CONFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RICO MEMORIA DELA SEGUNDA SESION PLENARIA. 15, 16 Y 17 DE DICIEMBRE DE 1960 TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO SAN JUAN, PUERTO RICO <t ç C) A- /1 / / C(JNF’ERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RICO SEGUNDA SESION PLENARIA Durante los dIas 15, 16 y 17 de diciembre de 1960 se ceiebró en Ia Sala de Sesiones del Tribunal Suuremo de Puerto Rico la segunda sesión pienaria (le Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico. La mañana del jueves 15 estuvo dedicada a Ia sesión inau gural cle Ia Conferencia, la cual se declaró abierta por ci Hon. Luis Negrén Ferntndez, Juez Presidente del Tribunal Supremo y Presidente de Ia Conferencia Judicial. Sc dedic la sesión inaugural a honrar Ia memoria del Hon. Jaime Sif’e Ddvila, Juez Presidente Jubilado del Tribunal Sucremo e: Presi dente del Ccmité Directivo de Ia Conferencia Judicial. Clausurd Ia sesión inaugural ci Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente del Comité Directivo de la Conferencia. - Las sesiones de trabajo de la Conferencia consurnieron Ia tarde del jueves 15, el viernes 16, y Ia mañana del dbado 17. Rigió el programa que aparece más adelante y se lievaron a cabo los procedimientos que aqui se transcriben. GuILLERM0 A. GIL Sec ietario de ta Conferencia. IGNACIO RIvERA Sdcretauio Axiliar (. III I CONFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RICO SEGUNDA SESION PLENARIA RESOLUCION SENALANDO LA SEGUNDA SESION PLENARIA RESOLUCION DESIGNANDO AL PRESIDENTE DEL COMITE DIRECTIVO COMITES DE LA CONFERENCIA AGENDA REGLAS MIEMBROS DE LA CONFERENCIA TABLA DE MATERIAS SE5ION INAUGURAL (En mernoria dcl lion. Jaime Sifre Dávila) Página Apertura de Ia Conferencia, Hon. Luis Negrón Fernández, Juez Presidente del Tribunal Supremo y Presidente de Ia Conferencia Judicial Resolución del Tribunal Supremo in memoriam Mensaje dcl Hon. Luis Muñoz Mann, Gobernadon del Estado Libre Asociado de Puerto Rico Mensaje del Hon. Samuel R. Quiflones, Presidente del Senado Mensaje del Hon. Ernesto Ramos Antoaini, Presidente de la Cámara de Representantes Monsaje del Hon. Manuel Abréu Castillq, Presidente del Colegio de Abogados de Puerto Rico Mensaje del Hon. José Angel Poventud, decano de los abogados de Puerto Rico Clausura de la Sesidn Inaugural, Hon. Roberto H. Todd, Jr., Pre sidento del Comité Directivo 1 1 3 5 9 11 14 16 SESIONES DE TRABAJ0 ASI5TENcIA LEGAL Ponencia sobre el informo del Comité—Hon. Juan B. Fernández 19 34 Badillo, Presidente Discusión del Informe INFORME DEL PaEs!nENTE 46 Hon. Luis Negrón Fernández, Presidente de la Conferencia EnucAcléN LEGAL Y AnMI5ION AL EjEacIclo DR LA AnoGAcfA Ponencia sobre el informe del Cornibé—Lcdo. Rnfael Martinez Alvarez, Jr., Presidente Interino Discusién del Informe 56 61 REGLAS DR ADMJNISmAcION Y CALmcoAiuos JumcsALEs Poneucia sobre el informe del Comité—Lcdo. Felix Ochoteco, Jr., 62 67 Presidente DiscusiCn del Informe VII r TABLA DL MATERIA5 PROcEDIMIENT0 CIVIL Ponencia sobre el informe Presidente DiscusiOn del Informo del Cornité—Lcdo. José A. Poventud, Pigina 70 75 1NCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAn05 MENTALES Ponencia sobre el informe del Comité—Hon. Hiram R. Cancio, Pre sidente Discusión del Informe EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO In re: C0NFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO Rico. 76 82 RESOLUCION REF0RMA5 AL SI5mMA JuDICIAl 2 Ponencia sobre el informe del Comité—Lcdo. José Trias Monge, Pre sidente DiscusiOn del Informe San Juan, Puerto Rico, a 14 de julio de 1960. 96 102 RELACI0NEs BE FAMILIA Ponencia sobre el informe del Comité—Hon. Antonio R. BareelO, 0 Fresidente Jr DiscusiOn del InfoTme 102 104 Luis NEGRON FERNÁNDEZ 104 110 PROBLEIVIA5 DEL TRANSIT0 Ponencia sobre el informe del Comité--—Hon. Lucas F. Serbia, Pre sidente Discusión del Informe VIII Juez Presidente Certifico: IGNACIO RWMtA Secretario 117 131 CLAu5URA BE LA C0NFERENCIA Hon. Marcelino Flores, Juez del Tribunal de Distrito HBn. Aifredo Archilla Guenard, Juez del Tribunal Superi or Hon. Manuel Abréu Castillo, Presidente del Colegio do Aboga dos Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente del Comité Directi vo Hon. Luis Negrón Fernández, Juez Presidente del Tribun al Supremo y Presidente do Ia Conferencia El Juez Presidente queda autorizado para preparar el tema rio de la Conferencia y encomendar a los Comités Ia labor que corresponda con arreglo al mismo. Lo acordd el Tribunal y firma el señor Juez Presidente. AsuNTos BE MEN0RES Ponencia sobre ol informe del Comite—Hon. Edwin Cortés Garcia, Presidente DiscuslOn del Informe Se senalan los dias 15, 16 y 17 de diciembre de 1960 para la celebración de Ia Segunda Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico. 139 140 141 142 143 II r COMITES DE LA CONFERENCIA JUDICIAL EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO In re: CONFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RIco. Comité de Asistencia Legal RESOLUCION San Juan, Puerto Rico, a 23 de noviembre de 1960. Con motivo del sensible fallecimiento del Hon. Jaime Sifre Dávila, se designa Presidente del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico al Hon. Roberto H. Todd, hijo. Lo acordo el Tribunal y firma el Sr. Juez Presidente. Luis NEGRON FERNÁNDEZ Juez Presidente Certifico: IGNACIO RIvERA Secretario Comité Directivo Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente (Todos los presidentes de los demás comités son miembros de éste.) Hon. J. B. Fernández Badillo, Presidente Lie. Mariano Acosta Velarde Lie. James R. Beverley Lie. Juan Caizada Gonzalez Lie. Enrique Córdova DIaz Hon. Rogelio Fernández Garzot Lie. Federico Tilén, Miembros Conute sobre Asuntos de Menores Hon. Edwin Cortés Garcia, Presidente Hon. Eduardo Alvarez de Ia Vega Lie. Richard Francis Hon. Gladys Lasa Lie. Luis A. Noriega Hon. José L. Purcell Lie. Milton F. Rüa, Miembros Comité de Educación Legal y Admisión al Ejercicio de Ia AbogacIa Hon. Manuel Rodriguez Ramos, Presidente Lie. J. Martin Almodóvar Lie. Jorge Luis Córdova Lie. Manuel Garcia Cabrera Lie. Rafael Martinez Alvarez, hijo Lie. Pedro Muñoz Amato Lie. Domingo Toledo Alamo, Miembros XI x Comité de Etica Hon. Borinquen Marrero, Presidente Lie. Manuel Abréu Castillo Hon. Hiram R. Cancio Lie. Jorge Luis Córdova Lie. Manuel Garcia Cabrera Lie. Felix Ochoteco, Jr. Lie. Gonzalo Sifre, Miembros Comité sobre Problemas Relacionados con Ia lmposición de Penas, Sentencias Suspendidas y Libertad a Prueba Hon. Luis Pereyó RodrIguez, Presidente Lie. Enrique Campos del Toro Hon. Ramón A. Gadea Pieó Hon. Guillermo Gil Rivera Lie. Juan B. Soto Hon. Angel M. Umpierre Hon. Frank Vizearrondo, Miembros Comité sobre Problemas del Tránsito Hon. Lucas F. Serbia, Presidente Lie. Manuel Abréu Castillo Hon. José C. Aponte Hon. Carlos V. Dávila Lie. Ramón Mellado, hijo Hon. José Pablo Morales Hon. Augusto Palmer Hon. José Perez Rodriguez Lie. Federieo Rodriguez GelpI Lie. Hiram Torres Rigual Hon. Roberto Veray Torregrosa, Miembros Comité de Procedimiento Civil Lie. José A. Poventud, Presidente Lie. Enrique Báez Garcia Hon. Luis Blaneo Lugo Lie. Abraham BIaz Gonzalez xH Lie. F. Fernández Cuyar Lie. Amador Ramirez Silva Lie. Miguel Velázquez Rivera, Miembros Comité de Procedimiento Criminal Lie. Francisco Ponsa Feliu, Presidente Lie. Santos P. Amadeo Hon. José C. Aponte Hon. Angel D. Marchárid Paz Lie. Ruben Rodriguez Antongiorgi Lie. Benicio Sanchez Castaflo Lie. Julio Suárez Garriga, Miembros Coniité de Procedimiento para Ia Determinación de Incapacidad Mental y Reclusion de Enajenados Mentales Hon. Hiram R. Cancio, Presidente Hon. Rolando MartInez Lie. José M. Terrasa Hon. Roberto Veray Torregrosa Lie. Angel Viera Martinez Hon. José Villares Rodriguez Hon. Rafael L. Ydraeh, Miembros Comité sobre Reformas al Sistema Judicial Lie. José TrIas Monge, Presidente Lie. Gabriel de la Haba Lie. Rafael 0. Fernández Lie. Raimundo Garcia Cintrón Lie. Benjamin Ortiz Lie. Francisco Parra Toro Hon. Pedro Santos Borges, Miembros Comité de Reglas de Administración y Calendarios Judiciales Lie. Felix Ochoteeo, Jr., Presidente Hon. José M. Calderón, hijo Hon. José Dávila Ortiz Lie. Angel Fiol Negrón xm Lie. Juan Enrique Géigel Hon. José Perez RodrIguez Lie. Francisco Torres Aguiar, Mc nibios Cornité sobre Relaciones de Familia Hon. Antonio R. Barceló, Pres’idente Lie. Tomá’ Bernardini Pales Lie. Ramón Cancio Hon. Joaquin Correa Suárez Lie. Emily Dixon de Ruiz Lic. Ramón Perez de Jesus Hon. Lucas F. Serbia Córdova, Miembros EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO In re: C0NFERENcIA JUDICIAL DE PUERTO Rico. Agenda para la Segunda Se sión Plenaria a celebrarse los dIas 15, 16 y 17 de diciembre de 1960 y Reglas para regir sus trabajos. RESOLUCION San Juan, Puerto Rico, a 9 de diciembre de 1960. A recomendaciones del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial, conforme al apartado IV de nuestra Orden de 10 de octubre de 1957, se aprueba la siguiente AGENDA para la Segunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial de Puerto Rico a celebrarse en la Sala de Sesiones del Tribunal Supremo durante los dIas 15, 16 y 17 de diciembre de 1960: SESION INAUGURAL Dedicada a la Memoria del Hon. Jaime Sifre Dávila, ex Juez Presidente del Tribunal Supremo de Puerto Rico y ex Presi dente del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial. Jueves, 15 de diciembre de 1960 9:30 a.m. APERTURA DE LA CONFERENCIA Y DEDICACION DE LA SESION INAUGURAL Hon. Luis Negrón Fernández’, Juez Presidente del Tribunal Supremo y Presidente de Ia Conferencia. LECTURA DE LA RESOLUCION DE DUELO DEL TRIBUNAL SUPREMO XIV Hon. Emilio S. Belaval, Juez Asociado del Tribunal Supremo. REGLAs REGLAs REGLAS DE ADMINISTRACION Y CALENDARIOS JUDICIALES BREVES PALABRAS ALTJSIVAS AL ACTO: Hon. Luis Mufloz Mann, Gobernador de Puerto Rico. Hon. Samuel R. Quiflones, Presidente del Senado de Puerto Rico. Hon. Ernesto Ramos Antonini. Presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico. Hon. Manuel Abréu Castillo, Presidente del Colegio cle Abogados de Puerto Rico. Hon. José Angel Poventud. Ponencia sobre el informe del Comité. Lic. Felix Ochoteco, Jr., Presidente. Discusión del informe. INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENADOS MENTALES Ponencia sobre el informe del Comité. Hon. Hiram R. Cancio. Presidente. Discusion del informe. CLAUSURA DE LA SESION INAUGURAL Hon. Roberto H. Todd, Jr., Presidente del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial. 2:00 p.m. REFORMAS AL SISTEMA JUDICIAL SESIONES DE TRABAJO Jueves, Ponencia sobre el informe del Comité. Lic. José Trias Monge, Presidente. Discusión del informe. 15 de diciembre de 1960 2:00 p.m. El Juez Presidente declarará abierta la sesión y rendirá Informe a Ia Conferencia. RELACIONES DE FAMILIA Ponencia sobre el informe del Comité. Hon. Antonio R. Barceló, Presidente. Discusión del informe. INFORMES DE COMITES ASISTENCIA LEGAL Ponencia sobre el informe del Comité. Hon. Juan B. Fernández Badillo, Presidente. Discusión del informe. ASUNTOS DE MENORES Ponencia sobre el informe del Comité. Hon. Edwin Cortés Garcia, Presidente. Discusión del informe. Sábado, 17 de diciembre de 1960 9 :00 a.m. EDUCACION LEGAL Y ADMISION AL EJERCICIO DE LA ABOGACIA Ponencia sobre el informe del Comité. Lic. Manuel GarcIa Cabrera, Presidente Interino. Discusión del informe. PROBLEMAS DEL TRANSITO Ponencia sobre el informe del Comité. Hon. Lucas F. Serbia, Presidente. Discusión del informe. Viernes, 16 de diciembre de 1960 9 :00 a.m. PROCEDIMIENTO CIVIL Ponencia sobre el informe del Comité. Lic. José A. Poventud, Presidente. Discusión del informe. I XVI I CLAUSURA DE LA CONFERENCIA Las sesiones de trabajo y los procedimientos de Ia Confe rencia se regirán por las siguientes xvn REGLAS REGLAS REGLAS 1. El Juez Presidente llamará al orden y declarará. cons-. tituida, para cornenzar sus trabajos, Ia Segunda Sesión Plenaria de Ia Conferencja Judicial de Puerto Rico. 2. Conforme a Ia agenda aprobada, cada presidente de comité hará una breve exposición del contenido y alcance del informe rendido al Tribunal y dará cuenta sobre Ia acción tomada por el cornjté, de haberse tornado alguna, sobre cualesquiera suges tiones o propuestas sornetidas por miembros de Ia Conferencia u otros miembros del Foro, con relación a dicho inforrne. 3. Después de la ponencia de cada presidente de comité, el Juez Presidente abrirá a discusión el informe correspondiente. Podrán participar en dicha discusión ünicamente miembros de Ia Conferencia. Se Iimitará el ndrnero de turnos y la duración de los misrnos, de acuerdo con las circunstancias, dándose oportu nidad preferente para exponer sus ideas a aquellos miernbros de Ia Conferencja que hubieren sornetido previamente suges tiones o propuestas por escrito; pero el Juez Presidente, dentro del tiernpo disponible para Ia discusión de cada informe, pro curará que el mayor nümero de miembros pueda expresar su criterio. 4. Las ideas expuestas o sugestiones hechas por rniembros de Ia Conferencja durante Ia discusión de los respectivos infor mes, serán objeto de ulterior estudio y consideración por el comité carrespondiente, el cual someterá un informe compie mentario al Tribunal Supremo respecto a las mismas, con las recomendacjones que estime de lugar, pudiendo ampliar o mo dificar su anterior informe al efecto. 5. Toda materia que no haya sido objeto de estudio e informe por el comité cuyo inforrne esté siendo discutido, pero que co rresponda a su particular esfera de actividad, será referida a dicho cornité para su oportuna consideración y ulterior in forme al Tribunal, pero no será abierta a discusión en Ia Con ferencia. 6. El Juez Presidente deciarará fuera de orden cualquier cuestión que no sea propia de discusión en esta Conferencia. 7. Se hará una grabacion de los procedirnientos de Ia Con ferencia y se publicarán los mismos. 8. Las horas de trabajo en las sesiones de la mañana serán de 9 a 12 y en las sesiones de la tarde de 2 a 5. XVIII 9. El Secretario del Tribunal Supremo y el Director Admi nistrativo Auxiliar de los Tribunales coiaborarán con ci Tribunal y con el Secretario de la Conferencia en el curso de las sesiones y el Alguacil y sus ayudantes auxiliarán al Tribunal y a la Coriferencia en tocios los procedimientos. Lo acorció el Tribunal y firma ci Sr. Juez Presidente. LuIs NEGRON FERNÁNDEZ Juez PresicZente Certifico: IGNACIO RIVERA Secret ario xix CONFERENCIA JUDICIAL DE PUERTO RICO SEGUNDA SESION PLENARIA (1960) MIEMBROS Jueces 1 2 3 4 5 6 7 del Tribunal Supremo.— Hon. Luis Negron Fernández, Juez Presidente. Hon. Pedro Perez Pimentel, Juez Asociado. Hon. Emilio S. Belaval, Juez Asociaclo. Hon. Lirio J. Saldana, Juez Asociaclo. Hon. Rafael Hernández Matos, Juez Asaciado. Hon. Carlos Santana Becerra, Juez Asociado. Hon. Rail Serrano Geyls, Juez Asociado. Jueces 8 9 10 Jubilados del Tribunal Supreino.—. Hon. MartIn Travieso Hon. Roberto H. Todd, Jr. Hon. Borinquen Marrero Rios Jueces 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 xx del Tribunal Superior.— Hon. Gerardo Carreira Mas, Aguadilla. Hon. Rafael Padró Pares, Arecibo. Hon. Candid 0 Ceballos Parrilla, Arecibo. Hon. Jorge Meléndez Vela, Bayamón. Hon. AnIbal Medina Tolentino, Bayamón. Hon. José Villares Rodriguez, Caguas. Hon. Angel D. Marchánd Paz, Guayama. Hon. Luis Pereyó RodrIguez, Humacao. Hon. Frank Vizcarrondo Vivas, Mayag’llez. Hon. Aifredo Archilla Guenard, Mayaguez. Hon. Miguel A. Velázquez Rivera, Ponce. Hon. Ramón A. Gadea Picó, Ponce. Hon. Hector Ruiz Somohano, Ponce. Hon. Antonio J. Matta, Ponce. Hon. Daniel E. Lopez Pritchard, Ponce. 26 Hon. José M. Calderón Garcia, San Juan. 27 Hon. Luis R. Polo Jiménez, San Juan. 28 Hon. Federico Tilén Laforet, San Juan. 29 Hon. Ramón A. Cancio, San Juan. 30 Hon. Angel Fiol Negrón, San Juan. 31 Hon. Pedro Santos Borges, San Juan. 32 Hon. Angel M. Umpierre, San Juan. 33 Hon. José N. Rivera Barreras, San Juan. 34 Hon. JoaquIn Correa Suárez, San Juan. 35 Hon. Antonio R. Barceló Bird, San Juan. 36 Hon. Lucas F. Serbia Córdova, San Juan. 37 Hon. José Dávila Ortiz, San Juan. 38 Hon. Manuel Moreda GOmez, San Juan. 39 Hon. Baldomero Freyre Montero, San Juan. 40 Hon. Edwin Cortés Garcia, San Juan. 41 Hon. Eduardo Alvarez de la Vega, San Juan. 42 Hon. Gladys Lasa DIaz, Caguas. 43 Hon. José L. Purcell Rodriguez, Ponce. 44 Hon. Rafael L. Ydrach Yordán, General. 45 Hon. Plinio Perez Marrero, General. 46 Hon. Augusto Palmer, General. 47 Hon. Jaime Frank Paganacci, General. 48 Hon. Victor Vargas Negrón, General. 49 Hon. Willis Ramos Vázquez, General. 50 Hon. José A. Negrón Lopez, General. Jueoes del Tribunal de Distrito.— 51 Hon. Carlos R. Ruiz Amengual, Adjuntas. 52 Hon. Juan B. Zamora Rovira, Ag’uadilla. 53 Hon. Miguel A. Laforet, Añasco. 54 Hon. Ferdinand Padróri Delgado, Arecibo. 55 Hon. ArIstides Maldonado, Bayamón. 56 Hon. Maria Luisa Ramos, Bayarnón. 57 Hon. Belford Torres Vélez, Cctho Rob. 58 Hon. Hiram A. RamIrez Toro, Caguas. 59 Hon. Carmen I. Rivera Piflero, Caguas. 60 Hon. Juan N. Garcia FarIa, Camuy. 61 Hon. José B. Acosta Rodriguez, Carolina. 62 Hon. Ricardo Jordan Alvarez, Capey. 63 Hon. Antonio Andino Elias, Cia les. xx’ 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 XXII Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Adolfo Santiago Rivera. Coccmo. Osvaldo RodrIguez Enriquez, ComerIo. Rogelio Fernández Garzot, Fajardo. Ismaci Anglade Lube, Guayu,ma. René Rivera Colomer, Gnaya,niilct. Raül Ferrer Babilonia, Humaeao. Eugenio Velázquez Martin, Juana Diaz. Juan Diaz Lasalle, Lares. Severino Lecaroz Large, Manat. Reman Delgado Abréu, iliayagiiez. Rafael G. Vidal Roig, Mayagüez. Miguel Vega Lopez, Oioeovis. Erasmo Miranda, Patillas. Luis Verges Lanausse, Ponce. Herminio Rodriguez Quiflones, Ponce. Angel Rodriguez Escobar, Rio Grande. José Perez RodrIguez, RIo Piedras. Roberto Schmidt Monge, Rio Piedra.s. Victor Alberty Ruiz, Rio Piedras. Pedro A. Perez Perez, RIo Piedras. Odette Aimée Cordero Vega, Rio Piedras. Marcelino Flores, RIo Piedras. Juan Castañer Vélez, Salinas. Pedro H. Flores Toledo, San German. José P. Morales Martinez, San Juan. Rolando Martinez RamIrez, San Juan. Ramón A. Forti Meléndez, San Juan. Jaime Berrios Colon, San Juan. Roberto J. Veray Torregrosa, San Juan. Ricardo Calderón RodrIguez, San Juan. Hector Cordero Vega, San Juan. Ruben Perez Portela, San Juan. Ramón Mellado Gonzalez, Jr., San Juan. Juan J. Sanchez Torres, San Juan. Felipe Ortiz Ortiz, San Juan. Tomás Torres Marrero, San Juan. Maria Melanie Godreau, San Juan. Roger Mendoza, San Lorenzo. José A. Bianchi, San Sebastian. Luis C. Trigo, Toa Alta. 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Hon. Noel Vera Mercado, Utnado. Dominga Rivera Rivera, Vega Baja. José Rivera Perez, Vie ques. Luis Aponte Aponte, Yabucoa. José Emilio Motta Garcia, Yauco. Rafael F. Marchánd Gonzalez, General. Juan A. ColOn Rivera, General. Norberto Benitez Rivera, General. Olga Cruz Jiménez, General. Aurelio Berrios Amaro, General. Antoriia Llovio de Torres, General. Manuel Arturo Rivera Valdivia, General. Miguel Angel Montalvo, General. Filiberto Santiago Rosario, GeneroL Secretario de Justicia.— 118 Hon. Hiram R. Cancio Colegio de Abogados de Puerto Rico—Junta Directiva.— 119 Hon. Manuel Abréu Castillo, Presidente. 120 Lic. Lorenzo Lagarde Garcés, Primer Vicepresidente. 121 Lic. Amadeo Nazario Janer, Segundo Vicepresidente. 122 Lie. José Raül Cancio, Seeretario. 123 Lic. Luis Torres Bonet, Subsecretario. 124 Lic. Hector Gonzalez Blanes, Tesorero. 125 Lie. Jesñs E. Palmer, Subtesorero. 126 Lic. Antonio J. Bennazar, Director Ejecutivo. Colegio de Abogados—Presidentes de las Delegaciones de Dis trito.— 127 Lie. José M. Arzuaga, San Juan. 128 Lie. Rafael Arroyo RIos, Hurnacao. 129 Lie. Luis A. Noriega, Ponce. 130 Lie. Roberto MartInez, Ai’ecibo. 131 Lie. Enrique Gonzalez Mena, Aguadilla. 132 Lie. Santiago C. Soler Favale, Guayama. 133 Lie. Juan Caizada Gonzalez, Caguas. 134 Lie. Manuel Torres Reyes, Bayamón. 135 Lie. Enrique Alcaraz Casablanca, Mayagüez. xXIfl Coleqio de Derecho, Universidad de Puerto Rico.— 136 Lie. David M. Helfeld Miembros del Colegio de Abogados Designados Supremo a los Distintos Cornités.— 137 Lie. José TrIas Monge 138 139 140 141 142 143 Lie. Rafael 0. Fernández Lic. Raimundo GarcIa Cintrón Lie. Gabriel de Ia Haba Lie. BenjamIn Ortiz Lie. Francisco Parra Toro Lie. José A. Poventud 144 Lie. Luis Blanco Lugo 145 Lic. Abraham DIaz Gonzalez 146 Lic. Francisco Fernández Cuyar 147 Lie. Amador Ranicrez Silva 148 Lie. Santos P. Amadeo 149 Lie. José C. Aponte 150 Lic. Francisco Ponsa FelIu 151 Lic. Ruben Rodriguez Antongiorgj 152 Lie. Benicio Sanchez Castaflo 153 Lie. Julio Suárez Garriga 154 Lie. Felix Ochoteco, Jr. 155 Lie. Juan Enrique Géigel 156. Lie. Francisco Torres Aguiar 157 Lie. Mariano Acosta Velarde 158 Lie. James R. Beverley 159 Lie. Enrique Córdova DIaz 160 Lie. Juan B. Fernández Badillo 161 Lie. José M. Terrasa 162 Lie. Angel Viera Martinez 163 Lie. Enrique Campos del Toro 164 Lie. Juan B. Soto 165 Lie. Tomás Bernardjni Pales 166 Lie. Ramón Perez de Jesus 167 Lie. Manuel Rodriguez Ramos 168 Lie. J. Martin Almodóvar 169 Lie. Jorge Luis Córdova 170 Lie. Manuel Garcia Cabrera 171 Lie. Rafael MartInez Alvarez, hijo ‘xIv POT el Tribunal 172 173 174 175 Lie. Lie. Lie. Lie. 176 177 178 179 180 181 Lie. Lie. Lie. Lie. Lie. Lie. Pedro Muñoz Amato Domingo Toledo Alamo Carlos V. Dávila Hiram Torres Rigual Federico Rodriguez GelpI Enrique Báez Garcia Emily Dixon de Ruiz Richard Francis Milton F. Rda Gonzalo Sifre Sec rctario y Secretario Auxiliai’ de la Conferencia,.— 182 Hon. Guillermo A. Gil, Director Administra,tivo de los Tribunales. 183 Sr. Ignacio Rivera, Secretario General del Tribunal Supremo. xxv SESION INAUGURAL BE LA 1v1AANA (Sesión del clIa 15 de diciembre de 1960, en memoria del Hon. Jaime Sifre Dávila) Sr. J’uez Presidente: Señor Gobernador, señor Presidente del Senado, Sr. Presidente de Ia Cámara de Representantes, Sr. Comisionado Residente, Sr. Presideute del Colegio de Abogados, Sr. Presidente y Miembros del Comité Directivo y niiembros de la Conferencia, señores invitados de honor. Familia Sifre, señores representantes. do Ia prensa, señoras v señores: Al declarar constituida la Segunda Sesidn Plenaria de la Conferencia Judicial de Puerto Rico, o. cloy a nombi’e del Tri bunal Suprerno la bienvenida rnás cordial. Honramos hoy Ia memoria de un :urrorriqueño ilustre, de un distinguido miembro de nuestro Foro, que honró la toga en Ia doble misión de pedir justicia y dc hacerla. IJn valor in discutible en el campo del Derecho por Ia amplitud de su cultura jurIdica, pero un valor aun más grande en ci ámbito de las relaciones humanas por la nobleza de su espIritu, la integridad de su carácter y la honda ernoción de sus afectos. Es con profundo recogimiento que al dedicar esta sesión inaugural a honrar 511 memoria pronuncio el nornbre venerado de don Jaime Sifre Dávila. El Juez Asociado del Tribunal Suprenio, Hon. Ernillo S. Belaval, dará lectura a la resolución de duelo del Tribunal Supremo. Sr. Juez Emilio S. Belaval: “POR CUANTO; El dIa 6 de octubre del 1960, falleció en esta ciudad ci Honorable Jaime Sifre Dávila, anterior Juez Asociado y Juez Presidente Jubilado de este Tribunal. “POE CUANTO; La muerte del ilustre abogado y ejemplar magistrado priva a nuestro pueblo, a nuestro Gobierno y al foro puertorriqueño, de uno de sus más nobles mentores, siendo oportuna Ia ocasión para destacar sus notables contribuciones a Ia creación de nuestro Derecho y a la administración de nuestras instituciones j udiciales. “POE CUANTO; Desde su recepción corno Bachiller en Be recho de la Universidad de Michigan el dIa 21 de octubre del 1908, hasta el moniento de su mueite, el Juez Jaime Sifre r 2 SESION INAUGURAL Dávila se cledicó al ejercicio de la abogacIa con una gran pul critud profesional y el pundonoroso empeflo de mantener en una valedera estirnación piThlica, tanto Ia labor juridica como los altos ideales de servicio humano del abogado puertorriqueflo, habiendo interrumpido en distintas ocasiones su práctica pri vada para dedicarse al servicio páblico, con igual diligencia, desinterés y devoción. “POR CUANTO; IJurante el tiempo en que actuó, primero como Juez Asociado de este Tribunal, y más tarde, como su Juez Presidente, el Honorable Jaime Sifre Dávila, se dedicó, con Ia energIa y Ia rectitud en éI caracterIsticas, a dejar una obra juridica de incalculable valor para nuestra bibliografIa legal, a encauzar, y dirigir más tarde, Ia nueva reforma cons titucional de nuestra judicatura, poniendo en tales empeños su admirable experiencia de medio siglo en el ejercicio continuo de una profesión, su amoroo interés por el bienestar de nuestro pueblo y un criterio liberal y juicioso, ayudando a imprimirle a las nuevas normas institucionales de este Tribunal, un mayor grado de eficacia y dignidad, y retirándose de la Presidencia del Tribunal Suprerno de Puerto Rico, después de cumplido el máximo constitucional para Ia edad de sus magistrados, ro deado de Ia más alta estimación de los jueces de este Tribunal y del respetuoso afecto del pueblo de Puerto Rico, de su Go bierno y de los abogados de este foro. “P0R CUANTO; El fallecimiento de nuestro Juez Presidente Jubilado, Honorable Jaime Sifre Dávila, representa además para el Juez Presidente, los Jueces Asociados, los funcionarios y empleados de este Tribunal, un motivo especial de luctuoso sen timiento, por esa ausencia irreparable que crea Ia muerte, que solo puede aminorar la veneración a Ia memoria de nuestro amado compafiero. “P0R TANTO; Resnélvase por Ia presente, hacer coristar Ia condolencia oficial del Tribunal Supremo de Puerto Rico, y el duelo personal de su Juez Presidente, sus Jueces Asociados, y los funcionarios y empleados de este Tribunal por el falleci miento de nuestro Juez Presidente Jubilado, Honorable Jaime Sifre Dávila, ordenándose su inserción en las minutas de este Tribunal y su notificación mediante copia certificada, a los hijos del extinto magistrado. “Lo acordó el Tribunal y firma su Juez Presidente, el señor Negrón Fernández”. SEsION INAUGURAL 3 Sr. Juez Presiclente: Al igual que en ocasión de Ia Prirnera Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico nos honra en esta sesión inaugural el Gobernador del Estado Jbre Asociado de Puerto Rico, Hon. Luis Mufloz MarIn, quien habrá de dirigir su mensaje a Ia Conferencia. Sr. Luis Muñoz MarIn: Sr. Juez Presidente del Tribunal Supremo, Jueces Asociados, Presidente del Senado, Presidente de la Cámara, distinguidos huéspedes, miembros de la Judica tura, amigos todos: Más que cumplimiento de deber es tarea de hondo recuerdo y afecto honrar hoy con ustedes Ia memoria del buen servidor de nuestro pals que fue don Jaime Sifre. Tanto en su vida püblica como en su vida profesional privada fue ejemplo don Jaime de dedicación a los principios de Ia justicia y de devo ción a los intereses de Ia comunidad. La selección de esta Segunda Sesión Plenaria de la Confe rencia Judicial como foro para rendir tan merecido homenaje ha sido acertada. Fue don Jaime quien en 10 de octubre de 1957 firmó en su calidad de Juez Presidente del Tribunal Supremo Ia orden organizando y convocando a Ia Primera Se sión Plenaria de la Conferencia Judicial. Para aquella fecha, Ia Conferencia Judicial era un organismo de función más redu cida que al presente, limitada en su composición a miembros de Ia magistratura. A don Jaime Sifre le debemos en gran medida el esfuerzo que hizo realidad esta Conferencia a Ia que tengo el honor de dirigirme hoy y que tanto puede hacer por la causa de nuestra administración judicial. Ya retirado del Tribunal Supremo, fue el Juez Sifre quien, por designa ción de sus antiguos compafleros de estrado, ocupó también la presidencia de Ia Primera Sesión Plenaria de esta Conferencia. Durante su breve término como Juez Presidente, me consta que fue principal preocupación de don Jaime el creciente pro blema de congestion en los calendarios del Tribunal Supremo con Ia consecuente demora en la tramitación de los asuntos. La reorganización de Ia Conferencia Judicial no fue Ia i’inica actividad a que le presto atención el Juez Sifre para remediar tan difIcil situación, que tan graves peligros encierra para la buena marcha de toda sociedad democrática. Las otras refor mas judiciales llevadas a cabo para dicha época tuvieron tam bién el beneficio de su inteligencia y de su sabidurIa. No cabe mayor tributo a Ia memoria de don Jaime que el consignar de 4 It SEsION INAUGURAL 4 5 SEsxóN INAUGURAL nuevo hoy aqul nuestra solemne promesa de hacer todo Jo que a nuestro alcance esté para garantizarle a nuestro pueblo la justicia eficaz, Ia justicia rápida a que tiene derecho y que es nuestra obligación proveerle. Sobre este particular expresé en ocasión de la Primera Sesión Plenaria de esta Conferencia que “todo Jo que ustedes hagan, señores jueces, señores abogados, para hacer más eficaz, más rápida, más segura. la justicia. para adaptarla a los pro blemas y necesidades que atafleri a la adrninistración de jus ticia en una sociedad en acelerado crecimiento, contará con todo el apoyo que pueda dane ci Gobierno que tengo eJ honor de dirigir. Todo estidio y recomeridación clue necesiten ci concurso del ejecutivo encaminaclo a hacer cada dia más igual Ia oportunidad ante ci proceso judicial entre los ciudadanos de menos recursos v los ciudadanos de rnás recursos tendrá mi atención favorable y decidida.” En desempeflo de esta promesa se aprobd en Ia pasada sesión ordinania dc Ia Asamblea Legislativa y hace un mes se ratificó en referendum del pue blo, una enmienda a Ia Constitución de Puerto Rico encaminada a facilitar la division en salas del Tribunal Supremo mediante Ia eliminación del requisito de que las decisiones del Tribunal deban ser per mayorIa de sus miembros. Reccmendó esta me dida el propio Tribunal en la esperanza, compartida por todos, de que esta eumienda const.itucional provea Ia dave para Ia necesaria aceleración de los procedimientos. Deseo reiterar boy mis palabras de 1958 y expresar, a nombre de la admi nistración que dinijo, nuestra continuada disposición a coope ran con los distiuguidos rniembros del Tribunal Supremo en la solución de este problema. Especificamente deseo afirmar. aunque no creo que fuere necesanio hacerlo en realidad, que de determinar el Tribunal Supreme, en ci ejercicio de las atribu ciones que le reconoce la Constitución de Puerto Rico, solicitar un aumento en el ndmero Ce sus jueces, habré Ce respaldar tal solicituci ante la Asamblea Legislativa. Desde luego, Ia justicia no es solo aquella a la ciue se acude en los tribunales; es concepto básico del cristianismo y de nuestra civilización occidental, es concepto que se expresa en hi polItica püblica y en Ia conducta personal. Pero la de los tn hunales cc parte eminente del deher de hacer justicia buena y rápida en ci servicio del individuo a quien asiste Ia razón y en ci servicio del pals que merece la Justicia. Es ci servicio de orden, de paz, de confianza, para todos los ciudadanos. En esa labor, a Ia cual ha de servir eficazmente esta Conferencia, les deseo todo éxito. La contribución de don Jaime Sifre a nuestro sistema judi cial, importante como es, es solo parte del largo catáiogo de deudas que nuestra comunidad ha contraIdo con él. Ya el Juez Belaval ha expresado aqul la variedad y extension de sus servi cios a la comunidad puertorriquefla. Solo me cabe expresar finalmente, junto a Ia honda pena de haberlo perdido, mi orgullo de haberlo podido conocer y en saberme su amigo. Quede siempre con nosotros el recuerdo de la manera afable, la voz grave y cálida, el entendimiento claro, Ia integridad de carácter y la serenidad de espIritu del hombre que fue don Jaime Sifre. Le deseo a esta institución ci huen servicio a Ia justicia que estoy seguro ha de proveerle. Sr. Juez Fresidente: El Presidente del Senado, Hon. Samuel R. Quiñones, dirigirá su mensaje a la Conferencia. Sr. Samuel R. QuiiJones: Sr. Gobernador, Sr. Juez Presidente y Jueces Asociados del Tribunal Supreme, Sr. Presidente de Ia Cámara, Sr. Comisionado Residente, Sr. Presidente del Comité Directivo y miembros, Sr. Presidente del Colegio Ce Abogados, Snes. Jueces Jubilados, señores niiembros de la Conferencia Ju dicial, compafieros abogados, amigos: La historia de ia Judicatura puertorriquefla es iibro que anda en busca de autor, A escribirlo invitan en la misma medida ci large tiempo en que nuestros jueces han dicho desde estrados Ia icy y los sigios en que nuestra Magistratura ahonda arranque y desarrollo en las instituciones judiciales espafiolas y norte amenicanas. cuya raic y cuyo crecimiento son tan de Puerto Rico come 10 son de Espai-ia y Ce Estados Unidos. Cuando cc cc crba ccc Iibro, Ia hictonia de la Judicatura puertorriquefla ten dna en éi una nágina de seflalado relieve Ia orden Ce este Hon. Tribunal Supreme, mediante Ia cual se ectahleció Ia Conferencia Judicial Ce Puerto Rico con ci propósito, segdn expreca esa orden, Ce considerar el estacic dci trabajo judicial y en general considerar y reconiendar Iegislación para tratar asuntos reIn cionados con el sistema judicial, ci mejonamiento del misrno y la efectiva administración Ce jucticia. Eec propCcito, Ce tan ancho alcance y de tan dilatadas pro vecciones, tuvo hace dcc años cumplida exnresión inicial Ce efec ( SESION INAUGURAL tivos logros eu la Prirnera Sesión Plenaria de la Conferencia Ju dicial. Yo he leldo el volumen que contiene la memoria de esa Primera Sesión Plenaria y Ic he cosechado a la lectura, además de generosos frutos de aleccionamiento jurIdico, eficazmente pro vechosos para mi preodupación profesional como abogado, valio sas relaciones de orden social fecundamente ütiles para mi pre ocupación ciudadana como legislador. A esa memoria de la Pri mera Sesión Plenaria de la Conferencia Tudicial de Puerto Rico, le afirma categorIa intelectual, la metódica indagación que cala hondo en ci análisis de las proposiciones sometidas a examen, le realza dignidad de seria disciplina juridica ci ponderado enfo que de problemas que ante ci hombre de toga, sea juez o abogado, plantea la diana intervención con intereses humanos en con flicto. Avaloran la memoria ponencias certeras en su enjuicia miento de los temas, notables en su claridad cle exposición, ver daderas monografIas que constituyen meritorias aportaciones a nuestra bibliografla legal, y tan incitadoras al comentario, tan despertadoras de interés, tan estimulantes de la solidaridad en tusiasta o de la discrepancia vehemente que le crearon a aquella Sesión Plenaria un edificante clima de pensamiento en dinámica militancia, de movido foro en vivo hervor de ideas. Todo eso vi yo al leer la memonia de la Primera Sesión Pie naria de la Conferencia Judicial celebrada hace dos aflos. Pero lo que con más acusado relieve yo vi en la memoria, a medida que la ida, lo que en sus páginas cobraba realce con más sefla lados rasgos y con más claros contornos, lo que desde aquellas páginas se destacaba ante mis ojos con tan tersa nitidez como ahora que estoy recordando lo leIdo en ellos, era la figura res petabie y sencilla, amable y prócer, imponente y cordial, del hombre que, al presidir ci Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial Ic infundió ci vigor de su espIritu inquebrantable sobre el quebranto de su came enferma, al hombre que, aupándose en generoso esfuerzo sobre ci ñlimo retazo de vitalidad que le que daba, vino hace dos afios a aquella Primera Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial como para dar fe ante sus compañeros de toga, jueces, y abogados de que Ia emoción de sentirse entre Ia gente del Foro era lo ültimo que morIa en don Jaime Sifre Dávila. Hermosa expresión de Justicia poética es que Ia Se gunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial se dedique a recordar en sentido homenaje al varón ilustre que en Ia primera le dio ci inestimable servicio de una energIa que se Ic iba apa gando dolorosamente para los menesteres de lo fIsico, pero que se SESION INAUGURAL 7 de Ic revivIa en renovado brIo para los menesteres de su espIritu hombre de icy. 5cr hombre de icy fue siempre en don Jaime Sifre vocación gran de imperativo vital. Le alumbraba el pensamiento lo que el juris la de luz alegre “ia llamó jurista inglés Sir Edward Coke prudencia”. Empezó su carrera como juez, tal que si hubiera querido poner en práctica ia norma. del viejo derecho frances. Es necesario que los ahogados, antes de empezar a ejercer su fun cion como tales, realicen la función del juez. Pero más que juez, más que abogado, fue un jurisconsulto, un estudiante del de recho, antes que un practicante del derecho. Era más bien un profesante de la icy que an profesional de la icy. Lo que corn piacIa su temperamento no era el pieito con su efervescencia de pasiones y egoIsmos en choque, sino Ia situación legal con sus in ternogantes de controversias cientificas que ponen ci pensamiento a metCrsele por dentro al probiema juridico hasta llegarle a Ia entraña de sus recónditas revelaciones. Los que como Kirschrnan le niegan categorIa cientIfica al derecho. se basan en que no puede hablarse de Ia disciplina jurIdica como una ciencia puesto La que tiene su nazón de sen en las imperfecciones de las leyes. estatuto jurisprudencia, dicen, solo funciona y opera cuando el de la es confuso; ci rechazo llega hasta ci vej amen dci filósofo, experiencia y del utilitanismo. John Stuart Mills. quien duo, refiriéndose a los abogados, “No podernos esperar mucha ayuda pan en la labor do hacer buenas leyes de parte de aquellos cuyo cuotidiano proviene do los defectos de las leyes.” Soitándoic a su inteligencia los inagotables recursos de sus airada me dotes de conversador, don Jaime Sifre se producia en lo cien de concepto del pulsa contra esas nociones limitadoras a lo concepto ese restringir tIflco, censurándole la tendencia a ci de y jurisprudencia la él, meramente fIsico y mecánico. Para or y formado mctódicamente recho eran tan cuerpo de doctrina la o astronomia ia como denado, tan parte del humano saber, la Se nendir puedc que quimica. Crco que ci más alto homenaje se gunda Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial que hoy cien método de norma inicia es ceflir sus deliberaciones a esa vital tIfico que era en eI Juez Sifre hondo goce intelectual y estimu y orientador sentido de disciplina técnica. El recuerdo Segunda lante del puertorriqueflo iiustre a quien se consagra esta auspicin verdad Sesión Pienaria de Ia Conferencia Judicial es en de jue gestión Ia favorable para cuyo patrocinio cornienza hoy mejo el sobre es y abogados reunidos en cOnclave deliberante 9 SEsTON INAUGURAL SESION INAUGURAL ramiont.. do las nermas quo oncauzan Ia admiiiistracjdn do in Segunda Sesión Plenaria sea de tan fructuosa eficacia corno Ia Primera. 5cr portador de este saludo me depara ocasión propicia para seflalar muy de ligero Ia mutualidad de acción que relaciona ci poder legislative y ci poder judicial. Legislar es captarle a in vida colectiva pam darle iucrta do Icy en el estotutu ci preciso mentido vital cee slime un pueblo en cads precio moments do su histeria. Juzgar es poner en movimiento ccc estatuto ydarle acción de presencia en el dmbito de in convivencia social. Legis lam es preocw.arse, juzgar cc ecuparme. Legielar em preocup:irse en cuanto ci legislador ha de estar atento a In lógica secuencia con que dehe uroesicitne ci trOnsito de on momento dcl colectivo enistir hasta ci siguiente. Juzgar es ocuparse de quo eec trimsite sobrevenga sin cheques violentom quo ateren p perturben la vida de relaciOn. Lecirlar cc macam Si hombrc dcl cerrado egois me de su concepto individual pam iritegrarlo en e! aitruismo gemeroso dcl eancosite coiectivo : es deci’, ron’irei’:e cii hombro ci cerco limitador dc su ye, que quiere vivir par su cuente sara meterle en ci encanchador roce del entcndersc con sus semcjan tes. Jusgar es dane rcalización a era norma y avenirse ci horn bre con su prójimo en in coexistdncia social. Legislar em quohacer humano. Al legislador le basta ser hornbi’c para hacer Ia icy. Juzgar es función quc trasciende más allá de o humane. El juzgador neccsita cue la chispa de Dies le prenda luz en el espIritu para poder hacer justicia justa. Mi mcnsaje a in Conferencia Judicial es de hurnildad. Es de humildad porquc se cue los jucces que aplican In Icy, entienden Ia Icy mejor cue los lcgisladores que la hicicron. ju: Cia. Pert tambin es presagio favorable la circunstaneja do quo esIa :esidn so iuicia cuando ya se sabe oficialmente que ci else toradu puertorriueUo IC concedió ms votor, en proporciOn do cami 4 a 1, a in enmiencia de In seccidu cuarta del ArtIculo V de Ia Coristitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, de suerte quo nuestro Tribunal Supreme pueda funcionar divdiclo en salac, de no menos de 3 jueces, con sujeción a reglas de su lJrOPla adopción. Complace el dnimo que in histórica ocacidn en quo Ia Aambiea Lod laUra planteó al sufragio popular una en rnien(ia a nuesLa Conatitueión, esa enmienda haya sido pro. iue• nor nucjro Tribunal Suprerno en su profundo interés per a: bray Ia conrideracidu de los casos pendientes ante él. Na ante-. me ha sefialaio ante esta Conferencia que entre tod los trimnie3 do (iltima insteuicia dc los Ertadom Unidos, or ci do Puerto Rico ci cue osuna ci tercor lugar en ol volumen do caves ra dicodes anualmeote. :ondo ci nuetro superado en eec aenecto solarnente 7jor los dc Florida Kentucky. La caa:-agrada formula do quc “justicia tardia no or juticia” tione mar pro.fuuda conuotaciolI en ci care do Puerto Rico, perquo 1 a lelittud en In reroluciózi do los cases judicialer cc incom patible eon ci occlerado rtmo de prorreso con que nue tr naIs adelarta a marcha forzacla en ci râido desarrollo de on mejo ramionto social, politico y 000nómico. Con ccc acelerade i’itrao de cia nuso clehe concidir sillcroul:adame:te cl pronto deopacho do lo:; auntos jidicinier, No cc coca do coec’ en In sale”csa mis tificaoion del pi’oeepto del Rev Alfonso X el Sabio con quo Un jus: novel, al roprochOr:sle ci large Uompo que cc tarciaha pam falls r los pioito . se defuidiO denosomonte alegando cue on (le 5 mci’s in juntificaha Jo icy tensors. tItulo 4to., particia 3m. ic las Pa:’tidas. La ley tercera, titulo 4to., partida 3ra, recomienda los juecoc quo “bryan sabidui’Ia pira juzgar 105 nlcitor dero— cLoinoi e nor su saber r pr mu usc de luongo t:emr’i” ,T:i :t-’o Hen, Tribunal Suprsmo ha recibido directamonte del veto dcl p00010 puorb’rrjcue lb el instrumonto quo demandaba per sorle ini’cseIadjble sra so tmabejo. Con ci micro aflo dllThem usia nueva etona en In obra do fecunda estrueturación social con cue nue h’s n’uIs alL Tribunal Ic one base estable y Is msi’es dsi. nida orieniaciOn a In jurisprudencia puertorrisuejic. Traicro Pam erta Confereneje un saluclo aprobaclo aver a una nimidad de voto Per e! Senado de Puerto Rico que desea que esta Sr. Jvez Presidente: El Prcsidente de Ia Cámara de Reprc eitantes, Hen. E’nesto Rames Antonini en su mensaje a Ia Con 0 ferencia. Sr. Ernesto Ramos Antonini: Señor Gobcrnador, señor Jucz Presidcntc dcl Tribunal Supreme, señores Jueces Asociados, señor Cemisionado Residentc, señor Presidente del Colegio de Abogados, Presidente del Cemité Directive dc la Confercncia Judicial, señores jueces jubilados dcl Tribunal Supreme dc Puerto Rico, miembros de ia judicatura, cempaficros abogados, distinguides invitades: Vengo a renOir trihuto a Ia memoria de den Jairne Sifre. Screnarnente, sencillarnente, cimlidamentc, come era él: cimlido. serene y sencilio. No vengo a hacer sic apologIa, que mona repAir. SOlo quiero seflalar unes hechos simples, dares, pre 10 SEsION INAUGURAL cisos de Ia historia que justifica este tributo que se rinde hoy a Ia mernoria del que fue ilustre Presidente del Tribunal Supre mo de Puerto Rico. Me honré con su amistad personal durante muchos aflos y se de su corazón, de su espIritu, de su altura, de su sentido de justicia—de justicia social. Fue ahogado de una de las corpo raciones más grandes y más influyentes de nuestra organización económica. Tuve ocasión de intervenir en asuntos en que estaban envueltos los intereses de Ia Central Fajardo y de los trabajadores. El era asesor de Ia Central Fajardo; yo era asesor de la Confederacjón General de Trabajadores de Puerto Rico. Y solo puedo decir que ningün pleito de reclamación de salarios contra los trabajadores llegó a juicio, porque el consejo, el asesoramjento v Ia decisiOn de don Jaime Sifre siempre fue de acciOn favorable, justiciera y liberal para los trabajadores. Recuerdo en una ocasion que huho una crisis en Ia firma del conv-nio colectivo y recuerdo con gran emoción que sometida a amboa, a éi y a ml la decision final dc los problemas envueltos en ci comedor de mi hogar, él y yo departimos y todos los pro blemas fueron resueltos favorablernente a Ia justicia que era razonable en su criterio de las demandas de los trabajadores que estahan en esa contienda con Ia Central Fajardo. Como juez del Tribunal Supremo, corno Presidente, yo quiero referirme—yc aqui se ha mencionado— a Ia Ley de Ia Judica tura, que fue Icy para implementar las disposiciones de la ConstituciOn. Tuve el honor de presidir ci Comité dc lo Judicial de la ConvenciOn Constituyente, que produjo el capItulo de lo judicial de la Constitución, la Ley de la Judicature. implemen taba estas disposiciones, autorizaba al Tribunal Supremo para Ia organizaciOn de la Conferencia Judicial. La Ley se aprobó en el año 1952 y realmente no hubo verdadera Conferencja Judicial hasta ci aflo 1958 en que, a virtud de la Resolución firmacla por don Jaime Sifre, Juez Presidente del Tribunal Supremo, quedo realmente organizada la Conferencja Judicial. A él es de debérsele, no solo la organización (Ic Ia Conferencia, sino adernás los siguientes frutos, porque no habla alcanzado suficiencia como rerneclio Ia legislacion aprobada por la Legis latura de Puerto Rico años antes para resolver este grave problema de la congestiOn y demora en la adrninistracjón de justicia cue fue objeto de un pianteamiento que yo hiciera ante Ia Cámara de Representantes, y no obstante que se aprobaron medidas cue no alcauzaron a esa eficacia, fue en Ia primera SE5ION INAUGURAL 11 conferencia, Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial, presi dida a Ia vez por don Jaime Sifre, que surgió la idea de Ia enmienda constitucional. La enmienda constitucional de que se habla es fruto de Ia Conferencia Judicial que a Ia vez fue fruto de la creación de don Jaime Sifre. Quiero seflalar que asI como la creación de Ia Conferencia Judicial por la orden firmada por don Jaime Sifre, Juez Presidente del Tribunal Supremo, fue una ampliación sobre Ia anterior que solamente era de jueces, creo que ya es tiempo de que se Ic dé una segunda amplitud y que no debe limitarse a jueces y a abogados. La administraciOn de justicia es para la ciudadanla. No es ni para jueces ni para abogados. Es para la ciudadanIa. Y creo que debe tener una intervención activa Ia ciudadanIa en Ia integración y composición de las Conferencias Judiciales. HabrIa, ciertamente, una mayor riqueza en la fuente de inicia tivas y posiblemente hasta mayor espontaneidad y libertad en Ia expresión de las ideas, que, al fin y al cabo, como se duo que Ia guerra no es asunto de generales nada más, la administra cion de justicia no es asunto de jueces y de abogados nada más. Se ha aprobado Ia enmienda a la Constitución, fruto de Ia Conferencia Judicial, fruto de don Jaime Sifre; pero es nada mOs que una esperanza de que en materia de administraciOn püblica la rama judicial vaya, se acerque, en su adelanto lo más posible al progreso alcanzado en las otras dos ramas de la admi nistración pOblica en Puerto Rico. Es una esperanza. Ahora, hay un punto que no es una esperanza, que es una realidad, que para ml une ci nombre de don Jaime Sifre por ser fruto conse cuente de su acciOn original a la historia de las grandes con quistas del derecho pOblico de todo el pueblo de Puerto Rico. El proceso que acaba de culminar con Ia aprobación de Ia enmienda constitucional constituye una afirmaeión categórica del pueblo de Puerto Rico para enmendar su Constitnción sin intervención ni necesidad de ratificación por ninguna otra autoridad. Esa afirmación de los derechos pühlicos del pueblo de Puerto Rico por este acto, la primera enmienda que pone a prueba y reafirma ese derecho, deberá ir unido a la historia de don Jaime Sifre, quien lanzó la honda mediante Ia creación de la Conferencia y a su memoria rindo tributo desde ci fondo de mi corazón. Sr. Juez Presidente: El Presidente del ilustre Colegio de Abogados de Puerto Rico, ci Hon. Manuel Abréu Castillo, en su mensaje a la Conferencia Ju(licial. SEsION INAUGURAL Lie. Manuel Abréu Castillo: Señor Gobernador, señor Presi dente y seflores Jueces Asoeicdos de nuestro Tribunal Suprerno, señor Comisionado Residente. señor Presidente del Senado, señor Presidente de Ia Cdmara de Representantes, señor Pre sidente y miembros del Comité Direetivo, y rniembros de Ia Conferencia, distinguidos invitades. cornpatieros: Participamos fervorosamente en esta sgunda y trascenden tal Conferencia Judicial do nuestra historia conveneidos de las proyecciones que para futuras generaciones han de tener las decisiones que surjan de Ia misma, que con responsable deter minacjón contribuye a foriar el destino y a fijar los rumbos de nuestra evolución democrática. Descie las ralces de nuestro espIritn agradecemos la oportuniclad de participar en este acto porwie se dedica a la memoria del ilustre compaflero fenecido don Jaime Sifre DItvila, quo es simbolo ejemplar de los desvelos. de los anhelos y las permanentes preocupaciones de nuestra clase. Nuestra dare clehe ser en este momento histérico ins trumento vigente y eficaz del desarrollo a que está Ilamado nuestro pueblo como vInculo de dos culturas predestinadas a la más estrecha y comprensiva convivencia. Don Jaime Sifre Dávila, cuya memoria honramos, con la misma devociOn que él supo aplicar al descargo de su apostolado, respondió al Ilamado del deber püblico y a costa de grandes sacrificios de orden econórnico, con ancha latitud de responsa bilidad, renunció a las prometedoras perspectivas de ser dueflo do su propio albedrIo y coloeóse al servicio desinteresado de la sociedad en el rol dificil de juzgador, sabiendo y conociendo la difIcil misión que le aguardaba como serviclor por encima de todas las cosas de los supremos intereses de Ia justicia. Esca brosa y difIcil es de cierto la rnision del horabre que, como el juzgador, ha de aproximarse más que nadie a los grandes mis terios de Ia vida y a los grandes problernas de in hurnanidad, porque es entonces en el desempeflo de tan ingentes responsa bilidades cuando en nuestra humana pequeflez nos acercamos más a Dios; y es entonces cuando el hombre, afortunado en vir tudes y conocedor de si mismo trata, dentro de Ia3 limitaciones del ciitendimiento humano, do emular en su estrecl-io inedio la intencidn infalible del Supremo Juzgador. Inspirador y edifi carite fue don Jaime Sifre Dávila y tales hen dc ser en honor a so memoria y a su ohm las decisiones de esta Conferencia. El Colegio do Abogados de Puerto Rico quo me honro en presidir reitera bosu vicla institucional hacia in afirrnaeión SEsION INAUGURAL de los altos valores de la justicia fielmente democrática y en franca identificación con las inteligentes preocupaciones do un pueblo que, como el nuestro, ha rebasado ya el aprendizaje en las maneras do alcanzar Ia cima de sus aspiraciones. En el rumbo quo hemos fijado a nuestma institución están presentes, con anhelosa vehemencia, las ansias do pemfeccionamiento social one necesariarnente han tie concurrir en toda empresa dirigida a consolida’ los fundamentos de nuevos enfoques hacia 1,ijcjCs formas y hacia viejas formulas de vida. Puerto Rico nscco:e hey ci icto d su destino v en mo rio ha do queLir mng— nade el Colegia do Abogados, porone le anima como instituciOn, y a todos los abogados ccmo individuos, in ineludible resnonsa bilidad de servir con generoso desprendimiento a los decisivos intereses quo so ha impuesto con fe y dedicación ci propio pueblo de Puerto Rico. A ese esfuerzo del pueblo do Puerto Rico quo tan hondas y trascendentales repercusiones ha tenido en maestro clima ha de contribuir con profunda y generora sahiduria esta Ccnferericia Judicial. Los frutos do Ia arimera ya los estamos recugiendo pam provecho do nuestma soeiedad. Nuestras decisiones—me avonturo a decir—pueden may bier. constituir a manera do agente catalItico quo estimule voluntades en otros sectores de nuesira sociedad y despierte conclencias indiferentes a la brega clue uqui, en nuestri lirnita— dOn geogrilfica, libramos los puertorriquefios pam asombro de maestro hemisferio y do las iiacioues del munclo libra. Esta Tudic I n 0 il sei’— i e so c oos’ cionam in administraciOn de la justicia, do renovar y mociemni2ar m’osrdimientos, a lii 1u do metes qua inevitablereerite clean— card Puerto Rico come exnoner!cc do Ia democrachi en fnneiOn, deosd honda huelie en in pc’otericiad coma inztmuinert* , no ya del limiado anhelo die uii pueblo en ci, Sian do los causes quo habrz’tn do seguir otros pueblos cuyos dimigentes sepan y quieman utilizar todos los &ianentos quo den Ia suma do in autéritica dernocracia La aclministmaciOn de justicia cc nuntal do Ia libertaci dci hembre y de los pueblos y ahoma ur ecLames enweiaclos maul en deiimr do uric nez los VOlOSOS hiimacos quo bacon in verda— doss dersocrachi, resulia mOs rascendantai iii rniriOn de in Ccumcie. ihs jusgard In hiaoria do nuestro pueblo y en Aniérica ma opo:’nlmea(i noi he de usssr mlaién iii historic a is ins Os los legros do i’UeriO Rico en zI: abin nor mosol mar los coandec prmniiernas quo Ia plentean SUS pec1area CircL1i1sta1- 14 SEsION INAUGURAL cias. En no poca medida depende de esta Confereneja Judicial quo se acelere con su dindmica aportación ci perfeccionamiento de nuestras maneras de convivencia, que se liquiden las areas de injusticja que son tara al esfuerzo comdn, y desemboquemos en los rumbos despejados de un porvenir donde, por lo menos en nuestro medio, desaparezcan el menoscabo a los derechos humanos y las limitaciones a la libertad del hombre. Esa y no otra es la fundamental e histOrica encomienda de la Conferencia Judicial que no perderá de vista, estoy seguro, las tremendas convulsiones que hoy agitan al mundo, precisa mente donde la razón y el derecho se esgrimen corno armas contra Ia injusticia, contra Ia negación del hombre por ci horn bre, y contra las iniquidades sociales. Contribuamos con las luces tie nuestro entenclimjento y con la clevocjdn dc nuestro apostolado al crecimento y a In difusión de ésta, nuestra demo cracia. Ayudemos a éste nuestro pueblo de Puerto Rico a que sea menos escabroso ci carnino hacia los nobles objetivos que se ha fijado. Para ci logro de estos objetivos se requiere Ia acción conj unto, consecuente, de todas las ramas do nuestro Gobiei’no y la cooperación de nuestra ciudadarija. Porque en ci nrofundo convencirnjento de nuestra inteligencia y de nuestra alma no asoma Ia más pálida duda de que cada uno de nosotros, los puer torriquenos todos, como ci maestro que forja conciencias, como ci maestro quo va esculpiendo virtudes en los espIritus nuevos, habrernos en su din de lanzarnos por los caminos de America para ser los maestros rurales de la democracia. Don Jaime Sifre Dávila, éste será ci mejor homenaje nuestro a vuestra memoria. Sr. Juez Presiclente: El decano de los abogados de Puerto Rico, Hon. José Angel Poventud, se dirigirá a Ia Confereneja. Sr. Josó A. Poventuci: Hon. Gobernador, Honorabies Juez Presidente y Asociados del Tribunal, Honorables Presidentes de nuestras Cárnaras, familia Sifre, miembros do Ia Conferencia Judicial: La Confereneja Judicial do Puerto Rico debe su prometedora existencia a Ia resolución de esta Alta Corte do Justicia emitida ci 10 de octubre de 1957. Tan notable y significativo pronun ciamiento quedó permanenternente prestigiado con In autorizada irma del entonces ilustre Juez Presidente Hon. Jaime Sifre Dávila, cuvo lamentable deceso ocurrió celebrada ya la Priiera Sesidu Plenaria. Al clausurar ci acto inaugural do esa primera SEsION INAUGURAL 15 reunion en diciembre de 1958, ci docto compaflero fenecido de finió Ia elevada finalidad de la Conferencia, profetizando que “ser virá para mantener ci sisterna judicial bajo constante vigilancia y exarnen, lo que es indispensable en cuanto a todo sisterna de ese carácter para que cumpla a cabalidad y en todo momento con la función trascendental quo ie corresponda en Ia estructura social.” En la historia de los pueblos libres y dernocráticos una de las grandes virtudes será siempre honrar, reconocer y rernornorar los ingentes SCi’VIClOS do aquellos do sus hijos que han podido y han sabido rendirlos con absoluta abnegación, patriotismo y leaftad a Ia confianza en dos depositada. Es. pues, un deber insosiayahle, antes do proceder a los informes de los Comités, dodicar nuestro sentido homenaje a Ia memoria del colega desa parecido, acompaflado do fraternal impetración al Todopodoroso por ci eterno descanso, en la imperturbable paz de las alturas, del alma buena y bondadosa tie tan insigne prornotor de Ia Con ferencia Judicial y primer presidente de su ComitC Directivo. A él, en ocasión anterior, refirióse nuestro eminente actual Juez Presidente como Ia personalidad inspiradora (IC Ia Con forencia en el seno del Tribunal, como ci capitán del harco “di rigiendolo hacia puertos a través de los mares.” Dc él puedo decir que siempre consideró a los tribunales corno verdadoros ternilos donde se ampara al débil, al inocente, y so detiene al delincuente; donde, si Ic asiste Ia razón, un solo individuo vale por cien y donde con Ia misma vara so miden las prerrogativas del pocler y los derechos del ciudadano. Quienes tuvirnos ci honroso privilegio de laborar junto a él en faenas do la profosión, jamás olvidaremos su invariable roe titud en el minucioso y cabal desempeflo de los debores profesio nales, sus cristalinas ejecutorias en ol fiel servicio a su pueblo a ti’avés de multiples actividades y su justa cuanto cristiana ac titud y proceder en la difIcil tarea, casi divina, do impartir justicia por y entre los hombres. Más do rnedio siglo do iaboroo oficiente y agotador sirve tie testigo mudo, pero olocuento, de la leal y perseveraute consagracidn del Juez Sifre Dáviia al culto del derecho y a su serena y recta aplicación. Produce emoción intensa reflexionar sobre esa acumulación do cilico décadas do experiencia jurIdica, do indopendencia re conocida y do imparcialiclad aplicarla on In oxcolsa función tie honda meditación para dar, como él siempro lo hiciera, a cada cual lo suyo. Conmueve, asimismo, reflexionar respecto a esa 16 SEsIóN INAUGURAL vida lena de ejecutorias pbiicas y rivadas oue se clestacan como sImbolo de honor e institucjón edificante en nuestro con giorneraclo social. Fomentó asI el respeto del pueblo hacia los tribunales y garantizó de ese modo Ia seguridad de autonomIa en la exnresiOn dcl criterio judicial. Para el prestigio y el crédito del pals, nunca serã excesiva Ia do uno udicatura integrada por árbitros forjados en ese temple. La vida y obra de tan meritIsirno comuañero, cmno In de todos aquellos que por fuerza de su talento, de su perseverancia, y hasta dc sus sacrificios escalaron ci pináculo de Ia estimación y el respeto ciudadanos, debieran servir de texto en las aulas docentes pam que Ia juventuci que sube aprenda a observar, adquirir y desarrollar el carácter, Ia voluntad y la fe que inflitran en el hombre ese raro sentido de confianza y de valor para Ilevarle al triunfo en in ardua lucha por Ia existencia. Algunos seres abandonan pam siempre el escenario de la vida simplemente para ser sepultados. Otros, los menos, como ci Inclito Juez Sifre Dávila, humanista y gloria de Ia Judicatura y el Foro, mueren para resucitar en ci recuerdo imperecedero de sus familiares, de sus compaiieros y de sus amigos. Cierta mente, ci difunto e inoividable colega deja a Ia comunidacl en cue tan diáfanamente viviera el valioso legado de esa luz inextin guible dimanante de su extraordinaria vida ejemplar; el fruto bienhechor de un recie eirbol fructifemo. cuvo tronco fue ines perada y prematuramente tronehado por los arcanos de Ia na turaleza. Sr. Jue. Presjclente: El Presidente del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial, ci Hon. Roberto H. Todd, Jr. tendié a so cargo Ia clausura de Ia Sesión Inaugural. Hon. Jmez Roberto H. Todd Señor Gobemnador, señor Juez Presidente y Jueces Asociaclos del Tribunal Supremo, seño res Prosidentes del Senado y de In Cdmama de Representantes, señor Comisionado Residente, señor Presidente del Colegio de Abogaclos, señores invitados de Honor, Familia Sifre, señores miembros de Ia Couferencia Judicial, señores representantes de Ia Prensa, damas y caballeros Corno Juez Presidente del Tribunal Supremo. Jaime Sifre tuvo ci privilegio cie flrrnar la orden estableciendo in Conferencia Judicial de Puerto Rico y, era justo, que un aflo después, fuera él quien, como Presidente de su Comité Directivo, clausurara In sesión inaugural cle su rimema sesión ci dIn 11 dc diciembre SEsION INAUGURAL de 1958. 17 Creo no equivocarme al decir que fue ésta su flltima actuación publica oficial. No podIa haber, por tanto, mejor oportunidad uara rendir un homenaje a Ia memoria de Jaime Sifre que esta sesión inaugural de la Segunda Sesión Plenamia de Ia Confe’encia Judicial de Puerto Rico. 2or Ia extrema benevolencia del Tribunal Supremo he sido nombrado para piasidir el Comité Ejecutivo de esta Conferencia, cargo que quedó macante al i’allecer nuestro bien amado y admi rado compaflaro Jaime Sifre y, para clausumar esta sesión inau gui’aI dedicada a su memoria. Ya otros, con mayor autoridad y elocuencia que yo, han hablado de los grandes merecimientos que adomnaban la personalidaci extra ordinaria de Jaime Sifre y poco podré yo añadir a 10 ya dicho. SI deseo, sin embargo, referirme a un aspecto más personal que me unió a Jaime y que, posibiemente, no existió entme éI y Ia mayorIa de los aqul pre sentes. Me refiero a Ia arnistad que desde la niñez me unió a Jaime. Vamos quedaudo pocos de los de aquella generación. Mi pa dre, que vivió noventa y tres aflos, me decla que se daba cuenta de su vejez por los nocos amigos de Ia niflez que Ic quedaban. Lo oue estamos entrando en los setenta nos vamos dando cuenta de esta verdad. La generación de los primeros años de este siglo a la que perteneclamos Jaime y yo ya va menguando. Es aquella de los dIas tmascendentales del camhio de soberanIa y Ia iniciativa de nuevas disciplinas escolares. La muchachada aque ha del San Juan sencillo y apacihie que jugaba al marro en Ia Plazuela de Colon, corrIa por sus calles sin temor a scm atro peliado ior nada rnás ternible que un coche de caballos y, por las noches, disfrutaba del placer de asistir a las retretas que Ia banda municipal tocaba dos veces a Ia semana, en ha Plaza Bal dorioty. Y es al recordar aquellos años que viene a mi mernoria el inicio de mi arnistad con los hermanos Sifre: Jaime y Angel. Fuimos cornpafleros de escueia primaria en ci aflo 1900, en aque ha que se llarnó Escuela Modelo, situada donde hoy ubica la YMCA, y que una noche fue destruida por un incendio. Desde aquellos dIas, hasta su failecimiento, nos unió una amistad fra ternal. Sesenta afios! Más tarde nuestras vidas se cruzaron varias veces. En el aflo 1908 los encontramos de riuevo en Ann Arbor, Michigan, cuando dl terminaba su carrera de leyes y yo irigresaba en pri mer aflo de escuela superior. A menudo nos reunIamos en su habitación o en Ia mIa a conversar sobre los temas que como jó 18 SEsION C0MITE flE ASISTENCIA LEGAL INAUGURAL veries nos interesaban, cambiando impresiones sobre planes para el futuro cuando regresáramos a Ia Isla. Todos los que le co nocieron con alguna intimidad saben lo mucho que le gustaba a Jaime conversar y lo amena y liena de humor que era su charla. Desde joven, a pesar de su aparente seriedad, le animaba un hu morismo innato que más tarde en su vida fue una de sus carac terIsticas más notables. Su semblante serio y adusto ocultaba ese humorismo, el cual, desde luego, no prodigaba sino con algün motivo j ustificado. Transcurren nueve aflos y en el 1917 intervino Jaime en lo que habla de ser momento decisivo cle mi vida. Desempenaba él el cargo de Fiscal Especial General de Puerto Rico en el De partamento de Justicia y por su intervención y recomendación al Procurador General Howard Kern pude ingresar en dicho Departamento como inspector y oficial jurIdico. Dos aflos tra bajando juntos hasta que en el 1919 renunció su cargo para de dicarse a Ia que habIa de ser su brillante ejercicio privado de su profesión de todos conocida. Todos los aqul presentes cono cen bien Ia sobresaliente eficiencia profesional en el campo del derecho civil cle Jairne Sifre. Creo que rnuy pocos conocen su extiaordinaria labor como fiscal. Dio sus primeros pasos en esa disciplina como Fiscal Auxiliar de San Juan en los aflos 1912 a 1914, bajo Ia égida de uno de los mejores fiscales que ha tenido Puerto Rico: el fiscal Luis Campillo. Luego como Fiscal General Especial desde el aflo 1914 al 1919 demostró una habilidad ex traordinaria en la investigación y prosecución de una serie de casos importantes en los cuales se enfrentó, con éxito, no obs tante su juventud, a los mejores abogados criminalistas de Puerto Rico. Todo parecia indicar que ésa era la especialidad que rnas le gustaba y a Ia que dedicarIa su vida profesional. Los hechos posteriores demostraron que sus conocimientos abarca ban, con igual o mayor exito, todos los aspectos del derecho. Aunque siempre mantuvirnos nuestra estrecha arnistad, no fue hasta el aflo 1952 en que, por motivos de salud, tuve que jubilarme como Juez Presidente de este Tribunal, cuando tuve alguna intervención en una de las decisiones más trascendenta les que tuvo que hacer Jaime Sifre. El señor Gobernador sabrá excusarme si revelo ahora que, al entrevistarme con él en rela ción con n-u renuncia y consultarme en cuanto a los nombramien tos que tenIa que hacer al aumentarse a siete los jueces de este Tribunal, me informó que tenIa el propósito de nombrar a Jaime Sifre para cubrir mm de las vacantes y me preguntó si creIa 19 que Jaime aceptarla. Mi contestación fue que, por el conoci que tenia de la personalidad de Jaime, él harIa cualquier sacriflcio para servir a su pals y que estaba seguro que aceptarIa. Y asI fue. Mi intervención fue una larga charla que tuve con Jaime, en su hogar, en relación con su nombramiento, durante la cual vi confirmada mi creencia de que lo aceptaria. Tuvo que liqui dar uno de los mejores bufetes de Puerto Rico para dedicar sus ültimos aflos a las arduas tareas judiciales de este Tribunal y pudo retirarse, obligaclo por ley por su edad, con Ia satisfacción de haber ocupado, aunque fuera por breve tiempo, el cargo tie Juez Presidente de nuestro Tribunal Supremo. El nombra miento que para dicho cargo Ic hizo ci Gobernador, Sr. Mufloz Mann, fue uno que agradecio profundamente Jaime Sifre. Fue un honor concedido a quien tal honor merecia. Fue la culmi nación de una vida ejemplar dedicada a las disciplinas del de recho, prirnero en ci ejercicio de su profesión como abogado y luego corno juez de nuestro más alto tribunal de justicia. Es con verdadero fervor que invoco Ia memonia de Jaime Si fre Dávila para desear, como él lo hizo al clausurar Ia Sesión Inaugural del año 1958, a los miembros de Ia Conferencia Judi cial de Puerto Rico, el mayor éxito en sus trahajos. Darnas y caballeros, tengo el honor de clausurar esta solemne sesión inaugural dedicada a Ia memoria de nuestro inolvidable compañero Jaime Sifre Dávila y solicito que, todos de pie, guar demos un minuto do silencio. Muchas gracias. miento Sr. Jucz Prcsidente: Ha terminado Ia sesión inaugural y a las 2 de Ia tarde continuarán las sesiones de trabajo. Muchas gracias. (Sesión del dIa 15 de diciembre de 1960, 2 P.M.) C0MITE Dli AsisTlil-iciA LEGAL Si. Juez Perez Pimentel: Se declara abierta esta sesión de trabajo de Ia Segunda Conferencia Judicial. Por razones im previstas nuestro Juez Presidente no podrá rendir su informe en este momento, pero lo hará más tarde en esta misma sesidn. Mientras tanto, vamos a proseguir con los trabajos de Ia Con ferencia. El Comité de Asistencia Legal tenga la bondad de pasar a Ia mesa Vamos a oir Ia ponencia del Presidente del Comité do Asistencia Legal, el Hon. Juan B. Fernández Badillo. Tenga Ia bondad de pasar al n-uicrófono. 20 I P0NENCIA Lic. Jian B. Fernd’nclez Baclillo: Señores Juez Presidente y Jueces Asociados del Tribunal Suprerno, señor Presidente del Comité Directivo de la Conferencia Judicial, señores miembros de la Conferencia, y compafleras y compafleros todos: Deseo primeramente agradecer la designación que se me hiciera para presidir este Comité de Asistencia Legal, designa ción cue mucho me honra; me honra porque soy sucesor del Hon. Presidente de la Comisión Directiva de la Conferencia que era su anterior Piesidente, y aciernás me satisface porque Cs una actividad, una gestión, que he querido mucho y le he dado algün interés, habiéndoseme dado Ia oportunidad también de presidir la Sociedad de Asistencia Legal de Puerto Rico. Lamento que con la designación, que fue bastante cercana al comienzo de los trabajos de esta Conferencia, no me dieran tiempo suficiente para, en comunión y discusión con los corn pafleros que forman este Comité, pudiéramos haber dedicado aigdn tiempo adicional a discutir asuntos que decididamente son de maxima importancia en esta labor de asistencia legal. Por eso nuestro informe fue bastante conciso, no entramos en muchos detalles y lo dividimos en tres partes fundamentales. La prirnera cle ellas estuvo destinada a dar una relación bastante somera de los cambios surgidos en las comunidades americanas con respecto a la forma y sistema de restar la asistencia legal a indigentes. Todos sabemos que el origen de este servicio como institución arrancó de disposiciones cons titucionales que exigieron la prestaciója de ayuda legal a las personas acusadas de delitos pdbiicos. Ese sistema que se corioció en sus cornienzos corno el sistema del abogado de oficio tuvo muy serias dificultades. El abogado de oflcio general mente hacIa su labor gratuitamente, era designado por el tri bunal y los resultados fueron, en muchos casos, que quedó redu cida a un grupo de compafleros abogados que eran los que casi siempre eran escogidos por los tribunales para prestar este tipo de asistencia. Además resuitó prácticamente una asistencia de segunda clase por varios motivos. IJebido a eso, y con el pro posio cle mejorar Ia defensa de los acusados ante los tribunales, sucedió a ese sisterna practicamente fracasado el sistema del defensor pdblico. En este sistema el estado provela funcionarios rernunerados que se habrIan de encargar de representar ante los tribunales a los indigentes en causas criminales. Este sistema también recibió dura crItica especialmente por proveerlo precisarnente CnuTi r LiicL 91 Ia parte contraria, que era Ia que acusaba, o sea, el mismo Estado. Y ambos, ambas partes, acusador y defensor, eran nombrados por la rni’rna parte y recibian Ia paga de Ia misma fuente. Como las oficinas de estos funcionarios generalmente estaban ubicadas muy cerca de las oficirias de los acusadores, esto daba lugar a confraternizaciones que, muchas veces, por in tereses muy cercanos a ambos, muy comunes, y otras veces tam bién debido a ciertas ingerencias de tipo polItico-partidista, hicieron sospechar que este tipo de servicio no era adecuado y no era lo suficientemente puro para asegurar una debida asis tencia de abogado. Eros principios de pureza en la defensa de los derechos do los acusados seflalaron hacia Ia necesidad de mejorar ese serviejo y entonces se produjo lo que se llama el servicio a través del sistema de la Sociedad de Asistencia Legal. Este sistema en las cornunidades americanas tiene una gran semejanza con el defensor privado y es una entidad mdc pendiente, privada, que presta su atención y da su servicio a los indigentes en forma independiente. Llegó en su desarrollo a extenderse a Ia práctica civil, es decir, a prestar asistencia legal en los aspectos civiles a los indigentes, además de Ia prâc tica en las acusaciones criminales. Este tipo de asistencia, por su independencia y por su forma de funcionar, resultó práctica mente invulnerable a las crIticas y sorpechas que Se lanzaban tanto contra el sistema del ahogado cle oflcio corno contra ci sisterna del defensor pñblico. Generaimente estas sociedades de asistencia legal se organi zaron. se forms son, en torno a dos modalidades : una de ellas Ia de ía s soluta ndepenuenca tie reeuisos econorncos, es decir, que estaba estricta p totaimente sostenicla por la ciudadanIa. Un ejemjlo cbiso de cite tipo de socieclad p el de mayor y má larga historia en Ertacios Unidos es la Sociedad de Asis tencia Legal de Ia ciudad de Nueva York. Y Ia segunda modali dad, que se dirijIa hacia Ia cornbinación de fondos de procedencia pdblica, o sea, de los erarios de los estados, de los distritos o condados y tie los municinios que, ademés. eran complementados con fondos obtenidos de la comunidad. Es decir, que eran fondos combinados. Ciaro, no por esta segunda razón de que tuviese fondo nablicos en su patrimonio, resultó ser una socie dad dependiente del Gobierno, sino que rriantuvo su independen— cia p siemare tuncionaron, o han furicionado, como eritidades privada. libres de la intervención gubernarnental en su funclo 22 [ P0NENCIA namiento y administración, y han sido regidas por cuerpos representativos o juntas de directores. Hay que afiadir algo, quizás para salirnos un poco del marco americano, con relación a otros palses extranjeros, especialmente Inglaterra. En Inglaterra se aprobó allã por el 1949 Ia conocida Ley de Asistencia y Consejo Legal que empezó a ponerse en práctica en octubre de 1950. AllI el funcionamiento era un poco distinto y tenIa algunas particularidades que seflalaban hacia un ade lanto. Sin embargo, creo que por la forma de su organización y por ciertos propósitos ulteriores de la misma no es en estos momentos practicable ni aconsej able su establecimiento en un medio como el nuestro. En el caso de Inglaterra el estatuto daba Ia administración de la asistencia legal a Ia sociedad de abogados que se componIa de los “solicitors” o procuradores y de los “barristers”, y ambos gruuos participaban de la admi nitración de la sociedad que se nutria con fondos totalmente gubernamentales. es decir, que era una sociedad de abogados administrando fondos gubernamentales. Alguien ha señalado que este tipo de servicio es un tipo de socialización de Ia pro fesión legal por Ia sencilla razón de que no se limitaba a los indigentes exclusivamente, sino que habIa personas con ciertos medios económicos que también teiiIan este servicio. La par ticularidad que este servicio tiene es Ia de que ent.raba a prestarlo prácticamente un 85 por ciento de los abogados de la Sociedad, es decir, de Ia Asociación de Abogados Ingleses, y de las listas que se hacIan, de los abogados que participaban en los servicios que prestaba la Asistencia Legal, se le daba oportunidad a Ia persona de escoger el abogado que prefiriera. En eso se distingue de nuestras actuales sociedades en el campo americano, en que el abogado de la Sociedad de Asistencia Legal es el que presta el servicio sin que el cliente tenga Ia oportunidad de escoger. Claro, allá el sistema opera de otra manera en cuanto al pago de los honorarios a estos abogados y es en el sentido de que los tribunales son los que fijan los honorarios de abogado y entonces, del fondo que el Estado ha aportado, que el gobierno ha aportado, es que se le paga, no un ciento por ciento, sino airededor de un 85 por ciento de esa fijación de honorarios. Las personas que pasan de cierta cantidad de ingresos y de pro piedades tienen que aportar, hacer aportaciones de dinero por los servicios que se les prestan, y esos dineros van a engrosar los fondos de Ia Sociedad de Abogados Ingleses, es decir, de Ia C0MiTE DE ASIS’rENCIA LEGAL 23 Sociedad de Asistencia Legal bajo la administración de la Socie dad de Abogados Ingleses. Claro está, se puede entender con bastante claridad el por qué el 85 por ciento ingresaba o ingresa en estas listas de abogados que están dispuestos a prestar esos servicios, v es porque reciben el pago de sus honorarios en un montante bastante adecuado de parte del sistema sic asistencia y consejo legal. Esa, en lIneas generales, es Ia experiencia de otras jurisdic ciones. i,Cuál ha sido Ia experiencia puertorriqueña? (Déjenme hacer un paréntesis para indicar que se ha calculado que en Inglaterra, para que se pueda prestar este tipo de servicio, le cuesta al erario piThlico mâs de un millón de libras esterlinas anualmente, o sea, un costo de airededor de tres inillones y pico de dólares.) La experiencia puertorriqueiia ha recorrido los tres caminos que en las comunidades americanas se han re corrido. Se empezó con el servicio del abogado de oficio. Ya en ci 1940 nuestra Legislatura, en una legislación aprobada al respecto, expresó en su declaración de principios que el sistema imperante en Puerto Rico de nombrar abogados de oficio para defender acusados insolventes no garantizaba una efectiva asis tencia de abogados para cumplir con el mandato constitucional. Por tanto, ese estatuto, después de esa declaración de principios, crea Ia institución del defensor pdblico. No fue, siii embargo, hasta el 1952 que esta institución del defensor püblico, dirIamos que aicanzó perfiles y fisonomIa bas tante determinados. Decimos esto porque fue en esa época y con la aprobación de Ia Ley de Ia Judicatura que se establecieron diez eargos de defensores pübiicos de tiempo completo (full time). Con anterioridad a esa época, aunque estaba establecida esa institución, no habIa funcionado en una forma clara y deter minada, sino que más bien era un poco deforme y bastante defi ciente. Se hacIan asignaciones gerierales que se enviaban, o se hacIan al presupuesto del Departamento de Justicia, y el De partamento de Justicia aprobaba una reglamentación para el pago de los honorarios de los defensores püblicos. No eran esos defensores funcionarios de tiempo completo. Y los que saben de esto y lo recuerdan, saben que habIa una serie de tarifas y entrQ ellas habIa una que daba tantos dólares—no recuerdo cuántos—por declarar culpable a una persona. (Cuatro dólares me señalan por allá.) Todo el mundo sabe lo trágica que resultaba aquella situa ción. Sin que con ello pretenda menoscabar la dignidad de 24 P0NENCIA ‘sOMITE DE ASISTENCIA LEGAL ona intitucjón corno Ia de los abogados puertorriquenos, la ver dad ftc que muchos, descuidados, poco dados al sentido de Ia verdadera justicia, hicieron presión para conseguir declaracio nes do culpaljjljdacl por la facilidad que constitula obtener Ia tariu cue declaraija culnabie a un individno. Todas estas cosas (heron Jugar a que en rnuchas 050sioneo—y eso lo recuerdo porque lo vi una vez en Ia prensa—hubo acusados que rechazaron los defensores que se les seflalaban en los tribunales, expre sando que preferlan defenderse solos. Claro, esta desgraciada actitid tenia que dar lugar a una preocupación mayor por Ia defensa de los derechos de los puertorriquef los. Esa gran preo cupación continuó, dicho sea de paso, adn después del 1952 cuarido se establecjeron los diez cargos de defensores pdblicos con los cuales todavIa no estábamos conformes y no nos satisfacIa totalmente. Por qué? Porque ya en 1952 habIamos alcanzado, a través de nuestra Constitución, un adelanto significativo en nuestro desarrollo democrátjco. Por lo tanto, aquel sistema nos parecla que ya no se ajustaba del todo y en una forma adecuada a ese creciniiento y a ese desarrollo democrático. De ahI que varios funcionarios de las Ramas Ejecutiva y Judicial, unidos a un grupo de ciudadanos muy preocupados por estos problemas, le clieran nacimiento a io quo conocemos con el nombre de Ia Sociedad de Asistencia Legal de Puerto Rico. Eta iociedad so cred con vida urivacla, indepencliente, ins crite en los Registros de Ia SecretarIa o del Departamento de Estado como uia entidac nara fines no pecunhuios, y haJsra do ser dirigida poe una Junta de Directores do flues-c personas que se escogIan, y que Ia incorporaron, a base de tener repre sentación en ella 3 grupos por igual, en igual proporción: Ci Co]csio de Abo.acio; con 3 personas, el Gohierno, con 3 nec sona p la coniunjdscp con 3 ciudadanos preocupados por estos probleruias. Eta Soeisda habria de tomar Ia modalidud que sefiahi do una combinacjóp do sus fondos, en el sentido do ‘sue el E,:taclo habhs de hacer una auortacidn y Ia cornunjdad habla dc baser otra aportación, y adeinas nuestro Colegio do Abogados tami in habris dc liacer su oportacjói. El Colegio de Ahogados apoiiaba ;:DbO p ademdt unor iooae en su edificio para Ia oficila central, cue luer:o so irocaron en un pago en efectivo de $±.s)O ad!cionaIe por Ia necesidad del local que tuvo ci Cole gic, I line auortó dltimarnente S4,200 en efectivo. El Estado 7.OOb on an conhierCo a ese fondo, i: td p entonces el resto • 25 dl dinero era para cubrirse con campaflas de recolección de fondos entre Ia ciudadanla. La historia de lo que ocurrió de entonces para acá es muy an gustiosa. En su inicio hubo un gran optimismo. Hubo un grail optimismo porque precisamente se estaba estableciendo el sis Lerna que a nuestro juicio responde mejor a la defensa de los derechor dc los ciudadanos indigentes, p Ia primera campafla pdhliea de recoiección ne dinero proclujo sus efectos relativa mente buenos. Es bueno decis en este instante que la razOn por la cual esa prirnera campai’ia produjo muy buenos resulta dos, o bastante buenos resultados, fue porcue se escogió a una persona que tenia mucha habilidacl para recoger dinero y ademds tenla unos grancles contactos nara noderio lograr. Era el Direc tor dc Fomento y pudo may bien acercarse a las industrias nuevas en Puerto Rico p dcc aportaron y ayudaron mucho al tondo inicial ue produjo Ia campaña primera. Pero muy pronto, compafieros, Ia Sociedad se percató angustiosamente de una situación que no habIa visto ni observado y que, cuando se lanzó a posteriores campaflas en que no tuvo ci privilegio de tener personas como el Director de Fornento para hacerlas, provocô an total fracaso. Esa situación pa Ia expresarnos en Ia prmera Conferencia Judicial, en ocasión en que pude manifestarme sobre el particular, y era que la ciudadanIa no estaba preparada iii educada para entender su responsabilidad en relación con los indigentes para que recibieran el grado de justicia que en igual dad de condiciones con los demás ciudadanos debIa recibir. Precisamente el Comité dc Derechos Civiles que estaba en touces en funciones, realizando su trabajo por encomienda del Gobernador, ante Ia situación deprimente que se ofrecIa, expresó unas palabras que son una clara expresión de la situación. DecIa: “la ciudadanIa debe cumplir mejor su deber cIvico de hacer contribuciones económicas a la Sociedad de Asistencia Legal, que es una entidad organizada sobre bases de eficiencia e independencia para la protección de los derechos de personas sin recursos económicos p que actualmente no reciben sufi cientes donaciones privadas para cumplir sus propósitos a pesar de que cuenta con un subsidio anual de $67,000 del Gohierno y $3,000 del Colegio de Abogados.” A esos $3,000 habrIa que afladirie los locales que se nos daban gratuitamente. Dc ma nera que vino uria crisis y Ia crisis resultó que en el 1959—60, en ese afio fiscal, ci Gobierno dc Puerto Rico tuvo que hacerse cargo de cubrir un deficit de $18,000 que tenIa Ia Sociedad, y 26 PONENCIA C0MITE DE AsIsrENcIA LEGAL Ia Sociedad se vio obligada a abstenerse de cubrir varios cargos vacantes, 3 cargos vacantes, 2 que habian surgido en San Juan y uno que habIa surgido en Ponce. Claro, no los podia cubrir porque precisamente su escasez de fondos no le permitla pagar los sueldos de estos funcionarios, de estos abogados. Y esto trajo un grave problema en Ia administracjón de justicia en San Juan. Esto lo saben rnuy bien los jueces de San Juan que están aquI presentes. Gracias a Dios que nuestro Colegio de Abogados, estimulado por nuestro excelente Presidente y por el entusiasmo del Bar local de San Juan, ayudó a aliviar Ia situación, Ia crisis creada en San Juan. El Bar local esta bleció turnos que permitieron a varios compafieros desintere sados prestar su ayuda a indigentes en las cortes de San Juan. Esta crisis produjo un gran desaliento y una gran angustia en Ia Junta de Directores de Ia Sociedad. Be manera que, dis cutido el asunto por la Junta de Directores, Hegamos a Ia con clusiOn de que Ia Sociedad debia disolverse. La razón que te nIamos para que Ia Sociedad se disolviera era que resultaba en ültima instancja el Gobierno cubriendo un deficit y, con im posibilidades de campafias que produjeran lo necesario para engrosar el fondo de Ia Sociedad, nos encontrábamos como una Sociedad privada exclusivamente establecida para admi nistrar fondos püblicos. Nos parecIa que no era adecuado que una Sociedad privada exciusivamente se dedicara a adminis trar fondos püblicos. La Sociedad, pues, tomó Ia determi nación de disolverse y tomó el acuerdo Ia Junta de Directores. Asi se le comunjcó al Hon. Gobernador de Puerto Rico, y se le comunicó al Negociado del Presupuesto con el fin de que se hicieran las gestiones necesarias para que este servicio impres cindjb]e de defensa de los derechos de los ciudadanos ante los tribunales fuera atendjda de alguna manera, o bien porque se creara un negociaclo especial en alguna Rama del Gobierno, o porque alguna de las agencias existentes se encargara de este servicio. El Director del Negociado del Presupuesto y el Sr. Presidente de Ia Comisión de Hacienda de Ia Cámara dis cutieron el problema y decidieron referirse de nuevo a Ia So ciedad de Asistencia Legal con una sñplica. La süplica era en el sentido de que revocara su decision de disolución y que continuara administrando los fondos de Ia Sociedad aunque fueran fondos totalmente del Gobierno. Siempre habIa Ia par ticipación, claro está, del Colegio de Abogados, pero esencial 27 mente con la suma más grande, mayor, el Gobierno era quien pagaba los servicios. La razón que ellos tenIan era una razón que para nosotros también era fundamental, y era que ellos creIan que este servicio no debIa volver a ser prestado por una agencia del Gobierno, sino que debIa permanecer en manos de una entidad independiente que lo administrara para que no hubiera ni se pensara en los mismos reparos que se ponIan a los sistemas anteriores, y ellos crelan que volver a los otros sis temas era retroceder en nuestro adelanto democrático. A no sotros nos halagó Ia petición porque, de todas maneras, pensá bamos de esa manera también, aunque creIamos y creemos que no estâbamos ilamados a administrar como entidad privada totalmente fondos püblicos. Por lo tanto, la Sociedad continuó en su administración de los fondos y de Ia prestación de los servicios. Ello hizo que se pudieran abrir dos nuevas oficinas que habIa estado siempre pensando abrir en los distritos de Humacao y Aguadilla. Be esa manera consiguió un aumento de presupuesto y está actualmente administrando un presu puesto de airededor de $140,000. Los servicios de esta Socieclaci. compafleros de Ia Conferen cia, a mi juicio—y lo digo ccn gran satisfacción porc.ue preicIo la Junta de Directores—son servicios extraordinarjos. 1 omo dice nuestro Informe en algunos detalles generales, se iniciaron en este aflo fiscal transcurrido de 1959—60, 1,490 casos civiles y 2,695 casos crirninales, que unidos a los que restaron del aflo anterior subió a una cantidad bastante mayor—no tengo la cifra —pero si puedo decir que de toda esa cifra de nuevos casos ingre sados durante el aflo más los arrastrados del aflo anterior, se ter minaron 1,371 casos civiles y 2,758 casos criminales. Se iniciaron 21 apelaciones ante el Tribunal Supremo, que sumadas a 56 pen dientes hicieron 77 apelaciones, de las cuales queclaron termina das 33. Otros servicios prestaclos comprenden 916 consultas y 532 servicios notariales. Be esto ustedes podrán apreciar que una gran cantidad dc trahajo como ésta tiene que haber requerido un intenso espIritu cle sacrificio de los abogados de la Sociedad. Y asi nos lo garantizan las expresiones de los jueces que han te nido que bregar con este tipo de servicio y ante quienes nuestros abogados han comparecido en representación de los indigentes. Pero, naturalmente, una gran cantidad de trabajo como éste, en un grupo bastrnte reducido de abogados, no puede producir un trabajo de primera calidad, o sea, tiene que mermar Ia calidad frente a este problema de canticlad. Sin embargo, los jueces no 28 [ PuxExciA COMITE DE AsISTENcIA LEGAL han dicho que a pesar de ese problema de cantidad, el servicio que prestan esos abogados aun en calidad es extraordinario y que solo se explica que sea asI a través de un gran espiritu de sacri ficio y de una gran dedicación. No hay duda que hay necesidad de mejorar estos servicios y de mejorarios tanto en cantdad como en calidad. Por ejemplo, no se está prestando vu serviern total, amplio, en los tribunales de distrito. Hay algunos casos que los atienden nuestros abogados cuando hay esa oportunidad, pero la gran maysria de los casos ante el Tribunal de Distrito no son atendidos por Ia So ciedad. Tambin se hace necesario mejorar, tanto en cantidacl como en calidaci. Ia actividad apelativa ante uuestro Tribunal Suprerno. Seria quizás conveniente decir en este instante que Ia experlencia de Ia Sociedad de Asistencia Legal de Nueva York es extraordinarja en cuanto a este respecto, no en cuanto a can tidad, porque la inforrnación que tengo es que en el aflo fiscal anterior no ateiidió nada más que 70 casos ante los trihunales de apelación de Nueva York. Ahora, ,quiénes atendieron esos 70 casos? Los atenciiercn los abogados que no eran miembros de Ia Sociedad de Asistencia Legal. Hobo un reclamo de vo luntariedad de los abogados y 80 abogados respondieron a ese re clamo de la Sociedad de Asistencia Legal. Y esos abogados re presentaron en las apelaciones a estos indigentes que lievaron sus casos en apelación a los tribunales apelativos. Se afladIa una direcciOn, o sea, se ponla uno de los abogados de Ia Sociedad, una persona experimentada a dirigir y a cooperar en este servicio de apelacionec ante los trihunales de apelaciones de Nueva York. Y ese abogado siempre firmaba en los alegatos como abogado de record junto con el abogado que voluntariamente habIa ofrecido sus servicios. El problema, a mi juicio y el del Comité, es uno de recursos econOmicos para aumentar ci personal profesio nal y de oficina. Un cãlculo conservador que se ha hecho nos ha ilevado a etimar Ia necesidad de un presupuesto de airededor dc $332,000.00 para poder prestar ese servicio en los tribLinales de distrito y poder ampliar y mejorar ci servicio de apelaciones ante nuestro Tribunal Sujremo. Ahora bien, frente a estas experiencias pasadas ci Comité pensó en hacer aigunas rscomendaeiones y sugestiones. Quiso primero hacer dos reafirmaciones de criterio. Las dos reafir maciones de criterio deben ser ya entendidas muy bien p01’ lo que acabo de decir. Primero, que cencurre con los que han sostenido que este servicio debe prestarlo una entidad indepen diente, sin cvi eción a agencas gubernamentales, ejecutivas o judiciales, en su gestiOn administrativa y funcional. Y que debe incluir tanto la representación en casos civiles como Ia represen tacon en casos crinsnales. Debe incluir todo ci campo de la jucticia para los pobres, frase que usó ci cornité que redactó el proyecto de la Ley de Ta Judicatura en cuanto a lo que conceblan ellos cue deLia ser ci alcance de Ia asistencia legal en Puerto Rice. Y segundo. como complemento mayor a ccc primer cri terio y como concomitante mayor de éi, lo que ya seflalé, o sea, los escasos recursos econOrnicos, y que, por lo tanto, deben ha cerse todas las gestiones posibles para procurar los mayores in gresos para Ta asistencia legal. Y las tres recomendaciones que hizo, mac bien dos recomendaciones y una sugestión, se concre tan de Ia siguiente manera: La primera consiclera que la propia Junta. de Directores de la actual sociedad privada demostrO que tenIa escrdpulos como tal para reglamentar y administrar fon dos püblicos exciucivamente. Hubo algunas otras objeciories, eritre ellas posibles objeciones legales. No cc ha hecho un estu dio detenido de Ia cuestión, pero cc seflala Is posibilidad de que haya reparos legales a la situación de que uria entidad privada se cree, cc establesca, con el propósito especIfico de administrar fondos pdhlicos. Para is solución de problemas pdblicos para los cuales ci Estado uede dedicar fondos, cc ha Ilegado a esI1cr corno comnlctamente Iegcl ol qiie i EslaUu apuite clineros y haga asignaciones a una entidaci privada ya existente para que le preste esos servicios aI Estado. Pox’ ejemulo, ca ban hecho apor ta.cines a fondos de sociedades privadas que cc dedican al scr nob dc hccniiaiizsciéo, a hosnrsles, V los iLaclc han nacido y pueden aportar fondcs. Oblicos nasa que Se les presten ciertos Pets on aces cocos is. •.atiJad servicios por psite dc eaa entidad. ha existidc autos y la estado dedicada a prestar ese tipo de ser vioLas y. ci ci Estado retirara eso fondos dadicadoc a ccc sarvi do, Is entidad seaub’Ia funcionaudo coma entidscT privada e nde— aisria a! psligcc do qua éstn En nsa sa’o penslienia. cj una socieclad existente, casi exciusivamente ijala dedios,rse iyjblicoc. Si a retiLasin coos foclos a admunc ass snos En otsac pa ptblieos. Is ncied. no tanstebi as sin cia cxistii laSts teisi:israos quo liegar a Ia conclusiOn cIa quo esiabs ca’eada sspecIhca v enelusivamente pars administsar uflOs ft2iaOS 29 . Pien. ante estos eciupules y poeibIe objeciones. ci Ccmité recomienria que se establezea mediante legisiación, nina corpora- 30 P0NENcIA COMITE DE ASISTENCIA LEGAL [ ción püblica independiente, con facultades absolutas para admi nistrar y dirigir esa actividad. Su cuerpo directivo se compon drIa, de acuerdo como lo concibe el Comité de esta Conferencia, de 9 pei’sonas también, divididas en 3 representaciones de 3 clases distintas. Y en iguales proporciones. El Gobierno, el Colegio de Abogados y la cornunidad. Es decir, para no extenderme mucho, siguiendo el patron existente en estos instantes en Ia Sociedad privada, con la ñnica diferencia de que seria una agen cia de carácter püblico, serla una corporación püblica, que esta na administrando fondos püblicos, pero con un grado de inde pendencia tal que permitiera, por lo menos, mantener el escrü pub que se ha querido y deseado mantener en Ia administración de estos fondos, sin ataduras de cierta naturaleza con el control gubernamental. Con esta clase de entidad estarlamos aportando uii nuevo sistema que estarla llamado—y asI lo concibe tarnbién ci Comité —a ser transitorio. A ser transitorio hasta que Ia cornunidad entendiera su obligación y aprendiera a contribuir a una sociedad privada que se dedicara a prestar esos servicios. Dc manera que habrIa que, en esa legislación, establecer unas disposiciones que permitieran a Ia Junta de Directores de esta corporación de carrollar programas de educación pübiica en las que reclutara el Servicli, do nf]as las uersonas entendidas en la comunidad so bre estos problemas y a los abogados. Oea, un prograrna corn pleto de educación publica que ilegara hasta el corazOn de nues tra cornunidad para que entendiera su responsabilidad en rela ción con la defensa de loS derechos de los incligentes en iguales condiciones que Ia de los derechos de aquellos que tienen bienes económicos. Y adernás habrIa que dane facultades a esta cor poración pdblica para que pudiera lievar a cabo campaflas de recolección de fondos entre Ia comunidad cuando el prograrna tie educación püblica ya haya surtido sus efectos y la comunidad esté dispuesta a hacer aportaciones a ese fondo. Y dane facultades, además, para que cuando liegue el momento en que Ia proporción de Ia aportación pdblica a ese fondo sea de tal naturaleza se ins trumente un medio para que Ia corporación traspase su patrimo nio y todas sus facultades a una sociedad privada que se dedique a prestar este servicio. Yen ustedes que el propósito de esto es soslayar los reparos que puedan ponerse y, rnás que soslayarlos, garantizar Ia independencia del sistema y de los abogados que han de prestar los servicios a los indigentes puertorniquenos. 31 En cuanto a las fuentes que habrian de nutrir el fondu de Ia corporación, para que ésta cumpla su función piogresiva de efi ciencia en cuanto a esos servicios, el Comité seflaló lo siguiente: que por ser una corporación pñblica habrian de hacerse asignaciones legislativas para el fondo de esta corporación. Pero ademds penso en una idea que se ha permitido sugerir. Es la idea de que se gestione adernás la aprobación de legis lación estahieciendo un nuevo sello forense de igual valor que el eniCtente actualmente, 0, Si es más conveniente. dup icau do ci valor del actual, para cobrarse de la misma forma, e ingresar su producto Si es un nuevo sello o su aumento Si es el mismo seblo que actualmente existe, para engrosar el fondo de la corporación. Dc esta manera, entiende el Comité, los litigantes que tienen medios económicos para litigar, piocurliidose los •servicios de profesionales competentes, debIan aportai’ algo a los fondos dc la Sociedaci porn permitirie. a etjuelius que no tjenen eses medios, litigar con el mejor serviclo legal posible. La otra fuente de ingresos serian, claro está, las campaflas entre Ia ciudadania cuando las circunstancias lo permitieraii de acuerdo con lo que expresamos en Ia primera recomendación. Finalmente, el Comité considerO Ia cooperaciOn de dos gru— pos prestigiosos y orientadores de la comunidad en lo que llamó en su informe “esta cruzada de fe democrática.” Son los jueces y los abogados. La sección 30 de Ia Ley de Ia Judi catura dispone que ci Tribunal General de Justicia y Ia Oficina de Administración de los Tribunales estimularán ci estableci miento de ayuda legal para Ia defensa de personas nobres con Ia cooperaciOn del Colegio de Abogados, del Colegio de Derecho de Ia Universidad de Puerto Rico y de toda persona interesada en Ia adecuada protecciOn tie los pobres. Ha creldo este Co mite que los jueces deben dan toda su cooperación al mejora miento de este sistema. Y que esta cooperación debe ir enca minada, en primer término, a cooperar en ci programa de edu cación pciblica para orientar a nuestra ciudadania en cuanto a este tipo de servicio. Es interesante liamar Ia atención sobre un dato que id en Ia Revista de Ia Asociación Nacional tie Asistencia Legal Americana sobre una visita que hicieron los niños de una escuela pñbuica, unos 30 niños, a ver los procedimientos ante una sala tie un tribunal. Se dice que los muchachos observanon con mucho detenimiento lo que aIlI ocurrió y despuds de vistos aigu nos eases. en donde in representación estaha en manos de aboga PONEICiA Cor!ITr DE A5IsTENCTA LEGAL dos (Ic Ia Sociedad de Asistencia Legal y decretado un receso, el juez llarnó a los 30 niflos a su oficina, a su cdrnara. Conversó con elics y empezó a hablarles de lo que hablan hecho aquelios abogados de Asistencia Legal con los indigentes que habIan sido acucados ante Ia sala. Los niflos se retiraron a su escuela y Ia historia del caso cuenta que al otro dIa lOS muchachos se organi zaron y le escribieron una carta al Juez. Le decIan que ellos ha bian quedado impresioriados con la labor que hacIa la Sociedad do Asistericia Legal y quo so habIan puesto de acuerdo para que cada nifio prenarara “popcorn” en su casa y vendiara unos cuantos sacos de “popcorn”. Cada uno se comprometIa a sacar un dólar con Ia yenta do esoc a suitor de “popcorn” para envjar los a la Sociedad de Asirtencia Leai, y se concretó el ofreci miento do los mLchcchcs: enviaron S30.00 a la Sociedad do Aristencia LegaL Llamo Ia atención a esto porque es una ma nera bastante gráfica, bastante interesante, de ilustrar cómo un juez espontánearnente—no cc Ic habIa peclido que lo hiciera—co operó con Ia Sociedad de Asistencia Legal no tanto con los $30.00 que aportaron estos nifioc, quo después do toclo, frente al servicio q ie prerta erta Sociedaci y Ia cren eantidaci dc ciLiero qur tone en sus fondos, era ins;gnificante, silo por Ia educación que dejó en la monte y ci corann do aquellos niflos que includablemente se fueron con una ilustracidn y uria educación ciudaclana que les convertirá no solamente como niflos, sino como acluitos en ci fu taco, en propagacbirer. defen. oler. do esta idea de servicio a os incligentes en cuanto a Ia icy cc refiere. Do manera, compafiercs, que ci interés de Ia Socieclaci ec que so etiencia esa 000paración ha trniclo esa pi ocunacain e Co mite porane existe ci Cancr 1i5 do los do Etica Judicial qur cc ha penrado que pocirla mneciir Ia colacoracion del jar: en r:tr. getidn do ayuda a los sisterear de uric tenria legal. No cr mrs que dicho canon ertd en conflicto con Ia clirpocición dc Ia ccc dOn 30 anteriormente transcrita. Por eso iiemcj re:om idado y ccl rneercrmos qur ocurra. sue se aclare a interprcte oficial nirite ci canon do mmcm que no fru:tra lo sue nocotrorrii— deramos cue cc una declaración de politica pdhlica en Ia recciOn 30 cie hi Lay de Ia Judicatura. Nocoti’os opinamos que el juez anus is no tiene cue oiitam, cc (i.r, crer ci om ucma y ni— morse a recoger dinero entra in comunidad, peede si scm on edu. cador, orientador. dc Ia cornuardiacl en cuanto a ccc rrmor abi lidad conriemne, harta puecia parbcipar err lOS ccniitr genera— los o locales de asistencia legal que cooperan ai mejorarniento de ese sistema. 1 en cuanto a los abogadoc, bastarIa decir may pocar pala bras, pero es bueno repetirlas. En cuanto a los abogados. in deperidientemente de la aportación que hace nuestro Colegio, quo hace en actor inctantes una auortación do $4,200 todos lOS afloc, es buena indicar que las sociedades en Estados Unidos, las sociedades de asistencia legal, en su esencia y en su mayor es fuerzo están sostenidas por los bares de abogados. Precisamente Ia Sociedad de Asistencia Legal do Nueva York, Ia informaciOn que tengo es que prácticamente Ia mitad do los fondos Ia aportan los bufetes neoyorquinos. los bufetes de abogados neoyormrinos, esto es bastante decir. En septiembrc 21 dr 1950 1: Cd mara de Delegados do Ia Sociedad Americana de Abogados aprobó y Ia Asamblea luego ratificó ci acuerdo siguiente: “pri rnero, que es obligación principal do Ia profesión legal como parte de su elevada tradición de servicio al pdblico, coma expre sión do su devoción par ci ideal de igual justicia para todos, y como medio de impedir la amenaza a la libertad individual im plIcita en los crecientes esfuerzos de socializar Ia profesión le gal, asumir por conducto do sus asociaciones y en comdn es fuerzo con otras agencias sociales y do bienestar pdblico ci lide rato en establecer y mantener facilidades adecuadamente orga nizadas de acistencia legal en todo ci pals. Y segundo, quo las facilidades de asistencia legal deben establecerse y mantenerse tanto coma sea posible a través do agencias independientes sos tenidas par la comunidad y cii toclos los casos sin control ni influencia gubernamental sobre sus operaciones.” Dc manera quo esta es una ohligación principal de los abogados y cci en machas ocasiones so nor duo a Ia i’unta do Directores cuando, 32 Ii 33 - en un instante de sacrificio, se lanzó ella misma a recoger dinero. Costó mucho trabajo recoger unos poquitos fondos para hacer frente a la crisis, pues lo primero que se nos preguntaba era cuánto están aportando los bufetes de abogados para el sosteni miento dc esta Sociedad; y tenIamos que, desgraciadamente, indicar que nos tenIamos que limitar a $4,200 que apor taba el Colegio de Abogados. Por eso en ese Informe noso tros hacemos insistencia sabre ese aspecto y con esas recomen clacioner. y sugeationec sometemos respetuosamente a la Coife rencia ci Informe del Comité de Asistencia Legal. Muchas gra cias. .34 DlscusiOx CoMITI DE AsIsTENcIA LEGAL I Sr. Juez Perez Pimentel: Muchas gracias, cornpañero Fer nández Badillo. Se abre a discusión el tema. Los compafleros miembros de la Conferencia Judicial quo deseen expresarse en relación con ci tema, pues, éste es ci momento... Ninguno de los compañeros desea.. .? El compaflero Lucas Serbia, puede pasar al micrófono. Sr. Juez Lucas F. Serbia: Señores del Tribunal, y señores de la Conferencia: En su exposición el Presidente del Cornité de Asistencia Legal, al comparar ci éxito relativo de Ia primera carnpafla de fondos con ci fracaso econórnico de la segunda, lo deposita, lo adjudica, en Ia persona que dirigio Ia carnpafla. Desde luego que en ci Informe inás adelante se elabora ci punto del impacto del canon de ética judicial que impide a los jueces soiicitar fondos para cualquier fin. El canon, dicho sea de paso, so aprobó entre una y otra campaflas y a mi manera de ver fue Ia razón decisiva del fracaso de Ia segunda campafla. En la prirnera carnpaña de recolección de fondos los jueces del Tribu nal Superior, los jueces del Tribunal do Distrito, y los Jueces de Paz participaron activarnente, formaron parte de los comités locales que se establecieron, hicieron campafla de recolección y ello produjo un total de airededor do S37,000. La segunda campafla. es verdad quo careció del sisterna de comités locales que, dicho sea de paso, nunca liegaron a establecerse por lo mismo que so pensaba estabiecerlos en torno al juez local y con la preocupación de si ci juez podIa o no podia intervenir en este tipo de campaila, nunca se Hegaron a establecer los cornités locales. Si menciono este punto es para afladir mi opinion conso nante con la que expone ci Cornité, de que no debiera considerarse que hay incompatibilidad ent.re la condicióri de juez y Ia condición de on sostenedor do un principio como en ci quo descansa la asistencia legal. La Sociedad do Asistencia Legal no podrá lienar su cometido como entidad particular sin ia aportación que en términos de liderato pueden ofrecer los señores jueces. La misma Ley de Ia Judicatura ie encemienda y deposita esa responsabilidad en ci Tribunal General de Justicia y en la Oficina de AdministraciOn de los Tribunales. Es cierto que ci juez no debo participar en campailas de recolección de fondos que podrIan si riO atarle por lo menos dar Ia impresiOn ante ci ciudadano de que en cierto modo está comprometido a través do un donativo quo ha recibi do. Eso no se discute y eso es surnamente ciaro. Pero cuando 35 se iiega al punto do bregar con un probiema como ol de asisten cia legal al indigente, entiendo, con toda humildad, que son los señores jueces los ciue pueden dane viva realidad a ese interés en quo Ia protección que Ia ConstituciOn establece no sea mera paiabrerIa y 51 una realidad concreta. Pediria que se conside rara y se meditara Ia incompatihilidad que pudiera haber—que en mi opinion humilde creo que no la hay—y que se considerara Ia posibilidad do quo los señores jueces participaran en este tipo de actividades como la dnica forma de que Ia aportación ciudadana ilegue algdn dIa a desplazar la aportación guberna mental si es que queremos hacer una Sociedad do Asistencia Legal sobre bases sóiidas. Cuando oniginairnente cc estabieció la Sociedad do Asistencia Legal y recuerdo las palabras dci Juez Sifre en ocasión do la Conferencia Judicial pasada, se pensaba que Ia aportación gubernamental fuera bajando a inedida que la aportación ciuda dana fuera aumeiitando. La reaiidad do los dos años que han soguido son Ia quo bien expone ci compañero Fernández Badillo. Estamos en un punto doucie Ia Sociedad do Asistencia Legal se está nutricdo excluisivarnente de fondos gubornamentaies. Si ésa es la situación, ahi estd Ia explicación de Ia decision do Ia Sociedad do disolverse. Debemos aprovechan ci compás de ospera que Ia petición dc In Rama Ejecutiva y de 1a Rarna Legis lativa nos han dado para meditar y pensar cómo podemos lograr invertir ol orden de cosac y que Hegue ci momento cuando Ia apor tación ciudadana sea Ia que realmente sostenga ia Sociodad para Asistencia Legal. Eso serIa todo. Ss. Jve-’ Pére P’ni entcl: Miicfas oracias, compañero Serbia. ,Aigdn otro compaflero clesea . ci compañero . . . Creo quo puede usar aquei rnicrOfono si funciona. i,No so oye? Lie. Antonio Bennozue: Sencillamente lme permitirIa el Presidente del Comité hocenle una pregunta? Y es si el Cornitd estudió o explord ins posihi?idades quo habla sugorido en la Sesión Plenaria do in Pnimera Conferencia ci Juez Hon. Lino Saidafla sobre la utilización de estudiantes do tercer aflo para prestar servicios bajo determinadas condiciones y bajo Ia tutela y el aprendizaje do abogados comnetentes. Sr. Juez Perez Pimento 1: Puede pasar ci compañero aI micrdfono. Lie. J. B. Feindnde: Barlillo: Deseo explicar en primer término, repitiendo, que la prosidencia de oste Comité me fue encomendada con tiempo escaso con antelación a esta Segunda . . 3i fliSUiO Conferencia, y recuercic las sugestiones que se hicieion en la Primera Conferencia y las cue hizo el Hon. Juez Saldafla sobre el particular. Auncue, si mel no recuerdo, algunos otros corn patieros se rnamIestaro CL eontaa del sistenia de la utilización :ribunales. cle ecudiantes para representar indigentes iuie los 1 La objeción—si mal no recuerdo—ae basaba sobre la posible impresión que se podrIa dejar en Ia mente de la comuni dad y especialmente de los clienLes indigentes tie que se les esta ha dando una representación legal de iuferioi calidad. Sin embargo, contestando a là pregunta del ccmnaflero, Director Ejecutivo del Coiegio de Abogacios, debo clecirle que mi criteriu personal, sin que esté manifestnclome a nombre del Comité, es que ann asi los estudiantes piieden a través de sus clinicas legales prestar alguna cooperacidu a los sistemas de asistencia legal y que lo podrIan hacci en Puecco Rico. En là ciudaci dc Boston—si no recuedo mal— ciuizis en eso ci dues Saidafla está mds versado quc ye——lea triqunales permtieron a estu diantea de segundo y leleer ailos de una aocedad dcl Colegio de Leyes de Harvard para ropresentar a indigentes aiiie ciertos tribunales, ciertos tribunales cue celobraban vistas pero que podia luego recurrirse en aizada a tribuiiales superiores me diante juieios de novo. parecdo al sistema que tenlarnos antes de là Ley de la Judicatura actual. Creo, sin embargo, que no debe liegarse a ese extrerno. SI creo ciue debe haber aigunos medios que pueden coordinarse mecliante el cual ic’s estudiarites del ditimo aflo tie los estu dies dc derecho de la iJniversidad de Puerto Rico puedan coope rar ccii nuestros abogades de la Sociedaci de Asislencia Legal. Déjenme manifestar en este instante que el actual Decano de Ia Escuela de Derecho, precisarnente, conversó conmigo esta ma ñana y estamos con ánirno de seguir conversando, sobre la posi bilidad de instrurnentar algdn plan para que los estudiantes de dezecho de tercer aflo puedan dar a través de su clInica legal al guna cooperación a Ia Sociedad de Asistencia Legal o a cualquiera otra entidad que en su lugar se esablezca para rendir estos servicios. A ml juicio en el sistema, mejor dicho, en Ia acti vidad apelativa podrian tarnbién ellos dar una gran aportación. Sea ello en actividades en los tribunales de primera instancia o bien en actividades ante este Hon. Tribunal, ello se harIa siempre bajo Is tutela y supervision de sas profesores eu Ia cli nica legal que sean abogados postulantes admitidos a ejercer la profesión y quienes firmen las alegaciones ante los tribunales y CeronE as As ISOCIA LEGAL .1 los que comparezcan junto con sus estudiantes a representar al indigente. Me parece que podrIa instrumentarse, y espero que de las conversaciones que Ia Sociedad o là Junta de Direc tores de là Sociedad tenga con el Decano de là Escuela de Derecho puedasuruir un plan que sea beneficjoso tanto pare Ia Escuela de Derecho conio mire los indigentes en Puerto Rico. Sr. Jez Pdres Pimcntel: Queda contestada Ia pregunta. Sr. Jucz Todd, Jr.: Si me pei’mite una pregunta tarnbién ci Presidente del Comité. En relceflin con ci aparente conflicto de là seccidn 30. Sr. Juez Piiez Pimente!: Compaflero, ,quiere utilizar el micrdfono, si tiene là bonded? Sr. ,Tucz Todd, Jr.: En relacion con el aparente conflicto a quo hace refereacia ci Comité enire Ia sección 30 tIe la Ley de liij Juclicatura y ci canon 16 de Etica Judicial, dice ci Cornité en su iriforme: “Recomeudamos cue se adore o iiiterprete oficbilrnerite ci cc non tie manera cue no frun eo 10 declareejdn dc polItea piP iC5 cc danida en 1 ceecio 30” Eso recomen— dacidn va dirPicia n teicunas geu2’nles, pornue estamos n la Cc’nfercnci-i Juclicic], nero Jebe inlerpratarso esto de que ci Comité está piateando ol:cIa.Imente al TrPacnoi d3upmo cue aciale ese apar’nde coufliaze paca cue haya una decisiOn sobre ceo. Port no a mi paeeer cc 10 daica forma en qua los maccc porlrian toner ante ci una delorminacidu eficial tie esa interore— taeidu. Lie. J. B. Pci adodce Badillo: D€eme decirle, Hon. Juez Todd, que ése precisamente cc nuesiro propdsito. Ahora, cleseo aclarar sin embargo cue ci Comité coasi1eia de su paste quo no exiete tal conflicia, Lo que ocurie es cue nuestros ;ueces ban nerisado que ccc canon posibeinenje lee impide a dIes par ticipar en este tipo Ce actividades y fue 10 505011 precisameute par la cual, come cfia1d el ccmpaiiero Lucas Serbia, no puCe lograrse là particinaci5n an Ins ceniiciones locales de los jueces noes Iros. For lo tanto, Is recomendaciOn de este Comite es precisamente qua ci Hen. Tribunal Suni’’uo, one cc el ou ilamado a promulgar las Reglas de Etica Judicial, de alguna rnanera y como lo creycre conveniente, haga expresiOn, si es que asi 10 determinare y ad 10 considerare, de que no hay conflicto entre ese canon y la clispoeieiOn del artlculo 30 tie la Ley tie la Judicatura. 38 I. DiscuslON Co:oITE DE ASISTENCIA LEGAL Si’. Juez Pérc Pi’mentcl: Compaflero Gonzalez Blanes. Lic. Hector Gonzalez Blanes: Señor Presidente, compañe ros. Posiblemente la sugestión que me propongo hacer ha sido ya considerada por los miembros de Ia Comisión, pero intereso saber si en los estudios quo se han hecho se ha considerado Ia posibilidad do nombrar un director de Ia Sociedad de Asistencia Legal. Tengo para ml cue eso es muy importante en cualcuier organizaciOn que se haga. Hay individuos que por espIritu altruista se lanzan muchas veces sin remuneración ninguna a movimientos en beneficio do la comunidad y tienen éxito en las organizaciones que ellos estabiecen. Pero por lo general. em presas de esta naturaleza y que tienen un aicance tan grande, necesitan Ia dirección, a mi entender, de una persona idónea que aun cuando esté dispuesta a sacrificarse mediante Ia acep tación de una posición directiva, se le fije una rerauneración adecuada a los servicios de la calidad cue indudablemente so pretende en una proposicion como Ia cue aqul so ha hecho. Mi pregunta es en el sentido, al Sr. Fernández Badillo, a quieii de paso felicito por el magnIfico informe quo ha hecho, si se ha considerado la posibilidad del nombramiento o Ia creación del cargo de director de Ia Sociedad de Asistencia Legal. Lic. J. B. Fernández Badillo: Muchas gracias, compañero, por su felicitación por nuestro informe. Coritestando a su pre gunta, debo decirle que no he captado en su verdadero alcance la expresión del compaflero sobre este director. Actualmente Ia Sociedad de Asisencia Legal tiene una Junta de Directores, como expiique, que se compone de 9 personas. Esta Junta de Direetores que administra los fondos y el funcionamiento de Ia Sociedad escoge y nombra un director ejecutivo. Este director ejecudvo, claro está, esa dedicado a ía supervisida y manejo y funcionamiento del cuerpo de abogados que prestan los servi cios legales ante los tribunales en representación de los mdi gentes y oste compaflero tiene una remuneración por esos ser vicios. Ahora, si lo que tenIa en mente el compaflero era un director con ánimo de ser promovente ante la cornunidad para los fines de aportar fondos, entonces yo le dirla que eso no lo tenemos como un funcionario remunerado para esos fines, pero si debo decirle que al igual que en ia primera campafla en las sucesivas campañas hicimos esfuerzos por conseguir personas do gran prestigio en la comuiiiclad que nos sirvierari de directo res en estas cruzadas de ohtención de fondos para el sosteni miento de Ia Sociedad y Ia experiencia fue muy amarga. No— yo calculo, airededor de 25 personas, entre ollas ciudadanos do un gran arraigo en Ia comunidad, de un gran prestigio, y además visitamos funcionarios de alto calibre y do posición elevada en nuestro Gohierno con el propósito tie lograr la mejor persona que—elaro estd, companero, sin remu neración, tenia que ser gratuitamente-—se prestara a dirigir nuestras campaflas de recoiección de fondos. Desgraciada mente unos por motivos bastante justificables, otros, a mi juicio, con meras racionalizaciones, no aceptaron nuestra invitación y como les expresé hace unos minutos hubo un momento tan trá gico y tan amargo que la propia Junta do Directores so cons tituyd en directora do carnpafla y se Ianzó como un Quijote a tratar de recoer fondos y Ia verdad es que fue un total fra 39 sotros visitamos, caso. Lie. Gonzalez Bianes: Distinguido colega, la idea que tenia on monte iba mds bien con ci propósito do descargar a los hono rabIes jueces do la misión do intervonir ellos diroctamento on una obra do osta Indole, por aquello do quo los sitda con mayor independoncia y posiblomente libres de toda clase de suspicacia. Pienso que ann cuando haya un director ejecutivo actualmente que se odupe, pienso yo, esoncialmente del aspecto legal y dis posición de los casos en corte, que lo haya en Ia fase adminis trativa en general considerando todos los propósitos quo va a desempeflar una sociedad do esta naturaleza, y de ahI Ia idea de quo se instrumente en aiguna forma ci cargo do un director quo garantice cuando menos por su idoneidad, sus condiciones do actividad reconocida ya en Ia sociodad, un éxito a una Socie dad de esta naturaleza. Lie. J. B. Fernández Badillo: Bueno, claro, ci Comité no ha considerado esta posibilidad. Sin embargo, ci criterio do la Junta de Directores de la Sociedad y do otras personas es el de quo aun cuando eso se hiciera, porquo hasta so pensó en conseguir me diante romuneración una agoncia de publicidad 0 tin director de publicidad que se oncargara de esta fase administrativa, pero siempro hemos ponsado quo aun en osa situación vamos a necesitar como grupo orientador do gran arraigo y de pro funda conciencia democrática y de defensa de los derechos ciu dadanos a! juez como persona indicada a prestar su cooporación en osta cuestión. Sr. Juez Perez Pimentel: ,Algün otro compaiiero desea ox presarse en relación con el Informe? Compañero Ochoteco. 40 DIscuslON C0IGITE DE AsIsTENcIA LEGAL Lie. Felix Ochoteco, Jr.: Para hacer unas breves indica ciones. La prirnera de ellas es Ia siguiente: Cuando yo escuchaba al distinguido Presidente del Comité hacer su magnIfico in forme sentI una gran reserva cuando se refirió a levantar fon dos a través de la creación de una nueva estampilla o bien a tra yes del aumento de la estampilla del Colegio de Abogados. Salvo mejor criterio, me parece que Ia vida del Colegio de Abogados que depende exciusivamente en el momento desde el punto de vista económico de su sello forense, no debe arriesgarse ni tam poco debe de mezclarsa con una institución que, de acuerdo con el informe del Presidente que hemos escuchado hace un mo mento, está en crisis. En cualquier momento en el futuro si se liegare a ligar Ia cuota indirecta que va a pagar el ciudadano en el impuesto forense a través de un aumento a los fondos con que cuenta ci Colegio a través de ese mismo impuesto fo rense, se correrla el riesgo que el Colegio de Abogados pudiera salir perjudicado. Deseamos hacer Ia siguiente indicación, además—que no es nuestra sino que ha venido de unos distinguidos compafleros sen tados detrás de mi butaca—,por qué dentro de ese gran inte res includable que tiene nuestro Gobierno de que este pro blema fundamental de la ayuda legal halle una solución satis factoria, por qué no destinar lo que se paga o recolecta por concepto de multas y de costas judiciales a engrosar los fondos de la ayuda legal? Nos parece que Ia creación de una nueva es tampilla no serIa nada más que de por si complicar el proce dirniento. Me parece que aun serIa preferible aumentar los impuestos de radicación en los tribunales y las demás costas in diciales que crear ese nuevo impuesto forense. Deseamos también indicar y es una repetición de lo que di jérarnos cuando el Hon. Juez Saldaña hizo su exposición ha ciendo referencia a Ia aportación del estudiantado de nuestro Co legio de Derecho para utilizarlo como un auxiliar en la solución del problema, queremos reiterar nuestra creencia que clebieran considerarse ima vez más aquellas legislaciones de algunos paIses de Sur America donde no es ci estudiante ci que presta el auxilio a los necesitados en materia legal y si aquelios abo gados que acaban de graduarse y que conforme se le exige al medico un internado en un hospital, también se le exige a esos abogados acabados de graduar una práctica profesional a be- de los económicamente insolventes aunque orientados por abogados previamente designados como consejeros. Y por (iltimo queremos hacer constar lo siguiente: No ohs tante haber manifestado nuestro distinguido y apreciado amigo ci Presidente del Comité, que hacIa Ia manifestación sin menos cabar Ia dignidad prefesional, a ml me ljarece que siendo esta Conferencia una de record, queda demasiado de violenta Ia frase pronunciada por el distinguido Presdente en cuanto a que ha bia una prIctica en algunos abogados de estimular condenas en relación con sus defendidos por percibir los $4 de remunera cion. Queremos indicar con tocia sinceridod que siempre ii gado a todas estas inquietudes de nuestra profesion jamás es cuché, jamás, una queja de que se habIa establecido Ia práctica o que aisladamente algün abogado se hahIa puesto tan do espal das a su propia dignidad profesional y personal de convertir en un modus vivendi la desgracia de su prójimo. Es más, las manifestaciones del distinguido compaflero clichas con la co rrección que él sabe hacerlo en cuanto a que no debIa traer implicaciones, envolvia a los mismos magistrados. Jamás es cuchamos nosotros a un juez municipal entonces, Ce distrito entonces, querellarse o amonestar siquiera a un solo abogado porque hubiera hecho una declaración de culpabilidad movido por intereses bastardos. Sino por ci contrario, si ci distinguido compafiero recuerda, también recordará quo hubo una investi gación del Colegio do Abogados en reiación con Ia clfensa que prestaran los dofensores püblicos y tuvimos que dar un diciarnen conforme a la evidencia practicada que hablaba muy en alto de acmuellos compafleros quo no eran precisamente los más acomo ciados do nuestra profesión, porque tal parecla quo los más aco modados estaban completamente sordos ante ol clamor de Ia so lución del problema, sino que eran los abogados más modestos económicamente los quo estaban prestando una ayuda brillante, (lecidida y desinteresada a la causa de Ia justicia. Muchas gra cias. Sr. Juez Pdrez Pimentel: 2,Desea decir algo ci compaflero Fernández Badillo? Lie. J. B. Fernández Badillo: Sr. Presidente, señores Jueces Asociados y compafleros do la Conferencia. Las manifestacio nes del compañeio Ochoteco que aprecio on su valor me obligan a hacer unas manifostaciones on torno a mis expresiones con relación a ciertas deficiencias en relación con los servicios do asistencia legal a través do los defensores pdblicos. neficio 41 42 DIscusION Co1’IITE DE AsIsTEN CIA LEGAL Si mal no recuerdo en mis expresiones hice muy clara salvedad de lo que entiendo que es Ia dignidad del abogado puertorri queflo. Sin embargo, ello no es óbice para que no tengamos la franqueza absoluta y clara de que debemos entender que ha habido situaciones en que nuestros abogados. aigunos de ellos, no han respondido a esa confianza y no han respondido a esa alta superación que en el sentido moral es necesaria que los abogaclos manifiesten y presenten. Si no hubiera siclo asI este distinguido Tribunal Supremo nunca hubiera tenido que ejercer ni ejercitar su función disciplinaria contra los ahogados puer torriqueños. Claro, en cuanto a este particular se refiere mi intención no fue otra que Ia de seflalar sospechas que a través no solarnente del sistema puertorriqueflo, sino de los sistemas americanos y de otras jurisdicciones extranj eras, hicieron y obligaron a abandonar ci sistema del defensor püblico para evo lucionar hacia Ia Sociedad de Asistencia Legal. Con esa expli cación, y aclarando que en ningün momento debe entendér rerne a ml como que he estado haciendo muy escaso favor a Ia diniclad de la toga puertorriquefia, dejo explicado este osunto. Sr. Jvez E. Velázquez Martin: Con Ia venia del Sr. Presidente desearla hacer unos comentarios. En el poco tiempo que ilevo actuando como Juez del Tribunal de Distrito me he podido dar cuenta dc la necesiciad imperiosa que hay de Ia asistencia y ayuda legal en ese nivel de nuestra Judicatura. Semanalmente y a veces casi a diario se presentan personas ignorantes y de escasos recursos económicos con problemas de carácter civil que obviamente podrian ser cubiertos por los abogaclos de Ia Socie dad de Ayuda Legal. Pero yo reconozco que Ia oficina tie Ponce está rnuy atareada y que no puede cubrir las salas cerca rias corno las de Juana Dlaz y Villaiba. Sin embargo, con noca cosa, digamos que con una tarde a la semana que un abogado pudiera venir a una de esas salas se podrIa ayudar cn aip:o, Ahora, hay otro asnecto en ci cual también se podrIan rerne diar aunque sea en nun parte mInima estos problemas de cardcter civil que traen estos indigentes y es 5 SC estableciera un proce dimiento informal para ventilar y resolver quereilas sobre con troversias en que la cuantIa no pase, digamos, de $300 o de $400. Un procedirniento informal tal como ci que existe en el Estado de Nueva York. Otro punto sobre ci cuai tengo a bien hacer un comcntario es en ci sentido de que hoy en dIa Ia carga de todos los derviios sociales se pretende siempre echársela al Gobierno, y tenernos hoy en dIa un Gobierno que es supertutelar, mucho más que tutelar, porque todos, todos los problemas de la comunidad se pretende echárselos al Gobierno. Y obviamente nuestro Go bierno ya tiene una carga, me parece a ml, mucho más grande de Ia que puede echarse encima, y ye siempre me he preguntado que pci’ qué riuestro Colegio de Abogados que es una institución pujante, que es una institución que ejerce liderato en la comu nidad, y que se supone que ejerza ese liderato en una forma cre ciente, cada din más, por qué no podrIa en parte organizar esos cervicios con Ia ayuda de Ia Rama Ejecutiva, de Ia Rama Legis lativa, de los propios magistrados y dc Ia comunidad, organizán dolo, bien sea como una corporación adjunta o anexa o supedi tada o en alguna otra forma, pero dándole cierta estructura f or mal para que le dé a eso vida positiva, eficaz y permanente. Sr. Juez Perez Pirnentel: Muchas gracias, compaiiero. Ha ba otro compañero que deseaba. Después del turno que va a onsurnir ci compaflero que va a ser usc cle Ia palabra, vamos a dar por terminada Ia discusión de este tema, en vista de que hay otro tema que hay que discutir y ademâs tenemos que cs cuchar ei informe de nuestro Juez Presidente. Acielante, corn pai’iero. Lie. ;Ilberty Ruiz: Seflores, quiero aclarar que hablo come defensor pñblico que fui, cs decir, come abogado dc Ia Sociedad para Asistencia Legal y mis palabras no son las de una persona que mira a Ia Sociedad pam Asistencia Legal desde un piano imaginario sin haber ide a las cdrceles a visitar los presos y sin habe visto que a pesar del eriorrne esfuerzo que hacen los abogados de la Sociedad para Asistencia Legal, en Puerto Rico no se está rindiendo, salvo contadas excepciones de abogados quc pasan los sábados y los domingos en las cárceIes viendo los presos y en los campos visitanclo los testigos perronalmentc, no se ha rendido ni se está rindiendo la labor de alta calidad que necesita el pueblo indigente de Puerto Rico. Cuando se habla de Ia Sociedad pam Asistencia Legal se quiere compararla con Ia Sociedad para Asistencia Legal de Nueva York. Nos produce una impresión dolorosa porque no hay comparación. La Sociedad para Asistcncia Legal norte americana goza de un gran prestigio porque se Io ha ganado a través de servicios de aita excelencia rendidos al pueblo. No se puede tampoco poner Ia libertad de un hombre a scm defendida no soIamente por estudiantes de derccho, sine por abogados sin experiencia en ci campo de lo criminal porque, corno saben los . . 43 44 DIscusIóN distinguidos compañeros, en ci derecho penal hay que saber las cosas bien, pronto y en el momento adecuado porque si flO se renuncian los derechos del acusado. Además la dirección de Ia Sociedad para Asistencia Legal en el campo técnico y profesional clebe ponerse en manos de abo gados experirnentados y que haya unas normas fijas, no do pre ferencias, no de prejuicios en una forma o en otra paralavore cer a alguien, sino a base de niéritos, a base do logros, a base de trabajo, a base de calidad, a base de las apelaciones lievadas con éxito, a base de Ia opinion de los magistraclos oue han visto esos abogados trabajando dIa tras dIa. Y es asI, a base de me ritos, corno debe establecerse en lo judicial, en todos los carnpos, ci derecho a ascenso, Yo trabajé en Ia Asistencia Legal y tuve la experiencia amarga de tener que intervenir en casos ajenos para nreparar apelacjones—porque no puede apelar un caso quien nunca ha apelado un caso, no puede levantar objeciones a unas ins Lruccio nes de un señor juez superior que se supone que sabe derecho y está cualificado para trabajar, cuando se es un abogado bisoflo que no se conoce ci ámbito en el cual operan esa instruccioiies al jurado. Y esa situación es la que hace que ci pueblo mire con sospecha al abogado, al defensor püblico. Y ese es ci caso que se da que las pobres viejecitas tienen que hipotecar las casas y vender Ia vaca y Ia gallina y hacer suscripciones püblicas para ir donde un abogado competente que defienda los casos. Y quiero aclarar que en muchas ocasiones recibIamos Ia coopera ción, por ejemplo aquI en San Juan, en muchos casos de asesi nato, hijos de lavanderas y de planchadoras y de personas hu mildes, recibIan la asistencia gratuita de compafleros distingui dos—especIficamente puedo recordar a Coil Moya, a Angel Viera Martinez, a César Andréu Ribas—que venIan a defender junto conmigo casos de personas insolventes porque respondIan al ha rnado del pueblo. Y asI hay muchos abogados prósperos que compartIan conmigo la labor de ir al presidio a ver los indigen tes, a visitar los testigos personalmente. Quiero sugerir aquI que yo creo se me entrevistó en la oficina hace tiempo sobre ese particular y manifesté la opinion de que ci Gobierno debe crear un negociado indepenchiente pare tomar bajo su dirección la asistencia legal; que las noi’mas pera nombrar los abogados y promover los ascensos sean estricta mente a base de méritos, a base de capacidad demostrada en el ti’ahajo. Y digo esto porque la preparación de un caso en lo C0MITE DE AsIsTENcIA LEGAL 45 criminal y en lo civil no solamente es representarlo en corte, sino visitar los testigos, estudiar la jurisprudencia, investigar In prueba de Ia otra parte, y eso necesita medios de transporta ciOn, necesita un personal adecuado. Creo que Ia Sociedaci para Asistencia Legal debe tener, no solamente los abogados que tiene, sino un cuerpo auxiliar de investigadores, y ademâs como se habla de comparar la Sociedad de aquI con la dc New York, pues aIIá tienen cuerpo de detectives, tienen peritos, tienen trans portación, tienen vehIculos especiaies para visitar las cárceles y traer los testigos y hacer toda clase de investigación. For esa razón como un homenaje a ha Sociedad para Asis tencia Legal a Ia cual estuve vinculado 5 aflos trabajando y aqul vine al Tribunal Supremo a traer varios casos de Ia Socie dad para Asistencia Legal en apelación, creo que ci Gobierno de Puerto Rico se Ilenaria de honor, de gloria, al tomar ci servicio ole los indigentes a su cargo. Porque defender a los débiles, liromover el bienestar de los débiles, dane pan y libertad a los sufnidos, eso no crea problema en ningün sitio del mundo. El más amer y Ia más justicia y la más libertad nunca han hecho daflo a nadie y menos se lo van a hacer al Gobierno de Puerto Rico que tiene como direcciOn la Constitución del Estado Libre Asociado que promueve la igualdad entre los hombres—a pesar do que dice eso no existe en Ia realidad—pero que dio que no dehe haber prejuicios raciales, que no debe haber prejuicios eco nómicos, aunque a veces esas cosas se esfuman ante in realidad. Opera en Ia realidad distinto, pero vamos poco a poco a ver si vamos cambiando eso y ésa yo creo que serIa la forma ole poner la asistencia legal a trabajar a base ole méritos y a base ole la libertad de la gente sufrida; porque los grandes, los poderosos, tienen los mejores abogados. Los estudiantes ole la Universidad de Puerto Rico no van a ensayar con los derechos ni con la hiber tad ole los poderosos, por qué, entonces, van a ensayar con Ia libertad y los intereses de los indigentes, por qué? Con ese en terio de suprema igualdad y como defensor pñblico que fui yo creo que ésa debe ser la norma que debe regir la Sociedad para Asistencia Legal ole Puerto Rico. Sr. Juez Perez Pimentel: Muchas gracias, compaflero Al berty Ruiz. Queda cerrada Ia discusiOn sobre el Informe del Comité ole Asistencia Legal. Vamos a decretar un corto re ceso de 10 minutos. Después de este receso vamos a escuchar ci Informe de nuestro Juez Presiderite y discutiremos ci terna que queda penchiente. Receso por 10 minutos. INFOIIME DEL SEIoR JuEz PREsIDENTE 46 INFORME DEL SEIroR JuEz PRESmENTE (Receso) In.fovme del Señor Juez Piesidcatc Sr. Juez Presidcnfe: Señores miembros dc Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico: Race justamente dos ados, en este mismo sitio y en ocasión similar a ésta, al declarar constituida Ia Primera Sesión Plenaria de Ia Conferencja Judicial de Puerto Rico, expresé los siguien tes conceptos: Los problemas de la justicia interesan y pi’eoeupan a todas las ramas del Gohierno y a todos los ciudadanos iior igual. Aunque en ci ejercicio de su función de justicia ci Podei’ Judi “. I . cial es independiente o autónomo, en su fase de administración del estada cuyos tres poderes están igualmente subordinados a Ia soberanIa del pueblo. “Respondiendo al principio básico que informa nuestra Cons titución en ese sentiuo entiendo que es un deber de demo el sistema judicial forma parte integral cracia—que como Juez Presidente me propongo cumplir—que ci poder judicial al cual ni Ia Constitución ni las Ieyes exigen informe alguno, someta anualmente al pueblo un mensaje sobre ci estado de Ia administración de la justicia y ci funcionamiento del sisterna judicial conteniendo ci mismo, además, aquellas me didas que como resultado del estudio e informes cle los Comités que integren Ia Conferencia Judicial y de las discusiones de los mismos en sus sesiones plenarias, estime deseable someter Ia Rarna Judicial.” Cumplo ahora en esta Segunda Sesión Plenaria—prjmei’a oca sión en que nos reunimos desde entonces—con ci propósito anun ciado en Ia anterior Sesión. No pretendo con ello ilustrar a esta Conferencia sobre materias que son de su particular cono cimiento, que sienten y viven en su gestión diana los rniemhros de Ia Judicatura y del Foro que Ia integran, asI como los demás miembros del Foro. Aspiro más bien a presentar un cuadro ge neral que informe al hombre comdn, al ciudadano que cree en Ia justicia y honra las prácticas de Ia democracia, del estado de la administracjón de justicia, de los problemas ciue confronta, de la continua ansiedad de los hombres que hemos asumido Ia res ponsabilidad de hacenla, de las soluciones que sometemus en Ia esperanza de ioder mejorarla—no en su sentido de lo justo, ewe es atrihuto y ambición moral de Ia que hacemos—sino en su dimension de tiempo para el que Ia recihe. 47 Calendarios Judiciales: No serIa propio trasladar a este informe los cuadros esta dIsticos de ia labor judicial de nuestros tribunales que en forma detallada aparecen en el Informe Anual que para ci aflo econó mico 1959—60 acaba de rendir al Tribunal Supremo ci Director Administrativo de los Tribunales. Sin embargo, Ia creciente congestion en los calendarios judiciales durante los ditimos 8 años—para tomar ci perIodo correspondiente a Ia vigencia de nuestra Constitución—es un reflejo de los problemas que crea en las instituciones judiciales Ia dinámica social, movida por ci impulso de factores económicos que en plan de desarroilo ascen dente macyen a nuestra sociedad a buscar ajustes adecuados a su propio progreso. La continua expansion de nuestra economia con su intenso programa de industrialización en continuo creci miento y ci acelerado programa de viviendas y de proyectos so bre hogares en curso, como factores pnincipales generadores de problemas sociales en todos los órdenes de la vida de nuestro pueblo, han tenido un impacto directo en ia administración de justicia y ci funcionamiento de nuestros tnibunales. Rn breve examen comparado de Ia actividad judicial durante los ocho aflos a que me he referido presenta la siguiente situación: Jueces de Paz Fianzas Fijadas Fianzas Aprobadas Ordenes Arresto Expedidas Ordenes Allanamiento Investigaciones, incluyendo delitos graves y menos graves Aflo 1952-53 Año 1959-60 12, 719 12, 486 6, 407 308 23, 130 19, 962 6, 342 350 27, 521 41, 937 Tribunal de Distrito: En ci Tribunal de Distrito de un total de 162,392 casos en minales pnesentados durante ci aflo 1952-53, la cifra ascendió a 234,163 en ci aflo 1959-60. Sin embargo, de los 162,392 casos criminales presentados en 1952-53, 48,600 constituIan infrac ciones a Ia Ley de Tránsito, mientras que de los 234,163 presenta dos en el aflo 1959-60, 145,775 constitulan infracciones a dicha Ley. El auge en este tipo de infracción responde en gran parte al sistema de denuncia y citación simultáneas que se estableció por la Ley Ndm. 93 de 1954, unido a la reglamentación sobre tránsito puesta en vigor por ci Departamento de Obras Pdblicas y por ordenanzas municipales, asI como al aumento gradual en Ia fuerza policIaca durante los 8 aflos indicados que para ci aflo 48 it INFORME DEL SEoR JuEz PREsIDENTE 1959—60 alcanzó a 1,415 agentes adicionales sobre el ndmero dis ponible en el 1952—53, o sea, un 50% de aumento, como tamhién al niejoramiento de las facilidades de equipo y comunicación. Cabe apuntar también que mientras en el aflo 1952-53 habIa en Puerto Rico 76,750 vehIculos de motor registrados, en el aflo 1959-60 alcanzó la cifra de 176,707 con un ndmero de acci dentes de 13,727 en ci año 1952-53 y 27,244 en ci 1959-60, o sea, tin aumento de 98.5% de accidentes en ci illtimo aflo en corn paración con el aflo 1952-53. Con la nueva Ley de Tránsito y un aumento sustancial en Ia fuerza policIaca para el aflo en curso es de esperarse que ci auge de los casos de tránsito en el Tribunal de Distrito continue en ascenso. Los casos crirni nales resueltos en 1952-53 fueron 161,735 mientras que en 1959-60 fueron 209,408. Es de observarse, sin embargo, una tendencia descendente en Ia radicación de los demás casos criminales que no son de trán sito, de 113,792 en el 1952-53, a 88,388 en el 1959-60. Este descenso ha sido gradual pero consistente durante los ocho aflos a que me refiero. Las radicaciones civiles, de otro lado, acusan a Ia inversa un notable, consistente aumento, aflo tras aflo, con 6,182 casos civiles presentados en 1952-53 y 18,980 en el 1959-60. Las radicaciones en las Salas de San Juan y RIo Piedras solamente representan el 65% del total de radicaciones en toda la Isla, con 7,763 San Juan y 4,572 Rio Piedras. Seis mu seiscientos setenta y cinco casos civiles pendientes en la Sala de San Juan en junio 30, 1960, a pesar de haberse archivado en ci curso del aflo 5,272 (4,286 de ellos por falta de gestión de la parte bajo la Regia 11 de las de Adrninistracidn) y 1,577 casos pen dientes a igual fecha en la Saia de Rio Piedras a pesar de ha berse archivado 1,486 en el curse del aflo (577 de eilos bajo Ia Regla 11), constituven ann seria carga que dentro de las facili dades hasta ahora disponibies tanto de personal judicial como de planta fisica, ha requerido y seguirá requiriendo especial atención para que pueda ser conjurada. Otras Salas pueden requerir similar atención en Ia fase de la iitigacion civil si el ritmo de aurnento en ellas continña manifestando su tendencia actual. Debo señalar que Ia resolución de casos civiles en el Tribunal de Distrito durante ci aflo 1952—53 fue de 8,692 incluyéndose en esta cifra 3,900 casos archivados, y durante el 1959-60 fue de 19,] 67 inciuyéndose en esta cifra 9,256 casos archivados ese INFORME DEL SEoR JuEz PREsmENTE 49 afio. En 1952—53, de 5,799 casos resueltos, 1,568 fueron en los méritos, mientras en 1959-60 de un total de 19,167 resuel tos, 8,561 lo fueron en los méritos. A pesar de esta actividad, en 30 de junio de 1960 quedaron 14,906 casos civiles pendientes, contra una cifra de 3,589 pendientes en 30 de junio de 1953. Debo apuntar que solo en un 11.4% de los casos civiles presen tados en 1959-60 en el Tribunal de Distrito Ia cuantIa envuelta era mayor de $1,000, por To cual es dudoso que la cuantIa de $2,500 establecida en la Ley de la Judicatura fuera responsable del crecido nñmero de casos civiles presentados ese aflo. Tribunal Superior: En lo relative a causas criminales la situación comparada de los aflos 1952-53 y 1959-60 en el Tribunal Superior es Ia siguiente: 2,879 radicaciones en 1952-53 por delitos graves y 5,219 por delitos menos graves, para un total de 8,098. En 1959-60, 3,400 por delitos graves y 5,180 por delitos menos gra ves, para un total de 8,580. Durante varios de los años inter medios las radicaciones se mantuvieron bajo ese nivei habiendo aumentado en los ñltimos dos aflos. Este aumento puede atri buirse al nOmero de casos de loterIas clandestinas presentados. La SaIa de mayor congestion en lo criminal es la de San Juan, eon 1,114 cases graves y 750 menos graves pendientes en 30 de junio de 1960, para un total de 1,864. La faita de abogaclos de ia Sociedad de Asistencia Legal durante un prolongado perledo de tiempo, en ci que un solo abogado tenIa que atender las tres salas de lo criminal entonces existentes en San Juan, es responsabie en gran parte de la situación al cierre del año fiscal 1960, a pesar de Ia actividad desarrollada por los jueces de To criminal y los fiscales de dichas salas para ventilar los casos sefialados. Aün asi se resolvieron 2,671 casos (766 graves y 1,905 menos graves). Se ha organizado una cuarta sala en San Juan pam ayudar a descongestionar su calendario en lo criminal. En io que concierne a casos civiies Ia situación del Tribunal Superior se está tornando crItica. Dc 14,670 casos radicados en toda Ia isia en 1952-53, la cifra aumentó a 25,940 en 1959-60, ha biéndose operado este aumento consistentemente aflo tmas año du rante esos echo afios. Las salas de mayor congestion en casos civiles son San Juan y Caguas, donde los casos radicados en 1952-53 alcanzaron Ia cifra de 6,010 y 702 respectivamente y en 1959-60 alcanzaron a 9,572 y 2,676. Bayamón tuvo también INFORME DEL SENoR JUEZ PRESIDENTE INFORME DEL SEoR JuEz PREsIDENm acelerado, a Ia par con Caguas, aumentando de 975 casos en 1952-53 a 2,084 en 1959-60. La Sala de Ponce también acusa un aumerito notable en las radicaciones civiles, con 1,877 en 1952-53 y 3,397 en 1959-60. Todas las salas, sin embargo, aumentaron en alguna proporción a través de los ocho aflos que examinamos. Es de notarse que el mayor auge industrial debido al programa de industrialización auspiciado por nuestro gobier no tuvo lugar precisamente en las areas a que corresponden las Salas de San Juan, Bayamón, Ponce y Cagua.s habiéndose esta blecido durante los dltirnos diez años 276; 117; 72 y 62 plantas manufactureras en dichas areas respectivamente. en caso de que las Reglas de Procedimiento Criminal adop tadas por ci Tribunal Supremo y que habrán de ser remitidas nuevamente a la próxima Asamblea Legislativa entraran en vigor el próximo ado. Hernos de esperar que Ia disposición y el genuino interés demostrado por las otras dos rarnas de gobierno en Ia solución dc los graves problemas que han ye nido afectaiido a in Rama ,Judicial, acoja éstas y otras reco mendaciones de asignación de fondos y de legislación a fin de proveer las facilidades necesarias para un mejor funcionamiento de los tribunales y do Ia administración de la justicia. 50 un ritmo Freduencic( ne Vecantes en los Cctigos de Jueces: Durante los ocho aos que comentamos se produjeron en ci Tribunal cle Distrito 49 vacantes de jueces, representando un total de 7,782 dIas vacantes y en el Tribunal Superior se pro dujeron 17 vacantes, representando un total de 4,187 dIas va cantes. Aumento en ci Nimero de Jueces: Durante los ditimos tres años se han creado 10 nuovos cargu de jueces superiores. Ties de ellos para el año fiscal 1957-58 se asignaron a entender exciusivamente en asuntos de menores. Otros tres se crearon para el aflo 1959-60 y los ditimos cuatro para el año 1960-61. En los ditimos dos años so ban creado 16 nuevos puestos de jueces de distrito (do los cuales 12 se crearon para ci ejercicio fiscal 1960-61) y 13 nuevos cargos de jueces de az (ciuco de eI1o nara el cjercico i ai 1960—61 ) en N esperanza do poder eouilibrar N resoiución do los casos en el Trbunai Superior y en ci do Distrito con las rncaciones e con— tinuo aumento y l3arc afrontar el auge en las radicaciones en ci Tribunal de Distrito como consecuencia do Ia nueva Lec de Tránsito v la mayor vigilancia poiicIaca, aparte de poder atendei’ los perIodos normales etc vacacionec do los jueces en cada uno de dichos trihunales, Aun asi, subsiste ci problema hásico al nivel del Tribunal de Distrito do que en los municipios sedes de 29 salas sOlo existe un Juez dc Distrito regular quo investiga, halia causa probable, ordena arrestos y allanamientos, y entiende de los juicios de su competencia. Ya se han hecho los planteamientos correspondientes al Negociado de Precupuesto para advertir Ia necesidad de jueces instructores en cada una de dichas sedes. De igual forma se han hecho los pianteamientos para advertir de Ia necesidad de fondos adicionales para más jueces de distrito 51 Taquigrafos dc Récord—Estenotipistas: Ya se ha hecho algdn progreso en la meta de resolver ci problema de la escasez de taquIgrafos de record, mediante un proyecto auspiciado por la Oficina de Personal para ci entre namiento de estenotipistas, proyecto que está próximo a ter minar. Algunos de los estenotipistas que adelantaron el curso están ya prestando servicios en el Tribunal Superior. El objetivo final, de continuarse estos proyectos, serIa la de pro porcionar ndmero suficiente do estenotipistas y taquIgrafos para ci Tribunal Superior y eventualmente ir constituyendo ci Tribunal de Distrito en tribunal de record escrito y no grabado. Dietas de Jurados: Otro de los planteamientos hechos por ci Director Admi nistrativo do los Tribunales es ci de elevar Ia dicta do los jurados oue sirven en ci Tribunal Superior. La función del jurado en la administraciOn de la justicia criminal es una de las bases de los derechos del ciudadano en nuestra democracia y hay que rodear a esa instituciOn en todos sus aspectos—entre ellos ci do Ia compensacidu por dietas—de Ia posiciOn de pres tigio que ocupan los jurados en Ia comunidad. Dietas do los Jucces: Las dietas de los jueces que viajan en funciones de su cargo es riclIculamente baja: $6.75. Esa dicta, que es In mis aiN quo se paga para el mds elevado cargo en Ia Judicatura del Tribunal de Primera Instancia y existe desde ci ado 194’? en que tue f:jada por ci quo habla siendo Procurador General de Puerto Rico, ha perdido toda correspondencia con Ia realidaci actual. SN pretender establecer base para una revision de la misma, debo seflalar que a los jueces federales, luego de in aprobaciOn de Ia enmienda de 7 de agosto de 1959 a Ia Icy relativa a la materia INFORME IJEL SEoR JUEZ PREsmENTE 52 —73 Stat. 285—se les rembolsan los gastos en que efectivamente incurran cuando prestan servicios fuera de su sede oficial, hasta un máximo de $25 diarios. Escala de Sueidos de lc Judiccitura—Sclección de Jueces: Conscientes las otras ramas de gobierno de Ia posichin T.,ieva de prestigio de los magistrados en nuestia comunidad, se aprobO en Ia pasada Sesión Legislativa una nueva escala de sueldos para los jueces superiores, de distrito y de paz que entrará en vigor ci IFO. do eriero del próxirno aflo. Esta medida altamente necesaria ha do contribuir a evitar ci éxodo dc jueces que ya co menzaba a lesionar ci funcionarniento de los tribunales en sus ralces mãs hondas, asI corno a permitir el reclutamiento de nue vos j ucces con mayoi prontitud evitando de esa manera la prolon gaeión de las vacantes ocurridas. Permitirá igualmente la selec eión coinretitiva—no por sisternas y si por disponibilidad—de los candidatos más preparados para Ia Judicatura. Una de las cualidades que podrd tenerse en cuenta entonces para el nombramiento de nuevos jueces será la potericialidad de de sarroilarse en jueces administradores en las Salas de los distintos tribunales a que sean asignados y de entender a cabalidad la importancia del juez administrador en nuestro actual sistema judicial. A esto contribuirIa eficazmente si se ofreciera como asignatura electiva en la facultad de Derecho de nuestra Uni versidad un curso de administración judicial para los estudiantes dc esa facuitad a quienes pudiera interesarle la carrera judicial. Plain cle Becas paia. la Judicatura.: Serla altarnente provechoso para nuestro sistema judicial, servirIa de estImulo a los hombres que forman nuestra Judi catura y a los que en el futuro hayan de venir, que se autorizara a Ia Rama Judicial a poner en ejecución con los fondos necesarios para ello, un plan de becas o de licencias sabáticas para estudios o investigaciones juridicas dentro o fuera de Puerto Rico. Ello constituirIa más que un gasto, una inversion en potencial de cultura juridica y ampliación de conocimientos de miembros de la Judicatura, que indudablernente elevarIa en el curso de algunos aflos ci nivel de respeto intelectual y prestigio pro fesional de los jueces ante los miembros del foro y de Ia ciu dadanIa. INFORME DEL SEFoR JuEz PRESIDENTE 53 Asiste’ncict Legal: El postulado de igual justicia bajo Ia icy no puede cobrar plenitud de expresión en nuestro sisterna judicial si no se pro veen los medios de adecuada defensa legal para las personas pobres. Una drástica revision de esas facilidades es imperativa para garantizar al ciudadano en forma eficaz Ia protección a que tiene derecho bajo Ia ley. Es de reconocerse Ia disposición de zcstro Gobierno a dar Ic atención a ese urgente problema, como lo hizo la Asamblea Legislativa en la pasada sesión, al coufrontarse la Sociedad dc Asistencia Legal con serias dificultades económicas para su funcionamiento. En igual forma es de reconocerse Ia tradicional cooperación de los miembros de nuestro foro con los tribunales de justicia para brindar asistencia legal a quienes no pueden pagarla. en aquellas Salas en que no hay abogados de Ia Sociedad de Asistencia Legal, asI como Ia del Colegio de Abogados como entidad, asumiendo en acción concertada y organizada de un gran ndmero de sus miembros, a iniciativa de su Presidente, Ia representación de personas pobres acusadas de delitos, en los momentos más criticos para dicha Sociedad. Planta, FIsica do ion Tribunales: Aunque hemos hecho algdn progreso en las facilidades de planta fIsica de los tribunales, las mismas, al igual que otras areas de funcionamiento de nuestro sistema judicial, no han crecido al mismo ritmo de desarrollo y progreso que otras ac tividades de nuestra vida de pueblo. Un curso más acelerado en el programa de mejoras permanentes de la Rama Judicial parece necesario. Labor do ic Con fn;eneia Judicial: Algunos de los apuntarnientos hasta aquI hechos podrIan ser objeto de ulterior estudio y consideración por Comités de esta Conferencia Judicial al reconstituirse los existentes o crearse nuevos Comités. La Conferencia Judicial ha realizado hasta ahora serio trabajo de pensamiento y ha sido órgano valioso auxiliando al Tribunal Supremo en el estudio de materias de indisputable interés para Ia administración de justicia. Como resultado de su labor en la Primera Sesión Plenaria, ci Tribunal adoptó con las enmiendas que consideró apropiadas, las Reglas de Procedimiento Criminal sometidas pm el comité correspondiente. las cuales remitid a la Asamblea Legislativa en su pasada sesión ordinaria, y habrá de remitir nuevamente 54 INFORME DEL SENoR JUEZ PRESIDENTE INFORME DEL SEfoR JuEz PREsIDENTE Adoptó en igual forma las Reglas sobre de remitidas a Ia Asamblea Le gisiativa, entraron en vigor el pasado aflo. Adoptó reciente mente una nueva regla sobre Admisión al Ejercicio de la Abogacia, que contiene varias de las recomendaciones del Comité de Educación Legal. Tgualrnente adoptó, con algunas modi ficaciories. ci proyectD de Reglas de Administración sometido tarnbién po• ci cornité correspondiente, e hizo recornendaciones, a través de Ia Oficina de Adrninistración de Tribunales sobre medicias de indole economjca surgentes del inforine del Cornité de Asistencia Leqal. Suprerao, reservando a éste Ia facultaci de revisar discrecional mente las seritencias dc dicho Tribunal o Division. Un examen de la estadIstica de los ñltimos ocho aflos revela que cii ci aflo 1959-60 se presentaron 991 recursos o asuntos de naturaleza civil y criminal, quc es Ia cifra más alta desde ci 1952-53 en que se presentaron 800. en su prOxirna sesión. Asuntos c[e Menores, que luego Refomas al Sistema.Judicial: El Tribunal adoptó en su totalidad el Informe Especial de Ia Cornisión de Reformas al Sisterna Judicial sobre Ia propuesta hecha en Ia Primera Sesión Plenaria por los compafleros Fede rico Tiién y Francisco Fernández Cuyar, de que s gestionara una enmiencia a Ia Sección 4 del Articulo V de la Constitución referente al funcionamiento del Tribunal en Salas, para ehmiriar excepto en lo que concierne a declaración de inconstitucionalidad de una icy. Ia restricción actual de que todas las decisiones cleben adoptarse por mayorf a de los jueces. El 7 de marzo de 1960 ci Tribunal solicitó de Ia Asamblea Legislativa remedios para conjurar la scria situación de con gestión en nuestro calendario. El resultado de esa gestión es por todos conocida, al quedar aprobada en ci referendum cele brado ci 8 de noviembre de este año la propuesta de enmienda que la Asamblea Legislativa adoptara en resolución concurrente, en atención ai primero cle dos planteamientos hechos a dicho Cuerpo por ci Tribunal Suprerno, respaldado por ci Informe Especial del Comité de Reformas al Sistema Judicial de esta Conferencia, y ci cálido y decidido endoso del Colegio de Abo gados de Puerto Rico. Queda aün pendiente ci que ci Tribunal reitere a Ia Asamblea Legisiativa, como es su propósito hacerlo en la próxima sesión, ci segundo de los planteamientos hechos en nuestra comunicación anterior, que también mereció el res paldo de Ia Junta de Gobierno del Coiegio de Abogados y que también fue propuesto por ci Comité de Reformas al Sistema Judicial: la creacióia de un Tribunal Intermedio de Apeia ciones, o en la alternativa, una Division de Apelaciones del Tribunal Superior, ambos compuestos de varias salas y con jurisdicción apelativa similar a Ia que hoy tiene ci Tribunal 55 El 31st sin a de Revision: La reforma indroducida por la Ley 115 dc 26 de junio de 1958, auc entrO en vigor ci 31 de julio siguiente, estableció un sistema dc revisiOn discrecional dc sentencias finales del Tri bunal Superior en asuntos civiles—en lugar dc la apclación de derecho hasta entcnces reconocida—excepto en casos en que estuviesc envuelta una cuestiOn constitucional sustancial. In depcndientcmente dcl mérito cnvueito en ci hecho de que ai denegarse Ia expcdición de un auto de revision Ia partc victo riosa en el Tribunal Superior puede prontamente ejecutar su sentencia, ci sistema dc revisiOn—-por la necesidad impcriosa que conlleva de que ci Tribunal examine Ia solicitud y Ia opo siciOn a ésta inmediatarnente y con ci más escrupuloso dcte nimiento—ha tenido ci efecto dc retardar Ia considcración de recursos ya somctidos al Tribunal por via de apciación o certiorari. Micntras en ci nib 1959-60 sc prcscntaron 173 soIicitucles de revision, ingresaron tarnbién 121 apelaciones civiles, casi todas de recursos interpuectos antes dc la vigencia de Ia Ley 115, perfeccionados dentro dc dicho año. La situación es, pues, que no ha terminado ann ci ingreso dc apclaciones civiles—aunque acusa un gradual descenso—micntras que tan pronto entró en vigor la Ley 115, los rccursos quc antes ilegaban al Tribunal via apclaciOn, cornenzaron a liegar inmediatamente via revision, congestionando nun más el atrasado calcndario civil, reduciéndose en más de un 50% ci tiempo que ci Tribunal de otro modo hubicra estado dando a In consideraciOn y resolu ción de dicho calendario, Para quc ci Tribunal Supremo pueda afrontar en forma per unanente el problema de la congestion de asuntos iitigiosos y ci dcl crccido nñmero que ingresa todos los aflos y para permitir a éstc adcmás dcsempeflar sus dclicadas funciones con Ia refle xiOn y deliberación quc clias exigen—dijimos a Ia Asamblea Legislativa en nuestra propuesta dcl 7 de marzo dc estc aflo— ambas mcdidas, Ia de Ia enmienda constitucional y Ia de ia crea ciOn de un Tribunal Intermedio de Apelaciones o cii la alterna a 56 INFOSME DEL SENoR JUEZ PEtS IDENTE tiva do bos compuestos Division de Apelaciones en el Tribuna l Superior, am de varias Salas, parecen necesarias . Está ahora en Ia agenda de los trab ajos de esta Conferencia la ponencia y consideración del Info rme rendido a solicitud del Tribunal por el Comité de Reform as al Sistema Judicial sobre el estudio de distintos sistemas de division en sala de tribunales de apelación. La amplia discusiOn de este informe con los pun tos de vista oue puedan aqul exp onerse sobre el problema plan teado, han de contribuir notabie mente a estructurar la base del funcionamiento en Salas de este Trib unal como uno de los medios para afrontar el problema de conges tion de su calenclario y de poder aspirar a realizar an labor sin la ansiedad de espiritu y la atribulaciOn y angustia one los miembros de este Tribunal experimentarnos de dia en dia ante Ia trágica realidad de que nuestra dedicación y nuestro esfuerzo , dados al mdxirno. son im potentes para tornai’le ventajas sus tanciales al estado critico de nuestro congestionado calendario. Para la realización del pro pósito que a todos nos anima de una más rápida justicia, vuestra critica serena v constructiva ha de resultar de inestimable valor. Vamos a proceder a esc uchar Ia ponencia del Info rme del Comité sobre EducaciOn Legal y AdmisiOn al Ejercicio de la AbogacIa que sert hecha por el compaflero Rafael Martinez Alvarez, Jr., en gestión do Preside nte Interino del Comité. El compaflero Martinez Alvarez. A los miembros del Comité se les suplica pasar a Ia mesa. Lie. Rafael Ma ine: Alva,ez, Jr.: Señ or Presidente, seño res Jueces del Tribunal Supremo, señor Pre sidente del Comité Directive, Honorables Jueces Superiores y de Distrito. com pa fleros: una Per encomienda del Presidente de nue stro Comité me ha tocado a rní Ia labo dc hacer una pon encia sobre el Inforna del Comité de Educación Legal y Admisió n al Ejercicio de Ia. A.bogacIa. Nos ha lienado de gran reg ocijo el escuchar las pa labras de nuestro Juez Presidente al indicar que nuestro pequeflo esfuerzo en Ia Conferencia anterior dio mo tivo a que el Tribunal Supremo de Puerto Rico revisase las Reg las para Ia Admisión al Ejercicio de la Profesión en Puerto Rico. Homes visto el in terés que también ha lievado aT Colegio do Abogados a este tema tan interesante para nosotros y tan imp ortante para nosotros los abogados. Y con tal motivo el Cole gio de Abogados de Puerto Rico con fecha 13 de abril de 1960 aprobO una resolu ción Ia cual fue enviada al Tribunal Sup remo pam su considera AE0GACIA COMITE DC EDUCACION LEGAL Y ADMISION AL EJERC1CIO DE LA 57 Comité para quo le die hecho lo mâs ramos estudio y le diéramOS meditaciófl. Hemos resol uciófl. Con que hemoS podido en darle pensamieflto a esta ella estamoS de acuerdo en parte. Con ella, tenemos que decir, hnmildeflleflte, que despuéS de considerar algunoS aspectoS de ella. creeniOs que no debe adoptarSe. Con el propóSitO de que ustedes tengan una idea de qué trata esta resoluClOfl, voy a permitirme leeria porque es muy corta. “POR CUANTO Ia Regla 8 del Reglamento del Tribunal Su promo de Puerto Rico regula Ta admisiófl al ejercicio de la abe gacla en Puerto Rico; “POE CUANTO or’ dicha Regla no se establece como requisite para ser admitido al ejerciClO de Ta profesiórI de abogado en Puerto Rico el quo el aspirante previamente hubiere aprobado curses de derecho civil y proceSal de Puerto Rico, cle derecho hi potecariO do Puerto Rico, y de derecho notarial de Puerto Rico en universidades reconocidas; “POR CUANTO la RgTa 8.5 de las Reglas do Procediflhient0 Civil dispone: ‘Idioma. Las alegaciofles, solicitudes mociOfleS y demás escritos deberáfl formularse en espafiol, pero podráfl formularSe en inglés siempre que se acomPanefl de las copias necesarias en espaflol;’ “POE CuANT0 do acuerdo con clicha Regla todos los abogadOs están obligados a radicar sus alegaciofles en el idioma espafiol, To que hace imprescindibbe quo el abogado sepa leer y escribir el espaflol “POE TANTO, ResuéiVase como per la presente so resuelve, exorar del Honorable Tribunal SupremO que se enmiende Ta Re gla 8 del Tribunal para que se adicioflell como requisites a los aspirafltes aT ejerciCio de la profesiófl de abogado los siguientes (A). La aprobación en universidad recoriocida previa la radi caciOn do Ta solicitud a examen de curses en derecho civil y pro cesal do Puerto Rico, en derecho notarial y en dereeho hipoteCa rio do Puerto Rico. (B). Quo los aspiranteS sepan leer y escribir y hablar en espaflol.” Analicemos primerameflte el primer POE TANTO de esta Re soluciófl. Con ella en su princiPiO no estamos conformes. En fendemos quo exigir a un estudiante que ha pasado su curso y ha aprobado el mismo en una Universidad acreditada por Ta American Bar Association, no debe de exigIrsele quo cuando re grese a Puerto Rico a tomar su curso do revâlida, tenga que ciOfl y a su vez fue enviada a nuestro 58 PONENCIA C0MITE BE EDUCACIO1’J LEGAL Y ADMISION AL IJasarse por lo menos 2 aflos estudiando de nuevo su profesión en el Colegio de Leyes de Puerto Rico. No soy yo quien pueda criticar el Colegio de Leyes de Puerto Rico, ni tampoco quiero decir que el Colegio de Leyes de Puerto Rico no esté prestando una función perfecta, pero sI tengo que aclarar que en el ñnico sitio donde se puede estudiar Berecho Civil y Derecho Procesal y Derecho Hipotecario puertorriqueno es precisamente en Puerto Rico. Al estudiar los cursos que da el Colegio de Derecho nos te nemos que dar cuenta y percatarnos de que el Derecho Civil no entrafla una sola asignatura, que son varias las asignaturas que entrafla el estudio del Derecho Civil. De ahI tenemos que nuestro Cócligo Civil se divide, como toclos sabemos, en cuatro libros v eso divide en varios otros cursos, y el rnismo Culegio de Derecho de Puerto Rico exige, come requisites previos para tomar otras disciplinas, el que se tome anteriorment e, per ejem plo, Teorla de Obligaciones, nara estudiar Contratos Especiales, Derechos Reales y Contratos Especiales, para tomar Derecho Hipotecario. Y un estudiante que ha cursado su curse en los Estados Unidos o en cualquier otra universjdad acreditada, se verla entonces obligado y precisado a pasarse por lo menos 2 años más en Puerto Rico estudiando esas disciplinas. Per tal motivo y pensando en esta forma tuvimos la opor tunidad y asI se nos brindó por el mismo Colegio de Abogados, y Ia Junta Directiva nos llamd a una conferencia en clonde se discutiei’on nuevamente estas resolucjenes. Creernos y iodemos adelantar que en cuanto al asunto del estudio del Derecho CiviL del Derecho Hipotecarjo y del Derecho Procesal no foe In mani festacidn unánime después de haber escuchaclo los argornentos de los Directoreg del Colegio de Abogados ilisistir en este re quisite. Nosotros hemos, sin embargo. dejado sin incluir el requisite en Ia resolución del estudio del curso de Derecho Notarjai. Eso lo entendernes distinto. En ninguna universidad acreditada en los Estados Unidos, en ninguna universidad acreclitacia per ci American Bar Association, se le da importancia al Derecho No. tariaL Y es razonable, es justo, puesto que el Derecho Notarial para el arnericano, para ci Derecho Cornün, no existe come lo cc nocernos nosotros. Nosotros entendemos y el Cornité lo ha es tudiado con detenimiento, que en cuanto a Ia materia de Derecho Notarial debe de exigirse y de no exigirse come un requisito previo para poder tornar ci exarnen de revá]jda, si no, no ser EJECcIcTo BE LA AB0GAciA 59 admitido al ejercicio del notariado en Puerto Rico, debe de exi gIrsele o un curso de Derecho Notarial en Ia Universidad de Puerto Rico, no solamente de práctica notarial como se está haciendo hoy en el Colegio de Derecho, sine un curse sustantivo, de Derecho Notarial sustantivo, o sea, que entrañe Ia práctica y el curse en sí, y además, insistirnos en que en case de que el estudiante no haya tornado ese curse, se le obligue por lo menos a estar dos aflos en el ejerciclo de la prefesión de abogado antes de ser admitido al ejercicio del notariado. Entendernos esto y ci Comité asI lo entiende, porque ésta fue una práctica que estuvo vigente en Puerto Rico desde el aflo 1914 en que se aprobó Ia Ley sobre Admisión al Ejercicio del Notariado, donde se exigIa per lo menes un aflo antes de poder ser admitido al ejercicio del netariado, e sea, que el abegado que hubiese side admitido al ejercicio de Ia prefesión de abogado, tenla que permanecer per lo menos, ejercer por lo menes un ailo su prefesión de abogado para luego ser admitido a la prefesión de netario. Creernos este e insistimos en que este es una medida que debe de apre barse y que quedó eliminada por Ia misma Ley del aflo 1934 cuando se eliminó ese requisite y aunque nesetros hemos heche Ia büsqueda—y quiero advertirles que entre nosotres estâ, en nuestre Cemité está una de las persenas que más Ic gusta es cudriflar Ia icy y las enmiendas, que es don Domingo Toledo— no hernes averiguado por qué razón se eliminó ese previo re quisite. Per ese motive, en cuanto a ia reselución del Ceiegio de Abo gados en su primer Dispeniéndose A, estaremos conformes con ella en cuanto a exigir ci curse de derecho notarial siempre que sea para los efectos de ser admitido al ejercicio de Ia profesión de notario, pero no cemo un requisite previo pam ser admitido a exá.menes ante nuestro Honorable Tribunal Supreme. Discutiendo ci asunto ante ci Colegio de Abogados, al coal, come les dije autes, se nos invitó a particjvar, no en las discu sienes, sino corno oyentes, aunque dies quisieron que nosotros participáramos en Ia misma. Conferencia, nes reservamos nada mar que come oyentes, se levantó también una cuestión que no sotros en nuestro Informe hemos recemendade. Es conveniente indicarles a los cornpaieros que ya en Puerto Rico no puede ejercer ninguna persona la prefesión de ahogado J3O cortesía. Todo aspirante, trda penona cue desee ejercer in profesión de abogado en Puerto Rice necesariarnente tiene que someterse a examen. Pero ci Comité entiende que además de someterse a 60 PONENCIA C0MITE DE EDucAcON LEGAL Y ADMISION AL EjERciclo DR LA AB0GAcfA examen como requisito previo, debe exigirse no solamente el domicilio del aspirante con anterioridad a la fecha en que ra dica su solicitud para examen, sino que además de eo es nece sario que haya residido por lo menos 5 aflos en Puerto Rico. Esto lo hemos hecho porque creemos que Ia persona que tenga interés en venir a ejercer la profesión a Puerto Rico, debe ser una persona que haya convivido con nosotros y que haya tenido Ia oportunidad de conocer nuestra manera de proceder, conozca nuestros procedimjentos y que se yea que genuinamente tiene interés en quedarse en Puerto Rico a ejercer so profesión. Y es por este motivo que nosotros en ese sentido respaldarnos y recomendamos al Tribunal que haga, como requisito previo, que sea domiejijado en Puerto Rico y que al mismo tiempo haya re sidido por Ic menos 5 aflos, posiblemente los 5 años que hemos puesto sean excesivos, pero solamente los ponemos como una forma directiva para que sea ci Tribunal ci que determine en ñltima instancia cuánto tiempo de residencia se ha de exigir. Esa residencia, naturalmente, está condicionada y está con dicionada al hecho de que aquelios aplicables al Disponiéndose que en nuestro Informe hemos puesto, que es a esos efectos. “Disponiéndose que dicho requisito de residencia no será apli cable a estudiantes de derecho domiciliados en Puerto Rico que se hubieren ausentado del Estado Libre Asociado de Puerto Rico a los fines de cursar sus estudios de derecho.” En otros términos, que no se aplique al estudiante que ha ido a estudiar fuera de Puerto Rico con el ünico propósito de estudiar. nue pierda su residencia. En ültima instancia debemos, vamos a discutir ci problema pianteado también en cuanto al idioma. Recomienda el Colegio de Ahogados en sus resoluciones que toda persona que ejerza Ia profesión de abogado en Puerto Rico deba saber leer, escri bir y hablar ci idioma espaol. En eso estamos conformes y no solarnente conformes con ci Colegio de Abogados, sino que cre cmos y entendemos y asi lo entiende el Comité, que ci abogado que va a ejercer su profesión en Puerto Rico, debe saber leer, saber hablar y saber escribir ci idioma espaflol. Nuestras Re glas de Procedimjento tienden hacia eso, como muy acertada mente informa ci Colegio de Abogados, la Regla 8.5 de las Re glas de Procedjmiento que ha sido citada, establece que el idioma en que las alegaciones y solicitudes y mociones deben formularse será ci espaflol, pero sí dice que podrIan hacerse traducciones. Entendemos nosotros y asI lo creemos que no podemos concebir 61 cómo un abogado consciente de sus deberes como abogado pueda firrar alegaciones, solicitudes y mociones ante los tribunales si realmente no sabe lo que estâ firmando y lo que está exponiendo. Antes de terminar esta exposición, que he querido hacerla lo más breve posible por ver la cara de cansancio que tienen los compafleros al tener que escucharme, solamente quiero lievaries al ánimo lo siguiente: Cuando nosotros insistimos en que no se apruebe lo relacionado al estudio de cursos especializados de derecho puertorriqueño, lo hemos hecho movidos y pensando en aquellos individuos, aquellos abogados que precedieron a noso tros, que estudiaron sus cursos de derecho en universidades americanas y que luego vinieron a Puerto Rico e hicieron de Puerto Rico un centro juridico distinto a todos los demás. Esos abogados cooperaron en formar io que hoy nosotros tenemos, un derecho Civil, un derecho puertorriqueflo que tiene influencias de Derecho Comdn y donde hay influencias de Derecho Civil. Y tengo que deciries que no son pocos los que habiendo estudiado en universidades americanas, luego liegaron a Puerto Rico y se enamoraron del Código Civil, aportando con esa manera has tantes principios que han engrandecido nuestro sistema. Mu chIsimas gracias. Sr. J’uez Piesidente: Muchs Alvarez. graci, compaflero MartInez Se abre a discu.sidn breve, por razones obvias, el Informe del Comité. ,Algñn miembro de la Conferencia desea expresar algün criterio con relación al mismo? No habiendo solicitud alguna para participar, se da por terminada la sesión de trabajo de esba tarde y continuaremos con Ia sesión de tra bajo mañana a las 9 de is maflana. Muchas gracias. SESIONES DE TRABAJO Sesión del dia 16 de diciembre de 1960, 9 :00 a. m. Sr. Juez Presidente: Se declara abierta Ia sesión de trabajo mañana de boy. El Cornité Directivo de Ia Conferencia Ia de Judicial, desea que se consigne en acts ci sentirniento de esta Conferencia por ci deceso del distinguido miembro de nuestro Foro, Ramón Luis Nevares, y ha acordado designar una comisión para asistir a sus funerales. A ese efecto se designa a los compafleros Manuel Abréu Castillo. Felix Ochoteco, ci Juez José Pablo Morales y el J’ez José Rivera Barreras, para ilevar a cabo esta encomienda. 62 Con el permiso del compaflro José Angel Poventud quien estaba en primer lugar para su nonencia, comenzaremos con la del compaflero Ochoteco, PresidenLe dcl Comit sabre Reglas de Administracidn. El compaflero Oclioteco para hacer su p0nencia. Los miembros del Comité tengan Ia bondad de pasar a Ia mesa. CIITE Sa RL(;L.s DE \DMINISTRACJÔX Lic. Félia’ Ochetcco, Ii.: Sr. Juez Pesidente, Sres. Jueces Asociados, Sr. Presidente de esta Comisión, compaileras y corn pafleros: Nuestro Informe ha de ser uno breve ya que se trata de uno complementario a aquel que rindiéramos oportunamente en Ia prirnera jornada de esta Conferencia. Tiene el mérito este In forme, sin pretension aiguna, de haber sido la libre y espontá nea expresión de magistrados y abogados confrontándose con probiemas de nuestra clase. El dictamen es uno por unanirni dad. Solo abarca cinco puntos y no vamos, por razones obvias, a volver a considerar el Infonne ya rendido. El primer punto es el siguiente: Se recormenda una en mienda a Ia Regla 7(b) de las Regias en vigor a los fines de que los jueces puedan señalar discrecionairnente mociones con anterioridad a los diez dIas que actualmente disponen diehas Reglas. Esta enmienda que se sugiere tiene ci propósito de con frontar Ia realidad buscándole una solución. Hay mociones nue por su propia naturaleza requieren una inmediata c.Eción por parte del tribunal, como por ejemplo, aquellas concernientes al levantamiento de embargo, impugnación de fianza. aumento de fianza, cambio de depositario, medidas transitorias en rein don con adrninistracjones judiciales y aun dentro de los propios procedjmientos de embargo. La regla propuesta es Ia siguiente: “Las mociones bajo Ia Regia 10 de las de Procedimjento Civil, asI como las demás mo ciones en casos civiles que requieran notificación y audiencia, serán ilarnadas pam vista en Ia sesión del primer viernes hábil después de transcurridos diez dias de su radicación. El secre tario notificará a las partes por escrito con no menos de cinco dIas de antelación ci dIa seflalado pam Ia vista y ci juez que la Presjdirá—ahora viene Ia enmienda—en casos meritorios, cuando Ia naturaleza de las mociones asI lo requiera, ci tribunal podrá sefialarias para su vista dentro de un término más breve.” C0MITE S0BRE REGLAs DE ADMINISTRACION 63 La segunda enmienda que se sugiere es a la Regla 14(c), proponiéndose un aditamento a dicha Regla. Se trata de aque lbs procedimientos ad perpetuam rei memoriam en solicitud de cambios de nombres y correcciones en ci Registro Dernográfico donde de acuerdo con Ia reglamentacion vigente es imperativa la puhlicación de eclictos, durante quince dIas, o sea, tres edictos. A virtud de esta regla se faculta al juez pam poder eximir a cualquier parte, a solicitud de Ia misma. de este requisiU de pubiieación de edictor. sienido la mazón ciue nos ha insoirado para Ia propuesta ci acelerar los procedimientos en muchus ca sos y otros casos donde Ia naturaleza del procedimiento en sI no justifica una erogación cuantiosa pam muchoE lit igarites por mazón a sus lirnitaciones económicas. La regla que se propone con su enmienda dice asi: “Radi cada la solicitud. ci Secretario de Ia Sam enpedirâ on aviso que se publicará por lo menos tres veces dniante ci término de quince dIas en un periódico de los de mayor circulaeión en Puerto Rico para que cualquier persona que asi 10 desec pueda scm oida en oposiciOn a ia misrna.—Viene Ia enmienida ahoma—El Tribunal, a solicitud del peticionario, podrá a su discreci(m excusarlo dcl cumplimiento de las disposiciones dc esta Regla 14(b).” Se es tá viendo aquI que se Ic ha reservado al magistmado Ia autoridad suprema de poder exigir en cualquier mornento que asI Ia cieee In publicación de edictos o no excusar Ia publicación de eclictos. AsI es que está salvada la autoridad del magistrado. pero al mismo tiempo se coloca a éste en condiciones (Ic poder usar su discrecmn conforme a su mejor sapiencia. La tercera regia trata sobre Ia renovación de licencias para portar armas. Está inspirada Ia enmienda que sugerimos en ci deseo de acelerar los procedirnientos de lortación de armas; cii ci deseo, además, de abaratam ci precio de los procedimientos; y además cooperar en forma indirecta a la descongestión de los Nuestma experiencia como jueces calendarios de los tribunales. y abogados nos dice que las renovaciones de licencia e más un procedimiento formal en Ia inmensa rnayorIa de los casos, sin niiiguna finalidad práctica. A virtud de Ia enmienda que pro lionemos nosotros se han armonizado los criterios de jueces y aboados en ci seritido de dejar siempre a los jueces In facultad y ci poder de exigir ci cumplimiento estricto en materia de re riovaciones de permiso de portar armas que exigen nuesti’os es tatutos y reglarnentaciones para la concesión original del per miso, pemo quo dnicamente usará de esa discreción cuando asI P0NENcIA lo crea pertinente, pero que Ia regla debe ser uniforme en el sentido que vamos nosotros a leerla. Se dice, “Después de la Regla 15(b), se acordó adicionar 10 siguiente para convertirse en 15(d) y asi sucesivamente. La 15(d) será la 15(e) y Ia 15(e) será Ia 15 (f). (c) La renovación de una licencia para portar armas se solicitará por moción jurada dentro del mismo expediente de la solicitud original sin que el peticionario venga obligado a cumplir con las disposiciones de la Regia 15(a) y 15(b) a menos que el tribunal dispusiere lo contrario.” Volve mos a insistir que en cuaiquier caso de renovación de permiso de portar armas, que necesariamente tendrá que ser notificado ci ministerio pdblico, pueden haber casos en que el juez, por co nocimiento personal que tenga o a través del ministerio pdblico haga necesaria la pubiicación de los edictos, pero la idea es, insistimos, ci liberalizar el procedimiento. La cuarta propuesta es la siguiente: Se acordó adicionar una nueva regla para que lea como sigue, y que se sugiee sea numeracla Regia 16, y por lo tanto se corra la numeración de subsiguientes regias. La Regla 16 que proponernos lee asi: “Regia 16. Deciuratoria de Hcrecieros. En los casos de solici tud sobre deciaratoria dc herederos forzosos no será necearia Ia presentación de prueba oral para acreditar la condicián de heredero por la ausencia de testamento otorgado por el cau sante. Será suficiente para probar tales extremos la presenta ción de declaraciones juradas que cc acornpañarán con la soli citud, las cuales deberán ser suscritas ior no menos de dos yecmos del lugar de la üitima residencia del causante en Ia que éstos afirman haber conocido personaimente al causante y cons tunes de propio conocimiento que no ha dejado otros dsscen ciientes o ascendientes, segdn sea ci caso, que los que se mencio nan como tales en Ia petición y constarles tambiéu cue ci cau sante faiieció sin haber otorgado testamento alguno. Isobada en ecu forma a satisfacción del tribunal Ia condición de herede ros y Ia ausencia de testarnento alguno otorgado por ci causante, y acreditados en debida forma y ante Ia presentación de Ia cvi dencia documental que sea adecuada, todos y cada uno dc los demás hechos indispensables en tales casos sobre deciai’atonia de herederos, ci tribunal dictará resoiución declarando con lugar la solicitud.” El propósito de esta regia es uniformar ci pro cedimiento sobre declaratoria de herederos en lo pertinente a las distintas salas del Tribunal Superior de Puerto Rico. Es de CoiIITE Sosni REcLA LE ADMINIsTRACJóN 65 conocimiento de mis distinguidos compafleros que en algunas salas, algunos magistrados exigen prueba a través de Ia comes pondiente audiencia puma acreditar ci status de heredero f or zoso. Todos exigen prueba para acreditar el status dc heredero no forzoso. Pues bien, otros no exigen prueba mediante audien cia pala acreditar el ctatus tie heredero forzoso, sino que besta con dos dieeI:Laclones juradas tie test igcs idóneos y que reunan las condiciones cue determina Ia Leg de Proceclimientoc Espe ciales y los documentos corresnondientes que todos ya conoce mos, segdni se trate de deciaratoria de herederos en relacidu con forzosos y no forzosos. Pues bien, a través de esta regla nosotros sugenimos que sea uniferme para todas las salas dcl Tribunal Superior de Puerto RIco. que en rnateria de herederos forzosos exciusivamente no cc requiera la audiencia, sino bastaián las dos declaraciones ju radas por 10 menes de dos tectigos, y los demás documentos CU mrespondientes, como certificados del Registro Dernogrdfico, Qué nos ha ins certificado del Registro de Testamentos, etc. pirado a nosotros a hacer esa sugestión? En primer lugar, uni formar ci proceclimiento en Puerto Rico en esta materia tan im portante y de diario batallar. En segundo lugar, también aba ratar o aminorar los gastos de litigios o tramitaciones judicia ICE. En tercer lugar, descongestionar a lOS tnibunales. No ignoramos quc hay critcnios minoritarios—si no nos equivocamos en nuestra apreciación—que estiman de que tra tándose de un procedimiento de proyecciones y consecuencias tan serias, en todo momento debiera haber Ia correspondiente vista puma mayor garantIa de terceros y tie Ia mejor administra ción de justicia. Este argumcnto que con su enunciación con Ileva una apariencia nada más de fuerza legal, ci cc examina cc vera que no es tan fuerte ci argumento como parece a pnimema vista. Es sabido por todos nosotros que en materia tie decretos de declaratoria de herederos, bien trátese de herederos forzosos o voluntanios, ci auto que se Iibra por un tribunal no tiene en primer lugar, en primer lugar tiene ci carácter de firme a partir (IC su pronunciamiento cuando no ha habido contienda dentro del pmocedimiento. Es decir, quc cuando se radica la declara tonia de heredcros y ci juez provee, si no ha habido contienda aiguna en cuanto a aquellos que reclaman su status como heredemos, ci auto en sI cc firme a partir de su pronunciamiento. Desde luego, que si ha habido contención dcntro dcl procedi miento, bien sabemos que entonces ese auto corre todas las even- 66 P0NENcIA -tualidades que correrla cualquier sentencia en cualquier litigio contencioso. Pero hay algo más. En los autos de declaratoria de here deros donde no ha habido contención, ya se ha resuelto por este digno Tribunal Supremo que no constituye cosa juzgada y que en cualquier momento está abierto el auto que se libre, a im pugnación por preterición de herederos o por inclusion de here deros impropiamente. Asi es que vemos que el auto de decla ratoria de herederos, bien se celebre vista, bien no se celebre vista, no participa de Ia Indole de cosa juzgada y que es final desde el momento en que se pronuncie. Preguntamos nosotros, para contestarnos nosotros mismos: iEn qué puede perjudicar que ci tribunal adopte an procedimiento uniforme para todas las salas de que bastará con 2 deciaraciones juradas, con testigos idóneos, acompafladas esas declaraciones juradas d aquelia otra prueba documental indispensable y que todos conocemos, que respalden una solicitud a su vez jurada? Nuestra enmienda, repetimos, va a descongestionar o a co c’perar a descongestionar nuestros calenclarios. No vu a afec tar los fines sustanciales de la justicia, bajo ning(in concepto, vu a aminorar los gastos de litigaciOn, y aclernis—que nos hemos reservado para lo iMtimo—la enmienda enpresamente dice “a satisfacción del tribunal”. Es decir, que aunque se aclopte como regia uniforme Ia que nosotros proponemos, siempre so reserva al tribunal ci derecho de exigir audiencia en cualquier caso que asI lo crea conveniente. Por lo tanto, no hemos querido bajo concepto alguno reglamentar Ia conciencia del juzgador, que nunca debe ser regiamentada por su aita misión y por res peto al propio magistrado, pero que al rnismo tieinpo nosotros dejamos una sugestión que vu a redunciar en beneficio de iiti gantes, en beneficio de abogados y sobre todo en beneficio de In mayor rapidez ue In justicia, porqu [ambién nos confrontamos nosotros con ci serio problema de los taquIgrafos, que a veces aria declaratoria de herederos se demora porque ro se ha trims onto el record segün ha sido ordenado por ci tribunal. Y Ia üitima sugestión que hacemos y esta üitima no tiene ninguna novedad y simpiemente so ha formuiado por la Co misión atendiendo a una sugestión que se hiciera en Ia pasacla Conferencia Judicial por an distinguido magistrado, en el sen ticlo de aclararse bien qué querIa decir la Regla 18 en reiaciOn con Ia manipuiación de los expeclientes dcl tribunal. Nosotros COMITE S0BRE REGLAS DE ADMINIsTRAcION 67 proponemos que se enmiende Ia Regia 18 para que lea como sigue: “Los expedientes judiciales no podrán ser sacados de la oficina del Secretario, excepto para uso propio dci tribunal o de los jueces o para ci despacho de cuaiquier diligencia que le corresponda al fiscal de la sala, o a cuaiquier otro fancionario lie Ia misma. El Secretario mantendrâ los registros correspon dientes para que se sepa Ia situación de cuaIquier expediente en todo mornento.” La enmienda propuesta elimina Ia primera oración de Ia Regla originalmente sugerida por ci Comité, y in cual lee como sigue: “Los expedientes judiciales bajo in custodia del Secret.ario no podrán sen sacados de las Salas respectivas si no es por orden escnita del Juez Administrador.” He ahi nuestro Informe y deseamos consignar con inmensa satisfacción que en este Comité nuestro ha quedado evidenciada en forma inequIvoca la aita misión de estas Conferencias Judi ciales donde en ci seno del mismo distinguidos magistrados, ebogados distinguidos con excepción dci informante, discutieron los serios prohiernas de Ia Magistratura y los serios problemas de Ia cIase toeada en un ambiente de verdadera armenia y de entera dignidad ilegando a soluciones satisfactorias. Muchas gracias por haberme escuchado. S. Jue Presidents: Muchas gracias, compaflero Ochoteco. Antes de abrir a discusiOn ci informe, deseo indicar a los corn paieros designados pam asistir a los funerales del compaflero Nevares, que si lo estirnan asI propio pueden retirarse para cumplir Ia misiOn que se los ha encornenciado. Abierto a dis cusión ci Informe. Sr. Juez J. Negrón Lopez: Sr. Presidente, yo tengo vanias preguntas que quisiera hacer ai Presidente del Cornité. Sr. Juez Presidents: No, cornpaflero jues Negron Lopez. Dc acuerdo con las regias adoptadas para regir los trabajos de la Conferencia, el procedirniento es que los compafleros quo deseen hacer uso de Ia palabra, expongan las ideas, los cniterios. hagan los comentanios que estirnen de lugan con relación al iriforme y Ia ponencia, pero no precede que en este mornento se someta a interrogatonio a los compafleros ponentes. Cuaiquier nueva idea que se sugiera por aiguno de los compafleros, cualquier nuevo proyecto, indicación o criterio, volvená al seno del Comité para ulteriores consideraciones o informes compiernentarios. Si el compaflero Negrón Lopez tiene algdn cornentario que hacer ConT DiscusiOx 68 con reiación al informe o a la ponencia del compafiero Ochoteco, y quiere hacer uso de Ia palabra. puede hacerlo, pero no piira lievar a cabo un interrogatorio. Sr. Jue Negrón Lopez: El comentario mb es con relación a Ia deseabilidad de que los expedientes para perpetuar memo na, y en las certificaciones del Registro Demográfico y Civil, Ia razón de que se exija Ia publlcaciôn de edictos en casos men torios, aunque veo quo, desde luogo, el proyecto complemen tario deja a discreción del tribunal eximir de esa publicación en casos meritonios, pero no me explico, francamente. Recuerdo aqul las palabras del Juez Villares en la Conferencia Judicial de 1958 donde él expresaba con un buen sentido quo ese expe diente en su mayorIa se utiliza por personas de recursos limita dos, para corregir fechas do nacimientos y apeilidos, para acogerse al Seguro Social, y en las inscripciones viejas esto era frecuente. En las inscripciones actuales los registros dernográ ficos se han rnoderizado bastante. Entiendo quo insertar la disposición de los edictos o del aviso notificando el propOsito do la solicitud conilevarIa gastos adicionales para los peticionarios. Ese es el primer punto. El segundo punto quo yo me preguntaba era si de acuerdo con la propuesta a Ia Regla 15 (c) los expedientes de renova ción de licencia de portar armas, si eso conilevaba la renovación si la moción y la renovación subsiguientes exigirian o no el pago Je derechos. Son los dos puntos quo yo querIa aclarar y por eso lo hago constar. Sr. Juez Presidente: Muy bien, muchas gracias, compaflero El compafiero Blanco Lugo tiene la palabra. Negrón Lopez. Lie. Luis Blanco Lugo: Asociados, compafleros: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces En relación con la proposición de Ia Comisión sobre los ex pedientes para perpetuar memoria, me permito sugenir Ia con SOBRE REGLAs DE ADMINIsTRAcION 69 nacimiento, porque puode tenor consecuencias en relación con otras leyes. Mo permito también sugerir la conveniencia do quo se es tudie Ia dosoabilidad do quo la misma regla relacionada con las declaratonias do herederos forzosos se extienda a los casos de horodoros voluntarios. En primer lugar, Ia declaratoria de heredoros voluntarios es sin perjuicio do tercero duranto un ténmino do cinco afios y no creo quo hay una razón de suficiente peso quo justifique una regla distinta en ol caso do heredoros forzosos y on ol do herederos voluntarios. Finalmente, respecto a Ia cuestión do Ia custodia do los ex pedientes y siendo los abogados funcionarios del tribunal, me parece igualmente desoablo quo so estudie la conveniencia do que los abogados podamos tenor los expedientes y firman que los tenernos bajo nuestra custodia siempre quo se disponga quo se dehen entregar el mismo dIa en quo so obtienon do la Secne tanIa. Me parece yen los rostros escépticos do algunos compa iieros sobre este perticular y anticipo quo los peligros quo ollos visualizan son solameute aparentes. En primer lugar, el contenido do un expediente puede siempre determinarse medianto un exarnen do los libros cie radicaciones y los libros de minutas del tribunal. AsI es quo el peligro do que so sustraiga un expe dionte o quo so altere un expediente realrnente no existe. Siom pro podrIa reconstruirse y no creo yo que esos casos, que serIan Ia excepción, justifiquen la situación actual que estamos atra vesando los abogados quo practicamos diariamente on los tn bunales de quo so nos hace sumamente difleil conseguir un expediente on Ia secretania de los tribunales. Muchas gracias. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Blanco sideración de quo la regla sea a la inversa, quo no so requieran los edictos a menos quo el tribunal entienda quo son necesarios. Como todos sabemos, estos expedientes en Ia mayor pante do los Lugo. casos se refieren a cambios do nombres y no afectan realmente el estado civil do los peticionarios. Claro está, me imagino quo en aquellos casos on quo so afecta el estado civil serIa un easo quo desee hacer uso do Ia palabna, pasaremos a oir Ia ponencia del Presidente del Comité do Procedimiento Civil. el comnañero don José Angel Poventud. El Comité do Pnocedimiento Civil puode ocupar asiento en Ia mesa destinada a los comités. apropiado para que se requiera la publicación de edictos, como también aquellos casos en que se tiende a alterar la fecha do ,AIgdn otro do los compañeros desea bacon algün co mentario o oxponer algdn critonio respecto al contenido del irifonmo o a Ia pononcia de su Presidente? Si no hay ninguno I 70 F0NENCIA C0nITE DE PRocEDIiv1IENro CIvIL Col\IITE DE PROCEDIMIENTO CIvIL Reqbi ..2 (0). Del ernpiazcumiento sostit ate. Sugiérese am plier so pheaiLi al caso do personas iedjcadas a la transi3or— tacirn (ie cargo, pot’ los ruismor motivc que Ia vigente i’egla lo permite en cuanto a los dedicados a Ia tranportscion do pass— jeros. Lic. José A. Poventuci: Honorables Juez Presidente y Aso ciados del Tribunal, compañeros miembros de la Conferencia: (omo Presiclente del Cornité dc 1ioceCiimieuto Civil, cumplo con el deber de comentar sobre el segundo informe que hernos tenido el honor de pi’esentaj’ relativo a Ia cuicladosa y trascen dente labor que se nos encomendara por i’esolución de Ia Honorable Suprema Corte datada el 14 de julio de 1960. Nues tra nueva gestion inicial consistió en trasmitir atenta invitación a la matricula del Colegio de Abogados a fin de brindar arnplia oportunidad a los distinguidos compañeros colegiados para par ticipr en la obra de refo’ma que a todos concierne, mecliante la exposición de ideas sobre aquellas roodificaciones o enmiendas a las reglas procesales que Ia eperieneia desde su impiantación en 1958, justificara estimar necesarias o aconsejables. Varias sugestiones nos fueron trasmitidas bondadosamente por clistin— guides colegas, mel’eciexiclo especial menciun el competente corn panio Francisco Ponsa Fellu. Cooperacidn p01 la cual el Ce mite se complace en extender a todos so hondo reconocirniento. Oportunarnente ci Comité consideró las enmiendas propues tas y las propias, acorclndose la adopcidn de aquellas modifica ciones simpiernente endereaidas a evitar pluralidad de normas generadoras de conflicto y confusion, asi corno tamhién encami nactas 01 logro de la rneta perseguida per nosotros, que es alcarizar a Ia mayor brevedad quo sea dable on método judicial dc justicia rdpida con reflexiva justicia justa. V con ci loable ernpeño de tributar a ese noble ideal Ia consicleración que por tantos titulos merece, los miembros de este Comité tienen Ia satisfacción de someter so Segundo Informe contentivo de varias recornenda ciones juzgadas necesarias. Entre ellas, en aras de la brevedad y considerando que nuestro Infoi’rne se ha distribuido ya entre los miembros de Ia Conferencia, aludiremos sucintamente a las modificaciones propuestas que revisten mayor interés. Me refiero, pues, a las siguientes materias Regla 1. Dc la corn petencia. Se incorporan las principales disposiciones del ArtIculo 83 del Código de Enjuiciarnjento Civil que trataba de los motivos jara cambiar el lugar del juicio; y se adiciona a esa regla Ia potestad dci tribunal para poder decretar los traslados mediante rnociOn de pare interesada. Esta moclificaciOij podrIa tonibién cLibrir los traslados en casos de reciarnaciones mOxirnas de S100 a que se eontrae Ia Regla 60. Rcglo iO.Z. Seine 1CS dcreosus p cOO cicas. La acliciOn propuesta conlicva ci prepusito de cubrir aqueilos cases en que medic justa causa, come la urgencia inaplazable en Ia acelera ción del tramite judicial, para qee el t’i unai. a dicrecidn y por orden previa eue pocira er ox paste, pue:ir disnonel’ auc todas las objeciones y defensas se incorporen en la centestaciOn. Regla 10.7. La ascvcraewn (le daiios cspccaiics. El objeto de est.a rnodificaciOn es eliniinar la necesidad do consignai’ en Ia demanda la cuantia de las partidas reciamadas como daflos especiales, porqua generahuenLe lisp almna cuy imnorte se ignora al iniciarse el iitigio, come los gastos dc hospitalización, ganancias dejadas de percibir, etc. TaI inforriaci6n puede lograrse a través de los procedimientos sobre descubrimiento de prueba que permiten las mismas i’egias. La nueva redaccidn sugerida coricuerda, además, con Ia Regia Federal 9 (g). Regla 30. Do los interrogatorios a las partes. La recomen dación a este efecto estriba en equiparar en parte ci ámbito de los interrogatorios al de las deposiciones, de manera que ambos procedimientos puedan dirigirse contra una parte sin necesidad de que ésta sea adversa. Las deposiciones se pueden tomar, adernás, a cualquier persona, sea o no parte en el case, conforme se dispone en la Regla 23.1. Fundantos este cornentario en los escolios 5 y 8 de Ia decision en Sierra V. Tribunal Superior (Hon. Saldafla, Juez), 81 D.P.R. 555, a las páginas 568 y 571. Igual mente interesamos adicionar una ültima oración al primer párrafo de la Regla 30, para conferir al tribunal facuitad dis crecional a fin de poder relevar a una parte de contestar inte rrogatorios no objetados oportunamente, cuando se requiere materia privilegiada o claramente fuera de Ia investigación original. Regla 41.1. De los comisionados especiales. Consiste Ia modificación de esta regla en aclarar que la misma cubre tam bién los casos ante el Tribunal Supremo, cuando éste actda dentro del ámbito de su jurisdicción original y se hace necesario recibir prueba. La vigente Regla 41.1 parece negar a esta Superioridad Ia facultad de nombrar un comisionado especial. 72 1: P0NENcIA C0MITE DE PR0cEDUeIENTO CIVIL Regla 41.2. Sobre encomienda de asuntos a un comisionado. La enmienda proyectada conileva la deseable finalidad de ace lerar el trámite judicial mediante el discernimiento de potestad al Tribunal Supremo para encomendar asuntos a un comisio nado en cualquier caso, y al Tribunal de Primera Instancia cuando estuvieren envueltas determinaciones mediante cálculos matemáticos o que dependan de prueba pericial o complicada, extensa o dificil. El criterio irnperante en Ia vigente Regla, (le circunstancias especiales para nombrar un comisionado, re sulta en Ia actualidad excesivamente estrecho y ambiguo. Regia. 45.5. De las sentencias contra el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. El objeto de nuestra enmienda a esta regla es incluir el concepto de “cuerpo polItico” que figuraba en la an terior Regla 55 (e) de 1943. En RamIrez v. Municipio, 67 D.P.R. 740, el Tribunal Supremo resolvió que esa fraseologIa amparaba a los municipios, contra los cuales no podia dictarse una sentencia en rebeldIa. La supresión de Ia frase “cuerpo politico” en la vigente Regla 45.5 induce a concluir que se in tentó cambiar esa doctrina. Regla 49.2. Ref erente al rernedio en casos dc error, mad vertencic&, etc. La parte pertinente de Ia Regla 49.2 está con cebida en forma tal que puede dar lugar a confusion, ya que a] parecer dispone que es indispensable iniciar un pleito indepen diente para dejar sin efecto una sentencia cuando quien lo soli cita no es emplazado o cuando la sentencia se obtuvo por fraude. El propósito de la enmienda es simplemente aclarar que en estos dos supuestos el remedio puede lograrse aun dentro del mismo iitigio, sin necesidad de pleito independiente. Regla 51.3. Procedirnientos en casos de sentencias para reali zar aetos espeelficos. En reiación con esta regla, la adición pro puesta para que en toda yenta judicial de bienes ci alguacil u otro funcionario actuante pueda poner al compradar en podn de Ia propiedad vendida dentro de un plazo determinado, sin per juicio de tercero que no haya intervenido en el procedimiento, stá tomada de la Ley Relativa a las Sentencias y Manera de Satisfacerlas de Marzo 9 de 1905, y concuerda con el artIculo 1351 del Código Civil y jurisprudencia interpretativa del mismo, al efecto de que la compraventa queda perfeccionada pero no consumada si en realidad no se da posesión material del inmue ble al adquirente. Y no hay razón alguna para distinguir entre ventas judiciales mediante procedimientos hipotecarios por la via ordinaria o Ia sumaria, y las ventas dimanantes de asuntos contenciosos dentro de los cuales quedan dirimidas las mutuas cuestiones planteadas por los litigantes. Reglas 52, 53 y 54. Dc la. apelación, revision, certiflcaciOn y certiorari. En cuanto a estas reglas referentes a los diversos recursos de alzada, las modificaciones, adiciones y aclaraciones propuestas son mayormente proclucto del esfuerzo realizado por ci compaflero Luis Blanco Lugo, nuestro din5mico y hOhil se cretario. A este respecto el Comité recomienda que se redac ten nuevamente las Reglas 52, 53 y 54 para incorporar todas las disposiciones relativas a la consideración por el Tribunal Su premo de Puerto Rico de las sentencias finales y resoluciones interlocutorias dictadas por ci Tribunal Superior, asI como para regular el procedimiento de apelación del Tribunal de Distritci al Tribunal Superior. En Ia Regla 52.1 se incluyen las disposi ciones de Ia Ley de Ia Judicatura relacionadas con Ia proceden cia de las Reglas de Apelación, Revision, Certificación y Cer tiorari. La Regla 53.1 (c) hace Ia necesaria referencia a la for maiización del recurso de certiorari. La Regla 53.5 hace refe rencia a los requisitos de la solicitud de certiorari. En la Regia 53.6 se han incorporado las disposiciones sobre el término para objetar Ia expedición del auto y acompafiar prueba documental o Ia transcripción de Ia prueba oral con Ia solicitud o la opu sición a Ia expedición del auto. Las reglas en vigor no contienen el requisito de la Regla 53.7 y con frecuencia se desconoce Ia ra zOn que ha movido al Tribunal a expedir el auto de revision. Cuando los fundamentos consignados en Ia solicitud de revision son numerosos las partes, tanto ci recurrente como ci recurrido, quedan desorientadas con respecto a las cuestiones que merecen discusión ante ci Tribunal Supremo. Igualmente están deso rientadas en cuanto a la designacion que debe hacerse de la prueba oral a ser transcrita. Esto induce a la formulación de alegatos innecesariamente extensos y a Ia designacion de prueba oral cuya transcripción resulta en verdad superflua, ya que nada tendrIa que ver con Ia razón que movid al Tribunal Supremo a librar el auto. Pero conociendo los fundamentos para la expedi cion del auto, las partes podrian circunscribirse a los mismos en Ia designación de Ia prueba y ia correspondiente ai’gumentación en los alegatos. La Regla 53.8 persigue ci laudable propósito de facilitar al Tribunal Supremo dictar sentencia final y evitar que un pleito tenga que ser devuelto al tribunal de origen para 73 [ 74 75 P0NENcIA CoMrrE DE PR0cEDIMIENT0 CIVIL recibir prueba sobre algdn aspecto del caso. El propósito de la adición a Ia Regla 54 es simplemente armonizar lo dispuesto con el contenido de la Regla 54.1. Regla 61. Procedimientos especiales. Las adiciones reco mendadas persiguen Ia finalidad de impartir mayor claridad a la mencionada regla, ya que ésta no provee con suficiente cia ridad y certeza que las Reglas de Procedimiento Civil serán con sideradas como derecho procesal supletorio para todos los re cursos extraordjnarios. Regla 63. Dc la inhibición. El propósito de la enmienda es oue, en los casos de inhibición, se incluya también a un letrado que sea sobrino del juzgador, lo cual armoniza con lo resuelto en ValentIn v. Torres, en 1958, reportado en 80 Decisiones de Puerto Rico 463, 479. Regla 68.2. Sobre prórroga o reducción de términos. Las enmiendas proyectadas se contraen a proveer para que ci tribu nal, además de su potestad para, por justa causa, prorrogar términos, pueda también acortarlos por motivos adecuados, como Ia urgencia o premura en la aceleración del procedimiento. La referencia a las Reglas 53.2 y 53.5 tiene por objeto incluir ci término para apelar y su notificación entre los que no se puden prorrogar en modo alguno, a tenor con lo dispuesto en el ñltimo párrafo de la inclicada Regla 68.2. Regia. 69.1. Sobre la fianza y sus diversos requisitos. Se recornienda insertar al final de esta regla una disposición para que cuando inmuebles incritos en ci Registro sean descritos en una fianza, pueda ésta inscribirse en dicho Registro con efectos subsigui.mtes en cuanto a tercero. Es cierto que esta enmienda alterarIa la naturaleza estrictamente personal de Ia fianza a que se refiere Ia regla, pero la misma deja de proveer adecuada ga rantIa en lo tocante a los inmuebles que en la fianza se incluyan o se describan. Nada impide que el inmueble ofrecido en ga rantIa en una fianza, sea posteriormente enajenado sin que si quiera se entere de ello Ia parte acreedora. Y en ese caso per derIa asI todo su valor Ia fianza en cuanto a los inmuebles, res tando solamente la obligacion personal del fiador. Y ya que Ia Regla parece intentar proveer Ia garantIa de inmuebles es pecIficos, sus disposiciones, insuficientes para ese propósito, deben ser enmendadas en Ia forma indicada. Finalmnte, ante el carácter discrecional de los autos de re visión y certiorari, se recomienda que el Honorable Tribunal Supremo en su Reglamento especifique aquellas consideraciones que gobiernan la concesión de estos autos, tal como lo han hecho ci Supremo Federal y Ia Corte del Primer Circuito en sus res pectivos Reglamentos. Concluida esta exposición, creemos indicado reiterar que todo esfuerzo encaminado a fortalecer las reglas es acreedor a la re suelta cooperación de aquellos que de ellas se sirven para coad yuvar en Ia excelsa obra de Ia administración de justicia. Sin embargo, no intentamos insinuar que ci sistema procesal debe ser objeto de cambios continuos, porque también el arco que se estira más de su lImite se rompe. Debido a ello es que en nues tro informe el Comité se ha circunscrito a endosar aquellas me didas consideradas indispensables para el mejoramiento gene ral dcl trámite ante los tribunales. Y termino, Honorables jueces y compañeros, exteriorizando el reconocimiento de este Comité por Ia honrosa encomienda que esta Honorable Superioridad nos ha dispensado, posihilitando asI Ia humilde cooperación reseflada, en armonIa con los altos fines de la Conferencia Judicial. Muchas gracias. Sr. Juez Fresidente: Muchas gracias, compafiero Poventud por su magnIfica ponencia. Se abre a discusión el Informe del Comité de Procedimiento Civil. Aquellos compafleros que de seen expresar algunos criterios respecto a la ponencia o al In forme del Comité, o a las reglas propuestas como enmiendas. pueden manifestarlo para darles la oportunidad de hacerlo den tro del tiempo disponible... ,No hay petición de turno para discut r? Se da, entonces, por recibido el informe, la ponencia del Comité a través de su presidente el compañero Poventud, y pasaremos a considerar el Informe del Comité sobre Incapacidad Mental y Reclusion de Enajenados Mentales. La ponencia a car go de su presidente el compaflero Hiram R. Cancio. Antes de proceder a oir al compaflero Cancio, vamos a declarar un receso por el término de 10 minutos. (Receso) C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0s MENTALEs Sr. Juez Presidente: Continua Ia sesión de la maflana. Oire mos la ponencia del Presidente del Comité sobre Incapacidad Mental y Reclusion de Enajenados Mentales, el compaflero Hi- 76 jnim R. Caricio. pasar a la mesa. P0NENcIA A los miembros del Comité se les invita a Hon. Hiram R. Cancio: Sr. Juez Presidente y Sres. Jueces Asociados del Tribunal Supremo, Sres. Presidentes de los dis tintos Comités de esta Conferencia, compafieros y compafleras todos de Ia Conferencja Judicial de Puerto Rico: Aii.tes de comenzar a hacer an breve resumen del Informe quo raiicra nuestro Comité, cleseo ofrecer mis excusas perso nalas, más qu la$ dcl Com lé, nor LL thn;:a co ue se radic3 en SecretarIa nue;ro informs. Se. radicO solamenLe Un clia antes de la fecha en que habrIa de discutirse, es decir so radicó en ci cila ie ayor. La razéu porn esto faa In de quo con motivo del fallecimiento de nuestro querido y admirado Juez Don Jaime Sifre, hubo necesidad de hacer ciertos cambios en las presidencias de algunos comités; y no fue hasta muy tarde que so me designo Presidente de este Comité, con el agravante de que hube de hacer un viaje a los Estados Unidos que me mantuvo fuera de con tacto con el Comité durante 7 dIas. Be todos modos, trabajando en esta forma, hemos logrado hacer un Informe que, como habrán notaclo, tiene algunos errores de maquinilla, errores de oficina, y hay un error, inclusive, en Ia cita de un caso, el caso Durham, que se sefiala como un caso de Massachusetts cuando en realidad es un caso de un tribunal de circuito. En ci Informe que rindid este Comité en Ia pasada Confe rencia Judicial se dijo 10 siguiente, que queremos leer para ustedes: “Consciente de que no debe hacer recomendacjones con relación a iegislacion de naturaleza sustantiva, el Comité no ha dejado de considerar que ci Articulo 39, inciso 5, del Código Penal de Puerto Rico, relacionado con la falta de responsabili dad criminal de los lunáticos o locos, ha quedado rezagado a la tendencia moderna en cuanto al alcance de la locura como de fensa.” Al exponer esta idea, el Comité no entró en considera ciones ulteriores. El Comité este año continda considerando que este problema es más bien un probiema de naturaleza sustantiva y está cons ciente de que esta Conferencia está limitada en sus discusiones y en sus deliberaciones a problemas de naturaleza procesal. No obstante, el Comité debatió entre si largamente sobre Si debIa o no tratar este problema aquI y llego a Ia conclusion de que, por tratarse de un asunto tan estrechamente relacionado, tan entrelazado con lo procesal, y por Ia importancia gravIsima del COMITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0S MENTATES 77 problema, habrIa de discutirlo; y Jo hace a riesgo de Ia critica que pueda recibir de parte de los compafleros de Conferencia, crItica que si se hiciese seria perfectamente comprendida por el Comité. La regla actual sobre este problema es conocida de todos uste des. Pam sirnplificarla se puede resumir en la siguiente forma: Tiene o no tiene responsabilidad ante la ley una persona dependiendo de su capacidad para distinguir entre el bien y el mal al momento en que comete los actos que, de ser cometidos por una persona normal, constituyen delito? Esta regia, con sidera ci Comité y consideran innumerables autoridades, es una regla arcaica, atrasada y que no responde a las necesidades del presente. Ha habido varias jurisdicciones, tanto en estados de los Estados Unidos como en naciones extranjeras, que han abandonado esta regla para adoptar una u otra modalidad de reglas más modernas. El Comité en su Informe señala, por via de ejemplo y sin adoptarla, Ia regla que sugirió para Puerto Rico ci Profesor Donnelly. No adoptamos, ni remotamente, el procedimiento por éi sugerido. El resumen de la Regla propuesta por el Profesor Donnelly y que se funda, no en la capacidad para distinguir entre ci bien y ci mal, sino en algo mucho más extenso que eso, es ci siguiente: Si al tiempo de cometer el acto la persona que lo cometió tenIa una enfermedad o defecto mental y si tal enfermedad 0 defecto mental fue un factor sustancial del delito, esta persona no es responsable ante la icy. Tiene que haber, no solamente la enfermedad 0 ci defecto mental, sino que tiene que haber una relación de causa y efecto entre dicha enfermedad o defecto mental y la comisión del acto que de otra suerte constituirIa delito. Si no están presentes ambos factores, Ia persona es responsable ante Ia icy. Si ambos están presentes y hay esta relación dc causa y efecto, la persona no es responsable ante la Icy y entonces se Ic dará ci tratamiento que se requiera por las autoridades competentes. Vamos a leer para ustedes ci resumen que de esta teorIa hace ci Profesor Donnelly y que, como digo, no Jo adopta ci Comité como su regia. “Cuando ci acusado notifique su inten ción de ampararse en la defensa de falta de responsabilidad, se le someterá a un examen siquiátrico para clcterminar si padece de aiguna enfermcdad o defecto mental que lo exima de respon sabilidad o que lo descaiifique para ser procesado, debiendo el tribunal resolver la cuestión relativa a su capacidad mental CoMrrE PE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0S MENmiEs 78 79 P0NENCIA cuando ésta fueia levantada durante los procedimientos. Su responsabilidad deberá determinarse a base de tal informe si quitrico, pudiendo ci acusado designar su propio siquiatra. El procedimiento incluye Ia forma de presentar ci testimonio pen cial reiatjvo a Ia condicjón mental del acusado y establece ci efecto legal de iii absolución a base de defecto o enfermedad mental exirnente de responsabilidaci criminal, ordenándose su reclusion o proveyOndose para dane do aita 0 ponerlo en libertad condicional.” Finalmente, en este procedimiento para garantizarie sus (le rechos constjtucjonaies y estatutanios de carácter fundamental, so establece en el procedimiento de Donnelly Ia inadmisibilidad de sus dcclaraciones durante ci examen o tratamiento siquiátnico, las cuales solo podrdn utilizarse en reiación con ci incidente pare determinar su incapacidad mental, pero nunca para determinar su responsabilidad criminal. Como podrá observarse, este pro cedimiento va encaminado, independientemente de silo logra o no, a garantizar Ia inmediata protección de Ia sociedad y, a Ia vez, el derecho dci delincuente, del enfermo o del defectuoso mental, a recibir un tratamiento. Notarán que este párrafo que he leIdo comienza por sefialar que cuando el acusado notifique su intención de ampararse en Ia defensa de falta de responsabilidad, se le someterá a un examen siquiátnico. Es deem, parte de la base de que para que se Ic someta a un examen siquiátrico, es necesario quo el propio acusado sea quien se mueva y haga gestiones para que se Ic someta a dicho examen. Muchos comentarjstas y otras juris dicciones creen que no debe dejarse en manos del propio acu sado, quien puede estar tan mentalmente enfermo que ni siquiera ijuecla ocurrIrsele plantear su enfermedad como defensa, sino que debe haber alguna clase de intervención por parte del estado para que el enfermo obtenga, no solamente la protección de esta alegación como de oficio, sino que reciba luego su trata miento. Y las propuestas que se han hecho varIan desde Ia que pone en manos del fiscal o del juez el hacer Ia gestión de que se haga el examen siquiátrico previo al juicio, hasta extremos tales como el de que lo hace una cosa más bien mecánica, auto mática, por disposición de ley. El ejemplo de este extremo es ci de que, digamos, toda persona acusada de un delito grave o toda persona acusada por segunda o tercera o cuarta vez de un delito menos grave, sin quo nadie tenga que observar en él conducta alguna que sugiera siquiera su defecto mental, deberá ser sometida por obligaciOn do icy a un examen siquiátrico previo al juicio para quo entonces tenga ci tribunal ci beneficio de las conclusiones a quo lieguen los siquiatras. El Comité, en ci corto tiempo que tuvo para deliberar, no ilegó a una conclusiOn en definitiva sobre cuál es ci procedi miento quo mejor se ajusta a nuestros medios. Seflala, si, el principio do quo Ia actual regia os inadecuada y de quo una regia quo tenga mayor fiexibilidad, y donde pueda ci siquiatra ilegar a unas conclusiones mOs libremente, rena la recomendable. Creo que para Ia proxirna Conferencia, este Comité deberá tratar ci probiema en particular y liegan a una conclusion espe cIiica sobre qué teonia finalmente debe sen Ia que deba prevale cer en ci ánimo del Comité y, esnecificarnente, qué procodimiento dobe seguirse para satisfacer nuestras necesidades. El Comité reconoce quo, no importa cuOl teorIa sea la quo finalmente se adopte, dehemos apartarnos do ia teorIa actual, Ia quo so limita a Ia determinación do Ia capacidad del acusado de distinguir ontre ol bien y ci mal. Cualquier toorIa quo adoptemos, serâ mucho mar dificil la labor del siquiatra; y reconociondo quo en Puerto Rico existe un nOmero limitado do siquiatras, ci ComitO no sefiala conic Ia major rogia aquoiia quo exija Ia presencia constante dci siquiatra en nuestros tribunaies. Tene mos que atenernos a Ia realidad do que la cantidad de siquia tras con quo contamon en Puerto Rico es muy Iimitada y quo posiblemente, antes do adoptarse una regla do éstas, extremas, que roquiere Ia presencia do ostos profesionales con tanta fre cuencia, quizás debIa habor un penIodo intermedio methante ci cuai se fuese progi’esando hacia una regla quo nos pareciese la mejor, dependiondo do cuáles fuesen las circunstancias reales en Puerto Rico en un momento dado en ci futuro. Pasando a otro tema, quoremos deem quo nuestro Comité so reafirma en un proyocto quo sometiO a Ia pasada Conforencia sobre ci procedimiento para determinar Ia incapacidad mental. Dobo afiadir quo nuostro Comité somotió a la consideraeión dc esta Honorable Conferencia Judicial. durante su pasada sosión, ci proyecto para croar ci procedimionto para Ia detorminación de incapacidad mental y Ia reclusion do onajenados mentales en instituciones pare enfermos mentalos; pana dan facultad ai Secretanio do Salud pare quo rcglamonte todo lo concorniente ai cuidado, atención, alimentación y tratamionto de los enfermos mentales asI recluidos; y pana quo regiamento Ia admisión voluntaria do onfermos mentales on instituciones apropiadas. PONENcIA [ 1 Este proyecto, que ya está ante Ia Conferencia, fue considerado rluevamente por ci Comité. Y es este proyecto el que mantiene el Comité como sometido por él. Un problema que ha preocupado mucho a Ia opinion püblica de Puerto Rico, a todos los abogados, fiscales, •jueces—a m pe sonalmente me ha preocupado muchisimo—es ci problema do qué hacer en Puerto Rico con lOS enfermos mentales a quienes, por ausencia de facilidades adecuadas en nuestro medio, muchas veces los jueces se yen precisados a poner en Ia cárcel por creer que es Un mal menor el tener en la cárcel a una persona que donde realmente debe estar es en un sanatorio, que mantenerlo fuera, en Ia calle, donde puede crearle riesgos peores a la comu nidad. Sobre este aspecto el Secretario de Justicia se ha acer cado al Secretario de Salud; ha tenido con él varias conferen cias; se han hecho planes, algunos de los cuales se están lievando a cabo; y hoy dIa el Departamento de Salud está atendiendo muchos más casos de enfermos mentales de lo que creo yo jamás en su historia habla atendido. De hecho, creo que la labor realizada por el Departamento de Salud en los hospitales de siquiatrIa, principalmente el Hospital de SiquiatrIa de RIo Piedras, es una labor magnIfica, que ha abierto las puertas para dane tratamiento a un nümero mayor de enfermos menta les. Sin aumentar considerabiemente la planta fIsica y utili zando lo que liaman ellos “ci tratamiento ambulatonio”, han sacado del hospital a un ndmero de personas quo habIan per manecido allI durante aflos sin que recibieran rnás tratamiento oue el de tenerlos separados de Ia comunidad; y les están dando a éstos tratamiento amhulatorio, permitiendo el que otras per sonas que 51 requieren estar recluidas vayau a ocupar los puestos de éstos. Creo quo ci problema de reclusion, o, más bien, de no reclusion por falta de espacio, se ha reducido a un mInimo en Puerto Rico. Creo, sin embargo, que todavIa resta mucho por hacer y ol Comité cree que cleben crearse aun mâs facilidades de las existentes para atender esta situación. Finalmente, ci Cornité desea sefialar un problema aue ha surgido en ci ditimo aflo. Me refiero al problema de los casos por violación a las leyes de drogas. En el pasado, la violación a las byes de drogas se ha atendido tanto por las autonidades federales como por las autoridades estatales bajo la Ley Federal y bajo la Icy estatal. La jurisdicción ha sido concurrente en Ia inmensa mayorIa de los casos. La práctica que se seguIa era Ia de que, ayudadas las autoridades federales por Ia Division do C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL y RECLUSION DE ENAJENAPOS MENTALES 81 Investigacjones Especiales del iJepartamento de Hacienda de Puerto Rico, las acusaciones se solIan ilevar a Ia Corte de Dis trito de los Estados Unidos para Puerto Rico (a Ia Corte Fede ral) y alil so vela ci caso. Si ci Tribunal resolvIa finalmente quo ci acusado era culpable, la persona era enviada a una institución en los Estados Unidos, donde existen facilidades más que aclecuadas T3ara atender estos casos. Realmente, todos estamos conscientes do que éstos, más quo deiii-icuentes, son enfermoe que requieren tratamiento. Race varios moses, sin embargo, las autoridades federales ciecidieron no ejercer toda Ia jurisdicción que tienen, sino que decidjeron retirarse do parte de su jurisdicción y hoy dIa Ia inmensa mayoria de los casos tienen que verse en nuestro Tribunal Suierior. Entiende ci Comité quo esto, en cuanto al aspecto de ilevar ci caso a corte, y tramitanlo todo, en cuanto a bo judicial respecta, no ha surtido ningün efecto desfavorabje en la adminjstración de Ia justicia, aparte de haber recargado en aigo las fiscalIas y nuestros tribunales. Entiende, sin embargo, quo on cuanto al aspecto de qué hacer con ci delin cuente una vez hallado convicto, estamos enfrentándonos a un grave piobiema. No hay en Puerto Rico, y por ci momento no estábamos preparados para ello, instituciones capaces de dar tratamjento adecuado a estos enfermos, quo no otra coca son las personas que son adictas a drogas. Y ci Comité quiere re comendar que Ia Conferencia recomiende a su vez a las autori dades portinentes que creen estas instituciones (que se ha credo anteniormento quo roquieren unos especialistas extraordinanios, pero que realmente cuabquier siquiatra bueno puede entender en ello) para que tongamos en Puerto Rico ci procedimiento completo. No solamente deseamos Ia conyiccjón del acusado, sino el mandanlo adonde corresponde, no a una cancel, sino a un hospital donde reciba el tratamiento quo merocen estos enfermos. Y, aprovechando este tipo de facilidades, también so nodnia tratar ci caso de los alcohOiicos, que padecen de una enfermedad muy parecida. Este Comité considera que ci tra tamiento do los enfermos mentales realmente no es una cuestiOn do ia incumboncia directa do esta Conferencia pero también lo ye tan entrelazado con lo procesal que ha preferido hacer las recomendacjones. Como habrá podido advertirse do este breve resumen y do Ia lectura del Informe en sI, al hacer ci Informe, este Comité ha tenido en cuenta las niás modernas corrientes en matenia do pe 82 DiscisOa nologIa, ponderando el aspecto de la protección de Ia sociedad y del tratamiento del delincuente enfermo o defectuoso mental, por sobre el aspecto puramente penal. Consideramos que, en esta forma, el Cornité está haciendo una contribución mucho más eficaz y significativa al principio de Ia justicia integral, hacia cuyo logro todos laboramos. Muchas gracias. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Cancio. Se abre a discusión el Informe. La compaflera Cruz. Sra. Juez Oiga Cruz Jiménez: Señor Presidente y miembros (IC Ia Conferencia Judicial: El tema que acaba de exponer el Hon. Hiram Cancio as un tema que a ml me preocupa grandemente, y quiero poner en co riocimiento del Comité una práctica que en ci corto tiempo que lievo en la Judicatura yo, sin tener prácticamente nada en ley que me respaide, he estado estableciendo, ,vercTad? Yo he tenido una serie de casos de enfermos mentales que son cases extremos, que prácticamente han estado en Ia cárcel por espacio de 3, 4 ó 5 meses sin podérseles celebrar juicio. Ante esa situa ción se les seflala el caso en corte. Tuve u.n caso de u viejito cia casi más de 70 aflos de edad, que estaba recluido en la cared de Canóvarias. Cuando se le seflaló el caso y se llevó ci individuc a corte era una persona que sencillamente lo que padecla era de locura senil. Yo consulté ci caso con siquiatras competentes como ci Di’. Vaiderrábano, que es Subdirector del Departamento de Sjquatria del Hospital de Siquiatrla dc aedI. de San Juan : cain— bién consulté el caso con ci Dr. Fernández Marina y con otros cloctores competentes. Entonces consegul que al vieito lo ru cluyeran en el Hospital de Siquiatrla de San Juan. De Ia ma nera qua lo consegul fue de la siguiente: ExpedI una orden del tribunal diciendo que era una persona, un enferme mensi pe Ii!rroso, que no se podIa tener ni se podia celebrarle jui:in. En tonces, hablé personalmente con las personas cncarga a el hombre está actualmente en ci Hospital de SiquiatrIa. Por ese caso, qua no tenIa autoridad en icy ninguna qua me respalriai’a. el Hospital lo recluyó. Con ese caso, igual a ese caso, habla cuatro individuos más que están actualmente con una orden de este magistrado en el Hospital de Siquiatrla. 0 sea. foe una cosa extrema porque no se podIa hacer otra cosa con csta per sonas ni se poclian dejar en Ia. cared porque era on problema an a cared, ni se podIan soitar tampoco, ni se les podia celebrar juicio. Ante esa alternativa, con Ia cooperación de los siquia C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENADOS MENTALES S3 tras, logr eso. 0 sea, yo querla poner en conocimiento del Co mite, esa práctica para que en los estudios o en las recomen daciones que hicieran luego, pues, pudieran tener en cuenta Ia jurisdicción del Tribunal de Distrito para actuar en cases de esa naturaleza. Muchas gracias. Sr. Jvez Presidente: Muchas gracias, compañera Cruz. El cornpaflero Freyre. Sr. Jncz Raldonero Freyre: Yo veo, Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados y compafleros de Ia Conferencia, que prácticamente Ia recomendación dci Profesor Donnelly lo que hace es recapitular lo que es Ia doctrina del caso de Durham, en contradistinción con io que es Ia doctrina McNa.tten. que as Ia que tenemos en esta jurisdicción. La doctrina de Durham no ha podido crecer en Estados Unidos y está, ha sido rechazada en muchisimas jurisdicciones que reconocen que aunque la regla de MeNaJten no es lo que deberla ser, por Io menos ha recibiclo Ia prueba de aflos y de tiempos y que es una doctrina más eficaz que la doctrina establecida por Durham que está limitada a tal vez una o dos jurisdicciones en Estados Unidos. Ahora, aun cuando no se aceptase en su totalidad Ia reco mendación del Profesor Donnelly, hay aigo en ella que a mi juicio es muy importante, que debe meditarse seriamente y adop tarse, y es cuáI es el procedimiento que se va a seguir con una persona que es absuelta de un delito püblico y que ha alegado insanidad mental y que fue absuelta porque ci jurado determinó que era un enajenado mental a Ia fecha de Ia comisión del delito y se le absuelve? Como estamos hoy en Puerto Rico ese mdi viduo cc va a la calle porque ci tribunal no tiene medics cia gar con éi o. posteriori después que es absuelto par ci .1 Luao. y entonces ese ciudadano sale a la calle y es una amenaa poten cial pam In seguridad de personas. Veo que Ia iecomendaeoii del Sr. Donnelly dice: “Si tin acusado fuese enonerado a base cia ima ei;emniadaci o dafecto mental cue Ic enimiere cia reoon— saa:tlcdad, ci tribunal ordenará que sea recluido en man insttu— don adecuada para su custoclia, cuidado y tratamiento bajo Ia custoda del Secretario de Justicia”. Be modo que aun cuando se continde operando en Puerto Rico, Puerto Rico continc’ie abra zado a Ia doctrina MeNatten, que es Ia doctrina que establece si podia distinguir entre el bien y ci mal a Ia fecha de la comisiOn del delito, y ese ciudadano es absuelto por razón de locora, debe instrumentarse esta regla, esta norma de que absuelto nsf ci tn .1 Ii. 84 DiscuslON bunal tenga discreción, tenga autoridad para ordenar Ia reclusion de ese ciudadano en una institución para el tratamiento adecuado porque actualmente el tribunal no tiene esa facultad. En Cali fornia lo hay, pero es porque en California existe la alegación especial de inocencia por locura y antes de entrar a investigarse los hechos delictivos en si, se pasa por la cuestión de si estaba o no loco, Ia alegación ésta especial de locura, de insanidad men tal, y se constituye un jurado para resolver exciusivamente ese hecho. Y si ese jurado dictamina que estaba loco a la fecha de Ia comisión del delito, el tribunal puede constituir a ese mismo jurado para que determine si al mornento está todavIa pade ciendo de sus facultades mentales y constituye un peligro inmi nente para la comunidad y si ese jurado asI lo determina el ma gistrado tiene facultad para ordenar su ingreso en una institu ción mental. Pero en Puerto Rico estamos huérfanos de esa facultad del juez para determinarlos. Machas gi’acias. Sr. Juez Pres’idente: Gracias, compaflero Freyre. El Dr. Juan B. Soto puede hacer uso de cualquiera de los dos micrófonos. Lie. Juan B. Soto: Sr. Presidente, Sres. Jueces, señores miembros de la Conferencia: Yo lamento mucho que no conocIa que se iba a tratar, no sa bIa que se iba a tratar este tema especlfico esta maflana, y rea1mente debo confesar a ustedes que me presento sin ninguna pre paración especial para discutir el mismo o aportar alguna idea en relación con el Informe que el distinguido Secretario de Jus ticia se ha servido reridir. El tema especIfico me sorprendió esta mañana cuando, o me sorprendI esta mañana cuando el Secretario de Justicia me informó que iba a hacer éste de Ia res ponsabilidad podrIamos decir, criminal, o sea, Ia responsabilidad del delincuente ante Ia ley. Como se trata de un asunto que no es extraflo para ml puesto que casi todos los abogados que hay aqul, que han estudiado leyes en Ia Universidad de Puerto Rico cuando yo era profesor, probabiemente han visto un librito que escribi entonces en el cual yo trataba ya ese problerna de ifl Si cologIa anormal y Ia delincuencia, claro está, todavIa recuerdo algunas de estas cosas y quiero participar en esta discusión por entender que se trata de uno de los asuntos más graves a Ia vez que más importantes con que uede enfrentarse cuaIquier so ciedad en el mundo civilizado y con que viene enfrentándose de C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENAD0S MENTALES 85 una manera especial Ia sociedad puertorriquefla desde hace mucho tiempo, prácticamente siempre. Ya en el aflo 1930, alrededor de esa fecha, siendo yo senador, preocupado con esos mismos problemas, recuerdo que presenté un proyecto de ley cuando el Mariicomio estaha a iunto de ter minarse, para que se creara un puesto de siquiatra en ci Mani cornio no meramente para tratar a los pacientes de allI, sine con destino especial a auxiliar a los tribunales de justicia en el estudio de Ia responsabilidad criminal de aquellos inclividuos que eran Ilevados ante ellos para responder de su conducta de Ectiva. Y quiero felicitar ahora al pals, a pesar de lo atrasados que estamos en todas estas cosas, porque ya, después de 30 años, Ia cuestión se está ahora enfrentando directamente. Nada me nos que en una Conferencia Judicial ante el Tribunal Supremo de Puerto Rico, lo cual implica para ml no solamente un cambio de ideas ligero, sin trascendencia, sino un cambio profundo en nuestra actitud y en nuestra cultura, pues todos sabemos, desde luego, que estos cambios de cultura, el pensamiento scbre tocJo en materias de interés püblico, son muy lentos, requieren pro cesos may dilatados. Recuerdo que entonces. seflores—y perdónenme que haga estas manifestaciones—uno de los senadores más distinguidos que ha tenido Puerto Rico, escritor, hombre juicioso, macluro en su pensamiento, a quien le pedI que votara el proyecto que nunca paso, nunca fue aprobado, me contestó lo siguiente: “Don Juan, eso quiere decir que los criminales van a estar por la calie sueltos.” No habia comprendido ni pudo él comprender Ia trascendencia ni el fcndo cientIfico. filosófieo de Ia cuestiOn y, desde luego, siendo un Intimo amigo mb, no votó el prcyecto. Huelga decir, desde luego, que no obtuvo Ia mayorla necesaria para poderse convertir en ley, pero que está el proyecto ahI en los archivos del Senado. Dicho esto, que más bien parece una aIusión personal, que no Ia hago con otro propósito que ci de demostrar a ustedes, desde luego, el interés que tengo en estas cuestiones, y que he tenido siempre, voy a entrar ahora a considerar algunas de las cuestiones de los puntos relacionados con el Informe del distinguido Secretario de Justicia. En primer lugar, creo, desde luego, que lo que él propone es un paso de avance y que el enfoque y la actitud que parece pre dominar en su pensamiento es una actitud y un enfoque, una de las actitudes y enfoques de esta cuestión que más se acerca al espiritu cientlfico de nuestro tiempo al lidiar con problemas de I, 86 DI5cUsION esta clase. Para ml el problema de Ia criminalidad nunca, ni en Puerto Rico ni en los Estados Tjnidos, se ha tratado de una manera cientifica. Han abunclado en los Estados Unidos los cientIficos, los siquiatras, y los sicólogos, que lo han conside rado, desde luego, desde un punto de vista apropiado. pero son voces aisladas. Los hombres que están al frente de los gobier nos, aquelios que pueden hacer, no han querido nunca prestar atencióu especial y dar cuidadosa atención a un problema de esta naturaleza. No implica esto una crItica para nadie. Este es un fenómeno natural. Se trata de un criterio, se trata de que por siglos y siglos hernos venido aplicaudo un criterio erróneo. El criterio prevaleciente en nuestro Derecho Penal es el criterio clásico y antiguo de la responsahilidad del individuo porque él hace lo que quiere y no hace 10 que no quiere y porque el querer hacer o no hacer una cosa es algo que depende de él. Es lo quo los metaflsicos Ilaman “la libertad de indiferencia”, que él lo mismo pudo haber hecho esto, que haber hecho lo contra rio. Naturalmente, ése es un grave error que está hoy desechado por la ciencia, sobre todo por la ciencia misma, pues ya todos sabernos se ha ido comprendilendo y se ha ido sostemendo—no hace mucho se escribió un libro que alcanzó una yenta extraordinaria sobre eso p01 un famoso filósofo y profesor en los Estados Unidos—que nadie nace criminal. Aquella teorla de L’Arnbroso, del criminal nato, es un error, nadie nace criminal, y tampoco nadie nace bueno, como ro nace malo. Nosotros nacernos y nacemos con umi. estructui-a especial. Lo que somos depende después, principal mente, de los factores ambientales. Dc Ia misma manera que lo mismo podemos hablar espanoi que inglés, que ruso o japonés, Si ci ambiente en quo nos desarrollamos es espaflol, inglés, ruso o japonés. Nuestra conclucta seria igual a Ia do cualquier gcuos— ter, si hubiéramos nacido en una sociedad de gangsters, donde lo que prevaleciera fuera el espIritu de gangster, es decir, en que fuera ésa Ia cultura. Porque la cultura es la que hace a los hombres. Todo hombre es un producto de la cultura en el sentido antropológico, es decir, de las costumbres, de las prácticas, de las ideas, de las tradiciones, de las instituciones, do todo aquello que es capaz de influir en el curso del pensamiento y que entra como factor en Ia formación del individuo. (ouiT DL iL’fAPA(DDD MENTALY RLcLUSION DL ENAJENAD0S MENTALES 87 teniamos entonos, mcTaia;icu, somos enteramente libres. El nosotros que partIa de esta base, lo contrario. Hoy ya establecer a venido criterio cientIfico ha están fundadas en lo actuaciones nuestras sabernos que todas Es decir, Ia “cromosomos”. y “genes” que los biologos llanan cosa que la una esto es ya y investigado biologIa moderna ha de oscuela o colegio ailo de primer saben los muchachos de nos moderna hiologia la que digo, superior. Todos sabemos, lo sino ser, a vamos quo lo no ensetia quo nosotros heredamos, o genes, en su tiene hombre el quo podemos ser. Es decir, que los llaman se que lo hay crornosomos sea, vamos a dccir en sus genes, y cada gene es an factor de Ia conducta dcl hombre, es uno de los f.actores oue ic deterrainan y depende aue él sea un iadrón, quo hable ssnatiol o inglés. que se conduzca do ésta o de la otra manei’a. depende principailsimamente del ambiente en que se desarroilé. do las circunstancias culturales quo influyeron en la plasmación, en la determinación, en Ia formación de su espiritu y de 511 conducta. La teoria arjtigua, sobre quo están basados todos los cddigos penales, casi, hoy dIn, es Ia teoria coritraria. cue ci hombre es bueno o male, y es bueno porque quiere, o es malo norque quiere. Y eso no es asl. Vamos a ver shorn, entonces, qué relación guarda esto con los enunciados del lntorme del diJinguido Secretario do Justicia. En primer lugar, yo creo que partiendo do esas premisas, desde luego, yo debo decir, mi opinion es mucho más radical que Ia de éì. Yo creo quo ningdn delincuente es delincuente por que cluiere y que cualquiera de nosotros en un momento dado hace una cosa main, aquel que lo critica, si se hubiera encontrado en las mismas circunstancias exactamente quo ci delincuente, hubiera delinquido de la misma manera. Esto parece rnuy radi cal, pero de in misma manera que han pasado 30 ai’ios desde que ye empoc.i a exponel’ ideas de éstas en in Legisiatu’a pars que ci Gobierno do Puerto Rico erifrente valientemente el problema y lo plantee en ese niismo sentido, por lo menos acercándose, yo creo quo iiegarã un dia—que yo no veré, desde luego—y es una de las cosas que siento. rnorirme, entre oti’as cosas siento mo rirme, por esas, porque me gustaria ver cómo esas ideas liega ran un dIn a alcauzal’ pleno triunfo en Ia conciencia do todos los pueblos civiiizados, porque son ideas quo tienen quo marchar progresando al unísono con los procesos cuiturales, con los cambios cultui’aies quo han hecho, por ejemplo, en poco tiempo en Puerto Rico una cosa muy distinta de, vamos a decir, sobre El critoro. aquel criterio que 88 DISCUSION todo, de Ia Capital de Puerto Rico, una cosa muy distinta de lo que era cuando yo llegue a vivir aquI hace unos cuantos años. Para ml el Profesor, el informe del Profesor a que se refirjó el cornpafiero, sobre si el delito es que no debe aplicarse Ia teorIa de si uno sabe, podia distinguir entre el bien y el mal, si se de terrnjna que el defecto mental guarda una relación de causa y efecto con su actuacjón delictiva, es un enfoque intermedjo pero no correcto. Eso quiere decir, por ejemplo, que una persona que padece de piromanIa, que es una mania, como saben ustedes, de pegar fuego, y es una forma, desde luego, que se ha recono cido como una forma patologica en sicologla anormal y en si quiatrIa, que debe este sujeto, es un sujeto que debe ser tratado, claro está, porque eso es una manIa. Es corno si ése que hace eso, si se demuestra que cuando pegó fuego fue Ia causa deter minailte de so actuacjón eT hecho de haber en él un trastorno emocional o una SicosIs, una enfermedad mental que no le per mitla reacejonar correctamente, entonces es de aplicacjón Ia teorfa. Si no, no. Eso es on criterjo muy estrecho. Por lo menos quizás el Profesor no lo compaite. Sencillamente se da cuenta de que estarnos en on estado de nuestra cultura, de nuestra evolucjón social que todavja no permite avances muy rápidos y que las teorIas a veces parecen tal vez cosas hasta de locos a machas personas oue 110 alcanzan a comprenderlas Pero ése no es on enfoque correcto. Yo entienclo que el enfooue debe ser el siguiente_que no espero qua usedes lo rayon a adoptar porque creo que todavIa no estamos maduros para eso, es decir, qua todavia encontrarja mos una oposjcjón tremenda. Yo entiendo cue ninguna persona delinque, como dije. porque quiere, ciue toda COmisjófl delictiva, todo acto delictivo, es an acto impuesto a éi por las circunstan_ cias. Cualquiera persona que esté medianarnenfe enterada del movimjento sicológico ya preclorninante en todos los Estados Unidos y en Europa que se llama “la sicologia behaviorist” o sea, aquella que ensefia que las reacciones y los procesos sico lógicos son reaccjones que so manifjestai a] exterior o, en otra forma, quo nuesta conducta es Ia expresjón de esas reacciones, de esos procesos, sabe lo siguiente: toda persona que haya leido esto, desde luego, sabe si cree en esta sicologia, en Ia cual creen hoy todos los sicólogos del mundo y sobre todo de los Estados Unidos, porque es on enfoque cientlfjco basado en las teorIas fisiológicas de Pableau, de los reflejos condicionados_toda per sona, digo, que conozca esto sabe que Ia actuacjón de una persona CoMrrE PE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENADOS MENTALES 89 está determinada por estimulos y que esos estImulos como decIa Pableau y ésa es la ciencia a la cual tenemos que ir los abogados, —y siento no haber estado aquI ayer para discutir algo sobre de eso en relación con Ia enseñanza del abogado, porque yo también creo que el abogado debe estar versado en estos principios para poder enfocar debidamente los problemas con que tiene que lidiar en ci cuiso de su vida—toda persona, digo, quo entienda algo de esto sabe, desde luego, que las reacciones se condicionan. Todo el mundo sabe quo ol Profesor Pableau, el ruso, Ilegó a producir neurastenia en los perros y tuvo después que rnandarlos a las mentaflas para curarlos. Eso es uria cosa que está perfec tamente al aicance de todos. Esos principios cientificos, desde luego, nos ensenan a nosotros que toda actuación es determinada por aiguna circunstancia que puede pasar inadvertida y quo pasa muchas veces inadvetida porque forma parte de todo un sistema de ideas, do on proceso dilatado cultural que incluye las instituciones, como dije antes, además de la filosofia, Ia religion, el ambiente, los amigoc, Ia iglesia, los contactos sociales con que hayamos estado, nos hayamos puesto, es decir, los contactos sociales que hayamos tenido en nuestra vida. Ray una cosa quo pociria objetársemo en seguida, “j,de modo que usted cree que nadie es responsable”? Yo quiero decir, para si es que esto puede ayudar a enfocar a orientar el pensa miento cuando Ilegue Ia hora de legislar y hacer algo práctico n rolación con el problerna quo embarga nuostra atención en este instante. yo quiero decir quo no. que lo que pasa es que tonemos un concepto faiso de la responsabilidad. Nosotros tenemos el concopto de Ia responsabilidad quo quiere decir que todos respondomos de nuestras actuaciones. Eso es lo que quiere decir rosponsabilidad en ol sontido ético, ,verdad? Todos tone mos quo responder a alguien do nuestra conducta. Porfecta monte, pero si nosotros establocemos el criterio de quo todo delito os causado por una dotorn’iinación que en aquel momento quienquiera cue fuose ol dolincuonte no pudo hacer otra cosa, por oso no estamos ochando a un lado la responsabilidad. Por que la irnportancia del concepto do la rosponsabilidad dolictiva doscansa en la protocción do Ia sociedad. La sociedad no nos importarla. A ninguna persona intoligonte le importarIa mucho qué es lo quo quiore docir responsabilidad si esa persona estu viera convencida do quo eso concepto no tiene aplicación. Lo quo so ontienda por responsabilidad no tiene aplicaciOn y no tieiie trascendencia para Ia vida. Poro ése no os el caso. Cuando 90 CoI’TITE BE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION BE ENAJENAD0s nosotros cogemos un loco, a que se referla Ia segunda parte del Informe, y lo mandamos, lo recluimos, qué es lo que hace ese loco? Que es lo que es un loco? Pues, lo que aquI Ilamamos loco. será un sicópata, o un neurótjco, un neuropátjco, etc. (hay Ia mar de términos técnicos que más o menos vienen a significar Ia misma cosa con leves diferencias) lo mandamos al manicomjo o Jo recluimos, por qué? Porque nos perjudica, porque perju dica a la sociedad y Ia sociedad quiere curarlo y salvarse de él. Pues Non, a nadie se le ocurre decir que un loco que mató 0 asesjnó en la calle ahora es Ufl criminaL Ni a nadie se le ocurre invocar en seguida el concepto de Ia responsabjljdad Lo ñnico quo tenemos quo Nicer es cambiar ese concepto y pensar que Jo mismo se obtiene si nosotros estimamos que todo delincuente es una persona que por su educación, por una diversjdad inmensa de factores bajo las mismas circunstancias o sea, como dirIa un biólogo, o tin sicólogo, ante los mismos estIrriulos y situaciones volverla a hacer lo mismo. Entonces, .qué hay quo hacer con ése que Ilamamos delincuente? Por qué ]o Ilamarnos delin cuente? Para qué lo liamamos delincuente? ,Es necesarjo decir quo es responsable como dice Ia ley ahora, para pocler proteger a Ia socieclad? No, lo ünico que tenclrIamos que hacer es quo ese individuo se coloque, como se coloca al liamado loco furioso en un sitio aparte, se aisle y se trate para ver Si se puecje reducar, si se puede devolver después a Ia socieclad un hombre sano. capaz de conducirse, de convivir sin los peligros que de otra manera entraña su conducta. El prohiema para ml es sencillo, tal vez será dehido a mi incompetencia, pero siempre lo he visto como una cosa sencilla, quo solamene requiere un poco do pensamiento critico, de medtacjón aIrededo , do meditacjón ilustrada con un 1 poco de conoejrnjeito bâaicn. descie luego, de sicologIa, siquiatrja, bio logIa y estas cencias que tienon quo ver con estos asuntos, siempre lo he visto como una cuostiOn sencjllisjma “Que Fulano do Tal mató. Pues es un asesino y hay quo despre ciarlo” y todos nos rebolamos. Todavla hay quien invoca la teoria aquella do Ia vindjcta pOblica, tooria desechada. desde luego, ya en lea altos centt’os de civilizacjón La vindicta, hay que reivindjcar, hay quo vindicar a Ia sociedad contra esta mancha, contra oste grave mal que le ha hecho un individuo. Por qué? Si esa persona quo escribe asI hubiera estado en Ia misma situación, so huhiera criado en ci mismo ambiente, hu biera tenido más o menos las mismas lecturas, hubiera tenido ft * MENTALEs 91 la misma religion, los ruismos padres, Ia misma situacjón que aquél tuvo, ,podria decirse que ése quo escribe de esa manera no hubiera actuado como éi? Pues si actuó asi, qué es lo que se hace, qué es lo que se harla con ese individuo si por casua lidad su grado de deterioro mental, sus reacciones siquicas fue ran de tal naturaleza que lo hubieran lievado a cometer el mis mo acto? ,Qué harIamos con él? Pues, todos nos compade ceriamos. “El pobre hombre, mató a otro”. Entonces nos compadecemos de los dos, y este individuo es conducido al hos pital adoncle los medicos, es tratado, y desde luego, nadie piensa que es un criminal. Pero la sociedad se ha protegido. De modo quo lo que pasa con ci Derecho Penal en este sell tido es eso, que todavIa estamos nosotros elaborando conclusiones o deduciendo conclusiones de conceptos arcaicos, conceptos me dievales, el concepto aquel de Ia libertad dc indiferencia, del libre albedrio, y do otras cosas que no existen en realidad per que cada momento de la vida, aun en nuestra propia conducta, observamos quo no se realizan, porque nosotros mismos pro hablernente, por lo menos ye, muchas veces he hecho alguna cosa, me he sentido movido a hacer alguna cosa y la he hecho, y despuCs he pensado, “Caramba, no he debido hacerlo.” 2,Por qué no he debido hacerlo? Y hasta he tenido que ir a dar una excusa a un amigo a quien he creido que no he tratado con la debida deferencia y con la debida consideración que merece. El concopto metafisico debe distinguirse, señores, en el enfoque de esta cuestiOn. No habiá Derecho Penal cientlfico a mi juicio nunca, si flO se abandona el concepto rnetafisico y se aplica el concepto cientifico do Ia coaducta hurnana. Y ci concepto me tafisico, cNro, es un concepto iOgico, un concepto distino que se basa, no en Ia exneriencia do cada uno, ni en ci conocimiento personal do ios demás, sine en cosas, nociones. quo muchas ye ces so han transmitido a través eTc los siglos y quo, desde luego, ahora so dan de cachetes con estos nuevos movimientos do Ia ciencia poitiva quo so Va tornanclo hacia ci hombre, lo va cono ciendo y va determinaudo cOmo es que ci hombre se produce en cada memento do su vida y per qué se produce asI. Ye pido perddn per haber dicho tantas cosas, pero come no tengo, casi nunca tengo opertumidad, porque todo el mundo se olvida do mi, estoy vieje ya y, desde luego, los vi.ejos tenemos ese privilegio do que so olviden do nosotros y nos dejen quietos y a veces tenemos nosotros ciue adoptar la actitud intrépida de presontarnos alil donde no nos han Ilamado, pues, allI estamos, l 92 DTscusION porque algunos, como yo, no pueden vivir sin esas ideas, ela borando esas cosas toda la vida y después, desde luego, hay algo quo quiere en ml, que pide, que reclama, que impone, que yo las diga por si acaso pueden ayuclar a las generaciones fu turas, porque creo, como due arites, que estas ideas no se rca iizarán par ahora, porque la sociedad, ni aqul ni en los Estados Uniclo:. porqne yo quiero deciries a ustedes que allá es Ia misma cosa, allá. cuando se adoptó lo que hoy ya tenemos aqul, ci sistema de la libertad bajo palabra. hobo jueces que se ne garon a cumplir la iey. Yo he ieIclo eso desde hace mucho tiempo. porque hace muchos ailos quo vengo suserito a las re vistas americanas. desde hace mets do 30 aflos. revistas ame ricanas que tratan de estos problemas y yo he leIdo esas en ticas. Entonces, ann los jueces en aquella época so oponlan con tal tenacidad que se negaron a cumplir la ley porque crelan que eso era una cosa horrible. Hoy dia, eso ha cambiado, na turalmente, y la actitud allá es muy distinta. Pero no es todo lo liberal y todo 10 franca y todo lo cientIfica que debiera serb, porque no ha podido serb, naturalmente, coma digo a ustedes, porque los cambios profundos de pensamiento y de actituci men tal del hombre, están influidos par una serie de tradiciones car gadas de emoción, no cambian sencillamente, toman mucho tiempo, mucha meditación, mucho esfuerzo, y hasta mucha lu cha con nuestra propia conciencia. Es decir, con la conciencia que también es un producto cultural que nos formaron nuestros antepasados. Muchas gracias. . . . Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, Dr. Soto. Estoy Se guro de que la Conferencja está muy satisfecha de haberle oldo a usted en su ilustrado e interesante comentario, y Ia Conferen cia, coma continuará en próximas sesiones plenarias, le pide que participe en Ia discusión do aquellop temas que le interesen. Muchas gracias, Dr. Soto. El Secretario de Justicia deseaba... Hon. Hiram R. Cancio: Solamente deseo hacer dos breves comentarjos. Uno, a las palabras de nuestro quenido Profesor don Juan B. Soto. Aun cuando estas teorlas tan modernas que nos expresa el Dr. Soto son interesantisimas, el Comité no llegó a esos extremos par considerar, como dice ci propio don Juan, quo nuestra sociedad no está preparada para ellas. No está preparada no solamente en cuanto a poder aceptarlas 0 110 acep tarlas, sino que no está preparada en cuanto a poder dar el C0MITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y RECLUSION DE ENAJENADOs MENmLES 93 tratarniento adecuado una vez que se descubra que todas las personas quo cometen delitos son enfermos, de suerte que ate niéndoso a la realidad presente nuestro Comité ha hecho esta recomendación que es mucho más liberal que Ia actual, pero que no liega a los extremos radicales de la de don Juan. Y en cuanto al comentario del Juez Freyre, deseo señalar quo ofectivamonte ci Comité también pensó en qué deberIa ha cerse con una persona acusada que es absuelta, por considerarse que está demente, y no hizo recomendación alguna a este ies pecto par varias razones: la primera es que el año pasado hizo una rocomendación. La segunda es que en las Reglas de Pro cedimiento Criminal para el Tribunal General de Justicia, que aprobó este Honorable Tribunal y que sometió a la Legislatura en enero pasado, se cubre la situación por la Regla 241: Acu sado a.bsueito par iocura Procedirnieito pam juzgar capacidañ Freyre, mental, en una forma similar a la que 293 ArtIculo en el igente, y además que actualmente, en la by 823 sección es la que del Código do Enjuiciamiento Criminal, cubre 34, se TItubo de las Leyes d Puerto Rico Anotadas, del tarnhién Ia situación aunque en forma somera, cuancbo se dice “Si el jurado pronunciare un veredicto absolutorio fundado en la demencia del acusado, podrá ci tribunal ordenar Ia forma ción do un jurado do entre los que constituyen la lista de jurados con objeto de averiguar Si ci acusado continua demente”. Luogo tiene otras oraciones que omito, y termina diciendo “Si ci jurado juzgaro estar loco ci acusado, so le onviará a un asilo, pero Si lo conceptuase en su cabal juicio, so le pondrâ en libertad”. Esto es 01 ültimo comentanio quo tengo que hacer, y muchas graciaS. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, señor Secretario de Justicia. , Aigñn otro compafloro en ol poco tiempo que nos res ta do la mañana desea hacor alguna observación o comentario? El Juez Acosta. Sr. Juez José Benito Acosta: Sr. Presidente, Sres. Jueces Asociados, compafieros de la Conferencia Judicial: Coincido con los fundamentos expuostos par ci Hon. Secre tanio do Justicia en ci aspecto sustantivo y también en las re comendacionos quo hace en cuanto al procedimionto para re cluir los onajenados montabos que tienen problemas con Ia justicia. Como juez do distnito he tenido algunas experiencias y considero quo coma so ha dicho aqui ci problema quo so plan- I 94 DIscuslON tea es sumamente grave por las iflCoflveniencias Coil Clue se ‘eon fronta nuostro Gohierno y por las inconveniencias con que no confrontarnos los propios jueces quo en nuestras respectivas Salas tenemos quo afrontar probiemas de locos o enfrrrnos rcaen tales, mejor dicho. Bajo Ia prosunei6n de coiclura nos hemos vjsto obligsdos a ignorar ci procenn11ei!to establecido sobre locura lieligrosa en i1uesti’o cOdiso v usar Loceci1rn1entos rnds apido, poraue estarnos conscient es——v creo quc cuanclo digo esto interpseso ci sentir do los cornpaferos tueccs do Dislrito—de quo ci probe climiento esCai.ilecIdo sobre locura peligrosa resuita actualineute obsoleto e jmpracticabie poicue recluiere Ia presencia do liscales en Sala, cosa quo icinas quo ci flOS atuviéramos estrictamente a ccc prucedirnieptu vIejo y arcaico establecido, redundaria tarn en un prohierna para ci Tribunal Superior que tarnbién cahen tame escasez de fiscalee. Es cigniticativo ci hecho de quo tengamoo qu ectar muchas veces utilizando las ctrceIes corno una proiongaciófi del hospital (10 3iquiatria. En tiendo que ha habido falta de orientación en cuarito a la cornu nidad porque con frecueneja cc presentan ciudadanoc ante no sotros simplemente a informarnos quo en tai o cual sitio hay una persona que está padeciendo de sus facultades mentales y que eilos piensan que constituye una amenaza para Ia seguridad do Ia coinunidaci. Ante esa situación todos sabemos que ci pro blerna no es para plantedrselo a un magistrado y ci a un me dico. Entendernos que no ha hahido la debida coorclinacidn n tre ci Departarnento do Saiud y ci Tribunal General de Tusticia en ese aspecto. fiche orientarse a la cornunidad de manera quo cuando una persona quo no ha cometido ningün clelito pero quo está obsorvanclo ya una conclucta quo pudiéramos decir violenta, que en aiguna forrna pueda constituir una amenaza para la so cieclad, que debe acudii’ per ejemplo a una unidad de salud pü blica a hacer ci planteamiento y quo esa uniciad de saiud pdblica debe estar debidarnente preparada para atender ccc caso y no esperar quo esta persona cometa un delito para entonces lie varlo ante nosotros y como una medida preventiva tenor quo ordenar su ingreso en la cared acusándosele de cualquier delito, bien sea acometjrnjeiyto o alterar Ia paz. Y sabemos también por experiencia quo muchos famihares una vez quo gestionan y Consiguen quo un juez encarcele a an pariente on una cared luego se olvidan de éi porque creen haber rosuelto ci prohiema. C0IVIITE DE INCAPACIDAD MENTAL Y REcLusION DE ENAJENAD0S MENTALES Es 95 pensar que teniendo una Concttu— Ia que tiene ei Estado Libre Acociado de Puerto Rico. que en su Carta do Derechos comienza dcienclo que Ia dignidad del ser humano es inviolable. tengamos entonces a los en fermoc mdntales recluidos en las cu’celes cuando debioran estar en an ho pital die siquiatria o en alguna ictitución adocuada. Sabernos iarnbién que espoeiblo que ci ‘c hiciera una. inveeti— gación adecuada eor ci Departarnent: do Salud en el Hospital de Siquiat’ia encontrarIarnos que allI hay muchos locus enyos casos con, podriarnos decir, de naturaleza crónica y quo estin en an estado que quizás ci se les pone on la calie no constituycil peligro pam In socieclad porque no reilejan actitud do pciigro sidad alguna. Miontras esos paciontes estân per machoe afios en ci Hospital do SiquiatrIa ocupando ci citio, nos toparnos con casos do sicosis aguda corno Ic unman lo medicos, do perconas quo tai TdZ si reciben ci tmatarniento adecuado en dl niomento nocesario ijodIan ser rehabilitados y curados. Entoncos tenemos realmente paradOjico ción come oi caso de que Cs posibie quo haya muchos de estos casos en el Manicomio a Hospital de Siquiatria quo están quitándole ci do recho 0 la oportunidad a estas porsonas de ser atondidas. Creo quo dobe plantearse ci probiema con toda urgoncia al Dopar tamento do Salud y ver de qué manera se establoce la necesaria prolongación. Vuelvo a repetir que ei procedimiento do locura peligrosa en nuostros Códigos es arcaico, obsoleto e impracticable on las actuaies circunstancias debido a nuostra ostructura misma en la administración do la justicia y dobido tamhién a Ia falta de facilidados. Por ejemplo, todavIa se habia en oste proco dimiento a quo he hocho reforencia de hospitalillos municipales para encarcelar a los locos. Entiendo que esos hospitalillos so rIan mejor quo las cárceios, poro j,qué sucede? Quo aigunos municipios do Ia Isla quo tienon recursos suficiontes y han to nido Ia disposición de hacorio, se han topado con quo las byes y reglamentos do Pianificación y también las normas ostable— cidas por el Departamonto do Salud, les impiden hacer osos hospitalillos porque les oxigen ciertos requisitos también que sorIan impracticables, los oxigen quo ose hospitaliilo tenga un siquiatra, coca quo sabemos que es imposiblo por Ia escasoz do oste tipo do profesional do que padecemos y finalmente quiero terminar estas breves observaciones pidiendo que se debe tomar on cuenta osta situación y afrontar ci prohiema con toda ur goncia. Muchas gracias. PONENcIA C0MITE DE REF0RMAs AL SIsTEMA JuDIcIAL Sr. Jue Presidente: Muchas gracias, Juez Acosta. Siendo las 12 del mediodIa y no habiendo expresado ningñn otro corn paflero su interés en hablar, levantamos Ia sesión para conti nuarla a las 2 de la tarde en punto. Ia matoria, pero si que permitiese a aquellos compañeros quo quisiesen expresarse por escrito, añadiendo puntos de vista y sugestionos al anteproyecto nuestro que asI pudiesen hacerlo. Es nuestro interés, si asI el Tribunal lo solicita, proce der más tarcie a radicar nuestro informe final y el borrador final de Reglamento para consideraciOn del Hon. Tribunal Su promo. En el curso de este proyecto nos encontramos con una serie de temas. los cuales quisiera reseflar rápidamente ante ustedes. El primer nroblema y uno de los probiernas principales con quo se enfrentaria Ia redacción del Reglamento es Ia naturaleza de las salas. Van a ser estas salas unos organismos fijos. permanentes o va a haber laxitud en su fozana de organ zarse, su CornposiciOn, etc.? Generalmente en los paIses de derecho civil, Espafla, Francia, la mayorIa de los paIses en Latinoarné rica, se ha seguido eI sistema de salas permanentes, donde, por ejemplo, so divide el tribunal de dltima instancia, digamos, en una o rnás salas de io civil. en una o más salas de lo criminal, salas de lo contencioso administrativo, y a veces salas do lo oeial. Nosotros consideramos quo en el caso de Puerto Rico quizás sea preferible el sistema de salas no permanentes, siguiendo más bien los precedentes de las Cortes de Apelaciones de Circuito y si guiendo eI precedente también especIficamente de la Corte dc Apelacionos do Inglaterra. AhI so pormite en estos sitios una gran laxitud en cuanto al tipo de asuntos que so puedan referir. Puedo utilizarso asI el instrumento do Ia division en salas en forma que so ajusto a las necesidades especificas do una situa cion dentro de un sistema dado de administración judicial. A nuestro entender nos parece quo en vista de Ia congestion do los calendarios y en vista do las motivaciones básicas quo han lie-. vado a cabo, han motivado Ia aprobación do Ia enmienda cons titucional, debiese seguirso un sistema do salas no permanen tes. En Estados Unidos ol ñnico estado quo siguo el sistema de salas permanentes es Misuri. En todas las otras jurisdic ciones donde existe el sistema do divisiones en salas no so utiliza la sala permanente o fija. Un segundo orden de problema es aquel relativo al nümero de salas. En nuestro caso tarnbién entendemos que no se debe precisar por reglamento el nümoro do salas. Una de las razo nes serIa que no sabemos cuál serIa la composición final del Tribunal Suprerno, no sabornos si el Tribunal Supremo decidirá solicitar un aurnento en el nümero de magistrados, quo si 06 (Sesión de la tarde) C0MITE DR REF0RMAS AL SIsTEMA JUDICIAL Sr. Juez Presidente: Continda Ia sesión de trabajo de la Conferencia. Antes de proceder a oir la ponencia sobre el Informe del Comité de Reformas al Sistema Judicial, deseo indicar a los Iniembros de la Conferencia que tenemos en la Agenda los informes dp tres comités y además deseo recordarles que el acto social quo el Tribunal ofrece en honor a los miembros de la Conferencia se celebrará esta noche en ci Salon y en los jardines San Gerónimo del Hotel Caribe Hilton. El aeto es informal e incluye a las esposas. Procederernos ahora a oir al cornpañero TrIas Monge en Ia ponencia de su Comité. Compa nero Trias Monge. Los miembros del Cornité pueden oeupar Ia mesa destinada a los comités. Lie. José A. Trios Monge: Sr. Juez Presidento, Sros. Jueces Asociados, Sr. Presidente del Cornité Directivo de la Conferen cia, compañeros de Comité, miembros e invitados de la Confe rencia: Aprobada la reciente enmienda constitucional que permite la division en salas del Tribunal Supromo y el funcionamiento por mayorIa, no solamente del pleno sino también de las salas, de la emisión de decisiones, se hace necesaria Ia aprobación de un reglamento que instrurnento esta disposición constitucionaL A petición del Hon. Tribunal Supromo el Comité de Reformag al Sistema Judicial ha sometido un borrador de este proyecto ante Ia consideración de esta Conferoncia. El anteproyecto es de naturaleza tentativa y preliminar y es nuestro interés prin cipal al someterlo el que sirva más bien do temario para encauzar Ia discusión, bien sea Ia discusión oral que pueda seguir a esta ponencia inicial, o solicitarIamos tarnbién del Tribunal Supremo Si pudiese permitir un perIodo que necesariamente tendrIa que ser corto, de dIas, ciertamente, en vista de la urgencia de 97 98 P0NEN CIA se aumentarIa, digamos, a nueve, pues, perrnitirIa tres salas de tres dentro del requisito constitucional. Actualmente, pues, podrian constituirse 2. Pero nos parece preferible el permitir un sistema lo más flexible posible en cuanto de esta manera no necesariamente habrIa que funcionar las salas en forma simul tánea, sino que bien puede entenderse en un momento dado que serIa preferible que una sala funcionase primero, mientras los otros magistrados pueden estar resolviendo asuntos pendientes, o ambas pueden funcionar a Ia vez, segiin las necesidades del servicio asI lo exigen, y estamos recomendando, por lo tanto, flexibilidad en cuanto a este segundo asunto también. Otra tercera zona de problemas que es una de las más im portantes es la relativa a la organización y composición de las salas. ,Cómo se organizan? ,Cuáles jueces van a servir en ellas? ,Quién determina el juez o los jueces que van a corn ioner estas salas? Nosotros en el Comité consideramos una serie de alternativas basadas en los distintos precedentes a nuestra mano. Una de las alternativas que consideramos—de hecho redactamos un borrador do proyecto a base de esta alter nativa, que luego no contó con la rnayoria del Comité y luego nos convencirnos odos y ci proyecto actual es por unanimidad del Comité—la alternativa aue considerarnos y oue ilegamos a redactar fue Ia relativa a Ia creación do una sala de gobierno. Una sala de gobierno que fuese la encargada de asignar los jueces. SerIa la sala de gobierno Ia que harIa la decision de cuá los jueces comporidrIan cuáles salas. OrganizarIa tamhién las s-a Iss en cuanto al término de duraciOn do las salas. También fij aria el término de servicio dc los jueces en las salas. Hahiamos pensado—y ci precedente obvio que todos recordarán es ci de Espafla—habIamos pensado cii cuanto a una sala de tres jueces quizás, el Juez Presidente y dos Jueces Asociados que podrIan designarse por reglarnento, tales digamos como el juez con más aflos de servicio o los dos jueces con más aflos de servicie o el juez de más antiguedad en el servicio y el juez de nombramiento rnás reciente. Varias alternativas eran posibles. La otra alterna tiva reconocida en los precedentes de organización de salas es, del otro lado, Ia que Ic reconoce esa facultad al Juez Presidente y tenemos como precedentes en ese campo los estados, entre otros, de Alabama, California, Colorado, Georgia, Oregon, Washing ton, y otros. Nos pareciO ciertamente, aparte de las razones constitucionales que son de grave peso, ya que nuestra Cons ci tución especificamente encornienda al Juez Presidente Ia admi CoIIT DI RFoRI1As AL SIsTEMA JuDIcI 99 nistracion de la justicia y de los tribunales en Puerto Rico, aparte de las consideraciones constitucionales que nos parecia mejor un sistema de responsabilidad centralizada en ci Juez Presidente y también un sistema que liberase a otros magistra dos para continuar en ci trabajo de las salas, nos pareciO que la estructuración de la sala de gobierno quizás podrIa tender a gravar a muchos miembros dcl Tribunal con trabajo, y que podria debilitarse ci impacto posible a esta enmienda constitu cional en nuestro sistema. En cuanto a la duración de las salas, del otro lado, hemos recomendado que al fijarlas ci Juez Presidente ci reglamento le dana Ia rnás plena laxitud—corno creemos que debe ser. Debe ser también flexible ci término pero nos parece dentro de los precedentes estudiados, que no debe ser muy largo, precisa mente para evitar ci problema de Ia permanencia de las salas también. 0 sea, consideramos que en vez de salas especializa das quizás sea preferible jueces como al presente que tienen Ia oportunidad de enfrentarse y enfocar todos los diversos, Ia rica variedad de problemas, todos los diversos problemas que se presentan ante ci Tribunal Supremo. La duración de las salas, por lo tanto, lo mâs flexible posible y su nürnero. En este caso también ci precedente rnás conocido es ci de Ia Corte de Apela ciones do Inglaterra. La Corte de Apelaciones se compone, corno ustedes recuerdan, de nueve jueces, pero en vez de toner tres salas funcionando continuarncntc, pues, tienen Onicamente dos o a veccs una, o a veces las tres, pero con gran flexibilidad y nombradas en esta manera que les he indicado. En cuanto al término do servicio tarnbién por las razoncs indicadas, nos parece quc se debe tambin rotar en lo posible y con la mayor frecuencia posibic a los miembros do estas salas. En ci caso de Florida, por ejemplo, cada dos aflos cambia Ia composiciOn do las salas. El caso do Georgia es anual y ci caso de Oregon, es muy unteresante, en cuanto a que cambia frecuen temcnte pero sin un término fijo, scgdn las nccesidades dci servicio asI lo cxii an. Una cuarta zona de probiemas es Ia relativa entonces a Ia distribución del trabajo. Organizadas las salas, cdmo es que se distribuye ci trabajo? Qué casos van a qué salas? Qué principios se sigucn para distribuir ei trabajo? Nos parece nucvarnente quo debe ser ci Juez Presidente ci que asigne no solamcnte como asigna ya los jucces, como ya hemos discutido, sino también los casos a las distintas salas, siguiendo los prece 100 PONENCJA C0MI’rE DE REFoRr’1As AL SIsTEMA JuDIcIAi dentes también de California y de Washington. En esta ma nera yo creo que se puede, el Comité entiende que se podria distribuir ci trabajo con más atención a las necesidades especI ficas del momento y no siguiendo un sistema automático, mc cánico. de distribución. En Florida, en cambio, una altei’nativa que habIamos discutido y que por las razones ya mencionadas, pues, hahIamos descartado preliminarmente, el sistema es auto mático. Simplemente allI hay dos salas. Los casos se asignan, los pares a una sala y los nones a otra sala, y eso es todo. Con sideramos quizás preferible no dejarlo al azar y una sala puede estar recargada en un momento dado y nos parece que debe haber flexibilidad. El orden de casos puede agolparse, cierta naturaleza, asuntos inicialmente que pueden scm de más impor tancia, que exijan más estudio que otros, el azar no necesaria mente, me parece a rní, podrIa permitir una distribución lo suficientemente equitativa y eficiente. Otra serie de problemas que estudió ci Comité es la relativa al gobiemno intemno de las salas. En cuanto al gobierno interno de las salas estamos recomendando a ustedes y al Tribunal, del pleno. Bueno, tanto sobre este aspecto de las mociones de reconsidcración como sobre ci probiema de distribución dcl tra bajo dcl pleno que plantea, consideramos que ci Juez Presidente debe distribuir ci trabajo inicialmente entre ci pieno y las salas, segün distribuye entre las salas. Ahora bien, que puede considerarse otra serie de regias aiternativas, Si 110 para el mo mento inmediato para un futuro. Una de las posibilidades i presenta uno de los circuitos, por ejemplo, ci Tercer Circuito donde se circula una opinion de una sala, antes de emitirse, y— ci Tercer Circuito se compone de siete jueces, y Ia sala de tres —los otros cuatro que no participaron en Ia decision tienen 1t oportunidad de expresarse sobre si debe o no ir al pleno ci pro blema. 0 sea, lo que tienen que decidir no es si ci caso está bien o mal decidido, sino si debe o no ir al pieno. Consideramos ese sistema y otros pero nos parcció en cuanto a ciio de nuevo en vista de Ia cmergcncia con que se enfrcnta nuestra profesión, nuestra comunidad, nuestro Tribunal en este momento, quc no serIa aconsejable, quedando, naturalmente en libertad ci regia rncnto en cualquicr morncnto para scr susceptible de enmiendas. Otros problemas, para terminar, considerados, pues, fueron la aplicabilidad de otras regias, de regiamentos, si era nccesario haccr ajustes a elias en cuanto a Ia decision en salas. El problema finaimente del carácter de estas reglas. A nuestro juicio nos parece que debe hacerse con toda ciaridad, expresarse con toda claridad, quc estas reglas no sentarIan principios de carácter constitucional o normativos, para evitar lo quc ha ocurrido en tantas otras jurisdicciones donde se ha pianteado ese problema de si una sala decidió ci caso que le debIa tocar o no o silo decidió dcntro dci término que se le habIa fijado 0 no, pues, que no haya probicma posibie de competencia o juris dicción y éste cicrtamentc es ci espIritu dc nuestro sistema judicial unificado de todos modos. Para terminar quiero expresar que Ia fiiosofIa general que nos parece que debe animar este reglamento, segün habrá sido obvio de lo dicho hasta ahora, es una que haga de csta en mienda constitucional recientemente aprobada que fue como sabemos, piles, un acto cxtremadamente importante para este Comité tomar y un paso de emergencia, ci que haga cstas re glas, esta enmienda constitucionai lo más efectivas posibles com patibles siempre, por supuesto, con ia buena impartición de Ia justicia. primero en cuanto a presidencia, naturalmente que presida ci juez de más antiguedad en cada sala y entonces establezca reglas de gobierno interno. A menos que ci Juez Presidente por su puesto actüe en una de las salas en cuyo caso, pues, él presidirá. Recomendamos también— y éste es UflO de los puntos más delicados de esa reglamentacjon_rccornend 05 la actuación por mayorIa de las salas. Estuvimos hablando largamente ci Comité de la posibilidad de acción unánime, pero recordamos las vistas ante Ia Asamblea Legislativa, recordamos que esta alternatjva fue objeto de consideración especIfica por Ia Asarn blea Legislativa; no fue adoptada, y nos parece que para hacer verdaderamente eficiente ci sistema necesariamente, pues, habrIa que actuar por mayorIa de las salas y quc ése de hecho es el espIritu de Ia enmienda constitucional. También ci problema de las mociones de reconsideración presenta otros aspectos importantes a determinar. Cómo se manejan; quién considera las mociones de reconsideración. En algunos casos, en algunos estados, se dispone, por ejemplo, en TenesI, que ci pleno se reune exciusivamente para fines de con siderar mociones de reconsideración. En otros casos se espe cifica que de existir ya—esto no es reconsideracjón, pero conec tada con la reconsideracjón— de existir una disidcncja en una sala, pues, que automáticamcnte pase ci caso a Ia consideracjón 101 I 102 P0NENcIA Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compafierc Trias Monge. Se abre a discusión el Informe. Como indiqué anterior mente, sobre todo en vista de Ia indicación dcl Presidente del Co mite, de que éste está presto a considerar cualesquiera otras sugetiones que puedan haceise en ci clIa de hoy para i’eunir se nuevamente el Comité y tomarias en consideracjón y aun quizás oir a cualesquiera de los miembroo que desearen corn parecer ante el Comité para deponer o radicar algdn informe complementario, vamos a abrir por un término que tiene que ser necesariamente breve, la discusión del Informe. j,Alguno de los miembros desea expresar algdn criterio, aigunos puntos de vista, con reiación a esta materia? Pues so da por sometido el Informe, sin perjuicio de cuaiquier actuación ulterior de parte del Comité en cuanto a si desea hacer alguna ampliación u ohservación adicional. Pasarernos a oir Ia ponencia sohie el inforrne del Comité de Relaciones de Familia. El companero Juez Barceló. Los miembros del Comité pueden ocupar la mesa dest.inada a los co mites. C0MITE SoBER RELAcIONEs DE FAMILIA Sr. Juez Antonio R. Barceló, Jr.: Por resolución de 28 de noviembre del aflo en curso, el Hon. Tribunal Supremo dividió el antiguo Comité sobre Relaciones de Familia y Delincuencia Ju venil en dos comités: uno sobre Relaciones de Familia y otro sobre Asuntos de Menores. Esto respondió a una recomenda ción o solicitud del extinto Comité formulada en marzo 5 de 1959. La dnica discrepancia entre Ia recomendación hecha a ese fin y lo adoptado por el Hon. Tribunal Supremo consiste en que Ia segunda parte del antiguo Comité perdió su nombre para Ha— marse “sobre Asuntos de Menores”. Pero creemos que implica la misma connotación anterior, aunque creemos que este cambio no obedece a propósito do pasar a este segundo nuevo comité aquellos asuntos de menores que pertenecen a la esfera de Rela ciones de Familia. Consideramos que Ia cuestión amerita ser debidamente clarificada si fuera necesario; no me parece a ml eso. Nadie ignora en Puerto Rico y aqul usamos en forma con creta una frase que en términos generales utilizó ci Hon. Go bernador al dirigirse a la Primera Sesión Plenaria do Ia Con ferencia Judicial, para urgirnos a afrontar en Ia agenda dot COMITE SOBRE RELAcI0NES DR FAMILIA 1(3 Ia revision de nuestro derecho sustantivo——Memoria, pagina 7—que Ia vigente Ley de Divorcio ha perdido gran parte de su correspondencia con Ia realidad. Prevalece asI una situa ción altamente indeseable que no solo corroe Ia entraila social de su institución básica, de la institución básiea de Ia farnilia, sino que coustituye uno do 105 problemas más urgentes que con fronta Ia efectiva administración de la justicia en Puerto Rico. Consideramos, por tanto, que ese es ci problema que primera mente tiene que encarar cualquier grupo dc hombres del derecho a quienes se les encorniende ci estuclio de las relaciones jurIdicas que gobiernan ci regimen familiar desde ci punto de vista do Ia mejor administración de justicia. Con este propósito fue con ebido ci proyecto de divorcio que se recomendO a Ia Primera Sesión Plenaria y que está en record. Dicho proyecto de ley es sin duda controversial, en aigunos de sus aspectos, y puede ser mejorado en muchos otros aspectos. Pero puede servir, por io menos, do cornienzo peru un rexamen de un aspecto tan importante de nuestro Derecho que con tanta urgencia lo necesita. Precisamente por tratarse de un proyecto do Icy controversial que tanto importa a la institución do Ia fa milia y a la sociedad, es prácticamente imposible quo pueda considerarse con ci debido detenimiento que requiere junto con los demás asuntos también de mucha importancia que tiene ante si la Segunda Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial. Por eso ci Comité de Relaciones de FarniIia acordó proponer quo el referido proyecto de icy con las modificaciones que habrâ do hacerle este Cornité sea considerado, quizás en una sesión espe cial o mediante algün otro procedimiento adecuado, en Ia forma quo ci Hon. Tribunal Suprerno disponga. Para esto sugerimos quo a Ia vez se provea a tono con lo expresado sobre ci particu lar por ci Hon. Juez Presidente en Ia Primera Sesión Plenaria, —Memoria, pãg. 73—aquel instrumento o mecanisino de la Con ferencia Judicial tal cual un Comité do Legislación que encauce hacia ci Poder Legislativo ci resultado a que liegue Ia propuesta sesión especial por tratarse de un proyecto de Icy sustantiva en su mayor parte en quo ci Hon. Tribunal Supremo no puede in tervenir diroctamente como tal. Hasta ahI ci Informe acordado por ci Cornité y solamente me resta por auiadir en relación con aigunos aspectos quo surgie ron en las ponencias do algunos compafleros do otros cornités. que uno do los problemas quizás que apuntamos aquI y que se ye tambiCn en cuanto a otros comités. es cómo se va a bregar con tuturo 104 PoNSNcL C0MITE SOBRE Ia relación de las modificaciones de Ia ley sustantiva que a Ia vez requieren modificaciones que correspondan a esas enmiendas o nuevos proyectos en materia procesal. Por ejemplo, si Ufl pro yecto sustantivo se acuerda que el comité libremente busque quien Sr. Jucz Presidente: Muchas gracias, compafiero Barceló. Se abre a discusión ci Informe del Comité de Relaciones de Familia, dentro del limitado alcance que tiene. ,Alguno de los miem bros de Ia Conferencia desea expresar algn juicio o criterio, exponer alguna idea con relación a este Informe? No habiendo manifestado ninguno de los miembros de Ia Conferencia su deseo de expresarse sobre ci mismo, se da por recibido, sometido, al Tribunal v pasaremos entonces a considerar Ia ponencia dcl Co mite sobre Asuntos de Menores. Vamos a oir al compaflero Juez CortCs sobre su Informe. Los miembros del Comité sobre Aaun tos de Menores pueden pasar a ocupar sitio en la mesa dertinada al Comité. Sr. Jucz Etht’in Cortés Garcia: Señor Juez Presidente, seño res Jueces Asociados, señor Presidente del Comité Directivo de Ia Conferencia Judicial, distingudos compafleros: Comparezco en mi carácter de Presidente del Comité sobre Asuntos de Menores de Ia Conferencia Judicial de Puerto Rico para ofrecer una breve sIntesis del Informe ya rendido en cum plimiento de la encomienda, muy halagadora, que nos fuera hecha mediante resolución del Hen. Tribunal Supremo de 28 de noviembre de 1960. Nuestro Informe no es lo que hubiCramos podido ofrecer dc haber dispuesto de un perlodo de tiempo mâs ]argo para su preparación y redacción. No obstante, conscien DE MENORDs 105 tes de lo importante del asunto a ser estudiado y deseando corn lo apadrine en Ia Legislatura y lo presente como suyo, pues, entonces tendrIamos que la parte procesal, piles, tendrIa que venir al Tribunal Supremo, acá nos preguntarlan qué probabili dades tiene el proyecto, allá nos dirIan que el proyecto estaba cojo porque necesita Icy procesal que lo complemente. De modo que ése es uno de los problemas que quizás haya que resolver. Se ha indicado que quizás un Comité de legislacion, que cualquier otra medida, o que se aprueben ciertas reglas de procedimiento con vista a la posibilidad de la aprobación de un Comité para que Ia Legislatura las tenga ante su consideración al mismo tiempo que tiene ante su consideración el proyecto sobre ley sustantiva. C0MITE SoBER AsuxTos DR MENORES AsuNTos I plir a cabalidad con Ia encomienda recibida, y hacer algo dentro del plazo de tiempo concedido, resolvimos dividir nuestro tra Oajo en dos informes: El primero, para hacer un planteamiento general del pro blema existcnte en el Tribunal Superior cuando éte se consti tuye para entender en los asuntos de menores cubiertos por la Ley Ndm. 97 de 23 de junio de 1955, ofreciendo algunas reco mendaciones para su solución favorable en lo inmediato; y el segundo informe a ser radicado después de celebracla la Confe rencia Judicial conteniendo un estudio cuidadoo de la Icy y do las reglas, con recomendaciones especIficas para enmendar una r otra, debidamente fundamontadas. AsI lo hemos olicitado del Hon. Tribunal Supremo en reIación con ci segundo informe. En estos momentos los procedimientos en los asuntos do me nores cubiertos por la Ley 97 están tan afectados por las limita ciones en las facilidades institucionales y en lo relativo al per sonal técnico necesario on la labor de supervision y orientación del niflo delincuente, que no es posible distinguir con la dehida propiedad y objetividad que demandan las circunstancias, hasta dOnde los problomas y dificultades con quo se tropieza son ci producto do fallas en las reglas o en Ia Icy. Es ésta una razón adicional que homos tenido para hacer ol pianteamiento que he mos hecho en este primer informe en que prácticamente nos hemos limitado a hacer un planteamionto general del prohlema en busca do una soiución inmediata en lo quo concierne a la falta do suficiente capacidad institucional. Creemos que tan pronto se logre proveer las facilidades institucionales requeri das, se podrá apreciar con mayor ciaridad y exactitud cuáles son las enmiendas que Ia icy y las reglas requieren. Nuestro obje tivo inmediato es lograr quo se acopte la realidad do quo hay un problema que, por refiejarse en Ia dignidad judicial, justifica quo se haya hecho esto planteamiento en este foro y quo se tome una acción quo conduzca a lograr que ci Sr. Gobernador do Puerto Rico y Ia Asamblea Logislativa, a su vez y en sus respec tivas esferas, actdon. Para lograrlo hemos reducido ci planteamiento a tres puntos esenciales, a saber: lro. Necesidad do quo ci mecanismo judi cial quo entiende en los asuntos do menores, cubiertos por Ia Ley 97, tenga un nombre propio y quo ese nombre sea Tribu nal Tutolar do Menores. 2do. Nocosidad do que se amplIen las facilidados institucionales para quo ci Tribunal pueda oj.ercor 106 PONENcIA la necesaria autoridad en el control de los menores delincuentes, y en relación directa con esta recomendación, que igualmente se amplIen los servicios sociales auxiliares que se prestan al menor cuando regresa a la comunidad después de haher estado recluido en una institución. 3ro. y ültimo. Necesidad de ampliar los servicios sociales que se prestan en el propio Tribunal a los me nores puestos a prueba directamente sin haber sido nunca en viaclos a una institución. Actualmente, cada oficial probatorio juvenil del Tribunal tiene entre 80, 90 y 100 casos para super visar con tendencia a que este nñmero aumente. En lo relativo al nombre propio creemos que es indispen sable para ayudar a producir más rápidamente la organización especializada que este asunto de los menores requiere para que se produzcan resultados tangibles a la mayor brevedad posible. El nombre “Tribunal Tutelar de Menores” tiene una significa ción especial especIficamente relacionada con los propósitos ex presaclos en Ia Exposición de Motivos de Ia Ley Nñm. 97 de 23 de junio cle 1955, cuanclo en ése se definen sus objetivos dentro del marco de aquellas funciones inherentes al poder de pores pahiae del Estado, sin tener que considerar al nino como un de lincuente comün. Este nombre cle Tribunal Tutelar de Menores tiende a indicar clara y terminantemente que la función del Tribunal es esencialmente de tutela y de protección y Ia defini ción de estos propósitos en forma especifica ayudará mucho a estructurar Ia organización administrativa del mecanismo ju dicial que entiende con estos menores y permitirá que ésta en toclos sus aspectos y manifestaciones, pueda responder con más efectividad a su finalidad y sobre todo sin los efectos adversos que hoy se reflejan sobre la Judicatura, muy injustamente. Bus camos que si bien es tutela y protección, podamos tener los me dios para ejercerla con Ia debida firmeza y serenidad. Es evidente que los asuntos de menores por su naturaleza especial demandan un procedimiento a su vez especializado y para que éste se produzca con eficacia debe tener su propia organización con personal especializado, empezando por los propios jueces. Solo asI podrá enfrentarse a la difIcil y delicada tarea que le ha sido encomendada con razonables pro babilidades de éxito. Ello hará posible evaluar normas y prác ticas para mejorarla hasta producir remedios de profilaxis o de valor preventivo. De las experiencias que se logren en un tri bunal especializado, asI organizado, necesariamente saldrá Ia CoMIT SOBRE AsuNTos IJE MENORES 107 orientación correcta para los programas escolares, los progra mas de recreación, los programas encaminados a mejorar las relaciones de familia, en fin, todos aquellos que en una u otra forma tienen tangencia con la educación de nuestros niflos y adolescentes. Y puede ayudar a corregir la situación de una manera permanente. Es nuestra opinion que el Tribunal Tutelar de Menores no debe limitarse a hacer una labor estrictamente remedial aun que ésta se haga con más o menos eficiencia. Sino que debe buscar el conocimiento que da la experiencia bien estudiada y evaluada para tratar de encontrar la raIz del mal social que nos afecta para poder extirparla dondequiera que haya surgido. Esos resultados pueden obtenerse de Ia organización propia, de Ia dedicación a una causa y de la especialización en su manejo y estuclio. Es importante que conozcamos bien el problema d nuestros ninos y que tengamos una solución razonable para ci mismo; cuanto antes coinencemos a prepararnos para lograrlo será mucho mejor. Creemos que la solución más sencilla y más correcta para eI problema apuntado, jurIdicamente hablando en cuanto al nombre se refiere, es enmendar la Ley de Ia Judica tura, teniendo cuidado de mantener el principio gobernante de un solo tribunal, el Tribunal General de Justicia. Actual se mente, como todos los distinguidos compañeros saben, éste de Tribunal ci y divide en dos partes: ci Tribunal Supremo Primera Instancia, el que a su vez se subdivide en dos Ilamadas secciones, que son: el Tribunal de Distrito y el Tribunal Supe rior. Nuestra sugestión es que se enmiende la Icy para que ci Tribunal de Primera Instancia se divida en tres secciones, a saber: las dos existentes y una tercera sección que será el Tribunal Tutelar de Menores. Este ültimo para hacer con Ia debida propiedad lo que hasta ahora se ha venido haciendo en medio de cierta confusion dentro del Tribunal Superior. Dc no ser posible aceptar esta sugestión, serIa menester crear algdn mecanismo administrativo dentro del Tribunal Superior, pero que tuviera carácter insular para poder entender en los asuntos de menores de Ia Ley 97 en las distintas salas del Tribunal Superior en toda Ia isla. En una u otra forma es indispensable hacer algo en este sentido. En cuanto al segundo punto esencial que traemos a Ia consideración de la Conferencia, que se refiere a la falta de facilidades institucioriales donde hacer cumplir las órdenes del 108 Po1ENcIA Tribunal, también se requiere acción inmediata. El carecer de sitio donde recluir al menor delincuente está afectando ci pres tigio y Ia dignidad de Ia Judicatura. A diferencia de los demás tribunales, el Tribunal Tutelar de Menores, teniendo que depen der de Ia existencia de los recursos y remedios (le que habla la Ley 97 para cumplir su misión, cuando dicta una orden haciendo uso de esos recursos y los mismos no aparecen, no puede castigar por desacato en apoyo de su autoridacl. La propia icy que permite al juez ordenar el ingreso de un menor en una institu cion, faculta al Sr. Secretario de Salud para negarse a elm plirla si carece de las facilidades adecuadas, que es lo usual desde hace más de dos aflos. No pudiendo hacer cumplir sus órdenes. las partes afectadas por este procedimiento. descono ciendo la realidad legal existente que impide al juez hacer cum plir su orden. como io harla cualquier otro juez en cualquier otro Tribunal, juzgan a éste mal y consideran que no sabe hacer valer Ia autoridad del tribunal como los demás jueces. Cada dia el criterio determinante del envIo de un menor a una institución es meiios y menos exigente y a tal punto se ha ilegado en este sentido que üitimamente solo se ordena ci ingreso del muchacho hostil y rebelde, cuya conducta no permite otra alter-. nativa. Siempre quo Ia actitud del menor lo hace posible, se deja en libertad a prueba a pesar del escaso personal de que dispone el propio Tribunal para su control y supervision. Pues bien, a pesar de ese criterio elástico, hay aproximada mente 500 ninos ó 500 menores delincuentes con órdenes de un Tribunal de ser ingresados en una institución, que están en Ia calle aguardando turno para que se les ingrese. Estos menores están en Ia calle campeando por sus respetos la may-orIa de ellos, conscientes de que el Estado está impotente para controlarles. ,Cuánto tiempo puede tolerar esto una comunidad civilizada? Esa es la pregunta que el Comité se ha hecho y abrumado por Ia realidad es que ha preferido hacer este tipo de informe usando el primero para dar la voz de alerta, aunque sea haciendo el planteamiento desde ci punto de vista de su efecto en la dig nidad judicial y como un problema de la administración de justicia. Prescindiendo de toda otra consideración que no sea la que demanda ci problema crItico y alarmante que hemos encontrado, pedimos a esta Conferencia Judicial que, aunque en ciorta forma el asunto trascienda los lImites de lo que pro piamente cae en su temario, ante lo angustioso de la situación C0MITE SOBRE ASUNTOS BE MEN0REs 109 que denunciamos, haga Ia recomendación de que se dé prioridad a este asunto para buscarle soluciOn favorable mediante acciOn legislativa recomendada por ci Poder Ejecutivo y que la medida que se adopte se extienda a los servicios sociales que se prestan al menor cuando sale de la institución después de su reclusion para que no carezea de Ia ayuda y de la supervision que su con dición requiere y que puede evitar que vuelva a delinquir. El tercer y ültimo punto en nuestro resumen del informe ya rendido es la recomendación de que se amplIon igualmente los servicios sociales que se ofrecen en ci propio Tribunal a los menores puestos directamente a prueba sin necesidad de trata miento institucional previo que son los casos de aquellos que comparecen ante ci juez imputándoseles haber cometido una falta y luego do declarárseles incursos en la misma el Tribunal ordena que queden en libertad a prueba bajo la supervision do un oficial probatorio, quedando bajo la custodia de los propios padres del muchacho. La falta de instituciones ha hocho crecer ci nümoro de estos casos en forma abrumadora y como ya so flalé al principio cada oficial probatorio juvenil tiene entre 80, 90 y 100 muchachos cuya conducta supervisa. Es imposible esporar que se ejerza ci debido control sobre cada uno de estos jóvenes cuando ci nOmero es tan crecido. Lo mismo ocurre eon los sorvicios técnicos del Tribunal en concernionto a sicologos, siquiatras y trabaj adores sociales. lo Tribunal clistinguir entre ci niño quo debe ir puode ci Cómo el que no debe ser enviado si no tiene ayuda institución y a la una decision con la oportunidad y rapidez hacer para técnica si recordamos quo esa parte del sorvicio espera? Y que so Tribunal, es fácil comprender cómo afoctan mismo está en ci muchacho ante Ia imposibilidad de revu del fracasos al juez los pena de seguir engrosando ci pruoba so earle su libertad a campeando por sus respetos en la calle están nümoro do los que onfrenta a la puode hacer. Si so los por saber quo nada se romedio podrIa sor poor quo Ia libertad, ci situaciOn y revoca la jueces del Tribunal Supremo, señores y enfermedad. Y osto, que croImos quo Conforoncia, es lo estimados compañeros do la debIamos traor ante ia considoraciOn vuestra en este primer informe con süplica de quo so acopten las rocomendaciones hochas en nuestro Informo para quo ci probloma plantoado no haga crisis on menoscabo do la dignidad judicial, do la buena marcha do la justicia y en perjuicio de nuostra comunidad. Muchas gracias por su atención. CoMIT SOBRE AsuNTos ni MENOREs 110 Sr. Jnez Presidente: Muchas gracias, Juez Cortés, por .u poneflcja. So abre a discusión el Iriforme del Comité de Menores. El ccrnpafiero Aponte, quien primero solicitó la palabra. Hon. José C. 4ponte: Hon. Juez Presidente, Honorables Juecos Asociados, Hon. Presidente del Comité Directivo, quo I 111 Discuióx ridos compafleros todos de la Conferencia Judicial: En primer lugar quiero, haciendo justicia al Comité que acaba de hacer su ponencia, felicitarlos a todos porque entiendo que es una ponencia brillante y que trata este problema desde ol punto do vista reoita vues me parece quo iltjmamonte !1OS hemos separado un poco del terreno en que pisamos en relación con el problema de estos menores. Quiero indicar quo tengo una o dos sugestiones o sugerencias al Comité y a toda Ia Conferencja Judicial y al Hon. Tribunal Supremo. Como se dice que no tenemos instituciones suficientes y yo entierido que rio las hay, me parece que si nosotros brega mos con una enmienda a la ley podriamos resolver o tratar de resolver en parte este problema serio de los menores, y me re fiero a una enmienda en virtud de la cual el Tribunal de Menores, Ia Sala del Tribunal de Menores, no solamente pueda renunciar a su jurisdicción en casos de menores que fluctdan entre la edad de 16 y 18 aiios cuando cometen un delito grave (felony), sino también que se les dé facultad para renunciarlo cuando se trata de delitos menos graves, porque hay unos menores de 17 aflos que diariamente están cometiondo delitos menos graves quo yo no sé cómo es que el Tribunal de Menores está bregando con esos ninos de 17 ailos quo puede renunciarse bien a su juris dicción y entonces ser juzgados por los tribunales ordinarios y ser enviados a las instituciones do corrección que tenemos ahora para casos de esa naturaleza. En cuanto a lo quo se refiere al nombre del Tribunal, yo creo que hay una falsa impresión sobre todo por nuestros meno res en cuanto a eso de Tribunal Tutelar. Ellos creen que ci Estado les ha dado una tutela, son tutores, son pupilos del Estado y que el Estado tiene quo protegerlos a ellos contra todo, cuando lo quo yo creo que la Icy ha tratado de conseguir es un medio de acuerdo con nuestras modornas tendencias do bregar con los menores. Me parece quo dehe considerarse y asI someto a consideracjón do todos ciue en vez do cambiar ci nombre a Tribunal Tutelar, sea Tribunal Superior, Sala do Menores. Con estas consideraciones someto estas humildes sugestiones o sugerencias a los quo tengan quo ver con él para quo las tomen en consideración en su dia. El Sr. Jve; P;esideote: Muehas gracias, compaflero Aponte. Marcoand Paz. compailero Jues Sr. lee; Aiool D. Marehdnd Pa;: Sr. Juez Presidente; señores Jueces Asociados, senor Presiclente del Comité Diree two comuañeros todos: El informe del compaflero juez Edwin Cortés reveia una situación más quo angustiosa, trágica. Es do una urgencia extraordinaria quo so tomeri medidas para conjurar Ia situa ción que apunta ese Informe. Yo eomprendo quo los jueces do rnenores tienen quo haher desarrollado hasta complejo de inferioridad, porque es trágico que no puedan hacer valer sus sentencias y resoluciones. Se da ci caso a monudo do quo un trabajador o una trabajadora social recomienda, luego de un estudio enj undioso, la reclusion de un menor en doterminada instituciOn y esa recomendación es plasmada en una sentencia por ci juez de menores. Se va a su casa el juoz, pero inquieto, porque sabe uue la misrna difIcilmerite va a sor cumplida. La institución portinente dice “No hay cabida para osto monor. Avisaromos oportunamonte.” Al año, al aflo y modio, a los dos años, hay cabida, poro ci menor no apareco, el menor vive en un sitio distinto do aquol en quo so dictó la sentoncia. Ese no es un caso aislado, no so trata do una excepción, ésa es Ia regla general. La excepciOn es quo so admita ai monor en Ia institución. No puedo, dosde luego, radicarse Ia culpa de esta situación en el Podor Judicial, pero si debe radicarse la res ponsabilidad en ci Podor Judicial quo os ci Ilamado a enfrentar la situación diciéndoios a las autoridados corrospondientes cuál es el verdadoro problema y cómo so conjura ci mismo. Estoy esperanzado do quo pueda ayudarso al Tribunal Tutelar do Me noros y en lo quo a ml concierne concurro con todas y cada una do las recomendaciones del Comité sobre Asuntos de Menores. 5 Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Marchánd Paz. El compaflero Perez do Jesus habIa solicitado la palabra. Lie. Ramó’n Perez de Jests: Sr. Presidento, amigos de la Conforencia: Yo querIa traer aunquo fuera un punto positivo o haiagador a esta ponencia, y os el siguiente: Tenemos en Puerto Rico, como todos sabomos, una de las mej ores byes que se han podido I 112 DlscuszóN crear iara problemas y asuntos de esta naturaleza. La Ley nñm. 97 es de las leyes más progresistas que se pueden encontrar en el mundo, no solamente en Ia jurisdicción americana, de donde ella procede. Estoy completamente de acuerdo en que los me dios para implementarla han sido escasos, pero espero que todo sea cuestión de tiempo. Con este comentario quiero pasar ahora a hacer una pequefla objeción en cuanto a la creación de un Tribunal Tutelar para Menores. No una objeción, sino una enmienda. Me parece que el asunto de delincuencia juvenil es un asunto en que no debe bregarse aisladamente en relación con los demás problemas de Ia familia. Tengo una idea, y no es original, de que debe crearse no un Tribunal Tutelar de Menores en Puerto Rico, sino un Tribunal de Familia que recoja todos aquellos aspectos, todos aquellos elementos del Tribunal de Distrito, del Tribunal Supe nor, que tienen que ver con la familia y los una, los complemente y los integre en un organismo judicial que bregue en una forma unificada, integrada, con toda Ia familia. Espero que el Comité de Delincuencia Juvenil pueda ponerse de acuerdo con ci Comité al cual correspondo de Relaciones de Familia para que en próxi mas reuniones breguemos con ese asunto y estudiemos la con veniencia no de un Tribunal Tutelar de Menores, sino de un Tribunal de Familia que, como decIa el compañero Cortés, puede hacerse en Ia misma forma, enmendando Ia Ley de la Judicatura para que el Tribunal de Primera Instancia consis ta de tres secciones, ci de Distrito, ci Superior y el de Farni ha. o en cualquier otra forma que sea legislativamente posible. Antes de estudiarse esta idea tan enfática que presentó el Co mite como una cosa urgente, de la creaeión de un rfribunal Tutelar de Menores, repito, debiera estudiarse hi idea de crear un organismo de más amplitud y de más aicance como seria un Tribunal de Familia. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Perez de El Juez Umpierre. Jesus. Sr. Jne Angel M. Unzpierre: Sr. Juez Presidente y Sres. Jueces Asociados y compafleros de la Conferencia Judicial: Hay un punto que no quiero que se olvide por la Conferencia y que es ha situación más trágica que trae el probiema de Ia delincuencia juvenil. Hay un serio conflicto de poderes y de autoridades entre el Poder Judicial, entre el Tribunal de Meno res y el Departamento de Salud, en que las órdenes del Tribunal C0MITE SOBRE AsuNTos DR MENos 113 o se ignoran o se desconocen, no se les hace caso o sencillarnente se cumplen por un perIodo muy corto y una vez asumida juris diccion por el Departamento de Salud, se ignora al Tribunal haciendo lo contrario de lo que el Tribunal ha clispuesto. Y lo más trdgico de Ia situación que presenta el compañero Cortés en su Informe es que de esos 500 niños que estdn en una situa ción desesperada porque no hay un hogar, no hay ningdn sitio donde tenerlos, no hay un padre, no hay una madre, no hay ninguna persona que se haga cargo de ese niño, esos 500 niflos que hoy están en la cornunidaci campeando por sus respetos, como dice el con-ipaflero Cortés, no están recibiendo supervision alguna porque el Tribunal se Ia ofrece a los que están a prueba v el Departamento de Salud no tiene este servicio que ofrecerle a esos niflos. Y es ci problema que yo quiero que se medite y se le busque una solución porque están recibiendo el beneficio de una supervision los que menos lo necesitan y los que más Ia necesitan no están recibiendo ninguna. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero TJmpierre. El compañero Correa Suárez. Sr. Juez JoaquIn. Correa Suár€z: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados, Sr. Presidente del Comité Directivo de ha Con ferencia, compafleros: Estoy fundamentalmente de acuerdo en todas las recomen daciones que ha hecho ci compaflero Edwin Cortés porque las ha enmarcado dentro del sistema y el concepto filosófico que enmarca Ia Ley 97. La Ley 97 es una hey de avanzada, pero es una hey que se desconectó a mi juicio con ha realidad del ambiente y ahI es ci choque de esa tragedia que con sentido altamente realista y con verdadera proyección de reahidad ha planteado el Comité que dirige ci compaflero Edwin Cortés. Hay un punto que no se ha tratado y que la experiencia que tuve dirigiendo ci Tribunal Juvenil de Puerto Rico me ha hievado a traerlo aquI. Es ci problema del contacto de aduitos con los menores, esos menores que no pueden ser situados en sitios de orientación, esos menores para quienes no hay insti tución, que los jueces están imposibihitados de orientar debida mente por falta de personal y los tienen que lanzar a ha calle. Entonces el maleante adulto se enseflorea en esa came tierna y lo que hace es que los acaba de comromper. La Ley 97 proveyó y previno ese problema haciendo claro que se persiguieran aquellos adultos que en alguna forma perjudicaban y hacIan -r 114 DTscusIóN que los menores infririgieran Ia icy. Pero por razones que no se hicieron claras el articulo concerniente a este propósito en alguna forma fue desvrtuado a travéz de uria opinion del Secretario de Justicia ernanada corno corisecuencia de un plan teamiento que hizo el hoy Juez Superior, compaflero Moreda, cuando era fiscal de Mayagüez. Esto invalidó la acción que ci Tribunal Juvenil de Puerto Rico en aquella ocasión estaba lievando a cabo aun crevendo, corno creIarnos muchos de IIOSO tros, que estL’bamos fuera prdcticamente de la Orbita del ver dadero concepto penalista dci derecho. En aquella ocasión se procesaba a los aduitos que en alguna forma hacIau delinquir a los hijos, por ejemplo: mi padre que tiene un alambique en una maleza de su finca o en una finca cercana y que manda a un hijo a lievarle galones de ron desti— lado o a traer lefia para poner a fermentar la melaza en ese alambique. Ese es un padre que esta corrompiendo a su hijo y quo en aquella ocasión nosotros lo procesábamos y muchas veces dictarnos sentencia valienternente irnponiéndole Ia pena que marcaba la icy. Roy dia estdn los jueces del Tribunal Juvenil en desamparo total poruue no se ha hecho una en mienda todavIa que recoja ci concepto que emitió ci Secretario de Justicia diciendo que la les no esiaba clara, que no so habIa hecho ci concepto penalista del derecho penal emnarcado en ella y que habia que enmendarla. Sugiero que urgentemente se instrurnenten los medios de enmendar Ia Icy. .S’r. Juez Fresidentc: 1\iuchas gracias, compaflero Correa. ,Algdn otro de los miembros de la Conferencia desearIa cx presarse? El Juez BarcelO. Sr. Jucz Antonio R. Barccló, hijo: Ray poco que aulacli.r a lo ya dicho y repito que felicito al Comité de Menores, de Ia Corte Tutelar, por el Informe brillante y estimulante en que ha expuesto los problemas diversos con que se confronta este aspecto de Ta adrninistración de justicia. En adición a los puntos quo se han tocado y abundando sobre algo que seflaló el Juez Cortés: la necesidad de que exista una persona o Un cuerpo que integre los servicios do Ia Corte Tutelar en toda la Isla. La administración de eso. Claro, de ahI nace Ia proposición de Ia creación de una sección den tro del Tribunal de Primera Instancia, una sección adicional. Y uniendo esa idea a Ta idea de iritegrar ci Tribunal Tutelar con Ta Sala de Relaciones de Familia, seflalo que innurnerables C0MITE SOSRE ASUNTOS DR MEN0RES 110 servicios técnicos son cornunes a ambas salas, que la Sala de Relaciones de Farnilia tiene probieiaas do niflos en sus relaciones con sue padres, oue son poteiicales o expuestos a delinciuir debido a esas malas relaciones con los padres en las cuales la Sale de Relaciones de Farnilia a menudo Liene que intervenir a reglamentar las releciones paterno y ma terno-filiales y hasta intervenir con Ia manera en que algtinos padres utilizan a los hijos pare castigar al otro padre, per judicando fundamentalmente a los hijos, produciendo inciden— tes y casos de rechazo y do envoiverloc en las pasiones do los adultos hasta ocaso destruir hi estructura emocional y Ia orien tación adecuada do esos niflos. Los padres, los señores compafleros del Tribunal Tutciar sahen, que la causa principal que se ha podido—entre otras —seflalar como causa de la delincuencia juvenil es Ta ruptura de las relaciones do los hijos con los padres, Ia clesvinculacidn o ci rechazo de los padres o los malos ejempios, etc., pero principalmente el rechazo ha sido uno de los factores princi pales, cuando ci padre rechaza al hijo porque es un hijo difi cii, y generalineute los niños delincuentes son mflOs do tern peraroento dificl que tienon grandes potcucialidades creati vas pero quo al padre no poderios compreuder, no tenor Ia pa.ciencia ni ci cariflo para bregar con ellos dentro de Ta dif 1cultad de su temperarnento, acaban ior rechazarlos y ya los lanzan ci abisrno. Todos estos son problemas sicológicos de orientación, no solamente de los nifios, sino de los padres tarnhién, porque do qué vale darle orientación a un niflo, de qué vale dane servicios siauidtricos ci después se le va a poner otra yes en manos do los misinos padres que lo des truyeron, si a los padres no so les da Ia ayuda que ellos necesitan para poder seguir Ta labor que ci Estado inició con su hijo? Creo quo esos servicios pueden y dehen ser integrados y que toclos los compafleros podnIarnos trabajar en algo que pu diera sen de gran utilidad parc ambos y para evitar duplici dad de servicios, do servicios siquiátnicos, de servicios sico Iógicos, de servicios do trabajadoras sociales, etc. Muchas gracias. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compañero Barceló. La compaflera Cruz Jiménez... 116 DIscusION C0MITE S0BRE PR0BLEMAs DEL TRANsITO Sra. Juez Olgci Cruz Jiménez: Sr. Juez Presidente, Jueces Asociados, miembros de la Conferencia Judicial: Me permito felicitar al Comité por su magnIfico Informe y me permito también hacerle una sugerencia en el sentido de que estudien Ia posibiiidad quo puede haber de ampliar Ia jurisdicción de Ia Corte de Distrito, del Tribunal de Distrito actual, en el sentido cle que se habilite al Tribunal de Distrito a decretar un estado de derecho provisional para entender en los casos de custodia de menores, o sea, se confronta ci probiema de que va ante el Tribunal do Distrito un problema de custodia. El Tribunal de Distrito no tiene jurisdicción para intervenir en eso. El Juez tiene las manos atadas y no puede hacer nada; sencillamente referirlo o a Ia Sala de Re laciones de Familia quo está totalmente aglomerada, no puecle ya más con los casos que tiene, o al Tribunal Superior corres pondiente. Son acciones civiles que la mayorIa de las perso nas no tienen dinero para llevarlas, o sea, la idea serIa de quo el Juez motu proprio pudiera decretar un estado provi sional hasta tanto se resolviera en el tribunal correspondiente Ia tutela o custodia cle esos menores. Muchas gracias. ante él no puede recibir Ia orientación y Ia protección o la custodia necesaria por los limitados recursos de nuestro sistema, pues quo se pueda renunciar a Ia jurisdiccion. Y por ültimo en el dIa de hoy yo lo que he hecho es una sIntesis del Informe más abarcante, mejor fundamentado, que hice por escrito y que está en manos de todos. Muchas gracias. Sr. Juez Presidcnte: Muchas gracias, compaflera Cruz. ,El Comité desea hacer algün comentario? El compañero Edwin Cortés. Sr. Juez Edwin Cortés: Sres. Jueces, compañeros. Mu chas de las ideas eshozadas por los distinguidos compafleros que han hecho comentarios en torno al Informe rendido fueron consideradas por nuestro Comité. El primer probiema surgIa del concepto de unidad juris diccional del Tribunal General de Justicia y encontramos que en Ia esfera de Ia delincuencia juvenil es donde ya una ley provee jurisdicción exciusiva a los menores. De aquI que tuviéramos que divorciarnos de las Relaciones de Familia porque no encontramos jurIdicamente hablando, descansando en lo existente, algo que nos sostuviera para proponer Ia integración de menores con las Relaciones de Familia. En cuanto a Ia proposición de mi distinguido y querido compañero el fiscal Aponte, hemos considerado también que posiblemente, no por los mismos fundamentos que él, el derecho del juez o la autoridad del juez para renunciar la jurisdicción no debe descansar en el apellido felony o misdemeanor, sino sencillamente consciente el juez de que el menor que viene fl7 Sr. Juez Piesidente: Muchas gracias, Juez Cortés. Eay algün otro compañero que desee brevemente exponer sus ideas? Entonces, para hacer posible que el mayor nümero de los miem bros do la Conferenca estén a tiempo en el acto social que ofrece el Tribunal, levantarernos Ia sesión de esta tarde para rca nudarla mañana a las 9 de Ia maflana, y considerar el Informe correspondiente. Se levanta la sesión. (Sesión del dia 17 de diciembre de 1960, 9 a. m.) C0MITE S0BRE PROBLEMAs DEL TRAN5IT0 Sr. Juez Fresidente: Ba comienzo Ia sesión del dIa de hoy con la cual cerramos los trabajos de Ia Conferencia Judicial este afio. Pasaremos a oir la ponencia que hará el Presidente del Comité sobre Problemas del Tránsito. El compaflero Juez Lucas Serbia Córdova. Los miembros del Comité sobre Proble mas del Tránsito pueden pasar a ocupar asiento en la mesa destinada a los comités. Antes de que comience el compaflero Serbia deseo informar a Ia Conferencia que por razones fami hares poderosas 105 compafleros Hernández Matos y Santana Becerra se han visto imposibilitados do estar con nosotros en esta mañana. Compaflero Serbia, adelante. Sr. Juez Lucas F. Serbia: Sr. Juez Presidente y Sres. Jueces Asociados del Tribunal Supremo, señores de Ia Conferencia: Trescientos veintiocho muertos en accidentes de tránsito en lo que va del aflo natural es para preocuparse. No sé Si Ilamar trágica Ia coincidencia del ndmero de muertos con ci ArtIculo del Código Penal que se ocupa y se preocupa de daflos y muer tes como resultado de un accidente. Esta es Ia cifra al momento en que comenzó sus deliberaciones esta Segunda Sesión Plena na de la Conferencia Judicial. La preocupación es grande y lo manifiesta la acción que se va tomando para conjurar el pro blema. En el terreno de lo ejecutivo están ustedes enterados 118 P0NENcIA del incremento en la fuerza policlaca para mejor atender Ia situación del tránsito. Se han reforzado los servicios del De partamento de Obras Pdblicas en cuanto a ingenierla del trán site, en cuanto a expedición de licencias, en cuanto a todos los servicios y las areas que cubre el Departamento de Obras Pu blicas en lo que al problema de tránsito se refiere. En lo legislative, se acaba de aprobar una nueva ley en Ia Sesión Ordinaria pasada que todavia no ha tenido oportunidad de probarse sus detailes pero que no hay duda de que es un esfuerzo mds por encarar ci problema del tránsito. En 10 ciudadano, nu.esia CiLC togada, el Colegio de Abo gados. está organizando el Congreso del Tránsito que se ocupará de diversas manifestaciones de este problema. En lo judicial, nuestro Tribunal Supremo por resolución de 22 de abril de 1960 creó el Comité sobre Problemas del Tránsito que me cabe ci alto privilegio de presidir, y Ic hizo la siguiente encomienda: 1. Estudiar y proponer soluciones a problemas que afectan Ia administración de justicia en relación con las leyes del tránsito y in seguridad pdblica. 2. Someter propuestas que tiendan a mejorar los procedimientos judiciales y los trámites adminis trativos en los tribunales para dar mayor efectividad a las leyes del tránsito. El Comité asi establecido se reunió en su sesión inicial en 28 de abril de 1960 y en aquelia ocasión, en que participó tam bién con los miembros del Comité ci Sr. Juez Presidente del Tribunal Supremo, se nos sugirió dirigir principalmente la aten eión a los problemas de procedimiento para hacer más efectiva Ia legislación sobre ci tránsito, recomendando, además, que se estudiara el impacto en el ámbito de lo judicial de dicha legisla ción. También se rios encomendó que se estudiaran aquellas me didas que deberIan adoptarse en vista del nümero de plazas adicionales en que se estaba aumentando la fuerza policIaca. El Comité emprendió su tarea de inmediato y con fecha 17 de mayo de 1960 rindió un informe preliminar que se circuló entre todos los miembros de la Conferencia por disponerlo asI el Tri bunal Supremo. La primera recomendación de aquel informe estaba conce bida en los siguientes términos: “IJebe solicitarse de la Asam blea Legislativa una asignación que permita a Ia Rama Judicial efectuar ci aumento inmediato del personal y las facilidades ne cesarias para una más rápida y efectiva administración de jus ticia en ci campo relativo a accidentes de tránsito.” Y como C0MITE S0BRE PROBLEMAS DEL TRANSITO 119 decia consideracioneS en torno a esta primera recomendación, suma in vuestro Comité: “El Cornité ha calculado en $128,800 facili otras y personal de aumento el necesaria para afrontar absorber pueda Judicial Rama la que dades indispensables pam policIaca razenabiemente ci impacto dal aumento de in fuerza labor esta En tribunales.” los en en los calendarios dc trânsito Trmsito, de Comité del miembros participaron, además de los de la funcionarios de Ia Division de Organización y Métodos y del Negociado del Presupuestos DivisiOn de Administmación de de Administraciófl de oficina Presunuesto y funcionarios de la que dólares tantos y mu Tribunales. Dc los ciento veintiocho necesarios, 31,000 esa primera rec.omndaciOn calculaba come pam in creaciófl $97,800 se caiculaban pam gastos genemales y 18 puestos Distrito—6—, de un ndmero de puestos de Jueces de funcionarios de ndmero de Subsecretario de Corte II e igual planteamiento corres de Corte 11, Subalguaciles. Se hizo ci de Admi pondiente por el Sr. Juez Presideiite en su condiciOn la Rama de nistrador de los Tribunales, Jefe AdministratiVo de Negociado Judicial, y luego de los planteamientos ante ci y Personal Presupuesto, como se deja dicho, ante Ia Oficina de de mayo en ante las esferas legisiativas, in sesión que finalizO una de las cada todas y pam fondos de provision este aflo hizo que se recomendacioneS que se hicieron. Se crearon los puestos ha puesto solicitaban y cree vuestro Comité que en esa forma se condiclo en refiere, se personal a cuanto a Ia Rama Judicial, en tránsito. En nes de hacer su aportación en este problema del por recibido dio Supreme Tribunal 20 de mayo de este aflo ci de dicho In materias las que ci Informe Preliminar y dispuso admi autoridad Ia de esfera la forme que no correspondieran a considera de objeto serIan nistrativa del Sr. Juez Presidente Plenaria de la cióri, si es que ello era procedente, en la Sesión A esos momento. este en Conferencia Judicial que nos reune si ello consideración de efectos, a los efectos de que sean objeto quiere Tránsito del es procedente, ci Comité sobre Problemas Informe Pre repetir ahora las recomendaciones adicionales del liminar. acu La primera de ellas versa sobre citaciones a testigos y a aigua los per sados y sobre su diligenciamiento per la policia y la ciles. Es el criterio de vuestro Comité que debe mejorarse manda los eficiencia en ci tramite y en ci diligenciamiento de La mientos judiciales, y citaciones a testigos y a ac.usados. obliga policla, entendemos, debe dam cabal cumplimiento a la 120 I PONENcIA ción contenida en el art. 409 del Código de Enjuiciamien to Cri minal. Igual creemos en relación con los alguaciles. La cita ción de testigos y acusados para juicio es un paso prelimi nar en los procesos criminales sin el cual no es posihie una rã pida y puntual acción judicial. Si no se diligenciaran pronta y eficazmente los mandamientos judiciales no operarla debida mente la más importante acción posterior de la adjudicación del caso en sus méritos. Entiende vuestro Comité, y asI lo consigna en su informe, que un factor ocasionante del estanca miento, Ia demora y el total y definitivo obstáculo en ocasiones en la acción judicial estriba en que el diligenciamiento de los manda mientos judiciales no opera con Ia eficacia y con la prontit ud necesarias. Las fallas en dicho trámite afectan adversamente Ia acción judicial y frustran los fines de la ley en un proble ma tan crItico como lo es el de los accidentes de tránsito y de otros delitos relacionados con la conducción de automóviles. Como segunda recomendación encara vuestro Comit’i el pro blema de la comparecencia puntual de la policIa en procesos en cie figura como testigo un agente del orden püblico. Y expone mos nuestra recomendación en los siguien tes términos: “Los tribunales deben exigir de Ia policIa una comparecenc ia pun tual y consecuerite en todo proceso en que figura un agente de orden pdblico como testigo. Los tribunales deberán cumpl ir es trictamente con las instrucciones contenidas en la Circul ar Nüm. 43 de Ia Oficina de Administración de los Tribunales de fecha 5 do septiembre de 1957 y requerir del Comandante del Cuarte l a quien ha sido dirigida Ia citación para Ia comparecenc ia do un policla al cumplimiento fiel do Ia ohligacion contenida—y lo re petimos—en ci art. 409 del Código de Enjuiciamiento Criminal vigente.” Los miembros de Ia policia son testigos en casi toclos los casos de tránsito y lógicamente Ia mayor parte de las veces no pueden ser ventilados sin su presencia, por lo menos cuando media alegación que no sea la de culpabilidad. Los trihuna les se yen en Ia obligación de posponer la vista de casos de trân sito con harta frecuencia con perjuicio de Ia pronta ventila ción de los mismos y con perjuicio de los ciudaclanos que comparecen como testigos y como acusados. Es cierto que los tribuna les pueden compeler una puntual comparecencia de Ia policIa me diante el ejercicio prudente y concienzudo de Ia facultad de cas tigar por desacato, pero no nos parece que sea cosa de recurrir a ese mecanismo si se puede lograr una mejor actitud de parte de la policla y ello naturalmente ha de surgir de una mejor coor COMITE S0BRE PROBLEMAS DEL TRANSITO 121 dinación de la cosa judicial con esa ramificaCión de Ia Rama Ej ecutiva. Nos ocupamos en nuestra tercera recomendación de la po sibilidad de utilizar el momento de Ia deterrflinaciófl de causa probable o Ia ocasióri en que un caso se suspende cuando están acusados y testigos presentes para dejar citada de nuevo la hien vista del caso. PensamOS que un mecanismo de este tipo, utilizado, podria reducir a un mInimo Ia labor clerical en Ia preparaciófl de citacioneS y maridamiefltos y la labor de Ia po parte ucla y los alguaciles en su diii encianliento. Por otra magis mismo el por una citación en tales circunstaflCias hecha so trado directamente a los acusados y a los testigos, bajo Ia eprez2nta el expedir ci propio magistrado la orlemnidad que 1 compuisoria den, no tenemos ducla de que tendrâ gran fuerza economizar dicho— de en los citados y habrá—como ya hemos rnanda mien los abor clerical y labor en ci diiigeflCiamieflto do tos. El Comité en el curso de sus trabajos vino en conocimientO es de cierta práctica que no nos pareció Ia más apropiada y que de práctic a Ia Es 4. ndmer o objeto de nuestra recorneridación ordenar denuncia contra arnbos coriductores en los casos de ac cidentes de tránsito en la etapa de determiflaCiófl de causa pro bable. Decimos y recomendamos que debe descontinuarse esa práctica donde exista. No es una práctica muy generalizada pero aun en la escasa medida en que entendemos que existe en que ci Tribunal nos parece que debe descontinuarse. PensamoS consi superfi cial una conducta judicial de ese tipo sefiala una deración de la evidencia y que no pone ci esfuerzo conscieflt,e necesario para ir efectuando Ia debida justicia desde ci comienZO mismo del trámite ante Ia Rama Judicial. La labor judicial de determinaCiófl de causa debe ser ponderada y meticulosa y en ocasioneS como la que se relata se ejerce en forma que produce que es una acción más bien automátiCa, sin ci discernimiento innece Sa aumen ta práctic a tal que decir de esperarse. Huelga hu norma lmente donde que ya tránsit o riamente los casos de biera surgido una denuncia, surgen dos. Por otro lado, hay que envuelta —nos parece—Ufla injusticia contra ci ciucladano que perjuic iO Al mome nto. primer debió ser exonerado desde el accide nte, ci con relació n en Ic ocasiofla el conductor culpable reiaciófl se Ic une ci perjuiciO adiciorial de un proceso que en ViCIOSO. es que de duda con ese acusado en particular no hay 99 PocENcl.-. Nos ocuparnos en nuestra quinta recomen(iacjón ds a men ción cle 108 testigos quo figuran come ta!es en las donuntias sobre tránsjto y recornenclan,oQ muv respetuosaiitp cue deen dursarse iflstruccjofl2s a lo señores jueces pars que es,u y Supes’vjsen quo en las d: Ijicias los casos de triisto Se hagan por in policia nicamente figurar los testi Os cue realmente son testigos de cargo. Este acuerdo y eata recomenciaciôn Sc base on proteccóp del interés pdblico que i’equiere quo los cases de tránsito se traniiten en forma equitativa pam ci nueblo. Fre cuentemeite Se fisuran como testigos do defensa, testigos do cargo, y 10 misrno ocurre a in invel’sa y In cjlcunstanca que apuntamos afecta sdversamnt en mucises ocasiones ci ren1tado final del proceso. Pensanios que Ci jOea investigatlor debe determinar, y asI debe instrui’Jo a Ia policis. euáies testigos han de utilizarse como testigos de cargo. encinyondo en ese mo. mento los que resultaren de defensa. quo ya se ocupará ol infrac tor do producjrlos como tales en ocasión en quo so ventile €1 j uicio. Hay otra area doncle ci funcionarniepto de Ia justicia crimi nal, en los casos de tránsito, resulta adversameite afectada, y es ci area relativa a fianzas. Recomendamos, bajo nuestra sexta recomendación, quo a los fines do que los secre±arjos do los tribunalos uedan unir, como es su deber, los documento, de fiansa a los e necUoites de los casos. debe exigirse do todos los funcjonarjos autorjzados para admitir fianzas quo en ci tdrmino de 48 horns do in fecha de Ia pi’estación del documeptr, remitan Ia fiansa a los secretarios de las salas donde habrá do ventilarse la causa. Tiene conocirnjento vuestro Comité cIa que en muehos casos en quo los aeusados no comparecen a Ia vista del juisin el maestrado no puede requerjr a los fiadores pam qua aroduzear al acusado ante ci tribunal porquo los docunientos de fianzs, no están todavIa unidos aT expediente y ollo debido a qe los fun cionarios ante quienes so presto Ia fianza retuvieron éstas mdc bidamento en sus mespectjvas oficinas. So nos llamó Ia atoncjón en ci curso do nuestros trabajos sobro una situacjón que os objoto do nuostra rocomendacjón ndmero 7 y os quo Ia policIa vione radicando en Ia Sala do San Juan denuncjas por infracciones a las leyos y reglamentos sobre tránsito quo corrosponden a la Sala do RIo Piodras, a Ia do BayamOn y a Ia do otras sodes, rocargando asi innocesarjamente una sala ya agobiada con los numerosos casos do su propia demarcacjón Cuando hicimos nuestro informo prolimjnar do- CoMITi SOBRE PRosLar1As DEL TEANSIT0 123 cIamos a manera do dato estadistico quo on aquol momonto, en mayo do este aflo. los casos cle tránsito pendientes en Ia Sala de San Juan alcauzaLan Ia cifma do 9,000 y tantos casos. En nuestro informe final, con vista do los datos quo refloja ci informo del Octavo Informe Anual del Director Administmativo do los Tribunales, modificamos nuestra información ostadIstica pam docir ahora que los casos pendientes en Ia Sam de San Juan—dc tránsito—al 30 de junio do 1960 alcanzaban la cifra de 23,206. Nuestra recomendación os quo dobo insistirso con in nolicla en quo In radicación do toda donuncia sobre viola ciones a las disposiciones legales sobre trânsito dobo hacerse on in sala competente segdn ci lugar donde ocurran los hechos. Si no so lograre ello a base da esa insistencia, ci tribunal tiene medidas al alcanco puma tomar Ia decisiOn quo corresponda. Nos ocupamos, bajo in reeomendacjóri nOrnero 8, do la desea bilidad d.c quo los señores tiscales intervengan en determinados casos de tránsito. En nuestro inform reliminar, bajo ia novena mecomendaciOn, sugerlamos tal cosa. iencioné.barnos alli con especial indicación, los casos del art. 13 de la Loy de Automóvilc-s y Tránsito do entonces, miuiejar on ostado de em briaguez. La enmienda quo sufriema la icy al aprobarso Ia nueva Loy do Veincuio y Trãnsito eiicomendO a los flscales osta tarea uperior. por 10 misino qua deuositO estos casos ante el Tribunal 3 te do necesariamen son :no que casos otmos Desde luego. hsi tomemaria coiiducción come embriaguea, do manear en estado y casos donde hay lesiones fisicas quo revisten seriodaci que en relasiOn con silos vuestro CornitO quiere repetir su recomenda cióii d.c que se ventilen con art:ciaciou de los señores fiscalos. Bajo ci nOrnero 9 de nuestmas reeomen(aciones proponemos quo se estudie In conveuieiicia do poner a funcionar sosionos noctumnas por lo menos en las areas dond.e 0110 so justifique, pam atendem casos do tránsito ya quo ci funcionamiento d.c estas salas, entendeinos. aumontarIa in capacideci de los tn— bunslcs para ventilar casos do transjto V IIOS pondria en con— diciosies d.c onjugar ci crecido balance d.c casos pendientos. Por otma pa1e, ofrecerIa una oportunidad convenionto a aquellas personas; ;ioe deseaa baser alegacion d.c cnlpabilidad, d.c azI ha— cerlo sin sacrificar horns do trabajo. Bajo nuestma rccomondación ndmero 10, quo liovaba ci ndrnero 11 en ci informe preliminar, vuestro Comité rocomionda con sumo respe’to al Sr. Juez Prosidente del Tribunal Supromo hacor un liamamiento a los juoces para acción judicial más rigu [24 P0NENcIA rosa en los casos relacionados con accidentes del tránsito y con violaciones a la Ley de VehIculos y Tránsito. Al exponer nues tras consideraciones en torno a esta reco mendación lo hacemos en Ia siguiente forma: Decimos: “La ocur rencia de accidentes de tránsito en Ia vIa püblica ha alcanzado tales dimensiones que constituye hoy dIa un desastre püblico prod ucido por conducta delictiva que debe ser fuertemente sanciona da y a Ia cual se le debe poner coto con firmeza en aras de la seguridad pñblica. Creemos que un liamamiento en ci sentido indicaclo por parte del funcionario de mayor jerarquIa en in Rama Judicial será indudablemente atendido por los señores jueces.” Hasta ahi la repetición que hacemos de las recomendaciones que contenIa el informe original. Lueg o de rendido aquel informe vuestro Cornité siguió trabajand o en Ia encomienda que se Ic hiciera y sornee ahora muy respe tuosamente recomen daciones adicioriales. Recomendamos perso nal secretarial para los jueces del Tribunal de Distrito y para los Jueces de Paz y decimos que ante Ia exigencia legal de que ci magistrado tomará declaraciones juradas al agente del orde n pdblico y a los testigos en casos de manejar en estado de emb riaguez—actualmente es Ia sec. 5.804 de Ia nueva Ley de Vehi culos y Tránsito—y para mejor desempeñar los magistrados sus func iones en investiga ciones de casos criminales, tanto de trdns ito como de otros deli tos, debe proveerse a los jueces de distr ito y a los jueces de paz de Ia ayuda secretarial necesaria. Esta es una necesidad, entiende vuestro Comité, que existe en ci Tribunal de Distrito hace largo tiempo y que viene a agudizars e con la disposición legal citada. Decirnos que Ia disposici ón legal citada agudiza el problema porque bajo las disposiciones del art. 13, antecesor de in sec. 5.804 actual, se hablaba de que ci juez oiria bajo jura mento a los testigos, y habla base para pens ar de que no nece sariamente tenia que ser reduciendo a escrito en forma de declaración jurada ci testimonio del testi go o del policIa. La redacción actual de Ia sección correspon diente que ya he men cionado es especIfica en cuanto a Ia men ción de declaraciones juradas y da base para pensar que entre aque llas dos alternativas que antes existian ci poder legislativo optó por Ia de que fuera por declaración jurada suscrita por el testi go. Hay unas cuan tas recomendaciones en nuestro Infor me que las hacemos pen sando en lOS problemas del tránsito en cuan to se reflejan en Ia esfera administrativa de los tribunales , pero que también trascienden el ámbito de los casos de tráns ito y que son apli C0MITIl S0BRE PR0BLEMAS DEL TIIANSIT0 125 cables a in brega del tribunal con los casos de Indole criminal. Esta es unu de eras stuaciones. Recomienda vuestro Comité que se celebren conferencias obre tránsito, con participación de los Jueces de Distrito, de los Jueces de Paz, de los fiscales, de los secretarios del Trbunal de Distrito y, ahora con la nueva enmienda, de los secretarios del Tribunal Superior y con participación, además, de abogados en ci ejercicio de la profesión. Este tipo de conferencias ha resultado de sumo provecho en aqueilas jurisdicciones donde se ha cnsayado. En Estados Unidos la American Bar Association mantiene lo que llama su “Programa de Cortes de Trãnsita’ y conjuntamente con Ia Universidad de Northwestern lievan a cabo este tipo de conferencias regularmente en todos los estados dc Ia Union. Allã para 1956, en septiembre de ese aflo, celebramos aquI en Puerto Rico una de esas conferen cias, precisamente con participación y con concurSo de Ia Asocia ción Americana de Abogados y con Ia Universidad de North western. No tengo dudas de que aquella conferencia rindió grandes frutos y recomendamos que deben repctirse. En nues tro Informe—y no voy a referirme a ello en detalle ahora por no cansar innecesariamente vuestra atención—hacemOS una relación de las materias que son objeto de discusión en estas conferencias y un vistazo a la agenda de este tipo de reuniones entendemos que dejará plenamente demostrado ci bencficio que este tipo de conferencias ha de producir. Recomendamos bajo ci ndmero 13 de nuestras recomenda ciones Ia participación de los jueces del Tribunal de Distrito, especialmente aquelios que se ocupan exciusiva o principalmente de in atenciOn de casos de tránsito, en conferencias sobre trári sito en istados TJnidos. El intercambio de ideas que en estas ocasiones se produce no tenemos Ia menor duda de que será de graii provecho y de quc hahrd de mejorar nuestra forma de bregar con ci problema de tránsito en nuestros tribunaics. Esa es nuestra recomendacióll bajo ci ndmero 13. Bajo ci nümero 14 sugerimos in centralizaciófl de los casos de tránsito al riivel del area metropolitana en una sola insta iación judicial, y ofrecemos datos estadIsticos en apoyo de nues tm recomendación. Las radicaciones de trdnsito en la Sala de San Juan del Tribunal de Distrito durante ci ejercicio económico de 1959—60 tal cual lo demuestra ci ditimo Informc del Director AdministrativO dc los Tribunales, aicanzaron Ia cifra de 46,057 casos. En In de Rio Piedras montaron a 20,587. Estas cifras T 126 P0NENcIA representan respectivamente el 31.59 per ciento y el 14.12 por ciento de las radicaciones totales de las 37 salas de que se compone el Tribunal de Distrito. Juntándoias suman 66,664 cases y equivalen a 45.71 por ciento del total de cases de trán sito de toda Ia isla. Pensamos que atendida adecuadamente esta casi mitad de los cases de trânsito y de los problemas administrativos que generen los casos de trinsito tendriamos prácticamente resuelto el 100 per ciento de ese tipo de proble mas en el Tribunal de Distrito. Quizás la aritmética no suene muy contundente pero debo clecirles de nuestro criterio de que oqte tipo de problemas administrativos en relación con los casos de trat 0 no existe fuera del area metropoijtana en otras salas, collie lic, Pence. y quizás Mayaguez. Dc manera que encarando adecuadamente Ia ituajdn al nivel del area metro poiitana-—y podIa pensarse rnás adelante si Ia geugrafia lo permite y si las demás circunstancias lo aconsej an——el que a ese 45.71 per ciento se le afladan los cases correspondie ntes a Caro lina y a Eayamón. Atendiendo adecuadamente esa proporción creemos que no habrIa problema grande que afrontar en términos de lo administrative en ci Tribunal de Distrito en la brega con los casos de tránito. Per otro lado. pensamos que debe darse Ia a atención de los casos de tránsito ci realce en término de instalación fIsica, en térmiiios de todo lo que hace el concepto pdblico de los tribuna les de justicia. ya que en numerosas ocasiones, en una mayorIa grande de las ocasiories, el dnico contacto que tiene un ciuda dano con Ia Justicia lo es en relación con un case de trdnsito, a lo largo de toda su vida, y que Ia impresión buena o mala que derive de Ia Rama Judicial Ia va a formar a través del trato que reciha en un case de tránsito. Desde luego, que Ia instalación que recomendamos, si es que Ia idea rnerece acogida, debe proveer una planta flsica adecuada, debe tener una locali zación conveniente y debe dotarse a esa operación del personal y del equipo que permitan atender tan importante fase de Ia justicia criminal. En su estuciio de las diversas manifestaciones del problema del tránsito ci Cornité se topó con problemas que en cierto mode afectan a Ia Rama Judicial pero que es responsabilidad de otras agencias encarar. Enumeramos en nuestro Informe varias de estas recomeiidacjones porque entendiamos que afectan la administración de Ia justicia en relación con las leyes de tránsito y lo haciamos en ánimo de mejorar los procedimientos CoroITE S0BRE PReBLEMAS DEL TRANSITO 127 judiciales. Nos referimos bajo Ia recomendación ndmero 15 a las convicciones anteriores y a las penalidades acrecentadas que Ia nueva Ley de Vehiculos y Tránsito establece para un ndmero de delitos: manejar en estado de emhriaguez, conduccidn teme raria. Hay 5 ó 6 delitos en la ley nueva que conlievan pena lidades acreceutadas depencliendo de Ins infracciones anteriores del acusado .Para poder ejercitar ci tribunal esa facultad y 1)ara poder descargar esa responsabilidad de fijar Ia pena ade cuacia al case. Se lace necesario ciUC se aleguen adeaits:eate en la denuncia las infracciones anteriores en que haya incurrido cada irifractor. Entendemos que esa es responsabilidad de Ia policia en los cases que se inician en el Tribunal de Distrito mediante la radicación de deriuncias y que es responsabilidad del Secretario de Justicia—-llámese fiscal de distrito—en aquellos cases como coriducción de vehIculos bajo los efectos de bebidas embriagantes que se radican per dispesición de Ia nueva icy en ci Tribunal Superior. Recemienda vuestro Comité en relación con esta area de fulicionamiento que in Oficina dc Adrninistración de los Tn bunales coordinc con las agencias correspondientes ci envIo de la iiiformación relativa a convicciones en cases de tránsito a fin de poner a dichas agencias en condiciones de alegar ade cuadamente las convicciones anterieres del infractor. Esta coordinación existe ya en cuanto a Ia policla se reflere. Falta na, nos parece, coordinar en relación con las convicciones que habrian de informarse aT Secretario de Justicia para hacer las alegaciones correspondientes en los casos de manejar en estado de embriaguez. Proponemos bajo la ndrnero 16 de nuestras rccomenclacio nes que se estudie la posibilidaci de denuncias impresas cemo medio para aligerar ci trámite de Ia radicación. En los casos de estacionamiento, que es ci gran bulto de los cases donde una medida de esta Indole surtirIa provecho, cuando ci infractor alega que ci formulanio de denuncia no le inferma adecuada mente de la infraccióri que se Ic imputa o que los hechos denun ciados no constituyen delito pdblico, por disponerlo asi Ia ley se ordena la radicación de denuncia ordinania y se sigue en tonces ci trámite ordinario que señala ci estatuto. En ocasión en que asI se dispone el magistrado que provee también esta hlece Ia fecha en que habrá de ventilarse ci caso, pero es sumanenta frecuente Ia ocasión en que ilega ci dIa seflalado para in conipanencia dci acusade, ci acusado cemparece y in i PONENcM C0MITE SOBRE PR0BLEMAs DEL TRAN5IT0 denuncia todavIa no ha sido radicada. No hay duda que ello produce inconveniente innecesario al infractor. Pensamos, desde luego, que ci Tribunal tiene a su alcance mecanismos legales coercitivos para obtener la radicación oportuna de Ia denuncia en éste y en todos los casos donde haya indebida dila don, pero es que el nñmero es tan crecido que no nos parece que ése sea el mejor medio de afrontarlo sino a través de Ia coordinaciOn correspondiente con el Departamento de la Po ucla y en ese sentido Ia existencia de denuncias impresas de fácil confección podrIa ayudar a reducir el término que trans curre entre Ia infracción y Ia radicación de la denuncia. Este es un remedio que proponemos, que creemos, corno dii imos antes, que es de aplicación y serIa de utilidad no solamente en ci area de los casos de tránsito sino en cuanto se refiere a todos los casos criminales ante ci Tribunal de Distrito. Nos ocuparnos bajo ci nümero 17 do nuestras recomenda ciones del problema de Ia confiscación de fianzas, y lo expone mos en los siguientes términos: “Es harto conocido” decimos “para merecer cornentario adicional, el detrimento que al res peto que merecen los tribunales causan las suspensiones moti vadas por la incomparecencia de acusados especialmente cuando han prestado fianza provisional para asegurar tal comparecencia.” En tales ocasiones ci tribunal dicta resolu ción ordenando la confiscación de Ia flanza prestada. Tenemos conocimiento de que ci Departarnento do Justicia ha reforzado ci personal que se ocupa de los casos do confiscación y en adición a ello es que recornendamos que se intensifique esa atención que so está prestando a fin de quo el trámite de fianza, una vez quo la confiscaciOn ha sido dispuesta por ci tribunal, se ileve a cabo con la prontitud necesaria y nos parece que resuitarla elio en una forma más de iograr un acatarniento cada vez mayor a los mandamientos y providen cias judiciales. Bajo ci nümero 18 nos ocupamos de una recomendación quo como antes hemos dicho compete a otra agencia instrurnentar. Nos referimos alil a la escala de evaluación para propósitos de suspension o revocación de licencias. Luego de circulado nuestro Informe hemos tenido noticias por la prensa diana de que ci Secretario de Obras Pübiicas ha anunciado que con ci principio del año natural próximo estará en funcionamiento ci mecanismo quo aqul proponIamos. Dc manera que cuando decIamos quo recomendábarnos quo se urgiera del Secretario tie Obras POblicas quo tal promulgación se ilevara a cabo, do bemos ahora darnos por desistidos de esta recomeridación ante ci hecho de quo tal cosa ya se ha hecho. Hay otros grupos de recomendaciones en nuestro Informe quo participan de cieita naturaleza quo fue objeto de honda meditación y do preocupada discusiOn en ci seno del Comité. Son prohiemas que harlan menester para su soiuciOn do acción iegislativa y nos encontrarnos ai discutir la cuestidn do si cabla dentro de nuestra encomienda penetrar en ese campo 0 si ci campo nos estaba vedado. La preocupaciOn y Ia duda que al principio tenIamos la hemos visto justificada cuando a través de las ponencias que se han recibido en ci curso de esta Segunda Sesión Plenaria nos encontramos con quo ci Informe de Asistencia Legal, por un lado, propone legisiaciOn, propone la creación do una corporación pübiica. Desde luego, en aquei caso bien podrla ser Ia Sociedad ai’a Asistencia Legal Ia que se ocupara do tal cosa. Cuando liegamos al informe que rinde ci Comité sobre Determinación de Incapacidad Mental en tér minos precisos establece su reparo a penetrar en un campo dondo entiende quo no debe penetrar. Relaciones de Famiiia, por otra parte, propone una Ley do Divorcio, ropite una pro posición que hiciera en la Conferencia Pienaria anterior sobre una Ley de Divorcio y sugiere Ia posibilidad do un Comité do Legislación dentro de la Conferencia para encauzar las mcdi das que so aconsojen ante la esfera lcgislativa. El Informe sobre Asuntos de Monores propone iegislacion. La propone por lo atada quo ostá la medida a la solución del problema que ol Informe plantea. Nuestro onfoque del problema—queremos ponerlo ante los señores Jueces del Tribunal para quo se entionda nuostra posi ción—nace de la lectura y de la interpretación que hicimos del apartado iro. do ia orden croando la Conferencia Judicial, orden do 10 de octubre do 1957, donde ontre los fines para los cuaies se ostabloce la Conferencia Judicial se incluye ci do considerar y rocornendar legislación relacionada con ci sistoma judicial, ci mojoramionto del mismo y la efectiva administración de Ia justicia. Hay ocasiones donde la necesidad do logislar para mojorar ol sistema judicial nocosariamonte tiono quo llcgar al torreno do io sustantivo. Por otro lado, en ocasión on quo se colebrara la Primora Conferencia Judicial ci Juoz Tilén planteó lo que él llamó “una cuostión sobro oi modus oporandi do Ia Conferencia” quo iba oncaminada precisamente al punto qu 128 129 130 P0NENcIA C0MITI1 SOBEE PR0BLEMAs DEL TRANsIT0 aqui estoy tratando de elahorar ante ustede s, y en aquella ocasión se dijo que bien podria la Conferencia como organiza cion directa o bien a través de algün mecanismo que en el desa rrollo de Ia propia Conferencia surgiera, hacerse cargo de aquellas materias que envolvieran Ia necesid ad de legislación en el terreiio de lo sustantivo. En ese ánimo es que hacemos las recomendaciones que siguen, que no podrIan lievarse a cabo, entiende vuestro Comité, sin que mediara iegislacjon al efecto. La primera de estas recomendaciones que marcamos con el ndmero 19 en nuestro Iriforme es la que se refiere al envIo de multas por correo. Creemos que un sistema de pago de mul tas por correo en aquellos casos de infracciones a las leyes, reglamentos y ordenanzas municipales sobre tránsjto que sean susceptibles de tal trato, desde luego, ayudar ia grandemente a descongestionar los calendarios de este tipo de casos en el Tribunal de Disrito. Tal sistema, repetim os, haria menester propulsar legisiacion enmendatoria de la Ley de VehIculos y Trinsito y de los reglamentos y o’denanzas sobre ci i3artduiar va que supone penas fijas de multa. No cabria de otra forma porque no seria cosa de dejar al infiactor ejercer Ia discreción de resolver cuál ez la pena aplicable a su caso. El asunto es uno, creemos, que es para estudiarse con mayor detenimiento a la iuz de los argumentos que en pro y en contra se han ex puesto. Hay argumentos que aconsejan tal medida, los hay que sostienen que no dehe darse tal paso. Recomendarnos que se estudie Ia cuestión y anotamos de paso ci dato estadIstico de que de 125,663 casos de tránsito que se resoivieron en ci Tribunal de Distrito durante ci ejercicio econór nico de 1959-60, ci 81%, o sea, 103,425, lo fueron mecliante aiegac ion de cuipa bilidad. Sobre este mismo tema y bajo la recome ndacjón ridmero 20 sugerimos que se estudie también la posibilidad de, rnediante reglamentaciOn y con la enmienda necesaria a la Ley, establecer un sistema de alegaciones de culpabiliclad ante ci Secretario. Lu proponemos como una medida para descongestion ar los Ca lendarios de tránsito y para relevar al Juez de Distrjto de esta tarea reservando su intervención para Ia ventilación de casos en sus méritos. Desde luego, que un sisterna de este tipo también ha menester de penas fijas de multas ya que no es ci secretarjo ci ilamado a ejercer ningdn graclo de cliscreción judicial. Bajo el nümero 21 nos ocupamos del probiema de las denuncias que ilamamos “de quinta copia”, que es la denuncia 131 que se produce en ci caso de estacionamiento de un vehIculo sin que el infractor esté presente. Estabiece Ia icy Ia presun ción prima facie de que cuando un vehIculo está ilegaimente estacionaclo fue ci dueño que segdn ios records dci Depart amento de Obras Pdblicas aparece como tal quien asI ilegalm ente lo estacionó. Se deposita en ci tribunal Ia denuncia que es un ilamado al dueflo o infractor del vehiculo. Transcurr ido el término que se Ic concede a la persona para compa recer al tribunai sin que asi lo haga, entonces es responsabilid ad del tribunal obtener del Secretario de Obras Pdblicas certific ación que acredite quién es la persona que a la fecha de Ia infracc ión era ci dueflo del vehIculo en ci caso envuelto. Es ci criterio de vuestro Comité que este procedimiento impone sobre ci Tri bunal de Distrito una carga que no le corresponde y que proquc e complicaciones cuando media tardanza en el envIo de las cer tificaciones. Puedo deciries que hay tardanza en ci envIo de las certificaciones y que hay problemas que emanan de esa tardanza. Creemos que debe ser responsabiliclad de Ia policia de Puerto Rico solicitar y obtener dci Departamento de Obras Pdhiicas bajo Ia misma presunción actualmente existente la certificación acreditativa del nombre del dueño del vehIculo para entonces radicar una denuncia completa en todos sus porm eno res incIuyendo ci nombre del acusado. Recomienda vuestro Comité que se propuise Ia enmienda correspondiente a la Sec. 9.105 dc la actual Ley de VehIcuIos y TráusiLo. Este es ci Informe, Sr. Juez Presidente y señores Jueces Asociados del Tribunal, y señores de la Conferencia, que vues tro Comité sobre Probiemas del Tránsito muy respe tuosa ruente somete para su consicleración en cuanto ello fuere pro cedente. Muchas gracias. Hon. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Juez Serbia, por su abarcador Informe. Se abre a discus ión el Informe dentro del tiempo disponible. Algunos compañeros desean hacer uso de la palabra para exponer ideas, comen tar, hacer sugestiones? La Juez Ramos. , Sra. J’uez MarIa. Luisa Ramos: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados, compafleros todos: Esta experiencia de Ia citacióu simuitánea a que ha hecho alusiOn ci Juez Serbid Córdova, yo tuve la oportunidad en Caro lina cuando trabajé allI de impiantar ese sistema, no solame nte en lo que se referia a la Ley de Tránsito sino en cuanto a todos 132 DiscuslON Cor.nTE SOBRE PR0BLEMAS DEL TRANsIT0 los delitos y me facilitó muchIsimo el trabajo en Ia secretarIa del tribunal. Entiendo, que la Oficina de Administración de Tribunales debla preparar una forma especial para citar en estos casos en donde se hiciera constar a las personas que ésa es Ia ünica citación que van a recibir, porque a pesar de que eso se le dice en Ia preliminar pues muchos de ellos no lo entien den porque están acostumbrados a que vaya el marshal o el policIa a citarios y luego no vienen y ésa es Ia excusa que ofrecen cuando se les cita por desacato. Me parece que si la Oficina preparase una forma pues ahI mismo en el momento en que se acusa a Ia persona y se seflala para juicio ci caso, podia entregársele, el juez instructor podia entregar la cita ción y ya quedarla perfeccionada desde todo punto de vista Ia citación. En cuanto al comentario quo hizo el lion. Juez sobre el asunto de no acusar a los dos conductores, mi experiencia me ha ensefiado que es un poquito dificil en ci sentido de que yo cuando empecé pues ponla empeflo en acusar üiiicamente a aquel quo me parecia iue era el culpable del accidente, pero entoiices me encontré en Ia práctica con que ci Pueblo estaba en la inmensa mayorIa de los casos falto de prueba para probar el caso contra el que quedó acusado porque siempre viene un arre glito, y si le han pagado los daños pues ya ci Pueblo no tiene caso. Y no sé, a ml me ha demostrado Ia experiencia que es muchIsimo mejor acusar a los dos conductores, porque como que viene a sala lo que se acerca más a Ia verdad de lo que allI suce dió. No sé cuál ha sido la experiencia de los demás compañeros en cuanto a eso. Con relación a Ia citación de testigos, originalmente cuando yo empecé, los policlas eran los que denunciaban y ellos, na turalmente, incluIau corno testigos los que ellos creIan, los quo estaban allI presentes en ci accidente. Me daba cuenta yo en sala de que Ia prueba del Pueblo no era constante. Unos explicaban ci accidente de una manera y otros la explicaban de otra. Entonces, cuando yo empecé a investigar, Ic permitIa al policia que sometIa ci caso que me inciuyese como testigo dnica mente a aquellas personas quo venIan a declarar ante ml. Dc esa manera, no venian como testigos de cargo personas que no hablan comparecido ante ci juez instructor y que no hablan ya declarado, y Ia prueba de cargo es más uniforme. Entonces, con relación a lo que ci Hon. Juez mencjonó sobre la severidad de las penas, también yo he encontrado un poquito difIcil hacer eso. La gente, después que Ic pagan, que la otra parte repara ci daflo, ya han perdido interés y vienen a sala y se sientan en la silia y hasta antes de ser juramentados asI lo expresan en ci tribunal. Y hasta vienen ci dIa antes con ci acusado, las partes perjudicadas y quieren hacer un arreglo y hasta traen mociones de transacción y a veces hasta vienen acompaflados do abogados a explicarle al juez que no hay inte rés, que los daflos han sido resarcidos, y eso dificulta en muchI simas ocasiones Ia imposición de las verdaderas penas. Eso era todo. Muchas gracias. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias. flero desea...? Compaflero Noriega. 133 A1gün otro compa Lie. Luis A. Noriega: Sr. Juez Presidente, señores Jueces Asociados, compafleros do Conferencia: He notado que entre las recomendaciones que ha sugerido u ofrecido ci Comité de Tránsito no so encuentra Ia de seguro compuisorio para los vehIculos en Puerto Rico. Posiblemente dirIan algunos que resultarla antipoiltico pero como uno de los prohiemas más grandes—y yo considero que se confronta ci tránsito en Puerto Rico—es ci exagerado ndmero do vehiculos que hay en las carreteras de Puerto Rico producidos precisa monte por la facilidad con quo cualquier persona posee un vehIculo. PodrIamos decir que en ocasiones, para un juego do baseball, en cuaIquier actividad de cualquier naturaleza hay veces que tres miembros de la familia van en tres carros distin tos. A veces también encontramos una serie de ciudadanla irresponsable quo par $100 como so ye a diario en los periódicos en Puerto Rico compran un autornóvil. Ciento noventa dólares. Y con ese vehIculo arroila una persona, cuestan una vida, rornpen un autornóvfl, posiblemente de cualquier persona en las carreteras y esta es la soiución y yo asI creo que asI dehe recomendarlo ci Comité si no lo tiene en sus planes, de un seguro aI iguai que se hace en Nueva York o en otros estados de la Union americana como ya hay precedento establecido, de quo Ia persona, al obtener su tablilla, está obligada a asegurar eso vehiculo. Posiblemente esa situación dirian aigunos quo puede perju dicar al obrero que necesita su automóvil para Ilegar al trabajo, pero Os que en Puerto Rico ese problema no existe aparente mente o yo creo que no existe, ya que hay un servicio do carros 134 DISCUSION publicos numerosIsjmos, hay servicio de autobuses, lo mismo en el area metropolitana que en los distintos pueblos de Ia isla inclependienterneflte cie Jo pequeño; que pueden r. v ec .u— 1 cirIa ci nürrjero de vehieulos. En Nueva York a Ia fecha en que se sacan las tablillas, al cambio dc tablillas anualmente, se encuentran los vehiculos abandonados en las calles por cientos, personas que no pueden pagar Ia tablilla y pagar el seguro, in dependientemene del monto de la proteccjon que pueda dar ese seguro. Lo importante es obligar a esa persona a pagar un seguro cuanclo obtiene su tablilla. En Puerto Rico los taxImetros que transitan por las vias pdblicas, manifestado por ellos rnismos a ml, que todos Jo sabemos, pagan una tablilla as cendente a airededor de S400 mientras un irresponsabie que no rinde absolutamente ningñn servicio camina por las carreteras de Puerto Rico, campeando por sus respetos, como dijo el corn pafielo, también con un volante en Ia maim, que es extrernada mente peligroso, destruyendo vidas, y propiedad ajena, sin mayor responsabjljdad. Lo dejan detenido en cualquier sitio, lo estacionan aqui. lo estacionan allá, Ic dejan un ticket, lo rompen y al zafacón, cambia de manos ese vehIculo porque lo vende al dIa siguiente. En otras palabras, yo considero que Ia recornendacion de seguro compulsorio independjentemente de Ia apariefleja y las consecuencjas que eso pueda tener, que no es problema de esta Conferencja Judicial, debe de obligarse para asI poner en manos de personas que estén capacitadas aunque no económicamente, pero si necesarjarnente obligadas con Ia comunidad, ya que una persona que se produzca en numerosjdad de accidentes corridos, como he leido en Ia prensa que hay per sonas que chocan el mismo carro tres veces Ia misma noche, posiblernente la compañia Ic retire a esa persona Ia posibiljdad de conducir un vehicuJo o de poseer un vehlculo porque los con sideran un riesgo malo y no le conceden prima de seguro o no le perrnjten pagar prima de seguro y tener su póliza. Como consecuencia ése es un vehiculo menos que puede haber en las carreteras de Puerto Rico. Considero que uno de los problemas grdncies y que se sabe que son, es Ia numerosidad, el exceso de vehieulos que hay y posibiernejite eso poclrla reducirse obligando a los clueflos de vehlcuios de motor a asegurar sus vehIculos. Muchas gracias. II Sr. Jue. Presicicnte: Muchas gracias, compafiefo Noriega. Compaflero Alberty Ruiz. CoMITt SOBRE PROBLEMAS DEL TRANsrro 135 Si. Juez Victor Aihert, Ruiz: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados, compañeros de Ia Conferencia Judicial: Como Juez de Distrito pensaba yo cuando el compaflero Serbia Córdova hablaba de que con Ia certificación de Obras Pdblicas serIa suficiente para lograr una convicción de un acu sado por estacionar en Ia via püblica un vehIculo en contra de Ia icy, pensaba yo, como una preocupación, como un terna para obieto de ulterior consideración, que si ci abogado le piantea al señor Juez que presida la sala ci hecho de que eso está en contra de la presunción de inocencia que postula Ia Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, qué impacto podrIa tener esa icy que presume culpable a una persona cuando Ia Constitución establece que en Puerto Rico todo acusado deberá considerarse inocente del delito que se Ic imputa? Otra cuestión, como objeto de estudio, de meditación, de consideración ulterior, es el hecho de que yo considero como abogado, como juez, de que no es una recomendación adecuada y justa para con la ciudadanIa ci hecho de que ci Hon. Juez Presidente haga un ilamamiento sobre la severidad de las penas. La Ley de Evidencia—si Ia memoria no me es infiel—postula que el juez que preside una sala y que va a juzgar, a condenar, a evaluar los derechos de un acusado, debe ir alli con rnente no prevenida, y si una recomendación sobre Ia severidad de la pena no es prevenir a un juez que va a considerar los elementos del delito, además los atenuantes que emanen de la misma prueba, si eso no es una forma de prevenir al juez y de hacer que ese acusado vaya eon una recomendación que viene de tan alta y esciarecida procedencia, en contra del derecho que tiene a que los atenuantes y las excusas legales que a veces no son suficientes a exonerar, pero que son suficientes muehas veces cuando el ánimo no está prevenido, cuando no hay una recomen dación de tan esclarecida procedencia a que el juez sea benévolo en Ia imposición de Ia pena. Otra cuestión que considero que debe utilizarse y debe pon derarse es el hecho de cómo autorizar a un secretario a aceptar alegaciones de culpabilidad podrIa, con la Ley de la Judicatura y con la Constitución y con los informes sobre eI particular sobre ci Poder Judicial de Puerto Rico, tener aIgdn impacto en Ia Constitución de Puerto Rico y además de eso otros pro biemas que surgen y que son motivo de Rena preocupación. Esto es todo. I! 136 DISCUsION CoMrrE SOuSE PROBLEMAS DEL TRANSIT0 Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero. El Juez Presidente desea hacer constar, para beinficio de todas las per sonas presentes y del püblico que pueda ser informado a través de Ia prensa, que Ia recomendación a que se refiere el Juez Alberty Ruiz es una recomendación que hace el Comité, el cr1terio que el Comité ha expuesto en un Informe que no tiene nece sariamente que coincidir con el del Juez Presidente; que el Juez Presidente no ha expresado criterio alguno sobre ese extremo porque es una materia de Indole personal, de su actitud hacia las maneras de conducirse los jueces en el uso de su discreción. Algün otro compaflero desea expreSarse? Juez Acosta. Sr. Juez José Benito Acosta: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados, compafleros todos de la Conferencia Judicial: Voy a hacer referencia brevemente a un punto, ya que hemos oIdo el Informe del compaflero Juez Serbia haciendo sus reco mendaciones con relación al problema o al sistema de denuricia y citación smultáneas en los casos de menor importancia por las violaciones a Ia Ley de Tránsito. Hay un detalle que he observado en Ia práctica en mi sala de Carolina y es que estamos usando todavia los mismos boletos que se usaban bajo la vieja ley, que son tan pequeños y fueron diseflados y hechos para funcionar con la otra ley, y esos boletos resultan insuficientes ahora para ser usados en relación con Ia nueva Ley de Vehiculos y Tránsito porque no tienen espacio donde el juez pueda escribir sus notas en algunos casos cuando el acusado no hace alegacion alguna y se prosigue con los procedirnientos como si fuera una denuncia ordinaria y en algunos casos el policla no comparece, el juez tiene que escribir alguna nota ordenando el arresto del denunciante, ordenando que se cite de nuevo, ordenando que se posponga Ia vista del caso, y no encuentra el juez un espacio en el boleto donde escribir esa nota porque ya eso está previsto y tiene los encasillados correspondientes sin que se haya dispuesto de un espacio para esas notas. Yo recomiendo que a Ia mayor brevedad posible se remodelen o se hagan nuevos boletos de tránsito de manera que le ofrezcan esas facilidades al juez. Otro punto que deseo seflalar para que si este Comité tiene a bien considerarlo es Ia necesidad de que se fije la hora de comparecencia al tribunal. Todos sabemos que la Ley de Trán sito permite al infractor comparecer en cualquier momento antes de Ia fecha indicada a hacer alegacion. Con frecuencia 137 el ciudadano, como no se le dice a qué hora debe compare cer, comparece a las 3 de la tarde, comparece a las 4, a Ia hora que él escoja o que le sea más conveniente desde luego, dentro del horario laborable. Entonces los jueces estamos obli gados a atenderle, a recibir Ia alegación de culpabilidad, a im ponerle Ia multa correspondiente, en muchos casos también se encuentra el tribunal en sesión y realmente constituye esto una interrupción a veces en nuestras sesiones mientras se ventilan otros casos, porque nos vemos obligados muchas veces a inte rrumpir la vista de casos, por ejemplo más importantes como de acometimiento y agresión grave y portación de armas para atender con cierta urgencia o rapidez estas alegaciones de cul pabilidad que uno comprende que porque son de menor impor tancia no debe tener un dIa esperando a un ciudadano que quizás tenga mñltiples ocupaciones de carácter püblico y privado que atender. Deseo hacer esta recomendación al Comité a los fines de que se establezca, si es posible se escoja solamente uno o dos dIas a la semana para comparecer y que se fije la hora de comparecencia. Muchas gracias. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Acosta. El compañero Torres Rigual. 1 Lic. Hiram Tories Rigzal: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados, compafleros y amigos: Quiero meramente puntualizar la recomendación nümero 21 que me parece que presenta un problema muy serio. Se le informó al Comité que el aflo pasado se archivaron cerca de 30,000 casos por falta de someter al Tribunal de Distrito la información adecuada en los casos de denuncia de ticket ciego. Tengo entendido que este aflo vamos por el mismo camino. De nada vale lo buena que sea la Ley de Tránsito; de nada vale lo eficiente que sea Ia vigilancia policIaca, si luego no hay la acción punitiva de los tribunales. Me parece que esto socava el pres tigio de Ia Rama Judicial y crea una actitud en la ciudadanIa muy lesiva al respeto que en toda democracia se le debe a la Rama Judicial. Creo que debemos puntualizar esto para que se corrija esta situación a Ia mayor brevedad. Muchas gracias. Sr. Juez Presidente: Muchas gracias, compaflero Torres Algdn otro de los miembros de la Conferencia desea Rigual. expresarse? CLAu5URA DE LA C0NFERENCIA i3 CIusuRA DE LA C0NFERENcIA Sra. Juez Dominga Rivera: Unos breves minutos, Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados y compafleros todos; miem bros de la Judicatura: No hay duda de que las recomendaciones hechas por el Co mite que acaba de informar y pm’ todos los Comités que han desfilado sefialan la necesidad de ciertas facilidades, muchas de ellas incluyen nombrarniento de nuevo personal, creación de plazas nuevas, edificios que se construyan. SerIa recomendable, Si se han hecho los estudios necesarios, cuánto costarIa al erario pdblico cada una de las facilidades que se ha tornado en consi deración que serIan necesarias. Me parece a ml que es responsabilidad de todo comité, cuando está haciendo unas recomendaciones solicitando facili dades que conilevan nuevas asignaciones que se haga an estudio: cuánto costarla al erario pdblico, por dos razones: En primer lugar, para ver si es factible dentro de las posibilidades econó micas presupuestales del pals lievar a cabo esas facilidades; y en segundo lugar, para ir haciendo ambiente en Ia mente de los legisladores de que, dentro cle las posibilidades económicas del pals, pueden ilevarse a cabo esas facilidades que se solicitan. Se harIa an mejor trabajo y es cuestión de conocer Ia naturaleza humana de que asI serIa rnás fácil el logro de las facilidades que se recomiendan porque no harlamos nada en relación a conseguir lo que se propone si no se dice cuánto costarIa y si eso puede ha cerse dentro de las facilidades econórnicas del pals. Eso es todo. Si. Ju.ez Presidente: Muchas gracias, compañera. En este del Comité a éste y en cuanto a los demás, el Tribunal se pronunciará en el momento oportuno. El señor Presidente del Comité Directivo. momento vamos a considerar sometido el Informe luego de Ia discusión del mismo. En cuanto I CLAUSURA DE LA CONPERENCIA Sr. J’uez R. H. Todd, Jr.: Terminada la sesión de trabajo del dIa de hoy procede y asi lo someto al Juez Presidente y a los Jueces Asociados de este Tribunal Supremo que, como se hizo en la Primera Sesión Plenaria, tengamos una corta sesión de clausura en la que intervengan algunos compafieros. Como Presidente del Comité Directjvo y previa consulta con el Juez Presidente, me permito sugerir al Tribunal que se designen 13tJ para tomar parte en esta fase de clausura a un representante de los Jueces de Distrito, a uno por los Jueces Superiores, al Presidente del Colegio de Abogados, y a un servidor. Me he permitido sin estar expresamente autorizado para ello el some ter al Tribunal que se designe al licenciado y compaflero Marce lino Flores en representación de los Jueces de Distrito; al coin pañero Aifredo Archilla Guenard, en representación de los Jueces Superiores. Además, al cornpañero Manuel Abréu Castillo, como Presidente del Colegio de Abogados. Sr. Juez Presidente: Machas gracias, Sr. Presidente del Comité Directivo. El rfvjbunal estâ de acuerdo con las suges tiones y recornendaciones hechas por el Comité, y porle en el uso de Ta palabra al compafiero Marcelino Flores. Sr. Jue:; Mai’celino Flares: Sr. Presidente del Tribunal Supremo, $res. Juece? Azociados, Sr. Presidente del Cornité Di rectivo de In Conferenca, Sr. Secretario de Justicia, Sr. Froeurn dor General dc Puerto Rico, Sr. Director cie Ia Administraci:in de Tribunales, Sr. Presidente del Coiegio de Abogados, represen tantes del poder ejecutivo aquI presentes, cornpañeras y corn pafleros: Es para ml un motivo de profunda satisfacción personal y profesional poder decir en el momento final de esta Segunda Conferencia Judicial unas breves palabras en representación de los Jueces de Distrito tal como lo sugiriera el Hon. Presidente de este acto. Los distinguidos magistrados del Tribunal de Distrito de Puerto Rico hemos sabido aquilatar los méritos profesionales y sociales de esta actividad judicial. Damos fe de que la organización, los asuntos objeto de estudio y ponencia, asI como los exponentes, han sido insuperables. Asimismo son insuperabies los pianos de respeto, de consideración y dignidad profesional que han imperado a lo largo de estos tres dlas de convivencia profesional y personal de jueces y abogados partici pantes y asistentes en esta Conferencia. Se han fijado proble mas que enfrenta la justicia en Puerto Rico; se han discutido posibies soluciones; y se han hecho evaluaciones. Sobre todo, estas Conferencias con fe de superación le tienen que decir al pueblo de Puerto Rico, el de mayor consideración en toda gestión profesional, que los magistrados y los administradores de jus ticia se reunen para discutir las fallas judiciales, para evaluar Ia obra que a diario realizamos y acordar aquellas medidas jurIdico-sociales que sirvan mejor los intereses generales de 14( CLAuSuRA DE LA C0NFERENcJA CLAusuaA DR LA CONFEREN0IA ese pueblo. Nos hernos dado cuenta de lo mucho que hemos hecho, pero a la vez nos vamos de aqul entusiasmados con lo mucho que nos queda por hacer. Los Jueces de Distrito, al igual que los distinguidos magi trados del Tribunal Superior, aceptarnos el reto que nos hacen el Hon. Tribunal Supremo de Puerto Rico, el Hon. Gobernador de Puerto Rico, y las Honorables Cámaras Legislativas. Solo reclarnamos de Dios Ia tranquilidad de espIritu que se requiere para hace buena justicia. Dc los hombres. esperamos y damos buena voluntad. Gracias, señores del Tribunal Suprerno, gra cias Sr. Gobernador por Ia fe puesta en nosotros, y gracias Hon. Colegio de Abogados de Puerto Rico por tantas atenciones y gen tilezas. Muchas gracias. ción de Ia justicia que todos nos unamos en una asamblea ple naria de este organismo por lo menos todos los aflos, uria vez a! aflo, para asI aportar las experiencias adquiridas durante ese año y tratar de mejorar esa administración de Ia justicia. Yo, a nombre de los Jueces Superiores de Puerto Rico, felicito al Comité organizador de esta Conferencia por el éxito alcanzado y muy especialmente a su docto Presidente. Quiero terminar estas cortas palabras diciendo que este espIritu que ha reinado aquI en esta Conferencia en pro de la consecución de Ia mejor administración de Ia justicia a nuestro pueblo no se quede aquI depositado en el ámbito de este Hon. Tribunal. Lievémosnos, pues, en nuestros corazones ese alto principio, Ilevémoslo a nuestras respectivas jurisdiccione s, y con él hagamos y procuremos una mejor justicia. Muchas gracias. Sr. Juez Presidente: El compaflero Archilla. Muchas gracias, compañero Flores. Sr. Juez Alfredo Archilla, Guenard: Sr. Juez Presidente, Sres. Jueces Asociados, compafleros miembros todos de esta Hon. Conferencia Judicial de Puerto Rico. Agradezco infinitamente la oportunidad que se me brinda en estos momentos de clausura de esta Hon. Conferencia para en nombre de los Jueces Superiores de Puerto Rico, el grupo que me honro en pertenecer, agradecer infinitamente la oportunidad que a todos nos ha brindado este organismo para colaborar juntos en pro de una mejor administración de la justicia. Es precioso, seflores, el principio que enuncia este organismo: Ia consecución de una mejor adrninistración de la justicia para este bendito pueblo puertorriqueflo que tanto se Ia merece. Y es preciosa, además. la oportunidad que este organismo nos brinda a todos de por lo menos una vez al aflo reunirnos para aunar nuestros conocirnieritos y las experiencias aciquiridas en pro de la consecucjón de esa mejor administración de Ia justicia para este pueblo. En nombre de los Jueces Superiores de Puerto Rico yo quiero consignar en ci record de esta Hon. Conferencia el sentir de este grupo de servidores püblicos. He auscultado el criterio de Ia mayorIa de los compafleros miembros de esta Conferencia Judicial y puedo y quiero decir que el criterio es unánime en el sentido de Ia deseabilidad de que esta Conferencia se reuria en Asamblea Plenaria por lo menos cada aflo. Es decir, que en tienden los jueces que componen este grupo de esta Conferencia que es necesario, ütil y bueno para nuestra mejor administra Sr. Juez Presiclente: Guenard por sus palabras. gados, Lie. Abi’éu Castillo. 141 Muchas gracias, compaflero Archilla El Presidente del Colegio de Abo Lie. Manuel Abréu Castillo: Sr. Juez Presidente y Sres. Jueces Asociaclos, Sr. Presidente y miembros del Comité Direc tivo, compafleros y eompaneras: Dc esta Segunda Conferencia Judicial hemos obtenido logros que debemos resaltar para que queden permanentemente gra bados en Ia mente y en el espIritu de todos nosotros. Estos logros, en primer lugar, son que se ha logrado una mayor iden tificación entre las tres ramas que componen nuestro sistema de gobierno; que en los niveles y en las areas de cada cual se realizan y se descargan responsabilidades que tienen una estre cha e Intima reiación unas con las otras. AquI, Ia Rama Judicial le informa al Ejecutivo y al Legislativo cnáles son sus ansias y sus aspiraciolles para mejorar el sisterna. El Ejecutivo, a su vez, señala cudles son sus exigencias para niejorar la justicia, quo también es función del Eiecutivo. Igualmente, Ia Rama Legisiativa sugiere y propone medidas encarninadas a mejorar todo nuestro sistema constitucional. En segundo lugar, y muy importante para ci destino de la Rama Judicial en Puerto Rico, ha sido el logro de que por primera vez en nuestra historia la Rama Judicial tiene un auténtico liderato y un liderato con sabor a Puerto Rico, con sabor a pueblo y con sentido de iden tificar el sistema judicial con aquellos a quienes verdaderamente sirve ci sistema judicial, quo es a los puertorriqueflos. Esta IF 142 CLAuSuRA DE LA CoNrREwcIA CLAusuRA DR LA CoNFErNcIA identificación es muy saludable y es muy provechosa para los mej ores intereses de nuestro pueblo. Y decimos que se iden tifica la Rama Judicial en un auténtico liderato con nuestro pueblo, porque por vez primera en nuestra historia Ia Rama Judicial, sin tener Ia responsabilidad legal de hacerlo, le rinde un informe al pueblo de Puerto Rico de cuál es el estado judicial en este pals. Esto es muy importante porque esto mejora la calidad democrática del pueblo de Puerto Rico. Y por dltirno un logro que no podemos pasar por alto es Ia clara y estrecha identificación que esta Conferencia produce y estimula entre el Foro puertorriqueflo y nuestra Judicatura en un piano de dignidad, de respeto y confraternidad. Para todos en nombre del Colegio cle Abogados, para los señores magistrados y el Comité Directivo, nuestra más cálida felicita ción y Dios quiera que los logros que hemos obtenido sean de permanente beneficio para nuestro buen pueblo de Puerto Rico. Muchas gracias. esta Segunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial, como Ia que tuvo en su Primera Sesión, ese éxito se esfumarla o a lo más quedarla limitado a un mero esfuerzo intelectual de varios abogados de buena voluntad, si los diversos informes sometidos a la consideración de nuestro Tribunal Supremo, silas recomen daciones en ebbs contenidas en tanto en cuanto merezcan Ia aprobacón del Tribunal Supreme, no se convierLen en nuevas leyes o en enmiendas a las ya en vigor y asimismo en 1a adop ción de aquellas reglas que afectan a una mejor administración de una justicia justa, como dijo en ci dIa de ayer el compafiero Sr. Jnez Presidente: Muchas gracias, compaflero Abréu Cas tub por sus palabras. El Presidente del Comité Directivo, compaflero Todd. Sr. Juez R. H. Todd, Jr.: Sr. Juez Presidente y Jueces Aso ciados del Tribunal Supremo, compafleros todos de Ia Confe rencia Judicial: Muy breves palabras. Como Presidente del Comité Direc tivo deseo, en primer lugar, expresar la satisfacción que he sen tido en estos tres dIas de trabajos de la Segunda Sesión Plenaria de Ia Conferencia Judicial por la magnIfica labor realizada por los distintos comités que han rendido informes y recomendacio nes a esta Conferencia y asimismo por las ponencias expuestas por los presiderites de dichos comités. Se ha demostrado aqul el interés profundo que los comités nombrados por el Tribunal Supremo han tenido y tienen en que los fines para los cuales fue creada esta Conferencia Judicial en los distintos problemas importantes con que nos confrontamos para una mejor admi nistración de Ia justicia en Puerto Rico tengan el mayor éxito. También es digno de ba ci interés demostrado por los demás miembros de Ia Conferencia Judicial, que no son y no forman parte de los distintos comités, con su asistencia diana a estas sesiones y su intervencióri directa, aportando ideas y sugestiones para futuras consideraciones de los distintos comités. Es na tural, sin embargo, que no importa el éxito que haya tenido I 143 Poventud. A ese efecto puedo asegurar al Tribunal Supremo y a los miembros de In Conferencia Judicial que al aceptar el honroso cargo de Presiclente del Comité Directive hice el propósito de dedicar todo ci esfuerzo de que sea capaz pam continuar pres tando al Tribunal Supremo mi cooperación para que ci éxito de la Conferencia Judicial se convierta en una realidad. Es Ia ünica forma la mejor forma en que puedo honrar Ia memoria de mi predecesor, nuestro inolvidable compaflero Jaime Sifre Dâviia, espIritu creador de esta Conferencia Judicial. No creo revelar ningdn secreto si digo que a los fines que acabo de ex poner, ya ci Juez Presidente me ha citado para que me reuna con él en el mes de enero para tratar sobre todas las cuestiones que han sido sometidas al Tribunal Supremo en esta Segunda Sesión Plenaria y ver la forma de ir instrumentando la acción que deba tomar ci Tribunal Supremo en relación con los distin tos informes y recomendaciones. Creo mi cleber, además, antes de terminar, expresar el reco nocimiento de la Conferencia Judicial a la espléndida coopera ción del Colegio de Abogados y de su dinámico Presidente, el compaflero Manuel Abréu Castillo, quienes en todo momento han estado cooperando para ci mejor éxito de la Conferencia Judicial. Asimismo, y para terminar, creo mi deber, a nombre de todos los miembros de la Conferencia Judicial, dam las gracias más cumplidas al Tribunal Supremo por la espléndida recepción que en honor de los miembros de Ia Conferencia Judicial nos ofreció anoche. Muchas gracias. 5r• Juez Presidente: Muchas gracias, compañero Juez Todd. Para clausurar, solo dos palabras. Esta Segunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial ha llevado a cabo sus tra bajos oyendo las ponencias de sus respectivos comités a través 144 (LAUsuRA DE LA CoNFER1NcIp. de sus presidentes y discutiendo estos informes, en el clima de acercamiento y entendimiento mutuo de Foro y Judicatura donde se están aunando los esfuerzos de cada uno de estos dos inte I grantes de Ia Conferencia Judicial. La Conferencja Judicial en Puerto Rico acaba de nacer. Esta es solo Ia Segunda Sesión Plenaria. Su organización no es perfecta, como tampoco posiblemente los mecanismos para hacer expresión de Ia labor intelectual, de los trabajos profe sionales, de los objetivos y de las metas que justifican su exis tencia. Sin embargo, se nutre esta Conferencia, no solo del calibre intelectual de los miembros que Ia componen, sI que del sentimiento, de la disposiciOn, de la emociOn que se pone en el trabajo. Miembros de Ia profesión que constituyen honra de nuestro Foro, de larga práctica, de muchos años de experiencia vienen a colaborar en los trabajos de los comités, con miem bros más jóvenes de Ia profesión. Se unen las generaciones, se unen las actitudes de Ia vida y los modos de pensar en las distintas esferas de actividad de la Conferencia. Distinguidos compafleros, como don José Angel Poventud, quien reside en Ia ciudad de Ponce, miembro del Comité Directivo, Presidente del Comité de Procedimiento Civil, no solo se reüne con ci Comité para los trabajos, deliberaciones y recomendaciones y estudios de las materias técnicas que implica el procedimiento civil, Si que comparece puntualmente y sin faita a las sesiones del Comité Directjvo aun cuando se citare con 24 horas de anticipaciOn. Corno nuestro querido ex Juez Presidente, don Roberto H. Todd, quien al igual que su predecesor. nuestro inolvidable don Jaime. estuvo dispuesto a sacrificar su retiro, su vida sosegada, para venir a esta Conferencia, a unirse a las preocupaciories que nos lievan a nosotros a trabajar juntos en el esfuerzo de proponer soluciones, de cristalizar las ambiciones en realidades para me jorar la administración de Ia justicia, ci funcionamiento de los tribunales, enfrentándonos a Ia realidad del enjuiciamiento pdblico del sistema judicial, no siempre carente de base. En ese esfuerzo comdn, esfuerzo comdn de Foro y Judicatura, cons cientes de la situación de Ia Rama Judicial, aunando esfuerzos en esa proyección hacia adelante con ci dinamismo de la juventud y con Ia experiencia de los aflos que ilevan en Ia profesión dis tinguidos miembros de nuestro Foro, como el compaflero Ocho teco, quien ha sido columna en nuestro Comité Directivo, y otros con menos aflos como los compafleros TrIas Monge, Fernández Badillo y Ponsa FelIu. Los miembros del Comité Directivo, miern CLAusURA DE LA CONFERENCIA 145 bros de todos los comitds, con una gran dedicación y con una gran actitud. Son de oro las palabras que dijera don Jaime Sifre lJávila cuando clausuró la Sesión Inaugural de Ia Primera Sesión Plenaria: “Estoy convencido de que el ambiente de aus teridad y de respeto en que se ha conducido esta Conferencia Judicial compuesta de miembros del Foro y de la Judicatura, es eI mejor augurio de los logros positivos por delante.” No po demos decir, compafleros de Ia Conferencia, aun con todo lo que Ia labor de pensamiento y con todo lo que Ia labor de los comités representan que hemos Ilegado a nuestra meta. Esta mos comenzando. El camino es escarpado. Requiere voluntad de espIritu, dedicación de los miembros del Foro y de Ia Judica tura aunados en el propósito de esta Comferencia Judicial. No solo participando en esta Conferencia, sino como Ia enti dad representativa de nuestra clase, el Colegio de Abogados ha prestado tanto a Ia administraciOn de justicia como a este Tribu nal ci énfasis de su respaldo y sus convicciones para solucionar las crisis congestivas en éste y en otros tribunales. No hay pala bras para reconocer, para agradecer la disposición, Ia actitud y la contribución de ustedes a esta magnIfica labor de Ia Con ferencia Judicial. Esperamos de ustedes y otros compafleros más esa misma voluntad, esa misma dedicación para seguir adelante en este proyecto. El Tribunal, ci Comité Directivo, evaluarán los trabajos de Ia Conferencia. Posiblemente tenemos que examinar ci alcance de Ia Conferencia Judicial, los rneca nismos para instrumentar los estudios, los proyectos. No siem pre es fácil organizar en sus comienzos una cosa. Sin embargo, las experiencias van indicando cOrno deben continuarse haciendo las cosas dentro de aquellas limitaciones, dentro de aquellas areas, dentro de aquellos ámbitos propios para actuar. Pero ése es ci porvenir y ése es ci porvenir inmediato al que hay que dirigirse en la continuación de nuestro esfuerzo. Se recons tituirán comités, se crearán comités nuevos, se examinará Ia situaeión toda. Para los funcionarios de la Conferencia, el Director Admi nistrativo de los Tribunales y su Auxiliar, nuestro Secretario, gue actüan como secretarios de la Conferencia, ci Alguacii del Tribunal y los alguaciles auxiliares, una palabra de agradeci-. miento por Ia labor administrativa, y de organización fIsica, de facilidades en esta Sala, y para ustedes, a nombre del Tribunal Supremo, compafleros de Ia Conferencia Judicial, el recono 146 CLAuSURA DR LA C0NFERENcIA el respeto más profundo porque esta Segunda Con ferencia Judicial, como la primera, por su austeridad, por la dignidad de sus trabajos, y xnás que todo, por el acercamiento del Foro y Ia Judicatura, ha representado en esta ocasión, como en aquélla, una gian conquista de nuestra profesión. Muchas gracias y con estas palabras declaro terminada Ia Segunda Sesión Plenaria de la Conferencia Judicial. cimiento y CERT: ic c 1(3 N 117 CERTIFICACION Yo, Mercedes L. Somohano, Secretaria Auxiliar del Tribunal Supremo de Puerto Rico, CERTIFICO: Que la anterior es una transcripción fiel y exacta preparada por ml de las cintas magnetofónicas dc la grahación heclia duran te los procedimientos dc Ia Segunda Sesión Plenaria de la Con ferencia Judicial de Puerto Rico celebrada durante los dIas 15, 16 y 17 de diciembre de 1960, en el Salon de Sesiones del Tri bunal Supremo de Puerto Rico. En testimonio de lo cual y para unir al expediente de Ia Conferencia expido Ia presente en San Juan, Puerto Rico, a 27 de febrero de 1961. MERCEDES L. S0M0HAN0 Sec retaria Auxilia,r DEPARTAMENTO DE HACIENDA Servicio de Compra y Suministro — Divisiân de Imprenta SAN JUAN, P. R. 1964 J. 2-2080—500—IGPR