Untitled - Portal de la Rama Judicial

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CONFERENCIA JUDICIAL
DE
PUERTO RICO
MEMORIA
DELA
SEGUNDA SESION PLENARIA.
15, 16 Y 17 DE DICIEMBRE DE 1960
TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
SAN JUAN, PUERTO RICO
<t
ç
C)
A-
/1
/
/
C(JNF’ERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RICO
SEGUNDA SESION PLENARIA
Durante los dIas 15, 16 y 17 de diciembre de 1960 se ceiebró
en Ia Sala de Sesiones del Tribunal Suuremo de Puerto Rico la
segunda sesión pienaria (le Ia Conferencia Judicial de Puerto
Rico.
La mañana del jueves 15 estuvo dedicada a Ia sesión inau
gural cle Ia Conferencia, la cual se declaró abierta por ci Hon.
Luis Negrén Ferntndez, Juez Presidente del Tribunal Supremo
y Presidente de Ia Conferencia Judicial. Sc dedic la sesión
inaugural a honrar Ia memoria del Hon. Jaime Sif’e Ddvila,
Juez Presidente Jubilado del Tribunal Sucremo
e: Presi
dente del Ccmité Directivo de Ia Conferencia Judicial. Clausurd
Ia sesión inaugural ci Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente
del Comité Directivo de la Conferencia.
-
Las sesiones de trabajo de la Conferencia consurnieron Ia
tarde del jueves 15, el viernes 16, y Ia mañana del dbado 17.
Rigió el programa que aparece más adelante y se lievaron a
cabo los procedimientos que aqui se transcriben.
GuILLERM0 A. GIL
Sec ietario de ta Conferencia.
IGNACIO RIvERA
Sdcretauio Axiliar
(.
III
I
CONFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RICO
SEGUNDA SESION PLENARIA
RESOLUCION SENALANDO LA SEGUNDA
SESION PLENARIA
RESOLUCION DESIGNANDO AL PRESIDENTE
DEL COMITE DIRECTIVO
COMITES DE LA CONFERENCIA
AGENDA
REGLAS
MIEMBROS DE LA CONFERENCIA
TABLA DE MATERIAS
SE5ION INAUGURAL
(En mernoria dcl lion. Jaime Sifre Dávila)
Página
Apertura de Ia Conferencia, Hon. Luis Negrón Fernández, Juez
Presidente del Tribunal Supremo y Presidente de Ia Conferencia
Judicial
Resolución del Tribunal Supremo in memoriam
Mensaje dcl Hon. Luis Muñoz Mann, Gobernadon del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico
Mensaje del Hon. Samuel R. Quiflones, Presidente del Senado
Mensaje del Hon. Ernesto Ramos Antoaini, Presidente de la Cámara
de Representantes
Monsaje del Hon. Manuel Abréu Castillq, Presidente del Colegio de
Abogados de Puerto Rico
Mensaje del Hon. José Angel Poventud, decano de los abogados de
Puerto Rico
Clausura de la Sesidn Inaugural, Hon. Roberto H. Todd, Jr., Pre
sidento del Comité Directivo
1
1
3
5
9
11
14
16
SESIONES DE TRABAJ0
ASI5TENcIA LEGAL
Ponencia
sobre
el
informo
del
Comité—Hon.
Juan B.
Fernández
19
34
Badillo, Presidente
Discusión del Informe
INFORME DEL PaEs!nENTE
46
Hon. Luis Negrón Fernández, Presidente de la Conferencia
EnucAcléN LEGAL Y AnMI5ION AL
EjEacIclo DR LA AnoGAcfA
Ponencia sobre el informe del Cornibé—Lcdo. Rnfael Martinez Alvarez,
Jr., Presidente Interino
Discusién del Informe
56
61
REGLAS DR ADMJNISmAcION Y CALmcoAiuos
JumcsALEs
Poneucia
sobre
el informe del
Comité—Lcdo.
Felix Ochoteco, Jr.,
62
67
Presidente
DiscusiCn del Informe
VII
r
TABLA DL MATERIA5
PROcEDIMIENT0 CIVIL
Ponencia sobre el informe
Presidente
DiscusiOn del Informo
del Cornité—Lcdo. José
A.
Poventud,
Pigina
70
75
1NCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE
ENAJENAn05 MENTALES
Ponencia sobre el informe del Comité—Hon. Hiram R.
Cancio, Pre
sidente
Discusión del Informe
EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
In re:
C0NFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO Rico.
76
82
RESOLUCION
REF0RMA5 AL SI5mMA JuDICIAl
2
Ponencia sobre el informe del Comité—Lcdo. José
Trias Monge, Pre
sidente
DiscusiOn del Informe
San Juan, Puerto Rico, a 14 de julio de 1960.
96
102
RELACI0NEs BE FAMILIA
Ponencia sobre el informe del Comité—Hon. Antonio
R. BareelO,
0 Fresidente
Jr
DiscusiOn del InfoTme
102
104
Luis NEGRON FERNÁNDEZ
104
110
PROBLEIVIA5 DEL TRANSIT0
Ponencia sobre el informe del Comité--—Hon. Lucas
F. Serbia, Pre
sidente
Discusión del Informe
VIII
Juez Presidente
Certifico:
IGNACIO RWMtA
Secretario
117
131
CLAu5URA BE LA C0NFERENCIA
Hon. Marcelino Flores, Juez del Tribunal de Distrito
HBn. Aifredo Archilla Guenard, Juez del Tribunal Superi
or
Hon. Manuel Abréu Castillo, Presidente del Colegio do Aboga
dos
Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente del Comité Directi
vo
Hon. Luis Negrón Fernández, Juez Presidente del Tribun
al Supremo
y Presidente do Ia Conferencia
El Juez Presidente queda autorizado para preparar el tema
rio de la Conferencia y encomendar a los Comités Ia labor que
corresponda con arreglo al mismo.
Lo acordd el Tribunal y firma el señor Juez Presidente.
AsuNTos BE MEN0RES
Ponencia sobre ol informe del Comite—Hon. Edwin Cortés
Garcia,
Presidente
DiscuslOn del Informe
Se senalan los dias 15, 16 y 17 de diciembre de 1960 para
la celebración de Ia Segunda Sesión Plenaria de Ia Conferencia
Judicial de Puerto Rico.
139
140
141
142
143
II
r
COMITES DE LA CONFERENCIA JUDICIAL
EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
In re:
CONFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RIco.
Comité de Asistencia Legal
RESOLUCION
San Juan, Puerto Rico, a 23 de noviembre de 1960.
Con motivo del sensible fallecimiento del Hon. Jaime Sifre
Dávila, se designa Presidente del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico al Hon. Roberto H. Todd, hijo.
Lo acordo el Tribunal y firma el Sr. Juez Presidente.
Luis NEGRON FERNÁNDEZ
Juez Presidente
Certifico:
IGNACIO RIvERA
Secretario
Comité Directivo
Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente
(Todos los presidentes de los demás comités son
miembros de éste.)
Hon. J. B. Fernández Badillo, Presidente
Lie. Mariano Acosta Velarde
Lie. James R. Beverley
Lie. Juan Caizada Gonzalez
Lie. Enrique Córdova DIaz
Hon. Rogelio Fernández Garzot
Lie. Federico Tilén,
Miembros
Conute sobre Asuntos de Menores
Hon. Edwin Cortés Garcia, Presidente
Hon. Eduardo Alvarez de Ia Vega
Lie. Richard Francis
Hon. Gladys Lasa
Lie. Luis A. Noriega
Hon. José L. Purcell
Lie. Milton F. Rüa,
Miembros
Comité de Educación Legal y Admisión al Ejercicio de Ia
AbogacIa
Hon. Manuel Rodriguez Ramos, Presidente
Lie. J. Martin Almodóvar
Lie. Jorge Luis Córdova
Lie. Manuel Garcia Cabrera
Lie. Rafael Martinez Alvarez, hijo
Lie. Pedro Muñoz Amato
Lie. Domingo Toledo Alamo,
Miembros
XI
x
Comité de Etica
Hon. Borinquen Marrero, Presidente
Lie. Manuel Abréu Castillo
Hon. Hiram R. Cancio
Lie. Jorge Luis Córdova
Lie. Manuel Garcia Cabrera
Lie. Felix Ochoteco, Jr.
Lie. Gonzalo Sifre,
Miembros
Comité sobre Problemas Relacionados con Ia lmposición de Penas,
Sentencias Suspendidas y Libertad a Prueba
Hon. Luis Pereyó RodrIguez, Presidente
Lie. Enrique Campos del Toro
Hon. Ramón A. Gadea Pieó
Hon. Guillermo Gil Rivera
Lie. Juan B. Soto
Hon. Angel M. Umpierre
Hon. Frank Vizearrondo,
Miembros
Comité sobre Problemas del Tránsito
Hon. Lucas F. Serbia, Presidente
Lie. Manuel Abréu Castillo
Hon. José C. Aponte
Hon. Carlos V. Dávila
Lie. Ramón Mellado, hijo
Hon. José Pablo Morales
Hon. Augusto Palmer
Hon. José Perez Rodriguez
Lie. Federieo Rodriguez GelpI
Lie. Hiram Torres Rigual
Hon. Roberto Veray Torregrosa,
Miembros
Comité de Procedimiento Civil
Lie. José A. Poventud, Presidente
Lie. Enrique Báez Garcia
Hon. Luis Blaneo Lugo
Lie. Abraham BIaz Gonzalez
xH
Lie. F. Fernández Cuyar
Lie. Amador Ramirez Silva
Lie. Miguel Velázquez Rivera,
Miembros
Comité de Procedimiento Criminal
Lie. Francisco Ponsa Feliu, Presidente
Lie. Santos P. Amadeo
Hon. José C. Aponte
Hon. Angel D. Marchárid Paz
Lie. Ruben Rodriguez Antongiorgi
Lie. Benicio Sanchez Castaflo
Lie. Julio Suárez Garriga,
Miembros
Coniité de Procedimiento para Ia Determinación de Incapacidad
Mental y Reclusion de Enajenados Mentales
Hon. Hiram R. Cancio, Presidente
Hon. Rolando MartInez
Lie. José M. Terrasa
Hon. Roberto Veray Torregrosa
Lie. Angel Viera Martinez
Hon. José Villares Rodriguez
Hon. Rafael L. Ydraeh,
Miembros
Comité sobre Reformas al Sistema Judicial
Lie. José TrIas Monge, Presidente
Lie. Gabriel de la Haba
Lie. Rafael 0. Fernández
Lie. Raimundo Garcia Cintrón
Lie. Benjamin Ortiz
Lie. Francisco Parra Toro
Hon. Pedro Santos Borges,
Miembros
Comité de Reglas de Administración y Calendarios Judiciales
Lie. Felix Ochoteeo, Jr., Presidente
Hon. José M. Calderón, hijo
Hon. José Dávila Ortiz
Lie. Angel Fiol Negrón
xm
Lie. Juan Enrique Géigel
Hon. José Perez RodrIguez
Lie. Francisco Torres Aguiar,
Mc nibios
Cornité sobre Relaciones de Familia
Hon. Antonio R. Barceló, Pres’idente
Lie. Tomá’ Bernardini Pales
Lie. Ramón Cancio
Hon. Joaquin Correa Suárez
Lie. Emily Dixon de Ruiz
Lic. Ramón Perez de Jesus
Hon. Lucas F. Serbia Córdova,
Miembros
EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
In re:
C0NFERENcIA JUDICIAL DE PUERTO Rico.
Agenda para la Segunda Se
sión Plenaria a celebrarse los
dIas 15, 16 y 17 de diciembre
de 1960 y Reglas para regir
sus trabajos.
RESOLUCION
San Juan, Puerto Rico, a 9 de diciembre de 1960.
A recomendaciones del Comité Directivo de Ia Conferencia
Judicial, conforme al apartado IV de nuestra Orden de 10 de
octubre de 1957, se aprueba la siguiente
AGENDA
para la Segunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial de
Puerto Rico a celebrarse en la Sala de Sesiones del Tribunal
Supremo durante los dIas 15, 16 y 17 de diciembre de 1960:
SESION INAUGURAL
Dedicada a la Memoria del Hon. Jaime Sifre Dávila, ex Juez
Presidente del Tribunal Supremo de Puerto Rico y ex Presi
dente del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial.
Jueves, 15 de diciembre de 1960
9:30 a.m.
APERTURA DE LA CONFERENCIA Y DEDICACION DE
LA SESION INAUGURAL
Hon. Luis Negrón Fernández’, Juez Presidente del Tribunal
Supremo y Presidente de Ia Conferencia.
LECTURA DE LA RESOLUCION DE DUELO DEL
TRIBUNAL SUPREMO
XIV
Hon. Emilio S. Belaval, Juez Asociado del Tribunal Supremo.
REGLAs
REGLAs
REGLAS DE ADMINISTRACION Y CALENDARIOS
JUDICIALES
BREVES PALABRAS ALTJSIVAS AL ACTO:
Hon. Luis Mufloz Mann, Gobernador de Puerto Rico.
Hon. Samuel R. Quiflones, Presidente del Senado de Puerto Rico.
Hon. Ernesto Ramos Antonini. Presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico.
Hon. Manuel Abréu Castillo, Presidente del Colegio cle Abogados
de Puerto Rico.
Hon. José Angel Poventud.
Ponencia sobre el informe del Comité.
Lic. Felix Ochoteco, Jr., Presidente.
Discusión del informe.
INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE
ENAJENADOS MENTALES
Ponencia sobre el informe del Comité.
Hon. Hiram R. Cancio. Presidente.
Discusion del informe.
CLAUSURA DE LA SESION INAUGURAL
Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente del Comité Directivo de
Ia Conferencia Judicial.
2:00 p.m.
REFORMAS AL SISTEMA JUDICIAL
SESIONES DE TRABAJO
Jueves,
Ponencia sobre el informe del Comité.
Lic. José Trias Monge, Presidente.
Discusión del informe.
15 de diciembre de 1960
2:00 p.m.
El Juez Presidente declarará abierta la sesión y rendirá
Informe a Ia Conferencia.
RELACIONES DE FAMILIA
Ponencia sobre el informe del Comité.
Hon. Antonio R. Barceló, Presidente.
Discusión del informe.
INFORMES DE COMITES
ASISTENCIA LEGAL
Ponencia sobre el informe del Comité.
Hon. Juan B. Fernández Badillo, Presidente.
Discusión del informe.
ASUNTOS DE MENORES
Ponencia sobre el informe del Comité.
Hon. Edwin Cortés Garcia, Presidente.
Discusión del informe.
Sábado, 17 de diciembre de 1960
9 :00 a.m.
EDUCACION LEGAL Y ADMISION AL EJERCICIO DE LA
ABOGACIA
Ponencia sobre el informe del Comité.
Lic. Manuel GarcIa Cabrera, Presidente Interino.
Discusión del informe.
PROBLEMAS DEL TRANSITO
Ponencia sobre el informe del Comité.
Hon. Lucas F. Serbia, Presidente.
Discusión del informe.
Viernes, 16 de diciembre de 1960
9 :00 a.m.
PROCEDIMIENTO CIVIL
Ponencia sobre el informe del Comité.
Lic. José A. Poventud, Presidente.
Discusión del informe.
I
XVI
I
CLAUSURA DE LA CONFERENCIA
Las sesiones de trabajo y los procedimientos de Ia Confe
rencia se regirán por las siguientes
xvn
REGLAS
REGLAS
REGLAS
1. El Juez Presidente llamará al orden y declarará. cons-.
tituida, para cornenzar sus trabajos, Ia Segunda Sesión
Plenaria
de Ia Conferencja Judicial de Puerto Rico.
2. Conforme a Ia agenda aprobada, cada presidente de
comité
hará una breve exposición del contenido y alcance del
informe
rendido al Tribunal y dará cuenta sobre Ia acción tomada
por
el cornjté, de haberse tornado alguna, sobre cualesquiera
suges
tiones o propuestas sornetidas por miembros de Ia
Conferencia
u otros miembros del Foro, con relación a dicho inforrne.
3. Después de la ponencia de cada presidente de comité,
el
Juez Presidente abrirá a discusión el informe correspondiente.
Podrán participar en dicha discusión ünicamente miembros
de Ia
Conferencia. Se Iimitará el ndrnero de turnos y la duración
de
los misrnos, de acuerdo con las circunstancias, dándose
oportu
nidad preferente para exponer sus ideas a aquellos miernbros
de Ia Conferencja que hubieren sornetido previamente
suges
tiones o propuestas por escrito; pero el Juez Presidente,
dentro
del tiernpo disponible para Ia discusión de cada informe,
pro
curará que el mayor nümero de miembros pueda expresar
su
criterio.
4. Las ideas expuestas o sugestiones hechas por
rniembros
de Ia Conferencja durante Ia discusión de los respectivos
infor
mes, serán objeto de ulterior estudio y consideración
por el
comité carrespondiente, el cual someterá un informe
compie
mentario al Tribunal Supremo respecto a las mismas, con
las
recomendacjones que estime de lugar, pudiendo ampliar o mo
dificar su anterior informe al efecto.
5. Toda materia que no haya sido objeto de estudio e
informe
por el comité cuyo inforrne esté siendo discutido, pero que
co
rresponda a su particular esfera de actividad, será referida
a dicho cornité para su oportuna consideración y ulterior
in
forme al Tribunal, pero no será abierta a discusión en Ia
Con
ferencia.
6. El Juez Presidente deciarará fuera de orden cualquier
cuestión que no sea propia de discusión en esta Conferencia.
7. Se hará una grabacion de los procedirnientos de Ia Con
ferencia y se publicarán los mismos.
8. Las horas de trabajo en las sesiones de la mañana serán
de 9 a 12 y en las sesiones de la tarde de 2 a 5.
XVIII
9. El Secretario del Tribunal Supremo y el Director Admi
nistrativo Auxiliar de los Tribunales coiaborarán con ci Tribunal
y con el Secretario de la Conferencia en el curso de las sesiones
y el Alguacil y sus ayudantes auxiliarán al Tribunal y a la
Coriferencia en tocios los procedimientos.
Lo acorció el Tribunal y firma ci Sr. Juez Presidente.
LuIs NEGRON FERNÁNDEZ
Juez PresicZente
Certifico:
IGNACIO RIVERA
Secret ario
xix
CONFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RICO
SEGUNDA SESION PLENARIA
(1960)
MIEMBROS
Jueces
1
2
3
4
5
6
7
del Tribunal Supremo.—
Hon. Luis Negron Fernández, Juez Presidente.
Hon. Pedro Perez Pimentel, Juez Asociado.
Hon. Emilio S. Belaval, Juez Asociaclo.
Hon. Lirio J. Saldana, Juez Asociaclo.
Hon. Rafael Hernández Matos, Juez Asaciado.
Hon. Carlos Santana Becerra, Juez Asociado.
Hon. Rail Serrano Geyls, Juez Asociado.
Jueces
8
9
10
Jubilados del Tribunal Supreino.—.
Hon. MartIn Travieso
Hon. Roberto H. Todd, Jr.
Hon. Borinquen Marrero Rios
Jueces
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
xx
del Tribunal Superior.—
Hon. Gerardo Carreira Mas, Aguadilla.
Hon. Rafael Padró Pares, Arecibo.
Hon. Candid
0 Ceballos Parrilla, Arecibo.
Hon. Jorge Meléndez Vela, Bayamón.
Hon. AnIbal Medina Tolentino, Bayamón.
Hon. José Villares Rodriguez, Caguas.
Hon. Angel D. Marchánd Paz, Guayama.
Hon. Luis Pereyó RodrIguez, Humacao.
Hon. Frank Vizcarrondo Vivas, Mayag’llez.
Hon. Aifredo Archilla Guenard, Mayaguez.
Hon. Miguel A. Velázquez Rivera, Ponce.
Hon. Ramón A. Gadea Picó, Ponce.
Hon. Hector Ruiz Somohano, Ponce.
Hon. Antonio J. Matta, Ponce.
Hon. Daniel E. Lopez Pritchard, Ponce.
26 Hon. José M. Calderón Garcia, San Juan.
27 Hon. Luis R. Polo Jiménez, San Juan.
28 Hon. Federico Tilén Laforet, San Juan.
29 Hon. Ramón A. Cancio, San Juan.
30 Hon. Angel Fiol Negrón, San Juan.
31 Hon. Pedro Santos Borges, San Juan.
32 Hon. Angel M. Umpierre, San Juan.
33 Hon. José N. Rivera Barreras, San Juan.
34 Hon. JoaquIn Correa Suárez, San Juan.
35 Hon. Antonio R. Barceló Bird, San Juan.
36 Hon. Lucas F. Serbia Córdova, San Juan.
37 Hon. José Dávila Ortiz, San Juan.
38 Hon. Manuel Moreda GOmez, San Juan.
39 Hon. Baldomero Freyre Montero, San Juan.
40 Hon. Edwin Cortés Garcia, San Juan.
41 Hon. Eduardo Alvarez de la Vega, San Juan.
42 Hon. Gladys Lasa DIaz, Caguas.
43 Hon. José L. Purcell Rodriguez, Ponce.
44 Hon. Rafael L. Ydrach Yordán, General.
45 Hon. Plinio Perez Marrero, General.
46 Hon. Augusto Palmer, General.
47 Hon. Jaime Frank Paganacci, General.
48 Hon. Victor Vargas Negrón, General.
49 Hon. Willis Ramos Vázquez, General.
50 Hon. José A. Negrón Lopez, General.
Jueoes del Tribunal de Distrito.—
51 Hon. Carlos R. Ruiz Amengual, Adjuntas.
52 Hon. Juan B. Zamora Rovira, Ag’uadilla.
53 Hon. Miguel A. Laforet, Añasco.
54 Hon. Ferdinand Padróri Delgado, Arecibo.
55 Hon. ArIstides Maldonado, Bayamón.
56 Hon. Maria Luisa Ramos, Bayarnón.
57 Hon. Belford Torres Vélez, Cctho Rob.
58 Hon. Hiram A. RamIrez Toro, Caguas.
59 Hon. Carmen I. Rivera Piflero, Caguas.
60 Hon. Juan N. Garcia FarIa, Camuy.
61 Hon. José B. Acosta Rodriguez, Carolina.
62 Hon. Ricardo Jordan Alvarez, Capey.
63 Hon. Antonio Andino Elias, Cia les.
xx’
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
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79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
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91
92
93
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
XXII
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Adolfo Santiago Rivera. Coccmo.
Osvaldo RodrIguez Enriquez, ComerIo.
Rogelio Fernández Garzot, Fajardo.
Ismaci Anglade Lube, Guayu,ma.
René Rivera Colomer, Gnaya,niilct.
Raül Ferrer Babilonia, Humaeao.
Eugenio Velázquez Martin, Juana Diaz.
Juan Diaz Lasalle, Lares.
Severino Lecaroz Large, Manat.
Reman Delgado Abréu, iliayagiiez.
Rafael G. Vidal Roig, Mayagüez.
Miguel Vega Lopez, Oioeovis.
Erasmo Miranda, Patillas.
Luis Verges Lanausse, Ponce.
Herminio Rodriguez Quiflones, Ponce.
Angel Rodriguez Escobar, Rio Grande.
José Perez RodrIguez, RIo Piedras.
Roberto Schmidt Monge, Rio Piedra.s.
Victor Alberty Ruiz, Rio Piedras.
Pedro A. Perez Perez, RIo Piedras.
Odette Aimée Cordero Vega, Rio Piedras.
Marcelino Flores, RIo Piedras.
Juan Castañer Vélez, Salinas.
Pedro H. Flores Toledo, San German.
José P. Morales Martinez, San Juan.
Rolando Martinez RamIrez, San Juan.
Ramón A. Forti Meléndez, San Juan.
Jaime Berrios Colon, San Juan.
Roberto J. Veray Torregrosa, San Juan.
Ricardo Calderón RodrIguez, San Juan.
Hector Cordero Vega, San Juan.
Ruben Perez Portela, San Juan.
Ramón Mellado Gonzalez, Jr., San Juan.
Juan J. Sanchez Torres, San Juan.
Felipe Ortiz Ortiz, San Juan.
Tomás Torres Marrero, San Juan.
Maria Melanie Godreau, San Juan.
Roger Mendoza, San Lorenzo.
José A. Bianchi, San Sebastian.
Luis C. Trigo, Toa Alta.
104
105
106
107
108
109
110
111
112
113
114
115
116
117
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Hon.
Noel Vera Mercado, Utnado.
Dominga Rivera Rivera, Vega Baja.
José Rivera Perez, Vie ques.
Luis Aponte Aponte, Yabucoa.
José Emilio Motta Garcia, Yauco.
Rafael F. Marchánd Gonzalez, General.
Juan A. ColOn Rivera, General.
Norberto Benitez Rivera, General.
Olga Cruz Jiménez, General.
Aurelio Berrios Amaro, General.
Antoriia Llovio de Torres, General.
Manuel Arturo Rivera Valdivia, General.
Miguel Angel Montalvo, General.
Filiberto Santiago Rosario, GeneroL
Secretario de Justicia.—
118 Hon. Hiram R. Cancio
Colegio de Abogados de Puerto Rico—Junta Directiva.—
119 Hon. Manuel Abréu Castillo, Presidente.
120 Lic. Lorenzo Lagarde Garcés, Primer Vicepresidente.
121 Lic. Amadeo Nazario Janer, Segundo Vicepresidente.
122 Lie. José Raül Cancio, Seeretario.
123 Lic. Luis Torres Bonet, Subsecretario.
124 Lic. Hector Gonzalez Blanes, Tesorero.
125 Lie. Jesñs E. Palmer, Subtesorero.
126 Lic. Antonio J. Bennazar, Director Ejecutivo.
Colegio de Abogados—Presidentes de las Delegaciones de Dis
trito.—
127 Lie. José M. Arzuaga, San Juan.
128 Lie. Rafael Arroyo RIos, Hurnacao.
129 Lie. Luis A. Noriega, Ponce.
130 Lie. Roberto MartInez, Ai’ecibo.
131 Lie. Enrique Gonzalez Mena, Aguadilla.
132 Lie. Santiago C. Soler Favale, Guayama.
133 Lie. Juan Caizada Gonzalez, Caguas.
134 Lie. Manuel Torres Reyes, Bayamón.
135 Lie. Enrique Alcaraz Casablanca, Mayagüez.
xXIfl
Coleqio de Derecho, Universidad de Puerto Rico.—
136 Lie. David M. Helfeld
Miembros del Colegio de Abogados Designados
Supremo a los Distintos Cornités.—
137 Lie. José TrIas Monge
138
139
140
141
142
143
Lie. Rafael 0. Fernández
Lic. Raimundo GarcIa Cintrón
Lie. Gabriel de Ia Haba
Lie. BenjamIn Ortiz
Lie. Francisco Parra Toro
Lie. José A. Poventud
144 Lie. Luis Blanco Lugo
145 Lic. Abraham DIaz Gonzalez
146 Lic. Francisco Fernández Cuyar
147 Lie. Amador Ranicrez Silva
148 Lie. Santos P. Amadeo
149 Lie. José C. Aponte
150 Lic. Francisco Ponsa FelIu
151 Lic. Ruben Rodriguez Antongiorgj
152 Lie. Benicio Sanchez Castaflo
153 Lie. Julio Suárez Garriga
154 Lie. Felix Ochoteco, Jr.
155 Lie. Juan Enrique Géigel
156. Lie. Francisco Torres Aguiar
157 Lie. Mariano Acosta Velarde
158 Lie. James R. Beverley
159 Lie. Enrique Córdova DIaz
160 Lie. Juan B. Fernández Badillo
161 Lie. José M. Terrasa
162 Lie. Angel Viera Martinez
163 Lie. Enrique Campos del Toro
164 Lie. Juan B. Soto
165 Lie. Tomás Bernardjni Pales
166 Lie. Ramón Perez de Jesus
167 Lie. Manuel Rodriguez Ramos
168 Lie. J. Martin Almodóvar
169 Lie. Jorge Luis Córdova
170 Lie. Manuel Garcia Cabrera
171 Lie. Rafael MartInez Alvarez, hijo
‘xIv
POT
el Tribunal
172
173
174
175
Lie.
Lie.
Lie.
Lie.
176
177
178
179
180
181
Lie.
Lie.
Lie.
Lie.
Lie.
Lie.
Pedro Muñoz Amato
Domingo Toledo Alamo
Carlos V. Dávila
Hiram Torres Rigual
Federico Rodriguez GelpI
Enrique Báez Garcia
Emily Dixon de Ruiz
Richard Francis
Milton F. Rda
Gonzalo Sifre
Sec rctario y Secretario Auxiliai’ de la Conferencia,.—
182 Hon. Guillermo A. Gil, Director Administra,tivo
de los Tribunales.
183 Sr. Ignacio Rivera, Secretario General del Tribunal
Supremo.
xxv
SESION INAUGURAL BE LA 1v1AANA
(Sesión del clIa 15 de diciembre de 1960, en memoria del
Hon. Jaime Sifre Dávila)
Sr. J’uez Presidente: Señor Gobernador, señor Presidente
del Senado, Sr. Presidente de Ia Cámara de Representantes, Sr.
Comisionado Residente, Sr. Presideute del Colegio de Abogados,
Sr. Presidente y Miembros del Comité Directivo y niiembros
de la Conferencia, señores invitados de honor. Familia Sifre,
señores representantes. do Ia prensa, señoras v señores:
Al declarar constituida la Segunda Sesidn Plenaria de la
Conferencia Judicial de Puerto Rico, o. cloy a nombi’e del Tri
bunal Suprerno la bienvenida rnás cordial.
Honramos hoy Ia memoria de un :urrorriqueño ilustre, de
un distinguido miembro de nuestro Foro, que honró la toga en
Ia doble misión de pedir justicia y dc hacerla. IJn valor in
discutible en el campo del Derecho por Ia amplitud de su cultura
jurIdica, pero un valor aun más grande en ci ámbito de las
relaciones humanas por la nobleza de su espIritu, la integridad
de su carácter y la honda ernoción de sus afectos.
Es con profundo recogimiento que al dedicar esta sesión
inaugural a honrar 511 memoria pronuncio el nornbre venerado
de don Jaime Sifre Dávila.
El Juez Asociado del Tribunal Suprenio, Hon. Ernillo S.
Belaval, dará lectura a la resolución de duelo del Tribunal
Supremo.
Sr. Juez Emilio S. Belaval:
“POR CUANTO; El dIa 6 de octubre del 1960, falleció en
esta ciudad ci Honorable Jaime Sifre Dávila, anterior Juez
Asociado y Juez Presidente Jubilado de este Tribunal.
“POE CUANTO; La muerte del ilustre abogado y ejemplar
magistrado priva a nuestro pueblo, a nuestro Gobierno y al
foro puertorriqueño, de uno de sus más nobles mentores, siendo
oportuna Ia ocasión para destacar sus notables contribuciones
a Ia creación de nuestro Derecho y a la administración de
nuestras instituciones j udiciales.
“POE CUANTO; Desde su recepción corno Bachiller en Be
recho de la Universidad de Michigan el dIa 21 de octubre del
1908, hasta el moniento de su mueite, el Juez Jaime Sifre
r
2
SESION INAUGURAL
Dávila se cledicó al ejercicio de la abogacIa con una gran pul
critud profesional y el pundonoroso empeflo de mantener en
una valedera estirnación piThlica, tanto Ia labor juridica como
los altos ideales de servicio humano del abogado puertorriqueflo,
habiendo interrumpido en distintas ocasiones su práctica pri
vada para dedicarse al servicio páblico, con igual diligencia,
desinterés y devoción.
“POR CUANTO; IJurante el tiempo en que actuó, primero
como Juez Asociado de este Tribunal, y más tarde, como su
Juez Presidente, el Honorable Jaime Sifre Dávila, se dedicó,
con Ia energIa y Ia rectitud en éI caracterIsticas, a dejar una
obra juridica de incalculable valor para nuestra bibliografIa
legal, a encauzar, y dirigir más tarde, Ia nueva reforma cons
titucional de nuestra judicatura, poniendo en tales empeños su
admirable experiencia de medio siglo en el ejercicio continuo
de una profesión, su amoroo interés por el bienestar de nuestro
pueblo y un criterio liberal y juicioso, ayudando a imprimirle
a las nuevas normas institucionales de este Tribunal, un mayor
grado de eficacia y dignidad, y retirándose de la Presidencia
del Tribunal Suprerno de Puerto Rico, después de cumplido el
máximo constitucional para Ia edad de sus magistrados, ro
deado de Ia más alta estimación de los jueces de este Tribunal
y del respetuoso afecto del pueblo de Puerto Rico, de su Go
bierno y de los abogados de este foro.
“P0R CUANTO; El fallecimiento de nuestro Juez Presidente
Jubilado, Honorable Jaime Sifre Dávila, representa además para
el Juez Presidente, los Jueces Asociados, los funcionarios y
empleados de este Tribunal, un motivo especial de luctuoso sen
timiento, por esa ausencia irreparable que crea Ia muerte, que
solo puede aminorar la veneración a Ia memoria de nuestro
amado compafiero.
“P0R TANTO; Resnélvase por Ia presente, hacer coristar Ia
condolencia oficial del Tribunal Supremo de Puerto Rico, y el
duelo personal de su Juez Presidente, sus Jueces Asociados, y
los funcionarios y empleados de este Tribunal por el falleci
miento de nuestro Juez Presidente Jubilado, Honorable Jaime
Sifre Dávila, ordenándose su inserción en las minutas de este
Tribunal y su notificación mediante copia certificada, a los
hijos del extinto magistrado.
“Lo acordó el Tribunal y firma su Juez Presidente, el señor
Negrón Fernández”.
SEsION
INAUGURAL
3
Sr. Juez Presiclente: Al igual que en ocasión de Ia Prirnera
Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico nos
honra en esta sesión inaugural el Gobernador del Estado Jbre
Asociado de Puerto Rico, Hon. Luis Mufloz MarIn, quien habrá
de dirigir su mensaje a Ia Conferencia.
Sr. Luis Muñoz MarIn: Sr. Juez Presidente del Tribunal
Supremo, Jueces Asociados, Presidente del Senado, Presidente
de la Cámara, distinguidos huéspedes, miembros de la Judica
tura, amigos todos:
Más que cumplimiento de deber es tarea de hondo recuerdo
y afecto honrar hoy con ustedes Ia memoria del buen servidor
de nuestro pals que fue don Jaime Sifre. Tanto en su vida
püblica como en su vida profesional privada fue ejemplo don
Jaime de dedicación a los principios de Ia justicia y de devo
ción a los intereses de Ia comunidad.
La selección de esta Segunda Sesión Plenaria de la Confe
rencia Judicial como foro para rendir tan merecido homenaje
ha sido acertada. Fue don Jaime quien en 10 de octubre de
1957 firmó en su calidad de Juez Presidente del Tribunal
Supremo Ia orden organizando y convocando a Ia Primera Se
sión Plenaria de la Conferencia Judicial. Para aquella fecha,
Ia Conferencia Judicial era un organismo de función más redu
cida que al presente, limitada en su composición a miembros
de Ia magistratura. A don Jaime Sifre le debemos en gran
medida el esfuerzo que hizo realidad esta Conferencia a Ia
que tengo el honor de dirigirme hoy y que tanto puede hacer
por la causa de nuestra administración judicial. Ya retirado
del Tribunal Supremo, fue el Juez Sifre quien, por designa
ción de sus antiguos compafleros de estrado, ocupó también la
presidencia de Ia Primera Sesión Plenaria de esta Conferencia.
Durante su breve término como Juez Presidente, me consta
que fue principal preocupación de don Jaime el creciente pro
blema de congestion en los calendarios del Tribunal Supremo
con Ia consecuente demora en la tramitación de los asuntos.
La reorganización de Ia Conferencia Judicial no fue Ia i’inica
actividad a que le presto atención el Juez Sifre para remediar
tan difIcil situación, que tan graves peligros encierra para la
buena marcha de toda sociedad democrática. Las otras refor
mas judiciales llevadas a cabo para dicha época tuvieron tam
bién el beneficio de su inteligencia y de su sabidurIa. No cabe
mayor tributo a Ia memoria de don Jaime que el consignar de
4
It
SEsION INAUGURAL
4
5
SEsxóN INAUGURAL
nuevo hoy aqul nuestra solemne promesa de hacer todo Jo que
a nuestro alcance esté para garantizarle a nuestro pueblo la
justicia eficaz, Ia justicia rápida a que tiene derecho y que es
nuestra obligación proveerle.
Sobre este particular expresé en ocasión de la Primera
Sesión Plenaria de esta Conferencia que “todo Jo que ustedes
hagan, señores jueces, señores abogados, para hacer más eficaz,
más rápida, más segura. la justicia. para adaptarla a los pro
blemas y necesidades que atafleri a la adrninistración de jus
ticia en una sociedad en acelerado crecimiento, contará con
todo el apoyo que pueda dane ci Gobierno que tengo eJ honor
de dirigir. Todo estidio y recomeridación clue necesiten ci
concurso del ejecutivo encaminaclo a hacer cada dia más igual
Ia oportunidad ante ci proceso judicial entre los ciudadanos de
menos recursos v los ciudadanos de rnás recursos tendrá mi
atención favorable y decidida.” En desempeflo de esta promesa se aprobd en Ia pasada sesión ordinania dc Ia Asamblea
Legislativa y hace un mes se ratificó en referendum del pue
blo, una enmienda a Ia Constitución de Puerto Rico encaminada
a facilitar la division en salas del Tribunal Supremo mediante
Ia eliminación del requisito de que las decisiones del Tribunal
deban ser per mayorIa de sus miembros. Reccmendó esta me
dida el propio Tribunal en la esperanza, compartida por todos,
de que esta eumienda const.itucional provea Ia dave para Ia
necesaria aceleración de los procedimientos. Deseo reiterar
boy mis palabras de 1958 y expresar, a nombre de la admi
nistración que dinijo, nuestra continuada disposición a coope
ran con los distiuguidos rniembros del Tribunal Supremo en
la solución de este problema. Especificamente deseo afirmar.
aunque no creo que fuere necesanio hacerlo en realidad, que de
determinar el Tribunal Supreme, en ci ejercicio de las atribu
ciones que le reconoce la Constitución de Puerto Rico, solicitar
un aumento en el ndmero Ce sus jueces, habré Ce respaldar
tal solicituci ante la Asamblea Legislativa.
Desde luego, Ia justicia no es solo aquella a la ciue se acude
en los tribunales; es concepto básico del cristianismo y de
nuestra civilización occidental, es concepto que se expresa en hi
polItica püblica y en Ia conducta personal. Pero la de los tn
hunales cc parte eminente del deher de hacer justicia buena
y rápida en ci servicio del individuo a quien asiste Ia razón
y en ci servicio del pals que merece la Justicia. Es ci servicio
de orden, de paz, de confianza, para todos los ciudadanos. En
esa labor, a Ia cual ha de servir eficazmente esta Conferencia,
les deseo todo éxito.
La contribución de don Jaime Sifre a nuestro sistema judi
cial, importante como es, es solo parte del largo catáiogo de
deudas que nuestra comunidad ha contraIdo con él. Ya el Juez
Belaval ha expresado aqul la variedad y extension de sus servi
cios a la comunidad puertorriquefla.
Solo me cabe expresar finalmente, junto a Ia honda pena de
haberlo perdido, mi orgullo de haberlo podido conocer y en
saberme su amigo. Quede siempre con nosotros el recuerdo de
la manera afable, la voz grave y cálida, el entendimiento claro,
Ia integridad de carácter y la serenidad de espIritu del hombre
que fue don Jaime Sifre.
Le deseo a esta institución ci huen servicio a Ia justicia
que estoy seguro ha de proveerle.
Sr. Juez Fresidente: El Presidente del Senado, Hon. Samuel
R. Quiñones, dirigirá su mensaje a la Conferencia.
Sr. Samuel R. QuiiJones: Sr. Gobernador, Sr. Juez Presidente
y Jueces Asociados del Tribunal Supreme, Sr. Presidente de Ia
Cámara, Sr. Comisionado Residente, Sr. Presidente del Comité
Directivo y miembros, Sr. Presidente del Colegio Ce Abogados,
Snes. Jueces Jubilados, señores niiembros de la Conferencia Ju
dicial, compafieros abogados, amigos:
La historia de ia Judicatura puertorriquefla es iibro que anda
en busca de autor, A escribirlo invitan en la misma medida
ci large tiempo en que nuestros jueces han dicho desde estrados
Ia icy y los sigios en que nuestra Magistratura ahonda arranque
y desarrollo en las instituciones judiciales espafiolas y norte
amenicanas. cuya raic y cuyo crecimiento son tan de Puerto Rico
come 10 son de Espai-ia y Ce Estados Unidos. Cuando cc cc
crba ccc Iibro, Ia hictonia de la Judicatura puertorriquefla ten
dna en éi una nágina de seflalado relieve Ia orden Ce este Hon.
Tribunal Supreme, mediante Ia cual se ectahleció Ia Conferencia
Judicial Ce Puerto Rico con ci propósito, segdn expreca esa orden, Ce considerar el estacic dci trabajo judicial y en general
considerar y reconiendar Iegislación para tratar asuntos reIn
cionados con el sistema judicial, ci mejonamiento del misrno y la
efectiva administración Ce jucticia.
Eec propCcito, Ce tan ancho alcance y de tan dilatadas pro
vecciones, tuvo hace dcc años cumplida exnresión inicial Ce efec
(
SESION INAUGURAL
tivos logros eu la Prirnera Sesión Plenaria de la Conferencia Ju
dicial. Yo he leldo el volumen que contiene la memoria de esa
Primera Sesión Plenaria y Ic he cosechado a la lectura, además
de generosos frutos de aleccionamiento jurIdico, eficazmente pro
vechosos para mi preodupación profesional como abogado, valio
sas relaciones de orden social fecundamente ütiles para mi pre
ocupación ciudadana como legislador. A esa memoria de la Pri
mera Sesión Plenaria de la Conferencia Tudicial de Puerto Rico,
le afirma categorIa intelectual, la metódica indagación que cala
hondo en ci análisis de las proposiciones sometidas a examen, le
realza dignidad de seria disciplina juridica ci ponderado enfo
que de problemas que ante ci hombre de toga, sea juez o abogado,
plantea la diana intervención con intereses humanos en con
flicto. Avaloran la memoria ponencias certeras en su enjuicia
miento de los temas, notables en su claridad cle exposición, ver
daderas monografIas que constituyen meritorias aportaciones a
nuestra bibliografla legal, y tan incitadoras al comentario, tan
despertadoras de interés, tan estimulantes de la solidaridad en
tusiasta o de la discrepancia vehemente que le crearon a aquella
Sesión Plenaria un edificante clima de pensamiento en dinámica
militancia, de movido foro en vivo hervor de ideas.
Todo eso vi yo al leer la memonia de la Primera Sesión Pie
naria de la Conferencia Judicial celebrada hace dos aflos. Pero
lo que con más acusado relieve yo vi en la memoria, a medida
que la ida, lo que en sus páginas cobraba realce con más sefla
lados rasgos y con más claros contornos, lo que desde aquellas
páginas se destacaba ante mis ojos con tan tersa nitidez como
ahora que estoy recordando lo leIdo en ellos, era la figura res
petabie y sencilla, amable y prócer, imponente y cordial, del
hombre que, al presidir ci Comité Directivo de Ia Conferencia
Judicial Ic infundió ci vigor de su espIritu inquebrantable sobre
el quebranto de su came enferma, al hombre que, aupándose en
generoso esfuerzo sobre ci ñlimo retazo de vitalidad que le que
daba, vino hace dos afios a aquella Primera Sesión Plenaria de
la Conferencia Judicial como para dar fe ante sus compañeros
de toga, jueces, y abogados de que Ia emoción de sentirse entre
Ia gente del Foro era lo ültimo que morIa en don Jaime Sifre
Dávila. Hermosa expresión de Justicia poética es que Ia Se
gunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial se dedique a
recordar en sentido homenaje al varón ilustre que en Ia primera
le dio ci inestimable servicio de una energIa que se Ic iba apa
gando dolorosamente para los menesteres de lo fIsico, pero que se
SESION INAUGURAL
7
de
Ic revivIa en renovado brIo para los menesteres de su espIritu
hombre de icy.
5cr hombre de icy fue siempre en don Jaime Sifre vocación
gran
de imperativo vital. Le alumbraba el pensamiento lo que el
juris
la
de
luz
alegre
“ia
llamó
jurista inglés Sir Edward Coke
prudencia”. Empezó su carrera como juez, tal que si hubiera
querido poner en práctica ia norma. del viejo derecho frances. Es
necesario que los ahogados, antes de empezar a ejercer su fun
cion como tales, realicen la función del juez. Pero más que juez,
más que abogado, fue un jurisconsulto, un estudiante del de
recho, antes que un practicante del derecho. Era más bien un
profesante de la icy que an profesional de la icy. Lo que corn
piacIa su temperamento no era el pieito con su efervescencia de
pasiones y egoIsmos en choque, sino Ia situación legal con sus in
ternogantes de controversias cientificas que ponen ci pensamiento
a metCrsele por dentro al probiema juridico hasta llegarle a Ia
entraña de sus recónditas revelaciones. Los que como Kirschrnan
le niegan categorIa cientIfica al derecho. se basan en que no
puede hablarse de Ia disciplina jurIdica como una ciencia puesto
La
que tiene su nazón de sen en las imperfecciones de las leyes.
estatuto
jurisprudencia, dicen, solo funciona y opera cuando el
de la
es confuso; ci rechazo llega hasta ci vej amen dci filósofo,
experiencia y del utilitanismo. John Stuart Mills. quien duo,
refiriéndose a los abogados, “No podernos esperar mucha ayuda
pan
en la labor do hacer buenas leyes de parte de aquellos cuyo
cuotidiano proviene do los defectos de las leyes.”
Soitándoic a su inteligencia los inagotables recursos de sus
airada me
dotes de conversador, don Jaime Sifre se producia en
lo cien
de
concepto
del
pulsa contra esas nociones limitadoras
a lo
concepto
ese
restringir
tIflco, censurándole la tendencia a
ci
de
y
jurisprudencia
la
él,
meramente fIsico y mecánico. Para
or
y
formado
mctódicamente
recho eran tan cuerpo de doctrina
la
o
astronomia
ia
como
denado, tan parte del humano saber,
la
Se
nendir
puedc
que
quimica. Crco que ci más alto homenaje
se
gunda Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial que hoy
cien
método
de
norma
inicia es ceflir sus deliberaciones a esa
vital
tIfico que era en eI Juez Sifre hondo goce intelectual y
estimu
y
orientador
sentido de disciplina técnica. El recuerdo
Segunda
lante del puertorriqueflo iiustre a quien se consagra esta
auspicin
verdad
Sesión Pienaria de Ia Conferencia Judicial es en
de jue
gestión
Ia
favorable para cuyo patrocinio cornienza hoy
mejo
el
sobre
es y abogados reunidos en cOnclave deliberante
9
SEsTON INAUGURAL
SESION INAUGURAL
ramiont.. do las nermas quo oncauzan Ia admiiiistracjdn
do in
Segunda Sesión Plenaria sea de tan fructuosa eficacia corno Ia
Primera. 5cr portador de este saludo me depara ocasión propicia
para seflalar muy de ligero Ia mutualidad de acción que relaciona
ci poder legislative y ci poder judicial. Legislar es captarle a in
vida colectiva pam darle iucrta do Icy en el estotutu ci preciso
mentido vital cee slime un pueblo en cads precio moments do su
histeria. Juzgar es poner en movimiento ccc estatuto ydarle
acción de presencia en el dmbito de in convivencia social. Legis
lam es preocw.arse, juzgar cc ecuparme. Legielar em preocup:irse
en cuanto ci legislador ha de estar atento a In lógica secuencia
con que dehe uroesicitne ci trOnsito de on momento dcl colectivo
enistir hasta ci siguiente. Juzgar es ocuparse de quo eec trimsite sobrevenga sin cheques violentom quo ateren p perturben la
vida de relaciOn. Lecirlar cc macam Si hombrc dcl cerrado egois
me de su concepto individual pam iritegrarlo en e! aitruismo
gemeroso dcl eancosite coiectivo : es deci’, ron’irei’:e cii hombro ci
cerco limitador dc su ye, que quiere vivir par su cuente sara
meterle en ci encanchador roce del entcndersc con sus semcjan
tes. Jusgar es dane rcalización a era norma y avenirse ci horn
bre con su prójimo en in coexistdncia social. Legislar em quohacer humano. Al legislador le basta ser hornbi’c para hacer Ia
icy. Juzgar es función quc trasciende más allá de o humane.
El juzgador neccsita cue la chispa de Dies le prenda luz en el
espIritu para poder hacer justicia justa.
Mi mcnsaje a in Conferencia Judicial es de hurnildad. Es de
humildad porquc se cue los jucces que aplican In Icy, entienden
Ia Icy mejor cue los lcgisladores que la hicicron.
ju:
Cia.
Pert tambin es presagio favorable la circunstaneja
do quo
esIa :esidn so iuicia cuando ya se sabe oficialmente
que ci else
toradu puertorriueUo IC concedió ms votor, en
proporciOn do
cami 4 a 1, a in enmiencia de In seccidu cuarta del
ArtIculo V de
Ia Coristitución del Estado Libre Asociado de
Puerto Rico, de
suerte quo nuestro Tribunal Supreme pueda funcionar
divdiclo
en salac, de no menos de 3 jueces, con sujeción
a reglas de su
lJrOPla adopción. Complace el dnimo que in histórica ocacidn
en
quo Ia Aambiea Lod laUra planteó al sufragio
popular una en
rnien(ia a nuesLa Conatitueión, esa enmienda haya
sido pro.
iue• nor nucjro Tribunal Suprerno en su profundo interés
per a: bray Ia conrideracidu de los casos pendientes
ante él. Na
ante-. me ha sefialaio ante esta Conferencia que entre
tod los
trimnie3 do (iltima insteuicia dc los Ertadom Unidos, or
ci do
Puerto Rico ci cue osuna ci tercor lugar en ol volumen
do caves
ra dicodes anualmeote. :ondo ci nuetro superado en
eec aenecto
solarnente 7jor los dc Florida
Kentucky.
La caa:-agrada formula do quc “justicia tardia no or
juticia”
tione mar pro.fuuda conuotaciolI en ci care do Puerto Rico,
perquo 1
a lelittud en In reroluciózi do los cases judicialer cc incom
patible eon ci occlerado rtmo de prorreso con que nue tr
naIs
adelarta a marcha forzacla en ci râido desarrollo de on
mejo
ramionto social, politico y 000nómico. Con ccc acelerade
i’itrao
de cia nuso clehe concidir sillcroul:adame:te cl pronto
deopacho
do lo:; auntos jidicinier, No cc coca do coec’ en In
sale”csa mis
tificaoion del pi’oeepto del Rev Alfonso X el Sabio con
quo Un
jus: novel, al roprochOr:sle ci large Uompo que cc
tarciaha pam
falls r los pioito
. se defuidiO denosomonte alegando cue on (le
5
mci’s in juntificaha Jo icy tensors. tItulo 4to., particia
3m. ic las
Pa:’tidas. La ley tercera, titulo 4to., partida 3ra, recomienda
los juecoc quo “bryan sabidui’Ia pira juzgar 105 nlcitor
dero—
cLoinoi e nor su saber r pr mu usc de luongo t:emr’i” ,T:i
:t-’o
Hen, Tribunal Suprsmo ha recibido directamonte del
veto dcl
p00010 puorb’rrjcue lb el instrumonto quo demandaba per
sorle
ini’cseIadjble sra so tmabejo. Con ci micro aflo dllThem
usia
nueva etona en In obra do fecunda estrueturación social con
cue
nue h’s n’uIs alL Tribunal Ic one base estable y Is
msi’es dsi.
nida orieniaciOn a In jurisprudencia puertorrisuejic.
Traicro Pam erta Confereneje un saluclo aprobaclo aver
a una
nimidad de voto Per e! Senado de Puerto Rico que desea que
esta
Sr. Jvez Presidente: El Prcsidente de Ia Cámara de Reprc
eitantes, Hen. E’nesto Rames Antonini en su mensaje a Ia Con
0
ferencia.
Sr. Ernesto Ramos Antonini: Señor Gobcrnador, señor Jucz
Presidcntc dcl Tribunal Supreme, señores Jueces Asociados,
señor Cemisionado Residentc, señor Presidente del Colegio de
Abogados, Presidente del Cemité Directive dc la Confercncia
Judicial, señores jueces jubilados dcl Tribunal Supreme dc
Puerto Rico, miembros de ia judicatura, cempaficros abogados,
distinguides invitades:
Vengo a renOir trihuto a Ia memoria de den Jairne Sifre.
Screnarnente, sencillarnente, cimlidamentc, come era él: cimlido.
serene y sencilio. No vengo a hacer sic apologIa, que mona
repAir. SOlo quiero seflalar unes hechos simples, dares, pre
10
SEsION
INAUGURAL
cisos de Ia historia que justifica este tributo que se rinde hoy
a Ia mernoria del que fue ilustre Presidente del Tribunal Supre
mo de Puerto Rico.
Me honré con su amistad personal durante muchos aflos
y
se de su corazón, de su espIritu, de su altura, de su sentido
de
justicia—de justicia social. Fue ahogado de una de las corpo
raciones más grandes y más influyentes de nuestra organización
económica. Tuve ocasión de intervenir en asuntos en
que
estaban envueltos los intereses de Ia Central Fajardo y de
los
trabajadores. El era asesor de Ia Central Fajardo; yo
era
asesor de la Confederacjón General de Trabajadores de
Puerto
Rico. Y solo puedo decir que ningün pleito de reclamación
de
salarios contra los trabajadores llegó a juicio, porque el consejo,
el asesoramjento v Ia decisiOn de don Jaime Sifre siempre
fue
de acciOn favorable, justiciera y liberal para los trabajadores.
Recuerdo en una ocasion que huho una crisis en Ia firma del
conv-nio colectivo y recuerdo con gran emoción que sometida
a amboa, a éi y a ml la decision final dc los problemas envueltos
en ci comedor de mi hogar, él y yo departimos y todos los
pro
blemas fueron resueltos favorablernente a Ia justicia que
era
razonable en su criterio de las demandas de los trabajadores
que estahan en esa contienda con Ia Central Fajardo.
Como juez del Tribunal Supremo, corno Presidente, yo
quiero
referirme—yc aqui se ha mencionado— a Ia Ley de Ia Judica
tura, que fue Icy para implementar las disposiciones
de la
ConstituciOn. Tuve el honor de presidir ci Comité dc lo Judicial
de la ConvenciOn Constituyente, que produjo el capItulo
de lo
judicial de la Constitución, la Ley de la Judicature. implemen
taba estas disposiciones, autorizaba al Tribunal Supremo
para
Ia organizaciOn de la Conferencia Judicial. La Ley se
aprobó
en el año 1952 y realmente no hubo verdadera
Conferencja
Judicial hasta ci aflo 1958 en que, a virtud de la Resolución
firmacla por don Jaime Sifre, Juez Presidente del Tribunal
Supremo, quedo realmente organizada la Conferencja Judicial.
A él es de debérsele, no solo la organización (Ic Ia Conferencia,
sino adernás los siguientes frutos, porque no habla alcanzado
suficiencia como rerneclio Ia legislacion aprobada por la Legis
latura de Puerto Rico años antes para resolver este
grave
problema de la congestiOn y demora en la adrninistracjón
de
justicia cue fue objeto de un pianteamiento que yo hiciera
ante
Ia Cámara de Representantes, y no obstante que se aprobaron
medidas cue no alcauzaron a esa eficacia, fue en Ia primera
SE5ION
INAUGURAL
11
conferencia, Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial, presi
dida a Ia vez por don Jaime Sifre, que surgió la idea de Ia
enmienda constitucional. La enmienda constitucional de que
se habla es fruto de Ia Conferencia Judicial que a Ia vez fue
fruto de la creación de don Jaime Sifre. Quiero seflalar que
asI como la creación de Ia Conferencia Judicial por la orden
firmada por don Jaime Sifre, Juez Presidente del Tribunal
Supremo, fue una ampliación sobre Ia anterior que solamente
era de jueces, creo que ya es tiempo de que se Ic dé una segunda
amplitud y que no debe limitarse a jueces y a abogados.
La administraciOn de justicia es para la ciudadanla. No es
ni para jueces ni para abogados. Es para la ciudadanIa. Y
creo que debe tener una intervención activa Ia ciudadanIa en
Ia integración y composición de las Conferencias Judiciales.
HabrIa, ciertamente, una mayor riqueza en la fuente de inicia
tivas y posiblemente hasta mayor espontaneidad y libertad en
Ia expresión de las ideas, que, al fin y al cabo, como se duo que
Ia guerra no es asunto de generales nada más, la administra
cion de justicia no es asunto de jueces y de abogados nada más.
Se ha aprobado Ia enmienda a la Constitución, fruto de Ia
Conferencia Judicial, fruto de don Jaime Sifre; pero es nada
mOs que una esperanza de que en materia de administraciOn
püblica la rama judicial vaya, se acerque, en su adelanto lo más
posible al progreso alcanzado en las otras dos ramas de la admi
nistración pOblica en Puerto Rico. Es una esperanza. Ahora,
hay un punto que no es una esperanza, que es una realidad, que
para ml une ci nombre de don Jaime Sifre por ser fruto conse
cuente de su acciOn original a la historia de las grandes con
quistas del derecho pOblico de todo el pueblo de Puerto Rico.
El proceso que acaba de culminar con Ia aprobación de Ia
enmienda constitucional constituye una afirmaeión categórica
del pueblo de Puerto Rico para enmendar su Constitnción sin
intervención ni necesidad de ratificación por ninguna otra
autoridad. Esa afirmación de los derechos pühlicos del pueblo
de Puerto Rico por este acto, la primera enmienda que pone a
prueba y reafirma ese derecho, deberá ir unido a la historia
de don Jaime Sifre, quien lanzó la honda mediante Ia creación
de la Conferencia y a su memoria rindo tributo desde ci fondo
de mi corazón.
Sr. Juez Presidente: El Presidente del ilustre Colegio de
Abogados de Puerto Rico, ci Hon. Manuel Abréu Castillo, en
su mensaje a la Conferencia Ju(licial.
SEsION INAUGURAL
Lie. Manuel Abréu Castillo: Señor Gobernador, señor Presi
dente y seflores Jueces Asoeicdos de nuestro Tribunal Suprerno,
señor Comisionado Residente. señor Presidente del Senado,
señor Presidente de Ia Cdmara de Representantes, señor Pre
sidente y miembros del Comité Direetivo, y rniembros de Ia
Conferencia, distinguidos invitades. cornpatieros:
Participamos fervorosamente en esta sgunda y trascenden
tal Conferencia Judicial do nuestra historia conveneidos de las
proyecciones que para futuras generaciones han de tener las
decisiones que surjan de Ia misma, que con responsable deter
minacjón contribuye a foriar el destino y a fijar los rumbos de
nuestra evolución democrática. Descie las ralces de nuestro
espIritn agradecemos la oportuniclad de participar en este acto
porwie se dedica a la memoria del ilustre compaflero fenecido
don Jaime Sifre DItvila, quo es simbolo ejemplar de los desvelos.
de los anhelos y las permanentes preocupaciones de nuestra
clase. Nuestra dare clehe ser en este momento histérico ins
trumento vigente y eficaz del desarrollo a que está Ilamado
nuestro pueblo como vInculo de dos culturas predestinadas a la
más estrecha y comprensiva convivencia.
Don Jaime Sifre Dávila, cuya memoria honramos, con la
misma devociOn que él supo aplicar al descargo de su apostolado,
respondió al Ilamado del deber püblico y a costa de grandes
sacrificios de orden econórnico, con ancha latitud de responsa
bilidad, renunció a las prometedoras perspectivas de ser dueflo
do su propio albedrIo y coloeóse al servicio desinteresado de la
sociedad en el rol dificil de juzgador, sabiendo y conociendo la
difIcil misión que le aguardaba como serviclor por encima de
todas las cosas de los supremos intereses de Ia justicia. Esca
brosa y difIcil es de cierto la rnision del horabre que, como el
juzgador, ha de aproximarse más que nadie a los grandes mis
terios de Ia vida y a los grandes problernas de in hurnanidad,
porque es entonces en el desempeflo de tan ingentes responsa
bilidades cuando en nuestra humana pequeflez nos acercamos
más a Dios; y es entonces cuando el hombre, afortunado en vir
tudes y conocedor de si mismo trata, dentro de Ia3 limitaciones
del ciitendimiento humano, do emular en su estrecl-io inedio la
intencidn infalible del Supremo Juzgador. Inspirador y edifi
carite fue don Jaime Sifre Dávila y tales hen dc ser en honor
a so memoria y a su ohm las decisiones de esta Conferencia.
El Colegio do Abogados de Puerto Rico quo me honro en
presidir reitera bosu vicla institucional hacia in afirrnaeión
SEsION INAUGURAL
de los altos valores de la justicia fielmente democrática y en
franca identificación con las inteligentes preocupaciones do un
pueblo que, como el nuestro, ha rebasado ya el aprendizaje en
las maneras do alcanzar Ia cima de sus aspiraciones. En el
rumbo quo hemos fijado a nuestma institución están presentes,
con anhelosa vehemencia, las ansias do pemfeccionamiento
social one necesariarnente han tie concurrir en toda empresa
dirigida a consolida’ los fundamentos de nuevos enfoques hacia
1,ijcjCs formas y hacia viejas formulas de vida. Puerto Rico
nscco:e hey ci icto d su destino v en mo rio ha do queLir mng—
nade el Colegia do Abogados, porone le anima como instituciOn,
y a todos los abogados ccmo individuos, in ineludible resnonsa
bilidad de servir con generoso desprendimiento a los decisivos
intereses quo so ha impuesto con fe y dedicación ci propio
pueblo de Puerto Rico. A ese esfuerzo del pueblo do Puerto
Rico quo tan hondas y trascendentales repercusiones ha tenido
en maestro clima ha de contribuir con profunda y generora
sahiduria esta Ccnferericia Judicial. Los frutos do Ia arimera
ya los estamos recugiendo pam provecho do nuestma soeiedad.
Nuestras decisiones—me avonturo a decir—pueden may
bier. constituir a manera do agente catalItico quo estimule
voluntades en otros sectores de nuesira sociedad y despierte
conclencias indiferentes a la brega clue uqui, en nuestri lirnita—
dOn geogrilfica, libramos los puertorriquefios pam asombro de
maestro hemisferio y do las iiacioues del munclo libra. Esta
Tudic I n
0 il sei’—
i
e so c oos’
cionam in administraciOn de la justicia, do renovar y mociemni2ar
m’osrdimientos, a lii 1u do
metes qua inevitablereerite clean—
card Puerto Rico come exnoner!cc do Ia democrachi en fnneiOn,
deosd honda huelie en in pc’otericiad coma inztmuinert* , no ya
del limiado anhelo die uii pueblo en ci, Sian do los causes quo
habrz’tn do seguir otros pueblos cuyos dimigentes sepan y quieman
utilizar todos los &ianentos quo den Ia suma do in autéritica
dernocracia
La aclministmaciOn de justicia cc nuntal do Ia libertaci dci
hembre y de los pueblos y ahoma ur ecLames enweiaclos maul
en deiimr do uric nez los VOlOSOS hiimacos quo bacon in verda—
doss dersocrachi, resulia mOs rascendantai iii rniriOn de in
Ccumcie. ihs jusgard In hiaoria do nuestro pueblo y en
Aniérica
ma opo:’nlmea(i noi he de usssr mlaién iii historic
a is ins Os los legros do i’UeriO Rico en zI: abin nor mosol mar los
coandec prmniiernas quo Ia plentean SUS pec1area CircL1i1sta1-
14
SEsION INAUGURAL
cias. En no poca medida depende de esta
Confereneja Judicial
quo se acelere con su dindmica aportación ci
perfeccionamiento
de nuestras maneras de convivencia, que se
liquiden las areas
de injusticja que son tara al esfuerzo comdn,
y desemboquemos
en los rumbos despejados de un porvenir donde,
por lo menos
en nuestro medio, desaparezcan el menoscabo
a los
derechos
humanos y las limitaciones a la libertad del hombre.
Esa y no otra es la fundamental e histOrica
encomienda de
la Conferencia Judicial que no perderá de
vista, estoy seguro,
las tremendas convulsiones que hoy agitan
al mundo, precisa
mente donde la razón y el derecho se esgrimen
corno armas
contra Ia injusticia, contra Ia negación del
hombre por ci horn
bre, y contra las iniquidades sociales.
Contribuamos con las
luces tie nuestro entenclimjento y con la clevocjdn
dc nuestro
apostolado al crecimento y a In difusión de ésta,
nuestra demo
cracia. Ayudemos a éste nuestro pueblo de Puerto
Rico a que
sea menos escabroso ci carnino hacia los nobles
objetivos que se
ha fijado. Para ci logro de estos objetivos
se requiere Ia acción
conj unto, consecuente, de todas las ramas do
nuestro Gobiei’no
y la cooperación de nuestra ciudadarija. Porque
en ci nrofundo
convencirnjento de nuestra inteligencia y de
nuestra alma no
asoma Ia más pálida duda de que cada uno de
nosotros, los puer
torriquenos todos, como ci maestro que forja
conciencias, como
ci maestro quo va esculpiendo virtudes en
los espIritus nuevos,
habrernos en su din de lanzarnos por los caminos
de America
para ser los maestros rurales de la democracia.
Don Jaime
Sifre Dávila, éste será ci mejor homenaje
nuestro a vuestra
memoria.
Sr. Juez Presiclente: El decano de los abogados
de Puerto
Rico, Hon. José Angel Poventud, se dirigirá
a Ia Confereneja.
Sr. Josó A. Poventuci: Hon. Gobernador,
Honorabies Juez
Presidente y Asociados del Tribunal, Honorables
Presidentes de
nuestras Cárnaras, familia Sifre, miembros
do Ia Conferencia
Judicial:
La Confereneja Judicial do Puerto Rico debe
su prometedora
existencia a Ia resolución de esta Alta Corte do
Justicia emitida
ci 10 de octubre de 1957. Tan notable
y significativo pronun
ciamiento quedó permanenternente prestigiado
con In autorizada
irma del entonces ilustre Juez Presidente
Hon. Jaime Sifre
Dávila, cuvo lamentable deceso ocurrió celebrada
ya la Priiera
Sesidu Plenaria. Al clausurar ci acto inaugural
do esa primera
SEsION INAUGURAL
15
reunion en diciembre de 1958, ci docto compaflero fenecido de
finió Ia elevada finalidad de la Conferencia, profetizando que “ser
virá para mantener ci sisterna judicial bajo constante vigilancia
y exarnen, lo que es indispensable en cuanto a todo sisterna de
ese carácter para que cumpla a cabalidad y en todo momento con
la función trascendental quo ie corresponda en Ia estructura
social.”
En la historia de los pueblos libres y dernocráticos una de las
grandes virtudes será siempre honrar, reconocer y rernornorar
los ingentes SCi’VIClOS do aquellos do sus hijos que han podido
y han sabido rendirlos con absoluta abnegación, patriotismo y
leaftad a Ia confianza en dos depositada. Es. pues, un deber
insosiayahle, antes do proceder a los informes de los Comités,
dodicar nuestro sentido homenaje a Ia memoria del colega desa
parecido, acompaflado do fraternal impetración al Todopodoroso
por ci eterno descanso, en la imperturbable paz de las alturas,
del alma buena y bondadosa tie tan insigne prornotor de Ia Con
ferencia Judicial y primer presidente de su ComitC Directivo.
A él, en ocasión anterior, refirióse nuestro eminente actual
Juez Presidente como Ia personalidad inspiradora (IC Ia Con
forencia en el seno del Tribunal, como ci capitán del harco “di
rigiendolo hacia puertos a través de los mares.” Dc él puedo
decir que siempre consideró a los tribunales corno verdadoros
ternilos donde se ampara al débil, al inocente, y so detiene al
delincuente; donde, si Ic asiste Ia razón, un solo individuo vale
por cien y donde con Ia misma vara so miden las prerrogativas
del pocler y los derechos del ciudadano.
Quienes tuvirnos ci honroso privilegio de laborar junto a él
en faenas do la profosión, jamás olvidaremos su invariable roe
titud en el minucioso y cabal desempeflo de los debores profesio
nales, sus cristalinas ejecutorias en ol fiel servicio a su pueblo
a ti’avés de multiples actividades y su justa cuanto cristiana ac
titud y proceder en la difIcil tarea, casi divina, do impartir
justicia por y entre los hombres. Más do rnedio siglo do iaboroo
oficiente y agotador sirve tie testigo mudo, pero olocuento, de la
leal y perseveraute consagracidn del Juez Sifre Dáviia al culto
del derecho y a su serena y recta aplicación.
Produce emoción intensa reflexionar sobre esa acumulación
do cilico décadas do experiencia jurIdica, do indopendencia re
conocida y do imparcialiclad aplicarla on In oxcolsa función tie
honda meditación para dar, como él siempro lo hiciera, a cada
cual lo suyo. Conmueve, asimismo, reflexionar respecto a esa
16
SEsIóN
INAUGURAL
vida lena de ejecutorias pbiicas y rivadas oue se clestacan
como sImbolo de honor e institucjón edificante en nuestro con
giorneraclo social. Fomentó asI el respeto del pueblo hacia los
tribunales y garantizó de ese modo Ia seguridad de autonomIa
en la exnresiOn dcl criterio judicial.
Para el prestigio y el crédito del pals, nunca serã excesiva
Ia
do uno udicatura integrada por árbitros forjados
en ese temple. La vida y obra de tan meritIsirno comuañero,
cmno In de todos aquellos que por fuerza de su talento, de
su
perseverancia, y hasta dc sus sacrificios escalaron ci pináculo
de Ia estimación y el respeto ciudadanos, debieran servir de texto
en las aulas docentes pam que Ia juventuci que sube aprenda a
observar, adquirir y desarrollar el carácter, Ia voluntad y la fe
que inflitran en el hombre ese raro sentido de confianza y de
valor para Ilevarle al triunfo en in ardua lucha por Ia existencia.
Algunos seres abandonan pam siempre el escenario de la
vida simplemente para ser sepultados. Otros, los menos, como
ci Inclito Juez Sifre Dávila, humanista y gloria de Ia Judicatura
y el Foro, mueren para resucitar en ci recuerdo imperecedero
de sus familiares, de sus compaiieros y de sus amigos. Cierta
mente, ci difunto e inoividable colega deja a Ia comunidacl en cue
tan diáfanamente viviera el valioso legado de esa luz inextin
guible dimanante de su extraordinaria vida ejemplar; el fruto
bienhechor de un recie eirbol fructifemo. cuvo tronco fue ines
perada y prematuramente tronehado por los arcanos de Ia na
turaleza.
Sr. Jue. Presjclente: El Presidente del Comité Directivo de
Ia Conferencia Judicial, ci Hon. Roberto H. Todd, Jr. tendié a so
cargo Ia clausura de Ia Sesión Inaugural.
Hon. Jmez Roberto H. Todd
Señor Gobemnador, señor
Juez Presidente y Jueces Asociaclos del Tribunal Supremo, seño
res Prosidentes del Senado y de In Cdmama de Representantes,
señor Comisionado Residente, señor Presidente del Colegio de
Abogaclos, señores invitados de Honor, Familia Sifre, señores
miembros de Ia Couferencia Judicial, señores representantes de
Ia Prensa, damas y caballeros
Corno Juez Presidente del Tribunal Supremo. Jaime Sifre
tuvo ci privilegio cie flrrnar la orden estableciendo in Conferencia
Judicial de Puerto Rico y, era justo, que un aflo después, fuera
él quien, como Presidente de su Comité Directivo, clausurara
In sesión inaugural cle su rimema sesión ci dIn 11 dc diciembre
SEsION INAUGURAL
de 1958.
17
Creo no equivocarme al decir que fue ésta su flltima
actuación publica oficial.
No podIa haber, por tanto,
mejor
oportunidad uara rendir un homenaje a Ia memoria de Jaime
Sifre que esta sesión inaugural de la Segunda Sesión Plenamia
de Ia Confe’encia Judicial de Puerto Rico.
2or Ia extrema benevolencia del Tribunal Supremo he sido
nombrado para piasidir el Comité Ejecutivo de esta Conferencia,
cargo que quedó macante al i’allecer nuestro bien amado y admi
rado compaflaro Jaime Sifre y, para clausumar esta sesión inau
gui’aI dedicada a su memoria.
Ya otros, con mayor autoridad
y elocuencia que yo, han hablado de los grandes merecimientos
que adomnaban la personalidaci extra ordinaria de Jaime Sifre
y poco podré yo añadir a 10 ya dicho. SI deseo, sin embargo,
referirme a un aspecto más personal que me unió a Jaime y que,
posibiemente, no existió entme éI y Ia mayorIa de los aqul pre
sentes. Me refiero a Ia arnistad que desde la niñez me unió a
Jaime.
Vamos quedaudo pocos de los de aquella generación. Mi pa
dre, que vivió noventa y tres aflos, me decla que se daba cuenta
de su vejez por los nocos amigos de Ia niflez que Ic quedaban.
Lo oue estamos entrando en los setenta nos vamos dando cuenta
de esta verdad. La generación de los primeros años de este
siglo a la que perteneclamos Jaime y yo ya va menguando. Es
aquella de los dIas tmascendentales del camhio de soberanIa y Ia
iniciativa de nuevas disciplinas escolares. La muchachada aque
ha del San Juan sencillo y apacihie que jugaba al marro en Ia
Plazuela de Colon, corrIa por sus calles sin temor a scm atro
peliado ior nada rnás ternible que un coche de caballos y, por
las noches, disfrutaba del placer de asistir a las retretas que Ia
banda municipal tocaba dos veces a Ia semana, en ha Plaza Bal
dorioty. Y es al recordar aquellos años que viene a mi mernoria
el inicio de mi arnistad con los hermanos Sifre: Jaime y Angel.
Fuimos cornpafleros de escueia primaria en ci aflo 1900, en aque
ha que se llarnó Escuela Modelo, situada donde hoy ubica la
YMCA, y que una noche fue destruida por un incendio. Desde
aquellos dIas, hasta su failecimiento, nos unió una amistad fra
ternal.
Sesenta afios!
Más tarde nuestras vidas se cruzaron varias veces. En el
aflo 1908 los encontramos de riuevo en Ann Arbor, Michigan,
cuando dl terminaba su carrera de leyes y yo irigresaba en pri
mer aflo de escuela superior. A menudo nos reunIamos en su
habitación o en Ia mIa a conversar sobre los temas que como jó
18
SEsION
C0MITE flE ASISTENCIA LEGAL
INAUGURAL
veries nos interesaban, cambiando impresiones sobre planes para
el futuro cuando regresáramos a Ia Isla. Todos los que le co
nocieron con alguna intimidad saben lo mucho que le gustaba
a Jaime conversar y lo amena y liena de humor que era su charla.
Desde joven, a pesar de su aparente seriedad, le animaba un hu
morismo innato que más tarde en su vida fue una de sus carac
terIsticas más notables. Su semblante serio y adusto ocultaba ese
humorismo, el cual, desde luego, no prodigaba sino con algün
motivo j ustificado.
Transcurren nueve aflos y en el 1917 intervino Jaime en lo
que habla de ser momento decisivo cle mi vida. Desempenaba
él el cargo de Fiscal Especial General de Puerto Rico en el De
partamento de Justicia y por su intervención y recomendación
al Procurador General Howard Kern pude ingresar en dicho
Departamento como inspector y oficial jurIdico. Dos aflos tra
bajando juntos hasta que en el 1919 renunció su cargo para de
dicarse a Ia que habIa de ser su brillante ejercicio privado de
su profesión de todos conocida. Todos los aqul presentes cono
cen bien Ia sobresaliente eficiencia profesional en el campo del
derecho civil cle Jairne Sifre. Creo que rnuy pocos conocen su
extiaordinaria labor como fiscal. Dio sus primeros pasos en
esa disciplina como Fiscal Auxiliar de San Juan en los aflos 1912
a 1914, bajo Ia égida de uno de los mejores fiscales que ha tenido
Puerto Rico: el fiscal Luis Campillo. Luego como Fiscal General
Especial desde el aflo 1914 al 1919 demostró una habilidad ex
traordinaria en la investigación y prosecución de una serie de
casos importantes en los cuales se enfrentó, con éxito, no obs
tante su juventud, a los mejores abogados criminalistas de
Puerto Rico. Todo parecia indicar que ésa era la especialidad
que rnas le gustaba y a Ia que dedicarIa su vida profesional. Los
hechos posteriores demostraron que sus conocimientos abarca
ban, con igual o mayor exito, todos los aspectos del derecho.
Aunque siempre mantuvirnos nuestra estrecha arnistad, no
fue hasta el aflo 1952 en que, por motivos de salud, tuve que
jubilarme como Juez Presidente de este Tribunal, cuando tuve
alguna intervención en una de las decisiones más trascendenta
les que tuvo que hacer Jaime Sifre. El señor Gobernador sabrá
excusarme si revelo ahora que, al entrevistarme con él en rela
ción con n-u renuncia y consultarme en cuanto a los nombramien
tos que tenIa que hacer al aumentarse a siete los jueces de este
Tribunal, me informó que tenIa el propósito de nombrar a Jaime
Sifre para cubrir mm de las vacantes y me preguntó si creIa
19
que Jaime aceptarla.
Mi contestación fue que, por el conoci
que tenia de la personalidad de Jaime, él harIa cualquier
sacriflcio para servir a su pals y que estaba seguro que aceptarIa.
Y asI fue.
Mi intervención fue una larga charla que tuve con Jaime,
en su hogar, en relación con su nombramiento, durante la cual
vi confirmada mi creencia de que lo aceptaria. Tuvo que liqui
dar uno de los mejores bufetes de Puerto Rico para dedicar sus
ültimos aflos a las arduas tareas judiciales de este Tribunal y
pudo retirarse, obligaclo por ley por su edad, con Ia satisfacción
de haber ocupado, aunque fuera por breve tiempo, el cargo tie
Juez Presidente de nuestro Tribunal Supremo. El nombra
miento que para dicho cargo Ic hizo ci Gobernador, Sr. Mufloz
Mann, fue uno que agradecio profundamente Jaime Sifre. Fue
un honor concedido a quien tal honor merecia. Fue la culmi
nación de una vida ejemplar dedicada a las disciplinas del de
recho, prirnero en ci ejercicio de su profesión como abogado y
luego corno juez de nuestro más alto tribunal de justicia.
Es con verdadero fervor que invoco Ia memonia de Jaime Si
fre Dávila para desear, como él lo hizo al clausurar Ia Sesión
Inaugural del año 1958, a los miembros de Ia Conferencia Judi
cial de Puerto Rico, el mayor éxito en sus trahajos.
Darnas y caballeros, tengo el honor de clausurar esta solemne
sesión inaugural dedicada a Ia memoria de nuestro inolvidable
compañero Jaime Sifre Dávila y solicito que, todos de pie, guar
demos un minuto do silencio. Muchas gracias.
miento
Sr. Jucz Prcsidente: Ha terminado Ia sesión inaugural y a
las 2 de Ia tarde continuarán las sesiones de trabajo. Muchas
gracias.
(Sesión del dIa 15 de diciembre de 1960, 2 P.M.)
C0MITE Dli AsisTlil-iciA LEGAL
Si. Juez Perez Pimentel: Se declara abierta esta sesión de
trabajo de Ia Segunda Conferencia Judicial. Por razones im
previstas nuestro Juez Presidente no podrá rendir su informe
en este momento, pero lo hará más tarde en esta misma sesidn.
Mientras tanto, vamos a proseguir con los trabajos de Ia Con
ferencia. El Comité de Asistencia Legal tenga la bondad de
pasar a Ia mesa
Vamos a oir Ia ponencia del Presidente del
Comité do Asistencia Legal, el Hon. Juan B. Fernández Badillo.
Tenga Ia bondad de pasar al n-uicrófono.
20
I
P0NENCIA
Lic. Jian B. Fernd’nclez Baclillo: Señores Juez Presidente y
Jueces Asociados del Tribunal Suprerno, señor Presidente del
Comité Directivo de la Conferencia Judicial, señores miembros
de la Conferencia, y compafleras y compafleros todos:
Deseo primeramente agradecer la designación que se me
hiciera para presidir este Comité de Asistencia Legal, designa
ción cue mucho me honra;
me honra porque soy sucesor del
Hon. Presidente de la Comisión Directiva de la Conferencia que
era su anterior Piesidente, y aciernás me satisface porque Cs
una actividad, una gestión, que he querido mucho y le he dado
algün interés, habiéndoseme dado Ia oportunidad también de
presidir la Sociedad de Asistencia Legal de Puerto Rico.
Lamento que con la designación, que fue bastante cercana
al comienzo de los trabajos de esta Conferencia, no me dieran
tiempo suficiente para, en comunión y discusión con los corn
pafleros que forman este Comité, pudiéramos haber dedicado
aigdn tiempo adicional a discutir asuntos que decididamente son
de maxima importancia en esta labor de asistencia legal. Por
eso nuestro informe fue bastante conciso, no entramos en
muchos detalles y lo dividimos en tres partes fundamentales.
La prirnera cle ellas estuvo destinada a dar una relación
bastante somera de los cambios surgidos en las comunidades
americanas con respecto a la forma y sistema de restar la
asistencia legal a indigentes. Todos sabemos que el origen de
este servicio como institución arrancó de disposiciones cons
titucionales que exigieron la prestaciója de ayuda legal a las
personas acusadas de delitos pdbiicos. Ese sistema que se
corioció en sus cornienzos corno el sistema del abogado de oficio
tuvo muy serias dificultades. El abogado de oflcio general
mente hacIa su labor gratuitamente, era designado por el tri
bunal y los resultados fueron, en muchos casos, que quedó redu
cida a un grupo de compafleros abogados que eran los que casi
siempre eran escogidos por los tribunales para prestar este tipo
de asistencia. Además resuitó prácticamente una asistencia de
segunda clase por varios motivos. IJebido a eso, y con el pro
posio cle mejorar Ia defensa de los acusados ante los tribunales,
sucedió a ese sisterna practicamente fracasado el sistema del
defensor pdblico.
En este sistema el estado provela funcionarios rernunerados
que se habrIan de encargar de representar ante los tribunales
a los indigentes en causas criminales. Este sistema también
recibió dura crItica especialmente por proveerlo precisarnente
CnuTi r
LiicL
91
Ia parte contraria, que era Ia que acusaba, o sea, el mismo
Estado. Y ambos, ambas partes, acusador y defensor, eran
nombrados por la rni’rna parte y recibian Ia paga de Ia misma
fuente. Como las oficinas de estos funcionarios generalmente
estaban ubicadas muy cerca de las oficirias de los acusadores,
esto daba lugar a confraternizaciones que, muchas veces, por in
tereses muy cercanos a ambos, muy comunes, y otras veces tam
bién debido a ciertas ingerencias de tipo polItico-partidista,
hicieron sospechar que este tipo de servicio no era adecuado y
no era lo suficientemente puro para asegurar una debida asis
tencia de abogado.
Eros principios de pureza en la defensa de los derechos do
los acusados seflalaron hacia Ia necesidad de mejorar ese serviejo
y entonces se produjo lo que se llama el servicio a través del
sistema de la Sociedad de Asistencia Legal.
Este sistema en las cornunidades americanas tiene una gran
semejanza con el defensor privado y es una entidad mdc
pendiente, privada, que presta su atención y da su servicio a
los indigentes en forma independiente. Llegó en su desarrollo
a extenderse a Ia práctica civil, es decir, a prestar asistencia
legal en los aspectos civiles a los indigentes, además de Ia prâc
tica en las acusaciones criminales. Este tipo de asistencia, por
su independencia y por su forma de funcionar, resultó práctica
mente invulnerable a las crIticas y sorpechas que Se lanzaban
tanto contra el sistema del ahogado cle oflcio corno contra ci
sisterna del defensor pñblico.
Generaimente estas sociedades de asistencia legal se organi
zaron. se forms son, en torno a dos modalidades : una de ellas
Ia de ía s soluta ndepenuenca tie reeuisos econorncos, es decir,
que estaba estricta p totaimente sostenicla por la ciudadanIa.
Un ejemjlo cbiso de cite tipo de socieclad p el de mayor y
má larga historia en Ertacios Unidos es la Sociedad de Asis
tencia Legal de Ia ciudad de Nueva York. Y Ia segunda modali
dad, que se dirijIa hacia Ia cornbinación de fondos de procedencia
pdblica, o sea, de los erarios de los estados, de los distritos o
condados y tie los municinios que, ademés. eran complementados
con fondos obtenidos de la comunidad. Es decir, que eran
fondos combinados. Ciaro, no por esta segunda razón de que
tuviese fondo nablicos en su patrimonio, resultó ser una socie
dad dependiente del Gobierno, sino que rriantuvo su independen—
cia p siemare tuncionaron, o han furicionado, como eritidades
privada. libres de la intervención gubernarnental en su funclo
22
[
P0NENCIA
namiento y administración, y han sido regidas por cuerpos
representativos o juntas de directores. Hay que afiadir algo,
quizás para salirnos un poco del marco americano, con
relación a otros palses extranjeros, especialmente Inglaterra.
En Inglaterra se aprobó allã por el 1949 Ia conocida Ley
de Asistencia y Consejo Legal que empezó a ponerse en práctica
en octubre de 1950. AllI el funcionamiento era un poco distinto
y tenIa algunas particularidades que seflalaban hacia un ade
lanto. Sin embargo, creo que por la forma de su organización
y por ciertos propósitos ulteriores de la misma no es en estos
momentos practicable ni aconsej able su establecimiento en un
medio como el nuestro. En el caso de Inglaterra el estatuto
daba Ia administración de la asistencia legal a Ia sociedad de
abogados que se componIa de los “solicitors” o procuradores y
de los “barristers”, y ambos gruuos participaban de la admi
nitración de la sociedad que se nutria con fondos totalmente
gubernamentales. es decir, que era una sociedad de abogados
administrando fondos gubernamentales. Alguien ha señalado
que este tipo de servicio es un tipo de socialización de Ia pro
fesión legal por Ia sencilla razón de que no se limitaba a los
indigentes exclusivamente, sino que habIa personas con ciertos
medios económicos que también teiiIan este servicio. La par
ticularidad que este servicio tiene es Ia de que ent.raba a
prestarlo prácticamente un 85 por ciento de los abogados de
la Sociedad, es decir, de Ia Asociación de Abogados Ingleses,
y de las listas que se hacIan, de los abogados que participaban
en los servicios que prestaba la Asistencia Legal, se le daba
oportunidad a Ia persona de escoger el abogado que prefiriera.
En eso se distingue de nuestras actuales sociedades en el campo
americano, en que el abogado de la Sociedad de Asistencia Legal
es el que presta el servicio sin que el cliente tenga Ia oportunidad
de escoger.
Claro, allá el sistema opera de otra manera en cuanto al
pago de los honorarios a estos abogados y es en el sentido
de que los tribunales son los que fijan los honorarios de abogado
y entonces, del fondo que el Estado ha aportado, que el gobierno
ha aportado, es que se le paga, no un ciento por ciento, sino
airededor de un 85 por ciento de esa fijación de honorarios. Las
personas que pasan de cierta cantidad de ingresos y de pro
piedades tienen que aportar, hacer aportaciones de dinero por
los servicios que se les prestan, y esos dineros van a engrosar
los fondos de Ia Sociedad de Abogados Ingleses, es decir, de Ia
C0MiTE DE ASIS’rENCIA LEGAL
23
Sociedad de Asistencia Legal bajo la administración de la Socie
dad de Abogados Ingleses. Claro está, se puede entender con
bastante claridad el por qué el 85 por ciento ingresaba o ingresa
en estas listas de abogados que están dispuestos a prestar esos
servicios, v es porque reciben el pago de sus honorarios en un
montante bastante adecuado de parte del sistema sic asistencia y
consejo legal.
Esa, en lIneas generales, es Ia experiencia de otras jurisdic
ciones. i,Cuál ha sido Ia experiencia puertorriqueña? (Déjenme
hacer un paréntesis para indicar que se ha calculado que en
Inglaterra, para que se pueda prestar este tipo de servicio, le
cuesta al erario piThlico mâs de un millón de libras esterlinas
anualmente, o sea, un costo de airededor de tres inillones y pico
de dólares.) La experiencia puertorriqueiia ha recorrido los
tres caminos que en las comunidades americanas se han re
corrido. Se empezó con el servicio del abogado de oficio. Ya
en ci 1940 nuestra Legislatura, en una legislación aprobada al
respecto, expresó en su declaración de principios que el sistema
imperante en Puerto Rico de nombrar abogados de oficio para
defender acusados insolventes no garantizaba una efectiva asis
tencia de abogados para cumplir con el mandato constitucional.
Por tanto, ese estatuto, después de esa declaración de principios,
crea Ia institución del defensor pdblico.
No fue, siii embargo, hasta el 1952 que esta institución del
defensor püblico, dirIamos que aicanzó perfiles y fisonomIa bas
tante determinados. Decimos esto porque fue en esa época y
con la aprobación de Ia Ley de Ia Judicatura que se establecieron
diez eargos de defensores pübiicos de tiempo completo (full
time). Con anterioridad a esa época, aunque estaba establecida
esa institución, no habIa funcionado en una forma clara y deter
minada, sino que más bien era un poco deforme y bastante defi
ciente. Se hacIan asignaciones gerierales que se enviaban, o
se hacIan al presupuesto del Departamento de Justicia, y el De
partamento de Justicia aprobaba una reglamentación para el
pago de los honorarios de los defensores püblicos. No eran esos
defensores funcionarios de tiempo completo. Y los que saben
de esto y lo recuerdan, saben que habIa una serie de tarifas y
entrQ ellas habIa una que daba tantos dólares—no recuerdo
cuántos—por declarar culpable a una persona. (Cuatro dólares
me señalan por allá.)
Todo el mundo sabe lo trágica que resultaba aquella situa
ción. Sin que con ello pretenda menoscabar la dignidad de
24
P0NENCIA
‘sOMITE DE ASISTENCIA LEGAL
ona intitucjón corno Ia de los abogados
puertorriquenos, la ver
dad ftc que muchos, descuidados,
poco dados al sentido de Ia
verdadera justicia, hicieron presión
para conseguir declaracio
nes do culpaljjljdacl por la facilidad
que constitula obtener Ia
tariu cue declaraija culnabie a un individno.
Todas estas cosas
(heron Jugar a que en rnuchas
050sioneo—y eso lo recuerdo
porque lo vi una vez en Ia prensa—hubo
acusados que rechazaron
los defensores que se les seflalaban
en los tribunales, expre
sando que preferlan defenderse solos.
Claro, esta desgraciada
actitid tenia que dar lugar a una preocupación
mayor por Ia
defensa de los derechos de los puertorriquef
los. Esa gran preo
cupación continuó, dicho sea de paso,
adn después del 1952
cuarido se establecjeron los diez cargos
de defensores pdblicos
con los cuales todavIa no estábamos
conformes y no nos satisfacIa
totalmente. Por qué? Porque ya en 1952
habIamos alcanzado,
a través de nuestra Constitución, un
adelanto significativo en
nuestro desarrollo democrátjco. Por lo
tanto, aquel sistema nos
parecla que ya no se ajustaba del todo y en
una forma adecuada
a ese creciniiento y a ese desarrollo
democrático. De ahI que
varios funcionarios de las Ramas Ejecutiva
y Judicial, unidos a
un grupo de ciudadanos muy preocupados
por estos problemas,
le clieran nacimiento a io quo conocemos
con el nombre de Ia
Sociedad de Asistencia Legal de Puerto Rico.
Eta iociedad so cred con vida urivacla,
indepencliente, ins
crite en los Registros de Ia SecretarIa o del
Departamento de
Estado como uia entidac nara fines no
pecunhuios, y haJsra
do ser dirigida poe una Junta de Directores
do flues-c personas
que se escogIan, y que Ia incorporaron, a
base de tener repre
sentación en ella 3 grupos por igual, en
igual proporción:
Ci Co]csio de Abo.acio; con 3 personas,
el Gohierno, con 3 nec
sona p la coniunjdscp con 3 ciudadanos
preocupados por estos
probleruias. Eta Soeisda habria de tomar
Ia modalidud que
sefiahi do una combinacjóp do sus fondos,
en el sentido do ‘sue
el E,:taclo habhs de hacer una auortacidn
y Ia cornunjdad habla
dc baser otra aportación,
y adeinas nuestro Colegio do Abogados
tami in habris dc liacer su oportacjói.
El Colegio de Ahogados
apoiiaba ;:DbO p ademdt unor iooae
en su edificio para Ia
oficila central, cue luer:o so irocaron
en un pago en efectivo
de $±.s)O ad!cionaIe por Ia necesidad del
local que tuvo ci Cole
gic,
I line auortó dltimarnente S4,200 en efectivo.
El Estado
7.OOb on an conhierCo a ese fondo,
i: td
p entonces el resto
•
25
dl dinero era para cubrirse con campaflas de recolección de
fondos entre Ia ciudadanla.
La historia de lo que ocurrió de entonces para acá es muy an
gustiosa. En su inicio hubo un gran optimismo. Hubo un grail
optimismo porque precisamente se estaba estableciendo el sis
Lerna que a nuestro juicio responde mejor a la defensa de los
derechor dc los ciudadanos indigentes, p Ia primera campafla
pdhliea de recoiección ne dinero proclujo sus efectos relativa
mente buenos. Es bueno decis en este instante que la razOn
por la cual esa prirnera campai’ia produjo muy buenos resulta
dos, o bastante buenos resultados, fue porcue se escogió a una
persona que tenia mucha habilidacl para recoger dinero y ademds
tenla unos grancles contactos nara noderio lograr. Era el Direc
tor dc Fomento y pudo may bien acercarse a las industrias
nuevas en Puerto Rico p dcc aportaron y ayudaron mucho al
tondo inicial ue produjo Ia campaña primera. Pero muy
pronto, compafieros, Ia Sociedad se percató angustiosamente de
una situación que no habIa visto ni observado y que, cuando se
lanzó a posteriores campaflas en que no tuvo ci privilegio de tener
personas como el Director de Fornento para hacerlas, provocô
an total fracaso. Esa situación pa Ia expresarnos en Ia prmera
Conferencia Judicial, en ocasión en que pude manifestarme sobre
el particular, y era que la ciudadanIa no estaba preparada iii
educada para entender su responsabilidad en relación con los
indigentes para que recibieran el grado de justicia que en igual
dad de condiciones con los demás ciudadanos debIa recibir.
Precisamente el Comité dc Derechos Civiles que estaba en
touces en funciones, realizando su trabajo por encomienda del
Gobernador, ante Ia situación deprimente que se ofrecIa, expresó
unas palabras que son una clara expresión de la situación.
DecIa: “la ciudadanIa debe cumplir mejor su deber cIvico de
hacer contribuciones económicas a la Sociedad de Asistencia
Legal, que es una entidad organizada sobre bases de eficiencia
e independencia para la protección de los derechos de personas
sin recursos económicos p que actualmente no reciben sufi
cientes donaciones privadas para cumplir sus propósitos a pesar
de que cuenta con un subsidio anual de $67,000 del Gohierno
y $3,000 del Colegio de Abogados.” A esos $3,000 habrIa que
afladirie los locales que se nos daban gratuitamente. Dc ma
nera que vino uria crisis y Ia crisis resultó que en el 1959—60,
en ese afio fiscal, ci Gobierno dc Puerto Rico tuvo que hacerse
cargo de cubrir un deficit de $18,000 que tenIa Ia Sociedad, y
26
PONENCIA
C0MITE DE AsIsrENcIA LEGAL
Ia Sociedad se vio obligada a abstenerse de cubrir
varios cargos
vacantes, 3 cargos vacantes, 2 que habian
surgido en San
Juan y uno que habIa surgido en Ponce. Claro,
no los podia
cubrir porque precisamente su escasez de fondos
no le permitla
pagar los sueldos de estos funcionarios, de estos
abogados. Y
esto trajo un grave problema en Ia administracjón
de justicia
en San Juan. Esto lo saben rnuy bien los
jueces de San Juan
que están aquI presentes. Gracias a Dios que
nuestro Colegio
de Abogados, estimulado por nuestro excelente
Presidente y
por el entusiasmo del Bar local de San Juan,
ayudó a aliviar
Ia situación, Ia crisis creada en San Juan.
El Bar local esta
bleció turnos que permitieron a varios compafieros
desintere
sados prestar su ayuda a indigentes en las cortes
de San Juan.
Esta crisis produjo un gran desaliento y una gran
angustia
en Ia Junta de Directores de Ia Sociedad. Be
manera que, dis
cutido el asunto por la Junta de Directores,
Hegamos a Ia con
clusiOn de que Ia Sociedad debia disolverse. La
razón que te
nIamos para que Ia Sociedad se disolviera era
que resultaba
en ültima instancja el Gobierno cubriendo
un deficit y, con im
posibilidades de campafias que produjeran lo
necesario para
engrosar el fondo de Ia Sociedad, nos
encontrábamos como
una Sociedad privada exclusivamente establecida
para admi
nistrar fondos püblicos. Nos parecIa que no era
adecuado que
una Sociedad privada exciusivamente se
dedicara a adminis
trar fondos püblicos. La Sociedad, pues,
tomó Ia determi
nación de disolverse y tomó el acuerdo Ia Junta
de Directores.
Asi se le comunjcó al Hon. Gobernador de Puerto
Rico, y se le
comunicó al Negociado del Presupuesto con el fin
de que se
hicieran las gestiones necesarias
para que este servicio impres
cindjb]e de defensa de los derechos de los ciudadanos
ante los
tribunales fuera atendjda de alguna manera, o bien
porque se
creara un negociaclo especial en alguna Rama
del Gobierno,
o porque alguna de las agencias existentes
se encargara de
este servicio. El Director del Negociado del
Presupuesto y el
Sr. Presidente de Ia Comisión de Hacienda
de Ia Cámara dis
cutieron el problema y decidieron referirse de nuevo
a Ia So
ciedad de Asistencia Legal con una sñplica. La
süplica era
en el sentido de que revocara su decision de
disolución y que
continuara administrando los fondos de Ia Sociedad
aunque
fueran fondos totalmente del Gobierno. Siempre
habIa Ia par
ticipación, claro está, del Colegio de Abogados, pero
esencial
27
mente con la suma más grande, mayor, el Gobierno era quien
pagaba los servicios. La razón que ellos tenIan era una razón
que para nosotros también era fundamental, y era que ellos
creIan que este servicio no debIa volver a ser prestado por una
agencia del Gobierno, sino que debIa permanecer en manos de
una entidad independiente que lo administrara para que no
hubiera ni se pensara en los mismos reparos que se ponIan a los
sistemas anteriores, y ellos crelan que volver a los otros sis
temas era retroceder en nuestro adelanto democrático. A no
sotros nos halagó Ia petición porque, de todas maneras, pensá
bamos de esa manera también, aunque creIamos y creemos que
no estâbamos ilamados a administrar como entidad privada
totalmente fondos püblicos. Por lo tanto, la Sociedad continuó
en su administración de los fondos y de Ia prestación de los
servicios. Ello hizo que se pudieran abrir dos nuevas oficinas
que habIa estado siempre pensando abrir en los distritos de
Humacao y Aguadilla. Be esa manera consiguió un aumento
de presupuesto y está actualmente administrando un presu
puesto de airededor de $140,000.
Los servicios de esta Socieclaci. compafleros de Ia Conferen
cia, a mi juicio—y lo digo ccn gran satisfacción porc.ue preicIo
la Junta de Directores—son servicios extraordinarjos. 1
omo
dice nuestro Informe en algunos detalles generales, se iniciaron
en este aflo fiscal transcurrido de 1959—60, 1,490 casos civiles y
2,695 casos crirninales, que unidos a los que restaron del aflo
anterior subió a una cantidad bastante mayor—no tengo la cifra
—pero si puedo decir que de toda esa cifra de nuevos casos ingre
sados durante el aflo más los arrastrados del aflo anterior, se ter
minaron 1,371 casos civiles y 2,758 casos criminales. Se iniciaron
21 apelaciones ante el Tribunal Supremo, que sumadas a 56 pen
dientes hicieron 77 apelaciones, de las cuales queclaron termina
das 33. Otros servicios prestaclos comprenden 916 consultas y
532 servicios notariales. Be esto ustedes podrán apreciar que
una gran cantidad dc trahajo como ésta tiene que haber requerido
un intenso espIritu cle sacrificio de los abogados de la Sociedad.
Y asi nos lo garantizan las expresiones de los jueces que han te
nido que bregar con este tipo de servicio y ante quienes nuestros
abogados han comparecido en representación de los indigentes.
Pero, naturalmente, una gran cantidad de trabajo como éste, en
un grupo bastrnte reducido de abogados, no puede producir un
trabajo de primera calidad, o sea, tiene que mermar Ia calidad
frente a este problema de canticlad. Sin embargo, los jueces no
28
[
PuxExciA
COMITE DE AsISTENcIA LEGAL
han dicho que a pesar de ese problema de cantidad, el servicio
que prestan esos abogados aun en calidad es extraordinario y que
solo se explica que sea asI a través de un gran espiritu de sacri
ficio y de una gran dedicación.
No hay duda que hay necesidad de mejorar estos servicios y
de mejorarios tanto en cantdad como en calidad. Por ejemplo,
no se está prestando vu serviern total, amplio, en los tribunales
de distrito. Hay algunos casos que los atienden nuestros
abogados cuando hay esa oportunidad, pero la gran maysria de
los casos ante el Tribunal de Distrito no son atendidos por Ia So
ciedad. Tambin se hace necesario mejorar, tanto en cantidacl
como en calidaci. Ia actividad apelativa ante uuestro Tribunal
Suprerno. Seria quizás conveniente decir en este instante que Ia
experlencia de Ia Sociedad de Asistencia Legal de Nueva York
es extraordinarja en cuanto a este respecto, no en cuanto a can
tidad, porque la inforrnación que tengo es que en el aflo fiscal
anterior no ateiidió nada más que 70 casos ante los trihunales de
apelación de Nueva York. Ahora, ,quiénes atendieron esos
70 casos? Los atenciiercn los abogados que no eran miembros
de Ia Sociedad de Asistencia Legal. Hobo un reclamo de vo
luntariedad de los abogados y 80 abogados respondieron a ese re
clamo de la Sociedad de Asistencia Legal. Y esos abogados re
presentaron en las apelaciones a estos indigentes que lievaron
sus casos en apelación a los tribunales apelativos. Se afladIa una
direcciOn, o sea, se ponla uno de los abogados de Ia Sociedad, una
persona experimentada a dirigir y a cooperar en este servicio de
apelacionec ante los trihunales de apelaciones de Nueva York.
Y ese abogado siempre firmaba en los alegatos como abogado de
record junto con el abogado que voluntariamente habIa ofrecido
sus servicios. El problema, a mi juicio y el del Comité, es
uno de recursos econOmicos para aumentar ci personal profesio
nal y de oficina. Un cãlculo conservador que se ha hecho nos
ha ilevado a etimar Ia necesidad de un presupuesto de airededor
dc $332,000.00 para poder prestar ese servicio en los tribLinales
de distrito y poder ampliar y mejorar ci servicio de apelaciones
ante nuestro Tribunal Sujremo.
Ahora bien, frente a estas experiencias pasadas ci Comité
pensó en hacer aigunas rscomendaeiones y sugestiones. Quiso
primero hacer dos reafirmaciones de criterio. Las dos reafir
maciones de criterio deben ser ya entendidas muy bien p01’ lo
que acabo de decir. Primero, que cencurre con los que han
sostenido que este servicio debe prestarlo una entidad indepen
diente, sin cvi eción a agencas gubernamentales, ejecutivas o
judiciales, en su gestiOn administrativa y funcional. Y que debe
incluir tanto la representación en casos civiles como Ia represen
tacon en casos crinsnales. Debe incluir todo ci campo de la
jucticia para los pobres, frase que usó ci cornité que redactó el
proyecto de la Ley de Ta Judicatura en cuanto a lo que conceblan
ellos cue deLia ser ci alcance de Ia asistencia legal en Puerto
Rice. Y segundo. como complemento mayor a ccc primer cri
terio y como concomitante mayor de éi, lo que ya seflalé, o sea,
los escasos recursos econOrnicos, y que, por lo tanto, deben ha
cerse todas las gestiones posibles para procurar los mayores in
gresos para Ta asistencia legal. Y las tres recomendaciones que
hizo, mac bien dos recomendaciones y una sugestión, se concre
tan de Ia siguiente manera: La primera consiclera que la propia
Junta. de Directores de la actual sociedad privada demostrO que
tenIa escrdpulos como tal para reglamentar y administrar fon
dos püblicos exciucivamente. Hubo algunas otras objeciories,
eritre ellas posibles objeciones legales. No cc ha hecho un estu
dio detenido de Ia cuestión, pero cc seflala Is posibilidad de que
haya reparos legales a la situación de que uria entidad privada
se cree, cc establesca, con el propósito especIfico de administrar
fondos pdhlicos. Para is solución de problemas pdblicos para los
cuales ci Estado uede dedicar fondos, cc ha Ilegado a esI1cr
corno comnlctamente Iegcl ol qiie i EslaUu apuite clineros y haga
asignaciones a una entidaci privada ya existente para que le
preste esos servicios aI Estado. Pox’ ejemulo, ca ban hecho apor
ta.cines a fondos de sociedades privadas que cc dedican al scr
nob dc hccniiaiizsciéo, a hosnrsles, V los iLaclc han nacido y
pueden aportar fondcs. Oblicos nasa que Se les presten ciertos
Pets on aces cocos is. •.atiJad
servicios por psite dc eaa entidad.
ha existidc autos y la estado dedicada a prestar ese tipo de ser
vioLas y. ci ci Estado retirara eso fondos dadicadoc a ccc sarvi
do, Is entidad seaub’Ia funcionaudo coma entidscT privada e nde—
aisria a! psligcc do qua éstn
En nsa sa’o
penslienia.
cj una socieclad existente, casi exciusivamente ijala dedios,rse
iyjblicoc. Si a retiLasin coos foclos
a admunc ass snos
En otsac pa
ptblieos. Is ncied. no tanstebi as sin cia cxistii
laSts teisi:israos quo liegar a Ia conclusiOn cIa quo esiabs ca’eada
sspecIhca v enelusivamente pars administsar uflOs ft2iaOS
29
.
Pien. ante estos eciupules y poeibIe objeciones. ci Ccmité
recomienria que se establezea mediante legisiación, nina corpora-
30
P0NENcIA
COMITE DE ASISTENCIA LEGAL
[
ción püblica independiente, con facultades absolutas para admi
nistrar y dirigir esa actividad. Su cuerpo directivo se compon
drIa, de acuerdo como lo concibe el Comité de esta Conferencia, de
9 pei’sonas también, divididas en 3 representaciones de 3 clases
distintas. Y en iguales proporciones. El Gobierno, el Colegio
de Abogados y la cornunidad. Es decir, para no extenderme
mucho, siguiendo el patron existente en estos instantes en Ia
Sociedad privada, con la ñnica diferencia de que seria una agen
cia de carácter püblico, serla una corporación püblica, que esta
na administrando fondos püblicos, pero con un grado de inde
pendencia tal que permitiera, por lo menos, mantener el escrü
pub que se ha querido y deseado mantener en Ia administración
de estos fondos, sin ataduras de cierta naturaleza con el control
gubernamental.
Con esta clase de entidad estarlamos aportando uii nuevo
sistema que estarla llamado—y asI lo concibe tarnbién ci Comité
—a ser transitorio. A ser transitorio hasta que Ia cornunidad
entendiera su obligación y aprendiera a contribuir a una sociedad
privada que se dedicara a prestar esos servicios. Dc manera
que habrIa que, en esa legislación, establecer unas disposiciones
que permitieran a Ia Junta de Directores de esta corporación de
carrollar programas de educación pübiica en las que reclutara
el Servicli, do nf]as las uersonas entendidas en la comunidad so
bre estos problemas y a los abogados. Oea, un prograrna corn
pleto de educación publica que ilegara hasta el corazOn de nues
tra cornunidad para que entendiera su responsabilidad en rela
ción con la defensa de loS derechos de los incligentes en iguales
condiciones que Ia de los derechos de aquellos que tienen bienes
económicos. Y adernás habrIa que dane facultades a esta cor
poración pdblica para que pudiera lievar a cabo campaflas de
recolección de fondos entre Ia comunidad cuando el prograrna tie
educación püblica ya haya surtido sus efectos y la comunidad esté
dispuesta a hacer aportaciones a ese fondo. Y dane facultades,
además, para que cuando liegue el momento en que Ia proporción
de Ia aportación pdblica a ese fondo sea de tal naturaleza se ins
trumente un medio para que Ia corporación traspase su patrimo
nio y todas sus facultades a una sociedad privada que se dedique
a prestar este servicio. Yen ustedes que el propósito de esto
es
soslayar los reparos que puedan ponerse y, rnás que soslayarlos,
garantizar Ia independencia del sistema y de los abogados que
han de prestar los servicios a los indigentes puertorniquenos.
31
En cuanto a las fuentes que habrian de nutrir el fondu de Ia
corporación, para que ésta cumpla su función piogresiva de efi
ciencia en cuanto a esos servicios, el Comité seflaló lo siguiente:
que por ser una corporación pñblica habrian de hacerse
asignaciones legislativas para el fondo de esta corporación.
Pero ademds penso en una idea que se ha permitido sugerir.
Es la idea de que se gestione adernás la aprobación de legis
lación estahieciendo un nuevo sello forense de igual valor que
el eniCtente actualmente, 0, Si es más conveniente. dup icau do
ci valor del actual, para cobrarse de la misma forma, e ingresar
su producto Si es un nuevo sello o su aumento Si es el mismo seblo
que actualmente existe, para engrosar el fondo de la corporación.
Dc esta manera, entiende el Comité, los litigantes que tienen
medios económicos para litigar, piocurliidose los •servicios de
profesionales competentes, debIan aportai’ algo a los fondos
dc la Sociedaci porn permitirie. a etjuelius que no tjenen eses
medios, litigar con el mejor serviclo legal posible. La otra
fuente de ingresos serian, claro está, las campaflas entre Ia
ciudadania cuando las circunstancias lo permitieraii de acuerdo
con lo que expresamos en Ia primera recomendación.
Finalmente, el Comité considerO Ia cooperaciOn de dos gru—
pos prestigiosos y orientadores de la comunidad en lo que llamó
en su informe “esta cruzada de fe democrática.” Son los
jueces y los abogados. La sección 30 de Ia Ley de Ia Judi
catura dispone que ci Tribunal General de Justicia y Ia Oficina
de Administración de los Tribunales estimularán ci estableci
miento de ayuda legal para Ia defensa de personas nobres con
Ia cooperaciOn del Colegio de Abogados, del Colegio de Derecho
de Ia Universidad de Puerto Rico y de toda persona interesada
en Ia adecuada protecciOn tie los pobres. Ha creldo este Co
mite que los jueces deben dan toda su cooperación al mejora
miento de este sistema. Y que esta cooperación debe ir enca
minada, en primer término, a cooperar en ci programa de edu
cación pciblica para orientar a nuestra ciudadania en cuanto a
este tipo de servicio. Es interesante liamar Ia atención sobre un
dato que id en Ia Revista de Ia Asociación Nacional tie Asistencia
Legal Americana sobre una visita que hicieron los niños de una
escuela pñbuica, unos 30 niños, a ver los procedimientos ante una
sala tie un tribunal. Se dice que los muchachos observanon con
mucho detenimiento lo que aIlI ocurrió y despuds de vistos aigu
nos eases. en donde in representación estaha en manos de aboga
PONEICiA
Cor!ITr DE A5IsTENCTA LEGAL
dos (Ic Ia Sociedad de Asistencia Legal y decretado un receso, el
juez llarnó a los 30 niflos a su oficina, a su cdrnara. Conversó
con elics y empezó a hablarles de lo que hablan hecho aquelios
abogados de Asistencia Legal con los indigentes que habIan sido
acucados ante Ia sala. Los niflos se retiraron a su escuela y Ia
historia del caso cuenta que al otro dIa lOS muchachos se organi
zaron y le escribieron una carta al Juez. Le decIan que ellos ha
bian quedado impresioriados con la labor que hacIa la Sociedad do
Asistericia Legal y quo so habIan puesto de acuerdo para que
cada nifio prenarara “popcorn” en su casa y vendiara unos
cuantos sacos de “popcorn”. Cada uno se comprometIa a sacar
un dólar con Ia yenta do esoc a suitor de “popcorn” para envjar
los a la Sociedad de Asirtencia Leai, y se concretó el ofreci
miento do los mLchcchcs: enviaron S30.00 a la Sociedad do
Aristencia LegaL Llamo Ia atención a esto porque es una ma
nera bastante gráfica, bastante interesante, de ilustrar cómo un
juez espontánearnente—no cc Ic habIa peclido que lo hiciera—co
operó con Ia Sociedad de Asistencia Legal no tanto con los $30.00
que aportaron estos nifioc, quo después do toclo, frente al servicio
q ie prerta erta Sociedaci y Ia cren eantidaci dc ciLiero qur tone
en sus fondos, era ins;gnificante, silo por Ia educación que dejó
en la monte y ci corann do aquellos niflos que includablemente
se fueron con una ilustracidn y uria educación ciudaclana que les
convertirá no solamente como niflos, sino como acluitos en ci fu
taco, en propagacbirer. defen. oler. do esta idea de servicio a os
incligentes en cuanto a Ia icy cc refiere.
Do manera, compafiercs, que ci interés de Ia Socieclaci ec que
so etiencia esa 000paración
ha trniclo esa pi ocunacain e Co
mite porane existe ci Cancr 1i5 do los do Etica Judicial qur cc
ha penrado que pocirla mneciir Ia colacoracion del jar: en r:tr.
getidn do ayuda a los sisterear de uric tenria legal. No cr mrs
que dicho canon ertd en conflicto con Ia clirpocición dc Ia ccc
dOn 30 anteriormente transcrita. Por eso iiemcj re:om idado
y ccl rneercrmos qur ocurra. sue se aclare a interprcte oficial
nirite ci canon do mmcm que no fru:tra lo sue nocotrorrii—
deramos cue cc una declaración de politica pdhlica en Ia recciOn
30 cie hi Lay de Ia Judicatura. Nocoti’os opinamos que el juez
anus is no tiene cue oiitam, cc (i.r, crer ci om ucma y ni—
morse a recoger dinero entra in comunidad, peede si scm on edu.
cador, orientador. dc Ia cornuardiacl en cuanto a ccc rrmor abi
lidad conriemne,
harta puecia parbcipar err lOS ccniitr genera—
los o locales de asistencia legal que cooperan ai mejorarniento
de ese sistema.
1 en cuanto a los abogadoc, bastarIa decir may pocar pala
bras, pero es bueno repetirlas. En cuanto a los abogados. in
deperidientemente de la aportación que hace nuestro Colegio,
quo hace en actor inctantes una auortación do $4,200 todos lOS
afloc, es buena indicar que las sociedades en Estados Unidos, las
sociedades de asistencia legal, en su esencia y en su mayor es
fuerzo están sostenidas por los bares de abogados. Precisamente
Ia Sociedad de Asistencia Legal do Nueva York, Ia informaciOn
que tengo es que prácticamente Ia mitad do los fondos Ia aportan
los bufetes neoyorquinos. los bufetes de abogados neoyormrinos,
esto es bastante decir. En septiembrc 21 dr 1950 1: Cd
mara de Delegados do Ia Sociedad Americana de Abogados
aprobó y Ia Asamblea luego ratificó ci acuerdo siguiente: “pri
rnero, que es obligación principal do Ia profesión legal como
parte de su elevada tradición de servicio al pdblico, coma expre
sión do su devoción par ci ideal de igual justicia para todos, y
como medio de impedir la amenaza a la libertad individual im
plIcita en los crecientes esfuerzos de socializar Ia profesión le
gal, asumir por conducto do sus asociaciones y en comdn es
fuerzo con otras agencias sociales y do bienestar pdblico ci lide
rato en establecer y mantener facilidades adecuadamente orga
nizadas de acistencia legal en todo ci pals. Y segundo, quo las
facilidades de asistencia legal deben establecerse y mantenerse
tanto coma sea posible a través do agencias independientes sos
tenidas par la comunidad y cii toclos los casos sin control ni
influencia gubernamental sobre sus operaciones.” Dc manera
quo esta es una ohligación principal de los abogados y cci en
machas ocasiones so nor duo a Ia i’unta do Directores cuando,
32
Ii
33
-
en un instante de sacrificio, se lanzó ella misma a recoger dinero.
Costó mucho trabajo recoger unos poquitos fondos para hacer
frente a la crisis, pues lo primero que se nos preguntaba era
cuánto están aportando los bufetes de abogados para el sosteni
miento dc esta Sociedad; y tenIamos que, desgraciadamente,
indicar que nos tenIamos que limitar a $4,200 que apor
taba el Colegio de Abogados. Por eso en ese Informe noso
tros hacemos insistencia sabre ese aspecto y con esas recomen
clacioner. y sugeationec sometemos respetuosamente a la Coife
rencia ci Informe del Comité de Asistencia Legal.
Muchas gra
cias.
.34
DlscusiOx
CoMITI DE AsIsTENcIA LEGAL
I
Sr. Juez Perez Pimentel: Muchas gracias, cornpañero Fer
nández Badillo. Se abre a discusión el tema. Los compafleros
miembros de la Conferencia Judicial quo deseen expresarse en
relación con ci tema, pues, éste es ci momento...
Ninguno de
los compañeros desea.. .? El compaflero Lucas Serbia, puede
pasar al micrófono.
Sr. Juez Lucas F. Serbia: Señores del Tribunal, y señores
de la Conferencia:
En su exposición el Presidente del Cornité de Asistencia
Legal, al comparar ci éxito relativo de Ia primera carnpafla de
fondos con ci fracaso econórnico de la segunda, lo deposita, lo
adjudica, en Ia persona que dirigio Ia carnpafla. Desde luego
que en ci Informe inás adelante se elabora ci punto del impacto
del canon de ética judicial que impide a los jueces soiicitar
fondos para cualquier fin. El canon, dicho sea de paso, so
aprobó entre una y otra campaflas y a mi manera de ver fue
Ia razón decisiva del fracaso de Ia segunda campafla. En la
prirnera carnpaña de recolección de fondos los jueces del Tribu
nal Superior, los jueces del Tribunal do Distrito, y los Jueces
de Paz participaron activarnente, formaron parte de los comités
locales que se establecieron, hicieron campafla de recolección y
ello produjo un total de airededor do S37,000. La segunda
campafla. es verdad quo careció del sisterna de comités locales
que, dicho sea de paso, nunca liegaron a establecerse por lo
mismo que so pensaba estabiecerlos en torno al juez local y con
la preocupación de si ci juez podIa o no podia intervenir en
este tipo de campaila, nunca se Hegaron a establecer los cornités
locales. Si menciono este punto es para afladir mi opinion conso
nante con la que expone ci Cornité, de que no debiera considerarse
que hay incompatibilidad ent.re la condicióri de juez y Ia condición
de on sostenedor do un principio como en ci quo descansa la
asistencia legal.
La Sociedad do Asistencia Legal no podrá lienar su cometido
como entidad particular sin ia aportación que en términos de
liderato pueden ofrecer los señores jueces. La misma Ley de Ia
Judicatura ie encemienda y deposita esa responsabilidad en ci
Tribunal General de Justicia y en la Oficina de AdministraciOn
de los Tribunales. Es cierto que ci juez no debo participar en
campailas de recolección de fondos que podrIan si riO atarle por
lo menos dar Ia impresiOn ante ci ciudadano de que en cierto
modo está comprometido a través do un donativo quo ha recibi
do. Eso no se discute y eso es surnamente ciaro. Pero cuando
35
se iiega al punto do bregar con un probiema como ol de asisten
cia legal al indigente, entiendo, con toda humildad, que son los
señores jueces los ciue pueden dane viva realidad a ese interés
en quo Ia protección que Ia ConstituciOn establece no sea mera
paiabrerIa y 51 una realidad concreta. Pediria que se conside
rara y se meditara Ia incompatihilidad que pudiera haber—que
en mi opinion humilde creo que no la hay—y que se considerara
Ia posibilidad do quo los señores jueces participaran en este
tipo de actividades como la dnica forma de que Ia aportación
ciudadana ilegue algdn dIa a desplazar la aportación guberna
mental si es que queremos hacer una Sociedad do Asistencia
Legal sobre bases sóiidas.
Cuando oniginairnente cc estabieció la Sociedad do Asistencia
Legal y recuerdo las palabras dci Juez Sifre en ocasión do la
Conferencia Judicial pasada, se pensaba que Ia aportación
gubernamental fuera bajando a inedida que la aportación ciuda
dana fuera aumeiitando. La reaiidad do los dos años que han
soguido son Ia quo bien expone ci compañero Fernández Badillo.
Estamos en un punto doucie Ia Sociedad do Asistencia Legal se
está nutricdo excluisivarnente de fondos gubornamentaies.
Si
ésa es la situación, ahi estd Ia explicación de Ia decision do Ia
Sociedad do disolverse. Debemos aprovechan ci compás de
ospera que Ia petición dc In Rama Ejecutiva y de 1a Rarna Legis
lativa nos han dado para meditar y pensar cómo podemos lograr
invertir ol orden de cosac y que Hegue ci momento cuando Ia apor
tación ciudadana sea Ia que realmente sostenga ia Sociodad para
Asistencia Legal. Eso serIa todo.
Ss. Jve-’ Pére P’ni entcl: Miicfas oracias, compañero
Serbia. ,Aigdn otro compaflero clesea .
ci compañero . . .
Creo quo puede usar aquei rnicrOfono si funciona. i,No so oye?
Lie. Antonio Bennozue: Sencillamente lme permitirIa el
Presidente del Comité hocenle una pregunta? Y es si el Cornitd
estudió o explord ins posihi?idades quo habla sugorido en la
Sesión Plenaria do in Pnimera Conferencia ci Juez Hon. Lino
Saidafla sobre la utilización de estudiantes do tercer aflo para
prestar servicios bajo determinadas condiciones y bajo Ia tutela
y el aprendizaje do abogados comnetentes.
Sr. Juez Perez Pimento 1: Puede pasar ci compañero aI
micrdfono.
Lie. J. B. Feindnde: Barlillo: Deseo explicar en primer
término, repitiendo, que la prosidencia de oste Comité me fue
encomendada con tiempo escaso con antelación a esta Segunda
.
.
3i
fliSUiO
Conferencia, y recuercic las sugestiones que se hicieion en la
Primera Conferencia y las cue hizo el Hon. Juez Saldafla sobre
el particular. Auncue, si mel no recuerdo, algunos otros corn
patieros se rnamIestaro CL eontaa del sistenia de la utilización
:ribunales.
cle ecudiantes para representar indigentes iuie los 1
La objeción—si mal no recuerdo—ae basaba sobre la posible
impresión que se podrIa dejar en Ia mente de la comuni
dad y especialmente de los clienLes indigentes tie que se les esta
ha dando una representación legal de iuferioi calidad. Sin
embargo, contestando a là pregunta del ccmnaflero, Director
Ejecutivo del Coiegio de Abogacios, debo clecirle que mi criteriu
personal, sin que esté manifestnclome a nombre del Comité,
es que ann asi los estudiantes piieden a través de sus clinicas
legales prestar alguna cooperacidu a los sistemas de asistencia
legal y que lo podrIan hacci en Puecco Rico. En là ciudaci dc
Boston—si no recuedo mal— ciuizis en eso ci dues Saidafla
está mds versado quc ye——lea triqunales permtieron a estu
diantea de segundo y leleer ailos de una aocedad dcl Colegio de
Leyes de Harvard para ropresentar a indigentes aiiie ciertos
tribunales, ciertos tribunales cue celobraban vistas pero que
podia luego recurrirse en aizada a tribuiiales superiores me
diante juieios de novo. parecdo al sistema que tenlarnos antes
de là Ley de la Judicatura actual.
Creo, sin embargo, que no debe liegarse a ese extrerno. SI
creo ciue debe haber aigunos medios que pueden coordinarse
mecliante el cual ic’s estudiarites del ditimo aflo tie los estu
dies dc derecho de la iJniversidad de Puerto Rico puedan coope
rar ccii nuestros abogades de la Sociedaci de Asislencia Legal.
Déjenme manifestar en este instante que el actual Decano de
Ia Escuela de Derecho, precisarnente, conversó conmigo esta ma
ñana y estamos con ánirno de seguir conversando, sobre la posi
bilidad de instrurnentar algdn plan para que los estudiantes de
dezecho de tercer aflo puedan dar a través de su clInica legal al
guna cooperación a Ia Sociedad de Asistencia Legal o a cualquiera
otra entidad que en su lugar se esablezca para rendir estos
servicios. A ml juicio en el sistema, mejor dicho, en Ia acti
vidad apelativa podrian tarnbién ellos dar una gran aportación.
Sea ello en actividades en los tribunales de primera instancia
o bien en actividades ante este Hon. Tribunal, ello se harIa
siempre bajo Is tutela y supervision de sas profesores eu Ia cli
nica legal que sean abogados postulantes admitidos a ejercer la
profesión y quienes firmen las alegaciones ante los tribunales y
CeronE as As
ISOCIA LEGAL
.1
los que comparezcan junto con sus estudiantes a representar
al indigente. Me parece que podrIa instrumentarse, y espero
que de las conversaciones que Ia Sociedad o là Junta de Direc
tores de là Sociedad tenga con el Decano de là Escuela de
Derecho puedasuruir un plan que sea beneficjoso tanto pare Ia
Escuela de Derecho conio mire los indigentes en Puerto Rico.
Sr. Jez Pdres Pimcntel: Queda contestada Ia pregunta.
Sr. Jucz Todd, Jr.: Si me pei’mite una pregunta tarnbién ci
Presidente del Comité. En relceflin con ci aparente conflicto
de là seccidn 30.
Sr. Juez Piiez Pimente!: Compaflero, ,quiere utilizar el
micrdfono, si tiene là bonded?
Sr. ,Tucz Todd, Jr.: En relacion con el aparente conflicto
a quo hace refereacia ci Comité enire Ia sección 30 tIe la
Ley
de liij Juclicatura y ci canon 16 de Etica Judicial, dice ci
Cornité
en su iriforme: “Recomeudamos cue se adore o iiiterprete
oficbilrnerite ci cc non tie manera cue no frun eo 10 declareejdn
dc polItea piP iC5 cc danida en 1
ceecio 30” Eso recomen—
dacidn va dirPicia n teicunas geu2’nles, pornue estamos n
la
Cc’nfercnci-i Juclicic], nero Jebe inlerpratarso esto de que ci
Comité está piateando ol:cIa.Imente al TrPacnoi d3upmo cue
aciale ese apar’nde coufliaze paca cue haya una decisiOn sobre
ceo. Port no a mi paeeer cc 10 daica forma en qua los maccc
porlrian toner ante ci una delorminacidu eficial tie esa interore—
taeidu.
Lie. J. B. Pci adodce Badillo: D€eme decirle, Hon. Juez
Todd, que ése precisamente cc nuesiro propdsito. Ahora, cleseo
aclarar sin embargo cue ci Comité coasi1eia de su paste quo
no exiete tal conflicia, Lo que ocurie es cue nuestros ;ueces
ban nerisado que ccc canon posibeinenje lee impide a dIes par
ticipar en este tipo Ce actividades y fue 10 505011 precisameute
par la cual, come cfia1d el ccmpaiiero Lucas Serbia, no puCe
lograrse là particinaci5n an Ins ceniiciones locales de los jueces
noes Iros. For lo tanto, Is recomendaciOn de este Comite es
precisamente qua ci Hen. Tribunal Suni’’uo, one cc el ou
ilamado a promulgar las Reglas de Etica Judicial, de alguna
rnanera y como lo creycre conveniente, haga expresiOn, si es que
asi 10 determinare y ad 10 considerare, de que no hay conflicto
entre ese canon y la clispoeieiOn del artlculo 30 tie la Ley tie la
Judicatura.
38
I.
DiscuslON
Co:oITE DE ASISTENCIA LEGAL
Si’. Juez Pérc Pi’mentcl: Compaflero Gonzalez Blanes.
Lic. Hector Gonzalez Blanes: Señor Presidente, compañe
ros. Posiblemente la sugestión que me propongo hacer ha sido
ya considerada por los miembros de Ia Comisión, pero intereso
saber si en los estudios quo se han hecho se ha considerado Ia
posibilidad do nombrar un director de Ia Sociedad de Asistencia
Legal. Tengo para ml cue eso es muy importante en cualcuier
organizaciOn que se haga. Hay individuos que por espIritu
altruista se lanzan muchas veces sin remuneración ninguna a
movimientos en beneficio do la comunidad y tienen éxito en las
organizaciones que ellos estabiecen. Pero por lo general. em
presas de esta naturaleza y que tienen un aicance tan grande,
necesitan Ia dirección, a mi entender, de una persona idónea
que aun cuando esté dispuesta a sacrificarse mediante Ia acep
tación de una posición directiva, se le fije una rerauneración
adecuada a los servicios de la calidad cue indudablemente so
pretende en una proposicion como Ia cue aqul so ha hecho. Mi
pregunta es en el sentido, al Sr. Fernández Badillo, a quieii de
paso felicito por el magnIfico informe quo ha hecho, si se ha
considerado la posibilidad del nombramiento o Ia creación del
cargo de director de Ia Sociedad de Asistencia Legal.
Lic. J. B. Fernández Badillo: Muchas gracias, compañero,
por su felicitación por nuestro informe. Coritestando a su pre
gunta, debo decirle que no he captado en su verdadero alcance
la expresión del compaflero sobre este director. Actualmente Ia
Sociedad de Asisencia Legal tiene una Junta de Directores,
como expiique, que se compone de 9 personas. Esta Junta de
Direetores que administra los fondos y el funcionamiento de Ia
Sociedad escoge y nombra un director ejecutivo. Este director
ejecudvo, claro está, esa dedicado a ía supervisida y manejo
y funcionamiento del cuerpo de abogados que prestan los servi
cios legales ante los tribunales en representación de los mdi
gentes y oste compaflero tiene una remuneración por esos ser
vicios. Ahora, si lo que tenIa en mente el compaflero era un
director con ánimo de ser promovente ante la cornunidad para
los fines de aportar fondos, entonces yo le dirla que eso no lo
tenemos como un funcionario remunerado para esos fines, pero
si debo decirle que al igual que en ia primera campafla en las
sucesivas campañas hicimos esfuerzos por conseguir personas
do gran prestigio en la comuiiiclad que nos sirvierari de directo
res en estas cruzadas de ohtención de fondos para el sosteni
miento de Ia Sociedad y Ia experiencia fue muy amarga. No—
yo calculo, airededor de 25 personas, entre
ollas ciudadanos do un gran arraigo en Ia comunidad, de un
gran prestigio, y además visitamos funcionarios de alto calibre
y do posición elevada en nuestro Gohierno con el propósito tie
lograr la mejor persona que—elaro estd, companero, sin remu
neración, tenia que ser gratuitamente-—se prestara a dirigir
nuestras campaflas de recoiección de fondos. Desgraciada
mente unos por motivos bastante justificables, otros, a mi juicio,
con meras racionalizaciones, no aceptaron nuestra invitación y
como les expresé hace unos minutos hubo un momento tan trá
gico y tan amargo que la propia Junta do Directores so cons
tituyd en directora do carnpafla y se Ianzó como un Quijote a
tratar de recoer fondos y Ia verdad es que fue un total fra
39
sotros visitamos,
caso.
Lie. Gonzalez Bianes: Distinguido colega, la idea que tenia
on monte iba mds bien con ci propósito do descargar a los hono
rabIes jueces do la misión do intervonir ellos diroctamento on
una obra do osta Indole, por aquello do quo los sitda con mayor
independoncia y posiblomente libres de toda clase de suspicacia.
Pienso que ann cuando haya un director ejecutivo actualmente
que se odupe, pienso yo, esoncialmente del aspecto legal y dis
posición de los casos en corte, que lo haya en Ia fase adminis
trativa en general considerando todos los propósitos quo va a
desempeflar una sociedad do esta naturaleza, y de ahI Ia idea
de quo se instrumente en aiguna forma ci cargo do un director
quo garantice cuando menos por su idoneidad, sus condiciones
do actividad reconocida ya en Ia sociodad, un éxito a una Socie
dad de esta naturaleza.
Lie. J. B. Fernández Badillo: Bueno, claro, ci Comité no ha
considerado esta posibilidad. Sin embargo, ci criterio do la Junta
de Directores de la Sociedad y do otras personas es el de quo aun
cuando eso se hiciera, porquo hasta so pensó en conseguir me
diante romuneración una agoncia de publicidad 0 tin director
de publicidad que se oncargara de esta fase administrativa,
pero siempro hemos ponsado quo aun en osa situación vamos a
necesitar como grupo orientador do gran arraigo y de pro
funda conciencia democrática y de defensa de los derechos ciu
dadanos a! juez como persona indicada a prestar su cooporación
en osta cuestión.
Sr. Juez Perez Pimentel: ,Algün otro compaiiero desea ox
presarse en relación con el Informe?
Compañero Ochoteco.
40
DIscuslON
C0IGITE DE AsIsTENcIA LEGAL
Lie. Felix Ochoteco, Jr.: Para hacer unas breves indica
ciones.
La prirnera de ellas es Ia siguiente: Cuando yo escuchaba
al distinguido Presidente del Comité hacer su magnIfico in
forme sentI una gran reserva cuando se refirió a levantar fon
dos a través de la creación de una nueva estampilla o bien a tra
yes del aumento de la estampilla del Colegio de Abogados. Salvo
mejor criterio, me parece que Ia vida del Colegio de Abogados
que depende exciusivamente en el momento desde el punto de
vista económico de su sello forense, no debe arriesgarse ni tam
poco debe de mezclarsa con una institución que, de acuerdo con
el informe del Presidente que hemos escuchado hace un mo
mento, está en crisis. En cualquier momento en el futuro si se
liegare a ligar Ia cuota indirecta que va a pagar el ciudadano
en el impuesto forense a través de un aumento a los fondos
con que cuenta ci Colegio a través de ese mismo impuesto fo
rense, se correrla el riesgo que el Colegio de Abogados pudiera
salir perjudicado.
Deseamos hacer Ia siguiente indicación, además—que no es
nuestra sino que ha venido de unos distinguidos compafleros sen
tados detrás de mi butaca—,por qué dentro de ese gran inte
res includable que tiene nuestro Gobierno de que este pro
blema fundamental de la ayuda legal halle una solución satis
factoria, por qué no destinar lo que se paga o recolecta por
concepto de multas y de costas judiciales a engrosar los fondos
de la ayuda legal? Nos parece que Ia creación de una nueva es
tampilla no serIa nada más que de por si complicar el proce
dirniento. Me parece que aun serIa preferible aumentar los
impuestos de radicación en los tribunales y las demás costas in
diciales que crear ese nuevo impuesto forense.
Deseamos también indicar y es una repetición de lo que di
jérarnos cuando el Hon. Juez Saldaña hizo su exposición ha
ciendo referencia a Ia aportación del estudiantado de nuestro Co
legio de Derecho para utilizarlo como un auxiliar en la solución
del problema, queremos reiterar nuestra creencia que clebieran
considerarse ima vez más aquellas legislaciones de algunos
paIses de Sur America donde no es ci estudiante ci que presta
el auxilio a los necesitados en materia legal y si aquelios abo
gados que acaban de graduarse y que conforme se le exige al
medico un internado en un hospital, también se le exige a esos
abogados acabados de graduar una práctica profesional a be-
de los económicamente insolventes aunque orientados
por abogados previamente designados como consejeros.
Y por (iltimo queremos hacer constar lo siguiente: No ohs
tante haber manifestado nuestro distinguido y apreciado amigo
ci Presidente del Comité, que hacIa Ia manifestación sin menos
cabar Ia dignidad prefesional, a ml me ljarece que siendo esta
Conferencia una de record, queda demasiado de violenta Ia frase
pronunciada por el distinguido Presdente en cuanto a que ha
bia una prIctica en algunos abogados de estimular condenas en
relación con sus defendidos por percibir los $4 de remunera
cion. Queremos indicar con tocia sinceridod que siempre ii
gado a todas estas inquietudes de nuestra profesion jamás es
cuché, jamás, una queja de que se habIa establecido Ia práctica
o que aisladamente algün abogado se hahIa puesto tan do espal
das a su propia dignidad profesional y personal de convertir
en un modus vivendi la desgracia de su prójimo. Es más, las
manifestaciones del distinguido compaflero clichas con la co
rrección que él sabe hacerlo en cuanto a que no debIa traer
implicaciones, envolvia a los mismos magistrados. Jamás es
cuchamos nosotros a un juez municipal entonces, Ce distrito
entonces, querellarse o amonestar siquiera a un solo abogado
porque hubiera hecho una declaración de culpabilidad movido
por intereses bastardos. Sino por ci contrario, si ci distinguido
compafiero recuerda, también recordará quo hubo una investi
gación del Colegio do Abogados en reiación con Ia clfensa que
prestaran los dofensores püblicos y tuvimos que dar un diciarnen
conforme a la evidencia practicada que hablaba muy en alto de
acmuellos compafleros quo no eran precisamente los más acomo
ciados do nuestra profesión, porque tal parecla quo los más aco
modados estaban completamente sordos ante ol clamor de Ia so
lución del problema, sino que eran los abogados más modestos
económicamente los quo estaban prestando una ayuda brillante,
(lecidida y desinteresada a la causa de Ia justicia. Muchas gra
cias.
Sr. Juez Pdrez Pimentel: 2,Desea decir algo ci compaflero
Fernández Badillo?
Lie. J. B. Fernández Badillo: Sr. Presidente, señores Jueces
Asociados y compafleros do la Conferencia. Las manifestacio
nes del compañeio Ochoteco que aprecio on su valor me obligan
a hacer unas manifostaciones on torno a mis expresiones con
relación a ciertas deficiencias en relación con los servicios do
asistencia legal a través do los defensores pdblicos.
neficio
41
42
DIscusION
Co1’IITE DE AsIsTEN CIA LEGAL
Si mal no recuerdo en mis expresiones hice muy clara salvedad de lo que entiendo que es Ia dignidad del abogado puertorri
queflo. Sin embargo, ello no es óbice para que no tengamos la
franqueza absoluta y clara de que debemos entender que ha
habido situaciones en que nuestros abogados. aigunos de ellos,
no han respondido a esa confianza y no han respondido a esa
alta superación que en el sentido moral es necesaria que los
abogaclos manifiesten y presenten. Si no hubiera siclo asI este
distinguido Tribunal Supremo nunca hubiera tenido que ejercer
ni ejercitar su función disciplinaria contra los ahogados puer
torriqueños. Claro, en cuanto a este particular se refiere mi
intención no fue otra que Ia de seflalar sospechas que a través
no solarnente del sistema puertorriqueflo, sino de los sistemas
americanos y de otras jurisdicciones extranj eras, hicieron
y
obligaron a abandonar ci sistema del defensor püblico para evo
lucionar hacia Ia Sociedad de Asistencia Legal. Con esa expli
cación, y aclarando que en ningün momento debe entendér
rerne a ml como que he estado haciendo muy escaso favor a Ia
diniclad de la toga puertorriquefia, dejo explicado este osunto.
Sr. Jvez E. Velázquez Martin: Con Ia venia del Sr. Presidente
desearla hacer unos comentarios.
En el poco tiempo que ilevo
actuando como Juez del Tribunal de Distrito me he podido
dar
cuenta dc la necesiciad imperiosa que hay de Ia asistencia y
ayuda legal en ese nivel de nuestra Judicatura.
Semanalmente
y a veces casi a diario se presentan personas ignorantes y de
escasos recursos económicos con problemas de carácter civil que
obviamente podrian ser cubiertos por los abogaclos de Ia Socie
dad de Ayuda Legal. Pero yo reconozco que Ia oficina tie
Ponce está rnuy atareada y que no puede cubrir las salas cerca
rias corno las de Juana Dlaz y Villaiba. Sin embargo, con noca
cosa, digamos que con una tarde a la semana que un abogado
pudiera venir a una de esas salas se podrIa ayudar cn aip:o,
Ahora, hay otro asnecto en ci cual también se podrIan rerne
diar aunque sea en nun parte mInima estos problemas de cardcter
civil que traen estos indigentes y es 5 SC estableciera un proce
dimiento informal para ventilar y resolver quereilas sobre con
troversias en que la cuantIa no pase, digamos, de $300 o de
$400. Un procedirniento informal tal como ci que existe en el
Estado de Nueva York.
Otro punto sobre ci cuai tengo a bien hacer un comcntario es
en ci sentido de que hoy en dIa Ia carga de todos los derviios
sociales se pretende siempre echársela al Gobierno, y tenernos
hoy en dIa un Gobierno que es supertutelar, mucho más que
tutelar, porque todos, todos los problemas de la comunidad se
pretende echárselos al Gobierno. Y obviamente nuestro Go
bierno ya tiene una carga, me parece a ml, mucho más grande
de Ia que puede echarse encima, y ye siempre me he preguntado
que pci’ qué riuestro Colegio de Abogados que es una institución
pujante, que es una institución que ejerce liderato en la comu
nidad, y que se supone que ejerza ese liderato en una forma cre
ciente, cada din más, por qué no podrIa en parte organizar esos
cervicios con Ia ayuda de Ia Rama Ejecutiva, de Ia Rama Legis
lativa, de los propios magistrados y dc Ia comunidad, organizán
dolo, bien sea como una corporación adjunta o anexa o supedi
tada o en alguna otra forma, pero dándole cierta estructura f or
mal para que le dé a eso vida positiva, eficaz y permanente.
Sr. Juez Perez Pirnentel: Muchas gracias, compaiiero. Ha
ba otro compañero que deseaba.
Después del turno que va a
onsurnir ci compaflero que va a ser usc cle Ia palabra, vamos
a dar por terminada Ia discusión de este tema, en vista de que
hay otro tema que hay que discutir y ademâs tenemos que cs
cuchar ei informe de nuestro Juez Presidente. Acielante, corn
pai’iero.
Lie. ;Ilberty Ruiz: Seflores, quiero aclarar que hablo come
defensor pñblico que fui, cs decir, come abogado dc Ia Sociedad
para Asistencia Legal y mis palabras no son las de una persona
que mira a Ia Sociedad pam Asistencia Legal desde un piano
imaginario sin haber ide a las cdrceles a visitar los presos y
sin habe visto que a pesar del eriorrne esfuerzo que hacen los
abogados de la Sociedad para Asistencia Legal, en Puerto Rico
no se está rindiendo, salvo contadas excepciones de abogados
quc pasan los sábados y los domingos en las cárceIes viendo los
presos y en los campos visitanclo los testigos perronalmentc, no
se ha rendido ni se está rindiendo la labor de alta calidad que
necesita el pueblo indigente de Puerto Rico.
Cuando se habla de Ia Sociedad pam Asistencia Legal se
quiere compararla con Ia Sociedad para Asistencia Legal de
Nueva York. Nos produce una impresión dolorosa porque no
hay comparación. La Sociedad para Asistcncia Legal norte
americana goza de un gran prestigio porque se Io ha ganado a
través de servicios de aita excelencia rendidos al pueblo. No se
puede tampoco poner Ia libertad de un hombre a scm defendida
no soIamente por estudiantes de derccho, sine por abogados sin
experiencia en ci campo de lo criminal porque, corno saben los
.
.
43
44
DIscusIóN
distinguidos compañeros, en ci derecho penal hay que saber las
cosas bien, pronto y en el momento adecuado porque si flO se
renuncian los derechos del acusado.
Además la dirección de Ia Sociedad para Asistencia Legal en
el campo técnico y profesional clebe ponerse en manos de abo
gados experirnentados y que haya unas normas fijas, no do pre
ferencias, no de prejuicios en una forma o en otra paralavore
cer a alguien, sino a base de niéritos, a base do logros, a base
de trabajo, a base de calidad, a base de las apelaciones lievadas
con éxito, a base de Ia opinion de los magistraclos oue han visto
esos abogados trabajando dIa tras dIa. Y es asI, a base de me
ritos, corno debe establecerse en lo judicial, en todos los carnpos,
ci derecho a ascenso,
Yo trabajé en Ia Asistencia Legal y tuve la experiencia
amarga de tener que intervenir en casos ajenos para nreparar
apelacjones—porque no puede apelar un caso quien nunca ha
apelado un caso, no puede levantar objeciones a unas ins Lruccio
nes de un señor juez superior que se supone que sabe derecho y
está cualificado para trabajar, cuando se es un abogado bisoflo
que no se conoce ci ámbito en el cual operan esa instruccioiies
al jurado. Y esa situación es la que hace que ci pueblo mire con
sospecha al abogado, al defensor püblico. Y ese es ci caso que
se da que las pobres viejecitas tienen que hipotecar las casas y
vender Ia vaca y Ia gallina y hacer suscripciones püblicas para
ir donde un abogado competente que defienda los casos. Y
quiero aclarar que en muchas ocasiones recibIamos Ia coopera
ción, por ejemplo aquI en San Juan, en muchos casos de asesi
nato, hijos de lavanderas y de planchadoras y de personas hu
mildes, recibIan la asistencia gratuita de compafleros distingui
dos—especIficamente puedo recordar a Coil Moya, a Angel Viera
Martinez, a César Andréu Ribas—que venIan a defender junto
conmigo casos de personas insolventes porque respondIan al ha
rnado del pueblo. Y asI hay muchos abogados prósperos que
compartIan conmigo la labor de ir al presidio a ver los indigen
tes, a visitar los testigos personalmente.
Quiero sugerir aquI que yo creo se me entrevistó en la
oficina hace tiempo sobre ese particular y manifesté la opinion
de que ci Gobierno debe crear un negociado indepenchiente pare
tomar bajo su dirección la asistencia legal; que las noi’mas pera
nombrar los abogados y promover los ascensos sean estricta
mente a base de méritos, a base de capacidad demostrada en el
ti’ahajo. Y digo esto porque la preparación de un caso en lo
C0MITE DE AsIsTENcIA LEGAL
45
criminal y en lo civil no solamente es representarlo en corte,
sino visitar los testigos, estudiar la jurisprudencia, investigar
In prueba de Ia otra parte, y eso necesita medios de transporta
ciOn, necesita un personal adecuado. Creo que Ia Sociedaci para
Asistencia Legal debe tener, no solamente los abogados que
tiene, sino un cuerpo auxiliar de investigadores, y ademâs como
se habla de comparar la Sociedad de aquI con la dc New York,
pues aIIá tienen cuerpo de detectives, tienen peritos, tienen trans
portación, tienen vehIculos especiaies para visitar las cárceles y
traer los testigos y hacer toda clase de investigación.
For esa razón como un homenaje a ha Sociedad para Asis
tencia Legal a Ia cual estuve vinculado 5 aflos trabajando y
aqul vine al Tribunal Supremo a traer varios casos de Ia Socie
dad para Asistencia Legal en apelación, creo que ci Gobierno de
Puerto Rico se Ilenaria de honor, de gloria, al tomar ci servicio
ole los indigentes a su cargo. Porque defender a los débiles,
liromover el bienestar de los débiles, dane pan y libertad a los
sufnidos, eso no crea problema en ningün sitio del mundo. El
más amer y Ia más justicia y la más libertad nunca han hecho
daflo a nadie y menos se lo van a hacer al Gobierno de Puerto
Rico que tiene como direcciOn la Constitución del Estado Libre
Asociado que promueve la igualdad entre los hombres—a pesar
do que dice eso no existe en Ia realidad—pero que dio que no
dehe haber prejuicios raciales, que no debe haber prejuicios eco
nómicos, aunque a veces esas cosas se esfuman ante in realidad.
Opera en Ia realidad distinto, pero vamos poco a poco a ver si
vamos cambiando eso y ésa yo creo que serIa la forma ole poner
la asistencia legal a trabajar a base ole méritos y a base ole la
libertad de la gente sufrida; porque los grandes, los poderosos,
tienen los mejores abogados. Los estudiantes ole la Universidad
de Puerto Rico no van a ensayar con los derechos ni con la hiber
tad ole los poderosos, por qué, entonces, van a ensayar con Ia
libertad y los intereses de los indigentes, por qué? Con ese en
terio de suprema igualdad y como defensor pñblico que fui yo
creo que ésa debe ser la norma que debe regir la Sociedad para
Asistencia Legal ole Puerto Rico.
Sr. Juez Perez Pimentel: Muchas gracias, compaflero Al
berty Ruiz. Queda cerrada Ia discusiOn sobre el Informe del
Comité ole Asistencia Legal. Vamos a decretar un corto re
ceso de 10 minutos. Después de este receso vamos a escuchar
ci Informe de nuestro Juez Presiderite y discutiremos ci terna
que queda penchiente. Receso por 10 minutos.
INFOIIME DEL SEIoR JuEz PREsIDENTE
46
INFORME DEL SEIroR JuEz PRESmENTE
(Receso)
In.fovme del Señor Juez Piesidcatc
Sr. Juez Presidcnfe:
Señores miembros dc Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico:
Race justamente dos ados, en este mismo sitio y en ocasión
similar a ésta, al declarar constituida Ia Primera Sesión Plenaria
de Ia Conferencja Judicial de Puerto Rico, expresé los siguien
tes conceptos:
Los problemas de la justicia interesan y pi’eoeupan a
todas las ramas del Gohierno y a todos los ciudadanos iior igual.
Aunque en ci ejercicio de su función de justicia ci Podei’ Judi
“.
I
.
cial es independiente o autónomo, en su fase de administración
del estada cuyos tres
poderes están igualmente subordinados a Ia soberanIa del pueblo.
“Respondiendo al principio básico que informa nuestra Cons
titución en ese sentiuo entiendo que es un deber de demo
el sistema judicial forma parte integral
cracia—que como Juez Presidente me propongo cumplir—que
ci poder judicial al cual ni Ia Constitución ni las Ieyes exigen
informe alguno, someta anualmente al pueblo un mensaje sobre
ci estado de Ia administración de la justicia y ci funcionamiento
del sisterna judicial conteniendo ci mismo, además, aquellas me
didas que como resultado del estudio e informes cle los Comités
que integren Ia Conferencia Judicial y de las discusiones de los
mismos en sus sesiones plenarias, estime deseable someter Ia
Rarna Judicial.”
Cumplo ahora en esta Segunda Sesión Plenaria—prjmei’a oca
sión en que nos reunimos desde entonces—con ci propósito anun
ciado en Ia anterior Sesión. No pretendo con ello ilustrar a
esta Conferencia sobre materias que son de su particular cono
cimiento, que sienten y viven en su gestión diana los rniemhros
de Ia Judicatura y del Foro que Ia integran, asI como los demás
miembros del Foro. Aspiro más bien a presentar un cuadro ge
neral que informe al hombre comdn, al ciudadano que cree en
Ia justicia y honra las prácticas de Ia democracia, del estado de
la administracjón de justicia, de los problemas ciue confronta, de
la continua ansiedad de los hombres que hemos asumido Ia res
ponsabilidad de hacenla, de las soluciones que sometemus en Ia
esperanza de ioder mejorarla—no en su sentido de lo justo,
ewe es atrihuto y ambición moral de Ia que hacemos—sino
en su
dimension de tiempo para el que Ia recihe.
47
Calendarios Judiciales:
No serIa propio trasladar a este informe los cuadros esta
dIsticos de ia labor judicial de nuestros tribunales que en forma
detallada aparecen en el Informe Anual que para ci aflo econó
mico 1959—60 acaba de rendir al Tribunal Supremo ci Director
Administrativo de los Tribunales. Sin embargo, Ia creciente
congestion en los calendarios judiciales durante los ditimos 8
años—para tomar ci perIodo correspondiente a Ia vigencia de
nuestra Constitución—es un reflejo de los problemas que crea
en las instituciones judiciales Ia dinámica social, movida por ci
impulso de factores económicos que en plan de desarroilo ascen
dente macyen a nuestra sociedad a buscar ajustes adecuados a
su propio progreso. La continua expansion de nuestra economia
con su intenso programa de industrialización en continuo creci
miento y ci acelerado programa de viviendas y de proyectos so
bre hogares en curso, como factores pnincipales generadores de
problemas sociales en todos los órdenes de la vida de nuestro
pueblo, han tenido un impacto directo en ia administración de
justicia y ci funcionamiento de nuestros tnibunales.
Rn breve examen comparado de Ia actividad judicial durante
los ocho aflos a que me he referido presenta la siguiente situación:
Jueces de Paz
Fianzas Fijadas
Fianzas Aprobadas
Ordenes Arresto Expedidas
Ordenes Allanamiento
Investigaciones, incluyendo delitos
graves y menos graves
Aflo 1952-53
Año 1959-60
12, 719
12, 486
6, 407
308
23, 130
19, 962
6, 342
350
27, 521
41, 937
Tribunal de Distrito:
En ci Tribunal de Distrito de un total de 162,392 casos en
minales pnesentados durante ci aflo 1952-53, la cifra ascendió
a 234,163 en ci aflo 1959-60. Sin embargo, de los 162,392 casos
criminales presentados en 1952-53, 48,600 constituIan infrac
ciones a Ia Ley de Tránsito, mientras que de los 234,163 presenta
dos en el aflo 1959-60, 145,775 constitulan infracciones a dicha
Ley. El auge en este tipo de infracción responde en gran parte al
sistema de denuncia y citación simultáneas que se estableció por
la Ley Ndm. 93 de 1954, unido a la reglamentación sobre tránsito
puesta en vigor por ci Departamento de Obras Pdblicas y por
ordenanzas municipales, asI como al aumento gradual en Ia
fuerza policIaca durante los 8 aflos indicados que para ci aflo
48
it
INFORME DEL SEoR JuEz PREsIDENTE
1959—60 alcanzó a 1,415 agentes adicionales sobre el ndmero dis
ponible en el 1952—53, o sea, un 50% de aumento, como tamhién
al niejoramiento de las facilidades de equipo y comunicación.
Cabe apuntar también que mientras en el aflo 1952-53 habIa en
Puerto Rico 76,750 vehIculos de motor registrados, en el aflo
1959-60 alcanzó la cifra de 176,707 con un ndmero de acci
dentes de 13,727 en ci año 1952-53 y 27,244 en ci 1959-60, o sea,
tin aumento de 98.5% de accidentes en ci illtimo aflo en corn
paración con el aflo 1952-53. Con la nueva Ley de Tránsito
y un aumento sustancial en Ia fuerza policIaca para el aflo en
curso es de esperarse que ci auge de los casos de tránsito en
el Tribunal de Distrito continue en ascenso. Los casos crirni
nales resueltos en 1952-53 fueron 161,735 mientras que en
1959-60 fueron 209,408.
Es de observarse, sin embargo, una tendencia descendente en
Ia radicación de los demás casos criminales que no son de trán
sito, de 113,792 en el 1952-53, a 88,388 en el 1959-60. Este
descenso ha sido gradual pero consistente durante los ocho aflos
a que me refiero.
Las radicaciones civiles, de otro lado, acusan a Ia inversa
un notable, consistente aumento, aflo tras aflo, con 6,182 casos
civiles presentados en 1952-53 y 18,980 en el 1959-60. Las
radicaciones en las Salas de San Juan y RIo Piedras solamente
representan el 65% del total de radicaciones en toda la Isla,
con 7,763 San Juan y 4,572 Rio Piedras. Seis mu seiscientos
setenta y cinco casos civiles pendientes en la Sala de San Juan en
junio 30, 1960, a pesar de haberse archivado en ci curso del
aflo 5,272 (4,286 de ellos por falta de gestión de la parte
bajo la Regia 11 de las de Adrninistracidn) y 1,577 casos pen
dientes a igual fecha en la Saia de Rio Piedras a pesar de ha
berse archivado 1,486 en el curse del aflo (577 de eilos bajo Ia
Regla 11), constituven ann seria carga que dentro de las facili
dades hasta ahora disponibies tanto de personal judicial como
de planta fisica, ha requerido y seguirá requiriendo especial
atención para que pueda ser conjurada. Otras Salas pueden
requerir similar atención en Ia fase de la iitigacion civil si el
ritmo de aurnento en ellas continña manifestando su tendencia
actual.
Debo señalar que Ia resolución de casos civiles en el Tribunal
de Distrito durante ci aflo 1952—53 fue de 8,692 incluyéndose en
esta cifra 3,900 casos archivados, y durante el 1959-60 fue de
19,] 67 inciuyéndose en esta cifra 9,256 casos archivados ese
INFORME DEL SEoR JuEz PREsmENTE
49
afio. En 1952—53, de 5,799 casos resueltos, 1,568 fueron en los
méritos, mientras en 1959-60 de un total de 19,167 resuel
tos, 8,561 lo fueron en los méritos. A pesar de esta actividad,
en 30 de junio de 1960 quedaron 14,906 casos civiles pendientes,
contra una cifra de 3,589 pendientes en 30 de junio de 1953.
Debo apuntar que solo en un 11.4% de los casos civiles presen
tados en 1959-60 en el Tribunal de Distrito Ia cuantIa envuelta
era mayor de $1,000, por To cual es dudoso que la cuantIa de
$2,500 establecida en la Ley de la Judicatura fuera responsable
del crecido nñmero de casos civiles presentados ese aflo.
Tribunal Superior:
En lo relative a causas criminales la situación comparada
de los aflos 1952-53 y 1959-60 en el Tribunal Superior es Ia
siguiente: 2,879 radicaciones en 1952-53 por delitos graves y
5,219 por delitos menos graves, para un total de 8,098. En
1959-60, 3,400 por delitos graves y 5,180 por delitos menos gra
ves, para un total de 8,580. Durante varios de los años inter
medios las radicaciones se mantuvieron bajo ese nivei habiendo
aumentado en los ñltimos dos aflos. Este aumento puede atri
buirse al nOmero de casos de loterIas clandestinas presentados.
La SaIa de mayor congestion en lo criminal es la de San Juan,
eon 1,114 cases graves y 750 menos graves pendientes en 30
de junio de 1960, para un total de 1,864. La faita de abogaclos
de ia Sociedad de Asistencia Legal durante un prolongado perledo de tiempo, en ci que un solo abogado tenIa que atender las
tres salas de lo criminal entonces existentes en San Juan, es
responsabie en gran parte de la situación al cierre del año fiscal
1960, a pesar de Ia actividad desarrollada por los jueces de
To criminal y los fiscales de dichas salas para ventilar los casos
sefialados. Aün asi se resolvieron 2,671 casos (766 graves y
1,905 menos graves). Se ha organizado una cuarta sala en
San Juan pam ayudar a descongestionar su calendario en lo
criminal.
En io que concierne a casos civiies Ia situación del Tribunal
Superior se está tornando crItica. Dc 14,670 casos radicados en
toda Ia isia en 1952-53, la cifra aumentó a 25,940 en 1959-60, ha
biéndose operado este aumento consistentemente aflo tmas año du
rante esos echo afios. Las salas de mayor congestion en casos
civiles son San Juan y Caguas, donde los casos radicados en
1952-53 alcanzaron Ia cifra de 6,010 y 702 respectivamente y
en 1959-60 alcanzaron a 9,572 y 2,676. Bayamón tuvo también
INFORME DEL SENoR JUEZ PRESIDENTE
INFORME DEL SEoR JuEz PREsIDENm
acelerado, a Ia par con Caguas, aumentando de 975
casos en 1952-53 a 2,084 en 1959-60.
La Sala de Ponce también
acusa un aumerito notable en las radicaciones civiles, con
1,877
en 1952-53 y 3,397 en 1959-60. Todas las salas, sin embargo,
aumentaron en alguna proporción a través de los ocho aflos que
examinamos. Es de notarse que el mayor auge industrial debido
al programa de industrialización auspiciado por nuestro gobier
no tuvo lugar precisamente en las areas a que corresponden las
Salas de San Juan, Bayamón, Ponce y Cagua.s habiéndose esta
blecido durante los dltirnos diez años 276; 117; 72 y 62 plantas
manufactureras en dichas areas respectivamente.
en caso de que las Reglas de Procedimiento Criminal adop
tadas por ci Tribunal Supremo y que habrán de ser remitidas
nuevamente a la próxima Asamblea Legislativa entraran en
vigor el próximo ado. Hernos de esperar que Ia disposición
y el genuino interés demostrado por las otras dos rarnas de
gobierno en Ia solución dc los graves problemas que han ye
nido afectaiido a in Rama ,Judicial, acoja éstas y otras reco
mendaciones de asignación de fondos y de legislación a fin de
proveer las facilidades necesarias para un mejor funcionamiento
de los tribunales y do Ia administración de la justicia.
50
un ritmo
Freduencic( ne Vecantes en los Cctigos de Jueces:
Durante los ocho aos que comentamos se produjeron en ci
Tribunal cle Distrito 49 vacantes de jueces, representando un
total de 7,782 dIas vacantes y en el Tribunal Superior se pro
dujeron 17 vacantes, representando un total de 4,187 dIas va
cantes.
Aumento en ci Nimero de Jueces:
Durante los ditimos tres años se han creado 10 nuovos cargu
de jueces superiores. Ties de ellos para el año fiscal 1957-58
se asignaron a entender exciusivamente en asuntos de menores.
Otros tres se crearon para el aflo 1959-60 y los ditimos cuatro
para el año 1960-61. En los ditimos dos años so ban creado 16
nuevos puestos de jueces de distrito (do los cuales 12 se crearon
para ci ejercicio fiscal 1960-61) y 13 nuevos cargos de jueces
de az (ciuco de eI1o nara el cjercico i ai 1960—61 ) en N
esperanza do poder eouilibrar N resoiución do los casos en el
Trbunai Superior y en ci do Distrito con las rncaciones e con—
tinuo aumento y l3arc afrontar el auge en las radicaciones
en ci Tribunal de Distrito como consecuencia do Ia nueva Lec de
Tránsito v la mayor vigilancia poiicIaca, aparte de poder atendei’
los perIodos normales etc vacacionec do los jueces en cada uno de
dichos trihunales, Aun asi, subsiste ci problema hásico al nivel
del Tribunal de Distrito do que en los municipios sedes de 29 salas
sOlo existe un Juez dc Distrito regular quo investiga, halia causa
probable, ordena arrestos y allanamientos, y entiende de los
juicios de su competencia. Ya se han hecho los planteamientos
correspondientes al Negociado de Precupuesto para advertir
Ia necesidad de jueces instructores en cada una de dichas sedes.
De igual forma se han hecho los pianteamientos para advertir de
Ia necesidad de fondos adicionales para más jueces de distrito
51
Taquigrafos dc Récord—Estenotipistas:
Ya se ha hecho algdn progreso en la meta de resolver ci
problema de la escasez de taquIgrafos de record, mediante un
proyecto auspiciado por la Oficina de Personal para ci entre
namiento de estenotipistas, proyecto que está próximo a ter
minar. Algunos de los estenotipistas que adelantaron el curso
están ya prestando servicios en el Tribunal Superior. El
objetivo final, de continuarse estos proyectos, serIa la de pro
porcionar ndmero suficiente do estenotipistas y taquIgrafos para
ci Tribunal Superior y eventualmente ir constituyendo ci
Tribunal de Distrito en tribunal de record escrito y no grabado.
Dietas de Jurados:
Otro de los planteamientos hechos por ci Director Admi
nistrativo do los Tribunales es ci de elevar Ia dicta do los
jurados oue sirven en ci Tribunal Superior. La función del
jurado en la administraciOn de la justicia criminal es una de
las bases de los derechos del ciudadano en nuestra democracia
y hay que rodear a esa instituciOn en todos sus aspectos—entre
ellos ci do Ia compensacidu por dietas—de Ia posiciOn de pres
tigio que ocupan los jurados en Ia comunidad.
Dietas do los Jucces:
Las dietas de los jueces que viajan en funciones de su cargo
es riclIculamente baja: $6.75. Esa dicta, que es In mis aiN quo
se paga para el mds elevado cargo en Ia Judicatura del Tribunal
de Primera Instancia y existe desde ci ado 194’? en que tue f:jada
por ci quo habla siendo Procurador General de Puerto Rico,
ha perdido toda correspondencia con Ia realidaci actual. SN
pretender establecer base para una revision de la misma, debo
seflalar que a los jueces federales, luego de in aprobaciOn de
Ia enmienda de 7 de agosto de 1959 a Ia Icy relativa a la materia
INFORME IJEL SEoR JUEZ PREsmENTE
52
—73 Stat. 285—se les rembolsan los gastos en que efectivamente
incurran cuando prestan servicios fuera de su sede oficial,
hasta un máximo de $25 diarios.
Escala de Sueidos de lc Judiccitura—Sclección de Jueces:
Conscientes las otras ramas de gobierno de Ia posichin
T.,ieva
de prestigio de los magistrados en nuestia comunidad, se aprobO
en Ia pasada Sesión Legislativa una nueva escala de sueldos
para los jueces superiores, de distrito y de paz que entrará en
vigor ci IFO. do eriero del próxirno aflo. Esta medida altamente
necesaria ha do contribuir a evitar ci éxodo dc jueces que ya co
menzaba a lesionar ci funcionarniento de los tribunales en sus
ralces mãs hondas, asI corno a permitir el reclutamiento de nue
vos j ucces con mayoi prontitud evitando de esa manera la prolon
gaeión de las vacantes ocurridas. Permitirá igualmente la selec
eión coinretitiva—no por sisternas y si por disponibilidad—de los
candidatos más preparados para Ia Judicatura. Una de las
cualidades que podrd tenerse en cuenta entonces para el
nombramiento de nuevos jueces será la potericialidad de de
sarroilarse en jueces administradores en las Salas de los distintos
tribunales a que sean asignados y de entender a cabalidad la
importancia del juez administrador en nuestro actual sistema
judicial. A esto contribuirIa eficazmente si se ofreciera como
asignatura electiva en la facultad de Derecho de nuestra Uni
versidad un curso de administración judicial para los estudiantes
dc esa facuitad a quienes pudiera interesarle la carrera judicial.
Plain cle Becas paia. la Judicatura.:
Serla altarnente provechoso para nuestro sistema judicial,
servirIa de estImulo a los hombres que forman nuestra Judi
catura y a los que en el futuro hayan de venir, que se autorizara
a Ia Rama Judicial a poner en ejecución con los fondos necesarios
para ello, un plan de becas o de licencias sabáticas para estudios
o investigaciones juridicas dentro o fuera de Puerto Rico. Ello
constituirIa más que un gasto, una inversion en potencial de
cultura juridica y ampliación de conocimientos de miembros
de la Judicatura, que indudablernente elevarIa en el curso de
algunos aflos ci nivel de respeto intelectual y prestigio pro
fesional de los jueces ante los miembros del foro y de Ia ciu
dadanIa.
INFORME DEL
SEFoR
JuEz PRESIDENTE
53
Asiste’ncict Legal:
El postulado de igual justicia bajo Ia icy no puede cobrar
plenitud de expresión en nuestro sisterna judicial si no se pro
veen los medios de adecuada defensa legal para las personas
pobres. Una drástica revision de esas facilidades es imperativa
para garantizar al ciudadano en forma eficaz Ia protección a
que tiene derecho bajo Ia ley.
Es de reconocerse Ia disposición de zcstro Gobierno a dar
Ic atención a ese urgente problema, como lo hizo la Asamblea
Legislativa en la pasada sesión, al coufrontarse la Sociedad dc
Asistencia Legal con serias dificultades económicas para su
funcionamiento. En igual forma es de reconocerse Ia tradicional
cooperación de los miembros de nuestro foro con los tribunales
de justicia para brindar asistencia legal a quienes no pueden
pagarla. en aquellas Salas en que no hay abogados de Ia Sociedad
de Asistencia Legal, asI como Ia del Colegio de Abogados como
entidad, asumiendo en acción concertada y organizada de un
gran ndmero de sus miembros, a iniciativa de su Presidente,
Ia representación de personas pobres acusadas de delitos, en los
momentos más criticos para dicha Sociedad.
Planta, FIsica do ion Tribunales:
Aunque hemos hecho algdn progreso en las facilidades de
planta fIsica de los tribunales, las mismas, al igual que otras
areas de funcionamiento de nuestro sistema judicial, no han
crecido al mismo ritmo de desarrollo y progreso que otras ac
tividades de nuestra vida de pueblo. Un curso más acelerado
en el programa de mejoras permanentes de la Rama Judicial
parece necesario.
Labor do ic Con fn;eneia Judicial:
Algunos de los apuntarnientos hasta aquI hechos podrIan ser
objeto de ulterior estudio y consideración por Comités de esta
Conferencia Judicial al reconstituirse los existentes o crearse
nuevos Comités. La Conferencia Judicial ha realizado hasta
ahora serio trabajo de pensamiento y ha sido órgano valioso
auxiliando al Tribunal Supremo en el estudio de materias de
indisputable interés para Ia administración de justicia.
Como resultado de su labor en la Primera Sesión Plenaria,
ci Tribunal adoptó con las enmiendas que consideró apropiadas,
las Reglas de Procedimiento Criminal sometidas pm el comité
correspondiente. las cuales remitid a la Asamblea Legislativa
en su pasada sesión ordinaria, y habrá de remitir nuevamente
54
INFORME DEL SENoR JUEZ PRESIDENTE
INFORME DEL SEfoR JuEz PREsIDENTE
Adoptó en igual forma las Reglas sobre
de remitidas a Ia Asamblea Le
gisiativa, entraron en vigor el pasado aflo. Adoptó reciente
mente una nueva regla sobre Admisión al Ejercicio de la
Abogacia, que contiene varias de las recomendaciones del Comité
de Educación Legal. Tgualrnente adoptó, con algunas modi
ficaciories. ci proyectD de Reglas de Administración sometido
tarnbién po• ci cornité correspondiente, e hizo recornendaciones,
a través de Ia Oficina de Adrninistración de Tribunales sobre
medicias de indole economjca surgentes del inforine del Cornité
de Asistencia Leqal.
Suprerao, reservando a éste Ia facultaci de revisar discrecional
mente las seritencias dc dicho Tribunal o Division. Un examen
de la estadIstica de los ñltimos ocho aflos revela que cii ci aflo
1959-60 se presentaron 991 recursos o asuntos de naturaleza
civil y criminal, quc es Ia cifra más alta desde ci 1952-53 en
que se presentaron 800.
en su prOxirna sesión.
Asuntos c[e Menores, que luego
Refomas al Sistema.Judicial:
El Tribunal adoptó en su totalidad el Informe Especial de Ia
Cornisión de Reformas al Sisterna Judicial sobre Ia propuesta
hecha en Ia Primera Sesión Plenaria por los compafleros Fede
rico Tiién y Francisco Fernández Cuyar, de que s gestionara
una enmiencia a Ia Sección 4 del Articulo V de la Constitución
referente al funcionamiento del Tribunal en Salas, para ehmiriar
excepto en lo que concierne a declaración de inconstitucionalidad
de una icy. Ia restricción actual de que todas las decisiones
cleben adoptarse por mayorf a de los jueces.
El 7 de marzo de 1960 ci Tribunal solicitó de Ia Asamblea
Legislativa remedios para conjurar la scria situación de con
gestión en nuestro calendario. El resultado de esa gestión es
por todos conocida, al quedar aprobada en ci referendum cele
brado ci 8 de noviembre de este año la propuesta de enmienda
que la Asamblea Legislativa adoptara en resolución concurrente,
en atención ai primero cle dos planteamientos hechos a dicho
Cuerpo por ci Tribunal Suprerno, respaldado por ci Informe
Especial del Comité de Reformas al Sistema Judicial de esta
Conferencia, y ci cálido y decidido endoso del Colegio de Abo
gados de Puerto Rico. Queda aün pendiente ci que ci Tribunal
reitere a Ia Asamblea Legisiativa, como es su propósito hacerlo
en la próxima sesión, ci segundo de los planteamientos hechos
en nuestra comunicación anterior, que también mereció el res
paldo de Ia Junta de Gobierno del Coiegio de Abogados y que
también fue propuesto por ci Comité de Reformas al Sistema
Judicial: la creacióia de un Tribunal Intermedio de Apeia
ciones, o en la alternativa, una Division de Apelaciones del
Tribunal Superior, ambos compuestos de varias salas y con
jurisdicción apelativa similar a Ia que hoy tiene ci Tribunal
55
El 31st sin a de Revision:
La reforma indroducida por la Ley 115 dc 26 de junio de
1958, auc entrO en vigor ci 31 de julio siguiente, estableció un
sistema dc revisiOn discrecional dc sentencias finales del Tri
bunal Superior en asuntos civiles—en lugar dc la apclación de
derecho hasta entcnces reconocida—excepto en casos en que
estuviesc envuelta una cuestiOn constitucional sustancial. In
depcndientcmente dcl mérito cnvueito en ci hecho de que ai
denegarse Ia expcdición de un auto de revision Ia partc victo
riosa en el Tribunal Superior puede prontamente ejecutar su
sentencia, ci sistema dc revisiOn—-por la necesidad impcriosa
que conlleva de que ci Tribunal examine Ia solicitud y Ia opo
siciOn a ésta inmediatarnente y con ci más escrupuloso dcte
nimiento—ha tenido ci efecto dc retardar Ia considcración de
recursos ya somctidos al Tribunal por via de apciación o
certiorari. Micntras en ci nib 1959-60 sc prcscntaron 173
soIicitucles de revision, ingresaron tarnbién 121 apelaciones
civiles, casi todas de recursos interpuectos antes dc la vigencia
de Ia Ley 115, perfeccionados dentro dc dicho año. La situación
es, pues, que no ha terminado ann ci ingreso dc apclaciones
civiles—aunque acusa un gradual descenso—micntras que tan
pronto entró en vigor la Ley 115, los rccursos quc antes ilegaban
al Tribunal via apclaciOn, cornenzaron a liegar inmediatamente
via revision, congestionando nun más el atrasado calcndario
civil, reduciéndose en más de un 50% ci tiempo que ci Tribunal
de otro modo hubicra estado dando a In consideraciOn y resolu
ción de dicho calendario,
Para quc ci Tribunal Supremo pueda afrontar en forma per
unanente el problema de la congestion de asuntos iitigiosos y ci
dcl crccido nñmero que ingresa todos los aflos y para permitir
a éstc adcmás dcsempeflar sus dclicadas funciones con Ia refle
xiOn y deliberación quc clias exigen—dijimos a Ia Asamblea
Legislativa en nuestra propuesta dcl 7 de marzo dc estc aflo—
ambas mcdidas, Ia de Ia enmienda constitucional y Ia de ia crea
ciOn de un Tribunal Intermedio de Apelaciones o cii la alterna
a
56
INFOSME DEL SENoR JUEZ PEtS
IDENTE
tiva
do
bos
compuestos
Division de Apelaciones en el Tribuna
l Superior, am
de varias Salas, parecen necesarias
.
Está ahora en Ia agenda de los trab
ajos de esta Conferencia
la ponencia y consideración del Info
rme rendido a solicitud del
Tribunal por el Comité de Reform
as al Sistema Judicial sobre
el estudio de distintos sistemas de
division en sala de tribunales
de apelación. La amplia discusiOn
de este informe con los pun
tos de vista oue puedan aqul exp
onerse sobre el problema plan
teado, han de contribuir notabie
mente a estructurar la base del
funcionamiento en Salas de este Trib
unal como uno de los medios
para afrontar el problema de conges
tion de su calenclario y de
poder aspirar a realizar an labor
sin la ansiedad de espiritu y
la atribulaciOn y angustia one los
miembros de este Tribunal
experimentarnos de dia en dia ante
Ia trágica realidad de que
nuestra dedicación y nuestro esfuerzo
, dados al mdxirno. son im
potentes para tornai’le ventajas sus
tanciales al estado critico de
nuestro congestionado calendario.
Para la realización del pro
pósito que a todos nos anima de una
más rápida justicia, vuestra
critica serena v constructiva ha de
resultar de inestimable valor.
Vamos a proceder a esc
uchar Ia ponencia del Info
rme del
Comité sobre EducaciOn Legal
y AdmisiOn al Ejercicio de la
AbogacIa que sert hecha por
el compaflero Rafael Martinez
Alvarez, Jr., en gestión do Preside
nte Interino del Comité. El
compaflero Martinez Alvarez. A
los miembros del Comité se les
suplica pasar a Ia mesa.
Lie. Rafael Ma ine: Alva,ez, Jr.: Señ
or Presidente, seño
res Jueces del Tribunal Supremo, señor Pre
sidente del Comité
Directive, Honorables Jueces
Superiores y de Distrito. com
pa
fleros:
una
Per encomienda del Presidente de nue
stro Comité me ha
tocado a rní Ia labo dc hacer una pon
encia sobre el Inforna
del Comité de Educación Legal y Admisió
n al Ejercicio de Ia.
A.bogacIa. Nos ha lienado de gran reg
ocijo el escuchar las pa
labras de nuestro Juez Presidente al indicar
que nuestro pequeflo
esfuerzo en Ia Conferencia anterior dio mo
tivo a que el Tribunal
Supremo de Puerto Rico revisase las Reg
las para Ia Admisión
al Ejercicio de la Profesión en Puerto Rico.
Homes visto el in
terés que también ha lievado aT Colegio do
Abogados a este tema
tan interesante para nosotros y tan imp
ortante para nosotros
los abogados. Y con tal motivo el Cole
gio de Abogados de
Puerto Rico con fecha 13 de abril de 1960
aprobO una resolu
ción Ia cual fue enviada al Tribunal Sup
remo pam su considera
AE0GACIA
COMITE DC EDUCACION LEGAL Y ADMISION AL EJERC1CIO DE LA
57
Comité para quo le die
hecho lo mâs
ramos estudio y le diéramOS meditaciófl. Hemos
resol
uciófl. Con
que hemoS podido en darle pensamieflto a esta
ella estamoS de acuerdo en parte. Con ella, tenemos que decir,
hnmildeflleflte, que despuéS de considerar algunoS aspectoS de
ella. creeniOs que no debe adoptarSe.
Con el propóSitO de que ustedes tengan una idea de qué trata
esta resoluClOfl, voy a permitirme leeria porque es muy corta.
“POR CUANTO Ia Regla 8 del Reglamento del Tribunal Su
promo de Puerto Rico regula Ta admisiófl al ejercicio de la abe
gacla en Puerto Rico;
“POE CUANTO or’ dicha Regla no se establece como requisite
para ser admitido al ejerciClO de Ta profesiórI de abogado en
Puerto Rico el quo el aspirante previamente hubiere aprobado
curses de derecho civil y proceSal de Puerto Rico, cle derecho hi
potecariO do Puerto Rico, y de derecho notarial de Puerto Rico
en universidades reconocidas;
“POR CUANTO la RgTa 8.5 de las Reglas do Procediflhient0
Civil dispone: ‘Idioma. Las alegaciofles, solicitudes mociOfleS
y demás escritos deberáfl formularse en espafiol, pero podráfl
formularSe en inglés siempre que se acomPanefl de las copias
necesarias en espaflol;’
“POE CuANT0 do acuerdo con clicha Regla todos los abogadOs
están obligados a radicar sus alegaciofles en el idioma espafiol,
To que hace imprescindibbe quo el abogado sepa leer y escribir el
espaflol
“POE TANTO, ResuéiVase como per la presente so resuelve,
exorar del Honorable Tribunal SupremO que se enmiende Ta Re
gla 8 del Tribunal para que se adicioflell como requisites a los
aspirafltes aT ejerciCio de la profesiófl de abogado los siguientes
(A). La aprobación en universidad recoriocida previa la radi
caciOn do Ta solicitud a examen de curses en derecho civil y pro
cesal do Puerto Rico, en derecho notarial y en dereeho hipoteCa
rio do Puerto Rico. (B). Quo los aspiranteS sepan leer y escribir
y hablar en espaflol.”
Analicemos primerameflte el primer POE TANTO de esta Re
soluciófl. Con ella en su princiPiO no estamos conformes. En
fendemos quo exigir a un estudiante que ha pasado su curso y
ha aprobado el mismo en una Universidad acreditada por Ta
American Bar Association, no debe de exigIrsele quo cuando re
grese a Puerto Rico a tomar su curso do revâlida, tenga que
ciOfl y a su vez fue enviada a nuestro
58
PONENCIA
C0MITE BE EDUCACIO1’J LEGAL Y ADMISION AL
IJasarse por lo menos 2 aflos estudiando de nuevo
su profesión
en el Colegio de Leyes de Puerto Rico. No soy
yo quien pueda
criticar el Colegio de Leyes de Puerto Rico, ni
tampoco quiero
decir que el Colegio de Leyes de Puerto Rico
no esté prestando
una función perfecta, pero sI tengo que aclarar
que en el ñnico
sitio donde se puede estudiar Berecho Civil
y Derecho Procesal
y Derecho Hipotecario puertorriqueno es
precisamente en Puerto
Rico.
Al estudiar los cursos que da el Colegio de Derecho
nos te
nemos que dar cuenta y percatarnos de que
el Derecho Civil no
entrafla una sola asignatura, que son varias
las asignaturas
que entrafla el estudio del Derecho Civil. De
ahI tenemos que
nuestro Cócligo Civil se divide, como toclos
sabemos, en cuatro
libros v eso divide en varios otros cursos, y
el rnismo Culegio
de Derecho de Puerto Rico exige, come
requisites previos para
tomar otras disciplinas, el que se tome anteriorment
e, per ejem
plo, Teorla de Obligaciones, nara estudiar
Contratos Especiales,
Derechos Reales y Contratos Especiales, para
tomar Derecho
Hipotecario. Y un estudiante que ha cursado
su curse en los
Estados Unidos o en cualquier otra universjdad
acreditada, se
verla entonces obligado y precisado a pasarse
por lo menos 2
años más en Puerto Rico estudiando esas
disciplinas.
Per tal motivo y pensando en esta forma
tuvimos la opor
tunidad y asI se nos brindó por el mismo
Colegio de Abogados,
y Ia Junta Directiva nos llamd a una
conferencia en clonde se
discutiei’on nuevamente estas resolucjenes.
Creernos y iodemos
adelantar que en cuanto al asunto del estudio
del Derecho CiviL
del Derecho Hipotecarjo y del Derecho
Procesal no foe In mani
festacidn unánime después de haber escuchaclo
los argornentos
de los Directoreg del Colegio de Abogados
ilisistir en este re
quisite.
Nosotros hemos, sin embargo. dejado sin
incluir el requisite
en Ia resolución del estudio del curso de Derecho
Notarjai. Eso
lo entendernes distinto. En ninguna
universidad acreditada en
los Estados Unidos, en ninguna universidad
acreclitacia per ci
American Bar Association, se le da importancia
al Derecho No.
tariaL Y es razonable, es justo, puesto que
el Derecho Notarial
para el arnericano, para ci Derecho Cornün, no
existe come lo cc
nocernos nosotros. Nosotros entendemos
y el Cornité lo ha es
tudiado con detenimiento, que en cuanto a Ia
materia de Derecho
Notarial debe de exigirse y de no exigirse
come un requisito
previo para poder tornar ci exarnen de revá]jda,
si no, no ser
EJECcIcTo
BE LA AB0GAciA
59
admitido al ejercicio del notariado en Puerto Rico, debe de exi
gIrsele o un curso de Derecho Notarial en Ia Universidad de
Puerto Rico, no solamente de práctica notarial como se está
haciendo hoy en el Colegio de Derecho, sine un curse sustantivo,
de Derecho Notarial sustantivo, o sea, que entrañe Ia práctica
y el curse en sí, y además, insistirnos en que en case de que el
estudiante no haya tornado ese curse, se le obligue por lo menos
a estar dos aflos en el ejerciclo de la prefesión de abogado antes
de ser admitido al ejercicio del notariado. Entendernos esto y ci
Comité asI lo entiende, porque ésta fue una práctica que estuvo
vigente en Puerto Rico desde el aflo 1914 en que se aprobó Ia
Ley sobre Admisión al Ejercicio del Notariado, donde se exigIa
per lo menes un aflo antes de poder ser admitido al ejercicio
del netariado, e sea, que el abegado que hubiese side admitido al
ejercicio de Ia prefesión de abogado, tenla que permanecer per
lo menos, ejercer por lo menes un ailo su prefesión de abogado
para luego ser admitido a la prefesión de netario. Creernos
este e insistimos en que este es una medida que debe de apre
barse y que quedó eliminada por Ia misma Ley del aflo 1934
cuando se eliminó ese requisite y aunque nesetros hemos heche
Ia büsqueda—y quiero advertirles que entre nosotres estâ, en
nuestre Cemité está una de las persenas que más Ic gusta es
cudriflar Ia icy y las enmiendas, que es don Domingo Toledo—
no hernes averiguado por qué razón se eliminó ese previo re
quisite.
Per ese motive, en cuanto a ia reselución del Ceiegio de Abo
gados en su primer Dispeniéndose A, estaremos conformes con
ella en cuanto a exigir ci curse de derecho notarial siempre que
sea para los efectos de ser admitido al ejercicio de Ia profesión
de notario, pero no cemo un requisite previo pam ser admitido
a exá.menes ante nuestro Honorable Tribunal Supreme.
Discutiendo ci asunto ante ci Colegio de Abogados, al coal,
come les dije autes, se nos invitó a particjvar, no en las discu
sienes, sino corno oyentes, aunque dies quisieron que nosotros
participáramos en Ia misma. Conferencia, nes reservamos nada
mar que come oyentes, se levantó también una cuestión que no
sotros en nuestro Informe hemos recemendade. Es conveniente
indicarles a los cornpaieros que ya en Puerto Rico no puede
ejercer ninguna persona la prefesión de ahogado J3O cortesía.
Todo aspirante, trda penona cue desee ejercer in profesión de
abogado en Puerto Rice necesariarnente tiene que someterse a
examen. Pero ci Comité entiende que además de someterse a
60
PONENCIA
C0MITE DE EDucAcON LEGAL Y ADMISION AL EjERciclo DR LA AB0GAcfA
examen como requisito previo, debe exigirse no solamente el
domicilio del aspirante con anterioridad a la fecha en que ra
dica su solicitud para examen, sino que además de eo es nece
sario que haya residido por lo menos 5 aflos en Puerto Rico.
Esto lo hemos hecho porque creemos que Ia persona que tenga
interés en venir a ejercer la profesión a Puerto Rico, debe ser
una persona que haya convivido con nosotros y que haya tenido
Ia oportunidad de conocer nuestra manera de proceder, conozca
nuestros procedimjentos y que se yea que genuinamente tiene
interés en quedarse en Puerto Rico a ejercer so profesión. Y
es por este motivo que nosotros en ese sentido respaldarnos y
recomendamos al Tribunal que haga, como requisito previo, que
sea domiejijado en Puerto Rico y que al mismo tiempo haya re
sidido por Ic menos 5 aflos, posiblemente los 5 años que hemos
puesto sean excesivos, pero solamente los ponemos como una forma directiva para que sea ci Tribunal ci que determine en ñltima
instancia cuánto tiempo de residencia se ha de exigir.
Esa residencia, naturalmente, está condicionada y está con
dicionada al hecho de que aquelios aplicables al Disponiéndose
que en nuestro Informe hemos puesto, que es a esos efectos.
“Disponiéndose que dicho requisito de residencia no será apli
cable a estudiantes de derecho domiciliados en Puerto Rico que
se hubieren ausentado del Estado Libre Asociado de Puerto
Rico a los fines de cursar sus estudios de derecho.” En otros
términos, que no se aplique al estudiante que ha ido a estudiar
fuera de Puerto Rico con el ünico propósito de estudiar. nue
pierda su residencia.
En ültima instancia debemos, vamos a discutir ci problema
pianteado también en cuanto al idioma. Recomienda el Colegio
de Ahogados en sus resoluciones que toda persona que ejerza
Ia profesión de abogado en Puerto Rico deba saber leer, escri
bir y hablar ci idioma espaol. En eso estamos conformes y no
solarnente conformes con ci Colegio de Abogados, sino que cre
cmos y entendemos y asi lo entiende el Comité, que ci abogado
que va a ejercer su profesión en Puerto Rico, debe saber leer,
saber hablar y saber escribir ci idioma espaflol. Nuestras Re
glas de Procedimjento tienden hacia eso, como muy acertada
mente informa ci Colegio de Abogados, la Regla 8.5 de las Re
glas de Procedjmiento que ha sido citada, establece que el idioma
en que las alegaciones y solicitudes y mociones deben formularse
será ci espaflol, pero sí dice que podrIan hacerse traducciones.
Entendemos nosotros y asI lo creemos que no podemos concebir
61
cómo un abogado consciente de sus deberes como abogado pueda
firrar alegaciones, solicitudes y mociones ante los tribunales si
realmente no sabe lo que estâ firmando y lo que está exponiendo.
Antes de terminar esta exposición, que he querido hacerla lo
más breve posible por ver la cara de cansancio que tienen los
compafleros al tener que escucharme, solamente quiero lievaries
al ánimo lo siguiente: Cuando nosotros insistimos en que no se
apruebe lo relacionado al estudio de cursos especializados de
derecho puertorriqueño, lo hemos hecho movidos y pensando en
aquellos individuos, aquellos abogados que precedieron a noso
tros, que estudiaron sus cursos de derecho en universidades
americanas y que luego vinieron a Puerto Rico e hicieron de
Puerto Rico un centro juridico distinto a todos los demás. Esos
abogados cooperaron en formar io que hoy nosotros tenemos, un
derecho Civil, un derecho puertorriqueflo que tiene influencias
de Derecho Comdn y donde hay influencias de Derecho Civil.
Y tengo que deciries que no son pocos los que habiendo estudiado
en universidades americanas, luego liegaron a Puerto Rico y se
enamoraron del Código Civil, aportando con esa manera has
tantes principios que han engrandecido nuestro sistema. Mu
chIsimas gracias.
Sr. J’uez Piesidente: Muchs
Alvarez.
graci,
compaflero MartInez
Se abre a discu.sidn breve, por razones obvias, el
Informe del Comité. ,Algñn miembro de la Conferencia desea
expresar algün criterio con relación al mismo? No habiendo
solicitud alguna para participar, se da por terminada la sesión
de trabajo de esba tarde y continuaremos con Ia sesión de tra
bajo mañana a las 9 de is maflana. Muchas gracias.
SESIONES DE TRABAJO
Sesión del dia 16 de diciembre de 1960, 9 :00 a. m.
Sr. Juez Presidente: Se declara abierta Ia sesión de trabajo
mañana de boy. El Cornité Directivo de Ia Conferencia
Ia
de
Judicial, desea que se consigne en acts ci sentirniento de esta
Conferencia por ci deceso del distinguido miembro de nuestro
Foro, Ramón Luis Nevares, y ha acordado designar una comisión
para asistir a sus funerales. A ese efecto se designa a los
compafleros Manuel Abréu Castillo. Felix Ochoteco, ci Juez José
Pablo Morales y el J’ez José Rivera Barreras, para ilevar a
cabo esta encomienda.
62
Con el permiso del compaflro José Angel Poventud quien
estaba en primer lugar para su nonencia, comenzaremos con la
del compaflero Ochoteco, PresidenLe dcl Comit sabre Reglas de
Administracidn. El compaflero Oclioteco para hacer su p0nencia. Los miembros del Comité tengan Ia bondad de pasar
a Ia mesa.
CIITE Sa RL(;L.s DE
\DMINISTRACJÔX
Lic. Félia’ Ochetcco, Ii.: Sr. Juez Pesidente, Sres. Jueces
Asociados, Sr. Presidente de esta Comisión, compaileras y corn
pafleros:
Nuestro Informe ha de ser uno breve ya que se trata de uno
complementario a aquel que rindiéramos oportunamente en Ia
prirnera jornada de esta Conferencia. Tiene el mérito este In
forme, sin pretension aiguna, de haber sido la libre y espontá
nea expresión de magistrados y abogados confrontándose con
probiemas de nuestra clase. El dictamen es uno por unanirni
dad. Solo abarca cinco puntos y no vamos, por razones obvias,
a volver a considerar el Infonne ya rendido.
El primer punto es el siguiente: Se recormenda una en
mienda a Ia Regla 7(b) de las Regias en vigor a los fines de
que los jueces puedan señalar discrecionairnente mociones con
anterioridad a los diez dIas que actualmente disponen diehas
Reglas. Esta enmienda que se sugiere tiene ci propósito de con
frontar Ia realidad buscándole una solución. Hay mociones nue
por su propia naturaleza requieren una inmediata c.Eción
por parte del tribunal, como por ejemplo, aquellas concernientes
al levantamiento de embargo, impugnación de fianza. aumento
de fianza, cambio de depositario, medidas transitorias en
rein
don con adrninistracjones judiciales y aun
dentro de los propios
procedjmientos de embargo.
La regla propuesta es Ia siguiente: “Las mociones bajo
Ia
Regia 10 de las de Procedimjento Civil, asI como las demás
mo
ciones en casos civiles que requieran notificación y audiencia,
serán ilarnadas pam vista en Ia sesión del primer viernes
hábil
después de transcurridos diez dias de su radicación. El secre
tario notificará a las partes por escrito con no menos de cinco
dIas de antelación ci dIa seflalado pam Ia vista y ci juez que
la
Presjdirá—ahora viene Ia enmienda—en casos meritorios, cuando
Ia naturaleza de las mociones asI lo requiera, ci tribunal podrá
sefialarias para su vista dentro de un término más breve.”
C0MITE S0BRE REGLAs
DE ADMINISTRACION
63
La segunda enmienda que se sugiere es a la Regla 14(c),
proponiéndose un aditamento a dicha Regla. Se trata de aque
lbs procedimientos ad perpetuam rei memoriam en solicitud de
cambios de nombres y correcciones en ci Registro Dernográfico
donde de acuerdo con Ia reglamentacion vigente es imperativa
la puhlicación de eclictos, durante quince dIas, o sea, tres edictos.
A virtud de esta regla se faculta al juez pam poder eximir a
cualquier parte, a solicitud de Ia misma. de este requisiU de
pubiieación de edictor. sienido la mazón ciue nos ha insoirado
para Ia propuesta ci acelerar los procedimientos en muchus ca
sos y otros casos donde Ia naturaleza del procedimiento en sI no
justifica una erogación cuantiosa pam muchoE lit igarites por
mazón a sus lirnitaciones económicas.
La regla que se propone con su enmienda dice asi: “Radi
cada la solicitud. ci Secretario de Ia Sam enpedirâ on aviso que
se publicará por lo menos tres veces dniante ci término de quince
dIas en un periódico de los de mayor circulaeión en Puerto Rico
para que cualquier persona que asi 10 desec pueda scm oida en
oposiciOn a ia misrna.—Viene Ia enmienida ahoma—El Tribunal,
a solicitud del peticionario, podrá a su discreci(m excusarlo dcl
cumplimiento de las disposiciones dc esta Regla 14(b).” Se es
tá viendo aquI que se Ic ha reservado al magistmado Ia autoridad
suprema de poder exigir en cualquier mornento que asI Ia cieee
In publicación de edictos o no excusar Ia publicación de eclictos.
AsI es que está salvada la autoridad del magistrado. pero al
mismo tiempo se coloca a éste en condiciones (Ic poder usar su
discrecmn conforme a su mejor sapiencia.
La tercera regia trata sobre Ia renovación de licencias para
portar armas. Está inspirada Ia enmienda que sugerimos en ci
deseo de acelerar los procedirnientos de lortación de armas; cii
ci deseo, además, de abaratam ci precio de los procedimientos;
y además cooperar en forma indirecta a la descongestión de los
Nuestma experiencia como jueces
calendarios de los tribunales.
y abogados nos dice que las renovaciones de licencia e más
un procedimiento formal en Ia inmensa rnayorIa de los casos, sin
niiiguna finalidad práctica. A virtud de Ia enmienda que pro
lionemos nosotros se han armonizado los criterios de jueces y
aboados en ci seritido de dejar siempre a los jueces In facultad
y ci poder de exigir ci cumplimiento estricto en materia de re
riovaciones de permiso de portar armas que exigen nuesti’os es
tatutos y reglarnentaciones para la concesión original del per
miso, pemo quo dnicamente usará de esa discreción cuando asI
P0NENcIA
lo crea pertinente, pero que Ia regla debe ser uniforme en el
sentido que vamos nosotros a leerla. Se dice, “Después de la
Regla 15(b), se acordó adicionar 10 siguiente para convertirse
en 15(d) y asi sucesivamente. La 15(d) será la 15(e) y Ia
15(e) será Ia 15 (f). (c) La renovación de una licencia para
portar armas se solicitará por moción jurada dentro del mismo
expediente de la solicitud original sin que el peticionario venga
obligado a cumplir con las disposiciones de la Regia 15(a) y
15(b) a menos que el tribunal dispusiere lo contrario.” Volve
mos a insistir que en cuaiquier caso de renovación de permiso
de portar armas, que necesariamente tendrá que ser notificado
ci ministerio pdblico, pueden haber casos en que el juez, por co
nocimiento personal que tenga o a través del ministerio pdblico
haga necesaria la pubiicación de los edictos, pero la idea es,
insistimos, ci liberalizar el procedimiento.
La cuarta propuesta es la siguiente: Se acordó adicionar
una nueva regla para que lea como sigue, y que se sugiee sea
numeracla Regia 16, y por lo tanto se corra la numeración de
subsiguientes regias. La Regla 16 que proponernos lee asi:
“Regia 16. Deciuratoria de Hcrecieros. En los casos de solici
tud sobre deciaratoria dc herederos forzosos no será necearia
Ia presentación de prueba oral para acreditar la condicián de
heredero por la ausencia de testamento otorgado por el cau
sante. Será suficiente para probar tales extremos la presenta
ción de declaraciones juradas que cc acornpañarán con la soli
citud, las cuales deberán ser suscritas ior no menos de dos yecmos del lugar de la üitima residencia del causante en Ia que
éstos afirman haber conocido personaimente al causante y cons
tunes de propio conocimiento que no ha dejado otros dsscen
ciientes o ascendientes, segdn sea ci caso, que los que se mencio
nan como tales en Ia petición y constarles tambiéu cue ci cau
sante faiieció sin haber otorgado testamento alguno. Isobada
en ecu forma a satisfacción del tribunal Ia condición de herede
ros y Ia ausencia de testarnento alguno otorgado por ci causante,
y acreditados en debida forma y ante Ia presentación de Ia cvi
dencia documental que sea adecuada, todos y cada uno dc los
demás hechos indispensables en tales casos sobre deciai’atonia
de herederos, ci tribunal dictará resoiución declarando con lugar
la solicitud.” El propósito de esta regia es uniformar ci pro
cedimiento sobre declaratoria de herederos en lo pertinente a
las distintas salas del Tribunal Superior de Puerto Rico. Es de
CoiIITE
Sosni
REcLA LE
ADMINIsTRACJóN
65
conocimiento de mis distinguidos compafleros que en algunas
salas, algunos magistrados exigen prueba a través de Ia comes
pondiente audiencia puma acreditar ci status de heredero f or
zoso. Todos exigen prueba para acreditar el status dc heredero
no forzoso. Pues bien, otros no exigen prueba mediante audien
cia pala acreditar el ctatus tie heredero forzoso, sino que besta
con dos dieeI:Laclones juradas tie test igcs idóneos y que reunan
las condiciones cue determina Ia Leg de Proceclimientoc Espe
ciales y los documentos corresnondientes que todos ya conoce
mos, segdni se trate de deciaratoria de herederos en relacidu con
forzosos y no forzosos.
Pues bien, a través de esta regla nosotros sugenimos que sea
uniferme para todas las salas dcl Tribunal Superior de Puerto
RIco. que en rnateria de herederos forzosos exciusivamente no
cc requiera la audiencia, sino bastaián las dos declaraciones ju
radas por 10 menes de dos tectigos, y los demás documentos CU
mrespondientes, como certificados del Registro Dernogrdfico,
Qué nos ha ins
certificado del Registro de Testamentos, etc.
pirado a nosotros a hacer esa sugestión? En primer lugar, uni
formar ci proceclimiento en Puerto Rico en esta materia tan im
portante y de diario batallar. En segundo lugar, también aba
ratar o aminorar los gastos de litigios o tramitaciones judicia
ICE. En tercer lugar, descongestionar a lOS tnibunales.
No ignoramos quc hay critcnios minoritarios—si no nos
equivocamos en nuestra apreciación—que estiman de que tra
tándose de un procedimiento de proyecciones y consecuencias
tan serias, en todo momento debiera haber Ia correspondiente
vista puma mayor garantIa de terceros y tie Ia mejor administra
ción de justicia. Este argumcnto que con su enunciación con
Ileva una apariencia nada más de fuerza legal, ci cc examina cc
vera que no es tan fuerte ci argumento como parece a pnimema
vista. Es sabido por todos nosotros que en materia tie decretos
de declaratoria de herederos, bien trátese de herederos forzosos
o voluntanios, ci auto que se Iibra por un tribunal no tiene en
primer lugar, en primer lugar tiene ci carácter de firme a partir
(IC su pronunciamiento cuando no ha habido contienda dentro
del pmocedimiento. Es decir, quc cuando se radica la declara
tonia de heredcros y ci juez provee, si no ha habido contienda
aiguna en cuanto a aquellos que reclaman su status como heredemos, ci auto en sI cc firme a partir de su pronunciamiento.
Desde luego, que si ha habido contención dcntro dcl procedi
miento, bien sabemos que entonces ese auto corre todas las even-
66
P0NENcIA
-tualidades que correrla cualquier sentencia en cualquier litigio
contencioso.
Pero hay algo más. En los autos de declaratoria de here
deros donde no ha habido contención, ya se ha resuelto por este
digno Tribunal Supremo que no constituye cosa juzgada y que
en cualquier momento está abierto el auto que se libre, a im
pugnación por preterición de herederos o por inclusion de here
deros impropiamente. Asi es que vemos que el auto de decla
ratoria de herederos, bien se celebre vista, bien no se celebre
vista, no participa de Ia Indole de cosa juzgada y que es final
desde el momento en que se pronuncie. Preguntamos nosotros,
para contestarnos nosotros mismos: iEn qué puede perjudicar
que ci tribunal adopte an procedimiento uniforme para todas las
salas de que bastará con 2 deciaraciones juradas, con testigos
idóneos, acompafladas esas declaraciones juradas d aquelia otra
prueba documental indispensable y que todos conocemos, que
respalden una solicitud a su vez jurada?
Nuestra enmienda, repetimos, va a descongestionar o a co
c’perar a descongestionar nuestros calenclarios. No vu a afec
tar los fines sustanciales de la justicia, bajo ning(in concepto,
vu a aminorar los gastos de litigaciOn, y aclernis—que nos hemos
reservado para lo iMtimo—la enmienda enpresamente dice “a
satisfacción del tribunal”. Es decir, que aunque se aclopte como
regia uniforme Ia que nosotros proponemos, siempre so reserva
al tribunal ci derecho de exigir audiencia en cualquier caso
que asI lo crea conveniente. Por lo tanto, no hemos querido
bajo concepto alguno reglamentar Ia conciencia del juzgador,
que nunca debe ser regiamentada por su aita misión y por res
peto al propio magistrado, pero que al rnismo tieinpo nosotros
dejamos una sugestión que vu a redunciar en beneficio de iiti
gantes, en beneficio de abogados y sobre todo en beneficio de In
mayor rapidez ue In justicia, porqu [ambién nos confrontamos
nosotros con ci serio problema de los taquIgrafos, que a veces
aria declaratoria de herederos se demora porque ro se ha trims
onto el record segün ha sido ordenado por ci tribunal.
Y Ia üitima sugestión que hacemos y esta üitima no tiene
ninguna novedad y simpiemente so ha formuiado por la Co
misión atendiendo a una sugestión que se hiciera en Ia pasacla
Conferencia Judicial por an distinguido magistrado, en el sen
ticlo de aclararse bien qué querIa decir la Regla 18 en reiaciOn
con Ia manipuiación de los expeclientes dcl tribunal. Nosotros
COMITE S0BRE REGLAS DE ADMINIsTRAcION
67
proponemos que se enmiende Ia Regia 18 para que lea como
sigue: “Los expedientes judiciales no podrán ser sacados de
la oficina del Secretario, excepto para uso propio dci tribunal o
de los jueces o para ci despacho de cuaiquier diligencia que le
corresponda al fiscal de la sala, o a cuaiquier otro fancionario
lie Ia misma. El Secretario mantendrâ los registros correspon
dientes para que se sepa Ia situación de cuaIquier expediente
en todo mornento.” La enmienda propuesta elimina Ia primera
oración de Ia Regla originalmente sugerida por ci Comité, y in
cual lee como sigue: “Los expedientes judiciales bajo in custodia
del Secret.ario no podrán sen sacados de las Salas respectivas si
no es por orden escnita del Juez Administrador.”
He ahi nuestro Informe y deseamos consignar con inmensa
satisfacción que en este Comité nuestro ha quedado evidenciada
en forma inequIvoca la aita misión de estas Conferencias Judi
ciales donde en ci seno del mismo distinguidos magistrados,
ebogados distinguidos con excepción dci informante, discutieron
los serios prohiernas de Ia Magistratura y los serios problemas
de Ia cIase toeada en un ambiente de verdadera armenia y de
entera dignidad ilegando a soluciones satisfactorias. Muchas
gracias por haberme escuchado.
S. Jue Presidents: Muchas gracias, compaflero Ochoteco.
Antes de abrir a discusiOn ci informe, deseo indicar a los corn
paieros designados pam asistir a los funerales del compaflero
Nevares, que si lo estirnan asI propio pueden retirarse para
cumplir Ia misiOn que se los ha encornenciado. Abierto a dis
cusión ci Informe.
Sr. Juez J. Negrón Lopez: Sr. Presidente, yo tengo vanias
preguntas que quisiera hacer ai Presidente del Cornité.
Sr. Juez Presidents: No, cornpaflero jues Negron Lopez. Dc
acuerdo con las regias adoptadas para regir los trabajos de la
Conferencia, el procedirniento es que los compafleros quo deseen
hacer uso de Ia palabra, expongan las ideas, los cniterios. hagan
los comentanios que estirnen de lugan con relación al iriforme
y Ia ponencia, pero no precede que en este mornento se someta
a interrogatonio a los compafleros ponentes. Cuaiquier nueva
idea que se sugiera por aiguno de los compafleros, cualquier
nuevo proyecto, indicación o criterio, volvená al seno del Comité
para ulteriores consideraciones o informes compiernentarios.
Si el compaflero Negrón Lopez tiene algdn cornentario que hacer
ConT
DiscusiOx
68
con reiación al informe o a la ponencia del compafiero Ochoteco,
y quiere hacer uso de Ia palabra. puede hacerlo, pero no piira
lievar a cabo un interrogatorio.
Sr. Jue Negrón Lopez:
El comentario mb
es con relación
a Ia deseabilidad de que los expedientes para perpetuar memo
na, y en las certificaciones del Registro Demográfico y Civil,
Ia razón de que se exija Ia publlcaciôn de edictos en casos men
torios, aunque veo quo, desde luogo, el proyecto complemen
tario deja a discreción del tribunal eximir de esa publicación en
casos meritonios, pero no me explico, francamente. Recuerdo
aqul las palabras del Juez Villares en la Conferencia Judicial
de 1958 donde él expresaba con un buen sentido quo ese expe
diente en su mayorIa se utiliza por personas de recursos limita
dos, para corregir fechas do nacimientos y apeilidos, para
acogerse al Seguro Social, y en las inscripciones viejas esto era
frecuente. En las inscripciones actuales los registros dernográ
ficos se han rnoderizado bastante. Entiendo quo insertar la
disposición de los edictos o del aviso notificando el propOsito do
la solicitud conilevarIa gastos adicionales para los peticionarios.
Ese es el primer punto.
El segundo punto quo yo me preguntaba era si de acuerdo
con la propuesta a Ia Regla 15 (c) los expedientes de renova
ción de licencia de portar armas, si eso conilevaba la renovación
si la moción y la renovación subsiguientes exigirian o no el pago
Je derechos. Son los dos puntos quo yo querIa aclarar y por eso
lo hago constar.
Sr. Juez Presidente: Muy bien, muchas gracias, compaflero
El compafiero Blanco Lugo tiene la palabra.
Negrón Lopez.
Lie. Luis Blanco Lugo:
Asociados, compafleros:
Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces
En relación con la proposición de Ia Comisión sobre los ex
pedientes para perpetuar memoria, me permito sugenir Ia con
SOBRE
REGLAs DE ADMINIsTRAcION
69
nacimiento, porque puode tenor consecuencias en relación con
otras leyes.
Mo permito también sugerir la conveniencia do quo se es
tudie Ia dosoabilidad do quo la misma regla relacionada con las
declaratonias do herederos forzosos se extienda a los casos de
horodoros voluntarios. En primer lugar, Ia declaratoria de
heredoros voluntarios es sin perjuicio do tercero duranto un
ténmino do cinco afios y no creo quo hay una razón de suficiente
peso quo justifique una regla distinta en ol caso do heredoros
forzosos y on ol do herederos voluntarios.
Finalmente, respecto a Ia cuestión do Ia custodia do los ex
pedientes y siendo los abogados funcionarios del tribunal, me
parece igualmente desoablo quo so estudie la conveniencia do
que los abogados podamos tenor los expedientes y firman que
los tenernos bajo nuestra custodia siempre quo se disponga quo
se dehen entregar el mismo dIa en quo so obtienon do la Secne
tanIa. Me parece yen los rostros escépticos do algunos compa
iieros sobre este perticular y anticipo quo los peligros quo ollos
visualizan son solameute aparentes. En primer lugar, el contenido do un expediente puede siempre determinarse medianto
un exarnen do los libros cie radicaciones y los libros de minutas
del tribunal. AsI es quo el peligro do que so sustraiga un expe
dionte o quo so altere un expediente realrnente no existe. Siom
pro podrIa reconstruirse y no creo yo que esos casos, que serIan
Ia excepción, justifiquen la situación actual que estamos atra
vesando los abogados quo practicamos diariamente on los tn
bunales de quo so nos hace sumamente difleil conseguir un
expediente on Ia secretania de los tribunales. Muchas gracias.
Sr. Juez Presidente:
Muchas gracias, compaflero Blanco
sideración de quo la regla sea a la inversa, quo no so requieran
los edictos a menos quo el tribunal entienda quo son necesarios.
Como todos sabemos, estos expedientes en Ia mayor pante do los
Lugo.
casos se refieren a cambios do nombres y no afectan realmente
el estado civil do los peticionarios. Claro está, me imagino quo
en aquellos casos on quo so afecta el estado civil serIa un easo
quo desee hacer uso do Ia palabna, pasaremos a oir Ia ponencia
del Presidente del Comité do Procedimiento Civil. el comnañero
don José Angel Poventud. El Comité do Pnocedimiento Civil
puode ocupar asiento en Ia mesa destinada a los comités.
apropiado para que se requiera la publicación de edictos, como
también aquellos casos en que se tiende a alterar la fecha do
,AIgdn otro do los compañeros desea bacon algün co
mentario o oxponer algdn critonio respecto al contenido del
irifonmo o a Ia pononcia de su Presidente?
Si no hay ninguno
I
70
F0NENCIA
C0nITE DE PRocEDIiv1IENro CIvIL
Col\IITE DE PROCEDIMIENTO CIvIL
Reqbi ..2 (0). Del ernpiazcumiento sostit ate. Sugiérese am
plier so pheaiLi al caso do personas iedjcadas a la transi3or—
tacirn (ie cargo, pot’ los ruismor motivc que Ia vigente i’egla lo
permite en cuanto a los dedicados a Ia tranportscion do pass—
jeros.
Lic. José A. Poventuci: Honorables Juez Presidente y Aso
ciados del Tribunal, compañeros miembros de la Conferencia:
(omo Presiclente del Cornité dc 1ioceCiimieuto Civil, cumplo
con el deber de comentar sobre el segundo informe que hernos
tenido el honor de pi’esentaj’ relativo a Ia cuicladosa y trascen
dente labor que se nos encomendara por i’esolución de Ia
Honorable Suprema Corte datada el 14 de julio de 1960. Nues
tra nueva gestion inicial consistió en trasmitir atenta invitación
a la matricula del Colegio de Abogados a fin de brindar arnplia
oportunidad a los distinguidos compañeros colegiados para par
ticipr en la obra de refo’ma que a todos concierne, mecliante la
exposición de ideas sobre aquellas roodificaciones o enmiendas
a las reglas procesales que Ia eperieneia desde su impiantación
en 1958, justificara estimar necesarias o aconsejables. Varias
sugestiones nos fueron trasmitidas bondadosamente por clistin—
guides colegas, mel’eciexiclo especial menciun el competente corn
panio Francisco Ponsa Fellu.
Cooperacidn p01 la cual el Ce
mite se complace en extender a todos so hondo reconocirniento.
Oportunarnente ci Comité consideró las enmiendas propues
tas y las propias, acorclndose la adopcidn de aquellas modifica
ciones simpiernente endereaidas a evitar pluralidad de normas
generadoras de conflicto y confusion, asi corno tamhién encami
nactas 01 logro de la rneta perseguida per nosotros, que es alcarizar
a Ia mayor brevedad quo sea dable on método judicial dc justicia
rdpida con reflexiva justicia justa. V con ci loable ernpeño de
tributar a ese noble ideal Ia consicleración que por tantos titulos
merece, los miembros de este Comité tienen Ia satisfacción de
someter so Segundo Informe contentivo de varias recornenda
ciones juzgadas necesarias. Entre ellas, en aras de la brevedad y
considerando que nuestro Infoi’rne se ha distribuido ya entre
los miembros de Ia Conferencia, aludiremos sucintamente a las
modificaciones propuestas que revisten mayor interés. Me
refiero, pues, a las siguientes materias
Regla 1. Dc la corn petencia. Se incorporan las principales
disposiciones del ArtIculo 83 del Código de Enjuiciarnjento
Civil que trataba de los motivos jara cambiar el lugar del
juicio;
y se adiciona a esa regla Ia potestad dci tribunal para
poder
decretar los traslados mediante rnociOn de pare interesada.
Esta moclificaciOij podrIa tonibién cLibrir los traslados en
casos
de reciarnaciones mOxirnas de S100 a que se eontrae Ia Regla
60.
Rcglo iO.Z. Seine 1CS dcreosus p cOO cicas. La acliciOn
propuesta conlicva ci prepusito de cubrir aqueilos cases en que
medic justa causa, come la urgencia inaplazable en Ia acelera
ción del tramite judicial, para qee el t’i unai. a dicrecidn y por
orden previa eue pocira er ox paste, pue:ir disnonel’ auc todas
las objeciones y defensas se incorporen en la centestaciOn.
Regla 10.7. La ascvcraewn (le daiios cspccaiics. El objeto
de est.a rnodificaciOn es eliniinar la necesidad do consignai’ en
Ia demanda la cuantia de las partidas reciamadas como daflos
especiales, porqua generahuenLe lisp almna cuy imnorte se
ignora al iniciarse el iitigio, come los gastos dc hospitalización,
ganancias dejadas de percibir, etc. TaI inforriaci6n puede
lograrse a través de los procedimientos sobre descubrimiento de
prueba que permiten las mismas i’egias. La nueva redaccidn
sugerida coricuerda, además, con Ia Regia Federal 9 (g).
Regla 30. Do los interrogatorios a las partes. La recomen
dación a este efecto estriba en equiparar en parte ci ámbito de
los interrogatorios al de las deposiciones, de manera que ambos
procedimientos puedan dirigirse contra una parte sin necesidad
de que ésta sea adversa. Las deposiciones se pueden tomar,
adernás, a cualquier persona, sea o no parte en el case, conforme
se dispone en la Regla 23.1. Fundantos este cornentario en los
escolios 5 y 8 de Ia decision en Sierra V. Tribunal Superior (Hon.
Saldafla, Juez), 81 D.P.R. 555, a las páginas 568 y 571. Igual
mente interesamos adicionar una ültima oración al primer
párrafo de la Regla 30, para conferir al tribunal facuitad dis
crecional a fin de poder relevar a una parte de contestar inte
rrogatorios no objetados oportunamente, cuando se requiere
materia privilegiada o claramente fuera de Ia investigación
original.
Regla 41.1. De los comisionados especiales. Consiste Ia
modificación de esta regla en aclarar que la misma cubre tam
bién los casos ante el Tribunal Supremo, cuando éste actda
dentro del ámbito de su jurisdicción original y se hace necesario
recibir prueba. La vigente Regla 41.1 parece negar a esta
Superioridad Ia facultad de nombrar un comisionado especial.
72
1:
P0NENcIA
C0MITE DE PR0cEDUeIENTO CIVIL
Regla 41.2. Sobre encomienda de asuntos a un comisionado.
La enmienda proyectada conileva la deseable finalidad de ace
lerar el trámite judicial mediante el discernimiento de potestad
al Tribunal Supremo para encomendar asuntos a un comisio
nado en cualquier caso, y al Tribunal de Primera Instancia
cuando estuvieren envueltas determinaciones mediante cálculos
matemáticos o que dependan de prueba pericial o complicada,
extensa o dificil. El criterio irnperante en Ia vigente Regla,
(le circunstancias especiales para nombrar un comisionado, re
sulta en Ia actualidad excesivamente estrecho y ambiguo.
Regia. 45.5. De las sentencias contra el Estado Libre Asociado
de Puerto Rico. El objeto de nuestra enmienda a esta regla es
incluir el concepto de “cuerpo polItico” que figuraba en la an
terior Regla 55 (e) de 1943. En RamIrez v. Municipio, 67
D.P.R. 740, el Tribunal Supremo resolvió que esa fraseologIa
amparaba a los municipios, contra los cuales no podia dictarse
una sentencia en rebeldIa. La supresión de Ia frase “cuerpo
politico” en la vigente Regla 45.5 induce a concluir que se in
tentó cambiar esa doctrina.
Regla 49.2. Ref erente al rernedio en casos dc error, mad
vertencic&, etc. La parte pertinente de Ia Regla 49.2 está con
cebida en forma tal que puede dar lugar a confusion, ya que a]
parecer dispone que es indispensable iniciar un pleito indepen
diente para dejar sin efecto una sentencia cuando quien lo soli
cita no es emplazado o cuando la sentencia se obtuvo por fraude.
El propósito de la enmienda es simplemente aclarar que en estos
dos supuestos el remedio puede lograrse aun dentro del mismo
iitigio, sin necesidad de pleito independiente.
Regla 51.3. Procedirnientos en casos de sentencias para reali
zar aetos espeelficos. En reiación con esta regla, la adición pro
puesta para que en toda yenta judicial de bienes ci alguacil u otro
funcionario actuante pueda poner al compradar en podn de
Ia propiedad vendida dentro de un plazo determinado, sin per
juicio de tercero que no haya intervenido en el procedimiento,
stá tomada de la Ley Relativa a las Sentencias y Manera de
Satisfacerlas de Marzo 9 de 1905, y concuerda con el artIculo
1351 del Código Civil y jurisprudencia interpretativa del mismo,
al efecto de que la compraventa queda perfeccionada pero no
consumada si en realidad no se da posesión material del inmue
ble al adquirente. Y no hay razón alguna para distinguir entre
ventas judiciales mediante procedimientos hipotecarios por la
via ordinaria o Ia sumaria, y las ventas dimanantes de asuntos
contenciosos dentro de los cuales quedan dirimidas las mutuas
cuestiones planteadas por los litigantes.
Reglas 52, 53 y 54. Dc la. apelación, revision, certiflcaciOn y
certiorari. En cuanto a estas reglas referentes a los diversos
recursos de alzada, las modificaciones, adiciones y aclaraciones
propuestas son mayormente proclucto del esfuerzo realizado por
ci compaflero Luis Blanco Lugo, nuestro din5mico y hOhil se
cretario. A este respecto el Comité recomienda que se redac
ten nuevamente las Reglas 52, 53 y 54 para incorporar todas las
disposiciones relativas a la consideración por el Tribunal Su
premo de Puerto Rico de las sentencias finales y resoluciones
interlocutorias dictadas por ci Tribunal Superior, asI como para
regular el procedimiento de apelación del Tribunal de Distritci
al Tribunal Superior. En Ia Regla 52.1 se incluyen las disposi
ciones de Ia Ley de Ia Judicatura relacionadas con Ia proceden
cia de las Reglas de Apelación, Revision, Certificación y Cer
tiorari. La Regla 53.1 (c) hace Ia necesaria referencia a la for
maiización del recurso de certiorari. La Regla 53.5 hace refe
rencia a los requisitos de la solicitud de certiorari. En la Regia
53.6 se han incorporado las disposiciones sobre el término para
objetar Ia expedición del auto y acompafiar prueba documental
o Ia transcripción de Ia prueba oral con Ia solicitud o la opu
sición a Ia expedición del auto. Las reglas en vigor no contienen
el requisito de la Regla 53.7 y con frecuencia se desconoce Ia ra
zOn que ha movido al Tribunal a expedir el auto de revision.
Cuando los fundamentos consignados en Ia solicitud de revision
son numerosos las partes, tanto ci recurrente como ci recurrido,
quedan desorientadas con respecto a las cuestiones que merecen
discusión ante ci Tribunal Supremo. Igualmente están deso
rientadas en cuanto a la designacion que debe hacerse de la
prueba oral a ser transcrita. Esto induce a la formulación de
alegatos innecesariamente extensos y a Ia designacion de prueba
oral cuya transcripción resulta en verdad superflua, ya que nada
tendrIa que ver con Ia razón que movid al Tribunal Supremo a
librar el auto. Pero conociendo los fundamentos para la expedi
cion del auto, las partes podrian circunscribirse a los mismos en
Ia designación de Ia prueba y ia correspondiente ai’gumentación
en los alegatos. La Regla 53.8 persigue ci laudable propósito
de facilitar al Tribunal Supremo dictar sentencia final y evitar
que un pleito tenga que ser devuelto al tribunal de origen para
73
[
74
75
P0NENcIA
CoMrrE DE PR0cEDIMIENT0 CIVIL
recibir prueba sobre algdn aspecto del caso. El propósito de la
adición a Ia Regla 54 es simplemente armonizar lo dispuesto con
el contenido de la Regla 54.1.
Regla 61. Procedimientos especiales. Las adiciones reco
mendadas persiguen Ia finalidad de impartir mayor claridad a
la mencionada regla, ya que ésta no provee con suficiente cia
ridad y certeza que las Reglas de Procedimiento Civil serán con
sideradas como derecho procesal supletorio para todos los re
cursos extraordjnarios.
Regla 63. Dc la inhibición. El propósito de la enmienda
es oue, en los casos de inhibición, se incluya también a un letrado
que sea sobrino del juzgador, lo cual armoniza con lo resuelto
en ValentIn v. Torres, en 1958, reportado en 80 Decisiones de
Puerto Rico 463, 479.
Regla 68.2. Sobre prórroga o reducción de términos. Las
enmiendas proyectadas se contraen a proveer para que ci tribu
nal, además de su potestad para, por justa causa, prorrogar
términos, pueda también acortarlos por motivos adecuados, como
Ia urgencia o premura en la aceleración del procedimiento. La
referencia a las Reglas 53.2 y 53.5 tiene por objeto incluir ci
término para apelar y su notificación entre los que no se puden
prorrogar en modo alguno, a tenor con lo dispuesto en el ñltimo
párrafo de la inclicada Regla 68.2.
Regia. 69.1. Sobre la fianza y sus diversos requisitos. Se
recornienda insertar al final de esta regla una disposición para
que cuando inmuebles incritos en ci Registro sean descritos en
una fianza, pueda ésta inscribirse en dicho Registro con efectos
subsigui.mtes en cuanto a tercero. Es cierto que esta enmienda
alterarIa la naturaleza estrictamente personal de Ia fianza a que
se refiere Ia regla, pero la misma deja de proveer adecuada ga
rantIa en lo tocante a los inmuebles que en la fianza se incluyan
o se describan. Nada impide que el inmueble ofrecido en ga
rantIa en una fianza, sea posteriormente enajenado sin que si
quiera se entere de ello Ia parte acreedora. Y en ese caso per
derIa asI todo su valor Ia fianza en cuanto a los inmuebles, res
tando solamente la obligacion personal del fiador. Y ya que
Ia Regla parece intentar proveer Ia garantIa de inmuebles es
pecIficos, sus disposiciones, insuficientes para ese propósito,
deben ser enmendadas en Ia forma indicada.
Finalmnte, ante el carácter discrecional de los autos de re
visión y certiorari, se recomienda que el Honorable Tribunal
Supremo en su Reglamento especifique aquellas consideraciones
que gobiernan la concesión de estos autos, tal como lo han hecho
ci Supremo Federal y Ia Corte del Primer Circuito en sus res
pectivos Reglamentos.
Concluida esta exposición, creemos indicado reiterar que todo
esfuerzo encaminado a fortalecer las reglas es acreedor a la re
suelta cooperación de aquellos que de ellas se sirven para coad
yuvar en Ia excelsa obra de Ia administración de justicia. Sin
embargo, no intentamos insinuar que ci sistema procesal debe
ser objeto de cambios continuos, porque también el arco que se
estira más de su lImite se rompe. Debido a ello es que en nues
tro informe el Comité se ha circunscrito a endosar aquellas me
didas consideradas indispensables para el mejoramiento gene
ral dcl trámite ante los tribunales.
Y termino, Honorables jueces y compañeros, exteriorizando
el reconocimiento de este Comité por Ia honrosa encomienda que
esta Honorable Superioridad nos ha dispensado, posihilitando
asI Ia humilde cooperación reseflada, en armonIa con los altos
fines de la Conferencia Judicial. Muchas gracias.
Sr. Juez Fresidente: Muchas gracias, compafiero Poventud
por su magnIfica ponencia. Se abre a discusión el Informe del
Comité de Procedimiento Civil. Aquellos compafleros que de
seen expresar algunos criterios respecto a la ponencia o al In
forme del Comité, o a las reglas propuestas como enmiendas.
pueden manifestarlo para darles la oportunidad de hacerlo den
tro del tiempo disponible... ,No hay petición de turno para
discut r? Se da, entonces, por recibido el informe, la ponencia
del Comité a través de su presidente el compañero Poventud, y
pasaremos a considerar el Informe del Comité sobre Incapacidad
Mental y Reclusion de Enajenados Mentales. La ponencia a car
go de su presidente el compaflero Hiram R. Cancio. Antes de
proceder a oir al compaflero Cancio, vamos a declarar un receso
por el término de 10 minutos.
(Receso)
C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0s MENTALEs
Sr. Juez Presidente: Continua Ia sesión de la maflana. Oire
mos la ponencia del Presidente del Comité sobre Incapacidad
Mental y Reclusion de Enajenados Mentales, el compaflero Hi-
76
jnim R. Caricio.
pasar a la mesa.
P0NENcIA
A los miembros del Comité se les invita a
Hon. Hiram R. Cancio: Sr. Juez Presidente y Sres.
Jueces
Asociados del Tribunal Supremo, Sres. Presidentes de los
dis
tintos Comités de esta Conferencia, compafieros y compafleras
todos de Ia Conferencja Judicial de Puerto Rico:
Aii.tes de comenzar a hacer an breve resumen del Informe
quo raiicra nuestro Comité, cleseo ofrecer mis excusas
perso
nalas, más qu la$ dcl Com lé, nor LL
thn;:a co ue se radic3
en SecretarIa nue;ro informs. Se. radicO solamenLe
Un clia
antes de la fecha en que habrIa de discutirse, es decir so
radicó
en ci cila ie ayor. La razéu porn esto faa In de quo con
motivo
del fallecimiento de nuestro querido y admirado Juez Don Jaime
Sifre, hubo necesidad de hacer ciertos cambios en las presidencias
de algunos comités; y no fue hasta muy tarde que so me designo
Presidente de este Comité, con el agravante de que hube de hacer
un viaje a los Estados Unidos que me mantuvo fuera de con
tacto con el Comité durante 7 dIas. Be todos modos, trabajando
en esta forma, hemos logrado hacer un Informe que, como
habrán notaclo, tiene algunos errores de maquinilla, errores de
oficina, y hay un error, inclusive, en Ia cita de un caso, el caso
Durham, que se sefiala como un caso de Massachusetts cuando
en realidad es un caso de un tribunal de circuito.
En ci Informe que rindid este Comité en Ia pasada Confe
rencia Judicial se dijo 10 siguiente, que queremos leer para
ustedes: “Consciente de que no debe hacer recomendacjones con
relación a iegislacion de naturaleza sustantiva, el Comité no ha
dejado de considerar que ci Articulo 39, inciso 5, del Código
Penal de Puerto Rico, relacionado con la falta de responsabili
dad criminal de los lunáticos o locos, ha quedado rezagado a la
tendencia moderna en cuanto al alcance de la locura como de
fensa.” Al exponer esta idea, el Comité no entró en considera
ciones ulteriores.
El Comité este año continda considerando que este problema
es más bien un probiema de naturaleza sustantiva y está
cons
ciente de que esta Conferencia está limitada en sus discusiones
y en sus deliberaciones a problemas de naturaleza procesal. No
obstante, el Comité debatió entre si largamente sobre Si debIa
o no tratar este problema aquI y llego a Ia conclusion de que,
por tratarse de un asunto tan estrechamente relacionado,
tan
entrelazado con lo procesal, y por Ia importancia gravIsima del
COMITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0S MENTATES
77
problema, habrIa de discutirlo; y Jo hace a riesgo de Ia critica
que pueda recibir de parte de los compafleros de Conferencia,
crItica que si se hiciese seria perfectamente comprendida por el
Comité.
La regla actual sobre este problema es conocida de todos uste
des. Pam sirnplificarla se puede resumir en la siguiente forma:
Tiene o no tiene responsabilidad ante la ley una persona
dependiendo de su capacidad para distinguir entre el bien y el
mal al momento en que comete los actos que, de ser cometidos
por una persona normal, constituyen delito? Esta regia, con
sidera ci Comité y consideran innumerables autoridades, es una
regla arcaica, atrasada y que no responde a las necesidades del
presente. Ha habido varias jurisdicciones, tanto en estados de
los Estados Unidos como en naciones extranjeras, que han
abandonado esta regla para adoptar una u otra modalidad de
reglas más modernas. El Comité en su Informe señala, por via
de ejemplo y sin adoptarla, Ia regla que sugirió para Puerto
Rico ci Profesor Donnelly. No adoptamos, ni remotamente, el
procedimiento por éi sugerido.
El resumen de la Regla propuesta por el Profesor Donnelly
y que se funda, no en la capacidad para distinguir entre ci bien y
ci mal, sino en algo mucho más extenso que eso, es ci siguiente:
Si al tiempo de cometer el acto la persona que lo cometió tenIa
una enfermedad o defecto mental y si tal enfermedad 0 defecto
mental fue un factor sustancial del delito, esta persona no es
responsable ante la icy. Tiene que haber, no solamente la
enfermedad 0 ci defecto mental, sino que tiene que haber una
relación de causa y efecto entre dicha enfermedad o defecto
mental y la comisión del acto que de otra suerte constituirIa
delito. Si no están presentes ambos factores, Ia persona es
responsable ante Ia icy. Si ambos están presentes y hay esta
relación dc causa y efecto, la persona no es responsable ante la
Icy y entonces se Ic dará ci tratamiento que se requiera por las
autoridades competentes.
Vamos a leer para ustedes ci resumen que de esta teorIa
hace ci Profesor Donnelly y que, como digo, no Jo adopta ci
Comité como su regia. “Cuando ci acusado notifique su inten
ción de ampararse en la defensa de falta de responsabilidad, se
le someterá a un examen siquiátrico para clcterminar si padece
de aiguna enfermcdad o defecto mental que lo exima de respon
sabilidad o que lo descaiifique para ser procesado, debiendo el
tribunal resolver la cuestión relativa a su capacidad mental
CoMrrE PE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0S MENmiEs
78
79
P0NENCIA
cuando ésta fueia levantada durante los procedimientos. Su
responsabilidad deberá determinarse a base de tal informe si
quitrico, pudiendo ci acusado designar su propio siquiatra. El
procedimiento incluye Ia forma de presentar ci testimonio pen
cial reiatjvo a Ia condicjón mental del acusado y establece ci
efecto legal de iii absolución a base de defecto o enfermedad
mental exirnente de responsabilidaci criminal, ordenándose su
reclusion o proveyOndose para dane do aita 0 ponerlo en libertad
condicional.”
Finalmente, en este procedimiento para garantizarie sus (le
rechos constjtucjonaies y estatutanios de carácter fundamental, so
establece en el procedimiento de Donnelly Ia inadmisibilidad de
sus dcclaraciones durante ci examen o tratamiento
siquiátnico,
las cuales solo podrdn utilizarse en reiación con ci incidente pare
determinar su incapacidad mental, pero nunca para determinar
su responsabilidad criminal. Como podrá observarse, este pro
cedimiento va encaminado, independientemente de silo logra o no,
a garantizar Ia inmediata protección de Ia sociedad y, a Ia vez, el
derecho dci delincuente, del enfermo o del defectuoso mental, a
recibir un tratamiento.
Notarán que este párrafo que he leIdo comienza por sefialar
que cuando el acusado notifique su intención de ampararse en
Ia defensa de falta de responsabilidad, se le someterá a un
examen siquiátnico. Es deem, parte de la base de que para que
se Ic someta a un examen siquiátrico, es necesario quo el propio
acusado sea quien se mueva y haga gestiones para que se Ic
someta a dicho examen. Muchos comentarjstas y otras juris
dicciones creen que no debe dejarse en manos del propio acu
sado, quien puede estar tan mentalmente enfermo que ni siquiera
ijuecla ocurrIrsele plantear su enfermedad como defensa, sino que
debe haber alguna clase de intervención por parte del estado
para que el enfermo obtenga, no solamente la protección de
esta alegación como de oficio, sino que reciba luego su trata
miento. Y las propuestas que se han hecho varIan desde Ia
que pone en manos del fiscal o del juez el hacer Ia gestión de
que se haga el examen siquiátrico previo al juicio, hasta extremos
tales como el de que lo hace una cosa más bien mecánica, auto
mática, por disposición de ley. El ejemplo de este extremo es
ci de que, digamos, toda persona acusada de un delito grave o
toda persona acusada por segunda o tercera o cuarta vez de un
delito menos grave, sin quo nadie tenga que observar en él
conducta alguna que sugiera siquiera su defecto mental, deberá
ser sometida por obligaciOn do icy a un examen siquiátrico
previo al juicio para quo entonces tenga ci tribunal ci beneficio
de las conclusiones a quo lieguen los siquiatras.
El Comité, en ci corto tiempo que tuvo para deliberar, no
ilegó a una conclusiOn en definitiva sobre cuál es ci procedi
miento quo mejor se ajusta a nuestros medios. Seflala, si, el
principio do quo Ia actual regia os inadecuada y de quo una
regia quo tenga mayor fiexibilidad, y donde pueda ci siquiatra
ilegar a unas conclusiones mOs libremente, rena la recomendable.
Creo que para Ia proxirna Conferencia, este Comité deberá
tratar ci probiema en particular y liegan a una conclusion espe
cIiica sobre qué teonia finalmente debe sen Ia que deba prevale
cer en ci ánimo del Comité y, esnecificarnente, qué procodimiento
dobe seguirse para satisfacer nuestras necesidades. El Comité
reconoce quo, no importa cuOl teorIa sea la quo finalmente se
adopte, dehemos apartarnos do ia teorIa actual, Ia quo so limita
a Ia determinación do Ia capacidad del acusado de distinguir
ontre ol bien y ci mal. Cualquier toorIa quo adoptemos, serâ
mucho mar dificil la labor del siquiatra; y reconociondo quo
en Puerto Rico existe un nOmero limitado do siquiatras, ci
ComitO no sefiala conic Ia major rogia aquoiia quo exija Ia
presencia constante dci siquiatra en nuestros tribunaies. Tene
mos que atenernos a Ia realidad do que la cantidad de siquia
tras con quo contamon en Puerto Rico es muy Iimitada y quo
posiblemente, antes do adoptarse una regla do éstas, extremas,
que roquiere Ia presencia do ostos profesionales con tanta fre
cuencia, quizás debIa habor un penIodo intermedio methante ci
cuai se fuese progi’esando hacia una regla quo nos pareciese
la mejor, dependiondo do cuáles fuesen las circunstancias reales
en Puerto Rico en un momento dado en ci futuro.
Pasando a otro tema, quoremos deem quo nuestro Comité so
reafirma en un proyocto quo sometiO a Ia pasada Conforencia
sobre ci procedimiento para determinar Ia incapacidad mental.
Dobo afiadir quo nuostro Comité somotió a la consideraeión dc
esta Honorable Conferencia Judicial. durante su pasada sosión,
ci proyecto para croar ci procedimionto para Ia detorminación
de incapacidad mental y Ia reclusion do onajenados mentales en
instituciones pare enfermos mentalos; pana dan facultad ai
Secretanio do Salud pare quo rcglamonte todo lo concorniente
ai cuidado, atención, alimentación y tratamionto de los enfermos
mentales asI recluidos; y pana quo regiamento Ia admisión
voluntaria do onfermos mentales on instituciones apropiadas.
PONENcIA
[
1
Este proyecto, que ya está ante Ia Conferencia, fue considerado
rluevamente por ci Comité. Y es este proyecto el que mantiene
el Comité como sometido por él.
Un problema que ha preocupado mucho a Ia opinion püblica
de Puerto Rico, a todos los abogados, fiscales, •jueces—a m pe
sonalmente me ha preocupado muchisimo—es ci problema do
qué hacer en Puerto Rico con lOS enfermos mentales a quienes,
por ausencia de facilidades adecuadas en nuestro medio, muchas
veces los jueces se yen precisados a poner en Ia cárcel por creer
que es Un mal menor el tener en la cárcel a una persona que
donde realmente debe estar es en un sanatorio, que mantenerlo
fuera, en Ia calle, donde puede crearle riesgos peores a la comu
nidad. Sobre este aspecto el Secretario de Justicia se ha acer
cado al Secretario de Salud; ha tenido con él varias conferen
cias; se han hecho planes, algunos de los cuales se están lievando
a cabo; y hoy dIa el Departamento de Salud está atendiendo
muchos más casos de enfermos mentales de lo que creo yo
jamás en su historia habla atendido. De hecho, creo que la labor
realizada por el Departamento de Salud en los hospitales de
siquiatrIa, principalmente el Hospital de SiquiatrIa de RIo
Piedras, es una labor magnIfica, que ha abierto las puertas
para dane tratamiento a un nümero mayor de enfermos menta
les. Sin aumentar considerabiemente la planta fIsica y utili
zando lo que liaman ellos “ci tratamiento ambulatonio”, han
sacado del hospital a un ndmero de personas quo habIan per
manecido allI durante aflos sin que recibieran rnás tratamiento
oue el de tenerlos separados de Ia comunidad; y les están dando
a éstos tratamiento amhulatorio, permitiendo el que otras per
sonas que 51 requieren estar recluidas vayau a ocupar los puestos
de éstos. Creo quo ci problema de reclusion, o, más bien, de no
reclusion por falta de espacio, se ha reducido a un mInimo en
Puerto Rico. Creo, sin embargo, que todavIa resta mucho por
hacer y ol Comité cree que cleben crearse aun mâs facilidades
de las existentes para atender esta situación.
Finalmente, ci Cornité desea sefialar un problema aue ha
surgido en ci ditimo aflo. Me refiero al problema de los casos
por violación a las leyes de drogas. En el pasado, la violación
a las byes de drogas se ha atendido tanto por las autonidades
federales como por las autoridades estatales bajo la Ley Federal
y bajo la Icy estatal. La jurisdicción ha sido concurrente en Ia
inmensa mayorIa de los casos. La práctica que se seguIa era Ia
de que, ayudadas las autoridades federales por Ia Division do
C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL y RECLUSION DE
ENAJENAPOS MENTALES
81
Investigacjones Especiales del iJepartamento de Hacienda
de
Puerto Rico, las acusaciones se solIan ilevar a Ia Corte
de Dis
trito de los Estados Unidos para Puerto Rico (a Ia Corte
Fede
ral) y alil so vela ci caso. Si ci Tribunal resolvIa
finalmente
quo ci acusado era culpable, la persona era enviada
a una
institución en los Estados Unidos, donde existen facilidades más
que aclecuadas T3ara atender estos casos. Realmente,
todos
estamos conscientes do que éstos, más quo deiii-icuentes, son
enfermoe que requieren tratamiento.
Race varios moses, sin embargo, las autoridades federales
ciecidieron no ejercer toda Ia jurisdicción que tienen, sino
que
decidjeron retirarse do parte de su jurisdicción y hoy
dIa Ia
inmensa mayoria de los casos tienen que verse en
nuestro
Tribunal Suierior. Entiende ci Comité quo esto, en
cuanto al
aspecto de ilevar ci caso a corte, y tramitanlo todo, en
cuanto
a bo judicial respecta, no ha surtido ningün efecto
desfavorabje
en la adminjstración de Ia justicia, aparte de haber
recargado
en aigo las fiscalIas y nuestros tribunales. Entiende,
sin
embargo, quo on cuanto al aspecto de qué hacer con ci delin
cuente una vez hallado convicto, estamos enfrentándonos
a un
grave piobiema. No hay en Puerto Rico, y por ci
momento
no estábamos preparados para ello, instituciones capaces
de dar
tratamjento adecuado a estos enfermos, quo no otra coca son
las personas que son adictas a drogas. Y ci Comité quiere
re
comendar que Ia Conferencia recomiende a su vez a las autori
dades portinentes que creen estas instituciones (que se ha credo
anteniormento quo roquieren unos especialistas extraordinanios,
pero que realmente cuabquier siquiatra bueno puede entender
en ello) para que tongamos en Puerto Rico ci procedimiento
completo. No solamente deseamos Ia conyiccjón del acusado,
sino el mandanlo adonde corresponde, no a una cancel, sino a
un hospital donde reciba el tratamiento quo merocen estos
enfermos. Y, aprovechando este tipo de facilidades, también
so nodnia tratar ci caso de los alcohOiicos, que padecen de una
enfermedad muy parecida. Este Comité considera que ci tra
tamiento do los enfermos mentales realmente no es una cuestiOn
do ia incumboncia directa do esta Conferencia pero también lo
ye tan entrelazado con lo procesal que ha preferido hacer las
recomendacjones.
Como habrá podido advertirse do este breve resumen y do Ia
lectura del Informe en sI, al hacer ci Informe, este Comité ha
tenido en cuenta las niás modernas corrientes en matenia do pe
82
DiscisOa
nologIa, ponderando el aspecto de la protección de Ia sociedad
y del tratamiento del delincuente enfermo o defectuoso mental,
por sobre el aspecto puramente penal. Consideramos que, en
esta forma, el Cornité está haciendo una contribución mucho
más eficaz y significativa al principio de Ia justicia integral,
hacia cuyo logro todos laboramos. Muchas gracias.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Cancio. Se
abre a discusión el Informe.
La compaflera Cruz.
Sra. Juez Oiga Cruz Jiménez: Señor Presidente y miembros
(IC Ia Conferencia Judicial:
El tema que acaba de exponer el Hon. Hiram Cancio as un
tema que a ml me preocupa grandemente, y quiero poner en co
riocimiento del Comité una práctica que en ci corto tiempo que
lievo en la Judicatura yo, sin tener prácticamente nada en ley
que me respaide, he estado estableciendo, ,vercTad? Yo he
tenido una serie de casos de enfermos mentales que son cases
extremos, que prácticamente han estado en Ia cárcel por espacio
de 3, 4 ó 5 meses sin podérseles celebrar juicio. Ante esa situa
ción se les seflala el caso en corte. Tuve u.n caso de u viejito
cia casi más de 70 aflos de edad, que estaba recluido en la cared
de Canóvarias. Cuando se le seflaló el caso y se llevó ci individuc
a corte era una persona que sencillamente lo que padecla era de
locura senil. Yo consulté ci caso con siquiatras competentes como
ci Di’. Vaiderrábano, que es Subdirector del Departamento de
Sjquatria del Hospital de Siquiatrla dc aedI. de San Juan : cain—
bién consulté el caso con ci Dr. Fernández Marina y con otros
cloctores competentes. Entonces consegul que al vieito lo ru
cluyeran en el Hospital de Siquiatrla de San Juan. De Ia ma
nera qua lo consegul fue de la siguiente: ExpedI una orden del
tribunal diciendo que era una persona, un enferme mensi pe
Ii!rroso, que no se podIa tener ni se podia celebrarle jui:in. En
tonces, hablé personalmente con las personas cncarga a
el
hombre está actualmente en ci Hospital de SiquiatrIa. Por ese
caso, qua no tenIa autoridad en icy ninguna qua me respalriai’a.
el Hospital lo recluyó. Con ese caso, igual a ese caso, habla
cuatro individuos más que están actualmente con una orden de
este magistrado en el Hospital de Siquiatrla. 0 sea. foe una
cosa extrema porque no se podIa hacer otra cosa con csta per
sonas ni se poclian dejar en Ia. cared porque era on problema an
a cared, ni se podIan soitar tampoco, ni se les podia celebrar
juicio. Ante esa alternativa, con Ia cooperación de los siquia
C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENADOS MENTALES
S3
tras, logr eso. 0 sea, yo querla poner en conocimiento del Co
mite, esa práctica para que en los estudios o en las recomen
daciones que hicieran luego, pues, pudieran tener en cuenta Ia
jurisdicción del Tribunal de Distrito para actuar en cases de
esa naturaleza. Muchas gracias.
Sr. Jvez Presidente: Muchas gracias, compañera Cruz.
El
cornpaflero Freyre.
Sr. Jncz Raldonero Freyre: Yo veo, Sr. Juez Presidente,
Sres. Jueces Asociados y compafleros de Ia Conferencia, que
prácticamente Ia recomendación dci Profesor Donnelly lo que
hace es recapitular lo que es Ia doctrina del caso de Durham, en
contradistinción con io que es Ia doctrina McNa.tten. que as Ia
que tenemos en esta jurisdicción. La doctrina de Durham no
ha podido crecer en Estados Unidos y está, ha sido rechazada
en muchisimas jurisdicciones que reconocen que aunque la regla
de MeNaJten no es lo que deberla ser, por Io menos ha recibiclo
Ia prueba de aflos y de tiempos y que es una doctrina más eficaz
que la doctrina establecida por Durham que está limitada a tal
vez una o dos jurisdicciones en Estados Unidos.
Ahora, aun cuando no se aceptase en su totalidad Ia reco
mendación del Profesor Donnelly, hay aigo en ella que a mi
juicio es muy importante, que debe meditarse seriamente y adop
tarse, y es cuáI es el procedimiento que se va a seguir con una
persona que es absuelta de un delito püblico y que ha alegado
insanidad mental y que fue absuelta porque ci jurado determinó
que era un enajenado mental a Ia fecha de Ia comisión del delito
y se le absuelve? Como estamos hoy en Puerto Rico ese mdi
viduo cc va a la calle porque ci tribunal no tiene medics cia
gar con éi o. posteriori después que es absuelto par ci .1 Luao. y
entonces ese ciudadano sale a la calle y es una amenaa poten
cial pam In seguridad de personas. Veo que Ia iecomendaeoii
del Sr. Donnelly dice: “Si tin acusado fuese enonerado a base
cia ima ei;emniadaci o dafecto mental cue Ic enimiere cia reoon—
saa:tlcdad, ci tribunal ordenará que sea recluido en man insttu—
don adecuada para su custoclia, cuidado y tratamiento bajo Ia
custoda del Secretario de Justicia”. Be modo que aun cuando
se continde operando en Puerto Rico, Puerto Rico continc’ie abra
zado a Ia doctrina MeNatten, que es Ia doctrina que establece si
podia distinguir entre el bien y ci mal a Ia fecha de la comisiOn
del delito, y ese ciudadano es absuelto por razón de locora, debe
instrumentarse esta regla, esta norma de que absuelto nsf ci tn
.1
Ii.
84
DiscuslON
bunal tenga discreción, tenga autoridad para ordenar Ia reclusion
de ese ciudadano en una institución para el tratamiento adecuado
porque actualmente el tribunal no tiene esa facultad. En Cali
fornia lo hay, pero es porque en California existe la alegación
especial de inocencia por locura y antes de entrar a investigarse
los hechos delictivos en si, se pasa por la cuestión de si estaba o
no loco, Ia alegación ésta especial de locura, de insanidad men
tal, y se constituye un jurado para resolver exciusivamente ese
hecho. Y si ese jurado dictamina que estaba loco a la fecha de
Ia comisión del delito, el tribunal puede constituir a ese mismo
jurado para que determine si al mornento está todavIa pade
ciendo de sus facultades mentales y constituye un peligro inmi
nente para la comunidad y si ese jurado asI lo determina el ma
gistrado tiene facultad para ordenar su ingreso en una institu
ción mental. Pero en Puerto Rico estamos huérfanos de esa
facultad del juez para determinarlos. Machas gi’acias.
Sr. Juez Pres’idente: Gracias, compaflero Freyre. El Dr.
Juan B. Soto puede hacer uso de cualquiera de los dos micrófonos.
Lie. Juan B. Soto: Sr. Presidente, Sres. Jueces, señores
miembros de la Conferencia:
Yo lamento mucho que no conocIa que se iba a tratar, no sa
bIa que se iba a tratar este tema especlfico esta maflana, y rea1mente debo confesar a ustedes que me presento sin ninguna pre
paración especial para discutir el mismo o aportar alguna idea
en relación con el Informe que el distinguido Secretario de Jus
ticia se ha servido reridir. El tema especIfico me sorprendió
esta mañana cuando, o me sorprendI esta mañana cuando el
Secretario de Justicia me informó que iba a hacer éste de Ia res
ponsabilidad podrIamos decir, criminal, o sea, Ia responsabilidad
del delincuente ante Ia ley. Como se trata de un asunto que no
es extraflo para ml puesto que casi todos los abogados que hay
aqul, que han estudiado leyes en Ia Universidad de Puerto Rico
cuando yo era profesor, probabiemente han visto un librito que
escribi entonces en el cual yo trataba ya ese problerna de ifl Si
cologIa anormal y Ia delincuencia, claro está, todavIa recuerdo
algunas de estas cosas y quiero participar en esta discusión por
entender que se trata de uno de los asuntos más graves a Ia vez
que más importantes con que uede enfrentarse cuaIquier so
ciedad en el mundo civilizado y con que viene enfrentándose de
C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0S MENTALES
85
una manera especial Ia sociedad puertorriquefla desde hace
mucho tiempo, prácticamente siempre.
Ya en el aflo 1930, alrededor de esa fecha, siendo yo senador,
preocupado con esos mismos problemas, recuerdo que presenté
un proyecto de ley cuando el Mariicomio estaha a iunto de ter
minarse, para que se creara un puesto de siquiatra en ci Mani
cornio no meramente para tratar a los pacientes de allI, sine
con destino especial a auxiliar a los tribunales de justicia en el
estudio de Ia responsabilidad criminal de aquellos inclividuos
que eran Ilevados ante ellos para responder de su conducta de
Ectiva. Y quiero felicitar ahora al pals, a pesar de lo atrasados
que estamos en todas estas cosas, porque ya, después de 30 años,
Ia cuestión se está ahora enfrentando directamente. Nada me
nos que en una Conferencia Judicial ante el Tribunal Supremo
de Puerto Rico, lo cual implica para ml no solamente un cambio
de ideas ligero, sin trascendencia, sino un cambio profundo en
nuestra actitud y en nuestra cultura, pues todos sabemos, desde
luego, que estos cambios de cultura, el pensamiento scbre tocJo
en materias de interés püblico, son muy lentos, requieren pro
cesos may dilatados.
Recuerdo que entonces. seflores—y perdónenme que haga
estas manifestaciones—uno de los senadores más distinguidos
que ha tenido Puerto Rico, escritor, hombre juicioso, macluro
en su pensamiento, a quien le pedI que votara el proyecto que
nunca paso, nunca fue aprobado, me contestó lo siguiente: “Don
Juan, eso quiere decir que los criminales van a estar por la
calie sueltos.” No habia comprendido ni pudo él comprender
Ia trascendencia ni el fcndo cientIfico. filosófieo de Ia cuestiOn
y, desde luego, siendo un Intimo amigo mb, no votó el prcyecto.
Huelga decir, desde luego, que no obtuvo Ia mayorla necesaria
para poderse convertir en ley, pero que está el proyecto ahI
en los archivos del Senado.
Dicho esto, que más bien parece
una aIusión personal, que no Ia hago con otro propósito que ci
de demostrar a ustedes, desde luego, el interés que tengo en
estas cuestiones, y que he tenido siempre, voy a entrar ahora a
considerar algunas de las cuestiones de los puntos relacionados
con el Informe del distinguido Secretario de Justicia.
En primer lugar, creo, desde luego, que lo que él propone es
un paso de avance y que el enfoque y la actitud que parece pre
dominar en su pensamiento es una actitud y un enfoque, una de
las actitudes y enfoques de esta cuestión que más se acerca al
espiritu cientlfico de nuestro tiempo al lidiar con problemas de
I,
86
DI5cUsION
esta clase. Para ml el problema de Ia criminalidad nunca, ni
en Puerto Rico ni en los Estados Tjnidos, se ha tratado de una
manera cientifica. Han abunclado en los Estados Unidos los
cientIficos, los siquiatras, y los sicólogos, que lo han conside
rado, desde luego, desde un punto de vista apropiado. pero son
voces aisladas. Los hombres que están al frente de los gobier
nos, aquelios que pueden hacer, no han querido nunca prestar
atencióu especial y dar cuidadosa atención a un problema de
esta naturaleza. No implica esto una crItica para nadie. Este
es un fenómeno natural. Se trata de un criterio, se trata
de que por siglos y siglos hernos venido aplicaudo un criterio
erróneo.
El criterio prevaleciente en nuestro Derecho Penal es el
criterio clásico y antiguo de la responsahilidad del individuo
porque él hace lo que quiere y no hace 10 que no quiere y porque
el querer hacer o no hacer una cosa es algo que depende de él.
Es lo quo los metaflsicos Ilaman “la libertad de indiferencia”,
que él lo mismo pudo haber hecho esto, que haber hecho lo
contra rio. Naturalmente, ése es un grave error que está hoy
desechado por la ciencia, sobre todo por la ciencia misma, pues
ya todos sabernos se ha ido comprendilendo y se ha ido
sostemendo—no hace mucho se escribió un libro que alcanzó una
yenta extraordinaria sobre eso p01 un famoso filósofo y
profesor en los Estados Unidos—que nadie nace criminal.
Aquella teorla de L’Arnbroso, del criminal nato, es un
error, nadie nace criminal, y tampoco nadie nace bueno, como
ro nace malo. Nosotros nacernos y nacemos con umi.
estructui-a especial. Lo que somos depende después, principal
mente, de los factores ambientales. Dc Ia misma manera que lo
mismo podemos hablar espanoi que inglés, que ruso o japonés,
Si ci ambiente en quo nos desarrollamos es espaflol, inglés, ruso
o japonés. Nuestra conclucta seria igual a Ia do cualquier gcuos—
ter, si hubiéramos nacido en una sociedad de gangsters,
donde lo que prevaleciera fuera el espIritu de gangster, es decir,
en que fuera ésa Ia cultura. Porque la cultura es la que hace a
los hombres. Todo hombre es un producto de la cultura en el
sentido antropológico, es decir, de las costumbres, de las
prácticas, de las ideas, de las tradiciones, de las instituciones,
do todo aquello que es capaz de influir en el curso del pensamiento
y que entra como factor en Ia formación del individuo.
(ouiT DL iL’fAPA(DDD MENTALY RLcLUSION DL ENAJENAD0S MENTALES
87
teniamos entonos, mcTaia;icu,
somos enteramente libres. El
nosotros
que
partIa de esta base,
lo contrario. Hoy ya
establecer
a
venido
criterio cientIfico ha
están fundadas en lo
actuaciones
nuestras
sabernos que todas
Es decir, Ia
“cromosomos”.
y
“genes”
que los biologos llanan
cosa que la
una
esto
es
ya
y
investigado
biologIa moderna ha
de oscuela
o
colegio
ailo
de
primer
saben los muchachos de
nos
moderna
hiologia
la
que
digo,
superior. Todos sabemos,
lo
sino
ser,
a
vamos
quo
lo
no
ensetia quo nosotros heredamos,
o
genes,
en
su
tiene
hombre
el
quo podemos ser. Es decir, que
los
llaman
se
que
lo
hay
crornosomos
sea, vamos a dccir en sus
genes, y cada gene es an factor de Ia conducta dcl hombre, es
uno de los f.actores oue ic deterrainan y depende aue él sea un
iadrón, quo hable ssnatiol o inglés. que se conduzca do ésta o de
la otra manei’a. depende principailsimamente del ambiente en
que se desarroilé. do las circunstancias culturales quo influyeron
en la plasmación, en la determinación, en Ia formación de su
espiritu y de 511 conducta. La teoria arjtigua, sobre quo están
basados todos los cddigos penales, casi, hoy dIn, es Ia teoria
coritraria. cue ci hombre es bueno o male, y es bueno porque
quiere, o es malo norque quiere. Y eso no es asl. Vamos a
ver shorn, entonces, qué relación guarda esto con los enunciados
del lntorme del diJinguido Secretario do Justicia.
En primer lugar, yo creo que partiendo do esas premisas,
desde luego, yo debo decir, mi opinion es mucho más radical
que Ia de éì. Yo creo quo ningdn delincuente es delincuente por
que cluiere y que cualquiera de nosotros en un momento dado
hace una cosa main, aquel que lo critica, si se hubiera encontrado
en las mismas circunstancias exactamente quo ci delincuente,
hubiera delinquido de la misma manera. Esto parece rnuy radi
cal, pero de in misma manera que han pasado 30 ai’ios desde que
ye empoc.i a exponel’ ideas de éstas en in Legisiatu’a pars que
ci Gobierno do Puerto Rico erifrente valientemente el problema
y lo plantee en ese niismo sentido, por lo menos acercándose, yo
creo quo iiegarã un dia—que yo no veré, desde luego—y es una
de las cosas que siento. rnorirme, entre oti’as cosas siento mo
rirme, por esas, porque me gustaria ver cómo esas ideas liega
ran un dIn a alcauzal’ pleno triunfo en Ia conciencia do todos los
pueblos civiiizados, porque son ideas quo tienen quo marchar
progresando al unísono con los procesos cuiturales, con los cambios cultui’aies quo han hecho, por ejemplo, en poco tiempo en
Puerto Rico una cosa muy distinta de, vamos a decir, sobre
El
critoro.
aquel criterio que
88
DISCUSION
todo, de Ia Capital de Puerto Rico,
una cosa muy distinta de lo
que era cuando yo llegue a vivir aquI
hace unos cuantos años.
Para ml el Profesor, el informe del
Profesor a que se refirjó
el cornpafiero, sobre si el delito es
que no debe aplicarse Ia teorIa
de si uno sabe, podia distinguir entre
el bien y el mal, si se de
terrnjna que el defecto mental guarda
una relación de causa y
efecto con su actuacjón delictiva, es un
enfoque intermedjo pero
no correcto. Eso quiere decir, por
ejemplo, que una persona
que padece de piromanIa, que es una
mania, como saben ustedes,
de pegar fuego, y es una forma,
desde luego, que se ha recono
cido como una forma patologica en
sicologla anormal y en si
quiatrIa, que debe este sujeto, es un
sujeto que debe ser tratado,
claro está, porque eso es una manIa.
Es corno si ése que hace
eso, si se demuestra que cuando pegó
fuego fue Ia causa deter
minailte de so actuacjón eT hecho de
haber en él un trastorno
emocional o una SicosIs, una enfermedad
mental que no le per
mitla reacejonar correctamente,
entonces es de aplicacjón Ia
teorfa. Si no, no. Eso es on criterjo
muy estrecho. Por lo
menos quizás el Profesor no lo compaite.
Sencillamente se da
cuenta de que estarnos en on estado
de nuestra cultura, de
nuestra evolucjón social que todavja no
permite avances muy
rápidos y que las teorIas a veces parecen
tal vez cosas hasta de
locos a machas personas oue 110 alcanzan
a comprenderlas Pero
ése no es on enfoque correcto.
Yo entienclo que el enfooue debe ser
el siguiente_que no
espero qua usedes lo rayon a adoptar
porque creo que todavIa
no estamos maduros para eso, es
decir, qua todavia encontrarja
mos una oposjcjón tremenda. Yo
entiendo cue ninguna persona
delinque, como dije. porque quiere,
ciue toda COmisjófl delictiva,
todo acto delictivo, es an acto impuesto
a éi por las circunstan_
cias. Cualquiera persona que esté
medianarnenfe enterada del
movimjento sicológico ya preclorninante en
todos los Estados
Unidos y en Europa que se llama “la
sicologia behaviorist” o
sea, aquella que ensefia que las reacciones
y los procesos sico
lógicos son reaccjones que so manifjestai
a] exterior o, en otra
forma, quo nuesta conducta es Ia expresjón
de esas reacciones,
de esos procesos, sabe lo siguiente: toda
persona que haya leido
esto, desde luego, sabe si cree en esta
sicologia, en Ia cual creen
hoy todos los sicólogos del mundo y
sobre todo de los Estados
Unidos, porque es on enfoque cientlfjco
basado en las teorIas
fisiológicas de Pableau, de los reflejos
condicionados_toda per
sona, digo, que conozca esto sabe que Ia
actuacjón de una persona
CoMrrE PE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENADOS MENTALES
89
está determinada por estimulos y que esos estImulos como decIa
Pableau y ésa es la ciencia a la cual tenemos que ir los abogados,
—y siento no haber estado aquI ayer para discutir algo sobre de
eso en relación con Ia enseñanza del abogado, porque yo también
creo que el abogado debe estar versado en estos principios para
poder enfocar debidamente los problemas con que tiene que
lidiar en ci cuiso de su vida—toda persona, digo, quo entienda
algo de esto sabe, desde luego, que las reacciones se condicionan.
Todo el mundo sabe quo ol Profesor Pableau, el ruso, Ilegó a
producir neurastenia en los perros y tuvo después que rnandarlos
a las mentaflas para curarlos. Eso es uria cosa que está perfec
tamente al aicance de todos. Esos principios cientificos, desde
luego, nos ensenan a nosotros que toda actuación es determinada
por aiguna circunstancia que puede pasar inadvertida y quo
pasa muchas veces inadvetida porque forma parte de todo un
sistema de ideas, do on proceso dilatado cultural que incluye las
instituciones, como dije antes, además de la filosofia, Ia religion,
el ambiente, los amigoc, Ia iglesia, los contactos sociales con que
hayamos estado, nos hayamos puesto, es decir, los contactos
sociales que hayamos tenido en nuestra vida.
Ray una cosa quo pociria objetársemo en seguida, “j,de modo
que usted cree que nadie es responsable”? Yo quiero decir,
para si es que esto puede ayudar a enfocar a orientar el pensa
miento cuando Ilegue Ia hora de legislar y hacer algo práctico
n rolación con el problerna quo embarga nuostra atención en
este instante. yo quiero decir quo no. que lo que pasa es que
tonemos un concepto faiso de la responsabilidad. Nosotros
tenemos el concopto de Ia responsabilidad quo quiere decir que
todos respondomos de nuestras actuaciones. Eso es lo que quiere
decir rosponsabilidad en ol sontido ético, ,verdad? Todos tone
mos quo responder a alguien do nuestra conducta. Porfecta
monte, pero si nosotros establocemos el criterio de quo todo
delito os causado por una dotorn’iinación que en aquel momento
quienquiera cue fuose ol dolincuonte no pudo hacer otra cosa,
por oso no estamos ochando a un lado la responsabilidad. Por
que la irnportancia del concepto do la rosponsabilidad dolictiva
doscansa en la protocción do Ia sociedad. La sociedad no nos
importarla. A ninguna persona intoligonte le importarIa mucho
qué es lo quo quiore docir responsabilidad si esa persona estu
viera convencida do quo eso concepto no tiene aplicación. Lo
quo so ontienda por responsabilidad no tiene aplicaciOn y no tieiie
trascendencia para Ia vida. Poro ése no os el caso. Cuando
90
CoI’TITE BE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION BE ENAJENAD0s
nosotros cogemos un loco, a que se referla Ia
segunda parte del
Informe, y lo mandamos, lo recluimos, qué
es lo que hace ese
loco?
Que es lo que es un loco? Pues, lo que aquI Ilamamos
loco. será un sicópata, o un neurótjco, un
neuropátjco, etc. (hay
Ia mar de términos técnicos que más o
menos vienen a significar
Ia misma cosa con leves diferencias) lo
mandamos al manicomjo
o Jo recluimos, por qué? Porque nos
perjudica, porque perju
dica a la sociedad y Ia sociedad quiere curarlo
y salvarse de él.
Pues Non, a nadie se le ocurre decir que
un loco que mató 0
asesjnó en la calle ahora es Ufl criminaL Ni
a nadie se le ocurre
invocar en seguida el concepto de Ia
responsabjljdad Lo ñnico
quo tenemos quo Nicer es cambiar ese
concepto y pensar que Jo
mismo se obtiene si nosotros estimamos que todo
delincuente es
una persona que por su educación, por una
diversjdad inmensa
de factores bajo las mismas circunstancias
o sea, como dirIa
un biólogo, o tin sicólogo, ante los mismos
estIrriulos y situaciones
volverla a hacer lo mismo. Entonces, .qué
hay quo hacer con
ése que Ilamamos delincuente? Por qué
]o Ilamarnos delin
cuente? Para qué lo liamamos delincuente?
,Es necesarjo
decir quo es responsable como dice Ia ley
ahora, para pocler
proteger a Ia socieclad? No, lo ünico que
tenclrIamos que hacer
es quo ese individuo se coloque, como
se coloca al liamado loco
furioso en un sitio aparte, se aisle y se trate
para ver Si se
puecje reducar, si se puede devolver después
a Ia socieclad un
hombre sano. capaz de conducirse, de
convivir sin los peligros
que de otra manera entraña su conducta.
El prohiema para ml es sencillo, tal vez
será dehido a mi
incompetencia, pero siempre lo he visto como
una cosa sencilla,
quo solamene requiere un poco do
pensamiento critico, de
medtacjón aIrededo
, do meditacjón ilustrada con un
1
poco de
conoejrnjeito bâaicn. descie luego, de sicologIa,
siquiatrja, bio
logIa y estas cencias que tienon quo
ver con estos asuntos,
siempre lo he visto como una cuostiOn
sencjllisjma
“Que
Fulano do Tal mató. Pues es un
asesino y hay quo despre
ciarlo” y todos nos rebolamos. Todavla hay
quien invoca la
teoria aquella do Ia vindjcta pOblica,
tooria desechada.
desde
luego, ya en lea altos centt’os de civilizacjón
La vindicta, hay
que reivindjcar, hay quo vindicar a Ia
sociedad contra esta
mancha, contra oste grave mal que le ha
hecho un individuo.
Por qué? Si esa persona quo escribe asI
hubiera estado en Ia
misma situación, so huhiera criado en ci
mismo ambiente, hu
biera tenido más o menos las mismas
lecturas, hubiera tenido
ft
*
MENTALEs
91
la misma religion, los ruismos padres, Ia misma situacjón que
aquél tuvo, ,podria decirse que ése quo escribe de esa manera
no hubiera actuado como éi? Pues si actuó asi, qué es lo que
se hace, qué es lo que se harla con ese individuo si por casua
lidad su grado de deterioro mental, sus reacciones siquicas fue
ran de tal naturaleza que lo hubieran lievado a cometer el mis
mo acto? ,Qué harIamos con él? Pues, todos nos compade
ceriamos. “El pobre hombre, mató a otro”. Entonces nos
compadecemos de los dos, y este individuo es conducido al hos
pital adoncle los medicos, es tratado, y desde luego, nadie
piensa que es un criminal. Pero la sociedad se ha protegido.
De modo quo lo que pasa con ci Derecho Penal en este sell
tido es eso, que todavIa estamos nosotros elaborando conclusiones
o deduciendo conclusiones de conceptos arcaicos, conceptos me
dievales, el concepto aquel de Ia libertad dc indiferencia, del
libre albedrio, y do otras cosas que no existen en realidad per
que cada momento de la vida, aun en nuestra propia conducta,
observamos quo no se realizan, porque nosotros mismos pro
hablernente, por lo menos ye, muchas veces he hecho alguna
cosa, me he sentido movido a hacer alguna cosa y la he hecho, y
despuCs he pensado, “Caramba, no he debido hacerlo.” 2,Por
qué no he debido hacerlo? Y hasta he tenido que ir a dar una
excusa a un amigo a quien he creido que no he tratado con la
debida deferencia y con la debida consideración que merece.
El concopto metafisico debe distinguirse, señores, en el enfoque
de esta cuestiOn. No habiá Derecho Penal cientlfico a mi juicio
nunca, si flO se abandona el concepto rnetafisico y se aplica el
concepto cientifico do Ia coaducta hurnana. Y ci concepto me
tafisico, cNro, es un concepto iOgico, un concepto distino que
se basa, no en Ia exneriencia do cada uno, ni en ci conocimiento
personal do ios demás, sine en cosas, nociones. quo muchas ye
ces so han transmitido a través eTc los siglos y quo, desde luego,
ahora so dan de cachetes con estos nuevos movimientos do Ia
ciencia poitiva quo so Va tornanclo hacia ci hombre, lo va cono
ciendo y va determinaudo cOmo es que ci hombre se produce en
cada memento do su vida y per qué se produce asI.
Ye pido perddn per haber dicho tantas cosas, pero come no
tengo, casi nunca tengo opertumidad, porque todo el mundo se
olvida do mi, estoy vieje ya y, desde luego, los vi.ejos tenemos
ese privilegio do que so olviden do nosotros y nos dejen quietos
y a veces tenemos nosotros ciue adoptar la actitud intrépida de
presontarnos alil donde no nos han Ilamado, pues, allI estamos,
l
92
DTscusION
porque algunos, como yo, no pueden vivir sin esas ideas, ela
borando esas cosas toda la vida y después, desde luego, hay
algo quo quiere en ml, que pide, que reclama, que impone, que
yo las diga por si acaso pueden ayuclar a las generaciones fu
turas, porque creo, como due arites, que estas ideas no se rca
iizarán par ahora, porque la sociedad, ni aqul ni en los Estados
Uniclo:.
porqne yo quiero deciries a ustedes que allá es Ia
misma cosa, allá. cuando se adoptó lo que hoy ya tenemos aqul,
ci sistema de la libertad bajo palabra. hobo jueces que se ne
garon a cumplir la iey. Yo he ieIclo eso desde hace mucho
tiempo. porque hace muchos ailos quo vengo suserito a las re
vistas americanas. desde hace mets do 30 aflos. revistas ame
ricanas que tratan de estos problemas y yo he leIdo esas en
ticas. Entonces, ann los jueces en aquella época so oponlan
con tal tenacidad que se negaron a cumplir la ley porque crelan
que eso era una cosa horrible. Hoy dia, eso ha cambiado, na
turalmente, y la actitud allá es muy distinta. Pero no es todo
lo liberal y todo 10 franca y todo lo cientIfica que debiera serb,
porque no ha podido serb, naturalmente, coma digo a ustedes,
porque los cambios profundos de pensamiento y de actituci men
tal del hombre, están influidos par una serie de tradiciones car
gadas de emoción, no cambian sencillamente, toman mucho
tiempo, mucha meditación, mucho esfuerzo, y hasta mucha lu
cha con nuestra propia conciencia. Es decir, con la conciencia
que también es un producto cultural que nos formaron nuestros
antepasados. Muchas gracias.
.
.
.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, Dr. Soto. Estoy Se
guro de que la Conferencja está muy satisfecha de haberle oldo
a usted en su ilustrado e interesante comentario, y Ia Conferen
cia, coma continuará en próximas sesiones plenarias, le pide
que participe en Ia discusión do aquellop temas que le interesen.
Muchas gracias, Dr. Soto. El Secretario de Justicia deseaba...
Hon. Hiram R. Cancio: Solamente deseo hacer dos breves
comentarjos. Uno, a las palabras de nuestro quenido Profesor
don Juan B. Soto. Aun cuando estas teorlas tan modernas que
nos expresa el Dr. Soto son interesantisimas, el Comité
no llegó
a esos extremos par considerar, como dice ci propio don
Juan,
quo nuestra sociedad no está preparada para ellas. No está
preparada no solamente en cuanto a poder aceptarlas 0 110 acep
tarlas, sino que no está preparada en cuanto a poder dar el
C0MITE
DE
INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENADOs MENmLES
93
tratarniento adecuado una vez que se descubra que todas las
personas quo cometen delitos son enfermos, de suerte que ate
niéndoso a la realidad presente nuestro Comité ha hecho esta
recomendación que es mucho más liberal que Ia actual, pero
que no liega a los extremos radicales de la de don Juan.
Y en cuanto al comentario del Juez Freyre, deseo señalar
quo ofectivamonte ci Comité también pensó en qué deberIa ha
cerse con una persona acusada que es absuelta, por considerarse
que está demente, y no hizo recomendación alguna a este ies
pecto par varias razones: la primera es que el año pasado hizo
una rocomendación. La segunda es que en las Reglas de Pro
cedimiento Criminal para el Tribunal General de Justicia, que
aprobó este Honorable Tribunal y que sometió a la Legislatura
en enero pasado, se cubre la situación por la Regla 241: Acu
sado a.bsueito par iocura Procedirnieito pam juzgar capacidañ
Freyre,
mental, en una forma similar a la que
293
ArtIculo
en
el
igente,
y además que actualmente, en la by
823
sección
es
la
que
del Código do Enjuiciamiento Criminal,
cubre
34,
se
TItubo
de las Leyes d Puerto Rico Anotadas, del
tarnhién Ia situación aunque en forma somera, cuancbo se dice
“Si el jurado pronunciare un veredicto absolutorio fundado en
la demencia del acusado, podrá ci tribunal ordenar Ia forma
ción do un jurado do entre los que constituyen la lista de jurados
con objeto de averiguar Si ci acusado continua demente”. Luogo
tiene otras oraciones que omito, y termina diciendo “Si ci jurado
juzgaro estar loco ci acusado, so le onviará a un asilo, pero Si
lo conceptuase en su cabal juicio, so le pondrâ en libertad”.
Esto es 01 ültimo comentanio quo tengo que hacer, y muchas
graciaS.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, señor Secretario de
Justicia.
,
Aigñn otro compafloro en ol poco tiempo que nos res
ta do la mañana desea hacor alguna observación o comentario?
El Juez Acosta.
Sr. Juez José Benito Acosta: Sr. Presidente, Sres. Jueces
Asociados, compafieros de la Conferencia Judicial:
Coincido con los fundamentos expuostos par ci Hon. Secre
tanio do Justicia en ci aspecto sustantivo y también en las re
comendacionos quo hace en cuanto al procedimionto para re
cluir los onajenados montabos que tienen problemas con Ia
justicia. Como juez do distnito he tenido algunas experiencias
y considero quo coma so ha dicho aqui ci problema quo so plan-
I
94
DIscuslON
tea es sumamente grave por las iflCoflveniencias Coil Clue se ‘eon
fronta nuostro Gohierno y por las inconveniencias con que no
confrontarnos los propios jueces quo en nuestras respectivas
Salas tenemos quo afrontar probiemas de locos o enfrrrnos rcaen
tales, mejor dicho.
Bajo Ia prosunei6n de coiclura nos hemos vjsto obligsdos a
ignorar ci procenn11ei!to establecido sobre locura lieligrosa en
i1uesti’o cOdiso v usar Loceci1rn1entos rnds apido, poraue
estarnos conscient es——v creo quc cuanclo digo esto interpseso ci
sentir do los cornpaferos tueccs do Dislrito—de quo ci probe
climiento esCai.ilecIdo sobre locura peligrosa resuita actualineute
obsoleto e jmpracticabie poicue recluiere Ia presencia do liscales
en Sala, cosa quo
icinas quo ci flOS atuviéramos estrictamente
a ccc prucedirnieptu vIejo y arcaico establecido, redundaria tarn
en un prohierna para ci Tribunal Superior que
tarnbién cahen
tame escasez de fiscalee. Es cigniticativo
ci hecho de quo tengamoo qu ectar muchas veces
utilizando las
ctrceIes corno una proiongaciófi del
hospital (10 3iquiatria. En
tiendo que ha habido falta de orientación en cuarito a
la cornu
nidad porque con frecueneja cc presentan ciudadanoc ante
no
sotros simplemente a informarnos quo en tai o cual sitio hay
una persona que está padeciendo de sus facultades mentales
y
que eilos piensan que constituye una amenaza para Ia
seguridad
do Ia coinunidaci. Ante esa situación todos sabemos
que ci pro
blerna no es para plantedrselo a un magistrado y ci
a un me
dico. Entendernos que no ha hahido la debida coorclinacidn
n
tre ci Departarnento do Saiud y ci Tribunal General
de Tusticia
en ese aspecto. fiche orientarse a la cornunidad de manera
quo
cuando una persona quo no ha cometido ningün clelito
pero quo
está obsorvanclo ya una conclucta quo pudiéramos decir
violenta,
que en aiguna forrna pueda constituir una amenaza
para la so
cieclad, que debe acudii’ per ejemplo a una unidad
de salud pü
blica a hacer ci planteamiento y quo esa uniciad de saiud
pdblica
debe estar debidarnente preparada para atender ccc caso
y no
esperar quo esta persona cometa un delito para entonces
lie
varlo ante nosotros y como una medida preventiva
tenor quo
ordenar su ingreso en la cared acusándosele de cualquier
delito,
bien sea acometjrnjeiyto o alterar Ia paz. Y sabemos
también
por experiencia quo muchos famihares una vez quo
gestionan
y Consiguen quo un juez encarcele a an pariente on
una cared
luego se olvidan de éi porque creen haber rosuelto ci
prohiema.
C0IVIITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y REcLusION DE ENAJENAD0S MENTALES
Es
95
pensar que teniendo una Concttu—
Ia que tiene ei Estado Libre Acociado de Puerto Rico.
que en su Carta do Derechos comienza dcienclo que Ia dignidad
del ser humano es inviolable. tengamos entonces a los en
fermoc mdntales recluidos en las cu’celes cuando debioran estar
en an ho pital die siquiatria o en alguna ictitución adocuada.
Sabernos iarnbién que espoeiblo que ci ‘c hiciera una. inveeti—
gación adecuada eor ci Departarnent: do Salud en el Hospital
de Siquiat’ia encontrarIarnos que allI hay muchos locus enyos
casos con, podriarnos decir, de naturaleza crónica y quo estin
en an estado que quizás ci se les pone on la calie no constituycil
peligro pam In socieclad porque no reilejan actitud do pciigro
sidad alguna. Miontras esos paciontes estân per machoe afios
en ci Hospital do SiquiatrIa ocupando ci citio, nos toparnos con
casos do sicosis aguda corno Ic unman lo medicos, do perconas
quo tai TdZ si reciben ci tmatarniento adecuado en dl niomento
nocesario ijodIan ser rehabilitados y curados. Entoncos tenemos
realmente paradOjico
ción come
oi caso de que
Cs
posibie
quo haya
muchos de estos casos en el
Manicomio a Hospital de Siquiatria quo están quitándole ci do
recho 0 la oportunidad a estas porsonas de ser atondidas. Creo
quo dobe plantearse ci probiema con toda urgoncia al Dopar
tamento do Salud y ver de qué manera se establoce la necesaria
prolongación.
Vuelvo a repetir que ei procedimiento do locura peligrosa
en nuostros Códigos es arcaico, obsoleto e impracticable on las
actuaies circunstancias debido a nuostra ostructura misma en
la administración do la justicia y dobido tamhién a Ia falta
de facilidados. Por ejemplo, todavIa se habia en oste proco
dimiento a quo he hocho reforencia de hospitalillos municipales
para encarcelar a los locos. Entiendo que esos hospitalillos so
rIan mejor quo las cárceios, poro j,qué sucede? Quo aigunos
municipios do Ia Isla quo tienon recursos suficiontes y han to
nido Ia disposición de hacorio, se han topado con quo las byes
y reglamentos do Pianificación y también las normas ostable—
cidas por el Departamonto do Salud, les impiden hacer osos
hospitalillos porque les oxigen ciertos requisitos también que
sorIan impracticables, los oxigen quo ose hospitaliilo tenga un
siquiatra, coca quo sabemos que es imposiblo por Ia escasoz do
oste tipo do profesional do que padecemos y finalmente quiero
terminar estas breves observaciones pidiendo que se debe tomar
on cuenta osta situación y afrontar ci prohiema con toda ur
goncia. Muchas gracias.
PONENcIA
C0MITE DE REF0RMAs AL SIsTEMA JuDIcIAL
Sr. Jue Presidente: Muchas gracias, Juez Acosta. Siendo
las 12 del mediodIa y no habiendo expresado ningñn otro corn
paflero su interés en hablar, levantamos Ia sesión para conti
nuarla a las 2 de la tarde en punto.
Ia matoria, pero si que permitiese a aquellos compañeros quo
quisiesen expresarse por escrito, añadiendo puntos de vista
y sugestionos al anteproyecto nuestro que asI pudiesen
hacerlo. Es nuestro interés, si asI el Tribunal lo solicita, proce
der más tarcie a radicar nuestro informe final y el borrador
final de Reglamento para consideraciOn del Hon. Tribunal Su
promo.
En el curso de este proyecto nos encontramos con una
serie de temas. los cuales quisiera reseflar rápidamente ante
ustedes.
El primer nroblema y uno de los probiernas principales con
quo se enfrentaria Ia redacción del Reglamento es Ia naturaleza
de las salas.
Van a ser estas salas unos organismos fijos.
permanentes o va a haber laxitud en su fozana de organ zarse,
su CornposiciOn, etc.? Generalmente en los paIses de derecho
civil, Espafla, Francia, la mayorIa de los paIses en Latinoarné
rica, se ha seguido eI sistema de salas permanentes, donde, por
ejemplo, so divide el tribunal de dltima instancia, digamos, en
una o rnás salas de io civil. en una o más salas de lo criminal,
salas de lo contencioso administrativo, y a veces salas do lo oeial.
Nosotros consideramos quo en el caso de Puerto Rico quizás sea
preferible el sistema de salas no permanentes, siguiendo más bien
los precedentes de las Cortes de Apelaciones de Circuito y si
guiendo eI precedente también especIficamente de la Corte dc
Apelacionos do Inglaterra. AhI so pormite en estos sitios una
gran laxitud en cuanto al tipo de asuntos que so puedan referir.
Puedo utilizarso asI el instrumento do Ia division en salas en
forma que so ajusto a las necesidades especificas do una situa
cion dentro de un sistema dado de administración judicial. A
nuestro entender nos parece quo en vista de Ia congestion do los
calendarios y en vista do las motivaciones básicas quo han lie-.
vado a cabo, han motivado Ia aprobación do Ia enmienda cons
titucional, debiese seguirso un sistema do salas no permanen
tes.
En Estados Unidos ol ñnico estado quo siguo el sistema
de salas permanentes es Misuri. En todas las otras jurisdic
ciones donde existe el sistema do divisiones en salas no so utiliza
la sala permanente o fija.
Un segundo orden de problema es aquel relativo al nümero
de salas. En nuestro caso tarnbién entendemos que no se debe
precisar por reglamento el nümoro do salas. Una de las razo
nes serIa que no sabemos cuál serIa la composición final del
Tribunal Suprerno, no sabornos si el Tribunal Supremo decidirá
solicitar un aurnento en el nümero de magistrados, quo si
06
(Sesión de la tarde)
C0MITE DR REF0RMAS AL SIsTEMA JUDICIAL
Sr. Juez Presidente: Continda Ia sesión de trabajo de
la Conferencia. Antes de proceder a oir la ponencia sobre el
Informe del Comité de Reformas al Sistema Judicial, deseo
indicar a los Iniembros de la Conferencia que tenemos en la
Agenda los informes dp tres comités y además deseo recordarles
que el acto social quo el Tribunal ofrece en honor a los miembros
de la Conferencia se celebrará esta noche en ci Salon y en los
jardines San Gerónimo del Hotel Caribe Hilton. El aeto es
informal e incluye a las esposas. Procederernos ahora a oir al
cornpañero TrIas Monge en Ia ponencia de su Comité. Compa
nero Trias Monge. Los miembros del Cornité pueden oeupar Ia
mesa destinada a los comités.
Lie. José A. Trios Monge: Sr.
Juez Presidento, Sros. Jueces
Asociados, Sr. Presidente del Cornité Directivo de la Conferen
cia, compañeros de Comité, miembros e invitados de la Confe
rencia:
Aprobada la reciente enmienda constitucional que permite
la division en salas del Tribunal Supromo y el funcionamiento
por mayorIa, no solamente del pleno sino también de las salas,
de la emisión de decisiones, se hace necesaria Ia aprobación de
un reglamento que instrurnento esta disposición constitucionaL
A petición del Hon. Tribunal Supromo el Comité de Reformag
al Sistema Judicial ha sometido un borrador de este proyecto
ante Ia consideración de esta Conferoncia. El anteproyecto es
de naturaleza tentativa y preliminar y es nuestro interés prin
cipal al someterlo el que sirva más bien do temario para encauzar
Ia discusión, bien sea Ia discusión oral que pueda seguir a esta
ponencia inicial, o solicitarIamos tarnbién del Tribunal Supremo
Si pudiese permitir un perIodo que necesariamente tendrIa que
ser corto, de dIas, ciertamente, en vista de la urgencia de
97
98
P0NEN CIA
se aumentarIa, digamos, a nueve, pues, perrnitirIa tres salas
de tres dentro del requisito constitucional. Actualmente, pues,
podrian constituirse 2. Pero nos parece preferible el permitir
un sistema lo más flexible posible en cuanto de esta manera no
necesariamente habrIa que funcionar las salas en forma simul
tánea, sino que bien puede entenderse en un momento dado que
serIa preferible que una sala funcionase primero, mientras los
otros magistrados pueden estar resolviendo asuntos pendientes,
o ambas pueden funcionar a Ia vez, segiin las necesidades del
servicio asI lo exigen, y estamos recomendando, por lo tanto,
flexibilidad en cuanto a este segundo asunto también.
Otra tercera zona de problemas que es una de las más im
portantes es la relativa a la organización y composición de las
salas. ,Cómo se organizan? ,Cuáles jueces van a servir en
ellas? ,Quién determina el juez o los jueces que van a corn
ioner estas salas? Nosotros en el Comité consideramos una
serie de alternativas basadas en los distintos precedentes a
nuestra mano. Una de las alternativas que consideramos—de
hecho redactamos un borrador do proyecto a base de esta alter
nativa, que luego no contó con la rnayoria del Comité y luego
nos convencirnos odos y ci proyecto actual es por unanimidad
del Comité—la alternativa aue considerarnos y oue ilegamos a
redactar fue Ia relativa a Ia creación do una sala de gobierno.
Una sala de gobierno que fuese la encargada de asignar los
jueces. SerIa la sala de gobierno Ia que harIa la decision de cuá
los jueces comporidrIan cuáles salas. OrganizarIa tamhién las s-a
Iss en cuanto al término de duraciOn do las salas. También fij aria
el término de servicio dc los jueces en las salas. Hahiamos
pensado—y ci precedente obvio que todos recordarán es ci de
Espafla—habIamos pensado cii cuanto a una sala de tres jueces
quizás, el Juez Presidente y dos Jueces Asociados que podrIan
designarse por reglarnento, tales digamos como el juez con más
aflos de servicio o los dos jueces con más aflos de servicie o el
juez de más antiguedad en el servicio y el juez de nombramiento
rnás reciente. Varias alternativas eran posibles. La otra alterna
tiva reconocida en los precedentes de organización de salas es,
del otro lado, Ia que Ic reconoce esa facultad al Juez Presidente y
tenemos como precedentes en ese campo los estados, entre otros,
de Alabama, California, Colorado, Georgia, Oregon, Washing
ton, y otros. Nos pareciO ciertamente, aparte de las razones
constitucionales que son de grave peso, ya que nuestra Cons ci
tución especificamente encornienda al Juez Presidente Ia admi
CoIIT
DI
RFoRI1As
AL
SIsTEMA JuDIcI
99
nistracion de la justicia y de los tribunales en Puerto Rico,
aparte de las consideraciones constitucionales que nos parecia
mejor un sistema de responsabilidad centralizada en ci Juez
Presidente y también un sistema que liberase a otros magistra
dos para continuar en ci trabajo de las salas, nos pareciO que la
estructuración de la sala de gobierno quizás podrIa tender a
gravar a muchos miembros dcl Tribunal con trabajo, y que
podria debilitarse ci impacto posible a esta enmienda constitu
cional en nuestro sistema.
En cuanto a la duración de las salas, del otro lado, hemos
recomendado que al fijarlas ci Juez Presidente ci reglamento le
dana Ia rnás plena laxitud—corno creemos que debe ser. Debe
ser también flexible ci término pero nos parece dentro de los
precedentes estudiados, que no debe ser muy largo, precisa
mente para evitar ci problema de Ia permanencia de las salas
también. 0 sea, consideramos que en vez de salas especializa
das quizás sea preferible jueces como al presente que tienen Ia
oportunidad de enfrentarse y enfocar todos los diversos, Ia rica
variedad de problemas, todos los diversos problemas que se
presentan ante ci Tribunal Supremo. La duración de las salas,
por lo tanto, lo mâs flexible posible y su nürnero. En este caso
también ci precedente rnás conocido es ci de Ia Corte de Apela
ciones do Inglaterra. La Corte de Apelaciones se compone,
corno ustedes recuerdan, de nueve jueces, pero en vez de toner
tres salas funcionando continuarncntc, pues, tienen Onicamente
dos o a veccs una, o a veces las tres, pero con gran flexibilidad
y nombradas en esta manera que les he indicado.
En cuanto al término do servicio tarnbién por las razoncs
indicadas, nos parece quc se debe tambin rotar en lo posible
y con la mayor frecuencia posibic a los miembros do estas salas.
En ci caso de Florida, por ejemplo, cada dos aflos cambia Ia
composiciOn do las salas. El caso do Georgia es anual y ci caso
de Oregon, es muy unteresante, en cuanto a que cambia frecuen
temcnte pero sin un término fijo, scgdn las nccesidades dci
servicio asI lo cxii an.
Una cuarta zona de probiemas es Ia relativa entonces a Ia
distribución del trabajo. Organizadas las salas, cdmo es que
se distribuye ci trabajo?
Qué casos van a qué salas?
Qué
principios se sigucn para distribuir ei trabajo? Nos parece
nucvarnente quo debe ser ci Juez Presidente ci que asigne no
solamcnte como asigna ya los jucces, como ya hemos discutido,
sino también los casos a las distintas salas, siguiendo los prece
100
PONENCJA
C0MI’rE DE REFoRr’1As AL SIsTEMA JuDIcIAi
dentes también de California y de Washington. En
esta ma
nera yo creo que se puede, el Comité entiende que
se podria
distribuir ci trabajo con más atención a las necesidades
especI
ficas del momento y no siguiendo un sistema automático,
mc
cánico. de distribución. En Florida, en cambio, una
altei’nativa
que habIamos discutido y que por las razones ya mencionadas,
pues, hahIamos descartado preliminarmente, el sistema
es auto
mático. Simplemente allI hay dos salas. Los casos se
asignan,
los pares a una sala y los nones a otra sala, y eso es
todo. Con
sideramos quizás preferible no dejarlo al azar y una sala
puede
estar recargada en un momento dado y nos parece
que debe
haber flexibilidad. El orden de casos puede agolparse,
cierta
naturaleza, asuntos inicialmente que pueden scm de más impor
tancia, que exijan más estudio que otros, el azar no
necesaria
mente, me parece a rní, podrIa permitir una distribución
lo
suficientemente equitativa y eficiente.
Otra serie de problemas que estudió ci Comité es la relativa
al gobiemno intemno de las salas. En cuanto al gobierno
interno
de las salas estamos recomendando a ustedes y al
Tribunal,
del pleno. Bueno, tanto sobre este aspecto de las mociones de
reconsidcración como sobre ci probiema de distribución dcl tra
bajo dcl pleno que plantea, consideramos que ci Juez Presidente
debe distribuir ci trabajo inicialmente entre ci pieno y las
salas, segün distribuye entre las salas. Ahora bien, que puede
considerarse otra serie de regias aiternativas, Si 110 para el mo
mento inmediato para un futuro. Una de las posibilidades i
presenta uno de los circuitos, por ejemplo, ci Tercer Circuito
donde se circula una opinion de una sala, antes de emitirse, y—
ci Tercer Circuito se compone de siete jueces, y Ia sala de tres
—los otros cuatro que no participaron en Ia decision tienen 1t
oportunidad de expresarse sobre si debe o no ir al pleno ci pro
blema. 0 sea, lo que tienen que decidir no es si ci caso está
bien o mal decidido, sino si debe o no ir al pieno. Consideramos
ese sistema y otros pero nos parcció en cuanto a ciio de nuevo
en vista de Ia cmergcncia con que se enfrcnta nuestra profesión,
nuestra comunidad, nuestro Tribunal en este momento, quc no
serIa aconsejable, quedando, naturalmente en libertad ci regia
rncnto en cualquicr morncnto para scr susceptible de enmiendas.
Otros problemas, para terminar, considerados, pues, fueron
la aplicabilidad de otras regias, de regiamentos, si era nccesario
haccr ajustes a elias en cuanto a Ia decision en salas. El
problema finaimente del carácter de estas reglas. A nuestro
juicio nos parece que debe hacerse con toda ciaridad, expresarse
con toda claridad, quc estas reglas no sentarIan principios de
carácter constitucional o normativos, para evitar lo quc ha
ocurrido en tantas otras jurisdicciones donde se ha pianteado
ese problema de si una sala decidió ci caso que le debIa tocar
o no o silo decidió dcntro dci término que se le habIa fijado 0
no, pues, que no haya probicma posibie de competencia o juris
dicción y éste cicrtamentc es ci espIritu dc nuestro sistema
judicial unificado de todos modos.
Para terminar quiero expresar que Ia fiiosofIa general que
nos parece que debe animar este reglamento, segün habrá sido
obvio de lo dicho hasta ahora, es una que haga de csta en
mienda constitucional recientemente aprobada que fue como
sabemos, piles, un acto cxtremadamente importante para este
Comité tomar y un paso de emergencia, ci que haga cstas re
glas, esta enmienda constitucionai lo más efectivas posibles com
patibles siempre, por supuesto, con ia buena impartición de Ia
justicia.
primero en cuanto a presidencia, naturalmente
que presida ci
juez de más antiguedad en cada sala y entonces
establezca reglas
de gobierno interno. A menos que ci Juez Presidente
por su
puesto actüe en una de las salas en cuyo caso, pues, él presidirá.
Recomendamos también— y éste es UflO de los puntos más
delicados de esa reglamentacjon_rccornend
05 la actuación
por mayorIa de las salas. Estuvimos hablando largamente
ci
Comité de la posibilidad de acción unánime, pero recordamos
las vistas ante Ia Asamblea Legislativa, recordamos que esta
alternatjva fue objeto de consideración especIfica por Ia Asarn
blea Legislativa; no fue adoptada, y nos parece que para hacer
verdaderamente eficiente ci sistema necesariamente, pues,
habrIa
que actuar por mayorIa de las salas y quc ése de hecho es
el
espIritu de Ia enmienda constitucional.
También ci problema de las mociones de reconsideración
presenta otros aspectos importantes a determinar. Cómo se
manejan; quién considera las mociones de reconsideración. En
algunos casos, en algunos estados, se dispone, por ejemplo, en
TenesI, que ci pleno se reune exciusivamente para fines de con
siderar mociones de reconsideración. En otros casos se espe
cifica que de existir ya—esto no es reconsideracjón, pero conec
tada con la reconsideracjón— de existir una disidcncja en una
sala, pues, que automáticamcnte pase ci caso a Ia consideracjón
101
I
102
P0NENcIA
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compafierc Trias
Monge. Se abre a discusión el Informe. Como indiqué anterior
mente, sobre todo en vista de Ia indicación dcl Presidente del Co
mite, de que éste está presto a considerar cualesquiera otras
sugetiones que puedan haceise en ci clIa de hoy para i’eunir
se nuevamente el Comité y tomarias en consideracjón y aun
quizás oir a cualesquiera de los miembroo que desearen corn
parecer ante el Comité para deponer o radicar algdn informe
complementario, vamos a abrir por un término que tiene que ser
necesariamente breve, la discusión del Informe. j,Alguno de
los miembros desea expresar algdn criterio, aigunos puntos de
vista, con reiación a esta materia?
Pues so da por sometido el
Informe, sin perjuicio de cuaiquier actuación ulterior de parte
del Comité en cuanto a si desea hacer alguna ampliación u
ohservación adicional.
Pasarernos a oir Ia ponencia sohie el inforrne del Comité
de Relaciones de Familia. El companero Juez Barceló. Los
miembros del Comité pueden ocupar la mesa dest.inada a los co
mites.
C0MITE
SoBER RELAcIONEs DE FAMILIA
Sr. Juez Antonio R. Barceló, Jr.: Por resolución de 28 de
noviembre del aflo en curso, el Hon. Tribunal Supremo dividió el
antiguo Comité sobre Relaciones de Familia y Delincuencia Ju
venil en dos comités: uno sobre Relaciones de Familia y otro
sobre Asuntos de Menores. Esto respondió a una recomenda
ción o solicitud del extinto Comité formulada en marzo 5 de
1959. La dnica discrepancia entre Ia recomendación hecha a ese
fin y lo adoptado por el Hon. Tribunal Supremo consiste en que
Ia segunda parte del antiguo Comité perdió su nombre para Ha—
marse “sobre Asuntos de Menores”. Pero creemos que implica
la misma connotación anterior, aunque creemos que este cambio
no obedece a propósito do pasar a este segundo nuevo comité
aquellos asuntos de menores que pertenecen a la esfera de Rela
ciones de Familia. Consideramos que Ia cuestión amerita ser
debidamente clarificada si fuera necesario; no me parece a ml
eso.
Nadie ignora en Puerto Rico y aqul usamos en forma con
creta una frase que en términos generales utilizó ci Hon. Go
bernador al dirigirse a la Primera Sesión Plenaria do Ia Con
ferencia Judicial, para urgirnos a afrontar en Ia agenda dot
COMITE SOBRE RELAcI0NES DR FAMILIA
1(3
Ia revision de nuestro derecho sustantivo——Memoria, pagina 7—que Ia vigente Ley de Divorcio ha perdido gran parte
de su correspondencia con Ia realidad. Prevalece asI una situa
ción altamente indeseable que no solo corroe Ia entraila social
de su institución básica, de la institución básiea de Ia farnilia,
sino que coustituye uno do 105 problemas más urgentes que con
fronta Ia efectiva administración de la justicia en Puerto Rico.
Consideramos, por tanto, que ese es ci problema que primera
mente tiene que encarar cualquier grupo dc hombres del derecho
a quienes se les encorniende ci estuclio de las relaciones jurIdicas
que gobiernan ci regimen familiar desde ci punto de vista do Ia
mejor administración de justicia. Con este propósito fue con
ebido ci proyecto de divorcio que se recomendO a Ia Primera
Sesión Plenaria y que está en record.
Dicho proyecto de ley es sin duda controversial, en aigunos
de sus aspectos, y puede ser mejorado en muchos otros aspectos.
Pero puede servir, por io menos, do cornienzo peru un rexamen
de un aspecto tan importante de nuestro Derecho que con tanta
urgencia lo necesita. Precisamente por tratarse de un proyecto
do Icy controversial que tanto importa a la institución do Ia fa
milia y a la sociedad, es prácticamente imposible quo pueda
considerarse con ci debido detenimiento que requiere junto con
los demás asuntos también de mucha importancia que tiene ante
si la Segunda Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial. Por
eso ci Comité de Relaciones de FarniIia acordó proponer quo el
referido proyecto de icy con las modificaciones que habrâ do
hacerle este Cornité sea considerado, quizás en una sesión espe
cial o mediante algün otro procedimiento adecuado, en Ia forma
quo ci Hon. Tribunal Suprerno disponga. Para esto sugerimos
quo a Ia vez se provea a tono con lo expresado sobre ci particu
lar por ci Hon. Juez Presidente en Ia Primera Sesión Plenaria,
—Memoria, pãg. 73—aquel instrumento o mecanisino de la Con
ferencia Judicial tal cual un Comité do Legislación que encauce
hacia ci Poder Legislativo ci resultado a que liegue Ia propuesta
sesión especial por tratarse de un proyecto de Icy sustantiva en
su mayor parte en quo ci Hon. Tribunal Supremo no puede in
tervenir diroctamente como tal.
Hasta ahI ci Informe acordado por ci Cornité y solamente
me resta por auiadir en relación con aigunos aspectos quo surgie
ron en las ponencias do algunos compafleros do otros cornités.
que uno do los problemas quizás que apuntamos aquI y que se ye
tambiCn en cuanto a otros comités. es cómo se va a bregar con
tuturo
104
PoNSNcL
C0MITE SOBRE
Ia relación de las modificaciones de Ia ley sustantiva que a Ia
vez requieren modificaciones que correspondan a esas enmiendas
o nuevos proyectos en materia procesal. Por ejemplo, si Ufl pro
yecto sustantivo se acuerda que el comité libremente busque quien
Sr. Jucz Presidente: Muchas gracias, compafiero Barceló. Se
abre a discusión ci Informe del Comité de Relaciones de Familia,
dentro del limitado alcance que tiene. ,Alguno de los miem
bros de Ia Conferencia desea expresar algn juicio o criterio,
exponer alguna idea con relación a este Informe? No habiendo
manifestado ninguno de los miembros de Ia Conferencia su deseo
de expresarse sobre ci mismo, se da por recibido, sometido, al
Tribunal v pasaremos entonces a considerar Ia ponencia dcl Co
mite sobre Asuntos de Menores. Vamos a oir al compaflero Juez
CortCs sobre su Informe. Los miembros del Comité sobre Aaun
tos de Menores pueden pasar a ocupar sitio en la mesa dertinada
al Comité.
Sr. Jucz Etht’in Cortés Garcia: Señor Juez Presidente, seño
res Jueces Asociados, señor Presidente del Comité Directivo de
Ia Conferencia Judicial, distingudos compafleros:
Comparezco en mi carácter de Presidente del Comité sobre
Asuntos de Menores de Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico
para ofrecer una breve sIntesis del Informe ya rendido en cum
plimiento de la encomienda, muy halagadora, que nos fuera
hecha mediante resolución del Hen. Tribunal Supremo de 28 de
noviembre de 1960. Nuestro Informe no es lo que hubiCramos
podido ofrecer dc haber dispuesto de un perlodo de tiempo mâs
]argo para su preparación y redacción. No obstante, conscien
DE
MENORDs
105
tes de lo importante del asunto a ser estudiado y deseando corn
lo apadrine en Ia Legislatura y lo presente como suyo, pues,
entonces tendrIamos que la parte procesal, piles, tendrIa que
venir al Tribunal Supremo, acá nos preguntarlan qué probabili
dades tiene el proyecto, allá nos dirIan que el proyecto estaba cojo
porque necesita Icy procesal que lo complemente. De modo que
ése es uno de los problemas que quizás haya que resolver. Se
ha indicado que quizás un Comité de legislacion, que cualquier
otra medida, o que se aprueben ciertas reglas de procedimiento
con vista a la posibilidad de la aprobación de un Comité para
que Ia Legislatura las tenga ante su consideración al mismo
tiempo que tiene ante su consideración el proyecto sobre ley
sustantiva.
C0MITE SoBER AsuxTos DR MENORES
AsuNTos
I
plir a cabalidad con Ia encomienda recibida, y hacer algo dentro
del plazo de tiempo concedido, resolvimos dividir nuestro tra
Oajo en dos informes:
El primero, para hacer un planteamiento general del pro
blema existcnte en el Tribunal Superior cuando éte se consti
tuye para entender en los asuntos de menores cubiertos por la
Ley Ndm. 97 de 23 de junio de 1955, ofreciendo algunas reco
mendaciones para su solución favorable en lo inmediato; y el
segundo informe a ser radicado después de celebracla la Confe
rencia Judicial conteniendo un estudio cuidadoo de la Icy y do
las reglas, con recomendaciones especIficas para enmendar una
r otra, debidamente fundamontadas.
AsI lo hemos olicitado
del Hon. Tribunal Supremo en reIación con ci segundo informe.
En estos momentos los procedimientos en los asuntos do me
nores cubiertos por la Ley 97 están tan afectados por las limita
ciones en las facilidades institucionales y en lo relativo al per
sonal técnico necesario on la labor de supervision y orientación
del niflo delincuente, que no es posible distinguir con la dehida
propiedad y objetividad que demandan las circunstancias, hasta
dOnde los problomas y dificultades con quo se tropieza son ci
producto do fallas en las reglas o en Ia Icy. Es ésta una razón
adicional que homos tenido para hacer ol pianteamiento que he
mos hecho en este primer informe en que prácticamente nos
hemos limitado a hacer un planteamionto general del prohlema
en busca do una soiución inmediata en lo quo concierne a la
falta do suficiente capacidad institucional. Creemos que tan
pronto se logre proveer las facilidades institucionales requeri
das, se podrá apreciar con mayor ciaridad y exactitud cuáles son
las enmiendas que Ia icy y las reglas requieren. Nuestro obje
tivo inmediato es lograr quo se acopte la realidad do quo hay
un problema que, por refiejarse en Ia dignidad judicial, justifica
quo se haya hecho esto planteamiento en este foro y quo se tome
una acción quo conduzca a lograr que ci Sr. Gobernador do
Puerto Rico y Ia Asamblea Logislativa, a su vez y en sus respec
tivas esferas, actdon.
Para lograrlo hemos reducido ci planteamiento a tres puntos
esenciales, a saber: lro. Necesidad do quo ci mecanismo judi
cial quo entiende en los asuntos do menores, cubiertos por Ia
Ley 97, tenga un nombre propio y quo ese nombre sea Tribu
nal Tutolar do Menores. 2do. Nocosidad do que se amplIen las
facilidados institucionales para quo ci Tribunal pueda oj.ercor
106
PONENcIA
la necesaria autoridad en el control de los menores delincuentes,
y en relación directa con esta recomendación, que igualmente se
amplIen los servicios sociales auxiliares que se prestan al menor
cuando regresa a la comunidad después de haher estado recluido
en una institución. 3ro. y ültimo. Necesidad de ampliar los
servicios sociales que se prestan en el propio Tribunal a los me
nores puestos a prueba directamente sin haber sido nunca en
viaclos a una institución. Actualmente, cada oficial probatorio
juvenil del Tribunal tiene entre 80, 90 y 100 casos para super
visar con tendencia a que este nñmero aumente.
En lo relativo al nombre propio creemos que es indispen
sable para ayudar a producir más rápidamente la organización
especializada que este asunto de los menores requiere para que
se produzcan resultados tangibles a la mayor brevedad posible.
El nombre “Tribunal Tutelar de Menores” tiene una significa
ción especial especIficamente relacionada con los propósitos ex
presaclos en Ia Exposición de Motivos de Ia Ley Nñm. 97 de 23
de junio cle 1955, cuanclo en ése se definen sus objetivos dentro
del marco de aquellas funciones inherentes al poder de pores
pahiae del Estado, sin tener que considerar al nino como un de
lincuente comün. Este nombre cle Tribunal Tutelar de Menores
tiende a indicar clara y terminantemente que la función del
Tribunal es esencialmente de tutela y de protección y Ia defini
ción de estos propósitos en forma especifica ayudará mucho a
estructurar Ia organización administrativa del mecanismo ju
dicial que entiende con estos menores y permitirá que ésta en
toclos sus aspectos y manifestaciones, pueda responder con más
efectividad a su finalidad y sobre todo sin los efectos adversos
que hoy se reflejan sobre la Judicatura, muy injustamente. Bus
camos que si bien es tutela y protección, podamos tener los me
dios para ejercerla con Ia debida firmeza y serenidad.
Es evidente que los asuntos de menores por su naturaleza
especial demandan un procedimiento a su vez especializado y
para que éste se produzca con eficacia debe tener su propia
organización con personal especializado, empezando por los
propios jueces. Solo asI podrá enfrentarse a la difIcil y
delicada tarea que le ha sido encomendada con razonables pro
babilidades de éxito. Ello hará posible evaluar normas y prác
ticas para mejorarla hasta producir remedios de profilaxis o de
valor preventivo. De las experiencias que se logren en un tri
bunal especializado, asI organizado, necesariamente saldrá Ia
CoMIT SOBRE AsuNTos IJE MENORES
107
orientación correcta para los programas escolares, los progra
mas de recreación, los programas encaminados a mejorar las
relaciones de familia, en fin, todos aquellos que en una u otra
forma tienen tangencia con la educación de nuestros niflos y
adolescentes. Y puede ayudar a corregir la situación de una
manera permanente.
Es nuestra opinion que el Tribunal Tutelar de Menores
no debe limitarse a hacer una labor estrictamente remedial aun
que ésta se haga con más o menos eficiencia. Sino que debe
buscar el conocimiento que da la experiencia bien estudiada y
evaluada para tratar de encontrar la raIz del mal social que nos
afecta para poder extirparla dondequiera que haya surgido.
Esos resultados pueden obtenerse de Ia organización propia, de
Ia dedicación a una causa y de la especialización en su manejo
y estuclio. Es importante que conozcamos bien el problema d
nuestros ninos y que tengamos una solución razonable para ci
mismo; cuanto antes coinencemos a prepararnos para lograrlo
será mucho mejor. Creemos que la solución más sencilla y más
correcta para eI problema apuntado, jurIdicamente hablando en
cuanto al nombre se refiere, es enmendar la Ley de Ia Judica
tura, teniendo cuidado de mantener el principio gobernante
de un solo tribunal, el Tribunal General de Justicia. Actual
se
mente, como todos los distinguidos compañeros saben, éste
de
Tribunal
ci
y
divide en dos partes: ci Tribunal Supremo
Primera Instancia, el que a su vez se subdivide en dos Ilamadas
secciones, que son: el Tribunal de Distrito y el Tribunal Supe
rior. Nuestra sugestión es que se enmiende la Icy para que ci
Tribunal de Primera Instancia se divida en tres secciones, a
saber: las dos existentes y una tercera sección que será el
Tribunal Tutelar de Menores. Este ültimo para hacer con Ia
debida propiedad lo que hasta ahora se ha venido haciendo en
medio de cierta confusion dentro del Tribunal Superior. Dc no
ser posible aceptar esta sugestión, serIa menester crear algdn
mecanismo administrativo dentro del Tribunal Superior, pero
que tuviera carácter insular para poder entender en los asuntos
de menores de Ia Ley 97 en las distintas salas del Tribunal
Superior en toda Ia isla. En una u otra forma es indispensable
hacer algo en este sentido.
En cuanto al segundo punto esencial que traemos a Ia
consideración de la Conferencia, que se refiere a la falta de
facilidades institucioriales donde hacer cumplir las órdenes del
108
Po1ENcIA
Tribunal, también se requiere acción inmediata. El carecer de
sitio donde recluir al menor delincuente está afectando ci pres
tigio y Ia dignidad de Ia Judicatura. A diferencia de los demás
tribunales, el Tribunal Tutelar de Menores, teniendo que depen
der de Ia existencia de los recursos y remedios (le que habla la
Ley 97 para cumplir su misión, cuando dicta una orden haciendo
uso de esos recursos y los mismos no aparecen, no puede castigar
por desacato en apoyo de su autoridacl. La propia icy que
permite al juez ordenar el ingreso de un menor en una institu
cion, faculta al Sr. Secretario de Salud para negarse a elm
plirla si carece de las facilidades adecuadas, que es lo usual
desde hace más de dos aflos. No pudiendo hacer cumplir sus
órdenes. las partes afectadas por este procedimiento. descono
ciendo la realidad legal existente que impide al juez hacer cum
plir su orden. como io harla cualquier otro juez en cualquier
otro Tribunal, juzgan a éste mal y consideran que no sabe
hacer valer Ia autoridad del tribunal como los demás jueces.
Cada dia el criterio determinante del envIo de un menor a una
institución es meiios y menos exigente y a tal punto se ha ilegado
en este sentido que üitimamente solo se ordena ci ingreso del
muchacho hostil y rebelde, cuya conducta no permite otra alter-.
nativa. Siempre quo Ia actitud del menor lo hace posible, se
deja en libertad a prueba a pesar del escaso personal de que
dispone el propio Tribunal para su control y supervision.
Pues bien, a pesar de ese criterio elástico, hay aproximada
mente 500 ninos ó 500 menores delincuentes con órdenes de un
Tribunal de ser ingresados en una institución, que están en Ia
calle aguardando turno para que se les ingrese. Estos menores
están en Ia calle campeando por sus respetos la may-orIa de ellos,
conscientes de que el Estado está impotente para controlarles.
,Cuánto tiempo puede tolerar esto una comunidad civilizada?
Esa es la pregunta que el Comité se ha hecho y abrumado por
Ia realidad es que ha preferido hacer este tipo de informe
usando el primero para dar la voz de alerta, aunque sea haciendo
el planteamiento desde ci punto de vista de su efecto en la dig
nidad judicial y como un problema de la administración de
justicia. Prescindiendo de toda otra consideración que no sea
la que demanda ci problema crItico y alarmante que hemos
encontrado, pedimos a esta Conferencia Judicial que, aunque
en ciorta forma el asunto trascienda los lImites de lo que pro
piamente cae en su temario, ante lo angustioso de la situación
C0MITE SOBRE ASUNTOS BE MEN0REs
109
que denunciamos, haga Ia recomendación de que se dé prioridad
a este asunto para buscarle soluciOn favorable mediante acciOn
legislativa recomendada por ci Poder Ejecutivo y que la medida
que se adopte se extienda a los servicios sociales que se prestan
al menor cuando sale de la institución después de su reclusion
para que no carezea de Ia ayuda y de la supervision que su con
dición requiere y que puede evitar que vuelva a delinquir.
El tercer y ültimo punto en nuestro resumen del informe
ya rendido es la recomendación de que se amplIon igualmente
los servicios sociales que se ofrecen en ci propio Tribunal a los
menores puestos directamente a prueba sin necesidad de trata
miento institucional previo que son los casos de aquellos que
comparecen ante ci juez imputándoseles haber cometido una falta
y luego do declarárseles incursos en la misma el Tribunal
ordena que queden en libertad a prueba bajo la supervision do
un oficial probatorio, quedando bajo la custodia de los propios
padres del muchacho. La falta de instituciones ha hocho crecer
ci nümoro de estos casos en forma abrumadora y como ya so
flalé al principio cada oficial probatorio juvenil tiene entre 80,
90 y 100 muchachos cuya conducta supervisa. Es imposible
esporar que se ejerza ci debido control sobre cada uno de estos
jóvenes cuando ci nOmero es tan crecido.
Lo mismo ocurre eon los sorvicios técnicos del Tribunal en
concernionto
a sicologos, siquiatras y trabaj adores sociales.
lo
Tribunal clistinguir entre ci niño quo debe ir
puode
ci
Cómo
el que no debe ser enviado si no tiene ayuda
institución
y
a la
una decision con la oportunidad y rapidez
hacer
para
técnica
si recordamos quo esa parte del sorvicio
espera?
Y
que so
Tribunal,
es fácil comprender cómo afoctan
mismo
está en ci
muchacho
ante Ia imposibilidad de revu
del
fracasos
al juez los
pena
de seguir engrosando ci
pruoba
so
earle su libertad a
campeando
por sus respetos
en
la
calle
están
nümoro do los que
onfrenta a la
puode
hacer.
Si
so
los
por saber quo nada se
romedio
podrIa
sor
poor quo Ia
libertad,
ci
situaciOn y revoca la
jueces
del
Tribunal
Supremo,
señores
y
enfermedad. Y osto,
que
croImos
quo
Conforoncia,
es
lo
estimados compañeros do la
debIamos traor ante ia considoraciOn vuestra en este primer
informe con süplica de quo so acopten las rocomendaciones
hochas en nuestro Informo para quo ci probloma plantoado no
haga crisis on menoscabo do la dignidad judicial, do la buena
marcha do la justicia y en perjuicio de nuostra comunidad.
Muchas gracias por su atención.
CoMIT SOBRE AsuNTos ni MENOREs
110
Sr. Jnez Presidente: Muchas gracias, Juez Cortés, por .u
poneflcja.
So abre a discusión el Iriforme del Comité de Menores.
El ccrnpafiero Aponte, quien primero solicitó la palabra.
Hon. José C. 4ponte: Hon. Juez Presidente, Honorables
Juecos Asociados, Hon. Presidente del Comité Directivo, quo
I
111
Discuióx
ridos compafleros todos de la Conferencia Judicial:
En primer lugar quiero, haciendo justicia al Comité que
acaba de hacer su ponencia, felicitarlos a todos porque entiendo
que es una ponencia brillante y que trata este problema desde
ol punto do vista reoita vues me parece quo iltjmamonte !1OS
hemos separado un poco del terreno en que pisamos en relación
con el problema de estos menores.
Quiero indicar quo tengo una o dos sugestiones o sugerencias
al Comité y a toda Ia Conferencja Judicial y al Hon. Tribunal
Supremo. Como se dice que no tenemos instituciones suficientes
y yo entierido que rio las hay, me parece que si nosotros brega
mos con una enmienda a la ley podriamos resolver o tratar de
resolver en parte este problema serio de los menores, y me re
fiero a una enmienda en virtud de la cual el Tribunal de Menores,
Ia Sala del Tribunal de Menores, no solamente pueda renunciar
a su jurisdicción en casos de menores que fluctdan entre la edad
de 16 y 18 aiios cuando cometen un delito grave (felony), sino
también que se les dé facultad para renunciarlo cuando se trata
de delitos menos graves, porque hay unos menores de 17 aflos
que diariamente están cometiondo delitos menos graves quo yo
no sé cómo es que el Tribunal de Menores está bregando con
esos ninos de 17 ailos quo puede renunciarse bien a su juris
dicción y entonces ser juzgados por los tribunales ordinarios
y ser enviados a las instituciones do corrección que tenemos
ahora para casos de esa naturaleza.
En cuanto a lo quo se refiere al nombre del Tribunal, yo
creo que hay una falsa impresión sobre todo por nuestros meno
res en cuanto a eso de Tribunal Tutelar. Ellos creen que ci
Estado les ha dado una tutela, son tutores, son pupilos del
Estado y que el Estado tiene quo protegerlos a ellos contra todo,
cuando lo quo yo creo que la Icy ha tratado de conseguir es un
medio de acuerdo con nuestras modornas tendencias do bregar
con los menores. Me parece quo dehe considerarse y asI someto
a consideracjón do todos ciue en vez do cambiar ci nombre a
Tribunal Tutelar, sea Tribunal Superior, Sala do Menores.
Con estas consideraciones someto estas humildes sugestiones
o sugerencias a los quo tengan quo ver con él para quo las tomen
en consideración en su dia.
El
Sr. Jve; P;esideote: Muehas gracias, compaflero Aponte.
Marcoand Paz.
compailero Jues
Sr. lee; Aiool D. Marehdnd Pa;: Sr. Juez Presidente;
señores Jueces Asociados, senor Presiclente del Comité Diree
two comuañeros todos:
El informe del compaflero juez Edwin Cortés reveia una
situación más quo angustiosa, trágica. Es do una urgencia
extraordinaria quo so tomeri medidas para conjurar Ia situa
ción que apunta ese Informe. Yo eomprendo quo los jueces
do rnenores tienen quo haher desarrollado hasta complejo de
inferioridad, porque es trágico que no puedan hacer valer sus
sentencias y resoluciones. Se da ci caso a monudo do quo un
trabajador o una trabajadora social recomienda, luego de un
estudio enj undioso, la reclusion de un menor en doterminada
instituciOn y esa recomendación es plasmada en una sentencia
por ci juez de menores. Se va a su casa el juoz, pero inquieto,
porque sabe uue la misrna difIcilmerite va a sor cumplida. La
institución portinente dice “No hay cabida para osto monor.
Avisaromos oportunamonte.” Al año, al aflo y modio, a los dos
años, hay cabida, poro ci menor no apareco, el menor vive en
un sitio distinto do aquol en quo so dictó la sentoncia.
Ese no es un caso aislado, no so trata do una excepción,
ésa es Ia regla general. La excepciOn es quo so admita ai monor
en Ia institución. No puedo, dosde luego, radicarse Ia culpa de
esta situación en el Podor Judicial, pero si debe radicarse la res
ponsabilidad en ci Podor Judicial quo os ci Ilamado a enfrentar
la situación diciéndoios a las autoridados corrospondientes cuál
es el verdadoro problema y cómo so conjura ci mismo. Estoy
esperanzado do quo pueda ayudarso al Tribunal Tutelar do Me
noros y en lo quo a ml concierne concurro con todas y cada una
do las recomendaciones del Comité sobre Asuntos de Menores.
5 Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Marchánd
Paz. El compaflero Perez do Jesus habIa solicitado la palabra.
Lie. Ramó’n Perez de Jests: Sr. Presidento, amigos de la
Conforencia:
Yo querIa traer aunquo fuera un punto positivo o haiagador
a esta ponencia, y os el siguiente: Tenemos en Puerto Rico,
como todos sabomos, una de las mej ores byes que se han podido
I
112
DlscuszóN
crear iara problemas y asuntos de esta naturaleza. La Ley nñm.
97 es de las leyes más progresistas que se pueden encontrar en
el mundo, no solamente en Ia jurisdicción americana, de donde
ella procede. Estoy completamente de acuerdo en que los me
dios para implementarla han sido escasos, pero espero que todo
sea cuestión de tiempo.
Con este comentario quiero pasar ahora a hacer una pequefla
objeción en cuanto a la creación de un Tribunal Tutelar para
Menores. No una objeción, sino una enmienda. Me parece
que el asunto de delincuencia juvenil es un asunto en que no
debe bregarse aisladamente en relación con los demás problemas
de Ia familia. Tengo una idea, y no es original, de que debe
crearse no un Tribunal Tutelar de Menores en Puerto Rico, sino
un Tribunal de Familia que recoja todos aquellos aspectos, todos
aquellos elementos del Tribunal de Distrito, del Tribunal Supe
nor, que tienen que ver con la familia y los una, los complemente
y los integre en un organismo judicial que bregue en una forma
unificada, integrada, con toda Ia familia. Espero que el Comité
de Delincuencia Juvenil pueda ponerse de acuerdo con ci Comité
al cual correspondo de Relaciones de Familia para que en próxi
mas reuniones breguemos con ese asunto y estudiemos la con
veniencia no de un Tribunal Tutelar de Menores, sino de un
Tribunal de Familia que, como decIa el compañero Cortés,
puede hacerse en Ia misma forma, enmendando Ia Ley de la
Judicatura para que el Tribunal de Primera Instancia consis
ta de tres secciones, ci de Distrito, ci Superior y el de Farni
ha. o en cualquier otra forma que sea legislativamente posible.
Antes de estudiarse esta idea tan enfática que presentó el Co
mite como una cosa urgente, de la creaeión de un rfribunal
Tutelar de Menores, repito, debiera estudiarse hi idea de crear
un organismo de más amplitud y de más aicance como seria un
Tribunal de Familia.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Perez de
El Juez Umpierre.
Jesus.
Sr. Jne Angel M. Unzpierre: Sr. Juez Presidente y Sres.
Jueces Asociados y compafleros de la Conferencia Judicial:
Hay un punto que no quiero que se olvide por la Conferencia
y que es ha situación más trágica que trae el probiema de Ia
delincuencia juvenil. Hay un serio conflicto de poderes y de
autoridades entre el Poder Judicial, entre el Tribunal de Meno
res y el Departamento de Salud, en que las órdenes del Tribunal
C0MITE
SOBRE
AsuNTos
DR MENos
113
o se ignoran o se desconocen, no se les hace caso o sencillarnente
se cumplen por un perIodo muy corto y una vez asumida juris
diccion por el Departamento de Salud, se ignora al Tribunal
haciendo lo contrario de lo que el Tribunal ha clispuesto. Y lo
más trdgico de Ia situación que presenta el compañero Cortés
en su Informe es que de esos 500 niños que estdn en una situa
ción desesperada porque no hay un hogar, no hay ningdn sitio
donde tenerlos, no hay un padre, no hay una madre, no hay
ninguna persona que se haga cargo de ese niño, esos 500 niflos
que hoy están en la cornunidaci campeando por sus respetos,
como dice el con-ipaflero Cortés, no están recibiendo supervision
alguna porque el Tribunal se Ia ofrece a los que están a prueba
v el Departamento de Salud no tiene este servicio que ofrecerle
a esos niflos. Y es ci problema que yo quiero que se medite y
se le busque una solución porque están recibiendo el beneficio
de una supervision los que menos lo necesitan y los que más Ia
necesitan no están recibiendo ninguna.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero TJmpierre.
El compañero Correa Suárez.
Sr. Juez JoaquIn. Correa Suár€z: Sr. Juez Presidente, Sres.
Jueces Asociados, Sr. Presidente del Comité Directivo de ha Con
ferencia, compafleros:
Estoy fundamentalmente de acuerdo en todas las recomen
daciones que ha hecho ci compaflero Edwin Cortés porque las
ha enmarcado dentro del sistema y el concepto filosófico que
enmarca Ia Ley 97. La Ley 97 es una hey de avanzada, pero
es una hey que se desconectó a mi juicio con ha realidad del
ambiente y ahI es ci choque de esa tragedia que con sentido
altamente realista y con verdadera proyección de reahidad ha
planteado el Comité que dirige ci compaflero Edwin Cortés.
Hay un punto que no se ha tratado y que la experiencia
que tuve dirigiendo ci Tribunal Juvenil de Puerto Rico me ha
hievado a traerlo aquI. Es ci problema del contacto de aduitos
con los menores, esos menores que no pueden ser situados en
sitios de orientación, esos menores para quienes no hay insti
tución, que los jueces están imposibihitados de orientar debida
mente por falta de personal y los tienen que lanzar a ha calle.
Entonces el maleante adulto se enseflorea en esa came tierna
y lo que hace es que los acaba de comromper. La Ley 97 proveyó
y previno ese problema haciendo claro que se persiguieran
aquellos adultos que en alguna forma perjudicaban y hacIan
-r
114
DTscusIóN
que los menores infririgieran Ia icy. Pero por razones que no
se hicieron claras el articulo concerniente a este propósito en
alguna forma fue desvrtuado a travéz de uria opinion del
Secretario de Justicia ernanada corno corisecuencia de un plan
teamiento que hizo el hoy Juez Superior, compaflero Moreda,
cuando era fiscal de Mayagüez. Esto invalidó la acción que
ci Tribunal Juvenil de Puerto Rico en aquella ocasión estaba
lievando a cabo aun crevendo, corno creIarnos muchos de IIOSO
tros, que estL’bamos fuera prdcticamente de la Orbita del ver
dadero concepto penalista dci derecho.
En aquella ocasión se procesaba a los aduitos que en alguna
forma hacIau delinquir a los hijos, por ejemplo: mi padre que
tiene un alambique en una maleza de su finca o en una finca
cercana y que manda a un hijo a lievarle galones de ron desti—
lado o a traer lefia para poner a fermentar la melaza en ese
alambique. Ese es un padre que esta corrompiendo a su hijo
y quo en aquella ocasión nosotros lo procesábamos y muchas
veces dictarnos sentencia valienternente irnponiéndole Ia pena
que marcaba la icy. Roy dia estdn los jueces del Tribunal
Juvenil en desamparo total poruue no se ha hecho una en
mienda todavIa que recoja ci concepto que emitió ci Secretario
de Justicia diciendo que la les no esiaba clara, que no so habIa
hecho ci concepto penalista del derecho penal emnarcado en
ella y que habia que enmendarla. Sugiero que urgentemente
se instrurnenten los medios de enmendar Ia Icy.
.S’r. Juez Fresidentc: 1\iuchas gracias, compaflero Correa.
,Algdn otro de los miembros de la Conferencia desearIa cx
presarse? El Juez BarcelO.
Sr. Jucz Antonio R. Barccló, hijo: Ray poco que aulacli.r
a lo ya dicho y repito que felicito al Comité de Menores, de
Ia Corte Tutelar, por el Informe brillante y estimulante en
que ha expuesto los problemas diversos con que se confronta
este aspecto de Ta adrninistración de justicia.
En adición a los puntos quo se han tocado y abundando
sobre algo que seflaló el Juez Cortés: la necesidad de que exista
una persona o Un cuerpo que integre los servicios do Ia Corte
Tutelar en toda la Isla. La administración de eso. Claro,
de ahI nace Ia proposición de Ia creación de una sección den
tro del Tribunal de Primera Instancia, una sección adicional.
Y uniendo esa idea a Ta idea de iritegrar ci Tribunal Tutelar
con Ta Sala de Relaciones de Familia, seflalo que innurnerables
C0MITE SOSRE ASUNTOS DR MEN0RES
110
servicios técnicos son cornunes a ambas salas, que la Sala
de Relaciones de Farnilia tiene probieiaas do niflos en sus
relaciones con sue padres, oue son poteiicales o expuestos a
delinciuir debido a esas malas relaciones con los padres en
las cuales la Sale de Relaciones de Farnilia a menudo Liene
que intervenir a reglamentar las releciones paterno y ma
terno-filiales y hasta intervenir con Ia manera en que algtinos
padres utilizan a los hijos pare castigar al otro padre, per
judicando fundamentalmente a los hijos, produciendo inciden—
tes y casos de rechazo y do envoiverloc en las pasiones do los
adultos hasta ocaso destruir hi estructura emocional y Ia orien
tación adecuada do esos niflos.
Los padres, los señores compafleros del Tribunal Tutciar
sahen, que la causa principal que se ha podido—entre otras
—seflalar como causa de la delincuencia juvenil es Ta ruptura
de las relaciones do los hijos con los padres, Ia clesvinculacidn
o ci rechazo de los padres o los malos ejempios, etc., pero
principalmente el rechazo ha sido uno de los factores princi
pales, cuando ci padre rechaza al hijo porque es un hijo difi
cii, y generalineute los niños delincuentes son mflOs do tern
peraroento dificl que tienon grandes potcucialidades creati
vas pero quo al padre no poderios compreuder, no tenor Ia
pa.ciencia ni ci cariflo para bregar con ellos dentro de Ta dif 1cultad de su temperarnento, acaban ior rechazarlos y ya los
lanzan ci abisrno. Todos estos son problemas sicológicos de
orientación, no solamente de los nifios, sino de los padres
tarnhién, porque do qué vale darle orientación a un niflo,
de qué vale dane servicios siauidtricos ci después se le va a
poner otra yes en manos do los misinos padres que lo des
truyeron, si a los padres no so les da Ia ayuda que ellos necesitan
para poder seguir Ta labor que ci Estado inició con su hijo?
Creo quo esos servicios pueden y dehen ser integrados y
que toclos los compafleros podnIarnos trabajar en algo que pu
diera sen de gran utilidad parc ambos y para evitar duplici
dad de servicios, do servicios siquiátnicos, de servicios sico
Iógicos, de servicios do trabajadoras sociales, etc. Muchas
gracias.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compañero Barceló.
La compaflera Cruz Jiménez...
116
DIscusION
C0MITE S0BRE PR0BLEMAs DEL TRANsITO
Sra. Juez Olgci Cruz Jiménez: Sr. Juez Presidente, Jueces
Asociados, miembros de la Conferencia Judicial:
Me permito felicitar al Comité por su magnIfico Informe
y me permito también hacerle una sugerencia en el sentido de
que estudien Ia posibiiidad quo puede haber de ampliar Ia
jurisdicción de Ia Corte de Distrito, del Tribunal de Distrito
actual, en el sentido cle que se habilite al Tribunal de Distrito
a decretar un estado de derecho provisional para entender
en los casos de custodia de menores, o sea, se confronta ci
probiema de que va ante el Tribunal do Distrito un problema
de custodia. El Tribunal de Distrito no tiene jurisdicción
para intervenir en eso. El Juez tiene las manos atadas y no
puede hacer nada; sencillamente referirlo o a Ia Sala de Re
laciones de Familia quo está totalmente aglomerada, no puecle
ya más con los casos que tiene, o al Tribunal Superior corres
pondiente. Son acciones civiles que la mayorIa de las perso
nas no tienen dinero para llevarlas, o sea, la idea serIa de
quo el Juez motu proprio pudiera decretar un estado provi
sional hasta tanto se resolviera en el tribunal correspondiente
Ia tutela o custodia cle esos menores. Muchas gracias.
ante él no puede recibir Ia orientación y Ia protección o la
custodia necesaria por los limitados recursos de nuestro sistema,
pues quo se pueda renunciar a Ia jurisdiccion.
Y por ültimo en el dIa de hoy yo lo que he hecho es una
sIntesis del Informe más abarcante, mejor fundamentado,
que hice por escrito y que está en manos de todos. Muchas
gracias.
Sr. Juez Presidcnte: Muchas gracias, compaflera Cruz.
,El Comité desea hacer algün comentario? El compañero
Edwin Cortés.
Sr. Juez Edwin Cortés: Sres. Jueces, compañeros. Mu
chas de las ideas eshozadas por los distinguidos compafleros
que han hecho comentarios en torno al Informe rendido fueron
consideradas por nuestro Comité.
El primer probiema surgIa del concepto de unidad juris
diccional del Tribunal General de Justicia y encontramos que
en Ia esfera de Ia delincuencia juvenil es donde ya una ley
provee jurisdicción exciusiva a los menores. De aquI que
tuviéramos que divorciarnos de las Relaciones de Familia
porque no encontramos jurIdicamente hablando, descansando
en lo existente, algo que nos sostuviera para proponer Ia
integración de menores con las Relaciones de Familia.
En cuanto a Ia proposición de mi distinguido y querido
compañero el fiscal Aponte, hemos considerado también que
posiblemente, no por los mismos fundamentos que él, el derecho
del juez o la autoridad del juez para renunciar la jurisdicción
no debe descansar en el apellido felony o misdemeanor, sino
sencillamente consciente el juez de que el menor que viene
fl7
Sr. Juez Piesidente: Muchas gracias, Juez Cortés. Eay
algün otro compañero que desee brevemente exponer sus ideas?
Entonces, para hacer posible que el mayor nümero de los miem
bros do la Conferenca estén a tiempo en el acto social que ofrece
el Tribunal, levantarernos Ia sesión de esta tarde para rca
nudarla mañana a las 9 de Ia maflana, y considerar el Informe
correspondiente. Se levanta la sesión.
(Sesión del dia 17 de diciembre de 1960, 9 a. m.)
C0MITE S0BRE PROBLEMAs DEL TRAN5IT0
Sr. Juez Fresidente: Ba comienzo Ia sesión del dIa de hoy
con la cual cerramos los trabajos de Ia Conferencia Judicial este
afio. Pasaremos a oir la ponencia que hará el Presidente del
Comité sobre Problemas del Tránsito. El compaflero Juez
Lucas Serbia Córdova. Los miembros del Comité sobre Proble
mas del Tránsito pueden pasar a ocupar asiento en la mesa
destinada a los comités. Antes de que comience el compaflero
Serbia deseo informar a Ia Conferencia que por razones fami
hares poderosas 105 compafleros Hernández Matos y Santana
Becerra se han visto imposibilitados do estar con nosotros en
esta mañana. Compaflero Serbia, adelante.
Sr. Juez Lucas F. Serbia: Sr. Juez Presidente y Sres. Jueces
Asociados del Tribunal Supremo, señores de Ia Conferencia:
Trescientos veintiocho muertos en accidentes de tránsito en
lo que va del aflo natural es para preocuparse. No sé Si Ilamar
trágica Ia coincidencia del ndmero de muertos con ci ArtIculo
del Código Penal que se ocupa y se preocupa de daflos y muer
tes como resultado de un accidente. Esta es Ia cifra al momento
en que comenzó sus deliberaciones esta Segunda Sesión Plena
na de la Conferencia Judicial. La preocupación es grande y lo
manifiesta la acción que se va tomando para conjurar el pro
blema. En el terreno de lo ejecutivo están ustedes enterados
118
P0NENcIA
del incremento en la fuerza policlaca para mejor atender Ia
situación del tránsito. Se han reforzado los servicios del De
partamento de Obras Pdblicas en cuanto a ingenierla del trán
site, en cuanto a expedición de licencias, en cuanto a todos los
servicios y las areas que cubre el Departamento de Obras Pu
blicas en lo que al problema de tránsito se refiere.
En lo legislative, se acaba de aprobar una nueva ley en Ia
Sesión Ordinaria pasada que todavia no ha tenido oportunidad
de probarse sus detailes pero que no hay duda de que es un
esfuerzo mds por encarar ci problema del tránsito.
En 10 ciudadano, nu.esia CiLC togada, el Colegio de Abo
gados. está organizando el Congreso del Tránsito que se ocupará
de diversas manifestaciones de este problema. En lo judicial,
nuestro Tribunal Supremo por resolución de 22 de abril de
1960 creó el Comité sobre Problemas del Tránsito que me cabe
ci alto privilegio de presidir, y Ic hizo la siguiente encomienda:
1. Estudiar y proponer soluciones a problemas que afectan Ia
administración de justicia en relación con las leyes del tránsito
y in seguridad pdblica. 2. Someter propuestas que tiendan a
mejorar los procedimientos judiciales y los trámites adminis
trativos en los tribunales para dar mayor efectividad a las leyes
del tránsito.
El Comité asi establecido se reunió en su sesión inicial en
28 de abril de 1960 y en aquelia ocasión, en que participó tam
bién con los miembros del Comité ci Sr. Juez Presidente del
Tribunal Supremo, se nos sugirió dirigir principalmente la aten
eión a los problemas de procedimiento para hacer más efectiva
Ia legislación sobre ci tránsito, recomendando, además, que se
estudiara el impacto en el ámbito de lo judicial de dicha legisla
ción. También se rios encomendó que se estudiaran aquellas me
didas que deberIan adoptarse en vista del nümero de plazas
adicionales en que se estaba aumentando la fuerza policIaca.
El Comité emprendió su tarea de inmediato y con fecha 17 de
mayo de 1960 rindió un informe preliminar que se circuló entre
todos los miembros de la Conferencia por disponerlo asI el Tri
bunal Supremo.
La primera recomendación de aquel informe estaba conce
bida en los siguientes términos: “IJebe solicitarse de la Asam
blea Legislativa una asignación que permita a Ia Rama Judicial
efectuar ci aumento inmediato del personal y las facilidades ne
cesarias para una más rápida y efectiva administración de jus
ticia en ci campo relativo a accidentes de tránsito.” Y como
C0MITE S0BRE PROBLEMAS DEL TRANSITO
119
decia
consideracioneS en torno a esta primera recomendación,
suma
in
vuestro Comité: “El Cornité ha calculado en $128,800
facili
otras
y
personal
de
aumento
el
necesaria para afrontar
absorber
pueda
Judicial
Rama
la
que
dades indispensables pam
policIaca
razenabiemente ci impacto dal aumento de in fuerza
labor
esta
En
tribunales.”
los
en
en los calendarios dc trânsito
Trmsito,
de
Comité
del
miembros
participaron, además de los
de la
funcionarios de Ia Division de Organización y Métodos y
del
Negociado
del
Presupuestos
DivisiOn de Administmación de
de
Administraciófl
de
oficina
Presunuesto y funcionarios de la
que
dólares
tantos
y
mu
Tribunales. Dc los ciento veintiocho
necesarios, 31,000
esa primera rec.omndaciOn calculaba come
pam in creaciófl
$97,800
se caiculaban pam gastos genemales y
18 puestos
Distrito—6—,
de un ndmero de puestos de Jueces de
funcionarios
de
ndmero
de Subsecretario de Corte II e igual
planteamiento corres
de Corte 11, Subalguaciles. Se hizo ci
de Admi
pondiente por el Sr. Juez Presideiite en su condiciOn
la Rama
de
nistrador de los Tribunales, Jefe AdministratiVo
de
Negociado
Judicial, y luego de los planteamientos ante ci
y
Personal
Presupuesto, como se deja dicho, ante Ia Oficina de
de
mayo
en
ante las esferas legisiativas, in sesión que finalizO
una de las
cada
todas
y
pam
fondos
de
provision
este aflo hizo
que se
recomendacioneS que se hicieron. Se crearon los puestos
ha puesto
solicitaban y cree vuestro Comité que en esa forma se
condiclo
en
refiere,
se
personal
a
cuanto
a Ia Rama Judicial, en
tránsito. En
nes de hacer su aportación en este problema del
por recibido
dio
Supreme
Tribunal
20 de mayo de este aflo ci
de dicho In
materias
las
que
ci Informe Preliminar y dispuso
admi
autoridad
Ia
de
esfera
la
forme que no correspondieran a
considera
de
objeto
serIan
nistrativa del Sr. Juez Presidente
Plenaria de la
cióri, si es que ello era procedente, en la Sesión
A esos
momento.
este
en
Conferencia Judicial que nos reune
si ello
consideración
de
efectos, a los efectos de que sean objeto
quiere
Tránsito
del
es procedente, ci Comité sobre Problemas
Informe Pre
repetir ahora las recomendaciones adicionales del
liminar.
acu
La primera de ellas versa sobre citaciones a testigos y a
aigua
los
per
sados y sobre su diligenciamiento per la policia y
la
ciles. Es el criterio de vuestro Comité que debe mejorarse
manda
los
eficiencia en ci tramite y en ci diligenciamiento de
La
mientos judiciales, y citaciones a testigos y a ac.usados.
obliga
policla, entendemos, debe dam cabal cumplimiento a la
120
I
PONENcIA
ción contenida en el art. 409 del Código de Enjuiciamien
to Cri
minal. Igual creemos en relación con los alguaciles.
La cita
ción de testigos y acusados para juicio es un paso
prelimi
nar en los procesos criminales sin el cual no es posihie
una rã
pida y puntual acción judicial. Si no se diligenciaran pronta
y eficazmente los mandamientos judiciales no operarla debida
mente la más importante acción posterior de la adjudicación
del
caso en sus méritos. Entiende vuestro
Comité, y asI lo consigna
en su informe, que un factor ocasionante del estanca
miento,
Ia demora y el total y definitivo obstáculo en ocasiones
en la
acción judicial estriba en que el diligenciamiento de los manda
mientos judiciales no opera con Ia eficacia y con la prontit
ud
necesarias. Las fallas en dicho trámite afectan adversamente
Ia acción judicial y frustran los fines de la ley en un proble
ma
tan crItico como lo es el de los accidentes de tránsito y de
otros
delitos relacionados con la conducción de automóviles.
Como segunda recomendación encara vuestro Comit’i el
pro
blema de la comparecencia puntual de la policIa en
procesos en
cie figura como testigo un agente del orden püblico. Y expone
mos nuestra recomendación en los siguien
tes términos: “Los
tribunales deben exigir de Ia policIa una comparecenc
ia pun
tual y consecuerite en todo proceso en que figura un
agente de
orden pdblico como testigo. Los tribunales deberán cumpl
ir es
trictamente con las instrucciones contenidas en la Circul
ar Nüm.
43 de Ia Oficina de Administración de los Tribunales de
fecha 5
do septiembre de 1957 y requerir del Comandante del Cuarte
l a
quien ha sido dirigida Ia citación para Ia comparecenc
ia do un
policla al cumplimiento fiel do Ia ohligacion contenida—y
lo re
petimos—en ci art. 409 del Código de Enjuiciamiento
Criminal
vigente.” Los miembros de Ia policia son testigos en casi
toclos
los casos de tránsito y lógicamente Ia mayor parte de las
veces
no pueden ser ventilados sin su presencia, por lo menos
cuando
media alegación que no sea la de culpabilidad. Los trihuna
les
se yen en Ia obligación de posponer la vista de casos de trân
sito con harta frecuencia con perjuicio de Ia pronta ventila
ción
de los mismos y con perjuicio de los ciudaclanos que comparecen
como testigos y como acusados. Es cierto que los tribuna
les
pueden compeler una puntual comparecencia de Ia policIa
me
diante el ejercicio prudente y concienzudo de Ia facultad de cas
tigar por desacato, pero no nos parece que sea cosa de recurrir
a ese mecanismo si se puede lograr una mejor actitud de parte
de la policla y ello naturalmente ha de surgir de una mejor coor
COMITE S0BRE PROBLEMAS DEL TRANSITO
121
dinación de la cosa judicial con esa ramificaCión de Ia Rama
Ej ecutiva.
Nos ocupamos en nuestra tercera recomendación de la po
sibilidad de utilizar el momento de Ia deterrflinaciófl de causa
probable o Ia ocasióri en que un caso se suspende cuando están
acusados y testigos presentes para dejar citada de nuevo la
hien
vista del caso. PensamOS que un mecanismo de este tipo,
utilizado, podria reducir a un mInimo Ia labor clerical en Ia
preparaciófl de citacioneS y maridamiefltos y la labor de Ia po
parte
ucla y los alguaciles en su diii encianliento. Por otra
magis
mismo
el
por
una citación en tales circunstaflCias hecha
so
trado directamente a los acusados y a los testigos, bajo Ia
eprez2nta el expedir ci propio magistrado la orlemnidad que 1
compuisoria
den, no tenemos ducla de que tendrâ gran fuerza
economizar
dicho—
de
en los citados y habrá—como ya hemos
rnanda
mien
los
abor clerical y labor en ci diiigeflCiamieflto do
tos.
El Comité en el curso de sus trabajos vino en conocimientO
es
de cierta práctica que no nos pareció Ia más apropiada y que
de
práctic
a
Ia
Es
4.
ndmer
o
objeto de nuestra recorneridación
ordenar denuncia contra arnbos coriductores en los casos de ac
cidentes de tránsito en la etapa de determiflaCiófl de causa pro
bable. Decimos y recomendamos que debe descontinuarse esa
práctica donde exista. No es una práctica muy generalizada
pero aun en la escasa medida en que entendemos que existe en
que
ci Tribunal nos parece que debe descontinuarse. PensamoS
consi
superfi
cial
una conducta judicial de ese tipo sefiala una
deración de la evidencia y que no pone ci esfuerzo conscieflt,e
necesario para ir efectuando Ia debida justicia desde ci comienZO
mismo del trámite ante Ia Rama Judicial. La labor judicial de
determinaCiófl de causa debe ser ponderada y meticulosa y en
ocasioneS como la que se relata se ejerce en forma que produce
que es
una acción más bien automátiCa, sin ci discernimiento
innece
Sa
aumen
ta
práctic
a
tal
que
decir
de esperarse. Huelga
hu
norma
lmente
donde
que
ya
tránsit
o
riamente los casos de
biera surgido una denuncia, surgen dos. Por otro lado, hay
que
envuelta —nos parece—Ufla injusticia contra ci ciucladano
que
perjuic
iO
Al
mome
nto.
primer
debió ser exonerado desde el
accide
nte,
ci
con
relació
n
en
Ic ocasiofla el conductor culpable
reiaciófl
se Ic une ci perjuiciO adiciorial de un proceso que en
ViCIOSO.
es
que
de
duda
con ese acusado en particular no hay
99
PocENcl.-.
Nos ocuparnos en nuestra quinta recomen(iacjón
ds a men
ción cle 108 testigos quo figuran come ta!es
en las donuntias
sobre tránsjto y recornenclan,oQ muv
respetuosaiitp cue deen
dursarse iflstruccjofl2s a lo señores
jueces pars que es,u y
Supes’vjsen quo en las d:
Ijicias los casos de triisto Se hagan
por in policia nicamente figurar los testi
Os cue realmente son
testigos de cargo.
Este acuerdo y eata recomenciaciôn Sc base
on proteccóp del interés pdblico que i’equiere
quo los cases de
tránsito se traniiten en forma equitativa pam ci
nueblo. Fre
cuentemeite Se fisuran como testigos do
defensa, testigos do
cargo, y 10 misrno ocurre a in invel’sa y In
cjlcunstanca que
apuntamos afecta sdversamnt en
mucises ocasiones ci ren1tado final del proceso. Pensanios que Ci jOea
investigatlor debe
determinar, y asI debe instrui’Jo a Ia policis. euáies
testigos han
de utilizarse como testigos de cargo.
encinyondo en ese mo.
mento los que resultaren de defensa. quo ya se
ocupará ol infrac
tor do producjrlos como tales en ocasión
en quo so ventile €1
j uicio.
Hay otra area doncle ci funcionarniepto de Ia
justicia crimi
nal, en los casos de tránsito, resulta
adversameite afectada, y
es ci area relativa a fianzas. Recomendamos,
bajo nuestra
sexta recomendación, quo a los fines do que los
secre±arjos do
los tribunalos uedan unir, como es su deber,
los documento, de
fiansa a los e necUoites de los casos. debe
exigirse do todos los
funcjonarjos autorjzados para admitir fianzas quo
en ci tdrmino
de 48 horns do in fecha de Ia pi’estación del
documeptr, remitan
Ia fiansa a los secretarios de las salas donde
habrá do ventilarse
la causa. Tiene conocirnjento vuestro Comité
cIa que en muehos
casos en quo los aeusados no comparecen a Ia
vista del juisin el
maestrado no puede requerjr a los fiadores
pam qua aroduzear
al acusado ante ci tribunal porquo los
docunientos de fianzs, no
están todavIa unidos
aT expediente y ollo debido a qe los fun
cionarios ante quienes so presto Ia fianza retuvieron
éstas mdc
bidamento en sus mespectjvas oficinas.
So nos llamó Ia atoncjón en ci curso do nuestros
trabajos
sobro una situacjón que os objoto do nuostra
rocomendacjón
ndmero 7 y os quo Ia policIa vione radicando en Ia
Sala do San
Juan denuncjas por infracciones a las leyos y reglamentos
sobre
tránsito quo corrosponden a la Sala do RIo Piodras,
a Ia do
BayamOn y a Ia do otras sodes, rocargando asi
innocesarjamente
una sala ya agobiada con los numerosos casos
do su propia
demarcacjón
Cuando hicimos nuestro informo prolimjnar do-
CoMITi SOBRE PRosLar1As DEL TEANSIT0
123
cIamos a manera do dato estadistico quo on aquol momonto, en
mayo do este aflo. los casos cle tránsito pendientes en Ia Sala
de San Juan alcauzaLan Ia cifma do 9,000 y tantos casos. En
nuestro informe final, con vista do los datos quo refloja ci
informo del Octavo Informe Anual del Director Administmativo
do los Tribunales, modificamos nuestra información ostadIstica
pam docir ahora que los casos pendientes en Ia Sam de San
Juan—dc tránsito—al 30 de junio do 1960 alcanzaban la cifra
de 23,206. Nuestra recomendación os quo dobo insistirso con
in nolicla en quo In radicación do toda donuncia sobre viola
ciones a las disposiciones legales sobre trânsito dobo hacerse
on in sala competente segdn ci lugar donde ocurran los hechos.
Si no so lograre ello a base da esa insistencia, ci tribunal tiene
medidas al alcanco puma tomar Ia decisiOn quo corresponda.
Nos ocupamos, bajo in reeomendacjóri nOrnero 8, do la desea
bilidad d.c quo los señores tiscales intervengan en determinados
casos de tránsito. En nuestro inform reliminar, bajo ia
novena mecomendaciOn, sugerlamos tal cosa. iencioné.barnos
alli con especial indicación, los casos del art. 13 de la Loy de
Automóvilc-s y Tránsito do entonces, miuiejar on ostado de em
briaguez. La enmienda quo sufriema la icy al aprobarso Ia nueva
Loy do Veincuio y Trãnsito eiicomendO a los flscales osta tarea
uperior.
por 10 misino qua deuositO estos casos ante el Tribunal 3
te do
necesariamen
son
:no
que
casos
otmos
Desde luego. hsi
tomemaria
coiiducción
come
embriaguea,
do
manear en estado
y casos donde hay lesiones fisicas quo revisten seriodaci que en
relasiOn con silos vuestro CornitO quiere repetir su recomenda
cióii d.c que se ventilen con art:ciaciou de los señores fiscalos.
Bajo ci nOrnero 9 de nuestmas reeomen(aciones proponemos
quo se estudie In conveuieiicia do poner a funcionar sosionos
noctumnas por lo menos en las areas dond.e 0110 so justifique,
pam atendem casos do tránsito ya quo ci funcionamiento d.c
estas salas, entendeinos. aumontarIa in capacideci de los tn—
bunslcs para ventilar casos do transjto V IIOS pondria en con—
diciosies d.c onjugar ci crecido balance d.c casos pendientos. Por
otma pa1e, ofrecerIa una oportunidad convenionto a aquellas
personas; ;ioe deseaa baser alegacion d.c cnlpabilidad, d.c azI ha—
cerlo sin sacrificar horns do trabajo.
Bajo nuestma rccomondación ndmero 10, quo liovaba ci
ndrnero 11 en ci informe preliminar, vuestro Comité rocomionda
con sumo respe’to al Sr. Juez Prosidente del Tribunal Supromo
hacor un liamamiento a los juoces para acción judicial más rigu
[24
P0NENcIA
rosa en los casos relacionados con accidentes
del tránsito y con
violaciones a la Ley de VehIculos y Tránsito.
Al exponer nues
tras consideraciones en torno a esta reco
mendación lo hacemos
en Ia siguiente forma: Decimos: “La ocur
rencia de accidentes
de tránsito en Ia vIa püblica ha alcanzado tales
dimensiones que
constituye hoy dIa un desastre püblico prod
ucido por conducta
delictiva que debe ser fuertemente sanciona
da y a Ia cual se le
debe poner coto con firmeza en aras de
la seguridad pñblica.
Creemos que un liamamiento en ci sentido
indicaclo por parte
del funcionario de mayor jerarquIa en
in Rama Judicial será
indudablemente atendido por los señores
jueces.”
Hasta ahi la repetición que hacemos de las
recomendaciones
que contenIa el informe original. Lueg
o de rendido aquel
informe vuestro Cornité siguió trabajand
o en Ia encomienda
que se Ic hiciera y sornee ahora muy respe
tuosamente recomen
daciones adicioriales. Recomendamos perso
nal secretarial para
los jueces del Tribunal de Distrito y para
los Jueces de Paz y
decimos que ante Ia exigencia legal de que
ci magistrado tomará
declaraciones juradas al agente del orde
n pdblico y a los testigos
en casos de manejar en estado de emb
riaguez—actualmente es
Ia sec. 5.804 de Ia nueva Ley de Vehi
culos y Tránsito—y para
mejor desempeñar los magistrados sus func
iones en investiga
ciones de casos criminales, tanto de trdns
ito como de otros deli
tos, debe proveerse a los jueces de distr
ito y a los jueces de
paz de Ia ayuda secretarial necesaria.
Esta es una necesidad,
entiende vuestro Comité, que existe en
ci Tribunal de Distrito
hace largo tiempo y que viene a agudizars
e con la disposición
legal citada. Decirnos que Ia disposici
ón legal citada agudiza
el problema porque bajo las disposiciones
del art. 13, antecesor
de in sec. 5.804 actual, se hablaba de que
ci juez oiria bajo jura
mento a los testigos, y habla base para pens
ar de que no nece
sariamente tenia que ser reduciendo a
escrito en forma de
declaración jurada ci testimonio del testi
go o del policIa. La
redacción actual de Ia sección correspon
diente que ya he men
cionado es especIfica en cuanto a Ia men
ción de declaraciones
juradas y da base para pensar que entre aque
llas dos alternativas
que antes existian ci poder legislativo optó
por Ia de que fuera
por declaración jurada suscrita por el testi
go. Hay unas cuan
tas recomendaciones en nuestro Infor
me que las hacemos pen
sando en lOS problemas del tránsito en cuan
to se reflejan en
Ia esfera administrativa de los tribunales
, pero que también
trascienden el ámbito de los casos de tráns
ito y que son apli
C0MITIl S0BRE PR0BLEMAS
DEL
TIIANSIT0
125
cables a in brega del tribunal con los casos de Indole criminal.
Esta es unu de eras stuaciones.
Recomienda vuestro Comité que se celebren conferencias
obre tránsito, con participación de los Jueces de Distrito, de
los Jueces de Paz, de los fiscales, de los secretarios del Trbunal
de Distrito y, ahora con la nueva enmienda, de los secretarios
del Tribunal Superior y con participación, además, de abogados
en ci ejercicio de la profesión. Este tipo de conferencias ha
resultado de sumo provecho en aqueilas jurisdicciones donde se
ha cnsayado. En Estados Unidos la American Bar Association
mantiene lo que llama su “Programa de Cortes de Trãnsita’
y conjuntamente con Ia Universidad de Northwestern lievan a cabo este tipo de conferencias regularmente en todos
los estados dc Ia Union. Allã para 1956, en septiembre de
ese aflo, celebramos aquI en Puerto Rico una de esas conferen
cias, precisamente con participación y con concurSo de Ia Asocia
ción Americana de Abogados y con Ia Universidad de North
western. No tengo dudas de que aquella conferencia rindió
grandes frutos y recomendamos que deben repctirse. En nues
tro Informe—y no voy a referirme a ello en detalle ahora por
no cansar innecesariamente vuestra atención—hacemOS una
relación de las materias que son objeto de discusión en estas
conferencias y un vistazo a la agenda de este tipo de reuniones
entendemos que dejará plenamente demostrado ci bencficio que
este tipo de conferencias ha de producir.
Recomendamos bajo ci ndmero 13 de nuestras recomenda
ciones Ia participación de los jueces del Tribunal de Distrito,
especialmente aquelios que se ocupan exciusiva o principalmente
de in atenciOn de casos de tránsito, en conferencias sobre trári
sito en istados TJnidos. El intercambio de ideas que en estas
ocasiones se produce no tenemos Ia menor duda de que será
de graii provecho y de quc hahrd de mejorar nuestra forma de
bregar con ci problema de tránsito en nuestros tribunaics. Esa
es nuestra recomendacióll bajo ci ndmero 13.
Bajo ci nümero 14 sugerimos in centralizaciófl de los casos
de tránsito al riivel del area metropolitana en una sola insta
iación judicial, y ofrecemos datos estadIsticos en apoyo de nues
tm recomendación. Las radicaciones de trdnsito en la Sala de
San Juan del Tribunal de Distrito durante ci ejercicio económico
de 1959—60 tal cual lo demuestra ci ditimo Informc del Director
AdministrativO dc los Tribunales, aicanzaron Ia cifra de 46,057
casos. En In de Rio Piedras montaron a 20,587. Estas cifras
T
126
P0NENcIA
representan respectivamente el 31.59 per ciento
y el 14.12 por
ciento de las radicaciones totales de las 37 salas
de que se
compone el Tribunal de Distrito. Juntándoias
suman 66,664
cases y equivalen a 45.71 por ciento del total de
cases de trán
sito de toda Ia isla. Pensamos que atendida
adecuadamente
esta casi mitad de los cases de trânsito y de
los problemas
administrativos que generen los casos de trinsito
tendriamos
prácticamente resuelto el 100 per ciento de ese tipo
de proble
mas en el Tribunal de Distrito. Quizás la aritmética
no suene
muy contundente pero debo clecirles de nuestro
criterio de que
oqte tipo de problemas
administrativos en relación con los casos
de trat
0 no existe fuera del area
metropoijtana en otras
salas, collie lic,
Pence. y quizás Mayaguez. Dc manera que
encarando adecuadamente Ia ituajdn
al nivel del area metro
poiitana-—y podIa pensarse rnás adelante si Ia
geugrafia lo permite y si las demás circunstancias lo aconsej
an——el que a ese
45.71 per ciento se le afladan los cases correspondie
ntes a Caro
lina y a Eayamón. Atendiendo adecuadamente
esa proporción
creemos que no habrIa problema grande que afrontar
en términos
de lo administrative en ci Tribunal de Distrito
en la brega con
los casos de tránito.
Per otro lado. pensamos que debe darse Ia
a
atención de los
casos de tránsito ci realce en término de instalación
fIsica, en
térmiiios de todo lo que hace el concepto pdblico
de los tribuna
les de justicia. ya que en numerosas ocasiones,
en una mayorIa
grande de las ocasiories, el dnico contacto que
tiene un ciuda
dano con Ia Justicia lo es en relación con
un case de trdnsito,
a lo largo de toda su vida, y que Ia impresión
buena o mala
que derive de Ia Rama Judicial Ia va a formar
a través del
trato que reciha en un case de tránsito. Desde
luego, que Ia
instalación que recomendamos, si es que Ia idea
rnerece acogida,
debe proveer una planta flsica adecuada, debe tener
una locali
zación conveniente y debe dotarse a esa operación
del personal
y del equipo que permitan atender tan importante
fase de Ia
justicia criminal.
En su estuciio de las diversas manifestaciones
del problema
del tránsito ci Cornité se topó con problemas
que en cierto
mode afectan a Ia Rama Judicial pero que es
responsabilidad
de otras agencias encarar. Enumeramos en
nuestro Informe
varias de estas recomeiidacjones porque entendiamos
que afectan
la administración de Ia justicia en relación
con las leyes de
tránsito y lo haciamos en ánimo de mejorar los
procedimientos
CoroITE S0BRE PReBLEMAS DEL TRANSITO
127
judiciales. Nos referimos bajo Ia recomendación ndmero 15 a
las convicciones anteriores y a las penalidades acrecentadas que
Ia nueva Ley de Vehiculos y Tránsito establece para un ndmero
de delitos: manejar en estado de emhriaguez, conduccidn teme
raria. Hay 5 ó 6 delitos en la ley nueva que conlievan pena
lidades acreceutadas depencliendo de Ins infracciones anteriores
del acusado .Para poder ejercitar ci tribunal esa facultad y
1)ara poder descargar esa responsabilidad de fijar Ia pena ade
cuacia al case. Se lace necesario ciUC se aleguen adeaits:eate
en la denuncia las infracciones anteriores en que haya incurrido
cada irifractor. Entendemos que esa es responsabilidad de Ia
policia en los cases que se inician en el Tribunal de Distrito
mediante la radicación de deriuncias y que es responsabilidad
del Secretario de Justicia—-llámese fiscal de distrito—en aquellos
cases como coriducción de vehIculos bajo los efectos de bebidas
embriagantes que se radican per dispesición de Ia nueva icy
en ci Tribunal Superior.
Recemienda vuestro Comité en relación con esta area de
fulicionamiento que in Oficina dc Adrninistración de los Tn
bunales coordinc con las agencias correspondientes ci envIo de
la iiiformación relativa a convicciones en cases de tránsito a
fin de poner a dichas agencias en condiciones de alegar ade
cuadamente las convicciones anterieres del infractor. Esta
coordinación existe ya en cuanto a Ia policla se reflere. Falta
na, nos parece, coordinar en relación con las convicciones que
habrian de informarse aT Secretario de Justicia para hacer las
alegaciones correspondientes en los casos de manejar en estado
de embriaguez.
Proponemos bajo la ndrnero 16 de nuestras rccomenclacio
nes que se estudie la posibilidaci de denuncias impresas cemo
medio para aligerar ci trámite de Ia radicación. En los casos
de estacionamiento, que es ci gran bulto de los cases donde una
medida de esta Indole surtirIa provecho, cuando ci infractor
alega que ci formulanio de denuncia no le inferma adecuada
mente de la infraccióri que se Ic imputa o que los hechos denun
ciados no constituyen delito pdblico, por disponerlo asi Ia ley
se ordena la radicación de denuncia ordinania y se sigue en
tonces ci trámite ordinario que señala ci estatuto. En ocasión
en que asI se dispone el magistrado que provee también esta
hlece Ia fecha en que habrá de ventilarse ci caso, pero es
sumanenta frecuente Ia ocasión en que ilega ci dIa seflalado
para in conipanencia dci acusade, ci acusado cemparece y in
i
PONENcM
C0MITE SOBRE PR0BLEMAs DEL TRAN5IT0
denuncia todavIa no ha sido radicada. No hay duda que ello
produce inconveniente innecesario al infractor. Pensamos,
desde luego, que ci Tribunal tiene a su alcance mecanismos
legales coercitivos para obtener la radicación oportuna de Ia
denuncia en éste y en todos los casos donde haya indebida dila
don, pero es que el nñmero es tan crecido que no nos parece
que ése sea el mejor medio de afrontarlo sino a través de Ia
coordinaciOn correspondiente con el Departamento de la Po
ucla y en ese sentido Ia existencia de denuncias impresas de
fácil confección podrIa ayudar a reducir el término que trans
curre entre Ia infracción y Ia radicación de la denuncia. Este
es un remedio que proponemos, que creemos, corno dii imos
antes, que es de aplicación y serIa de utilidad no solamente
en ci area de los casos de tránsito sino en cuanto se refiere
a todos los casos criminales ante ci Tribunal de Distrito.
Nos ocuparnos bajo ci nümero 17 do nuestras recomenda
ciones del problema de Ia confiscación de fianzas, y lo expone
mos en los siguientes términos: “Es harto conocido” decimos
“para merecer cornentario adicional, el detrimento que al res
peto que merecen los tribunales causan las suspensiones moti
vadas por la incomparecencia de acusados especialmente
cuando han prestado fianza provisional para asegurar tal
comparecencia.” En tales ocasiones ci tribunal dicta resolu
ción ordenando la confiscación de Ia flanza prestada. Tenemos
conocimiento de que ci Departarnento do Justicia ha reforzado
ci personal que se ocupa de los casos do confiscación y en
adición a ello es que recornendamos que se intensifique esa
atención que so está prestando a fin de quo el trámite de
fianza, una vez quo la confiscaciOn ha sido dispuesta por ci
tribunal, se ileve a cabo con la prontitud necesaria y nos
parece que resuitarla elio en una forma más de iograr un
acatarniento cada vez mayor a los mandamientos y providen
cias judiciales.
Bajo ci nümero 18 nos ocupamos de una recomendación quo
como antes hemos dicho compete a otra agencia instrurnentar.
Nos referimos alil a la escala de evaluación para propósitos
de suspension o revocación de licencias. Luego de circulado
nuestro Informe hemos tenido noticias por la prensa diana
de que ci Secretario de Obras Pübiicas ha anunciado que con
ci principio del año natural próximo estará en funcionamiento
ci mecanismo quo aqul proponIamos. Dc manera que cuando
decIamos quo recomendábarnos quo se urgiera del Secretario
tie Obras POblicas quo tal promulgación se ilevara a cabo, do
bemos ahora darnos por desistidos de esta recomeridación
ante ci hecho de quo tal cosa ya se ha hecho.
Hay otros grupos de recomendaciones en nuestro Informe
quo participan de cieita naturaleza quo fue objeto de honda
meditación y do preocupada discusiOn en ci seno del Comité.
Son prohiemas que harlan menester para su soiuciOn do acción
iegislativa y nos encontrarnos ai discutir la cuestidn do si cabla
dentro de nuestra encomienda penetrar en ese campo 0 si ci
campo nos estaba vedado. La preocupaciOn y Ia duda que al
principio tenIamos la hemos visto justificada cuando a través
de las ponencias que se han recibido en ci curso de esta
Segunda Sesión Plenaria nos encontramos con quo ci Informe
de Asistencia Legal, por un lado, propone legisiaciOn, propone
la creación do una corporación pübiica. Desde luego, en aquei
caso bien podrla ser Ia Sociedad ai’a Asistencia Legal Ia que
se ocupara do tal cosa. Cuando liegamos al informe que rinde
ci Comité sobre Determinación de Incapacidad Mental en tér
minos precisos establece su reparo a penetrar en un campo
dondo entiende quo no debe penetrar. Relaciones de Famiiia,
por otra parte, propone una Ley do Divorcio, ropite una pro
posición que hiciera en la Conferencia Pienaria anterior sobre
una Ley de Divorcio y sugiere Ia posibilidad do un Comité do
Legislación dentro de la Conferencia para encauzar las mcdi
das que so aconsojen ante la esfera lcgislativa. El Informe
sobre Asuntos de Monores propone iegislacion. La propone
por lo atada quo ostá la medida a la solución del problema que
ol Informe plantea.
Nuestro onfoque del problema—queremos ponerlo ante los
señores Jueces del Tribunal para quo se entionda nuostra posi
ción—nace de la lectura y de la interpretación que hicimos del
apartado iro. do ia orden croando la Conferencia Judicial, orden
do 10 de octubre do 1957, donde ontre los fines para los cuaies
se ostabloce la Conferencia Judicial se incluye ci do considerar
y rocornendar legislación relacionada con ci sistoma judicial,
ci mojoramionto del mismo y la efectiva administración de Ia
justicia. Hay ocasiones donde la necesidad do logislar para
mojorar ol sistema judicial nocosariamonte tiono quo llcgar al
torreno do io sustantivo. Por otro lado, en ocasión on quo se
colebrara la Primora Conferencia Judicial ci Juoz Tilén planteó
lo que él llamó “una cuostión sobro oi modus oporandi do Ia
Conferencia” quo iba oncaminada precisamente al punto qu
128
129
130
P0NENcIA
C0MITI1 SOBEE PR0BLEMAs DEL TRANsIT0
aqui estoy tratando de elahorar ante ustede
s, y en aquella
ocasión se dijo que bien podria la Conferencia
como organiza
cion directa o bien a través de algün mecanismo
que en el desa
rrollo de Ia propia Conferencia surgiera,
hacerse cargo de
aquellas materias que envolvieran Ia necesid
ad de legislación
en el terreiio de lo sustantivo. En ese ánimo
es que hacemos
las recomendaciones que siguen, que no podrIan
lievarse a cabo,
entiende vuestro Comité, sin que mediara
iegislacjon al efecto.
La primera de estas recomendaciones que
marcamos con el
ndmero 19 en nuestro Iriforme es la que se
refiere al envIo de
multas por correo. Creemos que un sistema
de pago de mul
tas por correo en aquellos casos de infracciones
a las leyes,
reglamentos y ordenanzas municipales sobre
tránsjto que sean
susceptibles de tal trato, desde luego, ayudar
ia grandemente
a descongestionar los calendarios de este tipo
de casos en el
Tribunal de Disrito. Tal sistema, repetim
os, haria menester
propulsar legisiacion enmendatoria de la Ley
de VehIculos y
Trinsito y de los reglamentos y o’denanzas
sobre ci i3artduiar
va que supone penas fijas de multa. No cabria
de otra forma
porque no seria cosa de dejar al infiactor ejercer
Ia discreción
de resolver cuál ez la pena aplicable a su caso.
El asunto es
uno, creemos, que es para estudiarse con mayor
detenimiento
a la iuz de los argumentos que en pro y en
contra se han ex
puesto. Hay argumentos que aconsejan tal
medida, los hay
que sostienen que no dehe darse tal paso.
Recomendarnos que
se estudie Ia cuestión y anotamos de paso ci dato
estadIstico
de que de 125,663 casos de tránsito que se
resoivieron en ci
Tribunal de Distrito durante ci ejercicio econór
nico de 1959-60,
ci 81%, o sea, 103,425, lo fueron mecliante aiegac
ion de cuipa
bilidad.
Sobre este mismo tema y bajo la recome
ndacjón ridmero
20 sugerimos que se estudie también la posibilidad
de, rnediante
reglamentaciOn y con la enmienda necesaria
a la Ley, establecer
un sistema de alegaciones de culpabiliclad ante
ci Secretario.
Lu proponemos como una medida para descongestion
ar los Ca
lendarios de tránsito y para relevar al Juez
de Distrjto de esta
tarea reservando su intervención para Ia
ventilación de casos
en sus méritos. Desde luego, que un sisterna de
este tipo también
ha menester de penas fijas de multas ya que no
es ci secretarjo
ci ilamado a ejercer ningdn graclo de cliscreción
judicial.
Bajo el nümero 21 nos ocupamos del
probiema de las
denuncias que ilamamos “de quinta copia”,
que es la denuncia
131
que se produce en ci caso de estacionamiento de
un vehIculo
sin que el infractor esté presente. Estabiece Ia icy
Ia presun
ción prima facie de que cuando un vehIculo está
ilegaimente
estacionaclo fue ci dueño que segdn ios records dci Depart
amento
de Obras Pdblicas aparece como tal quien asI ilegalm
ente lo
estacionó. Se deposita en ci tribunal Ia denuncia
que es un
ilamado al dueflo o infractor del vehiculo. Transcurr
ido el
término que se Ic concede a la persona para compa
recer al
tribunai sin que asi lo haga, entonces es responsabilid
ad del
tribunal obtener del Secretario de Obras Pdblicas certific
ación
que acredite quién es la persona que a la fecha de Ia infracc
ión
era ci dueflo del vehIculo en ci caso envuelto. Es ci
criterio
de vuestro Comité que este procedimiento impone sobre
ci Tri
bunal de Distrito una carga que no le corresponde y que proquc
e
complicaciones cuando media tardanza en el envIo de
las cer
tificaciones. Puedo deciries que hay tardanza en ci envIo
de
las certificaciones y que hay problemas que emanan
de esa
tardanza. Creemos que debe ser responsabiliclad de Ia policia
de Puerto Rico solicitar y obtener dci Departamento de
Obras
Pdhiicas bajo Ia misma presunción actualmente existente
la
certificación acreditativa del nombre del dueño del vehIculo
para
entonces radicar una denuncia completa en todos sus porm
eno
res incIuyendo ci nombre del acusado.
Recomienda vuestro
Comité que se propuise Ia enmienda correspondiente a la
Sec.
9.105 dc la actual Ley de VehIcuIos y TráusiLo.
Este es ci Informe, Sr. Juez Presidente y señores Jueces
Asociados del Tribunal, y señores de la Conferencia, que
vues
tro Comité sobre Probiemas del Tránsito muy respe
tuosa
ruente somete para su consicleración en cuanto ello fuere pro
cedente. Muchas gracias.
Hon. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero
Juez
Serbia, por su abarcador Informe. Se abre a discus
ión el
Informe dentro del tiempo disponible.
Algunos compañeros
desean hacer uso de la palabra para exponer ideas, comen
tar,
hacer sugestiones? La Juez Ramos.
,
Sra. J’uez MarIa. Luisa Ramos: Sr. Juez Presidente,
Sres.
Jueces Asociados, compafleros todos:
Esta experiencia de Ia citacióu simuitánea a que ha
hecho
alusiOn ci Juez Serbid Córdova, yo tuve la oportunidad
en Caro
lina cuando trabajé allI de impiantar ese sistema, no solame
nte
en lo que se referia a la Ley de Tránsito sino en cuanto
a todos
132
DiscuslON
Cor.nTE SOBRE PR0BLEMAS DEL TRANsIT0
los delitos y me facilitó muchIsimo el trabajo en Ia secretarIa
del tribunal. Entiendo, que la Oficina de Administración de
Tribunales debla preparar una forma especial para citar en
estos casos en donde se hiciera constar a las personas que ésa
es Ia ünica citación que van a recibir, porque a pesar de que
eso se le dice en Ia preliminar pues muchos de ellos no lo entien
den porque están acostumbrados a que vaya el marshal o el
policIa a citarios y luego no vienen y ésa es Ia excusa que
ofrecen cuando se les cita por desacato. Me parece que si la
Oficina preparase una forma pues ahI mismo en el momento
en que se acusa a Ia persona y se seflala para juicio ci caso,
podia entregársele, el juez instructor podia entregar la cita
ción y ya quedarla perfeccionada desde todo punto de vista Ia
citación.
En cuanto al comentario quo hizo el lion. Juez sobre el
asunto de no acusar a los dos conductores, mi experiencia me
ha ensefiado que es un poquito dificil en ci sentido de que yo
cuando empecé pues ponla empeflo en acusar üiiicamente a
aquel quo me parecia iue era el culpable del accidente, pero
entoiices me encontré en Ia práctica con que ci Pueblo estaba en
la inmensa mayorIa de los casos falto de prueba para probar el
caso contra el que quedó acusado porque siempre viene un arre
glito, y si le han pagado los daños pues ya ci Pueblo no tiene
caso. Y no sé, a ml me ha demostrado Ia experiencia que es
muchIsimo mejor acusar a los dos conductores, porque como que
viene a sala lo que se acerca más a Ia verdad de lo que allI suce
dió. No sé cuál ha sido la experiencia de los demás compañeros
en cuanto a eso.
Con relación a Ia citación de testigos, originalmente cuando
yo empecé, los policlas eran los que denunciaban y ellos, na
turalmente, incluIau corno testigos los que ellos creIan, los
quo estaban allI presentes en ci accidente. Me daba cuenta yo
en sala de que Ia prueba del Pueblo no era constante. Unos
explicaban ci accidente de una manera y otros la explicaban de
otra. Entonces, cuando yo empecé a investigar, Ic permitIa al
policia que sometIa ci caso que me inciuyese como testigo dnica
mente a aquellas personas quo venIan a declarar ante ml. Dc
esa manera, no venian como testigos de cargo personas que no
hablan comparecido ante ci juez instructor y que no hablan ya
declarado, y Ia prueba de cargo es más uniforme.
Entonces, con relación a lo que ci Hon. Juez mencjonó sobre
la severidad de las penas, también yo he encontrado un poquito
difIcil hacer eso. La gente, después que Ic pagan, que la otra
parte repara ci daflo, ya han perdido interés y vienen a sala y
se sientan en la silia y hasta antes de ser juramentados asI lo
expresan en ci tribunal. Y hasta vienen ci dIa antes con ci
acusado, las partes perjudicadas y quieren hacer un arreglo y
hasta traen mociones de transacción y a veces hasta vienen
acompaflados do abogados a explicarle al juez que no hay inte
rés, que los daflos han sido resarcidos, y eso dificulta en muchI
simas ocasiones Ia imposición de las verdaderas penas. Eso
era todo. Muchas gracias.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias.
flero desea...? Compaflero Noriega.
133
A1gün otro compa
Lie. Luis A. Noriega: Sr. Juez Presidente, señores Jueces
Asociados, compafleros do Conferencia:
He notado que entre las recomendaciones que ha sugerido
u ofrecido ci Comité de Tránsito no so encuentra Ia de seguro
compuisorio para los vehIculos en Puerto Rico. Posiblemente
dirIan algunos que resultarla antipoiltico pero como uno de los
prohiemas más grandes—y yo considero que se confronta ci
tránsito en Puerto Rico—es ci exagerado ndmero do vehiculos
que hay en las carreteras de Puerto Rico producidos precisa
monte por la facilidad con quo cualquier persona posee un
vehIculo. PodrIamos decir que en ocasiones, para un juego do
baseball, en cuaIquier actividad de cualquier naturaleza hay
veces que tres miembros de la familia van en tres carros distin
tos. A veces también encontramos una serie de ciudadanla
irresponsable quo par $100 como so ye a diario en los periódicos
en Puerto Rico compran un autornóvil.
Ciento noventa dólares.
Y con ese vehIculo arroila una persona, cuestan una vida,
rornpen un autornóvfl, posiblemente de cualquier persona en las
carreteras y esta es la soiución y yo asI creo que asI dehe
recomendarlo ci Comité si no lo tiene en sus planes, de un
seguro aI iguai que se hace en Nueva York o en otros estados
de la Union americana como ya hay precedento establecido, de
quo Ia persona, al obtener su tablilla, está obligada a asegurar
eso vehiculo.
Posiblemente esa situación dirian aigunos quo puede perju
dicar al obrero que necesita su automóvil para Ilegar al trabajo,
pero Os que en Puerto Rico ese problema no existe aparente
mente o yo creo que no existe, ya que hay un servicio do carros
134
DISCUSION
publicos numerosIsjmos, hay servicio de autobuses,
lo mismo en
el area metropolitana que en los distintos
pueblos de Ia isla
inclependienterneflte cie Jo pequeño; que pueden
r. v ec
.u—
1
cirIa ci nürrjero de vehieulos. En Nueva
York a Ia fecha en
que se sacan las tablillas, al cambio dc
tablillas anualmente, se
encuentran los vehiculos abandonados en las
calles por cientos,
personas que no pueden pagar Ia tablilla
y pagar el seguro, in
dependientemene del monto de la proteccjon
que pueda dar ese
seguro. Lo importante es obligar a
esa persona a pagar un
seguro cuanclo obtiene su tablilla. En
Puerto Rico los taxImetros que transitan por las vias
pdblicas, manifestado por
ellos rnismos a ml, que todos Jo sabemos,
pagan una tablilla as
cendente a airededor de S400 mientras
un irresponsabie que no
rinde absolutamente ningñn servicio
camina por las carreteras
de Puerto Rico, campeando por sus
respetos, como dijo el corn
pafielo, también con un volante en Ia
maim, que es extrernada
mente peligroso, destruyendo vidas,
y propiedad ajena, sin
mayor responsabjljdad. Lo dejan
detenido en cualquier sitio,
lo estacionan aqui. lo estacionan
allá, Ic dejan un ticket, lo
rompen y al zafacón, cambia de manos
ese vehIculo porque lo
vende al dIa siguiente. En otras palabras,
yo considero que Ia
recornendacion de seguro compulsorio
independjentemente de Ia
apariefleja y las consecuencjas que eso
pueda tener, que no es
problema de esta Conferencja Judicial,
debe de obligarse para
asI poner en manos de personas que
estén capacitadas aunque
no económicamente, pero si
necesarjarnente obligadas con Ia
comunidad, ya que una persona que
se produzca en numerosjdad
de accidentes corridos, como he
leido en Ia prensa que hay per
sonas que chocan el mismo carro
tres veces Ia misma noche,
posiblernente la compañia Ic retire a
esa persona Ia posibiljdad
de conducir un vehicuJo o de
poseer un vehlculo porque los con
sideran un riesgo malo y no le
conceden prima de seguro o no
le perrnjten pagar prima de
seguro y tener su póliza. Como
consecuencia ése es un vehiculo menos
que puede haber en las
carreteras de Puerto Rico. Considero
que uno de los problemas
grdncies y que se sabe que son, es Ia
numerosidad, el exceso de
vehieulos que hay y posibiernejite
eso poclrla reducirse obligando
a los clueflos de vehlcuios de
motor a asegurar sus vehIculos.
Muchas gracias.
II
Sr. Jue. Presicicnte: Muchas
gracias, compafiefo Noriega.
Compaflero Alberty Ruiz.
CoMITt SOBRE PROBLEMAS DEL TRANsrro
135
Si. Juez Victor Aihert, Ruiz: Sr. Juez Presidente, Sres.
Jueces Asociados, compañeros de Ia Conferencia Judicial:
Como Juez de Distrito pensaba yo cuando el compaflero
Serbia Córdova hablaba de que con Ia certificación de Obras
Pdblicas serIa suficiente para lograr una convicción de un acu
sado por estacionar en Ia via püblica un vehIculo en contra de
Ia icy, pensaba yo, como una preocupación, como un terna para
obieto de ulterior consideración, que si ci abogado le piantea al
señor Juez que presida la sala ci hecho de que eso está en contra
de la presunción de inocencia que postula Ia Constitución del
Estado Libre Asociado de Puerto Rico, qué impacto podrIa
tener esa icy que presume culpable a una persona cuando Ia
Constitución establece que en Puerto Rico todo acusado deberá
considerarse inocente del delito que se Ic imputa?
Otra cuestión, como objeto de estudio, de meditación, de
consideración ulterior, es el hecho de que yo considero como
abogado, como juez, de que no es una recomendación adecuada
y justa para con la ciudadanIa ci hecho de que ci Hon. Juez
Presidente haga un ilamamiento sobre la severidad de las penas.
La Ley de Evidencia—si Ia memoria no me es infiel—postula
que el juez que preside una sala y que va a juzgar, a condenar,
a evaluar los derechos de un acusado, debe ir alli con rnente no
prevenida, y si una recomendación sobre Ia severidad de la pena
no es prevenir a un juez que va a considerar los elementos
del delito, además los atenuantes que emanen de la misma
prueba, si eso no es una forma de prevenir al juez y de hacer
que ese acusado vaya eon una recomendación que viene de tan
alta y esciarecida procedencia, en contra del derecho que tiene
a que los atenuantes y las excusas legales que a veces no son
suficientes a exonerar, pero que son suficientes muehas veces
cuando el ánimo no está prevenido, cuando no hay una recomen
dación de tan esclarecida procedencia a que el juez sea benévolo
en Ia imposición de Ia pena.
Otra cuestión que considero que debe utilizarse y debe pon
derarse es el hecho de cómo autorizar a un secretario a aceptar
alegaciones de culpabilidad podrIa, con la Ley de la Judicatura
y con la Constitución y con los informes sobre eI particular
sobre ci Poder Judicial de Puerto Rico, tener aIgdn impacto
en Ia Constitución de Puerto Rico y además de eso otros pro
biemas que surgen y que son motivo de Rena preocupación. Esto
es todo.
I!
136
DISCUsION
CoMrrE SOuSE PROBLEMAS DEL TRANSIT0
Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero. El Juez
Presidente desea hacer constar, para beinficio de todas
las per
sonas presentes y del püblico que pueda ser informado
a través
de Ia prensa, que Ia recomendación a que se refiere
el Juez
Alberty Ruiz es una recomendación que hace el Comité, el
cr1terio que el Comité ha expuesto en un Informe que no tiene
nece
sariamente que coincidir con el del Juez Presidente; que
el
Juez Presidente no ha expresado criterio alguno sobre ese
extremo porque es una materia de Indole personal, de su
actitud
hacia las maneras de conducirse los jueces en el uso de
su
discreción.
Algün otro compaflero desea expreSarse? Juez
Acosta.
Sr. Juez José Benito Acosta: Sr. Juez Presidente, Sres.
Jueces Asociados, compafleros todos de la Conferencia Judicial:
Voy a hacer referencia brevemente a un punto, ya que hemos
oIdo el Informe del compaflero Juez Serbia haciendo sus reco
mendaciones con relación al problema o al sistema de denuricia
y citación smultáneas en los casos de menor importancia por
las violaciones a Ia Ley de Tránsito. Hay un detalle que he
observado en Ia práctica en mi sala de Carolina y es que estamos
usando todavia los mismos boletos que se usaban bajo la vieja
ley, que son tan pequeños y fueron diseflados y hechos para
funcionar con la otra ley, y esos boletos resultan insuficientes
ahora para ser usados en relación con Ia nueva Ley de Vehiculos
y Tránsito porque no tienen espacio donde el juez pueda escribir
sus notas en algunos casos cuando el acusado no hace alegacion
alguna y se prosigue con los procedirnientos como si fuera una
denuncia ordinaria y en algunos casos el policla no comparece,
el juez tiene que escribir alguna nota ordenando el arresto del
denunciante, ordenando que se cite de nuevo, ordenando que se
posponga Ia vista del caso, y no encuentra el juez un espacio en
el boleto donde escribir esa nota porque ya eso está previsto y
tiene los encasillados correspondientes sin que se haya dispuesto
de un espacio para esas notas. Yo recomiendo que a Ia mayor
brevedad posible se remodelen o se hagan nuevos boletos de
tránsito de manera que le ofrezcan esas facilidades al juez.
Otro punto que deseo seflalar para que si este Comité tiene
a bien considerarlo es Ia necesidad de que se fije la hora de
comparecencia al tribunal. Todos sabemos que la Ley de Trán
sito permite al infractor comparecer en cualquier momento
antes de Ia fecha indicada a hacer alegacion.
Con frecuencia
137
el ciudadano, como no se le dice a qué hora debe compare
cer, comparece a las 3 de la tarde, comparece a las 4, a Ia
hora que él escoja o que le sea más conveniente desde luego,
dentro del horario laborable. Entonces los jueces estamos obli
gados a atenderle, a recibir Ia alegación de culpabilidad, a im
ponerle Ia multa correspondiente, en muchos casos también se
encuentra el tribunal en sesión y realmente constituye esto una
interrupción a veces en nuestras sesiones mientras se ventilan
otros casos, porque nos vemos obligados muchas veces a inte
rrumpir la vista de casos, por ejemplo más importantes como de
acometimiento y agresión grave y portación de armas para
atender con cierta urgencia o rapidez estas alegaciones de cul
pabilidad que uno comprende que porque son de menor impor
tancia no debe tener un dIa esperando a un ciudadano que
quizás tenga mñltiples ocupaciones de carácter püblico y privado
que atender. Deseo hacer esta recomendación al Comité a los
fines de que se establezca, si es posible se escoja solamente uno
o dos dIas a la semana para comparecer y que se fije la hora de
comparecencia. Muchas gracias.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Acosta.
El compañero Torres Rigual.
1
Lic. Hiram Tories Rigzal: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces
Asociados, compafleros y amigos:
Quiero meramente puntualizar la recomendación nümero 21
que me parece que presenta un problema muy serio. Se le
informó al Comité que el aflo pasado se archivaron cerca de
30,000 casos por falta de someter al Tribunal de Distrito la
información adecuada en los casos de denuncia de ticket ciego.
Tengo entendido que este aflo vamos por el mismo camino. De
nada vale lo buena que sea la Ley de Tránsito; de nada vale lo
eficiente que sea Ia vigilancia policIaca, si luego no hay la acción
punitiva de los tribunales. Me parece que esto socava el pres
tigio de Ia Rama Judicial y crea una actitud en la ciudadanIa
muy lesiva al respeto que en toda democracia se le debe a la
Rama Judicial. Creo que debemos puntualizar esto para que se
corrija esta situación a Ia mayor brevedad. Muchas gracias.
Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Torres
Algdn otro de los miembros de la Conferencia desea
Rigual.
expresarse?
CLAu5URA DE LA C0NFERENCIA
i3
CIusuRA DE LA C0NFERENcIA
Sra. Juez Dominga Rivera: Unos breves minutos, Sr. Juez
Presidente, Sres. Jueces Asociados y compafleros todos; miem
bros de la Judicatura:
No hay duda de que las recomendaciones hechas por el Co
mite que acaba de informar y pm’ todos los Comités que han
desfilado sefialan la necesidad de ciertas facilidades, muchas de
ellas incluyen nombrarniento de nuevo personal, creación de
plazas nuevas, edificios que se construyan. SerIa recomendable,
Si se han hecho los estudios necesarios, cuánto costarIa al erario
pdblico cada una de las facilidades que se ha tornado en consi
deración que serIan necesarias.
Me parece a ml que es responsabilidad de todo comité,
cuando está haciendo unas recomendaciones solicitando facili
dades que conilevan nuevas asignaciones que se haga an estudio:
cuánto costarla al erario pdblico, por dos razones: En primer
lugar, para ver si es factible dentro de las posibilidades econó
micas presupuestales del pals lievar a cabo esas facilidades;
y
en segundo lugar, para ir haciendo ambiente en Ia mente de
los
legisladores de que, dentro cle las posibilidades económicas del
pals, pueden ilevarse a cabo esas facilidades que se solicitan.
Se harIa an mejor trabajo y es cuestión de conocer Ia naturaleza
humana de que asI serIa rnás fácil el logro de las facilidades que
se recomiendan porque no harlamos nada en relación a conseguir
lo que se propone si no se dice cuánto costarIa y si eso puede
ha
cerse dentro de las facilidades econórnicas del pals. Eso
es
todo.
Si. Ju.ez Presidente: Muchas gracias, compañera.
En este
del Comité
a éste y en cuanto
a los demás, el Tribunal se pronunciará en el momento
oportuno.
El señor Presidente del Comité Directivo.
momento vamos a considerar sometido
el Informe
luego de Ia discusión del mismo.
En cuanto
I
CLAUSURA DE LA CONPERENCIA
Sr. J’uez R. H. Todd, Jr.: Terminada la sesión de
trabajo
del dIa de hoy procede y asi lo someto al Juez Presidente
y a los
Jueces Asociados de este Tribunal Supremo que, como
se hizo
en la Primera Sesión Plenaria, tengamos una
corta sesión de
clausura en la que intervengan algunos compafieros.
Como
Presidente del Comité Directjvo y previa consulta
con el Juez
Presidente, me permito sugerir al Tribunal que
se designen
13tJ
para tomar parte en esta fase de clausura a un representante
de los Jueces de Distrito, a uno por los Jueces Superiores, al
Presidente del Colegio de Abogados, y a un servidor. Me he
permitido sin estar expresamente autorizado para ello el some
ter al Tribunal que se designe al licenciado y compaflero Marce
lino Flores en representación de los Jueces de Distrito; al coin
pañero Aifredo Archilla Guenard, en representación de los
Jueces Superiores. Además, al cornpañero Manuel Abréu
Castillo, como Presidente del Colegio de Abogados.
Sr. Juez Presidente: Machas gracias, Sr. Presidente del
Comité Directivo. El rfvjbunal estâ de acuerdo con las suges
tiones y recornendaciones hechas por el Comité, y porle en el
uso de Ta palabra al compafiero Marcelino Flores.
Sr. Jue:; Mai’celino Flares: Sr. Presidente del Tribunal
Supremo, $res. Juece? Azociados, Sr. Presidente del Cornité Di
rectivo de In Conferenca, Sr. Secretario de Justicia, Sr. Froeurn
dor General dc Puerto Rico, Sr. Director cie Ia Administraci:in de
Tribunales, Sr. Presidente del Coiegio de Abogados, represen
tantes del poder ejecutivo aquI presentes, cornpañeras y corn
pafleros:
Es para ml un motivo de profunda satisfacción personal y
profesional poder decir en el momento final de esta Segunda
Conferencia Judicial unas breves palabras en representación
de los Jueces de Distrito tal como lo sugiriera el Hon. Presidente
de este acto. Los distinguidos magistrados del Tribunal de
Distrito de Puerto Rico hemos sabido aquilatar los méritos
profesionales y sociales de esta actividad judicial. Damos fe de
que la organización, los asuntos objeto de estudio y ponencia,
asI como los exponentes, han sido insuperables. Asimismo son
insuperabies los pianos de respeto, de consideración y dignidad
profesional que han imperado a lo largo de estos tres dlas de
convivencia profesional y personal de jueces y abogados partici
pantes y asistentes en esta Conferencia. Se han fijado proble
mas que enfrenta la justicia en Puerto Rico; se han discutido
posibies soluciones; y se han hecho evaluaciones. Sobre todo,
estas Conferencias con fe de superación le tienen que decir al
pueblo de Puerto Rico, el de mayor consideración en toda gestión
profesional, que los magistrados y los administradores de jus
ticia se reunen para discutir las fallas judiciales, para evaluar
Ia obra que a diario realizamos y acordar aquellas medidas
jurIdico-sociales que sirvan mejor los intereses generales de
14(
CLAuSuRA DE LA C0NFERENcJA
CLAusuaA DR LA CONFEREN0IA
ese pueblo. Nos hernos dado cuenta de lo mucho que hemos
hecho, pero a la vez nos vamos de aqul entusiasmados con lo
mucho que nos queda por hacer.
Los Jueces de Distrito, al igual que los distinguidos magi
trados del Tribunal Superior, aceptarnos el reto que nos hacen
el Hon. Tribunal Supremo de Puerto Rico, el Hon. Gobernador
de Puerto Rico, y las Honorables Cámaras Legislativas. Solo
reclarnamos de Dios Ia tranquilidad de espIritu que se requiere
para hace buena justicia. Dc los hombres. esperamos y damos
buena voluntad. Gracias, señores del Tribunal Suprerno, gra
cias Sr. Gobernador por Ia fe puesta en nosotros, y gracias Hon.
Colegio de Abogados de Puerto Rico por tantas atenciones y gen
tilezas. Muchas gracias.
ción de Ia justicia que todos nos unamos en una
asamblea ple
naria de este organismo por lo menos todos los aflos,
uria vez a!
aflo, para asI aportar las experiencias adquiridas
durante ese
año y tratar de mejorar esa administración de Ia
justicia. Yo,
a nombre de los Jueces Superiores de Puerto Rico,
felicito al
Comité organizador de esta Conferencia por el éxito
alcanzado
y muy especialmente a su docto Presidente.
Quiero terminar estas cortas palabras diciendo que
este
espIritu que ha reinado aquI en esta Conferencia en
pro de la
consecución de Ia mejor administración de Ia justicia a
nuestro
pueblo no se quede aquI depositado en el ámbito de
este Hon.
Tribunal. Lievémosnos, pues, en nuestros corazones
ese alto
principio, Ilevémoslo a nuestras respectivas jurisdiccione
s, y
con él hagamos y procuremos una mejor justicia.
Muchas
gracias.
Sr. Juez Presidente:
El compaflero Archilla.
Muchas gracias, compañero Flores.
Sr. Juez Alfredo Archilla, Guenard: Sr. Juez Presidente,
Sres. Jueces Asociados, compafleros miembros todos de esta
Hon. Conferencia Judicial de Puerto Rico.
Agradezco infinitamente la oportunidad que se me brinda
en estos momentos de clausura de esta Hon. Conferencia para
en nombre de los Jueces Superiores de Puerto Rico, el grupo que
me honro en pertenecer, agradecer infinitamente la oportunidad
que a todos nos ha brindado este organismo para colaborar
juntos en pro de una mejor administración de la justicia. Es
precioso, seflores, el principio que enuncia este organismo: Ia
consecución de una mejor adrninistración de la justicia para
este bendito pueblo puertorriqueflo que tanto se Ia merece. Y
es preciosa, además. la oportunidad que este organismo nos
brinda a todos de por lo menos una vez al aflo reunirnos para
aunar nuestros conocirnieritos y las experiencias aciquiridas en
pro de la consecucjón de esa mejor administración de Ia justicia
para este pueblo.
En nombre de los Jueces Superiores de Puerto Rico yo
quiero consignar en ci record de esta Hon. Conferencia el sentir
de este grupo de servidores püblicos. He auscultado el criterio
de Ia mayorIa de los compafleros miembros de esta Conferencia
Judicial y puedo y quiero decir que el criterio es unánime en el
sentido de Ia deseabilidad de que esta Conferencia se reuria en
Asamblea Plenaria por lo menos cada aflo. Es decir, que en
tienden los jueces que componen este grupo de esta Conferencia
que es necesario, ütil y bueno para nuestra mejor administra
Sr. Juez Presiclente:
Guenard por sus palabras.
gados, Lie. Abi’éu Castillo.
141
Muchas gracias, compaflero Archilla
El Presidente del Colegio de Abo
Lie. Manuel Abréu Castillo: Sr. Juez Presidente y Sres.
Jueces Asociaclos, Sr. Presidente y miembros del Comité Direc
tivo, compafleros y eompaneras:
Dc esta Segunda Conferencia Judicial hemos obtenido logros
que debemos resaltar para que queden permanentemente gra
bados en Ia mente y en el espIritu de todos nosotros. Estos
logros, en primer lugar, son que se ha logrado una mayor iden
tificación entre las tres ramas que componen nuestro sistema
de gobierno; que en los niveles y en las areas de cada cual se
realizan y se descargan responsabilidades que tienen una estre
cha e Intima reiación unas con las otras. AquI, Ia Rama Judicial
le informa al Ejecutivo y al Legislativo cnáles son sus ansias y
sus aspiraciolles para mejorar el sisterna. El Ejecutivo, a su
vez, señala cudles son sus exigencias para niejorar la justicia,
quo también es función del Eiecutivo. Igualmente, Ia Rama
Legisiativa sugiere y propone medidas encarninadas a mejorar
todo nuestro sistema constitucional. En segundo lugar, y muy
importante para ci destino de la Rama Judicial en Puerto Rico,
ha sido el logro de que por primera vez en nuestra historia la
Rama Judicial tiene un auténtico liderato y un liderato con
sabor a Puerto Rico, con sabor a pueblo y con sentido de iden
tificar el sistema judicial con aquellos a quienes verdaderamente
sirve ci sistema judicial, quo es a los puertorriqueflos. Esta
IF
142
CLAuSuRA DE LA CoNrREwcIA
CLAusuRA DR LA CoNFErNcIA
identificación es muy saludable y es muy provechosa para los
mej ores intereses de nuestro pueblo. Y decimos que se iden
tifica la Rama Judicial en un auténtico liderato con nuestro
pueblo, porque por vez primera en nuestra historia Ia Rama
Judicial, sin tener Ia responsabilidad legal de hacerlo, le rinde
un informe al pueblo de Puerto Rico de cuál es el estado judicial
en este pals. Esto es muy importante porque esto mejora la
calidad democrática del pueblo de Puerto Rico.
Y por dltirno un logro que no podemos pasar por alto es Ia
clara y estrecha identificación que esta Conferencia produce
y estimula entre el Foro puertorriqueflo y nuestra Judicatura
en un piano de dignidad, de respeto y confraternidad. Para
todos en nombre del Colegio cle Abogados, para los señores
magistrados y el Comité Directivo, nuestra más cálida felicita
ción y Dios quiera que los logros que hemos obtenido sean de
permanente beneficio para nuestro buen pueblo de Puerto Rico.
Muchas gracias.
esta Segunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial, como
Ia que tuvo en su Primera Sesión, ese éxito se esfumarla o a lo
más quedarla limitado a un mero esfuerzo intelectual de varios
abogados de buena voluntad, si los diversos informes sometidos
a la consideración de nuestro Tribunal Supremo, silas recomen
daciones en ebbs contenidas en tanto en cuanto merezcan Ia
aprobacón del Tribunal Supreme, no se convierLen en nuevas
leyes o en enmiendas a las ya en vigor y asimismo en 1a adop
ción de aquellas reglas que afectan a una mejor administración
de una justicia justa, como dijo en ci dIa de ayer el compafiero
Sr. Jnez Presidente: Muchas gracias, compaflero Abréu Cas
tub por sus palabras. El Presidente del Comité Directivo,
compaflero Todd.
Sr. Juez R. H. Todd, Jr.: Sr. Juez Presidente y Jueces Aso
ciados del Tribunal Supremo, compafleros todos de Ia Confe
rencia Judicial:
Muy breves palabras. Como Presidente del Comité Direc
tivo deseo, en primer lugar, expresar la satisfacción que he sen
tido en estos tres dIas de trabajos de la Segunda Sesión Plenaria
de Ia Conferencia Judicial por la magnIfica labor realizada por
los distintos comités que han rendido informes y recomendacio
nes a esta Conferencia y asimismo por las ponencias expuestas
por los presiderites de dichos comités. Se ha demostrado aqul
el interés profundo que los comités nombrados por el Tribunal
Supremo han tenido y tienen en que los fines para los cuales
fue creada esta Conferencia Judicial en los distintos problemas
importantes con que nos confrontamos para una mejor admi
nistración de Ia justicia en Puerto Rico tengan el mayor éxito.
También es digno de ba ci interés demostrado por los demás
miembros de Ia Conferencia Judicial, que no son y no forman
parte de los distintos comités, con su asistencia diana a estas
sesiones y su intervencióri directa, aportando ideas y sugestiones
para futuras consideraciones de los distintos comités. Es na
tural, sin embargo, que no importa el éxito que haya tenido
I
143
Poventud.
A ese efecto puedo asegurar al Tribunal Supremo y a los
miembros de In Conferencia Judicial que al aceptar el honroso
cargo de Presiclente del Comité Directive hice el propósito de
dedicar todo ci esfuerzo de que sea capaz pam continuar pres
tando al Tribunal Supremo mi cooperación para que ci éxito de
la Conferencia Judicial se convierta en una realidad. Es Ia
ünica forma la mejor forma en que puedo honrar Ia memoria
de mi predecesor, nuestro inolvidable compaflero Jaime Sifre
Dâviia, espIritu creador de esta Conferencia Judicial. No creo
revelar ningdn secreto si digo que a los fines que acabo de ex
poner, ya ci Juez Presidente me ha citado para que me reuna
con él en el mes de enero para tratar sobre todas las cuestiones
que han sido sometidas al Tribunal Supremo en esta Segunda
Sesión Plenaria y ver la forma de ir instrumentando la acción
que deba tomar ci Tribunal Supremo en relación con los distin
tos informes y recomendaciones.
Creo mi cleber, además, antes de terminar, expresar el reco
nocimiento de la Conferencia Judicial a la espléndida coopera
ción del Colegio de Abogados y de su dinámico Presidente, el
compaflero Manuel Abréu Castillo, quienes en todo momento
han estado cooperando para ci mejor éxito de la Conferencia
Judicial. Asimismo, y para terminar, creo mi deber, a nombre
de todos los miembros de la Conferencia Judicial, dam las gracias
más cumplidas al Tribunal Supremo por la espléndida recepción
que en honor de los miembros de Ia Conferencia Judicial nos
ofreció anoche. Muchas gracias.
5r• Juez Presidente: Muchas gracias, compañero Juez Todd.
Para clausurar, solo dos palabras. Esta Segunda Sesión
Plenaria de la Conferencia Judicial ha llevado a cabo sus tra
bajos oyendo las ponencias de sus respectivos comités a través
144
(LAUsuRA DE LA CoNFER1NcIp.
de sus presidentes y discutiendo estos informes, en
el clima de
acercamiento y entendimiento mutuo de Foro y
Judicatura donde
se están aunando los esfuerzos de cada uno de
estos dos inte
I
grantes de Ia Conferencia Judicial.
La Conferencja Judicial en Puerto Rico acaba de
nacer.
Esta es solo Ia Segunda Sesión Plenaria. Su organización
no
es perfecta, como tampoco posiblemente los mecanismos
para
hacer expresión de Ia labor intelectual, de los trabajos profe
sionales, de los objetivos y de las metas que justifican su exis
tencia. Sin embargo, se nutre esta Conferencia, no solo
del
calibre intelectual de los miembros que Ia componen, sI
que del
sentimiento, de la disposiciOn, de la emociOn que se pone en
el
trabajo. Miembros de Ia profesión que constituyen
honra de
nuestro Foro, de larga práctica, de muchos años de experiencia
vienen a colaborar en los trabajos de los comités, con miem
bros más jóvenes de Ia profesión. Se unen las generaciones,
se unen las actitudes de Ia vida y los modos de pensar en
las
distintas esferas de actividad de la Conferencia. Distinguidos
compafleros, como don José Angel Poventud, quien reside en Ia
ciudad de Ponce, miembro del Comité Directivo, Presidente
del
Comité de Procedimiento Civil, no solo se reüne con ci Comité
para los trabajos, deliberaciones y recomendaciones y estudios
de las materias técnicas que implica el procedimiento civil,
Si
que comparece puntualmente y sin faita a las sesiones del Comité
Directjvo aun cuando se citare con 24 horas de
anticipaciOn.
Corno nuestro querido ex Juez Presidente, don Roberto
H. Todd,
quien al igual que su predecesor. nuestro inolvidable don Jaime.
estuvo dispuesto a sacrificar su retiro, su vida sosegada, para
venir a esta Conferencia, a unirse a las preocupaciories que nos
lievan a nosotros a trabajar juntos en el esfuerzo de proponer
soluciones, de cristalizar las ambiciones en realidades para me
jorar la administración de Ia justicia, ci funcionamiento de
los tribunales, enfrentándonos a Ia realidad del enjuiciamiento
pdblico del sistema judicial, no siempre carente de base. En
ese
esfuerzo comdn, esfuerzo comdn de Foro y Judicatura, cons
cientes de la situación de Ia Rama Judicial, aunando esfuerzos
en esa proyección hacia adelante con ci dinamismo de la juventud
y con Ia experiencia de los aflos que ilevan en Ia profesión dis
tinguidos miembros de nuestro Foro, como el compaflero Ocho
teco, quien ha sido columna en nuestro Comité Directivo, y otros
con menos aflos como los compafleros TrIas Monge, Fernández
Badillo y Ponsa FelIu. Los miembros del Comité Directivo, miern
CLAusURA DE LA CONFERENCIA
145
bros de todos los comitds, con una gran dedicación y con una
gran actitud. Son de oro las palabras que dijera don Jaime
Sifre lJávila cuando clausuró la Sesión Inaugural de Ia Primera
Sesión Plenaria: “Estoy convencido de que el ambiente de aus
teridad y de respeto en que se ha conducido esta Conferencia
Judicial compuesta de miembros del Foro y de la Judicatura, es
eI mejor augurio de los logros positivos por delante.” No po
demos decir, compafleros de Ia Conferencia, aun con todo lo
que Ia labor de pensamiento y con todo lo que Ia labor de los
comités representan que hemos Ilegado a nuestra meta. Esta
mos comenzando. El camino es escarpado. Requiere voluntad
de espIritu, dedicación de los miembros del Foro y de Ia Judica
tura aunados en el propósito de esta Comferencia Judicial.
No solo participando en esta Conferencia, sino como Ia enti
dad representativa de nuestra clase, el Colegio de Abogados ha
prestado tanto a Ia administraciOn de justicia como a este Tribu
nal ci énfasis de su respaldo y sus convicciones para solucionar las
crisis congestivas en éste y en otros tribunales. No hay pala
bras para reconocer, para agradecer la disposición, Ia actitud
y la contribución de ustedes a esta magnIfica labor de Ia Con
ferencia Judicial. Esperamos de ustedes y otros compafleros
más esa misma voluntad, esa misma dedicación para seguir
adelante en este proyecto. El Tribunal, ci Comité Directivo,
evaluarán los trabajos de Ia Conferencia.
Posiblemente tenemos
que examinar ci alcance de Ia Conferencia Judicial, los rneca
nismos para instrumentar los estudios, los proyectos. No siem
pre es fácil organizar en sus comienzos una cosa. Sin embargo,
las experiencias van indicando cOrno deben continuarse haciendo
las cosas dentro de aquellas limitaciones, dentro de aquellas
areas, dentro de aquellos ámbitos propios para actuar. Pero
ése es ci porvenir y ése es ci porvenir inmediato al que hay que
dirigirse en la continuación de nuestro esfuerzo. Se recons
tituirán comités, se crearán comités nuevos, se examinará Ia
situaeión toda.
Para los funcionarios de la Conferencia, el Director Admi
nistrativo de los Tribunales y su Auxiliar, nuestro Secretario,
gue actüan como secretarios de la Conferencia, ci Alguacii del
Tribunal y los alguaciles auxiliares, una palabra de agradeci-.
miento por Ia labor administrativa, y de organización fIsica, de
facilidades en esta Sala, y para ustedes, a nombre del Tribunal
Supremo, compafleros de Ia Conferencia Judicial, el recono
146
CLAuSURA DR LA C0NFERENcIA
el respeto más profundo porque esta Segunda Con
ferencia Judicial, como la primera, por su austeridad, por la
dignidad de sus trabajos, y xnás que todo, por el acercamiento
del Foro y Ia Judicatura, ha representado en esta ocasión, como
en aquélla, una gian conquista de nuestra profesión. Muchas
gracias y con estas palabras declaro terminada Ia Segunda Sesión
Plenaria de la Conferencia Judicial.
cimiento y
CERT: ic c 1(3 N
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CERTIFICACION
Yo, Mercedes L. Somohano, Secretaria Auxiliar del Tribunal
Supremo de Puerto Rico, CERTIFICO:
Que la anterior es una transcripción fiel y exacta preparada
por ml de las cintas magnetofónicas dc la grahación heclia duran
te los procedimientos dc Ia Segunda Sesión Plenaria de la Con
ferencia Judicial de Puerto Rico celebrada durante los dIas 15,
16 y 17 de diciembre de 1960, en el Salon de Sesiones del Tri
bunal Supremo de Puerto Rico.
En testimonio de lo cual y para unir al expediente de Ia
Conferencia expido Ia presente en San Juan, Puerto Rico, a 27
de febrero de 1961.
MERCEDES L. S0M0HAN0
Sec retaria Auxilia,r
DEPARTAMENTO DE HACIENDA
Servicio de Compra y Suministro
—
Divisiân de Imprenta
SAN JUAN, P. R.
1964
J.
2-2080—500—IGPR
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