la liberacion de los espiritus del mal

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Oración Exorcismo: Por orden de Su Santidad León XIII Sea
Publicado.
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¡Cuánta riqueza de medios ha dispuesto Dios Uno y Trino para
la defensa y protección a lo largo de la jornada del hombre
en su paso sobre la tierra!
¿A qué se debe tan rica provisión?
UNA MUJER TE PISOTEARÁ.
Escribe, hijo mío: “¿Cuántos son los espíritus del mal? ¡Son un
número grandísimo! Son miles de miles de millones y pululan
por todas partes. Todos están congelados en la voluntad del
mal. No todos son igualmente culpables, y por tanto no son
igualmente castigados, pero todos viven en un miedo que
jamás tendrá fin.
Su líder, que puede desencadenar desórdenes personales y
sociales, familiares, nacionales y mundiales, que puede
suscitar monstruos de tiranía y ferocidad, y sabe infundir
terror sobre naciones enteras, él mismo vive en el terror;
terror de una Mujer que ha destruido su sueño de supremacía
infernal sobre la humanidad. Esa Mujer es María, Mi Madre y
Madre vuestra. He aquí por qué las almas que viven de la fe y
amor a María no le temen, es más, lo pueden hacer huir si se
usan las armas que os he dado”.
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Después de la Cruz, el Santo Rosario es el exorcismo más
poderoso. Dios Padre le ha dado un poder extra a esta
sencilla y humilde oración pronunciada ahí en el templo del
corazón.
La jaculatoria agregada al Avemaría, como pedida por su
Dueña, de invocar la Llama de Amor del Inmaculado Corazón
de María hace que los poderes del infierno se tambaleen. A la
vidente se le dio una visión en donde veía subir en espiral un
humo terrorífico en el cual se formaban figuras horribles que
se quejaba, se empujaban, titubeaban, se espantaban, en
medio de ése humo apareció una enorme figura, Isabel se dio
cuenta que era Satanás que dando un espantoso grito pedía
auxilio no sabe qué hacer, su resistencia se tambaleaba al
darse cuenta de que sus artimañas fallan y todas sus
tentativas son en vano.
Entre las riquezas que el Santo Rosario contiene está el
pronunciar los Santos y Poderosos Nombres de Jesús y de
María.
Jesús Dice… “Mi nombre es el Poder que hace a un lado todo
mal, y que llama todo bien en tu ayuda. Los Espíritus
Malignos huyen al sonido de la palabra ‘JESÚS’. Cuando dicha
en el temor, debilidad, dolor, sufrimiento, esta es la súplica
que Yo nunca dejo de contestar”.
El Dulce y Santo Nombre de María, es arma poderosa.
Jesús Dice: “Cuando el Enemigo os asalte con tentaciones o
quiera deprimiros con temor y ansiedades, decid: ‘Ave María,
Madre de Jesús, en Ti confío’. El demonio tiene terror de
todo lo que encierra el Nombre de María, que de Mi Nombre y
de Mi Cruz. Él siempre trata de dañarme en Mis fieles de mil
maneras. Sin embargo, no lo logra porque el solo eco del
Nombre de María lo pone en fuga. El mundo sería salvado si
supiera cómo llamar a María”...
“Ahora bien, cuando invocáis nuestros dos Nombres juntos,
es tan poderosa esa invocación que hace caer despedazadas
los dardos que Satanás arroja contra un corazón que es Mío.
Por su debilidad, por sí solas las almas son una nada. Pero el
alma en Gracia no está sola. Dios está con ella”.
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Oración exorcismo para la liberación de espíritus impuros.
“Alabada sea María Santísima por su Pureza.
Ensalzada sea María Santísima por su Humildad.
Y por siempre sea bendita María Santísima por su Obediencia
y Caridad.
Sea por siempre bendito y alabado el Corazón Inmaculado de
María en el que Jesús fue concebido mucho antes de que su
Espíritu fuese engendrado por el poder del Espíritu Santo de
Dios, para ser de Jesús el Cielo en el Cielo de su Corazón
Inmaculado y encendido de Amor.
Venerado sea el Sacrosanto Vientre Virginal de María
Santísima, que llevó a nuestro adorado Jesús NS del que tomó
Carne de su carne y Sangre de su santa y purísima sangre”.
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Jesús NS Dice:
“¿No habéis notado cómo en este fin de los tiempos, la
Reina de la Paz está pasando sobre la tierra, escoltada
por Mis Ángeles?
Para esta guerra que se libra en el mundo de lo invisible al
ojo humano, y en el que los hijos de Dios pelean y ganan
todas las batallas, María, Mediadora de Todas las Gracias
alcanzó para el Mundo ésta ‘Extraordinaria Bendición
Especial’, y que consiste en el regalo de 9 Santos Ángeles,
uno de cada Coro Celestial para sí mismo y para aquellos por
los que se haga una Novena de Santos Rosarios.
En la Imagen-Códice, María es presentada como la poderosa
Reina del Cielo – envuelta en los rayos del Sol de Justicia
como en un vestido- (Apoc.12:4), y como Reina de Una sola
Milicia: los Santos Ángeles representados en las alas de Juan
Diego, ángel-mensajero de Santa María, la Viña del Señor y
sus trabajadores de espíritu como de niño.
Rosas para que Juan Diego las juntara en su tilma o ayate que
habla de su condición de bestia de carga (los que no han sido
redimidos por la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo). Juan
Diego se ganaba la vida trabajando como cargador o
mecapalero y Dios lo tomó para sí bajo el mismo trabajo pero
bajo el suave yugo y carga ligera que María le da en la misión
como aparece en la Imagen-Códice, llevando a la Reina del
Cielo y de la Tierra, por encima de sus hombros y como a la
obra de sus manos.
Al elegir ‘al más pequeño de Mis hijos’, Dios Uno y Trino
indica que la humildad es la parte esencial y más importante
de la Unidad de su Iglesia. Santa María Faustina dejó escrito
en su Diario, “Satanás puede vestir el hábito de la humildad,
pero el de la obediencia, nunca”.
Y es ésta sencilla oración del Santo Rosario el arma infalible
que vence el orgullo y vanidad que al hombre lo separan de
Dios y de sus otros hermanos, porque son espíritus de Lucifer
y Satanás a los que se les abre la puerta de la mente. Por
esos pecados Jesús NS sufrió la horrible y dolorosísima tortura
de la corona de espinas (espino significa demonio)
María Santísima Dice, “Esta es una oración que ustedes
recitan junto conmigo. Cuando ustedes me invitan a orar con
ustedes, yo accedo a vuestra petición y yo uno mi oración a
la de ustedes. Esta se hace más eficaz debido a que la súplica
de vuestra Madre Celestial es todopoderosa. Porque lo que yo
pido, siempre lo obtengo, porque Jesús nunca puede decir no
a lo que su Madre le pide”...
(La Cadena del Santo Rosario (Fort Lauderdale, Florida, 7
de Octubre de 1983)
Del Mensaje de ‘Jesús, Re de Todas las Naciones’
(EE.UU.1985)
La Novena de la Lluvia de Rosas.
Extraordinaria bendición Especial que María Santísima obtuvo
para sus hijos, y que consiste en la generosa provisión de
Dios del tan necesario auxilio para estos tiempos de una
protección extra de santos ángeles guardianes.
Esta inmensa Gracia se obtiene por la recitación de 9 Santos
Rosarios, pidiendo por el triunfo de los Dos Sagrados
Corazones; al final de la Novena el Padre Celestial enviará un
Santo Ángel de cada uno de los 9 Coros Celestiales. Hágase la
petición para uno mismo y continúese a pedir para todos los
que se deseé obtener esta protección extra. Al final del rezo
del Santo Rosario se pide la Bendición de la Lluvia de Rosas.
Esta Bendición Especial de ‘Jesús, Rey de Todas las
Naciones’, es una Gracia más que obtuvo María, Mediadora de
Todas las Gracias a través del poder del Santo Rosario.
Nuestra Santísima Madre apareció con el Niño Jesús en Sus
brazos. El niño tomaba Rosas, una por una de Su Sagrado
Corazón, y luego de besarla, la tendía hacia los labios de
María. Nuestra Señora, después de besar la rosa la tomaba de
las manos del Niño Jesús, y con ella tocaba Su Corazón y la
daba a uno de los santos ángeles destinados a los que los
pedían, a la gente de todas las naciones – eran millones de
millones de rosas. Así de generoso y rico en Gracias es el
Corazón de Jesús.
Para enviar a otros esta rica Bendición Especial: ésta debe
ser pedida por un alma que ha recobrado la Gracia por el
sincero arrepentimiento; la bendición se pide sobre una
persona presente o sobre los que están lejos, entregándole
esos hijos a Nuestra Madre Santísima que quiere ayudar a
todos abran sus corazones a Jesús. La oración a los Santos
Ángeles moverán a esos corazones para liberarlos del miedo
con el que el demonio los mantiene atados, y alcanzarán su
arrepentimiento y salvación, además de protegerlos de los
peligros y acechanzas del Maligno.
Al finalizar el Santo Rosario, invocar la bendición de Jesús,
Rey de Todas las Naciones.
Si en persona, poner la mano derecha sobre la cabeza del que
recibe la bendición, y con el dedo pulgar hacer la Señal de la
Cruz sobre el frente o al aire si es a distancia, teniendo en
mente a la persona o grupo de personas.
“En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo,
Amén.
Permitan/ permite que el Reino de Jesús, Rey de Todas las
Naciones, sea reconocido y aceptado en tu corazón. Amén.
Oremos porque el Reino de Jesús Rey de todas las Naciones
sea vivido en tu corazón. Amén.
Para que así, el Reino de Jesús, Rey de Todas las Naciones
pueda venir a reinar en cada corazón en todo el mundo.
Amén.
Nosotros pedimos esta Bendición Especial a través de Nuestra
Señora, Mediadora de toda Gracia, que como Reina de la Paz
y Madre de Todas las Naciones, ha obtenido para ti como una
Gracia extraordinaria del Corazón de Su Divino Hijo Jesús.
Amén.”
-Y como lo indica Nuestra Madre Santísima, orar a los santos
ángeles de la guarda nuestros y de los hijos de la Gran
Familia de Dios. Ellos pelean la batalla contra los espíritus
del Mal y libran de las tentaciones que a cada paso ponen en
el camino, y de la esclavitud de los vicios.
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Mensaje a Vassula Ryden. 29.09.88
Fiesta de San Miguel, San Gabriel y San Rafael.
- "Gloria al Altísimo, porque El te ha resucitado de entre los
muertos. Tú debes estar siempre en guardia contra Satanás.
Recógete delante del Señor. Invócame".
Vasula… ‘¿La oración de exorcismo a San Miguel por el Papa
León XIII?’
Jesús NS “Sí. Si la Creación de Dios supiera cómo combate el
Mal esa oración, la recitarían diariamente. Permanece
siempre dispuesta para la Palabra del Señor. El Eterno te
ama. ¡Alábale!”
- ¡Ah, San Miguel! yo te doy gracias por custodiarnos y
combatir por nosotros’.
Porque “Dios utiliza la oración de sus hijos para derrotar a
sus enemigos”.
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Por orden de Su Santidad León XIII: Sea Publicado.
En el año de 1884, la par de la encíclica en la que Su
Santidad expuso a la Masonería Eclesiástica, el Santo Padre
escribió un poderoso exorcismo y ordenó fuera puesto a
disposición de la Iglesia Universal, es decir, fue escrito con la
intención de darle a la feligresía y al mundo un arma de
guerra contra ‘los gobernadores de las Tinieblas’, y para la
defensa de las familias y sus ciudades.
Así que no es difícil saber quiénes han ocultado esta
providencia de Dios Uno y Trino por defender a su Iglesia, a
sus hijos del mundo y por ellos a la Creación entera. La
Masonería Eclesiástica niega todas las cosas de Dios, y si
niega la existencia del demonio es porque ella es la Iglesia de
los Demonios.
Apoc.11:18 Las naciones se han enfurecido; pero ha llegado
el día de tu ira, el momento de juzgar a los muertos y de
recompensar a tus siervos los profetas, a tu pueblo santo y a
los que honran tu nombre, sean grandes o pequeños; y
destruirás a los que destruyen la tierra.”
El combate espiritual del cristiano
Efe.6:10-20 Ahora, hermanos, fortaleceos en vuestra unión
con el Señor y su fuerza poderosa. Protegeos con toda la
armadura que habéis recibido de Dios, para que podáis
manteneros firmes contra los engaños del diablo. Porque
nuestra lucha no es contra gente de carne y sangre, sino
contra las malignas fuerzas espirituales que habitan en los
aires, contra los gobernadores que tienen mando, autoridad y
dominio sobre el mundo de lo invisible.
Por eso, tomad toda la armadura que habéis recibido de Dios,
para que podáis resistir en el día malo y, después de haberos
preparado bien, manteneos firmes revestidos de la verdad y
protegidos por la rectitud. Estad siempre listos para salir a
anunciar el mensaje de la paz. Sobre todo, que vuestra fe sea
el escudo que os libre de las flechas encendidas del
maligno; que la salvación del evangelio sea el casco que
proteja vuestra cabeza, y que la palabra de Dios sea la
espada que os da el Espíritu Santo’.
Apoc.18:6 ‘Pagadle con su misma moneda; devolvedle el
doble de lo que ha hecho; mezcladle una bebida dos veces
más fuerte en la copa donde ella mezcló para otros; dadle
tormento y sufrimiento en la medida en que se entregó al
orgullo y al derroche’.
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Exorcismo escrito por Su Santidad León 13
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Salmo 67.
Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de
su presencia los que le odian.
Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se derrite la
cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios.
Salmo 34.
Señor, pelea contra los que me atacan; combate a los que
luchan contra mí.
Sufran una derrota y queden avergonzados los que me
persiguen a muerte.
Vuelvan la espalda llenos de oprobio los que maquinan mi
perdición.
Sean como polvo frente al viento cuando el Ángel del Señor
los desbarate.
Sea su camino oscuro y resbaladizo, cuando el Ángel del
Señor los persiga.
Porque sin motivo me tendieron redes de muerte, sin razón
me abrieron trampas mortales.
Que les sorprenda un desastre imprevisto,
que los enrede la red que para mí escondieron;
que caigan en la misma trampa que para mí abrieron.
Mi alma se alegra con el Señor y gozará de su salvación.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos
de los siglos. Amén.
Súplica a San Miguel Arcángel.
Gloriosísimo príncipe de la milicia celestial, Arcángel San
Miguel, defiéndenos en la lucha que mantenemos
combatiendo "contra los principados y potestades, contra los
gobernadores del mundo de las tinieblas, contra los espíritus
malignos que habitan en los aires" (Ef. 6, 12). Ven en auxilio
de los hombres que Dios creó a su imagen y semejanza
(Sap.2, 23), y a tan "alto precio rescatados" (I Cor.6, 20) del
dominio del demonio. Oh, nuestro príncipe defensor San
Miguel, ven con tus huestes de santos ángeles y pelea hoy los
combates del Señor, como antaño luchaste contra Lucifer,
corifeo de la soberbia y contra sus ángeles apóstatas. Ellos no
pudieron vencer, y perdieron su lugar en el Cielo. "Fue
precipitado fuera el gran dragón, la antigua serpiente el
denominado diablo y Satanás, el seductor del universo: y en
venganza se arrojó contra la tierra y con él se arrojaron sus
ángeles" (Apoc.12:8-9).
He aquí que el antiguo enemigo y homicida se ha erguido
con furor. Disfrazado de "ángel de luz" (II Cor. 11, 14) con la
escolta de todos los espíritus malignos rodea e invade la
tierra entera, y se instala en todo lugar, con la intención de
borrar el Nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatarles las
almas destinadas a la corona de la gloria eterna, de
destruirlas y perderlas para siempre. Como el más inmundo
torrente, el maligno dragón derramó el veneno de su maldad
sobre los hombres de mente depravada y corrompido
corazón: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la
blasfemia; el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e
iniquidades.
Los más taimados enemigos han llenado de amargura a la
Iglesia, Esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber
ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para
Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de
San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las
naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la
impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda
dispersarse la grey. Pagadle con su misma moneda;
devolvedle el doble de lo que ha hecho; mezcladle una
bebida dos veces más fuerte en la copa donde ella mezcló
para otros; dadle tormento y sufrimiento en la medida en que
se entregó al orgullo y al derroche. Pues dice en su corazón:
‘Aquí estoy sentada como una reina. No soy viuda ni sufriré’.
Por eso en un solo día le vendrán sus calamidades: muerte,
aflicción y hambre y será quemada en el fuego; porque
poderoso es Dios, el Señor, que la ha condenado’.
(Apoc.18:6)
Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la
perversidad de los espíritus que le atacan y dale la victoria.
La Iglesia te venera como a su guardián y patrono, se gloría
que eres su defensor contra los poderes nocivos terrenales e
infernales; Dios te confió las almas de los redimidos para
colocarlos en el estado de la suprema felicidad. Ruega al Dios
de la Paz que aplaste al demonio bajo nuestros pies, para
que ya no pueda retener cautivos a los hombres y dañar a tu
Iglesia. Ofrece nuestras oraciones al Altísimo, para que
cuanto antes desciendan sobre nosotros las misericordias del
Señor (Salmo 78, 8), y sujeta al dragón, la antigua serpiente,
que es el diablo y Satanás, con la cadena que depositamos en
tus manos y, una vez encadenado, precipítalo en el abismo,
para que nunca jamás pueda seducir a las naciones (Apoc.
20).
Después de esto, confiados en tu protección y patrocinio,
con la sagrada autoridad de la Iglesia fundada en la Cruz, nos
proponemos a rechazar la peste de los fraudes diabólicos,
confiados y seguros en el poder del Nombre de Jesucristo,
nuestro Dios y Señor.
(Sosteniendo una Cruz en la mano y mostrándola en lo alto)
He aquí la Cruz del Señor, huid poderes enemigos.
R. Ha vencido el León de la tribu de Judá, la raíz de David.
Señor, que tu misericordia venga sobre nosotros.
R. Como lo esperamos de Ti.
Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu).
Oremos. Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
invocamos tu Santo Nombre y suplicantes imploramos tu
clemencia, para que, por la intercesión de la Virgen María
Madre de Dios y Reina de Todas las Victorias, del Arcángel
San Miguel, de San José Patrono de la Iglesia, de los santos
Apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos, te apresures a
prestarnos tu auxilio contra Satanás y todos los demás
espíritus inmundos que vagan por el mundo para dañar al
género humano y para la perdición de las almas. Amén.
Exorcismo: Te exorcizamos todo espíritu maligno, poder
satánico, ataque del infernal adversario, legión,
concentración y secta diabólica, en el Nombre y virtud de
Nuestro Señor Jesús + Cristo, para que salgas y huyas de la
Iglesia de Dios, de las almas creadas a imagen de Dios y
redimidas al precio de la Preciosa Sangre del Divino Cordero
+. En adelante no oses, perfidísima serpiente, engañar al
género humano, perseguir a los que somos de la Iglesia de
Dios, para de zarandear a los elegidos y cribarlos como el
trigo + Te lo manda Dios Altísimo, a quien en tu insolente
soberbia aún pretendes asemejarte, "el cual quiere que todos
los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad" (II Tim. 2).
Te lo manda Dios Padre + te lo manda Dios Hijo +; te lo
manda Dios Espíritu Santo +. Te lo manda la majestad de
Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho Hombre, quien para
salvar a la estirpe perdida por tu envidia, "se humilló a sí
mismo y se hizo obediente hasta la muerte" (Fil. 2); el cual
edificó su Iglesia sobre roca firme, y reveló que los "poderes
del infierno nunca prevalecerían contra ella, Él mismo habrá
de permanecer con ella todos los días hasta el fin del
tiempo" (Mat. 28, 20). Te lo manda el santo Signo de la Cruz
y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana +. Te lo
manda la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, quien con
su humildad desde el primer instante de su Inmaculada
Concepción aplastó tu orgullosa cabeza +.
Te lo manda la fe de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y
de todos los demás Apóstoles +. Te lo manda la sangre de los
mártires y la piadosa intercesión de todos los Santos y Santas
+. Por tanto, maldito dragón y toda legión diabólica, te
conjuramos por Dios + vivo, por Dios + verdadero, por Dios +
santo, que "de tal modo amó al mundo que entregó a su
unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca,
sino que viva la vida eterna" (Juan 3); cesa de engañar a las
criaturas humanas y deja de darles el veneno de la eterna
perdición.
Lárgate Satanás, inventor y maestro de toda falacia, enemigo
de la salvación de los hombres. Retrocede ante Cristo, en
quien nada has hallado semejante a tus obras. Retrocede
ante la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica, la que el
mismo Cristo adquirió con su Sangre. Humíllate bajo la
poderosa mano de Dios. Tiembla y huye, al ser invocado por
nosotros los Santos y Terribles Nombres de Jesús y de María,
ante los que se estremecen los infiernos, y al que están
sometidas las Virtudes de los cielos, las Potestades y las
Dominaciones; y a Quien los Querubines y Serafines alaban
con incesantes voces diciendo: Santo, Santo, Santo es el
Señor, Dios de los Ejércitos.
Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos. Dios del Cielo y de la tierra, Dios de los Ángeles,
Dios de los Arcángeles, Dios de los Patriarcas, Dios de los
Profetas, Dios de los Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de
los Confesores, Dios de las Vírgenes, Dios que tienes el poder
de dar la vida después de la muerte, el descanso después del
trabajo, porque no hay otro Dios fuera de Ti, ni puede haber
otros sino Tú mismo, Creador de todo lo invisible y lo visible,
cuyo reino no tendrá fin: humildemente te suplicamos que tu
gloriosa Majestad se digne librarnos eficazmente y guardarnos
sanos de todo poder, lazo, mentira y maldad de los espíritus
infernales. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
De las asechanzas del demonio.
R. Líbranos, Señor.
Haz que los que pertenecemos a tu Iglesia te sirvamos con
segura libertad.
R. Te rogamos, óyenos.
Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.
R. Te rogamos, óyenos.
Señor, no recuerdes nuestros delitos ni los de nuestros
padres, ni tomes venganza de nuestros pecados (Tobías 3, 3).
Padre nuestro, Avemaría, el Credo y un Gloria ...
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