Tomás Casamián, David - Universidad Miguel Hernández

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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIOSANITARIAS
Departamento de Ciencias de la Actividad Física y del
Deporte
Fiabilidad de un nuevo test para valorar el riesgo de lesión de la
rodilla con cambios de dirección posteriores en acciones
deportivas inesperadas.
David Tomás Casamián
Director:
Dr. D. José Luis López Elvira
Junio, 2016
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Título: Fiabilidad de un nuevo test para valorar el riesgo de lesión de la rodilla con
cambios de dirección posteriores en acciones deportivas inesperadas.
Resumen:
El objetivo principal del presente estudio, fue desarrollar una prueba para valorar el
riesgo de lesión en la rodilla en acciones defensivas con cambio de dirección posterior y
valorar su fiabilidad en la medición. Haciendo hincapié en los principales factores de
riesgo relacionados con la lesión de LCA, se evaluaron los momentos de fuerza
muscular de los extensores y flexores de la rodilla, como también la ab-aducción y
rotación interna-externa. Un total de 6 jóvenes físicamente activos y sanos fueron
seleccionados. Este estudio poseía un diseño de medidas repetidas. Cada participante
fue evaluado por los examinadores tres veces por prueba, con un intervalo entre
sesiones de 7 días. Cada participante realizó un total de 9 repeticiones válidas,
comprendiendo al menos 4 salidas hacia la derecha y otras 4 hacia la izquierda, el orden
era aleatorio para que no supieran hacia dónde tenían que salir. El objetivo fue
contrabalancear el protocolo con el que se medía, por lo que cada participante tenía un
protocolo de orden diferente cada semana que fue contrabalanceado entre todos los
participantes para evitar el posible efecto de la fatiga o aprendizaje. Tras el periodo de
intervención, los datos fueron analizados empleando una prueba ANOVA de medidas
repetidas intragrupo e inter-grupo.
Palabras clave: Ligamento cruzado anterior (LCA), cambios de dirección posteriores,
acciones deportivas inesperadas, factores de riesgo, Plug In Gait, Vicon.
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Title: Reliability of a new test to value the risk of injury of the knee with sidestep
cutting maneuver for unanticipated sport actions.
Abstract:
The main objective of the present study, was to develop a test to value the risk of injury
for the knee in defensive actions with sidestep cutting maneuver and to value the
reliability in the measuring. Emphasizing in the principal factors of risk related to
LCA's injury, the evaluation included the moments of muscular force of the extensors
and flexors of the knee, and also the ab-adducing and internal -external rotation. A total
of 8 physically active and healthy young persons had been selected. This study had a
repeated measures design. Every participant was evaluated by the examiners three times
per test, with a time interval of 7 days between each session. Every participant realized
a total of 9 valid repetitions, realizing at least 4 runs towards to the right and other 4,
towards to the left side, the order was random so that they didn’t know in what direction
they had to run. The aim was to counter balance the protocol used for measuring, thus
every participant had a protocol of a different order every week, it was also counter
balanced between all the participants in order to avoid the possible effect of the fatigue
or learning. After the period of intervention, the data were analyzed using a test
ANOVA of repeated measures between-groups and within-groups.
Keywords: Anterior cruciate ligament (LCA), Sidestep cutting maneuver, unanticipated
sport actions, risk factors, Plug In Gait, Vicon
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1. INTRODUCCIÓN
Numerosos estudios han demostrado que la realización de la actividad físicadeportiva genera múltiples beneficios para la salud del deportista, tanto a niveles físicos
como mentales, produciendo mejoras en la salud cardiovascular, mejora la resistencia
muscular e incrementa la fuerza (Strong et al., 2005). Sin embargo, la propia actividad
física también conlleva a sufrir ciertas lesiones, entre las cuales destaca sobre las demás,
la lesión del ligamento cruzado anterior de la rodilla, que en deportes como en fútbol
tiene el mayor riesgo de padecerla (Geli et al., 2009), por un estrés mecánico generado
por una combinación de valgo de rodilla, extensión excesiva y rotación externa de la
tibia con los pies plantados en el suelo. Los mecanismos de estas tareas implican una
rápida desaceleración antes de un cambio de dirección o caída tras un salto (Olsen et al.,
2004).
Las lesiones del ligamento cruzado anterior de la rodilla (LCA) son las que
presentan una mayor prevalencia en aquellos deportes donde se dan normalmente un
gran número de acciones de saltos, caídas, aceleraciones, desaceleraciones, y cambios
de dirección tanto esperados como inesperados. Los últimos estudios epidemiológicos
de Hootman, Dick y Agel (2007), indican que este tipo de lesión oscila en deportes
como el fútbol (1,3%-3,7%), en baloncesto (1,4%-4,9%), en hombres y mujeres
respectivamente, y comprendiendo valores en el rugby masculino del 3% y en el
voleibol femenino del 2%. Traducido todos estos datos la lesión de LCA comprende el
2,6% de todas lesiones en la mayor parte de los deportes.
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Actualmente en Estados Unidos se estima que se produce entre 80.000-250.000
lesiones de LCA de rodilla cada año, afectando a jóvenes de entre 15-25 años,
principalmente tratándose de lesiones sin contacto, de las cuales se pueden diferencias 4
categorías: a nivel ambiental, anatómico, hormonal y biomecánico (Griffin et al., 2000).
La gran participación de los hombres en actividades deportivas les hace más
susceptibles a tener lesiones de LCA en las rodillas comparadas con las mujeres, sin
embargo las mujeres son más propensas a sufrir este tipo de lesión en igualdad de
condiciones según el National Collegiate Athletic Association (NCAA). Todo ello
conlleva que en Estado Unidos se realicen unas 50.000 reconstrucciones anuales por
lesión de rodilla de LCA costando 17.000 dólares, y se gasta aproximadamente 1 billón
de dólares en el diagnóstico y tratamiento de este tipo de lesión deportiva (Griffin et al.,
2000).
En varias disciplinas deportivas es frustrante ver como este tipo de lesión afecta a
los equipos durante las competiciones, tanto a nivel de incidencia como de días de baja.
Comparando dos actividades deportivas como el fútbol y el rugby, es un tipo de lesión
frecuente donde los jugadores están de baja deportiva unos 340-245 días
respectivamente (Noya y Sillero, 2012; Brooks et al., 2005). Además hay que tener en
cuenta la dificultad para recuperar la funcionalidad, que en muchos casos puede
producir osteoartritis e inestabilidad articular. Pero el principal problema es la
incorporación de los jugadores para evitar recaídas, las cuales constituyen un 12% de
todas las lesiones (Oiestad et al., 2009; Ekstrand et al., 2011).
En disciplinas deportivas con un gran número de acciones inesperadas, como en el
fútbol y balonmano, las lesiones de LCA se dan principalmente en situaciones donde
priman los cambios de dirección imprevistos (fintas y recortes). La naturaleza del juego,
que es cambiante como, los desplazamientos y el balón hace que se produzcan estos
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movimientos de forma constante. El momento de giro combinado con las fuerzas de
frenado que se producen en un cambio de dirección, suponen un estrés excesivo sobre el
LCA (Cowley et al., 2006).
Existen muchos factores de riesgo que contribuyen a la lesión de LCA, entre ellos se
encuentran principalmente los englobados como factores de riesgo biomecánico; donde
la rodilla solo es una parte de la cadena cinética y además se tienen que tener en cuenta
otros lugares anatómicos (tronco, cadera y tobillo), los propios factores biomecánicos
relacionados con la técnica deportiva (cambios de dirección, apoyos, movimientos
torpes, frenados) y los factores neuromusculares (Griffin et al., 2000). Los estudios de
Cowley et al. (2006) compararon a jugadoras de fútbol y baloncesto mientras que
Bencke et al. (2012), comparó en jugadoras de balonmano su dominancia, tanto en
cambio de dirección presentes en ambos estudios como los saltos en caídas,
demostraron que la técnica propia de cada deporte afecta neuromuscularmente al
deportista en las acciones.
En gran medida la estabilidad de la rodilla se garantiza a través de estructuras
dinámicas (músculos) y estáticas (ligamentos) (Wikstrom et al., 2006). En situaciones
deportivas, la disminución del control neuromuscular de las estructuras dinámicas
contribuye a un aumento del riesgo de lesión del ligamento cruzado anterior (LCA), y
provocando un estrés en las estructuras estáticas.
Los estabilizadores dinámicos de la rodilla, como los músculos cuádriceps e
isquiotibiales disminuyen su co-contracción, tras una disminución del control
neuromuscular de la rodilla contribuye a aumentar el estrés en estructuras ligamentosas
pasivas, debido a un aumento de la activación de los cuádriceps y una disminución de la
activación de los isquiotibiales, produciendo un mayor riesgo de lesión del ligamento
cruzado anterior (LCA) en deportistas femeninas (Ford et al., 2011).
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Actualmente es posible encontrar pruebas que ayuden a mejorar la valoración de
la lesión de la rodilla en este caso, del ligamento cruzado anterior, mediante el análisis
cinemático en 3D y la señal de MVC, en acciones deportivas durante una maniobra de
cambio de dirección inesperado (Beaulieu, Lamontagne & Xu., 2009). Además, otros
estudios han propuesto simular a un oponente defensivo para determinar las diferencias
en las extremidades inferiores tanto en la cinemática como en la fuerza de reacción del
suelo, durante un cambio de dirección. Y a su vez ver cómo afecta a ambos sexos y la
presencia de un defensa simulado (McLean, Lipfert, Van der Bogert., 2004).
La ausencia de estudios, con desplazamientos posteriores en acciones defensivas
para evitar el ataque de un delantero y reaccionar hacia un lado u otro, explica en cierta
medida, por qué no se han reducido las lesiones de LCA. Por lo tanto el objetivo del
presente estudio, es desarrollar una prueba para valorar el riesgo de lesión en la rodilla
en acciones defensivas con cambio de dirección posterior y valorar su fiabilidad en la
medida.
2. MATERIAL Y MÉTODO
2.1 Participantes
Un total de 4 hombres y 2 mujeres adultos jóvenes físicamente activos (3-5 sesiones
de actividad física semanales de al menos 1 hora de duración) formaron parte del
presente estudio. Procedentes de diferentes disciplinas deportivas (fútbol, futbol sala,
triatlón, tenis, kayak, carrera a pie y ciclismo) participaron en este estudio, para evaluar
la fiabilidad del posible riesgo de lesión tanto con pierna dominante como no
dominante.
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Los criterios de exclusión se establecieron: (a) presentar alteraciones músculotendinosas y osteoarticulares en la extremidad inferior los últimos 6 meses previos al
presente procedimiento exploratorio; (b) sufrir dolor muscular de aparición tardía
(agujetas) en el momento de la valoración para evitar el efecto que el daño fibrilar
presenta sobre la fuerza y flexibilidad muscular. Todos los participantes firmaron un
consentimiento informado antes de formar parte en el estudio.
2.2 Procedimiento
2.2.1 Maniobra de cambio de dirección
Tras comprobar que todos los participantes estaban aptos para participar, se
procedió a tomarles las medidas antropométricas correspondientes (longitud de
extremidades inferiores, diámetro de rodillas, tobillos, hombros y codos, grosor de
mano y muñeca).
Antes de iniciar la prueba, los participantes debían realizar un calentamiento
estandarizado dinámico, cuyos ejercicios estaban relacionados con salidas posteriores y
que simularon movimientos propios de la práctica deportiva. La duración del
calentamiento fue de 10 min, el cual consistió en 3 min de carrera aeróbica, seguido de
ejercicios de movilidad articular, combinando acciones de cambios de sentido y
dirección subiendo progresivamente la intensidad y acabando con ejercicios
propioceptivos y salidas de 3 m. El calentamiento se repetía durante 3 semanas para
cada participante.
Posteriormente, al concluir el calentamiento en la sala de registros del Centro de
Investigación del Deporte de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), se
regresaba al laboratorio de Biomecánica, para que los participantes pudieran secarse el
sudor.
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Tras realizar el calentamiento, se procedió a la colocación de 35 marcadores
reflectantes. La colocación de estos marcadores en las posiciones de referencia
anatómica se establecía según el modelo para captar el cuerpo completo llamado Plug In
Gait (Kadaba et al., 1989; Davis et al., 1991). Antes de su colocación se limpiaron a los
sujetos debido al sudor para evitar el desplazamiento de los marcadores y se les aplicaba
un spray Colorless Tuf-Skin, para mejorar su adherencia.
Los diferentes marcadores se colocaron de forma distribuida en el tren superior
(cabeza, extremidades superiores, torso, espalda, cadera) y en el tren inferior
(extremidades inferiores).
Figura 1. Colocación de los marcadores
Tras la colación de todos los marcadores, los participantes debían partir de pie
sobre las plataformas, en una posición estática con una separación de piernas mayor al
ancho de sus hombros, manteniéndose en posición de alerta defensiva con las rodillas
semiflexionadas y preparado para reaccionar lo antes posible. A esto se le denominó
salida posterior/cambio de dirección.
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Enfrente del participante estaban colocadas dos luces LED, el cual tenía que
reaccionar lo más rápido posible ante el estímulo visual colocado a 4 m de las
plataformas y a una altura de 1.05 m y girar hacia el lado donde se enciende la bombilla,
mediante una salida posterior. Con un sistema de fotocélulas se midió el tiempo
empleado en recorrer los 3 m, con una trayectoria indicada en el suelo (figura 2).
Figura 2. Participante encima de las plataformas, con trayectoria a recorrer.
Cada participante realizó un total de 9 repeticiones válidas, comprendiendo al
menos 4 salidas hacia la derecha y otras 4 hacia la izquierda, el orden era aleatorio para
que no supieran hacia dónde tenían que salir. El objetivo fue contrabalancear el
protocolo con el que se medía, por lo que cada participante tenía un protocolo de orden
diferente cada semana que fue contrabalanceado entre todos los participantes para evitar
el posible efecto de la fatiga o aprendizaje.
Para llevar a cabo el registro de las capturas de los movimientos en el laboratorio
de biomecánica de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), se utilizó un
sistema de análisis del movimiento (VICON, Oxford, UK), con el objetivo de capturar
el movimiento tridimensionalmente. Este sistema permitía detectar todos los
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movimientos gracias a las 7 cámaras de las que estaba dotada la sala, estas cámaras de
la serie T10, las cuales tenían una frecuencia de grabación de 200 Hz.
Durante el registro se utilizaron dos plataformas dinamométricas triaxiales
(KISTLER 9287CA), que midieron las fuerza en 3D, la frecuencia y el rango de medida
(para la plataforma 1 y 2 los rango de fuerza horizontal fueron 567 N, mientras que los
rangos de las fuerzas verticales fueron 1276 N y 1305 N respectivamente, que se
configuró en el Bioware).
Tras este proceso, la fuerza y la cinemática (mediante la cual se obtuvieron
velocidades, direcciones y ángulos), permitieron obtener los momentos de fuerza
articulares (de flexión-extensión, abducción-aducción y rotación interna-externa),
aplicando dinámica inversa y los cálculos los hace el propio modelo plug-in gait.
Para registrar el tiempo que tardaron en reaccionar y recorrer la distancia, se
utilizó un dispositivo de fotocélulas (Globus Inc, Treviso, Italy), las cuales se
encontraban a 3 m, desde las plataformas de fuerzas y a 145º respecto a la orientación
inicial de los participantes, situadas sobre un cajón a 40 cm y orientadas
perpendicularmente a la dirección de carrera.
Mediante un dispositivo electrónico se dio la señal, el Vicon, las plataformas y
las células estaban sincronizadas y registraban simultáneamente. Esta señal permitía
poner en marcha los diferentes aparatos y a su vez encender la luz, la cual se registraba
a través de dos luces LED en un trípode enfrente del participante, uno orientado más a
su izquierda y el otro más a su derecha, de esta forma el participante tenía que ser capaz
de reaccionar lo antes posible ante el indicador luminoso y salir hacia la dirección que
indica la bombilla.
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Tras pasar por la fotocélula correspondiente se detenía el registro de fuerzas y
Vicon, y a partir de lo que duraba ese registro, se podía conocer el tiempo que tardaba
en realizar la prueba.
Figura 3. Indicador luminoso en trípode
Figura 4. Estructura de la sesión de maniobra de cambio de dirección .
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2.3 Análisis de datos
Mediante el programa VICON y junto con el programa Microsoft Excel 2011, se
pudo analizar los diferentes momentos de fuerza articulares empleando la dinámica
inversa, mediante la cual se pudo observar en la ejecución de los participantes durante
las salidas más rápidas que habían obtenido. En cada sesión experimental, ambas
piernas fueron evaluadas, en el caso de salida hacia la izquierda fue evaluado la derecha
y viceversa. La primera parte del proceso fue destinada a evaluar los momentos de
fuerza muscular de los extensores y flexores de rodilla, del mismo modo que también se
analizaron la ab-aducción y rotación interna-externa.
La segunda parte se orientó a evaluar el tiempo que tardaron los participantes en
recorrer los 3 m, a partir de lo que duraba el registro y los momentos angulares más
significativos de las extremidades inferiores. Como consecuencia de este procedimiento
se obtuvieron los momentos de fuerza, el tiempo y los ángulos, con el objetivo de tratar
estos datos con el programa Microsoft Excel 2011 para Windows, y sacar los datos
necesarios para obtener los resultados.
2.4 Análisis estadístico
El análisis de los datos se llevó a cabo a través del software estadístico SPSS
versión 20.0 y el programa Microsoft Excel 2011 para Windows. Previo a todo análisis
estadístico, la distribución normal de los datos fue comprobada a través de la prueba
Shapiro-wilk, debido a que la muestra fue menor de 50 participantes. Se hizo un análisis
descriptivo de cada una de las variables, que incluyó la media y sus respectivas
desviaciones típicas.
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Para analizar la fiabilidad inter-sesión e intra-sesión de cada una de las variables
e índices de las diferentes salidas posteriores se determinó a través de un estudio
mediante el coeficiente correlación intraclase (ICC3, 1) para obtener una fiabilidad
relativa, la cual puede variar teóricamente entre 0 (ninguna fiabilidad) y 1.0 (fiabilidad
perfecta). También se analizó el cálculo del error estándar de la medida (SEM), para
poder calcularlo se utiliza los estadísticos de la desviación típica (SD), empleando el
método descrito por Hopkins (2000). El nivel de significación se estableció en p < 0,05.
Un ANOVA de medidas repetidas fue empleado tanto para las repeticiones
dentro de la misma sesión como de las realizadas entre los distintos días de medición,
para identificar cambios significativos en los valores medios y la desviación típica de la
diferencia entre las salidas más rápidas de valoración pareadas consecutivas para cada
una de las variables e índices de momentos de fuerza evaluados.
Se aplicó el test post hoc Bonferroni (para saber si las diferencias estaban entre
el día 1 y 2, o el 1 con el 3 o el 2 con el 3), para determinar cuando el ANOVA
mostraba diferencias significativas y para saber dónde se produjeron.
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3. Referencias
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