371-2013 SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA

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371-2013
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA: San Salvador, a las once horas cincuenta minutos del día veintidós de noviembre de
dos mil trece.
Tiénense por agregados los dos escritos del licenciado Herbert Danilo Vega Cruz,
presentados, el primero, el veintinueve de octubre (folio 13), y el segundo, el ocho de noviembre,
ambos de dos mil trece (folios 15 al 19).
I. Examen previo de los presupuestos de admisibilidad de la demanda. Prevención.
El licenciado Herbert Danilo Vega Cruz presentó una demanda contencioso
administrativa contra el Consejo Nacional de la Judicatura en "(...) calidad de ciudadano (...) con
un interés difuso (...)" (folio 1 frente).
Dicha demanda, por contener omisiones e imprecisiones, motivó una prevención, de
conformidad con los artículos 7 inciso 2°, 9, 10 letras ch), d) y g), y 15 de la Ley de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa (LJCA), en el auto de las doce horas treinta minutos del
veinticinco de octubre de dos mil trece (folios 7 al 12).
En la referida prevención se requirió del peticionario que: (a) explicara de qué manera se
configura, válidamente, su legitimación activa respecto del que pretende impugnar, conforme la
tutela de intereses difusos que invoca, y, además, la forma en que se considera afectado por la
emisión de tal acto; (b) manifestara los fundamentos de hecho y de derecho en los cuales basa la
existencia de la nulidad de pleno derecho alegada, las garantías o derechos constitucionales e
infraconstitucionales que considera vulnerados con la emisión del acto que pretende impugnar y
cuya supuesta vulneración es consecuencia del vicio señalado, y argumentara la forma en que
tales fundamentos se encuadran en los criterios de configuración de nulidad de pleno derecho; (c)
indicara la cuantía estimada de la acción, en su caso; y, (d) manifestara las generales de los
terceros a quienes beneficia el acto que pretende impugnar, y el lugar dónde pueden ser
notificados.
II. Exposición de la parte actora para fundamentar su legitimación activa.
En el ordinal primero letra a) de la parte resolutiva del auto de las doce horas treinta
minutos del veinticinco de octubre de dos mil trece (folios 7 al 12), esta Sala previno al
demandante, licenciado Herbert Danilo Vega Cruz, que explicara de qué manera se configura,
válidamente, su legitimación activa respecto del acto que pretende impugnar, conforme la tutela
de intereses difusos que invoca, y, además, la forma en que se considera afectado por la emisión
de tal acto.
Ahora, el profesional en referencia, en el escrito de folios 15 al 19, pretende subsanar el
defecto subjetivo de la pretensión advertido, expresando lo siguiente:
"Mi calidad de Abogado de la Republica [sic], autorizado por medio de mi Tarjeta de
Identidad de Abogado número 16693, justifica mi demanda, como agente perjudicado
directamente y como ciudadano salvadoreño indirectamente, por el acto impugnado de ilegal y
nulo, fundamento que se refuerza por medio de los artículos 176 Cn. (...) y (...) 186 Cn. (...)"
(folio 16 frente y vuelto).
III. Legitimación activa.
La legitimación alude a la especial condición o vinculación —activa o pasiva— de uno o
varios sujetos con el objeto litigioso. Tal categoría indica, en cada caso, quiénes son los
verdaderos titulares de la relación jurídica material que se intenta dilucidar en el ámbito del
proceso, y cuya participación procesal es necesaria para que la sentencia resulte eficaz.
La legitimación activa, específicamente, indica la aptitud del titular de la situación jurídica
sustancial con vocación procesal, para pedir y obtener la tutela jurisdiccional de un derecho.
A.- Legitimación activa en el contencioso administrativo.
En el ámbito del proceso contencioso administrativo, la legitimación activa se configura a
partir de los siguientes supuestos:
1°) Titularidad de un derecho subjetivo.
Conforme con el artículo 9 de la LJCA, pueden "(...) demandar la declaración de
ilegalidad de los actos de la Administración Pública, los titulares de un derecho que se considere
infringido y quien tuviere un interés legítimo y directo en ello" (el subrayado es propio).
Consecuentemente, la legitimación activa está determinada, en primer término, por la
titularidad de un derecho subjetivo individual (de carácter privado o público).
Se instituyen así, en cuanto a la categoría analizada —legitimación activa—, tres
condiciones: (i) la existencia de un acto que por producir un agravio es impugnable, (ii) la
existencia de un sujeto, frente a dicho acto, en condición de titular de un derecho y, finalmente,
(iii) que este derecho se encuentre protegido por el ordenamiento jurídico administrativo.
2°) Intereses subjetivos de carácter privado o público.
El artículo 9 de la LJCA se ha referido, también, al interés legítimo y directo, como un
supuesto de legitimación activa. Éste se presenta como una posibilidad o expectativa de obtener
ventajas y/o de evitar perjuicios, frente a una actuación administrativa que recae sobre un derecho
con el cual no existe una relación de titularidad formal, pero sí una relación de afectación
material, ya sea positiva o negativa.
En otras palabras, el interés legítimo presupone la tutela de un derecho subjetivo
individual, con la característica que dicho interés es subyacente al interés subjetivo directo
(titularidad).
3°) Intereses difusos y colectivos.
No obstante lo expuesto en los ordinales 1°) y 2°) mencionados, existe, también, la
legitimación a título de interés supra o extra individual que, jurisprudencialmente, esta Sala ha
reconocido como la legitimación por intereses difusos y colectivos.
El análisis de la categoría del interés subjetivo, más allá de su vertiente individual y de
carácter privada, ha permitido una ampliación del ámbito de la legitimación, lo cual ha tenido
lugar, principalmente, en casos relativos a la protección del medio ambiente y los recursos
naturales, bajo la categoría de los intereses difusos y colectivos.
Esta Sala ha insistido en la factibilidad de incoarse una demanda contencioso
administrativa bajo el rubro de los intereses plurisubjetivos, hoy denominados supra individuales
(dentro de los cuales se encuentran los intereses difusos y colectivos), ampliando lo predefinido
en el artículo 9 de la LJCA y, de esta manera, permitir no solo la tutela de derechos individuales.
Consecuentemente, se ha considerado potenciar el acceso a la jurisdicción a todos
aquellos que ostenten de manera suficiente y razonable intereses que escapan de las premisas
que impone, habitualmente, la categoría del interés individual y de carácter privado.
Así, este Tribunal ha concluido que no salo los derechos o intereses individualizados
erigen a sus portadores en sujetos con aptitud para pedir su tutela, sino, también, a las personas
que se encuentran identificadas bajo la concepción de los intereses difusos y colectivos.
Ello supone que el sujeto que invoca la tutela de tales intereses, no los debe limitar o
circunscribir a una pretensión abstracta de ilegalidad, es decir, el animus impugnativo no debe
ajustarse a un interés insubstancial, individual y carente de arraigo en un concreto derecho social
o colectivo.
Por lo anterior, al pretender la legitimación activa con fundamento en los denominados
intereses difusos o colectivos, el impetrante debe, mínimamente, (i) justificar su título de
legitimado activamente con base en un interés difuso o colectivo, mediante una pretensión que
rebase una perspectiva individual o personalizada, (ii) formular una pretensión pragmática de
ilegalidad, (iii) identificar un concreto derecho social o colectivo, o, en su
caso, un bien público del cual se deslinde un goce para la comunidad, de la cual es miembro
integrante, cuya tutela sea necesaria, (iv) demarcar el objeto de la situación sustancial que genera
agravio, y (v) concretar dicho agravio.
La conjunción razonable de tales elementos permitirá que esta Sala, al amparo del
derecho constitucional de acceso a la jurisdicción, admita la promoción de una acción para la
tutela de intereses difusos o colectivos.
B.-
Agravio: condición material habilitante de la impugnación.
La legitimación de la parte actora deriva del agravio real y efectivo sufrido corno
consecuencia del acto cuya ilegalidad reclama. Así, al no existir agravio alguno en el acto
administrativo emitido por parte de la Administración Pública, se incumple el supuesto de ley que
exige que para ser sujeto activo en el proceso contencioso es menester ser titular de un derecho o
interés legítimo que ha sido infringido por la Administración Pública.
De la misma forma, cuando un sujeto deduce una pretensión de ilegalidad bajo la
categoría de la legitimación por intereses difusos o colectivos, debe delimitar el objeto de la
situación sustancial que genera agravio, y concretar el mismo.
C.-
Legitimación y agravio.
La posición legitimante en que se encuentra el administrado nace de su relación con el
acto que le afecta, en tanto su esfera jurídica se ve alterada por el mismo.
En nuestro derecho positivo, como regla general, no podrá obtener un pronunciamiento de
fondo ante su pretensión —es decir, un análisis de la legalidad del acto administrativo
impugnado— el sujeto que no se encuentre en alguna de las categorías que fundamentan la
legitimación activa en el contencioso administrativo —titularidad de un derecho subjetivo, tutela
de intereses subjetivos o tutela de intereses difusos y colectivos—.
Y es que el presupuesto esencial y común entre tales categorías es que el administrado
que busca impugnar un acto es aquél que se ve lesionado o afectado por el mismo —agravio—,
de manera tal que esté interesado en obtener su invalidación.
IV. Examen de la legitimación del peticionario.
El licenciado Herbert Danilo Vega Cruz ha manifestado que demanda al Consejo
Nacional de la Judicatura en "(...) calidad de ciudadano (...) con un interés difuso, ya que el acto
administrativo impugnado es de interés nacional y (...) es lesivo para todos los ciudadanos
salvadoreños (...)" [el subrayado es propio (folio 1 frente)].
Ahora bien, dicho profesional, en el escrito de aclaración de la demanda —apartado "IICONFIGURACIÓN DE LEGITIMACIÓN ACTIVA RESPECTO DEL ACTO QUE SE
IMPUGNA" (folio 16 frente y vuelto)—, se ha limitado a expresar que su legitimación se justifica
a partir de su mera "(...) calidad de Abogado de la Republica [sic] (...) como agente perjudicado
directamente y como ciudadano salvadoreño indirectamente (...)" (folio 16 frente).
Como se advierte, el impetrante asume que su status profesional —abogado— y su
calidad de ciudadano, son condiciones constitutivas de legitimación, mismas que, genéricamente,
habilitan su participación en este proceso y la impugnación de la actuación del Consejo Nacional
de la Judicatura sujeta al control jurisdiccional (contencioso administrativo).
Al respecto, esta Sala hace las siguientes consideraciones:
Como ya se indicó, la legitimación constituye una categoría jurídica especializada que
condiciona el acceso a la tutela jurisdiccional. Ésta no se erige sobre cualquier status genérico,
calidad, contexto o posición de derecho, sino, únicamente, sobre aquellas condiciones fácticas y
jurídicas devenidas en una relación objetiva de afectación —positiva o negativa— con el objeto
de controversia sometido, eventualmente, a la decisión jurisdiccional.
De ahí que, no cualquier situación fáctica o jurídica confiere legitimación para impugnar
las actuaciones de la Administración Pública, verbigracia, el status profesional —abogado— y
calidad de ciudadano del impetrante.
Únicamente la titularidad de un derecho subjetivo, la tutela de intereses subjetivos o, en
su caso, la tutela de intereses difusos y colectivos, constituyen condiciones que otorgan
legitimación activa para la impugnación de las actuaciones de la Administración Pública.
Dicho lo anterior, en el presente caso, la pretendida legitimación del impetrante parte de
una condición general y abstracta, carente de una relación objetiva de afectación con el objeto
litigioso.
En suma, analizado el contenido de la demanda y del escrito de aclaración de folios 15 al
19, esta Sala advierte que el demandante, licenciado Herbert Danilo Vega Cruz:
1°) no identifica un concreto derecho social o colectivo o, en su caso, un bien público del
cual se deslinde un goce para la comunidad —cuya tutela pretenda—, para tener por configurada
su legitimación, respecto el interés difuso que invoca abstractamente;
2°) no formula una pretensión pragmática de ilegalidad —su pretensión se basa en el
mero interés por la legalidad—; y,
3°) no señala cuál es el concreto daño o perjuicio que le produce, en su esfera jurídica de
derechos, la emisión de la actuación que pretende controvertir (inexistencia de un agravio
concreto que se aparte del mero interés por la legalidad).
V. Conclusión.
A partir de la configuración de la pretensión intentada, no se evidencia que la postulación
del demandante obedezca a algún interés difuso o colectivo, como para tener por conformada,
válidamente, su legitimación activa. De ahí que su pretensión, tal como se ha comprobado,
constituye una denuncia abstracta de ilegalidad, carente de los presupuestos objetivos y
subjetivos básicos que condicionan el acceso a la jurisdicción contencioso administrativa.
Concretamente, la situación sustancial expresada por el actor no le genera, desde una
perspectiva personal ni supra individual, ningún daño, lesión, afectación o perjuicio tangible en
la esfera de sus derechos.
En conclusión, el demandante carece de legitimación activa para controvertir la actuación
que señala en la demanda y su escrito de aclaración.
VI. Inoficiocidad del análisis del cumplimiento integral de la prevención
formulada al demandante.
El demandante, licenciado Herbert Danilo Vega Cruz, no ha acreditado su legitimación
activa (requisito subjetivo de la pretensión), circunstancia que impide el ejercicio de la acción
contencioso administrativa. En consecuencia, es innecesario el examen del cumplimiento integral
de la prevención formulada al mencionado profesional, en el ordinal primero de la parte
resolutiva del auto de las doce horas treinta minutos del veinticinco de octubre de dos mil trece
(folios 7 al 12).
VII. Improponibilidad de la demanda.
Como se ha señalado, la legitimación activa es un presupuesto de la pretensión que
posibilita una sentencia de fondo sobre el thema decidendum deducido en dicha pretensión. Por lo
tanto, la inexistencia de este requisito constituye un óbice procesal que deviene, por su
naturaleza, en insubsanable; no siendo posible proveer judicialmente la pretensión planteada con
este defecto.
Siguiendo la línea jurisprudencial de la Sala de lo Civil de esta Corte (sentencia de las
once horas del veintitrés de febrero de dos mil nueve: Recurso de Casación Civil 251-CAC2008), jurídicamente existen tres supuestos de improponibilidad de la demanda, a saber: (a)
improponibilidad subjetiva o falta de legitimación; (b) improponibilidad objetiva; y, (c) falta de
interés.
Importa destacar que el primer supuesto de improponibilidad contiene la facultad oficiosa
del juez para decidir, antes de dar traslado de la demanda, si las partes tienen legitimación para
demandar o ser demandadas. Si dicha legitimación carece manifiestamente, en cualquiera de las
partes, el juez debe rechazar in limine la demanda.
Al respecto, el artículo 277 del Código Procesal Civil y Mercantil —de aplicación
supletoria al presente caso por disposición del artículo 53 de la LJCA—, señala que, presentada la
demanda, si el juez advierte algún defecto en la pretensión, como decir que su objeto sea ilícito,
imposible o absurdo; carezca de competencia objetiva o de grado, o atinente al objeto procesal,
como la litispendencia, la cosa juzgada, compromiso pendiente; evidencie falta de presupuestos
materiales o esenciales y otros semejantes, se rechazará la demanda sin necesidad de prevención
por ser improponible.
En el presente caso, se ha determinado que la parte actora carece de legitimación activa
para controvertir la actuación atribuida al Consejo Nacional de la Judicatura. En consecuencia, la
demanda resulta improponible.
Por tanto, de conformidad con los artículos 9 y 53 de la Ley de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa y 277 del Código Procesal Civil y Mercantil, esta Sala RESUELVE:
Declárase improponible la demanda interpuesta por el licenciado Herbert Danilo Vega
Cruz, contra el Consejo Nacional de la Judicatura, el diecinueve de agosto de dos mil trece.
Notifíquese.
------R.NUÑEZ.-------AYALA
G.------DUE.-------.ARGUETA.------
PRONUNCIADA
POR
LAS
SEÑORAS MAGISTRADAS Y SEÑOR MAGISTRADO QUE LA SUSCRIBEN --------------------------------- -------------------------------------ILEGIBLE-------SRIO.--------- RUBRICADAS.-
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