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Metafísica y Persona
Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Número 12
Julio-Diciembre 2014
Contenido
Artículos
Las personas como particulares básicos en la metafísica descriptiva
de Strawson
Luis Estrada
La persona como horizonte interior en la filosofía de Manuel Mindán
Antonio Piñas y Héctor Arévalo
El universo personal de Emmanuel Mounier
Carlos Ramos Rosete
Aproximación a la noción de Bien Común en Tomás de Aquino
Emilio Baños
Sören Kierkegaard. La melancolía como fundamento
de la existencia estética
Alejandro Peña
Ética de lo impersonal y gestión de la vida en Roberto Esposito
Ángel Octavio Álvarez
Il valore dei sensi nel rapporto tra ragione e realtá
Francesco A. Laviola
Las disertaciones de Clavijero y su supuesta disputa
en contra de los ilustrados europeos
Virginia Aspe Armella
El imperalismo metodológico del cientificismo
Jorge Peña Vial
11
37
49
69
95
145
163
185
211
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson1
Persons as Basic Particulars in Strawson’s Descriptive Metaphysics
Luis Estrada González
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Resumen
En este artículo expongo las ideas de Strawson acerca de la noción de persona en el
marco de su proyecto de metafísica descriptiva (o análisis conceptual conectivo) para responder al problema de la posibilidad de la experiencia. Presento las razones por las que
Strawson considera que el concepto de cuerpo u objeto material es básico, y sus ideas
acerca de las personas como individuos básicos, al ser objetos materiales pero sui generis.
Al final señalo algunos problemas y cabos sueltos en la propuesta de Strawson, así como
algunas vetas de investigación a partir de ella
Palabras clave: Strawson, persona, objeto material, mente, análisis conceptual conectivo
Abstract
In this paper I expound Strawson’s ideas on the notion of person in the framework of
his project of descriptive metaphysics (or connexive conceptual analysis) to answer the
problem of the possibility of experience. I present Strawson’s reasons to consider the concept of body or material object as basic and his ideas on persons as basic individuals since
they are sui generis material objects. Finally, I point out some problems and loose-ends in
Strawson’s proposal, as well as some research lines from it.
Keywords: Strawson, person, material object, mind, connective conceptual analysis
1 Trabajo parcialmente realizado en el marco del proyecto Conacyt CCB 166502, “Aspectos filosóficos
de la modalidad”. Agradezco al Dr. Phil. Alberto José Luis Carrillo Canán y a Claudia Olmedo García
por sus valiosos comentarios a versiones previas de este texto y otros afines. También agradezco a los
dictaminadores de Metafísica y Persona por su cuidadosa lectura y sus preciadas observaciones.
Recepción del original: 29/08/14
Aceptación definitiva: 08/12/14
11
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
1. Introducción
En este artículo expongo las ideas centrales de Strawson acerca de la
noción de persona. Un trabajo de este tipo, sobre todo en español, y aunque sea mayormente expositivo, me parece importante porque –por sus
intereses, planteamientos, métodos y voluntad de sistema– la propuesta
de Strawson constituye un gozne o puente de unión entre las propuestas
tradicionales y las analíticas contemporáneas acerca de la noción de persona, incluso cuando resultan tremendamente críticas respecto a Strawson.2
El plan del trabajo es el que sigue. En la sección 2 planteo el problema de la posibilidad de la experiencia, tal como lo entiende Strawson. En
la sección 3 describo su proyecto de metafísica descriptiva, que pretende
responder al problema de la posibilidad de la experiencia, una de cuyas
partes centrales consiste en determinar cuáles son los (conceptos de) individuos básicos para cualquier (descripción del) mundo. En la sección
4 expongo las razones por las que Strawson considera que los cuerpos
u objetos materiales son esos individuos básicos (por qué el concepto de
objeto material es básico). En la 5, sus ideas acerca de las personas como
individuos igualmente básicos al ser objetos materiales pero sui generis.
Por fin, en la 6, señalo algunos problemas y cabos sueltos en su metafísica
descriptiva en general y en sus ideas acerca de las personas en particular,
así como algunas vetas de investigación que brotan de todo lo anterior.
2. El problema de la posibilidad de la experiencia
Para Strawson, la experiencia es una “comunión con la naturaleza” o una
“relación con el mundo”,3 que se expresa principalmente en proposiciones;4
y éstas son, a su vez, “usos de conceptos”, la aplicación de conceptos (a grandes rasgos, los significados de las palabras) a las cosas del mundo.5 De este
2 Parfit, D., Reasons and Persons, Oxford: Oxford University Press, 1984; Strawson, G., Selves. An Essay
in Revisionary Metaphysics, Oxford: Oxford University Press, 2009; y Williams, B., Problems of the Self,
Cambridge: Cambridge University Press, 1973, son sólo tres ejemplos de obras ya clásicas en la filosofía analítica acerca del tema de las personas y en las que las ideas de Strawson desempeñan por lo
menos un papel propedéutico importante.
3
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, Oxford: Oxford University Press, 1992, cap. IV, p. 52.
4
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. III, p. 35. Strawson suele emplear ‘juicio’ cuando trata
temas primordialmente ontológicos o epistemológicos, y utiliza más ‘proposición’ y ‘oración (declarativa)’ cuando discute temas de lógica; pero por lo general usa ‘juicio’ y ‘proposición’ indistintamente,
dada la íntima conexión de lógica, ontología y epistemología en su obra.
5
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. IV, p. 51.
12
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
modo, la experiencia podría también entenderse como el uso de conceptos
aplicables a objetos que se encuentren o puedan encontrarse en el mundo.6 Experimentar sería, pues, en gran parte, aplicar un concepto; éste es un
“principio de significatividad”, derivado de lo que Strawson denomina “insistencia empirista” o “principio fundamental del empirismo”, según el cual
la comprensión de un concepto de algo objetivamente real es inseparable de
la noción de una posible aplicación de ese concepto en la experiencia.7 Por
consiguiente, el problema de la posibilidad de la experiencia equivaldría al
de esclarecer si un concepto puede tener aplicación o no. De esta manera,
si la relación con el mundo se lleva a cabo mediante el uso de conceptos,
el filósofo británico se aboca a la tarea de encontrar los conceptos indispensables para expresar tal relación con el mundo, porque parece que sigue
habiendo relación con el mundo incluso prescindiendo de gran parte de los
conceptos que se usan cotidianamente: es decir, seguramente podría seguir
habiendo mundo aunque no hubiera sillas, senadores, gatos o filósofos, y
podríamos describir tal mundo. Antes del “problema ontológico común”
(“¿qué hay o existe, o decimos que hay o existe?”), habría que atender a otro
problema ontológico más fundamental: ¿cuáles son las condiciones para
que haya algo o podamos decir que lo hay? Y es que, siempre en opinión de
Strawson, decir qué hay equivale a señalar lo que cuenta como real, pero no
aclara por qué eso cuenta como real y por qué otras entidades no cuentan o
no pueden contar como reales.
Strawson llega al problema de la posibilidad de la experiencia de dos
maneras. La primera, que aparece en sus últimos escritos, es el “desmonte
conceptual [conceptual dismantling]”.8 Al pretender describir los conceptos
más generales de los que consta nuestra estructura conceptual o nuestro
lenguaje, Strawson advierte que muchos conceptos no son necesarios ni generales o, con otras palabras, que son prescindibles y demasiado concretos;
que puede haber experiencias del mundo sin objetos a los que aplicar esos
conceptos: el pasado u otras regiones del mundo serían ejemplos de tales
experiencias alternativas.9 Sin embargo, tal desmonte no puede realizarse
indefinidamente, porque algunos conceptos no sólo serían suficientemente
generales, sino también irreductibles y necesarios en cualquier estructura
6
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. IV, p. 52.
7
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 53; y The Bounds of Sense. An Essay on Kant’s Critique of
Pure Reason, London: Methuen, 1966, p. 16.
8 Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 22. Todos los corchetes en el interior de una cita son
míos. En este caso los corchetes sirven para introducir información, pero en otras ocasiones también
los utilizaré para modificar la sintaxis del texto citado.
9
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 22.
13
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
conceptual.10 Nótese que este planteamiento presupone lo que puede llamarse “principio de no coextensividad de lo real con lo experimentable”:
como lo experimentable no agota lo real, cabe preguntar por otras experiencias, pasadas, futuras o simplemente posibles. Además, aunque aquí no
puedo ahondar en este punto, el principio mencionado ayuda a garantizar
cierta objetividad en los juicios, pues los conceptos que utilizan se referirían
a objetos concebidos como distintos de los estados subjetivos particulares
que de ellos tenemos, de las representaciones o experiencias particulares.11
En cuanto a la segunda manera de llegar al problema, quizá más clara
que la anterior,12 mencioné que para Strawson la experiencia es el uso de
conceptos, la formulación de proposiciones acerca del mundo. Lo peculiar
de esa idea es que, mediante el establecimiento y análisis de las condiciones
mínimas que deben cumplirse para que quepa formular las proposiciones, pretende obtener los rasgos mínimos que ha de presentar un mundo
para que podamos experimentarlo. De todos los posibles usos del lenguaje, a Strawson le interesa el “uso descriptivo”, es decir, el de oraciones declarativas, las que sostienen: “Así es como las cosas son […]”.13
Strawson afirma que las oraciones cumplen tal función gracias a su
estructura apofántica: una oración puede ser verdadera o falsa porque
dice algo acerca de algo. Una oración vendría a ser, por tanto, lo que el
autor llama “la combinación básica” de dos tipos diferentes de elementos:
aquello de lo que algo es dicho, o sujeto, y lo que expresa lo que es dicho
sobre aquél, o predicado. De ahí que Strawson defienda la estructura de
sujeto y predicado como rasgo fundamental de todo lenguaje, ya que en
cualquiera de ellos se dice algo acerca de algo. La distinción entre sujeto y
predicado lleva, pues, a Strawson a investigar por qué es posible formular
ese tipo de oraciones, fundamentales para cualquier lenguaje.
10 Strawson sostiene que, del mismo modo, si se agregan demasiados rasgos, en algún punto se llega a
situaciones no experimentables; cf. Analysis and Metaphysics, cap. IV, pp. 55 y 57. Sin embargo, Strawson
investiga el “límite inferior” de lo experimentable, no el “superior”, y yo me ciño a eso.
11
Cf. Strawson, P.F., The Bounds of Sense…, pp. 89 ss.
12
Las preguntas “¿Cuáles son los rasgos indispensables para que haya estructuras conceptuales?
(conjuntos de proposiciones, lenguajes)” y “¿Cuáles son los conceptos que hacen posible la formulación de proposiciones de sujeto-predicado?” pueden parecer distintas, pero son, me parece, equivalentes, y Strawson así lo insinúa en Analysis and Metaphysics, cap. III, p. 33. El problema de los juicios
desemboca en el de saber qué tipo de sujetos y qué tipo de predicados son los básicos, aquellos que no
pueden “desmontarse”, mientras que el problema de cuáles conceptos no se pueden desmontar para
que siga habiendo estructuras conceptuales, lenguajes, es el de determinar los conceptos básicos que
permiten oraciones, siendo las de tipo sujeto-predicado las más básicas.
13
Strawson, P.F., Subject and Predicate in Logic and Grammar, London: Methuen, 1982, p. 80.
14
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He aquí, pues, el problema, aunque todavía no expresado de manera
precisa, ya que puede significar alguna de las siguientes alternativas, que
enumero en grado creciente de dificultad:
‒‒ ¿Cuáles son los rasgos básicos de nuestra estructura conceptual
para describir nuestro mundo?
‒‒ ¿Cuáles son los rasgos básicos de cualquier estructura conceptual
para describir nuestro mundo?
‒‒ ¿Cuáles son los rasgos básicos de cualquier estructura conceptual
para describir cualquier mundo experimentable?
En ocasiones, Strawson se expresa como si abordara las versiones más
fuertes del problema, pero otras parece enfrentarse a la más simple. En
lo que sigue, asumo, con base en evidencia textual que no puedo detallar
ahora, que Strawson se aboca a intentar resolver el problema medio: cuáles son los rasgos de cualquier estructura conceptual que pudiera usarse
para describir nuestro mundo. Sin embargo, antes de dilucidar los rasgos
imprescindibles para formular juicios, Strawson intenta precisar el método
que le permita encontrarlos y el objeto de estudio de ese método, a la vez que
muestra por qué otros métodos no resolverían el problema. Trataré en primer lugar estas cuestiones metodológicas.
3. Metafísica descriptiva y análisis conceptual
En claro desacuerdo con las imágenes con que habitualmente se presenta a la filosofía analítica, Strawson propone otra manera de entender
el método analítico, más afín a su propósito de encontrar los conceptos
necesarios para la experiencia.
La imagen o “analogía” de la filosofía como un estudio similar al de la
gramática no satisface del todo a Strawson: pese a sus méritos, semejante
analogía supone indebidamente que hay una estructura, la “gramática del
pensamiento”, donde quizá sólo exista una colección de “usos lingüísticos”.14
Tampoco le resulta satisfactorio el retrato del filósofo analítico “como
una especie de terapeuta”: según él, esta imagen impide formular “teorías
generales de la realidad”, que el analítico terapéutico consideraría como
“castillos en el aire”, de acuerdo con el dictum de Wittgenstein que el propio Strawson recuerda. El “analista terapeuta” recomendaría atender sólo
14
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. I, pp. 9 ss.
15
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
al uso habitual de las palabras, y dado que en el aprendizaje lingüístico no
tuvimos contacto alguno con “teorías generales”, éstas serían construcciones ilegítimas, surgidas de desviaciones del uso corriente del lenguaje.15
Concede Strawson que tales teorías generales o, como también las llama, “teorías sistemáticas positivas” o “imágenes metafísicas de la realidad”, generalmente desembocan “en una visión global distorsionada”;
pero añade que esto no siempre sucede16 y, sobre todo, que la formulación
de tales teorías resulta inevitable e incluso benéfica para “sacudir” hábitos establecidos en la investigación científica y promover el desarrollo, la
difusión y la aceptación de nuevas ideas.17 Según Strawson, una metafísica “que haga declaraciones más modestas y menos discutibles que las
anteriores”18 no generaría necesariamente esas “visiones distorsionadas”.
Desde Individuals, Strawson había argumentado que la “senda segura” del
análisis del lenguaje que se limita a señalar los usos debería abandonarse
si con ello ganáramos comprensión. Ahí dice que “[h]asta cierto punto,
confiar en un examen atento del uso efectivo de las palabras [“análisis
del lenguaje ordinario”] es el mejor camino, y en realidad el único seguro,
en filosofía”,19 pero según él esa empresa sería “limitada y parcial”, “[p]ues
cuando preguntamos cómo se usa esta o aquella expresión, nuestras respuestas tienden a asumir y no a exhibir esos elementos generales de la
estructura que el metafísico quisiera ver revelados.”20 Por tales motivos,
Strawson sugiere que el filósofo interesado por estas cuestiones “[d]ebe,
pues, abandonar su única guía segura cuando la guía no puede llevarle
tan lejos como desea ir”.21
Strawson sostiene que “la noción más general de este nombre [‘análisis’] parece ser la de resolver algo complejo en sus elementos y mostrar
las formas en que éstos se relacionan con el complejo.”22 Aceptando esta
definición de ‘análisis’, nuestro autor afirma que su tarea radicaría en “encontrar ideas [...] completamente simples y demostrar [...] cómo pueden
15
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, pp. 13 ss.
16
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 16. Para otras apologías strawsonianas de las “imágenes metafísicas de la realidad”, véase The Bounds of Sense, pp. 18 y 24-33, donde también las llama
“sistemas globales”.
17
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. I, p. 15.
18
“Wittgenstein’s Philosophical Investigations”, en Freedom and Resentment, and Other Essays, London:
Methuen, 1974, p. 92.
19
Strawson, P.F., Individuals. An Essay on Descriptive Metaphysics, Londres: Methuen, 2a ed., 1964, p. 13.
20
Strawson, P.F., Individuals…, p. 14.
21
Strawson, P.F., Individuals…, p. 14.
22
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 17.
16
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
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ensamblarse [...] mediante un género de construcción lógica o conceptual
las ideas más o menos complejas que son de interés para el filósofo.”23
En otras palabras, la tarea del filósofo analítico sería “lograr una comprensión clara de los significados complejos reduciéndolos, hasta que no
quede resto alguno, a significados simples.”24 Precisando un poco más la
noción de “análisis”, Strawson apela al “análisis conceptual”, consistente
en “averiguar las condiciones necesarias [las que han de satisfacerse si el
concepto se aplica de forma correcta] y suficientes [las que, de satisfacerse,
hacen que el concepto se aplique con corrección] de la aplicación correcta
del concepto.”25
En otro lugar, Strawson ofrece una variante del análisis “reductivo”,
caracterizado por la idea de traducción, y dice que, en esta concepción del
análisis, los problemas filosóficos se resolverían traduciendo las oraciones
del lenguaje ordinario que contuvieran conceptos problemáticos, o con
estructura gramatical confusa, a oraciones sinónimas que, sin embargo,
exhibieran claramente las complejidades de los conceptos problemáticos
o que mostraran diáfanamente la auténtica estructura de los pensamientos que expresaban o de los hechos que pretendían significar.26 Strawson
agrega que aunque algunos entre quienes empleaban el análisis no compartían la idea de que en última instancia este método revelaría “lo dado”,
“sin embargo, [todos los analíticos reduccionistas] aceptaban la noción
general de que las paráfrasis esclarecedoras eran, idealmente, lo que el
análisis debía producir”.27
Empero, Strawson afirma que el análisis, entendido tal y como arriba se expuso, no es muy “realista” ni “fructífero”, e incluso lo califica de
“proyecto bastante implausible”.28 Y todo ello debido a la desilusión que
provoca y a sus fallas técnicas, entre las que destacan la falsificación de los
conceptos analizados o la fidelidad al costo de círculos viciosos.29
Strawson propone un análisis similar al antes descrito, pero abordado
“con un espíritu relativamente modesto”; es decir, un tipo de análisis que
23
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 17.
24
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, pp. 17 ss.
25
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 18.
26
Cf. Strawson, P.F., “Analyse, science et métaphysique”, en L. Beck (Ed.), La Philosophie Analytique,
Paris: Ed. de Minuit, 1962, p. 105.
27
“Analyse, science et métaphysique”, p. 105.
28
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, pp. 18 ss.
29
Strawson, P.F., “Analyse, science et métaphysique”, p. 106.
17
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
puede prescindir de la noción de “simplicidad perfecta de conceptos” y
que, por ende, no necesariamente ha de “proceder siempre en la dirección
de la mayor simplicidad.”30 El análisis así entendido sería más bien la elaboración de “una red […] de elementos conectados entre sí, de conceptos;
un modelo en el que la función de cada elemento, de cada concepto, sólo
puede comprenderse apropiadamente desde el punto de vista filosófico
captando sus relaciones con los demás, su lugar en el sistema.”31 Esto es
lo que Strawson llama análisis de “conexión”, frente al de “reducción”, el
cual pretende seriamente encontrar los “conceptos simples”.32
La “modestia” del análisis propuesto por Strawson lo aleja del análisis
entendido como “terapia” y lo emparenta con el análisis concebido como
gramática: pues el análisis strawsoniano solamente pretende encontrar
los conceptos básicos de toda estructura conceptual, pero no producir estructuras conceptuales diferentes o “mejores” de las que ya tenemos. En
esto radica la célebre distinción entre “metafísica descriptiva” y “metafísica revisionista”, presentada en Individuals. La metafísica descriptiva, llamada posteriormente “análisis conceptual (conectivo)”, tan sólo revelaría
las formas básicas de los discursos existentes, mientras que la metafísica
revisionista (en la cual se incluye la filosofía analítica terapéutica) intentaría generar discursos mejores.
Strawson distingue entre conceptos simples y conceptos básicos. Un concepto básico no sólo es irreductible –como los simples–, sino también un
concepto general y necesario que, “junto con otros conceptos generales,
necesarios e irreductibles, forma una estructura que constituye el marco
de nuestros pensamiento y habla ordinarios y que es presupuesto por las
varias disciplinas especializadas o avanzadas que contribuyen, en sus diversas maneras, a nuestra imagen total del mundo.”33
Considera, asimismo, dos tipos de estructuras conceptuales básicas: las
que lo son en sentido “débil” y las que lo son en sentido “fuerte”. La estructura conceptual básica “débil” sería, según Strawson, el discurso no
técnico ordinario, porque los discursos técnicos se elaboran apoyándose
en él y porque la habilidad de operar con los discursos técnicos presupone
la habilidad de hacerlo con el discurso ordinario.34
30
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 19.
31
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 19.
32
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 20.
33
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 24.
34
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, pp. 20 ss.
18
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
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Pero los conceptos de una “estructura conceptual básica débil” cumplen parcialmente con los requisitos para ser conceptos básicos tout court,
porque, aunque presupuestos por los discursos técnicos, esos conceptos
no son ni irreductibles, ni suficientemente generales, ni absolutamente necesarios.35 Strawson sostiene que conceptos como piedra, gato o montaña
pueden reducirse a otros. Sin embargo, aun cuando los conceptos recién
mencionados no pudieran ser reducidos a otros, hay un concepto más
general que los englobaría, a saber, el de cuerpo u objeto material. Pero la
generalidad no basta: felino es más general que gato, león, tigre –y los engloba–, pero no es necesario, pues, como ya se ha dicho, conceptos de este
tipo son y han sido perfectamente prescindibles en otros lugares y épocas.
A primera vista, el concepto de cuerpo, que abarca muchos otros conceptos del discurso ordinario no técnico, pertenece a un discurso técnico.
Strawson, empero, intenta argumentar que en realidad forma parte de
una estructura conceptual más básica que el discurso no técnico ordinario: de una estructura conceptual “básica en sentido fuerte” o “filosófica”.
Cabe deducir, como también afirma Strawson, que tal estructura “habla
[…] en un nivel de generalidad más elevado que el nivel en el que habitualmente nos situamos.”36 Recordemos que Strawson reprocha al “analista gramático” la pretensión de que existe una estructura… de la que no
ofrece evidencias; y esto, porque sus propuestas también se “salvarían”
con la sola existencia de un grupo de usos, sin estructura subyacente alguna. Por su parte, Strawson pretende sacar a la luz la evidencia de tal
estructura, cuando explica que, pese a que muchos de los conceptos cambien, algunos siempre deben estar presupuestos en el pensamiento y en
el discurso: por ejemplo, los que posibilitan el uso de oraciones con sujeto
y predicado.37 Tal estructura sería básica en el sentido fuerte, ya que sin
ella resultaría imposible el uso de los conceptos ordinarios o, lo que es lo
mismo, la experiencia.
Según Strawson, la estructura conceptual fuerte puede encontrarse
tras un desmonte conceptual como el descrito en la sección 2 (o, cabría
agregar, tras buscar las condiciones de posibilidad de los juicios de forma
sujeto-predicado). En su opinión, aunque los conceptos del discurso ordinario son presupuestos por el discurso técnico, podemos prescindir de
algunos conceptos del discurso ordinario y seguir teniendo experiencia
(“comunión con la naturaleza” por medio de juicios). Strawson analiza,
35
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 22.
36
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, p. 23.
37
Cf. Strawson, P.F., Individuals…, p. 13.
19
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
por ejemplo, si es posible pensar un mundo sin color y sin sonido: “La
concepción de un mundo sin color, o la experiencia de un mundo sin color, no sólo no es autocontradictoria, sino inteligible en un sentido mucho
más fuerte. […] Lo mismo puede decirse del concepto general de sonido.
(La existencia de ciegos y sordos es, quizá, suficiente prueba de ello).”38
La estructura conceptual básica en sentido fuerte sería, entonces, el andamiaje conceptual que queda cuando ya no es posible seguir realizando el
desmonte conceptual (es decir, seguir “quitando” del mundo conceptos
tales como color, sonido, etcétera).
Puede ya entreverse por qué Strawson prefiere la noción de concepto
básico a la de concepto simple: primero, por la ya señalada “implausibilidad” del “análisis reductivo”; segundo, porque los conceptos simples
no necesariamente son siempre básicos –pueden ser irreductibles, pero no
necesarios o no generales–, ni éstos son siempre simples –pueden ser complejos pero de una manera irreductible, esto es, sin que haya otros conceptos más simples que sean a su vez necesarios y suficientemente generales
y que puedan formar una estructura conceptual que posibilite el uso del
resto de los conceptos.39
Siempre en el decir de Strawson, la existencia de estructuras conceptuales básicas, tanto en el sentido débil como en el fuerte, suscita algunas dudas. La primera surgiría de la pretensión de primar un tipo de estructura
sobre la otra. La razón de mayor peso para no dar más importancia a una
que a otra –para conceder a la débil más valor que a la fuerte, por decirlo
así–, sería precisamente que ambos tipos de estructuras conceptuales básicas resultan problemáticas.
La principal objeción a la estructura fuerte es la de hallarse “expuesta a una forma de escepticismo” según el cual ningún argumento puede
garantizar que un concepto o un conjunto de conceptos sea necesario.40
Strawson dice que esta pregunta es seria y que, aunque no se responda de
manera contundente y satisfactoria, el análisis no pierde su importancia,
pues de cualquier manera “llegar a comprender […] los rasgos más generales de nuestra estructura conceptual, tal y como es de hecho –se pueda
o no demostrar la necesidad de esos rasgos–, es tarea suficiente para un filósofo, por ambicioso que sea.”41 Recuérdese que los conceptos básicos en
38
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. II, pp. 25 ss.
39
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 23.
40
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 27.
41
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 27.
20
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
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sentido fuerte serían generales, irreductibles y necesarios, mientras que
los básicos en sentido débil son únicamente generales y quizá irreductibles. Por eso afirma que mientras se busque la generalidad, el análisis
estará presente y será relevante.
Para Strawson, si hubiera que prescindir de la concepción fuerte, cabría siempre recurrir a la débil (el “mejor” método, el “único seguro en
filosofía”, como ya había dicho en Individuals). Sin embargo, Strawson no
afirma que haya que abandonar la concepción fuerte, e incluso presenta
un esbozo de una estructura de este tipo, una estructura que exhibiría los
límites del desmonte conceptual y, con ello, los límites de la experiencia.
En la siguiente sección expongo los rasgos básicos de esa propuesta.
No obstante, y siempre según Strawson, otro tipo de escepticismo podría amenazar incluso a la concepción débil. Tal escepticismo provendría
principalmente de los filósofos que simpatizan con el análisis entendido
como terapia –“No se ande tras una teoría general. Este es el mensaje”– 42,
y que propugnan analizar tan sólo los conceptos que adquieren significado en los “asuntos humanos” o en las “formas de vida”. Strawson afirma
que este escepticismo debe dejarse de lado: “Pero uno podría decir: ¿no es
esto, aunque expuesto de forma ligeramente paradójica, una doctrina sobre lo que es básico desde un punto de vista filosófico, a saber: las «formas
de vida»?”.43 Además, Strawson sostiene que cabe decir algo acerca de las
“conexiones” entre las formas de vida: “Sería difícil encontrar una razón
que apoye la respuesta de que nada se puede decir sobre esas conexiones.
Dejemos, pues, a un lado esta clase de escepticismo.”44
4. El carácter básico del espacio, el tiempo, los cuerpos
y las perspectivas
Para poder dar cuenta de la posibilidad de la experiencia, Strawson se
propone estudiar la forma general de nuestra estructura conceptual. Y esto
le lleva a ocuparse del problema de la identificación y reidentificación de
“individuos”, pues en función de ellos “pensamos” y experimentamos, es
decir, realizamos juicios. Según Strawson, los “individuos” serían “todo
lo que hay” (colores, personas, animales, números, procesos, relaciones,
42
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 27.
43
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 28.
44
Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, p. 28.
21
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
estados de conciencia, etcétera), mientras que los “particulares” son los individuos localizados en el espacio y el tiempo.45 Estamos ante una cuestión relevante, pues un dictum (quineano) sostiene que no hay entidad sin
identidad: sin criterio de identidad no podemos saber si estamos ante una
o más entidades, se esfuma la entidad. Para Strawson, esta fórmula impediría hablar “significativamente acerca de algo sin conocer, al menos
en principio, cómo puede ser identificado”,46 lo cual sería otra versión del
“principio fundamental del empirismo”.
Strawson parte del que quizá sea el caso más simple de identificación:
aquel en el que el individuo es un particular y puede ser señalado deícticamente, por ejemplo, al apuntar con el dedo a “esa oveja del centro del
prado”. En tales circunstancias, el particular resulta identificado por su
colocación en la escena, en la región espacial en que se encuentra en ese
instante. Pero no siempre cabe identificar de manera ostensiva. A veces
hay que recurrir a una “expresión identificante”, como “la oveja que tiene
la pata quebrada”. Sin embargo, es lógicamente posible que el oyente de
esa descripción, incluso sumamente detallada, la tome como referencia a
alguna cosa distinta de aquella que se pretende identificar: siguiendo con
el ejemplo, si alguien se refiere a cierta oveja mediante las palabras “la
oveja que tiene la pata quebrada y un listón rojo”, es posible que otra oveja
también satisfaga esa descripción. ¿Es posible, entonces, mediante expresiones identificantes, caracterizar sin riesgo de ambigüedad un particular
no presente en la escena? Strawson sostiene que siempre es posible asociar
una expresión identificante a un lugar del sistema espacio-temporal y, de
este modo, ligar la expresión identificante con la escena. El particular del
cual se esté hablando puede ser identificado sustituyendo “la oveja que
tiene la pata quebrada” por la descripción “la oveja que tiene la pata quebrada y que el 1 de enero de 2015 a las 10:05 está a dos metros al norte de
la casa de Juan”… e incluso con más precisiones espaciales y temporales
si fuera necesario. De aquí no se sigue, según Strawson, que todo particular
identificable esté en el tiempo y en el espacio, sino que todo particular identificable ha de hallarse “relacionado unívocamente” con algún particular
espacio-temporal.
En resumen, según Strawson, para identificar un particular es preciso conocer algún hecho individualizador acerca del mismo: hay que saber que alguna descripción es verdadera de ese particular y de ningún
45
Cf. Strawson, P.F., Individuals…, p. 15.
46
Strawson, P.F., “Entity and identity”, en Entity and Identity, and Other Essays, Oxford: Oxford University Press, 1997, p. 22.
22
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
otro. Para que esto suceda tendríamos que poseer, según él, un “sistema
unificado de conocimiento de particulares” en el que nosotros y nuestros
alrededores inmediatos tengan su lugar y en el que cada elemento de la
estructura esté relacionado con otro –incluyéndonos nosotros mismos y
nuestros alrededores–, de manera única.47 El principio de identificación
reside, al menos en parte, en el conocimiento que tenemos de nosotros
mismos como puntos de referencia.48 En su opinión, por tanto, las condiciones necesarias para identificar serían el espacio y el tiempo, así como la
perspectiva desde la cual se realiza la localización del particular, mediante el espacio y el tiempo.
Pero no sólo resulta imprescindible identificar particulares, sino que
hay que reidentificarlos. Strawson sostiene que sólo la reidentificación garantiza el manejo de un sistema conceptual único, que no cambia cada
vez que experimentamos algo. Puesto que experimentar es tener una relación con el mundo mediante juicios, y los juicios son usos de conceptos
significativos, si no fuera posible reidentificar particulares ninguno de los
conceptos podría usarse (en todo caso, no más de una vez) y no cabría
formar juicios, tal y como lo hacemos: lo cual también implicaría que los
discursos acerca del mundo, tal y como los llevamos a cabo, serían imposibles. Sin embargo, aunque esto mostraría que la identificación y la reidentificación son necesarias para nuestra estructura conceptual, quedaría
por determinar qué otros conceptos para individuos o particulares son
igualmente necesarios.
Strawson se plantea la cuestión de esta manera: ¿Qué individuos, que
podrían llamarse “básicos”, son identificables sin depender de la identificación de otros particulares?49 En la primera parte de Individuals, Strawson se propone descubrir qué individuos son los “particulares básicos”,
qué (tipos de) entidades son absolutamente necesarias en nuestro mundo
y qué conceptos acerca de ellas son absolutamente necesarios para cualquier descripción de este mundo.50 Tomado como proyecto, el de Strawson
se relaciona históricamente con la tradición del empirismo inglés. Pero en
47
Cf. Strawson, P.F., “Entity and identity”, p. 24.
48
Cf. Strawson, P.F., “Entity and identity”, p. 25.
49
Cf. Strawson, P.F., Individuals…, p. 16.
50 La segunda parte del libro trata primordialmente de problemas de filosofía de la lógica en torno a la
suposición, suscitados por su propuesta acerca de los particulares básicos y los individuos en general.
Ambas partes se hallan estrechamente vinculadas entre sí porque la noción de “referir a un objeto”
ocupa un lugar central desde el comienzo hasta el final. Sin embargo, minimizaré hasta donde sea
posible la referencia a cuestiones de filosofía de la lógica para sólo ocuparme del aspecto puramente
metafísico de la discusión.
23
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
éste, al menos después de Berkeley, la razón para llamar “básicos” a ciertos particulares sería que todos los demás particulares resultan en última
instancia reducibles a ellos: los sense-data, por ejemplo, son particulares
básicos si y sólo si cualquier otra cosa que consideremos un particular
(una oveja, una mesa, una persona) resulta, en el “análisis último”, una
“construcción de” tales sense-data. Para Strawson, en cambio, es básico un
individuo por medio del cual tienen que ser identificados otros individuos, no un elemento a partir del cual se construyen.
En el primer capítulo de Individuals,51 Strawson anticipa que el concepto cuerpo pertenece a la estructura conceptual básica fuerte, y que los
cuerpos serían los individuos (particulares, por estar en el espacio y el
tiempo) básicos. En el segundo capítulo de Analysis and Metaphysics retoma esta conclusión, pero sólo en el quinto capítulo de ese mismo texto –en
el que también hace suyas algunas ideas de The Bounds of Sense– ofrece
una explicación más detallada acerca del carácter básico de los cuerpos u
“objetos (materiales)”, relacionándola con sus consideraciones acerca de la
experiencia sensible.
Veamos cómo defiende Strawson, en el capítulo V de Analysis and Metaphysics, el carácter básico de los cuerpos. Primero recuerda que nuestra
experiencia sensible está permeada por conceptos acerca de cómo es el
mundo objetivo extendido en el espacio y en el tiempo, y que la forma
de ser del mundo determina la verdad o la falsedad de nuestros juicios.
Así, los conceptos de lo objetivo, para formular juicios acerca de él, deben incluir conceptos de “modos de ocupación del espacio”.52 Para Strawson, tal “ocupación del espacio” (así como lo que, según él, se deriva de
ella, a saber, las “relaciones y propiedades espaciales”) es “relativamente
abstracta”: “no podemos hacernos perceptivamente conscientes de la posición, la extensión y la forma de algún ocupante del espacio como no
sea haciéndonos conscientes de estas propiedades espaciales bajo alguna
modalidad sensible o sensorial específica (…)”.53 De acuerdo con Strawson, para “hacernos conscientes” de la forma, el tamaño y la posición de
cualquier “ocupante del espacio”, debemos reconocer los límites definidos
por “cualidades visuales y táctiles” asociadas a otros tipos de percepción
sensible. Así, según el autor, no basta con decir que un objeto dado tiene
51
Cf. especialmente las pp. 55-59.
52
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. V, p. 64.
53
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. V, p. 65.
24
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
posición, tamaño y forma, sino que “(…) usted puede preguntar con la
misma propiedad de qué color es, dónde está su cuadra o qué altura tiene.”54
Pero no hay que olvidar que el concepto de tiempo también sería básico para cualquier estructura conceptual de la experiencia. De ahí que
Strawson trate de discernir la relación entre el tiempo y los “ocupantes del
espacio”: si la perspectiva espacial de un mundo objetivo posee contenido
empírico, si efectivamente significa algo, es porque el sujeto necesariamente tiene y puede aplicar empíricamente la idea de “identidad permanente” de algunos de los objetos que percibe.55 En otras palabras, así como
Strawson sostuvo la necesidad de identificar (distinguir) a los individuos
básicos, también es preciso determinar criterios para su “permanencia”
(reidentificación). Los objetos, por ser entidades ocupantes de espacio (relativamente) duraderas, cumplen con estos requisitos.
La idea básica aquí es que la noción de identidad, en tanto que permanencia relativa en el tiempo, sirve para dotar de “contenido empírico o
experiencial” a la de perspectiva espacial: sin tal noción de identidad, dos
usuarios de conceptos nunca podrían afirmar que están viendo el mismo
objeto; pues, siendo el espacio-tiempo factor de discernimiento, y estando
dos usuarios de conceptos en diferentes posiciones del espacio-tiempo,
podrían afirmar que los objetos también son distintos cuando son percibidos desde diferentes localizaciones. Pero la noción de identidad ayuda
a no imputar diferencia directamente a los objetos percibidos, sino precisamente a las percepciones mediante la noción de perspectiva espacial.56
Una nueva duda surge ahora: ¿cómo los “ocupantes del espacio” pueden considerarse entidades “relativamente duraderas”, si constantemente
dejan de estar en “nuestro ámbito perceptivo inmediato”? O, expuesto de
otro modo: ¿cómo reconocer que la oveja que vi hace unos días es una
entidad duradera y que puede ser, relativamente, la misma oveja que veo
ahora? Strawson da criterios de discernimiento de objetos pero, como señalé más arriba, los únicos criterios que ofrece para la reidentificación es
la “recurrencia cualitativa”57 y la circunstancia de que “nosotros de hecho
así lo hacemos” y que, de lo contrario, “no podríamos usar los conceptos
54
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. V, p. 65; cursivas en el original.
55
Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. V, pp. 65 y 68.
56
Que su noción de “identidad” puede ser incompatible con su idea de que el espacio-tiempo es factor
de discernimiento es ligeramente anticipado en Individuals y retomado en “Entity and identity”, pero
no son contempladas por Strawson en su último libro, Analysis and Metaphysics. Algunos filósofos,
Quine especialmente, critican esta posición, pero sin referirse explícitamente a las ideas de Strawson.
57
Cf. Strawson, P.F., Individuals…, pp. 30 ss.
25
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
que los subsumen”,58 pues tendríamos que cambiar constantemente de
estructura conceptual.59
Strawson añade que objeto en el sentido “fuerte”, es decir, como concepto básico, no es únicamente una instancia particular de conceptos generales, sino que “[t]iene connotaciones de «objetividad»”. Esta “objetividad”
consistiría en que “la experiencia incluye necesariamente el conocimiento de
objetos, concebidos como distintos de los estados subjetivos particulares
del conocimiento que de ellos tenemos, de las «representaciones» o «experiencias particulares».”60
El último rasgo caracterizador de los individuos básicos es que sirvan
para identificar a otros tipos de individuos, sin ser ellos mismos identificados por medio de otros tipos de individuos. Retomando el caso de los
sense-data –otros individuos que son considerados básicos en varias vertientes del empirismo y de la filosofía analítica–, Strawson sostiene que no
pueden contar como individuos básicos por requerir de un particular, un
objeto material público, típicamente una persona, para ser identificados.
Por ello Strawson considera que la noción de objeto o cuerpo material es
básica, necesaria para nuestra estructura conceptual y para nuestra experiencia. En la siguiente sección estudiaré con más detalle las ideas de
Strawson acerca de las personas como particulares básicos.
5. Las personas como particulares básicos
Según Strawson, los particulares básicos que constituyen el marco espacio-temporal son los cuerpos u objetos materiales porque a través de
su identificación se identifican a su vez los demás particulares. Strawson
afirma que las experiencias privadas (lo básico en el empirismo tradicional), los acontecimientos y procesos (lo básico en algunas propuestas metafísicas), e incluso las partículas de la física, sólo pueden ser identificadas
mediante su relación con un objeto material. De este modo, también los
estados de conciencia sólo podrían ser identificados a partir de ciertos objetos materiales, a saber, las “personas”.
58 Cf. Strawson, P.F., Analysis and Metaphysics, cap. V, p. 68. Más adelante veremos que esto dista de
ser satisfactorio.
59
Cf. Strawson, P.F., Individuals…, pp. 32 ss.
60
Cf. Strawson, P.F., The Bounds of Sense, pp. 89 y 73. ‘Objetividad’ reemplazó en obras posteriores a
‘publicidad’, usada en Individuals.
26
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
La estrategia de Strawson para mostrar el carácter básico de las personas
tiene dos partes, una destructiva y otra constructiva. La parte destructiva
consiste en mostrar la implausibilidad de otros tipos de teorías acerca de las
personas, entre las que destaca y estudia dos: las herederas del dualismo
sustancial cartesiano y las “teorías de la no-posesión”. La parte constructiva
es un argumento abductivo a favor del carácter básico de las personas: tras
advertir la falla de las principales teorías rivales, y puesto que aceptar el
carácter básico de las personas cuadra mejor con el resto de la estructura
conceptual revelada por la metafísica descriptiva, hay que aceptar el carácter básico de las personas. En lo que sigue expondré con mayor detalle, en
el orden que acabo de mencionar, la estrategia de Strawson.
Tal como lo presenta Strawson, el dualismo cartesiano es la tesis según
la cual no sólo hay dos maneras de hablar de los seres humanos, sino que
los seres humanos están constituidos esencialmente de dos sustancias: una
física (un cuerpo) y otra no física (“mente”, “consciencia” o “alma”). Al respecto, el autor dice que, para el cartesiano, “la historia de un ser humano
no es la historia de una cosa con dos flancos; es la historia de dos cosas con
un único flanco. Una de ellas es un objeto material, un cuerpo; la otra es un
objeto inmaterial, un alma, mente, espíritu o conciencia individual.”61 No
obstante, Strawson considera que el dualismo cartesiano es una concepción errada, y parte de lo que pretende en la tercera parte de Individuals es
presentar un argumento que muestre la debilidad de la tesis del dualista
cartesiano o “dualista sustancial”.62
Strawson parte de lo que considera una verdad “obvia e indiscutible”, a
saber, que en el lenguaje ordinario hay una gran variedad de predicados
que podemos atribuir a los seres humanos. Algunos de esos predicados apelan a la situación corpórea: localización, color, peso, etc.; en tanto que los otros aluden a ciertas características que se suponen no físicas,
como el experimentar una sensación, desear algo, tener algún pensamiento,
etc. De ser verdadera la postura cartesiana, sostiene Strawson, ello podría
reflejarse en nuestra manera de hablar, es decir, el lenguaje mostraría la
existencia tanto de cuerpos como de mentes mediante el dualismo de objetos
61
Strawson, P.F., “Self, mind, and body”, en Freedom and Resentment and Other Essays, London:
Methuen, 1974, p. 171.
62
En “Self, mind, and body”, Strawson repite en lo esencial la argumentación del tercer capítulo de
Individuals, es decir, se enfatiza, aunque sucintamente, en la crítica a lo mental cartesiano, de lo psíquico concebido como una entidad trascendente y separable de lo físico, aunque sustituyendo ‘estado de
conciencia’ por ‘mente’, ‘conciencia’ o ‘alma’. En ocasiones, por simplicidad, me referiré a las formulaciones de ese ensayo y no a Individuals.
27
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
gramaticales irreductibles.63 El análisis gramatical cartesiano clasificaría
todo enunciado cuyo objeto gramatical sea el nombre de una persona en
enunciados cuyos sujetos gramaticales sean mentes, cuerpos o enunciados
que podrían ser a su vez divididos en enunciados que se refieran a mentes o
a cuerpos. Esto puede lograrse, diría el cartesiano, pues parece que esta distinción ya está presente al menos en germen en el lenguaje ordinario, que
incluye predicados que se atribuyen a cuerpos de personas o alguna parte
del cuerpo y otros que inteligiblemente se atribuyen a la “mente” o “alma”.
La principal diferencia entre los dualistas cartesianos y sus oponentes
radica en lo que mantienen en torno a la relación entre los conceptos de
alma o mente de una persona y el concepto de persona de la que se supone que es alma o mente. El oponente al dualista cartesiano (Strawson) diría
que la noción de mente depende conceptualmente de la noción de persona, es decir, sin la noción de persona no podría entenderse la noción de
mente, pues si bien los predicados que se refieren a propiedades mentales
pertenecen a nuestro lenguaje, estos predicados no se usan independientemente de la noción de persona, pues la persona es de quien se predican
tales atributos. En cambio, el dualista cartesiano considera que la noción de
mente es inteligible independientemente de la de persona.
Es importante señalar que, si bien Strawson critica el dualismo sustancial o cartesiano, él mismo sostiene un tipo de dualismo, el “dualismo de
propiedades”, al aceptar como una “verdad obvia e indiscutible” que hay
dos tipos de predicados que se atribuyen a las personas. Así, mientras que
el dualismo sustancial postula la existencia de dos tipos de entidades, los
cuerpos y las mentes o almas, el dualismo de propiedades dice que existe
un solo tipo de entidades, pero que hay algunas con dos tipos de propiedades, físicas y mentales, irreductibles entre sí. Sin embargo, Strawson
considera que los objetos físicos son la base para realizar identificaciones
de estados no físicos. En el caso presente, las personas en tanto cuerpos
serían la base para identificar “almas”, “mentes” o “consciencias”.
Los dualistas cartesianos sostendrían que la expresión “La mente que
posee tales pensamientos” puede utilizarse para mostrar que podemos
identificar con independencia del cuerpo una mente o consciencia: esta
expresión no habla de la persona que posee tales pensamientos, sino de
una mente. Sin embargo, tenemos que averiguar si es correcto el uso del
artículo definido ante un término como “mente”, pues de ser así suponemos que contamos con criterios que no sólo nos permiten distinguir una
63
Strawson, P.F., “Self, mind, and body”, p. 171 ss.
28
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
mente del resto de las mentes, sino también con criterios para distinguir
esa misma mente en diferentes momentos.
Como vimos, para Strawson los “objetos materiales” son los particulares básicos que constituyen el marco conceptual efectivo, es decir, todos
los demás particulares se identifican a través de ellos. También sostiene
que las experiencias privadas, los acontecimientos y procesos, e incluso
algunas entidades de la física, sólo pueden ser identificados mediante su
relación con un objeto material. En particular, los estados de conciencia
sólo podrían ser identificados a partir de ciertos objetos materiales, a saber, las “personas”. Sin embargo, es necesario diferenciar las nociones de
cuerpo material y persona. Una persona sería un tipo de cuerpo material
al que se le pueden atribuir tanto propiedades mentales como físicas, mientras que a los cuerpos sólo pueden atribuírseles propiedades físicas.
Strawson parte de que el lenguaje ordinario está estructurado de cierta
manera, y que ese lenguaje no tiene que modificarse a menos de que se
dé un argumento muy poderoso para hacerlo. Ese lenguaje consta de dos
tipos de predicados y, dado el funcionamiento de ese lenguaje, ninguno
de los predicados mentales se aplica con propiedad a los meros cuerpos. De
acuerdo con esto, oraciones como “La piedra está escribiendo una carta”
o “Los pensamientos de Ana son verdes” serían oraciones mal formadas.
Pero, ¿a qué se le aplicarían los predicados mentales? Strawson dice que
también a cuerpos materiales, pero de cierta clase: las personas. Considérense las oraciones “Ana bebe agua”, “Ana tiene sed”, “Ana cree que si
bebe agua su sed se saciará”, “Ana toma el vaso que tiene frente sí”, “Ana
ingiere el líquido contenido en el vaso” y “Ana sació su sed”: todas ellas
involucran predicados mentales o físicos y ambos tipos de propiedades se
han atribuido inteligiblemente a una persona, Ana.
Una posible alternativa para identificar estados mentales sin recurrir a
la noción de persona es lo que Strawson llama “teoría de la no-posesión”,
que establece que los estados de conciencia no pertenecen, propiamente
hablando, a la persona que supuestamente los tiene.64 En realidad, no habría algo a lo que los estados de conciencia pertenecerían, salvo que tales
estados fuesen causalmente dependientes del estado de algún cuerpo particular. Strawson califica esta propuesta como incoherente, porque presupone lo que está negando: el teórico de la no posesión admite relaciones
causales contingentes del tipo “Todas mis experiencias dependen del estado del cuerpo B”, pero Strawson señala que, en este contexto, ‘mis’ no
64
Strawson señala que construye esa propuesta a partir de ciertos pasajes de Schlick y otros que
Moore atribuye a Wittgenstein, aunque es muy probable que nadie la haya sostenido como tales.
29
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
puede significar “Las experiencias que dependen del cuerpo B”, pues esto
se convertiría, poniendo lo anterior en lugar de ‘mis’, en “Las experiencias que dependen del cuerpo B son experiencias del cuerpo B”. Strawson
deduce de esto que el uso de “mis” no puede entenderse sin ayuda de
aquel concepto mismo de posesión que el teórico de la no-posesión afirma
abandonar. Lo que subyace a esta objeción a la teoría de la no-posesión,
según Strawson, es el hecho de que una experiencia sólo puede identificarse “como experiencia de alguien”, lo que imposibilita el proyecto de la
teoría de la no-posesión.
El segundo argumento de los dualistas cartesianos se basa en la experiencia introspectiva que nos permite identificar nuestra mente o conciencia sin hablar de objetos materiales. Sin embargo, este argumento se topa
con los mismos problemas acerca de la distinción entre nuestras experiencias privadas y las experiencias de otros individuos. Para el filósofo británico, la creencia en que la distinción puede llevarse a cabo sin hablar de
objetos materiales se basa en el uso incorrecto de los pronombres personales y demostrativos ordinarios tales como ‘yo’, ‘mi’, etcétera. Aprendimos
estas palabras para distinguirnos a nosotros mismos de otras personas,
es decir, sirven para identificar unos objetos materiales (por ejemplo, yo)
y distinguirlos de otros (el resto de las personas), por lo que cuando se
usan para referirse a nuestra “mente” o “conciencia” se hace suponiendo
la noción de persona. Strawson escribe: “cuando una persona dice ‘yo’,
ahí habla un hombre identificable: se le puede distinguir como uno por los
criterios usuales e identificarle mediante los criterios usuales”.65 Strawson
añade que si los estados de conciencia fueran totalmente privados, no habría forma alguna de atribuirlos a alguien distinto de nosotros mismos,
no habría forma alguna de identificar tales estados como “experiencia de
esto y lo otro” e incluso sería imposible –prosigue–atribuírnoslos a nosotros mismos, pues “la idea de atribuirse estados de conciencia a uno mismo carece de sentido, salvo cuando quien lo hace sepa ya cómo atribuir al
menos algunos de esos estados a los demás.”66 Decir, por ejemplo, “Tengo
un dolor” equivaldría a decir que soy yo y no tú o alguien más quien está
sintiendo el dolor. Para Strawson, la posibilidad de establecer un contraste
entre el dolor de otra persona y un dolor en general es esencial para poder
atribuirnos un dolor a nosotros mismos.
Señaladas las dificultades de ambas propuestas, Strawson concluye que
la única manera de evitarlas es considerar a las personas como particulares
65
Strawson, P.F., “Self, mind, and body”, p. 168.
66
Strawson, P.F., Individuals…, p. 114.
30
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
básicos, y al concepto persona como una noción primitiva no analizable, a
la par de la de objeto físico. Una persona no sería, pues, un “compuesto” de
cuerpo y mente, sino un único particular, un cuerpo material, al que cabe
atribuir “predicados-M” (predicados de objeto material), tales como “pesa
sesenta kilogramos”, y “predicados-P” (predicados de persona), como “va
de vacaciones”, “cree en Dios”, “tiene un dolor”, etcétera.67
6. Algunos problemas en la propuesta de Strawson
La propuesta de metafísica descriptiva de Strawson, y su noción de persona en particular, suscitan varias dudas. La validez de sus argumentos, y
en general el planteamiento del problema de la posibilidad de la experiencia, depende de que se acepten lo que él llama “principio de significatividad” y también su tesis acerca de la no coextensividad de la experiencia con
lo real. Si no se aceptara el principio de significatividad en su versión de insistencia empirista, la legitimidad de un concepto dependería del principio
de significatividad que se adoptase.68 De la misma manera, si se afirmase la
coextensividad de lo real con lo experimentado –como en ciertas versiones
del presentismo, la idea de que sólo lo presente existe verdaderamente–, entonces no cabría la pregunta por otros tipos de experiencia ni por los rasgos
comunes a todos ellos, pues lo real se agotaría en lo experimentado.
Pero hay otra cuestión que prima facie resulta problemática para la empresa de Strawson. Según afirma, la noción de objeto, entendido como
un “ocupante del espacio relativamente duradero”, es necesaria para
cualquier tipo de experiencia. A primera vista parece que, si bien puede
concederse que objeto es un concepto básico, ello no implica que debamos
aceptar que el concepto de objeto implique el de identidad persistente y
que éste también sea básico en sentido fuerte. Por ejemplo, quizá la noción
de identidad persistente sea necesaria para el uso de conceptos, pero no
es claro que también lo sea para experimentar perceptivamente instancias particulares. En el empirismo clásico ya se habían formulado algunas
dificultades en torno al uso de conceptos siempre distintos, pero de ello
no se sigue que los objetos tengan que ser “duraderos” o “persistentes”
en el tiempo. Ciertamente sería muy difícil constituir una ciencia sin que
67
Strawson, P.F., Individuals…, parte III, passim.
68
Como ejemplo de otros principios de significatividad, piénsese en la propuesta de Quine de que
una oración sólo tiene sentido si aparece en una teoría, es decir, apoyada epistémicamente por otras
oraciones (aunque tengan que estar relacionadas en cierto grado con los estímulos sensoriales) o en
versiones radicalmente coherentistas del significado, como la de Davidson.
31
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
hubiese algo permanente pero, al menos en principio, parece que no es
imposible que puedan existir objetos siempre diferentes. La respuesta de
Strawson es que no podemos plantearnos esa duda sin presuponer un
sistema conceptual entre cuyos rasgos principales está el de identificar y
reidentificar los mismos cuerpos. Para Strawson podría haber tal diferencia perceptiva (entidades siempre diferentes), pero no podríamos tener experiencia de eso, es decir, no podrían formularse juicios en una situación
tal porque la formulación de juicios requiere la identidad duradera de las
entidades a las cuales aplicar los conceptos.
En cuanto a su propuesta específica acerca de las personas, mencionaré
cinco problemas que, por supuesto, no constituyen una lista exhaustiva y
son más o menos conocidos en la literatura, y que sólo pretenden sugerir
al lector cómo seguir la reflexión en ese tema a partir de los planteamientos de Strawson. El primer problema, un tanto general y señalado continuamente por los interlocutores de Strawson, es que no es claro que el
método de la metafísica descriptiva sea el más adecuado para abordar
el tema de las personas: no podemos simplemente suponer que nuestras
creencias ordinarias básicas acerca del tema estén más o menos en orden
y que sólo haya que interpretarlas, cuando es probable que estén equivocadas y haya que cambiarlas, “revisarlas”.
Otro problema menos general es el de si la dependencia conceptual de
las mentes respecto a los cuerpos es también una dependencia metafísica.
Aunque el planteamiento de Strawson, discutir el problema de lo mental en
términos lógicos y lingüísticos, resulta sugerente, no es claro que un cartesiano estuviera de acuerdo con llevar el problema a ese terreno. Un cartesiano podría estar de acuerdo en que, desde el punto de vista conceptual,
la noción de mente depende de la de cuerpo y en que las mentes se identifican identificando cierta clase de cuerpos, pero que el orden de dependencia metafísica no es ése. El argumento cartesiano pretende mostrar que,
independientemente de que el concepto de mente sea secundario, la mente
tiene propiedades que el cuerpo no tiene y que aseguran su existencia necesaria sin que pueda decirse algo similar del cuerpo. Strawson insistiría
en que hay una correspondencia más o menos directa entre las cuestiones
lingüísticas y conceptuales y las metafísicas, así que la dependencia conceptual por lo menos sugeriría una dependencia también metafísica.69 Esto,
69
Strawson, en Analysis and Metaphysics, cap. III, insiste en que él realmente habla de “cosas”, pero que
mantiene la terminología propia del giro lingüístico para tener un mayor dominio sobre el discurso
porque es más fácil eliminar un compromiso con palabras que con cosas. Acerca de esto véase también Strawson, P.F., “Reply to Jorge J. E. Gracia”, en Ensayos sobre Strawson, Carlos Caorsi ed., Montevideo: Universidad de la República, 1993, pp. 112-117.
32
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
por supuesto, abre la puerta para todas las objeciones tradicionales a los
proyectos trascendentalistas que intentan concluir algo acerca del mundo
a partir de las características del pensamiento, el lenguaje o las estructuras
conceptuales.
Un problema más es que prima facie no es claro por qué las personas
son particulares básicos; parece plausible pensar que, así como hay mundos
o regiones del mundo en los que no hay sillas, perros, revistas de filosofía o
coches, existen también mundos o regiones del mundo en los que no hay
personas. A lo que cabría responder que si esos mundos o regiones del
mundo son experimentables, lo son por o para algo, y ese algo debe ser un
objeto tal que pueden atribuírseles predicados-P, como “experimenta tal y
cual cosa”, tal como a las personas. Así, la respuesta de Strawson sería que
la experiencia requiere personas, por lo menos en el papel del experimentador, y ello garantizaría su carácter de particulares básicos.
El cuarto problema que mencionaré aquí es que las características que,
según Strawson, debe tener un objeto para ser una persona son apenas
condiciones para que un objeto sea un ser humano, pero no una persona.
Y quizá ni eso: hay casos en los que ciertos predicados-P también pueden
adscribirse a animales no humanos (predicados relacionados con sensaciones en general o que involucren alguna referencia al sistema nervioso). Strawson podría argüir que la adscripción de predicados-P no es una
condición suficiente para ser persona, sino que también es preciso que el
objeto experimente, en el sentido de que formule juicios. Pero la discusión
no hace sino complicarse, porque habría que introducir, por ejemplo, consideraciones acerca de los lenguajes de animales no humanos. Hay distinciones más finas que hacer entre los conceptos de persona, ser humano, sí
mismo, yo, mente y otros relacionados. En descargo de Strawson, puede
decirse que fue precisamente su trabajo el que originó parte de las discusiones posteriores con intentos de brindar esas distinciones más finas y
mejores caracterizaciones de esas nociones en la filosofía analítica.
Conclusiones
El propósito de este trabajo ha sido exponer las ideas de Strawson acerca
del carácter básico de las personas en lo que él denomina “metafísica descriptiva” o, en trabajos posteriores, “análisis conceptual conectivo”, principalmente como invitación a establecer nexos entre los planteamientos
tradicionales y los “analíticos” en el tema de la persona.
33
Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
El punto de partida de Strawson es el problema de la posibilidad de la
experiencia. Parece que puede haber experiencias distintas a las nuestras,
es decir, que puede haber experiencia del mundo aunque el mundo contuviese menos o más características que de las que de hecho contiene. Pero
al omitir algunos rasgos que experimentamos se llegaría, según Strawson,
a un punto en el cual ya no cabe “quitar” más, so pena de ya no poder
tener experiencia alguna. Entonces Strawson se pregunta cuáles son los
rasgos mínimos que debe contener cualquier experiencia. Esta pregunta
puede formularse de otra manera: si la relación con el mundo se establece
mediante juicios (usos de conceptos), ¿cuáles son los conceptos mínimos
requeridos para formularlos? La primera manera de investigar las condiciones para la posibilidad de la experiencia es usada por Strawson en
Analysis and Metaphysics y, la segunda, en Individuals.
Acerca de la primera ruta, Strawson sostiene que la oración declarativa,
esto es, la proposición o el juicio, es un tipo de oración común a todos los
lenguajes. Pero no todos los tipos de oración declarativa son iguales, sino
que el verdaderamente universal sería el esquema sujeto-predicado, así que
Strawson se aboca a investigar cuáles son los rasgos que hacen posible la
formulación de juicios de ese tipo, porque las oraciones declarativas dicen
algo acerca de algo y ésa sería una buena ruta para investigar lo experimentable, lo algo (correspondiente al sujeto) que es algo (correspondiente
al predicado).
Strawson utiliza el método analítico en su investigación, pero su concepción del análisis difiere de la de otros filósofos analíticos. Algunos
creen que el análisis es una suerte de “terapia”, de modo que sólo mostraría
el uso cotidiano de las palabras sin pretender sistematizarlo, pues las sistematizaciones conducirían a visiones distorsionadas de la realidad. Strawson no concuerda con esta manera de entender el análisis, porque si bien
acepta que muchas sistematizaciones sí distorsionan la realidad, no todas
lo hacen. Además, dice que tales sistematizaciones tienen las ventajas de
unificar lo que se sabe y abrir nuevos caminos de investigación, incluso
estando equivocadas, aunque lo deseable es encontrar un sistema o una
estructura que tenga esas ventajas sin que distorsione la realidad.
Podría pensarse que la noción tradicional de análisis, esto es, como reducción de lo complejo a lo simple, puede conducir satisfactoriamente a tal
fin, pero Strawson tampoco está convencido de eso, ya que encuentra en
el análisis reductivo fallas técnicas tales como modificación del sentido al
formalizar. Además, Strawson sostiene que los conceptos simples no siempre son necesarios y que los conceptos necesarios tampoco son siempre
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Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 6—Julio-Diciembre 2014—Número 12
simples. De esta manera, si el análisis debe buscar lo básico (lo general,
necesario e irreductible), y si lo simple no siempre cumple con las características para serlo, entonces no importa que el resultado del análisis sean
conceptos complejos.
Pero también hay dos maneras de entender lo básico. En la primera,
los conceptos ordinarios son básicos, pues el discurso técnico se apoya en
ellos. Así, el lenguaje ordinario sería una estructura conceptual básica,
pero “débil”. Por otra parte, los conceptos básicos en sentido “fuerte” son
los que cualquier otra estructura conceptual, incluso el lenguaje ordinario,
presupone. El análisis reductivo, al buscar los conceptos simples, no necesariamente encuentra siempre los conceptos básicos: de ahí la utilidad del
análisis conectivo.
La propuesta de Strawson acerca de los conceptos básicos fuertes depende de lo que él llama “principio de significatividad”: la comprensión de
un concepto de algo objetivamente real es inseparable de la noción de una
posible aplicación de ese concepto en la experiencia. De esta manera, Strawson propone que todos los conceptos significativos implican o presuponen
los conceptos que hacen posible la experiencia, y ello posibilita ubicar “instancias particulares” de los conceptos. Por ejemplo, el concepto oveja sería
significativo porque implica o presupone las nociones de espacio, tiempo y
objeto material, así como cierta perspectiva desde la cual identificar y reidentificar ovejas: es posible encontrar una instancia particular de ese concepto, ex. gr. la oveja x, porque oveja es el concepto de un objeto localizable
desde, y en, el espacio y el tiempo mediante ciertas características.
Con las personas ocurriría algo similar. Son individuos –de hecho, particulares, por estar ubicados en el espacio y el tiempo– tales que sirven para
identificar otros individuos, en especial los estados de conciencia y otras
entidades mentales. Las personas son básicas porque no pueden reducirse
ni a meros cuerpos, ya que a diferencia de éstos son susceptibles de recibir
con propiedad predicados-M, mentales, y tampoco pueden ser reducidos
a mentes, porque son susceptibles de recibir con propiedad predicados-P,
físicos, y porque como simples mentes no podrían ser identificadas sin referencia a un particular, pero los particulares que servirían para identificarlas
serían sus propios cuerpos. Otras teorías acerca de las personas tendrían
defectos explicativos que no las harían viables, mientras que la propuesta
de Strawson carecería de ellos y tendría mayor poder explicativo.
Pero el papel de las personas en la metafísica descriptiva de Strawson es
mucho más importante, porque buena parte de la posibilidad de la significatividad reside en ellas. Como ya he mencionado, la significatividad de
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Las personas como particulares básicos
en la metafísica descriptiva de Strawson
un concepto depende, entre otras cosas, de perspectivas desde las cuales
identificar y reidentificar instancias particulares de ese concepto, y esas
perspectivas las proporcionan las personas –pues ningún otro cuerpo
material es susceptible de recibir con propiedad los predicados “identifica particulares” y “reidentifica particulares”– en determinada posición
espacio-temporal.
La propuesta de Strawson no está exenta de problemas, pero es una de
las pioneras en el tema de las personas en el ámbito analítico, y he querido
mostrar que sus planteamientos, problemas y voluntad de sistema merecen la atención no sólo de esa tradición.
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