1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo óseo y su regulación Francisca Pérez Llamas Marta Garaulet Aza Ángel Gil Hernández Salvador Zamora Navarro Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo óseo y su regulación 1. Introducción 2. Calcio 2.1. Contenido y localización en el organismo 2.2. Funciones en el organismo 2.3. Absorción, metabolismo y excreción 2.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias 2.5. Carencia: causas y efectos 2.6. Exceso: causas y efectos 3. Fósforo 3.1. Contenido y localización en el organismo 3.2. Funciones en el organismo 3.3. Absorción, metabolismo y excreción 3.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias 3.5. Carencia: causas y efectos 3.6. Exceso: causas y efectos 4. Magnesio 4.1. Contenido y localización en el organismo 4.2. Funciones en el organismo 4.3. Absorción, metabolismo y excreción 4.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias 4.5. Carencia: causas y efectos 4.6. Exceso: causas y efectos 5. Flúor 5.1. Contenido y localización en el organismo 5.2. Funciones en el organismo 5.3. Absorción, metabolismo y excreción 5.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias 5.5. Carencia: causas y efectos 5.6. Exceso: causas y efectos 6. El tejido óseo: composición y estructura 6.1. Matriz orgánica del hueso 6.2. Matriz inorgánica del hueso 6.3. Componentes celulares del hueso 6.3.1. Osteoblastos 6.3.2. Osteoclastos 7. Metabolismo del tejido óseo 7.1. Formación ósea 7.2. Mineralización de la matriz orgánica u osteoide 7.3. Modelado y remodelado óseos 8. Regulación del metabolismo óseo 8.1. Regulación endocrina del metabolismo óseo 8.1.1. Hormona paratiroidea 8.1.2. Calcitonina 8.1.3. Vitamina D activa [1,25(OH) 2 D3 ] 8.1.4. Otras hormonas 8.2. Regulación génica del metabolismo óseo 8.2.1. Regulación de la síntesis y función de los osteoblastos 8.2.2. Regulación de la síntesis y función de los osteoclastos 9. Resumen 10. Bibliografía 11. Enlaces web Objetivos n Conocer el contenido y la localización del calcio, fósforo, magnesio y flúor en el organismo. n Revisar los procesos de absorción, metabolismo y excreción de estos elementos minerales. n Valorar los posibles efectos adversos de la ingesta deficiente (enfermedades carenciales) o excesiva (toxicidad) de estos elementos minerales en el organismo. n Diferenciar las principales vías de regulación del equilibrio dinámico de la calcemia y la fosfatemia. n Reconocer las mejores fuentes alimentarias de calcio, fósforo, magnesio y flúor. n Conocer el papel de las principales hormonas sistémicas en la regulación del metabolismo óseo. n Conocer las cantidades diarias recomendadas de calcio, fósforo, magnesio y flúor para la población española. n Valorar la complejidad de la regulación génica del metabolismo óseo. n Diferenciar los distintos tipos celulares del hueso y sus funciones en la formación, mineralización, modelación y remodelación óseas. n Valorar las necesidades de estos minerales en el organismo y las formas en que se pueden cubrir dichas demandas. 1. Introducción E n los seres vivos existe un gran número de cationes y aniones que forman parte del conjunto de minerales del organismo y participan en un elevado número de funciones biológicas. Entre éstos, se encuentran: calcio, magnesio, fosfato y fluoruro, que se pueden localizar tanto en el espacio extracelular como en el interior de las células, libres (ionizados), como sales minerales, y formando parte de estructuras y compuestos orgánicos más o menos complejos. Estos cuatro minerales desempeñan importantes funciones estructurales y metabólicas en el organismo y, dado que son elementos exógenos al organismo, hay que obtenerlos necesariamente a partir de los alimentos. De ahí la importancia de establecer y conocer los requerimientos y recomendaciones de estos micronutrientes para cada grupo de población. Todos ellos presentan en común su localización, ya que mayoritariamente forman parte de los tejidos mineralizados, del esqueleto y de los dientes. Existe un complejo y preciso sistema de regulación que controla la concentración del calcio, entre unos márgenes muy estrechos, tanto en el medio extracelular (calcemia) como en el intracelular. Esta precisa regulación, llevada a cabo por el sistema endocrino, permite el equilibrio dinámico del catión entre los distintos compartimentos corporales, de forma que el calcio disuelto del medio extracelular y parte del que se encuentra en el hueso son intercambiables (unos 500 mg de calcio entran y salen de los huesos diariamente). La concentración plasmática de fosfato también se encuentra regulada, al igual que la de los restantes iones, pero no de una forma tan precisa. Las principales hormonas sistémicas que regulan el equilibrio dinámico del calcio entre los diferentes compartimentos corporales, y al mismo tiempo modulan las actividades de formación y remodelación ósea, son: hormona paratiroidea, calcitonina y vitamina D. Todas ellas participan en el mantenimiento de la constancia de la concentración plasmática de calcio; para ello, no sólo ejercen su acción sobre el hueso, sino también sobre el intestino y el riñón. Existen también otras hormonas que participan, en menor medida, en la regulación del metabolismo óseo y en la homeostasis de calcio y fosfato: glucocorticoides, péptido relacionado con la PTH (PTHpr), péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), estrógenos, prolactina, insulina, hormonas tiroideas, hormona del crecimiento (GH), factor de crecimiento insulínico tipo I (IGF-I) y otros factores de crecimiento. El hueso es un tejido conectivo mineralizado, de composición heterogénea y estructura compleja, muy dinámico y vascularizado, que desempeña una función estructural, de protección y de depósito mineral. En él se pueden diferenciar los siguientes componentes: una matriz orgánica, constituida mayoritariamente por colágeno de tipo I y proteínas no colágenas, una matriz inorgánica, formada fundamentalmente por cristales de calcio y fosfato (hidroxiapatita), y el componente celular, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos, que son los responsables de la formación, mineralización, modelación y remodelación óseas. La regulación de la síntesis, metabolismo y apoptosis de estas células está bajo el control de numerosos factores endocrinos, paracrinos y autocrinos. 901 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... El conocimiento de las bases moleculares y celulares de la formación, mineralización, modelación y remodelación óseas, y de los principales factores génicos implicados en la regulación local de estos procesos será fundamental para la prevención y el tratamiento de diferentes enfermedades óseas. 2. Calcio 2.1. Contenido y localización en el organismo El calcio es el catión más abundante en el organismo (1.200-1.500 g), representando el 1,5-2% del peso total del cuerpo. La mayor parte del calcio corporal se encuentra en el tejido óseo y en los dientes (99,1%), formando parte de su estructura junto con el fosfato en una proporción de 1,5:1, y el restante 0,9% se encuentra disuelto en el líquido extracelular (0,4%) y en los tejidos blandos del organismo (0,5%), donde regula y participa en multitud de reacciones metabólicas. Existe un equilibrio dinámico de este catión entre los distintos compartimentos corporales, de forma que el calcio disuelto del medio extracelular y parte del que se encuentra en el hueso son intercambiables, unos 500 mg de calcio entran y salen de los huesos diariamente. El hueso puede actuar como reservorio de calcio y cederlo si la concentración de este catión en la sangre disminuye por debajo del rango de normalidad (hipocalcemia), que es de 9,0-10,2 mg/dl (2,3-2,6 mM). En el hueso, el calcio está formando parte de dos tipos de depósitos. Un pequeño depósito de calcio intercambiable, de unos 10 g, de fácil y rápida movilización, y otro depósito de calcio más estable, muy poco intercambiable, que representa el 99% del calcio óseo total. Por el contrario, el calcio total que forma parte de la estructura del diente no es intercambiable. En el líquido extracelular, el 50% del calcio está ionizado y, por tanto, en la forma fisiológicamente activa, el 40% se encuentra unido a proteínas plasmáticas (calcio no difusible), mayoritariamente a albúmina y globulinas, y el restante 10% del calcio plasmático se encuentra formando complejos con aniones orgánicos e inorgánicos, sobre todo con citrato y fosfato. 902 2.2. Funciones en el organismo El calcio cumple numerosas e importantísimas funciones en el organismo; de ahí que se encuentre plenamente justificada la existencia de un complejo y preciso sistema de regulación al que se ve sometido este catión, tanto en el medio extracelular (calcemia) como en el intracelular. El calcio es el principal mineral que participa en la integridad estructural del organismo, pero además de este fundamental papel en la formación y mantenimiento de los huesos y dientes, es esencial en numerosos procesos metabólicos que ocurren en todas las restantes células del organismo. Este elemento mineral es esencial para la transmisión del impulso nervioso, la excitabilidad neuronal y la formación de neurotransmisores, para el adecuado funcionamiento del músculo cardiaco, el mantenimiento del tono del músculo esquelético y la contracción del músculo liso. También es necesario para los procesos de coagulación sanguínea, donde los iones de calcio inician la formación de un coágulo sanguíneo al estimular la liberación de tromboplastina por las plaquetas, y actúa como cofactor en la reacción de transformación de protrombina en trombina, lo que ayuda a la polimerización del fibrinógeno y a la formación de fibrina. Asimismo, actúa como segundo mensajero y participa en la regulación de los mecanismos de transporte en las membranas celulares e intracelulares, en la secreción de jugos y hormonas, y en la liberación y activación de numerosas actividades enzimáticas intracelulares y extracelulares, en la mitosis y en la fecundación. 2.3. Absorción, metabolismo y excreción En la Figura 1 se representa el balance diario y la localización del calcio en el individuo adulto. La absorción intestinal del calcio dietético puede oscilar entre el 25 y el 75%, dependiendo de la edad del individuo, de la cantidad ingerida, de la presencia de diversos factores dietéticos que facilitan (lactosa, ciertos aminoácidos) o dificultan (oxalatos y fitatos) su absorción, y de las concentraciones plasmáticas de distintas hormonas, como la vitamina D, que interviene facilitando su absorción por el intestino. Además, la realización de ejercicio físico de forma F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro Figura 1. Balance diario y localización del calcio en el individuo adulto. regular estimula la absorción intestinal y el depósito de calcio en el hueso, mientras que el sedentarismo acelera la desmineralización de la masa ósea. Durante la infancia y la adolescencia, el balance de calcio es positivo, permitiendo el incremento del tejido óseo. El calcio es indispensable para la formación, mantenimiento y mineralización del hueso. En el tejido óseo, el fosfato cálcico no se encuentra inmóvil, sino que existe un equilibrio dinámico. Las dosis elevadas de vitamina D, el hipertiroidismo, la hormona adrenocorticotropa (ACTH), los glucocorticoides y los preparados sintéticos de cortisona desencadenan la destrucción de la matriz proteica y, por tanto, la liberación de calcio desde el hueso, que es en lo que, en definitiva, consiste la osteoporosis. Existe un complejo y preciso sistema de regulación de la calcemia, que se describirá más adelante como parte integrante del metabolismo óseo y su regulación. La excreción del calcio se lleva a cabo por la vía renal y el tracto gastrointestinal. El calcio fecal procede de la fracción no absorbida de la dieta (origen alimentario) y restos celulares de la mucosa, jugos digestivos y bilis (origen endógeno). Es recomendable que las concentraciones de fosfato y calcio en la dieta sean similares, pues el exceso de cualquiera de dichos elementos aumenta su excreción en heces. La excreción urinaria de calcio se encuentra bajo control endocrino, está estimulada por los glucocorticoides, hormonas tiroideas y hormona del crecimiento, e inhibida por la vitamina D, la hormona paratiroidea (PTH) y los estrógenos. 903 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... 2.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias El calcio es uno de los minerales que mayores requerimientos presenta (800-1.200 mg/día) y que menos se aprovecha de la dieta, como, por ejemplo, en el caso de las espinacas, donde existe un alto contenido en oxalatos, cuya absorción no supera el 5-10%. Las cantidades recomendadas varían con la edad, siendo máximas durante la adolescencia (1.000 mg/día), que es cuando se produce el máximo pico de crecimiento. Para los niños, las recomendaciones de calcio son de 800 mg, al igual que para los adultos, sufriendo un incremento lógicamente en el embarazo y la lactancia (Tabla 1). Entre las fuentes dietéticas de calcio se encuentran la leche y los productos lácteos, que constituyen la fuente por excelencia de dicho mineral, seguidos de los pescados, las harinas integrales, los frutos secos y las legumbres. 2.5. Carencia: causas y efectos La carencia de calcio puede ser ocasionada por el insuficiente aporte dietético de este mineral, por la deficiencia de vitamina D o por la muy baja relación Ca/P en la dieta. Dado que el hueso actúa como reservorio de calcio, es difícil que se mantenga una situación de hipocalcemia; por tanto, el efecto de la carencia de calcio es una insuficiente mineralización de la matriz ósea, que es lo que origina en la etapa infantil y adolescente el raquitismo, y en la edad adulta la osteomalacia (ver Capítulos 4.33 y 4.34). 2.6. Exceso: causas y efectos No suelen darse ingestiones excesivas de calcio de procedencia alimentaria, pero sí puede ocurrir por el consumo de suplementos de este mineral. Dosis superiores a 2 g/día pueden ocasionar hipercalcemia, sobre todo si se ingieren suplementos de calcio y vitamina D combinados. La intoxicación por hipercalcemia puede tener efectos más o menos graves dependiendo de la intensidad de la misma. Además de interferir en la absorción de otros cationes divalentes, tales como 904 hierro, magnesio, manganeso y zinc, la hipercalcemia puede ocasionar estreñimiento, náuseas, poliuria y cálculos renales y, en situaciones extremas, la pérdida del tono muscular, el coma y la muerte. 3. Fósforo 3.1. Contenido y localización en el organismo El fósforo es el sexto mineral más abundante en el organismo (600-900 g), representando el 0,8-1,1% del peso total del cuerpo. De su contenido corporal total, el 80% forma parte, junto con el calcio, de la estructura mineral del hueso y el diente; del resto, la mayoría se encuentra en los tejidos blandos y en baja proporción (1%), disuelto en el líquido extracelular. Al igual que ocurre con el calcio, en una situación de hipofosfatemia, el fosfato es cedido por el hueso, que actúa como reservorio de este mineral, aunque la regulación de su concentración en plasma es menos precisa que la del calcio. En el organismo, la mayor parte del fósforo que no forma parte de huesos y dientes aparece en forma de sales inorgánicas (H2PO4- y HPO4=) y orgánicas. El fosfato inorgánico es más ionizable y difusible a través de las membranas que el orgánico. En el plasma, donde se puede encontrar unido a calcio, magnesio, sodio y proteínas, su concentración es de 3-4,5 mg/dl en los adultos, mientras que, en los niños, ésta es algo mayor (4-7 mg/dl). En los tejidos blandos, el fósforo forma parte de fosfolípidos, nucleótidos, ácidos nucleicos, enzimas, etc. La bilis y el jugo pancreático, lo mismo que el jugo intestinal, contienen una considerable proporción de fósforo, y contribuyen a mantener el equilibrio entre la ingestión de fósforo y su excreción fecal. 3.2. Funciones en el organismo Además de la función plástica que posee el fosfato junto con el calcio en el organismo, constituyendo los cristales de hidroxiapatita y formando parte estructural del esqueleto y de los dientes, este mineral desempeña otras muchas e importantes fun- F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro Tabla 1. CONTENIDO CORPORAL, FUENTES ALIMENTARIAS, RECOMENDACIONES Y FUNCIONES DEL CALCIO, FÓSFORO, MAGNESIO Y FLÚOR Contenido corporal Fuentes alimentarias 1.200-1.500 g Leche Productos lácteos Pescados Mariscos 600-900 g Carnes Pescados Lácteos Alimentos procesados Magnesio Flúor Mineral Calcio Fósforo Recomendaciones Funciones 800-1.000 mg Estructuras óseas Secreciones Contracción muscular Regulador de enzimas 800-1.200 mg Estructuras óseas Fosfolípidos de las membranas ATP Tampón intracelular 25 g Frutos secos Harinas integrales Hortalizas Chocolate 150-350 mg Parte del hueso Secreciones Contracción muscular Actividad enzimática 2,6-4,0 g Agua fluorada Té Pescados 1,5-4,0 mg Fortalecimiento del hueso Prevención de caries ciones en los tejidos blandos. Así, juega un papel importante en el metabolismo de los hidratos de carbono, contribuyendo a la absorción intestinal de glucosa mediante el proceso de fosforilación, en el cual el fosfato se combina con la glucosa. Estimula la reabsorción tubular renal de glucosa mediante el mismo proceso. Se une a los lípidos constituyendo los fosfolípidos, que forman parte estructural de todas las membranas celulares. El fósforo es necesario para multitud de reacciones en las que se requiere energía, siendo básico en la producción de moléculas energéticas como el ATP, fosfato de creatina y fosfoenolpirúvico. Forma parte del músculo e interviene en su metabolismo. Colabora en el transporte de los ácidos grasos, formando parte de los fosfolípidos plasmáticos. Constituye parte de los ácidos nucleicos, DNA y RNA, y de varios fosfátidos que intervienen en numerosos procesos biológicos. Asimismo, se encuentra en el AMP cíclico, que actúa como un segundo mensajero intracelular, y en otros nucleótidos libres. Este mineral contribuye al control del equilibrio ácido-base en la sangre, formando parte del tampón fosfato, e igualmente es importante su papel amortiguador en el líquido intracelular, pero especialmente en el líquido extracelular, en la luz de los túbulos renales, donde neutraliza los iones hidrogeniones excretados por la bomba renal de protones. Por otro lado, el fósforo forma parte del tejido nervioso, siendo indispensable para su adecuado funcionamiento, así como para el mantenimiento de la actividad intelectual y sexual. 3.3. Absorción, metabolismo y excreción En la Figura 2 se representa el balance diario y la localización del fósforo en el individuo adulto. 905 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... Figura 2. Balance diario y localización del fósforo en el individuo adulto. La absorción del fosfato está estrechamente ligada a la del calcio, aunque al parecer, éste es absorbido más eficientemente que el calcio. Por término medio, se absorbe el 70% del fosfato total presente en una dieta mixta. La vitamina D aumenta su absorción por el intestino delgado. Los fosfatos de sodio o de calcio di o tricálcico son poco o nada asimilables, circunstancia que puede agravase al tomar una dieta rica en calcio o en cloruro de magnesio. Durante la infancia y la adolescencia, el balance de fósforo es positivo, al igual que para el calcio, permitiendo el incremento del tejido óseo. Como ya se ha indicado, ambos iones son indispensables para la formación, mantenimiento y mineralización del hueso. Las dosis elevadas de vitamina D, 906 el hipertiroidismo, la ACTH, los glucocorticoides y los preparados sintéticos de cortisona pueden ocasionar osteoporosis, porque destruyen la matriz orgánica y liberan fosfato desde el hueso. La vitamina D acelera la transferencia del fosfato orgánico de los tejidos blandos a fosfato inorgánico del tejido óseo. La excreción del fosfato se produce por vía renal y tracto gastrointestinal. El riñón mantiene una relación entre el fósforo excretado y el fósforo presente en el plasma. La hormona paratiroidea (PTH) moviliza el fosfato del hueso y aumenta su excreción por los túbulos renales. La vitamina D actúa en sentido contrario. Sin embargo, a dosis elevadas aumenta la pérdida de fosfato. La PTH bloquea la reabsorción del fosfato cuando éste aumenta en F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro relación con la concentración de calcio en sangre. La acidosis aumenta la excreción del fosfato diácido por los túbulos renales, mientras que la alcalosis induce la excreción tubular de fosfato monoácido. La excreción fecal de fosfato endógeno es estimulada por el aumento de la fosfatemia, que a su vez es ocasionado por la elevación de la concentración de la PTH. 3.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias La regulación del fósforo en nuestro organismo está muy relacionada con la del calcio, por lo que se recomienda la ingestión de ambos minerales en una relación 1:1, es decir, unos 800 mg/día, excepto en los lactantes, en los que la proporción de fósforo debe ser más baja que la del calcio (Tabla 1). El fósforo se encuentra ampliamente difundido en la naturaleza en forma de fosfatos, tanto en el reino mineral como en el vegetal y el animal. Buenas fuentes de este mineral son carnes, pescados, leche y sus productos derivados, frutos secos, legumbres, cereales, etc. Además, son muy ricos en fósforo los alimentos procesados tecnológicamente, pues se les añaden diversos aditivos que contienen este mineral. 3.5. Carencia: causas y efectos No suelen darse situaciones de carencia de fósforo. En realidad, el fósforo abunda en todos los alimentos, como ya se ha dicho, y se absorbe en el intestino en una proporción relativamente alta en comparación con la del calcio. Salvo que existan problemas de regulación del fósforo en el organismo, son muy raras las situaciones carenciales de este mineral. La hipofosfatemia aparece en algunas situaciones patológicas como en las afecciones intestinales con dificultad de absorción de fósforo (sprúe y enfermedad celiaca), en el hiperparatiroidismo primario, en los trastornos del balance calcio-fósforo por raquitismo y osteomalacia, en el perparatiroidismo por aumento de la excreción renal de fósforo, o bien por deficiente ingesta en la dieta. Los síntomas característicos de la hipofosfatemia son debilidad muscular, alteraciones óseas, raquitismo y osteomalacia. 3.6. Exceso: causas y efectos La hiperfosfatemia no se suele dar por ingestión excesiva en individuos sanos, pero sí en ciertas enfermedades como insuficiencia renal, hipoparatiroidismo, glomerulonefritis aguda y crónica, en casos de crecimiento excesivo de los huesos, como sucede en los niños de bajo peso al nacer y en los acromegálicos, y también aparece tras la administración demasiado rápida por vía endovenosa de fosfato. El exceso de fósforo es responsable de síntomas fundamentalmente musculares, como la tetania. 4. Magnesio 4.1. Contenido y localización en el organismo El magnesio es el segundo catión del medio intracelular en abundancia y está considerado, al igual que el calcio y el fosfato, como un mineral mayoritario, siendo su contenido de unos 25 g en el cuerpo del adulto. De este total, un 65-70% está en los huesos, que también constituyen una reserva de magnesio, al igual que el músculo en forma tanto de fosfato como de carbonato. El resto se localiza en el interior de las células de los tejidos blandos, en una concentración de 15 mEq/l, donde participa en la utilización de la energía metabólica, y en menor proporción en el plasma (1,4-2,5 mg/ml), de este último, alrededor del 80% está ionizado y es difusible, el resto está ligado a proteínas séricas. Los músculos contienen más magnesio que calcio, al contrario que la sangre. Para que el magnesio penetre en las células es indispensable que exista piridoxina (B6). Con la edad, el contenido en magnesio del organismo tiende a disminuir. 4.2. Funciones en el organismo Entre el magnesio y el calcio existen estrechas relaciones, pudiendo producirse tanto fenómenos de sinergismo como de antagonismo. 907 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... En el hueso, el magnesio forma parte de la estructura mineral, junto con el calcio y el fosfato y, además, participa en los procesos de intercambio de estos minerales entre el hueso y otros tejidos. Regula la osificación y el equilibrio fosfocálcico. Es esencial para que el calcio se fije adecuadamente y no se deposite en forma de cálculos. Regula el nivel de calcio por acción indirecta sobre las glándulas paratiroides. Disminuye la solubilidad del fosfato cálcico y aumenta la solubilidad del carbonato cálcico. En los tejidos blandos, el magnesio tiene múltiples funciones, muchas de ellas similares a las del calcio. Por ejemplo, participa en la contracción de los músculos, secreciones de glándulas y transmisión de los impulsos nerviosos. Además, las enzimas que liberan la energía metabólica almacenada como ATP precisan magnesio, al igual que las implicadas en el metabolismo de otras moléculas fosforiladas ricas en energía. Es importante para una normal excitabilidad muscular, al igual que el calcio. Estimula la contracción de la fibra muscular lisa. Tiene acción sobre el sistema circulatorio reequilibrante y protectora contra los infartos. Estimula la contractilidad cardiaca. Es un factor de crecimiento y un regenerador tisular que influye sobre el anabolismo. Además, el magnesio tiene acción estimuladora sobre el peristaltismo intestinal, desodoriza las heces, aumenta la secreción biliar, tiene acción colagoga y colerética, y forma parte de los jugos pancreáticos e intestinales. El magnesio disminuye la excitabilidad del sistema nervioso central, fenómeno que se puede producir, por ejemplo, en la insuficiencia renal. Las acciones específicas del magnesio consisten en inhibir la liberación de la acetilcolina y contrarrestar el efecto oxidante de los iones de potasio en la placa motriz. Este mineral participa en el metabolismo de los hidratos de carbono, activando enzimas del proceso glicolítico y la oxidación de la glucosa (fosforilación oxidativa), y también otras muchas enzimas como la fosfatasa alcalina, hexokinasa, fructokinasa, fosforilasas y fosfoglucomutasa. Interviene en el metabolismo de las proteínas, actuando como cofactor de su síntesis en los ribosomas. La traducción de la secuencia de bases para la obtención de la secuencia de aminoácidos se encuentra bajo la dependencia de las concentraciones de magnesio y de calcio. También interviene en la transferencia 908 de grupos metilo (transmetilación), y es cofactor en las reacciones de descarboxilación. Por otro lado, disminuye la alcalinidad de la sangre y acidifica la orina. Tiene una participación fundamental en la actividad electrolítica de las células, en el equilibrio ácido-base y en los fenómenos de óxido-reducción. Juega un importante papel en la respiración celular y en los intercambios celulares. Es un antiséptico interno y externo. Participa en procesos de anafilaxia. Posee acción antiinflamatoria y antiinfecciosa. Estimula la fagocitosis y es indispensable para la acción de los anticuerpos. Mejora la resistencia al estrés por traumatismos e intervenciones quirúrgicas. Mejora el funcionamiento psíquico y la resistencia a la fatiga. Aumenta la actividad genésica y la libido. La ansiedad, la hiperemotividad y el insomnio producen una descarga del magnesio intracelular. Reequilibra el psiquismo y el sistema vegetativo. Tiene acción vagolítica. Por último, el magnesio contribuye a la estabilización de la doble hélice de DNA, neutralizando las cargas de los grupos fosfato de los nucleótidos que tienen tendencia a separarse. La selectividad de la replicación del DNA está ligada a la presencia de iones magnesio, que permiten incorporar en la secuencia de DNA únicamente desoxirribonucleótidos. Este mineral también interviene en la transcripción del DNA y en la actividad de la RNA polimerasa. La PTH actúa sobre el magnesio de forma semejante a como lo hace sobre el calcio. 4.3. Absorción, metabolismo y excreción En la Figura 3 se representa el balance diario y la localización del magnesio en el individuo adulto. El magnesio de la dieta se absorbe por término medio en un 45%, concretamente en el intestino delgado y, en cierta proporción, en el estómago. El restante 55% es excretado en heces. El calcio y los factores que inhiben la absorción del calcio (fosfato, álcalis, exceso de grasa) también dificultan la del magnesio, mientras que la PTH incrementa su absorción. La excreción de magnesio se lleva a cabo por vía fecal, urinaria y biliar. La excreción fecal es cuantitativamente la más importante. A través de la misma se elimina del 50 al 80% del total excretado. El F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro Figura 3. Balance diario y localización del magnesio en el individuo adulto. riñón conserva eficientemente el magnesio, eliminándose tan sólo unos 60-120 mg/día en la orina. Varios son los factores que regulan la excreción renal de magnesio: los adrenes, paratiroides, hipófisis y el equilibrio ácido-base (acidosis) facilitan la excreción tubular distal de iones de magnesio. La aldosterona aumenta la permeabilidad renal para este catión, al igual que lo hace con el potasio, para conservar el sodio. 4.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias Las ingestas recomendadas de magnesio son de 350 mg/día para los varones, 300 mg/día para las mujeres, y unos 150 mg/día para los niños. Las recomendaciones se incrementan durante el embarazo y la lactancia hasta los 400 mg/día (Tabla 1). En la dieta, la relación entre el magnesio y el calcio es fundamental para la retención de ambos minerales. En principio, buenas fuentes de magnesio son los vegetales, pues este mineral forma parte de la molécula de clorofila, en la que desempeña un papel biológico esencial, comparable al que tiene el hierro en la hemoglobina. Las nueces y otros frutos secos, así como las hortalizas y los cereales son ricos en magnesio, pero contienen fitatos y oxalatos que disminuyen su biodisponibilidad. El chocolate, por ejemplo, contiene unos 385 mg/100 g, pero también contiene oxalatos (124 mg/100 g). 909 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... Alimentos de origen animal con alto contenido en magnesio son los productos lácteos (quesos, leche, yogur), huevos y pescados. 4.5. Carencia: causas y efectos Se considera un déficit de magnesio cuando su concentración plasmática es menor de 1 mEq/l, y generalmente se produce cuando existe hipocalcemia e hipopotasemia. Entre las distintas causas que pueden originar déficit de magnesio, se encuentran: aporte insuficiente de magnesio en la dieta, especialmente por el elevado consumo de productos cultivados químicamente, alcoholismo (disminuye la absorción y aumenta la excreción en heces), vómitos frecuentes, diarreas, malabsorción intestinal, poliuria, diuresis excesiva por diuréticos, alimentación parenteral prolongada, y una gran diversidad de patologías, como la enfermedad de Adisson, enfermedades ulcerosas, pancreatitis aguda, insuficiencia renal crónica, cirrosis, cáncer, diabetes mellitus, nefritis crónica, insuficiencia cardiaca, acidosis metabólica, hiperaldosteronismo, hiperparatiroidismo e hipotiroidismo. La hipomagnesemia puede ocasionar multitud de alteraciones, entre las que se encuentran: fatiga, tetania, espasmos, temblor, convulsiones, irritabilidad neuromuscular, agitación, confusión, vértigos, trastornos simpáticos, alteración en el ECG, accidentes cardiovasculares, trombosis, trastornos digestivos, lesiones hepatocelulares, trastornos del metabolismo glucídico, disminución de las reservas de glucógeno en hígado y músculo, y disminución del metabolismo del calcio, y éste puede depositarse en exceso en miocardio, riñón, paredes vasculares, etc. 4.6. Exceso: causas y efectos La hipermagnesemia aparece en situaciones patológicas como la insuficiencia renal aguda, la enfermedad de Addison, o la nefritis crónica, ocasionando somnolencia, arritmias cardiacas, y depresión del sistema nervioso central, entre otros síntomas. El exceso de magnesio puede combatirse por inyección de calcio. 910 5. Flúor 5.1. Contenido y localización en el organismo Este oligoelemento, que se encuentra en el cuerpo en cantidades que varían entre los 2,6 y los 4 g, se localiza en dientes, piel, tiroides, huesos, plasma, linfa y vísceras. En el diente y en el hueso, el fluoruro se incorpora a los cristales de hidroxiapatita, por sustitución del ión hidroxilo y constituyendo la fluoroapatita. [Ca10(PO4)6(OH)2] → [Ca10(PO4)6(F)2] 5.2. Funciones en el organismo El flúor se conoce especialmente porque previene la aparición de caries dental, que consiste en una destrucción progresiva de la estructura del diente como resultado del ácido producido por las bacterias que se desarrollan en la superficie, constituyendo la llamada placa bacteriana. La acción preventiva del fluoruro se debe a que refuerza la estructura mineral de los dientes y mantiene el esmalte, haciéndolos más resistentes a los ácidos y, por tanto, al desarrollo de la caries. Además, actúa sobre las bacterias cariogénicas, inhibiendo su metabolismo y su adhesión y agregación a la placa dental. También parece reducir la osteoporosis por sus efectos beneficiosos sobre el tejido óseo, aumentando la dureza de la estructura ósea y haciendo al hueso menos sensible a la resorción. 5.3. Absorción, metabolismo y excreción La principal vía de incorporación del fluoruro al organismo es la digestiva. La absorción de este elemento se lleva a cabo por difusión simple y ocurre fundamentalmente en el intestino delgado (75-80%) y en menor proporción en el estómago (20-25%). El fluoruro del agua de bebida se absorbe casi en su totalidad (95-97%), y en una menor proporción el procedente de la dieta (60-70%). Una vez absorbido pasa a la sangre y de ahí a los restantes tejidos, fijándose específicamente en F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro los mineralizados, huesos y dientes, por los que tiene gran afinidad. Su metabolismo es modificado negativamente por la toma prolongada de corticoides y tranquilizantes. Se excreta fundamentalmente por la orina. 5.4. Ingestas recomendadas y fuentes alimentarias La cantidad diaria recomendada es de 1,5 a 4 mg/día para los adultos y algo menor en niños y adolescentes (1-2,5 mg/día) (Tabla 1). La principal fuente exógena de fluoruro es el agua de bebida, sobre todo las aguas potables fluoradas; sin olvidar que algunos alimentos también contribuyen al aporte de este mineral, como son los pescados de origen marino y el té y, en menor proporción, carnes, huevos, cereales, verduras y frutas. 5.5. Carencia: causas y efectos La carencia de fluoruro se suele presentar en individuos que viven en lugares donde el agua de bebida contiene menos de 1 mg/l, manifestándose su déficit por la aparición más frecuente de caries dental. 5.6. Exceso: causas y efectos La ingestión de cantidades elevadas de fluoruro se produce por sobrefluoración del agua de bebida o por contaminación industrial. El exceso de fluoruro origina la fluorosis, que se caracteriza por un moteado del esmalte que aparece también carcomido (a dosis de 2 mg/l). La fluorosis ocasionada por dosis de 8 mg/ml se traduce en un aumento de la densidad ósea con calcificaciones ligamentarias, especialmente en la columna vertebral (espondilitis deformante), debido a la formación de fluoroapatita, que son cristales más grandes y menos solubles que los de hidroxiapatita, y el hueso se hace más estable y, por tanto, más envejecido. A dosis superiores se producen alteraciones tiroideas, retraso del crecimiento y lesiones renales. 6. El tejido óseo: composición y estructura El hueso es un tejido conectivo mineralizado, de composición heterogénea y estructura compleja, muy dinámico y vascularizado, en el que se pueden diferenciar los siguientes componentes, una matriz orgánica, constituida mayoritariamente por colágeno, una matriz inorgánica, formada fundamentalmente por cristales de calcio y fosfato, y el componente celular, que representa el 2% de la materia orgánica del hueso y está formado por los osteoblastos, osteocitos y osteoclastos, que son los responsables de la formación, mineralización, modelación y remodelación ósea. Además de proporcionar el soporte estructural para el movimiento y de la función de sostén y protección de este tejido, la matriz ósea representa el principal reservorio de estos minerales en el organismo, constituyendo el 99% del calcio, el 80% del fosfato y el 35% del magnesio del contenido total del cuerpo. Desde un punto de vista estructural se pueden diferenciar dos tipos de hueso: a) El hueso compacto o cortical, constituido por láminas en disposición concéntrica alrededor de un canal o conducto de Havers, formando las denominadas osteonas. Se localiza en las diáfisis de los huesos largos, en la superficie de los planos y en la periferia de los cortos. Representa el 80% de la masa esquelética total. b) El hueso esponjoso, también conocido como trabecular o reticular, formado por una malla rígida mineralizada y localizado en el cuerpo vertebral y en las epífisis y metáfisis de los huesos largos. Se caracteriza por presentar un metabolismo muy activo y una alta velocidad de recambio. Representa el 20% de la masa esquelética total. La pérdida de masa y densidad óseas provoca la osteoporosis, enfermedad ósea que aparece frecuentemente en ancianos, especialmente en mujeres (ver Capítulo 4.34). 6.1. Matriz orgánica del hueso La matriz orgánica representa del 30 al 35% del volumen total del hueso. Está constituida mayoritariamente por fibras de colágeno del tipo I (95%). El restante 5% está formado por la denominada 911 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... sustancia fundamental, que contiene líquido extracelular (fluido óseo) y proteínas óseas no colágenas, sintetizadas por los osteoblastos. Entre éstas, se encuentran: a) glicoproteínas, b) proteoglicanos, c) proteínas con ácido γ-carboxiglutámico, d) factores de crecimiento, y e) proteínas morfogénicas del hueso. a) Glicoproteínas, como la fosfatasa alcalina y las proteínas con secuencia RGD [osteopontina, sialoproteína del hueso (BSP), fibronectina, trombospontina y osteonectina]. Las proteínas con secuencia RGD se caracterizan por contener en su secuencia el tripétido Arg-Gli-Asp, que es reconocido por los receptores de membrana de las células óseas (integrinas), facilitando así el anclaje de estas células en la matriz osteoide y su migración sobre ella. La osteonectina, muy abundante en el hueso, se une a las fibras de colágeno facilitando la formación de los cristales de hidroxiapatita. La ostepontina y la sialoproteína del hueso desempeñan también un importante papel en la mineralización ósea. b) Los proteoglicanos son macromoléculas formadas por un núcleo proteico central al que se unen oligosacáridos y glucosaminoglicanos. Se han identificado distinto tipos, condroitín-sulfato, hialuronano, decorina y biglucano, que cumplen funciones tan importantes como la participación en la morfogénesis ósea y la modulación de la actividad de distintos factores de crecimiento. c) Las proteínas con ácido γ-carboxiglutámico, como la osteocalcina (BGP) y la proteína del osteoide con ácido γ-carboxiglutámico, se caracterizan por contener este ácido glutámico modificado, capaz de combinarse con el ión calcio entre sus dos grupos carbonilo. Ambas proteínas estimulan la mineralización de la matriz orgánica y facilitan la adhesión de las células óseas a la misma. d) Los factores de crecimiento constituyen un numeroso grupo de polipéptidos que intervienen en diversos procesos del metabolismo óseo, entre los que se encuentran los factores de crecimiento insulínico tipo I y II (IGF-I, IGF-II), que estimulan la síntesis de colágeno tipo I y participan en la interacción osteoblasto-osteoclasto, y los factores transformadores del crecimiento β (TGF-β), que estimulan la síntesis des colágeno tipo I y de proteínas no colágenas (ver Capítulo 1.4). e) Las proteínas morfogénicas del hueso (BMP) están estructuralmente muy relacionadas con los TGF-β, perteneciendo a la misma familia de interleukinas. Se han identificado hasta 15 tipos de BMP, 912 entre los que se encuentra la osteogenina, que estimula la formación de hueso nuevo y participa en la reparación de fracturas. 6.2. Matriz inorgánica del hueso La matriz inorgánica representa del 65 al 70% del volumen total del hueso. Está formada mayoritariamente por sales de calcio y fosfato, organizadas en forma de cristales de fosfato básico de calcio, hidroxiapatita [Ca10(PO4)6(OH)2] y, además, pueden encontrarse en baja proporción otros iones, como magnesio, sodio, potasio, manganeso, fluoruro, carbonato, citrato y cloruro, adsorbidos a la superficie de los cristales de hidroxiapatita, e incluso algunos elementos contaminantes como plomo, cadmio, uranio o estroncio. 6.3. Componentes celulares del hueso 6.3.1. Osteoblastos Los osteoblastos son células mononucleadas que se originan de las células del estroma mesenquimatoso. Estas células se reclutan y se dirigen hasta el lugar de la formación del hueso, donde son responsables de sintetizar, segregar, organizar y mineralizar la matriz ósea, u osteoide. Éste está compuesto fundamentalmente por colágeno de tipo I, el único que puede mineralizarse, y por otras proteínas no colágenas, tales como osteopontina, osteonectina y osteocalcina, como ya se ha indicado. Tras la formación del osteoide, normalmente se produce una rápida mineralización con calcio y fosfato. Existen cuatro etapas comúnmente aceptadas en la vida de los osteoblastos: preosteoblastos, osteoblastos, osteocitos, y células osteoblásticas posproliferativas. La secuencia temporal comienza con el preosteoblasto, caracterizado por segregar fosfatasa alcalina y por su situación en el hueso, distante dos capas de células de los osteoblastos maduros. Una vez localizados en la posición correcta, los preosteoblastos comienzan a producir matriz ósea y se convierten en osteoblastos. Estos últimos, cuando cesa su actividad sintetizadora y mineralizante, pueden tener tres destinos diferentes: F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro a) Una pequeña fracción de osteoblastos se diferencia en osteocitos, así denominados porque están embebidos y rodeados por material óseo. Los osteocitos suponen el mayor grado de desarrollo de los osteoblastos y, aunque su metabolismo está muy disminuido, en la actualidad están siendo estudiados porque parecen responder y ser transductores de estimulaciones mecánicas. b) Las superficies quiescentes de los huesos están pobladas con células osteoblásticas posproliferativas, conocidas como células lineales del hueso. Estas células son inactivas en cuanto a su capacidad de producir matriz ósea, pero parecen ser las activadoras del proceso de remodelación ósea. c) En tercer lugar, la mayor parte de los osteoblastos mueren por apoptosis. 6.3.2. Osteoclastos Los osteoclastos son células grandes, multinucleadas, que llevan a cabo la resorción de hueso y que se forman por fusión de células precursoras hematopoyéticas (CFU) de una línea de monocitos-macrófagos, denominada CFU-M, que llegan desde la circulación sanguínea. Los osteoclastos no sólo desempeñan una función importante en el mantenimiento del esqueleto, sino también en la homeostasis de electrólitos. Esto explica por qué las vías de regulación de los osteoclastos son complejas. Durante la resorción del hueso, los osteoclastos producen y liberan enzimas lisosomales, protones y radicales libres, a través de un borde rizado u ondulado de su membrana plasmática, a un espacio extracelular confinado cerca del hueso, denominado compartimento resortivo, que disuelve el mineral, degrada la matriz ósea y produce cavidades resortivas llamadas lagunas de Howship (Figura 4). Los osteoclastos, después de haber resorbido el hueso, mueren por apoptosis. 7. Metabolismo del tejido óseo El desarrollo del esqueleto, con el simultáneo crecimiento y sustitución del cartílago por hueso, y el posterior modelado y remodelado óseos, depende de diferentes factores: a) La vascularización y la concentración de nutrientes que recibe el tejido. b) Las fuerzas de estiramiento y torsión, además de la presión hidrostática, consecuencia fundamental del movimiento y de la influencia de otros tejidos adyacentes como el músculo. c) La modulación de hormonas sistémicas y de diversos factores de crecimiento. 7.1. Formación ósea Se pueden diferenciar dos procesos de formación ósea, la formación primaria o intramembranosa y la formación secundaria o endocondral. En el primer caso, las células progenitoras mesenquimatosas condensan y, en lugar de desarrollar cartílago, se diferencian directamente en osteoblastos. La osificación endocondral gobierna la mayor parte de la formación del hueso, y es dependiente de la estructuración de un andamiaje de cartílago no vascularizado, que posteriormente es reemplazado por hueso. Los condrocitos derivan de células del estroma mesenquimatoso y su maduración está marcada por cambios morfológicos y cambios concomitantes en su actividad biosintética, requerimientos energéticos y metabolismo. En su forma más simple, los condrocitos son células pequeñas y redondeadas, localizadas en una región no mineralizante del hueso, que sintetizan fundamentalmente colágenos y proteoglicanos, que son los constituyentes principales de la matriz cartilaginosa. Cuando los condrocitos maduran, incrementan su tamaño (hipertrofia) y aumentan la síntesis de matriz cartilaginosa. El proceso de hipertrofia de los condrocitos permite que la placa de cartílago crezca y el incremento en la síntesis de matriz cartilaginosa provee a los osteoblastos de sustratos para la osificación. Ambos objetivos son imperativos en el crecimiento endocondral óseo. El estadio final de los condrocitos se manifiesta por apoptosis, dejando expedita la vía a la acción de los osteoblastos. En la formación del hueso, el paso inicial es la secreción, por parte de los osteoblastos, de moléculas de colágeno (monómeros de colágeno) y de la sustancia fundamental formada por proteínas no colágenas. Los monómeros de colágeno se polimerizan y forman fibras de colágeno y constituyen el tejido ostoide (similar al cartilaginoso), que acepta la precipitación de las sales cálcicas. 913 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... Figura 4. Metabolismo de los osteoclastos. 1: vesículas de transporte de enzimas lisosómicas y de V-ATPasa hacia el borde rizado; 2: V-ATPasa que media la acidificación del espacio extracelular; 3: canales de cloruro necesarios para el mantenimiento de la electroneutralidad de la bomba de protones; 4: generación de protones mediada por la anhidrasa carbónica; 5: intercambiador de cloruro-bicarbonato; 6: endocitosis de proteínas degradadas de la matriz; 7: vía de transcitosis de las proteínas de la matriz cuya entrada se ha realizado por endocitosis; 8: endocitosis mediada por el receptor de la membrana plasmática basolateral; 9: vesículas de reciclado del sitio de salida del osteoclasto. Fuente: Gil Á. Bases moleculares del desarrollo y del metabolismo óseo. En: Díaz Curiel M, Gil Á, Mateix M (eds.). Nutrición y salud ósea, 2004. Los procesos de osificación endocondral y de condrogénesis necesitan de una regulación fina para que se produzcan el crecimiento y la morfogénesis adecuados. En esta regulación están implicados varios factores de crecimiento y de transcripción, como el péptido relacionado con la PTH (PTHrP), que modula la diferenciación de los condrocitos y previene su hipertrofia excesivamente rápida. La hormona tiroidea (T3) desempeña un papel muy importante en el desarrollo y en el mantenimiento de la masa ósea, regulando la proliferación de los condrocitos y la organización de las columnas celulares, y promueve la diferenciación hipertrófica 914 terminal, induciendo la calcificación de la matriz de cartílago y formación ósea. Otra familia de factores de crecimiento y de receptores que desempeñan un papel importante en la diferenciación de los condrocitos son los factores de crecimiento de los fibroblastos (FGF) y sus receptores. El FGFR3 y su ligando controlan negativamente la formación del hueso, al limitar la proliferación de los condrocitos. La ecogenina o factor genético de osificación endocondral, también denominado CTGF (factor de crecimiento del tejido conectivo) o HCS24 (producto 24 del gen específico de los condrocitos hipertróficos), es otro factor importante F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro que promueve la proliferación y maduración de las células del cartílago en crecimiento, así como la hipertrofia de los condrocitos. Asimismo, este factor estimula la proliferación y diferenciación de los osteoblastos. 7.2. Mineralización de la matriz orgánica u osteoide Los osteoblastos que quedan atrapados entre las fibras de colágeno de la matriz orgánica se transforman en osteocitos. Pocos días después de formado el tejido osteoide en las fibras de colágeno se precipitan las sales de calcio y fosfato. La precipitación inicial no es en forma de cristales de hidroxiapatita, sino como compuestos amorfos no cristalinos, mezclados con combinaciones de calcio y fosfatos. Posteriormente, por un proceso de adición y sustitución, y también de reabsorción y nuevas precipitaciones, estas sales amorfas se convierten en cristales de hidroxiapatita. Este proceso puede durar semanas o meses, pero hasta el 20% del calcio precipitado permanece en forma de sales amorfas, que se absorben rápidamente cuando es necesario elevar los niveles de calcio de los líquidos extracelulares. El plasma constituye una solución acuosa sobresaturada en calcio y fosfato con respecto a la hidroxiapatita. Se podría producir una mineralización total del plasma si no existieran en éste sustancias que inhiben la precipitación de hidroxiapatita en todos aquellos tejidos que están en contacto con el plasma. Por tanto, la mineralización de la sustancia osteoide será el resultado del equilibrio entre las moléculas “nucleantes”, favorecedoras de la formación, depósito y crecimiento del cristal de hidroxiapatita, y las que realizan el efecto contrario. Entre las sustancias favorecedoras se encuentran algunas proteínas no colágenas, como ya se ha comentado (osteonectina, trombospondina y las ricas en ácido γ-carboxiglutámico). Las inhibidoras son proteoglicanos que inhiben el paso de las sales de calcio y fosfato amorfas a hidroxiapatita, el ATP y el pirofosfato que se unen fuertemente al calcio y fosfato, impidiendo el paso a hidroxiapatita, y los iones magnesio, que poseen una acción sinérgica con el ATP, retardando la transformación del fosfato no cristalino en hidroxiapatita. 7.3. Modelado y remodelado óseos El modelado óseo es el proceso por el cual los huesos crecen, adquieren y mantienen una determinada forma durante la infancia y la adolescencia. El remodelado constituye un ciclo completo y acoplado de reabsorción y reconstrucción de los huesos durante toda la vida. La reabsorción resulta de la degradación de la matriz osteoide y la disolución del componente mineral. La reconstrucción es consecuencia de la síntesis y mineralización de nueva matriz. El hecho clave para un correcto remodelado será el acoplamiento y equilibrio entre la reabsorción y la formación del tejido esquelético. La finalidad del remodelado es neutralizar el desgaste y fatiga de los materiales del hueso, secundarios a las continuas tensiones a que son sometidos. Aunque con ciertas diferencias entre el hueso cortical y el trabecular, el remodelado resulta de la secuencia acoplada de las siguiente fases: a) Activación de osteoclastos, por estímulos físicos, hormonas y factores de crecimiento. b) Reabsorción por los osteoclastos de la matriz mineralizada. c) Invasión por los osteoblastos del área reabsorbida para iniciar y completar la formación de nuevo hueso. El proceso dinámico de resorción y formación de hueso se mantiene de manera secuencial por la actividad de los componentes osteoclástico y osteoblástico que actúan bajo el influjo de múltiples factores endocrinos, paracrinos y autocrinos. La regulación de la formación, modelación y remodelación óseas se describe con detalle en el apartado siguiente. 8. Regulación del metabolismo óseo 8.1. Regulación endocrina del metabolismo óseo Tres son las principales hormonas sistémicas que regulan las actividades de formación y resorción óseas: hormona paratiroidea (PTH), calcitonina (CT) y vitamina D activa [1,25(OH)2D3]. Todas ellas participan en el mantenimiento de la constan- 915 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... se forma la pre-proPTH (115 aminoácidos), que tras su llegada a la membrana del retículo endoplasmático es transformada en proPTH (90 aminoácidos), por la escisión de la secuencia pre. La proPTH alcanza el aparato de Golgi, donde es convertida en la hormona activa PTH (84 aminoácidos), por la pérdida de la secuencia pro, y almacenada en las vesículas y Figura 5. Relación entre la concentración plasmática de calcio y las principales hormonas gránulos de secreción implicadas en el metabolismo óseo. hasta el momento de su liberación, que cia de la concentración plasmática de calcio (Fise producirá como respuesta a una situación de gura 5); para ello, no sólo ejercen su acción sobre hipocalcemia. La vida media de la PTH es de unos el hueso, sino también sobre el intestino y el riñón. 20-30 minutos. Existen también otras hormonas que participan, en El principal estímulo responsable de la síntesis y menor medida, en la regulación del metabolismo liberación de la PTH por las glándulas paratiroides óseo y de la homeostasis del calcio y el fosfato: es la hipocalcemia, mientras que la hipercalcemia glucocorticoides, péptido relacionado con la PTH tiene el efecto contrario (Figura 5). Otros estí(PTHpr), péptido relacionado con el gen de la calmulos para la liberación de PTH son los cambios citonina (CGRP), estrógenos, prolactina, hormonas en la concentración de magnesio, los corticoides y tiroideas, insulina, hormona del crecimiento (GH), las catecolaminas. La adrenalina aumenta la secreIGF-I y otros factores de crecimiento. ción de PTH mediante un efecto mediado por los receptores β-adrenérgicos. En un principio, también se pensó que el aumento de la concentración 8.1.1. Hormona paratiroidea plasmática de fosfato estimulaba directamente las glándulas paratiroides. Sin embargo, hoy se sabe La hormona paratiroidea o parathormona (PTH) que no es así, sino que lo hace indirectamente por es sintetizada por las células principales de las glándisminución de la calcemia. dulas paratiroides, que en la especie humana están La PTH es una hormona hipercalcemiante e localizadas en el cuello, en número de cuatro, conhipofosfatemiante. Sus tejidos diana son el hueso cretamente en la superficie posterior de los lóbulos y el riñón, sobre los que ejerce su acción de forma de la glándula tiroides. directa tras la unión de esta hormona a su receptor, Esta hormona, de naturaleza polipeptídica, tras acción que está mediada por el AMP cíclico y proser sintetizada en los ribosomas de las células printeínas kinasas. Asimismo, la PTH indirectamente cipales y antes de llegar a la circulación sistémica, también actúa sobre el intestino. sufre dos modificaciones postraduccionales, consisEn el hueso, las células diana directas son los tentes en la separación de dos fragmentos, uno de osteblastos que, una vez activados por la hormona, 25 aminoácidos, denominado secuencia pre, y otro estimulan a su vez a los osteoclastos. Se ha podido de 6 aminoácidos, llamado secuencia pro. Ambos comprobar que, en ausencia de osteoblastos, los cumplen la misión de facilitar el desplazamiento de osteoclastos aislados no responden a la PTH. El rela hormona hacia sus vías de secreción. Inicialmente sultado de la acción hormonal es una inhibición de 916 F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro la síntesis de colágeno tipo I de la matriz orgánica y una estimulación de la resorción ósea, aumentando la calcemia. En el riñón, actúa sobre las células tubulares, estimulando la reabsorción de calcio y favoreciendo la excreción de fosfato, lo que contribuye al aumento de los niveles plasmáticos de calcio. Indirectamente, también actúa sobre el intestino, estimulando la absorción intestinal de calcio por activación de la vitamina D en el riñón. 8.1.2. Calcitonina La calcitonina (CT) es sintetizada por las células C o parafoliculares de la glándula tiroides. Estas células se originan por migración embrionaria temprana de la cresta neural, son ricas en gránulos secretores y se localizan dispersas entre las células foliculares productoras de tiroxina. Existen en el organismo otros lugares de síntesis de CT, como la próstata, útero, bazo, paratiroides, adrenes e hipófisis. Esta hormona, de naturaleza polipeptídica al igual que la PTH, tras ser sintetizada y antes de ser liberada a la circulación sistémica, sufre una modificación postraduccional, consistente en la separación de un fragmento de 104 aminoácidos en su extremo aminoterminal. Inicialmente se forma la preCT o precursor de la CT (136 aminoácidos), que tras su llegada a la membrana del retículo endoplasmático es transformada en la hormona activa CT (32 aminoácidos). Ésta será almacenada en los gránulos de secreción hasta el momento de su liberación, que se producirá como respuesta a una situación de hipercalcemia. La vida media de la CT es de unos 5-15 minutos. El principal estímulo responsable de la síntesis y liberación de la CT es la hipercalcemia, mientras que la hipocalcemia tiene el efecto contrario (Figura 5). El incremento de la concentración plasmática de calcio es detectado por el receptor sensible al calcio de la membrana de las células parafoliculares, que responden con un aumento de la secreción de CT. También estimulan su secreción otras hormonas, como el glucagón, la colecistokinina, la gastrina y la secretina, mientras que la vitamina D la inhibe. La CT es una hormona hipocalcemiante e hipofosfatemiante. Sus principales tejidos diana son el hueso y el riñón, y en menor proporción el intestino. Las acciones de la CT, tras la unión a su receptor, es- tán mediadas fundamentalmente por dos segundos mensajeros, el AMP cíclico y la fosfolipasa C. En el hueso, las células diana directas de la hormona son los osteclastos, sobre los que actúa, reduciendo su tamaño e inhibiendo su actividad y, consecuentemente, disminuyendo la resorción ósea y la liberación de calcio desde el hueso. A diferencia de lo que ocurre con la PTH, en ausencia de osteoblastos, los osteoclastos aislados responden a la CT. Su posible acción sobre los osteoblastos en la estimulación de la formación ósea es actualmente discutida. En el riñón, actúa sobre las células tubulares, estimulando la excreción de calcio y fosfato e inhibiendo su reabsorción, lo que contribuye al descenso de los niveles plasmáticos de calcio y fosfato. En el intestino, la CT disminuye la absorción de calcio y fosfato. 8.1.3. Vitamina D activa [1,25(OH)2D3] La vitamina D puede proceder de la dieta, tanto de alimentos de origen animal (D3) como vegetal (D2), o bien de la piel, donde, por acción de la radiación solar, se forma por fotoactivación a partir de su precursor, el 7-deshidrocolesterol. Para que la vitamina D3 o colecalciferol pueda ejercer sus acciones, requiere un proceso previo de activación que incluye dos etapas. La primera tiene lugar en el hígado y consiste en una hidroxilación en el carbono 25, por acción de la 25-hidroxilasa, transformándose en el 25-hidroxicolecalciferol [25(OH)D3], de unos 15-30 días de vida media. La segunda etapa, que se produce en el riñón, es una hidroxilación en el carbono 1 por acción de la 1-α-hidroxilasa, dando lugar al 1,25-dihidroxicolecalciferol [1,25(OH)2D3] o metabolito activo de la vitamina D3 (calcitriol), de unas 5-8 horas de vida media. Además, se pueden formar otros metabolitos cuando la segunda hidroxilación ocurre en otras posiciones. Algunos de ellos son, por ejemplo, el 24,25-dihidroxicolecalciferol, el 1,24,25-trihidroxicolecalciferol y el 25,26-dihidroxicolecalciferol, que carecen o presentan muy baja actividad (ver Capítulo 1.24). La síntesis de vitamina D3 activa está controlada a nivel enzimático, concretamente por la enzima 1-α-hidroxilasa renal, cuya actividad es estimulada por la PTH. En ausencia de PTH, su actividad es prácticamente nula. Por tanto, la hipocalcemia, in- 917 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... directamente y a través de la liberación de PTH, aumenta la formación de vitamina D3 activa. La hipofosfatemia estimula la actividad de la 1-αhidroxilasa renal, al mismo tiempo que inhibe la destrucción de la vitamina. Además, la propia vitamina D inhibe su síntesis a nivel enzimático, por un proceso de retroalimentación. Otras hormonas también regulan la concentración de 1,25(OH)2D3. Así, los estrógenos la aumentan, por estimulación de la síntesis de la proteína hepática transportadora de la D3 al hígado (DBP), mientras que otras, como las hormonas tiroideas, insulina y hormona del crecimiento, la disminuyen. La vitamina D3 activa actúa como una hormona hipercalcemiante e hiperfosfatemiante, en colaboración muy estrecha con la PTH (Figura 5). Los tejidos diana relacionados con su efecto regulador de la calcemia son hueso, riñón, intestino y glándulas paratiroides. Su principal mecanismo de acción es el típico de las hormonas esteroideas, es decir, interacción con su receptor nuclear, posterior unión al DNA y modulación de la transcripción génica. Más recientemente se ha descrito otro mecanismo, mediante apertura de canales de calcio, en el que estaría implicada la proteína kinasa C. En el hueso, las células diana directas de la hormona son los osteclastos, sobre los que actúa activándolos y, consecuentemente, estimulando la resorción ósea y la liberación de calcio desde el hueso. En el riñón, actúa sobre las células tubulares, estimulando la reabsorción de calcio y fosfato, lo que contribuye al aumento de los niveles plasmáticos de calcio y fosfato. En el intestino, esta hormona aumenta la absorción de calcio y fosfato. En el paratiroides, la alta concentración de 1,25(OH)2D3 inhibe la liberación de PTH. La deficiencia de vitamina D3 activa, o más raramente la de calcio, provoca raquitismo (niños) y osteomalacia (adultos), dos enfermedades óseas que se caracterizan por una inadecuada mineralización de la matriz orgánica del hueso (ver Capítulos 4.33 y 4.34). En el Capítulo 1.24 se hace una referencia más amplia de los efectos biológicos de esta vitamina. (PTHrP) ejerce unos efectos sobre el hueso muy similares a la PTH (inhibe la formación y estimula la resorción ósea), estando su acción mediada por el AMP cíclico y proteínas kinasas, al igual que la PTH. Este péptido es codificado por un gen que se transcribe en un RNAm que, dependiendo de su procesamiento, al traducirse en los ribosomas, puede dar lugar a tres isoformas diferentes del PTHrP, de 139, 141 y 173 aminoácidos. Todas ellas tienen en común los 139 aminoácidos en su extremo amino-terminal, y es precisamente en este extremo donde, de sus 13 primeros aminoácidos, presentan 8 idénticos a los de la PTH. El PTHrP estimula el transporte de calcio a través de la placenta y, además, actúa junto con la prolactina para promover la formación ósea neonatal, por lo que se piensa que esta hormona puede tener una función especialmente importante durante la vida intrauterina y la lactancia. El péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP) también interviene en el remodelado óseo, estando su acción mediada por el AMP cíclico. Se trata de un péptido codificado por el mismo gen de la CT. El pre-RNA que se transcribe del gen de la CT puede ser procesado por dos caminos, y dependiendo del que siga dará lugar a la CT o al CGRP. En las células paracelulares del tiroides el 95% del preRNA se dirige hacia la síntesis de CT, mientras que en otras células, como, por ejemplo, en el sistema nervioso, el 99% del pre-RNA se traduce dando el CGRP. Ambas hormonas son muy similares en su región amino-terminal, pero difieren en la carboxi-terminal. La hormona del crecimiento, directa e indirectamente a través del factor de crecimiento insulínico IGF-I, estimula la proliferación de los osteoblastos y la síntesis de la matriz extracelular. Los glucocorticoides y las hormonas tiroideas inhiben la formación ósea y facilitan su resorción, mientras que los estrógenos promueven la apoptosis de los osteoclastos, inhiben la resorción ósea y estimulan la síntesis de CT y la formación de vitamina D activa en el riñón. 8.1.4. Otras hormonas 8.2.1. Regulación de la síntesis y función de los osteoblastos Otras hormonas, además de las ya descritas, pueden participar en la regulación del metabolismo óseo. Así, el péptido relacionado con la PTH 918 8.2. Regulación génica del metabolismo óseo Dado que los osteoblastos derivan de células mesenquimatosas, existen mecanismos de desarro- F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro Figura 6. Transducción de señales mediadas por la PTH. Fuente: Gil Á. Bases moleculares del desarrollo y del metabolismo óseo. En: Díaz Curiel M, Gil Á, Mateix M (eds.). Nutrición y salud ósea, 2004. llo activados apropiadamente para controlar el ciclo celular y asegurar que el fenotipo de los osteoblastos difiera del de otras células del mismo origen, tales como los condrocitos y los adipocitos. Los factores de transcripción AP-1, Dlx-5, Msx-2, las proteínas osteogénicas BMP-2 y las citokinas TGFβ-1 son ejemplos de moléculas reguladoras que se expresan temporalmente para mediar en el compromiso de las células progenitoras en su diferenciación hasta osteoblastos, y salvaguardar la síntesis de moléculas necesarias para la proliferación, la formación de matriz y la mineralización. Por otra parte, los osteoblastos producen numerosos factores reguladores que incluyen prostaglandinas (PG), citokinas y factores de crecimiento, algunos de los cuales se incorporan a la matriz en desarrollo, lo que se traduce en la estimulación de la formación o de la resorción de hueso. Algunos de estos factores, como ocurre con la PTH y la PGE2, pueden influenciar ambos procesos. Como células formadoras de hueso, el crecimiento y diferenciación de los osteoblastos están bajo el control de numerosos factores endocrinos, paracrinos y autocrinos. Entre éstos, se encuentran las proteínas morfogénicas del hueso (BMP), IGF-I, TGF-β y otras citokinas, así como las hormonas PTH, GH, T3, insulina, glucocorticoides, vitamina D activa y fuerzas biomecánicas.Tanto la PTH como el péptido relacionado con la PTH (PTHrP), de forma indirecta, activan los osteoclastos y dan lugar a la resorción ósea. Durante este proceso el fenotipo de los osteoblastos cambia y la célula implicada en la formación de hueso se dirige hacia la resorción. La activación de los osteoblastos por la PTH da lugar a la expresión de genes importantes para la degradación de la matriz extracelular, producción de factores de crecimiento y estimulación del reclutamiento de osteoclastos. La capacidad de la PTH para llevar a cabo cambios en la expresión génica es dependiente de la activación de factores de transcripción, tales como los de la familia de la proteína activadora-1, RUNX2, y las proteínas de unión al elemento de respuesta a AMP cíclico (CREB). La mayor parte de estos procesos están mediados por la proteína kinasa A. Sin embargo, otros procesos están mediados por la proteína kinasa C y por estimulación de las proteínas kinasas activadas por mitógenos (MAPK). En la Figura 6 se muestra la señalización celular mediada por la PTH y las vías de transducción de señales implicadas. Recientemente, se ha propuesto que algunos nucleótidos tales como el ATP y el UTP, liberados 919 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... localmente, interaccionando con receptores del tipo P2, expresados tanto en los osteoblastos como en los osteoclastos, son potentes activadores de las señales de transducción de la PTH y de la activación transcripcional de los osteoblastos. La provisión de un mecanismo de inducción de los osteoblastos, más allá del derivado de la acción de factores sistémicos, puede facilitar el remodelado óseo y explicar la paradoja de por qué algunas hormonas como la PTH ejercen efectos en lugares discretos del hueso. La hormona del crecimiento (GH), directamente y a través del factor de crecimiento insulínico tipo I (IGF-I), estimula la proliferación de osteoblastos y la formación de matriz extracelular, como ya se ha indicado. El efecto de la IGF-I es mediado por la producción por los osteoblastos de proteínas de unión a IGF-I (IGFBP), algunas de las cuales inhiben la acción del IGF-I, como la IGFBP-3 y la IGFBP-4, mientras que la IGFBP-5 aumenta su acción. La actividad osteoblástica es también estimulada por la T3, aumentando la producción de osteocalcina (BGP), colagenasa 3 (metaloproteinasa 13 o MMP-13), gelatinasa–B (MMP-9), inhibidor de la MMP-1 (TIMP-1), fosfatasa alcalina, IGF-I, IGFBP2, interleukina 4 (IL-4), IL-6 e IL-8. La acción final de la T3 es la regulación de la morfología de los osteoblastos, del citoesqueleto y de los contactos celulares, así como la regulación de la síntesis de citokinas y de factores de crecimiento implicados en la actividad de dichas células. Así, la IL-6 y la IL-8 son importantes activadores del proceso de osteoclastogénesis. Un factor de transcripción denominado factor a1 (Cbfa1) parece ser esencial para la formación de los osteoblastos y, por consiguiente, para la formación del hueso. El gen más específico de los osteoblastos es el de la osteocalcina (BGP), que presenta dos elementos cis en su promotor, denominados OSE-1 y OSE-2, idénticos a aquellos que se unen a una nueva familia de factores de transcripción, llamados proteínas Runt/CFBA. El dominio Runt, de 128 aminoácidos, está muy bien conservado a lo largo de la evolución. Existen tres genes de este tipo en el hombre, denominados Cbfa1, Cfba2 y Cbfa3, este último expresado con ubicuidad. El Cbfa2 se expresa en los linfocitos T y B, y está implicado en la organogénesis. El Cbfa1 se expresa únicamente en osteoblastos. El Osf2 es un 920 transcrito completo del gen Cbfa1 que cumple con todas las características de un activador transcripcional de la diferenciación, ya que se une y activa al promotor de la mayoría de los genes expresados en los osteoblastos, y durante el desarrollo se expresa inicialmente en las células mesenquimatosas. Además, sólo se expresa en osteoblastos maduros y no en condrocitos o en otras células del mismo origen. Finalmente, la sobreexpresión de Osf2 en células no osteoblásticas conduce a la expresión de genes típicamente osteoblásticos, como el de la osteocalcina (BGP) y el de la sialoproteína del hueso (BSP). La función de este gen no es redundante con otros genes, ya que en ratones deficientes para Osf2 se observa que el desarrollo de su esqueleto es normal, excepto en que el material formado es exclusivamente cartílago. Por otra parte, se ha descubierto que la displasia cleidocraneal humana se debe a mutaciones por deleción, parada, inserción o sin sentido del gen Cbfa1. El complejo génico de la calcitonina comprende dos genes a y b, ambos localizados en el cromosoma 11 entre los genes de la catalasa y de la PTH. Los tres primeros exones del gen a codifican para el péptido relacionado con la calcitonina (CGRP), y la expresión de los 6 exones completos da lugar a la calcitonina. El gen b sólo produce CGRP. El gen de la calcitonina tiene un promotor que dispone de un elemento de respuesta negativa a vitamina D y un elemento de respuesta positiva a AMP cíclico (CRE). La calcitonina inhibe la resorción ósea directamente al causar una pérdida del número de osteoclastos y de su borde rizado, así como de su actividad secretora. El mecanismo depende de la transducción de señales mediada por proteínas G, provocada por la unión con su receptor. La propia calcitonina regula la expresión de su propio receptor en los osteoclastos de manera negativa, a través de un mecanismo transcripcional. La calcitonina también afecta a otros tejidos ya que aumenta la expresión de la 25-hidroxilasa hepática y la 1-αhidroxilasa renal, que conducen a la formación de Vitamina D activa. El CGRP también interviene en el remodelado óseo a través de vías de transducción de señales que implican al AMP cíclico. Los glucocorticoides ejercen un efecto supresor sobre la formación de los osteoblastos induciendo su apoptosis. Además, inhiben la acción de las citokinas TGF-β1 y IGF-I, y aumentan la expresión del factor de transcripción del receptor activado F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro ración de osteoclastos maduros y activos. Sin embargo, evidencias recientes sugieren la existencia de otros mecanismos implicados en la osteoclastogénesis. Así, existe un antagonista de la interacción de RANK y ODF. Un receptor soluble de la familia de los receptores del factor de necrosis tumoral (TNF), denominado osteoprotegerina (OPG), es capaz de Figura 7. Inducción de la expresión del sistema RANKL/G-CSF y supresión simultánea de la bloquear la interacción transcripción del gen osteoprotegerina (OPG) mediada por glucocorticoides. Fuente: Gil Á. Bade ODF con RANK, de ses moleculares del desarrollo y del metabolismo óseo. En: Díaz Curiel M, Gil Á, Mateix M (eds.). manera que la proporNutrición y salud ósea, 2004. ción de ODF/OPG es importante en la regupor proliferadores de los peroxisomas de tipo γ2 lación de la resorción ósea. Además, existen eviden(PPAR-γ2), que inhibe la osteoblastogénesis y parcias de que la mayoría de los factores osteotrópicos ticipa en la adipogénesis, lo que explica la aparición que inducen la formación de osteoclastos actúan de grasa en la médula ósea de pacientes tratados indirectamente por interacción con receptores de durante largo tiempo con corticoides. Asimismo, las células del estroma de la médula ósea, que a su explica el descenso de la masa mineral en la osvez inducen la expresión de ODF, y que la OPG se teoporosis inducida por corticoides. Finalmente, utiliza como un agente antiosteoporótico.Así, el solos glucocorticoides inhiben el gen bcl-2 (gen de la brenadante de plaquetas estimula la formación de leucemia/linfoma 2) y altera la relación de los genes osteoclastos a través de OPG y de un mecanismo bcl-2/bax implicados en la apoptosis. dependiente de RANKL. Los glucocorticoides inducen la expresión del sistema RANKL/G-CSF y suprimen simultánea8.2.2. Regulación de la síntesis mente la transcripción del gen OPG. Asimismo, y función de los osteoclastos ejercen un efecto antiapoptótico sobre los osteoclastos maduros, lo que da lugar a un aumento de Los osteoblastos desempeñan un papel activo la supervivencia y actividad de los osteoclastos. La en la osteoclastogénesis. Los precursores hematosupresión concomitante de hormona luteinizante y poyéticos expresan un receptor conocido como de esteroides sexuales da lugar a un desequilibrio RANK -receptor activador del factor nuclear kappa en el sistema RANKL/OPG que favorece la osteoB (NF-κB)-. Este receptor interactúa con un ligando clastogénesis (Figura 7). producido por los osteoblastos denominado factor Se ha propuesto una cascada génica que conde diferenciación de los osteoclastos (ODF), tamtrola la diferenciación de los osteoclastos, en la bién conocido como RANKL (ligando de RANK) y que intervienen dos proteínas segregadas por los TRANCE (citokina inducida por activación relacioosteoblastos y cuatro factores de transcripción nada con TNF), cuya expresión parece estar rela(Figura 8). Estudios recientes utilizando microcionada con la expresión del gen Cbfa1. Las células chips de DNA indican que entre la fase de preT recién activadas también expresan ODF. La inteosteocito y la de preosteoblasto se expresan 47 racción de RANK con su ligando da lugar a la genegenes de forma diferencial, la mayor parte de ellos 921 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... be la diferenciación de los osteoclastos. La sobreexpresión de OPG en animales transgénicos genera un fenotipo de osteopetrosis con existencia de precursores osteoclásticos, lo que indica que la OPG actúa en un estadio más tardío de la diferenciación de los osteoclastos. Otros factores que actúan tardíamente en el desarrollo de los osteoclastos son el protooncogén c-fos, un homólogo del gen viral v-fos Figura 8. Cascada génica que controla la diferenciación de los osteoclastos. Gil Á. Bases molecuque produce un lares del desarrollo y del metabolismo óseo. En: Díaz Curiel M, Gil Á, Mateix M (eds.). Nutrición y osteosarcoma, que salud ósea, 2004. expresa parte del relacionados con la síntesis de colágeno tipo I y de factor de transenzimas procesadoras del colágeno, que se inhiben. cripción AP-1. La alteración de este gen conduce Asimismo, estudios de proteómica durante la difea osteopetrosis con presencia de macrófagos, lo renciación de los osteoclastos indican que se exque indica que actúa más tarde que el gen PU.1. presan diferencialmente entre 19 y 23 proteínas. Asimismo, la alteración de las subunidades p50 y Hay otras moléculas que afectan a la actividad y p52 del NFκB da lugar a la formación de osteofunción de los osteoclastos, como c-src y catepsina petrosis y ausencia de osteoclastos y de células B. K, muy importantes en el remodelado óseo, pero Finalmente, existe otro gen, cuya mutación geneque no afectan a su diferenciación. El gen que parece ra microoftalmia y osteopetrosis, denominado mi, actuar en el primer momento de diferenciación de que codifica para un factor de transcripción de la los osteoclastos es el denominado PU.1, que cuando familia BHLH, y que actúa más tarde que los gese expresa genera un factor de transcripción que nes PU.1 y c-fos, ya que en animales mutantes hay controla los procesos de diferenciación de células osteoclastos pero no se produce la resorción de mieloides, linfocitos B, macrófagos y osteoclastos. hueso (Figura 8). Los animales deficientes en PU.1 muestran una seveLa formación y expansión del borde rizado de ra osteopetrosis con ausencia de osteoclastos y de la membrana plasmática de los osteoclastos, lugar macrófagos. El gen PU.1 parece controlar la expredonde tiene lugar la resorción ósea (Figura 4), sión de otro gen, c-fms, necesario para la diferenciadepende de la molécula de adhesión denominada ción osteoclástica. Este gen codifica para un factor de integrina aVb3. Por otra parte, la ATP-asa vacuolar crecimiento, denominado CSF-1 (factor estimulador (V-ATP-asa), que está insertada en el borde rizade colonias-1), necesario para la maduración de los do de la membrana plasmática, es una bomba de macrófagos y para la diferenciación de los precursoprotones encargada de suministrar grandes cantires mieloides hasta progenitores de los osteoclastos. dades de equivalentes de ácido para solubilizar la Anteriormente, se ha mencionado que la OPG inhihidroxiapatita. Los protones son generados por la 922 F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro acción de la anhidrasa carbónica II, una enzima citoplasmática que convierte el dióxido de carbono en bicarbonato y protones. Para mantener la neutralidad eléctrica, a la vez, existe un gran flujo de aniones, especialmente de cloruro, que salen al exterior mediante canales del tipo ClC-7. El mantenimiento del borde rizado de los osteoclastos se debe a un equilibrio entre exocitosis y endocitosis. Otras proteínas importantes en la función de los osteoclastos son la fosfatasa ácida lisosomal (LAP) y la fosfatasa resistente al ácido tartárico (TRAP). En animales mutantes para estas dos proteínas se observan importantes deformaciones óseas y malformaciones de la columna vertebral torácica. Otra proteína importante en la función de los osteoclastos es la enzima lisosómica catepsina K, que se encarga de digerir fibras nativas de colágeno a pH ácido y, por tanto, es necesaria para la resorción ósea; así, la ausencia de catepsina K conduce a la aparición de una enfermedad denominada picnodisistosis. Además, están presentes varias metaloproteasas tales como la MMP-1, MMP-9 y MT1-MMP, todas ellas implicadas en la degradación de los osteoclastos. La inactivación de las proteínas necesarias para la acidificación extracelular o de las proteasas implicadas en la degradación de la matriz conduce a la osteopetrosis, una enfermedad caracterizada por la formación de huesos muy densos. El remodelado óseo depende de la capacidad de los osteoblastos de regular la diferenciación y actividad de los osteoclastos, así como de formar hueso. Además de producir compuestos formadores de la matriz, especialmente moléculas de colágenos diversos tales como el tipo I, que constituye el 95% de las proteínas de dicha matriz, los osteoblastos median la función de los osteoclastos mediante moléculas reguladoras solubles expresadas en su superficie e incorporadas en la matriz extracelular. Las BMP, excepto la BMP-1, pertenecen a la familia de factores de crecimiento del tipo TGF-β (factores transformadores del crecimiento). Existen al menos 15 BMP diferentes y todas ellas tienen la capacidad de inducir la formación de hueso ectópico y de potenciar la diferenciación de los osteoblastos en cultivo de tejidos. Por consiguiente, su potencial terapéutico es innegable, en circunstancias tales como la osteoporosis, en las que existe pérdida de masa ósea. Muchas de estas proteínas no sólo están implicadas en el desarrollo óseo sino que también participan en numerosos procesos de organogénesis durante el desarrollo embrionario, controlando la proliferación celular y la apoptosis. Las proteínas BPM4, BMP5, BMP7, GDF5 y GDF6 son las que desempeñan un papel más importante en el desarrollo de elementos esqueléticos. Por otra parte, la síntesis del mismo TGF-β2 está aumentada en los osteoblastos, dando lugar a un fenotipo marcadamente osteogénico que conduce a la diferenciación de los osteoblastos. Las BMP actúan por unión a receptores del tipo serina/ treonina kinasa, que consecuentemente activan moléculas Smad por fosforilación. Estas Smads translocan al núcleo, donde modulan la transcripción de genes específicos (ver Capítulo 1.5). Los osteoclastos, después de haber resorbido el hueso, mueren por apoptosis. Algunos agentes que bloquean la resorción ósea, como los bisfosfonatos y la OPG, inducen la apoptosis de los osteoclastos. Igualmente ocurre con otros reguladores de la actividad osteoclástica, como los estrógenos y el TGF-β. 923 Capítulo 1.27. Calcio, fósforo, magnesio y flúor. Metabolismo... 9. Resumen A lo largo de este Capítulo se describen aquellos aspectos más interesantes de cuatro minerales, el calcio, el fosfato, el magnesio y el fluoruro, incluyendo su contenido y localización en el organismo, las principales funciones que desempeñan, especialmente aquellas relacionadas con el hueso y los dientes, los procesos de absorción, metabolismo y excreción, las ingestas recomendadas y fuentes alimentarias, así como las posibles causas y efectos de la carencia y el exceso de los mismos. Los cuatro minerales incluidos en este Capítulo tienen en común que mayoritariamente se localizan en los tejidos mineralizados, huesos y dientes. Estos minerales participan en la integridad estructural del organismo, pero, además de tener un papel fundamental en la formación y mantenimiento de los huesos y dientes, son esenciales en numerosos procesos metabólicos que ocurren en todas las restantes células del organismo. Se describe, asimismo, el complejo y preciso sistema de regulación que controla la concentración del calcio, entre unos márgenes muy estrechos, tanto en el medio extracelular (calcemia) como en el intracelular. Esta precisa regulación, llevada a cabo por el sistema endocrino, permite el equilibrio dinámico del catión entre los distintos compartimentos corporales, de forma que el calcio disuelto del medio extracelular y parte del que se encuentra en el hueso son intercambiables, unos 500 mg de calcio entran y salen de los huesos diariamente. La concentración plasmática de fosfato también se encuentra regulada, al igual que la de los restantes iones, pero no de una forma tan precisa. Las principales hormonas sistémicas que regulan el equilibrio dinámico del calcio entre los diferentes compartimentos corporales, y al mismo tiempo modulan las actividades de formación y remodelación óseas, son: la hormona paratiroidea, la calcitonina y la vitamina D. Todas ellas participan en el mantenimiento de la constancia de la concentración plasmática de calcio. Para ello, ejercen su acción no sólo sobre el hueso, sino también sobre el intestino y el riñón. Existen también otras hormonas que participan, en menor medida, en la regulación del metabolismo óseo y en la homeostasis del calcio y fosfato: glu- 924 cocorticoides, péptido relacionado con la PTH (PTHpr), péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), estrógenos, prolactina, insulina, hormonas paratiroideas, hormona de crecimiento (GH), factor de crecimiento insulínico tipo I (IGF-I), y otros factores de crecimiento. El crecimiento óseo en tamaño y forma se lleva a cabo a través de la cooperación de células responsables de la formación, mineralización y resorción de la matriz ósea. Los osteoblastos son los encargados de producir la matriz celular y facilitar la mineralización, mientras que los osteoclastos, células multinucleadas especializadas, llevan a cabo la resorción del hueso. La regulación endocrina y génica de la síntesis, metabolismo y apoptosis de los osteoblastos y osteoclastos incluye un elevado número de factores endocrinos, paracrinos y autocrinos. El conocimiento de las bases moleculares y celulares de la formación, mineralización, modelación y remodelación óseas, y de los principales factores génicos implicados en la regulación local de estos procesos, será fundamental para la prevención y tratamiento de diferentes enfermedades óseas. F. Pérez Llamas | M. Garaulet Aza | Á. Gil Hernández | S. Zamora Navarro 10. Bibliografía Fox SI. Regulación del metabolismo. En: Fox SI (ed.) Fisiología humana, 7ª ed. McGraw-Hill Interamericana. Madrid, 2003: 622-55. Texto que incluye una parte de capítulo dedicado al metabolismo del tejido óseo. Gil Á. 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