CAS 2008/A/1685 SC Football Club Timisoara SA v - Ruiz

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CAS 2008/A/1685 S.C. Football Club Timisoara S.A.
v/ FIFA & Romanian Football Federation.
BIB 2010\97
Agustín Amorós Martínez. Abogado especialista en
Derecho Deportivo. Asociado despacho RUIZ HUERTA &
CRESPO SPORTS LAWYERS
Publicación:
Revista Jurídica del Deporte num.28/2010 1
Editorial Aranzadi, SA
I. Introdución
El Laudo CAS 2008/A/1685, de 13 de julio de 2009,
viene a resolver una cuestión material que, por su
especificidad, difícilmente permite extraer consecuencias o
enseñanzas sustantivas de orden más general. Sin
embargo, al tratarse en él cuestiones relacionadas con la
ejecución de anteriores resoluciones del propio TAS, y la
competencia que a FIFA atribuye su Código Disciplinario
para obtener dicha ejecución forzosa por vía de adopción
de medidas disciplinarias, se plantean y resuelven
determinados aspectos que bien merecen un breve
análisis; en particular, la interpretación estricta o amplia
que deba hacerse del artículo 71 del Código Disciplinario
de la FIFA (en adelante, CDF).
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Dicho artículo 71 del CDF, de la entonces vigente versión
de mayo de 2007, se ha mantenido idéntico en el artículo
64 de la actual versión del Código aprobada el 20 de
diciembre de 2008, y que entró en vigor el 1º de enero de
2009, a excepción únicamente de la actual referencia al
«Tribunal Arbitral del Deporte», en la traducción al español,
con las siglas «TAD», y no las anteriores y tradicionales
«TAS». Rezaba así dicho artículo 71:
«1. El que no pague, o no lo haga íntegramente, a otro
(por ejemplo, a un jugador, a un entrenador o a un club) o a
la FIFA la cantidad a que hubiera sido condenado a
satisfacer por una comisión u órgano de la FIFA o por el
TAS (disposición financiera), o quien no respete otro tipo
de decisión (no financiera) de un órgano, una comisión o
instancia de la FIFA o del TAS:
a) será sancionado con multa en cuantía no inferior a
CHF 5.000 por incumplimiento de la decisión del órgano
que le hubiese condenado al pago ;
b) los órganos jurisdiccionales de la FIFA le concederán
un plazo de gracia último y definitivo para que haga
efectiva la deuda o bien para que cumpla con la decisión
(no financiera) en cuestión ;
c) (sólo para los clubes): será advertido de deducción de
puntos o de descenso a una categoría inferior en el
supuesto de impago o bien incumplimiento al término del
último plazo de gracia otorgado .
Además, puede aplicarse la prohibición de efectuar
transferencias .
2. Si, transcurrido el plazo de gracia, el club no pagase lo
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debido, se requerirá a su asociación que lleve a cabo la
ejecución de las sanciones impuestas .
3. En el supuesto de deducción de puntos, deberá existir
una proporción equitativa entre el montante de la deuda
impagada y el número de los puntos deducidos .
4. En el caso de personas físicas, se puede aplicar
además la prohibición de ejercer cualquier actividad en el
fútbol .
5. La intención de presentar un recurso de apelación
contra una decisión conforme al presente artículo deberá
comunicarse de inmediato al TAS» .
II. Antecedentes indispensables
1. El origen de las dos «Politécnicas de Timi#oara»
En el límite occidental de Rumania se alza la ciudad de
Timisoara. Ocupada históricamente por otras potencias y
siempre a la vanguardia del país (fue la primera ciudad del
Imperio Austrohúngaro en contar con alumbrado público, y
la primera en tener una estación de ambulancias en el
entonces Reino de Hungría), fue en Timisoara, en
diciembre de 1989, donde comenzó el levantamiento
popular contra el régimen de Nicolae Ceau#escu, y que
acabó en apenas una semana con el gobierno comunista.
El equipo emblemático de la población es sin duda la
Politécnica de Timisoara, pero… ¿a qué equipo nos
estamos refiriendo en la actualidad?
La Politécnica de Timisoara se fundó en 1921 por Trian
Lalescu, formada enteramente con estudiantes rumanos de
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la famosa Universidad que da nombre al equipo, siendo
uno de los clubes europeos pioneros en el fútbol
universitario (en adelante, el original Timsoara).
El club cobró fuerza sobre todo tras la Segunda Guerra
Mundial, coincidiendo con la desaparición de los que hasta
entonces habían sido principales representantes de la
población. Permaneció más de treinta temporadas en la
máxima categoría y logró dos copas. Sin embargo, a
finales de los 90, el equipo comienza un declive deportivo,
descendiendo de la máxima categoría, y cayendo incluso
hasta el cuarto nivel, donde ahora se encuentra.
En esa época, un empresario italiano, Claudio Zambon,
compra el club, que se había desvinculado de la institución
académica. Tras un tiempo, en el 2002, descontento por el
escaso apoyo recibido en su gestión por parte de
autoridades y de los antiguos dirigentes del equipo, decidió
trasladar el equipo a una pequeña localidad cercana a la
capital, Bucarest, en cuya liga local juega en estos
momentos.
Casi simultáneamente, un ex jugador rumano, Anton
Dobo#, internacional en diversas ocasiones, se hizo con el
control de un club llamado Rocar Fulgerul Bradigaru (que
había estado alguna temporada en la elite), al que trasladó
a la capital, con el nuevo nombre de AEK Bucarest, en
homenaje a su estancia en dicho conjunto griego. Este
equipo ascendió en el 2002 a la primera división (el mismo
año que la histórica Politécnica descendía a tercera y se
trasladaba a Bucarest).
El flamante ascendido recibió la propuesta de un grupo
de los aficionados, directivos y fundadores de la Politécnica
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para fijar su sede en Timisoara y ocupar el puesto del
trasladado conjunto histórico. Aceptó, y el equipo pasa a
llamarse Politécnica–AEK Timisoara, para prescindir
posteriormente de las siglas AEK. Desde entonces, es, con
diferencia, el club con mayor asistencia de público a su
estadio (en adelante, el nuevo Timisoara).
Pero las cosas no acaban aquí. El nuevo conjunto
adoptó el nombre y el color violeta del antiguo equipo, lo
que no gustó al propietario italiano de la «original»
Politécnica, que reclamó para impedir tanto el uso del
nombre, como de los colores, pero esto ya es parte del
conflicto jurídico y deportivo que examinaremos
sintéticamente a continuación, y que, en su momento,
provocó multitudinarias manifestaciones de los hinchas,
indignados por la situación, que incluso montaron una web
para «denunciar» la situación.
2. – El primer laudo: CAS 2006/A/1109
El 5 de diciembre de 2006, el TAS emitió un laudo en
cuya parte dispositiva, entre otros pronunciamientos y por
lo que ahora interesa, se ordenaba al «FCU Politehnica
Timi#oara» (el nuevo Timisoara) continuar usando su
nombre anterior «CS FC Politehnica AEK Timi#oara», o a
adoptar otro nombre, aprobado por la Federación Rumana
de Fútbol (FRF), que no implicara riesgo de confusión con
el nombre de «SC FC Politehnica Timi#oara SA.» (el
Timisoara original). Además, le prohibía usar los colores, o
la trayectoria, la historia y el logo de este último.
3. El segundo laudo: CAS 2007/A/1355
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Al no cumplir el club condenado con el primer laudo, el
Timisoara original inició un procedimiento ante FIFA contra
él, que no obstante fue cerrado por FIFA sin resolución
sobre el fondo. En este caso, el Timisoara original apeló
ante el TAS, que dictó nuevo laudo el 25 de abril de 2008,
anulando la decisión de FIFA y disponiendo, en aplicación
del artículo 71.1 del CDF, y entre otros pronunciamientos,
que:
- «SC Politehnica 1921 Stiinta Timi#oara Invest SA» (la
nueva denominación adoptada por el nuevo Timisoara)
debía cambiar su nombre no más tarde del 30 de junio de
2008 a una denominación que no implicara riesgo de
confusión con el nombre «SC FC Politehnica Timi#oara
SA.». Dicho nuevo nombre no debía incluir la cifra «1921»
ni la palabra «Stiinta», y si tal nueva denominación
incluyera las palabras «Politehnica» y «Timisoara», debía
haber al menos un sustantivo entre aquéllas no asociado
con FC Politehnica Timi#oara SA o su historia.
- «SC Politehnica 1921 Stiinta Timi#oara Invest SA»
debía cambiar los colores del club de forma que no
incluyera en lo sucesivo el violeta.
- Si el nuevo Timisoara no cumpliera con dichas
obligaciones o con cualquiera de ellas para el 30 de junio
de 2008, le serían deducidos 6 puntos.
4. La decisión de FIFA finalmente apelada
Después de diversos requerimientos y comunicaciones
cruzadas entre el «SC Fotbal Club Timisoara» (nueva
denominación del nuevo Timisoara), la FIFA y la FRF, el
Secretario adjunto de la Comisión Disciplinaria de la FIFA
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envió una carta de fecha 3 de septiembre de 2008 a la
atención de la FRF por la que, recordando que FIFA debe
controlar el respeto a las decisiones del TAS y adoptar
sanciones al respecto, y no obstante haberse confirmado
por la FRF que el cambio de nombre a la nueva
denominación «SC Fotbal Club Timisoara» se había
producido, consideraba que el color dominante del club
seguía siendo el violeta, por lo que solicitaba a la FRF que
cumpliera de modo inmediato la parte dispositiva
correspondiente del Laudo CAS 2007/A/1355 y, en
consecuencia, dedujera 6 puntos al primer equipo del FC
Timisoara.
Como no podía ser de otro modo, la FRF dictó decisión
por la que se daba puro y simple cumplimiento a lo
ordenado por FIFA, sancionando al SC Fotbal Club
Timisoara con una deducción de 6 puntos.
Finalmente, el SC FC Timisoara formuló apelación ante
el TAS frente a la decisión mencionada de FIFA, firmada
por el Secretario adjunto de su Comisión Disciplinaria, y
que dio lugar al Laudo CAS 2008/A/1658, algunos de
cuyos fundamentos jurídicos analizamos a continuación.
III. Consideraciones jurídicas sobre el laudo CAS
2008/A/1658
1. Sobre la competencia del TAS
Con carácter preliminar, el laudo contiene algunas
reflexiones en orden a establecer su propia competencia
en relación con la resolución apelada.
a. Existencia de decisión formal
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En efecto, el TAS se plantea en primer lugar si la
decisión de FIFA es una decisión formal, y ello por cuanto
la decisión apelada era una carta del Sr. Volker Hesse,
Secretario adjunto de la Comisión Disciplinaria, de fecha 3
de septiembre de 2008, sosteniendo FIFA que la decisión
se tomó en realidad por la Comisión Disciplinaria el 18 de
agosto de 2008.
Aparte del hecho de que ni siquiera la carta del Sr.
Volker se refería a dicha reunión, el TAS, acudiendo a los
criterios sentados en el Laudo CAS 2005/A/899 FC Aris
Thessaloniki v/ FIFA & New Panonios NFC, entiende que la
finalidad de la carta del Sr. Volker es resolver una situación
legal de una manera obligatoria y vinculante, y que la forma
de la comunicación no es relevante para determinar si el
documento en cuestión es una decisión o no.
b. Carácter definitivo de la decisión
Ciertamente esta cuestión se resolvió con facilidad a la
vista de la dicción literal del artículo 71, en la medida en
que su apartado 5 dispone que: «La intención de presentar
un recurso de apelación contra una decisión conforme al
presente artículo deberá comunicarse de inmediato al
TAS» , por lo que el Panel consideró que cualquier
decisión del Comité Disciplinario de la FIFA adoptada en
aplicación de dicho precepto es definitiva dentro de FIFA y
puede ser directamente apelable ante el TAS.
No obstante, la FIFA sostuvo que, puesto que el
apelante presentó una apelación previa ante su Comité de
Apelación, y que, por tales propios actos, el apelante
reconocía que la decisión impugnada ante el TAS podía
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ser apelada ante su mencionado órgano interno.
Sin embargo, frente a dicho argumento, el TAS concluyó
que el hecho de que cualquier parte presente un recurso
ante un órgano incorrecto no puede crear per se un
procedimiento de apelación válido ante dicho órgano.
2. Sobre el ámbito de la competencia de la FIFA para
controlar la ejecución de los laudos del TAS e imponer
medidas disciplinarias para su eficacia y sanción por
incumplimiento
a. La tesis del apelante
Quizá, como decíamos, la cuestión más extrapolable o
interesante que plantea este laudo sea la reflexión que
induce el apelante sobre los límites de la capacidad de
FIFA para vigilar, ejecutar y sancionar el cumplimiento –o,
mejor, su falta– de los laudos del TAS, mediante un
sugestivo razonamiento sobre la correcta interpretación del
ámbito del artículo 71 del CDF.
Así, en el apartado de errores formales de la decisión
recurrida, el apelante invoca la infracción por FIFA del
artículo 71 del CDF, toda vez que la disputa inicial de la
que derivan todos los procedimientos surgió entre dos
clubes rumanos, concerniente a problemas de propiedad
intelectual (nombre y marca registrados), y que dicha
disputa fue decidida por un tribunal deportivo rumano, la
Comisión Federal de Apelación de la Federación Rumana
de Fútbol, cuya decisión fue la apelada primeramente ante
el TAS, de conformidad con los Estatutos de la FRF.
A juicio del apelante, en aquellas disputas en que ningún
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órgano de FIFA haya adoptado ninguna decisión, la FIFA
carece de autoridad para hacer cumplir el correspondiente
laudo del TAS mediante la imposición de sanciones
disciplinarias. A su entender, la ratio del artículo 71 del
CDF es la de sancionar a un club que deja de cumplir una
decisión previamente adoptada por órgano de FIFA. Si una
decisión tal no existe, el Comité Disciplinario de FIFA
carece de competencia para imponer sanciones, pero las
partes disponen de los instrumentos de arbitraje
internacional para conseguir su cumplimiento.
Como argumento adicional, el apelante plantea las
consecuencias de una interpretación extensiva del artículo
71 del CDF, que, en su opinión, conduciría a
consecuencias mucho más allá de la finalidad de dicho
precepto, poniendo como ejemplo un laudo del TAS
relacionado con una disputa contractual entre un empleado
de un club de fútbol y el propio club, que podría ser así
ejecutado por FIFA, o incluso un laudo concerniente a una
disputa entre dos clubes de baloncesto.
Volviendo al origen de la disputa, el apelante subraya
también que el asunto afecta claramente a la propiedad y
explotación del nombre de un club, su historia y colores, lo
supone un asunto de pura propiedad intelectual, sobre la
que FIFA carece de toda competencia para decidir, incluso
a nivel internacional, pues, aparte de las disputas
relacionadas con transferencias internacionales de
jugadores, compensaciones por formación y contribuciones
de solidaridad, tal y como se dispone en el artículo 22 del
Reglamento FIFA sobre el Estatuto y Transferencia de
Jugadores, ninguna otra disposición de FIFA ampara la
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competencia de FIFA para decidir disputas entre clubes.
Como consecuencia de todo lo anterior, el apelante
afirmaba que la única forma de compeler al cumplimiento
del Laudo CAS A/2007/1355 era conforme a la Convención
de Nueva York, de la que el Estado rumano es parte.
b. La decisión del TAS
Respecto de esta cuestión, el TAS comienza por
considerar que el artículo 71.1 del CDF estipula que las
decisiones de «un órgano, un comité o una instancia de
FIFA o el TAS» son ejecutables bajo sus previsiones.
Por otra parte, señala el TAS que es cierto que el Laudo
CAS 2006/A/1109 –la decisión ejecutable– no deriva de un
procedimiento interno de FIFA. Sin embargo, viene a tener
en cuenta una especie de prejudicialidad en la medida en
que entiende que dicha cuestión fue parte del asunto
litigioso sometido al TAS en el procedimiento CAS
2007/A/1355, en el que el Panel decidió, en el ámbito del
primer estadio del procedimiento de ejecución previsto en
el artículo 71.1 CDF, que el Laudo CAS 2006/A/1109 era
ejecutable conforme a sus disposiciones.
No obstante lo anterior, que le conduce a entender que
la cuestión podría no ser objeto de respuesta en el actual
procedimiento, el TAS realiza una serie de consideraciones
para sentar su criterio al respecto, señalando que la
redacción del artículo 71 no distingue entre laudos del TAS
dictados en relación con una decisión adoptada por FIFA o
una decisión emitida por una federación nacional.
Así, a juicio del TAS, mediante dicho precepto, la FIFA
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establece que todos los laudos del TAS dictados a favor o
en contra de cualquier miembro de la familia del fútbol
deberán ser cumplidos y que FIFA hará uso de sus
competencias como federación internacional de fútbol para
alcanzar dicho objetivo. Por tanto, argumenta el TAS que,
no sólo una interpretación literal del artículo 71 del CDF,
sino también una construcción sistemática del mismo,
conduce a la conclusión de que la FIFA ostenta una
competencia general para ejecutar los laudos del TAS
dentro de la familia del fútbol.
c. Breve consideración crítica
A nuestro juicio, los argumentos del apelante gozan de
una base, en principio, bastante razonable, partiendo de
una doble consideración:
– En primer lugar, parecen responder a un esquema
mental propio de los ordenamientos jurídico–procesales
europeos, que suelen reconocer la capacidad de ejecutar
las resoluciones judiciales dictadas en vía de recurso al
órgano de primera instancia autor de la primera resolución.
Este esquema, trasladado mutatis mutandis al
procedimiento de apelación ante el TAS, implicaría una
competencia análoga a favor de las federaciones
nacionales autoras de la decisión recurrida, en cuyos
estatutos no habría, en principio, obstáculos para
incorporar una disposición análoga al 71 (actual 64) del
CDF.
– Concorde con lo anterior sería el razonamiento del
apelante de que, en ausencia de un elemento de
internacionalidad o supranacionalidad que lo justifique,
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carecería la FIFA de competencia para ejercer poder
disciplinario respecto de la ejecución forzosa de un laudo
dictado en relación a decisiones en las que no ha
intervenido ningún órgano ni Comité de la propia FIFA, ni
afectan a miembros de más de una federación nacional.
Frente a dichos argumentos, hemos de reconocer:
– De una parte, y como estado de cosas, que era mucho
pedirle al TAS que admitiera que todos los laudos
relacionados con el deporte del fútbol –tan importantes en
número– pero distintos de aquéllos dictados en apelación
frente a decisiones emitidas por órganos de FIFA,
quedaran en cuanto a su efectividad a expensas de
aplicabilidad de las disposiciones de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Arbitraje Comercial Internacional,
hecha en Nueva York, el 10 de junio de 1958 (a la que, por
ejemplo, se remite el artículo 46.2 de nuestra Ley 60/2003,
de 23 de diciembre, de Arbitraje). Ello, por lo demás, con
los complejos problemas que, en determinados países, ello
supondría a nivel de Derecho interno (en España, por
ejemplo, por la inarbitrabilidad de cuestiones relacionadas
con el ejercicio de la potestad disciplinaria federativa en
cuanto derivada de una función administrativa delegada, y
sometida a las exigencias procedimentales sentadas en la
Ley del Deporte). Era fácil adivinar, pues, que difícilmente
el TAS iba a considerar siquiera una reducción de la
efectividad de sus resoluciones tan sustancial, redundante,
como es obvio, en su utilidad y atracción como institución
para la resolución de conflictos deportivos.
– De otra, acierta el TAS al entender que, desde una
interpretación literal, es innegable que el artículo 71 (actual
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64) del CDF atribuye a la FIFA, por sumisión de las
federaciones nacionales, y, mediatamente, de los
miembros de éstas, a sus Estatutos y Reglamentos,
competencia general ratione materiae para ejecutar
forzosamente cualquier laudo dictado por el TAS en todos
los procedimientos en que sean partes miembros de la
FIFA o de sus federaciones nacionales.
En consecuencia, la razonabilidad de los argumentos del
apelante podría conducir a que, de lege ferenda , se
propusiera que en los Estatutos o Códigos Disciplinarios de
cada federación nacional fuera incorporada una disposición
análoga al artículo del CDF examinado, y por el que se
atribuyera a los órganos disciplinarios de dicha federación
nacional competencia para adoptar medidas disciplinarias
contra sus afiliados dirigidas a garantizar la efectividad de
un Laudo dictado por el TAS, siempre que éste resolviera
una cuestión que afectara exclusivamente a miembros de
la propia federación.
Por el contrario, de lege data , es evidente que el propio
artículo 71 (actual 64) CDF, al no distinguir entre los
supuestos que contempla, atribuye a la existencia del
propio laudo del TAS el carácter de elemento que habilita
una competencia general de la FIFA para controlar y
ejecutar forzosamente, mediante la imposición de
coerciones y sanciones disciplinarias, el cumplimiento de
cualquier laudo del TAS en el que las partes implicadas
pertenezcan a la «familia del fútbol».
3. – Sobre el fondo del asunto
En lo que se refiere a la alegación material del apelante,
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consistente en que éste habría cumplido íntegramente las
obligaciones impuestas en el Laudo CAS 2007/A/1355, el
TAS considera que (i) los apelados no consiguieron probar
que el apelante jugara de violeta –ni siquiera partidos
amistosos– más allá del 30 de junio de 2008; (ii) que no
puede fundarse una reducción de 6 puntos en el hecho de
que un tercero, el propietario del sitio web del club,
cambiara sus colores poco después de dicha fecha; (iii)
que la pericial del apelante confirmó que, técnicamente, el
color «malva» es distinto del color «violeta»; (iv) y que la
propia Comisión Disciplinaria de FIFA reconoció que el
extremo relativo al cambio de nombre había sido
observado. Por todas estas razones estima en lo sustancial
el recurso.
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