1383 - Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco

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GUADALAJARA, JALISCO,
VISTO para resolver el Toca número * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * formado con
motivo del recurso de apelación interpuesto por * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
en su carácter de Abogado Patrono de la parte demandada, en contra de la
Sentencia Definitiva de fecha 02 dos de Septiembre del año 2013 dos mil trece,
dictada por el Juez * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * del Primer Partido Judicial,
dentro
del
juicio
*********************
número
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , promovido por * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , en
contra de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , y
R E S U L T A N D O:
1. Ante el Juez * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * del Primer Partido Judicial
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , por conducto de su Apoderado interpuso
demanda
en
la
vía
*********************
en
contra
de
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , la cual fue admitida por auto de fecha 08 ocho de
Agosto del 2008 dos mil ocho; con fecha 27 veintisiete de Octubre del 2009 dos
mil nueve, se tuvo a los demandados dando contestación a la demanda; con
fecha 02 dos de Marzo del 2010 dos mil diez, se abrió el juicio a prueba; con
fecha 29* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * veintinueve de Abril del 2010 dos mil diez,
se tuvo a la parte demandada ofreciendo pruebas; con fecha 14 catorce de
Junio del 2011 dos mil once, concluyó el término de ofrecimiento de pruebas;
con fecha 20 veinte de Septiembre del 2011 dos mil once, se tuvo por perdido el
derecho de la parte demandada al desahogo de la prueba de inspección judicial
y concluyó el periodo probatorio; con fecha 09 nueve de Enero del 2012 dos mil
doce, concluyó la etapa conciliatoria y se abrió el periodo de alegatos, citándose
las partes para dictar sentencia; con fecha 02 dos de Septiembre del 2013 dos
mil trece, se dictó sentencia definitiva, misma que hoy se impugna y en su parte
propositiva establece:
“...PRIMERA.- La personalidad de las partes, la procedencia de la vía y la competencia del
juzgado quedaron acreditadas en autos.SEGUNDA.- La parte actora y cesionaria * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * justificó su acción
puesta en ejercicio, más no así la totalidad de sus prestaciones, en tanto que los demandados
*********************
*********************,
no
justificaron
sus
excepciones y defensas, en consecuencia:
TERCERA.- Se declara procedente la acción puesta en ejercicio y en consecuencia se condena
a la parte demandada * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , al pago
de la cantidad de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , en concepto de adeudo pro el crédito original
dispuesto; así como al pago de Crédito Adicional pactado en los términos de la cláusula Cuarta
del basal de la acción.
CUARTA.- También se condena a los demandados * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * al pago de
los Intereses Ordinarios y Moratorios a la tasa pactada, en las cláusulas Sexta y Décima del
contrato fundatorio, los Intereses Ordinarios, a partir de Noviembre del año 2001 dos mil uno y
hasta la fecha de emisión del fallo definitivo; y los Interés Moratorios, a partir de que transcurrió
en mora, esto es, de noviembre del 2001 dos mil uno y hasta la total liquidación de la surte (sic9
principal, mismos que se regularán en ejecución de sentencia mediante el incidente respectivo.
QUINTA.Se
absuelve
a
los
demandados
*********************
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * de las prestaciones reclamadas pro al parte actora en los incisos
E) y F) del escrito inicial de demanda, relativa al pagos de las primas de seguro, así como del
pago de gastos y costas, por las consideraciones que quedaron de manifiesto en párrafos que
anteceden, las cuales se dan por reproducidas como si a la letra se insertasen en obvio de
repeticiones innecesarias...”
2. En virtud de que la demandada no estuvo conforme con la sentencia
definitiva descrita en la parte final del punto anterior interpuso en su contra
recurso de apelación por conducto de su Abogado Patrono, el cual le fue
admitido en ambos efectos.
3. Esta Sala se avocó al conocimiento de la Alzada por virtud del
acuerdo plenario de fecha 20 veinte de Noviembre del 2013 dos mil trece,
teniéndose al apelante expresando agravios en los términos que de su escrito
se desprenden, los que no se transcriben atendiendo al principio de economía
procesal, y de que no existe precepto legal que establezca tal obligación.1
4. Con los agravios expresados por la apelante, se corrió traslado a su
contraria reservándose los autos para dictar la resolución que ahora se
pronuncia, y
CONSIDERANDO:
I. COMPETENCIA.- Esta Sala resulta competente para conocer del recurso de
1
Tiene aplicación por analogía la Tesis de Jurisprudencia 2ª./J. 58/2010, visible en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, Mayo de
2010, Página 830, Voz: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS
PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE AMPARO ES INNECESARIA SU
TRANSCRIPCIÓN”.
apelación de referencia, en atención a lo resuelto en el acuerdo de fecha 20
veinte de Noviembre del 2013 dos mil trece, y lo dispuesto por el artículo 48
fracción I de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado.
II. SÍNTESIS DE LOS AGRAVIOS.- Como puede constatarse a fojas 11 once
de las actuaciones formadas con motivo del presente toca, el apelante
expresó, entre otros motivos de disenso, el atinente a que el juez no examinó
de manera correcta ni oficiosa los presupuestos procesales, en especial, el
relativo a la vía, lo que trasciende al resultado del fallo, pues de haberlo
realizado se hubiese percatado que la acción se funda en un contrato de
apertura de crédito con garantía hipotecaria que es calificado por la ley como
un acto de comercio y, por tanto, los derechos y obligaciones que emanan del
mismo deben ventilarse en un juicio mercantil ordinario de conformidad a los
artículos 75 fracción XIV, 1049 y 1050 del Código de Comercio en relación al
72 de la Ley de Instituciones de Crédito; máxime que la vía sumaria caducó
por no haberse intentado dentro del lapso que establece la ley.
III. CALIFICACIÓN Y ESTUDIO DE LOS AGRAVIOS.- El agravio
sintetizado en el considerando que antecede se califica fundado y
preponderante para revocar el sentido del fallo impugnado, haciendo
innecesario el estudio de los demás. Lo anterior, al tenor de la siguiente línea
argumentativa:
Analizadas que con las actuaciones del juicio de origen, mismas que son
merecedoras de valor probatorio pleno, en especial a fojas 136 ciento treinta y
seis vuelta, se observa que el juzgador tuvo por satisfecho el presupuesto
procesal relativo a la vía bajo el argumento toral de que al no tener señalada
la contienda que se propone una tramitación especial le son aplicables las
reglas de los juicios civiles ordinarios según el artículo 266 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco.
Esta determinación, como bien sostiene el recurrente, resulta incorrecta, pues al
no ejercitarse la vía sumaria que es de naturaleza real sino la ordinaria que es
personal, el juicio debe tramitarse conforme a las reglas previstas en el Código
de Comercio para los juicios mercantiles ordinarios, ya que los derechos y
obligaciones cuyo cumplimiento se exigen emanan de un contrato de apertura
de crédito que según la norma es calificado como acto de comercio.
En efecto, doctrinalmente se ha definido al presupuesto procesal relativo a la
“Vía” como: “la manera de proceder en un juicio siguiendo determinados
trámites”.2
De esto, se desprende que la vía tiene la calidad de presupuesto procesal y, por
tanto, debe atenderse previamente a la decisión de fondo, porque el análisis de
las acciones sólo puede llevarse a cabo si el juicio, en la vía elegida por el actor,
es procedente, pues en caso contrario, el juez estaría impedido para resolver
sobre el fondo de la acción ejercitada; de ahí que se le considere una cuestión
de orden público que debe ser analizada de oficio por los órganos
jurisdiccionales, toda vez que la ley expresamente prevé el procedimiento en
que deben tramitarse las controversias suscitadas, sin permitirse a los
particulares adoptar diversas formas de juicio, salvo las excepciones legales
conducentes.
Ilustra sobre este punto, la tesis de Jurisprudencia 1ª./J. 25/2005, sustentada
por la Primera Sala del Alto Tribunal de la Nación, misma que fue aprobada en
sesión de fecha 02 dos de Marzo del 2005 dos mil cinco, y que es consultable
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXI, Abril de 2005, Página 576, cuyo rubro y texto son los siguientes:
Novena Época
Registro: 178665
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXI, Abril de 2005
Materia(s): Común
Tesis: 1a./J. 25/2005
Página: 576
PROCEDENCIA DE LA VÍA. ES UN PRESUPUESTO PROCESAL QUE DEBE
ESTUDIARSE DE OFICIO ANTES DE RESOLVER EL FONDO DE LA CUESTIÓN
PLANTEADA. El derecho a la tutela jurisdiccional establecido por el artículo 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no es ilimitado, sino que está
restringido por diversas condiciones y plazos utilizados para garantizar la seguridad jurídica.
Así, las leyes procesales determinan cuál es la vía en que debe intentarse cada acción, por lo
cual, la prosecución de un juicio en la forma establecida por aquéllas tiene el carácter de
2
PALLARES, Eduardo, Diccionario de Derecho Procesal Civil, Novena Edición, Porrúa,
México, 1976, Página 780.
presupuesto procesal que debe atenderse previamente a la decisión de fondo, porque el
análisis de las acciones sólo puede llevarse a efecto si el juicio, en la vía escogida por el
actor, es procedente, pues de no serlo, el Juez estaría impedido para resolver sobre las
acciones planteadas. Por ello, el estudio de la procedencia del juicio, al ser una cuestión de
orden público, debe analizarse de oficio porque la ley expresamente ordena el procedimiento
en que deben tramitarse las diversas controversias, sin permitirse a los particulares adoptar
diversas formas de juicio salvo las excepciones expresamente señaladas en la ley. En
consecuencia, aunque exista un auto que admita la demanda y la vía propuesta por la parte
solicitante, sin que la parte demandada la hubiere impugnado mediante el recurso
correspondiente o a través de una excepción, ello no implica que, por el supuesto
consentimiento de los gobernados, la vía establecida por el legislador no deba tomarse en
cuenta. Por tanto, el juzgador estudiará de oficio dicho presupuesto, porque de otra manera se
vulnerarían las garantías de legalidad y seguridad jurídica establecidas en el artículo 14
constitucional, de acuerdo con las cuales nadie puede ser privado de la vida, de la libertad o
de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento. Luego entonces, el juzgador, en aras de garantizar la seguridad jurídica de las
partes en el proceso, debe asegurarse siempre de que la vía elegida por el solicitante de
justicia sea la procedente, en cualquier momento de la contienda, incluso en el momento de
dictar la sentencia definitiva, por lo que debe realizar de manera oficiosa el estudio de la
procedencia de la vía, aun cuando las partes no la hubieran impugnado previamente.
Contradicción de tesis 135/2004-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados
Tercero y Sexto, ambos en Materia Civil del Primer Circuito y la anterior Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. 9 de febrero de 2005. Cinco votos. Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.
Tesis de jurisprudencia 25/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
de fecha dos de marzo de dos mil cinco.
Así como la tesis de Jurisprudencia 1ª./J. 56/2009, aprobada por la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en sesión del 13 trece de Mayo
del 2009 dos mil nueve, que es visible en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena época, Tomo XXX, Noviembre de 2009, Página
347, cuyo rubro y texto son:
Novena Época
Registro: 165941
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXX, Noviembre de 2009
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 56/2009
Página: 347
PROCEDENCIA DE LA VÍA. ES UN PRESUPUESTO PROCESAL QUE EL TRIBUNAL
SUPERIOR PUEDE ANALIZAR DE OFICIO EN EL RECURSO DE APELACIÓN
MERCANTIL. Conforme a los artículos 1,336 y 1,337 del Código de Comercio y 231 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, el recurso de apelación tiene por objeto confirmar,
revocar o modificar la resolución de primera instancia impugnada en los puntos relativos a los
agravios vertidos en la apelación o en la adhesión a ésta. Ahora bien, la vía, que es la manera
de proceder en un juicio siguiendo determinados trámites, constituye un presupuesto procesal
de orden público porque es una condición necesaria para la regularidad del desarrollo del
proceso, y es insubsanable ya que sin ella no puede dictarse válidamente sentencia de fondo
sobre la pretensión litigiosa. En ese sentido y tomando en cuenta que en virtud de la
apelación se devuelve al tribunal superior la plenitud de su jurisdicción y éste se encuentra
frente a las pretensiones de las partes en la misma posición que el inferior, es decir, que le
corresponden iguales derechos y deberes, se concluye que, al igual que el juzgador de primer
grado, en el recurso de apelación mercantil el tribunal superior puede analizar de oficio la
procedencia de la vía, pues el hecho de que tenga que ceñirse a la materia del medio de
impugnación no es obstáculo para que oficiosamente pueda estimar circunstancias
impeditivas o extintivas que operan ipso iure (como la procedencia de la vía) y que podía
haber analizado el juez de primera instancia; máxime que la resolución de segundo grado que
de oficio declara improcedente la vía no implica violación a los indicados numerales, en tanto
que no se pronuncia sobre la materia de la apelación ni decide en el fondo sobre la
procedencia o fortuna de la pretensión, y mucho menos que deba ser favorable a esa
pretensión, pues estas dos circunstancias dependen de otra clase de presupuestos: los
materiales o sustanciales.
Contradicción de tesis 91/2009. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero y
Décimo Primero, ambos en Materia Civil del Primer Circuito. 29 de abril de 2009. Mayoría de
cuatro votos. Disidente: Juan N. Silva Meza. Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretario:
José Álvaro Vargas Ornelas.
Tesis de jurisprudencia 56/2009. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha trece de mayo de dos mil nueve.
En este contexto, el sólo hecho de que se ventile un procedimiento en la vía
incorrecta, aunque sea muy similar en sus términos a la legalmente procedente,
causa perjuicio al demandado y, por ende, constituye una violación al derecho
fundamental de seguridad jurídica tutelado en el artículo 17 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Apoya esta idea, la tesis de Jurisprudencia 1ª./J. 74/2005, aprobada por la
Primera Sala del Máximo Tribunal de la Nación, en sesión del 22 veintidós de
Junio del 2005 dos mil cinco, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXII, Agosto de 2005, Página
107, cuyo contenido es el siguiente:
Novena Época
Registro: 177529
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXII, Agosto de 2005
Materia(s): Común
Tesis: 1a./J. 74/2005
Página: 107
PROCEDIMIENTO SEGUIDO EN UNA VÍA INCORRECTA. POR SÍ MISMO CAUSA
AGRAVIO AL DEMANDADO Y, POR ENDE, CONTRAVIENE SU GARANTÍA DE
SEGURIDAD JURÍDICA. La existencia de diversas vías para lograr el acceso a la justicia
responde a la intención del Constituyente de facultar al legislador para que establezca
mecanismos que aseguren el respeto a la garantía de seguridad jurídica, la cual se manifiesta
como la posibilidad de que los gobernados tengan certeza de que su situación jurídica será
modificada sólo a través de procedimientos regulares, establecidos previamente en las leyes,
esto es, en términos del artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Por ello, el solo hecho de que se tramite un procedimiento en la vía incorrecta,
aunque sea muy similar en cuanto a sus términos a la legalmente procedente, causa agravio
al demandado y, por ende, constituye una violación a sus derechos sustantivos al contravenir
la referida garantía constitucional que inspira a todo el sistema jurídico mexicano, ya que no
se está administrando justicia en los plazos y términos establecidos en las leyes.
Contradicción de tesis 168/2004-PS. Entre las sustentadas por el Cuarto Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Segundo Circuito y el Primer Tribunal Colegiado del Segundo Circuito,
actualmente en Materia Penal. 27 de abril de 2005. Cinco votos. Ponente: José Ramón
Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.
Tesis de jurisprudencia 74/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
de fecha veintidós de junio de dos mil cinco.
Destacados estos puntos, debe traerse a colación lo dispuesto por el artículo 72
de la Ley de Instituciones de Crédito, vigente a la fecha de celebración el
contrato base de la acción, mismo que establecía:
“Artículo 72.- Cuando el crédito tenga garantía real, el acreedor podrá ejercitar sus acciones
en juicio ejecutivo mercantil ordinario, o el que en su caso corresponda, conservando la
garantía real y su preferencia aun cuando los bienes gravados se señalen para la practica de
la ejecución.”
Precepto del cual se desprende que cuando un crédito mercantil tenga garantía
real, el acreedor puede validamente ejercitar sus acciones en juicio ejecutivo,
ordinario, especial, sumario hipotecario o el que corresponda a la legislación
mercantil o la legislación civil aplicables, conservando la garantía real y su
preferencia en el pago, aún cuando los bienes gravados se señalen para su
ejecución.
Con relación al tópico, cabe destacar que la Primera Sala del Alto Tribunal al
interpretar dicho dispositivo en la Tesis de Jurisprudencia 1a./J. 63/2007,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo XXV, Junio de 2007, Página 155, bajo el rubro: “TERCERO
EXTRAÑO. EN UN JUICIO ORDINARIO MERCANTIL SEGUIDO EN CONTRA
DEL DEUDOR QUE GARANTIZÓ EL ADEUDO CON UNA HIPOTECA. TIENE
ESE CARÁCTER EL ADQUIRENTE DEL BIEN HIPOTECADO QUE SE LE
TRANSMITIÓ CON ANTERIORIDAD AL INICIO DEL MISMO”, determinó:
“...IV. Vías para cobrar los créditos con garantía hipotecaria.
En el caso de la presente contradicción, los créditos que dieron origen a los juicios de los que
se derivan los criterios contradictorios tenían garantía hipotecaria, por lo que para efectos de
este estudio, sólo nos referiremos a esta clase de créditos.
El artículo 72 de la Ley de Instituciones de Crédito, establecía lo siguiente:(15)
"Artículo 72. Cuando el crédito tenga garantía real, el acreedor podrá ejercitar sus acciones en
juicio ejecutivo mercantil, ordinario, o el que en su caso corresponda, conservando la garantía
real y su preferencia aun cuando los bienes gravados se señalen para la práctica de la
ejecución."
De acuerdo con este artículo, cuando las instituciones de crédito prestan dinero y se garantizó
el pago de ese préstamo con una garantía real hipotecaria, aquéllas pueden optar por
diversos caminos procesales para lograr el pago.
Así, el propio artículo señala que puede intentarse un juicio ejecutivo mercantil con base en
un documento que trae aparejada ejecución, caso en el cual se garantiza el pago con el
embargo que se practica al emplazar al demandado, lo cual sucede cuando, por ejemplo, se
intenta la acción con base en los contratos de crédito, acompañados de los estados de cuenta
certificados por el contador facultado por la institución de crédito acreedora, de conformidad
con el artículo 68 de la Ley de Instituciones de Crédito.
Igualmente, puede elegirse la vía ordinaria mercantil (regulada en los artículos 1377 a 1390
del Código de Comercio) para lograr la condena del acreditado, pero en dichos casos el
embargo y ejecución de los bienes para lograr el pago se hacen hasta después del dictado de
la sentencia condenatoria. La vía ordinaria mercantil procede cuando se intenta lograr el cobro
del crédito con base en un documento que no trae aparejada ejecución.
En los casos de los dos párrafos anteriores, la acción que se intenta es de naturaleza personal
y no real, por lo que se establecen como formas de cobrar el crédito sin hacer efectivo el
gravamen hipotecario.
Finalmente, puede elegirse la vía hipotecaria, cuando lo que se pretende es lograr el pago,
pero con la intención de hacer efectiva la garantía real que reporta el bien. En esos casos, si
el bien hipotecado se transmitió a un tercero, el acreedor tiene derecho a demandarlo, como
se dijo ya, haciendo efectiva la garantía. Esto es, en este tipo de juicios, la acción persigue al
bien, de tal forma que debe demandarse a quien aparezca como propietario del mismo ante el
Registro Público de la Propiedad, pudiendo ser el deudor originario o no.
Cada una de esas vías tiene un fundamento jurídico diferente y una regulación propia, por lo
que aunque las tres sirvan para cobrar el crédito que se adeuda a las instituciones de crédito
acreedoras, cada una tiene sus propias características, términos, condiciones de ejercicio,
formas de ejecución y de defensa para quien resulta ser el propietario del bien que, en su
caso, pretenda rematarse a favor del acreedor.
Cabe señalar que el propio artículo 72 de la Ley de Instituciones de Crédito, es enfático al
señalar que incluso cuando se hace valer la vía ordinaria o la ejecutiva, si se embarga un bien
que tiene garantía hipotecaria, la garantía subsiste y no desaparece por el hecho de que se
haya practicado un embargo sobre la misma propiedad. En otras palabras, aun cuando el
acreedor logre la condena de su acreditado respecto de su derecho personal en la vía
ordinaria o ejecutiva, como subsiste la garantía, puede intentarse además en la vía
hipotecaria en caso de que el acreedor lo estime conveniente, para hacer efectiva la garantía
real que permanece aunque se condene al acreditado en otras vías que no persiguen a la
cosa.
Entonces, las normas que regulan los juicios hipotecarios establecen el camino que debe
seguirse para lograr hacer efectiva la garantía real hipotecaria. En el caso de las legislaciones
que se analizan (Chihuahua y Jalisco), se señala lo siguiente:...”
De las transcripciones realizadas, se desprenden los siguientes enunciados:
a)
Que puede intentarse un juicio ejecutivo mercantil cuando la
demanda se funde en un documento que trae aparejada ejecución.
b)
Que podrá elegirse la vía mercantil ordinaria para lograr la
condena del acreditado, en el entendido de que en estos supuestos el embargo
y ejecución de los bienes para obtener el pago se realizan hasta después de
dictada sentencia condenatoria.
c)
Que la vía ordinaria mercantil procede cuando se intenta
lograr el cobro del crédito con base en un documento que no trae aparejada
ejecución.
d)
Que en los casos anteriores (juicios mercantiles ejecutivos y
mercantiles ordinarios), no puede hacerse efectivo el gravamen hipotecario.
e)
Que también pueden elegirse la vía hipotecaria, cuando lo
que se pretenda sea lograr el pago, pero con la intención de hacer efectiva la
garantía real que reporta el bien; por lo que en esta clase de juicios, la acción
persigue al bien.
f)
Que cada una de las vías antes mencionadas, tiene un
fundamento jurídico diferente y una regulación propia, por lo que aunque las tres
sirvan para cobrar el crédito que se adeuda, a de atenderse a sus propias
características, términos, condiciones de ejercicio, formas de ejecución y de
defensa para quien resulte ser el propietario del bien que, en su caso, pretenda
rematarse a favor del acreedor.
g)
Que cuando se embarga un bien, que tiene garantía
hipotecaria, ese gravamen subsiste, de manera que aún cuando el acreedor
logre la condena de su acreditada respecto de su derecho personal en la vía
ordinaria o ejecutiva, como subsiste la garantía, puede intentarse además, en la
vía hipotecaria, en caso de estimarse conveniente y con el fin de hacer efectiva
la garantía real.
h)
Que la acción que el acreedor debe ejercer para la
recuperación del crédito dependerá de su elección y de lo que pretenda, pero si
lo que intenta es hacer efectiva la garantía hipotecaria que se constituyó al
momento de otorgarse el crédito, entonces debe ejercitar la vía hipotecaria civil
y a seguir el procedimiento establecido por el legislador local para tal fin; y
i)
Que si el procedimiento elegido por el acreedor no es el
idóneo para hacer efectiva la garantía real, sino que se intenta un procedimiento
en el cual sólo se decide sobre los derechos personales de crédito entre el
acreedor y el deudor, no es factible en él hacer efectiva la garantía hipotecaria,
ya que ello era contrario a la garantía de seguridad jurídica, tutelada en el
artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
A su vez, el citado órgano jurisdiccional al aprobar la Tesis de Jurisprudencia
91/2011, en sesión de 06 seis de Julio de 2011 dos mil once, localizable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIV,
Septiembre de 2011, Página 546, bajo la voz: “HIPOTECA. NO ES
JURÍDICAMENTE VALIDO ORDENAR SU EJECUCIÓN EN LA SENTENCIA
DEFINITIVA QUE RESUELVE LA ACCIÓN PERSONAL INTENTADA EN EL
JUICIO ORDINARIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO)”, agregó:
“QUINTO. Determinación del criterio a prevalecer. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación considera que debe prevalecer, con el carácter de jurisprudencia, el
criterio que se sustenta en el presente fallo, conforme los siguientes razonamientos:
Ante todo, es preciso definir la institución jurídica de la hipoteca.
La hipoteca es el medio legal mediante el cual se constituye un derecho real sobre inmuebles,
que conserva el deudor y está destinado a garantizar la efectividad de una obligación y su
grado de prelación en el pago.
La hipoteca nace a la vida jurídica con la constitución de la misma en sus elementos
personales, reales y formales; su vida depende de sus efectos, principalmente los relativos a
su actuación ejecutiva, y su extinción puede ser total o parcial según afecte a todo el derecho
real de hipoteca, desapareciendo el mismo íntegramente, reduciendo simplemente la cuantía
o extinguiendo la responsabilidad hipotecaria.(4)
La extinción puede ser voluntaria (renuncia de la hipoteca) o forzosa (prescripción de la
acción hipotecaria); y también puede ser mixta (cuando la hipoteca se extingue a
consecuencia de la remisión del crédito). La secuela que podría producir la extinción es una
consecuencia registral, es decir, la cancelación de su inscripción.
Por otra parte, el ejercicio de la acción hipotecaria se desenvuelve naturalmente a través de
un procedimiento de ejecución. El acreedor hipotecario, a fin de hacer efectiva la garantía
hipotecaria, podrá elegir, a su arbitrio, el procedimiento judicial sumario, el procedimiento
extrajudicial, el procedimiento de ejecución, el juicio ordinario, un juicio declarativo ordinario o
un juicio especial, siempre y cuando sea admitido por las legislaciones de los Estados.
En cuanto a su regulación jurídica, el artículo 2517 del Código Civil para el Estado de Jalisco
a la letra dice:
"Artículo 2517. Es contrato de hipoteca aquel por virtud del cual se constituye un derecho real
sobre bienes inmuebles o derechos reales que no se entreguen al acreedor, para garantizar el
cumplimiento de una obligación y su grado de preferencia en el pago."
En lo así dispuesto, se advierte que la institución de hipoteca tiene por objeto fundamental
garantizar el cumplimiento de una obligación y su grado de preferencia de pago, a través de
un derecho real sobre un bien inmueble, mediante un procedimiento de ejecución, es decir, es
un derecho que tiene el acreedor y que puede ejercer si, en el momento de exigir el pago al
deudor, éste no cumple; de manera que dicha obligación quedará satisfecha con el inmueble
dado en garantía.
Los tribunales contendientes examinaron también la caducidad de la vía hipotecaria, sobre lo
cual el artículo 669 del código adjetivo de la entidad federativa de Jalisco dispone:
"Artículo 669. Se regirá por las presentes reglas todo juicio que tenga por objeto la
constitución, ampliación o división y registro de una hipoteca, así como su cancelación, o bien
el pago, rescisión, vencimiento anticipado o prelación del crédito que la hipoteca garantice.
"Cuando se trate del pago o prelación de un crédito hipotecario, es requisito indispensable que
conste en documento debidamente registrado, y que sea de plazo vencido o que pueda
exigirse el vencimiento anticipado. Sólo será exigible anticipadamente el crédito con garantía
hipotecaria por incumplimiento de obligaciones de carácter económico o de aquellas que
incidan en la destrucción o detrimento del bien hipotecado.
(Adicionado, P.O. 29 de diciembre de 2001)
"La acción de pago por esta vía caduca en un año contado a partir del día siguiente a aquel en
que tuvieron lugar los hechos que la originan. Si el actor omite o desvirtúa hechos, la
caducidad operará desde el día siguiente de aquellos que debieron originar la acción
intentada."
Al respecto surge una interrogante: ¿Qué sucede cuando transcurre el plazo de un año y el
acreedor no ejerce su acción hipotecaria?
A fin de dar contestación a dicha interrogante resulta conveniente esclarecer la ratio legis del
referido precepto legal 669 del código adjetivo de la entidad federativa de Jalisco, a partir de
la exposición de motivos de la reforma publicada el veintinueve de diciembre de dos mil uno
(Decreto 19425) en el Diario Oficial de la Federación. Efectivamente, el legislador expresó, en
lo que interesa, lo siguiente:
"En el artículo 669 del Código de Procedimientos Civiles, se establece una regla procesal que
estimamos de gran importancia, al limitar la procedencia de la vía civil sumaria hipotecaria en
cuanto su ejercicio a un plazo de un año a partir del que el deudor incurra en mora. Esto, para
limitar y forzar el ejercicio de esta acción con resultados positivos para ambas partes, toda
vez que al forzar la presentación de las demandas de este tipo en el plazo perentorio de un
año, se evita una acumulación innecesaria de intereses moratorios con la consecuente
generación de créditos totalmente impagables e incobrables, evitando en lo posible el terrible
fenómeno de la cartera vencida e indirectamente, la forzada cultura del no pago. Cabe hacer
la aclaración, que el incumplimiento en esta norma trae aparejada la caducidad de la
instancia, mas no la extinción de la hipoteca en cuanto la prelación de los derechos del
acreedor, ni la publicidad o naturaleza del gravamen en relación con el bien inmueble
hipotecado y mucho menos la obligación del pago derivada del contrato, toda vez que la
caducidad de la vía sumaria hipotecaria no afecta el registro del propio gravamen, ni los
derechos u obligaciones pactadas, por tratarse de una medida de carácter adjetivo. La
limitación aquí mencionada, no se aleja de prácticas ya conocidas en el marco jurídico
mexicano, ya que basta con hacer referencia a los juicios mercantiles ejecutivos, que de igual
forma limitan la procedencia de esa vía, a un plazo fatal."
En ese contexto, de una interpretación teológica y de la exposición de motivos que dio origen
a la promulgación del referido artículo, se hace patente que la finalidad perseguida por el
legislador mediante esa normatividad es que el acreedor no pierda su garantía real
hipotecaria, dejando a salvo sus derechos de hacerla efectiva mediante un juicio diverso, ya
que el incumplimiento de esa norma trae como consecuencia la caducidad de la vía, pero no
la extinción del propio derecho real, esto, en el entendido de que habrán de observarse las
reglas procesales que prevé la ley.
En consecuencia de lo anterior, se advierte que la ley que se analiza otorga al acreedor la
oportunidad de hacer efectivo su derecho real mediante un juicio hipotecario, siempre que se
quiera demandar el pago de un crédito garantizado con hipoteca, pero con la intención de
hacer efectivo ese gravamen, debiendo utilizarse los procedimientos establecidos en la
legislación civil adjetiva, toda vez que las reglas del procedimiento respecto de las hipotecas
se encuentran reguladas por la legislación local; sin embargo, en el caso en que dicha vía
llegase a caducar, el acreedor podrá hacer valer ese derecho mediante un diverso juicio,
siempre que así lo prevea la legislación del Estado.
Ahora bien, en cuanto a las vías para cobrar los créditos con garantía hipotecaria, esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sesión de ocho de noviembre
de dos mil seis resolvió por unanimidad de cinco votos, la contradicción de tesis 83/2006, en
cuya ejecutoria emitió, obiter dicta, las consideraciones que se sintetizan a continuación:
• En términos del artículo 72 de la Ley de Instituciones de Crédito,(5) cuando las instituciones
de crédito prestan dinero y el pago de ese crédito se garantiza con una garantía real
hipotecaria, aquéllas pueden optar por diversos caminos procesales para lograr el pago de su
crédito, a saber:
Mediante acciones de naturaleza personal:
1. Pueden intentar un juicio ejecutivo mercantil con base en un documento que trae aparejada
ejecución, esto es, los contratos de crédito acompañados de los estados de cuenta
certificados por el contador facultado por la institución de crédito acreedora, conforme lo
dispuesto en el artículo 68 de la Ley de Instituciones de Crédito.
2. Pueden elegir la vía ordinaria mercantil (regulada en los artículos 1377 a 1390 del Código
de Comercio) para lograr la condena del acreditado, en el entendido de que en esos casos el
embargo y ejecución de los bienes para obtener el pago se hacen hasta después del dictado
de la sentencia condenatoria.
La vía ordinaria mercantil procede cuando se intenta lograr el cobro del crédito con base en
un documento que no trae aparejada ejecución.
Cabe precisar en que los casos anteriores no se hace efectivo el gravamen hipotecario porque
no es esa la pretensión del actor.
Acciones de naturaleza real:
3. Finalmente, puede elegirse la vía hipotecaria, cuando lo que se pretende es lograr el pago,
pero con la intención de hacer efectiva la garantía real que reporta el bien. En este tipo de
juicios, la acción persigue al bien, de tal forma que debe demandarse a quien aparezca como
propietario del mismo ante el Registro Público de la Propiedad, pudiendo ser el deudor
originario o no.
• Cada una de las vías mencionadas tiene un fundamento jurídico diferente y una regulación
propia, por lo que aunque las tres sirvan para cobrar el crédito que se adeuda, ha de
atenderse a sus propias características, términos, condiciones de ejercicio, formas de
ejecución y de defensa para quien resulta ser el propietario del bien que, en su caso, pretenda
rematarse a favor del acreedor.
• Cuando se embarga un bien que tiene garantía hipotecaria, ese gravamen subsiste, de
manera que, aun cuando el acreedor logre la condena de su acreditado respecto de su
derecho personal en la vía ordinaria o ejecutiva, como subsiste la garantía, puede intentarse
además, en la vía hipotecaria en caso de que el acreedor lo estime conveniente, para hacer
efectiva la garantía real que permanece aunque se condene al acreditado en otras vías que
no persiguen a la cosa.
• Entonces, la acción que el acreedor debe ejercer para la recuperación del crédito dependerá
de su elección y de lo que pretenda, pero si lo que intenta es hacer efectiva la garantía
hipotecaria que se constituyó al momento de otorgarse el crédito, entonces está obligado a
ejercer la vía hipotecaria civil y a seguir el procedimiento establecido por el legislador local
para ello.
• Si el procedimiento elegido por la institución de crédito no es el idóneo para hacer efectiva la
garantía hipotecaria, sino que intenta un procedimiento en el cual sólo se decide sobre los
derechos personales de crédito entre el acreedor y el deudor del contrato correspondiente, no
es factible que a través del mismo se pretenda hacer efectiva la garantía hipotecaria. Esto es
así porque, al procederse de esa manera se corre el riesgo de privar del bien hipotecado al
nuevo propietario sin otorgarle garantía de audiencia, pues aun cuando dicho inmueble
garantiza el pago del adeudo, para poder ejercer los derechos derivados de ese gravamen, se
tiene que hacer por medio del procedimiento idóneo para ello, es decir, a través de la vía
hipotecaria.
• De otra forma, si se pretende hacer efectiva la garantía hipotecaria en la vía ordinaria
mercantil, se contravendría el derecho fundamental a la seguridad jurídica que tiene el
propietario del bien, derivado del artículo 17 constitucional, porque no se estaría siguiendo el
procedimiento establecido por el legislador para esos casos.
• Así las cosas, si un Juez, en la vía ordinaria mercantil, ordenara la ejecución de una
hipoteca a favor del acreedor, violaría el artículo 17 constitucional, pues no estaría siguiendo
las formalidades y términos establecidos por el legislador para cada clase de juicio.
Las anteriores consideraciones dieron lugar a la tesis jurisprudencial de rubro siguiente:
"TERCERO EXTRAÑO. EN UN JUICIO ORDINARIO MERCANTIL SEGUIDO EN CONTRA
DEL DEUDOR QUE GARANTIZÓ EL ADEUDO CON UNA HIPOTECA. TIENE ESE
CARÁCTER EL ADQUIRENTE DEL BIEN HIPOTECADO QUE SE LE TRANSMITIÓ CON
ANTERIORIDAD AL INICIO DEL MISMO."(6)
Sobre la base de las anteriores premisas, debe concluirse que, cuando la recuperación del
crédito con garantía hipotecaria se intenta en la vía ordinaria (sea civil o mercantil) no resulta
válido ordenar en sentencia definitiva que se haga efectiva dicha garantía, esto, en virtud de
que la acción que se ejerce en ese tipo de juicios es de naturaleza personal, es decir, se
demanda al titular de la obligación en tanto que la ejecución de la garantía hipotecaria es real
(en donde se persigue obtener el bien mediante la demanda en contra de quien aparece como
titular en el Registro Público de la Propiedad, aunque éste no sea el deudor originario); de
manera que no resulta legal la decisión que desde luego ordena el remate de un bien
inmueble de cuya titularidad no se tiene certeza y en el que existe la posibilidad de que se
afecten derechos de terceros que hayan adquirido el bien gravado, sin haber sido oídos ni
vencidos en el juicio, en el que se pretende privarles de su propiedad.
En todo caso, en ese tipo de juicios ordinarios corresponde hacer efectiva la garantía en la
etapa de ejecución de sentencia, con lo que se cumple con la naturaleza de la hipoteca
(procedimiento de ejecución), lo que puede hacer en la fase de ejecución, en virtud de que
entonces habrán de seguirse las formalidades correspondientes para respetar la garantía de
audiencia de quienes aparezcan como titulares en el folio real; asimismo, se habrá de seguir
el orden de prelación en el ejercicio de los interesados, lo que no podría ocurrir de ordenarse
dicha ejecución desde la sentencia definitiva...” .
De lo redactado, se desprende:
•
Que cuando la recuperación del crédito con garantía
hipotecaria se intente en la vía ordinaria no resulta valido ordenar en sentencia
definitiva que se haga efectiva la hipoteca.
•
Que lo anterior es así, en virtud de que la acción que se
ejerce en ese tipo de juicios es de naturaleza personal, es decir, se demanda al
titular de la obligación, en tanto que la ejecución de la garantía hipotecaria es
real, y
•
Que en todo caso, en este tipo de juicios ordinarios sólo
procede hacer efectiva la garantía en la etapa de ejecución de sentencia,
siguiéndose las formalidades correspondientes para respetar el derecho de
audiencia de quienes aparezcan como titulares en el folio real, respetándose el
orden de prelación en el ejercicio de los interesados.
Así las cosas, de las directrices planteadas por el Alto Tribunal en las Tesis de
jurisprudencia 63/2007 y 91/2011, puede concluirse que a través de la vía
ordinaria sólo es posible exigir el cumplimiento de derechos personales y, por
tanto, no es jurídicamente valido ordenar la ejecución de la garantía hipotecaria
en la sentencia definitiva, sin perjuicio de que se realice en ejecución de
sentencia.
Por tal motivo, si el objeto de la vía ordinaria se circunscribe a los derechos y
obligaciones de naturaleza personal, para determinar si la contienda respectiva
debe tramitarse en un juicio civil o mercantil es atendible la naturaleza del acto
jurídico del cual emanan.
Como puede constatarse a fojas 01 uno del expediente natural, la persona
jurídica actora compareció en la vía * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * a exigir el
cumplimiento de las obligaciones contenidas en el contrato de apertura de
crédito con interés y garantía hipotecaria celebrado el 22 veintidós de Diciembre
de
1989
que
fue
formalizado
en
escritura
pública
número
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * otorgada ante al fe del Notario Público suplente
adscrito
y
asociado
al
Titular
de
la
notaria
pública
número
*********************
Al tener a la vista el citado documento se advierte que las partes en las
cláusulas primera, segunda, tercera y octava, pactaron:
“PRIMERA.- “EL BANCO” abre a “LA PARTE ACREDITADA” un crédito hasta por la cantidad
de:---------- * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * .--- En el importe del crédito no quedan comprendidos
los intereses ni los gastos que se obliga a cubrir “LA PARTE ACREDITADA”, a “EL BANCO”.
--- Corresponde a este crédito el número * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * .
“SEGUNDA.- “LA PARTE ACREDITADA” ejercerá a más tardar el día último de Enero se 1990
mil novecientos noventa.---, el crédito señalado en la cláusula primera de ser contrato hasta por
la cantidad de * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * equivalente a * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
veces el salario mínimo mensual del * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * vigente en la fecha de la
firma del presente contrato, que destinará a la adquisición del inmueble descrito en el
antecedente primero”.
“TERCERA.-“LA PARTE ACREDITADA” ejerce en al fecha de firma del presente contrato el
crédito señalado en la cláusula primera, por la cantidad equivalente a la comisión pactada en la
cláusula séptima e instruye a desde ahora a “EL BANCO” para que la aplique al pago total de
dicha comisión.--------------------------------- En esa virtud “LA PARTE ACREDITADA” entrega y “EL BANCO” recibe en ese acto la cantidad
relativa y la comisión pactada...”.
“OCTAVA.- la parte acreditada” Se obliga a pagar a “EL BANCO” el saldo insoluto del crédito
mediante amortizaciones mensuales vencidas, a partir e la fecha de firma del presente contrato,
cuyo monto mínimo será igual a la cantidad positiva que resulte ser de restar: a la erogación
neta del mes de que se trate según la cláusula quinta, el monto de los intereses ordinarios del
mismo mes conforme a la cláusula sexta.--- Estos pagos se efectuarán el mismo día en que se cubran los interés del
crédito.-------------------------- Atento a lo dispuesto en el artículo 84 ochenta y cuatro, fracción XVII de la Ley Reglamentaría
del Servicio Público de Banca y Crédito, el plazo máximo el crédito será de 20 veinte
años.--------------------------- Si transcurrido dicho plazo contado a partir de la fecha de la firma del
presente contrato, existiera algún saldo, insoluto del crédito a cargo de “LA PARTE
ACREDITADA”, ésta no estará obligada a efectuar pago adicional alguno, siempre y cuando se
encuentre al corriente en sus pagos pro principal e interés en los términos de este instrumento”.
Por ende, en virtud del acuerdo de voluntades celebrado entre los contratantes
el acreditante puso a disposición del acreditado una suma de dinero hasta por el
importe que se describe en la cláusula primera, adquiriendo el segundo la
obligación de restituirlo en los plazos y términos convenidos.
Entonces, es evidente que se trata de un contrato de apertura de crédito
tutelado por el artículo 291 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito.3 Acto jurídico que conforme al cuerpo legislativo invocado y al Código
3
“Artículo 291.- En virtud de la apertura de crédito, el acreditante se obliga a poner
una suma de dinero a disposición del acreditado, o a contraer por cuenta de éste una
obligación, para que el mismo haga uso del crédito concedido en la forma y en los
términos y condiciones convenidos, quedando obligado el acreditado a restituir al
de Comercio, es considerado de naturaleza mercantil.
En efecto, el artículo 75 fracción XXIV del Código de Comercio, a la letra
estatuye:
“Artículo 75.- La ley reputa actos de comercio...:
XXIV. Las operaciones contenidas en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito;...”
A su vez, el arábigo 1 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,
dispone:
“Artículo 1o.- Son cosas mercantiles los títulos de crédito. Su emisión, expedición, endoso,
aval o aceptación y las demás operaciones que en ellos se consignen, son actos de comercio.
Los derechos y obligaciones derivados de los actos o contratos que hayan dado lugar a la
emisión o transmisión de títulos de crédito, o se hayan practicado con éstos, se rigen por las
normas enumeradas en el artículo 2o., cuando no se puedan ejercitar o cumplir
separadamente del título, y por la Ley que corresponda a la naturaleza civil o mercantil de
tales actos o contratos, en los demás casos.
Las operaciones de crédito que esta Ley reglamenta son actos de comercio.”
Preceptos de los cuales se colige que el legislador ordinario reputó como actos
de comercio todas las operaciones contenidas en la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito.
Así, dentro del Título II, del Capítulo IV, Sección I, del aludido ordenamiento, se
reglamenta como una especie de las operaciones de crédito el contrato
denominado “Apertura de Crédito”.
En consecuencia, esta clase de actos jurídicos deben calificarse como
comerciales. Luego, los conflictos que surjan con motivo de los derechos
personales y obligaciones que de ellos emanen, deben ventilarse en juicios
mercantiles, al actualizarse las hipótesis contenidas en los artículos 1049 y 1050
del Código de Comercio, mismos que prescriben:
“Artículo 1049.- Son juicios mercantiles los que tienen por objeto ventilar y decidir las
controversias que, conforme a los artículos 4o., 75 y 76, se deriven de los actos comerciales.”
acreditante las sumas de que disponga, o a cubrirlo oportunamente por el importe de la
obligación que contrajo, y en todo caso a pagarle los intereses, prestaciones, gastos y
comisiones que se estipulen.”
“Artículo 1050.- Cuando conforme a las disposiciones mercantiles, para una de las partes
que intervienen en un acto, éste tenga naturaleza comercial y para la otra tenga naturaleza
civil la controversia que del mismo se derive se regirá conforme a las leyes mercantiles.”
Por consiguiente, atendiendo a que el contrato base del litigio es de naturaleza
mercantil y que por si mismo no constituye título ejecutivo, la vía procedente
para exigir los derechos personales que emanan del mismo es la mercantil
ordinaria acorde al arábigo 1377 del Código de Comercio4 y no la
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * como incorrectamente estimó el natural; de ahí
que no quede satisfecho el citado presupuesto procesal.
Lo anterior, se determina con base en los argumentos esgrimidos por el
disidente y los propios de este Tribunal derivados de la obligación que le impone
el artículo 87 penúltimo párrafo del Código de Procedimientos Civiles del Estado
de Jalisco, en cuanto a examinar oficiosamente los presupuestos procesales.
Es aplicable al caso la Tesis de Jurisprudencia 96/2001, sustentada por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIV,
Noviembre de 2001, Página 5, que dice:
Novena Época
Registro: 188454
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XIV, Noviembre de 2001,
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 96/2001
Página: 5
ACCIÓN. LOS PRESUPUESTOS PROCESALES Y ELEMENTOS DE ÉSTA, DEBEN SER
ANALIZADOS DE OFICIO POR EL TRIBUNAL DE ALZADA, EN TÉRMINOS DEL
ARTÍCULO 87, ÚLTIMO PÁRRAFO, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL
ESTADO DE JALISCO (EN VIGOR A PARTIR DEL UNO DE MARZO DE MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y CINCO). Si bien es cierto que conforme al criterio sustentado
por la otrora Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por regla general, el
tribunal de alzada debe concretarse a examinar, exclusivamente, a través de los agravios, las
acciones, excepciones o defensas que se hicieron valer oportunamente en primera instancia y
en lo que atañe al estudio de la improcedencia de la acción sólo puede emprender ese
examen, siempre y cuando en el pliego de agravios sometidos a su consideración se haga
valer la correspondiente inconformidad, también lo es que dicha regla no se actualiza en el
4
“Artículo 1377.- Todas las contiendas entre partes que no tengan señalada tramitación
especial en las leyes mercantiles, se ventilarán en juicio ordinario, siempre que sean
susceptibles de apelación. También se tramitarán en este juicio, a elección del
demandado, las contiendas en las que se oponga la excepción de quita o pago.”
Estado de Jalisco tratándose de juicios iniciados con posterioridad al uno de marzo de mil
novecientos noventa y cinco, fecha en que entró en vigor el actual texto del artículo 87, último
párrafo, del Código de Procedimientos Civiles de esa entidad federativa, y a partir de la cual
el tribunal de alzada actúa apegado a derecho cuando estudia, en forma oficiosa, los
presupuestos procesales y los elementos de la acción intentada, aun en ausencia de agravios
o excepciones. Lo anterior es así, porque una recta interpretación de lo dispuesto en el citado
artículo, en relación con los diversos numerales 430 y 443 del referido ordenamiento, debe ser
en el sentido de que el ad quem no está constreñido a realizar exclusivamente su estudio a la
luz de los agravios que al efecto pudiera expresar el apelante, sino que, como órgano revisor
y ante la falta de reenvío, está facultado para examinar en su integridad y con plenitud de
jurisdicción esos aspectos, resolviendo lo conducente, aun con base en consideraciones
propias que se aparten de las excepciones y defensas opuestas.
Contradicción de tesis 29/2001-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados
Cuarto y Tercero, ambos en Materia Civil del Tercer Circuito. 15 de agosto de 2001.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juventino V.
Castro y Castro. Secretario: Roberto Javier Ortega Pineda.
Tesis de jurisprudencia 96/2001. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
de tres de octubre de dos mil uno, por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros:
presidente en funciones Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Juan N.
Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Ausente: José de Jesús Gudiño
Pelayo.
Así como la Tesis de Jurisprudencia 13/2013, también sustentada por la Primera
Sala, perteneciente a la Décima Época del Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1, Página 337, cuyo rubro y texto
son:
Décima Época
Registro: 2003697
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencias
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 13/2013 (10a.)
Página: 337
PRESUPUESTOS PROCESALES. SU ESTUDIO OFICIOSO POR EL TRIBUNAL DE
ALZADA, CONFORME AL ARTÍCULO 87 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES
DEL ESTADO DE JALISCO, NO LO LIMITA EL PRINCIPIO DE NON REFORMATIO IN
PEIUS. El citado precepto prevé que el tribunal de alzada debe analizar de oficio los
presupuestos procesales. Ahora, si bien es cierto que la segunda instancia se abre sólo a
petición de parte agraviada, también lo es que el ad quem puede modificar la resolución
recurrida con base en los agravios expuestos y/o el examen oficioso que deba hacer de
aquéllos, al estar constreñido a ello; de ahí que el requisito para actualizar la hipótesis referida
conforme al citado artículo 87, penúltimo párrafo, es que exista recurso de apelación, es decir,
que se inicie tal instancia para que el tribunal ad quem esté constreñido a estudiar los
presupuestos procesales, al margen de que dicho estudio favorezca o afecte la situación del
apelante y, por tanto, su libertad de jurisdicción para analizar tales presupuestos no se
encuentra limitada por el principio non reformatio in peius, locución latina que puede
traducirse al español como "no reformar en peor" o "no reformar en perjuicio", utilizada en el
ámbito del derecho procesal; ya que este principio opera cuando dichos presupuestos han
quedado satisfechos.
Contradicción de tesis 18/2012. Entre las sustentadas por el Segundo y el Quinto Tribunales
Colegiados, ambos en Materia Civil del Tercer Circuito. 14 de noviembre de 2012. La votación
se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo que hace a la competencia. Disidente
José Ramón Cossío Díaz. Mayoría de cuatro votos respecto del fondo. Disidente: Jorge Mario
Pardo Rebolledo. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Octavio
Joel Flores Díaz.
Tesis de jurisprudencia 13/2013 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha dieciséis de enero de dos mil trece.
Debido a que el agravio analizado resultó suficiente para revocar el sentido del
fallo impugnado, se estima innecesario entrar al estudio de los demás de
conformidad a lo dispuesto por el artículo 430 fracción I del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, en relación al criterio orientador que a
continuación se reproduce:
Novena Época
Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XV, Febrero de 2002
Tesis: III.4o.C.15 C
Página: 755
AGRAVIOS. CUÁNDO RESULTA UNO PREPONDERANTE PARA EL EFECTO DE REVOCAR LA
RESOLUCIÓN RECURRIDA Y CUÁNDO PROCEDE SU ESTUDIO EN FORMA CONJUNTA O
SEPARADA, DE CONFORMIDAD CON LO DISPUESTO POR EL ARTÍCULO 430 DEL CÓDIGO
DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE JALISCO. La fracción I del artículo 430 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco establece: "La autoridad judicial al conocer y
resolver los recursos, salvo los casos que la ley permita el estudio o revisión oficiosa, y además de
las establecidas en este código, observará las siguientes reglas: I. Examinará y decidirá en forma
conjunta o separada, todos los agravios alegados contra la resolución o acto procesal recurrido,
exceptuándose el caso en que uno solo resulte preponderante.". De lo anterior se desprende que el
ad quem, previo a emitir la resolución correspondiente en los recursos que resuelve, debe observar
las reglas que al efecto establece el ordenamiento legal citado, esto es, examinar la totalidad de los
agravios señalados, excepto cuando alguno de ellos resulte preponderante para revocar el fallo
recurrido, situaciones que se presentan cuando: a) se decreta que el recurso quedó sin materia, en
atención a su improcedencia o a la declaración de desierto; b) El examen de algún agravio pone de
manifiesto que se violaron las reglas esenciales del procedimiento en el juicio de donde emana la
resolución recurrida, que tenga por efecto reponer aquél, en términos del artículo 444 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado; c) El estudio de uno de los agravios pone de manifiesto lo
infundado de la determinación impugnada, y no apareciendo otro motivo legal para sostener el
sentido de la resolución, proceda su revocación, y entrar al examen del fondo del asunto con plenitud
de jurisdicción; d) Se modifique la sentencia, de manera que respecto de algunas prestaciones
resulte favorable a los intereses del recurrente y, por consecuencia, los agravios producidos en
relación con las prestaciones modificadas, no sirvan para variar el sentido de esa consideración; e)
El órgano jurisdiccional previamente se haya pronunciado sobre el particular, al dar respuesta a otro
agravio, de manera que resulte ocioso reiterar esa consideración; y, f) Se determine que los agravios
son inoperantes, ya sea porque no se orienten a atacar ninguno de los fundamentos de la resolución
recurrida, o sólo se ataquen algunos de los argumentos que rigen el acto materia del recurso, pero
dejen firmes otros, siendo inútil el estudio de los agravios propuestos, ya que aunque resultaran
fundados, dada la naturaleza de la resolución impugnada, sea imposible revocar el sentido de la
misma. Pero cuando no se trata de agravios preponderantes, por ser accesorios a la acción ejercida,
relacionados, por ejemplo, con la condena a pagar intereses ordinarios, moratorios y costas, y los
agravios omitidos por la responsable tienen que ver con la improcedencia de la vía, de la acción de
la pena convencional y a la indebida valoración de pruebas, es evidente que no se está en el caso de
excepción a que se refiere la fracción I del artículo 430 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado de Jalisco y, por ende, la Sala de apelación tenía la obligación de analizarlos.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 208/2001. Adiel Alcántara Ochoa, por sí y como representante legal de Impulsora
Aldama de Guadalajara, S.A. de C.V. 18 de mayo de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Elías H.
Banda Aguilar. Secretario: Luis Ávalos García.
IV. DECISIÓN.- En vista de lo expuesto, lo procedente es Revocar el sentido de
la resolución impugnada, para los siguientes efectos:
•
Determinar que no quedó satisfecho el presupuesto
procesal relativo a la vía.
•
Dejar a salvo los derechos de las partes para que los hagan
valer en los términos y con las formalidades de ley conforme al artículo 278 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco aplicado por analogía; 5
y
•
Condenar al actor al pago de las costas de primer grado al
haber intentado juicio sin obtener resolución favorable según el articulo 142
fracción I del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, mismas
que deberán ser cuantificadas ante el natural en el momento procesal oportuno.
V. TÉRMINOS EN QUE DEBERÁ QUEDAR EL FALLO IMPUGNADO CON
MOTIVO DE SU REVOCACIÓN.- Se Revoca la sentencia definitiva de fecha 02
dos
de
Septiembre
el
2013
dos
mil
trece,
dictada
por
el
Juez
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * del Primer Partido Judicial, dentro del juicio
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * número * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , debiendo
quedar como sigue:
“..GUADALAJARA, JALISCO A 02 dos de Septiembre del año 2013 dos mil
trece.
PROPOSICIONES
PRIMERA.- Los presupuestos procesales atinentes a la competencia y a la personalidad
quedaron justificados, no así el relativo a al procedencia de la vía, en consecuencia:
SEGUNDA.- Se dejan a salvo los derechos de las partes para que los hagan valer en los
5
Resulta aplicable la Tesis de Jurisprudencia sustentada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, localizable en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo XXII, Octubre de 2005, Página 2,275,
rubro: “SENTENCIAS CIVILES. RESERVAS DE DERECHOS AL ACTOR. CUANDO PROCEDE (LEGISLACIÓN
DEL ESTADO DE JALISCO).”
términos y con las formalidades de ley.
TERCERA.- Se condena al actor al pago de las costas de primera instancia, mismas que
deberán cuantificarse en el momento procesal oportuno...”
VI. COSTAS DE SEGUNDA INSTANCIA.- En el particular, no hay mérito para
imponer especial condenación en costas en esta segunda instancia al no
actualizarse ninguno de los supuestos previstos en el artículo 142 del Código
de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco.
Por lo anteriormente expuesto, fundado y motivado y con apoyo en
lo establecido por los artículos 83, 85, 86, 87, 88, 457 y relativos del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, se resuelve al tenor de las siguientes.
PROPOSICIONES:
PRIMERA.-
La competencia de esta Séptima Sala del Supremo Tribunal de
Justicia del Estado para conocer del recurso de apelación interpuesto en los
autos del juicio natural, se surte en los términos que quedaron precisados en
el considerando primero de esta resolución.
SEGUNDA.- Se REVOCA la Sentencia Definitiva de fecha 02 dos de
Septiembre
el
2013
dos
mil
trece,
dictada
por
el
Juez
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * del Primer Partido Judicial, dentro del juicio
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * número * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * , debiendo
quedar en los términos precisados en el considerado quinto de esta resolución.
TERCERA.- No se hace especial condenación en costas por lo que ve a esta
instancia.
CUARTA.- Con el testimonio de la presente resolución remítanse los autos
originales y documentación relativos del juicio natural al Juzgado de origen.
Así lo resolvieron por unanimidad los Magistrados integrantes de la
H. Séptima Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Maestro en
Derecho
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y
y
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Licenciados
(PONENTE)
quienes firman en unión de la Secretario de Acuerdos de la Sala, Licenciada
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TOCA * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * .
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