Lectura del Evangelio según San Mateo 26:14

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REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA
Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana
16 de marzo de 2008
Domingo de Ramos (Ciclo A)
Lectura del Evangelio según San Mateo 26:14-27:66
El Domingo de Ramos leemos dos evangelios. El primero es Mateo 21:1-11, el cual
escuchamos durante la procesión al principio de la Liturgia y que acompaña el ritual de
la bendición de las palmas. Destaca cómo la entrada de Jesús en Jerusalén sobre un
burro cumple la profecía de Zacarías 9:9.
El segundo evangelio se lee durante la Liturgia de la Palabra e incluye casi el 13% del
Evangelio de Mateo que es el Evangelio del Ciclo A. Proclamar esta larga narrativa de
la Pasión es una tradición muy antigua de la Iglesia que data del siglo IV. La lectura comienza con la traición de Judas;
continúa con la Ultima Cena y sigue con la Agonía en el Huerto de los Olivos que nos introduce al juicio, la crucifixión y
la muerte. La narrativa concluye con la sepultura: “Fueron al sepulcro y lo aseguraron, sellando la piedra y poniendo
centinelas”.
Comentario breve:
Desde los primeros años de la joven Iglesia cristiana, los creyentes reconocieron que con el sufrimiento,
la muerte y la Resurrección de Cristo se cumplieron todas la profecías mesiánicas y se confirmó su
identidad divina. El recuento de Mateo que escuchamos hoy es casi idéntico al de Marcos y comienza
sugiriendo que el motivo de la traición de Judas fue avaricia y que las 30 monedas de plata cumplieron la
profecía de Zacarías 11:12. Más tarde cuando Pedro promete lealtad, Jesús predijo que lo iba a negar.
Podemos ver a estos discípulos como figuras históricas con cualidades y debilidades únicas, pero también
como representantes de todos los cristianos. Al escuchar este relato podemos comparar sus reacciones y
sentimientos a los nuestros en circunstancias similares. Después del juicio, algunos personajes inesperados
se acercaron para ayudar a Jesús: Simón de Cirene, María de Magdala, y José de Arimatea; todos son
signos de que Dios está presente y activo en los lugares más inesperados. La lectura de la Pasión del
Domingo de Ramos prepara el escenario para todos los eventos de Semana Santa. Por ejemplo: el Jueves
Santo, cuando la Iglesia celebra la institución de la Eucaristía, la lectura de ese día es el lavado de los pies
del Evangelio de Juan y no el relato de la Última Cena. La lectura de hoy termina apropiadamente cuando
cierran la tumba.
Mateo es el único evangelista que incluye algunos signos que siguieron a la muerte de Jesús: el velo del
Templo, el terremoto, las rocas partidas, la apertura de los sepulcros, y la resurrección de muchos. Es su
manera de demostrar el efecto tan profundo que tuvo para toda la creación la muerte de Jesús.
La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes:
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Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos. Nosotros también estamos llamados
a ser bendecidos, partidos, y entregados a otros en amor y servicio.
Es en el contexto de nuestra experiencia comunitaria que somos transformados por la Pasión, la
muerte, y la Resurrección de Jesucristo.
En el instante que Jesús muere, “el velo del Santuario se rasgó en dos...” (27:51), posiblemente
significando que ahora, por la muerte de Jesús, todos tenemos acceso a la presencia de Dios.
Para la reflexión personal o comunitaria:
Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos.
1.
¿Con quién me identifico: con Judas, Pedro, María la Madre de Jesús, María de Magdala, Simón de
Cirene, o José de Arimatea? Explique.
2.
¿He experimentado algun a vez la agonía, el rechazo, la traición y el abandono que sufrió Jesús?
¿Cómo me he enfrentado a esto? ¿Qué puedo aprender de la lectura de hoy?
Lecturas recomendadas: Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 557-560; 571-573; 595-613;
624-630; 1339; 1329; 1365; 1846.
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