Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. R EV IS IÓN Hiperglucemia postprandial como factor de riesgo cardiovascular B. Gil Extremera, A. Maldonado Martín, J. A. Soto Más y F. J. Gómez Jiménez Un idad de Hiperten sión y Lípidos. S ervicio de Medicin a In tern a A . Hospital Clín ico S an Cecilio. Gran ada. La hiperglucemia se define por el aumento anormal de la concentración de glucosa en la sangre, condición genuina de la diabetes mellitus (DM). El término postprandial o posprandial (de pos y prandius [latín] «la comida del mediodía») se define como «el período que sigue a la comida». Se caracteriza por un incremento de la glucosa de dos a tres horas de duración que alcanza a 8 si la ingesta es rica en grasas. Reducir esta fase de hiperglucemia postprandial es muy importante en los pacientes diabéticos, de ahí el interés de inhibir mediante la acarbosa los enzimas intestinales (α-glucosidasas) que intervienen en la degradación de los disacáridos, oligosacáridos y polisacáridos, reduciendo de esta manera las cifras de glucosa 1 ,2 . Este síndrome es un factor de riesgo cardiovascular de primer orden, además de constituir uno de los procesos más importantes con los que se enfrenta la medicina actual. Diabetes e hipertensión (HTA) se asocian a similares factores de riesgo como la obesidad, hipercolesterolemia y resistencia a la insulina. La hiperglucemia crónica es una causa importante de microangiopatía, y probablemente de macroangiopatía, en el diabético. Sin embargo, la hiperglucemia p ese a ser un acontecimiento frecuente y característico de estos pacientes, no se le presta la suficiente atención 3 . Por otro lado, la HTA es más frecuente en el diabético, aproximadamente el doble que en la población no diabética (33% frente a 15%). La DM, aunque tradicionalmente se ha considerado un trastorno del metabolismo hidrocarbonado, es en realidad un síndrome complejo constituido por diversos trastornos bioquímicos y metabólicos, muchos de los cuales afectan al sistema cardiovascular. De esta manera la morbilidad cardiovascular es también la causa principal de fallecimiento en los pacientes con DM (hasta un 8 0 % de incremento de mortalidad), tanto en la insulinodependiente como en la tipo 2 . En este último caso, que representa más del 90%, el aumento del riesgo es evidente ya en el momento del diagnóstico y resulta independiente del tiempo de evolución de la enfermedad una vez diagnosticada. Mientras que para jóvenes diabéticos tipo 1 el aumento del riesgo no es aparente hasta pasados 2 0 -3 0 años del diagnóstico. Este hallazgo puede deberse a una diabetes no diagnosticada (en la DM tip o 2 ), durante los 5-10 años previos, precedida de un período indeterminado con valores elevados de gluceCorrespondencia: B. Gil Extremera. Avda. de Madrid, 11. 18012 Granada. Aceptado para su publicación el 7 de mayo de 2002. mia (o de ¿hiperglucemia postprandial?), pero por debajo de los valores que definen la diabetes. Entre las consecuencias del incremento del riesgo vascular está la enfermedad cerebrovascular (ECV), infarto de m iocardio (IM), insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) y la enfermedad vascular periférica. El proceso se complica aún más si a la diabetes se asocia hipertensión, la cual constituye por sí sola un riesgo importante de morbimortalidad cardiovascular. Por otro lado, el objetivo terapéutico de alcanzar una presión arterial < 130/ 85 mmHg en pacientes en los que se imbrican ambos procesos, muy difícilmente se alcanza. En general algunos estudios han evidenciado una gran mejoría pronóstica cuando se trata de forma enérgica y eficaz la hipertensión 4 ,5 . Estudios recientes revelan que el grado de hiperglucemia está directamente relacionado con el riesgo de enfermedad cardiovascular; en los no diabéticos esta relación positiva se prolonga por debajo del umbral diabético, e incluye valores de glucemia ligeramente elevados, en general considerados prácticamente como normales, aunque en la actualidad no se ha establecido si existe o no un umbral para este riesgo. Al igual que la hipercolesterolemia o la hipertensión, la hiperglucemia parece ser un factor de riesgo per se. Por tanto, parece obvio preguntarse si su modificación reduciendo sus concentraciones plasmáticas podría prevenir también la enfermedad cardiovascular. La DM se define como un heterogéneo mosaico de alteraciones asociadas a valores elevados de glucosa en sangre. Esta hiperglucemia se debe a la ausencia o a una mínima secreción de insulina por el páncreas endocrino o bien a una secreción insuficiente para superar un grado variable de «resistencia a la insulina» presente en un alto porcentaje de la población general. Los límites de la glucemia (en ayunas y a las dos horas de la sobrecarga oral de glucosa) para el diagnóstico de diabetes se han establecido según las cifras por encima de las cuales los pacientes presentan un alto riesgo de retinopatía y nefropatía 6 ,7 . Pero no se ha tenido suficientemente en cuenta el riesgo cardiovascular que puede darse con valores de glucemia incluso menores, puesto que un gran número de individuos presenta valores altos de glucemia, aunque inferiores a los considerados para la diabetes. Esto ha permitido detectar con una frecuencia creciente el trastorno de nuevo cuño denominado intolerancia a la glucosa (IG) (tabla 1), todavía sin características clínicas definidas. Aunque las personas con IG tienen un bajo riesgo de retinopatía y nefropatía diabéticas, presentan, sin embargo, una posibilidad mucho mayor de desarrollar diabetes que la po- Rev Clin Esp 2002;202(7):399-402 399 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GIL EXTREMERA B, ET AL. HIPERGLUCEMIA POSTPRANDIAL COMO FACTOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR TABLA 1 Crite rio s diag nó s tico s de la diabe te s m e llitus y la into le rancia a la g luco s a Glu c o s a a l a za r (m g / d l) Glu c o s a e n a yu na s (m g / d l) Diabetes ≥ 200 + síntomas* ≥ 126 Intolerancia a la glucosa — > 110< 126 Normal — < 110 Glu c o s a a la s d o s ho ra s (m g / d l) > 200 ≥ 140< 200 < 140 *Poliuria, polidipsia y pérdida de peso. blación con tolerancia normal a la glucosa. La prevalencia de la IG es aproximadamente igual a la de la DM, y alcanza hasta el 28% en la población entre 45 y 74 años 8 ,9 . Al igual que el riesgo de enfermedad ocular, renal o neurológica aumenta con la magnitud de la glucemia, los factores de riesgo vascular también lo hacen. La mortalidad por cardiopatía isquémica a los 10 años en diabéticos con 30 años de evolución aumenta un 1 0 % por cada 1 % de hemoglobina glucosilada por encima del valor normal y hasta el 18% en los casos de más de 30 años de evolución 1 0 . Otros estudios también han encontrado mayores índices de enfermedad coronaria 1 1 o mortalidad 1 2 en aquellos con valores más altos de glucemia respecto a los que se encuentran en estado euglucémico. Esta relación también se observa en no diabéticos con cifras elevadas de glucemia en ayunas y/ o hiperglucemia postprandial 1 3 . Es decir, existe una estrecha y paralela relación entre los valores de hiperglucemia, no diagnósticos de diabetes o de intolerancia hidrocarbonada y la enfermedad cardiovascular. Esto es, parece evidente el aumento de riesgo vascular paralelo a las concentraciones de glucosa a partir de una cifra de 7 5 mg/ dl 1 4 . Algunos autores emplean el término disglucemia para describir esta relación positiva entre la glucosa en sangre y la enfermedad cardiovascular. Los sujetos con disglucemia e intolerancia a la glucosa tienen un riesgo mayor de ECV y de desarrollar DM, y subsidiariamente lesión renal y neurológica 1 5 . Las bases fisiopatológicas de la implicación de la hiperglucemia en la enfermedad cardiovascular pueden resumirse en: 1) Efectos tóxicos directos sobre la función y la estructura celulares. 2) Efectos indirectos por secreción insuficiente de insulina para mantener la normoglucemia. 3) Resistencia a la insulina e hiperglucemia. 4) Asociación con otros factores de riesgo cardiovascular. como alternativa, la modificación del potencial de óxido-reducción en las mitocondrias. La vía del sorbitol, habitualmente inactiva, puede actuar si hay un exceso de glucosa. La continuada exposición de diversas proteínas a la hiperglucemia genera reacciones no enzimáticas y condensación de la glucosa que causa alteraciones de la homeostasis celular; p or ejemplo, la glucosilación de la albúmina da origen a albuminuria y disfunción endotelial. Los productos finales de la glucosilación al depositarse en las paredes y en la matriz vascular favorecen el complejo fenómeno de la aterosclerosis 1 6 -1 9 . Por otro lado, las LDL glucosiladas son más susceptibles a la fagocitosis por las células «barredoras», lo que incrementa a su vez la agregación plaquetaria. Esto unido a la glucosilación de la fibrina y de la membrana plaquetaria incide negativamente también en la homeostasis de la pared vascular 2 0 . Por otro lado, al metabolizarse la glucosa se producen radicales libres oxidativos y diacilglicerol, de forma que la hiperglucemia representa un estado de estrés oxidativo que contribuye a las complicaciones de la enfermedad 21 ,2 2 . Esta hiperglucemia puede activar todos y cada uno de los mecanismos implicados en la vasculopatía crónica de la enfermedad, que puede acompañarse de lesiones renales, retinianas o neurológicas. Según Garvin 2 3 la menor incidencia de complicaciones y de mortalidad ocurre con valores de HbA1 c < 6%, y todo lo contrario con cifras > 7,9%. Tominaga et al 2 4 en una cohorte de 2.651 habitantes de Funagata (Japón) clasificados en tres grup os: glucemia normal (2 .0 1 6 ) intolerancia hidrocarbonada (3 8 2 ) y diabetes (2 5 3 ), encontraron que la intolerancia a la glucosa representó un factor de riesgo de mortalidad cardiovascular. Groeneveld et al 2 5 en el análisis de 6 grandes estudios revelaron una asociación p ositiva entre el control glucémico y la disminución del riesgo de muerte en diabéticos tip o 2 ; es decir, cifras bajas de glucemia iban asociadas a mayor longevidad, mientras que valores de hiperglucemia se relacionaban a un mayor riesgo de muerte. El Diabetes In terven tion S tudy (DIS) 2 6 basado en diabéticos tipo 2 de reciente diagnóstico (1.139 sujetos de 30-55 años) y un seguimiento de 11 años mostró 112 (15,2%) casos de infarto de miocardio y 1 9 7 exitus (1 9 ,8 %). Los autores establecieron que el control glucémico de la presión arterial y de la hipertrigliceridemia iba asociado a una menor incidencia de enfermedad coronaria y de mortalidad. Además, al igual que en otros trabajos, la glucosa postprandial es un predictor significativo de enfermedad coronaria y de mortalidad, lo que revela la importancia crucial que tiene su estricto control metabólico. Efe cto s tó xico s dire cto s de la gluco s a Pro ducció n ins uficie nte de ins ulina e hipe rins ulinis mo La glucosa se transporta al interior celular, especialmente por los transportadores GLUT-1; una vez este fenómeno ha tenido lugar, la metabolización modifica señales de transducción como la activación del diacilglicerol (DAG) y de la protein-kinasa C (PKC), o La glucosa es el principal estímulo para la producción de insulina y el mantenimiento de la homeostasis glucídica. Por tanto, cuando la hiperglucemia aparece estamos ante una situación de baja insulinemia o bien de valores elevados según el grado de resis- 400 Rev Clin Esp 2002;202(7):399-402 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GIL EXTREMERA B, ET AL. HIPERGLUCEMIA POSTPRANDIAL COMO FACTOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR tencia a la insulina. La relación entre la hipoinsulinemia y la enfermedad cardiovascular se explica porque en los diabéticos tipo 1 (sin secreción endógena de insulina) y en los de tipo 2 (con secreción insuficiente) presentan per se un mayor riesgo vascular que puede atenuarse con el tratamiento insulínico. Por otro lado, los hipertensos con otros factores de riesgo son resistentes a los efectos antilipolíticos de esta hormona. Cualquier disminución en la capacidad para segregar insulina puede acentuar esta resistencia y activar el transporte de ácidos grasos libres al hígado. La hipertrigliceridemia resultante puede promover de esta manera la aterosclerosis 2 7 . Los pacientes con ECV muestran concentraciones elevadas de los precursores de la insulina (proinsulina y derivados), que podrían ser un marcador bioquímico del fallo en la homeostasis de la glucemia por un déficit insulínico 2 8 . Además, los pacientes con enfermedad cardiovascular o aterosclerosis son resistentes a la insulina y requieren un mayor aporte para controlar la hiperglucemia 2 9 . Es sabido que una sobreestimulación del páncreas endocrino de forma prolongada puede favorecer el fallo de las células β y el ulterior desarrollo de diabetes 3 0 ,3 1 . Por otro lado, la hiperinsulinemia con frecuencia se asocia a enfermedad coronaria 3 2 , hipertensión, hipertrofia ventricular izquierda (HVI) 33,34 , hipertrigliceridemia, valores elevados de fibrinógeno, antígeno del factor von Willebrand, actividad del factor VIII y valores descendidos de HDL y del activador tisular del plasminógeno 3 5 . El aumento de insulina puede producir HTA y aterosclerosis al favorecer la retención renal de sodio y agua, activar la p roliferación del músculo liso y el crecimiento vascular, sensibilizar a los vasos del efecto presor de la angiotensina y aumentar la liberación de noradrenalina por activación del simpático 3 6 . Aunque estos hallazgos están contrastados, el p ap el del hip erinsulinismo no es del todo conocido, ya que por sí solo no parece ser un factor de riesgo en los no diabéticos 3 7 , ni en pacientes con insulinoma. La contribución per se de la hiperinsulinemia y la hiperglucemia y su posible interacción como riesgo de enfermedad cardiovascular permanece en parte desconocida. As o ciació n co n o tro s facto re s de rie s go cardio vas cular La hiperglucemia generalmente se asocia a hipertensión, resistencia insulínica, hipertrigliceridemia, microalbuminuria y obesidad 3 8 , por lo que el adecuado control de la diabetes reduce el riesgo vascular 3 9 . No obstante, hay pocos estudios sobre el beneficio de reducir los valores de glucemia en diabéticos hiperglucémicos. En el United Kingdom Perspective Diabet es S t u d y (UKP DS) 4 0 se in vestigó en m ás de 3 .8 0 0 casos de reciente diabetes tip o 2 el efecto que el control glucémico intensivo podría ejercer sobre el riesgo de complicaciones. Los pacientes fueron randomizados indistintamente a tratamiento con sulfonilurea, insulina o dieta. Éste, en general, resultó n o de l to do sa tisfa cto rio , ya que n o im p idió un aumento gradual de la glucemia y la HbA1 c. Sólo el tratamiento intensivo redujo en un 12% los episodios cardiovasculares. Estos resultados confirman que el descenso de la glucemia es beneficioso para prevenir las complicaciones de la diabetes, con independencia de la terapéutica farmacológica. Todo parece indicar que un tratamiento eficaz de la hiperglucemia es de gran importancia en la prevención, disminución y retraso del desarrollo de las lesiones microvasculares y parece, igualmente, prevenir, aunque en menor cuantía, las macrovasculares. Por tanto, en el diabético tipo 2 se ha de insistir en que la hiperglucemia representa uno de los factores de riesgo a tener en cuenta, además de la dislipidemia, la hipertensión y el tabaquismo. Puede concluirse la existencia de una interrelación directa o indirecta, entre la hiperglucemia y la enfermedad cardiovascular; aunque al igual que la hiperlipidemia, bien pudiera tratarse de un factor de riesgo independiente. En este sentido los fármacos hipoglucemiantes podrían disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular. En un metaanálisis reciente 4 1 , que comprende 2 0 estudios diferentes con la participación de 9 5 .0 0 0 sujetos no diabéticos, seguidos durante una media de 12 años, se demostró una incidencia de más de 3.700 ictus cerebrovasculares. El estudio concluyó que los valores más elevados de glucemia en ayunas, a la hora y a las dos horas de ingesta calórica en población no diabética se asociaban a un incremento del riesgo cardiovascular. En síntesis, la hiperglucemia se ha demostrado como el principal factor responsable de complicaciones microvasculares y cardiovasculares en la diabetes tipo 2 42 . Se puede prevenir esta enfermedad empleando tratamientos farmacológicos, incluso en la fase de intolerancia hidrocarbonada. Descender la glucemia postprandial puede ser sin duda una importante medida para prevenir la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular que le acompaña. BIBLIOGRAFÍA 1. Hanefeld M, Temelkova-Kurkschievt. The posprandial state and the risk of atheroclerosis. Diabet Med 1997;14:S6-11. 2 . American Diabetes Association. Postprandial blood glucose. Diabetes Care 2001;24:775-8. 3 Ceriello A. The emerging role of postprandial hyperglucemic spikes in the pathogenesis of diabetic complications. Diabet Med 1998;188-93. 4. United Kingdom Prospective Diabetes Study Group. Efficacy of atenolol and captopril in reducing risk of macrovascular and microvascular complications in type 2 diabetes: (UKPDS 39) Br Med J 1998;317:713-20. 5. United Kingdom Prospective Diabetes Study Group. 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