MODIFICACIONES DE COMPOSICION CORPORAL, EN PACIENTES CON IMC >30 Y ACTIVIDAD FÍSICA. SEGUIMIENTO A SEIS AÑOS. Picón AB, Sánchez SL, Samaniego P, Lencina VB. Consultorio de Calidad de Vida, Tucumán, 2008. E-mail: [email protected] Resumen Introducción: El objetivo de este trabajo fue: (1) determinar cambios en composición corporal a 6 años de tratamiento con actividad física, (2) evaluar diferencias en los cambios medios de composición corporal debido a ejercicios físicos programados e individualizados con relación a ejercicios grupales ó al aire libre, y (3) evaluar la importancia del peso / IMC en los pacientes obesos y con sobrepeso. Material y Método: El diseño es descriptivo de cohortes compuestas por dos grupos de pacientes con sobrepeso u obesidad que asistieron al Consultorio de Calidad de Vida, (1999/2006) a los cuales se les suministró un plan de entrenamiento físico y nutricional. Al Grupo A se le programó ejercicio físico personalizado, monitoreado por médico deportólogo y profesor de educación física, con control de peso semanal y antropometría mensual. Al Grupo B se le suministró pautas de actividad física aeróbicas entre el 65% al 80% de la frecuencia cardiaca máxima, actividad física grupal de gimnasio y/o individual ó grupal al aire libre (caminatas, trote, ciclismo, deportes), con control de peso y antropometría mensual. Se evaluó: índice de masa corporal, edad, sexo, peso, peso magro y peso graso (fórmula de Jackson & Pollock para 7 pliegues) y el software usado fue Composition Tracker versión 1.0.0.700. Para los fines de este trabajo se analizaron los datos en cuatro momentos en el tiempo: al inicio del tratamiento (Tiempo 0), al finalizar el primer trimestre (Tiempo 2), al finalizar el tercer año (Tiempo 3) y al finalizar el sexto año (Tiempo 4). Se comparó el comportamiento medio de las variables que evalúan la composición corporal en el tiempo y con relación a las demás variables bajo estudio mediante el uso de un modelo lineal para medidas repetidas aplicado en el software SSPS. Resultados: El grupo A (13), 8 mujeres y 5 varones; 41 años promedio (es=3), IMC 36 (es=2), peso graso 30 kg (es=2) y peso magro 67 kg (es=4). El grupo B (9), 5 mujeres y 4 varones; edad promedio de 46 años (es=5), IMC de 33 (es=1), peso graso medio 29 kg (es=2) y peso magro 59 kg (es=3). Sin diferencias significativas en los valores medios de las variables evaluadas al iniciar tratamiento (Test t, P>0,10). Un paciente aumentó de peso a los 6 años (grupo B), 4 del grupo A y 2 del B alcanzaron el peso sugerido al inicio, no detectándose que la proporción de pacientes que alcanzan el peso sugerido cambie significativamente según grupo (Test Exacto de Fisher, P=0,52). Se detectaron cambios significativos en el IMC medio, peso graso medio y peso magro medio (P<0.001 en todas las variables), siendo que el cambio en el tiempo se modificaba significativamente según grupo (P=0,02) para el IMC medio y no así para las otras variables que se estudiaron. Existen cambios significativos en la composición corporal a los 6 años. No existen diferencias en peso graso y peso magro en relación al grupo. El IMC no es una variable determinante cuando de Actividad física se trata. Discusión: La falta de significación en la modificación en relación al grupo, probablemente se deba al escaso número de pacientes incluidos ó al nivel de rendimiento elegido por aquellos que pertenecen al grupo B. Palabras clave: Índice de masa corporal, Peso graso, Peso magro. Ejercicio físico Programado e individualizado MODIFICACIONES DE COMPOSICION CORPORAL, EN PACIENTES CON IMC >30 Y ACTIVIDAD FÍSICA. SEGUIMIENTO A SEIS AÑOS. Picón AB, Sánchez SL, Samaniego P, Lencina VB. Consultorio de Calidad de Vida, Tucumán, 2008. E-mail: [email protected] Introducción La evidencia publicada acerca del éxito alcanzado en los tratamientos para perder peso, muestra que son poco satisfactorios y no siempre cumplen con las expectativas de los pacientes (1-2) de los cuales solo una parte completa los programas. Quienes pierden alrededor del 10% del peso inicial, al año, 2/3 recupera el peso perdido y a los 5 casi todos lo han recuperado (3) .La disminución de peso en el tratamiento de la obesidad se torna engorroso cuando el paciente se resiste a complementar el plan nutricional indicado con actividad física, no así con sustancias químicas que prometen ser mágicas. El panel que reunió a los mejores especialistas norteamericanos en 1992 para discutir los métodos de adelgazamiento voluntario, afirmaba que, “sin bien los métodos actualmente disponibles son eficaces, una vez concluido el tratamiento, los pacientes tienden a recuperar el peso perdido” (4). Posteriormente la Asociación Americana de Obesidad (2000, 2002, 2006) concluyó en idénticos resultados. En un trabajo publicado en 1995 (5) sobre 178 pacientes obesos que completaron el tratamiento basado en dieta de muy bajo valor calórico y modificación de su conducta, la evaluación de su situación 3 años después, mostró que quienes hacían ejercicios aeróbicos regulares y asistían a grupos de apoyo mantuvieron la pérdida ponderal. Todos insistieron en la necesidad de mantenerse con el apoyo de grupos de mantenimiento. El ejercicio físico no solo debe verse como útil en la pérdida de peso, sino que también es necesario para mantener y mejorar el bienestar y la aptitud física (6) y como una parte de la actividad física. Es decir la actividad laboral, doméstica, jardinería, tareas cotidianas (traslado de niños al colegio, hacer compras) más el agregado de ejercicio físico que es estructurado y sigue una normativa. Es destacable que modestos incrementos de la actividad física suelen acompañarse de grandes mejorías en la salud y en la prevención de enfermedades cardiometabólicas (7) Los cambios en el estilo de vida deben ser el objetivo principal para la persistencia en el tiempo de la pérdida ponderal. Utilizar la composición corporal, para mostrar los cambios reales ocurridos tras el entrenamiento estimula a continuar. Tiene el rol de amalgamiento de disciplinas para mejorar la salud y el rendimiento a través de la solución de problemas diarios en lo que a esta técnica se refiere. Como es inherente a cualquier herramienta de medición, existe cierto grado de error que puede alterar los resultados e interpretaciones, de hecho existen ciertas estrategias metodológicas estadísticas que sirven para minimizar estos datos y calcular los intervalos de confianza de la medición. Así como un antropólogo se valdrá del somatotipo, un nutricionista se valdrá de la composición corporal para interpretar a sus pacientes (8). Suponemos que, si no solo se indica plan alimentario sino se acompaña por ejercicio físico programado e individualizado, debido a la ganancia muscular, estos datos lograrían ser óptimos. Así planteamos como objetivos de este trabajo: • • Determinar los cambios en la composición corporal con actividad física a los 6 años de tratamiento. Evaluar si existe diferencia entre aquellos que realizaron ejercicio físico programado e individualizado versus ejercicio grupal ó al aire libre y plan nutricional individualizado. • Observar la confiabilidad importancia del peso / IMC en los pacientes obesos y con sobrepeso. Material y Método: El diseño bajo estudio es descriptivo de cohorte. Las cohortes estuvieron compuestas de 22 pacientes en dos grupos con diagnóstico de obesidad, que asistieron al Consultorio de Calidad de Vida, durante 1999 a 2006. Se les suministró un plan de entrenamiento físico y nutricional a fin de lograr objetivos de peso propuestos en cada caso. Previo a informe escrito de las condiciones para que el plan de trabajo cumpla con los resultados, firmado por médico responsable y paciente. Una de las cohortes (Grupo A) integrado por: 13 pacientes, 8 sexo femenino y 5 de sexo masculino, recibió plan nutricional adecuado (50 % Hidratos de Carbono, 30 % Proteínas, 20 % lípidos) con una restricción de 300 Kcal. Se programó ejercicio físico en forma personalizada de acuerdo a cada situación especial, de características aeróbicas (entre el 65% al 80% de la frecuencia cardiaca máxima, FCMX según fórmula Astrand) (9) . Se consultó sobre preferencias, situaciones de confort y discomfort, estados de ánimo, integración al grupo y horario fijo a desarrollar. Apuntando a lo aeróbico, se planificó, para cada sesión una fase aeróbica + fase localizada de características aeróbicas + fase de flexibilidad. Aceptamos un 83% de asistencia obligatoria (10 sesiones mensuales en el período de estudio). Trabajo a cargo de profesor de educación física y médico deportólogo qué, según las condiciones del momento, pudieron variar la intensidad. Se realizó control de peso semanal y antropometría mensual. Según estos datos se optimizó el entrenamiento y el plan nutricional a fin de lograr objetivos propuestos. Diariamente se modificó estímulo (repeticiones, carga, series). La otra cohorte (Grupo B) integrado por 9 pacientes, 5 sexo femenino y 4 de sexo masculino, recibió idénticas pautas en lo nutricional y en la actividad física con la diferencia que debió realizarla por su cuenta. Se proveyó de una ficha para anotar asistencia, confiando en la honestidad del paciente, aceptando actividad física grupal, de gimnasio y/o individual ó grupal al aire libre como caminatas, trote, ciclismo y deportes. Se realizó control de peso y antropometría mensual. Igualmente modificó el entrenamiento y el plan nutricional. Previo al inicio se realizó consulta médica, para confeccionar historia clínica y realizar examen físico, historia clínica nutricional según lineamientos de la Sociedad Argentina de Nutrición, evaluación antropométrica, laboratorio completo: hemograma, glucemia, perfil lipídico y metabólico para confección de riesgo cardio metabólico, examen cardiovascular completo, electrocardiograma y pruebas funcionales según el caso. Tomamos como variables involucradas en los datos: peso, talla de pié para calcular el IMC, % graso, Peso graso, peso magro, diámetros. Usamos el calibre de pliegues Fat Track PRO digital solo para medir pliegues aislados. Se calculó según fórmula de Jackson y Pollock para 7 pliegues cutáneos. Lo volcamos al software Composition Tracker versión 1.0.0.700. Las mediciones fueron realizadas por el mismo operador y en iguales horarios, para cada paciente, con el objetivo de minimizar errores. Para los fines de este trabajo se analizaron los datos en cuatro momentos en el tiempo: al inicio del tratamiento (Tiempo 0), al finalizar el primer trimestre (Tiempo 2), al finalizar el tercer año (Tiempo 3) y al finalizar el sexto año (Tiempo 4). Resultados Todos los pacientes bajaron el peso corporal total de acuerdo a los objetivos propuestos, (Tabla 1), Grupo A: Plan nutricional y actividad física personalizada y controlada, Grupo B: Plan nutricional y actividad física pautada, técnica a elección. Tabla 1: Peso inicial y a los seis años (kg) Paciente P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 P10 P11 P12 P13 GRUPO A Peso Inicial 77,5 131,3 99,5 136,3 105,1 113,5 91,0 83,5 83,3 80,5 75,3 94,3 86,5 Peso Final 65 100 91,5 125 94,5 102,5 73,3 70,4 78,0 72,0 71,5 89,5 59,0 Paciente P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 GRUPO B Peso Inicial 87,0 99,0 87,0 89,2 68,4 70,0 78,0 96,0 108,0 Peso Final 77,0 80,5 75,0 85,7 63,9 64,8 82,5 94,3 101,0 El grupo A estaba conformado por 13 pacientes, 8 mujeres y 5 varones; con una edad promedio de 41 años (es=3), IMC medio de 36 (es=2), peso graso medio 30 kg (es=2) y peso magro 67 kg (es=4). Sólo un paciente aumentó de peso a los 6 años y era del grupo B, 4 pacientes del grupo A y 2 del grupo B alcanzaron el peso sugerido al inicio, no detectándose que la proporción de pacientes que alcanzaron el peso sugerido cambie significativamente según el grupo (Test Exacto de Fisher, P=0,52). Tabla 2: Peso graso inicial y a los seis años (kg) Paciente P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 P10 P11 P12 GRUPO A Peso Inicial 25,08 52,78 26,22 39,50 28,91 34,86 25,46 30,18 24,88 21,84 20,03 29,62 Peso Final 8,08 23,54 10,84 23,36 10,84 14,15 7,21 14,18 12,19 10,68 13,55 22,6 Paciente P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 GRUPO B Peso Inicial 30.54 34,21 31,00 24,77 19,93 21,76 28,75 24,92 40,78 Peso Final 22,60 15,43 10,97 14,64 14,31 12,21 29,45 21,92 26,28 P13 33,06 10,64 El grupo B formado por 9 pacientes, 5 mujeres y 4 varones; con una edad promedio de 46 años (es=5), IMC medio de 33 (es=1), peso graso medio 29 kg (es=2) y peso magro 59kg (es=3). En el momento de iniciar el tratamiento, no se detectaron diferencias significativas en los valores medios de las variables evaluadas (Test t de comparación de medias, valor de P>0,10 en todas las variables, Tabla 2 y Tabla 3). Tabla 3: Peso magro inicial y a los seis años (kg) Paciente P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 P10 P11 P12 P13 GRUPO A Peso Inicial 52,42 78,52 73,28 96,95 76,19 78,64 65,54 53,32 58,42 58,16 55,27 65,99 53,44 Peso Final 56,72 76,46 80,66 95,8 83,66 89,25 69,19 56,22 65,81 64,32 59,35 66,9 50,86 Paciente P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 GRUPO B Peso Inicial 56,76 64,79 56,00 64,43 48,44 48,24 49,25 71,08 67,92 Peso Final 59,18 65,07 64,03 71,46 49,59 52,59 53,05 81,06 74,62 Se detectaron cambios significativos en el tiempo en el IMC medio (figura 1), peso graso medio (figura 2) y peso magro medio (figura 3) (P<0.001 en todas las variables), siendo que el cambio en el tiempo se modificaba significativamente según grupo (P=0,02) para el IMC medio y no así para las otras variables que se estudiaron. Existen cambios significativos en la composición corporal a los 6 años. No existen diferencias en los cambios medios de peso graso y peso magro en relación al grupo. El IMC no es una variable determinante cuando de Actividad física se trata. Figura 1: IMC medio en el tiempo Índice de Masa Corporal 40,00 30,00 20,00 10,00 0,00 0 20 40 60 meses Grupo A Grupo B 80 Figura 2: Peso graso medio en el tiempo Peso Graso 40,00 30,00 20,00 10,00 0,00 0 20 40 60 80 meses Grupo A Grupo B Figura 3: Peso magro medio en el tiempo Peso Magro 80,00 60,00 40,00 20,00 0,00 0 20 40 60 80 meses Grupo A Grupo B Discusión El índice de masa corporal no es quizás el mejor parámetro para evaluar a pacientes con obesidad y sobrepeso. Aunque está claro que, si no se dispone de otros elementos, da una idea de los objetivos a plantear. La falta de significación en la modificación en relación al grupo, probablemente se deba al escaso número de pacientes incluidos ó al nivel de rendimiento elegido por aquellos que pertenecen al grupo B. Sabemos que estos pacientes, como todos los que sufren patologías crónicas, necesitan apoyo psicológico y control permanente, tal vez sean esos los motivos por los que cumplieron con lo pactado. De todas maneras, lo selectivo de las exigencias, hace que la muestra sea muy pequeña y se debería continuar enrolando pacientes para que se transforme en significativa. Es importante que podamos explicar a todos que el secreto no es disminuir de peso sino, modificar la composición corporal y mantenerla en el tiempo, pero es imprescindible entender que, ante esta enfermedad cardio metabólica el valor de los cambios de hábitos se verá expresado en la CALIDAD DE VIDA. Bibliografía 1. Cummings S, Parham ES, Strain GW. Becker MH. Position of the American Dietetic Association: weight management. J Am Diet Assoc 2002; 102: 1145-55. 2. Jeffery R, McGuire M, French S. Prevalence and correlates of large weight gains and losses. Int J Obes 2002; 26:969-72. 3. Wadden TA, Sarwer DB. 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