¿CÓMO QUEDA CHILE FRENTE A LOS CAMBIOS REGULATORIOS EN SALUD? PARA DE MATERIA : MEDIOS DE COMUNICACIÓN : ÁREA ECONÓMICO Y SOCIAL INSTITUTO LIBERTAD : INFORME COMISIÓN ASESORA PRESIDENCIAL DE SALUD INTRODUCCIÓN La Comisión Asesora Presidencial en materia de Salud acaba de entregar oficialmente su informe final, con las recomendaciones para realizar una reforma al sistema de Isapres. El trabajo de dicha comisión -que no estuvo exento de controversias y terminó con el abrupto retiro de dos de sus miembros- no sería vinculante para el Gobierno, según lo señalado por la ministra del ramo, Helia Molina. Sin embargo, varias de las iniciativas debatidas en dicha instancia ya han generado debate público y han abierto interrogantes respecto del futuro de las Isapres a la luz de los cambios estructurales que allí se proponen. Hoy en la sociedad chilena existe consenso respecto de las necesarias reformas que hay que introducirle al sistema, para 1 subsanar falencias y problemas que reconocen los propios representantes de las Isapres. Al respecto, hay opinión formada sobre la necesidad de introducir niveles de transparencia tales, que permitan la fácil comparación entre planes de salud, la cual hoy no existe dada la gran cantidad de oferta de los mismos (se habla de más de 50 mil planes)1. Asimismo, también surge el requerimiento de terminar con los afiliados cautivos o con limitada capacidad de movilidad en el sistema, ya sea por su edad, sexo o condiciones de salud (“preexistencias”). Y establecer un sistema objetivo y técnico de reajuste de primas, dado que en la práctica el uso de factores para fijar precios está abolido por las reiteradas resoluciones del Tribunal Constitucional y la Corte Suprema. La necesidad de cambio ha sido reconocida por las mismas Isapres, que han señalado que el requisito de transparentar y regular el alza de primas es una “emergencia de política pública en el sector”. Sin embargo, la propuesta de la denominada Comisión Cid apunta a modificaciones estructurales que implicarían en el largo plazo el fin del sistema de Isapres tal como hoy se conoce. En la presente minuta se revisan resumidamente algunas de las propuestas impulsadas por el voto mayoritario de los integrantes de esta Comisión Asesora Presidencial, y que apuntan a introducir importantes rigideces en el sistema, que hacen pensar que derivará en la desaparición de las Isapres al cabo de pocos años. Ello, dado que la única alternativa para las Isapres a futuro será convertirse en un prestador de seguros complementarios. Bajo esta figura, las Isapres podrían 1 En enero de 2014, el Sistema Isapres informa 55.830 planes complementarios vigentes, de los cuales, un 20,8% se encuentra en comercialización (11.604 planes), el resto de los planes son antiguos, es decir, aquellos que tienen beneficiarios adscritos pero que ya no se comercializan. 2 administrar dos programas, el básico y universal, y el complementario. Como se señaló, la propuesta de mayoría se inclina por un programa básico y universal, llamado Plan de Seguro Social (PSS), que básicamente consiste en un programa que considera una cotización de 7% del sueldo de los trabajadores, con libre movilidad y bajo la modalidad de libre elección más garantías explícitas en salud (GES), con Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas (CAEC) y Subsidio de Incapacidad Laboral (SIL). Este PSS se asocia a las coberturas que actualmente tiene Fonasa, pero atendido en una red de Isapres. Al respecto cabe señalar que las coberturas facilitadas por la Isapres son claramente superiores a las proporcionadas por Fonasa. Sin embargo, todos los chilenos estarían obligados a adquirir este PSS, a excepción de aquellos que hoy se encuentran afiliados a una Isapre, los que podrían voluntariamente -si ese es su deseo-, moverse hacia el nuevo esquema. Uno de los aspectos que más llama la atención es que el precio de este PSS es fijo, determinado por el Estado, es igual al 7% de la remuneración de un trabajador, más una prima comunitaria regulada para un máximo de tres programas complementarios gestionados por las Isapres -con copagos estandarizados-, y sólo podría reajustarse de acuerdo a la variación del índice de precios al consumidor, o de acuerdo al crecimiento del índice de las remuneraciones. Sin embargo, el costo del PSS está en línea con el incremento del 3 costo de los servicios de salud, siendo muy superior al IPC, en consecuencia, esta propuesta termina inevitablemente desfinanciando el sistema completo, dado que el 7% de la cotización no sube a la misma velocidad del gasto médico. Asimismo, es cuestionable en el ámbito constitucional el enfoque de la comisón, que considera que el 7% de cotización no pertenece los afiliados a Isapres, sino que puede ser libremente administrado por parte del Estado. En una primera etapa se pretende que los aportes de los afiliados a Isapres se destinen a un Fondo Inter-Isapres, para luego destinarse a este Fondo Mancomunado gestionado por el Estado. En la práctica, lo que propone la llamada comisión Cid es “expropiar” el 7% a los afiliados a Isapres, destinando una parte a un fondo mancomunado con Fonasa, para terminar pasando a un seguro único estatal. Eso es inconstitucional y priva al millón y medios de afiliados al sistema privado de salud de ejercer su legítimo derecho a elegir libremente el contrato de salud en el sistema que decida. Ante la pregunta respecto de los principales efectos que tendrán para un chileno promedio las reformas impulsadas por el voto mayoritario de los integrantes de esta Comisión, se ha argumentado que la creación de un Fondo Mancomunado (Fonasa + Isapres) traería importantes beneficios para la población, toda vez que los mayores recursos podrían utilizarse para contratar más médicos, por ejemplo. Y la verdad es muy distinta. 4 Los cambios están mal enfocados: la situación de los actuales afiliados a Isapres quedará peor y no mejorarán sustancialmente las condiciones de quienes hoy pertenecen al sistema público. Al cierre de 2013, y de acuerdo a la Superintendencia de Salud, el sistema de Isapres tiene 1.600.000 cotizantes aproximadamente, los que aportan al sistema US$2.580 millones (7% de la renta). Paralelamente, y de acuerdo a Fonasa, este organismo tiene 5.800.000 cotizantes, los que hacen aportes por US$3.180 millones aproximadamente, que sumados al aporte estatal e inversión pública (US$5.600 millones) da como resultado US$8.780 millones. Corrigiendo estas cifras por el gasto en licencias médicas (proporcionalmente superior en el sistema isapres debido a las mayores rentas), y forzando a un Fondo Común (Fonasa + Isapres) daría un total de US$10.096 millones, con un incremento en el gasto per cápita de sólo 1,1% (de US$603 a US$610) para los beneficiados de Fonasa. Como se observa, el absolutamente marginal. incremento en los recursos es Por el contrario, para quienes estén en Isapres sólo hay costos, puesto que se generará una red de prestaciones de calidad inferior debido al aumento de atenciones para cubrir la mayor demanda, y a un costo mayor, pues también es razonable suponer que no se utilizará el PSS dada su baja calidad, debiendo 5 adquirir entonces un seguro complementario que perfectamente puede significar un 7% adicional, es decir, para los afiliados a Isapres, que decían mantenerse en este sistema, eventualmente los costos se duplicarán. Los problemas de este modelo se exacerban en regiones, porque no hay prestadores de servicios de salud pública suficientes para atender la mayor demanda por prestaciones de salud que se generará, en circunstancias que la oferta privada también es significativamente menor. El problema se agrava si se agregan las deficiencias en materia de médicos especialistas. Conclusiones Para el Instituto Libertad, el Plan de Seguro Social (PSS) no garantiza a los afiliados de Fonasa una mejor salud producto de una mayor recaudacion público-privada. Esto porque el mayor costo en licencias médicas de los afiliados a Isapres y el menor aporte que hacen los afiliados a Fonasa –su 7% es más bajo debido a que sueldos también lo son- conspiran para que el incrementeo del gasto per capita sea solo de 1,1%, lo que se traduce en un alza de solo US$ 7, de US$ 603 a 610 dólares. Asimismo, tampoco mejorará la atención en los servicios de salud, dado que el aumento de los usuarios del sistema privado, que podrá ahora usar la red pública, presionará sobre la red estatal, aumentando los tiempos de espera por atención. 6 También los usuarios de Isapres deberán pagar más para mantener sus actuales coberturas, que actualmente son mayores que las de Fonasa, pues como no utilizarán el PSS debido a su baja calidad, deberán contratar un seguro complementario que podría llegar a significar un 7% adicional, es decir, para los afiliados a Isapres que decidan mantenerse en este sistema, eventualmente los costos se duplicarán. Adicionalmente, el sistema en su conjunto terminará desfinanciado debido a la rigidez del PSS. Esto porque el precio del PSS es fijo y sólo podría reajustarse de acuerdo a la variación del IPC o el crecimiento de las remuneraciones, pero su costo está alineado con el incremento del costo de los servicios de salud, que siempre es superior al IPC. Esto generará que el sistema completo se desfinancie. 7