FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES SEDE MÉXICO Maestría en Población y Desarrollo Los programas de intercambio cultural au pair de Estados Unidos como trabajo doméstico formal. María de la Luz Luévano Martínez Directora: Dra. Marina Ariza Seminario de tesis: Población, mercados de trabajo y desigualdad. Tesis para optar al grado de Maestra en Población y Desarrollo Novena Promoción, 2010-2012 Noviembre, 2012 _____________________________________________________________ *Para cursar este posgrado se contó con una beca otorgada por e l Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) del Gobierno de México. Resumen Con base en un conjunto de entrevistas a profundidad, se estudia el programa de intercambio cultural au pair en la región noreste de los Estados Unidos, partiendo de que se trata de una modalidad formalizada del sector más general del servicio doméstico. Se parte del supuesto de que la institucionalización de estos programas responde a la creciente demanda de servicios de cuidado y domésticos a escala global, de las cuales las au pairs satisfacen un segmento particular: el de las clases medias y altas de las sociedades que las contratan. Los resultados revelan que -pese a tratarse de una mano de obra calificada y un segmento regulado dentro de un mercado de trabajo ampliamente femenino - predominan condiciones laborales que las acercan al ejercicio del servicio doméstico tradicional, en lo que se refiere a la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado, y a la superposición de tareas. La integración de la au pair a la familia empleadora resultó un factor determinante en el nivel de satisfacción que experimentan respecto de la actividad laboral, más allá de las condiciones de trabajo. Palabras clave: servicio doméstico formalizado/ contrato laboral/ oferta y demanda de servicios de cuidado/ migración femenina/ mercados de trabajo/ integración. 2 Abstract Based on a set of in depth interviews, this research studies au pairs who participated in cultural exchange programmes for the northeast region of United States, starting from the assumption that these programmes are part of a formalized modality within the general sector of domestic service. It is assumed that the institutionalisation of these cultural exchange programmes responds to the increasing global demand for childcare and home services, from which the au pairs satisfy the requirements of a particular segment of society: middle and upper class. The research’s findings show that –in spite of being considered qualified workers and a regulated segment within a labor market mainly for women- prevail labor conditions make au pairs duties to be considered as traditional domestic labor, principally for the excess in domestic and childcare duties they carry out as well as the superimposition of their tasks. The integration of an au pair into the employers’ family turned out to be a determinant cause in relation to their level of satisfactory working experience, this regardless their labor conditions. Key words: formalized domestic service / labor contract / increase of supply and demand of care services/ female migration/ labor markets/ integration. 3 Agradecimientos Después de tantos anhelos concebidos en esta maestría hoy quedan plasmados en la tesis que a continuación presento. Antes deseo expresar en estas páginas, mi más profundo agradecimiento a todos los que de alguna manera contribuyeron a su realización. De manera especial agradezco a Dios por haberme dado la oportunidad de lograr este eslabón en mi proyecto vida; que por El, hoy lo he podido lograr. Asimismo, le agradezco por permitirme compartir este logro profesional con mis seres queridos; en especial por concederme la oportunidad de tener a mis padres en este momento tan trascendental. A ellos, les ofrezco esta tesis como agradecimiento perpetuo por ser unos padres admirables, que con su apoyo inconmensurable me han proveído de entereza para alcanzar mis metas. Por su cariño y palabras de aliento, por su fe, por su amor incondicional que nunca he sentido apartado de mí, porque siempre ellos serán mi motivo por el cual seguir adelante en la vida. A mi tía Emma le doy mi más sincero agradecimiento por el apoyo que siempre me ha dado, por su comprensión y su impulso hacia mis planes; por sus oraciones que siempre han dado fruto, por sus manos tendidas para ayudarme, por su alegría motivante. Agradezco a mis hermanos Paty, Guillermo, Lupita y Beto por ser junto a nuestros padres, los pilares de mi vida. Porque en todo momento han mostrado esos lazos forjados con amor, han sido el soporte para los vaivenes de la vida. Porque a pesar del trayectos que cada uno hemos tomado, han estado presentes incondicionalmente. Gracias por su amor y comprensión, por tolerar, por solidarizarse. Asimismo, les doy las gracias por compartir el fruto de su amor: Fernanda, Aarón, Ximena, Diego, Ana Paula, Camila y María José, quienes han alegrado mi vida. Gracias a Aarón Díaz de León y Jorge Villalobos, así como a mis primos Jorge y Alejandro, por su cariño y apoyo entrañable. 4 De manera particular quiero agradecer a Marina Ariza, quien fue mi directora de tesis y profesora de seminario; ya que siempre compartió su experiencia y conocimiento sin reserva, porque fue una excelente guía y maestra. Por revela rnos nuevos senderos colmados de enseñanza, en los cuales me mostró siempre cómo transitar. Por los cimientos que en mí fincó, los cuales estarán presentes en mi carrera profesional. De todo corazón muchas gracias por creer en mí y en mi tema de tesis, al cual ella siempre mostró sumo entusiasmo; por todo el apoyo dado tanto en las aulas, en las asesorías, en el trabajo de campo, como en la parte final de la tesis -etapa muy dura para mí- y en la que siempre sentí su comprensión. También aprecio las correcciones hechas durante todo el proceso, de las cuales sin vacilación también aprendí. Destaco el soporte otorgado por Cecilia Gayet durante el transcurso de la maestría, así como por el impulso para llevar a cabo el trabajo de campo. De igual manera agradezco a mis lectoras Liliana Martínez y Flérida Guzmán por el tiempo dedicado a leer este trabajo, por sus observaciones tan acertadas. A Silvia Benard por su fiel apoyo de tantos años, por el estímulo brindado, el cual me ha impulsado a seguir adelante y a buscar nuevos desafíos; por su sincera amistad. Muchas gracias a cada uno de los miembros de la FLACSO México, ya que siempre mostraron disposición y eficiencia, e hicieron de esta estancia una experiencia cálida y llena de afectos. Gracias al CONACYT por el recurso otorgado para la realización de la maestría. Un especial agradecimiento a Mariana y a Bety por el tiempo dedicado a alimentar con francas muestras de cariño, nuestros lazos de amistad. Gracias por su ayuda y apoyo para lograr la consumación de este proyecto. Finalmente quiero agradecer efusivamente a todos los amigos de la maestría, con quien tejí lazos de camaradería, que estoy segura durarán toda la vida. Gracias por tantas alegrías compartidas, por tanto amor. A partir de ahora -ya muchos desde nuestras trincheras- sabremos que esta experiencia nos ha dejado el regalo más bello, el ser parte de una familia de hermanos latinoamericanos. 5 INDICE Introducción ...…………………………………………………………………….………….…... 10 A. Planteamiento del problema .……………………………………………….……………… 12 B. Objetivos de la investigación ………………………..……………….……….……..….… 12 Objetivo general …….....…………………………..……………………………………….... 12 Objetivos específicos ………………………………………………………..…………..….. 12 C. Preguntas de investigación…………………………………………………….…………… 13 Pregunta guía …………………………………………………………………………..…….. 13 Preguntas secundarias …………………………………………………………………..…. 13 D. Hipótesis …………………………………………………………………………………….…. 14 Hipótesis guía ………………………………………………………………………………… 14 Hipótesis secundarias ………………………………………………………………………. 14 E. Planteamiento metodológico …...………………………………………………………….. 15 Metodología ………………………………………………………………………..…………... 15 Población objetivo ……………………………………………………………….……….…... 18 Cuota ……………………………………………………………………………….……….…… 19 Trabajo de campo ………………………………………………………………….……….…. 19 Guión de entrevista …………………………………………………………………...…….….20 Sistematización ……………………………………………………………………….……….. 21 Capítulo Primero: La demanda y oferta global de servicios de cuidado ….……….….. 22 1.1 La evolución de la demanda y oferta global de trabajadoras del servicio doméstico y de los servicios de cuidado ………………………..……….…….… 22 a) Europa …………………………………………………………………………….….. 23 b) Norteamérica …………………………………………………………………….….. 24 1.1.1 Quiénes componen la oferta y la demanda de los servicios domésticos y de cuidado …………………………………….… 26 a) Oferta ………………………………………………………………….......... 26 b) Demanda …………………………………………………………………… 29 1.1.2 Factores que explican la expansión de este mercado de trabajo…… 30 1.2 La expansión del mercado de las au pairs …………...……..…………………….. 33 1.2.1 La diversificación de los países implicados ……………………………. 34 a) Au pairs enviadas ………………………………………………………… 34 Cuadro 1. Posiciones de las regiones según au pairs enviadas en el período 2008-2009 …...……………………………….. 35 Cuadro 2. Posiciones de los países según la elección de las au pairs como país destino 2006-2010 ……………... 37 b) Au pairs recibidas ………………………………………………………… 37 6 Cuadro 3. Posiciones de las regiones según au pairs recibidas en el período 2008-2009 …………………………………… 38 1.3 Particularidades de las au pairs en contraste con las del servicio doméstico ……………….……………………………………………...…… 39 1.3.1 Similitudes …………………………………………………………………….. 39 1.3.2 Diferencias ……………………………………………………………………. 41 1.4 Consideraciones finales del capítulo ……………………………………………… 44 Capítulo Segundo: El programa de intercambio cultural au pair ………………………. 46 2.1 Origen ………….……………………………………………………………………....... 47 2.1.1 El término au pair …………………………………………………………….. 48 2.1.2 ¿Cómo y por qué surge el programa au pair? ……………..…………… 50 2.2 Normatividad …………………………………………...……………………............... 51 Cuadro 4. Acuerdo Europeo para la colocación de au pairs por el Consejo de Europa …………………………………. 51 2.3 Panorama global de los programas de intercambio cultural au pair ………… 56 Cuadro 5. Requisitos de los programas de intercambio cultural au pair según los gobiernos de cada país …... 57 2.3.1 El programa de au pairs en los Estados Unidos ……………………..… 59 2.4 Consideraciones finales del capítulo ……………………………….……….…….. 62 Capítulo Tercero: El mercado de trabajo de las au pairs en Estados Unidos: elementos, actores y fases …………………………………….............. 64 3.1 Los elementos y actores de este mercado de trabajo ………………………….. 66 Diagrama 1. Actores del sector del mercado de trabajo del servicio doméstico que cubren las au pairs en Estados Unidos .. 67 3.1.1 Actores institucionales y sus funciones ………………………………….. 68 a) El gobierno de los Estados Unidos …………………………………….. 68 Diagrama 2. Elementos y actores del mercado de trabajo de las au pairs ……………………………………………………………. 70 b) Las agencias: en México y Estados Unidos ……...…………………... 70 3.1.2 Otro actores dentro de este mercado de trabajo …………………..……. 72 a) Demanda …………………………………………………………………...... 72 b) Oferta laboral ….……………………………………………………............ 75 3.2 Las fases en el proceso de este mercado de trabajo ……………..……………. 77 Diagrama 3. Fases del proceso de los programas de intercambio de los programas de au pairs ………………………...… 79 a) Difusión, captación, promoción y reclutamiento ……………..………………. 80 7 b) Traslado, capacitación, incorporación al espacio laboral, formación educativa y supervisión …………………………………………………………... 82 c) Retorno ……………………………………………………………………………….. 85 3.3 Consideraciones finales del capítulo ….………………………………………...... 86 Capítulo Cuarto: La experiencia laboral de las au pairs ……………….………………… 88 4.1 El ejercicio de la actividad ………………………………………..…………………. 89 Cuadro 6. Ejercicio laboral de las au pairs de México en Estados Unidos …………….………………………………………….. 90 4.1.1 Jornadas de trabajo extras o intensas y escasa integración familiar ……………………………………...……….. 91 a) Jornadas de trabajo extensas ………………......……………………… 92 b) Supervisión de tareas …………………….………………………...……. 95 c) Integración e intercambio cultural ……………………………………... 97 d) Satisfacción con la actividad …….……………………………………... 98 e) Horarios de llegada ……………………………………………………….. 99 f) Prestaciones laborales ………………………………………………..….. 99 4.1.2 Jornadas completas con alta integración familiar …………...……….. 100 a) Superposición de tareas e integración ………………………………. 100 Diagrama 4. Ciclo de autoasignación de tareas domésticas para la lograr integración de la au pair en la familia empleadora ………………………………………………….….... 102 b) Cuadernillo y horarios de llegada ……………………………………...104 4.1.3 Situaciones mixtas y jornadas de trabajo parciales ……………………105 a) Carga de tareas domésticas, cuadernillo y horarios de llegada ... 106 b) Integración …………………………………………………………..……. 106 c) Prestaciones laborales ……………………….…………………………. 107 4.2 Consideraciones finales del capítulo ……...…………..…………………............ 108 Capítulo Quinto. Conclusiones finales........................................................................... 110 5.1 El carácter formal de los programas de intercambio ………………….……… 111 5.2 Necesidad de cubrir la demanda de servicios domésticos: regulándola ..… 112 5.3 Inconformidad hacia los programas de intercambio cultural ………………… 113 5.4 Integración de la au pair …………………………………………………………….. 114 F. Recursos bibliográficos, artículos de revistas e informes ..….……………………... 116 Artículos e información en línea ………….…………………...………………………... 119 8 G. Anexos Anexo I. Rasgos generales de las au pairs mexicanas entrevistadas …..………. 122 Anexo II. Rasgos generales de las agencias entrevistadas como informantes clave …………………………………………………….… 127 Anexo III. Diseño del guión ………………………………………..…………………...… 128 a) Esquema del guión de entrevista para las au pairs ………………….….... 128 b) Esquema del guión de entrevista para las agencias ..…………………..... 129 Anexo IV. Continuación del Acuerdo Europeo para la colocación de Au pairs por el Consejo Europeo, octubre 1969 .…......………………… 130 Anexo V. Federal Register Volume 59, Number 239 –Acuerdo de los Estados Unidos- ……………………………………………………………..... 135 9 Introducción “Maruja no tenía edad. De sus años de antes, nada contaba. De sus años de después, nada esperaba. No era linda, ni fea, ni más o menos. Caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero, o la escoba, o el cucharón. Despierta, hundía la cabeza entre los hombros. Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas. Cuando le hablaban, miraba al suelo, como quien cuenta hormigas. Había trabajado en casas ajenas desde que tenía memoria. Nunca había salido de la ciudad de Lima. Mucho trajinó, de casa en casa, y en ninguna se hallaba. Por fin, encontró un lugar en donde fue tratada como si fuera persona. A los pocos días, se fue. Se estaba encariñando.” (Galeano, 2012:Marzo30). El interés por abordar el tema de los programas de intercambio cultural au pairs surge a raíz de mi propia experiencia como au pair en los Estados Unidos. Durante el proceso de “intercambio cultural” me di cuenta que la agencia reclutadora –sin considerar lo relacionado a las cuestiones legales adquiridas- me había ofrecido algo muy diferente a lo que realmente estaba viviendo. Al conocer las experiencias de otras au pairs, corroboré que la mayoría habíamos sido engañadas con el mensaje de que ese año de “intercambio” sería uno de los mejores de nuestras vidas. La realidad fue que nosotras, al estar ahí, conformábamos un eslabón más de lo que Salazar Parreñas llama la división internacional del trabajo reproductivo, y que no éramos más que mujeres migrantes insertas en un segmento del sector de empleadas domésticas. Cuando tuve la oportunidad de escoger un tema de investigación para mi tesis de maestría, no dude en elegir éste. Mi interés fue y sigue siendo abordar este tipo de programas de intercambio como una forma de trabajo doméstico formal. El propósito de esta investigación es poner de relieve cada una de las características que distinguen a estos programas; lo que realmente implica ser au pair dentro de la estructura del mercado de trabajo doméstico formal y cuáles son los mecanismos por los cuales se regula este segmento del mercado de trabajo. 10 Se presentan en primer lugar el planteamiento del problema de investigación, sus objetivos, las, preguntas, las hipótesis y el acercamiento metodológico. La perspectiva analítica de la cual parte esta investigación es la de los mercados de trabajo, por lo que en el primer capítulo se esboza de manera general la evolución reciente de la demanda y oferta global de los servicios de cuidado, como ámbito en el que se inscriben los programas de intercambio de au pairs. En el siguiente capítulo se ahonda de manera extensa el origen y la evolución de dichos programas, su institucionalización y normativa a nivel global; además se presentan los acuerdos por los cuales se rigen los programas de intercambio cultural a nivel mundial. Al finalizar el segundo capítulo, se habla de la importancia de dichos acuerdos laborales como un arreglo para formalizar el trabajo doméstico de las au pairs, primero en el contexto europeo y después en los Estados Unidos. Una vez expuestos estos aspectos, se presentan en los siguientes capítulos -tercero y cuarto - los datos empíricos de esta investigación con base en las entrevistas a profundidad realizadas. En estos se describe el funcionamiento del proceso del programa y los elementos que intervienen en éste, y se describen los patrones comunes en las experiencias de las au pairs, examinando dos ejes centrales que deberían regir el propio programa según éste lo enarbola: el tipo de jornada; por un lado; por otro, el nivel de integración de las au pairs con la familia empleadora. Por lo tanto, en el primer capítulo empírico (el tercero de la tesis) se describen analíticamente aquellos elementos y actores que conforman el mercado de trabajo de las au pairs en los Estados Unidos, según los componentes del mercado de trabajo propuestos por Tilly & Tilly (1994), integrado por: los trabajadores, los empleadores, el empleo, el contrato, las redes y la contratación. También en este capítulo se analiza n las fases de este mercado de trabajo desde una perspectiva sociológica, con base a la Teoría Sociológica de Mercados de Trabajo. En el capítulo cuarto se analiza la experiencia laboral de las au pairs y su inserción en la actividad, según se desprende de las entrevistas realizadas con cada una de ellas. Se presenta una tipología de los prototipos de experiencia laboral encontrados con base 11 en nuestros datos. El último capítulo expone las conclusiones de nuestra investigación de manera colectiva. A. Planteamiento del problema Los programas de intercambio cultural au pair funciona n como un mecanismo de reclutamiento para un tipo específico de trabajo doméstico de tipo formal. El interés de esta investigación es conocer la estructura y funcionamiento de dicho mercado de trabajo enfocado a reclutar mujeres interesadas en participar como au pairs en los Estados Unidos de América. Dicha forma de trabajo doméstico se ha comercializado a través de programas que ofertan el programa como una forma de intercambio cultural y no como un tipo de un trabajo doméstico, lo que hace que estos tengan un carácter ambiguo. Haciendo una descripción de todo el proceso que conlleva dicho programa, se intentará mostrar que el programa de au pair, no es más que una forma de trabajo doméstico formalizado y que dicha formalización se sustenta en la necesidad de cubrir una demanda de empleo de cuidado de los niños en ciertos sectores económicos de las economías avanzadas. B. Objetivos de la investigación Objetivo general Describir el funcionamiento del mercado laboral de las au pairs entendido como una forma de trabajo formal dentro del sector del servicio doméstico y de cuidado. Objetivos específicos • Conocer la evolución y expansión de la oferta y demanda de los servicios de cuidado a nivel global, así como las características que lo diferencian de los servicios domésticos en general. 12 • Describir el surgimiento y características de los programas de intercambio como una forma de satisfacer el aumento de la demanda de servicios de cuidado. • Describir el proceso de reclutamiento que lleva a cabo el programa de au pair. • Evaluar la relación que hay entre la jornada de trabajo de las au pairs y su nivel de integración a la familia empleadora durante el ejercicio laboral. C. Preguntas de investigación Pregunta guía • ¿Qué diferencia la actividad de las au pairs a la de otras empleadas domésticas?, ¿Cuáles son los mecanismos que distinguen el funcionamiento de este tipo de programas de intercambio? Preguntas secundarias • ¿Con qué finalidad se crearon los programas de intercambio? • ¿Qué características particulares tienen la oferta dentro de este mercado de trabajo a diferencia de otro sector? • ¿Cómo funcionan los mecanismos de intermediación en este mercado de trabajo? • ¿Cuáles son las condiciones laborales en las que tiene lugar el desempeño de la actividad de las au pairs? 13 • ¿Qué factores inciden en que las au pairs experimenten situaciones de vulnerabilidad laboral? • ¿Qué tan integradas están al entorno doméstico? D. Hipótesis Hipótesis guía Las au pairs se diferencian de otras trabajadoras domésticas no sólo por el grado de formalización, sino por el segmento de la demanda laboral al que sirven, los rasgos que poseen como oferta laboral, la situación migratoria y el carácter eminentemente temporal de la actividad. Hipótesis secundarias • Los programas de intercambio surgen a razón de satisfacer una demanda de obra con estatus legal, flexible y accesible. • El proceso de reclutamiento es utilizado por el gobierno de los Estados Unidos como un mecanismo de regulación de este mercado trabajo. • El grado de discrecionalidad de las tareas a realizar, en discordancia con lo establecido en el contrato laboral, suscita un alto grado de inconformidad. • A pesar de la formalización del trabajo doméstico de las au pairs, la mayoría de éstas experimentan situaciones de explotación laboral y poca integración familiar. • El nivel de satisfacción laboral está determinado por el grado de integración de la au pair a la familia empleadora. 14 E. Planteamiento metodológico En este acápite se expone la metodología de la cual nos servimos para llevar a cabo esta investigación, así como de las limitaciones que enfrentamos en el trascurso de su realización. También se presentan los medios y las herramientas de las que nos valimos para recolectar la información. Metodología El propósito de captar las experiencias de una cada vez mayor participación de mujeres interesadas en insertarse en el mercado de las au pairs, motivó nuestro afán por perseguir la singularidad de éste en un sentido holístico (Ariza y Velasco, 2012), por lo que se optó por utilizar un enfoque cualitativo por medio de la obtención detallada de los datos – a través de entrevistas a profundidad- para luego integrarlos analíticamente en nuestro trabajo. Esta metodología se caracteriza por ser un proceso interpretativo e indagatorio, basado en distintas tradiciones metodológicas (Vasilachis, 2006), en virtud del cual se recolecta una serie de materiales empíricos que persiguen describir los momentos habituales y problemáticos y los significados en la vida de los individuos (Vasilachis, 2006). Cabe mencionar que en un comienzo se pensó integrar a esta investigación algún tipo de información sobre las tendencias de este mercado, por lo que se buscaron los canales que pudieran proporcionarnos bases de datos cuantitativos de este tipo de trabajo doméstico, a través de la Asociación Internacional de Au pair (IAPA por sus siglas en inglés) 1. Al 1 La IAPA es un organismo internacional fundado en 1994 y es reconocido internacionalmente por dar asistencia a los programas de intercambio cultural au pair de todas aquellas agencias internacionales miembros a esta asociación. Además la IAPA se encarga de salvaguardar las relaciones laborales entre las au pairs y las familias empleadoras a través de códigos internacionales de trabajo establecidos tanto por el Consejo de Europa (http://conventions.coe.int/Treaty/EN/Treaties/Html/068.htm (accessed Abril 18, 2012) com o por la OIT 15 recurrir a ellos, se les solicitó información sobre algunos registros o bases de datos sobre la participación del mercado de las au pairs, sin embargo nos comentaron que no existían tales y que sólo nos podían proporcionar algunos informes en donde se realizaron algunas encuestas hechas por las agencias miembros de la IAPA. Ante este panorama, se comenzó con la búsqueda de informantes clave que pudieran ofrecer luz a nuestra investigación, pero que a su vez fueran casos diferentes entre sí, en función de esto nuestra estrategia fue obtener una muestra lo mas heterogénea posible, es decir que se diferenciarán en edad, profesión, ciudad de origen, ciudad donde realizaron su intercambio, si terminaron o no su programa o si lo extendieron. Para llevar a cabo el proceso de investigación se recogió información de dos tipos de informantes: las au pairs y las agencias intermediarias reclutadoras de au pairs localizadas en México. Para ubicar algunas de estas agencias se comenzó por indagar con la IAPA (International Au pair Association, 2010) cuántas y cuáles agencias estaban registradas en esta asociación, de las cuales encontramos a 8 agencias de Estados Unidos y 6 en México Se tomó la decisión de entrevistar a cuatro: dos estadounidenses y dos mexicanas. Los criterios para seleccionar a las agencias fueron los siguientes: que tuvieran más tiempo en el mercado, que se dedicaran exclusivamente a ofertar los programas de intercambio au pair; y/o; que tuvieran representación en varias ciudades mexicanas. Cabe destacar que se tuvo la intención de que las agencias a entrevistar coincidieran con aquellas agencias en las que las au pairs entrevistadas hubieran realizado el intercambio, con la finalidad de tener una visión más completa del papel de estos actores en este mercado de trabajo. Las dos agencias de los Estados Unidos que cumplían con estos criterios fueron: Cultural Care 2 con 27 años en el mercado, y Au Pair in America, con más de 25 años. Ambas vendían exclusivamente los servicios del programa (Texto del convenio sobre el trabajo decente para las trabajadoras y trabajadores domésticos, Ginebra, Junio de 2011). 2 En el caso de Cultural Care, es una de las agencias con mayor presencia a nivel nacional, en cambio Au Pair in America cuenta con menos representantes a nivel nacional. 16 de au pair. El que las au pairs entrevistadas participaran en al menos una de éstas, permitiría contrastar los dos puntos de vista de la propia au pair y la agencia sobre del ejercicio laboral. Además se seleccionó la agencia mexicana Mex Au Pair, ya que contaba con más de 13 años en el mercado (Mex au pair, 2010). Una vez elegidas las agencias nos contactamos con ellas por teléfono y correo electrónico, pero sólo se concretaron dos entrevistas, la de la agencia Au Pair in America y Mex Au Pair3 (Ver Anexo II). La agencia Cultural Care declinó dar las entrevistas alegando el carácter confidencial de su información y la necesidad de solicitar autorización a la matriz en Suiza, algo que nunca hicieron. A pesar de que sólo se pudo contactar una de las dos agencias por medio de las cuales las au pairs entrevistadas realizaron el proceso de intercambio –Au Pair in America-, la información proporcionada por la otra agencia –Mex Au Pair- es válida para esta investigación por cuanto los criterios generales de selección, ya que estos son establecidos uniformemente por el gobierno de los Estados Unidos; por lo tanto la captación de la información en relación a los procesos de intercambio entre las agencias es muy semejante. La selección de las au pairs a entrevistar se realizó de acuerdo al procedimiento de bola de nieve (Mejía, 2002), el cual implica elegir a un miembro de un grupo en particular y a su vez éste nos contactase con otros miembros con ciertas características. En un principio se contactaron a 13 ex au pair de diversos países a quienes conocí al realizar mi proceso intercambio como au pair. Este grupo había sido elegido a través de un sondeo exploratorio para ver que tan realizable era la investigación, sin embargo en el transcurso de ésta se tomó la decisión de que fueran solamente ex au pairs mexicanas por cuestiones de tiempo y logística, ya que de no haber acotado la muestra, la mayoría de las entrevistas no se 3 A la agencia Mex Au Pair in America se le comentó desde un principio que yo había participado en un programa de intercambio como au pair con el fin de contrastar la información de ésta con la de Au Pair in America a la cual no se le mencionó que yo había participado en este tipo de programas. El resultado de esta estrategia mostró que la informante clave de la primera agencia, subrayó más el aspecto las irregularidades de los programas que la segunda informante. 17 hubieran realizado de manera presencial. Se construyó una matriz de información con 13 preguntas claves (Ver Anexo III), de las cuales se obtuvo información sociodemográfica y sobre su experiencia como au pair. De las 6 primeras ex au pairs se excluyeron dos, ya que no cumplían con los criterios establecidos para formar parte de la muestra. En total se contactaron 31 ex au pairs, de las cuales se seleccionó una muestra lo más heterogéneamente posible, eligiendo finalmente a 12 mujeres y un hombre 4. Es importante mencionar que se seleccionó a este último debido a su singularidad, y al hecho de que cambió dos veces de familia empleadora. El análisis de la información se llevó a cabo mediante la construcción de matrices en donde se organizaba la información de las entrevistadas según tres principales ejes de análisis correspondientes a tres momentos del proceso: 1) el reclutamiento y la capacitación; 2) el ejercicio laboral; 3) el retorno. Una vez vaciada la información de cada entrevista en una matriz individual, se decidió organizar el conjunto de ellas según los tipos de experiencia conformando cuatro tipos: quienes sí terminaron el programa y sí extendieron pero no cambiaron de familia, quienes sí terminaron el programa pero no extendieron ni cambiaron de familia, quienes no terminaron el programa ni extendieron y tampoco cambiaron de familia y por último de quienes sí terminaron su programa, si extendieron y sí cambiaron de familia. Respecto al análisis de las entrevistas realizadas a las agencias, se utilizaron los mismos ejes analíticos de las entrevistas. Población objetivo Nuestra población objetivo fueron las ex au pairs mexicanas que trabajaron en los Estados Unidos en el período 2006 a 2012 a través de alguna agencia intermediara. También se realizaron entrevistas a las dos 4 Es importante mencionar que a partir de aquí, se tratará en lo posible de no diferenciar entre las au pairs y el au pair con el propósito de facilitar la lectura y comprensión del texto, aunque sí se mencionará si así se requiera. 18 agencias que nos sirvieron como informantes claves, mencionadas previamente . Cuota La cuota de entrevistadas en esta investigación fue de 13 ex au pairs. De las 12 ex au pairs, sólo una realizó su intercambio a través de la agencia Au pair in America, el resto, inclusive el único varón ex au pair entrevistado, participaron a través de la agencia Cultural Care Au Pair (Ver anexo I). De las entrevistas con las agencias (las cuales fueron nuestras informantes clave), Estudiantes Embajadores del Mundo (EEM) maneja el Programa de Intercambio Cultural Au Pair mediante la agencia Inglesa Au Pair in America. Esta es la agencia que comenzó con los programas de au pair en Estados Unidos. Tiene 25 años en el mercado estadounidense y 10 años en México. A su vez, la agencia mexicana Mex Au Pairs intermediaria de mano de obra para la agencia americana Inter Exchange, y trabaja desde hace 12 años en el país. En Estados Unidos esta agencia lleva 20 años. Mex Au pair intermedia en el proceso de reclutamiento de las au pairs para diversos países, además de Estados Unidos: Alemania, Austria, Francia, Bélgica y Escandinavia. Mex Au Pair tiene sus oficinas en la Ciudad de México, con representaciones en Chiapas, Veracruz, León, Hidalgo, y Puebla. Mientras que EEM ofrece intercambios además de Estados Unidos, a Alemania y Francia; y tiene representaciones en León, Zacatecas, Guadalajara y Ciudad de México. La información proporcionada por dichas agencias fue determinante para conocer el funcionamiento de los Programas de Intercambio Cultural Au Pair e n Estados Unidos. Trabajo de campo El trabajo de campo según Vasilachis es aquel lugar en donde los actores sociales despliegan su vida y en un proceso de socialización con éstos, el etnógrafo debe estar dispuesto a transitar (2006:117) con la 19 finalidad de recoger su punto de vista. Para llevar a cabo el trabajo de campo, el investigador debe realizar diferentes actividades que van, desde los aspectos administrativos, establecer los contactos que faciliten la realización del trabajo de campo, determinar quien realizará las entrevistas y prepararse para éstas; hasta planear la fecha y el lugar de la realización, revisar los instrumentos de indagación, en este caso los cuestionarios, llevar a cabo el levantamiento de la información, y por último realizar, un informe final del trabajo de campo (Rojas-Soriano, 2003). Realizar un estudio cualitativo nos permitió profundizar en las vivencias de los actores situados en un segmento específico del mercado de trabajo de los servicios de cuidado. Dichas vivencias las pudimos registrar a través de la técnica de investigación llamada entrevistas a profundidad. Con el apoyo de un cuestionario con preguntas abiertas como herramienta de recolección de información, nos acercarnos a los hechos de manera flexible. Avanzar de manera dialógica es precisamente uno de las virtudes de este tipo de metodologías (Ariza y Velasco, 2012). El trabajo de campo se llevó a cabo del 5 al 23 de marzo del 2012 en las ciudades de Aguascalientes, Ciudad de México, Guadalajara, León y Monterrey. De la información obtenida se clasificó como independientes el tipo de jornada laboral según la duración, y las condiciones laborales el grado de, integración a la familia, satisfacción personal, cursos de formación cultural recibidos y la carga laboral. Guión de entrevista5 Tanto el guión de entrevista de las au pairs como el de las agencias siguieron el eje conductor del proceso del mercado de trabajo de las au pairs, en el cual se intentó cubrir cada una de sus fases: acercamiento, aceptación, trámites, llegada, capacitación, recibimiento, intercambio (en donde se tocaba lo relacionado al ejercicio laboral), abandono del programa, 5 Los guiones de las entrevistas tanto de las au pairs como el de las agencias se encuentran en el Anexo III. 20 extensión, cambio de familia, retorno, intercambio cultural, experiencia general y autoevaluación. En el guión se incluyeron los siguientes aspectos: datos históricos, datos de las au pairs y las familias, etapas del proceso del intercambio cultural, balance cultural y evaluación. Sistematización La sistematización de la información de las entrevistas se llevó a cabo mediante el uso de matrices de análisis, en donde se vació la información recabada, arribando a cuatro grandes grupos. El primero recogía información sociodemográfica tanto de las au pairs como de sus empleadores. El segundo integraba la información relacionada con aquellas fases del proceso que refirieran al acercamiento, aceptación, trámites; es decir a aquellas fases previas a la inserción en la actividad laboral. Un tercer apartado referido a la información relacionada con el ejercicio laboral, el cual constó de las fases de: llegada, capacitación, recibimiento, intercambio abandono del programa, extensión, cambio de familia y lo relacionado al intercambio cultural. Por último se trabajó con un cuarto bloque analítico relacionado con el retorno, la experiencia general y la autoevaluación. La matriz utilizada para sistematizar la información de la agencia se dividió también en cuatro grandes grupos. En el primero se recogían datos históricos de las au pairs y las familias; en el segundo sobre las etapas del proceso del intercambio cultural. En los siguientes, el balance cultural de estos programas y la evaluación general de los programas de intercambio. 21 Capítulo Primero La demanda y oferta global de servicios de cuidado El objetivo del presente capítulo es exponer brevemente la evolución de los servicios de cuidado, en sentido general, con la finalidad de evidenciar el aumento de la demanda y oferta de estos servicios a nivel internacional. También se busca dar cuenta del crecimiento de la demanda de las au pairs, como un segmento diferenciado dentro de este mercado de trabajo, así como describir sus particularidades, y señalar diferencias y similitudes con el servicio doméstico. El capítulo se compone de tres acápites. En el primero de ellos se abordan tres aspectos, a saber: el desarrollo histórico internacional, de la demanda y oferta global de los servicios domésticos y de cuidado; quiénes componen la oferta y la demanda de estos servicios; finalmente, en este primer acápite se enumeran los factores que explican la expansión reciente de dicho mercado de trabajo, a nivel internacional. En el segundo acápite se hace referencia a la expansión del mercado de las au pairs como un segmento particular que satisface la demanda por ciertos servicios de cuidado de determinados sectores sociales. En este acápite también se mencionan los países implicados en dicha expansión del mercado. En un último parágrafo se exponen las particularidades de este subsector del mercado de trabajo del servicio doméstico -el de las au pairsseñalando similitudes y diferencias con el servicio doméstico. 1.1 La evolución de la demanda y oferta global de trabajadoras del servicio doméstico y de los servicios de cuidado Las trabajadoras del servicio doméstico han existido desde tiempos remotos; su demanda se inscribe dentro de las tareas relacionadas con 22 cuidado y el mantenimiento del hogar. La mano de obra proveedora de dichas tareas se ha caracterizado por tener ciertos rasgos sociales y económicos, según el tiempo y el lugar que se analice. Históricamente las mujeres migrantes y de ciertos grupos étnicos, han jugado un rol importante dentro del sector en sentido general (Piore 1975, 1979 citado en Ariza, 2011), pues han sido las principales proveedoras de mano de obra para dicho sector. a) Europa En el caso específico de la evolución del servicio doméstico en Europa, se tienen registros de flujos migratorios femeninos datados desde finales del siglo XVII y hasta mediados del XIX, en donde las elites europeas contrataban mujeres francesas para aprender de su lenguaje, costumbres; moda y cocina (Sarti, 2008:78). A su vez –a principios de 1700- una oleada de noruegas fungieron como personal de servicio doméstico en Ámsterdam (Sogner 1993 citado por Ibid). De esta manera, el patrón común de migración internacional de sirvientes en Europa se fue perfilando por flujos de migrantes provenientes de aquellos países que habían colonizado y que en ese momento trabajaban ahí como sirvientes (Sartí, 2008:79). Sin embargo, a pesar de este aumento en la ocupación, hubieron sucesos como las guerras que produjeron un cambio en la ocupación. Al respecto Sarti menciona que, en el caso particular de: “La Gran Bretaña, la guerra ocasionó una baja en el servicio doméstico pues muchos hombres fueron reclutados como soldados y las mujeres tuvieron que abandonar las tareas domésticas para participar en la economía de guerra […]. En ese país, después de 1945, muchas empleadas domésticas no volvieron a su ocupación […] por lo que se reabrió al esquema de inmigración para contribuir nuevamente al crecimiento de empleadas en el servicio doméstico (Sarti, 2008:86).” No obstante, el crecimiento fue insuficiente por lo que muchos comentaristas pronosticaron la desaparición de la actividad (Hondagneu23 Sotelo, 2001:11) ya que el declive de la actividad fue particularmente rápido y consistente, sobre todo en aquellos países Europeos que desarrollaron un sólido Estado de Bienestar que apoyaba a las familias (Sartí, 2008:86). Sin embargo en aquellos países de Europa en donde el Estado de Bienestar estaba menos desarrollado, la demanda de trabajadoras domésticas creció. Aunado a un mal logrado sistema de asistencia social que proveyera de servicios de cuidado a las familias; “la mayor participación laboral de la mujer fue también lo que produjo un crecimiento acelerado en las distintas manifestaciones del trabajo reproductivo, principalmente tareas de limpieza y tareas de cuidado” (Parella-Rubio, 2003:134). Todo lo anterior repercutió en el aumento de la demanda de trabajadoras domésticas. Desde el punto de vista económico, el servicio doméstico en Europa aumentó debido a que muchos de los puestos de trabajo “durante el proceso de implantación del modelo de producción fordista” (Parella -Rubio, 2003:120), eran poco cualificados, mal pagados y proliferaban mayormente en el sector servicios por lo que las economías centrales demandaron fuerza de trabajo femenina para cubrir la demanda en los servicios domésticos, entre otra clase de servicios (Ibid). En este tenor, muchas personas de Europa del Este, Asia, Sudamérica y África al no contar con buenas oportunidades de empleo en sus países de origen (Sarti, 2008:89) aprovecharon esa demanda para insertarse en los servicios domésticos. b) Norteamérica En lo concerniente al desarrollo del servicio doméstico ocurrido en Norteamérica, se tiene registro que hacia el año de 1776 su evolución estuvo marcada por una migración de europeos principalmente hacia los Estados Unidos. Ahí, los puestos en el servicio doméstico originalmente tomados por los nativos blancos americanos, en el norte, y por los esclavos negros en el sur; comenzaron a ser rechazados por esas poblaciones, ocasionando que estos fueran ocupados en mayor medida por los inmigrantes y los negros (Katzman 1978:44 citado por Sarti 2008:80). Para el período comprendido 1870 y 1910, en este mismo país, “el número de 24 mujeres empleadas en el servicio doméstico prácticamente se duplicó al pasar de 960,000 a 1,830,000 trabajadoras” (Katzman, 1978:48 citado por Ariza, 2010:122). Asimismo, “entre 1970 y 1980 el servicio doméstico había alcanzado en ese país - lo mismo que en otros países de mayor desarrollo relativo – su más baja representación histórica y luego volvió a crecer inesperadamente finalizando el siglo” (Ariza, 2011:4) pues “el número de mujeres empleadas en el servicio doméstico pasó de 494,920 a 820,300 entre 1990 y 1999” (Milkman, Reese y Roth, 1998 y US Census Bureau, 1999 citados por Ariza, 2010:124). Con una tendencia similar, desde 1981, Canadá comenzó a reclutar formalmente a miles de mujeres -en su mayoría del tercer mundo- para trabajar como niñeras de planta así como empleadas domésticas. Lo mismo ocurrió desde los años ochenta en el caso de la participación de las mujeres caribeñas y a partir de los años noventas en el caso de las filipinas (Ozyegin & Hondagneu-Sotelo, 2008:197). Además de los condicionantes socioeconómicos e institucionales que promovieron un aumento en la demanda de los servicios domésticos, hubieron otros factores que determinaron dicho aumento; tal como Salazar Parreñas refiere que en una sociedad patriarcal como la americana -donde las tareas domésticas continúan siendo reproducidas por las mujeres- al aumentar la participación de éstas en el mercado de trabajo, las mujeres no tuvieron otra opción más que comprar los servicios de “otras mujeres menos favorecidas” (2001:71) para realizar las labores domésticas. A su vez, hubo “un aumento de los hogares de jefatura femenina con hijos -cuyo número se triplicó entre 1970 y 2003, de 3.4 a 9.9 millones de familias- los cuales figuraron entre los mayores demandantes de servicios de guardería y cuidado infantil“ (Green Book, 2004 citado por Ariza, 2011:7). Hasta aquí se han expuesto algunos sucesos –tales como el cambio en la dinámica social y la inserción de la mujer madre de familia al campo laboral- que produjeron un aumento notable en la demanda de prestadoras de servicio, enfocadas al cuidado del hogar y de los niños. Sin embargo, existen otro factores –adicionales a los ya presentados- que influyeron tanto en el crecimiento de la demanda como de la oferta de estos servicios; antes 25 de presentarlos, se expondrá de manera general, las características de los oferentes y demandantes de este tipo de servicios. 1.1.1 Quiénes componen la oferta y la demanda de los servicios doméstico y de cuidado Los servicios domésticos y de cuidado se estructuran básicamente en torno a dos partes: quien oferta el trabajo doméstico, compuesto por las empleadas domésticas y su contraparte, quien demanda dichos servicios, es decir, quien emplea a esas trabajadoras domésticas. La relación entre oferta y demanda del servicio se entiende como “el conjunto de actividades realizadas a cambio de un salario para asegurar la reproducción de los miembros del hogar, que se llevan a cabo dentro de éste, y pueden incluir en grados variables la creación y el intercambio de momentos de intimidad” (Ariza, 2010:130). A continuación caracterizaremos ambas partes como elementos principales de los servicios domésticos y de cuidado. a) Oferta Las trabajadoras domésticas según Salazar Parreñas se definen como las empleadas pagadas por individuos o familias para proveer cuidado de ancianos, niños y realizar quehaceres domésticos en hogares particulares (2001:1); ya que socialmente “a las mujeres se les atribuyen, en base a su condición biológica, las cualidades idóneas para desarrollar las tareas de infraestructura del hogar y el cuidado de otras personas” (Parella -Rubio, 2003:132). Como resultado, la mujer se halla estigmatizada por tener cualidades y capacidades más aptas que los hombres para reproducir las tareas domésticas; de este modo, éstas siguen siendo las elegidas –ya sea por un hombre o por otra mujer- para abastecer al servicio doméstico. Tal es el caso de la mujer de clase media que se inserta en el mercado de trabajo, y la cual demanda la mano de obra de otra mujer para transferir las tareas reproductivas como “estrategia de conciliación entre familia y empleo” (Parella-Rubio, 2003:125) y, generalmente, son “las mujeres de los países de menor desarrollo relativo las que se trasladan a algunas de las 26 principales metrópolis de los países centrales a realizar esas tareas propias de la reproducción doméstica” (Ariza, 2010:119). De esta manera podemos decir que un primer rasgo constitutivo de estos servicios es que tienen un carácter feminizado ya que quienes ofertan -pero también en la mayoría de las veces quienes demandan los servicos- son mujeres. Por otro lado, muy vinculado con este primer rasgo de la oferta, en las décadas recientes, se asociaron otros dos: la internacionalización del trabajo doméstico y el perfil étnico de la mano de obra. Estos aspectos permiten caracterizar a la trabajadora doméstica como una mujer migrante, perteneciente a una etnia, condición que se cumple en la mayoría de los casos. Al respecto, en palabras de Ariza, “la demanda de trabajadoras domésticas en las economías centrales, es suplida las más de las veces por un mosaico multiétnico de trabajadoras migrantes de las más diversas latitudes, lo cual forma parte del proceso de internacionalización del trabajo reproductivo, acaecido en el contexto de la globalización” (2010:125). Más aún, Parella Rubio sugiere poner especial atención en el servicio doméstico como la principal fuente de empleo para las mujeres inmigrantes (2003:123). Tal es el caso de España, en donde las mujeres migrantes constituían antes de la crisis, aproximadamente el 20% de las empleadas domésticas internacionales (Ibid:36). Los hechos anteriores, demuestran que el trabajo del servicio doméstico remunerado está siendo realizado cada vez más por mujeres que dejan sus propios países, comunidades y frecuentemente sus familias nucleares (Anderson, 2007:196). Así sucede con las mujeres caribeñas, mexicanas, centroamericanas, peruanas, las oriundas de Sri Lanka, de Indonesia, de Europa del este, y las filipinas. Sumándose a la lista anterior, deben incluirse las experiencias de las ecuatorianas, dominicanas, colombianas de Eritrea, y de Somalia (Ozyegin & Hondagneu-Sotelo, 2008:197). Apoyando la anterior afirmación el trabajo de Ariza explica que “en Europa occidental es posible encontrar mujeres de todas las regiones del mundo trabajando como empleadas domésticas en naciones tan disímiles como Italia, España, Grecia, Suecia, Suiza, Inglaterra, Francia, Holanda e Israel” (2010:120). 27 La cita anterior refuerza el argumento de que la mano de obra internacional del servicio doméstico, en los países de mayor desarrollo relativo, los cuales atraen fuerza de trabajo migrante, se caracteriza generalmente por ser de mujeres migrantes y que, además de perfilar una segmentación dentro del servicio doméstico en función del género también, se presentan peculiaridades en función de la etnia (Parella -Rubio, 2003:132) por lo que es notorio que el trabajo doméstico pago en la esfera privada es “desproporcionadamente realizado por grupos racializados” (Anderson, 2007:1). En la anterior línea de ideas Ariza expresa que “un mercado de trabajo secundario suele estar dominado por la presencia de algunos grupos poblacionales específicos como negros, mujeres e inmigrantes, cuya concentración promueve la estigmatización de la ocupación” (2010:127); tal es el caso de los Estados Unidos en donde el trabajo doméstico ha sido una labor ocupada históricamente por mujeres de color -la cuales fueron sustituidas por las mujeres latinoamericanas-, así como por mujeres inmigrantes (Dill, 1994; Glenn, 1986; Rollins, 1985; Romero, 1992 citados por Salazar-Parreñas, 2001:2). En lo relativo al nivel socioeconómico y educativo de la oferta, estos presentan rasgos heterogéneos, ya que en la actualidad una parte minoritaria de las trabajadoras domésticas migrantes no provienen necesariamente de clases socioeconómicas pobres, si se las compara con sus connacionales. Este subgrupo lo constituyen mujeres educadas que dentro de su país, pertenecen a una clase media (Sarti, 2008:89). En relación a este último punto y en referencia a Estados Unidos Ariza comenta que: “Existe un porcentaje de las empleadas domésticas que tienen un grado de formación universitaria. Detrás de este aspecto pueden existir dos explicaciones complementarias: por un lado, la heterogeneidad de la fuerza de trabajo integrada a la actividad, incluye a un subgrupo minoritario de mujeres en proceso de formación académica que trabajan transitoriamente como cuidadoras de bebés 28 (baby sitters); por el otro, los altos niveles de escolaridad de un subgrupo de la fuerza de trabajo en el sector forman parte de los rasgos que distinguen al servicio doméstico a escala global. (2011:14). “ Lo cual indica la heterogeneidad en la escolaridad de las trabajadoras domésticas, mientras históricamente tenían menores niveles educativos -aún en la actualidad-, existe un pequeño subgrupo de empleadas domésticas que son au pairs -del cual depende también del país de inmigración de que se trate - presentan un nivel educativo mayor. b) Demanda En lo que respecta a la demanda de los servicios domésticos y de cuidado, se ha mencionado anteriormente, que uno de los rasgos de quien demanda, es también el aspecto feminizado ya que son las mujeres madres de familia quienes -al no poder corresponder a la carga de tareas domésticas y de cuidado- solicitan la ayuda de otra mujer para asistirlas en la esfera doméstica. Por lo tanto este nicho se caracteriza generalmente por las mujeres madres de familias de clase media y alta que tienen la necesidad de contratar a alguien que realice tareas de cuidado de personas, ya sea de niños, ancianos o enfermos (Anderson, 2000:16) y que a su vez, tengan disponibilidad en tiempo y flexibilidad para llevar a cabo tareas domésticas diversas. Los países que mayor demandan mano de obra internacional, son aquellos países desarrollados (Salazar-Parreñas, 2001; Yodanis, 2005; Aguilar, 2012); por lo tanto, son esas sociedades las que tienen una creciente necesidad de tener a alguien que cuide a su hijos y a su vez realice labores domésticas (Hondagneu-Sotelo, 2001), ya que es común que algunos de esos países “cuenten con bajos subsidios estatales para la esfera de la reproducción como es el caso de España, Italia, Portugal, Grecia y Estados Unidos” (Ariza, 2010:125) o como el caso de Noruega, en donde las familias buscan complementar los servicios de asistencia que 29 ofrece el estado con alternativas más flexibles de cuidado infantil (Bikova, 2008). El panorama de la demanda de servicios domésticos ha crecido de un par de décadas a la fecha tanto en Europa, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, a la vez que se ha extendido hacia “nuevas naciones industrializadas como Hong Kong, Taiwan y ha crecido en los países del Medio Oriente, ricos en petróleo como, Arabia Saudita, Kuwait, y los Emiratos Árabes Unidos” (Moors et al 2005; Moors and de Regt 2007; citado por Ozyegin y Hondagneu-Sotelo, 2008:195) e Israel (Mundlak y Shamir, 2008 citados por Hondagneu-Sotelo , 2008:195). De esta manera, Parella Rubio comenta que es cada vez más notorio el incremento de la demanda de empleadas domésticas, no sólo para realizar quehaceres domésticos, sino para ocuparse también de los niños y de los ancianos (2003:125); por lo que la demanda se diversifica a razón de diversos factores, los cuales se expondrán como argumento final de este acápite de manera general. 1.1.2 Factores que explican la expansión de este mercado de trabajo Ante el decaimiento del servicio doméstico a mediados del siglo XX a escala global, nadie predeciría que el resurgimiento del trabajo doméstico remunerado “podría depender de una nueva dinámica: globalización y migración internacional” (Ozyegin & Hondagneu-Sotelo, 2008:195). En este sentido, Salazar Parreñas comenta que la globalización de la economía de mercado ha extendido las políticas del trabajo reproductivo a un nivel internacional (2001:62), factor que ha posibilitado que flujos migratorios sean mayormente demandados para dar abasto al sector de servicios domésticos. En este orden de ideas, según la teoría de los mercados de trabajo duales, el comportamiento de la inserción laboral de los inmigrantes en sociedades industrializadas, se debe a que estas economías demandan mano de obra que ellos no están dispuestos a ocupar (Piore, 1983) y esta demanda es la que atrae a aquellas personas dispuestas a emigrar a esos países industrializados. Este panorama, ha producido un florecimiento de la ocupación gracias a diversos factores, los cuales Ariza organiza en tres 30 grandes grupos, a saber: los demográficos, los laborales y los institucionales (2011:6). Como características del factor demográfico o sociodemográfico6, están aquellos como el envejecimiento de la población y los cambios en la estructura familiar, que han aumentado la demanda de las necesidades de atención y cuidado en el ámbito de la reproducción doméstica (Ariza, 2011:6). El incremento de las personas mayores que viven solas y precisan ayuda y un número mayor de hogares monoparentales también son factores agrupados dentro de esa misma categoría. Lo mismo que la progresiva tendencia hacia la dispersión geográfica de la familia -identificada por distintos investigadores- y una nueva gestión del tiempo en el interior del núcleo familiar (Parella-Rubio, 2003:12). Por otro lado, se considera que los aspectos laborales también han sido “un determinante para la expansión de los servicios domésticos y de cuidado, debido a la reestructuración económica en la composición de la fuerza de trabajo” (Ariza, 2011:6) la cual produjo una creciente participación económica femenina y el consiguiente aumento del número de hogares en que, tanto el padre como la madre están dedicados al trabajo de tiempo completo (Parella-Rubio, 2003; Bahana, 2006). En este tenor, Ariza comenta que en el caso de Estados Unidos el principal motor detrás del aumento de los servicios de cuidado infantil desde 1980, ha sido la mayor participación económica de las mujeres con hijos, sean ellas casadas o no (2011:7). Por último, se menciona el factor institucional, el cual se relaciona con la crisis fiscal del Estado de Bienestar en el marco de las corrientes neoliberales predominantes desde la década de los ochenta (Ibid), las cuales liberaron al Estado de algunas presiones económicas y sociales a la vez que favorecieron la participación de la iniciativa privada en el mercado de trabajo. Respecto de ese panorama Parra dé Vílchez destaca que el mercado se ha convertido en la institución necesaria al sistema capitalista para la compra y 6 Este término ha sido utilizado por Parella Rubio (2003) para referirse a los factores sociales y demográficos causante del crecimiento de la demanda de servicios domésticos y de cuidado. 31 venta de una fuerza laboral a escala global (1995:6), la cual justifica la “relación de intercambio en pos de mercantilizar el trabajo doméstico remunerado” (Parella -Rubio, 2003). Así, ante la falta de conexión entre quien compra y vende, los organismos que controlan el mercado, establecen estrategias de tipo global para comercializar los servicios domésticos y de cuidado, con el propósito de satisfacer en este caso particular, las necesidades de quien demanda estos servicios. Es en el contexto anteriormente descrito que se fortalece una relación entre gobierno y mercado para desarrollar políticas de trabajo, en correspondencia a mitigar las restricciones migratorias con el fin de promover la oferta de cuidadoras domésticas para ciertos sectores sociales; aspecto que se traduce en la necesidad de reclutar a mujeres inmigrantes procedentes de otros países. En ese sentido, se “han desarrollado programas contractuales de trabajo altamente regulados, operados por el gobierno, los cuales han institucionalizado el reclutamiento como una servidumbre consolidada de trabajadores domésticos migrantes” (Ozyegin & Hondagneu-Sotelo, 2008:197). Estas formas contractuales, articulan la oferta con la demanda como un mecanismo que los gobiernos han institucionalizado para ofertalos a través del mercado, con la finalidad de abastecer a un nicho específico del mercado de servicios domésticos y de cuidado. De este modo, dichos programas se han venido consolidando a partir de la segunda mitad del siglo XX, dentro del sector secundario del mercado de trabajo, en donde los puestos que en este sector se ocupan, se caracterizan por una participación mayor de mujeres migrantes, capaces de desempeñarse en trabajos de baja remuneración y en donde no hay posibilidades de avance laboral (Piore, 1983:194). No obstante, a pesar de que tales rasgos son distintivos de los puestos de los programas de 32 intercambio au pair7, estos programas se configuran como un segmento diferenciado dentro de este mercado de trabajo debido a que son regulados por el gobierno , en donde la relación laboral se formaliza, a través de un contrato laboral. De esta manera el mercado se ha reconfigurado con la finalidad de satisfacer la expansión global de los servicios domésticos y de cuidado, a través de los mencionados programas de intercambio, ofertando los servicios de trabajadoras domésticas nombradas por estos mismos como au pairs, mercado de trabajo del cual se hablará en detalle en el siguiente acápite. 1.2. La expansión del mercado de las au pairs Hemos expuesto hasta aquí que el servicio doméstico es una forma de trabajo de antaño, el cual ha ido expandiéndose de manera global, primero en el contexto europeo para después rebosarse a latitudes varias de otros continentes; y que además, ha tenido de igual manera sus transformaciones a lo largo del tiempo. En paralelo a esta expansión, los servicios de cuidado han presentado también un crecimiento en su participación en el mercado de trabajo. De esta manera el auge en la comercialización del trabajo doméstico en su modalidad de cuidado de los niños, se ha posicionado en países industrializados, como un negocio que cada vez demanda más estos servicios como es el caso de los programas de intercambio de au pairs, los cuales surgieron para dar respuesta al crecimiento a una demanda específica en los servicios de cuidado para un sector social particular. Es a partir de la segunda mitad del siglo XX, que se implementaron los programas de intercambio de au pairs en algunos países de Europa tales como el Reino Unido, Bélgica, España, Italia, Alemania, Francia, Noruega, Suiza, Holanda e Irlanda y de algunos otros lejanos puntos geográficos 7 A pesar de que también hay hombres que participan en el programa de intercambio au pair en Estados Unidos, generalizaremos el término de au pairs agilizar la lectura y la comprensión al lector. 33 al género femenino con la finalidad de como Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda (Bahana, 2006), debido a la demanda de los servicios domésticos y de cuidado. En el caso específico de los Estados Unidos los programas de intercambio comenzaron a operar en el año de 1986 con un número aproximado de 200 au pairs. Durante los primeros años -a partir de 1986- de haberse establecido el programa, el promedio anual de au pairs se acercaba a 12,000 (United States Information Agency, 1998), todas las cuales participaron por medio de alguna de las ocho agencias existentes. Asimismo los datos reportados desde el año 1986 hasta 1998 8 revelan una participación de alrededor de 60,000 au pairs en total (United States Information Agency, 1998). Ya para el año 2008 se identificaba a Estados Unidos como la región que más au pairs recibía a nivel mundial; sin embargo, algunas proyecciones que se habían realizado para el 2010 pronosticaron que la recepción de au pairs en este país descendería hasta un tercer lugar debido a las exigencias de sus políticas migratorias para el otorgamiento de visas (International Au pair Association, 2010:8). A continuación se expone el panorama global de participación de las au pairs según la región que las recibe como la que les envía. 1.2.1 La diversificación de los países implicados a) Au pairs enviadas La demanda de los países para reclutar au pairs ha aumentado así como también la oferta de éstas, tanto en aquellos países con una larga tradición en mandar au pairs -países de Europa del Este- como en aquellos de reciente inserción como proveedores de mano de obra de au pairs países latinoamericanos, asiáticos y africanos- los cuales han logrado posicionarse en los años 2008 – 2009 como una de las regiones que más au pairs oferta a nivel global (International Au pair Association, 2010). No debe perderse de vista que la participación de las au pairs en los programas de 8 En este año se llevó a cabo el reporte. 34 intercambio ha aumentado de tal manera que el número promedio de au pairs enviadas por agencia se amplió en un 5% del 2008 al 2009 (International Au pair Association, 2010:4). A su vez, el país que menor participación tuvo en enviar au pairs a otras regiones fue Estados Unidos; en contraste, las regiones que presentaron un aumento de au pairs enviadas en el período del 2008 al 2009 fueron África, Sudamérica, Europa del Este y Europa occidental, así como también Oceanía. En este mismo período la única región que presentó una disminución en el número de au pairs enviadas fue Asia (Ibíd.), tal como lo expresa el siguiente cuadro. Cuadro 1. Posiciones de las regiones según au pairs enviadas en el período 2008 – 2009 Posición 2008 2009 1 Asia África 2 África Sudamérica 3 Sudamérica Asia 4 Europa occidental Europa occidental 5 Europa del Este Europa del Este 6 Norteamérica Norteamérica 7 Oceanía Oceanía Fuente : Información obtenida del International Au pairs Association Member Survey (2010). Otro elemento que merece atención es el hecho de que la incorporación de más países a la IAPA muestra la creciente oferta de mujeres y hombres interesados en participar en este tipo de programas. No es casual que la mayoría de esos países se caractericen por ser países en desarrollo, tales como México, Colombia, Ecuador, Perú, Tailandia y China (International Au pair Association, 2010), lo cual apunta a que existe la tendencia de que los países en vías de desarrollo son los que más expulsan este tipo de mano de obra (Salazar-Parreñas, 2001); es decir, estos países son quienes ofertan más au pairs hacia aquellos países demandantes de esta mano de obra. 35 El aumento de jóvenes interesadas en ser au pairs puede deberse a que este tipo de programas ofrece a las mujeres jóvenes la oportunidad de migrar a otro país, de una manera relativamente fácil, es decir, sin tantos candados migratorios. Esta situación puede tener algún tipo de relación con lo que Ozyegin y Hondagneu Sotelo expresan al señalar que “en la era actual las trabajadoras domésticas migrantes pueden percibir el trabajo doméstico como un trampolín” (2008:197) lo cual explica que participar en este tipo de programas puede ser visto como la oportunidad de viajar a otro país de manera legal y fácil sin tener que arréglaselas con los gastos de manutención, alojamiento y comidas. Por otro lado, la predilección de las au pairs a dónde participar suelen rondar los mismos tres países año a año. Así se expone en el siguiente cuadro, en el cual se observa que Francia, el Reino Unido y Estados Unidos ocupan los tres primeros lugares de elección, en el interregno comprendido entre el 2007 y el 2010, lo cual sugiere que estos países siguen siendo los más atractivos para migrar. En el Cuadro 2 que a continuación se presenta, pueden tomarse como indicativo tanto de la demanda y oferta global de au pairs, pues estos muestran que aquellos países desarrollados que más demandan au pairs representan a su vez -según datos proporcionados por la IAPA- las opciones para migrar más atractivas para las au pairs. 36 Cuadro 2. Posiciones de los países según la elección de las au pairs como país destino 2006 – 2010 País Posición 2006 Posición 2007 Posición 2008 Posición 2009 Posición 2010 Francia 4 3 3 3 1 Reino Unido 2 1 2 2 2 Estados Unidos 1 2 1 1 3 España 3 6 7 4 4 Alemania 5 4 4 6 5 Fuente : Información obtenida del International Au pairs Association Member Survey (2010). Lo anterior puede explicarse por los mecanismo que tiene el mismo mercado para regular la oferta y la demanda, ya que al existir quien demande los servicios de las au pairs, el mismo mercado se encargará de crear mecanismos para atraer a la oferta, y de esta manera poder satisfacer las necesidades de la demanda. Es por tanto que la promoción de estas regiones en aquellos países que cuentan con un gran número de jóvenes interesadas en ser au pairs, sirva de motivación para que éstas elijan a dichos países para llevar a cabo su programa de intercambio. b) Au pairs recibidas La información proveniente de los dos últimos censos realizados por la IAPA, arroja que las tres regiones que reciben un mayor número de au pairs son Norteamérica, Europa Occidental y Oceanía. De la región de Norteamérica, se distinguen los países de Estados Unidos y Canadá; le siguen algunos países que componen la región de Europa Occidental, tales como Francia, Reino Unido, España, Alemania e Irlanda. Por último, de 37 Oceanía, se destacan países como Australia y Nueva Zelanda (International Au pair Association, 2010). Cuadro 3. Posiciones de las regiones según au pairs recibidas en el período 2008 - 2009 Posición 2008 2009 1 Norteamérica Norteamérica 2 Europa occidental Europa occidental 3 Oceanía Oceanía 4 Europa del Este Asia 5 Asia Europa del Este Fuente : Información obtenida del International Au pairs Association Member Survey (2010). Cabe decir que el número de au pairs recibidas está altamente relacionado con el tamaño de las agencias que las contrata n, por lo que amerita decir que también en Estados Unidos se reportan las organizaciones con mayor número de personal. Según la IAPA un mayor número de au pairs suelen ser recibidas por organizaciones en donde la cifra de empleados se halle entre 10 a 24 (International Au pair Association, 2010:5). Por lo tanto, el aumento en la demanda de los servicios de cuidado, específicamente el de los programas de intercambio de las au pairs está estrechamente relacionado con el crecimiento del requerimiento de una mano de obra específica, la cual ha venido a reemplazar en cierta medida a aquellas otras empleadas domésticas convencionales. Para entender mejor cuáles son las características particulares de las au pairs, las cuales se distinguen de las demás trabajadoras domésticas, en el siguiente acápite se identifican diferencias y similitudes de las au pairs con las empleadas del servicio doméstico, en general. 38 1.3. Particularidades de las au pairs en contraste con las del servicio doméstico En el acápite sobre las particularidades de la oferta y demanda que conforman los servicios domésticos y de cuidado se expuso que las características de las trabajadoras domésticas se definían por presentar rasgos de género y etnia, además de tener un carácter de internacionalización. Asimismo, se argumentó que en lo que se refiere al aspecto socioeconómico y educativo de las trabajadoras domésticas, éstas presentaban características heterogéneas. Al respecto, contrastando las particularidades de las au pairs con las trabajadoras domésticas en general, ambas muestran ciertas similitudes pero también ciertos aspectos que las diferencian unas de otras, por lo que en seguida expondremos dichos rasgos. 1.3.1 Similitudes Las similitudes entre las au pairs y sus contrapartes del servicio doméstico se basan principalmente en que se trata de un grupo de trabajadoras feminizado. A pesar de que los programas de intercambio de au pairs también promueven la participación masculina, su demanda es mucho menor que la femenina lo que produce que el trabajo de las au pairs sea generalmente femenino. En relación a las tareas domésticas y de cuidado, existe una diferenciación entre las tareas que una u otras deben llevar a cabo, ya que según las políticas establecidas por los Estados Unidos, a las au pairs no se les contrata para realizar tareas que tengan que ver más allá del cuidado de los niños y de los quehaceres relacionados a estos; sin embargo en la práctica, tanto las au pairs como otras empleadas domésticas pueden llegar a realizar las mismas labores. Al respecto, Lutz comenta que el trabajo doméstico como limpiar, cocinar y de cuidado puede ser dificilmente separado uno de otro, especialmente cuando está relacionado con el 39 cuidado de los niños o de ancianos (2004:48). Es por ello que, a pesar de que las tareas domésticas que deba realizar una au pair se hayan establecido bajo un marco de labores específicas a través del contrato, es difícil separarlas de otras que no debieran realizar. Lo anterior puede ocasionar que las labores de la au pair se relacionen mas con tareas domésticas que a las labores relacionadas con el cuidado de los niños, produciendo una sobrecarga de tareas; características comunes de las labores de una empleada doméstica informal. En este tenor, la relación laboral de las au pairs, en la práctica se “desformaliza”, pues a pesar de que existe un contrato, la discrecionalidad de los empleadores al pedir más horas de trabajo o tareas que no le corresponden realizar, pone a las au pairs en una situación similiar a aquellas empleadas domésticas informales. En este sentido, Coser señala que la relación entre patrón y empleada doméstica es difusa por definición (Coser, 1973), lo cual pone en evidencia cierto usufructo del trabajo tanto de las au pairs como de las empleadas domésticas por parte del empleador, produciendo jornadas de trabajo muchas veces intensas, ya que se pide que trabajen tiempo extra lo que en algunas situaciones puede resultar una explotación laboral. En el caso específico del tipo de jornada que llevan a cabo las au pairs abordaremos el tema en el segundo capítulo empírico. Vinculado con lo anterior, es posible afirmar que el aspecto que más asemeja a ambos tipos de empleadas domésticas es en las condiciones laborales, pues el ejercicio laboral que se lleva a cabo guarda cierta discrecionalidad, pues es supervisado sólo por el empleador y éste es quien determina lo que se hará y cómo esa labor se llevará a cabo. Por último, otra similitud entre el trabajo de una au pair y una empleada doméstica es el lugar en el cual se realiza la reproducción laboral, pues en ambos casos se realiza en el espacio doméstico. Y es precisamente el espacio laboral lo que le da un carácter discrecional al trabajo doméstico -al cual se hizo referencia en el párrafo anterior- ya que el particular contexto en el que la actividad es llevada a cabo –ámbito de lo privado– habilita a que las condiciones laborales adquieren esas características. 40 1.3.2 Diferencias Existe un basto número de diferencias entre una au pair y una empleada doméstica. La principal es que la oferta y la demanda de las au pairs está totalmente regulada a través de un programa gestionado por las agencias, pero que está definido por el Estado. Lo anterior le da un carácter formal a la situación laboral entre la au pair y su empleador y a su vez les permite tener un estatus migratorio legal pero de manera temporal. En este sentido, la situación laboral de las au pairs se formaliza al firmar un contrato laboral, y que además lo estipula el Consejo Europeo a través del Acuerdo Europeo para la Colocación de Au Pairs, en su artículo 6, el cual habla de que toda concertación de un arreglo por parte de la au pair y de la familia empleadora debe realizarse en forma de un documento único, el cual debe realizarse preferentemente antes de que la au pair abandone su país de residencia, o, a lo sumo, durante su primera semana de trabajo en la familia empleadora (Jimenez-Ugarte, 1989:2). Dicho contrato sirve para establecer formalmente las condiciones en las que se llevará a cabo la relación laboral, así como los derechos y obligaciones de cada una de las partes. Lo contrario sucede con las empleadas domésticas, en general, ya que éstas se encuentran normalmente bajo una situación de informalidad y con poca o ninguna protección laboral. De lo anterior se deriva que las au pairs tienen un estatus más alto que las demás empleadas domésticas, ya que han pasado por un proceso de selección y han cumplido con ciertos requerimientos como haber sido capacitadas y tener cierta calificación relacionada con el cuidado de niños. Además, éstas deben cumplir con cierto perfil sociodemográfico que implica tener una edad entre 18 y 26 años, tener un mínimo nivel de estudios de bachillerato, así como también contar con un nivel intermedio en el manejo del idioma. Dichos rasgos tan particulares son establecidos en la norma que regula a estos programas, por lo que es común que las au pairs sean, más jóvenes, con mayor nivel educativo y con un dominio más elevado del idioma en comparación a otras empleadas domésticas. 41 En lo que respecta a lo laboral, las au pairs figuran como empleadas temporales (Newcombe, 2004) y su salario está establecido por el gobierno; característica ésta última que no se aplica al caso del salario de otras empleadas domésticas, pues su salario lo estipula el mismo empleador. En relación a las labores se espera que las au pairs dediquen la mayor parte de su tiempo con el cuidado de los niños y una pequeña porción a actividades relacionadas con tareas de limpieza; no obstante ello no siempre se cumple. Otra diferencia medular entre ambas participantes es que las au pairs forman parte de un programa de intercambio, que al ser regulado por el gobierno de los Estados Unidos, les concede a las au pairs el estatus migratorio de migrantes visitantes y estudiantes de tiempo parcial, en el cual se les permite trabajar un determinado número de horas así como estudiar (U.S. Department of State, 2011). Su misma situación migratoria, les da la facultad de tener libre tránsito tanto dentro como fuera del país ; situación que no caracteriza a otras empleadas domésticas, ya que éstas generalmente son migrantes indocumentadas, lo cual les condiciona para tener movilidad territorial ya sea fuera como dentro de los de los Estados Unidos. Cabe mencionar que una de las ventajas que tiene el empleador al contratar a una au pair -a diferencia de otro tipo de empleadas domésticas-, es que el Gobierno de los Estados Unidos les concede la reducción de algunos impuestos (Yodanis, 2005), por lo que esto representa un aliciente para que las familias contraten empleadas domésticas por medio de este tipo de programas. De esta manera, a una mayor participación de las familias en estos programas, menor presión para el gobierno para generar mas servicios sociales enfocados al cuidado de los infantes. Además, por medio de estos programas, el gobierno también capitaliza a ciertos flujos migratorios en un sector específico por medio de su participación en estos programas, lo cual le sirve para controlar tanto sus entradas como salidas del país. 42 Otra diferencia entre las au pairs y las empleadas domésticas en general, emana precisamente de la participación en este tipo de programas de intercambio, ya que se promueve la integración de las contratadas a la familia, lo cual va más allá de lo laboral. Sin embargo esto hace que la ambigüedad del ejercicio agudice los problemas de satisfacción hacia la actividad por ambas partes, tal como destaca Ariza en donde afirma que “las posibilidades de intimidad así como la necesidad de marcar distancias sociales serán proporcionales al grado de vinculación al hogar” (2010:133); en el caso de los de au pairs esa distancia social se hace difusa. Esta situación se vuelve ambigua para la au pair, al grado de que los límites entre espacio laboral y familiar no se precisan, lo cual vulnera su capacitad para definir sus derechos y obligaciones; o exponiéndolo de otra manera, vulnera su capacidad de discernir si es una empleada doméstica o un miembro más de la familia. Al respecto, la carga de trabajo de las au pairs es difuminada por el hecho de estar participando en un intercambio cultural, lo cual implica que éstas sean un miembro mas de la familia que las acoge, situándolas en una posición comprometida y orillándolas a realizar siempre un poco más de tareas domésticas que no les corresponden. Este escenario laboral origina aspectos imprecisos en la actividad de la au pair ocasionando que el ejercicio laboral no sea lo esperado y sea motivo para terminar la relación laboral. Tal como señala Cuartas que el trabajo de las au pairs sigue siendo “socializado y percibido como un intercambio cultural” (2012:1) y no como un empleo provisto de derechos y obligaciones laborales. Por ello, es necesario recalcar que a pesar de la formalización del trabajo doméstico de las au pairs a través de dichos programas, su trabajo aún guarda cierta vaguedad, ya que aún existiendo una normativa escrita, en los hechos la relación laboral dista de lo estipulado en el contrato, hecho evidenciado en la cantidad de horas que trabajan y en la discrecionalidad de las tareas que desempeñan. Por lo tanto, resulta evidente que, a pesar de que los programas de intercambio dan un carácter formal a la situación laboral de las au pairs, la desatención por parte de las agencias a las condiciones laborales las pone en una posición laboral similar a la de otras trabajadoras domésticas en 43 donde no existe algún tipo de institución que interceda por ellas ante un conflicto laboral. Es decir lo formal adscrito a través del contrato se hace “informal” en la práctica laboral. De esta forma las agencias junto con las leyes actuales, “están generando condiciones pobres de trabajo” (Hess & Puckhaber, 2004), dejando a las au pairs expuestas a la explotación por partes de las agencias y de sus familias anfitrionas. Para finalizar, cabe decir que el mercado de trabajo de las au pairs cuenta con una estructura que sirve como un mecanismo de inserción, caso contrario de las empleadas domésticas convencionales. Respecto dichos mecanismos serán expuestos en el primer capítulo empírico, al igual que los elementos y los actores del mercado de trabajo que lo conforman. Hablar de estos mecanismos nos servirá para visualizar los programas de intercambio como parte del mercado de trabajo dómestico a través de la Teoría de Sociológica de los Mercados Trabajo. 1.4 Consideraciones finales del capítulo Con el fin de evidenciar el aumento de la demanda y oferta de los servicios de cuidado a nivel internacional, así como exponer el crecimiento de la demanda de las au pairs como segmento diferenciado dentro de este mercado de trabajo y sus particularidades dentro del servicio doméstico, se desarrollo el presente capítulo obteniendo las siguientes consideraciones. El aumento de la demanda y oferta de los servicios de cuidado, específicamente el de los programas de intercambio de las au pairs está estrechamente relacionado con el crecimiento del requerimiento de una mano de obra específica: mujer –principalmente -, flexible, disponible, calificada y joven. No obstante, a diferencia del servicio doméstico convencional, estos programas se configuran como un segmento diferenciado dentro del mercado de trabajo secundario, debido la relación laboral que se formalizada a través de un contrato laboral. De esta manera, los programas de intercambio cultural son un recurso de los gobiernos para dar asistencia a aquel nicho interesado en contratar el tipo de servicios de 44 cuidado, los cuales permiten comercializar con la mano de obra de manera legal y regulada, y así subsanar la carencia de servicios relacionados con las tareas de cuidado y de limpieza. Así, la institucionalización de los programas de intercambio ha sido una forma de perpetuar el rol de cuidado de la mujer provocando a lo que Hess menciona en el sentido de que la au pair es “la figura posmoderna de la domesticidad” (Hess, 2002 citada por Cuartas, 2012:5), ya que la figura de la au pair es una forma de reclutar personas calificadas para realizar tareas relacionadas al trabajo doméstico y con el cuidado de los niños dentro del mercado laboral, es decir una figura más dentro del mercado de trabajadoras domésticas. Anderson señala que la trabajadora doméstica se define no por las tareas que realiza sino por el rol ejercido, el cual se construye y se sitúa en un conjunto de relaciones (2007:21). En este sentido mientras la au pair no se entienda como formando parte de un mercado de trabajo doméstico formalizado y se siga considerando como formando parte de un programa de intercambio, ella seguirá siendo como la “hermana mayor” (Big Sister) (Hess y Puckhaber, 2004). Ante esta paradoja las au pairs seguirán estando en una situación de vulnerabilidad laboral, al grado de que los límites entre espacio laboral y familiar no quedarán definidos, vulnerando su capacitad para definir sus derechos y obligaciones. Por lo tanto el carácter formal del trabajo de las au pairs se vierte en la “desformalidad” la cual caracteriza el trabajo doméstico general. Por último, en la medida que los programas de intercambio sigan mercantilizando la mano de obra de cientos de jovencitas a nivel global, los gobiernos deberán promover mejores condiciones de trabajo a través de las agencias reclutadoras para ejercer un eficaz e igualitario trato hacia las au pairs por parte de sus familias empleadoras. 45 Capítulo Segundo El programa de intercambio cultural au pair El objetivo de este segundo capítulo es exponer el surgimiento de los programas de intercambio cultural au pair, desde su creación en Europa hasta su instauración en los Estados Unidos, presentándolo como una forma de satisfacer el aumento de la demanda de los servicios de cuidado, a nivel global. En este orden de ideas, se presentarán las características de dichos programas con la finalidad de ubicarlos dentro del mercado de trabajo del servicio doméstico y de cuidado. En el primer acápite se da cuenta del origen de los programas de intercambio au pair, destacando sus similitudes con antigüas formas de reclutar empleados domésticos en ciertas regiones de Europa. Tal paralelismo servirá como marco de referencia para entender el esquema de trabajo de los programas que nos conciernen, y permitirá contextualizar el término au pair. Asimismo, en este primer acápite se presentan los factores determinantes del surgimiento de estos programas en algunos países de Europa. En el siguiente acápite, se despliega el Acuerdo Europeo para la colocación de Au Pairs. Dicha normatividad se estableció a través del Consejo Europeo, organismo que se encarga de determinar la dirección política general y las prioridades de la Unión Europea (Council of Europe, 2011). Como parte final del presente capítulo, se presenta un panorama global de los programas de intercambio cultural, para concluir de manera particular con el caso de los Estados Unidos. Toda esta información sirve de preámbulo para el siguiente capítulo, el primero de los dos empíricos, en el cual se describirán el proceso y los actores que intervienen en este mercado de trabajo . 46 2.1 Origen Los programas de intercambio para jóvenes -específicamente aquellos encaminados a ofertar estancias prolo ngadas en otros países a cambio de realizar actividades de cuidado dentro del hogar- están siendo cada vez más demandados socialmente como una forma de empleo, particularmente por algunas sociedades occidentales. No obstante, a pesar de que estos programas parecieran una manera de contratación novedosa aparecida en pleno siglo XX, se asemejan a otras prácticas del pasado en las cuales se reclutaba mano de obra por esta vía para llevar a cabo labores domésticas. Tal es el caso de Suecia, que durante el siglo XIX, reguló la forma de trabajo doméstico bajo un proceso de contratación llamado Life Cycle Servant (Lund, 2013). Esta forma de contratación consistía en establecer una relación laboral entre los sirvientes y los patrones, enmarcada por acuerdos establecidos por el gobierno mediante la ley denominada Servant Act. Dicho acuerdo laboral resumía las obligaciones y derechos de cada una de las partes del mercado del trabajo, -empleados y empleadores-, así como los lineamientos estipulados por el Gobierno. Estos cons tituyen un antecedente histórico de los programas de intercambio au pair. Haciendo un análisis del esquema organizativo del Life Cycle Servant, sus formas de contratación, de organización y su normativa; así como la forma de intervención del gobierno, se descubre que éste guarda mucha similitud con los mecanismos de organización de los programas de intercambio au pair actuales. El Servant Act estipulaba una serie de condiciones laborales para llevar a cabo la relación laboral. En las mismas se establecía el período de trabajo, la edad de los empleados y las labores que debían realizar; así como los derechos y obligaciones tanto de los patrones como de los empleados. El período de ejercicio de la actividad debía ser máximo de un año y, en ocasiones excepcionales, el contrato podía ser disuelto. Los sirvientes debían tener preferentemente entre 15 y 30 años. Finalmente, los mozos llevaban a cabo tareas de arado de tierras y debían de hacerse cargo de las granjas, mientras que las labores de las 47 criadas giraban en torno a las actividades de la esposa del patrón, tales como supervisar a los niños y cuidar la casa (Lund, 2013). Por otro lado, la labor del patrón era instruir a los sirvientes sobre cómo llevar a cabo las tareas. Era su responsabilidad proveerles de comida y alojamiento (Ibid). Cuando se analiza la organización de los programas de intercambio au pair, se observa que sigue en términos generales el mismo patrón que la organización laboral del Life Cycle Servant, según la hemos descrito. Por un lado, el gobierno establece las condiciones de trabajo que los empleadores deben cumplir, (período de contratación, la paga y el alojamiento); por el otro, estipula la edad de las au pairs y a las labores domésticas que debe llevar a cabo. En este punto, es importante recalcar que la asignación de tareas en los programas de intercambio se determina frecuentemente según el sexo del empleado, al igual que en su tiempo lo hacía el Life Cycle Servant: un hombre au pair comunmente realiza tareas fuera del hogar enfocadas al traslado y supervisión de los niños; mientras que las mujeres au pairs realizan labores vinculadas con el cuidado del hogar. Al respecto Parella Rubio menciona que es común que los empleados domésticos varones no se ocupen de las mismas actividades que sus homólogas femeninas (2003:132), ya que social y culturalmente las tareas domésticas que al hombre se le han designado, tienen que ver más con labores pesadas y fuera del hogar, mientras que a la mujer se le han delegado tareas de crianza y de reproducción del hogar. De alguna manera el antecedente del Life Cycle Servant apoya la idea de que los programas de intercambio son la forma feminizada, posmoderna y globalizada de lo que en su momento fueron otras formas de contratación doméstica. 2.1.1 El término au pair La genealogía del término au pair se remonta al siglo XIX. En las postrimerías de ese siglo las jóvenes suecas preferían migrar en lugar de quedarse a trabajar en su misma comunidad –reproduciendo el Life Cycle 48 Servant- por lo que comenzaron a desplazarse a las grandes ciudades de otros países, respaldadas muchas veces por las iglesias a las que pertenecían, con la finalidad de aprender un nuevo idioma (Bikova, 2008). Más tarde ese flujo migratorio se vinculó con un sector específico de la población, cuando la expansión de los grandes centros urbanos asociados al desarrollo capitalista estimuló la demanda de empleadas domésticas que se trasladaban del campo a la ciudad. Este fenómeno originó que se intercambiara trabajo doméstico y cuidado infantil a cambio de hospedaje. Bikóva (2008) señala que en Inglaterra en el año 1897 el concepto de au pair significaba “en términos iguales”, y se aplicaba a las mujeres inglesas que se encargaban de enseñar inglés a mujeres francesas que se encontraban de intercambio en aquel país. En el año 1920 el mismo término se utilizó para designar a las mujeres suizas que llevaban a cabo este mismo tipo de intercambio en Inglaterra. La tendencia continuó en países como Francia y Alemania, los cuales adoptaron dicho sistema como un programa de intercambio de jóvenes pertenecientes a familias de clases altas (Cuartas, 2012:10); a ellas le siguieron las australianas alrededor de 1930. Ya para la Segunda Guerra Mundial, el fenómeno ya se había extendido considerablemente en otros países. A pesar de que la adaptación del término au pair al contexto global, la aparición del término es de reciente creación (Cox, 2006), el vocablo sugiere apropiarse de diversos significados según convenga: desde el punto de vista simbólico, el término se relaciona con las actividades de intercambio; es decir, busca propiciar una relación de igualdad entre el empleador y la au pair, para que la au pair se sienta como un miembro más de la familia. Desde el un punto de vista socioeconómico, el término au pair da cuenta de un intercambio con otro país, en el cual se participa de actividades tanto culturales como de trabajo doméstico, sean éstas de cuidado y limpieza del hogar. Ya para la segunda mitad del siglo XX, -tal como ocurrió con el servicio doméstico a escala global- la tendencia hacia un aumento en la demanda de 49 trabajadoras canalizadas al servicio de cuidado de niños se expandió. El fenómeno marchó de tal manera, que a finales de 1969, tal modalidad del servicio doméstico global fue formalmente regularizada (Cox, 2006), en países como Inglaterra, Francia y Alemania. 2.1.2 ¿Cómo y por qué surge el programa au pair? Según el WorldLII9 a finales de la Segunda Guerra Mundial surgió una efervescencia de jóvenes que se trasladaban de un país a otro - principalmente en el continente europeo- con la finalidad de mejorar sus habilidades en algún idioma (World Legal Information Institute, 2011). Rápidamente las opciones de intercambio ofrecidas por escuelas y universidades fueron rebasadas e insuficientes para cubrir la demanda educativa de tantos jóvenes. Ante este suceso, algunos países europeos representados por un Comité Social -a través del Consejo Europeo- (Council of Europe, 1969), propusieron la creación de un mecanismo para seguir recibiendo aquella entrada masiva de jóvenes. Estas procedían principalmente de países como Malta, Chipre, Turquía, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría (Anderson, 2007). Según el World Legal Information Institue (2011), dichos países eran los que más expulsaban jóvenes interesadas en estudiar otro idioma a los países de Europa Occidental. Mediante la inscripción en algún programa de intercambio au pair, tendrían la oportunidad de hacerlo. Para regular e institucionalizar esta forma de trabajo, se realizaron una serie de intervenciones por parte del Consejo de Europa, las cuales respaldaron -dentro de un marco legal- la situación de los jóvenes, particularmente de las mujeres jóvenes extranjeras en los países de Europa. 9 WorldLII (World Legal Information Institute, 2011) es un organismo mundial sin fines de lucro, encargado de desarrollar investigaciones para facilitar información organizaciones. 50 legal a institutos y otras 2.2 Normatividad Hasta este punto se ha expuesto que la migración de jóvenes a Europa occidental, marcó precedente para que el Consejo Europeo -en la reunión de Estrasburgo de 1969 (Council of Europe, 1969)- institucionalizara los programas de intercambio con la finalidad de regular su entrada a los distintos países, y a su vez canalizarlas al mercado de servicios de cuidado, precisamente a través de los programas de intercambio. El acuerdo firmado por ese consejo -estipulado en los archivos del European Treaty Series en octubre 1969 (Council of Europe, 1969)estableció por primera vez las bases de lo que serían los programas de intercambio cultural au pair, formaliza ndo y ordenado la relación laboral entre empleador y au pair mediante la homogeneización tanto de los mecanismos de operación como de los lineamientos de contratación. En dicho acuerdo se establecieron los lineamientos generales del programa, detallados en 22 artículos, de los cuales nos detendremos sólo en los primeros 12, ya que los 10 restantes –como parte del Anexo IV- refieren sólo a aspectos administrativos del programa que no tienen que ver con esta parte del análisis. Cuadro 4. Acuerdo Europeo para la colocación de au pairs por el Conse jo Europeo Artículos Descripción de los artículos Cada una de las partes contratantes se compromete a fomentar Artículo 1 en su territorio -con la mayor amplitud posible- la puesta en práctica de lo dispuesto en el presente acuerdo. - La colocación au pair es la acogida temporal, en una familia a Artículo 2 cambio de determinados servicios - de jóvenes de países extranjeros que desean mejorar sus conocimientos lingüísticos y tal vez profesionales, así como su cultura general, adquiriendo un 51 Artículos Descripción de los artículos mejor conocimiento del país en el que son acogidos. - Estos jóvenes extranjeros se denominarán en lo sucesivo “personas colocadas au pair”. La colocación au pair que inicialmente no excederá de un período Artículo 3 de un año, podrá sin embargo prolongarse hasta un período máximo de dos años. - La persona colocada au pair no tendrá una edad inferior a los diecisiete años ni superior a los treinta años. Artículo 4 -Sin embargo, en determinados casos, y cuando las circunstancias lo justifiquen, la autoridad competente del país de acogida podrá conceder excepciones al límite máximo de edad. La persona colocada au pair estará en posesión de un certificado médico, que se expedirá en fecha no anterior a los tres meses Artículo 5 que precedan a su colocación, y en que conste el estado general de salud de dicha persona. - Los derechos y obligaciones de la persona au pair y de la familia de acogida, tal como quedan definidos en el presente acuerdo, serán objeto de un acuerdo escrito concertado entre las partes de que se trate, en forma de un documento único o de un intercambio de cartas, que se realizará preferentemente antes de eArtículo 6 que la persona colocada au pair abandone el país en que tenía su residencia, y a lo sumo durante su primera semana de trabajo en la familia de acogida. - Una copia del acuerdo mencionado en el párrafo anterior se depositará en el país de acogida en poder de la autoridad competente, o de la organización designada por esta autoridad. 52 Descripción de los artículos Artículos El acuerdo mencionado en el artículo 6 especificará entre otras Artículo 7 cosas, la forma en que la persona colocada au pair habrá de compartir la vida de la familia de acogida, disfrutando al propio tiempo de un cierto grado de independencia. - La persona colocada au pair recibirá alojamiento y comida de la familia de acogida y ocupará cuando sea posible una habitación independiente. - La persona colocada au pair dispondrá de tiempo suficiente para asistir a cursos de lengua y para perfeccionar su formación cultural y profesional; con este objeto se concederán toda clase de facilidades en lo relativo al horario de trabajo. Artículo 8 - La persona colocada au pair dispondrá como mínimo de un día libre completo a la semana. Al menos uno de los días libres de cada mes deberá ser un domingo y se le darán las mayores facilidades para participar en actos religiosos. - La persona colocada au pair recibirá mensualmente una cantidad determinada en concepto de dinero de bolsillo. Tanto la cantidad a recibir como los intervalos de pago se determinarán en el acuerdo mencionado en el artículo 6. La persona colocada au pair prestará servicios a la familia de Artículo 9 acogida, que consistirán en la participación en las tareas domésticas diarias. El tiempo dedicado de modo efectivo a tales servicios no excederá en general de cinco horas diarias. - Cada una de las partes contratantes enumerará, en una lista los beneficios a que en caso de enfermedad, maternidad o accidente, tendrá derecho en su territorio la persona colocada au Artículo 10 pair. - En su caso, y en la medida en que las prestaciones enumeradas no puedan ser cubiertas por un régimen de 53 Descripción de los artículos Artículos Seguridad Social o por cualquier otro organismo oficial del país de acogida, y a la vista de lo dispuesto en los acuerdos internacionales o los Reglamentos de las Comunidades Europeas, el miembro competente de la familia de acogida contratará un seguro privado cuya carga será totalmente de su incumbencia. - Toda parte contratante notificará, de conformidad con las disposiciones del párrafo 2 del artículo 19, cualquier modificación en la lista de prestaciones enumeradas. - En caso de que el acuerdo a que se refiere el artículo 6 se haya concertado por un período de tiempo indeterminado, cada una de las partes podrá poner fin al mismo con un preaviso de dos semanas. Artículo 11 - Tanto si el acuerdo se ha concertado por un período determinado o no, podrá ser denunciado con carácter inmediato por una de las partes en caso de que la otra parte haya incurrido en falta grave, o si otras circunstancias graves así lo requieren. La autoridad competente de cada parte contratante designará los organismos públicos habilitados para encargarse de lo relativo a Artículo 12 la colocación au pair pudiendo también designar con este objeto a organismos privados. Los artículos del 13 al 22 exponen las condiciones en las que el Artículo 13 Consejo Europeo debe proceder para que se lleve a cabo el Del artículo 13 al 22 programa, como renovación de firmas, supervisión de convenios, actualización de acuerdos, los cuales se exponen en el Anexo III. Fuente : Cuadro extraido de http://www.judicatura.com/legislacion/1481.pdf (Jimenez-Ugarte, Javier, 1989) 54 De manera general, los lineamientos detallados en el Cuadro 3 buscan formalizar el carácter temporal de la relación a través de un acuerdo entre la au pair y su empleador. Este debe establecerse antes del arribo de la au pair al país de acogida o, en todo caso, durante la primera semana de trabajo. Sin embargo, según Burikova y Miller (2010), debido a que los acuerdos dependen de las personas, las condiciones legales se definen vagamente y no hay control institucional. Además, el ejercicio de la actividad, al llevarse a cabo en el ámbito privado, induce a que el empleador maneje los tiempos y las condiciones laborales según sus necesidades, poniendo a la au pair a situaciones de desventaja laboral. Respecto a las condiciones laborales, se estipula que las au pairs deberán recibir alojamiento y comida; gozar de al menos un día de descanso a la semana, así como también contar con el tiempo suficiente para asistir a cursos de lengua o de alguna otra materia. Se deja establecido que deberán recibir una cantidad determinada de dinero y contar con seguro médico. Vale la pena señalar que el artículo 9 expresa que la au pair realizará tareas domésticas diarias, las cuales se llevarán a cabo en un lapso de tiempo no mayor a cinco horas por día. Lo anterior precisa el carácter laboral de los programas de intercambio, de manera que la propia normatividad recalca la función de las au pairs como trabajadoras domésticas, dimensión fundamental de nuestra propuesta analítica. Los acuerdos anteriores configuran la operatividad de los programas de intercambio au pair en sentido general, aunque pudieran existir ciertas variaciones en los lineamientos de un país a otro, –tal como veremos en el siguiente acápite. En todo caso, tales lineamientos de manera general deberán ser adaptados a los programas de intercambio cultural au pair de cada país vía sus agencias intermediarias. 55 2.3 Panorama global de los programas de intercambio cultural au pair Los programas de intercambio han generado un interés a escala global gracias a que -como hemos venido señalando- han logrado satisfacer las demandas de servicios de cuidado de un nicho específico del mercado. La comercialización de mano de obra, a través de estos programas, ha cruzado fronteras para establecerse en latitudes tan lejanas y distantes como Australia y Estados Unidos (Yodanis, 2005). De igual manera, estos programas han logrado posicionarse en el mercado como una opción laboral para jóvenes de países igualmente alejados; ya sea el joven alemán que es au pair en Estados Unidos o la joven colombiana en Holanda, por mencionar algunos. El panorama actual de los programas de intercambio muestra que este nicho de mercado sigue expandiéndose, al igual que lo ha hecho el del servicio doméstico global. No obstante, los primeros deben apegarse a la normatividad establecida por el Consejo Europeo, antes descrita. La mayoría de los países que ofertan estos programas toman como referente los mencionados acuerdos para poder operar similarmente con otros países, y así ampliar los países de los que proveerse de mano de obra. En este orden de ideas, en el Cuadro 4 se recogen los requerimientos que países como Francia, Estados Unidos y Alemania han instituido para operar sus programas, los cuales se sustentan en los acuerdos del Consejo Europeo. 56 Cuadro 5. Requisitos de los programas de intercambio cultural au pair según los gobiernos de cada país Requerimientos Acuerdos del Consejo Europeo Francia Estados Unidos Alemania Edades permitidas 17 a 30 años 18 a 28 años 18 a 26 años 18 a 24 años Horas de trabajo Máximo 30 horas semanales 30 a 35 horas semanales 45 horas semanales 30 horas semanales Dinero de bolsillo Asignado por cada autoridad 80 euros semanales 195.75 11 dólares semanales 65 euros semanales Días de descanso 1 a la semana 1 o 2 días 1 o 2 días 2 días Escolaridad Asignado por cada autoridad Mínimo bachillerato Mínimo bachillerato Mínimo bachillerato Idioma Asignado por cada autoridad Un 60% de inglés Nivel A1 de alemán Sexo Mujeres y hombres Sólo mujeres Mujeres y hombres Sólo mujeres Tipo de visa Asignado por cada autoridad Visa de estudios J-1 Visa de estudios Experiencia de cuidado de niños Asignado por cada autoridad Experiencia comprobable de cuidado de niños Comprobar 280 horas como mínimo No solicitan comprobación de experiencia 10 Nivel DELF 2 de francés 12 Fuente: Información obtenida de la agencia MEX Au Pair (Mex au pair, 2010), de la Embajada de Francia en México (Consulat Général de France à Mexico, 2012) y Embajada de Alemania en México (Embajada de Alemania Ciudad de México, 2012). La información muestra que el rango de edad establecido por el Consejo Europeo para poder participar en el programa de au pair fluctúa entre 10 1,361 pesos mexicanos según al tipo de cambio de Yahoo finance del 8 de abril del 2012. 11 2,533 pesos mexicanos según al tipo de cambio de Yahoo finance del 8 de abril del 2012. 12 1,106 pesos mexicanos según al tipo de cambio de Yahoo finance del 8 de abril del 2012. 57 los 17 y los 30 años, a lo que se acogen los tres países. Sin embargo, se presentan algunas variaciones: Alemania requiere el rango menor de edad (18 a 24 años), en contraste con Francia, donde los aspirantes pueden participar hasta los 28 años (4 años más); en el caso de Estados Unidos, las au pairs deben tener una edad entre 18 y 26 años. En lo que refiere al número máximo de horas de trabajo permitidas a semana, en Estados Unidos es donde se pide trabajar el mayor número de horas, excediendo inclusive las 30 horas máximas establecidas por el Consejo Europeo; en Francia el rango oscila entre 30 y 35 horas semanales y en Alemania es de 30 horas. En referencia a la paga13, el Consejo Europeo no establece una remuneración fija, por lo que queda a consideración de cada país la cuota a pagar. En este sentido, Estados Unidos paga semanalmente 2,533 pesos mexicanos (195.75 dólares), mientras que Francia y Alemania pagan 1,361 (80 euros) y 1,106 pesos mexicanos (65 euros), respectivamente por semana. Sin embargo, esos montos corresponden a una carga de trabajo desigual (recordemos que las horas de trabajo pautadas en los acuerdos rondan las 45 horas semanales en Estados Unidos, y en Francia y Alemania las 35); si se homologaran las horas de trabajo a 30 horas semanales, la au pair alemana recibiría 1,427 (pesos mexicanos) menos de lo que ganaría la au pair en los Estados Unidos y 365 (pesos mexicanos) menos que la au pair en Francia por una semana de trabajo. En este punto, bajo el supuesto de que la au pair se interesa por ese programa para ganar dinero, Estados Unidos sería la mejor opción para llevar adelante la experiencia, a pesar de que en dicho país se trabaja un mayor número de horas. En lo concerniente al sexo de los participantes, es también Estados Unidos la única opción -de las aquí analizadas- que admite tanto a hombres como a mujeres. Estos factores –la paga y el sexo- pueden ser determinantes para que Estados Unidos sea uno de los países más elegidos por las au pairs 13 Como referencia del período de cotización, vea nota al pie de página del Cuadro 5. 58 para realizar su intercambio; lo cual coincide con el último reporte de la IAPA en donde Estados Unidos figura en promedio como el país más solicitado por las au pairs en los últimos años. Con respecto al nivel de escolaridad y la formación general exigida a los participantes, es importante señalar que se deja en manos del país receptor fijar tales requerimientos: tanto en Francia, como en Estados Unidos y Alemania, se pide haber completado la educación superior y poseer un nivel medio del idioma del país en el cual se desea participar. En lo referente a los requisitos para ser au pair, Alemania es el único de los mencionados que no solicita experiencia previa. De hecho, según la información de la agencia MEX Au Pair, Alemania es el país menos riguroso en este punto, ya que a diferencia de Francia y Estados Unidos, no pide comprobar un número mínimo de horas de experiencia en el cuidado infantil. Por último, el tipo de visa que se expide en los casos de Alemania y Francia es la visa de estudiante, mientras que en Estados Unidos se expide la J-1 –visa que les permite trabajar y estudiar. Así pues, cada país exige cumplir con ciertos requisitos según sus necesidades y según el marco legal en el cual dichos acuerdos se han establecido. Atentos a estas particularidades, a continuación se dedica toda una sección a analizar la manera particular con la que el gobierno de los Estados Unidos opera sus programas de intercambio a través de sus agencias, lo que permitirá conocer con mayor detalle el marco normativo que limita las prácticas de nuestro objeto de estudio. 2.3.1 El programa de au pairs en los Estados Unidos Los programas de au pairs en Estados Unidos comenzaron a operar en el año 1986, gracias a que el AIFS (American Institute for Foreign Study) junto con el EIL (E xperiment in International Living) solicitaron a la Agencia de Información de los Estados Unidos (UISA) 59 implementar el primer programa au pair, bajo la tutela de la Fulbright-Hays (United States Information Agency, 1998). Fue en el año 1989 que la USIA designó a seis organizaciones para ofertar estos programas. En el año 1990 el Congreso de los Estados Unidos ordenó a la GAO (Oficina General de Contabilidad) conducir un estudio sobre los programas au pairs. La GAO, reportó el uso inapropiado de visas por parte de quienes llevaban a cabo los programas de au pairs, pues éstas habían sido otorgadas para realizar actividades educativas y de intercambio cultural, pero no estaban cumpliendo con ese propósito. Esto estaba expresado en el Acuerdo 1962 estipulado por la Fulbright-Hays (U.S. Department of Education, 1961), el cual pretendía reforzar los lazos entre los ciudadanos de los Estados Unidos y la gente de otros países a través de intercambios culturales y educativos. Por lo tanto, el Congreso amplió el programa au pair bajo la supervisión de la USIA y ordenó continuar con el programa bajo las normas entonces vigentes (United States Information Agency, 1998). Este acto sirvió para consolidar los programas de intercambio en los Estados Unidos. Para el año de 1994 el Congreso autorizó a la USIA promulgar regulaciones específicas que rigieran el programa au pair (United States Information Agency, 1994). En 1995 el programa operó bajo la guía de las regulaciones publicadas en el Registro Federal (vea Anexo V), en la que se establecía n por primera vez los lineamientos que direccionaban la manera de seleccionar, investigar y colocar a las au pairs en las familias “anfitrionas” en Estados Unidos. Tales regulaciones fueron el producto de la adaptación de los acuerdos establecidos por el Consejo Europeo de 1969. Estatutos adicionales se han venido dando a través del tiempo; por ejemplo en el año 1997 se publicó sobre la necesidad de ofrecer entrenamiento a las au pairs antes de comenzar su ejercicio laboral, así como regular las horas de trabajo, limitándose a una jornada de diez horas (United States Information Agency, 1998). 60 En la actualidad los programas de intercambio au pair en Estados Unidos son ofertados como una experiencia cultural más que una forma de empleo. En gran medida se debe a que el estatus legal de las au pairs en este país así se define, con la oportunidad de estudiar y trabajar al mismo tiempo. El proceso para que se lleve a cabo la dinámica de los programas de intercambio lo componen 4 actores principales, de los que hablaremos puntualmente en el siguiente capítulo, pero continuación se describe de manera general. Los actores que participan en el programa son: por un lado el Gobierno de los Estados Unidos, que es quien regula los programas de intercambio a través de los acuerdos dictados por el Consejo Europeo y por los lineamientos establecidos en el Registro Federal de los Estados Unidos. Por el otro, las agencias intermediarias de capital privado que mercantilizan esa mano de obra (Parella-Rubio, 2003) bajo la regulación de ése gobierno. La función principal de estas agencia, es vincular la oferta (au pairs) y la demanda (familias empleadoras), en un mercado donde el servicio que se mercantiliza es el de servicio doméstico y de cuidado de los niños (Kuroczycka, 2010). Además las agencias supervisan la relación laboral entre los empleadores y las au pairs. Estos dos últimos actores –los empleadores y las au pairs- completan el listado de partes que intervienen en este proceso. Hasta aquí se ha presentado cómo y por qué se crearon los programas de intercambio, tanto a escala global como en el caso particular de los Estados Unidos. A continuación nos adentramos en los dos capítulos empíricos: en el primero se exponen los elementos, actores y fases del mercado de trabajo de las au pairs, ilustrándolos con la información obtenida de las entrevistas. En el segundo se analizan las experiencias laborales de las au pairs de acuerdo con ciertos ejes analíticos. Estos capítulos permiten contrastar lo que formalmente se dice de los programas de intercambio con lo que en realidad sucede. En estos dos capítulos empíricos se da voz a quienes participaron en dicho ejercicio laboral. 61 2.4 Consideraciones finales del capítulo La creación de los programas de intercambio de au pairs ha mitigado las tensiones de los gobiernos -sobre todo de aquellos países desarrolladosocasionadas por la insuficiente capacidad de abastecer de servicios de cuidado a un nicho específico de la sociedad. Aunado a esto, los mismos gobiernos en su afán por canalizar a un flujo cada vez más numeroso de jóvenes migrantes, han captado esa mano de obra para ocuparla en el servicio de cuidado a través de estos programas temporales, vinculando los servicios de cuidado con las necesidades insatisfechas de la reproducción. Se observó que los programas de intercambio cultural de au pairs son creados como una reminiscencia de otras formas de emplear a trabajadores domésticos, que no obstante siguen reproduciendo en cierto modo dicha organización manteniendo las diferencias de género. En términos generales, la au pair mujer reproduce los roles de la mujer- madre de hogar, al igual que el hombre au pair, quien sólo realiza las tareas del hombre-hermano mayor del hogar. Aunado a esto, se reafirma que los procesos por los cuales se llevan a cabo dichos programas, se asemejan a los que utiliza el mercado de trabajo para vincular la oferta y la demanda de sus productos y servicios. A pesar de que se sugiere la creación de un acuerdo previo a la contratación, permanece la situación de ambigüedad relativa al vínculo que une a la au pair y con su empleador. Al permitir que sea en el seno del hogar que finalmente se lleve cabo el acuerdo laboral, se cede la responsabilidad a las familias (Newcombe, 2004) dejando que la asignación de tareas se establezca discrecionalmente según sus necesidades cuidado y reproducción doméstica. Desde la perspectiva de mercado de trabajo, son las agencias las encargadas de ofrecer y vender el servicio a las familias que están interesadas en contratar una au pair. Ellas se encargan de captar dicha mano de obra a través de la venta de la promoción del programa, para así 62 reclutarlas y después tener una vasta oferta de mano de obra calificada que ofrecer. Esta forma de reclutar la mano de obra por medio de los programas, hace que la esfera del mercado de trabajo se invisibilice y que las mujeres que constituyen la oferta laboral no asimile que está entrando a un mercado de trabajo particular: el del servicio doméstico. Esta situación las pone en desventaja, como tendremos ocasión de ver. En el siguiente capítulo se describen los elementos que integran el mercado de las au pairs y la manera cómo se lleva a cabo el proceso de selección, en un contexto de compra y venta de mano de obra calificada. 63 Capítulo Tercero El mercado de trabajo de las au pairs en Estados Unidos: elementos, actores y fases El objetivo es describir los elementos y actores del mercado de trabajo de las au pairs. Se analizan también las distintas fases o etapas que involucra el proceso en este subsector particular del mercado de trabajo del servicio doméstico. Como ya hemos referido, los actores principales son las familias empleadoras, quienes materializan la demanda de servicios de cuidado, y las au pairs, como oferta laboral. Otros actores son el Estado, las agencias (tanto de México como de Estados Unidos), y la coordinadora local. Estos últimos regulan el funcionamiento. Como fuera presentado en otras partes de este documento, el nicho de trabajo de las au pairs pertenece a un mercado de trabajo segmentado de tipo secundario, el cual se caracteriza por tener una fuerza de trabajo altamente feminizada y que ha crecido en el contexto de la globalización. Asimismo y tal como fuera precisado en el capítulo primero, el segmento secundario del mercado de trabajo recluta grupos específicos de la población, entre los que se encuentran las mujeres inmigrantes. Otras de las características del segmento secundario del mercado de trabajo, es que no existen cadenas de movilidad internas, los ingresos predominantes son bajos y la calificación de las empleadas no es un componente valorado (Ariza, 2010). En este sentido es preciso señalar que aún cuando en líneas generales, el mercado de trabajo del que participan las au pairs, presenta muchas de las características típicas del segmento secundario, existen otras –específicamente la calificación exigida a las participantes- que no se cumplen. Al respecto Cox y Busch (2012) comentan que es cada vez más frecuente encontrar trabajadoras domésticas -sobre todo au pairs o niñeras latinoamericanas, con un alto nivel educativo particularmente entre aquellas provenientes de Asia, África o el este de Europa. Lo dicho por estas autoras 64 refuerza el argumento de García, -coordinadora del porgrama Au Pair in America México y una de las personas entrevistadas- quien señala que la calificación de las trabajadoras domésticas es cada vez más valorada para entrar al programa au pairs (2012). Por otro lado, existen “mecanismos de entrada” que regulan la participación en los programas au pairs y que pueden se asemejan a los que distinguen al mercado de trabajo en general. Nos referimos a los procesos de la captación de mano de obra, el reclutamiento, la selección, la capacitación y la contratación. Tilly Siguiendo la definición ofrecida por Tilly & (1994: 484), entre los principales actores que componen cualquier mercado de trabajo, figuran: los trabajadores, los empleadores, el empleo, las redes, el contrato y la contratación de la mano de obra. Es obvio que en nuestro mercado de trabajo particular, las au pairs constituyen la mano de obra que satisface las necesidades de reproducción doméstica de un sector específico de la sociedad; mientras el grupo de empleadores está conformado mayoritariamente por familias estadounidenses de clase media y alta , con niños pequeños de entre 0 y 15 años. El otro actor central es el propio gobierno de los Estados Unidos, el que -como hemos señalado- interviene en calidad de regulador y fiscalizador de las condiciones contractuales que se establecen entre oferentes y demandantes. Una de las principales funciones que tiene el Gobierno de los Estados Unidos es propiciar la creación de agencias de intermediación que son las que realmente materializan el vínculo entre oferta y demanda. La contratación de mano de obra se lleva a cabo bajo la autorización del Gobierno y se realiza a través de la intervención de las agencias. La contratación se logra a través de distintas acciones como el captar, reclutar, ofertar, vincular, capacitar y depositar a las au pairs con sus familias empleadoras. La firma del contrato queda a cargo de una coordinadora local, quien es parte de la agencia, y tiene lugar 65 al momento que la au pair es presentada ante sus futuros empleadores. Es hasta entonces que se formaliza la relación laboral entre los actores de este mercado laboral. Luego de ser presentados los principales elementos y actores que conforman el mercado de trabajo de las au pairs, en el presente capítulo se explican las principales acciones y funciones que estos llevan a cabo. Para ello se hace uso de una perspectiva sociológica, específicamente la del enfoque de la Teoría Sociológica de los Mercados de Trabajo (de aquí en delante TSMT), para explicar las fases del proceso. El enfoque TSMT permite explicar, desde un punto de vista institucionalista, los mecanismos de capacitación, acceso/reclutamiento, asignación/ubicación y de remuneración (Swedberg, 1993, citado por Pries, 2000); procesos que se llevan a cabo en los regímenes capitalistas con el afán de estructurar la asignación de mano de obra y de los puestos de trabajo. En este sentido, los mecanismos identificados por la TSMT nos ayudarán a explicar las fases por las cuales pasa este mercado de trabajo específico. Este capítulo se divide en dos partes: una primera en la que se describen los elementos y actores del mercado de trabajo, según la propuesta de Tilly&Tilly, enunciados anteriormente. Una segunda en la que se expone n -bajo la perspectiva de la TSMT- las fases que atraviesan los actores de este mercado apoyándonos para ello en la revisión de la literatura y la información proveniente de las entrevistas realizadas con las propias au pairs. 3.1 Los elementos y actores de este mercado de trabajo Siguiendo la propuesta de Tilly & Tilly (1994) acerca de los elementos que integran cualquier mercado de trabajo, los actores previamente pueden ser reagrupados en dos. Un conjunto de actores institucionales conformado por el Gobierno de los Estados Unidos y agencias intermediarias. Otro, constituido por las empleadas -que son las au pairsempleadoras. 66 y por las familias Con el objetivo de sistematizar la información anterior se ha confeccionado el Diagrama 1, referido al caso concreto del mercado de las au pairs en Estados Unidos. Diagrama 1. Actores del sector del mercado de trabajo del servicio doméstico que cubren las au pairs en Estados Unidos Fuente: Diagrama de creación propia con información del Programa de Visitante de Intercambio: http://j1visa.state.gov/programs/au-pair/ y de la Agencia Cultural Care:http://www.culturalcare.com (2012). Tal como se desprende de la figura precedente, la institución reguladora del segmento del mercado de trabajo del servicio doméstico que cubren las au pairs en los Estados Unidos, es el gobierno de dicho país , y lo hace a través de una normativa. De ella emanan las condiciones contractuales que debería regir la relación laboral. En el otro extremo figuran las instituciones locales, conformadas por las agencias de los Estados Unidos y las de México. 67 Todos los actores incluidos en el diagrama deben cumplir con los lineamientos que establece el Gobierno para llevar a cabo el objetivo del programa. Tanto los actores como los elementos de este mercado están interrelacionados, por lo que en la medida de lo posible se intentará diferenciar analíticamente la relación entre ellos, empresa a la que nos dedicaremos en los siguientes acápites. 3.1.1 Actores institucionales y sus funciones a) El gobierno de los Estados Unidos El gobierno de los Estados Unidos es el actor institucional que regula y organiza las condiciones contractuales entre la oferta y la demanda laboral. Como se señaló con anterioridad, dichas condiciones están suscritas a una normativa internacional establecida por el Consejo Europeo, dando especificidad al contexto de los Estados Unidos a partir del año de 1986. Gracias a la suscripción de dicha normatividad, este sector se formaliza definiendo las condiciones del trabajo y estableciendo un contrato formal. Cabe decir, que este tipo de contratos suelen guardar cierta discrecionalidad debido a la falta de claridad de las tareas domésticas a realizar por parte de las trabajadoras (Anderson, 2007). Tal es el caso de la última cláusula expuesta en la página de la J-1 Visa: Exchange visitor program (U.S. Department of State, 2011), la cual expresa que el Departamento de Estado no tiene jurisdicción alguna sobre las condiciones contractuales entre la oferta y la demanda; es decir, éste se deslinda de todo acuerdo tácito o explícito entre el empleador y la au pair. Esta situación promueve un arreglo contractual diferente en cada familia empleadora -según sus necesidadespor lo que provoca un alejamiento de las reglas definidas ins titucionalmente (Aguilar, 2012). Ello desvirtúa lo que se suponía un programa formal, produciendo un hiato entre lo que se recomienda y lo que realmente tiene lugar en el ejercicio laboral. 68 Por otro lado, el gobierno regula a través del Departamento de Estado, el estatus migratorio de las au pairs, denominado “visitante internacional de intercambio” (U.S. Department of State, 2011). Es en virtud de dicho estatus que las au pairs pueden permanecer legalmente en el país por un tiempo determinado. En pocas palabras, de la expedición de este tipo de visas el gobierno controla la entrada de las jóvenes inmigrantes (Newcombe, 2004) (U.S. Department of State, 2011). Otra de las funciones del gobierno es propiciar la participación del sector privado en la conformación de agencias de intermediación. Este tipo de intervenciones son comunes en una economía liberal, que delega al sector privado parte del funcionamiento del mercado. Por último, y como se mencionó en el capítulo anterior, el gobierno forma parte de la Asociación Internacional de Au Pairs, con lo cual debe someterse a la vigilancia que él mismo establece a fin de garantizar el cumplimiento de los parámetros internacionales de control en los programas de intercambio de au pairs. Para dar cuenta de la posición de cada uno de los elementos de este mercado de trabajo y su relación con los demás elementos, se ha elaborado el siguiente diagrama. 69 Diagrama 2. Elementos y actores del mercado de trabajo de las au pairs Fuente: Diagrama de creación propia con información del Programa de Visitante de Intercambio: http://j1visa.state.gov/programs/au-pair/ y de la Agencia Cultural Care:http://www.culturalcare.com (2012). b) Las agencias: en México y Estados Unidos Las agencias intermediarias son uno más de los actores institucionales más importantes de este mercado de trabajo. Sus funciones son: por un lado, materializar el programa a través de la vinculación entre la oferta y la demanda, y, por el otro, coordinar y regular los diferentes elementos de este 70 mercado, así como supervisar el proceso, tal como se muestra en el Diagrama 2. Una vez que se relaciona a la oferta y la demanda, se efectiviza la venta del servicio y el programa en los hechos se materializa. Esta acción es llevada a cabo por las agencias intermediarias que se encuentran en el lugar de origen pero también por las agencias del lugar de destino. La existencia de ambos tipos de agencias da cuenta de una cierta segmentación interna al interior del subsector del mercado de trabajo de las au pairs. Las agencias se encargan de coordinar y regular al mercado a través de diversas vías: establecen matrices en puntos estratégicos, como pueden ser otros países; se encargan de difundir el programa a través de representantes locales; supervisan el proceso por medio de las coordinadoras locales, y, finalmente, llevan a cabo una evaluación del proceso. Las que se encuentran en el lugar de destino -en este caso las de los Estados Unidos- son quienes subcontratan a otras agencias ubicadas en otras latitudes para vender sus servicios. En algunos casos, son las mismas agencias las que se responsabilizan de establecer filiales en otro país. En el caso específico de las que se encuentran ubicadas en México, existen agencias subcontratistas, y filiales agencias estadounidenses. Todas las agencias –cualquier de los casos anteriores- forman parte de un sector privado y se conforman para aprovechar este nicho de mercado, con el interés de obtener ganancias económicas (Newcombe, 2004). Las agencias que se encuentran en Estados Unidos se componen de personal administrativo, además de una coordinadora local o consejera –en su mayoría mujeres- cuya función es supervisar y coordinar el ejercicio durante el proceso. La coordinadora local o consejera deberá garantizar que se cumplan las condiciones establecidas en el contrato. Debe informar y orientar a las au pairs sobre los créditos escolares que según el Departamento de Estado (a través del Departamento de Educación de los 71 Estados Unidos), debe cubrir. También es su función preparar el proceso de retorno, y tramitar el documento donde se avale haber acreditado algún curso. Por último, las agencias deben facilitar la capacitación de las au pairs. Esto se realiza la primera semana en que arriban al país receptor, mediante instrucciones de primeros auxilios, reglamento de conducir, qué hacer en caso de emergencias, cómo lavar la ropa de los niños, qué actividades realizar en los tiempos libres, entre otras; las cuales son implementadas a través de personal capacitado. Como un actor más, dentro de una cierta segmentación interna , las agencias que se encuentran en el lugar de origen –en este caso Méxicocuentan con representantes locales. Estos deben difundir el programa y colaborar en el reclutamiento de la mano de obra. Además, cuando las au pairs retornan al país de origen, algunas agencias suelen realizarles una pequeña evaluación del proceso. 3.1.2 Otros actores dentro de este mercado de trabajo de trabajo a) Demanda La familia empleadora es el siguiente actor y quien demanda los servicios de cuidado de las au pairs. El empleador generalmente tiene la necesidad de contratar a alguien flexible y accesible para atender a los niños (Cox and Busch, 2012). Al recurrir a las au pairs esperan que a la par de los servicios de cuidado se encarguen de los quehaceres domésticos (Cuartas, 2012). Para el contexto europeo Durín (2012) plantea una tipología de tres arquetipos de empleadores. El primero se caracteriza por estar conformado por madres solteras profesionistas; el segundo, por familias empleadoras en donde la madre ejerce una profesión; y el tercero por aquellas familias llamadas burguesas (Durín, 2012:10), en las que la madre no trabaja. 72 En el caso específico de los Estados Unidos, los empleadores que contratan au pairs deben ser residentes legales permanentes o ciudadanos de ese país (U.S. Department of State, 2011). De nuestros datos empíricos, resaltan familias empleadoras que residen en la zona noreste de los Estados Unidos, con un estrato socioeconómico entre medio-alto y alto. Hay casos excepcionales en los que la empleadora se definía por ser de estrato socioeconómico medio-bajo. La caracterización de estas familias empleadoras -según su estrato socioeconómico- coincide con lo expuesto en la literatura existente, ya que varios autores argumentan que el nivel socioeconómico de estas familias suele establecerse entre medio alto y alto (Cox and Busch, 2012; Durin 2012; García, 2012). En relación a la profesión de los empleadores, en nuestros datos encontramos que ambos padres de familia trabajan fuera del hogar en áreas ajenas a las tareas domésticas. La mayoría se ocupaban en áreas tales como finanzas, comercio, medicina, docencia, administración y abogacía. Sólo en unos pocos casos, las madres de familia eran amas de casa. Es el caso Esthela, cuya empleadora sólo se dedicaba a las labores del hogar y de cuidado de sus cuatro hijos. Referente al aspecto religioso -y de acuerdo con la información proporcionada por las au pairs entrevistadas-, la mitad de los empleadores profesaba el catolicismo, otro tanto el judaísmo y el cristianismo, y sólo uno se dijo ser ateo. Por otro lado, sólo dos familias empleadoras tenían un hijo, mientras que el resto tenían entre dos y cuatro. Según el Departamento de Estado, el número de hijos por familia empleadora puede variar, pero la edad que estos deben tener deberá ubicarse entre los 3 meses y los 15 años. En este órden de ideas, nuestros datos muestran que las edades de los niños de estas familias oscilaban entre 1 y 15 años. Al respecto, la representante de la agencia Mex Au Pair comenta que si los niños a cuidar son mayores de 15 años, el gobierno no permite a la familias contratar este tipo de programas (Rodríguez, 2012). En el mismo 73 sentido, si la familia tiene algún niño menor de tres meses de edad y no puede permanecer en el hogar alguno de sus padres –o en todo caso algún adulto que se haga responsable del bebé mientras la au pair trabaja- o si hubieran niños menores de dos años y la au pair no tuviera experiencia comprobable de 200 horas como mínimo, los padres de familia no podrían emplear a una au pair. Además de estas situaciones, quienes tienen niños con algún tipo de necesidad especial, deben contratar a la au pair que acredite haber tenido experiencia relacionada al tipo de cuidado que el niño requiere; de no ser así, la au pair tampoco puede trabajar con esa familia (U.S. Department of State, 2011). En algunos países, como Inglaterra o Noruega la contratación de au pairs ha surgido recientemente como una opción barata (Newcombe, 2004), en virtud de que pueden oferta rse sin la intermediación de algún tipo de agencia especializada, situación que abarata el servicio. Por ejemplo, en Europa una familia paga por tener los servicios de una au pair 500 euros aproximadamente, mientras que en Estados Unidos pagan entre 5000 y 8000 dólares anuales (Rodríguez, 2012). Esta diferencia se relaciona con la flexibilización del mercado de trabajo en aquellos países europeos donde las exigencias de las familias anfitrionas han derivado en nuevas formas económicas y flexibles de venta de estos servicios. La flexibilización de las políticas para ofertar de los programas de au pair, instrumentada por los gobiernos, ha producido una transformación, a tal grado, que en ciertos países europeos el papel de las agencias ha ido disminuyendo (Durin, 2012), abriendo paso a canales de venta y distribución del servicio por vías más económicas y de fácil acceso, como puede ser el uso del Internet. Según el U.S. Department of Education (2012), los empleadores deben garantizar un pago de 500 dólares, para que las au pairs asistan a una escuela y cumplan con los Componentes Educativos que el Gobierno de Estado exhorta a cursar. Los empleadores también deben proveer una habitación apropiada y garantizar tres alimentos por día; así como pagar un 74 estipendio semanal de 195.75 dólares 14, además de otorgar un fin de semana libre cada mes. A su vez el empleador debe facilitar los menesteres necesarios para que la au pair realice su labor de cuidado, como son: las condiciones de seguridad en el hogar, disponer de teléfono y números telefónicos -en donde la au pair pueda comunicarse en caso de emergenciaasí como un botiquín médico. En lo relacionado con las vacaciones, los empleadores están obligados a dar un mínimo de dos semanas por cada doce meses de intercambio; adicionales a los fines de semana libres. También como parte del programa de intercambio, el empleador debe integrar a la au pair al entorno de la vida familiar, en la medida de lo posible, pues en lo que respecta al ámbito afectivo el empleador también tiene la obligación de hacer sentir a la au pair como “parte de la familia”. No obstante, los empleadores esperan que las au pairs tengan la disponibilidad y flexibilidad suficiente para trabajar más horas y en horarios dispersos durante el día. Otra de las obligaciones que acuerda el empleador con la agencia, es la de facilitarles un medio de transporte cuando la au pair deba asistir a sus clases, o a las juntas mensuales con su coordinadora local fuera de estas actividades, el empleador no está obligado a proporcionar transporte. b) Oferta laboral Como ha sido señalado en varias oportunidades, el actor principal de este mercado de trabajo son las au pairs, quienes se caracterizan por formar parte de una mano de obra feminizada -aunque existe una participación pequeña de hombres. Nuestros datos así lo confirman: de los 13 au pairs entrevistados, 12 son mujeres. Su nivel socioeconómico es medio a medio-alto, rasgos que coinciden con los antecedentes de investigación, pues se señala que es una constante que las au pairs 14 Dicho estipendio está actualizado al 4 de agosto del 2012 según el Departamento de Estado de los Estados Unidos (U.S. Department of State, J-1 http://j1visa.state.gov/programs/au-pair/ ). 75 Visa Exchange visitor program , 2011, provengan de estos estratos (Cox and Busch, 2012; Durín, 2012; Rodríguez, 2012). En lo referente al perfil etario de las entrevistadas, nuestra muestra incluyó dos subgrupos de edad; uno, en donde la mayoría tenían entre dieciocho o diecinueve años; el otro en donde las edades oscilaban entre los 24 y 26 años. En cuanto al nivel educativo, ocho eran egresadas de bachillerato, el resto contaba con nivel de licenciatura. Una explicación probable de dicho perfil es que los períodos más comunes en los cuales las au pairs deciden participar en estos programas son los que se dan entre cada ciclo escolar; es decir, las au pairs aprovechan el lapso entre las diferentes etapas educativas para realizar otro tipo de actividades relacionadas con aspectos de recreación. Así, quien termina el bachillerato, decide emprender esta experiencia para darse un tiempo mientras delibera qué carrera profesional estudiar. En otros casos, cuando ya se concluyeron los estudios profesionales, el asistir a estos programas es visto como un tiempo de descanso entre ésta y la búsqueda de un trabajo “formal”, propiamente hablando. En relación al lugar de origen de las ex au pairs entrevistadas: cuatro procedían del estado de Aguascalientes, tres de Guanajuato, dos de Jalisco, y las demás de Sinaloa, el Distrito Federal, Coahuila y Nuevo León. En nuestros datos se observa una mayor participación en los programas de intercambio de jóvenes provenientes de la región Centro y Norte del país. Esta evidencia inicial es apoyada por Denisse, directora de EEM-Au Pair in América, quien afirma que son los estados de Coahuila, Nuevo León, Querétaro y Mérida los territorios de donde emanan más las jóvenes que solicitan estos programas de intercambio. Cuando se indagó sobre los motivos por los que las entrevistadas decidieron participar en el programa de intercambio, las razones esgrimidas fueron múltiples. Por ejemplo, hubo quienes participaron en el programa para viajar y, aprender otro idioma (tres casos); quienes lo hicieron para conocer otro país y trabajar (también tres casos); quienes sólo tenían la 76 intención de viajar (igualmente tres casos); quien sólo participó con la única intención de aprender otro idioma (un caso); quien lo hizo para trabajar y estudiar (también un caso); y por último quien consideró el programa como la manera más fácil de migrar a otro país (un caso). De forma sucinta, los requisitos para participar en los programas de au pairs, son los siguientes: a) demostrar un mínimo de experiencia de 200 horas en el cuidado de niños, principalmente si se desea cuidar a niños menores de 2 años; b) tener un mínimo de 32 horas de entrenamiento en el cuidado infantil, el cual debe ser impartido a través de alguna institución especializada (Shellenbarger, 2005). El entrenamiento debe ser proporcionado por la agencia de destino, previo al ejercicio de la actividad laboral, propiamente hablando; c) no contar con antecedentes criminales en el país de origen (U.S. Department of State, 2011). En lo que respecta al período de trabajo, las au pairs deben comprometerse a cumplir -al menos- el año de estancia en los Estados Unidos. Sus funciones se relacionan con el trabajo doméstico vinculado al cuidado de los niños: despertarlos, vestirlos, jugar con ellos, prepararles la comida, tender sus camas, lavar sus ropas, llevarlos a la escuela, ayudarles con sus tareas y cuidarlos por las noches, mientras sus padres salen. Asimismo, está contemplado que trabajen en horarios nocturnos o cuando el niño está enfermo; en otras palabras deben estar a disposición sea cual sea el día y la hora, si así lo solicitase el empleador. Presentados brevemente los elementos y actores de este mercado, en el siguiente acápite se exponen las funciones que estos llevan a cabo en el transcurso del proceso de intercambio. 3.2 Las fases en el proceso de este mercado de trabajo Desde el punto de vista sociológico, dentro del mercado de trabajo – entendido éste como una relación social entre dos partes, el sujeto que vende y el que realiza la compra- lleva a cabo una interacción que se 77 materializa cuando se vincula la oferta con la demanda. En el caso específico de los programas de intercambio, dicha materialización se establece cuando el empleador y la au pair comienzan su relación laboral. No obstante, para que esta relación tenga lugar, deben haberse concretado previamente diversas etapas clave del proceso de intercambio en sí. Retomando la TSMT, todo mercado de trabajo utiliza ciertos mecanismos de capacitación, acceso/reclutamiento, asignación/ubicación y de remuneración para regularse. Estos mecanismos también están presentes en los programas de intercambio de las au pairs, y se instrumentan, de manera general, en tres etapas. Por un lado, los mecanismos de capacitación, acceso/reclutamiento – señalados por la TSMT- se ejecutan en el mercado de las au pairs mediante las acciones de difusión del empleo, captación de mano de obra, promoción de la oferta ante la demanda y el reclutamiento de las personas seleccionadas para oficiar como mano de obra. Esta primera parte del proceso, es llevada a cabo tanto por las agencias de origen como por las de destino, y en ella participan igualmente la oferta y la demanda. En una segunda fase –y siguiendo los mecanismos del TSMT- los mecanismos de asignación/ubicación y remuneración se realizan a través del traslado, la capacitación, la incorporación al espacio laboral, la formación educativa y la supervisión. En esta fase, a su vez participan tanto la agencia de destino, como las au pairs (oferta) y las familias demandantes de su servicio. Por último, se identifica una tercera fase que es la de retorno de las au pairs al país de origen. En ella participan tanto las agencias de destino como las de origen. Es importante señalar que esta última fase no está contemplada en la TSMT, debido a que la misma alude sólo a aquellos mecanismos de entrada y permanencia en el mercado de trabajo, no a fases de salida, como de hecho es la fase aquí considerada. Sin embargo, el carácter temporal del ejercicio laboral de la au pair, provoca que este 78 mercado se renueve de forma constante y automática; a diferencia de otro tipo de empleo –cuando no se espera la salida del empleado a menos de que existan causas de fuerza mayor- los programas de intercambio promueven una rotación de la mano de obra. Tal como en otras ocasiones, se ha elegido como estrategia expositiva la elaboración de un diagrama que resume las fases del proceso por medio del cual se organiza este mercado de trabajo: Diagrama 3. Fases del proceso de los programas de intercambio de los programas de au pairs Fuente: Diagrama de creación propia con información del Programa de Visitante de Intercambio: http://j1visa.state.gov/programs/au-pair/ y de la Agencia Cultural Care:http://www.culturalcare.com (2012). En el mismo, la línea horizontal representa la dimensión temporal; en orden ascendente han sido colocadas cada una de las fases del proceso, indica la secuencia con la que los distintos mecanismos que organizan el mercado de trabajo de las au pairs va teniendo lugar. Para mayor precisión, se ha decidido presentar y reflexionar sobre cada una de las fases en apartados separados, empresa que acometemos a continuación. 79 a) Difusión, captación, promoción y reclutamiento Tal como se desprende del Diagrama 3, la difusión del programa es la primera fase del proceso del mercado de trabajo. Esta tarea implica dar a conocer el programa a todas aquellas mujeres interesadas en él. La difusión se lleva a cabo a través de medios de comunicación directos e indirectos. Las vías directas son: la prensa, la radio, Internet, la folletería y pláticas de difusión. Los canales indirectos son las redes sociales por medio de las cuales se da a conocer el programa -ya sea a través de la experiencia propia de una ex au pair u otra ajena. En el caso de las agencias mexicanas, la información que éstas se han encargado de difundir en relación a los programas de intercambio de au pair, va más encaminada a vivir una experiencia cultural, pasando a segundo plano el aspecto laboral, tal como lo expresa Alma: “… te venden muy bien el sueño americano -por así decirlo- y aparte te dicen que tienes tiempo para aprender el idioma, tus clases, salir y ganar dinero […] y vives con la familia que te va a tratar como parte de la familia...” Alma, Guadalajara, 24 años. La información que se proporciona muchas veces puede confundir a las potenciales trabajadoras y provocar que éstas esperen una experiencia distinta -como de hecho se relata en la cita anterior. Las agencias, con tal de captar un mayor número de jóvenes, muchas veces encubren la información, enfatizando lo divertido que puede ser la experiencia cultural. Una segunda fase es la de captación de la mano de obra. En ésta se concreta la inscripción al programa, así como la entrega de toda la documentación indispensable para poder iniciar con la fase de promoción. Una vez que la agencia local –en este caso la de México- tiene todos los papeles para postularlas como candidatas, hace el contacto a través de sus 80 canales con la agencia de los Estados Unidos. Al momento de enviar la información de la candidata, se elabora un expediente que resume las principales bondades que la candidata potencialmente ofrece y se difunde la información ante los empleadores interesados. En la siguiente fase, la de reclutamiento, las candidatas compiten entre sí para poder ser elegidas por el “mejor” empleador, a través de la promoción de sus habilidades y experiencias, las cuales deben ser demostradas a través de recursos visuales, tales como la creación de un álbum de fotos o de un video en donde hablen inglés y expresen su experiencia cuidando niños. En este punto Mirza (2012) señala que este recurso sirve a las agencias como un medidor de calidad, ya que es una forma de ofrecer la imagen de la candidata. Se materializa el cuerpo de la oferta a partir de la “elegibilidad” (2012:2), en donde se mueven estereotipos raciales, étnicos y corporales (Bikova, 2008:87) para poder aceptar y rechazar a las posibles trabajadoras (Cox and Busch, 2012), según las necesidades de los empleadores. En este sentido Parella Rubio comenta que es a través de las agencias que el mercado internacional de empleadas domésticas reproduce estereotipos dictados por los empleadores, promoviendo una selección previa para después ofrecer a los clientes el personal “deseado/deseable” (2001:132). Frecuentemente la selección final de la trabajadora doméstica es realizada por la madre de familia, lo cual refuerza la división sexual del trabajo (Bikova 2008; Salazar-Parreñas, 2001), ya que sigue siendo la mujer quien fomenta la reproducción de tareas domésticas a otras mujeres. Esta acción puede también ser entendida en términos de lo que Hondagneu Sotelo identifica como “la compra de un alivio de subordinación de género en el hogar de la mujer madre de familia”, ya que ésta transfiere sus responsabilidades domesticas a otras mujeres (2011:52). Sea como fuere, son las mujeres quienes siguen reproduciendo el carácter femenino de las tareas domésticas. Y nuestra evidencia empírica apoya tal afirmación: en 81 ocho de los trece casos, la madre anfitriona realizó la(s) llamada(s) para seleccionar a la futura au pair; mientras que sólo en tres casos fue realizada conjuntamente con el padre de familia. En los dos casos restantes, fue el padre de familia quien realizó la llamada, y ello obedeció principalmente al hecho de que ellos hablaban español. Es importante destacar que las llamadas de presentación y aceptación que se hacen entre el empleador y la futura au pair son de vital importancia. De ellas depende establecer claramente lo que será el ejercicio laboral y bajo qué condiciones. Por lo tanto, al momento de firmar el contrato, ambas partes estarán aceptando las condiciones laborales previamente acordadas vía telefónica o por correo. Sin embargo, en el contrato no se estipulan textualmente las condiciones laborales, ni los acuerdos a los que ambas partes llegaron en las conversaciones previas; más bien, lo que el contrato simboliza es el acuerdo de ambas partes con lo previamente establecido, tácito presente al momento de la firma de contrato. Cuando la au pair es elegida por una familia empleadora, la agencia de los Estados Unidos confirma a la agencia de México la selección y se realizan los trámites finales correspondientes, como la tramitación de la Visa J-1 y el traslado. b) Traslado, capacitación, incorporación al espacio laboral, formación educativa y supervisión La primera fase del intercambio propiamente hablando, comprende el traslado de la au pair desde su lugar de origen hasta el destino acordado, es decir, desde México a Estados Unidos. Los primeros días reciben la capacitación, la cual consiste en introducir a las au pairs a lo que será su ejercicio laboral. Durante esa primera semana reciben instrucción sobre qué hacer en situaciones de emergencia, y se les introduce al reglamento de conducir. Al respecto, las opiniones recogidas de nuestras entrevistas expresan que la capacitación funciona más como un proceso donde se conoce gente de otros países y se amplían las relaciones sociales en el 82 entorno nuevo, que como un instrumento real para la adquisición de habilidades y conocimientos sobre el trabajo de cuidado infanti l. La siguiente fase es la incorporación a la actividad laboral y comienza cuando la au pair llega a casa de la familia empleadora. Es en esta parte del proceso en la que la agencia de México delega los mecanismos de control a la agencia de los Estados Unidos. El monitoreo del ejercicio laboral de la au pair es supervisado a través de una coordinadora local, quien es parte de la agencia. Esta lógica de “cambio de estafeta” -si así se le puede llamar- entre las agencias de México y las de los Estados Unidos, obedece a que cada una se orienta a su propio nicho de mercado –cliente- al que debe atender. Una vez incorporadas al ejercicio laboral, las au pairs pierden contacto con su agencia de origen. Sin lugar a dudas, a l incorporación al ejercicio laboral es la fase del proceso más importante, se materializa la relación entre la oferta y la demanda y se emprende el trabajo doméstico como tal. Es la razón de ser del programa, por lo que esta fase debe de ser vigilada para que se logre con éxito. El perío do del ejercicio laboral era originalmente de un año, pero como resultado de un aumento en la demanda de au pairs en años recientes, el Departamento de Estado amplió la estancia hasta por dos años consecutivos (Vasilachis, 2006; PARTE HURTZ, 2011). Durante toda esta fase debe existir una supervisión continua por parte de la coordinadora local para lo evitar una posible un rompimiento de la relación laboral (Rodríguez, 2012). Cuando se da algún tipo de fricción entre el empleador y la au pair, la coordinadora local deberá llegar a un acuerdo a través de un counsoling, (conciliación entre las partes). Si esto no se da, se procede a un cambio de familia, y el empleador tendrá la opción de elegir una nueva au pair. Según la directora de EEM – Au Pair in América, a dicho cambio se le conoce como remach. Con respecto a esto, Denisse -una de nuestras entrevistadas- comenta: 83 “Si la coordinadora ya no puede hacer nada en el counsoling, se entra en un proceso de remach […] en donde las posibilidades de volver a colocar a una au pair en una familia es de alrededor de un 30%, pero un 10% de éstas no es colocada con una familia, ya que no compaginan con la familia propuesta. Después de dos semanas, si no consigue familia, las regresan a su país de origen, y la au pair ya no podrá trabajar nuevamente como au pair […] una au pair sólo puede entrar en remach dos veces, a la tercera la regresan.” Directora de EEM – Au Pair in America, Monterrey. Ahora bien, el cambio de familia también se puede dar al momento de extender la experiencia de intercambio. Según la directora de EEM – Au Pair in America- el porcentaje de au pairs que sí terminan su primer año es un 97% aproximadamente; de ese 97% sólo el 30% extiende el programa por 9 y 12 meses Muy pocas lo extienden por 6 meses, lo cual suscita interrogantes sobre el tipo de experiencia vivida. En el octavo mes del ejercicio laboral, la agencia les propone la extensión. Si la au pair desea ampliar su estancia la agencia le enviara una carta para tramitar la segunda visa J-1. Si la familia no quiere prolongar el intercambio, pero la au pair sí, ésta será promocionada en la red de familias con la que cuenta la agencia hasta ser elegida. Cuando la au pair no desea extender la experiencia, entonces empieza a prepararse el retorno un mes antes de concluir el ejercicio laboral. La formación académica dentro del programa puede tener lugar en cualquier momento del intercambio. Los cursos pueden tratar de cualquier tema, aunque se les recomienda que tenga que ver con el perfeccionamiento del idioma del lugar destino (Bikova, 2008), en este caso el inglés. A pesar de que la formación académica es un requisito que el gobierno establece se realice en el transcurso del ejercicio laboral, existen algunos casos en los que algunas au pairs no lo llevan a cabo y no son sancionadas por ello. Esto evidencia la falta de rigor en el cumplimiento y apego a la normatividad por parte de las agencias. 84 La supervisión de tareas se debe llevar a cabo durante cada una de las etapas relacionadas con el ejercicio laboral, -por cuestiones analíticas dicha fase se ubica en la última de este bloque. Como se ha señalado, quien supervisa el ejercicio laboral es la coordinadora local, la cual tiene la obligación de velar que la relación se lleve a cabo dentro de los términos establecidos en el contrato. Existe tanto una supervisión externa como interna. La primera se da por vía directa obligando a las au pairs a asistir a las juntas mensuales. La supervisión interna se da en lo privado, en el lugar de trabajo y es el empleador el que adquiere el compromiso de controlar la actividad laboral a través de varios mecanismos, uno es un cuadernillo en el que se plasman las tareas domésticas que la au pair debe realizar diariamente. Estos mecanismos de supervisión promue ven el control sobre la empleada doméstica en dos sentidos: con las juntas mensuales se da fe que las empleadas siguen trabajando en el mismo lugar; con el cuadernillo se supervisa que estén realizando las tareas domésticas solicitadas. Ambos aspectos implican un alto grado de control de esta fuerza de trabajo. c) Retorno Como se mencionó al comienzo de este acápite, la TSMT no menciona el retorno de la mano de obra como un mecanismo propio del mercado de trabajo, ya que la particularidad de dichos mecanismos es precisamente, abastecerse la mano de obra, no procurar su salida o retorno. Sin embargo el retorno es un requisito para este tipo de mercado de trabajo, establecido por el gobierno de los Estados Unidos en su papel regulador, entre otras cosas porque este mercado de trabajo involucra un traslado internacional de fuerza de trabajo y supone migración de un país a otro. El retorno es la última fase del proceso y es en donde se concluye la relación laboral entre el empleador y la au pair. Debe prepararse un mes previo al término de la relación laboral. La agencia destino se encarga de arreglar el traslado al país de origen de la au pair. Un vez que ésta arriba a su país le debe informar a la representante local de la agencia con la que contrató los servicios del programa, para que pueda recibir un certificado 85 que acredita su participación en el programa (Rodríguez, 2012). No obstante, una vez que la ex au pair llega a su país de origen, es poco común -según la información recabada- que se ponga de nuevo en contacto con algún miembro de la agencia. 3.3 Consideraciones finales del capítulo La forma en como se recluta a las au pairs guarda similitud con procesos similares en otros sectores del mercado de trabajo, demostrando con esto que los programas de intercambio son agentes del mercado de trabajo del servicio doméstico y no sólo intermediarios culturales y educativos. Dicho mecanismo es establecido por el gobierno de los Estados Unidos como un recurso para satisfacer la demanda por medio de agentes privados, dándoles autorización para intervenir -de manera legal- en cierto nicho de mercado. Por otro lado, a pesar de que la formalización de la actividad se lleva a cabo a través del establecimiento del contrato laboral, las cláusulas estipuladas en éste no consideran las particularidades de la relación laboral entre el empleador y la empleada, permaneciendo muchas de ellas en un espacio de ambigüedad. En lo que respecta a las fases del proceso, es importante hacer hincapié que durante el reclutamiento, cuando se da el primer contacto entre el empleador y la potencial au pair, es determinante que la agencia oriente a esta última en lo relacionado a indagar sobre las condiciones laborales que se tendrá durante su ejercicio laboral, pues la información obtenida de ésta llamada le dará un panorama general a la au pair de sus derechos y obligaciones como trabajadora doméstica. En la fase de la supervisión se evidencia una desatención por parte de la agencia. La falta de inspección suscita que los empleadores incurran en situaciones abuso de tipo laboral, sea por retraso en la paga, realización de tareas que no corresponden, discriminación verbal o de trato. Al no tener el 86 estatus migratorio de “trabajadoras”, las au pairs quedan desprovistas de la oportunidad de adherirse a algún tipo de organización sindical que las respalde ante cualquier abuso laboral. Por último, el carácter temporal del contrato, el cual precisa -a la au pair- el retorno a su país de origen, determinan que este mercado de trabajo se esté renovando con cierta temporalidad. Por esa vía el gobierno de los Estados Unido, controla el flujo migratorio que generan estos tipos de programas de intercambio cultural, estableciendo la temporalidad del intercambio de cada au pair, y así como su arribo y retorno del país. 87 Capítulo Cuarto La experiencia laboral de las au pairs El objetivo de este capítulo –el segundo empírico- es describir el ejercicio de la actividad de las au pairs, evaluando sus jornadas de trabajo y su nivel de integración a la familia empleadora. Como se ha señalado, los programas de intercambio de au pairs han servido como un mecanismo de regulación entre la oferta y demanda dentro del mercado de trabajo del servicio doméstico a escala global. Los programas de intercambio -según se estipulan- deben funcionar en dos frentes, uno en el cuidado infantil y del hogar -como parte del ejercicio laboral- y otro en lo relacionado al intercambio cultural. Por tanto, el gobierno de los Estados Unidos, además de normar el aspecto laboral del programa, también ha establecido el perfil cultural de los programas de intercambio. En este orden de ideas, como una estrategia para captar más mano de obra, se le ha dado mayor énfasis a ofrecer los programas de intercambio como la experiencia cultural, más que un ejercicio laboral. Caso contrario implicaría ofrecer mejores prestaciones laborales – sueldo, asistencia médica, apoyo sindical- así como un permiso migratorio para trabajar en los Estados Unidos. De esta manera, los programas de intercambio se promueven con más ahínco como “la oportunidad” de migrar a otro país y mejorar el idioma, conocer las costumbres y los aspectos relacionados a su cultura. En este sentido, tanto el aspecto laboral como cultural, forman parte de los argumentos analíticos para el desarrollo de este capítulo, ya que para explicar de manera global el ejercicio de la actividad de la au pair, es importante tomar ambos aspectos de su experiencia. En un único acápite se habla primero de dicha experiencia laboral, en donde se vincula el tipo de jornada de la actividad laboral con el nivel de integración familiar. Así, a partir de éste argumento analítico se identifican tres tipos de experiencias tanto en lo relativo a las jornadas laborales, como a la integración de la au pair con su familia empleadora. El primer grupo explica las jornadas laborales intensas con una escasa integración, el segundo habla de las 88 jornadas completas, con una alta integración; y por último el grupo que trata de las situaciones mixtas con jornadas parciales. 4.1 El ejercicio de la actividad El ejercicio de la actividad de la au pair -según se ha establecido en los acuerdos del Consejo Europeo- debe llevar a cabo labores de cuidado infantil, además de algunas labores de limpieza; así como también procurar la participación de las au pairs en actividades culturales y académicas. No obstante, llama la atención que las agencias ofertan la actividad dando mayor énfasis al intercambio cultural y aminorando su carácter laboral, cuando en la práctica, sucede lo contrario. En este sentido, se estudiará la relación entre la intensidad de las jornadas de trabajo doméstico –cuidado infantil, limpieza - con los aspectos del intercambio cultural; resaltando que éste último, se dará en la medida que la au pair se vaya integrando a la cultura local. En este tenor, para explicar lo relacionado a las labores domésticas las cuales se llevaron a cabo en el ejercicio de la actividad- se tomará en cuenta la jornada de trabajo como variable independiente, pues esta variable demuestra la intensidad de las tareas domésticas. Mientras que, como variables dependientes, se establecieron dos medidas de análisis: una objetiva y otra subjetiva. La medida objetiva refiere al desempeño de la labor como tal, y se sintetiza en el grado de intensidad; mientras que la medida subjetiva constituye la percepción que tiene la au pair de su experiencia laboral (ver Cuadro 8). De esta forma, tanto la intensidad de la jornada laboral –medidas objetivas como la integración familiar –medidas subjetivasexplicarán el ejercicio de la actividad de la au pair. Para la construcción de la variable independiente se toma como base lo que corresponde a una jornada de trabajo normal -según el gobierno de Estado de los Estados Unidos- la cual corresponde a 45 horas a la semana. Con base a ésta, se propondrán tres indicadores: el de aquel grupo de au 89 pairs que efectuaron jornadas de trabajo parciales15 –en donde se trabajan de 30 a 35 horas a la semana-, el grupo que realizó jornadas de trabajo completas -de 36 a 45 horas semanales- y por último el grupo que llevó a cabo jornadas de trabajo extras o intensas -más de 45 horas a la semana. De estos tres indicadores, resaltan principalmente los dos últimos, pues en estos se ubicarán el mayor número de los casos estudiados. Cuadro 6. Ejercicio laboral de las au pairs de México en Estados Unidos Fuente: La tabla fue realizada con los datos de las 13 entrevistas , de los cuales se obtuvieron 17 experiencias de intercambio, ya que hubo 3 casos de au pairs que cambiaron de familia anfitriona. Estas se llevaron a cabo en México en marzo del 2012. En lo relacionado con las variables dependientes se distinguieron medidas objetivas y subjetivas. Figuran entre las primeras la superposición de tareas domésticas16, la cual engloba todas aquellas tareas que no estuvieron relacionadas con el entorno de los niños –sea cuidado y limpieza de objetos usados por ellos; El uso del cuadernillo, como mecanismos de control de la actividad laboral. La variable hora de llegada nocturna, la cual también figura como un mecanismo de control de la actividad. Como última medida objetiva, se propone la variable prestaciones, la que engloba todos aquellos estipendios –además del sueldo- que el empleador ofreció. Esta última variable se fracciona a su vez en dos indicadores: el que corresponde a las prestaciones básicas17, y el de las prestaciones extras. Las básicas 15 Léase más adelante como situaciones mixtas. 16 Algunos de estos indicadores fueron desarrollados por Ariza (2010). 17 Es importante aclarar que lo que maneja el Gobierno de los Estados Unidos como alojamiento privado, alimentos y sueldo son obligaciones que tienen los empleadores ante las au pairs, por lo que no fueron tomados en cuenta como prestaciones laborales. 90 refieren al apoyo en el transporte, a las vacaciones y a la prestación de teléfono celular. Como último, las prestaciones extras, constituyen los objetos que los empleadores dieron a voluntad, como invitar a la au pair de vacaciones con gastos pagados, el pago de gimnasio o de ropa especial para ciertas condiciones de clima; facilitar tarjeta de crédito -además del sueldo. En lo que respecta a las medidas subjetivas –las cuales evalúan la percepción del ejercicio de las au pairs- se identifican variables de supervisión y de integración en el contexto familiar. La variable supervisión indica la opinión de la au pair respecto a si se sintió inspeccionada por sus empleadores en algún momento. Por último, la variable integración indica la adaptación de la au pair a la dinámica de la familia empleadora. En este tenor, se observó que el grupo con mayor número de casos es el de jornadas intensas con escasa integración; le sigue el grupo de quienes trabajaron jornadas completas, con presencia de una alta o buena integración familiar. Finalmente, está el grupo -con menos casos- caracterizado por situaciones mixtas que no corresponden a ninguna de las dos situaciones anteriores. A continuación se expondrán de manera puntual, las características de cada uno de los tres grupos según el tiempo de trabajo y su nivel de integración familiar durante el ejercicio de su actividad laboral. Se desplegarán –al comienzo de la descripción de cada grupo- los rasgos sociodemográficos de los empleadores, todo ello con la finalidad de dar una mirada cabal a l ejercicio laboral de las au pairs. 4.1.1 Jornadas de trabajo extras o intensas y escasa integración familiar El ejercicio laboral de las au pairs que demostró haber sido el más numeroso, fue aquel grupo representado –con ocho de diecisiete casos- por aquellas que trabajaron jornadas extras o intensas, y que a su vez 91 expresaron haber tenido escasa integración a su familia empleadora. Los rasgos sociodemográficos de las familias anfitrionas se caracterizaron por que la mayoría de éstas eran de estrato socioeconómico medio-bajo a medio alto, la mitad de estas familias vivían en suburbios, mientras que la otra mitad, en ciudades. No obstante, todas estas familias –quienes residían en suburbios o en ciudades- se ubicaban en el noreste de los Estados Unidos: Nueva Jersey, Nueva York, Massachusetts y Washington. Este aspecto muestra una cierta heterogeneidad respecto al lugar donde se llevó a cabo el trabajo doméstico. La mayoría de estas familias profesaban la religión católica. En relación al número de hijos, tenían entre dos y cinco niños. Dos eran madres divorciadas y una soltera. Como una cons tante, en todas estas familias los empleadores trabajaban tiempo completo, y la mayoría de ellos eran profesionistas. Cabe resaltar que en dos de los ocho casos, alguno de los empleadores –fuera la madre o el padre- trabajaban en casa. Por último, en los ocho casos de este grupo las empleadoras trabajaban de manera extradoméstica. Como dato adicional, es importante resaltar que la mayoría de estas familias (cinco de ocho) contrataron a au pairs con edades entre 24 y 25. a) Jornadas de trabajo extensas Aquellos empleadores que trabajaban tiempo completo solicitaban jornadas de trabajo intensas a las au pairs, orillándolos a trabajar más de 45 horas a la semana 18. Lo anterior refleja que hay una alta demanda de familias -en donde ambos empleadores trabajaban tiempo completo- con una necesidad de contratar una empleada doméstica flexible, que se acomode a sus horarios; es decir, tener a alguien en el hogar con disposición total de tiempo, para solicitarles trabajar los fines de semana, horarios nocturnos u horas extras. Este fue el caso de Cruz (en su tercera 18 En este grupo se cuenta la experiencia de un hombre au pair, por lo que nos referiremos en éste subacápite a ambos sexos. 92 familia huésped) pues su empleadora necesitaba de alguien que se encargara del cuidado del hijo y de las tareas domésticas; así él comentó: “… era una familia que tenía la necesidad de una au pair para que ella y su hijo pudieran sobrevivir”. Tercera familia de Cruz, Guadalajara, 31 años. En este caso la empleadora era madre soltera y se desempeñaba como enfermera, lo que le obligaba trabajar más de 10 horas al día. Igual fue el tipo de jornada que tuvieron Paloma y Nancy, quienes en ocasiones trabajaban aproximadamente 16 horas por día, muy por encima de lo permitido por el gobierno. Lo anterior constituye un abuso por parte de los empleadores, ya que no hubo un acuerdo previo para realizar jornadas de trabajo tan extensas. Muchas veces se evitó la negociación para no pagar horas extras 19. Los empleadores simplemente llegaban tarde al hogar, sin dar explicaciones, tal como lo cuenta Gaby: “… siempre me dijo –empleadora- que iba a salir de su trabajo a “tal hora” y siempre llegaba más tarde, y “quitada” de la pena […] sentía que a veces se pasaba”. Primera familia de Gaby, Culiacán, 29 años. Al no haber un acuerdo previo respecto de las horas extras de trabajo, los empleadores supusieron que no estaban rompiendo con el acuerdo hecho ante la agencia, simplemente –y con el afán de no violentar la normatividad- ignoraron deliberadamente el horario y dejaron que la au pair trabajara horas extras sin dar mayor explicación. Este tipo de situaciones las experimentó Gaby; poco a poco fueron minando la relación entre ella y su empleadora, pues no hubo apego al contrato laboral, ni del tiempo libre. La inconformidad fue manifestada a la empleadora, pero no hubo cambio alguno. Además, la coordinadora local –quien debió de encargarse de 19 A pesar de que son escasos los casos -como el de Nancy que recibía 15 dólares la hora extra- en donde reciben pago de horas extras, la mayoría de los casos -5 de 8- se realizaron sin paga. 93 solucionar estos problemas laborales- no supervisó la relación laboral con regularidad, lo que ocasionó que Gaby se sintiera desprotegida laboralmente. Estar en otro país, sentirse sola y desintegrada del ambiente familiar fue una experiencia insatisfactoria. La situación anterior regularmente suele tener de trasfondo, el ineficiente papel que desempeñan las agencias en favor de los empleadores –quienes al fin de cuentas son sus clientes- por lo que evitan disentir de ellos. Así, las agencias siguen induciendo a la explotación laboral. Por otro lado, son las agencias las que se encargan de promover la imagen de flexibilidad laboral de la au pair. Dicha exaltación tiene el propósito de posicionar en mejor escala a la au pair por encima de la empleada doméstica, y de esta manera poder vender sus servicios fácilmente. La flexibilidad de horarios –rasgo característico de las au pairs- denota disposición de horarios, lo cual permite acoplar al día laboral un esquema de horarios quebrados; es decir, que la au pair trabaje un par de horas por la mañana y otras por la tarde o noche, distribuyendo así sus 10 horas de trabajo permitidas por día. Lo anterior beneficia al empleador en la medida que éste no se vea en la necesidad de pedir horas extras de trabajo. De esta manera, el empleador puede distribuir en el transcurso del día, los horarios de trabajo de las au pairs, y no excederse de las horas de trabajo permitidas. Lo mismo pasa con el trabajo de fin de semana, pues según los lineamientos del Departamento de Estado, los empleadores deben otorgar un día y medio libre por semana; teniendo la libertad de distribuir las horas del día y medio en el transcurso de la semana. Esta fue la experiencia de Cruz con su última familia, pues al vivir en casa de madre soltera, ésta le solicitaba que sus días de descanso los distribuyera en el transcurso de la semana; es decir, un día trabajar medio día, mientras que el otro día trabajarlo el fin de semana. Esta situación no le permitió disponer de su tiempo libre, ya que éste dependió totalmente del horario de trabajo de su empleadora. 94 b) Superposición de tareas Una de las principales características del grupo con jornadas intensas es la superposición de tareas domésticas no relacionadas con las labores que giran entorno a los niños. Algunos de estos quehaceres implicaron llevar el auto al mecánico o la ropa a la tintorería; trasladar a los niños al médico, así como cuidar a los hijos del novio de la empleadora o a los niños de los vecinos; sacar a los perros a pasear o limpiar los desechos de las mascotas. Entre los trabajos más comunes que se les pedía realizar figuraba aspirar la casa, cocinar y lavar la ropa de toda la familia. Así lo refieren siete de los ocho casos de este grupo: “…la cocina sí me pedían que la limpiara, inclusive estaba en mi cuadernillo de labores; que lo hiciera cada jueves, de todo a todo, lavar, barrer, limpiar la estufa”. Nancy, Aguascalientes, 25 años. “… su novio tenía dos hijos […] de repente yo los cuidaba cuando eran vacaciones”. Pamela, León, 24 años. Uno de los problemas más recurrentes a que se enfrentaron las au pairs fue la discrecionalidad en torno a las tareas que debían realizar. Las agencias, además de haber ofrecido los servicios de una empleada doméstica con flexibilidad de horarios para la atención de los menores, ofrecieron también disponibilidad de funciones; es decir, el empleador tuvo la opción de solicitar a la au pair labores no relacionadas con el cuidado de los niños, como las de limpieza. En palabras de Pamela: “… ella (empleadora) me mandó por correo -previo a mi llegada- una lista de actividades, entre las cuales estaba el planchar y lavar la ropa 95 de toda la familia, y yo tenía muy claro que mis actividades no eran de aseo doméstico […] a lo que ella me comentó que la información que había recibido era que yo podía hacer lo que fuera dentro de la casa”. Pamela, León, 24 años. Resulta evidente aquí un punto en el que hemos venido insistiendo: la información que se proporciona a las au pairs discrepa de la que se les suministra a los empleadores. Alma reclama: “… me hubieran dicho que de verdad es un trabajo muy pesado […] pues pasé de ser adolescente a mamá, niñera, doctora, psicóloga, cocinera, chofer; hacia todo, todo y pues yo no podía con eso […] me sentía sobrecargada de trabajo”. Primera familia de Alma, Guadalajara, 24 años. Al principio del proceso intercambio, Pamela se sintió una persona especial dentro de la familia. Después, se dio cuenta de que a las familias anfitrionas les ve nden la idea de que las au pairs van a realizar labores domésticas. Este hecho la desmotivó y determinó que su interacción se circunscribiera a lo laboral. “… un año de aventuras, estudiando inglés o algún curso en alguna universidad norteamericana, haciendo amigos de todas partes del mundo, viajando alrededor de USA y formando parte de una familia americana; esto mientras trabajas al cuidado de sus niños recibiendo un salario semanal. Estos son sólo algunos ejemplos de lo que te espera” (Cultural Care, 2012). Es común que las agencias intermediarias usen este tipo de información para captar a las jóvenes interesadas, con el atractivo de que podrán viajar, conocer otras culturas, aprender inglés. Por lo tanto, mientras a la au pair se le vende un programa de intercambio cultural, a los empleadores se les ofrece una empleada doméstica flexible, accesible y calificada (Cultural Care , 2012). La discrepancia entre la información que se 96 proporciona a oferentes y demandantes en este mercado de trabajo, dificulta el proceso de adaptación de las au pairs. c) Integración e intercambio cultural La integración familiar es una de las cartas fuertes de las agencias para vender los programas a las au pairs. Muchas jóvenes –y sus padres- se sienten confiados de que al participar en esta clase de programas se llevará a cabo un intercambio enriquecedor en el seno de una familia local, lo cual les produce una sensación de seguridad. La au pair se integra al programa confiada en que al estar en otro país no estará sola y vivirá la experiencia creando lazos de afecto con su “nueva familia”. La au pair reorienta el cariño que dejó en su familia hacia la familia anfitriona , verificándose el desplazamiento de sentimientos que describe Hochschild (2001). En dos de nuestros casos en los que hubo integración con la familia empleadora, ello fue en gran medida el producto de una buena convivencia. Este fue el caso de Cruz, quien a pesar de haber tenido jornadas intensas de trabajo y superposición de tareas, no se sintió sobrecargado de labores domésticas. Comenta que al percibirse integrado, realizó las tareas con gusto y a manera de retribución por el cariño recibido: “…realmente no era pesado, es que lo gocé tanto porque fue mi familia; era una relación de amistad”. Tercera familia de Cruz, Guadalajara, 31 años. Seis de los ocho casos que caracterizan al grupo de jornadas intensas manifestaron no sentirse integrados, lo que en ocasiones originó el abandono del programa antes de concluir el plazo de un año. Casi siempre la integración de la au pair dependió del tipo relación los empleadores y ellas. Esto se advierte en los testimonios que denotan fricciones. En la percepción de las au pairs, algunas empleadoras sentían celos de ellas debido a diversos factores: porque eran más jóvenes, pasaban más tiempo en casa con sus hijos, o porque entablaron una relación más estrecha con el 97 empleador que con ellas. No es fortuito que al hacer la elección de la au pair la empleadora procure que no sea una “competencia para ella”. Es así como las eligen no tan atractivas o bonita , pues las au pairs piensan que las empleadoras pueden llegar a sentirse desplazadas por ellas. Se corre el riesgo también de que gocen de mayor autoridad sobre los niños que las propias madres (Bikova, 2008). Sin ambages, la primera empleadora de Gaby le expresó haber buscado una au pair de piel morena para no sentir competencia ante su esposo. Esto habla de las condicionantes que las empleadoras procuran de cara a la dinámica laboral y la convivencia familiar. Por último, cabe destacar que de las seis au pairs que experimentaron falta de integración, cinco tenían entre 24 y 25 años de edad al momento de realizar el intercambio. De manera hipotética pensamos que quizás en la poca integración influyó el carecer de experiencia laboral previa. d) Satisfacción con la actividad Un elemento que incidió en el nivel satisfacción expresado por las au pairs fue el haberse sentido observadas. Más de la mitad de los casos en este grupo comentó haberse sentido supervisadas u observadas durante su trabajo. Algunas abrigaron inclusive la sospecha (Guadalupe y Esthela) de haber sido grabadas, pues de otro modo no se explican cómo los empleadores sabían lo que ellas habían hecho en casa cuando estaban solas con los niños: “… algunas veces sentí que me grababan […] sabían cosas que no tenían por qué saber, a menos que me hubieran grabado”. Esthela, Aguascalientes, 20 años. “… Michael -el niño a quien cuidaba- tiró un objeto y los papás sabían que lo había tirado ¿Pero cómo sabían, si sólo estábamos Michael y yo?”. Guadalupe, Ciudad de México, 31 años. 98 Sentirse supervisadas les provocó incomodidad dentro del hogar. Pudiera pensarse, no obstante que la supervisión es una práctica normal dentro de cualquier espacio laboral. Desde la mirada de las au pairs, en cambio, esta es una práctica atroz, ya que es sinónimo de desconfianza. Ellas no se autoperciben como externas a la familia, mucho menos empleadas a quienes se debe supervisar. e) Horarios de llegada Otra de las medidas objetivas de que nos valimos para analizar el ejercicio de la actividad fue la imposición de un horario nocturno de llegada como medida de control. La mitad de los casos de este grupo tuvo un horario máximo de llegada al hogar que osciló entre la 10 PM y la 1 AM; el resto de los casos no mencionó haber sido objeto de control en este aspecto. f) Prestaciones laborales En lo relacionado a las que hemos llamado prestaciones laborales básicas (transporte, vacaciones, acceso a teléfono celular), cinco de los ocho casos de este grupo fueron beneficiadas con ellas. Además dos de recibieron una prestación extra, como vacacionar con la familia anfitriona con todos los gastos pagos. Sólo una de las ocho recibió más de dos prestaciones extras, como el contar con una tarjeta de crédito para sus gastos personales, además de su sueldo, y vacacionar con la familia con todos los gastos cubiertos o recibir el pago de la gasolina durante su tiempo libre. Sin embargo, el hecho recibir estas prestaciones extraordinarias no fue suficiente para que las au pairs se sintieran satisfechas con el ejercicio laboral. Por otro lado, el objetivo cultural por el que muchas participan en estos programas no se llevó a cabo según lo estipulado por la agencia, ya que la sobrecarga de labores domésticas, así como el uso de horarios quebrados 99 desarticularon sus esquemas de estudio y recreación, suscitando una sensación de frustración. Por lo tanto, se concluye que la mayoría de las au pairs de este grupo valoró su ejercicio laboral como i nsatisfactorio. 4.1.2 Jornadas completas con alta integración familiar Este grupo ocupa el segundo lugar en número de casos, y comprende seis de diecisiete experiencias. Se distingue porque las 20 au pairs trabajaron jornadas completas (entre 36 y 45 horas por semana ), y contaron además con una alta o buena integración al entorno familiar. Esta es la situación ideal de los programas de intercambio, ya que es la que más se apega a los lineamientos establecidos por las autoridades. Las particularidades sociodemográficas de las familias empleadoras de este grupo, son: nivel socioeconómico medio alto a alto, residencia en ciudades como Chicago, Massachusetts y Nueva York (más de la mitad); religión cató lica o judía. En todos los casos, tanto el empleador como la empleadora eran profesionistas; cuatro trabajaban tiempo completo y dos de tiempo parcial. En dos de las seis experiencias ambos empleadores (padre y madre de familia) trabajaban en el propio domicilio familiar; en un caso específico sólo el empleador –el padre- laboraba en casa. La mayoría de estas familias tenía de 2 a 4 niños. Finalmente, las edades de las au pairs oscilaban alrededor de los 18 y 19 años; sólo una tenía 26 años al momento del intercambio. a) Superposición de tareas e integración De los seis casos de este grupo, cuatro experimentaron superposición de tareas domésticas, tales como: aspirar y limpiar la casa, cocinar y lavar los trastes de toda la familia, limpiar el refrigerador, mantener los espacios de las mascotas en condiciones limpias, así como sacarlos a pasear. En 20 Este grupo se refiere sólo a experiencias de mujeres au pairs. 100 ocasiones las órdenes para realizar tareas domésticas nunca fueron explícitas, además no correspondían con su rol de au pair. Simplemente fueron instaurándose paulatinamente, a veces en principio por voluntad de la au pair, para luego quedar en cierto modo oficializada más adelante , Sonia comenta , así: “… aspiraba la sala de la televisión, la cocina y el pasillo, yo lo hacía primero por gusto y ya después lo dejaba de hacer, y si yo no lo hacía ya nadie lo hacía” Sonia, León, 22 años Es común que la au pair haya usado estrategias para ser aceptada por sus empleadores y de esa manera poder ser vista como un miembro más de su familia empleadora, por lo que la recurrente autoasignación de tareas que no le correspondían resultó una táctica efectiva. Martha comenta al respecto que ella: “… lavaba los trastes como agradecimiento de todo, y trataba de arreglar la casa, ahí mas o menos”. Martha, Aguascalientes, 21 años. La necesidad de algunas au pairs de agradecer el buen trato recibido de sus empleadores, generó un fuerte compromiso familiar por parte ellas, lo cual provocó que se exigieran a sí mismas cooperar voluntariamente con las labores domésticas, como lo hubieran hecho quizás en sus propias familias. La realización de tareas extras era también estimulada por las coordinadoras locales. Nancy comentó así: “… la coordinadora dijo que debíamos ser acomedidas, que si ellos te pedían realizar alguna tarea, pues que tú dieras más para que ellos te dieran más a ti, mas beneficios”. Nancy, Aguascalientes, 25 años. 101 De acuerdo con Hess y Puckhaber (2004), la autoasignación de actividades domésticas que no le corresponden es una suerte de “divisa moral” que le sirve a la au pair como recurso para integrarse a la familia empleadora. Por esta vía empieza a sentirse aceptada por la familia empleadora, siendo la propia actividad el medio para reforzar los lazos entre ambos. Así, las tareas domésticas que en un momento se autoasignó quedan gradualmente incorporadas al rol; por lo que la relación entre autoasignación y aceptación/integración se fortalece. Desde nuestro punto de vista, este fenómeno conforma un ciclo de autoasignación de tareas domésticas a cambio de integración que reproduce situaciones de abuso laboral, según queda recogido gráficamente en el Diagrama 4. Diagrama 4. Ciclo de autoasignación de tareas domésticas para lograr la integración de la au pair en la familia empleadora Fuente: Elaboración propia con base en la información recolectada en las entrevistas realizadas en marzo del 2012, así como en la literatura. Esthela expresó claramente que su buena integración familiar fue la clave para que la superposición de tareas domésticas fuera percibida por 102 ella como más ligera a pesar de haber tenido a su cargo el cuidado de 4 niños pequeños de 6, 5, 3 y un año de edad, respectivamente. Su grado de integración al entorno familiar aminoró la percepción subjetiva de la carga de tareas, pues efectivamente se sentía parte de la familia. Por lo tanto, y como hemos señalado previamente, tal parece que a mayor grado de integración en la cotidianeidad familiar mayor satisfacción laboral. Cabe señalar que cinco de las seis au pairs de este grupo eran muy jóvenes, factor que puede haber incidido sobre la percepción de la carga laboral o la dificultad para rehusarse a realizar labores que no le correspondieran. Este aspecto pudo favorecer a los empleadores de este grupo de jornadas completas y buena integración, ya que la mayoría de las au pairs de este grupo dijo haberse sentido integradas a la familia empleadora. Al respecto Anderson señala que apelar a la vida familiar es un recurso utilizado por las agencias para aminorar las contradicciones de mercantilizar el trabajo doméstico, y la propia tensión entre las relaciones afectivas de lo privado y las relaciones instrumentales del empleo (2007:122). La delgada línea entre ser empleada o un miembro de la familia conforma un espacio ambigüo y desdibujado, aumentando el riesgo de padecer situaciones de confusión, incomodidad, abuso y explotación laboral. La tensión implícita puede desembocar en situaciones conflictivas, como la que Penélope refiere en el siguiente fragmento: “… una vez me peleé con el señor (empleador) porque quería que recogiera los desechos del gato […] le dije que eso no me tocaba hacerlo a mí, y me dijo –sí, porque tu estás encargada del cuidado de la casa mientras yo no esté aquí”. Penélope, Durango, 24 años. En estas situaciones, la figura de la coordinadora local debería servir como agente interventor para mediar los conflictos, pero los resultados pueden no ser alentadores, como fue el caso de la misma Penélope: 103 “…hablé con la coordinadora de mi área sobre la situación -la de recoger los desechos del gato- y ella le dio la razón al señor -el empleador- dijo que cuando él no estuviera, yo tendría que estar al pendiente de la casa”. Penélope, Durango, 24 años. Al no contar con el apoyo de la coordinadora local, ni con el de sus empleadores, Penélope tuvo que acatar las órdenes de su jefe y aceptar la superposición de tarea. La sobrecarga de tareas no mermó sin embargo su percepción de buena integración fue positiva, lo cual corrobora lo antes dicho. b) Cuadernillo y horarios de llegada Tanto el uso del cuadernillo como la imposición de una hora de llegada fueron elementos de control medianamente utilizados por los empleadores de este grupo. El uso del cuadernillo sólo fue adoptado en dos de los seis casos; y tres de las seis experiencias de las au pairs tuvieron un horario máximo de llegada. De manera que estos mecanismos fueron relativamente menos recurrentes en este grupo; y en el caso en donde sí se emplearon no generaron malestar alguno; ya que los empleadores lo hicieron en el marco de una relación de respeto. Aunado a esto, cinco de los seis casos recibieron todas las prestaciones recomendadas por las agencias (transporte, vacaciones y teléfono celular, Cultural Care, 2012). El mismo número recibió prestaciones extras: invitaciones a cenar fuera de la casa, el pago de vacaciones o gimnasios. Así les ocurrió a Martha y Carmen: “… me iba al gimnasio, ellos me lo pagaron”. Martha, Aguascalientes, 21 años. “… en cuanto llegué me inscribieron al gimnasio más cercano de la casa, un gimnasio padrísimo […] nunca pagué por el gimnasio, ellos lo pagaron”. Carmen, Guadalajara, 29 años. 104 Bikóva (2008) entiende estas prerrogativas como una manera de mantener a la au pair en condiciones óptimas de salud y así pueda desempeñarse en su trabajo óptimamente. Además, estos empleadores promovieron la participación en actividades fuera del hogar. Todas las au pairs de este grupo asistieron a clases de idiomas o de otras áreas de estudio, por lo que cumplieron con los créditos señalados por el gobierno de los Estados Unidos. En suma, a pesar de que la mayoría de las au pairs se reprodujo lo que hemos llamado el ciclo de autoasignación de tareas domésticas para lograr la integración familiar, y de que en casi la mitad de los casos se ejercieron mecanismos de control y supervisión, las au pairs de este grupo expresaron satisfacción con su experiencia laboral. De igual modo, el intercambio cultural fue provechoso, ya que se incorporaron a diversas actividades recreativas y culturales. 4.1.3 Situaciones mixtas y jornadas de trabajo parciales El último de los grupos analizados es el que se integra por ejercicios laborales mixtos, y corresponde sólo a tres de las diecisiete experiencias recogidas. Debido a la diversidad de los ejercicios laborales de este grupo, se le denominó grupo mixto. Cabe decir que la jornada de trabajo en estos tres casos fue menor a las 35 horas semana les, y que la experiencia de integración no fue uniforme. Las características sociodemográficas de este grupo de familias empleadoras, son: nivel socioeconómico alto, residencia en los suburbios de Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey; nivel profesionista en ambos empleadores en los tres casos (tanto el padre como la madre empleadora), con jornadas de tiempo completo. Cada una de estas tres familias tenía 3 hijos; dos eran judías. Finalmente dos de ellas mostraron preferencia por contratar au pairs de entre 24 y 25 años. 105 a) Carga de tareas domésticas, cuadernillo y horarios de llegada En dos de las tres experiencias no hubo superposición de tareas domésticas. El único caso en que sí hubo, la au pair abandonó el programa a pesar de que la jornada de trabajo de sólo de 35 horas semanales. Fue la experiencia de Paloma, quien sentía que realizaba tareas que no le correspondían: “…lo hacía todo […] pensaba que esa era mi labor; que a eso iba, entonces no me iba a quejar […] además una vez llegué 5 minutos tarde por él –su empleador- y me regañó por la impuntualidad”. Paloma, Ciudad de México, 23 años. Las tareas consistían en cocinar para toda la familia, contestar las llamadas de trabajo de la jefa, recoger al empleador a la estación del tren, entre otras. Tal fue la insatisfacción que decidió abandonar del programa a tan solo 4 meses de haberlo iniciado. Por lo tanto, el saldo fue frustratorio. Los dos casos restantes de este grupo –la primera experiencia de Cruz21 y la segunda de Gaby-, se limitaron a las labores estipuladas en el programa de intercambio por el gobierno de los Estados Unidos. En dos casos de este grupo los empleadores no llevaron registro a través del cuadernillo, ni tampoco se les estableció un horario máximo de llagada. b) Integración Con excepción de uno , los dos casos restantes de este grupo percibieron una buena integración familiar. Comentan también no haber sido tratados como empleados domésticos, sino haberse sentido parte de la familia pues siempre fueron incluidos en las actividades familiares. Además, 21 Incluye una de las tres experiencias de “el “ au pair. 106 como se señaló, no hubo control sobre sus labores domésticas, por lo que el ejercicio de la actividad fue satisfactorio. Al respecto Gaby comenta: “… fueron muy familiares conmigo, me recibieron muy bien, me hicieron sentir como de la familia desde el inicio”. Segunda familia empleadora, Gaby, Culiacán, 29 años. Sin embargo, Cruz, a pesar de haberse sentido integrado hubo momentos en los que se sintió asfixiado por la insistencia de que participara en las actividades familiares, lo cual le produjo una sensación de agobio al punto de no concluir el compromiso con esta familia. c) Prestaciones laborales En lo relacionado a las prestaciones laborales, en los tres casos recibieron sólo las básicas (transporte, vacaciones y el teléfono celular). El intercambio cultural se verificó en dos de los casos (Gaby y Cruz). Por último, a manera de cierre, se observó que la actitud de los empleadores de este grupo jugó un papel determinante en el tipo de experiencia vivida; en cada una de las tres situaciones los jefes entendieron el programa de manera distinta. Por un lado, los empleadores de Paloma creyeron que su au pair era una empleada doméstica, lo que ocasionó que ella se sintiera explotada y abandonara el programa de intercambio prematuramente. En el caso de Gaby -cuya familia anfitriona entendió el programa como un intercambio cultural- la relación fue más allá de lo laboral, generando una alta integración familiar. Por último está el caso de la familia empleadora de Cruz, en donde parece haber influido de manera negativa el que su empleadora haya sido coordinadora local de un grupo de au pairs, pues ocasionó que ésta conociera las características del programa y tratara –con una insistencia exacerbada- de integrarlo a todas las actividades familiares, generando una sensación de agobio que abortó también la relación laboral. 107 4.2 Consideraciones finales del capítulo Con el propósito de describir y evaluar el ejercicio de la actividad de las au pairs en la esfera doméstica, se planteó como recurso analítico vincular las jornadas de trabajo con el nivel de integración que experimentaron en el seno de la familia empleadora. Como un primer hallazgo se encontró que el elemento clave en la actividad de las au pairs fue sin duda la integración, ya que su presencia o ausencia determinó experiencias subjetivas distintas. Se observó que cuando la au pair fue vista y tratada como una empleada doméstica convencional, el empleador propició la ejecución periódica de superposición de tareas y la sobrecarga de trabajo. En el mismo sentido, su integración al ámbito familiar pasó a segundo plano. A su vez, la falta de integración al entorno familiar, no propició la autoasignación de tareas, aunque de cualquier manera tuvo que realizarlas. Esta situación generó una resistencia por parte de la au pair. Como resultado, el ejercicio de la actividad laboral fue insatisfactorio. En cambio, cuando la au pair fue vista y tratada –ya no digamos como un miembro más de la familia- más bien como una “empleada doméstica formal, con derechos y obligaciones”; la relación laboral entre el empleador y la au pair fue armónica y esto –como consecuencia- generó condiciones que motivaron una buena integración al entorno familiar. De este modo, cuando se propiciaron las condiciones de respeto dentro contexto familiar-laboral, se aminoró la sensación subjetiva de sobrecarga de trabajo en la au pair (aunque objetivamente fuera alta), y por ende, el ejercicio de la actividad fue satisfactorio. El ciclo de autoasignación de tareas domésticas para la integración familiar por parte de algunas au pairs constituyó una estrategia laboral para generar un escenario de aceptación, identificación e integración con la familia empleadora. Por tanto, la integración familiar tiene una magnitud y un alcance tal, que trasciende el ejercicio de la actividad. Dicho esto, en la mayoría de los casos aquí estudiados no se presentó ninguna situación de despido 108 relacionada con algún tipo de inconformidad; en cambio, si hubo situaciones de abandono del programa por no haberse integrado. Lo anterior realza la integración al entorno familiar como un factor clave para que se cumplan los propósitos de los programas de intercambio. Por lo tanto, vale la pena hacerse eco de la afirmación de Newcombe (2004:2) en el sentido de que la relación laboral entre empleador y au pairs dependerá en mayor medida de los individuos que la ejecutan, que de las mismas políticas. De ello se deduce que es necesario poner especial atención en las acciones que lleva a cabo el empleador, ya que éstas serán determinantes para el éxito o fracaso del intercambio como actividad laboral. Lo anterior pone de manifiesto la responsabilidad -casi total- del ejercicio de la actividad por parte del empleador. En este sentido, las condiciones laborales que estos brinden -llámeseles a éstas, prestaciones, sueldo, vacaciones, tiempo libre para estudio y recreación; trato digno, respeto de tiempo, espacios y de carga de trabajo -, así como el interés por integrar a la au pair al entorno familiar, son factores decisivos de un ejercicio laboral satisfactorio. Es necesaria también la articulación entre los empleadores y la coordinadora local –como representante de la agencia-, sustentada en los lineamientos establecidos por el gobierno. 109 Capítulo Quinto Conclusiones finales Apoyado de un modelo político-económico neoliberal, el gobierno de los Estados Unidos –al igual que muchos otros países alrededor del mundo- ha limitado su intervención en algunos sectores económicos y sociales, delegando a la iniciativa privada una mayor participación en algunos sectores, como el industrial y de servicios. En este sentido, el sector privado asiste al Estado, mediante la regulación del mercado a través de tendencias globalizadoras –como intervención internacionales- las cuales facilitan el de los diferentes mercados intercambio tanto de mercancías como de mano de obra. La adopción de este modelo en aquellos países desarrollados, ha generado que el mercado ofrezca empleos -muchas veces mejor remunerados que los ofrecidos en algunos países en vías de desarrollo- los cuales han servido de polo de atracción hacia los países desarrollados. Esto ha animado el aumento de la migración internacional, por lo que a manera de regular dichos flujos, se han flexibilizado algunas políticas migratorias –a favor de estos países- con el objetivo de regularizar algunos trabajos temporales, tal como es el caso de los programas de intercambio cultural au pair. En este orden de ideas, la formalización de los programas de intercambio cobra sentido, ya que más allá de beneficiar a los jóvenes a través de los intercambios culturales, se ha evidenciado el fin mercantilista de dichos programas, con el propósito de satisfacer una demanda de creciente expansión -primordialmente hacia el colofón del siglo XX en los Estados Unidos- de servicios domésticos y de cuidado. A manera de precisar lo desarrollado hasta este punto de la investigación, se exponen a continuación los principales hallazgos, con el objetivo de responder las hipótesis planteadas en un comienzo. Para cerrar este capítulo final, se presentan algunas recomendaciones, así como los limitantes a las cuales se nos enfrentamos para culmina r la tesis. 110 5.1 El carácter formal de los programas de intercambio El principal hallazgo de esta investigación gira en torno a la formalización de la relación laboral de las au pairs mediante el establecimiento del contrato “laboral”, el cual las diferencia de otra forma de trabajo doméstico. En el análisis de la información, así como en las entrevistas se evidenció que en los programas de intercambio cultural au pair, sí son la manera formalizada del trabajo doméstico convencional, situándolo en un segmento diferenciado dentro del sector secundario de los mercados de trabajo. En torno a la ejecución de los programas de intercambio surgieron varios hallazgos interesantes. Al no ser normado como un “empleo formal”, sino más bien un “intercambio cultural”, el propósito laboral de la actividad en principio se difumina, causando vaguedad en los acuerdos establecidos formalmente entre el empleador y la au pair en el contrato “laboral”. Lo anterior manifiesta que los responsables de proveer la información de los programas de intercambio, al no hacer explícito el carácter laboral de la actividad, las colocan en una posición de vulnerabilidad laboral, expuestas a situaciones de explotación. Esto se corroboró en más de la mitad de nuestros casos. Las au pairs entrevistadas relataron haber realizado tareas domésticas que no les correspond ían, además de sobre carga de tareas y exigencias de tiempo de trabajo excesivas. En este sentido, lo formalizado en el contrato se desvaneció en la práctica laboral, ya que el carácter formal de la relación laboral entre empleados y au pairs se quedó en el papel. Con esto se quiere decir que a pesar de tener un acuerdo contractual el cual formaliza y ordena la actividad laboral de la au pair, la cotidianeidad y el espacio doméstico en cierto modo "desformalizan" la relación laboral. En este punto vale la pena recalcar que la difusión de los programas de intercambio en los Estados Unidos (que es nuestro estudio de caso), encubre el carácter laboral de los programas realzando el aspecto cultural y educativo, con el fin de atraer periódicamente mano de obra flexible, 111 calificada y temporal, para garantizar la provisión de au pairs a quien demanda de sus servicios. Dicha omisión también alude a que el gobierno de ese país ha procurado deslindarse del reforzamiento de políticas migratorias-laborales encaminadas a regular la actividad laboral entre países emisores y receptores de mano de obra. En este punto es esencial, que el gobierno de los Estados Unidos estipule en su normatividad que la información que se proporcione al vender los programas de intercambio cultural au pair –al menos para el caso de México- realce el carácter laboral de la actividad, minimizando la dimensión cultural. De este la au pair se autoreconocerá desde el principio como una empleada doméstica incrustada en un segmento particular (de clase media, y media alto) del sector del servicio doméstico, y esté consciente de los límites entre espacio laboral y familiar. Por otro lado, es importante subrayar que a la fecha no existe ningún tratado referente a algún tipo de programa de intercambio laboral de au pairs entre México y Estados Unidos. Por lo tanto, quien se hace responsable de emitir el estatus migratorio de las au pairs es el país receptor, lo cual indica que al día de hoy no hay interés por parte del gobierno de Estados Unidos por establecer acuerdos migratorios de tipo laboral para normar este sector particular del mercado de trabajo (el de servicios domésticos). Es de esperar de dicho sector social, siga apoyándose en este tipo de programas de intercambio para satisfacer las necesidades del cuidado y la reproducción doméstica. 5.2 Necesidad de cubrir la demanda de servicios domésticos: regulándola Para satisfacer la demanda de empleo de cuidado de los niños de ciertos sectores sociales, las economías avanzadas promueven -a través de agencias privadas- el desarrollo de los programas de intercambio. En este sentido el poder de mando del Estado es delegado a la iniciativa privada, y está insuficienemente regulado. 112 Para lograr que las agencias generen una relación laboral equitativa entre la familia empleadora y las au pairs, el gobierno de los Estados Unidos debe ejecutar mejores controles para supervisar la labor de las agencias, así como involucrarlas en la responsabilidad de informar en tiempo y forma los derechos y obligaciones de ambas partes. De esta manera, tanto el cliente (empleador) como el trabajador (las au pairs), estarán conformes con la actividad laboral. Una de las facetas que deben ser más claramente estipuladas es el proceso mismo de reclutamiento. En el caso de las au pairs analizadas en esta tesis, fue posible mostrar que es mediante dicho proceso -y gracias a la mediación del Estado y el sector privado a quien ha sido delegado- que la oferta y demanda global de las au pairs como empleadas domésticas de alta calificación, logra ser satisfecha . A pesar ello, una vez que oferta y demanda han sido enlazadas, cada parte del proceso (el estado expulsor y el receptor), se desentiende del destino de las au pairs, dejándolas a merced de las agencias -y las familias- como eslabón de supervisión del proceso. Se detectaron varios huecos y ausencias de interrelación entre los distintos actores del proceso que van en detrimento de la trabajadora, una vez que ésta ha quedado recluida en el espacio familiar -y el país- de quienes las emplean. 5.3 Inconformidad hacia los programas de intercambio cultural El propósito explícito de la mayoría de las au pairs al incorporarse a este tipo de programas fue enriquecer su capital cultural , ya fuera a través de viajes, clases de idiomas, o de la convivencia en un entorno familiar de otra cultura por lo que el grado de frustración fue importante. La desinformación jugó un rol destacado en esta inconformidad, como también la falta de claridad respecto de la naturaleza real de la actividad que llevarían a cabo, por parte de las mismas agencias y sus distintos medios de difusión. 113 Como sucede también en el servicio doméstico puertas adentro, el carácter privado del espacio familiar limita las posibilidades de que las au pairs defiendan sus derechos laborales cuando enfrentan situaciones de abuso. Las coordinadoras locales deberían servir como elemento mediador entre empleador y au pair, pero al menos en nuestros datos este no fue el caso. En este sentido, las agencias –coordinadoras- fueron co-responsables de situaciones de insatisfacción y explotación laboral -cuando éstas existieron- en la medida que no supervisaron de manera constante la relación laboral y cuando hubo casos de conflicto se mostraron a favor de las familias empleadoras. El papel de las agencias es fundamental para fomentar condiciones de respeto y apego a los acuerdos establecidos. En la medida que éstas supervisen continuemente a los empleadores y establezcan mecanismos de control, la actividad laboral será satisfactoria. 5.4 Integración de la au pair Como otro elemento clave de la actividad laboral de las au pairs, se comprobó que el nivel de satisfacción o insatisfacción laboral estuvo determinado por el grado de integración que éstas experimentaron al estar viviendo con su familia empleadora, más que por la carga laboral. En este orden de ideas, nuestros casos demostraron que cuando hubo una mayor integración al entorno familiar –aún sin sentirse parte integral de éstelograron un mayor grado de satisfacción laboral. Independientemente de las condiciones laborales - buenas o malas- el haber estado en un ambiente armónico y de respeto, generó en ellas un mayor grado de “compromiso” para concluir el programa de intercambio. Por lo tanto, a sabiendas que el programa favorezca más lo laboral que lo cultural, si la au pair se encuentra en un contexto -laboral o familiar- de 114 bienestar, lo que está relacionado con las condiciones que se brinden en el hogar-trabajo, esto aliviará las tensiones entre ser una empleada o una integrante más de la familia, sin necesidad de ocultar el carácter esencialmente laboral de la actividad. Finalmente, lo que aquí se apela no es que se otorgue un trato diferenciado a las au pairs frente a otras empleadas domésticas. Se invita más bien a que se promueva la vigilancia laboral de los programas de intercambio cultural au pair, como lo que son: un mecanismo de intermediación entre oferta y demanda en un segmento particular (formalizado) de un mercado de trabajo ancestralmente femenino, con la finalidad de lograr condiciones dignas de empleo. La limitación más importante a la que nos enfrentamos al llevar a cabo esta investigación, fue la falta de registros cuantitativos confiables sobre la participación de jóvenes mexicanas en los programas de intercambio cultural au pair; lo que nos impidió conocer la magnitud flujos migratorios de las mexicanas que participan en ellos, tanto en Estados Unidos como en otros países alrededor del mundo. Otras dificultades provinieron de la resistencia de algunas agencias a proporcionar la información necesaria. 115 F. Recursos bibliográficos, artículos de revistas e informes Aguilar, M. (2012). ¿Atrapadas en un cuento de hadas?: Tras las representaciones de au pairs mexicanas ante la demanda de trabajo doméstico y del cuidado en EUA. México. Anderson, B. (2007). A very private business: exploring the demand for migrant domestic workers. European journal of women´s studies , 14. ----------------- . (2000). Doing the dirty work. Inglaterra: Zed Books. Ariza, M. (2011). Mercados de trabajo secundarios e inmigración: el servicio doméstico en Estados Unidos. Revista española de investigaciones sociológicas , 136, 7. ---------- . (2010). Perfiles contemporáneos de la desigualdad: trabajadoras mexicanas en el servicio doméstico en la ciudad de Nueva York. In F. Cortés, & O. De Oliveira, Los grandes problemas de México. México: Colegio de México. Ariza, M., & Velasco, L. (2012). El estudio cualitativo de la migración internacional. en M. Ariza, & L. Velasco, Métodos cualitativos y su aplicación empírica: por los caminos de la investigación sobre migración internacional (pp. 21, 25). México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Sociales, El Colegio de la Frontera Norte, A. C. Bahana, M. (2006). The au pair employers: Who are they, whom they serach for and what do they await? VEGA Slovak Grant Agency for Sciences , 38, 245. Baláz, V., & Allan, W. (2004). From private to public sphere, the commodification of the au pair experience? Returned migrants from Slovakia to the UK. Environment and Planning , 36, 1813 - 1833. Bikova, M. (2008). A family member or a family servant? Noruega: Sosiologisk Institutt/Universitetet I Bergen/Masteroppgave. Bourdieu, P. (2003). Criterio y bases sociales del gusto. México: Taurus. Coser, L. (1973). Servants: The Obsolescence of an Occupational Role. Oxford Jounarls , 52 (1), 35. Cox, R. (2006). The servant problem: domestic employment in a global economy. United State of America: I.B. TAURIS. 116 Cox, R., & Busch, N. (2012). Latin American domestic workers in London. Department of Geography, Environment and Development Studies. England: Birkbeck, University of London. Cuartas, L. (2012). Jóvenes Au Pair: Figura invisible de la migración y del empleo doméstico internacional. Francia. Durin, S. (2012). Las múltiples fachadas de las au pairs: hermana mayor, niñera de planta y empleada doméstica. Latinoamericanas au pairs y familias huéspedes en Marsella, Francia. CIESAS Noreste. Galeano, E. (2012). Los hijos de los días. México. Siglo XXI. Hess, S., & Puckhaber, A. (2004). "Big Sister" Are Better Domestic Servants? Feminist Review/ Labour Migrations: omen on the Move (77). Hochschild, A. R. (2001). Las cadenas mundiales de afecto y asistencia y la plusvalía emocional. In A. Giddens, & W. Hutton, En el límite: La vida en el capitalismo global (pp. 187-206). España: Kriterios Tusquets. Hondagneu-Sotelo, P. (2001). Doméstica: trabajadoras migrantes a cargo de la limpieza y el cuidado a la sombra de la abundancia (Primera edición en español 2011 ed.). México: Porrúa. International Au pair Association. (2010). Member Survey. Member Survey . Netherlands. From Member Survey. Jele, C. (2006). So you wanna be an au pair in the USA: What your agency will never tell. Inglaterra: WritersPrintShop. Kuroczycka, A. (2010, Marzo 1). I´m not a maid! - a critical look at au pairs vis-à-vis migrant domestic workers. (U. o. Wisconsin-Milwaukee, Ed.) Journal of research on women and gender , 2. Lund, C. (2013). Life Cycle Servants in Ninteenth Century Sweden/Norms and Practice. Lund Papers in Economic History , 1 . Lutz, H. (2004). Life in the Twilight Zone: Migration, Transnationality and Gender in the Private Household. Journal of Contemporary European Studies , 12 (1), 54. Mejía, J. (2002). Problemas metodológicos de las ciencias sociales en el Perú. Perú: UNMSM. Micolta León, A. (2011). Las relaciones en el cuidado de los hijos e hija migrantes en el país de salida. Crisis Global y estrategias migratorias: hacia la redefinición de las políticas de movilidad (p. 4). Quito: FLACSO-Ecuador. 117 Newcombe, E. (2004, February). Temporary migration to the UK as an 'Au Pair': Cultural exchange or reproductive labour? Sussex Migration Working Paper no. 21 , 4. Organización Internacional del Trabajo. (2011, Junio). Texto del convenio sobre el trabajo decente para las trabajadoras y trabajadores domésticos. Actas provisionales, 100a reunión . Ginebra, Suiza. Ozyegin, G., & Hondagneu-Sotelo, P. (2008). Domestic work, migration and the new gender order in contemporary Europe. In H. Lutz, Migration and domestic work (pp. 195-212). USA. Parella-Rubio, S. (2003). Mujer, inmigrante y trabajadora: la triple discriminación. España: Anthropos. Parra dé Vílchez, G. (1995). Segmentación del mercado y movilidad ocupacional. Venezuela. Piore, M. (1983). Notas para una teoría de la estratificación del mercado de trabajo. In L. Toharía, El mercado de trabajo: teorías y aplicaciones (p. 194). España: Alianza. ----------- . (1973). Problems of political economy and urban perspectives. In D. Gordon, The dual labour market theory and implications. Estados Unidos de America. Pries, L. (2000). Teoría sociológica del mercado de trabajo. In E. de la Garza, & F. d. Económica (Ed.), Tratado latinoamericano de sociología del trabajo. México. Rojas Soriano, R. (2003). Guía para realizar investigaciones sociales (40a edición ed.). México: Plaza y Valdés. Salazar-Parreñas, R. (2001). Servants of globalization: women, migration and domestic work. Estados Unidos: Stanford University Press. Sarti, R. (2008). The globalisation of domestic service - An historical perspective. In H. Lutz, Migration and domestic work (pp. 77-97). USA. Sassen, S. (2003). Contrageografías de la globalización. Género y ciudadanía en los circuitos transfronterizos. España: Traficantes de sueños. Sengenberger, W. (1988). Dinámica de la segmentación del mercado de trabajo. Lecturas sobre el mercado de trabajo en la República Federal de Alemania . Swedberg, R. (1993). Markets as social structures. (S. U. Dept. of Sociology, Ed.) Sweden. 118 Tilly, C., & Tilly, C. (1994). Capitalist Work and Labor Markets. In N. J. Smelser, & R. Swedberg, The handbook of economic sociology (p. 484). Estados Unidos: Princeton University Press. Vasilachis, I. (2006). Estrategias de Investigación Cualitativa. España: Gedisa. Weller, J. (2004). El empleo terciario en América Latina: entre la modernidad y la sobrevivencia. CEPAL (84), 160. Yodanis, C. (2005). Foreing visitor, exchange student, or family member? A study of au pair policies in the United States, United Kingdom, and Australia. Departament of family studies , 25 (9). Artículos e información en línea Au Pair in America (2012, Junio 4). From http://www.aupairamerica.co.uk/being -an-au-pair-typical-day.php Consulat Général de France à Mexico (2012, Junio 11). Consulat Général de France à Mexico. From http://www.consulfrancemexico.org/spip.php?article280 Council of Europe, 1969. European Treaty Series (2012, Abril 18). From European Agreement on au pair placement/ Strasbourg: http://conventions.coe.int/Treaty/EN/Treaties/Html/068.htm Council of Europe (2011, Diciembre 5). Treaty Series. (WorldLII, Producer). From Explanatory Reports: http://www.european-council.europa.eu/home-page.aspx?lang=es Cultural Care (2012, Junio 24). What is au pair childcare? From Cultural Care USA: http://www.culturalcare.com/au-pair-childcare/benefits.aspx Cultural Care Au Pair (2011, Noviembre 4). Cultural Care Au Pair - Cost comparison. From Cultural Care Au Pair: http://www.culturalcare.com/costs/comparison.aspx Cultural Care (2012, Junio 24). Trabaja como au pair en USA. From Cultural Care Au Pair: http://www.culturalcare.com.mx/ Embajada de Alemania Ciudad de México (2012, Junio 11). Embajada de Alemania Ciudad de México. From http://www.mexiko.diplo.de/Vertretung/mexiko/es/Suche.html 119 Inter Exchange (2012, Junio 4). From AU PAIR USA: http://www.interexchange.org/au-pair-usa/child-care/au-pair-nanny-ordaycare International Au Pair Association. (2011, Octubre 16). International Au Pair Association. From http://www.iapa.org/portal/page/portal/MenuSecSiteIAPA/MenuAbout%20IAP A Jimenez-Ugarte, Javier (1989, Junio 15). Acuerdo europeo sobre la colocación «Au Pair» (Número 068), Hecho en Estrasburgo el 24 de noviembre 1969. Retrieved Agosto 18, 2012 from http://www.judicatura.com/legislacion/1481.pdf Kalita, M. (2009, Abril 29). Origin of Au Pairs becomes barometer of labor market. Retrieved Septiembre 17, 2012 from The wall street journal: http://online.wsj.com/article/SB124096715312966487.html Mex au pair (2010). Mex au pair. Retrieved Abril 8, 2012 from http://www.mexaupair.com/quiero-ser-una-au-pair/que-es-el-programa-aupair PARTE HURTZ. (2011, Julio 26). La entrevista a profundidad. From http://www.partehartuz.org/PATXI%20JUARISTICualitativo.pdf Shellenbarger, S. (2005, Febrero 10). Number of au pairs increases sharply as rule change allows longer stays. Retrieved 2011 from The wall street journal, work & family: http://online.wsj.com/article/SB110799862603550827.html#printMode. The New York Times (2010, Agosto 18). Looking for baby sitters: foreing language a must. Retrieved Abril 2, 2012 from N.Y./ Region: http://www.nytimes.com/2010/08/19/nyregion/19bilingual.html?emc=eta1 U. S. Department of Education (2012, Junio 5). The Database of Accredited Postsecondary Institutions and Programs. Retrieved Junio 5, 2012 from http://ope.ed.gov/accreditation/ U.S. Department of Education (1961, Septiembre 21). Mutual Educational and Cultural Exchange Program. Retrieved Septiembre 27, 2012 from Fulbright-Hays Act: http://www2.ed.gov/about/offices/list/ope/iegps/fulbrighthaysact.pdf U.S. Department of Homeland Security (2012, Junio 2). Servicio de Ciudadanía e inmigración de Estados Unidos. From: http://www.uscis.gov/portal/site/uscises/menuitem.e693c9cf3c2f7d18d52fae1074a191a0/?vgnextoid=9efd41b741 0a3210VgnVCM100000b92ca60aRCRD&vgnextchannel=9efd41b7410a321 0VgnVCM100000b92ca60aRCRD 120 U.S. Department of State (2011, Noviembre 12). J-1 Visa Exchange visitor program. From http://j1visa.state.gov/programs/au-pair/ United States Information Agency. (1994, Diciembre 14). Federal Register. Retrieved Septiembre 27, 2012 from National Archives and Records Administration: https://www.federalregister.gov/articles/search?conditions%5Bterm%5D=au+ pair&commit=Go United States Information Agency. (1998, Febrero). Timeline on USIA´s au pair program. Retrieved Septiembre 27, 2012 from USIA: http://dosfan.lib.uic.edu/usia/GC/GC_Docs/AuPair/timeline.htm World Legal Information Institute. (2011, Octubre 16). Explanatory Reports. From Counsil of Europe Treaty Series: http://www.worldlii.org/int/other/treaties/COETSER/1969/3.html 121 G. Anexos Anexo I. Rasgos generales de las au pairs 22 mexicanas entrevistadas Agencia con Período en el la que Au pairs realizó el Ciudad de ejercicio de procedencia la actividad Nancy Cultural Care Aguascalientes Carmen Cultural Care Aguascalientes Gaby Cultural Care Sinaloa Cruz Cultural Care Guadalajara Alma Cultural Care Guadalajara Sonia Cultural Care Guanajuato María ejercicio de actividad laboral laboral Pamela que realizó su Cultural Care Guanajuato Au pair in Monterrey, America Nuevo León Edad a la Escolaridad al que realizó momento de el ejercicio iniciar el de la ejercicio de la actividad actividad laboral laboral 24 años Licenciatura Febrero 2011 a febrero 2012 Agosto 2008 a Agosto 2010 Octubre 2006 a junio 2008 2006 a 2008 Agosto 2006 a agosto 2008 Agosto 2008 a julio 2009 Julio 2006 a agosto 2007 26 años 24 años 25 años Diseño gráfico Licenciatura en informática Licenciatura en diseño gráfico 19 años 18 años 18 años Diciembre 2008 a diciembre Licenciatura en 19 años 2009 Recién egresada de bachillerato Recién egresada de bachillerato Recién egresada de bachillerato Recién egresada de bachillerato Recién egresada Penélope Cultural Care Saltillo, Julio 2007 a Coahuila agosto 2008 19 años de bachillerato con carrera técnica Guadalupe Cultural Care Paloma Cultural Care Esthela Cultural Care Martha Cultural Care México, Distrito Federal Septiembre 2006 a abril 2007 León, Octubre 2006 a Guanajuato marzo 2007 Aguascalientes, Aguascalientes 25 años 19 años Septiembre 2010 a agosto 19 años 2011 Aguascalientes, Julio 2008 a Aguascalientes junio 2009 18 años Licenciatura en diseño gráfico Recién egresada de bachillerato Recién egresada de bachillerato Recién egresada de bachillerato Los nombres han sido modificados por cuestiones de protección a la identidad de las y el entrevistado. Cuadro formada por la información de las entrevistas realizadas en marzo del 2012. 22 Los nombres usados para diferenciar a las ex au pairs son ficticios. Gaby es una mujer de 29 años, tiene una maestría en sistemas, nacida en la ciudad de Culiacán, Sinaloa. Realizó su ejercicio laboral como au pair a los 24 años, vivió en los estados de Nueva York y de Nueva Jersey, debido a que cambió de empleadores. Su período de trabajo fue de octubre del 2006 a junio del 2008. Concluyó el ejercicio laboral obligatorio de un año y además extendió por 9 meses más su ejercicio. Los primeros empleadores eran católicos de estrato socioeconómico medio alto, ambos era profesionistas y estaban insertos en el sector financiero. Ellos tenían dos niñas, una de 4 y la otra de 2 años. La segunda familia era judía de estrato socioeconómico alto, los empleadores eran abogados y tenías tres varones, uno 9, otro de y el más pequeño de 2 años. Ambas empleadoras estuvieron embarazadas durante su ejercicio laboral. Gaby participó con la agencia Cultural Care. Alma tiene 24 años, estudia la carrera de psicología, es de la ciudad de León pero en la actualidad vive en la ciudad de Guadalajara. Realizó su ejercicio laboral a los 19 años en el período de agosto del 2006 a agosto del 2008 en el estado de Massachusetts. Realizó su ejercicio laboral con dos familias ubicadas en el mismo estado, la primera era de estrato socioeconómico de alto, ambos empleadores eran profesionistas. Tenían cuatro hijos, tres niñas de 13, 11 y 6 años y un niño de 9. Al extender su ejercicio laboral por otro año fue cuando decidió cambiar de familia, la cual era de estrato socioeconómico muy alto, ambos empleadores era profesionista. Tenían dos niños de 9 y 6 años. Alma participó con la agencia Cultural Care. Cruz es el único hombre au pair de nuestra muestra. El tiene 31 años y es licenciado en diseño gráfico, originario de la ciudad de León ahora vive en la ciudad de Guadalajara. Cuando llevó a cabo su ejercicio laboral como au pair tenía 25 años y fue en el período de julio del 2006 a julio de 2008. El vivió en los estados de Washington y Massachusetts debido a que cambio de empleadores en tres ocasiones. Sus primeros empleadores eran de estrato socioeconómico medio y cuidaba a 3 niños, uno de 12 años y unos gemelos de 8. Ambos empleadores eran profesionistas. La segunda 123 empleadora era madre divorciada, profesionista. Tenía 3 hijos, una niña de 12 y dos niños de 4 y 8 años, el estrato socioeconómico era muy alto. La última familia empleadora, era de estrato socioeconómico medio-bajo estaba formada por una madre soltera y tenía un hijo de 9 años. Cruz participó con la agencia Cultural Care. Carmen tiene 29 años y vive en la ciudad de Guadalajara pero es originaría de Aguascalientes, es diseñadora gráfica. Realizó su intercambio a los 26 años en el período de agosto del 2008 a agosto del 2010 en el estado de Massachusetts. El estrato socioeconómico de sus empleadores era medio alto, ambos médicos. Tenían 4 hijos, uno de 5 y otro 3 años y dos gemelos recién nacidos. Carmen es la única au pair de nuestra muestra que extendió su ejercicio laboral un año más con la misma familia. Ella participó con la agencia Cultural Care. Sonia tiene 22 años y está por terminar sus estudios profesionales. Ella es de la ciudad de León. Realizó su ejercicio laboral en el período de agosto del 2008 a julio del 2009 en el estado de Massachusetts cuando tenía 18 años. El estrato socioeconómico de los empleadores era medio alto, ambos eran profesionistas, tenían dos niños, uno de13 y otro de 4 años. Eran cristianos. Sonia participó con la agencia Cultural Care. Pamela tiene 24 años y estudia administración de empresas, vive en la ciudad de León. Cuando realizó su ejercicio laboral tenía 18 años, este lo realizó en el período de julio del 2006 a agosto del 2007 en el estado de Massachusetts. La empleadora era una madre divorciada y su estrato socioeconómico era alto. Tenía una hija de 4 años. Pamela participó a través de la agencia Cultural Care. María tiene 22 años y es ingeniera industrial, vive en la ciudad de Monterrey. Realizó su ejercicio laboral a los 19 años de edad en el período de diciembre del 2008 a diciembre del 2009 en el estado de Massachusetts. Sus empleadores eran de estrato socioeconómico medio alto y eran profesionistas, tenían un par de gemelos de 3 años. María es la única au 124 pair que participó en el ejercicio laboral a través de la agencia Au Pair in America. Penélope tiene 24 años y es la única que después de su ejercicio laboral estableció su hogar en los Estados Unidos. Ella es originaria del estado de Coahuila. Realizó su intercambio cuando tenía 19 años en el período de julio del 2007 a agosto del 2007 en el estado de Nueva York. El estrato socioeconómico de sus empleadores era medio alto. Ella vivía con la madre empleadora y sus hijas; una adolescente de 15 años y un par de gemelas de 10. Aunque las hijas vivían una semana con la madre y otra con el padre ya que estaban divorciados. Ambos empleadores eran profesionistas, ella era católica y él judío. Penélope participó a través de la agencia Cultural Care. Nancy tiene 25 años y tiene una carrera profesional, vive en la ciudad de Aguascalientes. Realizó su ejercicio laboral a la edad de los 24 años en el período de febrero de 2011 a febrero del 2012 en el estado de Nueva Jersey. El nivel socioeconómico de los empleadores era medio alto, ambos eran profesionistas. Tenían un par de gemelos de 4 años. Eran católicos. Nancy participó con la agencia de Cultural Care. Guadalupe tiene 31 años y tiene una maestría en diseño editorial, vive en la Ciudad de México. Llevó a cabo su ejercicio laboral a la edad de 25 años en el período de septiembre del 2006 a abril del 2007 en el estado de Nueva York. El nivel socioeconómico de sus empleadores era medio, ambos eran profesores. Tenían un niño de un año. Guadalupe participó con la agencia Cultural Care, pero no terminó su ejercicio laboral. Paloma tiene 23 años y es licenciada en relaciones internacionales; originaria de la ciudad de León vive ahora en la Ciudad de México. Llevó a cabo su ejercicio laboral a los 19 años en el período de octubre del 2006 a marzo del 2007 en el estado de Nueva York. Los empleadores eran de estrato socioeconómico alto, ambos profesionistas, judíos con dos hijos, un niño de 11 años y una niña de 6 años. Sólo llevó a cabo su ejercicio laboral por 5 meses. Participó con la agencia Cultural Care. 125 Esthela tiene 20 años y tiene estudios de bachillerato, vive en la ciudad de Aguascalientes. Realizó su ejercicio laboral a los 19 años en el período de septiembre del 2010 a agosto del 2011 en el estado de Massachusetts. El estrato socioeconómico de los empleadores era alto, trabaja sólo el padre. Tenían 4 hijos, tres niños de 6, 5 y 3 años y una niña de 1 año. Eran cristianos. Esthela dejó el ejercicio laboral a un mes de terminar su año. Ella participó con la agencia Cultural Care. Martha tiene 21 años y tiene estudios de bachillerato, vive en la ciudad de Aguascalientes. Llevó a cabo su ejercicio laboral a los 18 años en el período de julio del 2008 a junio de 2009 en el estado de Illinois. Los empleadores eran de estrato socioeconómico medio, ambos profesionistas. Tenían un par de gemelos de 3 años. Eran católicos. Martha participó con la agencia Cultural Care. Arregló con sus empleadores dejar el ejercicio un mes antes a cambio de sus vacaciones. 126 Anexo II. Rasgos generales de las agencias entrevistadas como informantes clave Fuente: Elaboración propia con la información obtenida de las entrevistas realizadas a las directoras de estas agencias en el mes de marzo del 2012. 127 Anexo III. Diseño del guión Se realizaron dos guiones de entrevista, uno para las au pairs y otro para el personal de la agencia. a) Esquema del guión de entrevista para las au pairs Proceso del programa de intercambio 1. Acercamiento (Eficiencia, interés) 2. Aceptación (Tiempo, Interacción) 3. Trámites (Tiempo, fácil – difícil, costo) 4. Llegada (Eficiencia, emociones) 5. Capacitación (Objetivos, descripción, aprendizaje) 6. Recibimiento (Emociones, expectativas) 7. Intercambio • Tareas domésticas • Condiciones laborales • Condiciones de hospedaje • Relación con la agencia - coordinadora 8. Abandono del programa 9. Extensión 10. Cambio de familia 11. Retorno 12. El Intercambio Cultural (expectativas, aprendizaje) • Créditos (condiciones) 13. Experiencia general • Afectividad • Modelos educativos • Supervisión 14. Autoevaluación 128 b) Esquema del guión de entrevista para las agencias 1. Datos sociohistóricos • Nacional • Internacional 2. Datos de las au pairs y las familias anfitrionas • Para ambas: Au pair y familias anfitrionas • Para las au pairs • Para las familias anfitrionas 3. Etapas del proceso del Intercambio Cultural • En la solicitud • En la selección • En el traslado • En la capacitación • En el intercambio • Ampliación • Para retornar 4. Balance Cultural 5. Evaluación 129 Anexo IV. Continuación del Acuerdo Europeo para la colocación de Au pairs por e l Consejo Europeo, octubre 1969 Artículos Descripción de los artículos - Toda parte contratante enviará al Secretario general del Consejo de Europa, en la forma que establezca el Comité de Ministros, un informe relativo a la aplicación de las disposiciones de los artículos 1 a 12 del presente acuerdo. - Los informes de las partes contratantes se someterán al examen del Comité Social del Consejo de Europa. Artículo 13 - El Comité Social presentará al Comité de Ministros un informe en que consten sus conclusiones al respecto; Asimismo, podrá presentar cualquier propuesta cuyo objeto sea: (i) Mejorar las condiciones de aplicación del presente Acuerdo; (ii) Revisar o completar las disposiciones del presente Acuerdo. - El presente Acuerdo queda abierto a la firma de los Estados miembros del Consejo de Europa, que podrán pasar a ser partes en el mismo mediante: (a) La firma sin reserva de ratificación o de aceptación, o. Artículo 14 (b) La firma con reserva de ratificación o de aceptación, seguida de ratificación o de aceptación. - Los instrumentos de ratificación o de aceptación se depositarán en poder del Secretario general del Consejo de Europa. Artículo 15 - El presente Acuerdo entrará en vigor un mes después de la fecha en que hayan pasado a ser partes en el mismo tres Estados miembros del Consejo, conforme a las disposiciones del artículo 14. - Respecto a todo Estado miembro que lo firme en fecha posterior sin reserva de ratificación o de aceptación, o que lo ratifique o acepte, el Acuerdo entrará en vigor un mes después de la fecha de la firma o del depósito del instrumento de ratificación o de aceptación. 130 Artículos Descripción de los artículos - El Comité de Ministros del Consejo de Europa podrá invitar a todo Estado no miembro del Consejo a adherirse al presente Acuerdo, después de su entrada en vigor. Artículo 16 - La adhesión se efectuará mediante el depósito en poder del Secretario general del Consejo de Europa de un instrumento de adhesión, que surtirá efecto un mes después de la fecha de su depósito. - Todo Estado signatario, en el momento de la firma o del depósito de su instrumento de ratificación o de aceptación, o todo Estado adherente, en el momento del depósito de su instrumento de adhesión, podrá mencionar el territorio o territorios a los que se aplicará el presente Acuerdo. Artículo 17 - Todo Estado signatario, en el momento del depósito de su instrumento de ratificación o de aceptación, o en cualquier otro momento posterior, así como todo Estado adherente en el momento del depósito de su instrumento de adhesión o en cualquier otro momento posterior, podrá extender la aplicación del presente Acuerdo, mediante declaración dirigida al Secretario general del Consejo de Europa, a cualquier otro territorio mencionado en la declaración y de cuyas relaciones internacionales sea responsable o en cuyo nombre esté autorizado a estipular. - Cualquier declaración hecha de conformidad con lo dispuesto en el párrafo precedente podrá retirarse por lo que respecta a cualquier territorio mencionado en dicha declaración, en las condiciones previstas en el artículo 20 del presente Acuerdo. Artículo 18 -Todo Estado signatario, en el momento de la firma o del depósito de su instrumento de ratificación o de aceptación, o todo Estado adherente en el momento del depósito de su instrumento de adhesión, podrá declarar que hará uso de una o más de las reservas que figuran en el anexo 2 del presente Acuerdo. No se admitirá ninguna otra reserva. - Todo Estado signatario o toda parte contratante podrá retirar en su totalidad o en parte una reserva que haya formulado con arreglo a lo dispuesto en el párrafo precedente, mediante una declaración dirigida al Secretario general del Consejo de Europa, que surtirá efecto en la fecha de su recepción. 131 Artículos Artículo l9 Descripción de los artículos -Todo Estado signatario, en el momento de la firma o en el momento del depósito de su instrumento de ratificación o de aceptación, o todo Estado adherente en el momento del depósito de su instrumento de adhesión, informará sobre las prestaciones que se enumerarán con lo dispuesto en el párrafo 1 del artíc ulo 10. - Toda notificación a que se refiere el párrafo 3 del artículo 10 irá dirigida al Secretario general del Consejo de Europa, con indicación de la fecha a partir de la cual surtirá efecto. - El presente Acuerdo, permanecerá en vigor por tiempo ilimitado. Artículo 20 - Toda parte contratante podrá denunciar el presente Acuerdo, por lo que a ella se refiere, mediante una notificación dirigida al Secretario general del Consejo de Europa. - La denuncia surtirá efecto seis meses después de la fecha de la recepción de la notificación por el Secretario general. El Secretario general del Consejo de Europa notificará a los Estados miembros del Consejo y a todo Estado que se haya adherido al presente Acuerdo: a) Toda firma sin reserva de ratificación o de aceptación, b) Toda firma con reserva de ratificación o de aceptación. c) El depósito de todo instrumento de ratificación, de aceptación o de adhesión. d) Las prestaciones del artículo 10. Artículo 21 e) Toda fecha de entrada en vigor del presente Acuerdo, de conformidad con el artículo 15. f) Toda declaración recibida en aplicación de lo dispuesto en los párrafos 2 y 3 del artículo 17. g) Toda reserva formulada en aplicación de lo dispuesto en el párrafo primero del artículo 18. h) La retirada de toda reserva efectuada en aplicación de las disposiciones del párrafo 2 del artículo 18. 132 Artículos Descripción de los artículos i) Toda notificación recibida en aplicación de lo dispuesto en el párrafo 2 del artículo 19. Artículo 21 j) Toda notificación recibida en aplicación de las disposiciones del artículo 20 y la fecha en la que la denuncia surtirá efecto. El Protocolo anexo al presente Acuerdo forma parte íntegramente del mismo. En fe de lo cual, los infrascritos, debidamente autorizados a este efecto, han firmado el presente Acuerdo. Artículo 22 Hecho en Estrasburgo, el 24 de noviembre de 1969, en francés y en inglés, siendo ambos textos igualmente auténticos, en un solo ejemplar que se depositará en los archivos del Consejo de Europa. El Secretario general del Consejo de Europa enviará copias certificadas a cada uno de los Estados signatarios y adherentes. Fuente: Cuadro extraido de http://www.judicatura.com/legislacion/1481.pdf (Jimenez-Ugarte, Javier, 1989) Reservas: Cada una de las partes contratantes podrá declarar que se reserva el derecho: a) De considerar que la expresión "persona colocada au pair” sólo se aplicará a las personas del sexo femenino. b) De adoptar, entre las dos modalidades especificadas en el párrafo 1 del artículo 6, solamente aquella que prevea que la celebración del contrato deberá efectuarse antes de que la persona au pair haya abandonado el país en que resida. c) De derogar las disposiciones del párrafo 2 del artículo 10, en tanto en cuanto la mitad de las primas del seguro privado queden cubiertas por la familia de acogida, y con tal que dicha derogación se ponga en conocimiento de toda persona interesada en obtener una colocación au pair, antes de la celebración del contrato. 133 d) De diferir la aplicación de las disposiciones del artículo 12 hasta que hayan podido adoptarse las medidas prácticas necesarias para dicha aplicación, entendiéndose que dicha parte se esforzará por adoptar estas medidas en el plazo más breve posible. 134 Anexo V. Federal Register Volume 59, Number 239 –Acuerdo de los Estados Unidos- Exchange Visitor Program23 AGENCY: United States Information Agency. SUMMARY: The Agency hereby publishes interim final rules governing its oversight and administration of au pair programs. Au pair programs permit foreign nationals to enter the United States for a period of one year for the purpose of residing with an American host family while participating directly in the home life of the family and providing limited child care services. The foreign national also attends a United States accredited post-secondary educational institution. These rules are promulgated pursuant to Public Law 103-415 which authorizes the continued operation, until September 30, 1995, of au pair programs currently designated by the Agency. SUPPLEMENTARY INFORMATION: In January and April of 1986, USIA designated, on a temporary basis, two organizations to carry out au pair programs. These programs were to operate as pilot programs and were governed by rather non-specific program guidelines developed contemporaneously with the temporary designation. At the expiration of this two-year ``trial'' period, an Agency determination was made not to permanently designate these pilot programs. The decision not to grant permanent designation was based upon a determination that the programs were outside the Agency's statutory authority to oversee educational and cultural exchange activities. As a result of the Agency's decision not to permanently designate, representatives of these programs approached the Congress and secured special legislation that obligated USIA to continue to implement their au pair programs. This legislative directive was set forth in Public Law 100-461 23 (Wednesday, December 14, 1994) [FR Doc No: 94-30743, Rulemaking No. 110] 135 which also directed the General Accounting Office (GAO) to examine the use of the J-visa in all exchange programs and to report their findings. In light of this legislation and Congressional views, the Agency designated six additional organizations, or ``sponsors,'' to also conduct au pair programs. The GAO report, issued in February 1990 and entitled, ``Inappropriate Uses of the J-Visa,'' determined that au pair programs, as configured, were not consistent with the Agency's underlying organic authorities as set forth in the Mutual Educational and Cultural Exchange Act of 1961 (Fulbright-Hays Act). In response to this report, the Agency again advised the now eight au pair sponsors, that their au pair programs did not fall within the statutory parameters of the Fulbright-Hays Act. In light of the GAO Report findings, the Agency also sought legislation to transfer the au pair programs to another U.S. Government agency. Agency efforts to transfer au pair programs to another agency were not entirely successful. Pursuant to Public Law 101454, the Congress directed that USIA continue to implement the eight designated au pair programs, under the same terms and conditions, until the programs, could be transferred to a more appropriate federal agency. As a result of this legislation, the Agency continued to find itself responsible for the implementation of the au pair programs but without statutory or regulatory authority to oversee them adequately. No further Congressional action regarding au pair programs were undertaken until October 7, 1994, when Congress passed the Technical Amendments to the State Basic Authorities Act (Public Law 103-415). This legislation authorized the Agency, for the first time, to promulgate regulations specifically governing the au pair programs. The legislation also stipulated that USIA would be required to administer the programs only until September 30, 1995. While speaking on the House floor before passage of this bill, Chairman of the House Foreign Affairs Committee, Lee Hamilton, explained: * * * the bill waives Section 555 of Public Law 101-461 and other provisions of law to allow the Director of the U.S. Information Agency to administer au pair programs through fiscal year 1995. The bill requires these programs to be administered in a manner consistent with the Mutual 136 Educational and Exchange Act and requires USIA to promulgate regulations for the conduct of au pair programs. There are serious questions to be raised about how, whether, and by which Federal agency this program should be conducted. The one -year authority contained in this legislation is designed to ensure that USIA issue appropriate regulations for the screening of organizations and individuals participating in the program. The Committee intends to examine carefully this program, and the permanent authority under which it should operate, during consideration of the regular fiscal year 1996 authorization for USIA. Congressional Record, September 19, 1994, H 9172. With this clear directive, the Agency has undertaken the task of crafting regulations to govern the au pair programs that are both consistent with the provisions of the Fulbright-Hays Act and which also provide safeguards for au pair participants and the American host families with whom they are placed. Given the wide popularity of these programs--and the criticisms of the programs--the Agency concluded that the views of the au pair organizations, interested members of the public and the views of those congressional offices possessing jurisdiction of educational and cultural excha nge programs must be considered. As a result, these regulations have not been drafted in a vacuum but rather incorporate the views of as many interested persons as practicable. Accordingly, given this wide participation and the statutory deadline imposed by the Congress, the Agency is of the opinion that interim final regulations are appropriate. Selection and Screening The first area to which the Agency turned its attention was that of screening and placement. Given eight years of program operation, the Agency was familiar with the manner in which au pair participants are recruited and screened and is of the opinion that enhancements to these procedures are needed. Regulations set forth at Sec. 514.31 (d) require that au pair participants be between the ages of 18 and 26, be secondary school graduates, and be proficient with the English language. Au pair participants are required to be interviewed in person for the purpose of ascertaining their 137 English language proficiency. The Agency is also requiring that au pair participants successfully pass a reference and background investigation, including a criminal records check. The Agency anticipates that sponsors will, during this process; screen out all persons having previously participated in an au pair program in the United States. The Agency recognizes that, in the past, overseas agents working on behalf of the au pair organizations have been responsible for the recruitment and screening of au pair participants. This relationship has proven problematic as evidenced by complaints that au pair participants have been inadequately screened. Henceforth, the Agency will hold au pair organizations strictly accountable for any failure by their designated agent to meet the selection and screening requirements set forth in this regulation. Au pair sponsors will also be responsible for the screening of potential host families pursuant to regulations set forth at Sec. 514.31(h). Specifically, all family members resident in the home must be personally interviewed and all family members must also be U.S. citizens or legal permanent residents. Au pair organizations must also ensure that all family members resident in the home have successfully passed a background investigation and that the family has adequate financial resources to successfully meet hosting obligations. Placement, Training and Orientation Particular attention to the placement of an au pair participant with an American host family has resulted in new and specific requirements which are set forth in Sec. 514.31(e). Because the au pair will provide child care services for the host family, the Agency has concluded that an au pair's responsibility for infant children merits special attention and should be limited. Accordingly, sponsors are prohibited from placing an au pair with a host family having a child less than three months old unless a parent or other responsible adult is present in the home and is responsible for the child. Given the special care needs of infant children, sponsors will also be required not to place au pairs with families having children under two years of age unless the au pair is at least twenty-one years old and has at least six 138 months of documented infant child care experience. The Agency does not intend to set a minimum standard regarding documented infant child care experience. However, evidence of employment by nurseries, day care centers, or other similar infant child care providers is deemed appropriate. In order to ensure the best possible adjustment period for the au pair and the host family, the Agency has determined that a placement transition period is appropriate. To this end, sponsors will not be allowed to place an au pair with a host family unless one or both parents have agreed to remain in the home for the first week following the au pair's placement with the family. The Agency is advised that many families, if not most, have followed this practice in the past and the Agency believes it to not be overly disruptive given the benefits to be gained. Specifically, this week-long transition will allow the au pair to become familiar with the family home, practices and its members without the distractions inherent in total responsibility for the care of the children. Also, to further minimize possible friction between the host family and the au pair participant, sponsors will be required to secure, prior to placement, a concise, signed, written agreement between the host family and the au pair detailing the hours and days of child care services that the au pair will be required to perform. As a further programmatic enhancement, the Agency is introducing a requirement, set forth at Sec. 514.31(g), governing child safety and child development instruction. Specifically, sponsors will be required to provide au pair participants with sixteen hours of child safety instruction. At the suggestion of sponsors, the Agency will allow this safety instruction to be provided in the au pair's home country. It is anticipated that a standardized safety course will be developed and adopted by all eight sponsors with the assistance of a nationally recognized organization expert in health and safety instruction. Sponsors will also provide au pair participants with not less than twentyfour hours of child development instruction. Both the child safety and child development instruction requirements will be completed prior to the au pair's placement with the host family. The Agency has long required that sponsors 139 conducting educational and cultural exchange programs provide orientation to program participants. Requirements specifically governing au pair activities are set forth at Sec. 514.31 (f) and (i). These requirements are in addition to orientation requirements that apply to all educational and cultural exchange programs as set forth in Sec. 514.10. Au pair sponsors will be required to provide au pair participants with a detailed profile of the family and community in which he or she will be placed as well as the educational institutions available in the community. This information will allow the au pair participant to prepare in advance for the transition into the host family and community and lessen the uncertainty that necessarily arises from travel to a foreign country and living with a previously unknown family. To further assist in this transition, sponsors shall advise host families of strategies regarding cross-cultural interaction and shall also provide quarterly workshops on such issues. Both the au pair and the host family must be provided with copies of Agency-promulgated regulations governing au pair programs. Finally, au pair sponsors will ensure that local counselors acting on their behalf contact the host family and au pair within forty-eight hours of the au pair's arrival at the host family's home and shall meet with the host family and au pair in person within two weeks of arrival. Stipend and Hours The au pair concept evolved in Europe with young women participating in the family life of a host family while serving as a ``mother's helper.'' This European model is based upon the au pair providing thirty hours of service to the host family and the payment of a token weekly stipend or ``pocket money.'' However, in adapting the au pair concept to the United States, au pair sponsors developed a program based upon the au pair providing up to forty-five hours of child care services for the host family and receiving one hundred dollars a week for such services. As a result, substantial controversy surrounds the number of hours that au pair participants provide child care services and the compensation they receive. The Agency has found the question of hours and compensation to be extremely vexing. Sponsors and host families uniformly plead that the au pair 140 concept is not viable in the United States unless the au pair participant may provide up to the forty-five hours of child care services originally allowed in the pilot programs. Although not entirely convinced that au pair programs would not be viable with reduced hours, the Agency elects to continue, during this Congressionally-mandated period, these programs based upon forty-five hours. Based upon evidence that this forty-five-hour maximum has been ignored by some host families, the Agency proposes to ensure compliance with this requirement by making sponsors strictly accountable for its enforcement. Accordingly, pursuant to Sec. 514.31(o), the Agency may commence immediate program revocation proceedings against a sponsor who fails to enforce and monitor a host family's compliance with this requirement. The Agency has set forth at Sec. 514.31(j) specific provisions regarding hours of work. In addition to the forty-five hours a week maximum, au pairs may not provide more than nine hours of child care services on any given day. Au pairs must receive a minimum of one -and-a-half days off per week in addition to one complete weekend off each month. With this approach, au pairs providing forty-five hours of child care services per week will have every weekend off while those providing less than forty-five hours will be covered by the one-and-a-half days per week provision. In addition, au pair participants shall receive two weeks of paid vacation. The Agency has examined the question of au pair compensation and has sought guidance from regulations governing payment of minimum wage promulgated by the Department of Labor. An au pair living with a host family presents an analogous relationship to that contemplated at 29 CFR 552.100. The Agency defers, to more appropriate authorities, the determination of whether an employer/employee relationship is established between the au pair and the host family. However, au pair participants provide child care services to their host families and may properly expect compensation for such services. 141 At 29 CFR 552.100 the Department of Labor authorizes a credit in the amount of $36 against the federal hourly minimum wage for food and board provided to employees living on an employer's premises. The Agency adopts the $36 credit approach authorized by the Department of Labor in order to ensure that all au pair participants receive uniform compensation. The Agency notes that this Department of Labor regulation was last amended in 1979. Accordingly, the Agency believes that the cost of room and board is probably in excess of the allowed $36 credit. However, the Agency is without expertise and authority in matters regarding the calculation of minimum wage and credits for room and board permitted in such instances. Comments regarding the actual cost to host families will be viewed by the Agency as highly instructive and the Agency anticipates that such comments will be used by the Department of Labor as evidence that the credit against minimum wage for room and board received by au pairs should be in excess of $36. Accordingly, the Agency is obligated to require that au pairs receive a weekly stipend of $155 until such time that the Department of Labor indicates that a higher amount may be used as a credit in the formulation of minimum wage. Educational Component The Agency is requiring that au pair participants pursue not less than six hours of academic credit during their year of program participation. This requirement is imposed to ensure that au pair programs possess, to some degree, the educational and cultural hallmarks of Exchange Visitor Program activities authorized by the Mutual Educational and Cultural Exchange Act of 1961. The Agency is of the opinion that this requirement will, in fact, provide educational opportunities to participants that may not be available to them in their home country. This requirement, as set forth at Sec. 514.31(k) shall be met by enrollment in an accredited post-secondary institution. The Agency proposes to interpret ``post-secondary institution'' broadly and anticipates that participants will enroll at community colleges as well as proprietary schools located in the community in which the au pair participant is placed. In similar 142 fashion, ``six semester hours'' also includes the academic equivalent at institutions operating on the trimester or quarterly academic calendar. Host families will be expected to facilitate the au pair's enrollment and attendance at the chosen academic institution. The host family is also required to pay the cost of this educational component or requirement on behalf of the au pair in an amount not to exceed $500. In those instances where the educational stipend is insufficient to cover the full cost of attendance at the educational institution, the au pair will be responsible for the additional cost. Monitoring and Reporting Requirements With an eye towards program efficiency and effectiveness, and cognizant of limited Agency resources, the Agency is imposing four specific monitoring requirements designed to ensure satisfactory compliance with these regulatory provisions. Pursuant to Sec. 514.31(m), au pair sponsors are responsible for ensuring monthly personal contact with each au pair and host family participating in their program. In part, this contact will ensure that the au pair is not working in excess of forty-five hours per week and is enrolled and making satisfactory progress in his or her academic pursuits. This monthly contact will also allow for the resolution of conflicts between the host family and the au pair before the conflicts become insurmountable and necessitate the au pair's possible removal from the home or the host family's possible removal from the program. As an additional safeguard, regional representatives acting on behalf of the au pair sponsors will be required to make quarterly contact with each host family and au pair. Both the local and regional representatives will be required to report to the au pair sponsor any unusual or serious situations or incidents involving either the au pair or host family. In similar fashion, au pair sponsors will be required to promptly report to the Agency, any incidents involving or alleging a crime of moral turpitude or violence. Moral turpitude is interpreted by the Agency as specifically including, but not limited to, allegations of theft, sexual misconduct, and child abuse. Sponsors will also be required to report to the Agency incidents which could bring the Exchange Visitor 143 Program or the Agency into notoriety or disrepute. In order to assist the Agency in its oversight of these programs, the Agency is imposing six specific reporting requirements set forth at Sec. 514.31(n). Included, is a requirement that sponsors submit, on an annual basis, a copy of all advertising and promotional materials used in the recruitment of host families or au pair participants. The Agency imposes this requirement in order to monitor effectively representations made regarding program participation. Au pair sponsors will be expected to conduct an annual survey of all host families and au pair participants and provide a summation of program satisfaction. Also required will be a summation of all complaints lodged with the sponsor regarding participation in the program and the resolution made by the sponsor for such complaints. The Agency anticipates that this information will provide guidance regarding the possible need for additional regulation or program modification. Comment The Agency invites comments regarding this interim final rule notwithstanding the fact that it is under no legal requirement to do so. The oversight and administration of the Exchange Visitor Program are deemed to be foreign affairs functions of the United States Government. The Administrative Procedures Act, 5 U.S.C. 553(a) (1) (1989) specifically exempts foreign affairs functions from the rulemaking requirements of the Act. The Agency will accept comments for 30 days following publication of this interim final rule. A final rule will be adopted upon Agency review of all comments received. In accordance with 5 U.S.C. 605(b), the Agency certifies that this rule does not have a significant adverse economic impact on a substantial number of small entities. This rule is not considered to be a major rule within 144 the meaning of Section 1(b) of E.O. 12291, nor does it have federal implications warranting the preparation of a Federalism Assessment in accordance with E.O. 12612. The information collection requirements contained in this rule have been presented to the Office of Management and Budget for clearance pursuant to the provisions of the Paperwork Reduction Act. Cultural Exchange Programs. These regulations govern Agency-designated exchange visitor programs under which foreign nationals are afforded the opportunity to live with an American host family and participate directly in the home life of the host family while providing limited child care services and attending a U.S. post-secondary educational institution of higher education. Program designation. The Agency may, in its sole discretion, designate bona fide programs satisfying the objectives set forth in (a) above. Such designation shall be for a period of two years and may be revoked by the Agency for good cause. Program eligibility. Sponsors designated by the Agency to conduct au pair exchange programs shall: (1) Limit the participation of foreign nationals in such programs to not more than one year; (2) Limit the number of hours an au pair participant is obligated to provide child care services to not more than 45 hours per week; (3) Require that the au pair participant enrolls in a U.S. institution of higher education for not less than six semester hours of academic credit or its equivalent; (4) Require that all officers, employees, agents, and volunteers acting on their behalf are adequately trained and supervised; (5) Require that au pair participant is placed with a host family within one hour's driving time of the home of the local organizational representative 145 authorized to act on the sponsor's behalf in both routine and emergency matters arising from the au pair's participation in their exchange program; (6) Require that each local organizational representative maintain a schedule of personal monthly contact (or more frequently as required) with each au pair and host family for which he or she is responsible; (7) Require that local organizational representatives not devoting their full time and attention to their program obligations are responsible for no more than fifteen au pairs and host families; and (8) Require that each local organizational representative is provided adequate support services by a regional organizational representative. Au pair selection. In addition to satisfying the requirements of Sec. 514.10(a), sponsors shall ensure that all participants in a designated au pair exchange program: (1) Are between the ages of 18 and 26; (2) Are a secondary school graduate, or equivalent; (3) Are proficient in spoken English; (4) Are capable of fully participating in the program as evidenced by the satisfactory completion of a physical; (5) Have been personally interviewed, in English, by an organizational representative; and (6) Have successfully passed a background investigation that includes verification of school, three, non-family related personal and employment references, a psychological profile and a criminal record check. (e) Au pair placement. Sponsors shall secure, prior to the au pair's departure from the home country, a host family placement for each participant. Sponsors shall not: 146 (1) Place an au pair with a family unless the family has specifically agreed that one or both parents will remain in the home during the first week following the au pair's arrival; (2) Place an au pair with a family having a child aged less than three months unless a parent or other responsible adult is present in the home; (3) Place an au pair with a host family having children under the age of two, unless the au pair is at least twenty-one years of age and has at least six months of documented infant child care experience. (4) Place the au pair with a family unless a concise agreement between the au pair and host family regarding the hours and days of child care services has been signed by both; and (5) Place the au pair with a family who can not provide the au pair with a suitable private bedroom. (f) Au pair orientation. In addition to the orientation requirements set forth herein at Sec. 514.10, all sponsors shall provide au pairs, prior to their departure from the home country, with the following information. (1) A copy of all operating procedures, rules, and regulations, including a grievance process, which govern the au pair's participation in the exchange program; (2) A detailed profile of the family and community in which the au pair will be placed; (3) A detailed profile of the educational institutions in the community where the au pair will be placed, including the financial cost of attendance at these institutions; and (4) A detailed summary of travel arrangements. (g) Au pair training. Sponsors shall provide the au pair participant with child development and child safety instruction, as follows: 147 (1) Prior to departure from the home country, the au pair participant shall receive not less than sixteen hours of child safety instruction; and (2) Prior to placement with the American host family, the au pair participant shall receive not less than twenty-four hours of child development instruction. (h) Host family selection. Sponsors shall adequately screen all potential host families and at a minimum shall: (1) Require that all family members are U.S. citizens or legal permanent residents; (2) Require that all family members are fluent in spoken English; (3) Require that all family members resident in the home have been personally interviewed by an organizational representative; (4) Require that all family members have successfully passed a background investigation including employment and personal references; (5) Require that the host family has adequate financial resources to undertake hosting obligations; and (6) Provide a written detailed summary of the exchange program and the parameters of their and the au pair's duties, participation, and obligations. Host family orientation. In addition to the requirements set forth at Sec. 514.10, sponsors shall: (1) Inform all host families of the philosophy, rules, and regulations governing the sponsor's exchange program; (2) Provide all selected host families with a copy of Agency-promulgated Exchange Visitor Program regulations; (3) Advise all selected host families of strategies governing cross-cultural interaction and conduct quarterly workshops or seminars on child care or cross-cultural issues. Host family attendance at such workshops or seminars 148 is a condition of program participation and failure to attend will be grounds for possible termination of their program participation; and (4) Require that the organization's local counselor responsible for the au pair placement contacts the host family and au pair within forty-eight hours of the au pair's arrival and meets, in person, with the host family and au pair within two weeks of the au pair's arrival at the host family's home. Stipend and hours. Sponsors shall require that au pair participants: (1) Are compensated at a rate of not less than $155.00 per week; (2) Do not provide more than 9 hours of child care on any given day; (3) Receive a minimum of one and a half days off per week in addition to one complete weekend off each month; and (4) Receive two weeks of paid vacation. Educational component. Sponsors shall require that during the period of program participation, all au pair participants are enrolled in an accredited post-secondary institution for not less than six hours of academic credit (or its equivalent). As a condition of program participation, host family participants must agree to facilitate the enrollment and attendance of the au pair and to pay the cost of such academic course work in an amount not to exceed $500. Performance bond. Sponsors shall collect and hold in a segregated bank account a performance bond in the amount of $500 from each au pair participating in their exchange program. The bond shall be returned to the au pair participant no more than thirty days following his or her return to their home country. In the event that the au pair participant fails to return to their home country upon successful program completion or termination, the performance bond shall be forfeited and the sponsor shall donate the bond to an internationally 149 recognized charitable organization dedicated to the advancement of child welfare. Monitoring. Sponsors shall fully monitor all au pair exchanges, and at a minimum shall: (1) Require monthly personal contact by the local counselor with each au pair and host family for which the counselor is responsible. Counselors shall maintain a record of this contact; (2) Require quarterly contact by the regional counselor with each au pair and host family for which the counselor is responsible. Counselors shall maintain a record of this contact; (3) Require that all local and regional counselors are apprised of their obligation to report unusual or serious situations or incidents involving either the au pair or host family; and (4) Promptly report to the Agency any incidents involving or alleging a crime of moral turpitude or violence. Reporting requirements. Along with the annual report required by regulations set forth at Sec. 514.17, sponsors shall file with the Agency the following information: (1) A summation of the results of an annual survey of all host family and au pair participants regarding satisfaction with the program, its strengths and weaknesses; (2) A summation of all complaints regarding host family or au pair participation in the program, specifying the nature of the complaint, its resolution, and whether any unresolved complaints are outstanding; (3) A summation of all situations which resulted in the placement of an au pair participant with more than one host family; 150 (4) A report by a certified public accountant attesting to the sponsor's compliance with the procedures and reporting requirements set forth in this subpart; (5) A report detailing the name of the au pair, his or her host family placement, location, and the names of the local and regional organizational representatives; and (6) A complete set of all promotional materials, brochures, or pamphlets distributed to either host family or au pair participants. Sanctions. In addition to the sanctions provisions set forth at Sec. 514.50, the Agency may undertake immediate program revocation procedures upon documented evidence that a sponsor has failed to: (1) Comply with the au pair placement requirements set forth in paragraph (e) above; (2) Satisfy the selection requirements for each individual au pair as set forth in paragraph (d) above; and (3) Enforce and monitor host family's compliance with the stipend and hours requirements set forth in paragraph (j) above. 151