GESTIÓN COMPARADA DE SEDIMENTOS EN EMBALSES FERNÁNDEZ CARRASCO Pedro1, AVENDAÑO SALAS Cándido2, COBO RAYAN Rafael3 1 Profesor Titular Interino, U.P. de Madrid, E.T.S.I.C.C.P., Dpto Ingeniería Civil: Urbanismo, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, C/Profesor Aranguren s/n. 28040 Madrid, [email protected] 2 Subdirección General del CEDEX, Mº de Fomento. Alfonso XII, 3, 28014 Madrid, candido.avendañ[email protected] 3 Jefe de la División de Erosión y Sedimentación del Centro de Estudios Hidrográficos del CEDEX. Mº de Fomento. Pº Bajo Virgen del Puerto 3, 28005 Madrid, [email protected] RESUMEN Actualmente existe una necesidad de llevar a cabo medidas para limitar la sedimentación en los embalses y evaluar los efectos que ésta produce tanto en el propio embalse (capacidad, tomas, desagües, etc.) como en el cauce en el que se asienta. Para extraer los sedimentos de los embalses se han aplicado habitualmente dragados y excavaciones. Hoy día y con más frecuencia se emplean métodos más efectivos, tales como los vaciados a través de desagües y los túneles de deriva de sedimentos. No obstante, el uso de estas soluciones plantea dos tipos de problemas. Por un lado, hay que dotar a los embalses de las infraestructuras adecuadas (desagües de fondo y túneles) que deben de cumplir los requisitos técnicos que permitan la evacuación de sedimentos. Por otra parte, el sedimento removido circula por el cauce situado aguas abajo de la presa, y puede producir un impacto negativo, tanto en la calidad del agua como en el propio cauce, que hay que tratar de evitar. Problemática que fue tratada en el Simposio Internacional sobre la gestión de sedimentos que se celebró en Octubre del año 2000 en la Ciudad de Toyama en el Water Resource Environment Technology Center de Japón, parte de las conclusiones aportadas son recogidas en este artículo. 1 PERDIDA DE CAPACIDAD EN LOS EMBALSES De acuerdo con los datos de la Comisión Internacional de Grandes Presas (ICOLD) el volumen total de embalse en el mundo es de unos 5.000 km3, este valor se corresponde con el 13% de la aportación anual mundial. El 80% de ese volumen de embalse, es decir 4000 km3, corresponde a embalses con una capacidad superior a los 5000 hm3. Según las mismas fuentes la sedimentación anual es de 50 km3, lo que equivale al 1% del volumen total de embalse, dato que varía considerablemente de unos embalses a otros. Los embalses en las cuencas españolas se encuentran dentro de estos valores medios mundiales, de acuerdo con los datos existentes de 121 embalses estudiados por el Centro de Estudios Hidrográficos del CEDEX, tabla 1. Existen en la cuenca del río Tajo dos embalses, Guajaraz y Riosequillo, con un 2% de pérdida de volumen anual, que pueden presentar en un futuro problemas de aterramiento. En el embalse de Cazalegas, dentro de la cuenca del río Tajo, que figura con un aterramiento anual del 0,9%, puede que exista un error en el volumen inicial considerado, siendo la pérdida real de volumen bastante menor. El embalse de Alfilorios, debe su pérdida total de capacidad (10,6%) al manto inicial de arcillas que se depositaron en el vaso para su impermeabilización. Por tanto el 2,65% que figura como pérdida de capacidad anual no es real. 1 Figura 1. Sedimento en el embalse de María Cristina. NORTE 4 PÉRDIDA DE CAPACIDAD ANUAL(%) 0.42-0.61 DUERO TAJO 8 16 0-0.61 0-0,6(13E) GUADIANA GUADALQUIVIR 10 22 0-0.46 0-0.43(19E) SUR SEGURA JÚCAR 7 12 18 0-0.56 0-0.68(10E) 0-0.6(16E) EBRO 20 0-0.6(17E) CATALUÑA 4 0-0.35(3E) CUENCA HIDROGRÁFICA Nº DE EMBALSES ESTUDIADOS EMBALSES CON P.C.A. NOTABLE Alfilorios(arcillas), 0.96% Peñarrubia Cazalegas 0.9%, Guajaraz 2%, Riosequillo 2% Doña Aldonza 4.46%, Pedro Marín 4.09%, Gergal 0.8% Anchuricas 1%, Taibilla 1.13% Embarcaderos 2.71%, Guadalest 0.79% La Estanca de A. 1.89%, Valdabra 3.67%, Las Torcas 1.06% San Pons 0.91% Tabla 1. Pérdida de capacidad anual de los embalses estudiados, se mencionan aquellos cuya pérdida de volumen anual sea superior o esté próxima del 1%. El resto de los citados en la tabla 1, con una pérdida de capacidad anual próxima al 1% están marcando el límite de los que pueden tener problemas de aterramiento. En España del total de embalses reconocidos (121) cabe destacar que el 81% de ellos (98) tienen una pérdida de capacidad igual o inferior al 20% de su volumen total. También es significativo que casi el 95% de los embalses (114) esté por debajo del 50% de aterramiento. Solamente hay 7 embalses con un volumen de sedimentos superior al 50%. Dos de ellos, Doña Aldonza (98% de aterramiento) y Pedro Marín (94%) están ubicados en la cuenca del río Guadalquivir. Otros dos pertenecen a la cuenca del río Segura, Puentes con el 59,3% y 2 Valdeinfierno con el 55,4% de aterramiento. Embarcaderos (84% de pérdida de volumen) pertenece a la cuenca del río Júcar y La Estanca de Alcañiz con el 51% de aterramiento y Valdabra con el 55,1% a la cuenca del río Ebro. Otro elemento a tener en cuenta es la distribución del sedimento en el vaso del embalse que puede hacer que el aparentemente bajo porcentaje de perdida de capacidad de los embalses, 1%, ocasione problemas en los elementos de la presa. 2 GESTIÓN DE SEDIMENTOS La gestión de los sedimentos que llegan y se depositan en los embalses, tiende en general a minimizar la cantidad de material depositado en los mismos. Los métodos utilizados en la mayoría de los países, para el control de la sedimentación en los embalses, no difieren en gran medida de unos países a otros y dependen más de las características particulares del propio embalse y de la cuenca en la que el mismo está ubicado. En general las actuaciones en la gestión del sedimento se sitúan en tres zonas relativas al embalse: aguas arriba, en el propio embalse y aguas abajo del mismo: -Actuaciones aguas arriba del embalse, en la cuenca vertiente del mismo. Se incluyen repoblaciones forestales, azudes en barrancos y torrentes y actuaciones a la entrada del embalse. -Actuaciones en el propio embalse para retirar los sedimentos que han llegado y se han depositado y elementos de derivación de sólidos para caudales extremos. Dragados, excavaciones mecánicas, vaciados totales o parciales y túneles de trasvase. -Actuaciones aguas abajo del embalse. Mantenimiento de los caudales para satisfacer las necesidades del río como ecosistema, e impedir que el sistema morfológico se vea degradado. En algunos países el empleo de los vaciados totales es más común y está más generalizado. Es el caso, entre otros, de Francia, Suiza y Japón. En estos países hay embalses donde se realizan vaciados totales anualmente. Si bien es cierto que la pluviosidad de estos países, en las áreas donde se ubican los embalses a los que se aplican los vaciados, difiere bastante de lo que es normal en España. Sólo sería comparable, con algunas zonas del norte de España. El vaciado parcial de los embalses no es exclusivo de las zonas de gran pluviometria, en la presa Huber en el río Colorado en Estados Unidos, se realizan periódicamente avenidas controladas, que han conseguido liberar sedimento del embalse y a la vez recuperar gran parte del hábitat aguas abajo de la presa, sin embargo, en un país como el nuestro donde el agua es un bien escaso, es normal que las administraciones de los embalse sean muy reticentes a los vaciados. La existencia de normativa que regule la gestión de sedimentos en los embalses en Francia y Suiza esta dirigida a los protocolos de actuación en los desembalses, mientras que en Japón comienzan a desarrollarse este tipo de procedimientos. La legislación francesa exige controles, al menos una vez cada 10 años, en los elementos de seguridad en las grandes presas (altura mayor de 20 metros o volumen superior a 25 hm3). Estos controles exigen el vaciado total del embalse, vaciándose muchos embalses cada año con este fin. Los vaciados parciales a través de los desagües de fondo, que han de existir por ley en todos los embalses españoles, están siendo objeto de reglamentación en las diferentes Confederaciones Hidrográficas, a través de las correspondientes Normas de Explotación, que se elaboran de forma individual para cada embalse. 3 Al objeto de afrontar mejor los problemas (técnicos y legislativos) derivados de la implantación de estas técnicas de evacuación de sedimentos es muy importante conocer las experiencias de otros países y contrastar las posibles soluciones a los problemas más comunes. Con este objetivo, el Water Resource Environment Technology Center de Japón celebró en Octubre del año 2000 en la Ciudad de Toyama unas Jornadas Internacionales sobre la gestión de sedimentos. En este evento estuvieron representados, junto a los organizadores, distintos países europeos con experiencia en estos temas: España, Francia y Suiza. Los temas tratados en el encuentro se agrupan en tres categorías: 1) Marco actual (legislativo, técnico, económico, etc.) en el que se desarrolla la gestión de los sedimentos en los distintos países representados. 2) La problemática técnica que conlleva la construcción de los dispositivos de evacuación de sedimentos. 3) Los efectos medioambientales producidos durante los desembalses, y la normativa y metodología existentes, fundamentalmente en Francia y Suiza, para optimizar los desembalses minimizando los efectos nocivos. 3 ACTUACIONES EN LAS CUENCAS APORTADORAS Se trata de impedir que los materiales erosionados alcancen el embalse, disminuyendo la erosión en la cuenca e impidiendo que la erosión producida llegue al embalse. Para ello se emplean diversas técnicas: repoblaciones forestales, azudes en barrancos y torrentes y actuaciones a la entrada del embalse. La repoblación forestal de las cabeceras de las cuencas hidrográficas es una práctica que tiene una larga tradición en España, práctica que no parece un elemento relevante en Francia, Suiza y Japón, donde a pesar de emplear técnicas de restauración vegetal, no se pretende limitar la erosión aguas arriba del embalse sino simplemente, minimizar el transporte de material sólido por la red fluvial. En España, la repoblación forestal se viene efectuando desde 1898. Estas medidas inicialmente se implantaron en zonas concretas para paliar los efectos de las avenidas. Posteriormente (a partir de 1940), las prácticas de repoblación se extendieron a toda la geografía española y tuvieron su máximo desarrollo entre 1940 y 1960. Actualmente se siguen realizando a un ritmo menos intenso a la vez que se están desarrollando investigaciones dirigidas a conocer mejor otros procesos, como la erosión y la desertificación (Estirado, 1988). Como resultado de esta política, entre 1933 y 1991 se plantó arbolado en una superficie de 29.000 km2. El principal efecto derivado de esta restauración forestal de cuencas es la atenuación de las grandes riadas en regiones semiáridas. (Ruiz de la Torre, 1996). Las repoblaciones forestales se suelen realizar conjuntamente con la construcción de diques para la estabilización de barrancos y laderas. Cada una de estas obras retiene un volumen reducido de sedimentos, pero en su conjunto pueden actuar eficazmente contra la erosión. También se construyen presas de retenida en las entradas principales de algunos embalses, fundamentalmente en aquellos situados en zonas semiáridas donde los problemas de erosión son más intensos. En ellos se pueden retener cantidades significativas de sedimentos. Por ejemplo, en el embalse de Beninar (Almería) se construyeron tres presas de retenida, una de las cuales se colmató en 6 años con 191.000 m3 de sedimentos. (López Martos, 1988). En las presa japonesa de Koshibu (Noriyuki, 2000) debido al fuerte aporte de sedimentos que tiene, se construyo una pequeña presa de retenida de sedimentos en la cola del embalse, donde periódicamente se realiza la retirada mecánica de los sedimentos. Ejemplos similares se pueden 4 encontrar en Suiza, en el complejo hidroeléctrico de Emosson, siendo menos frecuentes en Francia debido al uso frecuente de vaciados parciales y totales. En otros casos las soluciones adoptadas son distintas. En el embalse de Cubillas (Granada), se pretende aprovechar la presencia de un azud de derivación en la cola del embalse para transformarle en presa de decantación. Está previsto colocar compuertas de 2,5 metros de altura en el azud de derivación con lo que se crearía un embalse de decantación aguas arriba, con una capacidad de 75.000 m3 (Masa, 1996). En esta balsa se depositaría la mayor parte de los sedimentos que llegaran en suspensión, en aguas normales. El agua limpia de sedimentos vertería al embalse sobre las compuertas. Los sedimentos depositados en este proceso se evacuarían durante las crecidas, por el túnel de trasvase existente. Otro tipo de obras diseñadas para impedir la entrada de aguas cargadas de sedimentos a los embalses son los túneles de trasvase. El uso de estos túneles está menos extendido a nivel mundial, principalmente motivado por la dificultad de obtener un diseño optimo para los diferentes tamaños de material que se puede presentar, las dificultades en establecer los cuantías operativas en cada posible aportación de sólidos y naturalmente los costes adicionales que supone los diferentes elementos que lo componen, que están situados generalmente en las entradas de los mismos. Como ventajas se puede citar que se pueden construir en presas existentes, y que permite la evacuación de sedimento de una forma más gradual, minimizando los impactos debidos a vaciados parciales de mayor envergadura. En España en el embalse de Cubillas, de 21 hm3 de capacidad, dispone de un túnel de trasvase desde 1951. Este túnel se construyó para evacuar las aguas turbias que se producen durante las avenidas del río y evitar el rápido aterramiento del embalse. El túnel tiene su origen en el azud de derivación, citado anteriormente, y desagua en un afluente del río Cubillas que confluye con éste aguas abajo de la presa. El túnel tiene una capacidad de evacuación de 150 m3/s. 4 RETIRADA DE LOS SEDIMENTOS DEPOSITADOS EN LOS EMBALSES Cuando no es posible evitar la entrada de los sedimentos al embalse, éstos generalmente se depositan en el fondo del mismo. Si se quiere mantener la capacidad inicial se debe proceder a su retirada. Los métodos más utilizados, hasta el momento, para la extracción del material depositado en el embalse son: dragados, excavaciones mecánicas y vaciados totales o parciales. Los vaciados totales o parciales consisten en la apertura de los desagües de fondo y la salida, por diferencia de cotas, del agua retenida en el embalse. Este vaciado de agua a presión arrastra también el sedimento situado en las inmediaciones de los conductos de desagüe, consiguiéndose la limpieza de los mismos y de las zonas próximas. Está técnica es la más ampliamente utilizada en países como Francia y Suiza. En Francia de los 250 embalses hidroeléctricos gestionados por EDF, 70 son vaciados regularmente (Bouchard, 2000), ateniéndose a una normativa especifica que regula las condiciones en las que los vaciados se pueden realizar, al objeto de minimizar los impactos aguas abajo y obtener un vaciado eficiente. En países con ríos de pendientes fuertes y relativamente de corto recorrido, como es el caso de Japón, es necesario el empleo además de otras técnicas. En España no es una técnica muy utilizada debida principalmente a la escasez de agua, y existen pocos ejemplos como el del embalse de Barasona (Joaquín Costa), cuenca del Ebro, destinado a aprovechamientos múltiples (regadío, abastecimiento y producción de energía). La presa de Barasona entró en servicio en 1926 y fue recrecida en 1976. La capacidad el embalse era de 92 hm3. 5 El aterramiento alcanzado desde su origen fue de 16 hm3, llegando a tener el sedimento junto a la presa una altura de 24 metros sobre el lecho primitivo del río. Los desagües de fondo estaban completamente taponados y parcialmente la única toma disponible, situada a 21 metros sobre el cauce del río. En agosto de 1993, estando el embalse muy bajo y coincidiendo con una fuerte tormenta, se taponó definitivamente la toma citada. El riego quedó suspendido temporalmente. Ante tales hechos, se decidió primero dragar los lodos en el entorno de la presa y tomas, y ante la falta de éxito en esa operación realizar un vaciado total para poder rehabilitar los órganos de desagüe. Así se garantizaría la evacuación periódica de los lodos acumulados en la toma, y evitaría un nuevo y probable taponamiento. Dos grupos de efectos o alteraciones medioambientales se derivan del vaciado total del embalse debido a la pérdida total del volumen de agua y al vertido de sedimento sobre el cauce del río. Se decidió crear cuatro comisiones que debían asesorar a la Confederación Hidrográfica del Ebro en la toma de decisiones, para realizar de forma correcta el vaciado y evitar o minimizar sus efectos negativos. Las comisiones creadas y sus funciones fueron: - Comisión científica. Formada básicamente por profesores de universidad y organismos investigadores. Realizaron estudios antes, durante y después del vaciado para conocer los efectos medioambientales causados por el vaciado total y prolongado. - Comisión de expertos. Compuesta por especialistas procedentes de distintas administraciones, asociaciones de pescadores y ecologistas de la zona. Su misión era asesorar a la Confederación para minimizar los posibles efectos sobre el medioambiente. - Asamblea de usuarios. Constituida por regantes, personal de compañías hidroeléctricas, industriales y ayuntamientos, usuarios directos del embalse o ribereños afectados. Analizaron el calendario más favorable para los vaciados, la compatibilidad con los distintos usos y aprovechamientos, las obras de reposición provisional de los servicios afectados y el régimen de explotación extraordinario del río. - Comisión Institucional. Integrada por las autoridades políticas provinciales. Se les mantenía puntualmente informados de cuantas actuaciones o decisiones se iban adoptando. Se llevaron a cabo tres vaciados totales durante tres años consecutivos, y el volumen total de sedimento que salió del embalse ascendió a casi 9 hm3. Para determinar el impacto ambiental producido por el vaciado se realizaron diferentes estudios. Los resultados aparecen resumidos en un volumen especial de la revista Limnética (1998). Los sólidos en suspensión evacuados en los tres vaciados efectuados han mostrado un comportamiento similar. En los primeros estadios del vaciado el agua del embalse sale con concentraciones bajas de sólidos en suspensión, inferiores a 1 g/l. Posteriormente, el embalse pasa a funcionar en régimen de río, entonces se produce la punta más importante de concentración, llegándose a medir valores de 500 g/l. A partir de ese momento la concentración de sólidos disminuye rápidamente estabilizándose en 70-80 g/l. Después la concentración desciende lentamente pero de forma continua, aunque con valores puntuales de cierta importancia que tienden a ser menores con el tiempo (coinciden con lluvias en la cuenca). Aunque al final del primer vaciado el impacto medioambiental fue importante, los primeros kilómetros del río quedaron cubiertos por una masa de lodo de hasta 8 metros de altura sobre el cauce, en unos 20 días el río abrió su cauce y lavó gran parte del sedimento. Al cabo de 6 meses se había recuperado e incluso mejorado el hábitat aguas abajo de la presa. 6 Los vaciados parciales a través de los desagües de fondo, que han de existir por ley en todos los embalses españoles, están siendo objeto de reglamentación en las diferentes Confederaciones Hidrográficas, a través de las correspondientes Normas de Explotación, que se elaboran de forma individual para cada embalse. “El Reglamento Técnico sobre seguridad de presas y embalses” obliga a mantener operativos y libres de sedimentos los desagües de fondo. Para ello se tiende a efectuar la apertura, total o parcial, de las compuertas de los órganos de desagüe durante unas horas cada cierto período de tiempo (meses, trimestres, etc.). El dragado y excavación mecánica se realiza cuando la cantidad de sedimento es importante y no es posible evacuarlo mediante un vaciado parcial o total, estos se retiran mecánicamente del vaso del embalse. El material extraído debe ser transportado y almacenado y reciclado en un lugar adecuado, excepcionalmente en algunos países como en Suiza (Boillat, 2000) se permite verter estos sedimentos de nuevo al río aguas abajo de la presa, y siempre naturalmente que las condiciones del mismo lo permitan. En distintos embalses españoles se ha procedido a retirar parcial o totalmente los sedimentos acumulados empleando tanto el dragado como la excavación mecánica. Por ejemplo se procedió a dragar parcialmente los embalses de Foix (de donde se extrajeron 8.500 m3), Linsoles (15.000 m3) y Sarra (5.000 m3), para liberar las compuertas de fondo (Serrano,1977). Con este mismo objetivo se intentó también dragar la zona cercana a la presa en el embalse de Barasona (Avendaño et al., 1997a) pero, dadas las características del sedimento en las proximidades de la presa, se obtuvieron unos rendimientos muy bajos (5-7% de sedimento respecto del volumen total de muestra extraída) por lo que se recurrió a otras técnicas. Las excavaciones mecánicas con procedimientos distintos del dragado pueden ser parciales, por ejemplo en el embalse de Puentes (Cobo et al., 1997) o totales, por ejemplo en le embalse de Proserpina (de donde se extrajeron 914.000 m3). El destino final de los sedimentos excavados varía de unos embalses a otros, pero siempre hay que tener en cuenta las características del material extraído. En el caso de Proserpina se ha dispuesto en vertederos, tratados convenientemente (Alcaraz y Vázquez, 1994). Con los 100.000 m3 de lodos extraídos en el embalse de Valbona, cuenca del río Júcar, se pretende restaurar y reforestar una cantera abandonada (Solanes y García, 1996). 5 ACTUACIONES AGUAS ABAJO DEL EMBALSE Los embalses retienen, además del agua, los materiales que llegan a los mismos ya sea en suspensión o acarreo. Por tanto las presas interrumpen, en general, los caudales líquidos y las aportaciones sólidas aguas abajo de las mismas provocando una afección medioambiental clara en el cauce, entre las que cabe citar la ausencia de sedimentación, degradación de barras en los puntos más próximos a la presa, revegetación de barras y orillas, y pérdida de sedimentos finos con el consiguiente acorazamiento del lecho y de las barras. Otras afecciones a más largo plazo pueden ser la disminución de aportes en los deltas de los ríos y playas. Para intentar paliar estos efectos, en los últimos años se está intentando definir y concretar los caudales ecológicos para los cauces fluviales. Se puede definir como caudal ecológico aquel caudal que es capaz de satisfacer las necesidades de un río para que pueda mantener su función como ecosistema. En la mayoría de los países se siguen procedimientos de vaciado ateniéndose a procedimientos de buena práctica, tratando en general de conseguir una buena dilución, en este sentido en los embalses franceses de Isére y Rhone se establece un caudal mínimo de vaciado de 900 m3/s y 1200 m3/s, evitando la mortalidad de peces debido a la gran cantidad de sedimento evacuado en 7 periodos de tiempo tan cortos. La selección de la época del año óptima para realizar los vaciados normalmente se ajusta a los periodos más húmedos, y evitando periodo de desove de los peces. En España no existe una reglamentación específica para determinar cual debe ser este caudal en cada caso, si no que cada Comunidad Autónoma, en el desarrollo de sus competencias sobre el medioambiente, ha comenzado a promulgar disposiciones relativas a los caudales mínimos necesarios para satisfacer los condicionantes ecológicos en cada caso particular. Estos caudales ecológicos proporcionarán, al menos en parte, un aporte de sedimentos al cauce del río aguas abajo de la presa, lo que ocasionará una limpieza de sedimentos de la zona del embalse cercana a las válvulas establecidas para soltar los citados caudales. 6 CONCLUSIONES La gestión de los sedimentos retenidos por los embalses es una tarea importante por muy diversas razones. Una gestión adecuada de los sedimentos que llegan a un embalse minimizará los impactos motivados por las actuaciones en el cauce. Sin embargo, resulta imposible restaurar totalmente las condiciones naturales existentes antes de la construcción de una presa, si bien es verdad que los vaciados regulares que tratan de simular avenidas naturales tienden a reproducir las condiciones preexistentes. El interés por mejorar las técnicas de vaciado de embalses empiezan a desarrollarse en países con problemas de aterramiento y de erosión y sedimentación en los elementos morfológicos aguas abajo de los mismos. Esto ha propiciado reuniones como el Simposio Internacional sobre la gestión de sedimentos que se celebró en Octubre del año 2000 en la Ciudad de Toyama en el Water Resource Environment Technology Center de Japón. En Japón existe una preocupación, de muy diversas partes de la sociedad, acerca de la correcta gestión de los sedimentos y diferentes grupos con intereses y puntos de vista diferentes tratan de encontrar una solución óptima al problema ocasionado por el cambio en las características de aporte de sólidos por los ríos, puesto de manifiesto en la gestión de la cuenca del río Kurobe. De igual manera tanto en Suiza como en Francia el trabajo conjunto de diferentes organizaciones y grupos afectados por el cambios en los aportes de material sólido por los ríos, junto con las autoridades responsables de la gestión de los embalses tratan de conciliar usos diferentes que no tienen por qué ser antagónicos en la consecución de un uso sostenible a largo plazo. Línea de trabajo empleada también en los últimos desembalses en España, como el realizado en el embalse de Barasona. Parece que entre los gestores del gran número de presas construidas en el mundo, empieza a tenerse en cuenta el problema del aterramiento de los embalses y del importante papel que los sedimentos retenidos juegan aguas abajo de las mismas. En algunos países comienzan a plantear la necesidad de establecer protocolos de actuación, estableciendo grupos de trabajo que seleccionen las metodologías y técnicas más adecuadas para la gestión adecuada de los embalses teniendo en cuenta el manejo sostenible de la cuenca y de los ríos. 8 7 REFERENCIAS Avendaño, C., Cobo, R. & Sanz, M.E. (1997a): Evaluation of suspended solids “in situ”. Application to the dredging and flushing of the Barasona reservoir. Ninenteenth Congress on Large Dams Q. 74, R.51,825-834. Alcaraz, A. & Vázquez, A. (1994): Rehabilitación de la Presa Romana de Proserpina. Ingeniería Civil, 96, 41-48. Boillat, J-L., Pougatsch H. 2000. State of the art of sediment management in Switzerland. Bouchard, J-P., Merle, G. 2000. 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