atrio COLECCIÓN ARTÍSTICA DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 1979 - 2010 Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra Tras el cambio de régimen, el Parlamento de Navarra nace en 1979, como cámara legislativa de la Comunidad Foral, según señala el Real Decreto 121/1979, de 26 de enero. Sus funciones, establecidas en la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra de 1982, son la legislativa, la financiera, tanto presupuestaria como tributaria –que se materializa en la aprobación anual de la relación de ingresos y gasto público de Navarra–, la de control a la acción del Gobierno Foral, la de impulso o de dirección política de la Comunidad Foral y otras funciones, como la elección del Senador autonómico, del Presidente de la Cámara de Comptos, del Defensor del Pueblo de Navarra, o la autorización de la emisión de Deuda pública entre otras. Su deber de servicio y su condición de faro para la sociedad navarra le hacen aspirar a convertirse en un referente para la ciudadanía del viejo Reino. Por ello se va a dotar de una sede en la que aunar la funcionalidad que exige el desempeño de las tareas que tiene encomendadas y la representatividad que conviene a la importancia de la institución. Ambos objetivos se cumplieron tras la elección como sede del Parlamento de Navarra, del edificio que se erigió en el Primer Ensanche de Pamplona para Palacio de Justicia, y su posterior adecuación arquitectónica, muy bien llevada a cabo y que ha sido glosada por sus autores. Ya desde el comienzo de su andadura, en sede provisional en la calle Arrieta, el personal técnico del Parlamento fue consciente de la importancia de esta institución en la vida navarra y planteó un programa de enriquecimiento artístico para una institución llamada a ser una referencia para todos y cada uno de los navarros. Así desde pronto y con una finalidad enriquecedora del ambiente en el que han de trabajar los que lideran esta Comunidad Foral y en el que la perciben aquellos que se acercan a ella con funciones institucionales, se fueron adquiriendo obras artísticas, reunidas con la vocación de dignificar artísticamente la sede del Parlamento de Navarra. No se trataba de crear ambientes lujosos gastando el dinero de todos los navarros; todo lo contrario. Un análisis crítico del continente y el contenido de la sede del Parlamento de Navarra, desde nuestro punto de vista, revela una sobriedad tan sólo rota por la riqueza espacial de ese Atrio que da nombre a la colección artística que ahora presentamos. No hay lujo en el exorno del edificio, ni en sus elementos constructivos, ni en el mobiliario necesario para el desempeño de los trabajos que allí se desarrollan cada día. Tan sólo sobriedad y gusto contenido. Pero la sede ha sido enriquecida. No por la vía del dispendio sino por el camino de la incorporación de obras de arte, seleccionadas con vocación de elevar el espíritu de quien allí trabaja por resolver los problemas de la Comunidad Foral, mejorar su calidad de vida y facilitar la convivencia feliz entre todos. Puede sonar afectado, pero es innegable que el arte, “eso que llamamos así con cierta veneración, no es un conjunto de reglas, ni nada; sino que es la vida: el espíritu de las cosas reflejado en el espíritu del hombre” –en palabras de Pío Baroja tomadas de su libro Camino de Perfección–, trasciende la materialidad de sus componentes (arquitectura, pintura, escultura, fotografía) y puede elevarnos sobre nosotros mismos, cualidades que no deben ser ajenas a la esencia de la actividad del zoom politikon. PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 10 Esta actitud, dar a la representatividad la importancia que tiene, no es nueva en el panorama institucional navarro. Ni en lo que se refiere a los edificios que las acogen, ni en lo que corresponde al exorno de estos. Importantes instituciones navarras, como la antigua Diputación, hoy Gobierno de Navarra, o las Casas de los Ayuntamientos, entre las que destacaremos la de Pamplona, se han ido dotando de sedes acorde con su dignidad. Y estas fueron decoradas en origen con la mayor suntuosidad posible, de acuerdo con la tendencia de la época. Así Martinena Ruiz, en su documentado libro sobre el Palacio de Navarra, nos ha dado a conocer como a partir de 1841 el Palacio no sólo fue diseñado por los más destacados arquitectos del momento con los mejores materiales, sino que su decoración fue cuidadosamente atendida, adquiriéndose para ello el mejor mobiliario, alfombras, lámparas, esculturas de pequeño formato, porcelanas, relojes, etc., con el fin de ornar del modo más conveniente posible el símbolo material del régimen foral, que en lo estético miraba hacia el refinamiento decorativo de Francia. No podía faltar la Galería de retratos reales, ejecutada en el siglo XVIII, en la que encontramos a los primeros monarcas de la dinastía de los Borbones con sus esposas, algunos de muy buena factura y autor, como el Fernando VII de Goya o el retrato de la niña Isabel II que firma Federico de Madrazo. Algo semejante sucede en la Casa Consistorial de la capital del reino, objeto de sucesivas ampliaciones, que ha conservado su emblemática fachada barroca, y que está asimismo ornada con cierta suntuosidad, incluyendo una galería de retratos de los Reyes. El estudio de “Los encargos y adquisiciones de obras pictóricas de la Diputación de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona durante la Restauración (1875-1931)” lo ha realizado Ignacio J. Urricelqui en su artículo de 2007, poniendo de manifiesto que los encargos de estas instituciones navarras durante el periodo de entre siglos se centran en lo representativo y oficial. La novedad en la moderna institución del Parlamento de Navarra es que al plantear el decoro de su sede, entendido como la adecuación entre la función y su ornato, opta por el arte contemporáneo. Algo, el arte, que no sólo constituye un elemento dignificante de la condición humana, sino que en su calidad de contemporáneo nos está hablando de un tener los ojos puestos en el presente y en el futuro. Entendemos aquí por arte contemporáneo todo aquel que se produce a raíz de las vanguardias francesas del XIX, que se caracteriza por crear desde la libertad y por romper con la norma académica. Esta opción, novedosa respecto de instituciones ya existentes en Navarra, no es un caso único dentro de las Cámaras Legislativas del país. También las Cámaras Legislativas de otras Comunidades Autónomas se dotan de colecciones de arte contemporáneo. Así lo han hecho el Parlamento Vasco, el Parlamento de Galicia, el Parlamento de Andalucía, la Junta General del Principado de Asturias, el Parlamento de Cantabria, el Parlamento de La Rioja, las Cortes de Aragón, la Asamblea de Extremadura y la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Algunas de ellas reúnen asimismo objetos con valor significativo, como una mesa de época procedente de la vizcaína casa natal de Simón Bolívar, o suntuoso, como una pareja de tapices barrocos flamencos, del Parlamento Vasco, o bienes de interés histórico, como una importante biblioteca el Parlamento de Galicia. En esta línea, es digno de mención el esfuerzo artístico realizado por el Parlamento alemán con sede en Berlín. Su Consejo del Arte eligió una de las propuestas sugeridas por especialistas independientes para exponer en el edificio del Reichstag alemán obras de valor cultural. Dieciocho artistas recibieron el encargo de crear obras para el Reichstag. También se contrató a artistas ale- manes de talla internacional. Comprando y alquilando alguna pieza más se consiguió reunir una valiosa colección de arte contemporáneo con trabajos de casi una treintena de artistas. El Parlamento de Navarra eligió una edificación decimonónica de estilo ecléctico sito en el corazón de Pamplona para ser su sede definitiva, mostrando la voluntad institucional de asentarse en un edificio con carácter patrimonial. De ese modo salvó la construcción que el arquitecto municipal Julián Arteaga había levantado entre 1890 y 1897 para servir de emplazamiento a la Audiencia de Pamplona, de un posible abandono y ruina, contribuyendo por lo tanto al enriquecimiento patrimonial de Navarra. Sin embargo, para su exorno opta abiertamente por el arte contemporáneo, decantándose por artistas de origen navarro o vinculados profesionalmente a esta tierra. Se combinan por lo tanto dos características, tradición y renovación, en una institución joven –recordemos que nace en 1979– pero heredera de las ancestrales Cortes de Navarra. Este binomio, la convivencia de lo patrimonial tradicional y lo moderno, dio buenos frutos en la importante reforma que tras ganar el correspondiente concurso público proyectaron y ejecutaron los arquitectos Juan Miguel Ochotorena Elícegui, Mariano González Presencio, Javier Pérez Herreras y José Vicente Valdenebro García. La sede del Parlamento de Navarra se inauguró en el año 2002. Esta opción por la modernidad se ha materializado de dos maneras complementarias. De una parte acogiendo obra de artistas consagrados de principios del siglo XX, que ofrecen una trayectoria reconocida por la historiografía, garantizando así que el germen del patrimonio adquirido por la institución nace de lo más sólido del panorama artístico de esta tierra y por otra parte dando cabida a artistas jóvenes, incluso con carreras incipientes, que han obtenido el reconocimiento de la crítica especializada, revelando el afán por abrir la Casa a nuevas generaciones de artistas que manifiestan el vertiginoso cambio de la sociedad en los albores del siglo XXI. Desde esta perspectiva, podemos hablar de Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra. Una colección centrada en la producción artística local de los siglos XX y XXI, y adjetivada con el nombre Atrio –espacio que constituye el corazón de la sede parlamentaria– porque quiere ser lugar de encuentro de toda la sociedad. Esta Colección presenta varios méritos que glosamos a continuación. Entendemos que Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra revela la vocación de servicio de esta institución, ya que ha conseguido reunir un importante patrimonio artístico que es de todos los navarros. En este sentido, no sólo son obras que desempeñan un papel funcional, dignificando los espacios que ocupan, ya sean despachos, zonas de reunión, de paso o de esparcimiento, sino que pueden ser conocidas y admiradas por la ciudadanía tanto de manera regular, en los programas divulgativos que organiza el Parlamento, como son los Plenos Escolares –que en 2010 han vivido su XIV edición– o las Jornadas de puertas abiertas, así como en otros eventos excepcionales, como la exposición Atrio. Pinturas y esculturas del Parlamento de Navarra que pudo disfrutarse en primavera de 2004, las Jornadas Internacionales de difusión del Patrimonio Histórico Navarro de octubre de 2009 o esta misma publicación que ve la luz en 2010. Todo ello es prueba indudable de la vocación de esta Colección de ser patrimonio de todos los navarros. En nuestra opinión, Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra señala a esta institución como uno de los coleccionistas de arte contemporáneo destacados de las décadas finales del siglo XX y primera del siglo XXI en la Comunidad Foral, alineando a esta Cámara junto con el Ayuntamiento de Pamplona, el Museo de Navarra, o la Universidad Pública de Navarra. PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 12 Por otro lado la Colección Artística del Parlamento de Navarra muestra cómo de manera callada y sensible Navarra ha reunido una Colección de Arte Contemporáneo que refleja el panorama artístico de la Comunidad Foral en los últimos cien años. La Cámara legislativa foral posee una interesante selección de obras de 61 artistas navarros o vinculados con esta tierra, fundamentalmente pintores –las obras bidimensionales son mayoría frente a las nueve esculturas integradas en la Colección– dando cabida igualmente a la fotografía, que se perfila como un arte emergente y en auge. La tipología más extendida es la pintura, principalmente de carácter realista, figurativa y de temática paisajística, sea rural, sea construido o con figuras, contando también con dos bodegones. Como no podía ser de otra manera, hay que incluir aquí la galería de retratos de quienes han presidio la institución, en número siete hasta el momento, a los que se suma el de su majestad el Rey. No faltan, por supuesto, obras que representan otras tendencias, estilos y temáticas, en cuadros de carácter expresionista, abstracto, surrealista, conceptual, intimista, hiperrealista o enmarcados en la Nueva Figuración. En la escultura, por el contrario, prima la Abstracción, con la excepción de la sobresaliente composición figurativa de Dora Salazar situada en la escalera, en la que dos bailarines de gran tamaño danzan sobre nuestras cabezas. Nos parece interesante también detenernos en el modo cómo se ha ido reuniendo esta Colección. Las adquisiciones de obras de arte pueden hacerse mediante compraventa, donación, cesión, permuta o convocando concursos y premios en los que las obras ganadoras pasen a formar parte de la colección de quien convoca. Esta es la forma elegida, por ejemplo, por el Parlamento de la Rioja, que en 2008 celebró el VI Certamen Nacional de Pintura Parlamento de La Rioja, o la Bienal Extremeña de Artes Plásticas de la Asamblea de Extremadura cuya primera edición tuvo lugar en 2007. Pero el modo más frecuente en el ámbito en el que nos movemos, y para ello vamos a mirar primero a cómo lo han hecho otras instituciones públicas, es la compraventa. Esta puede hacerse en foros especializados, como Ferias y Bienales de arte contemporáneo, en las que se puede tener una rápida visión de conjunto del panorama –que incluye el más avanzado– del mundo artístico en un momento dado. El resultado suele ser la adquisición de arte de vanguardia que entraña los riesgos de apostar por obras y nombres que suenan con fuerza en círculos especializados y que tienden a generar polémica. Es la opción que ha empleado con frecuencia el Ayuntamiento de Pamplona, quien por otro lado no descuida en absoluto otros modos de adquisición. También fomenta su presencia en estos foros la Asamblea de Extremadura. No lo ha hecho nunca el Parlamento de Navarra, quien ha optado claramente por una vía más cercana y personal, observando y asesorándose acerca de la situación artística en Navarra y acudiendo principalmente a los estudios de los artistas, con quienes trata directamente. A veces es en el marco de una exposición individual o, menos frecuentemente, colectiva. Este modo de adquirir directamente al artista elegido, bien tratando de tú a tú con él en el mayor de los casos, o con sus herederos, como para las obras de Gerardo Sacristán, Mariano Royo o Alfredo Sada, o a algún coleccionista, en el caso de pintores de la primera mitad del siglo XX, o cada vez más a las galerías que los representan, pero siempre en presencia del artista, tiene como elemento diferenciador que éste puede opinar. Así, el creador realiza una selección previa de las obras de su producción que considera más significativas o importantes, y somos testigo de la ilusión y la importancia que dan los artistas a estar representados en el Parlamento de Navarra. Dentro de esa selección la comisión encargada de cerrar la adquisición –el Jefe del Servicio de Prensa, Publicaciones y Protocolo, el Jefe del Servicio de Archivo, Biblioteca y Documentación del Parlamento de Navarra y una Técnico del Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura del Gobierno de Navarra– puede opinar también, teniendo en cuenta sus propios condicionantes, tanto económicos como de formato y características, teniendo in mente que la obra seleccionada va a estar en un lugar determinado y cumplir una función precisa. Pero la opinión del artista ha sido considerada siempre y con frecuencia han sido ellos quienes han señalado la obra que finalmente se ha adquirido. Esto añade a la Colección Atrio unos valores inmateriales y extra-artísticos, que se mueven en el plano de la cercanía y la calidez de las relaciones humanas, que nos parece importante dar a conocer. A veces antes que eligiendo entre lo ya creado, la obra es el resultado de un encargo, como el paisaje Los Pirineos desde las Bardenas (1997) de Pedro Salaberri. En ocasiones se materializa tras la presentación de bocetos, que finalmente se han ejecutado tras el encargo correspondiente, como es el caso del cuadro Parlamento (2008) de Iñaki Lazkoz, que tiene como motivo la propia sede institucional en su fachada del Paseo de Sarasate o los relieves de acero cortén de Alberto Berástegui Sin título (2007) que dignifican y flanquean la puerta de acceso al despacho presidencial. Un encargo puede considerarse asimismo las figuras danzantes de Dora Salazar, cuya maqueta junto a la de la otra propuesta presentada, conserva la institución, conjunto que fue creado ex profeso para ese espacio por la artista de Alsasua en 2004. Adoptan forma de encargo directo todos los retratos de los presidentes de la Cámara, así como el de su majestad el Rey. Para ellos se han buscado artistas con reconocida maestría y prestigio como retratistas, sin olvidar las posibles preferencias de los propios efigiados. Otra vía de incorporación de obras es la donación. Esta fórmula, muy importante en otros parlamentos, como el Aragonés con el Legado fotográfico de Ramón y Cajal, el de la Asamblea de Madrid, nutrida con algunas obras donadas por Caja Madrid o el de Cantabria, no se ha prodigado en el Parlamento navarro. De esta forma sólo ha ingresado una escultura conmemorativa de los 25 años de convivencia democrática que regaló el Senado. Está también la figura de obras en depósito, como la Colección del Doctor Julián Vizcaíno en el Parlamento Aragonés, modo por el que poco ha ingresado en el Parlamento de Navarra, ya que, como hemos mencionado anteriormente, su objetivo ha sido ir generando su propio legado artístico. Ello no es óbice para que el Parlamento disfrute de una obra del pintor Gustavo de Maeztu, en virtud del depósito realizado por el Museo de Estella y es gracias a una cesión del Gobierno de Navarra, que el Parlamento incorpora a su fondo artístico un enorme violín que evoca la figura de Pablo Sarasate, desde febrero de 2010. El Apoyo del Parlamento de Navarra al Arte Contemporáneo no se ciñe exclusivamente a su Colección, gestada a lo largo de los últimos treinta años. También en una reciente iniciativa ha apoyado una Exposición Temporal, que bajo el título Cinco claves de la pintura navarra se ha visto primero en el hall del Parlamento Europeo, en Bruselas, para exhibirse en la propia sede iruñesa después. PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 14 Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra Apuntes para una valoración Las artes del dibujo, la línea y el color. La pintura El arte contemporáneo necesita perspectiva histórica para poder ser valorado. Sobre él ya se han vertido numerosas opiniones, entre ellas que es variado, multiforme y que está a punto de desaparecer. Su crítica aquilatada y objetiva exige que pase tiempo para que se serene, sobre todo, nuestra percepción, que ha sido absolutamente bombardeada con cambios vertiginosos que se han ido y se siguen sucediendo con gran dinamismo. En este contexto, lo que nos atrevemos a decir sobre la valoración de Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra lo hacemos de la mano de algunos expertos que ya han escrito sobre ello. Y lo hacemos también desde el principio de que un conjunto es el resultado de la suma de sus elementos. Por eso vamos a repasar una a una las obras que integran esta Colección Atrio, intentando situarlas brevemente en el panorama del arte navarro contemporáneo, entre 1900 y 2010. Los pintores navarros nacidos en el XIX o primera década del XX, cuya producción se adentra en los primeros años del siglo XX –y cuya presencia en el mercado de obras de arte es francamente reducida–, a los que podemos denominar históricos, están representados en el Parlamento por Andrés Larraga (1860-1931), Inocencio García Asarta (1861-1921), Enrique Zubiri (1868-1943), Gustavo de Maeztu (1887-1947), Jesús Basiano (1889-1966), Julio Briñol (1902-1944), Gerardo Sacristán (1907-1964) y Emilio Sánchez Cayuela “Gutxi” (1907-1993), de quien el Parlamento posee un bonito pastel que recrea la catedral de Pamplona. Estos nombres forman parte del elenco artístico que reunió Salvador Martín Cruz en su obra en tres tomos, Pintores Navarros –editada en 1981– y fueron estudiados por Pedro Manterola y Camino Paredes en su obra Arte navarro 1850-1940. Un programa de recuperación de las Artes Plásticas, en 1991. Esta primera visión panorámica ha sido investigada con posterioridad por Ignacio Urricelqui, en su publicación La pintura y el ambiente artístico en Navarra (1873-1940) –que vio la luz en 2009. De analizar la nómina de estos pintores a la luz de estos estudios se deduce que aunque en Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra no están todos los que son, si que son todos los que están, por lo cual debemos sentirnos moderadamente satisfechos. Es evidente que faltan nombres cruciales como el de Javier Ciga, lo cual es debido a las ya mencionadas escasas posibilidades de adquisición que ofrece el mercado del arte. El interés de todas estas pinturas fue glosado por Amaya Ascunce en el catálogo de Atrio. Pinturas y esculturas del Parlamento de Navarra en 2004 y a sus palabras remitimos para comprender la importancia de las obras de estos artistas. A partir de 1940 se produce un gran momento de los paisajistas en Navarra, nombres como Juan Larramendi (1917), César Muñoz Sola (1921-2000), José Mª Ascunce (1923-1991), Miguel Ángel Echauri (1927), Elías Garralda (1926), Javier Viscarret (1929) o Jesús Lasterra (1931-1994) constituyen una gran generación de pintores de paisaje y están magníficamente representados en el Parlamento con obras que en algunos casos son de primera línea dentro de su producción, como el Cabezo roturado (Navarra) (1966) de Ascunce, pintura a base de imponentes manchas de color que nos transmiten el movimiento del cereal, o el Otoño en Lumbier (c. 1990) de Lasterra, una obra madura de este pintor de origen madrileño cautivado por el paisaje y la luz de Navarra, que aquí ha plasmado tan bien. Destacaremos entre estos pintores de paisaje a su decano, Jesús Basiano (1889-1966) que trajo a estas tierras los ecos de las vanguardias parisinas aún visibles en su lienzo Las peñas saliendo de los toros en San Fermín (1961-1962), y los arriba reseñados magníficos paisajes de Ascunce y Lasterra. En estos tres artistas se reúne la doble condición de pintor y maestro, ya que todos ellos fueron destacados docentes, en la Escuela de Arte de Pamplona el segundo y en sus academias privadas el primero y el tercero. Con profesores de esta talla, no es extraño que el paisaje siga siendo un tema principal de la pintura contemporánea navarra. A esta nómina de pintores docentes se añade Isidro López Murias (1939) en cuya pintura figurativa encontramos paisaje urbano, es el caso del cuadro Contraluces en Tudela (2005) y novedades técnicas como la introducción del collage en el Bodegón sobre una mesa (2003). Continuadora de la Escuela del Bidasoa es la pintora baztanesa Ana Mª Marín (1933) aunque sus pinceles han traído hasta la sede parlamentaria una sugerente y colorista vista de Artajona (1998). Otra mirada personal hacia el paisaje es la del polifacético Antonio Eslava (1936), aquí representado por una particular visión del Paisaje de Urbasa (1990) y por cinco magníficos grabados pertenecientes a la serie inspirada en la presencia del navarro Giampolo en el Infierno de la “Divina Comedia” de Dante (2007). Los cuadros La Pinilla de Sesma (2002) y Desde Baigorri hacia Sesma (2004) son exponentes de la mirada madura y amorosa de Joaquín Ilundáin (1945) hacia un paisaje del que nos transmite cualidades no táctiles, como el calor de un día de verano o la luz serena del otoño. Remitimos de nuevo al texto citado de Amaya Ascunce para una valoración de la presencia del paisaje y otros temas en la Colección del Parlamento Foral, en la que están asimismo las obras Rochapea y Ermita de San Zoilo (Cáseda) (ambas de 1983) de Pedro Martín Balda (1920-2009), la escena costumbrista Gigantes en la Navarrería (1983) de Arturo Gracia, y los lienzos Berroeta (Navarra), (Valle Ulzama) (1983), Alcoz y San Donato (1984) de Ángel Sanz García (1939-2001), así como una vista de Capitanía sobre el Arga (1988) de Pilar García Escribano (1943). El paisaje es un género muy extendido en la pintura navarra y el más numeroso en la Colección Atrio. Sigue vigente en el siglo XXI, si bien actualizado. Con frecuencia lo que ahora retratan con mirada de artista los pintores es el paisaje construido. Un paisaje urbano o industrial que suele aparecer fragmentado y congelado; que nos habla del hombre que lo puebla y lo transforma, pero que no está presente. Tan sólo su huella. Así son los paisajes Trasera del silo en la carretera (2006) de José Miguel Corral (1968) y Ciudad (2003) de Carlos López (1971), cargado de intimismo reflexivo. La obra Sin título (2007) de José Ignacio Agorreta (1963), casi monocroma, es el resultado de mirar con lupa un paisaje industrial, de manera que la chatarra se nos presenta en primer plano, casi abstracta, cargada de nostalgia y lírica plástica. El intimismo poético es otra tendencia creciente de la pintura del último tercio del siglo XX, y es lo que caracteriza la obra Goizeko argia. Luz de la mañana (2005) de Adriana Lorente (1952), que pretende invitar al público a llenar con la propia vivencia el espacio que ella ha pintado. Parece querer reflejar la importancia de cada vida frente a la deshumanización del día a día. Junto a la pintura figurativa, que añade a los paisajes los bodegones y los interiores con figuras, tenemos representantes muy significativos del Expresionismo más vanguardista de los años sesenta del siglo XX, en uno de nuestros pintores más internacionales, Julio Martín Caro (19331968) a quien la temprana muerte privó, probablemente, de codearse con los mejores pintores de esta corriente artística que alcanzaron fama mundial; sus obras Figura IV (1967) y El grito ahogado (1968), representativas de las Series Roja y Gris respectivamente, muestran un modo de trabajar y traen hasta el corazón de Pamplona esa pintura de amplia pincelada cargada de materia, PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 16 que es como un aullido y que habla de otro modo de ver el mundo, de otro modo de pintar. Dentro del Expresionismo, se produce una corriente surrealista en la que destaca Mariano Sinués (1935), cuya obra La barraca de los comediantes (1978) aúna crítica social y fina ironía burlesca. Expresionista es también el cuadro Agua (2006) de Juan Belzunegui (1955), quien reviste sus paisajes de un colorido atrevido y a la vez poético. Otro de los movimientos más significativos de la pasada centuria, la Abstracción, está representada por una pareja de coloristas lienzos Sin título (1980 y 1981) de otro artista de temprana desaparición, Mariano Royo (1949-1985), quien emplea nuevas técnicas pictóricas, como los acrílicos, que irán ganando terreno frente al óleo, que sigue constituyendo a lo largo del siglo XX la técnica más extendida y es también la más empleada en la Colección Atrio. La Abstracción cromática en su vertiente gráfica, igualmente cargada de expresividad, está representada por la obra Carta de amor a mi ciudad. Escritura minimal nº 2 (1976-77) de Pedro Manterola (1936) que nos presenta una superficie pictórica rebosante de ricos colores muy matizados. La Abstracción de tintes surrealistas derivada de la convivencia entre el mundo existente y el mundo soñado y a veces temido, envuelta en trabajado color, es lo que encontramos en la obra Anís Latino (2000) de Patxi Ezquieta (1960). Abstracta es asimismo la pintura El punto rojo (1988) de Carlos Ciriza (1964) en la que la materia pictórica trabajada con generosidad se hace dinámica, sobresaliendo una pequeña nota del color de la vida, un punto rojo que aparece estático y sereno entre las movidas masas de oscuros colores. En la frontera de la abstracción se sitúa la obra Serie materia sumergida, 1 (2005) de Juliantxo Irujo (1960). En ella, este catedrático de pintura en la Universidad del País Vasco que experimenta y aboga por la “pintura sin pinceles”, se atreve con nuevas técnicas consiguiendo texturas muy sutiles que le permiten mostrar la Naturaleza –su fuente de inspiración– transformada de manera poética e inquietante. Dentro de la Abstracción se integran asimismo las pinturas Physis (Tierra) (1997) de Koldo Sebastián (1961) y En recuerdo de María Zambrano (2000) de Félix Ortega (1956). Sus obras y sus estilos no son comparables, pero de ambos puede decirse que se colocan ante la pura abstracción, con un magistral dominio de la técnica y el color para transmitir belleza, con frecuencia de carácter geométrico. En la Abstracción geométrica se integra la pintura Volúmenes básicos: engaño visual 1 (2000) de Belén Puyo (1977) quien introduce las nuevas tecnologías en su quehacer artístico. Esta obra refleja bien una búsqueda artística que centrada en una geometría teñida de melancolía –ya que entronca con los diseños para solerías de la primera mitad del XX– aúna el empleo irremediable en el siglo XXI de las ya no tan nuevas tecnologías, en un óleo sobre impresión digital en lona, que trayendo lo novedoso a esta Colección Atrio nos impone el reto de conservar una obra trabajada al modo tradicional y clásico, con óleo, sobre un soporte nuevo, la impresión digital sobre lona. Analizando la situación artística de la Comunidad, donde la primera formación se recibe en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, en la que ha sido una destacada profesora Isabel Baquedano, parece lógico que sea en torno a esta ciudad donde surja un grupo, conocido como Escuela de Pamplona que significó un avance hacia la modernidad y la vanguardia. De su mano llegó a Pamplona y a Navarra el Arte Pop. La Colección Atrio posee obras de varios de sus integrantes; de Pedro Osés (1942), Juan José Aquerreta (1946), Pedro Salaberri (1947), Pello Azqueta (1948) y del ya mencionado Mariano Royo (1949-1985). Cercano a este grupo está Joaquín Resano (1948). En el Homenaje a García Lorca (1973) de Joaquín Resano nos adentramos en la representación del drama lorquiano bajo una estética pop, empleando colores planos y un dibujo del propio García Lorca que sirve de fondo a la composición. En su obra Colapso (1996) Pedro Osés reúne varios de sus temas preferidos: la montaña –aquí entendida como elemento liberador– y la burla hacia la sociedad actual, que causa el desplome del ejecutivo sobre su mesa de trabajo; hay que destacar la precisión con la que son reflejados ambos mundos y la correcta transición del uno al otro en la superficie de la tabla. Muy representativos de sus respectivos estilos son los cuadros Pirineos e Iturgoien de Pello Azqueta (ambos de 1994) y Los Pirineos desde las Bardenas (1997) de Pedro Salaberri; se sitúa en la órbita del modo de hacer de este grupo el paisaje de pequeño formato La Barranca desde Osinaga (1981) de Isabel Ibáñez (1946), de quien hay también tres bocetos o apuntes de pequeño formato en el Parlamento de Navarra. En este panorama destaca Juan José Aquerreta, que se ha consagrado como un distinguido representante de la corriente denominada Nueva Figuración. Sobresale no sólo por ser uno de los creadores navarros más laureados dentro y fuera de nuestras mugas, posee el Premio Nacional de Artes Plásticas 2001 y el Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2003, sino porque su pintura añade al buen hacer el intimismo poético de quien mira al hombre y a la naturaleza con ojos de artista, sensible a esa luz y a esa atmósfera que si no fuera porque él las recoge en sus lienzos se nos habrían ido, se habrían perdido para siempre. Su Tarde de fiesta en un fuerte de montaña (1995) nos muestra ese mundo de belleza interior que otros artistas seguirán. Discípula aventajada de Aquerreta es Elena Goñi (1968). Su obra toma el paisaje y la figura humana como motivo. Pinta lo cotidiano pero de un modo que el espectador se tiene que involucrar profundamente ante el cuadro teniendo que interpretarlo. Como muchos de los artistas citados se basa en fotografías tomadas por ella misma para encajar la composición de la pintura. La obra que posee el Parlamento de Navarra, Nocturno de invierno (2008), añade a su valor pictórico el interés de haber sido objeto de grabación durante su ejecución, dentro de la Colección “Documentos con Artistas” que lleva a cabo la Dirección General de Cultura, habiéndose materializado en una película en DVD editada en 2010, lo cual aumenta el conocimiento y la difusión de esta obra de la que se nos explica su proceso creativo. Las últimas adquisiciones realizadas por el Parlamento de Navarra se han centrado en artistas jóvenes, que han recibido ya el respaldo de la crítica tanto local como nacional, lo que denota una clara apuesta por corrientes más vanguardistas. Se trata de obras de David Rodríguez Caballero (1970), Carlos Irijalba (1979) y Miren Doiz (1980). En los tres casos podemos hablar de artistas que han hecho de su trabajo el afán de hacer desaparecer los límites entre las clásicas y tradicionales Bellas Artes. Para ello Rodríguez Caballero se decanta por la pintura sin pintura, y en su obra Sin título (2006) presenta un conjunto picto-escultórico integrado por ocho piezas de aluminio coloreadas al óleo, minimalistas, de carácter abstracto y geométrico, con una sutil elegancia muy expresiva del momento actual. Por otra parte, tanto Carlos Irijalba como Miren Doiz materializan en las obras que ha elegido el Parlamento el deseo de interactuar con el ambiente en el que vivimos, creando instalaciones que han inmortalizado con técnicas fotográficas. En Twilight 10 (2009) Carlos Irijalba convierte un tema clásico, la plasmación de la luz en la oscuridad, en una obra en la que con la ayuda de las tecnologías informáticas del siglo XXI, se diluyen las fronteras entre la pintura y la fotografía. La imagen, hermosa y de gran calidad, es el resultado de añadir a las cuestiones lumínicas la preocupación por la naturaleza –el escenario elegido es la Selva del Irati– y de sumarle el interés por la percepción como ingrediente diferenciador en el manejo de las luces y las sombras PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 18 –elementos que construyen lo real– creando un crepúsculo artificial con la ayuda de una torre de focos tomada prestada del estadio de fútbol del Sardinero de Santander. Miren Doiz trabaja en torno a los límites de la pintura. Por ello realiza instalaciones en las que la materia pictórica desborda el marco a la que la habían limitado siglos de cultura, y cubre paredes, suelos, techos y objetos, sin que los espacios generados dejen por ello de ser habitables. Es la vida dentro del arte. Miren Doiz se propone rebasar la bidimensionalidad de la pintura mediante la creación de espacios para habitar que están “tomados” por masas de color; espacios tridimensionales que paradójicamente acaban inmortalizados en imágenes bidimensionales. La obra Sin título (instalación en el Círculo de Bellas Artes) –ejecutada en 2009– refleja la instalación que esta artista navarra preparó en el corazón de Madrid. No podemos olvidar la Galería de retratos institucionales que posee el Parlamento de Navarra, magníficamente glosados por Amaya Ascunce en la ya citada publicación de 2004. A la lista hay que sumar el de D. Rafael Gurrea Induráin, cuyo mandato corresponde a la legislatura que discurrió entre 2003 y 2007, firmado por el pintor Mikel Esparza (1958) que sigue la línea de los anteriores. Con este panorama, que hemos intentado introducir sucintamente, no queremos dar imagen de autocomplacencia, porque cuando la oferta artística de una tierra es interesante, amplia y variada, nada parece suficiente. Somos conscientes de que hay lagunas importantes en esta Colección Atrio, en la que tienen cabida muchas más obras. Sin embargo sí que creemos que vale la pena mirar con reconocimiento el esfuerzo realizado por el Parlamento de Navarra, que se ha materializado en una notable Colección Artística. Las obras tridimensionales. La escultura Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra acoge igualmente un conjunto de nueve esculturas firmadas por autores de reconocido prestigio en el ámbito tanto navarro como nacional. Muy diferentes en sus formatos, materiales, técnicas y estilos dibujan el panorama de buena parte de la escultura del último tercio del siglo XX y comienzos del XXI. El escultor de Cascante afincado en Barcelona Clemente Ochoa (1937) presenta en su obra Cierzo (1991) un ejemplo más de su bien definido estilo, que moldea en bronce patinado una imagen organicista y abstracta. También es abstracto el Bloque en transformación (1984) de Faustino Aizkorbe (1948) que parece modelado antes que tallado, dado el nivel de ductilidad y blandura que ha conseguido arrancar a un rotundo bloque de mármol lechoso. La obra Sin título (anterior a 1998) de José Ramón Anda (1949) es un magnífico exponente de la abstracción geométrica, en el que el buen hacer y el dominio del oficio, la talla de la madera, se ve traspasado por la lírica del amor a los materiales, roble y boj, a los que se les dota de un refinado acabado estucado. Alfredo Sada (1950-1992) es uno de los escultores navarros más destacados, viendo reconocida su calidad con el Premio Nacional de Escultura en 1991. De carrera corta, alcanzó un elevado nivel de desarrollo conceptual y técnico, en una obra llena de poesía y dominio técnico. Experimentó con nuevos materiales, llegando a conseguir una técnica personal que combina un alma de madera o poliéster con un revestimiento de plomo. La obra Equis (ejecutada a partir de 1988) constituye una pieza de gran envergadura, compuesta por dos elementos con forma de aspas de grandes dimensiones, que a su belleza y originalidad añaden la posibilidad de que el espectador se introduzca dentro de la escultura, en un juego que rompe los límites entre la escultura y el espacio que la acoge. También interactúan con el espacio que les alberga los Dos equilibristas (2004) que Dora Salazar (1963) creó para el hueco de la escalera del Parlamento. Realizados en cobre trenzado, en hilos de metal trabajados como si se tratase de labor de cestería, son un exponente de la creatividad inteligente y sutil de una artista, que conociendo los principios del Poor Art e interesándose por los aspectos humanos y narrativos del arte, maneja materiales sencillos y técnicas cotidianas, transformándolos en obras de arte. En este caso, al estar suspendidos del techo y dada su ligereza, las figuras se mueven en frágil equilibrio girando sobre si mismas, encima de las cabezas de quienes transitan dichas escaleras. El polifacético Carlos Ciriza (1964) está asimismo representado en su vertiente de escultor, con una obra Espacios de Luz (2005) que es una vez más una reflexión sobre el volumen, el vacío, el cubo, los campos espaciales y su interacción con la luz. Esta pieza realizada mediante fundición y planchas de acero cortén constituye un elemento de acusada verticalidad, con huecos abiertos en su interior, en los que penetra la luz, llenando su vacío. El acero cortén, un material moderno que abandona su origen industrial para convertirse en objeto artístico y dar forma a elementos abstractos del paisaje, de la naturaleza o de la imaginación, es lo que maneja Alberto Berástegui (1972). Su pareja de relieves Sin título (2008) evocan, mediante la técnica del recorte y la torsión del material, un mundo vegetal bello y armónico, teñido del característico color y textura que adquiere el acero al oxidarse. Un violín gigante, que responde al título de Zapateado (2008) recibe al visitante en el Atrio del Parlamento de Navarra. Fue creado para conmemorar el centenario del nacimiento del gran músico pamplonés, Pablo Sarasate. Este poema visual, generado para evocar una de las obras más conocidas del violinista navarro y universal, se materializa en un enorme instrumento de color blanco sobre el que se distinguen un montón de zapatos de color negro, a modo de notas musicales en un pentagrama. Esta escultura refleja la acusada personalidad de su autora, Alicia Otaegui (1963), fiel exponente de un arte que combina lo conceptual con el humor inteligente, en obras construidas con materiales reciclados. Con esta pieza que recibe al visitante en el Atrio de la Cámara navarra, despedimos la presentación de Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra. Aunque como colofón y para felicitarnos por todos estos años de convivencia democrática y la buena y bella salud del Parlamento de Navarra y su Colección de Arte Contemporáneo, finalizamos estas líneas con la escultura Fuente de los sueños (2003) del escultor malagueño Manuel Torres Jiménez (1938), regalada por el Senado para celebrar los veinticinco años de convivencia democrática, que ocupa un lugar destacado en la Sala Institucional. Mercedes Jover Hernando PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 20 C A T Á L O G O PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 22 FAUSTINO AIZKORBE Olloqui (Navarra), 1948 Bloque en transformación, 1984 Mármol 35,5 x 36 x 40 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 24 J O S É I G N A C I O A G O R R E TA Pamplona, 1963 Sin título, 2007 Óleo/lienzo 70 x 80 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 26 JOSÉ RAMÓN ANDA Bakaiku (Navarra), 1949 Sin título, a. 1998 Roble y boj estucado 205 x 48 x 20 cm Base: 5 x 93 x 43,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 28 J U A N J O S É A Q U E R R E TA Pamplona, 1946 Tarde de fiesta en un fuerte de montaña, 1995 Óleo/lienzo 139,5 x 129,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 30 JOSÉ Mª ASCUNCE Beasain (Guipúzcoa), 1923 - Pamplona, 1991 Cabezo roturado (Navarra), 1966 Óleo/lienzo 101,5 x 150 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 32 P E L L O A Z K E TA Pamplona, 1948 Pirineos, 1994 Óleo/lienzo 146 x 114,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 34 P E L L O A Z K E TA Iturgoien, 1994 Óleo/lienzo 130 x 97 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 36 PEDRO MARTÍN BALDA Pamplona, 1920 - 2009 Rochapea, 1983 Óleo/lienzo 81 x 65 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 38 PEDRO MARTÍN BALDA Ermita de San Zoilo (Cáseda), 1983 Óleo/lienzo 40 x 61 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 40 JESÚS BASIANO Murchante (Navarra), 1889 - Pamplona, 1966 Leyre, c. 1949 Óleo/lienzo 114,5 x 163 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 42 JESÚS BASIANO Las peñas saliendo de los toros en San Fermín, 1961-62 Óleo/lienzo 74 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 44 JAIME BASIANO Pamplona, 1943 Vista de Puente, 1983 Óleo/lienzo 59,5 x 81 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 46 JAIME BASIANO Vista de Las Bardenas, 1983 Óleo/lienzo 60 x 81 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 48 JUAN BELZUNEGUI Carcastillo (Navarra), 1955 Agua, 2006 Óleo/lienzo 160 x 140 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 50 ALBERTO BERÁSTEGUI Pamplona, 1972 Sin título, 2008 Acero cortén 150 x 120 x 7 cm 150 x 120 x 7 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 52 JULIO BRIÑOL Buenos Aires, 1902 - Madrid, 1944 Estudio de Ciga, 1919-20 [?] Óleo/lienzo 36 x 32 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 54 CARLOS CIRIZA Estella (Navarra), 1964 El punto rojo, 1988 Óleo/lienzo 130 x 162 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 56 CARLOS CIRIZA Espacios de luz, 2005 Acero cortén 200 x 66 x 65 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 58 CLEMENTE OCHOA Cascante (Navarra), 1937 Cierzo, 1991 Bronce patinado 150 x 50 x 20 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 60 JOSÉ MIGUEL CORRAL Pamplona, 1968 Trasera del silo de la carretera, 2006 Óleo/lienzo 170 x 180 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 62 MIREN DOIZ Pamplona, 1980 Sin título (instalación en el Círculo de Bellas Artes), 2009 Mixta fotográfica CPrint/aluminio 53 x 240 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 64 MIGUEL ÁNGEL ECHAURI Pamplona, 1927 Vista de Puente la Reina, 1983 Óleo/lienzo 60 x 73,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 66 MIGUEL ÁNGEL ECHAURI Olite, 1983 Óleo/lienzo 81 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 68 MIGUEL ÁNGEL ECHAURI Colegiata de Roncesvalles, 1983 Óleo/lienzo 81 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 70 MIGUEL ÁNGEL ECHAURI Bodegón, 1983 Óleo/tabla 46 x 37,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 72 A N T O N I O E S L AVA Pamplona, 1936 Paisaje de Urbasa, 1990 Óleo/lienzo 72,5 x 92 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 74 A N T O N I O E S L AVA Conjunto de 5 grabados de la serie sobre la Divina Comedia de Dante, 2007 P/A Hechos y Acciones (cuatro) 35 x 50 cm, mancha: 17 x 26 cm Laguna Estigia 100 x 70 cm, mancha: 50 x 65 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 76 PAT X I E Z Q U I E TA Pamplona, 1960 Anís latino, 2000 Técnica mixta/lienzo 200 x 200 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 78 I N O C E N C I O G A R C Í A A S A R TA Gastiáin (Navarra), 1861 - Bilbao, 1921 Aguadoras, c. 1900-1905 Óleo/lienzo 45 x 60 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 80 PILAR GARCÍA ESCRIBANO Murchante (Navarra), 1943 Capitanía sobre el Arga, 1988 Óleo/lienzo 54 x 65,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 82 ELÍAS GARRALDA Lesaka (Navarra), 1926 El Ulzama. Arrazkatian (Navarra), 1979 Óleo/lienzo 65 x 81 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 84 ELENA GOÑI Pamplona, 1968 Nocturno de invierno, 2008 Óleo/lienzo clavado a tablero 122 x 138 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 86 ARTURO GRACIA Pamplona, 1936 Gigantes en la Navarrería, 1983 Óleo/lienzo 81 x 60 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 88 ISABEL IBÁÑEZ Pamplona, 1946 La Barranca desde Osinaga, 1981 Óleo/cartón 36,5 x 44,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 90 JOAQUÍN ILUNDÁIN Pamplona, 1945 La Pinilla de Sesma, 2002 Óleo/tabla 100 x 115 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 92 JOAQUÍN ILUNDÁIN Desde Baigorri hacia Sesma, 2004 Óleo/tabla 100 x 115 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 94 CARLOS IRIJALBA Pamplona, 1979 Twilight 10, 2009 Mixta fotográfica CPrint/aluminio 160 x 170 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 96 JULIANTXO IRUJO Pamplona, 1960 Serie materia sumergida, 1, 2005 Mixta/lienzo 130 x 195 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 98 A N T O N I O L A I TA Cirauqui (Navarra), 1951 Campollano. Puente la Reina (Navarra), 1983-84 Óleo/tabla 80,5 x 123,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 100 ANDRÉS LARRAGA Valtierra (Navarra), 1860 - Barcelona,1931 Sandías Óleo/lienzo 60,5 x 101 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 102 JUAN LARRAMENDI Vera de Bidasoa (Navarra), 1917 Taconera (Pamplona), 1985 Óleo/lienzo 65 x 92 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 104 JUAN LARRAMENDI Erasun, 1985 Óleo/lienzo 65 x 81 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 106 JESÚS LASTERRA Madrid, 1931 - Pamplona, 1994 Atrio de Gazólaz, 1962 Óleo/lienzo 80,5 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 108 JESÚS LASTERRA Otoño en Lumbier, c. 1990 Óleo/lienzo 88 x 115 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 110 IÑAKI LAZKOZ Pamplona, 1973 Parlamento, 2008 Óleo/lienzo 141 x 195 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 112 ISIDRO LÓPEZ MURIAS Tetuán, 1939 Bodegón sobre una mesa, 2003 Óleo/lienzo y collage 65 x 54 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 114 ISIDRO LÓPEZ MURIAS Contraluces en Tudela, 2005 Óleo/lienzo 81 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 116 CARLOS LÓPEZ Tudela (Navarra), 1971 Ciudad, 2003 Mixta/tabla 146 x 114 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 118 ADRIANA LORENTE Pamplona, 1952 Goizeko argia. Luz de la mañana, 2005 Óleo/lienzo 60 x 50 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 120 G U S TAV O DE MAEZTU Vitoria, 1887 - Estella (Navarra), 1947 Haarlem. Invierno, c. 1925-26 Óleo/lienzo 100 x 120,5 cm Depósito del Museo Gustavo de Maeztu (Ayuntamiento de Estella) PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 122 PEDRO MANTEROLA Pamplona, 1936 Carta de amor a mi ciudad. Escritura minimal nº 2, 1976-77 Óleo/lienzo 179 x 179 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 124 ANA Mª MARÍN Elizondo (Navarra), 1933 Artajona, 1998 Óleo/tabla 100 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 126 JULIO MARTÍN-CARO Pamplona, 1933 - Madrid, 1968 Figura IV. Serie Roja, 1967 Temple y óleo/tabla 120 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 128 JULIO MARTÍN-CARO El grito ahogado. Serie Gris, 1968 Temple y óleo/lienzo 115 x 88 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 130 CÉSAR MUÑOZ SOLA Tudela (Navarra), 1921-2000 Últimos días del invierno. Caparroso (Navarra), c. 1983 Óleo/lienzo 56,5 x 73 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 132 CÉSAR MUÑOZ SOLA El Ebro y la Mejana, c. 1986 Óleo/lienzo 65 x 110 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 134 PEDRO OSÉS Pamplona, 1942 Colapso, 1996 Acrílico/madera 124 x 100 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 136 A L I C I A O TA E G U I Pamplona, 1963 Zapateado, 2008 Resina de poliuretano y collage de zapatos adheridos 257 x 90 x 50 cm Cesión del Gobierno de Navarra PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 138 FÉLIX ORTEGA La Rioja, 1956 En recuerdo de María Zambrano, 2000 Óleo/lienzo. 200 x 200 cm. PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 140 BELÉN PUYO Tudela (Navarra), 1977 Volúmenes básicos: engaño visual 1, 2000 Óleo/impresión digital en lona 140 x 140 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 142 JOAQUÍN RESANO Pamplona, 1948 Homenaje a García Lorca, 1973 Acrílico/lienzo 116 x 89 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 144 D AV I D R O D R I G U E Z C A B A L L E R O Pamplona, 1970 Sin título, 2006 Óleo/aluminio 8 piezas de 45 x 45 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 146 MARIANO ROYO San Sebastián, 1949 - Pamplona, 1985 Sin título, 1980 Acrílico/lienzo 130 x 97 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 148 MARIANO ROYO Sin título, 1981 Acrílico/lienzo 130 x 97 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 150 GERARDO SACRISTÁN Logroño, 1907 - Pamplona, 1964 Niña con su muñeca, c. 1930-33 Óleo/lienzo 116 x 90 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 152 ALFREDO SADA Falces (Navarra), 1950 - 1992 Equis Plomo 123 x 110 x 13 cm 123 x 115 x 11 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 154 PEDRO SALABERRI Pamplona, 1947 Los Pirineos desde Las Bardenas, 1997 Óleo/lienzo 97 x 145,5 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 156 DORA SALAZAR Alsasua (Navarra), 1963 Dos equilibristas, 2004 Cobre 180 x 180 cm 180 x 180 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 158 E M I L I O S Á N C H E Z C A Y U E L A , "G U T X I " Pamplona, 1907 - 1993 La Catedral (Pamplona), 1928 Pastel y lápiz compuesto/papel 25 x 34 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 160 ÁNGEL SANZ GARCÍA Pamplona, 1939-2001 Berroeta (Navarra), 1984 Óleo/lienzo 46 x 33 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 162 KOLDO SEBASTIÁN Pamplona, 1961 Physis (Tierra), 1997 Óleo/lienzo 200 x 200 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 164 MARIANO SINUÉS Pamplona, 1935 La barraca de los comediantes, 1978 Óleo/tabla 90 x 120 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 166 MANUEL TORRES JIMÉNEZ Málaga, 1939 Fuente de los sueños, 2003 Hierro patinado 149,5 x 76 x 49 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 168 J AV I E R V I S C A R R E T Burlada (Navarra), 1929 Arguiñano, 2004 Óleo/lienzo 100 x 81 cm PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 170 ENRIQUE ZUBIRI Valcarlos (Navarra), 1868 - Pamplona, 1943 Cabeza de anciano Óleo/lienzo 40 x 43 cm G A L E R Í A D E R E T R AT O S MIGUEL ÁNGEL ECHAURI Pamplona, 1927 S.M. el Rey D. Juan Carlos I 1983 Óleo/lienzo 116 x 89 cm. A N T O N I O E S L AVA Pamplona, 1936 D. Víctor Manuel Arbeloa Muru (1979-1983) 1997 Óleo/lienzo 100 x 81 cm. PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 178 A N T O N I O E S L AVA D. Balbino Bados Artiz (1983-1987) 1997 Óleo/lienzo 100 x 81 cm. CÉSAR MUÑOZ SOLA Tudela (Navarra), 1921-2000 D. Ignacio Javier Gómara Granada (1987-1991) 1997 Óleo/lienzo 100 x 81 cm. PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 180 TOMÁS MUÑOZ Pamplona, 1964 D. Javier Otano Cid (1991-1995) 2000 Óleo/cartón Canson 100 x 81 cm. TOMÁS MUÑOZ Dª Mª Dolores Eguren Apesteguía (1995-1999) 2000 Óleo/cartón Canson 100 x 81 cm. PINTURAS Y ESCULTURAS DEL PARLAMENTO DE NAVARRA 182 PEDRO MANTEROLA Pamplona, 1936 D. José Luis Castejón Garrués (1999-2003) 2004 Óleo/tabla 100 x 81 cm. M I K E L E S PA R Z A Pamplona, 1958 D. Rafael Gurrea Induráin (2003-2007) 2007 Óleo/lienzo 100 x 81 cm. ÍNDICE D E A R T I S TA S Faustino Aizkorbe José Ignacio Agorreta José Ramón Anda Juan José Aquerreta José Mª Ascunce Pello Azqueta Pedro Martín Balda Jesús Basiano Jaime Basiano Juan Belzunegui Alberto Berástegui Julio Briñol Carlos Ciriza M. Clemente Ochoa José Miguel Corral Miren Doiz Miguel Ángel Echauri Antonio Eslava Mikel Esparza Patxi Ezquieta Inocencio García Asarta Pilar García Escribano Elías Garralda Elena Goñi Arturo Gracia Isabel Ibáñez Joaquín Ilundáin Carlos Irijalba Juliantxo Irujo Antonio Laita Andrés Larraga 22-23 24-25 26-27 28-29 30-31 32-35 36-39 40-43 44-47 48-49 50-51 52-53 54-57 58-59 60-61 62-63 64-71, 175 72-75, 177-178 183 76-77 78-79 80-81 82-83 84-85 86-87 88-89 90-93 94-95 96-97 98-99 100-101 Juan Larramendi Jesús Lasterra Iñaki Lazkoz Isidro López Murias Carlos López Adriana Lorente Gustavo de Maeztu Pedro Manterola Ana Mª Marín Julio Martín-Caro Tomás Muñoz César Muñoz Sola Pedro Osés Alicia Otaegui Félix Ortega Belén Puyo Joaquín Resano David Rodríguez Caballero Mariano Royo Gerardo Sacristán Alfredo Sada Pedro Salaberri Dora Salazar Emilio Sánchez Cayuela, “Gutxi” Ángel Sanz García Koldo Sebastián Mariano Sinués Manuel Torres Jiménez Javier Viscarret Enrique Zubiri 102-105 106-109 110-111 112-115 116-117 118-119 120-121 122-123, 182 124-125 126-129 180-181 130-133, 179 134-135 136-137 138-139 140-141 142-143 144-145 146-149 150-151 152-153 154-155 156-157 158-159 160-161 162-163 164-165 166-167 168-169 170-171 Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra Documentación básica Para profundizar en la Colección Artística del Parlamento de Navarra y en el arte contemporáneo navarro pueden consultarse la siguiente bibliografía y los siguientes centros especializados. BIBLIOGRAFÍA Sobre la sede del Parlamento de Navarra González Presencio, M., “La nueva sede del Parlamento de Navarra: la transformación de la antigua Audiencia de Pamplona”, Cuadernos de la Cátedra de Patrimonio y Arte navarro, nº 4. Casas Señoriales y Palacios de Navarra, Pamplona, Cátedra, 2009, pp. 105-123. González Presencio, M., “La sede del Parlamento de Navarra: la rehabilitación del edificio de la Antigua Audiencia de Pamplona”, VV. AA., El Parlamento de Navarra, Pamplona, Parlamento de Navarra, 2003, pp. 61-134 Larumbe Martín, M., El academicismo y la arquitectura del siglo pp. 594-598. XIX en Navarra, Pamplona, 1990, Ochotorena Elícegui, J. M., González Presencio, M., Pérez Herreras, J. Valdenebro García, J. V., Proyectar Navarra nº 54, 1999, pp. 167-172. Ochotorena Elícegui, J. M., González Presencio, M., Pérez Herreras, J. Valdenebro García, J. V., Proyectar Navarra nº 76, 2002, pp. 69-76 y 210. Ochotorena Elícegui, J. M., González Presencio, M., Pérez Herreras, J. Valdenebro García, J. V., Proyectar Navarra nº 100, Rehabilitación, 2005, pp. 48 a 53. Orbe Sivatte, A. De, “Parlamento de Navarra”, Guía de Arquitectura de Pamplona y su comarca, Pamplona, COAVN, 2006, pp. 84-85. Orbe Sivatte, A. De, Arquitectura y urbanismo en Pamplona a finales del siglo XIX y principios del XX, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1985, pp. 119-136. Sobre Atrio. Colección Artística del Parlamento de Navarra Ascunce Parada, A., Atrio. Pinturas y esculturas del Parlamento de Navarra, Pamplona, Parlamento de Navarra, 2004. ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS ESPECIALIZADAS Fondo Documental de Artistas Navarros del Museo de Navarra. Pamplona El Fondo Documental de artistas Navarros fue creado en 1990 por iniciativa de Pedro Manterola y se articula en archivadores individuales correspondientes a todos los artistas navarros contemporáneos sobre los que se conoce documentación, ordenados alfabéticamente. Reúne toda la información procedente de los medios de comunicación a la que se tiene acceso, con reseñas, anuncios y críticas sobre los artistas, sus obras y sus exposiciones, así como los catálogos que las acompañan. Se incluye asimismo la documentación e imágenes sobre estas obras que se obtienen. Muchas de ellas son facilitadas por los propios artistas, por lo que en ocasiones puede ser un poco irregular. Biblioteca del Museo de Navarra. Pamplona Biblioteca especializada en temas de arqueología, arte y patrimonio navarro, con una sección dedicada al arte contemporáneo. Posee obras de referencia y numerosos catálogos y monografías sobre los artistas navarros. Catálogo de libros informatizado. Fondo Documental del Área de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona Muy importante para todo lo referente a los diferentes Certámenes y Premios de Pintura y Escultura contemporánea que el Ayuntamiento organiza desde 1985. A destacar los catálogos de las exposiciones de las obras que integran la Colección Artística del Ayuntamiento de Pamplona, así como de las numerosísimas exposiciones organizadas por esta institución en sus diversas salas.