Guía Cultura Metepec Guía Cultura Metepec Carta editorial Como Pueblo Mágico, Metepec posee una enorme variedad de tradiciones, costumbres y expresiones artísticas y culturales que nos llenan de orgullo a cada uno de los habitantes del municipio. El sorprendente crecimiento de Metepec a lo largo de los años no ha logrado opacar su invaluable patrimonio material e inmaterial. Día con día, los metepequenses nos esforzamos para que este se mantenga con vida y crezca, transmitiendo a las nuevas generaciones el cariño y respeto por nuestra cultura. Inspirados por su gente, Guía Cultura Metepec en su segundo número ofrece un vistazo a las historias y personajes que han marcado el desarrollo cultural de nuestro Pueblo Mágico. A lo largo de esta edición, el lector podrá conocer sobre las actividades culturales que se han llevado a cabo durante los últimos meses, además de tener un acercamiento con obras literarias de creadores mexicanos. Los invitamos a hacer un recorrido por la escena cultural metepequense a través de nuestra propuesta literaria, Guía Cultura Metepec. Rodrigo Benjamín Flores Santín Director de Cultura Cultura Metepec David López Cárdenas Presidente Municipal Constitucional Teresa Salgado Varona Síndica Municipal Artículo 4 Ricardo Cortés Márquez Tercer Regidor Ana Luz Negrete Velázquez Cuarta Regidora Ernesto Nemer Monroy Quinto Regidor 6 9 Paloma E. Cuevas R. Juan Carlos Nonato raíces de vida que trascienden las fronteras 13 Pável Granados Dostoyevski 17 Fernando Óscar Martín Portafolio Poesía Aurora María Zimbrón Ovando Sexta Regidora Miguel Alonso Terrón Villicaña Séptimo Regidor Rosendo Galeana Soberanis Octavo Regidor María Elisa Quijada Badillo Novena Regidora Arturo Tonatiuh Romero Malagón Décimo Regidor 21 Aureliano Carvajal Frutos de aire colorido 23 Mariposa de alas ateridas 24 Juan José Hamilton Chan Por si me quiebro Narrativa Gildardo Quiroz Salcedo Décimo Primer Regidor Pablo Cajero Vázquez Décimo Segundo Regidor Rosario Gómez Colín Décima Tercera Regidora Alejandro Abad Lara Terrón Secretario del Ayuntamiento Rodrigo Benjamín Flores Santín Director de Cultura Legales Es una publicación bimestral del Municipio de Metepec. Los textos firmados son responsabilidad de su autor. Los editores no comparten necesariamente el punto de vista de los autores. Período de exhibición Julio-Agosto 2016. Domicilio: 16 de septiembre s/n, Colonia San Miguel del Hueso, Metepec, Estado de México, Teléfono: 2.35.20.06. Correo: [email protected], Edición: María Chávez García Robles. Diseño Editorial: K. Pozos. ISSN: en proceso El Principio Paloma E. Cuevas R. David Camorlinga Sueños que se Materializan Omar Jair Garduño Montalvo Primer Regidor Genoveva Flores Rodríguez Segunda Regidora Cristian Reynoso 25 Antonio Carrillo Cerda Soñarán los gorriones 26 Raúl A. Mejía Jiménez Esta Nuestra Tierra 28 Alberto Chimal Entretanto 30 Enrique González Cuevas Clarisa Contenido Guía EL PRINCIPIO Por Cristian Reynoso Cronista Municipal E l municipio de Metepec, al formar parte del Valle de Toluca, tuvo un pasado prehispánico, en donde convergieron las civilizaciones teotihuacana, otomí, matlatzinca y mexica. Debido a esta pluralidad cultural actualmente, en dicha región se conserva un sinnúmero de tradiciones heredadas de aquellos tiempos en los que las ofrendas a los dioses, los rituales agrícolas y la lucha por la posesión de la tierra formaban parte de la cotidianidad de sus habitantes. Para conocer la historia de esta provincia es necesario considerar las investigaciones realizadas por importantes historiadores y arqueólogos, como Xavier Noguez, Carmen Carbajal, Yoko Sugiura y Luis Alfonso González Miranda, quienes, interesados en comprender el desarrollo de los primeros asentamientos metepequenses, han realizado importantes investigaciones en diversas zonas de la municipalidad que han dado luz al período más antiguo y así completar el proceso evolutivo de la zona. En la cosmovisión mesoamericana el paisaje representó la comunicación entre lo terrenal y lo divino; era una muestra de la dualidad que integraba cada ser vivo que se encontraba en la naturaleza. Algunos de sus elementos más importantes fueron las montañas y cerros a los que se les consideraba sitios que representan el aspecto femenino, la fertilidad, la lluvia y el vientre materno. En la cabecera municipal destacó la figura del Cerro de los Magueyes donde se registraron numerosas pruebas de este antiguo culto asociado con la práctica de la agricultura y el inframundo debido a la cercanía que existió con la zona lacustre del Río Lerma y la abundancia de los cultivos. Para el período Clásico se encontraron restos de una casa-habitación, a cinco kilómetros de la cabecera municipal con elementos de influencia teotihuacana. Asimismo se hallaron restos de cerámica y un piso con estuco de color blanco. Gracias a estos hallazgos, que permitieron examinar algunos aspectos de la vida cotidiana, la arqueóloga Carbajal dedujo que existía relación con actividades de cocción de alimentos, producción de cerámica e incluso pudo haberse tratado de un espacio utilizado como depósito de desechos o reutilización de materiales. En el Metepec del Posclásico convivieron matlatzincas y mexicas quienes convirtieron al Cerro de los Magueyes en una necrópolis con más de un centenar de enterramientos, algunos de ellos contenían restos de animales, jarras, malacates, cuentas, objetos de obsidiana, aros, pinzas, cascabeles, anillos de cobre y navajas. También se realizó una excavación en los terrenos que alguna vez pertenecieron a la huerta del Ex Convento de San Juan Bautista donde se obtuvieron resultados similares. Algunos ejemplos de esta cerámica están relacionados con los que se producían en la cuenca de México, cuando aún existía el lago de Texcoco, como resultado de la conquista del Valle del Matlatzinco, por parte de los mexicas que conquistaron el Valle de Toluca. Los colores que más predominaron en esta última etapa fueron rojos, café, negros y blancos. Con la construcción del Teatro Quimera se han localizado nuevos objetos de gran importancia histórica que han aportado mayores datos sobre la utilización del cerro como zona habitacional y cementerio. Destaca el descubrimiento de los restos de un mamut que pudo haber sido Guía Cultura Metepec ofrendado por los naturales de esta zona, así como miles de cajetes, cuentas de diversos tipos de piedra y tepalcates que se encuentran en resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia y en espera de ser estudiados. Este breve recuento por las primeras investigaciones de la época prehispánica nos muestra que, desde sus inicios, la comunidad de Metepec elaboró su propia cerámica, algunas con influencia de otras latitudes y ajustándose a los cambios políticos y religiosos de los tiempos. Sin duda, la labor alfarera en la tierra del Árbol de la Vida es una práctica milenaria que se adaptó a los parámetros impuestos por los conquistadores, los españoles. Raúl Cisneros David Camorlinga SUEÑOS QUE SE MATERIALIZAN Por Paloma E. Cuevas Ramos Entrevistar a David Camorlinga, previo a su exposición “Soliloquio Lúdico” en el Museo del Barro en Metepec, fue toda una odisea, pues en pleno montaje y mientras iba saliendo pieza tras pieza, el artista, al tiempo que desembalaba sus esculturas, compartió anécdotas de cada una de ellas con Guía Cultura Metepec. Este es el resultado. Paloma Cuevas (PC): ¿Cuál fue tu primer contacto con las formas? Camorlinga: Desde siempre me gustaron las formas y los colores, antes de construir, recuerdo haber dibujado mucho a los siete años, más o menos. Dibujaba líneas, y los colores siempre me llamaron la atención. Después, todo se relacionaba a la construcción: crear y hacer cosas con los bloques. PC: ¿Recuerdas la primera escultura que realizaste?, ¿qué te motivó a realizarla? Camorlinga: Sí, claro. Mi abuela se quejaba siempre de que nadie asistía al panteón y de que se olvidaban de los muertos, a mí no me gusta ir, pero quería que siempre que ella estuviera ahí me sintiera presente, así que le hice un par de manos que están unidas en oración. Lo más fascinante es que el día que la llevé para que las viera, una persona estaba rezando frente a ellas y eso me encantó; me demostró que mi pieza era capaz de transmitir. El que alguien se dirigiera a las manos que creé para mi abuela y me dijera: “es que al verlas tuve la necesidad de rezar, hace mucho que no lo hago”, me hizo sentir muy feliz. Guía Cultura Metepec PC: ¿Podría decirse que ahí descubriste tu vocación?, ¿qué edad tenías? Camorlinga: Estudiaba la preparatoria, era un adolescente. Debo haber tenido como quince o dieciséis años. PC: ¿Cómo es el proceso de creación de una pieza de Camorlinga? Camorlinga: Yo no hago nada si no lo siento. Los sentimientos en nosotros, los artistas, influyen mucho; para poder hacer lo que sea, primero tengo que sentirlo, tengo que vivirlo. Parte de mí busca que, si miras una de mis piezas, te provoque algo, no sólo que digas ¡ah, qué bonita! sino que te genere algo. PC: Veo que varias de tus obras están basadas en la literatura. “El Elefante” como obvia reminiscencia al “Principito”, “Dédalo”, en el mito de Ícaro, y “Caronte” en la “Divina Comedia”. ¿Qué escritores admiras y te provocan? Camorlinga: En efecto, leo mucho y todo el tiempo, me encanta Pérez Reverte y disfruto mucho a José Saramago, la forma tan libre y fluida en que escribe, y cómo de donde menos esperas saca una historia y te atrapa. PC: Has logrado muchas cosas como artista. Exposiciones en los mejores lugares, crear una pieza para el Festival Internacional Cervantino, que tu arte sea reconocido, ¿qué te hace falta? Camorlinga: Todos los días despierto de cero, me falta todo, duermo muy tarde como buen artista, dibujo todo el tiempo, pero aún no estoy satisfecho. Expuse en Zacatecas, en el Ex Templo de San Agustín; poco a poco fueron surgiendo los comentarios al estilo “David, ahí sólo exponen los mejores”, “Hay otros recintos para exponer en Zacatecas”, “¿Qué sientes de haber logrado llegar hasta ahí?”. Fueron las palabras de Gustavo Salinas Íñiguez, las que me concientizaron de mi responsabilidad como artista, cuando dijo algo así como “Pongan atención a lo que este joven artista está haciendo, dará mucho de qué hablar.” PC: ¿Quién compra tus obras? Camorlinga: Me he dado el gusto de escoger a mis clientes, aunque hay muchos que también ya me escogen. Una vez hice una pieza llamada “Live for dance” y gracias a ella me han llamado de otras partes del mundo para que les haga alguna escultura. Esa pieza estuvo basada en el trabajo de Maya Plisetskaya, gran artista reconocida por su baile como el “Cisne Negro”; se entregaba de tal manera que era impresionante, parecía que realmente moría. Yo no sabía cómo la iba a realizar, iba manejando y me lo cuestionaba. Todo el tiempo veía un vídeo de esa mujer. Cuando hice la pieza, la mandé por mail para que la vieran y la aprobaran. En el momento en que presenté la pieza, estaba en un cuarto lleno de pinturas de ballet, con mi pieza de treinta centímetros de alto. Fue especial porque en una habitación con treinta cuadros, mi pieza era la única. PC: ¿Alguna vez te has quedado con una pieza a medias? Camorlinga: Sí, hay muchas. Tengo más de 300 piezas que he diseñado y concluido. Debo tener otras trescientas sin concluir. PC: Me dijiste que cuando piensas una pieza, haces un dibujo y lo conviertes en la obra que habías pensado. ¿Alguna vez el dibujo ha cobrado vida propia y ha terminado siendo totalmente diferente a lo que habías pensado? Camorlinga: No, casi siempre mis dibujos acaban siendo las piezas. Tal vez “El Nacimiento”, porque la expresión de las piezas fue cambiando en el proceso; conforme uno va creciendo como artista van cambiando mucho las cosas, hay veces que no tienes tanto tiempo de crear libremente. PC: ¿Cómo escoges lo que presentas? Camorlinga: En este caso, en Metepec, quise hacer el “Árbol de la Vida” y para él creé “Cedro” y “Olivo”, me tomó un mes y una semana, porque me costó mucho trabajo tomar la decisión de hacerlo. Me decía: “yo no hago eso.” Y luego, al llegar a una oficina, me encontré con un Árbol de la Vida con unos ángeles que medía como 1.80 y dije: “está bien Dios, lo voy a hacer”. Me inspiré en el barroco, pensando que si iba a hacer algo tenía que ser así. Compré como cuatro o cinco libros gigantes, y en eso me tardé como una semana. Hice mis dibujos, cómo debía verse, cómo debía sostenerse, hacerlo en plastilina nos tomó dos semanas, fundirlo otras dos semanas, realmente tuve semana y media después de todo ese proceso para terminarlo. PC: ¿Alguna vez te ha dado miedo hacer alguna pieza? Camorlinga: Miedo no. Me emociona hacer mis piezas, creo que a lo mejor, si habláramos de miedo, me da miedo hacer cosas que no tengan que ver con luz, tal vez hablar de furia o de coraje. Tengo piezas o cosas que he dibujado que tal vez no tienen esa luz que quiero proyectar, pero creo que no es aún el momento de mostrarlas. PC: Y cuando se acaba el día, ya montaste la exposición, ya se inauguró y es hora de ir a descansar. ¿En qué piensas antes de cerrar los ojos? Camorlinga: En mi caso, nunca descanso. Siempre estoy pensando en una pieza nueva, o algo así. Si estoy agotado, toco mi cama y duermo plácidamente 4 o 5 horas. Termino una exposición, disfruto el momento en el que estoy, analizo cómo fue, cómo habría sido mejor. PC: ¿Qué sigue para ti, después de esta exposición? Camorlinga: Una exposición en la UNAM, en mi facultad, con la intención de motivar a los jóvenes,demostrarles a las nuevas generaciones que si haces algo que amas con todo tu ser y tu mejor esfuerzo, debe llegar a ser algo. Guía Cultura Metepec Juan Carlos Nonato raíces que trascienden fronteras. Por Paloma E. Cuevas R. H aber estado en el local 40 del Centro de Exposición y Venta Artesanal de Metepec y entrevistar al maestro Juan Carlos Nonato es un privilegio. El maestro Nonato es heredero de una tradición artesanal de más de tres generaciones que han encontrado en el barro una forma honesta de sustento, además de poner en alto el nombre de Metepec, del Estado de México y de nuestro país alrededor del mundo, con un trabajo de excelente calidad, que nos representa y demuestra que lo hecho en México, bien hecho está. La razón de esta entrevista fue la compra de dos Árboles de la Vida monumentales por parte de empresarios japoneses para exponer el arte mexicano en galerías del país nipón. Aquí lo que el Mtro. Nonato compartió con Guía Cultura Metepec. Paloma Cuevas (PC): ¿Cómo se siente que su obra sea valorada en el extranjero, de llegar hasta Japón? Nonato: Me siento contento y satisfecho por haber cumplido bien, representando dignamente a los artesanos de Metepec y de nuestro México. PC: ¿Cuánto tiempo lleva dedicándose a convertir en arte lo que sale de sus manos? Nonato: Desde los 5 o 6 años que uno inicia jugando con el barro, ahora tengo 40 años. PC: Me dice que desde que inició jugando con el barro. ¿Cómo es que uno empieza a jugar con el barro? Nonato: Su servidor inició de pequeño imitando a mis padres, cuando ellos hacían Árboles de la Vida o pintaban. De manera ocasional comencé jugando con el barro, luego haciendo una pieza jugando, después aprendemos a hornear. Así convertimos nuestra amada arcilla en lo que a la gente le gusta: Árboles de la Vida. PC: Sus padres se dedican al mismo oficio, ¿cuántas generaciones de la familia Nonato se han dedicado a la labor artesanal? Nonato: Hasta ahora tres: mis abuelos, mis padres, mis hermanos y yo. Después vendrán mis hijos, que son 4. PC: ¿De qué manera les transmite usted el amor por el barro ahora que el reconocimiento es no sólo nacional, sino internacional?, ¿también los invita a jugar con el barro? Nonato: Los dejamos jugar, pero con más conciencia y responsabilidad. Les infundimos el amor por la labor, de otro modo las cosas no funcionan. Para las piezas que se fueron a Japón los hicimos participes, ellos estuvieron a cargo de algunas piezas, de pintar, o decorar. PC: Vivimos en una cultura un poco machista. Usted tiene tres hijas y un hijo, ¿qué tan valioso considera que las mujeres artesanas también sobresalgan? Nonato: El ojo de la mujer es muy importante, el toque femenino es siempre más delicado y detallado, creo que es un trabajo de equipo. Siempre les digo a mis hijas que ellas tienen el mismo derecho a sobresalir que los hombres, en cualquier ámbito. Les inculco que el límite son sus sueños. PC: ¿Cómo se dio el acercamiento con los empresarios japoneses, quién lo promovió o presumió, cómo llegaron a usted? Nonato: Los empresarios conocieron mi trabajo a través del “Jardín Lineal de Metepec”, les gustó nuestro trabajo y nos contactaron. Querían exponer una pieza única que gritara México por todos lados, simplemente con el hecho de verlo. Ellos tienen un dicho: “¿Puedes o no puedes?” Son muy estrictos y rigurosos en tiempo Hemos logrado coincidir. PC: Cuando era un niño jugando con el barro ¿se imaginó que llegaría hasta allá? Nonato: Lo soñaba, lo deseaba, lo que más quería en la vida era imitar a mis padres, ser como ellos, porque para mí ellos son lo mejor. Es mi manera de darles un tributo, un homenaje para ellos y todos los artesanos de Metepec. PC: ¿Por qué se escogió el tema marino? Nonato: No querían algo religioso, ya que su cultura es muy distinta a la nuestra, y ellos deseaban algo que representara a México, pero también a Japón. Nuestro Árbol de la Vida tradicional con la escena bíblica del génesis, para ellos el dador de vida es el mar, y creen en los seres marinos mitológicos. Hicimos la propuesta, generamos cuatro o cinco bosquejos que les presentamos escogieron el que les agradó y de ahí surge la creatividad para llevarlo a la realidad. PC: ¿Qué tan difícil ha sido, en un mundo globalizado en que todo lo internacional está de moda, mantenerse fiel a las raíces y estar orgulloso de ser mexicano? Nonato: Yo, orgulloso de ser mexicano, siempre he estado. Es muy bonito gritar ¡Viva México! en otro lugar y en otro idioma y quitar el estereotipo de que los mexicanos no sabemos cumplir con fechas. Se siente muy bonito saber que sí se puede. Hay un mundo entero por descubrir. Hay que levantarse y planear los días no para hoy, sino para el futuro, estar preparados para vivir el futuro iniciando hoy. PC: Nonato a nivel municipal, y estatal ya dice mucho, ahora a nivel mundial tendrá eco, es una responsabilidad grande, a través de ese apellido sus hijos serán conocidos, y nuestro estado y nuestro país. Y ahora, ¿Qué sigue para usted? Nonato: La responsabilidad es tan grande como el orgullo que todos en la familia sentimos, para nosotros lo más difícil fue entrar en el gusto de la gente, ahora procuraremos mantenernos, sin dejar de hacer lo que hacemos todos los días, trabajando mucho. Ahora nuestro Árbol de la Vida se vende solo, pero en la época de mis padres hubo que picar piedra y tocar muchas puertas. Guía Cultura Metepec PC: ¿Todavía no se la cree? Nonato: Sí nos la creemos, pero no se puede parar ni un solo día. Con humildad y con los pies en la tierra. La grandeza se mide a través de la manera en que se conducen las personas, y creo que la humildad del hombre es lo que nos engrandece. PC: ¿El trabajo artesanal da para vivir? Nonato: Trabajando duro da para vivir de una forma decorosa, tal vez no con lujos pero mi trabajo me ha llevado a conocer el mundo y a disfrutar de él. PC: Si hoy le dieran la oportunidad de regresar el tiempo y de escoger nuevamente lo que haría ¿volvería a escoger lo mismo? Nonato: Volvería a escogerlo una y mil veces. A mí no me obligaron a ser artesano; soy artesano de corazón, lo vivo y lo siento. PC: ¿Qué les dice a las nuevas generaciones, a los que vienen detrás y que tal vez querrán imitarlo? Nonato: Les digo lo mismo que les digo a mis hijos todos los días, lo que hagan háganlo bien, esa será la semilla de su éxito o de su derrota. Sigan sus sueños, crean en sí mismos, recuerden siempre ser agradecidos, amen lo que hagan y de esa manera disfrutarán todos los días. Guía Cultura Metepec Dostoyevski Por Pável Granados “¿Has terminado de leer este periodo de la obra de Dostoyevski, el primer tomo de sus obras completas?, ¿y pasarás la página de la vida así como así?, ¿sin dedicarle aunque sea unas palabras a la sencillez perdida?” ¿Agregar mi nada a los mares de comentaristas?, me respondí. Está bien, lo haré porque antes no sabía las cosas que sólo en estas páginas se aprenden. Por ejemplo, que la bondad es sólo una de las formas de la ignorancia. Que amar consiste en dejarse destruir por el objeto de la pasión. Antes tenía una idea más bien reducida del ser humano. Es fácil, por eso, saber quién no ha recibido la dura lección de estas novelas. Ni siquiera el sufrimiento ni las experiencias amargas de la vida dan estas lecciones. Porque un espíritu mediocre no crece con el dolor ni con la experiencia. ¡Por el contrario!, la experiencia tiene como fin enseñar que todo es igual, que todo, hasta el dolor y la felicidad, se repite sin sentido. Más bien, el ser humano, ante la desgracia, prefiere contenerse, aferrarse a los límites conocidos de su espíritu. Cuánta seguridad hay en la idea de que el bien y el mal están separados por un firme muro, pero al concebir un espíritu más amplio, al arriesgarse a ir más allá, se ve que esas fronteras son más bien pequeñas y engañosas, puntos de referencia que se pierden totalmente al pisar lo desconocido. Una vez que se derrumban esos muros más bien molestos e inútiles para conocer el corazón del hombre, queda al descubierto una forma de ser que se desborda. Los personajes de Dostoyevski se arriesgan a conocer el extremo de la existencia. La gente normal se espanta y los llaman locos. Pero, ¿no es acaso una forma de defender el pequeño terreno de la seguridad y la ignorancia ante la vida? Sólo en estas novelas son posibles las escenas en donde el odio, la ironía y el amor forman un solo sentimiento indistinguible. Esos momentos en donde ignoramos si el personaje siente amor o una obsesión de matar. En un sólo individuo cabe todo el registro de emociones del ser humano. Es algo que olvidamos generalmente, porque a lo largo de la vida no estamos dispuestos a alejarnos de una idea conocida que tenemos de nosotros mismos. No estamos dispuestos a desconocernos, ni aunque esa sea la forma más segura del autoconocimiento. Pensemos, por ejemplo, en la pregunta que se hacen con frecuencia los personajes de Humillados y ofendidos: ¿la felicidad consiste en lograrla para uno mismo o para el ser al que amamos? Porque es muy probable que para hacer feliz al ser que amamos, tengamos que renunciar a él. Con toda seguridad, tenemos que entregarlo a otra persona. Entonces, mejor retrasar ese momento. Mientras tanto, preferimos sufrir sabiendo que tarde o temprano que sacrificarnos por la felicidad del otro, que en el fondo es la nuestra. Por eso, de manera contraria a la novela de folletín, no esperamos lo que va a pasar, sino que queremos saber cuánto tiempo más esperarán estos personajes antes de quebrarse interiormente. Prefieren compartir el sufrimiento mientras tanto, mientras la felicidad se decide a llegar o a marcharse definitivamente. Así, hasta que el sufrimiento destroce al personaje más débil. De todas las escenas de estas novelas, me ha quedado revoloteando una, la final de Humillados y ofendidos. Se ve ahí que el dolor no ha consistido en pasar por todos los sufrimientos, sino en darse cuenta, al final, que el amor y la felicidad eran posibles. Los enamorados condenados a separarse para siempre se miran y se dicen sin hablarse: “Hubiéramos podido vivir siempre felices juntos”. Ignoro el efecto de estas palabras en ruso, pero en español son devastadoras. Cuando veo otras ediciones de esta novela, inmediatamente reviso cómo están traducidas, y veo que ninguna versión tiene la fuerza que le dio Rafael Cansinos Assens, el encargado de esta edición. Es decir, el autor argentino que no sólo tradujo todo Dostoyevski del ruso, sino Las mil y una noches del árabe y todo Balzac del francés. Decía que todo el espectro del ser humano está presente en estas páginas. Así que no sólo está la tragedia sino la farsa –aunque debo decir que muchas veces se muestran indisolubles. Y uno de los momentos más divertidos y fascinantes del autor se encuentra en la novela La mujer ajena y el hombre debajo de la cama. ¡Pocas páginas tan divertidas! Un hombre cegado por los celos vuelve a casa, convencido de que encontrará a su esposa en brazos de su amante, pero la furia hace que se equivoque de departamento, en donde sólo encuentra a su vecina, espantada. En ese momento, entra su esposo. Y él tiene que esconderse debajo de la cama, en donde se encuentra también escondido el amante de la vecina. Sin embargo, aquí se tuerce el rostro del traductor. Esta novela le parece inmoral, y nos advierte: sólo porque son obras completas está aquí incluida. Pero reconviene al autor: se lo pasamos por esta vez, pero a condición de que vuelva pronto a sus temas atormentados. Lo que significa que los autores deben de cumplir con sus deberes ante la crítica literaria. Fiodor M. Dostoyevski. Obras completas, Tomo I (1844-1865), traducción directa del ruso por Rafael Cansinos Assens, 5ª ed. Madrid, Aguilar, 1953. Guía Cultura Metepec Museo del Barro S ituado en el Barrio de Santiaguito, este recinto fue creado con el objetivo de exhibir las piezas ganadoras del Concurso Nacional de Alfarería de Metepec. Cuenta con tres niveles con fines específicos. En la planta baja, podemos encontrar la sala de exposiciones temporales, en donde colecciones escultóricas, fotográficas, pictóricas, arte objeto y otras expresiones plásticas cambian periódicamente. Tal dinámica hace que el Museo del Barro sea un espacio que se reinventa constantemente y le permite al público tener un acercamiento diferente en cada visita. Por Daniel Corona Entre los atractivos que ofrece este espacio está la cazuela de barro más grande del mundo, elaborada por artesanos de Metepec, la cual obtuvo el Record Guiness en el año 2014. También, se encuentra el árbol de la vida de tres caras que describe los tres aspectos más representativos del municipio y del país. En el primer piso, se encuentra la colección permanente, conformada por las piezas ganadoras del Concurso Nacional de Alfarería de Metepec. El museo cuenta con una muestra arqueológica conformada por hallazgos de manifestaciones artesanales teotihuacanas, matlazincas y mexicas, todos realizados en el Cerro de los Magueyes. Entre las piezas que se pueden encontrar en esta colección hay carretas en honor a las festividades de la agricultura, figuras religiosas, cazuelas, vajillas, jarrones y jarritos pulqueros. Los emblemáticos árboles de la vida creados con distintas técnicas y medidas son parte de la colección. Destacan también piezas provenientes de los estados de Jalisco, Veracruz, Puebla, Michoacán y Guerrero. Como parte de sus actividades de fomento artístico, ofrece talleres de artes plásticas y modelado en barro. Además de ser anfitrión de diversas exposiciones, el museo es sede de una de las Escuelas de Iniciación Artística Asociadas del Instituto Nacional de Bellas Artes. Guía Cultura Metepec Fernando Oscar Martín Artista visual especializado fotoperiodismo y antropología visual que ha realizado más de cincuenta exposiciones individuales y colectivas en México y otros países. Obtuvo, entre otros, el Primer Lugar en el Concurso Nacional de Fotografía Antropológica e Histórica de la ENAH, Visiones actuales de la Independencia y la Revolución, durante el año del Bicentenario y Centenario de las mismas. Obtuvo el Primer Lugar en el Concurso Latinoamericano FOCO OAXACA, en el Concurso Nacional de la Alianza Francesa, el Segundo Lugar en el Premio Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez, de Santiago de Cuba. Fue finalista de la Beca EFTI Roberto Villagraz de Madrid, España, obtuvo Mención Honorífica en el Certamen PCI (Patrimonio Cultural Inmaterial) de Latinoamérica, en Perú, y el Tercer Lugar Concurso Internacional Sony (WPO). Obtuvo la beca FOCAEM 2012 para Jóvenes Creadores, y la misma Beca para Creadores en 2013 y 2014. Recibió la Presea Metepec 2015 en Periodismo y/o Información. Guía Cultura Metepec Guía Cultura Metepec FRUTOS DE AIRE COLORIDO Por Aureliano Carvajal Fue domingo el día en que te llevé al parque (aquella mañana) cuando ese parque se hizo globo ante tus ojos. Frente al vendedor, Miausaurio dijo que esos globos eran peces (o pájaros globificados) queriendo desatar sus colas. Con el hilo de su globo bien ceñido (una o dos tres veces) se revolvió Miausaurio sobre sí misma buscándose (a tu gusto) su novena pata o quinta cola. Cuando ese parque se hizo globo ante tus ojos preguntaste: Si por esta nuestra boca (aaaaaaaaaaah) también aire soplamos (aaaaaaaaaaah) qué listón he de cortar (uuuuuuuuuh) para ser globo liberado. (uuuuuuuuuuuuuuuuuuh) Interesada por descubrir el curso elevativo Miausaurio cuestionó a cosas y más cosas sin saber qué las detenía Y en el parque todos somos globos (despajarificados) y yo termino por buscar el hilo que en secreto me ha evitado las alturas. Por pura ciencia Miausaurio liberó su globo por error el vendedor sus peces: y aquello era el vitral, que al partirse, revienta con sus coros el caleidoscopio del sonido. Contradicha lluvia, (uuuuuuuuuh) escalera de peces, (uuuuuuuh) frutos de aire colorido y (allá va) (aaaaaaaaah) Miausaurio huyéndose del parque (y tú detrás.) (aaaaaaaaaaaaaaaaaaaah) Cuando en ese parque fuimos globos por tus ojos: sorprendidas volaron contigo cosas y más cosas. Aquello era un espumoso viaje, todos los colores se vieron desde el cielo y Miausaurio. (¿y Miausaurio?) ¿A dónde fuiste Miausaurio? ¿Te habrán llevado los globos? ¿Acaso ya volando rodeada de cosas que son pájaros que son cosas? ¿Seguirás dormida? Guía Cultura Metepec MARIPOSA DE ALAS ATERIDAS Por Óscar Wong Para Elizabeth Sofía A Lizbeth e Irazú Mi padre tiene la mirada ocre del becerro, duerme con la frágil majestuosidad de los ancianos. Dulce y tibio todavía mi hermana lo acaricia, petirrojo que despunta en el cascarón de la muerte. Mi padre es el hijo varón que nunca tuvo mi hermana. El agobio mancilla el vientre de mi madre. Mota de polvo, brizna seca arrumbada en un rincón del sanatorio: mi madre. La acuno en mis brazos, pero yo soy la gubia del azoro tallando un ojo enorme. Mi hermano simula ser el río donde todos flotamos. Mi hermana mayor: la savia del rencor cayendo de la rama tronchada de su viudez (desde la vacuidad, augusto territorio de Dios, mi mujer asoma). Quema el silencio. Fuera, como mujer histérica, la tormenta grita obscenidades. A esta hora mis hijos duermen con la profundidad de la niñez. A lo lejos, en el parque de San Sebastián, un girasol se resguarda bajo el alero húmedo del helecho. La añoranza, perversa mariposa de alas ateridas. Balún Canán, Chiapas, octubre de 1988 Óscar Wong (Del libro Espejo a la deriva, Edit. Praxis, Méx., 1996) POR SI ME QUIEBRO Por Juan José Hamilton Chan Busca un leopardo, mi amor, olfateándote los hombros. Busca el verso mío, mi amor, el que más arda a las orillas del verde jade. Búscame y búscate, allá en la lumbre, quieta ante el fogón de tu pecho y abrázame al carbón hirviente. Ánclame a tus entrañas, como a una piedra, como un venado sin escapatoria; con la pata rota y el corazón a travesado en sangre tibia. Sujétame, dulce y firmemente pues soy como un cristal entre tus manos. Ámame y dispón de mí, como si fuese una floja madera y guárdame un pedazo de mí por si me quiebro. Andrés Hernández Guía Cultura Metepec SOÑARÁN LOS GORRIONES Por Antonio Carrillo Cerda -Amor, despierta. d espertar así es como seguir soñando. Aún no he abierto los ojos, puedo sentir el peso de su cuerpo sobre la cama, siempre se sienta junto a mí antes de despertarme.Dos,tresvecespasasumanoamableentre mis cabellos desaliñados. Despacio, muy despacio viene a mí la luz, al principio marrón, luego amarilla. Aún con los párpados caídos, comienzo a sonreír. Su voz, una palabra, el ritmo programado de sus ser, vuelvo al mundo. Allá, del otro lado del pensamiento, crujen los pliegues del hombre y de la mujer; allá estamos todos nosotros, exploramos el abismo insondable del globo ocular. Luces artificiales, erupciones de azufre y sangre. El sueño humano, antes eventual, se ha vuelto permanente; sabe que debe alertarme, esa es su misión. La pesadilla, antes fortuita, se ha vuelto constante; para eso está aquí, debe salvarme. Me toma con dulzura los hombros cuando estoy con la cara hundida en la almohada, me sacude sin fuerza para no lastimarme, siento las yemas de sus dedos caminando por mi espalda, ¿a dónde van, manos, a dónde? El sentido del tacto es fino por las mañanas; puedo sentir el calor heterogéneo que irradia su cuerpo, las fibras del cobertor, el aire tibio en la primera capa de oxígeno que rodea mi cabeza, la frialdad de la habitación; puedo sentir el marco de la ventana, el vapor frío atrapado en los cristales, puedo sentir la vibración de la garganta de un gorrión madrugador que le está cantando a la vida. ¿Acaso soñarán los gorriones? Creo que sí, un buen sueño. Me resisto a mirar. Puedo escuchar los engranes de su cuello y el líquido a presión que dibuja una sonrisa en su rostro, el más hermoso. Hoy es uno de esos días, entra en la cama, de acuerdo al plan; sus dedos medrosos pero ágiles buscan calor, acarician mi cuerpo, lo despiertan y sonrío ampliamente. Calor, humedad, olor a óxido, he despertado. Nos miramos fijamente; uno, dos, tres… Tarea completa. Está de pie junto a la ventana, se alimenta del sol. Tallo el contorno de mis ojos, sujeto mis sienes un momento, respiro profundo. Creo que durante la noche he soñado, pero no puedo recordarlo. Andrés Hernández Nuestra Tierra Por Raúl A. Mejía Jiménez M uchas cosas han cambiado, sin embrago, el paso del tiempo no marchita. Aún los magueyes de un cerro, que guarda en silencio el acontecer de un pueblo siempre sobresaliente y con una identidad, conjugan la tradición y la modernidad. Cuando recorremos las calles de los barrios, las comunidades y las zonas comerciales, muchos de los jóvenes que nacimos y crecimos en esta tierra de barro nos sentimos parte de un entorno que se niega a desaparecer, y aunque para muchos el vivir en Metepec se ha vuelto un status o una moda, para algunos el haber crecido en estas calles adoquinadas de historia y tradición es un sentimiento de orgullo y de compromiso. Ser metepequense y ser joven implica diversos compromisos, no sólo es saber lo que etimológicamente significa el nombre de nuestro municipio, ni acudir a las celebraciones sincréticas y místicas de San Isidro o Semana Santa, o bien, disfrutar de Festival Quimera, sino es entender el porqué de lo anterior. Hoy más que nunca la juventud debe de amar y comprender la razón de ser de este municipio, que desde las épocas prehispánica y colonial escribiría su propia historia, incluso por capítulos; la historia de la tradición artesanal, la de la cultura y el arte, la de la religión y la de la solidaridad, la de su gente sencilla y amable. A raíz del nombramiento como Pueblo Mágico, muchos jóvenes y niños escudriñaron, en las historias de sus abuelos, en los libros o en los amigos, la importancia de este suceso, fue ahí donde descubrirían que una sola palabra, cuyo significado es “en el cerro de los magueyes”, implicase tanto y entonces la magia surgió. Modernas construcciones adornadas con artesanías, fachadas pintadas con los colores del árbol de la vida, templos e iglesias guardando un pasado de fe y devoción, ricas nieves o espirituosas bebidas, bares y restaurantes donde los amigos conversan alegremente, parques donde se puede caminar, talleres artesanales que crean y dan vida a diversas formas, festivales que, además de ser culturales, recuerdan las veces que Metepec fue sede de poder estatal o bien, de los rituales en torno al Mictlán. La identidad metepequense debe de ir más allá de las fachadas pintadas o de las artesanías, incluso de los festivales y eventos culturales. La identidad de un pueblo se crea con el quehacer cotidiano, en la forma de ser de nosotros que, siempre amables y atentos, abrimos nuestros brazos para recibir al turista, al nuevo vecino, al amigo, y es que los abrimos de la misma forma en la que el maguey germinado en tierra de barro también abre sus brazos al cielo. Es deber de la juventud mantener viva la identidad que nos representa, incluso a nivel internacional, y eso se logra con acciones, no sólo con palabras, que impulsen y guíen la construcción de un mejor lugar. Los jóvenes que conocen su entorno y que participan en su preservación se involucran en actividades culturales y aquí no importa si son pequeñas o grandes pues están sem- Guía Cultura Metepec brando un motor de cambio social y, si reciben el apoyo adecuado y la motivación suficiente, cosecharán una sociedad sana. La identidad cultural de nuestro municipio es tan grande que muchas veces el sentimiento generado es inexplicable, la más grande variedad de arte, de expresiones aquí se puede encontrar. Los elementos patrimoniales nos ayudan a diferenciarnos de otros, la gran pléyade de metepequenses sobresalientes no puede nombrarse en unas cuantas líneas; su factor común, además del lugar de origen o adopción, fue el empezar a escribir su historia en la etapa de juventud, cuando nada parece imposible, cuando con orgullo, honor y gratitud decían a los cuatro vientos: ¡Soy de Metepec! Ellos en su tiempo, cuando entendieron lo que existía y lo que existiría para el futuro metepequense, lo defendieron y ahora nosotros, que lo disfrutamos, sigamos construyendo y cuidando de este Metepec, que hoy nos necesita comprometidos y dispuestos a hacer de nuestra casa un entorno mejor, en el que nuestros hijos puedan disfrutar de un ambiente en donde la tradición y la modernidad son la bandera de la evolución, que no destruye sino contribuye. Raúl Cisneros Raúl Cisneros ENTRETANTO Por Alberto Chimal Entretanto, el Viajero del Tiempo se desplaza a fantásticas velocidades por la corriente de los siglos. (Esto es verdadero siempre.) Entretanto, el Viajero del Tiempo pone en reversa su máquina. Avanzan río abajo los salmones. Alejo Carpentier desescribe hacia adelante. Entretanto, Gabriel García Márquez dice al Viajero del Tiempo que no exagere en sus historias pues la realidad siempre supera a la ficción. Entretanto, el editor advierte al Viajero del Tiempo que los textos breves no interesan a nadie y lo que vende es la novela gorda. Entretanto, el Viajero del Tiempo se detiene en una noche de Edgar Allan Poe a preguntarle si el caballero con el que habla es realmente una momia egipcia. Entretanto, el Viajero del Tiempo cuenta al Golem de Praga la leyenda de Franz Kafka y Max Brod, vecinos de la ciudad, guardadores de misterios. Entretanto, el Viajero del Tiempo lleva a Pancho Villa a ver películas de los siglos 21 y 22 sobre Pancho Villa. Al salir lo ve satisfecho. Entretanto, el Viajero del Tiempo conversa con Jane Austen y reconoce que sí, de siglo en siglo la bondad llega a ser recompensada. Entretanto, el Viajero del Tiempo oye al paciente que delira en su camisa de fuerza: está contándole su propia historia, viaje por viaje. Entretanto, el Viajero del Tiempo escucha cantar al rey David: la canción es sobre muchas noches y recuerda muchas muertes pequeñas. Entretanto, el Viajero del Tiempo huye de la explosión, que lo derriba y lo aturde: de pronto ha olvidado si está en Tunguska, Sodoma o qué. Entretanto, el Viajero del Tiempo escucha música que no sólo no se ha subido ilegalmente a internet sino que no se ha compuesto. Aún. Entretanto, el Viajero del Tiempo deja el siglo cuya iglesia más antigua venera a un Pequeño Pony (la Capilla Sixtina es púrpura brillante). Entretanto, el Viajero del Tiempo escucha, de lejos, cómo discuten y pelean los jóvenes escritores de Pompeya. Hablan de pasión, de historia y de fuego. Guía Cultura Metepec Entretanto, el Viajero del Tiempo mira un incendio de Roma desde lejos. No se ve a ningún emperador. Pero se oyen los gritos. Entretanto, el Viajero del Tiempo visita el Año de la Canica. —En el siglo XX hablaban de ustedes y luego ya no. —¿El siglo XX no es uno del pasado remoto? Entretanto, el Viajero del Tiempo lleva a Robert Smith a conocer a Lovecraft, quien de inmediato decide usarlo como personaje en un cuento. No dice cuál. Entretanto, el Viajero del Tiempo me cuenta de los siglos en que la literatura más popular no es ficción, ni no ficción, sino todo lo contrario. Entretanto, el Viajero del Tiempo dice a Nikos Kazantzakis: —Realmente creo que debería llevar al menos una libreta. No sólo habla mucho. ¡Habla arameo! Entretanto, en otro lugar de Jerusalén, el Viajero del Tiempo oye que el hombre le contesta: —¿Última cena de qué? ¿De quién? ¿No le dieron una dirección? Entretanto, el Viajero del Tiempo visita el siglo donde cada identidad de David Bowie preside una iglesia distinta, en guerra con las otras. Entretanto, el Viajero del Tiempo se relaja: este no puede ser el asesino en serie del que le hablaron. ¡Si trabaja de payaso en fiestas! Entretanto, el Viajero del Tiempo señala a la anciana Anaïs Nin, digna y perfecta, enteramente vestida. —Sí tiene un aura —comenta Marilyn. Entretanto, el Viajero del Tiempo ve a Harold Bloom huir a la carrera, gritando. —Pensé —se asombra— que si lo invitaba a conocer a Shakespeare le daría gusto. Entretanto, el Viajero del Tiempo visita al Gran Cacique en su caverna y lo oye decir: —No va a durar eso de la “escritura”. Sigo convencido. Entretanto, el gato del Viajero del Tiempo se deja ver, pardinegro, en otra noche –una desesperada– de Edgar Allan Poe. — Miau — saluda, como si tal cosa, entre la lluvia y el viento. Entretanto, el Viajero del Tiempo piensa en los otros sitios y tiempos que ocupa ahora mismo, mañana, siempre. Qué fatiga y qué vértigo. Clarisa Por Enrique Á. González Cuevas. Ivette entró a su casa, fue a la cocina y, al abrir la puerta del refrigerador, se dijo lo que no había logrado definir esa misma mañana: Clarisa ama a Germán. Y aunque eran ciertas, el peso de estas palabras le pareció demasiado, tan de telenovela que no podía tratarse del mismo hombre con el que le resultaba difícil compartir el baño, no su Germán. Cogió un bote de yogurt y se sentó en la sala. Todo a su alrededor era tal como debía, tan perfectamente colocado, con ella en el sillón y el yogurt en su boca, que resultaba ridículo pensar que en ese orden tan preciso y acogedor Germán fuera amado por Clarisa. Sin embargo, la idea de que pronto sería la hora de comer le imponía una decisión: o se levantaba a preparar la comida y continuaba en el normal acontecer de su vida; o bien, se soltaba a llorar. Esperó unos momentos y fue a preparar la comida. De pequeña, Ivette pasaba las noches imaginando que su madre moría en un accidente al regresar del trabajo, que su padre no era su padre, o que ella quedaba atrapada en el viejo elevador del edificio durante un terremoto. Entonces lloraba por horas, olvidando que aquello sólo lo imaginaba, hasta que se quedaba dormida. Esta costumbre no cambió con los años, pues a pesar de que sus padres aún vivían y ella se había mudado con Germán a una ciudad en donde no temblaba. Por las noches seguía construyendo desgracias bajo la inconfesada creencia de que cuanto imaginaba la ponía a salvo de que algo malo pasara en realidad. Sin embargo, cuando abrió los ojos esa misma mañana, Ivette encontró a Clarisa parada al pie de la cama. Sus miradas no se toparon. Clarisa observaba amorosa el rostro dormido de Germán sin prestar ninguna atención a Ivette. La escena duró apenas unos instantes. Clarisa no tardó en salir de la habitación y unos segundos después se escuchó cómo cerraba tras de sí la puerta del departamento. Ivette reconoció de inmediato a Clarisa a pesar de que nunca antes la había visto. Le bastaban las descripciones que de ella había escuchado tantas veces en los noticieros. No obstante, en ese momento se negó a pensar en el motivo de la visita y se volvió a dormir. Antes de preparar la comida, Ivette había tenido que salir a comprar algunas cosas. En el camino se topó con una vecina que también iba al mercado y que se la pasó hablando del miedo que tenía de Clarisa. Había escuchado esa mañana de tres nuevos matrimonios destruidos porque, quién sabe cómo o cuándo, Clarisa se enamoraba de los hombres y se los llevaba. Así de sencillo. Simplemente, un día, ellos y sus cosas no estaban. Las esposas no volvían a verlos jamás, aunque existían quienes aseguraban haberse cruzado con alguno de los desaparecidos, éstos les decían que se habían ido de forma voluntaria y que se encontraban muy bien. La voracidad de Clarisa había crecido tanto que incluso se temía que fuera bisexual, pues comenzaban a desaparecer algunas mujeres también. Guía Cultura Metepec Ivette se separó de su vecina en cuanto pudo y regresó a su casa. Llegó la hora de que Germán volviera del trabajo. La comida estaba servida en la mesa y su calor se extendía por el pequeño departamento. Sin nada más qué hacer, Ivette comenzó a inquietarse. Se levantó de golpe y cogió el teléfono. En el trabajo de Germán le dijeron que éste había salido a la misma hora de todos los días y una grabación le anunció que su celular estaba fuera del área de servicio. Intentó calmarse pensando que quizá el metro iba muy lento otra vez, pero que su esposo ya estaba en camino. Esperaría un par de minutos y volvería a intentar. El olor de la comida ya no le pareció agradable, pues no podía encontrar en el departamento el aroma de la loción que Germán había dejado esa misma mañana. Fue a la récamara a buscar su ropa. No la encontró. Ni siquiera la ropa sucia que él siempre dejaba en el baño. Agitada, volvió a la sala y llamó de nuevo. El número continuaba fuera del área de servicio. Ivette se soltó a llorar. Su cabeza se encontraba tan saturada con la idea de que había perdido a Germán que tardó varios minutos en notar la presencia de un joven muy atractivo que, sentado a la mesa, la estaba observando. Era la primera vez que se encontraban pero, en los ojos de él, se veía que la amaba. Jimena Martínez Colaboradores Cristian Reynoso Raúl Cisneros Es historiador. Se ha desempeñado como investigador y docente, actualmente es el Cronista Oficial de Metepec. Productor Audiovisual y Fotógrafo, especializado en Periodismo por la Universidad Andrés Bello de Santiago de Chile. Ha cubierto el Festival del Centro Histórico de Toluca y Quimera Metepec para diversos medios de comunicación. Paloma Cuevas R. Filósofa, lingüísta, periodista, investigadora y escritora.Colabora con quince medios estatales, nacionales e internacionales. Docente durante 22 años. Promueve y gestiona cultura. Raúl Alejandro Mejía Jiménez Es Secretario General del Círculo cultural La Muerte de Abadon, Secretario de Eventos Institucionales del Foro Nacional de Oradores y responsable logístico de la Barra de Abogados del Municipio de Metepec. Antonio Carrillo Es licenciado en Letras Latinoamericanas. Ha publicado una decena de textos literarios. Ha participado en análisis de textos literarios, estudios sociales, artísticos y en temas de equidad e igualdad de género. Juan José Hamilton Chan Alberto Chimal Es autor de la novela Los esclavos, los libros de cuento El Viajero del Tiempo, La ciudad imaginada, entre otros. Es conocido también por su trabajo de creación y difusión de la narrativa de imaginación fantástica, y se le considera una figura importante de la escritura por medios digitales en México Pável Granados Es ensayista. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Entre sus libros están: Mi novia, la tristeza, biografía de Agustín Lara (con Guadalupe Loaeza) y El ocaso del Porfiriato. Antología histórica de la poesía en México (1901-1910). Andrés Enrique Hernández Morales Es licenciado en humanidades con especialidad en historia y literatura. Ha publicado en Difracciones y Cartapacio de la Universidad de Quintana Roo, dirigida por el doctor Javier España Novelo. Tiene la especialidad en gráfica. Imparte clases en la Escuela de Iniciación Artística de Metepec y los talleres de artes plásticas y serigrafía en las Casas de Cultura. Su trabajo combina el dibujo con los procedimientos gráficos. Aureliano Carvajal Enrique Ángel González Cuevas. Su trabajo ha sido publicado en diversas revistas nacionales. Antologado en la colección Doscientos años de poesía mexicana del Gobierno de Tlaxcala. Recientemente obtuvo la beca Interfaz ISSSTE-Cultura. (D.F. 1986) Maestro en Filosofía por la UNAM. Premio Nacional de Cuento Corto “Agustín Monsreal” 2015 por su libro Metafísica de las costumbres (Fá Editorial 2016).Editorial 2016). Guía Cultura Metepec