México frente al Derecho Internacional Privado: Fortalezas y

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México frente al Derecho Internacional Privado: Fortalezas y Debilidades.
Lic. Francisco Gerardo Puebla Martínez
The London School of Economics and Political Science
En una economía de libre mercado como pretende ser la mexicana, en donde durante el
2011, las exportaciones de bienes y servicios representaron el 31% del PIB2, las relaciones
con el resto del mundo, son mucho más que un mero aspecto de diplomacia; son
actividades de las que México tiene gran dependencia, y que cada vez resultan ser más
preponderantes en todos los niveles económicos. Bajo dicha premisa, el Estado Mexicano
tiene el deber de actualizar su esquema legal en materia de Derecho Internacional para
lograr estar a la par de las exigencias de este mercado global.
Efectivamente, se ha realizado trabajo legislativo en la materia y se ha buscado mantener
vigentes los cuerpos normativos aplicables a los principales aspectos del derecho
internacional privado. México ha pasado de un territorialismo jurídico absoluto a tener un
cuerpo de leyes reformadas que en mayor proporción han permitido la aplicación de leyes y
tratados internacionales. Las reformas de 1988 a la legislación civil, sentaron la base para
eliminar el atraso legislativo que imperaba en materia de Derecho Internacional Privado en
México, uniéndolo así al movimiento codificador que imperaba en las potencias
económicas mundiales, y logrando instrumentar los cuerpos legales internacionales
aplicables a la materia.
Con esta reforma, el artículo 12 del Código Civil Federal pasó de establecer un dogma
territorial en el que "las leyes mexicanas se aplicaban a todos los habitantes de la
República, ya fuesen nacionales o extranjeros, domiciliados en ella o transeúntes" a una
posibilidad más abierta en la que “se prevé la aplicación del derecho extranjero y las
previsiones de los tratados y convenciones de que México es parte.5”. Así, se le dio entrada
formal a la positivización del Derecho Internacional Privado
A la fecha, México cuenta con catorce tratados multilaterales firmados sobre esta materia;
pudiendo destacar de entre ellos el Estatuto de la Conferencia de La Haya de Derecho
Internacional Privado de 195011, que a la fecha, ha logrado avances significativos en la
labor unificadora de las normas de Derecho Internacional Privado, trayendo como resultado
la creación subsecuente de diversos tratados que regulan a sus setenta y dos miembros*, y
que de acuerdo con el artículo 133 de la CPEUM3, actualmente constituyen “ley suprema en
toda la Unión”
Dicha jerarquía constitucional, ha traído como consecuencia leyes y reglamentos nacionales
que resultan ser “incluyentes” en la regulación de los actos jurídicos internacionales
realizados entre privados. Más aún, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
interpretación de dicho artículo constitucional, ha emitido diversas tesis en relación a los
principales aspectos del Derecho Internacional Privado, reiterando su ubicación jerárquica
“por encima de las leyes generales, federales y locales4”
Sin embargo, una de las deficiencias de este derecho interno mexicano, radica precisamente
en la alta especialización requerida para lograr el entendimiento en su contenido de forma y
fondo. En la práctica, por un lado están las grandes empresas transnacionales, con presencia
global, a las que quizá esta problemática no les resulte ser un conflicto e incluso pudiese
representar una ventaja corporativa resultante de su capacidad de pagar los costos de una
asesoría especializada sobre la materia; y por otro lado está el México del año 2012, en
donde el 98% de la actividad empresarial es llevada a cabo por micro, pequeñas y medianas
empresas; situación que nos deja ver que esta problemática no es de menor escala.
Como ejemplo tangible, se encuentra el sector de la proveeduría de cuero y calzado en el
Estado de Guanajuato; dicha industria representa no menos del 25% de su PIB,
convirtiéndola en el principal motor de la economía estatal, que de acuerdo con la
Administración General de Aduanas6, de enero del 2011 a enero del 2012, realizó
exportaciones por más de treinta y cuatro mil millones de dólares. Economías como la
Guanajuatense, representan uno de los fundamentos del porqué la simplificación de los
cuerpos legislativos representa un reto mayor, que de ser plenamente abordado beneficiaría
a la micro, pequeña y mediana industria mexicana, que en la actualidad con gran frecuencia
se encuentra en una situación jurídica de desventaja frente a la contraparte transnacional.
En este sentido, en México es imperante la realización de la tarea simplificadora de la
legislación nacional, puesto que aunque el propio adjetivo de “Derecho Internacional
Privado” sugiera que esta rama del derecho pertenece en sí al derecho internacional, en la
práctica ésta pertenece al derecho nacional ordinario, y con la salvedad de los tratados o
convenciones internacionales de las que se es parte, esta rama del derecho no tiene especial
autoridad12. En consecuencia, no es factible la concepción de una legislación internacional
general e idéntica para todo el planeta, ni tampoco la espera de una mesiánica reforma
llegada desde otro país u organismos distintos a los nacionales, la tarea de simplificación
legislativa es materia de política pública nacional tanto como lo es de política exterior.
Aunque dicha tarea pareciera ser abstracta, en la práctica, en varios países se ha trabajado
en esta problemática y se han logrado notables resultados. Un claro ejemplo es el Reino
Unido, en donde de tener un complejo y casi absoluto sistema jurídico basado en cientos de
casos resueltos mediante el “Common Law”, en 1998, se introdujo el Código de
Procedimientos Civiles (mejor conocido como CPR, por sus siglas en inglés) con el
propósito de convertir el acceso a la justicia en un sistema más fácil de entender para el
ciudadano común, más rápido y más barato, por medio de la aplicación de los principios
básicos de igualdad y proporcionalidad.
En contraste, en el México actual, tan solo a nivel federal, se cuenta con doscientas ochenta
distintas leyes vigentes13, de las cuales al menos sesenta guardan alguna relación con el
Derecho Internacional Privado. Por lo que sólo abordando este reto en relación al derecho
nacional, el Estado Mexicano podrá garantizar a esta creciente actividad, el acceso a la
justicia imparcial; obligación que tiene bajo el artículo 17 Constitucional.
Por otro lado, el arbitraje mercantil internacional también resulta ser otra de las grandes
áreas de oportunidad en México. Actualmente, esta actividad, regulada por los artículos
1415 al 1480 del Código de Comercio, y basados en la “Ley modelo para el arbitraje”
creada por UNCITRAL10, pocas veces es utilizada como el medio idóneo para la solución
de controversias internacionales en México; y mucho menos se vislumbra a México como
sede de mundial de arbitraje internacional.
Aún y cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha reiterado mediante la emisión
de jurisprudencia la validez de los principios arbitrales, tales como la no recurribilidad de
sus laudos8, que se traducen en una potencial mayor celeridad y economía procesal entre las
partes; las estadísticas del Centro de Arbitraje de México7, uno de los principales
administradores privados de arbitraje mercantil institucional en el país, revelan que durante
el año 2011 tan solo el 12% de los procedimientos sometidos a su arbitraje institucional,
involucraron como partes dentro del proceso a extranjeros. Razón que lleva concluir la
existencia de un ambiente de desconfianza general en la posibilidad de considerar a México
como una sede para el arbitraje comercial internacional.
Es menester entonces, promocionar e incentivar las actividades arbitrales en materia
comercial tanto dentro del territorio nacional como en el extranjero, ya que el crecimiento
de esta actividad representaría tanto un beneficio directo en términos de disminución a la
carga de trabajo de los tribunales judiciales, como una derrama económica importante en el
sector turístico y hotelero de México, con la llegada de extranjeros en búsqueda de una sede
arbitral internacional de clase mundial.
Tomemos como ejemplo a la Cámara de Comercio Internacional (ICC, Por sus siglas en
inglés) con sede en París; que gracias a su reconocimiento internacional recibe a mercantes
de todo el mundo, que convergen en sus instalaciones para buscar una solución neutral,
rápida y especializada a sus controversias. Las actividades de esta sede institucional de
arbitraje privado, representan para Francia este mencionado beneficio dual de derrama
económica y desahogo de carga laboral, dejando así al Estado libre para conocer sobre
controversias que verdaderamente contengan un interés público.
El instrumento detonador en México para esta promoción e incentivación, debe abordarse
mediante la formación de expertos mexicanos en la materia, y mediante el reconocimiento
del potencial integral de esta actividad, cristalizado en el apoyo a su consolidación en el
país como una alternativa eficaz y de calidad. El reto, sin duda es mayúsculo, sin embargo
México, no puede voltear la mirada a las tendencias legislativas y a las prácticas de las
grandes economías, que ven en el arbitraje una vía pragmática, vigente y redituable de
impartición de justicia.
Así las cosas, sería difícil abordar en la presente ponencia los retos relativos a todas las
ramas que abarca el Derecho Internacional Privado, sin embargo, máxime la necesidad de
seguir la tendencia de la ola codificadora en esta materia, podemos resumir, que en el
planteamiento de todos y cada uno de estos retos, la nueva dinámica global sugiere como
método de resolución el abordar de manera integral a cada uno de ellos. Esto es, que así
como el poder legislativo ha establecido dentro del cuerpo legal vigente, los mecanismos
necesarios para cubrir los principales aspectos del Derecho Internacional Privado, tales
como el alcance de la jurisdicción, legislación y ejecución; es también necesario plantear la
manera en la que este derecho verdaderamente genere un bienestar social general, reflejado
en la incentivación de las actividades comerciales y la seguridad jurídica en todos los
niveles de las relaciones internacionales entre privados.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, organismo del que todos los presentes
formamos o hemos formado parte, ha sido sin lugar a duda una pieza clave en esta
prioridad de Estado. Tan solo durante el año 2011, asignó más de cuatro mil quinientos
millones de pesos en la formación de especialistas para el país9, entre estos, los que seremos
encargados de asumir esta tarea en pro de los intereses de México en el mundo, del
rejuvenecimiento del sistema jurídico mexicano mediante el aprendizaje, comparación e
implementación de propuestas dinámicas, y de la defensa de nuestros nacionales frente a las
relaciones jurídicas con el extranjero.
Gracias por su atención.
Estrasburgo, Francia. A 30 de noviembre del 2012.
Fuentes**:
1.- http://www.g20.org/ 2.- http://datos.bancomundial.org/indicador/NE.EXP.GNFS.ZS 3.- Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. 4.- Tesis: P. IX/2007 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época 172650 5.- Código Civil Federal
Vigente 2012. 6.- http://www.cofoce.gob.mx/estadisticas/ 7.- http://www.camex.com.mx/ 8.- Tesis de jurisprudencia 105/2007 Aprobada
por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha veinte de junio de dos mil siete. 9.- Datos SIICYT
http://www.siicyt.gob.mx/siicyt/cms/paginas/IndCientifTec.jsp
10.- http://www.uncitral.org/uncitral/es/index.html 11.- La Haya:
http://www.hcch.net/index_en.php *México es miembro desde el 18 de marzo de 1986 12.- Trevor C. Hartley International Commercial
Litigation, Cambridge University Press 2009 13.- Cámara de Diputados, http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htm **
Páginas de Internet consultadas en fecha 28/11/12.
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