3987 - Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco

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Guadalajara, Jalisco, 20 veinte de Marzo del año 2015 dos mil
quince.V
I
S
T
O
S
los
autos
del
juicio
Civil
Sumario
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * promovido por * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
en contra de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , radicado en el Juzgado
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ; y:
R E S U L T A N D O:
1.- Consta en autos que la sociedad mercantil actora demanda la
rescisión o resolución del contrato erróneamente denominado como ce
“concesión” (sic) que en realidad es un contrato de arrendamiento
especial relativo a promoción o exhibición previsto en el artículo 2091 y
demás aplicables del Código Civil Local, celebrado con el demandado
en su carácter de otorgante (arrendador); como consecuencia de lo
anterior, y conforme lo pactado en la cláusula séptima del contrato, la
devolución
de
*********************
más
la
actualización
correspondiente de acuerdo al incremento del índice nacional de precios
al consumidor (INPC) por concepto del importe de renta no devengada,
según el plazo pactado, pago de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * por
concepto de gastos por desmonte y desinstalación del anuncio unipolar
materia del fundatorio, pago de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * generados
por maniobra de grúa de movimiento, carga y descarga de la estructura
del anuncio, más los intereses legales que generen las cantidades
anteriores, pago de daños y perjuicios, finalmente costas del juicio.
El juez admitió la demanda en los términos y por los conceptos
reclamados, ordenó emplazar al demandado, quien compareció en
tiempo y forma a dar contestación, y compareció ante el C. Juez Sexto
Mercantil de este Partido Judicial a oponer excepción de incompetencia
por
inhibitoria
que
en
sentencia
interlocutoria
del
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , se declaró infundada y se impuso multa
promovente de la excepción.
Posteriormente se abrió el juicio a prueba, ambas partes las ofrecieron y
desahogaron, concluido éste se abrió el de alegatos, y se citó para
sentencia que se pronunció el * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , en el
sentido que la parte actora había justificado parcialmente su acción,
mientras el demandado no justificó sus excepciones, en tanto que el
tercero llamado a juicio se declaró en rebeldía, en consecuencia se
declaró procedente la rescisión del contrato de arrendamiento celebrado
y se ordenó al demandado restituir a favor de la empresa actora las
sumas reclamadas en la demanda inicial, en tanto que absolvió de las
prestaciones atinentes a daños y perjuicios, costas del juicio e intereses
legales reclamados.
Inconformes con el fallo, actor y demandado interpusieron recurso de
apelación que se admitió en el efecto devolutivo.
2.- En su oportunidad, esta Sala se avocó a resolver el recurso de
apelación planteado, confirmó la calificación de grado, tuvo por
expresados los agravios de los apelantes, los dejó a disposición de sus
respectivas contrarias y citó para dictar sentencia.
C O N S I D E R A N D O S:
I.- En consideración de que las actuaciones judiciales prueban
plenamente, de acuerdo a lo que dispone el numeral 402 del Código de
Procedimientos Civiles, y entre
ellas aparecen
los puntos
de
inconformidad que como agravios vierten los recurrentes, la Sala da por
transcritos literalmente los puntos de queja y se exime para
transcribirlos, en la contradicción de tesis 58/2010 aprobada por la
segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que aplica
por extensión y analogía, consultable en la página 830 Tomo XXXI, Mayo
2010, Novena Época, bajo el rubro: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O
AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y
EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE AMPARO ES INNECESARIA SU
TRASCRIPCIÓN”.
No obstante para facilitar su estudio, la Sala plasma en síntesis lo
expuesto por los apelantes.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * abogado patrono del demandado expuso
en síntesis lo siguiente:
Que en el considerando sexto de la sentencia definitiva de fecha
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , en donde el juez arriba a la conclusión de
que a la parte demandada correspondía la carga de la prueba para
acreditar la derivación de la obligación a su cargo.
Que el A quo no toma en consideración que si los demandados
celebraron un contrato de compra venta del terreno donde con
anterioridad se había celebrado un contrato de arrendamiento respecto
de un letrero espectacular, era obvio que se tenía que respetar éste
último contrato, y que tal obligación recaía en el nuevo propietario del
inmueble * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , y es a este como tercero llamado
a juicio a quien correspondía acreditar que nunca se pactó la derivación
de la obligación a cargo de los demandados, lo que no hizo, pues fue
juzgado en rebeldía.
Que con su determinación, el juez viola el precepto legal 271 del Código
de Procedimientos Civiles, pues en este no se establece que sea
obligación de quien denuncia a un tercero a juicio acredite ésta
denuncia, sino que el tercero tiene que salir a juicio a defenderse, y de
no hacerlo, la sentencia le perjudicará, sin embargo, de manera
contradictoria, el juez lo absuelve y señala que la cara probatoria era del
demandado en términos del artículo 283 del enjuiciamiento civil, en el
sentido de demostrar que se había pactado con el tercero que el nuevo
propietario del terreno respetaría el arrendamiento del espectacular.
Que
por
lo
anterior
dicha
sentencia
carece
de
una
debida
fundamentación y motivación, y por tanto violatorio del artículo 16 de
nuestra carta magna, que establece esta obligación para la autoridad,
pues no basta que se exprese el precepto legal aplicable al caso, sino
también cuáles con las circunstancias especiales, razones o causas que
se consideraron para emitirla.
Por su parte, * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * abogado patrono de la parte
actora, señaló por su parte que la sentencia no fue dictada en armonía
por los artículos 86 y 87 del enjuiciamiento civil del Estado, por lo
siguiente.
Que viola en su perjuicio los artículos 1974 a 1977 del Código Civil del
Estado de Jalisco, por una indebida aplicación e interpretación por parte
del A quo, en lo que se refiere a haber considerado que no procedía
condenar al demandado al pago de intereses legales por no ser una
prestación pactada en el contrato, lo que en opinión del apelante es
incorrecto, pues argumenta que la ausencia de pacto al respecto no
implica su inexistencia.
Que la ley contempla la figura de los intereses como una sanción para
quien incumple con sus obligaciones, que el interés moratorio es como
su nombre lo indica una consecuencia al incurrimiento en mora del
deudor respecto a una deuda vencida, y el que los intereses no se
hayan pactado a una tasa particular, no implica que sea improcedente su
cobro. Que el artículo 1976 del Código Civil, tiene como finalidad suplir
la inexistencia de pacto convencional entre las partes respecto al monto
por el citado concepto. Que el cobro de intereses deviene del imperio de
la ley, instaurado con la intención de resarcir al acreedor del tiempo que
dejó de percibir una prestación pecuniaria
que legalmente le
corresponde.
Que la obligación de pago a cargo del demandado nace desde el
momento
en
que
fue
*********************,
retirado
fecha
el
que
anuncio,
consta
esto
en
las
es,
el
facturas
generadas por el desmontaje y desinstalación, documentales que no
fueron objetadas ni controvertidas por su contraparte.
Que por cuanto a la absolución del pago de gastos y costas del juicio, se
violenta en su perjuicio lo dispuesto en los artículos 142 y 143 del
Código de Procedimientos Civiles, y el diverso numeral 1426 del Código
Civil, pues este último es claro al señalar que las costas será a cargo de
quien incumplió.
Que en el caso, el demandado fue condenado por su incumplimiento al
contrato, y no existe causa alguna de excepción contenida en la propia
ley para absolverle del pago de costas.
Que la fracción II del artículo 143 establece que cuando ejercitada una
II.- Esta Sala por cuestión de método procede analizar en primer término
los agravios esgrimidos por la parte demandante, la cual en esencia
manifiesta, que la Sentencia emitida por el A quo le ocasiona agravios
substancialmente por lo que respecta a la proposición cuarta misma que
prevé lo siguiente: (sic) CUARTA.- Se absuelve al demandado
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , de las prestaciones que le fueron
reclamadas en los incisos E).- F) y G). de su escrito de contestación
de demanda;” esto es, el primigenio no consideró procedente la acción
de daños y perjuicios, y tampoco determinó fundado el pago del Interés
Legal que el demandante reclamaba.
En este orden de ideas el promovente de alzada manifiesta en primer
término que el A quo realizó una indebida interpretación de la Ley, ya
que en la sentencia de mérito, según el apelante el primigenio
confunde
lo que es el Interés Legal con el interés convencional, al
respecto es de señalar que la parte actora en su escrito inicial de
demanda y concretamente en su inciso G) solicitó lo siguiente: (sic) El
Pago de los intereses legales que generen las cantidades
anteriores, ello de acuerdo a lo prevenido por el artículo 1976 del
Código Civil del Estado de Jalisco, hasta la total solución del
adeudo.” Y asimismo el Juzgador resolvió que dicha prestación
resultaba infundada toda vez que no fue estipulada en el contrato
base de la acción, pues del mismo no se advierte que las partes
hayan pactado un interés legal en caso de incumplimiento. De una
atenta lectura al fundatorio en mención se desprende que efectivamente
las partes no pactaron el pago de intereses, en caso de incumplimiento
de la obligación. Sin embargo, y como acertadamente lo manifiesta el
apelante este en su escrito de demanda, no solicitó la aplicación del
interés convencional, sino la actualización del interés legal, y en esa
tesitura el artículo 1976 del Código de Procedimientos Civiles prevé que
el interés legal será del 9% anual, y en el numeral anterior del mismo
ordenamiento jurídico, se hace una distinción entre el interés
convencional y el interés legal, luego entonces la naturaleza jurídica del
interés legal, indudablemente debe ser para que este pueda ser aplicado
en caso de no existir el interés convencional, y en el caso que nos ocupa
quedó debidamente acreditada la relación contractual entre actor y
demandado así como el incumplimiento por parte del segundo, en este
sentido y a juicio de los que aquí resolvemos, efectivamente el A quo
debió considerar tal situación, ya que si bien es cierto del documento
fundatorio se advierte que no hubo acuerdo de voluntades para pactar
intereses moratorios en caso de incumplimiento, sin embargo el que se
condene a la parte demandada al pago de los intereses moratorios
legales, no vulnera el principio de congruencia, habida cuenta que el
demandante a la postre está haciendo valer un derecho que la ley
autoriza, por lo que si no se pactó un interés moratorio, pero sí hubo
reclamo por este concepto, lo que procede es condenar al pago de los
intereses legales a partir de la fecha en la que debió realizar el pago el
demandado, esto es, el día en que fue desmantelado y desinstalado el
anuncio unipolar (espectacular).
Cobra aplicación a lo anterior la tesis sostenida por el Segundo Tribunal
Colegiado del Décimo Primer Circuito, publicado en la página 436 del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo III, Febrero de
1996, Novena Época, de rubro y texto:
“INTERESES MORATORIOS LEGALES. NO SE VULNERA EL PRINCIPIO DE
CONGRUENCIA SI EN LA SENTENCIA DEFINITIVA SE CONDENA A LOS.” No
obstante que el actor haya solicitado el pago de los intereses moratorios pactados, si
de las constancias del procedimiento se advierte que no hubo acuerdo de voluntades
en ese sentido, el que se haya condenado a la parte demandada al pago de los
intereses moratorios legales, no vulnera el principio de congruencia que en toda
sentencia debe privar, habida cuenta que el demandante a la postre está haciendo
valer un derecho que la ley autoriza por el ejercicio de la acción cambiaria, como lo es
el cobro de los intereses moratorios; y aun cuando es cierto que los reclama como si
éstos hubieran sido pactados, sin embargo ello no libera al juzgador de hacer
condena al respecto porque, se insiste, el actor en suma está haciendo un reclamo: el
pago de sus intereses moratorios; si su monto no se acredita, no trae como
consecuencia la liberación de cubrir esa obligación, sino la de ajustarla a lo que por
derecho corresponde al actor; pues cosa distinta sería que no se reclamaran intereses
y que el juzgador, de propio derecho, hiciera condena al respecto. Así, debe
precisarse que el artículo 362 del Código de Comercio dispone: "Los deudores que
demoren el pago de sus deudas deberán satisfacer desde el día siguiente al del
vencimiento, el interés pactado para este caso, o en su defecto el seis por ciento
anual."; por su parte, el artículo 174 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito, establece: "Los intereses moratorios se computarán al tipo estipulado para
ellos; a falta de esa estipulación, al tipo de rédito fijado en el documento, y en defecto
de ambos, al tipo legal." Por lo que si no se acreditó el tipo al que se computarían los
intereses moratorios, pero sí que hubo reclamo por este concepto, lo que procede es
condenar
al
pago
de
los
intereses
legales.
En segundo término se duele el apelante de que en la Resolución
Judicial impugnada, el A quo absolvió del pago de gastos y costas a la
parte demandada, aduciendo que se actualizaba la excepción prevista
por la Fracción II, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado
de Jalisco, determinación que a juicio de los que aquí resolvemos resulta
acertada, ya que efectivamente dicho numeral prevé como excepción de
la condena en costas el caso en que se ejercite una acción y esta solo
se estime procedente en parte, al efecto y contrario a lo razonado por
el apelante, si bien es cierto la acción principal que este promovió fue la
rescisión del contrato fundatorio de la presente controversia, sin
embargo es indubitable, que este también intentó la acción de daños y
perjuicios, la cuál resulta diversa de la acción principal, esto se deduce
de que ambas cuentan con diversos elementos sine qua non para su
comprobación, es decir para obtener resolución favorable, para la
procedencia de su acción de rescisión de contrato, este tuvo que
acreditar en primer término la existencia del acuerdo de voluntades, y en
segundo lugar el incumplimiento por alguna de las partes, situación que
quedó debidamente sustanciada en el juicio de origen, acción diversa
resulta ser la
de daños y perjuicios en la cuál los elementos de
procedencia son la comprobación de la existencia de una merma
patrimonial y la privación de ganancias del demandante, originadas por
el incumplimiento de las obligaciones, de lo cuál evidentemente se
desprende que se trata de dos acciones diversas, y tomando en
consideración que la resolución no resultó favorable en todas y cada una
de sus pretensiones ya que el promovente no logró justificar su acción
de daños y perjuicios, luego entonces es innegable que se actualiza la
causal prevista por el referido numeral, y en esa tesitura es procedente
confirmar el razonamiento del Aquo en el sentido de absolver a la parte
demandada por lo que se refiere al pago de gastos y costas derivadas
del juicio de origen.
Las anteriores consideraciones encuentran sustento en el criterio
localizable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, tomo XXI, Junio de 2005, Página 793 y que a la letra
dice:
“COSTAS EN SEGUNDA INSTANCIA. ES IMPROCEDENTE LA CONDENA A SU
PAGO, SI LA SENTENCIA DE PRIMER GRADO ABSOLVIÓ DE ALGUNA
PRESTACIÓN RECLAMADA Y ES CONFIRMADA POR EL TRIBUNAL DE
APELACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).” El artículo 142 del
Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco en vigor, en lo
conducente, establece: "Siempre serán condenados en costas, cuando así lo solicite
la contraria: I. El litigante condenado en juicio y el que lo intente si no obtiene
resolución favorable; II. El que fuere condenado por dos sentencias conformes de
toda conformidad en su parte resolutiva. En este caso la condenación comprenderá
las costas de ambas instancias ..."; por su parte, el numeral 143 del mismo
ordenamiento legal, en lo que interesa, dispone: "Se exceptúan de lo prevenido en el
artículo anterior: ... II. Cuando ejercitada una acción sólo se estime procedente en
parte ...". La interpretación armónica de los aludidos preceptos, conduce a estimar
que el concepto "condenado", empleado por el legislador jalisciense, debe entenderse
en el sentido de que es aquel sobre el cual pesa la condena de la totalidad de las
prestaciones reclamadas, ya que si alguna de éstas no prospera, se actualiza el caso
de excepción que contempla el último de los artículos en cita, lo que significa que si
en la especie no hubo condena en costas en primera instancia en razón de que no
procedieron todas las prestaciones reclamadas (se absolvió al demandado del pago
de daños y perjuicios), es evidente que, para los efectos de las costas, no puede
conceptuarse como condenado a la parte reo; de ahí que, aun cuando existan dos
sentencias conformes de toda conformidad, no procede la referida condena por lo que
ve al trámite de la segunda instancia.
Como tercer agravio, señala el apelante y parte actora del juicio de
origen que le ocasiona agravios el razonamiento del A quo mediante el
cuál la parte demandada resultó absuelta por lo que ve a la acción de
daños y perjuicios intentada por este, al respecto los que aquí
resolvemos consideramos acertada la resolución del juzgador por lo que
respecta al párrafo en el que resolvió que el actor no justificó dicha
pretensión, esto en razón que tal y como lo refiere el primigenio “La
parte actora en ningún momento del procedimiento hizo saber en
qué consistía esta prestación, pues no acreditó con medio de
prueba alguna que el incumplimiento de la obligación de parte del
otorgante o arrendador le haya ocasionado algún perjuicio o daño
cesionario, dado que en la especie los daños y perjuicios son una
prestación accesoria de la reclamación principal y por ende, la
sociedad actora estuvo obligada, a efecto de no dejar en estado de
indefensión al demandado, a narrar sucintamente los hechos que
los originaron, y asimismo debe acreditar que se generaron como
una consecuencia inmediata y directa a la falta de cumplimiento
parcial de la obligación principal……”
En este orden de ideas el apelante pretende justificar su responsabilidad
de no acreditar la procedencia de la multireferida acción de daños y
perjuicios, en que su acción principal era la de rescisión del contrato de
origen, y que como tal los daños debieron ser condenados de forma
genérica y para tal efecto invoca diversas tesis aisladas, que no
resultan aplicables al caso que nos ocupa, y que incluso la señalada en
segundo término bajo rubro DAÑOS Y PERJUICIOS RECLAMADOS
COMO PRESTACIÓN ACCESORIA Y DE MANERA ILÍQUIDA. SU
CUANTIFICACIÓN EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA PROCEDE
CUANDO SE DEMOSTRÓ EL INCUMPLIMIENTO A LA OBLIGACIÓN Y
SE DAN LAS BASES PARA ELLO. Resulta contraria
a sus
manifestaciones ya que del texto de la misma se desprenden como
requisito de la propia condena genérica el que la actora aporte pruebas
idóneas para demostrar que de haberse cumplido cabalmente con la
obligación, se hubiera ingresado al patrimonio del afectado determinada
prestación de carácter pecuniario o susceptible de valuarse en dinero,
situación que en la especie no aconteció, ya que el apelante no aportó al
sumario ningún medio probatorio tendiente a acreditar la acción de
daños y perjuicios y en este sentido ya la Corte se pronunció,
resolviendo que no basta acreditar la acción principal para sostener que
se materializaron los daños y perjuicios, ya que estos deben probarse en
forma independiente, pues sostener lo contrario conduciría a decretar
una condena en forma automática aún en aquellos casos en que no se
resintió ninguna de las afectaciones a que se hizo mérito, por tal motivo
los que aquí analizamos el asuntos, estimamos procedente confirmar la
resolución emitida por el A quo por lo que respecta a la determinación de
que la parte actora no logró justificar la acción de daños y perjuicios
intentada.
Cobran aplicación a lo anterior los siguientes criterios jurisprudenciales
sostenidos por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito y Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
respectivamente:
DAÑOS Y PERJUICIOS. EL DERECHO A ELLOS DEBE DEMOSTRARSE EN
FORMA AUTÓNOMA AL INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN EN QUE SE
FUNDEN, EN TANTO ESTA ÚLTIMA NO IMPLICA QUE NECESARIA E
INDEFECTIBLEMENTE SE CAUSEN. Si bien conforme a lo dispuesto por el artículo
2110 del Código Civil Federal, tales renglones deben ser el resultado del
incumplimiento de una obligación, no puede sostenerse que ante tal supuesto el
afectado forzosa y necesariamente sufra pérdida o menoscabo en su patrimonio o se
vea privado de cualquier ganancia lícita de acuerdo con los artículos 2108 y 2109 del
propio ordenamiento, pues casos habrá en que aun ante el deber incumplido ninguna
afectación de aquella índole traiga consigo. De lo anterior se sigue que no basta con
demostrar el extremo aludido para sostener que se materializaron los daños y
perjuicios, que por lo mismo deben probarse en forma independiente, ya que sostener
lo contrario conduciría a decretar una condena en forma automática aun en aquellos
casos en que no se resintió ninguna de las afectaciones a que se hizo mérito. Tal es el
sentido de la jurisprudencia que puede verse en el Apéndice al Semanario Judicial de
la Federación 1917-1985, Cuarta Parte, página 357, que dice: "DAÑOS Y
PERJUICIOS. CONDENA GENÉRICA.-Los artículos 85, 515 y 516 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, y los códigos procesales de los
Estados de la República que tienen iguales disposiciones, permiten concluir que si el
actor en un juicio que tiene por objeto principal el pago de daños y perjuicios, probó su
existencia y su derecho a ser indemnizado, pero no rindió pruebas que permitan
precisar su importe, ni establecer las bases con arreglo a las cuales debe hacerse la
liquidación, la condena al pago genérico de los mismos es procedente, reservándose
la determinación de su cuantía para el procedimiento de ejecución de sentencia.".
Desde el momento en que el criterio exige las pruebas del derecho a ser
indemnizado, éste no puede ser otro que la presencia de la pérdida, menoscabo o
privación que ya quedaron mencionados y, por tanto, si no quedan acreditadas no
habrá lugar a la condena por daños y perjuicios, aunque prevalezca la relacionada
con que la obligación debe cumplirse.
Visible en la página 727 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XVII, Junio de 2003, Novena Época.
DAÑOS Y PERJUICIOS. ETAPA EN QUE DEBEN PROBARSE. La acción de pago
de daños y perjuicios tiene como elemento sine qua non la comprobación de la
existencia de una merma patrimonial o la privación de ganancias del demandante
originada por el incumplimiento de obligaciones, de manera que necesariamente debe
probarse durante la instrucción del procedimiento de conocimiento, y de no ser así, el
Juez debe emitir fallo absolutorio sobre el mérito del asunto. Empero, aunque la
cuantificación económica que importan los daños y perjuicios causados no es un
elemento indispensable para acoger la pretensión, el legislador consideró altamente
conveniente que la demandante allegara de una vez el material probatorio para que
se fijara dicha cuantía desde la sentencia definitiva, y se decretara condena en
cantidad líquida, que ahorrara el incidente de liquidación en el proceso de ejecución,
pero dispuso, a la vez, que si se prueban los daños y perjuicios, pero no su cuantía,
procede la condena genérica, e impuso al Juez la obligación de fijar las mayores y
mejores bases posibles, para hacer liquidación en ejecución de sentencia, como
prevé el artículo 85 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
Visible en la página 2820 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XXXI, Febrero de 2010, Novena Época.
III.- En segundo término se procede analizar los agravios esgrimidos por
el apelante y parte demandada del juicio de origen, el cuál en esencia
señala como único agravio una violación al artículo 271 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco, el cuál dice: (sic)
Siempre que conforme a la ley deba denunciarse el juicio a un
tercero para que le perjudique la sentencia que en él se dicte, el
demandado, al contestar la demanda, pedirá al juez que se haga la
denuncia, señalando el nombre y el domicilio donde deba ser
emplazado el tercero. Con la Petición presentará copia del escrito
de denuncia, así como de la demanda y de los documentos con los
que se le corrió traslado.
Con la petición y los documentos antes señalados el juez mandará
llamar al tercero, emplazándolo para que en un término de ocho
días si el juicio fuere ordinario y cinco si el juicio fuera sumario,
salga al juicio y apercibiéndolo que no hacerlo le perjudicará la
sentencia que se dicte.
Al respecto el apelante manifiesta que le ocasiona agravio el hecho de
que el A quo haya resuelto absolver al tercero llamado a juicio (sic) bajo
el falso e infundado argumento que era obligación procesal de la
parte que representó acreditar la denuncia realizada esto es, que
tenía la obligación procesal en términos del artículo 283 del
Enjuiciamiento Civil Local, de demostrar que mi patrocinado y el
tercero llamado a juicio habían pactado que el nuevo propietario del
terreno donde se encontraba el espectacular tenía que respetar el
arrendamiento,” y en este orden de ideas señala el apelante que de
conformidad con el artículo 271 del Código Procesal Civil, y toda vez que
el tercero no había comparecido a juicio y por ese simple hecho le debía
perjudicar la sentencia, razonamiento que a juicio de los que aquí
resolvemos resulta totalmente desafortunado, ya que el numeral de
mérito, no refiere en su sentido literal que la sentencia deba ser
perjudicial para él, sino que lo que el legislador evidentemente quiso
plasmar fue que en caso de que la sentencia no fuera favorable a los
intereses del tercero declarado en rebeldía efectivamente esta tendría
imperio sobre su persona, esto es, le sería aplicada en sus términos y
no así como lo pretende razonar el apelante que por el sólo hecho de
que un tercero perjudicado no comparezca a juicio la sentencia debe de
perjudicarle, ya que esto equivaldría a generar de forma automática una
condena a todos aquellos terceros declarados en rebeldía en los
diversos juicios.
Por lo anterior no resulta fundada la manifestación del apelante en el
sentido de que el tercero perjudicado y nuevo propietario de la finca
materia del litigio, era quien se encontraba obligado a cumplir con la
obligación que fue pactada en el contrato de fecha 17 diecisiete de
Septiembre del 2008 dos mil ocho, máxime que tal y como se desprende
del mismo y concretamente en su cláusula séptima se estableció que en
el caso de que el propietario transmitiera la propiedad del predio en
comento, era el otorgante o parte demandada el que tenía obligación de
devolver a la concesionaria y parte actora de este juicio el importe de la
renta no devengada debidamente actualizada con el índice nacional de
precios al consumidor (INPC).
En seguimiento a lo narrado y como se desprende de la propia
resolución emitida por el A quo la obligación de cumplimiento del
contrato le correspondía a la parte demandada, y este solo se limita a
manifestar en todo su escrito de demanda, que quien debió cubrir lo no
devengado fue el nuevo comprador, sin embargo, nunca logró acreditar
que la obligación originalmente adquirida por éste, hubiera sido derivada
al tercero perjudicado, y no ofreció ningún medio de convicción tendiente
a acreditar tal circunstancia, luego entonces quien verdaderamente
incumplió con la obligación requerida fue la parte demandada en este
juicio, ya que el accionante principal del juicio de origen sí logró acreditar
los elementos de la acción de rescisión del contrato y la procedencia de
su acción de conformidad con el artículo 286 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, pues justificó en primer
término, la existencia del contrato firmado con la parte demandada y en
segundo lugar, el incumplimiento por parte de este último, en este orden
de ideas, el A quo motivó correctamente la resolución impugnada, al
especificar de manera clara en indubitable, los razonamientos que le
hicieron arribar a la conclusión de determinar la procedencia de la acción
y asimismo señaló los numerales previstos para el caso concreto,
fundamentando debidamente la mencionada resolución, luego entonces
es de concluir que la misma sí cuenta con los requisitos de motivación y
fundamentación que prevé nuestra Carta Magna en su artículo 16
Constitucional.
Cobran aplicación a lo anterior los siguientes criterios Jurisprudenciales:
FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. SU DISTINCIÓN ENTRE SU FALTA Y
CUANDO ES INDEBIDA. Debe distinguirse entre la falta y la indebida
fundamentación y motivación; toda vez que por lo primero se entiende la ausencia
total de la cita de la norma en que se apoya una resolución y de las circunstancias
especiales o razones particulares que se tuvieron en cuenta para su emisión; mientras
que la diversa hipótesis se actualiza cuando en la sentencia o acto se citan preceptos
legales, pero no son aplicables al caso concreto y se exponen las razones que la
autoridad tuvo para dictar la resolución, pero no corresponden al caso específico,
objeto de decisión, o bien, cuando no existe adecuación entre los motivos invocados
en el acto de autoridad y las normas aplicables a éste.
Visible en la página 2127 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XXV, Enero de 2007, Novena Época, Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito.
SENTENCIAS. FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. No puede decirse que una
sentencia carezca de fundamentación y motivación, en términos del artículo 16
constitucional, si los preceptos legales de cuya aplicación se trata están precisados en
alguna parte de la misma, que es un todo, ya sea en los resultados, en las referencias
a los razonamientos legales hechas por la parte, los considerandos, o antes de los
puntos resolutivos, de modo que no haya duda razonable sobre los preceptos legales
cuya aplicación se razona y examina, y si en dicha sentencia se contiene la parte
sustancial de los razonamientos que se refieren a los hechos del caso, para
determinar si encajan en las hipótesis normativas.
Visible en la página 202, Volumen 109-114, Sexta Parte, Séptima Época, Primer
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito.
La resolución se clasifica como sentencia definitiva y se ha pronunciado
dentro del término legal, por consecuencia, no es menester notificar
personalmente a los interesados en base a lo que previenen en lo
conducente los numerales 109 fracción VI, 419 y 439 del Código de
Procedimientos Civiles.
No procede condena en costas, al actualizarse el supuesto previsto por
la fracción II del artículo 143 del Enjuiciamiento Civil del Estado, al no
haber sido procedentes la totalidad de las prestaciones reclamadas por
el accionante, aunado a que no se actualiza la hipótesis de dos
sentencias conformes y coincidentes en su parte resolutiva.
Además, con fundamento en lo que disponen los diversos numerales 83,
85, 89D, 435 a 444 de la Ley procesal, se resuelve con las siguientes:
PROPOSICIONES
PRIMERA.- La Sala estimó y consideró fundado y atendible uno de los
agravios esgrimidos por la parte actora, en tanto que el único agravio
expuesto por el demandado resultó inatendible, en consecuencia se
modifica la proposición cuarta de la sentencia pronunciada por el Aquo
el * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , para quedar como sigue:
SEGUNDA.-
De
igual
forma,
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se
condena
al
demandado
a pagar los intereses legales que se
generaron ante el incumplimiento del contrato base de la acción, cuyo
monto deberá calcularse en ejecución de sentencia conforme lo
establecido en el artículo 1976 del Código Civil del Estado de Jalisco.
En tanto que se absuelve al condenado de las prestaciones marcadas
con los incisos E) y F) de la demanda inicial.
TERCERA.- Sin condena en costas en esta instancia.
CUARTA.- Con testimonio de la presente resolución, devuélvanse autos
y documentos al juzgado de su procedencia.
NOTIFÍQUESE
Así lo resolvió la Cuarta Sala del Supremo Tribunal de Justicia del
Estado,
integrada
por
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los
Magistrados
Licenciados
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y
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , actúa en la Secretaría de Acuerdos la
Licenciada * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , quien autoriza y da fe.
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