Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2011;137(9):414–418 www.elsevier.es/medicinaclinica Artı́culo especial Alteración cognitiva leve en la práctica clı́nica Mild cognitive impairment in clinical practice Javier Olazarán Rodrı́guez a,b,* y Félix Bermejo Pareja c,d a CEP Hermanos Sangro, Madrid, España Servicio de Neurologı´a, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid, España Servicio de Neurologı´a, Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid, España d Ciberned 5 (Enfermedades Neurodegenerativas), Madrid, España b c I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O Historia del artı´culo: Recibido el 31 de marzo de 2010 Aceptado el 9 de septiembre de 2010 On-line el 15 de diciembre de 2010 Introducción La población anciana presenta alteraciones cognitivas (sobre todo pérdida de memoria) que son clı́nicamente detectables y que no interfieren con las actividades habituales, por lo que no pueden calificarse de demencia. Estas alteraciones tienen una prevalencia sustancial (intervalo medio del 3-19%)1–3 y han recibido diferentes denominaciones. Una de las primeras fue el ‘‘olvido benigno de la senescencia’’ de Kral4, que fue seguido de otras que incluı́an criterios psicométricos5,6. Varios códigos diagnósticos han utilizado términos como ‘‘trastorno cognitivo leve’’7 y ‘‘deterioro cognitivo relacionado con la edad’’8. Petersen, neurólogo de la Clı́nica Mayo, propuso el término mild cognitive impairment (MCI)9,10, considerando que la mayorı́a de los pacientes con MCI presentaban pérdida de memoria como preludio de la enfermedad de Alzheimer (EA). Este término, MCI, ha sufrido modificaciones en su contenido conceptual en acuerdos de expertos, ampliando las caracterı́sticas del déficit cognitivo (a áreas distintas de la memoria) y las caracterı́sticas etiológicas (múltiples causas y factores de riesgo [FR])11,12. En esta lı́nea, el estudio canadiense propuso el ‘‘deterioro cognitivo – no demencia’’13 (CIND en siglas inglesas) como un estadio intermedio entre la normalidad y la demencia. El término MCI ha prevalecido en la literatura anglosajona y ha sido traducido en español como ‘‘alteración cognitiva leve’’ (ACL) y, de forma libérrima, como ‘‘deterioro cognitivo ligero’’ (DCL)10. Esta puesta al dı́a está motivada porque el MCI (ACL o DCL en español) se ha constituido, en un panorama médico de creciente envejecimiento, en una entidad clı́nica frecuente, aunque de * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (J. Olazarán Rodrı́guez). lı́mites nosológicos imprecisos. Resulta claro que la ACL es una entidad intermedia entre la normalidad cognitiva y la demencia, y con frecuencia es el preludio de ésta (sobre todo de la EA), por lo que recomendamos su detección, diagnóstico y seguimiento como una actitud de buena y cautelosa práctica clı́nica. Concepto de alteración cognitiva leve Las quejas cognitivas subjetivas (sobre todo de pérdida de memoria) sin alteraciones en el examen mental no se consideran ACL (entidad clı́nica objetivable), pero habitualmente son su primera manifestación. Estas quejas se asocian a situaciones de estrés (fı́sico, psicológico) o a trastornos psiquiátricos (ansiedad, depresión). Aún ası́, las quejas subjetivas, en ausencia de depresión, tienen un ligero poder predictivo de demencia14 e incluso de mortalidad15. La confirmación de las mismas por un informador fiable y la constatación de un rendimiento disminuido en las pruebas de memoria o cognitivas generales, siempre que el paciente realice sus actividades habituales (actividades de la vida diaria instrumentales [AIVD] y básicas [ABVD]), son el paradigma de la ACL12,16. El criterio diagnóstico ideal es disponer de un estudio clı́nico y psicométrico evolutivo que muestre el declive cognitivo del paciente, lo que es inhabitual11,16. Pese a ser un concepto teóricamente claro (trastorno cognitivo objetivable y persistente que no alcanza la intensidad de la demencia), la ACL resulta difı́cil de definir desde el punto de vista práctico, pues es un constructo clı́nico apoyado en datos psicométricos, no biológicos (aunque existan algunos marcadores biológicos y de neuroimagen)2,9–12,16. Además de la imprecisión diagnóstica, su evolución variable (algunos casos revierten a la normalidad, otros se estabilizan y aproximadamente la mitad, en series clı́nicas, desarrollan demencia tras cinco años)2,17 dificulta su caracterización. 0025-7753/$ – see front matter ß 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.medcli.2010.09.014 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. [()TD$FIG] J. Olazarán Rodrı´guez, F. Bermejo Pareja / Med Clin (Barc). 2011;137(9):414–418 415 Detección La ACL debe distinguirse de otros sı́ndromes de alteración cognitiva del adulto mediante la anamnesis y el examen del estado mental9–12,16 (tabla 1). En el sı́ndrome confusional, el paciente suele ser llevado al servicio de Urgencias y es llamativa la alteración de la atención o alerta. El sı́ndrome cognitivo focal conlleva un déficit prominente de una única área cognitiva, habitualmente de diagnóstico fácil (por ejemplo, afasia), aunque en ocasiones puede requerir un examen neuropsicológico y psicométrico (por ejemplo, sı́ndrome neuroconductual frontal). La demencia conlleva alteraciones cognitivas aparentes que generan desadaptación social, pero en pacientes muy ancianos (85 años y más) y en los casos leves puede ser difı́cil de diferenciar de la ACL. La depresión y otros trastornos psiquiátricos pueden adoptar todas las formas de expresión sindrómica cognitiva de la tabla 1. Los antecedentes psiquiátricos, el humor y el contenido del pensamiento son útiles para identificar a estos pacientes, pero puede ser necesaria la ayuda del especialista16. La detección clı́nica de la ACL se debe afianzar con un test de cribado psicométrico estandarizado. El test ‘‘mini-mental’’ (MMS), o alguna de sus variantes, se ha utilizado ampliamente18, pero es largo y poco sensible para la ACL19. Los autores recomiendan dos pruebas breves cuya combinación puede resultar sensible: a) la repetición y aprendizaje de tres palabras20 y b) el dibujo de un reloj sin modelo, señalando las once y diez21,22. El examinador debe decir las tres palabras con una cadencia de una por segundo, hacer que el sujeto las repita y, tras varios minutos de distracción (por ejemplo, con sustracción seriada), solicitar su rememoración. No recordar ninguna palabra es patológico y recordar sólo una es dudoso (datos poblacionales españoles del estudio NEDICES)20. El test del reloj se valora otorgando un punto si se ponen todos los números (1 al 12), otro punto si el 12, 3, 6, y 9 tienen una disposición correcta, y otro si las manillas dibujan las once y diez. No alcanzar los tres puntos es sospechoso de ACL, excepto en analfabetos)21,22 (fig. 1). La combinación de estas dos pruebas constituye el test ‘‘mini-cog’’, aún no validado en la población española22,23. Otras pruebas, potencialmente útiles para detectar la ACL en analfabetos, aún no han sido suficientemente estudiadas24. Una vez detectado el DCL, es aconsejable, según las circunstancias del paciente, una evaluación formal por un especialista, un examen neuropsicológico, una remisión a una unidad de memoria o una revisión en 4-6 meses, descartando comorbilidad médica y psiquiátrica. Diagnóstico El diagnóstico formal de la ACL requiere cumplir las condiciones de alguna de las definiciones operativas2,9–12,16 (tabla 2) y disponer Figura 1. Ejecución del test del reloj normal (columna de la izquierda), con alteración mı́nima o dudosa (columna central) y claramente alterada compatible con alteración cognitiva leve (columna de la derecha). Instrucciones: ‘‘dibuje un reloj redondo grande, ponga todos los números y las agujas en las once y diez’’. de un informador fiable (allegado). Ocasionalmente, el propio médico puede diagnosticar la ACL sobre la base de dos valoraciones cognitivas separadas (por ejemplo, en 6-12 meses), dado que el rendimiento en los tests breves (por ejemplo, MMS) no debe empeorar11. En este proceso diagnóstico deben precisarse los primeros sı́ntomas, el modo de inicio y el tiempo de evolución, ası́ como realizar un examen del estado mental y obtener información acerca del estado afectivo (depresión), conductual (trastornos) y de la personalidad. Los pacientes con ACL presentan déficit detectables mediante un examen sencillo de áreas cognitivas (tabla 3), o con una baterı́a de tests psicométricos (Unidad de memoria)27–29. La orientación temporal y espacial, el aprendizaje de palabras, la sustracción mantenida, el recuerdo de palabras y la valoración visuoespacial, evaluadas en este orden, permiten obtener un panorama cognitivo suficiente en la mayorı́a de los casos. La administración de escalas o test psicométricos estandarizados exige la participación del especialista o del neuropsicólogo. Esta valoración es necesaria en pacientes de elevado nivel intelectivo, en casos dudosos y en la investigación clı́nica. Una baterı́a debiera incluir, al menos: MMS, escalas (AIVD, afectividad), test de aprendizaje verbal y test de otras áreas cognitivas según sospecha27–29. Se han establecido varios tipos de ACL: el más tı́pico es el caracterizado sólo por pérdida de memoria (MCI amnésico, que representa la fase preclı́nica de la EA, aunque no es Tabla 1 Principales sı́ndromes de alteración cognitiva de inicio en el adulto Comienzo Áreas cognitivas implicadasa Interfiere con las actividades habituales Causas más frecuentesb Comentarios Atención Sı́ Sı́ndrome focal Agudo o subagudo Variable Una Sı́ Urgencia médica, amenaza vital, potencialmente reversible Valor localizador Demencia Quejas subjetivas ACLc Crónico Crónico Crónico Dos o más Una o más Una o más Sı́ No No Intoxicaciones (fármacos), E. médicas (metabólicas, infecciosas), E. neurológicas ECV, procesos expansivos, E. neurodegenerativas E. neurodegenerativas, ECV Estrés, ansiedad, depresión E. neurodegenerativas, ECV, E. médicas, E. psiquiátricas Sı́ndrome confusional ACL: Alteración cognitiva leve; E.: enfermedades; ECV: enfermedad cerebrovascular; FRV: factores de riesgo vascular. a Posibles áreas implicadas: memoria, atención/funciones ejecutivas, lenguaje, praxis/área visuoespacial. b Por orden aproximado de frecuencia. c Las causas de ACL pueden generar quejas subjetivas inicialmente. Detección temprana, tratamiento integral El rendimiento en test cognitivos es normal Control de comorbilidad y FRV, vigilar evolución Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. J. Olazarán Rodrı´guez, F. Bermejo Pareja / Med Clin (Barc). 2011;137(9):414–418 416 Tabla 2 Principales criterios diagnósticos de la alteración alteración cognitiva levea Manifestaciones clı́nicas Petersen, 19999,10 Consenso de Estocolmo11 Consenso Europeo12 Quejas subjetivas cognitivas Pérdida de memoria objetiva Déficit otras áreas cognitivas Declive cognitivo Sı́ Sı́ No Sı́, no especificado Sı́, o de allegado Sı́ (forma amnésica) Sı́ (otras modalidades) Sı́, objetivable (opcional) Sı́, o de allegado Sı́ (forma amnésica) Sı́ (otras modalidades) Sı́, durante el último año Afectación funcional AIVD complejas ABVD No Puede existir No o mı́nima No Puede existir Puede existir No Demencia No No No ABVD: actividades básicas de la vida diaria; AIVD: actividades instrumentales de la vida diaria. a Revisión gráfica y actualizada de las principales existentes en Matthews et al25; la Sociedad Española de Neurologı́a ha emitido también unos criterios sintéticos26. Tabla 3 Pruebas útiles para detectar alteración en las distintas áreas cognitivas Área cognitiva Tareas Procedimiento Criterio de alteracióna Atención/funciones ejecutivas Sustracción mantenida Restar 100 – 7 sucesivamente (30 – 3 si no adquirió las 4 reglas) Semejanzas (p.ej., ‘‘el rojo y el verde son colores; dı́game qué son un perro y gato’’) Más de un error u omisión Razonamiento Memoria Lenguaje Praxis/área visuoespacial a Orientación temporal Solicitar el dı́a, mes y hora Aprendizaje de 3 palabras Repetición y recuerdo diferido; para evitar falsos positivos por falta de atención o motivación, puede proporcionarse la categorı́a semántica (pista) en el aprendizaje y el recuerdo Evocación de categorı́as Denominación Decir animales u otra categorı́a semántica durante 60 segundos Mostrar objetos comunes y pedir su nombre Copia de un dibujo Copia de dos pentágonos o cuadrados entrelazados Test del reloj Copia de un cubo Dibujar un reloj redondo grande con todos los números y con las agujas en las once y diez Cualquier error o falta de abstracción (p.ej., ‘‘se pelean’’) Falla al menos por 2 horas, 1 dı́a de la semana, 3 dı́as del mes o el mes Recordar 0-1 palabras (sin pistas) o menos de 3 (con pistas) Menos de 10 ı́tems Cualquier omisión, error o distorsión Error en el número de lados de cada figura o de la intersección Distorsión o pérdida de la tridimensionalidad Omisión o colocación claramente incorrecta de los números o agujas Criterios orientativos que pueden modificarse según el nivel premórbido y las circunstancias de la exploración. especı́fico de ésta); otros tipos son: el MCI no amnésico, con alteración en una sola área cognitiva (por ejemplo, déficit ejecutivo o visuoespacial) y el MCI de múltiples áreas cognitivas10–12, aunque la diferenciación con frecuencia no es tan clara30. Causas y factores de riesgo La ACL es, hoy dı́a, mayoritariamente considerada como un sı́ndrome clı́nico multicausal2,9–13,16, aunque esta consideración no es unánime, pues para algunos autores el espectro clı́nico, patológico y evolutivo es demasiado impreciso para una entidad clı́nica31. Otros autores consideran que el concepto de MCI, aunque especı́fico con respecto a un diagnóstico futuro de demencia, es poco sensible (pocos sujetos de la población anciana que evolucionan a demencia cumplen sus criterios diagnósticos)32. Aunque desde una perspectiva poblacional esto es cierto, en el ámbito clı́nico no lo es tanto (numerosas series clı́nicas lo atestiguan)2,9–12,16. En la tabla 4 se expone una sı́ntesis de causas o FR relacionados con la ACL33, en la que no se nombra, por obvio, el envejecimiento. En un escenario clı́nico, las causas más frecuentes son probablemente las largas fases prodrómicas de las enfermedades neurodegenerativas (sobre todo la EA), que a veces son superiores a una década34. Esta hipótesis está sustentada por estudios evolutivos clı́nicos10 y patológicos35,36, sobre todo en la ACL amnésica. En una serie, hasta el 60% de los casos de MCI tuvieron un trastorno de EA36, aunque los infartos subclı́nicos fueron muy prevalentes en varias series de ACL y demencia35–37. Pacientes con historia de ictus y ACL presentan con frecuencia un subtipo de ACL no amnésico que cursa con alteración de la atención y funciones ejecutivas38. En el estudio canadiense, el CIND vascular tuvo elevada evolución a demencia en 5 años (46%) (vascular 42%, EA 35% y mixta 15%)39. En los muy ancianos, la pluripatologı́a es muy frecuente, clı́nica y patológicamente37. Evolución La evolución de la ACL es variable (vuelta a la normalidad cognitiva, estabilización o conversión a demencia). Es claro que la ACL conlleva un incremento del riesgo de demencia en cohortes, series y en sus meta-análisis9–12,17,20 (la tasa anual de desarrollo de demencia en ancianos cognitivamente normales es de 1-2% y en ACL es de un 5-10%, rango medio)9–12,16,17,20. La ACL también conlleva un leve incremento de la mortalidad en algunas series y en una revisión sistemática15. Un análisis detallado de la conversión a demencia del MCI es un asunto complejo (existe un meta-análisis17) y está lejos de la intención de esta revisión. Pero se señalan algunos puntos que parecen claros: a) El riesgo de conversión de ACL a demencia es mayor en las series clı́nicas que en las poblacionales17,40–43 (la tasa anual de conversión a demencia oscila alrededor del 10% en el ámbito clı́nico y del 5% en el ámbito poblacional)17,40. b) La definición o criterios utilizados modifican el riesgo de conversión a demencia1,10,17,40,42, pero más lo modifican la Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. J. Olazarán Rodrı´guez, F. Bermejo Pareja / Med Clin (Barc). 2011;137(9):414–418 417 Tabla 4 Principales causas o factores de riesgo de la alteración cognitiva levea A. Enfermedades neurológicas Enfermedad de Alzheimerb y sus FR genéticos (ApoE4) Enfermedad vascular cerebral Enfermedad de Parkinson Demencia con cuerpos de Lewyb Demencia frontotemporalb Otras enfermedades neurodegenerativas Esclerosis múltiple C. Trastornos psiquiátricos Depresión Ansiedad Esquizofrenia B. Procesos sistémicos FR cerebrovasculares (hipertensión, diabetes, insuficiencia cardı́aca y otros) Polimedicación, hábitos tóxicos (alcoholismo) Insuficiencia respiratoria crónica (BNOC, SAS) Hepatopatı́a crónica Insuficiencia renal crónica Alteraciones tiroideas Déficit de vitamina B12 Cáncer Infecciones crónicas (VIH) D. Otras causas Estrés fı́sico o psicológico Dolor crónico Deprivación neurosensorial (sordera o ceguera crónicas) Inactividad social, falta de estı́mulos Elaboración propia a partir de varios autores10–12,16,33. ACL: alteración cognitiva leve; ApoE4: Apolipoproteı́na E4; BNOC: bronconeumopatı́a obstructiva crónica; FR: factores de riesgo; SAS: sı́ndrome de apnea del sueño; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. a Pueden contribuir varias causas en el mismo paciente; bcursan con ACL en los estadios clı́nicos iniciales. intensidad y extensión cognitiva del cuadro10,17,42 o el déficit funcional asociado40. c) En series poblacionales el riesgo de demencia no alcanza el 40%, incluso tras 5 años de seguimiento17. d) La apariencia clı́nica del MCI condiciona el subtipo de demencia (en el MCI amnésico la conversión predominante es hacia EA)10,43, pero es menos especı́fica de lo que se supuso9-12 pues la entidad es etiológicamente heterogénea43. e) Otros FR de evolución a demencia bastante constantes son: la edad avanzada, los FR vasculares, el alelo e4 del gen de la apolipoproteı́na E ([apoE], riesgo de EA), la presencia de anomalı́as (parkinsonismo) en el examen neurológico y los signos de afectación del sistema nervioso, como la atrofia en neuroimagen10,11. Nuevas técnicas como la detección de la carga de amiloide mediante tomografı́a por emisión de positrones (PET)44 y la determinación de proteı́nas especı́ficas de EA en el lı́quido cefalorraquı́deo (LCR) (biomarcadores de EA)45 están en investigación, y ya existen ı́ndices de riesgo de futura demencia que combinan datos clı́nicos y de neuroimagen46. Los FR y protectores de conversión a demencia en la ACL requieren más estudios, sobre todo en MCI incidente47. Pruebas complementarias en el paciente con diagnóstico de ACL En una entidad tan heterogénea como la ACL, con multitud de posibles FR y de enfermedades sistémicas, neurológicas y psiquiátricas subyacentes (tabla 4), no es posible realizar recomendaciones que no sean generales. En el paciente estándar parece razonable realizar un hemograma, una bioquı́mica básica (glucosa, creatinina, transaminasas, iones), B12, folato y función tiroidea. Lógicamente, estas pruebas se ampliarán en función de la sospecha clı́nica (por ejemplo, serologı́a para virus de la inmunodeficiencia humana [VIH]). Si no existe comorbilidad u otras circunstancias que expliquen el cuadro clı́nico, se valorará la realización de una tomografı́a computarizada (TC) craneal, indicada sólo si hay sospecha de lesión estructural del sistema nervioso por la historia (inicio agudo), o por el examen neurológico (alteración de la marcha, parkinsonismo). Parece razonable reservar las pruebas especı́ficas (como gen de la apoE, resonancia magnética [RM] o PET) para las Unidades de memoria o la investigación clı́nica. Manejo terapéutico El manejo terapéutico de estos pacientes se basa en dos pilares: a) la monitorización o seguimiento (cada 4-6 meses)41 para lograr la detección temprana de la demencia o EA48, y b) la terapia de FR o causas tratables (vasculares, sistémicas o psiquiátricas como la depresión)33 (tabla 4). Comunicar al paciente el diagnóstico de MCI, ACL o DCL no es fácil. Uno de los aciertos del término MCI es su neutralidad diagnóstica. Por eso uno de los autores (FBP) prefiere el término español ACL al DCL, pues no conlleva el siempre inquietante diagnóstico de deterioro cognitivo, que en la ancianidad se puede asimilar a riesgo o inicio de EA. Hasta la fecha ningún tratamiento farmacológico49 de los ensayados: vitaminas (incluida la vitamina E)50, neuroprotectores diversos (piracetam, Gingko biloba)49 o fármacos anti-EA (inhibidores de la colinesterasa o memantina)50,51 u otros (hormonas, antiinflamatorios)49,52 ha producido efectos terapéuticos claros para recomendarlos en la prevención primaria de la ACL o de la demencia, o en la prevención de la demencia en pacientes con ACL. La discusión de este fracaso terapéutico está lejos de la intención de este artı́culo, pero conviene señalar que además de la heterogeneidad etiológica de la ACL, la escasa duración de los ensayos en relación con la génesis de las principales enfermedades neurodegenerativas que causan ACL parece de importancia53. Si la terapia farmacológica no ha producido éxitos aún en la ACL, hay datos de que las medidas generales de prevención de la demencia sı́ los han conseguido54. Es verdad que el valor especı́fico de cada una de estas medidas no está claramente probado55, pues las evidencias cientı́ficas proceden esencialmente de datos de cohortes (de personas en la edad media de la vida)56 y no de ensayos clı́nicos. Pero estos datos tienen plausibilidad biológica, por lo que parece razonable recomendar en el paciente con ACL el control y terapia de los FR vasculares (diabetes, hipertensión arterial, tabaquismo, obesidad y otros), dieta mediterránea (verduras, frutas y pescado), terapia de la depresión y estilo de vida saludable (con actividad fı́sica, intelectiva y social)55–57. La participación en programas formales de estimulación cognitiva es una opción58 en pacientes proactivos, y a los pacientes con escasa comorbilidad y adecuado soporte familiar se les puede invitar a participar en programas de investigación (Unidades de memoria). Otras recomendaciones como evitar la conducción de vehı́culos en grandes ciudades son razonables en virtud de los datos existentes59. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 418 J. Olazarán Rodrı´guez, F. 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