos que los han creado o de los médicos que son designados para tal cargo por el presidente de la comisión médica; pero, sea cual sea la modalidad escogida, es preciso que se tomen todas las disposiciones debidas para garantizar la custodia y el carácter confidencial de los registros. Si el médico que ha elaborado un expediente, ejerce a título liberal en un centro, el archivo será personal y podrá llevárselo consigo si deja el centro o establecimiento. Si ejerce a título de asalariado del establecimiento, solo podrá tomar consigo las copias de los expedientes de los pacientes que desean continuar siendo tratados por él mismo. Las ideas sobre las cuales vamos a tratar de movernos son: la conservación, el acceso al expediente por el paciente y a su transmisión. A. La conservación del expediente médico. Conviene determinar evidentemente quién estará encargado de asegurar la conservación del expediente y definir el contenido de la obligación de conservación. Bien entendido, en caso de ejercer fuera de un centro de salud es el médico que constituye el expediente que debe asumir la conservación. Las cosas se complican un poco más en el caso de un consultorio colectivo, en el cual los médicos ejercen conjuntamente asegurando una asistencia y un reemplazo mutuo. En los centros públicos, el artículo R 710-2-9 del Código de Salud Pública dispone que los expedientes se conserven en conformidad con la reglamentación relativa a los registros hospitalarios y como resultado de tal labor la responsabilidad de la conservación de los expedientes está asegurada conjuntamente por el jefe de servicio (o el presidente de la Comisión Médica del establecimiento) y por el director del mismo. Los médicos no tienen ningún derecho particular sobre los registros. Si bien es cierto que el ejercicio de la profesión es individual, el registro de cada médico es personal y deberá ser conservado separadamente, pudiendo llevárselo si se separa del grupo. Sin embargo, ante la situación de asistencia y de reemplazo por otros médicos, debe poderse acceder al registro en el interés del paciente, lo que significa una restricción a la obligación personal de conservación del expediente. Por lo que respecta al contenido de la obligación de conservación, levanta el problema de la preservación del secreto profesional. Por razones comprensibles, el artículo 73 del Código de Deontología dispone que el médico debe Más compleja todavía es la logística en las sociedades de médicos (SCP y SEL). Según la ley, efectivamente es la sociedad -la persona moral- que ejerce jurídicamente la medicina, mismo si necesariamente ella lo hace por 11 Revista Latinoamericana de Derecho Médico y Medicina Legal éste). Analizaremos tres problemas previos: proteger contra toda indiscreción los documentos médicos concernientes a las personas que ha tratado, sea cual fuere el contenido de estos documentos. De la misma manera, el expediente de seguimiento médico esta protegido por el secreto médico (Código de Salud publica, art. L. 145-6). En primer lugar, el contenido del expediente puede englobar información concerniente a terceras personas y evidentemente, el secreto médico impone que no sea comunicada tal información al paciente. En segundo lugar, el historial comporta elementos subjetivos, entre los cuales están las apreciaciones del médico sobre el paciente y su entorno, no siendo necesario hipotéticamente, que sean comunicadas al paciente (y menos todavía a sus herederos). Tradicionalmente, la protección de los registros estaba asegurada por un mueble cerrado con llave y solamente el médico y su secretaria disponían de la llave. Este sistema es utilizado por el 84 % de los médicos (según la encuesta indicada anteriormente) que constituyen sus registros en papel. En cuanto a la logística que utilizan el 16 % de los médicos, plantean problemas técnicos particulares en cuanto a la protección de los datos informáticos que evoluciona en función de la técnica. Por último, se da la misma circunstancia para la mención de un pronóstico gravísimo o fatídico en el expediente. Nos queda por resolver la cuestión de saber si, por principio, es una obligación comunicar el expediente al paciente. Ahora bien, esta obligación solamente es prevista para los expedientes constituidos en los centros de salud y para los llevados por un sistema de informática. En la resolución del 11 de marzo de 1968 se fijó el plazo de conservación, en lo que concierne los centros de cuidados públicos, en 20 años para la totalidad de los registros, y a 70 años para los registros de los enfermos crónicos, en pediatría, en neurología y estomatología e indefinidamente para los expedientes médicos de dolencias hereditarias. En lo que concierne a los centros de salud (públicos y privados), esta obligación es el resultado de la aplicación del artículo R 710-2-2 del Código de Salud Pública que declara: En el sector liberal -donde se incluye el ejercicio en los centros de cuidados privadosningún texto define el plazo de conservación de los expedientes. Actualmente es de 30 años, tratándose del plazo de extinción de la acción en responsabilidad civil (y de 48 años cuando se trata de un expediente que concierne un acto prenatal, porque la responsabilidad civil del médico concluye el día en que el niño alcanza la mayoría de edad). B. El acceso al expediente por el paciente. « La comunicación del expediente médico se efectúa a la demanda de la persona que está o ha sido hospitalizada, de su representante legal o de sus herederos (en caso de defunción) por mediación de un médico designado para ello » y el texto precisa que tal médico « debe comunicar las informaciones al paciente en el respeto de las reglas de deontología y a los derechohabientes en el respeto de las reglas del secreto médico ». Las dificultades que supone la comunicación del expediente médico al paciente solo encuentra solución si tal comunicación es transmitida a través del médico (designado por el paciente y disfrutando de toda la confianza de En lo concerniente a los registros informatizados, la obligación de comunicación es el resultado de la ley del 6 de enero de 1978 relativa a la informática, a los registros y a las libertades. 12 Alan Garay / El consentimiento al acto médico __________________________________________________________________________________________________ Asimismo, fuera de un centro de salud y en la ausencia de informatización de los registros, no existe ninguna obligación legal o reglamentaria de comunicación de su expediente a un enfermo. contienen informaciones médicas concernientes a personas que quizás jamás le consultarán. Constituye una forma de presión indirecta sobre una clase de clientes que, no atreviéndose a reclamar la comunicación de su expediente, se resignan a continuar consultando con el médico designado. Sin embargo, el Código de Deontología médica dispone, en su artículo 45, que « en lo sucesivo, a la demanda del paciente o con su consentimiento, todo médico debe transmitir las informaciones y los documentos útiles para la continuidad de los cuidados, a los médicos que colaboran en la curación o a otros médicos que el paciente decida consultar », dicho análisis está muy relacionado con la obligación de comunicación al médico designado, y que existe en los centros de salud. El médico que cesa su actividad debería conservar su archivo y transferir a su sucesor o al médico designado por el paciente el expediente o más bien un resumen de las informaciones contenidas en éste. A decir verdad, algunos médicos proceden así. En caso de defunción del médico, si un sucesor es presentado a la clientela por los herederos, las cosas se pasan o deberían pasarse de la misma manera que hemos comentado anteriormente. Sin embargo aparece una dificultad, si ningún sucesor es presentado a la clientela. Puede ser entonces difícil o delicado el hecho de que uno de los herederos (¿cuál?) conserve los archivos y en tal hipótesis la mejor solución consiste en depositar los archivos en una empresa especializada en la conservación de documentos. C. La transmisión del expediente médico. Principalmente, el problema de la transmisión del expediente se plantea en el caso de cesación de actividad del médico o de defunción del mismo. En la situación de cese de actividad del médico, la cuestión de la transmisión del fichero continúa abierta. La práctica más extendida es la que consiste a que el médico que cesa su actividad profesional transmite a su sucesor la integridad del registro, a responsabilidad del sucesor si se presenta el caso, de asegurar la continuidad del expediente al médico que el paciente halla designado. Para terminar, indicaré -como un aspecto de la transmisión del expediente médico- que siempre es posible para el juez represivo, en el marco de una acción penal, proceder al embargo de un expediente. Este embargo debe ser realizado por el magistrado e hipotéticamente, en presencia de un representante del Consejo Departamental del Colegio de Médicos en cuyas listas está inscrito. Tal práctica me parece criticable. En efecto, se transmite al sucesor los registros que 13