El Objeto A: Política Del Psicoanalista

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"El Objeto A: Política Del Psicoanalista"
(*) Jornadas De Escuela: “los Discursos En La Dirección De La Cura”
10 Y 11 De Agosto De 2012.-
Marta Rietti
Nacemos como a, al inicio somos ese objeto, siendo recibidos en un discurso, el parental. En
relación al discurso y lo parental, nos dice Lacan en L`Insu: “No hay… más que el aprendizaje
que el sujeto ha sufrido de una lengua entre otras, lo que es para él lalengua” (1).Nos
constituímos así por ese aprendizaje en seres hablantes y el objeto a, funcionando como
ausencia viviente será también substancia gozante del sujeto, núcleo de sin-sentido que
quedará escrito en el cuerpo singularmente (2).
Son las consecuencias de un origen: del golpe del lenguaje en el cuerpo ó del agujero resulta
del encuentro entre el significante y lo biológico, queda para el ser excluído de su esencia y
por lo tanto segundo, su alienación con el objeto a (3).Primero entonces somos a y con los
bordes de ese agujero se armarán las especies del objeto que incidirán en la organización
corporal, en el lenguaje del hablante.
Me parece necesario situar que el objeto a no es de estos registros, pero sí condición de
posibilidad deque éstos últimos se organicen. Cuerpo entonces marcado en alguna parte por
ese objeto que se es sin saberlo. El a estructura así la imagen de nuestro cuerpo, nuestro
pensamiento y hasta nuestro razonamiento. Es ese raro objeto, extraño, del que no tenemos
ni idea, ni representación ,no empírico ni común que causa el deseo del sujeto, le hace hacer.
Es decir, como resto hace que la cuestión más propia, singular de cada uno prosiga (4).
Afirmando que el sujeto es un hecho de lenguaje (5), Lacan ubicará así el ser del sujeto por el
objeto; por caso “soy siendo ese objeto”,presente continuo, posición fantasmática que alude
al masoquismo propio de la neurosis .
Decía que ese objeto queda escrito y de lo que se trata en una cura, es alcanzar lo que se
escribió, para poder llegar a caer de ser eso, en ese goce que vuelve repetidamente, y que en
la cura pueda tal vez ser cedido por la operatoria del discurso del analista
Es entonces por este último,el que Lacan dice que dá vuelta a los otros tres, y que
privilegiadamente emerge en los giros discursivos, donde el analista juega su juego;
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interpelando al goce; desde esa función separadora del a, como semblant donde se ha dejado
tomar.
Que es “con” el analista como instrumento de revelación del inconsciente (6), que es a
expensas de él la clínica que en transferencia se despliega y que su función esté enmarcada
en el objeto a, al que hay que poder ofrecer como causa del deseo del analizante (7); orienta
una política, la del efecto sujeto, del sujeto que es dividido también por su objeto.Y ese objeto
cobra valor por su caída como resto desprendido de las palabras del analizante que se hallan
en su discurso. Ese objeto tan singular, privilegiado, velado en el fantasma, insensato objeto
(8),del que se trata en la cura de reducir su sentido, vaciamiento del plus de goce recobrando
su función de causa.
Es lo que debe obtenerse, comenta Lacan: que el analista no quede enredado y pueda
atraparlo a tiempo, en esa especie de estructura, la del discurso, donde se hallan los
significantes que irán bordeando un lugar,un vacío, el del objeto. El psicoanalista entra al
análisis aportando esa función separadora (9), y por ésta última produce acto analítico que al
tener en cuenta precisamente la función del a en la cura es por ello acto político (10).
Encontrarlo implica un duelo que realizado, pone en condiciones de defender lo más propio de
lo propio, eso éxtimo constituído como efecto de la sustracción de goce al campo del Otro. Es
decir,hacer ese duelo lo deja disponible de otro modo.
Duelo que implicaría la máxima renuncia posible al goce del Otro que ha quedado en el
cuerpo como resto de la relación primera con la madre; renuncia que no es sin el
horadamiento del objeto en tanto podemos considera la otra función del a como equivalente
de goce (11) . Duelo posibilitador así de otro tipo de goce, sin el cuál nuestra existencia no
sería sustentable, ese que nos posibilita hacer de otra manera con las palabras y también con
nuestro cuerpo.
En relación al objeto a como equivalente de goce,quiero citar a Arpad el niño de la fobia a las
gallinas, quien se designa como listo a proveer el objeto (12) a la madre, aquel de un interés
particular para ésta. La relación con ella queda definida por la gallina con un objeto separable
del cuerpo, que es el huevo. El niño se identifica a la gallina ponedora de huevos, colmando
así la falta en el Otro bajo la forma de objeto a que es toda la forma del Otro (13).Cito a
Lacan:”El a juega como máscara de esa estructura del Otro que llamé, en cuanto es lo mismo
que este a, el en-forma de a” (14).
Decía que el objeto a vale por su caída, ahí donde el ser del fantasma es hacerse pegar,
goce masoquista y si bien el objeto no es articulable, el analista puede traerlo al discurso por
la vía del semblante. El discurso del analista posibilita que la contingencia de lo nuevo
advenga como un saber-hacer, sacando al sujeto de lo determinante de una situación, de lo
encerrante de la prisión de su fantasma,de lo que así imaginariamente sería siempre del
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mismo modo para darse la chance que la vida sea de otra manera. Poder leer de otro modo
–por la emergencia de este discurso- los S1 significantes amos que comandaban su destino,
advierte al sujeto de lo que le ha sido dado como ideales y a los cuáles se hallaba aferrado,
coloca al saber S2 en el lugar de la verdad sosteniendo al a como motor del deseo. S1 al
descompletar el saber como goce del Otro, tiene también función separadora como el a. (15)
Ahora bien, me gustaría también pensar la política del psicoanalista concernida al objeto a no
sólo en la intensión sino que va más allá: se juega también en la extensión, en el lazo social.
Me pregunto ¿cómo ese rasgo singular al cuál el sujeto se identificó, inscribió para sí, incide
en lo que lo causa y con lo cuál hace lazo con sus semejantes?.
Es através de la pulsión que el sujeto establece lazo con sus semejantes, habiendo operado
éstos como soporte de su identificación narcisista, cada tanto amenazada, cuestión
estructural y de lugares.
Por caso, la disposición en el pseudo discurso capitalista de llevar al extremo la figura del
hermano cruel y feroz, aquel que por su intrusión y rivalidad destacadas va a suscitar en el
sujeto sentirse arrebatado de un goce al que no se tendría acceso (16). libera al sujeto de la
determinación de lo que está en el lugar de su verdad ubicándolo en ruptura con su
inconsciente, quedando a merced de esos objetos-cosas que sólo comunican, no producen
interés en hablar, anulando el valor de la palabra (17). Sujeto pues condicionado a la locura
del mercado, donde la forclusión de la castración –propia de este discurso- recae en los
cosas del amor (18) ,amor que articula goce con deseo. Se hace entonces más patente la
segregación que deja al sujeto en posición de objeto, el aislamiento como alternativa de ésta
última, la exclusión referida más a vicisitudes económicas-sociales y hasta la expulsión (19)
categorías promovidas por un individualismo como expresión de máxima indivisión (20).
Decía que esas cosas que sólo comunican, no hacen hablar, son las letosas, los gadgets de
los que habló Lacan y que funcionan como objetos prometidos al goce, que
fantasmáticamente devoran al sujeto. Producen un consumidor forcluído de su lugar de sujeto
dividido, que se encuentra en la imposibilidad de usar eso de lo que se provee, quedando
como resto no causado ofrecido a lo tumultuoso del mercado.
No es lo mismo esto último que el objeto a desprendido de las palabras del analizante,como
objeto caído,sea por su función de ausencia causa de deseo de un sujeto.
Incidencias entonces de un discurso en otro, políticas en juego. La política del hablar es la
apuesta del psicoanalista a la cura por la palabra, a la puesta en forma del goce respecto de lo
que específicamente produce en cada quien su objeto a.Valor de la apuesta segane ó se
pierda que el post modernismo trataría de anular.
Aún en el acto de callarse de un sujeto,que no lo libera por eso del lenguaje del que está
hecho, en el que el enigma (21) por lo que muestra la pulsión muda permanece.
Ello es diferente a que esas cosas que no son el objeto caído de la palabra, silencien al sujeto
y a su acto.
Por ahora, y a modo de conclusión provisoria, termino con una frase que me es enigmática de
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Lacan : “Tacere no es silere” (22).
-----------------------NOTAS:
(1) Lacan.Jacques.Seminario L`Insu…
(2) Lacan.Jacques.La Lógica del Fantasma
(3) Ibid 2
(4) Nardi.Marta.El objeto en el lazo social.V Congreso Internacional Convergencia.Porto
Alegre,junio2012
(5) Ibid 2.Clase 15
(6) Ibid 1
(7) Lacan.Jacques.La Tercera
(8) Ibid 3
(9) Lacan.Jacques.El Acto Analítico
(10) Khell.María Rita. Palabras de Apertura V Congreso Internacional de Convergencia.
Comparando el acto analítico con el acto político y refiriéndose a la Comisión para la verdad
por el tema desaparecidos última dictadura en Brasil,dice que ambos actos guardan algo en
común: el sujeto que acomete el acto es modificado por éste último.
(11) Lacan.Jacques. De un Otro al otro.Clase Saber Poder.Ed.Paidós
(12) Lacan.Jacques.La Lógica del Fantasma .Clase 1
(13) Levin.Mario.Fobia,la entrada a la neurosis.Rev.Conjetural 23
(14) Lacan.Jacques.Ibid 9
(15) Rietti.Marta.El discurso analítico frente al odio y la crueldad del individualismo.VCongreso
Internacional de Convergencia.Porto Alegre,junio2012
(16) Chattel,M.Magdeleine:Hermano-Ferocidad
(17) Ibid 4
(18) Lacan.Jacques.El Saber del Analista
(19) Ritvo.Juan.Proposición del 9 de octubre y el judaísmo
(20) Etimológicamente “individuo” viene del latín “individuus”,negativo de “dividuus”.Con el
término individualismo quiero señalar la indivisión llevada al extremo diferente al sujeto
dividido del psicoanálisis
(21) Lacan.Jacques. La Lógica del Fantasma.Clase 15
(22) Ibid 20
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